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UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Agradecimiento a mi madre Socorro Meza Gómez , a mi hijo Emerson González Perea y a los compañeros A.T.M. del INAH. ÍNDICE Página Introducción…………………………………………….. 5 Capítulo I. Neoliberalismo y Patrimonio Cultural. 1.1 Patrimonio Cultural……………………………. 7 1.1.2 Algunas definiciones……………………. 9 1.2 Multiculturalidad…………………………………11 1.3 Contexto nacionalista…………………………..13 1.4 Fundación del INAH……………………………..15 1.5 Neoliberalismo…………………………………..18 1.6 Globalización…………………………………….20 1.7 Tratado de Libre Comercio TLC (TLCAN)……....21 1.8 Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA)………………………………………23 1.9 Merma presupuestal………………………….…24 Capítulo II. Legislación y la Ley Federal sobre Zonas y Monumentos Arqueológicos, Artísticos e Históricos. 2.1 Antecedentes históricos en la elaboración de la Ley Federal sobre Monumentos Arqueológicos, Artísticos e Históricos…………………………….....26 2.1.1 Ley de 1897……………………………... 27 2.1.2 Ley de 1934………………………......… 28 2.1.3 Ley de 1968……………………..…….... 29 2.2 Ley de 1992: Ley Federal sobre Zonas y Monumentos Arqueológicos, Artísticos e Históricos……….……………….....................30 2.3 Iniciativas de Ley en torno al Patrimonio Cultural: tendencias privatizadoras……………………....................33 2.3.1 Iniciativas de Ley…………………….…….36 2.3.2 Modificaciones reales a la legislación….39 2.3.3 Ley General de Bienes Nacionales…….40 Capítulo III. Casos concretos. 3.1 Paseo de San Francisco, Puebla de Zaragoza…………………………………….44 3.2 Cuicuilco y Plaza Loreto y Peña Pobre….50 3.3. Xel-há……………………………………… 53 3.4 Castillo de Chapultepec (Museo Nacional de Historia)…………………………………...…57 3.5 Casino de la Selva………………………….58 3.6 Teotihuacan: Plazas comerciales………...61 Conclusiones…………………………………………..63 Referencias……………………………………………..68 5 Introducción. Esta tesina aborda la problemática y contradicciones existentes en las Instituciones de Cultura al aplicar el pensamiento o corriente neoliberal en sus políticas institucionales y sus efectos en el ámbito social; además de sistematizar toda la información, experiencia laboral y sindical durante más de quince años en el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), así como poner en la discusión y debate la transformación que han sufrido las Instituciones Federales de Cultura, en particular el INAH, frente al poder que ejercen las globalizadoras mundiales: Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial (FMI y BM), que vuelven sus miradas mercantiles hacia el Patrimonio Cultural tangible e intangible de los países llamados “en vías de desarrollo”, que no es otra cosa, que los países ricos en diversidad y multiculturalidad. Las funciones originales de estas instituciones son sustituidas por otras de carácter mundial, tornando los valores sociales y culturales en productos vendibles. A través de la revisión y desde la perspectiva macroeconómica, intentaré aclarar por qué y cómo el proceso de aparición de grandes redes económicas, vinculadas a las múltiples fases de producción y comercialización de los productos en un mercado mundial, favorece a los empresarios nacionales y trasnacionales para impulsar los cambios necesarios en la reglamentación vigente en los países con gran diversidad cultural, que aportan grandes capitales, cuando se trastoca el fin público y social de los mismos, léase Patrimonio Cultural tangible e intangible, y la participación de los funcionarios en turno encargados de dirigir las instituciones culturales. 6 El fenómeno de la globalización, con su proyecto neoliberal, trasciende en todos los ámbitos, incluyendo las distancias y el acercamiento de individuos, países y continentes a través de las nuevas tecnologías comunicativas; aumentando los flujos migratorios; fortaleciendo los cuerpos supranacionales de dirección económica como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, y la homogenización cultural que deriva de esta expansión de los mercados. 7 Capítulo I. Neoliberalismo y Patrimonio Cultural en México. 1. Patrimonio Cultural. Hacia principio de los años ochenta, en México se atiende al nuevo proyecto económico neoliberal que quiebra las bases de funcionamiento del pacto social que funcionaba entre el Estado y las organizaciones empresariales, sindicales, campesinas, entre otras, que propiciaban y daban orden al principio de Estado benefactor. Para el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), encargado del proceso de investigación, conservación, rescate, difusión y protección del Patrimonio cultural, esta situación la afecta en materia de trabajo, provocando cambios sustanciales: “En este marco se ubican los intentos para modernizar al INAH, propiciándose para ello modificaciones a la ley federal sobre monumentos que hasta ahora no han prosperado. Sin embrago hay que señalar que se han reformado otras legislaciones de carácter federal y que están vinculadas a nuestra materia de trabajo, como las leyes de turismo, de educación, general de asentamientos, cambios que en la práctica empiezan a traslapar las funciones del INAH y que pudieran, a mediano plazo, crear una problemática cuya solución fuera modificar la ley sobre monumentos [...]” [ Garza et al., apud D-II-IA-1, 1995:10]. Esto sucede en tanto su estructura normativa, como también en su estructura funcional, se reducen los presupuestos para proyectos, no se incrementa el personal, pero sí crecen los centros de trabajo; hay una constante carencia de política general de trabajo que no logra satisfacer la demanda de la 8 sociedad. Y para profundizar la herida institucional, se crea el CONACULTA -el cual adelante es materia de análisis-: [...] el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes se ha adjudicado la facultad de decidir sobre las prioridades de investigación en la arqueología y la difusión de los museos, mermando las exposiciones nacionales y privilegiando las internacionales. Esto intenta socavar el prestigio y la autoridad legal, moral y académica que tiene el Instituto gracias a su normatividad y al esfuerzo de sus trabajadores [ibid.:11]. Las normas y leyes se ven ignoradas y rebasadas1 ante el embate del gran capital. Así, el Patrimonio Cultural será sometido en lo particular, a las leyes del libre mercado que ignoran tanto la autoridad, como por los grandes empresarios que ven en este campo una fuente más de obtención de dinero y ganancia fácil y asequible. Todo lo anterior provoca que la norma sea obsoleta para los requerimientos del momento actual, porque dicha legislación no tiene por objetivo el lucro, por el contrario, busca el beneficio social y el uso público de todo este patrimonio, herencia de los antiguos pobladores y posteriormente de la colonia española. En situación emergente, comienzan las luchas en contra del capital, tanto de los trabajadores de las instituciones del sector cultural, como de la sociedad civil y algunos partidos políticos que se manifiestan contra la violación de lanorma, y todo intento de modificarla lleva al objetivo, siempre presente, de someterla a las leyes de libre mercado, haciendo caso omiso de la parte de significación, simbolización y valoración de un país donde se ven reflejadas sus raíces, que le dan sentido y sustento a la creación del Estado-nación. 9 El Estado mexicano orquesta una política con respecto al patrimonio cultural donde predominan los criterios de rentabilidad, con una concepción museística ya decadente, que no considera en su contexto vivo y orgánico de la comunidad que las crea y recrea, y por otro lado, la destrucción de bienes culturales que no le son útiles pero que si le representan un obstáculo en su expansión urbana y capitalista [ibid.:12]. En estos años se aplicaron políticas macroeconómicas, acuerdos trinacionales, modificaciones y adecuaciones de textos constitucionales y programas específicos que alteraron sustancialmente la materia laboral y el enfoque tradicional del quehacer científico de las instituciones de cultura. En el INAH se privilegiaron las actividades orientadas a satisfacer las necesidades del sector turístico, inmobiliario y comercial [...] [Machuca apud D-II-IA-1, 1995:73]. 1.1.2 Algunas definiciones. 1 Entendemos la cultura como el patrimonio social de los grupos humanos que comprende conocimiento, creencias, fantasías, ideologías, símbolos, normas, valores y actitudes. La cultura entendida de esta manera son los modos según los cuales se configura la vida para una sociedad. En este sentido la cultura es una forma de vida, forma en cuanto plasma, organiza, estructura, condiciona, regula, inspira la vida personal y la convivencia [Lombardi Satrini, 1975 apud. ibid.:13]. 1 Todos los pueblos manejan un conjunto de símbolos que permiten la identificación de los miembros del grupo y son la expresión de su experiencia. El cúmulo de los símbolos, representaciones materiales, conocimientos y formas de entender el mundo que pasa de una generación 10 a otra, se conoce como patrimonio cultural. En este sentido, Guillermo Bonfil lo define: Nos estamos refiriendo precisamente a ese acervo de elementos culturales tangibles unos, intangibles los otros, que una sociedad determinada considera suyos y de los que echa mano para enfrentar los problemas, para formular e intentar realizar sus aspiraciones y sus proyectos, para imaginar, gozar y expresarse [Bonfil Batalla, 1991:128 apud Cuadernos de Patrimonio Cultural, 2001:26]. 1 En lo que podemos denominar patrimonio cultural nacional confluyen, dentro de ciertos límites, la herencia de cultura de la nación mexicana y el catálogo de bienes llamados en nuestro derecho positivo monumentos, que forman una parte del acervo patrimonial del Estado mexicano, los cuales están regulados por la codificación que en la actualidad se titula Ley General de Bienes Nacionales [Olivé, apud ibid.:21]. 2 El Estado se caracteriza principalmente por el ejercicio del poder supremo e independiente sobre la población de un territorio determinado y, en consecuencia, se integra por cuatro elementos: el pueblo, el territorio, el gobierno y la soberanía, concebida como poder de mando y de autodeterminación, de independencia frente a cualquier otro poder [...] [ibid.:24]. 3 El patrimonio cultural de una nación o de un pueblo es un acervo de bienes y prácticas, pero también es algo dinámico y en constante desarrollo; no estático. Es claro que un pueblo que pierde su patrimonio cultural pierde con ello también su 11 identidad y su memoria histórica [ibid.:50]. 4 El término patrimonio cultural es relativamente nuevo; comienza a utilizarse en 1962 a partir de la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, celebrada en París [Lombardo, 1993 apud ibid.:55]. 1.2 Multiculturalidad. Es un hecho, que la legislación en materia de patrimonio cultural no contempla la protección de las lenguas, tradiciones, cosmovisión, usos y costumbres de la gran variedad de culturas nativas, originarias, autóctonas como le queramos llamar, a ese abanico de posibilidades culturales que tiene esta nación y que justo, ese era el asunto a definir por nuestro país como nación, pues cada cultura es por sí misma una nación, con su lengua, territorio, tradiciones, música, políticas de representación, etcétera. La custodia de este patrimonio inmaterial e intangible ha estado a cargo del que fuera el Instituto Nacional Indigenista, ahora Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, en cuanto a preservación, así como Culturas Populares para su difusión. Sin embargo, se han vuelto entes coordinados también por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, que por su propio origen, tiene toda la línea de los funcionarios neoliberales que ven este legado con signos de mercancía, y lo que han hecho es vender, como souvenirs, para el turismo internacional, más que el local, todo lo que provenga de la 12 multiculturalidad. La crítica no es por que se exhiba, sino porque en nada retribuyen a las comunidades, la mayor ganancia es para los particulares y bolsillos de funcionarios, más que para el desarrollo de las propias comunidades que lo producen. Pero otra razón de crítica es que a las comunidades no se les liga al entorno cultural, es decir, a sus espacios prehispánicos que contienen toda su cosmovisión y herencia, no se les permite ser los dignos representantes de sus culturas, puesto que se les aísla del entorno socio-cultural, de tal suerte que el turista ve segmentada la parte viva de la parte monumental. En la medida en que todos reconozcamos que nuestra nación no desaparecerá ni hoy ni mañana, el manejo de la identidad patria tiene que partir del reconocimiento de que dentro del territorio nacional coexiste una variedad de identidades, así como de un concepto claro acerca de la interacción de las mismas [Velasco et al, apud D-II-IA-1, 2001:22]. Resulta alentador que haya académicos que analizan las opciones de desarrollo no sólo a través de los índices del producto nacional bruto y que las necesidades culturales tengan su lugar junto a las demás necesidades vitales. Desgraciadamente, el cambio en la percepción del desarrollo significa un paso pequeño: el problema mayor consiste en que se tome en cuenta a la cultura -o mejor dicho a las culturas- al momento de diseñar las políticas que buscan atacar el problema de las malas condiciones de la población de cualquier país. Si podemos lograr que los programas de gobierno partan de un concepto claro de la relación cultura-necesidad social tendremos un mejor camino para evaluar que respuestas, materializadas en servicios, deben ofrecer a la sociedad las instituciones del Estado y cómo aplicar políticas sociales y económicas que contribuyan efectivamente a la superación de la pobreza, como fenómeno social 13 complejo [ibid.:23]. Entre las tareas del Estado se encuentran la creación de un imaginario colectivo o un sistema de símbolos por medio de los cuales se reconozcan todos los miembros de la nación, pero menuda tarea le tocó al estado mexicano para seleccionar estos símbolos, con una nación multicultural, que constantemente pondrá en tela de juicio la identidad en la diversidad, puesto que las identidades que han mostrado mayor perdurabilidad son las étnicas, las que permanentemente han vivido tanto en la pobreza, como en la resistencia. Y sin embargo, son pobreza y resistencia elementos que permiten la sobrevivencia multicultural, no su explotación, sino sus resistencias, carácter que se transmite de generación a generación y que siempre está presente a pesar de la mundialización de la cultura. 1.3 Contexto nacionalista. Hago referencia a este contexto por la importancia que tiene la institución en cuanto a la reproducción de la vidaeducativa en una nación cimentada en los valores prehispánicos, que son retomados para darle un marco sincrético a una cultura criolla hacia principios del siglo XIX, que intentaba crear un ser mexicano con esa doble identidad indígena-española. Así, el Estado mexicano como tal, que se constituye con la independencia política en 1821, creándose entre los intelectuales la polémica de si verdaderamente es una nación debido a la gran diversidad étnica y cultural. Se habla de una historia de la nación desde tiempos de la conquista y colonización, por ello las construcciones religiosas y civiles se incluyen en la lista de bienes muebles e inmuebles a cargo del INAH. 14 Olivé Negrete entiende la nación: [...] como una realidad sociológica independiente de los individuos y grupos que dentro de ésta se integran y que por ello, a pesar de la diversidad y de la pluriculturalidad que subsisten con gran fuerza, considero que si hay un fenómeno colectivo que tiene sustancia propia, que es lo que llamamos nación [Olivé, en apud op. cit.:26]. Pero la formación del Estado mexicano, tiene sus peculiaridades, se construye de manera tripartita, es decir, contemplando la suma de sus procesos: prehispánica, colonial e independiente, con lo cual se forman los criterios para clasificar el patrimonio cultural. La conciencia de la nacionalidad mexicana comienza a registrarse en todos los documentos de carácter ideológico, político y constitucional y va reconociendo en la multiculturalidad la propia identidad nacional, transformándose a través de su preservación (lo tangible e intangible) en un legado de dimensiones ideológicas que mantendrá cohesionado al país. Sin embargo, llegamos a los tiempos actuales (ochentas) y con el fenómeno de la mundialización de la cultura, la noción de los Estados-nacionales se debilita al no ser el principal promotor de la cultura nacional: [...] las identidades locales o regionales toman fuerza en la medida en la que dependen menos de la acción dirigida del gobierno y se encuentran más cerca de la experiencia común compartida que, de manera natural, inducen a formas de identidad colectiva. Esta fuerza se proyecta al mundo sin la participación del Estado nacional y obliga a que la diversidad cultural se asocie cada vez más a los pueblos que a las naciones. 15 Al mismo tiempo que crece la homogeneización de una serie de parámetros mundiales, quizá justo por ello, se cuestiona el derecho de los estados nacionales a compeler a los ciudadanos a atenerse a determinados elementos de identidad y símbolos uniformes. Consecuentemente, estas estructuras político-administrativas se ven obligadas a reconocer la existencia de la diversidad cultural dentro de su territorio, a darles reconocimiento y medios de expresión [Velasco et al., apud D-II- IA-1, 2001:19]. 1.4 Fundación del INAH. El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se creó en 1938 por disposición del entonces presidente de la República Mexicana, el general Lázaro Cárdenas, como un servicio autónomo de protección al patrimonio cultural de la nación; en él se integraron todas las dependencias relativas existentes hasta la fecha y se otorgaron como tareas fundamentales la investigación, conservación y difusión del patrimonio cultural [Garza et al., apud D-II-IA-1, 1995:9]. Se crea como un órgano descentralizado, pero con una figura fuera de serie, un híbrido que mantendrá independencia en la forma de realizar funciones y aplicar su legislación: Desde el punto de vista de la organización administrativa, el INAH tuvo características descentralizadas por tener personalidad jurídica y patrimonio propios, quedando dentro de la esfera de competencia de la Secretaría de Educación Pública, ya que esta se concibió como el órgano encargado de los servicios de la educación y del fomento de la conciencia nacional [ibid.]. En México, la integración histórica del concepto de patrimonio cultural como legado 16 social corre paralela con la idea de que su preservación es un atributo del Estado. Al transcurrir el tiempo, conforme se incrementan sus responsabilidades sociales, el Estado crea diversas dependencias involucradas en el cuidado del patrimonio cultural. Esto dio lugar para que en 1939 la federación asuma plenamente la tarea de cuidar y preservar el patrimonio cultural con la creación del INAH. A partir de esa decisión, el concepto de patrimonio cultural se fundamenta mediante un discurso integral que rige las funciones de este instituto [Contreras apud. D-II-IA-1, 2001:7]. La institución funcionó por largos años en su papel básico, mientras crecían sus funciones, es decir, se hacia el trabajo de rescate, investigación y difusión del patrimonio cultural, pero se fue haciendo un complejo trabajo que, a la par de descubrir que todo el territorio nacional es una gran zona de monumentos, y que las partidas presupuestales destinadas a la misma eran insuficientes, hubo quienes le ganaron al INAH y con sus propios recursos saquearon los lugares, fomentándose el coleccionismo, situación por la cual aparecen piezas arqueológicas en todo el mundo, sin que el instituto tenga el control. Como medida preventiva para 1972, durante el gobierno de Luis Echeverría Álvarez, se creó la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos que competen al INAH y al INBA y que contiene todas las formas reglamentadas de protección, investigación, conservación y difusión del patrimonio arqueológico, artístico e histórico. Se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 8 de diciembre de 1975. Además de este coleccionismo privado, para 1988, los investigadores del INAH se dan a la tarea de realizar foros de denuncia respecto del saqueo que 17 llevan a cabo en nuestro país, empresas trasnacionales, que argumentan nuestra incapacidad para sacar los tesoros del fondo del mar, los galeones hundidos en territorio subacuático mexicano, que llevaban a España el oro de México: El saqueo del patrimonio cultural de los mexicanos ha sido práctica histórica de los países poderosos, primero por los países colonialistas y posteriormente por los imperialistas. Los saqueadores han argumentado incapacidad económica y tecnológica del país para el rescate de sus bienes culturales [D-II-IA-1, 1988:4]. Después de una larga batalla para realizar las funciones encomendadas que implicaba una gran responsabilidad para llevarlas a cabo (tanto de su personal académico como del personal administrativo, técnico y manual) esta gran institución que está en todo el país a través de sus centros regionales, tiene como principal enemigo a funcionarios puestos por dedazo, que desconocen totalmente el híbrido que es: una institución que tiene la facultad y autoridad para negar permisos de construcción en zonas con declaratoria de monumentos, y que sin embargo, estos funcionarios, presas de la ambición, han autorizado conciertos, construcciones, festivales, fiestas privadas y que incluso, han rentado los espacios de museos y zonas arqueológicas para bodas, banquetes y eventos sociales. Extenderemos esta serie de agravios en el último capítulo, para dejar asentado que nuestra institución está mermada, y que a pesar de ello, la sociedad civil y un sector de trabajadores ATM siguen dando la pelea para mantener la función esencial de la institución. 18 1. 5 Neoliberalismo. Durante la época de los años ochenta y noventa se implementó la corriente económica llamada Neoliberalismo,2 que llega a influir en los gobiernos que para estas fechas, se encontraban totalmente endeudados y que dicho pensamiento económico se articula en los organismos del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial (FMI, BM, en adelante), para condicionar la aplicación de los lineamientos económicos marcados por la poca o nula participación delEstado dentro de la actividad económica del mercado. Es así que con esta reducida participación estatal, la institución se transforma única y exclusivamente en agente regulador para dedicarse a favorecer e incrementar la actividad comercial y productiva ante los antiguos esquemas proteccionistas que existían en los estados benefactores: En la década de los ochenta, cuando gobiernos conservadores como el de Thatcher en la Gran Bretaña y el de Reagan en los Estados Unidos, rechazaron expresamente las políticas keinesianas y volvieron sus ojos a la teoría económica clásica defendida por Von Hayek Nozik y Friedman, entre los principales teóricos, para poner en marcha una serie de medidas como el achicamiento de los aparatos estatales, la desregulación económica interna y la privatización. Los límites estructurales del estado de bienestar dieron lugar, a su vez, a una fuerte corriente teórica que promovió la reducción y mayor eficiencia del Estado, visto crecientemente como un obstáculo económico y a la vida ciudadana. Junto al 19 declive del Estado benefactor, se instauraba una nueva confianza en el mercado como ordenador de la vida social en el sentido que le da el pensamiento neoliberal [Puga, 2004:19-20]. Esta corriente de pensamiento se enmarcaba en la Escuela de Chicago. Las medidas con las que fue condicionando el neoliberalismo a los países que entraban en el circuito de solicitantes eran préstamos económicos, que por supuesto eran los países del tercer mundo, en lo particular México, que se ubica explícitamente dentro de los sexenios claramente neoliberales desde el presidente Miguel de Madrid Hurtado, pasando por Carlos Salinas de Gortari hasta nuestros días con Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón. Dichos préstamos estaban condicionados a la firma y el cumplimiento del Cuaderno de Intenciones que proponían los organismos financieros internacionales, que incluían precisamente estos lineamientos, al encontrar un freno debido a la existencia de estructuras normativas regulatorias del Estado benefactor, que requerían ser modificadas para dar marco legal para el desmantelamiento de este Estado proteccionista, por lo que se requería hacer las adecuaciones necesarias para una economía de mercado. Lo que entraba en contradicción con toda una normatividad ejercida desde los tiempos posrevolucionarios, donde surge una filosofía del Estado tergiversando su objetivo social a uno de lucro y mercantil. 1.6 Globalización. Ante el desarrollo tecnológico mundial de grandes producciones y los requerimientos de grandes mercados, se incrementa esta política que está ampliamente integrada al neoliberalismo llamada globalización,3 la cual consiste 20 en el derribamiento de los estados proteccionistas, derribar las fronteras comerciales antes impuestas por los gobiernos nacionalistas y proteccionistas para iniciar un proceso mundial en la elaboración de productos en los distintos países con mano de obra barata y mercados dispuestos a su antojo, que abaten los precios de producción y la competencia en el mercado con productos similares que los lleva a la bancarrota, aunado a una serie de privilegios fiscales que derrota cualquier tipo de competencia de productos nacionales e imponiéndose los grandes monopolios en el mercado de consumo. Por supuesto, estos monopolios tienen su base en los países hegemónicos. Una adecuada y completa definición de lo que representa la globalización lo proporciona González Casanova: La globalización es un proceso de dominación y apropiación del mundo. La dominación de estados y mercados, de sociedades y pueblos, se ejerce en términos político-militares, financiero-tecnológicos y socio-culturales. La apropiación de los recursos naturales, la apropiación de las riquezas y la apropiación del excedente producido se realizan -desde la segunda mitad del siglo XX- de una manera especial, en que el desarrollo tecnológico y científico más avanzado se combina con formas muy antiguas, incluso de origen animal, de depredación, reparto y parasitismo, que hoy aparecen como fenómenos de privatización, desnacionalización, desregulación, con transferencias, subsidios, exenciones, concesiones, y su revés, hecho de privaciones, marginaciones, exclusiones, depauperaciones que facilitan procesos macrosociales de explotación de trabajadores y artesanos, hombres, mujeres, niños y niñas. La globalización se entiende de una manera superficial, es decir, engañosa, si no se le vincula a los procesos de dominación y de apropiación [González Casanova apud Saxe- Fernández, 1999:12]. 21 Dentro de esta geografía económica y de mercado es importante mencionar que es en estos años que se llevan a cabo una serie de tratados de libre comercio a nivel mundial. Son tratados comerciales que exclusivamente tratan del tráfico o circulación de mercancías sin fronteras, más no de personas. Es en este apartado donde México se inscribe con el Tratado de Libre Comercio (TLC) o TLCAN,4 que es un tratado signado entre los tres países de América del Norte: Canadá, Estados Unidos y México, en el que se llega a imponer condicionamientos favorables a las grandes metrópolis, es decir, Estados Unidos y Canadá, mientras que para México es en detrimento de su economía nacional, siendo afectada la mano de obra en todos los sectores laborales. 1.7 Tratado de Libre Comercio de America del norte (TLCAN). En un contexto mundial de globalización y con un modelo neoliberal, se ubica el gobierno mexicano, que para el periodo que va de 1970-1980, registra una de las peores crisis económicas por la implementación de recetas adosadas a los préstamos económicos de los organismos financieros internacionales, propiciándose un campo de cultivo para comenzar a mermar la función del Estado benefactor (social, asistencial), hacia un concepto de Estado que queda reducido simplemente como regulador y normador en el actuar del mercado, con el desprendimiento de gran cantidad de empresas estatales, trasladándose al ámbito privado y productivo. En este entorno, el gran capital busca romper las fronteras de los estados, mediante la creación de tratados comerciales que llegan a modificar las 22 estructuras político-sociales de los países, rompiendo barreras para que el mercado encuentre su libre expresión en la mercancía. Los tratados ignoran la legislación proteccionista, siendo antes valladares al servicio del desarrollo de la burguesía nacional. Hoy, se rompe ante el empuje de la globalización -entendida como homogenización comercial y la hegemonía de la economía trasnacional- [Puga, 2004:23] con sus repercusiones muy particulares en cada país. En el caso específico de México, la firma del TLC o TLCAN (TRATADO DE LIBRE COMERCIO DE AMÉRICA DEL NORTE, para mayor referencia), significa un pacto que lo concibe todo como mercancía susceptible de incorporarse al mercado, lo cual serviría para una concepción anglosajona -como es el caso del pueblo norteamericano y canadiense- donde todo antecedente cultural de los habitantes originales de estos países tiende a desaparecer, mientras para otros países, se incrusta en una concepción cultural poco adecuada para un pueblo milenario y pluricultural como el mexicano, que ha sido un eje importante en la educación del sentido de identidad nacional. Dentro del TLCAN no hay un apartado específico para la cuestión de Patrimonio Cultural, sin embargo, sí son inducidas políticas neoliberales en el mismo momento que provocan una asfixia y reducción presupuestal dentro de las instituciones encargadas de su protección, investigación, conservación y difusión. Ven mermados sus programas y proyectos por la insuficiencia presupuestal, que por ley al Estado mexicano es responsable. Así, las autoridades centrales de las instituciones, se ven obligadas a buscar fuentes económicas de financiamientopara dar salida a dichos proyectos, lo que provoca el desprestigio social justo al ingresar al nuevo ámbito neoliberal. 23 Con motivo de la firma del acuerdo que crea la organización Mundial de Comercio y del tratado de Libre Comercio en América del Norte, nuestro país modificó su legislación en materia de propiedad intelectual, lo cual incluye tanto la Ley de la Propiedad Industrial, como la Ley Federal de Derechos de Autor que mencioné, y la Ley Federal de Variedades Vegetales con sus respectivos reglamentos [Rascón Banda apud D-II-IA-1, 2001:12]. 1.8 Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA). A partir de 1985, con un país asfixiado por la deuda externa, México vuelve los ojos hacia los Bienes Culturales de la Nación como instrumentos de resolución, proyectándolos en las políticas privatizadoras. El presidente en turno, Miguel de la Madrid Hurtado, intenta hacer cambios a la legislación vigente que representa el marco jurídico para la protección de dichos bienes, tanto para el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), como para el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), llamada Ley Federal de Zonas y Monumentos Arqueológicos, Artísticos e Históricos (LFZMAAH). Estos intentos de alterar la legislación y siendo presidente Carlos Salinas de Gortari en 1982, crea por decreto presidencial un fantasma, un elefante blanco llamado Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), que vendrá a actuar en la vía de los hechos, como detonador y separador del binomio Educación- Cultura, proyectando la cultura hacia el desarrollo turístico, operando para esos fines, políticas con base en los Acuerdos del Tratado de Libre Comercio (TLC), y quitando el carácter público y social del PATRIMONIO CULTURAL (PC), que es el alma 24 de un país, siendo acosado gestión tras gestión y sufriendo una amenaza constante de la Cámara de Diputados y Senadores, siempre con la intención de modificar la legislación, considerando al Patrimonio Cultural como mercancía. La creación del CNCA significó que un órgano desconcentrado sui géneris, creado por voluntad del ejecutivo, absorbiera a otros órganos desconcentrados -los institutos nacionales de Antropología e Historia (INAH) y de Bellas Artes (INBA) y Radio Educación; órganos descentralizados (Fondo de Cultura Económica, Imcine); empresas de participación estatal mayoritaria (Centro Cultural y Turístico de Tijuana, Canal 22, Estudios Churubusco Azteca); unidades operativas de la SEP (direcciones generales de Bibliotecas, Publicaciones, Culturas Populares, Fonca, Cenart, Festival Cervantino, Biblioteca México), así como fideicomisos y asociaciones civiles [Martínez apud D-II-IA-1, 2001:20]. El gran problema que representan CNCA, no radica sólo en su ilegalidad, sino en la duplicidad de funciones, así como sus normatividades dispersas que han respondido al vapor conforme a necesidades y momentos que se contraponen, quedando vacíos en cómo proceder. 1.9 Merma presupuestal. Las funciones originales de las Instituciones Federales de Cultura se han visto rebasadas por las de carácter mundial, como son el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), que marcan las directrices que deben de regir la actividad del Gobierno Federal. Hasta el año 2000, instalada la ultraderecha mexicana en el poder, en la vía 25 de los hechos y por varias argucias de carácter económico-presupuestal, los servicios de las instituciones comienzan a mermar, por tanto, el INAH se ve inducido a buscar apoyos económicos con la injerencia de la iniciativa privada, cediendo espacios y servicios, o, en su caso más extremo, a caer en omisiones de la ley para beneficio de los intereses privados y distorsionar la norma y las leyes. Así, aparece la institución con facultades meramente normativas, o sólo reguladora del patrimonio arqueológico de la nación, desdibujándose sus labores y funciones principales. Por lo tanto, se van incrementado los costos de los servicios, como son las entradas a las zonas arqueológicas y museos, lo cual resulta restrictivo, en ocasiones, para el pueblo en general y se vuelve elitista por oneroso. Hasta el día de hoy, sigue latente ese embate legislativo, donde el trasfondo económico es el motor que mueve a los gobiernos estatales y municipales y no los principios emanados de su ley (LFZMAAH). 26 Capítulo II. Legislación y la Ley Federal sobre Zonas y Monumentos Arqueológicos, Artísticos e Históricos 2.1 Antecedentes Históricos en la elaboración de la Ley Federal sobre Zonas y Monumentos Arqueológicos, Artísticos e Históricos. Desde el gobierno liberal de Benito Juárez (1850) hubo la preocupación de preservar los bienes arqueológicos, así que para 1897 se elabora la legislación sobre aspectos arqueológicos: Pero volviendo a la materia del patrimonio cultural tangible, constituido por los monumentos, cabe recordar que su protección se inició desde principios de la Independencia nacional, a partir de 1827, con las primeras leyes que se expidieron para impedir la explotación de las antigüedades mexicanas, a las que siguieron normas en las que la Federación asumió la propiedad de los monumentos arqueológicos inmuebles, que quedaron plenamente nacionalizados y como patrimonio federal desde la ley de 1897 relativa a los monumentos arqueológicos [Olivé Negrete y Cottom, 1997:13]. El Estado construyó un discurso nacional apoyándose en la recuperación de los 27 bienes culturales, pasados y presentes, en el que resaltaba la imagen de una unidad e identidad nacional única, compartida, indivisible, triunfante [citado por Escobar, D-II-IA-1, 2003:74 apud Pérez Maya, D-II-IA-1, 1995]. Y en 1902, los monumentos arqueológicos, llamados en su momento “edificios o ruinas arqueológicas o históricas” son contenidos en la ley porfirista de clasificación de bienes inmuebles de propiedad federal, que sustituye a la de Juárez. Hubo un antecedente importante para proteger el patrimonio en todo el mundo, a raíz de las guerras que terminaron saqueando el patrimonio en Grecia y Egipto. En América con la llegada de extranjeros, comienza un saqueo y robo desmedido, surgiendo grandes coleccionistas que pagaban muy bien por piezas completas, convirtiéndose en una actividad de goce con carácter privado y tergiversando su uso público. 2.1.1 Ley de 1897. Antes de esta ley, la Corona Española sin leyes, era quien controlaba las piezas, luego aparecieron las órdenes mendicantes y después fue Maximiliano quien expide una segunda cédula contra el saqueo. Esta ley del 11 de mayo de 1897, es una de las primeras que se dictamina en forma y declara que los bienes existentes en territorio mexicano son propiedad de la nación. Está determinada por el contexto histórico de finales del siglo XIX, periodo en el que se están formando instituciones en distintos ámbitos. Con la llegada de los extranjeros para difundir la riqueza del patrimonio de México, comienza a crecer el coleccionismo, pues esta promoción motiva a los viajeros. 28 Charvey, quien fue un explorador que se llevó a Francia la mitad de las colecciones en existencia. La ley está basada en exploraciones arqueológicas y plantea que las piezas son del Estado, aunque se conceda a particulares la exploración. Es una ley sencilla, pero completa y será la base de normas jurídicas; ya contempla las ruinas de ciudades, pinturas, rocas, códices y anticipa que todas las piezas debe estar concentradas en el Museo Nacional. Leopoldo Batres funda la Inspección de monumentos en 1885, que viene marcada en esta ley. 2.1.2 Ley de 1934. Ley sobre protección y conservación de monumentos arqueológicos, históricos, poblaciones típicas y lugares de belleza natural. Protege monumentos muebles de origen arqueológico que resaltan por su valor histórico, vestigios aborígenes,durante la conquista y después de ella. Lo que se refiere a inmuebles arqueológicos está a cargo de la SEP a través de Inspección de Monumentos y ya se enuncia que son propiedad de la nación. Plantea también la tenencia territorial, en términos de que si hay vestigios, el dueño debe dejar que se hagan las excavaciones en el sitio. El propietario aparece como figura protectora del bien, pero la SEP tiene un alcance más amplio, puede llegar a expropiar un bien mueble si así lo determinara. Para exploraciones, restauraciones y remover, seguirá observando las directrices de la SEP, De igual manera es quien da concesiones a particulares e instituciones. Ya aparece un registro de la propiedad arqueológica. Esta ley funciona de 1934 a 1938, hasta que se crea el Instituto Nacional de 29 Antropología e Historia (INAH). 2.1.3 Ley de 1968 Se llamará Ley Federal del Patrimonio Cultural de la Nación (cuya vigencia da inicio el 16 de diciembre de 1970). Continúa la SEP controlando patrimonio cultural. Registra y hace catálogos de bienes adscritos al patrimonio cultural de la nación, subdividiéndolos en bienes muebles y bienes inmuebles; autoriza las reproducciones fidedignas de piezas adscritas con fines mercantiles en cuyo proceso intervienen el presidente de los Estados Unidos Mexicanos, la SEP, el INBA y la Sociedad de Exportación temporal o definitiva. La exportación definitiva se podía autorizar si había bienes similares. Tarda alrededor de dos años en tomar su papel fundamental el INAH, para detener estas formas de saqueo autorizado al exterior, y reglamentar en todos los niveles, así como poner verdaderos candados en la protección del patrimonio cultural. 30 2.2 Ley de 1972: Ley Federal sobre Zonas y Monumentos Arqueológicos, Artísticos e Históricos. Con la intención de dar un marco legal que se adecuara a las tareas del INAH, mismas que le asigna el Estado en la investigación, conservación y difusión del patrimonio histórico y cultural con la experiencia y las opiniones de los especialistas en la materia, se crea la Ley Federal sobre Zonas y Monumentos Arqueológicos, Artísticos e Históricos en 1972. El espíritu de esta ley: [...] fortalece el régimen jurídico de la propiedad de la nación sobre todos los bienes arqueológicos muebles e inmuebles y reconoce la dimensión nacional del INAH, así como preservar el carácter social del patrimonio cultural [Morales, apud D-II-IA-1, 2003:38]. El espíritu de esta ley de 1972 es la condensación y atribución de las funciones sustantivas de la institución (INAH): investigación, protección, conservación, restauración, recuperación y difusión (1985 en ley orgánica) de monumentos arqueológicos, artísticos e históricos y de zonas de monumentos, define todo lo que son bienes muebles e inmuebles, el carácter inalienable e imprescriptible de los bienes, la concurrencia de otras dependencias y organizaciones, define al patrimonio cultural como propiedad de la nación, define quien aplica: en ese orden, SEP, SPN (Secretaría del Patrimonio Nacional), actualmente, la Secretaría de la Función Pública, el INAH y el INBA. También marca 31 el carácter de interés social y nacional, así como de disposición del orden público. La característica de los bienes de uso común es que pueden ser usados por todos los habitantes de la República, sin más restricciones que las establecidas por las leyes y reglamentos respectivos y de acuerdo con el artículo 16 de la ley antes mencionada. Los bienes de dominio público son inalienables e imprescriptibles y no están sujetos, mientras no varía su situación jurídica, a reivindicación o posesión. Los particulares sólo pueden adquirir respecto de ellos los derechos que establezca la ley [Olivé Negrete en D-II-IA-1, 1995:23]. En esta ley se establece una mayor funcionalidad para regular la posesión con el registro ante la institución de colecciones privadas, se establecen las sanciones y prohibiciones, se le da prioridad a la parte arqueológica más que a la histórica y de esta ley se derivan las leyes estatales; se quita el carácter de exhibiciones definitivas al exterior, modificándolas con el carácter de temporales, se crea la Declaratoria de Delimitación de Zonas Arqueológicas. Para 1985 se establece la Ley Orgánica del INAH, donde se precisan sus objetivos y funciones, ampliándose el concepto de patrimonio cultural contenido en el debate nacional e internacional sobre la materia. Introduce un esquema de organización donde marca la participación de los sectores de trabajadores especializados, tanto académicos como técnicos en un Consejo General Consultivo y los Consejos de Área. Se elaboró entre trabajadores académicos y administrativos, técnicos y manuales un proyecto de reglamento para la ley orgánica y una propuesta no incluyente ni colectiva de las autoridades en función. Se llegó a un acuerdo para conformar una comisión que revisará, que finalmente 32 se entregó en su versión final a la SEP y al recién creado CNCA, pero las dos instancias lo rechazaron. En 2008, este reglamento vuelve a plantear los intentos de negociación, sin dejar de ser un asunto político. Los trabajadores esperamos por fin que este reglamento se logre aceptar y poner en práctica. La parte negativa de esta ley orgánica es que contiene un decreto adicional que otorga permiso para reproducir las piezas arqueológicas, mismas que posteriormente los exfuncionarios de la institución realizan como concesiones para sus galerías privadas o para la comercialización. También establece normas de seguridad para museos, aumentando el número de efectivos policíacos en todos los centros de trabajo, propiciando más inseguridad para el personal, que seguridad para las piezas, y una negativa más para que crezcan las exhibiciones al exterior, porque está contenido en el plan nacional de desarrollo de 1989-94, que justo es el de Salinas de Gortari, mera casualidad, el gran neoliberal de este país. 2.3 Iniciativas de Ley en torno al Patrimonio cultural: tendencias privatizadoras. En el periodo comprendido entre los gobiernos de Miguel de la Madrid hasta Vicente Fox, el INAH ha sufrido una serie de embates de carácter presupuestal, administrativo y legislativo, así como omisiones institucionales que han contribuido al discurso prefabricado de “ser una institución que ya no cumple con su cometido”, con lo que se intenta modificar su legislación para que opere en 33 beneficio de intereses privados, y le haga el juego al capitalismo emergente. En el primer capítulo se abordó la actuación de los presidentes en turno para adelgazar la institución encargada de la protección del patrimonio cultural a petición de las trasnacionales y órganos globalizadores como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) así como la aceleración de la firma del TLC y TLCAN. Cuadro 1. Embate al INAH NEOLIBERALISMO TLC INAH Legislativo Presupuestal Administrativo Omision institucional CPEUM ∗ -PROGRAMAS DE -Creación de CNCA -En aplicación de la ley LGBN ∗∗ separacion voluntaria. LFZMAAH ∗∗∗ -Congelación Plazas. LEY DE TURISMO -Reducción presupuestal. = INICIATIVA PRIVADA + CAPITAL FINANCIERO La disputa por el patrimonio cultural se ha establecido en el terreno legal. La 34 Ley de 1972 es objeto de constantes ataques e infructuosas embestidas para que se deje participar a los particulares libremente en el mercado de bienes culturales, y en esta tarea, están empeñados los gobernadores de los estados solicitando constantemente con iniciativas preelaboradas y dirigidas a sus bastiones en las Cámaras, propugnandoporque la federación no tenga injerencia en sus estados respecto al patrimonio arqueológico y cultural. Pero va más allá de los gobernadores en los estados, es toda la escuela neoliberal por encima del propio gobierno federal, que en este adelgazamiento de las instituciones, da alas a los representantes privados para que a través de las instancias del Congreso de la Unión, se filtren de manera a veces imperceptible -a menos que se haga un análisis muy detallado- sus verdaderas intenciones privatizadoras respecto al patrimonio cultural tratando de cambiar la orientación de esta leyes de protección. En el Instituto Nacional de Antropología e Historia, INAH, se privilegiaron las actitudes orientadas a satisfacer las necesidades del sector turístico, inmobiliario y comercial. Como ejemplos están la Plaza Jaguares en la zona arqueológica de Teotihuacan, Ixcaret en Quintana Roo, el mercado de La Victoria, en Puebla, el trazo de carreteras de cuota México-Acapulco, etcétera [Machuca y Ramírez apud D-II-IA-1, 1995:73]. Es menester señalar que dentro de este embate legislativo, se encuentran estrechamente vinculadas ideas o preceptos neoliberales que se articulan en acuerdos o tratados: Las modificaciones que durante el presente sexenio se hicieron a la Ley de Turismo y de inversión extranjera fueron respecto a las iniciativas del 35 gobierno federal al suscribir acuerdos como el TLC, el ingreso de México en la OCDE y la consecuente puesta en práctica de programas de ordenamiento urbano derivados, como son Ciudades coloniales, Mundo Maya, los megaproyectos arqueológicos y las áreas de interés turístico prioritario [ibid.]. Es por ello que una de las actividades económicas que reviste mayor importancia durante estos gobiernos ha sido el turismo, es con base en ello que: Según Silva Herzog, Secretario de Turismo, al finalizar el sexenio 1988- 1994 habían visitado el país un total de siete millones de turistas extranjeros cuyos destinos habían sido las playas, sitios arqueológicos y ciudades coloniales, cifra que no alcanzó las estimaciones previstas que eran de 10 millones [ibid:74] . Así pues, este sector de la actividad turística fue uno de los ámbitos que sufrió adecuaciones de carácter legislativo al no poderlo realizar en el ámbito arqueológico. Con ello: El turismo, en su modalidad actual, está en relación directa con el proceso de mercantilización y en usufructo privado de los bienes patrimoniales, los espacios nacionales de los centros históricos y las reservas ambientales. Se desenvuelve en el contexto de un intenso proceso de privatización como aspecto documental de una transformación mundial en la que el turismo adquiere una importancia renovada [ibid.:80]. En este marco legislativo y de adecuaciones normativas, baste mencionar que los intentos en su modificación y adecuación con fines privatizadores y mercantiles, lograron cambiar todo el espíritu y esencia en la Ley General de 36 Bienes Nacionales, donde hay afectación directa, al ignorar a los institutos encargados de la protección del patrimonio cultural. En este punto, trataré de enmarcar y enunciar las iniciativas que desde el año 1999 hasta 2003 estuvieron puestas en la mesa de debates en la LVIII Legislatura Federal y que contienen cambios sustanciales, con la aclaración de que ninguna fue aprobada, debido a la movilización y preocupación por parte de los sectores sindicales, que constantemente con protestas e intervenciones por todas las vías que se facilitaran para impedir las intentonas, y a la intervención de algunos diputados y senadores de la izquierda que apoyaron e interfirieron a la hora de tomar puntos de acuerdo. Las iniciativas son las siguientes: 2.3.1 Iniciativas de Ley. 1. Senador Mauricio Fernández Garza (PAN), septiembre de 1999, reforma al artículo 73 constitucional, fracción XXV, propone que el Congreso tenga atribuciones para legislar sobre vestigios o restos fósiles y establece la Ley General del Patrimonio Cultural. 2. Senador César Camacho Quiroz (PRI), diciembre de 2000, reforma el artículo 4, fracción XX del artículo 73, 115, 116, 122 y 124, así como el último párrafo de la fracción XXIX y reforma la fracción XXIV-E del artículo 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. En esta iniciativa se concede exclusividad al Congreso de la Unión para legislar sobre monumentos arqueológicos, artísticos e históricos, entre otras cosas. 3. Senador Natividad González Parás (PAN), noviembre de 2002, propone 37 crear el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Pretende dar personalidad legal y jurídica a Conaculta y trata de ajustar la legislación en torno a la conservación del patrimonio histórico y cultural, la función de administrarlo y también se promueve un órgano consultivo con la participación de particulares. 4. Senador Fidel Herrera Beltrán (PRI), noviembre de 2002, propuesta de punto de acuerdo para suspender el Decreto de la Zona Arqueológica de El Tajín, ya que les estorba en la realización del evento comercial Cumbre Tajín. Pretende cambiar el uso del suelo para poder despojar terrenos para alterar el contexto arqueológico con edificaciones modernas. Señala al INAH como enemigo de las etnias por la burocracia en el trámite de permisos encausando a provocaciones que se pueden lamentar. Y argumenta que para hacer la declaratoria, no se consultó a 5 comunidades del municipio de Papantla, pero en realidad pone en riego la protección del sitio arqueológico de El Tajín. 5. Diputada Celita Trinidad Alamilla (PAN), noviembre de 2002, Decreto por el que se expide la Ley del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Argumenta que las “múltiples instituciones carecen de un marco legal congruente”, dando participación en materia legislativa sobre cultura al sector privado. 6. Senador Eduardo Ovando (PRI), diciembre de 2002, reforma la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos. Critica esta ley y dice que el saqueo se debe a intereses internos y externos que el marco jurídico de la ley lo ha permitido. La intención es abrir procesos de 38 modificaciones a la Ley y fortalecer a la federación. 7. Diputada Verónica Sada Pérez (PAN), octubre de 20002, se reforma la fracción XXIX-j del artículo 73 y se adiciona la fracción IX del artículo 3 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. 8. Senador Guillermo Herber Pérez (PAN), enero-febrero de 2003, Proyecto de Ley General de Cultura. 9. Diputado Juan Manuel Correa Ceseña (PRI), 2002, Decreto que reforma la fracción V del artículo 3 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y que eleva a rango constitucional la cultura. La cultura como un derecho fundamental de todos los mexicanos, pero aquí lo importante es abrir el espacio de debate sobre la cultura y sus bienes, no les interesa un derecho que por otro lado le están quitando el carácter público y social. 10. Senador Roberto Pérez de Alva (PRI), marzo de 2003, reforma la Ley Orgánica del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Esta iniciativa marca la desaparición del Instituto Nacional Indigenista (INI), al resolver los problemas indígenas ante la exigencia del EZLN y utilizando al INAH, a cuyas funciones se suma las del INI. 11. Diputado Ignacio de la Llave (PRI), julio de 2003. Adiciona al artículo 27 Constitucional en materia de Patrimonio Histórico, Artístico y Arqueológico. Pero también hubo iniciativas de ley que si lograron pasar. Posteriormente continuaron los intentos, pero como no habìan logrado mucho avance, hubo gran presión interna y externa para retirar a las delegaciones sindicales, sobre todo del INAH e INBA, a los dirigentes que 39 estaban comprometidos en la defensa de la institución y del patrimonio cultural. Incentivaron la entrada degente corrupta, para que se instalara y desactivaran estas luchas que tenían muy molestos a los funcionarios neoliberales que persistentemente daban prebendas y canonjías a este grupo apuntalándolos con sus negociaciones a obscuras. Y hubo desgaste también por parte de diputados y senadores, que no veían la hora de asegurar sus propios negocios, pues saliendo de las cámaras, frecuentemente no tienen trabajo a la altura económica de lo que les reporta sus dietas en el poder legislativo. En septiembre de 2005 el presidente Vicente Fox Quezada (PAN), presentó la iniciativa de Ley de Fomento y Difusión de la Cultura, en la Cámara de Diputados, misma que queda en reserva para un a mejor oportunidad. Si bien es cierto que la Ley Federal sobre Monumentos Arqueológicos, Artísticos e Históricos no se ha modificado de manera sustantiva, gracias a la movilización de los trabajadores y la dirigencia sindical de la institución, porque en la vía de los hechos, las autoridades han prestado un apoyo de gran importancia a legisladores, cuyos objetivos son cambiar el espíritu de la ley cayendo en omisiones hacia su observancia y aplicación en aras del gran capital. 2.3.2 Modificaciones reales a la legislación. Se inicia este punto con una cita muy elocuente del ya fallecido exdirector del INAH, Don Gastón García Cantú -quien fuera uno de los más sobresalientes directores de la institución- respecto de las modificaciones a la Constitución: 40 Si revisamos cada una de esas partes fundamentales, advertiremos el alcance de las amenazas cotidianas. Unas conforme al presupuesto de que dispondrán, otras, en la ofensiva jurídica propuesta al Senado de la República para abrogar fracciones de los Artículos 27, 73 y 123, principalmente: La amenaza contra el INAH es jurídica a partir de la Iniciativa de Ley que modificaría la Fracción XXV del Artículo 73 de la Constitución, presentada en abril de 1999. Nadie puede equivocarse, se trata de una ofensiva que en lo económico está a punto de enfrentar la UNAM, PEMEX y la industria eléctrica. El Instituto es parte de esa ofensiva [...] Los académicos denunciaron sobre la iniciativa “pretende romper toda la tradición vigente que otorga un papel fundamental al carácter nacional y a la función social y educativa tanto de la investigación antropológica e histórica como de la preservación del patrimonio cultural. Dicha tradición ha permitido la continuidad de un proyecto de nación cuya valoración del pasado está anclada en los más remotos orígenes de los pueblos prehispánicos hasta llegar a constituir uno de los fundamentos de la diversidad de nuestras culturas...” y más adelante su advertencia “de aprobarse esa Iniciativa, se aceptaría que el patrimonio arqueológico, imprescriptible e inalienable, podría enajenarse y concesionarse, lo que afectaría nuestra identidad y cohesión social” [García Cantú, en D-II-IA-1, 2003:84]. Tan cierto era lo que decía don Gastón, como lo previsto por los investigadores, porque después de esas modificaciones a los artículos constitucionales, vino la iniciativa y aprobación de la Ley General de Bienes Nacionales, en escalada y por orden jerárquico, había que modificar primero la constitución, para luego seguirse en específico, cada vez más, ir quitando los fundamentos legales para limpiar el camino hacia la privatización. 41 2.3. 3 Ley General de Bienes Nacionales. En esta ley están catalogados, regulados y codificados los bienes del acervo patrimonial del Estado mexicano. Y fue promulgada por el c. Presidente de la República, Benito Juárez, el 30 de mayo de 1868, donde se señala cuales son las rentas y bienes de la Federación. 1. Diputados Gustavo Riojas Santana, Berta Alicia Semental García y Norma Patricia Riojas Santana (PSN), septiembre 2002. Dictamen con Proyecto de Ley General de Bienes Nacionales. Cuando esta iniciativa llegó a la Comisión Legislativa de los trabajadores ATM del INAH, ya era un dictamen de ipso facto en la Cámara de Senadores. Al parecer fue dictaminada sin consulta, aún cuando tuvo observaciones de la Comisión de Cultura, no fueron tomadas en cuenta, lo que pasó por acuerdo político PSN-PAN y gobierno federal. La Comisión Legislativa y la Defensa del Patrimonio Cultural de trabajadores ATM del INAH, nos vimos en la necesidad urgente de revisar toda la iniciativa y hacer la comparación con la vigente para intentar detenerla. Contactamos con la Lic. María Luisa Moreno, asesora legal de la Comisión de Educación y Cultura del Senado (fracción del PRD), y nos solicitó la revisión y consideraciones a esta iniciativa, para tener los argumentos suficientes y devolverla a los diputados. Encontramos dentro de los 152 artículos, 39 sujetos a modificaciones por ambiguos, por omisiones, por 42 tramposos y procedimos a hacerles adecuaciones, cerrar candados y hacer mención de las instituciones encargadas del patrimonio cultural, las cuales ya dejaban fuera. Se logró adecuar con un poco de cambios en la redacción. Ese fue un logro que pocas veces llega a pasar con la premura de tiempos [Boletín No. 3, agosto, 2003]. 2. Diputada María Cruz Martínez Colín (PAN), octubre de 2002, adición a la fracción XXIX-K, artículo 73 , sobre Turismo, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Confiere al Congreso la potestad para legislar en materia de Turismo, coordinación de la facultad concurrente entre la Federación, el Estado, Municipios y Distrito Federal, así como participación del sector privado y social (el Turismo representa el 8.4% del Producto Interno Bruto). 3. Senadora Martha Tamayo Morales (PRI), diciembre de 2002, Proyecto de Decreto aprobado que reforma la Ley Federal del Derecho de Autor. 4. Punto de Acuerdo de las Comisiones Unidas de Educación y Cultura, de Ciencia y tecnología y Hacienda y Crédito Público, diciembre de 2002. Se reforma el artículo 25, párrafo primero de la Ley General de Educación. Es así como durante todos estos años, es decir, desde la presencia del modelo neoliberal en la esfera política se ha estado en una constante de modificaciones y adecuaciones legislativas. No se encuentra exenta la parte constitucional: En estos años se ampliaron políticas macroeconómicas, acuerdos trinacionales, modificaciones y adecuaciones de textos constitucionales y programas específicos que alteraron sustancialmente la materia laboral y el enfoque tradicional del 43 quehacer científico de las instituciones de cultura [Machuca y Ramírez apud D-II-IA- 1, 1995:73]. Los ejemplos anteriores bastan para entender, que de cualquier manera, los intentos que han seguido, y que no cesan, más que en coyunturas de llevar la mira hacia el petróleo, muestran que es cuestión de maña, no de inteligencia de los representantes rapaces del Congreso, sobre todo de centro y derecha, que siempre revisarán las leyes por encargo de los sectores privados, buscando cómo trampear con argumentos que parecieran de buena fe y buenas intenciones, pero no tienen más objetivo que desmantelar un Estado que tiene las leyes de caracter social y popular, que son perfectibles en el ámbito de un Estado benefactor, porque emanaron de un periodo de la revolución cuyo apoyo filosófico es el bien común, con uso social y público en aras de otorgar beneficios a la poblacion mexicana. 44 Capítulo III. Casos concretos. 3.1 Paseo de San Francisco, Puebla de Zaragoza. Con el pretexto de un reordenamiento urbano desde 1995, la ciudad de Puebla de Zaragoza se ha visto confrontada con la sociedad civil y el gobierno local en detrimento de la zona central de monumentos históricos y en beneficio de los intereses privados que ofrecen los servicios a cambio de destrucción de edificios históricos, con cimientos arqueológicos, destruidos en 2004, para reorganizar espacios de estacionamientos, zonas de alimentoscon restaurantes de capital español e italiano, y con una zona “cultural”, para convenciones y eventos privados, que dejan muy lejos el lugar de belleza histórica y de paseos populares: En disputa por un REORDENAMIENTO URBANO DEMOCRÁTICO, los sectores sociales enfrentan a una cultura tecnocrática, productivista, de corte racional-instrumental y lucrativa, de connotación económica y política y una fuerte vinculación a los intereses económicos de los Estados Unidos. Ello supone una modificación de las formas culturales vernáculas y hace que una lucha de este tipo adquiera significado con relación a un aspecto cultural del problema de la soberanía nacional, donde lo global precisamente se ha internalizado [Machuca et al en D-II- IA-1, 1995:161]. La Ley Federal sobre Zonas y Monumentos Arqueológicos, Artísticos e Históricos es la que marca en que términos se dan o no autorizaciones, y por supuesto para destrucción no existe artículo alguno, puesto que el espíritu de la ley es la de proteger el patrimonio cultural de la nación. Para la ciudad de Puebla 45 existe el decreto del 28 de noviembre de 1977 de la federación y la poligonal que comprende la zona de monumentos históricos y artísticos y el de la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, otorgado en 1987. Pero para lograr sus objetivos el gobernador del Estado y los privados, por supuesto que hicieron caso omiso de la ley que protege, se basaron en tres declaratorias como argumentos, tergiversando el fin, a saber: Puebla como Patrimonio de la Humanidad (ésta sin ser su intención original, viene a entroncar con la puesta en valor del centro histórico como capital cultural que genere ganancias para el sector turístico), de Utilidad Pública y de Desarrollo Turístico Prioritario, así, por encima de la legislación específica, utilizaron recursos generales que por supuesto violan la norma. Se recurre entonces a las políticas delineadas por los organismos internacionales, que además de sostener los planes de la iniciativa privada y los grandes capitales internacionales, aderezan con ideologías que despersonalizan a las ciudades, ahora ya no importan los edificios históricos ni la historia de los pueblos, quisieran de tajo borrar las bases identitarias y homogenizar, así, la penetración ideológica permite hacer consumidores pasivos sin historia, y ávidos de lo nuevo. A estas zonas históricas, se les llama técnicamente zonas degradadas, es decir, que ya son obsoletas tanto para vivienda, como para preservación, se les debe destruir. Sin embargo, el diagnóstico de los especialistas del INAH fue otro: Dicha zona es prácticamente recuperable en su totalidad desde el punto de vista estructural. Sin embargo, las vías argumentales para justificar su afectación pueden consistir en descomponer la zona de afectación en la multiplicidad de sus distintos usos, tratándolos por separado: zonas degradadas, subutilizadas, 46 espacios verdes, de circulación, baldíos y susceptibles de expropiación, y habitacionales: en vecindad y de particulares, de manera que las zonas de los barrios a ser defendidas se convierten en un mero reducto, un reducido sector aislado en un contexto de espacios justificados por su vocación para usos distintos. La integridad de un espacio para ser defendido resulta así pulverizado y fragmentada, de manera que casi nada resulta rescatable de este [op. cit.:162]. Pero lo anterior se desprende del ingreso de México el 25 de marzo de 1994 a la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos), con sede en París, que obliga a los países alineados a “alcanzar el más alto crecimiento sostenido posible de la producción, el empleo y el nivel de vida de los países miembros” [ibid.:173], políticas que signan acuerdos internacionales violatorios del manejo legal e interior y de cómo proceder en contra de los mismos. El documento al que signa México El entorno urbano: políticas mediombientales para los 90 tiene los siguientes lineamientos: Dentro de los lineamientos que se plasman en este documento con referencia a la planeación urbana, destaca la especificación que hace la OCDE en torno a que las grandes obras de renovación y desarrollo pueden contribuir a mejorar el entorno. En los casos que se citan se han logrado encontrar nuevos usos a las zonas abandonadas/degradadas; aumentar el valor de los terrenos; mejorar el entorno, crear nuevos empleos; elevar los ingresos de la zona; extender los efectos positivos a las zonas circundantes [ibid.:174 apud OCDE, 1991:67]. Por supuesto lo anterior, desde el punto de vista de un organismo que presiona y gana para poder invertir en México, pero que nada dice sobre la 47 destrucción de monumentos y de contravenir a la legislación interna. Para lograr los propósitos mercantilistas de un espacio de zona de monumentos, hubo que modificar el uso de suelo, sin importar que los espacios sociales significativos son un producto histórico, independientes de la parte arquitectónica, lo cual nunca toman en cuenta ni legisladores ni gobierno federal y mucho menos los empresarios. Otro asunto fue el financiamiento de la inversión para crear estos espacios suntuosos y comerciales a través del Banco Mundial, tan cuantiosa que ni el gobierno ni los particulares nacionales pueden solventar y que sí representó deuda para el país, adquiriendo un carácter subsidiario del sector privado nacional y del propio gobierno con respecto del capital transnacional. Ya desde el Plan Nacional de Desarrollo 89-94 se señalaba que “La protección y difusión del patrimonio arqueológico, histórico y artístico […] excede la disponibilidad de recursos materiales, financieros y humanos del sector público”. Sobre esta base es que se busca flexibilizar y adecuar a la normatividad existente en la materia para dar cabida al sector privado. Una expresión de esta adecuación es desincorporar inmuebles federales, concesionándolos para la instalación de servicios de apoyo [ibid.:166]. El área comprendida como el Paseo de San Francisco es rica en arquitectura industrial e histórica, así como de vivienda en monumentos del siglo XVIII y XIX, aunado a que se encontraron restos arqueológicos de lo que fue la fundación de la actual ciudad de Puebla (1531). Antes de los cambios, se consideraba un espacio popular, industrial, de vecindades, trastocándose como 48 espacio de oficinas para servicios, zona “cultural” y de restaurantes de comida extranjera y que sociológicamente se pierde el entorno comunitario, a un centro de carácter comercial y financiero, con mayor plusvalía. Finalmente, este programa llamado “Parcial de Desarrollo Urbano, Mejoramiento, Conservación e Integración del Paseo de San Francisco”, es difundido y elaborado por el gobierno municipal, saliendo a la luz en el Diario Oficial de la Federación de Puebla, el 13 de agosto de 1993, con carácter de utilidad pública en su aplicación. El área de afectación fue de 50 hectáreas, que representa el 7% del total de la zona histórica. Las demandas de organizaciones civiles y sindicales fueron: 1 Suspensión inmediata de todas las obras que actualmente se realizan en el Paseo de San Francisco, para dar lugar a la revisión de los proyectos. 2 Acatamiento de la suspensión definitiva de obra, emitida por el 1º. Y 2º. Tribunal Colegiado del Sexto Circuito en Puebla para los predios ubicados en la calle 10 Norte 402a y 404a. 3 Deslinde de responsabilidades concernientes a las demoliciones efectuadas, así como también de sanciones a quien resulte culpable [Folleto de la Comisión de Defensa del Patrimonio Cultural, ATM del INAH, delegación de Puebla, agosto de 2004]. Lo importante de esta experiencia, que ni con la presión ni con la omisión, y gracias a la movilización sindical de los trabajadores ATM del INAH y sus comités de las gestiones 2000-2004, así como de otras organizacionessindicales y sociedad civil, no se modificó la Ley Federal sobre Zonas y Monumentos Arqueológicos, 49 Artísticos e Históricos, que era la pretensión. Pero no podemos decir lo mismo en cuanto a lo miembros de la Cámara de Diputados, fue puesta en aviso la Comisión de Cultura de lo que estaba aconteciendo en Puebla, incluso la Diputada (Técnica Dental por cierto) Elba Garfias de la 59 legislatura (PRD), quien visitó con la Comisión de Defensa del Patrimonio Cultural de los trabajadores ATM del INAH, y fue documentada con todas las irregularidades en que se llevaban a cabo las obras para su intervención y no hizo nada para detener la destrucción del patrimonio cultural. La lucha del capital en este campo de batalla llamado Paseo de San Francisco, fue una lucha desigual en la cual la norma no es lo que falla, sino la autoridad y su discrecionalidad al momento de ejercerla, pues después de una intensa movilización civil con llamados a la legalidad, hoy vemos aquí y en grandes extensiones del país, una vida popular rica en arquitectura del siglo XVIII y XIX, además de edificaciones arqueológicas debajo de los cimientos, que fueron destruidas, de manera que será imposible recuperar esa información arqueológica e histórica que quedó sellada permanentemente por grandes pilares de cemento de concreto que perforaron el piso a varios metros de profundidad y que va a servir de soporte a nuevas edificaciones, algunas de ellas con fachadas antiguas y gran cantidad de superficie que eran habitaciones y que hoy son suplantadas por grandes edificios de estacionamientos y centros de servicios comerciales de entretenimiento. 50 3.2. Cuicuilco y Plazas Loreto y Peña Pobre. Una de las zonas de mayor importancia para conocer el México actual es sin duda Cuicuilco (4 mil años de antigüedad), por su relevancia en el desarrollo cultural de las posteriores sociedades y cuna de la gran civilización teotihuacana. Los primeros estudios que se realizaron en esta zona a principios de los años veinte fueron con Manuel Gamio. Originalmente la superficie que cubría esta zona era de 158 km2. En sus investigaciones Gamio encontró gran cantidad de material arqueológico. Él mismo mencionó “eran las piezas más antiguas de las que hasta ahora se han encontrado en todos los espacios antiguos del Valle del Anáhuac”. Baste recordar que toda esta área se encuentra con una gran capa de lava, producto de las erupciones del volcán Xitle y bajo ésta, se encuentra sepultado el primer basamento de un edificio circular, cuyas características son tan singulares que según Cummings (1925) “este hecho comprobaba que Cuicuilco era cinco mil años más vieja que la pirámide de Gizeh en Egipto, tres mil años más vieja que Mesopotamia, y anterior a todas las construcciones hechas por el hombre” [pág. web Actualidades arqueológicas p.8-15]. Debido a estas características geológicas y geográficas se encuentra sepultada gran cantidad de información, enigmas y conocimiento de las culturas que se manejan en la cronología actual. Hasta este asentamiento llegaban las márgenes del Lago de Texcoco. Es en los tiempos modernos que este enigmático lugar llamado Cuicuilco se vio agredido de manera ligera a principios del siglo XX con la implantación de fábricas de papel. Y es en los años sesentas con el crecimiento urbano de la ciudad de México, que se construye en periférico y la carretera a Cuernavaca: con ello, 51 vienen las construcciones de unidades habitacionales, con el pretexto de ubicar a los jugadores internacionales de la Olimpiadas de 1968, que se construye la Villa Olímpica y se rompe con la unidad de la zona arqueológica, quedando partida en dos áreas. Luego se edifica uno de los más grandes centros comerciales llamado Perisur, es aquí donde se marca el boom financiero, en los años 80 y 90, que el lugar se ve agredido de manera más violenta con un proyecto que originalmente tenía concebido la construcción de una torre de 22 pisos “la Torre Inbursa”, un complejo comercial y de diversiones en lo que fuera el viejo conjunto fabril de Peña Pobre. Pero para presentar el gran proyecto, antes se privatizaron los terrenos de la fábrica, haciendo oficinas de Inbursa, en la parte de las casas- habitación de los obreros, se hizo un parque ecológico “Manantiales de Peña Pobre” con actividades manuales y artísticas de fin de semana, todo muy “bello y light”, para los ecologistas, sin imaginar que el verdadero proyecto era la construcción de la gran torre a 500 metros de la zona arqueológica y el centro comercial: […] en el centro del conflicto se encuentran los vestigios arqueológicos de Cuicuilco, con una antigüedad de 4,000 años, y un horizonte potencialmente agredido por la arquitectura [Rivera apud Proceso, núm.1092:28]. En 1991 el apoderado legal de Seguros de México (absorbida por Grupo Carso) solicita a Camacho Solís jefe del DDF, la modificación al Programa Parcial de Desarrollo Urbano de la Delegación Tlalpan para iniciar trámites de construcción del proyecto Plaza Inbursa, ya que la zona estaba clasificada como ES (que restringe el uso del suelo a equipamiento de servicios, administración, 52 salud, educación y cultura e impide la construcción de edificios de vivienda y centros comerciales). Así, como los mencionados proyectos de reconversión urbana, fueron adecuando las normas, sin observar las específicas de protección del patrimonio cultural y la Ley de Desarrollo Urbano del Distrito Federal, que obliga a elaborar un estudio previo del impacto urbano, que nunca existió, así como tampoco existió el financiamiento de un estudio que elaborara la Dirección de Salvamento Arqueológico. Con estos agravantes, se expide licencia de construcción el 27 de septiembre de 1996. La agresión que ha sufrido esta zona arqueológica ha sido de las más violentas y tal parece que definitivas, por este aparato burocrático y empresarial, para el caso el Grupo Carso. En principio, provocó gran cantidad de manifestaciones de vecinos, sociedad civil, intelectuales y organizaciones sindicales de trabajadores del INAH, logrando que el proyecto original fuera modificado, porque encontró trabas de carácter legal, aunque en realidad por lo que respecta a la LFZMAAH, el INAH tuvo que intervenir directamente con todos los elementos, y detener cualquier construcción en el perímetro de protección, sin embargo, fueron más fuertes los lineamientos políticos del gobierno en turno, que por supuesto le correspondió a Carlos Salinas de Gortari, el gran arquitecto del TLC: La construcción del proyecto “Centro Comercial y de Entretenimiento Loreto y Peña Pobre” será posible, en primera instancia, gracias al cambio de uso del suelo publicado en el Diario Oficial de la Federación del 30 de noviembre de 1994, último día en funciones de Carlos Salinas de Gortari [Ortiz Pardo apud Proceso, núm.1070:33]. 53 Por los supuestos pruritos legales no se tuvo la responsabilidad de aplicar la ley, pues se tenía el antecedente que el INAH había construido la Escuela Nacional de Antropología e Historia en los mismos terrenos aledaños a la zona arqueológica, antes de que estos terrenos fueran expropiados: El 28 de abril (1994), la fracción del PRD presentó a consideración del pleno de la Asamblea Legislativa una propuesta de recomendación al regente Oscar Espinosa Villarreal “como máxima autoridad responsable de lo que hacen las delegaciones”, en la que se le solicitaba la suspensión “de esta y otras obras”. La iniciativa fue apoyada por el PAN, pero rechazada finalmente por la mayoría priísta. Se turnó el caso a comisiones” [ibid.]. El primer día de apertura del Sanborns en la Plaza Cuicuilco, la Asociación Vecinal para la Defensa de Tlalpan AC, da a conocer el fallo del juez primero de distrito en materia administrativa Jean Claude Torn Petit quien “niega la suspensión definitiva
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