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ANÁLISIS CQNTINGENCIAL Un sistema psicológico interconductual para el campo aplicado MC RAMIRO JESÚS SANDOVAL Director DR. IGNACIO PENALOSA CASTRO Secretario General Académico Lie. ROQUE JORGE OLIVARES VAZQUEZ Secretario de Desarrollo y Relaciones Institucionales CD ANA GRAF OBREGÓN Secretaria de Programación y Cuerpos Colegiados CP ISABEL FERRER TRUJILLO Secretaria Administrativa DR. ARTURO SILVA RODRÍGUEZ Jefe de Ia carrera de Psicología MC JOSÉ JAIME ÁVILA VALDIVIESO ' Coordinador Editorial UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES IZTACALA CARRERA DE PSICOLOGÍA ANÁLISIS CONTINGENCIAL Un sistema psicológico interconductual para el campo aplicado AUTORA ANÁLISIS CONTINGENCIAL Un sistema psicológico interconductual para el campo aplicado Tercera reimpresión de la primera edición Derechos Reservados ©2006 UNIVERSIDAD NACIONAL. AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES IZTACALA Av. de los Barrios No.l, Los Reyes Iztacala, Tlalnepantla, 54090, Estado de México, México. 2002 Primera edición 2004 Primera reimpresión de la primera edición 2005 Segunda reimpresión de. la primera edición Ninguna parte de esta obra puede ser reproducida o trasmitida, mediante ningún sistema o método, electrónico o mecánico, - sin el consentimiento escrito de la UNAM FES Iztacala. APOYO TÉCNICO MC JOSÉ JAIME ÁVILA VALDIVIESO Corrección de estilo, formación editorial y cuidado de la edición DG FÉLIX L. MIRAMONTES HERNÁNDEZ Diseño de portada C. ERICK I. IBARRA ANDRADE Preliminares Al doctor Emilio Ribes Iñesta ÍNDICE PRÓLOGO ................................................................................................................................................ i PREFACIO ............................................................................................................................................vii INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................... ix CAP 1 DESARROLLO HISTÓRICO DE LA PSICOLOGÍA CONDUCTUAL APLICADA .............................................................................................. 1 Análisis conductual aplicado ........................... 6 El enfoque cognitivo ............................... 7 Estado actual ................................. 10 CAP2 UN ANÁLISIS DE LA TECNOLOGÍA CONDUCTUAL .......................... 11 Limitaciones del paradigma ......................... 12 a) El dualismo .............................. 12 b) Causalidad .............................. 15 c) Atomismo ............................... 16 d) Misma complejidad en los procesos ................ 17 Limitaciones en las aproximaciones terapéuticas ............. 19 a) Dualismo ............................... 19 b) Causalidad .............................. 22 c) Atomismo ............................... 23 d) Misma complejidad en los procesos ................ 25 e) La falta de delimitación del objeto de estudio .......... 26 Algunas premisas ............................... 29 La dimensión psicológica de los problemas humanos ........... 30 Otras profesiones con aplicación social................... 32 Concepción clínica de los problemas .................... 33 Tecnología psicológica ............................ 37 CAP 3 EL CAMBIO CONCEPTUAL EN EL ANÁLISIS DEL COMPORTAMIENTO HUMANO .......................................................... 40 1. Definición de Conducta ........................ 41 2. Explicación del comportamiento .................. 44 3. El análisis contingencial: la ruptura con el modelo médico .. 50 CAP 4 EL ANÁLISIS CONTINGENCIAL ......................................................... 57 CAP 5 EL SISTEMA MICROCONTINGENCIAL ............................................. 63 Morfologías de conducta ........................... 64 Situaciones ................................... 67 Personas .................................... 71 Efectos …………………………………..73 CAP 6 EL ANÁLISIS MACROCONTINGENCIAL ............................................ 76 CAP 7 GÉNESIS DEL PROBLEMA ................................................................ 86 I. Historia de la microcontingencia .................. 91 II. Estrategias de interacción ...................... 91 III. Evaluación de competencias ..................... 92 CAP 8 ANÁLISIS DE SOLUCIONES ............................................................... 93 CAP 9 SELECCIÓN, DISEÑO, APLICACIÓN Y EVALUACIÓN DE LAS ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN ................................................. 98 I. La naturaleza de la interacción terapéutica ......... 100 II. Tipo de procedimientos en términos de sus efectos ..... 101 III. Funciones del terapeuta ..................... 102 CAP 10 ALGUNAS INVESTIGACIONES CON ANÁLISIS CONTINGENCIAL.. 110 COMENTARIOS FINALES .................................................................115 BIBLIOGRAFÍA ..................................................................................118 ANEXO ................................................................................................121 i PRÓLOGO l sistema psicológico para el trabajo clínico, llamado Análisis contingencial, a pesar de su novedad tiene una larga historia. Proviene de quienes se declaraban conductistas hace un par de décadas y que ahora se identifican como interconductistas. ¿En qué consiste este cambio? ¿Qué tanto es un recalentado de lo antiguo o un cambio radical? Entender sus preocupaciones, motivaciones y línea de trabajo, obliga a considerar el estatus científico de la psicología, la historia del análisis experimental de la conducta y las repercusiones que ha tenido el ingenioso trabajo de Emilio Ribes, el psicólogo más destacado de habla hispana. La presente obra se desprende de los vínculos que la autora de este libro ha tenido con este científico del comportamiento. Lo que popularmente se reconoce como psicología es una mezcla de mitos populares acerca de los misterios de una mente inexpugnable, al igual que conjeturas fantásticas a partir de observaciones simples. En mejores condiciones también se le reconoce como un proyecto de ciencia, con un cuerpo de investigación que le sirve de base, pero que es dispersa y heterogénea. También se habla de psicología para referirse a una serie de herramientas prácticas (pruebas psicológicas, dinámicas de grupo, métodos de instrucción, estrategias para el control de pensamiento o emociones, etcétera) que aunque sean valoradas en el mercado de trabajo, se pueden considerar teóricamente huérfanas de una teoría general que les dé sustento. En la lucha, para darle a la psicología un auténtico estatus de ciencia, ha jugado un papel muy inportante lo que se conoce como conductismo, o más precisamente, el Análisis Experimental del Comportamiento. Desde ahí se han hecho esfuerzos destacados para definir sin ambigüedades el objeto de estudio y el método, así como por E ir conformando una teoría sistemática construida sobre una investigación básica que derive en aportaciones tecnológicas o estrategias de intervención. En los años 60 y 70 se produjo, sobre todo en Latinoamérica, un gran auge de esta concepción, basada fundamentalmente en la teoría del condicionamiento y en la obra de B. F. Skinner. En dicha época abundaron los trabajos que proporcionaban una gran cantidad de estrategias de intervención. La psicología se veía reconfortada con estas aportaciones, y se daba un pasodecisivo en su tarea de transformar o incidir en la conducta humana, atacando los problemas que aquejan a individuos, instituciones y grupos sociales. Fue un escalón crucial para abandonar esa psicología de conjeturas y especulaciones mediante la irrupción de una metodología rigurosa que establecía relaciones entre variables, que probaba objetivamente la efectividad de sus procedimientos y que compartía, cuando menos en los conceptos, un lenguaje entre la investigación básica y la aplicada. No obstante las aportaciones del análisis experimental dela conducta, finalmente tuvo que darse un repliegue derivado de las limitaciones de concepción acerca de la conducta humana, y que hoy aparecen con mucha nitidez; esta visión había nacido al amparo de la fisiología experimental y había adoptado el paradigma del reflejo; esto, aunque ayudó a desterrar muchos mitos en la interpretación del comportamiento, tuvo un efecto desfavorable en la medida que propició interpretaciones reduccionistas de la conducta humana y de los eventos sociales, sobre todo de condiciones tan importantes para el quehacer humano como la moral, los valores de los grupos sociales y, en general, los aspectos culturales y normativos que le dan contexto y sentido a la conducta humana. Ante estos hechos se podían asumir, cuando menos, dos posiciones; la de un consumidor que decide cambiar de marca cuando le salió mal el producto, o bien la opción de un intelectual comprometido con el saber, que se preguntaba dónde habían estado los problemas para entenderlos y ponerles remedio. Tanto la autora como otros pocos intelectuales de la psicología optaron por la segunda alternativa, y en la presente obra se aprecian algunos resultados de este empeño. iii ¿Cómo superar las limitaciones del tradicional análisis de la conducta y al mismo tiempo conservar la tradición de rigor conceptual y metodológico? ¿Cómo recuperar y darle un contexto más adecuado a sus aportaciones? Desde hace más de una década, Emilio Ribes, junto con otros colegas destacados, se avocó a la tarea de analizar a profundidad el origen de los problemas y las vías más adecuadas de solución. Han recorrido un largo camino que ha pasado por la filosofía, la historia; por el penoso quehacer teórico de construir una visión natural y objetiva de la psicología, por cimentar un tejido conceptual y una sintaxis teórica. Fruto de su trabajo han sido interesantes propuestas de cómo analizar viejas temáticas como la personalidad, la inteligencia y el pensamiento, entre otros. La expresión más acabada, vinculada al trabajo aplicado, la constituye el llamado Análisis Contingencial, herramienta conceptual para abordar los asuntos de la psicología clínica y que se desprende del trabajo teórico e histórico de Ribes y colaboradores. En él se encontrará la concreción del análisis de la moral y los valores a nivel psicológico como contextos valorativos del comportamiento, sin perder el horizonte de análisis que corresponde al psicólogo. Se aborda con acierto este componente social valorativo que subyace al trabajo que se hace en psi- cología clínica, visión indispensable para no aplicar ciegamente procedimientos correctivos, y para no considerar ciertos comportamientos como intrínsecamente patológicos, deformación que en el pasado condujo a atrocidades en contra de grupos minoritarios a los que se señalaba como poseídos de enfermedades de la mente. La presente obra constituye un trabajo esperado por quienes se preocupaban por las derivaciones aplicadas del trabajo teórico. Durante mucho tiempo los analistas de la conducta permanecieron en la autocrítica para la reconstrucción de sus concepciones teóricas y el diseño de estrategias de intervención. Su trabajo se realizó casi en la privacidad, en el cubículo y el aula, con grupos reducidos de alumnos, en congresos con audiencias circunstanciales o de paso. Ahora se da un salto importante, un producto permanente sistemáticamente organizado que incluye los fundamentos en los que se sustenta una herramienta de Intervención en el ámbito de la Psicología clínica. Sin embargo, el presente trabajo todavía es denso, no constituye una obra de fácil lectura. Los artífices de esta visión de la psicología enfrentan el tremendo reto de hacer comunicables sus ideas. La oscuridad de su actual lenguaje se explica en razón de que se tuvo que ir construyendo un habla teórica con significados precisos; porque detrás de muchas nociones claves se encuentra un prolongado análisis de su historia e implicaciones, que ahora no está suficientemente explícito; o porque los viejos conceptos tienen ahora connotaciones diferentes. Sin dejar de señalar esta responsabilidad comunicativa, hay que recomendar la lectura cuidadosa y recelosa, una lectura que se preocupe por analizar y verificar las propias interpretaciones que se vayan haciendo. Al lector le recomendaríamos que si aspira a una comprensión decente de la propuesta que ahora se presenta, es menester familiarizarse con este lenguaje especializado. A lo largo de los capítulos fueron quedando marcadas con sus citas, las pisadas que se tuvieron que dar. El lector debe estar dispuesto a revivir este camino para alcanzar al andante; debe leerlo a la manera de un hipertexto computacional, vinculándose con frecuencia con literatura relacionada, para después regresar al punto de origen. Si se tiene éxito en la comprensión de la propuesta, la presente obra puede funcionar como un marco de referencia que dé lugar a trabajos de intervención terapéutica que partan de una lógica radicalmente diferente, la cual diversifica y le da contexto a las funciones que puede cumplir un terapeuta. En los primeros capítulos del libro se hace una reseña histórica del Análisis experimental del comportamiento, un examen que considera la profundidad de sus nociones filosóficas básicas, al igual que su impacto y evolución en el área clínica. Se analiza la genealogía y las circunstancias que llevaron a diversificar sus enfoques, el papel que han jugado: una concepción filosófica de tipo dualista, la adopción de un paradigma derivado de la fisiología experimental, la tremenda tradición clínica que ve el comportamiento bajo el prisma del modelo salud-enfermedad, y lo que ha significado la presión social para dar soluciones prácticas mediante la generación de una falsa tecnología de intervención terapéutica. Posteriormente, en la parte más densa del libro, se trata de v presentar el conjunto de premisas de donde se deriva la propuesta del análisis contingencial. Hay una sinopsis tanto de los planteamientos de J. R. Kantor en relación al objeto de estudio de la psicología, como de un sistema de definiciones y clasificaciones propuesta por Ribes y López, que sirve como inspiración y frecuente punto de referencia. Ambas obras, más que productos terminados, han requerido una buena labor de interpretación, restauración y ajustes. No será infrecuente que su lectura conduzca a confusiones, perplejidades o expectativas paralizantes. El lector no deberá desanimarse por esta circunstancia, precisamente porque ahora se trata de vincular planteamientos con herramientas de intervención. A pesar de las limitaciones expositivas de estos escritos, constituyen fuente de importantes ideas y bagajes históricos de indispensable consideración. Las características particulares del análisis contingencial se describen en los capítulos subsiguientes del libro. Se destina uno de ellos al llamado sistema macro- contingencial. Esta dimensión de análisis constituye una fórmula novedosa donde se concretan los asuntos de los valores y la moral como condiciones normativas que predisponen el comportamiento en determinada dirección; y que parael caso del análisis de los asuntos clínicos, se pueden considerar los desajustes entre el controlinmediato o situacional del comportamiento y las normas valoradas en una comunidad. Esto se concreta en un interesante análisis de las correspondencias entre lo que el individuo hace (llevado por condiciones situacionales) y lo que cree (lo cual se ha ido construyendo a partir de lo que sus diferentes grupos sociales valoran). Por lo que se refiere al sistema microcontingencial, en él se aborda el nivel tradicionalmente considerado como psicológico, pero poniendo el énfasis en la interacción, en el análisis de las relaciones del individuo con su entorno más inmediato en un contexto social, histórico y físico. De ahí se va configurando el tipo de comprensión que se debe tener de los problemas de la psicología clínica. Se proponen las directrices para proceder al análisis de este nivel, considerando las funciones que cumplen las diferentes personas y circunstancias significativas que participan en el problema. La conjunción del análisis macrocontingencial y microcontingencial configuran un sistema global de intervención, derivado de una lógica radicalmente diferente del trabajo clínico, lo cual debería traducirse en una intervención mucho más estratégica en la medida que se tiene una perspectiva más amplia y un marco de referencia que le da contexto a cada fase o acción del proceso terapéutico. En este sistema se considera, por ejemplo, que el efecto de la intervención no es solamente sobre la conducta particular que se presenta como problema, sino también se contempla el peso de las tendencias o propensiones; la influencia que puede tener el comportamiento de otras personas significativas, además del sistema de valores del individuo en relación con los que sostienen los grupos sociales en los que está inmerso el usuario. Finalmente, la autora proporciona una serie de esquemas, herramientas y procedimientos que le darían concreción a todas las ideas previas. De cualquier manera, estos recursos que se presentan, si se quiere aprender a manejarlos con decoro y eficacia, requerirían de un grado razonable de conocimiento de las técnicas terapéuticas más frecuentes, así como de una cautelosa y analítica puesta en práctica que busque realimentar la relación teoría-práctica. Como toda propuesta novedosa, no está exenta de los errores y rectificaciones que se dan como efecto de su puesta en marcha, máxime si proviene de una tradición donde se privilegia el rigor científico. Luis G. ZARZOSA ESCOBEDO vii PREFACIO ste libro pretende introducir a estudiantes y estudiosos de la psicología a un sistema alternativo para el campo aplicado, que permite el análisis y modificación del comportamiento humano individual: el Análisis Contingencial. Dicho sistema surgió de un cuestionamiento de la tecnología actual, así como de la adopción de un modelo teórico alternativo: el modelo interconductual. La propuesta de este sistema implica un compromiso ideológico, con una serie de premisas y concepciones acerca de la disciplina y de la acción profesional que van, desde la definición de interconducta como objeto de estudio, hasta la propuesta de la desprofesionalización como estrategia de acción en el campo aplicado. Es por ello que un segundo objetivo es una invitación a la reflexión de los fundamentos de nuestra profesión. Como resultado de la lectura de este libro no se pretende que se maneje, como tal, el sistema de Análisis Contingencial; el propósito fundamental es introducir al lector interesado en este tema. Lo que sí se pretende es que se reflexione sobre el quehacer de la psicología en la solución de problemas humanos, considerando el estado actual de esta práctica, así como las propuestas que aquí se incluyen. El manejo del sistema requiere no solamente del conocimiento de sus fundamentos y premisas, sino de un entrenamiento supervisado; sin embargo, partir de dicho conocimiento, así como de reflexiones previas, puede ser la base de este entrenamiento. El libro está formado por diez capítulos. Se revisa parte de la historia de la Modificación de conducta y Terapia conductual, las premisas y fundamentos del Análisis contingencial y se describe, en capítulos independientes, cada paso de este sistema. Cuenta también con un anexo que incluye una serie de instrumentos que facilitan la apli- cación de la metodología, tales como Guías de entrevista y formatos para vaciado de datos. Estos instrumentos son un auxiliar muy importante para la aplicación del sistema y resultan particularmente E relevantes para aquellos que no tienen experiencia en el campo aplicado. MA. DE LOURDES RODRÍGUEZ CAMPUZANO ix INTRODUCCIÓN istóricamente, la Psicología como profesión se ha conformado de acuerdo a las demandas que se le han impuesto socialmente. El planteamiento de ciertos problemas como propios de la disciplina, así como los procedimientos y soluciones propuestos se han derivado de un enfrentamiento prematuro con una realidad impuesta como encargo social. Tal compromiso no ha permitido consolidar una tecnología psicológica científica. Al margen del contenido específico de la disciplina, la psicología aplicada ha tenido que cumplir con encargos como la elaboración de instrumentos para medir inteligencia o aptitudes diversas, la selección y capacitación de personal, la solución de problemas institucionales o del campo de la salud, entre otros. Así, nuestra disciplina cuenta con dos historias paralelas; por un lado, la psicología básica que define un objeto de estudio y adopta paradigmas con la finalidad de dar cuenta del campo de relaciones correspondientes a su dominio empírico; por otro, la psicología aplicada que enfoca su atención en la elaboración de procedimientos para cubrir una demanda social particular. Los intentos por construir una tecnología científica se diluyeron con el tiempo, debido tanto a las propias restricciones de las teorías dominantes como a la adopción del modelo médico-clínico como forma de acción profesional. En la actualidad, el campo aplicado está conformado por una serie de tendencias heterogéneas en cuanto a ciertos aspectos. Algunas de éstas se han configurado según los campos particulares de intervención (p. ej. terapia familiar, psicología de la salud, psicología del deporte, medicina conductual), otras se caracterizan por un enfoque teórico-tecnológico específico (p. ej. terapia sistèmica, aproximación cognitivo-conductual, terapia cognitiva), y algunas otras por su énfasis en la solución de problemas al margen de un fundamento teórico (p. ej. terapia breve, aproximaciones multimodales). H Dicha heterogeneidad responde al interés fundamental por resolver los problemas que la demanda social presenta, al margen del conocimiento de los procesos que intervienen en las complejas relaciones humanas; y como señala López (1987), aún cuando se consiguen resultados exitosos, no existe un cuerpo coherente e integrado de conocimientos, y mucho de la aplicación de nuestra dis- ciplina se deja a la comprensión personal del problema o al “sentido clínico” del psicólogo aplicado. Lo que se requiere es un cuestionamiento a fondo de las premisas, la lógica y las concepciones tácitas que rigen el quehacer profesional. Esto ayudará a construir una verdadera tecnología derivada de la ciencia básica con todas las apor- taciones que ello implicaría. Análisis Contingencial - 1 Capítulo 1 DESARROLLO HISTÓRICO DE LA PSICOLOGÍA CONDUCTUAL APLICADA Algunos comentarios Surgimiento de la terapia conductual ara entender por qué en este libro se propone un sistema para incursionar en la aplicación de la psicología, es necesario remitirnos a Jos antecedentes de la llamada psicología aplicada, así como a algunas consideraciones conceptuales acerca de la aplicaciónde la psicología. Para empezar, vale la pena hacer un poco de historia con respecto al origen de la llamada psicología aplicada. La Psicología surgió como profesión antes de que se consolidara una ciencia psicológica, es decir, se crearon disciplinas para responder a ciertas demandas sociales, que no atendían otras profesiones. Estas surgieron en el campo de los trastornos de comportamiento, en el campo de la educación y en el campo de la medición de aptitudes, siendo el psicoanálisis y la psicología diferencial los encargados de cubrir una demanda cada vez más creciente por parte de las instituciones sociales. Con la Primera Guerra Mundial surgió la aplicación de la Psicología diferencial y su tecnificación psicométrica, y hasta la Segunda Guerra Mundial se originó el movimiento de Salud mental y la Ingeniería humana (Ribes, 1982). Sin pretender explicar o hacer un análisis de este P DESARROLLO HISTÓRICO DE LA PSICOLOGÍA CONDUCTUAL APLICADA Ma. De Lourdes Rodriguez Campuzano - 2 tipo de disciplinas, vale la pena señalar que no se derivaron de una ciencia básica, sino que se fueron creando a través del enfrentamiento con los propios problemas que la demanda social les presentaba con la intención de darles solución, y se fueron haciendo teorías producto de la propia experiencia práctica, permeadas por un modelo médico. Estas prácticas coexisten con otro tipo de aproximaciones cuyo origen está más vinculado con el conocimiento básico que son aquellas conocidas como conductuales. A éstas les dedicaremos un mayor espacio. La aparición de la modificación de conducta representó una revolución en el campo de lo que se estudiaba como “salud mental”. Previamente a su aparición, como ya se señalaba, la disciplina psicológica se elaboró en respuesta a demandas sociales específicas surgidas en distintos campos, sin vinculación con una Ciencia Psicológica, sino más bien nutrida de distintas concepciones (p. ej. médicas, filosóficas) y adoptando, si acaso, algunos aspectos del método experimental, pero, empleándolos en el estudio de la mente o de otros constructos hipotéticos. Es por ello que no se puede decir que existiera ya una psicología aplicada, puesto que, por un lado no se había definido qué debía estudiar la psicología y por otro, no se había generado un conocimiento psicológico que se pudiera aplicar. La aparición de la Modificación de Conducta representa un giro en ese sentido, dado que es el enfoque que surgió con la intención de aplicar el conocimiento de la Psicología como ciencia, a la solución de algunos problemas humanos. Trazar la fecha del origen histórico de esta aproxi- mación es una labor difícil, aunque sus fundamentos tienen una historia relativamente reciente. Estos fundamentos vienen del paradigma del reflejo, de la psicología experimental comparada (especialmente de Thorndike), la filosofía del Conductismo formulada por Watson (Kazdin, 1989), quien a su vez retomó el paradigma del reflejo y muchos de los aspectos formulados por Thorndike en su teoría del aprendizaje y, en particular, del modelo operante formulado por Skinner (Ribes, 1982; Kazdin, 1989). La mayoría de estos autores trabajó en el campo básico de la disciplina, dedicándose a la investigación experimental y a la formulación teórica. El paso de la investigación en laboratorio a la aplicación fue gradual, aunque ya los mismos teóricos Análisis Contingencial - 3 habían llevado a cabo algunos intentos por aplicar sus principios en ambientes naturales y con sujetos humanos (p. ej. Watson y Pavlov). Propiamente la modificación de conducta se dio a partir del trabajo en laboratorio, así como de las teorías sobre aprendizaje y condicionamiento que teman implicaciones tecnológicas. Esta vez se pretendió establecer a la psicología como profesión a partir de un cuerpo básico de conocimientos de la psicología científica y no como sucedía con esa profesión psicológica ya existente, que se fue creando a través del intento de responder a demandas concretas. Por su parte, el desarrollo de la Terapia de conducta (que no equivale exactamente al movimiento de Modificación de Conducta) empezó en Sudáfrica y pro- cede fundamentalmente del trabajo de Wolpe durante los años 40 y 50. Este autor investigó acerca la producción y eliminación de las neurosis experimentales en gatos y creó la técnica de la desensibilización sistemática, fundamentándola en el principio de la inhibición recíproca surgido del paradigma del reflejo. Su trabajo tuvo un gran impacto y en la Terapia Conductual muchos autores estuvieron influidos por él (p. ej(. Lazarus) y aplicaron su técnica a diversos problemas psicológicos (Wolpe, 1977). j La Terapia Conductual estuvo más enfocada desde su surgimiento a la solución de problemas que a la vinculación con una teoría científica, y con el tiempo fue incorporando modelos “explicativos” de problemas específicos, así como diversos procedimientos de orígenes pragmáticos. El desarrollo de la Modificación de Conducta comenzó en Inglaterra de manera independiente al trabajo de Wolpe. Uno de los pioneros aquí fue Eysenck (Kazdin, 1989), quien enfatizó la necesidad de investigar y aplicar los hallazgos de la psicología experimental a la clínica. Sus fundamentos teóricos venían de las teorías del aprendizaje. Otros pioneros fueron Shapiro, Jones, Meyer y Yates (Kazdin, 1989). Todos ellos se basaron en las teorías del aprendizaje y del condicionamiento para diseñar técnicas como la graduación de tareas o el biofeedback, y posteriormente la inundación, el modelamiento y la terapia aversiva. Estados Unidos, a pesar de que ya habían surgido aplicaciones “clínicas” de las teorías del aprendizaje, se aplicaron otras técnicas DESARROLLO HISTÓRICO DE LA PSICOLOGÍA CONDUCTUAL APLICADA Ma. De Lourdes Rodriguez Campuzano - 4 surgidas del paradigma del reflejo y, en particular, los métodos del condicionamiento operante. Dunlap ideó una técnica llamada “práctica negativa”, que nunca fundamentó teóricamente. Voegtlin y Lemere elaboraron una terapia aversiva para el tratamiento del alcoholismo basada en el principio del reflejo condicionado. Salter creó una técnica de autohipnosis explicándola con base en el segundo sistema de señales postulado por Pavlov, después empleó varios procedimientos muy similares a lo que ahora se conoce como autocontrol, ensayo conductual y condicionamiento encubierto, explicán-dolos en relación al modelo del reflejo (En: Kazdin, 1989)(La aplicación sistemática del condicionamiento operante a la conducta humana fue un factor crucial en el desarrollo de la modificación de conducta. Skinner no sólo formuló la teoría del condicionamiento operante, sino que incursionó en su aplicación junto con Lindsley. Bijou y Lindsley (En: Kazdin, 1989) investigaron los métodos operantes con pacientes psicóti- cos institucionalizados, mientras que Bijou los estudiaba con niños. El método que emplearon enfatizó el uso de respuestas operantes libres, estímulos discriminativos, y el control de las consecuencias de las respuestas, sin embargo, en Estados Unidos, incluso a finales de los años 50, no había aparecido todavía ningún movimiento formal y unificado al que se denominara Modificación de Conducta. Su reconocimiento en Inglaterra a finales de los 50 y princi- pios de los 60 fue el que cristalizó el movimiento en Estados Unidos. Un común denominador de este movimiento fue su contrastación con el enfoque tradicional psicodinámico, aunque a finales de los años 60 disminuyó la controversia y a partir de ese momento empezó a atraer la atención la propia investigación tecnológica de corte conductual. Empezaron a aparecer textos generales y el movimiento ganó solidez siempre apoyado en un cuerpo de técnicas terapéuticas. A medida que se reportaba éxito con distintas técnicasconductuales, aparecieron intentos para integrar la terapia de la conducta y la psicoterapia, dado que empezaron a hacerse nítidas las semejanzas entre ambas, Por ejemplo, los terapeutas de conducta sostenían que las demostraciones de eficacia de sus tratamientos eran más científicas que las de la terapia convencional; sin embargo, su mayor apoyo provenía de casos clínicos. Análisis Contingencial - 5 Tampoco era muy claro el fundamento entre la terapia de la conducta y las teorías del aprendizaje. Igualmente los defensores de la modificación de conducta sostenían que su interés era la conducta manifiesta y no las causas subyacentes, pero había autores que explicaban la conducta con base en factores “encubiertos”. Hay que agregar que aspectos tales como la relación terapéutica, la información y el manejo de expectativas por parte del terapeuta, jugaban un papel importante para la eficacia de algunas técnicas (Kazdin, 1989). Así, el movimiento de Modificación de conducta se fue flexibilizando con el tiempo. Las primeras definiciones de terapia de conducta se basaban fundamentalmente en sus relaciones con la investigación y las teorías del aprendizaje. Más recientemente lo que se ha enfatizado es la necesidad de contar con una tecnología eficaz, soslayando el papel de la disciplina básica, de cualquier manera se le considera como un movimiento porque a pesar de sus diferencias, según los propios modificadores de conducta existen varios denominadores comunes: a) El modelo conductual de conducta anormal. Un supuesto básico es que las conductas se aprenden, se mantienen y modifican por los mismos principios, independientemente de que se les considere “normales” o “anormales”. b) Empleo de datos de la psicología experimental. La modificación de conducta | depende de conceptos y procedimientos surgidos del laboratorio. c) El interés por la conducta. Al margen del interés de algunos modificadores de la conducta por eventos “privados” o “cognitivos”, existe interés por la alteración de la conducta manifiesta. d) Metodología. La modificación de la conducta se unifica en términos del método de evaluación que siguen los profesionales con respecto a la conductaproblema y en su énfasis sobre la medición de la misma. e) Tratamiento. Se caracteriza por el empleo de técnicas estandarizadas dirigidas fundamentalmente a la eliminación de conductas problema (Kazdin, 1989). Así, es importante señalar DESARROLLO HISTÓRICO DE LA PSICOLOGÍA CONDUCTUAL APLICADA Ma. De Lourdes Rodriguez Campuzano - 6 que aunque en un principio este movimiento se fundamentó en el conocimiento básico, con el tiempo se fue desvinculando del mismo, de modo tal que ahora es un movimiento heterogéneo con características en común, como las antes señaladas. Análisis conductual aplicado Aún cuando la Modificación de Conducta es la aproximación que se conoce como conductual, hay que mencionar una aproximación caracterizada por la aplicación de las técnicas derivadas del modelo operante. Dado que el rubro general de modificación de conducta o terapia conductual no aseguraba homogeneidad teórica o metodológica, se hizo una distinción posterior entre modificación de conducta y análisis conductual aplicado, este último se caracterizó por un interés mayor en la investigación que en la aplicación, así como por su vinculación con supuestos teóricos y filosóficos de la ciencia básica (Deitz, 1978). Uno de los primeros objetivos del Análisis Conductual Aplicado fue el demostrar la utilidad del enfoque operante en la investigación del comportamiento humano y determinar si los datos obtenidos en la investigación animal en laboratorio podrían ampliarse al campo humano. Autores importantes en esta etapa fueron Barret y Lindsley (1962), Bijou (1957), Baer (1962), y Goldiamond (1965), entre otros. Desde mediados y finales de los 60, las técnicas operantes ya se aplicaban profusamente en diversos centros de investigación e instituciones, y así el objetivo inicial de investigación con conducta humana se fue transformando en un interés cada vez mayor por la propia aplicación, implicando algo más que la ampliación de métodos y conceptos del laboratorio a situaciones naturales. Sin embargo, los analistas conductuales se encontraron con varios problemas al enfrentarse a medios naturales: Las respuestas en la conducta humana eran mucho más complejas y versátiles, las consecuencias no eran programables, la precisión del laboratorio no se alcanzaba en este medio; el mantenimiento y la transferencia de los logros terapéuticos no se lograban; se encontraron casos en donde los sujetos no respondían Análisis Contingencial - 7 a las contingencias programadas] esto, por mencionar sólo algunos de los problemas encontrados. Todo ello llevó a que con el tiempo muchos autores cuestionaran la postura y las suposiciones básicas sobre la naturaleza de la conducta humana que sostienen los analistas conductuales. Así, se ha puesto en tela de juicio a la propia teoría argumentando, por ejemplo, que es una postura ambientalista que considera al individuo como agente pasivo, se ha objetado que el modelo excluye a los procesos cognitivos y se han hecho críticas “éticas” en relación con la manipulación que se ejerce a través de esta aproximación. Actualmente, y aún en el contexto de debates de este tipo, el Análisis Conductual Aplicado consiste en una serie de técnicas que se basan en procedimientos como el reforzamiento, el castigo y la extinción, que se aplican a distintas poblaciones y en distintos campos de la actividad humana (Kazdin, 1989). El enfoque cognitivo Aparte de las aproximaciones pragmáticas de la terapia convencional, de la Modificación de conducta, la Terapia Conductual y el Análisis Conductual Aplicado, existen otra serie de enfoques. Uno de ellos, que cada vez tiene un mayor número de adeptos, y que no podemos dejar de mencionar es el cognitivo. Esta aproximación se desarrolló independientemente del Conductismo de Watson y ulterior a Skinner, y aunque hay quienes la relacionan con el Conductismo, constituye una postura psicológica diferente. Recordemos que fue Watson quien definió por primera vez el objeto de estudio de la psicología, a la vez que asentó sus bases conceptuales y metodológicas, razón por la cual algunos autores lo consideran el Padre de la Psicología (Ribes, 1982); sin embargo, según Kazdin (1989), a partir del Manifiesto Conductista de Watson en 1913, muchos teóricos en desacuerdo con este autor propusieron modelos para “superar” lo que consideraban una psicología E-R. Así por ejemplo, Hull (Teoría hipotético-deductiva), Tolman (Conductismo propositivo) y Mowrer (Teoría de los dos factores), introdujeron conceptos mediacionales o variables intermedias en las relaciones E-R. En un DESARROLLO HISTÓRICO DE LA PSICOLOGÍA CONDUCTUAL APLICADA Ma. De Lourdes Rodriguez Campuzano - 8 momento posterior, investigadores como Bolles, Bower y Neisser, se interesaron por temas, según ellos ignorados o tratados insatisfactoriamente por las teorías conductistas: pensamiento, sentimientos, percepción. El hecho de que distintos teóricos propusieran explicaciones mediacionales en el tratamiento de la conducta tiene que ver, de acuerdo con Kazdin (1989), con la concepción de cada teoría con respecto a las diferencias entre conducta animal y humana. De hecho, este autor se- ñala que en las teorías mediacionales se hicieron patentes los cuestionamientos acerca de que los principios del aprendizaje animal no permitían dar cuenta de los problemas de aprendizaje y pensamiento humanos. -Algunos autores como Guthrie consideraban que la especificidad de los estímulos no era suficiente para dar cuenta de la conducta; se requería saber cómo el sujeto percibía los objetos y lo que esa percepciónsignificaba. Y así fue como empezó una postura partícula. Aparte de las explicaciones de tipo mediacional ya mencionadas, a finales de los cincuenta LA psicología recibía tres grandes influencias que promovieron la creación de modelos cognitivos. Primero la computadora, que podía realizar varias actividades “como las humanas”: aprender, almacenar, manipular y recordar información. |La segunda influencia derivó de la lingüística, que postulaba la existencia de estructuras subyacentes a la comprensión y producción de lenguaje; el personaje más destacado en ese momento fue Chomsky, quien en su libro ‘Syntactic structures’ presentó un análisis cognitivo de la conducta lingüística. La tercera influencia recae en Piaget y los pospiagetianos, quienes centraron su interés en el desarrollo de las estructuras y procesos que intervienen en los cambios evolutivos en el conocimiento humano y generaron una teoría del conocimiento (En: Mayer, 1981). En este contexto surge la llamada “psicología cognitiva”. Zumaya (1993) menciona que bajo este enfoque se pueden distinguir tres escuelas y que tal distinción puede hacerse con base en los fundamentos que cada una postula. A estas escuelas se les llama: Clásica, Neoclásica y Cognitivo-conductual. En las tres escuelas, por Análisis Contingencial - 9 ‘cognición’ se ha entendido lo referido a los acontecimientos verbales o figurados en el “flujo de la conciencia” de una persona, o bien el estudio de las ideas, su desarrollo, formación, contenido, interconexiones y efecto dinámico (Zumaya, 1993). Revisando la literatura cognoscitiva, el término alude a: a) una clase de respuesta compuesta por eventos privados (b) mediadores de la conducta que encadenan estímulos y respuestas, c) estructuras complejas casi automáticas que organizan y generan conducta, pero que funcionan de modo independiente de los principios conductuales. Los distintos usos del término tienen que ver con la postura de cada una de las mencionadas escuelas. Las posturas cognitivas están conformadas, por un lado, por concepciones teóricas o filosóficas, que pretenden explicar: la organización funcional de la mente, los fenómenos cognitivos, el aprendizaje o la conducta, siendo que la explicación de tales “procesos” gira alrededor del término cognición), así como a su vinculación con el estado salud-enfermedad. Por otro lado, presentan sus concepciones acerca de las enfermedades mentales o desórdenes cognitivos, así como a su “corrección”, en lo que llaman psicoterapias cognoscitivas. De acuerdo a Zumaya (op. cit.) las tres, más que teorías, constituyen sistemas teórico-metodológicos de tratamiento psicológico, basados tanto en la cibernética como en una concepción psicopatológica y en un conjunto de principios y técnicas terapéuticos. Las influencias cognitivas, aun cuando dieron origen a psicoterapias específicas, se han ido incorporando a la Modificación de Conducta. De hecho, conceptos y procedimientos cognitivos se combinan o incorporan a explicaciones y procedimientos conductuales. Todo ello bajo la premisa de que el manejo conductual es insuficiente. De la cada vez mayor inclusión de este tipo de fenómenos en los modelos conductuales, se fueron delimitando ramas particulares del movimiento: Modificación cognitiva de la conducta, Terapia cognitiva y Terapia cognitivo-conductual, entre otras. Se incluyeron en estas tendencias algunas técnicas cuyo origen estaba totalmente desvinculado de la Modificación de Conducta. Técnicas representativas son: La Terapia racional emotiva, el Entrenamiento en autoinstrucción, la DESARROLLO HISTÓRICO DE LA PSICOLOGÍA CONDUCTUAL APLICADA Ma. De Lourdes Rodriguez Campuzano - 10 Terapia cognitiva, el Afrontamiento, la Detención del pensamiento y la Inoculación de estrés, entre otros; de igual manera, las explicaciones a problemas psicológicos se basaron en modelos cibernéticos y en el concepto de representación. Estado actual Si tratamos de dar un panorama de qué es la Psicología “Aplicada”, nos hallamos ante una labor difícil. Por un lado existen aquellas aproximaciones que se conformaron de manera pragmática y que constituyen la llamada psicoterapia tradicional^ Por otro, están las aproximaciones que en su origen fueron conductuales y procuraron derivarse de la psicología básica. Por último, se generan nuevas aproximaciones pragmáticas y. nuevas derivaciones de las aproximaciones conductuales; esto, solamente en cuanto a concepciones particulares de la conducta. A ello hay que agregar que no sólo se presentan distintos enfoques conceptuales, sino que cada vez se crean nuevas “especializaciones” bajo el criterio de que la demanda y el campo de incidencia profesional las justifican. Si se revisa la literatura que se refiere a la psicología “aplicada”, vamos a encontrar revistas especializadas en terapiainfantil, terapia familiar, medicina conductual, psicología ambiental, psicología de la salud o terapia sistèmica, y también vamos a encontrar distintos enfoques conceptua- les. De manera tal, que como ha señalado Ribes (En: Palacios y Montalvo, 1997), existen tantas psicologías, como psicólogos. Convergen, especialmente en el campo aplicado, una serie de prácticas distintas, a las que llamamos psicología. Ante esta situación, que además parece imposible de resolver -al menos mientras no haya, por lo menos, consenso con respecto a cuál es el objeto de estudio-, lo que proponemos es una postura y un sistema para incidir en el campo aplicado. Análisis Contingencial - 11 Capítulo 2 UN ANÁLISIS DE LA TECNOLOGÍA CONDUCTUAL in pretender analizar las aproximaciones tradicionales, hay que indicar que al margen de las posibles diferencias que existen entre la Terapia Conductual, la Modificación de Conducta y el Análisis Conductual Aplicado, incluyendo los enfoques cognitivos actuales, todas comparten las mismas limitaciones tanto conceptuales como metodológicas. Como ejemplo, podemos citar las críticas a los modelos adoptados (Yates, 1977; Ribes, 1982; Deitz, 1978; Kazdin, 1989); a la forma de proceder con respecto a los problemas psicológicos (Goldiamond, 1974; Ribes, 1990a); así como a los resultados obtenidos (Yates, op. cit.); y es que aún cuando los objetivos iniciales de la terapia conductual Rieron la superación de la causalidad interna, la fundamentación en una teoría psicológica y la definición de la conducta presente del individuo como objetivo fundamental de cualquier estrategia de cambio, el interés por la solución de problemas impuestos a la psicología por sectores sociales particulares, así como diversas limitaciones teóricas, conceptuales y metodológicas fueron propiciando una práctica cada vez más desvinculada del conocimiento básico, más intuitiva, e incluso ecléctica. Algunos de estos problemas se pueden analizar como: a. Las limitaciones del paradigma adoptado b. La falta de delimitación del objeto de estudio en el campo aplicado, y c. La influencia del modelo clínico. Para llevar a cabo un análisis en cuanto al primer nivel, es necesario comenzar señalando algunas de las implicaciones que ha tenido en la ciencia básica el haber adoptado un paradigma mecanicista, S UN ANÁLISIS DE LA TECNOLOGÍA CONDUCTUAL Ma. De Lourdes Rodriguez Campuzano - 12 es decir, un modelo en donde la explicación de los fenómenos gira alrededor de los conceptos acción-reacción o causa-efecto, para así posteriormente analizar las implicaciones de este modelo básico en el campo aplicado. Limitaciones del paradigma a) El dualismo Históricamente, las ciencias han surgido cuando formulan un objeto teórico de conocimiento propio que no se yuxtapone al de otras ciencias existentes y que presenta una correspondencia empírica con la realidad concreta, esto es, que es algo identificableen lo concreto. La psicología, aún cuando ya estaba planteada como disciplina, se convierte en una ciencia especial del conocimiento a través de la filosofía del Conductismo. Watson, en 1913, dotó a la psicología de un objeto de estudio propio: la conducta. En el momento de su formulación la manera dominante de concebir a la psicología eran diversas formas de cartesianismo, esto es, diferentes modalidades teóricas, donde resulta incuestionable postular la existencia de un aparato mental o de estructuras internas que debían estudiarse. Ello implicaba la existencia de un mundo no material que interactuaba con uno material, la conciencia con la acción, el aparato intrapsíquico con los desórdenes emocionales, la mente con la conducta. La tradición del dualismo se le atribuye de manera oficial a Descartes -aunque él no haya sido su iniciador. Para él cada persona vive dos historias paralelas: una pública, relativa a su cuerpo, y otra privada, relativa a su alma. El alma racional determinaba la acción del cuerpo del hombre, de modo que su comportamiento podía estudiarse reduciéndolo a la acción mecánica y refleja, mientras que el alma o lo mental eran lo causal interno que obedecía a principios propios. La acción del hombre como movimiento debía estudiarse a través de la mecánica, mientras que la del alma, a través de una concepción paramecánica correspondiente a la óptica (Ribes, 1982). Esto es lo que se ha entendido por dualismo, el hombre compuesto de dos sustancias, una que funciona como principio regidor y otra que solamente refleja lo “verdaderamente importante”: alma, mente, conciencia o incluso Análisis Contingencial - 13 cognición (como metáfora moderna de este principio regidor). El Conductismo constituyó un nuevo abordaje para la construcción de una psicología no dualista. De hecho, la Biología ya había intentado superar el dualismo. El trabajo de Pavlov representa un esfuerzo metodológico y conceptual en este sentido, y es por ello que el Conductismo incorporó este paradigma aun cuando resultaba ajeno a su objeto de estudio. El paradigma del reflejo fue formulado para abordar el estudio del movimiento de los cuerpos con un modelo dela mecánica, aunque esto tenía por supuesto la premisa de que la materia era contraparte del espíritu. Watson definió a la conducta como acción de los organismos y con ello limitó el dominio empírico de la psicología al de los mo- vimientos. Así, no solamente resultó fácil transferir el paradigma del reflejo de la biología a la psicología, sino que surgieron nuevas formas de dualismo. Los enfoques que se guían bajo una forma de explicación mecanicista han pretendido identificar a la mente con el cerebro o con estructuras neurológicas diversas. Otras formulaciones mecanicistas, abiertamente mentalistas, quedan representadas por algunos planteamientos cognoscitivos que aluden a metáforas cibernéticas. Otros ejemplos los constituyen aquellas formulaciones que pretenden traducir conceptos referidos a eventos mentales a conceptos “objetivos”, sin cuestionar la existencia misma de los procesos “internos” (Ribes, 1982). La psicología ha sido, en su parte teórica y básica, históricamente dualista o ha asumido formas dualistas no tan aparentes. Su representación conceptual y metodológica ha sido adoptada de la Biología. Estos dos aspectos han tenido una serie de consecuencias que han repercutido, no sólo en la propia ciencia básica sino también en el campo de la aplicación. No es objeto de este trabajo hacer un análisis de lo que es el dualismo ni de todos los errores que implica su adopción, esta labor ya ha sido realizada fundamentalmente por Ryle (1949) y Ribes (1982, 1990a); aunque cabe enfatizar que se está hablando de un error, en el que Se basa prácticamente toda la psicología. Se ha considerado que la conducta es la manifestación “observable” o “externa” de algo mucho UN ANÁLISIS DE LA TECNOLOGÍA CONDUCTUAL Ma. De Lourdes Rodriguez Campuzano - 14 más rico y profundo que resulta inobservable. Al dualismo, Ryle (op. cit.). lo denominaun error categorial, dado que esta filosofía ...“representa los hechos de la vida mental como si pertenecieran a un tipo o categoría lógica (o rangos o tipos de categorías), cuando en realidad pertenecen a otra. El dogma es por consiguiente un mito filosófico” (p. 16). A esta doctrina Ryle la ha llamado el mito del fantasma en la máquina. En psicología, el error categorial se ha extendido al pretender explicar las relaciones entre dos mundos de propiedades distintas, cuando en realidad lo que se estudian son eventos que se dan a un solo nivel. El dualismo, entre otras cosas, ha llevado a cosificar el lenguaje, esto es, a darle existencia física a lo que únicamente son expresiones del lenguaje, postulando procesos “mentales” que no existen como tales, sino que se generan a partir de la premisa de la existencia de la mente como una estructura que causa el comportamiento. Igualmente ha generado la formulación de una serie de categorías dicotómicas para estudiar el comportamiento: interno-externo, público-privado, objetivo- subjetivo, ob- servable-inobservable; que se aplican siguiendo una lógi- ca por demás inapropiada. La psicología previa al Conductismo era dualista. El Conductismo fue un intento de trascender el dualismo, que no se logró en tanto nunca se cuestionó la existencia misma de procesos “internos”, es decir, aún las posturas conductistas asumen que existen procesos inobservables que ya existen y que una comunidad verbal es la que enseña a referir. Ejemplos de esto son: el dolor, la molestia, la tristeza; que se supone un individuo ya posee y una comunidad verbal enseña a dar el nombre adecuado. El mismo Skinner dedica en su obra algunos capítulos para explicar el “mundo debajo de la piel”, lo cual significa, que existe este mundo previo que habrá que aprender acomunicar; y el problema no consiste en aceptar la existencia de procesos tales como la memoria, là imaginación, la emoción o el pensamiento, sino que el problema consiste en la manera cómo se abordan, es decir, en considerar que existen de manera previa a su referenciación. Ribes ha propuesto una forma de desmitificación de estos términos, abordándolos desde la perspectiva del análisis del lenguaje ordinario (Se recomienda en Análisis Contingencial - 15 especial su trabajo de 1990b). b) Causalidad A los problemas generados por el dualismo hay que agregar limitaciones impuestas por la adopción del paradigma del reflejo como modelo para explicar el comportamiento. Lo primero que hay que señalar es que la carencia de un paradigma propio de la psicología ha impedido formular con precisión su objeto de estudio. Con Watson la conducta se definió como actividad del organismo, con Skinner se habla de la interacción entre la actividad del organismo y el ambiente, aunque el interés en la interacción como tal, se diluye al considerar como unidad de análisis a la tasa de respuestas. Estas definiciones, al enfocarse en lo que la persona hace, han llevado a confundir el comportamiento con reactividad biológica; es decir, a creer que todo lo que hacen los organismos es conducta, respirar, moverse, y en esa medi- da Se han generado problemas que van desde una caracterización dicotòmica (p. ej. interno-externo), hasta la falta total de delimitación del campo de eventos que debe cubrir la ciencia psicológica. La tendencia es el estudio reduccionista de comportamientos, ya sea adoptando conceptos y procedimientos o herramientas de otras dis- ciplinas, ya pretendiendo reducir dimensiones sociales o biológicas a variables psicológicas. A este primer problema hay que agregar otros. El paradigma del reflejo concebido en el marco de la mecánica cartesiana concentra su atención en la explicación del movimiento, enfatizandolas relaciones lineales (lo que ocurre antes y lo que ocurre después, en una línea del tiempo), de contacto directo en tiempo y espacio. La explicación radica en describir relaciones de causa-efecto en la forma de movimientos antecedentes y movimientos consecuentes. En psicología, la conducta se concibe en términos de causas y efectos en una relación contigua en tiempo y espacio. Las respuestas se han considerado como las variables dependientes que deben ser descritas como función de las variables independientes que son los estímulos. En su conformación histórica nuestra disciplina se ha caracterizado por la búsqueda de estas relaciones causales. Las distintas UN ANÁLISIS DE LA TECNOLOGÍA CONDUCTUAL Ma. De Lourdes Rodriguez Campuzano - 16 teorías del aprendizaje -incluyendo aquellas que postulan variables de tipo mediacional- y aún la propia teoría de Skinner, han estado dominadas por este concepto. Y es que aún cuando Skinner propone el concepto de análisis funcional como modo de explicación para la conducta, retoma la lógica de la causalidad lineal en tanto propone relaciones de contacto y asigna el peso explicativo a un elemento de la relación (la variable independiente y más específicamente el estímulo reforzador), que siempre se presenta en sucesión temporal. Igualmente hay que agregar que la lógica del reflejo excluye aspectos importantes en el análisis del comportamiento. Dado que el interés se centra en estas relaciones puntuales causa-efecto, se excluyen las varia- bles contextúales y la historia, y por ende todas aquellas categorías que hacen referencia a tendencias o disposiciones y que no cumplen con la condición de ser eventos concretos, o más precisamente, ocurrencias (Ribes y López, 1985). Interesan las respuestas, que supuestamente deben definirse de manera que puedan ser observadas, contadas y medidas; y los estímulos que también se definen cómo eventos específicos, concretos, medibles. Obviamente, bajo esta lógica, ciertas características del lugar en el que ocurre una interacción, estados de ánimo, hábitos adquiridos en la historia individual, conocimientos, experiencias, etc., no tienen un lugar en el análisis, o bien se “operacionalizan” de modo tal que puedan entenderse, ya sea como estímulo ya como respuestas. A ello hay que sumar la inclusión de categorías de dudosa legitimidad como los diversos tipos de variables mediacionales (pensamientos o “procesos internos”) para explicar aquellos casos en los que no se establece un contacto contiguo entre estímulos y respuestas. De esta lógica general, se desprenden otras características: c) Atomismo La mecánica cartesiana describió el estado discontinuo de los cuerpos y sustancias. Al adoptar este paradigma, la psicología estudia el continuo conductual en términos de variables discretas, esto es, definiendo respuestas puntuales. Esto ha llevado a medir instancias Análisis Contingencial - 17 puntuales del organismo y a considerar que conforme dichas instancias variaran en tiempo y en lo que respecta a sus propiedades cuantitativas (tasa), Se podían considerar representativas del continuo. La unidad de análisis recayó en la tasa de respuestas y la categoría central explicativa, en el estímulo reforzador. El interés por estudiar los efectos cuantitativos condujo a desarrollar procedimientos experimentales de análisis que hicieron énfasis en situaciones en las que sólo podía ocurrir una respuesta a la vez, en donde el espacio y el contexto no eran significativos, en donde podía controlarse la historia y en donde los cambios eran importantes solamente si podían ser cuantificables; reduciéndose así el campo de interacciones que podía abordarse desde la teoría (Ribes y López, 1985). La discretización de la conducta, con el tiempo, también ha dado lugar al empleo impreciso y elástico de los conceptos. Así, conceptos definidos bajo esta lógica del movimiento como los conceptos de estímulo, respuesta o reforzador, se han extendido para abarcar eventos continuos, tendencias o estados orgánicos, en un afán de incluir todo aquello que el propio paradigma excluye lógicamente de su dominio empírico, y el problema radica en la asignación de eventos de otra categoría a la lógica del contacto entre variables. No se puede predicar lo mismo de un estado que de una respuesta, de un lugar que de un estímulo, de algo continuo que de algo discreto, y en este afán por incluir todos aquellos factores que componen una interacción, se emplean categorías referidas a variables para abarcar, por ejemplo, capacidades, valores y demandas sociales, entre otros, y no solamente eso, sino que el interés se mantiene en la medición de propiedades cuantificables de “estímulos” y “respuestas”, soslayando cambios cualitativos en la interacción dado que desde la óptica del reflejo no son significativos. d) Misma complejidad en los procesos Las diversas teorías del aprendizaje y de la motivación en general han postulado uno o dos procesos cuando más, para explicar todo tipo de comportamiento. En sus orígenes se recurría a procesos motivacionales UN ANÁLISIS DE LA TECNOLOGÍA CONDUCTUAL Ma. De Lourdes Rodriguez Campuzano - 18 (o energéticos), y procesos de aprendizaje (o asociativos). En la teoría del condicionamiento se han postulado dos procesos: El respondiente y el operante. Ninguna teoría ha dado cuenta de distintos tipos de procesos de comportamiento. Todo tipo de conducta se explica de la misma manera. Esta falta de distinción entre niveles de comportamiento presupone que este mismo carece de una dinámica evolutiva y, por lo tanto, se asume la igualdad en términos de complejidad, no sólo entre diversas especies biológicas, sino en un mismo organismo a lo largo de su historia y en todo tipo de situación (Ribes y López, op. cit.) así, bajo esta lógica, comportamientos como leer, manejar un automóvil, detenerse ante un semáforo en rojo o componer una sinfonía, se entienden como operantes o respondientes, con el mismo grado de complejidad. Sin pretender ser exhaustivos en la descripción de los problemas implicados por el paradigma adoptado, hay que indicar que esta forma de concebir a la ciencia psicológica no ha permitido consolidar una teoría fundamentada en un paradigma propio que permita establecer y estudiar con precisión el campo de eventos significativos a su objeto de estudio, ha restringido las formas de indagación empírica y ha llevado a contradicciones y paradojas al relacionar los hallazgos experimentales con los principios postulados (Ribes y López, 1985).Ahora, como ya se señalaba, a pesar de las limitaciones de la teoría conductual, en un principio se tuvo interés por desarrollar una forma de aplicación de la disciplina; sin embargo, ello condujo a extrapolar directamente, tanto los conceptos como los principios postulados por la teoría, al igual que los procedimientos empleados en la investigación experimental. Así, si las categorías y principios teóricos tienen problemas por la lógica mecanicista con la que operan en el campo básico, menos permiten dar cuenta de la problemática vinculada al comportamiento humano en su ambiente natural. Las situaciones empleadas en la investigación básica, así como los procedimientos y hallazgos de las mismas, son restrictivos y no pueden hacerse análogas al tipo de situaciones en las que interactúa el ser humano. Además, hay que considerar el hecho de que tanto los objetivos como el modo de proceder de la ciencia y la tecnología son diferentes, y no puede llevarse a cabo un procedimiento de Análisis Contingencial - 19 extrapolación directa (sobre este punto se hablará más adelante). La modificación de conducta y, en general, los diversos enfoques incluidos bajo el rubro de terapia conductual presentan un conjunto de problemas que sonresultado del tipo de teorías a las que se vinculan y de la extrapolación directa que de ellas han hecho, y por otro, de todo aquello que la propia práctica ha ido generando. Así, en el campo aplicado estas limitaciones se presentan como: Limitaciones en las aproximaciones terapéuticas a) Dualismo Se había hablado antes de lo que es el dualismo, la doble sustancia que compone al hombre. Igualmente se había señalado que el Conductismo pretendió erradicar el dualismo. Watson propuso que no fuera la conciencia el objeto de estudio de la psicología; declaró que la psicología debía encargarse de estudiar la conducta, a la que definió como acción observable del organismo; sin embargo, se mencionaba también que nunca dejó de creerse que había un mundo “inobservable” que existía como fenómeno psicológico previo a su referenciación. De esta manera, dado que la filosofía del Conductismo no pudo superar el dualismo a pesar de oponerse abiertamente a las posturas mentalistas, en el momento de pretender crear una tecnología aplicada, los problemas derivados de una concepción dualista se agudizaron. Siendo que el objetivo de la tecnología es incidir en la transformación de la realidad, y en el caso de la psicología, en el cambio del comportamiento, se tornan relevantes ciertos aspectos: el lenguaje, los Valores, las emociones. Las estrategias para enfrentarse a la complejidad del comportamiento humano dentro de un ambiente social, se relacionaron, como ya se había indicado, con la elaboración de modelos de evaluación, que en principio se derivaron de las diversas teorías del aprendizaje y especialmente de los modelos de condicionamiento. Se propusieron modelos como el S-R, en donde lo relevante es la relación entre el estímulo antecedente y la respuesta; el S-R-C, en el que se considera que los problemas humanos deben analizarse en términos de estímulos antecedentes, respuestas y UN ANÁLISIS DE LA TECNOLOGÍA CONDUCTUAL Ma. De Lourdes Rodriguez Campuzano - 20 consecuencias; el S-O- R-C, que además de lo anterior incluye la variable !0’ que denota a una variable mediadora entre el estímulo antecedente y la respuesta, o el S-O-R-K-C que incluye en la ‘K’ la relación de contingencia (en este caso de contigüidad) entre las distintas variables. De cualquier manera, éstas y otras modalidades que se fueron planteando, reflejan modelos cada vez más desvinculados de la ciencia básica, hasta llegar a la propuesta de modelos multimodales, claramente ajenos al conocimiento básico. . Así, se empezaron a considerar aspectos característicos de la conducta humana tales como los sentimientos, los recuerdos, la imaginación, el pensamiento, las capacidades, y los estados de ánimo, por mencionar algunos, partiendo de dos premisas falsas: a) como si fueran ocurrencias, es decir, variables discretas, y b) adjudicándoles la categoría de observabilidad-inobservabilidad. Dado que estos aspectos se consideran “inobservables” se han estudiado como respuestas encubiertas, o dependiendo del modelo de evaluación que se use, como estímulos encubiertos que tienen una relación causal con respuestas “observables”. Hay que aclarar que términos tales como: sentimientos, recuerdos, imaginación o pensamiento, se han tomado del lenguaje ordinario y en este lenguaje, por un lado, no se refieren necesariamente a un proceso y, por otro, no tienen una definición precisa. En el lenguaje ordinario estos términos adquieren sentido según el contexto en el que se emplean y pueden referirse a cosas distintas. Por ejemplo, cuando la gente habla de recordar, se puede referir a saber, aunque también por ejemplo, a comportarse como si estuviera en una situación distinta. Lo mismo pasaría con imaginar: alguien, al ver a un niño disfrazado de soldado y disparando con un dedo, podría decir que el niño imagina que tiene una pistola; mientras que una adolescente puede referir que ya se imagina cómo le va a ir en su casa cuando sepan que reprobó matemáticas, en este caso, obviamente se emplea el término de un modo distinto que en el ejemplo anterior. La adolescente refiere (por ex- periencia) la probabilidad de enfrentar consecuencias aversivas para su comportamiento. Un análisis del lenguaje ordinario y su adopción errónea en psicología, se puede encontrar en Ribes (1990,b) y en Ryle (1949). Análisis Contingencial - 21 Con los ejemplos anteriores solamente se pretende ilustrar que cuando en psicología se emplea el término “inobservable”, por un lado se reafirma la idea del fantasma en la máquina, del mundo inaccesible que da cuenta del comportamiento. Aquí cabe recordar que la conducta se refiere a una relación y toda relación es, en principio, una abstracción, por lo tanto, como un concepto de relación no se le puede adjetivar como “observable” o “inobservable ”, “interna” o “externa”. Pensemos, por ejemplo, en frases como relación económica, o relación de poder; al emplear estos términos no se alude a ocurrencias que se observan, sino a abstracciones que tienen referentes empíricos. Se puede observar a un hombre extendiendo un billete y a otro entregando un paquete, al hablar de que el primero está comprando o de que ambos sostienen una relación comercial, se está haciendo una abstracción. Uno de los riesgos de adjetivar las relaciones como si fueran “observables” o “externas”, es justamente olvidarse de que lo que se estudia son interacciones, para intentar reducir el comportamiento a respuestas. Lo que se aborda como emoción, pensamiento, o imaginación, no son conductas, como tampoco necesariamente procesos, son o forman parte de alguna interacción y muchas veces aluden, no a variables discretas u ocurrencias, sino a tendencias o estados y por supuesto, las tendencias o estados no son observables, como tampoco puede serlo la conducta (Ryle, 1949; Ribes, 1990b). Por último, es importante desmitificar las morfologías de conducta, esto es, las formas en las que un individuo se relaciona con su ambiente. Un individuo puede comportarse de manera aparente a otros, por ejemplo, cuando dice algo a alguien; o de manera no aparente cuando se lo dice a sí mismo. Lo aparente o no aparente de su comportamiento no implica que se presenten funciones diferentes. Alguien puede leer en forma aparente a otros o puede hacerlo de manera silente (para sí mismo), en ambos casos el proceso de comportamiento implicado es el mismo. El poder comportarse de manera no aparente es algo que surge después de saber hacerlo de forma aparente. Un niño aprende a leer en voz alta antes de poder hacerlo en silencio. De hecho, hacer algo en silencio implica haber aprendido a hacerlo en voz alta. Esta característica de la forma en que se responde (morfología), no hace que ello sea causal de otro comportamiento, o que implique una mayor UN ANÁLISIS DE LA TECNOLOGÍA CONDUCTUAL Ma. De Lourdes Rodriguez Campuzano - 22 complejidad. Tanto el leer en silencio como el hacerlo en voz alta, se pueden explicar con base en las mismas razones. Comportarse de manera no aparente puede resultar conveniente y útil en ciertas circunstancias, pero no es ninguna manifestación de un mundo interno rico en complejidad (Ryle, 1949). El término ‘cognición’ adoptado por la terapia conductual ilustra el error lógico del dualismo. Esta categoría es lo suficientemente elástica para designar estados, condiciones, valores, ideologías, motivos y todo aquello a lo que erróneamente se le asigna la categoría de variable inobservable. Todo lo anterior, lo que no puede ser explicado como variable, se designa con un solo rótulo: cognición, como si la tristeza, el teorizar con respecto a algo, el creer en algo o el darse instrucciones a sí mismo, se refirieran a lo mismo. No obstante este primer error, se pretende además convertir al propio comporta- miento en causaldel “comportamiento externo” u “observable”. Esta lógica da lugar a que se construyan “teorías” como las cibernéticas, en donde se adopta la metáfora de las computadoras como modelo explicativo del comportamiento, para posteriormente olvidar que se trataba solamente de una metáfora. En algunos modelos de evaluación o terapéuticos, el término ‘cognición’ se ha convertido en la categoría central explicativa de todo tipo de comportamiento. Nuevamente se cae en un error categorial al postular un mundo “interno” que se sugiere mucho más rico y complejo, y que sirve para “dar cuenta” del comportamiento “externo”, aunque bajo una máscara de cientificidad en tanto que se estudia en términos de variables y se relaciona con el ambiente. A ello hay que agregar que los términos de externo o interno son aplicables a aquello que tiene una ubicación espacial y siempre con referencia a algo. No son términos que puedan aplicarse a interacciones, aunque tampoco a respuestas. b) Causalidad El paradigma del reflejo, como se había mencionado, concentra su atención en la explicación del movimiento, enfatizando las relaciones de contacto contiguo en tiempo y espacio. Explicar es entonces, describir relaciones causa-efecto en la forma de movimientos Análisis Contingencial - 23 antecedentes y movimientos consecuentes. En el campo aplicado esta lógica ha llevado a que se confunda lo que es la contigüidad, relación cercana en tiempo, con contingencia -entendida como condicionalidad- y, por ende, a que el análisis se limite a la identificación de “variables” que anteceden y suceden a una respuesta, considerando que éstas son las relevantes. Además, el comportamiento se explica en función de uno de los componentes de la relación. Por ejemplo, aquellos que emplean un modelo S-R otorgan el peso explicativo al estímulo antecedente. Los que siguen modelos como el S-O-R-C atribuyen el peso explicativo del comportamiento al estímulo reforzador y ello les permite explicar conductas que van desde los berrinches de un niño hasta comportamientos complejos como el delinquir, el fumar, la preferencia sexual, etcétera. Aquellos que se inclinan por los modelos cognitivos consideran que la cognición explica el contacto entre el sujeto y su mundo, y a partir de ello proponen modelos “explicativos” como el constructivismo o la terapia racional emotiva, que se considera, tanto un modelo cognitivo como un modelo terapéutico. c) Atomismo En la ciencia básica el interés por hacer discreto el continuo conductual llevó a medir instancias puntuales del organismo y del ambiente, a eliminar aquellos eventos que no se ajustaban a este modelo de acontecimientos que se repiten en tiempos relativamente cortos y que por lo tanto no eran discretizables, y a considerar que los cambios ocurridos en una interacción solamente eran significativos si eran cuantificables. Esta lógica atomista ha repercutido en el trabajo aplicado. La discretización de los elementos que conforman la interacción ha obligado a que en el campo aplicado, al enfrentarse a conductas complejas, los conceptos derivados de los modelos teóricos se hayan extendido de tal modo que se han vuelto inútiles al perder su precisión. Schoenfeld (1983) ha señalado que conceptos tales como el de ‘respuesta’ o ‘reforzador’ se han llegado a aplicar a eventos que UN ANÁLISIS DE LA TECNOLOGÍA CONDUCTUAL Ma. De Lourdes Rodriguez Campuzano - 24 trascienden totalmente las propiedades características de dichas categorías. Problemas que deben analizarse considerando una serie de variables contextúales -factores que no son ocurrencias- se estudian bajo categorías que resultan sumamente restrictivas y que fueron planteadas para referirse a eventos discretos, representativos y pun- tuales en el tiempo. Los diversos modelos de evaluación aplican categorías discretas como la de ‘respuesta’ a eventos que hacen referencia a tendencias, estados, lugares y condiciones, y así analizan, desde condiciones biológicas hasta prácticas culturales. Conceptos como el de ‘estímulo’ se aplican con igual imprecisión para designar desde un objeto físico hasta normas institucionales. El concepto de ‘reforzador’ que en la ciencia básica se definió a través de una operación y su efecto, se emplea en el campo aplicado, violentando su uso, para designar a aquellos ‘estímulos’ que siguen en tiempo a una ‘respuesta’; sin una evaluación del posible aumento en la probabilidad de emisión de una respuesta particular como efecto de la presentación contingente de un estímulo. Se atribuyen propiedades reforzantes a aquellos estímulos que el ‘sentido común’ o la contigüidad en tiempo lo sugieren. En el caso de que no existan tales estímulos se postulan conceptos como ‘autorreforzante’ para algunas conductas (comer, por ejemplo), o se buscan tales ‘estímulos’ en el propio organismo (la nicotina como categoría explicativa psicológica del fumar). Lo que en la investigación básica se constituyó en una unidad de análisis -la tasa de respuestas-, en el campo aplicado se traduce en un interés por cuantificar la frecuencia de algunas conductas, aunque también en el interés por cuantificar una serie de aspectos que no son cuantificables como los valores, motivos o sentimientos. Así se construyen escalas subjetivas de ansiedad, instrumentos para cuantificar asertividad o satisfacción sexual, entre otros. Los cambios cualitativos no se consideran significativos porque no son ‘científicos’ desde el momento en que no son cuantificables. Una repercusión importante del análisis atomista, como se ha estado señalando, es la exclusión de categorías para designar tendencias, disposiciones o contextos. El análisis del comportamiento humano en el campo aplicado resulta reduccionista, esto es, se aplican Análisis Contingencial - 25 las categorías propias de un nivel más simple de comportamiento, para dar cuenta de otro grado de complejidad que las rebasa. No existen categorías que permitan evaluar la historia del comportamiento del sujeto. Los datos históricos que se recopilan acerca de una persona no tienen un lugar conceptual real dentro de ningún análisis. Otros elementos como las tendencias, los gustos o las preferencias, se ex- cluyen del análisis del comportamiento o se analizan erróneamente como variables. El estudio del contexto en el que se da una interacción se iguala a la identificación de estímulos antecedentes, dejando de lado eventos disposicionales o situacionales que son fundamentales en la comprensión del comportamiento. Estos elementos pueden estudiarse si se cuenta, en principio, con categorías que los contemplen. Justamente el sistema que se describirá posteriormente tiene como una dimensión básica de análisis a la función disposicional. d) Misma complejidad en los procesos En el campo aplicado en realidad no existe un interés genuino en comprender los procesos psicológicos involucrados en algún comportamiento, sino que el interés se centra en la transformación del mismo. De cualquier manera las explicaciones que se dan en el campo aplicado responden a alguna postura, ya sea teórica, ya sea de conocimiento generado por la propia práctica, y tales explicaciones reflejan las limitaciones propias de la aproximación adoptada. En el caso de la terapia conductual, las explicaciones para cualquier comportamiento se vinculan con ubicar un “problema” como un proceso respondiente o como uno operante. De igual manera, los que manejan las posturas cognitivas, no distinguen procesos más simples de otros más complejos. En general, de acuerdo al enfoque, se analiza cualquier comportamiento identificándolo como un solo tipo de proceso. Con variantes mínimas, el trabajo aplicado sigue una lógica de causalidad lineal: la atomización de los eventos que componen una interacción, la ausencia
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