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RII0024 - POLÍTICA EXTERNA NA AMÉRICA LATINA II
Exercicío 3 - Bloco III Anos 2010-2021
Docente: Karen dos Santos Honorio 
Discente: Bill Eglinton Flores Maricahua
Análisis de la Política Exterior de Argentina entre el 2010-2021
En este trabajo se analiza la política exterior de Argentina comprendida en los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner (2011-2015), Mauricio Macri (2015-2019) y Alberto Fernández (2019-2022). Por consiguiente, se describirá tres procesos contrapuestos y concatenados a la vez, debido a que en los gobiernos de Fernández y Macri existió una contraposición ideológica y una dicotomía procesual; puesto que, se practicó la autonomía procedimental en la política externa en el gobierno de Fernández, aunque en el gobierno de Macri se incidió en la cooperación asimétrica con los Estados Unidos de América. Sin embargo, en el liderazgo actual de Alberto Fernández se inició un proceso de revisión de la tradición de política externa de la nación de Río de La Plata; puesto que, a diferencia de Macri que abogaba por una inserción internacional en una suerte de apego bizarro a los países capitalistas, Alberto Fernández se orientó a establecer relaciones estrategias con el Mercosur, China, Rusia y otros países que para la comunidad son considerados como no alineados. 
De esta forma, la externalización de los intereses propios durante el gobierno de Macri adscrita al comportamiento que se esperaba de Argentina en el escenario internacional, se confrontaron con la revisión de la tradición política en términos exteriores durante el gobierno de Alberto Fernández; puesto que, se pretendía contrarrestar las ideas globalistas de Macri, debido a que estas simplemente “diluían los intereses nacionales en el orden creado por el multilateralismo de las relaciones internacionales, la llamada gobernanza global” (CERVO, 2003, p. 18). Por consiguiente, en el gobierno de Macri, la política externa estuvo adscrita a las resoluciones partidarias de los grupos de poder que tenían a los Estados Unidos de América como principal ejemplo de desarrollo. En este sentido, la política exterior se convirtió en un concepto simplemente instrumental más que conceptual y fortalecido por la tradición de política doméstica de Argentina. En este sentido, se presentó como un “adorno de la acción del Estado, ya que no se le asignaba más la realización de intereses concretos” (CERVO, 2003, p. 18).
Asimismo, el liderazgo de Macri se enfrentó a la búsqueda de la independencia política y económica propuesta por Cristina Fernández a través de una cooperación integral con el hemisferio sur, especialmente con los países del Mercosur, además de naciones de América Latina que buscaran la libre determinación de los pueblos. Así, Macri pretendía mantener el status quo en el liderazgo global, donde la Argentina solamente se sumaba a la interdependencia mundial en una suerte de nación útil para los votos en las Naciones Unidas; puesto que, el gobierno de Macri incidió en “ver al mundo como homogéneo y liderado por una tríada Estados Unidos, Europa Occidental y Japón” (SIMONOFF, 2020, p. 126), ignorando la bifurcación provocada por el rápido crecimiento económico y tecnológico de China, así como su participación asidua en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. 
En contraste, Alberto Fernández a pesar de considerar la participación de Argentina en la globalización, sitúa así como lo había delineado Cristina Fernández, la importancia de la identidad nacional concatenada al comportamiento estatal en las relaciones internacionales, “ni más ni menos lo que hacen todos los países desarrollados que promueven el bienestar de sus habitantes” (FERNÁNDEZ, 2019). Por ende, la política exterior de Argentina se orientó hacia una reversión de la condición de periferia para utilizar los mecanismos de cooperación complementaria y vital con los países de América Latina, además de su vínculo comercial con la República Popular China. Por ello, se observó la participación de Argentina en foros multilaterales de las Naciones Unidas, la Organización Mundial del Comercio, Mercosur, CELAC, OEA, así como en los grupos de concertación como el G-20, G-77+China. 
En este sentido, el gobierno de Alberto Fernández se preocupó por mantener relaciones prioritarias y estratégicas en América Latina y otros espacios de interacción internacional por medio del fomento de la paz, el respeto a los derechos humanos, la libre determinación de los pueblos, lucha contra el contrabando y el narcotráfico. Además de priorizar temas como el cambio climático y la sustitución de tecnologías contrarias al desarrollo agrícola. Por ello, el comportamiento de Argentina con los países de la Alianza del Pacífico se orientó a establecer relaciones complementarias, donde se aprovechara la asimetría comercial para generar mercados en países asiáticos y también en la región sudamericana. 
Aunque, en el gobierno de Macri las relaciones con Venezuela no fueron la más adecuadas; puesto que, existió un rechazo marcado de Argentina frente al tipo de democracia que se desarrollaba en Venezuela, al asumir el poder Alberto Fernández, se estableció una posición menos beligerante en relación al régimen de Nicolás Maduro. Además, se promovió un diálogo de entendimiento pragmático con la ascensión al poder de Jair Bolsonaro en Brasil. Incluso, se podría considerar que no existe necesariamente una posición de disputa comercial con Estados Unidos de América porque existe de facto un vínculo respetuoso y fiscalizador en temas como la situación venezolana, el régimen del MAS en Bolivia, y los vínculos estratégicos con la República Popular China. Asimismo, existe un interés estatal en el fortalecimiento de las relaciones comerciales con la Unión Europea. 
Asimismo, al igual que ocurrió en el gobierno de Cristina Fernández, el presidente Alberto Fernández a pesar de la crisis económica, política y de salud, provocada por el Covid-19, aún mantiene la postura férrea de reclamar las Islas Malvinas como parte del territorio argentino. Por ello, la postura del gobierno se vincula a la defensa de las resoluciones de las Naciones Unidas vinculadas al respeto de la soberanía nacional de los pueblos. Por otro lado, en América Latina, Argentina mantiene una postura de fortalecimiento de las relaciones comerciales en el Mercado Común del Sur, debido a la presencia de Brasil quien es el principal socio económico en la región. En adición, Argentina es un Estado observador de la Alianza del Pacífico, además de ser un líder regional a favor de la concertación latinoamericana en la CELAC, aunque su participación en la última reunión acaecida en México el 18 de septiembre de 2021 se vio empañada por la crisis política interna del país y el escaso liderazgo político de sus bases electorales. 
Sin embargo, es notorio que a pesar del fomento de la CELAC como un espacio de diálogo entre las naciones de América Latina, la última reunión se convirtió en una oportunidad para confrontar ideologías políticas entre los gobiernos de Venezuela, Ecuador, Uruguay y Paraguay, en una suerte de lucha de egos que solamente mostraran la incapacidad de comprensión entre las naciones participantes, además de ver como dice el texto sagrado: “la cerilla en el ojo del prójimo y no en el propio”; puesto que, es evidente que la pandemia del Covid-19 afectó radicalmente el desarrollo económico y fragilizó a los regímenes que no diversificaron sus economías, aunque esto no signifique necesariamente que Guillermo Lasso, Mario Abdo Benítez y Luis Lacalle sean líderes con alta aceptación popular en sus respectivos países. Así, la llegada sorpresa de Nicolás Maduro a la VI Cumbre de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) con las ausencias de Argentina, Colombia y Chile en la reunión, mostró la escasa complementariedad entre los regímenes de la región, situación que menoscaba la importancia del entendimiento entre las naciones hacia una integración total. 
En este contexto, con la crisis políticay económica a cuestas y la ausencia de Alberto Fernández en la VI de la CELAC, se observa una revisión de la política externa del país del Río de la Plata; puesto que, a pesar de abogar por una autonomía operacional, aún existe una dependencia estructural en relación a China y al talón de Aquiles de la nación de Diego Armando Maradona: la deuda económica con el Foro Monetario Internacional. Por ello, el régimen de Alberto Fernández se encuentra marcado por la ausencia de reivindicación de los 44 acuerdos que se tomaron en la última cumbre de la CELAC, que se vinculan de facto con el fomento de la reducción del impacto humano en la naturaleza, producción y compras de vacunas, y una posición conjunta frente al Fondo Monetario Internacional para tener la oportunidad de revisar las deudas y acceder a corto y largo plazo a recursos que incidan en la disminución de la dependencia financiera frente a los países centrales, así como a la consecuente solicitud de financiamiento para contrarrestar el impacto de la producción humana en el Ambiente en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. 
Por ende, la ausencia de Alberto Fernández es una muestra de la crisis política en Argentina provocada no solamente por la pandemia del Covid-19, sino por la inoperancia económica de los últimos cinco años; puesto que, a pesar de una política externa autonomista, adscrita a los intereses nacionales, aún existe una dependencia estructural con China, Rusia, y la Unión Europea. Por ello, a pesar de que se fomente la colaboración con los países de América Latina, es evidente que Argentina se “integró a la cadena de producción global de China, como proveedora de soja e importador de manufacturas” (OVIEDO, 2015, p. 67), lo que limita una política exterior autónoma, debido a que el gigante asiático “aumentó el comercio y las inversiones en Argentina, lo que amplió la brecha Norte-Sur y consolidó el status periférico del país sudamericano en el modelo centro-periferia que prevalece en la relación” (OVIEDO, 2015, p. 67).
De esta forma, a pesar de la búsqueda por una política externa autónoma, se observa que la política exterior Argentina se caracteriza “en las últimas décadas por haber sufrido los vaivenes propios del famoso péndulo. Lo que en política económica Diamand(1985) describiera como oscilaciones pendulares entre momentos heterodoxos y ortodoxos en política exterior adopta la forma de momentos de orientación autonomista y momentos de orientación globalista”(TREACY, 2021, p.2). En este sentido, la política exterior de Alberto Fernández a pesar de fomentar una política autonomista, aún utiliza una política de rasgos de pragmatismo duro, debido a que el presidente argentino se preocupó por conseguir apoyo de las potencias hegemónicas, especialmente de China y Rusia cuando la pandemia del Covid-19 agravó la situación económica y financiera, además de la fragilidad política de los últimos tres años en el gobierno de Alberto Fernández. Por ello, según Treacy (2021):
la aparición del pandemia ha trastocado todos los planes del gobierno y la búsqueda de vacunas se ha vuelto la prioridad número uno. El proceso de negociación de la deuda externa ha condicionado el margen de maniobra frente a los Estados Unidos de América, el principal accionista del FMI. Debido a esto, el gobierno argentino ha buscado mantener una tímida posición equidistante entre esta potencia y China, procurando espacios de complementariedad. La República Popular China continúa siendo uno de los actores externos de más peso para la política doméstica y el gobierno argentino ha demostrado desde el primer momento una posición pragmática en la relación bilateral.
En suma, en este análisis se evidenció que la política exterior de Argentina en el período 2010-2021 se vio afectado por el péndulo comportamental; puesto que, a pesar de la búsqueda de una autonomía, es evidente un pragmatismo duro característicamente dependiente de la agenda internacional de China, dada la participación de Argentina en las cadenas de producción comercial del gigante asiático. 
Referencias
CERVO, A. Política exterior e relações internacionais do Brasil: enfoque paradigmático. Revista Brasileira de Política Internacional, Brasília, v.46, n.2, p. 5-25, 2003.
FERNÁNDEZ, A. Asunción Alberto Fernández: discurso completo del nuevo presidente. Clarín, Buenos Aires, 2019. Disponible en: https://www.clarin.com/ politica/asuncion-alberto-fernandez-discurso-completo-nuevo-presidente_0_fxJxjVYE. html. Acceso en: 17 sep. 2021.
OVIEDO, E. El ascenso de China y sus efectos en la relación con Argentina. Estudios Internacionales, nº180, pp. 67-90, 2015. 
TREACY, M. La política exterior Argentina frente al volátil escenario internacional de la postpandemia y la competencia entre China y Estados Unidos: ¿Aquiescencia, pragmatismo o autonomía? Revista Aportes para la Integración Latinoamericana, nº44, p.1-38, 2021. 
SIMONOFF, A. Argentina en el mundo: ¿Idas y vueltas? Revista Cadernos de Campo, nº29, p. 125-135, 2020. 
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