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Mitos sobre la Agresión Sexual Validación de una Escala en Universitarios en México

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ACTA DE INVESTIGACIÓN PSICOLÓGICA. VOL. 9 NÚMERO 1 · ABRIL 2019 DOI: https://doi.org/10.22201/fpsi.20074719e.2019.1.0998
ORIGINAL
Mitos sobre la Agresión Sexual: 
Validación de una Escala en Universitarios en México
Myths about Sexual Aggression: 
Validation of a Scale in University Students in Mexico
Brando Bernal-Baldenebroa, Bertha Margarita Viñas-Velázquez1 a, Manuel Alejandro Mejía-Ramírezb
a Facultad de Medicina y Psicología, Universidad Autónoma de Baja California
b Escuela de Psicología, CETYS Universidad, Campus Tijuana.
Recibido el 15 de septiembre de 2018; aceptado el 15 de marzo de 2019
Resumen
La agresión sexual es un problema psicosocial muy poco reconocido debido a los mitos a su alrededor, graduados y media-
tizados por la cultura del grupo social (Caballero, 2006). En el presente estudio se asume la agresión sexual como la base 
para todo tipo de violencia de tipo sexual. Se realizaron dos estudios, el primero valida la escala AMMSA, en versión mexi-
cana, originalmente desarrollada en Alemania (Gerger, Kley, Bohner, & Siebler, 2007); el segundo, determina el grado de 
aceptación de los mitos de agresión sexual en estudiantes universitarios del Norte de México. La muestra no probabilística 
fue de 128 y 400 estudiantes para cada estudio, respectivamente. Los resultados del primer estudio indican una consisten-
cia interna de la versión mexicana del AMMSA (α = .93), concordantes con los resultados de la prueba original (α entre 
.90 y .95); y la externa, presenta una correlación positiva alta y significativa con la versión mexicana del Inventario de Se-
xismo Ambivalente (r = .68, p < .001), demostrando propiedades psicométricas adecuadas. Se encontró mayor aceptación 
de los mitos de agresión sexual entre los hombres en comparación a las mujeres, y el menor grado de aceptación de estos 
en la Facultad de Medicina y Psicología. 
Palabras Clave: Agresión sexual, Escala AMMSA, Análisis factorial, Estudiantes universitarios, Frontera norte de 
México
Abstract
Sexual aggression is a psychosocial and public health problem rarely recognized socially as such, due to the myths around 
it, graded and mediated by culture of social group in which the phenomenon occurs (Caballero, 2006). In the state of 
Baja California, Art. 180 of the criminal code defines sexual abuse as the act “that without the consent of a person executes 
in it or makes it execute a sexual, without the purpose of reaching copulation” (p. 48). In the present study we assume, 
like the authors of the AMMSA, originally developed in Germany (Gerger, et al., 2007) that sexual aggression is the basis 
for all types of sexual violence. Two studies were carried out, the first with the purpose of validating the AMMSA scale in 
the Mexican version; and the second, to determine the degree of acceptance of the sexual aggression myths in students 
of a public university in Northern Mexico. A sample of 128 students was obtained for the first study and 400 students 
1 Correspondencia: Bertha Margarita Viñas-Velázquez; Número telefónico: oficina (664) 682 12 33; celular: (664) 307 19 28; Correo 
electrónico: margarita.vinas@uabc.edu.mx; Domicilio: Calzada Universidad #14418, Parque Industrial Internacional Tijuana, Tijuana Baja 
California, México, C.P. 22427.
MITOS SOBRE AGRESIÓN SEXUAL: VALIDACIÓN DE UNA ESCALA 
B. Bernal Baldenebro et al.
DOI: https://doi.org/10.22201/fpsi.20074719e.2019.1.09 ACTA DE INVESTIGACIÓN PSICOLÓGICA. VOL. 9 NÚMERO 1 · ABRIL 2019 99
El presente estudio tiene como objetivo principal de-
terminar el grado de aceptación de los mitos de la agre-
sión sexual que tienen estudiantes universitarios de una 
universidad pública del Norte de México, por medio del 
instrumento Acceptance of Modern Myths about Sexual Aggression 
(AMMSA) desarrollado por Gerger, Kley, Bohner, y Siebler 
(2007). Considerando como mito las creencias perjudicia-
les, estereotipadas o falsas de la violación, las víctimas y el 
agresor (Burt, 1980). Esta investigación es útil para cono-
cer la aceptación de una población presumiblemente joven 
ante uno de los problemas sociales y de salud pública más 
comunes que existen en la actualidad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) (2011) 
define la violencia sexual como “cualquier acto sexual, la 
tentativa de consumar un acto sexual u otro acto dirigido 
contra la sexualidad de una persona mediante coacción por 
otra persona, independientemente de su relación con la 
víctima, en cualquier ámbito incluidos el hogar y el lugar 
de trabajo”. En el Estado de Baja California, el Art. 180 del 
código penal define abuso sexual como el acto “al que sin 
consentimiento de una persona ejecute en ella o lo haga 
ejecutar un acto sexual, sin el propósito de llegar a la có-
pula” (p. 47).
En las definiciones anteriores se implica la agresión se-
xual, por lo que el presente estudio se considera, al igual 
que los autores de la AMMSA, que la agresión sexual es la 
base para todo tipo de violencia de tipo sexual. Sin embar-
go, llegar a una definición universal de agresión sexual es 
una tarea complicada, ya que es un fenómeno en donde se 
presentan y se concentran “diversas causas, modalidades 
y consecuencias, matizadas y mediadas por la cultura del 
grupo social en el que ocurre el fenómeno” (Caballero, 
2006, p. 431). Así, la mayoría de las definiciones concuer-
dan con que se trata de la realización de un acto sexual sin 
el consentimiento lícito por alguna de las personas involu-
cradas, la persona agredida, es decir, la víctima.
La agresión sexual trae una serie de consecuencias graves 
para la persona víctima de ese crimen. La literatura muestra 
que estas personas son susceptibles a desarrollar trastornos 
mentales. Entre los más comunes son la presencia de de-
presión (González-Forteza, Ramos-Lira, Vignau-Brambila, 
& Ramírez-Villarreal, 2001; OMS, 2013; Ramos-Lira, Sal-
tijeral-Méndez, Romero-Mendoza, Caballero-Gutiérrez, & 
Martínez-Vélez, 2001) y el estrés post-traumático (Amor, 
Bohórquez, & Echeburúa, 2006). Asimismo, muestran con 
más frecuencia ideaciones suicidas e intentos de suicidio 
en las personas atacadas sexualmente en comparación a 
las que jamás han sido víctimas de alguna agresión sexual 
(González-Forteza et al., 2001; Joiner et al., 2007).
Las agresiones sexuales son uno de los problemas de sa-
lud pública más frecuentes que enfrenta la sociedad. Es un 
fenómeno mundial que no discrimina fronteras o cultu-
ras, sin embargo, la incidencia de casos varía significativa-
mente de país a país (Abrahams et al., 2014; Bott, Guedes, 
Goodwin, & Mendoza, 2012).
Las mujeres son el blanco más común de los delitos de 
tipo sexual. Se estima que a nivel mundial el 35% de las 
mujeres en el mundo ha experimentado ataque de violen-
cia física y/o sexual (United Nations, 2015). Los crímenes 
del tipo de violencia sexual han aumentado en los últimos 
años pese a los esfuerzos de las autoridades. En los Estados 
Unidos de América (E.E.U.U.) se presentó un aumento del 
for the second, a non-probabilistic method was used. The results of the first study indicate an internal consistency of the 
Mexican version of AMMSA (α = .93), which agrees with the results of the original test (α between .90 and .95); and 
external presents a high and significant positive correlation with the Mexican version of the Ambivalent Sexism Inventory 
(r = .68, p <.001). It is demonstrated that the psychometric properties of AMMSA were adequate during its application in 
university students of the northwest of Mexico, obtaining a high degree of reliability and validity. It is important to note 
the fact that men tend to accept the myths of sexual assault. This coincides with the popular belief that, within the role of 
men, one must be tough, aggressive and dominant in their interpersonal relationships (Herman, 1988, Hirigoyen, 2006). 
This is shown when reviewing that men are, by a wide margin, the biggest aggressors when it comes to issues of sexual 
violence. When comparing the degreeof acceptance among the Faculties under study, the lowest average was observed in 
the Faculty of Medicine and Psychology. 
Keywords: Sexual aggression, AMMSA scale, Factor analysis, University students, Northern border of Mexico
MITOS SOBRE AGRESIÓN SEXUAL: VALIDACIÓN DE UNA ESCALA 
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25% en los casos reportados de crímenes sexuales entre 
los años de 2005 y 2007 (Rand, 2008; Truman & Rand, 
2010). En 2015 se calculaba la cifra de 5.6 millones de 
mujeres víctimas de algún tipo de agresión sexual en los 
últimos 12 meses (Smith et al., 2018).
Mientras que, en el plano mexicano, se revela que el 
32% de mujeres han padecido alguna agresión sexual en 
algún punto de sus vidas (Instituto Nacional de Estadística 
y Geografía [INEGI], 2015). Se estimaron 2, 996,180 crí-
menes sexuales entre los años de 2010 y 2015, en donde 
el 90% de las víctimas fueron mujeres (Comisión Ejecutiva 
de Atención a Víctimas [CEAV], 2016). Lo que corrobora 
que México no está exento de este tipo de agresión, y que 
son las mujeres las víctimas más comunes de este tipo de 
crimen. 
Particularmente, la Encuesta Nacional sobre la Dinámi-
ca de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2011, re-
portó que un 20% de las encuestadas de la Ciudad de Mé-
xico fueron agredidas en el ámbito escolar por profesores, 
figuras de autoridad o compañeros. La mayor incidencia 
de agresiones fueron las de tipo emocional, seguida por 
la física y enseguida por la sexual; en este último tipo de 
agresión se reportaron caricias indeseadas, proposiciones 
de relaciones sexuales donde las jóvenes son amenazadas 
con reprobación si no acceden a las peticiones de profe-
sores, u otras represalias dependiendo del tipo de agresor. 
En la época actual, la agresión sexual, se ha convertido 
en una problemática “invisible”, en parte porque muchas 
víctimas no reportan el suceso a las autoridades compe-
tentes (Wolitzky-Taylor et al., 2011). En México se estima 
que más del 90% de los casos no son reportados (INEGI, 
2017). Algunas de las razones por las que las mujeres no 
denuncian es debido a que las víctimas: a) consideraron 
que se trató de algo sin importancia, que no afectó; b) 
sintieron miedo a las consecuencias o amenazas; c) sienten 
vergüenza por ser víctimas sexuales; d) no sabían cómo o 
dónde denunciar; y, porque e) pensaron que no les iban a 
creer o que iban a decir que era su culpa (INEGI, 2016). Se 
considera que detrás de esas razones para la no denuncia, 
son precisamente, la aceptación de los mitos de la agresión 
sexual (Egan & Wilson, 2012). 
Lo que está íntimamente relacionado con la impunidad 
criminal, al continuarse viendo en la corte judicial a la víc-
tima como la culpable (Herman, 1988; Hildebrand & Naj-
dowski, 2015). De tal forma, que los mitos de la violación 
justifican al agresor y culpabilizan a la víctima (Hildebrand 
& Najdowski, 2015; Weiss, 2009; 2010). 
Herman (1988), desde una perspectiva histórica, se-
ñala que vivimos en una cultura tradicional en donde está 
normalizada la agresión sexual contra las mujeres como 
resultado del actuar de hombres y mujeres conforme a los 
estereotipos de género masculino y femenino, respectiva-
mente. Lo que refuerza, alberga, y promueve una visión 
natural y normal de que una relación involucra conduc-
ta agresiva por parte del hombre. Lo que hace inminente 
conocer el nivel en que se siguen presentando los mitos 
sobre la agresión sexual en las nuevas generaciones de jó-
venes, y con ello, facilitar la implementación de progra-
mas reeducativos que desmitifiquen y desnaturalicen tales 
creencias de autoridad y poder, con el fin de construir las 
bases para una cultura de respeto. El hostigamiento y acoso 
sexual se presenta en diferentes ámbitos y uno muy fre-
cuente, como se ha mencionado, es el educativo (Hernán-
dez-Herrera, Jiménez-García, & Guadarrama-Tapia, 2015), 
y posteriormente, el laboral (A. Herrera, Herrera, & Expó-
sito, 2016) en donde estas/os jóvenes se incorporarán en 
poco tiempo. 
Para la detección de la aceptación de los mitos sobre la 
violación, se han creado diversas escalas desde la década de 
los 80’s. Gerger et al. (2007) realizan un análisis de estas 
donde encontraron resultados que generalmente proveen 
valores bajos (2 a 2.5) en escalas de valores del 1 al 7; 
los autores mencionan que estos resultados no indican una 
aceptación menor de los mitos de violación, sino que re-
flejan la interiorización de las respuestas políticamente co-
rrectas acerca de la violación y del sexismo, considerando 
sexismo como “la expresión del prejuicio en base al sexo, 
y a su construcción social: el género” (Uribe & Espinosa, 
2018, p. 63). Esto indica que las escalas enfocadas en me-
dir la aceptación de los mitos de la violación proporcionan 
valores que, aunque estadísticamente consistentes, no re-
flejan propiamente las creencias de la muestra. Como solu-
ción a ello, Gerger et al. (2007) crearon la escala AMMSA 
para medir la aceptación de los mitos sobre la agresión 
sexual (en vez de violación) con un acercamiento y redac-
ción más sutiles.
En un estudio exploratorio inicial, Saldívar-Hernández, 
Ramos-Lira y Saltirejal-Méndez (2004) establecen que la 
aceptación de la violencia y la aceptación de los mitos sobre 
la violencia de tipo sexual es un tema actual, aunque poco 
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estudiado en México. Utilizando una Escala de Aceptación 
de los Mitos de la Violación, basada en 12 reactivos de la 
escala de Burt (1980), y cuatro reactivos de la escala de C. 
Struckman-Johnson y Struckman-Johnson (1992); encon-
traron en la percepción de la muestra, la creencia del mito 
en que las mujeres violadas merecen este tipo de ataque si 
se han comportado “inapropiadamente”, y en un segun-
do lugar, que un hombre no puede ser violado, y la culpa 
atribuida a los hombres que sufren de una agresión sexual. 
Con base a lo anteriormente expuesto, la presente in-
vestigación se plantea la pregunta acerca de la utilidad de 
un instrumento para medir la aceptación de mitos sobre la 
agresión sexual en contexto mexicano. Para ello se realiza-
ron dos estudios, uno para la validación y confiabilidad de 
la adaptación del instrumento, y el segundo, para deter-
minar el nivel de aceptación de los mitos sobre violencia 
sexual. Se hipotetizó que la adaptación del instrumento a 
contexto mexicano tendría propiedades psicométricas si-
milares a los estudios previos (Gerger et al., 2007; Megías, 
Romero-Sánchez, Durán, Moya, & Bohner, 2011), y que 
se obtendrían patrones de diferencias en los estudiantes 
universitarios similares a variables relacionadas, como las 
diferencias entre estudiantes de diferentes facultades (Sal-
dívar-Hernández, Ramos-Lira, & Saltirejal-Méndez, 2007; 
Trujano-Ruiz, & Raich I Escursell, 2000), o diferencias en-
tre hombres y mujeres (Romero-Sánchez, Megías, Carrete-
ro-Dios, & Rincón, 2013).
Estudio 1
Este primer estudio descriptivo de corte transversal se rea-
lizó con el propósito de obtener una validación mexica-
na de la Acceptance of Modern Myths about Sexual Aggression Scale 
(AMMSA) a través de su comparación con otras escalas de 
variables relacionadas.
Muestra
Participaron 128 estudiantes de ambos sexos (74 mujeres 
y 54 hombres), estudiantes de las licenciaturas del área de 
Ciencias de la Salud, con un rango de 18 a 31 años (Media 
= 20.42, DE = 2.07), seleccionados de manera no proba-
bilística. Los criterios de selección fueron que: estuvieran 
inscritos en la institución educativa, que cursaran alguna 
de las carreras en las que realizaría el estudio, y la partici-
pación sería estrictamente voluntaria.
Instrumentos
La escala Acceptance of Modern Myths about SexualAggression (AMM-
SA) (Gerger et al., 2007) es tipo auto-informe y consiste en 
30 reactivos que evalúan las creencias más comunes acerca 
de la agresión sexual (ej. “Si una mujer es tan imprudente 
como para caminar en un callejón oscuro por la noche, en-
tonces es parcialmente culpable si resulta violada”, “Cuan-
do se trata de contacto sexual, las mujeres esperan que el 
hombre tome la iniciativa”, “Cuando los políticos hablan 
del tema de violación, lo hacen principalmente porque este 
tema atrae a los medios de comunicación”). Los partici-
pantes indican su nivel de acuerdo o desacuerdo en una 
escala con respuesta tipo Likert, la cual va desde el 1 (to-
talmente en desacuerdo) hasta el 7 (totalmente de acuer-
do). Para este estudio, el puntaje total por participante se 
obtuvo como el promedio de todos los reactivos contesta-
dos (puntaje mínimo de 1, y máximo de 7; mayor puntaje 
indicando mayor aceptación de los mitos sobre agresión 
sexual). Con el fin de validar la escala, se partió del AMMSA 
original en inglés, y se realizó la traducción y adecuación 
de la redacción al contexto de estudiantes universitarios del 
noroeste mexicano, sin realizar cambios en los reactivos. En 
su versión original presenta un coeficiente de confiabilidad 
de entre .91 y .95 (Gerger et al., 2007). En otros estudios 
donde se ha validado esta escala en países hispanohablantes 
ha presentado coeficientes de confiabilidad altos, 0.87 en 
su versión colombiana (Romero-Sánchez et al., 2013) y un 
alfa de 0.91 en su versión española (Megías et al., 2011).
Inventario de Sexismo Ambivalente (ISA) (Glick y Fiske, 1996), 
en su versión adaptada para población mexicana (Cruz-To-
rres, Zempoaltecatl-Alonso, & Correa-Romero, 2005). Este 
instrumento permite evaluar el nivel de sexismo a través 
de una escala conformada por 24 ítems que se presentan 
en una escala tipo Likert, la cual va desde el 1 (totalmente 
falso) hasta el 5 (totalmente cierto). Obtuvo un nivel de 
confiabilidad de 0.84 en el análisis estadístico.
Escala de Aceptación de Mitos de Violación (AMV). Se compone 
de 12 reactivos con respuesta tipo Likert con tres opcio-
nes, divididos en dos subescalas: culpa de las víctimas e 
invulnerabilidad del hombre ante la violación. La primera 
subescala se construyó tomando los ocho reactivos ori-
ginales de la escala de Burt (1980), la segunda subescala 
está compuesta con otros cuatro reactivos de la escala de C. 
Struckman-Johnson y Struckman-Johnson (1992). La es-
cala AMV explora el grado de conformidad hacia los mitos 
MITOS SOBRE AGRESIÓN SEXUAL: VALIDACIÓN DE UNA ESCALA 
B. Bernal Baldenebro et al.
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de la violación, y cuenta con buenos coeficientes de con-
fiabilidad (entre 0.80 y 0.84) en aplicaciones con muestra 
mexicana (Saldívar-Hernández et al., 2004).
Procedimiento
La aplicación de instrumentos se llevó a cabo dentro de las 
aulas en donde los estudiantes toman clase. La aplicación 
de instrumentos comprendió el mes de septiembre, 2017. 
Se dieron instrucciones orales y escritas, y se enseñó cómo 
llenar los instrumentos correctamente. El llenado de las es-
calas tomó de 15 a 20 minutos.
Las consideraciones éticas consistieron en explicar a 
los participantes antes de la aplicación la naturaleza de los 
temas que abordaría la investigación; se les indicó confi-
dencialidad del manejo de los datos y que no recibirían 
compensación alguna. Se brindó el correo institucional de 
uno de los investigadores para atender dudas o comenta-
rios pertinentes a la investigación, así como, los datos de 
la clínica psicológica de la universidad para acudir en caso 
necesario.
Resultados
Análisis Factorial Confirmatorio
En estudios previos con la escala AMMSA (Gerger et al., 
2007; Megías et al., 2011) se han obtenido soluciones 
de un solo factor mediante Análisis Factorial Exploratorio 
(AFE). En este estudio se aplicó un análisis factorial con-
firmatorio (AFC), utilizando el paquete estadístico lavaan 
(Rosseel, 2012) en R (R Core Team, 2013). Con la solu-
ción de un solo factor, ninguno de los índices de ajuste 
obtuvo puntuaciones de buen ajuste (Valor p de Ji cuadra-
da <.001, CFI = 0.737, NNFI = 0.718, RMSEA = 0.085, 
SRMR = 0.080, n = 115 casos completos). 
Por estos resultados, se realizó un análisis factorial ex-
ploratorio en R de la AMMSA con la intención de identificar 
posibles factores extra. La prueba de esfericidad de Bartlett, 
χ2(435)=1694.8, p<.001, y el valor del índice KMO de 
0.86, confirmaron que las correlaciones entre ítems eran 
apropiadas para llevar a cabo el análisis factorial. En primer 
momento, se realizó un AFE en R (R Core Team, 2013). 
Se obtuvieron 2 factores con un análisis paralelo (Horn, 
1965). Estos factores explicaban el 39.8% de la varianza. 
El primer factor con un valor Eigen de 9.2, mientras que el 
segundo de 1.0. Debido a que el primer factor explicaba 
9.2 veces más varianza que el siguiente factor, y por una 
inspección visual del gráfico de sedimentación, se realizó 
un segundo AFE con una solución de un solo factor. Esta so-
lución obtuvo cargas factoriales de todos los reactivos ma-
yores a 0.3, explicando el 32% de la varianza, por lo que se 
replicó exitosamente el resultado de estudios previos sólo 
con AFE (Gerger et al., 2007; Megías et al., 2011). 
Consistencia interna
La escala AMMSA arrojó una excelente consistencia interna 
(α = .93), lo cual concuerda con los resultados de la prue-
ba original (α entre .90 y .95), así como con sus adapta-
ciones a la población española (α = .91) y colombiana 
(α = .87). Por lo anterior, se conservan todos los ítems 
para su adaptación al contexto mexicano.
Evidencias externas de validez
Se encontró que la versión mexicana del AMMSA presenta 
una correlación positiva alta y significativa con la versión 
mexicana del Inventario de Sexismo Ambivalente (r = .68, 
p < .001). Mientras que, con la Escala de Aceptación de 
Mitos de Violación tiene una correlación positiva modera-
da y significativa (r = .45, p < .001).
Estudio 2
Este estudio descriptivo de corte transversal se llevó a cabo 
para determinar el grado de aceptación de los mitos acerca 
de la agresión sexual en estudiantes de la Universidad Au-
tónoma de Baja California (UABC). 
Muestra
Participaron 402 estudiantes (se incluyeron los 128 del Es-
tudio 1) de ambos sexos. Se excluyeron dos participantes 
que decidieron no contestar completa la escala AMMSA, 
por lo que la muestra final fue de 400 estudiantes (242 
mujeres y 158 hombres), entre 18 y 31 años (Media = 
21.02, DE= 2.17). La muestra se seleccionó de manera no 
probabilística de las Facultades de: Medicina y Psicología, 
Odontología, Derecho, y Humanidades de la UABC. Se apli-
caron los mismos criterios de selección que en el Estudio 1.
Instrumentos
Se utiliza la escala Acceptance of Modern Myths about Sexual Aggres-
sion (Gerger et al. 2007) descrita en la Estudio 1.
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Procedimiento
El procedimiento fue igual al que se utilizó en el primer 
estudio. El llenado de la escala tomó de 10 a 15 minutos. Se 
tomaron las mismas consideraciones éticas que el primer 
estudio. La aplicación de la escala fue entre los meses de 
octubre y noviembre, 2017.
Resultados
Análisis factorial confirmatorio
Considerando los resultados con poco ajuste que se obtu-
vieron con la primera muestra (n = 128), se replicó el AFC 
con la muestra ampliada en este Estudio 2 (n = 354, casos 
completos), con la hipótesis de que el bajo ajuste al modelo 
de un solo factor (Gerger et al., 2007; Megías et al., 2011) 
haya sido debido a la muestra más pequeña. En este segun-
do análisis, los índices mejoraron (valor p de Ji cuadrada < 
.001, CFI = 0.803, NNFI = 0.788, RMSEA = 0.061,SRMR 
= 0.062), dos de ellos indicando un buen ajuste del mode-
lo de un solo factor (RMSEA < SRMR < 0.08). 
Con estos resultados, se decidió explorar la estructura 
factorial con esta muestra ampliada. Los análisis se realiza-
ron en el mismo software estadístico. La prueba de esferi-
cidad de Bartlett, χ2(435)=3522.3, p<.001, y el valor del 
índice KMO de 0.911, confirmaron que las correlaciones 
entre ítems eran apropiadas. Se obtuvieron 3 factores con 
un análisis paralelo, explicando el 30.1% de la varianza. 
El primer factor (valor Eigen = 8.2) agrupó reactivos con 
temáticas más relacionadas con el consentimiento y las 
expectativas de hombres y mujeres en un evento sexual 
(reactivos 1, 2, 3, 4, 6, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 15, 17, 18, 21, 
24); el segundo factor (valor Eigen = 1.3) agrupó reactivos 
con temática de creencias acerca de la mujer como víctima 
de agresiones sexuales (reactivos 7, 16, 26, 27, 28, 29, 
30); el tercer factor (valor Eigen = 1.1) agrupó reactivos so-
bre política pública y relaciones sexuales en el matrimonio 
(reactivos 5, 14, 19, 20, 22, 23, 25).
Consistencia interna
La escala AMMSA arrojó una consistencia interna alta (α = 
.91), lo cual concuerda con los resultados que se obtuvie-
ron en el primer estudio.
Descriptivos
En la tabla 1 se describen los promedios por cada Facultad. 
En la tabla 2 se observa que existen diferencias significati-
vas entre las medias de la Facultad de Medicina y Psicología 
y la Facultad de Derecho, en relación con los resultados 
Tabla 1
Estadística descriptiva por cada facultad en la escala AMMSA
Facultad 
Total Hombres Mujeres
Media DE n Media DE n Media DE n
Derecho 3.53 0.74 68 3.69 0.79 32 3.39 0.68 36
Humanidades 3.38 0.94 71 3.77 0.97 24 3.17 0.87 47
Medicina y Psicología 2.85 0.88 201 3.17 0.84 83 2.63 0.84 118
Odontología 3.15 1.11 60 3.88 0.63 19 2.81 1.21 41
Total 3.14 0.96 400 3.45 0.89 158 2.88 0.92 242
Tabla 2
Comparaciones múltiples de los resultados promedio entre diferentes facultades, en la escala AMMSA
  Diferencia t p tukey 
Derecho 
  
  
Humanidades 0.158 1.024 .731 
Medicina y Psicología 0.685 5.375 < .001 
Odontología 0.385 2.397 .077 
Humanidades 
  
Medicina y Psicología 0.527 4.203 < .001 
Odontología 0.228 1.430 .475 
Medicina y Psicología Odontología -0.299 -2.239 .112 
Nota: Valores t son resultado de pruebas de hipótesis mediante t de Student para muestras 
independientes, los valores p se muestran corregidos para comparaciones múltiples.
MITOS SOBRE AGRESIÓN SEXUAL: VALIDACIÓN DE UNA ESCALA 
B. Bernal Baldenebro et al.
ACTA DE INVESTIGACIÓN PSICOLÓGICA. VOL. 9 NÚMERO 1 · ABRIL 2019 DOI: https://doi.org/10.22201/fpsi.20074719e.2019.1.09104
obtenidos del AMMSA, lo que significa que la Facultad de 
Derecho acepta en mayor grado las creencias más comunes 
acerca de la agresión sexual. Asimismo, entre estudiantes 
de Humanidades y de Medicina y Psicología se observó 
una diferencia significativa, teniendo los estudiantes de 
Humanidades mayor aceptación hacia mitos sobre la agre-
sión sexual. Entre las demás comparaciones entre faculta-
des no se presentaron diferencias significativas. 
Se encontró una diferencia significativa entre las me-
dias de los hombres y las mujeres (p < .001), donde los 
hombres (Media = 3.45, DE = 0.89) aceptan en mayor 
grado los mitos de la agresión sexual descritos en el AMM-
SA que las mujeres (Media = 2.88, DE = 0.92).
En una revisión de los promedios por reactivo (ver Ta-
bla 3), los participantes de este estudio puntuaron más alto 
en los reactivos 14, 19 y 25. Estas puntuaciones indican 
una mayor aceptación de mitos como “Debido a que la 
fascinación causada por el sexo es desproporcionadamente 
grande, la sensibilidad de nuestra sociedad hacia los crí-
menes sexuales también es desproporcionada”, “Cuando 
los políticos hablan del tema de violación, lo hacen prin-
cipalmente porque este tema atrae a los medios de comu-
nicación”, y “Aunque las víctimas de robo a mano armada 
temen por sus vidas, reciben mucho menos apoyo psicoló-
gico que las víctimas de violación”.
Los mismos participantes puntuaron más bajo en los 
reactivos 11 y 12 (ver Tabla 3), indicando una menor acep-
tación de mitos como “Si una mujer es tan imprudente 
como para caminar en un callejón oscuro por la noche, 
entonces es parcialmente culpable si resulta violada”, y 
“Cuando una mujer empieza una relación con un hombre, 
ella debe estar consciente que el hombre reclamará su de-
recho a tener relaciones sexuales”. 
Los resultados obtenidos en este estudio son compara-
bles a los reportados por Gerger et al. (2007) para hombres 
(M=3.60) y mujeres (M=3.07); al igual que en el estudio 
de Megías et al. (2011) con muestra española, hombres 
(M= 3.32) y mujeres (M=2.96).
Discusión
En este estudio se aporta evidencia de validez de la escala 
AMMSA adaptada a población mexicana, que permite la 
medición de mitos sobre la agresión sexual. Esta esca-
la, como muestran los resultados, muestra alto grado de 
confiabilidad, y evidencias de validez de constructo por su 
relación con mitos sobre violación y sexismo. Se demues-
tra la utilidad de esta escala mostrando datos de estudiantes 
universitarios en el noroeste de México, con las compara-
ciones que esto permite. 
La aplicación de la escala con únicamente muestra uni-
versitaria de una ciudad fronteriza es una limitación para la 
generalización de los resultados descriptivos encontrados. 
La aportación original de este estudio está en el brindar un 
Tabla 3
Estadísticos descriptivos por cada reactivo de la escala AMMSA
Reactivos
Todos Hombres Mujeres
Media DE Media DE Media DE
AM 1 3.994 1.666 4.158 1.586 3.884 1.648
AM 2 2.305 1.589 2.592 1.601 2.075 1.553
AM 3 2.257 1.721 2.707 1.830 1.950 1.537
AM 4 3.172 1.697 3.709 1.577 2.814 1.643
AM 5 3.475 1.957 4.032 1.895 3.160 1.887
AM 6 3.879 2.157 4.204 1.993 3.631 2.181
AM 7 3.667 1.804 4.102 1.722 3.525 1.865
AM 8 3.362 1.960 3.614 1.758 3.333 2.073
AM 9 2.347 1.827 2.797 1.986 1.983 1.572
AM 10 2.568 1.824 3.000 1.816 2.310 1.754
AM 11 1.667 1.427 2.013 1.721 1.417 1.117
AM 12 1.952 1.648 2.420 1.861 1.591 1.376
AM 13 2.655 1.842 3.261 1.791 2.260 1.748
AM 14 4.034 1.825 4.223 1.567 3.908 1.945
AM 15 3.667 2.111 4.045 2.046 3.531 2.100
AM 16 3.316 1.998 4.135 1.817 2.826 1.899
AM 17 2.274 1.888 2.490 1.849 2.083 1.857
AM 18 2.929 1.865 3.273 1.834 2.713 1.849
AM 19 4.277 1.851 4.462 1.724 4.162 1.900
AM 20 3.944 2.180 4.115 1.905 3.817 2.270
AM 21 2.867 2.099 2.968 2.043 2.672 2.051
AM 22 2.958 1.788 3.465 1.745 2.573 1.692
AM 23 3.525 1.919 3.994 1.751 3.220 1.888
AM 24 2.856 1.905 3.134 1.736 2.606 1.927
AM 25 4.291 1.863 4.250 1.809 4.368 1.876
AM 26 2.633 1.888 2.864 1.861 2.542 1.912
AM 27 3.308 1.789 4.006 1.713 2.883 1.684
AM 28 3.726 1.782 3.865 1.437 3.768 1.948
AM 29 2.395 1.624 2.729 1.605 2.120 1.559
AM 30 2.508 1.738 2.924 1.752 2.264 1.676
MITOS SOBRE AGRESIÓN SEXUAL: VALIDACIÓN DE UNA ESCALA 
B. Bernal Baldenebro et al.
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instrumento confiable y válido para la medición de mitos 
sobre agresión sexual. Aunque los estudios sobre agresión 
sexual y creencias sexistas en población mexicana son am-
plios, según lo revisado por los autores, este es el primer 
estudio midiendo los mitos sobre agresiones sexuales en 
esta población.
Por otra parte, es importante señalar que los hombres 
tienden a aceptar en mayor medida los mitos de la agresión 
sexual. Esto coincide con la creencia popular de que, den-
tro del rol de los hombres, se debe ser duro, agresivo y do-
minante en sus relaciones interpersonales (Herman, 1988; 
Hirigoyen, 2006). Esto se ve demostrado cuando se revisa 
que los hombres son, por un amplio margen, los mayores 
agresores cuando de temas de agresión sexual se trata, tal 
como demuestran varios estudios (Buquet, Cooper, Mingo, 
& Moreno, 2013; Echeverría, Paredes, Kantún-Chim,Ba-
tún-Cutz, & Carrillo, 2017; Romero-Sánchez et al., 2013; 
Saldívar-Hernández, Jiménez-Tapia, & Gutiérrez-Reynaga, 
2015; Saldívar-Hernández et al., 2004). Particularmente 
en el estudio de Romero-Sánchez et al. (2013) se utiliza 
la AMMSA, encontraron, como habían hipotetizado, los 
hombres obtuvieron una más alta puntuación media que 
las mujeres, revelando una aceptación más alta de los mitos 
sobre las agresiones sexuales.
Los resultados de Saldívar-Hernández et al. (2007) 
mostraron resultados similares al presente estudio con res-
pecto a las diferencias significativas por carreras, en la va-
riable relacionada de aceptación de mitos sobre violación. 
Las autoras reportaron mayor aceptación de la violencia 
familiar en los estudiantes de Derecho que los estudian-
tes de las carreras de Psicología y Medicina. No obstan-
te, encontraron diferencias significativas en la subescala 
de culpabilización de la mujer, advirtiéndose una mayor 
aceptación por parte de los estudiantes de Medicina que 
en los estudiantes de Derecho y Psicología. De igual forma, 
Saldívar-Hernández, Jiménez-Tapia, y Gutierrez-Reynaga 
(2015) encontraron con más frecuencia (51%) coerción 
sexual entre los hombres hacia las mujeres, y que estos la 
ejercen tres veces más que las mujeres. Asimismo, reporta-
ron mayor culpabilización de la víctima por los hombres 
que por las mujeres.
Los resultados presentados aquí permiten un punto 
de referencia para estudios futuros sobre esta variable con 
población más amplia. Los resultados encontrados con-
tribuyen a que las universidades presten atención en la 
prevención de esta problemática social y de salud pública, 
por ser unos de los espacios en donde se puede visibili-
zar, discutir y de-construir la aceptación de dichos mitos. 
Para ello, en la Universidad Autónoma de Baja California 
se estableció el Consejo de Prevención de acoso sexual en 
la Facultad de Medicina y Psicología, 2016, con el fin de 
promover la denuncia y atención tanto a víctimas como 
agresores/as.
Conclusiones
Los resultados de este estudio aportan datos psicométricos 
de una adaptación de la escala AMMSA para medir mitos 
sobre la agresión sexual. Se observa su utilidad al detectar 
diferencias en la aceptación de este tipo de mitos en es-
tudiantes universitarios según la facultad donde estudian. 
Debido a la relación que existe entre creencias y conductas, 
estos resultados dirigen la atención a la importancia del 
uso de este tipo de herramientas para la detección de nece-
sidades de implementación de programas educativos para 
la prevención de agresiones sexuales, tanto a los potencia-
les agresores como a potenciales víctimas. De manera que, 
al cambiar este tipo de creencias sobre mitos de agresiones 
sexuales, estas sean consideradas como conductas erróneas 
e inadmisibles, que en todo caso puedan ser denunciadas.
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