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GUÍA DEL ALUMNO 2021 MÓDULO ADULTO MAYOR UABP 7 NUTRICIÓN NUTRICIÓN 2021 ~ UABP 7 Página 1 UABP 7 MODULO ADULTO MAYOR Período Lunes 25/10 a Viernes 29/10 SITUACIÓN PROBLEMA José Ignacio de 68 años, jubilado, se encuentra con su amigo Nicolás en el bar que frecuentan todos jueves. Luego de realizar el pedido de la bebida y comida, le recuerda a su amigo que tanta cerveza aumenta el volumen del abdomen. Nicolás le aconseja que consulte a su médico clínico, ya que a él le controla habitualmente, el peso, la talla y la circunferencia de cintura. También le explica cómo hacer para tener una alimentación saludable y le aconseja realizar actividades físicas adecuadas para su edad. José Ignacio le dice sonriendo: “Seguramente no me va a permitir estas cosas ricas”… OBJETIVOS Comprender las condiciones bio-psico-sociales del adulto mayor relacionados con la nutrición y actividad física. Identificar parámetros de evaluación nutricional y regulación de la ingesta. Reconocer y entender la anatomía y semiología de la pared abdominal. Conocer los requerimientos nutricionales, destacando los nutrientes críticos en el adulto Reconocer la influencia de los cambios fisiológicos en el estado nutricional del adulto mayor. NUTRICIÓN 2021 ~ UABP 7 Página 2 CONTENIDOS Anatomía: Anatomía de pared abdominal y de peritoneo. Fisiología: Evaluación nutricional. Respuestas neurohormonales a la ingestión de alimentos. Neurotransmisores centrales y control específico del apetito. Señales humorales y mecanismos nerviosos, papel del hipotálamo. Química Biológica, Metabolismo y Nutrición: Nutrición en el adulto joven: ingesta adecuada de energía. Requerimientos nutricionales y recomendaciones de actividad física. Dieta y enfermedades del adulto. Nutrición en el adulto mayor: aspectos fisiológicos, psicológicos y sociales que condicionan la alimentación en el adulto mayor. Recomendaciones nutricionales y de actividad física Salud Mental: La alimentación desde una perspectiva sociocultural e inconsciente. Semiología: Examen físico normal de abdomen. Semiología del abdomen. ACTIVIDADES ACREDITABLES POR ENTORNO VIRTUAL Anatomía: ACTIVIDAD ACREDITABLE: “Pared Abdominal y Peritoneo” (MARTES 26/10/2021) Salud Mental: ACTIVIDAD ACREDITABLE: “La alimentación estructurada como lenguaje” (JUEVES 28/10/2021) NUTRICIÓN 2021 ~ UABP 7 Página 3 BIBLIOGRAFÍA Anatomía: Guía de Aprendizaje: Pared abdominal y Peritoneo. Latarjet-Ruíz Liard. Anatomía Humana. Editorial Médica Panamericana. Bs. As. Fisiología: Guía de Aprendizaje: Respuestas neurohormonales a la ingestión de alimentos. Evaluación nutricional. Guyton, A. y Hall, J. (2016). “Tratado de Fisiología Médica”. Cap. 72: “equilibrio energético; regulación prandial; obesidad y ayuno; vitaminas y minerales”. Ed. Elsevier: Madrid, España. Batrouni, Lucia. “Evaluación nutricional”. Editorial Brujas. Edición 2016. (Disponible en biblioteca virtual de UNL). Química Biológica, Metabolismo y Nutrición: Guía de Aprendizaje: Nutrición en Adulto Joven y Mayor Judith E. Brown (2014). Nutrición en las diferentes etapas de la vida. Capítulo: Nutrición en adultos. 5ta. Edición. Editorial Mc Graw Hill Education. Fundamentos de Nutrición Normal. Laura B. López, Marta M. Suárez. Editorial El Ateneo. 1ª Edición, marzo de 2002. Capítulo 16: Nutrición en el adulto mayor 2da. Encuesta Nacional de Nutrición y Salud. Resumen ejecutivo. Septiembre 2019. Secretaría de Gobierno de Salud. Argentina. Salud Mental Guía de Aprendizaje: Alimentación, inconsciente y lenguaje. Ps. Leonardo P. Galuzzi. Alimentación, inconsciente y lenguaje. Optativa: Lemoine, E. La mujer en el Psicoanálisis y otros textos. Cap.: La alimentación estructurada como un lenguaje. Ed. Argonauta. Semiología: Guía de Aprendizaje: Examen físico normal de abdomen. Semiología del abdomen. Argente, H. y Álvarez, M. Semiología Médica. Fisiopatología, Semiotecnia y Propedéutica. Cap: Examen físico del abdomen. 2°ed. Ed. Médica Panamericana. U n id a d X iii 859© 2011. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos CapítUlo 72 Energética y metabolismo Las funciones del trifosfato de adenosina como «divisa energética» del metabolismo Las células pueden utilizar los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas para sintetizar grandes cantidades de trifosfato de adenosina (ATP) con objeto de emplearlo como fuente energética para casi todas las demás funciones celulares. Por esta razón, al ATP se le denomina «divisa» energética del metabolismo celular. De hecho, las células transfieren la energía de los distintos ali mentos hacia la mayoría de los sistemas funcionales sólo a través de este medio del ATP (o del trifosfato del nucleótido análogo guanosina, GTP). En el capítulo 2 se expusieron muchos atribu tos del ATP. Uno de los atributos del ATP, que le otorga un valor extraordi nario como divisa energética, es la enorme cantidad de energía libre (aproximadamente 7.300 calorías o 7,3 calorías nutritivas [kilo calorías] por mol en condiciones normalizadas, pero hasta 12.000 en condiciones fisiológicas) que porta cada uno de los dos enlaces de fosfato hiperenergéticos. La cantidad de energía de cada enlace, liberado por descomposición del ATP, basta para inducir casi cual quier reacción química en el organismo si se logra una transferencia adecuada de la energía. Algunas reacciones químicas, que precisan energía del ATP, sólo consumen unos pocos cientos de las 12.000 ca lorías disponibles y el resto se disipa en forma de calor. El ATP se genera por la combustión de los hidratos de carbono, grasas y proteínas. En los capítulos anterio res se comentó la transferencia de energía desde los diversos alimentos al ATP. De manera resumida, el ATP se genera a partir de los siguientes procesos: 1. La combustión de los hidratos de carbono, en particular la glucosa, pero también cantidades menores de otros azúcares como la fructosa; esto sucede en el citoplasma de la célula a través de la glucólisis anaerobia y en la mitocondria a través del ciclo aerobio del ácido cítrico (Krebs). 2. La combustión de los ácidos grasos por b-oxidación en la mitocondria celular. 3. La combustión de las proteínas, que exige la hidrólisis hacia los componentes aminoácidos y la descomposición de estos hacia compuestos intermedios del ciclo del ácido cítrico y, por último, a acetil coenzima A y dióxido de carbono. El ATP suministra energía para la síntesis de los com- ponentes celulares más importantes. Entre los procesos intracelulares de mayor interés, que requieren energía del ATP, se encuentra la formación de enlaces peptídicos entre los aminoácidos durante la síntesis de proteínas. Los distintos enlaces peptídicos pre cisan de 500 a 5.000 calorías de energía por mol, según el tipo de aminoácido ligado. Como se recordará de la exposición sobre la sín tesis de proteínas del capítulo 3, se consumen cuatro enlaces de fos fato de gran energía en la cascada de reacciones requerida para crear cada enlace peptídico. Esto supone un total de 48.000 calorías, que es bastante más que las 500 a 5.000 calorías que acaban almacenándose en cada enlace peptídico. La energía del ATP también sirve para sintetizar la glucosa a partir del ácido láctico y los ácidos grasos a partir del acetil coenzima A. Además, la energía del ATP se aprovecha para formar el coleste rol, los fosfolípidos, las hormonas y casi todas las demás sustancias corporales. Hasta la síntesis de urea a partir del amoníaco para su posterior excreción renal requiere ATP. Cabría preguntarse el motivo por el cual se consumeenergía para formar urea que luego el organismo desecha. Sin embargo, no hay que olvidar la toxici dad extrema del amoníaco de los líquidos corporales; por tanto, esta reacción es muy valiosa ya que mantiene la concentración de amoníaco de los líquidos corporales en niveles muy bajos. El ATP provee la energía para la contracción muscu- lar. El músculo no se contraería sin la energía del ATP. La miosina, una de las proteínas contráctiles importantes de la fibra muscular, actúa como enzima que descompone el ATP en difosfato de adeno sina (ADP) y libera, en consecuencia, la energía necesaria para la con tracción. En condiciones normales, cuando el músculo no se contrae, apenas se descompone el ATP, pero la tasa de consumo del ATP se multiplica, como mínimo, por 150 durante los episodios breves de contracción máxima. El mecanismo propuesto para el aprovecha miento de la energía del ATP con destino a la contracción muscular se expone en el capítulo 6. El transporte activo transmembrana requiere la energía del ATP. En los capítulos 42 y 65 se ilustra el transporte activo de los electrólitos y de diversos nutrientes a través de las membranas celulares, así como desde los túbulos renales y el tubo digestivo. Se señaló que el transporte activo de casi todos los elec trólitos y de las sustancias como la glucosa, los aminoácidos y el acetoacetato puede efectuarse contra un gradiente electroquímico, pese a que la difusión natural de estas sustancias debiera seguir la dirección contraria. Para oponerse al gradiente electroquímico se requiere energía, proveniente del ATP. El ATP provee la energía para la secreción glandu- lar. Los principios que rigen para la secreción glandular son los mismos que para la absorción de las sustancias contra un gra diente de concentración, puesto que se requiere energía para concentrar las sustancias secretadas por las células glandulares. Además, se precisa energía para la síntesis de los compuestos orgánicos que se secretan. Unidad XIII Metabolismo y regulación de la temperatura 860 El ATP provee la energía para la conducción nerviosa. La energía empleada durante la propagación de un impulso ner vioso deriva de la energía potencial almacenada en forma de diferencias de concentración iónica a través de la membrana. En otras palabras, una concentración elevada de potasio dentro de la fibra y reducida fuera de ella supone un tipo de depósito energético. De manera análoga, una concentración elevada de sodio fuera de la membrana pero baja en el interior representa otro almacén energético. La energía que se necesita para que cada potencial de acción transite por la membrana de la fibra proviene de este almacenamiento energético; muy poca canti dad de potasio sale de la célula y muy poco sodio entra en ella durante cada potencial de acción. Sin embargo, los sistemas de transporte activo, provistos de la energía del ATP, pueden transportar de nuevos los iones a sus posiciones primitivas a través de la membrana. La fosfocreatina actúa como depósito accesorio de energía y como «sistema amortiguador del ATP» Pese a la trascendencia del ATP como sustancia acopladora para la transferencia energética, no es el depósito más abundante de enla ces de fosfato de gran energía dentro de la célula. La fosfocreatina, que también posee este tipo de enlaces de fosfato hiperenergéti cos, se encuentra en cantidades de tres a ocho veces mayores que el ATP. Por otro lado, el enlace de gran energía (∼) de la fosfocrea tina contiene alrededor de 8.500 calorías por mol en condiciones normales y hasta 13.000 en las condiciones orgánicas (tempe ratura de 37 °C con concentraciones reducidas de las sustancias reactivas). Esta cifra es algo mayor que las 12.000 calorías por mol de cada uno de los dos enlaces de fosfato de gran energía del ATP. La fórmula del fosfato de creatinina corresponde a: A diferencia del ATP, la fosfocreatina no actúa como sus tancia de acoplamiento directo para la transferencia de energía entre los alimentos y los sistemas celulares funcionales, pero puede transferir energía de modo indistinto con el ATP. Si la célula dispone de cantidades adicionales de ATP, gran parte de esta energía se aprovecha para la síntesis de fosfocreatina, con lo que se acumula en los depósitos energéticos. Luego, cuando empieza a consumirse el ATP, la energía de la fosfocreatina se transfiere de nuevo y con rapidez al ATP y de este a los sistemas funcionales celulares. Esta interrelación reversible entre el ATP y la fosfocreatina se expone en la siguiente ecuación: Obsérvese que el mayor valor energético del enlace de fosfato rico en energía de la fosfocreatina (1.000 a 1.500 calorías por mol más que el ATP) permite una rápida relación entre la fosfocreatina y el ADP para la formación de nuevo ATP cada vez que se con sume aun la más mínima cantidad de ATP en otro lugar. Así pues, cuando la célula exige ATP, por poco que sea, reclama la ener gía de la fosfocreatina para sintetizar nuevo ATP. De esta manera, la concentración de ATP permanece casi constante, siempre y cuando quede fosfocreatina. Por esta razón, se puede considerar que el sistema de ATPfosfocreatina es un sistema de «amortigua ción» del ATP. También se entiende entonces la importancia de la homeostasis del ATP, porque las tasas de casi todas las reacciones metabólicas del organismo dependen de esta constancia. Energía anaeróbica frente a aeróbica La energía anaeróbica es la derivada de los alimentos sin el con sumo simultáneo de oxígeno; la energía aeróbica es la proce dente de los alimentos a través del metabolismo oxidativo. En el texto de los capítulos 67 a 69 se señala que los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas se pueden oxidar para sinte tizar el ATP. Sin embargo, los hidratos de carbono son los únicos alimentos importantes que aportan energía sin recurrir necesa- riamente al oxígeno; la liberación de energía tiene lugar durante la descomposición glucolítica de la glucosa o del glucógeno en ácido pirúvico. Por cada mol de glucosa descompuesto en ácido pirúvico se forman 2 moles de ATP. Sin embargo, cuando el glu cógeno depositado en una célula se descompone en ácido pirú vico, cada mol de glucosa, contenida en el glucógeno, genera 3 moles de ATP. El motivo de esta diferencia es que la glucosa libre que entra en la célula ha de fosforilarse y consumir 1 mol de ATP antes de que se pueda empezar la descomposición, mientras que no sucede lo mismo con la glucosa procedente del glucógeno, porque procede del glucógeno ya fosforilado sin consumo adicional de ATP. Por consiguiente, la fuente óptima de energía en condiciones anaeróbicas es el glucógeno depositado en las células. Energía anaeróbica durante la hipoxia. Uno de los ejem plos mejores de utilización anaerobia de la energía se encuentra en la hipoxia aguda. Si una persona deja de respirar, retiene una pequeña cantidad de oxígeno en los pulmones y otra cantidad adicional en la hemoglobina de la sangre. Este oxígeno basta para conservar la función metabólica durante sólo 2 min. Para que la vida prosiga se requiere una fuente adicional de energía. Esta puede provenir de la glucólisis durante 1 min más, es decir, de la descomposición del glucógeno de las células en ácido pirúvico y de la conversión de ácido pirúvico en ácido láctico, que sale de la célula como se indica en el capítulo 67. El uso anaeróbico de la energía durante el ejercicio agota dor proviene sobre todo de la glucólisis. El músculo esquelé tico puede ejecutar proezas extremas de fuerza durante breves segundos, pero no de forma prolongada. Casi toda la energía adicional que se requiere durante estos brotes de actividad no proviene de los procesos oxidativos, porque tardan mucho en responder, sino de las fuentes anaeróbicas: 1) el ATP ya presente en las células musculares; 2) la fosfocreatina celular, y 3) la ener gía anaeróbica liberada por la descomposición glucolítica del glucógeno aácido láctico. La cantidad máxima de ATP del músculo sólo representa 5 mmol/l de líquido intracelular y apenas mantendría la con tracción muscular máxima más allá de 1 s. La cantidad de fosfo creatina de la célula es de tres a ocho veces mayor, pero aun si se consumiera toda la fosfocreatina, el período de contracción máxima tan sólo se mantendría de 5 a 10 s. La liberación energética a través de la glucólisis es bastante más rápida que la liberación oxidativa. Por este motivo, casi toda la energía extra que se requiere durante una actividad agotadora que se extienda más de 5 a 10 s pero menos de 1 a 2 min proviene de la glucólisis anaerobia. En definitiva, el contenido en glucó geno muscular disminuye en las sesiones durante los instantes de ejercicio intenso, mientras que la concentración sanguínea de ácido láctico aumenta. Una vez terminado el ejercicio, se apro vecha el metabolismo oxidativo para reconvertir cerca de cuatro quintas partes del ácido láctico en glucosa; el resto se transforma en ácido pirúvico y se descompone y oxida a través del ciclo del ácido cítrico. La reconversión a glucosa tiene lugar, sobre todo, en las células hepáticas; luego la glucosa es transportada de nuevo a los músculos, donde se almacena en forma de glucógeno. El consumo adicional de oxígeno repone la deuda de oxígeno una vez terminado el ejercicio agotador. Después Capítulo 72 Energética y metabolismo 861 U n id a d X iii © E LS EV IE R. F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. de una sesión agotadora de ejercicio, la persona empieza a respirar con dificultad y consume mucho oxígeno durante varios minutos o incluso hasta 1 h después. Este oxígeno adi cional se emplea para: 1) reconvertir el ácido láctico acumu lado durante el ejercicio de nuevo en glucosa; 2) reconvertir el monofosfato de adenosina y el ADP en ATP; 3) reconver tir la creatina y el fosfato en fosfocreatina; 4) restablecer la concentración normal de oxígeno ligado a la hemoglobina y a la mioglobina, y 5) aumentar la concentración de oxígeno de los pulmones hasta su valor normal. Este consumo extra de oxígeno, después de acabado el ejercicio, se conoce como repago de la deuda de oxígeno. El principio de la deuda de oxígeno se comenta aún más en el capítulo 84 sobre fisiología del deporte; la capacidad de crear una deuda de oxígeno reviste enorme interés en muchos tipos de deporte. Resumen de la utilización energética por las células Después de los fundamentos expuestos en los últimos capítulos y de los comentarios anteriores se puede tener una idea general sobre la utilización de la energía por las células, como ilustra la figura 721. En ella se expone la utilización anaerobia del glucó geno y de la glucosa para formar el ATP y la utilización aerobia de los compuestos derivados de los hidratos de carbono, las gra sas, las proteínas y otras sustancias para formar aún más ATP. A su vez, el ATP se encuentra en equilibrio reversible con la fos focreatina de las células y como la célula contiene más fosfocrea tina que ATP, gran parte de la energía almacenada se deposita como fosfocreatina. La energía del ATP sirve para distintos sistemas de funcio namiento celular responsables de la síntesis y del crecimiento, la contracción muscular, la secreción glandular, la conducción de los impulsos nerviosos, la absorción activa y otras actividades. Cuando se reclama más energía para la actividad celular que la provista por el metabolismo oxidativo, el almacén de fosfocrea tina es el primero que se utiliza y luego le sigue con rapidez la descomposición anaeróbica del glucógeno. En consecuencia, el metabolismo oxidativo no aporta salvas extremas de energía a las células con la misma rapidez que los procesos anaeróbicos, pero, en cambio, si el ritmo de uso es más lento, los procesos oxidativos se extienden mientras se disponga del almacén ener gético, en particular, de la grasa. Control de la liberación energética celular Control de la velocidad de las reacciones catalizadas por enzimas. Antes de exponer el control de la liberación ener gética por la célula, es necesario tener en cuenta los principios básicos de la velocidad de control de las reacciones químicas catalizadas por las enzimas, que son reacciones casi universales en el organismo. Los mecanismos por los que una enzima cataliza una reac ción química se basan en la unión inicial de aquella con alguno de los sustratos de la reacción. De este modo se alteran las fuer zas de unión al sustrato lo suficiente como para que reaccione con otras sustancias. Por consiguiente, la velocidad general de la reacción química depende tanto de la concentración de la enzima como del sustrato que se une a ella. La ecuación básica que expresa este concepto es la siguiente: Velocidad de reacción = K1 × [Enzima] × [Sustrato] _______________________ K 2 + [Sustrato] Esta es la denominada ecuación de Michaelis-Menten. En la figura 722 se ofrece una aplicación de esta fórmula. Importancia de la concentración enzimática para la regula ción de las reacciones metabólicas. La figura 722 demuestra que, cuando la concentración de sustrato es elevada, como apa rece en la mitad derecha de la figura, la velocidad de la reac ción química depende casi en exclusiva de la concentración de la enzima. Así pues, según aumenta la concentración de enzima desde un valor arbitrario de 1 hasta 2, 4 u 8, la velocidad de la reacción se eleva de modo proporcional, como lo demuestran los trazados crecientes de las curvas. A modo de ejemplo, si entran grandes cantidades de glucosa en el túbulo renal de una persona con diabetes mellitus (es decir, si el túbulo dispone de un exceso del sustrato glucosa), un aumento posterior de la glucosa tubular apenas modifica la reabsorción de glucosa, porque las enzimas transportadoras se encuentran saturadas. En estas circunstan cias, la velocidad de reabsorción de la glucosa está limitada por la concentración de las enzimas transportadoras de las células del túbulo proximal y no por la concentración de la propia glucosa. Figura 72-1 Esquema general de la transfe- rencia de la energía de los alimentos al sistema del ácido adenílico y luego a los elementos funcionales de las células. (Modificado de Soskins, Levine R: Carbohydrate Metabolism. Chicago: University of Chicago Press, 1952.) Unidad XIII Metabolismo y regulación de la temperatura 862 Importancia de la concentración de sustrato para la regula ción de las reacciones metabólicas. En la figura 722 se observa, asimismo, que si la concentración de sustrato disminuye lo sufi ciente, de suerte que sólo se requiere una pequeña porción de la enzima para la reacción, la velocidad de reacción se vuelve direc tamente proporcional a la concentración de sustrato y de enzima. Esta relación se advierte con la absorción de las sustancias a partir del tracto intestinal o del túbulo renal cuando su concentración es reducida. Limitación de la velocidad de las reacciones en serie. Casi todas las reacciones químicas del organismo se producen en serie; el producto de una reacción actúa como sustrato de la siguiente y así sucesivamente. Por eso, la velocidad global de una serie compleja de reacciones químicas depende, en primer lugar, de la velocidad de reacción del paso más lento de la serie, que se denomina paso limitante de la velocidad de toda la serie reactiva. La concentración de ADP es el factor que regula la veloci dad de cesión energética. En condiciones de reposo, la concen tración celular de ADP es muy baja, de modo que las reacciones químicas que dependen del ADP como sustrato son bastante lentas. Así sucede con todas las vías metabólicas oxidativas que liberan energía de los alimentos y con casi todas las demás vías de cesión energética del organismo. En consecuencia, el ADP es uno de los factores principales que limita la velocidad de casi todas las reacciones metabólicasenergéticas. Cuando la célula se activa, cualquiera que sea su actividad, el ATP se transforma en ADP y la concentración de ADP aumenta de forma directamente proporcional al grado de actividad de la célula. Este ADP acelera, a continuación y de forma automática, la velocidad de todas las reacciones que culminan con la liberación metabólica de energía de los alimentos. Así, a través de un proceso tan sencillo, la cantidad de energía liberada dentro de las células se controla por su grado de actividad. Si no existe actividad celular, cesa la liberación de energía porque todo el ADP se transforma en seguida en ATP. Tasa metabólica El metabolismo corporal se refiere a todas las reacciones químicas que suceden en las células y la tasa metabólica suele expresarse como la tasa de liberación de calor durante estas reacciones. El calor es el producto terminal de casi toda la energía liberada en el organismo. Al exponer muchas de las reaccio nes metabólicas en los capítulos anteriores se indicó que no toda la energía de los alimentos se transfiere al ATP, sino que una gran parte se convierte en calor. Por término medio, el 35% de la ener gía contenida en los alimentos se convierte en calor durante la síntesis del ATP. Luego una cantidad adicional de energía se con vierte en calor al transferirse del ATP a los sistemas funcionales celulares; por eso, aun en condiciones ideales, no más del 27% de toda la energía alimentaria es consumida, al final, por los sis temas funcionales. Aun cuando el 27% de la energía alcance los sistemas funcio nales celulares, casi toda ella acaba en calor. Por ejemplo, durante la síntesis de proteínas se consumen grandes porciones de ATP para formar los enlaces peptídicos y la energía se deposita en estos enlaces. Pero también existe un recambio constante de proteínas; algunas se descomponen y otras se sintetizan. Cuando se descomponen las proteínas, se libera la energía depositada en los enlaces peptídicos en forma de calor al organismo. Otro ejemplo es la energía para la actividad muscular. Gran parte de esta energía supera la viscosidad del propio músculo o de los tejidos, con lo que se mueve el miembro. El movimiento vis coso causa, por su parte, fricción dentro del tejido y genera calor. Considérese, asimismo, la energía consumida por el cora zón para el bombeo de la sangre. La sangre distiende el sistema arterial y la propia distensión representa una reserva potencial de energía. Conforme fluye la sangre por los vasos periféricos, la fricción de las distintas capas de la sangre sobre sí mismas y la fricción de la sangre sobre las paredes vasculares convierte toda esta energía en calor. En principio, toda la energía consumida por el organismo se acaba transformando en calor. La única excepción de inte rés a esta norma se observa cuando el músculo ejecuta parte de su trabajo fuera del cuerpo. Por ejemplo, cuando se levanta un objeto hasta una altura o se suben escaleras, se crea una energía potencial al elevar una masa contra la gravedad. Pero si no existe consumo energético externo, toda la energía liberada por los procesos metabólicos se acaba convirtiendo en calor corporal. La caloría. Para exponer la tasa metabólica corporal y los temas relacionados de una manera cuantitativa, es necesario emplear alguna unidad que exprese la cantidad de energía liberada por los distintos alimentos o consumida por los diversos procesos funcionales del organismo. En general, la caloría es la unidad utilizada para este fin. Como se recordará, 1 caloría, a menudo denominada caloría gramo, es la cantidad de calor necesaria para elevar 1 °C la temperatura de 1 g de agua. La caloría es una unidad demasiado pequeña para hablar de la energía corporal. Por eso, en metabolismo, caloría se corresponde con kilocaloría, que equivale a 1.000 calorías, y representa la unidad con la que se mide el metabolismo energético. Medición de la tasa metabólica de todo el organismo La calorimetría directa mide el calor liberado por el cuerpo. Como, en general, las personas no efectúan trabajos manuales, la tasa metabólica de todo el cuerpo se puede determinar de una manera sencilla por la cantidad total de calor liberada en un momento dado por el organismo. Al medir la tasa metabólica por calorimetría directa, se ana liza la cantidad de calor liberada por el cuerpo dentro de un calo- rímetro espacioso, de diseño especial. Se introduce a la persona en una cámara de aire, bien aislada, para que el calor no escape por las paredes. El calor del cuerpo calienta el aire de la cámara. Sin embargo, la temperatura del aire del interior de la cámara se mantiene constante al forzar el aire a través de conductos hasta un baño de agua fría. La velocidad de calentamiento del baño de agua, que se puede medir con un termómetro exacto, equivale a la tasa de calor liberada por el cuerpo de la persona. Figura 72-2 Efecto de las concentraciones de sustrato y de enzima sobre la velocidad de reacción catalizada por las enzimas. Capítulo 72 Energética y metabolismo 863 U n id a d X iii © E LS EV IE R. F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. La calorimetría directa es una técnica dif ícil y, por eso, sólo se utiliza con fines experimentales. La calorimetría indirecta o «el equivalente energético» del oxígeno. Puesto que más del 95% de la energía consumida por el organismo proviene de reacciones del organismo con los dis tintos alimentos, se puede también calcular la tasa metabólica de todo el cuerpo con mucha precisión a partir de la tasa de utiliza ción del oxígeno. Si se metaboliza 1 l de oxígeno con glucosa se liberan 5,01 calorías; si se metaboliza con almidón, 5,06 calorías; con la grasa, 4,7 calorías, y con proteínas, 4,6 calorías. A partir de estas cifras puede comprobarse la «cuasiequivalen cia» entre las cantidades de energía liberadas por litro de oxígeno, con independencia del tipo de alimento metabolizado. La cantidad de energía liberada por litro de oxígeno consumido por el cuerpo representa 4,825 calorías por término medio, si se parte de una dieta convencional. Esta cifra se conoce como equivalente energético del oxígeno y si se aplica este equivalente, es posible calcular con bas tante precisión la tasa de liberación de calor del organismo a partir de la cantidad de oxígeno consumida en un determinado período. Si una persona sólo metaboliza hidratos de carbono durante el período en que se mide la tasa metabólica, la cantidad estimada de energía liberada, basada en el valor del equivalente energético pro medio del oxígeno (4,825 calorías/l), daría un resultado bajo (un 4% menor del real). Por el contrario, si la persona obtuviera casi toda la energía de la grasa, el valor estimado se sobrevaloraría en un 4%. Metabolismo energético y factores que modifican las salidas energéticas Como se expone en el capítulo 71, las entradas y salidas de la energía de un adulto sano se hallan equilibradas, siempre que se mantenga estable el peso corporal. Cerca del 45% del aporte energético diario de una dieta norteamericana convencional proviene de los hidratos de carbono, el 40% de las grasas y el 15% de las proteínas. Las salidas también se pueden repartir en diver sos componentes medibles, como la energía consumida para: 1) las funciones metabólicas esenciales del cuerpo (el metabo lismo «basal»); 2) las diversas actividades f ísicas; 3) la digestión, la absorción y el procesamiento de los alimentos, y 4) el mante nimiento de la temperatura corporal. Requerimientos energéticos globales para las actividades diarias Un hombre sano, que pesara 70 kg y que permaneciera todo el día en la cama, consumiría alrededor de 1.650 calorías. El pro ceso de la alimentación y la digestión aumenta la cantidad de energía consumida cada día del orden de 200 calorías, de manera que si este hombre permaneciera en la cama e ingiriera una dieta razonable requeriría un aporte de alimentosequivalente a 1.850 ca lorías diarias. Si estuviera sentado en una silla todo el día sin hacer ejercicio, el requerimiento energético diario global subi ría a 2.0002.250 calorías. En consecuencia, los requerimientos energéticos diarios de un hombre con vida preferentemente sedentaria, que sólo ejecutara las funciones esenciales, ascien den aproximadamente a 2.000 calorías. La cantidad de energía consumida para las actividades f ísicas diarias suele representar un 25% del gasto energético total, pero varía mucho de una persona a otra, según el tipo y la magni tud del ejercicio f ísico. Por ejemplo, subir escaleras exige casi 17 veces más energía que dormir en la cama. De ordinario, una persona que realice trabajos pesados puede alcanzar una tasa máxima de utilización energética de hasta 6.000 a 7.000 calorías durante las 24 h, es decir, casi tres veces y media más que la ener gía consumida en condiciones de reposo. Tasa metabólica basal (TMB) o gasto energético mínimo para la supervivencia Una persona, aunque permanezca en reposo completo, consume mucha energía para todas las reacciones químicas del orga nismo. Este valor mínimo de energía, necesario para subsistir, se conoce como tasa metabólica (o metabolismo) basal (TMB) y representa del 50 al 70% del gasto energético diario de la mayoría de las personas sedentarias (fig. 723). Como el grado de actividad f ísica varía mucho de una per sona a otra, la medición de la TMB aporta un índice valioso para comparar la tasa metabólica de las distintas personas. El método habitual con el que se determina la TMB consiste en medir la tasa de utilización del oxígeno en un período determinado en las siguientes condiciones. 1. El último alimento debe haberse ingerido 12 h antes como mínimo. 2. La TMB se determina después de una noche de sueño reparador. 3. Desde 1 h antes de la prueba, como mínimo, no se efectuará ninguna actividad agotadora. 4. Se eliminarán todos los factores de excitación psíquica o física. 5. La temperatura atmosférica será confortable, entre 20 °C y 27 °C. 6. No se permitirá ningún ejercicio f ísico durante la prueba. La TMB suele representar de 65 a 75 calorías por hora para un varón normal de 70 kg. Gran parte de la TMB obedece a las actividades esenciales del sistema nervioso central, corazón, riñones y otros órganos, pero las variaciones entre las distintas personas dependen, en principio, de las diferencias en la canti dad de músculo esquelético y de la constitución f ísica. El músculo esquelético, aun en reposo, representa un 20 al 30% de la TMB. Por esta razón, la TMB suele corregirse según las diferencias de constitución y se expresa como calorías por hora y metro cuadrado de superficie corporal, estimada a partir del peso y de la talla. Los valores habituales para los varones y las mujeres de las diferentes edades aparecen en la figura 724. Gran parte del descenso de la TMB que se observa con el envejecimiento se debe, sin duda, a la pérdida de masa muscular y a la sustitución por tejido adiposo, con una tasa metabólica menor. De forma análoga, las TMB algo más bajas de las mujeres en comparación con las de los hombres, se explican en parte por el menor porcentaje de masa muscular y la mayor proporción de Figura 72-3 Componentes del gasto energético. Unidad XIII Metabolismo y regulación de la temperatura 864 tejido adiposo. Sin embargo, existen otros factores que también influyen en la TMB, como se comenta a continuación. La hormona tiroidea aumenta la tasa metabólica. Cuando la glándula tiroides segrega las cantidades máximas de tiroxina, la tasa metabólica puede elevarse de un 50 a un 100% por encima del valor normal. En cambio, cuando se deja de secretar hor mona tiroidea, la tasa metabólica disminuye hasta un 4060% de la normal. Como se indica en el capítulo 76, la tiroxina acelera la tasa de las reacciones químicas en muchas células del organismo y, en consecuencia, aumenta la tasa metabólica. La adaptación de la glándula tiroides (su secreción aumenta en los climas fríos y se reduce en los cálidos) contribuye a las diferencias de TMB entre las personas que viven en diferentes áreas geográficas; por ejemplo, las personas de las regiones árticas muestran TMB de un 10 a un 20% más altas que las de los trópicos. La hormona sexual masculina aumenta la tasa metabó lica. La hormona sexual masculina, la testosterona, eleva la tasa metabólica de un 10 a un 15%, mientras que las hormonas sexua les femeninas aumentan muy poco esta tasa, casi nunca de forma significativa. Casi todo el efecto de la hormona sexual masculina depende de su acción anabólica (aumento de la masa del mús culo esquelético). La hormona del crecimiento aumenta la tasa metabó lica. La hormona de crecimiento puede aumentar la tasa meta bólica al estimular el metabolismo celular y aumentar la masa de músculo esquelético. En adultos con deficiencia de hormona del crecimiento, el tratamiento de sustitución con hormona del crecimiento recombinante eleva la tasa metabólica basal en el 20%, aproximadamente. La fiebre aumenta la tasa metabólica. La fiebre, cualquiera que sea su etiología, aumenta las reacciones químicas del orga nismo en un 120%, por término medio, por cada aumento de la temperatura de 10 °C, como se describe con más detalle en el capítulo 73. El sueño reduce la tasa metabólica. La tasa metabólica dis minuye de un 10 a un 15%, con respecto a la normal, durante el sueño. Este descenso obedece a dos factores esenciales: 1) dismi nución del tono de la musculatura esquelética durante el sueño y 2) disminución de la actividad del sistema nervioso central. La desnutrición reduce la tasa metabólica. La desnutrición prolongada disminuye la tasa metabólica de un 20 a un 30%, sin duda por la escasez de sustancias alimentarias para la célula. La inanición que acompaña a las fases finales de muchas enferme dades reduce mucho la tasa metabólica antes de morir, hasta el punto de que la temperatura corporal puede reducirse varios grados muy poco antes del fallecimiento. Energía empleada para la actividad física El factor que más aumenta la tasa metabólica es el ejercicio intenso. Los brotes cortos de contracción muscular máxima de un solo músculo pueden liberar en muy pocos segundos hasta 100 veces la cantidad habitual de calor generada en reposo. El ejer cicio muscular máximo de todo el cuerpo aumenta la producción de calor del organismo durante unos segundos hasta 50 veces con respecto a lo normal, o hasta 20 veces el valor normal si se trata de un ejercicio más pausado y lo ejecuta una persona entrenada. La tabla 721 ofrece el gasto energético para distintos tipos de actividad f ísica realizada por un hombre de 70 kg. Dada la enorme variación entre la magnitud de actividad f ísica entre las personas, este componente del gasto energético es la causa más importante de las diferencias de aporte calórico que se requie ren para mantener el balance energético. De todas maneras, en los países industrializados con un surtido variado de alimentos, como EE. UU., a menudo el aporte calórico excede de manera intermitente el consumo de energía y este exceso se depo sita sobre todo en forma de grasa. Esta observación subraya la importancia que tiene la actividad f ísica mantenida para evitar un depósito excesivo de grasa y la obesidad. No obstante, incluso las personas sedentarias que reali zan muy poco o ningún ejercicio f ísico o trabajo f ísico diario, invierten mucha energía en la actividad f ísica espontánea que se necesita para mantener el tono muscular y la postura corporal y en otras actividades como «la agitación nerviosa». En conjunto, estas actividades de tipo no f ísico justifican un 7% del gasto ener gético diario de una persona. Energía para procesar los alimentos o efecto termógeno de los alimentos Después de ingerir una comida, la tasa metabólica aumenta como consecuencia de las distintas reacciones químicas que acompañana la digestión, absorción y almacenamiento de los alimentos dentro del organismo. Este es el denominado efecto Figura 72-4 Tasas metabólicas basales normales para las diferentes edades y sexos. Tabla 72-1 Energía consumida por un hombre de 70 kg de peso en diferentes actividades Tipo de actividad Calorías por hora Sueño 65 Reposo tumbado 77 Reposo sentado 100 Relajado de pie 105 Vestirse y desvestirse 118 Escribir a máquina con rapidez 140 Paseo tranquilo (4 km/h) 200 Labores de carpintería, metalurgia, pintura industrial 240 Serrar madera 480 Nadar 500 Correr (8 km/h) 570 Subir escaleras deprisa 1.100 Tomado de los datos recogidos por el profesor M. S. Rose. Capítulo 72 Energética y metabolismo 865 U n id a d X iii © E LS EV IE R. F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. termógeno de los alimentos, puesto que se requiere energía para estos procesos y se genera calor. Cuando se toma una comida con muchos hidratos de car bono o grasas, la tasa metabólica se suele incrementar en un 4% pero si se ingiere una comida rica en proteínas, la tasa metabó lica empieza a elevarse en el plazo de 1 h, alcanza un máximo cercano al 30% sobre el valor normal y se mantiene así durante 3 a 12 h. Este efecto de las proteínas sobre la tasa metabólica se conoce como acción dinámica específica de las proteínas. El efecto termógeno de los alimentos explica el 8% del consumo energético diario total de muchas personas. Energía consumida para la termogenia sin escalofríos: importancia de la estimulación simpática Pese a que el trabajo f ísico y el efecto termógeno de los alimentos liberan calor, estos mecanismos no pretenden regular, en princi pio, la temperatura corporal. La tiritona supone un medio para generar calor basado en una mayor actividad muscular como respuesta al frío, tal y como se indica en el capítulo 73. Existe otro mecanismo, el de la termogenia sin tiritona, que genera calor como respuesta al frío. Este tipo de termogenia se esti mula con la activación del sistema nervioso simpático, que libera noradrenalina y adrenalina que, a su vez, aumentan la actividad metabólica y la producción de calor. La estimulación simpática induce la liberación de grandes cantidades de calor por parte de algunos tipos de tejido graso, en concreto de la grasa parda. Este tipo de grasa contiene muchas mitocondrias y múltiples globulillos de grasa, en lugar de un solo glóbulo voluminoso. La fosforilación oxidativa de las mitocon drias de estas células es fundamentalmente «desacoplada», es decir, cuando los nervios simpáticos estimulan estas células, las mitocondrias producen mucho calor, pero casi nada de ATP. De este modo, prácticamente toda la energía oxidativa liberada se transforma de inmediato en calor. Los recién nacidos poseen multitud de estos adipocitos pardos y la estimulación simpática máxima eleva el metabolismo de estos pequeños más de un 100%. La magnitud de este tipo de termoge nia para los adultos, que apenas poseen grasa parda, representa probablemente menos del 15%, pero esta cifra podría aumentar de forma significativa tras la adaptación al frío. La termogenia sin tiritona también actúa como amortiguador de la obesidad. Según estudios recientes, las personas obesas con un aporte calórico excesivo y persistente muestran una mayor actividad nerviosa simpática. El mecanismo responsable de la activación simpática de los obesos se desconoce, pero podría depender, en parte, de los efectos de la elevación de la leptina hipotalámica, que activa las neuronas productoras de proo piomelanocortina del hipotálamo. La estimulación simpática, al aumentar la termogenia, restringe un aumento excesivo de peso. 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Guía de Aprendizaje: “Alimentación, Inconsciente, Lenguaje” Preguntas guías: ¿Qué es el lenguaje? ¿Por qué el lenguaje llega a ser ciencia? ¿Cómo se piensa en la relación a la alimentación? ¿Por qué la alimentación se puede pensar metafóricamente? ¿Por qué la alimentación se puede pensar metonímicamente? ¿Por qué en la alimentación se aplica la sintaxis y la morfología? ¿Por qué para Lacan el inconsciente se encuentra estructurado como un lenguaje? ¿Qué es la metáfora y la metonimia para el psicoanálisis? 1 Alimentación, inconsciente y lenguaje I El objetivo de este escrito es presentar conceptos que sirvan para dimensionar el proceso de alimentación y su vinculación tanto con el lenguaje como con el determinismo inconsciente. Para tal tarea se propone indagar en algunos textos pertinentes y reflexionar sobre la profundidad de estos conceptos. Entendemos que hablar de alimentación quizás sea engañoso ya que, en un principio y a primera vista, pareciera un acto sencillo, cotidiano y común. Pero al profundizar en el tema podemos dimensionar que no solo no es sencillo, sino que soporta una enorme complejidad abarcado diversas aristas. Por ello, en este artículo intentamos desentrañar algunas posiciones teóricas de la alimentación en la lógica de los procesos psíquicos. Primeramente, expondremos el texto titulado “La alimentación está estructurada como un lenguaje” realizado por la psicoanalista francesa EugénieLemoine-Luccioni (1912-2005) fue emitido originalmente por la radiodifusión francesa en el año 1980 y luego publicado.En el mismo aparece la posibilidad de conectar la acción de alimentarse asociada con algunas de las particularidades de la ciencia del lenguaje. Antes de avanzar en la conjunción alimentación-lenguaje, podemos preguntarnos por qué definir el estudio del lenguaje como ciencia. Hablar del lenguaje es hablar un sistema estructurado de comunicación que debe adecuarse a un contexto y ajustarse a cierta formalidad combinatoria establecida mediante determinados principios. La lingüística sería el estudio científico del origen, la evolución y estructura del lenguaje cuyo objeto principal es el de comprender los formalismos y las leyes que rigen al mismo. También estudia las estructuras fundamentales del lenguaje, sus variaciones a través de todas las familias de lenguas y las condiciones que hacen posible la comprensión y la comunicación. La lingüística moderna se establece como ciencia en el siglo XX y en particular,la publicación en el año 1916 del libro Curso de Lingüística Generalinicia el camino de la cientificidad de la lingüística. El libro mencionado está basado en apuntes tomados por asistentes a los cursos dictados por el lingüista suizo Ferdinand de Saussure (1857-1913).El texto habría sido redactado por Charles Bally y Albert Séchehayecon la colaboración de Albert Riedlinger, basándose en las notas de los cursos de los años 1906-1907, 1908-1909 y 1910-1911 y siendo publicado en el año 2 1916, a tres años de la muerte de Saussure. Al integrarse a una disciplina más amplia como la semiología, ciencia derivada de la filosofía que trata los sistemas de comunicación dentro de las sociedades que estudia las propiedades generales de los sistemas de signos que dan la base para la comprensión de toda actividad humana, toma el alcance científico abriendo distintas corrientes. II En el marco de los estudios lingüísticos podemos avanzar sobre los determinantes teóricos que pueden conjugarse con el acto de la alimentación. Mediante la lecturadel texto “La alimentación está estructurada como un lenguaje” nos queda claro que no “sólo se come porque se tiene hambre” (Lemoine-Luccioni, 1990, p. 15). En cambio,el acontecimientode comer requiere de una mayor complejidad. Los hombres y las mujeres no se conformaron solamente con comer lo que iban encontrando por ahí como lo hicieran instintivamente los animales. A diferencia de estos, “(…) primero eligieron, luego combinaron, y más tarde prepararon sus alimentos. No hubo una pura y simple recolección” (Lemoine-Luccioni, 1990, p. 15). A pesar de que la autora nos trae como referencia un libro llamado Historia de la alimentación vegetal realizado por el polaco A. Maurizio en el año 1926 y en donde ya se puede rastrear la idea de que la alimentación se asocia a la estructura del lenguaje1. Lemoine-Luccioniseñala cuestiones sobre la historia de la alimentación que se presentan novedosas, principalmente las dos leyes que demarcan la evolución y la organización de la misma: 1) la ley de empobrecimiento que conlleva una uniformidad concomitante; 2) la ley de enriquecimiento que conlleva variaciones y diferencias. Estas dos leyes marcan que la alimentación puede empobrecerse o enriquecerse tomando como paralelo lo que sucede con el lenguaje. Es decir, que la alimentación podría empobrecerse como sucede con una lengua en su léxico y en su gramática como efecto de que se recurra siempre a los mismos alimentos o inclusive a las sustancias de esos alimentos como ser vitaminas; o enriquecerse en la posibilidad de variar la 1 Se nos hace inevitable referir al trabajo de lectura que realiza posteriormente el psicoanalista francés Jacques Lacan (1901-1981) sobre la obra de Sigmund Freud, en el que se destaca la expresión “el inconsciente se encuentra estructurado como un lenguaje”. En dicha expresión se encuentra el alcance y la dimensión de las implicancias del lenguaje como soporte teórico y determínate en la realización de un sujeto. Sobre ello nos explayaremos en otro apartado de este artículo. 3 alimentación. Desde aquí nos permitimos pensar en las fijaciones sobre determinados alimentos o en la posibilidad de intercambiarlos. Con estos autores podemos afirmar que la ley de uniformidad es metafórica y que la ley de variación es metonímica y que ambas leyes “juegan una contra la otra” (Lemoine-Luccioni, 1990, p. 17) tal como sucediera con el vocabulario que nos permiten definir contenidos en relación con las palabras. Cuando hablamos de metáfora debemos aclarar que se trata de una figura retórica2 del pensamiento por medio de la cual una realidad o concepto se expresa mediante una realidad o concepto diferentes con los que lo representado guarda cierta relación de semejanza. En lo que respecta a la metonimia decimos que se trata de otra figura retórica que consiste en designar una cosa con el nombre de otra con la que hay una relación de contigüidad espacial, temporal o lógica. Hablando sobre la alimentación de manera metafórica se puede concluir con lo que la autora llama “la metáfora de las metáforas” (Lemoine-Luccioni, 1990, p. 16), el alimento único que contiene a todos los otros: la leche o madre de los alimentos. Si hablamos de la alimentación metonímicamente vemos cómo, por ejemplo, en relación con las papillas o algunos alimentos cocidos hay contigüidad con otras comidas preparadas con mayor elaboración. Es importante reiterar que estas leyes juegan una contra la otra y su resultado, como ocurriera con las lenguas, es que determinada localidad se defina en parte por alguna determinada comida que lo represente sumándole vestimentas y costumbres asociadas. Siguiendo con los conceptos existentes en las ciencias del lenguaje, el artículo de Lemoine-Luccioni avanza sobre dos en especial, viendo cómo se conectan con la alimentación. Estos dos conceptos son: morfología y sintaxis. La morfología habla de la parte de la lingüística que estudia las reglas que rigen la flexión, la composición y la derivación de las palabras. El cómo es la estructura interna de las mismas para delimitar, definir y clasificar sus unidades. En relación con el lenguaje se representa la conexión a partir del ejemplo del pan y de su composición, su estructura interna y demás características. Haciendo un poco de historia vemos que en los orígenes, los alimentos se podían consumir de dos maneras: frescos o fermentados. Al analizar los fermentos se llega a descubrir la cerveza, un líquido, que no era 2 Con retórica nos referimos al conjunto de reglas o principios que se refieren al arte de hablar o escribir de forma elegante y con corrección con el fin de deleitar, conmover o persuadir. 4 considerado dentro del grupo de los alimentos, pero que, con el paso del tiempo, se descubrió que hacía aumentar la masa de algunos de ellos. Con este desarrollo vemos cómo los alimentos fermentados nos muestran su morfología y la función de la composición de los mismos. La composición de la cerveza, descubierta en base a fermento, rompe la lógica de lo que históricamente se consideran bebidas alcohólicas,con origen en la destilación. En conclusión, vemos cómo,precedentemente, la cerveza no se consideraba alimento, pero tampoco bebida alcohólica por no ser un destilado, y cómo después, pasa a transformarse en un alimento líquido cambiando así de categoría como producto al igual que fue sucediendo con el lenguaje: “es un poco el mismo fenómeno que se produce en un lenguaje cuando un verbo por derivación impropia se transforma en sustantivo, o cuando una onomatopeya se convierte en sustantivo” (Lemoine-Luccioni, 1990, p. 18). La sintaxis sería la disciplina lingüística que estudia el orden y la relación de las palabras o sintagmas en la oración, así como las funciones que cumplen. Pararelacionarlo con la alimentación, la autora propone que: (…) en función de su categoría, los alimentos se agrupan sintácticamente, es decir, se ordenan y se combinan a la vez siguiendo leyes fijas que rigen las comidas (…) los alimentos se ordenan y disponen sintácticamente y se podría hacer con ellos un cuadro tan racional como el de las combinaciones sintácticas. (Lemoine-Luccioni, 1990, p. 20) Las reglas y el orden de los alimentos nos permiten obtener las secuencias necesarias que determinan un resultado óptimo y esperado. Esta combinación no sólo se limita a la confección de los mismos, sino que además nos plantea ciertos reglamentos, momentos o lugares donde uno come. Ahora bien, la alimentación para los seres humanos se diferencia de los animales debido a que no es una acción guiada por el instinto, “el hombre no come cuando tiene hambre como el animal. La espera por la satisfacción es especifica del hombre” (Lemoine-Luccioni, 1990, p. 20). Por no poseer instinto, el concepto que explica qué nos sucede es el de pulsión, categoríafundamental para el psicoanálisis. Dice la autora que “uno se cansa de un alimento (…) Es necesario cambiar de objeto para preservar el placer y el deseo” (Lemoine-Luccioni, 1990, p. 22). La pulsión, por definición, no produce un placer total, siempre su satisfacción es parcial. Además, el objeto que produce la satisfacción es imposible de precisar. En este sentido y pensándolo con el 5 tema que estamos desarrollando, para el ser humano se hace imperioso variar los alimentos. En esa variación de alimentos de manera inconsciente, se busca el placer, por lo cual, además de la zona sensible que se ve afectada, debido a la parcialidad de la pulsión,se pasa a otras zonas sensibles. La pulsión se desvía y por eso se propone que la alimentación se ve afectada por un rasgo de perversión. La perversión se puede definir en tanto la meta de la pulsión se desvía. En este caso específico entra en escena el campo de lo visual ya que la mirada es un desvío de zona sensible original: “(…) es evidente, al igual que en el comer, que el amante obtiene placer de todo lo que rodea al órgano tanto como del órgano mismo” (Lemoine-Luccioni, 1990, p. 23). III Este vínculo entre alimentación y lenguaje propuesto por Lemoine-Luccioni al que nos referimos anteriormente, se conecta con el descubrimiento freudiano del inconsciente. La alimentación como acto puede ser tomado al modo de una formación del mismo. Entendemos como fundamental indicar algunas notaciones sobre esta instancia indicada por Freud y retomada por Lacan. Cuando Freud encuentra, deseo mediante, el campo del psicoanálisis, surge con posterioridad la referencia Jacques Lacan que precisa el alcance del inconsciente. Lejos de mantener distancias entre dos posturas, se apuesta aquí a la formalización del concepto clave de este campo. De la mano de Ferdinand de Saussure (1857-1913), Claude Levi Strauss (1908–2009), Roman Jakobson (1896-1982), Lacan llegará a la conclusión con característica de axioma de que “el inconsciente se encuentra estructurado como un lenguaje”. El inconsciente fue empleado por primera vez con el carácter técnico en lengua inglesa en 1751 por el jurista escocés Henry Home Kames (1696-1782) dando significación de no consciente. Con posterioridad el término se populariza en Alemania en la época romántica, designando un depósito de imágenes mentales, una fuente de pasiones cuyo contenido escapaba a la conciencia. Es Freud quien reconoce una dimensión más allá de la no conciencia. Aparecen dos aspectos principales en el corpus de su desarrollo: la primera tópica acarrea el concepto como tal y su historia. Se entiende como un sistema que se mantiene fuera de la conciencia siendo separada de ella de forma radical mediante el mecanismo de la represión. Los contenidos reprimidos llegarían a la conciencia, mediante una distorsión 6 que los tornarían irreconocibles. En la segunda tópica, el inconsciente ya no se tratará de un lugar aparte. En esa nueva presentación, la organización del aparato psíquico se define, siempre de un modo multisistémico, en tres instancias diferenciadas: el ello, el yo y el superyó. El inconsciente, así como el preconsciente, y el sistema percepción/conciencia se integrarán a estas instancias. Jacques Lacan se separa de la apuesta metapsicológica que confundió a tantos discípulos de Freud y marca un cruzamiento del concepto inconsciente con la estructura del lenguaje. En ese cruzamiento pone en relieve la obra de Sigmund Freud con algunas figuras del programa o movimiento estructuralista. Tal programa: (…) constituyó, más allá del entusiasmo de moda, una figura de ciencia: un momento en que pensó que la jurisdicción de la ciencia moderna podía y debía extenderse mucho más allá de los límites que se le habían reconocido durante mucho tiempo. (Milner, 1995, p. 97) El paradigma planteado por el estructuralismo se debe a las consecuencias de un “galileanismo extendido” y está “fundado en una matemática extendida, y extendido a objetos inéditos (…) ese objeto era el lenguaje” (Milner, 1995, p. 99). Pero ¿cómo se logra esa extensión? Para esto es necesario saber que el estructuralismo comienza con el posicionamiento de la lingüística como ciencia. Como señaláramos al inicio de este artículo, esto ocurre con el Curso de Lingüística General de Ferdinand de Saussure, siendo uno de los mejores cuerpos organizados de las doctrinas lingüísticas. “Saussure pasó a ser retroactivamente el autor del Curso, aunque no haya escrito, en sentido estricto, ni una sola de sus páginas” (Milner, 1995 p. 99). En las páginas del Curso, se muestra que “La lingüística tiene conexiones muy estrechas con varias ciencias, unas que le dan datos, otras que se los toman” (Saussure, 2007, p. 34). Resulta fundamental la apuesta sobre la separación del habla de la lengua, alejando el habla del campo de la lingüística, porque la primera no se puede sistematizar. ¿Pero de qué se trata la lengua? Para Saussure la lengua es una parte determinada y esencial del lenguaje (…) “es la parte social del lenguaje, exterior al individuo, que por sí solo no puede ni crearla ni modificarla; no existe más que en virtud de una especie de contrato establecido entre los miembros de la comunidad” (Saussure, 2007, p. 42). Tiene elementos articulados entre sí, los signos, que comportan dos aspectos uno conceptual que sería el significado y una fónico, el significante. Este sistema de signos “carecen de valor en sí mismos; lo único que importa es el modo que se articulan entre sí. En la lengua sólo depende el valor de cada signo” (Belinsky El signo es una entidad de dos caras compuesta por dos partes en que se puede dividir una unidad lexical o palabra. Estas dos partes son el significado y el significante.Hablar del significado es hablar del concepto que se conecta con la otra parte, el significante; este se asocia al recuerdo auditivo o fonético que se guarda de cualquier palabra y se termina de definir como la imagen acústica de una palabra. Figura 1: Gráfica del signo lingüístico De esta manera y gracias a esta posibilidad de contextualizar el signo así, se genera un nuevo sentido al proceso de comunicación en lo que respecta al lenguaje verbal incluyendo el ámbito social y psicológico al mismo posee las siguientes características e la inmutabilidad entre otras especificidades del mismo 7 se articulan entre sí. En la lengua sólo existen diferencias y del juego de esas diferencias depende el valor de cada signo” (Belinsky, 2007, pp. 25-26). es una entidad de dos caras compuesta por dos partes en que se puede dividir una unidad lexical o palabra. Estas dos partes son el significado y el ficante.Hablar del significado es hablar del concepto que se conecta con la otra este se asocia al recuerdo auditivo o fonético que seguarda de cualquier palabra y se termina de definir como la imagen acústica de una palabra. gura 1: Gráfica del signo lingüístico Fuente: Elaboración propia De esta manera y gracias a esta posibilidad de contextualizar el signo así, se genera un nuevo sentido al proceso de comunicación en lo que respecta al lenguaje ámbito social y psicológico al mismo. A partir de allí posee las siguientes características: la arbitrariedad, la convencionalidad, la mutabilidad inmutabilidad entre otras especificidades del mismo IV y del juego de esas diferencias es una entidad de dos caras compuesta por dos partes en que se puede dividir una unidad lexical o palabra. Estas dos partes son el significado y el ficante.Hablar del significado es hablar del concepto que se conecta con la otra este se asocia al recuerdo auditivo o fonético que se guarda de cualquier palabra y se termina de definir como la imagen acústica de una palabra. De esta manera y gracias a esta posibilidad de contextualizar el signo así, se genera un nuevo sentido al proceso de comunicación en lo que respecta al lenguaje partir de allí, el signo la arbitrariedad, la convencionalidad, la mutabilidad 8 Volviendo al concepto de inconsciente descubierto por Freud, Lacan lo retorna para ajustarlo conceptualmente y lograr una transmisión más estricta, evitando las dificultades teóricas y prácticas en las que cayeron muchos seguidores del psicoanálisis. El inconsciente no se encuentra estructurado como un lenguaje porque ello va contra la idea de cierta búsqueda imaginaria de lo inconsciente como algo oculto en cierta profundidad.Centrándose en textos freudianos que argumentan sobre los sueños, los lapsus, los chistes, los olvidos y los síntomas como formaciones del inconsciente, este concepto queda asociado a cierta lógica que se desprende de la lingüística estructural: “(…) es toda la estructura del lenguaje lo que la experiencia psicoanalítica descubre en el inconsciente” (Lacan, 2002, p. 474). El lenguaje baña a los niños y niñas desde el nacimiento, inclusive antes del mismo,y determina la razón del inconsciente: “Y también el sujeto, si puede parecer siervo del lenguaje, lo es más aún de un discurso en el movimiento universal del cual su lugar está ya inscrito en el momento de su nacimiento, aunque sólo fuese bajo la forma de su nombre propio” (Lacan, 2002, p.475). De esta manera es que Lacan extrae algunas de las referencias de la lingüística y para así fundamentar una lógica sobre el inconsciente freudiano. Él realiza una particular lectura del signo de Saussure generando una notación diferente indicando que esel significante (S) lo que se ubica por sobre la barra quedando el significado (s) debajo de la misma. S s A partir de esta escritura definida como algoritmo, Lacanplantea una serie de operaciones ordenadas al estilo de los cálculos algebraicos, en este caso aplicado a la lógica del inconsciente y de su estructura. Para entender esta lógica debemos partir del significante ya que hay primacía de éste. También podemos decir que en la notación lacaniana no aparece la elipse que brindaba garantías de la unidad del signo. Con Lacan vemos que no se trata de dos inseparables caras del signo, la barra que indicaba relación para Saussure con Lacan indica la separación de dos órdenes diferentes. Con estas indicaciones se termina de perder la biunivocidad que las flechas designan. Necesitamos destacar la relevancia de la barra que ya no se liga a la idea de relación que se plantea en el signo derivando en la de resistencia que evita el acceso directo a lo inconsciente y que, por sobre ella, se destaca la primacía significante. Acorde a esta primacía y 9 justificando la noción del significante con el inconsciente Lacan propone el siguiente esquema al modo de representación: Figura 2: El ejemplo de los baños Fuente: Lacan, 2002, p. 479 El esquema precedentenos propone por sobre la barra, donde se ubica el significante, dos términos que marcan diferencias de dos puertas que son iguales. En el piso de arriba hay pura diferencia siendo esta la característica fundamental del significante. En el inconsciente se localizan significantes que se van concatenando entre sí. De esta manera no solo se justifica que se habla, también se dimensiona por qué el inconsciente se encuentra estructurado como un lenguaje. Esta restructuración de signo de Saussure no será la única referencia que Lacan toma de la lingüística y que modificapara que, asociadaa los desarrollos freudianos, logre una mejor transmisión del psicoanálisis. Otra de las ideas que trabaja es obtenida de los trabajos del lingüista ruso y amigo personal, Roman Jakobson, quien habla de dos leyes del lenguaje que llama metáfora y metonimia. Según Lacan, estas leyes del lenguaje se corresponderán con las del inconsciente como lo fueran la condensación y el desplazamiento planteadas por Freud. Mediante ellas explica el mecanismo por el cual se producen los diversos fenómenos inconscientes: sueños, síntomas, lapsus, chistes, olvidos. Para Lacan, en tanto que funciones del significante, la metonimia corresponde al desplazamiento y la metáfora a la condensación. Cuando habla de metonimia se plantea el deslizamiento, la concatenación, la conexión de los significantes en la cadena, por sobre la barra de la resistencia. Esta conexión es congruente con el mantenimiento de la barra (-) y habilita a que siempre sea posible agregar un significante más. Cuando habla de metáfora se representa la sustitución de un significante por otro en la cadena de desplazamiento, se traspone la barra y su efecto es la emergencia de algo reprimido. 10 Esta transposición de la barra (+) es lo que genera un plus de significación, significación nueva de lo reprimido que surge al modo de formación del inconsciente. V Con este recorrido quizás podamos dimensionar que alimentarse soporta complejidad y que,de modo inconsciente, nos atraviesa y determina como sujetos. Es decir, no solo se come porque se tiene hambre, como planteábamos al principio, sino que la estructura del inconsciente, con su lógica de lenguaje, también afecta esta acción. Observamos que el acto de alimentarse posee una gran complejidad sobre la que no solo influyen características biológicas y sociales, sino que también intervienen las psicológicas. Al iniciar este recorrido a partir de alimento con su correlato con la ciencia del lenguaje. Su estructura nos lleva a comprender cómo sobrepasa la idea de que solo se trata de comunicación. Seguimos en el segundo punto el detalle pormenorizado de la manera en la que las leyes del mismo condicionan la alimentación. Empobrecimiento, variación, sintaxis, morfología trascienden la lógica del lenguaje ayudando a dimensionar la complejidad de la alimentación. En el tercer inciso detallamos el alcance de la lectura de Lacan sobre la obra de Freud, en este punto nodal, como elementos y referencias tomadas de la lingüística nos dan claridad en algunos postulados freudianos. Así, logramos comprender que es el inconsciente quien demuestra que no hay acciones voluntarias y deliberadas exclusivamente,sino que esta acción se determina más allá de la conciencia y de la búsqueda de satisfacción. En la búsqueda de placer se desplaza el objeto inherente a alimentarse para investir libidinalmente otras zonas y el lenguaje como estructura ayuda no solo a retornar los planteos freudianos, sino también a comprender la lógica de alimentarse de los seres humanos. BIBLIOGRAFÍA Belinsky; Jorge (2007).Lo imaginario: un estudio. Buenos Aires: Nueva Visión. Lacan, Jacques (1996). Escritos 1.Bs. As.: Siglo XXI. Lemoine; Eugénie (1990). La mujer en el psicoanálisis -y otros textos-. Bs As: Ed. Argonauta. Milner, J.-C. (1995). La Obra Clara. Lacan, la ciencia, la filosofía. Bs. As.: Ed. Manatial. ____(2003).El Periplo Estructural. Bs. As.: Amorrortu Ediciones. Saussure, Ferdinand (2007). Curso de Lingüística General. Bs. As.: Ed. Losada Argente Portada.jpg 687.jpg 688.jpg 689.jpg 690.jpg 691.jpg 692.jpg 693.jpg 694.jpg 695.jpg 696.jpg 697.jpg 698.jpg 699.jpg gh.pdf 859.pdf 860.pdf 861.pdf 862.pdf 863.pdf 864.pdf 865.pdf
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