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Psicodietética - Alimentación y comportamiento

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2 / / Veterinary Focus / / Vol 20 No 1 / / 2010
Introducción
Influir en el estado de salud y el comportamiento de
nuestras mascotas a través de la alimentación no es una
idea nueva (Figura 1). El sistema digestivo suministra la
materia prima para mantener el sistema nervioso central
y conservar su correcto funcionamiento. Un buen
equilibrio entre neurotransmisores y receptores es la
base del estado de ánimo, las emociones, la cognición, la
percepción y los tipos de comportamiento que nos
resultan visibles; sin neurotransmisión no hay compor-
tamiento.
La cuestión es si, y en qué medida, puede influirse en
ciertos tipos de comportamiento deseables o indeseables
mediante la alimentación.
Durante la realización de los estudios científicos
surgen dificultades de forma repetida, tanto al definir
el comportamiento a examinar, ya que puede ser sub-
jetivo, como por las diferencias individuales en cuanto a
las necesidades metabólicas y a la neuroquímica del
cerebro. Además, cada componente del alimento inter-
acciona o compite con los demás o necesita cofactores
para ser eficaz. Por consiguiente, no siempre es posible
reconocer fácilmente los efectos directos de un compo-
nente aislado del alimento.
Diferentes niveles
La influencia sobre el comportamiento a través del
alimento puede considerarse en varios niveles: 
• Etología y técnicas de alimentación
• Cantidad – demasiado o muy poco
• Calidad – composición y suplementos alimentarios
Etología y técnicas de
alimentación 
Desde una perspectiva etológica, adquirir y comer
alimento es de enorme importancia para todos los seres
vivos: el lema es "comer y evitar ser comido".
Todas las formas de comportamiento relativas a la
adquisición de alimento están asociadas con un elevado
Alimentación y
comportamiento - ¿Puede 
influir la alimentación 
en el comportamiento?
Sabine Schroll, DVM
Especialista en
Comportamiento, Clínica
Veterinaria, Krems, Austria
La Dra. Schroll se licenció en la
Facultad de Medicina Veterinaria de
Viena en 1989 y dirigió una consulta
mixta en la ciudad austríaca de
Mariazell durante dos años, antes de abrir su propia clínica
de Pequeños Animales en Krems an der Donau. Desde
2007 ha trabajado también como especialista de Comporta-
miento Animal en una clínica de referencia de animales
de compañía en Viena. En 2002 obtuvo su diploma de
especialista en Psiquiatría Animal en Suiza y fue galar-
donada con la medalla Josef Bayer en 2009. Ha escrito y
editado muchas publicaciones sobre Comportamiento
Animal y ha impartido conferencias sobre el tema en
congresos nacionales e internacionales.
PUNTOS CLAVE 
El comportamiento y la alimentación se pueden
relacionar en muchos niveles diferentes
Mejorar las técnicas de alimentación puede mejorar el
bienestar de un animal
Los peligros de proporcionar demasiado alimento son
bien conocidos, pero también la escasez de alimento
puede ser perjudicial
Factores individuales de la dieta pueden afectar en
gran medida a los patrones de comportamiento del
animal
Si el veterinario planea modificar los hábitos
alimentarios o la composición del alimento es
esencial que considere el nivel de colaboración del
propietario
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nivel de motivación y gran dedicación de tiempo,
pero nuestros animales de compañía ya no tienen
esta necesidad: les proporcionamos su alimento, no
necesitan tiempo ni esfuerzo para obtenerlo y además, el
alimento proporcionado se consume en pocos segundos.
Las consecuencias para los animales de compañía de hoy
en día, suelen ser la falta de estimulación mental, la
menor actividad y el aburrimiento. Los animales son
capaces de afrontar esta situación en grados variables.
Los gatos y los perros muy activos y creativos intentan
entretenerse para satisfacer sus inclinaciones y capaci-
dades. Sin embargo, esas actividades a veces pueden ser
peligrosas y muy a menudo se presentan durante la
consulta como un problema de comportamiento.
Una forma relativamente sencilla de influir positiva-
mente en el equilibrio mental y comportamiento de un
animal es aumentar el tiempo y el trabajo dedicados al
proceso de alimentación: lo que se denomina actividad
de alimentación.
Por ejemplo, esto puede conseguirse utilizando el sentido
del olfato del animal, empleando juegos de búsqueda del
alimento o juguetes que liberen el alimento en pequeñas
cantidades después de una acción dada, de forma que el
animal a veces tenga que pensar primero. Esto puede
realizarse utilizando bien uno de los diversos juguetes
comercializados diseñados para contener el alimento o
bien creaciones propias del propietario como un "fumble
board" o "dispensador de comida" (Figura 2).
Con el "tradicional" alimento para mascotas, en algunos
casos, puede que los perros y los gatos no satisfagan
completamente su necesidad de masticar.
Por desgracia, masticar cosas diferentes a un alimento
puede provocar problemas para el animal. Además, el
propietario suele molestarse si el animal destroza los
muebles o las telas (por ejemplo, el perro que mordis-
quea la pata de una mesa o un gato que tenga un
trastorno de pica que provoque ingesta de lana). Una
opción terapéutica es ofrecer regularmente alternativas
como mordedores que satisfagan esta necesidad de
mordisquear.
Incluso con las terapias de comportamiento habituales
en sentido estricto, como la desensibilización sistemá-
tica o el clásico contra-acondicionamiento, el alimento
puede servir como una herramienta extremadamente
importante para provocar cambios duraderos en el
comportamiento de un animal (Figura 3).
Si bien el hambre aumenta claramente la motivación
para comer, cuando el veterinario sugiere a los propie-
tarios que dejen al perro pasar hambre durante un corto
periodo de tiempo para aumentar la motivación con
fines terapéuticos, casi siempre se encuentra con cierta
resistencia por parte de los propietarios. Dicha medida
es más fácilmente aceptada si no se reduce la cantidad
global de alimento (o sólo se reduce ligeramente),
proporcionando una cantidad simbólica en el cuenco a
la hora de comer y el resto de la ración diaria se completa
ofreciéndola como recompensa cuando el animal se
comporta como deseamos. En términos de reencuadre
etológico, es importante hacer que el propietario sea
consciente de que el perro o el gato (una vez adulto)
debe ser capaz de tomar decisiones en un marco
específico y previamente elaborado. Por ejemplo, puede
que un perro haya desarrollado una tendencia a atacar a
Figura 1. 
La alimentación puede contribuir a la relajación y al bienestar
general.
Figura 2. 
Pueden utilizarse dispositivos caseros en lugar de los come-
deros para que el animal pueda conseguir su alimento.
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otros perros cuando sale a pasear. En vez de sugerir al
propietario que evite la situación totalmente (por
ejemplo, paseando al perro en una zona aislada donde
sea poco probable encontrarse con otros animales), se le
puede enseñar cómo educarlo. Con un entrenamiento
apropiado y un refuerzo positivo, un animal puede
aprender a cooperar con su propietario cuando salga a
pasear, disfrutar del ejercicio y recibir una recompensa
alimentaria merecida por su comportamiento. El
método más fácil es que el propietario simplemente lleve
algo de alimento seco cuando vayan a pasear. Así, el
perro puede aprender que si coopera y no ataca a otro
perro recibe una recompensa y si ataca a otro perro se
quedará sin comida.
Cantidad: demasiado o muy poco 
La cantidad de alimento puede tener una influencia
significativa sobre el comportamiento. Los animales
con sobrepeso se vuelven perezosos e inactivos. A veces
da la sensación de que los propietarios (consciente o
inconscientemente) prefieren este método poco saludable
para reducir el nivel de actividad de su gato o perro.
Una falta relativa o absoluta de alimento se manifestarácon problemas de comportamiento: el nivel bajo de
glucemia vuelve al animal irritable y aumenta la
probabilidad de agresión debido a la irritabilidad o a la
frustración. En particular, los gatos hambrientos pueden
mostrar el comportamiento de caza, redirigiéndose de
manera inapropiada hacia las piernas de su propietario o
hacia otros gatos que vivan en la casa. Los animales
hambrientos defenderán su alimento con una agresión
posesiva mucho más fuerte porque su vida depende de
tener suficiente comida. Esta agresión sería fisiológica
en este caso y debería desaparecer si se proporciona
suficiente cantidad de comida.
Los perros a menudo distinguen entre el alimento que
defienden y el que no defienden: mientras que el alimento
normal no es defendido con agresividad, sí pueden
defender con vehemencia y sólo con que otro perro los
mire, algunas golosinas y, en particular, los huesos. Si
existe el riesgo de que los miembros de la familia sean
agredidos debe evitarse por completo este tipo de ali-
mento u ofrecerse únicamente con medidas de seguridad.
Calidad – composición y
suplementos alimentarios
La idea de influir en el equilibrio mental a través del
alimento no es nueva. Las filosofías médicas orientales
dan gran importancia a la dieta para mantener la salud.
Por ejemplo, la medicina ayurvédica o la medicina
tradicional china consideran que algunos alimentos
concretos poseen ciertas características (por ejemplo,
enfriar o calentar, estimular o calmar) y se recomiendan
en función de la personalidad y la patología del paciente.
En la década de los 90, basándose en la observación
de que los perros eran menos agresivos si tomaban
un alimento bajo en proteínas, se realizaron algunos
estudios científicos para probar esta premisa. Estos
estudios revelaron en realidad que los perros que
recibían un alimento con un nivel reducido de proteínas
o un alimento enriquecido en triptófano manifestaban
menos agresión territorial y agresión por dominancia,
aunque surgía un problema al hacer una evaluación
debido al término poco específico y anticuado de
"agresión por dominancia" que engloba un amplio
abanico de formas de agresión provocada por diferentes
motivos (frustración, agresión defensiva, agresión
irritativa, etc.) (1, 2, 3).
Un alimento reducido en proteínas y enriquecido en
triptófano puede provocar un aumento del nivel de
serotonina en el cerebro. Una dieta a base de carne
contiene muchos aminoácidos diferentes, no sólo
triptófano, y hay competencia por su captación en el
Figura 3. 
Desensibilización sistemática en el caso de un perro con ansiedad,
el propietario debe ofrecer el alimento con la cara y el cuerpo
girado.
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cerebro. Una cantidad más pequeña de proteínas (y
posiblemente el enriquecimiento en triptófano) y un
contenido más elevado de carbohidratos aumentan las
posibilidades de que el triptófano sea transportado al
cerebro y de que otros aminoácidos sean absorbidos
por las células del organismo bajo el efecto de la
insulina. La mayoría de las personas ha experimentado
ya, consciente o inconscientemente, el efecto estimu-
lante del buen humor de una comida rica en carbo-
hidratos y la clásica sensación de bienestar después de
comer chocolate, que es rico en triptófano.
Los cofactores para la síntesis de serotonina en el cerebro
son las vitaminas niacina y piridoxina; el estrés impide la
síntesis de serotonina ya que el cortisol puede descom-
poner la enzima necesaria. La serotonina es extremada-
mente importante como neurotransmisor, actuando
principalmente como estimulante y estabilizador del
estado de ánimo, reduciendo la impulsividad y la
reactividad.
Se han llevado a cabo otros estudios sobre el posible
papel de la nutrición en el retraso del proceso del
envejecimiento (disfunción cognitiva) en los perros. La
acetilcolina es un importante transmisor de las funciones
cognitivas del pensamiento, el aprendizaje y la memoria.
Durante el proceso de envejecimiento se produce una
carencia de acetilcolina; las membranas celulares
pierden su fluidez y son dañadas por la oxidación y los
radicales libres. Un alimento especial suplementado
con antioxidantes (vitamina E, vitamina C, selenio,
resveratrol) y alimentos enriquecidos con ácidos grasos
poliinsaturados (ácido docosahexaenoico [DHA], ácido
eicosapentaenoico [EPA], ácido α-lipoico), L-carnitina,
fosfatidilserina, vitaminas del complejo B y extractos de
plantas (gingko) mejora claramente las capacidades
cognitivas de los perros afectados (5, 6, 7).
El desarrollo del cerebro de los cachorros puede
mejorarse incluso de manera considerable mediante
alimentos enriquecidos con ácidos grasos esenciales
administrados durante la gestación y durante las
primeras semanas siguientes al nacimiento. En el
momento del nacimiento, el cerebro de un cachorro
continúa con un desarrollo intenso: está parcialmente
formado y el número de neuronas y de sinapsis no
alcanza el nivel máximo hasta alrededor de la edad de
cinco semanas. Uno de los bloques de construcción más
importantes para este proceso son los ácidos grasos,
como el DHA y el EPA, que deben proporcionarse en la
leche de la madre y a través del alimento (8).
Recientemente se han descubierto otros dos nuevos
avances en el campo de los nutrientes psicoactivos en
Medicina Veterinaria: 
• La L-teanina es un aminoácido que sólo se encuentra
en el té verde y, de hecho, en cantidades considerables.
Esta molécula no es sedante, pero es responsable de
los efectos calmantes y relajantes del té verde ya que
aumenta el nivel de GABA, reduce los efectos neuro-
tóxicos del glutamato y tiene un efecto positivo sobre
los niveles de serotonina. La L-teanina es extremada-
mente bien tolerada por los gatos y perros y tiene un
ligero efecto tranquilizante (9).
• También merece la pena destacar la α-casocepina; en
los lactantes la tripsina escinde la caseína de la leche de
la madre para producir este único decapéptido, que
luego se une a los receptores GABA del cerebro. Aquí,
la α-casocepina parece tener un efecto tranquilizante
similar al diacepam, sin los efectos secundarios como
sedación, desinhibición o adicción. Al aumentar la
edad, el sistema digestivo cambia, tendiendo hacia la
escisión de la caseína por la pepsina, por lo que los
adultos sólo producen α-casocepina en cantidades
muy pequeñas (el viejo remedio casero de "leche
caliente con miel" antes de ir a la cama probablemente
deba sus efectos tan calmantes al efecto relajante de la
α-casocepina). La tolerancia de este "diacepam natural"
es extremadamente buena, tanto en la forma más pura
como en suplemento o en el alimento, especialmente
en gatos. Los veterinarios franceses que han tenido
acceso a esta sustancia activa durante varios años han
comprobado su eficacia, en particular con los pro-
blemas de ansiedad y los síntomas relacionados con el
estrés (10, 11).
Cumplimiento 
El nivel de interés y de aceptación mostrado por los
propietarios para seguir el tratamiento de los problemas
comportamiento mediante alimentos específicos o suple-
mentos alimentarios en lugar de recurrir al tratamiento
psicotrópico es muy elevado.
Sin embargo, merece la pena resaltar que los propie-
tarios suelen pertenecer a dos categorías con respecto a
los suplementos nutricionales. Los propietarios que
desean que estos suplementos sean: 
• sencillos y que no requieran mucho tiempo: estos
propietarios son muy felices si pueden administrar
alimento ajustado a las necesidades individuales y en
el que ya estén incluidos todos los suplementos y
aditivos, evitando así invertir más tiempo, 
ALIMENTACIÓN Y COMPORTAMIENTO - ¿PUEDE INFLUIR LA ALIMENTACIÓN EN EL COMPORTAMIENTO?
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6 / / Veterinary Focus / / Vol 20 No 1 / / 2010
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ALIMENTACIÓN Y COMPORTAMIENTO - ¿PUEDE INFLUIR LA ALIMENTACIÓN EN EL COMPORTAMIENTO?
•complicados y que requieran tiempo: estos propietarios
son muy felices si pueden mezclar una gran gama de
aditivos y suplementos en el alimento varias veces al
día. Quieren "hacer algo" y, por consiguiente, no están
convencidos de la eficacia a menos que ellos dediquen
activamente más tiempo.
Resumen 
Cada vez son más importantes los denominados
"alimentos funcionales" y los suplementos "nutracéuticos"
con los cuales se puede influir en el estado mental y
comportamiento de los perros y los gatos. La transición
del alimento al suplemento nutricional y a la fitoterapia
puede ser lenta. Una de las ventajas es la considerable
aceptación y buena disposición de los propietarios frente
a las opciones de tratamiento "naturales" aunque sean
más caras. Una de las desventajas podría ser que estos
alimentos y suplementos puedan ser utilizados in-
discriminadamente por los propietarios y sin criterio
adecuado sin un veterinario que aconseje o haga un
diagnóstico. 
BIBLIOGRAFÍA
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