Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE ECONOMÍA “ANÁLISIS DEL PROCESO INFLACIONARIO EN MÉXICO: REGRESIÓN LINEAL MÚLTIPLE 1995 - 2008” T E S I S PARA OBTENER EL TÍTULO DE LICENCIADO EN ECONOMÍA PRESENTA: RAÚL SALAZAR RÍOS ASESOR: LIC. ALEJANDRO GUERRERO FLORES Ciudad Universitaria, D.F., octubre de 2014. UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Agradecimientos Me gustaría que estas líneas sirvan para expresar mi más profundo y sincero agradecimiento a todas aquellas personas que con su ayuda colaboraron en la realización del presente trabajo. Al Dr. Emilio Caballero Urdiales (QEPD) por el interés y la confianza depositada en mí, para sacar avante este proyecto. También quiero agradecer al Lic. Alejandro Guerrero por asumir la responsabilidad y retomar la dirección de ésta investigación, por la orientación, seguimiento y supervisión de la misma. De igual manera, hacer extensa mi gratitud, con todo mi cariño y amor, para las personas que hicieron todo en la vida para que mis hermanos y yo lográramos nuestros sueños; por motivarnos a luchar cada día, apoyarnos y estar siempre para nosotros, a ustedes por siempre mi agradecimiento: Papá y Mamá. Un agradecimiento muy especial a ti por tu infinita paciencia y apoyo incondicional, a ti que preferiste sacrificar tú tiempo para que yo pudiera cumplir con el mío. Porque nunca me dejaste renunciar, por estar siempre a mi lado, porque con todas tus virtudes me enseñaste a ser mejor y, sobre todo, porque nunca dejaste de creer en mí, con orgullo puedo decir que ésta tesis lleva mucho de ti, Luu. A todos ellos muchas gracias I Introducción…………………………………………………………………………..……IV CAPÍTULO I. ESBOZO TEÓRICO INFLACIONARIO…………………………………..1 1.1 El planteamiento ortodoxo………………………………………………………….........5 El pensamiento de Hayek………………………………………………………………...5 El pensamiento de Friedman……………………………………………………………10 El modelo neoliberal…………………………………………………………………....14 Teoría cuantitativa………………………………………………………………….…..17 Escuela de Cambridge………………………………………………………………….18 Teoría monetarista……………………………………………………………………...20 1.2 El planteamiento heterodoxo…………………………………………….......................23 Teoría estructuralista…………………………………………………………………...23 El enfoque latinoamericano………………………………………………..…………...26 Inflación estructural…………………………………………………………….………28 Modelo escandinavo de la inflación……………………………………………………34 1.3 La inflación como resultado de la pugna distributiva…………………………………..39 La distribución del ingreso para David Ricardo………………………………………..39 La distribución del ingreso para Marx…………………………………………………..41 El modelo de Kalecki…………………………………………………………………...42 El modelo de Kaldor……………………………………………………………………47 El modelo post-keynesiano……………………………………………………………..50 CAPÍTULO II. LA DINÁMICA INFLACIONARIA EN MÉXICO: 1995-2008 …….....54 2.1 El entorno macroeconómico en México………………………………………………...57 Cambio estructural……………………………………………………………………...57 Sexenio de Miguel de la Madrid………………………………………………………..58 Sexenio de Carlos Salinas de Gortari…………………………………………………...62 2.2 Inmersos en el “nuevo” paradigma……………………………………………………..67 Administración Zedillista………………………………………………………………67 Administración Foxista…………………………………………………………….......70 II 2.3 Evidencia empírica de la inflación en México………………………………………......73 La política monetaria como instrumento para lograr la meta inflacionaria……………..79 CAPÍTULO III. EL PROCESO INFLACIONARIO EN MÉXICO: REGRESIÓN LINEAL MÚLTIPLE……………………..………………………………………82 3.1 Modelo estructural: Regresión lineal múltiple…………………………………….........85 Análisis y selección de variables……………………………………………………….85 Formalización del modelo……………………………………………………………..90 Evaluación práctica del modelo………………………………………………………..92 Conclusiones……………………………………………………………………………….97 Referencias……………………………………………………………………..………....100 Apéndice…………………………………………………………..…………...……...….105 Anexo Econométrico……………………………………….………………………..…....110 Estacionalidad y Orden de Integración……….……….………………………..…………111 Raíces Unitarias………………..…………………………………………………..……...112 Validación de supuestos………………………..…………………………………………115 Anexo Estadístico…………….……………………………………..…………………….125 III “No importan las equivocaciones ni las exageraciones. Lo que vale es el valor de pensar en voz alta, decir las cosas tal como se sienten en el momento en que se dicen. Ser lo suficientemente temerario para proclamar lo que uno cree que es la verdad… si fuera uno a esperar a tener la verdad absoluta en la mano, o sería uno un necio o se volvería uno mudo para siempre…” JOSÉ CLEMENTE OROZCO IV Desde la década de los años setenta, los gobiernos a nivel mundial comenzaron a ver la estabilidad de precios como una variable macroeconómica primordial; por ello promovieron la redirección de sus políticas para hacer frente a los desequilibrios que ésta producía en la economía. A partir de entonces, las distintas vertientes teóricas le dieron mayor importancia a las posibles causas que originan la inflación1, para de ese modo establecer nuevos lineamientos de política económica. La inflación implica, además, del alza generalizada de los precios de los bienes y servicios en la economía, la pérdida del poder adquisitivo, principalmente de la clase trabajadora, mermando el bienestar y originando repercusiones sociales. Derivando así en la importancia de llevar a cabo las políticas adecuadas por parte del Estado para ejercer un mayor control sobre el nivel de precios. En este sentido, dadas las múltiples repercusiones originadas por dicho fenómeno, el establecimiento de la meta inflacionaria como objetivo de la política económica busca contrarrestar o en su defecto aminorar el detrimento del nivel de vida de la sociedad en general. Los modelos teóricos convencionales sobre la dinámica inflacionaria, desarrollados para economías industrializadas, concluyen en que el alza generalizada de precios se debe exclusivamente al incremento de la oferta monetaria, el dinero en circulación en la economía. Por lo cual, el control de tal desajuste implica únicamente a la política monetaria y la capacidad de reacción del Banco Central ante las presiones de los agentes económicos. Sin embargo, este tipo de enfoques -de tipo monetarista-, en economías en vías de desarrollo o emergentes como actualmente se les conoce, resultan hasta cierto punto incompletas por el 1 Cabe mencionar que a lo largo del presente trabajo se usará de manera indiscriminada el término inflación como equivalente a proceso inflacionario. Sin embargo, ambos términos aluden a un mismo significado conceptual: fenómeno económico caracterizado por una pronta, generaliza y sostenida alza de precios. V hecho de dejar de lado las estructuras productivas propias de cada economía. Razón por la cual, es necesaria una revisión y reinterpretación alterna a estosmodelos, basada en supuestos más afines con la realidad económica. Supuestos que permitan una mejor comprensión del fenómeno inflacionario en una economía tardíamente industrializada como la mexicana. De manera similar, el proceso inflacionario puede ser explicado desde una perspectiva no monetaria. Modelos teóricos del tipo heterodoxo han propuesto que el desequilibrio en los precios se debe a factores provenientes de la economía real. Este planteamiento está dividido en dos ejes principales: el primero, se sustenta meramente en variables de tipo estructural; mientras que el segundo, establece que la inflación es el resultado de la discrepancia distributiva entre los diversos agentes económicos. La divergencia existente entre las diversas teorías que explican el fenómeno inflacionario ha variado según el contexto internacional, es decir, por la variabilidad de factores que originaron la necesidad de establecer nuevos elementos capaces de explicar, sustentar o complementar tal fenómeno. Otro aspecto a considerar es la estructura económica y social considerada como un todo. En este sentido, la dificultad radica en determinar las causas que generan esta alza general de precios. Razón por la cual diversos teóricos han propuesto diferentes explicaciones sobre el proceso inflacionario. Estas teorías explicativas son agrupadas en tres categorías: Por una parte, están las que consideran como explicación de la inflación un exceso de demanda agregada, o sea inflación por demanda; por otra parte, se encuentran aquellos que establecen a la oferta agregada como disparadora de dicho proceso, esto es lo que se denomina inflación de costos y finalmente, existe un grupo de teóricos que entienden la inflación como el resultado de rigideces sociales o desequilibrios en la economía real, esto es lo que se denomina inflación estructural. VI La teoría ortodoxa clásica desvalora, vía la supuesta estabilidad monetaria, los planteamientos alternativos, argumentando que las metas de inflación se han logrado materializar a través de la correcta y oportuna aplicación de la política monetaria como mecanismo de regulación. Sin embargo, la evidencia empírica en economías como la nuestra indica fehacientemente que la inflación depende no sólo de la cantidad de dinero en circulación. Esta discrepancia reside fundamentalmente en el esquema de competencia perfecta en que se basan los modelos convencionales, supuestos que no capturan la realidad predominante entre economías industrializadas y tardíamente industrializadas. Las diferencias productivas, tecnológicas y estructurales que existen entre ambas economías; aunado al desequilibrio externo, la dependencia y la capacidad de reacción de las autoridades, pueden explicar la inflación. Partiendo de la premisa de que el alza generalizada de precios vía distribución del ingreso engloba la conjugación tanto de variables monetarias como estructurales, la presente investigación versa sobre el proceso inflacionario en México a través de la vinculación teórica, por lo que discrepa de la consideración de que el proceso inflacionario es el mismo tanto en una economía desarrollada como en una economía en vías de desarrollo; donde factores asociados al mercado, tipo de contratos salariales y otros factores institucionales, la población, el desempleo y el subconsumo, ocupan un importante papel en la explicación y determinación del comportamiento del proceso inflacionario. El presente trabajo consta de tres capítulos. En el primero de ellos se lleva a cabo una revisión sobre los principales planteamientos de los distintos enfoques teóricos: el ortodoxo y el heterodoxo. Donde, por una parte, se estudian las teorías sobre la inflación como un mero fenómeno monetario; este enfoque concluye que la inflación al tener su origen en el incremento de la oferta monetaria, establece que puede ser controlada a través de la correcta aplicación de políticas de metas de inflación, con la política monetaria. Por otra parte, ante la incapacidad de explicar, satisfactoriamente, la dinámica inflacionaria en economías parcialmente industrializadas por parte de la teoría convencional, la teoría estructuralista de la inflación, que reconoce explícitamente las diferencias estructurales entre los países VII desarrollados y los países en vías de desarrollo, permite identificar la existencia de una brecha tecnológica, financiera y productiva entre el centro y la periferia, lo que a su vez permite la incorporación del estudio de la inflación como resultado de discrepancia distributiva. Finalmente, éste enfoque se basa en los principios de exogeneidad de los precios y participaciones de los agentes económicos. Modelos no convencionales que atribuyen al conflicto de intereses el alza generalizada de precios. En el segundo capítulo, se expone el entorno macroeconómico, específicamente el referente a la inflación durante el periodo de estudio 1995-2008. Enmarcando lo que fue la transición o cambio estructural, (periodo en el cual los lineamientos neoliberales son implementados en México) y la consolidación del “nuevo” paradigma. Dicho en otras palabras, se evidencia el comportamiento que presentó el nivel de precios a lo largo de trece años, pasando de Miguel de la Madrid a Vicente Fox. Posteriormente se muestra la evidencia empírica sobre la inflación en la economía doméstica, de donde se destacan las diversas variables de tipo no monetarias que determinan el nivel de precios. Investigaciones realizadas por diversos autores -entre ellos Gerardo Esquivel- donde se ratifica el carácter estructural de inflación. En el tercer capítulo, basado en la crítica postkeynesiana, inflación estructural y los aportes de la econometría, se presenta una propuesta teórica sobre el proceso inflacionario en México. La propuesta se basa en el planteamiento de la inflación vía participación del ingreso en donde, al contrario de lo planteado y esperado en economías desarrolladas, en una economía como la mexicana caracterizada por depreciaciones de la moneda local, baja competitividad para con el exterior, competencia imperfecta, dependiente productiva y financieramente, las presiones inflacionarias básicas así como los mecanismos de propagación estimulan el aumento generalizado de precios. En resumen, a través de mínimos cuadrados ordinarios, se lleva a cabo una regresión lineal múltiple con variables diferenciadas con la finalidad de validar si, efectivamente, la participación de los agentes económicos (los empresarios, los dueños de los bienes intermedios importados y los trabajadores) aunado al VIII tipo de cambio -presiones estructurales básicas o variables estructurales- y a la oferta monetaria -mecanismo de propagación- además de formar parte del proceso inflacionario, explican el aumento generalizado de precios. Finalmente, en la última parte, se presentan las conclusiones generales del trabajo, de igual manera, se incorpora un cuadro-resumen que contiene los diversos modelos afines con el propuesto para el análisis de la inflación en esta investigación, así como los cuadros, tablas y gráficos de los resultados obtenidos en dicha regresión mediante el software estadístico/econométrico Eviews 7 1 2 Uno de los tópicos de investigación más recurrentes y más antiguos del pensamiento económico han sido los precios y el impacto que pueden llegar a tener en la economía. Debido a la vinculación existente entre estos y los salarios, tipo de interés, crecimiento económico, inflación y el empleo, por mencionar algo, se han planteado diversos argumentos teóricos encaminados a analizar, interpretar y explicar particular y generalmente las posibles causas que originan tanto la formacióncomo la estabilidad de los mismos. El reconocimiento explícito de la inestabilidad del nivel de precios propició que gran parte de los gobiernos establecieran políticas económicas encaminadas a mantener bajo control esta variable macroeconómica ya que de lo contrario resultaría demasiado complicado alcanzar el resto de los objetivos nacionales. Sin embargo, es importante hacer notar que dentro de la literatura económica la inflación no era considerada como uno de los elementos fundamentales, debido a que hasta antes del surgimiento de la macroeconomía moderna que arranca con J.M. Keynes2 el principal problema económico era el desempleo. No es sino hasta la década de los setenta que la estabilidad de precios tomó gran relevancia para, prácticamente, todas las economías, ya que las fluctuaciones en algunos países occidentales la inflación aumentó considerablemente alcanzando -en casos particulares- hasta tres dígitos. Lo cual dio paso a la lucha antiinflacionista, donde la estabilidad de precios o control de la inflación se convirtió en uno de los objetivos primordiales de la política económica. Hacia finales de los años sesenta e inicios de los setenta, las políticas (keynesianas) que hasta entonces fueron consideradas como la clave del progreso -propiciando un largo periodo de crecimiento relativamente estable y desarrollo social- en la mayoría de los países industrializados, se pusieron en tela de juicio al considerar que eran éstas mismas las causantes de los desequilibrios, crisis y recesiones del ahora mundo desarrollado. 2 Para mayor referencia consultar “Teoría general sobre la ocupación, el interés y el dinero”. 3 A partir de ese momento, las “nuevas” estrategias económicas apuntaban hacia el desmantelamiento del Estado benefactor, con lo cual, el regreso al libre mercado se tornaba cada vez más inminente. Equilibrio presupuestal, crecimiento y estabilidad económica a través de austeridad, disciplina monetaria, desregularización y privatización. En una palabra, neoliberalismo. Basta con revisar cualquier texto académico de macroeconomía para darnos cuenta que tanto las definiciones como las clasificaciones y por supuesto los teóricos disciernen en cuanto a los factores o posibles causas generadoras de inflación en una economía, i.e.,3 la inflación puede ser concebida, explicada y confrontada desde diferente ángulo, ya que esta puede llegar a presentarse a partir de un desajuste proveniente ya sea de la demanda o de la oferta o incluso puede ser el resultado de factores estructurales4 propios de la economía. En resumen, se puede decir que la mayor dificultad, para analizar lo que conlleva el proceso inflacionario radica en determinar las causas que generan esta alza general de precios. Existen teorías alternativas referentes al proceso inflacionario que establecen que este fenómeno no es más que el resultado de la inequitativa distribución del ingreso. Esta corriente teórica considera que la inflación emana del desequilibrio entre la oferta y demanda agregada; la pugna distributiva de los distintos agentes económicos; la población y el desempleo. Asimismo, para esta corriente alternativa los postulados clásicos de la competencia perfecta no encajan en el comportamiento de los precios, por ello, no sólo hacen a un lado estos supuestos sino que establecen que es en gran medida el poder de mercado, los costos y el poder sindical los que determinan el nivel de precios. 3 i.e., del latín id est, “es decir”. 4 Por ahora, entiéndase como desequilibrios de carácter real o rigideces sociales existentes en la economía tales como: la participación de los diferentes agentes y/o sectores económicos en el ingreso, así como las diferencias de productividad entre estos; el grado de monopolio y la interdepencia prevaleciente en la economía. 4 Monteverde afirma que la inflación como resultado del desequilibrio económico tiende a afectar principalmente a las clases y capas de la población más vulnerable, a los obreros, empleados, artesanos, profesionistas, pequeños productores y pensionados ya que por la naturaleza en que perciben sus ingresos, estos siempre quedan por debajo del aumento promedio de los precios (Monteverde, 1984). En este capítulo, se lleva a cabo una revisión sobre los principales planteamientos de los distintos enfoques teóricos: el ortodoxo y el heterodoxo. Donde, por una parte, se estudian las teorías sobre la inflación como un mero fenómeno monetario; este enfoque concluye que la inflación al tener su origen en el incremento de la oferta monetaria, establece que puede ser controlada a través de la correcta aplicación de políticas de metas de inflación, con la política monetaria. Por otra parte, ante la incapacidad de explicar, satisfactoriamente, la dinámica inflacionaria en economías parcialmente industrializadas por parte de la teoría convencional, la teoría estructuralista de la inflación, que reconoce explícitamente las diferencias estructurales entre los países desarrollados y los países en vías de desarrollo, permite identificar la existencia de una brecha tecnológica, financiera y productiva entre el centro y la periferia, lo que a su vez permite la incorporación del estudio de la inflación como resultado de discrepancia distributiva. Finalmente, este enfoque se basa en los principios de los precios y participaciones, así como en los salarios. Modelos no convencionales que atribuyen al conflicto de intereses el alza generalizada de precios. 5 1.1 EL PLANTEAMIENTO ORTODOXO EL PENSAMIENTO DE HAYEK El pensamiento económico y político del profesor Friedrich A. Von Hayek se ha considerado como el principal fundamento ideológico neoliberal. Las tesis planteadas en su obra el camino de la servidumbre (The Road of Serfdom) rápidamente retumbaron en gran parte de las economías industrializadas, ya que el mensaje era claro: regresar al libre mercado. En opinión de Guillen: En dicho libro, el mensaje hayekiano era claro: es necesario regresar al sendero abandonado, no hay que olvidar que la evolución social en general tiende a liberar al individuo de los lazos tradicionales y de la obligaciones que le impiden su actividad cotidiana […] -decía Hayek- No se puede reemplazar el mecanismo impersonal y anónimo del mercado por una dirección colectiva y “conciente” de todas las fuerzas sociales con el fin de llegar a objetivos predeterminados. Los hombres deben dejar de reglamentar el conjunto de la vida social. Nadie está en contra de los ideales de justicia social, igualdad y seguridad […] La planificación y el intervencionismo resultan ser métodos inferiores de coordinación de esfuerzos humanos frente al sistema de precios en un régimen de competencia (Guillen, 1997, p. 14). Cabe mencionar que, para Hayek no significaba adoptar un laisser-faire5 dogmático ya que consideraba inverosímil un sistema racionalmente operativo sin presencia del Estado. Un sistema competitivo eficaz, necesariamente, requiere una armadura jurídica inteligentemente concebida y constantemente aceptada. “El estado debe limitarse a establecer 5 Expresión francesa utilizada en la doctrina económica basada en la necesidad de una acción individual libre. Inspirada en la frase de Vincent de Gour-nay “laisser faire, laisser passer, le monde va de lui me-me” (Dejad hacer, dejad pasar, el mundo funciona por sí mismo). 6 reglas adaptadas a las condiciones generales, a las situaciones tipo, y debe garantizarle al individuo la libertad de acción en circunstancias específicas” (Hayek, 1943). De igual manera, Hayek acepta que elEstado tiene la responsabilidad de proveer ayuda en caso de desastres naturales, a los cuales los individuos se encuentran totalmente maniatados. Se trata, entonces, de discernir entre el Estado planificador y el Estado providencia. Para ello en la siguiente tabla se sintetizan los fundamentos de Hayek expuestos en The Road of Serfdom. Tabla 1. Fundamentos de Hayek Exclusión del control de precios y cantidades Es necesario que el Estado deje de controlar los precios y la cantidad de mercancías producidas, porque el control le quita poder a la competencia; por tanto, las variaciones de precios dejan de registrar las modificaciones circunstanciales y dejan de proveer información para el libre actuar del individuo. La erradicación de sindicatos Es fundamental el libre acceso a cualquier empleo para todas las personas y bajo las mismas condiciones. La ley debe prohibir cualquier tipo de restricción al derecho al trabajo en una industria determinada. Formación de monopolios privados Es necesario impedir, a toda costa, que éstos caigan en manos del Estado. De lo contrario, el control exclusivo de una industria específica por parte del Estado constituye uno de los poderes más absolutos, es preferible que estos se encuentren en manos de la iniciativa privada. El comercio exterior como tiranía del Estado Es necesario evitar el control del comercio exterior para “salvar” a los individuos de la tiranía del Estado. De tal manera que es preciso, delimitar bien la acción del Estado, ya que, mientras más se le permite intervenir tiende a asegurar ventajas particulares a ciertas categorías de ciudadanos; la extensión del papel del Estado desvaloriza las soluciones contractuales y descentralizadas. Se centra así en un círculo vicioso: mientras más interviene más se le solicita hacerlo. 7 La intervención El orden del mercado es inaceptable, ya que los mandatos sistemáticos que prescriben acciones específicas a unos u otros miembros del orden espontáneo no podrá nunca mejorar este orden, sino que, muy al contrario, lo van a perjudicar. La razón es que estos mandatos se referirán a un segmento de un sistema de acciones independientes, acciones determinadas por informaciones y guiadas por objetivos que sólo son conocidos por los múltiples actores interesados. Informaciones y objetivos de los cuales la autoridad interventora no sabe nada. El orden espontáneo Es generado por el hecho de que cada elemento opera el equilibramiento de todos los factores que actúan sobre él y porque el orden mismo ajusta entre ellas todas las operaciones; un equilibrio tal se destruye si algunas de estas operaciones están determinadas por cualquier otra fuente de decisión, con base en otras informaciones y al servicio de objetivos diferentes. Fuente: Elaboración propia, con base en la información expuesta en “La contrarrevolución neoliberal en México” de Guillen Romo, Héctor. 1997. Una vez expuesto lo anterior, es necesario mencionar que no fue hasta obras posteriores -Law, Legislation and Liberty y The Fatal Conceit,- que Hayek expone su teoría totalmente acabada acerca del mercado y de la acción del gobierno. Para Hayek, la economía debe seguir su ritmo natural, la espontaneidad; para ello es necesario dejar de lado el constructivismo. Hayek concibe al mercado como un juego creador de riquezas, el cual está conformado por un flujo continuo de bienes y oportunidades para todos los participantes que intervienen. De igual manera, los precios son de suma importancia, ya que a través de estos es posible asimilar la información que arroja el mercado, en este sentido, aportará determinada información a cada jugador. Por tal motivo, para Hayek, el sistema de precios es un mecanismo de comunicación de informaciones. 8 El punto de partida de la discusión referente al papel del Estado surge del hecho de que, no necesariamente, porque algunos servicios deban ser financiados mediante el impuesto, implica que estos servicios deban ser suministrados por éste. De manera tal que en una sociedad evolucionada, el gobierno debería emplear su poder fiscal para garantizar una cierta cantidad de servicios que por algunas razones no pueden ser suministrados por el mercado de manera eficiente. En el mismo sentido, un monopolio privado -para Hayek- no es más que el resultado de una mayor capacidad o la cualidad de poseer un factor de producción mayormente apropiado para un producto dado y como tal tiene que ser respetado. Guillen así lo confirma al exponer lo que para Hayek representa el monopolio: El derecho a decidir sobre la calidad o el precio de un producto, al nivel más rentable para el propietario de un recurso raro empleado en la producción, se deriva del derecho de propiedad sobre los bienes y no puede ser eliminado sin atentar contra la institución de la propiedad privada. No existen argumentos legales, ni justificaciones morales, para impedir que un monopolista obtenga el beneficio del monopolio como resultado de que la producción sea manejada de la manera más eficiente. No se puede pretender que un monopolio tenga la obligación moral de vender barato su producto, ganando únicamente un “beneficio normal”; del mismo modo que no podemos obligar a nadie a trabajar hasta el límite de sus fuerzas, ni vender algo valioso con una ganancia modesta (Guillen, 1997, p. 37). De acuerdo a lo anterior, el problema en sí no es el monopolio sino la supresión de la competencia, i.e., el monopolio no es otra cosa sino el resultado de la producción eficiente y maximizadora “el mejoramiento competitivo de las técnicas de producción” proveniente del libre mercado. En lo que respecta a los sindicatos, la postura de Hayek se hace evidente al mencionar lo siguiente: “lo que es moralmente reprobable no es el monopolio, sino la supresión de la competencia, conduzca o no a un monopolio”. La competencia debe estar presente en todo 9 lo que conlleva el mercado; por tanto, el trabajo no es una excepción. Para Hayek, lo grave, insiste, no está en el monopolio sino en el egoísmo de los grupos organizados, ya que debido al poder político que llegan a poseer impiden la competencia e incluso, en cierta medida, regulan el mercado a su favor. Finalmente, es importante mencionar que la principal diferencia entre la economía clásica tradicional y su teoría neoclásica radica en la noción de información completa, ya que es ahí justamente donde encuentra la principal falla del paradigma clásico tradicional. En otras palabras, Hayek no da crédito a la hipótesis de que el hombre posee el conocimiento necesario para saber las consecuencias futuras. Para Hayek, las decisiones de los participantes o agentes económicos que intervienen en el mercado se basan en la incertidumbre, razón por la cual, el equilibrio general no es estático. En palabras de Guillen: Desde el momento en que las acciones de los individuos se sitúan dentro de un universo de tiempo real, marcado por una incertidumbre radical, estas acciones tienen pocas oportunidades de ser coordinadas […] De esto se deriva que Hayek deje de concebir el mercado como un estado abstracto definido por un universo estático de relaciones individuales y lo sustituya por una representación dinámica fundada en la idea de proceso dirigido mediante los esfuerzos de los individuos para corregir sus errores y para coordinar sus decisiones […] Lo que cuenta no es tanto el equilibrio como la tendencia al equilibrio (Guillen, 1997, p. 42). El mercado, desde esta perspectiva, es el mecanismo de regulación más eficiente: primero, porque rige las relaciones entre individuos sin que haya entre ellos una relación de subordinación; segundo, porque establece un tipo de organización y toma de decisiones muy alejado de todaforma de autoridad y tercero, porque tiende a ajustarse de manera automática. 10 EL PENSAMIENTO DE FRIEDMAN Para Milton Friedman existen sólo dos maneras de coordinar la actividad económica: La planificación centralizada y el mercado. Sin embargo, el fundador de la escuela monetarista establece que ambas maneras producen diferentes resultados; unos más satisfactorios que otros. En este sentido, la planificación centralizada implica el uso de la coerción, mientras que el mercado se basa en la cooperación voluntaria de los individuos. Bajo la tesis de que el mercado libre de intervención por parte del Estado permite que la economía funcione más eficiente, Friedman retoma la idea clave que Adam Smith plasmó en su obra “La riqueza de las naciones” doscientos años antes: si un intercambio entre dos partes es voluntario, no se llevará a cabo a menos que ambas partes crean que dicho intercambio les beneficiará. Esta idea clave es relativamente sencilla entre dos individuos, un simple intercambio. Sin embargo, resulta mucho más difícil comprender la inclusión de un número ilimitado de personas, que puedan o no vivir en el mismo lugar, a cooperar para promover sus respectivos intereses. En este sentido es el intercambio lo que permite que las personas dispersas por todo el mundo cooperen entre sí, pero son los precios los que permiten tal intercambio aun cuando sólo busquen su propio interés. Así lo ratifica Friedman estableciendo lo siguiente: El sistema de precios es el mecanismo que desempeña esta misión sin necesidad de una dirección centralizada, sin obligar a las personas a hablar entre sí o a que se gusten mutuamente […] El sistema de precios funciona tan bien, con tanta eficacia, que la mayoría de las veces no nos enteramos de ello. No nos percatamos de lo bien que funciona hasta que se estropea, e incluso entonces nos cuesta reconocer el origen del problema (Friedman, 1980, p. 31). 11 La importancia de los precios radica en las tres funciones que desempeñan en la actividad económica: transmiten información; modifican los métodos de producción y determinan el reparto del ingreso, actividades que están íntimamente relacionadas. Bajo estas premisas, el Estado debe limitarse a proteger a los individuos frente a las presiones tanto internas como externas, ya que sin esa protección, los individuos no tendrían la libertad de elegir. Según, Friedman, una sociedad libre desata las energías y capacidades de las personas en busca de sus propios objetivos. Para el premio Nobel de economía existen dos principios que, sobre todas las cosas, deben prevalecer -como rectores- para el buen funcionamiento de la economía: igualdad y libertad. Aunque cabe aclarar que ambos conceptos, los atribuye como cualidades que, exclusivamente, sólo el mercado libre de intervención es capaz de proveer. Para muestra un botón: Nada más lejos de la verdad. Dondequiera que se ha dejado funcionar al mercado libre, en todos los lugares en que ha existido cierta igualdad de oportunidades, el hombre de la calle ha sido capaz de llegar a niveles de vida antes impensables. En ningún sitio es más grande el abismo entre el rico y el pobre, en ningún lugar es más rico el rico y más pobre el pobre que en las sociedades que no permiten el funcionamiento del mercado libre (Friedman, 1980, pp. 206 y 207). Aunque advierte que anteponer la libertad sobre la igualdad y viceversa, no sólo acarreará desfavorables resultados sino que además -la sociedad como el mercado- acabará sin una y sin otra. Usar la fuerza para instaurar la igualdad significaría poner fin a la libertad; de la misma manera, la fuerza introducida con buenas intenciones, acabará concentrada en manos equivocadas terminando así con la igualdad. En lo que respecta al mercado, Friedman establece que la competencia de mercado, si se le deja funcionar, protege al consumidor mucho mejor que la alternativa ofrecida por los mecanismos gubernamentales. Mientras que los monopolios se presentan cuando un 12 individuo o una empresa controla un producto, método de producción o un servicio en particular y determina bajo qué condiciones el resto de los individuos tendrán acceso a tal o cual producto o servicio. El monopolio se debe a tres principales fuentes: colusión privada, consideraciones técnicas y asistencia directa o indirecta de los poderes públicos. En cuanto a la colusión, establece que no deja de renovarse, sin embargo, es generalmente inestable y de poca duración, a menos que sus participantes puedan obtener ayuda de los poderes públicos. Para las consideraciones técnicas se refiere a aquella situación en la que es más eficiente o económico mantener una sola empresa en lugar de varias. Respecto a la asistencia directa o indirecta, considera que es la fuente más importante de poder monopolista, se trata de medidas tomadas con otros fines, pero que tienen como efecto imponer límites a los competidores potenciales de las empresas existentes6. Este último punto es de suma importancia ya que es precisamente, con la asistencia de los poderes públicos –como afirma Friedman- que emerge otro de los graves problemas que aquejan a la economía: el poder sindical. Los sindicatos, juegan un papel significativo y considerable al modificar el mercado, no sólo por el lado de los salarios sino también por el lado del desempleo. Generalmente, quienes los dirigen, en el hecho de verse aventajado por encima del gremio, con el argumento de mayores salarios tienden a sacrificar los beneficios colectivos. En palabras del profesor de Chicago: Un sindicato que tiene éxito reduce el número de empleos que se ofrecen en el sector que controla. Consecuentemente, algunas personas a quienes les gustaría obtener un puesto de ese tipo con salario sindical no pueden encontrar empleo. Estas personas están obligadas a buscar por otro lado. Un crecimiento de la mano de obra disponible en los otros sectores desemboca en una baja de los salarios en esos sectores. La sindicalización universal no modificaría en nada la situación, significaría quizás 6 Para mayor referencia, consultar a Guillen Romo, “La contrarrevolución neoliberal en México”. 13 salarios más altos para personas que encontraran trabajo y mayor desempleo para las demás (Guillen, 1997, p. 54). Los sindicatos se han consolidado a tal grado que llegan a ejercer cierta presión o incluso formar parte del gobierno, obteniendo así privilegios e inmunidades especiales que benefician a algunos de sus miembros a costa de los trabajadores. Bajo estas circunstancias - establece Friedman- es necesario eliminar primero las disposiciones que aportan un apoyo directo o indirecto a cualquier tipo de monopolio y luego aplicar la ley antitrust tanto en el mundo de los negocios como en el del trabajo. En este argumento, sale a relucir, una vez más, el eje medular de los postulados neoclásicos de Friedman: la libertad de elegir. De manera tal que los sindicatos al igual que el Estado no tiene lugar en la economía, ya que en lugar de contribuir con el crecimiento de ésta y buscar el bienestar colectivo, sólo representan trabas para el libre mercado que como dice Friedman, el mercado es el único mecanismo que además de cuidar a los agentes económicos, por si fuera poco, también brinda igualdad y libertad para todos y cada uno de los individuos en cualquier parte que se permita actuar libremente. Es así como se proclama que la protección real tanto de los trabajadores como de los consumidores proviene de la competencia. Aunque algunas veces pueda ser fuerte y otras tantas débil, siempre genera oportunidades, i.e., al existir un gran número de empresarios - sin la presencia de sindicatos- estos tendrán, necesariamente,que cuidar a sus trabajadores ya que de lo contrario pueden elegir o no seguir trabajando donde mismo; con lo cual el desempleo se reduciría y se verían mayormente beneficiados. Mientras que el consumidor, por otro lado, está protegido de un vendedor en la medida en que el número de vendedores aumente ya que el consumidor es libre de decidir donde adquirir el bien o servicio ya sea por precios o calidad. 14 Milton y Rose Friedman terminan su defensa en favor de una sociedad libre impugnando lo que consideran imposición por parte del Estado, argumentando que el deber que tiene éste es el de informar. Proporcionar al individuo todo lo necesario para que sea él mismo quien decida, el que tome y asuma los riesgos, el que tenga la libertad de elegir. En otras palabras, que sea el individuo libre de morir (de querer hacerlo) por su propia decisión (irresponsabilidad). Es clara la postura que tiene Friedman por el mercado, no sólo al pretender que el Estado no intervenga en la economía; específicamente, que no establezca ningún tipo de regulación en este, sino también por su exhaustiva búsqueda de igualdad y libertad que desde su perspectiva, primeramente, se le tiene que dotar al mercado para, posteriormente, la sociedad se vea beneficiada de la misma manera -igualdad de condiciones y la libertad de elegir-. EL MODELO NEOLIBERAL El neoliberalismo económico es una corriente de pensamiento de corte clásico basado en el liberalismo de Adam Smith, el cual expuso en su mayor obra “La riqueza de las naciones” algunos principios de libertad de los que destacan: a) el liberalismo individual; b) la propiedad privada y c) la iniciativa de las empresas. Adam Smith decía que cada capitalista al buscar su propio beneficio buscaba el de los demás, por lo que no se requería de la intervención del Estado en la economía. Pensaba que la economía estaba regida por una “mano invisible”, es decir, tenía un orden natural, por lo cual el Estado lo que debía hacer era no intervenir en asuntos económicos. Asimismo, afirmaba que las actividades del Estado debían reducirse al mínimo y su política propiciar el laisser faire, laisser passer (Méndez, 1998). 15 Continuando por la misma línea, encontramos que el liberalismo económico encuentra en la intervención del Estado ciertas restricciones económicas que tienden a contraponerse con el laisser faire, por tanto, Smith estableció que este debería limitarse a: i) Proteger a cada miembro de la sociedad a través de una autentica administración de justicia; ii) mantener las instituciones públicas; iii) llevar a cabo obras de infraestructura sin fin de lucro y iv) salvaguardar al país de cualquier agresión externa7. Es importante mencionar que el modelo neoliberal surge como antagonista al keynesianismo. Modelo que se consolida al refutar las ideas de Adam Smith recomendando que -considerando la crisis capitalista de 1929 y sus efectos a nivel mundial- el Estado tiene que intervenir en la economía. John Maynard Keynes estableció que para corregir el rumbo fomentando la inversión, incrementando tanto la demanda como el empleo y por consiguiente la producción, necesariamente, el Estado debe sobreponerse al mercado y marcar el rumbo coordinando la actividad económica. Sin embargo, en la década de los años sesenta el keynesianismo es severamente cuestionado por varios autores (entre ellos Milton Friedman y Friedrich A. Von Hayek) quienes afirmaron que la intervención del Estado en la economía sólo tiene efectos negativos, no sólo para la economía en general sino para el propio individuo en particular. El principal planteamiento que exponían y defendían los simpatizantes de la corriente neoliberal era que: ante los excesos y malos manejos de los recursos por parte del Estado el mercado es el único mecanismo que garantiza la mejor asignación de recursos, protección, eficiencia, crecimiento y oportunidades para todos y cada uno de los individuos y no sólo para algunos como lo hace el Estado. Por lo tanto, se debe pregonar con el libre mercado, libre de cualquier tipo de restricciones estatales. Esta “nueva” corriente de pensamiento económico se fortalece en la 7 Para mayor referencia, consultar Méndez 1998. 16 década de los años ochenta, pero es con la crisis financiera de fines de los años noventa que alcanza la cúspide con la aceptación, divulgación e imposición de Margaret Tatcher y Ronald Reagan en Inglaterra y Estados Unidos respectivamente. Por su parte, Ávila establece que: En un periodo así de difícil, en el cual los países desarrollados luchaban por mantener su participación en el mercado mundial, a veces reubicando la producción, pero sobre todo mediante especulaciones financieras; iniciaron una ofensiva para rescatar las ganancias obtenidas por las economías emergentes y en desarrollo, principalmente de América Latina, a través de lo que se llamó “neoliberalismo”. Esta ofensiva la encabezaron el Partido Conservador Británico y el Partido Republicano estadounidense, que de ser organizaciones de keynesianos moderados hasta los setenta, se transformaron en creyentes feroces en las panaceas de Milton Friedman, promotor del monetarismo y neoliberalismo (Ávila, 2006, p. 480). Margaret Thatcher como primera ministra británica y Ronald Reagan como presidente de los Estados Unidos aplicaron y exportaron lo que institucionalizaron a través de los organismos financieros internacionales -Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial (BM)- como política económica al resto del mundo. Así 1982 marca el inicio de la instrumentación del nuevo modelo o paradigma económico, denominado Neoliberalismo. Considerando que el discurso neoliberal consiste en lograr el uso más racional de los recursos naturales, humanos y financieros de los países endeudados, a fin de asegurar el pago de sus deudas externas, es importante mencionar que algunos de los planteamientos teóricos que sustentan el modelo neoliberal provienen de F. Hayek y M. Friedman, los cuales se pueden sintetizar en: el principio de las tres “d” (desprotección, desregularización y desestatización). 17 TEORÍA CUANTITATIVA Las teorías de la inflación que atribuyen el alza de precios a un exceso de dinero en la economía tienen su origen en la teoría cuantitativa del dinero, específicamente, en la ecuación de transacciones o ecuación de Fisher. La cual establece la relación macroeconómica entre la oferta monetaria y el nivel general de precios; en esta teoría se sustenta que un cambio en la cantidad de dinero genera un efecto proporcional en el nivel de precios, debido a que tanto la velocidad con la que circula el dinero como el producto o ingreso permanecen constantes en el corto plazo. Al respecto, Frisch establece lo siguiente: Dado que a cada compra le corresponde una venta, el valor de todas las ventas (el volumen de transacciones por el precio medio) ha de ser necesariamente igual al valor de todas las compras. Estas últimas deben ser iguales a su vez a la cantidad existente de dinero por la frecuencia “media” con la que éste cambia de manos […] Sin embargo, la velocidad del dinero viene determinada por acontecimientos de carácter institucional en el sector monetario y que, a corto plazo, permanece constante (𝑉 = �̅�). También se puede suponer que el sector real determina el volumen de transacciones y este último viene fijado a un nivel predeterminado (𝑇 = �̅�) (Frisch, 1988, p. 246). Bajo estos supuestos, se deduce que la ecuación de transacciones determina el nivel general de precios, lo que se puede apreciar en la siguiente ecuación: P ∗ T = M ∗ V(1.1) Donde P: Nivel de precios T: Volumen real de transacciones 18 M: Oferta monetaria V: Velocidad del dinero Como estableció Fisher, tanto el volumen de transacciones8(T) como la velocidad de circulación del dinero (V) permanecen constantes en el corto plazo y no dependen de las variaciones de la oferta monetaria (M). En la ecuación (1.1) se vislumbra que los precios dependen directamente de la cantidad de dinero en circulación, ( �̅� �̅� ) es una constante y las variaciones en el volumen de transacciones tienen un efecto inverso en el nivel de precios, i.e., en términos de P: P = ( V̅ T̅ ) M (1.2) Fisher considera al dinero exclusivamente como un medio de pago; suponía que su velocidad de circulación era estable. En cuanto al volumen de transacciones, supone, está condicionado a la disponibilidad de los recursos y por lo tanto independiente de M, de V y de P. Bajo estos supuestos un incremento en M habría de producir un aumento proporcional en P. ESCUELA DE CAMBRIDGE En contraste con el planteamiento de Fisher, la escuela de Cambridge utiliza un enfoque microeconómico. Señalando que el público desea mantener una proporción entre 0 y 1 de su renta nominal en forma de saldos monetarios, denominada k. Dicho de otra manera, 8 Frecuentemente en diversos textos económicos el volumen real de transacciones “V” se sustituye por “Y” el producto nacional neto real. De manera que la ecuación de transacciones de Fisher es análoga a PY=MV. 19 el agente económico mantendrá constante, al menos a corto plazo, la relación entre su riqueza, su volumen de transacciones y su renta. En este sentido, MD = 𝑘YP (1.3) Donde MD: 𝐷𝑒𝑚𝑎𝑛𝑑𝑎 𝑑𝑒 𝑑𝑖𝑛𝑒𝑟𝑜 𝑘: 𝐶𝑜𝑒𝑓𝑖𝑐𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑑𝑒𝑠𝑒𝑎𝑑𝑜 𝑑𝑒 𝑠𝑎𝑙𝑑𝑜 𝑒𝑓𝑒𝑐𝑡𝑖𝑣𝑜 Y: 𝑃𝑟𝑜𝑑𝑢𝑐𝑡𝑜 𝑛𝑎𝑐𝑖𝑜𝑛𝑎𝑙 P: 𝑁𝑖𝑣𝑒𝑙 𝑔𝑒𝑛𝑒𝑟𝑎𝑙 𝑑𝑒 𝑝𝑟𝑒𝑐𝑖𝑜𝑠 Suponiendo que el mercado monetario se encuentra en equilibrio (M𝐷 = M𝑆 = M), entonces se obtiene una ecuación similar a la propuesta por Fisher: P = M 𝑘Y (1.4) Cabe mencionar que ambas ecuaciones se formularon bajo los supuestos clásicos de competencia perfecta9, lo que implicaría un pleno uso de los factores productivos. Bajo el supuesto de que la velocidad del dinero es constante, la tasa de crecimiento de la oferta monetaria es igual a la suma de la tasa de crecimiento del producto nacional real x y la tasa de inflación π (Frisch, 1988). 9 Los supuestos clásicos de competencia perfecta establecen que en el mercado existe un gran número de oferentes y demandantes los cuales no pueden intervenir en la modificación de precios en forma individual, son tomadores de precios; el precio de equilibrio se determina cuando la cantidad ofrecida es igual a la cantidad demandada; las empresas se comportan como rivales, como auténticas competidoras debido a la plena movilidad de mercancías y factores productivos; predomina la libre entrada, i.e., las nuevas empresas que lo deseen y cuenten con recursos pueden, libremente, incorporarse al mercado; las mercancía son homogéneas y, finalmente, tanto los oferentes como los demandantes poseen pleno conocimiento del mercado, lo que les permite maximizar su utilidad. 20 Algebraicamente, se resume en la siguiente igualdad: m = π + x, donde se aprecia que la tasa de inflación es igual a la diferencia de la tasa de crecimiento de la oferta monetaria y la tasa de crecimiento del producto nacional. Marshall estudió la relación entre la cantidad de dinero y el nivel de precios de manera similar a Fisher, i.e., partiendo de la igualdad de intercambio entre la cantidad de dinero multiplicada por la velocidad de circulación y la producción real multiplicada por los precios. Sin embargo, Marshall al relacionar al dinero con otros activos financieros considera que este puede demandarse no sólo como medio de cambio sino también como un activo mismo. Diferencia fundamental respecto a la teoría cuantitativa de Fisher. Dichos planteamientos además de recibir ciertas críticas dieron origen a diversas teorías las cuales difieren respecto a que sea la cantidad de dinero la principal causa del incremento en los precios. No obstante, es de suma importancia mencionar que, de igual manera estos planteamientos dieron origen a una importante corriente teórica que hasta hoy día sigue vigente: el monetarismo friedmaniano. TEORÍA MONETARISTA El monetarismo es una corriente teórica que se basa en la teoría cuantitativa del dinero y sostiene que un aumento en la cantidad de dinero en circulación es incapaz de influir en variables reales; asimismo, afirma, que la tasa de interés es un fenómeno real determinado por la productividad del capital y la prudencia de los ahorradores e independiente de la oferta monetaria. La teoría monetarista en sus inicios sostenía la existencia de una relación directa y proporcional entre la oferta monetaria y el nivel de precios. Así los monetaristas mantenían 21 cierta afinidad con la teoría cuantitativa del dinero ya que, de la misma manera, establecieron que es la cantidad de dinero en circulación la que determina la demanda global. No obstante, Friedman además de demostrar que la oferta monetaria es una variable exógena, estableció que el tipo de interés, también, influye en el nivel de precios. En este sentido, para Friedman, la masa monetaria regula la demanda global, y a través de ésta, tanto los bienes y servicios como los precios. De tal manera que la causa del alza de precios depende de la estabilidad de la oferta monetaria así como de la tasa de interés. Cabe mencionar que a diferencia de la función de demanda de dinero de la teoría cuantitativa, la teoría monetaria considera al dinero como un activo más, de tal modo que la demanda de dinero de tipo monetarista presenta una relación inversa entre los precios y otros activos financieros. La demanda de dinero de corte monetarista se distingue por considerar al dinero como un activo más; por lo cual, Friedman hace distinción entre los factores que determinan la demanda de dinero entre individuos y empresas. Respecto a los individuos establece que depende de tres factores: i) los rendimientos del dinero y de los activos alternativos; ii) el monto de la riqueza existente y iii) las preferencias de los inversionistas. En cuanto a los determinantes de las empresas menciona que depende de: a) el costo de oportunidad de mantener saldos monetarios en lugar de invertir en otros activos; b) el ingreso generado por la empresa y c) los parámetros de la función producción (Mántey, 1997). La ecuación monetarista de la demanda de dinero se representa de la siguiente manera: M P = f(rb, ro, p, γ, u, w) (1.5) Donde 22 M: Son los saldos monetarios; P: Es el nivel de precios; rb: Es la tasa de interés nominal (sobre bonos); ro: Es la tasa de interés real esperada (sobre acciones); p: Es el aumento esperado de precios; γ: Es el ingreso real; u: Representa las preferencias de los inversionistas y los coeficientes técnicos de las empresas; w: Es la proporción del ingreso obtenido por trabajo dentro del ingreso total (inversión en capital humano) La ecuación (1.5)en realidad describe la demanda de dinero, sin embargo, al reescribirla en términos de P se concibe como una teoría del nivel de precios. P = v (rb, ro, p, u, w) 𝛾𝑀 𝑑𝑜𝑛𝑑𝑒 v = 1 𝑓 (1.6) En esta forma, la ecuación (1.6) indica el nivel de precios de equilibrio, o sea, cuando Ms = Md = M. No obstante, para Mántey (1997) para que la ecuación de demanda de dinero de Friedman se convierta, efectivamente, en un modelo de determinación de precios se requiere suponer ciertos los axiomas siguientes: i) Que las variables v (…) sean exógenas, es decir, independientes de M, 𝛾, P; ii) que la oferta de dinero sea exógena; iii) que los precios sean preferentemente flexibles iv) y por último, se requiere conocer el ingreso real de pleno empleo. 23 Así pues, la ecuación de Friedman no constituye un modelo de determinación del ingreso o de los precios, mientras no se especifiquen los determinantes de las tasas de interés, el ingreso real, las expectativas de precios, etc., (Mántey, 1997). La teoría monetaria puso especial interés en los efectos monetarios internos de la entrada neta de capitales, sus repercusiones sobre la inflación interna y sus consecuencias sobre la balanza de pagos. Razón por la cual, el supuesto de la estabilidad de la demanda de dinero se tiene que cumplir, ya que de lo contrario si las autoridades deciden incrementar la cantidad monetaria por encima de la demanda de mercado, el nivel general de precios experimentará un aumento proporcional hasta que, nuevamente, se alcance el equilibrio entre estas. 1.2 EL PLANTEAMIENTO HETERODOXO LA TEORÍA ESTRUCTURALISTA De manera frecuente, al estudiar la teoría económica, la parte estructuralista o heterodoxa para ser específico -de manera intuitiva- nos situamos en Latinoamérica, ya que fue en esta región geográfica donde si no se consolidó sí tomó gran fuerza dicho planteamiento. Aunque, es en el continente europeo donde surgen las primeras propuestas y/o análisis así como diversos exponentes que podrían considerarse como los pioneros en el marco estructuralista. Cabe mencionar que desde su origen, el planteamiento estructuralista ha estado inmerso en una controversia teórico-filosófica, no sólo por impugnar las ideas y cuerpo teórico doctrinario establecido y propagado por los países, hasta hoy día, económicamente más avanzados sino además por lo que representa en sí mismo el propio término. En este 24 sentido, resulta conveniente sin profundizar en el tema -que se aparta a los objetivos de esta investigación- matizar bajo la visión económica el concepto estructura. Aun cuando uno de los orígenes del término estructura data de la economía marxista10, los clásicos ya se referían a ésta como el conjunto de datos constantes, de naturaleza conceptual que rara vez correspondían a la realidad. Al respecto Tinberger menciona lo siguiente: La estructura puede ser concebida como el conjunto de características inmediatamente observables, generalmente en forma de relaciones numéricas o índices básicos; como objetivo que califica un movimiento o un desarrollo; finalmente, como la información o datos necesarios para determinar los coeficientes que exige el modelo. (Conde, 1976, p. 184). Considerando lo anterior, se vislumbra que la conceptualización de estructura implicaba connotaciones ideológicas abstractas y limitadas; un tanto rígidas aunque compatibles con la visón económica clásica ortodoxa. Sin embargo, fue François Perroux quien precisó el término estructura de manera formal, al referirse a esta como “las proporciones y las relaciones que caracterizan a un conjunto económico localizado en el tiempo y en el espacio”, pero fue Wagemann quien enriqueció la visión estática de Perroux al contraponer la estructura a la coyuntura, dándole así un sentido dinámico al enfoque estructuralista11. En este sentido, lo que se buscaba era proveer de una visión más amplia al campo económico con la finalidad de convertir el estructuralismo en un eje primordial entre la economía y la sociología, el cual fuera capaz de explicar los resultados económicos a través 10 En el contexto marxista el término estructura alude a los determinantes económicos: medios de producción, propiedad de los mismos y las relaciones de producción. Guzmán (1976, p. 193). 11 Sobre el tema poder verse Alejandro Conde: << Socioeconomía de la inflación>>. Limusa. México, 1976, pág. 185. 25 de la interrelación entre el hombre y las instituciones. Los estructuralistas más conservadores, entonces, adoptaron el término en un sentido más flexible, i.e., enfocados a la demanda y a la producción de un sistema económico. Para Conde, de hecho, exponentes como Wagemann, Walter Eucken, François Perroux, Johan Ackerman y André Marchal pretendían conciliar el pensamiento económico desde los clásicos y neoclásicos hasta los historicistas e institucionalistas (Conde, 1976). Al respecto, Barre (1958) distingue dos grandes tipos de estructura: i) las economías propiamente dichas donde se encuentra el estudio de las economías domésticas, de la empresa y de los grupos que pueden estudiarse desde diversos ángulos según la naturaleza de las actividades productivas, dimensión de las empresas, sistemas económicos, tipos de organización económica, distribución de la población activa, renta per capita, etc., ii) de encuadre, no específicas del campo económico pero que son imprescindibles para el análisis estructural de los fenómenos económicos. Entre ellas están las estructuras demográficas, sociales, institucionales, del carácter y mentales, etc. El enfoque estructuralista surgió, entonces, como un elemento o mecanismo imprescindible de análisis para determinar los sectores clave y la manera en que estos se integran en la economía. Para ello, los estructuralistas establecen que es necesario ir más allá del mero análisis macroeconómico considerando factores históricos y sociales, geográficos, políticos e incluso sicológicos. 26 EL ENFOQUE LATINOAMERICANO En América Latina el enfoque estructuralista surge de la misma manera: de la necesidad de adecuar una teoría adversa a la convencional -tanto la clásica como la keynesiana- ya que debido a las particulares condiciones socio-políticas de estos países, los planteamientos que estas postulaban no se ajustaban plena y satisfactoriamente; en este sentido, resultaban un tanto cuanto inoperantes. En opinión de Di Filippo (2009), el estructuralismo latinoamericano no estudia las condiciones de equilibrio general de los mercados, tampoco postula la hipótesis de que el mercado posea fuerzas autorreguladoras que lo hacen retornar a posiciones de equilibrio, sino más bien pone especial énfasis en las fuerzas estructurales de largo plazo que los desestabilizan constantemente en la dinámica del desarrollo económico. A finales de los años cuarenta, el doctor Raúl Prebisch estableció lo que fueron las bases del estructuralismo latinoamericano, una visión alterna sobre la realidad económica y social de América Latina. Esta teoría estructuralista o cepalina12 fraguó un marco analítico propio, sustentado en los términos de intercambio e industrialización; caracterizada por una visión original del valor económico así como en las condiciones históricas-estructurales. La teoría centro-periferia. La visión centro-periferia fue un parte aguas de la economía estructuralista, ya que en ésta el doctor Prebisch estableció el papel específico que desempeñaba América Latina en el sistema económico mundial -como parte de la periferia- proveedor de alimentos y materias primas de las grandes economías-los centros industriales-. Cabe mencionar que la teoría 12 El enfoque estructuralista se consolidó con la integración de diversos autores latinoamericanos como: Celso Furtado; Aníbal Pinto; Fernando H. Cardoso; Osvaldo Sunkel; Juan F. Noyola; por mencionar algunos a la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). 27 cepalina inicial reconocía el comercio internacional como un elemento fundamental para el desarrollo y el crecimiento de las economías latinoamericanas aunque descartaba rotundamente las bondades del libre mercado. El modelo de comercio internacional de la CEPAL plantea una economía conformada por las economías desarrolladas o céntricas por un lado, las cuales gozan de un alto nivel de producción así como de un constante progreso tecnológico en los diversos sectores productivos, y por otro, las economías subdesarrolladas o periféricas, cuyos rasgos particulares son los distintos niveles de desarrollo en los sectores productivos, baja productividad y la precaria especialización y/o progreso tecnológico. Dicho con otras palabras, la economía mundial es una sola en la cual convergen tanto las economías centro capaces de producir bienes y servicios altamente tecnificados como las periféricas, que tienden a la especialización productiva de un número limitado de bienes que emplean un nivel bajo de tecnología. Con relación a lo anterior, Di Filippo considera que: La visión centro periferia de la teoría estructuralista se caracterizó por vincular dos visiones sistémicas entrelazadas: la del sistema económico internacional y de los sistemas económicos nacionales. Al plantear el carácter asimétrico del progreso técnico proveniente del centro, así como la concentrada distribución de sus frutos, se abrió un campo teórico cuyos análisis se centraron en las nociones del sistema y posiciones asimétricas de poder (Di Filippo, 2009, p. 191). La teoría estructuralista considera que el crecimiento en la periferia está limitado por: i) las restricciones al crecimiento externo debido al crecimiento de las exportaciones; ii) el desequilibrio comercial y iii) la disparidad en mercados laborales. Y, por tanto, son éstas mismas limitantes las que generan los desequilibrios constantes en las economías latinoamericanas. 28 Considerando que la visión centro-periferia, prácticamente giró en torno al comercio y a las desiguales relaciones de intercambio para con las potencias capitalistas. La CEPAL a través de la reorganización del aparato industrial, la fortificación del mercado interno así como de la inversión redirigida, buscó solucionar el desequilibrio estructural, i.e., alcanzar el desarrollo mediante la industrialización de las economías latinoamericanas. El estructuralismo en América Latina, entonces, pretende fundarse en las condiciones de estas economías, buscando adaptarse a la realidad -en toda su riqueza y complejidad- poniendo en marcha el mecanismo sociopolítico para conseguir la aplicación de posibles políticas cuyo fin último fuese el desarrollo de las mismas. INFLACIÓN ESTRUCTURAL Antes de comenzar con la exposición de los principios estructurales latinoamericanos de la inflación, es necesario esbozar, a grandes rasgos las aportaciones hechas por Sauvy y Aujac, para comprender de mejor manera el carácter estructural de la teoría inflacionaria, ya que fueron ellos quienes, de manera implícita, dieron un giro a la teoría al atribuirle un sentido social a un fenómeno fehacientemente monetario. Dicho de otra manera, hacer de un fenómeno meramente cuantitativo un fenómeno social. Aujac en su teoría estructuralista considera que la inflación tiene su origen en la incompatibilidad de los grupos en pugna. De manera tal que el proceso inflacionista supone un estado de adaptación voluntario o forzoso previo, el cual se ve trastocado cuando cualquiera de los grupos se siente perjudicado a adaptarse a la nueva situación de la relación monetaria con los restantes grupos, rompiendo así con el equilibrio establecido. Cuando se rompe con el equilibrio, -argumenta Aujac- la economía experimenta diversas perturbaciones las cuales se ven reflejadas en la disminución de la producción, la 29 cual, a su vez, tiende a modificar las relaciones monetarias provocando así la incompatibilidad de los grupos. Nuevamente, los grupos en busca de un incremento o permanencia del beneficio, de poder, etc., daría lugar al desencadenamiento de la inflación; por lo tanto, -bajo este enfoque- el aspecto monetario de la inflación no es más que la consecuencia del desequilibrio social. Para Aujac el poder del grupo económico, social o político será el determinante principal del proceso inflacionario. En este sentido, para este autor la inflación nace del esfuerzo de los grupos para modificar el tipo de compatibilidad de los comportamientos establecidos por la relación monetaria (Conde, 1976). Por su parte, Sauvy se centra más en el sentido estructural del proceso inflacionista para lo cual propone tres elementos estructurales básicos que considera necesarios para llevar a cabo el análisis de la inflación: i) la estructura del precio de costo; ii) la estructura de la demanda; y iii) la estructura de la oferta. Respecto al primero expone que es importante por el supuesto de los costos decrecientes; en cuanto al segundo y tercer punto, se refiere a la incidencia y las limitaciones de la producción a través de los precios, la elasticidad y el mercado respectivamente. Partiendo de su análisis aplicado a la Francia de 196313 Sauvy manifiesta que una decisión de carácter puramente monetaria aplicada en un determinado periodo de crisis puede tener resultados adversos. Asimismo, señala que “no necesariamente lo social siempre debe coincidir con lo económico”. Las teorías de la inflación estructural reconocen la existencia de factores particulares de diverso orden que determinan la inflación, por lo cual ésta no puede ser explicada 13 Debido a que no resulta necesaria la incorporación de dicho análisis en este documento porque escapa de los objetivos del mismo, para mayor referencia sobre el tema puede consultarse Alejandro Conde: << Socioeconomía de la inflación>>. Limusa. México, 1976, pp. 190 y 191. 30 solamente por aumentos de costos ni de políticas expansivas de demanda o agregados monetarios. Para los teóricos latinoamericanos, la inflación es el resultado de desequilibrios en los procesos de producción y distribución, aunados al marco institucional. La carrera de aumento de precios que experimentó América Latina en países como Chile, Argentina, Brasil, México y Perú validó la hipótesis estructuralista de mayor relevancia: “la inflación no es un fenómeno monetario. Es el resultado de desequilibrios de carácter real que se manifiestan en forma de aumentos del nivel general de precios” (Noyola, 1957). A diferencia de la teoría monetaria que se ocupa de explicar el fenómeno inflacionario a corto plazo, la teoría estructuralista de la inflación intenta hacerlo a largo plazo. Este planteamiento heterodoxo plantea que la inflación debe ser tratada desde un marco social y político particular propio de los países subdesarrollados, basado en el análisis histórico. Para Pinto (1973), el análisis de la inflación hay que someterlo al proceso histórico y estructural de la región, para tener en cuenta la estructura productiva, la estructura financiera, el sector exterior y la estructura social. Asimismo, lo reitera Sunkel al mencionar que: “La inflación no es un fenómeno que ocurra in vacuo, sino dentro del marco histórico,social, político e institucional del país […] Las fuentes subyacentes de la inflación en los países poco desarrollados se encuentran en los problemas básicos del desarrollo económico, en las características estructurales que presenta el sistema productivo de dichos países” (Sunkel, 1998, p. 290). Para la teoría estructuralista, la inflación no surge por desequilibrios monetarios sino que se origina por desequilibrios existentes en la estructura y funcionamiento de la economía, i.e., para un estructuralista la inflación es causa de mecanismos propagadores y de factores estructurales conocidos como presiones básicas. Los factores estructurales están 31 estrechamente relacionados con el nivel de desarrollo predominante en la economía; mientras que los mecanismos propagadores son aquellos que alimentan e incrementan el alza de precios. Al respecto Noyola en su ensayo “El desarrollo económico y la inflación en México y otros países latinoamericanos” establece tres conjuntos de elementos estructurales que dan origen a los desequilibrios de carácter real. Algunos de estos pueden ser de carácter estructural, como la distribución de la población por ocupaciones y la productividad entre los sectores económicos; otros elementos son de carácter dinámico, como el ritmo de crecimiento de la economía en su conjunto; finalmente, identifica los elementos de carácter institucional como el grado de monopolio, los métodos de fijación de precios, el grado de organización sindical así como la organización y funcionamiento del Estado. De acuerdo a la teoría estructuralista, Noyola establece que la inflación no es un fenómeno general, el cual se presente, se desenvuelva y se combata de la misma manera. De hecho asegura que la inflación en cada país latinoamericano es un problema distinto y específico, de tal modo que resulta necesario para su comprensión incorporar tanto la estructura como el funcionamiento de la economía. Para ello, Noyola (1998) se sustenta en un modelo simple, el cual destaca dos categorías o instrumentales de análisis fundamentales: 1) las presiones inflacionarias básicas; y 2) los mecanismos de propagación. Respecto a las primeras establece que estas se originan en desequilibrios de crecimiento, localizados comúnmente en dos sectores: el comercio exterior y la agricultura. Por su parte los mecanismos de propagación se pueden agrupar en tres categorías: el mecanismo fiscal, el de crédito y el de precios e ingresos. Con la primera categoría se busca identificar si el estancamiento de las exportaciones es el resultado de una fuerte caída de la demanda internacional de materias primas y/o al 32 estancamiento agrícola. El comercio exterior y la agricultura -establece Noyola- están vinculados con la incapacidad de la producción para seguir el aumento de la demanda. Para Sunkel (1998), las presiones inflacionarias estructurales pueden clasificarse en tres categorías: a) las representadas por el estancamiento de las disponibilidades de alimentos frente al desarrollo de la demanda, la incapacidad de ampliar y diversificar el poder de compra de las exportaciones, una deficiente tasa de formación de capital y las deficiencias en el sector tributario; b) las presiones inflacionarias circunstanciales, compuestas por el aumento de los precios de las importaciones y los masivos gastos públicos ya sea por cuestiones políticas o por una catástrofe nacional, y c) las presiones inflacionarias acumulativas, aquellas que son inducidas por la propia inflación y que tienden a acentuar la intensidad del mismo fenómeno. Para estos estructuralistas -Noyola y Sunkel- la inflación es el resultado del proceso de crecimiento así como de las limitaciones estructurales propias de las economías subdesarrolladas. En este sentido, la inflación surge de problemas endógenos y no propiamente exógenos -la expansión monetaria- como lo establece la teoría económica convencional; la inflación surge a partir de los desequilibrios tanto externos como internos. La existencia de ofertas rígidas en algunos sectores clave de la economía pueden generar un desequilibrio precio-producción, ya que el aumento de precios no se traduce en un mero cambio de precios relativos, sino que provocaría que los otros sectores compitan por elevar el precio de los otros productos, dando lugar a una elevación general de precios. Un efecto arrastre o en otras palabras, el resto de los sectores reaccionan ante el aumento inicial de precios. Los estructuralistas partiendo del hecho de que las presiones básicas por si solas no deberían repercutir sobre el aumento de precios, establecen que los efectos de estas pueden fortalecerse y consolidarse por la acción de lo que denominaron mecanismos de propagación. 33 La particularidad de los mecanismos de propagación es que estos al ser de carácter monetario (déficit fiscal, tipo de cambio, devaluaciones, crédito, etc.) tienden a aumentar el precio de los bienes y servicios de la economía doméstica. Por lo tanto, “la intensidad de una inflación depende primordialmente de la magnitud de las presiones inflacionarias básicas y secundariamente de la existencia de mecanismos de propagación y de la acción que estos desempeñan” (Noyola, 1998). Noyola en su modelo identifica tres mecanismos de propagación: 1) el mecanismo fiscal, principalmente por su carácter regresivo, i.e., traslada la carga fiscal hacia los asalariados; 2) el mecanismo del crédito, porque es el que dota a la economía de liquidez suficiente en términos reales para seguir el ritmo del aumento de los precios, y 3) el mecanismo de reajuste de precios el cual depende del grado de monopolio y la negociación salarial o la participación en el ingreso. Por su parte, Sunkel (1998) establece que los mecanismos de propagación son el resultado de la incapacidad política para dar un fallo definitivo entre los grupos sociales respecto a los choques económicos o pugnas. La primera de estas pugnas concierne a la distribución del ingreso entre los distintos grupos sociales (los asalariados vía reajuste de sueldos, salarios y otros beneficios; los empresarios vía alza de precios, y el sector público vía aumento del gasto fiscal y nominal) que intervienen en el proceso económico; la segunda, se refiere a la distribución de los recursos entre los sectores público y privado de la economía. Complementando los mecanismos de propagación identificados por Sunkel: i) el déficit del sector público; ii) los reajustes de sueldos y salarios; iii) los reajustes de precios y iv) el sistema de subsidios a la importación14, a los propuestos por Noyola, la inflación en la teoría estructuralista es considerada como un conflicto distributivo. Lo cual implica, por un 14 Ibídem, pp. 309-312. 34 lado, el deterioro de ciertos sectores de la población y por otro, la confrontación entre grupos sociales por mejorar o mantener su participación en el ingreso. Para los teóricos estructuralistas latinoamericanos la inflación es, entonces, un fenómeno monetario el cual a su vez es el resultado del desajuste económico generado por causas reales, i.e., el desajuste económico se origina en el sector real y a través de diversos mecanismos -tal desajuste- se propaga a través de un incremento en la oferta monetaria, el cual se percibe en la economía como un aumento generalizado de precios. EL MODELO ESCANDINAVO DE LA INFLACIÓN De manera análoga al enfoque estructuralista implementado en Latinoamérica, en los países Escandinavos15 -con la finalidad de explicar la fluctuación de los precios- surgió un enfoque alternativo al convencional el cual fue propuesto por Odd Aukrust (1977) y el grupo de Gösta Edgren, Karl-Olof Faxén, y Clas-Erik
Compartir