Logo Studenta

Atención de Manera Adecuada, Mal agudo de la montaña - Cesar Guillermo Limones Calderón

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

Atención de Manera Adecuada
Mal agudo de la montaña
 
UNIVERSIDAD JUAREZ DEL ESTADO DE DURANGO
ESCUELA:
FCCFYD
MATERIA:
ATENCION MÉDICA PREHOSPITALARIA
PROFESOR:
L.E.F LUIS ENRIQUE TELLEZ TELLEZ
ALUMNO:
CESAR GUILLERMO LIMONES CALDERON 
GRADO: 2 GRUPO: B
INTRODUCCION
El mal de altura, o mal de montaña, se produce por una falta de oxígeno a grandes altitudes.
El mal agudo de la montaña es un malestar físico ocasionado por la dificultad para adaptarse a la baja presión del oxígeno a gran altitud.
La mayoría de los casos de mal de altura son moderados, pero algunos pueden ser mortales.
Los síntomas suelen aparecer horas después de llegar a un lugar a gran altitud. Incluyen dolor de cabeza, náuseas, dificultad para respirar y, además, imposibilidad para hacer actividad física.
Los casos leves se resuelven entre uno y tres días. Los casos graves pueden requerir oxígeno, medicamentos y traslado a una altitud menor.
· Por lo general, no requiere atención médica
· Por lo general, se puede realizar un auto diagnóstico
· Rara vez se requieren análisis de laboratorio o estudios de diagnóstico por imágenes.
Es una enfermedad que puede afectar a alpinistas, excursionistas, esquiadores o viajeros a grandes alturas, por lo general por encima de los 8,000 pies (2,400 metros).
El Mal Agudo de Montaña (MAM) es un conjunto de síntomas inespecíficos padecidos por sujetos que ascienden rápidamente desde baja a alta altura sin adecuada aclimatación. Usualmente es auto limitado, pero las formas graves (edema pulmonar y cerebral) pueden causar la muerte. La hipoxemia exagerada en reposo está relacionada con el desarrollo de MAM pero su valor predictivo es limitado. Dado que el ejercicio en altura se acompaña de mayor hipoxemia y síntomas. También es un conjunto de síntomas inespecíficos caracterizado por cefaleas, nauseas, mareos, insomnio, fatiga, anorexia y disnea. Usualmente es autolimitado, pero las formas graves pueden causar la muerte y por eso requerir medidas inmediatas y específicas. Los principales determinantes del MAM son la velocidad del ascenso, la altura alcanzada, la susceptibilidad individual, la intensidad del ejercicio físico, y el grado previo de aclimatación
CONTENIDO
El llamado coloquialmente mal de montaña o mal de altura es la falta de adaptación del organismo a la falta de oxígeno (hipoxia) de la altitud. Es un error muy común pensar que la cantidad o concentración de oxígeno atmosférico disminuye con la altitud. En realidad la concentración de oxígeno es siempre la misma (aproximadamente 21%) independientemente de la altitud. Lo que ocurre es que, a medida que ascendemos, se produce una disminución progresiva de la presión atmosférica y también de la presión parcial de oxígeno en el aire que inspiramos.
De un tiempo a esta parte, los equipos de montaña han experimentado una gran mejoría y las y los montañeros cada vez están mejor preparados. Existen más rutas para subir a los montes más complicados, aunque en la alta montaña sigue habiendo un alto índice de siniestros en las subidas. Según los estudios, la principal causa de muerte en alta montaña no son las heridas ni el agotamiento, sino las patologías derivadas de la altitud, especialmente los edemas cerebral y pulmonar.
La incidencia del mal de altura varía mucho de una persona a otra porque algunas soportan mejor que otras las ascensiones rápidas. Aparece a partir de las 6 o 10 horas, es más frecuente en menores de cincuenta años y en sujetos que residen habitualmente a menos de 900 m de altitud. El estado de forma o la preparación física –por excelentes que sean, no lo previenen– ya que puede afectar incluso a los atletas más experimentados.
Se sabe que la susceptibilidad a padecer mal de altura es inversamente proporcional a la edad del sujeto, probablemente debido a la madurez del sistema nervioso. Tampoco se recomienda el empleo de fármacos para prevenirlo, sino adaptarse progresivamente a la hipoxia de altitud mediante un proceso de aclimatación.
Otros factores que influyen en la aparición de mal altura son la velocidad de ascenso (cuanto más rápida, mayores son las probabilidades de aparición), la duración de la estancia a una altura determinada y el ejercicio a gran altura. Además, es muy importante tener en cuenta que, a pesar de seguir escrupulosamente un calendario de aclimatación, el mal de altura puede presentarse en cualquier momento.
· Síntomas del mal de altura
El mal de montaña puede empezar a sentirse a partir de los 2.500-3.000 metros por encima del nivel del mar. Cabe señalar que muchas estaciones de esquí se encuentran a estas alturas y que en personas sensibles puede aparecer incluso a menor altitud. Los síntomas más leves son la dificultad para dormir, mareo o sensación de vértigo, fatiga, dolor de cabeza, inapetencia, náuseas o vómitos, taquicardias y dificultad respiratoria.
A efectos prácticos (en la montaña, por encima de los 2.500 m), la aparición de cualquiera de los síntomas descritos que no puedan explicarse por otras razones debe considerarse como mal de altura. Hay que dejar de ascender y, si los síntomas no mejoran, bajar para perder altitud lo antes posible al menos hasta la cota donde no se presentaban síntomas.
En cuanto a los síntomas severos se engloba la coloración azulada de la piel (cianosis), rigidez o congestión pectoral, confusión, tos, disminución del estado de conciencia, palidez, incapacidad absoluta para caminar y dificultad respiratoria. En caso de no poner solución evolucionará a complicaciones más severas por lo que se debe poner tratamiento con urgencia.
En consideración a los síntomas del MAM considerados como leves, así como aquellos considerado como graves. Basados en estos síntomas, se han elaborado varias escalas que, partiendo de los síntomas más comunes, intentan definir su gravedad. Se recomienda habitualmente la Escala de Hackett  donde una puntuación de 1-2 puntos implica la existencia de síntomas (MAM leve), pero no impide la ascensión del montañero. Una puntuación entre 3-5 puntos, indica una mayor sintomatología (MAM moderado), y ante esta puntuación se recomienda no continuar con la ascensión y/o individualizar el tratamiento sintomático. Cuando la puntuación es superior a 5 (MAM severo), el tratamiento médico es obligado o, si las condiciones del montañero lo permiten hay que intentar descender. Existe una variante francesa de la Escala de Hackett donde la tos no puntúa y la ataxia es sustituida por oliguria (disminución de la diuresis o cantidad de orina), con una puntuación de 3.
Puntuación de Mal de Montaña (criterios de puntuación de Hackett)
· Cómo actuar ante el mal de altura
La primera norma que debe aplicarse ante cualquier problema derivado de la altura, es el descenso a cotas inferiores. La segunda medida es administrar oxígeno a través de mascarilla. La práctica de estas dos elementales medidas es más que suficiente para solucionar gran parte de los casos. De no resolverse, no deben utilizarse medidas de uso estrictamente reservado al personal médico por ser su mala o incorrecta utilización potencialmente peligrosas, e incluso mortales.
· Consejos para evitar el mal de altura
La mejor recomendación es realizar un ascenso gradual. Lo primero y más importante es subir relativamente despacio, realizando periodos adecuados de aclimatación de 2 a 3 días a una altura determinada (empezando desde los 2.000 m). Son aconsejables los siguientes ritmos de ascenso: hasta los 5.000 metros ascender un promedio de 340-400 metros como máximo, a partir de los 5.000 m y hasta los 6.000 m, ascender 250 metros por día; y por encima de los 6.000 m, ascender un máximo de 150-200 m por día.
· Descansar e hidratación
En caso de aparecer problemas, es fundamental descender a una cota inferior a la que estaba aclimatada y descansar durante 24 o 48 horas antes de reanudar el ascenso. Si los síntomas son graves, iniciar el descenso inmediatamente, siempre acompañado. En estas situaciones hay que beber mucho líquido (al menos 3 o 4 litros diarios), evitar beber alcohol y seguiruna dieta hiperglucídica, rica en azúcares e hidratos de carbono.
· Personas con riesgo
Tienen más riesgo aquellas personas con enfermedades cardiacas y pulmonares aunque éstas hayan sido tratadas con éxito. Mujeres embarazadas, niños, personas con hipertensión arterial, tendencia a la apnea durante el sueño y aquéllas que han tenido mal de altura con anterioridad.
· El reconocimiento previo es vital
A pesar de que el mal de altura no depende de la forma física de la persona y puede afectar incluso a los atletas más experimentados, lo que sí es cierto es que, como en cualquier otro deportista, un exhaustivo reconocimiento médico-deportivo nos servirá para detectar una serie de patologías que predisponen y aumentan la gravedad del mal de altura. Entre ellas destacan enfermedades cardiacas y pulmonares crónicas como angina de pecho, bronquitis crónica, enfisema, y algunas personas con asma grave, anemia, incluida la anemia drepanocítica (bajo contenido de hemoglobina en sangre).
También trastornos de coagulación sanguínea sin tratamiento o aquellos pacientes con un historial de trombosis (coágulos). Este reconocimiento nos indicará a su vez cómo debemos actuar, qué medidas a tener en cuenta en cuanto a preparación y alimentación y consejos para el entrenamiento y para la práctica deportiva en general.
¿Para qué nos sirve conocer esto?
Conocer lo anteriormente mencionado y lo mostrado a continuación, es de gran utilidad para combatir el mal de la montaña, evitando que pase a mayores. La prevención es el mejor tratamiento, la prevención es esta:
La estrategia a seguir en el tratamiento de MAM no complicado es la siguiente:
· No continuar ascendiendo hasta la desaparición de la sintomatología
· Iniciar el descenso si la clínica es más llamativa o amenaza la vida
· Analgésicos tipo paracetamol en el caso de la cefalea
La estrategia a seguir en el tratamiento de MAM complicado es la siguiente:
1. Descenso o evacuación a una altura más baja, al menos hasta la altura dónde el paciente se sintió bien anteriormente
2. Oxígenoterapia a 2-4 lpm y medicación (deben combinarse con 1)
3. Cámara hiperbárica (debe combinarse con 1+2)
4. Tratamiento farmacológico únicamente (en caso de que las opciones 1, 2 y 3 sean imposibles)
CONCLUSION
En la mayoría de los casos el mal de montaña no es grave, pero aun así es importante conocer que si practicas deportes de gran altitud debes seguir las recomendaciones anteriormente mencionadas, además de que si empiezas a tener los síntomas del mal de montañas debes inmediatamente bajar la altitud, y si los síntomas persisten acudir inmediatamente al doctor.
El mal de la montaña en sí, es la Hipoxia la cual es un estado de deficiencia de oxígeno en la sangre, células y tejidos del organismo, con compromiso de la función de los mismos.
Referencias Bibliográficas:
https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/000133.htm
http://fundacionio.org/viajar/consejos/mountain/mal%20agudo%20de%20montana%20concepto%20y%20prevencion.html
http://fundacionio.org/viajar/consejos/mountain/mal%20agudo%20de%20montana%20diagnostico%20y%20tratamiento.html
https://www.msdmanuals.com/es-mx/hogar/traumatismos-y-envenenamientos/mal-de-altura/mal-de-altura
https://canalsalud.imq.es/mal-de-altura/
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3402082/

Otros materiales