Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
2 Erica Doring y González Hermosillo 2009 Área Modular Técnico-Instrumental Fase Profesional Antología Metodología para el análisis de información político-electoral y la construcción de discursos institucionales Derechos Reservados 2009 Esta edición y las características de la misma son Propiedad del Instituto Federal Electoral Viaducto Tlalpan No. 100 (esq. Periférico sur) Col. Arenal Tepepan, Del. Tlalpan C. P. 14610, México, D. F. 3 Índice Introducción a la técnica de investigación en ciencias de la administración y del comportamiento (Fernando Arias Galicia) 9 Inicio de la investigación 10 1. El problema 10 2. Papel de la casualidad 12 3. Planteamiento del problema 13 3.1 Necesidad de las definiciones 15 3.2 Reglas para definir 18 4. Hipótesis 20 4.1Requisitos de las hipótesis 22 4.2 Funciones de las hipótesis 25 5. Importancia del problema 28 6. Planeación de la investigación 29 6.1 Planeación del proceso de investigación 29 7. Entrevista 31 7.1 Tipos de entrevistas 32 7.2 Limitaciones de la entrevista 33 8. Cuestionarios 35 8.1 Tipos de cuestionarios 35 4 8.2 Limitaciones de los cuestionarios 42 8.3 Precauciones en la redacción de cuestionarios 45 Bibliografía 47 Metodología y técnicas de investigación en ciencias sociales. Introducción elemental (Felipe Pardinas) 59 1. Tres diferentes tipos de conocimientos 60 1.1 Descripción, explicación y predicción de conducta de fenómenos 60 1.2 Conocimiento: popular, de divulgación, científico 61 1.3 Objetivos más importantes del estudio de la metodología 92 2. Tipos y técnicas de observación científica de los fenómenos 95 2.1 Observaciones Generales 95 2.2 Algunas técnicas preliminares a las observaciones de campo 117 2.3 Entrevistas 122 2.4 Cuestionarios 126 3. El problema objeto de la investigación 134 3.1 Algunos tipos de problemas 134 3.2 Habilidad para descubrir un problema significativo 139 3.3 Criterios para calificar un problema 140 3.4 Serendipity 141 3.5 Análisis de los términos del problema 141 3.6 Problemas latinoamericanos 143 5 3.7 Relaciones con cuerpos teóricos más amplios 144 4. La hipótesis en el trabajo científico 145 4.1 Hipótesis y problemas 145 4.2 Los términos de la hipótesis 146 4.3 Fórmula simbólica de una hipótesis 147 4.4 Algunas clases de proposiciones 150 4.5 Condiciones de la hipótesis 153 4.6 Hipótesis alternativas 154 4.7 Hipótesis nula 155 4.8 Hipótesis de trabajo 156 Bibliografía 157 La investigación científica (Mario Bunge) 163 1. El enfoque científico 164 1.1 Conocimiento: ordinario y científico 164 1.2 El método científico 170 1.3 Las ramas de la ciencia 179 1.4 Objetivo y alcance de la ciencia 185 2. Problema 196 2.1 La fuente de la ciencia 196 Bibliografía 203 6 Teoría del conocimiento (Hessen) 205 Introducción 206 I. La esencia de la filosofía 206 II. La posición de la teoría del conocimiento en el sistema de la filosofía 212 III. La historia de la teoría del conocimiento 214 1. Teoría general del conocimiento. Investigación fenomenológica preliminar 215 1.1 El fenómeno del conocimiento y los problemas contenidos en él 215 2. El origen del conocimiento 222 2.1. El racionalismo 222 2.2 El empirismo 227 2.3 El intelectualismo 230 2.4 El apriorismo 232 2.5 Crítica y posición propia 233 Comunicación Política y Opinión Pública (Oscar Ochoa) 237 1. Comunicación política y sus procesos 238 Objetivo 238 Introducción al capítulo 238 Preguntas para reflexionar 239 7 Comunicación política y opinión pública: una aproximación conceptual 239 Comunicación política 239 Opinión pública 244 Orientaciones de la opinión pública 247 La opinión pública en la actualidad 251 Áreas de la comunicación política 256 La opinión pública 257 El análisis de contenido de los mensajes 257 La propaganda política 257 La conducta político-social 258 El liderazgo y los grupos de poder 258 Los efectos de la comunicación política 259 Propósitos de la comunicación y opinión políticas 262 2. Géneros de mensajes políticos 264 Objetivo 264 Introducción al capítulo 264 Preguntas para reflexionar 265 Los mensajes políticos 265 Rasgos característicos de los mensajes políticos 266 El discurso 267 3. La investigación de la comunicación política 272 Objetivo 272 Introducción al capítulo 273 8 Preguntas para reflexionar 273 El proceso de investigación 273 Aplicación de sondeo de opinión 275 El estudio de las actitudes 275 El análisis de mensajes políticos 282 El análisis de textos políticos 282 Análisis de los espacios de la prensa 282 Análisis interpretativo 284 Análisis de titulares 285 Análisis del diferencial semántico (o de tendencias lingüísticas o de perfil de polaridades) 286 Bibliografía 290 9 10 Inicio de la investigación La búsqueda de la verdad es más hermosa que la verdad misma. Alberto Einstein La verdadera ciencia enseña a dudar y, en la ignorancia, a abstenerse. Claudio Bernard Preguntar quiere decir tener el valor de soportar la amargura de la realidad. Weischedel 1. El problema Dice una vieja receta de cocina: ―para hacer un guiso de liebre, atrápese primero la liebre‖. Asimismo, para investigar es necesario contar primero con un problema para resolver. Podrán establecerse muchas recetas para cazar liebres, pero ninguna para detectar problemas. Estos surgen cuando el estudioso encuentra una laguna teórica, dentro de un conjunto de datos conocidos, o un hecho no abarcado por una teoría, un tropiezo o un acontecimiento que no encaja dentro de las expectaciones en su campo de estudio. Recuérdese también que algunos problemas serán planteados a los profesionistas, por sus clientes. Es desde luego, necesario estar compenetrado en la materia y conocer sus vericuetos, para encontrar problemas. En efecto, sólo conociendo a fondo los fenómenos estudiados y la estructura total de la teoría que los contempla, pueden detectarse las irregularidades o las lagunas existentes en el cuerpo de conocimientos. No existe la ―generación espontánea‖ en el proceso científico. Así como la vida siempre proviene de la vida, en la investigación los problemas surgen siempre del conocimiento previo. El problema es el punto de partida de la investigación. Si no se tiene problema alguno, ¿qué se va a investigar? Por otro lado, es necesario no olvidar que muchos problemas serán planteados por los clientes de los profesionistas y que, aunque no pretenden 11 aumentar el caudal de conocimientos, sino resolver casos concretos y limitados, es imprescindible seguir el proceso de la investigación científica para resolverlos. En otras palabras, la indagación científica no sólo es aplicable por las grandes eminencias y en centros de estudios superiores, sino que puede ser empleada por cualquier profesional en sus labores cotidianas; sin embargo, el cliente del profesionista se enfrenta a una lagunaen su conocimiento, que desea llenar para poder tomar decisiones acertadas. Véanse en seguida dos ejemplos en los cuales se narra brevemente la forma en la cual, dentro del marco de conocimientos, surgieron hechos inesperados, contradictorios a la teoría, o desconcertantes: generadores de avance en el campo de la psicología, y que han tenido repercusiones en mercadotecnia y en diversas teorías de la organización. Pavlov, el gran fisiólogo ruso, estudiaba las secreciones del estómago. En sus experimentos se veía constantemente obstaculizado porque los perros que le servían de sujetos de estudio salivaban y secretaban ácidos estomacales frecuentemente, sin que existiera, aparentemente, factor alguno que provocara estas respuestas. Los perros secretaban ante el alimento y, con frecuencia sin él, lo cual constituía un hecho insólito y un obstáculo para el trabajo de Pavlov, pues no podía, como hubiera deseado, controlar totalmente las secreciones, dificultando esto la experimentación. La salivación, aparentemente caótica, constituía una verdadera interferencia en su tarea. Sin embargo, empezó a tratar de relacionar las secreciones ocurridas sin estímulo, con otros eventos. Notó que algunos perros salivaban ante su presencia o ante la de alguna de sus ayudantes. Siguió investigando y relacionando unos datos con otros. El resultado es conocido perfectamente: el descubrimiento de los reflejos condicionados. Este nuevo campo absorbió completamente la atención de Pavlov, pasando a segundo término la fisiología del aparato digestivo. En pleno auge del conductismo norteamericano, preconizador de la fórmula estímulo-respuesta, allá por los años veintes, una importante corporación, la Western Electric, Co., se interesó por determinar las condiciones ambientales óptimas para la producción. Por tanto, inició una serie de estudios tendientes a señalar los grados de luminosidad que darían mejores resultados. (Guerreiro Ramos, sin fecha.) Al efecto se seleccionó un grupo experimental de operarios. Sobre este grupo se introdujeron cambios en la luminosidad del local de trabajo. Otro grupo, denominado control, no sufrió cambio en la luminosidad. Se inició el experimento, incrementando la luminosidad, con lo cual se aumentó la producción de ambos grupos. Volvió a incrementarse el 12 grado de luminosidad y nuevamente se registró un ascenso en la tasa reproducción. Para efectuar una contraprueba, se disminuyó la intensidad de la luz, esperando ―obviamente‖ un descenso en el nivel de producción. Pese a las expectaciones la producción volvió a incrementarse en ambos grupos. Los primeros investigadores dejaron ahí la tarea, pero otros se enfrascaron en nuevos experimentos en los cuales se permitía la libre conversación entre las operarias, se les proporcionaba café durante la jornada, antes de efectuar un cambio se comentaba con ellas, etc. Descubrieron que tan solo el hecho de haber sido escogidas para participar en el estudio, daba a las operarias un tinte de orgullo ante las demás compañeras de la factoría. Los estudios, prolongados durante varios años, llevaron al descubrimiento de la actitud en el personal, de la influencia del grupo en la situación de trabajo, y a toda una nueva concepción de la psicología laboral, cuyas repercusiones han llegado hasta las teorías administrativas en nuestros días. 2. Papel de la casualidad Ahora bien, ¿qué condujo a los investigadores a fijar su atención en los fenómenos que estudiaron? Pavlov no fue el primero en estudiar la fisiología del sistema digestivo en los perros. Muchos otros lo hicieron antes que él. Seguramente a ellos se les presentó la dificultad de controlar adecuadamente la salivación. Los reflejos eran conocidos desde mucho tiempo antes.1 Mayo y Roethlisberger y sus colaboradores no fueron tampoco los primeros en tratar de establecer las condiciones óptimas para la producción. ¿Por qué sólo ellos pudieron llegar a esos descubrimientos?, ¿por casualidad? Es lugar común, muy difundido, pensar que muchos descubrimientos científicos se deben a la simple casualidad. ¿No por casualidad dejó Roentgen una placa fotográfica cerca de uno de sus bulbos, dando lugar al 1 En 1878 el eximio Claudio Bernard, autor de la Introducción al estudio de la medicina experimental, escribió: “El sistema nervioso, sensitivo y vasomotor, preside todos los fenómenos de circulación local que acompañan a las funciones orgánicas; es así que la saliva corre abundantemente cuando un cuerpo con sabor va a impresionar los nervios de la membrana mucosa bocal y que el jugo gástrico se forma bajo la influencia del contacto con los alimento y de la superficie sensible del estómago. No obstante, esta excitación mecánica sobre los nervios sensitivos periféricos, que vienen a resonar en los órganos por acción refleja, puede ser reemplazada por una excitación puramente psíquica o cerebral. “Un experimento sencillo viene a proporcionar la demostración.” “Tomando a un caballo en ayunas, se descubre sobre el lado de la mandíbula el canal excretor de la parótida, se ve su conducto y se observa que nada fluye de ahí: la glándula está en reposo. Si entonces se hace que el caballo vea la avena o mejor, si sin mostrársela, se ejecuta un movimiento que indique al animal que se le va a proporcionar su alimento, al instante un chorro continuo de saliva fluye del conducto parotídeo, al mismo tiempo que el tejido de la glándula, se inyecta y se convierte en el sitio de una circulación más activa.” Sin embargo, no fue más allá. Corresponde a Pavlov el mérito de estudiar a fondo el fenómeno, descubrir sus nexos con los estímulos y dar nacimiento a una teoría que intenta explicar la conducta en general. 13 descubrimiento de los rayos X? La casualidad decía el eminente Pasteur, es una dama veleidosa que solamente se entrega a quien sabe cortejarla. Ramón y Cajal (1946) anota: ―…es forzoso convenir en que, si muchos sabios descubrieron lo que buscaban, todos ellos buscaron con admirable tenacidad y fueron dignos del éxito porque con rara penetración acertaron a sorprender los grandes progresos latentes en las tímidas y pragmáticas revelaciones del acaso. En suma: el azar afortunado suele ser casi siempre el premio al esfuerzo perseverante‖. En otras palabras, únicamente quien se encuentra preparado para obtener provecho de pequeños detalles que para otros pasan inadvertidos, o quien puede encontrar significado donde otros no ven sino datos sin importancia o escollos insalvables, está en posibilidad de hacer aportaciones importantes a la ciencia. Freud trabajó en su juventud con la cocaína, pero desaprovechó la oportunidad de emplearla como anestésico local, correspondiendo la gloria de tal descubrimiento a Koller. (Robert, 1966.) Sin embargo, estuvo alerta en otro campo varios años después, para iniciar una teoría que ha hecho famoso su nombre: la teoría psicoanalítica. Taton (1967) relata muchos casos en que la casualidad propició los descubrimientos científicos; sin embargo, su conclusión en cada uno de ellos es la misma: sólo es fructífera la casualidad si está presente el investigador preparado. 3. Planteamiento del problema No sólo es necesario visualizar el problema, sino además plantearlo adecuadamente. El arte de plantear preguntas correctas se aprende gradualmente y no cabe duda que muchas de las dificultades actuales en la ciencia provienen de la carencia de un dominio completo de este arte. (Sullivan, 1956.) Se dice que cuando un problema está bien formulado, se tiene ganada la mitad del camino hacia su solución. En efecto, el planteamiento va a establecer la dirección del estudio para lograr ciertos objetivos, de manera que los datos pertinentes se recolecten teniendo en mente esos objetivos a fin de darles el significado que les corresponde.No es difícil encontrar investigadores profundamente aficionados a un método que tratan de aplicar a diferentes problemas, olvidando que cada uno tiene sus propias peculiaridades y requiere, por ende, un método adecuado. Puede decirse, pues, que el planteamiento del problema ayuda al control de los errores, puesto que un análisis del mismo ayuda a establecer sus diferentes ramificaciones y sus lagunas, así como las posibilidades de introducción de factores personales por parte del investigador. (Ghiselli y Brown, 1955.) 14 Básicamente, el investigador se enfrenta al plantear el problema, a dos preguntas: ¿Qué es lo que trato de resolver o de conocer?, y ¿cómo voy a lograrlo? La respuesta a estas preguntas no es tan fácil como aparenta. En el planteamiento debe contemplarse tanto al problema como todos los demás datos conectados con él. Para ello, puede intentarse enlistar todos los componentes del mismo. Se selecciona una serie de datos que parezcan estar más íntimamente ligados al mismo, basando la selección en un marco teórico, es decir, la inclusión de un elemento del problema en la lista estará dada por la conexión teórica aceptable con los demás datos. Si no existe un encadenamiento conceptual entre varios componentes, no será posible encontrar un significado a la investigación. Supóngase que un psicólogo establece un ―índice de compatibilidad matrimonial‖, con el cual espera predecir el éxito de una pareja en el matrimonio. El ―índice‖ se obtendría por la siguiente fórmula: en la cual: ICM = índice de compatibilidad matrimonial, P = puntuación en un test de habilidad para reconocer números primos, D = número de pestañas en el ojo derecho, y s = número de veces que los contrayentes hayan leído juntos a Shakespeare. El psicólogo de nuestro ejemplo, ¿podrá llegar a resultados satisfactorios? Seguramente no, porque si bien está incorporado en su fórmula una serie de datos, éstos no encajan dentro de teoría alguna respecto a la compatibilidad matrimonial ni puede mostrar lógicas conexiones entre sí. Dentro de las ciencias del comportamiento pueden citarse innumerables teorías que intentan explicar la conducta. Dentro del campo de la economía pueden citarse: el mercantilismo, el liberalismo, etc. En el campo de la administración tenemos: la administración ―científica‖ (Taylor), las ―teorías gerenciales‖, etc., y dentro de la contabilidad la teoría de la partida doble. Existen otras teorías aplicables por igual a diversas ciencias; por ejemplo, la teoría de los sistemas y la cibernética. Dos magníficas obras que muestran la interrelación de las teorías provenientes de las ciencias del comportamiento 15 con las administrativas, son: Bruns y De Coster, Trillas, 1974; Strumpel, Morgan y Zahn, 1972; otra que relaciona disciplinas administrativas, matemáticas y del comportamiento es la de Frank, Kuehn y Massy, 1969. En algunas investigaciones, tal vez, las relaciones entre los componentes del problema no sean tan obvias, pero no es necesario desesperarse, porque la propia investigación podrá hacer resaltar esas conexiones. Otras no serán visibles sino hasta mucho después. En un principio, los elementos del problema pueden parecer dispersos o inconexos. Sin embargo, el marco teórico de referencia va a servir de principio unificador capaz de integrar en un conjunto armónico todos los componentes. A través de él, va a adquirir una significación unitaria el listado de posibles elementos. Este marco teórico nos da una visión de conjunto, haciendo resaltar aquellos componentes debidamente integrados, por constituir datos ya confirmados, contrastándolos con otros que requieren de una mejor atadura con el marco, es decir, de una mejor explicación. Son precisamente estos datos los que demandan una mayor clarificación, los que pueden llegar a convertirse en objetos de una investigación. Por tanto, al examinar nuestro problema desde estas perspectivas teóricas podemos detectar con mayor precisión las variables a considerar. Sin embargo, no debemos quedarnos sólo con aquellos componentes detonadores de una relación obvia. Debemos buscar otros que tal vez nos hayan pasado inadvertidos. Para lograrlo, Ghiselli y Brown (1955), recomiendan considerar todos los elementos integrados como si no lo estuvieran y explorar todas sus implicaciones teóricas; volver a aquellos elementos descartados en un primer momento y analizar sus posibles conexiones, y volver a aquellas ideas descartadas anteriormente y reexaminarlas. Con estos pasos se conseguirá analizar con más detalle los elementos del problema, evitando tomar únicamente los más familiares y evidentes. 3.1 Necesidad de las definiciones Un paso fundamental en el planteamiento del problema es la definición de los términos empleados para formularlo. De otra manera, la solución al problema no será fácil. Muchos descalabros se evitará el investigador si se preocupa por delimitar los términos que emplea. En algunos casos esos términos resultan relativamente claros, como cuando se habla de edad, o 16 sexo masculino o femenino, pero en otros casos es indispensable determinar de una manera explícita el contenido de ellos pues ya no resultan tan fácilmente asequibles. Por ejemplo, cuando se habla de trabajadores calificados, o de esquizofrénicos, o de países subdesarrollados, o de estados de resultados, o de canales de distribución, es necesario proporcionar el contenido, las notas, de esos términos. Lo mismo puede decirse de términos tales como: parques industriales, transferencia de tecnología, niveles socioeconómicos y mercados de mano de obra. Si nos preguntamos: ¿cuál es la motivación del trabajador mexicano?, empleamos términos tan amplios y vagos que toda respuesta se hace imposible. En efecto, si definimos la motivación como un factor que inicia, dirige y sostiene una conducta hacia una meta, Harper (1962), debemos clarificar todavía que existen motivaciones conscientes y motivaciones inconscientes; unas biológicas, otras psicológicas y otras sociales, etc. Por otra parte, ¿cómo definimos al mexicano? Podemos tomar un criterio geográfico, un criterio jurídico, uno etnológico, etc., y seguramente encontraremos grandes diferencias entre cada uno de ellos. Si decidimos tomar el criterio geográfico, podemos preguntarnos: ¿un trabajador de Mérida es igual a uno de Tijuana? Si tomamos el criterio jurídico podemos inquirirnos: ¿un trabajador nacido y criado en el extranjero, pero de padres mexicanos es igual a un trabajador nacido y criado en México, pero de padres extranjeros?, y así sucesivamente. Aún dentro de una misma zona geográfica, ¿los trabajadores de todas las clases sociales son iguales? Por otra parte, debemos también definir lo que entendemos por ―trabajador‖. Tal vez en este ejemplo, encontraremos más excepciones que casos que confirmen la definición. Se han bordado muchas ―psicologías del mexicano‖, en las cuales no se ha intentado siquiera una definición del último término, de donde se sigue que no conducen a conocimiento alguno y sí a muchas vaguedades e impresiones.2 Si se preguntara: ¿Pueden aplicarse los mismos métodos de promoción de empresas en un país desarrollado que en uno subdesarrollado? Ante esta interrogante surge la necesidad de definir lo que se entiende por ―promoción de empresas‖, así como por ―desarrollo‖ y ―subdesarrollo‖. Si en una investigación de mercados nos encontramos con que el universo de la misma ―es el formado por las clases socioeconómicas alta y media, con un nivel educativo superior, de la ciudad de Torreón, Coah.‖, seguramente estaremos 2 Un buen ejemplo de intento para concretar los términos e investigar las motivaciones de los mexicanos es Estudios de psicología del mexicano, por el doctor Rogelio Díaz-Guerrero, Editorial Trillas,S. A., 3ª edición, 1968. 17 frente a una serie de dificultades serias para entender realmente la investigación pues nos preguntaremos: ¿Entenderán los investigadores lo mismo que nosotros entendemos por clase alta y clase media o con lo vocablos clases A, B y C? El ―nivel educativo superior‖, ¿se referirá al que tienen las personas que poseen una educación universitaria?; en caso afirmativo, ¿incluirá a los estudiantes universitarios?; o ¿solamente a quienes ya terminaron sus estudios y además ya ha obtenido un grado?; ¿o a ambos? La definición ahorra esfuerzo. Las definiciones son auxiliares del investigador porque le economizan espacio, tiempo y atención. (Cohen y Nagel, 1934.) Al hablar de la audición, Harper (1962), anota que nuestra sensibilidad máxima se localiza entre los 2000 y los 4000 ciclos por segundo y que en la escala de los decibeles se aproxima al cero, requiriendo una presión menor a 0.0002 dinas/cm2. Esta afirmación es incomprensible para el lego, aunque el investigador de la audición puede comprenderla en toda su amplitud porque a través de su formación profesional ha adquirido el conocimiento que encierran los diversos términos: ciclos por segundo, decibeles y dinas; ha aprendido a manejar los aparatos necesarios para medirlos, así como las escalas correspondientes, etc. Cada vez que se encuentre con estos términos en la literatura científica, no necesitará recorrer nuevamente todo el proceso de aprendizaje de los mismos, sino su sola mención le hará comprender toda la extensión de ellos, pues han sido delimitados con anterioridad. Igualmente, el autor de un artículo sobre el tema, no necesitará emplear espacio y esfuerzo en explicarlos nuevamente. La definición es, en estos casos, un resumen de todo un conjunto de conocimientos conexos entre sí. La definición desbroza el camino. Por otra parte, la definición tiende a clarificar las ideas, suprimiendo las asociaciones accidentales y fuera de lugar. (Cohen y Nagel, 1934.) Frecuentemente el lenguaje común aporta términos a la ciencia; pero si éstos no son delimitados cuidadosamente, pueden dar lugar a asociaciones afectivas o sugerir significados que obstruyen el proceso de la lógica rigurosa. Especialmente en las ciencias administrativas y las del comportamiento, el lenguaje cotidiano invade la sistematización científica, por lo que es más necesario contar con términos clarificados. El lenguaje de los especialistas en una disciplina, en ocasiones es incomprensible para el lego; no porque los científicos traten de mantener oculto el significado de los mismos, sino porque los vocablos empleados se 18 encuentran engarzados en sistemas conceptuales adquiridos sólo a través de la formación profesional. Por ejemplo: ―así, las matemáticas pueden establecerse como la ciencia en que nunca sabemos de qué hablamos ni si lo que decimos es verdad.‖ Esta definición podría parecer dada por un loco o por un ignorante. Sin embargo es la definición de Bertrand Russell (citado por Molina, 1954), uno de los grandes matemáticos y filósofos de nuestra época. Para comprenderla en toda su amplitud es necesario conocer el sistema de proposiciones postulado por este autor en Los principios matemáticos, Introducción a la filosofía matemática, Investigación sobre el significado y la verdad, Historia de la filosofía occidental, y en otras muchas de sus obras, de igual relevancia. 3.2 Reglas para definir Después de los ejemplos citados, se tratará de demostrar la dificultad existente para que conceptos vagos, oscuros e imprecisos, proporcionen un buen cimiento a la investigación. La función de la definición consiste en desbrozar los rasgos principales de la estructura de un concepto para hacerlo más preciso, delimitándolo de otros conceptos, a fin de hacer posible una exploración sistemática del objeto que representa. Si el lenguaje es vehículo del pensamiento, debemos preocuparnos por emplear palabras cuyo significado realmente transmita nuestras ideas en forma precisa. Para ello, es menester tener en cuenta cuatro reglas para definir. (Cohen y Nagel, 1934.) Dar la esencia. La definición debe dar la esencia de lo que se intenta definir; es decir, su naturaleza, sus notas características, sus límites precisos. Por ejemplo: ―Umbral es la energía mínima de un estímulo, necesaria para producir un respuesta.‖ Otro ejemplo: ―Salario nominal es la cantidad en dinero que paga el patrón al trabajador por sus servicios.‖ Otros ejemplos: ―Entendemos, para efectos de esta investigación, que la clase socioeconómica AB es aquella que comprende a las personas con ingresos mensuales iguales o superiores a $7,500.‖ ―Productividad es la relación existente entre la producción y los recursos empleados para obtenerla.‖ En comparación, tomemos esta ―definición‖: ―…cuando decimos el «hígado» tanto médicos como profanos nos estamos refiriendo conscientemente a un órgano concreto,…; pero inconscientemente, y más aún, en el profundo inconsciente que nunca llegó a la conciencia (inconsciente reprimido de Freud) el «hígado» debe representar muchas cosas…‖, así ―…aun cuando no 19 sepamos bien todavía de qué hablamos,3 cuando digamos «hígado» o «lo hepático» entre comillas, nos estamos refiriendo a esa imagen inconsciente…‖ Pese a esta confesión, Chiozza (1963), se atreve a escribir un largo ensayo, plagado de ambigüedades como la anotada, titulado Psicoanálisis de los trastornos hepáticos. Evitar tautologías. La definición no debe ser circular, o sea, no debe, directa o indirectamente, contener al objeto definido. No nos saca de dudas la afirmación: ―La economía estudia los fenómenos económicos.‖ Ni tampoco esta otra: ―El estado de origen y aplicación de recursos es aquel que nos muestra el origen y asignación de los recursos de una empresa durante un periodo determinado‖, o: ―El estado de resultados es aquel que nos muestra los resultados obtenidos por una empresa durante un periodo determinado‖, o bien: ―El método lógico general llamado análisis es aquel que consiste en analizar cada una de las partes que conforman un todo‖. Expresión afirmativa. La definición debe expresarse siempre en términos afirmativos y nunca en términos negativos. Si señalamos lo que no es el objeto a definir, debemos agotar todas las posibilidades antes de acertar, lo cual puede ser un proceso muy largo y enojoso. La definición: ―La psicología no estudia la conformación de los crustáceos‖, no nos informa sobre la índole del campo de la ciencia psicológica. Emplear lenguaje claro. La definición debe expresarse en palabras claras y asequibles. No debe contener metáforas o figuras literarias. Veamos un ejemplo. Fromm (1956a), dice ―…La tercera necesidad básica del hombre es la de arraigarse… si el hombre pierde sus raíces naturales, ¿adónde se encuentra y quién es? Estaría solo, sin hogar; sin raíces; no podría soportar el aislamiento y el desamparo que significa esta situación… Se volvería loco…; puede, ciertamente permanecer atado por los lazos de la naturaleza, del suelo, de la sangre; pero si hace esto está paralizado el desenvolvimiento de su razón, de su independencia. Está atrapado en lazos incestuosos. La palabra incestuoso se emplea aquí no en sentido sexual, sino en el sentido emocional de permanecer atado en la tierra, por lazos de la sangre y del suelo…‖ En este caso, Fromm hace una metáfora con la ―madre tierra‖ y emplea tropos sin necesidad, corriendo el riesgo de oscurecer su argumento con una palabra cargada de afectividad y traumática para muchas personas. ¿Era indispensable correr el riesgo? En otra obra, 3 Cursivas del autor de este libro. 20 conceptúa así la salud mental: ―La salud mental se caracteriza por la capacidad de amar y de crear, por la liberación de los vínculos incestuosos4con el clan y con el suelo…‖ (1956b). La persona que lea esta definición sin haber leído la aclaración del autor, publicada en otra obra, puede caer en confusiones innecesarias. Existen diversas formas para definir. Una regla consiste en proporcionar el género próximo y la diferencia específica. Sobre esta base están dados los nombres científicos. Por ejemplo, homo sapiens indica que el ente conocido bajo este nombre pertenece a los homínidos, pero su capacidad intelectual y racional constituye la diferencia específica con los demás entes del género. Otra forma de definición es la operacional o genética, en la cual se establecen las operaciones que es necesario realizar para obtener el fenómeno en cuestión; dicho en otras palabras, se indica la manera de generar el fenómeno. Por ejemplo: ―si a un organismo se presenta un estímulo natural acompañado de otro y se repite el procedimiento un número suficiente de veces, el estímulo artificial termina por provocar la respuesta que antes era obtenida únicamente por la presentación del estímulo natural. Se dice entonces que se ha establecido un reflejo condicionado‖. El lector podrá darse cuenta que en esta definición se describen las operaciones necesarias para obtener actos condicionados. Dentro de la teoría de Keynes, el ahorro es la diferencia entre el ingreso y el consumo, a nivel nacional. 4. Hipótesis En el planteamiento del problema aislamos y seleccionamos algunos hechos y datos relevantes que, explorados más a fondo, sirven de base a la formulación de hipótesis. Ante el problema planteado, el profesionista establece una conjetura sobre soluciones al mismo; propone una explicación tentativa respecto a los fenómenos que le interesan y las situaciones relacionadas con éstos. Una hipótesis es una proposición respecto a algunos elementos empíricos y otros conceptuales y sus relaciones mutuas, que emerge más allá de los hechos y las experiencias conocidas con el propósito de llegar a una mayor comprensión de los mismos. (Guiselli y Brown, 1955.) Las hipótesis germinan y crecen a través del razonamiento, pero contienen algunos hechos 4 Cursivas del autor de este libro. 21 confirmados que van a ligarse a nuevas posibilidades, partiendo de hechos conocidos. Contienen, por el acto imaginativo, elementos o relaciones no sensopercibidos hasta entonces. Por tanto, una hipótesis es una anticipación en el sentido de que propone ciertos hechos o relaciones que pueden existir, pero que todavía no conocemos y no hemos comprobado que existan. Por ejemplo, un investigador puede pensar que la proporción de ahorros depende del salario real de cada persona. Otro puede imaginar que estos ingresos dependen del grado en que su carácter sea acumulativo, en términos psicoanalíticos de Fromm; pero éstas son conjeturas, meras explicaciones profesionales al problema de determinar los factores que influyen en el ahorro, y han surgido de la familiaridad que tienen esos investigadores, con ciertas teorías. ―La hipótesis, comenta Ramón y Cajal (1946), constituye una interpretación interrogativa de la naturaleza. Forma parte de la investigación misma, como que representa su fase inicial, su antecedente casi necesario. Pero especular de continuo, es decir, teorizar sin acudir al análisis de los fenómenos, es perderse en idealismos sin consistencia; es volver la espalda a la realidad.‖ Así pues, se hace necesario confrontar nuestras hipótesis con datos objetivos, lo cual constituye, precisamente, la meta de cualquier investigación, de manera que a través de los resultados de la misma, puedan confirmarse, modificarse o rechazarse. En caso de confirmación, y si ésta es repetida en otras ocasiones y por otros investigadores, la hipótesis deja de serlo y pasa a formar parte del cuerpo de conocimientos, convertida ya en un dato empírico, de modo que encaje en un marco de referencia tendiente a explicar la producción de los fenómenos y adicionándose a los datos objetivos que sustentan la teoría. Frecuentemente, a medida que se avanza en el planeamiento de la investigación, en el acopio de antecedentes, en la elaboración de los instrumentos de observación, etc., surgen nuevas hipótesis. En otras ocasiones, las hipótesis originales deben ser modificadas de acuerdo a los resultados de las investigaciones, afinando la dirección de futuras investigaciones mediante un proceso selectivo que consiga la conexión objetiva entre la hipótesis y los datos resultantes de la investigación. Pudiéramos decir que las hipótesis dirigen la investigación y entre ambas forman un cedazo a fin de lograr la distinción entre los principios explicativos de un fenómeno y la imaginación anticipatorio respecto a la explicación de los mismos. 22 Por otra parte, aun las hipótesis que resultan falsa tienen un valor dentro del proceso de investigación, pues, al ser rechazadas, hacen avanzar el conocimiento, ya que descartan y reducen el número de posibilidades entre el cual debe buscarse la relación objetiva. ―Y en todo caso, la explicación rechazada por falsa siempre tendrá una ventaja: la de restringir, por exclusión, el campo de lo imaginable, eliminando soluciones inaceptables y causas de error.‖ (Ramón y Cajal, 1946.) Además una investigación infructuosa puede servir a un investigador hábil para volver la mirada hacia el planteamiento del problema y hacia los métodos seguidos, para descubrir deficiencias que, una vez superadas, conduzcan al proceso inquisitivo adecuadamente. Generalmente, en las revistas y los libros científicos se publican las investigaciones notables pero nadie, seguramente, posee datos fidedignos sobre el total de las inquisiciones improductivas. El número de las últimas debe superar en mucho al de las primeras. Decía De Morgan, un lógico inglés: ―las hipótesis infructuosas, trabajadas correctamente después, han producido resultados más provechosos que la observación asistemática‖. ―Se sirve más a la ciencia… por error, que por la confusión‖, afirma Bernard (1944). Así, uno de los propósitos cumplidos por las hipótesis es servir de ideas directrices a la investigación. Por tanto, cuando se emplean para diseñarla se denominan frecuentemente hipótesis de trabajo, pues un investigador puede formular diversas hipótesis para ser sometidas a prueba, pero muchas veces se verá imposibilitado de hacerlo al unísono con todas. Por el contrario, tendrá que proceder paulatinamente. La hipótesis elegida en cada ocasión para servir de base a la pesquisa constituirá la hipótesis rectora, es decir, la hipótesis de trabajo. Algunas veces, en la actividad cotidiana, las hipótesis no se formulan explícitamente. Por ejemplo, el auditor que se encuentra con algunas anomalías, y decide profundizar en su investigación, está conjeturando que en el resto de las operaciones se encuentran otras irregularidades. 4.1 Requisitos de las hipótesis Pueden formularse hipótesis a diestra y siniestra pero, a fin de cumplir con una serie de requisitos lógicos, deben servir de cimientos a toda investigación. Por ende, si no se encuentran adecuadamente formuladas, toda la estructura futura de la investigación corre el riesgo de venir por tierra. Por lo tanto, las hipótesis deben: 23 Establecer las variables a estudiar. Las hipótesis deben tener límites bien establecidos, Travers (1964), o sea, deben especificar las variables a estudiar. Las definiciones ayudan en esta tarea, precisamente. Un buen ejemplo está constituido por un estudio, Díaz-Guerrero, Fernández y Fernández (1967), para determinar si las calificaciones dadas por psicólogos a una técnica proyectiva de manchas de tinta, eran comparables a las proporcionadas por una computadora, recurriendo ésta a un diccionario especialmente preparado que se le había dado anteriormentegrabado en una cinta magnética. Las variables especificadas fueron: localización, rechazo, formas definidas, color, sombreado, movimiento, integración, humano, animal, anatomía, ansiedad, hostilidad, barrera y penetración. Los resultados correspondientes a protocolos de 48 niños de la ciudad de México, indicaron una correspondencia perfecta entre ambas calificaciones en las variables localización y rechazo (r = 1.00), y menor correspondencia en las demás. Los investigadores concluyen que disminuyendo las fuentes de error en ese diccionario se podrá lograr una equivalencia casi perfecta entre ambas calificaciones. Llegado ese momento, las respuestas dadas por los sujetos a las manchas de tinta que constituyen esa prueba podrán ser trasladadas a tarjetas perforadas e introducidas en la computadora para que ésta proporcione las calificaciones, con el consiguiente ahorro de tiempo y esfuerzo para el psicólogo. El investigador neófito se plantea frecuentemente problemas muy amplios, formulando hipótesis globales, no específicas. El deseo de abarcar muchos aspectos en una sola investigación amplifica todo: tiempo, esfuerzo, costo, generalmente termina en un esfuerzo inútil con el que nada se avanza.5 Por ejemplo: la hipótesis, si así puede denominársele: ―la mejoría de un paciente depende de la situación terapéutica‖, es tan amplia en su concepción que difícilmente puede ser confirmada o rechazada; es tan ambiciosa que seguramente rebasa las posibilidades de estudio por parte de cualquier individuo, a quien seguramente la respuesta se le escapará de las manos. Tal vez sería mejor formularla así: ―si un grupo de psiconeuróticos es tratado por el método de la terapia centrada en el cliente, entonces se observarán menos recaídas que en otros grupos de psiconeuróticos tratados por otros métodos.‖ Desde luego, para confirmar tal hipótesis debemos definir nuestros términos y fijar los criterios objetivos que servirán de base para el estudio. 5 Cursivas del Dr. Rogelio Díaz-Guerrero. 24 Uno de los objetivos de la publicidad es lograr incrementar las ventas de artículos o servicios. Un investigador puede interesarse en medir la efectividad de la publicidad. Pero ese es un tema muy amplio. Debería, por ejemplo, especificar que obtendrá la relación entre el grado en que a las personas les gusta o no un anuncio y la cantidad de adquisición del producto o servicio que compran. Si a las personas, en general, les gusta mucho un anuncio de un café instantáneo pero adquieren otro café, la efectividad de ese anuncio es reducida. Aquí las variables serían: a) opinión sobre anuncios, y b) adquisición del producto. Pueden incluirse otras variables como: sexo, edad, clase social, lugar de residencia, etc., de las personas, pues puede pensarse que los anuncios son más gustados o repudiados de acuerdo a esos datos y que algunos pueden influir en la decisión de compra. Establecer relaciones entre variables. De acuerdo con Cohen y Nagel (1934), una hipótesis debe ser especificada de tal manera que pueda servir de base a inferencias que nos ayuden a decidir si explica o no los fenómenos observados. Sin embargo, ocurre muy frecuentemente que la hipótesis, por la misma complejidad de los fenómenos, no puede ser puesta a prueba directamente a través de la simple observación. Así, por ejemplo, la hipótesis de que algunos tipos de dermatosis están asociados a estados afectivos, no puede ser confirmada o rechazada a través del simple examen de la piel. Es necesario, pues, establecer una serie de técnicas lógicas, matemáticas y metodológicas que permitan estudiar las conexiones entre ambos fenómenos. Si no es posible fincar métodos de observación o experimentación, nos será imposible avanzar en el conocimiento. Si no podemos diseñar un método que nos permita apreciar objetivamente, dentro de una serie de circunstancias, la intensidad de los estados afectivos crónicos y la gravedad de la dermatosis, no podemos verificar nuestra hipótesis. En otras palabras, requerimos que las hipótesis establezcan relaciones cuantitativas entre variables, Travers (1964). En nuestro ejemplo, se esperaría que a mayor intensidad de los estados afectivos crónicos se encontraría una mayor gravedad de las dermatosis. En el ejemplo del café, expuesto en el punto anterior, se esperaría que entre más gustado fuera el anuncio, mayor fuese la adquisición del producto. En nuestra época no ha sido posible aún verificar una serie de hipótesis (relativas al sueño, a la telepatía, a la psicokinesis, etc.), debido a la extraordinaria complejidad de muchos fenómenos psicológicos. No pocas veces el investigador se encuentra ante una carencia de métodos o de instrumentos para enfrentarse a su problema, de donde su tarea inicial es diseñarlos, lo cual constituye en sí misma toda una investigación. Esta 25 limitación no restringe la labor del investigador sino, por el contrario, amplía su campo de acción. Recordemos que detrás de muchos obstáculos aparentemente insalvables se esconden brillantes oportunidades para quien sepa aprovecharlas. Mantener la consistencia entre hechos e hipótesis. Las hipótesis se cimentan, al menos en parte, sobre hechos ya conocidos en el campo de estudio; por ende, no deben establecer implicaciones contradictorias o inconsistentes con lo ya verificado en forma objetiva. Por el contrario, debe establecerse un conjunto armónico entre hipótesis y hechos a menos que, precisamente se trate de encontrar nuevas conexiones entre los datos conocidos, en concordancia con nuevos supuestos que presenten una mayor armonía. Necesitar un número mínimo de supuestos ad hoc. Las hipótesis deben ser formuladas de la manera más sencilla posible. Con esto no solo nos referimos a la estructura del lenguaje en el cual se formulan sino, y esto tal vez es lo más importante, a la sencillez del sistema dentro del cual quedan engarzadas. (Cohen y Nagel, 1934.) No hay que confundir la sencillez con la familiaridad. Dentro de la física, la teoría de la relatividad de Einstein es más sencilla que la física de Newton, aunque esta afirmación puede parecer incomprensible para los legos en física. Es más sencilla porque requiere menos supuestos establecidos especialmente para explicar un área de fenómenos, lo que, por tanto, le permite efectuar generalizaciones más amplias, es decir, le permite exhibir las conexiones entre un mayor número de fenómenos. Dentro de la psicología, la ―teoría de campo‖ de Kurt Lewin, es más sencilla que la ―teoría psicoanalítica‖ de Freud. Así, las hipótesis deben ser consistentes con el cuerpo de conocimientos, como ya se indicó, de manera que no necesitemos, o restrinjamos al mínimo, la introducción de estructuras teóricas. 4.2 Funciones de las hipótesis Ghiselli y Brown (1955) indican que las hipótesis cubren las funciones siguientes: De explicación inicial. Los elementos de un problema pueden parecer oscuros o inconexos, y necesitan una mejor descripción. A través de la formulación de hipótesis podrán complementarse los datos, detectando los posibles significados y relaciones de ellos, e introduciendo un orden entre los fenómenos. De esta manera, las hipótesis constituyen la argamasa primaria 26 que, posteriormente y una vez realizada la investigación, puede dar coherencia e integración, en un solo edificio teórico, a los datos. Un ejemplo sería: ―Tomando la escala de necesidades de Maslow, la necesidad de seguridad estará más insatisfecha entre los funcionarios del sector público que entre los del privado, en virtud de que los primeros están más sujetos a los vaivenes de la política.‖ Obsérvese que se trata de una conjetura cimentada en una posible explicación; igualmente es de hacerse notar que esta hipótesis resume dos conceptos extraídos de marcos teóricosdiferentes: uno relativo a la motivación; el otro, a la teoría política. De estímulos para la investigación. Las hipótesis concretan y resumen los problemas encontrados, sirviendo de impulso para la consecución del proceso inquisitorio. La hipótesis planteada en el punto anterior puede despertar la curiosidad e impulsar al investigador, o a alguien diferente, a tratar de conocer con hechos si la hipótesis es válida o no. Las hipótesis se convierten, así, en el objetivo de la investigación. De fuentes de metodología. Es muy frecuente que las hipótesis se enuncien como oraciones condicionales: ―si ocurre esto, entonces sucederá aquello‖. La formulación nos lleva a un análisis de las variables a considerar y, como consecuencia, a los métodos necesarios para controlarlas y cuantificarlas. ―Si una persona padece un estado afectivo crónico intenso, entonces tendrá mayores posibilidades de padecer dermatosis.‖ Otro ejemplo: ―Si a las mujeres de la clase media les gusta el anuncio, entonces comprarán el producto.‖ En el primer caso se necesitará un diagnóstico de los estados afectivos y otro de los padecimientos dermatológicos a fin de establecer las relaciones entre ambos. En el segundo, después de definir lo que significa ―clase media‖, será preciso determinar la forma de medir el agrado o desagrado y la manera de establecer si compran o no el producto. Todo lo anterior requiere seguir determinados métodos. De criterios para valorar las técnicas de la investigación. Con frecuencia las hipótesis establecen en su enunciamiento algún conjunto de condiciones, como se apuntó en el párrafo anterior. Por tanto, hacen posible también un juicio crítico sobre los procedimientos técnicos, experimentales y estadísticos seguidos para satisfacer las condiciones especificadas. Por ejemplo, en el 27 caso del punto anterior, es necesario determinar cómo va a medirse la intensidad del agrado o desagrado por el anuncio; cómo va a determinarse la clase social y cómo va a verificarse si el producto de que se trata es adquirido por el público consumidor. De principios organizadores. La hipótesis constituye principios organizadores alrededor de los cuales pueden formarse mallas de relaciones entre los hechos conocidos, pertinentes al problema, y otros no tan directamente conectados. Por ende, pueden erigirse en auxiliares valiosos para determinar los pesos relativos de cada uno de los componentes del problema. Adscribir las hipótesis a marcos teóricos de referencia, nos permite organizar nuestros conocimientos en un conjunto significativo de relaciones, a fin de obtener una clara perspectiva de las variables, revelándonos formas de ataque para recolectar información adicional. Buscamos relaciones entre los hechos y sus implicaciones teóricas, pudiendo así fincar soluciones del problema con objeto de someterlas a la confirmación mediante la investigación. En los ejemplos anteriores, la investigación va a girar alrededor de las hipótesis enunciada, con los métodos apropiados, etc. En otras palabras, el objetivo de la investigación es determinar si las hipótesis son válidas o no y para ello se requieren métodos y recursos adecuados. Métodos y recursos girarán alrededor de las hipótesis. De elementos para tomar decisiones. Mediante la investigación se pretende poner a prueba las hipótesis o conjeturas. Generalmente la investigación servirá para tomar algunas decisiones. Para auxiliarse, el investigador recurre a la estadística. Entonces, hay que plantear las hipótesis de acuerdo a los requerimientos de las técnicas inferenciales de la estadística. Se plantea, pues, la ―hipótesis cero‖ o ―hipótesis nula‖ de que no existen diferencias significativas entre variables, y la ―hipótesis alterna‖ de que sí existen diferencias significativas entre las variables. Después de obtenidos y analizados los datos, se prueban matemáticamente las hipótesis. Si se acepta la hipótesis nula, se rechaza la alterna y viceversa; o bien si los datos no son concluyentes, se reserva el juicio hasta que se colecten más evidencias. Para un tratamiento mayor de este tópico, consúltese: Estadística aplicadas a las ciencias de la conducta, de Young y Veldman, y Diseño experimental no- paramétrico, de Siegel. 28 5. Importancia del problema Antes de emprender la investigación es necesario inquirirse sobre la significación del problema, es decir, se requiere determinar si el tiempo y el esfuerzo que serán invertidos en su solución estarán en relación con la aportación que pueda realizar el cuerpo de conocimientos. Supongamos que a un investigador se le ocurre precisar los factores que concurren para que algunas personas posean un número par de cabellos al momento del nacimiento, en contraste con aquéllas que poseen un número impar. Seguramente necesitará mucha paciencia y mucho tiempo para contar los cabellos y, después de todo, sería dudoso el valor de tal investigación en el desenvolvimiento del conocimiento científico. Puede dudarse también sobre la influencia de tal estudio en las corrientes establecidas del pensamiento. Es necesario precaverse en este punto de lo que pudiéramos denominar ―enciclopedismo‖, o sea, el afán de obtener datos y medidas sin ton ni son, sólo por afán de proporcionarlos, pero sin efectuar ninguna aportación significativa. Así, por ejemplo Quiroz Cuarón y D‘Aloja (sin fecha) se lanzan a calcular el índice de correlación entre la edad de los hijos y la de los padres y, después de prolongados cálculos estadísticos confirman algo perfectamente conocido: a medida que la edad de los padres aumenta, la de los hijos también se incrementa. ¡No es posible encontrar el fenómeno contrario! Por otra parte, y dado que la ciencia es una inquisición constante, el problema no debe conducirnos a un callejón sin salida, sino, por el contrario, debe preferentemente allanar el camino para la solución de otros problemas, incrementando nuestros caudal de conocimientos. (Travers, 1964.) Si la ciencia está al servicio del hombre, es menester no olvidarse también de las implicaciones prácticas de la investigación. En otras palabras, es necesario determinar también si los resultados pueden ser valiosos para conducir a incrementar la salud mental y la eficiencia de los individuos y la comunidad; si pueden ayudar a tomar mejores decisiones, o si pueden contribuir a incrementar el desenvolvimiento económico, político, psicológico, social, etc., del país. 29 6. Planeación de la investigación El científico sabe que para encontrar orden debe proceder con orden. Así como la naturaleza no está formada por un conjunto caótico de fenómenos y eventos, el proceso de la investigación debe realizarse con una planeación a la cual debe dedicarse mucho tiempo y atención. La planeación es la fase en la cual van fundamentarse lógicamente los problemas, las hipótesis y los métodos de estudio. Así como el ingeniero, antes de lanzarse a la construcción de un rascacielos, cuenta con el dinero y el terreno necesarios, y ha dibujado una serie de planos, con todas las medidas definitivas sobre todo los detalles de mampostería, instalaciones eléctricas, instalaciones sanitarias, etc., y ha realizado una serie de cálculos para asegurarse de que su rascacielos no se vendrá por tierra, el psicólogo debe tener también por anticipado los planos de su investigación. Muchos investigadores, tan entusiastas como ingenuos, se lanzan a recolectar datos sin la debida planeación, encontrándose posteriormente con innumerables conflictos. No es raro encontrar que al analizar sus datos no sepan cuáles medidas estadísticas deben emplear; o que se den cuenta que han pasado por alto un dato significativo. Algunas de estas dificultades se convierten en factores generadores de alteraciones que invalidan la investigación, con la consiguiente pérdidade tiempo, esfuerzo y recursos.6 6.1 Planeación del proceso de investigación La planeación es el primer paso del proceso administrativo. Al planear, nos fijamos objetivos a lograr y la forma en que vamos a alcanzarlos. Nos adelantamos al tiempo: visualizamos los pasos sucesivos que es necesario dar para llegar a nuestro objetivo y las posibles dificultades que pueden presentarse, a fin de buscar la solución antes que detengan nuestro trabajo. Tal vez, la planeación requiera más tiempo, en ocasiones, que las demás fases de la investigación. La planeación es la fase fundamental de la investigación, es la etapa del razonamiento y la previsión. Una vez establecida, la recolección y el análisis de los datos se convierten en labores casi mecánicas. La preparación de un catálogo provisional del índice que contendrá el informe final, auxilia a visualizar el conjunto del trabajo y lo que se requiere para efectuarlo. 6 Cursivas del Dr. Rogelio Díaz-Guerrero. 30 Así pues, es necesario establecer, por una parte, las actividades y, por otra, los recursos necesarios para llevar a cabo la investigación. Dentro del renglón de recursos es imprescindible tener en consideración: tiempo requerido, espacio para trabajar y presupuesto de gastos (para materiales, transporte, sueldos, honorarios, mecanografía, reproducción de escritos, hospedaje, en algunos casos), tiempo de máquina para perforar, verificar y procesar los datos, etc. El investigador hará bien en repasarla antes de lanzarse a la recolección de datos. Puesto que el logro de la información necesaria para resolver el problema tiene un elevado costo (no sólo en dinero, sino en esfuerzo, frustraciones y decepciones, etc.), es importante establecer la relación entre lo beneficios (no sólo económicos, sino afectivos; las aportaciones al conocimiento, etc.) y los costos; evidentemente, si estos últimos son superiores a los beneficios la investigación no debe realizarse o deben reducirse las pretensiones. A continuación se ofrece una lista de actividades necesarias para levantar una encuesta, con la gráfica correspondiente; una vez establecidas aquéllas, debe calcularse el tiempo adecuado y real para cada una, así como los tiempos remotos y los próximos, lo cual conducirá a la determinación de una ruta crítica.7 Los tiempos anotados en la lista se proporcionan como ilustración y de ninguna manera deben considerarse como normas. En cada caso particular deben definirse los tiempos, de acuerdo con la envergadura del problema y los recursos disponibles. Como puede apreciarse, algunas actividades pueden realizarse en forma paralela a otras y no necesariamente en forma secuencial. Si bien el programa de actividades tiene por objetivo establecer tiempos para cada actividad, no debe pensarse que es imprescindible cumplir con la fecha fijada, si esto va en demérito de la calidad de la investigación, pues en algunas ocasiones los tiempos estimados son inferiores al real. Debe tenerse la elasticidad suficiente para cumplir con la investigación antes que con el programa, pero sin esconder la pereza o la apatía tras la flexibilidad. 7 El autor de este libro agradece al ingeniero Enzo Molino la prepración de la gráfica con sus correspondientes actividades. 31 LISTA DE ACTIVIDADES Actividad núm. Tiempo estimado (días hábiles) 1 Búsqueda de antecedentes teóricos 15 2 Establecimiento de hipótesis de trabajo (hipótesis nulas y alternas) 2 3 Formulación del cuestionario preliminar 5 4 Estudio estadístico previo para la determinación de la muestra (obtención de datos de diversas fuentes: Anuario estadístico, censos, etc.) 2 5 Mecanografía e impresión del cuestionario en su versión preliminar 2 6 Entrenamiento de encuestadores para aplicar el pre cuestionario 1 7 Determinación de la premuestra para el estudio piloto que servirá para la afinación del cuestionario y para obtener datos complementarios 7. Entrevista La entrevista consiste en obtención de información oral de parte de una persona (el entrevistado) recabada por el entrevistador directamente, en una situación de cara a cara. A veces la información no se transmite en un solo sentido, sino en ambos. Puede encontrarse esta situación en el caso de la entrevista de empleo, en el cual el entrevistador informa al entrevistado sobre algunas características del empleo y de la compañía, y el entrevistado informa sobre algunos detalles personales, laborales, escolares, familiares, etc. Existe información en un sentido, principalmente, en la entrevista de investigación de mercado, en la cual sólo el entrevistado informa sobre sus preferencias por determinado producto, o da su opinión sobre algunos atributos de algún artículo en especial, o en la entrevista terapéutica, en la cual el cliente relata sus sentimientos, sus experiencias, etc. 32 7.1 Tipos de entrevistas Se han clasificado tres tipos de entrevista, de acuerdo a la forma de efectuarlas. Entrevista libre. En ésta no existe un orden preestablecido a seguir en la obtención de la información. La ilación entre los temas surge espontáneamente. El entrevistador puede tomar uno de los temas y explorarlo más ampliamente, si le parece necesario. Por tanto, desde el punto de vista de la investigación, la entrevista libre no es confiable como instrumento, pues juega un papel importante el juicio inmediato del entrevistador. Existe, igualmente, la posibilidad de la sugerencia de algunas ideas o sentimiento o puntos de vista. Es decir, existe el riesgo de que el entrevistador ponga, de facto, en labios del entrevistado, algunas expresiones, simplemente por la forma de dirigir una pregunta, o induzca algunas palabras o ideas, especialmente si se encuentra frente a un sujeto receptivo. No puede dudarse de su valor en otros planos. En la psicoterapia y en la orientación profesional, en las cuales se trata de llegar a conclusiones sobre casos individuales, sin intentar llegar a generalizaciones, la entrevista libre cumple un papel fundamental. Es en estos dos campos precisamente donde más se emplea la llamada entrevista ―profunda‖, o sea una forma de entrevista libre que intenta explorar aspectos muy íntimos de la persona. Entrevista dirigida. Aquí el entrevistador selecciona de antemano algunos temas de interés para él, y hacia ellos dirige la conversación. De esta forma, introduce ya ciertas restricciones. Se emplea en la psicoterapia y en la orientación profesional también, especialmente después de la entrevista libre. Se emplea también en estudios sobre actividades y en la selección de candidatos para ocupar un puesto. Sin embargo, las restricciones introducidas apuntan más hacia el área a tratar y no hacia el control de las formas de inquirir. Entrevista estandarizada. Para reducir algunos de los peligros de la subjetividad señalados anteriormente, se ha empleado la entrevista estandarizada, en la cual se formulan preguntas previamente establecidas; es decir, el entrevistador lee un formato, del cual no puede salirse. La uniformidad en las cuestiones proporciona mayores índices de confiabilidad aunque, también, constriñe la entrevista a un simple interrogatorio, restándole profundidad y espontaneidad. Por tanto, su empleo debería reducirse a los 33 estudios en los cuales se trata de llegar a generalizaciones, por ejemplo de preferencias de consumidores, dejando los otros tipos de entrevista a estudios clínicos; o sea, a aquellos que tienen por objeto realizar un diagnóstico y un pronóstico sobre un solo individuo. 7.2 Limitaciones de la entrevista Aunque la entrevista es un instrumento indispensable en diversos campos de las ciencias administrativas y las del comportamiento,se enfrenta a algunas limitaciones en su valor como medio de investigación. Conducta del entrevistador. (Travers, 1964.) En la entrevista se establece una interacción entre el entrevistador y el entrevistado. Por ende, el sujeto no responde únicamente ante el significado de las palabras que pronuncia el investigador, sino también ante la interpretación que asigna a la conducta del entrevistador. Si la interpreta como un apoyo o una aprobación, su colaboración probablemente será más eficiente: si ve en ella un rechazo, la situación se invierte. Si el entrevistador trata de permanecer inmutable, sin asentir ni negar, puede encontrase con una aprensión por parte del sujeto. Si, por ejemplo, se encuentra el entrevistador ante un sujeto muy necesitado de aprobación, y éste interpreta como un apoyo la conducta del entrevistador, entonces probablemente intentará proporcionar datos que, desde su perspectiva, garanticen la atracción de la aprobación, tiñéndose entonces la entrevista de la una influencia que puede restarle validez. Por ende, a menos que el entrevistador pueda lograr la misma percepción de su papel por todos los sujetos, se introduce una serie de variables incontrolables. Por otro lado, parece que algunos rasgos de la personalidad del entrevistador están en relación con los frutos que obtiene. Así, en un estudio, Steinkamp (1966), encontró que los entrevistadores con dominancia (capacidad para persuadir a las personas, necesidad de dirigir a otros, deseos de supervisarlos, etc.) se mostraron más afortunados al recabar datos sobre cuentas de ahorro. En cambio halló que tenían menos éxito aquellos que mostraron deseos de ayuda a la gente y de obtener su simpatía. Introspección del entrevistado. En últimas instancias en la entrevista, así como en algunos tipos de cuestionarios, se solicita frecuentemente una introspección al sujeto. No todos los entrevistados tienen la misma posibilidad 34 de introspeccionarse. Este punto es más delicado en cuanto afecte asuntos más íntimos. Cooperación. No todas las personas están dispuestas a proporcionar información sobre sí mismas por trivial que pueda parecer ésta. Muchas rehúsan abiertamente y otras muchas lo hacen subrepticiamente, aportando información superficial, más por salir del paso que por colaborar con veracidad en la investigación. Esta limitación se encuentra también en algunos tipos de cuestionarios. Reducción (Travers, 1964.) En una entrevista son múltiples los datos que pueden ser registrados: palabras pronuncias por el entrevistado, ademanes, expresiones faciales, inflexiones en la voz, etc. Por razones prácticas no pueden asentarse todos, por lo cual se hace necesaria su reducción a unos cuantos aspectos significativos determinados de antemano con relación a la hipótesis. En el proceso de reducción interviene el investigador en la manera de seleccionar, resumir e interpretar los datos. Pudiera pensarse en eliminar la influencia del investigador sobre la reducción, con el empleo de grabadoras y cámaras cinematográficas; pero ello no facilita la solución, sino la complica. En efecto, en ese caso se emplearía tiempo en las entrevistas y tiempo en repasarlas mediante los aparatos necesarios para llegar nuevamente a la necesidad imperiosa de una reducción; pues ningún investigador podría retener en la memoria ni comunicar sus resultados en forma tan completa. Además, la ética profesional le impide grabar una entrevista sin el consentimiento previo del entrevistado, con lo cual se impone probablemente un límite a la aportación espontánea del sujeto. Lo mismo puede decirse, en múltiples ocasiones, cuando el entrevistador toma notas en el transcurso de la entrevista. Costo. La entrevista requiere del establecimiento de un rapport8 previo a la aportación de datos. En conjunto, ambas fases consumen tiempo. Por ello, generalmente, si se utiliza la entrevista, permite el examen de un número reducido de casos por un solo entrevistador. Si se requiere el estudio de una muestra numerosa, probablemente sean necesarios varios entrevistadores, incrementándose el costo de la investigación, por una parte, y, por otra, la variabilidad entre las reducciones de los datos, por parte de los distintos entrevistadores, constituye una dificultad adicional, superable sólo por un concienzudo entrenamiento de los entrevistadores, y por el establecimiento de un formato para registrar los datos aportados por los entrevistados. 8 Corriente de simpatía hacia el entrevistador. 35 Validez de la entrevista. Después del examen de algunas limitaciones de la entrevista, se nota que la validez resulta, en términos generales, bastante reducida como para emplearla sin reservas en el proceso de investigación. Algunos esfuerzos para corregir esta deficiencia se han mostrado fructíferos. Así, Palacios Newberry y Bootzin (1966), empleando una grabadora en la entrevista con pleno conocimiento de los entrevistados y una escala en la cual calificaban diversos incisos, pudieron predecir, auxiliándose con otras técnicas, los éxitos ocupacionales de un conjunto de ciegos. Confiabilidad de la entrevista. Muchos estudios han mostrado una falta de consistencia entre los resultados obtenidos por diversos entrevistadores; por ejemplo, Sydiaha (1962). Puede decirse, en términos gruesos, que entre menor sea la estructuración de la entrevista (mientras más libre ésta) menor será su confiabilidad. 8. Cuestionarios Los cuestionarios, denominados a veces también cédulas, consisten en formas impresas en las cuales los sujetos proporcionan información escrita al investigador. En las próximas líneas solo serán considerados desde el punto de vista metodológico en general y no empleando como base de clasificación el objetivo al cual se destinan. Desde este último punto, pueden encontrarse formas de solicitud de empleo, formas de inquisición sobre actitudes y opiniones, inventarios de personalidad e interese, etc. El cuestionario permite el examen de un mayor número de casos en corto tiempo con relación a la entrevista, lo cual implica un costo menor. Además, como se sigue un cartabón, las respuesta son más fáciles de catalogar y existe menor riesgo de contaminar los resultados por la interacción personal entre el investigador y sus sujetos, a diferencia de la entrevista. Igualmente, hace posible la cuantificación de las respuestas. Los cuestionarios constituyen una manera de dirigir la introspección de los sujetos. 8.1 Tipos de cuestionarios Fundamentalmente, son dos los medios posibles de recabar la respuesta. En el primero, conocido como de respuesta abierta, el investigador plantea la cuestión, pero no impone restricción alguna en la forma de respuesta; en el 36 segundo, denominado de elección forzosa, el investigador indica de antemano las posibles respuestas y pide a sus entrevistados que elijan solamente una de entre las señaladas. Cuestionarios de respuestas abiertas. En este tipo de cédula no existe mayor limitación que la capacidad de expresión y la personalidad del sujeto, así como su disposición para contestar. Sin embargo, puede presentarse tal variedad de respuestas, tanto en longitud como en contenido, que se hacen difíciles la sistematización, la catalogación y la estimación de la intensidad de la respuesta. Por otra parte, al analizar las repuestas y establecer diversas categorías, la inclusión de una respuesta en las diversas categorías, puede quedar al arbitrio del investigador, introduciendo así factores personales de este, en el estudio. Muchas veces las preguntas se formulan vagamente, no permitiendo repuestas precisas; es decir, se obtiene una gran variedad de gradaciones intermedias entre los extremos, dificultándose la delimitación entre las diversas categorías. Es, pues, cuestionablesu valor como herramienta del investigador cuando se trata de opiniones, actitudes, etc. Empero, el tipo de cuestionarios con respuesta abierta puede ser empleado como un método de exploración inicial con objeto de afinar las hipótesis o el cuestionario de elección forzosa. En manos del clínico experimentado, se convierte en un instrumento auxiliar de exploración y de diagnóstico. Cuestionarios de elección forzosa. Bajo este encabezado tiene cabida un conjunto numeroso de métodos cuya idea principal es ofrecer dos o más alternativas al interlocutor, quien debe escoger, solamente entre ellas, aquella igual o más semejante a su propia forma de repuesta. Desde luego, este tipo de cuestionario puede elaborarse cuando existen pocas alternativas y son fáciles de establecer. Igualmente, las diversas alternativas deben ser mutuamente excluyentes, lo cual no siempre es fácil de lograr. También es necesario intentar no presentar las cuestiones en una forma rítmica que pueda conducir a los sujetos en estudio a contestar mecánicamente. En ocasiones pueden combinarse los cuestionarios de respuesta abierta con los de elección forzosa. Cuestionarios dicotómicos. En este tipo de cuestionarios, la persona se encuentra únicamente entre dos alternativas: responder afirmativa o negativamente. El número de respuestas afirmativas y el de negativas, se obtiene por un simple conteo, permitiendo la obtención de cálculos estadísticos a partir del conjunto de respuestas de grupo. Por ejemplo, supóngase que se desea investigar los estereotipos femeninos y masculinos en los adolescentes. Quizá, podían incluirse las cuestiones: 37 Sí No Los hombres son, sexualmente, más ardientes que las mujeres ____ ____ Las mujeres son más inteligentes que los hombres ____ ____ Las mujeres son más sentimentales que los hombres ____ ____ Los hombres son menos ―chismosos‖ que las mujeres ____ ____ Cuestionarios tricotómicos. En algunas ocasiones también se ofrece la oportunidad de abstenerse, por desconocimiento del asunto o por no haberse formado un opinión al respecto. En tal caso, se agrega un no sé. En el ejemplo anterior sería: Sí No No sé Los hombres son, sexualmente, más ardientes que las mujeres __ __ ____ Las mujeres son más inteligentes que los hombres __ __ ____ Las mujeres son más sentimentales que los hombres __ __ ____ Los hombres son menos ―chismosos‖ que las mujeres __ __ ____ Comparación por pares. En este método se formula una serie de proposiciones cada una de las cuales debe ser comparada una vez con todas las restante, formando pares. El método de comparación por pares indica la preferencia relativa entre las proposiciones. Tómese como ejemplo alguno de los incisos empleados en una investigación sobre algunos intereses laborales. (Arias, 1964a.) Los sujetos marcarían una X dentro del paréntesis para indicar, en cada par, aquello que más le interesaría encontrar en su empleo: 38 Tener una jefe comprensivo y justo ( ) Tener más días de descanso y de vacaciones ( ) Obtener un salario muy superior a sus propias necesidades ( ) Trabajar con compañeros simpáticos y amigables ( ) Tener más días de descanso y de vacaciones ( ) Obtener un salario muy superior a sus propias necesidades ( ) Trabajar en un lugar limpio y protegido contra accidentes ( ) Tener un jefe comprensivo y justo ( ) Tener más días de descanso y de vacaciones ( ) Trabajar con compañeros simpáticos y amigables ( ) En virtud de las comparaciones, el número de proposiciones debe mantenerse reducido, pues el número de pares se incrementa rápidamente. El total de pares se encuentra por la fórmula: 39 Así, mientras 8 proposiciones requieren 28 pares, 10 proposiciones necesitan 45, y 20 proposiciones piden 190 comparaciones. Esta es una limitación importante, pues demanda mayor esfuerzo, entre mayor sea el número de proposiciones, por parte de los sujetos y, por tanto, puede introducir variables como el tedio y la fatiga en las últimas comparaciones. Aunque McCormick y Bachus (1952), encontraron que puede reducirse el número de pares sin afectar los resultados, no establecieron los límites de seguridad de tal reducción. Alternativas múltiples. Se ofrecen varias alternativas entre las cuales pueden optar los sujetos, por ejemplo: Indique en el cuadro con un X su estado civil: Soltero (a) Casado (a) Viudo (a) Divorciado (a) Unión libre Debe notarse que este método puede ser empelado cuando pueden establecerse categorías poco numerosas que se consideran exhaustivas. Sería muy laborioso, por ejemplo, enlistar todas las profesiones y los oficios para indicar el preferido. Respuesta ponderada. Este tipo de cuestionario fue inventado por Thurstone. Se empela generalmente para cuantificar las actitudes. El procedimiento básico de construcción consiste en elegir un número elevado, de 100 a 240, más o menos, de afirmaciones respecto a un tema, escribiendo cada una de ellas en una tira de papel o en un tarjeta; se escogen a varias personas, denominadas jueces (en un estudio Thurstone eligió 200), a quienes generalmente se pide que clasifiquen las afirmaciones en 7, 9 u 11 grupos. Los grupos se ordenan desde el que contiene la actitud más favorable hasta el que contiene la más desfavorable. En seguida, se determina el número de 40 veces que cada afirmación fue catalogada por los jueces en cada grupo; se determina la mediana y las cuartilas para cada afirmación. La mediana constituye el peso de afirmación en la escala, descartándose a aquellas afirmaciones con una gran desviación cuartilar por representar proposiciones ambiguas, ya que suscitan una gran variabilidad. A continuación se eligen las afirmaciones menos ambiguas y que representen una serie de actitudes desde la más favorable hasta la más desfavorable, quedando integrada la escala, generalmente, con unas veinte afirmaciones. Al aplicarse, se pide a los sujetos que marquen aquellas afirmaciones con las cuales estén de acuerdo. Desde luego en el cuestionario no se incluyen los pesos de cada afirmación para calificar; solamente se suman los valores de las afirmaciones marcadas por cada sujeto. En el ejemplo siguiente se incluyen algunas afirmaciones, con sus valores, de una cédula imaginaria para investigar la actitud hacia los comunistas: Los comunistas emplean medios inhumanos para conseguir sus fines 1.6 La gente honrada no se afilia al partido comunista 0.8 Los comunistas son personas de buena fe que buscan mejorar al mundo, de acuerdo con sus teorías 5.4 Los comunistas son personas que luchan por una causa noble 10.3 Gradación de Likert. Rensis Likert diseñó un tipo de formato para graduar las opiniones, los intereses o las actitudes en cada respuesta. Generalmente se emplean cinco categorías: totalmente de acuerdo, generalmente de acuerdo, no sé, generalmente en desacuerdo y totalmente en desacuerdo; o bien, siempre, algunas veces, no sé, raras veces, nunca, etc. A cada una puede asignársele un número arbitrario, 5, 4, 3, 2 y 1; o +2, +1, -1, -2, etc., conforme a la gradación.9 El ejemplo anterior quedaría como el cuadro: 9 La construcción de cuestionarios implica una tecnología medianamente compleja. Véase por ejemplo, Techniques of attitude scale construction, por Allen E. Edwards. Nueva York: Appleton-Century-Crofts, 1957, y Elaboración de escalas de actitudes y psicofísica clásica, por Manning y Rosenstock, de esta misma editorial, así como Estudio de las actitudes, de Remmers. 41 S ie m p re A lg u n a s v e c e s N o s é R a ra s v e c e s N u n c a Los comunistas son personas de buena fe que buscan mejorar al mundo, de acuerdo a
Compartir