Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
INTRODUCCIÓN En este trabajo pretendemos explicar la relación que existe entre los temas de las neuronas, la educación de los alumnos, y la importancia de como surgen sus aprendizajes mediante sus acciones cotidianas en su vida como son los sentimientos, emociones conexiones, relaciones e incluso la empatía; la importancia de cómo es que incluyen y se relacionan las neuronas en la educación de los niños y/o alumnos. Pretendemos realizar este ensayo con los temas vistos en clase más las aportaciones de algunos autores extras anexados a este documento, abarcaremos lo más que se nos sea posible y definiciones extras que nos pueden ayudar a orientar mejor los conocimientos previos que se tiene de los temas. EDUCACIÓN SOCIOEMOCIONAL DESDE LAS NEURONAS. La neurociencia en la educación, en la época contemporánea establece un ambiente de aprendizaje equilibrado y motivador que requiere de los niños una mayor disposición e interacción para lograr la asimilación de nuevos aprendizajes; es por ello que los niños aprenden “socialmente” en sus diversos contextos construyendo de forma activa y se asimilan los significados a través de la interacción activa y dinámica en el entorno físico, social y emocional con los cuales entran en contacto por lo cual, las neurociencias son de vital importancia en el ámbito educativo. El maestro es un agente significativo en la confluencia de la teoría y la práctica y por ello, su formación, capacitación y competencia para la innovación facilitaran la unión entre las Neurociencias y Educación, por lo tanto, se puede decir que el cerebro es el único órgano del cuerpo humano que tiene la capacidad de aprender y a la vez enseñarse a sí mismo su enorme capacidad plástica le permite reorganizarse y reaprender de una forma espectacular, continuamente. Las instituciones educativas representan un ámbito de enorme influencia en el proceso de desarrollo cerebral ya que nuestros alumnos y alumnas pasan un promedio de 14 años aproximadamente y miles de horas en el aula en las cuales, están expuestas los alumnos y alumnas en el aula y en estas pueden estar armonizadas o no con los sistemas naturales de aprendizaje como son la memoria y el cerebro, lo cual se verá reflejado directamente en el desarrollo potencial cerebral. La neurociencia permite obtener una visión empírica y reforzar por que determinadas actuaciones que se llevan a cabo son positivas para el aprendizaje y porque otras no lo son, la neurociencia nos permite estudiar como aprende el cerebro y como aplicarlo del diario día con día de la educación para mejorar en que se enfoca el proceso de enseñanza-aprendizaje. “La neurociencia es la disciplina encargada de estudiar l cerebro y como este da origen a la conducta y el aprendizaje” (Marueira, 2010, p.1); las neurociencias se encargan además de estudiar la plasticidad del sistema nervioso, de la importancia del ambiente del aula, las bases de la motivación, la atención, las emociones y la memoria, como son contrayentes esenciales del proceso de enseñanza-aprendizaje”. En este caso Marueira se refiere a la neuro-educación y a la neurodidáctica como disciplinas que se encargan de la relación enseñanza- aprendizaje y cerebro. La neurona es la célula fundamental, se encarga de procesar y transmitir la información a través de todo el sistema nervioso. Continuando con la neuroeducación esta es una ciencia emergente que nos abre las expectativas de entender, como aprende el cerebro y la gran esperanza de lograr que las escuelas sea un espacio de pelan inclusión, donde todas las personas desarrollen al máximo su potencial, por lo tanto el cerebro es el órgano vital del ser humano, aprende a través de patrones: los detecta, los aprende y encuentra un sentido para utilizarlo siempre cuando vea la necesidad para procesar la información y emitir respuestas el cerebro utiliza mecanismos consientes y no consientes como fuente inagotable del conocimiento. La neurociencia educativa, neuro-educación o neuro-didáctica consiste en comprender como funciona el cerebro para aplicarlo a la mejora del proceso de aprendizaje, de manera que se fusionan los conocimientos sobre la neurociencia, psicología y pedagogía para mejorar el aprendizaje. El vínculo entre educación y neurociencias se ha determinado con diversas expresiones, neuroeducacion o neurociencias de la educación. Las cuestiones iniciales han trazado su orientación en el estudio y la investigación de las bases neuronales de la lectura, de las habilidades matemáticas y el aprendizaje, así como por el diseño de programas basados en las neurociencias orientados a mejor rendimiento y las habilidades académicas a través del entrenamiento de funciones ejecutivas en general (Ansari, De Smedt y Grabner, 2012). El interés ha continuado por el papel que desempeñan las emociones en formación de competencias socioemocionales, en el aprendizaje a largo plazo y en el aprendizaje significativo. La relación entre neurociencias, enseñanza y aprendizaje se ha centrado principalmente en tres líneas: a) el influjo del estrés sobre el aprendizaje (LeDoux, 1996; Pekrun, 2006); b) el papel de las emociones como predictores de los resultados académicos de los estudiantes y de su éxito en la vida laboral y profesional (Ainley, 2006; Artino, La Rochelle y Durning, 2010); c) la importancia del aprendizaje de tareas novedosas. Sobre la primera línea, Pekrun y Linnenbrink-Garcia (2014) afirman que los entornos educativos generan diversas experiencias afectivas, que existe una relación bidireccional entre el afecto y la cognición, y que las emociones surgidas en los escenarios académicos son resultado de la evaluación del éxito y el fracaso que emergen en estos contextos, así como de las experiencias personales y sociales placenteras o desagradables en encuentros educativos. Estas ideas llevan a Pekrun a proponer la teoría del control-valor de las emociones de logro y sus implicaciones para la investigación y la práctica educativa (Pekrun, 2006). A través de esta teoría se pretende comprender el efecto de las emociones sobre el rendimiento y el entorno académico. Supone que existen emociones vinculadas a las actividades de logro y a los resultados de logro que median el aprendizaje. Estas emociones tienen el potencial de activar sensaciones de bienestar o malestar, el disfrute, frustración, aburrimiento, alegría, esperanza, orgullo, ansiedad, desesperanza, vergüenza e ira relacionados con el éxito o el fracaso (Pekrun, 2006). Wolfe (2006) advierte que las actividades realizadas en el aula deben contemplar la posibilidad de que liberen adrenalina en lugar de cortisol, con el fin de atraer el interés emocional y motivacional de los estudiantes. La liberación de adrenalina permite que la experiencia de aprendizaje se almacene en las memorias vívidas, de manera que permanezcan ancladas a la memoria a largo plazo de manera positiva, ya que, como este autor lo señala, cuanto más intensa es la excitación, más fuerte es la huella de memoria. Si se admite que el sistema de memoria tiene un almacén para los hechos comunes y otro para los emocionalmente cargados, este sistema suele olvidar los hechos comunes y mantener a largo plazo los marcados emocionalmente. Por esta razón es importante considerar incluir un ancla emocional al aprendizaje, a través de uso de estrategias como las simulaciones y los juegos de rol. En la segunda línea se encuentran investigaciones como las de Pekrun (2006), Marchand y Gutiérrez (2012), y Artino, La Rochelle y Durning (2010). Estos investigadores han encontrado que las emociones positivas (disfrute, esperanza y orgullo, entre otras), se asocian con la motivación intrínseca, el esfuerzo, la autorregulación y estrategias de aprendizaje más sofisticadas (2010) y Marchand y Gutiérrez(2012) han identificado que las emociones negativas (ira, frustración, vergüenza, aburrimiento) se asocian con un esfuerzo reducido, un menor rendimiento, una mayor necesidad de regulación externa y menos estrategias de aprendizaje autorreguladas. En esta línea, en 1994, el Grupo Fetzer, formado por educadores, pedagogos e investigadores en temas de infancia, introduce el término “Aprendizaje Social y Emocional”, con el fin de promover la formación de competencias sociales y emocionales en la infancia y la adolescencia, esperando que tuvieran un impacto efectivo sobre el rendimiento académico, la salud mental, el bienestar psicológico, la calidad de vida, las capacidades ciudadanas y el comportamiento cívico (Weissberg et al., 2015). El aprendizaje social y emocional (SEL) involucra los procesos a través de los cuales niños y adultos adquieren y aplican efectivamente los conocimientos, actitudes y habilidades necesarias para comprender y manejar las emociones, establecer y alcanzar metas positivas, sentir y mostrar empatía por los demás, establecer y mantener relaciones, y tomar decisiones responsables (National Education Association, 2017; Vassilopoulos, Brouzos y Koutsianou, 2018) En la tercera línea se ha destacado la importancia de las tareas novedosas que generen retos cognitivos, sobre los procesos de aprendizaje. Se ha señalado que los seres humanos procesan alrededor de cuatrocientos mil millones de bits por segundo, distribuidos en las diferentes tareas que deben ejecutar permanentemente. Esto representa una gran cantidad de información, la mayoría de la cual, no son conscientes de estar procesando. La información procesada, sobre la cual se toma consciencia, es posible sólo si está asociada con un aprendizaje significativo (Wolfe, 2006), desde el cual quien lo haya aprendido tenga la posibilidad de convertirse en un aprendizaje que pueda ser utilizado. Es decir que debe ser un aprendizaje explícito, que plantee retos y esto sólo es posible cuando los procesos de enseñanza aprendizaje involucran la activación de emociones que generen bienestar y planteen retos. CONCLUSIÓN Para finalizar podemos concluir que las neuronas no solo es cosa de la mente y algo superficial en relación a la educación socioemocional, sino que también estas se involucran desde los primeros meses de los niños, desde el peso de cerebro, la primera infancia, estadios de varios autores etc. Que si bien entendemos de forma global las neuronas desarrollan unas ramas secundarias en la parte de la neuroeducacion y más neurociencias que en algún momento dejamos por desapercibidas, como futuras docentes en formación debemos de tener estos conocimientos acerca de, ya que nos enfrentamos día con día con niños y/o alumnos los cuales debemos de observar en todos los aspectos y detectar cuando algo anda mal y que mejor tener las teorías y conocimiento de estos para así, elaborar unos diagnósticos aproximados ya que quien da la conclusión del problema sería en todo caso la psicóloga de las escuelas. Debemos de tener esta labor por incluir las neurociencias o neuroeducación a nuestra formación ya que impactara en cualquier salón de clases al que nos dirijamos y tal reflejo es actualmente en nuestras jornadas de práctica de observación y ayudantía comenzamos a observar más allá de un “problema o dificultad” que posiblemente no sea causa del alumno si no algo mayoritario. También entender este tema para nosotras mismas en indispensable porque podemos entender como es la parte de la razón de nuestro comportamiento, emociones, sensaciones, acciones, reflejos, etc. Y descartar algún problema que más delante se desarrolle y sea maligno a nosotras mismas, afortunadamente tenemos a nuestro alcance autores, psicólogos, pedagogos, neurólogos, etc; que nos orientan ante estas circunstancias. REFERENCIAS BIBLIOGRAÁFICAS "Neurociencias, emociones y educación superior: una revisión descriptiva" https://www.redalyc.org/journal/1735/173565056021/html/ Ansari, D., De Smedt, B. y Grabner, R. H. (2012). Neuroeducación: una visión crítica de un campo emergente. Neuroética, 5 (2), 105-117. Pekrun, R. (2006). La teoría del valor de control de las emociones de logro: supuestos, corolarios e implicaciones para la investigación y la práctica educativas. Revisión de psicología educativa, 18 (4), 315-341. Pekrun, R. y Linnenbrink-Garcia, L. (2014). Introducción a las emociones en la educación. En Pekrun, R. y Linnenbrink-García, L. (eds.). Manual internacional de emociones en la educación (págs. 11-20). Routledge. Wolfe, P. (2006). El papel del significado y la emoción en el aprendizaje. Nuevas direcciones para la educación continua y de adultos, 110, 35-41. Weissberg, R. P., Durlak, J. A., Domitrovich, C. E. y Gullotta, T. P. (2015). Aprendizaje social y emocional: pasado, presente y futuro. En: Durlak, J. A., Domitrovich, C. E., Weissberg, R. P. y Gullotta, T. P. (Eds.). Manual de aprendizaje social y emocional: investigación y práctica (págs. 3-19). Nueva York: Guilford Press. Maureira, F. (2010). Neurociencia y educación. Recuperado de: https://www.researchgate.net/profile/Fernando_Maureira_Cid/publication/27132 8225_Neurociencia_y_educacion/links/54c57bfb0cf219bbe4f50411/Neurocienci a-y-educacion.pdf https://l.messenger.com/l.php?u=https%3A%2F%2Fwww.redalyc.org%2Fjournal%2F1735%2F173565056021%2Fhtml%2F&h=AT2xOARgXLKMbPItlOmd0_Yz_AhwvU7iQOCZEAk24ckTBCqlnlgypqdql5FWz8sJEsh1SezJDgoStDNkWBEXECOjYBu8e8jBUroiUNRs4vZgZPtZPfT077RN3oGYcv2qBMegYLceypcitBKZdiA03w https://l.messenger.com/l.php?u=https%3A%2F%2Fwww.researchgate.net%2Fprofile%2FFernando_Maureira_Cid%2Fpublication%2F27132&h=AT2xOARgXLKMbPItlOmd0_Yz_AhwvU7iQOCZEAk24ckTBCqlnlgypqdql5FWz8sJEsh1SezJDgoStDNkWBEXECOjYBu8e8jBUroiUNRs4vZgZPtZPfT077RN3oGYcv2qBMegYLceypcitBKZdiA03w
Compartir