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232 CAPÍTULO 9 • Lesiones Térmicas .. Medidas Inmediatas para Salvar la r Vida en Pacientes Quemados ? ¿cuál es mi primera prioridad? • Las medidas para salvar la vida en pacientes con le- siones por quemadura incluyen controlar la vía aérea, detener el proceso de quemadura y establecer el acceso intravenoso. VÍA AÉREA Dado que las quemaduras pueden producir edema masi- vo, la vía aérea superior tiene riesgo de obstruirse. Los signos de obstrucción inicialmente pueden ser sutiles has- ta que el paciente entre en crisis; por ello, es esencial la temprana evaluación de la necesidad de una intubación endotraqueal. Los factores que incrementan el riesgo de obstruc- ción de la vía aérea superior son: aumento del tamaño y la profundidad de la quemadura, quemaduras en la cabeza y la cara, y daño por inhalación (quemaduras en la boca) (• FIGURA 9-1 ). Las quemaduras en cara y boca causan edema localizado y plantean un gran riesgo de compromiso de la vía aérea. Los niños tienen un riesgo mayor de proble- mas de la vía aérea porque esta también es más pequeña. ? ¿Cómo identifico lesiones • por inhalación? A pesar de que la laringe protege la vía aérea subglótica de la lesión térmica directa, la vía aérea es extremadamente susceptible a la obstrucción como consecuencia de la ex- posición al calor. Las indicaciones clínicas de lesiones por inhalación son: • Quemaduras faciales o en el cuello • Quemaduras de las cejas y vibrisas nasales • Depósitos carbonáceos y cambios inflamatorios agudos en la orofaringe • Esputo carbonáceo • Ronquera • Antecedentes de confusión mental y/o encierro en un ambiente en llamas • Explosión con quemaduras en la cabeza y en el torso • Niveles de carboxihemoglobina mayores al 10% en un paciente víctima de un incendio La presencia de cualquiera de estos hallazgos sugiere una lesión aguda por inhalación y dicta la necesidad de intubar al paciente. El traslado a un centro de quemados está in- dicado si hay una lesión por inhalación. Si el tiempo de transporte se prolonga, se debe realizar una intubación endotraqueal antes de trasladar al paciente. El estridor tiene lugar tardíamente y es una indicación para realizar una intubación endotraqueal de inmediato. Las quema- •FIGURA 9-1 Los factores que incrementan el riesgo de obstrucción de la vía aérea superior son: aumento en la profundidad y el tamaño de la quemadura, quemaduras en cabeza y cara, lesiones por inhalación, traumatismos asociados y quemaduras dentro de la boca. duras circunferenciales en el cuello pueden ocasionar edema de los tejidos alrededor de la vía aérea. Por lo tanto, en estas circunstancias la intubación endotraqueal temprana también está indicada. DETENER EL PROCESO DE QUEMADURA Para detener el proceso de quemadura, se debe quitar toda la ropa al paciente (• FIGURA 9-2); sin embargo, no se debe arrancar la ropa que esté adherida. Las telas sin- téticas pueden encenderse, quemarse rápidamente a tem- peraturas altas y luego se derretirse formando un residuo caliente que continúa quemando al paciente. Cualquier ropa quemada por productos químicos deberá ser removi- da con cuidado. Se deben cepillar los polvos químicos secos de la herida y la persona a cargo debe evitar el contacto directo con estas sustancias. Asimismo, se deben lavar las áreas superficiales del cuerpo con cantidades abundantes de agua. Finalmente, con el fin de prevenir la hipotermia, se debe cubrir al paciente con cobertores limpios y secos. • FIGURA 9-2 Toda la ropa y las joyas deben ser removidas del paciente para detener el proceso de la quemadura y prevenir la constricción por el edema. ACCESO INTRAVENOSO Cualquier paciente con quemaduras de más del 20% de la superficie corporal requiere reanimación con volumen. Luego de establecer una vía aérea permeable y después de identificar y tratar de inmediato las lesiones potencial- mente letales, es necesario establecer una vía de acceso intravenoso. De inmediato, se debe establecer una vía in- travenosa de grueso calibre (por lo menos con un catéter calibre 16G) en una vena periférica. Si el grado de que- madura impide la colocación del catéter por piel que no esté quemada, habrá que colocar el catéter en una vena accesible aunque sea por piel quemada. Debido a la alta frecuencia de flebitis y de flebitis séptica al usar las venas safenas para el acceso venoso, preferentemente se deben utilizar los miembros superiores antes que los inferiores para hacer un acceso venoso. Comience la infusión con una solución cristaloide isotónica, preferentemente Rin- ger Lactato. Más adelante en este capítulo, se esbozan las pautas para establecer el volumen y la velocidad de infu- sión de la solución cristaloide. Escenario • continuación El paciente es intubado y se ha colocado un acceso venoso en la fosa antecubital a través de la piel quemada. • Evaluación de Pacientes Quemados La evaluación de un paciente con lesiones por quemadu- ras se inicia con la historia del paciente, seguida por la estimación del área de superficie de superficie corporal y la profundidad de la quemadura. HISTORIA La historia de la lesión es extremadamente valiosa en el tratamiento de los pacientes quemados. El paciente puede sufrir lesiones graves al tratar de escapar del sitio del in- cendio. Las explosiones pueden causar heridas internas o fracturas (por ejemplo, sistema nervioso central y lesiones miocárdicas, pulmonares, y abdominales). Es esencial es- tablecer la hora en que ocurrió la quemadura. Las quema- duras ocurridas en espacios cerrados deben alertar sobre el riesgo potencial de una quemadura por inhalación. La historia, con información suministrada por el paciente o por un pariente, debe incluir una breve revi- sión de las enfermedades preexistentes (por ejemplo, dia- betes, hipertensión, enfermedades cardiacas, pulmonares y/o renales) y fármacos que el paciente está recibiendo, así como cualquier alergia y/o sensibilidad a los medicamen- tos. Algunos pacientes intentan suicidarse a través de la EVALUACIÓN DE PACIENTES QUEMADOS 233 autoinmolación, de modo que el clínico debe estar alerta a esta posibilidad. Además, la historia del paciente debe coincidir con los patrones de la quemadura. Si la historia resulta sospechosa, se debe considerar la posibilidad de maltrato. También es importante establecer si el paciente está vacunado contra el tétanos. ÁREA DE SUPERFICIE CORPORAL ? ¿Cómo mido la extensión de la • quemadura y su profi,tndidad? La Regla del Nueve es una guía útil y práctica para deter- minar la extensión de la quemadura (• FIGURA 9-3). La configuración del cuerpo de un adulto está dividida en re- giones anatómicas que representan el 9% o un múltiplo de 9% de la superficie corporal total. La superficie corporal de los niños es muy diferente. La cabeza del lactante o del niño pequeño representa una proporción mayor de la superficie corporal que la del adulto, y las extremidades inferiores representan una proporción menor que la del adulto. El porcentaje de la superficie corporal total de la cabeza de un infante es el doble que la del adulto normal. La palma de la mano del paciente (incluyendo los dedos) representa aproximadamente el 1% de su superficie cor- poral. Esta pauta es útil para calcular la extensión de las quemaduras de contorno o distribución irregular. PROFUNDIDAD DE LA QUEMADURA La profundidad de la quemadura es importante para eva- luar su gravedad, para establecer el plan de manejo de las lesiones y para predecir los resultados funcionales y cosméticos. Las quemaduras de primer grado (por ejemplo, una quemadura de sol) se caracterizan por eritema, dolor y ausencia de ampollas. No ponen en peligro la vida y gene- ralmente no requieren reposición intravenosa de líqui- dos porque la epidermis permanece intacta. Este tipo de quemadura no se discutirá más en este capítulo y no está incluida en la valoración del tamaño de la quemadura. Lasquemaduras de segundo grado o de espe- sor parcial se caracterizan por una apariencia roja o moteada, con edema asociado y con formación de ampo- llas (• FIGURA 9-4 A y B). La superficie puede tener una apariencia húmeda y exudativa y presentar hipersensibilidad dolorosa, incluso a las corrientes de aire. Las quemaduras de tercer grado o de espesor com- pleto tienen un color oscuro y una apariencia de cuero (•FIGURA 9-4 C y D). En ellas, la piel también puede pare- cer translúcida, moteada o blanca como la cera. La super- ficie no duele y generalmente se presenta seca; puede estar enrojecida y no palidece con la presión. Hay poca inflamación de los tejidos en este tipo de quemaduras, pero pueden estar rodeadas de un edema significativo. 234 CAPÍTULO 9 • Lesiones Térmicas Pediátrico Adulto 18% 9% • FIGURA 9-3 Regla del Nueve. Es una guía práctica utilizada para evaluar la severidad de las quemaduras y determinar el manejo de los líquidos. El cuerpo del adulto es divido en áreas de superficie de 9% cada una o en fracciones o múltiplos de 9%. REVISIÓN PRIMARIA Y REANIMACIÓN DEL PACIENTE QUEMADO 235 A •Ampolla • Dolorosa • Fondo brillante e ' ' ' ' ' ' ' • Apariencia de cuero\ ' ' • Blanca a carbonizada \ ' ' ' ' ' • Tejido muerto ',, • Superficie no dolorosa \ } Espesor parcial, segundo grado Espesor total, tercer grado ... Revisión Primaria y Reanimación r del Paciente Quemado La evaluación inicial y la reanimación de un paciente quemado se enfocan sobre la vía aérea, la ventilación y la circulación. VÍA AÉREA Tanto el antecedente de haber estado confinado en un ambiente de incendio, como la presencia de signos tem- pranos de lesión de la vía aérea al ingreso al departamen- to de urgencias requieren la evaluación de la vía aérea •FIGURA 9-4 Profundidad de la quemadura. (A) Quemadura de segundo grado superficial, (B) Quemadura de segundo grado. (C) Quemadura de tercer grado profunda, (D) Quemadura de tercer grado en brazo y espalda. y su tratamiento definitivo. Las lesiones térmicas en la faringe pueden producir un edema marcado de la vía aé- rea superior, por lo cual es importante asegurar la vía aérea de forma temprana. Las manifestaciones clínicas de la lesión térmica por inhalación pueden ser sutiles y, con frecuencia, no aparecen en las primeras 24 horas. Si el médico aguarda pruebas radiográficas de la lesión pulmonar o cambios en los gases arteriales, la intubación puede hacerse imposible debido al edema en la vía aérea. En estos casos, es necesario establecer una vía aérea me- diante un procedimiento quirúrgico . VENTILACIÓN La lesión térmica directa de las vía aéreas inferiores es muy rara y ocurre, esencialmente, luego de la exposición al vapor caliente o a la inhalación de gases inflamables. La ventilación se ve afectada en tres aéreas: hipoxia, envene- namiento por monóxido de carbono y daño por inhalación de humo. La hipoxia puede estar relacionada con lesiones por inhalación, inadecuada ventilación por quemaduras cir- cunferenciales del tórax o trauma torácico no relacionado con la lesión térmica. Debe administrarse oxígeno suple- mentario con o sin intubación de la vía aérea. 236 CAPÍTULO 9 • Lesiones Térmicas Siempre hay que presuponer la expos1c10n a monóxido de carbono en pacientes quemados en áreas cerradas. El diagnóstico de envenenamiento por CO se realiza por los antecedentes de la exposición y por medición directa de los niveles de carboxihemoglobina (COHb). Los pacientes con niveles de CO menores de 20% no suelen presentar síntomas. Niveles más altos de CO producen: • Dolor de cabeza y náuseas (20%-30%) • Confusión (30%-40%) • Coma ( 40%-60%) • Muerte (>60%) El color rojo-cereza de la piel es un hallazgo raro, y puede ser que únicamente se vea en pacientes moribun- dos. A causa de la alta afinidad del CO para la hemo- globina (240 veces más que la del oxígeno), este desplaza al oxígeno de la molécula de hemoglobina desplazando la curva de disociación de oxihemoglobina a la izquierda. El CO se disocia muy lentamente y su vida media es de 250 minutos (4 horas) mientras el paciente respira el aire ambiente, y de 40 minutos cuando respira oxígeno al 100%. Por lo tanto, cualquier paciente expuestos a monóxido de carbono deben recibir inicialmente oxígeno a alto flujo con una máscara de no reinhalación. El manejo temprano de las lesiones por inhalación puede requerir intubación endotraqueal y ventilación mecánica. Antes de la intubación, se debe preoxigenar al paciente con la administración continua de oxígeno, y, en pacientes en los que se sospecha lesión de la vía aérea, la intubación temprana es imprescindible. Dado que es muy probable que haya que hacer una broncoscopia en pacien- tes con lesión por quemadura de la vía aérea, se debe elegir un tubo endotraqueal del tamaño suficiente como vía aérea definitiva. Es necesario obtener una muestra de gases arteriales como valor basal para la evaluación del estado pulmonar. Sin embargo, el valor de Pa0 2 arterial no predice el envenenamiento con CO en forma confiable, porque una presión parcial de CO de sólo 1 mm Hg pro- duce un nivel de carboxihemoglobina del 40% o más. Por lo tanto, cuando se sospeche un caso de envenenamiento por CO, de ser posible, se deben obtener niveles basales de carboxihemoglobina y administrar oxígeno al 100%. Es importante diagnosticar la inhalación de produc- tos de combustión, incluyendo partículas de carbón y humo tóxico, porque duplica la mortalidad del paciente quemado, comparada con la de pacientes de similar edad y extensión de la quemadura, pero sin lesión por inhala- ción. La fisiopatología involucra el depósito de partículas de humo dentro de los bronquiolos distales, produciendo daño y muerte de células mucosas. El daño de la vía aérea ocasiona un incremento de la respuesta inflamatoria que, a su vez, incrementa la fuga capilar que provoca un defecto de difusión del oxígeno. Las células necrosadas tienden a descamarse obstruyendo la vía aérea. Este taponamiento de la vía aérea y el deterioro de los mecanismos de defensa contra las infecciones aumentan el riesgo de neumonía. La Asociación Americana del Quemado ha definido 2 requerimientos para el diagnóstico de lesión por inhala- ción de humo: (1) exposición a un agente combustible y (2) signos de exposición al humo en la vía aérea inferior, por debajo de las cuerdas vocales, por broncoscopia. La posibi- lidad de daño por inhalación de humo es mucho mayor si la lesión tuvo lugar en un espacio cerrado. La exposición prolongada también aumenta la posibilidad de daño por este mecanismo. Inicialmente se debe obtener una radiografía de tórax y la determinación de gases arteriales como una base para evaluar el estatus pulmonar del paciente. Aunque esos estudios inicialmente pueden ser normales, se pueden deteriorar con el tiempo. El tratamiento de las lesiones por inhalación por humo es de soporte. Un paciente con alta probabilidad de lesión por inhalación por humo aso- ciada con quemaduras significativas debe ser intubado. Si el estado hemodinámico del paciente lo permite y se han excluido lesiones de la médula espinal, la elevación de la cabeza y del tórax a 30º ayuda a reducir el edema del cue- llo y de la pared torácica. Si hay una quemadura de tercer grado en la pared anterior y lateral del tórax que causa restricción severa del movimiento de la pared torácica, e incluso en ausencia de una quemadura circunferencial, puede ser necesaria una escarotomía de la pared torácica. Escenario • continuación Los requeri- mientos calculados de líquidos son 12,6 1 en las primeras 24 horas. Se ha llamado al centro de quemados más cercano para coordinar el traslado, y el paciente quemado está cubierto con sábanas limpias. CIRCULACIÓN - REANIMACIÓN DEL SHOCK POR QUEMADURAS ? ¿cuál es el volumen y el tipo de líquidos • administrados al paciente quemado?La evaluación del volumen de sangre circulante es difí- cil en pacientes con quemaduras severas. Además, estos pacientes pueden tener otras lesiones que contribuyen a causar shock hipovolémico. El shock debe ser tratado según los principios de reanimación previamente men- cionados en el Capítulo 3: Shock. Además, se deben ad- ministrar líquidos para la reanimación de los quemados (• FIGURA 9-5 ). La determinación de la presión arterial puede ser difícil de obtener y puede no ser fiable en pa- cientes con lesiones por quemaduras severas, pero, en ausencia de diuresis osmótica (por ejemplo, glucosuria), la medición horaria del gasto urinario es un parámetro confiable para evaluar el volumen sanguíneo circulante. Es por esto que se debe colocar una sonda vesical.
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