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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO Facultad de Ciencias Políticas y Sociales La economía cultural creativa como política cultural en la Unión Europea TESIS: Para obtener el título de Licenciado en Relaciones Internacionales P R E S E N T A: Uriel Odiel Sandoval Peña DIRECTOR DE TESIS: Francisco Alejandro Pedraza Cortés Ciudad Universitaria, Ciudad de México. 2018 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 1 AGRADECIMIENTOS Por encima de todo me parece necesario agradecer a las dos personas que fueron causa de mi génesis, es decir, mi madre y mi padre. Agradezco a ambos por una eterna paciencia y cuidado, por desvelos ante enfermedades y constantes lecciones que me forjaron para toda la vida. Mi madre que en múltiples ocasiones me aconsejo para no dejar de lado mis intereses y sueños, a mi padre que su rigor me dio las bases para una fuerte autodisciplina que me ha permitido una contaste retroalimentación personal. Una persona más de mi círculo familiar que le debo bastantes es a mi hermano, quien siempre me ha escuchado y con el que he compartido secretos y diversiones. En la novela Kokoro de Natsume Soseki el sensei explica que al protagonista –su discípulo- que la única razón por la que constantemente lo busca es para satisfacer un vacío en su vida, que en algún momento se olvidará de él bajo el sentimiento de querer superarlo. Me gusta pensar que así fue mi relación con Alejandro Pedraza a quien puedo llamar “sensei” porque en un momento de insatisfacción por la carrera y falta de gusto por las Relaciones Internacionales lo conocí y les dio forma a mis dudas. Por esto te agradezco Alejandro por más de 3 años de amistad, enseñanza académica y de la vida cotidiana; espero algún día superarte. Sólo me queda agradecer a una persona que soporto todas mis preocupaciones y dilemas con la investigación, que paso horas escuchando atenta los pleitos mentales para explicar mis ideas en la escritura, y que en más de una ocasión me dio los mejores consejos para cerrar esta etapa de mi vida. Muchas gracias Sandra, te amo y te agradezco por compartir esta parte de mi vida, por todo el apoyo que me has entregado para soportar las adversidades. 2 ÍNDICE GENERAL INTRODUCCIÓN .................................................................................................................... 4 CAPÍTULO 1. DE LA ECONOMÍA DE LA CULTURA A LA ECONOMÍA CREATIVA ..... 10 1.1 La relación entre economía y cultura ................................................................... 10 1.2 La evolución del concepto de industria cultural ................................................. 12 1.3 El surgimiento y evolución del concepto de economía creativa ...................... 16 1.4 Los cambios de la política cultural y el rol de la economía cultural-creativa . 24 CAPÍTULO 2. LA POLÍTICA CULTURAL DE LA UNIÓN EUROPEA: EL PAPEL DE LA ECONOMÍA CREATIVA ...................................................................................................... 30 2.1 El lugar de la cultura en la Unión Europea ......................................................... 30 2.2 La relación entre cultura y economía en la Unión Europea ............................. 32 2.3 La economía cultural-creativa en la Unión Europea ......................................... 34 2.4 La dinámica de los principales mercados de la economía cultural creativa .. 38 2.5 La contribución del Sector Cultural Creativo a la economía de la Unión Europea ........................................................................................................................... 42 Tabla 1. Relación de ganancias y empleo en los diferentes mercados de la economía cultural-creativa de la UE en 2012 ........................................................... 43 Gráfico 1. Comportamiento del empleo en el sector cultural creativo de la Unión Europea ........................................................................................................................... 44 Gráfico 2. Crecimiento del empleo cultural creativo en la Unión Europea ........... 45 Gráfico 3. Comparación del empleo cultural creativo entre 2000-2007 y 2008- 2012 ................................................................................................................................. 46 2.7 El problema de rentabilidad en el Sector Cultural Creativo ............................. 46 2.8 Beneficios no económicos de la economía cultural-creativa ........................... 47 2.9 Los clusters del Sector Cultural Creativo en la Unión Europea....................... 48 2.10 El Sector Cultural Creativo en los programas de la Unión Europea............. 49 2.10.1 El programa MEDIA ...................................................................................... 50 2.10.1 La iniciativa Capitales europeas de la cultura ........................................... 52 2.10.3 El actual programa: Europa Creativa ......................................................... 55 CAPÍTULO 3. LA RELACIÓN ENTRE CULTURA Y ECONOMÍA EN LA POLÍTICA CULTURAL DE LA UE ........................................................................................................ 57 Gráfico 4. Toma de decisión al interior de la Unión Europea en cuestión de cultura .............................................................................................................................. 69 3 CONCLUSIONES ................................................................................................................. 79 FUENTES CONSULTADAS ................................................................................................ 84 ANEXOS ............................................................................................................................... 87 Anexo1 de Gráficos ........................................................................................................... 87 Grafica 1: Mercados de la Industria cultural a nivel global (estimado en billones US$) ...................................................................................................................................... 87 Grafico 2 Cuadro de trabajo de las actividades culturales del ESSnet-Culture ............ 88 Anexos de Tablas .............................................................................................................. 89 Tabla 1: Propuesta de la KEA para la delineación del Sector Creativo Cultural (SCC) . 89 Tabla 2 Comparación de la propuesta de delineación entre Eurostat, Organización Mundial de la Propiedad intelectual (OMPI o WIPO por sus siglas en inglés) y el Reino Unido UK ....................................................................................................................... 90 Tabla 3. Contribución del Sector Cultural Creativo y otras industrias para la economía europea (porcentaje del PIB) ........................................................................................ 91 Tabla 4 La rentabilidad del Sector Cultural Creativo europeo. .................................... 92 Tabla 5 Top de Europa Clusters en Industrias Creativas .............................................. 93 4Introducción El estudio de la cultura ha llevado a una amplia gama de investigaciones y reflexiones alrededor de ella para algunos es sinónimo de expresiones artísticas, contenedor de la espiritualidad humana y vivo ejemplo de la estética, por otra parte, otros aluden a un discurso construido en promoción de una imagen nacional a favor del aparato estatal; sin embargo la definición de la misma no es tema de discusión para esta tesis, ya que no se busca hacer un recuento histórico del significado de cultura o la inalcanzable ontología de la misma, en cambio, el punto central es entender la relación, no declarada u oficial, que se ha generado entre economía, política y cultura. Uno de los conceptos que viene a la mente al abordar la relación entre cultura y la economía es la industria cultural de Horkheimer y Adorno discutido en su libro La dialéctica de la ilustración, en él toman dicha relación como la perdida de ontología para la obra de arte al volverse mera copia producida en masa y representante de una mercantilización a favor de racionalidades económicas. Otra postura sobre el tema es Daniel Bell en su libro Las contradicciones culturales del capitalismo, allí se puede encontrar una explicación de los resultados en el ámbito cultural con la tercera revolución tecnológica o la sociedad del conocimiento, su libro es una explicación de cómo dicho cambio afecta a la cultura considerando que la economía incide en los comportamientos culturales de la sociedad, causando una pérdida de reflexión comunitaria por intereses particulares. Si bien ambas posturas representas líneas téoricas divergentes, ambas llegan a una conclusión similar: es inconmensurable la relación entre la racionalidad económica del capitalismo con un proyecto cultural que es visto como mera satisfacción individual y consumo; entendido como un dilema para el proyecto de modernidad por parte de Bell. Ambas visiones del capitalismo cultural e industria cultural tienen similitudes, pero no explican a profundidad la relación del mercado con la obra de arte y acentúan generalidades; a pesar de su pertenencia a corrientes y épocas diferentes. 5 En este sentido cabe mencionar a Pierre Bourdieu, quién analizó las normas de los distintos campos de producción cultural en su libro El sentido social del gusto, en esta obra explica las relaciones que se producen dentro del campo artístico, ya sean de jerarquía o para mantener la dominación. El sociólogo francés es el pionero en presentar la relación entre economía y arte, es decir, que los productores, conocidos como artistas, componen un habitus -forma de actuar, percibir y reaccionar socialmente consensuada- que se manifiesta en sus bienes simbólicos dotados de valor en su propio campo (espacio donde se producen y relacionan en este caso el artístico) o si van acorde al habitus. Una idea importante a recalcar de la obra de Bourdieu es que los distribuidores juegan un rol primordial por encima de los artistas, pero dicha relación no es tan reconocida a pesar de ser quienes ponen en venta las obras de los productores; sin embargo, en el paso de la economía cultural a la economía creativa los cambios tecnológicos entregan una mayor relevancia a los distribuidores como quienes definen formato, y presentaciones. Sumado a la visión de Bourdieu está David Throsby. Él da pauta a entender la relación entre economía y cultura que se gesta a partir del cambio tecnológico, a diferencia de Bell, Throsby centra su análisis en los bienes simbólicos, es decir, en cómo entender el valor de los mismos cuando está dado fuera de las determinaciones de la economía clásica. En su obra Economía y cultura, Throsby busca descifrar el significado de valor cultural que las industrias culturales han estado explotando. En este sentido Throsby explica el contenido del valor cultural desde su perfil estético, al tomar en cuenta las propiedades de belleza, armonía; valor espiritual, si la obra tiene una importancia especial en sentido religioso, el cual trae beneficios como la comprensión, ilustración o conocimiento. También profundiza en el valor social, es decir, si la obra aporta una conexión entre los demás que conlleve a una sensación de identidad o pertenencia. Otro más es con el valor histórico, esto se refiere a conexiones con el pasado, si refleja condiciones de vida que se daban en el momento que fue creada. Además, Throsby intenta conocer el valor cultural de una obra por medio del valor simbólico, si es que tiene un 6 significado a partir de la interpretación externa. Y por último con el valor de autenticidad, es decir que sea original o única. Tanto las obras El sentido social del gusto y Economía y cultura, son investigaciones desde perfiles sociológicos y económicos respectivamente, sin embargo, buscan trazar una noción más multidisciplinaria al abordar el objeto de estudio, aunque no ahondan sobre el papel de la política en el cruce entre mercado y obra de arte. En cambio, Bell y la escuela de Frankfurt al analizar el tema llegan conclusiones que van de acuerdo con los momentos históricos que presenciaron: comportamientos de la producción en masa de obras de arte o preferencia a la satisfacción de intereses personales a partir de cambios tecnológicos, sin explicar casos en particular. Se debe considera que el debate de industria cultural y la sociedad postindustrial se ha ido enriqueciendo hasta el día de hoy, por lo que su aplicación en casos contemporáneos resulta incompleta, si sólo se considera la visión de Frankfurt o Bell como se verá a lo largo de las próximas páginas. Como problema teórico, por así llamarlo, es que el concepto de cultura no tiene una definición que sea totalmente aceptable, incluso al discutir la relación entre economía y cultura, por una parte se han citado un par de ejemplos de teóricos que consideran dicha relación inconmensurable; y otros que prefieren analizar la dinámica de dicha relación para entenderlo desde otro punto de vista –sociológicos o económicos-; pero a lo largo de la investigación se espera mostrar que la variedad de análisis al respecto tampoco han llegado a conclusiones cerradas o determinantes, continua en discusión y que ambos defienden por debajo ciertos intereses. La razón de escoger a la Unión Europea como caso de estudio es por la robusta cantidad de fuentes de diferentes perfiles respecto a la economía de la cultura; como se verá a lo largo de la investigación la UE cuenta con estudios preliminares sobre el tema, programas de desarrollo cultural con beneficios económicos y sociales, y 7 posturas que pueden considerarse como directrices a nivel internacional por la cantidad de investigación y experiencia que las respalda. Con el caso de estudio se deben tomar en cuenta las siguientes precisiones: no se busca explicar qué es cultura para Europa, la diferencia entre lo europeo frente a lo externo, o la definición de la identidad europea, ya que su abordaje requiere un estudio mucho más minucioso, donde el resultado puede ser objeto de polémica; en su lugar el significado de cultura, que se toma a considera en la investigación, nace desde un perfil legal o desde que se ve a la cultura como un punto de interés para la política de la Unión Europea. En este sentido se debe tomar en cuenta el hecho de que a partir de 1992 con el Tratado de Maastricht la Comunidad Europea obtuvo facultades en materia cultural: apoyar el florecimiento de las culturas, su diversidad, difusión, protección de patrimonio, todo ello sin infligir el principio de subsidiariedad; y que con ello la cultura tiene un beneficio para el proyecto europeo; lo anterior se presentó a pesar de que la Unión surge como un proyecto de objetivos económicos y que no había tocado la idea de cultura por la sombra de los nacionalismos, es posible que responda a unamaduración del proyecto y del discurso de lo “europeo”. Años después surgieron problemáticas entre cultura y mercado como copyright o la regulación audiovisual; sin embargo, gracias al Libro verde y la política en Telecomunicaciones, se formularon regulaciones que permitieron que las contradicciones entre un campo y otro se resolvieran hasta cierto grado. Con la Estrategia de Lisboa en el 2000 se generó un mercado competitivo para la sociedad de la información a la par de un capitalismo cultural que mostraba nuevos retos a considerar por la Unión Europea, lo que volvió a abrir la discusión en cómo abordar la relación entre cultura y economía. La economía cultural-creativa fue un factor a considerar en la política cultural de la Unión, con los programas MEDIA y Capitales Europeas de la Cultura, ya que hacia el año 2000 en Europa el Sector Cultural-Creativo contaba con una tendencia de crecimiento en creación de empleos e intensidad en el comercio de bienes 8 culturales. En 2012, la Oficina Europea de Estadística publicó una guía para la armonización de las estadísticas del sector; y con los años se han generado distintos mercados que han ido creciendo: libros, revistas, periódicos, música, artes escénicas, televisión, cine, radio, videojuegos, artes visuales, arquitectura, y publicidad. Hasta el día de hoy la cultura ya no se piensa fuera de la economía, ejemplo de ello es Europa Creativa. El programa está pensado para una amplia variedad de sujetos como beneficios, no sólo de perfil económico: promover la diversificación económica en los ingresos, comercio e innovación para revivir las áreas urbanas menos consideradas; generar empleos, en más de un rubro de la industria; contribuir a la cohesión social; promover el balance de género en el mundo laboral; apoyar a construir una sociedad consciente en sentido cultural; y promover una imagen de diversidad con multiculturalidad. Como punto de discusión se busca comprobar que la economía creativa se ha dirigido a conformar un nuevo paradigma económico, y que no sólo ha modificado las formas de entender a la cultura, también cómo es tratada la relación cultura y economía en ámbitos públicos por parte de un aparato estatal u organismo supra gubernamental como es la Unión Europea al verla como productora de beneficios mesurables: ganancias, empleos, mejora urbana; y de beneficios sociales. También verificar si esto ha funcionado como vía para que la cultura, un tema tabú relacionado al nacionalismo, fuera un punto a rescatarse por un organismo de perfiles económicos, en su origen, y si realmente es rentable continuar esta propuesta a futuro por medio de los programas conformados, los cuales responden a dos intereses: culturales y económicos. Otro punto que se busca comprobar es que el término industria cultural ha quedado rebasado por la realidad y nuevas formas de producción en el capitalismo cultural que se encuentran dentro del estudio de economía creativa, puesto que ya no sólo 9 se explica desde un perfil sociológico o económico porque termina encasillando el tema en una visión reduccionista. La presente investigación se compone de tres partes: una teórica (capítulo 1) donde se abordan los cambios en el concepto de industria cultural por parte de la academia y cómo es tomado el tema en Organizaciones Internacionales, además de explicar la relación que tiene economía y cultura pensada para su aplicación en una política pública; de caso de estudio (capítulo 2) donde se explica cómo es comprendida la cultura desde la bases legales de la Unión Europea, su relación con la economía, los primeros estudios al respecto, el comportamiento del sector cultural creativo y los programas culturales que considerar la concordancia cultura-economía; y por último una sección de análisis (capítulo 3), en donde se hace la reflexión de cómo ha evolucionado el concepto de industria cultural a qué responden ciertas definiciones, cuál es la diferencia entre la postura de economía cultural o economía creativa de las organizaciones internacionales frente a la economía cultural creativa de la Unión Europea, a dónde se han dirigido los principales programas, qué se ha conseguido con ellos y qué lógica se encuentra presente dentro de la Unión que se manifiesta en sus programas culturales. 10 Capítulo 1. De la economía de la cultura a la economía creativa 1.1 La relación entre economía y cultura La relación entre economía y cultura puede ser entendida a partir de la crítica contra la industria o de una forma más concreta: la mecanización de la vida social, en este sentido cabe mencionar a Coleridge, quién hace la proposición de un necesario rescate de la espiritualidad, de ir en favor de una cultivación de la población ya sea a partir de la noción religiosa o desde su perfil artístico con la obra de arte1. Él no es el único autor con estos perfiles en hacer crítica a los desarrollos tecnológicos de la modernidad y cómo desmantelan lo que es entendido como cultura para su época o ellos mismos; juicios semejantes salieron de Mathew Arnold y Carlyle. El ejemplo anterior es una de las principales “dialécticas” al tocar la palabra economía dentro de la cultura: se argumenta la intromisión de una racionalidad práctica, de costo beneficio, de un sistema fabril, en un espacio supuestamente dictaminado por el sentimiento artístico o la invisible esencia que cubre al arte y su campo indescifrable; sin embargo, cabe tomar en cuenta a Bourdieu. Dicho ideal de pureza nace de su mismo proceso, se presenta un desprendimiento de su espacio terrenal, como objeto, y al surgir de las tradiciones artísticas consensuadas en el campo, la obra obtiene su categoría como arte a partir de las mismas personas que la determinan como tal ya sea por el respeto a la tradición o por el capital cultural que ostenta su creador. En pocas palabras la noción y juicio de pureza es sólo una reificación alrededor de la obra artística que no explica el verdadero proceso social que contiene y actores inmiscuidos.2 1 Véase Chris Jenks, Culture. Key Ideas, London Routledge, 2001, pp. 16-18 2 Pierre Bourdieu, El sentido social del gusto. Elementos para una sociología de la cultura. Ed. Siglo Veintiuno, 2010, 282 pp. 11 La supuesta inconmensurabilidad entre una dimensión mecánica y una artística se reproduce en el debate entre tocar temas de cultura desde una perspectiva económica o que fenómenos u objetos de estudio no pueden compartir espacio entre ambas esferas; a pesar de la existencia de un mercado de arte. En realidad, hay una mutua correspondencia en entre ambos campos, en palabras de Throsby: “De la misma forma que el discurso económico y el funcionamiento del sistema económico se encuentran dentro de un contexto cultural, lo contrario también es cierto. Vemos igualmente que las relaciones y los procesos culturales existen dentro de un entorno económico y se pueden interpretar en términos económico. “3 Ambos contextos se sobreponen constantemente, como detalla Throsby, se puede entender el económico como un sistema de pensamiento y al cultural como un sistema de organización, esto quiere decir: “los agentes económicos viven, respiran y toman decisiones en un entorno cultural, […] este entorno tiene cierta influencia en el modelado de sus preferencias y en la regulación de su comportamiento, independientemente de que este comportamiento se observe a escala del consumidor o la empresa individuales, o en la escala agregada de la macroeconomía. “4 Si se considera el concepto de Raymond Williams5 sobre cultura como un sistema de significados realizado, es decir que se encuentra intrínseco a un sistema económico, político, generacional y social, pero que se mantienen en práctica y en la mente delos individuos6; más la noción de Throsby: “la producción y el consumo de la cultura se pueden situar dentro de un marco industrial, y que los bienes y servicios producidos y consumidos se pueden considerar como mercancías en los 3 David Throsby, Economía y cultura, Ed. Cambridge University, New York, 2001, pp. 24 y 25 4 Ibid. p. 23 5 “Williams enumeró cuatro significados distintos de cultura: como un hábito mental individual; como un estado de desarrollo intelectual de toda una sociedad; como el conjunto de las artes: y como una forma de vida de un grupo o de un pueblo en su conjunto“ Terry Eagleton, La idea de la cultura, España, Ed. Paidos, 2001, p. 60 6 Véase Raymond Williams, Sociología de la cultura, Argentina, Ed Paidos, 1983, pp. 194-204 12 mismos términos que otras mercancías producidas en el sistema económico. “7; se puede notar que hay una cierta participación de la cultura como acto humano con significado en la esfera económica; pero que también tiene su parte en bienes o mercancías con un contenido creativo. La dinámica de relaciones entre la economía y la cultura no sólo ha sido tema de discusión en espacios académicos, mismas organizaciones internacionales lo han considerado para las agendas que manejan; pero desde la perspectiva económica, es decir la producción de bienes y mercancías con un sello de cultura o arte. Un ejemplo es el caso de la UNCTAD en su Informe de Economía Creativa desde 2008 hasta 2013, en él define a la economía de la cultura, como la aplicación de las visiones económicas a toda creación de arte, patrimonio e industrias culturales sin importar el sector, más que nada busca comprender cuál es el comportamiento de la organización económica del sector cultural desde sus productores, consumidores y autoridades relacionadas8. 1.2 La evolución del concepto de industria cultural Antes de hablar del concepto industria cultural, cabe mencionar a Walter Benjamín por su crítica a la relación ente la producción industrial y el arte con los primeros ejemplos de productos artísticos copiados para satisfacer un mercado. Benjamín explica en La obra de arte en la época de la reproductibilidad mecánica, cómo el progreso, cambios tecnológicos, facilita la producción en masa de la obra de arte, sino que también cierra la brecha entre el medio artístico y la superioridad de una clase; al igual que la degrada y transforma a beneficio propio el concepto de estética porque la obra de arte pierde completamente el sentido de culto, es transformada a la posición más redituable: deja a un lado su esencia para ser mero duplicado de la misma. 7 Ibid. p. 26 8 Véase UNCTAD. Economía creativa Informe 2010, [en línea], Ed. Naciones Unidas, Suiza, 2010, p. 31, Dirección URL http://unctad.org/es/Docs/ditctab20103_sp.pdf [consulta: 31 de Enero de 2016]. p. 31 http://unctad.org/es/Docs/ditctab20103_sp.pdf 13 La industria cultural tiene su origen en el libro La dialéctica de la ilustración de Horkheimer y Adorno9 para la explicar la reproducción en masa de la cultura con un perfil de intereses ideológicos, es decir, llevar la producción de copias de obras de arte, la facilidad del medio artístico, y la deformación del entendido estético hasta los puntos más graves, donde la importancia recae en forjar un espectador, un ser humano que constantemente se encuentre bombardeado por el cine, la radio, etc., pero sin dejar de lado la posibilidad de la creatividad humana, construye una serie de elementos para cooptar todo rastro de seres creativos para moldear su novedad como materia de reproducción en masa y de fácil incrustación en el medio comercial. Durante la década de 1950 y 1960 industria cultural de Horkheimer y Adorno fue un término general y polémico que buscaba hacer crítica a la vida social moderna y defender a la esfera cultural de la atroz intromisión económica, a respuesta de que le hacía perder su capacidad de sagrado, ideal o trascendental puesto que era cada vez más asimilada por la industria fabril. Pero con el tiempo los estudios se fueron distanciando de los teóricos de Frankfurt, por su exagerada unificación del término, y la modificación en la organización de las industrias culturales. Las ideas de Walter Benjamín, Horkheimer y Adorno son similares a las de Coleridge, miran al encuentro entre las dimensiones económicas y culturales como imposibles. La visión que defienden es de teoría crítica, es decir denuncia la situación sistémica en que se encuentran inmersos gracias al capitalismo, o la modernidad atacando la mercantilización de las producciones culturales; sin embargo, la academia no se conformó con las conclusiones de Frankfurt, se ve por nociones más descriptivas para explicar las diferentes organizaciones de las nuevas industrias culturales. 9 Theodor Adorno Max y Horkheimer, “La Industria Cultural”, en Dialéctica de la Ilustración. Trotta, Madrid, 2006, pp. 165 – 191. 14 El término pasa a ser plural a partir de la década de 196010 en adelante; cuando la visión de Frankfurt muestra contradicciones en su generalidad o unificación para todos los casos, se empieza a encontrar limitado con la complejidad de las industrias culturales, quienes muestran nuevas formas de trabajo y producción. A resultado de ello varios teóricos como Bernard Miege, Scott Lash, John Urry, o David Throsby dejan la cercanía de la palabra con los teóricos de Frankfurt11 para hacer análisis con las nuevas formas de organización que empiezan a mostrarse en dicho sector. La definición de industrias culturales al dejar de lado a Horkheimer y Adorno empieza a tomar una naturaleza de economía política. Como se mencionó, mucho de su estudio se concentra en las modificaciones de su organización, también se viró por encontrar los puntos de relación con otros sectores principalmente telecomunicaciones. Bertrand Miége menciona que se puede entender la variedad de teorización a partir de cinco proposiciones: una creciente diversidad cultural basada en las variedad de relaciones que se conformaron en la producción industrial, es decir, que mucho de su crecimiento está basado en la necesidad de terceras industrias para mantenerse, ya sean técnicas, o porque vehiculizarían su producto; el comportamiento volátil de los “valores de uso culturales“ puesto que en muchos de sus productos su valor no se define por el uso sino por la carga simbólica que contienen; el papel de los artistas o trabajadores artístico y la remuneración de sus creaciones; la explotación de la mercancía cultural en su naturaleza industrial, desde la creación al consumo; y los punto a tomar en cuenta al hablar de internacionalización como son las culturas nacionales y configuraciones geográficas.12 10 David Hesmondhalgh, Cultural industries, Sage Publications, London, 2007, p. 16 y 17 11 El término de los alemanes no debe tomarse como rebasado o totalmente equivocado, simplemente alude a una posición demasiado totalizadora para los casos de estudio. 12 Bernard Miège, “Theorizing the cultural industries. “Persistent specificities and reconsiderations“ en Janet Wasko, Graham Murdock, Helena Sousa (editores). The handbook of political economy of communications, Ed. Blackwell, UK, 2011, p. 85-90 15 En el caso de John Urry y Scott Lash en su obra Economía de signo y espacio, terminan por apostar que existen dimensiones estéticas a considerar en la producción de las industrias culturales, atacan la idea de que la circulación de los productos de las mismas sólo sea meramente simbólica en términos de información13. Al considerar errónea la visión de Walter Benjamín con la obra de arte “aurática” y que elautor es el único productor, ambos autores se posicionan en considerar a la industria como productora más que reproductora. Además de pensar a las industrias culturales como cuna de innovación a comparación de otros sectores, donde la idea de la perdida de lo “sagrado” por la producción fabril es errónea ya que existe más una renovación, es decir la producción a gran escala de bienes culturales respondía a nuevas formas de organización más allá de la fabril.14 También las industrias culturales tienen una línea histórica en el sentido práctico de la política. Sus orígenes se pueden hallar en la política del Reino Unido a finales de 198015. Anterior a ello en 1978 la UNESCO aprueba la creación de un “programa de investigaciones comparadas sobre las industrias culturales” dando como resultado la publicación en 1982 del libro Industrias culturales: el futuro de la cultura en juego, en dicho texto se encuentran nociones de la modificación del concepto a industrias creativas. Para la UNESCO las industrias culturales surgen con una producción, difusión, reproducción, de bienes o servicios culturales bajo criterios de industria y comercio; además de perseguir un desarrollo cultural. También la UNESCO hace una separación entre las distintas industrias culturales: donde una creación es objeto de múltiples reproducciones, como el libro, el disco, etc.; y la que responden a signos donde se modifican los formatos de creación, ejemplo de ello es la música16 Como se mencionó en un principio la teorización de industrias culturales buscó llevar un mayor análisis económico y de las nuevas formas de organización, mucho 13 Cfr. Scott Lash y John Urry, Economías de signo y espacio, Argentina, Amorrortu, 1998, p. 158 y 159 14 Ibid. p. 172 y 173 15 David Throsby, The economics of cultural policy, Cambridge University Press, USA, 2010, p. 88 16 Ari Anverre, et al. Industrias Culturales: El Futuro de La Cultura En Juego. FCE, México, 1982, p. 21 16 de esto es para explorar su papel en la economía. La mayoría de los estudios que se realizaron recaían en el sector editorial, en el cine, televisión y música; muchos de sus resultados fueron mostrando que el sector entre economía y cultura se mantenía en conexión con otros, que la forma de organización era diferente al sistema fabril; y a la par se fue transformando el concepto a industria creativa. Como se notó en este apartado el concepto industria cultural surge como denuncia a las primeras producciones en masa de obras de arte y que pierden su valor estético; sin embargo, con el pasar de los años surge el dilema de que no toda su producción era explicada por la postura de Horkheimer y Adorno. Las industrias culturales empezaron a mostrar nuevas formas de comportamiento en la visión económica por la naturaleza de sus bienes y la interrelación con otros sectores: telecomunicaciones, derechos de autor, diseño, moda, nuevos formatos de distribución, etc. Incluso, como explican John Urry y Sott Lash se puede empezar a considerar una reflexión mayor por los consumidores de estos bienes al tener cierta capacidad de reconocimiento estético. 1.3 El surgimiento y evolución del concepto de economía creativa La economía creativa empezó a gestarse a la par del surgimiento de nuevos formatos, tecnologías y organizaciones en la producción, las industrias culturales no eran representantes de todos los sectores que producían bienes con un contenido simbólico, surgen nuevos formatos, tecnologías y organizaciones en la producción, transformando presentaciones y canales de distribución. Uno de los primeros acercamientos a la economía creativa es John Howkins con su libro The Creative Economy; pero más allá de las discusiones del autor sobre el concepto de creatividad, el punto focal es si una idea intangible tiene valor en el campo económico. Howkins encuentra que existen industrias conformadas a base 17 de productos creativos, los cuales contienen valores simbólicos que pueden ser medibles en el mercado17. La pregunta con el producto creativo es ¿cómo explicar la transformación de lo abstracto a lo práctico? Para Howkins surge de la propiedad intelectual en 4 campos: derechos de autor, el cuál alude a la creación creativa de un individuo en trabajos específicos, algunos ejemplos son literatura, música; patentes, que es la protección de nuevos productos y procesos industriales, es decir entregar al inventor el monopolio en la fabricación de un objeto; marcas, donde es la protección de un símbolo que representa una organización o comercio; y diseño.18 Howkins concluyó que estas 4 formas constituyen las industrias creativas ya que entregan un valor a lo inconmensurable de la creatividad. En pocas palabras la noción de Howkins es que la economía creativa son las transacciones de productos creativos (no sólo artísticos), donde cada transacción tiene dos valores complementarios: el valor de la propiedad intelectual intangible y la plataforma o el distribuidor del producto (si es que existe). A partir de 2001 la obra de Howkins da pauta para el reconocimiento de una noción en la economía que ya estaba notándose desde los estudios de Rifkin con la economía del internet o del conocimiento: la información, lo no material cobra una importancia mayor en los nuevos productos gracias al cambio tecnológico. Con Howkins se nota el papel que gana la propiedad intelectual puesto que es quien certifica el valor creativo de estos bienes y servicios. La Organización Mundial para la Propiedad Intelectual (OMPI), habla sobre las industrias de los derechos de autor o el Copyright; como aquellas dedicadas a la creación, producción, fabricación, funcionamiento, difusión, comunicación, 17 John Howkins, The creative economy, Ed. Penguin Books, London, 2002 pp. 14-23 18 Loc. Cit. 18 exhibición, distribución y venta de obras u otras prestaciones protegidas19 donde en su Guide on surveying the economic contribution of the copyright-based industries del 2003 buscan darle la importancia económica de dichas industrias para el caso nacional. Y en 2005 la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), dentro de las líneas de trabajo del Committee for Information Computer and Comunication Policy (CICCP), actualmente renovado como en Committe for Digital Economy Policy (CDEP), ve a las industrias de contenido, como aquellas que facilitan, por medios electrónicos, el procesamiento, la transmisión y visualización de la información20. También en la publicación Tourism and the Creative Economy de 201421 explica que la creatividad se ha transformado en una aspecto importante del crecimiento económico, donde se puede hallar una mutua relación benéfica entre la cultura y el turismo al explotar la industrias creativas como motor de atracción turística. En el reporte de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) 2010 donde se halla una noción más integra de la economía creativa tomando en consideración a los 3 antes mencionados. Para la UNCTAD se define como: “La ‘economía creativa‘ es un concepto basado en los recursos creativos que de manera potencial generan crecimiento económico y desarrollo. -Puede fomentar la generación de ingresos, creación de empleos e ingresos de exportación, mientras que también puede promover la inclusión social, la diversidad cultural y desarrollo humano. 19 KEA European Affairs, The economy of the culture in Europe [en linea], European Commission, Brussels, 2005, p. 51 Dirección URL: http://ec.europa.eu/culture/library/studies/cultural-economy_en.pdf [Consultado 16 de enero del 2016] 20 OECD, Working party on indicators for the informationsociety. Guide to measuring the information society [en línea], 2005. Dirección URL: http://www.oecd.org/sti/sci-tech/36177203.pdf [consulta: 31 de Enero de 2016]. 21 OECD, Tourism and the Creative Economy, 2014, OECD Studies on Tourism, OECD Publishing [en línea] Dirección URL: http://dx.doi.org/10.1787/9789264207875-en [consulta: 31 de Enero de 2016]. http://ec.europa.eu/culture/library/studies/cultural-economy_en.pdf http://www.oecd.org/sti/sci-tech/36177203.pdf http://dx.doi.org/10.1787/9789264207875-en 19 -Engloba aspectos económicos, culturales y sociales los que interactúan con la tecnología, propiedad intelectual y turismo. -Es un conjunto de actividades económicas basadas en el conocimiento con una dimensión de desarrollo y vínculos transversales en niveles macro y micro para la economía en general. -Es una viable opción de desarrollo que llama a la innovación, respuestas políticas multidisciplinarias y acciones interministeriales. -En el corazón de la economía creativa están las industrias creativas “22 La economía creativa rescata la relación entre cultura y economía; pero no deja en total protagonismo a las industrias culturales, puesto que se retomen nuevos sectores no tomados en cuenta y que modifican la producción de los bienes culturales, creativo, simbólicos, o artísticos. Dichos sectores son las industrias de contenido, propiedad intelectual, creadores de tecnología, y modificadores de formatos, y claro el sector del turismo como alude la UNCTAD. A diferencia de la economía de la cultura, la creativa rescata a los sectores no tradicionales, como el software, diseño, marketing, publicidad, que muestran estar más integradas a las artes, gracias a las nuevas tecnologías, dichos sectores empezaran a catalogarse como industrias creativas. Aunque se debe considerar que la idea de industrias creativas es un concepto amplio y en muchas ocasiones varia respecto a la postura teórica, o actor político que lo utilice, algunos le dan mayor peso a la idea de creatividad, otros a las clásicas formas de expresión artística que crecieron como industrias culturales, etc. En este sentido cabe mencionar a John Hartley, quien toca un punto cercano al que se mencionaba en economía creativa: él explica que las industrias creativas son una convergencia, entre las producciones artísticas y la industria cultural; pero con la 22 UNCTAD, Economía creativa Informe 2010, [en línea], Ed. Naciones Unidas, Suiza, 2010, p. 37, Dirección URL http://unctad.org/es/Docs/ditctab20103_sp.pdf [consulta: 31 de Enero de 2016]. http://unctad.org/es/Docs/ditctab20103_sp.pdf 20 condición histórica de las nuevas tecnologías de la comunicación, las cuales modifican la producción del bien creativo o cultural, su distribución y presentación.23 La primera vez que se usó el término industrias creativas fue en 1994 en Australia con el informe Nación Creativa; pero tuvo relevancia hasta 1997 al ser rescatado en el diseño de políticas del Departamento de Cultura, medio ambiente y deporte del Reino Unido. En él se define a las industrias creativas “como aquellas que requieren creatividad, habilidades y talento para potenciar la riqueza y la creación de empleos a través de la explotación de sus propiedades intelectuales.24 Esta definición se compone de 13 industrias: publicidad, arquitectura, arte y antigüedades, videojuegos, artesanías, diseño, moda, cine, artes escénicas, música, software, editoriales, televisión y radio25. El concepto de industrias creativas ha sido retomado por múltiples países, pero con sus variaciones: en el caso de Australia, Austria y Reino Unido las llaman industrias creativas y se centran en los mercados que responden a sus sectores para definirlas; en Alemania se le considera industrias culturales y creativas; con Indonesia se prefiere economía creativa; en Corea como Industrias de contenido; y en Canadá como industrias del arte y la cultura.26 Otro acercamiento internacional es el concepto de la UNCTAD: “Son los ciclos de creación, producción y distribución de los bienes y servicios que tienen como base fundamental la creatividad y el capital intelectual; constituye un conjunto de actividades basadas en el conocimiento pero no limitándose en las artes; para generar ingresos en relación al comercio y derechos de propiedad 23 John Hartley Creative Industries. Ed. Blackwell Publishing, UK, 2005 p. 5 y 6 24 UNCTAD. Op. Cit. p. 32 25 John Hartley, et. Al. Key concepts in creative industries Ed. Sage, London, 2013, p. 59 26OECD, Tourism and the Creative Economy, 2014, OECD Studies on Tourism, OECD Publishing, p. 35 [en línea] Dirección URL: http://dx.doi.org/10.1787/9789264207875-en [consulta: 31 de Enero de 2016]. http://dx.doi.org/10.1787/9789264207875-en 21 intelectual; comprende productos tangibles e intangibles o servicios artísticos con contenido creativo, valor económico y objetivos de mercado “.27 Para la presente investigación se debe entender a las industrias creativas como un concepto que ha excedido la constante repetición del término creativo y que con ello lo ha vuelto demasiado superfluo y de un significado vago o vació; pero frente a esto la forma de entender las industrias creativas es a partir de qué industrias entran dentro de la noción de creatividad ya sea en su análisis estadístico, en la aplicación de políticas culturales o en el discurso económico. Se ha hecho mención de los 13 sectores que rescata el Reino Unido, el copyright y las industrias de contenido; estos 3 pilares se mantienen en la teorización como en la práctica, sólo llega a variar en ciertos subsectores dependiendo de la fuente a consultar. Un punto importante que considerar es el dinamismo que se ha presentado en la economía creativa o en el sector creativo; para ello cabe hacer mención del término Cluster. Entendido desde la economía por Michael Porter como: “concentraciones geográficas de industrias interconectadas, ya sean proveedores de servicios, especializados, sectores afines o instituciones asociadas con las que cooperan”.28 Esto se presenta porque el agrupamiento genera una mayor competencia, aumento de estándares, de colaboración, innovación, comercialización, se crean redes de trabajo que entre medianas y pequeñas compañías que permiten tener ventajas frente a las más grandes al igual que se construye una infraestructura de servicios especializados.29 En el caso de la economía creativo los clusters han sido modelos de organizaciones presentes en varios espacios geográficos, generando un desarrollo entre diferentes sub sectores de las industrias creativas, identificación de necesidades y áreas para 27 UNCTAD, Op. cit. p. 34 28 John Hartley, Op. cit. p. 259 29 UNCTAD, Op. cit. p. 125 22 desarrollo político para justificar las inversiones en la infraestructura que permita la promoción del crecimiento de dicho sector.30 Otro concepto que puede relacionarse con el término Cluster, pero no es sinónimo, es ciudades creativas, esto alude a un conjunto urbano o ciudades completas donde las actividades culturales de diferentes tipos son un componente de la economía de la ciudad y funcionamiento social, dichas ciudades desarrollan una fuerte infraestructura social y cultural, tienen concentraciones relativamente altas de empleos creativos y son atractivas para invertir en ellas porque tienen instalaciones culturales establecidas31. En el caso de la economía creativa es una plataforma para su desarrollo al tener un constante contacto con 3 puntos principales: artes y patrimonio cultural; medios de comunicación e industrias de entretenimiento; y los servicios creativos.32 El concepto de ciudad creativa es usadopara abarcar las diferentes relaciones o actividades culturales en un espacio geográfico, pero a diferencia de Cluster, las dimensiones de análisis van desde lo económico, lo político y lo social. La idea es notar que ambos son complementarios, tanto para que se conformé una ciudad creativa a largo plazo se hace necesario la existencia de un cluster creativo que generé el agrupamiento de las diferentes industrias locales, creadoras de bienes y servicios culturales; al igual que el cluster creativo necesita de las características de una ciudad creativa, por un recurso vital: el capital humano, o la creatividad que éste proporciona al tipo de bienes que comercia. Con ambos conceptos lo que se busca mostrar en la presente investigación es la conexión entre dimensiones sociales y económicas que se hallan en la “mercantilización de la cultura “. Un concepto más que se relaciona con la idea de ciudad creativa y los clusters es el turismo, a la par que y el crecimiento de las industrias culturales y de las industrias 30 Ibid. p. 300 31 Ibid. p. 40 32 Ibid. p. 41 23 creativas por el cambio tecnológico, el turismo es una der las principales vías para el crecimiento del sector, y de nuevas políticas que busquen interrelacionar a los sectores. Un turismo cultural concentra sobre todo la importancia de monumentos, y patrimonios o la visita a espacios para conocimiento del patrimonio que se visita, pero también se ha apostado por el turismo creativo al considerar los nuevos formatos de expresión artística como puntos de explotación. Uno de los modelos más rescatados para entender a las industrias creativas porque facilita analizar su estructura y funcionamiento son las cadenas de valor. Su aplicación va desde instituciones privadas, centros de recopilación de datos, gobiernos y organizaciones internacionales. La cadena de valor es una forma de análisis para las diferentes etapas de un bien o servicio, para la presentación del mismo al consumidor. Una industria creativa se compone por 4 etapas que rescata la UNCTAD: “Creación o concepción, en donde se desarrolla una idea o concepto; producción o reproducción, etapa en donde una idea o concepto es desarrollado de manera exhaustiva para posteriores etapas; marketing y distribución; consumo“33 El proceso completo no es llevado a cabo por una sola industria, se mantienen una constante actividad interindustrial a nivel macro y micro, además como menciona Throsby, el proceso varía dependiendo del bien o servicio, de forma que muchas veces se rompe la linealidad de la cadena a una red, porque la producción involucra múltiples aportaciones creativas y no creativas.34 Como se mencionó la cadena de valor en el caso de la economía creativa ha sido utilizada en la construcción de modelos para entender la linealidad, muchas veces más compleja, en los bienes y servicios con contenido cultural; lo que ha llevado a una variedad de modelos para integrar a la inter-industrialidad al igual que el desagregado de las diferentes etapas a nivel general o en diferentes industrias del 33 Ibid. p. 121 34 David Throsby, The economics of cultural policy, Cambridge University Press, USA, 2010, p. 25 24 mismo. En este caso el modelo más rescatado es el de círculos concéntricos, intentando explicar el papel de los distintos actores de la economía creativa a partir del lugar que ocupan en un modelo de organización similar a las ondas que se producen sobre el agua. El modelo de círculos concéntricos depende de la fuente a tomar en cuenta; pero en su mayoría maneja la misma separación de etapas que la UNCTAD. Su importancia recae en que permite comprender la complejidad en diferentes bienes y servicios a partir del encadenamiento de valores, también a reconocer los actores que componen la economía creativa, las industrias creativas más relevantes; los puntos de crecimiento o de débil producción. El modelo ha conseguido entender mejor las industrias creativas, como a la redirección de políticas culturales o económicas más directas o de mejores alcances. 1.4 Los cambios de la política cultural y el rol de la economía cultural- creativa La política cultural tiene varias formas de entenderse: un objeto de estudio, un producto conceptual o un objeto real para los individuos participes en el campo político. Basados en este último, muchas de ellas se han ido modificando con los años y aún resulta novedoso la noción de tomar en cuenta cuestiones económicas en papeles de la cultura; sin embargo, antes de discutir las modificaciones que presenta la economía creativa en la política cultural, cabe hacer una breve explicación de los que se entiende por la misma. Para la existencia de una política cultural es necesario de un aparato gubernamental, que pueda llevarla a cabo; en este punto los inicios de la política cultural aluden a la formación del nacionalismo, con la protección de la herencia, patrimonio, expresiones, lenguaje o puntos en común; para conformar una identidad dentro de los ciudadanos del Estado. A la par se debe tomar en cuenta que la existencia de arte o manifestaciones culturales no significa que pueda estar 25 presente una política de la misma, más que nada porque las políticas culturales en sus inicios tienen la función de aprovechar todo esto como un recurso para el aparato gubernamental. Cabe rescatar en la definición las posiciones latinoamericanas por una parte con García Canclini: “Entendemos por políticas culturales el conjunto de intervenciones realizadas por el Estado, las instituciones civiles y los grupos comunitarios organizados a fin de orientar el desarrollo simbólico, satisfacer las necesidades culturales de la población y obtener consenso para un tipo de orden o transformación social”35 De igual forma conviene mencionar la noción de Álvarez Dagnino y Escobar: “Interpretamos la política cultural como el proceso generado cuando diferentes conjuntos de actores políticos, marcados por, y encarnando prácticas y significados culturales diferentes, entran en conflicto. Esta definición de política cultural asume que las prácticas y los significados —particularmente aquellos teorizados como marginales, opositivos, minoritarios, residuales, emergentes, alternativos y disidentes, entre otros, todos éstos concebidos en relación con un orden cultural dominante— pueden ser la fuente de procesos que deben ser aceptados como políticos”36 También no hay que dejar de lado las nociones históricas en su forma contemporánea podemos encontrar el ejemplo más cercano con el Consejo de Artes Británico fundado en 1954 por John Maynard Keynes37, donde se buscaba en la promoción de una excelencia creativa por medio de la financiación de apoyo para esto por parte del Estado. Otro ejemplo es en caso francés en 1958 que dio pauta 35 Ana María Ochoa. “Políticas culturales, academia y sociedad”. En: Daniel Mato (coord.), Estudios y Otras Prácticas Intelectuales Latinoamericanas en Cultura y Poder, Caracas, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y CEAP, FACES, Universidad Central de Venezuela, 2002, p. 215 36 Ibid. p. 215 37 John Hartley, et. Al. Key concepts in creative industries. p. 70 26 al desarrollo de políticas culturales, bajo tres áreas: la promoción de las obras artísticas y culturales para todo el público; el subsidio para artistas, y trabajadores de la cultura; y el uso de la cultura como medio para corregir las desigualdades económicas38. Hasta ahora tenemos 2 conceptos de política cultural y dos ejemplos del caso europeo de políticas culturales contemporáneas; sin embargo, para tener un acercamiento más fino al concepto se tiene que entender que noes más que otra política pública. Esto entendido como las acciones o decisión y la falta de acciones o indecisiones39 sobre cierto sector y que por debajo del plan trazado existe un cómo, porqué y para qué efectos llevar o ignorar tales actos. Tomando las posiciones de Inglaterra y Francia antes mencionadas se puede aplicar lo inmediatamente dicho, al igual que un acercamiento a ¿Qué significa política cultural? En primer lugar, se compone por la reunión y construcción de una variedad de actividades e instituciones que persiguen fines en común bajo una lógica de promover lo que cierto sector de la comunidad identifica como cultura, y en su mayoría esto se plasma en un documento oficial. Los conceptos anteriores muestran que la cultura sólo es un asunto que puede ser manejado en el sector político o social, no existe postura que considere a la economía inmiscuida en una política pública sobre cultura, mejor dicho, la política cultural responde al fortalecimiento de identidad, conservación de símbolos o nociones de lo conformado como parte de una cultura o la apropiación y solvencia de las nuevas expresiones, pero no por ganancias monetarias sino para conservación del proyecto estatal. Sin embargo, se ha mencionado que las relaciones entre la esfera económica y cultural no son algo que se hizo presente en la última década más bien estaban presentes desde un principio, pero no eran tan evidentes como en la actualidad, por ello nos centraremos en discutir los factores 38 Ibid. 39 Jonathan Paquette and Eleonora Redaelli, Arts Managements and cultural policy research, Ed. Palgrave Macmilllan, UK, 2015 p.71 27 que traen a discusión tomar en cuenta en la política pública más de un sector específico. Un primer factor es el incremento en el alcance del término cultura, ya se mencionó en el apartado anterior que la cultura por parte de un aparato gubernamental en su mayoría se basa en la necesidad de validar la noción de lo artístico, la herencia de la nación y lo que contribuye a la misma; sin embargo a partir de 1967 cuando la UNESCO40 organizó una Conferencia en México para la discusión de la política cultural se hacen notar nuevos actores y variables, el papel que juegan los medios de comunicación, los beneficios de consumo artístico y el beneficio educativo. Los análisis de la UNESCO llegan hasta 1987 donde se dan una variedad de conclusiones que no referiremos aquí porque el punto importante a notar es que las dimensiones de lo cultural en una política pública se empiezan a mostrar limitadas para la época, y son aún más discutibles para la actualidad donde ya se nota el patrimonio, la herencia nacional, o lo artístico no son más que unos cuantas imágenes frente al surgimiento de las industrias culturales, industrias creativas, turismo, comercio internacional, y diplomacia por mencionar algunos de los nuevos espacios a donde se inmiscuye la cultura. Un segundo factor es de índole económica: globalización, para entender dicho concepto usaremos la noción de Throsby: ” La globalización puede definirse como tres fenómenos: la ruptura de las barreras al movimiento de los recursos, especialmente capital y el trabajo, entre países y regiones; la aparición de un mercado global de muchos productos básicos, con aumento de las oportunidades comerciales para empresas nacionales y transnacionales; y la internacionalización de las comunicaciones”41 40 David Throsby, The economics of cultural policy, Cambridge University Press, USA, 2010, p.1 41 Ibid. Traducción libre. p. 21 28 Más una breve precisión respecto a la noción de la cultura con la globalización. Friedric Jameson retoma que la globalización, como tal no tiene un fin político puesto que, en su mayoría, sólo persigue objetivos económicos, se mueve bajo una lógica de negocios, y la idea de homogeneizar en realidad termina por generar mayores resistencias, no se concibe una lógica de única cultura más bien un multiculturalismo gracias a que se dinamiza el sentido local y se produce una dialéctica entre lo interno-externo42. Es a partir de lo que algunos llaman la tercera revolución industrial o la revolución “.com” cuando se gesta las bases para la mercantilización de bienes y servicios con contenido cultural o creativo. La digitalización, el incremento de software, el surgimiento de nuevos formatos, son algunos ejemplos de la tecnología que dio las pautas para el crecimiento de la Economía cultural-creativa. Frente al contexto antes mencionado las nociones de que la cultura no estaba desligada del espacio económico se hicieron crecientes, para ello se rescatará lo que menciona David Throsby en su libro The economics of cultural policy. Primero hay que volver a tomar en cuenta que el cambio tecnológico promovió que muchas de las manifestaciones artísticas ganaran una nueva condición: la de bienes privados producidos a gran escala; lo que se traduce como un boom del mercado artístico, sin embargo, no se presenta en él las mismas condiciones de cualquier mercado, por un lado, los bienes o servicios y por el otro los productores. La mayoría de estos últimos no pueden volverse eficientes por sí mismos, y ya que están inmersos en la globalización entonces para que no exista una falla en el mercado o se mantenga es necesario promover la eficiencia, el primer concepto económico que cita Throsby43 él cual está inmerso en la cultura y que sólo es sostenible por la participación del gobierno. Acompañado a la eficiencia se encuentra la equidad, lo 42 Friedric Jameson, “Notes on Globalization as a Philosophical Issue“ en The Cultures of globalization, Ed. Duke University, London 1998, pp. 54-81 43 David Throsby, Op. Cit. pp. 34-37 29 que se traduce como una justa asignación de los recursos44, el problema en el caso de la cultura es si es funcional el subsidio al arte y en nuestro caso de estudio si se les debería asignar dinero a qué industrias culturales, y porqué. El siguiente concepto económico que se inmiscuye en la cultura al hablar de la economía cultural-creativa, es el crecimiento. Esto se traduce en que las industrias culturales como las industrias creativas son un rubro importante por su contribución al dinamismo económico.45 La disminución del empleo con la tercerización de la economía o su transformación a basarse en servicios gracias a la tercera revolución industrial ha generado la disminución de mano de obra en industrias tradicionales; sin embargo, en el caso de las industrias culturales, se presenta una situación atípica. Como se mencionó la cadena de valores en este tipo de industrias es mucho más larga y tiene múltiples procesos dependiendo del bien o servicio, por lo que el empleo es mucho mayor que en otros espacios y por ello se vuelve atractivo para el gobierno la inversión en el mismo. Con lo anterior se puede notar que existen variables económicas a considerar en el espacio cultural y que, con los cambios tecnológicos, el surgimiento de las industrias creativas y cambios en el sistema económico se han intensificado de manera independiente y sin una regulación o participación de políticas públicas directas; pero existen casos de países que empiezan a mapear los sectores o de organizaciones supragubernamentales que notaron la incidencia como es el caso de la Unión Europea. Como se verá en el siguiente capítulo la cultura en la Unión paso de ser un concepto ligado al nacionalismo comenzó a mostrar beneficios económicos y validación de un discurso de diversidad como de aceptación de lo diferente u otredad. 44 Ibid. p. 37 y 38 45 Ibid. p. 39 30 Capítulo 2. La política culturalde la Unión Europea: el papel de la economía creativa 2.1 El lugar de la cultura en la Unión Europea Antes de entender la política cultural de la Unión Europea (UE), es necesario ver cuál es el papel que tiene la cultura, cómo es considerada, si realmente tiene una importancia o cumple un rol vital en el proyecto de la Unión; para explorar dicho punto conviene centrar el análisis en la base legal que capacita las acciones de la UE en distintas materias. En este caso es a partir del Tratado de Maastricht de 1992, en el artículo 128, el cual define el papel de la cultura para la entonces Comunidad Europea (CE) y que de manera posterior se convierte en el artículo 167 de la legislación vigente con la única modificación en los nombres de las partes competentes que se mencionan en los artículos: “1. La Unión contribuirá al florecimiento de las culturas de los Estados Miembros, dentro del respeto de su diversidad nacional y regional, poniendo de relieve al mismo tiempo el patrimonio cultural común. 2. La acción de la Unión favorecerá la cooperación entre Estados Miembros y, si fuere necesario, apoyará y complementará la acción de estos en los siguientes ámbitos: -la mejora del conocimiento y la difusión de la cultura y la historia de los pueblos europeos; -la conservación y protección del patrimonio cultural de importancia europea; -los intercambios culturales no comerciales; -la creación artística y literaria, incluido el sector audiovisual. 3. La Unión y los Estados miembros fomentarán la cooperación con los terceros países y con las organizaciones internacionales competentes en el ámbito de la cultura, especialmente con el Consejo de Europa. 4. La Unión tendrá en cuenta los aspectos culturales en su actuación en virtud de otras disposiciones del presente Tratado, en particular a fin de respetar y fomentar la diversidad de sus culturas. 31 5. Para contribuir a la consecución de los objetivos del presente artículo: — el Parlamento Europeo y el Consejo, con arreglo al procedimiento legislativo ordinario y previa consulta al Comité de las Regiones, adoptarán medidas de fomento, con exclusión de toda armonización de las disposiciones legales y reglamentarias de los Estados miembros, — el Consejo adoptará, a propuesta de la Comisión, recomendaciones “46 Como se puede notar en el artículo, la materia de cultura para la UE como su antecesor la CE no tiene nada más que la importancia de ser protegida mas no administrada, puesto que esta recae en las decisiones de los Estados Miembros, no se ve a la cultura como un recurso tan sólo es un punto a tomar en cuenta en el accionar de otras materias de la Unión, retomando a Evangelia Psychogiopoulous, la facultad en el caso de cultural es secundaria: “El término ‘contribuir‘ no se opone a la conformación de las acciones independientes de la Comunidad en ausencia de, o incluso paralela a, la adopción de políticas culturales nacionales. Sin embargo, esta palabra muestra que el rol asignado a la Comunidad es de carácter secundario, con los Estados Miembros conservan la responsabilidad principal de acción en el asunto cultural. En el ejercicio, los poderes son secundarios, la Comunidad está obligada a enfocarse en las actividades sobre medidas específicamente diseñadas para estimular la actividad cultural nacional, e imponer que se abstenga de arriesgar la preservación y el desarrollo futuro de los sistemas culturales de los Estados Miembros.“47 Lo evidente es que tiene mayor peso el papel estatal y es una idea coherente porque las políticas culturales son aplicadas en su mayoría bajo un discurso nacional, la UE no tendría por qué tener un papel o una intervención en ellas; pero aún más importante es que no hay a simple vista muestras de que la cultura sea un recurso viable para el proyecto de la Unión sin embargo existen vertientes para salir de un 46 UE, Tratados Consolidados Carta de los derechos fundamentales, Ed. UE, Bélgica, 2010, pp. 121 y 122 Dirección URL: http://europa.eu/pol/pdf/qc3209190esc_002.pdf [Consulta: 13 de Enero del 2016]. 47 (Traducción libre) Evangelia Psychogiopoulous, The integration of cultural considerations in EU Law and Policies, Ed. Nijhoff publishers, Boston, 2008 p. 27 http://europa.eu/pol/pdf/qc3209190esc_002.pdf 32 punto secundario en las acciones sobre asuntos culturales, como menciona el segundo párrafo se puede actuar en ciertos ámbitos. Con lo anterior quiero mostrar que a pesar de que el artículo reduce la capacidad para tomar decisiones de manera independiente, deja la posibilidad de tomar medidas bajo la noción del florecimiento de las culturas, de una diversidad, difusión, o protección de patrimonio cultural y demás supuestos que se mencionan. Entonces existe manera de que la Unión pueda desarrollar políticas culturales bajo este discurso, a pesar de tener intereses distintos; y claramente así lo ha hecho, como se mostrará en las páginas siguientes. 2.2 La relación entre cultura y economía en la Unión Europea Por objetivos de la investigación no se puede pasar de manera inmediata a conocer cuáles han sido las políticas o programas que la UE ha desarrollado posteriores a Maastricht a razón de que existe una variante que modifica la postura y directriz de la Unión: la economía. Si consideramos que la UE comenzó como un proyecto de cooperación económica, con la meta de un mercado único en la región, entonces cabe preguntarnos ¿la cultura tiene un papel económico o es meramente social? Lo que se presenta históricamente en la conformación de la UE, desde los inicios como Comunidad de Carbón y Acero hasta la actualidad es que en su papel interno como a nivel internacional se hace presente un constante entrecruzamiento con cultura y política, sin embargo, de forma más contemporánea se vislumbra el mutuo trastoque entre la cultura-economía, o bien una serie de problemáticas entre cultura y mercado para ser más exactos. Citando nuevamente a Evangelia Psychogiopoulous, con su libro The Integration of Cultural Considerations in EU Law and Policies, se hace mención de casos de estudio que muestran el dilema cultura-mercado o la desdiferenciación economía- cultura. Se puede mencionar la protección de derechos de autor con el incremento 33 de la “sociedad de la información” y la regulación audiovisual48. A modo de precisión, el caso de estudio respecto a las industrias creativas es el claro ejemplo donde se muestran estas problemáticas y que dieron pauta a la teorización de las mismas. En cuestión con el copyright, a partir de 1995 podemos encontrar un acercamiento dirigido a cultura y economía respecto a la problemática de los derechos de autor, con la publicación del Libro Verde. Los derechos de autor y los Derechos afines en la sociedad de la información,49 donde se reconoce que existe un papel fundamental entre la relación de las industrias culturales (industrias creativas posteriormente) y las protección de los derechos para los artistas o productores de bienes culturales, para el fomento del espacio cultural como el económico, puesto que es un elemento vital para la proliferación y crecimiento de las Industrias Creativas Culturales (ICC), como también se mencionó en el capítulo pasado: “Sólo una protección efectiva de estos derechos puede fomentar la inversión necesaria para el desarrollo de las actividades de creación y de innovación, que constituyen una de las claves del valor añadido y de la competitividad de la industria europea, puesto que ha quedado de manifiesto que la industria sólo invierte en las diferentes actividades de creación en la medida en que puede, al propio tiempo, impedir la apropiación ilícita de dichas actividades y recoger más adelante los resultados de esta inversión“50 Por otra parteel sector audiovisual, en sí mismo no sólo tiene un fuerte valor económico, sino que también conforma una vía para la promoción de ideas, lo que dentro de las posición de la Unión Europea, significaría la promoción de una imagen democrática y validarse a sí misma o por otra parte el dilema de mantener una noción de multiculturalismo en lo que es transmitido, de entregarle a cada cultura un espacio de expresión en los medios, al igual que el respeto por el lenguaje de 48 Ibid. p. 151-240 49 Comisión de las comunidades europeas, Libro verde, Los derechos de autor y los derechos afines en la sociedad de la información [en línea], Bruselas, 1995, Dirección URL: http://eur-lex.europa.eu/legal- content/ES/TXT/PDF/?uri=CELEX:51995DC0382&from=ES [Consultado 14 de enero del 2016] 50 Ibid. p. 13 http://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/PDF/?uri=CELEX:51995DC0382&from=ES http://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/PDF/?uri=CELEX:51995DC0382&from=ES 34 cada Estado miembro. Tomando en cuenta a Miguel de Moragas,51 podemos entender la política audiovisual de la UE en base en tres pilares fundamentales: 1. El diseño de un marco normativo común que asegure la libre circulación de imágenes, estableciendo unos mínimos aceptables para todos los Estados; 2. El impulso a una industria de programas competitiva capaz de hacer frente a la invasión de programas extra europeos, y 3. El diseño de una estrategia común en materia de nuevas tecnologías y audiovisuales. 2.3 La economía cultural-creativa en la Unión Europea En el primer capítulo se presentó el análisis entre el concepto de economía de la cultura y economía creativa, por lo que no habrá necesidad de volver a mencionarlo en su totalidad. Tan sólo que en el caso europeo se usa una unión de los términos: economía cultural-creativa la cual se entiende como el intercambio de bienes y servicios creativos o culturales en diferentes sectores; desde las producciones tradicionales como la danza, teatro, opera, museos, hasta el cine, diseño, audiovisuales, música, videojuegos, software, más el rol que juegan las nuevas tecnologías, principalmente en el sector de telecomunicaciones o bien con el cambio que se han generado con la modificación de formatos, medios de venta y vías de negocios. La relación entre economía y cultura no es un tema completamente nuevo para las ciencias sociales, ya sea que se hable de industria cultural o economía creativa; sin embargo, el rastreo de datos o cifras sobre el crecimiento o beneficios que generan, 51 Miguel de Moragas, “Políticas culturales en Europa: entre las políticas de la comunicación y el desarrollo tecnológico“, en García Canclini, Néstor (coord.) Culturas en globalización. América latina-Europa-Estados Unidos: libre comercio e integración. Ed. Nueva sociedad, Caracas. 1996 p. 63 y 64 35 es un asunto que apenas se ha puesto en consideración. Hacia el año 2000 en Europa el sector cultural-creativo contaba con una tendencia de crecimiento que comenzó a ser notoria. Ello fue evidente a partir de sus aportaciones a la creación de empleos y a la intensidad y volumen del comercio de bienes culturales. En el espacio europeo, durante el periodo de 1995-2000, el sector cultural colocaba a la región como el segundo mercado de bienes culturales más importante del mundo52. Frente a la tendencia mencionada, en el año 2006 se publica el Reporte Economy of the Culture in Europe, estudio pionero en la materia y preparado por la Comisión Europea, el cual se centra en comprender la relevancia del Sector Cultural Creativo (SCC). Dicho reporte dejó ver que el SCC tenía una relación de dependencia con la economía del internet o el sector TIC; pero sobre todo develó que las posiciones de la Agenda de Lisboa por volver a la UE en la economía del conocimiento o la información más competitiva y dinámica habían generado el caldo de cultivo para una economía basada en el intercambio de bienes y servicios culturales. Sumado a lo anterior en el reporte se menciona que el sector entregó más de 654 mil millones de euros y contribuyó en un 2.6 al PIB de la Unión en 2003. El crecimiento general de 1999-2003 fue de 12.3% y se empleó en 2004 a 5.8 millones de personas, lo que equivale al 3,1% de la población ocupada total en la UE de ése mismo año.53 Para años posteriores en el Informe sobre la competitividad europea de 2010, se vuelve a hacer presente en cuestiones la importancia de la economía cultural-creativa. Las industrias creativas representan el 3,3% del PIB para 2006; 3,0% del empleo total en 2008 es decir que el número empleados dentro del SCC fue de 6,7 millones y entre 2000-2007, el empleo en las industrias creativas creció en un promedio del 3,5% anual, frente al 1% del total de la Unión; más las 52Véase Grafica 1 en Anexo de gráficos. 53 KEA European Affairs, The economy of the culture in Europe [en linea], European Commission, Brussels, 2005, p.6. Dirección URL: http://ec.europa.eu/culture/library/studies/cultural-economy_en.pdf [Consultado 16 de enero del 2016] http://ec.europa.eu/culture/library/studies/cultural-economy_en.pdf 36 exportaciones de bienes creativos son el 4,3% del total.54 Para 2012 la situación no es diferente puesto que las industrias creativas y culturales contribuyen un 4.2% al PIB de la Unión, ocupan el tercer lugar como mayores empleadores con más de 7 millones de europeos indirecta o directamente empleados, lo cual equivale a un 3.3% de la población activa.55 Otro concepto que aún falta por definir y ya lo hemos mencionado es el SCC o Sector Cultural Creativo; para ello retomaremos lo que menciona el reporte Economy of the Culture in Europe el cuál lo entiende a partir del modelo de círculos concéntricos, explicado de la siguiente forma: “La economía de la cultura como un ‘proceso de radiación‘: ‘un modelo de las industrias culturales centrado alrededor de un lugar que origina las ideas creativas e irradiando hacia el exterior donde dichas ideas se convierten en combinación con cada vez más insumos para producir una gama cada vez más amplia de productos”56 lo que hace es separar en dos la idea de la economía de la cultura, por un lado el sector cultural que lo constituyen las producciones tradicionales y las industrias culturales; por otro el sector creativo que agregar valor agregado a las anteriores.57 La separación del SCC como radiación se entiende de la siguiente forma: hay un centro donde se alojan los productos culturales no industriales o tradicionales, ya sean artes visuales, pintura, escultura, artesanía, fotografía; las artes y los mercados de antigüedades; artes escénicas, incluyendo la ópera, orquesta, teatro, danza, circo; y el patrimonio, como museos, lugares arqueológicos, bibliotecas y archivos. Después un primer círculo alrededor de dicho centro, en él se enmarcan los sectores del primero, pero alude a las industrias culturales, donde la producción 54 European Commission, European Competitiveness Report 2010 [en linea], Enterprise & Industry Magazine, Luxembourg, 2010, pp. 166-168. Dirección URL: http://bookshop.europa.eu/en/european- competitiveness-report-2010-pbNBAK10001/ [Consultado 16 de enero del 2016 ] 55 Ernst & Young (EY), Creating growth Measuring cultural and creative markets in the EU [en linea], European Grouping of Societies of Authors and Composers (GESAC), France, 2014, p. 10 Dirección URL: http://www.ey.com/Publication/vwLUAssets/Measuring_cultural_and_creative_markets_in_the_EU/$FILE/ Creating-Growth.pdf [Consultado 17 de enero del 2016] 56 KEA, Op. cit. (traducción libre) p.53 57 Véase Tabla 1 y 2 del Anexo de Tablas. http://bookshop.europa.eu/en/european-competitiveness-report-2010-pbNBAK10001/
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