Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 Gestión y Política Pública 439 Durante las últimas dos décadas, la literatura comparada sobre reformas administrativas ha crecido significativamente. ¿Cuáles han sido sus aportaciones y cuáles sus limitaciones? ¿Qué nos queda por aprender sobre el tema? Este ensayo repasa los debates centrales de la literatura, analiza sus principales debilidades y sugiere un conjunto de futuras líneas de investigación. El argumento central del ensayo es que la literatura comparada en esta ma- teria ha avanzado en forma considerable en términos descriptivos, informativos y hasta analíticos, pero sus omisiones y sesgos han minado sus capacidades para ofrecer inferen- cias causales, explicaciones, conceptualizaciones y generalizaciones teóricas convincentes. Palabras clave: reformas administrativas, administración pública comparada, nueva gestión pública. The Comparative Literature on Administrative Reforms: Developments, Shortcomings, and Posibilities During the last two decades, the comparative literature on administrative reforms has significantly increased. What have been its contributions and limitations? What do we still need to learn about this topic? This essay reviews the key debates in the literature, analyzes its main shortcomings, and suggests some avenues for future research. The essay La literatura comparada sobre reformas administrativas Desarrollos, limitaciones y posibilidades Mauricio I. Dussauge Laguna* * Candidato a doctor en Ciencia Política (especialidad en Administración Pública Comparada), por la London School of Economics and Political Science. Licenciado y maestro en Administración Pública por El Colegio de México y la Maxwell School of Syracuse University, respectivamente. Ha sido funcionario del gobierno federal mexicano, director ejecutivo de la Revista Servicio Profesional de Carrera y Fulbright Fellow en la US Office of Personnel Management. Tel. ++079 72 41 84 65. Correo-e: m.i.dussauge-laguna@lse. ac.uk. Sitio personal: http://mdussauge.googlepages.com. El autor agradece los comentarios de dos dicta- minadores anónimos, así como las útiles sugerencias que Maira Vaca, Simon Hix, Paul Mitchell y Edward Page le expresaron en diversas conversaciones durante la preparación del ensayo. Asimismo, agradece el apoyo financiero que Conacyt, la Secretaría de Educación Pública y el Departamento de Gobierno de lse le han brindado para desarrollar la investigación doctoral de la cual este ensayo forma parte. Artículo recibido el 3 de octubre de 2008 y aceptado el 22 de enero de 2009. MAURICIO I. DUSSAUGE LAGUNA 440 Gestión y Política Pública VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 argues that the comparative literature has made important progress in descriptive, infor- mative, and even analytical terms, but its omissions and biases have constrained its ca- pacity to offer convincing causal inferences, explanations, conceptualizations and gener- alizations. Keywords: Administrative reforms, comparative public administration, new public management. A lo largo de las últimas décadas, los gobiernos alrededor del mundo parecieran haber vivido una “era de las reformas administrativas” (Wright, 1994; Cassesse, 2003). Si bien los esfuerzos por cambiar deliberadamente los aparatos administrativos del Estado –sus organiza- ciones, procedimientos, servicios y actividades– cuentan con una larga his- toria en México y muchos otros países (Pardo, 1991; Sánchez, 2004; Spink, 1999; Argyriades, 2007; Hood, 2000; Caiden, 2007), la “reforma”, “rein- vención”, “renovación”, “modernización” o “transformación” de los gobier- nos ha ocupado un lugar prominente tanto en los discursos políticos como en las realidades administrativas de los últimos 25 o 30 años (Toonen, 2001, 2003a, 2003b; Pollitt y Bouckaert, 2004; oecd, 1995, 2005a; Arella- no, 2004; Schneider y Heredia, 2003; Cheung, 2005; Kim et al., 2005; Dussauge, 2009b). Como consecuencia natural, las contribuciones académicas sobre el te- ma han crecido exponencialmente. De acuerdo con Peters y Pierre (2001, 1), “para los estudiosos de la administración pública, y en general de la maqui- naria institucional del sector público, las décadas anteriores han sido los anni mirabili”. Y es que numerosos libros, volúmenes editados, artículos y hasta reflexiones o memorias personales (por ejemplo Bresser, 2003; Bar- ber, 2008) han reseñado, analizado y tratado de explicar los procesos nacio- nales e internacionales de reforma. Frente a esta amplia producción intelec- tual, vale la pena preguntarse, ¿qué nos han dejado todos estos textos? ¿Cuáles han sido sus debates e intereses principales? ¿Cuáles han sido las aportacio- nes de la literatura comparada y cuáles sus limitaciones? ¿Qué nos queda por aprender sobre las reformas administrativas? El presente ensayo intenta responder estas preguntas. Cabe aclarar que no se hace aquí una revisión exhaustiva de la literatura (algo por demás LA LITERATURA COMPARADA SOBRE REFORMAS ADMINISTRATIVAS VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 Gestión y Política Pública 441 imposible), sino tan sólo de algunos de los autores y textos que suelen ci- tarse con mayor frecuencia y que han marcado de manera fundamental los debates internacionales. No se trata tampoco de construir una revisión bi- bliográfica detallada como las ya realizadas por otros reconocidos autores (Aguilar, 2006; Barzelay, 2001; Arellano, 2004; Lynn, 2006), sino de ofre- cer una interpretación de la literatura comparada sobre reformas ad- ministrativas, sus desarrollos, limitaciones y posibles líneas de investigación futuras. El argumento central del ensayo es el siguiente. Por una parte, actualmen- te contamos con un amplio y detallado conocimiento de diversas experien- cias empíricas, las dinámicas, los actores, las características y (hasta cierto punto) algunas de las consecuencias de los procesos de reforma administra- tiva. Es decir, los qués, los quiénes y los cómos. Tenemos, asimismo, un conjun- to de conceptos, tipologías y modelos que han contribuido a comprender y ordenar en términos analíticos las realidades nacionales. Sin embargo, la literatura que se ha desarrollado todavía presenta limitaciones importantes en varios aspectos. Aún permanecen dudas importantes sobre los orígenes de las reformas, su relación con los entornos políticos y las tradiciones admi- nistrativas o su “transferibilidad” internacional, es decir, los porqués, los cuándos o los en qué circunstancias. Puesto en otros términos, podría decirse que la literatura comparada en esta materia ha avanzado de manera signifi- cativa en términos descriptivos, informativos y hasta analíticos, pero sus omisiones y sesgos han minado sus capacidades para ofrecer inferencias causales, explicaciones, conceptualizaciones o generalizaciones teóricas convincentes. Lo que resta del ensayo se divide en tres grandes secciones. La primera busca sintetizar algunos de los temas principales que se han abordado en la literatura comparada sobre reformas administrativas. La segunda sección ofrece un conjunto de apreciaciones críticas sobre el estado actual de dicha literatura. La tercera sección sugiere algunas ideas y estrategias de investiga- ción que podrían seguirse en los próximos años para enriquecer las aporta- ciones empíricas y, sobre todo, teóricas en este campo de estudios. Final- mente el ensayo cierra con un apartado de conclusiones. MAURICIO I. DUSSAUGE LAGUNA 442 Gestión y Política Pública VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 LAS REFORMAS ADMINISTRATIVAS EN LAS DISCUSIONES ACADéMICAS Como se mencionó, la literatura sobre reformas administrativas es hoy en día inmensa. Además de docenas de libros y compilaciones, durante las úl- timas décadas la mayoría de las principales publicaciones internacionales en administración pública (Governance, International Review of Administra- tive Sciences, PublicAdministration, Public Administration Review, Journal of Public Administration Theory and Research, International Journal of Public Administration) han incluido con regularidad uno o más artículos sobre reformas administrativas en sus volúmenes anuales y en no pocos números especiales. De hecho, algunas publicaciones recientes se han creado en bue- na medida para servir de foro de discusión sobre estos temas (International Journal of Public Management, International Public Management Review, Buen Gobierno). En el ámbito latinoamericano la tendencia ha sido similar, con frecuencia suelen aparecer artículos sobre reformas administrativas en las principales publicaciones académicas de la región (Reforma y Democra- cia, Gestión y Política Pública, Foro Internacional, por citar sólo algunas). La abundancia y diversidad de las contribuciones académicas (que lo mismo incluyen descripciones empíricas detalladas, que propuestas teóricas complejas) vuelven difícil la tarea de identificar un conjunto claro e indis- putable de temas centrales. Sin embargo, aquí se sugiere estructurar la discu- sión en torno a cuatro áreas principales: los “paradigmas” que se han pro- puesto, los enfoques teóricos y los desarrollos conceptuales, los análisis sobre los efectos de las reformas y otros temas de reforma administrativa. Viejos y nuevos paradigmas Quizás uno de los aspectos más emblemáticos de la literatura especializada de los últimos años ha sido la intensa discusión en torno a la existencia de cuatro paradigmas de reforma. En particular, vale la pena destacar la gran cantidad de trabajos que han tratado de discutir las diferencias, los contrastes, las limi- taciones, las ventajas relativas y los elementos particulares del paradigma de la LA LITERATURA COMPARADA SOBRE REFORMAS ADMINISTRATIVAS VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 Gestión y Política Pública 443 vieja administración pública vis-à-vis la nueva gestión pública (ngp) (Lynn, 1998, 2001, 2006; Pollitt, 2009; Olsen, 2005; Arellano, 2004). Como se sabe, desde finales de los setenta, a raíz de las crisis fiscales, eco- nómicas y políticas (Aguilar, 2006), comenzó a implementarse un conjun- to de reformas administrativas en diversos países, particularmente los an- glosajones como Nueva Zelanda, Australia y el Reino Unido (Boston et al., 1996; Barzelay, 2001; Christensen y Lægreid, 2001; Halligan, 2007). No fue, sin embargo, sino a principios de los noventa cuando la existencia de un nuevo paradigma fue conceptualizado como tal. En su texto ya clásico, Christopher Hood (1991, 3) destacaba que “el surgimiento de la ‘nueva gestión pública’ (en adelante ngp) durante los pasados 15 años es una de las tendencias internacionales en la administración pública más destacables” (véanse también Hood y Jackson, 1997; Dunleavy y Hood, 1994; Wright, 1994). Según Hood, diversos gobiernos habían comenzado a implementar reformas, como la transferencia de prácticas gerenciales del sector privado al sector público, el uso de mecanismos de control orientados a resultados y, en general, reformas que prestaban mayor atención a valores administrati- vos, como la eficiencia y la eficacia. De manera similar, con base en las refor- mas administrativas del estado norteamericano de Minnesota, Michael Barzelay (1992) señaló la transición de la burocracia a la “posburocracia”, es decir, a organizaciones más horizontales (menos jerárquicas), orientadas a resultados más que a procesos y, sobre todo, enfocadas a los servicios y la atención a los ciudadanos entendidos como clientes. Por otra parte, en los noventa aparecieron dos publicaciones más que, si bien no tuvieron orígenes académicos, marcaron de manera fundamental tanto la práctica de las reformas como la discusión intelectual que les siguió. En 1992 se publicó el texto de David Osborne y Ted Gaebler, Reinventing Government, que ofrecería un decálogo de principios administrativos (véase el cuadro 1) y un conjunto de ideas con enorme potencial retórico, cuya influen- cia se notaría, tanto en la agenda modernizadora del gobierno de Estados Unidos en los noventa (Peters, 2001; Ingraham y Moynihan, 2003; Kettl, 2005) como en las discusiones y los foros internacionales (Kim et al., 2005). Finalmente, el texto Governance in Transition, publicado por la Organiza- MAURICIO I. DUSSAUGE LAGUNA 444 Gestión y Política Pública VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 ción para la Cooperación y el Desarrollo Económico (ocde), sintetizaría y, sobre todo, endorsaría un conjunto de medidas de reforma empleadas en algunos de los países que la integran, cuyo punto de convergencia parecía ser la “búsqueda de resultados”, la “gestión del desempeño”, la “descentraliza- ción” y el uso de “mecanismos tipo mercado” para la prestación de servicios, entre otros (oecd, 1995; véase también oecd, 1997). La importancia que estos y algunos otros textos clave han tenido en los últimos tres decenios es considerable (véanse Barzelay, 2000, 2001; Aguilar, 2006; Arellano, 2004). Desde un punto de vista práctico, los textos ofrecie- ron una serie de ideas, críticas y conceptos que, como diría Mark Blyth (2002), sirvieron como armas en la guerra por transformar los marcos insti- tucionales administrativos. Por otra parte, desde un punto de vista académi- co, las publicaciones tuvieron una función doble: definieron un nuevo para- digma administrativo y, al mismo tiempo, establecieron la idea de que existía un paradigma tradicional, que estaba fuera de sintonía con los tiempos ac- tuales y que debía ser superado tanto en términos normativos como organi- zacionales. Las jerarquías organizacionales, el apego a los procedimientos normativos, los reclutamientos meritocráticos de por vida, que habían sido descritos en los trabajos clásicos de Weber (Page, 1992; Pollitt, 2009), se veían ahora como herramientas ineficientes, burocráticas en un sentido ya no descriptivo sino peyorativo (Barzelay, 1992; Osborne y Gaebler, 1992). En respuesta a esta construcción teórica de paradigmas, durante los no- venta y hasta nuestros días se ha ido desarrollando una inmensa literatura dedicada a analizar la ngp. Algunos trabajos se han concentrado en explicar y describir sus orígenes y fundamentos teóricos (Dunleavy y Hood, 1994; Gruening, 2001; Arellano, 2002, 2004; Dunn y Miller, 2007; Aguilar, 2006). Otros han tratado de llamar la atención sobre los riesgos potenciales que la ngp puede implicar para el funcionamiento de los aparatos adminis- trativos o la consolidación de los principios democráticos (Wright, 1997; Peters y Pierre, 2003). Algunos textos han mostrado que el “paradigma” de la administración pública tradicional, si es que alguna vez existió, fue desar- ticulado mucho antes de que las ideas neogerenciales aparecieran (Lynn, 1998; Arellano, 2004), mientras que otros han demostrado que las es- LA LITERATURA COMPARADA SOBRE REFORMAS ADMINISTRATIVAS VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 Gestión y Política Pública 445 CUADRO 1. Vieja y nueva gestión pública La vieja ap, según Weber La ngp, según Hood La reinvención del gobierno, según Osborne y Gaebler • Estructuras organizacionales con jerarquías claras • Las funciones de cada oficina están claramente delimitadas • Los funcionarios son seleccionados con base en un conjunto transparente de requisitos vinculados a grados de educación/formación • Los funcionarios reciben un salario, vinculado a su posición, y adquieren derechos de pensión • La ocupación principal de los funcionarios son las labores de sus puestos públicos • Existe una estructura de carrera y la promoción se realiza con base en la antigüedad o el mérito (o una combinación), de acuerdo con decisiones de oficiales en rangos superiores • La gestión de la oficina se basa en archivos escritos; las decisiones se registran en el archivo oficial • Los funcionarios no pueden apropiarse del puestoo los recursos que lo acompañan • Los funcionarios están sujetos a controles unificados y a un sistema disciplinario • La organización en su conjunto está gobernada por reglas y leyes • Autonomía gerencial en el sector público (hands-on professional management) • Estándares explícitos y mediciones de desempeño • Mayor énfasis en controles por producto (outputs) • Cambio a la desagregación de unidades en el sector público • Cambio a una mayor competencia en el sector público • Énfasis en prácticas gerenciales del sector privado • Énfasis en mayor disciplina y parsimonia en el uso de recursos • Gobierno catalítico: guiar más que remar • Gobierno propiedad de la comunidad: empoderar más que servir • Gobierno competitivo: inyectar competencia a la provisión de servicios • Gobierno guiado por una misión: transformar organizaciones guiadas por las reglas • Gobierno orientado a resultados: financiando impactos, no insumos • Gobierno guiado por los clientes: alcanzando las necesidades de los clientes, no de la burocracia • Gobierno empresarial: ganando más que gastando • Gobierno con capacidad de anticipación: prevenir más que curar • Gobierno descentralizado: de la jerarquía a la participación y el trabajo en equipo • Gobierno orientado al mercado: promoviendo el cambio por medio del mercado Fuente: Elaboración propia con base en Pollitt (2009, 2), Hood (1991, 4-5) y Osborne y Gaebler (1992). MAURICIO I. DUSSAUGE LAGUNA 446 Gestión y Política Pública VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 tructuras organizacionales diseñadas de acuerdo con patrones jerárquicos (hierarchical governance) siguen predominando en el entorno público (Hill y Lynn, 2005). Más recientemente, la literatura académica ha discutido el proceso de maduración (middle-aging) de la ngp, es decir, una fase en la que algunas estrategias modernizadoras se han afianzado mientras otras han comenzado a arrojar consecuencias no deseadas (Hood y Peters, 2004). Otros textos han debatido si la ngp finalmente ha quedado desacreditada o no (Jones, 2004), si enfrenta un futuro problemático (Lapsley, 2008), o si más bien podría decirse que en realidad el paradigma se encuentra “muerto” (Dun- leavy et al., 2006). Por otro lado, algunos autores han buscado reivindicar la validez y la actualidad de los análisis de Weber vis-à-vis las críticas neoge- renciales (Gregory, 2007); algunos más han subrayado que, frente a las li- mitaciones mostradas por el “nuevo paradigma”, quizá sea tiempo de “re- descubrir a la burocracia” (Olsen, 2005). Finalmente, Pollitt y Bouckaert (2004) han sugerido la idea de que es posible observar en algunos países la emergencia de un “Estado neoweberiano”, que combina elementos de am- bos paradigmas, idea que por cierto ha sido ya criticada por otros autores (Lynn, 2008; Dunn y Miller, 2007). Aunque la literatura comparada sobre reformas administrativas se ha con- centrado en los debates ngp vs. “vieja” ap ya mencionados, existen por lo me- nos otros dos paradigmas administrativos que vale la pena mencionar. En primer lugar, se ha desarrollado una vasta literatura especializada sobre lo que Giandomenico Majone denominó el paso del “Estado positivo” al “Estado regulador” (Majone, 1994, 1997, 1999). Esta literatura ha girado en torno al estudio de tres temas centrales: la privatización de monopolios públicos de ser vicios, la creación de agencias reguladoras autónomas y el desarrollo, en general, de nuevos mecanismos y herramientas de política para regular la pro- visión de servicios públicos (Thatcher, 2007, 2005, 2002; Lodge, 2008). A pesar de que los cambios antes mencionados han tenido serias implica- ciones para la estructura y el funcionamiento de los aparatos administrativos, y de que dichos cambios han tenido alcances geográficos quizá tan amplios como los derivados de las ideas neogerenciales (Jordana y Levi Faur, 2006; LA LITERATURA COMPARADA SOBRE REFORMAS ADMINISTRATIVAS VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 Gestión y Política Pública 447 Gilardi, 2002; Meseguer, 2004, 2005), las discusiones acerca del “Estado regulador” han recibido menor atención en los círculos de especialistas en el estudio comparado de reformas administrativas. Por una parte, los debates más complejos y detallados sobre estos temas se han desarrollado en comu- nidades epistémicas fundamentalmente europeas, con la participación ma- yoritaria de politólogos, economistas y especialistas en derecho, más que de académicos cercanos a la administración pública. La diferencia se nota inclu- so en las publicaciones en donde han aparecido los trabajos sobre el tema (West European Politics, Journal of European Public Policy, Journal of Public Policy, entre otras). Por otra parte, cuando las implicaciones administrativas del Estado regulador aparecen en las discusiones globales sobre las reformas administrativas suelen plantearse como parte del programa de trabajo neo- gerencial y su eje privatización-introducción de mecanismos tipo mercado- agencificación (Christensen y Lægreid, 2007a, 2007b; Christensen, Lie y Lægreid, 2008). Si bien ambos temas tienen puntos de vinculación, podría argumentarse que también poseen diferencias y matices importantes, mis- mos que siguen aguardando una mayor atención (e.g. cobertura geográfica de las tendencias de reforma o tipo de organizaciones públicas afectadas). Un último “paradigma” que habría que mencionar es el de la llamada “gobernanza” (Pierre y Peters, 2000; Rhodes, 1996, 2000). Aunque el tér- mino ha sido ampliamente debatido desde muy distintas perspectivas disci- plinarias (e.g. estudios urbanos, relaciones internacionales, ciencia política; véase Pierre, 2000), en el campo de la administración pública (incluyendo los estudios sobre reformas administrativas) la gobernanza ha tenido funda- mentalmente dos acepciones (Aguilar, 2006): la de una nueva forma de go- bernar, más abierta, participativa y colaborativa entre el Estado, la sociedad y los actores privados, y la de un nuevo conjunto de mecanismos de políti- ca/gestión, como son las redes y las asociaciones público-privadas (Golds- mith y Eggers, 2004; Pollitt, 2003a). En relación con el debate ngp/vieja ap, el paradigma de la gobernanza ha sido ubicado en diferentes posiciones: en algunas ocasiones se ha enten- dido como una especie de sinónimo o representación de la ngp (Rhodes, 1996; Aguilar, 2006); en otras, se ha vinculado con una nueva era de la go- MAURICIO I. DUSSAUGE LAGUNA 448 Gestión y Política Pública VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 bernanza digital, en la que las tecnologías de información y las redes de co- laboración se integran en un nuevo modelo administrativo (Dunleavy et al., 2006); pero en general la gobernanza se ha planteado como una especie de sucesora e incluso como una síntesis potencial de los paradigmas ante- riores (Pardo, 2005; Peters, 2002; Kim, 2007; Aguilar, 2006). Al igual que la ngp, la gobernanza implica participación, contractualización, descentra- lización, horizontalidad más que verticalidad. Y como la ap tradicional, la gobernanza ofrece una visión más bien positiva del servicio público, reivin- dicando al mismo tiempo el papel central del Estado en la tarea de gober- nar. Sin embargo, a pesar de que la gobernanza ha generado menos contro- versias que la ngp (en términos normativos y valorativos, aunque no necesariamente conceptuales), su estudio empírico en el campo de las re- formas administrativas comparadas ha recibido también menor atención, quedando limitado básicamente a las experiencias de unos cuantos países, como Estados Unidos, el Reino Unido u Holanda (Goldsmith y Eggers, 2004; Rhodes, 2000; Pollitt, 2003a; Salamon, 2002; Kickert, 1997). Así, en un lapso de aproximadamente dos décadas, la discusión académi- ca internacional en el área de las reformas administrativaspareciera haber transitado, como subraya María del Carmen Pardo (2005), de la adminis- tración pública a la gobernanza, pasando en el camino por una nueva ges- tión pública y el Estado regulador, incluso con ramificaciones potenciales hacia un Estado neoweberiano y una nueva era de la gobernanza digital. Definiciones, conceptos y enfoques teóricos La construcción de los paradigmas discutidos en el apartado anterior ha venido acompañada, a su vez, del desarrollo y la aplicación de buen número de conceptos y enfoques teóricos. En primer lugar, y aunque muchos auto- res en realidad no ofrecen una definición de partida clara, en la literatura se han discutido ampliamente el significado y los alcances del término “refor- mas administrativas”. El cuadro 2 ofrece una imagen más o menos repre- sentativa de las definiciones producidas en los últimos años. LA LITERATURA COMPARADA SOBRE REFORMAS ADMINISTRATIVAS VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 Gestión y Política Pública 449 Como se puede observar, no existe en realidad un acuerdo definitivo en torno al término “reformas administrativas”. Sin embargo, sí es posible subrayar tres ideas centrales comunes a la mayoría de las definiciones: a) la presencia de un esfuerzo deliberado, intencional; b) que busca alterar pro- cesos, estructuras, diseños organizacionales; y c) para mejorar, ajustar, mo- dernizar, elevar la calidad de la administración pública y sus componentes. Más allá de aclaraciones conceptuales, una línea interesante que ha se- guido la discusión académica internacional tiene que ver con las implica- ciones de las reformas administrativas, es decir, con lo que éstas significan más allá de su definición. Por ejemplo, Brunsson (2006) ha argumentado de CUADRO 2. Reformas administrativas: algunas definiciones Autor(es) Definiciones Gerald Caiden [2007 (1969), 1] La inducción artificial de transformaciones administrativas contra resistencias Nils Brunsson (2006, 243) Las reformas administrativas son intentos de proveer soluciones a problemas Theo A.J. Toonen (2003a, 465) La reforma [administrativa] tiene que ver con la introducción de un cambio [...] relacionado con la promesa de introducir una innovación y, deseablemente, una mejora. La reforma tiene que ver con volverse mejor por medio de la remoción de fallas y errores o mediante la abolición o corrección de prácticas equivocadas, especialmente de tipo moral o político o social. [...] La reforma administrativa tiene que ver con la calidad administrativa, constituida por valores administrati- vos, de instituciones del sector público, de los procesos de decisión de las políticas públicas, y de la gestión y las organizaciones públicas Sabino Cassese (2003, 128) Las reformas administrativas indican una serie de intervenciones que son promovidas por cuerpos políticos o administrativos y son introducidas para adaptar las administraciones públicas a los cambios económicos o sociales Christopher Pollitt y Geert Bouckaert (2004, 8) La reforma de la gestión pública consiste en cambios deliberados en las estructuras y procesos de las organizaciones del sector público con el objetivo de lograr que (en algún sentido) funcionen mejor Fuente: Elaboración propia. MAURICIO I. DUSSAUGE LAGUNA 450 Gestión y Política Pública VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 manera provocativa que las reformas administrativas pueden entenderse, en última instancia, como rutinas organizacionales, equivalentes a los procesos de planeación o la presupuestación. Lo anterior debido a la frecuencia con la que las reformas ocurren (o han ocurrido en los últimos años), de manera cíclica y casi predecible (March y Olsen, 1983). Por su parte, Christensen y Lægreid (2003) han discutido las reformas administrativas en términos de complejos símbolos políticos, que a su vez requieren ser transformados en prácticas y proyectos concretos. Reformar es una promesa, sí, pero dicha promesa debe aterrizarse en planes, esquemas, fechas límites. De manera si- milar, Hood y Jackson (1997; véanse también Hood, 1991; Barzelay, 2000, 2001; Peters, 1998b; Pollitt y Bouckaert, 2004) han mostrado à la Simon que las reformas administrativas son manifestaciones de doctrinas y argu- mentos administrativos cargados de valor, discutibles y para los cuales siem- pre será posible encontrar una doctrina/argumento opuesto. Finalmente, Pollitt y Bouckaert (2004) y Toonen (2003a, 2003b), entre otros, han des- tacado cómo las reformas administrativas son, en última instancia, juegos de poder en los que participan tanto políticos y servidores públicos de diversos niveles (Peters y Pierre, 2001; Hood y Lodge, 2006; Page y Wright, 2007), como consultores, integrantes de organismos internacionales como la ocde, el Banco Mundial y las agencias de desarrollo de diversos países (Mathiasen, 2005; Dimitrakopoulos y Passas, 2003; Pal, 2008; Dussauge, 2008). Este universo de aportaciones en torno al término “reformas administra- tivas” resulta, por supuesto, problemático en términos conceptuales. Por una parte, como suele discutirse en ciencias sociales, podría decirse que si las reformas administrativas son todo eso, quizá no son nada. El concepto abar- ca tantas connotaciones que se extiende demasiado, vaciándose de conteni- do (Sartori, 1970; Collier y Mahon, 1993). Por otra parte, es indudable que las propuestas analíticas aquí incluidas han enriquecido la discusión acadé- mica, al tiempo que han servido para reflejar la complejidad de los procesos de reforma y capturar mejor las experiencias empíricas estudiadas. En segundo lugar, en la literatura comparada de las últimas dos décadas ha aparecido un buen número de términos/conceptos y tipologías que bus- can describir mejor las experiencias y los procesos de reforma. En algunos LA LITERATURA COMPARADA SOBRE REFORMAS ADMINISTRATIVAS VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 Gestión y Política Pública 451 casos se trata de viejos términos que han encontrado un nuevo uso en el ámbito del sector público o han sido difundidos globalmente, aunque en otros casos podría decirse que la terminología sí resulta novedosa. Por un lado, hoy en día contamos con términos asociados con la ngp: orientación a resultados, metas y evaluaciones de desempeño, pago por desempeño, contratos de desempeño, outcomes-outputs, presupuesto por resultados, ges- tión estratégica, calidad en el servicio, ciudadano-cliente, cartas ciudadanas, agencificación, control por competencia, mecanismos tipo mercado. Por otro lado, están los términos asociados con la gobernanza: gestión de redes, coproducción, asociaciones público-privadas, colaboración. Y, por supues- to, todos aquellos términos no asociados con los paradigmas anteriores, sino con otras líneas de reforma administrativa (desregulación, anticorrup- ción, transparencia, coordinación), o con las reacciones que han surgido recientemente ante las olas modernizadoras de los ochenta-noventa: trans- parencia, leyes de acceso a la información, agencias reguladoras indepen- dientes, testigos sociales, códigos de ética, leyes de conflictos de interés, ins- tituciones auditoras, joined-up government, one-stop shops, capacidades administrativas. De manera similar, los estudios comparados también han producido una serie de tipologías orientadas a comprehender los cambios administrativos recientes. Por ejemplo, con base en su estudio sobre las reformas administra- tivas en Alemania y el Reino Unido, Knill (1999) ha propuesto la existencia de dos tipos de sistemas administrativos: burocracias autónomas (con poder para resistir cambios) y burocracias instrumentales (con capacidad de resis- tencia limitada). Por su parte, Pollitt y Bouckaert (2004) han sugerido que los países reformistas pueden agruparse en Estados orientados al mercado (marketizers), Estados modernizadores (modernizers), Estados poco refor- mistas (mantainers) y Estados mínimos (minimal). Deforma similar, Peters (2001) ha agrupado las tendencias de reforma administrativa según se in- tente construir sistemas participativos, flexibles, desregulados o basados en el mercado. Finalmente, con base en sus estudios sobre las reformas a los servicios civiles de América Latina, Echebarría (2008; Echebarría y Cortá- zar, 2007) ha sugerido que distintas secciones de las administraciones pú- MAURICIO I. DUSSAUGE LAGUNA 452 Gestión y Política Pública VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 blicas latinoamericanas pueden catalogarse como burocracias clásicas, bu- rocracias clientelares, burocracias paralelas o burocracias meritocráticas. De nuevo, en lo que respecta a esta dimensión de la literatura sobre re- formas administrativas, podría decirse que se han obtenido avances parcia- les. En muchos casos el significado de los términos todavía resulta debatible (véase, por ejemplo, Verhoest et al., 2004), al tiempo que las tipologías de- sarrolladas no han mostrado (como se discutirá más adelante) su utilidad plena (Pollitt, 2004). Sin embargo, en su conjunto los términos y las tipo- logías han ayudado tanto a organizar un poco mejor las tendencias de refor- ma administrativa como a mantener en movimiento el programa de inves- tigación comparada. En tercer lugar, si bien muchos autores siguen acercándose al estudio de las reformas administrativas sin tener como punto de partida un marco teórico particular, actualmente es posible encontrar en la literatura compa- rada un uso creciente y explícito de enfoques basados en ideas, intereses o instituciones (Pollitt, 2004; Barzelay y Gallego, 2006; Peters, 2005; Sán- chez, 2009; Dussauge, 2009a). Por ejemplo, los trabajos de Geddes (1991, 1994) sobre reforma de los servicios civiles, o los de Majone (1997, 1999), Gilardi (2002) y Taliercio (2004) sobre agencias reguladoras y oficinas de recolección de impuestos están claramente vinculados con diversas vertien- tes del institucionalismo racional (institutional choice). Los trabajos de Pollitt y Bouckaert (2004), Cheung (2005) o Wright (1994), entre muchos otros, toman como punto de partida una perspectiva cercana al institucionalis- mo histórico. Por su parte, autores como Brunsson (2006) o Christensen y Lægreid (2001, 2007a) ofrecen análisis que toman como base un institucio- nalismo sociológico cercano a la teoría organizacional, algo característico de la escuela escandinava de administración pública (Christensen et al., 2008; véase también Culebro, 2008). Mientras tanto, autores como McNamara (2002) y Marcussen (2005, 2007), que estudian las reformas de los bancos centrales independientes, o Ramió y Salvador (2005, 2008), que analizan las reformas latinoamericanas de profesionalización administrativa, parten de una versión cercana a las propuestas del isomorfismo institucional (en sus tres variantes: mimético, coercitivo y normativo), introducido por DiMaggio y LA LITERATURA COMPARADA SOBRE REFORMAS ADMINISTRATIVAS VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 Gestión y Política Pública 453 CUADRO 3. Enfoques teóricos y reformas administrativas Perspectivas teóricas Principales ideas Autores relacionados con la perspectiva Institucionalismo racional (institutional choice) • Las reformas son producto de intereses y cálculos racionales de los políticos Geddes, 1991, 1994 • Las reformas ocurren porque los políticos buscan construir “compromisos creíbles” Majone, 1997, 1999; Gilardi 2002; Taliercio, 2004 Institucionalismo histórico • Las reformas se encuentran constreñidas por tradiciones, instituciones y/o veto points Wright, 1994; Cheung, 2005; Knill, 1999; Pollitt y Bouckaert, 2004 Institucionalismo sociológico- organizacional (diversas vertientes) • Las reformas son resultado de la combinación de fuerzas internacionales, instituciones nacionales y el papel de los actores políticos Christensen y Lægreid, 2001, 2007a • Las reformas son producto de un proceso decisional de “bote de basura”, con soluciones buscando problemas y a la inversa March y Olsen, 1983; Brunsson, 2006 • Las reformas son producto de un proceso de imitación, en búsqueda de prestigio o legitimación Sahlin-Andersson, 2001; McNamara, 2002; Marcussen, 2005, 2007; Moynihan, 2005; Ramió y Salvador, 2005, 2008 • Las reformas son producto de imposiciones de los organismos internacionales Bissessar, 2002 Procesalismo institu- cional (institutional processualism) • Las reformas surgen de procesos de política pública, en los que interactúan decisores y organizaciones públicas Barzelay, 2003; Barzelay et al., 2003a, 2003b; Cejudo, 2003; Barzelay y Gallego, 2006 Difusión y transferencia de políticas • Las reformas son consecuencia de procesos de difusión o transferencia internacional/regional de políticas Bennett, 1997; Jordana y Levi-Faur, 2006; Peters, 1997; Common, 2001 Fuente: Elaboración propia con base en Dussauge (2009a). Powell (1983). Una cuarta vertiente (llamada institutional processualism) ha sido usada por Barzelay y sus colegas al revisar las experiencias de reforma administrativa en países latinoamericanos, europeos y asiáticos (Barzelay y Gallego, 2006; Barzelay et al., 2003a, 2003b; Barzelay, 2003; Cejudo, MAURICIO I. DUSSAUGE LAGUNA 454 Gestión y Política Pública VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 2003). Finalmente, un conjunto de trabajos más recientes, como los de Bennett (1997), Jordana y Levi-Faur (2006) o Common (2001) han trata- do de usar las herramientas analíticas de las teorías de difusión y transferen- cia de políticas para explicar el surgimiento de reformas administrativas si- milares en distintas regiones del mundo. El cuadro 3 ofrece una apretada (y por supuesto incompleta) síntesis de estos enfoques. Aunque un análisis detallado de estos enfoques requeriría mayor espacio (véase Dussauge, 2009a), ¿qué podría decirse aquí acerca de sus aportacio- nes y limitaciones? Por una parte, los diversos enfoques han servido para subrayar diversas dimensiones de los procesos de reformas administrativas. Por ejemplo, las aproximaciones desde el institucionalismo sociológico o la transferencia de políticas han servido para explicar por qué tantos países han ido copiando temas o por lo menos etiquetas (policy labels, véase Moss- berger, 2000) de reformas. Los estudios basados en el institucionalismo histórico, en cambio, han ayudado a mostrar que en ocasiones la convergen- cia de reformas es menor de lo que suele pensarse (Pollitt, 2001, 2002), en la medida en que las tradiciones y los valores administrativos restringen los cambios (Peters, 2003, 2005, 2008b; Longo y Ramió, 2008). Sin embargo, como lo ha señalado Pollitt (2004, 319), “aún estamos muy lejos del feliz estado de desarrollo en el que teorías claramente ordenadas pueden compa- rarse unas con otras en alguna especie de ejercicio controlado, y puede de- clararse que alguna es la ganadora”. Pero sobre esto habrá que volver más adelante. Las consecuencias de las reformas administrativas Una tercera vertiente de desarrollo de la literatura comparada, sobre todo en años más recientes, ha sido la relacionada con la descripción y el análisis de las consecuencias que las reformas administrativas han traído consigo. Es decir, ya no tanto el estudio de las reformas como variable dependiente que necesita ser explicada, sino como una variable independiente con efec- tos en los sistemas político-administrativos. LA LITERATURA COMPARADA SOBRE REFORMAS ADMINISTRATIVAS VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 Gestión y Política Pública 455 A riesgo de simplificar demasiado las cosas, esta literatura podría resu- mirse en tres grupos. En el primero podrían incluirse los trabajos de algu- nos autores que han tratado de evaluar los resultados e impactos de las re- formas, ya sea en ciertasáreas de gestión o política pública (Boyne et al., 2003; Bilodeau et al., 2007), ya en términos de experiencias nacionales o cambios sistémicos (Wollman, 2003; Jones y Kettl, 2003; Pollitt, 2003a; Peters y Savoie, 1998; Savoie, 1998). Ahora bien, como lo ha señalado To- onen (2003b, 473), vale apuntar que “[l]a evaluación de la[s] reforma[s], sin embargo, es por mucho el punto menos desarrollado en todos los pro- gramas de reformas administrativas y del sector público, tanto desde una perspectiva de ap [como disciplina] como desde una de administración pú- blica [como práctica]”. Un segundo grupo de estudios se ha abocado a revisar los efectos colate- rales o no anticipados de las reformas. En algunos casos se han analizado las consecuencias paradójicas que han acompañado a las reformas, por ejem- plo el aumento de procedimientos administrativos orientados a verificar que las organizaciones realmente están enfocadas al logro de resultados (Wright, 1997; Peters, 1998b; Hesse et al., 2003; Hood y Peters, 2004; Dussauge, 2008). En otros casos, se han tratado de describir y comprender las repercusiones que los procesos de reforma han desatado en los esquemas de rendición de cuentas (Romzeck, 2000; Ingraham, 2005); en los niveles de politización de las burocracias públicas (Peters y Pierre, 2001; Toonen, 2001); en las capacidades administrativas de las agencias gubernamentales (Kim, 2007; Ingraham et al., 2003); en los entornos laborales de los servi- dores públicos senior (Page y Wright, 2007), así como en sus relaciones con los políticos (Hood y Lodge, 2006); en los esquemas de coordinación intra e interorganizacional (Kettl, 2003; Christensen y Lægreid, 2006; Verhoest et al., 2007); en el diseño de mecanismos de control político y burocrático (Hood et al., 2004; Christensen y Lægreid, 2007a, 2007b), y en tiempos recientes en la “memoria institucional” de las organizaciones públicas (Po- llitt, 2009). Finalmente, un tercer grupo de investigaciones se ha dedicado a analizar las medidas que los gobiernos han implementado para afrontar las conse- MAURICIO I. DUSSAUGE LAGUNA 456 Gestión y Política Pública VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 cuencias negativas de las reformas. Así, algunos autores han comenzado a estudiar lo que Halligan (2007) ha llamado “reformas de tercera genera- ción”, las cuales han comenzado a aparecer (de manera poco sorpresiva) en países como Nueva Zelanda, Australia y el Reino Unido (Gregory, 1996; Pollitt, 2003b; Bogdanor, 2005; Talbot y Johnson, 2007; Chapman y Dun- can, 2007; Christensen y Lægreid, 2006, 2007a). Aunque la mayoría de es- tos últimos estudios se han enfocado en las experiencias concretas de un solo país, sus implicaciones teóricas y analíticas definitivamente van más allá de las particularidades de los casos reseñados y, por lo tanto, pueden conside- rarse parte de lo que Page (1995) llama “conversación comparada”. Reformas administrativas más allá de la ngp/gobernanza Antes de concluir esta primera sección, vale la pena apuntar una nota final acerca de una parte importante de la literatura que no ha sido comentada aún. Si bien el estudio comparado de las reformas administrativas en los últimos años ha girado en torno a las experiencias ngp/gobernanza/post- ngp, los esfuerzos de numerosos países han estado dirigidos en no pocas ocasiones a la implementación de otras líneas de reforma. Países como Bélgica, Francia, Italia, e incluso el Reino Unido, por ejem- plo, han impulsado importantes procesos de descentralización/devolución territorial y administrativa (Toonen, 2003b; Löffler, 2003). Numerosos países asiáticos (Hong Kong [antes de su reanexión a China], Singapur, Ja- pón) y países latinoamericanos (México, Chile, Colombia) han puesto en marcha nuevos esquemas de combate a la corrupción, rendición de cuentas y acceso a la información (Shah, 2007; Pope, 2005; Roberts, 2006). La creación de agencias reguladoras y bancos centrales independientes se ha expandido por Europa, Asia y América Latina (Thatcher, 2007, 2005, 2002; Jordana y Levi Faur, 2006; Marcussen, 2005, 2007; McNamara, 2002). Los procesos de “europeización” han desencadenado transformaciones sus- tanciales en las estructuras y procesos administrativos de los países integran- tes de la Unión Europea (Page, 2003a; Ben-Gera, 2004; Dussauge, 2005). LA LITERATURA COMPARADA SOBRE REFORMAS ADMINISTRATIVAS VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 Gestión y Política Pública 457 La creación de nuevos sistemas de profesionalización ha continuado en países de Europa del este, la Commonwealth y la región latinoamericana (Goetz, 2001; Verheijen, 2003; Laking y Norman, 2007; Echebarría y Cortázar, 2007; Panizza y Philip, 2005; Longo y Ramió, 2008). Y los go- biernos de todo el mundo han emprendido recientemente acciones para fortalecer la participación ciudadana e incrementar los niveles de confianza hacia las instituciones públicas (Kim et al., 2005; Van de Walle et al., 2005; Dussauge, 2009b). Sin embargo, todos estos temas han sido relegados en buena medida a debates más especializados, fuera del grupo central de estu- dios sobre reformas administrativas. LIMITACIONES, SESGOS Y OMISIONES EN EL ANáLISIS COMPARADO DE LAS REFORMAS ADMINISTRATIVAS Como se ha descrito en la primera sección, la literatura comparada sobre las reformas administrativas es muy amplia en términos de los temas tratados, sus debates teóricos, la creación (o uso) de conceptos y la descripción deta- llada de realidades empíricas. Es una literatura que ha acompañado los pro- cesos de reforma y que sin duda ha provisto de información y análisis útiles tanto a los estudiosos de la ap como a quienes desarrollan actividades prác- ticas de reforma gubernamental alrededor del mundo. Sin embargo, al realizar un repaso de la literatura en términos más gene- rales, agregados, es posible observar que todavía presenta limitaciones im- portantes, atribuibles a sesgos metodológicos u omisiones empíricas, o qui- zá simplemente a la imposibilidad de comprehender, explicar o predecir realidades administrativas demasiado complejas. A continuación se presen- tan algunas apreciaciones críticas sobre la literatura, tomando como refe- rencia tanto criterios teórico-metodológicos (Geddes, 2003; King et al., 1994; Brady y Collier, 2004; Sartori, 1970; Collier y Mahon, 1993; Collier y Levitsky, 1997; George y Bennett, 2005) como discusiones del campo de la administración pública y la política comparadas (Lijphart, 1971, 1975; Page, 1995, 2003b; Peters, 1998a; Brans, 2003). MAURICIO I. DUSSAUGE LAGUNA 458 Gestión y Política Pública VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 Selección de casos y problemas de sesgo analítico A pesar de sus ambiciones descriptivas y analíticas globales, quizás una de las características más obvias (e importantes para los fines de esta discusión) de la literatura comparada sobre reformas administrativas ha sido la aten- ción prestada a un número limitado de experiencias nacionales. Como se puede observar en el cuadro 4, países como Estados Unidos, Australia, Rei- no Unido y Nueva Zelanda aparecen de manera reiterada, con la inclusión regular de diversos países desarrollados (los europeos, Japón). Sólo algunas de las publicaciones analizan comparativamente las reformas en países en desarrollo (latinoamericanos incluidos), al tiempo que son pocas las obras que combinan su estudio con el de los países desarrollados (Barzelay et al., 2003b; Pollitt y Talbot, 2004; Minogue et al., 1998; McCourt y Minogue, 2001). ¿Cómo explicar esta situación? La primera y más obvia explicación podría ser que la selección del cuadro 4 en realidad no resulta representativa, sino que está sesgada, ya sea por los textos incluidos o porque se enfoca en libros y no en artículos académicos, que suelen ofrecer una mayor variedad de experiencias nacionales. Esto es parcialmente cierto, toda vez que se trató de incluir textos sobrediversos te- mas abordados en la literatura comparada, incluyendo aquellos que han marcado de manera significativa la agenda de investigación internacional. La segunda explicación es que son precisamente los países incluidos los que han destacado en su activismo reformista. De nuevo, esto es atinado hasta cierto punto. Sin embargo, algunos países con elevado activismo reformista (Chile, México, Singapur, Hong Kong, Uganda, por ejemplo) no necesariamente aparecen con la frecuencia que ello ameritaría; mientras tanto, otros que sí han sido incluidos (Estados Unidos y Francia, por ejemplo) en ocasiones se han ca- racterizado más por la retórica de las reformas que por los hechos. Otras explicaciones tienen que ver con aspectos más bien prácticos, que en términos históricos han limitado los trabajos de la administración públi- ca comparada (Page, 1995). Las diferencias lingüísticas, las dificultades para obtener información sobre países en desarrollo o incluso la falta de colegas especialistas en regiones no europeas/desarrolladas imponen restric- LA LITERATURA COMPARADA SOBRE REFORMAS ADMINISTRATIVAS VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 Gestión y Política Pública 459 CUADRO 4. Temas, países y enfoques en el estudio comparado de las reformas administrativas Libro Tema central Países analizados ¿Estudios de caso como base? ¿Análisis apegado a un marco teórico central? Olsen y Peters (1996), Lessons from experience Aprendizaje organizacional y reformas administrativas Reino Unido, Australia, Estados Unidos, Alemania, Noruega, Japón, Francia, Suiza Sí Parcialmente Minogue et al. (1998), Beyond the New Public Management / McCourt y Minogue (2001), The Internationalization of Public Management Reformas administrativas y aplicación de la ngp en países en desarrollo Ghana, Uganda, Vietnam, Tanzania y otros ejemplos aislados de países en desarrollo, incluyendo latinoame- ricanos No No Peters y Pierre (2001), Politicians, Bureau- crats and Administra- tive Reform Consecuencias políticas de las reformas administrativas Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Suecia, Austria, Hungría, España, Dinamarca, Fin- landia, Australia, Nueva Zelanda, Japón Sí Parcialmente Hesse et al. (2003), Paradoxes in Public Sector Reform Paradojas de las reformas administrativas Estados Unidos, China, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Reino Unido, Noruega, Suecia, Ale- mania, Holanda, Francia, Italia, Europa Central Sí Parcialmente Cunill y Ospina (2003), Evaluación de resulta- dos para una gestión pública moderna y democrática Gestión del desempeño y reformas presupuestales Chile, Brasil, Colombia, Costa Rica Sí Parcialmente Schneider y Heredia (2003), Reinventing Leviathan Reformas administrativas Argentina, Brasil, Hungría, Chile, México, Tailandia Sí Parcialmente Barzelay et al. (2003b), The Process Dynamics of Public Management Policymaking Reformas administrativas, en especial tipo ngp España, México, Brasil, Estados Unidos, Tailandia Sí Sí MAURICIO I. DUSSAUGE LAGUNA 460 Gestión y Política Pública VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 CUADRO 4. Temas, países y enfoques en el estudio comparado de las reformas administrativas (continuación) Libro Tema central Países analizados ¿Estudios de caso como base? ¿Análisis apegado a un marco teórico central? Pollitt y Talbot (2004), Unbundled Government Reformas para crear agencias (agencification) Reino Unido, Australia, Estados Unidos, Japón, Jamaica, Holanda, Sue- cia, Tanzania, Jamaica, Tailandia, Letonia Sí No Arellano (2004), Más allá de la rein- vención del gobierno Reformas neogerenciales, particularmente en materia presupuestal México, Colombia, Chile, Brasil Sí Parcialmente Hood et al. (2004), Controlling Modern Government Reformas y mecanismos de control Japón, Estados Unidos, Reino Unido, Alema- nia, Francia, Holanda, Noruega, Australia Si Sí Pollitt y Bouckaert (2004), Public Mana- gement Reform Reformas administrativas, particularmente tipo ngp Australia, Bélgica, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Italia, Holanda, Finlandia, Canadá, Suecia, Alemania No (países como ejemplos y anexos) Sí Hood y Lodge (2006), The Politics of Public Service Bargains Relaciones entre políticos y funcionarios públicos tras las reformas Reino Unido, Francia, Japón, Nueva Zelanda, Estados Unidos No (países como ejemplos) Sí Page y Wright (2007), From the Active to the Enabling State Consecuencias de las reformas administrativas en la alta función pública Grecia, Austria, Bélgica, Italia, Holanda, Francia, Alemania, Reino Unido, Suecia Sí Parcialmente Longo y Ramió (2008), La profesionalización del empleo público en América Latina Reformas de profesionalización administrativa México, Chile, Colombia, Brasil, Costa Rica, Honduras, Guatemala, Nicaragua, El Salvador, República Dominicana Parcial- mente No Bouckaert y Halligan (2008), Managing Performance Reformas en sistemas de gestión del desempeño Australia, Canadá, Holanda, Suecia, Reino Unido, Estados Unidos No (casos como anexo) Sí Fuente: Elaboración propia. LA LITERATURA COMPARADA SOBRE REFORMAS ADMINISTRATIVAS VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 Gestión y Política Pública 461 ciones en los estudios que se busca realizar. Aunado a ello, pareciera existir una cierta path-dependency, una inercia por la cual los países que han sido estudiados antes tienden a ser estudiados de nuevo con cada ola de refor- mas, al tiempo que las experiencias nacionales menos conocidas permane- cen generalmente en el mismo estado. Finalmente, existen por lo menos dos razones teórico-metodológicas que podrían justificar esta concentración en un puñado de casos naciona- les. Primero, podría argumentarse (como lo han hecho Pollitt y Bouckaert, 2004; Christensen y Lægreid, 2001, 2007a) que para fines de desarrollo de conceptos y construcción de teorías, el estudio de unos cuantos casos resul- ta más que suficiente (Brady y Collier, 2004; George y Bennett, 2005). A fin de cuentas, los supuestos y objetivos teóricos son los que determinan el número/tipo de casos incluidos y no a la inversa (Peters, 1998a). Segun- do, desde un punto de vista de análisis comparado, tiene sentido comparar grupos de países más similares (angloamericanos, desarrollados, latinoame- ricanos) para tratar de explicar sus diferencias bajo un diseño de investiga- ción que controla el mayor número de variables relevantes (Page, 1995; Lij- phart, 1971, 1975; Brans, 2003). El problema, sin embargo, es que al tomar como base este grupo limita- do de experiencias nacionales la literatura sobre el tema ha quedado sesgada desde el punto de vista analítico en por lo menos tres sentidos. Primero, de manera casi natural (e imperceptible para muchos) el significado del térmi- no “reformas administrativas” se ha ido acotando de modo considerable (Toonen 2003b; Argyriades, 2007). Lo que en sus orígenes fue un conjun- to de experiencias de reforma innovadoras, se construyó intelectualmente como un paradigma de “tendencias globales” (Aucoin, 1990; Hood, 1991; oecd, 1995; Kettl, 2005; Barzelay, 2001), que con el apoyo de organismos y consultores internacionales (Sahlin-Andersson, 2001; Minogue et al., 1998; Pal, 2008) poco a poco se convirtió en sinónimo de lo que debería ser una reforma administrativa moderna. El corolario natural fue que refor- mas como la introducción de sistemas de evaluación y gestión del desempe- ño, la construcción de agencias autónomas o el uso de mecanismos tipo mercado prácticamente se volvieron las únicas reformas dignas de estudio MAURICIO I. DUSSAUGE LAGUNA 462 Gestión y Política Pública VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 desde una perspectiva comparada, dejando en cierta forma marginadas las discusiones sobre otros tipos de reforma (descentralización,anticorrupción, construcción de confianza). Segundo, al centrar el estudio comparado de las reformas administrati- vas en lo que ha pasado en unos cuantos países se ha generado, de forma inevitable, una cierta perspectiva de “etapas de desarrollo” claramente re- presentada en el título del famoso texto de Schick (1998), “Why most de- veloping countries should not try New Zeland reforms” (véanse también Peters, 2001; Manning, 2001; Ramió y Salvador, 2005). De acuerdo con esta postura, antes de que los países en desarrollo traten de implementar reformas tipo ngp/gobernanza, primero deben desarrollar otro tipo de ins- tituciones político-administrativas. De lo contrario, las reformas podrían ocasionar más daños que beneficios. Sin embargo, como ha apuntado Poli- dano (2001, 46; véanse también McCourt y Minogue, 2001; clad, 1999), “esta conclusión es usualmente alcanzada por medio de un razonamiento a priori en torno a lo que se supone son las características particulares de los países en desarrollo”, más que en el estudio de experiencias concretas, la valoración sistemática de los factores que condicionan el buen funciona- miento o fracaso de diversas estrategias de reforma, o el análisis empírico de las experiencias de países en desarrollo que han tratado de combinar herra- mientas provenientes de distintos paradigmas reformistas (Turner, 2002; Peters, 2008a; Minogue et al., 1998; Dussauge, 2009d). Una tercera consecuencia ha sido que buena parte de la literatura de los últimos años ha girado en torno al tema de la convergencia/divergencia entre países (Pollitt, 2001, 2002). Así, el análisis de los procesos de reforma administrativa en países europeos, norteamericanos o asiáticos se ha desa- rrollado en términos de hasta qué punto pueden explicarse/describirse en relación con la ngp o no (Kettl, 2005; Pollitt et al., 2007; Gualmini, 2008; Christensen y Lægreid, 2001; Cejudo, 2008). Dicha línea de investigación es por supuesto relevante y ha contribuido a esbozar una visión más com- prehensiva de las transformaciones administrativas de los últimos años. Sin embargo, podría decirse que, como consecuencia no deseada, en el camino se han relegado otras discusiones igualmente importantes, como por qué LA LITERATURA COMPARADA SOBRE REFORMAS ADMINISTRATIVAS VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 Gestión y Política Pública 463 razones se implementan reformas que no resultan congruentes con las tra- diciones administrativas nacionales, hasta qué punto las iniciativas impul- sadas han contribuido o no a resolver las carencias sociales o administrativas de los países reformadores, o por qué ciertos países han retomado algunos de los elementos de la ngp y no otros. Selección de casos y limitaciones teóricas Además de los sesgos antes mencionados, la atención centrada en unas cuantas experiencias nacionales ha traído consigo limitaciones importantes para el desarrollo teórico del campo. Primero, valdría la pena preguntarse hasta qué punto en la discusión internacional se ha generado una especie de “circularidad argumentativa”. Por ejemplo, en sus seminarios sobre refor- mas en el sector público, Alasdair Roberts ha llamado la atención sobre publicaciones, como la de Kettl (2005; véanse también Aucoin, 1990; Ver- hoest et al., 2007), en las que se sugiere que las experiencias de países como Nueva Zelanda o el Reino Unido permiten inferir que existe un conjunto de tendencias globales de reforma administrativa (descentralización, flexi- bilización, etc.), cuya existencia después se comprueba al discutir con dete- nimiento los casos de Nueva Zelanda y el Reino Unido, entre otros. Por supuesto, resulta por demás discutible tratar de generar conceptos y teorías con base en unos casos, para después demostrar su existencia o validez por medio de la revisión de los mismos casos (Geddes, 2003). En segundo lugar, cabe preguntarse hasta dónde es posible generalizar los hallazgos, afirmaciones teóricas e inferencias causales ofrecidas en la lite- ratura (King et al., 1994; Lijphart, 1971, 1975). Como se ha señalado, au- tores como Peters (2001) y Pollitt y Bouckaert (2004) han utilizado algunas experiencias de países desarrollados para construir diversas tipologías que permitan clasificar los procesos internacionales de reforma administrativa. Ahora bien, ¿dichas tipologías realmente sirven para predecir, explicar o ca- talogar las experiencias de los países en transición, de los países en desarrollo o, por lo menos, de todos los países desarrollados, o tan sólo sirven para los MAURICIO I. DUSSAUGE LAGUNA 464 Gestión y Política Pública VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 casos estudiados? ¿Podría decirse que las representaciones administrativas de la gobernanza existen en países no europeos o en países con bajos niveles de confianza interpersonal o institucional? ¿En qué medida los conceptos de “Estado regulador” (Majone, 1994), “Estado neoweberiano” (Pollitt y Bouckaert, 2004) o “gobernanza digital” (Dunleavy et al., 2006) resultan sólo europeos o pueden ser productivamente empleados para describir otras realidades administrativas? Por último, podría sugerirse que la atención prestada a unos cuantos casos y sus elementos comunes ha distraído la atención sobre la necesidad de consi- derar y, en su caso, desechar hipótesis alternativas que expliquen los procesos de reforma administrativa. Un ejemplo claro se encuentra en el caso del por- qué diversos países han construido nuevas agencias públicas, a partir de la di- visión de departamentos/ministerios más amplios. Al revisar la literatura, po- dría pensarse de inmediato que lo anterior se debe a las propuestas eficientistas de la ngp. Sin embargo, el surgimiento de agencias independientes de diverso tipo (regulatorias, supervisoras, de coordinación) en distintos países (Francia o México, por ejemplo) pareciera deberse en muchos casos más a estrategias para construir compromisos creíbles (credible commitments) o desviar culpa- bilidades (blame shifting) (Elgie, 2006; Gilardi, 2002; Taliercio, 2004). UNIDADES/NIVELES DE ANáLISIS Y OMISIONES DESCRIPTIVAS Otra característica de los estudios comparados sobre reformas administrati- vas ha sido la atención prestada a los gobiernos nacionales como unidad de análisis, algo que en buena medida ha caracterizado históricamente el cam- po de la administración pública comparada y, en general, de la política com- parada (Peters, 1998a; Page, 1992, 2003a; Jreisat, 2002; Lijphart, 1975). El énfasis en las historias nacionales es necesario en términos descripti- vos/informativos, además de comprensible y justificable en términos teóri- co-metodológicos y prácticos, pero puede resultar problemático en más de un sentido. En primer lugar, el enfoque en casos nacionales vuelve compli- cado saber hasta qué punto las experiencias de reforma de diversos países LA LITERATURA COMPARADA SOBRE REFORMAS ADMINISTRATIVAS VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 Gestión y Política Pública 465 convergen o no en ciertos temas, pues las realidades nacionales son obvia- mente mucho más complejas de lo que a veces reflejan los programas de reforma publicados por los gobiernos federales/centrales de cada país. Un caso que demuestra lo anterior es el de la relación entre tradiciones adminis- trativas y acciones de reforma. Por un lado, muchos estudios han mostrado que el legado del pasado condiciona los procesos de reforma administrativa (Wright, 1994; Page, 1992; Peters, 2005, 2008b; Pollitt y Bouckaert, 2004; Nef, 2003; Lodge, 2003; Pierson, 2004; Pollitt, 2008). En esta línea, al in- troducir el marco teórico de un volumen colectivo sobre reformas a los servicios civiles angloamericanos, Peters (2003, 21) subraya que el “punto más obvio que debe señalarse acerca del rol que las tradiciones administra- tivas tienen para entender las reformas es que la mayoría de las reformas adoptadas en las décadas anteriores enfatizan lagestión y ésta es claramente un componente central de la tradición administrativa angloamericana”. Sin embargo, otros autores han mostrado que a veces dichas tradiciones pare- cieran ser menos importantes de lo que se piensa (Thatcher, 2004, 2007). Por ejemplo, en las conclusiones de su análisis comparado sobre mecanis- mos de control burocrático, Hood destaca que “en términos de control y supervisión de los servicios públicos, el supuesto estilo ‘angloamericano’ es más bien parecido al famoso gato-perro de Giovanni Sartori –una criatura que no existe realmente” (Hood et al., 2004, 193). En segundo lugar, el enfoque en experiencias nacionales ha llevado a olvidar que en muchos casos lo que sucede en un país es una aproximación a lo que sucede dentro del país (Peters, 1998a). Dicho de otra manera, la imagen sobre los procesos de reforma que se obtiene al mirar a los gobier- nos centrales puede o no (como ocurre la mayoría de las veces) ser represen- tativa de lo que está ocurriendo en los gobiernos subnacionales, ya sea en cuanto a los temas de reforma o a los patrones temporales que los mismos siguen. Ejemplos de esto pueden encontrarse en los procesos de implemen- tación de sistemas de gestión del desempeño (Moynihan, 2005, 2008) o en las reformas a los servicios civiles (Kellough y Nigro, 2006) en los gobiernos subnacionales de Estados Unidos vis-à-vis el caso de su gobierno federal, así como en los dispares grados de desarrollo institucional de estrategias anti- MAURICIO I. DUSSAUGE LAGUNA 466 Gestión y Política Pública VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 corrupción y pro rendición de cuentas en los ámbitos federal y estatales mexicanos (Ríos y Cejudo, 2008; Dussauge, en prensa). Capacidad de explicación/predicción Un último punto que valdría la pena discutir en esta sección está relacionado con las dificultades que la literatura comparada ha enfrentado al momento de establecer vínculos causales claros e indiscutibles, que permitan tanto ofre- cer explicaciones persuasivas sobre experiencias nacionales concretas como aventurar predicciones o inferencias causales generales sobre los procesos de reforma administrativa (King et al., 1994; George y Bennett, 2005). En primer lugar, a pesar del amplio número de discusiones que se han desarrollado en las últimas dos décadas, existen numerosas experiencias o casos de reforma en torno a los cuales la literatura no ha logrado ofrecer explicaciones convincentes. ¿Por qué surgió la ngp en unos países y no en otros? ¿Por qué ciertos países implementan ciertos tipos de reformas y no otros, y por qué en ciertos periodos históricos y no en otros? ¿Cómo expli- car, por ejemplo, que mientras destacados autores trataban de explicar las razones que limitaban el desarrollo de las reformas administrativas en Méxi- co (Arellano y Guerrero, 2003), el gobierno federal ponía en marcha dos de las principales transformaciones administrativas de los últimos años (Mén- dez, 2008; Cejudo, 2008)? Si se toma como punto de partida el concepto de tradiciones administrativas, ¿cómo explicar que el Reino Unido introdu- jo su ley de acceso a la información en 2000, tal como lo hicieron Sudáfrica, Moldova y Bulgaria, y no en los sesenta como Estados Unidos (1966) o en los ochenta como Canadá (1983) (Banisar, 2006), países con los que man- tiene más puntos en común? En segundo lugar, la mayoría de los modelos teóricos que se han cons- truido son demasiado complejos, sin que su nivel de elaboración implique necesariamente una mejor capacidad de explicación o predicción de las re- formas ocurridas. Por ejemplo, el prestigioso estudio de Pollitt y Bouckaert (2004) propone un modelo que integra variables como la cultura política, LA LITERATURA COMPARADA SOBRE REFORMAS ADMINISTRATIVAS VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 Gestión y Política Pública 467 la estructura del Estado (federal/unitario) y el tipo de sistema electoral, las ideas de los responsables de tomar las decisiones clave (políticos, funciona- rios senior), entre muchas otras. De manera similar, Christensen y Lægreid (2001) desarrollan un modelo que combina variables económicas e ideoló- gicas, restricciones constitucionales y estructurales, y estilos de gobernanza y tradiciones institucionales. Por su parte, Barzelay y sus colegas desarrollan un modelo que integra variables relacionadas con los tipos de actividades rutinarias en el proceso de elaboración de las políticas públicas, tipos de procesos políticos genéricos, tipos de mecanismos sociales y tipos de facto- res contextuales del proceso de políticas (Barzelay, 2003, 256-257; véanse también Barzelay et al., 2003a, 2003b; Barzelay y Gallego, 2006; Cejudo, 2003). Sin embargo, como señala Aguilar (2006, 152): El resultado de sus elaborados trabajos de investigación han sido modelos, que son más bien marcos de referencia que permiten describir ordenadamente o clasificar las reformas ocurridas más que explicarlas y comprender su sentido, debido a la gran variabilidad de los contextos políticos e institucionales y de las reformas mismas, aunque los autores presenten prematuramente sus resulta- dos de investigación como modelos heurísticos productivos. Al final del día, las explicaciones y conclusiones combinan un poco de todo, reflejando ciertamente las complejidades de las realidades administrativas, pero limitando también la definición de aquellas variables independientes o mecanismos causales que influyen de manera crucial en los procesos de adopción, desarrollo o implementación de la variable dependiente llamada reforma(s) administrativa(s). EL FUTURO DE LA LITERATURA: IDEAS Y PROPUESTAS DE INVESTIGACIóN La sección anterior ha presentado un conjunto de apreciaciones críticas sobre el estado de la literatura comparada. Por supuesto, el paso siguiente es MAURICIO I. DUSSAUGE LAGUNA 468 Gestión y Política Pública VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 ofrecer algunas sugerencias que contribuyan a impulsar y refinar los debates y estudios en la materia. En consecuencia, esta tercera sección ofrece un conjunto de ideas, estrategias y líneas de investigación que podrían consi- derarse en el futuro próximo. La lista aquí propuesta es obviamente tentati- va, con fines indicativos más que exhaustivos o prescriptivos. Ampliar el universo de experiencias nacionales comparadas Hace prácticamente quince años Page (1995, 138) señalaba que “el rango de países que han entrado a la conversación comparada en administración pública por medio de publicaciones en inglés es muy limitado”. Desafortu- nadamente, a la fecha esa realidad sigue persistiendo, lo mismo en lengua inglesa que en nuestro medio latinoamericano. Por lo tanto, una primera sugerencia para la literatura sobre reformas administrativas sería tratar de aumentar el número de casos que se usan como referencia en las compara- ciones, ya sea con la inclusión de las experiencias de reforma de países no desarrollados o incluso con aquellas de países desarrollados que no han formado parte del núcleo de la ngp. La propuesta anterior traería consigo beneficios importantes para el de- sarrollo de la literatura. El primero y más obvio sería, por supuesto, contar con una mayor información empírica que permita desarrollar conversacio- nes comparadas más complejas e interesantes. Un segundo beneficio podría obtenerse en términos de los desarrollos teóricos del campo, pues la infor- mación provista por una mayor variedad y número de casos serviría para matizar, probar o replantear las conjeturas teóricas que se han elaborado (King et al., 1994; Geddes, 2003; Peters, 1998a). Un ejemplo en este senti- do es la manera en que la hipótesis de Majone (1994) sobre el surgimiento del Estado regulador se ha ido enriqueciendo y debatiendo al incluir las experiencias de más países europeos y en desarrollo (Thatcher, 2007; Lodge, 2008; Lodge y Stirton, 2006). Una tercera ventaja que se obtendría seríala de construir conceptos con mayor capacidad de viajar adecuadamen- te (Sartori, 1970), ya sea porque se refinan o porque se insertan en desa- LA LITERATURA COMPARADA SOBRE REFORMAS ADMINISTRATIVAS VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 Gestión y Política Pública 469 rrollos de “familias conceptuales” o “subtipos conceptuales” más amplios (Collier y Mahon, 1993). Por ejemplo, en lugar de plantear una visión en la que las reformas de los países latinoamericanos deben ser (son) o no tipo ngp, podría quizá desarrollarse la idea de un gerencialismo latinoamericano o un gerencialismo profesionalizador, distinto a un gerencialismo europeo o a un gerencialismo puro, pero con elementos en común. Para ello, la literatura sobre democratización ofrece un punto de partida interesante (Collier y Levitsky, 1997). Por último, ampliar el universo de casos serviría también para describir y explicar mejor los patrones de difusión (internacional o entre gobiernos subnacionales) de ciertos temas de reforma administrativa cuyos alcances geográficos son considerables. Los ejemplos de la literatura sobre agencias reguladoras o bancos centrales independientes (Marcussen, 2005, 2007; McNamara, 2002; Gilardi, 2002) podrían retomarse para analizar la implementación de leyes de transparencia, la adopción de nuevas tecnolo- gías informativas o la creación de instituciones de fiscalización o auditoría. Fortalecer la construcción y valoración de hipótesis alternativas Establecer vínculos causales claros en una materia como la de las reformas administrativas es sin duda una tarea complicada, tanto por las dificultades relacionadas con la recopilación de información empírica relevante, como por el número de actores, instituciones y organizaciones involucradas (Brans, 2003; Page, 1995, 2003b; Peters, 1998a). Sin embargo, en algunos casos las aportaciones de la literatura han sido afectadas no sólo por dichas complejidades, sino por el tipo de hipótesis consideradas al revisar las expe- riencias nacionales, muchas veces limitadas por una sobrevaloración de los alcances de la ngp o de la influencia ejercida por países desarrollados/orga- nismos internacionales. Por ello, no está de más resaltar la necesidad de va- lorar en forma sistemática un número más amplio y diverso de hipótesis alternativas al analizar los procesos de reforma administrativa. La implementación de reformas de corte neogerencial en países en desa- rrollo podría analizarse, por ejemplo, no sólo como resultado de imposicio- MAURICIO I. DUSSAUGE LAGUNA 470 Gestión y Política Pública VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 nes de organismos internacionales (Bissessar, 2002), sino como consecuen- cia de otros mecanismos causales, ya sean procesos políticos nacionales más amplios (Cejudo, 2008; Pardo, 2008), patrones de isomorfismo institucio- nal de tipo “mimético” (Ramió y Salvador, 2005; DiMaggio y Powell, 1983) o iniciativas de “transferencia condicionada” por actores burocráticos nacio- nales (Rose, 1993, 2005; Weyland, 2006; Dussauge, 2009c). En este mismo sentido, el desarrollo de nuevos mecanismos de coordinación podría mirarse como una respuesta a la atomización del Estado causada por reformas neoge- renciales (Culebro, 2008; Christensen y Lægreid, 2006; Halligan, 2007; Verhoest et al., 2007), pero también podría investigarse si en realidad son consecuencia de otros factores, como la lucha contra el terrorismo, la euro- peización de las políticas públicas, la internacionalización económica o la baja capacidad administrativa de los Estados (Kettl, 2003; Wright y Ha- yward, 2000; Ben-Gera, 2004; Thatcher, 2007; Dussauge, 2009b). Finalmente, el tipo de hipótesis utilizadas podría ampliarse no sólo en términos del número de explicaciones alternativas consideradas, sino en la forma en la que las mismas se construyen. Aunque en algunos casos las re- formas administrativas podrán explicarse con referencia a coyunturas (e.g. crisis económicas) o ciclos temporales breves o específicos (e.g. ciclos políti- co-electorales), en otros casos tal vez las explicaciones sólo puedan encon- trarse al considerar periodos históricos de más largo plazo (Pierson, 2004; Pollitt, 2008). Por ejemplo, una explicación más completa de por qué se creó el servicio profesional de carrera mexicano en 2003 quizás deba tomar en cuenta tanto los esfuerzos de la coalición reformista que impulsó la ley en 2000-2003 (Méndez, 2008; Pardo, 2008) como el proceso de madura- ción que el tema había alcanzado en las décadas previas. Fomentar los estudios comparados de otras unidades/ niveles de análisis Como se ha mencionado, los estudios comparados sobre reforma adminis- trativa siguen reflejando lo que Stein Rokkan llamó whole-nation bias (cita- LA LITERATURA COMPARADA SOBRE REFORMAS ADMINISTRATIVAS VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 Gestión y Política Pública 471 do por Lijphart, 1975, 167), es decir, un sesgo hacia el estudio de experien- cias nacionales como un todo. Este problema se ha acentuado, además, por la tendencia (visible en las columnas de la izquierda del cuadro 4) a desarro- llar volúmenes en los que simplemente se ofrece una “yuxtaposición de casos nacionales” (Page, 1995), que no siempre se acompaña de un marco teórico compartido o una introducción/conclusión global. Por lo tanto, otra suge- rencia para el futuro desarrollo de la literatura en esta materia sería diversifi- car las unidades de análisis empleadas al conducir estudios comparados. Algunas ideas y propuestas teórico-metodológicas interesantes pueden encontrarse en los análisis recientes de Ingraham y sus colegas (2003) sobre reformas y capacidades administrativas, o en el estudio de Moynihan (2008) sobre la implementación de mecanismos de gestión del desempeño, ambos basados en las experiencias de los gobiernos subnacionales de Esta- dos Unidos; en la revisión de mecanismos de control burocrático en diver- sos tipos de agencias públicas (y en diversos países) desarrollada por Hood et al. (2004) o en la investigación de Pollitt (2005) sobre el uso de sistemas de gestión e información de desempeño en cuatro áreas de política pública de cuatro gobiernos europeos. Por último, el estudio que actualmente coor- dinan Ríos y Cejudo (2008) sobre instituciones y reformas en materia de rendición de cuentas en gobiernos subnacionales en México promete arro- jar resultados igualmente interesantes en esta línea. Incrementar el estudio comparado de áreas/temas de reforma En estrecho vínculo con el punto anterior, podría también destacarse la im- portancia de promover un mayor número de estudios que comparen las ex- periencias de reforma por tema, más que por procesos integrales de reforma administrativa. Dada la complejidad de construir propuestas teóricas de al- cance general, esta estrategia de investigación podría ofrecer ideas y conclu- siones más acotadas pero también más sólidas. Así ha sido el caso, por ejem- plo, de algunos estudios recientes sobre gestión del desempeño (Cunill y Ospina, 2003; Bouckaert y Halligan, 2008; Moynihan, 2005), presupuestos MAURICIO I. DUSSAUGE LAGUNA 472 Gestión y Política Pública VOLUMEN XVIII . NÚMERO 2 . II SEMESTRE DE 2009 por resultados (Arellano, 2004), agencias independientes (Pollitt y Talbot, 2004; Verhoest et al., 2004), reformas regulatorias (Thatcher, 2007), meca- nismos de control (Hood et al., 2004), esquemas de funcionarios senior (Page y Wright, 2007) o sistemas de profesionalización administrativa (Longo y Ramió, 2008). Más allá de sus posibles limitaciones específicas, estos estudios han comenzado a ofrecer interpretaciones interesantes. La producción de más estudios comparados en torno a áreas o temas es- pecíficos de reforma podrían contribuir a develar los mecanismos causales que explican por qué ciertos temas de reforma resultan más fáciles de imple- mentar/difundir internacionalmente que otros (e.g. leyes de acceso a la infor-
Compartir