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ADAPTACIONES HEMODINAMICAS EN LAS ANEMIAS TROPICALES1% 2 POR LOS DRES. ALFREDO LANARI, AURELIO GARCIA SANTOS Y COLON NUWEZ Las denominadas anemias tropicales, en las cuales interviene una serie de factores etiológicos, tales como poliparasitismo, carencias nu- tritivas, gasto calórico excesivo en relación a los ingesta, etc., revisten interés part,icular para estudiar las condiciones hemodinámicas, pues en general los sujetos que las padecen son organismos sanos desde otsros puntos de vista, que han estado trabajando con esfuerzos físicos in- tensos hasta el momento de su internación. Por ello nos pareció de interés emprender un estudio de esta índole, ya que en Guayaquil se observan numerosos casos de este tipo de anemias en los agricuhores que cultivan el arroz, cacao, etc. en las regiones de la costa, y que concurren a los hospitales de la ciudad para su tratamiento. MrlTERIAL Y MÉTODOS Se eligieron varones anémicos que no padecieran enfermedades del aparato circulatorio y respiratorio ajenas al estado de anemia. Para ello se realizó el examen clínico, radiológico, electrocardiográfico y espiro- métrico. Los 11 pacientes estudiados más detenidamente y que constitu- yen nuestro material, fueron elegidos entre 20 enfermos, descartándose algunos por no haberse podido terminar todos los exámenes o por pre- sentar complicaciones febriles. Todos los enfermos, salvo dos, eran jóve- nes, y a pesar de presentar algunos síntomas habían estado en plena actividad hasta la época de su internación. Después de los exámenes de rutina, se llevaron a cabo los siguientes estudios: Volemia.Se usó el T 1824 o azul de Evans, estando los enfermos en ayunas y en reposo por más de media hora. El testigo y las tomas se realizaron con heparina, con cuatro minutos de int,ervalo; se midieron en un fotocolorímetro Lumetron con filtros 650. Se realizaron dos exámenes en días sucesivos en varios de los enfermos estudiados. El volumen globular fué apreciado por el hematócrito. Hemoglobina.-La cantidad de Hb y la saturación de la misma se determinaron recogiendo sangre art’erial y analizándola por el método de van Slyke-Neill inmediatamente después de la recolección en la mayoría de las veces. En ocasiones se realizaron los exámenes a las dos horas de la obtención arterial, conservando la sangre en la heladera a 0”. 1 Manuscrito recibido en enero de 1953. 2 Trabajo de investigación realizado en el Laboratorio de Fisio-PatoIogín Pulmonar de Guayaquil, Ecuador, durante el desarrollo del Programa de Entre- namiento en Tuberculosis ejecutado por el Gobierno del Ecuador con la asesoría técnica de la Organización Mundial de la SaIud. 3 Asesor de la Organización Mundial de la Salud. 563 564 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA Volumen circulatorio.-El volumen minuto circulatorio se determinó por el método directo de Fick estando los enfermos en ayunas y en reposo por más de media hora. Se cateterizaba por alguna vena afluente de la basílica del lado izquierdo y se obtenía sangre de la pulmonar, o de la aurícula derecha a la altura del orificio aurículoventricular. No se tomaron muestras del ventriculo por considerarlo contraindicado desde el punto de vista de la seguridad del enfermo. Se recolectaba el aire espirado en una bolsa de Douglas durante tres minutos, recogiéndose la sangre arterial en la mitad de este período por medio de una aguja previamente colocada en la humeral. El estudio del volumen minuto en ejercicio fué realizado de inmediato con la misma técnica, haciendo flexionar las piernas al enfermo durante 5 minutos, recogiendo las muestras de sangre entre el 4” y 5” minuto y obteniendo el aire espirado de los últimos tres minutos. Este fué analizado con el microanalizador de Scholander y su volumen medido en un Tissot con las ccrrecciones adecuadas. Para la corrección del volumen del aire espirado se utilizó la tabla correspondiente preparada por T. M. Carpenter (1). Ventilación en reposo.-Las respuestas de la ventilación en reposo y en ejercicio fueron realizadas respirando en circuito abierto con un sistema de válvulas, y recogiendo el aire espirado en un gasómetro de Tissot con sistema inscriptor. Se realizaron dos clases de pruebas. En la primera, después de medir la ventilación en reposo y estando el enfermo sentado se le hizo subir 30 veces en un minuto a una tarima de 20 cm, luego se cont’inuó la prueba con el enfermo sentado hasta que el pulso y la ventilación se normalizaron. En la segunda, después de la respiracion en reposo en el Tissot, se recogía durante tres minutos el aire espirado en una bolsa de Douglas; luego se iniciaban flexiones de piernas a razón de 30 por minuto aproximadamente, durante 7 minutos, estando el enfermo acostado. Durante los últimos tres minutos se recogía el aire espirado en otra bolsa de Douglas. Luego se continuaha la observación de la ventilación y el pulso hasta la recuperación. Las muestras se analizaban con el microanalizador de Scholander. Todas las experiencias fueron hechas a una temperatura media del laboratorio de 27 a 30” C y con una presión barométrica muy estable de alrededor de 759 mm. RESULTADOS Los resultados de esta investigación se sintetizan en el Cuadro No. 1, el cual sugiere varias consideraciones : (a) Con excepción del caso N* 2, las volemias fueron normales o existían discretas hipovolemias. No existía correlación estricta entre el grado de la anemia y la hipovolemia observada. El caso Nu 2 tenía un área cardíaca aumentada y trastornos electrocardiográficos, pero sin evidencia de .A insuficiencia cardíaca congestiva. Junio 19531 ANEMIAS TROPICALES 565 (b) Esta comprobación representa lo más curioso de todo lo observado en esta investigación. La insaturación arterial comprobada guarda al parecer relaiión con el grado de anemia cuando la misma llega a ciertos límites. El grado de insaturación no aumenta al parecer en forma lineal CUADRO No. l.-Condiciones hemodinámicas en ll casos de anemia tropical 1 25 1.7 85 2 39 2.21 80 3 60 3.50 85 4 20 3.53 80 5 32 3.76 84 6 39 4.10 81 7 46 4.50 82 8 21 5.80 83 9 50 6.90 90 10 48 7.50 94 11 25 7.60 95 7s 6.9231.2 2.9’ 0.91 90 318.0 2.8 0.90 198 9s 3.8107.8 3.5 0.78 11.6 331.8 3.5 0.72 202 19s 5.7 131.4 4.2 0.85 8.5 257.8 3.3 0.90 9s 6.1152.1 4 , 0.82 19.2 339.2 5.6 1.15 205 11s 7.7 181.8 4.2 1.06 11.0 355.8 3 0.96 11s 5.6 192.7 2.9 0.86 8.5 280.9 3 1.13 10s 5.0 144.0 3.5 0.92 6.9 238.3 2.9 0.80 139 8s 8.9 242.5 3.6 1.21 11.4 376.1 3 1.12 165 11s 7.1184.2 3.8 0.88 12.2 320.0 3.8 1.19 132 14s 5.7 204.4 2.7 0.90 9.4 341.7 2.7 0.96 / 11s 16.1 5.7200.6 180 2.8 1 0.86 ll.6 8.4 344.8 1 2.4 0.94 una vez que la hemoglobina ha descendido de 6 gm. Tan raro e inesperado nos parecía este hallazgo que controlamos la técnica repitiendo los análisis con la sangre extraída de inmediato a la ejecución del análisis. Sin embargo, no hubo variaciones significativas. (c) Aunque la mayor parte de los enfermos no estaban en condiciones basales posiblemente por temor e intranquilidad ante el procedimiento (esto se observa en el consumo de oxígeno elevado por mz de superficie), con todo se puede observar un índice cardíaco netamente por arriba del normal, en un reposo que podemos considerar relativo. En ejercicio este índice aumenta extraordinariamente, lo mismo que el volumen sistólico que ya era alto en reposo y que llega en dos casos a aproxima- damente 200 ml por sístole. Existe relación entre la cantidad de Hb y la respuesta circulatoria apreciada por el volumen minuto circulatorio, relación que se vuelve mucho más estrecha si se la vincula con el con- sumo de 02. Así, con un índice semejante al denominado equivalente de ventilación, pero substituyendo la vent,ilación por el volumen minuto circulatorio utilizado por cada 100 de 02 consumido, o sea con la dife- rencia arteriovenosa, vemos como la correlación con la cantidad de Hb es mayor que con el índice cardíaco. Lavelocidad circulatoria medida por la inyección rápida de 5 CC de gluconato de calcio demostró un aumento de la velocidad de circulación, salvo en un caso en que el paciente tardó 19 segundos en notar la acción 566 ’ BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA del fármaco. Se trataba de un paciente con manifestaciones previas de insuficiencia circulatoria y edemas, pero que habían desaparecido. Sin embargo, era un sujeto bradipsíquico, por lo que no sabemos si esta discrepancia reviste valor. Es interesante anot’ar que la repetición de las inyecciones hechas con la misma técnica permitió comprobar la identidad del tiempo de circulación, y su discreta correlación con el grado de anemia. (d) Las pruebas de ventilación fueron hechas previo examen espiro- métrico con medición de la capacidad vital y del volumen máximo ‘minuto. En todos los enfermos estos índices, en comparación con las cifras normales comunicadas por Richards, Baldwin y Cournand (2), excedieron siempre el 70% de los valores normales, y en algunos aun se comprobó una capacidad superior a los valores normales comparativos. En las pruebas efectuadas en reposo la vent’ilación está tan influenciada por factores ambientales y psicógenos que es muy difícil concluir que existía hiperventilación genuina, aunque al parecer hay una mayor ventilación que la que corresponde a sujetos normales, pues tenemos un promedio de 6.1 litros por m2, o sea casi el doble de lo que corresponde a sujetos normales en reposo. Conviene anotar, sin embargo, que el consumo de 02 por m2 denotó un valor promedio de 180 CC por minuto, o sea un 35 % mayor que el considerado como normal. El estudio del equivalente de ventilación y del cociente respiratorio en estos enfermos permite inferir que en dos de ellos había hiperventilación psic6gena, pues presentaban un cociente respiratorio mayor que la unidad y otros seis superior a 0.85; por lo tanto, hiperventilaron en comparación con los controles normales que en las mismas condiciones presentaban un cociente de 0.80 o menos. En ejercicio, en donde el factor psicógeno amengua su importancia, el equivalente de ventilación disminuyó en 7 enfermos, permaneció igual en uno y aumentó en los 3 restantes. Es de notar que en estos tres enfermos el equivalente en reposo era relativa- mente bajo, y en dos de ellos, en los cuales se produjo una gran hiperpnea en el ejercicio, la saturación en la Hb fué de 80 %. Aun después de rinco minutos del cese del ejercicio, la ventilación pulmonar demostró un promedio de ll .6 litros por m2 por minuto, lo que represent,a un aumento significativo. La otra prueba de esfuerzo se realizó con un ejercicio rápido de un minuto, pero de mucha mayor intensidad. Los resultados se aprecian en el Cuadro 2. Se observa que en los anémicos con menor cantidad de I-Ib, la ventilación después del ejercicio es mucho mayor que en los anémicos que tienen cifras superiores a 4 gm. En general, a los 10 minutos de la terminación del ejercicio resta un pequeño aumento de la ventila- ción, comparado con las cifras previas. Aunque las variaciones indi- viduales son netas, en el pulso y la frecuencia respiratoria se aprecia que las cifras del primero por arriba de 150 por minuto se observan en los Junio 19531 ANEMIAS TROPICALES 567 anémicos con menos Hb. En algunos pacientes se comprobó que a los 3 6 4 minutos del ejercicio disminuía el pulso para presentar un segundo aumento en los minutos siguientes hasta su normalización. CUADRO No. 2.-Resultados de la prueba de esfuerzo con ejercicio rdpido durante un minuto CaSO 1 2 3 4 5 8 9 10 11 Ipacidad vital, % de la teórica 82 81 80 92 106 103 105 70 80 115 84 72 70 95 98 96 77 93 96 I Resultados de la prueba Antes pulso respiración volumen minuto pulso respiración volumen minuto pulso respiración volumen minuto pulso respiración volumen minuto pulso respiración volumen minuto pulso respiración volumen minuto pulso respiración volumen minuto pulso respiración volumen minuto pulso respiración volumen minuto pulso respiración volumen minuto pulso respiración volumen minuto COMENTARIOS 120 13 8 94 24 12 76 16 7 100 20 9.8 94 18 9 88 16 9 96’ 12 7 74 16 9 90 23 10 84 16 9 80 14 8 T- Al mi- A los 5 nuto ninutos 152 122 124 25 21 30 29 11 10 150 100 92 33 19 20 26 11 9.3 110 76 76 20 17 16 15 9.8 8.2 152 120 104 39 24 23 38 20 12 116 110 104 25 23 20 22 14 11 108 88 86 17 19 17 21 10 8.5 120 96 96 13 15 14 14 7.3 7.3 92 92 82 15 19 16 12 9.2 8.4 140 112 108 22 25 24 24 13 12 104 84 84 19 19 18 23 16 9. 96 88 88 22 18 17 18 8 7.8 A los 10 mi- nutos La volemia en los anémicos ha sido estudiada desde hace tiempo. 3 Lorraine Smith (3) señaló en 1900 en anemias crónicas secundarias y Boycott y Haldane (4) en anquilostomiásicos que era común la hiper- 568 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA volemia, por lo cual la anemia real era menor que la que revelaba el recuento. Sin embargo, las mediciones por otros métodos demostraron que en los anémicos la volemia quedaba en los límites inferiores normales (Gibson, Harris y Swigert, 1939) (5), aunque el volumen plasmático era mayor que el normal. En las anemias crónicas sin lesiones asociadas la plasmenia puede seguir las variaciones parciales del líquido extracelu- lar, y aun aparecer aumentada cuando se produce un aumento pro- porcional en la masa de las proteínas circulantes (Bazett (6), y Ebert, Stead y Gibson (7)), aunque la reducción de los eritrocitos ha mermado la volemia. En nuestros casos, salvo uno, hay una disminución de la volemia, que en algunos llega al 25% de los valores aceptados como normales (Brown y Hopper) (8). La plasmenia, por el contrario, era alta y normal. En lo que toca al ajuste circulatorio de estos enfermos, cabe señalar que en los más jóvenes, aun en aquellos en que la anemia era muy intensa, los síntomas cardiacos no eran alarmantes. Había palpitaciones al esfuerzo y leve disnea en el ejercicio, pero lo que predominaba era la sensación de cansancio general. Radiológicamente se apreciaban con- siderables aumentos concéntricos del área cardíaca. También se ob- servaron frecuentemente alteraciones electrocardiográficas no espe- cíficas, las cuales han sido motivo de estudio por uno de los autores, quien comprobó que podrían desaparecer parcialmente en algunos casos con la terapia polivitaminica antes de que retrograde la anemia. Durante el período del estudio de estos enfermos no se comprobaron signos de insuficiencia cardíaca congestiva, aunque el de mayor edad (No. 3), había presentado previamente al reposo hospitalario y al tratamiento el cuadro completo de dicha insuficiencia, y otro, el No 7, tuvo dolores ahginosos al esfuerzo en el período próximo a su internación. Los resultados con el método de Fick demuestran el aumento del volumen minuto circulatorio, aumento ya comprobado desde 1909 por Plesch (9) en otros tipos de anemias. Para Richards y Strauss (10) existe correlación íntima entre el grado de anemia y el aumento del volumen minuto, correlación que Sharpey Schafer (ll) confirma en un trabajo muy bien realizado con cateterismo cardíaco en otra clase de anémicos. Los mismos resultados obtuvieron Brannon, Merril, Warren y Stead (12) con una técnica similar. En algunos de los anémicos se comprobó aumento hasta tres veces lo normal del volumen minuto en reposo. Sin embargo, hay que anotar que se trataba de enfermos con anemias extraordinariamente intensas y que habían mantenido cierto grado de tensión nerviosa durante el pro- cedimiento. Eso ha impedido que las condiciones fueran basales, anotán- dose en varios de ellos un consumo de 02 francamente elevado. Esta circunstancia ha determinado también que sólo existaa una aparente correlación relativa entre el Indice cardíaco y el grado de anemia,pero Junio 19531 AR‘EMIAS TROPICALES 569 por el contrario, si se compara la diferencia arteriovenosa equivalente de circulación, se observa que los anCmicos con menos de 5 gm de Hb presentan valores muy altos, aunque sin relación directa con el grado de anemia, mientras que en aquellos con 6 o más gramos de Hb el volumen minuto circulatorio desciende francamente. Es interesante tal resultado, dado que ya Dautrebaude (13), en 1929, y últimamente Brannon y colaboradores (12) senalan que para que el volumen minuto aumente por la anemia se necesita una cantidad de Hb menor que el 50% normal. En el ejercicio moderado el gasto cardíaco alcanza hasta 5 veces el volumen circulatorio normal en reposo, con un volumen sistólico que llega a 200 ml aproximadamente. Esta formidable elevación nos indica la conveniencia de evitar toda clase de actividad en anémicos con valores bajos de Hb. De lo contrario, el corazón puede llegar a sufrir altera- ciones anatómicas por un doble mecanismo anóxico. No hemos encontrado una relación estricta entre el volumen minuto y la velocidad circulatoria medida con la inyección de calcio, aunque desde el punto de vista teórico, de no variar los otros factores como el lecho y la viscosidad, debería existir tal relación. Los valores encontrados demuestran aumento de la velocidad con respecto a los valores normales, pero sin que exista vinculación íntima con el grado de Hb comprobado, tal como lo consignan Stewart, Crane y Deitrick (14), y Blumgart, Gargill y Gilligan (15). Es posible que en nuestros resultados influya algo el grado de cultura y educación del material humano, sobre todo cuando el método empleado requiere la cooperación del sujeto. El aumento del volumen minuto con aumento de la velocidad cir- culatoria, represent,a un mecanismo de adaptación del organismo a la disminución de la capacidad de transporte de 02 por parte de la sangre. No habiendo disminución del consumo de 02, lo cual sería el primer mecanismo de adaptación, pero que no sucede pues generalmente se comprueba un metabolismo ligeramente más elevado que el normal, el organismo puede llevar a los tejidos la cantidad necesaria de 02: (a) por aumento del volumen minuto circulatorio; (b) por mayor re- ducción de la oxihemoglobina y (c), por la disminución de la volemia. Este último proceso, de acuerdo con Sharpey-Schafer (ll) tenderfa a reducir el efecto del menor número de hematfes disminuyendo la dilución de los mismos, y por consiguiente aumentando por unidad de volumen sanguíneo la capacidad de transporte del 02. Como ya mencionamos, hay hipovolemia discreta, pero este fenómeno, indiscutiblemente compensa- dor, ya se ha producido al determinar la cantidad de Hb por 100 CC de sangre. El segundo mecanismo, o sea el mayor grado de utilización, parecería un método más económico que el aumento del volumen minuto y el organismo recurre a él en los anémicos, pues en lugar de que la sangre venosa central tenga la Hb saturada en un 70 %, como sucede en los individuos normales, se reduce en mayor proporción. En nuestros 570 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA enfermos hubo aumento de la utilización, oscilando la saturación de la sangre venosa central alrededor del 40 %. Sin embargo, en dos de ellos la insaturación fue muy acentuada, encontrándose en reposo ~610 el 27 % de la Hb saturada y bajando aun más en el ejercicio. Este descenso de la tensión del O2 es índice de anoxia, a lo menos parcial, pues las células que quedan más lejos de los capilares y que reciben las moléculas del O2 por diferencia de tensión, tienen necesariamente que sufrir por dis- minución de la velocidad de difusión. Por último, el primer método de compensación, el aumento del volu- men minuto circulatorio, se caracteriza por tener lugar con volemia infranormal, diferenciándose en este sentido de los cuadros con volumen minuto aumentado, tales como los pulmonares crónicos, las fístulas arteriovenosas, el beriberi y el hipertiroidismo. Partiendo de que la presión de llenamiento del ventrículo es el factor principal en el aumento del gasto cardiaco, Sharpey-Schafer (1 l), que no cuenta en los anémicos con la hipervolemia de los otros estados similares, necesita recurrir a una disminución del lecho venoso para explicar el aumento de presión auricular que encuentra en sus casos. Sin embargo, Brannon y colabo- radores (12) no observaron este fenómeno, sino una disminución de la resistencia periférica, hecho ya señalado, entre otros, por Richards y Strauss (10) como mecanismo de adaptación para permitir la mayor utilización de la oxihemoglobina, y a la vez el mayor volumen minuto circulatorio. El análisis del oxígeno arterial nos deparó el hecho sorprendente de la saturación disminuida de la Hb en los pacientes con menos de 6 gm por ciento, sorprendente porque a priori parecería lógico suponer que individuos con aparato pulmonar en condiciones normales, como lo indican los índices de ventilación obtenidos, sin cortocircuitos en el aparato circulatorio, deberían presentar una saturación arterial normal. Los datos bibliográficos al respecto concuerdan, en general, en que en las anemias existe una saturación arterial normal de la Hb, aunque en muchas investigaciones se ha pasado por alto mencionar la sat,uración arterial por considerarse un dato sin discusión, y cuando se ha encontrado una cifra inferior se la ha tomado como error de método (16). Sin em- bargo, en una investigación realizada en 1927, Himwich y T,oehel (17) señalaron que algunos anémicos con saturaciones normales en reposo (eran solo anémicos leves con más de 5 gm de Hb) presentaban in- saturaciones marcadas durante y después del ejercicio físico. Dichos autores recalcan que este resultado “es sorprendente”, y por analogía con lo que ocurre en el ejercicio, que cuando es muy intenso determina insaturacidn arterial de la Hb, suponen que se debe al aumento de la velocidad de la sangre en el pulmón. Haren notar, empero, que el método de van Slyke-Stadie, que ut.ilizan para sus determinaciones, aumenta el error cuando se trata de anémicos. TJlt-imamente Ryan y Junio í953] ANEMIAS TROPICALES 571 Hickam (18), aunque admiten que hay acuerdo en que en los anémicos es normal la saturación de la Hb, reinvestigan el problema midiendo directamente las tensions de 02 del aire alveolar y el gradiente con respecto a la tensión de la sangre arterial. Sus resultados indican una evidente disminución de la tensión del 02 de la sangre arterial con res- pecto a los valores de los testigos, y aunque los autores no lo consignan, existe cierta relación con el grado de anemia. Es hipotética la explicación de la insaturación comprobada en nuestros enfermos, así como la hipotensión observada por Ryan y Hickam: (a) Por pasaje demasiado rápido de la sangre en los capilares pulmonares. Tal fué la suposición de Himwich y Loebel (17) e inicialmente de Rough- ton y colaboradores (19), pero este último autor descartó posteriormente el papel que podía desempeñar la velocidad de la circulación pulmonar. Con todo, y admitiendo que la curva de disociación de Hb en los ané- micos está desviada hacia la derecha (Dill, Bock, van Caulaert, Fölling, Hurxthal y Henderson (20)) la aumentada velocidad de circulación podría desempeñar un papel coadyuvante en la insaturación parcial comprobada. (b) Tanto Barkan y Schales (21) como Ammundsen (22) señalan respectivamente la existencia de seudohemoglobina o de una “hemoglobina inactiva,” que según los autores citados representa, en general, solo 0.5 vol. %, pero en el 40 % de los casos llega a 2.5 vol. %. Según Roughton y colaboradores (19) esta “Hb inactiva” sería meta- hemoglobina, que se transformaría de nuevo en Hb durante la medición de la capacidad del 02 de la sangre, pero que quedaría como tal al hacer el análisis del 02 de la sangre arterial. Roughton, además, hace notar que la evaporación y el plasma que queda adherido a las paredesdel recipiente al medir la capacidad puede tener algún papel en la insaturación fisiológica arterial. (c) “Admisión venosa” excesiva en cantidad o con una insaturación mayor que la normal. Se sabe que puede haber una cierta mezcla fisiológica de la sangre venosa con la sangre que viene de los capilares pulmonares, ya sea por las vénulas de Thebesius, tal vez algunas bronquiales, y a la vez una difusión del 02 de la sangre de la cavidad del ventrículo izquierdo al miocardio ventricular, que tiene una tensión baja de O2 (Bing y Daley (23)). Estos factores pueden ex- plicar por qué la saturación de la sangre arterial es menor que el 100%. Ryan y Hickman (18) creen que en los anémicos la mayor insaturación de la sangre venosa central puede det’erminar, por intermedio de la mezcla fisiológica mencionada, la menor tensión de 02 comprobada en la sangre arterial de estos enfermos. Además, el efecto de las mezclas gaseosas respiratorias con tensión disminuída del 02, con las cuales no hay aumento de la insaturación (Lilienthal, Riley, Proemmel y Franke (24)), descarta la posibilidad de que sea una alteración de la membrana alvéolocapilar la responsable y afianza la hipótesis de la excesiva ad- misión venosa. 572 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA Según los resultados de la saturación de la sangre venosa central de nuestros enfermos, la admisión de una cantidad de est,a sangre, semejante a la que ocurre en los sujetos sanos, debería determinar una disminución de la sat’uración de la sangre arterial mayor que las cifras aceptadas romo normales. Es sugerente a este respecto que el enfermo que present,aba 80% de saturación de la sangre arterial, es el que tuvo también una insaturación mayor de la sangre auricular (27 %). Sin embargo, en los restantes no hay correlación entre las cifras de la sangre venosa rent,ral y el grado de insaturación. Nos parece posible que todos los factores ya mencionados contribuyan a la producción de la insaturacion arterial observada, que se manifiesta sólo cuando las cifras de Hb son inferiores a los 6 gm %, pero sin seguir una relación lineal con la disminución de la misma. Se necesitan más investigaciones en esta clase de anemias para estudiar este punto, que es de sumo interés para la fisiopatología circulatoria. Desde tiempos atrás se ha comprobado que en los anémicos hay aumento de la ventilacion, aunque para algunos (Tomkins, Brittingham y Drinker (25), Richards y Strauss, Knipping y colaboradores (26), y Koch (27)), dicho aumento está vinculado al hipermetabolismo que se observa en los anémicos. Chiodi, Faciolo, Suárez y Taquini (IA), en un estudio sobre la materia, comentan que en sus enfermos, que padecían de anemias moderadas, el equivalente de ventilación estaba solo muy ligeramente aumentado con respecto a los sujetos controles, y aceptan la explicación del aumento metabólico, aunque atribuyen cierto papel al amortiguador disminuído de la sangre de estos enfermos. En los Cuadros 1 y 2 se observa que el aumento de la ventilación se acompaña de un equivalente de ventilación aumentado para el 02, aunque indudable- mente ha habido una hiperventilación apicogena, lo que se advierte primero por el cociente respiratorio que supera a la unidad en riertcs enfermos. Este hecho es comprensible por tratarse de parientes rurales que temían toda investigación y, además, porque el equivalente de ventilación disminuyó en algunos de ellos durante el ejerririo, lo que demuestra el factor ambiental existente. Sin embargo, la correlación que existe entre el aumento de la ventilación en reposo y en el ejercicio y el grado de anemia, apreciable sobre todo en el ejercicio de pie, nos demuestra que la respuesta del centro respiratorio es más intensa en los an<micos, que normalmente. En este fenómeno intervienen la insaturarión arterial rcmprohada en nuestros enfermos, la disminución de la Hh considerada en su papel de amortiguador (Joffe y Poulton (28), Barr y Peters (29), Haldane (30), Smith, Means y Woodwell (31)), y quizás la dieminurion de la anhidrasa carbónica que se encuentra reducida, especialmente en las anemias hipocrónicas, por mala nutrición, et,c. (Blumgart y Altsrhule (32)). Este último factor, que no hemos investigado, podría explicar la im- perfecta correlación que existe ent,re el grado de anemia y la ventilación en algunos de nuestros enfermos. Junio 19531 ANEMIAS TROPICALES 573 En lo que respecta a la hiperpneaoxia, Chiodi y colaboradores (16) someten a sus enfermos a la respiración con 02 puro y encuentran que, al igual que en los sujetos normales, aumenta la ventilación en lugar de disminuir, como ocurriría si la hiperventilación fuera causada por esti- mulación hipóxica de los quemorreceptores. Sin embargo, en el material de estos investigadores no había anémicos con menos de 4 gm de Hb, y según hemos visto, la insaturación arterial observada parece patrimonio, en general, de las anemias con cifras muy bajas de Hb. Sorprende que estos pacientes no hayan mencionado en la anamnesis sintomatología respiratoria, frecuente en los enfermos del pulmón o en cardíacos con hiperventilación al ejercicio más moderado. En algunos de nuestros enfermos la disnea de esfuerzo fué un síntoma principal. La falta de repercusión subjetiva depende de las reservas prácticamente normales de ventilación de los anémicos, por lo cual la hiperventilación sólo utiliza. una parte reducida de las reservas funcionales. Peabody y Wentworth (33) señalaron ya hace más de dos décadas esta relación dé la disnea con la disminución de la capacidad vital, y Lanari y Labourt (34), al estudiar la respiración en individuos sumergidos en el agua, señalaron la importancia de los reflejos musculares y óseos en la sen- sación de disnea. Sin embargo, algunos autores (Blumgart, Gargill y Gilligan (15), Knipping y colaboradores (26) y Lambie (35), observaron que era frecuente una leve disminución de los índices de ventilación, hecho al cual Blumgart’ y Altschule (32) atribuyen cierta significación para explicar la disnea de esfuerzo. En nuestros enfermos las cifras de la capacidad vit,al y del volumen máximo de ventilación, algunas de ellas supernormales, indican que la alteración de la función de ventilación no puede originar la insaturación arterial comprobada, como tampcco contribuir a la sensación de disnea. Por otra parte, Ryan y Hickam (18) tampoco incluyen las alteraciones de la ventilación entre las causas de la disminución de la tensión de 02 de sus anémicos. RESUMEN El estudio hemodinámico de 11 enfermos con “anemias tropicales” de distinto grado de gravedad, reveló hipovolemia discreta y aumento hasta tres veces de los valores normales del volumen minuto circulatorio en reposo. En ejercicio moderado el volumen minuto circulatorio alcanzó en algunos enfermos hasta seis veces los valores normales de reposo. Se observó mejor correlación del descenso de la Hb con la diferencia ar- teriovenosa, o sea el “equivalente circulatorio”, con el índice cardíaco. Por debajo de 5 gm el volumen minuto circulatorio aumenta franca- mente. El análisis de la saturación de la Hb arterial demostró una net,a in- saturarión en los enfermos ron menos de 6 pm de Hb. Pe discute la causa de este resultado paradójico considerando que tanto la desviación de la 574 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA curva hacia la derecha y la admisión venosa fisiológica de sangre muy insaturada, pueden dar origen a este aumento de la insaturaci6n arterial. Respecto a la ventilación en reposo y en ejercicio existe un discreto au- mento en ambas condiciones, que se manifiest,a aun cinco minut,os después de terminado el ejercicio. REFERENCIAS (1) Carpenter, T. M.: “Computing respiratory exchangc,” Carnegie Inst., Washington, 1948. (2) Baldwin, E. de; Cournand, A., y Richards, D. W.: Pulmonary insufficiency. Standard values in normal subjects, Medicine, 27:243, 1948. (3) Smith, Lorraine: citado porHaldane (30). (4) Boycott, A. E., y Haldane, J. 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The study of the arterial Hb saturation showed defiuite insaturation in patients with less than 6 grams of Hb. The reason for this paradoxical result is discussed considering that the deviation of the curve of Hb to the right and the physiologic venous admission of very insaturated blood might cause this increase of arterial insaturation. Regarding ventilation at rest and in exercise, there is a slight in- crease under both conditions, which is noticeable even five minutes after the exercise.
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