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La ansiedad un enemigo sin rostro - Raymundo Adame

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La ansiedad
Un enemigo sin rostro
Serie: Salud
EDICIONES UNIVERSIDAD DE NAVARRA, S.A.
PAMPLONA
LA ANSIEDAD
Un enemigo sin rostro
JAVIER SCHLATTER NAVARRO
Primera edición: Octubre 2003
© 2003. Javier Schlatter Navarro
Ediciones Universidad de Navarra, S.A. (EUNSA)
Plaza de los Sauces, 1 y 2. 31010 Barañáin (Navarra) - España
Teléfono: +34 948 25 68 50 - Fax: +34 948 25 68 54
e-mail: eunsa@cin.es
ISBN: 84-313-2126-1
Depósito legal: NA 2.796-2003
Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribu-
ción, comunicación pública y transformación, total o parcial, de esta obra sin contar con autori-
zación escrita de los titulares del Copyright. La infracción de los derechos mencionados puede
ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Artículos 270 y ss. del Código Penal).
Ilustración cubierta:
Stock Photos
Tratamiento:
PRETEXTO. Estafeta, 60. 31001 Pamplona
Imprime:
GRÁFICAS ALZATE, S.L. Pol. Ipertegui II. Orcoyen (Navarra)
Printed in Spain - Impreso en España
Índice
¿QUÉ ES LA ANSIEDAD? ........................................................... 11
1. Ansiedad psíquica y ansiedad física (o somática) ................. 14
2. ¿Es lo mismo la ansiedad que la angustia? ............................ 15
3. Ansiedad exógena (de origen externo) y endógena (de ori-
gen interno) ............................................................................ 16
4. ¿Qué relación existe entre la ansiedad y el estrés? ................ 18
5. ¿Cuándo pierde la ansiedad su eficacia? ............................... 20
6. Miedo y ansiedad ................................................................... 21
7. ¿Es fácil distinguir la ansiedad de la depresión? ................... 22
8. ¿Cómo se relaciona la ansiedad con otras enfermedades? .... 24
9. Otras repercusiones de la ansiedad ........................................ 28
¿CÓMO SE PRODUCE LA ANSIEDAD? ................................... 31
1. ¿Cuáles son las bases biológicas de la ansiedad? .................. 31
1.1. ¿La ansiedad se hereda? ............................................... 32
1.2. ¿Hay alguna zona del cerebro encargada de producir la
ansiedad? ....................................................................... 33
1.3. ¿Cuáles son las bases bioquímicas de la ansiedad? ..... 40
2. Teorías psicológicas de la ansiedad ....................................... 42
2.1. Modelo del psicoanálisis de Freud: ansiedad y neurosis 42
2.2. Modelos cognitivo–conductuales .................................. 44
2.3. Aspectos psicológicos de mayor interés en el origen de
la ansiedad ..................................................................... 49
a) La influencia del entorno familiar ............................ 49
b) Los acontecimientos vitales ..................................... 51
c) El tipo de personalidad ............................................. 52
d) Los estilos de afrontamiento .................................... 57
e) Los aspectos cognitivos en la ansiedad .................... 61
2.4. ¿Es la ansiedad una enfermedad de la sociedad actual? . 63
¿QUÉ ES UN TRASTORNO DE ANSIEDAD? ........................... 71
1. El trastorno de ansiedad generalizada ................................... 73
2. Las fobias ............................................................................... 82
I. La agorafobia ........................................................... 87
II. La fobia social ......................................................... 90
III. Las fobias específicas .............................................. 97
3. El trastorno de pánico (o de angustia) ................................... 100
4. El trastorno obsesivo–compulsivo ......................................... 111
5. La reacción a estrés agudo ..................................................... 119
6. El trastorno por estrés postraumático .................................... 129
7. El trastorno de adaptación ..................................................... 135
¿CÓMO PODEMOS COMBATIR LA ANSIEDAD? ................... 141
1. Tratamiento de la ansiedad habitual o fisiológica ................. 141
a) El ejercicio físico ...................................................... 143
b) La apertura a los demás ............................................ 143
c) El enriquecimiento personal ..................................... 144
d) El sentido del humor ................................................. 145
e) El sentido trascendente de la vida ............................ 145
f) Las aficiones ............................................................. 146
g) Los tratamientos naturales ........................................ 146
2. Tratamiento de la ansiedad patológica .................................. 147
2.1. ¿Qué medicamentos disminuyen la ansiedad? ............. 148
a) Los ansiolíticos ......................................................... 148
b) Los antidepresivos .................................................... 152
c) Otros fármacos contra la ansiedad ........................... 156
2.2. ¿Son eficaces las terapias psicológicas contra la an-
siedad? ........................................................................... 158
2.2.1. Psicoeducación ......................................... 160
8 La ansiedad
2.2.2. Terapias de conductas .............................. 161
a) Técnicas para controlar la activación
propia de la ansiedad .......................... 161
• Técnicas de relajación muscular .... 161
• Técnicas de respiración controlada .. 164
b) Técnicas de exposición ....................... 166
• Exposición progresiva e inundación 166
• Desensibilización sistemática ........ 171
c) Control del tiempo y programación de
actividades .......................................... 172
2.2.3. Terapias cognitivas ................................... 175
a) Autoinstrucciones ............................... 175
b) Parada del pensamiento ...................... 177
c) Distracción cognitiva .......................... 177
d) Reestructuración cognitiva ................. 178
e) Entrenamiento en resolución de pro-
blemas ................................................. 182
f) Inoculación del estrés ......................... 185
GLOSARIO ........................................................................................ 187
Índice 9
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es una sensación subjetiva que presentamos ante
situaciones que valoramos como amenaza o riesgo, ya sea por su
carácter novedoso o imprevisto, o por la intensidad del estímulo.
Esta situación pone en alerta al cerebro, que es el encargado de
promover la respuesta adecuada. Algunas de estas respuestas se
encuentran «programadas» y son por tanto automáticas, mientras
que otras se realizarán de manera consciente. En último caso, la
parte consciente debería estar capacitada para moderar, dirigir y
poner punto final a las distintas reacciones desencadenadas por la
situación desencadenante. Como puede verse, se trata de un fenó-
meno tan antiguo como la vida misma, cuya finalidad es utilizar
al máximo nuestros recursos ya sea para enfrentarse al «agresor»
o para huir, pero teniendo siempre como objetivo de fondo el ins-
tinto de supervivencia.
La ansiedad normal habrá que distinguirla —como veremos
en su momento— de la ansiedad patológica, en la que la respues-
ta de alerta es desproporcionada para la situación existente, se
prolonga excesivamente en el tiempo o se presenta sin un motivo
aparente.
Aunque la ansiedad se pueda presentar y valorar como un
síntoma aislado, lo normal es que se presente dentro de un grupo
de síntomas, o síndrome ansioso, que incluirá otras manifestacio-
nes como son:
a) Síntomas motores: ocasionados por el aumento de la ten-
sión muscular, como la dificultad o incapacidad para rela-
jarse, la inquietud, el temblor, los dolores de cabeza y el
cansancio;
b) Síntomas fisiológicos: debidos a la mayor actividad del
sistema nervioso autónomo (o vegetativo) y al aumento de
adrenalinay cortisol en la sangre, como las palpitaciones,
sudoración, mareos, sequedad de boca, diarreas, etc.
c) Síntomas psicológicos: en relación con un estado de hi-
pervigilancia o de alerta, como insomnio inicial o de con-
ciliación, preocupación, temores, irritabilidad, distraibili-
dad o aprensividad.
Así pues, ante una situación determinada, primero el cerebro
la califica como amenazante. Posteriormente pone en activación
algunos circuitos cerebrales específicos, y éstos desencadenan
una respuesta fisiológica, a través de determinadas hormonas y
del sistema nervioso periférico, ordenada a defendernos del su-
puesto agresor.
Puede volver a servirnos el tradicional ejemplo de la reacción
que tenemos cuando nos encontramos ante un animal peligroso.
Las alternativas habituales son: salir huyendo o enfrentarnos a él.
En ambos casos, y sin tiempo para plantearnos nada, se produce
una reacción en nuestro organismo dirigida a ponernos en las me-
jores condiciones para huir o pelear. El corazón va más rápido
para aportar más sangre a los músculos; las pupilas se dilatan
para intentar estar más atentos; la respiración también se acelera
para aportar más oxígeno; la sangre se desplaza de los vasos de la
piel a los del interior, por lo que nos ponemos pálidos y con esca-
lofríos, etc. Todas estas operaciones las realiza el ya mencionado
sistema nervioso autónomo, más en concreto una parte de este
sistema denominado sistema nervioso simpático.
Frecuentemente, este agresor es manifiesto (el animal peligro-
so), pero en otras ocasiones —y esto se podría entender como una
ansiedad más genuina— no existe tal agresor, y la ansiedad se
presenta incluso en situaciones de relax aparente. En estos casos,
12 La ansiedad
¿Qué es la ansiedad? 13
Sistema nervioso central
(cerebro)
Reacción
psicológica de alerta
Estímulo
Sistema
nervioso
autónomo o
vegetativo
Respuesta
fisiológica
Respuesta
motora y corporal
• Síntomas motores
• Síntomas cardiorrespiratorios
• Síntomas grastrointestinales, etc.
• Aumento de cortisol
• Aumento de adrenalina, etc.
FIGURA 1
Esquema de la reacción estímulo-respuesta
el desconcierto por la situación de alerta creada y su malestar acom-
pañante pueden actuar cerrando el circuito, y aumentando por
tanto la ansiedad inicial. Se trataría en este caso de lo que algu-
nos han calificado miedo al miedo o como miedo a un «enemigo
sin rostro».
La ansiedad normal suele acompañar al proceso de creci-
miento individual, a cambios y nuevas experiencias que van su-
cediéndose a lo largo de su vida, y al propio descubrimiento por
parte del individuo de su identidad y del sentido de la vida. De
ahí que determinadas fases del crecimiento infantil, la adolescen-
cia, el inicio de la universidad o del primer trabajo, los comien-
zos al formar una familia, los inicios de la menopausia, la jubila-
ción, una enfermedad terminal, el desempleo, etc., se encuentren
estrechamente relacionados con esta ansiedad normal.
1. ANSIEDAD PSÍQUICA Y ANSIEDAD FÍSICA (O SOMÁTICA)
La distinción entre ansiedad psíquica y ansiedad somática es
más que nada teórica, ya que en el fondo se trata de las dos caras
de un mismo fenómeno. La ansiedad psíquica se refiere funda-
mentalmente al componente de preocupación, obsesividad, mie-
do, necesidad de búsqueda de ayuda, percepción de pérdida del
control, etc. La ansiedad disminuye la concentración y por tanto
dificulta el aprendizaje; distorsiona las percepciones; reduce la
memoria, sobre todo por afectarse la capacidad de retención de
nuevos datos; además de alterar la capacidad de asociar o relacio-
nar conceptos. La ansiedad somática, en cambio, se refiere a las
manifestaciones corporales: palpitaciones o aceleración del ritmo
cardíaco, temblor, escalofríos, hormigueos, sequedad de boca,
sudoración, dificultad para respirar o para tragar, sensación de
inestabilidad, etc.
14 La ansiedad
TABLA 1
Efectos del sistema nervioso autónomo en la ansiedad
Efectos
Aumento de la frecuencia y de la
fuerza de contracción cardíacas.
Aumento del tamaño de los vasos
sanguíneos de los músculos.
Aumento de la frecuencia y profun-
didad respiratorias, y del diámetro
de los bronquios.
Aumento del tamaño de las pupilas.
Disminución del tamaño de los vasos
de la piel (palidez), digestivos, etc.
Aumento de la producción de sudor.
Aumento de la conversión de gluco-
sa almacenada (glucógeno) en glu-
cosa disponible.
Objetivos
Mayor riego sanguíneo (oxígeno y
glucosa) a los músculos.
Mayor riego sanguíneo (oxígeno y
glucosa) a los músculos.
Mayor aporte de oxígeno a la san-
gre.
Mayor campo de visión.
Mayor aporte sanguíneo a los mús-
culos y órganos fundamentales.
Mayor disipación del calor produci-
do por el esfuerzo muscular.
Mayor glucosa disponible en los
músculos.
FIGURA 2
Manifestaciones somáticas de ansiedad
¿Qué es la ansiedad? 15
Sudoración aumentada
Aumento de la frecuencia
Urgencia urinaria
Bostezos
Sequedad de boca
Diarrea
Nauseas
Aerofagia
Digestión pesada
Temblores
Tensión muscular
Inquietud psicomotriz
Cefaleas
Cervicalgias
Sensación de falta de aire
Mayor frecuencia respiratoria
Aumento de los
reflejos periféricos
Hormigueos en
extremidades
Sensación de
inestabilidad
Hipertensión arterial
Taquicardias
Dolor precordial
Desvanecimiento
ANSIEDAD
Esta relación tan estrecha entre ambos tipos de ansiedad se
manifiesta en el hecho de que cualquier idea, imagen o recuerdo
que genere ansiedad psíquica, automáticamente se manifestará
por algunos o todos los síntomas somáticos mencionados. En el
sentido contrario, la percepción de los síntomas somáticos (tem-
blor de las manos, voz quebrada, rubor de la cara, etc.) desenca-
denará la aparición de ansiedad psíquica, al ser más consciente la
persona de la sensación de peligro, o por vergüenza ante la ima-
gen que pueda estar dando hacia el exterior.
2. ¿ES LO MISMO LA ANSIEDAD QUE LA ANGUSTIA?
Son dos términos que tienden a usarse indistintamente, pero
que merece la pena comentar, pues la mayoría de las personas
creen poder distinguir ambos síntomas. La angustia es un tipo de
ansiedad, en la mayoría de los casos de tipo patológico, que se
vive con sensación de gravedad. En nuestro entorno, suele utili-
zarse como una sensación de profundo temor o indefensión, que
los pacientes localizan como opresión en el centro del pecho o
como una especie de «nudo en el estómago», que ocasionalmen-
te se calma rompiendo a llorar, y que de no conseguirlo se puede
volver insoportable. La angustia tiene un componente más visce-
ral que la ansiedad, que es más psicológica. La ansiedad tiende a
acelerar o activar a la persona, mientras que la angustia suele ser
paralizante. La angustia se refiere sobre todo al temor a algo fu-
turo, mientras la ansiedad hace más referencia a algo presente.
16 La ansiedad
TABLA 2
Diferencias entre la ansiedad y la angustia
Ansiedad Angustia
• Más psíquica • Más visceral
• Aceleración vital • Paralización vital
• Actividad inquieta • Actividad sobrecogida e inhibida
• Temor indefinido a algo presente • Temor indefinido a algo futuro
• Sensación de falta de aire • Opresión en la «boca» del estó-
mago
De forma más específica se habla de crisis de angustia (o de
pánico) para los episodios de ansiedad en los que además de la
ansiedad psíquica y somática habitual existe un miedo secunda-
rio a morirse, a perder el control o a volverse loco, que suele aso-
ciarse a la necesidad de escapar de ese lugar o situación.
3. ANSIEDAD EXÓGENA (DE ORIGEN EXTERNO)
Y ENDÓGENA (DE ORIGEN INTERNO)
La diferencia entre estos dos tipos de ansiedad hace referen-
cia al origen del desencadenante de la ansiedad. Hablamos de an-
siedad exógena cuando el origen se encuentra en un estímulo
exterior al sujeto, como una situación estresante en sí misma o
el efecto de alguna sustancia, por ejemplo los psicoestimulantes
(como una dosis mayor a la habitual de café). La ansiedad en-
dógena estaría originada por el propio sujeto, ya sea dentro de
un trastorno de ansiedad o por una disfunción fisiológica(cam-
bios hormonales en torno a la menstruación, hipertiroidismo, etc).
En la Tabla 3 hemos recogido algunas de las enfermedades no
psiquiátricas que cursan con ansiedad, como exponentes de ansie-
dad endógena.
¿Qué es la ansiedad? 17
TABLA 3
Enfermedades no psiquiátricas y fármacos que generan ansiedad
Sistema cardio-respiratorio Arritmias, asma, hipertensión arte-
rial, infarto de miocardio, embolia
pulmonar
Sistema nervioso Epilepsias, esclerosis múltiple, acci-
dentes vasculares cerebrales, de-
mencias, migraña
Sistema endocrino Hipoglucemias, hipertiroidismo, me-
nopausia, síndrome premenstrual
Alteraciones sistémicas e inflamatorias Artritis reumatoide, lupus eritema-
toso
Fármacos (intoxicación o abstinencia) Broncodilatadores, antihistamínicos,
hormonas esteroideas, ansiolíticos,
hipnóticos, antihipertensivos, teofi-
lina, cannabis, anfetamina, cocaína,
nicotina, cafeína, opiáceos
La ansiedad endógena es predominantemente somática, mien-
tras que la exógena es más psíquica y suele tener un mayor com-
ponente familiar y aparecer a edades más tempranas. La ansiedad
exógena dependerá más en su evolución de que permanezca o no
el estímulo desencadenante sin que vuelva en principio a reapare-
cer, mientras que la endógena es más fácil que perdure o que haya
recaídas futuras.
Por último, en los casos de ansiedad endógena existen algu-
nas sustancias que cuando se administran a estas personas desen-
cadenan la ansiedad, como el ácido láctico, cosa que ocurre con
menor frecuencia en las personas con ansiedad exógena.
18 La ansiedad
TABLA 4
Diferencias entre la ansiedad exógena y endógena
Ansiedad exógena Ansiedad endógena
Origen Externo. Desencadenado Interno. Espontáneo
Antecedentes familiares Ausentes Presentes
Tipo de ansiedad Predominio psíquico Predominio somático
Curso Contínuo y fluctuante Crisis
Evolución Depende del estímulo Independiente del
estímulo
Presentación Todas las edades En jóvenes
Conciencia de No: Lo atribuye al Sí: lo atribuye a
enfermedad ambiente enfermedad
Marcadores No Sí (por ejemplo, lactato)
Pronóstico Remite al ceder el estrés Recidivante
Pérdida del control Menor Mayor
Respuesta a psicoterapia Buena Mala
4. ¿QUÉ RELACIÓN EXISTE ENTRE LA ANSIEDAD Y EL ESTRÉS?
Son dos conceptos estrechamente relacionados, de manera
que muchas personas lo usan de manera indistinta. Se denomina
estrés a aquella situación en la cual los mecanismos adaptativos
del organismo se ven superados ante estímulos intensos, repetiti-
vos o duraderos. El estrés supone un cambio, una respuesta diri-
gida a recuperar la normalidad. Que un suceso sea percibido
como estresante depende de la naturaleza del suceso y de los re-
cursos, de las defensas psicológicas y de la forma de afrontar los
problemas de la persona. El estrés puede ser agudo o crónico.
El estrés agudo se produce ante una situación marcadamen-
te intensa o traumática que pone en peligro objetiva o subjetiva-
mente la integridad psíquica o física del sujeto de manera puntual.
Sería el caso de un accidente de tráfico o un asalto a mano arma-
da. Estos estímulos suelen generar una activación en determina-
das zonas (núcleos) del cerebro, como la amígdala, a la vez que
se produce un aprendizaje, de manera que en el futuro la persona
asociará cualquier estímulo que le recuerde el acontecimiento
inicial (por ejemplo pasar en coche por el sitio del accidente) con
su cuadro de ansiedad, y tenderá a la evitación del hipotético
daño. En definitiva, se trata de un mecanismo de defensa muy bá-
sico y algo grosero, pues funciona de manera casi automática, y
sin tiempo para plantearse posibles consecuencias o soluciones
alternativas. En último lugar, cumplirá en mayor o menor medi-
da con su objetivo de contribuir a la supervivencia del individuo.
Habitualmente, las personas utilizamos otras partes del cerebro
(sobre todo la corteza cerebral) para defendernos de una manera
más racional y consciente de los posibles peligros que nos ame-
nazan.
El estrés crónico aparece cuando un estímulo intenso se man-
tiene en el tiempo hasta agotar los mecanismos de defensa adap-
tativos (es el caso del estrés de los llamados cuidadores, o perso-
nas que atienden a enfermos crónicos o muy limitados). En estos
casos, algunos cambios hormonales como los referidos al corti-
sol parecen tener un papel especialmente importante. En contras-
te con el estrés agudo, en el que se podría decir que el organismo
se encuentra en situación de alerta para obtener una mayor efica-
cia de los recursos, en el estrés crónico los datos son más de ago-
tamiento de los recursos, como si se hubiera «quemado el siste-
ma». Esto se manifiesta de formas tan distintas como son la
disminución de las defensas del organismo, anemia, carencias vi-
tamínicas, etc.
Esta situación de estrés crónico también podría darse sin la
presencia de un determinado acontecimiento desencadenante man-
tenido en el tiempo, sino como la manifestación frecuente en una
persona del desajuste existente entre su mundo externo (ritmo o
¿Qué es la ansiedad? 19
estilo de vida) y su mundo interno (rasgos de personalidad, de-
fensas psicológicas, principios vitales, etc.). En estas ocasiones,
la persona no es consciente de su situación de estrés mantenido
hasta que no aparecen las primeras molestias corporales, típica-
mente con mala respuesta a los tratamientos habituales (insomnio
resistente, frecuentes malas digestiones, cefaleas que no respon-
den a los analgésicos habituales, etc.).
5. ¿CUÁNDO PIERDE LA ANSIEDAD SU EFICACIA?
La ansiedad es eficaz cuando permite a la persona obtener un
mayor rendimiento de sus capacidades, lo cual es necesario para
solventar las situaciones que se salen de lo ordinario. Se diría que
es como el recurso a utilizar el acelerador para ir más rápido o
cambiar la marcha del automóvil para disponer de más potencia
y subir una cuesta empinada. Esta ansiedad no es dañina salvo
que se mantenga excesivo tiempo, y en cualquier caso suele pre-
cisar un periodo de relajación de diversa intensidad para recupe-
rar la situación originaria y estabilizarse. Antes de un examen o
si queremos levantarnos temprano y realizar una serie de tareas
antes de llegar al avión, es buena una cantidad de ansiedad que
nos hace de hecho rendir a un buen nivel reteniendo más datos o
realizando las tareas con mayor rapidez. Esa ansiedad, a partir de
un cierto nivel, empieza a ser ineficaz y muy posiblemente más
dañina, haciendo que no retengamos lo estudiado o nos confun-
damos de capítulo del temario, o que se haga realidad el famoso
refrán de «vísteme despacio que tengo prisa».
La ineficacia es una de las características de la ansiedad pato-
lógica. Esta ineficacia se deriva entre otras cosas de que la ansie-
dad patológica focaliza su atención en la propia respuesta del in-
dividuo ante la amenaza, y no tanto en la amenaza en sí, por lo que
no resolverá la situación tan fácil y adecuadamente.
20 La ansiedad
6. MIEDO Y ANSIEDAD
Se trata de nuevo de dos términos que coloquialmente se tiende
a confundir y que en realidad son fenómenos análogos, es decir,
son en parte coincidentes y en parte distintos. Ambos son señales
de alerta ante un peligro inminente, que incitan a tomar medidas
para defenderse. Sin embargo, el miedo suele ser una respuesta a
una amenaza conocida, externa y definida; mientras que la ansie-
dad es una respuesta a una amenaza desconocida, interior y vaga.
Además, la respuesta del miedo tiende a ser más aguda que la de
la ansiedad.
Así, la emoción causada por un vehículo que vemos que se
acerca a toda velocidad y puede atropellarnos es miedo, mientras
que la situación de las fechas previas a la celebración de la boda
es ansiedad. La persona del primer ejemplo tiene miedo al hecho
concreto de ser atropellado y sufrir daño o perder la vida. La per-
sona que se va a casar sufre una emoción más difusa, de expecta-
¿Qué es la ansiedad? 21
FIGURA 3
Curva de Yerkes-Dodson (ansiedad/rendimiento)
Nivel de ansiedad
Rendimiento
intelectual
NIVEL MÁXIMO DE ANSIEDADEFICAZ
tiva, de progresiva proximidad al momento de «abrir el telón», y
de mayor o menor necesidad de controlar o estar alerta ante los im-
previstos propios de estas ocasiones.
7. ¿ES FÁCIL DISTINGUIR LA ANSIEDAD DE LA DEPRESIÓN?
Es indudable que pese a tratarse de dos síntomas o trastornos
que se pueden distinguir claramente entre sí desde el punto de vis-
to conceptual, guardan algunos puntos en común y suelen darse
juntos con mucha frecuencia. De hecho, algunos síntomas pue-
den ser comunes a ambos tipos de trastornos, mientras que otros
podrían ayudar a distinguirlos entre sí.
FIGURA 4
Relación entre los síntomas de ansiedad y de depresión
22 La ansiedad
Miedo
Aprensión
Dolores crónicos
Quejas gastrointestinales
Preocupación excesiva
Agitación
Dificultad para concentrarse
Alteraciones del sueño
Cansancio y debilidad
Hipervigilancia
Agorafobia
Conductas
obsesivas
Tristeza
Pérdida del disfrute
 y del placer
(anhedonia)
Cambios de peso
Pérdida de interés
(apatía)
Ideas de suicidio
Sentimientos
de culpa
COMUNES ANSIEDADDEPRESIÓN
Se podrían distinguir dos grandes enfoques sobre este asunto.
El primero es el de aquellos autores que opinan que la ansiedad y
la depresión son dos extremos de un mismo fenómeno. Es decir,
que todo el mundo que tuviera depresión tendría ansiedad y vice-
versa, de manera que se puede tener desde una depresión intensa
con muy poca ansiedad a un trastorno de ansiedad grave con muy
poca depresión. Esta idea coincide con el modelo de la moneda
con dos caras: estaríamos ante una sola enfermedad con dos ma-
nifestaciones que se devían en cada caso en mayor o menor me-
dida: la ansiedad y la depresión.
En este sentido es verdad que personas que acuden a consul-
ta pidiendo ayuda o se quejan de sufrir ansiedad o estrés, tienen
en el fondo una depresión. En ocasiones, cuando la persona que
sufre ansiedad toma ansiolíticos o intenta descansar para relajar-
se aparece con más fuerza el ánimo bajo o la apatía propias de la
depresión.
Coincide con este enfoque el hecho cada vez más contrasta-
do de que los tratamientos vayan coincidiendo y que en muchos
casos se recomiende un antidepresivo —posiblemente en dosis más
bajas— en los trastornos de ansiedad. Biológicamente se sabe
que ambos trastornos guardan relación con cambios en los mis-
mos transmisores del cerebro (especialmente la serotonina y la
noradrenalina), lo que refuerza este modelo.
Otros autores sostienen que se trata de dos trastornos absolu-
tamente diferenciables y que sencillamente, al ser muy frecuentes
los dos, en muchas ocasiones se dan a la vez. Los mismos auto-
res estiman que aunque se tomen antidepresivos en ambos casos,
sin embargo, actúan en sitios distintos o funcionan de manera di-
versa (y ponen como ejemplo la administración de Aspirina no
para el dolor sino para disminuir el riesgo de enfermedades del
corazón y circulatorias).
Muy probablemente, y desde un punto de vista fundamental-
mente práctico, se trata de dos fenómenos que aunque distintos
se encuentran muy relacionados, de manera que parece lógico que
una persona con depresión tenga una disminución de sus defen-
sas anímicas y aumente la sensibilidad ante situaciones que puedan
resultar estresantes o causantes de ansiedad. Los sentimientos de
incapacidad y de mayor inseguridad tan propios de la depresión
potenciarían esta circunstancia. A su vez, una situación de tensión
mantenida que no acaba de resolverse y que va minando las resis-
¿Qué es la ansiedad? 23
tencias es muy lógico que acabe ocasionando un cuadro de de-
presión con el tiempo, como la cuerda tensa que termina por rom-
perse.
En cualquier caso, se dan en la vida real pacientes que pade-
cen un cuadro depresivo puro sin síntomas de ansiedad destaca-
bles, y pacientes con un trastorno de ansiedad sin aparente sinto-
matología depresiva.
8. ¿CÓMO SE RELACIONA LA ANSIEDAD CON OTRAS
ENFERMEDADES?
Además de la ya mencionada y frecuente asociación de la an-
siedad con la depresión, tiene interés comentar algo acerca de un
grupo de cuadros orgánicos que pueden entenderse como mani-
festaciones orgánicas o somatizaciones de la ansiedad. En estos
casos, además de tratar las alteraciones somáticas que existan,
será imprescindible el tratamiento de la ansiedad.
Es bastante frecuente que las personas ansiosas sufran moles-
tias físicas difusas y tengan una personalidad aprensiva o hipo-
condríaca. La capacidad de focalizar la atención y destacar lo que
no va, hace que perciban con frecuencia diversas sensaciones cor-
porales. Es fácil que hagan una primera valoración negativa dán-
dole una importancia excesiva (enfermedad grave) a la molestia.
A esta valoración puede seguirle otra, que interpretará esa «enfer-
medad grave» como incurable y ante la que hay que hacer algo,
lo que le producirá gran ansiedad. Esta ansiedad activará el siste-
ma nervioso autónomo, lo que conlleva un auténtico malestar
real (taquicardias, sudores, dolores por tensión muscular, etc.),
que «certificará» la realidad de su enfermedad. A la vez, para cal-
mar o controlar la ansiedad, la persona aprensiva buscará la ayu-
da de los servicios médicos, le dará vueltas en su cabeza para in-
tentar encontrar una respuesta a sus males, y se hará constantes
autochequeos (tocarse, hacer movimientos diversos, etc.) para
cerciorarse de si siguen ahí o han desaparecido los sintomas. La
ausencia de un diagnóstico orgánico por parte de los médicos y
24 La ansiedad
de tratamiento para esa «enfermedad grave» aumentará la valo-
ración catastrófica de enfermedad incurable y nos hará focalizar
aún más la atención en esas molestias.
FIGURA 5
Modelo psicológico de la hipocondriasis
¿Qué es la ansiedad? 25
Percepción de molestia
Interpretación errónea
de molestia como
enfermedad
Valoración catastrófica
de enfermedad grave
ANSIEDAD
Activación del sistema
nervioso autónomo MALESTAR OBJETIVO
No diagnóstico definitivo
No remiten las molestias
Conductas de búsqueda de
seguridad-tranquilidad:
Servicios médicos
Rumiación de ideas
Autochequeos
Hay algunos rasgos o criterios que pueden guiarnos para des-
cubrir estas somatizaciones de la ansiedad:
a) Conducta de búsqueda de ayuda médica: el paciente no se
queja inicialmente de ansiedad sino que cuando pide ayu-
da lo hace por las molestias físicas que padece.
b) Atribución somática: cuando el paciente consulta al mé-
dico, considera que esas molestias orgánicas responden a
una enfermedad orgánica. Si habla de síntomas de ansie-
dad lo justifica como consecuencia lógica de la preocupa-
ción por no resolverse los síntomas orgánicos, o por el ma-
lestar que padece.
c) Trastorno de ansiedad: el paciente reúne, a criterio del mé-
dico, los suficientes indicios de ansiedad como para ser
diagnosticado de trastorno de ansiedad.
d) Respuesta al tratamiento: en opinión del especialista, el
tratamiento de los síntomas de ansiedad de base mejorará
los síntomas somáticos. Este dato puede apoyarse en las
circunstancias que hacen fluctuar los síntomas somáticos
y en la mejoría ante pautas sencillas farmacológicas o psi-
cológicas contra la ansiedad, como aumentar el descanso
o disminuir temporalmente alguna circunstancia estre-
sante.
Uno de los cuadros orgánicos que más se asocian a la ansie-
dad es el síndrome del intestino irritable. Este síndrome, tam-
bién conocido como colon irritable, se caracteriza por la presencia
de dolor en el abdomen acompañado de cambios en el ritmo intes-
tinal, tanto en forma de diarrea como de estreñimiento. Se calcula
que se da hasta en el 25% de la población adulta, aunque menos
de la mitad busquen ayuda médica. Tiende a permanecer de por
vida, ya sea de manera continua o por temporadas. Habitualmen-
te se tratará de temporadas con mayor estrés o ansiedad acumu-
lada. Algunos autores dicen que no siempre su causa es la ansie-
dad, y que más que la causa, la ansiedad determinaría el modo de
vivir esta enfermedad. En cualquier caso, es evidente la influen-
cia de la ansiedad y el estrés sobre la evolución del colón irrita-ble. Se han probado muchos tratamientos que incluyen fármacos,
dietas y diversos tipos de psicoterapia con relativa eficacia.
La relación entre la úlcera gástrica o duodenal y la ansiedad
sigue siendo contradictoria. Aunque no parece que las personali-
dades más ansiosas se asocien más a estas enfermedades, sí pue-
de afirmarse que la ansiedad mantenida puede agravar una enfer-
medad ulcerosa, y sobre todo la percepción e importancia con que
se viven estas molestias.
El vértigo, la sensación de inestabilidad y los pitidos en los
oídos se presentan muchas veces asociados a cuadros de ansie-
dad. Aunque se pueda encontrar una clara asociación entre las
26 La ansiedad
circunstancias estresantes y estos síntomas, no siempre la res-
puesta al tratamiento es buena, y pueden llegar a ser enfermeda-
des muy incapacitantes.
Los cuadros de tetania en los que la persona puede sufrir con-
tracturas de pies y manos, así como hormigueos e incluso crisis
convulsivas, se encuentran asociados con el aumento del ritmo
respiratorio propio de la ansiedad. Ésta causa que la respiración
se haga entrecortada y más rápida, con lo que el intercambio de
oxígeno y carbónico es peor. Esto producirá unos cambios fisio-
lógicos en la sangre que provocarán la tetania y convulsiones,
que podrían confundir con una auténtica crisis epiléptica.
Otro cuadro que relaciona la ansiedad con el sistema respira-
torio es el asma. Se sabe que la proporción de pacientes asmáti-
cos es mayor entre las personas con ansiedad, y que las situaciones
de mayor estrés pueden desencadenar episodios de asma. Para
complicar un poco más las cosas, es posible que algunos de los
fármacos que se inhalan como tratamiento para el asma puedan
por sí mismos producir síntomas de ansiedad.
Algunos tipos de arritmias se pueden desencadenar por epi-
sodios de ansiedad. Lo más habitual es que se trate de personas
con una predisposición, en las que el aumento de la frecuencia
cardíaca propio de la ansiedad les desencadene un episodio de al-
teración del ritmo cardíaco más mantenido, o que no sólo supon-
ga un aumento, sino también cambios en el ritmo cardíaco. 
La urticaria crónica también se asocia con frecuencia a cua-
dros de ansiedad, y suele darse más en el sexo femenino. Es muy
típico observar las coincidencias de un aumento del estrés con la
reaparición de las lesiones de urticaria. En general, esta asocia-
ción también se da en mayor o menor medida en muchas enfer-
medades de la piel. El mecanismo de esta asociación parece ser
la alteración de la inmunidad que producen la ansiedad y el es-
trés.
Por último, y sin ánimo de ser exahustivos, mencionar que la
estrecha relación existente entre el sistema hormonal y la esfera
psíquica hace que los episodios de ansiedad y de estrés alteren la
estabilidad hormonal de una persona que padece una diabetes o
¿Qué es la ansiedad? 27
una enfermedad del tiroides, o que pueda alterar el ritmo mens-
trual habitual de una mujer.
9. OTRAS REPERCUSIONES DE LA ANSIEDAD
La evolución a veces crónica de los cuadros de ansiedad ori-
gina que, además del sufrimiento propio por la sintomatología
ansiosa, existan una serie de repercusiones añadidas en el terreno
familiar, laboral, social, etc.
Desde el punto de vista personal, el paciente suele ver limita-
da en mayor o menor medida su capacidad de actuación. Su inse-
guridad, la tendencia a evitar aquello que le genera ansiedad y sus
diferentes mecanismos de defensa pueden tender a que se aísle y
aísle a su grupo de apoyo, lo que conllevaría déficits laborales,
sociales, etc.
En el ámbito familiar las repercusiones suelen ser inmediatas.
Los pacientes evitadores arrastrarán a la familia a esas mismas
conductas o pueden generar en ellos sentimientos de culpa por
funcionar independientemente de ese miembro de la familia para
determinados planes que, en muchos casos, serían de descanso o
distracción. Los pacientes obsesivos pueden tender a incluir a fa-
miliares en sus conductas obsesivas. Si es así el paciente se que-
da más tranquilo, pero retrasa su curación, además de suponer
una mayor carga familiar; y si no lo es pueden generar tensiones
entre el paciente y la familia. Además, lo irracional de la ansie-
dad en muchas ocasiones puede producir un mayor malestar e in-
comprensión familiar. Estas repercusiones familiares son mayo-
res cuando el paciente es el ama de casa, o la persona que debería
sustentar económicamente a la familia, pues, habitualmente, se
altera su rendimiento laboral.
El aislamiento social es una de las repercusiones más fre-
cuentes entre los pacientes ansiosos por motivos muy diferentes,
aunque se hace especialmente llamativa en los pacientes con fo-
bia social y con agorafobia.
28 La ansiedad
Otro aspecto importante, que puede terminar en la ruina per-
sonal y familiar es la repercusión que puede tener sobre el ren-
dimiento laboral. En algunos casos, además de frecuentes bajas
laborales, la situación deriva hacia una incapacidad total para lle-
var adelante un trabajo profesional. Esto a su vez generará pro-
blemas en el nivel económico y social de la persona y su familia.
Desde el punto de vista sanitario, se trata de personas que
suelen requerir e incluso demandar frecuente ayuda de los recur-
sos sanitarios. Baste recordar las frecuentes visitas a los servicios
de urgencias de las personas con crisis de angustia que creen es-
tar sufriendo un infarto de miocardio, o las frecuentes somatiza-
ciones de los pacientes ansiosos que generan exhaustivas pruebas
o exploraciones así como voluminosas historias clínicas.
¿Qué es la ansiedad? 29
¿Cómo se produce la ansiedad?
1. ¿CUÁLES SON LAS BASES BIOLÓGICAS DE LA ANSIEDAD?
Como ya hemos apuntado, la ansiedad puede estudiarse des-
de su vertiente biológica o psicológica. En principio, el estudio
biológico parece más sencillo por la posibilidad de objetivar y
medir los resultados. Lo cierto es que, ya sea por la complejidad
que entraña la ansiedad, ya sea por las limitaciones de estudiar
manifestaciones o síntomas originados en el cerebro, todavía
quedan muchas lagunas.
El estudio biológico abarca en primer lugar los estudios de
genética. Aunque parece que algunos de los trastornos de ansie-
dad tienen un mayor carácter hereditario, la opinión más general
es que se hereda una vulnerabilidad general a los trastornos de
ansiedad. Menos datos hay sobre la posible carga genética de las
personas que son ansiosas, pero no padecen un trastorno de an-
siedad.
Las últimas técnicas de neuroimagen cerebral superan las po-
sibilidades del tradicional escáner y de la resonancia magnética,
pues muestran el grado de función o actividad de las células del
cerebro (neuronas). Esto ha permitido localizar mejor las zonas
del cerebro relacionadas con los trastornos de ansiedad, aunque
las múltiples conexiones existentes entre las distintas partes del
cerebro no han permitido aún obtener datos absolutamente con-
cluyentes.
El cerebro es, junto con las glándulas hormonales, la parte del
cuerpo que produce casi todas las sustancias químicas necesarias
para la vida. Algunas de estas sustancias químicas son las cono-
cidas como neurotransmisores, pues sirven para transmitir infor-
mación entre las neuronas del cerebro. Los neurotransmisores
más relacionados con la ansiedad son la serotonina y la noradre-
nalina. El avance en su conocimiento ha permitido la fabricación
de nuevos fármacos, más eficaces.
Pese a todos los avances realizados en estos campos, de los que
vamos a resumir los de mayor interés, siguen planteadas muchas
dudas acerca de los mecanismos básicos que ponen en marcha la
ansiedad, así como de la íntima conexión existente entre la ansie-
dad como emoción o fenómeno psíquico y sus bases biológicas.
1.1. ¿La ansiedad se hereda?
En principio, nadie dudaría que puede existir un componente
hereditario en las personas ansiosas. Todos conocemos personas
que lo son más, y que al comentarlo nos aclaran que «lógicamen-
te» han salido a su padre o a su madre, o a los dos. Estamos ha-
blando deuna persona ansiosa, que no llega a tener un trastorno
de ansiedad. Estas personas pueden tener de manera habitual un
nivel de ansiedad superior al normal, o sencillamente reaccionar
de una manera especialmente ansiosa ante los estímulos.
Son personas que tienden a los dolores de cabeza de tipo «ten-
sional», o a padecer contracturas musculares, o que tienen una
especial dificultad para relajarse y disfrutar de actividades más
relajadas. Este parecido con uno o ambos padres podría guardar
relación con una cuestión puramente genética debido al tempera-
mento heredado, o a poseer una mayor sensibilidad en su sistema
nervioso central y periférico que le hace responder de manera
desproporcionada ante un estímulo que interpreta como peligro-
so. Pero también es verdad que la persona ha podido aprender de
32 La ansiedad
su padre o madre una serie de razonamientos, conductas o actitu-
des que generan ansiedad. Este aprendizaje puede ser transmiti-
do a través de mensajes concretos tanto por el contenido como
por la forma de decirlos («mira lo que le pasó a tu primo por
acercarse a un perro», «di siempre la verdad porque se coge an-
tes a un mentiroso que a un cojo», etc.). También puede apren-
derse sin una transmisión directa; la persona ve cómo razonan o
se comportan sus padres y aprende de esa manera (por ejemplo la
madre o padre que renuncia a subirse en un avión por miedo y
que razona que no hace falta viajar en avión para ser feliz).
De todos los trastornos de ansiedad, los que han demostrado
un mayor componente hereditario son los llamados trastornos de
pánico o de angustia, que veremos más adelante. En estos casos,
se sabe que alrededor de un 30% de los familiares en primer gra-
do (hermanos, hijos) de los pacientes que lo sufren tendrán tam-
bién esta enfermedad. En cambio, sólo un 2-4% de los familiares
en primer grado de una persona sana padecerán este trastorno.
Esta asociación familiar también se ha comprobado cuando se es-
tudian hermanos gemelos. La agorafobia (resumidamente, la an-
siedad ante situaciones o lugares en los que la persona tiene te-
mor a sufrir una crisis, y no poder escapar a un lugar seguro),
también parece tener un mayor componente hereditario, y de he-
cho se asocia con frecuencia a los trastornos de angustia. Existen
menos datos sobre otros trastornos de ansiedad como las fobias o
los trastornos obsesivo-compulsivos. Curiosamente, el trastorno
de ansiedad en el que lo característico es el estado habitual de an-
siedad (el trastorno de ansiedad generalizada), es el que parece
tener un menor componente hereditario.
1.2. ¿Hay alguna zona del cerebro encargada de producir
la ansiedad?
No resulta fácil hacer un planteamiento científicamente rigu-
roso y a la vez divulgativo de cómo se produce la ansiedad en el
cerebro. Algunos de los motivos de esta dificultad son:
¿Cómo se produce la ansiedad? 33
a) La gran complejidad de estructuras del cerebro, con un
papel de mayor o menor rango, lo que nos llevará a men-
cionar tan sólo las estructuras que se sabe tienen un papel
fundamental en la ansiedad.
b) Las múltiples comunicaciones o conexiones que existen
entre estas estructuras. El recurso pedagógico de simpli-
ficar los sistemas de conexiones dentro del cerebro a rela-
ciones en una sola dirección (A actúa sobre B, y B actúa
sobre C, etc.) no debería hacernos olvidar que también se
producen conexiones múltiples e incluso se da el caso de
dos estructuras que se estimulan o frenan mutuamente.
c) Las funciones que desarrolla cada estructura del cerebro
son múltiples, de forma que una lesión en una zona del
cerebro puede producir muy variadas alteraciones en fun-
ciones que podría pensarse que no se encuentran relacio-
nadas entre sí.
d) Para que una función cerebral u operación mental se lle-
ve a cabo se necesita que estén en perfectas condiciones
muchas estructuras cerebrales, y esto vale tanto para ope-
raciones intelectualmente muy sencillas (la marcha o el
equilibrio), como para aquellas tan complicadas como
atender una llamada telefónica mientras estamos escri-
biendo en el ordenador un texto sobre la ansiedad.
e) Aunque seamos capaces de conocer muchas o todas las
estructuras que participan en una función psíquica, y co-
nozcamos la mayoría de las conexiones que se están lle-
vando a cabo para desarrollar esa función, parece lógico
pensar que detrás de las funciones superiores haya un Yo
personal que aúne y rija dichas funciones, y que no puede
ubicarse en una zona concreta del cerebro.
Para poder explicar los mecanismos neuroanatómicos de la
ansiedad hemos seleccionado los dos circuitos del cerebro que
más se relacionan con este fenómeno. Se trata de dos circuitos
que están encargados de desencadenar una respuesta de alarma o
34 La ansiedad
alerta ante un estímulo hipotéticamente amenazante. Lógicamen-
te, y a eso podrían deberse algunos trastornos de ansiedad, este
mecanismo también podría ponerse en funcionamiento sin exis-
tir ningún estímulo, o ante un estímulo de baja intensidad en pro-
porción con el nivel de intensidad previsto para ponerse en mar-
cha en condiciones normales.
FIGURA 6
Núcleos del cerebro implicados en la ansiedad
¿Cómo se produce la ansiedad? 35
Hipotálamo
Corteza
cerebral
Tálamo
Hipocampo
Amígdala
I. El primero de estos circuitos tiene como pieza clave a la
amígdala (en griego «almendra», por su parecido). Este
núcleo interviene en organizar las respuestas de conducta
y orgánicas ante múltiples situaciones, como aquellas que
generan miedo, ira o repugnancia. En concreto, ante un
estímulo como el de ver que se nos acerca un animal pe-
ligroso a toda velocidad, la amígdala organizará una res-
puesta conductual (chillar o salir corriendo), una respuesta
del sistema nervioso autónomo (sudor frío, temblor, pali-
dez, etc.) y una respuesta hormonal (aumento del cortisol,
entre otras). La amígdala haría las veces de un interruptor
que se dispararía por diferentes vías. Según el tipo de es-
tímulos, existen tres tipos de mecanismos distintos para
encender dicho «interruptor».
1.a) Uno de estos mecanismos es considerado el más pri-
mitivo y posiblemente más antiguo en la evolución
del hombre. Se trata de un mecanismo más bien sen-
cillo y burdo, poco específico, que se pondría en
marcha ante un estímulo sencillo, como un ruido de
grandes dimensiones inesperado o la sensación re-
pentina de estar suspendido en el aire. Parece que
estos estímulos son recibidos por una estructura del
cerebro denominada tálamo, que haría de interme-
diario antes de la llegada a la amígdala. Este meca-
nismo sería también el responsable de los estímu-
los que generan ansiedad de una manera aprendida.
Es decir, por ejemplo el que haría que cuando una
persona ha sido agredida físicamente con anteriori-
dad, ante el estímulo de ver que alguien le levanta la
mano, tienda a cubrirse o retirarse. Sería casi auto-
mático y no tendría como protagonista a la corteza
cerebral.
1.b) Un segundo mecanismo estaría encargado de proce-
sar estímulos más complejos. En este caso serían al-
gunas zonas de la corteza cerebral, conocidas como
corteza de asociación sensorial, las cuales ponen
en relación varios estímulos entre sí. Sería el caso
de la reacción de ansiedad que puede producir el ver
que se acerca corriendo por la misma acera un perro
ladrando. Lógicamente, para que tenga lugar esta
reacción, primero tenemos que ver y oír al perro.
Estas informaciones de zonas de la corteza relacio-
nadas con los distintos sentidos externos (la vista, el
oído, etc.) irán a parar a la amígdala, que pondrá en
marcha la respuesta de alerta.
1.c) Por último, el tercer mecanismo que podría activar
la amígdala es el que se utiliza para los estímulos
más complejos. Estos estímulos suelen implicar a
otras personas, y se refieren fundamentalmente a si-
tuaciones sociales. Analizar y hacerse cargo de una
36 La ansiedad
situación social implica no sólo analizar la informa-
ción de los sentidos externos, sino también las expe-
riencias anteriores y recuerdos, juicios de valor,etc.
Incluiría algunas de las operaciones más complejas
que realiza el cerebro humano, y aunque tienda a
darse una mayor importancia a alguna zona deter-
minada de la corteza cerebral, no se ubica en ningu-
na región de la corteza en concreto. Un ejemplo de
estímulo para este mecanismo sería el de una persona
que entra en una reunión social: primero analiza la
información de los sentidos de quiénes están y cómo;
y a eso asocia el ruido y tono de la voz, los recuer-
dos de reuniones anteriores, la experiencia de cómo
se ha relacionado hasta ahora con esas personas,
etc.; y la conclusión podría ser de alerta al pensar
que puede haber metido la pata apareciendo ahí o al
hacerlo con retraso. 
¿Cómo se produce la ansiedad? 37
FIGURA 7
Papel de la amígdala en la ansiedad
Estímulos
instintivos
TÁLAMO
HIPOTÁLAMO LOCUS COERULEUS
Sistema Nervioso 
Autónomo
Memoria Planificación
de respuesta
AdrenalinaCortisol
CORTEZA 
CEREBRAL DE 
ASOCIACIÓN
AMÍGDALA
CORTEZA 
CEREBRAL
Estímulos
aprendidos
Estímulos
sensoriales combinados
Estímulos
sociales
38 La ansiedad
Sea cual sea el mecanismo generador de ansie-
dad que pone en marcha a la amígdala, ésta se en-
carga con posterioridad de organizar una serie de
respuestas que serán comunes. Por un lado, gracias
a su conexión con otra zona del cerebro llamada hi-
potálamo, se produce una liberación de hormonas
entre las que destaca el cortisol, causante a su vez
del aumento de la tensión arterial, la disminución
de la respuesta inflamatoria y de las defensas inmu-
nitarias, de la capacidad fértil, etc. De otra parte, la
amígdala, a través del denominado locus coeruleus
y de nuevo del hipotálamo, activa una parte del sis-
tema nervioso periférico denominado sistema ner-
vioso vegetativo o autónomo, llamado así porque
su control no es voluntario. Este sistema utiliza la
adrenalina, que produce síntomas como temblor, su-
dor, aumento de la frecuencia cardíaca, sequedad de
boca, mayor necesidad de orinar, etc. Igualmente, la
amígdala, al conectar con algunas zonas de la cor-
teza cerebral, pone en marcha la planificación de
conductas que irán dirigidas a la neutralización del
estímulo que ha producido la ansiedad. Por último,
también se llevan a cabo operaciones más compli-
cadas como el almacenamiento de la experiencia
vivida.
II. El segundo modelo neuroanatómico que explicaría la pro-
ducción de la ansiedad es conocido también como el «sis-
tema de evaluación del riesgo», y tiene como protagonista
al hipocampo. Se trata de un sistema que evalúa los estí-
mulos que recibimos y los compara con los que esperába-
mos recibir. En este circuito intervienen algunas de las es-
tructuras más complejas del cerebro. Ante un estímulo
ambiental, especialmente si se trata de un estímulo nove-
doso, o que genera rechazo, o incluso innato, se podría
activar este sistema, que generaría distintas conductas:
una inhibición de la conducta o bloqueo que puede llegar
hasta la parálisis; un aumento del análisis del medio en
que se ha recibido el estímulo, para lo cual se ponen los
sentidos en alerta y se dirige la atención de manera prefe-
rencial a determinados puntos; y un aumento de la con-
ducta de defensa que podría conllevar una actitud de huida
o de ataque. El hipocampo sería el encargado de compa-
rar los estímulos recibidos con los esperados y pondría en
marcha las respuestas fisiológicas de la ansiedad. El hipo-
campo está conectado con una parte de la corteza cere-
bral, que será la encargada de elaborar un plan de res-
puesta.
FIGURA 8
Papel del hipocampo en la ansiedad, 
o sistema de evaluación del riesgo
¿Cómo se produce la ansiedad? 39
Estímulos
percibidos
Sistema
Nervioso
Autónomo
HIPOTÁLAMO
Cortisol
Adrenalina
Planificación
de conductas Memoria
LOCUS
COERULEUS
HIPOCAMPO
CORTEZA 
CEREBRAL
Estímulos
esperados
1.3. ¿Cuáles son las bases bioquímicas de la ansiedad?
Existen distintas teorías o modelos que tomados en su con-
junto nos ayudan a tener una idea más cabal de las bases biológi-
cas de la ansiedad, pero que en ningún caso pretenden explicar
todos los procesos relacionados con ella.
Uno de los modelos más conocidos es el del lactato o «teoría
metabólica». Se sabe que a la mayoría de las personas que pade-
cen de manera espontánea crisis de angustia se les puede inducir
una nueva crisis inyectándoles lactato por vía intravenosa. Sólo
unos pocos de los que padecen otros cuadros de ansiedad o de las
personas sanas sufrirán una crisis tras el lactato. Las críticas a
este modelo son que las personas padecen los síntomas somáticos
propios de las crisis de angustia pero no tanto los síntomas psí-
quicos. Además, el que a una persona propensa a sufrir crisis de
angustia se le someta a una inyección que sabe que le puede pro-
ducir una crisis de esas que tanto teme, se podría entender como
un estímulo estresante en sí mismo, que se solaparía con el efec-
to del lactato. En todo caso, se trataría de un modelo válido para
algunos casos de personas con ansiedad.
Otro modelo es el de la «teoría de la falsa alarma», que se
apoya en que hay una mayor sensibilidad en el cerebro al anhí-
drido carbónico (CO
2
), y se percibe una situación de asfixia
donde no la hay. En las personas sanas hay un dispositivo que de-
tecta cuándo puede estar produciéndose una asfixia (p.ej. que
aumente el anhídrido carbónico en la sangre). Este mecanismo
estaría mal regulado en estas personas, de manera que con un li-
gero aumento del anhídrido carbónico se dispara automática-
mente una respuesta de aumentar el ritmo de ventilación, acom-
pañado de una sensación de dificultad respiratoria. Sería lo
equivalente a un mecanismo de defensa contra incendios que
estuviera regulado tan a la baja que saltara con el humo de un
cigarrillo, sin que realmente exista un incendio. Esta hiperven-
tilación y sensación de dificultad respiratoria serían las causan-
tes del aumento de la ansiedad y no al revés. Hay autores que
han llegado a decir que algunas personas ansiosas tienen de ma-
40 La ansiedad
nera habitual una cierta hiperventilación por esta mayor sensibi-
lidad, aunque no se ha llegado a demostrar.
La noradrenalina es un neurotransmisor que actúa como
mensajero tanto en el torrente circulatorio como en el sistema ner-
vioso. En el sistema nervioso central hay un núcleo denominado
locus coeruleus que contiene gran cantidad de noradrenalina, y
que es considerado como uno de los responsables de las reaccio-
nes de alerta del organismo. De hecho, si se estimula eléctrica-
mente esa zona en un animal, se produce una respuesta fisiológica
similar a cuando se trata de un peligro real. Por el contrario, si ex-
tirpamos esa zona desaparece la capacidad del animal para res-
ponder a dichos estímulos. Además, hay sustancias que estimulan
o bloquean la noradrenalina, y se sabe que repercuten en ambos
sentidos sobre los síntomas de ansiedad. Por último, permanece
aún la controversia de si este aumento de la noradrenalina es cau-
sa o consecuencia de la reacción del organismo ante la ansiedad.
Una teoría que ha cobrado especial interés recientemente es
la que sitúa a otro neurotransmisor, la serotonina, como el prin-
cipal mediador de la ansiedad. El interés aumentó hace pocos
años, cuando se comprobó que los antidepresivos que actuaban
sobre la serotonina tenían un efecto terapéutico contra la ansie-
dad. Estos datos iniciales se han ido confirmando posteriormente,
de manera que actualmente estos antidepresivos se han conver-
tido en el tratamiento de elección para algunos casos de trastor-
nos de ansiedad. Como ya hemos señalado en el caso de la no-
radrenalina, también hay sustancias que estimulan o bloquean la
acción de la serotonina, y que vendrían a confirmar su importan-
cia en la génesis de la ansiedad. En este sentido, interesa comen-
tar que sustancias que actúan aumentando la acción de la sero-
tonina, como algunos psicoestimulantes que se consumen como
sustancias tóxicas (por ejemplo el LSD o algunas drogas de sín-
tesis tan extendidas entre la juventud) están relacionadascon el
desarrollo de trastornos de ansiedad entre sus consumidores.
¿Cómo se produce la ansiedad? 41
2. TEORÍAS PSICOLÓGICAS DE LA ANSIEDAD
2.1. Modelo del psicoanálisis de Freud: ansiedad y neurosis
El concepto de ansiedad tiene un papel central en la teoría psi-
coanalítica de Freud y en su modo de entender las neurosis. Este
autor sitúa a la ansiedad como el componente central de las neu-
rosis. En contraposición con autores anteriores como Cullen, que
es quien emplea por primera vez este término, Freud sostiene que
la neurosis tiene un origen psicógeno. Para llegar a esa conclusión
llegó a elaborar hasta tres teorías a lo largo de su vida.
Su primera teoría, denominada «hipótesis de la transforma-
ción», defiende que la ansiedad se produce por la transformación
de una energía en otra. Dice que cuando no se descarga la ener-
gía de la libido se acaba transformando en otra manifestación so-
mática, que es la ansiedad. Al reprimir la libido, aparece la ansie-
dad. Llegó a matizar que la ansiedad era proporcional a la libido
reprimida.
Posteriormente reformuló su teoría, pues no explicaba sufi-
cientemente el aspecto psicológico de la ansiedad. De este modo,
propuso como punto fundamental en la génesis de la ansiedad el
modo en que la persona se enfrentó a la primera experiencia trau-
mática de su vida. El resultado de este —digamos— combate
marcará el grado de ansiedad de cada uno. Aparece ya la idea de
la ansiedad como una reacción ante un peligro externo, y consi-
dera la ansiedad del adulto como un reflejo de experiencias afec-
tivas desagradables en la infancia.
42 La ansiedad
TABLA 5
Sustancias implicadas en las bases neuroquímicas de la ansiedad
• Serotonina
• Noradrenalina
• Anhídrido Carbónico (CO
2
)
• Ácido láctico
Por último, realiza una última formulación para poder ade-
cuarla a su teoría estructural del aparato psíquico del hombre, di-
vidido en: Ello, Yo y Super-Yo. Llamó a esta hipótesis la «ansiedad
señal», y en ella distingue una ansiedad «automática» que apare-
ce cuando una persona se enfrenta a un peligro extremo, y una
ansiedad «señal», que aparece cuando el individuo anticipa una
posible amenaza futura, y que le sirve como señal para ponerse
en guardia. En ocasiones, el peligro es un deseo que la persona
tiene reprimido, por lo que empleará unos mecanismos de defen-
sa para controlar esos deseos. Según esta nueva formulación, la
ansiedad provocaría una represión, y no al revés, como proponía
en su primera hipótesis. Desde este punto de vista, el tratamiento
de la ansiedad se dirigiría a estudiar los conflictos internos que
dan lugar a la ansiedad, su significado inconsciente para la perso-
na, y los mecanismos de defensa que ha desarrollado el sujeto
para controlarla.
FIGURA 9
Origen psicológico de la ansiedad según la teoría psicoanalítica
¿Cómo se produce la ansiedad? 43
Percepción de la amenaza
Represión
Mecanismos de defensaANSIEDAD
Conflicto
Psicoterapia
2.2. Modelos cognitivo–conductuales
La mayoría de los modelos que se emplean actualmente se
encuentran dentro de este apartado. Son modelos más operativos
que el psicoanalítico y apoyan sus hipótesis en trabajos experi-
mentales. De todas formas, la mayoría de estos estudios experi-
mentales se han realizado en animales de laboratorio, para des-
pués extrapolar los resultados al hombre. Lógicamente, aunque
se intenta buscar modelos de funcionamiento animal que se pa-
rezcan lo más posible al humano, se trata de funciones sencillas,
con diferente capacidad de extrapolación, y sin contar con el com-
ponente intelectual. En este sentido, no sorprende que pese a ha-
ber arrojado alguna luz sobre el comportamiento humano —en este
caso, sobre la ansiedad—, no pasen de ser modelos, y no se en-
cuentran exentos de críticas. El supuesto principal de la mayoría
de estas teorías es que la ansiedad es una respuesta aprendida. Por
la complejidad de algunos de estos modelos vamos tan sólo a
describir de manera sintética los más conocidos.
a) Una de las primeras teorías explicativas de la génesis de la
ansiedad fue la planteada por el psicólogo norteamericano James
y el fisiólogo danés Lange. Según estos autores, las situaciones
que generan emociones provocan un conjunto de respuestas fi-
siológicas, tales como temblor, sudor y aumento de la frecuencia
cardíaca. A la vez, estas situaciones también producen algunas
conductas como la de apretar los puños o la mandíbula, o lanzar-
se a la lucha. Así, el cerebro captaría estas manifestaciones fisio-
lógicas y conductuales, y serían éstas las que desencadenarían la
ansiedad: por eso cuando vemos que temblamos y nos sentimos
mal, experimentamos miedo.
Esta teoría puede chocarnos de entrada, y parecernos contra-
dictoria con nuestra experiencia. Tendemos a pensar que las emo-
ciones nacen siempre directamente del interior, y que las mani-
festaciones externas no son sino acontecimientos secundarios.
Esta teoría podría venir apoyada por experiencias como la de po-
nernos colorados ante el comentario de otra persona sin que ha-
yamos apreciado una sensación de vergüenza. Sería en todo caso
44 La ansiedad
discutible que no haya existido un pensamiento intercalado que
haya generado esa emoción y esas manifestaciones externas. Tam-
bién podrían apoyar esta hipótesis las emociones simuladas. Es
decir, cuando una persona simula una emoción (como los acto-
res), esto puede generar cambios en las manifestaciones periféri-
cas y acabar sintiendo realmente esa emoción. Por último, el hecho
de que las emociones sean «contagiosas» —como la risa que pro-
duce el ver a otra persona reírse— podría tener que ver con ese pro-
ceso digamos inverso, de que sea lo externo lo que genera las
emociones internas.
De todas formas, aunque la percepción de las manifestacio-
nes de esa reacción fisiológica alimente y perpetúe la propia an-
siedad, no puede deducirse de ahí que ese sea su único origen.
FIGURA 10
Teoría de James y Lange sobre el origen psicológico
de la ansiedad
¿Cómo se produce la ansiedad? 45
SITUACIÓN
ANSIÓGENA
ANSIEDAD
MANIFESTACIONES
MOTORAS
MANIFESTACIONES
FISIOLÓGICAS
b) Unos años más tarde, a inicios del siglo XX, Watson y
Rayner intuyeron, al observar un caso de fobia en un niño, que la
ansiedad podría ser una respuesta emocional aprendida (condi-
cionada de tipo negativo). En el famoso experimento de Paulov
con perros, después de asociar durante varios días el sonido de
una campanilla a la comida, se observó que cuando se tocaba la
campanilla, automáticamente el perro segregaba el jugo gástrico.
Siguiendo estos principios conductistas, estos autores concluye-
ron que cuando una persona asocia un hecho en principio neutro
con una experiencia desagradable como la ansiedad, y esto se re-
pite, acabará padeciendo ansiedad ante la aparición del estímulo
neutro. De todas formas, esta teoría no explica la mayoría de las
ansiedades y miedos de las personas, pues no siempre existe una
asociación de este tipo o, si la hay, puede tratarse de un suceso
aislado, como por ejemplo el miedo al ascensor después de que
un día nos quedáramos bloqueados y lo pasáramos mal. Si esto
no se repite, según esta teoría, el miedo o la ansiedad deberían ir
desapareciendo, y no siempre ocurre así.
FIGURA 11
Teoría de Watson y Rayner sobre el origen psicológico
de la ansiedad
46 La ansiedad
ANSIEDAD
ANSIEDADESTÍMULO NEUTRO
ANSIEDAD
ANSIEDAD
ESTÍMULO NEUTRO
ESTÍMULO NEUTRO
ESTÍMULO
c) Posteriormente, Eysenck sostuvo que la ansiedad o el mie-
do se pueden incubar ante estímulos muy intensos de corta dura-
ción, pues lo que refuerza la ansiedad es asociar el final del estí-
mulo con la desaparición de la ansiedad. Dicho de otro modo,
asociamos el bienestar a la finalización del estímulo (por ejem-
plo, a la llegada del ascensor a la planta y abrirse las puertas), por
lo que valoraremos como positiva la desaparición del estímulo o
su evitación. Además, existen unos rasgos de la personalidad que
facilitarían en la persona este aprendizaje y que tenemos todos,
aunque cadauno en mayor o menor cantidad. Según este autor,
para curarse la persona tendría que exponerse durante mucho
tiempo al estímulo.
d) Otros autores sostienen que hay unos estímulos determi-
nados que se pueden asociar a la ansiedad mejor que otros. Ha-
bría un aprendizaje evolutivo en la especie, la cual, para adaptarse,
tiende a evitar o temer esos estímulos potencialmente peligrosos,
que pasarían a ser instintivos. Sería como el hecho de que un
niño, aunque nadie le hubiera agredido nunca ni lo hubiera visto,
sufriera miedo ante alguien que le levanta la mano. Su carácter
instintivo haría que se aprendieran fácilmente, fueran irraciona-
les y costara mucho vencerlos.
Como puede observarse, todas estas teorías anteriores dan
muy poca o ninguna importancia al papel de los factores cogniti-
vos en la génesis de la ansiedad, más allá del aprendizaje. Más
recientemente han surgido teorías que intentan relacionar proce-
sos psicológicos cognitivos con otros biológicos (genéticos, fi-
siológicos, etc.). Estaríamos hablando de un aprendizaje en per-
sonas que tienen una predisposición. Una de estas teorías es la de
Ohman, que se basa en el procesamiento de la información, apli-
cada inicialmente a las fobias. Según este autor, tenemos dos for-
mas de procesar los estímulos: un procesamiento automático que
actuará de manera rápida e inespecífica, y otro procesamiento que
denomina controlado y requiere una atención consciente y volun-
taria, y que será más lento, creativo y concreto. En principio, un
estímulo importante dispara el procesamiento automático con ur-
gencia, lo que conlleva una respuesta fisiológica y unas conduc-
tas muy parecidas entre sí. Otros estímulos serán procesados de
manera controlada, siguiendo dos pasos consecutivos: primero
evaluamos las características del estímulo, y posteriormente va-
¿Cómo se produce la ansiedad? 47
loramos nuestra capacidad para hacer frente a esa situación. Para
esta segunda evaluación podemos contar con experiencias vividas
u oídas, así como con los modos más o menos arraigados en que
hemos afrontado con anterioridad situaciones similares. Como re-
sultado de estas dos evaluaciones, la persona seleccionará una res-
puesta. Posiblemente, en los cuadros de ansiedad más resistentes,
el procesamiento automático puede con el controlado.
FIGURA 12
Teoría de Ohman sobre el procesamiento 
de la información y la ansiedad
48 La ansiedad
Estímulo intenso
Procesamiento
automático
Procesamiento
controlado
Respuesta
fisiológica y
conductual
inespecífica
 1.ª evaluación
del estímulo
Respuesta
específica
Memoria de
experiencias
anteriores
Estilos de
afrontamiento
Estímulo no intenso
 2.ª evaluación
del estímulo
e) Por último, resumiremos la teoría de la expectación del
miedo y ansiedad de Reiss y McNolly, planteada en la década de
1980. Esta teoría se apoya en que la mayoría estamos motivados
a eliminar estímulos que provocan expectativas de peligro, y va-
mos aprendiendo los estímulos ambientales que nos ponen ansio-
sos. La ansiedad total será la suma de la motivación que sintamos
hacia la evitación del peligro más la que sintamos hacia la evita-
ción de la ansiedad (teniendo en cuenta que cada persona tiene
distinta «sensibilidad a la ansiedad»).
Como puede verse en este abreviado recorrido histórico por
las diferentes teorías psicológicas sobre la génesis de la ansiedad,
existe una cierta polarización hacia las fobias, posiblemente por la
mayor facilidad para realizar estudios experimentales. Ninguna
de estas teorías explica la totalidad del fenómeno de la ansiedad;
cada una explica de una manera mejor, aunque no absoluta, una
parte del complejo fenómeno de la ansiedad. 
2.3. Aspectos psicológicos de mayor interés en el origen 
de la ansiedad
Para facilitar el acercamiento más actual a las bases psicoló-
gicas de la ansiedad, queremos destacar algunos aspectos de es-
pecial relevancia, en nuestra opinión, que haría las veces de un
resumen desde una perspectiva actual. Para ello hablaremos del
papel de la educación centrada en la familia, de la importancia de
los acontecimientos vitales y el modo de afrontarlos, y de algu-
nos aspectos cognitivos de especial relevancia.
a) La influencia del entorno familiar sobre el desarrollo de
la personalidad de los hijos es obvia. Evidentemente, esa influen-
cia no determina la personalidad, pero es fundamental. Como es-
tamos hablando de los factores psicológicos, no entraremos al
aspecto genético del temperamento que heredamos de nuestros
padres, y que hace que un hijo pueda parecerse a uno de sus pro-
genitores en los rasgos ansiosos, incluso sin haberlo conocido.
Nos centraremos por tanto en dos aspectos que aunque no tendrían
por qué ser propiamente de la familia, sí guardan una mayor re-
lación con ella: la ansiedad de separación y el aprendizaje vica-
rio de la ansiedad.
La ansiedad de separación es una conducta hasta cierto punto
normal en algunas etapas del desarrollo, especialmente entre los
¿Cómo se produce la ansiedad? 49
6 meses y los 2 años de edad. Se trata de una reacción emocional
ante el hecho real o imaginario de la separación de una persona
con la que el niño está relacionado emocionalmente; típicamen-
te, la madre. Se puede ver como un mecanismo de defensa unido
al instinto de supervivencia, de evitar quedar desamparado. Tie-
ne dos fases: una primera fase en la que el niño realiza conductas
dirigidas a buscar ayuda (fase de protesta), y una segunda en la
que se abandona (fase de conductas pasivas).
Además de este fenómeno de la infancia, algunos autores han
querido ver una asociación entre la ansiedad de separación de la
infancia y los cuadros de ansiedad en el adulto. En concreto, su-
gieren que estas dos fases explican por qué algunas personas re-
accionan ante acontecimientos vitales negativos emocionalmen-
te con cuadros de ansiedad (como si se quedara en la actitud de
protesta) mientras que otras sufrirían alteraciones del estado de
ánimo (con conductas pasivas propias de la desesperanza). Algu-
nos estudios no corroborados muestran que personas que han pa-
decido ansiedad de separación en la infancia sufrían con más
frecuencia trastornos de ansiedad de adultos. Por último, el mis-
mo mecanismo que produce la ansiedad de separación en el niño
podría estar relacionado con la ansiedad que le genera a una per-
sona dependiente emocionalmente, o con una personalidad emo-
cionalmente inestable, la separación real o posible de aquellas
personas o situaciones con las que se encuentre especialmente
vinculada.
El segundo aspecto que creemos interesante comentar es el
aprendizaje vicario. Según esta teoría, para adquirir una habili-
dad o conocimiento no es necesario que la persona realice esa ac-
tividad personalmente, sino que puede aprenderla simplemente
observando como la realiza otra persona. En nuestro caso, un hijo
puede aprender un comportamiento ansioso y con tendencia a la
evitación, o unas manifestaciones de ansiedad somática, viendo
a alguno de sus padres comportarse de ese modo. Es el caso del
hijo que ve que su padre o madre no se quiere subir sistemática-
mente en atracciones como la montaña rusa por un miedo más o
menos manifestado, o que ve en alguno de sus padres conductas
50 La ansiedad
repetidas de asegurarse de que está cerrado el gas, o que siempre
mira los cambios porque «nunca se sabe cuándo te engañan» o
«basta que te confíes para que se aprovechen de ti», etc.
b) Otro factor importante es el papel de los acontecimientos
vitales, tanto como desencadenantes del cuadro de ansiedad,
como en su mantenimiento en el tiempo. Vimos con anterioridad
que no tiene por qué existir un acontecimiento previo a la ansie-
dad, como si fuera una relación causa-efecto. Es más, un dato
que puede ayudarnos a distinguir la ansiedad del miedo es, preci-
samente, cuando no hay un factor desencadenante. Puede decirse
que la ausencia de un factor causal es más genuino de la ansiedad
frente al miedo. De todas formas, es bastante frecuente que la an-
siedad se produzca tras un acontecimientovital puntual o, toda-
vía más frecuente, durante una situación mantenida en el tiempo.
Algunos autores han definido los acontecimientos vitales como
experiencias objetivas que alteran o amenazan con alterar las ac-
tividades usuales del individuo, causando un reajuste sustancial
en su conducta. Evidentemente, esa experiencia será objetiva en
cuanto forma parte de la realidad, pero su percepción puede ser
muy distinta según la persona. En cualquier caso, esos aconteci-
mientos vitales exigen un cambio en la conducta del individuo, y
se puede concluir que cuanto mayor sea el cambio exigido, ma-
yor es el potencial de tensión o ansiedad que puede generarse.
Del mismo modo que cuanto mayor sea la diferencia de altura
del agua que cae en las centrales hidroeléctricas, mayor cantidad
de energía o tensión producirá.
A veces son acontecimientos vitales que podríamos calificar
como mayores, capaces de generar por sí solos un cuadro de an-
siedad que puede perpetuarse en el tiempo. Este tipo de situacio-
nes —lo veremos— pueden llegar a producir enfermedades o
trastornos de ansiedad como la reacción a estrés agudo, o el tan
conocido (por el cine comercial), trastorno por estrés postraumá-
tico. En general, son situaciones traumáticas desde el punto de
vista físico o psíquico (accidentes, pérdida de algún ser querido,
sufrir o presenciar conductas violentas, etc.).
¿Cómo se produce la ansiedad? 51
Con más frecuencia son situaciones o acontecimientos de me-
nor intensidad pero mantenidos en el tiempo los que provocan
un estado de ansiedad. Puede ser problemas de tipo práctico, fas-
tidiosos y que no se pueden resolver (por ejemplo, el tráfico), su-
cesos fortuitos incontrolables (como las inclemencias del tiempo),
o contrariedades en las relaciones interpersonales (discusiones,
etc.).
Aunque en muchos casos sea indiscutible el papel de los
acontecimientos vitales, suele ser más importante el modo en que
los percibimos y nos enfrentamos a ellos. Como dice el refrán «todo
depende del color del cristal con que se mira». En este caso, el
«cristal» utilizado es en sentido amplio el tipo de personalidad, y
en sentido más estricto los estilos de afrontamiento que tenga una
persona.
c) Por lo que respecta a los tipos de personalidad, hay algu-
nos que parecen estar más asociados con los cuadros de ansiedad.
De entre todos ellos destacaremos tres, que en algunas clasifica-
ciones, como la de la Asociación Americana de Psiquiatría, se en-
cuentran agrupados según se trate de personas temerosas y ansio-
sas.
El primero de estos tipos de personalidad es la denominada
Personalidad ansiosa o evitativa. Estas personas se caracterizan
por tener frecuentes sentimientos de temor o tensión. Presentan
una preocupación excesiva por ser criticados o ante el miedo a
fracasar, lo que les lleva a tener un estilo de vida muy restrictivo,
sin «riesgos». Esto les dificulta, entre otras cosas, entablar nue-
vas relaciones interpersonales por la inseguridad de saber si serán
aceptados o no. Son personas que no buscan lo novedoso, y que
ante la duda tenderán sistemáticamente a la evitación. Exterior-
mente pueden dar una imagen de adecuación, en cuanto parecen
personas prudentes y sensatas, que se conforman con poco. Esto
puede valerles más de un halago por parte de otras personas, pero
en el fondo, se comportan así no porque hayan valorado de ma-
nera libre y madura sus conductas, sino porque se ven impulsa-
dos a actuar así de acuerdo a su forma de ser.
52 La ansiedad
Un segundo tipo de personalidad implicado es la Personali-
dad dependiente. En este caso, la persona tiende a permitir o fo-
mentar que otros asuman responsabilidades importantes en su
vida, y a necesitar el consejo o la confirmación de otras personas
para tomar decisiones. Estas personas se sienten mal, con sensa-
ción de abandono, cuando se encuentran solos; o temen, sin mo-
tivo aparente, que las personas de las que dependen les abando-
nen, por lo que pueden adoptar conductas de sumisión para evitar
a toda costa esa posibilidad. Una forma de dependencia más fre-
cuente y sibilina es la que podemos tener de la imagen que da-
mos al exterior; cuando nos influye decisivamente lo que pensa-
mos que se espera de nosotros, frecuentemente, las expectativas
de los padres o de otra persona querida. Estas personas soportan
muy mal pensar que han podido herir a otra, que se ha podido
malinterpretar algo que han dicho o hecho, y se sienten obligadas
a poner remedio cuanto antes a esa situación. La dependencia
como tal conlleva una cierta falta de libertad, lo cual permitirá
distinguirla de aquellas conductas fruto del amor o el respeto a
padres, cónyuge, etc.
Por último, la Personalidad anancástica, cuyo nombre pro-
viene del griego y significa obligado, forzado. Son personas ten-
sas, con dificultad para decidir y preocupaciones excesivas moti-
vadas por su inseguridad. Esta misma inseguridad les lleva a darle
muchas vueltas a las cosas —a rumiarlas— antes, durante y des-
pués de llevarlas a cabo. Como si tuvieran la impresión de que
por darle más vueltas van a acertar, cuando todos sabemos que a
partir de un número determinado de vueltas ya no se avanza sino
que se retrocede en la seguridad. Suelen ser personas controlado-
ras, a quienes les gusta prevenir los posibles riesgos y alternati-
vas, lo que hace que estén excesivamente en los detalles y que
tiendan a ampliar, comprobar y confirmar la información que ne-
cesitan. También por esta tendencia les tranquiliza hacer listas y
repasar mentalmente las tareas, para no olvidarse de nada. Son
personas perfeccionistas en su modo de hacer las cosas. El per-
feccionismo no es el deseo de hacer bien las cosas, sino una des-
proporción desde varios puntos de vista. Por un lado hay despro-
¿Cómo se produce la ansiedad? 53
porción entre el esfuerzo aplicado y el resultado pretendido, como
el alumno que repite los apuntes por haberse confundido al seña-
lar con colores o separar un párrafo de otro. Desproporción tam-
bién en que, aunque hagamos algo lo mejor que cabe, lo valora-
remos no como diez sino como cinco. Este perfeccionismo está
potenciado por la tendencia demasiado frecuente en estas perso-
nas a hacer valoraciones.
El anancástico tiende a dar una mayor importancia a cues-
tiones morales, o de justicia, que las personas de su entorno; a
la vez que le resulta difícil hacer alguna trampa o cometer in-
fracciones. El perfeccionismo les lleva a tener una preocupa-
ción excesiva por el rendimiento de sus actividades, dando una
importancia desproporcionada a los resultados frente al esfuer-
zo y la intención con la que realizaron esa tarea. La inseguridad
les llevará a ser rígidos y obstinados, y no tanto porque estén
seguros de que son los mejores o de que llevan la razón, sino
porque ese es el modo en que «hay que» hacer las cosas, o como
se han hecho siempre. Por último, tienen una cierta dificultad
para expresar las emociones, quizá por su necesidad de dar una
imagen de adecuación y de que sus emociones no le dejen en nin-
gún momento «fuera de control». En definitiva, se trata de una
personalidad fantástica para el buen funcionamiento del trabajo,
la casa, la sociedad, etc., pero a costa de un precio muy alto: el
bienestar de la persona.
Como puede verse, hay algunos rasgos de personalidad que
son comunes a varios tipos de personalidad, y otros que resultan
más específicos de un tipo determinado. Desde este punto de vis-
ta, querríamos ahora resaltar aquellos rasgos de personalidad más
relacionados con la tendencia a padecer ansiedad:
• La inseguridad. Una persona insegura carece de firmeza
en sus opiniones, conductas y actitudes; resulta fácilmente
influenciable y tiende a ceder ante las presiones exterio-
res. La inseguridad se asocia directamente al miedo a co-
meter errores o al fracaso. Tanto la propia situación de duda
54 La ansiedad
como la posibilidad de cometer ese error son causas muy
frecuentes de ansiedad. El inseguro realmente busca la cer-
teza, no la verdad. Para encontrar esa certeza rebusca

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