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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE ECONOMÍA Ni un quinto más ni un quinto menos: Cálculo del valor presente del fondo de ahorro del Programa Bracero (1942-1964) y la lucha de los extrabajadores por recuperarlo TESIS QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: LICENCIADA EN ECONOMÍA PRESENTA: LUZ MARIANA JUÁREZ MARTÍNEZ ASESOR: MTRO. MIGUEL MAURICIO VASSALLO RODRÍGUEZ Ciudad de México, Junio de 2016 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 A la Asamblea Nacional de Braceros 3 Agradecimientos La lista de agradecimientos puede ser tan larga como los años que me llevó concluir este tra- bajo, muchos procesos de mi vida personal han iniciado y terminado desde el 2008 que conocí a la Asamblea Nacional de Braceros, a la que dedico esta tesis, la cual no hubiera existido tal y como es de no haber conocido a los Braceros y les agradezco por haberme enseñado más de lo que yo he podido aportar en su proceso. …y sin duda debo agradecer especialmente a mi padre, que es el mejor padre del mundo, a mi abuelita Luz, que fue la mejor de las madres. A mi tía Mela y Mary por estar siempre tan cer- ca ayudándome y queriéndome. A mis hermanos Hugo, Liz y Felipe que tanto han cooperado a lo largo de mi vida. A mi familia escogida, en particular a la Familia Vassallo, por abrirme las puertas de su casa y de su corazón cuando más lo necesité. A Eufrosina por siempre brindarme sus cálidos abra- zos, a Maddy por todas las pláticas y momentos que pasaron en la cocina y fuera de ella, a Miguel por dirigir esta tesis, ser mi amigo y mi maestro. A Ana Ortiz por el apoyo y la amis- tad, a Tilos por prestarnos su casa para el seminario de tesis que ya comienza a rendir frutos. A Miguel Vassallo, por todo el tiempo, esfuerzo, dedicación, minusiosidad y paciencia que ha tenido al acompañarme en la escritura de este trabajo y en todo el proceso personal. A Marilú y a su papá, por todo el tiempo que dedicaron en revisar y pensar conmigo. A aquellos que en algún momento compartieron y discutieron este proyecto. 4 Al maestro Luis Lozano del Centro de Análisis Multidisciplinario, por cobijarme académica- mente y por los años de formación política. A Flor Balboa, por todas sus enseñanzas y oportunidades que con tanto cariño me ha brinda- do y por orientar mi camino hacia la filosofía. A Vicente Guerrero, por permitirme ayudarle en su clase estos años y por las enseñanzas. A Luisa por compartir la delicia de no vivir sometidas. A Viridiana, Beto… y el resto de mis compañeros, trabajadores y profesores de la Facultad de Economía todos esos momentos que compartimos dentro de las aulas, en los pasillos o en la calle gritando y luchando, y en especial a mis queridos jardineros de Ciudad Universitaria. A mi maestro EL Dr. Cristian Gutiérrez de la Facultad de Filosofía y Letras, que se ha toma- do el tiempo de formarme y brindarme apoyo en mis actividades en esa facultad. A Vanessa, Gaby, Rubén, Octubre, Diego Vázquez y Álvaro Enríquez. A Leonarda Rivera y Das Aristóteles por acompañarme en esta recta final y compartir tantas alegrías e historias sobre manzanas y meteoros. A todos mis amigos del Festival Internacional de Cine de la UNAM. Finalmente a Flor Balboa, Saúl Herrera, Vicente Guerrero y Octavio Rosaslanda por leer esta tesis y comentarla. 5 Índice Introducción ............................................................................................................................................ 6 I. La migración México-Estados Unidos durante el Programa Bracero .......................................... 20 A. 1942 ............................................................................................................................................... 21 B. El Programa Bracero ..................................................................................................................... 26 C. El Contrato de Trabajo .................................................................................................................. 43 II. El Fondo de Ahorro del Programa Bracero .................................................................................. 48 A. El Fondo de Ahorro ..................................................................................................................... 50 B. Braceros en Estados Unidos ........................................................................................................ 54 C. El Valor Actual del Fondo de Ahorro .......................................................................................... 59 D. El Fideicomiso de Apoyo Social a extrabajadores Braceros ....................................................... 68 Conclusiones ......................................................................................................................................... 71 Bibliografía ........................................................................................................................................... 75 6 Introducción finales de 2008 tuve contacto por primera vez con la Asamblea Nacional de Braceros. En ese momento yo trabajaba en el Centro de Análisis Multidiscipli- nario de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México que era coordinado por el maestro Luis Lozano Arredondo, un hombre con una larga historia de lucha por mejorar las condiciones de trabajo de la clase obrera mexicana. Durante el Festival Mundial de la Digna Rabia convocado por el Ejercito Zapatista de Liberación Na- cional en diciembre del mismo año y a través de él, pude conocer a los Braceros que necesita- ban conocer el monto al que eran acreedores porque el gobierno mexicano no les devolvió en tiempo y forma un Fondo de Ahorro que había sido descontado de su salario mientras trabaja- ban en Estados Unidos como parte del Programa Bracero. Justificación y delimitación de la investigación La migración de fuerza de trabajo mexicana hacia Estados Unidos es parte del desarrollo capi- talista; por tanto, este desarrollo ha sido histórico, es necesario mencionar que esta no comen- zó con el Programa Bracero, pero en general, y no sólo para el periodo entre 1942 y 1965, todas las migraciones de fuerza de trabajo entre ambos países suponen un excedente de mano de obra en nuestro país y su demanda en la economía de Estados Unidos. A 7 Durante la Segunda Guerra Mundial, la base productiva de nuestro país encontró una oportunidad para expandirse, tanto en el mercado interno como externo. El desarrollo tecnoló- gico estaba orientado hacia la industria urbana, pero también hacia el campo, para lo cual se importó maquinaria agrícola con la finalidad de incrementar la productividad de este sector, obligando así a un desplazamiento de la mano de obra agrícola ―campesina― hacia las ciu- dades en búsqueda de empleo en el sector industrial. Al inicio de la década de los años 40 del siglo XX, el gobierno mexicano estaba bajo la presidencia de Manuel Ávila Camacho, y el de los Estados Unidos, bajo la presidencia de Franklin D. Roosevelt. Ambos gobiernos lograron acuerdos comercialesen los cuales México exportaría materias primas estratégicas para la industria militar de Estados Unidos, y este pro- veería a cambio maquinaria industrial. Este acuerdo gubernamental en última instancia no es más que el reflejo de la división internacional del trabajo en la coyuntura de la Segunda Gue- rra Mundial. En este periodo la situación social y económica de nuestro país se caracterizó por polí- ticas gubernamentales orientadas a la industrialización, teniendo como uno de sus resultados la proletarización de los campesinos. Sin embargo, los campesinos transformados en obreros agrícolas o industriales no fueron empleados en su totalidad, liberando un excedente de mano de obra —fuerza de trabajo desocupada— que se vio obligada a emigrar, esta vez al país ve- cino del norte. Estados Unidos se encontraba en una carrera armamentista con miras a su participación en la Segunda Guerra Mundial; la fuerza de trabajo disponible estaba siendo ocupada primor- dialmente en la industria militar, generando una escasez de mano de obra en el sector agrícola. En este contexto socioeconómico de colaboración internacional con Estados Unidos, surge el Programa Bracero; éste significó la salida de fuerza de trabajo excedentaria de Méxi- 8 co, así como su absorción por parte del sector agrícola y en menor medida ferrocarrilero esta- dounidense. El Programa Bracero fue un convenio binacional entre Estados Unidos y México fir- mado por los presidentes Roosevelt y Ávila Camacho, negociado para resolver el problema de escasez de mano de obra en Estados Unidos; en junio de 1942 se iniciaron las pláticas entre los gobiernos, quedando formalmente establecido después de sólo diez días de negociación. El cuatro de agosto del mismo año entró en vigor el Programa Bracero, con una duración de veintidós años, durante los cuales hubo enmiendas y extensiones al programa de contratación (Gómez, 1990, p.148-149). La acepción de Bracero que para México nos da el Diccionario de la Lengua Española es: “jornalero no especializado, que emigra, a veces temporalmente, a otro país” (Real Aca- demia Española, 2001). La especificidad del término en nuestro país es producto del proceso histórico del cuál trata este trabajo y no de la lengua española en general. En un sentido más amplio, la Real Academia de la Lengua Española define al «bracero» como sinónimo de peón o jornalero. En una comunicación personal con el Mtro. Miguel Vassallo me hizo la observación respecto al actual uso de la palabra Bracero, al respecto me hizo notar que la Real Academia nos da como étimo la palabra brazo, ya que el trabajo para el cual son contratados se realiza generalmente con dichos miembros. Para efectos del presente trabajo cabe mencionar que, para el mismo diccionario, la palabra peón designa a un “jornalero que trabaja en cosas mate- riales que no requieren arte ni habilidad” (Real Academia Española, 2001), y jornalero es de- finido como la persona que trabaja a jornal, y este último no es sino el salario que gana un trabajador diariamente. Es decir, el término ya implica que aun ocupándose de actividades agrícolas, un Bracero es un trabajador que no es dueño de sus medios de producción, aunque 9 es posible que su origen sea campesino. Un Bracero es, pues, un trabajador asalariado, por tanto, un proletario en el sentido estricto. El reclutamiento de los Braceros comienza oficialmente el cuatro de agosto de 1942; en ésta fecha se inicia el registro formal de los trabajadores al Programa Bracero. El procedi- miento consistía en la entrega de papeles en oficinas en su lugar de origen, en la mayoría de los casos; después eran trasladados a El Paso, Texas, donde estaba el centro de procesamiento de Rio Vista, ahí se les hacían varias entrevistas con el fin de constatar su experiencia y sus capacidades laborales en el campo, una de las formas que usaban para comprobarlo era mos- trar sus manos con callosidades. Una vez hecho esto, firmaban sus contratos y les entregaban su tarjeta de Bracero con fotografía. El contrato que firmaban los braceros contemplaba principalmente los siguientes as- pectos, según Verea (1982, p. 23-24): a) los trabajadores mexicanos solamente deberían cubrir la escasez de mano de obra y no des- plazar a trabajadores locales; b) no podrían ser reclutados por el ejército de los Estados Unidos, el gobierno norteamericano sería el contratista; c) no habría trato discriminatorio para los mexi- canos en territorio estadounidense; d) se le garantizarían al trabajador mexicano los gastos de transportación de ida y vuelta, así como los viáticos durante el viaje; e) la contratación se haría sobre la base de un contrato por escrito entre el trabajador y su patrón; f) el trabajo de los brace- ros se destinaría exclusivamente a la agricultura; g) los braceros quedarían en libertad de reali- zar sus compras donde ellos lo decidieran; h) las habitaciones e instalaciones sanitarias deberían estar en buenas condiciones; i) se autorizarían deducciones a los salarios hasta de un 10%, co- mo un ahorro que tendría [sic] depositado el patrón y que le sería devuelto al trabajador a su re- greso a México; j) el trabajador debería garantizar cuando menos tres cuartas partes del tiempo de duración del contrato; y, k) los salarios deberían ser iguales a los que prevalecieran en el área a donde se destinaría el trabajador contratado, pero en ningún caso podría ser menor de 30 cen- tavos de dólar por hora. Su condición de estancia en el país de destino fue legal, por tanto eran considerados como emigrantes temporales en Estados Unidos. Los Braceros por lo general fueron población 10 del género masculino de origen campesino o proletario agrícola, con un promedio de edad entre los 17 y 22 años, jóvenes trabajadores con amplia experiencia en las labores del campo. El lugar de origen de los Braceros, como el de la mayoría de los flujos migratorios, es difícil de precisar por la abundancia de las fuentes de información, que a su vez son limitadas e independientes entre ellas, lo que las vuelve incomparables. Sin embargo, dentro de las nu- merosas fuentes cabe destacar las series estadísticas históricas de flujos migratorios de acuerdo a la región de origen, realizadas por Jorge Durand y Douglas S. Massey (2003). Los autores distinguen cuatro regiones de origen de los migrantes mexicanos: 1. La región histórica, que agrupa a los estados tradicionalmente expulsores de mano de obra: Aguascalientes, Colima, Durango, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, San Luis Potosí y Zacatecas. 2. La región fronteriza, conformada por los seis estados del norte del país que físicamente colindan con Estados Unidos: Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Chihuahua, Sonora y Baja California. 3. La región central, constituida además del Distrito Federal principalmente por los esta- dos que lo rodean: Guerrero, Hidalgo, México, Morelos, Oaxaca, Puebla, Querétaro y Tlaxcala. 4. La región sureste, compuesta por los estados del sur y el sureste de nuestro país: Vera- cruz, Tabasco, Campeche, Yucatán, Quintana Roo y Chiapas. De acuerdo a esta regionalización, el aporte porcentual de migrantes que cada una de ellas tuvo durante el periodo del Programa Bracero es el siguiente: región histórica 62.1 por ciento, región fronteriza 23.93 por ciento, región centro 12.88 por ciento y región sureste 0.95 por ciento (Durand y Massey, 2003, p.63-91). 11 El principal estado receptor de Braceros en Estados Unidos fue California, aunque la mano de obra se dirigió en menor medida a entidades como Michigan, Ohio, Wisconsin, Min- nesota, las Dakotas, Montana, Colorado, Wyoming y Nebraska (Durand, 2007, p.31-32). Las actividades para las que primordialmente fueron contratados en el campo fueron la pizca de algodón, betabel y jitomate. En cuanto al número de trabajadores movilizados durante la permanencia del Progra- ma Bracerohay diferentes cifras, debido a las dificultades que tiene encontrar un registro es- tadístico serio y que contemple los veintidós años que duró el programa, no obstante distintos académicos en diferentes periodos llegan a coincidir que fueron alrededor de cinco millones los trabajadores mexicanos que se marcharon de Braceros durante el periodo. Entre estos es- tudiosos se encuentran el sociólogo norteamericano Wayne Cornelius y el antropólogo e histo- riador mexicano Jorge Durand. Las condiciones laborales que marcaban las cláusulas del contrato no se cumplieron. Para todos los trabajadores persistió una sistemática transgresión a todas las condiciones espe- cificadas en el contrato de trabajo, como los servicios de salud, el seguro contra accidentes, los horarios de trabajo, el trato diferenciado por su nacionalidad, incluso algunos trabajadores testimonian que fueron reclutados por el ejército norteamericano para participar en la Segunda Guerra Mundial. Además de las ya mencionadas violaciones a las cláusulas del contrato de trabajo, falta mencionar que en la cláusula quinta quedaba manifiesto que a los trabajadores les sería des- contado el diez por ciento de su salario para que, finalizado el contrato, les fuese devuelto el fondo de ahorro generado durante el tiempo de trabajo como braceros. Sin embargo, no a to- dos los trabajadores les fue reembolsado dicho fondo de ahorro, la mayoría de los braceros fueron despojados de este dinero por distintas razones que confluyeron en el momento históri- 12 co como son: la corrupción de las instituciones, la falta de mecanismos burocráticos que facili- taran la devolución e incluso el desconocimiento de esta cláusula del contrato por parte de los trabajadores, dada la persistencia del analfabetismo o que algunos contratos no estaban tradu- cidos al español. Según un informe de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social: Los subempleadores hacían los descuentos correspondientes, transferían el dinero a organismos norteamericanos previamente determinados, los cuales, por conducto del Banco de México, S.A., los traspasaba al Banco Nacional de Crédito Agrícola, tratándose de trabajadores que prestan servicios en labores agrícolas en los Estados Unidos y al Banco del Ahorro Nacional cuando se trataba de trabajadores empleados en trabajos ferrocarrileros. (1946, p. 210) De acuerdo al mismo informe de 1943 a 1946 del Banco del Ahorro Nacional S.A., pa- garon el 95 por ciento de los ingresos recibidos por el Fondo de Ahorro de trabajadores ferro- carrileros y el 69 por ciento para al caso de trabajadores agrícolas (1946, p. 210-211). Sin em- bargo, este monto sólo representa el 25 por ciento del Fondo de Ahorro que he calculado con base en las Balanzas de Pagos de México, y de esta cantidad representa sólo el 18 por ciento del Fondo de Ahorro efectivamente pagado. Después de 74 años esta realidad persiste, los ahora extrabajadores Braceros que aún sobreviven han pasado a la ofensiva desde hace varios años, ante el olvido y abandono del que han sido víctimas por parte de los gobiernos. Siete décadas después, aún no se ha hecho justi- cia para muchos que exigen la devolución del fondo de ahorro producto de su trabajo durante el Programa Bracero. Los Braceros han comenzado desde hace unos años la lucha por la recuperación de sus fondos de ahorro, más los intereses que se han acumulado a través del tiempo, porque, a decir del contrato y de diversas fuentes, el dinero fue enviado por el Wells Fargo Bank (institución 13 responsable de captar y enviar los descuentos) al Banco de Crédito Agrícola de México cuyo capital, después de su desaparición, fue absorbido por el Banco de México. En 2003, estando como presidente del país Vicente Fox Quesada, ante la legítima exi- gencia de la devolución del fondo de ahorro por parte de los extrabajadores Braceros, la Cá- mara de Diputados de la LVIII Legislatura del H. Congreso de la Unión, creó una comisión de investigación para hallar en dónde se quedó el dinero de dicho fondo de ahorro. Cinco años después, la resolución fue la creación de un fideicomiso con un fondo de 300 millones de pe- sos (Presupuesto de Egresos de la Federación, 2006), que sólo alcanza a cubrir el monto de 38 mil pesos por trabajador (Monreal, 2007). Para que los Braceros tengan acceso a este fideico- miso deben de cumplir una serie de requisitos que en la mayoría de los casos es casi imposible que se cubran. Para acceder a los trámites iniciales u obtener los supuestos beneficios del fideicomiso, los extrabajadores deben presentar documentos originales como los contratos de trabajo, los comprobantes de pago, la tarjeta de identificación consular y el Social Security derivado del contrato de trabajo (El Sol de San Luis, 25 de Noviembre de 2008). Después de tantos años es difícil que se conserven dichos documentos; se ha reportado que en algunas ocasiones las mismas autoridades, al requerir y recibir estos papeles, se los han retenido. Por otro lado, si un ex trabajador bracero acepta los beneficios se le obliga a firmar un documento donde se com- promete a no hacer ningún reclamo posterior. Con diversas modificaciones al fideicomiso, a la fecha sigue vigente, es evidente que ni el dinero ni el tiempo han hecho justicia a los Braceros. Las respuestas del gobierno son ambiguas y parciales; la de por sí retrasada creación del fideicomiso señala, según las palabras de un bracero de Tlaxcala, que “la apuesta del gobierno es a la muerte de los braceros”. 14 El Programa Bracero a pesar de significar una oportunidad de trabajo, fue a costa de explotación y humillación por parte de las empresas contratistas, a pesar de que la fuerza de trabajo mexicana fue un gran pilar para el desarrollo de la segunda guerra mundial para Esta- dos Unidos. Pese a que las condiciones que se establecían en el contrato no eran tan desfavorables y superficialmente protegían legalmente a los braceros, en la mayoría de los casos, las cláusulas de dicho contrato fueron violadas por ambos gobiernos: el estadounidense y el mexicano. El primero al violar las condiciones laborales del contrato y, el segundo, al despojar del diez por ciento de su salario a la mayoría de los extrabajadores. Objetivo General Este trabajo tiene como objetivo general hacer una revisión histórica del proceso migratorio México-Estados Unidos durante el periodo de 1942 a 1964, en el cual operó el Programa Bra- cero, así como su papel en la dinámica de acumulación capitalista, que necesariamente impli- có la proletarización de campesinos mexicanos a través de su participación como obreros agrí- colas en el Programa Bracero. También pretendo calcular el valor presente de los descuentos realizados a los salarios de los Braceros y que no fueron devueltos con el fin de que esta investigación constituya una herramienta de lucha para el movimiento social que ha sido conformado a partir del despojo del Fondo de Ahorro y de los intereses acumulados a través del tiempo. Objetivos particulares Describir y caracterizar el proceso histórico de la migración México-Estados Unidos durante el Programa Bracero entre 1942 y 1964. 15 Usar como marco de referencia teórico-histórico la Ley General de Acumulación Capi- talista. Hacer un cálculo de la deuda que tiene el gobierno mexicano con los extrabajadores migratorios que trabajaron en Estados Unidos durante el Programa Bracero entre 1942 y 1964, a los cuales, como se menciona en la justificación de la investigación, se les re- tuvo un diez por ciento de su salario neto que les sería reintegrado a su regreso a Méxi- co, cuya devolución nunca se hizo efectiva según lo establecido en al contrato de traba- jo. Conocer las consecuencias de este proceso migratorio en la actualidad, es decir, la ma- nera en que los Braceros se han organizado ante el despojo de sus ahorros por partedel gobierno mexicano. Metodología Para la caracterización histórica del Programa Bracero, utilizaré un marco de referencia teóri- co-histórico marxista. Para realizar el cálculo de la deuda del diez por ciento a los Braceros tomaré estadísti- cas oficiales de los años 1942-1964 y traeré a valor presente la deuda más intereses; el cálculo lo haré respecto al interés compuesto de forma anualizada, ya que nos permite actualizar el valor de los pesos originales y cada uno de los importes de la reevaluación anual, proporcio- nando así el valor total de la actualización hasta el año 2015. A sugerencia de mi asesor se convirtieron los dólares a pesos en cada año y no al final, porque en el contrato de trabajo se estipuló que el diez por ciento que les era extraído del sala- rio sería mandado al Banco de Crédito Agrícola de México (ahora Financiera Rural) en pesos 16 corrientes al tipo de cambio de la fecha en que el Banco de Crédito Agrícola recibiera la canti- dad correspondiente, además de ser así un cálculo más exacto. El tipo de cambio corresponderá a la paridad promedio anual del peso con el dólar es- tadounidense que han registrado el Banco de México y la Dirección General de Estadística (fusionada con otras dependencias en 1982 y que ahora conforman el Instituto Nacional de Estadística y Geografía), que para el periodo de 1942 a 1947 es de 4.85 pesos por dólar, en 1948 es de 5.74, en 1949 es de 8.01, de 1950 al 1953 es de 8.65, en 1954 es de 11.34, y de 1955 a 1964 permanece fijo en 12.50. Las tasas de interés corresponderán a la tasa de interés nominal de lago plazo. Marco teórico Se abordará la migración desde la Teoría del Valor-Trabajo de Marx, si bien no existe ningún texto de Karl Marx que aborde de manera concreta las migraciones dentro del capitalismo, en diversos trabajos se halla el estudio de las dinámicas poblacionales dentro del sistema de pro- ducción capitalista. Sin embargo, en El Capital de Marx, sobre todo en el capítulo XXIII “La ley general de acumulación capitalista” de la sección séptima del tomo I, se explica la migra- ción como parte de la dinámica poblacional que se centra en el incremento de la composición orgánica del capital y por tanto, la formación del ejército industrial de reserva que permiten explicar la migración como parte de la dinámica poblacional. Para que se cumpla la Ley General de Acumulación Capitalista, es necesario que se den tres condiciones; por un lado, que el capital financiero solvente los huecos del capital in- dustrial, garantizando el proceso de reproducción del capital; por otro, el proceso de concen- tración y centralización de capital; y finalmente, el incremento en la composición orgánica del capital. 17 La sobrepoblación relativa o ejército industrial de reserva es una consecuencia del mo- do de producción capitalista, pero también es una condición necesaria para el desarrollo de este sistema. La acumulación de capital no se da sobre la base de cambios cuantitativos en la magnitud global, sino que se da sobre cambios cualitativos en la composición orgánica. El desarrollo de las fuerzas productivas implica necesariamente un aumento demográfico y una liberación de mano de obra y la proletarización del campesinado, impulsando a que la pobla- ción emigre para satisfacer una creciente necesidad de mano de obra. La composición orgánica del capital aumenta a medida que progresa la acumulación, ya que la demanda de trabajo está determinada por la parte variable del capital social global, la primera decrece a medida en que el segundo aumenta. A medida que aumenta el capital social global las dos partes constitutivas también aumentan (capital constante y capital variable), pero la parte variable aumenta de forma decreciente en proporción al capital constante. La población obrera produce la acumulación de capital y a su vez produce los medios crecientes que la convierte en relativamente excedentaria, esta es una contradicción del siste- ma capitalista que es una ley de población peculiar inherente a él. En esta ley de población media el desarrollo de las fuerzas productivas, ya que, con el acelerado desarrollo de las fuer- zas técnicas se crea una población relativamente excedentaria, Aquí no es la necesidad de fuerza productiva la crea una población excedente, sino el incremen- to de la fuerza productiva el que exige una disminución de la población, eliminando el exceden- te por hambre o emigración. No es la población la que presiona sobre la fuerza productiva; es la fuerza productiva la que presiona sobre la población. (Marx, 1853, pág.84). La forma en la que se produce el ejército industrial de reserva en el modo de produc- ción capitalista es a partir de la expulsión de trabajadores asalariados debido al desarrollo de la 18 maquinaria y gran industria, y la menor atracción de trabajadores debido al desarrollo tecnoló- gico; esta población es producto del modo de producción capitalista y, a su vez, es un producto necesario para el desarrollo del capitalismo. De este modo, la fuerza de trabajo migrante se inserta directamente en la dinámica de acumulación de capital. Según Gómez-Quiñones (1978, p. 68) la inmigración es: el resultado tanto de la relación estructural de los trabajadores con la organización de los me- dios de producción como el desarrollo desigual de los sectores geoeconómicos, entre los diver- sos países y regiones. La inmigración es causada por la descomposición del sector agrícola, el desempleo estructural y las diferencias entre salarios reales y nominales existentes [… ] este hecho no es simplemente circunstancial ni está sujeto a un ajuste reformista; es una característi- ca estructural del modo capitalista de producción. La inmigración es indispensable para el cre- cimiento capitalista y para la acumulación de capital mediante el incremento de las ganancias. La migración para el caso de los trabajadores que se desplazan de México a Estados Unidos no se sale de la lógica capitalista antes descrita; es evidente que la inmigración de tra- bajadores mexicanos a Estados Unidos ha sido una manifestación de la necesidad del capita- lismo de reclutar e integrar a la producción una fuerza laboral excedentaria capaz de ejercer presión en el ejército obrero en activo, derivado de la conformación de un mercado mundial de fuerza de trabajo. La migración de fuerza de trabajo México-Estados Unidos es una característica propia de la estructura económica de los dos países a lo largo del desarrollo capitalista. Dicha migra- ción ha sido un proceso continuo desde el siglo XIX, antes de este momento no existía ningu- na restricción al flujo migratorio de México a Estados Unidos. Este flujo, como la mayoría de los flujos migratorios internacionales, está impulsado por la disponibilidad de un mercado de trabajo más amplio y ávido de fuerza de trabajo así como de niveles salariales aparentemente más altos. 19 Bajo este contexto, el origen y funcionamiento del Programa Bracero tuvo como obje- tivo subyacente estimular la industria norteamericana que estaba desocupada por los trabaja- dores de Estados Unidos ya que estos habían sido requeridos por el ejército para la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y, posteriormente, para la Guerra de Corea (1950-1953). Los trabajadores mexicanos movilizados durante el periodo del Programa Bracero tu- vieron como función mantener a la baja los salarios en Estados Unidos, así como garantizar la estructura del mercado interno de ese país durante las guerras suscitadas en el periodo. Hipótesis de la investigación Durante la vigencia del Programa Bracero (1942-1964) a los trabajadores se les descontó el diez por ciento de su salario neto, el cual no ha sido devuelto íntegramente, por eso la hipóte- sis central es que el apoyo social que el gobierno federal está entregando actualmente (38 mil pesos mexicanos) es menoral que en verdad corresponde considerando los intereses generados a través del tiempo como costo de oportunidad por no habérselos devuelto en tiempo y forma en contraste con las leyes que aplican interés a los créditos. 20 I La migración México-Estados Unidos durante el Programa Bracero 21 La más importante división del trabajo físico y espiritual es la separa- ción de la ciudad y el campo. La contradicción entre el campo y la ciudad comienza con el tránsito de la barbarie a la civilización, del régimen tribual al Estado, de la localidad a la nación, y se mantiene a lo largo de toda la historia de la civilización hasta llegar a nuestros días. Karl Marx y Friedrich Engels. La ideología alemana, 1845. ste capítulo está constituido por tres partes; en la primera hablo sobre el inicio del Programa Bracero en 1942 y sobre el proceso previo que estableció las condiciones para un acuerdo migratorio tan importante para México y Estados Unidos como fue el Programa Bracero, mismo que intitula al segundo capítulo, en el cual pretendo esclarecer el enlace entre las condiciones económicas y las legales que posibilita- ron y normaron los casi cinco millones de contratos de trabajo emitidos entre 1942 y 1964. La tercera parte trata sobre estos contratos, me ocupo de revisar qué y cómo era el contrato de trabajo que representó un paradigma en la migración México-Estados Unidos, cuyo eco sigue resonando. A. 1942 La formación del capitalismo en México tiene su fase de consolidación en la segunda mitad del siglo XIX, resultado de una configuración específica de las relaciones sociales en nues- tro país. Durante la década del 40 del siglo XIX, se da en México un proceso de concentra- ción de la tierra bajo el régimen de propiedad privada, es decir, el proceso de acumulación originaria. En el periodo previo a este momento, la producción agrícola estaba conformada por productores agrícolas independientes —campesinos— que cuantitativamente han ido desapareciendo y transformándose en jornaleros agrícolas, conforme avanza la concentra- ción de la tierra en manos de propietarios privados. E 22 Este proceso de concentración y centralización de capital es condición necesaria para la transformación del proceso de trabajo y la consecuente subsunción de este bajo las condiciones capitalistas de producción, donde los trabajadores de la ciudad modifican las relación que existe entre su trabajo y la generación de valor y los del campo cortan definiti- vamente cualquier lazo con la propiedad de la tierra como medio de producción. Según datos recabados por Robledo Esparza, de 1895 a 1910, la población ocupada como peones agrícolas pasó de 2 595 162 a 3 123 975, es decir, se incrementó veinte por ciento; para el final de ese periodo, el ochenta y tres por ciento de la población rural estaba conformada po peones del campo, el trece por ciento eran hacendados y pequeños y media- nos propietarios, y el restante era población semirural (1975, pág. 7). Para 1910 se acentuaba ya la división de la población agrícola en propietarios priva- dos, jornaleros y puntos de resistencia de propiedad comunal . De 1877 a 1910, la cantidad de ranchos en el país se incrementó 230 por ciento, pasando de 48 633 a 14 705, por la apropiación de tierras de campesinos independientes y de comunidades indígenas (Robledo, 1975, pág. 8). La mayoría —el 74 por ciento— de las propiedades tenían una extensión de entre mil y cinco mil hectáreas, el resto tenía una superficie mayor a las cinco mil; sin embargo, estas últimas concentraban el 81 por ciento del total de la superficie de las haciendas, y las de menor tamaño sólo en diecinueve por ciento (Robledo, 1975, pág. 9). De ahí que no sea de sorprender que, entre 1910 y 1920, la población agrícola oprimida haya comenzado una revolución. El surgimiento de una nueva clase de propietarios agrícolas es parte de la concentra- ción latifundista de la propiedad agraria, elemento central en el desarrollo del capitalismo 23 en México y característico de la dictadura porfirista, es por eso que los campesinos se su- blevaran cuestionando el carácter privado de la propiedad de la tierra. En las dos últimas décadas del siglo XIX y en la primera del XX se empieza a desa- rrollar en el país una incipiente producción manufacturera, sin embargo, la concentración más fuerte de capital industrial ocurre entre 1930 y 1960, donde el capital empleado en la producción industrial pasa de 1 483 millones a 91 461 millones de pesos corrientes, logran- do un incremento de seis mil por ciento (Robledo, 1975, pág. 13). La producción industrial en ese periodo era de cerveza, vidrio, pulque y azúcar; sin embargo, el florecimiento de estas industrias estuvo favorecido por el desarrollo del mercado interno y por el desarrollo de las fuerzas productivas, que se podía ver en el aumento de infraestructura, tal como el ferrocarril y la introducción de innovaciones tecnológicas en la industria (De la peña, 1975, pág. 154). Otro factor que fortaleció el proceso de centralización y concentración de capital fue el sector externo, que propició la introducción del mercado doméstico al mercado mundial, que durante el porfirismo creció al seis por ciento anual (De la peña, 1975, pág. 169). El sector estatal logró consolidar su participación en la economía mexicana, así co- mo el establecimiento de un sistema financiero; al final del porfirismo, en el país ya había veintiocho bancos emisores y tres hipotecarios, aunado a la ya mencionada construcción y concesión de la explotación del ferrocarril (De la peña, 1975, pág. 180). El proletariado en México se estaba conformando en dos grupos producto de la divi- sión social del trabajo y de la propiedad privada: proletarios agrícolas y proletarios indus- triales. Para 1960, el noventa y cuatro por ciento de la población económicamente activa eran trabajadores asalariados (Robledo, 1975, pág. 19). 24 El desarrollo del capitalismo en México encontró un fuerte tropiezo en 1910, sin embargo, eso no impidió el incremento de la productividad tanto en la agricultura como en la industria. Este desarrollo se remató en el régimen cardenista, con y a pesar de las luchas obreras y campesinas. Entre 1930 y 1940, la productividad del sector industrial se incrementó por las polí- ticas económicas proteccionistas y las agrarias. La política agraria de Lázaro Cárdenas, la expropiación petrolera, el Estado como promotor del desarrollo económico y la organiza- ción obrera —campesina y popular— son las claves del desarrollo económico del periodo. Uno de los aspectos más destacables del cardenismo fue el reparto agrario, y el for- talecimiento y promoción del ejido, así como la estructura esencial de distribución y tenen- cia de la tierra en contraposición a la propiedad privada. El ejido, como forma de organiza- ción social, es producto de la revolución mexicana; sin embargo, su persistencia estuvo determinada por cuestiones jurídicas, ideológicas y por la capacidad de resistir a las formas capitalistas de propiedad y de explotación. La dimensión del reparto agrario fue de dieciocho millones de hectáreas (Kuri, 1994), esta dimensión impactó políticamente a la estructura latifundista. Sin embargo, los trabajadores agrícolas representaron la fuerza económica que determinaría el auge agrícola e industrial. Bajo este contexto, el auge agrícola proporcionaría materias primas y alimentos a bajo precio, así como divisas para financiar bienes de capital para el sector industrial. El desarrollo preponderante del sector industrial, además del impulso que recibía por parte del sector primario, se vio afianzado por la política económica cardenista de ca- rácter proteccionista contra los monopolios extranjeros, ssí como la inversión pública desti- nada a comunicaciones y transportes y la formación de un sistemabancario que incrementó el financiamiento del sector. 25 Hacia finales de la década de los treinta del siglo pasado, la economía mexicana en- tró en un proceso de recesión impulsado por las implicaciones económicas de la expropia- ción petrolera de 1938, que causó una fuga de capitales, así como el cese hostil de compra de petróleo mexicano en mercados internacionales, generando un déficit presupuestal. Esta crisis se profundizó también por el descontento de terratenientes ante el anterior reparto agrario, dando como resultado la devaluación del peso e inflación en los precios del merca- do interno, y la consecuente disminución de los salarios reales (Kuri, 1994). Este contexto de crisis, era también del fin del gobierno cardenista y el triunfo en la contienda electoral de Manuel Ávila Camacho. En el ámbito internacional, se había desata- do la Segunda Guerra Mundial y Estados Unidos tenía un doble interés en los países lati- noamericanos: la extracción de materias primas y la exportación de su excedente de pro- ducción a estas. Virando hacia una política internacional liberal enfocada en América Lati- na, conocida como “buena vecindad”, que de fondo pretendía evitar el comercio entre nues- tros países y los países del Eje (Kuri, 1994). En 1940, Franklin D. Roosevelt instrumenta la “Política Económica del Hemisfe- rio”, la cual libera el comercio con América Latina, mediante la reducción y eliminación de tarifas arancelarias, mejoras en el transporte de mercancías, se incrementan las inversio- nes y se propone ayudar a mantener la balanza comercial, sin interferencias con el manejo de la deuda externa (Rivero, 1990). Para llevar a cabo esta política, se crea, en agosto de 1940, la Oficina Coordinadora de Asuntos Interamericanos (Office of the Coordinator of Inter-American Affairs), dirigida por Nelson Rockefeller, mismo creador de la política de “buena vecindad” o del “buen ve- cino”, con el objetivo de mantener al margen a América Latina de los países del Eje. 26 En agosto de 1942 como parte de los acuerdos derivados de esta política, se firma el Programa Bracero, que era un acuerdo de contratación de jornaleros agrícolas. B. El Programa Bracero Una característica fundamental de la especie humana es la movilidad. A través de la histo- ria la población se ha desplazado, atravesado desiertos, mares, océanos y continentes por distintos motivos, buscando mejores lugares donde vivir, en busca de la libertad o de mejo- res oportunidades para sobrevivir, perpetuar la especie y diversificar la cultura. Los proce- sos migratorios de los seres humanos son intrínsecos a él en tanto ser social. Sin embargo, es en el capitalismo avanzado donde el carácter de documentado e indocumentado1 adquie- re relevancia y las leyes de migración posibilitan o no la movilidad. Esta relevancia está condicionada a las necesidades de mano de obra entre las na- ciones, regiones y sectores productivos. La mano de obra, al ser una mercancía cuyo precio es el salario, es parte de la dinámica del mercado mundial, en la que los países independien- temente de la política internacional respecto que a la migración tengan, la mano de obra es la mercancía que probablemente más restricciones legales tiene en cuanto a su circulación. Los migrantes son una parte constitutiva del ejército industrial de reserva y la restricción a la migración permite que los niveles salariales caigan. La migración México-Estados Unidos no surge con el Programa Bracero, se han escrito ríos de tinta detallando históricamente las migraciones y explicando una diversidad bastante amplia de los factores que motivan la movilidad de la mano de obra. Sin embargo, 1 En el marco de la migración México-Estados Unidos, un migrante documentado es aquel que acude a traba- jar a Estados Unidos con una visa de trabajo o bien bajo el marco de un programa de trabajo específico, un migrante indocumentado es aquel que no tiene ningún documento legal que ampare su ingreso a Estados Uni- dos. 27 la importancia del Programa Bracero no está dada fundamentalmente por el momento his- tórico en el que sucede, sino porque su existencia ha generado un eco que resuena hasta nuestros días debido a que la historia de dicho programa, es parte de la larga noche de in- justicia que han padecido y siguen padeciendo los migrantes. El Programa Bracero fue un plan de trabajadores temporales mexicanos, durante el periodo bélico de la Segunda Guerra Mundial, cuando era evidente la necesidad de fuerza de trabajo en el sector agrícola estadounidense, para satisfacer esta necesidad se contrató a trabajadores agrícolas mexicanos para la siembra y recolección de productos de este sector principalmente. Los trabajadores mexicanos que se desplazaron para trabajar a Estados Unidos du- rante el periodo de 1942 a 19642 eran tan fundamentales para la economía estadounidense, que se celebró un acuerdo más o menos legal para la contratación de los Braceros. La contratación explícita de mano de obra marcó el principio de la inmigración in- documentada masiva de México hacia Estados Unidos, sin embargo, más allá de ser una política migratoria específica y funcional al momento histórico que vivía Estados Unidos y México, donde, por un lado, existía la necesidad de reproducción del capital durante la economía de guerra —y por tanto recesión económica— y, por otro, la posibilidad de atraer trabajadores por la vía legal en un país donde el apenas afianzado capitalismo expulsaba a los campesinos y los subordinaba al trabajo agrícola capitalista. La inmigración de trabajadores mexicanos a Estados Unidos ha sido una manifestación de la necesidad del capitalismo de reclutar e integrar a la producción una fuerza laboral. Históri- camente el proceso mundial ha implicado la migración de trabajadores rurales hacia los cen- 2 Respecto a la cantidad de braceros que laboraron durante el Programa Bracero, hay una divergencia fuerte en las cantidades según los distintos tipos de autores, diferencias que serán abordadas en el Capítulo II. 28 tros de producción industrial en crecimiento, lo cual fue facilitado por su desplazamiento como resultado del incremento de la agricultura comercial. (Gómez – Quiñones, 1978) Los movimientos migratorios en general, y en particular el caso del Programa Bra- cero, han implicado la incorporación del mercado de fuerza de trabajo mexicano a las fuer- zas del mercado mundial, impulsado por un lado por la conformación del capitalismo en México y por otro lado por la disponibilidad de un mercado de trabajo, condiciones de tra- bajo y niveles salariales relativamente más altos en Estados Unidos. La lógica de la inmi- gración es pues, la lógica del funcionamiento del capitalismo y la respuesta a sus procesos de acumulación de capital y el consiguiente incremento de las ganancias económicas. El Programa Bracero se estableció mediante un acuerdo bilateral entre México y Estados Unidos, parte de una política de contratación temporal de trabajadores. Sin embar- go, el Programa Bracero no era el primer acuerdo de ese tipo, según Briggs (1986, p. 997). A finales de 1863, el presidente Abraham Lincoln solicitó al congreso adoptar desde 1864 The Contract Labor Act, legislación que permitía a los empleadores privados contratar tra- bajadores foráneos y que los obligaba a pagar los gastos de transportación a Estados Uni- dos. Además, los trabajadores eran obligados a firmar un contrato, en el cual se establecía que trabajarían al menos doce meses, para compensar los gastos de transporte. Después de dicho periodo, los trabajadores podían renovar sus contratos debido a críticas, la ley fue derogada en 1868, pero de cualquier modo, los contratos de trabajo se continuaron cele- brando dado que las leyes no los prohibían. Nofue sino hasta 1885 que The Alien Contract Law prohibió dichos acuerdos, pero dada la ejecución inadecuada de la ley en la práctica se continuó con esa forma de contratación. 29 Estas formas de contratación no son propiamente el antecedente inmediato de los programas de trabajadores temporales del siglo pasado. Como lo señala Briggs lo es The Immigration Act de 1917, que es la ley migratoria más restrictiva adoptada hacia las contra- taciones extranjeras. Un mes después de la declaratoria de guerra de Estados Unidos a Alemania en abril de 1917, la Secretaria del Trabajo de Estados Unidos apeló a the Immi- gration Act para responder a las peticiones de agricultores del Suroeste que pronosticaban carencia de trabajadores laborales. La tasa de desempleo pasó de 4.6 por ciento en 1917 a 1.4 por ciento en 1918 (Briggs,1986, p.997). El programa admitió 76 802 trabajadores me- xicanos en labores agrícolas o ferrocarrileras. Cuando cesó la guerra en noviembre de 1918, se continuó con la contratación de trabajadores agrícolas hasta marzo de 1921, excepto en casos excepcionales que se conti- nuó hasta 1922. Aproximadamente la mitad de los trabajadores mexicanos volvió al país. En Estados Unidos, desde antes de su declaración de independencia, en las colonias —entonces inglesas— se establecían políticas que restringían la entrada de personas que se consideraban indeseables; esas tempranas restricciones han dejado huella hasta nuestros días en las políticas migratorias de aquel país, y se han profundizado en la madurez del ca- pitalismo como sistema de producción. Koven y Götzke (2010, p.8), distinguen cuatro etapas en la política migratoria de Estados Unidos: la era de la migración abierta a las restricciones iniciales de 1790 a 1920, la era de las restricciones claras de 1921 a 1964, la era de las restricciones aliviadas de 1965 a 1985 y la era de las restricciones renovadas de 1986 a la fecha. El Programa Bracero, es parte del segundo periodo (de restricciones claras), en el cual, después de recibir grandes olas de migrantes a durante el inicio del siglo provenientes 30 de todos los continentes, el gobierno comenzó a aplicar severas políticas de restricción a la migración. El cinco de mayo de 1921 se publica The Emergency Quota Act,3 que limitaba el nú- mero de migrantes que podrían entrar al país anualmente a un tres por ciento del total de per- sonas nacidas en el extranjero que estuvieran viviendo en los Estados Unidos de acuerdo al censo nacional de 1910, y que representaba 357 803 por año (Verea, 1982, p. 18). En 1924 fue promulgado The Immigration Act, que también fue conocido como John- son-Reed Act o simplemente por su año de emisión, The 1924 Act, el cual limitaba el número de inmigrantes que serían admitidos de cualquier país al dos por ciento del número de perso- nas que de cada país vivieran en Estados Unidos en 1890, así como la reducción del número total de personas que podían ingresar al país; los grupos de extrema derecha como en Ku Klux Klan, the American Legion, congresistas y el propio presidente de los Estados Unidos — Calvin Coolidge— apoyaban el acta de 1924, que durante su primer año de funcionamiento redujo la migración un cincuenta por ciento y que sin embargo sería cesada por el curso natu- ral de la historia durante la gran depresión (Koven y Götzke, 2010, p.11). Esta ley, sin embar- go, admitía a ciertos extranjeros como migrantes en la categoría de inmigrantes del hemisferio occidental, es decir, permitía la atracción de mexicanos. Durante la crisis económica de 1929, la migración hacia Estados Unidos se vio fuerte- mente disminuida; sin embargo, la participación de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, fue el factor decisivo para la celebración de El Programa Bracero, el cual tenía el objetivo de contratar trabajadores temporales, comenzando cuando el gobierno norteamericano contrato a jornaleros mexicanos en la cosecha de betabel en California. Sin embargo, el pro- 3 Tambien conocida como Emergency Inmmigration Act of 1921, The Immigration Act of 1921, the Immigration Restriction Act, the Per Centum Law y The Johnson Quota Act. 31 grama se extendió a otros estados y en 1947, según Koven y Götzke (2010, p.134), 215 000 Braceros tenían permitido laborar en actividades agrícolas, y alrededor de 75 000 en activida- des ferrocarrileras. De 1948 a 1964, en promedio anual se emplearon 200 000 trabajadores mexicanos en la industria agrícola, sobre todo en California, Texas y otros estados del Sureste. La participación de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, motivó la reaviva- ción del programa de trabajadores temporales. En 1942, la tasa de desempleo era del 4.7 % pero cayó rápidamente al 1.9 % en 1943, 1.2 % en 1944 y al 1.9 % en 1945 (Briggs, 1986, p. 998). En 1942 se usó The Immigration Act de 1917 para activar un programa de contratación especial conocido como P.L. 45 (Public Law 45) en agosto de 1942. Under this legislation, the Mexican Labor Program was creates (more popularly referred to as the “bracero program”). P.L. 45 was formally extended following the end of World War II until December 31, 1947 although it continued to function informally and unregulated until 1951. In 1951, with the nation again embroiled in a major military conflict in Korea, the bracero pro- gram was offically [sic] revived under P.L. 78. The national unemployment rate for 1952 was 3.3 percent and it fell further to 3.1 percent in 1952 and to 2.9 percent in 1953. When the Kore- an Conflict ended in 1953, however, the revived bracero program continued as the result of three separate legislative extensions before it was unilaterally terminated by the United States on December 31, 1964. (Briggs, 1986, p. 998)4 En la década de los cincuenta, el miedo al comunismo guio la política de inmigración. The Internal Security Act de 1950, facilitó la exclusión y deportación de aquellos extranjeros que se consideraban subversivos y The McCarran Act (Immigration and Naturalization Act de 1952) permitió la entrada de refugiados y anticomunistas. 4 Bajo esta legislación, el Programa Laboral mexicano fue creado (más popularmente conocido como el “progra- ma bracero”). La Public Law 45 fue formalmente extendida después del final de la Segunda Guerra Mundial hasta el 31 de diciembre de 1947 a pesar de que continuó funcionando informal e irregularmente hasta 1951. En 1951 con la nación nuevamente embrollada en un importante conflicto militar en Corea, el programa bracero fue oficialmente revivido bajo la Public Law 78. La tasa nacional de desempleo para 1952 era de 3.3 por ciento y disminuyó aún más hasta 3.1 por ciento en 1952 y a 2.9 en 1953. Cuando la guerra de Corea terminó en 1953, de cualquier modo el programa bracero continuó como el resultado de tres extensiones legislativas distintas antes de ser terminado unilateralmente por los estados Unidos el 31 de diciembre de 1964. (Traducción propia) 32 En 1951, El Congreso aprobó The Public Law 78, la cual, junto con un acuerdo diplo- mático con México regulaba el Programa Bracero hasta 1964 y que era una enmienda a la Agriculture Act of 1949 en un esfuerzo para incrementar la cantidad de trabajadores agrícolas mexicanos, pero que los restringía a ser contratados sólo en áreas donde fuera estrictamente necesario, dada su escasez originada por la guerra de Corea. Después de 1952, la legislación más importante fue la del tres de octubre de 1965, la cual abolía el sistema de cuotas sobre origen nacional y permitía la nacionalización de aque- llos migrantes que habían entrado antes del 30 de Junio de 1948. El Programa Bracero más que ser un acuerdo binacional fue parte de la política migra- toria de Estados Unidos hacia México, la figura que de facto representó fue un acuerdoobrero- patronal, que si bien por un lado garantizaba condiciones básicas de contratación, por otro lado, dicho acuerdo no era cumplido al pie de la letra. Es necesario resaltar que el Programa Bracero no fue un acuerdo único e inamovible durante el periodo, sino que desde su surgimiento hasta el último día de su relativo funciona- miento tuvo distintas etapas de negociación entre los dos países (Durand, 2007, p. 22). Durand considera que entre 1942 y 1943 el programa estuvo a cargo de la Farm Security Administra- tion, en Julio de 1943, la administración quedó en manos de la War Food Adminitration y en 1954, después de la renegociación del convenio (conocido como segunda etapa del Programa Bracero), Estados Unidos cedió la figura de contratante a los particulares. Gómez-Quiñones (1978, p. 85), menciona que el Programa Bracero fue un acuerdo bi- lateral firmado en 1942 por el Departamento de Estado norteamericano y el gobierno mexi- cano, para la contratación de 50 000 trabajadores mexicanos. 33 En un país cuya política de inmigración antes del Programa Bracero, tenía el objetivo de repatriar a tantos mexicanos como fuera posible, Guzmán describe muy bien, la solicitud de trabajadores documentados: Pero cuando MacCormack lanzó sus advertencias, Adolfo Hitler estaba cambiando la historia en Europa. Hacia el 8 de diciembre de 1942, un día después de Pearl Harbor, los mexicanos in- deseables repentinamente fueron bienvenidos en Estados Unidos. Se necesitó mano de obra ba- rata en abundancia para labrar la tierra y recolectar las cosechas. Millares de trabajadores agrí- colas mexicanos fluyeron a través de la frontera bajo un contrato internacional de trabajo. Entre estos trabajadores con documentos había cantidades desconocidas de quienes habían sido repa- triados y muchos que habían nacido en Estados Unidos. (Guzmán, 1979, p.149). En la existencia necesaria del Programa Bracero confluyeron también los cambios es- tructurales en la agricultura en Estados Unidos y de mercado de trabajo que la satisfacía, el sur de ese país pasó de la pequeña y mediana granja operada de modo familiar a las grandes gran- jas administradas por banqueros, abogados e inversores. Esta nueva configuración sucedió desde inicios del siglo XX y así mismo se consolidó un mercado de fuerza de trabajo migrante destinada a las actividades primordialmente agríco- las. La naciente agroindustria vio en la segregación económica y social de los trabajadores mexicanos una gran ventaja aunada a las libertades migratorias de ese momento y a las poste- riores regulaciones ventajosas para el sector agrícola norteamericano. Para Ngai (2004, p. 132), la creación de la fuerza de trabajo migrante mexicana y su correspondiente campo de trabajo en Estados Unidos puede ser entendida como una moderna solución a un viejo proble- ma colonial. Desde 1930 la Farm Security Administration tuvo una serie de programas para emplear a trabajadores migratorios en las actividades agrícolas; en 1936 productores de Texas presen- taron ante el Congreso y ante el Department of Labor una emergencia laboral debida a que el 34 algodón no se podía cosechar por falta de fuerza de trabajo. En 1941 y 1942 sucedió la misma emergencia para el algodón, el betabel, frutas y vegetales, exigiendo al Department of Labor la aplicación formal de excepciones a las leyes que prohibían la inmigración de trabajadores mexicanos. A finales de mayo de 1942 se hizo lo necesario y el U.S. Employment Service cer- tificó la necesidad de importar seis mil trabajadores bajo contratos laborales. El 23 de Julio de 1942, se celebró el primer convenio de Braceros, el cuál entró en vi- gor el cuatro de agosto de 19425 (Verea, 1982, p. 22; Gómez, 1990, p. 148) y el 27 de Sep- tiembre se admitieron a los primeros Braceros en los campos de betabel. El Programa Brace- ro, finalizó totalmente el 31 de diciembre de 1964. De Julio de 1942 y hasta 1951, los Brace- ros fueron admitidos bajo distintas leyes, como el parágrafo tres de la Immigration Act de 1917 y a partir de 1951 la Public Law 78, la cual agregó un título a the Agriculture Act of 1949, que funcionó como la base de la contratación de Braceros hasta el fin en 1964. El Pro- grama Bracero fue autorizado por el congreso de Estados Unidos, independiente de las leyes nacionales de migración vigentes en ese momento (Hawley, 1966, p. 161). El acuerdo estipu- laba que los empleadores no podían reemplazar a los trabajadores nacionales o para reducir los salarios. El gobierno norteamericano asumía el rol de empleador y era responsable de la con- tratación y asignación de los trabajadores a los empleadores. Desde 1943 y hasta 1945, se contrataron más de cien mil trabajadores para el mante- nimiento de las vías férreas en Estados Unidos como un anexo al acuerdo migratorio agrícola del Programa Bracero. Aunque el Programa Ferroviario (Driscoll, 1996, p. 13) gozaba de cierta autonomía y por ello es más o menos desconocido y culminó junto con la guerra, y ha 5 Para un estudio detallado del proceso de negociación entre 1947 y 1951 revisar: Chacón, S. (2009). Política migratoria: proceso negociador 1947-1954. En el anexo 2 viene un compilado de todos los acuerdos celebrados durante la duración del Programa Bracero. 35 sido el único ejemplo de acuerdo binacional que se ha realizado en el tiempo y forma negocia- dos por los dos gobiernos, y del cual Bárbara Driscoll en su libro Me voy pa´ Pensilvania por no andar en la vagancia explica prolijamente, porque si bien a el Programa Bracero se le ha denominado como acuerdo binacional, ni el proceso de negociación ni la aplicación fueron un proceso de hecho binacional, si no que sobre la marcha funcionó respondiendo a los intereses de la producción agrícola norteamericana. Ernesto Galarza (1981, p. 13-14) considera que el periodo de 1942 a 1946 fue excep- cional por varias razones; primero, porque los mexicanos eran reclutados para trabajos agríco- las así como también en otros fuera de este sector (el mismo autor asevera que sólo en activi- dades ferrocarrileras); segundo, los trabajadores mexicanos fueron excluidos de contratación en Texas por la frecuente discriminación de mexicanos en ese estado como parte del mismo acuerdo; tercero, fue un periodo de extraordinario crecimiento económico y de una altísima demanda de trabajadores en los Estados Unidos, cuarto, el número de Braceros contratados en ese periodo fue menor que nunca, alrededor de 82 mil Braceros anualmente y finalmente, el acuerdo de trabajadores ferroviarios ha sido probablemente el único acuerdo en la historia de los dos países en el que México llevó la mano. A finales de 1946 la postura del gobierno de Estados Unidos era la de finiquitar el Pro- grama Bracero, sin embargo, a partir de 1947 y hasta 1954 los conflictos políticos domésticos y la guerra de Corea permitieron la extensión del programa, que sería puesto en jaque de nue- vo ante el arribo de un número considerable de migrantes indocumentados para lo cual el go- bierno norteamericano tomaría medidas reaccionarias como la Operation Wetback a la cual me referiré más adelante. Durante la década de los cincuenta del siglo XX los economistas del gobierno de los Estados Unidos criticaron la dependencia a largo plazo de la fuerza de trabajo agrícola migran- 36 te (y entre ella la mexicana), sin embargo, la contratación de un gran número de trabajadores migrantes por un periodo de tiempo tan largo no estaba obedeciendo solamente a las carencias coyunturales de proletariado agrícola local, sino que correspondía a una nueva configuración y consolidación de la producción agrícola industrial. De acuerdo al contrato de trabajo del Programa Bracero a partir de 1951, el gobierno mexicano estableció centros regionales de reclutamiento, y garantizaba para los Braceros que al menoslos salarios serían iguales y nunca menores de acuerdo al área donde trabajaran. The Immigration and Naturalization Act (the McCarren-Walter Act) de 1952 creó un programa “H” de trabajadores temporales para ocupar trabajos de este tipo. Este programa respondió a la aún creciente demanda de trabajadores agrícolas y para contrarrestar a la cre- ciente entrada de trabajadores indocumentados o “wetbacks” entre 1950 y 1954. Sin embargo, los trabajadores mexicanos admitidos con este tipo de visa fueron ocupados en trabajos no agrícolas (García y Griego y Verea, 1988, p. 63), concediendo las visas a trabajadores califi- cados o con mayor preparación. La mayoría de las cláusulas del Programa Bracero fueran ignoradas. Entre 1953 y 1959 los salarios del sector agrícola aumentaron pero se mantuvieron iguales en áreas que em- pleaban a Braceros. Un consulado mexicano en Texas, estimó que durante la década de 1950, cerca del 50 por ciento de los trabajadores contratados en el Valle del Rio Grande estaban pa- gados por destajo. El gobierno estadounidense no castigó a los empleadores que tenían estas prácticas. Para la década de los sesenta, los Braceros indocumentados y el proceso de mecani- zación de las cosechas disminuyó la necesidad de trabajadores agrícolas documentados (Koven y Götzke, 2010, p.134, Ngai, 2004, p. 140). Pese a todas las restricciones legales, la realidad es que el acuerdo laboral migratorio no fue llevado a pie juntillas, la contratación de Braceros propició la caída de los salarios do- 37 mésticos por debajo de su nivel violando una de las clausulas más importantes del acuerdo, aunque el Department of Labor determinó un nivel salarial, este no fue respetado por los pro- ductores. El efecto de los Braceros fue inequívoco, en los primeros diez años en El Valle de San Joaquín en California los salarios de la pizca de jitomate cayeron 40 por ciento y se in- crementó 90 por ciento el número de Braceros contratados. Esta caída salarial ocasionó que los trabajadores domésticos fueran reemplazados por Braceros, incluso cuando los Braceros tenían el derecho de presentar quejas si consideraban que el empleador violaba las cláusulas del contrato, como el pago de salarios por debajo de lo establecido, sólo alrededor del cinco por ciento del total de contratos tuvieron algún preceden- te de queja. Sin embargo, la contratación de trabajadores migrantes e indocumentados al mar- gen del Programa Bracero iba en aumento. En 1954 los productores seguían contratando mano de obra indocumentada ajena al Programa Bracero y demandaban la terminación del programa con el fin de crear un nuevo acuerdo de modo unilateral que abasteciera sus necesi- dades de mano de obra. Mientras algunos Braceros levantaban quejas, otros tantos simplemente solicitaban su repatriación ante el incumplimiento de sus contratos. El Programa Bracero representaba una solución a la migración indocumentada, pero en los hechos generó oleadas más grandes de trabajadores migrantes sin contrato laboral. La pobreza rural en México fue uno de los factores que más influyó en la emigración masiva equilibrando la demanda de mano de obra en Esta- dos Unidos y la oferta en México, lo que significó también la consolidación de un mercado laboral entre México y Estados Unidos, con un ejército industrial de reserva empujando los salarios norteamericanos a la baja. Esto propició una mayor caída de los salarios, la entrada plena a cualquier tipo de trabajo no agrícola, la llegada de mujeres y niños migrantes y la for- mación de estereotipos raciales; se construyó la idea del wetback como peligroso y criminal. 38 El Immigration and Naturalization Service así como The Border Patrol aprehendían a Braceros, trabajadores no Braceros y familias enteras y las repatriaban; en 1954 se le denomi- nó formalmente a esta operación «espaldas mojadas», Operation Wetback, pero desde 1953 el Immigration and Naturalization Service aprehendió a 175 000 migrantes de modo violento ocasionando incluso un número no definido de muertes (Ngai, 2004, p. 153). In May of 1954, U. S. Attorney General Herbert Brownell issued an announcement. In the com- ing months, the U. S. Border Patrol would implement what he called Operation Wetback. As he explained it, Operation Wetback would be an intensive and innovative law enforcement cam- paign designed to confront the rapidly increasing number of illegal border crossings by Mexi- can nationals. As promised, during the summer of 1954, eight hundred Border Patrol officers swept through the southwestern United States performing a series of raids, road blocks [sic], and mass deportations. By the end of the year, Brownell was able to announce that the summer campaign had been a success by contributing to the apprehension and deportation of over one million persons, mostly Mexican nationals, during 1954. (Hernandez, 2006, p. 421). La migración laboral sin contrato continuó los años siguientes a 1954 a pesar de la ope- ración, de algunas maniobras legales por parte de las oficinas de migración y de la estabiliza- ción del Programa Bracero hasta 1962. De las detenciones realizadas entre 1960 y 1961 el veinte por ciento eran “repetidores”, es decir, ya habían sido repatriados con anterioridad. En 1963 se aprehendieron cerca de diecisiete mil migrantes de los cuales nueve mil eran hombres y mil doscientos mujeres y niños, todos mexicanos (Ngai, 2004, p. 157). El éxito de la repatriación masiva de trabajadores fue temporal, aunque de algún modo frenó la entrada de indocumentados no fue suficiente porque los productores se resistían a no contratar mano de obra indocumentada y a las leyes de migración que lo evitaban, cada vez se volvió más atractivo contratar a wetbacks que a Braceros. A pesar de que para los granjeros era más atractivo contratar espaldas mojadas, los grupos más reaccionarios querían dar fin al problema de los espaldas mojadas. 39 Cuadro 1 Trabajadores Agrícolas Extranjeros Contratados y Aprehendidos por el Immigration and Naturalization Service, 1942-1964 Año Contratos de Mé- xico Otros Contratos Total de Contra- tos Mexicanos Aprehendidos 1942 4,203 ‒ 4,203 ND 1943 52,098 13,526 65,624 8,189 1944 62,170 22,249 84,419 26,689 1945 49,454 23,968 73,422 63,602 1946 32,043 19,304 51,347 91,456 1947 19,632 11,143 30,775 182,986 1948 35,345 9,571 44,916 179,385 1949 107,000 5,765 112,765 278,538 1950 67,500 9,025 76,525 458,215 1951 192,000 11,640 203,640 500,628 1952 197,100 13,110 210,210 534,538 1953 201,380 13,941 215,321 875,318 1954 309,033 11,704 320,737 1,075,168 1955 398,650 13,316 411,966 242,608 1956 445,197 14,653 459,850 72,442 1957 436,049 19,156 455,205 44,451 1958 432,857 14,656447,513 37,242 1959 437,643 17,777 455,205 /1 30,196 1960 315,846 18,883 334,729 29,651 1961 291,420 18,955 310,375 29,877 40 1962 194,978 22,032 217,010 30,272 1963 186,865 22,353 209,218 39,124 1964 177,736 22,286 200,022 48,844 Total 4,646,199 349,013 4,995,212 4,879,419 /1 En la fuente hay un posible error, aparece la cantidad 452,205 pero considerando las dos columnas anteriores la cantidad es como aparece, y tambien hay una variación en el total, aparece en la fuente 4,992,212 y la presento corregida. Fuente: Congress and the Nation, 1945-1964: A Review of Government and Politics in the Postwar Years (Wash- ington, D.C.: Congressional Quarterly Service, 1965), 762. (Ngai, 2004, p. 157). Según las mismas cifras del Immigration and Naturalization Service estas fuertes cam- pañas no resolvieron el problema. La migración solo se frenó a corto plazo y la misma institu- ción otorgó contratos de trabajo a antiguos trabajadores indocumentados para disminuir las cifras. El problema fue resuelto no cerrando la frontera, sino transformando a una parte de los espaldas mojadas en braceros. A partir de 1953 el número de aprehensiones aumenta al mis- mo tiempo que aumenta el número de Braceros mexicanos contratados. La Operation Wetback desplegó ochocientos oficiales de The Border Patrol en comu- nidades mexicanas y lugares públicos en todo el sur de California, apoyados por las autorida- des locales y estatales, el FBI, el ejército, la marina, aeronaves, barcos, automóviles, grupos de trabajo especiales y los mismos empleadores (García y Griego, 1981, p. 27). Muchos de los migrantes que eran aprehendidos eran transportados al interior de México con ayuda financie- ra del mismo gobierno mexicano. En los meses siguientes la operación se extendió a Texas, el Medio oeste y el Pacífico noroeste. 41 En medio de discusiones diplomáticas entre la oficina migratoria de Estados Unidos y el gobierno mexicano en 19546 el Departamento de justicia, de estados y del trabajo anuncia- ron una nueva etapa de contratación de Braceros mediante un acuerdo unilateral hasta que se volviera a llegar a un acuerdo entre los dos países, sin embargo, México anunció que esa for- ma de contratación no era legal y exhortó a los Braceros a no acudir a los centros de contrata- ción y desplegó un operativo policial fronterizo para retenerlos. En 1955 se estabilizó el programa, los desacuerdos era superficiales y no hubo cam- bios, pero fue el momento donde las efectos de la importación de trabajadores extranjeros pro- vocaron que no hubiera más programas de contratación de ese tipo. Los productores apelaron a la eficiencia de la fuerza de trabajo mexicana y que no era por su bajo costo que la contrataban, porque les generaba otros gastos como transportación, seguros, bonos y el resto de las cláusulas del contrato que debían cumplir. A pesar de que este argumento era el caso en fortuitas contrataciones, funcionó para mantener en pie al programa hasta el final con la ventaja de los productores de pagar salarios bajos reemplazando a la fuer- za de trabajo domestica por migrantes mexicanos. Desde mediados de la década de los cincuenta se modificó el sistema agrícola en los Estados Unidos pero las dos décadas de duración del Programa Bracero fueron un periodo de crecimiento de la producción agrícola, de la productividad laboral en el sector, de incremento del uso de la tecnología, de mecanización de los métodos y de disminución de la demanda de tiempo laborable, esto modificó la estructura de contratación de Braceros. Aunque incremen- taba el flujo de trabajadores cada año, disminuía el lapso de tiempo que eran contratados. Se- 6 Para más detalles Al respecto consultar el libro de García y Griego, 1981, p. 29. 42 gún The President´s Commision los días laborales cambiaron en promedio de 113 días en 1946 a 90 en 1949 (García y Griego, 1981, p. 43). Durante el periodo del programa de contratación de trabajadores mexicanos los abusos físicos a los trabajadores no cesaron, a pesar de las denuncias y de un supuesto marco jurídico marcado en el contrato que la deba ventajas a los trabajadores esto fue letra muerta, y los tra- bajadores estuvieron a merced de los empleadores, sus necesidades y sus términos. En 1956, Ernesto Galarza publica un reporte llamado Strangers in our Fileds, que re- gistraba los abusos a los Braceros a través de entrevistas, de la revisión al sistema de pagos y de los servicios a los que en teoría tenían derecho los trabajadores, concluyendo que in almost every area covered by the International Agreement, United States law, state law, and the provision of the work contract, serious violations of the rights of Mexican nationals were found to be the norm rather than the exception. (Galarza, 1977, p. 252-253). Después de la publicación del reporte The Department of Labor en el verano 1958 de- terminó el nivel salarial que debía prevalecer así como un monto de horas mínimo que debían ser contratados los Braceros. En los meses posteriores los productores comenzaron a oponerse a estas determinaciones y se opusieron rotundamente a la Public Law 78, que durante dos dé- cadas les había provisto de jornaleros agrícolas en exceso baratos y fuerza de trabajo migrante sin derechos. En 1960 la oposición al Programa Bracero llegó al congreso de los Estados Unidos, sin embargo después de una mordaz discusión, se logró extender por seis meses más la ley migratoria. En 1961 se lograron dos años más y en 1963 se extendió por última vez. La última década de operación del Programa Bracero fue de auge del mismo programa y del capitalismo estadounidense; a pesar de la guerra de Corea y de algunas recesiones eco- 43 nómicas, la demanda de mano de obra mexicana se mantuvo constante e incluso a veces cre- ciente. La migración interna del centro al norte de México aumentó al ritmo de la migración indocumentada; la interacción de la mano de obra con el mercado norteamericano era cada vez más estrecha mientras los trabajadores estadounidense se desplazaban de los trabajos margina- les inicialmente de la agricultura y posteriormente del sector industrial y de servicios estos eran ocupados por trabajadores mexicanos prolongando también la temporalidad de los em- pleos (Gómez – Quiñones, 1978, p. 86). El último periodo del programa se obtuvo después de que los grupos del Congreso a favor del programa migratorio apelaran a que el gobierno mexicano se negaba a su interrup- ción abrupta. Un comunicado diplomático del 21 de Junio de 1963 emitido por el gobierno mexicano (García y Griego, 1981, p. 46), argumentó que el fin del programa no implicaba el fin de la migración. La ausencia de la Public Law 78, y por consecuencia del acuerdo interna- cional, sólo iba a traer efectos sobre la fuerza de trabajo desempleada en México incrementán- dola, así mismo el volumen de mano de obra documentada y no que ingresaba a Estados Uni- dos. Esto extendió unos años más la vida del Programa Bracero hasta su fin el 31 de Diciem- bre de 1964. C. El Contrato de Trabajo La contratación de trabajadores mexicanos durante el Programa Bracero rompió con el siste- ma de enganche, que Durand (2007, pág. 11) define como un sistema privado de contratación de trabajadores migratorios con pésimas condiciones de trabajo. El sistema de enganche fue transformado en
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