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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ACATLÁN LAS HUELLAS DE NUESTRO PASADO: EL SIGNIFICADO DE LAS ARTESANÍAS PLASMADO EN LA IDENTIDAD T E S I S QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE LICENCIADA EN COMUNICACIÓN P R E S E N T A: SANDRA YAZMÍN SÁNCHEZ OLVERA ASESOR: FERNANDO MARTÍNEZ VÁZQUEZ ENERO 2013 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Agradecimientos “Pulvis et umbra sumus” Nosotros no somos más que polvo y una sombra pasajera Horacio Cuando dar gracias no es suficiente, me resulta necesario. Cómo ofrecer una palabra a aquellos que me dieron la vida, a aquellos que me llenaron de sueños, a aquellos que me dieron la fuerza. Cómo agradecer mi propia esencia que no es más que el reflejo de cada rostro conocido, de cada palabra cruzada y de cada emoción otorgada. Un agradecimiento nunca será basto, pero es el reconocimiento que expresa lo infinito de un sentimiento. A mis padres: A quienes debo en totalidad mi existencia; gracias por el amor incondicional, por llevarme de la mano en este recorrido, por enseñarme tanto. Por los recursos económicos brindados, por ser mi mejor compañía en cada instante, por brindarme toda la confianza. Ellos, los que con palabras han sabido orientarme y con son acciones han sabido guiarme, las personas más importantes de mi vida. A mi mamá que con todo el amor y apoyo me ha regalado su vida entera. Gracias por la dedicación, por el esfuerzo y por el empeño dado, porque gracias a tu impulso, confianza y sobre todo cariño inigualable, he alcanzado cada meta propuesta. Tú eres la persona que en cada gesto amoroso me llena de seguridad y ganas de seguir adelante. A mi papá quien me ha enseñado a luchar por todo lo que quiero y que a pesar de las dificultades no existen barreras lo suficientemente grandes para derrumbarnos. Sus palabras llenas de coherencia, me han demostrado que nuestras acciones se acompañan de nuestros valores. A ambos, mi gratitud eterna. A mi hermana: Nunca entendí bien a bien, como es que alguien ligeramente mayor a mí, podía darme tanto y sinceramente sigo sin saberlo. Ella ha sido uno de mis más grandes ejemplos. Yo, sigo sus huellas. Ella es mi compañera, la que me entrega las palabras más confortables acompañadas de sonrisas. Aligera mis problemas y me regala soluciones. Ella cree en mí, me brinda todo su apoyo, me regresa las ganas de continuar y enfrentar los obstáculos. A Cinthya gracias para siempre. A mis amigos: Caro, Aydeé, Itzel, Miguel, Lola, Quique, Lily, Toño y Vero porque hay vínculos que nunca pueden romperse, porque existe la posibilidad de que la persona con la que puedes contar toda la vida, la persona que te conoce mejor de lo que tú te conoces, sea la persona que ha estado a tu lado siempre. Cada uno de ellos ha sido esa persona incondicional, con quien he disfrutado cada risa, palabra y detalle compartido. A Víc, gracias por las palabras, por la compañía, por la alegría, por el impulso, por los momentos y sobre todo por la enorme confianza. A mi asesor Fernando Martínez: Gracias infinitas por apoyar este trabajo, por el tiempo y dedicación empleada. Gracias por el enorme aprendizaje otorgado a lo largo de la carrera, por ser mi profesor y brindarme mucho más de la cuenta: palabras, consejos, anécdotas, conocimiento, respaldo, confianza, porque en cada instante me demostró que se puede dar lo mejor de sí mismo y de la mejor manera. Gracias por las exigencias, porque en los momentos de dificultad estuvo ahí para recordarme que esos son los retos que nos hacen más fuertes, por la entrega, pero sobre todo por creer en mí, por regalarme las palabras necesarias que elevaron mi confianza. A Fernando Martínez, el profesor que más me ha dado, mi cariño para siempre y mi gratitud sin final. A mi gloriosa UNAM: A la Institución educativa que tanto me ha obsequiado, a aquella que me llena de orgullo. Gracias por forjar gran parte de lo que soy; porque los mejores momentos los viví en mi etapa de universitaria, por los mejores amigos, por los buenos profesores, por la excelencia académica, por tu carácter, por ser el alma mater mi eterna admiración. Índice Introducción……………………………………………….…………………....………..1 Capítulo 1. Cultura, identidad y comunicación……………….………..……..…..11 1.1 Cultura y comunicación………….……….……………………………………..11 1.2 Las concepciones de la cultura…………………….………………………….13 1.2.1 La concepción clásica………………………….……………………………..14 1.2.2 La concepción descriptiva…………………….……………………………...15 1.2.3 La concepción simbólica…………………….……………………………….16 1.2.4 La concepción estructural……………………………………….…………...17 1.2.4.1Las formas simbólicas…………………….………………………………...18 1.2.4.1.1 Los procesos de valoración de las formas simbólicas………………..21 1.3 Cultura e identidad……………………………….…………………………......26 1.3.1 Identidad…….………………………………………………………………….28 1.3.1.1 Identidad individual….………………………………………………………29 1.3.1.2 Identidades colectivas….…………………..………………………………32 1.3.1.3 La identidad como elemento de aprendizaje……………………...……..33 1.3.1.4 Identidad y posmodernidad….………………...…………………………..35 1.4 Comunicación, cultura e identidad….…………………………………………36 Capitulo 2. Las artesanías, origen y desarrollo. Trayectoria en el mercado de La Ciudadela…………………………..……….…………………39 2.1 Artesanías mexicanas…………….…………………………………………....39 2.1.1 ¿Qué es la artesanía? Elaborando un concepto……………….…………40 2.2 Las artesanías mexicanas y su persistencia en el tiempo: Origen y desarrollo…….……………...…………………………….40 2.2. Las artesanías y el nacionalismo: La época posrevolucionaria………………………………………..………………43 2.2.3 México en los años 60: La consolidación de la producción artesanal………………………………………………….….…………48 2.2.4 La situación actual: la artesanía y el capitalismo…………………….…...53 2.3 Trayectoria del mercado de artesanías de La Ciudadela: Origen y desarrollo………….………………………………….58 2.3.2 El presente quebrantado, un futuro incierto.………………………………63 Capitulo 3 Los discursos del artesano…..………………….…………………..…64 3.1 El método cualitativo……………………….…………………………………..65 3.1.1 La entrevista profunda…………………………………….…………………68 3.1.3 Hacia una construcción de la realidad…………………………….……….71 3.2 Caracterización de la comunidad “Mercado de artesanías de La Ciudadela”……………………………………….73 3.2.1 Si, soy artesano…………….………………………………………..……….80 3.2.1.1Hacia una conceptualización de la artesanía………….………..……….81 3.2.1.2 La apropiación de la artesanía como una satisfacción….……………..82 3.2.1.3 El aprendizaje como un elemento de preservación……….…………...84 3.2.1.4 La evolución de la artesanía…………………………….…...…………...89 3.2.1.5 El futuro que alcanza…………………………….………………………...93 3.2.1.6 La artesanía no sólo es un bien económico………………….…………95 3.2.1.7 Etnicidad…………………….……………………………….……………...95 3.2.2 Yo soy comerciante…………………………………….…………………….97 3.2.2.1 El significado de la artesanía……………………………………….….....97 3.2.2.2 Apropiación, satisfacción y aprendizaje………………………………….98 3.2.2.3 La artesanía y sus cambios ………………….…….……….………….100 3.2.2.4 Hacia un futuro incierto…………………………….…………………….101 3.2.2.5 Estatus socioeconómico…………....……………………………………1023.2.3 Soy empleado…………………………………………………...………..…102 3.2.3.1 ¿Qué es una artesanía?.....................................................................102 3.2.3.2 Temporalidad .....................………………………..……………………103 3.2.3.3 Las transformaciones de la artesanía…………….……………………………………….………………104 3.2.3.4 El futuro del Mercado de La Ciudadela..............................................105 3.2.3.5 Artesanía, campo y espacio………………………………………….….105 Capitulo 4. Los significados de la artesanía plasmados en la identidad .....106 4.1 Las artesanías como formas simbólicas…………………………….……...108 4.1.1 La dimensión contextual: las artesanías dentro del tiempo y el espacio........................................................................110 4.1.2 La dimensión referencial: las artesanías que crean un vínculo……………………………………………….……………..118 4.1.3 La dimensión estructural: las artesanías como un eslabón en la sociedad………………………………………….……..120 4.1.4 La dimensión convencional: el lenguaje artesanal……………….……..122 4.1.5 La dimensión intencional: artesanías que comunican….……………….124 4.2 El mercado de artesanías de La Ciudadela, un frente cultural…….…….126 4.3 ¿La identidad plasmada en las artesanías?.............................................132 4.3.1 La identidad del artesano: La familia como un agente formal en la creación de la artesanía.......................………………………….………..132 4.3.2 Territorio y etnicidad………………………………….………...…………..134 4.3.2 El mercado de artesanías de La Ciudadela ¿Una identidad colectiva?........................................................138 4.3.3 El mercado de artesanías de La Ciudadela en los tiempos modernos…….…………….……………………………………..140 Conclusión...………….…………………….…………………………………….144 Bibliografía………………………………….……………………………….…….149 *Los anexos se encuentran dentro del CD. ~ 1 ~ INTRODUCCIÓN "Identidad, querámoslo o no, la tenemos, como el cuerpo tiene su sombra. El problema está en la capacidad para reconocer lo propio y aceptarlo y no pretender ser otro distinto del que se es. Nuestra humanidad, como nuestra cultura, son la expresión de un ente que lejos de ser excluyente, asimila, suma, mestiza. Somos todo aquello que se planteaba como opción a nuestros libertadores y civilizadores. Nuestra identidad no es algo por realizar, sino simplemente algo cuya existencia debemos reconocer y aceptar frente a todos los prejuicios. ¿Hispanoamérica? ¿Iberoamérica? ¿Latinoamérica? Simplemente, como diría José Martí, Nuestra América. Y en ésta lo que debe afirmarse es el tipo de humanidad que la caracteriza, capacitada para asimilar las diversas expresiones que de lo humano aquí se han dado dolorosa cita. Leopoldo Zea La presente investigación parte de un campo de conocimiento, para llegar a él, es preciso recurrir a ciertas bases que puedan explicar bien a bien su construcción teórica. Dichas, refieren a la investigación en Comunicación hecha en Latinoamérica a lo largo de las últimas décadas, puesto que su elaboración me proporcionará las herramientas para comprender nuestra realidad, una realidad distinta a la europea, incluso a la misma americana. ~ 2 ~ En este sentido, me es preciso incursionar dentro del nuevo enfoque comunicacional arraigado en la cultura. En la década de los años 80, se desató una apertura en los estudios culturales hechos en América Latina, que respondían a “constatar la existencia de un cuerpo de reflexión serio, enraizado en los problemas de la región latinoamericana, específico en su conjunto, a pesar de la diversidad, y que por todo ello debería haber tenido un reconocimiento más amplio” (Repoll, 2010, p. 62). Es en este momento, en el que se percató sobre la importancia de comprender al estudio cultural como un timón para entender la realidad que vivimos, de tal modo fue obligatorio observar aquellos procesos de comunicación que se encontraban inmersos, citando a Martín Barbero (1999), uno de los investigadores más importantes dentro del terreno. La separación fue necesaria, poco a poco se fueron dejando de lado aquellos estudios culturales “a la anglosajona”, que se limitaban al espacio académico. Alcira Argumedo (Argumedo citado en Repoll, 2010)., lleva a cabo una diferenciación entre paradigmas y matrices de pensamiento; en la que explica cómo los primeros son restringidos al campo científico, mientras que los otros, aluden a formas más sistemáticas y analíticas de fundamentación teórica y metodológica de factores externos. Por lo tanto, en las matrices de pensamiento, se encuentra cabida a otro tipo de conocimiento, uno fuera de de las esferas “consagradas de la ciencia”, visto más bien, como un acervo de experiencias, luchas y consensos de la vida cotidiana, conocimiento que es deber de las ciencias sociales “procurar sistematizar”. Continuando con lo anterior, las Ciencias Sociales constituyen un campo de conocimiento integrado por diversas disciplinas que establecen distintos tipos de relaciones para explicar, interpretar y comprender los hechos, fenómenos y procesos sociales. ¿Y cómo la hacen? Desde lo más cotidiano. Pues cada una de ~ 3 ~ estas disciplinas estudia al sujeto social en su vida diaria y delimita la realidad desde diferentes aspectos: históricos, sociológicos y antropológicos, sólo por mencionar algunos; esto es, al estudiar al sujeto a través de sus acciones (tomando en cuenta la comunicación como acción) será posible entender su realidad. Al respecto, es prudente hablar de un punto de encuentro disciplinario que desembocará en un análisis cultural como pretexto para la comprensión de prácticas que configuran nuestro entorno. Martín Barbero y Silva (1997) sostienen que “colocada en el centro de la reflexión filosófica, estética y sociológica sobre la crisis de la razón y la sociedad moderna, la problemática de la comunicación desborda hoy los linderos del campo académico que la contenían. El desplazamiento, se traduce en un nuevo modo de relación con y desde las disciplinas sociales, no exento de recelos y malentendidos, pero definido, más que por recurrencias temáticas o prestamos metodológicos, por apropiaciones: desde la comunicación se trabajan procesos y dimensiones que incorporan preguntas y saberes históricos, antropológicos, semióticos, estéticos, al mismo tiempo que la sociología, la antropología y la ciencia política, se empiezan a hacer cargo, ya no de forma marginal, de los medios y de los modos de cómo operan las industrias culturales.” (Marín Barbero y Silva, citados por Repoll, 2010, p. 168). Así, puedo apreciar de una manera lógica, e incluso obligada la interdisciplinariedad entre las ciencias sociales principalmente, en donde los fenómenos culturales son las coyunturas del sistema. La Comunicación tiene muy claro que los procesos comunicativos son su objeto de estudio, pero también es consciente que la naturaleza de los mismos exige una apertura hacia otros saberes, por lo tanto, es de vital importancia, mantener un ~ 4 ~ constante diálogo con la visión de sociólogos, antropólogos, semiólogos, politólogos, y psicólogos, sin perder su propio enfoque, por supuesto. Actualmente, la investigación en Comunicación en América Latina optó por responder sus cuestionamientos a partir de la cultura, en este nuevo pensamiento hispano se “han producido aportes fundamentales para comprender la comunicación desde la cultura” (Fuentes Navarro, citado en Repoll, 2010, p. 161). Siguiendo bajo la misma línea, es mi deber esclarecer lo anterior como una nueva mirada de construcción del conocimiento. “La comunicación es un acontecimiento extraordinario donde la condición humana se verifica, se construye, se configura (…) Los seres humanos son comunicación, en ella se hacen (…) cada segundo millonesde personas en todo el mundo crean a la humanidad en un acto comunicativo. (Jesús Galindo, 1994, p. 25) El estudio de la comunicación en América Latina, corresponde a un enfoque multidisciplinario, cuyo interés ha apostado a una postura sociocultural, centrándose en las estructuras de la vida social. La unión entre comunicación y cultura es ineludible debido a que la primera se asume como una base establecedora de relaciones humanas, a través de la cual se encuentra cimentada la sociedad, mientras que la otra, es el patrón de significados otorgados a las expresiones que los mismos individuos llevan a cabo; es decir, comunicación asumida como interacción y cultura como producto y significado de esa interacción. Explícito lo hace Martín Barbero al observar la cultura como la estructuración de un macrosistema de elementos interactuantes dinámicamente y organizados funcionalmente de acuerdo a fines. Entonces, el mundo social del sujeto visto como una red de relaciones, mismas que son cimentadas desde los principios ~ 5 ~ comunicativos, es decir, acciones llevadas a cabo con la finalidad de establecer comunes acuerdos, una vida en sociedad (Martín Barbero en Repoll 2010). De tal manera, me resulta sencillo, hacer una separación entre la concepción de comunicación, y los instrumentos de la comunicación en la que por años se ha encasillado a la misma, donde es apreciada como aquel ejercicio conversacional. Para entender más claramente lo anterior, considero pertinente trabajar con una conceptualización específica de Comunicación, que enriquezca y facilite la comprensión de mi investigación, por lo tanto, trabajaré con la construcción ideológica hecha por la investigadora Martha Rizo, donde la define como “El proceso básico para la construcción de la vida en sociedad, como mecanismo activador del diálogo y la convivencia entre sujetos sociales. Desde esta perspectiva, hablar de comunicación supone acercarse al mundo de las relaciones humanas, de los vínculos establecidos y por establecer. La comunicación es la base de toda interacción social, y como tal, es el principio básico de la sociedad. Y es que la sociedad y la cultura deben su existencia a la comunicación. Es en la interacción comunicativa entre las personas donde se manifiesta la cultura como principio organizador de la experiencia humana” (Marta Rizo, 1993, p. 3). En el mismo sentido Guillermo Orozco, afirma que “Actualmente, la comunicación, debe ser entendida como proceso y producto de diversas prácticas sociales cuyos componentes básicos son la socialidad, la ritualidad y la tecnicidad" (Guillermo Orozco, 1998, p. 1). Lo anterior me permite justificar el enfoque de partida de mi trabajo, ya que será bajo una mirada estructural, en donde el estudio de cada elemento, me permitirá analizar y sobre todo entender y articular sus formas simbólicas. Así, comprender por qué es de interés de la Comunicación examinar a las artesanías, puedo responder, simple y sencillamente porque son expresiones hechas por individuos. Son prácticas comunicativas porque poseen un significado, dentro de ellas ~ 6 ~ plasman su visión del mundo, su modo de configurar su realidad. Además de que la artesanía es uno de los elementos dentro de la vida de cada artesano y comerciante que les permite interactuar y relacionarse con sus semejantes, un estilo de vida propio a través de cual se establecen como seres sociales. Ahora bien, concretado esto, entraré de lleno a mi objeto de estudio: las artesanías como constructoras de identidad, por supuesto sin descartar el proceso invertido, la identidad como motivo para la creación de artesanías. En tanto, la relación específica con mi investigación es, las artesanías son expresiones hechas por individuos, a través de las cuales significan gran parte de su entorno, y estos significados pueden tener o no relación con su sentido de pertenencia. Así que, mi pregunta general de investigación es: ¿Cuáles son los significados que los productores del mercado de La Ciudadela construyen en relación con la identidad, durante el año 2012? Mi estudio se enfocará únicamente a las artesanías mexicanas, comercializadas en el Distrito Federal. Debo hacer explícito que el lugar específico será el mercado de la Ciudadela, pues desde hace 44 años es un difusor de las artesanías mexicanas a nivel mundial, muestra una manera de ser propia al mundo (Jorge Monroy, 2011), la importancia del sitio, responde a que abre un escenario lleno de posibilidades, que ha puesto atención especial en proporcionarnos una muestra de la diversidad cultural que México posee, un espacio que ha evolucionado en gran medida por las exigencias del comprador, buscando siempre atraer su atención, y sobre todo, me permitió conocer el trabajo de un artesano, ya que dentro de él, aún hay personas dedicadas a esta ancestral labor, incluso descubrir que gran parte de los mismos comerciantes poseen vastos conocimientos sobre artesanía. “El popular mercado de La Ciudadela lo conforman 355 locales, entre comercios y talleres, e inclusive algunas viviendas que albergan a miembros de diferentes ~ 7 ~ comunidades étnicas, como tríquis y huicholes, que expenden su mercancía en el lugar” (Jorge Monroy, 2011). Entonces mi objetivo es: Analizar los significados que le otorgan a las artesanías, los productores del mercado de la Ciudadela, para conocer el sentido de identidad que ejercen. De tal modo, las artesanías, dentro del mercado de La Ciudadela, son un medio para comprender la manera en que se produce y reproduce lo social. Se puede pensar la cultura como un instrumento para comprender, reproducir y transformar el sistema social, para elaborar y construir una diferencia de clases: alta cultura, cultura de masas y cultura popular, que se detallarán posteriormente. Puntualizar en la clasificación es importante para hacer notar que mi objeto de estudio forma parte de la cultura popular. “La cultura popular es el resultado de una apropiación desigual del capital cultural, una elaboración propia de sus condiciones de vida y una interacción conflictiva con los sectores hegemónicos” (Néstor García Canclíni, 1982, p. 91). Retomando la relación entre cultura e identidad, “La cultura es creada por hombres y transmitida por ellos; es decir, se trata de algo aprendido, reproducido y modificado... El vínculo es, la importancia de la cultura como mediador de identidades, explica González Gabriela, a través de su obra “Identidades Indígenas”. (Gabriela González, 2008, p 16.) Ahora bien, mi justificación parte de que el análisis de las artesanías, apreciadas como expresiones comunicativas son casi nulos; hay trabajos donde son abordadas desde su historia, su geografía, o sus técnicas de elaboración, es por eso que disciplinas como la Antropología, la Historia, e incluso la Pedagogía han puesto su interés en ellas. Sin embargo, es importante apreciar que ~ 8 ~ examinándolas desde la cultura, y por ende, desde la Comunicación, se pueden obtener las herramientas necesarias para comprender nuestro propio entorno. Considero que este tema tan abordado antropológicamente, histórica y socialmente, es objeto de análisis para la Comunicación, en primera instancia por ser elementos que significan, objetos usados como una forma de expresión que refleja el entorno cultural de un individuo, que nos puede hablar de la cosmogonía, creencias, su apreciación general de sí mismos y de su entorno, y bien, ¿Qué es lo importante? Lo importante radica en la manera de comprendernos, pues para entender nuestra misma posición dentro de la sociedad, es preciso conocer su lógica, la de una sociedad incrustada en una nación llena de diversidad, de expresiones, expresiones como reflejo de la historia de nuestra nación. Del vacío de conocimientoen la Comunicación sea el primer pretexto para realizar una investigación sobre artesanías, me resulta indispensable verlas como formas simbólicas, producidas como expresiones por un sujeto y para un sujeto, donde al final comunican, aunque esta no sea su primera intención y por si fuera poco, verlas como construcciones, capaces de crear o reafirmar una identidad nacional. Insertas en la vida cotidiana de las personas, a un nivel cultural, con base en lo social. Por otra parte, el tema de las artesanías, personalmente es una vertiente que ha sido de mi interés. Considero de suma importancia, apreciar qué hay detrás de estos bellos objetos, símbolo de tradición y arraigo, ejes de la riqueza cultural mexicana, ocupando un lugar notable en las actividades productivas de nuestra gente, ya que en ellas vemos reflejados nuestros orígenes y costumbres. Ellas han significado el desarrollo y perfeccionamiento de técnicas, de formas y símbolos que conservan los rasgos estéticos característicos de cada región, plasmados en distintas formas, colores, texturas y por supuesto, usos. ~ 9 ~ Estos objetos vitales, muestra de arraigo nacional adquieren un valor incalculable, porque en ellos se plasma el sentir humano, además representan un notable contacto con la naturaleza, la importancia de esto es que toda la sabiduría adquirida en la materialización de un ingenio transmitido de generación en generación. Nos remiten a una satisfacción que se convierte en orgullo, de lo bello y multicultural de nuestro país, porque si de algo nos enaltecemos los mexicanos, es de pertenecer a un pueblo rico en tradiciones, tradiciones que nos remiten a lo fantástico de nuestras creencias. Entonces, en el capítulo I, titulado “Cultura, identidad y comunicación, presentaré las bases teóricas para fundamentar el estudio de las artesanías como formas simbólicas, desde un análisis de la cultura, visto desde su concepción estructural, esto, a partir de Thompson (1993). De la misma manera, abordaré el concepto de identidad hecho por Gilberto Giménez (2007). Al final, llevaré a cabo una articulación entre Comunicación, cultura e identidad, con la finalidad de establecer cómo es que los estudios comunicacionales se encuentran inmersos dentro de la cultura, y a su vez, el papel que juega la identidad dentro de las prácticas. Consecutivamente, a través del capítulo II “Las artesanías, origen y desarrollo. Trayectoria en el mercado de la Ciudadela”, presentaré un breve recuento histórico de la labor artesanal en México. Del mismo modo, mostraré algunos datos importantes del mercado de La Ciudadela. 1 .Posteriormente, en el capítulo III “Los discursos del artesano”, detallaré la técnica metodológica empleada, y llevaré a cabo una primera interpretación de los resultados. Por último, el capítulo IV, “Los significados de la artesanía plasmados en la identidad”, haré los cruces formales de información, entre los resultados de la entrevista profunda y los tópicos empleados, quienes me servirán para explicar 1 La recopilación de información en este capítulo fue compleja, debido a la escasez de la misma, mi búsqueda respondió a bibliotecas, hemerotecas y el acervo general de la nación; No obstante, el recuento histórico del mercado de La Ciudadela fue imposible, debido a que al ser una organización independiente al gobierno, no existen registros de ésta, por lo tanto, la breve reconstrucción se llevó a cabo gracias a las entrevistas, que desafortunadamente fueron de poco contenido. ~ 10 ~ cómo se relacionan los conceptos teóricos y contextuales con la información obtenida a partir de la técnica utilizada, esto, evidentemente para llegar a las conclusiones y responder a mi pregunta general de investigación. La artesanía como muestra de la cultura popular, el arte popular puede ser visto como la conjunción de la creatividad individual y el orden colectivo, esto es, el artesano interpreta un tema tradicional, lo transforma, pero al hacerlo, él mismo se convierte en una comunidad histórica. “Toda obra de arte es una obra de su tiempo, un testimonio de las creencias, de los mitos, de las prácticas sociales, de los afectos y de la creatividad, elementos que deberían ser considerados a la hora de escribir la historia. El arte para la historia, no debe de interesarse sólo por su contenido, como sucede con otros documentos tradicionales, sino por la multiplicidad de significados que confluyen en las formas estéticas”. (Margarita de Orellana, 2002, p. 12). El artesano, un individuo que se aferra a sus raíces, que nos llena de tradición, que nos ayuda a descifrar nuestra realidad, una realidad compartida, la realidad de un México multicultural. “En cada gesto de una mano creadora hay un desafío al tiempo: lo mismo se vuelve otro, pero perdura. Y sólo la búsqueda individual del perfeccionamiento, sumada a la capacidad de cada creador de hacer piezas significativas para sus contemporáneos, hacen que a través del tiempo, una actividad sobreviva” (Margarita de Orellana, 2002, p. 5). ~ 11 ~ Capítulo 1. Cultura, identidad y comunicación “Lo que hace único al homo sapiens es su capacidad simbólica… El hombre no vive en un universo puramente físico sino en un universo simbólico” Ernest Cassirer 1.1 Cultura y comunicación Resulta paradójico hablar de un tema que al parecer involucra todo y, a su vez, el todo, se vuelve complejo cuando se busca desentrañar el núcleo. Esto es lo que sucede con la cultura, tal pareciera que es esa sustancia que respiramos segundo a segundo. Sin embargo, “el respirarla” o el ser partícipe de sus manifestaciones, se vuelve insuficiente, si antes no somos capaces de comprender y sobre todo asumir que la cultura es ese tejido, que nos entrelaza con la sociedad, con el tiempo, con la vida misma. Bien es sabida la riqueza multiétnica que posee nuestro país. A lo largo de la historia, México ha contado con numerosos testigos que incluso, hasta nuestros días, pueden recordar quiénes somos, de dónde venimos y muy probablemente hacía qué dirección vamos. Desafortunadamente los mismos procesos de cambio, aunados a distintos factores mundiales, de entre los que despunta la globalización como principal motivo, están creando un profundo desinterés con respecto al sentido de pertenencia, ese que nos hace sentir un arraigo y sobre todo conocer nuestras raíces, eso que se llama identidad. ~ 12 ~ Existe un nexo bastante explícito entre la cultura y la identidad, incluso podríamos decir que una es capaz de alimentar a la otra, y a su vez esta última dar sentido a la primera, siendo explícita, me refiero a que la cultura es la identidad de un pueblo y, desde bajo este argumento, la identidad se hace partícipe en el concepto cultura, al percibirla como ese conjunto que une a una sociedad, que le da una razón, le otorga una concepción y la diferencia ante “los demás”. Cuando se pretende comprender a la cultura, no es sencillo definirla, mientras se adorna con palabras complejas; se requiere percibirla en el día a día, tocarla con nuestras manos, sentir la textura del barro en cada artesanía, verla reflejada en cada uno de sus colores, escucharla en cada nota musical, olerla en cada mercado mexicano e incluso saborearla en cada platillo “típico”. Requerimos empaparnos de y con ella, observarla y entender que detrás de ellas existen manos produciéndolas, cabezas vislumbrándolas, imaginándolas, y con ellas creando un mundo paralelo. De cultura nos impregnamos diariamente, la importancia de ésta radica sencillamente en que el hombre por naturaleza es una pieza cultural y para acertar en el quiénes somos, antes debemos analizar qué somos y por qué somos. Esto, dejando de lado los aspectos biológicos,para adentrándonos en el ámbito social. De este modo, resulta necesario mirarla con otros ojos, tocarla con otras manos, escucharla más detenidamente, saborearla con más delicadeza y olerla distintivamente. Si aprendemos a disfrutarla en cada una de sus manifestaciones, seguramente la encontraremos en cada sitio que recorramos y, sólo de este modo, podremos distinguir las huellas del pasado que ella misma ha ido plasmado en su andar. La presente investigación, ofrece revalorizar lo cotidiano, caminar, observar, e impregnarnos de un mundo lleno de significaciones, pues quizá en ello, encontremos las fundamentaciones necesarias de la realidad en la que vivimos. A lo largo de estos cuatro capítulos, se responderá a la pregunta de investigación, ~ 13 ~ por medio de categorías teóricas y metodológicas; pues sólo así podré cumplir los objetivos planteados. Este capítulo delinea aquellos conceptos que serán el eje, para comprender a las artesanías como formas simbólicas, desde un ámbito de la cultura y conocer si los sujetos productores, se apropian del concepto de identidad. Mi objetivo es: Analizar los significados que le otorgan a las artesanías, los productores del mercado de la Ciudadela, para conocer el sentido de identidad que ejercen. Considero pertinente utilizar las categorías teóricas propuestas por J.B. Thompson (1993): formas simbólicas, vistas desde sus dimensiones, intencional, convencional, estructural, referencial y contextual; los procesos de valoración; campo de interacción, instituciones sociales; el capital económico, simbólico y cultural. Mientras que de Gilberto Giménez serán identidad individual y colectiva. Sin embargo, comenzaré detallando las concepciones de la cultura, ya que será ésta la que me proporcionará los fundamentos necesarios para abordar mi tema. 1.2 Las concepciones de la cultura Para entrar de lleno, resulta necesario saber qué es la cultura. Bien, el concepto ha sido estudiado a través de los años por las Ciencias Sociales, en ellos se ha ido transformando y es indispensable conocer los giros que ha dado, sólo así comprenderé cómo es que está configurada y así entenderla a profundidad. Sólo adentrándome en sus orígenes y su paso por la historia, me será más sencillo encontrar su relación dentro del ámbito comunicativo y percibir su función social, que aunque podría ser evidente, no está de más llevar a cabo su análisis. Derivado de la palabra latina culturam, el concepto hace referencia principalmente al cultivo y era usado principalmente para hacer alusión a los proceso de desarrollo intelectual o espiritual. Aquí es donde comienza mi exploración evolutiva, proveniente de los apuntes históricos, obtenidos a partir de los ~ 14 ~ fundamentos teóricos de John B. Thompson (1993), quién con su estudio logró establecer una clasificación del término, a partir de cuatro concepciones básicas: la clásica, la descriptiva, la simbólica y la estructural. Cada una de ellas, fue constituida bajo distintos contextos que involucran el tiempo, la ideología y los usos que se le dieron al concepto. Lo que me llevará a esclarecer una definición más concreta y así, distinguir cómo es que embona con nuestra presente realidad social y sobre todo con la Comunicación. A continuación se presentan las características de cada concepción. 1.2.1 La concepción clásica Los primeros usos del concepto cultura, fueron hechos a principio del periodo moderno y hacían referencia al cultivo o cuidado de algo, en este caso, cosechas y crianza de animales. Fue hasta los inicios del siglo XIX, donde se comenzó a dar un sentido enfocado a la capacidad intelectual y/o espiritual, pues para este momento ya se podía relacionar abiertamente la sincronía que tenía la civilización y la cultura con el fin del desarrollo humano, del progreso. De manera distinta, en Alemania, se hizo una división, ya que se emplearon Zivilisation y Kultur; la primera de ellas con connotaciones negativas, pues se asociaba con la cortesía y el refinamiento; mientras que la última se manejó de una manera más positiva, alusiva a los productos intelectuales, artísticos y espirituales, de los cuales se expresaba la creatividad y la individualidad. Sin embargo, ambos estuvieron vinculados con la estratificación social, que evidentemente favorecían a la clase alta, que contaba con los medios de acceso a dichos productos, que a su vez, eran símbolo de prestigio. Thompson (1993) define la concepción clásica como: “ el proceso de desarrollar y ennoblecer las facultades humanas, proceso que se facilita por la asimilación de obras eruditas y artísticas relacionadas con el carácter progresista de la era moderna” , es así como se privilegian algunas obras y clases, por encima de otras. (Thompson, 1993, p. 189). ~ 15 ~ 1.2.2 La concepción descriptiva La culminación del siglo XIX, trajo consigo la incorporación del concepto cultura a la naciente disciplina de la Antropología, dando paso a la descripción etnográfica, que con este giro deja de lado las ideas de desarrollo y progreso que había dejado la Ilustración, para comenzar a preocuparse por descifrar las costumbres, prácticas y creencias pertenecientes a los distintos pueblos. Al respecto Thompson (1993) afirma que bajo dicha conceptualización: “la cultura de un grupo o sociedad es el conjunto de creencias, costumbres, ideas y valores, así como los artefactos, objetos e instrumentos materiales que adquieren los individuos como miembros de ese grupo o esa sociedad” (Thomspon 1993, p. 194) que al ser comparada con estudios como los hechos por E. B. Tylor, (en Thompson, 1993) encuentra bastantes afinidades; ambos coinciden en que este conjunto (creencias, costumbres, ideas, etcétera.) son una totalidad compleja, característica de una sociedad y será distinguida de otras ya que existen en tiempos y lugares diferentes. Así mismo, Malinowski (en Thompson, 1993) muestra una teoría científica de la cultura, donde habla de una división entre la estructura corporal de los individuos, correspondiente a la antropología física, mientras que la antropología cultural se encarga de explorar la herencia social. En función a esto, él expone que al realizar dicha separación, cada uno de los elementos tienen que estar relacionados unos con otros, con las necesidades del organismo humano y por supuesto, con el medio ambiente ya que, los fenómenos culturales deben satisfacer las necesidades humanas, con el fin de preceder a cualquier intento de etapas de desarrollo social y esquemas de evolución. ~ 16 ~ 1.2.3 La concepción simbólica Después de mantener un pensamiento descriptivo, preocupado por el entorno de interacción de los sujetos, surgen nuevos aspectos que investigar, uno de ellos es el estudio de los símbolos. Se comienza a dar un interés por los procesos de significación de aquellas prácticas y costumbres; de expresiones que los individuos producen, reciben y no sólo eso, sino que también dan significado, es así como nace la concepción simbólica de la cultura. Ante tal situación, en la década de 1940, White (en Thompson, 1993) construyó las primeras bases del uso de símbolos, como rasgo propio del ser humano. Cultura es el nombre que otorga a un tipo o clase de fenómenos que dependen de la habilidad mental que solamente el hombre, posee para ser descifrados. Fue hasta estudios más recientes dónde ha sido colocada en debates antropológicos, de la mano de Clifford Geertz (en Thompson, 1993), pues su interés se centra en cuestiones de significado, simbolismo e interpretación. Lo más notable es que nos permite conocer en mayor medida a los individuos y su interacción en el mundo social; al descifrar sus reacciones, comportamiento, acciones y expresiones, cargadas de un previo significado, resulta aún más fascinantecontar con la posibilidad de recibirlas, percibirlas y otorgarles un sentido. Thompson (1993), la define como “el patrón de significados incorporados a las formas simbólicas- entre las que se incluyen acciones, enunciados y objetos significativos de diversos tipos- en virtud de los cuales, los individuos se comunican entre sí, comparten sus experiencias, concepciones y creencias” (Thompson, 1993, p. 197). El análisis de fenómenos culturales, tiene como objetivo principal, interpretar las formas en que los individuos situados en el mundo sociohistórico, producen y reciben expresiones significativas o lo que nombra, “forma simbólicas”. ~ 17 ~ 1.2.4 La concepción estructural La trascendencia de la concepción estructural es demasiada, ya que es la que regirá mi trabajo, pues es ella la que comprende al análisis cultural como el estudio de las formas simbólicas, Thompson (1993) la define como “las acciones, los objetos y las expresiones significativos de diversos tipos – en relación con los contextos y procesos históricamente específicos y estructurados socialmente en los cuales, y por medio de los cuales, se producen, transmiten y reciben las formas simbólicas” (Thompson, 1993, p. 203). En este sentido, es preciso observar a los fenómenos culturales como “formas simbólicas” que se encuentran insertas en contextos y procesos sociales estructurados y por medio de ellos, resulta posible estudiar y analizar los procesos de valoración que los sujetos producen dentro de las mismas. Consecuentemente, se entiende a las formas simbólicas como todas aquellas expresiones hechas por un individuo, ya sean objetos, acciones y/o expresiones. Es inevitable encontrar un nexo entre ellas y el ámbito comunicativo, pues los fenómenos comunicativos, se componen a partir de formas simbólicas, es decir, el objeto de estudio de la Comunicación, son las expresiones significantes hechas por sujetos. Así puedo percibir la música, la poesía, la pintura, los gestos, la palabra, la fotografía, el cine, los rituales, un programa televisivo, la radio, una conversación, como formas simbólicas, que a su vez, se convierten en fenómenos comunicativos. Para poder estudiar un fenómeno cultural, debo descifrar aquellos signos y símbolos, creados en un lugar y en un momento específico. Lo mismo sucede con las formas simbólicas que están insertas en contextos históricos, sociales o culturales, sólo por mencionar algunos. Si queremos analizarlas, debemos seguir el mismo método de estudio de los fenómenos comunicativos, pues el fin de ambos, es conocer cómo es que los individuos son capaces de crear expresiones ~ 18 ~ que comunican, para posteriormente examinar cómo es que se puede otorgar un sentido, que bien puede ser distinto o el mismo con el que fueron hechos, ya que cada individuo forma parte de un contexto específico. 1.2.4.1 Las formas simbólicas Ahora bien, forma parte del análisis estructural de la cultura de Thompson (1993), caracterizar a las formas simbólicas en cinco categorías: intencional, convencional, estructural, referencial y contextual. Parto de la idea que las formas simbólicas son elementos comunicativos, puesto que son hechas de un sujeto y para un sujeto y la acción de dar significado, por sí misma, ya tiene la intención de comunicar. Una forma simbólica en automático se transforma en un fenómeno comunicativo. En este caso, para ser más explícita. Un compositor, escribe una canción donde plasma ideas, experiencias, sentimientos; al final, su obra fue hecha con la intención de transmitir y/o comunicar. El receptor, puede recibirla con el mismo significado o distinto, del que fue hecha. Thompson (1993) expone el aspecto intencional de la siguiente manera: “las formas simbólicas son expresiones de un sujeto y para un sujeto, es decir, son producidas, construidas o empleadas por un sujeto que, al producirlas o emplearlas, persigue ciertos objetivos o propósitos y busca expresar por sí mismo lo que <<quiere decir>>, o se propone, con y mediante las formas así producidas. El sujeto productor también busca expresarse para un sujeto o sujetos quienes, al recibir e interpretar la forma simbólica, la perciben como la expresión de un sujeto, como un mensaje que se debe comprender”. (Thompson, 1993, p. 206). Retomando lo anterior, los fenómenos comunicativos son construidos por un individuo capaz de actuar de manera intencional, así mismo, eso no significa que tenía la intención de producir, “el significado de una forma simbólica, o de los ~ 19 ~ elementos que la constituyen, no es necesariamente idéntico a lo que el sujeto productor se propuso o <<quiso decir>> al producir la forma simbólica” (Thompson, 1993, p. 207). Indeterminados e innumerables son los factores que intervienen durante la recepción de las formas simbólicas, tienen que ver principalmente con el proceso de decodificación. Ante tal situación, es preciso tomar en cuenta el modo e incluso en algunos casos el medio, por el cual son construidas e interpretadas. Muy pertinente resulta conocer el proceso de codificación y decodificación, ya que durante él, surge la segunda dimensión, la convencional, ya que habla de las reglas, códigos, o convenciones que se encargan de crear un vínculo entre señales particulares con estados particulares. En el aspecto convencional se relaciona con expresiones lingüísticas, reglas gramaticales, cuestiones idiomáticas, códigos, etcétera. Utilizadas de modo implícito. Thompson (1993) define esta dimensión como “La producción, la construcción o el empleo de las formas simbólicas, así como su interpretación por parte de los sujetos que las reciben, son procesos que implican típicamente la aplicación de reglas, códigos o convenciones de diversos tipos” (Thompson, 1993, p. 208). Durante el proceso de significación, se emplean reglas y convenciones aplicadas al lenguaje primero de ellos, esto, para obtener un adecuado proceso comunicativo. Por ejemplo, la conversación entre dos personas de distintas nacionalidades, estos sujetos manejan un idioma diferente, por lo tanto, este factor dificultará la charla, o bien, la imposibilitará. La siguiente dimensión, habla del aspecto estructural. Thompson (1993) expone “las formas simbólicas son construcciones que presentan una estructura articulada, en el sentido que típicamente se componen de elementos que guardan entre sí determinadas relaciones” (Thompson, 1993, p. 210). ~ 20 ~ El sistema simbólico al que pertenecen, es precisamente el que les da un significado a cada una de las formas simbólicas construidas. Las formas simbólicas son representaciones de este mundo estructurado y nos dicen algo de él, así las podemos ver como referentes del mismo. El significado transmitido por las formas simbólicas parte de los rasgos estructurales y los elementos sistémicos. Ligado a lo anterior, está el aspecto referencial. “Las formas simbólicas son construcciones que típicamente representan algo, se refieren a algo, dicen algo acerca de algo” (Thompson, 1993, p. 213). De una forma más concreta: “cuando una forma o un elemento simbólico de una forma simbólica puede, en determinado contexto, representar u ocupar el lugar de algún objeto, individuo o situación” (Thompson, 1993, p. 213). Claro ejemplo de dicha característica se da en las fotografías, ya que capturan momentos y lugares precisos, al apreciarlas hacen referencia a distintos momentos exactos de la vida de los individuos retratados, e incluso de la memoria e historia de todo un pueblo. En este caso, las fotografías del movimiento estudiantil en al año de 1968, el levantamiento armado del EZLN o la toma presidencial de Vicente Fox, sólo por mencionar algunos ejemplos, representarán un momento histórico específico de México. Finalmente en el listadode dimensiones, Thompson (1993) presenta el aspecto contextual, al que define como “las formas simbólicas se insertan siempre en contextos y procesos sociohistóricos específicos en los cuales, y por medio de los cuales, se producen y reciben” (Thompson, 1993, p. 216). Esta resulta ser la más importante para el análisis cultural pues, evidentemente, cada una de las anteriores, dieron paso a ella. Simplemente, nos brinda la posibilidad de ir más allá de las expresiones, nos permite conocer el contexto bajo el cual fueron hechas; la manera en que se construyen, difunden y reciben en el mundo social, así como el sentido y valor que tienen para el receptor. ~ 21 ~ El contexto es un elemento trascendental en el juego de la significación de las formas simbólicas, sin su interpretación sería totalmente distinto de la realidad o peor aún, quizá en muchos de los casos no se lograría una interpretación. De nada nos sirve la intencionalidad, ni las convenciones con las que se desarrollan, así como su relación con la estructura, si no tenemos conocimiento del contexto en el cual fueron creadas, ya que a partir de éste, se puede conocer la realidad del mundo social, al que pertenece y pertenecemos. De la mano, él ámbito comunicativo no puede aislar los fenómenos culturales del lugar y tiempo específicos, pues la cultura se analiza desde cada uno de sus elementos. 1.2.4.1.1 Los procesos de valoración de las formas simbólicas Las formas simbólicas se encuentran insertas en contextos sociales estructurados, al ser recibidas e interpretadas por un sujeto, que de igual manera se sitúan en contextos sociohistóricos precisos y están en posesión de diversos tipos de recursos. Tal es el caso de procesos de valoración, en escenarios espacio- temporales específicos, estos son parte de las acciones e interacciones dadas, mejor conocidos como campos de interacción “espacio de posiciones y diacrónicamente como un conjunto de trayectorias” (Thompson, 1993, p. 220). Asumo que el mercado de artesanías de la Ciudadela es un campo de interacción, en el cual cada individuo que fabrica, comercializa o habita ahí, sigue distintas trayectorias que se encaminan a sus objetivos personales. Sin embargo, son determinadas por factores como los recursos y capital. El primero de ellos hace referencia al capital económico, donde evidentemente habla de bienes de riqueza; así mismo, se encuentra el capital cultural, que incluye los conocimientos relacionados con los créditos educativos y por último tenemos el capital simbólico, que tiene que ver con la jerarquía de una persona, es decir, el prestigio y reconocimiento que ésta posee. ~ 22 ~ Ahora bien, en la búsqueda de alcanzar sus fines particulares dentro de los campos de interacción, los sujetos se tienen que apegar a cumplir ciertas reglas y convenciones, pues es necesario que para que una sociedad funcione se sigan y respeten ciertas normas, evidentemente para que exista un crecimiento y un sano desarrollo. Tales reglas, pueden ser preceptos explícitos y bien formulados, como es el caso de los artículos escritos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, quien dirige y dicta la organización del país. O pueden ser esquemas flexibles, que orientan a los individuos en el curso de sus vidas diarias, como lo podrían ser los valores: el respeto, la tolerancia, la solidaridad, etcétera. Son esquemas que se realizan y se reproducen con el paso del tiempo y entre cada actor. Dentro de los campos de interacción, se encuentran instituciones sociales, entendidas como “conjuntos específicos y relativamente estables de reglas y recursos, junto con las relaciones sociales que son establecidas por ellas y en ellas” (Thompson, 1993, p. 222). No obstante, es pertinente tomar en cuenta que así como las instituciones sociales se sitúan en campos de interacción, también los crean. Continuando con los mismos términos, surge el concepto de estructura social, que describe las asimetrías y diferencias que caracterizan las instituciones sociales y los campos de interacción, lo que involucra una presentación de categorías y distinciones, con la finalidad de organizar y esclarecer la evidencia de las asimetrías y diferencias sistemáticas. El análisis me brinda las bases para considerar un elemento de suma importancia dentro del mundo social y este es el ejercicio de poder, definiéndolo como la capacidad de actuar para alcanzar intereses. Cuando las relaciones de poder establecidas son sistemáticamente asimétricas, se puede decir que existe dominación en la situación, dando paso a los grupos dominantes y por supuesto a los subordinados. En una estrecha relación Thompson (1993) propone “un análisis satisfactorio de la dominación y la subordinación en las sociedades modernas tendría que, sin minimizar la importancia de las clases, prestar atención a otras ~ 23 ~ divisiones igualmente fundamentales, tales como las que se dan entre los géneros, los grupos étnicos y los Estados-nación” (Thompson, 1993, p. 228). Por otro lado, tanto la producción como la recepción de las formas simbólicas son constitutivas de la acción y la producción de las mismas, puesto que se necesita el uso de recursos disponibles y seguir distintas normas, por parte de sujetos situados en campos de interacción o instituciones sociales. El proceso de recepción, de igual manera depende de los contextos sociales en los cuales está inserto el intérprete y las características sociales permearán la manera en que las reciben, las comprenden y las valoran, puesto que les dan un sentido más bien activo, para que puedan producir significados. Según los establecimientos de Thompson (1993): “Al recibir e interpretar las formas simbólicas, los individuos participan en un proceso permanente de constitución y reconstitución del significado, y este proceso es típicamente parte de lo que puede llamarse la reproducción simbólica de los contextos sociales… Es decir, el significado de las formas simbólicas, tal como es recibido y comprendido por los receptores, pueden servir de diversas maneras para mantener las relaciones sociales estructuradas características de los contextos en los cuales se producen, reciben, o ambas cosas, las formas simbólicas” (Thompson, 1993, p. 228). Rescatando el concepto anterior de reproducción simbólica, Thompson (1993) lo define como aquellos procesos de valoración. Existen dos principales tipos de valoración importantes, el primero de ellos es la valoración simbólica y es el proceso a través del cual los sujetos producen y reciben las formas simbólicas, para asignarles un valor simbólico; esto es, la estima o el aprecio de los individuos que las crean. El otro tipo de valoración, es la económica que aunque resulta obvio, es el juicio por el cual, podrían ser intercambiados dentro de un mercado, de aquí es que surgen las formas simbólicas vistas como mercancías, los cuales ~ 24 ~ tienen un precio y se obtienen bienes materiales, ya conocidas como bienes simbólicos. Otro tipo de valoración, es la valoración cruzada, aquella que se encargará de vincular el uno con el otro, pues un valor será capaz de determinar al otro. Si un objeto tiene demasiado valor afectivo para mí, es muy posible que esto aumente su valor económico y viceversa. Por otra parte, existen conflictos de evaluación simbólica, estos son los que ocurren cuando los actores que las producen y reciben, pueden asignar diferentes grados de valor simbólico. De tal manera que un objeto apreciado por uno, puede ser rechazado por otros, esto como asimetrías encontradas en un contexto social estructurado. Aunque también es cierto que unas valoraciones tienen mayor peso que otras, en función del individuo y claro, de su posición jerárquica, provocando que la obra adquiera un valor simbólico, quela lleve a ganar un nivel de legitimidad o todo lo contrario. En el mismo sentido, también se encuentran los conflictos de evaluación económica, que surgen cuando un sujeto tiene una mayor cantidad de bienes económicos, dándoles la posibilidad y sobre todo, la disposición de pagar más que otros a fin de adquirir bienes simbólicos, provocando la mercantilización de las formas simbólicas y su entrada a instituciones de comunicación masiva provocando serios conflictos mediáticos. Existen estrategias de evaluación simbólica, que se encuentran totalmente ligadas con las posiciones en un campo de interacción, tienen que ver con marcar una distinción en la estratificación social, el ejercicio de poder y la jerarquización. Thompson clasifica tres grupos. El primero, son los individuos que pertenecen a posiciones dominantes y ostentan de manera positiva recursos. Utilizan tres distintas estrategias de evaluación ~ 25 ~ simbólica, la primera de ellas es la diferenciación, donde buscan precisamente lograr una distinción entre ellos y los grupos subordinados. La segunda es la burla, mediante la cual denigran y consideran como erradas a las formas simbólicas producidas por aquellos que ocupan posiciones inferiores a ellos. La tercera, es más sutil y es la condescendencia, pues lleva a cabo un elogio que humilla a los productores y les hace notable que se encuentran en una posición de subordinación, lo que les permite reafirmar su dominio en la sociedad. Como segundo grupo, están los sujetos que se encuentran en una posición intermedia y son aquellos que ofrecen acceso a diversos tipos de capital pero no a otro, o que bien, acceden pero en cantidades más limitadas, en comparación a los grupos dominantes y muchas veces se caracteriza por contar con grades cantidades de capital económico (conocidos vulgarmente como nuevos ricos), pero baja de capital cultural. La primera estrategia de evaluación simbólica, habla de la moderación, que define a los sujetos que valoran de una manera positiva los bienes que están a su alcance, ya que en muchas ocasiones les permiten emplear su capital cultural sin perder sus limitados recursos económicos. El segundo caso, es la presunción, donde fingen ser algo que no son, con la finalidad de integrarse a posiciones superiores a la que pertenecen. Mientras que en el devalúo, sucede todo lo contrario, ya que se encargan de desprestigiar las formas simbólicas producidas por ellos en un intento de colocarse por encima de tales posiciones. El último grupo es el de las posiciones subordinadas, que son aquellas que tienen acceso a las cantidades más reducidas del capital de diversos tipos, ya que cuentan con menos recursos y esto vuelve sus oportunidades más limitadas. La primera estrategia que pueden emplear es la viabilidad, pues suelen estar más preocupados por satisfacer sus necesidades de supervivencia, que le otorgan más valor a los objetos prácticos y funcionales para su vida cotidiana. Posteriormente, se encuentra la resignación respetuosa, que respeta a las formas producidas por ~ 26 ~ grupos de posiciones superiores, para ser consideradas del mismo modo, superiores, además de que connota la inferioridad que sienten para consigo mismos. Finalmente, tenemos el rechazo que ridiculiza las formas simbólicas que son producidas por individuos de posiciones superiores. El estudio de fenómenos culturales me permitirá analizar el carácter simbólico de la vida social. 1.3 Cultura e identidad: Cuando se habla de cultura, es muy común que se cree un nexo entre ella y el concepto de identidad, esto se debe a que la formación de la identidad se da a partir de las distintas culturas y subculturas, a las que se pertenece. En su libro “Estudios sobre la cultura y las identidades sociales”, Gilberto Giménez (2007), rescata el aporte de Stephen Frosh en relación al tema: “Para desarrollar sus identidades, la gente echa mano de recursos culturalmente disponibles en sus redes sociales inmediatas y en la sociedad como un todo. Por consiguiente, las contradicciones y disposiciones del entorno sociocultural tienen que ejercer un profundo impacto sobre el proceso de construcción de la identidad” (Frosh citado en Giménez, 2007, p. 54). Continuando bajo esta misma línea, debo conocer que existen varias maneras de clasificar a la cultura, la más conocida de ellas es la que se lleva a cabo en el ámbito anglosajón, la diferenciación que Giménez (2007) hace, divide a la cultura en: alta cultura (bellas artes), culturas folklóricas (originaria de las sociedades preindustriales), cultura de masas (producida y difundida por los mass media), culturas populares (es la cultura de las clases subalternas, con frecuencia la raíz en la que se inspira el nacionalismo cultural y la expresión de los grupos étnicos minoritarios) y las subculturas (la de segmentos sociales específicos, dentro de un conjunto social más amplio). ~ 27 ~ Stephen Krook, Jan Pakulski y Malcolm Waters, exponen que la cultura se encuentra en un momento de transición de la modernidad a la posmodernidad. (Krook, Pakulski y Waters en Giménez, 2007). Según ellos, la cultura moderna posee tres características que la distinguen de la posmoderna y son: la diferenciación, la racionalización y la mercantilización. La diferenciación: Habla de clasificar a las diferentes esferas de la sociedad, la económica, la política, la social y la cultural, pues cada una de ellas desarrolla sus propias instituciones y ocupaciones. La racionalización: Entendida tanto en el sentido de racionamiento, como en el de una reducción de esfuerzos, dónde evidentemente la tecnología juega un papel de suma importancia, al provocar en mayor medida la reproducción de las manifestaciones culturales, como lo puede ser la música, por ejemplo. La mercantilización: Es la conversión de los productos culturales en mercancías, que pueden comprarse y venderse como cualquier otro tipo de mercancías. En la misma dirección, dichos autores exponen que la transición de modernidad a posmodernidad, en gran parte se debe a que estos procesos se han ido prolongando e intensificando, así que las características de esta última son: hipermercantilización, hiperracionalización e hiperdiferenciación. La hipermercantilización, dice que en la sociedad posmoderna, prácticamente todas las áreas de la vida social han sido mercantilizadas: “la vida familiar, la pertenencia de clase y los vínculos comunitarios que eran todavía las fuentes más significativas de la identidad, no estaban comercializadas” (Krook, Pakulski y Waters en Giménez, 2007, p. 57). Ejemplificando la situación, podría utilizar el impacto de la publicidad en la vida cotidiana, ya que dentro del núcleo familiar, acompañada del consumismo ha ido ~ 28 ~ modificando los estilos de vida, donde antes las prácticas y rituales eran los que creaban y permeaban nuestra crianza, como los valores, la educación, creencias y acciones. La hiperracionalidad implica la intervención excesiva de las tecnologías “para extender y a la vez privatizar el consumo cultural” (Krook, Pakulski y Waters en Giménez, 2007, p. 58), el uso de la televisión, radio, internet, los medios de comunicación masiva que han llegado a saturar cada uno de los aspectos de la vida, pues por ende la reproducción llega a reemplazar la realidad. Además de que el proceso les permite a los individuos elegir sus estilos de vida. La hiperdiferenciación atañe “el desarrollo de una fantástica variedad de formas culturales, sin que ninguna de ellas predomine o presuma ser de mayor jerarquía” (Krook, Pakulski y Waters en Giménez, 2007, p. 59). 1.3.1 Identidad Ahora bien, comprendida la diversificación cultural. Comenzaré describiendo que la identidad, tiene que ver con la idea que tenemos acercade quiénes somos y quiénes son los otros, es decir, con la representación que tenemos de nosotros mismos en relación con los demás” (Giménez, 2007, p. 60). Lo que me lleva a analizar y comprender al individuo como “uno” en comparación con “los otros”, para encontrar similitudes y diferencias con respecto a los demás, para entender a qué grupo pertenecemos, para encontrar un sentido de pertenencia. Esto es una primera aproximación de lo que es la identidad. Partiendo de la idea de que el hombre es un actor social, es cómo puedo estudiar la identidad individual, al respecto Giménez expone: “la identidad se predica en sentido propio del sujeto individual dotado de conciencia y psicología propia” Giménez, 2007, p. 60). No obstante y sin perder esta primicia, el autor hace una separación entre identidades colectivas e individuales. ~ 29 ~ 1.3.1.1 Identidad individual Para continuar con lo previsto anteriormente, es pertinente comenzar por definir formalmente el concepto de identidad, que puede concretarse como: un proceso subjetivo (y frecuentemente autorreflexivo) por el que los sujetos definen su diferencia de otros sujetos y su entorno social, mediante la autoasignación de un repertorio de atributos culturales frecuentemente valorizados y relativamente estables en el tiempo” (Giménez, 2007, p. 61). Retomando la conceptualización previa, es obvio que la existencia de un individuo precisa del reconocimiento del otro individuo, con el que interactúa socialmente. La identidad es cualitativa; pues se forma y mantiene dentro de procesos de interacción y comunicación. En este sentido, es como encuentro una diferenciación de atributos. El primero de ellos, es alusivo a la pertenencia social, que trata la identificación del sujeto con diferentes categorías, grupos y colectivos sociales; los que se encargan de encontrar las similitudes del actor con los demás. El segundo, describe a los atributos particulizantes que determinan la unidad idiosincrática del individuo, en la que se notan las distinciones que destacan al sujeto de entre los otros. A la primera distinción, le corresponde definir el conjunto de pertenencias sociales, que son aquellos roles que el individuo juega cuando pertenece a una sociedad. Comenzando por el núcleo, la familia, (la fundada por los progenitores) dentro de ella es hijo; posteriormente la creada por él, donde es padre o madre, etcétera. En la esfera profesional, en la que puede desarrollar un sin fin de papeles: médicos, abogados, comunicólogos, mecánicos, obreros, etcétera, esta corresponde directamente a los intereses y objetivos. Por otra parte, como ciudadano, pertenece a un determinado estrato social. ~ 30 ~ Un individuo puede pertenecer a un número ilimitado de círculos sociales, que pueden variar desde el género, la edad, la clase social, los gustos y preferencias, su profesión… el punto es destacar que lejos de diluir la identidad individual, la fortalece y enriquece, la hace más precisa. La pertenencia social implica compartir modelos culturales (de tipo simbólico- expresivo) de los grupos ya mencionados. “Esta observación adicional nos permite precisar en qué sentido la cultura interviene como fuente de identidad… en forma de mundos concretos y relativamente delimitados de creencias y prácticas. (Giménez, 2007, p. 63). Los atributos “particulizantes” son variados y cambian con respecto a los distintos contextos que se van manejando, por lo tanto, Giménez (2007) advierte que los presentados a continuación (atributos) no deben de considerarse estables, ni definitivos, es una lista más bien abierta. Los primeros son los “caracterológicos” los cuales implican características de disposiciones y hábitos, con relación a la imagen del cuerpo, esto es, lo que se conoce comúnmente como adjetivos calificativos, por ejemplo: inteligente, sincero, amable, perseverante, ya sean respectivos. Después se encuentran aquellos que se encargan de los “estilos de vida”, que se relaciona las preferencias personales con el consumo, pues el conocer qué es lo que prefiere un sujeto en relación con un amplia oferta de opciones, dirá mucho del mismo. Por ejemplo, una persona vegetariana, reflejará en su estilo de vida (consumo, relaciones, interacciones, ideología, etcétera) que su decisión fue pertenecer a este círculo social. “Los estilos de vida constituyen sistemas de signos que nos dicen algo acerca de la identidad de las personas” Giménez, 2007, p. 64). ~ 31 ~ Consecutivamente, está “la red personal de relaciones íntimas” la cual implica principalmente las relaciones afectivas, que funcionan como un alter-ego, esto es, como extensión de uno mismo, puesto que la ausencia o presencia de estas personas, modifican invariablemente la trayectoria; el sentido de nuestras vidas. Posteriormente, se encuentra “el apego afectivo a cierto conjunto de objetos materiales”, las cuales evidentemente discute las posesiones que van desde nuestro cuerpo hasta posesiones materiales de todo tipo. Finalmente, está “la biografía personal incanjeable”, la cual es la historia de vida, lo que algunos autores como Pizzorno (citado en Giménez, 2007) llaman identidad intima, la cual incluye nuestras relaciones de todo tipo: familiares, de amistad, amorosas, de trabajo, etcétera, de donde surge la autorrevelación. Es el recuento de la trayectoria histórica en todos los aspectos de la vida, es por eso que es la más compleja y la menos superficial. Giménez (2007) propone el siguiente modelo, para explicar al sujeto, inmerso dentro de una red, que entretejen aspectos que construyen su identidad, la identidad individual. Gráfico tomado de Giménez, Estudio sobre la cultura y las identidades sociales ~ 32 ~ 1.3.1.2 Identidades colectivas A pesar de haber grandes discrepancias con respecto a si es que las identidades colectivas existen, si es que se les puede llamar así, o si es coherente hablar de una identidad colectiva. Gilberto Giménez (2007) la define como: “la capacidad de un actor colectivo para reconocer los efectos de sus acciones y para atribuir estos efectos a sí mismo” (Gilberto Giménez, 2007, p. 70). No obstante, para comprender dicha aseveración, antes tendría que conoces qué es un actor colectivo. Un actor colectivo es aquel sujeto que lleva a cabo una acción colectiva (conjunto de prácticas sociales que involucran cierto número de individuos, que exhiben características morfológicas con respecto al tiempo y espacio, implican un campo de relaciones sociales y la capacidad de conferir en lo que hace). Estos poseen una identidad; ya que de lo contrario no tendrían una razón para accionar y son el resultado de esos procesos que los vuelven colectivos. Las identidades colectivas: “Presupone la capacidad autorreflexiva de los actores sociales, ya que la acción colectiva no constituye una simple reacción a las presiones sociales y a las del entorno, sino que produce orientaciones simbólicas y significados que los actores puedan reconocer” (Giménez, 2007, p. 70). Un actor colectivo debe de sentirse identificado con los ideales del grupo ya que debe de contar con capacidades cognitivas que se involucran más con sus objetivos; pues si bien es cierto que el entorno social y temporal, puede influir, las que determinarán el arraigo serán sus orientaciones. Así mismo: “Implica que los actores sociales tienen la noción de causalidad y pertenencia, es decir, tienen la capacidad de atribuir los efectos de sus acciones a sí mismos” Giménez, 2007, p. 70). Al asumir la responsabilidad de sus actos, implica que el individuo es consciente de su visión y el papel que juega dentro del ~ 33 ~ mundo social, que pertenece a éste; sí, pero que al final, todas y cada una de sus razones se dirigen a su ideología y objetivos.También: “Comporta la capacidad de percibir la duración, lo que a su vez habilita a los actores a establecer la relación entre pasado y futuro, y a vincular a sus efectos” (Giménez, 2007, p. 70). Muy relacionado con el punto anterior, el cual nos indica que el sujeto sabe de la existencia de la temporalidad, la misma que lo lleva a entrelazarse con ella y ponerse en medio, para asumir la responsabilidad de la causa y efecto de sus actos, con relación al tiempo. Por último, paradójicamente, lejos de encontrar al actor como parte de un grupo, un actor que pierde relevancia para fundirse dentro de él. Esto es, cómo es que se diferencia de un grupo; cómo sus acciones son autónomas del círculo. Más bien se aprecia como una autoidentificación que sirve de base para la identidad, su capacidad para distinguirse de los demás, debe ser reconocido precisamente por “los demás”. En este sentido, es fácil comprenderla función del individuo, dentro de la sociedad. 1.3.1.3 La identidad como elemento de aprendizaje Otra característica fundamental de la identidad, sea personal o colectiva, entendida desde los planteamientos de Giménez (2007), es su capacidad de perdurar en el tiempo y en el espacio. Es decir que la identidad implica la percepción de ser idéntico a través del tiempo, del espacio y de la diversidad de las situaciones. Si anteriormente la identidad, aparecía como distinguibilidad y diferencia, ahora se nos presenta como igualdad o coincidencia consigo mismo. Sin embargo, partamos de cómo se forman y se desarrollan las identidades sociales. Las identidades individuales se adquieren y se forman mediante el aprendizaje, esto es gracias a la socialización primaria: ó sea la inculcación familiar y en ~ 34 ~ segunda razón, la socialización secundaria, que se refiere a la educación escolar y a influencia de los amigos, sólo por mencionar algunas. Así como las agencias formales: padres, profesores, autoridades o bien, agencias difusas: los medios de comunicación masiva, las costumbres, celebraciones, etcétera, que en conjunto proponen modelos de identidad. Una de las contribuciones más aceptadas, ha sido la de Kath Woodward (citado por Giménez, 2007, p.72), quien a través del marco de socialización difusa, explica la formación de las identidades individuales, mediante un mecanismo al que llama “socialización difusa”, el cual opera a través de símbolos e imágenes del entorno, mismos que hacen sentir identificación con ellos y posteriormente con el grupo que designan. Aunque cómo es posible que reconozcas unos símbolos y otros no, al respecto, para explicarlo la autora utiliza diferentes teorías de las ciencias sociales: 1. La primera de ellas, es el interaccionismo simbólico de George Herbert Mead, donde expone “una parte crucial del desarrollo humano consiste en imaginar cómo podrían vernos los demás para ajustarnos a ellos”. (Kath Woodward citado por Giménez, 2007, p. 72). Por lo tanto, la percepción personal de la propia identidad se relaciona con la percepción externa de la misma, esto es, las variaciones que se hacen con respecto a la circunstancia y al receptor. Por ejemplo, la manera de presentarse ante un nuevo grupo social, siempre va a variar, de acuerdo a lo que se espere. 2. La segunda, es la teoría dramatúrgica de Ervin Goffman, “la identidad se forma y desarrolla representando en forma convincente determinados roles en conformidad con las expectativas sociales, exactamente como lo hace un actor de teatro” (Ervin Goffman citado por Giménez, 2007, p. 72). 3. La tercera, se apoya en la teoría psicoanalítica de Sigmund Freud para afirmar que “la identidad se adquiere desde la más temprana edad, mediante el control de ~ 35 ~ sentimientos y deseos inconsistentes relacionados con la búsqueda del placer y la sexualidad, y mediante la identificación con el padre o la madre, según el sexo” (Giménez, 2007, p. 73), así es como hace notar la importancia que tiene la etapa de la niñez en la identidad, crea la concepción de quienes somos. 1.3.1.4 Identidad y posmodernidad ¿Cómo cambian las identidades y hasta qué punto está en nuestras manos configurarlas? La época posmodernista con relación a la cultura, desemboca en identidades fragmentadas, la cual tiene múltiples causas. La primera de ellas se debe al surgimiento de los nuevos movimientos sociales, que se relacionan con una nueva búsqueda de intereses e identidades, tal es el caso del feminismo o la homosexualidad. Esto se debe a que los individuos han dejado de sentirse parte de una identidad unificada, sienten una división ligada a su estrato social, sus preferencias, objetivos, etnias, religión... La segunda de ellas, son las políticas de identidad que se han convertido en tema político. El reconocimiento, precisamente, de las diferencias relatadas anteriormente. Ahora se puede decir que ya se encuentran legitimadas, con el fin de apoyar la diversidad y escuchar todas las voces, para contrarrestar la discriminación de grupos oprimidos. El tercero, se vincula directamente con el poder disciplinario y la vigilancia, pues el comportamiento de los actores es observado, vigilado y castigado. Con los métodos de castigo, viene el aislamiento, que a su vez produce una falta de interacción social, por lo tanto conformar identidades coherentes. Y la cuarta, la más fuerte y notable de ellas, la globalización. La cual genera un efecto de súper mercado cultural, debido al poder y avance de los medios de comunicación masiva. Esto pone al alcance de la mano de todos, conocimientos ~ 36 ~ de todas las culturas habidas y por haber, provocando que el individuo no creé una identidad, con respecto al sitio donde vive, sino que puede elegir de toda el amplia gama que se le ofrecen. Por otro lado, tener al alcance todos esos productos, dirige a una sociedad al vacío del consumo irracional. La sociedad posmoderna ha traído consigo un sinfín de cambios, mismos que día a día se van notando con mayor precisión e impacto. Uno de ellos, es la evidente crisis de identidad que actualmente posee gran parte de la sociedad. Sin embargo, como dice Jiménez (2007), la identidad sigue estando a prueba de tiempo y del espacio, no es fácil erradicar la identidad nacional en gran parte de la población mexicana, individuos que continúan produciendo innumerables simbolismos de la diversidad cultural que el país posee. 1.4 Comunicación, cultura e identidad. Como punto de amalgamación, es indispensable comprender la relación que existe entre la cultura, la identidad y la comunicación dentro de mi investigación, la cual finalmente es la columna vertebral de este trabajo. Comenzaré por establecer qué papel juega la Comunicación en la sociedad. La Comunicación establece comunes acuerdos, a través de ella se cimenta la sociedad; sólo a partir de ella se puede fundamentar la vida social, pues a través de ella se constituyen las relaciones de convivencia humana. La “cultura es el conjunto de hechos simbólicos presentes en una sociedad, una organización social del sentido, como pautas de significados, históricamente transmitidos y encarnados en formas simbólicas, en virtud de los cuales los individuos se comunican entre sí y comparten sus experiencias, concepciones y creencias” (Giménez, 2007, p. 34) . Por lo tanto, la cultura es el resultado de las acciones e interacciones que se crean a partir de la Comunicación. ~ 37 ~ La comunicación es un acto, refiere a toda aquella práctica social que el individuo ejerce, la cultura es el significado de esas prácticas. A través de estas, el individuo plasma su manera de ver el mundo, expresa sus sentimientos, conocimientos y sus creencias, por lo tanto, desde esta condición, se comprende que estos simbolismos, denotarán la identidad de cada sujeto; puesto
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