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● Análisis del uso del etanol como aditivo en el combustible automotor de México Los elevados costos y precios de los energéticos, el impacto ambiental y las importaciones de combustibles continuamente a la alza, han provocado que varios países se esfuercen en el desarrollo de biocombustibles que logren sustituir a los combustibles fósiles parcial o totalmente. Siendo el Etanol quien ha ganado una gran importancia en la actualidad, gracias a las ventajas evidentes de ser una tecnología muy conocida y de bajo nivel de complejidad y aceptada en general como ecológica. El uso del etanol como aditivo o combustible automotor, se conoce desde los inicios de la era del automóvil, y formó parte del Ford modelo T, que funcionaba con etanol producido a partir del maíz. Actualmente Estados Unidos, Brasil y Australia comercializan gasolina con Etanol con una concentración de hasta 85% en volumen. En el caso de México existe una gran problemática respecto al continuo aumento del precio de los combustibles. Lo cual pone a pensar si el etanol de biomasa es una solución viable. Hay ciertas razones por las que hacen que el etanol sea un combustible viable y aconsejable para México: ● Es flexible: existen diversas fuentes de biomasa tales como la caña de azúcar, maíz, remolacha, uvas, sorgo, papas y otros, con las cuales puede producirse. Es importante destacar que México es el primer productor de maíz y séptimo de caña de azúcar a nivel mundial, posibles materias primas para su producción. ● Su producción provocaría una demanda intensa de mano de obra, teniendo como consecuencia una disminución en la migración rural. ● El procedimiento de producción es esencialmente simple, requiere atrapar la energía solar y convertirla en un combustible líquido. ● La tecnología empleada para su producción es bien conocida y se encuentra comercialmente disponible. ● El cultivo de biomasa absorbe bióxido de carbono. ● La operación, almacenamiento y manejo de este producto son inofensivos. ● Es un combustible absoluto, nítido que puede utilizarse puro o mezclarlo con gasolina. ● Para fomentar el octanaje del etanol se sustituye al plomo en la gasolina y puede emplearse para reducir el contenido de aromáticos en ella, ahorrando energía durante el proceso de refinación y una reducción significativa de toxicidad en las emisiones de gasolina del tubo de escape. ● La composición química del etanol ya incluye oxígeno lo que favorece una mejor combustión en muchas ocasiones se utiliza como oxigenante de gasolinas, con lo que se reducen emisiones de hidrocarburos sin quemar y de monóxido de carbono. ● El uso de etanol cómo combustible reduce las partículas y las emisiones tóxicas, que son perjudiciales para la salud humana y reemplaza el MTBE. El futuro combustible el etanol es uno de los biocombustibles más importantes, es un recurso renovable porque proviene de la biomasa. Reduce en gran medida la cantidad de nafta utilizada. Esto ha llevado a una reducción en el uso e importación de hidrocarburos, favorece el uso de los recursos naturales renovables del país y contribuye a reducir la contaminación. El bioetanol, el combustible del futuro, es un alcohol químicamente común (etano-1-ol), que se caracteriza por ser obtenido a partir de biomasa, que suele contener un alto contenido de sacarosa y estar fermentado. El alcohol producido representa el 12-15% de la biomasa en peso, y el alcohol ordinario se obtiene por destilación y separación, que está compuesto por un 96% de etanol y un 4% de agua. Como combustible, el bioetanol tiene un alto calor de combustión, alto índice de octanaje y bajo índice de cetano. Se mezcla con nafta para producir un combustible con alto calor de combustión y alta energía, alcohol de gasolina o alconafta, que tiene características de combustible similares a la nafta. Cabe señalar que la alconafta se utiliza actualmente de forma extensiva en el mundo, aunque aún no se ha presentado en nuestro país. Biocombustibles: Los Combustibles han incrementado, en este caso hablando acerca del incremento del precio de los combustibles se ha implementado una tendencia para generar alternativas energéticas. Para esto se requiere de la producción de materias primas para realizar y generar biocombustibles. En este caso la producción de etanol se puede dar a partir de granos, como por ejemplo el maíz y el trigo, sin embargo esta producción puede repercutir ya que impactará al comercio mundial de alimentos. Estados Unidos es el proveedor principal de México en maíz amarillo, el uso del maíz es un alimento básico de México, en la producción de etanol el maíz tendra efectos redistributivos con el bienestar social mediante precios y cantidades producidas y las que son consumidas. Los biocombustibles con el paso de los años han incrementado la demanda ya que la necesidad de energéticos cada vez va aumentando, tener cultivos como el maíz y la caña de azúcar cada vez es más requerido y se necesita más producción, el costo del petróleo va en aumento, las fuentes de energía renovables es dificil encontrarlas por la escasez. Es fundamental la producción de Maíz y caña de azúcar ya que se pueden utilizar como materia prima para la producción de los biocombustibles. El impacto a nivel mundial con la demanda de todas estas necesidades ha repercutido mucho, una razón de esto es porque en países en desarrollo, conforme la población y los ingresos van aumentando, la prioridad de producción en materia de alimentos van cambiando de los cultivos básicos a los productos de mayor precio y valor, por ejemplo los cárnicos y los lácteos. Referencia: biocombustibles Según la revista mexicana 1(1) pg 45-54 del 2010 "Se necesita una producción de materias primas para la producción de biocombustibles sin competir con la misma producción de alimentos, por lo cual se busco identificar especies potenciales para producir biocombustible líquido." En México, el gobierno federal promueve la elaboración de biocombustibles sin descuidar la seguridad alimentaria y el aprovechamiento eficiente de la materia prima derivada de las actividades agrícolas, forestales y pecuarias; así tambien las derivadas de algas y procesos enzimáticos y biotecnológicos. La conservación de la biodiversidad y el uso eficiente del agua y suelo son de suma importancia por lo cual deben considerarse en la obtención de materia prima para la producción de biocombustibles. Es necesario poder identificar especies vegetales que muestren potencial para producir biodiesel y etanol, con lo cual se pretende evitar el uso cultivos básicos para la alimentación humana en la industria de los biocombustibles, tal como se estipula en la ley de bioenergéticos. México es uno de los país más diverso, donde es posible encontrar especies vegetales endémicas e introducidas que pueden utilizarse en la producción de biocombustibles. En la actualidad varias especies ruderales, arvenses, ornamentales y cultivadas son subutilizadas debido al desconocimiento de los componentes químicos de sus órganos. El uso integral y sustentable de las plantas puede incrementar los ingresos obtenidos por los agricultores en áreas marginales del Altiplano Semiárido de México. Varias especies de plantas arvenses y ruderales como el chicalote (Argemone spp.), lampote (Tithonia spp.), calabacilla loca (Cucurbita foetidissima) y cuernitos (Proboscidea louisianica) producen semillas y tubérculos (calabacilla loca) que pueden utilizarse en la industria de los biocombustibles. La selección individual practicada por los agricultores con base en la dulzura ha incrementado el contenido de carbohidratos solubles en las vainas de mezquite y tallos de http://www.uaim.edu.mx/webraximhai/Ej-16articulosPDF/11%20Biocombustible.pdf algunas poblaciones criollas de sorgo dulce del estado de Durango [Sorghum bicolor (L.) Moench] conocidas localmente como "cañas" (Rosales et al., 2008a). El exudado del mezquite (goma) debe ser analizado para evaluar su utilidad como materia prima en la elaboración de etanol. Algunas plantasornamentales como la lila (Melia azedarach) y trueno (Ligustrum spp.), producen frutos que son comúnmente desperdiciados; los cuales sin ningún problema se podrían utilizar para la producción deseada de biocombustible. INTRODUCCIÓN La bioenergía es una de las fuentes de energía renovables que puede reemplazar en parte el uso de los combustibles fósiles. Contribuye a la diversificación de la energía de los países y a la apropiación de tecnologías de energías emergentes, reduciendo las emisiones de gas invernadero, la generación de empleo en el área rural y la sustitución de la importación de combustibles (Islas et al., 2006). La agencia internacional de energía (IEA, por sus siglas en inglés) sugiere que a partir de la biomasa se puede obtener cerca de un tercio de la energía necesaria en África, Asia y Latinoamérica (Somerville, 2007). El material lignocelulósico es atractivo por su bajo costo y alta disponibilidad en diversos climas y localidades, sin embargo, el principal impedimento para su utilización es la falta de una tecnología de bajo costo para degradar la fracción recalcitrante de la biomasa. Aunque existen métodos físicoquímicos que permiten utilizar la biomasa en la producción de biocombustibles, una alternativa prometedora son los métodos biológicos que utilizan organismos celulolíticos para obtener azúcares fermentables (Lynd et al., 2002). Los sustratos más utilizados para producir biocombustibles son la caña de azúcar y el maíz, siendo Brasil el mayor productor de bioetanol a partir de caña de azúcar y Estados Unidos que emplea el maíz; las fuentes celulósicas potencialmente utilizables son los desechos de la industria maderera, residuos de cosechas (bagazos), hierbas, aserrín y desechos sólidos de animales (Gray et al., 2006). OMPOSICIÓN DEL MATERIAL LIGNOCELULÓSICO La lignocelulosa (celulosa, hemicelulosa y lignina) es el principal y más abundante componente de la biomasa producida por la fotosíntesis, anualmente se forman 200,000 millones de toneladas en el mundo (Ragauskas et al., 2006). La pared celular de las plantas está formada por lignocelulosa, la composición y porcentajes de los polímeros varían entre las especies de plantas, incluso entre la edad y la etapa de crecimiento (Jeffries, 1994). La celulosa es un polímero de D-glucosa unida por enlaces glucosídicos β-1,4 que se estructuran en largas cadenas lineales (microfibrillas) unidas por puentes de hidrógeno y fuerzas de van der Waals intramoleculares, formando una estructura cristalina resistente a la hidrólisis y regiones amorfas susceptibles a la degradación enzimática (Ovando & Waliszewski, 2005; Béguin & Aubert, 1994). La hemicelulosa es un polímero complejo de heteropolisacáridos formado por pentosas (D-xilosa y L-arabinosa) y hexosas (D-glucosa, D-manosa y D-galactosa) que forman cadenas ramificadas y los ácidos 4- O-metilglucurónico, D-galacturónico y D- glucurónico, los azúcares están unidos por enlaces β-1,4 y ocasionalmente por enlaces β-1,3 (Pérez, et al., 2002). La lignina es un heteropolímero amorfo, tridimensional y ramificado formado por alcoholes aromáticos que da soporte estructural, rigidez, impermeabilidad y protección a los polisacáridos estructurales (celulosa y hemicelulosa) y es altamente resistente a la degradación química y biológica (Aro et al., 2005) (Fig.1). Existen dos tipos de sistemas enzimáticos extracelulares: los que producen hidrolasas que degradan la celulosa (celulasas) y la hemicelulosa (hemicelulasas) y los que despolimerizan la lignina por reacciones de oxidación (peroxidasas y lacasas) (Pérez et al., 2002). En los residuos lignocelulósicos existe una variación en el contenido de celulosa, hemicelulosa y lignina como se muestra en la Tabla 1.
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