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Analisis Contingencial Sistema Interconductual Para El Campo Aplicado (2) - Sandra Ormeño

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ANÁLISIS CQNTINGENCIAL 
Un sistema psicológico interconductual para el campo aplicado 
 
MC RAMIRO JESÚS SANDOVAL 
Director 
DR. IGNACIO PENALOSA CASTRO 
Secretario General Académico 
Lie. ROQUE JORGE OLIVARES VAZQUEZ 
Secretario de Desarrollo y Relaciones Institucionales 
CD ANA GRAF OBREGÓN 
Secretaria de Programación y Cuerpos Colegiados 
CP ISABEL FERRER TRUJILLO 
Secretaria Administrativa 
DR. ARTURO SILVA RODRÍGUEZ 
Jefe de Ia carrera de Psicología 
MC JOSÉ JAIME ÁVILA VALDIVIESO ' 
Coordinador Editorial 
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES IZTACALA 
CARRERA DE PSICOLOGÍA 
ANÁLISIS CONTINGENCIAL 
Un sistema psicológico interconductual para el campo aplicado 
AUTORA 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
ANÁLISIS CONTINGENCIAL 
Un sistema psicológico interconductual para el campo aplicado 
Tercera reimpresión de la primera edición Derechos Reservados ©2006 
UNIVERSIDAD NACIONAL. AUTÓNOMA DE MÉXICO 
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES IZTACALA 
Av. de los Barrios No.l, Los Reyes Iztacala, Tlalnepantla, 
54090, Estado de México, México. 
2002 Primera edición 
2004 Primera reimpresión de la primera edición 
2005 Segunda reimpresión de. la primera edición 
Ninguna parte de esta obra puede ser reproducida o trasmitida, mediante ningún sistema o método, 
electrónico o mecánico, - sin el consentimiento escrito de la UNAM FES Iztacala. 
APOYO TÉCNICO 
MC JOSÉ JAIME ÁVILA VALDIVIESO 
Corrección de estilo, formación editorial y cuidado de la edición 
DG FÉLIX L. MIRAMONTES HERNÁNDEZ Diseño de portada 
C. ERICK I. IBARRA ANDRADE Preliminares 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Al doctor Emilio Ribes Iñesta 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
ÍNDICE 
 
PRÓLOGO ................................................................................................................................................ i 
PREFACIO ............................................................................................................................................vii 
INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................... ix 
 
CAP 1 
DESARROLLO HISTÓRICO DE LA PSICOLOGÍA CONDUCTUAL 
APLICADA .............................................................................................. 1 
Análisis conductual aplicado ........................... 6 
El enfoque cognitivo ............................... 7 
Estado actual ................................. 10 
 
CAP2 
UN ANÁLISIS DE LA TECNOLOGÍA CONDUCTUAL .......................... 11 
Limitaciones del paradigma ......................... 12 
a) El dualismo .............................. 12 
b) Causalidad .............................. 15 
c) Atomismo ............................... 16 
d) Misma complejidad en los procesos ................ 17 
Limitaciones en las aproximaciones terapéuticas ............. 19 
a) Dualismo ............................... 19 
b) Causalidad .............................. 22 
c) Atomismo ............................... 23 
d) Misma complejidad en los procesos ................ 25 
e) La falta de delimitación del objeto de estudio .......... 26 
Algunas premisas ............................... 29 
La dimensión psicológica de los problemas humanos ........... 30 
Otras profesiones con aplicación social................... 32 
Concepción clínica de los problemas .................... 33 
Tecnología psicológica ............................ 37 
 
CAP 3 
EL CAMBIO CONCEPTUAL EN EL ANÁLISIS DEL 
COMPORTAMIENTO HUMANO .......................................................... 40 
1. Definición de Conducta ........................ 41 
2. Explicación del comportamiento .................. 44 
3. El análisis contingencial: la ruptura con el modelo médico .. 50 
 
CAP 4 
EL ANÁLISIS CONTINGENCIAL ......................................................... 57 
 
CAP 5 
EL SISTEMA MICROCONTINGENCIAL ............................................. 63 
Morfologías de conducta ........................... 64 
Situaciones ................................... 67 
Personas .................................... 71 
Efectos …………………………………..73 
 
CAP 6 
EL ANÁLISIS MACROCONTINGENCIAL ............................................ 76 
 
 
CAP 7 
GÉNESIS DEL PROBLEMA ................................................................ 86 
I. Historia de la microcontingencia .................. 91 
II. Estrategias de interacción ...................... 91 
III. Evaluación de competencias ..................... 92 
 
CAP 8 
ANÁLISIS DE SOLUCIONES ............................................................... 93 
 
CAP 9 
SELECCIÓN, DISEÑO, APLICACIÓN Y EVALUACIÓN DE LAS 
ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN ................................................. 98 
I. La naturaleza de la interacción terapéutica ......... 100 
 
II. Tipo de procedimientos en términos de sus efectos ..... 101 
III. Funciones del terapeuta ..................... 102 
 
CAP 10 
ALGUNAS INVESTIGACIONES CON ANÁLISIS CONTINGENCIAL.. 110 
COMENTARIOS FINALES .................................................................115 
 
BIBLIOGRAFÍA ..................................................................................118 
ANEXO ................................................................................................121 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
i 
 
 
PRÓLOGO 
 
l sistema psicológico para el trabajo clínico, llamado 
Análisis contingencial, a pesar de su novedad tiene una 
larga historia. Proviene de quienes se declaraban 
conductistas hace un par de décadas y que ahora se 
identifican como interconductistas. ¿En qué consiste 
este cambio? ¿Qué tanto es un recalentado de lo antiguo 
o un cambio radical? Entender sus preocupaciones, 
motivaciones y línea de trabajo, obliga a considerar el estatus científico 
de la psicología, la historia del análisis experimental de la conducta y 
las repercusiones que ha tenido el ingenioso trabajo de Emilio Ribes, el 
psicólogo más destacado de habla hispana. La presente obra se 
desprende de los vínculos que la autora de este libro ha tenido con este 
científico del comportamiento. 
Lo que popularmente se reconoce como psicología es una 
mezcla de mitos populares acerca de los misterios de una mente 
inexpugnable, al igual que conjeturas fantásticas a partir de 
observaciones simples. En mejores condiciones también se le reconoce 
como un proyecto de ciencia, con un cuerpo de investigación que le 
sirve de base, pero que es 
dispersa y heterogénea. También se habla de psicología para referirse a 
una serie de herramientas prácticas (pruebas psicológicas, dinámicas de 
grupo, métodos de instrucción, estrategias para el control de 
pensamiento o emociones, etcétera) que aunque sean valoradas en el 
mercado de trabajo, se pueden considerar teóricamente huérfanas de 
una teoría general que les dé sustento. 
En la lucha, para darle a la psicología un auténtico estatus de 
ciencia, ha jugado un papel muy inportante lo que se conoce como 
conductismo, o más precisamente, el Análisis Experimental del 
Comportamiento. Desde ahí se han hecho esfuerzos destacados para 
definir sin ambigüedades el objeto de estudio y el método, así como por 
E 
 
 
 
 
 
ir conformando una teoría sistemática construida sobre una 
investigación básica que derive en aportaciones tecnológicas o 
estrategias de intervención. 
En los años 60 y 70 se produjo, sobre todo en Latinoamérica, un 
gran auge de esta concepción, basada fundamentalmente en la teoría del 
condicionamiento y en la obra de B. F. Skinner. En dicha época 
abundaron los trabajos que proporcionaban una gran cantidad de 
estrategias de intervención. La psicología se veía reconfortada con estas 
aportaciones, y se daba un pasodecisivo en su tarea de transformar o 
incidir en la conducta humana, atacando los problemas que aquejan a 
individuos, instituciones y grupos sociales. Fue un escalón crucial para 
abandonar esa psicología de conjeturas y especulaciones mediante la 
irrupción de una metodología rigurosa que establecía relaciones entre 
variables, que probaba objetivamente la efectividad de sus 
procedimientos y que compartía, cuando menos en los conceptos, un 
lenguaje entre la investigación básica y la aplicada. No obstante las 
aportaciones del análisis experimental dela conducta, finalmente tuvo 
que darse un repliegue derivado de las limitaciones de concepción 
acerca de la conducta humana, y que hoy aparecen con mucha nitidez; 
esta visión había nacido al amparo de la fisiología experimental y había 
adoptado el paradigma del reflejo; esto, aunque ayudó a desterrar 
muchos mitos en la interpretación del comportamiento, tuvo un efecto 
desfavorable en la medida que propició interpretaciones reduccionistas 
de la conducta humana y de los eventos sociales, sobre todo de 
condiciones tan importantes para el quehacer humano como la moral, 
los valores de los grupos sociales y, en general, los aspectos culturales 
y normativos que le dan contexto y sentido a la conducta humana. 
Ante estos hechos se podían asumir, cuando menos, dos 
posiciones; la de un consumidor que decide cambiar de marca cuando 
le salió mal el producto, o bien la opción de un intelectual 
comprometido con el saber, que se preguntaba dónde habían estado los 
problemas para entenderlos y ponerles remedio. Tanto la autora como 
otros pocos intelectuales de la psicología optaron por la segunda 
alternativa, y en la presente obra se aprecian algunos resultados de este 
empeño. 
iii 
 
¿Cómo superar las limitaciones del tradicional análisis de la conducta y 
al mismo tiempo conservar la tradición de rigor conceptual y 
metodológico? ¿Cómo recuperar y darle un contexto más adecuado a 
sus aportaciones? Desde hace más de una década, Emilio Ribes, junto 
con otros colegas destacados, se avocó a la tarea de analizar a 
profundidad el origen de los problemas y las vías más adecuadas de 
solución. Han recorrido un largo camino que ha pasado por la filosofía, 
la historia; por el penoso quehacer teórico de construir una visión 
natural y objetiva de la psicología, por cimentar un tejido conceptual y 
una sintaxis teórica. Fruto de su trabajo han sido interesantes propuestas 
de cómo analizar viejas temáticas como la personalidad, la inteligencia 
y el pensamiento, entre otros. 
La expresión más acabada, vinculada al trabajo aplicado, la 
constituye el llamado Análisis Contingencial, herramienta conceptual 
para abordar los asuntos de la psicología clínica y que se desprende del 
trabajo teórico e histórico de Ribes y colaboradores. En él se encontrará 
la concreción del análisis de la moral y los valores a nivel psicológico 
como contextos valorativos del comportamiento, sin perder el horizonte 
de análisis que corresponde al psicólogo. Se aborda con acierto este 
componente social valorativo que subyace al trabajo que se hace en psi-
cología clínica, visión indispensable para no aplicar ciegamente 
procedimientos correctivos, y para no considerar ciertos 
comportamientos como intrínsecamente patológicos, deformación que 
en el pasado condujo a atrocidades en contra de grupos minoritarios a 
los que se señalaba como poseídos de enfermedades de la mente. 
La presente obra constituye un trabajo esperado por quienes se 
preocupaban por las derivaciones aplicadas del trabajo teórico. Durante 
mucho tiempo los analistas de la conducta permanecieron en la 
autocrítica para la reconstrucción de sus concepciones teóricas y el 
diseño de estrategias de intervención. Su trabajo se realizó casi en la 
privacidad, en el cubículo y el aula, con grupos reducidos de alumnos, 
en congresos con audiencias circunstanciales o de paso. Ahora se da un 
salto importante, un producto permanente sistemáticamente organizado 
que incluye los fundamentos en los que se sustenta una herramienta de 
Intervención en el ámbito de la Psicología clínica. Sin embargo, el 
 
 
 
 
 
presente trabajo todavía es denso, no constituye una obra de fácil 
lectura. Los artífices de esta visión de la psicología enfrentan el 
tremendo reto de hacer comunicables sus ideas. La oscuridad de su 
actual lenguaje se explica en razón de que se tuvo que ir construyendo 
un habla teórica con significados precisos; porque detrás de muchas 
nociones claves se encuentra un prolongado análisis de su historia e 
implicaciones, que ahora no está suficientemente explícito; o porque los 
viejos conceptos tienen ahora connotaciones diferentes. 
Sin dejar de señalar esta responsabilidad comunicativa, hay que 
recomendar la lectura cuidadosa y recelosa, una lectura que se preocupe 
por analizar y verificar las propias interpretaciones que se vayan 
haciendo. Al lector le recomendaríamos que si aspira a una 
comprensión decente de la propuesta que ahora se presenta, es menester 
familiarizarse con este lenguaje especializado. A lo largo de los 
capítulos fueron quedando marcadas con sus citas, las pisadas que se 
tuvieron que dar. El lector debe estar dispuesto a revivir este camino 
para alcanzar al andante; debe leerlo a la manera de un hipertexto 
computacional, vinculándose con frecuencia con literatura relacionada, 
para después regresar al punto de origen. Si se tiene éxito en la 
comprensión de la propuesta, la presente obra puede funcionar como un 
marco de referencia que dé lugar a trabajos de intervención terapéutica 
que partan de una lógica radicalmente diferente, la cual diversifica y le 
da contexto a las funciones que puede cumplir un terapeuta. 
En los primeros capítulos del libro se hace una reseña histórica 
del Análisis experimental del comportamiento, un examen que 
considera la profundidad de sus nociones filosóficas básicas, al igual 
que su impacto y evolución en el área clínica. Se analiza la genealogía 
y las circunstancias que llevaron a diversificar sus enfoques, el papel 
que han jugado: una concepción filosófica de tipo dualista, la adopción 
de un paradigma derivado de la fisiología experimental, la tremenda 
tradición clínica que ve el comportamiento bajo el prisma del modelo 
salud-enfermedad, y lo que ha significado la presión social para dar 
soluciones prácticas mediante la generación de una falsa tecnología de 
intervención terapéutica. 
Posteriormente, en la parte más densa del libro, se trata de 
v 
 
presentar el conjunto de premisas de donde se deriva la propuesta del 
análisis contingencial. Hay una sinopsis tanto de los planteamientos de 
J. R. Kantor en relación al objeto de estudio de la psicología, como de 
un sistema de definiciones y clasificaciones propuesta por Ribes y 
López, que sirve como inspiración y frecuente punto de referencia. 
Ambas obras, más que productos terminados, han requerido una buena 
labor de interpretación, restauración y ajustes. No será infrecuente que 
su lectura conduzca a confusiones, perplejidades o expectativas 
paralizantes. El lector no deberá desanimarse por esta circunstancia, 
precisamente porque ahora se trata de vincular planteamientos con 
herramientas de intervención. A pesar de las limitaciones expositivas 
de estos escritos, constituyen fuente de importantes ideas y bagajes 
históricos de indispensable consideración. 
Las características particulares del análisis contingencial se describen 
en los capítulos subsiguientes del libro. Se destina uno de ellos al 
llamado sistema macro- contingencial. Esta dimensión de análisis 
constituye una fórmula novedosa donde se concretan los asuntos de los 
valores y la moral como condiciones normativas que predisponen el 
comportamiento en determinada dirección; y que parael caso del 
análisis de los asuntos clínicos, se pueden considerar los desajustes 
entre el controlinmediato o situacional del comportamiento y las 
normas valoradas en una comunidad. Esto se concreta en un interesante 
análisis de las correspondencias entre lo que el individuo hace (llevado 
por condiciones situacionales) y lo que cree (lo cual se ha ido 
construyendo a partir de lo que sus diferentes grupos sociales valoran). 
Por lo que se refiere al sistema microcontingencial, en él se 
aborda el nivel tradicionalmente considerado como psicológico, pero 
poniendo el énfasis en la interacción, en el análisis de las relaciones del 
individuo con su entorno más inmediato en un contexto social, histórico 
y físico. De ahí se va configurando el tipo de comprensión que se debe 
tener de los problemas de la psicología clínica. Se proponen las 
directrices para proceder al análisis de este nivel, considerando las 
funciones que cumplen las diferentes personas y circunstancias 
significativas que participan en el problema. 
La conjunción del análisis macrocontingencial y 
 
 
 
 
 
microcontingencial configuran un sistema global de intervención, 
derivado de una lógica radicalmente diferente del trabajo clínico, lo cual 
debería traducirse en una intervención mucho más estratégica en la 
medida que se tiene una perspectiva más amplia y un marco de 
referencia que le da contexto a cada fase o acción del proceso 
terapéutico. En este sistema se considera, por ejemplo, que el efecto de 
la intervención no es solamente sobre la conducta particular que se 
presenta como problema, sino también se contempla el peso de las 
tendencias o propensiones; la influencia que puede tener el 
comportamiento de otras personas significativas, además del sistema de 
valores del individuo en relación 
con los que sostienen los grupos sociales en los que está inmerso el 
usuario. 
Finalmente, la autora proporciona una serie de esquemas, 
herramientas y procedimientos que le darían concreción a todas las 
ideas previas. De cualquier manera, estos recursos que se presentan, si 
se quiere aprender a manejarlos con decoro y eficacia, requerirían de un 
grado razonable de conocimiento de las técnicas terapéuticas más 
frecuentes, así como de una cautelosa y analítica puesta en práctica que 
busque realimentar la relación teoría-práctica. Como toda propuesta 
novedosa, no está exenta de los errores y rectificaciones que se dan 
como efecto de su puesta en marcha, máxime si proviene de una 
tradición donde se privilegia el rigor científico. 
 
Luis G. ZARZOSA ESCOBEDO 
vii 
 
PREFACIO 
 
ste libro pretende introducir a estudiantes y estudiosos 
de la psicología a un sistema alternativo para el campo 
aplicado, que permite el análisis y modificación del 
comportamiento humano individual: el Análisis 
Contingencial. Dicho sistema surgió de un 
cuestionamiento de la tecnología actual, así como de la 
adopción de un modelo teórico alternativo: el modelo 
interconductual. La propuesta de este sistema implica un compromiso 
ideológico, con una serie de premisas y concepciones acerca de la 
disciplina y de la acción profesional que van, desde la definición de 
interconducta como objeto de estudio, hasta la propuesta de la 
desprofesionalización como estrategia de acción en el campo aplicado. 
Es por ello que un segundo objetivo es una invitación a la reflexión de 
los fundamentos de nuestra profesión. 
Como resultado de la lectura de este libro no se pretende que se 
maneje, como tal, el sistema de Análisis Contingencial; el propósito 
fundamental es introducir al lector interesado en este tema. Lo que sí se 
pretende es que se reflexione sobre el quehacer de la psicología en la 
solución de problemas humanos, considerando el estado actual de esta 
práctica, así como las propuestas que aquí se incluyen. El manejo del 
sistema requiere no solamente del conocimiento de sus fundamentos y 
premisas, sino de un entrenamiento supervisado; sin embargo, partir de 
dicho conocimiento, así como de reflexiones previas, puede ser la base 
de este entrenamiento. 
El libro está formado por diez capítulos. Se revisa parte de la 
historia de la Modificación de conducta y Terapia conductual, las 
premisas y fundamentos del Análisis contingencial y se describe, en 
capítulos independientes, cada paso de este sistema. Cuenta también 
con un anexo que incluye una serie de instrumentos que facilitan la apli-
cación de la metodología, tales como Guías de entrevista y formatos 
para vaciado de datos. Estos instrumentos son un auxiliar muy 
importante para la aplicación del sistema y resultan particularmente 
E 
 
 
 
 
 
relevantes para aquellos que no tienen experiencia en el campo 
aplicado. 
 
MA. DE LOURDES RODRÍGUEZ CAMPUZANO 
 
 
 
 
ix 
 
INTRODUCCIÓN 
 
istóricamente, la Psicología como profesión se ha 
conformado de acuerdo a las demandas que se le han 
impuesto socialmente. El planteamiento de ciertos 
problemas como propios de la disciplina, así como los 
procedimientos y soluciones propuestos se han 
derivado de un enfrentamiento prematuro con una 
realidad impuesta como encargo social. Tal 
compromiso no ha permitido consolidar una tecnología psicológica 
científica. Al margen del contenido específico de la disciplina, la 
psicología aplicada ha tenido que cumplir con encargos como la 
elaboración de instrumentos para medir inteligencia o aptitudes 
diversas, la selección y capacitación de personal, la solución de 
problemas institucionales o del campo de la salud, entre otros. Así, 
nuestra disciplina cuenta con dos historias paralelas; por un lado, la 
psicología básica que define un objeto de estudio y adopta paradigmas 
con la finalidad de dar cuenta del campo de relaciones correspondientes 
a su dominio empírico; por otro, la psicología aplicada que enfoca su 
atención en la elaboración de procedimientos para cubrir una demanda 
social particular. 
Los intentos por construir una tecnología científica se diluyeron 
con el tiempo, debido tanto a las propias restricciones de las teorías 
dominantes como a la adopción del modelo médico-clínico como forma 
de acción profesional. En la actualidad, el campo aplicado está 
conformado por una serie de tendencias heterogéneas en cuanto a 
ciertos aspectos. Algunas de éstas se han configurado según los campos 
particulares de intervención (p. ej. terapia familiar, psicología de la 
salud, psicología del deporte, medicina conductual), otras se 
caracterizan por un enfoque teórico-tecnológico específico (p. ej. 
terapia sistèmica, aproximación cognitivo-conductual, terapia 
cognitiva), y algunas otras por su énfasis en la solución de problemas al 
margen de un fundamento teórico (p. ej. terapia breve, aproximaciones 
multimodales). 
H 
 
 
 
 
 
Dicha heterogeneidad responde al interés fundamental por 
resolver los problemas que la demanda social presenta, al margen del 
conocimiento de los procesos que intervienen en las complejas 
relaciones humanas; y como señala López (1987), aún cuando se 
consiguen resultados exitosos, no existe un cuerpo coherente e 
integrado de conocimientos, y mucho de la aplicación de nuestra dis-
ciplina se deja a la comprensión personal del problema o al “sentido 
clínico” del psicólogo aplicado. Lo que se requiere es un 
cuestionamiento a fondo de las premisas, la lógica y las concepciones 
tácitas que rigen el quehacer profesional. Esto ayudará a construir una 
verdadera tecnología derivada de la ciencia básica con todas las apor-
taciones que ello implicaría. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Análisis Contingencial - 1 
 
 
Capítulo 1 
DESARROLLO HISTÓRICO DE LA PSICOLOGÍA CONDUCTUAL APLICADA 
Algunos comentarios 
Surgimiento de la terapia conductual 
ara entender por qué en este libro se propone un sistema 
para incursionar en la aplicación de la psicología, es 
necesario remitirnos a Jos antecedentes de la llamada 
psicología aplicada, así como a algunas consideraciones 
conceptuales acerca de la aplicaciónde la psicología. Para 
empezar, vale la pena hacer un poco de historia con 
respecto al origen de la llamada psicología aplicada. 
La Psicología surgió como profesión antes de que se consolidara una 
ciencia psicológica, es decir, se crearon disciplinas para responder a 
ciertas demandas sociales, que no atendían otras profesiones. Estas 
surgieron en el campo de los trastornos de comportamiento, en el campo 
de la educación y en el campo de la medición de aptitudes, siendo el 
psicoanálisis y la psicología diferencial los encargados de cubrir una 
demanda cada vez más creciente por parte de las instituciones sociales. 
Con la Primera Guerra Mundial surgió la aplicación de la Psicología 
diferencial y su tecnificación psicométrica, y hasta la Segunda Guerra 
Mundial se originó el movimiento de Salud mental y la Ingeniería 
humana (Ribes, 1982). Sin pretender explicar o hacer un análisis de este 
P 
 
 
DESARROLLO HISTÓRICO DE LA PSICOLOGÍA CONDUCTUAL APLICADA 
 
Ma. De Lourdes Rodriguez Campuzano - 2 
 
tipo de disciplinas, vale la pena señalar que no se derivaron de una 
ciencia básica, sino que se fueron creando a través del enfrentamiento 
con los propios problemas que la demanda social les presentaba con la 
intención de darles solución, y se fueron haciendo teorías producto de 
la propia experiencia práctica, permeadas por un modelo médico. Estas 
prácticas coexisten con otro tipo de aproximaciones cuyo origen está 
más vinculado con el conocimiento básico que son aquellas conocidas 
como conductuales. A éstas les dedicaremos un mayor espacio. 
La aparición de la modificación de conducta representó una 
revolución en el campo de lo que se estudiaba como “salud mental”. 
Previamente a su aparición, como ya se señalaba, la disciplina 
psicológica se elaboró en respuesta a demandas sociales específicas 
surgidas en distintos campos, sin vinculación con una Ciencia 
Psicológica, sino más bien nutrida de distintas concepciones (p. ej. 
médicas, filosóficas) y adoptando, si acaso, algunos aspectos del 
método experimental, pero, empleándolos en el estudio de la mente o 
de otros constructos hipotéticos. Es por ello que no se puede decir que 
existiera ya una psicología aplicada, puesto que, por un lado no se había 
definido qué debía estudiar la psicología y por otro, no se había 
generado un conocimiento psicológico que se pudiera aplicar. La 
aparición de la Modificación de Conducta representa un giro en ese 
sentido, dado que es el enfoque que surgió con la intención de aplicar 
el conocimiento de la Psicología como ciencia, a la solución de algunos 
problemas humanos. Trazar la fecha del origen histórico de esta aproxi-
mación es una labor difícil, aunque sus fundamentos tienen una historia 
relativamente reciente. Estos fundamentos vienen del paradigma del 
reflejo, de la psicología experimental comparada (especialmente de 
Thorndike), la filosofía del Conductismo formulada por Watson 
(Kazdin, 1989), quien a su vez retomó el paradigma del reflejo y 
muchos de los aspectos formulados por Thorndike en su teoría del 
aprendizaje y, en particular, del modelo operante formulado por Skinner 
(Ribes, 1982; Kazdin, 1989). La mayoría de estos autores trabajó en el 
campo básico de la disciplina, dedicándose a la investigación 
experimental y a la formulación teórica. El paso de la investigación en 
laboratorio a la aplicación fue gradual, aunque ya los mismos teóricos 
 
 
 
Análisis Contingencial - 3 
 
habían llevado a cabo algunos intentos por aplicar sus principios en 
ambientes naturales y con sujetos humanos (p. ej. Watson y Pavlov). 
Propiamente la modificación de conducta se dio a partir del 
trabajo en laboratorio, así como de las teorías sobre aprendizaje y 
condicionamiento que teman implicaciones tecnológicas. Esta vez se 
pretendió establecer a la psicología como profesión a partir de un 
cuerpo básico de conocimientos de la psicología científica y no como 
sucedía con esa profesión psicológica ya existente, que se fue creando 
a través del intento de responder a demandas concretas. Por su parte, el 
desarrollo de la Terapia de conducta (que no equivale exactamente al 
movimiento de Modificación de Conducta) empezó en Sudáfrica y pro-
cede fundamentalmente del trabajo de Wolpe durante los años 40 y 50. 
Este autor investigó acerca la producción y eliminación de las neurosis 
experimentales en gatos y creó la técnica de la desensibilización 
sistemática, fundamentándola en el principio de la inhibición recíproca 
surgido del paradigma del reflejo. Su trabajo tuvo un gran impacto y en 
la Terapia Conductual muchos autores estuvieron influidos por él (p. 
ej(. Lazarus) y aplicaron su técnica a diversos problemas psicológicos 
(Wolpe, 1977). j La Terapia Conductual estuvo más enfocada desde su 
surgimiento a la solución de problemas que a la vinculación con una 
teoría científica, y con el tiempo fue incorporando modelos 
“explicativos” de problemas específicos, así como diversos 
procedimientos de orígenes pragmáticos. 
El desarrollo de la Modificación de Conducta comenzó en 
Inglaterra de manera independiente al trabajo de Wolpe. Uno de los 
pioneros aquí fue Eysenck (Kazdin, 1989), quien enfatizó la necesidad 
de investigar y aplicar los hallazgos de la psicología experimental a la 
clínica. Sus fundamentos teóricos venían de las teorías del aprendizaje. 
Otros pioneros fueron Shapiro, Jones, Meyer y Yates (Kazdin, 1989). 
Todos ellos se basaron en las teorías del aprendizaje y del 
condicionamiento para diseñar técnicas como la graduación de tareas o 
el biofeedback, y posteriormente la inundación, el modelamiento y la 
terapia aversiva. 
Estados Unidos, a pesar de que ya habían surgido aplicaciones 
“clínicas” de las teorías del aprendizaje, se aplicaron otras técnicas 
 
 
DESARROLLO HISTÓRICO DE LA PSICOLOGÍA CONDUCTUAL APLICADA 
 
Ma. De Lourdes Rodriguez Campuzano - 4 
 
surgidas del paradigma del reflejo y, en particular, los métodos del 
condicionamiento operante. Dunlap ideó una técnica llamada “práctica 
negativa”, que nunca fundamentó teóricamente. Voegtlin y Lemere 
elaboraron una terapia aversiva para el tratamiento del alcoholismo 
basada en el principio del reflejo condicionado. Salter creó una técnica 
de autohipnosis explicándola con base en el segundo sistema de señales 
postulado por Pavlov, después empleó varios procedimientos muy 
similares a lo que ahora se conoce como autocontrol, ensayo conductual 
y condicionamiento encubierto, explicán-dolos en relación al modelo 
del reflejo (En: Kazdin, 1989)(La aplicación sistemática del 
condicionamiento operante a la conducta humana fue un factor crucial 
en el desarrollo de la modificación de conducta. 
Skinner no sólo formuló la teoría del condicionamiento 
operante, sino que incursionó en su aplicación junto con Lindsley. Bijou 
y Lindsley (En: Kazdin, 1989) investigaron los métodos operantes con 
pacientes psicóti- cos institucionalizados, mientras que Bijou los 
estudiaba con niños. El método que emplearon enfatizó el uso de 
respuestas operantes libres, estímulos discriminativos, y el control de 
las consecuencias de las respuestas, sin embargo, en Estados Unidos, 
incluso a finales de los años 50, no había aparecido todavía ningún 
movimiento formal y unificado al que se denominara Modificación de 
Conducta. Su reconocimiento en Inglaterra a finales de los 50 y princi-
pios de los 60 fue el que cristalizó el movimiento en Estados Unidos. 
Un común denominador de este movimiento fue su contrastación con 
el enfoque tradicional psicodinámico, aunque a finales de los años 60 
disminuyó la controversia y a partir de ese momento empezó a atraer la 
atención la propia investigación tecnológica de corte conductual. 
Empezaron a aparecer textos generales y el movimiento ganó solidez 
siempre apoyado en un cuerpo de técnicas terapéuticas. A medida que 
se reportaba éxito con distintas técnicasconductuales, aparecieron 
intentos para integrar la terapia de la conducta y la psicoterapia, dado 
que empezaron a hacerse nítidas las semejanzas entre ambas, Por 
ejemplo, los terapeutas de conducta sostenían que las demostraciones 
de eficacia de sus tratamientos eran más científicas que las de la terapia 
convencional; sin embargo, su mayor apoyo provenía de casos clínicos. 
 
 
 
Análisis Contingencial - 5 
 
Tampoco era muy claro el fundamento entre la terapia de la conducta y 
las teorías del aprendizaje. Igualmente los defensores de la 
modificación de conducta sostenían que su interés era la conducta 
manifiesta y no las causas subyacentes, pero había autores que 
explicaban la conducta con base en factores “encubiertos”. Hay que 
agregar que aspectos tales como la relación terapéutica, la información 
y el manejo de expectativas por parte del terapeuta, jugaban un papel 
importante para la eficacia de algunas técnicas (Kazdin, 1989). 
Así, el movimiento de Modificación de conducta se fue 
flexibilizando con el tiempo. Las primeras definiciones de terapia de 
conducta se basaban fundamentalmente en sus relaciones con la 
investigación y las teorías del aprendizaje. Más recientemente lo que se 
ha enfatizado es la necesidad de contar con una tecnología eficaz, 
soslayando el papel de la disciplina básica, de cualquier manera se le 
considera como un movimiento porque a pesar de sus diferencias, según 
los propios modificadores de conducta existen varios denominadores 
comunes: 
a) El modelo conductual de conducta anormal. Un supuesto básico 
es que las conductas se aprenden, se mantienen y modifican por 
los mismos principios, independientemente de que se les 
considere “normales” o “anormales”. 
b) Empleo de datos de la psicología experimental. La modificación 
de conducta | depende de conceptos y procedimientos surgidos 
del laboratorio. 
c) El interés por la conducta. Al margen del interés de algunos 
modificadores de la conducta por eventos “privados” o 
“cognitivos”, existe interés por la alteración de la conducta 
manifiesta. 
d) Metodología. La modificación de la conducta se unifica en 
términos del método de evaluación que siguen los profesionales 
con respecto a la conductaproblema y en su énfasis sobre la 
medición de la misma. 
e) Tratamiento. Se caracteriza por el empleo de técnicas 
estandarizadas dirigidas fundamentalmente a la eliminación de 
conductas problema (Kazdin, 1989). Así, es importante señalar 
 
 
DESARROLLO HISTÓRICO DE LA PSICOLOGÍA CONDUCTUAL APLICADA 
 
Ma. De Lourdes Rodriguez Campuzano - 6 
 
que aunque en un principio este movimiento se fundamentó en el 
conocimiento básico, con el tiempo se fue desvinculando del 
mismo, de modo tal que ahora es un movimiento heterogéneo con 
características en común, como las antes señaladas. 
Análisis conductual aplicado 
Aún cuando la Modificación de Conducta es la aproximación que se 
conoce como conductual, hay que mencionar una aproximación 
caracterizada por la aplicación de las técnicas derivadas del modelo 
operante. Dado que el rubro general de modificación de conducta o 
terapia conductual no aseguraba homogeneidad teórica o metodológica, 
se hizo una distinción posterior entre modificación de conducta y 
análisis conductual aplicado, este último se caracterizó por un interés 
mayor en la investigación que en la aplicación, así como por su 
vinculación con supuestos teóricos y filosóficos de la ciencia básica 
(Deitz, 1978). 
Uno de los primeros objetivos del Análisis Conductual Aplicado 
fue el demostrar la utilidad del enfoque operante en la investigación del 
comportamiento humano y determinar si los datos obtenidos en la 
investigación animal en laboratorio podrían ampliarse al campo 
humano. Autores importantes en esta etapa fueron Barret y Lindsley 
(1962), Bijou (1957), Baer (1962), y Goldiamond (1965), entre otros. 
Desde mediados y finales de los 60, las técnicas operantes ya se 
aplicaban profusamente en diversos centros de investigación e 
instituciones, y así el objetivo inicial de investigación con conducta 
humana se fue transformando en un interés cada vez mayor por la 
propia aplicación, implicando algo más que la ampliación de métodos 
y conceptos del laboratorio a situaciones naturales. Sin embargo, los 
analistas conductuales se encontraron con varios problemas al 
enfrentarse a medios naturales: Las respuestas en la conducta humana 
eran mucho más complejas y versátiles, las consecuencias no eran 
programables, la precisión del laboratorio no se alcanzaba en este 
medio; el mantenimiento y la transferencia de los logros terapéuticos 
no se lograban; se encontraron casos en donde los sujetos no respondían 
 
 
 
Análisis Contingencial - 7 
 
a las contingencias programadas] esto, por mencionar sólo algunos de 
los problemas encontrados. 
Todo ello llevó a que con el tiempo muchos autores cuestionaran 
la postura y las suposiciones básicas sobre la naturaleza de la conducta 
humana que sostienen los analistas conductuales. Así, se ha puesto en 
tela de juicio a la propia teoría argumentando, por ejemplo, que es una 
postura ambientalista que considera al individuo como agente pasivo, 
se ha objetado que el modelo excluye a los procesos cognitivos y se han 
hecho críticas “éticas” en relación con la manipulación que se ejerce a 
través de esta aproximación. Actualmente, y aún en el contexto de 
debates de este tipo, el Análisis Conductual Aplicado consiste en una 
serie de técnicas que se basan en procedimientos como el 
reforzamiento, el castigo y la extinción, que se aplican a distintas 
poblaciones y en distintos campos de la actividad humana (Kazdin, 
1989). 
 
El enfoque cognitivo 
Aparte de las aproximaciones pragmáticas de la terapia convencional, 
de la Modificación de conducta, la Terapia Conductual y el Análisis 
Conductual Aplicado, existen otra serie de enfoques. Uno de ellos, que 
cada vez tiene un mayor número de adeptos, y que no podemos dejar 
de mencionar es el cognitivo. Esta aproximación se desarrolló 
independientemente del Conductismo de Watson y ulterior a Skinner, y 
aunque hay quienes la relacionan con el Conductismo, constituye una 
postura psicológica diferente. 
Recordemos que fue Watson quien definió por primera vez el 
objeto de estudio de la psicología, a la vez que asentó sus bases 
conceptuales y metodológicas, razón por la cual algunos autores lo 
consideran el Padre de la Psicología (Ribes, 1982); sin embargo, según 
Kazdin (1989), a partir del Manifiesto Conductista de Watson en 1913, 
muchos teóricos en desacuerdo con este autor propusieron modelos para 
“superar” lo que consideraban una psicología E-R. Así por ejemplo, 
Hull (Teoría hipotético-deductiva), Tolman (Conductismo propositivo) 
y Mowrer (Teoría de los dos factores), introdujeron conceptos 
mediacionales o variables intermedias en las relaciones E-R. En un 
 
 
DESARROLLO HISTÓRICO DE LA PSICOLOGÍA CONDUCTUAL APLICADA 
 
Ma. De Lourdes Rodriguez Campuzano - 8 
 
momento posterior, investigadores como Bolles, Bower y Neisser, se 
interesaron por temas, según ellos ignorados o tratados 
insatisfactoriamente por las teorías conductistas: pensamiento, 
sentimientos, percepción. 
El hecho de que distintos teóricos propusieran explicaciones 
mediacionales en el tratamiento de la conducta tiene que ver, de acuerdo 
con Kazdin (1989), con la concepción de cada teoría con respecto a las 
diferencias entre conducta animal y humana. De hecho, este autor se-
ñala que en las teorías mediacionales se hicieron patentes 
los cuestionamientos acerca de que los principios del aprendizaje 
animal no permitían dar cuenta de los problemas de aprendizaje y 
pensamiento humanos. -Algunos autores como Guthrie consideraban 
que la especificidad de los estímulos no era suficiente para dar cuenta 
de la conducta; se requería saber cómo el sujeto percibía los objetos y 
lo que esa percepciónsignificaba. Y así fue como empezó una postura 
partícula. 
Aparte de las explicaciones de tipo mediacional ya 
mencionadas, a finales de los cincuenta LA psicología recibía tres 
grandes influencias que promovieron la creación de modelos 
cognitivos. Primero la computadora, que podía realizar varias 
actividades “como las humanas”: aprender, almacenar, manipular y 
recordar información. |La segunda influencia derivó de la lingüística, 
que postulaba la existencia de estructuras subyacentes a la comprensión 
y producción de lenguaje; el personaje más destacado en ese momento 
fue Chomsky, quien en su libro ‘Syntactic structures’ presentó un 
análisis cognitivo de la conducta lingüística. La tercera influencia recae 
en Piaget y los pospiagetianos, quienes centraron su interés en el 
desarrollo de las estructuras y procesos que intervienen en los cambios 
evolutivos en el conocimiento humano y generaron una teoría del 
conocimiento (En: Mayer, 1981). 
En este contexto surge la llamada “psicología cognitiva”. 
Zumaya (1993) menciona que bajo este enfoque se pueden distinguir 
tres escuelas y que tal distinción puede hacerse con base en los 
fundamentos que cada una postula. A estas escuelas se les llama: 
Clásica, Neoclásica y Cognitivo-conductual. En las tres escuelas, por 
 
 
 
Análisis Contingencial - 9 
 
‘cognición’ se ha entendido lo referido a los acontecimientos verbales 
o figurados en el “flujo de la conciencia” de una persona, o bien el 
estudio de las ideas, su desarrollo, formación, contenido, 
interconexiones y efecto dinámico (Zumaya, 1993). Revisando la 
literatura cognoscitiva, el término alude a: a) una clase de respuesta 
compuesta por eventos privados (b) mediadores de la conducta que 
encadenan estímulos y respuestas, c) estructuras complejas casi 
automáticas que organizan y generan conducta, pero que funcionan de 
modo independiente de los principios conductuales. Los distintos usos 
del término tienen que ver con la postura de cada una de las 
mencionadas escuelas. 
Las posturas cognitivas están conformadas, por un lado, por 
concepciones teóricas o filosóficas, que pretenden explicar: la 
organización funcional de la mente, los fenómenos cognitivos, el 
aprendizaje o la conducta, siendo que la explicación de tales “procesos” 
gira alrededor del término cognición), así como a su vinculación con el 
estado salud-enfermedad. Por otro lado, presentan sus concepciones 
acerca de las enfermedades mentales o desórdenes cognitivos, así como 
a su “corrección”, en lo que llaman psicoterapias cognoscitivas. 
De acuerdo a Zumaya (op. cit.) las tres, más que teorías, 
constituyen sistemas teórico-metodológicos de tratamiento 
psicológico, basados tanto en la cibernética como en una concepción 
psicopatológica y en un conjunto de principios y técnicas terapéuticos. 
Las influencias cognitivas, aun cuando dieron origen a 
psicoterapias específicas, se han ido incorporando a la Modificación de 
Conducta. De hecho, conceptos y procedimientos cognitivos se 
combinan o incorporan a explicaciones y procedimientos conductuales. 
Todo ello bajo la premisa de que el manejo conductual es insuficiente. 
De la cada vez mayor inclusión de este tipo de fenómenos en los 
modelos conductuales, se fueron delimitando ramas particulares del 
movimiento: Modificación cognitiva de la conducta, Terapia cognitiva 
y Terapia cognitivo-conductual, entre otras. Se incluyeron en estas 
tendencias algunas técnicas cuyo origen estaba totalmente desvinculado 
de la Modificación de Conducta. Técnicas representativas son: La 
Terapia racional emotiva, el Entrenamiento en autoinstrucción, la 
 
 
DESARROLLO HISTÓRICO DE LA PSICOLOGÍA CONDUCTUAL APLICADA 
 
Ma. De Lourdes Rodriguez Campuzano - 10 
 
Terapia cognitiva, el Afrontamiento, la Detención del pensamiento y la 
Inoculación de estrés, entre otros; de igual manera, las explicaciones a 
problemas psicológicos se basaron en modelos cibernéticos y en el 
concepto de representación. 
Estado actual 
Si tratamos de dar un panorama de qué es la Psicología “Aplicada”, nos 
hallamos ante una labor difícil. Por un lado existen aquellas 
aproximaciones que se conformaron de manera pragmática y que 
constituyen la llamada psicoterapia tradicional^ Por otro, están las 
aproximaciones que en su origen fueron conductuales y procuraron 
derivarse de la psicología básica. Por último, se generan nuevas 
aproximaciones pragmáticas y. nuevas derivaciones de las 
aproximaciones conductuales; esto, solamente en cuanto a 
concepciones particulares de la conducta. A ello hay que agregar que 
no sólo se presentan distintos enfoques conceptuales, sino que cada vez 
se crean nuevas “especializaciones” bajo el criterio de que la demanda 
y el campo de incidencia profesional las justifican. Si se revisa la 
literatura que se refiere a la psicología “aplicada”, vamos a encontrar 
revistas especializadas en terapiainfantil, terapia familiar, medicina 
conductual, psicología ambiental, psicología de la salud o terapia 
sistèmica, y también vamos a encontrar distintos enfoques conceptua-
les. De manera tal, que como ha señalado Ribes (En: Palacios y 
Montalvo, 1997), existen tantas psicologías, como psicólogos. 
Convergen, especialmente en el campo aplicado, una serie de prácticas 
distintas, a las que llamamos psicología. 
Ante esta situación, que además parece imposible de resolver -al menos 
mientras no haya, por lo menos, consenso con respecto a cuál es el 
objeto de estudio-, lo que proponemos es una postura y un sistema para 
incidir en el campo aplicado. 
 
 
 
 
 
 
 
Análisis Contingencial - 11 
 
 
 
Capítulo 2 
UN ANÁLISIS DE LA TECNOLOGÍA CONDUCTUAL 
 in pretender analizar las aproximaciones tradicionales, 
hay que indicar que al margen de las posibles diferencias 
que existen entre la Terapia Conductual, la Modificación 
de Conducta y el Análisis Conductual Aplicado, 
incluyendo los enfoques cognitivos actuales, todas 
comparten las mismas limitaciones tanto conceptuales 
como metodológicas. Como ejemplo, podemos citar las críticas a los 
modelos adoptados (Yates, 1977; Ribes, 1982; Deitz, 1978; Kazdin, 
1989); a la forma de proceder con respecto a los problemas psicológicos 
(Goldiamond, 1974; Ribes, 1990a); así como a los resultados obtenidos 
(Yates, op. cit.); y es que aún cuando los objetivos iniciales de la terapia 
conductual Rieron la superación de la causalidad interna, la 
fundamentación en una teoría psicológica y la definición de la conducta 
presente del individuo como objetivo fundamental de cualquier 
estrategia de cambio, el interés por la solución de problemas impuestos 
a la psicología por sectores sociales particulares, así como diversas 
limitaciones teóricas, conceptuales y metodológicas fueron propiciando 
una práctica cada vez más desvinculada del conocimiento básico, más 
intuitiva, e incluso ecléctica. Algunos de estos problemas se pueden 
analizar como: 
a. Las limitaciones del paradigma adoptado 
b. La falta de delimitación del objeto de estudio en el campo 
aplicado, y 
c. La influencia del modelo clínico. 
Para llevar a cabo un análisis en cuanto al primer nivel, es 
necesario comenzar señalando algunas de las implicaciones que ha 
tenido en la ciencia básica el haber adoptado un paradigma mecanicista, 
S 
 
 
UN ANÁLISIS DE LA TECNOLOGÍA CONDUCTUAL 
 
Ma. De Lourdes Rodriguez Campuzano - 12 
 
es decir, un modelo en donde la explicación de los fenómenos gira 
alrededor de los conceptos acción-reacción o causa-efecto, para así 
posteriormente analizar las implicaciones de este modelo básico en el 
campo aplicado. 
Limitaciones del paradigma 
 
a) El dualismo 
Históricamente, las ciencias han surgido cuando formulan un objeto 
teórico de conocimiento propio que no se yuxtapone al de otras ciencias 
existentes y que presenta una correspondencia empírica con la realidad 
concreta, esto es, que es algo identificableen lo concreto. La psicología, 
aún cuando ya estaba planteada como disciplina, se convierte en una 
ciencia especial del conocimiento a través de la filosofía del 
Conductismo. Watson, en 1913, dotó a la psicología de un objeto de 
estudio propio: la conducta. En el momento de su formulación la 
manera dominante de concebir a la psicología eran diversas formas de 
cartesianismo, esto es, diferentes modalidades teóricas, donde resulta 
incuestionable postular la existencia de un aparato mental o de 
estructuras internas que debían estudiarse. Ello implicaba la existencia 
de un mundo no material que interactuaba con uno material, la 
conciencia con la acción, el aparato intrapsíquico con los desórdenes 
emocionales, la mente con la conducta. 
La tradición del dualismo se le atribuye de manera oficial a 
Descartes -aunque él no haya sido su iniciador. Para él cada persona 
vive dos historias paralelas: una pública, relativa a su cuerpo, y otra 
privada, relativa a su alma. El alma racional determinaba la acción del 
cuerpo del hombre, de modo que su comportamiento podía estudiarse 
reduciéndolo a la acción mecánica y refleja, mientras que el alma o lo 
mental eran lo causal interno que obedecía a principios propios. La 
acción del hombre como movimiento debía estudiarse a través de la 
mecánica, mientras que la del alma, a través de una concepción 
paramecánica correspondiente a la óptica (Ribes, 1982). Esto es lo que 
se ha entendido por dualismo, el hombre compuesto de dos sustancias, 
una que funciona como principio regidor y otra que solamente refleja 
lo “verdaderamente importante”: alma, mente, conciencia o incluso 
 
 
 
Análisis Contingencial - 13 
 
cognición (como metáfora moderna de este principio regidor). 
El Conductismo constituyó un nuevo abordaje para la 
construcción de una psicología no dualista. De hecho, la Biología ya 
había intentado superar el dualismo. El trabajo de Pavlov representa un 
esfuerzo metodológico y conceptual en este sentido, y es por ello que el 
Conductismo incorporó este paradigma aun cuando resultaba ajeno a su 
objeto de estudio. 
El paradigma del reflejo fue formulado para abordar el estudio 
del movimiento de los cuerpos con un modelo dela mecánica, aunque 
esto tenía por supuesto la premisa de que la materia era contraparte del 
espíritu. Watson definió a la conducta como acción de los organismos 
y con ello limitó el dominio empírico de la psicología al de los mo-
vimientos. Así, no solamente resultó fácil transferir el paradigma del 
reflejo de la biología a la psicología, sino que surgieron nuevas formas 
de dualismo. Los enfoques que se guían bajo una forma de explicación 
mecanicista han pretendido identificar a la mente con el cerebro o con 
estructuras neurológicas diversas. Otras formulaciones mecanicistas, 
abiertamente mentalistas, quedan representadas por algunos 
planteamientos cognoscitivos que aluden a metáforas cibernéticas. 
Otros ejemplos los constituyen aquellas formulaciones que pretenden 
traducir conceptos referidos a eventos mentales a conceptos 
“objetivos”, sin cuestionar la existencia misma de los procesos 
“internos” (Ribes, 1982). 
La psicología ha sido, en su parte teórica y básica, 
históricamente dualista o ha asumido formas dualistas no tan aparentes. 
Su representación conceptual y metodológica ha sido adoptada de la 
Biología. Estos dos aspectos han tenido una serie de consecuencias que 
han repercutido, no sólo en la propia ciencia básica sino también en el 
campo de la aplicación. 
No es objeto de este trabajo hacer un análisis de lo que es el dualismo 
ni de todos los errores que implica su adopción, esta labor ya ha sido 
realizada fundamentalmente por Ryle (1949) y Ribes (1982, 1990a); 
aunque cabe enfatizar que se está hablando de un error, en el que Se 
basa prácticamente toda la psicología. Se ha considerado que la 
conducta es la manifestación “observable” o “externa” de algo mucho 
 
 
UN ANÁLISIS DE LA TECNOLOGÍA CONDUCTUAL 
 
Ma. De Lourdes Rodriguez Campuzano - 14 
 
más rico y profundo que resulta inobservable. Al dualismo, Ryle (op. 
cit.). lo denominaun error categorial, dado que esta filosofía 
...“representa los hechos de la vida mental como si pertenecieran a un 
tipo o categoría lógica (o rangos o tipos de categorías), cuando en 
realidad pertenecen a otra. El dogma es por consiguiente un mito 
filosófico” (p. 16). 
A esta doctrina Ryle la ha llamado el mito del fantasma en la 
máquina. En psicología, el error categorial se ha extendido al pretender 
explicar las relaciones entre dos mundos de propiedades distintas, 
cuando en realidad lo que se estudian son eventos que se dan a un solo 
nivel. El dualismo, entre otras cosas, ha llevado a cosificar el lenguaje, 
esto es, a darle existencia física a lo que únicamente son expresiones 
del lenguaje, postulando procesos “mentales” que no existen como 
tales, sino que se generan a partir de la premisa de la existencia de la 
mente como una estructura que causa el comportamiento. Igualmente 
ha generado la formulación de una serie de categorías dicotómicas para 
estudiar el comportamiento: interno-externo, público-privado, objetivo-
subjetivo, ob- servable-inobservable; que se aplican siguiendo una lógi-
ca por demás inapropiada. 
La psicología previa al Conductismo era dualista. El Conductismo fue 
un intento de trascender el dualismo, que no se logró en tanto nunca se 
cuestionó la existencia misma de procesos “internos”, es decir, aún las 
posturas conductistas asumen que existen procesos inobservables que 
ya existen y que una comunidad verbal es la que enseña a referir. 
Ejemplos de esto son: el dolor, la molestia, la tristeza; que se supone un 
individuo ya posee y una comunidad verbal enseña a dar el nombre 
adecuado. El mismo Skinner dedica en su obra algunos capítulos para 
explicar el “mundo debajo de la piel”, lo cual significa, que existe este 
mundo previo que habrá que aprender acomunicar; y el problema no 
consiste en aceptar la existencia de procesos tales como la memoria, là 
imaginación, la emoción o el pensamiento, sino que el problema 
consiste en la manera cómo se abordan, es decir, en considerar que 
existen de manera previa a su referenciación. Ribes ha propuesto una 
forma de desmitificación de estos términos, abordándolos desde la 
perspectiva del análisis del lenguaje ordinario (Se recomienda en 
 
 
 
Análisis Contingencial - 15 
 
especial su trabajo de 1990b). 
b) Causalidad 
A los problemas generados por el dualismo hay que agregar 
limitaciones impuestas por la adopción del paradigma del reflejo como 
modelo para explicar el comportamiento. Lo primero que hay que 
señalar es que la carencia de un paradigma propio de la psicología ha 
impedido formular con precisión su objeto de estudio. Con Watson la 
conducta se definió como actividad del organismo, con Skinner se habla 
de la interacción entre la actividad del organismo y el ambiente, aunque 
el interés en la interacción como tal, se diluye al considerar como 
unidad de análisis a la tasa de respuestas. Estas definiciones, al 
enfocarse en lo que la persona hace, han llevado a confundir el 
comportamiento con reactividad biológica; es decir, a creer que todo lo 
que hacen los organismos es conducta, respirar, moverse, y en esa medi-
da Se han generado problemas que van desde una caracterización 
dicotòmica (p. ej. interno-externo), hasta la falta total de delimitación 
del campo de eventos que debe cubrir la ciencia psicológica. La 
tendencia es el estudio reduccionista de comportamientos, ya sea 
adoptando conceptos y procedimientos o herramientas de otras dis-
ciplinas, ya pretendiendo reducir dimensiones sociales o biológicas a 
variables psicológicas. A este primer problema hay que agregar otros. 
El paradigma del reflejo concebido en el marco de la mecánica 
cartesiana concentra su atención en la explicación del movimiento, 
enfatizandolas relaciones lineales (lo que ocurre antes y lo que ocurre 
después, en una línea del tiempo), de contacto directo en tiempo y 
espacio. La explicación radica en describir relaciones de causa-efecto 
en la forma de movimientos antecedentes y movimientos consecuentes. 
En psicología, la conducta se concibe en términos de causas y efectos 
en una relación contigua en tiempo y espacio. Las respuestas se han 
considerado como las variables dependientes que deben ser descritas 
como función de las variables independientes que son los estímulos. 
En su conformación histórica nuestra disciplina se ha 
caracterizado por la búsqueda de estas relaciones causales. Las distintas 
 
 
UN ANÁLISIS DE LA TECNOLOGÍA CONDUCTUAL 
 
Ma. De Lourdes Rodriguez Campuzano - 16 
 
teorías del aprendizaje -incluyendo aquellas que postulan variables de 
tipo mediacional- y aún la propia teoría de Skinner, han estado 
dominadas por este concepto. Y es que aún cuando Skinner propone el 
concepto de análisis funcional como modo de explicación para la 
conducta, retoma la lógica de la causalidad lineal en tanto propone 
relaciones de contacto y asigna el peso explicativo a un elemento de la 
relación (la variable independiente y más específicamente el estímulo 
reforzador), que siempre se presenta en sucesión temporal. 
Igualmente hay que agregar que la lógica del reflejo excluye aspectos 
importantes en el análisis del comportamiento. Dado que el interés se 
centra en estas relaciones puntuales causa-efecto, se excluyen las varia-
bles contextúales y la historia, y por ende todas aquellas categorías que 
hacen referencia a tendencias o disposiciones y que no cumplen con la 
condición de ser eventos concretos, o más precisamente, ocurrencias 
(Ribes y López, 1985). Interesan las respuestas, que supuestamente 
deben definirse de manera que puedan ser observadas, contadas y 
medidas; y los estímulos que también se definen cómo eventos 
específicos, concretos, medibles. Obviamente, bajo esta lógica, ciertas 
características del lugar en el que ocurre una interacción, estados de 
ánimo, hábitos adquiridos en la historia individual, conocimientos, 
experiencias, etc., no tienen un lugar en el análisis, o bien se 
“operacionalizan” de modo tal que puedan entenderse, ya sea como 
estímulo ya como respuestas. A ello hay que sumar la inclusión de 
categorías de dudosa legitimidad como los diversos tipos de variables 
mediacionales (pensamientos o “procesos internos”) para explicar 
aquellos casos en los que no se establece un contacto contiguo entre 
estímulos y respuestas. De esta lógica general, se desprenden otras 
características: 
c) Atomismo 
La mecánica cartesiana describió el estado discontinuo de los cuerpos 
y sustancias. Al adoptar este paradigma, la psicología estudia el 
continuo conductual en términos de variables discretas, esto es, 
definiendo respuestas puntuales. Esto ha llevado a medir instancias 
 
 
 
Análisis Contingencial - 17 
 
puntuales del organismo y a considerar que conforme dichas 
instancias variaran en tiempo y en lo que respecta a sus propiedades 
cuantitativas (tasa), Se podían considerar representativas del continuo. 
La unidad de análisis recayó en la tasa de respuestas y la categoría 
central explicativa, en el estímulo reforzador. 
El interés por estudiar los efectos cuantitativos condujo a 
desarrollar procedimientos experimentales de análisis que hicieron 
énfasis en situaciones en las que sólo podía ocurrir una respuesta a la 
vez, en donde el espacio y el contexto no eran significativos, en donde 
podía controlarse la historia y en donde los cambios eran importantes 
solamente si podían ser cuantificables; reduciéndose así el campo de 
interacciones que podía abordarse desde la teoría (Ribes y López, 
1985). 
La discretización de la conducta, con el tiempo, también ha 
dado lugar al empleo impreciso y elástico de los conceptos. Así, 
conceptos definidos bajo esta lógica del movimiento como los 
conceptos de estímulo, respuesta o reforzador, se han extendido para 
abarcar eventos continuos, tendencias o estados orgánicos, en un afán 
de incluir todo aquello que el propio paradigma excluye lógicamente de 
su dominio empírico, y el problema radica en la asignación de eventos 
de otra categoría a la lógica del contacto entre variables. No se puede 
predicar lo mismo de un estado que de una respuesta, de un lugar que 
de un estímulo, de algo continuo que de algo discreto, y en este afán por 
incluir todos aquellos factores que componen una interacción, se 
emplean categorías referidas a variables para abarcar, por ejemplo, 
capacidades, valores y demandas sociales, entre otros, y no solamente 
eso, sino que el interés se mantiene en la medición de propiedades 
cuantificables de “estímulos” y “respuestas”, soslayando cambios 
cualitativos en la interacción dado que desde la óptica del reflejo no son 
significativos. 
 
d) Misma complejidad en los procesos 
Las diversas teorías del aprendizaje y de la motivación en general han 
postulado uno o dos procesos cuando más, para explicar todo tipo de 
comportamiento. En sus orígenes se recurría a procesos motivacionales 
 
 
UN ANÁLISIS DE LA TECNOLOGÍA CONDUCTUAL 
 
Ma. De Lourdes Rodriguez Campuzano - 18 
 
(o energéticos), y procesos de aprendizaje (o asociativos). En la teoría 
del condicionamiento se han postulado dos procesos: El respondiente y 
el operante. 
Ninguna teoría ha dado cuenta de distintos tipos de procesos de 
comportamiento. Todo tipo de conducta se explica de la misma manera. 
Esta falta de distinción entre niveles de comportamiento presupone que 
este mismo carece de una dinámica evolutiva y, por lo tanto, se asume 
la igualdad en términos de complejidad, no sólo entre diversas especies 
biológicas, sino en un mismo organismo a lo largo de su historia y en 
todo tipo de situación (Ribes y López, op. cit.) así, bajo esta lógica, 
comportamientos como leer, manejar un automóvil, detenerse ante un 
semáforo en rojo o componer una sinfonía, se entienden como operantes 
o respondientes, con el mismo grado de complejidad. 
Sin pretender ser exhaustivos en la descripción de los problemas 
implicados por el paradigma adoptado, hay que indicar que esta forma 
de concebir a la ciencia psicológica no ha permitido consolidar una 
teoría fundamentada en un paradigma propio que permita establecer y 
estudiar con precisión el campo de eventos significativos a su objeto de 
estudio, ha restringido las formas de indagación empírica y ha llevado 
a contradicciones y paradojas al relacionar los hallazgos experimentales 
con los principios postulados (Ribes y López, 1985).Ahora, como ya se 
señalaba, a pesar de las limitaciones de la teoría conductual, en un 
principio se tuvo interés por desarrollar una forma de aplicación de la 
disciplina; sin embargo, ello condujo a extrapolar directamente, tanto 
los conceptos como los principios postulados por la teoría, al igual que 
los procedimientos empleados en la investigación experimental. Así, si 
las categorías y principios teóricos tienen problemas por la lógica 
mecanicista con la que operan en el campo básico, menos permiten dar 
cuenta de la problemática vinculada al comportamiento humano en su 
ambiente natural. Las situaciones empleadas en la investigación básica, 
así como los procedimientos y hallazgos de las mismas, son restrictivos 
y no pueden hacerse análogas al tipo de situaciones en las que interactúa 
el ser humano. Además, hay que considerar el hecho de que tanto los 
objetivos como el modo de proceder de la ciencia y la tecnología son 
diferentes, y no puede llevarse a cabo un procedimiento de 
 
 
 
Análisis Contingencial - 19 
 
extrapolación directa (sobre este punto se hablará más adelante). 
La modificación de conducta y, en general, los diversos 
enfoques incluidos bajo el rubro de terapia conductual presentan un 
conjunto de problemas que sonresultado del tipo de teorías a las que se 
vinculan y de la extrapolación directa que de ellas han hecho, y por otro, 
de todo aquello que la propia práctica ha ido generando. Así, en el 
campo aplicado estas limitaciones se presentan como: 
Limitaciones en las aproximaciones terapéuticas 
 
a) Dualismo 
 
Se había hablado antes de lo que es el dualismo, la doble sustancia que 
compone al hombre. Igualmente se había señalado que el Conductismo 
pretendió erradicar el dualismo. Watson propuso que no fuera la 
conciencia el objeto de estudio de la psicología; declaró que la 
psicología debía encargarse de estudiar la conducta, a la que definió 
como acción observable del organismo; sin embargo, se mencionaba 
también que nunca dejó de creerse que había un mundo “inobservable” 
que existía como fenómeno psicológico previo a su referenciación. De 
esta manera, dado que la filosofía del Conductismo no pudo superar el 
dualismo a pesar de oponerse abiertamente a las posturas mentalistas, 
en el momento de pretender crear una tecnología aplicada, los 
problemas derivados de una concepción dualista se agudizaron. 
Siendo que el objetivo de la tecnología es incidir en la 
transformación de la realidad, y en el caso de la psicología, en el cambio 
del comportamiento, se tornan relevantes ciertos aspectos: el lenguaje, 
los Valores, las emociones. Las estrategias para enfrentarse a la 
complejidad del comportamiento humano dentro de un ambiente social, 
se relacionaron, como ya se había indicado, con la elaboración de 
modelos de evaluación, que en principio se derivaron de las diversas 
teorías del aprendizaje y especialmente de los modelos de 
condicionamiento. Se propusieron modelos como el S-R, en donde lo 
relevante es la relación entre el estímulo antecedente y la respuesta; el 
S-R-C, en el que se considera que los problemas humanos deben 
analizarse en términos de estímulos antecedentes, respuestas y 
 
 
UN ANÁLISIS DE LA TECNOLOGÍA CONDUCTUAL 
 
Ma. De Lourdes Rodriguez Campuzano - 20 
 
consecuencias; el S-O- R-C, que además de lo anterior incluye la 
variable !0’ que denota a una variable mediadora entre el estímulo 
antecedente y la respuesta, o el S-O-R-K-C que incluye en la ‘K’ la 
relación de contingencia (en este caso de contigüidad) entre las distintas 
variables. De cualquier manera, éstas y otras modalidades que se fueron 
planteando, reflejan modelos cada vez más desvinculados de la ciencia 
básica, hasta llegar a la propuesta de modelos multimodales, claramente 
ajenos al conocimiento básico. . 
Así, se empezaron a considerar aspectos característicos de la 
conducta humana tales como los sentimientos, los recuerdos, la 
imaginación, el pensamiento, las capacidades, y los estados de ánimo, 
por mencionar algunos, partiendo de dos premisas falsas: a) como si 
fueran ocurrencias, es decir, variables discretas, y b) adjudicándoles la 
categoría de observabilidad-inobservabilidad. Dado que estos aspectos 
se consideran “inobservables” se han estudiado como respuestas 
encubiertas, o dependiendo del modelo de evaluación que se use, como 
estímulos encubiertos que tienen una relación causal con respuestas 
“observables”. Hay que aclarar que términos tales como: sentimientos, 
recuerdos, imaginación o pensamiento, se han tomado del lenguaje 
ordinario y en este lenguaje, por un lado, no se refieren necesariamente 
a un proceso y, por otro, no tienen una definición precisa. En el lenguaje 
ordinario estos términos adquieren sentido según el contexto en el que 
se emplean y pueden referirse a cosas distintas. Por ejemplo, cuando la 
gente habla de recordar, se puede referir a saber, aunque también por 
ejemplo, a comportarse como si estuviera en una situación distinta. Lo 
mismo pasaría con imaginar: alguien, al ver a un niño disfrazado de 
soldado y disparando con un dedo, podría decir que el niño imagina que 
tiene una pistola; mientras que una adolescente puede referir que ya se 
imagina cómo le va a ir en su casa cuando sepan que reprobó 
matemáticas, en este caso, obviamente se emplea el término de un modo 
distinto que en el ejemplo anterior. La adolescente refiere (por ex-
periencia) la probabilidad de enfrentar consecuencias aversivas para su 
comportamiento. Un análisis del lenguaje ordinario y su adopción 
errónea en psicología, se puede encontrar en Ribes (1990,b) y en Ryle 
(1949). 
 
 
 
Análisis Contingencial - 21 
 
Con los ejemplos anteriores solamente se pretende ilustrar que 
cuando en psicología se emplea el término “inobservable”, por un lado 
se reafirma la idea del fantasma en la máquina, del mundo inaccesible 
que da cuenta del comportamiento. Aquí cabe recordar que la conducta 
se refiere a una relación y toda relación es, en principio, una 
abstracción, por lo tanto, como un concepto de relación no se le puede 
adjetivar como “observable” o “inobservable ”, “interna” o “externa”. 
Pensemos, por ejemplo, en frases como relación económica, o relación 
de poder; al emplear estos términos no se alude a ocurrencias que se 
observan, sino a abstracciones que tienen referentes empíricos. Se 
puede observar a un hombre extendiendo un billete y a otro entregando 
un paquete, al hablar de que el primero está comprando o de que ambos 
sostienen una relación comercial, se está haciendo una abstracción. Uno 
de los riesgos de adjetivar las relaciones como si fueran “observables” 
o “externas”, es justamente olvidarse de que lo que se estudia son 
interacciones, para intentar reducir el comportamiento a respuestas. Lo 
que se aborda como emoción, pensamiento, o imaginación, no son 
conductas, como tampoco necesariamente procesos, son o forman parte 
de alguna interacción y muchas veces aluden, no a variables discretas u 
ocurrencias, sino a tendencias o estados y por supuesto, las tendencias 
o estados no son observables, como tampoco puede serlo la conducta 
(Ryle, 1949; Ribes, 1990b). Por último, es importante desmitificar las 
morfologías de conducta, esto es, las formas en las que un individuo se 
relaciona con su ambiente. Un individuo puede comportarse de manera 
aparente a otros, por ejemplo, cuando dice algo a alguien; o de manera 
no aparente cuando se lo dice a sí mismo. Lo aparente o no aparente de 
su comportamiento no implica que se presenten funciones diferentes. 
Alguien puede leer en forma aparente a otros o puede hacerlo de manera 
silente (para sí mismo), en ambos casos el proceso de comportamiento 
implicado es el mismo. El poder comportarse de manera no aparente es 
algo que surge después de saber hacerlo de forma aparente. Un niño 
aprende a leer en voz alta antes de poder hacerlo en silencio. De hecho, 
hacer algo en silencio implica haber aprendido a hacerlo en voz alta. 
Esta característica de la forma en que se responde (morfología), no hace 
que ello sea causal de otro comportamiento, o que implique una mayor 
 
 
UN ANÁLISIS DE LA TECNOLOGÍA CONDUCTUAL 
 
Ma. De Lourdes Rodriguez Campuzano - 22 
 
complejidad. Tanto el leer en silencio como el hacerlo en voz alta, se 
pueden explicar con base en las mismas razones. Comportarse de 
manera no aparente puede resultar conveniente y útil en ciertas 
circunstancias, pero no es ninguna manifestación de un mundo interno 
rico en complejidad (Ryle, 1949). 
El término ‘cognición’ adoptado por la terapia conductual 
ilustra el error lógico del dualismo. Esta categoría es lo suficientemente 
elástica para designar estados, condiciones, valores, ideologías, 
motivos y todo aquello a lo que erróneamente se le asigna la categoría 
de variable inobservable. Todo lo anterior, lo que no puede ser 
explicado como variable, se designa con un solo rótulo: cognición, 
como si la tristeza, el teorizar con respecto a algo, el creer en algo o el 
darse instrucciones a sí mismo, se refirieran a lo mismo. No obstante 
este primer error, se pretende además convertir al propio comporta-
miento en causaldel “comportamiento externo” u “observable”. Esta 
lógica da lugar a que se construyan “teorías” como las cibernéticas, en 
donde se adopta la metáfora de las computadoras como modelo 
explicativo del comportamiento, para posteriormente olvidar que se 
trataba solamente de una metáfora. En algunos modelos de evaluación 
o terapéuticos, el término ‘cognición’ se ha convertido en la categoría 
central explicativa de todo tipo de comportamiento. Nuevamente se cae 
en un error categorial al postular un mundo “interno” que se sugiere 
mucho más rico y complejo, y que sirve para “dar cuenta” del 
comportamiento “externo”, aunque bajo una máscara de cientificidad 
en tanto que se estudia en términos de variables y se relaciona con el 
ambiente. A ello hay que agregar que los términos de externo o interno 
son aplicables a aquello que tiene una ubicación espacial y siempre con 
referencia a algo. No son términos que puedan aplicarse a interacciones, 
aunque tampoco a respuestas. 
 
b) Causalidad 
El paradigma del reflejo, como se había mencionado, concentra su 
atención en la explicación del movimiento, enfatizando las relaciones 
de contacto contiguo en tiempo y espacio. Explicar es entonces, 
describir relaciones causa-efecto en la forma de movimientos 
 
 
 
Análisis Contingencial - 23 
 
antecedentes y movimientos consecuentes. 
En el campo aplicado esta lógica ha llevado a que se confunda 
lo que es la contigüidad, relación cercana en tiempo, con contingencia 
-entendida como condicionalidad- y, por ende, a que el análisis se limite 
a la identificación de “variables” que anteceden y suceden a una 
respuesta, considerando que éstas son las relevantes. Además, el 
comportamiento se explica en función de uno de los componentes de la 
relación. Por ejemplo, aquellos que emplean un modelo S-R otorgan el 
peso explicativo al estímulo antecedente. Los que siguen modelos como 
el S-O-R-C atribuyen el peso explicativo del comportamiento al 
estímulo reforzador y ello les permite explicar conductas que van desde 
los berrinches de un niño hasta comportamientos complejos como el 
delinquir, el fumar, la preferencia sexual, etcétera. Aquellos que se 
inclinan por los modelos cognitivos consideran que la cognición explica 
el contacto entre el sujeto y su mundo, y a partir de ello proponen 
modelos “explicativos” como el constructivismo o la terapia racional 
emotiva, que se considera, tanto un modelo cognitivo como un modelo 
terapéutico. 
c) Atomismo 
En la ciencia básica el interés por hacer discreto el continuo conductual 
llevó a medir instancias puntuales del organismo y del ambiente, a 
eliminar aquellos eventos que no se ajustaban a este modelo de 
acontecimientos que se repiten en tiempos relativamente cortos y que 
por lo tanto no eran discretizables, y a considerar que los cambios 
ocurridos en una interacción solamente eran significativos si eran 
cuantificables. Esta lógica atomista ha repercutido en el trabajo 
aplicado. 
La discretización de los elementos que conforman la interacción 
ha obligado a que en el campo aplicado, al enfrentarse a conductas 
complejas, los conceptos derivados de los modelos teóricos se hayan 
extendido de tal modo que se han vuelto inútiles al perder su precisión. 
Schoenfeld (1983) ha señalado que conceptos tales como el de 
‘respuesta’ o ‘reforzador’ se han llegado a aplicar a eventos que 
 
 
UN ANÁLISIS DE LA TECNOLOGÍA CONDUCTUAL 
 
Ma. De Lourdes Rodriguez Campuzano - 24 
 
trascienden totalmente las propiedades características de dichas 
categorías. Problemas que deben analizarse considerando una serie de 
variables contextúales -factores que no son ocurrencias- se estudian 
bajo categorías que resultan sumamente restrictivas y que fueron 
planteadas para referirse a eventos discretos, representativos y pun-
tuales en el tiempo. Los diversos modelos de evaluación aplican 
categorías discretas como la de ‘respuesta’ a eventos que hacen 
referencia a tendencias, estados, lugares y condiciones, y así analizan, 
desde condiciones biológicas hasta prácticas culturales. Conceptos 
como el de ‘estímulo’ se aplican con igual imprecisión para designar 
desde un objeto físico hasta normas institucionales. El concepto de 
‘reforzador’ que en la ciencia básica se definió a través de una operación 
y su efecto, se emplea en el campo aplicado, violentando su uso, para 
designar a aquellos ‘estímulos’ que siguen en tiempo a una ‘respuesta’; 
sin una evaluación del posible aumento en la probabilidad de emisión 
de una respuesta particular como efecto de la presentación contingente 
de un estímulo. Se atribuyen propiedades reforzantes a aquellos 
estímulos que el ‘sentido común’ o la contigüidad en tiempo lo 
sugieren. En el caso de que no existan tales estímulos se postulan 
conceptos como ‘autorreforzante’ para algunas conductas (comer, por 
ejemplo), o se buscan tales ‘estímulos’ en el propio organismo (la 
nicotina como categoría explicativa psicológica del fumar). Lo que en 
la investigación básica se constituyó en una unidad de análisis -la tasa 
de respuestas-, en el campo aplicado se traduce en un interés por 
cuantificar la frecuencia de algunas conductas, aunque también en el 
interés por cuantificar una serie de aspectos que no son cuantificables 
como los valores, motivos o sentimientos. Así se construyen escalas 
subjetivas de ansiedad, instrumentos para cuantificar asertividad o 
satisfacción sexual, entre otros. Los cambios cualitativos no se 
consideran significativos porque no son ‘científicos’ desde el momento 
en que no son cuantificables. 
Una repercusión importante del análisis atomista, como se ha 
estado señalando, es la exclusión de categorías para designar 
tendencias, disposiciones o contextos. El análisis del comportamiento 
humano en el campo aplicado resulta reduccionista, esto es, se aplican 
 
 
 
Análisis Contingencial - 25 
 
las categorías propias de un nivel más simple de comportamiento, para 
dar cuenta de otro grado de complejidad que las rebasa. No existen 
categorías que permitan evaluar la historia del comportamiento del 
sujeto. Los datos históricos que se recopilan acerca de una persona no 
tienen un lugar conceptual real dentro de ningún análisis. Otros 
elementos como las tendencias, los gustos o las preferencias, se ex-
cluyen del análisis del comportamiento o se analizan erróneamente 
como variables. El estudio del contexto en el que se da una interacción 
se iguala a la identificación de estímulos antecedentes, dejando de lado 
eventos disposicionales o situacionales que son fundamentales en la 
comprensión del comportamiento. Estos elementos pueden estudiarse 
si se cuenta, en principio, con categorías que los contemplen. 
Justamente el sistema que se describirá posteriormente tiene como una 
dimensión básica de análisis a la función disposicional. 
d) Misma complejidad en los procesos 
En el campo aplicado en realidad no existe un interés genuino en 
comprender los procesos psicológicos involucrados en algún 
comportamiento, sino que el interés se centra en la transformación del 
mismo. De cualquier manera las explicaciones que se dan en el campo 
aplicado responden a 
alguna postura, ya sea teórica, ya sea de conocimiento generado por la 
propia práctica, y tales explicaciones reflejan las limitaciones propias 
de la aproximación adoptada. En el caso de la terapia conductual, las 
explicaciones para cualquier comportamiento se vinculan con ubicar un 
“problema” como un proceso respondiente o como uno operante. De 
igual manera, los que manejan las posturas cognitivas, no distinguen 
procesos más simples de otros más complejos. En general, de acuerdo 
al enfoque, se analiza cualquier comportamiento identificándolo como 
un solo tipo de proceso. 
Con variantes mínimas, el trabajo aplicado sigue una lógica de 
causalidad lineal: la atomización de los eventos que componen una 
interacción, la ausencia

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