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Apoyo publico a las Artes y la Cultura

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Apoyo publico a las Artes y la Cultura
Una mirada desde la economía
En este ensayo se presentan los argumentos que respaldan la existencia de una política publica en apoyo de las artes, y los efectos de los distintos tipos de intervención.
Justificación del apoyo publico a las artes y la cultura
Cada día es mas importante el sector artístico y cultural. Esto es producto de una toma de conciencia de que es una fuente de inversión y empleo y por tanto tiene impacto sobre la comunidad y sobre el desarrollo social del país. ¿Pero porque la cultura recibe un trato especial? ¿Por qué se deben invertir recursos públicos?
Argumentos para este trato especial:
Un argumento dice que la cultura se trata de algo intrínsecamente bueno y por tanto debe ser producido. (bienes meritorios, como educación y salud).
Otro argumento es el de las fallas de mercado. La cultura tiene características de bien publico. Todos nos vemos beneficiados y por tanto debiéramos asumir los gastos entre todos.
También existe el valor de opción: mantengo bienes en existencias para retener una opción de consumo. (conservación de patrimonio histórico).
“Enfermedad de Baumol”: La naturaleza de muchas formas de cultura impone un techo a las ganancias. El costo de montar una sinfonía de Beethoven hoy es mayor que en sus tiempo (Se requieren las mismas personas pero a distintos precios). Por tanto es poco competitivo y debe aumentar sus precios.
Formas que puede adoptar el apoyo
Se puede subsidiar la oferta o la demanda. Y estos a su vez se pueden lograr de diversas formas. Los países desarrollados por lo general apoyan la producción cultural, no la demanda. Pero el problema es que no aumenta el numero de consumidores, es decir, la brecha de demandantes de artes sigue igual.
Algunos creen que los subsidios a la oferta pueden aumentar la producción pero que fallan para estimular la demanda y disminuir la brecha del acceso. Argumentan que es mejor entregar vouchers a los demandantes. Pero estos vouchers a la demanda no son obligatorios de usar y por lo tanto también pueden ser ineficientes.
 Una alternativa es el apoyo a la educación artística, generando aumento en la demanda de largo plazo. Y luego de esto subsidiar la demanda.
El problema de la Heterogeneidad
Hay muchas formas distintas de cultura y arte. ¿Cuales subsidiamos? Muchas veces lo deciden comités de expertos, pero estos no representan la demanda, y por esto es que se mantiene la brecha. Unos pocos determinan que tipo de arte es “valioso”. Por tanto podría ser mejor el sistema de vouchers, donde las preferencias determinan la distribución.
Algunos argumentan que este sistema de libre elección de los consumidores puede redundar en que formas de arte de menor calidad se estimulen a costa de las de buena calidad. Pero hay quienes defienden que es el consumidor el que juzga la calidad de la oferta, y por tanto se debe apoyar la demanda.
Se propone un sistema de cuasi mercados. Donde se ofrecen determinadas opciones y dentro de esas los consumidores deciden cuales demandar.
El apoyo a la oferta en etapas tempranas se debe a la falta de información.
Consecuencias de cada enfoque en términos de utilidad social
Una posición sostiene que los subsidios a la demanda son al menos tan eficientes como aquellos dirigidos a la oferta. Pero se deben cumplir dos condiciones: Las fallas de mercado se distribuyen homogéneamente entre las distintas formas de cultura y los individuos toman decisiones racionales.
La primera es muy difícil, ya que las externalidades casi siempre serán distintas. Así, desde el punto de vista social, no es irrelevante las formas de arte y cultura que se elijan. Además no esta claro que los individuos elijan los de mayor beneficio social.
Además se enfrentan problemas de información. Son bienes de experiencia, la preferencia cambia a medida que son consumidos. Es por esto que los comités de expertos pueden ayudar a certificar la calidad, y por tanto el mayor valor social.
Hay fallas de mercado pero también de estado
Hay riesgos de influencia de grupos de interés. Intereses de quienes tienen el poder de asignar fondos. Por tanto se propone un consejo semi autónomo, exento de incentivos determinados por el ciclo político.
El estado también enfrenta problemas de información. No puede medir las magnitudes de las fallas de mercado.
Otro riesgo es que el grupo objetivo no se determine adecuadamente. Subsidiar a quienes consumirían o producirían de igual modo con ausencia de subsidio.
La idea de todas estas políticas es que el aumento de la demanda este determinado por mas personas distintas que demandan cultura, no por lo mismos que consumen mas.
Recomendaciones para el caso Chileno
La política cultural chilena se a basado en el apoyo a la producción, apoyando de forma directa a instituciones y patrocinando concursos elegidos por evaluaciones de pares en que se asignan recursos en virtud de la originalidad, relevancia, calidad y otros atributos. Este esquema a ayudado al desarrollo del sector, pero no a estimular el interés ni a reducir la brecha. 
Por tanto apoyar la demanda podría reducir la brecha, focalizando apoyo en grupos de consumo que pretendemos estimular. Sin embargo, la efectividad de esta política se puede ver limitada. Los consumidores pueden no responder significativamente a los estímulos de los subsidios. Es importante analizar los patrones de consumo, puede que la gente este consumiendo formas de cultura que no generan beneficios sociales.
La discusión sobre el diseño optimo de la institucionalidad cultural es fundamental para minimizar los riesgos asociados a la intervención publica.
Pablo Aguirre Peribonio

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