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Analisis-de-los-determinantes-de-la-poltica-cambiaria-mexicana--un-modelo-monetario-de-precios-flexibles-1996-2015

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
FACULTAD DE ECONOMÍA 
“Análisis de los determinantes de la política cambiaria 
mexicana: un modelo monetario de precios flexibles 
(1996-2015)” 
T E S I S 
Para obtener el grado de: 
Licenciatura en Economía 
Presenta: 
Ramírez Véjar Brenda Laura 
Tutor de tesis: 
Dra. Magnolia Miriam Sosa Castro 
 
Ciudad Universitaria, Cd. Mx., abril 2018. 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
 
 
De antemano gracias familia, amigos y todos aquellos que me han 
dado soporte para llegar al día de hoy. 
 
En primera instancia, agradezco a mi familia por cubrir mis 
necesidades materiales y, específicamente, a mi mamá por darme 
amor a manos llenas y por hacerme entender la importancia de 
encontrar la mejor versión de uno mismo; a mi papá, por 
enseñarme la pertinencia de llevar nuestra capacidad al máximo y 
por demostrarme que la edad no determina nuestra capacidad de 
aprendizaje. 
 
Grego, muchas gracias por recordarme que no venimos sólo a 
acumular éxitos sino a buscar con quién compartirlos, por 
recordarme que el tiempo es tan sagrado que no podemos darnos 
el lujo de descuidar nuestras amistades, intereses y hobbies, 
entender que debe haber espacio para uno también; no me canso 
de repetirlo: eres el claro ejemplo de que existen varios caminos 
para llegar a dónde uno quiere. Recuerda que te quiero sin 
medida. 
 
En más de una ocasión he dicho lo afortunada que soy al contar 
con gente que me procura y me alienta; por lo que quiero 
aprovechar para agradecer a la familia Nava Marín, por 
aceptarme, quererme y cuidarme tanto, especialmente a Yolis por 
 
brindarme además de amor, habilidades para la vida, una 
cuestión tan básica que me ha ayudado a abrirme puertas, por 
recurrir a mi llamado y consolar mi llanto. 
 
A Pame por alentar mi ambición, por obligarme a entender que 
nuestra Universidad es tan finita como queramos aprovecharla y 
ser una fuente de inspiración académica y personal. A Ame, por 
ofrecerme su casa, su amistad y permanecer unidas pese a la 
distancia. A ambas les deseos que sigan alcanzando sus anhelos 
hasta materializar la vida que desean. En mí, siempre tendrán una 
amiga con quién contar. Gracias, por tanto. 
 
A Iván por ser mi principal fuente de inspiración personal, por 
apoyar mi formación académica pese al desacuerdo, por 
ayudarme a entender que nuestras áreas de especialización no 
son excluyentes sino complementarias y que los economistas 
somos científicos sociales antes que profesionistas; por tener fe 
ciega en mi capacidad, por levantarme de la frustración y la 
decepción y, entre un sinnúmero de cosas más, por amarme 
incondicionalmente. ¡Gracias, amor! Recuerda que tu amor sigue 
siendo correspondido. 
 
A la Dra. Miriam Sosa, por ser el principal pilar de este proyecto al 
alentarme en múltiples ocasiones a continuar con el proceso; 
 
nuestra casa de estudios es afortunada por tener gente como ella 
que no ha perdido la fe en los alumnos. Gracias por compartirme 
parte de su conocimiento, por instruirme y creer en mí. 
 
Por último, agradezco a mi casa de estudios la oportunidad de mi 
formación que sin duda es privilegiada al contar con múltiples 
fuentes de cultura, deporte, tecnología, ciencia, investigación y 
desarrollo desde el bachillerato. Lo que más rescato de mi paso 
por la Universidad es la oportunidad de dimensionar mi 
ignorancia, de cuestionar y reformular mis ideales e intereses a 
través de espacios de discusión, principalmente en aulas, 
conferencias y movimientos de protesta estudiantil; de espacios 
ciencia y tecnología, al entrar en contacto con emprendimientos 
desarrollados en el Instituto de Biotecnología; de investigación, la 
cual es omnipotente en la Universidad; de cultura, no sólo gracias 
a los conciertos ofertados por la OFUNAM y las exposiciones 
temporales y permanentes en sus museos, sino gracias a la 
diversidad de su alumnado y la posibilidad de vivir la movilidad 
internacional, entre otros factores que contribuyen a mi desarrollo 
académico, laboral y principalmente personal. En pocas palabras: 
se hoy cierro el ciclo de ser estudiante, pero no doy fin al ciclo de 
ser universitaria. 
 
 
Contenido 
Introducción ............................................................................................ 1 
 
1. La globalización e integración económica: impacto en la economía 
mexicana ................................................................................................ 6 
1.1 Globalización económica: antecedentes, definición y principales 
características ........................................................................................ 7 
1.2 La Integración Económica como la principal consecuencia de la 
globalización ........................................................................................ 15 
1.2.1 Liberalización económica y financiera en América Latina ............ 17 
1.3 El TLCAN y su impacto en las pautas financieras locales............... 30 
1.4 Efectos en la política económica tras la liberación financiera ......... 38 
Conclusión ........................................................................................... 44 
 
2. Política monetaria y cambiaria en México: un acercamiento coyuntural 
y teórico ............................................................................................... 46 
2.1 Antecedente histórico ..................................................................... 46 
2.2 Política monetaria ........................................................................... 48 
2.2.1 Importancia de la política monetaria ............................................ 49 
2.2.2 Instrumentación de la política monetaria en México. ................... 54 
2.3 Política cambiaria ........................................................................... 61 
2.3.1 Instrumentación de la política cambiaria en México ..................... 70 
2.4. Política Monetaria y Cambiaria en México: Un enfoque liberal ..... 73 
Conclusión ........................................................................................... 75 
 
 
 
3. Teorías de la determinación del tipo de cambio ................................ 77 
3.1 Teoría Marxista .............................................................................. 77 
3.2 Teoría Keynesiana ......................................................................... 81 
3.3 Mundell-Fleming ............................................................................. 87 
3.4 Teoría Neoclásica .......................................................................... 95 
3.6 Teoría Monetarista ......................................................................... 97 
Conclusión ......................................................................................... 103 
 
4. Evidencia empírica: aplicación econométrica ................................. 106 
4.1 Estudios relacionados .................................................................. 106 
4.2 Definición teórica: Modelo monetario de precios flexibles ............. 112 
4.3 Definición conceptual de variables ............................................... 116 
4.4 Definición del modeloempírico OLS ............................................. 126 
Conclusión ......................................................................................... 129 
 
Conclusión General ............................................................................ 135 
 
 
 
1 
 
Introducción 
El objetivo de la presente investigación es analizar la determinación 
y evolución de la política cambiaria mexicana, en un contexto 
internacional de creciente integración comercial y económica. El 
análisis se desarrolla de manera teórica, estadística, descriptiva y 
empírica, a través del Modelo Monetario de Precios Flexibles 
durante el periodo enero 1996- diciembre 2015. 
El tipo de cambio se define como el precio relativo de una moneda 
respecto a una divisa. Entendiendo al tipo de cambio como un 
precio de la moneda local, su importancia en una economía radica 
en la capacidad de convertir los precios nacionales a precios 
extranjeros. Las fluctuaciones cambiarias permiten controlar el 
nivel de precios ante choques del exterior, así como, facilitar las 
transacciones con el resto del mundo al crear un sistema de 
unidades de medida homogéneas (Krugman, Obstfeld, & Melitz, 
2012). 
México, es un país que se rige bajo un tipo de cambio flexible1 y 
que reconoce la acción del Banco Central, a través de operaciones 
de mercado abierto, para manipular la oferta de divisas del 
mercado, por lo cual, la política cambiaria no es considerada un 
 
1 Para mayor información sobre los regímenes sobre los tipos de cambio y las 
políticas monetarias empleadas en cada país: “Annual Report on Exchange 
Arrangements and Exchange Restrictions 2013”. International Monetary Fund, 
October 2013” https://www.imf.org/external/pubs/nft/2013/areaers/ar2013.pdf 
https://www.imf.org/external/pubs/nft/2013/areaers/ar2013.pdf
 
2 
 
instrumento de política económica, ya que se encuentra supeditada 
a la política monetaria (León, 2012) y en adición, no se alinea con 
los objetivos de crecimiento y desarrollo nacional, es decir, es una 
política de carácter reactivo con un alto costo para la economía 
mexicana al utilizar las reservas internacionales para evitar 
depreciaciones abruptas en la moneda local en lugar de destinar 
dichos recursos a actividades productivas o de impacto social 
(Calvo & Reinhart, 2002) en (Mantey de Anguiano, 2009). 
Por otra parte, una de las principales características de la 
producción mexicana es la dependencia a los insumos importados, 
especialmente de su mayor socio comercial Estados Unidos 
(Zabludovsky, 2005), por lo cual, la política cambiaria resulta crucial 
para preservar la estabilidad de los costos y, desde un segundo 
piso, de la competitividad de la economía mexicana. 
Conociendo que el tipo de cambio pudiera estar determinado por la 
política monetaria (Martínez, Sánchez, & Werner, 2001) la 
importancia de la presente investigación radica en el análisis de los 
principales determinantes del tipo de cambio en la economía 
mexicana a través de un modelo monetario de precios flexibles. La 
elección se fundamenta en la capacidad de capturar el efecto de 
las variables clave (tasa de interés, producto y base monetaria) de 
manera diferencial con el principal socio comercial de la economía 
mexicana Estados Unidos de América. 
 
3 
 
El periodo de estudio es de enero de 1996 a diciembre del 2015, 
debido a los importantes cambios sufridos a partir de 1994 en la 
dinámica comercial, económica y financiera a través de la firma del 
TLCAN y el proceso de liberalización económica y financiera con la 
adopción de manera oficial de un régimen cambiario flexible y la 
incorporación de metas inflacionarias en la economía, ambos 
temas serán retomados en extenso a lo largo del trabajo (Carstens 
& Werner, 1999). 
Tomando en consideración lo previamente expuesto, la hipótesis a 
probar en el presente trabajo es la siguiente: 
La determinación del tipo de cambio MX$/USD, en un periodo 
caracterizado por la integración comercial, la adopción de los 
programas de ajuste estructural2 y el proceso de liberalización 
económica y financiera en la economía mexicana, puede ser 
analizada a través de un modelo monetario de precios flexibles, ya 
que incorpora variables monetarias y de carácter macroeconómico 
que explican en buena medida los cambios en el precio relativo de 
la moneda mexicana en términos del dólar americano. 
El documento se encuentra estructurado en cuatro apartados. El 
apartado siguiente describe la dinámica económica global tras la 
 
2 Conjunto de cambios en las políticas implementadas en los países en desarrollo, 
recomendadas por organismos internacionales como el FMI y BM, también conocidos 
como puntos del Consenso de Washington. 
 
4 
 
expansión internacional de los procesos de globalización e 
integración económica, especialmente la esfera financiera; lo 
anterior, con el objetivo de contextualizar el objeto de estudio de la 
presente investigación, enfatizando las consecuencias inmediatas 
en la economía local. 
Una vez expuesta la coyuntura internacional, como el principal 
antecedente a la actual política económica en México, el segundo 
apartado reúne las principales características de la política 
monetaria y cambiaria local, es decir, los objetivos internos y 
externos que persigue, y los principales canales de transmisión, 
adicionalmente el apartado tiene por objetivo dar a conocer la 
relevancia y pertinencia del ejercicio monetario y cambiario sano y 
alineado con las necesidades específicas de la economía 
mexicana; el apartado concluye con una breve crítica a la política 
actual. 
Derivado de que la presente investigación considera al tipo de 
cambio como un precio relativo, el tercer apartado funge como 
marco teórico al concentrar las principales teorías de determinación 
de precios; el apartado sintetiza las premisas para la determinación 
de precios que contemplan las teorías: marxista, keynesiana, 
modelo Mundell-Fleming, neoclásica y monetarista. Lo anterior 
permite concluir que el modelo monetario de precios flexibles, 
reúne las características de la economía mexicana en cuanto a la 
determinación del nivel cambiario se refiere. 
 
5 
 
El objetivo del último apartado es exponer formalmente el modelo 
monetario de precios flexibles para así determinar si en efecto las 
variables monetarias por excelencia, tanto de México como de 
Estado Unidos, determinan el nivel cambiario del peso mexicano 
respecto al dólar estadounidense y, en función de lo anterior, 
aprobar o rechazar la hipótesis propuesta. 
Finalmente, son expuestas las conclusiones de la investigación, 
implicaciones de política económica y futuras líneas de 
investigación de acuerdo a los resultados encontrados 
 
 
6 
 
1. La globalización e integración económica: 
impacto en la economía mexicana 
La pertinencia de ejercer una política cambiaria sana es un hecho 
irrefutable ante un panorama de constante interacción con el 
mundo; en ese sentido, es relevante y oportuno conocer las bases 
históricas, políticas y económicas que han nutrido el desarrollo del 
contexto económico y financiero global, esto permite comprender 
la dinámica de la política económica de aquellos Estados que han 
implementado un patrón de desarrollo de libre mercado. Por lo 
anterior, en la presente sección se exponen los criterios que 
explican la evolución y fortaleza de la dinámica globalizadora. 
El presente capítulo comienza describiendo el proceso de 
globalización y sus alcances en el mundo cerrando el apartado con 
el caso de América Latina; en la segunda sección, se resume el 
proceso de integración económica como consecuencia de la 
maduración de la globalización, finalizando con el caso 
latinoamericano. Por último, se destacan algunasde las ideas más 
trascendentes en materia de integración económica y su impacto 
en México tras la firma del Tratado de Libre Comercio de América 
del Norte (TLCAN), poniendo especial énfasis en la esfera 
financiera por contextualizar en mayor medida el objeto de estudio 
de la presente investigación: el tipo de cambio. 
 
7 
 
1.1 Globalización económica: antecedentes, definición y 
principales características 
El principio fundamental sobre el que descansa el libre comercio es 
perseguir el incremento de los ingresos en función de la 
especialización de cada entidad económica, es decir, al permitir 
que cada Estado se incorpore en las cadenas de valor donde 
resulta relativamente más productivo, éste alcanzará un incremento 
en sus ingresos al mismo tiempo que crece el valor agregado en la 
producción de bienes y servicios (Luna Martínez & González 
Nolasco, 2005), el tema por excelencia que nutre este patrón de 
desarrollo es la globalización. 
La globalización es un proceso de impacto multifacético ya que ha 
sentado las bases del desarrollo económico en un sinnúmero de 
economías que, a través de la internacionalización de sus procesos 
económicos, políticos y culturales, buscan establecer relaciones 
fructíferas con el mundo, dinámica que tuvo como uno de tantos 
resultados el desplazamiento de actores tradicionales como el 
Estado (Sáez, 1998). 
Así, la globalización se comprende como aquél proceso de 
integración en materia económica, social, cultural, laboral y 
ambiental que supone la desaparición de las fronteras geográficas 
y materiales entre naciones, por lo cual es poco acertado relacionar 
la globalización como un fenómeno exclusivo de la agenda 
 
8 
 
económica cuando, en realidad, supone elevar la interdependencia 
entre personas, países y mercados, más allá de las fronteras 
nacionales (Díaz, 2015). 
Algunos de los resultados más destacados del proceso han sido la 
creciente competencia en múltiples mercados, especialmente, por 
empresas trasnacionales, mayor frecuencia del monopolio, el 
desplazamiento de las acciones del Estado, acentuados procesos 
de privatización como mecanismos para erradicar diversos 
servicios públicos; así mismo, destaca el desarrollo tecnológico que 
detona olas de innovación industrial y financiera que contribuyen a 
internacionalizar procesos (Estay, Girón, & Martínez, 1999). 
 
 
9 
 
Gráfica 1. Inversión Extranjera Directa y Exportaciones de bienes 
y servicios del mundo 
(% del PIB) 
Fuente: Elaboración propia con cifras del Banco Mundial 
Dentro de otros alcances de la globalización se encuentran, en 
primer término, el creciente volumen de transacciones comerciales 
que, como se aprecia en la gráfica 1, ha incrementado en 10% en 
casi dos décadas (1990-2008), representando alrededor de una 
tercera parte del producto mundial para los últimos años (2011-
2014) y, en segundo término, el impulso que ha tomado la inversión 
extranjera directa (IED) como fuente de financiamiento 
complementaria. 
Los antecedentes de la internacionalización de las transacciones 
comerciales y financieras derivan del término de los acuerdos de 
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Bretton Woods los cuales permitirían combatir las adversidades de 
la guerra, principalmente, establecer una moneda internacional 
única que inyectara liquidez a los mercados, que evitara la extinción 
de los flujos comerciales y sostuviera condiciones propicias para el 
control del movimiento del capital sin impactar en el mercado 
interno (Arenas, 2005). 
Así, al superar la etapa de post-guerra a partir del Plan Marshall, y 
a generar un exceso de liquidez del dólar americano debido a su 
convertibilidad automática al oro, pronto Estados Unidos se 
encontró comprometido con sus pasivos y con un profundo déficit 
en la balanza de pagos, por tanto, las presiones cambiarias y la 
disminución relativa del oro, originada por una distribución 
inequitativa de la liquidez internacional se veían venir. Este 
acontecimiento marcó la pauta del régimen cambiario flexible, ya 
que, desde entonces, el valor del dólar obedece a la ley de oferta y 
demanda del mercado (Sarda, 1974). 
 
La década de los setenta fue clave para la gestación del nuevo 
patrón de la dinámica económica; la libre flotación implicó una 
nueva distribución del riesgo cambiario, estimulando el mercado de 
divisas y de derivados aunado a la creciente integración financiera. 
La progresiva liberación de los mercados financieros desarrolló 
 
11 
 
nuevas oportunidades para el capital, dando como efecto inmediato 
el contagio financiero3. 
 
En ese sentido, entre las múltiples características de la década de 
los setenta destacan dos, la primera es un bajo dinamismo en 
materia de comercio exterior derivado de altas barreras 
arancelarias y no arancelarias, la segunda, un proceso explosivo 
de internacionalización financiera derivado de la alta volatilidad, 
como consecuencia del fin del patrón oro. Respecto a la segunda 
característica, se encuentra que, para inicios de la década el monto 
de depósitos en dólares en la banca mundial ascendió a cien mil 
millones de dólares y, para mediados de la década, la cifra se 
quintuplicó (Palazuelos, 2014). 
 
Los resultados que arrojó la expansión de los mercados financieros 
fueron una explosión del crédito, recurrentes inversiones en divisas 
hechas por Bancas Centrales, empresas y personas, la popularidad 
de transacciones en petrodólares y eurodólares, y, una vigorosa 
emisión de deuda por parte de trasnacionales que buscaban 
financiamiento más económico. Naturalmente, las condiciones de 
deuda e inversión se fueron flexibilizando dando pie a que los 
 
3 De acuerdo con (Palazuelos, 2014) algunos factores de los años setenta que 
contribuyeron a esta situación son; 1) La crisis del sistema monetario internacional, 2) 
la colocación de dólares en las economías occidentales y 3) la volatilidad en los mercados 
de materias primas. 
 
12 
 
préstamos bancarios y las obligaciones exteriores ganaran terreno 
dentro de las economías más necesitadas de liquidez, es decir, las 
economías no desarrolladas, dando origen a un nuevo mercado de 
capitales (Palazuelos, 2014). 
 
La nueva banca universal se caracteriza por una alta interrelación 
financiera, una amplia desregulación y liberalización, operaciones 
24 horas al día, arbitraje y cotizaciones constantes, mayor uso de 
productos financieros como derivados4 y una alta sensibilidad ante 
la toma decisiones, por lo cual, se crean periodos de euforia o 
pánico que tienden a vaciar mercados y saturar otros. La 
reestructuración de las direcciones que toman los flujos de 
inversión tuvieron como consecuencia la desregulación del 
régimen cambiario, dando pie a que las tasas de interés nacionales 
convergieran con las internacionales logrando una disminución de 
la volatilidad mundial (Leriche Guzmán & Martínez, 1997). 
 
Desde entonces, el mercado de capitales concentra un sinnúmero 
de transacciones que conducen a la interdependencia económica, 
misma que permite la convergencia de la política financiera 
partiendo de las tasas de interés. Así, mientras mayor sea la 
integración mayor será la coordinación de la política económica; sin 
embargo, este proceso resulta heterogéneo para los países en vías 
 
4 Activo financiero cuyo valor se basa en el precio de otro activo. 
 
13 
 
de desarrollo, quienes tomaron relevancia en el escenario 
económicodurante el proceso. Las principales diferencias radican 
en el rendimiento, éste suele ser más alto en mercados 
emergentes, dado que buscan compensar el riesgo en su 
economía a través de ofrecer un rendimiento mayor, lo cual deriva 
en una divergencia de las direcciones que toman los flujos de 
inversión al tomar ventaja de la mayor flexibilidad y velocidad en la 
nueva banca universal (Leriche Guzmán & Martínez, 1997). 
 
Cabe aclarar que la heterogeneidad dentro del proceso de 
globalización financiera es recurrente en los países en vías de 
desarrollo, en ellos se observa que desde la década de los setenta 
hasta los noventa lograron profundizar su participación en la banca 
universal a través del incremento de la recepción de los flujos de 
inversión de cartera y mayor presencia de las empresas 
multinacionales e inversión extranjera directa (Leriche Guzmán & 
Martínez, 1997). 
 
 
 
 
 
 
 
14 
 
Cuadro 1. Flujo neto de capitales hacia los países en vías de 
desarrollo 
(promedios anuales/ millones de dólares) 
 
1973-1976 1977-1982 1983-1989 1990-1993 
14,800 30,500 8,800 91,500 
Fuente: (Leriche Guzmán & Martínez, 1997) 
 
Así, para la década de los ochenta el sistema financiero se 
encontró comprometido con las tres economías más endeudadas 
del mundo, México, Brasil y Argentina, generando la llamada crisis 
de la deuda externa. En el cuadro 1 se observa que a mediados de 
la década de los setenta la cantidad de flujos depositados en países 
en vías de desarrollo se aproximaba a los 15,000 mdd en promedio 
anual, dicha cifra incrementó seis veces su valor tras la 
internacionalización de los mercados para inicios de los noventa. 
El rol de economías latinas se retomará en el siguiente 
subapartado. 
 
En conclusión, la globalización es el resultado de la cooperación 
internacional que busca formalizar y estructurar las relaciones 
internacionales para alcanzar el máximo desarrollo económico a 
través de la explotación de las ventajas competitivas, en este 
 
15 
 
sentido, la integración económica también tuvo sus logros en la 
esfera comercial, dando pie a la creación de bloques económicos 
regionales que repercutieron en la coyuntura económica. 
 
1.2 La Integración Económica como la principal consecuencia de 
la globalización 
La globalización financiera no fue el único alcance de la 
liberalización económica, en realidad ésta abarcó diversas esferas, 
un ejemplo es en la formación de bloques regionales en la década 
de los noventa; lo anterior, como la respuesta a la búsqueda de la 
optimización las ventajas competitivas tales como el bajo costo de 
transporte, de mano de obra, la libre circulación de bienes o la libre 
circulación de capitales entre países desarrollados y en vías de 
desarrollo (Dabat, Rivera, & Toledo, Noviembre, 2001). 
 
Un antecedente trascendental a los bloques regionales es la Ronda 
de Tokio llevada a cabo en 1973; ésta representó uno de los 
mayores logros en materia de cooperación internacional comercial, 
ya que bajo consenso estableció la reducción de las barreras no 
arancelarias, para regular las acciones del Estado en materia de 
comercio internacional, al mismo tiempo que estableció un marco 
institucional que planteara soluciones a las posibles dificultades 
desencadenadas por las relaciones comerciales internacionales y, 
 
16 
 
por último, facilitó la reducción arancelaria a 35% en manufacturas 
para los países pertenecientes a la OCDE. 
 
La Unión Europea es el ejemplo obligado al hablar de integración 
económica, ya que es resultado de la integración más profunda que 
ha visto el mundo en las últimas décadas. Sus inicios se remontan 
a 1958, con el mercado común europeo, el cual sufrió una serie de 
transformaciones hasta conseguir la unión monetaria, misma que 
ha permitido una mayor cohesión social, política y económica, 
dando paso al desarrollo de las economías más deprimidas de la 
zona. La unión monetaria no es la única forma de integración que 
se ha visto en las últimas tres décadas. Existe, de igual forma, el 
área de librecambio, la unión aduanera, mercado común e 
integración económica completa, aunque el área de librecambio es 
la forma de integración más común hoy en día (Honero, 2000). 
 
Aunque Europa representa el mayor de los éxitos en materia de 
integración económica, el mundo ha sido testigo de otros ejemplos 
que responden a esta búsqueda por la cooperación y 
competitividad en criterios como la educación, la cultura, la salud, 
etc. Algunos ejemplos son la Organización para la Unidad Africana, 
antecedente a la Unión Africana, modelo inspirado en la Unión 
Europea, la Comunidad Económica de Estados de África 
Occidental, la Comunidad Africana Oriental, la Unión Aduanera de 
 
17 
 
África Austral y la Comunidad Económica y Monetaria de África 
Central, como ejemplos que complementan la evidencia de la 
integración en dicho continente (Villareal, 2010) 
 
Dentro del continente asiático destacan: el Consejo de 
Cooperación para los Estados Árabes del Golfo Pérsico, el Consejo 
de Cooperación del Golfo, la Asociación de Naciones del Sureste 
Asiático y la Asociación Sudasiática para la Cooperación Regional. 
Otros ejemplos más actuales, firmes y consolidados o en proceso 
de construcción, son: la Organización de Cooperación de 
Shanghái, la Unión de Naciones Suramericanas, la Asociación de 
Naciones del Sureste Asiático, el Foro de Cooperación Económica 
Asia-Pacífico, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del 
Caribe y el Acuerdo de Asociación Transpacífico (Villareal, 2010). 
 
1.2.1 Liberalización económica y financiera en América Latina 
La liberación económica tuvo alcances trascendentales en los 
países en vías de desarrollo, como Argentina, Brasil y Chile, 
quienes buscaron la apertura de sus sistemas financieros a 
consecuencia de los desajustes macroeconómicos que dejó la 
crisis de la deuda5; el nulo acceso a fondos de inversión llevó a las 
 
5 La crisis del Tercer Mundo encabezada por México y Brasil, se caracteriza por 
una crítica restricción de fuentes de financiamiento necesarias para no 
interrumpir el desarrollo económico. 
 
18 
 
economías en vías de desarrollo a buscar nuevas formas de 
financiamiento, por medio de la liberación del comercio exterior y la 
inversión de portafolio. Así, el nuevo patrón de desarrollo para las 
economías en crisis fue la instauración de un sistema de incentivos 
para la atracción de flujos externos hacia sus mercados bursátiles. 
 
En la década de los setenta se sientan las bases de las relaciones 
financieras entre América Latina y el mundo, permitiendo que ésta 
se incorporara a la globalización financiera. Aunque éste es un 
proceso selectivo que maduró más en países desarrollados, para 
el caso del Cono Sur se encuentran Brasil, México, Argentina, 
Venezuela y Chile, como los países más involucrados y, por ende, 
más perjudicados a finales de los años ochenta, debido a que 
destacaron por ser los principales receptores de capital 
desencadenando la llamada crisis de la deuda en los ochenta 
(Ffrench-Davis & Tironi, 1981) 
 
Con relación a la integración económica, el principal antecedente 
se remonta a 1950 con la formación de un mercado común en 
búsqueda de la integración regional. Éste modelo es conocido 
como Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI), dicha 
estrategia se cristaliza con la Asociación Latinoamericana de Libre 
Comercio en 1959; sin embargo, de la década de los sesenta a los 
ochenta, se observó un patrón de desarrollo hacia adentro 
 
19 
 
caracterizado por una alta protección a la industria nacional 
(Rangel & Garmendia, 2012). 
 
El debate académico acerca de las causas de la crisis de la deuda, 
ocurrida en la década de los ochenta, gira en torno al modelo de 
industrialización llevadoa cabo por el Estado en este grupo de 
países. Las principales críticas a este modelo fueron la intervención 
estatal, la falta de disciplina macroeconómica, una importante 
protección arancelaria y la incapacidad de las economías latinas 
por superar la dependencia internacional, algunas de estas 
anunciadas por parte de la ortodoxia y otras por parte de la 
izquierda. 
 
En la segunda mitad de los setenta las economías 
latinoamericanas se vieron presionadas por lograr un ritmo de 
crecimiento sostenido sin verse descapitalizadas por el sector 
externo, un déficit fiscal o una tasa de ahorro pobre. Lo anterior, 
revela los incentivos para recurrir al financiamiento externo, puesto 
que, la década de los cincuenta y sesenta representaron un 
aislamiento de la liquidez internacional para esta región, siendo el 
control cambiario y las políticas proteccionistas las únicas 
herramientas de ajuste. Así, las nuevas fuentes de financiamiento 
sucedieron a través de la liberación del comercio exterior y la 
inversión de portafolio, lo cual, define al nuevo patrón de desarrollo 
 
20 
 
latinoamericano como un sistema de incentivos para la recepción 
de capital privado externo. 
 
La entrada de recursos externos llegó a subsanar la condición 
macroeconómica de estas economías. La nueva dirección de los 
flujos internacionales apuntados hacia América Latina implicó la 
reconstrucción de un mercado internacional de capitales 
estimulado por la entrada de petrodólares a la región, 
complementado con la competencia oligopólica de los bancos por 
colocar recursos. La consecuencia fue una saturación de los 
mercados para la segunda mitad de la década de 1970. 
 
Así, el exceso de liquidez en el mercado de eurodólares, las tasas 
de interés reales bajas y el incremento de los precios de productos 
básicos- principalmente el petróleo- crearon un sistema de 
incentivos para recurrir en grandes magnitudes al financiamiento 
externa haciendo que América Latina absorbiera más de la mitad 
de la deuda privada del mundo entre 1973 y 1981; evidentemente, 
con semejante canalización de recursos, el riesgo crediticio y 
cambiario estaba implícito, de forma tal que, cuestionar la 
capacidad del control cambiario para evitar desequilibrios bruscos 
por fuga de capitales fue un síntoma de que América Latina era 
partícipe de la globalización financiera. 
 
 
21 
 
Conforme la década de los ochenta fue aconteciendo, las 
moratorias por el pago del servicio de la deuda, la deuda comercial 
y bilateral fueron más recurrentes, pese a la presión de los países 
acreedores; así, ante la incapacidad de pago se creó un sistema de 
renegociación con el objetivo de liquidar a los acreedores y 
salvaguardar al sistema financiero internacional. Este proceso 
puede describirse en tres etapas: 1) ajustes macroeconómicos 
masivos, 2) el Plan Baker y 3) el Plan Brady; cabe mencionar que 
estos últimos planes son descritos más adelante. 
 
En la reestructuración de la deuda participaron cuatro elementos 
clave: 1) los países deudores, 2) los bancos acreedores, 3) los 
gobiernos de bancos acreedores y 4) las instituciones financieras 
internacionales; todos ellos sumando esfuerzos para resolver la 
crisis de posible extinción del sistema financiero internacional, 
mismo que fue expuesto debido al endeudamiento excesivo no 
meditado, a la alta volatilidad en el precio de materias primas, al 
bajo crecimiento en países industrializados y a las altas tasas de 
interés impuestas por la Reserva Federal de Estado Unidos como 
combate a la inflación (Tello, 2003). 
 
El segundo grupo, los bancos acreedores, se vio inmerso desde los 
años setenta, donde estimulados por el alza del precio del petróleo 
accedieron a inundar los mercados latinoamericanos con este 
 
22 
 
recurso como aval; sin embargo, para los ochenta el cese de 
amortizaciones sostenidas se tradujo en significativas pérdidas y 
altas posibilidades de declararse en quiebra. Para su fortuna, los 
comités de renegociación intervinieron diplomática y 
financieramente para sostener el pago de los intereses 
correspondientes. 
 
El tercer grupo, los gobiernos acreedores, fue representado por una 
economía en particular: Estados Unidos. Las razones: ser la 
economía hegemónica y concentrar gran parte de la deuda en su 
banca privada. El objetivo era evitar pérdidas de corto plazo 
inyectando capital a la banca privada y así impedir una crisis 
financiera crónica que traspasara las fronteras nacionales. El Plan 
Baker sugirió reestructurar la deuda de 15 países – de los cuales 
10 pertenecían a América Latina – si y sólo sí, los acreditados se 
apegaban a una serie de ajustes económicos como garante de 
producir el capital suficiente para hacer frente a sus pasivos. 
 
Por su parte, el Plan Brady se sumó a los esfuerzos del Plan Baker, 
incorporando quitas al proceso de reestructura; así el nuevo 
esquema de pagos fue avalado por el apoyo de la banca privada 
manifestando resultados hasta siete años después de haber 
comenzado la crisis. 
 
 
23 
 
El último y cuarto grupo, las instituciones internacionales, 
representadas por el Banco Mundial, el Banco Interamericano de 
Desarrollo y, en mayor medida, por el Fondo Monetario 
Internacional, quien fungió como coordinador al ser un acreedor de 
segundo piso, al desarrollar el paquete de reformas económicas 
que contribuyeran al saneamiento macroeconómico necesario para 
hacer frente al pago de la deuda. Dicho ajuste económico se 
caracterizó principalmente por la liberación comercial, por un 
proceso de privatización como ejercicio de reducción del Estado y 
la generación de un sistema de incentivos para la inversión 
extranjera. A raíz de esta reforma económica, América Latina sería 
partícipe del fenómeno de globalización. 
 
América Latina se vio orillada a reestructurar su estrategia 
económica alineándose a los objetivos del nuevo patrón de 
desarrollo, es decir, depuró sectores tradicionales de su economía 
para sustituirlos por mercados libres con la idea de incrementar su 
competitividad. La implementación del liberalismo latinoamericano 
tiene lugar gracias al Consenso de Washington en 1989 donde, a 
través de tintes ortodoxos de política económica, se persiguieron 
dos objetivos: en primer lugar, la apertura económica y, en segundo 
plano, la disciplina macroeconómica (Rangel & Garmendia, 2012). 
 
 
24 
 
De forma concreta, el Consenso de Washington se conformó por 
diez objetivos puntuales enfocados en la promoción de las 
exportaciones, la estabilidad cambiaria, la generación de ahorro 
doméstico y la reducción de la participación del Estado. El decálogo 
se compone por los siguientes puntos: 1) disciplina fiscal, 2) 
ponderación del gasto púbico, 3) reforma fiscal, 4) liberalización 
financiera, 5) tipo de cambio competitivo, 6) liberalización del 
comercio, 7) liberalización a la inversión extranjera directa, 8) 
privatizaciones, 9) desregulación y 10) transparencia en los 
derechos de propiedad (Rangel & Garmendia, 2012). 
 
Dicha agenda fue construida con el objetivo de sacar a América 
Latina del estado de depresión económica, por medio de la 
ampliación de la base tributaria, tasas de interés determinadas por 
el mercado, fomento a las exportaciones, reducción arancelaria, 
impulso a la productividad y competencia y la reducción del Estado 
como medida compensatoria del déficit público; todo lo anterior, 
complementado con las medidas expuestas en el decálogo, pero 
no obligando a los Estados a ejercerlo de manera absoluta. Las 
economías latinoamericanas presentaban diversas necesidades, 
por lo que este listado representó un paquete de sugerencias para 
superar la recesión y garantizar el pago de la deuda, por lo cual, sí 
se alineó a los intereses comerciales y financieros de la región 
(Rangel & Garmendia, 2012). 
 
25 
 
 
La liberación financieray la consecuente apertura de los mercados 
de capitales fueron establecidos con el objetivo de nutrir el nuevo 
patrón de desarrollo, el libre mercado, por lo que siempre fueron 
impulsados por paquetes de política económica complementarios 
que convergían hacia una liberación cada vez más profunda; esta 
fue la forma en que diversos países latinos sobresalieron durante 
la década de 1970 (Held, 1994). 
 
Algunas de las reformas complementarias del proceso de liberación 
financiera fueron la diversificación de los servicios ofertados, 
confluyendo hacia la evolución de los mercados financieros; así 
como, el establecimiento de un sistema financiero más flexible y 
desregulado que robusteciera su eficiencia al permitir que las tasas 
de interés y el tipo de cambio fueran determinadas por las fuerzas 
del mercado y, por último, la eliminación de las restricciones para 
la captación y la concesión de fondos prestables (Held, 1994). 
 
Ambos objetivos, la apertura comercial y la disciplina 
macroeconómica, tuvieron un meta objetivo: sanear los estragos de 
la crisis de la deuda en el Cono Sur para evitar el colapso del 
sistema financiero y monetario mundial. Por ello, la década de los 
noventa resulta trascendental para las economías 
latinoamericanas, representa la apertura oficial del comercio, un 
 
26 
 
drástico programa fiscal y un acentuado proceso de privatización 
que, sumado a la reducción de las tasas de interés de los Estados 
Unidos, arrojó una ola de inversiones de cartera hacia los mercados 
de valores más sólidos de la región. En esta década se da la 
instauración del neoliberalismo (Rangel & Garmendia, 2012). 
 
Aunque la teoría ofrece diversas ventajas tras la liberación del 
mercado de capitales, en el caso de las economías en vías de 
desarrollo se observa un proceso poco dinámico que requiere de 
reformas profundas que faciliten el proceso de maduración del 
sistema financiero para así obtener ventajas ante tal liberación; 
como se mencionó anteriormente, el contagio financiero ha sido la 
principal externalidad negativa de este proceso a razón de la 
carencia de supervisión internacional y una extrema flexibilidad de 
los mercados. Sin duda, la posibilidad del contagio financiero lleva 
a las economías a ejercer política económica enfocada a disminuir 
el impacto de las turbulencias de la economía mundial, por medio 
de la manipulación de variables macroeconómicas clave como lo 
son la tasa de interés y el tipo de cambio. 
 
Cabe destacar que la movilidad de capital no responde a una nueva 
dinámica prestablecida, en realidad, responde a un proceso natural 
de optimización a través de la búsqueda de rendimiento, la cual ha 
madurado a lo largo de las décadas. Estas inversiones, 
 
27 
 
principalmente de empresas multinacionales, se enfocan en la 
apertura mercantil para incorporarse en cadenas productivas, 
procesos de subcontratación y a la aplicación de nuevas 
tecnologías. La inversión extranjera ha sido uno de los elementos 
más importantes para el patrón de desarrollo ascendiendo a 
3’456,000 millones de dólares para 1997, concentrándose sólo el 
20% en países en vías de desarrollo (de Anguiano & Levy, 2002). 
 
No sólo la inversión extranjera se popularizó, otros instrumentos 
altamente volátiles ganaron terreno en los flujos de fondos, por 
ejemplo los fondos de coberturas, las compañías de seguros y los 
fondos de pensiones; todos con gran disposición a trasladarse 
entre en los mercados para conseguir el rendimiento buscado, 
estas transacciones cambiarias representan la compra venta de 
futuros, principalmente, y han tenido un dinamismo destacado 
desde los noventa, incrementando su volumen en 26% de 1995 a 
1998 de acuerdo con el Banco Internacional de Pagos (de 
Anguiano & Levy, 2002). 
 
Ante la evolución de los flujos de fondos y la consecuente 
volatilidad cambiaria, los países menos capitalizados se han 
refugiado en las reservas internacionales como una herramienta de 
cobertura ante severas descapitalizaciones, por tanto, no es 
extraño ver que hay un incremento de las reservas guardadas 
 
28 
 
desde 1998 en adelante; si bien el acaparar reservas es una 
protección para los mercados cambiarios emergentes, también es 
cierto que el costo de ésta política es alto, al incrementar la deuda 
externa privada (de Anguiano & Levy, 2002). 
 
Por otro lado, durante la crisis de la deuda en México destacó la 
colaboración entre el gobierno y la comunidad financiera 
internacional; el objetivo fue recuperar la estabilidad económica 
nacional perdida en la década de los ochenta debido a las reformas 
bancarias. Así, para el año de 1988 y 1989 la Secretaría de 
Hacienda y Crédito Público logró reestructurar la deuda, inauguró 
un periodo de colaboración bilateral entre Estados Unidos y 
México, la génesis de estas relaciones surge con el Plan Brady, 
misma que más adelante tomaría forma de un Tratado de Libre 
Comercio (Zabadúa, 1994). 
 
Lo anterior expone que el proceso de globalización financiera no es 
resultado de la cooperación planeada entre las economías, en sí, 
responde a la dinámica natural de los capitales y su búsqueda por 
un rendimiento cada vez más alto; sin embargo, el caso de la crisis 
de la deuda evidencia que órganos públicos, privados e 
internacionales se interrelacionan a razón del proceso natural que 
desarrollan los flujos de capital a lo largo de la nueva banca 
universal y éste mismo acontecimiento es el parte aguas de buscar 
 
29 
 
integrar a México a los mercados de capitales para recuperar los 
niveles de inversión extranjera y alcanzar tasas de crecimiento 
superiores, a partir de esta época la política económica se enfoca 
en la atracción de flujos de capital como una estrategia de 
financiamiento de corto plazo (Zabadúa, 1994). 
 
Cabe destacar que los efectos económicos y sociales de las 
reformas estructurales en América Latina son un tema de debate 
entre diversos académicos, anteriormente se han citado diversos 
trabajos que explican las causas de este fenómeno, pero tales 
premisas no son el consenso académico. El tema del bajo 
crecimiento histórico desde la década de los noventa, del 2.7% 
promedio; además, la creciente inequidad en la distribución de los 
ingresos entre países de altos y bajos ingresos es un tema 
pendiente que no ha alcanzado un consenso (Ffrench-Davis R. ). 
 
La volatilidad financiera también representa un área de oportunidad 
para la región ya que la integración incrementa la exposición de las 
economías a choques externos por lo que constantemente 
presiona la capacidad del ejecutivo para hacer frente a los mismos; 
de igual forma, se observa que las PyMES carecen de instrumentos 
de recuperación ante dicha coyuntura, por lo que superar las crisis 
venideras representa un factor de supervivencia importante lo que 
 
30 
 
resulta en adversidades en materia de competitividad y desarrollo 
del mercado interno (Ffrench-Davis R. ). 
 
1.3 El TLCAN y su impacto en las pautas financieras locales 
Como se analiza en el apartado anterior, la desregulación 
económica responde a una convergencia mundial por liberar los 
mercados, a crear un sistema de incentivos para la recepción de 
flujos de capital internacional, así como, crear un sistema financiero 
lo suficientemente maduro como para hacer frente al pago de la 
deuda concebida principalmente con Estados Unidos. Todo ello 
representó para México un cambio estructural que definiría dentro 
de su política económica un patrón de desarrollo basado en el 
mercado eficiente. El dictamen se volvió oficial con la firma del Plan 
Brady, el Consenso de Washington y culminó con el Tratado de 
Libre Comercio con América del Norte (TLCAN). 
 
El Plan Brady marcó el inicio de la cooperación entre la economía 
mexicana y el sistema financiero internacional, el objetivo fue, al 
igual que con el resto de paíseslatinoamericanos endeudados, 
renegociar la deuda para evitar la quiebra de la banca privada y 
sanear la economía nacional a principios de la década de los 
noventa, inaugurando una nueva ola de colaboración bilateral entre 
México y Estados Unidos. En 1982, la economía mexicana informó 
al Departamento del Tesoro y a la Reserva Federal de Estados 
 
31 
 
Unidos la carencia la liquidez necesaria para cubrir el pago del 
servicio de la deuda (Zabadúa, 1994). 
 
El modelo de Industrialización por Sustitución de Importaciones 
(ISI) también fue uno de los factores indiscutibles del proceso, 
aunque éste tiene algunas particularidades en el caso mexicano. El 
modelo se agota en la década de los setenta en América Latina y 
coincide con la reestructuración económica; la diferencia de México 
con América Latina radica en que este proceso es simultáneo a la 
represión financiera y al descubrimiento de abundantes reservas 
petroleras. En este sentido, el sexenio de Miguel de la Madrid 
prestó atención a dos objetivos: la estabilidad macroeconómica y el 
cambio estructural para adoptar el nuevo patrón de desarrollo 
referenciado en el Consenso de Washington (Martínez L. R.). 
 
El panorama económico presentó adversidades, como 
estancamiento económico, pérdida del poder adquisitivo, altos 
procesos inflacionarios y una creciente deuda pública, 94.8% 
respecto del PIB. Por lo anterior, sentó las bases para la 
instauración de la liberalización económica; tal ejercicio se 
desarrolló bajo tres ejes: el mercado financiero, el mercado de 
bienes y servicios, y el mercado laboral. La liberalización del 
mercado financiero tuvo lugar en la reforma de 1985, en donde las 
principales consecuencias fueron la reducción del encaje legal, 
 
32 
 
eliminación de topes a la tasa de interés, mayor terreno a la 
inversión extranjera en casas de bolsa, grupos financieros y bancos 
y se eliminan los créditos obligatorios, aunque la consecuencia más 
trascendental es el anclaje cambiario para contener la inflación, 
reduciéndose hasta 3% en 1993 (Martínez L. R.). 
 
Continuando con la liberalización financiera, la apertura de las 
cuentas de capitales representó otro elemento que nutrió el patrón 
de desarrollo “hacia afuera”, a través de la emisión de deuda; sin 
embargo, el capital permanecía en el mercado nacional gracias al 
diferencial de interés, lo cual, permitió el crecimiento económico en 
México entre 1988 y 1994. En cuanto al mercado de bienes y 
servicios, este fue un proceso de mayor magnitud, dado que el 
Estado se había robustecido, así, la privatización y la firma del 
Tratado de Libre Comercio con América del Norte redujeron 
significativamente la participación del Estado desincorporando más 
de 1000 empresas públicas además de establecer un régimen más 
flexible ante la comercialización, adquisición, operación y 
explotación de la inversión privada (Martínez L. R.). 
 
El antecedente al Tratado de Libre Comercio con América del Norte 
se remonta a 1986, con el ingreso de México al Acuerdo General 
sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT). Desde entonces, 
la práctica de reducción arancelaria se había convertido en una de 
 
33 
 
las herramientas más concurridas en materia de política comercial. 
Las ventajas que esto representó para México fueron la no 
discriminación o trato de la nación más favorecida, estabilidad de 
concesiones, protección arancelaria premeditada, reciprocidad, 
trato a subsidios y dumping, salvaguardas y medidas de protección, 
solución de diferencias y disposiciones varias; todo ello, permitiría 
que México elevara su coeficiente de exportación al mismo tiempo 
que nutría el nuevo patrón de desarrollo hacia afuera para sanear 
la crítica posición macroeconómica característica de la década de 
los ochenta (Alfaro, 1986). 
 
El ingreso de México al GATT representó un mecanismo para 
mitigar el riesgo por la dependencia de las relaciones con Estados 
Unidos; al respecto, la relación bilateral se desarrolla con tres 
antecedentes principales, el primero ocurre en la década de los 
ochenta donde México financió parcialmente la deuda externa con 
la banca estadounidense; posteriormente, se instauró el programa 
de ajuste estructural ocurrido en la mitad de la misma década; por 
último, tras sentar las bases de estabilidad macroeconómica, 
ocurre la liberalización del comercio y la inversión extranjera directa 
(Bielma, 2006). 
 
El tercer antecedente, de liberalización del comercio y de la 
inversión extranjera directa, representa el cambio estructural más 
 
34 
 
relevante que sufre la economía mexicana, ya que, es la inserción 
de México en el proceso de división internacional de trabajo, que 
se institucionaliza con la firma del TLCAN en 1994, donde, las 
nuevas pautas económicas son la libre circulación de mercancías, 
servicios, derechos de propiedad intelectual y un régimen de 
libertad total de circulación de capitales, mismo que creará fuentes 
financiamiento mientras retará a la política cambiaria y monetaria a 
neutralizar los choques externos de demanda y oferta de bonos. 
 
El Tratado del Libre Comercio con América del Norte no puede 
clasificarse bajo la definición estricta de Balassa op. cit., debido a 
que este tratado no se ejecuta con economías con el mismo nivel 
de desarrollo. El TLCAN es un acuerdo internacional que libera los 
flujos comerciales y financieros de las economías partícipes, 
México, Estados Unidos y Canadá, cada una con distintos niveles 
de desarrollo. Para el mundo resultó novedoso al resultar en uno 
de los primeros esfuerzos por establecer relaciones entre países 
del norte y sur (Bielma, 2006). 
 
Cabe aclarar que la firma del TLCAN no fue el detonante de la 
cooperación bilateral entre México y Estados Unidos, en realidad, 
las relaciones comerciales y financieras entre ambas economías 
responden a una dinámica natural de los mercados. En el periodo 
previo a la entrada en vigor del TLCAN, 1985 a 1993, las 
 
35 
 
exportaciones totales mexicanas hacia América del Norte 
representaban el 72% y aún antes de la entrada al GATT, de 1980 
a 1984, más de la mitad de las exportaciones totales se dirigían 
hacia ésta misma región, donde, más de tres cuartas partes de las 
exportaciones correspondían específicamente a Estados Unidos 
para ambos periodos. Esto explica la pertinencia de crear un marco 
legal que facilitara el flujo económico entre México y Estados 
Unidos (Bielma, 2006). 
 
Estados Unidos ha sido el principal socio comercial de México 
desde la década de los treinta y, desde entonces, las exportaciones 
e importaciones hacia dicho país han representado más de tres 
cuartas partes del comercio exterior. Y en lo que refiere a la deuda 
pública y privada, también existe una notoria preferencia por la 
banca estadounidense. Por lo tanto, el hecho de que México 
firmara un acuerdo comercial preferencial con Estados Unidos 
antes que con cualquier otra economía responde a una dinámica 
histórica económica (Anyul, Moreno-Brid, & Nápoles, 2011). 
 
México tuvo otros intentos de acuerdos preferenciales, por ejemplo 
Plan Puebla Panamá (PPP), sin embargo, el acuerdo comercial con 
América del Norte representa el mayor avance en materia de 
integración ya que sustituyó el modelo de Industrialización por 
Sustitución de Importaciones (ISI) por un modelo que facilitó el 
 
36 
 
intercambio y permitió el desarrollo y crecimiento del sector 
exportador mexicano, prueba de ello es el saldo de la balanza 
comercial como se muestra en la siguiente gráfica (Anyul, Moreno-
Brid, & Nápoles, 2011). 
 
Gráfica 2. Saldo de la Balanza de Pagos Mexicana con Estados 
Unidos y Canadá. 
(Millones de dólares americanos) 
 
Fuente: Elaboración propia con datos del Banco de México. 
 
El Tratado de Libre Comercio con América del Norte, sin duda, 
marcó el parte aguas en la estructuraeconómica en México; si bien, 
es cierto que ha generado múltiples ventajas para contribuir al 
desarrollo, también es cierto que existen diversas áreas de 
oportunidad, por ejemplo, dentro del sector agropecuario la 
-2,000.0
0.0
2,000.0
4,000.0
6,000.0
8,000.0
10,000.0
12,000.0
14,000.0
1
9
9
3
1
9
9
4
1
9
9
5
1
9
9
6
1
9
9
7
1
9
9
8
1
9
9
9
2
0
0
0
2
0
0
1
2
0
0
2
2
0
0
3
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0
0
4
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0
0
5
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0
0
6
2
0
0
7
2
0
0
8
2
0
0
9
2
0
1
0
2
0
1
1
2
0
1
2
2
0
1
3
2
0
1
4
2
0
1
5
2
0
1
6
Estados Unidos Canadá
 
37 
 
producción de hortalizas y frutas destinadas a exportación mostró 
un gran dinamismo, sin embargo, sectores como la ganadería, la 
producción de granos y oleaginosas resultaron poco favorecidos 
del proceso (Gutiérrez, 2005). 
 
El sector manufacturero ha sido uno de más beneficiados del 
proceso de integración comercial, el crecimiento de las 
exportaciones respalda esta premisa; sin embargo, siendo uno de 
los sectores más dinámicos la derrama económica no es suficiente 
para contribuir al crecimiento económico, dado que los empleos 
generados son de baja remuneración y aportan bajo valor 
agregado; así al año 2000 la maquila mexicana importó $61,709 
millones de dólares mientras que consumió $1,900 millones de 
dólares en materia prima y componentes en el mercado nacional 
(Gutiérrez, 2005). 
 
Analizar a profundidad las ventajas y desventajas que representa 
el TLCAN para México implica desarrollar y retomar nuevas y ya 
existentes líneas de investigación. El objetivo del presente apartado 
es únicamente contextualizar el proceso de integración entre 
México y Estados Unidos, para así, definir la relevancia de analizar 
el tipo de cambio del peso mexicano contra el dólar 
estadounidense. 
 
 
38 
 
1.4 Efectos en la política económica tras la liberación financiera 
El año de 1989 representa el inicio de la liberalización financiera, 
con ella, la desregulación del crédito y las tasas de interés se 
vuelven una realidad que se complementa con una amplia apertura 
de la cuenta de capital dentro de la balanza de pagos, así como un 
mayor acceso a la inversión extranjera en los mercados financieros 
domésticos y a las sociedades anónimas no financieras. Otro 
complemento importante a la reforma de liberalización es el 
proceso de privatización de la banca y la definición de un marco 
legislativo más flexible con el ejercicio de la multibanca, las 
aseguradoras, los mercados de valores y otros conglomerados 
financieros (Martínez L. R.). 
 
Dentro de los factores que más nutrieron el proceso de 
liberalización financiera se observó la reducción del riesgo país, un 
alza en las tasas de interés compensatorias del riesgo cambiario 
con miras a una estabilización de precios y, por último, la caída de 
las tasas de interés en Estados Unidos y otros países 
industrializados. Tras lo anterior, México se colocó como unos de 
los destinos favoritos para la inversión extranjera desde finales de 
los ochenta, ya que, entre 1982 y 1992 el peso de la inversión 
extranjera en la balanza de pagos pasó de 1.5% a 7.1% respecto 
del PIB, de este monto el correspondiente a la inversión de cartera 
 
39 
 
fue de 15.5% para 1989 y creció hasta 52% para 1992 (Razú, 
1994). 
 
Las autoridades del sistema financiero mexicano sumaron 
esfuerzos para que la captación de inversiones internacionales 
directas e indirectas incrementaran potencialmente, una forma de 
estimular el dinamismo en este mercado fue la diversificación de 
las alternativas accionarias, por ejemplo, a raíz de la liberalización 
se permitía la colocación de acciones de sociedades anónimas 
mexicanas en el mercado estadounidense, además, adquisición 
por inversionistas extranjeros en el mercado de valores nacional, 
así como acceso de inversión extranjera a la tesorería nacional en 
el corto plazo, por medio de los instrumentos denominados 
Certificados de la Tesorería (CETES) y otros títulos públicos; 
igualmente, otros agentes económicos como empresas y bancos, 
también han tenido acceso al flujo de inversión extranjera por 
medio de bonos, valores comerciales y certificados de depósito 
(Held, 1994). 
 
El dinamismo del mercado financiero mexicano logró significativos 
avances entre 1989 y 1992. Por ejemplo, una creciente tendencia 
a disminuir la deuda pública, un acelerado crecimiento de la deuda 
privada de la banca comercial, una expansión del mercado privado 
no bancario y una saturación de inversión extranjera, 
 
40 
 
principalmente, de cartera. Así mismo, gracias al atractivo 
diferencial entre la tasa de interés doméstica y la tasa de interés 
extranjera, la banca captó 980 millones de dólares para 1989 y 
5,253 millones de dólares para 1991, robusteciendo la deuda 
externa, pero capitalizando a la economía (Razú, 1994). 
 
La reforma financiera de 1989 que dio lugar a los sucesos 
anteriormente expuestos, fue sólo el inicio de la inserción de 
México en el mercado financiero global. En dicha materia, el 
Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) ofertó 
un nuevo paquete de servicios financieros que servirían para 
fortalecer este proceso, además de profundizar la integración 
económica, especialmente con Estados Unidos. 
 
La presencia de las economías de América del Norte en México 
arrojó una serie de consecuencias que permitieron mejorar las 
condiciones de competencia en el sistema financiero, elevar la 
eficacia y reducir los márgenes. Estas implicaciones pueden 
dividirse en dos rubros, el primero es la facilidad de los residentes 
de los tres países de adquirir servicios financieros en los mercados 
del resto de los partícipes y, en segundo lugar, según lo estipulado 
en el marco legal del país donde residen, para las subsidiarias 
financieras extranjeras. Es decir, gracias a los acuerdos 
preferenciales entre América del Norte se eliminan las restricciones 
 
41 
 
a los flujos de capital extranjero, evitando la represión de los 
mercados de las regulaciones nacionales sobre instituciones 
financieras extranjeras procedentes de los países implicados 
(Boncheva, 2000). 
 
Lo convenido en el TLCAN en materia de liberalización financiera 
consistió en que la banca comercial, las casas de bolsa, las 
aseguradoras y financieras, es decir la multibanca, de las 
economías involucradas tuvieran libre acceso a los flujos en un 
periodo máximo de seis años, comenzando en el año de entrada 
en vigor, 1994. El proceso ocurrió respetando lo establecido ya que, 
a medida que avanzaban los años las restricciones al mercado se 
flexibilizaban, un ejemplo es el incremento de la participación 
extranjera en la banca comercial (Boncheva, 2000). 
 
Los intereses detrás de la liberalización financiera se debieron a la 
gran atracción del mercado mexicano, dado que las operaciones 
denominadas en pesos, en lugar de dólares, representaban una 
ventaja competitiva para Estados Unidos y Canadá ya que la 
comercialización del peso fuera del país no era aprobada 
legalmente. Así, tras la liberalización, se despertó el interés, sobre 
todo de empresas financieras estadounidenses, por crear fusiones 
y adquisiciones en el mercado doméstico, fomentando la entrada 
 
42 
 
de swaps y opciones al mercado financiero nacional (Boncheva, 
2000). 
 
Otros argumentos a favor de la banca estadounidense en México 
obedecen a la estructura poco competitiva e ineficiente de la banca 
comercial mexicana, la cual estaba altamente concentrada, ya que 
3 instituciones bancarias concentraban el 60% del mercado. La 
respuesta esperada era el incremento de la demanda por servicios 
bancarios y sobre todo expandirla hacia otras regiones del país que 
se encontraban rezagadas de la esfera financiera, por ello, dentro 
de lo convenido en el TLCAN, México permitió a las empresas 
financieras no bancarias establecer diferentes filialesen el país 
para ofrecer servicios de crédito al consumo, crédito comercial y 
préstamos hipotecarios como ejercicio de combate a la represión 
financiera y falta de competitividad (Boncheva, 2000). 
 
El TLCAN representa una nueva etapa en el sistema financiero 
mexicano detonado por la entrada de instituciones financieras 
extranjeras, donde el grueso son intermediarios no bancarios, que 
disfrutan de las nuevas flexibilidades del marco legal. Sin embargo, 
cabe mencionar que los objetivos del TLCAN no persiguieron 
irrumpir en el ejercicio de la banca central, ni aquellas en 
dependencias públicas que pudieran intervenir en la esfera 
financiera. Del mismo modo, no se incorpora el sistema de 
 
43 
 
seguridad social, pensiones o tareas de la banca de desarrollo 
(Boncheva, 2000). 
 
La liberalización financiera tuvo impactos monetarios, cambiarios y 
comerciales, ya que la entrada de capitales al país fomentó una 
política monetaria de esterilización en el mercado de divisas, para 
evitar un proceso inflacionario y una apreciación cambiaria abrupta, 
el consecuente incremento de la reserva internacional permitió 
financiar el déficit de la balanza de pagos en un 79%; la 
consecuencia más destacable es la apreciación cambiaria del 
17.6% ocurrida en 1992 (Razú, 1994). 
 
Los factores que fortalecieron la relación entre México y Estados 
Unidos y que responden incógnitas sobre la política económica 
mexicana actual son diversos aunque destaca, en primer término, 
la tendencia mundial por adoptar un patrón de desarrollo “hacia 
afuera” lo que influyó en la elección del modelo de política 
económica mexicana y, en segundo término, la crisis de la deuda 
que evidenció la necesidad por establecer la libertad financiera de 
los mercados y permitió que la economía nacional fuera auxiliada 
en el proceso de su cambio estructural. 
 
 
44 
 
Conclusión 
El presente capítulo tiene como objetivo principal analizar el 
contexto histórico de las relaciones políticas, económicas y, sobre 
todo, comerciales entre México y Estados Unidos. Tras desarrollar 
el antecedente, se expone la importancia que representa esta 
relación para México, así como, su impacto en las principales 
variables económicas como el tipo de cambio. 
 
 Las relaciones entre México y Estados Unidos se han gestado en 
un periodo anterior a la firma del Tratado de Libre Comercio de 
América del Norte, en ese sentido, no es pertinente afirmar que 
este fenómeno marcó la pauta para el ajuste estructural que sufrió 
la política económica mexicana. Si bien es cierto que la firma del 
Tratado es consecuencia de una tendencia mundial y de la 
necesidad de implementar un nuevo patrón de desarrollo, cabe 
aclarar que el Tratado explica, parcialmente, el rumbo de la política 
económica mexicana. 
 
En conclusión, la internacionalización del capital impulsó el proceso 
de globalización, y es a razón de este proceso que las economías 
encuentran la respuesta al desarrollo económico en la integración 
económica. La integración económica, como tendencia mundial, 
fomentó la firma de diversos Tratados Comerciales que impulsaron 
 
45 
 
las exportaciones y la inversión extranjera directa, profundizando la 
previa integración entre las economías. 
 
Así, fue como México y Estados Unidos, a partir de las olas 
internacionales de inversión extrajera directa e indirecta, y 
acrecentado el volumen de transacciones comerciales entre ambas 
economías, afianzaron su relación, formalizándola a través de un 
Tratado de Libre Comercio que vigilara los intereses de cada 
involucrado. Si bien, en la actualidad el Tratado no ha alcanzado 
totalmente las expectativas que descansaban sobre él, es 
irrefutable su relevancia y por lo tanto su estudio para México. 
 
En el siguiente capítulo, se expone el resultado de la inserción de 
México a la globalización y su impacto en materia monetaria y 
cambiaria, así mismo, sus canales de impacto y los objetivos que 
persigue, con el fin de establecer su relevancia para la sanidad 
macroeconómica. 
 
 
46 
 
2. Política monetaria y cambiaria en México: un 
acercamiento coyuntural y teórico 
El objetivo del presente capítulo es dar a conocer la relevancia de 
un sano ejercicio monetario y cambiario, así como, exponer los 
objetos que persiguen ambas políticas, si bien se mencionan 
algunos alcances y logros, cabe aclarar que la evaluación del 
ejercicio del Banxico no es objeto de estudio de la presente 
investigación, el capítulo busca únicamente contextualizar la 
determinación del nivel cambiario. 
 
Para lograr dicho objetivo se exponen las medidas de mitigación 
del Estado mexicano para aminorar los desequilibrios monetario, 
cambiario y externo, a través de dos principales secciones. En 
primer lugar, se hace un breve recorrido teórico sobre el ejercicio 
de la política monetaria, su relevancia y funcionamiento. Una vez 
sentadas las bases teóricas se expone la coyuntura nacional en la 
misma materia. Posteriormente, se presentan los retos a alcanzar 
del nuevo régimen cambiario, para después, describir las 
facultades cambiarias del Estado mexicano y los resultados que ha 
encontrado tal administración. 
 
2.1 Antecedente histórico 
En la sección anterior se exponen las causas internas y externas 
que derivaron en el actual modelo de política económica. El actual 
 
47 
 
régimen cambiario de libre flotación y el régimen monetario con 
objetivos de inflación encuentran su antecedente en la década de 
los noventa, en ambos se encontró resolución a los desequilibrios 
cambiario, externo y fiscal de la economía mexicana, necesarios 
para alcanzar niveles limitados de inflación y un tipo de cambio que 
contribuyeran a la competitividad de México en el exterior y al 
mismo tiempo subsanar los choques internacionales financieros; lo 
anterior, derivado del proceso de liberalización que sufrió el país en 
la década. 
Así el Estado mexicano, a cargo del Presidente Carlos Salinas de 
Gortari, había impuesto un modelo económico enfocado en 
incrementar la participación el sector externo y la estabilidad 
macroeconómica a través de la privatización, la desregulación y el 
control de la inflación; para 1995 los resultados eran una política 
económica que buscaba converger con los parámetros 
internacionales, sobre todo el nivel de la tasa de interés. Cabe 
mencionar que en la década las tasas internacionales no eran altas, 
por lo que la inversión extranjera, particularmente la de cartera, 
ingresó al mercado nacional otorgando liquidez (Leriche Guzmán & 
Martínez Pérez, 1997). 
La acumulación de ahorro externo permitió sostener el nivel 
cambiario nominal e impulsó a la política monetaria para alcanzar 
un nivel inflacionario aproximado de 7% entre 1990 y 1994; sin 
embargo, el tipo de cambio real se vio sobrevaluado impactando 
 
48 
 
severamente en la competitividad de precios en el exterior y, por 
tanto, en la balanza comercial. El déficit en cuenta corriente se 
financió a través de la recaudación de ahorro externo, del cual, gran 
parte fue inversión de cartera, por lo que, México era vulnerable 
ante la coyuntura internacional (Leriche Guzmán & Martínez Pérez, 
1997). 
Así, tras que el mercado internacional de divisas elevara el nivel de 
las tasas de interés, la inversión de cartera que otorgaba liquidez 
al Estado mexicano y que permitía mitigar los desequilibrios 
presentados migró en busca de un mayor rendimiento. Las 
consecuencias de esta pérdida de capital fueron un brusco ajuste 
del nivel cambiario y la necesidad de financiar el servicio de la 
deuda con el exterior. En cuanto al desequilibrio cambiario, se 
instrumentó un régimen de flotación con bandas, para así, otorgar 
margen de maniobra al Banco Central y evitar procesos 
inflacionarios (Leriche Guzmán & Martínez Pérez, 1997). 
El análisis precedente, revela la importanciay el impacto de la 
política monetaria y cambiaria en la actividad económica nacional. 
Es por ello que en las siguientes secciones se define y analiza a 
detalle tan importante tópico. 
2.2 Política monetaria 
La política monetaria de metas de inflación implementa en el Banco 
Central el compromiso de cumplir con un objetivo de tasa de 
 
49 
 
inflación previamente determinado, para ello, se apoya en un 
conjunto de instrumentos directos e indirectos. De igual modo, la 
política monetaria con metas de inflación está acompañada de un 
ancla nominal establecida por la inflación esperada, de la 
autonomía al banco central y del uso de las tasas de interés como 
el instrumento fundamental de dicha política (Galindo & Ros, 2006). 
Es importante mencionar que para el caso de economías 
emergentes, las presiones sobre la inflación por choques fiscales o 
externos son pobremente frenados por este régimen monetario, 
especialmente, en el caso de la regulación del nivel de tipo de 
cambio, dado que el cambio en el flujo de capital suele ser más 
brusco en mercados financieros poco desarrollados y en 
instituciones monetarias y financieras de poca credibilidad (Galindo 
& Ros, 2006). 
2.2.1 Importancia de la política monetaria 
Dentro de la teoría macroeconómica, el estudio de la política 
monetaria es uno de los pilares fundamentales para comprender el 
funcionamiento de los agregados macroeconómicos. La política 
monetaria se ejerce sobre el mercado de dinero, la dicotomía de 
éste se conforma por la oferta monetaria y la demanda de fondos, 
por lo que, las autoridades monetarias buscarán que el 
comportamiento de éstos converja hacia el equilibrio. Las acciones 
más concurridas por parte de las autoridades monetarias, dentro 
de este espacio, para intervenir en el volumen de la oferta 
 
50 
 
monetaria, son operaciones de mercado abierto, operaciones de 
redescuento y operaciones de cambio (Sachs & Larraín B., 1994). 
Las operaciones de mercado abierto se definen como la compra o 
venta de bonos en el mercado de dinero. La compra de bonos u 
otros activos financieros permitirá incrementar la liquidez en la 
oferta monetaria; análogamente, la venta de bonos reducirá el 
volumen de la base monetaria. Estas operaciones permiten al 
banco central predecir las externalidades dentro del mercado de 
dinero y crear una estrategia en materia monetaria para equilibrar 
el mercado y evitar desequilibrios en otras variables 
macroeconómicas. El buen funcionamiento de esta operación 
responde a la confianza de la población en las autoridades 
monetarias para controlar el nivel de precios. Esto no obliga a los 
empresarios a modificar el esquema de precios o salarios como 
mecanismo de prevención ante la inflación y futuras pérdidas 
(Sachs & Larraín B., 1994). 
Por otra parte, la ventanilla de descuento u operaciones de 
redescuento se define como el préstamo de la banca central al 
sector privado, principalmente a la banca comercial, a través de 
una tasa de interés determinada, conocida como tasa de 
descuento; la tasa de descuento no es el único mecanismo para 
inyectar liquidez por ventanilla, ya que, flexibilizar los requisitos 
para otorgar créditos también estimulará la demanda de fondos. 
Estas operaciones tienen dos objetivos, en primer lugar, ajustar las 
 
51 
 
reservas de efectivo que hagan sustento a los depósitos de los 
inversionistas en la banca privada y, en segundo término, obtener 
fondos para otorgar liquidez a futuros prestamistas, siempre que 
las condiciones del mercado lo permitan. Los préstamos de 
ventanilla otorgarán liquidez a la base monetaria, aunque, del 
mismo modo, se incrementan los pasivos del Banco Central (Sachs 
& Larraín B., 1994). 
Por último, las operaciones de cambio, mismas que se definen 
como la compra o venta de activos financieros denominados en 
divisas, también constituyen un método para controlar la base 
monetaria, dado que la conversión de divisas a moneda nacional y 
viceversa retira o incorpora liquidez doméstica; cabe resaltar que la 
base monetaria del exterior no es afectada por esta operación. Por 
lo tanto, la base monetaria incrementará siempre que el banco 
central demande divisas, y la base monetaria declinará cuando el 
banco central venda divisas (Sachs & Larraín B., 1994). 
La política monetaria se ejecuta y gestiona por medio del Banco 
Central cuyo objetivo es buscar la estabilidad del nivel general de 
precios para evitar procesos inflacionarios que pongan en riesgo el 
poder adquisitivo de la moneda nacional. Lo cierto es que, el Banco 
Central no tiene control absoluto sobre el nivel de precios, éste se 
determina por las fuerzas de la oferta y la demanda, por tanto, el 
Banco Central utiliza instrumentos como la tasa de interés o el 
volumen de la oferta monetaria para tener efectos sobre la 
 
52 
 
economía, así, las decisiones de política económica se basan en 
indicadores como el crecimiento del dinero o el nivel del tipo de 
cambio (Hoggarth, 1996). 
La incorporación del objetivo de inflación en la política monetaria 
obedece a la necesidad de crear mecanismos de prevención para 
impulsar el crecimiento económico y del empleo, el deterioro del 
ingreso real, la pérdida del poder adquisitivo y la poca planeación 
de individuos y empresas, y así, permitir que las tasas de interés 
reales y nominales disminuyan, moderará el traspaso de las 
perturbaciones del tipo de cambio a la inflación y sus expectativas, 
estimulará el sistema financiero tornándolo más flexible y eficaz, al 
mismo tiempo que, aumenta la disponibilidad de crédito a hogares 
y proyectos de inversión, y por último, incrementará los niveles de 
los agregados macro. Si todo lo anterior sucede, la asignación de 
recursos en la economía será eficiente logrando elevar el nivel de 
bienestar (Banxico, 2008). 
Las modificaciones que realiza el banco central en las tasas de 
interés afectarán directamente a la economía, sobre todo en el 
corto plazo; en mercados financieros poco sólidos se observa que 
la banca comercial es la única opción de crédito o recepción del 
ahorro, por lo que los movimientos de los préstamos bancarios y la 
tasa de interés de depósitos serán los principales mecanismos de 
transmisión de la política monetaria, es decir, tales productos 
 
53 
 
financieros serán los medios por los cuales, la banca central, podrá 
inyectar o retirar liquidez de la economía (Hoggarth, 1996). 
De manera general, existen dos mecanismos de establecer 
objetivos de política económica u objetivos de inflación, ello 
funciona como una guía para ejercer y planificar el programa de 
política monetaria dentro de una economía. El primero es basar la 
política económica en un objetivo intermedio, o de segundo plano, 
como el crecimiento del tipo de cambio o de un determinado 
agregado monetario, lo anterior se sustenta en la relación implícita 
que existe entre tales variables y la futura inflación. El segundo 
mecanismo, consiste en basar la política monetaria directamente 
en un objetivo final y explícito para controlar la inflación; de forma 
genérica se utiliza la inflación futura para tener presente el desfase 
de tiempo entre las modificaciones de política monetaria y el 
impacto en el nivel de inflación (Hoggarth, 1996). 
Por ejemplo, Banco de México define tres instrumentos de largo 
plazo y otros tantos de corto plazo para administrar la liquidez de 
la economía mexicana. Los instrumentos de largo plazo son la 
compra venta de títulos de deuda, los depósitos de regulación 
monetaria y la ventanilla de liquidez de largo plazo. Entre los 
instrumentos de corto plazo se encuentran: operaciones de 
mercado abierto, facilidad de crédito y depósito y ventanilla de 
liquidez de corto plazo (Banxico, 2009). 
 
54 
 
Las operaciones de compra-venta de títulos es uno de los 
instrumentos de regulación monetaria que permiten

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