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Peligros de la Basura Electrónica

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Los peligros de la basura electrónica
Según el Programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas, se generan cerca de 50 millones de toneladas de desechos electrónicos al año. Y la mayoría no pasan por el sistema de reciclaje óptimo para el medio ambiente, lo que puede llegar a afectar a la salud de los humanos.
Si los últimos años han estado marcados por un fenómeno indiscutible, es el creciente ritmo al que evoluciona la tecnología. Esta velocidad imparable a la que los dispositivos que utilizamos mejora, hacen que al poco tiempo de disponer de ellos tengamos que cambiarlos. A veces por simple capricho, otras por necesidad, ya que el avance imparable de tecnología hace que nuestros aparatos se queden obsoletos muy rápidamente, desechamos a diario toneladas de productos electrónicos. De hecho, el PNUMA -Programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas- calcula que se generan en todo el mundo cerca de 50 millones de toneladas de aparatos electrónicos que son desechados anualmente.
Estos, son complejos, y en su interior albergan una serie de materiales altamente contaminantes y que en muchas ocasiones van a parar a los lugares más insospechados. Así en los residuos electrónicos encontramos materiales peligrosos como metales pesados: mercurio, plomo, cadmio, plomo, cromo, arsénico o antimonio, los cuales son susceptibles de causar diversos daños para la salud y para el medio ambiente. En especial, el mercurio produce daños al cerebro y el sistema nervioso, el plomo potencia el deterioro intelectual, ya que tiene efectos perjudiciales en el cerebro y todo el sistema circulatorio; el cadmio, puede producir alteraciones en la reproducción e incluso llegar a provocar infertilidad; y el cromo, está altamente relacionado con afecciones en los huesos y los riñones. Por poner algunos ejemplos, un solo tubo de luz fluorescente puede contaminar 16.000 litros de agua; una batería de níquel-cadmio de las empleadas en telefonía móvil, 50.000 litros de agua; mientras que un televisor puede contaminar hasta 80.000 litros de agua.
No obstante, del mismo modo, en la basura electrónica, encontramos una gran variedad de materiales y plásticos valiosos. Hasta 60 elementos de la tabla periódica pueden hallarse en la electrónica compleja. Muchos de ellos son técnicamente recuperables, aunque existen límites establecidos por el mercado. Los desechos electrónicos contienen metales preciosos incluyendo oro, plata, cobre, platino, y paladio, pero también un valioso volumen de hierro y aluminio y plásticos, que pueden reciclarse. Las estimaciones calculan que de los desechos electrónicos pueden obtenerse hasta 55.000 millones de euros al año en materiales. De acabar en el lugar adecuado, en vez de resultar perjudiciales, podrían ser una fuente inestimable de riqueza, por ello la próxima vez que cambies de teléfono, ordenador o televisor, es importante llevarlo a un punto adecuado de recogida.
El 15 de junio del año 2021 la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un nuevo informe sobre la toxicidad de los aparatos eléctricos y electrónicos alertó que la salud de niños, adolescentes y mujeres embarazadas de todo el mundo está en riesgo por el procesamiento ilegal de dispositivos eléctricos o electrónicos viejos.
La OMS señaló que la basura de aparatos electrónicos es el desecho doméstico que crece más rápidamente en el planeta y detalló que los datos de la Asociación Mundial de Estadísticas de Residuos Electrónicos (GESP) indican que, en 2019, por ejemplo, se produjeron 53,6 millones de toneladas de esos desperdicios y apenas el 17,4% se registró como recolectado y reciclado de manera adecuada.
Si bien se desconoce el destino de los desechos electrónicos restantes, es poco probable que se hayan gestionado y reciclado respetando el medio ambiente, dice el estudio.
En este sentido, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, afirmó que la amenaza para la salud aumenta a la par del “tsunami creciente de desechos electrónicos”.
“De la misma manera que el mundo se ha unido para proteger los mares y sus ecosistemas de la contaminación por plásticos y microplásticos, debemos unirnos para proteger nuestro recurso más valioso, la salud de nuestros niños, del peligro cada vez mayor de los desechos electrónicos”, puntualizó Tedros.
Aunque los desechos electrónicos generalmente terminan en vertederos, hay cantidades significativas que a menudo se envían ilegalmente a países de ingresos bajos y medianos donde los trabajadores informales, incluidos niños y adolescentes, recogen, desmantelan o utilizan ácido para extraer metales y materiales valiosos de esa basura.
INFORME DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD
Los niños y los vertederos digitales: exposición a los desechos electrónicos y salud infantil
En 2019, se generaron unos 53,6 millones de toneladas de desechos eléctricos y electrónicos en todo el mundo, lo que supone un aumento del 21 % en los últimos cinco años. Se prevé que la generación mundial de desechos eléctricos y electrónicos aumente a 74,7 millones de toneladas en 2030. 
Mientras tanto, se calcula que 152 millones de niños de entre 5 y 17 años trabajan, de los cuales 18 millones (un 11,9 %) lo hacen en el sector industrial, que incluye el procesamiento de residuos. Alrededor de 73 millones de niños en todo el mundo realizan trabajos peligrosos, con un número desconocido en el sector clandestino de reciclaje de residuos.
 En cuanto a las mujeres, se calcula que entre 2,9 y 12,9 millones de mujeres participan en el sector clandestino de los residuos, incluyendo un número es conocido de mujeres en edad de embarazo.
Al poner en peligro a decenas de millones de niños y mujeres en edad de embarazo, la eliminación inadecuada de los desechos eléctricos y electrónicos amenaza la salud y las capacidades de las generaciones futuras. 
El problema es más grave en los lugares donde los habitantes empobrecidos de las ciudades trabajan o viven cerca de vertederos y basureros clandestinos. Estos lugares no controlados de los países de ingresos bajos y medios reciben una gran parte de los desechos eléctricos y electrónicos del mundo. Los desechos eléctricos y electrónicos se definen comúnmente como «equipos eléctricos o electrónicos que son residuos, incluidos todos los componentes, subconjuntos y consumibles que forman parte del equipo en el momento en que este se convierte en residuo».
Estos volúmenes de desechos eléctricos y electrónicos se disparan a medida que el uso de teléfonos móviles, teléfonos inteligentes y ordenadores crece exponencialmente, y los dispositivos se sustituyen en lugar de repararse. Los grandes electrodomésticos, como las lavadoras y los frigoríficos, se conocían como «bienes duraderos», ya que se construían para durar, pero ahora ocurre lo contrario. Tanto los pequeños como los grandes electrodomésticos suelen estar diseñados de forma que dificultan las reparaciones, lo que fomenta una sustitución más frecuente de los aparatos, que se suma al creciente flujo de desechos eléctricos y electrónicos.
Este creciente flujo de residuos contiene materiales valiosos como el oro, la plata, el paladio, el platino, el cobalto y el cobre, así como materiales más voluminosos como el hierro y el aluminio. La búsqueda clandestina de desechos eléctricos y electrónicos en
vertederos no gestionados se ha convertido en una fuente de ingresos habitual para las comunidades de bajos ingresos cercanas.
El procesamiento clandestino de los desechos eléctricos y electrónicos extrae metales valiosos mediante la combustión, el calentamiento o la lixiviación ácida al aire libre (con sal de cianuro, ácido nítrico o mercurio). Estos esfuerzos de recuperación pueden exponer a los niños y a los trabajadores al mercurio, el plomo, el cadmio y otros subproductos del procesamiento de plásticos y metales. 
Solo el 17,4 % de los desechos eléctricos y electrónicos producidos en 2019 llegaron a sistemas formales de gestión o reciclaje. El resto se eliminó en vertederos ilegales, a nivel nacional o internacional, o fue recicladopor trabajadores clandestinos. El crecimiento de este flujo de residuos está impulsado por los hábitos de consumo en algunos países desarrollados, donde el teléfono móvil medio se sustituye hasta cada dos años.
Los niños y los basureros digitales: exposición a los desechos eléctricos y electrónicos y salud infantil. El informe principal del presente documento es un resumen basado en la Iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre los desechos eléctricos y electrónicos y la salud infantil, actualizando de manera amplia una revisión sistemática de 2013 sobre los problemas emergentes y los impactos en la salud. Sus cuatro secciones se refieren a los entornos de los desechos eléctricos y electrónicos y las vías de exposición, las repercusiones de la exposición en la salud y el desarrollo de los niños, los programas de acción y políticos, así como la función de liderazgo de la OMS.
Los procesos de reciclaje primitivos suelen carecer de medidas de seguridad y de equipos de protección personal. Tanto la contaminación ambiental grave como los riesgos para la salud humana están asociados a los sitios de desechos eléctricos y electrónicos. Las mezclas peligrosas de tóxicos de los desechos eléctricos y electrónicos circulan de muchas formas. El desmantelamiento, el calentamiento y la combustión al aire libre emiten partículas en el aire y filtran subproductos al suelo y a las fuentes de agua. Entre las sustancias químicas liberadas que se sabe que perjudican a los niños están los metales pesados, las dioxinas, los furanos, los bifenilos policlorados (PCB), los compuestos bromados y los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP).
Estas sustancias pueden contaminar el aire, el polvo, el agua y el suelo, y pueden volatilizarse desde el suelo contaminado. Los trabajadores inhalan e ingieren polvo peligroso, y su piel, zapatos y ropa pueden llevarlo a las comunidades y a los hogares. Las múltiples fuentes de tóxicos de los desechos eléctricos y electrónicos ponen en peligro a los niños y a sus familias en las comunidades cercanas a los emplazamientos informales de desechos eléctricos y electrónicos. Varios contaminantes atmosféricos procedentes de la combustión de metales, plásticos y contaminantes también se asientan como residuos en los cultivos, los alimentos del mercado y otras superficies.
Incluso en las ciudades que cuentan con sistemas organizados de gestión de residuos, los desechos eléctricos y electrónicos se desechan a menudo junto con otros residuos sólidos, terminando en vertederos. Estos desechos eléctricos y electrónicos desechados pueden filtrar sustancias tóxicas a los acuíferos y a los suministros de agua potable.
Los más expuestos: niños, adolescentes, mujeres embarazadas y fetos
Los niños y las mujeres embarazadas que trabajan o viven cerca de los lugares clandestinos de eliminación y procesamiento de desechos eléctricos y electrónicos se encuentran entre los más vulnerables a las sustancias químicas peligrosas. Los niños corren un riesgo desproporcionado debido a que sus órganos y sistemas inmunitarios aún están en desarrollo, así como a su rápido crecimiento y vulnerabilidad al desarrollo.
Por ejemplo, los niños absorben más contaminantes porque respiran más rápidamente e ingieren más alimentos y agua en relación con su tamaño que los adultos. También son menos capaces que los adultos de metabolizar y eliminar las sustancias peligrosas de su cuerpo. Por tanto, sus cuerpos más pequeños se ven afectados por la exposición a volúmenes de tóxicos proporcionalmente menores que los que podrían considerarse seguros para los adultos.
El comportamiento de los niños también los hace más vulnerables a las lesiones y a la exposición peligrosa a los desechos eléctricos y electrónicos. Los niños pequeños pasan más tiempo cerca del suelo, gateando y jugando en el polvo o la suciedad. Se llevan tanto la mano como cualquier objeto a la boca con mucha más frecuencia que los adultos, lo que aumenta su ingesta relativa de polvo o tierra contaminados. 
A medida que se desarrollan física y cognitivamente durante la infancia, la niñez y la adolescencia, los comportamientos de riesgo de los niños cambian y se enfrentan a diferentes problemas de lesiones. Los adolescentes pueden ser más propensos a los accidentes y a las lesiones, mientras que las chicas que se quedan embarazadas se enfrentan a mayores riesgos, al igual que sus fetos. Para las chicas embarazadas y las mujeres que trabajan o viven cerca de los vertederos de desechos eléctricos y electrónicos, la exposición a tóxicos, incluso a niveles muy bajos, puede afectar a la salud del feto. Esta exposición también puede tener efectos a largo plazo en la salud de los recién nacidos en la infancia o en la vida adulta.
RAEE
RAEE es la sigla con la que se conoce a un nuevo tipo de desechos urbanos: los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos. También, se los suele denominar de manera informal como e-desechos o basura electrónica o en inglés como e-waste o por la sigla WEEE (Waste Electrical Electronic Equipment). La denominación RAEE incluye a todos los aparatos eléctricos y electrónicos que se acercan al final de su "vida útil" y pasan a ser residuos, considerando todos aquellos componentes y subconjuntos que forman parte del producto en el momento que se desecha. Muchos de estos productos se pueden reutilizar, restaurar o reciclar.
Partiendo de la base de que cualquier equipo que necesita electricidad para trabajar es un equipo eléctrico o electrónico, es válido decir que cada producto eléctrico o electrónico consiste básicamente es una combinación de módulos, los cuales son similares para todos los equipos de estas características. Los módulos son los conjuntos de circuitos impresos, cables, alambres, plásticos, conductores flexibles, algún dispositivo que permita la visualización como los tubos de rayos catódicos o las pantallas de cristal líquido, además de los acumuladores, baterías, medios de almacenamiento de datos, algún elemento que genere luz, los resistores, sensores, conductores y capacitancias. Dentro de todos estos componentes los más problemáticos, desde el punto de vista medioambiental, son aquellos que contienen metales pesados tales como Mercurio, Plomo, Cadmio, Cromo, sustancias halogenadas como CFCs ,PCBs, PVCs, algún retardador de llama o también Amianto y Arsénico.
Se estima que cerca del 75 por ciento de los aparatos electrónicos viejos se encuentra almacenado en casas y oficinas ocupando espacio (en armarios, cajones, cuartos enteros), incomodando y generando un despilfarro de recursos. Esto sucede, en parte, debido a la incertidumbre de no saber cómo manejar estos materiales.
Los RAEE se ordenan, desde el punto de vista de la producción, comercialización y consumo, en distintas "líneas" de aparatos: línea blanca, línea marrón y línea gris.
La línea blanca hace referencia a los electrodomésticos relacionados con el frío, el lavado, la cocción y el confort. La línea marrón comprende a los aparatos de consumo: televisión, radio, videos, etc. Mientras que la línea gris abarca a todos los equipos de informática y comunicación: computadoras, teléfonos, celulares, monitores, etc.
En sí, estos equipos correctamente tratados no representan una amenaza para el medio ambiente. En general, la mayoría de los materiales que contienen estos equipos son reutilizables y/o reciclables. Los problemas aparecen cuando no se toman las precauciones debidas. Dentro de los aparatos están confinados los posibles componentes tóxicos y sólo mediante una liberación química o física llegan a contaminar el ambiente.
La situación se soluciona con una correcta gestión: no deben ser arrojados con los residuos domiciliarios comunes y corresponde acercarlos a los lugares donde reciben el tratamiento adecuado. Sin embargo, estas acciones no se realizan con frecuencia. Se carece de una gestión adecuada de la basura electrónica y por este motivo se ven afectados el medio ambiente y nuestra salud.
La mayoría de los aparatos termina en rellenos sanitarios,siendo incinerados o arrojados a basurales a cielo abierto. Para gran cantidad de empresas es más simple y económico arrojarlos a la basura ordinaria o “donarlos”, en lugar de enviarlos para que sean tratados correctamente. Allí es donde comienzan los problemas, debido a que las sustancias tóxicas pueden llegar a afectar recursos como el suelo, el aire y el agua. Dependiendo de las condiciones, estas pueden ser lixiviadas a la tierra o liberadas a la atmósfera en procesos de mala incineración y sumado a esto, pueden producir y liberar furanos y dioxinas.
El impacto, en cualquier caso, recae en el medio ambiente y en las comunidades vecinas. Por lo general, las sustancias penetran en los mantos acuíferos de las zonas aledañas, contaminan los suelos y polucionan el aire de las ciudades. Incluso, si los productos permanecen almacenados en los hogares generan un efecto indirecto en el medio ambiente, por contener metales importantes que pueden ser reciclados. En consecuencia, se genera mayor contaminación por la necesidad de extraer grandes cantidades de estos metales.
LOS RAEE EN PARAGUAY
El consumo de AEE ha venido creciendo de manera paulatina en el Paraguay, pero a partir del año 2009, se dispara el consumo de productos electrónicos, con el advenimiento de la tecnología digital en el país y el desarrollo tecnológico alrededor de la promoción y facilitación del uso de computadoras y celulares.
La digitalización llego a niveles escolares y a los centros de educación, secundaria y terciaria; sin embargo y según estudio de la UNESCO publicado recientemente, solo el 6,5 % de los alumnos de las escuelas de Paraguay tiene acceso a computadoras, en tanto que apenas el 29 % de las instituciones educativas hace uso de la tecnología informática para los trabajos administrativos. De hecho, el mayor consumidor de aparatos electrónicos (computadoras y notebook) se da en el nivel educativo superior, en los centros urbanos, en las empresas privadas y en las instituciones públicas.
El consumo creciente de los AEE tiene como lógica consecuencia, el incremento de los RAEEs, con el agravante que cuando el problema de los residuos electrónicos se hace evidente, ya existe una gran cantidad de los mismos almacenados en las instituciones públicas, empresas e incluso, familias del país que no tienen donde ubicarlos.
En casi todo el territorio, se observa el vertido de los RAEES, en los basureros, en los Rellenos Sanitarios y en los vertederos a cielo abierto. El Relleno Sanitario de CATEURA ha venido recibiendo desechos electrónicos, disponiéndolos en lugares y condiciones que no se mezclan con los residuos sólidos domiciliarios. Por otra parte, existe una empresa privada que realiza la recolección y disposición segura de los RAEE, bajo la consideración de Residuo Peligroso o Industrial, cobrando por dicho servicio, en el Área Metropolitana de Asunción.
Paraguay no posee una ley específica sobre RAEE. Sin embargo, existen normativas relacionadas que tutelan el medio ambiente, tales como:
· Ley N° 42/90 que prohíbe la importación, el depósito y la utilización de productos considerados residuos industriales peligrosos o basuras tóxicas,
· Ley Integral de Residuos Sólidos No. 3956 y su Decreto Reglamentario, cuya autoridad de aplicación es la Secretaría del Ambiente (actual Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible),
· Ley N° 294/93 y su correspondiente Decreto Reglamentario que obliga la realización previa de una evaluación de impacto ambiental (EIA), para todas las obras o actividades humanas que puedan afectar el medio ambiente.
· Ley N° 3107/ 2006 que reglamenta la importación, fabricación, ensamblado, tránsito, transporte, depósito y comercialización de pilas y batería primarias, comunes de carbón- zincAlcalinas de manganeso, nocivas para la salud humana y el ambiente.
· Más recientemente, en el año 2017, Paraguay realizó la "Revisión y Actualización del Plan Nacional de Aplicación del Convenio de Estocolmo para Contaminantes Orgánicos Persistentes (COPs) en Paraguay", a través del cual se determinó que los Residuos Eléctricos y Electrónicos entran a formar parte de los COPS.
· El Convenio de BASILEA ratificado por el país a travos de une Ley: norma de tránsito y comercialización de los RAEE.
Si la legislación ambiental vinculada y señalada se aplicara a los RAEE, se tendría al menos una gestión más responsable de dichos residuos. Sin embargo, no se ha podido implementar una verdadera Gestión Integral de los RAEEs desde el gobierno central, quedando a criterio y voluntad de empresas y personas, el destino final seguro de los pasivos ambientales de esa procedencia. No obstante, esta situación de hecho, en el país van surgiendo iniciativas privadas y proyectos que buscan el reaprovechamiento de los residuos con el objeto de disminuir la brecha digital por una parte y por otra, a través del re-uso, apoyar a centros educativos de menores condiciones, así como a personas vulnerables para su acceso a las nuevas tecnologías. Las empresas y organizaciones socialmente responsables, fundamentados en los Principios del Pacto Global, asumen el compromiso de desarrollar iniciativas y prácticas para promover y difundir una mayor responsabilidad socio-ambiental. Algunos de ellos son:
El programa "Reciclar para aprender" (2008) emprendido por un grupo de jóvenes busca achicar la "brecha digital” en las escuelas paraguayas, a través del reciclaje de equipos, mediante el rearmado de equipos informáticos en desuso, donados por personas o empresas.
El Centro de Alfabetización Digital del Vertedero CATEURA (2010), concluyó la capacitación (programa del gobierno) de unos 40 jóvenes de entre 18 y 25 años.
La firma Tajy Ambiental S.A. es hasta la fecha, la única empresa que se encarga de residuos hospitalarios, patológicos e industriales peligrosos, entre los cuales se encuentran los RAEE. Tratan y entierran los residuos en vertederos seguros.
La Fundación Paraguay Educa es una de las que mayor conciencia ha desarrollado, acerca de tecnologías sustentables y la reducción de los RAEE. Uno de sus programas implementados fue el Centro Tecnológico Serranía (CTS) que ofreció cursos, talleres y eventos gratuitos a niños, jóvenes, docentes y familias del distrito de Caacupé y sus alrededores para contribuir a la inclusión digital y el desarrollo comunitario. La Fundación Paraguay Educa es mayormente conocida gracias a su proyecto innovador "Una computadora por niño", seguidora del programa mundial "One Laptop per Child"-OLPC. Iniciado en el 2008, el proyecto entrego más de 4 mil computadoras para 10 escuelas públicas de Caacupé.
Reglamentos para la gestión de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos
El Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible presentó la propuesta de resolución que reglamentará la gestión de los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE), generados en el país.
De acuerdo con los datos presentados en el Plan Nacional de Gestión Integral de Residuos Peligrosos, aprobado por el MADES en 2020, en el país se generan un total de 3.359 toneladas de Residuos de Aparatos Electrónicos por año. Debido a las características de sus componentes, el manejo inadecuado de estos residuos podría ocasionar daños a la salud de los ciudadanos y al ambiente.
La presentación contó con la participación de actores clave, como representantes del sector productivo de Aparatos Eléctricos y Electrónicos, generadores y operadores de RAEE, entre otros. Las reuniones de socialización pretenden presentar los detalles de la normativa y relevar las sugerencias de los sectores afectados por la misma, propiciando una la construcción participativa. La información obtenida servirá como base para evaluar o ajustar la resolución y la posterior elaboración de las políticas públicas relacionadas.
La propuesta de resolución fue elaborada por la ONG GeAm y la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción, a través del proyecto 14-INV-050, con apoyo y colaboración del MADES en calidad de autoridad de aplicación. El proceso de socialización dela resolución es liderado por la Dirección General del Control de la Calidad Ambiental y los Recursos Naturales (DGCCARN) y la Dirección de Calidad Ambiental.
La presentación de la resolución cuenta con el apoyo del proyecto “Asunción Ciudad Verde de las Américas – Vías a la Sustentabilidad”, liderado por el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES), e implementado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en conjunto con el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), el Ministerio de Urbanismo, Vivienda y Hábitat (MUVH), la Secretaría Técnica de Planificación (STP), la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN), la Municipalidad de Asunción, la Red Paraguaya por Ciudades Sustentables y Guyra Paraguay, con financiamiento del Fondo para el Medioambiente Mundial (FMAM) y contrapartida nacional.
El proyecto busca mejorar la calidad de vida en Asunción y su Área Metropolitana, al lograr ciudades más sostenibles y resilientes, integrando el transporte, la gestión de los residuos sólidos y el manejo de las áreas verdes, a la planificación urbana.
¿Cómo reducir su basura electrónica?
1. Hacer un consumo electrónico responsable.
No comprar más aparatos de los que se necesita y aprender a alargar la vida de la batería del móvil son pautas para producir menos basura electrónica. Además, Rüdiger Kühr, coautor del 'Estudio de la basura electrónica global', apunta que los fabricantes también tienen algo que decir al respecto: "El ecodiseño, o mejorar el diseño de los componentes en los aparatos electrónicos y eléctricos para que resulte más fácil reciclarlos, recolectarlos y reutilizarlos, permitiría no solo un mayor control de este tipo de residuos, sino también recuperar muchos de ellos como recursos útiles".
2. Dar una segunda vida electrónica.
Antes de deshacerse de un teléfono, ¿por qué no ofrecerlo a amigos o familiares? Muchas personas están encantadas de heredar un smartphone e incluso se pueden dar en el mercado de segunda mano o donarlo a una ONG especializada.
3. Reciclar.
Cuando la lavadora u otro producto electrónico ya no funciona, y no hay posibilidad de ser reutilizado, hay que optar por el reciclaje de los aparatos electrónicos. La primera posibilidad es entregar el aparato viejo en el establecimiento donde se quiera comprar uno nuevo. Otra alternativa es acudir a un punto limpio y escoger con cuidado el contenedor de residuos electrónicos y eléctricos.
La estrategia de Samsung para reciclar celulares y ayudar a países desfavorecidos
Samsung es una de las compañías más reconocidas en producción de tecnología y con el paso de los años varios de sus equipos móviles han quedado “obsoletos”; sin embargo, la compañía encontró una forma de sacarles provecho y, de paso, ayudar a poblaciones que estén en vulnerabilidad.
Se trata de un proyecto que la empresa ya puso en práctica con el fin de empezar a reutilizar sus teléfonos inteligentes Galaxy más antiguos para dar atención oftalmológica en países desfavorecidos como Vietnam, India, Marruecos y Papúa Nueva Guinea, utilizando la cámara del móvil para detectar enfermedades oculares en las personas.
Según informó la empresa en un comunicado, los teléfonos móviles Galaxy antiguos se introducen en las cámaras de ojo de mano conocidas como ‘eyelike’, las cuales se conectan a un accesorio de lente para un diagnóstico mejorado del fondo de ojo, mientras que el smartphone se usa para capturar imágenes.
Luego, el dispositivo Galaxy utiliza un algoritmo de Inteligencia Artificial (IA) para analizar y diagnosticar las imágenes de enfermedades oculares y se conecta a una aplicación que captura los datos del paciente y sugiere un régimen de tratamiento.
Esta cámara de diagnóstico puede detectar afecciones que puedan conducir a la ceguera, incluida la retinopatía diabética, el glaucoma y la degeneración macular relacionada con la edad.
El proceso tiene lugar “a una fracción del costo de los instrumentos comerciales”, como ha destacado Samsung, que ha llevado a cabo esta iniciativa para ayudar a poblaciones desfavorecidas en Vietnam y ahora la extiende a India, Marruecos y Papúa Nueva Guinea.
Para llevar a cabo esto, Samsung se asoció en 2018 con la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera (IAPB) y el Sistema de Salud de la Universidad de Yonsei (YUHS) en Corea del Sur. Desde entonces, ha atendido a más de 19.000 residentes en Vietnam con su cámara retiniana portátil.
Samsung también está ampliando sus capacidades a nuevas áreas de detección, incluido el uso de dispositivos Galaxy reciclados para crear colposcopios portátiles basados en teléfonos inteligentes para detectar el cáncer de cuello uterino.
Como parte de su programa Galaxy Upcycling, en el que se enmarca esta iniciativa, Samsung lleva desde 2017 dándoles otros usos a los teléfonos móviles que ya no se utilizan para generar un impacto positivo.

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