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Analisis-del-estereotipo-de-la-mujer-protagonista-de-las-princesas-de-Disney

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
 FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES 
 
 CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN 
 PRODUCCIÓN 
 
 ANÁLISIS DEL ESTEREOTIPO DE LA MUJER PROTAGÓNICA 
 EN LAS PRINCESAS DE DISNEY 
 
 TESIS 
 QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: 
 LICENCIADO EN CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN 
 
 PRESENTA: 
 ZITLALLI CORTÉS ARIZMENDI 
 nathaly_53@hotmail.com 
 
 
 ASESORA DE TESIS: 
 Dra. FRANCISCA ROBLES 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
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mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
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AGRADECIMIENTOS 
 
Este largo camino en la elaboración de esta tesis fue para mí un cuento de hadas y por 
supuesto, no habría sido posible sin la participación de sus maravillosos personajes. 
A mi padre Marco Antonio Cortés Cabrera, a quien agradezco y dedico cada una de las 
cosas buenas que hay en mi vida; por quien he tratado de ser la persona que él me 
enseñó y porque siempre estaré orgullosa de ser su hija a pesar de que sea demasiado 
tarde para decírselo, así como para que lea esto. Gracias. Imposible no recordarte a 
cada momento. 
Agradezco infinitamente a Rocío, mi madre, “la luz de mis afectos” que ha sufrido este 
camino tanto como yo. Mujer fuerte e incansable que nunca olvida mirar hacia adelante y 
espantar a todos mis dragones y fantasmas. 
A mis hermanas que han sido cómplices, princesas y brujas que siempre estuvieron 
conmigo: 
Selene, por su compañía y las aguerridas lecciones de vida que espero aún no terminen, 
portadora del objeto mágico llamado laptop y de un gran corazón que se esmera por 
proteger. 
Marisol, mi orgullo; alumna de la vida que termina fungiendo como una gran maestra 
para mí, que nunca deja de recordarme lo que significa ser niña y a quien le pido que 
nunca lo olvide, portadora de dos valiosos objetos mágicos que todo el tiempo ha 
aplicado conmigo: paciencia y un despertador. 
A Guadalupe, la abuelita previsora, ésa consejera que siempre reniega de las 
adversidades que implica estudiar esta carrera; una segunda madre para mí y madre de 
aquéllos tíos que no dejan de enseñarme sobre esta vida: José Luis, Pablo, Hugo, Jesús 
y José Manuel. Gracias por contagiarme de optimismo y practicidad, los admiro y 
respeto. 
3 
 
Doy gracias a mis tías; las sirenas llamadas María y Concepción por sumergirme en su 
mundo de conocimiento y en sus contradictorias pero siempre acertadas formas de ver 
la vida. 
Gracias a mis primos, a quienes mostraron interés por mi vida e intervinieron en ella con 
su sentido del humor: 
Entre ellos a Hugo, mi mención es una promesa a recordar sobre el mundo que nos 
espera y a Vianney por sus consejos acompañados de una risa permanente. 
El hada madrina principal de esta historia es la Doctora Francisca Robles, mi asesora de 
tesis, quien me enseñó que la única magia existente es la que proviene de la constancia, 
esfuerzo y dedicación. 
A Rebeca Jiménez por ser guardiana del portal que transformó todo el escenario, mi 
inspiración y modelo a seguir. Me enseñó las maravillas del mundo audiovisual al que 
pertenece; siempre confiando en mí me otorgó oportunidades de oro decisivas para 
configurar lo que soy ahora en lo profesional. 
En el transcurso de este camino me perdí en el bosque del terreno laboral y agradezco 
haberme encontrado con dos personajes que me acompañaron para retomar el camino: 
Marco Sarmiento: Un oso guardián de letras y de su redacción, así como de mi paz 
mental, gracias por acompañar mis noches laborales con tu amistad y por escuchar mis 
largos monólogos sobre princesas, brujas, sapos, príncipes o magos de la vida real. 
Arturo López: Jefe y amigo, distractor incansable a quien responsabilizo de mis sonrisas 
e inspiraciones nocturnas. 
Finalmente, gracias a mi príncipe azul por ser tan prudente y no aparecer aún en mi vida 
evitando distraerme de una labor tan importante como mi tesis de licenciatura. 
 
 
 
4 
 
ÍNDICE 
Página 
Introducción 6 
Capítulo I. La construcción de estereotipos femeninos 8 
1.1-Definiciones generales de estereotipos 10 
1.2-El estereotipo: Su magia en el reino social y en el mundo maravilloso de 
 los de comunicación 14 
1.2.1-Estereotipos negativos y positivos: Efectos visibles de un 
 hechizo inconsciente 21 
1.3-Estereotipo de género, la poción del contraste 24 
1.3.1-Mujeres: Heroínas y víctimas de los estereotipos en el reino mediático 29 
1.4-Etiquetas grandes para personas chicas: Estereotipo de género 
 en el mundo infantil 34 
1.4.1-El reino de la pantalla: Estereotipo mediático Infantil 36 
Conclusiones de capítulo 39 
Capítulo II. Disney Productions y su mundo de Princesas 41 
2.1- Disney: Un hombre, una corporación 42 
2.1.1- Walt Disney Productions: La representación de un mundo que 
 hizo propio 46 
2.2- Las mujeres dentro del mágico mundo de Disney Productions 47 
2.2.1-Las princesas de Disney 49 
2.2.2-Blanca Nieves: La hijastra bella 50 
5 
 
Página 
2.2.3-Cenicienta: La hermanastra bella 51 
2.2.4-Aurora: Víctima del hada malvada 53 
2.2.5- Ariel: La rebelde sin causa 54 
2.2.6-Bella: La hija sacrificada 56 
2.2.7- Jasmín: La rebelde con causa 57 
2.3- Las otras mujeres buenas 58 
2.3.1- Las hadas 59 
2.3.2-Las consejeras 59 
2.4-Las malvadas 60 
2.4.1-Las madrastras y hermanastras 60 
2.4.2-Las hechiceras 60 
Conclusiones de capítulo 62 
Capítulo III “Un recorrido por el mágico mundo de los estereotipos femeninos: 
 Análisis de las princesas 63 
3.1-Vladimir Propp y su viaje dentro de los cuentos 64 
3.1.1.-Funciones de los personajes según Vladimir Propp 65 
3.2-El estereotipo Disney dentro del esquema de Propp 69 
Conclusiones de capítulo 91 
Conclusiones Generales 92 
Fuentes de información 94 
 
6 
 
INTRODUCCIÓN 
 
Las sociedades que habitan el mundo están en constante cambio, sin embargo hay 
elementos en ellas que resisten a éste. 
El estereotipo de la mujer ha evolucionado al mismo tiempo que las necesidades de 
éstas van cambiando, por ejemplo, si una mujer solía tener como único objetivo casarse 
con el hombre ideal (princesa), tenía que luchar contra todos los obstáculos para 
lograrlo, sin embargo, las mujeres con otras ambiciones como el poder (bruja), era quien 
le ponía los obstáculos. 
Los estereotipos son imágenes preconcebidas en el individuo y en la sociedad que se 
masifican en gran parte gracias a medios como el cine y la televisión. 
En el caso del cine de Walt Disney, se han adaptado los cuentos de hadas tradicionales 
a historias que se venden a las niñas quienes consumen estas películas y se crean una 
imagen de lo que es bueno y malo,pues los maniqueísmos manejados en estas 
películas están fuertemente marcados por varios elementos estéticos y narrativos. 
En este sentido, la investigación contempla el hecho de que Walt Disney es un imperio 
en cuanto a princesas se refiere, ya que como industria cultural ha formado 
generaciones de mujeres que crecen con estereotipos marcados según los creadores de 
estas historias pues es de las primeras experiencias que tienen las niñas como 
receptores en el caso del cine y así mismo en la configuración de roles como mujer. 
Sin embargo, el enfoque de esta investigación se centrará en la elaboración de estos 
personajes, en el lado del emisor que conceptualiza ciertos estereotipos que se reflejan 
en sus creaciones. 
A pesar de los avances en las ambiciones de la mujer, ya que no sólo se limitan a 
esperar a un hombre que las salve de lo cotidiano, actualmente hay mujeres que aún 
conservan ideales similares a los que tienen las princesas y se suele etiquetar a otras 
como brujas ya que cumplen con el estereotipo que contrapone el carácter de las 
protagonistas de estos cuentos. 
7 
 
Consideremos que cada cuento se adaptó en cierta época de Disney Productions, cuyas 
etapas son variadas, y la constante que prevalece en sus relatos define un estereotipo 
para cada mujer que en ellos aparece. 
El estereotipo que Walt Disney presenta de las mujeres comienza con una división 
básica entre buenas y malas (princesas y brujas, respectivamente), las cuales presenta 
con una serie de elementos que las identifican; tales como rasgos físicos y actitudes que 
en el relato las colocan como protagonista y antagonista. 
Considerando todo lo anterior, el presente trabajo tendrá como intención analizar los 
estereotipos que construyen estos personajes, para dicho fin en el primer capítulo se 
conceptualizará todo lo relacionado a los estereotipos, su relación con el género y los 
niños. En el segundo, se profundizará en el mundo Disney, esa factoría de sueños a 
base de estereotipos y se concluirá con el tercer capítulo donde se conjugan ambos 
factores (los estereotipos y Disney) para enmarcarlos dentro del esquema de Vladimir 
Propp. 
Para dicho enfoque se utilizará a Vladimir Propp porque las funciones que expone son 
una herramienta que facilita la comprensión de qué acción realizan estas heroínas 
mientras que el estereotipo que las define dice cómo las llevan a cabo. 
Razón por la cual, considero que la división de estas películas en funciones y su análisis 
hace más identificable el estereotipo que refleja cada princesa. 
 
 
 
 
 
 
 
 
8 
 
CAPÍTULO I 
 “LA CONSTRUCCIÓN DE ESTEREOTIPOS FEMENINOS” 
 
 “Por lo general, todo culmina en la fabricación 
 de un sistema que integra todo lo malo y 
 todo lo bueno. Esto demuestra nuestro 
 amor por lo absoluto.” 
 WALTER LIPPMANN 
 
Desde que el hombre comenzó a establecer contacto con sus semejantes a través de 
diversos métodos y medios, logró formar varias sociedades cuya característica 
fundamental es la comunicación entre individuos, misma que está condicionada por 
diversos factores que contribuyen a integrar o excluir a sus participantes de sus grupos. 
El ser humano recibe y emite signos que le generan una interpretación de su entorno y 
de ellos mismos respecto a éste; así como sus valoraciones sobre los otros, quienes a su 
vez también formulan sus interpretaciones. Una forma de percibir a sus semejantes, es 
mediante los estereotipos, los cuales influyen de forma importante a la hora de 
establecer la comunicación. 
La palabra estereotipo desempeñará un papel fundamental en la investigación pues 
dentro de la infinidad de variantes que surgen dentro de la comunicación humana y de su 
influencia por los medios de difusión masiva, el estereotipo puede provocar prejuicios en 
una persona frente a otros grupos. 
Los medios de comunicación llegaron para ampliar o en algunos casos, reducir el 
panorama que las personas tienen respecto a otras o respecto a sí mismas, en este 
caso: las mujeres. 
Al interpretar algún mensaje sobre cómo es cierto grupo, puede pasar que el individuo 
asuma cómo deba actuar ya que pertenece a cierto grupo o para poder pertenecer al 
9 
 
mismo, es decir, que muchas personas ajusten sus acciones a cierto estereotipo o 
designen uno como consecuencia a las acciones del grupo estereotipado. 
El uso de la palabra “estereotipo” es muy común, por lo que puede suceder que la 
familiaridad y frecuencia con la que se usa no permita una interpretación profunda de lo 
que implica el concepto; razón por lo cual considero importante que el lector comprenda 
tanto el significado de la palabra y la implicación que ésta conlleva, así como los 
procesos mediáticos que influyen lo suficiente como para contribuir a la creación y/o 
atribución de los estereotipos. 
Comprender y atribuir un estereotipo a un individuo o grupo, es un proceso social que se 
lleva a cabo gracias a la experiencia que cada uno adquiere con su entorno y trasciende 
a través del tiempo gracias a la comunicación ya sea directa o través de los medios de 
comunicación masiva. 
Específicamente en este caso, el estereotipo aplicado se reduce a la cuestión del género 
femenino en relación con las protagonistas del cine de princesas de Walt Disney, cuya 
imagen ha dado vuelta al mundo gracias a la difusión masiva mediante la cinematografía 
y a pesar de que sus receptoras son niñas de distintas características (raciales, 
culturales y económicas) todas tienen en común que consumen estereotipos que 
contienen características marcadas y que según la visión de Disney constituyen una 
imagen básica de la configuración de sus roles como mujer. 
 
 
 
 
 
 
 
10 
 
1.1 Definiciones generales de estereotipo 
Hablar de estereotipos no necesariamente implica prejuicio inmediato; es cierto que está 
basado en opiniones pero éstas se generan a partir de costumbres e ideas formuladas 
anteriormente. 
Si nos orientamos primero por la raíz etimológica del término podemos encontrar que la 
palabra “estereotipo” viene del griego “stereos: firme, duro; y topos: marca, signo de 
escritura, representación” (Fages, Fery y Cornille, 1977: p.84) 
El término hace referencia a las planchas utilizadas para realizar estereotipia, es decir, 
impresiones a base de moldes tomados de un original. 
Entonces se hace una metáfora acerca de estos moldes llamados estereotipos: A partir 
de una idea original acerca de las características específicas de un individuo o un grupo, 
se categoriza y se formula una imagen que ya no sufre cambio a la hora de causar la 
impresión. 
Así pues, cuando hablamos de estereotipo, el sentido de la palabra se refiere a “…la 
imputación de ciertas características a las personas pertenecientes a determinados 
grupos, a los que se atribuyen determinados aspectos característicos” (Rodrigues, 1992, 
en Venalonzo, 2005: p.8), al momento de imputar estas características, el individuo 
evoca y asocia ideas primarias que ha ido formando a lo largo de su vida. 
Por otra parte, Robert Quin y Barrie McMahon definen así el concepto: “Un estereotipo es 
una imagen convencional, acuñada, un prejuicio popular sobre grupos de gente. Crear 
estereotipos es una forma de categorizar grupos según su aspecto, conducta o 
costumbres.” (1997: p.139). 
De las anteriores definiciones, podemos advertir que muchas características atribuidas al 
estereotipo coinciden por lo que podemos rescatar entonces que al hablar de 
estereotipos nos referimos a una imagen creada y utilizada comúnmente para categorizara ciertos grupos de personas. 
Es éste ejercicio de clasificación una de las características fundamentales del estereotipo 
pues “Cuando se utiliza un estereotipo para clasificar gente, se identifica algunos de los 
11 
 
rasgos más característicos del grupo y se utiliza para representar al grupo en su 
totalidad.” (Quin y McMahon 1997: p.139) y es esto lo que inevitablemente provoca una 
posterior generalización a partir de lo percibido en primera instancia. 
Para explicar lo anterior propongo la siguiente figura: 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
En esta figura se representa el momento en el que un individuo se encuentra frente a una 
novedad. Aquí, el Receptor obtiene Datos desde el instante en que percibe al otro, quien 
se vuelve Emisor de los mismos. Cuando esto sucede, el Receptor hace uso de la 
información anterior que ha ido recabando a lo largo de sus experiencias vividas y hace 
una clasificación agrupando al Emisor donde el Receptor cree que éste pertenece. 
Como podemos observar, hay diferencias entre el Emisor y el grupo donde se ha 
categorizado, sin embargo el Receptor ha seleccionado lo que a su parecer son 
características básicas y las relacionó con el grupo que él conocía y más se asemejaba 
pues al tener solamente datos en vez de información acerca del emisor hace uso del 
estereotipo para agruparlo. 
Lo anterior, consiste en un ejemplo de otra particularidad de los estereotipos, que son 
imprecisos. 
Estereotipo 
Receptor Emisor 
Información anterior 
Datos 
Figura 1.- “Aplicación del estereotipo” 
12 
 
Cuando el individuo aplica un estereotipo, lo hace con base en su experiencia, sin 
embargo no siempre es acertado “…el primer problema para aceptar el estereotipo como 
una imagen de la gente real es su dudosa precisión. Debemos tener en cuenta que la 
imagen acuñada puede no ser precisa” (Quin y McMahon 1997: p.138). 
Ésa característica es básica, pues la imprecisión es consecuencia de los parámetros que 
se ha formulado el individuo dentro de su experiencia y su comunidad, pero como es 
imposible que ésta sea absoluta, el individuo hace una categoría dentro de un panorama 
limitado. Se puede decir, un estereotipo genera una opinión sobre el grupo estereotipado 
sin embargo, no está basada en datos precisos. 
Fages, Fery y Cornille ven al estereotipo como una “reducción simplificadora, 
esquemática de una experiencia” (1977: p.84) Esta reducción es como ya he 
mencionado, hecha sobre la delimitación existente en la sociedad a la que pertenece el 
individuo y a su propia experiencia. 
Como afirma Walter Lippmann en La opinión pública “si nuestra filosofía nos dijera que 
cada hombre es una pequeña parte del mundo y que su inteligencia es reducida sólo es 
capaz de captar un número limitado de fases y aspectos comprendidos dentro de un 
abanico de ideas reducido, al emplear nuestros estereotipos tenderíamos a tomarlos por 
lo que son y a darles la consideración que merecen, y estaríamos dispuestos a 
modificarlos”. (2003: p.88) 
Esta reducción de una fracción de la realidad también es producto de establecer 
oposiciones entre características, es decir, una persona es de cierto grupo porque no 
posee lo que otro grupo sí. Y se puede deducir que un estereotipo surge a falta de 
información y se mitiga o transforma con ésta. 
 
 
 
 
13 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Considero importante dejar claro que etiquetar a una persona como parte de cierto grupo 
no siempre resulta correcto pues la diferenciación y posterior categorización, se basan en 
la percepción en conjunto a las experiencias del individuo respecto a su entorno. 
“…los estereotipos arrastran la carga de los sentimientos que llevan asociados. Son la 
fortaleza de nuestras tradiciones…” (Lippmann: 2003, p.94) 
Hago dicha consideración debido a que se ha visto la relación entre el estereotipo y los 
individuos que lo aplican, sin embargo, como se ve en la figura 1.1 una de las 
características es su aceptación común, es decir, el estereotipo funciona dentro de 
sociedades, mismas en las que se difunden y transforman sin cuestionarse el origen de 
ésa imagen acuñada para comprenderla y menos para desmentirla. 
Esto sugiere un problema porque puede derivar en que la opinión generada se traduzca 
en actos de discriminación. 
Sin embargo, hay que profundizar el estereotipo en conceptos de grupo para comprender 
mejor la construcción y difusión de los estereotipos femeninos. 
Figura 1.1- “Características básicas” 
Generado por falta de información 
Impreciso 
Categoriza 
Tiene aceptación común 
ESTEREOTIPO 
Genera Opinión 
Positiva Negativa 
Posee un grado de 
coherencia 
14 
 
1.2 El estereotipo: Su magia en el reino social y en el mundo maravilloso de 
los medios de comunicación. 
El periodista y crítico de los medios norteamericano Walter Lippmann fue quien comenzó 
a usar este término aplicado en la sociedad. 
En el libro Stereotypes and stereotyping Dovidio, Brigham, Johnson y Gaertner afirman 
que “según la mayoría de los relatos históricos, Lippmann introdujo el término 
„estereotipo‟ a los científicos conductistas en 1922. (1996, p.276). 
Fue en el libro La Opinión Pública donde Walter Lippmann expone que el ser humano 
tiende a definir el mundo que percibe antes de observarlo y que cuando el entorno es 
desconocido el humano recurre al estereotipo por naturaleza “Esta manera de ver es una 
forma de economizar. Si siempre empleásemos una mirada inocente y minuciosa, en vez 
de verlo todo en forma de estereotipos y generalidades, nos agotaríamos” (Lippman, 
2003: p.87). 
En este aspecto, el autor explica que cuando el ser humano percibe a alguien o algo, 
detecta sus rasgos característicos que le parezcan conocidos y lo junta con los 
estereotipos preestablecidos en su mente para formular así una imagen completa. 
Dovidio, Brigham, Johnson y Gaertner explican que “Lippman usó este término para 
representar la imagen típica que viene a la mente cuando se piensa sobre un grupo 
social en particular” (1996: p.276). 
Ésta “imagen mental” es algo tan habitual que a la hora de evocarla y emplearla puede 
parecer que se hace casi de forma automática, lo cual es casi cierto, pues la transmisión 
de cultura incluye estereotipos adoptados como algo natural; pero sólo son 
representaciones que se han aceptado como reales con anterioridad y que se 
transmitieron entre generaciones. 
“Para ser exactos, los estereotipos se transmiten en cada generación de padres a hijos 
de forma tan autoritaria y coherente que casi parecen un factor biológico”. (Lippmann, 
2003: p.87) 
15 
 
Se puede tomar esta explicación donde la herencia social contribuye a la aceptación de 
estereotipos como una de las razones para apoyarnos y hacer uso de estos; así como 
otro factor que ya se ha mencionado: la coherencia. 
En la figura 1.1 se ha señalado que una de las características básicas es que posee un 
grado de coherencia, es decir, a pesar de que el estereotipo provenga de una pequeña 
fracción de la realidad y carezca de información, tiene algún elemento que al individuo le 
parece verdadero aunque no sea así del todo. 
Se ha establecido que un estereotipo implica una categorización de las particularidades 
predominantes de lo percibido y se generaliza al asociarlo con las características 
similares de algún grupo. 
Como se observa en la figura 1, a pesar de que en la realidad el Emisor no forma parte 
del grupo al que se categorizó, posee características similares como el color o la similitud 
de la forma. 
Otro ejemplo, en términos sociales, consiste en imaginar a un esquimal; muy 
probablemente evocamos un estereotipo, el del hombre con capucha de pieles cerca de 
algún iglú. En este caso, hay un elemento de verdad pues dentro de nuestro referente, es 
decir, en la información anterior, tenemos conocimiento (aunque no hayamos estado ahí) 
de que en Alaska la temperatura es tan baja que sería imposiblepensarlo en traje de 
baño o bajo algunas palmeras, así que se formula una imagen que tiene coherencia pero 
que parte de una realidad distorsionada ya que no todos los esquimales visten de esa 
forma y no viven en iglúes. 
“Nuestro mundo estereotipado no es necesariamente el mundo tal y como nos gustaría 
que fuera, sino sencillamente como creemos que es.” (Lippmann, 2003: p.101) 
Un estereotipo se va sustentando con las representaciones que construimos a base de 
conjunto de imágenes que, me atrevo a decir, van de la mano con nuestra imaginación; y 
se diluye cuando la realidad o los datos que ésta nos proporciona generan información 
más completa. 
16 
 
Con base en lo expuesto, puede considerarse que un estereotipo es igual a una 
creencia, lo cual no es del todo erróneo, es decir, más que una comparación debe 
hacerse énfasis en que guardan una relación directa. 
La Real Academia Española proporciona una definición básica de Creencia: "firme 
asentimiento y conformidad con algo”. 
Cuando se configura el estereotipo se hace basado en la creencia de que algo o alguien 
es de cierta manera, hasta que la realidad demuestre lo contrario. 
Para reafirmar esta aseveración, hay que tomar en cuenta que de acuerdo con la RAE, 
Creer es “Tener por cierto algo que el entendimiento no alcanza o que no está 
comprobado o demostrado (…) Tener algo por verosímil o probable”. 
Recordemos que un estereotipo se genera por falta de información y a su vez, con la 
definición que proporciona el Diccionario de la Real Academia, creer se basa en algo que 
no está comprobado, es decir, al creer lo hacemos basados en algo de lo que carecemos 
de toda la información. 
Al momento de aplicar un estereotipo, se hace con la conformidad de que esa persona 
cubre las características que se consideran verosímiles, es decir, se parte de que alguien 
es como nosotros creemos que es y al mismo tiempo esta creencia se basa en algunos 
datos verosímiles que lo hacen aceptable para el individuo. 
 “Por tanto, el estereotipo es una verdad distorsionada, una verdad a medias, que resulta 
menos detectable que una mentira.” (Quin y McMahon 1997: p.157) 
Una creencia no es una realidad distorsionada, pero sí una incompleta; pues ya se ha 
mencionado, existe falta información sobre lo que se cree y en el caso de los 
estereotipos que guardan relación con la creencia, sucede algo más complejo. 
Al acuñar un estereotipo, se hace con algunos datos que proporciona lo percibido en 
conjunto con una parte de la información contenida en el referente del receptor, esta 
combinación implica una solo una fracción de la realidad, una a la que solo tiene acceso 
el receptor al recibir mensajes de su entorno. Cuando alguien aplica o acepta un 
estereotipo, lo hace basado en una verdad distorsionada que se basa en una fracción de 
17 
 
la realidad y en una creencia que tiene algo de verosímil; cuando esta realidad se amplía 
(nunca hablaría de una absoluta cuando nos referimos a la percepción humana) con 
hechos, el estereotipo se diluye o refuerza. 
Hago acotación en el aspecto de que nunca haría referencia a una realidad absoluta 
cuando me refiero a la percepción humana, debido a que es imposible que el ser humano 
pueda tener acceso a la realidad absoluta pues ésta es sometida a varios procesos 
mentales en los que prevalece la experiencia de cada individuo. 
Cada persona percibe de una forma distinta su entorno y reacciona de igual manera ante 
él, sin embargo, cuando integramos a este individuo en sociedad, éste comparte 
mensajes con los demás y ponen ideas en común, mismas que logran un acuerdo de 
significado. 
Retomando una de las características básicas de los estereotipos, recordemos que son 
aceptados socialmente, que no son individuales, sino que es necesario que sea aceptado 
por un grupo para que se formule y transmita entre generaciones. 
Pareja Ortiz afirma que “Se entiende por estereotipo la imagen u opinión aceptada por un 
grupo de algo o de alguien” (1998: p.53). Es decir, un estereotipo debe ser del 
conocimiento de un grupo de personas y aceptado por ellas. 
Se puede definir entonces, que es una objetividad como conjunto de intersubjetividades. 
Puede ocasionar confusión el término objetivo en esta explicación, comenzado por el 
hecho de que es imposible que el ser humano lo sea cuando se refiere a la recepción y 
emisión de mensajes de lo que perciben y más aún cuando hablamos de estereotipos 
pues no se caracterizan por ser objetivos. 
De acuerdo con la RAE, ser objetivo es percibir “(…) con independencia de la propia 
manera de pensar o de sentir”, contrario a lo que representa un estereotipo que se 
caracteriza por estar cargado de valores preconcebidos y, como ya se mencionó, parten 
de verdades distorsionadas y realidades incompletas. Sin embargo, la objetividad se 
presenta cuando parte de la creencia común, es decir del conjunto de intersubjetividades. 
18 
 
El Diccionario de la Real Academia Española define intersubjetivo como algo: “Que 
sucede en la comunicación intelectual o afectiva entre dos o más sujetos”. Es mediante 
la comunicación que se transmiten infinidad de mensajes en sociedad, entre los cuales 
están los estereotipos y se establece un acuerdo implícito que se manifiesta con la 
difusión y aceptación de dicho mensaje al punto en que un estereotipo se transmite entre 
generaciones y se acepta hasta el punto en que su uso se ve como algo natural con el 
transcurso del tiempo. 
Es dentro del conjunto de intersubjetividades, o sea de esta comunicación y aceptación 
entre generaciones, que el estereotipo se vuelve una objetividad, no porque carezca de 
emociones o pensamiento referencial de quien lo aplique, sino que un estereotipo es algo 
ya acuñado que se ve como natural y que se considera como parte del sujeto que se 
percibe y no de quien lo está percibiendo y estereotipando. 
A partir de esto, entramos en una controversia del tipo huevo-gallina: Conforme se 
acepta un estereotipo se va difundiendo; al mismo tiempo que mientras más se difunde 
éste se acepta. 
Gracias a la comunicación directa entre individuos se socializa y difunde un estereotipo 
pues las enseñanzas que la sociedad transmite son por medio de la emisión y recepción 
de mensajes, independientemente de las condiciones en las que se interprete la 
información recibida, ésta forma parte de lo que constituye la cultura, sin embargo, 
actualmente la difusión de ésta ya no sólo se hace mediante la tradición oral directa entre 
generaciones pues contamos con los medios de comunicación masiva, que difunden 
visiones del mundo entre los receptores que consumen sus mensajes. 
“Los medios de comunicación son excelentes vehículos para transmitir estereotipos. No 
sólo nos los transmite, sino que continuamente modifican las imágenes para adaptarse a 
los cambios de las audiencias”. (Quin y McMahon 1997: p.153) 
Estas adaptaciones a las audiencias que señalan los autores, no son fortuitas pues los 
medios de comunicación buscan grandes audiencias, sobre todo porque se traducen en 
términos de ganancias económicas. Para ello, deben presentar a las audiencias historias 
con personajes que sean aceptados y reconocidos fácilmente “Los estereotipos tienen 
19 
 
una gran trascendencia económica al poder ser entendidos con tanta facilidad; cuanto 
más gente los vea o compre, mayor será los beneficios”. (Quin y McMahon 1997: p.149) 
Tanto los medios de comunicación masiva como el espectador, son los responsables de 
la creación y difusión de los estereotipos, pues la aceptación que hay de estos se debe 
en gran parte a que el estereotipo apela a su carácter social junto a los referentes que los 
espectadores tienen para presentarles situaciones reconocibles llevadas a cabo por 
personajes que también lo sean. 
“Los estereotipos constituyen una imagen ordenada y más o menos coherente del 
mundo, a la que nuestros hábitos, gustos,capacidades, consuelos y esperanzas se han 
adaptado por sí mismos. Puede que no formen una imagen completa, pero son la imagen 
de un mundo posible al que nos hemos adaptado.” (Lippmann 2003: p.93). Esta 
adaptación a la que hace referencia el autor, refuerza el uso de estereotipos pues nos 
facilitan la percepción e interpretación del entorno y la comunicación. 
La imagen que plantea Lippmann, no es una meramente virtual, sino que contempla un 
proceso de percepción que se manifiesta como él la llama en una imagen mental en la 
que conjugan sus referentes tanto los visuales como los que no lo son, por ejemplo, 
valores morales; y como resultado categorizan al otro. 
Al tener una aceptación común y ser fácilmente reconocibles, los estereotipos, resultan 
una forma rápida de reconocer las características de un personaje. 
Las audiencias consumen a estos personajes sin identificar el estereotipo que éstos 
representan, al contrario, es gracias a éste que el personaje resulta familiar para el 
espectador. Se pueden identificar los factores que construyen cierto estereotipo, pero no 
se hace de forma crítica. Las acciones que se lleven a cabo en el relato, serán conforme 
al estereotipo representado pues está rodeado de valores que lo construyen. “Los 
símbolos se registran conscientemente mientras que los valores nos afectan 
inconscientemente.” (Quin y McMahon 1997: p.149) 
Es decir, son rápidamente reconocibles y nos afectan a la hora de emplearlos, sin 
embargo en el proceso no hay una visión crítica que los cuestione. 
20 
 
Por otra parte, los estereotipos no cambian fácilmente, sin embargo esta resistencia está 
condicionada directamente por los hechos, es decir, basta con que los hechos 
comprueben o nieguen la imagen que se ha creado para que ésta se refuerce o se 
transforme. “Cuando los objetos de nuestra mirada encajan a la perfección con lo que 
nos esperábamos, los estereotipos quedan reforzados para siempre” (Lippmann, 2003: 
p.96). No se debe pensar en que los estereotipos tienen un carácter inmutable, es cierto 
que son resistentes al cambio y que pueden permanecer durante generaciones, pero 
también están sujetos a los hechos y a la información. 
Por ejemplo, el estereotipo del francés que usa boina y un pañuelo en cuello y fumador. 
Por algún tiempo, ésta imagen se relacionaba con los franceses, sin embargo, al obtener 
más información de ellos tal vez, viajando a Francia; la realidad deshace el estereotipo, 
el cual no se cambia sino se transforma. El individuo que ahora ha comprobado la 
distorsión de esa realidad, está creando otra imagen basada en su experiencia y 
percepción; contrario a quien conoce el país y algunos de sus habitantes solamente a 
través del cine y que ya no consume el estereotipo mencionado pero que su panorama 
se basa en la realidad que el medio le presenta a través de la pantalla. 
Cuando los medios de comunicación masiva usan estereotipos, aprovechan el bagaje 
cultural del espectador para hacer personajes o situaciones reconocibles pero también 
modifican las acciones y los valores que las motivan para que tenga coherencia con el 
mensaje que ellos crean como emisores. 
Es un hecho que los mensajes producidos y emitidos por los medios de comunicación 
masiva responden a su ideología y a sus intereses sobre el espectador como el 
consumo. 
Estos mensajes, generan reacciones en los receptores, quienes identifican los 
estereotipos y desarrollan expectativas en las acciones que se efectúan tanto en la 
ficción como en la vida real. Cuando se encasilla a un sujeto hay una expectativa de que 
cumpla con el estereotipo y que se ajuste a él actuando conforme a éste, cumpliendo con 
los requisitos que hemos formulado y según nosotros le dicta, “en realidad, son nuestros 
propios cánones los que determinan en gran medida lo que percibiremos y la manera en 
21 
 
la que lo haremos.” (Lippmann, 2003: p.113) Pienso que en este caso, nuestros cánones 
también aplican a la hora de generar expectativas. 
Al respecto, Quin y McMahon afirman que “…el estereotipo nos está sugiriendo 
fuertemente cómo deberíamos comportarnos y pensar sin que nos demos cuenta de 
ello.” (1997: p.144). Claro que este proceso se basa en la naturalidad con la que se ve al 
estereotipo y la sugerencia se atiende de forma inconsciente. 
1.2.1 Estereotipos negativos y positivos: Efectos visibles de un hechizo 
inconsciente. 
Contrario a la creencia de que los estereotipos solo son ideas que desaprueban o 
rechazan a quien se le aplican, hay un aspecto a considerar, el cual es que estos poseen 
“Dirección: positiva o negativa, favorable o desfavorable” (Salazar, 1999, en Venalonzo, 
2005: p.12). Esta dirección se refiere a la implicación que lleva y el efecto que provoque. 
Un estereotipo en sí no es negativo o positivo, solo es una fracción de la realidad, una 
visión del entorno a la que se recurre para categorizar lo desconocido. Hacer uso del 
estereotipo no es bueno ni malo ya que se hace de forma casi natural con fines, como ya 
se ha mencionado, de interpretar y simplificar la visión del entorno. 
Lo que da la facultad de positivo o negativo a un estereotipo, es el uso que se le dé y el 
efecto que éste cause. Incluso, la dirección positiva o negativa se le puede atribuir de 
forma distinta entre culturas. 
Un estereotipo es negativo cuando es generado con intenciones, es decir, el proceso ya 
está motivado y cuando provoca discriminación. 
Generalmente, estas motivaciones son inconscientes y hay varias razones para que se 
dé este proceso, entre ellas Quin y McMahon dicen que “El << problema > > surge 
porque se ve en estos grupos una amenaza a los valores y estilo de vida del grupo 
predominante en sociedad” (1997: p.148) Los autores explican que ante la amenaza que 
lo desconocido supone ante cierto grupo provoca un estereotipo con esa carga de 
rechazo. 
22 
 
Al respecto, Lippmann lo ve en términos de mecanismo de defensa “Son la fortaleza de 
nuestras tradiciones y al abrigo de sus defensas podemos seguir sintiéndonos a salvo 
desde la posición que ocupamos” (2003: p.94) 
Estos mecanismos de defensa causan efectos en la interacción social y es por ello que 
los conceptos discriminación y estereotipo suelen relacionarse. 
La discriminación es un efecto del estereotipo que a su vez, hace de éste uno negativo. 
No se está planteando una problemática de estereotipo bueno o malo sino de la 
interpretación que se le dé y las repercusiones sociales que ésta tenga. 
“No vivimos en una comunidad de gente mala que esté deseando atacar a un grupo a fin 
de convertirlo en un estereotipo y presentarlo como inferior. Nuestros valores y actitudes 
son absorbidos y reflejados sin que seamos conscientes de ellos” (Quin y McMahon, 
1997: p.163) 
Se le atribuye una dirección positiva a los estereotipos que “promueven valores que los 
grupos de poder en la comunidad consideran que valen la pena” (Ídem: p.177) De esta 
forma contrario a los efectos discriminatorios que caracterizan a la dirección negativa del 
estereotipo, en este caso se da un efecto de integración e igualdad. 
Es común encontrar que un estereotipo con dirección positiva tenga repercusiones 
negativas o viceversa. Todo está en la sociedad y las transformaciones que en ésta se 
den. 
Para explicar cómo funcionan las direcciones en la sociedad propongo el siguiente 
ejemplo: 
Estereotipar a una mujer atribuyéndole que es maternal. 
 
 
 
 
23 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
El estereotipo de maternal puede percibirse de forma positiva o negativa y dependiendo 
de la dirección que cada cultura y persona le atribuya serán las características que 
servirán para percibir y describir a esta mujer a través de la mirada, sin embargo, en la 
figura los adjetivos están agrupados en el mismo plano sin importar ya que para unos 
pueden ser positivos o negativos contario a lo que otros puedan pensar.En la cuestión de las consecuencias también permanecen dentro del mismo plano debido 
a que las posibilidades de respuesta son infinitas, por ejemplo: se ve a la mujer maternal 
y se considera que eso la hace obediente, desde aquí hay una división pues para ciertas 
culturas la obediencia en la mujer se ve como algo positivo y en otras se considera como 
sumisión lo cual, lleva al terreno de lo negativo. Suponiendo que en este caso, la 
obediencia fuera positiva, puede conllevar a consecuencias negativas como el maltrato. 
Figura 1.3- “Ejemplo de los efectos de un estereotipo” 
MUJER 
“Maternal” 
Dirección Negativa Dirección Positiva 
Igualdad Discriminación 
Chistes Maltrato 
Rechazo 
Obediente 
Prudente 
Despido Laboral 
Abuso 
Inferioridad 
Débil 
Amable 
Complaciente 
Afectuosa 
Organizada 
Ascenso laboral 
Integración 
Características atribuidas a partir del estereotipo 
Oportunidades de crecimiento personal 
Efectos/Consecuencias 
Eficiente 
24 
 
Por otra parte, si ésta obediencia se considera algo negativo pero en las consecuencias 
se le ofrecen oportunidades de crecimiento personal, ahí hay una implicación positiva. 
Se puede establecer que las posibilidades son infinitas, incluso las características 
propuestas en el ejemplo sólo son una pequeña fracción de lo que sucede en la realidad 
donde las culturas y sus sociedades viven inmersas en estereotipos que ellas mismas 
crean, difunden o consumen. 
1.3 Estereotipo de género, la poción del contraste. 
Independientemente de que la implicación de los estereotipos sea positiva o negativa, 
éstos se encuentran en distintas clasificaciones que consideran factores como clase 
social, profesión, edad, nacionalidad, sexo, religión, raza, etc., mismos que sirven para 
categorizar en grupos que vayan acorde según la figura que estos factores representan. 
Para efectos de esta investigación sólo se considerará la clasificación basada en el factor 
del sexo dentro del cual se contempla el rubro del género, cuyos estereotipos encierran 
la imagen de la mujer en sociedad. 
El término Género en este contexto, se usa para denominar al sexo femenino y 
masculino, entendido por sus características sociales. 
“Cuando hablamos de género, nos estamos refiriendo a la construcción social y cultural 
que se da como connotación a cada sexo. Esto es, lo que la sociedad espera de 
hombres y mujeres, que a la vez genera las expectativas que cada individuo tendrá de sí 
mismo al identificarse con las características asignadas a su género.” (Delgado, Bustos y 
Novoa, 1998:p.27) 
Hay que considerar el hecho de que las diferencias de sexo vistas desde la perspectiva 
de género van más allá de los órganos sexuales, pues este término refiere al significado 
que le damos a hombres y mujeres en la vida social. 
El Instituto de la Mujer (INMUJERES, 2007) establece que “Las sociedades se 
estructuran y construyen su cultura en torno a la diferencia sexual de los individuos que 
la conforman, atribuyéndoles características y significados a las acciones que 
25 
 
desempeñan mujeres y hombres, o se espera que desempeñen, según lo socialmente 
aprendido”. 
Es la sociedad quien decide consciente e inconscientemente el comportamiento desde la 
perspectiva de género. 
“Joan Scott (…) entiende el género como elemento constitutivo de de las relaciones 
sociales basadas en las diferencias que distinguen a los sexos y, a la vez, como una 
forma primaria de relaciones significantes de poder.” (Millán, 1999: p.23) 
De acuerdo con lo establecido por la investigadora Susana Gamba (2008), la perspectiva 
de género “sostiene que la cuestión de los géneros no es un tema a agregar como si se 
tratara de un capítulo más en la historia de la cultura, sino que las relaciones de 
desigualdad entre los géneros tienen sus efectos de producción y reproducción de la 
discriminación, adquiriendo expresiones concretas en todos los ámbitos de la cultura”. 
Por lo tanto, ella considera que el género y estos efectos se refieren tanto a hombres 
como a mujeres. 
Las diferencias biológicas entre sexos son innegables pero a lo largo de la historia estas 
diferencias han sido la base para crear brechas sociales donde la configuración de los 
roles que diferencian hombres y mujeres tienen un impacto basado en estereotipos de 
género. 
De acuerdo con Delgado, Bustos y Novoa, éstos “…reflejan las creencias populares 
sobre las actividades, los roles, rasgos, características o atributos que caracterizan y 
distinguen a los hombres de las mujeres.” (1998:p.28) 
Los estereotipos de género son los que se aplican a las mujeres y a los hombres 
comparando uno en función del otro y atribuyendo las conductas y características que se 
esperan de cada sexo. Nos dicen cómo es uno respecto al otro de acuerdo a sus 
características de género y de las expectativas (tanto propias como de la sociedad) que 
ya se tienen respecto a su comportamiento y papel en su entorno. Tienen que ver con 
nuestra identidad social que a su vez parten de una implicación psicológica sobre cómo 
nos asumimos en relación con el otro sexo. 
26 
 
La idea de que la discriminación o la inequidad son producto solamente por las 
relaciones de poder que el sexo masculino ejerce sobre el femenino es errónea pues 
tanto entre mujeres como entre hombres se pueden dar estos efectos negativos basados 
en estereotipos de género. 
Lo que es cierto es el hecho de que los estereotipos y la dirección que se les dé son 
determinantes en este proceso. En el caso de las mujeres, somos nosotras mismas 
quienes nos asumimos dentro de alguno de estos estereotipos y encasillamos a otras. 
Entre mujeres hay muchas probabilidades de asignar estereotipos de género cargados 
de connotaciones negativas. 
“Las mejores guardianas del machismo somos nosotras” afirma Josefina Hernández 
Téllez (2011). 
Como ya se ha mencionado, muchas veces se asignan estereotipos como un mecanismo 
de defensa cuando se percibe a un grupo o persona como una amenaza y es muy 
común actualmente entre mujeres. 
Esa larga lucha por lograr equidad con el hombre ha remarcado la rivalidad entre 
mujeres pues históricamente se manejan conceptos de superioridad e inferioridad entre 
hombre y mujeres, pero cuando hablamos del género femenino, la competencia entre 
iguales se vuelve algo común. 
Es por ello, que se generan y aplican estereotipos para defenderse de quien puede 
suponer una competencia. 
Por ejemplo, muchos investigadores se apegan al caso de la discriminación laboral que, 
lamentablemente, aún sufren miles de mujeres, sin embargo muy pocos enfoques 
consideran la discriminación que existe entre los miembros de este género. 
En la actualidad, con los avances que se ha logrado respecto a la equidad social, es más 
común ver mujeres que en el rubro laboral ocupen puestos de altas jerarquías donde 
tienen poder sobre otros empleados. En este caso, entran las relaciones de poder que 
establece Gamba pues la mujer que tiene poder sobre sus empleados puede hacer uso 
27 
 
de los estereotipos en su trato cotidiano, sin olvidar que puede tanto para hombres como 
con mujeres. 
Muchas veces las relaciones de poder se sostienen en estereotipos, en este ejemplo, los 
usos de los negativos son infinitos, por citar alguno sería que una de sus empleadas sea 
madre de familia, el estereotipo que la jefa le asigne, conlleva a actitudes negativas 
contra esta mujer como un despido. 
Dentro de la esfera laboral, Isabella Santo Domingo pone de ejemplo a una mujer que 
logra un ascenso y logra comentarios como “Se debe estar acostando con el jefe, la muy 
zorra” (2004:p.63). En este caso la amenaza que ella suponía para los demás se 
cumplió, pues el éxito ya se ha alcanzado, pero el estereotipo de las demás le imponen 
indica qué hizo algo que no va acorde con valores positivos para conseguirlo. 
Santo Domingo explica éste ejemplo diciendo que las demás mujeres estánmotivadas 
por la envidia. (Ibídem) 
Claro que, por otro lado existe esta perspectiva desde la dirección positiva del 
estereotipo donde por ser mujer y percibirse como iguales dentro de una situación 
específica, por ejemplo, el campo laboral, se establece una actitud de camaradería por el 
hecho de ser mujeres. 
Los estereotipos de género se transmiten generación tras generación, es cierto que éstos 
se modifican, pero la resistencia al cambio que los caracteriza en conjunto al 
reforzamiento que la sociedad (hombres y mujeres por igual) le dan, provoca esta 
discriminación y la inequidad frente a los hombres pues se espera que cada quién actúe 
conforme a expectativas y, me atrevo a decir, conveniencias, que ya no coinciden con la 
realidad y la época. 
Esta conveniencia nos regresa al punto de esa defensa del status social “Los 
estereotipos pueden servir a los intereses de algunos grupos dominantes en detrimento 
de otros.” (Quin y McMahon, 1997:p.147). 
28 
 
Estas relaciones de poder que se han estado mencionando, son las que se defienden “El 
sexo femenino es un <<problema>> porque la posición privilegiada de los hombres en 
nuestra comunidad ha sido puesta en tela de juicio en las últimas décadas” (Ibídem). 
Gracias a la búsqueda de equidad, se ha cuestionado la supuesta superioridad de los 
hombres lo que ha transformado poco a poco las relaciones sociales en todos los 
aspectos, sin embargo, muchos de los estereotipos negativos contra las mujeres de parte 
de hombres se deben a este temor quizá inconsciente de que todo cambie radicalmente. 
“Uno puede trabajar casi toda la vida, ganarse reconocimientos profesionales y hasta 
ascensos laborales, pero si en casa ellos perciben en usted una competencia, nada 
volverá a ser como antes”. (Santo Domingo, 2004: p.21) 
Entre otros estereotipos de género comunes, se encuentran aquellos que se basan en 
las diferencias biológicas, esos que nos denominan el sexo débil en los que la mujer no 
supone una amenaza, por el contrario, desde la perspectiva del hombre es que ella es 
incapaz de realizar algunas tareas (laborales, deportivas, etc.) debido a esta condición. 
O los que tienen como referente el comportamiento sexual que según los cánones 
sociales son los correctos. 
A pesar de la gran lista que podría formularse a partir de los diferentes estereotipos de 
género que existen, la transmisión de todos ellos, corre a cargo de la sociedad y de los 
medios de comunicación masiva, cuyos diseñadores de mensajes se valen de éstos para 
hacer representaciones de personajes masculinos y femeninos que reflejen su ideología 
como emisor y que al mismo tiempo sean reconocibles y aceptados por la sociedad que 
los consume. 
 
 
 
 
 
29 
 
1.3.1 Mujeres: Heroínas y víctimas de los estereotipos en el reino mediático. 
Los estereotipos de la mujer han evolucionado al mismo tiempo que las necesidades y 
objetivos de éstas van cambiando; poco a poco la mujer comienza a configurarse varias 
maneras que sobresalen por ser cada vez más distintas a lo que solía estar 
acostumbrada la sociedad, pero al mismo tiempo, las ideas arraigadas y los estereotipos 
relacionados con el sexo femenino siguen creando imágenes prejuiciosas acerca de 
cómo debe ser una mujer y qué las hace buenas o malas, independientemente de los 
valores que en verdad practiquen. 
“Ha sido un pasatiempo popular entre los científicos sociales y laicos por igual, culpar a 
los medios de comunicación por los males de la sociedad moderna” (Schneider, 2004: 
p.344) Y en el caso de los estereotipos de género, no es la excepción. 
Suele creerse que los medios son los culpables de generar estereotipos de género 
definidos y difundirlos a tal manera que la sociedad los consume y los asume sin 
problemas, pero no se puede satanizar a los medios bajo estas circunstancias ya que la 
elaboración de estereotipos no son novedosos y creados sin contexto, se crean a partir 
de ciertos referentes que el receptor ya posee, se reafirman y con ello se configuran 
ciertas imágenes. 
Como ya se ha mencionado, estos medios elaboran mensajes con la finalidad de vender 
y es por ello que retoman imágenes preconcebidas y las reconstruyen desde su 
perspectiva con estos fines pero que finalmente reflejan sus ideologías. 
Román Gubern afirma que a pesar de que actualmente la imagen pública de la mujer es 
variada, sigue vigente la visión del hombre dominante además de que los mensajes son 
producidos y emitidos desde el punto de vista masculino, “en las industrias culturales de 
hoy las decisiones las siguen tomando los hombres y sus productos los conciben, 
diseñan o producen algunas mujeres colonizadas o asimiladas al punto de vista de 
masculino.” (1984: p.33) 
La imagen del género femenino que se difunde a través de estos medios son 
representaciones de lo que generalmente vivimos con las mujeres que nos rodean o en 
30 
 
experiencia propia según sea el caso pero con todos los matices de la ideología que sus 
emisores (hombres o mujeres colonizadas) tienen. 
Dentro de los múltiples estereotipos que se le asignan género femenino, propongo una 
valoración que se divide en dos amplias vertientes que las distinguen y contraponen 
entre sí, independientemente del efecto que produzcan: 
1) La mujer dócil, prudente, sumisa, dulce, callada, maternal y comprensiva, 
dependiente, intuitiva, con objetivos o ambiciones que se sustentan en emociones 
bondadosas y se relacionan con valores familiares. 
2) La mujer tirana, agresiva, fría, arrogante, seductora, con objetivos o ambiciones 
que se sustentan en cálculos cuyos resultados la beneficien o emociones negativas 
y egocéntricas, valores mundanos, solas e independientes. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Figura 1.4- “Posibles valores de oposición característicos en la mujer como personaje” 
MUJER 
Dócil, prudente, sumisa, dulce, callada, 
maternal y comprensiva, dependiente, 
intuitiva. 
Valores relacionados con la familia. 
 
Tirana, agresiva, fría, arrogante, seductora, 
motivada por emociones negativas, 
egocéntrica, sola e independiente. 
 Valores mundanos. 
31 
 
Esta división es básica debido a que es común encontrar estas características en los 
productos mediáticos para configurar personajes femeninos y definir sus roles en la 
historia para desarrollarse como protagonistas y antagonistas. 
Recordemos el hecho de que actualmente, en la cultura mexicana es una realidad que la 
mujer ya no es económicamente pasiva, se ha convertido en una gran aportadora de 
medios económicos en su hogar y al mismo tiempo en consumidora activa de productos 
(comerciales o mediáticos) variados ya que su independencia económica se lo permite. 
La mujer actual, participa en el flujo económico de la sociedad, lo que abre a los medios 
una gran posibilidad de mercado y para efectuar sus objetivos se valen de estereotipos, 
todos ellos dependiendo del medio y sus fines. 
Son variados los investigadores que afirman una transformación en las relaciones de 
poder, “si se consideraba a una mujer esclava del hombre, ahora lo es de los medios y 
del consumo” (Hernández, 2011). 
La independencia económica que se ha logrado gracias al avance laboral de las mujeres, 
se traduce en un mercado nuevo en el que se venden productos para una mujer 
completa la que ya no es solo ama de casa y madre de familia, sino para la que es 
amante, ejecutiva, estudiante, deportista, etc., pero que eventualmente compartirá 
obligaciones de ambos sectores descritos. 
“Por su parte, el hombre va adaptándose a los nuevos cambios sociales que la mujer va 
generando y a ser más consecuente con las tareas de la casa y con el nuevo rol de la 
muer trabajadora y las consecuencias que genera. Pero para los medios el género 
masculino no ha evolucionado y sigue comportándose de la misma manera que hace dos 
siglos.” (Suárez, 2007: p. 2) 
Podría creerse que entonces las características opuestasque se describen en la figura 
1.4 se diluyen hasta fundirse pero eso pasa en la vida cotidiana, en los estereotipos 
(recordemos que constituyen solo una fracción de la realidad) se marcan y representan 
las diferencias en distintos discursos con distintos fines mediáticos. 
32 
 
“Pese a esta nueva posición de la mujer urbana en la economía de las sociedades 
industrializadas, para muchos centros de decisión de las industrias culturales la mujer 
sigue siendo prioritariamente un gadget sexual” (Gubern, 1984: p.35) Aunque el objetivo 
final sea vender y los medios estén relacionados entre sí, no es lo mismo representar un 
estereotipo femenino en la publicidad que en el cine o la televisión; simplemente porque 
son lenguajes diferentes condicionados por el tiempo, el medio, los emisores y el público 
al que se dirigen. 
En el caso de la publicidad, ésta “crea sus personajes, sus figuras y sus mitos de forma 
estereotipada, ya que esto facilita la transmisión del contenido de forma unívoca y con 
menos ambigüedades.” (Pareja en Vera, 1998: p.52) Esta necesidad de rapidez y efecto 
provoca el uso de estereotipos marcados y ya reconocidos en la sociedad, con el fin de 
que la premura no reste impacto al mensaje. 
Juan Carlos Suárez (2007: p.8) propone una clasificación de estereotipos femeninos que 
son usados comúnmente por los medios de comunicación y que cumplen las mismas 
funciones dentro de distintos relatos: 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Figura 1.5- “Clasificación de estereotipos femeninos por Villegas, Juan Carlos en: Estereotipos de la mujer en la 
comunicación, p.7-9” 
ESTEREOTIPOS EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN 
 a) La abuelita previsora 
 b) El ama de casa 
 c) La triunfadora profesional 
 d) La mujer objeto 
 - La mujer adorno 
 -La mujer escaparate 
 e) La mujer complemento 
 f) La adolescente guay (sic) 
 g) Mujer y belleza 
-La mujer fatal 
-La mujer niña 
-La unión de los 
dos modelos 
33 
 
Tomando en cuenta esta clasificación, podemos concluir que ciertamente estos 
estereotipos están presentes en la mayoría de las narraciones, sean con fines 
publicitarios, informativos o de entretenimiento. A pesar de que estas representaciones 
de la mujer son falsas, actualmente estos estereotipos se consumen y se idealizan. 
En el cine y la televisión, la naturaleza del cine y la televisión les permite presentar 
discursos más elaborado, crean personajes cargados de valores que son identificables a 
través de la imagen pero principalmente en las acciones que ellas desempeñan. 
“Los puntos de vista tradicionales en torno a la mujer han sido relanzados con especial 
fuerza y eficacia, en el cine moderno, a través de dos modalidades muy exitosas del 
melodrama, a saber, el melodrama neorromántico de amores imposibles y el melodrama 
doméstico de exaltación de la familia”. (Gubern, 1984: p.37) 
La mayoría de los productos cinematográficos de la industria cultural tratan estos temas 
melodramáticos porque en gran medida es a lo que ésta se dedica y se dirige a un 
público consumidor de estas historias en las que los roles de cada personaje están 
claramente definidos y contrapuestos en buenos y malos para poder tener una historia 
desarrollada. 
Los estereotipos utilizados en el cine, no sólo son producto de una selección al azar de 
los ya establecidos en la sociedad, sino que reflejan la visión del creador mostrando su 
referente del mundo y en este caso, de los géneros masculino y femenino. 
Recordemos que las historias presentadas nacen de guionistas y se reproducen en la 
pantalla gracias a la visión del director, es por ello que los personajes y su historia pasan 
por numerosas percepciones en las que predomina la ideología. 
 
 
 
 
34 
 
1.4 Etiquetas grandes para personas chicas: Estereotipo de género en el 
mundo infantil 
Los estereotipos se encuentran en la sociedad, como ya se dijo, son creados y 
difundidos por ésta en conjunto a los medios de comunicación masiva. Culturalmente, 
por cualquiera de estos medios los estereotipos se transmiten de generación a 
generación. 
Razón por la cual, desde niños adoptamos los estereotipos que nuestros mayores nos 
transmiten consciente o inconscientemente. Instintivamente, los niños adoptan muchas 
de las enseñanzas de los mayores al convivir con ellos y registrar en sus experiencias las 
actitudes de los demás. 
La investigadora feminista Marta Lamas explica que el psicólogo Robert Stoller definió 
que “lo que determina la identidad y el comportamiento masculino o femenino no es el 
sexo biológico, sino el hecho de haber vivido desde el nacimiento las experiencias, ritos y 
costumbres atribuidos a los hombres o a las mujeres”. (Lamas, 1995). 
Los niños, aprenden a establecer relaciones sociales primordialmente en su hogar y lo 
primero que construyen es su identidad; el saber quiénes y cómo son respecto a los 
demás. 
Antes de que niños y niñas descubran y comprendan la diferencia biológica entre sexos, 
construyen su identidad de género. Desde la perspectiva psicológica de Stoller ésta “se 
establece más o menos a la misma edad en que el infante adquiere el lenguaje (entre los 
dos y tres años) y es anterior a su conocimiento de la diferencia anatómica entre los 
sexos. Desde dicha identidad, el niño estructura su experiencia vital; el género al que 
pertenece lo hace identificarse en todas sus manifestaciones: sentimientos o actitudes de 
"niño" o de "niña", comportamientos, juegos, etcétera.” (Ibídem) 
Cuando los niños comprenden su identidad y se asumen dentro de ella pueden 
efectuarse transformaciones en ella, pero no hay cambio en su identificación. “Los niños 
tienden a aprender estereotipos de su propio género antes de que ellos aprendan 
estereotipos del otro” (Martin, 1993 en Schneider, 2004: p.360) 
35 
 
Este proceso es determinante para la conformación de sus acciones, actitudes y 
relaciones con los demás. 
“Es en la familia donde todas las creencias sobre el género se socializan, mostrando a 
los niños y las niñas las pautas de comportamiento esperadas para cada uno de ellos.” 
(Ortega, Rubio, et.al, 2006: p.6) 
Se ve de forma natural que los niños reciban estereotipos como herencia cultural y que 
contribuyan al desarrollo de su conducta social, pero no lo es el hecho de que éstos le 
generen conductas negativas que tenga repercusiones en ellos y en los demás pues 
estas diferencias de género definen cómo deben comportarse y con el tiempo ellos se 
ajustan a estos estereotipos, entonces, si han sido formados a base de connotaciones 
negativas, se traduce en situaciones como el ejemplo común del varón al que se le 
enseña que no debe llorar porque eso es de niñas o a la niña que debe atender a sus 
hermanos debido a que es una tarea propia de una mujer. 
Eva Paris cita a los psicólogos Williams y Best (1990) cuyas teorías contemplan los 
estereotipos de género como los principales delimitadores de las diferencias entre niños 
y niñas. Ellos afirman que existen dos conceptos básicos a diferenciar: 
“Estereotipos de rol de género: Creencias sobre qué actividades son más apropiadas 
para hombres y cuáles para mujeres. 
Estereotipos de rasgos de género: Características psicológicas atribuidas 
diferencialmente a uno u otro sexo”. Ellos explican que debido a las diferencias 
psicológicas que existe entre niños y niñas, se dan estereotipos que les definen las 
tareas y comportamientos que van de acuerdo a la psicología de cada uno. 
El aprendizaje de estereotipos viene primordialmente de la familia, sin embargo, los 
medios de comunicación masiva y el consumo que hay por parte del sector infantil ha 
provocado que estos medios se vuelvan un factor importante. 
A pesar de que los efectos de estos no son directos y está comprobado que afectan de 
forma distinta en cada individuo, los niños son un público que desde muy temprana edadestán expuestos a estos mensajes y aprender a discernir entre ellas desde su propia 
perspectiva del entorno. 
36 
 
1.4.1 El reino de la pantalla: Estereotipo mediático infantil 
Es común que con el ajetreo habitual de las sociedades urbanizadas, los niños 
consuman con más frecuencia los productos de los medios de comunicación masiva, 
como el cine y la televisión. 
Incluso, aunque los padres estén presentes, es probable que prefieran convivir con sus 
hijos viendo una película o la televisión que realizando alguna otra actividad que implique 
inversiones mayores ya sea de tiempo o económica. 
En un contexto ideal, los adultos están para orientar a los niños respecto a los mensajes 
que se consumen, sin embargo en la realidad de la sociedad actual no siempre es así y 
el niño crece con una mezcla de valores transmitidos por sus mayores y por los 
productos mediáticos que consume. 
“Los niños no son recipientes en los que las lecciones culturales se vierten por los padres 
y los medios de comunicación. Mucho de lo que los niños saben, lo aprenden de sus 
propias experiencias en gran medida filtradas, sin duda, por las lecciones culturales 
aprendidas en casa” (Schneider, 2004: p.352) 
El problema es que actualmente con la ocupación de los adultos la convivencia se 
reduce y las lecciones culturales aprendidas en casa se minimizan o se encaminan al 
consumo de productos mediáticos. Por ejemplo, un adulto que pone telenovelas en casa 
y la ve junto a un niño, no se toma el tiempo para orientarlo sobre lo que está viendo y 
hasta puede llegar a considerarla como un factor socializador al seguir juntos la historia, 
sin embargo, el niño ve en ella, situaciones que se le presentan como una ficción que 
parte de lo cotidiano. 
Como afirma Schneider, los niños aprenden de sus propias experiencias, de lo que 
aprende en casa y de los medios, no como si se le vertieran de forma irracional, pero sí 
hay una combinación en la que el niño filtra toda la información y la adapta a su propio 
razonamiento y coherencia de las cosas. 
Como ya se ha mencionado, la sociedad y el trato con ésta es la que condiciona 
fuertemente la generación, difusión y aplicación de estereotipos por lo que no se puede 
37 
 
culpar de una forma total a los medios, sin embargo el papel que juegan en la difusión de 
estos tiene un impacto importante. 
David J. Schneider asegura que es muy poco probable que los medios puedan crear 
estereotipos, pero acepta el hecho de que los medios son un vehículo importante para la 
transmisión de éstos. Explica que los medios tienen menos relación con la creación de 
estereotipos que el que se cree y dice que llevan una relación indirecta “Sin embargo, los 
efectos indirectos pueden ser muy poderosos. La televisión es un dispositivo pasivo de 
socialización, y probablemente tiene su mayor efecto en el refuerzo más que en desafiar 
las verdades culturales” (Ibídem) 
Mucho antes que el efecto causado por los medios, se encuentra la creación de las 
historias y de los personajes que las llevan a cabo. Es evidente que sin personajes no 
habría historia y viceversa; la cuestión reside en cómo se relatan para diferenciar unas 
de otras. 
Después de todo, el núcleo de las historias suele ser el mismo cuando se trata de 
industrias culturales sin embargo, los personajes que las protagonizan requieren de una 
presentación reconocible para el público. “Los estereotipos son personajes útiles porque 
pueden ser comprendidos incluso por niños pequeños” (Quin y McMahon, 1997:p.149). 
Es por ello que en el cine se hace uso de este recurso; a pesar de que cuente con más 
tiempo para presentar la psicología de su personaje, es necesario que la representación 
de éste sea más eficaz mediante estereotipos. 
Los niños atribuyen sus propios significados al mundo representado en la ficción 
narrativa que implica el cine, los personajes que ahí observan se convierten en 
referentes de su realidad, es decir, los adoptan como modelos de otras personas y en 
algunas ocasiones de sí mismos aunque sean meras representaciones construidas a 
base de estereotipos. 
“Estamos tan acostumbrados, que no reparamos en la influencia que estos modelos tan 
estereotipados causan en los más pequeños, estos terminan por identificarse con estos 
personajes y hacer suyas muchas de sus expresiones y de alguna forma hasta los 
comportamientos” (Illanes y González de Aguilar, 2006: p.7) 
38 
 
Los medios de comunicación no son decisivos en la socialización de los estereotipos, es 
más, tampoco son los responsables de crearlos, sin embargo en el proceso de recrear 
los ya construidos en la sociedad, hay una selección valorativa a cargo de los emisores. 
Así que lo fundamental en el contenido de los mensajes está en el emisor; y así como se 
estableció que los medios y sus perspectivas de género están manejados principalmente 
por hombres, sucede algo similar cuando hablamos de los productos mediáticos dirigidos 
a niños. Es evidente que no es posible que los niños puedan crear sus propios productos 
mediáticos, sin embargo la importancia de recalcar el hecho de que los adultos fabrican 
estos mensajes, radica en que sus intereses son económicos y la ideología del mundo 
que ellos manejan, se traducen en estereotipos que son transmitidos. 
La investigadora en Ciencias de la Información Pilar López Díez, asegura en su visión 
crítica que “Lo que existe es un gran descuido y falta de conocimiento respecto a lo que 
venimos llamando perspectiva de género de los productos mediáticos” (2005: pp.4-5) 
Como ya he mencionado, la visión que existe en los procesos mediáticos depende de 
todos los encargados de construir los mensajes; al respecto López Díez afirma “No hay 
confabulación entre las personas que ejercen labores como guionistas realizadores, 
cámaras, productores o responsables de la programación infantil para infrarrepresentar a 
las niñas respecto a los niños o para adjudicarles características estereotipadas al definir 
su personalidad” (Ibídem) 
En estos medios, principalmente en el cine, se conjugan todos los estereotipos para 
presentarnos personajes buenos y malos, necesarios para la narración, y una forma de 
construirlos explicando cómo son y qué les atribuye el carácter de bondad o maldad, es 
mediante el uso de estos. 
En el proceso mediante el cual los niños asumen su identidad de género, participa su 
familia y el entorno, pero también los productos mediáticos dentro de los cuales existen 
personajes que se les presentan como villanos o héroes según los valores que motiven 
sus acciones y que en muchas ocasiones son tomados como referentes sobre su rol de 
género. 
 
39 
 
Conclusiones del capítulo 
Lo destacable entre lo establecido es que se ha aclarado que al hablar de la palabra 
estereotipo nos estamos refiriendo a una serie de concepciones y referentes adquiridas 
con anterioridad, mismos que son usados por el individuo ante situaciones y personas 
desconocidas. 
Es erróneo pensar que un estereotipo es lo mismo que un prejuicio y que es una idea 
que se configura al momento, pues estereotipo y prejuicio son conceptos diferentes 
donde, el primero es una serie de imágenes preconcebidas por experiencias personales 
del individuo y el intercambio de significados dentro de la sociedad; el hecho de que los 
medios de comunicación masiva influyen de manera condicionante para que un 
estereotipo se arraigue o se conciba es claro pues los distintos mensajes que se 
transmiten a todo tipo de público son consumidos y aplicados en la vida real a la hora de 
configurar percepciones acerca de la gente pero no hay que satanizar del todo a los 
medios ya que influyen de manera indirecta, pero también hacen uso de los estereotipos 
conformados ya en la sociedad para lograr grados de identificación en el auditorio. 
Un estereotipo no siempre es malo, existen los negativos y los positivos, cuyo carácter 
depende de cómose atribuyan y las reacciones que provoquen. 
En ocasiones los estereotipos que les atribuyen ciertas cualidades tienden a generar 
predisposición entre los individuos quienes asignan adjetivos de primera impresión 
acerca de la persona desconocida. 
En las cuestiones de género, se estableció que ésta perspectiva se basa en la identidad 
del individuo como hombre o mujer dentro de una sociedad y en las relaciones de poder 
que hay entre ellos. 
Si bien se ha visto que la mujer actual vive en un mundo rodeado de estereotipos que la 
comparan con el hombre, también tiene que sortear los que les dan la calidad de buenas 
o malas en comparación con otras mujeres. 
40 
 
Los niños comprenden su identidad y su entorno gracias a la familia y a los medios de 
comunicación masiva, donde viven a través de la pantalla historias protagonizadas por 
personajes cuya construcción se basa en estereotipos. 
Los factores de consumo respecto a los medios de comunicación masiva comprenden un 
rol muy importante a la hora de asumir estereotipos, sobre todo si se tratan de empresas 
que han conseguido la aceptación y la atención de un público a nivel mundial, como en el 
caso de Disney. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
41 
 
CAPÍTULO II 
 “DISNEY PRODUCTIONS Y SU MUNDO DE PRINCESAS” 
 
“Disney es una cosa, una imagen en la mente del público. 
Disney es algo que les sugiere cierta clase 
de entretenimiento, una cosa familiar, 
y todo está ligado a ese nombre. 
 Yo ya no soy Disney…” 
 WALT DISNEY 
 
Cuando se pronuncia “Disney”, suele asociarse con varios conceptos y productos más 
que con una imagen directa del hombre cuyo apellido sigue tan vigente como si no 
hubiera muerto hace poco más de cuarenta años. Incluso, muchas personas no saben 
cómo lucía físicamente este hombre a pesar de ser un ícono en la historia del cine 
animado. 
En este capítulo se abordará una breve bibliografía de Walt Disney para explicar los 
inicios del largo proceso que hizo de la compañía Disney Productions una corporación 
que ha marcado terreno a nivel mundial y que actualmente es identificable por medio de 
algunos valores que lo caracterizan como marca. 
Esta corporación abarca muchas empresas en distintos rubros cuyos productos se 
distribuyen a nivel mundial. En el caso de la cinematografía, la influencia de Disney 
respecto a la aplicación de técnicas de producción en el mundo de la animación es 
innegable, sin embargo, en el presente capítulo expondré la importancia de Disney pero 
no como un pionero creador de algunas técnicas o del cine de dibujos animados, como 
erróneamente suele creerse, sino como alguien que aprovechó a sus dibujantes y las 
novedades que la época y los avances en la industria le iban permitiendo experimentar. 
Gracias a la trayectoria y al curso de las cosas en su estudio, fue posible que la 
Compañía lograra entrar al mundo del largometraje animado con Blanca Nieves y Los 
42 
 
Siete Enanos cuyo estreno marcó la pauta para sus posteriores adaptaciones de cuentos 
clásicos. 
Todas las adaptaciones creadas bajo el nombre de Disney contienen su sello personal, 
por lo que muestran a los personajes de las historias que protagonizan dentro de una 
concepción premeditada de los creadores, cuyo resultado fue la creación de personajes 
con estereotipos marcados que los caracterizan y distinguen entre sí pero que mantienen 
una constante en las demás producciones cuya vigencia permanece en el público. 
Específicamente en el caso de las mujeres que protagonizan los relatos tienen una 
imagen que, a pesar de ser muy distinta entre sí, cuentan con características físicas y 
psicológicas muy definidas que a través del tiempo se han quedado como un referente 
para definir qué características hacen de una mujer buena o mala, mismas que son 
identificables a simple vista y que muestra evidentemente quién es princesa y quiénes 
no; es por ello que en este capítulo haré una descripción de las mujeres que están 
presentes en estas películas. 
2.1 Disney: Un hombre, Una corporación 
Hablar de Walt Disney implica hablar de su empresa y considero complicado separar la 
vida personal de este hombre pues influyó en algunas de sus decisiones en los negocios 
y podría decir que su vida personal siempre fue de la mano con la Compañía. 
Walter Elias Disney fue su nombre auténtico; durante varios años circularon algunas 
especulaciones erróneas sobre el supuesto origen español de este hombre y según los 
rumores, ocultaba sus orígenes y con ello, su nombre verdadero. 
Este mito se difundió durante muchos años hasta que el mismo Walt Disney lo desmintió 
a la prensa en un viaje que hizo a España. 
Entre las diversas hipótesis que incluía este rumor contenido en historias distintas entre 
sí, la mayoría coincidían en ubicar a la madre de Walt Disney en Almería, España; sin 
embargo la falta de sustento en estas afirmaciones amerita que se tome como un mito 
más que rodea a este hombre. 
43 
 
Walt Disney, “nacido en Chicago en 1901 (a pesar de que algunos seudohistoriadores se 
han empeñado en hacerle español a la fuerza…” (Gubern, 1982: p.251) se mudaba 
constantemente con su familia a causa de los negocios que emprendía su padre y fue el 
cuarto de cinco hijos, entre ellos tres hombres y una mujer. 
A pesar de estos cambios constantes, se puede creer que una etapa que influyó de 
manera importante en Disney, fue cuando vivió una granja en Missouri pues los paisajes 
rurales y los animales eran cotidianos en ese lugar. 
Entre sus hermanos, una gran influencia que estuvo junto a Walt hasta sus últimos días, 
fue Roy Disney su hermano ocho años mayor que él quien, según los historiadores y la 
gente alrededor de la compañía, siempre mostró habilidad y perspicacia para los 
negocios. 
Los problemas económicos de los Disney y el carácter del padre fueron un factor 
importante en el crecimiento de ambos hermanos pues Roy “decidió seguir los pasos de 
sus dos hermanos mayores y una noche de verano se fue a trabajar como cajero en el 
First National Bank de Kansas City” (Fonte y Mataix, 2001: p.25) 
Mientras que Walt ayudaba en los distintos negocios que iba adquiriendo su padre, que 
iban desde repartir periódicos a auxiliar en una fábrica de mermeladas, sin embargo se 
daba el tiempo para ir desarrollando habilidades de caricaturista y así logró entrar al 
Instituto de Arte de Kansas lo que formalizó su educación en este aspecto. 
Una vez que Walt Disney acabó sus estudios, ya viviendo con dos de sus hermanos 
(Herbert y Roy), en 1919 consiguió trabajo como aprendiz en una agencia de publicidad 
donde conoce al dibujante Ub Iwerks quien fue fundamental en la vida empresarial de 
Disney; unas semanas después fueron contratados por la Kansas City Film Ad Company 
donde aprendieron algunas técnicas de animación cinematográfica. 
En 1922 creó junto a Iwerks y otros empresarios una pequeña compañía llamada Laugh-
O-Gram Films en la que hacían adaptaciones de cuentos infantiles tradicionales “lo que 
marcará ya desde un principio la tendencia de Walt Disney a tomar la literatura como 
referencia para sus películas” (Fonte y Mataix, 2001: p.33) 
44 
 
Después de numerosos altibajos financieros, Disney viaja a California a probar suerte en 
Hollywood y logra fundar junto a Roy el Disney Brothers Cartoons Studio, base de lo que 
se configuró mucho tiempo después como Disney Productions. 
“Antes de que los enanitos de Blanca Nieves cantaran aquello de Heigh-Ho, antes de 
que Geppetto construyera un niño de madera, antes de que Dumbo aprendiera a volar y 
de que Bambi fuera testigo de la muerte de su madre, antes-mucho antes-de que 
Cenicienta perdiera su zapatito de cristal y de que Wendy y Peter Pan volaran por el cielo 
de Londres en dirección al

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