Logo Studenta

CÓMO AYUDAR A LOS NIÑOS A SUPERAR EL ESTRES Y LA ANSIEDAD - Deborah M Plummer - Raymundo Adame

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

Cómo ayudar a los niños 
a superar el estrés 
y la ansiedad
Cómo ayudar a los niños 
a superar el estrés 
y la ansiedad
Deborah M. Plummer 
 
 
 
 
 
 
NARCEA, S. A. DE EDICIONES
MADRID
“Tu trabajo no está 
en despojarte de la personalidad que tienes 
y adquirir otra nueva, 
sino en perfeccionar todo tu ser.” 
Pedro Poveda 
Nota del Editor: En la presente publicación digital, se conserva la misma paginación que en la edicto 
impresa para facilitar la labor de cita y las referencias internas del texto. Se han suprimido las página 
en blanco para facilitar su lectura. 
© NARCEA, S.A. DE EDICIONES 
Paseo Imperial, 53-55. 28005 Madrid. España 
www.narceaediciones.es 
© Jessica Kingsley Publishers. London and Philadelphia 
Título original: Helping Children to Cope with Change, Stress and Anxiety 
Traducción: Susana Rivas Lorenzo 
Cubierta: Soraya Andújar 
Ilustraciones: Alice Harper 
ISBN (eBook): 978-84-277-1973-6 
ISBN (Papel): 978-84-277-1898-2 
Primera edición en eBook (Pdf): 2014 
Impreso en España. Printed in Spain 
Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación públi-
ca y transformación de esta obra sin contar con autorización de los titulares de la propiedad intelectual. La infracción de 
los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y sgts. Código Penal). 
El Centro Español de Derechos Reprográficos (www.cedro.org) vela por el respeto de los citados derechos. 
© narcea, s. a. de ediciones 7
INTRODUCCIÓN ........................................................................................... 11
Parte I. INTERACTUAR CON LOS NIÑOS ESTANDO 
SIEMPRE AHÍ CUANDO NOS NECESITAN
 1. Apoyar el bienestar emocional de los niños .................................. 17
Tener y transmitir sentimientos de valoración. Las alabanzas y 
los elogios. 
 2. Ayudar a los niños a entender por qué hacemos las cosas que 
hacemos .................................................................................................. 23
Auto-regular las emociones. La reacción al estrés. Relación entre 
pensamientos, sentimientos y conductas.
 3. Animar a los niños para que inventen soluciones imaginativas 31
¿Qué son las imágenes? En qué consiste el “trabajo imagina-
tivo”. Directrices para realizar el “trabajo imaginativo”.
Parte II. HABILIDADES BÁSICAS PARA LA VIDA
 4. Actividades para conocerse mejor .................................................... 41
Auto-retratos/¿Así es como me ves?/Soy yo/Todos somos 
diferentes/¿Tenemos algo en común tú y yo?/Mi vitrina/Cosas 
que me gustaría lograr/Cuéntame historias de mi vida.
 5. Actividades para desarrollar la imaginación ................................. 49
¿Qué son las imágenes?/Piensa en un pastel de chocolate/Los 
gatos parlanchines/Si yo fuera un animal/Sentirme bien siendo 
yo mismo.
ÍNDICE
8 © narcea, s. a. de ediciones
 6. Actividades para reconocer y entender nuestros sentimientos . 55
¿Cuántos sentimientos?/Muéstrame cómo te sientes/Cómo me 
siento/Como si los sentimientos fueran colores/Pendiendo de 
un hilo/Caretas de emociones/Expresar lo contrario de lo que 
sentimos/El juego del paracaídas “olas en el mar”/¿Cómo ex-
presar los sentimientos más profundos?/Imagínate.
Parte III. CÓMO SUPERAR LOS CAMBIOS
 7. Actividades para entender y superar los cambios ........................ 65
Todo cambia/Juego de palabras/¿Qué es un cambio?/Habi-
lidades para manejar el cambio/Un dibujo rápido/Grande y 
pequeño/Experimentos/Seguridad ante el cambio/Ayuda al 
mago y al gato Grimes a resolver el enigma/Imaginemos que 
nos sentimos seguros.
 8. Actividades para prepararse ante un cambio ................................ 73
Implícate en el cambio/¡Prepárate para sumergirte!/Preparo 
mi maleta antes de emprender un viaje/Imagínate cambiando 
algo/Pequeños pasos para recorrer el camino/Explorar. Tran-
quilizar. Reconocer. Celebrar.
 9. Vivir bien los cambios que se producen en la vida ..................... 79
Las seis “R”/“Chequead” a menudo y sed creativos/Hacer 
amigos/Dar a cada cosa su importancia/Establece respuestas 
modelo y busca ayuda.
Parte IV. CÓMO SOBRELLEVAR EL ESTRÉS
 10. ¿Qué es el estrés? .................................................................................. 85
Te presento al cerebro/¡Fuera estrés! Aunque, algo de estrés 
puede ser bueno/Mis sentimientos/Diferentes maneras de pen-
sar/Sentirse tenso y sentirse relajado/El muñeco de nieve.
 11. Ejercicios de relajación y para liberar tensión ............................... 93
Respiración relajada/Construir una estación de “reabasteci-
miento”/Humor/Pasar una sonrisa/El STOP de la risa tonta/
El dibujo musical/Juguetear con los dedos/Cuando quiero cal-
marme/Relajación por zonas del cuerpo/Quédate tranquilo/
Cuidarme todos los días.
© narcea, s. a. de ediciones 9
Parte V. CÓMO SUPERAR LA ANSIEDAD
 12. Pensar, sentir, actuar ............................................................................. 105
Mezclar todo/Pensamientos basura/Esto sucede porque.../
Atrapando mis sentimientos/Buenas y malas noticias/Una ciu-
dad muy preocupada.
 13. Qué podemos hacer con las preocupaciones .................................. 109
Una preocupación compartida/La “Caja de las preocupacio-
nes”/El árbol “Abrázame”/El “Equipo de las preocupaciones”/
Un problema reducido a la mitad/El libro mágico de la sabidu-
ría/Aprender a controlar las preocupaciones/Haz planes intere-
santes/Relajarse.
Parte VI. PARA SEGUIR ADELANTE
 14. Establecer nuevos objetivos y celebrar los objetivos logrados ... 121
Nave espacial hacia las estrellas/Mi yo futuro/Mi cofre de los te-
soros/Puedo cambiar mis sentimientos/Símbolos para mis éxitos.
BIBLIOGRAFÍA .............................................................................................. 125
© narcea, s. a. de ediciones 11CÓMO AYUDAR A SUPERAR EL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD
Los adultos no debemos olvidar que nuestras interacciones con los niños 
deberían ser siempre conscientes, constructivas y basadas en el conocimiento 
que tenemos de ellos como individuos únicos. Sólo escuchando lo que los 
niños nos dicen y caminando a su lado durante su viaje de autoconocimiento 
es como podremos aprender más acerca de su visión del mundo y de ellos 
mismos. Sólo así podremos apoyar de modo efectivo su bienestar emocional.
Pero para saber actuar de un modo conveniente con los niños es preciso que 
antes seamos capaces de actuar de la misma forma con nosotros mismos, con 
nuestros propios pensamientos, sentimientos y conductas. Esto incluye recono-
cer que nuestras actitudes y nuestras palabras pueden tener un profundo efec-
to en cómo ellos se sienten y se comportan.
Seguro que, por ejemplo, cualquiera de nosotros ha experimentado un 
estrés no deseado en algún momento de su vida, y seguro que todos nosotros 
tenemos nuestra propia forma de manejarlo; algunas veces con éxito, y otras 
veces no tan satisfactoriamente, quizás tendiendo a métodos que incluso agra-
van, más que alivian, nuestros niveles de estrés. Sin duda, estaremos en una 
mejor posición para ayudar a los niños si también somos conscientes de nues-
tras propias fuerzas, de las ansiedades y de los factores que nos ponen nervio-
sos; y, naturalmente, de las maneras que tenemos de sobrellevarlos.
Ayudando a los niños a superar el estrés y la ansiedad proporciona actividades 
prácticas, juegos y estrategias diversas para aquellos niños y niñas que estén 
experimentando diferentes niveles de estrés, que tengan dificultades para 
sobrellevar los cambios en su vida o que sean propensos a ansiedades leves o 
moderadas.
Introducción
12 © narcea, s. a. de edicionesINTRODUCCIÓN
Estructura del libro
El libro sigue una secuencia lógica en su exposición. Incorpora una selec-
ción de enfoques que pueden llegar a ser muy efectivos para apoyar la salud 
emocional y el bienestar, tanto de losadultos como de los niños*. Intenta, espe-
cialmente, ayudarles a que utilicen su imaginación a la hora de resolver proble-
mas y ganar confianza en sí mismos. 
La primera parte presenta los elementos clave que deberemos tener en 
cuenta para lograr una relación efectiva de apoyo a los niños. Plantea las acti-
vidades en el contexto de los últimos descubrimientos sobre el desarrollo del 
cerebro, y en cómo nuestros pensamientos afectan a nuestra conducta. La 
segunda parte ofrece una serie de actividades que sientan los cimientos para 
las tres siguientes en las que se trata el Cambio, el Estrés y la Ansiedad. Consti-
tuye un punto importante para iniciar el trabajo con todos los niños, sin impor-
tar el tipo de dificultad que estén atravesando.
Naturalmente existe un cierto solapamiento en las ideas de las partes tres, 
cuatro y cinco: “Cómo superar los cambios”, “Cómo superar el estrés” y 
“Cómo superar la ansiedad”, ya que los cambios pueden ser por sí mismos una 
fuente de estrés, especialmente aquellos para los que no estamos preparados; e 
igualmente el estrés y la incertidumbre también puede conducir a la ansiedad. 
Por ello es recomendable seleccionar las actividades más apropiadas y que 
mejor se adecuen a las necesidades de cada persona.
Finalmente, el sexto apartado sugiere estrategias para reconocer las necesi-
dades, celebrar los logros y mantener los progresos que se hayan conquistado. 
Es importante recordar que, si estamos preocupados porque vemos en el 
niño unos persistentes niveles de ansiedad, siempre es mejor buscar apoyo en 
la escuela, en el médico o en el especialista. Este libro no intenta ser un sustitu-
to de la ayuda profesional que puede necesitarse cuando un niño está experi-
mentando dificultades reconocidas clínicamente, como fobia escolar crónica, 
ansiedad social severa o depresión infantil. Tampoco es el objetivo de este libro 
estudiar específicamente los cambios provocados por un duelo, a pesar de que 
muchas de las actividades son apropiadas para usar con niños que estén sobre-
llevando una pérdida.
En la vida solemos actuar siempre lo mejor que podemos, de acuerdo a los 
conocimientos que tenemos a nuestra disposición en ese momento. Algunas veces 
lo que parece funcionar con un amigo y con sus hijos puede que no funcione con 
nosotros. O lo que funciona bien con nuestro hijo o nuestro alumno no tiene por 
qué cuadrar con lo que nos recomiende otra persona. En este sentido, las ideas 
que proporciona el libro son sugerencias de posibles estrategias para sobrellevar 
estos problemas. También pueden ser vehículo para un entendimiento más pro-
fundo de los intentos incipientes de nuestros hijos y alumnos de lidiar con la 
vida.
* A lo largo de este libro se ha optado por el uso genérico del masculino, con objeto de facilitar 
la lectura y sin ánimo alguno de exclusión.
© narcea, s. a. de ediciones 13CÓMO AYUDAR A SUPERAR EL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD
A medida que vayamos seleccionando, escogiendo y puliendo las ideas, convie-
ne recordar y reconocer nuestras habilidades como padres, educadores, cuidadores 
o profesores, y recopilar todas aquellas estrategias que hemos usado con éxito.
Y, en todo caso, no olvidar nunca todo el apoyo, amor y comprensión que 
siempre hemos dado y debemos dar a nuestros hijos y a nuestros alumnos.
Una sugerencia muy importante
Antes de empezar a trabajar con las actividades que ofrece este libro, con-
vendrá dedicar algún tiempo a preguntarnos a nosotros mismos sobre algunas 
importantes cuestiones que enumeramos a continuación.
No existen respuestas correctas o incorrectas; pero reflexionando sobre estas 
cuestiones podremos saber cuál puede ser un buen punto de partida para apo-
yar a los niños y, a la vez, serán ocasión para controlar nuestros propios pro-
gresos en estos temas.
• ¿Qué espero para mi hijo o para mis alumnos? ¿Qué es lo que más me 
gustaría que aprendieran utilizando las estrategias de este libro?
• ¿Qué espero para mí? ¿Qué es lo que me gustaría conseguir leyendo este 
libro?
• ¿Qué habilidades tengo como padre, como educador, como profesor, para 
apoyar a mis hijos o a mis alumnos?
• ¿Qué habilidades tengo en otras áreas de mi vida a las que pueda recurrir 
para ayudarles en situaciones difíciles?
• En una escala del 1 al 10, donde 1 es casi ningún problema, ¿cuánto pro-
blema creo que tiene mi hijo o mi alumno a la hora de sobrellevar los 
cambios, el estrés o la ansiedad? ¿Creo que puede superarlo?
• ¿Cómo sobrellevaría yo los cambios, el estrés y la ansiedad en mi propia 
vida? ¿Puedo ver patrones similares en cómo los sobrelleva mi hijo o mi 
alumno?
• ¿En qué medida siento que controlo mis propias emociones? ¿En qué 
medida creo que él controla sus propias emociones?
• ¿Creo que su ansiedad es angustiante o insoportable?
• ¿Cuál veo que es mi rol principal como padre, educador, profesor, acom-
pañante, persona de apoyo, establecedor de reglas, protector, animador, 
amigo, rescatador?
• ¿Cómo reflejo estos roles en la manera de interactuar con los niños? Por 
ejemplo, ¿les digo qué pueden hacer cuando tienen dificultades? ¿Tiendo 
a apurarme y “rescatarles” cuando están ansiosos?
• ¿Consigo tiempo suficiente para mí, para cuidarme? ¿Qué tengo que 
hacer para estar seguro de que esto está ocurriendo?
• ¿Qué hechos o qué personas han tenido influencia en mi vida estimulán-
dome a lograr lo mejor de mí mismo?
PARTE I
Interactuar con 
los niños estando 
siempre ahí cuando 
nos necesitan
© narcea, s. a. de ediciones 17CÓMO AYUDAR A SUPERAR EL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD
1. Apoyar el bienestar emocional 
de los niños
He trabajado durante casi 30 años como logopeda y conferenciante en estu-
dios de salud y de comunicación humana, he asistido a numerosos cursos y 
talleres, y he acumulado una gran cantidad de libros de psicología y de desarro-
llo personal, pero no todos me han sido útiles. Sin duda, lo que más ha influen-
ciado mi terapia y mis enseñanzas no han sido los libros de “cómo hacer” que se 
alinean en la pared de mi estudio, sino los escritos y las enseñanzas de las perso-
nas que entendieron que era más importante el “cómo ser” que el “cómo hacer”.
Carl Rogers, el creador de la terapia “centrada en la persona”, creía que 
cada ser humano tiene una tendencia natural a esforzarse en desarrollar todo 
su potencial en la vida, y que hay algunas condiciones que podían fomentar-
lo; son las llamadas “condiciones básicas”, válidas para toda relación huma-
na. Creía que si mantenía una relación congruente (transparente, en la que se 
mostraran los verdaderos sentimientos), una estima positiva e incondicional 
(valoración y aceptación de una persona individualmente considerada) y 
empatía (habilidad sensitiva para ver el mundo y a uno mismo tal y como él 
los ve), entonces, en esa relación, la otra persona sería más autónoma, segura 
y capaz de sobrellevar más fácilmente los problemas en su vida.
Muchos de nosotros reconocemos la importancia de estas condiciones bási-
cas en nuestras propias relaciones, pero a menudo, por el ajetreo de la vida 
diaria, se nos olvida enseñárselas a nuestros hijos o alumnos.
Hay dos estrategias que les pueden ayudar a que sean más autónomos y 
reconozcan su propios méritos. La primera supone demostrarles que entende-
mos, valoramos y respetamos sus sentimientos. La segunda supone proporcio-
narles alabanzas verdaderas, realistas y específicas, que reflejen nuestro con-
vencimiento de que sus capacidades son únicas.
TENER Y TRANSMITIR SENTIMIENTOS DE VALORACIÓN
Seguro que nos resultan familiares las siguientes preocupaciones que escu-
chamos frecuentemente entre nuestros amigos o nuestros colegas:
✓ “Me tiro de los pelos. Beatriz llora todas las noches diciendo que no quie-
re ir al colegio, pero sé que los profesores son encantadores y que ella 
tiene buenos amigos. No alcanzo a entender qué le pasa”.
✓ “Luis se preocupa siempre por todo! El más pequeño cambio en su rutina 
le molesta. Con sus preocupaciones incluso consigue ponerseenfermo 
algunas veces”.
✓ “Juan tiene un concierto escolar el próximo trimestre y ya empieza a 
ponerse nervioso. Le dije que no se preocupara -es un gran batería- pero 
se pone nervioso con cualquier cosa antes de que suceda”.
© narcea, s. a. de ediciones18 PARTE I. INTERACTUAR CON LOS NIÑOS
✓ “Rafa es muy joven para tener tantos dolores de cabeza. El doctor dice 
que está relacionado con el estrés. Intentamos todo para relajarle y que 
piense más positivamente acerca de sí mismo, pero él piensa que no es 
bueno en nada”.
✓ “Nos han trasladado a un sitio nuevo. Los niños justo acababan de adap-
tarse a la escuela y estoy preocupado por si otro traslado afectará a su 
rendimiento escolar”.
✓ “Cuando su mejor amigo se mudó, se mostró retraído durante meses, y 
ahora se está relacionando con chicos que son problemáticos, pero no sé 
cómo hacerle ver que esas compañías no son buenas para él”.
La vida de un niño está inevitablemente llena de cambios y de incertidum-
bres. Algunos de estos cambios traen excitación o alivio, quizás la oportuni-
dad de dejar atrás situaciones no deseadas y avanzar hacia nuevas decisio-
nes. Otros ocasionan tristeza, enfado o frustración, o incluso una mezcla 
confusa de estos sentimientos. Y mientras algunos niños sobrellevan estupen-
damente estos cambios, para otros puede ser una experiencia difícil y muy 
estresante.
Los niños necesitan sentirse cómodos con una amplia gama de emociones y 
tienen que ser capaces de recuperarse emocionalmente, y entender qué causa 
sus diferentes sentimientos. Sin embargo, por muchas razones, ésta es una 
tarea difícil de desarrollar, e incluso en la edad adulta se continúa batallando 
con ello. En el siguiente capítulo se explorará la “ciencia” de las emociones, si 
bien hay más factores a considerar.
La forma en que los niños experimentan y expresan sus emociones está 
parcialmente determinada por su nivel de desarrollo y reforzada en parte por 
las reacciones de quienes les rodean, de la familia, de las influencias culturales 
y de experiencias pasadas. Por ejemplo, puede ser que los niños no suelan oír 
hablar a los adultos de cómo se sienten. O puede que los adultos les hayan 
dado inconscientemente mensajes de que algunos sentimientos no son acepta-
bles (no hay que enfadarse, no hay que molestarse, no hay que llorar). Esto 
puede causarles confusión:
¿Es correcto sentirse triste cuando alguien muere o se traslada de domici-
lio, pero no cuando el niño ha roto o perdido algo? ¿Por qué lloro cuando 
siento enfado o frustración? ¿Quizás es equivocado sentirse así? ¡No sé lo que 
estoy sintiendo!
Ayudar a los niños a conocer y tratar sus emociones
El libro incluye algunas actividades en la parte II: “Habilidades básicas para 
la vida”, que ayudarán a los niños a explorar y entender sus sentimientos. Pro-
ponemos también una técnica muy simple de tres pasos que puede usarse como 
un punto de inicio para ayudar a los niños a reconocer y tratar sus emociones. Una 
vez que la intensidad inicial de la emoción haya remitido, hay que sentarse 
tranquilamente con el niño e intentar lo siguiente:
© narcea, s. a. de ediciones 19CÓMO AYUDAR A SUPERAR EL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD
• Paso 1: Que diga lo que vio, oyó y sintió. (“Cuando gritaste y empujaste a 
Quique parecías muy enfadado. Quique se cayó al suelo y se 
molestó”).
• Paso 2: Hacer una hipótesis acerca de los sentimientos. (“Es realmente 
duro cuando pasas mucho tiempo haciendo algo y alguien te lo 
estropea. Apuesto a que te sentiste muy frustrado”).
• Paso 3: Separar el sentimiento de la acción. (“Está bien sentirse frustrado. 
Pero no está bien empujar a tu compañero como lo hiciste”).
En este ejemplo, la idea de “frustración” se ofrece como una alternativa a 
una explosión de enfado, dando al niño la oportunidad de ampliar su conoci-
miento de los distintos niveles de emoción. El “seguimiento” de esto sería 
ayudarle a averiguar cómo hacer las cosas de forma diferente, alentándolo a 
encontrar una nueva forma de tratar sus sentimientos, y ayudándole a pensar 
una solución práctica para la situación que desencadene el sentimiento. Por 
ejemplo: “¿Dónde podrías dejar esto para que Tom no lo alcance?”.
Si valoras continuamente los sentimientos del niño de esta forma, logrará 
desarrollar sus habilidades para entender y regular sus emociones.
LAS ALABANZAS Y LOS ELOGIOS
Las alabanzas y las demostraciones de entusiasmo por las habilidades de un 
niño, la perseverancia y el sentido de la diversión pueden ser una excelente 
motivación para su desarrollo y la superación de los cambios continuos; pero 
los niños son muy buenos en detectar alabanzas que no son auténticas, y rápi-
damente las rechazarán si no cuadran con cómo se consideran a ellos mismos.
De la misma forma, una alabanza injustificada puede originar que el niño 
tenga una baja autoestima si intenta hacer cosas para las que no está aún prepara-
do, o si le conduce a tener unas altas y poco realistas expectativas de lo que puede 
conseguir. Incluso si se les ofrece unas alabanzas sinceras, los adultos tienen una 
tendencia desafortunada a añadir matizaciones de cualquier tipo. Por ejemplo:
• “Qué dibujo más bonito...., pero has olvidado pintar los ojos”
• “Qué bien que compartas...., si lo hubieras hecho igual esta mañana no te 
hubieras peleado”
• “Gracias por ayudar...., ¿por qué no lo puedes hacer siempre sin enfadarte?”
• “Me he dado cuenta de que has ayudado a tu compañero cuando estaba 
molesto..., normalmente te enfadas con él, ¿verdad?”
De la misma forma, también es fácil caer en alabanzas que indiquen un 
logro menor por parte de otros. Un premio al trabajador más rápido o al que 
mejor escucha, por ejemplo, sugiere que hay otros que no son tan buenos en 
eso y deja poco margen para mejorar. Por ejemplo: “si siempre soy el mejor, no 
necesito hacer nada más”.
© narcea, s. a. de ediciones20 PARTE I. INTERACTUAR CON LOS NIÑOS
Algunas ideas muy útiles
Aquí sugerimos algunas ideas muy útiles para trabajar con los niños las 
alabanzas y los elogios:
• Lo más efectivo es que los elogios sean concretos y descriptivos. “Me gusta cómo 
escuchaste cuando José te explicó las reglas del juego”; “Me di cuenta 
de cómo ayudaste cuando Samuel se molestó, ¡eso funcionó porque se 
calmó enseguida!”; “Tu problema con la pintura me hace ver cómo se 
debe sentir uno cuando está preocupado todo el tiempo, esto es lo que 
yo llamo ser considerado”; “Hoy hiciste muy bien en darte cuenta de 
que estabas preocupado y mantenerte controlado”.
• Comprender que tenga dificultades en el reconocimiento de los sentimientos. “Pare-
ce que fue muy duro para ti esperar tu turno para hablar en el debate, 
¡tenías muchas grandes ideas para compartir! Te ha debido de resultar 
muy frustrante”.
• Animar a los niños a decir alabanzas descriptivas a otros. “¿Qué es lo que más 
te gustó de la manera en que John afrontó la situación?”
• Animar a los niños a alabarse a sí mismos de forma descriptiva. “Hoy realmen-
te me preocupé mucho” o “hablé en el recreo con alguien nuevo y fue 
difícil, pero después me sentí bien”.
• Expresar la admiración también puede ayudar a que un niño se autoevalúe de una 
forma maravillosamente productiva. “¡Eso es fantástico! ¿Cómo fuiste 
capaz de hacerlo?”, “No tenía ni idea de que supieras tanto acerca de 
los planetas, ¿te costó mucho aprenderlo?”; “Luis dijo que siempre te 
acuerdas de los cumpleaños de todos, ¡eso es impresionante! ¿Cómo lo 
consigues?”
• Dar señales no verbales de aprobación y ánimo. Los pulgares arriba, un guiño 
o una sonrisa desde un extremo de la clase puede ayudar a un niño que 
está ansioso. De esta forma se puede mostrar que se está preocupado 
por él sin necesidad de acudir corriendo en su rescate.
• Animar a los niños a que piensen en qué sucede cuando encuentran obstáculos 
en sus rutinas diarias o en algunas actividades; en qué estrategias les 
están funcionando bien y, en particular, en qué momentos de dificultad 
han superado dichos obstáculoscon éxito.
• Utilizar reglas mnemotécnicas, si es necesario, para ayudar a recordar ideas 
que al niño se le hayan ocurrido durante las actividades de este libro. 
Comentarlo después con él para demostrarle que se ha tenido en cuen-
ta su opinión.
• Una forma muy clara de demostrar que se valora a los niños como individuos 
únicos puede realizarse de la manera más simple: decirle a un niño 
que disfrutamos de su compañía, o que nos encanta hablar con él, 
enfatizando el hecho del efecto positivo que tiene en nosotros, sola-
© narcea, s. a. de ediciones 21CÓMO AYUDAR A SUPERAR EL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD
mente por ser quién es, y no por lo que hace o por lo que no dice o no 
hace.
• Recordar que es importante “no etiquetar”, ni siquiera mentalmente. Por ejem-
plo, en lugar de calificar a un niño como “tímido”, hay que intentar ser 
más específico: “Ahora se muestra un poco inseguro cuando conoce a 
alguien nuevo. Le cuesta un poco adquirir confianza para hablar con 
alguien que no conoce. Le vendría bien practicar algunas frases que 
pudiera decir para romper el hielo”.
• Aunque a algunos niños les es difícil reconocer sus habilidades normales, sus 
logros y talentos, siempre hay que hacerlo antes de pasar a fijar sus metas y 
objetivos futuros. Es importante continuar reconociéndolo a lo largo de 
los capítulos de este libro. Los niños generalmente tienen poco tiempo 
en sus vidas para celebrar dónde están, antes de avanzar hacia el 
siguiente desafío, el siguiente objetivo de aprendizaje o el siguiente 
logro físico, aunque les estemos diciendo: “ sí, bien hecho, pero todavía 
no es lo suficientemente bueno!”
Christine Durham (2006), en su libro Chasing Ideas, describe una forma muy 
útil de animar a niños mayores. Sugiere el uso de acrónimos y abreviaturas. Se 
puede hacer un juego, por ejemplo tomando acrónimos o frases que digáis siem-
pre, y utilizarlos para que los niños hagan mensajes secretos acerca de su conduc-
ta y de sus pensamientos. Por ejemplo, GT (Gran Trabajo) o MBI (Muy Buena 
Idea). Utilizar estas abreviaturas con los pulgares en alto puede convertirse en 
algo divertido y con mucho significado.
En resumen, apoyar a los niños en sus momentos de cambio y de estrés 
supone enseñarles que les queremos, valoramos y respetamos por lo que son, 
no por lo que pueden hacer. Supone evaluar sus emociones, diciéndoles que, 
por ejemplo, es normal sentirse enfadado, triste o confuso por los cambios que 
están sucediendo en sus vidas. Supone cultivar sus habilidades con elogios 
realistas y abrazos incondicionales. Supone, por último, celebrar sus capacida-
des naturales para ser creativos e imaginativos.
© narcea, s. a. de ediciones 23CÓMO AYUDAR A SUPERAR EL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD
2. Ayudar a los niños a entender 
por qué hacemos las cosas 
que hacemos
“Sandra tiene 10 años. Su padre tiene un nuevo trabajo en otra parte del país 
y lleva 8 meses viajando a casa los fines de semana. La familia está preparando 
su mudanza para poder pasar más tiempo juntos. Los padres de Sandra siempre 
le han hablado de la mudanza en términos muy positivos, y han optado por apro-
vechar las vacaciones de verano para cambiar de colegio a la niña.
A pesar del apoyo y la actitud positiva de sus padres, Sandra muestra signos de una 
ansiedad cada vez mayor. Los obstáculos más pequeños le parecen grandes problemas. 
No duerme bien y a menudo se despierta con pesadillas dos o tres veces cada noche.
Parece cansada y apática en la escuela, y ha vuelto a algunas conductas de su 
niñez, como querer tener una luz encendida en su dormitorio toda la noche.
Insiste en telefonear a su padre al trabajo todos los días, y tiene miedo de que 
pueda tener un accidente en su vuelta a casa en los fines de semana.
Está preocupada por si su madre se olvida de recogerla del colegio, por si su 
hermano pequeño se pierde en una tienda e incluso porque no tendrá su equipo 
para el nuevo colegio y porque no sabe si hará nuevos amigos. Su lista de pre-
ocupaciones crece día a día”.
Sandra puede estar muy sensible a los cambios y próxima a la ansiedad, su 
sistema fisiológico está preprogramado para estar en un alto estado de alerta 
cuando está estresada, constantemente buscando situaciones que puedan ser 
preocupantes o peligrosas. Este estado de hiper alerta es agotador, tanto física 
como mentalmente, y cualquiera en su situación estaría deseando restablecer 
un sentido de normalidad y control en su vida. Por desgracia, la forma que 
escogemos de hacer esto, ya sea consciente o inconscientemente, puede ser en 
detrimento de nuestro bienestar emocional.
Los recientes descubrimientos en el campo de las neurociencias nos han 
permitido analizar las conexiones entre el desarrollo fisiológico, las experien-
cias más tempranas y qué pasa cuando tenemos estrés. Esto nos es útil para 
encontrar los mejores mecanismos para ayudar a los niños a sobrellevarlo 
según crecen y cambian, y también para que desarrollen estrategias apropiadas 
y adaptables para cualquier momento de su vida.
En el contexto de este libro, las áreas más importantes, que desarrollamos a 
continuación, son: la regulación de las emociones, la reacción al estrés y la relación 
entre pensamientos, sentimientos y conductas.
© narcea, s. a. de ediciones24 PARTE I. INTERACTUAR CON LOS NIÑOS
AUTO-REGULAR LAS EMOCIONES
Una de las primeras tareas de inteligencia emocional que tiene que desarro-
llar un niño es el establecimiento de un sistema efectivo de regulación de sus 
emociones: la habilidad para auto-regularse y auto-calmarse, de forma que no 
esté constantemente agobiado con la gestión de sus emociones.
Cómo funciona nuestro cerebro
Hay dos áreas importantes en el cerebro para el desarrollo de esta capaci-
dad de auto-regulación: la amígdala y el córtex pre-frontal.
La amígdala es una pequeña área almendrada de estructuras interconecta-
das, situada dentro del lóbulo temporal, a ambos lados del cerebro. Está rela-
cionada con cómo experimentamos las emociones y es responsable de detectar 
amenazas e iniciar la respuesta de estrés, (lucha, huida o parálisis) enviando 
información al hipotálamo (que se encarga de regular varios sistemas dentro 
del cuerpo, incluida la liberación de la hormona de la tensión). Es la causante 
de las emociones asociadas a una percepción de amenaza, por ejemplo, cuando 
una persona u objeto se asocian con un suceso traumático, la amígdala produ-
cirá una respuesta neuronal tan fuerte, que un futuro encuentro con esa misma 
persona u objeto disparará una respuesta de tensión, sin importar si hay una 
amenaza real o no ( Nunn, 2008).
La respuesta más rápida y primitiva de la amígdala a una amenaza, está, sin 
embargo, vigilada también por otras áreas del cerebro, como el córtex pre-
frontal , que se ocupa de los sentimientos y las interacciones sociales.
El córtex pre-frontal, como su nombre indica, constituye la parte delantera 
del lóbulo frontal, y su activación depende del humor que se tenga en un 
momento concreto: el lado izquierdo se asocia con los estados positivos de 
humor y el lado derecho con los estados negativos. Cuando el sistema está 
trabajando bien, las reacciones impulsivas al percibir una amenaza pueden 
inhibirse o regularse por un procedimiento de “razonamiento” llevado a su 
más alto nivel, previniéndonos de ese modo para no agobiarnos por ansieda-
des o miedos infundados.
Sin un desarrollo correcto del córtex pre-frontal , los niños, no solamente 
tendrán problemas con su auto-control, sino también con su capacidad para 
conectar con otros niños. Ésta es la razón de por qué los niños más pequeños 
no pueden controlar sus impulsos de patalear o tener una rabieta, porque su 
córtex pre-frontal todavía no está desarrollado del todo.
Ésta área del cerebro es más vulnerable a las influencias externas durante su 
desarrollo inicial, en los primeros cuatro años de vida. Estas influencias inclu-
yen la habilidad de los adultos para sintonizar con los sentimientos de los 
niños y proporcionarles elconfort y el tacto que pueda ayudarles a que su sis-
tema de regulación emocional se desarrolle y funcione con efectividad.
Las investigaciones demuestran que la inhibición de este proceso natural 
puede tener consecuencias a largo plazo. Por ejemplo, los niños de 4 años que 
© narcea, s. a. de ediciones 25CÓMO AYUDAR A SUPERAR EL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD
han crecido en un entorno con mucho estrés tienen un córtex pre-frontal más 
pequeño que los que han tenido un entorno más educativo. Estos niños mues-
tran claros signos de falta de competencia social, falta de habilidad para con-
trolar el estrés y dificultad para ver las cosas desde el punto de vista de otro 
niño.
Todos los niños, sin embargo, experimentan cierto estrés en sus vidas sin 
que eso produzca efectos adversos; un estrés moderado es consustancial al 
crecimiento, de ahí que sea útil para los educadores saber calibrar la respuesta 
a un nivel normal.
LA REACCIÓN AL ESTRÉS
“Estrés” es una palabra con la que todos estamos familiarizados. En el len-
guaje diario se utiliza para indicar los efectos negativos de las presiones de la 
vida: “me siento estresado”; “estoy tan estresado que no puedo pensar”; “mis 
migrañas se están haciendo más frecuentes por culpa del estrés que tengo”.
Una cierta cantidad de estrés puede sernos útil porque es un estímulo para 
actuar y nos motiva a lograr lo que queremos, y también es un elemento impor-
tante para el éxito en algunas áreas como la música, el baile y el deporte. Una 
cantidad moderada de estrés puede también mejorar la memoria y el aprendi-
zaje, mientras que un estrés prolongado reducirá la capacidad de memoria y la 
aptitud para aprender.
Manejarse con éxito en una situación que provoca nerviosismo pero que es 
placentera, como por ejemplo aprender a nadar o escalar árboles, puede ser un 
estímulo para la autoestima.
Cada niño será diferente en la cantidad de estrés que puede manejar con 
éxito y en cómo perciba las situaciones estresantes. Así, lo que para un niño es 
excitante y estimulante, para otro puede ser terrorífico. Por ello, entender el 
estrés supone comprender a cada individuo en sus relaciones y en su entorno, 
teniendo en cuenta también su carácter y sus aptitudes.
Factores más comunes desencadenantes de tensión
Para cualquier niño, uno de los factores más estresantes es la pérdida (o el 
miedo a la pérdida) de su seguridad. El vínculo entre el apego de los niños con 
los adultos y la capacidad que tienen para auto-rregularse ha sido el centro de 
muchas investigaciones. El apego es la fuente más importante de la seguridad 
de un niño, de su autoestima, su autocontrol y sus habilidades sociales.
“A través de sus relaciones íntimas, un bebé aprende cómo identificar sus 
propios sentimientos y cómo verlos en otros niños. Si la bondad es tan saluda-
ble (…) el niño se sentirá amado y aceptado, y empezará a aprender el valor de 
los sentimientos y la empatía. Al mismo tiempo, esta relación le ocasionará 
inevitablemente cierta dosis de frustración, conflictos y vergüenza, que son 
necesarios para completar su educación emocional” (Eliot 1999: 305-306).
© narcea, s. a. de ediciones26 PARTE I. INTERACTUAR CON LOS NIÑOS
Otra fuente de estrés, con frecuencia malinterpretada, se refiere a los desór-
denes en la comunicación. Mientras que la mayoría de niños parece que se 
manejan bien con sus dificultades del lenguaje o en el habla, otros se sienten 
más agobiados y frustrados por el malestar que les causa esta limitación. 
Muchos de estos niños tienen dificultad para negociar con otros y para defen-
derse cuando han sido injustamente acusados o cuando sus logros y talentos 
no son reconocidos. Los niños con dificultades severas en el lenguaje no suelen 
tener el vocabulario necesario para etiquetar o describir sus emociones, ni el 
lenguaje interno para ayudarse a sí mismos a regular sus emociones.
Estos niños, a menudo estresados hasta llegar al límite, pueden sentir que 
tienen un control muy pequeño de sus vidas y de sus sentimientos agitados 
que amenazan con estallar en situaciones impredecibles. Su frustración puede 
conducirles a enfadarse consigo mismos o con los que no los entienden, con el 
“sistema” que no les permite comunicarse efectivamente o con los que no tie-
nen tiempo para pararse y escucharles.
Otros factores normales de tensión incluyen:
• Presiones escolares, como exámenes o cambios.
• Presiones continuas para que consigan un alto nivel de comportamiento 
y acatamiento de las normas.
• Acoso, burlas, dificultad en hacer amigos, discutir con amigos, sentirse 
diferente a los demás.
• Discapacidades físicas o enfermedad.
• Una infraestimulación persistente, que les lleva al aburrimiento.
Nuestras respuestas y reacciones ante el estrés
Hay reacciones normales causadas por la respuesta “lucha/huida/paráli-
sis”, muy útiles contra el peligro y el miedo. He aquí algunas frecuentes:
• El hígado libera parte de sus reservas de glucosa para alimentar los mús-
culos, preparándolos para responder.
• El corazón late más rápido para enviar la sangre donde es más necesaria, 
para preparar un esfuerzo muscular mayor. Esto puede ocasionar palpi-
taciones y a veces un incremento en la tensión arterial.
• Al acudir la sangre a otros lugares, la cara palidece y los movimientos del 
estómago se paran o se ralentizan.
• Los intestinos tienden a ser menos activos y las glándulas salivares se 
secan.
• La respiración se hace más rápida porque los pulmones deben coger más 
oxígeno más rápido y eliminar dióxido de carbono.
• El sistema que se encarga de luchar contra las infecciones se vuelve menos 
activo también, ésta es la razón por la que estamos más predispuestos a 
coger enfermedades infecciosas tras períodos prolongados de estrés.
© narcea, s. a. de ediciones 27CÓMO AYUDAR A SUPERAR EL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD
• Sudamos más intensamente para ayudar así a nuestro organismo a 
enfriarse.
• Las pupilas se agrandan para obtener más luz e incrementar la sensibili-
dad a los estímulos externos.
• Se segrega adrenalina para mantener todas estas reacciones al estrés.
Si la reacción es completa y el “peligro” es tratado, entonces el cuerpo puede 
relajarse otra vez. Pero por desgracia, esta respuesta se produce a menudo en 
situaciones que no necesitan una respuesta física. Esto puede suceder cuando el 
niño está preocupado por un examen, por una conversación potencialmente 
difícil, por actuar en la función escolar o por llegar tarde a una excursión del 
colegio. Lo que no es bueno es que una reacción negativa provoque una prolon-
gación de la respuesta al estrés. Si un niño se dice a sí mismo que no puede con 
una situación su cuerpo continuará no estando preparado para la acción.
Los efectos del estrés
Cuando el estrés es excesivo o prolongado en el tiempo, incluso con niveles 
bajos, se experimentará un crecimiento tóxico de las hormonas del estrés, como 
el cortisol, liberado por las glándulas suprarrenales. El cortisol contribuye a 
incrementar los niveles de glucosa en la sangre y a interrumpir que la proteína 
y otras grasas provean de energía extra para la reacción de lucha/huida/pará-
lisis. Altos niveles de cortisol pueden afectar a nuestra capacidad de memoria 
y apagar nuestro sistema inmunitario. Esto, unido a una caída en los niveles de 
dopamina y serotonina (hormonas del bienestar) en el córtex pre-frontal, pue-
den provocar que nos sintamos “sobrepasados, miserables y temerosos, llenan-
do nuestros pensamientos, y percepciones con sentimientos de amenaza o 
terror, como si cualquier cosa que pudiéramos hacer no estuviera a nuestro 
alcance” (Sunderland 2006: 87). Entre los signos físicos de estrés se pueden 
incluir los siguientes:
• Alteraciones en los patrones de sueño.
• Apatía.
• Accesos de llanto.
• Dificultades en la concentración o en el aprendizaje.
• Desgana para ir al colegio.
• Bajo rendimiento escolar.
• Hábitos persistentes, como carraspeos o morderse las uñas.
• Cambios en los patrones de alimentación(aumento o disminución de 
la sensación de hambre).
• Dolores de cabeza o musculares.
• Dolores abdominales.
• Cambios en la conducta.
• Más sensibilidad a la ansiedad.
© narcea, s. a. de ediciones28 PARTE I. INTERACTUAR CON LOS NIÑOS
Los efectos de un estrés continuado, a edades tempranas pueden tener con-
secuencias en el bienestar emocional a largo plazo, dificultando la regulación 
de nuestras emociones en una edad más adulta. Esto puede generar una reac-
ción desproporcionada con factores de estrés de grado menor y estar física-
mente en tensión, constantemente en búsqueda de posibles peligros y proble-
mas, como le pasaba a Sandra, en la descripción que hemos hecho de su 
situación personal, al principio del capítulo.
RELACIÓN ENTRE PENSAMIENTOS, SENTIMIENTOS Y CONDUCTAS
Los niños más maduros interpretan y regulan sus emociones de una manera 
más razonada y lógica. Cuando experimenten una situación de excitación, como 
la ansiedad, comprobarán lo que está pasando a su alrededor para hallar una 
explicación y también recurrirán a experiencias pasadas y recuerdos emociona-
les. Incluso les puede ayudar el establecer conexiones inconscientes. De esta 
manera, las experiencias incontrolables de ansiedad que tuvieron en el pasado 
pueden intensificar su excitación fisiológica normal, lo que confirmaría su valo-
ración de la situación e intensificaría el cómo experimentan sus emociones.
Las imágenes también juegan un papel importante en este proceso. Si yo me 
ordeno a mí mismo incrementar el ritmo cardíaco o la sudoración, no creo que 
obtenga mucha respuesta. Pero si me imagino una situación aterradora de 
forma suficientemente vívida, entonces mi cuerpo responderá como si estuvie-
ra sucediendo de verdad. De hecho, las imaginaciones pueden tener tanto 
poder como la realidad o incluso más ( Tart 1988: 59).
La influencia de experiencias pasadas y la capacidad para calificar algunas 
situaciones como potencialmente alarmantes o estresantes, unidas a fluctuacio-
nes en los niveles bioquímicos y a las interacciones entre el córtex pre-frontal y 
la amígdala, conspiran para que consigamos regular nuestras emociones. Es 
sorprendente cómo los niños buscan trucos para conseguirlo. Sin embargo, 
todavía hay mucho que puede hacerse para ayudar.
El cerebro es extraordinario en su capacidad para adaptarse y responder a 
nuevas influencias, particularmente durante la infancia más temprana y hay 
muchas actividades infantiles que pueden ayudar a potenciar este proceso.
Cómo manejar los efectos del estrés
Las técnicas para sobrellevar las situaciones de estrés suelen ser tan especí-
ficas que pueden ir bien para un factor estresante pero no para otro. Las estra-
tegias están pensadas para tratar el problema de alguna manera (“no hay 
necesidad de que me encuentre en esta situación”) o pueden suponer cambios 
en la manera que pensamos acerca del problema (“esto es muy excitante”) o 
aprender a tolerarlo y aceptarlo (“esto me pone nervioso pero puedo manejar 
mis niveles de estrés”).
Existen también algunas maneras de manejar los efectos del estrés con éxito, 
que se explican a continuación.
© narcea, s. a. de ediciones 29CÓMO AYUDAR A SUPERAR EL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD
 Relajación
 Los niños pueden aprender técnicas de relajación de una forma divertida, 
para aliviar la tensión física y para relajarse física y emocionalmente, y así 
sentirse bien con sus sentimientos y con ellos mismos.
 Con una relajación efectiva se consigue descender el metabolismo y reducir 
la presión arterial y el ritmo respiratorio. También produce sentimientos 
subjetivos de calma y estabilidad emocional, por lo que es una habilidad 
muy útil para que los niños la aprendan.
 También es importante encontrar un método de relajación para el adulto. Lo 
mejor es basarse en la experiencia. La propia respiración relajada y postura 
cómoda del adulto contribuirá a conseguir un buen modelo para que el 
niño lo siga y, por supuesto, producirá beneficios duraderos en su vida. La 
relajación es una habilidad que puede ser aprendida y, como cualquier otra, 
debe ser practicada regularmente si queremos que forme parte de nuestra 
rutina diaria.
 Juego y relajación activa
 Las actividades físicas que nos hacen disfrutar son también una buena 
manera de aliviar los efectos de un crecimiento de los niveles químicos de 
estrés y de liberar la química del bienestar en el cuerpo. Andar, montar en 
bicicleta, practicar algún deporte o simplemente jugar en el exterior, pueden 
ser buenas formas para desestresarnos. Por ejemplo, los juegos de volteretas 
–suaves– y las carcajadas son conocidos por tener efectos anti-estrés, ya que 
activan los centros cerebrales de regulación emocional y causan la libera-
ción de opiáceos naturales que inducen sentimientos de placer y bienestar 
(Sunderland, 2006).
 Contacto físico positivo
 Los niveles de hormonas como la oxitocina (conocida por facilitar las con-
tracciones en los partos) y la serotonina (la hormona del bienestar que ayuda 
al relax) varían enormemente, dependiendo de cuánto contacto físico positi-
vo tengan los niños. La liberación de oxitocina se dispara por el contacto 
físico positivo, como ser acunado por un padre o recibir un masaje, y contri-
buye a sentimientos de seguridad y confort. Se asocia con la regulación del 
cortisol. Incorporar unas rutinas diarias de masaje en un niño puede incre-
mentar sus niveles de concentración, disminuir sus niveles de agitación y 
agresión y ayudarle a aprender habilidades de empatía y tolerancia.
 Control de la respiración
 La respiración es una actividad automática y mucha gente no piensa en ella 
como algo consciente. Si observamos a un bebé o un niño cuando duerme, 
veremos el patrón ideal de respiración; lenta, profunda y regular. El estóma-
go se eleva y cae fácil y suavemente. Sin embargo, los patrones de respira-
© narcea, s. a. de ediciones30 PARTE I. INTERACTUAR CON LOS NIÑOS
ción pueden cambiar, a veces por largos períodos de tiempo. Estos cambios 
pueden ser ocasionados por problemas de salud, ocurrir como reacción a 
momentos prolongados de estrés, o bien como resultado de emociones 
suprimidas (“los niños grandes no lloran”). También puede haber cambios 
temporales causados por situaciones puntuales de estrés, y como reflejo de 
diferentes emociones. Por ejemplo, la ansiedad a menudo provoca una res-
piración rápida y superficial.
 Una respiración calmada ayudará a los niños a ver que pueden tener un cierto 
control sobre su cuerpo cuando se sientan nerviosos, y puede ayudarles a tratar 
con emociones potencialmente desbordantes, como el miedo o el enfado.
 Utilizar la imaginación
 La imaginación es una fuente interior muy valiosa que puede usarse para 
fomentar los pensamientos creativos y positivos, para lograr una autoesti-
ma saludable a la vez que para adquirir la habilidad de interactuar con 
otros con éxito. Una imaginación creativa puede proporcionar una rica 
experiencia en el aprendizaje, que va más allá de la enseñanza de habilida-
des como una manera de sobrellevar las consecuencias del estrés, y abre la 
posibilidad de un aprendizaje más profundo, el tipo de aprendizaje que 
conduce a interacciones sociales inteligentes y promueve sentimientos de 
realización personal y amor propio.
 Existen numerosos estudios resaltando los efectos positivos de usar imágenes 
para efectuar cambios en el cuerpo. La doctora Karen Olness (1993), profeso-
ra de Pediatría, Medicina Familiar y Salud Internacional en la Universidad de 
Ohio, ha demostrado cómo los mensajes mediante imágenes pueden tener un 
efecto en el tratamiento de las migrañas. Demostró cómo los niños que regu-
larmente practican un ejercicio de imaginación relajante tienen menos migra-
ñas que los niños que toman medicina convencional para el mismo fin. Tam-
bién ha usado las imágenes como una terapia complementaria para los niños 
que tartamudean. Olness, que usa sistemas de reacción biológica para ense-
ñar a los niños cómo el pensamientopuede afectar a sus cuerpos, cree que 
este sistema es beneficioso para cualquier niño desde los 6 o 7 años.
 El juego creativo e imaginativo también ayuda a reducir los niveles quími-
cos de estrés y a que los niños puedan conducirse con éxito en situaciones 
estresantes.
 Al animar a los niños a escuchar sus pensamientos y sentimientos, y a notar 
cómo su imaginación puede afectar a sus cuerpos, estamos enseñándoles a 
valorarse a ellos mismos, y esto indudablemente afectará a la manera en 
que interactúan con otros y a la manera en que se enfrenten en el futuro a 
las situaciones. Usar la imaginación es un elemento importante en todas las 
actividades que proponemos a lo largo de este libro.
 El siguiente capítulo ofrece una breve explicación de trabajo con imágenes o lo 
que llamamos “trabajo imaginativo”, y desarrolla la idea de ayudar a los niños 
utilizando sus habilidades naturales para crear elecciones futuras positivas.
© narcea, s. a. de ediciones 31CÓMO AYUDAR A SUPERAR EL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD
3. Animar a los niños 
para que inventen soluciones 
imaginativas
¿QUÉ SON LAS IMÁGENES?
Imaginémonos pelando y cortando una cebolla con un cuchillo afilado. 
¿Vemos la cebolla? ¿Podemos olerla? ¿Podemos imaginar la textura de la piel y 
las diferentes capas según la vamos cortando? ¿Imaginamos nuestros ojos llo-
rando? ¿Podemos escuchar el ruido del corte?
Del mismo modo, podemos preguntarnos sobre qué imágenes tenemos al 
pensar en:
• Una cascada de agua cayendo por una montaña.
• El césped recién cortado.
• Al acariciar un gato.
• Cuando esperamos en una estación de tren llena de gente.
• Al acudir a una entrevista importante.
¿Cuál fue el sentido más fuerte: el tacto, la vista, el sonido, el olfato? ¿Fui-
mos conscientes de alguna emoción asociada a estas imágenes? Quizás experi-
mentamos una mezcla de muchas cosas, pero en grados diferentes. Fuera lo 
que viéramos, sintieramos, oyeramos u olieramos, todo ello estaba, por supues-
to, en la imaginación, y la fuerza de cada una de las imágenes fue resultado, en 
parte, de las experiencias previas y de recuerdos. Por ejemplo, alguien cuyas 
mayores experiencias en estaciones de tren hayan sido de despedida a seres 
amados, habrá tenido sentimientos muy distintos de energía conectados con 
esas imágenes, comparado con otra persona para quien viajar sea un gran pla-
cer y tenga un sentimiento de excitación asociado con los viajes en tren. El 
césped recién cortado puede evocar recuerdos de veranos placenteros o quizás 
engendrar sentimientos de incomodidad asociados con alergias.
Incluso si dos personas visualizan la misma idea, la experimentarán de una 
forma diferente; la imaginación de cada persona es única.
La percepción e interiorización de una multitud de diferentes imágenes 
visuales, audibles, olfativas, de sentimiento y kinestésicas es una parte natural 
de nuestras vidas. Las imágenes son nuestro medio más temprano de conferir 
un sentido al mundo. Ellas forman la base de nuestro conocimiento de nosotros 
mismos y de los otros, y de nuestro entorno, incluso antes de que nos pudiéra-
mos comunicar con palabras.
A lo largo de la vida construimos un banco de memoria de imágenes, que 
reflejará nuestras interpretaciones únicas y exclusivas de nuestro entorno y de 
© narcea, s. a. de ediciones32 PARTE I. INTERACTUAR CON LOS NIÑOS
nuestras experiencias e interacciones. Mientras que algunas de ellas pueden ser 
fácilmente evocadas, hay un número incontable de ellas que pasan a nuestro 
inconsciente, se almacenan en el “sótano”, y que informan nuestra vida diaria. 
Algunas veces nos influyen tanto que pensamos que tenemos un pequeño 
margen de elección en nuestros sentimientos, actitudes o acciones.
Por ejemplo, ¿nos hemos sentido alguna vez incómodos con alguien sin 
ninguna razón aparente? Puede ser porque nos recuerde algún encuentro des-
agradable con otra persona, incluso aunque no seamos conscientes de ello. 
Igualmente, podemos haber experimentado los efectos del inconsciente cuan-
do de repente nos hemos sentido enfadados o tristes por algo y hemos pensa-
do, “¿por qué he llegado a este punto?”.
O nos decimos, “¡no es propio de mí enfadarme así!”. Por supuesto, los 
sentimientos agradables pueden ser evocados por asociaciones inconscientes: 
un sonido, un aroma, o quizás la vista de un objeto, puede disparar un senti-
miento de alegría o satisfacción, por su conexión con sucesos pasados.
Hay también imágenes y acontecimientos en nuestras vidas que entran subli-
minalmente en nuestro inconsciente. Al principio no nos damos cuenta de ellas, 
están almacenados como recuerdos y la mente consciente puede acudir a ellas en 
momentos de perspicacia o después de un período de profunda reflexión.
Todos hemos experimentado esas “ideas creativas”, aunque no hayamos sido 
conscientes de usar ninguna técnica específica para acceder a ellas. Cuando un 
problema parece insalvable, apartarnos de él conscientemente y hacer alguna 
otra actividad, dar un paseo, quizás, puede darnos resultado y que, de repente, 
la solución mágica nos venga a la cabeza. Quizás hemos tenido la experiencia 
de resolver un problema durante el sueño o en un momento de meditación. 
Podemos haber encontrado flashes de inspiración mientras practicábamos téc-
nicas de relajación. Cuánto más relajados estemos al tiempo en cuerpo y mente, 
más probable es que esto suceda.
EN QUÉ CONSISTE EL "TRABAJO IMAGINATIVO"
El uso constructivo del proceso imaginativo es una parte vital en el desarro-
llo del niño. Sin embargo, a medida que crecemos y avanzamos hacia la madu-
rez, la mayoría de nosotros empieza a perder el contacto con esta habilidad. 
Relegamos la imaginación a épocas pasadas y desanimamos a los niños con 
comentarios como “no seas tonto, es sólo tu imaginación”. Parece que para la 
mayor parte de nosotros la imaginación es un sinónimo de cosas “diferentes” 
a la realidad de la vida, pero que están muy lejos de convertirse en realidad.
Esta creencia se refleja en alguna de las siguientes definiciones de ”imagi-
nación”, dadas por un grupo de adolescentes:
✓ “Dibujos, historias y sueños que formas en tu cabeza”.
✓ “Algo que piensa que las cosas vayan como te gustaría, no como son”.
✓ “La parte de ti que consigue todo lo que quieres”.
✓ “Donde sucede todo lo mejor para ti”.
© narcea, s. a. de ediciones 33CÓMO AYUDAR A SUPERAR EL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD
✓ “Un lugar donde no suceden cosas malas”.
✓ “Un lugar dentro de ti donde guardas todos tus sueños”.
Todavía hay tiempo para rectificar esta situación, ya que disponemos de las 
herramientas necesarias para ayudar a los más jóvenes a hacer realidad alguno 
de sus sueños. Usando el poder de la imaginación de una forma positiva, los 
niños pueden empezar a cambiar su futuro personal y promover su propio 
desarrollo hacia la confianza y el bienestar emocional.
El término “trabajo imaginativo” fue creado por la doctora Dina Glouberman. 
Este trabajo es interactivo (implica el contacto con las imágenes, bien interna-
mente o a través de un “facilitador”) y orgánico, pues permite su aplicación 
creativa en diferentes áreas de desarrollo personal y profesional. Interactuar 
con nuestras imágenes puede guiarnos a descubrir cosas de nosotros mismos 
y de la manera en que vemos el mundo de forma más profunda de lo que 
somos conscientes.
La idea de interactuar con imágenes personales no es nueva, por supuesto. 
El proceso es antiguo y ya jugó un papel importante en culturas antiguas y en 
sus técnicas de curación. Ya en el siglo XIX, Carl Jung desarrolló la idea de 
“imaginación activa” y animó a sus pacientes a usarla como una herramienta 
de auto-ayuda. La imaginación activa parte de la premisa de que el inconscien-
te tiene su propia sabiduría y, si una persona está participando activamente en 
el proceso, permite a su imaginación aflorar donde quiere y trabajar con las 
imágenes que salgan, cualesquiera que éstas sean.
James Hillman (1990) nos recuerda que las imágenes no requieren interpre-tación. Hillman sugiere que la imagen en sí misma es más importante, global y 
compleja que lo que tenemos que decir acerca de ella. En otras palabras, las 
imágenes demandan respeto, no análisis. Es importante recordar esto cuando 
se ayude a los niños a usar su imaginación. Podemos animarles a hablar de las 
imágenes y con las imágenes, pero debemos resistir la tentación de sugerirles 
nuestras propias interpretaciones de lo que significan.
Las imágenes generalmente son muy personales para cada individuo. 
Deben ser vistas en el contexto de dónde, cuándo y cómo fueron creadas, y 
siempre bajo el punto de vista de ese niño.
Este elemento de unicidad también implica que las imágenes almacenadas 
y las nuevas afloran de diferentes formas. Aunque muchas personas afirman 
que pueden “ver” cosas en su imaginación, esto no le sucede a todo el mundo. 
Algunos tienen una “sensación” de una imagen, pero no una foto clara y pre-
cisa, sin embargo pueden estar más seguros del sonido, del olor o de un senti-
miento asociado a esa imagen. No hay unas formas mejores que otras y, no 
importa cómo experimentemos las imágenes, es posible entrenarnos a nosotros 
mismos para llegar a estar más seguros de ellas e incluso crear otras nuevas.
A continuación sugerimos un breve ejercicio para intentarlo. Necesitaremos 
leerlo un par de veces antes de empezar o pedirle a alguien que nos lea las 
instrucciones. Será bueno tener al lado un folio en blanco y algunos lápices de 
colores.
© narcea, s. a. de ediciones34 PARTE I. INTERACTUAR CON LOS NIÑOS
Siéntate en silencio por unos minutos y relájate tanto como puedas… Cierra 
poco a poco tus ojos…, deja que a tu imaginación le venga una imagen cuando te 
preguntes: “¿En qué punto de mi vida estoy ahora?”. Puede ser la imagen de un 
animal, una planta o un objeto. Justo deja que aparezca en tu mente, sea lo que 
sea. Ahora, en tu mente, examina de cerca la imagen… cuando estés preparado 
abre los ojos y dibuja la imagen en un papel... cuando termines, siéntate en silen-
cio de nuevo con los ojos cerrados.
Respira hondo y relájate. Deja que aparezca otra imagen cuando te preguntes: 
“¿Qué se interpone en mi camino/que me está retrasando? ¿Qué cualidad nece-
sito desarrollar para superar esta situación?”.
Cuando hayas hecho el segundo dibujo, tómate un tiempo para pensar cómo 
se relacionan esas imágenes con tus preguntas. Te puede ayudar el que también 
lo hables con alguien y así clarificar lo que representa.
Recuerda que nadie puede interpretar las imágenes por ti. Son muy persona-
les y desencadenarán unas asociaciones solamente tuyas. Sólo tú sabes lo que 
significan.
Usar el "trabajo imaginativo" para marcarse objetivos y cuando se producen 
cambios
El trabajo imaginativo puede ser una ayuda para marcarse objetivos, una 
habilidad importante pero a menudo poco valorada. Un niño que se marca 
unos objetivos está preparado para evaluar su progreso y, no sólo tendrá un 
sentido más claro de hacia dónde se dirige y cuáles son sus propósitos, sino 
que además podrá conseguirlos más rápido.
El sentimiento de control lleva a una más alta autoestima, con la que se 
consiguen mejores logros.
Sin embargo, muchos niños no se fijan objetivos porque han tenido expe-
riencias fallidas o porque han oído a menudo que no serán capaces de lograr-
los. Esta idea, aunque no es real (“nunca consigo lo que realmente quiero”) 
viene a ser una creencia que les autolimita.
El trabajo imaginativo ayuda a que el niño se proyecte en el tiempo con su 
imaginación y vea que ha conseguido sus metas, experimentándolo en su 
mente conscientemente, e incluso creando un recuerdo de la experiencia como 
si hubiera sucedido de verdad.
Esta proyección de futuro también dará al niño la posibilidad de reconocer 
en qué momento está y de descubrir qué cosas le harán falta saber para conse-
guir ese objetivo.
Por ejemplo, inventarse un nuevo “papel” para sí mismo en su imagina-
ción, donde se ve cumpliendo sus sueños, siendo más seguro o más positivo, 
le permitirá experimentar una nueva manera de actuar y reaccionar, y le per-
mitirá descubrir todo su potencial. A este procedimiento, creado por Richard 
Bandler y John Grinder (1989), se le llama “enmarcación”, y posibilita la reco-
© narcea, s. a. de ediciones 35CÓMO AYUDAR A SUPERAR EL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD
pilación de información que normalmente no está disponible. Requiere que no 
se piense en la realidad para ver cómo actuar, sino como si ya se hubieran 
conseguido algunos de los objetivos propuestos.
Este concepto lo usan los atletas olímpicos, que tienen a menudo un coach, 
un entrenador de imágenes. Se les enseña que, imaginándose a ellos mismos 
llegando al máximo nivel, pueden mejorar sus marcas actuales.
El trabajo imaginativo también puede ser utilizado para ayudar a los niños 
a minimizar las posibles dificultades que se pueden encontrar cuando sufren 
cambios en su vida, dándoles la oportunidad de estudiar los riesgos desde su 
imaginación. Esto les dará una idea de los posibles resultados y beneficios que 
puedan tener cuando hayan completado ese cambio.
A través de la imaginación los niños pueden encarar sus miedos y mirarlos 
desde una cierta perspectiva, pudiendo hallar soluciones creativas a los obstá-
culos. Para superar sentimientos de ansiedad pueden intentar “remarcar” un 
cambio pendiente (“¿Qué pasaría si hubieras hecho esto? Mírate a ti mismo 
cambiándolo. ¿Qué sucede entonces?”). Se les puede animar a que analicen 
sus dilemas desde diferentes perspectivas, viendo qué pasaría según lo que 
hagan o llegando a un compromiso para hacer ese cambio más fácil para 
ellos.
Para facilitar este proceso es importante reconocer que los obstáculos que 
los propios niños se ponen son una manera de autoprotección, y respetarlos 
como tal. Hay que permitir a los niños que superen las resistencias a su propio 
ritmo. Normalmente, los obstáculos son los mejores indicadores de la solución 
más idónea, algo que se puede ver con el trabajo imaginativo. He aquí un ejem-
plo de cómo funciona:
Sara tiene muchas dificultades para hacer amigos en su nuevo colegio. Sus 
intentos de unirse a los juegos de otros niños fueron cobardes y frecuentemente 
entendidos como interferencias. La veían como diferente y la rechazaban.
La niña se dio por vencida y simplemente les miraba, quedándose al margen, 
y se refugió en su fantasía: se veía detrás de una pared grande de ladrillos. Podía 
oír a los niños al otro lado y también podía verlos a través de un agujero, pero 
ellos no podían verla a ella. La pared de ladrillo la hacía sentirse fuerte y prote-
gida, a salvo de los daños. Quitar esa pared hubiera sido devastador para ella, 
pero la protección estaba agravando su aislamiento.
A Sara se le ocurrieron varias alternativas creativas. Se dio cuenta de que uno 
de los lados de la valla no estaba sujeto a nada y que desde ahí podía hacer bre-
ves incursiones hacia el otro lado, pudiendo volver rápido si lo necesitaba. Podía 
invitar a otro niño a unirse a ella detrás de la pared, para jugar un juego que ella 
eligiera y luego acompañar al niño al grupo mayor. Si quitaban un ladrillo cada 
vez a la pared, se dio cuenta de que necesitaría que alguien la ayudara, y que 
tendría que ser gradual, para prevenir que se cayera la pared entera y le hiciera 
daño.
© narcea, s. a. de ediciones36 PARTE I. INTERACTUAR CON LOS NIÑOS
Puedo imaginar a Sara alejándose de una pared bastante más pequeña, ¡y no 
en futuro muy lejano!
Una vez que nos familiaricemos con el uso de las imágenes, veremos que las 
estrategias se hacen más naturales y pronto animaremos a los niños a “imagi-
nar” problemas, decisiones, dilemas y sentimientos. Podemos también ofrecer-
les imágenes cuando sea procedente (“estás ahora muy enfadado con Miguel, 
tengo una imagen de un tigre herido, ¿así es como te sientes?”, “este problema 
parece que es una gran mole de piedra, no podemos moverla, ¿qué podemos 
hacer con ella?”).
Los niños que estén acostumbrados a usar las imágenesson los que más 
podrán ayudar y sugerir sus propias imágenes si creen que no hemos acertado 
con la esencia de lo que están sintiendo: “no, es más bien un gran charco pan-
tanoso!”. Simplemente hablando de las imágenes de esta manera se ayuda a los 
niños a ver soluciones o a avanzar en algo en que antes estaban parados.
Podemos animar a los niños a usar su capacidad natural de trabajar con 
imágenes para que puedan sobrellevar las situaciones potencialmente estresan-
tes, incrementar su seguridad, ayudarlos a resolver problemas, conseguir sus 
objetivos y que superen con éxito los desafíos que les plantee la vida, en resu-
men, a crecer y perfeccionarse. Como dijo Einstein, “tu imaginación es un ade-
lanto de todo lo bueno que está por venir en tu vida”.
DIRECTRICES PARA REALIZAR EL "TRABAJO IMAGINATIVO"
Mostramos a continuación algunas directrices que nos ayudarán a nosotros 
y a nuestros alumnos para disfrutar del trabajo imaginativo tanto como sea 
posible.
 Introducir la idea del "trabajo imaginativo"
 Es conveniente hablar de ello con los alumnos antes de empezar a hacer 
ejercicios. Hay algunas actividades en la segunda parte del libro que ayuda-
rán a ello. A un nivel muy básico, sería hablarles de tener “pensamientos y 
dibujos en tu cabeza que te ayudarán a resolver las cosas”. Podrías también 
decirles que el trabajo imaginativo nos ayuda a ser inventivos a la hora de 
resolver problemas, nos ayuda para estar más seguros y nos da la oportuni-
dad de intentar cosas en nuestra mente antes de hacerlas en la realidad.
 Hacerlo “especial”
 Será muy útil hacer que sean “especiales” las sesiones de trabajo imaginati-
vo fijando de antemano un tiempo especial para ello, quizás una vez a la 
semana. Con tantas habilidades importantes y útiles en nuestra vida, es 
frecuente que no tengamos tiempo para el trabajo imaginativo. Si logramos 
asignarle un momento regular en la rutina diaria, nos beneficiará a largo 
plazo.
© narcea, s. a. de ediciones 37CÓMO AYUDAR A SUPERAR EL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD
 Permitir que las imágenes emerjan
 Los niños normalmente son muy rápidos para percibir las imágenes, pero si 
los alumnos dicen que están teniendo problemas, podemos ayudarles 
diciéndoles lo siguiente:
• Dispones de mucho tiempo. Deja simplemente que la imagen venga a 
ti.
• No te preocupes si al principio es un poco confuso. Según avances se 
irá haciendo más fácil.
• Imagina que estás mirando un cuento con viñetas y que puedes ver las 
imágenes que van con la historia que estás escuchando.
• No te preocupes si no puedes ver las imágenes claramente. Quizás 
tengas algún sentimiento acerca de ellas.
 Leer las instrucciones del "trabajo imaginativo" en voz alta
 En este libro encontrarás puntos suspensivos en bastantes de los ejercicios 
que se proponen; eso significa que tienes que dar mucho tiempo a los niños 
para que exploren una imagen.
 Mantén tu voz tan tranquila como puedas, también para las sesiones del 
trabajo imaginativo y, por supuesto, cuando estéis haciendo los ejercicios de 
relajación. Y sobre todo, ¡haz que cualquier actividad sea lo más divertida 
posible!
 La segunda parte de este libro que hemos titulado, “Habilidades básicas 
para la vida”, explora las estrategias para construir las aptitudes básicas 
necesarias para superar los cambios, el estrés y la ansiedad. Estas aptitudes 
ayudarán a los niños a desarrollar su consciencia de sí mismos, a entender 
el uso de las imágenes y a entender sus emociones.
PARTE II
Habilidades 
básicas 
para la vida
© narcea, s. a. de ediciones 41CÓMO AYUDAR A SUPERAR EL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD
4. Actividades para 
conocerse mejor
Realizando las actividades que siguen podremos ayudar a cada 
niño a:
 Pensar en muchos aspectos diferentes de sí mismo; no solamente 
en cómo actuará cuando atraviese una dificultad.
 Realizar cambios específicos también en un contexto más amplio.
 Que se vea a sí mismo como un participante activo cuando se 
produzca un cambio en su vida.
 Localizar sus puntos de resistencia.
 Pensar en qué le gustaría conseguir.
AUTO-RETRATOS
Utilizamos el “espejo mágico” para que los niños dibujen su autorretrato. 
Esto les animará en su conocimiento físico sobre ellos mismos, pero también, a 
medida que hagan los ejercicios del libro, les ayudará a identificar algunas de 
las aptitudes personales que están consiguiendo.
Pueden dibujar los retratos en diferentes momentos, por ejemplo cuando 
han superado con éxito un cambio, se dibujarán con una expresión diferente o 
con ropas distintas, o quizás haciendo algo que saben que han logrado.
Luego se pueden colocar los retratos en una pared para que los vean cuando 
quieran.
 Comenta con ellos:
• ¿Qué te gusta más de ti?
• ¿Qué te gustaría cambiar?
• ¿En qué son tus ojos diferentes a los de tu compañero, a los de tu mejor 
amigo o a los de tu hermano? ¿Qué les hace especiales?
• ¿En qué te ves tú diferente a hace un año? ¿En qué has cambiado más?
© narcea, s. a. de ediciones42 PARTE II. HABILIDADES BÁSICAS PARA LA VIDA
EL ESPEJO MÁGICO
Mírate en el espejo 
y haz un dibujo de ti mismo
© narcea, s. a. de ediciones 43CÓMO AYUDAR A SUPERAR EL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD
¿ASÍ ES COMO ME VES?
Pide a los niños que recopilen seis descripciones de ellos mismos que les 
gusten: por ejemplo, palabras o frases que utilizan otras personas para descri-
birles. Anímales a seleccionar descripciones físicas: alto, bajo, ojos azules, pelo 
rizado, etc.; y descripciones de su personalidad o su carácter: contento, reflexi-
vo, simpático, etc.
 Comenta con ellos:
• ¿Creen que esas descripciones son acertadas?
• Si su abuela, su profesor o su tío, por ejemplo, dicen que es muy rápido 
para hacer las cosas o muy seguro a la hora de hacer sus tareas, ¿están de 
acuerdo con ello?
Algunas veces creemos que alguien se siente de una manera determinada, 
pero puede que no sea la forma en que se ve realmente. Por ejemplo, un niño 
puede parecer muy listo a los otros niños, pero él puede pensar que no lo es, si 
se compara con su hermano mayor.
¿Es una observación más correcta que la otra, o sólo una forma diferente de 
ver las cosas?
SOY YO
Pide a los niños que hagan un dibujo o que hablen de sí mismos en la hoja 
de actividades que proponemos.
Escribir (o dibujar) una auto-caracteriza-
ción puede ayudarles a sentirse más seguros 
de sí mismos y puede revelar temas impor-
tantes sobre cómo se ven a sí mismos, qué les 
preocupa, qué disfrutan haciendo, etc.
Algunos niños necesitan que les vayan 
apuntando, cómo: “¿Qué diría tu amigo de la 
manera en que tú…?”.
No conviene filtrarle ideas en este punto; 
es mejor aceptar lo que el niño dice, sin juz-
garle, incluso si no estamos de acuerdo con 
sus percepciones.
Esta actividad puede ser repetida después, 
cuando notemos que los niños han empezado a hacer cambios visibles en la 
manera en que piensan o se comportan en situaciones difíciles.
© narcea, s. a. de ediciones44 PARTE II. HABILIDADES BÁSICAS PARA LA VIDA
SOY YO
Imagina que tú eres tu mejor amigo, y que estás hablando de ti.
• ¿Qué diría tu amigo?
• Por ejemplo, ¿qué diría de lo que te gusta hacer y de en qué eres 
bueno?
• ¿Qué diría de lo que no te gusta hacer y de tus preocupaciones?
• Empieza con tu nombre.
Pedro es 
© narcea, s. a. de ediciones 45CÓMO AYUDAR A SUPERAR EL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD
TODOS SOMOS DIFERENTES
Piensa en dos personas diferentes en la familia o en colegio, o en dos compañe-
ros tuyos. Haz una lista de todas las cosas en las que son diferentes uno de otro.
 Y ahora comentemos:
• ¿Cómo sería la vida si todos fuéramos iguales?
• Imagina también cómo sería tu familia, la clase, la calle, la ciudad, o inclu-
so el mundo.
• ¿Habría alguna cosa buena si fuéramos 
todos iguales? Pensad en qué pasaría si 
hubiera “uniformidad” en lo que hace-
mos, lo que nos gusta y lo que no.
• ¿Qué sería malo si fuéramos todos igua-
les? ¿Por qué sería difícil?
• ¿Qué consecuencias crees que podría 
tener?
¿TENEMOS ALGOEN COMÚN TÚ Y YO?
Pide a los niños que dibujen a alguien que conozcan bien y que piensen que 
se parece a ellos, ya sea físicamente o en el carácter.
 Y ahora podemos dialogar sobre ello:
• Algunas veces hay formas en la que la gente es similar. Por ejemplo, pue-
den ser parecidos en la forma que van vestidos, en cómo se comportan, 
dónde viven, qué les gusta hacer o comer, y qué no les gusta.
• ¿Conocéis a alguien que se parezca a vosotros en muchas cosas? ¿Cómo 
se llama? ¿Cómo es esa persona?
• ¿Por qué es bueno conocer a personas que tengan gustos iguales o simila-
res a los nuestros?
• Todos somos únicos, pero también podemos tener cosas en común con otros.
• ¿Crees que alguien tiene las mismas o similares preocupaciones que tú?
Es natural querer sentirse aceptado y apreciado. Sentirse parte de un grupo, 
sentirse aceptado y apreciado por los demás nos da un sentimiento de perte-
nencia y nos ayuda a sentirnos bien con nosotros mismos.
© narcea, s. a. de ediciones46 PARTE II. HABILIDADES BÁSICAS PARA LA VIDA
Pero algunas veces podemos comportarnos de alguna manera que sabemos 
que no es la correcta, sólo para llegar a ser parte de un grupo porque creemos 
que es “guay” o excitante.
Hay veces que esto está bien y otras que no es correcto; cuando hacerlo nos 
hace sentir violentos o infelices. Entonces tenemos que ser fuertes y elegir algo 
distinto.
¿TENEMOS ALGO EN COMÚN TÚ Y YO?
Haz un dibujo de alguien a 
quien conozcas muy bien
© narcea, s. a. de ediciones 47CÓMO AYUDAR A SUPERAR EL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD
MI VITRINA
Pedimos a los niños que hagan dibujos en la vitrina para que enseñen qué cosas 
son importantes para ellos: una persona importante, un suceso especial, mi comida 
favorita, mi juguete o mi juego favorito, un día importante, lo que más odio, etc.
 Y ahora comentad:
Imagina que tienes un lugar especial, una vitrina, en la que puedes poner 
cosas importantes para enseñárselas a la gente.
Piensa en algunas cosas importantes de ti que te gustaría poner en la vitrina.
• Hay muchos tipos diferentes de cosas que tienen un significado especial 
para nosotros.
• Es importante celebrar nuestros propios logros y también los de los 
demás.
• Los sucesos importantes no tienen por qué ser siempre placenteros.
© narcea, s. a. de ediciones48 PARTE II. HABILIDADES BÁSICAS PARA LA VIDA
COSAS QUE ME GUSTARÍA LOGRAR
Se propone al niño hacer una lista o dibujar tres cosas que le gustaría con-
seguir. Pueden ser logros vinculados a cambios, estrés o ansiedad, logros gene-
rales o una mezcla de ambos.
Algunos niños terminan con una mezcla de propósitos realistas y otros que 
no son tan realizables a corto plazo. Podemos comentarlo con ellos para que 
elijan un objetivo en el que centrarse.
Una vez más, no debemos rechazar ninguno de sus objetivos, incluso aunque 
sean asombrosos o irreales, ¡los sueños de futuro son tan excitantes! Incluímos 
actividades vinculadas al establecimiento de metas y a definir los pasos específi-
cos que serán necesarios para conseguirlas en la última parte de este libro.
DIBUJA O ESCRIBE LAS COSAS QUE TE GUSTARÍA LOGRAR
CUÉNTAME HISTORIAS DE MI VIDA
A los más pequeños les gusta oír historias en las que ellos mismos son pro-
tagonistas y les encantará que se las repitamos una y otra vez. Por ejemplo, “el 
primer día en el colegio”, “cuando perdí mi primer diente” o “cuando nos 
mudamos de casa”.
Que estos temas resulten familiares para ellos es una buena manera de ayu-
darles a que exploren las similitudes y diferencias en cómo cada uno de noso-
tros afrontamos las situaciones que nos presenta la vida.
© narcea, s. a. de ediciones 49CÓMO AYUDAR A SUPERAR EL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD
5. Actividades 
para desarrollar 
la imaginación
Realizando las actividades que siguen a continuación ayudaremos a 
los alumnos a:
 Averiguar cómo pueden usar su imaginación de forma positiva.
 Entender que lo que piensan afecta a cómo se sienten.
 Entender cómo diferentes sentimientos pueden llevar a diferentes 
modos de comportarse.
¿ QUÉ SON LAS IMÁGENES?
Pide a los niños que escriban o dibujen algo que venga a su imaginación. 
Será bueno dejar que dibujen o escriban lo que realmente imaginen en ese 
momento.
 Y luego comenta con ellos:
• ¿Has inventado alguna vez una historia en tu cabeza?
• ¿Imaginaste algo que no estaba ahí de verdad?
• ¿Alguna vez oíste un ruido y te imaginaste que estaba ocurriendo algo 
que daba miedo?
• ¿Alguna vez te has acordado del sabor o las características de algo que no 
estaba en ese momento delante de ti?
• ¿Te has imaginado alguna vez que estabas en otro sitio o haciendo otra 
cosa diferente?
Todo eso que tienes en tu cabeza son imágenes y vienen de tu imaginación.
Todos tenemos el poder para imaginar y podemos usar nuestra imaginación 
para ayudarnos a sobrellevar o resolver problemas, sentirnos mejor y hacer las 
cosas que queremos hacer.
© narcea, s. a. de ediciones50 PARTE II. HABILIDADES BÁSICAS PARA LA VIDA
¿QUÉ SON LAS IMÁGENES?
Imagina algo y luego dibújalo
© narcea, s. a. de ediciones 51CÓMO AYUDAR A SUPERAR EL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD
PIENSA EN UN PASTEL DE CHOCOLATE
Vamos a hacer un ejercicio de imágenes: “Piensa en un pastel de chocola-
te”. Si a algún niño no le gusta el chocolate o es alérgico, se puede sustituir por 
otra comida que sabes que le encantará. Hazlo muy despacio para que los 
niños exploren bien las imágenes.
Asegúrales que no hay respuestas correctas o equivocadas. Si algún niño 
no puede “ver” las imágenes, no pasa nada (aunque en mi experiencia, los 
niños siempre son muy rápidos para producir imágenes visuales).
Anima a los niños a hablar de las imágenes. Esto posibilita un sentimiento 
de conexión entre ellos y en relación contigo, y te ayudará a avanzar en el ejer-
cicio. Por ejemplo, cuando digas: “¿qué pinta tiene el pastel?”, deja a los niños 
mucho tiempo para que describan la clase de pastel de chocolate que están ima-
ginando. Demuéstrales que estás imaginando la misma clase de pastel repitien-
do lo que han dicho o haciendo algún sonido de aprobación (“mmmmm”).
Vamos a comprobar cómo está vuestra imaginación hoy.
Sentaos cómodamente y cerrad los ojos. Imaginad que estáis en la cocina. Imaginad 
que es vuestro cumpleaños y que alguien ha hecho un enorme pastel de chocolate.
Está en la nevera. Puedes ir y cogerlo.
Imagínate abriendo la puerta de la nevera. Puedes ver el pastel en un plato 
muy grande. ¿Qué aspecto tiene? Puedes sacarlo de la nevera. ¿Cómo es el 
plato? ¿Cómo sujetas el pastel? ¿Puedes olerlo?
Pon el plato con el pastel encima de una mesa. Alguien viene y te corta una 
porción muy grande. ¿Qué dice esa persona mientras está cortando el pastel? 
¿Qué le pasa al pastel cuando esa persona empieza a cortarlo?
Ahora coge tu porción. ¿Cómo lo sientes cuando lo tocas? Lo muerdes. ¿A 
qué sabe? ¿Puedes oler algo? ¿Qué te imaginas diciendo? Ahora deja que las 
imágenes vayan desapareciendo… Y cuando estés listo, abre los ojos.
¿Verdad que es algo genial imaginar cosas?
 Y ahora comenta con los niños:
• Hay un montón de imágenes diferentes. Algunos son como dibujos, otros 
como sonidos (como imaginar una conversación en tu cabeza); otros son 
imágenes de sensaciones (como imaginar el tacto del terciopelo o el 
barro); otras veces son imágenes de sentimientos (como imaginar por qué 
tu amigo está triste).
• Algunas veces podemos, solamente imaginando algo, sentir tristeza o enfa-
do o felicidad. ¿Te acuerdas de alguna vez en que te haya pasado esto?
© narcea, s. a. de ediciones52 PARTE II. HABILIDADES BÁSICAS PARA LA VIDA
LOS GATOS PARLANCHINES
Vamos a leer juntos la hoja de actividad que sigue a continuación. ¡Echemos 
a volar la imaginación!
LOS GATOS PARLANCHINES
Imaginad que vuestra mascota es un gato que puede hablar. Al gato le gusta-
ría saber todo lo que hacéis en el colegio. Haced una lista (o dibujad) todo lo que 
recordáis que hacéis. Empezad la lista con: “Me levanto, me lavo la cara…”.
No tenéis que esperar a hacerlo para poder

Otros materiales