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Armendariz y Larraín cap

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Ana Sofía Villarreal R. 
Armendariz y Larraín
Cap. 8: La lucha contra la inflación
Introducción:
Entre 1975 y 1990, varios países de América Latina sufrieron una crisis de inflación, y de hiperinflación. La caída en de la inflación desde su máximo de 1990, cuando la inflación promedio de la región excede 1,000 por ciento al año, al 26 por ciento anual en 1995 merece atención. La inflación se redujo aún más a cerca de una tasa anual de 9 por ciento en 1999, y hacia el siglo XXI había seguido disminuyendo.
Nuestra comprensión de cómo controlar la inflación es crucial, ya que la inflación sigue siendo una amenaza real para América Latina. La región actualmente se expone a grandes fluctuaciones de los flujos de capital y salidas, que pueden tener efectos significativos en los tipos de cambio.
8.1 Las raíces principales de la inflación
Los cambios bruscos en los flujos de capital volátiles, por los cambios en precios de los commodities han creado déficits presupuestarios que los gobiernos encuentran difíciles de reducir a través de una contracción forzosa y con frecuencia los gobiernos financian estos déficits a través de la emisión de bonos (préstamos internos), préstamos externos, la impresión de dinero o tomando de sus reservas extranjeras. 
Las tasas de inflación en la década de 1970 se incrementaron como resultado de grandes entradas de capital a la que los políticos no respondieron a través de políticas fiscales contra-cíclicas. 
Se presentaron altas tasas de inflación sin precedentes en la mayoría de las economías de AL en la década de 1980 como consecuencia de los déficits fiscales monetizados altamente pesar de contracción forzada.
Políticas de estabilización heterodoxas y ortodoxas contribuyeron a bajar las tasas de inflación en la década de 1990 (grandes economías como Argentina, México y Brasil logran financiar sus déficits con deuda a corto plazo en contraste con la creación de dinero. 
Los cambios bruscos en los flujos de capital volátiles, junto con las respuestas fiscales y monetarias erróneas no son la única causa del período de inflación brutal en el siglo pasado. 
Las políticas de tipo de cambio también desempeñaron un papel importante. La mayoría de los países, fracasaron en sus intentos de mantener un régimen de tipo de cambio estable. Las severas devaluaciones iban de la mano con una crisis de balanza de pagos, lo que provocó salidas masivas de capital, lo que alimentó aún más las presiones inflacionarias. 
La incapacidad para controlar la alta inflación se hizo cada vez más compleja debido a la indexación de precios y salarios. Los gobiernos latinoamericanos no podían comprometerse con la restricción monetaria y la austeridad fiscal en un entorno en el que los trabajadores clamaban por salarios más altos, y las empresas están aumentando el precio de los productos finales, como resultado de mayores costos de producción debido a los salarios más altos y los precios de los insumos intermedios importados.
La incapacidad de los políticos para asumir compromisos se agrava aún más como resultado de la inflación inercial; es decir, los agentes económicos hacían sus propias proyecciones de inflación en base a las tasas de inflación pasadas y actuales. Debido a que estas tasas eran altas, la futura inflación era alta, creando un círculo vicioso fuera de control.
En los periodos de alta inflación de los 80s y 90s, la inflación era aún más difícil de contener considerando el efecto Olivera-Tanzi, por el retraso entre el momento que se fija el impuesto y el momento en el que se recauda, las tasas de inflación mayores disminuyen el valor real de las recaudaciones, ampliando el déficit fiscal. 
8.2 Costos de la inflación
	Cuando la inflación no es perfectamente anticipada, las proyecciones erróneas conducen a una redistribución arbitraria del ingreso y la riqueza, puede conducir a ganancias para los prestatarios a expensas de los prestadores. Además los contratos salarios con frecuencia conduce a una redistribución adversa en contra de los ancianos y trabajadores. 
	En AL, el impacto tuvo un mayor impacto para la población pobre, las minorías ricas podían adaptarse más a esta inflación con mayores instrumentos financieros al alcance. 
8.3 Políticas ortodoxas y heterodoxas de estabilización 
Las políticas ortodoxas abogan por una disminución del déficit presupuestal para reducir la inflación. mientras las políticas heterodoxas abogan por controles de precios y salarios para combatirla. En AL, se han utilizado diversas combinaciones de estas simultáneamente. En los 90s, se le da prioridad a la política fiscal, monetaria y a las políticas del tipo de cambio. La reestructuración de la deuda para los países en desarrollo jugó un papel importante. 
El sector bancario se tornó altamente frágil, al aumentar la inflación disminuyó el valor de sus activos. Los costos fiscales de rescatar el sector financiero fue altísimo para países latinoamericanos. Las políticas estabilizadores tuvieron un impacto en la inflación y en AL cayó la inflación de una media de 496% en el pico de la crisis en los 80s a un 5% en el 2006. 
8.4 La autonomía del banco central
Varios autores han informado de que existe una correlación negativa y estadísticamente significativa entre el grado de independencia del banco central y la inflación. En algunas de las principales economías de la región, los bancos centrales independientes y generación de normas fiscales fueron promulgadas; como resultado, AL está mejor equipada para luchar contra la alta inflación, porque los gobiernos tienen un alcance limitado para aumentar el déficit presupuestario a través de señoreaje.
Asimismo el fenómeno de las metas de inflación (inflation targeting) ha mostrado ser efectivo y ha logrado mantener tasas bajas de inflación en los países que adoptan este método. Además los cambios a regímenes de tipo de cambio han permitido menos contagio de crisis que originan en otros lugares (3 países dolarizaron: Ecuador, El Salvador y Panamá).
8.5 Instituciones fiscales y prudencia fiscal
	La rendición de cuentas, transparencia, metas de inflación, y la responsabilidad fiscal leyes implementadas son de suma importancia. Estos cambios institucionales han sido clave para mantener bajas tasas de inflación durante el siglo XXI en AL.
Los poderes legislativos de la mayoría de los gobiernos latinoamericanos se les concedió una mayor participación en la aprobación de la modificación y, potencialmente, los proyectos de presupuesto, mayor control en la ejecución del presupuesto, el aumento de la capacidad para controlar el rendimiento y las opciones para garantizar la rendición de cuentas.
8.6 Inflación y el tipo de cambio
AL ha sido testigo de diferentes regímenes de tipo de cambio. A un lado del espectro, encontramos tipos de cambio fijos y la dolarización (vinculados con una mayor credibilidad) y por el lado opuesto encontramos el tipo de cambio totalmente flexible (vinculador con una mayor competitividad).
Hechos sugieren que en los países en los que la inflación era muy alta en la década de 1980, los regímenes de tipo de cambio fijos habilitaron a esos países a reducir la inflación con bastante rapidez. Sin embargo, las ganancias sustanciales en la credibilidad implica un tradeoff con la competitividad y la capacidad de las economías para responder a los choques externos. Una vez que la inflación estaba bajo control por el cambio de milenio, varios países adoptaron tipos de cambio flotantes y abarcaron metas de inflación.
8.7 Las entradas de capital del siglo XXI
	Después de una década de aislamiento financiero, AL fue nuevamente receptor de entradas de capital significantes. En contraste a entradas previas, la naturaleza de éstas fue diferente. Esta entrada consistió en su mayoría de IED a corto y largo plazo. El monto neto de transferencias representó más del doble del capital que entró en los 70s.
	El cambio en el entorno macroeconómico mundial jugó un papel importante, pero las reformas estructurales y, en particular, los déficits presupuestarios más estrictosy entornos de baja inflación también reavivó la confianza de los inversores en AL.
8.8 Otras conclusiones
La inflación en otros lugares sigue siendo una amenaza, y la reciente desaceleración china puede aumentar el precio de los bienes comercializados a través de la depreciación, y su inflación consecuente, no sólo en Venezuela y Argentina, sino también en otros países.
En términos más generales, los países que no han establecido bancos centrales independientes que apuntan específicamente a la inflación y de jure y de facto de las normas fiscales pueden ser más propensos a experimentar la inflación de nuevo.
Los países que están mejor equipados para controlar la inflación se mantendrán bajo control a través de las tasas de cambio flotantes, los bancos centrales con metas de inflación y fuertes instituciones fiscales.

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