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Aportes-de-la-pragmatica-a-la-teora-contemporanea-de-la-comunicacion

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UNIVERSIDAD NACIONAL 
 AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES 
ACATLÁN 
 
APORTES DE LA PRAGMÁTICA A LA TEORÍA CONTEMPORÁNEA DE LA 
COMUNICACIÓN 
TESIS 
QUE PARA OBTENER EL TITULO DE 
LICENCIADA EN PERIODISMO Y COMUNICACIÓN COLECTIVA 
 
P R E S E N T A 
 
ADA ELVI RUIZ HERNÁNDEZ 
 
ASESOR: XAVIER IGNACIO ÁVILA GUZMÁN 
 
NOVIEMBRE 2011 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
 
Tiempo 
El pasado ya no es, el futuro aún no es, y el presente no es todo... 
Jean Paul Sartre 
 
 
 
Agradezco a todos aquellos que en un pasado confiaron en mí para 
avanzar en este proyecto… 
 
PROBETEL 
(Programa de Becas para Tesis de Licenciatura en Proyectos de Investigación) 
 
 
 
Doy gracias a todos aquellos que en un presente han confiado en mí 
para concretar este proyecto… 
 
 
 
Congratulada por todos aquellos que en un futuro confiarán en mí para 
emprender nuevos proyectos… 
 
 
 
Dichosa estoy de compartir la vida y agotar la existencia con todos ellos 
en pro del amor… 
 
 
 
Dios: Jesucristo 
Mi familia: Papá Imo, Mariana, Luz, Gaby, Erick, Iván, Michelle, Richi, Fer 
Mon amour: Wens 
Mi maestro, amigo y colega: Xavi 
Mi amigo y cómplice: Roko 
 
 
Por todos los presentes y ausentes… 
 
 
 
Índice 
 
 
 
Introducción 1 
Capítulo I ¿Cómo surgió el lenguaje? 4 
Capítulo II Los griegos y el signo 13 
Capítulo III Introducción a la pragmática 21 
Capítulo IV Filosofía del lenguaje 40 
Capítulo V La concepción del lenguaje en la segunda filosofía de Wittgenstein 58 
Capítulo VI Cómo hacer cosas con las palabras, Austin 74 
Capítulo VII Actos de habla, Searle 83 
Capítulo VIII Grice y el principio de cooperación 104 
Capítulo IX La filosofía del lenguaje, la comunicación y la ética, Habermas 113 
Capítulo X Notas Torales de los Aportes de la Pragmática a la Teoría 
Contemporánea de la Comunicación 
 
125 
Conclusiones Teóricas 143 
Conclusiones Finales 157 
Apuntes Didácticos 160 
Bibliografía 201 
1 
 
Introducción 
 
 
 Una de las grandes contribuciones positivas del contradictorio y complejo siglo XX, ha sido el 
desarrollo de la lingüística, es decir, el estudio científico tanto de la estructura de la lengua como del 
conocimiento de los hablantes. El impresionante desarrollo científico y tecnológico que ha tenido lugar 
durante este período, no se ha limitado a las ciencias naturales sino que se ha extendido al instrumento 
operativo más personal y propio del hombre y el medio más inmediato de la interacción humana, el 
lenguaje. 
 
 Este trabajo, para nuestra exposición en cuestión, hace una revisión por diferentes escuelas y 
autores, reconociendo sus aportaciones teóricas al estudio de la comunicación. Se hará referencia a la 
Pragmática como un subcampo de la lingüística, también estudiado por la filosofía del lenguaje y la 
psicolingüística o psicología del leguaje, que se interesa por el modo en que el contexto influye en la 
interpretación del significado. 
 
 La cuestión está en cómo una oración en sí misma comporta un contenido semántico, pero su 
significado e interpretación adecuados no dependen sólo de ese contenido sino que requieren un contexto 
lingüístico definido. Una misma oración puede tener intenciones o interpretaciones diferentes en diferentes 
contextos. En Pragmática se distingue entre enunciado (acto locutivo) y oración (forma gramatical). 
 
Surgen así, varias preguntas: ¿Qué es el lenguaje? ¿Cómo surgió? ¿Cuál ha sido su devenir en 
el seno social? Y ¿De qué manera repercute en el hombre, su mundo y su comportamiento? Interrogantes 
que a lo largo de esta empresa se irán abordando para su comprensión, incluso conocer cómo se ha 
complejizado su explicación a lo largo del tiempo. 
 
Comenzaremos diciendo que el principal objetivo del lenguaje es hacer que los participantes 
establezcan un mundo de posibilidades para comunicar. Quizás parezca una afirmación un poco simple, 
pero posiblemente no sea así si pensamos en todas las consecuencias que conlleva tal aseveración. 
 
Para empezar, gracias a la Pragmática, se pueden observar los momentos en los que se tiene lugar un 
acto comunicativo. Lo más probable es que lo primero que se nos venga a la mente sean aquellos actos 
en los que los participantes conversan cara a cara en un diálogo interactivo. Pero esto tan sólo es un tipo 
de acto comunicativo. Existen más, sin embargo, para los intereses propios de este trabajo, nos 
centraremos en los correspondientes de la pragmática. ―Disciplina que en su orientación más general, se 
ocupa de dar cuenta de los principios que regulan la comunicación humana.‖ 1 
 
En muchas ocasiones hay una distancia considerable entre lo que se dice y lo que realmente se 
quiere decir: ―¿Cómo se relacionan las palabras con los participantes? ¿Cómo es posible que cuando un 
hablante está entre un oyente y emite una secuencia acústica ocurran cosas tan destacables como: el 
hablante quiere decir algo; el oyente comprende lo que quiere decir; el hablante hace un enunciado, 
plantea una pregunta o da una orden? ¿Cómo es posible que cuando digo: ―Juan se fue a casa‖, que 
después de todo es, en algún sentido, una sarta de ruidos, lo que quiero decir es: Juan se fue a casa?; 
¿Cuál es la diferencia entre decir algo queriendo decir significativamente y decirlo no queriendo decirlo 
 
1
 ESCANDELL, Vidal. M. Victoria, Introducción a la pragmática Ed. Anthropos. Barcelona. 1993. p.7 
2 
 
significativamente? ¿Y qué es lo que está incluido en querer decir significativamente a una cosa particular 
y no alguna otra cosa? Por ejemplo, ¿Cómo es que cuando la gente dice: ―Juan se fue a casa‖, casi 
siempre se quiere decir que Juan se fue a casa y no, pongamos por caso, que Pérez se fue a una fiesta, 
o que Díaz se emborrachó? ¿Y cuál es la relación entre lo que quiero decir cuando digo algo y lo que esto 
significa, independientemente de que alguien lo diga? ¿Cómo representan las palabras a las cosas? 
¿Cuál es la diferencia ente una sarta significativa de palabras y otra no significativa? 
 
 ―¿Qué es para algo ser verdadero?, ¿O ser falso?‖ 2 Tales preguntas forman el tema de la filosofía 
del lenguaje. Es decir, de los menesteres concernientes a la Pragmática. No se debe suponer tan siquiera 
que, en las versiones que hasta ahora se han enunciado, tengan sentido. Sin embargo, de una u otra 
forma tales preguntas deben tener sentido, pues sabemos que las personas se comunican; que algunas 
veces dicen cosas queriendo decir significativamente lo que dicen; que, al menos en ocasiones, se las 
entiende; que plantean preguntas, dan órdenes, hacen promesas y piden disculpas; que sus emisiones se 
relacionan con el mundo de una manera que podemos describir caracterizando las emisiones como 
verdaderas, falsas, no significativas, exageradas o cosas por el estilo. Y si esas cosas suceden se sigue 
que, les es posible suceder, y, si les es posible suceder, debe ser posible plantear y dar respuesta a las 
preguntas que examinan esa posibilidad.3 
 
 A pesar de ello, la comprensión no está necesariamente en peligro: los hechos anteriores 
sugieren que, si concebimos la comunicación humana como un proceso de codificación y descodificación 
estamos dando de ellauna visión parcial e inexacta, y que la explicación debe completarse con algún 
conjunto de estrategias y principios generales que sirvan de puente para salvar dicha distancia. Y es aquí 
donde el significado se pone en tela de juicio. De concebirlo como único o absoluto en un mensaje; la 
Pragmática, por su parte, permite su desplazamiento, su relativización, y su ajuste de acuerdo al contexto, 
uso y circunstancia que hace de él, el actor. Es decir, se pone en juego un significado, un contenido, una 
interpretación, una forma, una postura tomando en cuenta el entorno de ese mismo acto comunicativo. 
 
 Este trabajo se centra, pues, en la identificación y el estudio de tales principios y estrategias. 
(Pragmática – Filosofía del lenguaje). El contenido está organizado en partes. La primera es una 
introducción de ¿cómo surgió el lenguaje? Desde una perspectiva antropológica. La segunda parte hace 
una revisión del signo tanto lingüístico como no lingüístico desde los inicios de la filosofía occidental con 
los griegos. La parte tercera presenta una visión panorámica del terreno, una justificación de la 
importancia de los estudios pragmáticos. Y un acercamiento de los conceptos fundamentales. La cuarta 
parte ofrece los hitos más importantes del desarrollo de la pragmática en los últimos cincuenta años, 
destacando la labor filosófica de algunos autores. La perspectiva cronológica tiene el interés de mostrar 
cómo las inadecuaciones de una teoría constituyen validez de la ética en la comunicación, y cómo es que 
la pragmática ofrece, a partir de ella, ciertos criterios, usos y principios que coadyuven a su logro. Cada 
parte está, a su vez organizada en diferentes capítulos. 
 
Es importante mencionar que este trabajo está pensado como una revisión teórica, como un 
primer instrumento de contacto con la materia Aportes de la Pragmática a la Teoría Contemporánea de la 
Comunicación. Hablar de Teoría de la Comunicación, supone, en principio, una serie de invocaciones en 
un sentido amplio y definido en lo que concierne a la aplicación práctica de la teoría. Estímulos 
procedentes de los análisis que con éxito formularon autores y escuelas derivado del instrumental 
científico desarrollado por las ciencias de la naturaleza hacia las ciencias del espíritu. 
 
2
 SEARLE, John, Actos de Habla. Ed. Cátedra Colección Teorema, Madrid. 1994. p.13 
3
 Ibídem. pp. 13-14 
3 
 
 
 Por lo tanto, un investigador de la comunicación habría que preguntarle a qué se refiere cuando 
habla de Teoría de la Comunicación y exactamente en quién se respalda cuando emplea dicha noción 
en atención a un problema. Al parecer, no es el mismo para todos, precisamente porque la unidad de su 
objeto ―la comunicación‖, es concebida como algo distinto al paso de un marco teórico a otro. 
 
 La imagen del pensamiento contemporáneo vertida en este trabajo se ubica en la Teoría 
Contemporánea de la Comunicación y no en la o las Teorías de la Comunicación. Como se sabe, el 
Doctor Manuel Martín Serrano hizo esta diferencia además de señalar que la comunicación ya no es vista 
como un objeto lineal. Para este autor, los modelos epistemológicos de la Teoría de la Comunicación 
suelen ser comunes a otras ciencias, en las que se aplicaron antes que en el campo de la comunicación. 
Estos campos pertenecen tanto al ámbito de las -Ciencias Humanas- como al de las Ciencias de la 
Naturaleza. Cuando el fundamento epistemológico al que recurre la Teoría de la Comunicación se emplea 
indistintamente para estudiar objetos culturales y objetos naturales, se trata de una lógica del 
conocimiento científico. 
 
 La imagen del pensamiento contemporáneo se identificó por el cuestionamiento de la filosofía 
contra la ciencia y el otro pensamiento como por ejemplo: el planteamiento del fin de la filosofía en la 
tradición analítica con Rorty; la visión postmoderna de Lyotard; la nueva hermenéutica de Jaques Derrida, 
y Paul Ricoeur; el horizonte fenomenológico de Husserl; el giro lingüístico y el giro pragmático en Frage y 
el segundo Wittgenstein; los actos lingüísticos en Austin, Grice y Searle; la teoría crítica de Apel y 
Habermas; el neopositivismo de Popper y las teorías de la complejidad con Edgar Morín, y sistémica en 
Maturana, Varela, Von Foerester y Luhmann. 
 
Seguramente resultará provechoso a quienes tengan una cierta familiaridad con los métodos de la 
Lingüística contemporánea. Y en general, a todos aquellos que se interesen por las condiciones que 
regulan el empleo del lenguaje en la comunicación. En todo caso, pretende ser una guía que ayude al 
lector a adentrarse por primera vez en un territorio desconocido, y que le sitúe en una posición desde la 
que pueda ser más fácil continuar la exploración por sus propios medios. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
No sólo viene el habla del dominio de la naturaleza, 
el habla viene del gemido, es decir del sentimiento, 
no sólo del cerebro… 
 
4 
 
IKRAM ANTAKI 
 
CAPÍTULO I 
 
¿CÓMO SURGIÓ EL LENGUAJE? 
 
 ―Hace muchos centenares de miles de años, en una época, aún no establecida definitivamente, 
de aquel período del desarrollo de la Tierra que los geólogos denominan terciario probablemente a fines 
de este período, vivía en algún lugar de la zona tropical -quizás en un extenso continente hoy 
desaparecido en las profundidades del Océano Índico - una raza de monos antropomorfos 
extraordinariamente desarrollada. Darwin nos ha dado una descripción aproximada de estos antepasados 
nuestros. Estaban totalmente cubiertos de pelo, tenían barba, orejas puntiagudas, vivían en los árboles y 
formaban manadas‖. 4 
 
 ―Es de suponer que como consecuencia directa de su género de vida, por el que las manos, al 
trepar, tenían que desempeñar funciones distintas a las de los pies, estos monos se fueron 
acostumbrando a prescindir de ellas al caminar por el suelo y empezaron a adoptar más y más una 
posición erecta. Fue el paso decisivo para el tránsito del mono al hombre”. 5 
 
 Inclusive, los monos antropomorfos actualmente, pueden permanecer en posición erecta y 
caminar apoyándose únicamente en sus pies; pero lo hacen sólo en el caso de extrema necesidad y, 
además con suma torpeza. 
 
 La mayoría de estos monos apoyan en el suelo los nudillos y, encogiendo las piernas, hacen 
avanzar el cuerpo por entre sus largos brazos, como un cojo que camina con muletas. En general, aun 
hoy podemos observar entre los monos todas las formas de transición entre la marcha a cuatro patas y 
la marcha en posición erecta. Pero para ninguno de ellos ésta última ha pasado de ser un recurso 
circunstancial. 
 
 Las manos sirven fundamente para recoger y sostener los alimentos, como lo hacen ya algunos 
mamíferos son sus patas delanteras. 
 
 Ciertos monos se ayudan de las manos para construir nidos en los árboles; y algunos, como el 
chimpancé, llegan a construir tejadillos entre las ramas, para defenderse de las inclemencias del 
tiempo. La mano les sirve para empuñar garrotes, con los que se defienden de sus enemigos, o para 
bombardear a éstos con frutos y piedras. Cuando se encuentran en la cautividad, realizan con las 
manos varias operaciones sencillas que copian de los hombres. Pero aquí, es precisamente donde se 
ve cuán grande es la distancia que separa la mano primitiva de los monos, incluso la de los antropoides 
superiores, de la mano del hombre, perfeccionada por el trabajo durante centenares de miles de años. 
El número y la disposición general de los huesos y de los músculos son los mismos en el mono y en el 
hombre, pero la manos del salvaje más primitivo es capaz de ejecutar centenares de operaciones que 
no pueden ser realizadas por la mano de ningún mono. Ni una mano simiesca ha construido jamás un 
cuchillo de piedra, por tosco que fuese. 
 
4
 ENGELS, Federico, El origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado. Ed. Fondo de Cultura Popular. 
Mex., 1974 p. 211 
5
 Ibídem. p.212 
5 
 
 
―Por eso, las funciones, para las que nuestros antepasados fueron adaptando poco a poco sus 
manos durante miles de años que dura el periodo de transición del mono al hombre, sólo pudieron ser, 
en un principio, funciones sumamente sencillas. Los salvajes más primitivos, incluso aquéllos en los que 
puede presumirse el retorno a un estado más próximo a la animalidad, con una degeneración física 
simultánea, son muy superiores a aquellos seres del período de transición. Antes de que el primer trozo 
sílex hubiese sido convertido en cuchillo por la mano del hombre, debió haber pasado un período de 
tiempo tan largo que, en comparación con él, el periodo histórico conocido por nosotros resulta 
insignificante. Pero se había dado ya el paso decisivo: la mano era libre y podía adquirir ahora cada vez 
más destreza y habilidad; y esta mayor flexibilidad adquirida se transmitía por herencia y se acrecía de 
generación en generación‖. 6 
 
 ―Vemos, pues, que la mano no es sólo el órgano del trabajo; es también el producto de él. 
Únicamente por el trabajo, por la adaptación a nuevas y nuevas funciones, por la transmisión hereditaria 
del perfeccionamiento especial así adquirido por los músculos, los ligamentos y, en un período más 
largo, también por los huesos, y por la aplicación siempre renovada de estas habilidades heredadas a 
funciones nuevas y cada vez más complejas, ha sido como la mano del hombre ha alcanzado ese 
grado de perfección que la ha hecho capaz de dar vida, como arte de magia, a los cuadros de Rafael, a 
las estatuas de Thorwaldsen y a la música de Paganini‖. 7 
 
 De hecho ―…un texto que recoge Leroi-Gourhan en Le geste et la parole. Dice lo siguiente: 
 
 “Antes que por ninguna otra razón, la naturaleza ha añadido manos a nuestro cuerpo en 
razón del lenguaje, Si el hombre estuviese desprovisto de manos, las partes de su cara habrían estado 
formadas en él del mismo modo que está formada la cara de los cuadrúpedos, para permitirse que se 
alimentasen. Su cara tendría una forma alargada, disminuyendo hacia la región de las narices, con 
labios prominentes, callosos, duros, espesos, que le permitiesen arrancar la hierba. Y tendrían entre los 
dientes una lengua muy distinta a la que tiene, es decir, fuerte, carnosa, resistente y ruda con el fin de 
que pudiese mezclar, al mismo tiempo que funcionaban los dientes, los alimentos. Esa lengua sería 
húmeda, capaz de hacer pasar estos alimentos, de trasladar estos alimentos hacia los lados, como la 
de los perros o los otros carnívoros, que hacen rodar sus alimento por en medio de los intersticios de 
los dientes. Si el cuerpo no tuviese manos. ¿Cómo se habría podido formar la voz articulada? Las 
partes que rodearían la boca no estarían entonces, no se habrían conformado en función de las 
necesidades del lenguaje. El hombre en ese caso debería de haber valado, gritado como los bueyes o 
como los asnos, y se habría tenido que hacer entender mugiendo como las bestias salvajes”. 
 
El texto es del Tratado de la creación del hombre, de Gregorio de Niza, siglo IV. Aquí ya está 
claramente sugerido relacionar ―especificidad del leguaje‖ con especificidad del desarrollo humano‖. 8 
 
 Pero la mano no era algo con existencia propia e independiente. Era únicamente un miembro 
de un organismo entero y sumamente complejo. Y lo que beneficiaba a la mano beneficiaba también a 
todo el cuerpo servido por ella. 
 
 
6
 ENGELS, F. Op. Cit. 212 
7
 Ibídem. pp. 212-213 
8
 SERRANO, M. MARTÍN, Fuentes Teóricas de la Comunicación. Versión preliminar, en prensa. 1995 
6 
 
 A partir de la ley que Darwin llamó de la correlación del crecimiento; se establece que ―…ciertas 
formas de las distintas partes de los seres orgánicos siempre están ligadas a determinadas formas de 
otras partes, que aparentemente no tienen ninguna relación con las primeras. Así todos los animales 
que poseen glóbulos rojos sin núcleo y cuyo occipital está articulado con la primera vértebra por medio 
de dos cóndilos, poseen, sin excepción, glándulas mamarias para la alimentación de sus crías. Así 
también, la pezuña hendida de ciertos mamíferos va ligada por regla general a la presencia de un 
estómago multicular adaptado a la rumia. 
 
Las modificaciones experimentadas por ciertas formas provocan cambios en la forma de otras partes 
del organismo, sin que estemos en condiciones de explicar tal conexión. Los gatos totalmente blancos y 
de ojos azules son siempre o casi siempre sordos. El perfeccionamiento gradual de la mano del hombre 
y la adaptación concomitante de los pies a la marcha en posición erecta repercutieron indudablemente, 
en virtud de dicha correlación, sobre otras partes del organismo‖. 9 
 
 ―Mucho más importante es la reacción directa –posible de demostrar- del desarrollo de la mano 
sobre el resto del organismo. Como ya hemos dicho, nuestros antepasados simiescos eran animales 
que vivían en manadas; evidentemente, no es posible buscar el origen del hombre, el más social de los 
animales, en unos antepasados inmediatos que no viviesen congregados. Con cada nuevo progreso, el 
dominio sobre la naturaleza, que comenzara por el desarrollo de la mano, con el trabajo, iba ampliando 
los horizontes del hombre, haciéndole descubrir constantemente en los objetos nuevas propiedades 
hasta entonces desconocidas. Por otra parte, el desarrollo del trabajo, al multiplicar losa casos de ayuda 
mutua y de actividad conjunta, y al mostrar así las ventajas para cada individuo, tenías que contribuir, 
forzosamente a agrupar aún más a los miembros de la sociedad. En resumen, los hombres en 
formación llegaron a un punto en que tuvieron necesidad de decirse algo los unos a los otros. La 
necesidad creó el órgano: la laringe poco desarrollada del mono se fue transformando, lenta, pero 
finamente, mediante modulaciones que producían a su vez modulaciones más perfectas, mientras los 
órganos de la boca aprendían poco a poco a pronunciar un sonidito articulado tras otro‖. 10 
 
 ―Antes de elucubrar sobre los signos, conviene fijarse en qué equipamiento biológico y 
fisiológico es necesario para poder utilizar el lenguaje como lo usamos los hombres. Lo primero de todo 
es tener la adecuada conformación en el área de la cara para que en vez de berrear o rebuznar, 
articulemos palabras‖. 11 
 
 ―… André Leroi-Gourham vincula el desarrollo del lenguaje humano a la evolución de la 
morfogénesis del propio sujeto. La palabra humana es posible porque algo ha pasado con las manos y 
con la columna vertebral…‖ 12 
 Federico Engels enfatiza que la comparación con los animales nos muestra que esta 
explicación del origen del lenguaje a partir del trabajo y con el trabajo es la única acertada. Lo poco que 
los animales, incluso los más desarrollados, tienen que comunicarse los unos a los otros puede ser 
transmitido sin el concurso de la palabra articulada. ―Ningún animal en estado salvaje se siente 
perjudicado por su incapacidad de hablar o de comprender el lenguaje humano. Pero la situación 
cambia por completo cuando el animal ha sido domesticado por el hombre. El contacto con el hombre 
ha desarrollado en el perro y en el caballo un oído tan sensible al lenguaje articulado, que estos 
 
9
 Ibídem. p. 214 
10
 Ibídem. p. 214 
11
 SERRANO, M. Op. Cit.., p. 271 
12
 Ibídem. p. 271 
7 
 
animales pueden, dentro del marco de sus representaciones, llegar a comprender cualquier idioma. 
Además, pueden llegar a adquirir sentimientos desconocidos antes por ellos, como son el apego al 
hombre, el sentimiento de gratitud, etc. Quien conozca bien a estos animales, difícilmente podrá 
escapar a la convicción de que, en muchos casos, esta incapacidad de hablar es experimentada ahora 
por ellos como un defecto‖. 13 
 
 Desgraciadamente, dice el autor, ―…este defecto no tiene remedio, pues sus órganos vocales 
se hallan demasiado especializados en determinada dirección. Sinembargo, cuando existe un órgano 
apropiado, esta incapacidad puede ser superada dentro de ciertos límites. Los órganos bucales de las 
aves de distinguen en forma radical de los del hombre, y, sin embargo, las aves son los únicos animales 
que pueden aprender a hablar; y el ave de voz más repulsiva, el loro, es la que mejor habla. Y no 
importa que se nos objete diciéndonos que el loro no entiende lo que dice. Claro está que por el solo 
gusto de hablar y por sociabilidad con los hombres el loro puede estar repitiendo horas y horas todo su 
vocabulario. Pero dentro del marco de sus representaciones, puede llegar también a comprender lo que 
dice‖. 14 
 
 ―Primero el trabajo, luego con él la palabra articulada, fueron los dos estímulos principales bajo 
cuya influencia el cerebro del mono se fue transformando gradualmente en cerebro humano, que, a 
pesar de toda su similitud, lo supera considerablemente en tamaño y en perfección. Y a medida que se 
desarrollaba el cerebro desarrollábase también sus instrumentos más inmediatos: los órganos de los 
sentidos. De la misma manera que el desarrollo gradual del lenguaje va necesariamente acompañado 
del correspondiente perfeccionamiento del órgano del oído, así también el desarrollo general del 
cerebro va ligado al perfeccionamiento de todos los órganos de los sentidos. La vista del águila tiene 
mucho más alcance que la del hombre, pero el ojo humano percibe en las cosas muchos más detalles 
que el ojo del águila. Y el sentido del tacto, que el mono posee a dura penas en la forma más toca y 
primitiva, se ha ido desarrollando únicamente con el desarrollo de la propia mano del hombre, a través 
del trabajo‖. 15 
 Es importante destacar que hubo una discusión a propósito de si el Sinántropo es un mono o es 
un hombre. Pero no hubo más remedio que reconocer que se decidió por lo segundo. ―Tiene un cráneo 
que no se parece al de un mono. El primer criterio diferencial lo proporcionan las medidas de los 
ángulos craneales. No está tan alargada la mandíbula como en el caso del mono. Pero, en esencia, lo 
que le aleja del mono y le hace humano es la posición del agujero occipital. Esta cabeza descansa 
verticalmente sobre el cuerpo; en cambio la otra cabeza del orangután descansa más tangencialmente. 
El sinántropo es un ser que se ha erguido, que va de pie; el corazón del orangután pertenece a un ser 
que puede ponerse de pie en ciertas circunstancias, pero que normalmente camina agachado. 
 
 Como consecuencia del cambio de posición, toda esta área craneana que contiene el cerebro 
se libera. Leroi-Gourham compara esta evolución con la apertura de un abanico. Con la estación vertical 
se gana de 60º a 180º. 
 
 Otras diferencias anatómicas importantes: el sinántropo tiene unos colmillos más reducidos, 
implantados en una mandíbula poco voluminosa en comparación con la que tiene el primate. La 
mandíbula tiene una función masticatoria, funciona como una palanca. ¿Cuál es la consecuencia de 
 
13
 ENGELS, F., Op. Cit., p. 215 
14
 Ibídem. p. 215 
15
 Ibídem. p. 215 
8 
 
que esta mandíbula sea más pequeña? Requiere un área de implantación menos poderosa, lo cual 
libera una gran parte de la capacidad craneana para otro tipo de funciones‖. 16 
 
 ―La mandíbula del primate es una palanca con una enorme potencia, puesto que tiene que 
asegurar una gran presión, esta mandíbula del orangután tiene mucho menos posibilidades expresivas 
que otra más débil, con menor peso. La evolución va a dar unos pasos enormes hasta cambiar esta 
cara del primate por esta otra cara del homínido y luego del hombre‖. 17 
 
 ¿Qué es lo que volvemos a encontrar como signo distintivo entre la manada de monos y la 
sociedad humana? Otra vez el trabajo. ―La manada de monos se contentaba con devorar los alimentos 
de un área que determinaban las condiciones geográficas o la resistencia de las manadas vecinas. 
Trasladábase de un lugar a otro y entablaba luchas con otras manadas para conquistar nuevas zonas 
de alimentación; pero era incapaz de extraer de estas zonas más de lo que la naturaleza buenamente le 
ofrecía, si exceptuamos la acción inconsciente de la manada, al abandonar el suelo con sus 
excrementos. Cuando fueron ocupadas todas las zonas capaces de proporcionar alimento, el 
crecimiento de la población simiesca fue ya imposible; en el mejor de los casos el número de sus 
animales podía mantenerse al mismo nivel. Pero todos los animales son unos grandes despilfarradores de 
alimentos; además, con frecuencia destruyen en germen la nueva generación de reservas alimenticias. A 
diferencia del cazador, el lobo no respeta la cabra montés que habría de proporcionarle cabrito al año 
siguiente; las cabras de Grecia, que devoran los jóvenes arbustos antes de que puedan desarrollarse, has 
dejado desnudas todas las montañas del país. Esta explotación rapaz llevada a cabo por los animales 
desempeña un gran papel en la transformación gradual de las especies, al obligarlos a adaptarse a unos 
alimentos que no son los habituales para ellas, con lo que cambia la composición química de su sangre y se 
modifica poco a poco toda la constitución física del animal; las especies ya plasmadas desaparecen‖. 18 
 
 No cabe duda de que esta explotación rapaz contribución en alto grado a la humanización de 
nuestros antepasados, pues amplió en número de plantas y las partes de éstas utilizadas en la alimentación 
por aquella raza de monos que superaba con ventaja a todas las demás en inteligencia y en capacidad de 
adaptación. En una palabra, la alimentación, cada vez más variada, aportaba al organismo nuevas y nuevas 
sustancias, con lo que fueron creadas las condiciones químicas para la transformación de estos monos en 
seres humanos. 
 
 Pero todo esto no era trabajo en el verdadero sentido de la palabra. El trabajo comienza con la 
elaboración de instrumentos. ¿Y qué son los instrumentos más antiguos, si juzgamos por los restos que nos 
han llegado del hombre prehistórico, por el género de vida de los pueblos más antiguos que registra la 
historia, así como por el de los salvajes actuales más primitivos? 
 ―Son instrumentos de caza y de pesca los primeros utilizados también como armas. Pero la caza y 
la pesca supone el tránsito de la alimentación exclusivamente vegetal a la alimentación mixta, lo que significa 
un nuevo paso de suma importancia en la transformación de mono en hombre. El consumo de carne ofreció 
al organismo, en forma casi acabada, los ingredientes más esenciales para su metabolismo. Con ello acortó 
el proceso de la digestión y otros procesos de la vida vegetativa del organismo (es decir, los procesos 
análogos a los de la vida de los vegetales), ahorrando así tiempo, materiales y estímulos para que pudiera 
manifestarse activamente la vida propiamente del animal. Y cuánto más se alejaba el hombre en formación 
 
16
 SERRANO. M., OP. Cit.., p. 273. Cabe mencionar que Sinántropo, esta forma fósil de homínidos cuyos restos 
se hallaron en China, vivieron hasta hace unos 300000 años, conocían el fuego y confeccionaban grandes hachas 
de piedra. 
17
 Ibídem. p. 273-274 
18
 ENGELS, F., Op. Cit., pp. 215-216 
9 
 
del reino vegetal, más se levaba sobre los animales. De la misma manera que el hábito a la alimentación 
mixta convirtió al gato y al perro salvajes en servidores del hombre, así también el hábito a combinar la carne 
con la dieta vegetal contribuyó poderosamente a dar fuerza física e independencia al hombre en formación. 
 
 Pero donde más se manifestó la influencia de la dieta cárnea fue en el cerebro, que recibió así en 
mucha mayor cantidad que antes las substancias necesarias para su alimentación y desarrollo, con lo que 
su perfeccionamiento fue haciéndose mayor y más rápido de generación en generación‖. 19 
 
 Debemos reconocer - y perdonen los señores vegetarianos - que no ha sido sin el consumo de la 
carne como el hombre ha llegado a ser hombre;y el hecho de que, en una u otra época de la historia de 
los pueblos conocidos, el empleo de la carne en la alimentación haya llevado al canibalismo. 
―El consumo de carne en la alimentación significó dos nuevos avances de importancia decisiva: el 
uso del fuego y la domesticación de animales. El primero redujo aún más el proceso de la digestión, ya que 
permitía llevar a la boca comida, como si dijéramos, medio digerida; el segundo multiplicó las reservas de 
carne, pues ahora, a la par con la caza, proporcionaba una nueva fuente para obtenerla en forma más 
regular. La domesticación de animales también proporcionó, como la leche y sus derivados, un nuevo 
alimento, que en cuanto a composición era por lo menos del mismo valor que la carne. Así pues, estos dos 
adelantos se convirtieron directamente para el hombre en nuevos medios de emancipación.‖. 20 
 
―Ahora fijémonos en la proporción que existe entre nuestra cara y las otras que le precedieron. 
Tenemos la mandíbula más reducida, los dientes más pequeños. Esta reducción tiene que ver con la 
evolución tecnológica y social. Faustino Cordón diría que el descubrimiento de la cocina hizo al hombre; 
efectivamente, la cocción de los alimentos hace posible que el sujeto pueda aligerar la función masticatoria 
con elementos estáticos y dinámicos menos potentes‖. 21 
 
El hombre, que había aprendido a comer todo lo comestible, aprendió también, de la misma manera, 
a vivir en cualquier clima. Se extendió por toda la superficie habitable de la Tierra, siendo el único animal 
capaz de hacerlo por su propia iniciativa. Los demás animales que se han adaptado a todos los climas –los 
animales domésticos y los insectos parásitos- no lo lograron por sí solos, sino únicamente siguiendo al 
hombre. 
 
―El paso del clima uniformemente cálido de la patria original a zonas más frías donde el año se 
dividía en verano e invierno, creó nuevas necesidades, al obligar al hombre a buscar habitación y a cubrir su 
cuerpo para protegerse del frío y de la humedad. Así surgieron nuevas esferas de trabajo y, con ella, nuevas 
actividades, que fueron apartando más y más al hombre de los animales. Gracias a la cooperación de la 
mano, de los órganos del lenguaje y del cerebro, no sólo en cada individuo, sino también en la sociedad, los 
hombres fueron aprendiendo a ejecutar operaciones cada vez más complicadas, al plantearse y a alcanzar 
objetivos cada vez más elevados‖. 22 
 
El desarrollo del cerebro y de los sentidos a su servicio, la reciente claridad de conciencia, la 
capacidad de abstracción y e discernimiento cada vez mayores, reaccionaron a su vez sobre el trabajo y la 
palabra, estimulando más y más su desarrollo. Cuando el hombre se separa definitivamente del mono, este 
desarrollo no cesa ni mucho menos, sino que continúa, en distinto grado y en distintas direcciones entre los 
 
19
 Ibídem. 217 
20
 Ibídem. p. 217 
21
 SERRANO, M., Op. Cit.., p. 273-374 
22
 ENGELS, F., Op. Cit.., p. 217 
10 
 
distintos pueblos y en las diferentes épocas, interrumpido incluso a veces por regresiones de carácter local o 
temporal, pero avanzado en su conjunto a grandes pasos, considerablemente impulsado y, a la vez, surge 
con la aparición del hombre acabado: la sociedad. 
 
Asimismo, el trabajo se diversificaba y perfeccionaba de generación en generación extendiéndose 
cada vez a nuevas actividades. A la caza y a la ganadería vino a sumarse la agricultura, y más tarde el 
hilado y el tejido, el trabajo de los metales, la alfarería y la navegación. Al lado del comercio y de los oficios 
aparecieron, finalmente, las artes y las ciencias; de las tribus salieron las naciones y los Estados. Frente a 
todas estas creaciones, que se manifiestan en primer término como productos del cerebro y parecían 
dominar las sociedades humanas, las producciones más modestas, fruto del trabajo de la mano, quedaron 
relegadas a segundo plano, tanto más cuanto que en una fase muy temprana del desarrollo de la sociedad 
(por ejemplo, ya en la familia primitiva), la cabeza que planeaba el trabajo era ya capaz de obligar a manos 
ajenas a realizar el trabajo proyectado por ella. El rápido progreso de la civilización fue atribuido 
exclusivamente a la cabeza, al desarrollo y a la actividad del cerebro. 
 
―Lo cual quiere decir que la comunicación humana, en la medida en que la expresividad depende de 
aptitudes fisiológicas ligadas a la motilidad, se va a diferenciar ya cuando el hombre es hombre, al tiempo que 
cambia la anatomía y también el uso expresivo y técnico de las manos y la cara. Se puede asegurar que los 
desarrollos específicos del lenguaje humano han requerido progresivos cambios morfogenéticas; también han 
sido posibles por un cambio de hábitos de supervivencia, como puede ser la alimentación. Modificaciones que 
se dieron en sucesivos avances‖. 23 
 
A partir del texto –Le geste et la parole- de Leroi-Gourhan, Manuel Martín Serrano 24 estima: que para 
que seamos capaces de concebir símbolos transformables en sonidos o gestos, hace falta un desarrollo motor 
solidario de la expresividad de la cara y de la mano. Y eso es precisamente lo que permite el crecimiento del 
corte medio. La consecuencia se manifiesta a nivel de las aptitudes comunicativas y para el trabajo. 
 
El desarrollo de la mano, de la cara y del lenguaje oral, son fenómenos que están vinculados 
genéticamente. El manejo de útiles proporciona mayor destreza para la expresión, pero a su vez requiere 
mejores capacidades lingüísticas para la designación y la fijación del manejo cada vez más complejos de las 
herramientas. La indicación comunicativa de las operaciones técnicas con los útiles, genera, 
consecuentemente, un mayor desarrollo de las actividades ligadas al trabajo. 
 
Es decir, posición vertical, liberación de la mano –que la mano se ocupe de lo que en otros animales 
tienen que ocuparse los dientes y la mandíbula-, y despliegue de las áreas cerebrales. Y el útil va a llegar a 
separarse de la mano humana para dar nacimiento, en una última etapa, a la herramienta. La palabra y la 
visión van a sufrir, gracias al desarrollo de las técnicas un proceso idéntico. El lenguaje que se había separado 
de la mano del hombre por el arte y la escritura, llegará a establecer su última separación en la cera, en la 
película, la banda magnética. 
La mano que era la herramienta, pasa a ser aquello que trabajo con útiles exteriores a ella. La 
herramienta externizada se hace independientemente del organismo. En la evolución comunicativa se da ese 
mismo proceso. Hay un momento en que el gesto –primeramente vinculado al manejo de la mano o de la cara-, 
la manifestación expresiva se convierte en algo producido. 
 
23
 SERRANO, M, Op. Cit.., p. 274 
24
 Ibídem. P. 275. El texto de A. Leroi-Gourhan dice lo siguiente: “Gesto técnico y símbolo fónico son 
cualitativamente distintos en el animal y en el hombre. Estaban preconfigurados por un cambio cualitativo a 
nivel del organismo humano”. (1964) 
11 
 
―Lo que el hombre hace y no hace ningún animal es producir los elementos que soportan el símbolo. 
Muchos animales son capaces de expresarse; pero no hay ninguno que escriba. 
 
El lenguaje humano manifiesta la capacidad de producir objetos expresivos –cosa que ningún animal 
está en condiciones de hacer. La posibilidad de que el símbolo adquiera un soporte material, permita que se 
conserve y transmita la información con independencia de la existencia de quien lo produjo‖. 25 
 
En el análisis de A. Leroi-Gourhan, Serrano 26 señala la diferencia de dos clases de lenguajes 
humanos, que responden a capacidades y aptitudes distintas: 
 
En primer lugar, estaría una clase de lenguaje en el que predomina la representación en el espacio, 
relacionada con las capacidades que proporciona la vista, fisiológicamente orientada al manejo rítmico, o si se 
quiere al movimiento expresivo. 
 
Luego estaríaotra clase de lenguaje en el que predomina la representación del tiempo, relacionado 
con las aptitudes que proporciona el oído, que está vinculado al sonido, representación acústica que, 
evidentemente, se despliega en el tiempo. 
 
La evolución antropológica pasa primeramente por una liberación del oído. Es decir, nuestros 
protolenguajes se constituyen con base en el sonido. Nuestra especificidad la representan lenguajes orales. 
Más tarde adquirimos la capacidad para utilizar otra clase de lenguajes basados en el ritmo y en la vista, que 
son mucho más frecuentes en los animales. Pero con una inversión importante: En los lenguajes visuales la 
construcción expresiva es consecuencia del previo proceso de abstracción. Es decir, al gesto –si se quiere, a la 
señal ya la letra-, le antecede un proceso de producción social de significado. 
 
Manuel Martín Serrano, subraya basándose en –Le geste et la parole- (1964), que el lenguaje humano 
incorpora la expresividad que está ligada a la vista, con la que está ligada al oído. Lo cual es lógico porque las 
respectivas áreas cerebrales establecen conexiones entre ellas. 
 
―A Leroi-Gourhan ha demostrado que vincular el desarrollo de la especificidad de los lenguajes, a 
bases fisiológicas, es un camino discriminativo para identificar las distinciones cualitativas entre lenguaje animal 
y el humano. 
 
Cuando somos capaces de producir, además de herramientas objetos expresivos, se da un salto 
cualitativo que hace que el lenguaje se separe de la biología. Esa separación entre el elemento lingüístico y 
orgánico, es lo que especifica al lenguaje humano‖.27 
De acuerdo a lo antes citado, en la naturaleza nada ocurre en forma aislada. Cada fenómeno afecta a 
otro y es, a su vez, influenciado por éste; y es generalmente el olvido de este movimiento y de esta interacción 
universal lo que impide a nuestros investigadores percibir con claridad las cosas más simples. 
Cierto es también que en su hacer los animales utilizan la naturaleza exterior y pueden modificarla 
por el mero hecho de su presencia en ella. El hombre, en cambio, modifica la naturaleza y la obliga así a 
servirle, la domina. Diferencia que una vez más, viene a ser efecto del trabajo. 
 
 
25
 Ibídem. p. 275 
26
 Ibídem. p. 276 
27
 Ibídem. p. 277 
12 
 
Sin embargo, no nos dejamos llevar por el entusiasmo ante nuestras victorias, sobre la naturaleza. 
Así, a cada paso, los hechos nos recuerdan que nuestro dominio sobre ella no se parece en nada al dominio 
de un conquistador sobre el pueblo conquistado, que no es el dominio de alguien situado fuera de la 
naturaleza, sino que nosotros, por nuestra carne, nuestra sangre y nuestro cerebro, pertenecemos a la 
naturaleza, nos encontramos en su seno, y todo nuestro dominio sobre ella consiste en que, a diferencia de 
los demás seres, somos capaces de conocer sus leyes y de aplicarlas adecuadamente. 
 
Y cuanto más sea esto una realidad, más sentirán y comprenderán los hombres su unidad con la 
naturaleza, y más inconcebible será esa idea absurda y antinatural de la antítesis entre el espíritu y la 
materia, el hombre y la naturaleza, el alma y el cuerpo. 
 
Y entonces… ―la comunicación vendría a conectar las relaciones entre naturaleza, espíritu, sociedad 
y cultura‖ 28 
 
El logro evolutivo del lenguaje, y propiamente dicho, de la lengua, trascendió en dos aspectos 
fundamentales para el crecimiento evolutivo del ser humano. Por un lado, el desarrollo social, y por el otro 
lado, el desarrollo de la cultura. Justamente, en este paso evolutivo, es donde se ubica el trabajo de los 
griegos (próximo a tratar en el siguiente capítulo). 
 
Cultura y comunicación son dos caras inseparables, no porque la cultura se constituye a base de las 
comunicaciones a través de la producción simbólica, sino también porque la ideología es vista como un 
producto que media entre los modelos explicativos del conocimiento y la realidad. 
 
La trayectoria del lenguaje, en la producción e intercambio de información, permitió la 
caracterización de dos componentes. Una, el uso de la escritura (registros gráficos a través de un sistema de 
signos doblemente articulados), y, dos, la construcción de los relatos que dieron plataforma al uso de la 
retórica y las cuestiones de la verdad. 
 
El lenguaje desde la retórica y la oratoria; desde la poesía y la estética; desde la verdad y la 
apariencia; son características de una civilización que filosofaba para sí misma. Lo importante es ver, cómo 
en el lenguaje, se construye el mundo. La lengua es realidad, más no refleja realidad. El lenguaje es el medio 
en que los actores pueden verse a través del él; la esencia del ser en el ser. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
¿Qué es un filósofo? 
Es un hombre que opone la naturaleza a la ley; 
la razón al uso, 
su conciencia a la opinión, 
 
28
 Ibídem p. 277 
13 
 
y su juicio al error. 
 
CHAMFORT 
 
CAPÍTULO II 
 
LOS GRIEGOS Y EL SIGNO 
 
La trayectoria del desarrollo del signo, tanto lingüístico como no lingüístico, ha tenido su tratado 
inicial desde los comienzos de la filosofía occidental con los griegos; posteriormente, se perfiló más hacia el 
campo de la semiótica con los medievales; nuevamente, reorientó su rumbo con los filósofos de los siglos 
XVII al XIX, y uno de los períodos, quizá el más enriquecido con metodologías específicas para su abordaje, 
se generaron en el siglo XX. 
 
Sin embargo, ha prevalecido la concepción de que su origen proviene de los trabajos realizados por 
Saussure y Pears; y sin duda han ofrecido metodologías sólidas para su comprensión, más la inserción del 
estudio del lenguaje desde la filosofía, considera diversas formas de trabajo muy dignas de tomarse en 
cuenta para una comprensión más integral de su devenir en el proceso humano. Y la manera por la que 
optamos para su estudio, no fue a partir de la explicación del lenguaje, sino de la comunicación, ya que así 
podríamos comprender de manera más amplia estos menesteres. 
 
Pero ¿qué es la comunicación?, para Manuel Marín Serrano la comunicación es un comportamiento 
comunicativo a partir de actos expresivos antoheterónomos donde Ego (como primer actor) tiene la intención 
de intercambiar información con Alter a propósito de un objeto de referencia; haciendo uso de la materia y la 
energía para crear sustancias expresivas a partir de un trabajo expresivo, formando a Alter representaciones 
de ese mismo objeto de referencia; siendo éstos de igual o de diferente especie. 29 Es necesaria la 
participación de por lo menos dos actores (Ego y Alter). La expresión donde se vehicula el contenido o 
producto comunicativo que implica los diversos sistemas de referencia de alguno de los dos, aunado a su 
propia intención, significados y contextos todo esto transmitido por canales naturales, corporales o artificiales 
que permiten ese intercambio. 
 
Cabe especificar que en este planteamiento diferenciamos entre lo que es el proceso de 
conocimiento, que implica la relación entre las cosas (la realidad, lo que es), con el sujeto que conoce (dado 
por sentado que tal relación establece diversos procesos que van de la cosa a los sentidos, de los sentidos a 
una primera etapa de conocimiento sensible (donde se formaría la primera imagen, el concepto), una 
segunda etapa de conocimiento racional (que conlleva el juicio, la contrastación y la relación, todo esto que 
forma del pensar), una tercera etapa que es propiamente la expresión que implica la traducción en código 
lingüístico de lo pensado en estructura lingüística, primero, después en forma de habla (lenguajes), que 
conformaría la expresión. 
La expresión forma al lenguaje y no al revés. Hay una lengua previa. Por otro lado, el proceso 
en la obtención del conocimiento, respecto a la realidad y el sujeto; y los procesos sensibles que forman 
las imágenes y conceptos del pensar; son cuestiones que no se le debende dejar al lenguaje y mucho 
menos a la lengua; sino al proceso en conjunto de la comunicación. La expresión no necesariamente es 
 
29
 Véase MARTÍN Serrano Manuel. Teoría de la Comunicación. Epistemología y análisis de la referencia.- 
Siguiendo los postulados de este autor, establecemos una definición que facilitará la comprensión de la 
comunicación como objeto de estudio. 
14 
 
conocimiento o saber, ni representación es conciencia de mundo o entender; lo anterior se somete a la 
capacidad comunicativa de revocar, ajustar, errar, mal nombrar e incluso mal enjuiciar). Por lo tanto, la 
relación lengua, conciencia y pensamiento se sintetiza en la comunicación. 
 
Asimismo, el proceso expresivo intencionado con un ordenamiento sistematizado de lo percibido, lo 
pensado y lo traducido, dirigido a otro, entendido todo esto como información, que no sólo es transmitir, sino 
que implica toda una serie de actos de percepción, intuición y pensamiento. 
 
Finalmente, el acto comunicativo que necesitaría para realizarse el concurso de todos los anteriores 
procesos más el del intercambio de información que implicaría en algunas de las veces el entendimiento mutuo 
y el acuerdo para la acción. 
 
Todo lo anterior, servirá para ubicar si el planteamiento del filósofo del lenguaje lo situamos en la cosa, 
o en el intercambio, o en los contextos personales o sociales. 
 
La postura de inicio es que cada uno de los filósofos del lenguaje de acuerdo al conocimiento de la 
época, a su propia reflexión y a las relaciones que establece interdisciplinariamente con lo que conoce y es 
conocido por los demás, formula una manera específica de entender al lenguaje y a la comunicación. No todos 
hablan de la comunicación, pero sí todos estudian el lenguaje, entendido éste como la capacidad de 
comunicación en el hombre. 30 Así como hablan del lenguaje, muchos de ellos se refieren al signo lingüístico, 
otros engloban el lingüístico con otro tipo de signos. 
 
Bien, ahora que estamos hablando del signo conviene recordar que el signo es estudiado por la 
semiótica entendida como el estudio general del signo, o del fenómeno sígnico, o del acontecimiento semiótico 
en los procesos culturales de la significación. 31 La semiótica conjunta a la ciencia lingüística y a la filosofía del 
lenguaje y se concibe ―como una empresa integradora‖. Tal integración recopila a la semiótica, la filosofía del 
lenguaje y las ciencias lingüísticas que son la gramática, la lógica y la retórica; para ello, precisa que es 
necesario definirlas y delimitar campos respectivos. 
 
Si la semiótica es el estudio general del signo, la lingüística se limita al estudio del signo lingüístico, 
pero de manera científica, en sus estructuras y funciones más concretas. La filosofía del lenguaje estudia al 
signo, pero en aspectos más generales de su estructuración y su funcionamiento, cual compete al nivel 
filosófico (vinculado con la ontología, la epistemología y la psicología). 
 
Conectadas con la lingüística y la filosofía del lenguaje están un grupo de disciplinas que en la Edad 
Media se llamaban artes sermocinales o disciplinas del lenguaje: la gramática, la dialéctica o lógica y la retórica. 
 
La primera estudió el léxico y la sintaxis, es decir la corrección en la formación de oraciones. La lógica 
estudia la sintaxis y la semántica, es decir, las relaciones de coherencia y derivación inferencial que se dan 
entre las oraciones. La retórica (a la que se sumaba la poética) estudia, más allá, de la sintaxis, la semántica y 
sobre todo la pragmática del discurso, es decir, la ornamentación y el uso que los hablantes hacen de las 
oraciones en el discurso. 32 
 
 
30
 RAMOS. Alice. “Signum”: de la semiótica universal a la metafísica del signo. EUNSA. Pamplona, 1987 
31
 BEUCHOT, Mauricio. Aspectos históricos de la Semiótica y la Filosofía del Lenguaje. UNAM, México, 1987 
p. 7 
32
 BEUCHOT, Mauricio. Aspectos históricos de la Semiótica y la Filosofía del Lenguaje. UNAM, México, 1987 
p. 7 
 
15 
 
Todo este conjunto de ciencias y disciplinas nos permiten comprender al signo, pero el problema es 
que son conocimiento dispersos y es necesario unificarlos, por ello conviene como lo han hecho otros 
autores (Beuchot, Ramos, Ochoa, entre otros), reconstruir la historia de los pensamientos en relación al 
estudio del signo hasta la semiótica actual, así como, conocer las transformaciones que han pasado 
expresadas en la pragmática. 
 
Para ello un método que puede ayudar 33 ―a comprender de manera más justa el desarrollo histórico 
de la filosofía del signo y de la semiótica, es el método de Foucault… ―Esta relevancia consiste en evidenciar 
la capacidad de explicar aspectos del acontecimiento o fenómeno semiótico, para abordar entre sí teorías 
dispares y dispersas en lo que tienen de aprovechable para responder a los problemas que en la actualidad 
enfrentamos en el vasto campo de la semiótica‖. 
 
Por ello las aportaciones filosófico-científicas que permiten explicar el ―acontecimiento semiótico‖ 34 
los encontramos en las aportaciones históricas de los griegos y los medievales con respecto a la semiótica y 
la filosofía del signo, así como en los planteamientos del estructuralismo, la hermenéutica y la filosofía 
analítica. No olvidemos que el estudio del signo lingüístico a través de la semiología de Saussure, nos permite 
ver la referencialidad del objeto mental y acústico de la integración del significado en un nivel de carácter 
gramatical. Aunque se toma en cuenta el estudio del contexto en la semiología, como por ejemplo la 
significación de un signo a través de los regionalismos; ésta se concreta más en la lingüística. 
 
Bien, pues iniciemos como lo hemos formulado por un recorrido histórico de la filosofía del lenguaje 
en los griegos, los cuales inician el estudio del signo lingüístico. 
 
Los griegos fueron los pioneros en la filosofía del lenguaje, ellos la iniciaron en la cultura occidental. 
Además sirven de base para considerar el trabajo filosófico/lingüístico de los pensadores medievales y las 
diversas orientaciones de los pensadores modernos y contemporáneos. 
 
Desde tiempos muy tempranos de la filosofía, el estudio del lenguaje asombró a los primeros 
filósofos griegos, al grado que les maravillaba cómo es que las palabras se relacionan con las cosas, cómo 
es que las expresiones reflejan la realidad. (Hoy nos seguimos preguntando las mismas cosas y con las 
mismas respuestas de antaño). Las soluciones que ellos daban al problema se agrupaban entre dos 
posiciones: el naturalismo y el convencionalismo. Para los primeros, el lenguaje mantiene una relación 
natural con las cosas; para los segundos, mantiene con ellos una relación sólo artificial. Hoy predomina la 
tesis de la artificialidad o arbitrariedad del lenguaje, postulada por Ferdinand de Saussure, aunque en 
algunos autores sigue dándose una inclinación de explicación natural (Chomsky). 
 
LOS PRESOCRÁTICOS 
 
 Toda la discusión formal en los griegos principia por este cuestionamiento: ¿cómo es que nuestras 
expresiones corresponden a la realidad? Esta suscitó dos respuestas contrarias por un lado, algunos 
pensaban que las palabras corresponden a las cosas por naturaleza, que es algo debido a la physis. Esta se 
representa en, logos en palabra que refleja la propia identidad o naturaleza de lo real. 
 
 
33
 Ibídem. 
34
 Ibídem. 
16 
 
En Heráclito, 35 la tarea de significar está íntimamente ligada a la idea de la divinidad. ―El señor cuyo 
oráculo es el que está en Delfos ni habla, ni oculta nada, sino que se manifiesta por señales (Fragmento 93). 
Esta frase, que atribuye el poder significante a los dioses, concierne sin duda alguna al logos eterno, a través 
de su manifestación fónica. Según Heráclito, cuando la palabra humana intenta distinguir cada cosa según 
su constitucióny decir cómo es, los hombres carentes de experiencia son incapaces de comprender el logos, 
según el cual todas las cosas acontecen (fragmento 1). 
 
Como los hombres viven en la apariencia, no saben comprender ni saben decir. Abandonan, por 
consiguiente el logos, ese pensamiento y esa palabra indisoluble de lo Uno, a favor de la ilusión de un 
pensamiento individual, es decir, de una inteligencia personal y engañosa de las cosas, al no reconocer la 
verdad de la constitución de las cosas, es en cierto modo el principio unificador (fragmento 2). 
 
El tema de la participación de la palabra en el Logos, o más bien de su alienación es propiamente 
metafísico e incluso teológico. Según Heráclito hay un olvido del logos, y dice en el fragmento 1 ―siempre se 
quedan los hombres sin comprender que el logos es así como yo lo describo, lo mismo antes de haberlo 
oído que una vez que lo han oído; pues aunque todas las cosas acontecen según este logos, se parecen los 
hombres a gentes sin experiencia, incluso cuando experimentan palabras y acciones tales cuales son las 
que explico, cuando distingo cada cosa según su constitución y digo cómo es; al resto de los hombres les 
pasan inadvertidas cuantas cosas hacen despiertos, del mismo modo que se olvidan de lo que hacen 
cuando duermen‖. 
 
Según Alice Ramos, 36 la primera captación del fenómeno significante, en el pensamiento griego, 
encierra, por consiguiente, toda consideración parcial del signo –sea lingüística o lógica- dentro de un 
―dinamismo ontológico unificante. Encontramos así que a lo largo de la filosofía antigua, nos encaramos con 
el problema de la relación entre la palabra y el ser, entre los signos y el universo (una relación que es 
ciertamente de tipo referencial). 
 
Por otra parte, los pitagóricos apreciaron que la relación entre las palabras y las cosas es una 
relación o vínculo natural. Para ellos las naturalezas de las cosas son los números, medidas o formas 
superiores de las mismas y los nombres son semejantes a ellas; por lo mismo, la naturaleza de la cosas es 
la razón que las anima (números y proporciones de las cosas conoce su naturaleza racional de las cosas al 
comunicarles sus nombres. Se trata de una palabra natural, de un logos que expresa la Physis por ser un 
nombre conforme a la razón. 
 
A esta consideración se opone la que atribuye a la relación entre las palabras y las cosas un 
carácter arbitrario, esto es, conforme a la ley (el nomos: ley, arbitrio, convención, institución o imposición), lo 
que le da al logos el representar a la physis. 
 
Para Parménides, hay una arbitrariedad reglamentada de la palabra, dice que el filósofo conoce la 
verdadera faz de las cosas y la plasma en sus nombres, con lo cual las sujeta a una ley, la ley del ser. 37 
 
Para Alice Ramos, 38 la relación que existe entre lenguaje y mundo se patentiza en las posturas tan 
opuestas de Parménides y de Gorgias. Para Parménides, podemos decir la verdad porque a lo que nos 
 
35
 RAMOS. Alice. “Signum”; de la semántica universal a la metafísica del signo. EUNSA, Pamplona. 1987 p. 25 
36
 Ibídem. p. 26 
37
 BEUCHOT. Mauricio. Aspectos históricos de la Semiótica y la Filosofía del Lenguaje. UNAM. México. 1987 p.14 
38
 RAMOS. Alice. “Signum”: de la semiótica universal a la metafísica del signo. Op. Cit. p. 26 
17 
 
referimos es verdadero. El lenguaje, según Parménides, tiene como fin decir el SER, hace surgir el 
conocimiento del SER. Este filósofo nos remite al poder creador y realmente expresivo del lenguaje. Para él 
hay un Ser dotado de unidad. 
 
Demócrito, bajo otra forma, manifiesta el mismo carácter arbitrario legal de las palabras; el hombre 
plasma la ley natural del ser en la ley arbitrada del logos, de la palabra. 
 
Por otra parte, conviene resaltar la postura escéptica que engendra el nihilismo de los sofistas. 
Según Sexto Empírico, el mundo de los objetos cognoscibles no tiene trascendencia; todos los objetos de 
este mundo son phainomena, lo que se muestra, lo que se manifiesta. El mundo aparente es sólo la 
representación de un mundo real, del que no se puede saber nada; sólo sabemos que el mundo aparente le 
debe su origen al mundo real. Por eso, conocer el mundo real a partir del mundo aparente no tiene sentido; 
al estar ausente la cosa representada, ¿cómo sabemos que nuestra representación de esa cosa es 
correcta? La representación intermediaria no facilita el acceso al conocimiento de lo real; lo representante no 
nos revela nada a propósito de lo representado; sólo nos indica que existe; ya que lo representado no es 
cognoscible fuera de la representación, se puede decir que no es en nada cognoscible. 
 
No hay por consiguiente, ni conocimiento inmediato ni mediato del mundo real. No obstante, dentro 
del mundo de las apariencias cabe otro tipo de representación que consiste en una asociación entre objetos 
conocidos y cognoscibles. Esta relación no nos aporta ningún conocimiento de objetos que no estén ya 
conocidos, aunque se origina otro tipo de conocimiento. 
 
El lenguaje ya no es expresión de lo conocido, primero, por la escisión que se establece entre lo 
aparente (que sólo es representación) y lo real, que imposibilita una relación cognoscitiva entre el sujeto y el 
objeto, y segundo, por la concepción del leguaje, no como un conjunto de signos indicativos o expresivos, 
sino como un sistema asociativo de signos conmemorativos (recuerdo de cosas). El lenguaje no nos aporta 
ninguna información: el enunciado es sólo una reduplicación de las cosas que están presentes y de esta 
manera, siempre es verificable. Según Sixto es imposible concebir el signo como aquello que está 
relacionado a un significado y así desvela ese significado, porque para él es imposible concebir una cosa 
que no puede ser conocida antes que otra. Por eso para Sexto decir que los movimientos del cuerpo son 
signos reveladores del alma no tiene sentido, porque tendríamos que observar, verificar, al mismo tiempo la 
presencia del alma, o por lo menos haber contestado la presencia de ésta en algún otro momento. 
 
El que utiliza el lenguaje no es realmente un sujeto activo: ―su discurso no le pertenece… no dice 
nada, sea lo que sea, deja que las cosas se digan a través de él, presta su voz a los fenómenos, sin reflexión 
ni deliberación‖. 
 
Para los sofistas, el punto de vista se hace más antropocéntrico y el sentido es distinto. El hombre 
estatuye los nombres conforme a la ley porque él mismo es la ley o medida de todas las cosas. El hombre no 
domina las cosas mediante las palabras; pero, a través de las palabras domina el ánimo de los oyentes con 
respecto a las cosas. Este dominio del hombre por las palabras tiene carácter de ley, de nomos, que pesa 
sobre la physis a través del logos o razón de los que escuchan sus discursos. Por eso, en los sofistas el arte 
del lenguaje adquiere el carácter posesivo, dominante y cuasi perverso que Sócrates y Plantón llegaron a ver 
como una seria amenaza para la polis. 
Sin embargo, a pesar del objetivo de persuasión que asignaban los sofistas al dominio de la palabra, 
iniciaron su estudio expreso, en gramática y retórica, que fructificó incluso de manera negativa o por 
oposición a ellos, en los estudios lógicos de Aristóteles sobre el lenguaje. 
 
18 
 
En Protágoras se encuentra el afán de cultivar el lenguaje con vistas a un arte o techne del mismo; 
este arte tiene como fin la persuasión, necesaria para gobernar las ciudades. Es la retórica, que se incluye 
en la educación de los hombres; pero se ve acompañada de especulaciones gramaticales y lexicográficas. 
Protágoras fue el primero en dividir el discurso en cuatro partes: ruego, pregunta, respuesta y mandato. 
Según otros, fue en siete: narración, pregunta, respuesta, mandato, exposición, ruego e invocación, a las 
que llama ―Fundamentos del discurso‖. 
 
De acuerdo con su relativismo gnoseológico, de cada tema hay dos tesis contrarias; pero, ya queel 
hombre es la medida de todas las cosas, es él quien decide, tanto en el plano cognoscitivo como en el plano 
ético; por eso, sólo concedía valor a la retórica y a la artística. Tal postura le movió a estudiar los 
mecanismos de la defensa de tesis contrarias (Platón: Fedro 266 k ss.) y a precisar los tópicos o lugares 
comunes que apoyan la argumentación (Cicerón). Se ha registrado además algunas de sus investigaciones 
sobre gramática (Aristóteles, Retórica 5,140 b 6. Ref. Sophist. 24,173 b 27,Poet. 19,145 b 15). 
 
En la misma línea Pródico estudió la propiedad de las palabras, y para ello insistió en la distinción de 
los sinónimos. 
 
Gorgias fue quien practicó la retórica y la discusión erística. Se le atribuye un tratado sobre el Arte 
de la Oratoria y son famosas sus consideraciones generales sobre el lenguaje, por ejemplo, la hermosa frase 
de su Encomio a Helena: ―La palabra es una gran dominadora, que con un cuerpo pequeñísimo e invisible, 
realiza obras por demás divinas (Gorgias. Encomio a Helena 8). 
 
Pero se hacía necesario un cambio de pensamiento, pues la retórica de los sofistas se halla con 
respecto a su concepción ética de la vida en una relación semejante a la que tiene su erística con respecto a 
su gnoseología. Aquel que niega un saber objetivo, sólo le queda la apariencia del derecho ante otros y el 
arte de producir esa apariencia. Y este arte es la oratoria. Se trata del predominio de las formas sobre el 
contenido, lo cual conduce a un razonamiento engañoso y a una retórica tendenciosa y fraudulenta. 
 
Para Alice Ramos, 39 Gorgias opone al poder creador y realmente expresivo del lenguaje, un poder 
destructor de un nihilismo ontológico: si existieran seres cognoscibles, el conocimiento de estos seres no 
podría ser comunicado. La negación del ser y también la negación de una adecuación entre el ser y el sujeto 
cognoscente están en cierta manera garantizadas por la imposibilidad de la comunicación. No obstante la 
comunicación interpersonal es un hecho empírico que no se puede negar y el discurso transmite 
evidentemente algún contenido de sentido. 
 
Lo que Gorgias pone de manifiesto es que el discurso sólo nos proporciona un sentido, que no se 
acerca nunca al conocimiento verdadero, a una relación de adecuación plena entre el sujeto y el ser: nunca 
se comunica a otra persona las mismas cosas, sino sólo los signos, pero en realidad como los signos no son 
idénticos a las cosas, no nos pueden proporcionar un conocimiento genuino. 
 
El nihilismo ontológico de Gorgias ha dejado sus huellas en algunos sectores de la semántica 
moderna: primero, la transmisión del ser de las cosas, es decir, el conocimiento verdadero, es imposible 
porque no hay identidad entre los signos lingüísticos y las cosas, y tampoco entre el pensamiento y el dice: 
segundo, aunque se pudieran producir signos que representaran exactamente las cosas, el hombre no 
podría comunicar estos signos a otra persona, ya que cada persona forma su propio universo de 
pensamientos, de significados, que no son los del otro. 
 
39
 RAMOS. Alice: “Signum”; de la semiótica universal a la metafísica del signo. Op. Cit. p. 27 
19 
 
 
El hecho de que no pueda haber conocimiento verdadero estriba, en gran parte, en los 
planteamientos de la naturaleza del lenguaje de Georgias y de Sexto Empírico. No hay un vínculo natural 
ente lenguaje y las cosas; el lenguaje es más bien de carácter convencional, arbitrario, por eso, los 
caracteres de las palabras no indican nada de modo espontáneo a propósito de las cosas. 
 
Mucho antes de que Sexto hubiera planteado la arbitrariedad del signo, ya se encontraba el debate 
ente convencionalismo (el no isomorfismo entre lo que significa y lo que es significado) y naturalismo 
expuesto en la teoría semántica de Demócrito y también en Platón. La relación entre el signo y lo 
extralingüístico, entre lenguaje y aquella otra cosa, que puede ser el pensamiento de un individuo, la idea, o 
una clase de ser, da lugar a todo un debate acerca del origen del lenguaje. 
 
Como nos damos cuenta, el pensamiento de los primeros griegos en relación al signo (al lenguaje), 
nos plantea una serie de primeras conclusiones en relación a nuestra manera específica de entender al 
lenguaje desde la comunicación: 
 
a) Las formulaciones del lenguaje en los primeros griegos se ubica más que en la explicación de las 
palabras, sus funciones y organización, o en la información y comunicación, están orientadas a la explicación 
del proceso cognoscitivo. 
 
b) Todos estos filósofos se ubican dentro de nuestra primera parte de modelo, es decir la relación 
entre la cosa (la realidad) y el sujeto que la conoce (Conocimiento primario o sensible). 
 
Por supuesto en este punto, se podría abordar muchas posiciones que en cuanto a lo cognoscitivo 
se tienen, en cuanto a la propia verdad de la realidad, en cuanto a su propia existencia, sin embargo, no es 
motivo de este trabajo. 
 
c) Estos pensadores centran mucho su atención en cómo se originan las palabras, pero más que de 
manera experimental, de forma natural. En este sentido nos hablan de la naturalidad o convencionalidad del 
lenguaje, saturación que la aplicamos incluso al estudio del signo en general. 
 
d) Algunos de estos filósofos, se centran más que en las relaciones de cosa – sujeto, en la 
expresión, es decir, en la conformación del discurso que será dicho a otros (no a cómo se lleva a cabo el 
proceso de pensar), sino más bien a cómo se organizan las palabras para decirlas. 
 
e) Diría que aquí todavía no podemos ubicar a los filósofos del lenguaje griegos en la semántica, 
menos en la semiótica, sino más bien en una explicación gnoseológica que es el inicio del proceso 
semántico y después semiótico. 40 
 
Causa sorpresa que los filósofos hayan tratado estos temas desde tanto tiempo atrás. Será un reto 
para el comunicólogo de hoy, revisar lo que esta disciplina general ha dicho y puede aportar al estudio 
moderno de la comunicación, la información y las ciencias del significado. Tal es el trabajo de Victoria 
Escandell, lingüista española que ahonda sobre los campos fronterizos de la pragmática. 
 
 
40
 Es importante mencionar que gran parte de esta información proviene del artículo: Algunas aportaciones de la 
filosofía del signo a la semiótica, escrito por el Profr. David Fragoso. Para más detalles, consultar la revista: Colegio de 
Educación y Comunicación. N
o
. 4. UNAM, Campus ACATLÁN. 1999. 
20 
 
Es un hecho que los materiales simbólicos ofrecen una perspectiva y una sistemática específica 
para investigar las relaciones que regulan el uso del lenguaje en la comunicación y su semántica. El trabajo 
para llevar adelante esta tarea implicó la naturaleza de las mutuas afectaciones entre palabra-significado y 
representación y explicar cuándo, por qué, y cómo se producen los significados en un contexto determinado. 
La Pragmática, vista desde Victoria Escandell, efectúa ese trabajo. 
 
La distancia que existe, a veces, entre lo que literalmente se dice y lo que realmente se quiere decir; 
no necesariamente se tiene que ver desde el problema gramatical y su contexto. Sino de las leyes que 
regulan las representaciones comunicativas en el empleo de la comunicación. Hay una distancia entre lo que 
se dice y lo que se quiere decir. No se trata de los usos convencionales de las palabras que suponen un 
significado en común esperado, sino del uso de las comunicaciones de acuerdo a los factores que 
intervienen en una situación comunicativa dada. 
 
El uso de la comunicación entre los actores determina el criterio de la expresión lingüística, de las 
reglas y de los códigos de interpretación que se ponen en juego. El sistema interpretativo recurre no sólo al 
mensaje y su forma de expresión, sino también al conocimiento que posee el interlocutor en la 
comunicación, lo que constantemente percibey conoce de los interlocutores y su situación contextual en la 
manera en cómo lo expresa. Revisemos pues, el siguiente capítulo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
La ciencia de las lenguas extiende muy poco el círculo de los conocimientos 
humanos. Consumimos la mayor parte de nuestra vida llenándonos la cabeza con 
palabras, aumentando bien poco el número de nuestras ideas. ¿Acaso no es mejor 
tener siete pensamientos en una sola lengua que tener un solo pensamiento en siete 
lenguas? 
21 
 
 
DESIRÉE JOSEPH MERCIER 
 
CAPÍTULO III 
 
INTRODUCCIÓN A LA PRAGMÁTICA 
 
Hasta el momento hemos visto la trayectoria que ha tenido el ―lenguaje‖; cómo surgió desde una 
perspectiva paleontológica, su inicial tratamiento en la filosofía occidental con los griegos; preponderando la 
concepción de signo, tanto lingüístico como no lingüístico. En esta parte, es importante destacar cómo el 
lenguaje se ha manifestado desde su uso, desde su pragmática; terreno que desarrollaremos y para ello, se 
presentará una visión panorámica del tema, una justificación de la importancia de los estudios pragmáticos. 
Y un acercamiento de los conceptos fundamentales. 
 
Desde hace tiempo diversas áreas de investigación han abordado el estudio de la pragmática, y 
comenzar por saturar de definiciones este apartado, resultaría una tarea compleja y se podría caer en 
confrontaciones académicas, -quizás improductivas- o en un relato de los conflictos fronterizos entre 
pragmática y otros dominios cercanos, como la semántica o la sintaxis, que no colaborarían de manera 
alguna a esclarecer las cosas, y sí a generar la confusión. 
 
Por ello, consideramos que el trabajo realizado por Escandell, 41 sugiere una caracterización intuitiva 
e informal, que luego se irá elaborando, y precisando teóricamente; permitiendo una mayor comprensión del 
papel actual de la pragmática en la comunicación. 
 
La autora señala que pese a las divergencias en distintos aspectos, puede decirse que hay cierta 
unanimidad en lo que se refiere al objetivo central de la teoría: se entiende por pragmática el estudio de los 
principios que regulan el uso del lenguaje en la comunicación, es decir, las condiciones que determinan el 
empleo de enunciados concretos emitidos por hablantes concretasen situaciones comunicativas concretas, y 
su interpretación por parte de los destinatarios. 42 
 
En este sentido la pragmática no sólo centra su interés en lo propiamente lingüístico de la 
comunicación, sino también en lo extralingüístico que contribuye totalmente en el uso del lenguaje, 
precisamente todos aquellos factores a los que no se puede hacer referencia mediante un estudio 
puramente gramatical. 
 
Las nociones como las de emisor, destinatario, intención comunicativa, contexto verbal, situación o 
conocimiento del mundo, van a resultar de capital importancia ya que la distancia que existe a veces entre lo 
que literalmente se dice y lo que realmente se quiere decir (el problema del significado no convencional), la 
adecuación de las secuencias gramaticales al contexto y a la situación (sintaxis y contexto) o la asignación 
correcta de referentes como paso previo a la comprensión total de los enunciados (referencia y deixis) son 
tres tipos de fenómenos que escapan a una caracterización precisa en términos estrictamente gramaticales. 
 
 
41
 ESCANDELL, Vidal, M. Victoria. Introducción a la pragmática. De. Anthropos/Universidad Nacional de 
Educación a Distancia. Barcelona. 1993, 297 p. 
42
 Ibídem. p. 16 
22 
 
El trabajo demostrativo de Escandell permite reconocer que ―...en la comunicación las frases pueden 
adquirir contenidos significativos que no se encuentran directamente en el significado literal de las palabras 
que las componen, sino que dependen de los datos que aporta la situación comunicativa que en dichas 
frases son pronunciadas. De este modo destacan dos hechos fundamentales: 
 
I) Que hay una parte del significado que logramos comunicar que no es reductible al modelo de un 
código que empareja convencionalmente significantes y significados; y 
 
II) Que para caracterizar adecuadamente dicho significado hay que tomar en consideración los 
factores que configuran la situación en que las frases son emitidas. 
 
Además una parte muy importante de lo que se comunica depende directamente de los elementos 
que configuran la situación. 
 
Así las cosas, una teoría general del lenguaje deberá dar respuesta adecuada al menos 
a las siguientes preguntas: 
 
1) ¿Cómo es posible que lo que decimos y lo que queremos decir puedan no coincidir? 
2) ¿Cómo es posible que, a pesar de todo, nos sigamos entendiendo? 
3) ¿Qué parte de lo que entendemos depende del significado de las palabras que usamos? 
4) ¿Qué parte depende de otra cosa? 43 
5) ¿De qué otra cosa? 
 
Estas interrogantes, que ponen de manifiesto la complejidad de la interacción verbal, plantean, a su 
vez, toda una serie de problemas de carácter teórico de largo alcance y de no fácil solución. Estos problemas 
constituyen el centro del interés de la pragmática. 
 
Cabe mencionar que para la autora la pragmática no puede y no debe, en modo alguno, sustituir a 
la reflexión gramatical, ni tampoco mezclar indiscriminadamente ambos enfoques; al contrario, las 
explicaciones que ofrecen la gramática y la pragmática deben entenderse siempre como complementarias. 
 
Asimismo, es importante mencionar que debe entenderse a la lingüística como la disciplina que 
tiene como objeto de estudio al lenguaje, en sus diferentes niveles y diversos enfoques. Sintáctico es todo 
aquello que hace referencia a la estructura del lenguaje, es decir, a las posibles secuencias que puede 
presentar un grupo determinado de vocablos. Semántico es lo relativo al significado y sentido de las 
palabras, en este terreno deben ser tomados en cuenta tanto los significados literales (que serían el léxico 
normalizado de una lengua) como los metafóricos. Lo pragmático es lo relativo a la interacción misma en que 
la comunicación se genera. 
 
Pragmática, semántica y sintaxis serán las ramas de la lingüística que tomen como objeto de estudio 
cada uno de los niveles de la comunicación que están directamente relacionados con lo propiamente 
lingüístico (sin querer decir que no tomen en cuenta otros factores), pues no todo en la comunicación esta 
directamente relacionado con lo lingüístico (como los estados mentales de los participantes en la 
comunicación o los contextos físicos en que ésta se desarrolla). 
 
 
43
 Ibídem. p. 27 
23 
 
Aclarando el por qué de la necesidad de ubicarnos conceptualmente, a continuación presentaremos 
algunos fenómenos que no pueden ser comprendidos de una manera completa y adecuada si no es 
haciendo referencia a elementos o principios de orden netamente pragmático. De este modo, 
ejemplificaremos los diferentes aspectos que pueden individualizarse dentro de la caracterización anterior, y 
a la vez intentaremos dejar patente la necesidad de tomar en consideración esta perspectiva dentro del 
análisis lingüístico. 
 
TRES PROBLEMAS DE PRAGMÁTICA, EL PROBLEMA DEL SIGNIFICADO NO CONVENCIONAL 
 
Dar por sentado que las lenguas naturales funcionan como códigos, es decir, como sistemas que 
emparejan signos y mensajes de una manera constante: La lengua establece una relación diádica, 
convencional y arbitraria entre representaciones fonológicas (significantes) y representaciones semánticas 
(significados), es más común de lo que imaginamos. También habitualmente partimos de la base de que, 
cuando nos comunicamos por medio del lenguaje, lo que hacemos es simplemente codificar información, 
esto es, elegimos las representaciones fonológicas que corresponden al contenido semántico que deseamos 
transmitir. 
 
Estas dos ideas –la que las lenguas son códigos, y la de que comunicarse consiste en codificar y 
descodificar información, – que

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