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2 De esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, no puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna ni por ningún medio, ya sea eléctrico, químico, mecánico, óptico, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo del editor. La Biblia de franquicias ©2019, Fernando López de Castilla © 2019, Editorial Planeta Perú S.A. Bajo su sello Editorial Paidós Av. Juan de Aliaga 425, of. 704 - Magdalena del Mar. Lima-Perú www.planetadelibros.com.pe Primera edición digital: agosto 2019 ISBN: 978-612-4404-09-2 Libro electrónico disponible en www.libranda.com 3 A mi esposa y socia, a mi familia, a mi equipo y a mis maestros, por confiar en mí. Y a todos aquellos que buscan oportunidades capaces de cambiar el mundo. 4 ÍNDICE Mi «por qué» Sobre este libro Todo empezó en un concurso de ortografía Capítulo 1. BIENVENIDO AL MUNDO DE LAS FRANQUICIAS Introducción Orígenes de la franquicia como modelo de negocio Nacen las franquicias Importancia de las franquicias en el mundo de hoy Principales rubros de franquicias en el mundo Ciclo de vida de la franquicia El boom gastronómico peruano y la oportunidad latinoamericana La franquicia marca país La franquicia social Capítulo 2. ¿QUÉ ES EL SISTEMA DE FRANQUICIA? Introducción ¿Qué es y qué no es una franquicia? Elementos básicos de una franquicia Tipos de franquicia Formatos de franquicia Capítulo 3. ¿DÓNDE ESTOY Y DÓNDE QUIERO ESTAR? 5 Introducción Los primeros pasos ¿Por qué apostar por el sistema de franquicia? ¿Por dónde empezar? Cuando los grandes fueron pequeños Capítulo 4. ¿CÓMO CONVERTIR TU NEGOCIO EN UNA FRANQUICIA PROFESIONAL? Introducción ¿Es tu negocio franquiciable? Construyendo una franquicia de clase mundial Modelamiento estratégico y económico Desarrollo de manuales operacionales Estructuración del marco legal Desarrollo del plan de expansión ¿Qué es la calidad en una franquicia? Capítulo 5. ¿CÓMO ESCOGER Y COMPRAR TU FRANQUICIA IDEAL? Introducción ¿Cómo escoger una franquicia profesional? ¿Listo para invertir? El proceso de compra-venta ¿A qué formas de financiamiento puedo recurrir? Capítulo 6. ¿CÓMO INTERNACIONALIZAR TU FRANQUICIA? Introducción Estrategias de expansión Sistemas que saben crecer Negociando el éxito Adaptación a nuevos mercados Fusiones y adquisiciones GLOSARIO 6 Les voy a ofrecer algo tan preciado como el oro. ¿Y saben qué es eso? ¿Alguien? ¿Alguien? Oportunidad. Es oportunidad. Oportunidad. La oportunidad para avanzar, para moverse hacia adelante, para ascender, para avanzar… Para tener éxito. Para ganar. Para dar un paso adelante. El cielo es el límite. Ray Kroc Mi «por qué» Por décadas, la franquicia nos ha cautivado. Icónicas marcas han despertado lealtades en nosotros como consumidores y fantasías como individuos. Desde famosas cadenas de comida y moda rápidas hasta servicios globales de corretaje inmobiliario, limpieza de alfombras y masajes, las franquicias operan bajo un misticismo que despierta pasiones y controversias por igual. Pocos, sin embargo, conocen el sistema de franquicia, de complejos elementos y aún más complejas dinámicas, capaz no solo de reinventar un negocio y el futuro del mismo, sino incluso nuestros hábitos de consumo. Quizá resulte sorprendente, pero la franquicia ha reinventado nuestra forma de pensar y de vivir debido a que se trata del modelo de expansión de negocios más exitoso de todos los tiempos, al ser la creadora de algunas de las más famosas marcas globales de alimentos y bebidas, comercio minorista y servicios. Quizá la marca en la que uno piensa cuando habla de franquicia sea la de la gran M, el payaso y la Cajita Feliz, pero no todo comenzó con una hamburguesa. El sistema de franquicia es un método de ordenamiento creado por el hombre para vencer las limitaciones de su entorno y sus propias limitaciones. Hasta ahora, el sistema ha funcionado bastante bien. Y, sin embargo, la velocidad con la que el mundo cambia 7 supone un reto para establecer nuevas dinámicas que hagan posible nuestro éxito sustentable y el de las generaciones por venir. ¿Acaso estamos preparados para hacer que las franquicias evolucionen? Con este libro quise ir más allá de la teoría del sistema y de la realidad del sector en la región, y el resultado es una compilación, sin precedentes, de las estrategias, dinámicas y mecanismos que he logrado conocer a través de los años como artífice de miles de desarrollos y negociaciones de franquicias a lo largo y ancho de Latinoamérica, Norteamérica, Europa, el Medio Oriente y Asia junto a un extraordinario grupo de profesionales y amigos, del cual nunca dejo de aprender. Las fórmulas y vivencias presentadas en este volumen revelan al sector franquicia latinoamericano no solo como es, sino como podría ser; y expone los secretos del éxito de sus protagonistas sin censura, y de una manera cercana y práctica, por primera vez en la historia de la industria. Sobre este libro Este es un texto educativo pensado para todo tipo de lector. El objetivo de reunir este conocimiento es transmitirlo para que las nuevas generaciones reinventen las reglas del juego a través de la lectura de los 6 capítulos que lo conforman. El primer capítulo te da la bienvenida a mi mundo, el mundo de las franquicias: desde sus orígenes hasta lo que es el sistema hoy en día; pero también brinda una visión de lo que será el día de mañana, con el boom gastronómico peruano, la oportunidad latinoamericana y las nuevas corrientes de pensamiento, como lo son la franquicia social y la franquicia marca país. Mi amigo Aziz Hashim, ex Chairman de la IFA y Managing Partner de NRD Capital, presenta esta sección. El segundo capítulo nos sumerge a lo más profundo del mundo de las franquicias, exponiendo en un lenguaje cercano los elementos, tipos y formatos de este maravilloso sistema. Sin embargo, no se trata de un texto meramente descriptivo o académico, pues las dinámicas de estos elementos, tipos y formatos son analizadas exhaustivamente sobre la base de casos reales y tomando como principal fuente mi experiencia en esta veloz industria global que nunca deja de sorprendernos. Mi amigo y socio Dave Hood, presidente de iFranchise Group, participa en este capítulo. 8 El tercer capítulo marca el punto de quiebre de este sistema para responder a la pregunta ¿dónde estamos hoy? Pero, más importante incluso, ¿dónde queremos estar mañana? En este apartado proporciono las herramientas que necesitarás en esta encrucijada para seguir formándote como franquiciante o franquiciado, o para que empieces a hacerlo. Para este fin, analizamos casos de los más exitosos franquiciantes globales, así como también de franquiciantes y franquiciados regionales. Mi amigo y cliente Bernardo Roca-Rey, presidente de Sociedad Peruana de Gastronomía (Apega) y miembro del directorio del Grupo El Comercio, participa en este capítulo. El cuarto capítulo te lleva por el camino del franquiciante, pero no solo a través de la teoría y el análisis. Aquí conocerás, paso a paso, la metodología necesaria para que aprendas cómo desarrollar un sistema de franquicia de clase mundial. ¿Te interesan los temas estratégicos? ¿Económicos? ¿Operacionales? ¿Legales? ¿Comerciales? Aprende cómo construir una marca global y una franquicia profesional. Mi socia y esposa Sandra Carrillo, CEO del Grupo Nexo Franquicia, participa en este capítulo. Como no hay quinto malo, en este capítulo recorrerás el camino del franquiciado revisando cómo escoger, negociar y financiar una franquicia profesional; y también desenmarañando las complejidades de la industria y los tecnicismos financieros claves para una compra exitosa. El proceso de compra-venta de una franquicia debe ser divertido y, sobre todo, inteligente. Mi amigo y socio Ned Levitt, Partner de Dickinson Wright, da el play de honor en este capítulo. El sexto capítulo nos introducirá a un tema fascinante, pero aún poco explorado: la internacionalización. Desde estrategias de expansión y de negociación hasta adaptación a nuevos mercados, el texto es unaguía para la conquista mundial. Además, se presenta un tema que ya coexiste con nuestra industria, aunque es aún incipiente en América Latina: el mundo del private equity y el venture capital. Mi amigo y mentor Pinkas Flint, abogado principal del Estudio Flint y Senior Counsel del Grupo Nexo Franquicia, abre este capítulo, con el cual podrás considerarte un verdadero hombre o una verdadera mujer de franquicia. Finalmente, tienes a tu disposición un glosario de términos clave desarrollado de manera práctica, evadiendo tecnicismos innecesarios que solo complican nuestras vidas y nos alejan del entendimiento y la pasión que toda empresa debe tener como combustible. Mi amigo y socio Mariano Alonso, socio director general de mundoFranquicia, participa en este apartado. Espero que disfrutes cada uno de estos 9 temas, su estructura, su enfoque y todas las voces que han hecho posible esta obra sin precedentes que te ayudará a avanzar a paso firme en el camino hacia el éxito. Todo empezó en un concurso de ortografía Conocí a Sandra Carrillo, mi esposa, en un concurso interescolar de ortografía en el año 1993. Ambos habíamos sido seleccionados para representar a nuestros colegios en dicho evento, el cual giraba en torno a la obra Platero y yo, del poeta español Juan Ramón Jiménez. Mientras Sandra y los niños más extrovertidos se divertían, yo me concentré en una sola cosa: ganar; cosa que hice, obteniendo el primer puesto del concurso. Sandra obtuvo el segundo puesto. No lo sabíamos entonces, pero veinticuatro años más tarde nos convertiríamos en marido y mujer. Pero nuestra sociedad y complicidad iría más allá de lo marital, y es por ello que, en 2011, fundamos el Grupo Nexo Franquicia, la firma número uno en consultoría y comercialización internacional de franquicias en Latinoamérica. Formar parte del Grupo Nexo Franquicia, principal promotor del sistema de franquicia en la región, ha sido para mí una extraordinaria fuente de conocimientos y aprendizaje. Por ello, me siento en la obligación de transmitir los fundamentos y las enseñanzas obtenidas a lo largo del camino que he recorrido, el cual que me ha confirmado que la franquicia es un exitoso sistema de negocio. Esta obra es el resultado del trabajo, esfuerzo y, sobre todo, la pasión de muchas personas comprometidas con esta actividad. Espero que disfrutes con cada una de sus páginas y confío en que te motive a reinventarte y trascender en el mundo de las franquicias, ya seas un entusiasta emprendedor, un gran empresario, un experimentado ejecutivo, un dedicado funcionario o, sencillamente, alguien que trabaja y que sueña en grande, como Sandra y yo lo hacemos cada día. Fernando López de Castilla Elías, CFE Founding Partner, Grupo Nexo Franquicia 10 CAPÍTULO 1 11 BIENVENIDO AL MUNDO DE LAS FRANQUICIAS Tan solo hay tres grupos de personas: los que hacen que las cosas pasen, los que miran las cosas que pasan y los que preguntan qué pasó. Nicholas Murray Butler Prólogo Una de las distinciones clave de la especie humana es nuestra capacidad de aprender y aplicar esos aprendizajes para mejorar nuestra vida, entorno y mundo interior. En el mundo académico, los aprendizajes se transmiten a través de escuelas, libros, bibliotecas y, ahora, medios electrónicos. La gente comparte sus conocimientos con el objetivo de mejorar la calidad de vida de todos. En los negocios, sin embargo, el compartir se considera generalmente como una amenaza competitiva. Un negocio exitoso sería muy reacio a compartir sus secretos por temor a perder su ventaja y, por lo tanto, tradicionalmente, el conocimiento de los negocios se encuentra estrechamente vigilado. Hace unos 50 años, la franquicia surgió para permitir la transferencia del éxito empresarial en una forma que beneficie a todas las partes. En resumidas cuentas, la franquicia no es más que escalar un buen modelo de negocio (marca) de tal manera que el propietario del conocimiento de negocio (franquiciante) otorgue el uso de ese conocimiento a otros (franquiciados) a través de un acuerdo (contrato de franquicia) y cobrando un honorario por el uso de ese saber (regalía). Esta simple fórmula, el sistema de franquicia, ha permitido que cientos de miles de personas «se acoplen» al negocio exitoso de su elección, ya sea en la categoría de alimentos, servicios, fitness, educación o docenas de sectores más, y se conviertan en propietarios de negocios sin tener que correr el riesgo de crear uno propio. En el mundo de las franquicias, tenemos un dicho: Be in business for yourself but not by yourself («Entra al negocio por ti mismo, pero no permanezcas solo»). El franquiciante tiene la responsabilidad permanente de desarrollar y mejorar el modelo de negocio, y ofrecer a sus franquiciados una visión continua, educación y 12 apoyo. Los franquiciados tienen una obligación con la marca: seguir los lineamientos del franquiciante y mantener el sistema consistente para todos los clientes, independientemente de la ubicación que estos visiten. En mi opinión, la creación del modelo de negocio de la franquicia es, sin duda, uno de los avances más importantes en la historia de la empresa moderna. Este ha permitido compartir modelos de negocio exitosos en casi 200 sectores y ha generado la independencia financiera para millones de personas que, de otra manera, no habrían podido estar en el negocio por sí mismas. La franquicia ha sido una experiencia transformadora que ha cambiado mi vida y la de mi familia, y espero que también lo sea para ti. Aziz Hashim Former Chairman, International Franchise Association Managing Partner, NRD Capital Introducción Vivimos tiempos fascinantes. Somos testigos de un momento sin precedentes en la historia: marcas que se globalizan, tecnologías de la información que definen hábitos de consumo y nuevas generaciones que los reinventan. Esto, al tiempo que el autoempleo se consolida como una fórmula de autorrealización y el emprendedor se erige como el epítome darwiniano del héroe moderno. Es en esta realidad que el sistema de franquicia, como modelo de desarrollo, gestión y expansión de negocios, surge no solo como una atractiva posibilidad, sino como una imperante e inevitable evolución en la manera en cómo el ser humano produce y comercializa productos y servicios, y también en cómo se impulsa el emprendimiento. En una interesante dinámica, la franquicia impacta en el mercado y el mercado, a su vez, impacta en la franquicia, logrando que mute de un rol expansivo a uno inclusivo al ofrecer una solución, más que un modelo. La franquicia no solo conecta franquiciantes y franquiciados, o marcas con consumidores y proveedores; vincula también al espíritu humano con la necesidad de 13 trascender a través de ideas que reinventan constantemente nuestra manera de vivir. La franquicia, como modelo, va mucho más allá de unos cientos de marcas estadounidenses de fast food y de populares rankings en revistas. Hablo de una trillonaria industria que engloba cientos de rubros de negocio, y de un motor económico que genera millones de empleos y billones de dólares en tributos a nivel global. Desde mi perspectiva, la franquicia viene a ser el puente entre el pasado y el futuro de la humanidad. En este sentido, comprender los sucesos y adaptarse a ellos es estar un paso adelante y establecerse en la modernidad; pero anticipar las tendencias y provocar estos sucesos, es elevarse por encima del camino y crear el futuro. Hay quienes encuentran placer en «soñar», pero, si estás leyendo este libro, es porque perteneces al grupo de los que encuentran placer en «hacer». Y una de las mayores responsabilidades que tenemos los «hacedores» es la de despejar el camino de obstáculos como el desconocimiento y las falsas creencias, brindando en su lugar información valiosa para aquellos que siguen la misma ruta. El sistema de franquicia se consolida no solo como un mecanismo de crecimiento, sino, incluso, de supervivencia, al ser capaz, como bien dice Aziz, de transmitir el éxito. Este nos define como razay se erige, sin duda alguna, como el punto de encuentro por excelencia entre el emprendedor y la oportunidad. Orígenes de la franquicia como modelo de negocio Para tener una visión completa de los orígenes de la franquicia, debemos antes remontarnos a los orígenes de la «empresa». Ciertamente, el trabajo organizado y dirigido data de los inicios de la humanidad misma; sin embargo, se puede hablar también de algunas etapas más recientes para analizar lo que define a la empresa como la conocemos hoy. Existe una etapa artesanal de la empresa, basada en la mano de obra no calificada y en un sistema comercial local. Con la Primera Revolución Industrial, en la Inglaterra de fines de siglo XVIII, se sistematizan los procesos, aumentando la producción gracias a la máquina de vapor, las vías férreas y el telégrafo eléctrico, sustituyendo así la actividad muscular humana por enorme maquinaria. Un siglo después, el historiador económico Alfred D. Chandler definiría conceptualmente el inicio de la empresa moderna. Luego de 14 la fábrica de alfileres de Adam Smith y la concentración del capital de Karl Marx, alrededor del año 1900 se dio la Segunda Revolución Industrial. Con el acero y la electricidad, aparecen los automóviles, los aviones y el teléfono, y se consigue hacer que el mundo se convierta en un lugar «cada vez más pequeño». El capitalismo industrial se ve desplazado por el capitalismo financiero y aparecen los grandes bancos mientras los mercados se amplían, con lo cual las empresas exitosas crecen a ritmos vertiginosos. Esta fue la era de los primeros gigantes de la industria norteamericana, como Vanderbilt, Rockefeller, Carnegie, Morgan y Ford. En la etapa situada entre las guerras mundiales, la tecnología y la organización disparan el desarrollo empresarial, tal como sucede a la comunicación con la radio y la televisión. En 1929 la Gran Depresión entra en escena en los Estados Unidos, y tras la Segunda Guerra Mundial, los estadounidenses promueven a los zaibatsu japoneses para frenar el comunismo en Asia. El mundo se vuelve aún más complejo y la empresa multiplica su influencia en todo el orbe. Ya por la década de 1980 se marca una clara separación entre los países desarrollados y los subdesarrollados. El choque de culturas genera incertidumbre, con diatribas culturales, reacciones de mercado y acciones de competencia cada vez menos convencionales. A partir de los años noventa del siglo XX, la tecnología alcanza niveles insospechados y el internet empieza a democratizar las comunicaciones y la información. Comienza la llamada era digital. Hoy la globalización y sus alcances llegan incluso más allá de nuestra imaginación, para algunos como una amenaza y como una gran oportunidad para otros, como sucede en el caso de las fintech y los nativos digitales. La historia nos muestra el camino y los seres humanos evolucionamos con ella, reinventándonos y reinventando nuestros hábitos de consumo, siendo cómplices del auge y caída de las grandes marcas que definen nuestro mundo y nuestra posición en él. Las más grandes civilizaciones —como la griega, la romana o la inca— no debieron su expansión y poderío solo a la destreza de sus guerreros, así como las más antiguas religiones —el budismo, el judaísmo o el cristianismo— no debieron su trascendencia a la imputabilidad de sus dogmas. El éxito de todas ellas, esa ventaja diferencial y competitiva, radica sobre todo en la trasmisión del conocimiento, en algunos casos mediante complejas redes y mecanismos. 15 Nacen las franquicias La cultura popular atribuye a la cadena de hamburgueserías McDonald’s la invención del sistema de franquicia. Y, si bien esta icónica marca de fast food estadounidense jugó un rol vital en la industria, fue nada menos que en la antigua China en donde nació este mecanismo. La historia da testimonio de la creatividad de los chinos, quienes concibieron la franquicia como una solución al sistema de distribución de pescado fresco a través del vasto territorio del Imperio en carretas repletas de arroz, para asegurar la conservación de la preciada mercancía. Posteriormente, las coronas europeas adoptaron esta práctica para controlar sus tierras, explorar nuevos territorios y extender sus conquistas alrededor del mundo. Hay quienes aseguran que habrían sido las órdenes religioso-militares, en particular la Orden del Temple, las que perfeccionaron las dinámicas del sistema debido a que tuvieron establecimientos en muchas ciudades estratégicas, utilizando letras de cambio y comercializando en sus propias sucursales como centros neurálgicos. Por ello, es posible que fueran los legendarios caballeros templarios quienes perfeccionaron esta idea con mecanismos que aseguraban la implementación y defensa de una estructura y organización en cualquier lugar del mundo. ¿Y por qué el nombre «franquicia»? Existen varias hipótesis acerca de su origen etimológico. A través de los siglos, el Camino de Santiago ha sido la ruta que recorren los peregrinos del mundo como lugar de encuentro espiritual, símbolo de fraternidad y conciencia. En Francia surgieron entonces, a lo largo de este camino, agrupaciones favorecidas con privilegios especiales llamadas «franquicias». Esto debido a que el gentilicio germánico «franco», propio de los conquistadores de Galia, se había popularizado ya como sinónimo de libre, exento y noble. Otra hipótesis nos remite a la Edad Media, tiempo en el que un soberano podía otorgar privilegios a sus súbditos mediante «cartas francas», en francés charte octroyée, gracias a las cuales estos súbditos podían realizar actividades como la pesca y la caza en determinadas zonas del reino, restringidas para otros. A dichas autorizaciones se les llamaba franc. El origen de la franquicia moderna, en cambio, se le atribuye formalmente a Benjamin Franklin, uno de los padres de la patria de los Estados Unidos, conocido 16 también como un genio inventor en las esferas científica y musical. En el año 1731, 45 años antes de la fundación de la república, Franklin diseñó un esquema de producción y distribución de su publicación —la Gaceta de Carolina del Sur—, el cual articuló con gran éxito el sistema de franquicia tal como hoy lo conocemos, siendo su imprenta la primera franquicia moderna. Cuenta la historia que, sin este sistema, Franklin probablemente no hubiera podido mudarse a Francia, gracias a lo cual consiguió el apoyo necesario para la independencia estadounidense. Pero no sería hasta el siglo XIX que la palabra «franquicia» resurgiría bajo un concepto más similar al que hoy conocemos. En el año 1858, y a puertas de la Guerra Civil estadounidense, Isaac Singer, el inventor de la máquina de coser, tuvo dificultades para comercializar su invento por 2 motivos: el primero, que sus clientes debían aprender a usar la máquina antes de comprarla; y, en segundo lugar, la falta de capital para la financiación de la producción en grandes cantidades. La respuesta la encontró en el desarrollo del Centro de Costura Singer, ofreciendo luego los derechos a hombres de negocios, quienes vendían la máquina y enseñaban a los clientes a utilizarla. Posteriormente, corporaciones como Coca-Cola y General Motors comenzaron a utilizar las dinámicas de este sistema para la fabricación y comercialización de sus productos, al mismo tiempo que miles de soldados estadounidenses volvían a casa de la Segunda Guerra Mundial buscando reincorporarse a la economía nacional. El crecimiento poblacional y el aumento del poder adquisitivo generaron una fuerte demanda de nuevos productos, con lo que se daba el clima idóneo para el explosivo desarrollo de la franquicia moderna. Etapas evolutivas Hablar de franquicias es hablar de mercados, pues son estos los reguladores naturales de la oferta, pudiendo llevar un sistema a escala global o depurarlo sin contemplación alguna. Hablar de mercados es hablar también de evolución. Podemos decir con un alto grado de certeza que los mercados occidentales han transitado tradicionalmente a través de etapas evolutivasen referencia al desarrollo, oferta y demanda del sector franquicias. Si pretendemos ser agentes de cambio, debemos 17 comprender tanto las dinámicas del sistema de franquicia como los ciclos de los mercados. Existen, desde luego, excepciones a la regla, pero he sido testigo de realidades y dinámicas que manifiestan un claro ciclo de evolución de los mercados y del sector franquicias en la región latinoamericana. A continuación, les detallo estas etapas. Primera etapa Los primeros sistemas de franquicia ingresan a un mercado usualmente bajo la forma de marcas de fast food estadounidense. Estos gigantes de la industria del food & beverage norteamericano son, más que marcas, epítomes de modernidad, civilidad y, en algunos casos, estatus. Asimismo, operan a través de grandes cadenas de logística, presupuestos millonarios de marketing y poderosas corporaciones, las cuales tienen frecuentemente portafolios multimarca. Esta primera etapa se ejemplifica con marcas como Kentucky Fried Chicken (ahora KFC) y Pizza Hut, puntas de lanza del franchising estadounidense. Estas son propiedad, junto con Taco Bell, de Yum! Brands, Inc. (antes división independiente de PepsiCo), con sede en Kentucky, Estados Unidos. Otra marca comúnmente ligada a esta primera ola de las franquicias estadounidenses en el mundo es, desde luego, McDonald’s. Estas marcas modelaron las dinámicas de oferta y demanda de países enteros y operaron, además, como agentes de la cultura pop. Los países tercermundistas no ofrecieron, en general, mayor resistencia a esta invasión cultural, salvo algunas excepciones, como es el caso de Argentina y Chile, por ser países con una mayor influencia europea que norteamericana. En el Perú, por ejemplo, esta etapa se dio de manera sistemática durante la década de 1980, con el ingreso de múltiples franquicias estadounidenses. Durante esta etapa, la negociación entre franquiciante y franquiciado era prácticamente nula, y los acuerdos se daban casi unilateralmente. Y es esta, en gran parte, la razón por la cual muchas de las franquicias de esta primer ola no tuvieron éxito en muchos países de la región. Por un lado, estaban empresarios que no conocían los sistemas, y por otro, franquiciantes que no entendían los mercados. Segunda etapa 18 Aparecieron los primeros intentos de franquiciamiento de marcas locales como reacción al avasallamiento de marcas extranjeras. Típicamente, son los negocios locales de éxito los que, siendo testigos de la explosiva expansión de las franquicias extranjeras, adoptan el modelo, aunque sin mayor estrategia y con poco éxito. Cabe recalcar que, en esta etapa, las marcas locales se apoyaban básicamente en los hábitos de consumo de la población y no tanto en la gestión de una experiencia de consumo, un concepto y la construcción de una marca. Por ello, no tenían mayor posibilidad ante marcas globales ya instaladas en el territorio, las cuales continuaban en franca expansión. En esta coyuntura, las marcas locales enfrentaban, además, la tarea de ponerse al día con los nuevos hábitos de consumo asimilados por los consumidores. En esta etapa se produjo una segunda ola de marcas estadounidenses, aún asociadas a la industria del food & beverage, como Subway, Domino’s Pizza y Starbucks. Estas tomarían ventaja de la apertura económica que se vivía en muchos países de la región y del consecuente incremento de la capacidad adquisitiva de la clase media. En el Perú, por ejemplo, esto se dio en la década de 1990 con marcas de pollo a la brasa, un plato típico y popular en las mesas peruanas. Muchas intentaron adoptar el modelo franquicia, aunque solo algunas, como Pardos Chicken, tuvieron éxito en el ámbito local. Sin embargo, como veremos más adelante, pese a su popularidad entre los peruanos y la variedad de marcas en el país, este plato bandera no ha podido lograr aún una real internacionalización. Lo mismo pasaría con el chifa, cocina resultante de la fusión de la comida china y la peruana, la cual data de varios siglos y goza de mucha popularidad entre las distintas clases sociales por igual. China Wok, una de las primeras franquicias del país, tendría éxito en su momento, incluso a nivel internacional. Tercera etapa En una tercera etapa las marcas locales se profesionalizaron y las franquicias informales (coloquialmente llamadas franquicias «chicha» o «chatarra») son depuradas por el mismo mercado. Surgen entonces sistemas profesionales de marcas locales y estas se expanden, conviviendo y compitiendo con marcas extranjeras. En esta etapa se produce un nuevo intento de icónicas marcas globales del food & beverage por ingresar a los mercados, aunque en los procesos de due diligence suele ser 19 ya el franquiciado local quien posee un mayor poder de negociación. Asimismo, llegan a existir más marcas que operadores calificados para operarlas. En esta tercera ola pueden verse marcas estadounidenses aún asociadas al food & beverage, como por ejemplo Wendy’s y Little Caesars Pizza, así como marcas canadienses y españolas de menor envergadura que empiezan a mirar la región, como Second Cup y Mary Brown’s, y como Lizarrán y 100 Montaditos, respectivamente. Y podemos apreciar también un sistemático y novedoso (o renovado, en algunos casos) interés de marcas de otras categorías, tanto americanas como europeas, en retail —Zara, H&M, Forever 21 y Victoria’s Secret— y en servicios —Gold’s Gym, Fastsigns y 9 Round—. Asimismo, se crean instituciones privadas y públicas profranquicias, aunque la gran mayoría carece de legitimidad; así, la informalidad y la corrupción hacen mella en la institucionalidad del sector. De esa manera, en el 2018, el American Chamber of Commerce (AmCham), con el apoyo del U.S. Commercial Service y el Grupo Nexo Franquicia, crea su Comité de Franquicias, una prometedora iniciativa regional, de la cual tengo el honor de ser, en Perú, el primer presidente. Cuarta etapa En esta última etapa el sector se consolida y profesionaliza a un nivel que podría ameritar una legislación propia. El mercado madura, depura sistemáticamente la oferta informal y «chatarra», y da una posición elevada a los conceptos que mejor se alinean con los cambiantes hábitos de consumo de la población, que crecen a través del sistema de franquicia. Predominan las marcas locales, superando en número a las marcas extranjeras, pero no necesariamente en cantidad de unidades. Asimismo, se inicia su internacionalización; es decir, la exportación de sus sistemas de franquicia. Países como México y Brasil, y en menor medida Argentina, son fieles ejemplos de mercados que viven actualmente esta etapa. Y si es cierto que Brasil y Argentina, puntualmente, están luchando por superar la profunda crisis económica y política que los ha azotado durante la última década, México continúa desarrollando su sector, al margen de los cambios en el liderazgo político de los Estados Unidos que tangencialmente lo 20 afectan. El caso mexicano y el esfuerzo de su Gobierno por elevar su sector franquicia por sobre otros en la región es un caso digno de estudio. Importancia de las franquicias en el mundo de hoy En Latinoamérica, la gran inversión tiene ya varias décadas instalada a lo largo y ancho de la región. Esta se da a través de poderosas corporaciones y famosas marcas, tanto regionales como globales. Hablo de marcas como Pemex y América Móvil, epítomes de rentabilidad y eficiencia a nivel regional, como lo son Wal-Mart y General Motors a nivel global. Las marcas más representativas se encuentran en rubros relacionados a la explotación de recursos naturales de poca sofisticación, sobre todo petróleo y gas, aunque el grueso del total está representado en rubros como el comercio minorista, el cemento y las bebidas gaseosas. Entre los países de la región, Brasil y México son los que cuentan con el mayor número de grandes empresas, aunque el rendimiento de las empresas brasileras supera ampliamente al de las mexicanas. Desde comienzos de la década de 1980, sin embargo, el sistema de franquicia llegaa impactar profunda e inevitablemente, no solo en la manera en que las empresas se expanden, sino en cómo el ser humano sobrevive y asciende socialmente mediante el emprendimiento. Y surge, entonces, la pregunta: ¿qué es exactamente un emprendedor? El nuevo arquetipo del emprendedor lo encarna el sujeto que emprende no solo por un inherente instinto de supervivencia, sino por una necesidad de trascender y difundir sus ideales. Por otro lado, el mundo de hoy y los millennials elevan la figura del emprendedor a una dimensión casi mítica. El emprendedor es el héroe de nuestro tiempo, una individualidad resiliente y autosuficiente dispuesta a cambiar el mundo o morir en el intento, desde Mark Zuckerberg hasta Malala. Yendo al significado de la palabra «emprendedor» en sí, el término deriva de la voz castellana «emprender», del latín in («en») y prendere («coger», «tomar»), e ilustraba las acciones de los grandes aventureros y conquistadores que se apropiaron del rumbo de la historia con sus mentes y, sobre todo, sus espadas. Personajes del calibre de Alejandro Magno y Napoleón, guardando las distancias, pueden ser considerados como emprendedores. 21 En 1732, el Diccionario de autoridades —primer diccionario de la lengua castellana — definió al «emprendedor» como alguien que «se determina a hacer y ejecutar con resolución y empeño alguna operación considerable y ardua». Este sentido está ligado a entrepreneur, vocablo francés del siglo XVI que luego adoptarían los estadounidenses. Posteriormente, en el siglo XVIII, el significado se extendió para incluir a constructores de puentes, caminos, palacios y catedrales, y básicamente a cualquiera que materializara sus visiones usando piedra y grava. Fue, sin embargo, en 1755 que el sentido de la palabra cambió definitivamente cuando un profético economista irlandés radicado en París, de nombre Richard Cantillon, la usó para describir «la voluntad o capacidad de enfrentar la incertidumbre». Este personaje postuló que el resultado de toda actividad es incierto y, por ende, implica un riesgo, siendo justamente la persona dispuesta a asumir dicho riesgo con la esperanza de una recompensa futura quien personifica al entrepreneur. En este sentido, el emprendedor se constituye como un «tomador de riesgos». El éxito de Cantillon se debió a que fue el primero en asociar los conceptos de «incertidumbre» y «riesgo», superando la evidente y omnipresente dificultad que yace en toda acción humana que valga la pena recordar. Y es que el emprendimiento sin incertidumbre y, por ende, sin riesgo, no es — o, por lo menos, no debería ser considerado— emprendimiento. Posteriormente, el checo Joseph Schumpeter propondría que las innovaciones son el motor del crecimiento económico y que quienes implementen ese cambio de manera práctica serían, ni más ni menos, los emprendedores. En el epicentro del pensamiento de Schumpeter el emprendedor no solo innova, sino que crea plataformas de bienestar para el futuro. Por ello, podría decirse que Henry Ford llegó a ser un emprendedor no en 1903, cuando comenzó a producir automóviles, sino en 1908, cuando lanzó el Modelo T e introdujo la producción en línea, revolucionando así la industria y la vida en los Estados Unidos de América. Solo un teórico o un demagogo mediría el emprendimiento en términos de acumulación de riqueza y no en términos del camino que se recorre y las brechas que se superan. Y si bien es interesante cómo la conceptualización de lo que es un emprendedor ha venido cambiando a lo largo de los siglos —pasando de personificar desde implacables caudillos y futuristas constructores hasta irresistibles pensadores y exitosos hombres de negocios—, algo que queda claro acerca de esta palabra es que resume la vehemencia nietzscheana de superhombres cuya perseverancia y temple se han convertido, o se convertirán, en rasgos vitales para el futuro de la especie. 22 Hoy el emprendimiento es una realidad en nuestra región, aunque muchas veces amparada en la informalidad. Esto debido, en parte, a sistemas-país que no otorgan beneficios claros para quienes buscan hacer empresa. Vivir de espaldas al Estado puede resultar incluso atractivo en muchas instancias, razón por la cual la informalidad en Latinoamérica alcanza niveles de entre el 50 % y el 80 %. Se habla mucho de la creatividad del latinoamericano para salir adelante, pero la realidad apunta más bien a un descuido gubernamental extendido a lo largo y ancho de la región. Y aunque pujante, esta economía subterránea carece de innovación. En un artículo del Banco Mundial publicado en su web en el 2014 se señala que 1 de cada 3 trabajadores en la región es autónomo o pequeño empleador, y que pocos son los que llegan a contratar un trabajador, incluso tras décadas de operación. Hoy en día, y en medio de esta coyuntura, el sistema de franquicia ofrece a los latinoamericanos no solo una fórmula de éxito empresarial, sino un camino hacia la formalidad y una escalera hacia la movilidad social y económica. Hoy la franquicia se erige como el mecanismo de apalancamiento más puro que existe e impacta no solo en nuestra economía, sino también en nuestra manera de percibir y abordar la realidad que vivimos. ¿Y qué nos depara el futuro? Reconocer o, mejor dicho, anticipar las tendencias en diferentes industrias, es un talento que pocos poseen. Uno de los iluminados en este campo es el famoso inversionista y gurú de los negocios Warren Buffett, conocido como el Oráculo de Omaha. Buffet nos dice que —ya sea en la bolsa de valores, la moda o las franquicias— todo sector de productos y servicios evoluciona en base a ciclos. Quienes los intuyen antes que los demás, son aquellos a los que conocemos como multimillonarios. Buffet señala, además, que «todo servicio que tenga como objetivo elevar la calidad de vida de las personas tendrá un desarrollo exponencial en los próximos años». La icónica franquicia estadounidense de postres helados Dairy Queen, dicho sea de paso, es propiedad de Buffett, quien también posee casi el 10 % de Coca- Cola. Por otro lado, las investigaciones que he realizado revelan que las franquicias de autoempleo, las franquicias sociales y el sistema de franquicia como dinámica de sostenibilidad empresarial ya están creando nuevas realidades, las que promoverían la masificación de esta industria en las décadas por venir. Esto lo dijo, de cierta manera, Charles Darwin en El origen de las especies cuando expuso que no es el más grande ni 23 el más fuerte el que sobrevive, sino el que mejor logra adaptarse a los cambios del entorno. Anticipar tendencias y adaptarse al entorno, entonces, son las claves para ser un emprendedor exitoso en el mundo de las franquicias. Principales rubros de franquicias en el mundo Según un reportaje sobre las ventas de las 25 más grandes cadenas de los Estados Unidos durante el año 2016, elaborado por Food & Wine Magazine, estas marcas venden anualmente un total combinado de 177.2 billones de dólares americanos. Sí, billones, con «b», cifra importante si consideramos que un billón equivale a 1000 millones para los estadounidenses. Y de este grupo de marcas, el top 10 representa el 68 %, con una venta anual combinada de 120.6 billones de dólares. Este exclusivo ranking lo encabeza McDonald’s con 36.4 billones de dólares, representando un 30 % del combinado de ventas del top 10 y un 21 % del combinado del top 25. La marca de Ronald McDonald es seguida, con un amplio margen de diferencia, por Starbucks con 17.9 billones, Subway con 11.3 billones, Taco Bell con 9.4 y Burger King con 9.3 billones. Las otras 5 marcas del top 10 son Wendy’s, Dunkin’ Donuts, Chick-fil-A, Pizza Hut y Domino’s Pizza, cuyas ventas combinadas igualan a la del primer lugar. Es interesante que una de las marcas icónicas para los latinoamericanos, KFC, no forme parte del top 10 y se ubique en la treceava posición, con 4.5 billones de dólares, igualando a la marca de chili dogs y malteadas Sonic Drive-In, la cual no posee aún presencia en la región. Por otro lado, empresas«delfines» de la industria y pioneras del fast casual, como Panera Bread y Chipotle Mexican Grill, tampoco forman parte del top 10 de la lista y ocupan la decimoprimera y decimosexta posición del ranking, respectivamente: Ranking Cadena de restaurantes Ventas (US$ billones) 1 McDonald’s 36.4 2 Starbucks Coffee 17.9 3 Subway 11.3 4 Taco Bell 9.4 24 5 Burger King 9.3 6 Wendy’s 9.1 7 Dunkin’ Donuts 8.2 8 Chick-fil-A 7.9 9 Pizza Hut 5.8 10 Domino’s 5.3 11 Panera Bread 4.9 12 Sonic Drive-In 4.5 13 KFC 4.5 14 Applebee’s Neighborhood Grill & Bar 4.4 15 Olive Garden 3.9 16 Chipotle Mexican Grill 3.8 17 Buffalo Wild Wings 3.7 18 Arby’s 3.7 19 Little Caesars Pizza 3.7 20 Dairy Queen 3.6 21 Jack in the Box 3.5 22 Chili’s Grill & Bar 3.5 23 IHOP 3.1 24 Papa John’s Pizza 2.9 25 Cracker Barrel Old Country Store 2.9 Fuente: Food&Wine Magazine (2016). Con el fin de dar perspectiva sobre el nivel de escalabilidad y poderío de estas megamarcas globales, consideremos una de las marcas latinoamericanas más globales de todas, la guatemalteca Pollo Campero y sus casi 500 millones de dólares anuales en ventas. Ciertamente, las marcas latinas tienen aún un largo camino por recorrer en términos de masa crítica. Según información publicada en (2018) por la International Franchise Association (IFA), con sede en Washington D. C. —de la cual tengo el honor de ser miembro, así como de participar de su Membership Committe como embajador y de su Social Sector Franchising Task Force—, año tras año la industria del franchising crea más puestos de trabajo que cualquier otra, constituyéndose en un importante motor de la economía estadounidense. Más aún, en el 2018 esta industria contó con 759 000 unidades o locales 25 comerciales, los cuales brindaron 8.1 millones de puestos de trabajo directos y generaron ingresos por 757 billones de dólares. Sin duda, más allá de su gran clase media y del acceso a nuevas tecnologías, es la formalidad de esta industria, la principal propulsora de la misma. En este sentido, el Institute of Certified Franchise Executives de la IFA otorga el grado de Certified Franchise Executive a líderes del sector que hayan seguido un riguroso programa académico y que demuestren prácticas de clase mundial. Fue para mí un gran honor lograr esta certificación, siendo el único peruano a la fecha en poseerla, y el sexto latinoamericano, después de solo un puñado de líderes en México y Brasil. Sandra Carrillo, mi socia y nuestra CEO, por otro lado, es la primera mujer en Latinoamérica en lograr esta certificación, desafiando así el rol de la mujer en nuestro sector en la región. Perspectivas económicas del negocio de franquicias: Pronóstico de enero de 2018 Establecimientos Empleo (miles) Salida (USD billones) Cantidad Cambio porcentual sobre el año anterior Cantidad Cambio porcentual sobre el año anterior Cantidad Cambio porcentual sobre el año anterior Automotriz 38 065 1.1 % 200 2.1 % 43.5 4.1 % Servicios empresariales 108 037 1.7 % 654 2.8 % 102.7 5.6 % Servicios comerciales y residenciales 66 966 1.7 % 252 2.2 % 45.3 4.2 % Hospedaje 28 475 1.7 % 635 2.5 % 75.4 6.2 % Servicios personales 113 536 3.0 % 517 5.0 % 37.8 7.0 % Comida rápida 194 723 2.1 % 3777 4.5 % 255.5 7.3 % Bienes raíces 63 596 1.5 % 254 1.9 % 53.1 5.4 % Comercio gastronómico 53 000 0.8 % 473 1.8 % 39.0 3.6 % Comercio de productos y servicios 60 862 1.3 % 350 2.5 % 32.3 5.5 % 26 Restaurantes 31 976 1.8 % 1060 3.8 % 72.7 7.2 % Total 759 236 1.9 % 8172 3.7 % 757.2 6.2 % Fuente: International Franchise Association. Entre sus categorías, la de food & beverage representa tan solo el 30 % de los locales, el 59 % de los puestos de trabajo y el 43 % de los ingresos. La subcategoría de fast food, ahora llamada quick service, es responsable del 86 % de los locales y del 78 % de los ingresos de esta categoría, versus el casual dining, el fine dining y todas las demás, tan de moda en estos tiempos como el fast casual y el fine casual, de los cuales hablaremos en detalle más adelante. Y si bien las franquicias de alimentos y bebidas están perdiendo terreno año a año frente a las franquicias de servicios, estas aún representan el 89 % de los locales y el 81 % de los ingresos del sector de alimentos y hospitalidad, que constituye el 34 % de los locales y el 53 % de los ingresos de la industria del franchising estadounidense. En este sentido, el sector de servicios —incluyendo el retail de prendas de vestir y una amplia variedad de servicios especializados, desde gasolineras y tiendas de conveniencia hasta el corretaje inmobiliario— representa el 66 % de los locales y el 47 % de los ingresos de la industria. Perspectivas e conómicas del negocio de franquicias: Pronóstico de enero de 2018 Pronóstico 2014 2015 2016 2017 2018 Establecimientos Cambio porcentual 708 974 720 458 1.6 % 733 297 1.8 % 733 297 1.8 % 759 236 1.9 % Empleo (‘000) Cambio porcentual 7164 7379 3.0 % 7645 3.6 % 7881 3.1 % 8172 3.7 % Salida (USD billones) Cambio porcentual 302.7 637.5 5.8 % 675.7 6.0 % 713.2 5.6 % 757.2 6.2 % GDP (USD billones) Cambio porcentual 363.2 382.9 5.4 % 405.0 5.8 % 425.5 5.1 % 451.4 6.1 % Fuente: International Franchise Association. 27 Sin embargo, pienso que el franchising mira aún más hacia dentro que hacia afuera, estimando que probablemente menos del 2 % de las 3500 marcas que operarían bajo el sistema de franquicia en los Estados Unidos se ha internacionalizado. Y respecto a las marcas estadounidenses en vías de internacionalización, hoy por hoy la mayoría no mira a Latinoamérica como prioridad estratégica, sino que sus ambiciones de expansión consideran al Medio Oriente y al Sudeste Asiático como primera escala, después de Canadá. Hablo de países como los Emiratos Árabes y Arabia Saudita, así como de Malasia e Indonesia. Canadá, en este sentido, está en una posición distinta a la de su vecino del sur, lo que puede representar una oportunidad para nuestra región. Con más de 1300 marcas franquiciantes y 78 000 locales comerciales en el 2017, su sector franquicia generó 68 billones de dólares ese año, según la Canadian Franchise Association, el gremio representativo de dicho país. Este es el segundo mercado de franquicias más penetrado del mundo. Para ganar perspectiva, en los Estados Unidos existe 1 unidad franquiciada por cada 425 personas, mientras que en Canadá existe 1 por cada 475 personas. Y este es, además, un mercado a cuyas marcas les puede hacer sentido no iniciar su internacionalización en el mercado más penetrado del mundo, su vecino, y «saltarlo», más bien, para aterrizar en el nuestro, más similar, competitivamente hablando. En el Asia, China e India representan mundos distintos, no solo en cuanto a su potencial y diferencias culturales, sino también al entendimiento de sus hábitos de consumo, que pocas marcas globales han logrado comprender y, menos aún, asimilar. Y hablamos de un mercado conjunto que bordea los 3000 millones de personas. Europa, por otro lado, no cuenta con una industria de franquicias tan desarrollada como la estadounidense, aunque algunas naciones europeas poseen industrias notables, sobre todo en cuanto a franquicias de servicios, hoteles, tintorerías y peluquerías; y de retail, como supermercados y comercios minoristas de prendas de vestir. Por su parte, Francia es el país más desarrollado en este sistema y ha tenido un notable crecimiento en los últimos años, logrando duplicar —y más— su tamaño, con una media de crecimiento anual del 8 %, según la Federación Francesa de la Franquicia (FFF). Asimismo, la Feria de Franquicias de París es hoy el evento de franquicias más grande del mundo. Incluso en 2009, el peor año de la crisis para Francia y otros países europeos, mientras el PBI francés caía un 3.1 % de su valor, el número de sistemas de 28 franquicias crecía en un 13 %. Hoy, Francia cuenta con más de 1700 franquicias y, junto a Bélgica, representa un mercado muy interesante, aunque muy exigente. España posee también un alto desarrolloen cuanto al sistema de franquicia, aunque batalla, al igual que nosotros en Latinoamérica, con una rampante informalidad en la industria. En la última década y en medio de la crisis que sacudió al país ibérico, docenas de franquicias ingresaron al mercado latinoamericano, aunque con una alta tasa de mortalidad. Según la Asociación Española de Franquiciadores (AEF), prestigiosa institución con la cual trabajamos de la mano en pos de un «puente iberoamericano», España contaría en la actualidad con alrededor de 1400 cadenas de franquicias. De estas, a diferencia de nuestra región, la categoría más grande es la de la moda, con un 18 % del total de enseñas, seguida por la hostelería/restauración, con un 14 % del total. Según el informe La Franquicia Española en el Mundo 2019, de la AEF, el continente americano es el segundo con mayor presencia de marcas españolas, con alrededor de 7000 puntos de venta en 32 países, siendo los destinos más comunes México, Colombia y Panamá. La industria de las franquicias en España ha más que duplicado su tamaño desde el año 2001, y junto a Portugal constituye un interesante mercado al que deberíamos prestar más atención; quizá, incluso, mayor que a los Estados Unidos y Canadá, al tener esta región una situación competitiva más cercana a la nuestra. Alemania, por otro lado, es un país muy dinámico en cuanto a su industria de franquicias, así como Inglaterra, y existen también otros países que apuestan por este modelo de negocio. Por su cultura y hábitos de consumo, sin embargo, estas potencias poseen menos puntos de encuentro con el mercado latinoamericano que otros países europeos como España. Por otro lado, la industria de las franquicias en Latinoamérica es extremadamente dinámica. Este mercado, emergente y emprendedor, no solo ha recibido ávidamente a las marcas más icónicas del mundo, sino que ha descubierto en el sistema de franquicia un sendero para su desarrollo económico y social. En 2011, la unidad de business intelligence del Grupo Nexo Franquicia realizó un estudio sobre niveles de masa crítica y estadios de desarrollo del sector en 10 países de la región, creando el Índice de Desarrollo del sector Franquicia (IDF). El estudio serviría para descubrir asombrosas realidades de la industria, nunca antes expuestas. En 2018, el IDF arrojaría que, en promedio, cada marca que opera bajo el sistema de franquicia cuenta con 23 locales por país. En el Perú, por ejemplo, el promedio es de 12 29 locales por marca, el cual, si bien lo califica como un mercado subdesarrollado, resulta 3 veces más grande que el de Bolivia. Si sacamos México (5 veces el tamaño que tiene el Perú), Brasil y Argentina de la tabla, el promedio cae en 50 %, a 11 locales por marca por país. Índice de desarrollo de franquicias 2018 País Número de marcas Número de unidades Promedio unidades por marca 1 México 1500 95 000 63 2 Brasil 3000 140 000 47 3 Argentina 500 20 000 40 4 Colombia 500 10 000 20 5 Panamá 200 2500 13 6 Perú 350 4100 12 7 Chile 200 2000 10 8 Ecuador 150 1500 10 9 Uruguay 250 2200 9 10 Bolivia 50 200 4 Desarrollado 40+ Subdesarrollado de 11 a 39 Incipiente de 0 a 10 Fuente: Grupo Nexo Franquicia. Hay que destacar que México ha hecho un gran trabajo en el desarrollo de su industria a través del Plan Nacional de Franquicias, un programa de subsidio del Gobierno liderado por la Asociación Mexicana de Franquicias (AMF). El «milagro mexicano» marca ciertamente una hoja de ruta para los demás países latinoamericanos en cuanto a políticas de Estado. Hoy existen más de 1300 marcas que operan bajo el sistema de franquicia a lo largo y ancho de los Estados Unidos Mexicanos, tras un crecimiento de 15 % al año; mientras que la economía no supera el 3 % de crecimiento anual y su industria se ha triplicado en poco más de una década. 30 La cercanía de México con los Estados Unidos de América habría favorecido también el crecimiento explosivo, logrando dinamizar este modelo a una velocidad diferente que la de sus vecinos del sur. Por el lado del franquiciante, este ha imitado prácticas de gestión, sistematización e internacionalización en sus negocios; por el lado del franquiciado, este ha adaptado un modelo más seguro, el cual conoce y entiende muy bien desde hace décadas. El consumidor mexicano, del mismo modo, ya se ha familiarizado con este modelo de negocio y lo ha asimilado mejor que sus vecinos de otros países de la región. La realidad mexicana dista mucho de la de los países de Centro y Sudamérica, no solo en educación respecto al sistema de franquicia, sino en dimensión geográfica, razón por la que no puede ser tomado de manera literal. La Feria de Franquicias de México D. F. es hoy la más grande de la región, junto con la Feria de Franquicias de São Paulo, en Brasil. Y aunque estas ferias vienen perdiendo volumen año tras año, son aún las más representativas del mercado. Brasil, aunque menos desarrollado, es también un ejemplo del sector en la región. No obstante, su realidad debe ser tomada con pinzas, no solo por sus diferentes estilos de consumo y su vasta y diversa geografía, sino por sus fuertes políticas proteccionistas, las cuales disponen altas barreras para la entrada a su dinámico mercado. El brasileño es un mercado muy regulado y uno de los pocos en la región que cuenta con una ley de franquicias. Según la Asociación Brasilera de Franquicias (ABF), hoy operan más de 3000 cadenas de franquicias en dicho país. Dando una mirada más amplia a la región, Latinoamérica es un mercado de más de 600 millones de habitantes, permeable y emergente, atractivo no solo como un mercado destino y de prueba para las marcas globales, sino también como plataforma de lanzamiento para marcas regionales. Y si bien existen amplias diferencias entre los países en Norteamérica, Centroamérica y Sudamérica, también es cierto que nos une un mismo sentimiento de orgullo por lo nuestro, de lucha por un futuro mejor y de optimismo por la vida. Más allá de las cifras, sin embargo, la historia muestra que los latinoamericanos somos muy buenos creando conceptos, pero muy malos construyendo marcas. Tenemos una milenaria riqueza cultural, finas fibras y técnicas ancestrales, metales preciosos, insumos gastronómicos y potajes únicos, pero pareciera que no somos capaces de desarrollar marcas fuertes que le den la vuelta al globo. He establecido que el sistema de franquicia viene creciendo sistemáticamente en nuestra región, pero necesitamos más 31 apoyo, no solo para el emprendedor, sino para el sistema en su conjunto. Se necesita trabajar con las cámaras locales y binacionales, con las sociedades gremiales y sectoriales, con los medios de comunicación y, por qué no, con el Estado, todos bajo una sola visión conjunta. Ciertamente, es poco probable que la franquicia en Latinoamérica alcance dimensiones similares a las de regiones más avanzadas; sin embargo, el viaje hacia el desarrollo nos tomará menos tiempo. Cada país ha venido desarrollándose hacia adentro, pero ya es momento de una apertura y de una transmisión de tecnología a nivel regional, indispensable para el despegue del sector. Por ejemplo, en Costa Rica, con el Centro Nacional de Franquicias (Cenaf), el crecimiento ha sido exponencial y muy enfocado a franquicias de autoempleo y a sistemas asociativos de microfranquicias. En México, con la Asociación Mexicana de Franquicias (AMF), el tema ha pasado por programas de financiamiento y de empleabilidad a nivel gubernamental. En Argentina, con la Asociación Argentina de Marcas y Franquicias (AAMF), el desarrollo se tuvo que dar hacia dentro, por lo que hay un expertise muy profundo, pero muy local. Por otro lado, quizá el haber vivido tanto tiempo de espaldas al Estado, o bajo un liberalismo que no ha ofrecido las mínimas condiciones de competencia y competitividad, ha privado al emprendedor latinoamericano de una visión de largo plazo, al margen de sus habilidades adaptativas únicas, pero cortoplacistas. En ese sentido, la historia de la oferta exportablede marcas latinoamericanas bajo el sistema de franquicias está aún por ser escrita. Y cualquiera que sea la causa de esta incapacidad para llevar nuestra oferta exportable al mundo bajo un signo distintivo y en torno a una experiencia de consumo única, debemos seguir aprendiendo y seguir intentándolo. Al margen de los números, sin embargo, franquiciar es mucho más que operar un negocio bajo la marca y el modelo de alguien más. Es un sistema orgánico en el cual se forman relaciones laborales y fraternas de largo plazo, transmitiendo una filosofía con el fin lograr la máxima eficacia posible. Esta dinámica logra, además, conectar con el consumidor al brindarle una experiencia de consumo medible y consistente, lo que generaría, en teoría, usos y costumbres globales. Ciclo de vida de la franquicia 32 No existe mucha información acerca del sector franquicia en Latinoamérica. Ha habido loables esfuerzos de compilación de data en estos años por instituciones y académicos, pero estos no se han logrado integrar a nivel regional para una interpretación cualitativa que nos ayude a proyectar o a predecir su evolución. La falta de apoyo económico a estas iniciativas por parte de nuestros Gobiernos es una gran limitante para el sector, el cual corre el riesgo de fragmentarse aún más. Por ello, es nuestra responsabilidad encontrar y diseñar paralelismos que nos ayuden a entender la industria a nivel regional, en pos de anticipar su futuro; un futuro, espero, menos informal y más profesional. Suelo hablar de un ciclo de vida en la industria. En la tierra de Ronald McDonald, una franquicia «emergente» es aquella que posee menos de 100 unidades franquiciadas, sea a nivel local o internacional. La valla de las 100 unidades es, sin duda, un hito importante para toda marca norteamericana, pues es una validación irrefutable del modelo de negocio y el potencial de la misma. Un sistema con un desarrollo de 100 a 500 unidades franquiciadas es una franquicia literalmente «en desarrollo», mientras que uno con más de 500 unidades es una franquicia «madura» en los Estados Unidos. La pregunta aquí sería entonces, ¿en desarrollo hacia dónde y en maduración para qué? Pues para alcanzar el hito de las 1000 unidades franquiciadas y alcanzar así el estatus de franquicia «ícono», una posición privilegiada. Algo importante es que estas megamarcas no están típicamente afectas a la segmentación socioeconómica, dado que podemos encontrar un McDonald’s o un KFC tanto en exclusivas urbanizaciones de nivel socioeconómico A/B o estratos 6/5 como en barrios marginales de nivel D/E o estratos 2/1. Por otro lado, una megamarca logra, o al menos debería lograr, diversificar su oferta de valor y funcionar como una «marca paraguas» para todo tipo de producto o servicio que calce con la experiencia de consumo asociada a su marca. Así, por ejemplo, hoy en día McDonald’s vende también pollo frito y KFC, hamburguesas. Dado que solo el 2 % de la industria en los Estados Unidos logra alcanzar el hito de las 1000 unidades franquiciadas, según FRANdata (2017), y esto a lo largo de muchos años, podríamos quizá predecir el éxito de un sistema de franquicia siguiendo y midiendo la tracción del mismo; es decir, en cuántos años logra alcanzar y superar cada uno de los estadios de madurez de su ciclo de vida. A Subway, la gigante de los populares sándwiches «subs», por ejemplo, le tomó 13 años alcanzar sus primeras 100 unidades y 22 años sus primeras 1000 unidades, aunque solo en 1993 adicionaría 1000 33 unidades más a su sistema. Cada año que pasa, sin embargo, más conceptos de servicios, especialmente enfocados en temas de bienestar y wellness, surgen. Y no se trata solo de su alineamiento con las tendencias globales lo que los catapulta, sino su baja inversión típica —debido a su modelo de locales reducidos y escaso equipamiento— y a su consecuente alta rentabilidad. Tomemos, por ejemplo, a 9Round, una de las marcas de fitness más prometedoras a nivel global, fundada en el 2008 por el campeón mundial de kickboxing Shannon «The Cannon» Hudson. En solo 10 años, su sistema se acerca ya a las 700 unidades en más de una docena de países, incluyendo varios en la región en los que hemos ingresado ya la marca. Este tipo de ejercicios, además, nos puede dar luces sobre la hoja de ruta de nuestro sector y el potencial de nuestros más profesionales sistemas de franquicia. Pasando a Latinoamérica y adaptando esta lógica a nuestros mercados, podemos clasificar a una franquicia «emergente» como aquella marca en camino a lograr sus primeras 20 unidades franquiciadas. Una franquicia «en desarrollo» cuenta con una masa crítica de entre 20 y 100 unidades franquiciadas; mientras que una franquicia «madura» sobrepasa las 100 unidades y una «ícono» debería alcanzar o superar las 200. En nuestro mercado son muy pocas las marcas que han logrado un desarrollo mayor a 100 unidades; estimo, el 1 % vs. el 2% estadounidense. Estas son, en general, empresas familiares con cadenas —más que sistemas— de franquicias informales y prácticas artesanales, aunque existen, desde luego, excepciones. Un reflejo de esto se encuentra, usualmente, en el fracaso en su ingreso a nuevos mercados y su breve permanencia en estos, sea por malas decisiones estratégicas o por aplicar un sistema operacional deficiente. De estas cadenas latinoamericanas, solo un puñado ha logrado el estatus de franquicia «ícono», alcanzando o sobrepasando las 200 unidades franquiciadas. Hablamos, por ejemplo, de la guatemalteca Pollo Campero, liderada por la familia Gutiérrez, y de la colombiana Juan Valdez, de propiedad de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, ambas con alrededor de 350 unidades a nivel mundial. El boom gastronómico peruano y la oportunidad latinoamericana Las franquicias tienen una influencia en los mercados y la economía mundial que pasa desapercibida para muchos. Por ejemplo, el índice Big Mac (Big Mac Index, en inglés) 34 es un índice publicado anualmente por la prestigiosa revista The Economist, el cual permite comparar el poder adquisitivo de distintos países en los que se vende la famosa hamburguesa Big Mac, piedra angular de la icónica franquicia McDonald’s. Este índice se basa en la paridad del poder adquisitivo (PPA), teoría según la cual el dólar estadounidense debería comprar la misma cantidad de productos o servicios en los diferentes países en cuestión, y al decir productos o servicios nos referimos a una hamburguesa Big Mac, desde luego (seguimos con The Economist). De acuerdo a esta lógica, cualquier cambio en el precio de una Big Mac de un país a otro identificaría una subvaluación o sobrevaloración de la moneda de dicha nación en relación al dólar estadounidense. En pocas palabras, el índice Big Mac compara lo costoso que es vivir en un país u otro, otorgándole a una hamburguesa un lugar honorario en la base de la pirámide de Maslow, que establece una jerarquía de las necesidades humanas. El precio de una Big Mac en Latinoamérica Fuente: The Big Mac Index – The Economist. Otro índice del que es protagonista la Big Mac es el de salario mínimo. En este, se calculan la cantidad de horas de salario mínimo requeridas para comprar esta hamburguesa, por increíble que suene. En Santiago de Chile, por ejemplo, una persona necesitaría trabajar 36 minutos para comprar una, 41 minutos en Panamá, 52 en São 35 Paulo, 53 en Buenos Aires, 55 en Lima, 1 hora y 4 minutos en Bogotá, 1 hora y 26 en México D. F., etcétera; y, aunque parezca una mala broma, una persona tendría que trabajar 1 mes y 2 días en Caracas para comprarse una Big Mac. Este índice nos revela mucho sobre las sociedades en las que vivimos, sin duda, y todo a través de una hamburguesa. ¿Cuántas horas se debe trabajar para comprar una Big Mac? Ciudad Tiempo Santiago 00:36:00 Panamá 00:41:06 São Paulo 00:52:05 Buenos Aires 00:53:01 Lima 00:55:06 Bogotá 01:04:00 México 01:26:00 Caracas 768:00:00 Fuente: UBS. En esta línea de pensamiento, ¿por qué no podríamos los latinoamericanos generar uníndice en base a un producto más, valga la redundancia, latinoamericano? Tomemos como ejemplo el pollo asado, rostizado o a la brasa, como queramos llamarlo. En la mayoría de países latinoamericanos, excepto quizá en Argentina y Brasil, el pollo es parte fundamental de la dieta diaria de millones de habitantes. Ya sea a la brasa en el Perú o asado en Guatemala, el pollo, acompañado con papas fritas y ensalada o frijoles y arroz, es nuestra Big Mac. Y ya sea en un restaurante entre amigos o pedido a domicilio para salir de apuros un domingo en familia, el precio del pollo mide una realidad: lo holgados o ajustados que estamos con nuestra economía familiar. Esta simplista medición podría incluso sofisticarse si ordenamos, además del pollo, acompañamientos, como alitas picantes, tequeños y bolitas de yuca, o incluso si pedimos una bebida adicional. Y si quisiéramos ir más allá, habría que saber si quien ordena por delivery no pide las tradicionales papas fritas y las hace en casa, sea porque prefiere las papas caseras y menos grasosas, o porque así ahorra unos cuantos soles o pesos. 36 Pero más allá de este ejercicio especulativo, persiste una realidad difícil de esconder: la incapacidad de los latinoamericanos para desarrollar marcas globales y ofertas exportables de clase mundial. El pollo, en sus variadas versiones, puede ser delicioso y contar con millones de fanáticos, pero falta aún un largo camino por recorrer para que logre la «universalidad» que tiene una Big Mac. En el caso del Perú, el boom gastronómico que vivió el país en la primera década de los 2000 puso a los peruanos en el mapa, literalmente. De manera casi instantánea, tras siglos de riqueza culinaria, el Perú atraía más turistas por su ceviche, lomo saltado y pisco sour que por Machu Picchu. Este fenómeno, promovido por personajes de la talla del padre de la cocina novoandina, Bernardo Roca-Rey, y del chef Gastón Acurio, entre otros, nos puede brindar una interesante perspectiva sobre esta problemática, así como valiosos aprendizajes para el sector franquicia latinoamericano. Roca-Rey evangelizó a los peruanos con la feria gastronómica Mistura, de la cual hablaremos más adelante en este capítulo. Acurio, por su parte, cautivó al mundo con sus marcas de restaurantes, como Astrid & Gastón, La Mar y Tanta. Estas le dieron una hoja de ruta, especialmente en temas de marketing, a la cocina peruana, hoy en manos de franquicias profesionales, innovadoras y altamente exportables. En este sentido, Patricia Dalmau, directora general de Le Cordon Bleu Perú, creadora de Wallqa y una de las principales promotoras de la gastronomía peruana en el mundo, cree que el futuro de la gastronomía peruana está en ser fiel a su pasado, a sus ingredientes, a sus recetas; y, luego, en reinventarla. En el Perú, el sector gastronómico representa más del 13 % del PBI nacional, siendo los platillos más emblemáticos el pollo a la brasa, el ceviche, el chifa y la comida criolla en general. El 5 % de la Población Económicamente Activa (PEA) está empleada por este sector, el cual crece a un ritmo anual de más del 9 %, según el INEI, y cada año más de 80 000 personas estudian alguna carrera afín. Según la Apega, en cuyo comité consultivo tengo el orgullo de participar, los restaurantes peruanos en el mundo generan más de 1500 millones de dólares cada año, monto del cual, según nuestros cálculos, aquellos que operan bajo el sistema de franquicia representarían entre el 5 % y 10 %. Volviendo al pollo a la brasa en el Perú, en donde cada tercer domingo de julio se celebra el Día del Pollo a la Brasa y donde existen más de 50 000 pollerías a nivel nacional, cabe preguntarnos, ¿por qué teniendo chefs estrella y empresarios restauranteros que han puesto a Lima en el mapa como la «capital gastronómica de 37 América Latina», no podemos construir una marca de pollo a la brasa de talla internacional? Más allá de lo fragmentada de la categoría, ¿por qué ninguna marca peruana de pollo a la brasa ha logrado internacionalizarse exitosamente en gran escala? Más aún, si la oferta exportable de un país debe basarse en sus fortalezas y el Instituto Nacional de Cultura del Perú, mediante resolución directoral, ha reconocido al pollo a la brasa como Patrimonio Cultural de la Nación, ¿por qué el Estado no ha ofrecido su ayuda? Y, más allá de este plato, ¿por qué el Perú no ha logrado, a lo largo de las últimas 2 décadas de auge gastronómico, desarrollar marcas de alimentos y bebidas de alcance global o siquiera regional? Yo tengo mis propias hipótesis, y creo que los peruanos pronto se pondrán al día con este pendiente, dejando muy en alto la Marca Perú. Por ahora, sin embargo, la batuta del pollo en la región la lleva Guatemala con su exitosa Pollo Campero. Así, a pesar de que en el Perú se pueden encontrar propuestas gastronómicas más sofisticadas que la de Pollo Campero, esta cuenta con un sistema de franquicia profesional y una estrategia de salida; 2 elementos obvios, pero sorprendentemente inusuales en nuestra industria. Hoy la empresa guatemalteca de pollo asado, fundada en 1971, tiene presencia en una docena de países alrededor del mundo, incluido los Estados Unidos; es más, el día de su inauguración en el 2002, en Los Ángeles, los clientes hicieron colas de hasta 7 horas para ser atendidos. No obstante, confío en que el Perú se pondrá al día a través de su comida y, específicamente, de propuestas de corte fast casual y fine casual, alineándose a las nuevas tendencias globales. Entonces, ¿cómo es un sistema de franquicia profesional y qué conlleva una estrategia de salida? Esto lo estudiaremos a profundidad más adelante. ¿Cuántas marcas icónicas y cuántas franquicias globales podrían construir los países latinoamericanos si se propusieran apostar por el largo plazo en los productos y servicios en los que basan sus industrias gastronómicas, turísticas, extractivas y textiles? Esto lo descubriremos, juntos, a lo largo de estas páginas; por ahora, lo importante es plantear la oportunidad. La franquicia marca país Una de estas oportunidades, estoy convencido, es el distintivo marca país. Mucho se habla hoy en día de esta, y no solo como el «sello» de representatividad que un país 38 puede otorgarle a una marca o a una empresa por su relevancia en el mercado o su liderazgo en algún sector específico. La marca país está hoy de moda porque, como herramienta de marketing, es una potente palanca no solo para las industrias productivas de un país, sino para el país en sí. «Colombia, el riesgo es que te quieras quedar». ¿Quién no recuerda este fabuloso eslogan publicitario? Este fue el mensaje de campaña que el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo de Colombia lanzó en noviembre del año 2007, en Cartagena, como parte de una iniciativa para promover el turismo mundial hacia este país hermano. En esta estrategia promocional se tomó a los extranjeros que decidieron quedarse a vivir en el país como los protagonistas de la misma; fue un grupo de estos, incluso, el que aportó la idea de la campaña. Para esta, se tuvo comerciales al aire con testimonios de extranjeros que llegaron al país, se enamoraron del mismo y se quedaron, y se contó con stands en ferias internacionales y una importante comunicación en diferentes medios impresos y digitales. La campaña fue dirigida a países con los que Colombia mantiene lazos y en los que se quiso estimular el turismo, como Estados Unidos, Venezuela, Canadá, España y Brasil, en una primera instancia, y luego Italia, Alemania, Chile y Perú. El mensaje fue claro y contundente, invitó al extranjero a mirar a Colombia más allá de la sombra del narcotráfico y de la guerrilla, y fue parte de la decisión del Gobierno de ir más allá de la marca «Colombia es pasión», la cual empezó a trabajar en el cambio de percepción del país para cumplir con las tareas de promoción de exportaciones, inversión y turismo, como lo dice en la página web oficial del Mincit. Los colombianos saben enviar mensajes, eso está claro. ¿Has aterrizado en el aeropuertoEl Dorado, en Bogotá? Pues cuando lo hagas, estarás «2600 metros más cerca de las estrellas». En esta línea, el Perú ha venido trabajando ingeniosamente el concepto de marca país. Durante la última década, la Marca Perú, especialmente en asociación con la gastronomía, puso a los peruanos en el mapa y consagró a Lima como la «capital gastronómica de América Latina». Para Isabella Falco, directora de comunicaciones e imagen país de Promperú, órgano promotor del Estado, «la marca país es una herramienta de comunicación y mercadeo que permite asociar un conjunto de valores a un país para competir en un entorno internacional destacando promesas únicas». El desafío, según Falco, es encontrar para el país un posicionamiento creíble, relevante y diferencial. En el caso de Perú, se eligió construir la marca país sobre 3 pilares: el Perú 39 es polifacético, especialista y cautivador; así, el objetivo es que la marca ayude a construir un Perú con un alto valor percibido por las audiencias clave. Pero, desde su lanzamiento en 2011, la Marca Perú no se conformó con convertirse en una lovemark nacional en su primer año de existencia, sino que sus acciones se han ido adaptando a las tendencias del mercado y a las necesidades de crecimiento e internacionalización del sector privado. La buena relación de la Marca Perú con el sector privado del país permitió, en poco tiempo, la valoración de la marca como un aliado estratégico para el crecimiento, tanto a nivel nacional como internacional, siendo esta sinergia vital para el fortalecimiento del orgullo nacional. El siguiente paso sería, indudablemente, el licenciamiento de marcas sectoriales para los sectores priorizados, como super foods, café, cacao, pisco, gastronomía y turismo, los que consolidarían el posicionamiento de la Marca Perú como marca paraguas a nivel mundial. A pesar de esfuerzos a nivel país como estos, no existe, sin embargo, la concepción de la «franquicia marca país». ¿Y qué sería, entonces, la franquicia marca país? Pues la franquicia que apalanca su propuesta de valor en la credibilidad y los recursos de un país; esto es, de su país de origen, desde luego. Si bien, por siglos, los productos y servicios han hecho esto, como las hamburguesas o el yoga, podemos decir que el concepto utilitario de la franquicia marca país es, en efecto, nuevo. Más aún, me atrevo a decir que el poder, aún latente, de esta idea como herramienta es inconmensurable. ¿Y cómo nace esto? Pues con Mistura; es decir, cuando se le encomendó al Grupo Nexo Franquicia el desarrollo de la franquicia de Mistura. Mistura El tema gastronómico es, sin duda, de gran relevancia para las diferentes culturas de los países latinoamericanos. Desde el asado argentino y las empanadas chilenas, hasta el mole mexicano y las arepas venezolanas, hay todavía mucho por explorar con respecto a la cocina como parte del desarrollo económico y social en relación con las franquicias. Además, la cocina, estoy convencido, puede ser un agente de cambio y un promotor de oportunidades. En esta línea está Mistura, la feria gastronómica más grande de Latinoamérica y una de las más importantes del mundo. Esta iniciativa de Apega congrega, una vez al año, a 40 lo largo de 10 días, a casi 500 000 personas, generando ingresos por alrededor de 5 millones de dólares en taquilla y venta de alimentos, y decenas de millones de dólares en oportunidades de negocio para sus expositores y asistentes. Los beneficios económicos para el Perú en cuanto a turismo y valoración de su patrimonio cultural, por otro lado, son incalculables. Sin embargo, es luego de una década de éxito que la historia de Mistura empezará a reescribirse con el lanzamiento de su franquicia. Este ambicioso sistema revela el saber hacer detrás del megaevento respecto, por ejemplo, a los retos en gestión de alimentos y bebidas, logística, cadena de suministro, producción, infraestructura, patrocinios y ventas, entre otros. Todo esto, manteniendo el ADN de la marca y sus valores de democracia, diversidad, orgullo y creatividad. Ciertamente, para mi equipo y para mí, este titánico desarrollo ha sido una experiencia altamente enriquecedora. ¿Y por qué es la posible internacionalización de un food fair relevante para una industria o incluso para un país? A nivel industria, por un lado, la franquicia de Mistura tiene la oportunidad de internacionalizar no solo una marca, sino toda la cadena gastronómica que la sostiene. Esto es, el valor de potenciar, desde los nombres de toda una generación de chefs y sus marcas de restaurantes hasta las economías de escala de los miles de pequeños productores del altiplano, que harían posible que las más de 5000 variedades de papa que tiene el Perú lleguen a las nuevas plazas de dichos restaurantes. El efecto a nivel de ingresos, a través de reputación para unos y de economías de escala para otros, es incalculable. A nivel país, por otro lado, Mistura ya cambió la historia de los peruanos, al menos hacia dentro. Como recuerda Bernardo Roca-Rey, presidente de Apega, hasta hace una década era muy usual que taxistas en otros países, como los Estados Unidos, le preguntasen dónde estaba situado el Perú en el mapa. Hoy, más bien, le preguntan si «comió rico» antes de subirse al avión, porque las comparaciones son odiosas. La verdad es que, hasta hace una década, los peruanos esperábamos hasta llegar a la caseta de migración en los aeropuertos, por miedo a que nos detengan para una revisión aleatoria por cualquier tipo de suspicacias. Hoy llevamos orgullosos nuestros pasaportes, como si este evitara que aún necesitemos visas para viajar por el mundo; porque aún tenemos muchas carencias, y cada día lidiamos con la pobreza, la desigualdad de género, la inseguridad y la corrupción, pero en el Perú sabemos comer. Y lo hacemos mejor que nadie, ¡pobres y ricos! 41 Mistura nos dio a los peruanos, en el lapso de una década, una nueva identidad nacional. Nos dio autoestima. Este es el poder de la comida. Ahora, solo puedo fantasear con lo que hará por los peruanos y por todos los latinoamericanos el poder de la franquicia, con Mistura como la primera franquicia marca país del Perú y, como tal, probablemente de Latinoamérica. Al cierre de este texto, en octubre de 2019, y luego de que CNN en español transmitiera al mundo una linda nota sobre el lanzamiento de la franquicia Mistura en el auditorio de Promperú, en Lima, ya se estaban evaluando candidatos en distintos países. Chile y Colombia son 2 de estos, y eso, creo, sacude prejuicios y paradigmas. El hecho de que países hermanos como Chile y Colombia piensen en impulsar Mistura es interesante, pues a pesar de que cada uno posee una propia identidad, son conscientes de que esta Marca Perú los puede ayudar a desarrollar y fortalecer sus propias industrias gastronómicas. La gastronomía es capaz de trascender cualquier falso sentido de nacionalismo en pos del progreso y del bienestar de los pueblos; tal es su potencial. Y en este sentido, estoy convencido de que en 20 o 30 años los chilenos, colombianos y peruanos, así como los mexicanos, argentinos, brasileños, bolivianos, ecuatorianos y centroamericanos, y todos los latinoamericanos, seremos mundialmente reconocidos por un nombre común que agrupe toda nuestra vasta comida. Así como hoy en día alguien en América puede decir que le provoca comida «oriental» antes de hablar de comida vietnamita o china, y luego especificar: «china cantonesa»; en unas décadas alguien en Asia dirá que le provoca no una plateada, una bandeja paisa o un lomo saltado, o comida chilena, colombiana o peruana, sino que empezará diciendo que le provoca comida «latinoamericana». Y esta, creo, es la verdadera oportunidad latina; una oportunidad que, o la aprovechamos todos, o no la aprovechará ninguno. Como lo dijese una prestigiosa periodista del diario El Tiempo, de Colombia, en una nota de título «Mistura con bandera latina», publicada en el 28 de octubre de 2018: «Colombia suena para ser anfitrión de una franquicia de la mundialmente reconocida
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