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UNIVERSIDAD NACIONAL 
AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES 
ACATLÁN 
 
EL SUICIDIO: UN ESTUDIO SOCIOLÓGICO DE LOS 
MENSAJES PÓSTUMOS. 
 
TESIS 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE 
LICENCIADO EN SOCIOLOGÍA 
PRESENTA 
 
VÍCTOR MANUEL GÓMEZ PATIÑO. 
 
ASESOR: DR. VÍCTOR ALEJANDRO PAYÁ PORRES. 
 
ABRIL 2012. 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
Agradecimientos. 
 
A mis padres, por el apoyo y confianza que me han brindado, no sólo para 
dar término a este proyecto, sino a lo largo de toda mi vida, a ellos mi más sincero 
y eterno agradecimiento y admiración; el apoyo y estar presentes en mi vida son 
cosas a las cuales no se les puede asignar valor alguno, lo menos que puedo 
hacer es corresponder a ello de esta forma. A mí familia, que son parte importante 
de este trabajo, alentándome a que no desista y quede a medio camino en 
cualquier empresa que emprenda, con sus altas y bajas; pero al final, el resultado 
y el producto del trabajo es gratificante, generando una sensación de que se 
puede dar más y que se deben alcanzar metas de nuevos proyectos. 
 
Mi más sincero agradecimiento a mi asesor, maestro y amigo, el Doctor 
Víctor Alejandro Payá, por la confianza brindada y permitirme formar parte de los 
diversos proyectos de investigación; por sus valiosas observaciones, aportaciones 
y las charlas que permitieron dar forma a este trabajo así como generar muchas 
de las ideas expresadas en el presente escrito, para él mi completa admiración; 
persona comprometida en el quehacer sociológico, actividad reflejada en la 
docencia y en las diversas investigaciones sobre situaciones y conflictivas sociales 
en grupos a través de la investigación de campo; apoyando dentro y fuera de las 
aulas a los que alguna vez pasamos por alguna de sus clases, brindándonos la 
oportunidad de vivir la gran experiencia, por demás interesante; generadora de 
conocimiento y pensamiento de la investigación. 
 
A mi Maestro, y más que nada, mi amigo, Said; por compartir experiencias 
tanto personales como académicas, por sus observaciones y sugerencias sobre el 
tema, por sus pláticas amenas, acompañadas siempre de un buen café. 
 
A la Maestra Wendy por la ayuda brindada para entender parte del 
fenómeno del suicidio, por las explicaciones de los textos cuando así lo requería y 
sobre todo por su amistad. 
 
Al Doctor Marco Jiménez, maestro y amigo, por la confianza que me brindó 
para que me integrara al proyecto; por las recomendaciones sobre el material de 
apoyo para la elaboración de la tesis, así como las observaciones sobre el tema 
en el aula. 
 
A mis amigos del cubículo 221 que siempre han estado presentes en este 
trabajo, con sus observaciones, aportaciones y discusiones generadas a lo largo 
del proyecto, en seminarios y demás espacios; por los momentos de apoyo, 
esparcimiento y diversión que brindan, por sus ocurrencias que permitieron 
aligerar la carga para dar término a la tesis; paradójicamente dichas ocurrencias 
de alguna forma permitieron generar ideas; excelentes sociólogos, compañeros en 
la investigación, pero por encima de todo grandes amigos. Cada uno con una 
personalidad distinta pero que es capaz de complementar siempre las 
aportaciones de otro para obtener algo de calidad. A todos ellos les guardo un 
afecto muy especial, durante más de tres años conviví más con ustedes que con 
mi familia; es difícil tomar algún criterio para enlistar los nombres de cada uno de 
ellos pero bien es cierto que el orden de los factores no altera el producto; a todos 
ustedes, gracias: Grissel López, Verónica Viveros, Jovani Rivera, Quetzalli Rojas, 
Tania Bárcenas, Paulina Mejía, Christian Ruiz, Saúl Recinas y, aunque fue poco lo 
que convivimos pero se integró muy rápido al equipo, Sindy Torres. 
 
Tratar de nombrar a todos en este espacio llevaría algo de tiempo, no 
obstante agradezco a todas aquellas personas que de cierta forma han dejado 
huella en mi vida, que son y serán parte de la misma; por haber compartido tanto 
este camino de la licenciatura, como momentos fuera de la universidad: Ale, Moni, 
Ernesto, Ramón, Gerzon, Manuel, Mónica, Ailed, Ehecatzin, Omar Aguas, Toyka 
Bashkoz, Alex y Diego. 
 
A la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que mediante la 
Dirección General de Asuntos del personal Académico (DGAPA) me proporcionó 
el apoyo para realizar y dar término al presente trabajo: una beca para la 
 
elaboración de tesis; así como los recursos que aporta para que el responsable 
del proyecto, el Dr. Alejandro Payá y el equipo de investigación pueda dar 
continuidad y resultados del trabajo de investigación; en un primer momento a 
través del Programa de Apoyo a Proyectos de Innovación e Investigación 
Tecnológica (PAPIIT IN300408 “Condiciones Sociales de la Dinámica Familiar y 
los Actuales Patrones de Violencia Institucional”) y actualmente con el Programa 
de Apoyo a Proyectos para Innovación y Mejoramiento de la Enseñanza (PAPIME 
PE300811 “Sociología y Criminología: Violencia Familiar, Suicidio y Delincuencia 
Femenina”). 
 
 
 
 
 
 
 
Cuando la voluntad se enfrente con la 
razón, podremos razonar y ya no desear, 
porque a un ser que razona le es 
imposible desear algo estúpido, o ir 
conscientemente en contra de la propia 
razón, hacerse un daño… 
 
F. M. Dostoievski. 
 
ÍNDICE. 
 
Introducción………………………………………………………………..……………..1 
 
CAPÍTULO UNO. DISTINTOS ENFOQUES TEÓRICOS SOBRE EL SUICIDIO..14 
1.1 El planteamiento sociológico de Émile Durkheim………………………………..14 
1.2 Psiquiatría y salud mental: la visión orgánica…………………………………….24 
1.3 Enfoque Antropológico……………………………………………………………...32 
 
CAPÍTULO DOS. COMUNICACIÓN, MENSAJE Y EFECTOS DEL ACTO 
SUICIDA: LA VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE………………..…………………..43 
2.1 La profecía: el intento suicida………………………………………………………46 
2.2 Las cartas póstumas como analizadores…………………………………………51 
a) Separación, amores y reproches: levantar el velo………...………………57 
b) La venganza y la culpa: el cuerpo como proyectil………………………...68 
c) Vidas fracasadas: el acto suicida como reparación……………………….82 
d) Vidas sin sentido: pertenencia, vejez y enfermedad……………………...86 
2.3 Los lenguajes del cuerpo inerte……………………………………………………97 
 a) Sin dejar huella en el universo: desaparecer el cadáver. El más allá…101 
 b) La última actuación: la exhibición del suicida…………………………….110 
 
CAPÍTULO TRES. ELEGIR LA MUERTE: LAS TÉCNICAS EN CONTRA DEL 
CUERPO. OBJETOS Y ESCENARIOS DEL SUICIDIO…………………………..115 
3.1 Asfixia por ahorcamiento………………………………………………………….127 
3.2 Arma de fuego……………………………………………………………………...129 
3.3 Ingesta de medicamentos: el sueño eterno……………………………………..136 
3.4 Despedazamiento: las vías del metro…………………………………………...139 
3.5 El salto al vacío: precipitación………………………………………………….…141 
3.6 Otros métodos……………………………………………………………………...145 
 a) Envenenamiento…………………………………………………………….145 
 b) Herida con instrumento punzocortante…………………………………...147 
 
 c) Sumersión. El viaje por el Aqueronte……………………………………...149 
 d) Abrasado vivo………………………………………………………………..150 
 
CAPÍTULO CUATRO. EL SACRIFICIO Y DON: BRINDAR LA MUERTE……..152 
4.1 El sacrificio y don…………………………………………………………………..154 
4.2 Transmisión y legados…………………………………………………………….162 
 a) El nombre-identificación…………………………………………………….164b) Fechas………………………………………………………………………..168 
 
CONCLUSIONES………………………………………………………………………172 
 
BIBLIOGRAFÍA…………………………………………...……………………………180 
1 
Introducción. 
 
Morir 
es un arte, como todo. 
Yo lo hago excepcionalmente bien. 
Tan bien que es una barbaridad. 
Tan bien que parece real. 
Se diría, supongo, que tengo el don. 
Sylvia Plath. 
 
El presente trabajo de tesis se desprende y surge dentro de un proyecto de 
investigación más amplio enfocado al problema de la violencia y la dinámica 
familiar, que es parte del Programa de Apoyo a Proyectos para la Innovación y 
Mejoramiento de la Enseñanza (PAPIME PE300811) y que promueve la Dirección 
General de Asuntos del Personal Académico y del cual es responsable el Dr. 
Víctor Alejandro Payá. El objetivo de la tesis fue la realización de un estudio 
sociológico de los mensajes póstumos del suicida a través de una muestra de 672 
expedientes (años 2006 y 2007) que fueron proporcionados por el Servicio Médico 
Forense del Distrito Federal, de los cuales se obtuvieron 121 cartas o mensajes 
póstumos. La investigación pretende dar cuenta del fenómeno del suicidio y su 
entorno social a partir del análisis del discurso de los mensajes póstumos dejados 
por los suicidas, así como de los testimonios de familiares y autoridades que son 
recabados por los expedientes. De esta forma se logró conocer las causas 
sociales y grupales del fenómeno y, mediante el estudio del discurso del suicida, 
dar cuenta también de la naturaleza de los vínculos emocionales, el papel del 
intercambio simbólico entre los integrantes del sistema familiar y la noción sobre la 
muerte que subyace en el discurso. Del total de los 672 expedientes recolectados, 
para el presente trabajo se seleccionaron 120 casos que podríamos calificar de 
prototípicos, en la medida en que abarcan los temas del resto de los casos 
excluidos de manera más detallada. A partir del análisis de los expedientes se 
conformaron diversos escenarios sociológicos, mismos que conforman los 
capítulos del presente trabajo. Cabe señalar que por respeto a las personas 
mencionadas en las cartas que dejaron los suicidas, los datos como son los 
nombres y las fechas se omitieron o han sido cambiadas. 
2 
Parte del interés por llevar a cabo este trabajo surge también por conocer la 
fragilidad de las personas en un mundo en donde se alaban los alcances 
tecnológicos, y, el consumo forma parte de la cotidianidad. No obstante, y como 
refiere Lipovetsky, vivimos una era del vacío en donde no se evita la experiencia 
del sinsentido alimentado por el sentimiento de abandono, por la imposibilidad de 
encausar el duelo por la pérdida del ser amado. El suicidio es una forma de 
continuar una violencia generada tiempo atrás por una cierta dinámica grupal y 
social y que puede constatarse por los reproches y el enojo que tiene la persona 
que decide darse muerte por propia mano. En el tema de la muerte el imaginario 
es prolífico y eso es una constante que se inscribe en toda cultura e incluso grupo 
humano. El hecho de que algunas personas tienen la creencia de que existe un 
más allá y que en un tiempo no lejano puedan reunirse con sus seres queridos, 
puedan hablar con ellos o que desde la muerte se pueda cuidar a los hijos 
pequeños que son dejados en la orfandad, es un ejemplo de ello. 
El discurso del suicida es paradójico y ambiguo puesto que combina las 
palabras amorosas junto con los reproches más tenaces; está lleno de 
justificaciones y cubre a la familia para no develar claramente la conflictiva entre 
sus miembros. En nuestra sociedad es difícil comprender un fenómeno social 
como lo es el suicidio; las razones para que una persona pueda privarse de la vida 
pueden ser variadas, probablemente el único en saber realmente los motivos que 
llevan a un individuo a darse muerte, es el mismo suicida quien se los lleva a la 
tumba; no obstante, la lectura detallada de los mensajes escritos manifiestan algo 
de esos motivos ocultos. De la misma forma la manera específica en que el 
suicida se mata, el lugar y el objeto que elige deja ver algo de su verdad y sentir 
hacia los otros que son su familia, amistades o personas cercanas, es decir, que a 
través del escenario del suicida se logra observar el tipo de relaciones que 
mantenía. Existen variados detalles que toman un sentido cuando se logran 
relacionar entre ellos: por ejemplo el decidir mandar un correo electrónico para 
avisar de su muerte o hacerlo directamente, o sea, en presencia física de los 
otros. Cubrir el rostro es otro pormenor que puede implicar no querer mostrar el 
3 
último rostro desfigurado de la muerte a los familiares y evitar con ello que quede 
en la memoria de sus allegados, etcétera. 
La muerte ha sido y es un tema difícil de hablar puesto que sería tanto 
como pensar en el fin de la propia existencia; por lo general las personas tienen 
pensado llevar a cabo planes en un tiempo no muy lejano y no tienen la intención 
de morir sin haberlos realizado. La muerte es un fenómeno del que no se tiene 
conocimiento de cuándo ocurrirá y por lo tanto nunca se está del todo preparado 
ante tal fin; en efecto, el individuo tiene noción de que algún día perecerá pero no 
piensa que ese día este próximo y “aun cuando llega a una aceptación intelectual 
y forzada de su muerte en su cotidianidad se conduce como inmortal: aplaza la 
realización de sus proyectos, de sus deseos. El aplazamiento se vuelve un tiempo 
social, dejando incluso tareas para un más allá de la vida”.1 Las personas 
constantemente tratan de resolver problemas, dejan pendientes y situaciones que 
no resuelven en vida pensando que, una vez que hayan muerto podrán resolverlo 
desde otro lugar no terrenal o que por el contrario con su muerte podrán darle un 
término a sus asuntos. El hombre no acepta la finitud de su existencia; al conocer 
o percatarse de la muerte de alguien cercano se da cuenta de que puede 
sucumbir en cualquier momento, por lo que ante el dolor que causa la muerte de 
esa persona tiende a negar su propia muerte, se ve impotente ante su presencia. 
La muerte es uno de los eventos que no puede controlar –debido a su naturaleza 
irremediable-, el sujeto se halla ante una paradoja ya que “la misma conciencia 
niega y reconoce la muerte: la niega como paso a la nada; la reconoce como 
acontecimiento.”2 La muerte es el destino último de la vida de todo ser viviente, el 
ser humano ante tal acontecimiento se percibe vulnerable e impotente, los 
individuos tratan de tener el control sobre todo lo que acontece en su vida (de ahí 
la importancia de los rituales), pero existen casos en que también algunos de ellos 
tratan de tenerlo sobre su muerte; en dichos casos, el sujeto, al saberse mortal 
trata de no esperar a que le llegue la muerte y la busca tratando de adelantar su 
llegada, eligen el cómo y cuándo morir. La muerte puede llegar en cualquier 
 
1
 Ramírez Mario, Aporías de la cultura contemporánea, Medellín, Universidad de Antioquia, 2000, 
p. 63. 
2
 Morin, Edgar, El hombre y la muerte, Barcelona, Kairós, 2007, p. 24. 
4 
instante, no hay tiempo para ella, no sabemos cuándo moriremos, pero algunas 
personas tienen la creencia de que pueden escapar a su mirada; como se observa 
en el relato de Edgar Allan Poe, en donde el Príncipe Próspero de La máscara de 
la muerte roja piensa que al cerrar las puertas de la abadía se puede evitar que la 
muerte penetre en las moradas de los pobladores del reino, para su mala fortuna, 
para ella no existen límites ni restricciones y en la fiesta de máscaras que el 
príncipe ofrece, ella (la muerte) es partícipe, además de ser el único personaje que 
permanece al interior del salón de color negro a la espera de que llegue el tiempo 
de empezar a hacerse presente. 
No obstante de que es inevitable la muerte, las ciencias propias del cuidado 
de la salud se ocupan por hacer lo queesté a su alcance para no dejar que 
perezcan los individuos y en cierta forma el tener control sobre el cuerpo en tanto 
organismo bioquímico, anatómico, etcétera, del cual se puede conocer su 
funcionamiento; pero atrás de todo cuidado también se trata de tener un control 
sobre la muerte, de sobrepasarla; evitando o prolongando hasta donde sea posible 
que la gente fallezca. El mundo moderno y tecnológico pretende brindar y hacer 
extensa la vida de los individuos. 
Se puede reconocer que la experiencia de la muerte es parte de la 
socialización del ser humano; anteriormente los rituales referentes a la muerte se 
observaban como algo familiar, el muerto se velaba en casa, lugar en donde se 
realizaban diferentes tipos de actividades rituales como preparar el cuerpo, 
rodearlo de flores y fotografías o el llevar a cabo los rosarios durante los nueve 
días siguientes al entierro; actualmente se busca o contratan los servicios 
funerarios de empresas que se hacen cargo del cuerpo hasta su sepultura, 
poniendo a disposición de las familias diversas salas en donde se velará el mismo. 
Entre las opciones que se les dan a los deudos está la cremación. En la actualidad 
es considerado como un método de naturaleza aséptica que es importante para 
evitar la descomposición del cuerpo en determinadas condiciones ambientales, 
además de que las cenizas del difunto pueden permanecer en casa ya que no se 
requiere de un espacio en el cementerio para ir a visitar al ausente; se le podrá 
5 
poner un altar, para que la familia lo considere inclusive como un miembro que 
continúa entre los suyos. 
Cuando llega la muerte de un ser querido, un familiar, un allegado o un 
conocido, la conciencia de la fragilidad es mayor para el afectado, dada la 
situación de abandono en que se ve envuelto por la pérdida del ser amado. Nace 
así el proceso de duelo, a veces también los reproches hacia al ausente. También 
se despliega un imaginario defensivo en el hecho de que algunas personas tienen 
la creencia de que existe un más allá, y que en un tiempo no lejano puedan 
reunirse con sus seres queridos. En el caso de la muerte dada así mismo, el 
discurso de la familia estará lleno de justificaciones para cubrir alguna posible 
conflictiva entre sus miembros. En nuestra sociedad es difícil comprender un 
fenómeno social como lo es el suicidio, ya que horroriza toda muerte que “no sea 
natural”. 
Las razones para que una persona pueda privarse de la vida pueden ser 
variadas, pero el único en saber realmente los motivos que llevan a un individuo a 
darse muerte, es el mismo suicida; hechos que se llevará a la tumba. No obstante 
mediante los mensajes escritos, así como las acciones que realizan al llevar a 
cabo determinado método, y el tipo de objeto específico que eligen para morir, 
deja ver su sentir hacia los otros y se puede observar el tipo de relación que 
mantenía; en ocasiones entre los familiares llega a permanecer un sentimiento de 
odio y reproche debido a que se dio muerte por propia mano, además de que se 
añade el que haya elegido el modo y cuando morir, mientras los deudos 
soportarán el resto de su existencia sin su presencia, pero sí con el recuerdo, 
hasta el final de sus días. 
El sujeto se cree inmortal y omnipotente; esto lo demuestra con el acto del 
suicidio ya que él decide cómo y cuándo quitarse la vida, cuando mejor le plazca, 
no hay límites para eso y la decisión sólo es suya; tiene la facultad de terminar con 
una vida: la suya, acción decisiva última que demuestra su supremacía y poder 
sobre su propio destino y hasta cierto punto, el de los que le rodean. Otras 
observaciones que se aprecian dentro de los mensajes póstumos son el uso de la 
tecnología para plasmar esta última voluntad por ejemplo, cuando se envía un 
6 
correo electrónico para hacer del conocimiento a otras personas los deseos de 
privarse de la vida. Estos medios son un recurso para evitar que el suicida 
enfrente el hecho cara a cara (como en algunos casos en los que los suicidas se 
cubren el rostro para evitar exponer la expresión mortal, y que este último gesto 
quede en la memoria de sus allegados) actualmente, los sujetos permanecen 
atrás de una computadora para poder llevar a cabo “nuevas formas de 
relacionarse”, mismas que sin embargo limitan el interactuar con los demás; 
tiempos modernos que dejan al sujeto frente a una dimensión imaginaria y con un 
sostén simbólico débil que los ate a la vida, dejándolos muchas veces expuestos a 
la experiencia del vacío y sin algo por lo cual seguir aferrándose a la vida. De ahí 
que el sentido de la vida se busque, paradójicamente, en la muerte; en algunos 
casos la autoagresión queda en intento de privarse de la vida; en esos casos el 
gesto adquiere el carácter de una llamada de auxilio, de un grito desesperado para 
lograr cierta atención. En estas situaciones, se observa que no importa perder la 
vida si no hay alguien con quien compartirla, en otros casos adquiere el carácter 
de rito de paso, tema de estudio de la antropología; el antropólogo Arnold Van 
Gennep analiza los ritos considerados de pasaje como por ejemplo las ceremonias 
realizadas en ciertas comunidades a los niños para adquirir el estatuto de 
hombres. Para la psicoanalista Silvia Tubert, la carencia de rituales plenos de 
simbolismo pueden ser sustituidos por juegos en donde se encara directamente a 
la muerte, como sucede en las sociedades contemporáneas con los jóvenes. A 
decir del sociólogo colombiano Mario Elkin “la actitud del hombre contemporáneo 
frente a la muerte se caracteriza por la falta de temor ante ella, de lo contrario, no 
se explicaría la banalización de la que esta es objeto.”3 
El cadáver se entierra, se lleva a la sepultura, se trata de evitar la 
descomposición natural y que quede reducido a una osamenta, en cambio se opta 
porque quede reducido a cenizas; en otros casos se trata de que el cuerpo 
permanezca por más tiempo como estaba, por medio del embalsamamiento, 
evitando así que el cadáver libere líquidos que sin duda son referentes de que 
efectivamente el cuerpo está iniciando la descomposición y pronto se reducirá a 
 
3
 Ramírez, Mario, op. cit., p. 77. 
7 
huesos. No obstante, las personas tratan de que el muerto siga presente, de que 
no se vaya de su lado. Los familiares llevan a cabo los ritos correspondientes en 
memoria del muerto ya que de no realizar las exequias pertinentes el regreso del 
muerto es seguro; los mal enterrados o muertos de mala forma regresan: un mal 
muerto es el que muere asesinado o está mal enterrado estos pueden aparecer 
como un doble ya sea en la forma de sombra, convirtiéndose en genio protector o 
en genios malhechores, estos últimos debido a que murieron asesinados o por 
medio del suicidio, nunca se van, no se separan de los vivos. Este doble es el 
alma o espíritu del muerto, son los fantasmas o espectros que acompañan a los 
vivos que incluso se llegan a aparecer en los sueños, manifestando por este 
medio su deseo o previniéndoles de algo.4 La esencia de una persona fallecida de 
mala forma como lo es el caso del suicida, permanece junto a los vivos y se queda 
rondando de manera cercana, en otras ocasiones el fantasma permanecerá en la 
memoria de la familia, que de algún modo resurgirá y será transmitido a las 
nuevas generaciones, ya sea por medio de los nombres o en los aniversarios. 
El suicidio puede considerarse como un parámetro, una forma de medición 
de la salud social, de la cohesión del grupo. Ya que es juzgado por la sociedad, se 
trata de guardar el secreto sobre el suicidio, se trata de que el evento sea vedado 
pues de lo contrario, el grupo quedaría expuesto ante la sociedad y llega a 
convertirse en un marca con la cual deberán de cargar los deudos. Algunos 
hechos se evita que se hagan públicos, se mantienen en secreto y se convierten 
en accidentes lamentableso en muertes inmediatas. Los cuerpos de algunos 
suicidas quedarán expuestos a la intemperie ya que el acto es realizado en sitios 
públicos (parques, bosques, calles, transporte público, etcétera) la mayoría de 
ellos lleva consigo alguna credencial o documento que los identifique y no queden 
en el anonimato, otros más irán acompañados por algún familiar o conocido y 
frente a ellos terminarán con su existencia, asegurándose de que alguien 
 
4
 Al respecto, Edgar Morin señala que “este doble no es tanto la reproducción, la copia conforme y 
post mortem del individuo fallecido, sino que acompaña al vivo durante toda su existencia, lo dobla, 
y este último lo siente, lo conoce, lo oye, lo ve, según una constante experiencia diurna y nocturna, 
en sus sueños, en su sombra, en su imagen reflejada, en su eco, en su aliento, en su pene e 
incluso en sus gases intestinales.” Morin, Edgar, op. cit., p. 142. 
8 
reconozca el cuerpo y de fe de lo que el sujeto fue en vida.5 Con el acto se 
culpabiliza a alguien o por lo menos les dejan la culpa, se trata de significar algo 
para alguien, aunque sea muerto; su presencia ya no será física pero continuará 
con la persona amada; Edgar Morin señala que “todavía hoy, el suicidio por 
despecho implica una venganza confusa contra el ser amado que se verá 
«acosado» toda la vida por su «fantasma»”6; sobre todo en situaciones donde 
existe un conflicto con la pareja, con el suicidio aparentemente da término al 
problema y el suicida es el último que tiene la palabra en la discusión. Habría que 
preguntarse qué tan mal se encuentra una sociedad al grado de que sus 
miembros se deslindan de ella por medio del suicidio, o qué factores influyen en la 
decisión de una persona para darse muerte por propia mano. 
El suicidio es un fenómeno social que se llega a percibir en las grandes 
ciudades por el número de casos que se llegan a presentar; el sociólogo francés 
Émile Durkheim ya había señalado que en las grandes urbes se dan más casos 
que en el campo; no obstante que el objeto de estudio del presente trabajo son los 
mensajes póstumos, se presentan algunos datos cuantitativos que muestran un 
panorama general a nivel estadístico respecto al tema: el mayor número de casos 
de suicidio en el Distrito Federal se concentran en las delegaciones Iztapalapa, 
Gustavo A. Madero y Cuauhtémoc, por el contrario las demarcaciones con el 
menor número de casos son Cuajimalpa, Milpa Alta, Tláhuac y Magdalena 
Contreras, los lugares en donde se produce el mayor número de casos son las 
delegaciones que tienen mayor densidad poblacional, por el contrario las últimas 
cuatro conservan en su mayor parte del territorio rasgos propios del campo o de 
las zonas rurales y no es tan elevado su número de habitantes. Existe una 
constante en los últimos años sobre el número de muertes por suicidio, 2006:399, 
2007:424 y 2008:455, de los cuales la mayoría son hombres en una proporción de 
1 mujer por cada 4 hombres, ubicándose el mayor número de casos en el rango 
 
5
 A decir de Edgar Morin “el dolor provocado por una muerte no existe más que cuando la 
individualidad del muerto estaba presente y reconocida: cuanto más próximo, íntimo, familiar, 
amado o respetado, es decir «único» era el muerto, más violento es el dolor; sin embargo, poca o 
ninguna perturbación se produce con ocasión de la muerte del ser anónimo que no era 
«irremplazable».” Ibíd., pp. 30-31. 
6
 Ibíd., p. 158. 
9 
de edad de 20 a 30 años. A decir del Servicio Médico Forense (SEMEFO) la 
etiología del suicidio responde a problemas psiquiátricos y conductuales; el 
método más utilizado para darse muerte es la asfixia por ahorcamiento, esto se 
puede deber a la facilidad con que se puede conseguir cualquier objeto (cuerda, 
lazo, cinturón por mencionar algunos) que corte el paso del oxigeno al cerebro, el 
número de casos se eleva a la mitad de los totales por año 2006:245 de 399, 
2007:260 de 424 y 2008:314 de 455 casos. Como se menciona más adelante, la 
mayoría de los suicidas prefieren la comodidad que les brinda su hogar para llevar 
a cabo el acto (2006: 264, 2007:288 y 2008: 304), ya que es más seguro que 
encuentren el cuerpo y sea identificado. El domingo es el día en que más recurren 
los suicidas para terminar con su vida (2006:68, 2007:72 y 2008:82 casos), tal vez 
porque el movimiento que se produce en el Distrito Federal es mínimo; es un día 
en el que la gente descansa, no está ocupada, ni tiene prisas por llegar al trabajo 
u otro lugar, además de que se puede reunir con la familia y en cierta forma verlos 
reunidos a todos por última vez. Por último se expone un dato que se vuelve 
constante en la mayor parte de los expedientes, el consumo de alcohol u otra 
sustancia tóxica al cometer el acto, al final del expediente se anexan los 
exámenes toxicológicos realizados por la institución a fin de conocer si el individuo 
estaba bajo el influjo de alguna sustancia, el número de casos en donde se 
encuentra algún indicio de alcohol es reducido, la cantidad encontrada en los 
cuerpos se considera mínima por lo que no influye en la toma de la decisión de 
privarse de la vida (2006:116, 2007:157 y 2008:138 casos)7 
La estructura del trabajo consta de cuatro capítulos que son otros tantos 
escenarios sociológicos posibles que dan cuenta del suicido. Dichos capítulos se 
encuentran ordenados de la siguiente forma: 
Capítulo I. Enfoque teórico.- El capítulo da cuenta de tres posturas sobre el 
fenómeno del suicidio: la visión sociológica que tiene como máximo exponente al 
sociólogo francés Émile Durkheim, quien basado en su teoría de los cuatro tipos 
 
7
 El Servicio Médico Forense realiza una clasificación conforme a los grados de alcohol que se 
encuentran en la sangre; de acuerdo a la concentración en miligramos de metabolitos de alcohol 
etílico por cada 100 mililitros de sangre la intoxicación se puede clasificar en alcoholemia 
irrelevante, mínima, moderada severa, grave y muy grave. 
10 
de suicidio (anómico, fatalista, altruista y egoísta) detalla el estudio que realizó en 
Europa, a decir de él, con cerca de veintiséis mil expedientes. En dicho estudio 
desecha algunas creencias que se tenían hasta el momento respecto al suicidio ya 
que se consideraba que podían intervenir factores climáticos, económicos o 
hereditarios por mencionar algunos, llegando a la conclusión que el acto del 
suicidio está inscrito en el ámbito de lo social. En el segundo apartado se retoma 
parte del discurso psiquiátrico para un análisis y discusión con autores del llamado 
movimiento antipsiquiátrico. Se recurre de igual forma al filósofo francés Michel 
Foucault. Todos ellos nos aportan elementos teóricos que permiten reflexionar 
sobre el discurso que manifiestan los familiares de pacientes con enfermedades 
mentales y asumen como suyos, para justificar el actuar del individuo; por su parte 
los médicos psiquiatras mediante manuales como el Manual Diagnóstico y 
Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM lV) y la Clasificación de Trastornos 
Mentales (CIE 10) fundamentan sus teorías mediante el diagnóstico, la 
clasificación y la consecuente medicalización, con el objetivo de darle sentido a los 
atentados realizados en contra de sí mismo por los potenciales suicidas y, en 
cierta medida justificar el por qué una persona llega a darse muerte a sí mismo. En 
el área de la medicina psiquiátrica, el suicido adquiere carácter de enfermedad 
orgánica, la cual mencionan se ubica en el cerebro, sitio en donde se llegan a 
presentar enfermedades que limitan las funciones del cuerpo, propiciando factores 
desencadenantes o precipitantes del acto. Por último se encuentra la parte 
antropológica, la cual está enfocada a la muerte y las exequias desde el punto de 
vista de autores como Lucien Lévy-Bruhl, RobertHertz y Bronislaw Malinowski. Se 
hace alusión al carácter sagrado o profano de la muerte, además de que el cuerpo 
del difunto se considera como un elemento contaminante que puede traer consigo 
el caos en caso de no llevarse a cabo los ritos y el luto adecuados; además de que 
durante este tiempo se presentan ciertas prohibiciones tanto en las ceremonias 
como en el trato del cuerpo. La muerte en las llamadas sociedades primitivas se 
observa como una transición hacia otro mundo donde morará la esencia del 
sujeto; en tanto que la muerte por suicidio se muestra como resultado de una 
11 
sanción de carácter moral, mismo que se puede dar como una forma de protesta, 
venganza o por haber cometido adulterio. 
Capítulo II. Comunicación, mensaje y efectos del acto suicida: la vida después de 
la muerte.- En este capítulo se observa que en varios de los casos los suicidas 
tienen por lo menos un intento de suicidio previo al intento que resultará efectivo, 
se considera que el acto es un mensaje que se convertirá en una profecía; 
además de que el intento suicida es un llamado de auxilio que se trata de enviar a 
los familiares, en caso de querer morir se seguirá intentando hasta encontrar la 
muerte. Los mensajes póstumos que dejan los suicidas dejan ver parte de las 
relaciones del grupo así como los vínculos emocionales o afectivos que sostenía 
con otras personas. Para su estudio en este trabajo se dividen en temas como lo 
son: la separación, la venganza, el fracaso, el sinsentido, la enfermedad y la vejez. 
Entre los suicidas existe una diversidad de formas para dejar un mensaje, estos 
pueden ser dejados en papel, en la pantalla de la computadora, en recetas, e 
incluso el cuerpo sirve como lienzo para dejar las últimas palabras de 
agradecimiento, cariño, reproche u odio; es así que en la escritura del suicida se 
manifiestan sentimientos y se dejan ver los conflictos que en ese momento tenía 
hacia otras personas; dentro de las mismas se observa que en algunos casos el 
suicidio puede llegar a ser una forma de venganza, se deja la culpa a los 
familiares; por el contrario otros suicidas verán el acto como una forma de reparar 
el posible daño causado a ciertos miembros del grupo o como mencionan algunos 
de ellos “liberarlos de ser una carga”; a otros más les preocupará el bienestar de 
sus familiares por lo que les dejan tareas pendientes o los encargos para darle 
orden a ciertos asuntos, sobretodo de carácter económico y posesiones 
materiales. 
El suicidio también aparece como un remedio a las enfermedades, mismas 
que en un tiempo no lejano también los hubieran llevado a la muerte debido a 
posibles complicaciones físicas; así mismo se presentan situaciones en que se 
privan de la vida por no querer llegar a viejos, sufrir los cambios físicos propios del 
tiempo o el sentir que no pertenecen a ninguna parte, sintiéndose aislado del 
grupo familiar. Algunos suicidas buscan que su cuerpo desaparezca, les piden ser 
12 
llevados a la fosa común, otros piden se deshagan de sus restos de manera 
rápida mediante la cremación; a los deudos se les solicita realicen oraciones y 
pidan por ellos para que lleguen al paraíso, y que puedan reunirse con sus seres 
queridos. Para algunos suicidas se presenta la ocasión para dejar como legado su 
muerte ya que en varias ocasiones llevan a cabo el acto en frente de otras 
personas (pareja, familiares o conocidos) y por lo general son lugares públicos o 
en reuniones; otros por el contrario preferirán la comodidad de su casa y sin 
testigo alguno. 
Capítulo III. Elegir la muerte: las técnicas en contra del cuerpo. Objetos y 
escenarios del suicidio. En este capítulo se recopilan una serie de casos 
enfocados a dar cuenta de algunas de las técnicas que llevan a cabo los suicidas, 
los objetos que utilizan en el acto así como los lugares escogidos para darse 
muerte, de tal forma que en estos elementos se observa que no son elegidos de 
manera fortuita, sin duda van impregnados de sentimiento con la finalidad de 
mandar un mensaje al propietario; los instrumentos pueden ir desde 
medicamentos, raticida, cuchillos, cuerda, armas de fuego hasta ingeniosas 
creaciones como lo son máscaras de gas; en ocasiones el suicida llega a 
considerar su cuerpo como un desecho encontrándose el mismo en ocasiones en 
coladeras, en el panteón o baños públicos. Por lo general en los casos de las 
mujeres se encuentran métodos que no implican demasiada violencia, la 
utilización de armas por parte de estas es poco común, no obstante se 
encontraron algunos casos. Los lugares que comúnmente se utilizan para darse 
muerte son el hogar y los hoteles, se observa cómo en algunos eventos ocupan 
herramientas propias de su profesión, ropa o algún objeto de su pareja o algún 
familiar; el lugar donde laboraban o que era significativo para el suicida será de 
importancia ya que de cierta forma quedarán impregnados de su esencia por ser 
un sitio en donde pasaron la mayor parte de su vida y donde deciden llevar a cabo 
su muerte; las personas enfermas que tienen algún tratamiento médico para 
restablecer su salud ocuparán el mismo para terminar con su existencia o el caso 
de los policías y vigilantes que ocuparán su arma de cargo en su contra. Para su 
mejor estudio el capítulo se divide en apartados que dan cuenta de cada uno de 
13 
los métodos encontrados en la investigación: asfixia por ahorcamiento, arma de 
fuego, ingesta de medicamentos, arrojarse a las vías del metro, el salto al vacío, 
envenenamiento, heridas con armas punzocortantes y otros métodos que se 
pensaría son difíciles de encontrar en una urbe como lo es el Distrito Federal 
debido a la dificultad para llevarlos a cabo, son los casos de: la muerte por 
ahogamiento y el prenderse fuego. 
Capítulo IV. El sacrificio y don: brindar la muerte. Este capítulo trata de 
discutir el acto del suicidio como un sacrificio o don que desde la religión católica 
se puede entender como devolverle la vida un ser creador de todo en el universo, 
se le brinda la muerte; evento que se considera un pecado puesto que ese ser es 
quien debe de quitarla, también podría considerarse como una manifestación de 
inconformidad y una forma de rebelarse no sólo en contra de la divinidad, también 
de la sociedad. El suicidio podría considerarse como una forma de escape del 
alcance de las normas y/o prescripciones que impone la sociedad y la religión, no 
obstante algunos autores señalan que el acto debería de verse como una facultad 
que tiene el sujeto, mediante la libertad con la que cuenta tiene derecho a decidir 
sobre su vida, pero también a darse muerte cuando mejor le parezca. 
El sacrificio implica abstenerse de muchas cosas, un abandono de sí con la 
finalidad de calmar a la divinidad, este acto es unilateral no se espera nada a 
cambio; y por el contrario, el don resulta de un sistema en donde se da algo, pero 
el individuo se ve obligado a devolver y esperar a que se le devuelva algo. En el 
sacrificio se podría considerar como una correspondencia entre lo solicitado y lo 
que se esté pagando, en el caso del suicidio es la vida. Se da la vida y la muerte 
esperando que se devuelva la vida eterna en el paraíso, aunque siempre se queda 
en deuda con esa entidad superior dadora de vida. 
14 
1. Distintos enfoques teóricos sobre el suicidio. 
1.1 El planteamiento sociológico de Émile Durkheim. 
 
Cuando uno experimenta tanto placer en no 
ser, no puede satisfacer completamente su 
inclinación sino renunciando completamente a 
vivir. 
Émile Durkheim. 
 
El suicidio es un fenómeno de interés para la ciencia y varias disciplinas, ya sean 
estas de carácter jurídico, político, filosófico, histórico, psiquiátrico, médico e 
incluso de índole religioso, por el hecho de indagar las causas morales del obrar 
de los individuos quienes buscan deliberadamente autoinfligirse daño al grado de 
privarse de la vida; para la sociologíaes de gran interés por considerar que el 
fenómeno responde esencialmente a causas sociales y no como anteriormente se 
asumía, que era únicamente un acto individual; “lo que busca son las causas por 
medio de las que es posible obrar, no sólo sobre los individuos aisladamente, sino 
sobre el grupo.”1 El principal exponente sobre el tema del suicidio dentro de la 
sociología es Émile Durkheim, el cual llevó a cabo un estudio en diversas regiones 
de Europa y, a decir del sociólogo francés, mediante una revisión cercana a 
veintiséis mil expedientes de muertes por suicidio. 
La investigación realizada dio como resultado que se publicara en 1897 su obra El 
suicidio, trabajo en el que presenta el análisis y revisión de los datos obtenidos del 
fenómeno, en dicho estudio aplica la metodología propuesta dentro de su trabajo 
previo Las reglas del método sociológico (1895), lo que le permite demostrar y 
desechar concepciones y mitos que se tenían hasta ese entonces en torno al 
suicidio, así como factores que se pensaba influían en la producción del suicidio y 
los cuales incidían en el individuo, predisponiéndolo para poner fin a su vida. El 
fenómeno del suicidio le permite al sociólogo francés no sólo llevar a cabo el 
estudio de manera científica, sino que, le facilita seguir trabajando con conceptos 
utilizados en La división del trabajo social (1893). Durkheim, menciona Steven 
Lukes: 
 
1
 Durkheim, Émile, El suicidio, México, Éxodo, 2006, p. 45. 
15 
 
consideraba el suicidio como la antítesis de la solidaridad social, y un alto 
índice de suicidios como el signo de una escasa adecuación de los lazos 
sociales. Creía que los vínculos sociales relacionaban a los individuos con su 
grupo o su «sociedad» de dos modos: vinculándolos a una serie de fines e 
ideales socialmente dados, y regulando sus deseos y aspiraciones.2 
 
El individuo juega un papel muy importante dentro de la colectividad por el hecho 
de que no puede sustraerse de sus obligaciones hacia el grupo; por su parte la 
sociedad tiene control sobre el actuar del sujeto, al premiar o reconocer las 
buenas acciones por parte del individuo o, en su defecto, castigarlas. En el caso 
del suicidio en donde se priva al grupo de posibles contribuciones futuras también 
la familia se ve inmiscuida en el evento debido a que, uno de sus miembros ha 
faltado a sus obligaciones; el acto es un agravio en contra de la sociedad que se 
castiga moralmente despertando en los demás un sentimiento de horror y repudio; 
“la conciencia pública impide todo acto que la ofenda a través de la vigilancia que 
ejerce sobre la conducta de los ciudadanos y de las penas especiales de que 
dispone.”3 
Las condiciones en que se produce el hecho de darse muerte por propia voluntad 
pueden ser diversas, es difícil conocer el verdadero motivo que puede llevar a una 
persona a atentar contra su vida, e incluso conocer la finalidad o la intención de 
llevar a cabo el acto debido a que esta “es una cosa demasiado íntima, para que 
pueda ser apreciada desde fuera”4, y por lo tanto, para que pueda ser 
comprendida por los demás. Son los familiares, conocidos o personas más 
cercanas las que proporcionan los datos necesarios para analizar la etiología del 
incidente, en la mayoría de los casos se desconocen las verdaderas causas que 
originaron el suceso por lo que, relacionan el desenlace a diversas razones, desde 
problemas de índole social como son la economía, el desempleo, hasta razones 
de naturaleza individual como pueden ser los problemas amorosos, el consumo de 
alcohol y drogas, los datos recabados se dirigen a encubrir cuales fueron 
 
2
 Lukes, Steven, Émile Durkheim. Su vida y su obra, Madrid, Siglo XXI, 1984, p. 205. 
3
 Durkheim, Émile, Las reglas del método sociológico, México, Quinto Sol, 2000, p. 24. 
4
 Durkheim, Émile, El suicidio… op. cit., p. 33. 
16 
realmente las causas del deceso por el miedo o el hecho de ser señalados por 
presentar un caso de esta naturaleza dentro del grupo familiar.5 
En la investigación que realizó Durkheim da a conocer que los factores naturales y 
congénitos no son los principales elementos que predisponen a los individuos para 
matarse, que “no es precisamente el medio físico el que la estimula de una 
manera directa; sobre todo, no es él el que marca su huella en la marcha de los 
suicidios. Esta marcha depende de condiciones sociales”6, así mismo desecha la 
idea de que el problema del suicidio sea en la mayoría de los casos debido a 
alguna enfermedad de tipo mental. Entre los factores naturales que retoma en su 
estudio y los cuales se creían podrían ser la causa que conduce a los individuos a 
obrar de esa manera se tiene por ejemplo la idea de que los fenómenos cósmicos 
(clima) como lo es el propio de la estación invernal se relacionaban con el suicidio 
ya que, es en esa época en donde la gente se sitúa en un estado de melancolía, 
quedando en un estado psicológico vulnerable que los puede llevar a atentar en 
contra de su vida; a decir del sociólogo francés “no es el clima la causa de 
numerosos suicidios”7 ya que, “no es en invierno ni en otoño cuando el suicidio 
alcanza su máximum, sino en la bella estación, cuando la naturaleza es más 
risueña y la temperatura más dulce. El hombre deja con preferencia la vida en el 
momento en que le resulta más fácil”8; Durkheim infiere que dicha situación está 
marcada por lo social, por el medio, por las relaciones que tienen lugar en donde 
se desenvuelve el individuo, las épocas de frío están caracterizadas por un 
aletargamiento en la actividad humana, caso contrario ocurre en épocas de calor, 
en donde se intensifican las relaciones, el vaivén, el ir y venir de la gente. Observa 
que realmente la causa del suicidio está en lo social, que “el día favorece el 
suicidio, porque es el momento en que los negocios son más activos, en que las 
 
5
 Sabemos que analíticamente es sumamente complicado delimitar la naturaleza de un fenómeno 
como el amor o el consumo de drogas desde una perspectiva estrictamente individualista, o 
visceversa. El hecho individual nos remite necesariamente a verlo como un analizador grupal o 
social. 
6
 Durkheim, Émile, El suicidio… op. cit., p. 128. 
7
 Ibíd., p. 106. 
8
 Ibíd., p. 108. 
17 
relaciones humanas se cruzan y se entrecruzan, en que la vida social resulta más 
intensa.”9 
Otro factor que toma en cuenta en su estudio es el de índole económico, ya que 
anteriormente se pensaba que las crisis financieras y la situación económica de 
las personas eran factores que tenían como desenlace la muerte de una manera 
voluntaria al ser la única salida para no afrontar dichos problemas, aunque en 
realidad, a decir de Durkheim, éstas no son las causas verdaderas de los 
suicidios, ya que “si las muertes voluntarias aumentasen cuando la vida se hace 
más ruda, deberían disminuir sensiblemente cuando el bienestar aumenta”10, 
situación que no se ve reflejada en el número de incidencias ya que, el sujeto 
puede terminar con su existencia en cualquier momento ya sea que este en 
situación de crisis, pero también se puede presentar cuando existe una situación 
de bonanza, “si las crisis industriales o financieras aumentan los suicidios, no es 
por lo que empobrecen, puesto que las crisis de prosperidad tienen el mismo 
resultado; es porque son crisis, es decir, perturbaciones de orden colectivo. Toda 
rotura de equilibrio, aun cuando de ella resulte un bienestar más grande y un alza 
de la vitalidad general, empuja a la muerte voluntaria.”11 En algunos casos, los 
familiares o conocidos del suicida aluden a la situación económica como causa del 
acto, pero las personas con escasos recursos son las que se dan muerte en una 
proporción menor en comparación de las que disponen de una posición 
económica cómoda; es la genteque no presenta problemas de carácter 
económico la que se da muerte, ya que “si la pobreza protege contra el suicidio, es 
porque, por sí misma, es un freno. […] cuanto menos posee uno, menos intenta 
extender el círculo de sus necesidades.”12 El sociólogo francés concluye en este 
aspecto que “la miseria no es uno de los factores de que depende la cifra social de 
los suicidios.”13 
 
9
 Ibíd., p. 122. 
10
 Ibíd., p. 274. 
11
 Ibíd., p. 278. 
12
 Ídem. 
13
 Ibíd., p. 202. El número de muertes por suicidio en el Distrito Federal, no es muy significativo, ya 
que el principal rubro lo ocupan los decesos correspondientes a accidentes de tránsito, homicidios, 
muerte natural y accidentes en el hogar; en las cifras concernientes al suicidio regularmente se 
presenta una constante, que como lo había descrito Durkheim, “si evoluciona, lo hace siguiendo un 
18 
La herencia es otro factor que se creía pudiera ser la causa del suicidio, 
actualmente dicha creencia sigue presente, sobretodo dentro del área de la 
medicina y dentro de la psiquiatría, esta situación se piensa que puede ser 
determinante en el individuo ya que, si se tiene como antecedente casos previos 
de suicidio dentro del grupo familiar puede predisponer al individuo para que lleve 
a cabo el acto; se piensa que el individuo está destinado a que su fin sea igual al 
de sus antecesores. Durkheim manifiesta que “puede ocurrir que reproduzcamos 
un acto que pasa delante de nosotros o que conocemos, únicamente porque ha 
ocurrido en nuestra presencia o porque hemos oído hablar de él”14, situación que 
se presenta en algunos casos de la presente investigación, toda vez que son los 
hijos, padres o algún otro familiar cercano los que descubren el cuerpo del suicida, 
circunstancia que los puede marcar debido a la impresión causada al encontrar el 
cuerpo ya sea pendiendo de una viga, observarlo con un tiro en la cabeza, 
recostado en la cama o algún mueble debido a que instantes previos ingirió alguna 
sustancia o medicamento; pero esto no significa que se cometa por el hecho de 
ser hereditario o por ser un acto de imitación ya que “una cosa es sentir en común, 
otra inclinarse ante la autoridad de la opinión, otra, en fin, repetir automáticamente 
lo que los demás han hecho”15, pero sin que esto sea causa de la herencia, ni de 
la imitación. Existen casos en los que se lleva a cabo el acto en grupo, es decir, 
suicidio colectivo, estos casos son muy raros y solamente se presentan en 
algunos grupos o sectas de carácter religioso, pero en ningún instante obedecen a 
imitación. Durkheim concluye que, aunque el suicidio no es hereditario si puede 
obedecer a las situaciones vividas dentro del grupo, “en realidad, lo que puede 
contribuir al desarrollo del suicidio […] no es el hecho de hablar de él, sino la 
manera como se habla [de él]”16, ya que se puede ejercer una influencia en el 
 
coeficiente de aceleración, que es peculiar de cada sociedad; que las variaciones por que pasa en 
los diferentes momentos del día, del mes, del año, no hacen más que reproducir el ritmo de la vida 
social.” Ibíd., p. 29, y aunque estas tendencias al incremento del fenómeno no son una ley o una 
regla que se tenga que respetar, se puede inferir que ninguna sociedad está libre de actos de 
suicidio, “cada sociedad está predispuesta a producir un contingente determinado de muerte 
voluntarias.” Ibíd., p. 44, tantas como los años precedentes. 
14
 Ibíd., p. 133. 
15
 Ibíd., p. 138. 
16
 Ibíd., p. 152. 
19 
individuo por conocer este los por menores del acontecimiento o por el hecho de 
cuestionarse sobre la vida o por muerte. 
Muchos de los factores no son realmente la causa de que una persona se prive de 
la vida ya que, el fenómeno tiende a estar encausado por el ámbito social en que 
se desenvuelve el individuo, por las relaciones que sostiene con los demás 
integrantes del grupo; no se niega la existencia en algunos casos de 
enfermedades de índole mental, las cuales colocan al individuo en una estado de 
vulnerabilidad que le permita llevar a cabo el acto. Las afectaciones de tipo mental 
están presentes en los individuos, pero son en un número reducido y no como 
reflejan las estadísticas, ya que estas se elaboran en base a la declaración de los 
familiares, los cuales arguyen que el deceso se debió a un mal de esta índole; 
comentan que el suicida llevaba años padeciendo alguna enfermedad y que se 
encontraba en tratamiento psiquiátrico. A decir de Lukes: 
 
La teoría Durkheimiana del suicidio viene, pues, a decir lo siguiente: que en 
condiciones sociales adversas, cuando el contexto social de los hombre no les 
proporciona las necesarias fuentes de vinculación y/o regulación al adecuado 
nivel de intensidad, su salud moral o psicológica se ve perturbada, y un cierto 
número de individuos, vulnerables y predispuestos al suicidio responden 
suicidándose.17 
 
El fenómeno del suicidio interesa a Durkheim por su difícil determinación y su 
carácter de hecho social, considerando que únicamente “el individuo está 
dominado por una realidad moral que lo supera: la realidad colectiva”18, que el 
fenómeno afecta al individuo y a la sociedad, se presenta como una realidad 
exterior y con la característica de ser coercitivo para el individuo; para él el 
fenómeno de interés se debe realizar con un tratamiento riguroso, “no debe 
creerse que un estado general sólo se explica con la ayuda de generalidades, 
porque puede tener causas concretas que escaparían a la percepción, si no se 
tuviera cuidado de estudiarlas a través de las manifestaciones definidas que las 
exteriorizan.”19 El estudio del fenómeno no debe centrarse en lo que dice la familia 
 
17
 Lukes, Steven, op. cit., p. 216. 
18
 Durkheim, Émile, El suicidio… op. cit., p. 29. 
19
 Ibíd., p. 27. 
20 
o conocidos del suicida, ya que se caería en una omisión de las que pueden ser 
las verdaderas causas que motivaron al individuo a llegar a esa instancia ya que, 
el caso quedaría expuesto ante la mirada de la comunidad y por lo tanto habría 
que justificar el actuar del sujeto, y aunque el hecho no cuente con una sanción 
judicial, si existe una de carácter moral por parte del grupo en el cual se 
desenvolvía el sujeto; así, la familia queda estigmatizada. 
Durkheim define el suicidio como “todo caso de muerte que resulte, directa o 
indirectamente, de un acto positivo o negativo, realizado por la víctima misma, 
sabiendo ella que debería producir este resultado.”20 La definición que realiza es 
un aporte muy importante y significativo para el estudio del suicidio dentro de la 
sociología y otras áreas como lo es la médica. Para un mejor estudio del 
fenómeno lleva a cabo la clasificación del suicidio en cuatro tipos según la 
integración del individuo en la sociedad: 
 
 Suicidio egoísta: “el yo individual se afirma con exceso frente al yo social 
[…] es el resultado de una individuación desintegrada; el individuo llega a 
preponderar los intereses propios sobre los fines comunes sociedad.”21 
 
 Suicidio altruista: “el yo no se pertenece, su conducta está situada fuera de 
él, en el grupo del cual forma parte; la sociedad tiene al individuo muy 
estrechamente bajo su dependencia.”22 
 
En ambos casos menciona que es fácilmente que el individuo llegue a darse 
muerte, tanto por el desapego con la sociedad como por estar demasiado 
adherido a ella, su conducta y actividades pueden carecer de regulación y 
vigilancia, o por el contrario pueden existir demasiadas restricciones en su actuar. 
 
 Suicidio anómico: “difiere de las anteriores en cuanto depende, no de la 
manera en que están ligados los individuos a la sociedad, sino del modo en20
 Ibíd., p. 35. 
21
 Ibíd., pp. 235-236. 
22
 Ibíd., pp. 249-250. 
21 
que ella los reglamenta. […] Son las pasiones propiamente individuales las 
que necesitan y quedan sin normas que las regule.”23 
 
Durkheim hace mención del cuarto tipo de suicidio en una nota al pie de página, el 
trato que le da a este tipo de suicidio no es el mismo que a los anteriores debido a 
que no aparece un caso de este tipo en su obra y es difícil encontrarlo en la 
sociedad, pero no omite mencionar sus características. 
 
 Suicidio fatalista: en este se muestra el carácter inevitable e inflexible de la 
regla, contra la que nada se puede hacer. Este cuarto tipo de suicidio es 
difícil de encontrar ejemplos, Durkheim menciona que “este se relaciona 
con los suicidios de esclavos, que se dice son comunes en ciertas 
condiciones, y todos los que, en una palabra, pueden ser atribuidos a las 
intemperancias del despotismo material y moral.”24 
 
Así, el suicidio egoísta se encuentra en oposición con el suicidio altruista, y el 
suicidio fatalista en discrepancia al suicidio anómico. La principal característica de 
estos cuatro tipos de suicidio es que se dan por la reglamentación de la sociedad 
hacia los individuos; la diferencia entre ellos es la coerción ejercida sobre el 
individuo, en unos es en demasía y, en otros las normas se relajan; pero en 
ambas dimensiones (egoísmo-altruismo y anomia-fatalismo) el individuo puede 
buscar como salida la muerte. “El egoísmo y su opuesto, el altruismo, resaltan lo 
que ata a un individuo a unos fines e ideales socialmente dados; la anomia (y su 
opuesto, curiosamente borroso, el fatalismo) resaltan lo que mantiene a raya los 
deseos del individuo, regulándolos y moderándolos.”25 
Los métodos con los cuales los individuos se privan de la vida varían en las 
características según el sexo, así por ejemplo, la mayoría de las mujeres utilizan 
medios que no implican violencia, prefieren utilizar sedantes o antidepresivos 
mientras que los hombres emplean armas o recurren al ahorcamiento, 
 
23
 Ibíd., pp. 292-293. 
24
 Ibíd., p. 317. 
25
 Lukes, Steven, op. cit., p. 205. 
22 
considerando estos, como los medios más rápidos y eficaces para privarse de la 
vida; en algunos casos la creatividad e ingenio están presentes en las técnicas 
utilizadas que de manera segura lo llevará a la muerte, el único objetivo es el 
privarse de la vida. En algunos casos, sobre todo de los suicidas que ingieren 
sustancias o medicamentos, la muerte les llega cuando se encuentran en el 
hospital, debido a que la dosis no es suficientemente letal para causar la muerte 
de una manera instantánea, pero no por esto deja de ser suicidio, la intención y el 
fin del acto es quitarse la vida, así “se mata uno lo mismo rehusando alimentarse, 
que destruyéndose por el hierro o por el fuego, y no es tampoco necesario que el 
acto producido haya sido el antecedente inmediato de la muerte, para que ésta 
pueda ser considerada como efecto suyo; la relación de causalidad puede ser 
indirecta, sin que el fenómeno cambie por esto de naturaleza.”26 
El tiempo es un factor que juega un papel muy importante, la situación no es la 
misma en todos los casos, muchos individuos planean su muerte con anticipación, 
la preparación puede ir desde escoger el instrumento con el cual se privaran de la 
vida, escribir a sus familiares una carta de despedida, aclaratoria, con 
instrucciones y, hasta comenzar a hacer una repartición de sus bienes; el suicida 
“escoge su hora y medita su plan con mucha anticipación. Ni siquiera le repugnan 
los medios lentos. Una melancolía tranquila y que, muchas veces, no carecen de 
dulzura, caracteriza sus últimos momentos. Se analiza hasta el fin”27 para que el 
resultado sea efectivo y no errar, ya que de ser así y sobrevivir, pueden quedar 
secuelas que le dañarían algunas funciones vitales del organismo, llegando 
incluso a perder la capacidad de movimiento y desplazamiento. 
Durkheim muestra la importancia de las relaciones del sujeto con el grupo en 
donde se desenvuelve, así como el grupo familiar ya que “en la constitución del 
grupo familiar, es donde debe encontrarse la causa principal del fenómeno”28, 
ahondar en testimonios que permitan conocer la verdadera etiología del acto, que 
permitan conocer que es lo que precipitó al individuo a tomar la decisión de 
privarse de la vida, que lo colocó en una situación en la que encontró como única 
 
26
 Durkheim, Émile, El suicidio… op. cit., p. 32. 
27
 Ibíd., p. 323. 
28
 Ibíd., p. 206. 
23 
solución a sus problemas el darse muerte por propia mano ya que, en palabras de 
Durkheim, “se penetra mucho mejor la naturaleza de un fenómeno cuando se sabe 
su causa.”29 
Las declaraciones de familiares y conocidos del suicida ante las autoridades, se 
ven cubiertas de una serie de argumentos que sólo dejan al descubierto que la 
muerte fue de manera natural, por lo que las verdaderas causas del evento se 
deben enmascarar con una serie de enfermedades (paro cardiorrespiratorio, 
diabetes, hipertensión, etcétera), algún accidente o alguna conducta anormal 
(alcoholismo y/o drogadicción); los familiares tratan de mantener en secreto el 
evento por la vergüenza de que la comunidad se entere que dentro del grupo ha 
habido un suicidio, ya que pueden ser señalados, por lo que ante los demás debe 
haber una justificación del acto, así, con los datos recabados: 
 
se cree descubrir entre los antecedentes de la víctima algún hecho, que se 
piensa que conducen con frecuencia a la desesperación, se juzga inútil 
investigar más, y según se sepa que el sujeto ha sufrido recientemente 
pérdida de dinero, o ha experimentado desgracias de familia, o es algo 
aficionado a la bebida, se imputa el suicidio a su embriaguez, a sus dolores 
domésticos o a sus decepciones económicas.30 
 
La utilidad de recabar no solamente datos estadísticos, sino además testimonios 
permite ahondar en el análisis del fenómeno y tratar de conocer las causas que 
originan el acto ya que, de acuerdo a Durkheim “una investigación científica no 
puede cumplir su fin más que fundándose sobre hechos comparables, y tiene 
menos probabilidades de fracasar, cuanto más seguridades obtenga de haber 
reunido todos aquellos hechos que puedan compararse con utilidad.”31 
La teoría Durkheimiana sigue vigente, los aportes que realiza a diferentes áreas 
de la ciencia es de suma utilidad, pero pocos son los que han realizado aportes a 
dicha teoría sobre todo en sociología; Anthony Giddens reconoce que “los 
avances experimentados por la teoría del suicidio desde la publicación de El 
Suicidio de Durkheim han sido en verdad limitados: los escritores han presentado 
 
29
 Ibíd., p. 157. 
30
 Ibíd., p. 159. 
31
 Ibíd., p. 31. 
24 
términos sucedáneos para expresar, a menudo con menor precisión, los 
conceptos fundamentales de Durkheim; pero poco más ha podido añadirse a su 
Teoría.”32 
 
1.2 Psiquiatría y salud mental: la visión orgánica. 
 
El hombre en última instancia se determina a 
sí mismo. El hombre no se limita a existir, sino 
que siempre decide cuál será su existencia y 
lo que será al minuto siguiente. 
Víctor Frankl 
 
La muerte dada a sí mismo es sin duda, un acto que puede despertar el asombro 
y horror de las personas ante el conocimiento de tal evento; las personas cercanas 
al suicida son los más desfavorecidos por dicha acción, la familia y allegados al 
difunto son las más perjudicadas dentro de la comunidad ya que cargan con el 
estigma de pertenecer al mismo círculo íntimo del suicida; situación que no 
permite sacar a la luz la verdadera razón por la cual decidió poner fin a su vida, “la 
familia es señalada, indica cómo, si no exactamente la causa, al menos la 
oportunidad de la alineación. El motivo de eclosión del episodio delocura serán 
las contrariedades, las preocupaciones de dinero, los celos amorosos, las penas, 
las separaciones, la ruina, la miseria, etc.; todo eso desencadena la locura y no 
dejará de alimentarla”33, se trata de justificar el acontecimiento con argumentos 
diversos, cubriéndose en algunos casos las conflictivas familiares y de pareja que 
llevaron al individuo a poner fin a su vida. Dentro del grupo familiar sería preferible 
que la muerte fuera a causa de un accidente a que el deceso sea a causa del 
suicidio, es decir, es preferible que la pérdida de la vida incluso sea dada por 
alguien más a que sea el mismo sujeto el que termine con su existencia. 
Las declaraciones de los familiares estarán enfocadas a enmascarar lo acontecido 
para que el suceso no manche con el deshonor a la familia y que ésta pudiera ser 
señalada debido a lo ocurrido, siendo el evento causa de vergüenza social. La 
 
32
 Citado en Lukes, Steven, op. cit., p. 204. 
33
 Foucault, Michel, El poder psiquiátrico, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2005, p. 
120. 
25 
muerte por suicidio será la marca que llevarán los familiares, misma que 
pretenden desaparecer de alguna forma y por lo cual se busca un sinfín de 
excusas que justifiquen y encubran el acto, entre ellas se encuentran las 
enfermedades tanto físicas como de índole mental; ya que “atribuir el suicidio a 
una enfermedad mental excusa y, aparentemente, desestigmatiza el hecho como 
la consecuencia no deseada de la enfermedad, al mismo tiempo lo incrimina y 
estigmatiza de nuevo como una temida manifestación de la locura.”34 
El velo testimonial que cubre el suceso estará dirigido a hacer manifiesto que el 
individuo no actuó de forma racional sino más bien por alguna deficiencia o daño 
de sus facultades mentales. La familia prefiere pensar que la muerte no fue 
intencionada, sino más bien, causa de un desorden mental, que el sujeto no lo 
hizo de una manera consciente y que la enfermedad atacó la razón, de tal forma 
que su mente no presentaba lucidez alguna para evitar actuar de esa manera; el 
discurso del médico psiquiatra sobre la enfermedad mental será el que retomará la 
familia para entender por qué el sujeto tomó la decisión de privarse de la vida; así, 
“aunque la enfermedad mental se considerada un intruso ajeno a la dinámica de la 
familia, este intruso hace sentido con la estructura o, para decirlo en términos que 
la familia prefiere: es un problema que explica los otros problemas, es el problema 
de donde derivan todos los demás problemas.”35 
Se tiene la creencia de que la muerte no será una libre decisión que toma el 
individuo ante lo insoportable que puede ser la soledad, el vacío, el no sentir 
afecto, la desesperación por no tener cura a diversas enfermedades que pueda 
padecer, el no tener un sostén que pueda generar sentido a las actividades que 
realiza o a la vida misma; a decir de Laing “uno puede sentirse físicamente vacío 
cuando no se mete dentro de lo que está uno haciendo o cuando aquello en lo que 
se ha metido se experimenta como carente de significado para uno mismo.”36 
En el área de la salud, específicamente para la psiquiatría, el suicidio resulta como 
manifestación de una enfermedad mental que alude a actitudes anormales que se 
 
34
 Szasz, Thomas, Libertad fatal. Ética y política del suicidio, Barcelona, Paidós, 2002, p. 24. 
35
 Payá, Víctor A., Jiménez, Marco A. (coor.), Institución, familia y enfermedad mental: reflexiones 
socioantropológicas desde un hospital psiquiátrico, México, Juan Pablos-UNAM, 2010, pp. 105-
106. 
36
 Laing, Ronald, El yo y los otros, México, Fondo de Cultura Económica, 2002, p. 79. 
26 
presentan en la conducta de los individuos así como por falta de lucidez para 
razonar y una percepción inadecuada de la realidad, esto puede ser debido a la 
falta de componentes bioquímicos aunado al consumo de sustancias como el 
alcohol y/o drogas, además del posible carácter hereditario de la enfermedad al 
interior del grupo familiar; para tal situación se requiere de un tratamiento, del que 
sólo ellos tienen conocimiento y del cual están autorizados a llevar mediante la 
prescripción de medicamentos. El suicidio se presenta como una enfermedad 
mental en donde el organismo presenta un deterioro a nivel cerebral y por lo tanto 
se requiere de un tratamiento, particularmente, enfocado a equilibrar las 
sustancias propias que genera el cerebro, así mismo se pretende regular el 
comportamiento y la conducta del individuo con el afán de ayudarlo a que no 
piense ni atente en contra de su vida a causa de el padecimiento que sufre. 
El discurso médico, en específico el psiquiátrico, va enfocado a reconocer a 
tiempo la enfermedad para darle un posible tratamiento; en torno a la causa de la 
enfermedad mental causante del suicidio manifiesta que: 
 
los factores bioquímicos del suicidio se relacionan con la depresión y la manía. 
Se ha encontrado que el líquido cefalorraquídeo de algunos pacientes 
deprimidos contiene cantidades anormalmente bajas de 5-HIAA (ácido 5 
hidroxindolacético), el cual se produce cuando la serotonina se desintegra en 
el cuerpo. Existe evidencia de que los receptores de serotonina en el tallo 
cerebral y en la corteza frontal pueden estar deteriorados, lo que se manifiesta 
en el individuo por inconformidad e insatisfacción con su modo de vida, por 
imágenes mentales del suicidio y por la insinuación o afirmación verbal de las 
intenciones suicidas. Se han detectado alteraciones del funcionamiento del eje 
hipotálamo-hipofisario-adrenal, con elevación de hidroxi-cetosteroides en la 
orina de pacientes suicidas.37 
 
Sin duda, se trata de buscar el mal dentro del mismo cuerpo así como en las 
sustancias y procesos propios de los diversos organismos corporales, con 
especial atención en el cerebro ya que es el encargado del funcionamiento 
correcto de procesos vitales del ser humano, además de ser la central nerviosa del 
cuerpo, por lo que si existe alguna enfermedad es precisamente en el cerebro 
 
37
 Juárez Olguín H. y cols, Acta Pediátrica de México [online], 2006, vol. 27, no. 2, marzo-abril, p. 
57 [Consultado el 03 de agosto de 2009] disponible en 
http://www.actapediatrmex.entornomedico.org/archivo/27-02-2006/index.html 
27 
donde se halla; así, la locura adquiere importancia sobre todo para hacer del 
suicidio parte del mito de la enfermedad mental; desde el siglo XIX la locura 
adquiere una importante relevancia médica ya que se cree que se encuentra 
dentro del cerebro, estudio que se llevaría a cabo a través del cuerpo de los 
enfermos y cadáveres de suicidas, a decir de Foucault “la práctica de la autopsia 
fue [...] una práctica regular cuyo sentido consistía esencialmente en decir lo 
siguiente: si hay una verdad de la locura, con seguridad no se encuentra en lo que 
dicen los locos y sólo puede estar en sus nervios y en su cerebro.”38 
Entre los problemas o desordenes de carácter mental de los cuales se ocupan los 
psiquiatras y que consideran que existe una relación importante con el suicidio se 
encuentran la depresión, esquizofrenia, bipolaridad, psicosis, drogadicción y 
alcoholismo por mencionar algunas39; consideran que “la enfermedad mental es el 
factor más importante que predispone al comportamiento suicida. Las personas 
afectadas por enfermedades mentales presentan un riesgo de suicidio diez veces 
mayor que aquellas personas que no las sufren”40, por lo que las personas que 
presentan una conducta anormal son consideradas como no sanas mentalmente y 
sobre todo si su actuar las conduce a eliminarse de manera voluntaria; al respecto 
H. G. Morgan comenta que “ciertas enfermedades mentales tienen una relación 
particularmente alta con el riesgo de suicidio: las más comunes, por amplio 
margen, son las enfermedades depresivasy la dependencia del alcohol.”41 En la 
mayoría de los casos donde aparece el suicidio por problemas psiquiátricos está 
presente la depresión; a decir de los psiquiatras, es una condición que pone a los 
individuos en un estado de fragilidad que permite que cualquier suceso pueda 
 
38
 Foucault, Michel, op. cit., p. 295. 
39
 La principal causa de muerte por suicidio en el Distrito Federal que reporta el Servicio Médico 
Forense (SEMEFO) en su compendio estadístico según su etiología, alude principalmente a 
problemas psiquiátricos y conductuales; de un total de 299 decesos en el año 2006 se reportaron 
202 correspondientes a este rubro, para el año 2007: 227 de 424 muertes y en el año 2008: 251 
casos de un total de 455 suicidios, es decir; más del cincuenta por ciento de las muertes por 
suicidio registradas por la institución en los últimos años son consecuencia de enfermedades de 
índole mental. Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, Compendio estadístico del Servicio 
Médico Forense 2004-2008 [online], mayo 2009, p. 49. [Consultado el 13 de julio de 2009] 
Disponible en http://www.tsjdf.gob.mx 
40
 Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio, Día Mundial de Prevención del Suicidio 
en Revista de Sanidad Militar [online], 2006, vol. 60, no. 5, p. 342, [Consultado el 01 de octubre de 
2009] disponible en http://www.medigraphic.com/pdfs/sanmil/sm-2006/sm065h.pdf 
41
 Morgan, H. G., ¿Deseos de muerte?, México, Fondo de Cultura Económica, 1983, p. 50. 
28 
desencadenar una situación que lo lleve a poner en riesgo su vida o, en el caso 
extremo, terminar con ella; “el depresivo, incapaz de dimensionar la realidad, 
tiende a interpretarse a sí mismo en términos de privaciones o derrotas vividas 
como acontecimientos irrevocables. […] emite juicios categóricos sobre su propia 
persona, considerándose a sí mismo como un “perdedor”, predestinado a 
continuar siéndolo”42; aunado a los sentimientos de abandono, soledad, 
incomprensión, culpa, vergüenza, falta de atención, de apoyo y de cariño que 
pueda experimentar; la idea de darse muerte –a decir de los psiquiatras- está más 
presente que en ningún otro estado. 
Las enfermedades de índole psiquiátrico modifican la conducta del sujeto de 
manera tal que no tiene control sobre sus impulsos y su cuerpo, llegando a 
causarse daño, Morgan menciona que “el impulso hacia la autodestrucción en los 
que están gravemente deprimidos surge de un estado mental que niega la 
suposición básica de la vida”43, no existe nada a que aferrarse, nada que los ate a 
la existencia; la realidad se ve distorsionada debido a la enfermedad mental que 
padecen y, por lo tanto, la puerta de salida a sus problemas es únicamente buscar 
la muerte por propia mano; las expectativas sobre el futuro son inciertas, tal vez 
sólo se perciba la misma pesadumbre que vive en ese momento; “el depresivo 
selecciona las categorías del extremo negativo, entre otras, la tendencia a hacer 
de las cosas una catástrofe; la sobregeneralización o generalización excesiva.”44 
En el caso de que las personas cuenten con antecedentes de intentos suicidas, 
los psiquiatras además de diagnosticar y medicar, recomiendan atención y 
cuidado en todo instante ya que en cualquier momento en que el individuo se 
encuentre solo puede hacer efectivo dicho intento y perder la vida; otro recurso 
que se utiliza es el internamiento, con la finalidad de que el sujeto lleve a cabo el 
tratamiento y tenerlo con una vigilancia constante limitando así su actuar; de este 
modo “cuando la evaluación indica que un individuo está en riesgo inminente de 
suicidarse, y la motivación suicida pasa por encima de todo deseo de aceptar 
 
42
 Cohen Agrest, Diana, Por mano propia. Estudio sobre las prácticas suicidas, Buenos Aires, 
Fondo de Cultura Económica, 2007, p. 188. 
43
 Morgan, H. G., op. cit. p. 52. 
44
 Cohen Agrest, Diana, op. cit., p. 188. 
29 
ayuda, entonces la norma usual es disponer inmediatamente el ingreso en una 
unidad psiquiátrica, si es necesario mediante procedimientos coercitivos.”45 
Entre los factores que la psiquiatría retoma como posibles desencadenantes para 
llevar a cabo el acto se encuentran el alcoholismo y la drogadicción, aunado a la 
situación que vive el sujeto, pueden ser factores que en determinado momento 
pueden desinhibirlo, haciendo que llegue a estar en una situación muy vulnerable 
al grado de privarse de la vida, “la reducción de la inhibición y la liberación del 
comportamiento agresivo, efectos directos del alcohol, pueden producir el factor 
precipitante en alguna persona que de otra manera no tendría valor para 
emprender su autodestrucción.”46 Cabe señalar que para el psiquiatra el consumo 
de alcohol en cantidades mínimas tiene el mismo efecto que si tomara una 
cantidad mayor y que “la dependencia del alcohol sólo es superada por la 
enfermedad depresiva como concomitante del suicidio”47, así mismo hacen notar 
que “el principal factor de riesgo en los hombres es el ambiente familiar y en las 
mujeres lo son además del ambiente familiar disfuncional, el sentirse en 
desventaja con sus amigas, la baja autoestima, la impulsividad, la mala 
comunicación con la madre y el preferir aislarse en situaciones problemáticas.”48 
De igual forma no dejan a un lado el contexto social en que se desenvuelve el 
individuo: pobreza, escolaridad, consumo y abuso de tabaco o substancias 
nocivas, agresiones sufridas, desordenes emocionales de los padres, los cuales 
pueden ser factores desencadenantes de suicidio dentro del grupo familiar sobre 
todo, en los adolescentes. 
El sociólogo francés Émile Durkheim retoma para su análisis la idea de que el 
alcohol es un factor desencadenante del suicidio ya que se piensa que el efecto 
que puede presentar es el de desinhibir al individuo, haciendo que éste quede en 
un estado de vulnerabilidad que le permita deshacerse de la vida de una manera 
fácil; llegó a la conclusión con base en los expedientes revisados de que “el grupo 
 
45
 Morgan, H. G., op. cit., p. 136. 
46
 Ibíd., p. 55. 
47
 Ibíd., p. 53. 
48
 González Forteza, Catalina, et al., Al borde de la muerte: problemática suicida en adolescentes 
en Salud Mental [online] Diciembre 1999, vol. 22 (Esp), p. 145. [Consultado el 01 de octubre de 
2009] disponible en http://www.inprf-cd.org.mx/pdf/1999/sm2207/sm2207145.pdf 
30 
en que el suicidio es mayor, es el de aquéllos en que se consume menos 
alcohol”49 y que, por lo tanto, el alcohol no influye de manera drástica en la toma 
de la decisión de privarse de la vida, deshecha la idea de que el alcohol perjudica 
el juicio de tal manera que un individuo pueda atentar en contra de su vida; y no 
por el hecho de que una sociedad tenga más o menos alcohólicos va ascender o 
decrecer de manera notable el número de suicidios. 
Otro de los argumentos que refieren los psiquiatras como posible causa de 
suicidio, es que éste puede presentar carácter de hereditario, como una posible 
enfermedad mental la cual puede pasar de generación en generación, debido a 
esto, se podrían presentar varios casos de suicidio dentro del grupo familiar, es 
decir, puede presentarse la muerte voluntaria por suicidio del padre, hermanos e 
hijos, de forma que los miembros de diversas generaciones estarán destinados a 
tener el mismo fin que sus antecesores; los médicos realizan estudios y 
cuestionan a la familia del “enfermo” sobre antecedentes similares al interior del 
grupo tratando de darle sentido a la familia sobre la enfermedad y el actuar del 
individuo, a decir de A. Payá: 
 
la explicación biológica-hereditaria no mitiga del todo el tormento: los 
progenitores buscan las fallas, los momentos de fracturas, meditan sobre las 
violencias reiteradas, las ausencias, los abandonos y las desatenciones que 
contribuyeron al

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