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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES CUAUTITLÁN Análisis de 37 piezas de cerámica del Valle de Teotihuacán que datan del 150 a.C. al 750 d.C., para conocer la relación entre símbolos y usos, desde el diseño y la comunicación visual. T E S I S QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: LICENCIADA EN DISEÑO Y COMUNICACIÓN VISUAL P R E S E N T A: BRENDA ZAGO URBÁN ASESORA: Dra. Griselda Aguilar Vieyra CUAUTITLÁN IZCALLI, ESTADO DE MÉXICO, 2019 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. III “Sube conmigo amor americano. A través del confuso esplendor a través de la noche de piedra, déjame hundir la mano y deja que en mí palpite como un ave mil años prisionera, el viejo corazón del olvidado” Pablo Neruda (citado en Sondereguer, 2006: 6) V Agradecimientos: A mis padres: Eugenia Urbán López y José Luis Segio Zago Zanella, a mi hermana: Eugenia Zago Urbán, a la Universidad Nacional Autónoma de México, a la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, a la Dra. Griselda Aguilar Vieyra, al D. A. V. Héctor Morales Mejía, a la Dra. María de las Mercedes Sierra Kehoe, a la M. A. C. Rocío Bravo González, al Lic. José Luis Diego Hernández, al M.E.M. Victor Ángel Linares Aguirre a Carla y a Eduardo por su granito de arena. VII IX CONTENIDO Introducción 11 1. Generalidades del diseño y comunicación visual, de la cerámica y de Teotihuacan. 19 1.1 Generalidades básicas del diseño y la comunicación visual 19 1.1.1 Aproximación a una definición de diseño y comunicación visual 20 1.1.2 Breve historia del Diseño 24 1.1.3 Fundamentos del Diseño 28 1.2 Símbolos: lo que son, lo que no son y su importancia 29 1.2.1 Definición de signo y puntualización de la diferencia entre ícono, índice y símbolo. 30 1.2.2 Los símbolos y su papel en la sociedad 31 1.3 Generalidades sobre Teotihuacan 33 1.3.1 Ubicación 34 1.3.2 Antecedentes e historia de Teotihuacan 36 1.3.3 Generalidades sobre la cosmovisión teotihuacana 39 1.4 Generalidades sobre la cerámica y especificaciones sobre la cerámica de Teotihuacan 42 1.4.1 Definiciones de cerámica 42 1.4.2 Importancia de la cerámica como documento histórico y como objeto de estudio 43 1.4.3 La cerámica de Teotihuacan: materiales, técnicas y formas 45 2. Bases teóricas para el análisis de la relación símbolo-usos 54 2.1 La importancia de los símbolos en Teotihuacan de acuerdo con la teoría del símbolo de Norbert Elias 57 2.2 Generalidades de la relación símbolo-realidad y símbolo-objeto; especificaciones de la relación símbolo-usos 60 3. Recolección de datos: imágenes de las piezas, abstracción de los símbolos y recopilación de información contextual e interpretativa 64 3.1 Piezas de cerámica teotihuacana 65 3.2 Símbolos representados en la cerámica teotihuacana 65 3.3 Usos identificados de las piezas de cerámica teotihuacana 67 3.3.1 Piezas de cerámica teotihuacana localizadas en contextos religiosos 68 3.3.2 Piezas de cerámica teotihuacana localizadas en contextos funerarios 93 3.3.3 Piezas de cerámica teotihuacana localizadas en contextos cotidianos 100 3.3.4 Piezas de cerámica teotihuacana de uso no identificado 104 4. Análisis de la relación símbolo-función presente en 37 piezas de cerámica teotihuacana 128 4.1 Uso religioso 128 4.2 Uso funerario 130 4.3 Uso cotidiano 131 4.4 Uso desconocido 132 Conclusiones 137 Lista de Referencias 143 11 Introducción Con frecuencia, la comprensión y definición exacta e inequívoca del diseño escapa incluso a los propios diseñadores. Las publicaciones de la dis- ciplina, en su mayoría, giran en torno a la práctica profesional occidental contemporanea y se observa una deficiencia en la investigación y teorización del lenguaje visual y el papel que desempeña dentro de la sociedad. A lo largo de este texto se profundizará en lo anterior. La relación símbolo-función se toma como eje en la investigación para resaltar la magnitud de dicho vínculo. Mediante la identificación de genera- lidades, repeticiones y/o patrones en los símbolos de las piezas de cerámica, se ejemplifica la trascendencia de los contenidos visuales que guardan y di- funden la identidad individual y social. La presente investigación se realiza motivada por un profundo interés en lo interpretable de los símbolos, su papel social y su trascendencia en el tiempo. Llama la atención la realidad que se atesora y transmite a través de símbolos y el acto de tomarla como veraz a pesar de ser una realidad frag- mentada cuya totalidad desconocemos con certeza. El objetivo general de este trabajo es analizar la relación símbolo-fun- ción en la cerámica de Teotihuacan. Se busca un vínculo estrecho entre los elementos simbolizados y los distintos usos de las piezas de cerámica. A su vez, se pretende encontrar los aspectos más representativos de la cultura teo- tihuacana manifiestos en los símbolos y en las piezas de cerámica. Esto es, investigar cómo se corresponden los signos convencionales de una cultura con la utilidad de aquellos objetos en donde están presentes y describir un caso específico en el que el diseño y la comunicación visual han atesorado y difundido las creencias de un grupo social. En primer lugar se realizó la búsqueda de un ejemplo de diseño y co- municación visual en un contexto alejado de la actualidad por la cultura y el 12 paso del tiempo, prestando especial atención al rol que tienen los objetos en la sociedad que los crea y los utiliza. Seguido del estudio del convenciona- lismo de los símbolos y su papel en las sociedades que las crean, se recopiló información referente a Teotihuacan de distintas fuentes para contextualizar el análisis. También destaca la utilidad de las piezas de cerámica en fuentes biblio- gráficas, hemerográficas y museísticas, así como la indagación de las inter- pretaciones de los símbolos identificados como teotihuacanos y la posterior separación de los símbolos y de los objetos para la agrupación de las piezas de acuerdo a su función. Finalizando con una ref lexión sobre diseño, comu- nicación visual, signos, historia, realidad y sociedad, entre otros. Por otra parte, la comunicación visual ha sido utilizada para la propa- gación ideológica de distintas instituciones, siendo la iglesia y el estado las de mayor inf luencia en la sociedad. El crecimiento acelerado de Teotihuacan necesitaba de instituciones para unir a los distintos grupos en una cultura única. El sistema simbólico de la religión teotihuacana alcanzó espacios pú- blicos y privados: almenas, murales, cerámica, escultura, entre otros. Desde templos hasta los patios de los complejos departamentales, una misma ideo- logía difundida y atesorada en las representaciones visuales. El acercamiento a las piezas de cerámica teotihuacana y a los símbolos enriquece al observador curioso por el valor de la pieza misma, de técnica y de capacidad de abstracción. El diseño, la habilidad de analizar y sintetizar, la planificación y solución de problemas son características humanas univer- sales, no específicas de una u otra cultura. Al contrario, los elementos que se estudian y los resultados que se obtienen tienen una naturaleza convencional y social. Sirve de guía la metodología cualitativa con modificaciones que se amoldana las necesidades de la investigación. A la par de la búsqueda de in- formación en distintas fuentes, se digitalizan piezas y símbolos para ilustrar y facilitar el análisis de la relación símbolo-función. Lo anterior se organiza 13 en fichas y tablas de registro en las cuales se puede estudiar cada elemento por sí mismo y relacionarlo con otros. De manera que, para el análisis, se conectan todos los componentes. Mediante la visita a bibliotecas, centros de investigación y museos, pre- senciales y digitales, se filtra la información relacionada con el tema para encontrar lo que se apega de mejor manera a la aproximación al objeto de estudio que se propone en esta investigación. La estructura capitular de este trabajo es la siguiente: Capítulo 1: Con- texto general de la cerámica, el diseño y la cultura teotihuacana. Contextua- liza diseño, signos y la cultura teotihuacana, tiene como objetivo que el lector comprenda qué es el diseño y la comunicación visual y su “historicidad”; qué son los signos y la diferencia de símbolo, icono e índice; qué fue Teotihuacan y los aspectos generales más importantes de su cosmovisión. En el Capítulo 2: Fundamentos teóricos para el análisis de la relación símbolo-función, tiene como objetivo presentar las teorías de apoyo que profundizan en la relevancia de los signos en la vida social, y sirven de eje para guiar la presente investigación. Norbert Elias en su “Teoría del Símbo- lo” explica la importancia de los símbolos en la evolución humana y en las sociedades, remarcando la convencionalidad, característica de los símbolos y la necesidad de estos para la creación y transmisión de conocimiento de generación a generación en un grupo social. Como complemento, el estudio de Émile Durkheim aporta un análisis del uso e importancia de símbolos, así como la relación de los mismos con los objetos en donde son representados y con la sociedad que los creó. Capítulo 3: Recolección de datos digitales y bibliográficos sobre las pie- zas de cerámica teotihuacanas. Se presentan los datos recopilados para el análisis con el objetivo de visualizar la muestra de este trabajo, consiste en: fotografías de 37 piezas de cerámica tomadas en el Museo de Antropología y el Museo de Sitio de Teotihuacan; la digitalización de los símbolos represen- tados en la cerámica e información técnica e histórica de las piezas. 14 El Capítulo 4: Análisis de la relación símbolo-función en 37 piezas de cerámica teotihuacana tiene como objetivo presentar el vínculo de las fun- ciones de las piezas con los símbolos representados en ellas, acompañados de las distintas interpretaciones de investigadores especializados en la cultura teotihuacana. Se divide en: piezas de uso religioso, funerario, cotidiano y desconocido. Finalmente se concluye evaluando los objetivos, alcances, limitaciones, hipótesis e importancia del presente trabajo. A su vez, se ofrece una ref lexión con respecto al papel de los símbolos y los diseñadores. La importancia y justificación de una investigación están estrechamen- te vinculadas, durante la planeación se tiene el tiempo de ref lexionar sobre el qué, el por qué y el para qué. En este trabajo se pretende reafirmar la funcio- nalidad del diseño, su valor a través del tiempo y su universalidad. Así como los alcances y limitaciones de la carrera de Diseño y Comunicación Visual de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán frente a la necesidad de creación de contenido teórico y de investigación sobre la historia del diseño. Llama la atención la carencia de referentes bibliográficos sobre la historia del diseño y la comunicación visual específicamente (se cuenta únicamente con historia del diseño gráfico que es más parecido a una recopilación de corrientes artísticas europeas). El diseño y la comunicación visual han sido utilizados a través del tiempo por diferentes culturas alrededor del mundo y la relativa juventud del término diseño y de su “profesionalización” lo han orientado hacia los medios masivos de comunicación y al servicio del modelo económico ac- tual dejando de lado importantes manifestaciones históricas que deberíamos buscar preservar. Al relacionarse el diseño con el capitalismo, de manera inmediata se le conecta también con occidente y con el eurocentrismo, entendido como aquella ideología de unidad y superioridad europea que comenzó a formarse en el Renacimiento y sigue vigente hasta nuestros días. Ambos, capitalismo 15 y eurocentrismo crearon una necesidad de universalismo, presentada como globalización, con sus ventajas y desventajas. Para el diseño, como disciplina y en el ejercicio profesional, es imperativo ser conscientes de esta gran in- f luencia. Difícilmente las cosas cambiarían en corto plazo, y ¿quién podría ofrecer un mejor alternativa?, pero diseñar desde el conocimiento dará siem- pre mejores resultados que hacerlo desde la “intuición” que en resumidas cuentas sólo es la inf luencia social y cultural. La aproximación al objeto de estudio se realizó desde los conocimien- tos e inquietudes del diseño y la comunicación visual. Se ofrece, entre otras cosas, una propuesta de aportación a la historicidad del diseño. Mediante la síntesis de distintas aproximaciones al mismo objeto de estudio se conecta y relaciona información para analizar y resaltar el papel que tiene la comuni- cación visual en la sociedad. Por otra parte, para realizar el análisis de la relación símbolo-función en un soporte tridimensional se consultó el contenido y contexto de los sím- bolos plasmados en la cerámica de Teotihuacan. No obstante, la investiga- ción está limitada por la falta de acceso a las piezas de cerámica originales y de fidelidad de las reproducciones de las mismas. La consulta bibliográfi- ca de distintas áreas del conocimiento enriqueció la investigación, que a su vez queda receptiva a contribuciones de especialistas en el tema que pueden aportar nuevas categorías de análisis. Entre las investigaciones del objeto de estudio se encuentran valiosas recopilaciones de información, descripciones e interpretaciones sobre los restos de la cultura teotihuacana. El diseñador conoce que las imágenes jue- gan un papel muy importante dentro de cualquier sociedad y tiene la capaci- dad de ref lexionar el por qué se crearon las imágenes, cuestionar la relación de la realidad con sus representantes y de éstos con los humanos, identificar si un signo es ícono, índice o símbolo, así como de debatir el papel ideoló- gico que tienen las imágenes dentro de un grupo social. Una investigación desde el diseño y comunicación visual aporta nuevas categorías de análisis a 16 cualquier objeto de estudio afín (representaciones de la realidad creadas por y para los humanos). Por ejemplo, en este caso en particular los elementos formales, técnicas, simbolismo, cosmovisión, prácticas culturales y uso de los objetos son categorías de análisis aportadas por el arte, la arqueología y la antropología y desde el diseño se observa la relación de lo anterior desde la perspectiva de que aquello creado por los humanos obedece a la necesidad de solucionar un problema de la mejor manera posible. Por ello se opta por el enriquecimiento que ofrece lo interdisciplinario. Se percibe que el diseño y los diseñadores nos hemos metido todos jun- tos en una misma cápsula de corporaciones, instituciones, difusión cultural, entretenimiento, galerías, comercio electrónico, museos, marketing, cine, televisión, publicidad y arte, por mencionar solo algunos. La presente inves- tigación es una invitación a observar el diseño fuera de ésta cápsula, a salir de ella con acciones sencillas como conocer el diseño antiguo y moderno de distintas culturas, lo cual se puede realizar con facilidad en la actualidad, sumado a esto, analizar los elementos formales y las finalidades del diseño en una amplia variedad de objetos de estudio nos obliga a ampliar nuestras capacidades de valoración. El verdadero aprendizaje delo ajeno da como resultado fortuito el rompimiento de prejuicios que tanto detienen el creci- miento del diseño en la actualidad. Cada especialización entre las ciencias y las disciplinas han mirado y tomado de otras, tanto afines como no afines, para construir sus fundamen- tos teóricos y prácticos. Contrario a esto, el diseño gira en torno a sí mismo volteando de vez en cuando hacía el arte. Sin embargo, el diseñador debe estar informado del mundo que le rodea y conocer sobre su historia nacional, natural y humana. En este trabajo la aportación es desde y para el diseño y la comunica- ción visual. En busca de crecimiento debemos cuestionar la teoría, las pro- porciones, la estética y entre otros; dialogar con psicólogos, médicos, co- municólogos, ingenieros en sistemas, empresarios, administradores, con la 17 sociedad en sí y con el pasado; mirar cine francés e iraquí; identificar el alfabeto fenicio y el coreano, éste último es reconocido por su grado de abs- tracción y simbolismo. A pesar de haber disciplinas que se encargan de lo anterior, no se debe descartar la búsqueda, entre las mismas, de aquello que aporta y es de utilidad al diseño. Por ejemplo: las normas de percepción que estudia la psicología. Queda la ref lexión acerca de la naturaleza de las cosas y el vínculo de ésta con la naturaleza de la mente perceptora. Una lucha y complementación entre lo objetivo y lo subjetivo que aparece siempre como limitante de cual- quier investigación. 19 1. Generalidades del diseño y comunicación visual, de la cerámica y de Teotihuacan. El presente capítulo presentará información relevante para conocer el contexto del objeto de estudio y el enfoque desde el que se analiza. Se inclu- yen definiciones básicas para facilitar la lectura del texto, tales como qué es el diseño, los signos y la cerámica, de manera que no sea necesario ser del área de diseño para la comprensión del texto. Este capítulo pretende transportar al lector al contexto del objeto de estudio para acercarlo al mismo y que compartamos un solo enfoque para el análisis de los símbolos y el uso de las piezas de cerámica de Teotihuacan. 1.1 Generalidades básicas del diseño y la comunicación visual Al mencionar diseño el rango de interpretaciones es muy amplio, la relativa juventud del diseño resulta en interpretaciones inciertas del térmi- no y en el cuestionamiento de su profesionalización. Diseñadores, artistas y críticos de arte, entre otros, de distintas partes del mundo han aporta- do definiciones y eventos para la “historicidad” del diseño: Victor, Papanek, Bruno Munari, John A. Walker, Ernst Gombrich, Philip B. Meggs, Norberto Chaves, Luz del Carmen Vilchis, Wucius Wong, por mencionar solo algunos. Para acercarnos al contexto del diseño y tener una mejor comprensión del presente trabajo es básico conocer las definiciones propuestas por distin- tos autores, que dejan notar el debate continuo sobre el tema; la historia del diseño, considerada incompleta y no obstante, repetitiva en distintas fuentes de información. Hecho que nos invita a preguntarnos ¿Por qué los antece- dentes del diseño son únicamente las pinturas rupestres y no símbolos y gli- fos de las culturas mesoamericanas, la caligrafía asiática o la decoración de la cerámica al rededor del mundo? Por mencionar solo algunas de las activida- 20 des creativas conocidas. ¿Por qué se refiere a la invención de los tipos móviles por Gutengberg como un evento que revolucionó al mundo son especificar que ese “mundo” fue la Europa de su tiempo? Y por otra parte, la invención de los tipos móviles en China años atrás se menciona casi en letras pequeñas. Estás y otras lagunas de la historia del diseño son mencionadas más adelante junto con las aportaciones que distintos autores nos han proporcionado, re- conociendo su valía. Así mismo, se incluye una breve definición de los fundamentos del di- seño propuestos por Wucius Wong que han servido para la descripción for- mal de las piezas de cerámica teotihuacana aquí presentadas y sus símbolos. De manera que el lector esté mejor contextualizado. 1.1.1 Aproximación a una definición de diseño y comunicación visual El diseño es una actividad humana, animal y natural. El diseñador es quien crea una composición de algo que funciona: un ave puede diseñar su nido según las condiciones climatológicas del lugar en donde se encuentra para protegerse de la temperatura y de depredadores; las plantas tienen sis- temas perfectos para producir, almacenar y transportar su alimento a través de su cuerpo, así como maneras de defensa tales como olores o sustancias que alejan a algunas plagas, todo tan preciso y funcional que en la historia de la humanidad se ha creído en la existencia de un Dios “creador” por la gran tarea de planeación que parece haber originado a la naturaleza; por otra par- te, los humanos diseñamos modelos sociales, económicos, objetos, medios y modelos de comunicación, etc. Papanek (1972) nos dice que “todo lo que ha- cemos, casi todo el tiempo, es diseño, puesto que el diseño es básico en todas las actividades humanas. La planificación y el modelado de cualquier acto hacia una finalidad prevista y deseada constituyen un proceso de diseño” (p. 3). A su vez el término diseño: [...] puede referirse a un proceso (la práctica, o el acto de diseñar); o al resultado de dicho proceso (un diseño, boceto, plan o modelo); o a 21 los productos fabricados mediante un diseño (bienes de diseño); o a la apariencia o patrón general de un producto (“me gusta el diseño de ese vestido). (Walker 1989: 23). Sumado a esto: La comunicación gráfica es la acción creativa realizada por un diseñador para integrar y fijar de manera consciente en un medio, las capacidades discursivas de aquellos signos cuya manifestación implica ser mediador de la percepción visual; su resultado, un objeto tangible: lo diseñado, es consecuencia del proceso de ref lexión que el diseñador hace frente a una necesidad específica de comunica- ción cuya mejor respuesta sólo es un texto visual. (Vilchis 2016: 9). Es decir, todo aquel problema de comunicación que ha sido resuelto de manera visual es diseño, sea “bueno” o “malo” y puede tomarse como objeto de estudio desde la disciplina de diseño y comunicación visual para su aná- lisis, descripción, reproducción, entre otras actividades de investigación que aporten al conocimiento teórico del diseño como disciplina. No obstante, la definición se ha visto deformada por aquellos que han intentado explicar el diseño desde la práctica del mismo. Explicaciones, que no obstante sus limitaciones teóricas, son dominantes entre los profesionales (y no profesionales) del diseño. Por ejemplo: Norberto Chaves, Arquitecto y Asesor Corporativo. En su libro “El oficio de diseñar. Propuesta a la con- ciencia crítica de los que comienzan” afirma: “el diseñador es un producto de la sociedad industrial y sólo en la sociedad industrial tiene sentido” (2001: 53). Es cierto que la disciplinas o ciencias se van “inventando”, se formali- zan o separan como respuesta a distintas necesidades pero siempre se puede encontrar en la sociedad que las crea una práctica empírica a priori. Y sirve de ejemplo la cerámica, practicada durante miles de años sin conocimiento estrictamente científico de la química que es de suma importancia para su realización. El diseñador, como comunicólogo, no es un producto de la so- ciedad industrial porque la necesidad de comunicación y los textos visuales 22 no surgen únicamente en la sociedad industrial. El diseño gráfico como disciplina surge de la interrelación de las artes y la tecnología y se ha apoyado en teorías de las artes plásticas, la arquitectura, el diseño industrial y las nuevas tecnologías. (Vilchis, 1995: 12). Las definiciones revisadas demuestran la amplitud del diseño y de la generalidad con la que se puede utilizar el término. El diseño se ha ido divi- diendo al pasar el tiempo para su especialización,por ejemplo: diseño indus- trial, automotriz, gráfico y, de particular interés para esta investigación, el diseño y la comunicación visual. Relativamente joven, la licenciatura en Diseño y Comunicación Visual aún es cuestionada y comparada con la licenciatura en Diseño Gráfico, bus- cando su diferenciación, aceptación y valoración por la sociedad en general. En ese camino sirve resaltar la antigüedad de la creación y uso de comunica- ción visual alrededor del mundo a través del tiempo por todas las sociedades. La Comunicación Visual es un proceso mediante el cual un emisor envía un mensaje a un receptor utilizando el lenguaje visual como código, el cual se aprehende desde muy temprana edad sin educación formal por lo que varía de individuo a individuo. (Acaso, 2011: 20-48). Tal proceso es una manera recurrente que tenemos de crear nuestra realidad y a lo largo de la historia ha seguido el siguiente orden (con respecto al lenguaje visual, en este caso particular más puede aplicar también en el caso de la palabra): 1. Concepción, entendimiento de algo o idea: al encontrarnos con algo que desconocemos y preguntarnos sobre su origen, naturaleza, causas, etc., generamos una idea según lo que ya conocemos. 2. Representación: Para “decir” el universo se necesitan representacio- nes de todo lo que se quiera hablar, se generan símbolos que la sociedad a la que pertenecen comprende por convencionalidad. 3. Significación: La mayoría de las veces las representaciones son con- vencionales y su significado será conocido por quienes forman parte del gru- 23 po y contexto al que pertenecen por lo que alguien ajeno realizará una in- terpretación, algunas veces cercana y otras incorrecta; o bien puede intentar realizar una “traducción” para entenderlo de acuerdo a su grupo y contexto. 4. Debates y polémica: Si se pierde el significado original, lo cual ocu- rre con frecuencia debido a los cambios en los grupos que los crearon, se ob- tendrán solo interpretaciones y dado el encuentro de individuos de distintos grupos ocurre un choque de interpretaciones que varían, entonces se deben buscar definiciones y posibles significados de manera objetiva. 5. Nuevas interpretaciones: El choque de interpretaciones, nuevas tec- nologías y métodos de investigación permiten llegar a interpretaciones más “acercadas” a la realidad. 6. Pérdida parcial o total del conocimiento: Con el paso del tiempo las interpretaciones pueden perderse debido a diversas causas lo cual regresa a la humanidad las preguntas iniciales sobre el por qué y para qué del objeto de estudio. 7. Reinventar: Cambia el tiempo, los grupos y el contexto por lo que se generarán nuevas interpretaciones y se perderá conocimiento de la antigüe- dad, dando como resultado una nueva realidad, la posibilidad de reinventar el mundo. El diseño y la comunicación visual es una actividad enriquecedora y a su vez involucra grandes responsabilidades, “la teoría del diseño se ha sepa- rado progresivamente de la realidad de su práctica”. (Julier, 2010: 70) dando como resultado un diseño masificado e injustificado que en apariencia sirve únicamente a fines comerciales, el diseñador debe comprender la importan- cia de la información, el contenido de fondo y el impacto de lo que produce, así como aportar a la teoría de su profesión. 24 1.1.2 Breve historia del Diseño El diseño como lo conocemos en la actualidad, es una actividad hu- mana en gran medida cultural y subjetiva. “El diseño emana de los discursos de un sector de la sociedad culturalmente dinámico, una burguesía metro- politana de vanguardia”. (Ibíd.: 64). Es por esto que la historia del diseño es “eurocentrista”, alegando que incluso oriente ha recibido una fuerte inf luen- cia de los modelos y prácticas del diseño occidental (Satuè, 1992: 11). Lo cual limita el conocimiento de la identidad e historia del diseño. (...) el sistema de publicaciones sobre diseño se explota en beneficio del diseñador. En general, ésta forma de autorrepresentación puede llamarse “historicidad”: el diseñador construye, del mismo modo que se construye la historia, una estructura discursiva para legitimar sus propias actividades. (Julier, 2010: 73). Dado que los objetivos de éste proyecto no incluyen una nueva “his- toricidad” y con la intención de contextualizar un poco al lector se incluye a continuación una linea del tiempo general de acuerdo con la historia del diseño propuesta por Philip B. Meggs y Alston W. Purvis en su libro “His- toria del diseño gráfico”(2009), texto que se ha considerado el más completo al respecto, se recomienda revisarlo para profundizar en el tema y tomar la línea del tiempo de las páginas siguientes como una referencia sintetizada. No obstante, se observa que la perspectiva desde la que se aborda el tema es eurocentrista y capitalista. Samir Amin en su libro “El eurocentrismo: crí- tica de una ideología” (1989) sugiere que los centros capitalistas mundiales son: Europa, Estados Unidos y Japón. Países cuyas aportaciones al diseño son remarcadas y enaltecidas en las publicaciones y la educación del diseño. Esto nos invita a cuestionarnos sobre el origen del diseño. Si la comunica- ción visual es en cierta medida inherente al ser social, ¿Se creó el concepto y práctica (como la conocemos en la actualidad) del diseño como herramienta al servicio de la era industrial y a partir de ahí se ha inventado su historia?; si bien hacer un compendio general de la historia de la disciplina es una tarea 25 imposible de completar objetivamente, ¿por qué los “historiadores” del di- seño no mencionan dicha limitación y proponen la investigación del diseño fuera de los centros capitalistas?; dada la importancia de los inventos chinos para el avance del diseño, ¿por qué se enaltece a los diseñadores japoneses educados en las escuelas de arte y diseño de Europa y Estados Unidos?. En referencia al contexto nacional, a partir de los años sesenta se adop- tó en México el término genérico de diseño y abarcaba la arquitectura, el urbanismo, el diseño gráfico y el diseño industrial. (Meléndez, 2010: 13). No obstante, las cosas no “aparecen” cuando se les pone nombre, los planetas han estado siempre ahí antes de que los nombráramos, la medicina se ha practicado antes de que siquiera existiera la universidad. Por otra parte, los nombres cambian con el tiempo: la química conocida como alquimia y prac- ticada por “brujos y brujas”, la gramática náhuatl nombrada “El arte de la lengua mexicana”(1692) por Andrés de Olmos, misionero franciscano. Con esto se pretende cuestionar la concepción que se tiene del diseño y que viene en gran medida de su “historicidad”. Un análisis que nos lleve a afirmar o refutar la hipótesis de que la disciplina del diseño ha sido inventa- da eurocentrista queda fuera de los alcances de la presente investigación, sin embargo se expresa aquí la inquietud por el tema. 26 15 000 - 10 000 Pinturas rupestres en Lacaux A. C. D. C. 3100 Primera escritura pictográfica sumeria sobre tablillas de arcilla 2500 Escritura cuneiforme 1500 El alfabeto de Ras Shamra 900 Primeros sellos cilíndricos 250 Caligafía del pequeño sello“Aportación asiática” 100 Escritura mural en Pompeya 105 Ts’al Lun inventa el papel 300 Uso de los “chops” como sello identificador 394 Última inscripción jeroglífica 770 Primera impresión china en relieve 1000 La caligrafía china se imprime a la perfección 1040 Pl Sheng inventa el tipo móvil en Corea Línea del tiempo sintetizada de los acontecimientos e inventos que han influido en el desarrollo del diseño. 27 100 Escritura mural en Pompeya 105 Ts’al Lun inventa el papel 300 Uso de los “chops” como sello identificador 394 Última inscripción jeroglífica 770 Primera impresión china en relieve 1000 La caligrafía china se imprime a la perfección 1040 Pl Sheng inventa el tipo móvil en Corea 1450 Impresión de tipos móviles en Alemania 1740 Masanobu. Perspectiva líneal en las estampasjaponesas 1796 Seneffelder inventa la litografía 1822 Niépce. Primera impresión fotolitográfica 1850-1660 Los carteles xilográficos predominan en las vallas publicitarias 1861 Morris inaugura una empresa de arte y decoración 1877 Morris da sus primeras conferencias públicas sobre diseño 1919-1933 La Bauhaus (escuela de diseño alemana) 1980-1990 La rápida evolución de la tecnología electrónica e informática comenzó a cambiar los procesos de diseño Referencia: Meggs y Purvis, 2009: 2-3 y 132-133. 28 1.2.3 Fundamentos del diseño. A continuación se enlistan los fundamentos del diseño propuestos por Wicius Wong en 1993. Elementos de diseño: a) Conceptuales: punto, línea, plano y volumen b) Visuales: Forma: figurativas, naturales, artificiales, verbales, abstractas, geométricas, orgánicas, rectilíneas, irregulares, manuscritas y accidentales que a su vez pueden ser positivas o negativas y su interrelación puede ser de distanciamiento, toque, superposición, multiplicación, división, variación, penetración, unión, sustracción, intersección y/o coincidencia. Se describen formas simples, múltiples, compuestas, unitarias y superunitarias, Medida Color Textura: Visual decorativa, espontánea o mecánica; Táctil na- tural asequible, natural modificada u organizada. c) De relación: dirección (repetida, indefinida, alternada, en gradación y/o similar: asociación, imperfección, distorción, unión o sustracción y ten- sión o compresión), posición, espacio (positivo o negativo, liso e ilusorio o f luctante y conf lictivo) y gravedad. Se incluyen también: repetición y ref lexión, radiación, anomalía, con- traste ( de figura, tamaño, color, textura, dirección, posición, espacio y/o gravedad), concentración, estructura (formal, semiformal, informal, inacti- va, activa, invisible, visible y/o de repetición) y retícula: básica o con va- riaciones (cambio de proporción y/o dirección, deslizamiento, curvatura o quebrantamiento, ref lexión, combinación, divisiones ulteriores, triangular y/o hexagonal). d) Prácticos: representación, significado y función. Esta información ha servido para la descripción formal de las piezas y los símbolos. 29 1.2 Símbolos: lo que son, lo que no son y su importancia El término símbolo es utilizado de manera indiscriminada e indiferen- ciada como tantas otras palabras de significado específico que aprehende- mos desde temprana edad por su uso común sin cuestionar o puntualizar la naturaleza de su significado y hacer un uso adecuado. La comprensión y uso apropiado del término enriquece las investigaciones, ref lexiones y análisis que giran en torno a los signos, el diseño, la sociedad, la comunicación, la comunicación visual y afines. La semiótica se encarga del estudio general de los signos, En un pro- ceso de comunicación, “cuando un signo aparece en escena, se produce una situación semiótica (...) y estos acontecimientos configuran el objeto de estu- dio de la semiótica”. (Beuchot, 2004: 17). Hay que distinguir el origen de la semiótica en dos disciplinas diferentes: la filosofía —en las disertaciones de Platón y Aristó- teles, la tradición epistemológica de los estoicos, los alejandrinos, San Agustín, los gramáticos latinos, los lógicos medievales, Llulio y Occam, en Descartes y Leibniz, Locke en quien encuentra su nombre y definición y Lambert quien la caracteriza como disci- plina encargada de investigar el lenguaje filosófico y sus signos— y la lingüística con Saussure quien funda la ciencia de los signos verbales, en esta misma línea se reconoce a Peirce (a pesar de que pertenece a la orientación filosófica) (Vilchis, 2016: 68). Al ocuparse de los signos de manera general, se relaciona directamente con el lenguaje visual: “un lenguaje es un sistema de signos mediante el cual se pretende la comunicación” (Beuchot, 2994: 17). Resultando en una semió- tica visual que sirve de ejemplo de las apropiaciones teóricas interdisciplina- rias que ha hecho el diseño en tanto disciplina. 30 1.2.1 Definición de signo y puntualización de la diferencia entre ícono, índice y símbolo. Entre las publicaciones relacionadas con los signos se refiere frecuente- mente a Peirce, quien en 1903 definió: Un signo o representamen es un Primero que está en relación triádica genuina tal con un Segundo, llamado su objeto, que es capaz de hacer que un Tercero, llamado su interpretante, asuma la misma relación triádica con su Objeto que aquella en la que está él mismo respecto al mismo objeto. La presente investigación tiene un particular interés por el objeto, del cual se identifican tres clases descritas por Peirce (1894: 3): semejanzas o iconos: imitan lo que representan para transmitir las mismas ideas; indica- ciones o índices: están físicamente conectados con su objeto y de ésta manera lo muestran; y símbolos o signos generales: son convenciones sociales y ley, se relacionan con su significado por su uso. El signo cumple su función de representación y alusión siempre y cuan- do el interpretante tenga un previo conocimiento del objeto, “solo así podrá suministrar alguna información sobre el mismo. Si no se conoce de antema- no el objeto, no se le puede reconocer en el signo”. (Beuchot, 2004: 145). Al considerar esto podemos encontrarnos con signos genuinos y signos dege- nerados. Los primeros aluden a un objeto del cual se tiene un conocimiento vivaz en la conciencia de la sociedad que los utiliza y, en los segundos, se pierde su idea. (Ibíd.: 146). Este es el caso de los símbolos que conciernen a la presente investiga- ción. Se ha perdido su contexto e incluso la sociedad que los creó ha desapa- recido. De manera que el hombre actual pretende ser interpretante de signos degenerados que representan objetos del hombre antiguo. Actitud que así descrita parece no tener sentido, sin embargo, la intención es comprender lo propio del diseño, como es el lenguaje visual, a partir del análisis descontex- tualizado. Como hizo Émile Durkheim en 1912, con el objetivo de definir la 31 religión estudió el sistema totémico de los aborígenes australianos y sus ob- servaciones son grandes aportaciones a la teorización de la cultura, sociedad y simbología, razón por la cual se profundiza en sus aportes en el capítulo 2. Con esto se busca puntualizar la idea de que el estudio de lo básico, de lo más simple nos acerca al entendimiento del tema. Por ejemplo: conocer el papel de los símbolos en modelos antiguos de comunicación (en este caso entre los aborígenes australianos) nos permite observar distintas marcas comerciales como símbolos en sí mismas. Analogía que queda fuera de los alcances de este trabajo pero que resulta una respuesta (un tanto obvia) de por qué los símbolos debieran importar a los diseñadores del S. XXI. Esta información básica nos sirve para conocer los fundamentos con los que se estudian los signos actualmente y tener una idea general de la relación que tenemos como seres sociales con los mismos. Más adelante se presenta la “Teoría del símbolo” de Norbert Elias que nos aporta una visión histórica de dicha relación. 1.2.2 Los símbolos y su papel en la sociedad Uno de los pilares de esta investigación son los símbolos y su inf luen- cia en las sociedades ha sido remarcada por diversos autores alrededor del mundo, incluso puede ser fácilmente observada por cualquier miembro de una sociedad, es decir, por cualquier ser humano. Un símbolo, de acuerdo con Peirce (1984: 6), es “un signo convencional, o el que depende de un hábito (adquirido o innato)”. “Los griegos usaban con mucha frecuencia “unir” (sumballein) para significar el hacer un contrato o un acuerdo. Luego encontramos el símbolo (sumbolon) usado antiguamente y a menudo para significar un acuerdo o contrato”. (Ibíd.). En relación con lo anterior y para reafirmar la importancia de los sím- bolos para la comprensión de una cultura, Villa (2016: 31) escribe: Las formas simbólicas son construcciones significativas producidas,32 recibidas, comprendidas e interpretadas por grupos o individuos que las insertan en los marcos de condiciones históricas y sociales espe- cíficas. Por ello su análisis debe ir más allá de la mera “interpretación de las doxas” (Thompson, 2002: 407); y pasar a la manera en que éstas hablan de procesos que se estructuran en el marco de las sociedades, grupos o individuos que las producen y ocupan. Los signos han estado presentes en todas las sociedades, son parte fun- damental de la comunicación y en la historia de la humanidad se destacan los símbolos visuales ya que existe una gran riqueza y variedad, provenientes de distintas culturas y de distintos tiempos. Los sómbolos han sido transmitidos con mayor facilidad ya sea por la naturaleza de los materiales donde se les ha representado o por la facilidad de su repetición. Así como el nivel de abstracción fomenta la pregnancia y difusión. 33 1.3 Generalidades sobre Teotihuacan Teotihuacan fue una de las ciudades más grandes de la antigüedad que dejó una importante herencia arquitectónica, pictórica y de alfarería. Alcan- zando una población de 125,000 y una extensión de 20km cuadrados durante el 600 d.C. (Millon, 1993: 18). Se han identificado dos barrios extranjeros, el de Veracruz en el éste y el de Oaxaca en el Sur. (Millon, 1993: 30). Además de haberse encontrado inf luencia de Teotihuacan en regiones tan lejanas como Guatemala y Honduras (Millon, 1993: 28). “Teotihuacan” es una palabra nahuatl que los mexicas asignaron a lo que hoy se conoce como Zona Arqueológica de Teotihuacan. El nahuatl es un idioma aglutinante, “Teotihuacan” está compuesta por “Teotl”que significa dios o diosa, unido con otras palabras significa sagrado (Simeon, 1885: 487) y “Can” indica lugar y/o tiempo. Se compone con sustantivos posesionales con terminación -e o -hua. (Sullivan, 1976: 155). Es decir, Teotihuacan es el lugar de los que tienen (poseen) dioses/lo sagrado. Se ha llegado a esta defi- nición gracias al apoyo Mtro. Víctor Ángeles Linares, profesor de Nahuatl en la FESC UNAM y se ha confirmado con las fuentes mencionadas. Es común encontrar palabras nahuatl acentuadas y, si se les observa desde el español, son incorrectas. Sin embargo, el nahuatl tiene una acentuación grave sal- vo pocas excepciones y no debe tíldarse al escribirlo. No obstante, debido a la inf luencia del español, Teotihuacan se ha acentuado incorrectamente: Teotihuacán, cambiando su pronunciación, a pesar de ser un error esa es la palabra correcta de acuerdo con la RAE y a partir se ahí se crea el gentilicio teotihuacano(a), que en nahuatl sería teotihuacatl. Del principio que tuvieron los dioses, no hay clara ni verdadera relación, ni aun se sabe nada; mas lo que dicen és, que hay un lugar que se dice Teutiôacan, y allí de tiempo immemorial, todos los dioses de juntaron y hablaron diciendo: ¿quien ha de gobernar y regir el mundo? quien ha de ser el sol? (...) y al tiempo que nació 34 y salió el sol, todos los dioses murieron y ninguno quedó de ellos. (Sahagún, 1558: 233). La sociedad estaba estratificada. Había un grupo dirigente poderoso de nobles y sacerdotes, administradores y servidores públicos, artesanos dividi- dos según su especialidad y campesinos. Es decir, había una élite dominante que somete a una gran masa. “En Teotihuacan había de hecho un Estado teocrático monopolista, tal como lo concibe Steward, o sea un Estado en el que la clase sacerdotal ha ab- sorbido y concentrado no sólo las funciones religiosas y ceremoniales, sino también las funciones políticas y administrativas, a la vez que ha controlado, total o parcialmente, las actividades comerciales y mas manufacturas”. (Piña Chán, 1960: 79 como se cita en Matos, 2009: 21). Teotihuacan sostuvo relaciones comerciales internas y externas. El mercado estaba localizado frente a la ciudadela. El comercio externo es evi- denciado por la presencia de objetos provenientes de zonas alejadas: plumas de quetzal, caracoles y conchas de mar, pelotas de hule, algodón, yugos y cerámica característica de otras áreas. Algunos rasgos característicos de la arquitectura teotihuacana son: el talud y tablero, las almenas, simetría axial (en los conjuntos de la ciudadela), plazas, patios, pórticos y motivos pictóricos. Los mexicas consideraron que Teotihuacan era el lugar en donde “ocu- rrió el portento del nacimiento del Quinto Sol, el sol del hombre nahua, el Nahui-Ollin, por medio del cual Quetzalcoatl consiguió, tras no pocas pe- ripecias, crear al nuevo hombre” (Matos, 2009: 1993). Se cuenta que en Teo- tihuacan se sacrificaron los dioses para crear el sol y darle movimiento, por eso los hombres debían retribuirles el regalo del sol con vida misma. Lamentablemente, se conoce muy poco sobre esta cultura y descifrar algún lenguaje o mensaje entre lo que se ha encontrado ha sido imposible hasta la fecha, sin embargo se cree que tuvieron un rico sistema de comuni- cación que involucra tanto símbolos sonoros como visuales. La complejidad 35 y abstracción de estos últimos es muestra de la riqueza de la cultura teoti- huacana. En la actualidad, los restos de la gran ciudad de Teotihuacan son co- nocidos como la “Zona Arqueológica de Teotihuacan” en donde se puede recorrer la “Calzada de los Muertos”, subir a la pirámide del sol, observar las pirámides de la luna y de la serpiente emplumada y visitar el “Museo de Sitio de Teotihuacan” y la biblioteca “Manuel Gamio”. 1.3.1 Ubicación De fácil acceso desde la Ciudad de México, la “Zona Arqueológica de Teotihuacan” recibe visitantes tanto nacionales como internacionales. El valle de Teotihuacan se encuentra en el actual municipio de Teoti- huacan, Estado de México. Es un valle de 15 kilómetros de largo por 7 ki- lómetros de ancho rodeado en su parte Norte con el cerro Gordo y el cerro Malinalco, en la parte sur por el cerro Patlachique, al Este por el cerro Cuau- thlanzingo y al Oeste por el cerro Tlahuilco (Ordoñez, 1979: 5-7). Se encuentra entre 2 250 a 2 850m sobre el nivel del mar y entre las coordenadas 19° 36’ a 19° 45’ latitud norte, y 91°40’ a 98°58’ longitud oeste del meridiano de Greenwich, y está situado al noroeste del lago de Texcoco. (Matos, 2009: 13-14). A sus alrededores hay elevaciones de origen volcánico de las cuales se obtenían materiales como la obsidiana. En la zona también encontraban materias primas como tezontle y pigmento natural. Los tres ríos importantes para la ciudad son el San Juan, el Huixulco y el San Lorenzo que desembocan en el lago de Texcoco. El primero fue canalizado por los teoti- huacanos y divide la ciudad de manera horizontal (este-oeste), cruzando con el calzada de los muertos que es el eje vertical (norte-sur). De acuerdo con Garduño (2010: 89-100), el contexto natural de Teo- tihuacan era una selva densa y húmeda, algunas de las especies de la fauna fueron: el jaguar (pantera onca), la serpiente de cascabel, el águila coronada 36 y el cocodrilo americano. Sin lugar a duda, con el paso de tiempo el contexto de la ciudad de Teo- tihuacan ha cambiado radicalmente y lo que hoy vemos es completamente diferente de lo que fue en su apogeo. 1.3.2 Antecedentes e historia de Teotihuacan Vencedores o no, los autores de la historia siempre han sido los huma- nos, centrados en sí mismos. A pesar de importantes intentos de mantenerse fieles y objetivos a la sucesión de hechos para escribir la historia, siempre se obtienen de incontables investigaciones distintas versiones de historias que precisan ser corregidas, acaso por el tiempo mismo. Conscientes de la inca- pacidad de conocer la verdad de la historia se publica y trasmite lo que se ha inferido y aceptado como realidad. Durante la última glaciación del Wisconsin, hace aproximadamente 30 mil años, los humanos llegaron al continente americano. (Piña, 1993: 5). En Mesoamérica es notable la inf luencia de Tlatilco y de los olmecas. En el México indígena precolombino la escritura se derivó de un horizonteiconográfico olmeca aldeano, el cual puede situarse de 1500 a.C. a 1000 a. C., cuando menos. En esta iconografía, los símbolos son ya un sistema de anotaciones codificadas que vie- nen a constituir una forma de protoescritura. Todos los símbolos que aparecen son parte importante de la visión cosmológica de las comunidades aldeanas; y la mayoría de ellos tienen una signi- ficación precisa, expresada gráficamente. (Piña, 1993; 9) Los antecedentes de la cultura teotihuacana pueden encontrarse en dos centros ceremoniales: Tlapacoya y Cuicuilco. El primero f loreció del 1100a.C. al 100 d.C. y se considera el principio del urbanismo que se desa- rrolla después en Teotihuacan. En el segundo se han encontrado represen- taciones de deidades importantes en Teotihuacan: Huehueteotl y Tlaloc. En 37 la fase Tzacualli se identifican elementos suficientes y rasgos característicos para indicar el comienzo de la cultura teotihuacana. (Matos, 2009: 12-13). “Los especialistas dividen los ocho siglos de vida teotihuacana en seis fases principales establecidas a partir de conjuntos cerámicos. Éstas van des- de el 150 a.C. hasta el 650 d.C. Sus años de origen corresponden a la parte fi- nal del periodo Preclásico Tardío (que termina en el 150/200 d.C.). Mientras que la hegemonía y el fin de esta urbe están fechados en el periodo Clásico Temprano, que va del 150/200 d.C. al 650 d.C., con lo que se convirtió en la metrópoli más afamada de este periodo” (Artes de México, 2008: 29). Por otra parte, Eduardo Matos M. (2009: 12) ubica el comienzo de Teo- tihuacan en el año 100 a.C. y el final en el año 700 d.C. como se muestra en el siguiente cuadro: La división de las fases de Teotihuacan permite ubicar en el tiempo el legado cultural de esta ciudad y facilita la clasificación e investigación de la cerámica. 38 Fases Extención de la ciudad No. de habitantes 700 Teotihuacan IV Metepec 20km2 70,000 600 Teotihuacan III A Xolalpan tardío 20.5km2 85,000 500 Teotihuacan III Xolalpan temprano 400 Teotihuacan II A III Tlamimilolpa tarío 22km2 65,000 300 Teotihuacan II A Tamililolpa temprano 200 Teotihuacan II Miccaotli 22.5km2 45,000 100 Teotihuacan I-A Tzacualli tardío 17 km2 30,000 10 Teotihuacan I Tzacualli temprano 100 Patlachique 4km2 5,000 400 Proto-Teotihuacan I Tezoyuca Cuicuilco Matos, E., 2009. Fases y relación cronológio-demográfica correspondiente a Teoti- huacan. Cuadro 1. Recuperado de: Matos M., E. (2009). La cultura teotihuacana, en: Teotihuacan. El Colegio de México, México, pp. 9-54. Publicado original- mente, con Florencia J. Müller, en: Los pueblos y señoríos teocráticos; periodo de las ciudades urbanas, primera parte, SEP-INAH, México, 1975, pp. 7-54. Correlación Godman. Martínez- Thompson 39 1.3.3 Generalidades sobre la cosmovisión teotihuacana Aquellas ideas que comparte un grupo social, que se transmiten de generación en generación y que conforman la filosofía y conceptos creados para dar respuesta al mundo que les rodea; es a lo que aquí se refiere como cosmovisión y se encuentra estrechamente relacionada con la religión y la astronomía. Existieron elementos comunes entre las culturas mesoamericanas, re- saltan: el calendario religioso de 260 días y un calendario solar de 365 días que producen un ciclo de 52 años. Entre los zapotecas: El solar o año se llamaba yza y se dividía en 18 lunas (meses) de 20 días más un periodo adicional de 5 días. El calendario ritual se llamaba pije o piye y se dividía en 4 unidades de 65 días (llama- dos rayos o cocijos o grandes espíritus), cada uno de los cuales se dividía en 5 periodos (cocil) de 13 días (chij), los 20 días se com- binaban con los numerales del 1 al 13 para formar el ciclo de 260 días del calendario ritual. (Piña, 1993: 15). Teotihuacan recibió una notable inf luencia de los zapotecas y de los olmecas, quienes crearon muchos de los símbolos utilizados por los grupos mesoamericanos. El culto a la muerte demostrado por las ofrendas encontradas en en- tierros sugiere que existía la creencia en una vida después de la muerte. Se evidencian los sacrificios con los entierros (algunos con las manos atadas a la espalda) en grupos de 18, 9 (hombres) y 4 (mujeres)que coinciden con puntos cardinales. En Teotihuacan existieron 3 deidades principales: La Gran Diosa, El Dios de la Tormenta y la Serpiente Emplumada (Millon, 1993: 24). La Gran Diosa es considerada la deidad principal de Teotihuacan, se le representa de frente, sin rostro o enmascarada y de sus manos brota agua, se- millas y jade; suele aparecer representada por partes emblemáticas como las 40 manos u ojos en corrientes de agua (Pasztory, 1993: 55). Está relacionada con los rituales del sacrificio, tanto en los conjuntos departamentales como en el centro de la ciudad (Millon, 1993: 41). Su imagen no fue transportada fuera de Teotihuacan, excepto por los lugares donde se establecieron teotihuacanos (Pasztory, 1993: 57). Todos eran partícipes de los ritos en donde se quemaba copal en dis- tintos recipientes de cerámica como incensarios o vasijas. Las vasijas de Dios de la Tormenta posiblemente fueron utilizadas para verter agua y pedir por la temporada de lluvias (Pasztory, 1993: 53) . El Dios de la tormenta está relacionado con los valores de élite y políticos (Pasztory, 1993: 56). Se han identificado dos aspectos del Dios de la Tormenta, uno relacionado con los guerreros y la milicia y otro asociado con la tierra, el agua y la fertilidad (como se cita en Pasztory & Berrin, 1993: 171). Matos sugiere que Tlaloc es representado por tres elementos: la ser- piente, el ave como nube portadora de agua y el jaguar relacionando su ru- gido con el sonido del trueno (Matos, 2009: 41). A diferencia de esto, Piña sugiere que el jaguar representaba la tierra para los olmecas (Piña, 1993: ) y hay que recordar que éstos tuvieron una fuerte inf luencia en la ideología mesoamericana en general. Por otra parte, la existencia de la serpiente emplumada o Quetzalcoatl como deidad es puesta en duda por diversos autores. Armillas consideró que el templo de la ciudadela no está dedicado a Quetzalcoatl, sino al dios de la lluvia (Armillas, 1945 citado en Matos, 2009: 39). Y Piña Chán notó que la serpiente simboliza el agua que corre o serpentea (Piña, 1960: 80). Muchos años después de la caída de Teotihuacan en el S. VIII, otros pueblos se cuestionaron por los orígenes de esta ciudad abandonada. Los mexicas visitaban frecuentemente el sitio y crearon mitos, para ellos, “Teoti- huacan era el lugar donde el cosmos y el presente ciclo de tiempo comenzó.” (Millon, 1993: 17). Relatan antiguos mitos nahuas cómo fue en Teotihuacan el lugar 41 que escogieron los dioses para crear el Quinto Sol. Después de varios intentos infructuosos para formar al hombre y dotarlo de alimento, los dioses se reunieron en Teotihuacan y en él hicieron surgir el Sol que alumbraría a la tierra. Fue un dios enfermo, Na- nahuatzin, quien se arrojó a la hoguera divina de Teotihuacan para que sucediera el portento y se convirtiera en Sol. Correspon- dió a Quetzalcoatl ir al Mictlan, noveno nivel del inframundo, a buscar los huesos de los antepasados para darles vida. Así, por el artilugio de los mitos, los grupos nahuas establecen en la antigua ciudad de Teotihuacan el comienzo del nuevo Sol, de una nueva era para el hombre. (Matos, 2009: 229). La cosmovisión de los pueblos nahuas tienen raíces en las ideas teoti- huacanas. Por ejemplo, las 3 deidades principales mencionadas, siguieron vigentes después de la caída de Teotihuacan. Sahagún (1558) las describe junto con otros dioses. Hace referencia a la “Gran Diosa” con el nombre de Chalchiuhtliycue: “diosa del agua, “(...) decían que era hermana de los dioses de la lluvia que llamaban Tlaloques, honrábanla porque decian que ella tenía poder sobre el agua de la mar y de los rios” (Ibíd.: 9). A la deidad que aquí se ha referido como Tlaloc, se le conoció también como: (...) Tlaloctlamacazqui,era el dios de las lluvias: decían que él daba las lluvias para que regasen la tierra, mediante la cual lluvia se criaban todas las yerbas, árboles y frutos y mantenimientos: tambien decian que él enviaba el granizo y los relámpagos, y ra- yos, y las rempestades del agua, y los peligros de los rios y de la mar. En llamarse Tlaloctlamacazqui quiere decir, que es dios que habita en el Paraiso terrenal, y que dá á los hombres los manteni- mientos necesarios para la vida corporal (Ibíd.: 3). De Quetzalcoatl se dice: “aunque fué hombre, teníanle por dios, y de- cian que barría el camino á los dioses del agua” (Ibíd.) 42 No se pretende afirmar que lo anterior constituye toda la cosmovisión teotihuacana, sino ofrecer una idea general de los rasgos más representati- vos y de mayor importancia, para profundizar en el tema se puede revisar la bibliografía citada y aprender directamente de los especialistas en el tema. 1.4 Generalidades sobre la cerámica y especificaciones sobre la cerámica de Teotihuacan La creación de cerámica ha sido una actividad humana global que ha trascendido en el tiempo. Entre los diseñadores se apela siempre a la fun- cionalidad del diseño y los objetos son de los principales en ser valorados con respecto a su funcionalidad, involucrando ergonomía, estética, valor co- mercial, entre otros. A lo largo de la historia la necesidad de objetos ha sido satisfecha con la creación de piezas de cerámica y Teotihuacan no fue la ex- cepción. 1.4.1 Definiciones de cerámica Cerámica, terracota, porcelana, talavera, raku, celadon, alfarería, arte- sanía, todas palabras que han sido utilizadas para designar alguna pieza de cerámica, seguramente hay muchas más y ciertamente se requiere de espe- cialización para saber decir la diferencia exacta de cada palabra. En general y para evitar errores la palabra que se debe utilizar es cerámica. “Las palabras cerámica, alfarería e incluso terracota, sonadas indistin- tamente para referirse a la misma técnica, es decir, la realización de objetos de arcilla previamente sometidos a un proceso de deshidratación por medio de la cocción.” (Balfet, 1992: 55). Por otra parte, y sin contradecir lo anterior Dúrica (2005: 8) dice: “La palabra “cerámica” del griego Keramos designa la arcilla del alfarero. En la mayoría de las culturas, tanto esta preciada materia prima como el conoci- 43 miento de las diversas técnicas para trabajarla fueron considerados dones divinos”. Con el paso del tiempo y habiendo Nietzsche matado a Dios, la crea- ción de cerámica ya no es a través de dones divinos ni por los predilectos de Dios. La creación de cerámica en la actualidad es más rica que nunca por el conocimiento que nos ha dado la comunicación y conexión con lejanos rin- cones de la tierra. Queda para tema de otra investigación la pérdida de técni- cas o riqueza cerámica como resultado de la globalización y de la “necesidad” de reducir tiempos y costos de producción, como fue el caso de Teotihuacan. 1.4.2 Importancia de la cerámica como documento histórico y como obje- to de estudio La cerámica es un importante referente de la historia debido a sus ca- racterísticas: es consistente, es decir, tiene pocos o ningún cambio con el paso del tiempo; no sufre deformaciones ni se altera demasiado; a pesar de que es frágil y puede romperse con facilidad, las piezas pueden reconstruirse. Noguera (1975) nos menciona otras características por las que la cerá- mica es importante para el estudio de la historia y las civilizaciones: • Por su tamaño, peso y facilidad de transportarse permite establecer contactos y relaciones culturales entre pueblos, así como intercam- bios lo cual se ve ref lejado en el estilo de las piezas cerámicas. • En la cerámica se encuentran representaciones que nos permiten conocer el medio ambiente (f lora y fauna) de la región en donde fueron creadas. • La cosmovisión y el adelanto tecnológico de una cultura puede des- cifrarse a través de la cerámica. Dúrica (2005: 8-13) expresa que “la pobreza y maleabilidad del material permitía que las manos de los artistas expresaran lo más íntimo de su sensi- bilidad, de su pensamiento y anhelos, lo que consideraban bello, importante o necesario; les imprimían vida y movimiento”. 44 A su vez, los restos cerámicos: [...] han sido base para los estudios arqueológicos y capaces de con- firmar la antigüedad, la procedencia, las rutas de comercio y los di- versos usos y funciones que pudieron haber tenido […] son capaces de responder al gran número de preguntas que se pueden formular ante su poderosa presencia, ya sea preguntas sobre creencias, ideales, gustos, costumbres, tipo físico, así como sobre técnicas de fabricación y la circulación especial y temporal de las piezas (Ibíd.) . Las razones mencionadas son las de principal relevancia para la presen- te investigación, los estudios ya realizados nos permiten relacionar informa- ción existente para obtener nuevos resultados y analizar el mismo objeto de estudio desde otro ángulo. 45 1.4.3 La cerámica de Teotihuacan: materiales, técnicas y formas Se ha estudiado el terreno del valle de Teotihuacan para conocer los materiales utilizados por los antiguos alfareros: barro de la zona y ceniza volcánica como desgrasante. La cerámica importada provenía de Morelos, Guerrero, el Golfo, Puebla y zonas mayas. En 1954 se encontró un horno abierto en Hidalgo, lo que permitió co- nocer cómo se cocía la cerámica en tiempos prehispánicos. “Era un pozo de 2 x 2 x 1.20m, primero; en el fondo se hacía una cama de leña de 15cm de altura, entonces se colocaban tiestos rotos cocidos y sobre ellos se ponían las vasijas que se sometían a cocimiento, haciendo una pila de ellos y protegien- do los bordes o fondo de las vasijas de uno y otro con tiestos rotos y leños. Entonces se cubría con leña y se le prendía fuego”. (Matos, 2009: 23 y 24). La cerámica de Teotihuacan tiene distintivos rasgos estéticos y técnicos que permiten identificar las piezas teotihuacanas como tales aún si no fueron excavadas en el Valle de Teotihuacan y reconocer el intercambio cultural en Mesoamérica. Los usos de la cerámica van desde los rituales hasta la vida co- mún. Recordando que la vida religiosa era parte muy importante y cotidiana de todos los individuos en Teotihuacan. (Pasztory, 1993: 53). La cerámica “Anaranjado Delgado” era la más usada en Teotihuacan y el comercio más importante de la ciudad (Berrin, 1993: 82). Los principales grupos cerámicos de Teotihuacan, de acuerdo con Rat- tray (2001: 34) son: Mate, Bruñido, Pulido, Copa, Pintado y Anaranjado San Martín. Considerando material y técnica, por otra parte se pueden clasificar de acuerdo a su forma en y técnica en 3 grupos generales: Esculturas de cerámica Las esculturas de cerámica fueron de gran variedad de formas y usos. Incensarios, figurillas huéspedes y adornos. Estos últimos probablemente significaban oraciones para pedir por buena fortuna. (Ibíd.: 80). Las vasijas fitomorfas y zoomorfas son resultado de una fuerte inf luen- 46 cia de Tlatilco, así como los entierros con ofrendas cerámicas antropomorfas. El uso de moldes para hacer figuras en serie […] y rostros que des- peñes se retocaban con el fin de enfatizar algunos rasgos, como es el caso de las figuras de Teotihuacan (conocidas popularmente como caminantes), en las que se moldeaba y retocaba la cabeza y se forjaba manualmente el cuerpo. Las llamadas urnas teotihuacanas, elabo- radas por piezas y bien estructuradas, tienen dos características que muestran la tecnología del barro cocido: en ellas se quemaba copal y sin embargo no vemos perforaciones. Una solución para aportar oxígeno era que el tubo que sirve como estructura y forma parte de la tapa, desempeñaba además el efecto de tiro. Por ahí ascendía el aire caliente y el perfumado humo de copal. (Buenrostro, 2005: 16). Vasijas Plano-relieve, estuco, esgrafiado y pintura al negativo son algunas de las técnicas que fueron utilizadaspor los alfareros teotihuacanos en la crea- ción de vasijas. Resaltan los vasos trípodes característicos de Teotihuacan comúnmente con un importante contenido iconográfico. También resaltan las Vasijas del Dios de la Tormenta que han sido lo- calizadas dentro y fuera del Valle de Teotihuacan y los f loreros llamados así por su forma más se desconoce su función. Formas varias Cerámica de uso cotidiano: cajetes, ollas, ánforas, entre otras; cerámica encontrada en entierros: atropo y zoomorfas, cajas, miniaturas, entre otras. Las vasijas huecas y bien modelas, como las de los perros, son del estilo de Colima llamado por Isabel Kelly del tipo “Comala” (Matos, 2009: 5). El paso del tiempo y de las sociedades por Teotihuacan han reducido las posibilidades de conocer el contexto de las piezas teotihuacanas. El inter- 47 cambio de las mismas limita el acceso a investigadores o personas interesa- das. A su vez, se puede dar la pérdida de información o malinterpretación de la cerámica debido a la creación de réplicas, necesarias para la difusión de la cultura o la protección de las piezas originales. 48 Tabla 1. Evolución de la Cerámica Fase Fecha Monocroma Bicroma Proto-Teotihuacan 100a.C. café rojizo bayo amarillo rojizo rojo oscuro negro blanco sobre rojo sojo sobre blanco rojo sobre amari- llento rojizo rojo sobre rojo oscuro negro negativo so- bre rojo oscuro Teotihuacan I y IA *Aparición de los dioses Xipe, Tláloc y el “dios gordo”. 0-150d.C. café rojizo café grisáceo café negruzco rojo pardo rojo oscuro negro blanco sobre rojo oscuro rojo sobre café ama- rillnto blanco sobre rojo rojo sobre café ne- gativo Teotihuacan II 150-200d.C. café negro violeta rojo de hematita rojo y café sobre amarillo 49 Policroma Formas Técnicas decorativas Importaciones blanco, rojizo anarillo y rojo sobre negro negativo braseros bicónicos ollas escudillas cazuelas copas plato hemisférico vasos Pastillaje Perforación (exci- sión) Pulido Negativo Esgrafiado fino Figurillas Anaranjado duro de Morelos Cerosa de las zo- nas mayas rojo y blanco sobre café negro, blanco y rojo sobre café amarillento negro y blanco sobre rojo ollas sin asas braseros bicónicos comales cazuelas platos hemisféricos escudillas tecomates floreros vasos “Tláloc” y trípodes Se continúan y apa- recen: grabado ranurado media caña punteado fugitivo blanco pastillaje Cerosa de las zo- nas mayas Anaranjado delga- do de Puebla Rojo sobre rosa blanquizco de Morelos braseros-escudillas anafres cazuelas ollas platos trípodes vasos trípodes palanganas dentado en serie dibujo por medio de palillo Anaranjado delga- da de Puebla Rojo sobre rosa de Morelos 50 Continuación de la Tabla 1. Evolución de la Cerámica Fase Fecha Monocroma Bicroma Teotihuacan II-A *Aparece el dios viejo del fuego Huehuetéotl 200-300d.C. negro café rojo blanco sobre rojo blanco sobre café negro negativo sobre rojo Teotihuacan II-III *Se introduce el uso de moldes 300-4450d.C. café oscuro rojo hematita rojo amarillento rojo sobre café claro café negativo sobre rojo Teotihuacan III *Aparece la diosa Xochiquétzal y el dios Mono 450-550d.C. rojo sobre amarillo 51 Policroma Formas Técnicas decorativas Importaciones Escudillas tapas-platos anafres tecomates trípodes ánforas miniaturas candeleros copas patojos Calado Pintura mate excavado relleno de pintura blanca Anaranjado delga- da de Puebla Rojo sobre rosa de Morelos Micaosa de Gue- rrero braseros bicónicos con adornos platos con tres asas candeleros vasos trípodes escudillas Fresco seco moldeado mate punteado esgrafiado champlevé negativo excavado perforado pulido Anaranjado delga- do de Puebla Ceroso de las zo- nas mayas Rojo sobre rosa de Morelos Pasta fina del Golfo blanco amarillo rojo verde tazas miniaturas vasos trípodes vasijas efigie fresco seco moldeado 52 Continuación de la Tabla 1. Evolución de la Cerámica Fase Fecha Monocroma Bicroma Teotihuacan III-A *Aparece cerámica mayoide semejante a la de Tzakol 550-650d.C. Decadencia Se continúan Teotihuacan IV *Comienzo del dios Mictlantecuhtli o de la muerte *Decadencia de la cerámica 650-740 d.C. Café Rojo sobre café claro 53 Policroma Formas Técnicas decorativas Importaciones Combinación jaguar, pájaro, serpiente. Se continúan y apa- recen: Plano y Bajo rrelieve Figurillas: deidades sentadas individuos ama- rrados monstruo pája- ro-serpiente calaveras Anaranjado delga- do de Puebla Cerámica tepeu de las zonas mayas Micaosa de Gue- rrero Referencia: Matos, 2009: 24-34 54 2. Bases teóricas para el análisis de la relación símbo- lo-usos En el presente capítulo se explican y relacionan teorías que fundamen- tan la presente investigación, entre otras, las siguientes han sido conside- radas esenciales para apoyar el análisis símbolo-función de la cerámica de Teotihuacan. La “Teoría del símbolo” de Norbert Elias y “Las formas elementales de la vida religiosa” de Émile Durkheim son la base teórica de la presente inves- tigación. La primera describe la evolución humana que dio pie a la capacidad de generar y transmitir conocimiento de generación en generación, resalta la importancia de crear y usar símbolos imprescindible para nuestra sobrevi- vencia como seres sociales. En complemento, Durkheim ejemplifica por medio de la descripción del sistema totémico en Australia que el significado y valor del símbolo se hace uno con el objeto que lo porta y con el objeto que representa, en otras palabras, su teoría refuerza la importancia de la comunicación visual dentro de las sociedades, más allá de como la conocemos ahora, centrándose en la religión y en la organización social. Se introduce en éste capítulo el uso del concepto “ideología” y se preci- sa especificar su definición: [...] queda asociada a la militancia política, a la consigna de gru- po y a la fe en una determinada forma de captar los fenómenos sociales que guía la conducta hacia los objetivos por ella misma propuestos y justificados, sin que su carga emotiva permita su plena determinación conceptual. Propagada en todos los ámbitos humanos, la ideología se convierte en la forma de pensar de la sociedad enajenada. (Destutt de Tracy, 1917: 73 citado en Vilchis, 2016: 13). 55 A su vez: [...] La ideología es un sistema de valores jurídicos, políticos, eco- nómicos, morales, religiosos, etc., que en última instancia justi- fican el dominio social de una clase determinada, presentándolo como necesario y resultante de las “leyes” de la cultura —tan in- evitables como las naturales que, en términos freudianos, confi- gura las capas no conscientes de la mentalidad general y las as- piraciones sociales. (Del Palacio, 1978: 13-33 citado en Vilchis, 2016: 13). Estas definiciones relacionan estrechamente a la ideología con el capi- talismo, hecho que ocurre también con el diseño. Sin pretensión de encon- trar una analogía entre ideología y diseño se puntualiza este fenómeno para ref lexionar sobre el orden de aparición. ¿Es la sociedad actual el resultado del capitalismo? o ¿fue el capitalismo el resultado de una sociedad con aquellos valores que le otorgamos al primero?. No obstante, estos cuestionamientos quedan fuera de los alcances de la presente investigación. Volviendo a la cuestión, las definiciones de ideología mencionadas pa- recen tener implícita la idea de sociedad y de cultura. El concepto cultura se utiliza en este trabajo en el sentido de todo aquel conocimiento acumulado por un pueblo que dicta su comportamiento, acción y manifestación. El tér- mino se ha relacionado comúnmente con conocimiento de las bellas artes, se dice que alguien es muy culto cuando sabe mucho sobre arte o, en ocasiones, sobre política, historia y otros temas. Pero aquí se menciona con un sentido más apegado a las definiciones propuestas por Geertz: El concepto cultura que defiendo … denota una pauta de signifi-cados históricamente transmitidos y plasmados en símbolos, un sistema de concepciones heredadas expresadas en formas simbó- licas mediante las cuales los hombre comunican, perpetúan y de- sarrollan sus conocimientos y sus actitudes hacia la vida (Geertz, 1973b: 89. Citado en: Crehan, 2002: 61). 56 Y por Gramsci: Doy a la cultura el siguiente significado: ejercicio del pensamien- to, adquisición de ideas generales, hábito de relacionar causas y efectos. Para mí todo el mundo es culto, porque todo el mundo piensa, todo el mundo relaciona causas y efectos. (…) creo que significa pensar bien, sea cual sea el pensamiento, y por lo tanto actuar bien, sea cual sea la acción. (Gramsci, 1978: 25. Citado en: Crehan, 2002: 93). Ahora bien, la cultura es una manifestación de lo social, de un grupo cuyo fin colectivo es la sobrevivencia individual y grupal. Se habla, por ejem- plo, de responsabilidad social para referirse a las actitudes de un individuo, empresa o institución que aportan al conjunto o, al menos, no lo afectan. Es decir, en un primer momento, la sociedad es un grupo de personas en donde se utiliza la ideología como medio para lograr la unidad y la sobrevivencia, la cultura es todo aquellas manifestaciones, actividades y expresiones de dicho grupo representadas en símbolos. Aquel sector de la sociedad que difunde la ideología, en ocasiones se jacta de proteger, promover y perpetuar dicha cultura, pero quien en realidad la atesora, es el sistema simbólico. A manera de analogía, los símbolos son como un auto retrato de la cultura. No son la cultura pero la representan. En este ejemplo, la sociedad sería “la persona auto retratada”, la cultura sería la manera en que ésta persona decide auto retratarse, sus atavíos, poses, objetos que la acompañan, etc., y la fotografía en sí serían los símbolos, la sustitución del objeto por su representante pero que funcionan únicamente dentro de ese contexto. El significado de ese auto retrato puede entenderlo solo el personaje auto retratado. Pero, ¿por qué los diseñadores debemos prestar atención a esto?, ¿no es acaso un comunicólogo visual el mejor encargado de tomar la fotografía?, la planeación que requiere que el representante se acerque con la mayor fi- delidad a la interpretación de un objeto, es trabajo de un diseñador. De otra manera, el auto retratado, en el sin sentido, auto retrataría a otra persona. No 57 en el sentido literal si no que no atinaría a evocar su autopercepción. Cada cultura tiene características muy particulares. Su inf luencia en los individuos es profunda y se ve ref lejada, por mencionar solo un ejemplo, en las investigaciones. En este caso, se estudia la cultura teotihuacana con metodología, teoría y palabras actuales resultando en la tergiversación de la historia. Es atrevido utilizar el término ideología relacionado con la sociedad del primer milenio de nuestra era, probablemente es un error pero en este trabajo se apuesta por la descontextualización como camino para entender los conceptos utilizados en la disciplina del diseño. Se han seleccionado las teorías mencionadas como apoyo a dicha apues- ta. El aporte de ambos autores para esta investigación reside en el enfoque histórico que le dan al símbolo y su papel dentro de un grupo social. De esta manera se puede fundamentar el estudio de los símbolos presentes 37 piezas de cerámica teotihuacana desde el diseño y la comunicación visual. Cabe destacar que en esta disciplina tomamos prestadas teorías de otras áreas en el camino de crear las propias. 2.1 La importancia de los símbolos en Teotihuacan de acuerdo con la teoría del símbolo de Norbert Elias Se han elegido dos teorías que sirven como pilares para la presente in- vestigación y permiten conectar la cerámica de Teotihuacan con el diseño y la comunicación visual y analizar la relación que existe entre los símbolos re- presentados en las piezas de cerámica y los distintos usos que se cree fueron otorgados a las mismas piezas. En el capítulo anterior se puntualizó qué son los símbolos, el papel que juegan dentro de la sociedad y lo que han signifi- cado en la evolución humana, todo esto explicado en la “Teoría del símbolo” de Norbert Elias que ayuda al lector a tener en mente que los símbolos son fundamentales en la vida de cualquier sociedad. Por otra parte los símbolos siempre están dotados de significados convencionales que contienen la ideo- 58 logía de la sociedad a la que pertenecen. Por eso se afirma que en Teotihua- can los símbolos fueron un elemento esencial para el desarrollo e inf luencia de la cultura teotihuacana en Mesoamérica, tanto dentro de la ciudad como en lugares tan lejanos como Guatemala. Los símbolos nos permiten representar ideas, están cargados de sig- nificados más profundos que la obviedad del objeto representado. Estas re- presentaciones permiten la identificación de los símbolos y la interpretación de su significado convencional entre los miembros del grupo social al que pertenecen, eso permite la transmisión del conocimiento de generación en generación y a su vez la creación de nuevo conocimiento. Aceptando esto como una necesidad de comunicación en todas las sociedades, se ha buscado el significado de los símbolos que se encontraron en los restos de murales, arquitectura, escultura y cerámica de Teotihuacan. Sin embargo, “Para que un lenguaje cumpla su función como medio de comunicación ha de conocer- lo y usarlo una pluralidad de individuos al mismo tiempo” (Ibíd.: 57). Los esfuerzos realizados sólo han dado como resultado propuestas de interpre- tación de las que no se tiene la certeza de acierto dado que los símbolos son convencionales y sólo los puede comprender adecuadamente quién pertenece al grupo social donde se les utiliza, cualquier otra interpretación sería algo más parecido a una traducción que por su naturaleza pierde el contexto del símbolo original y eso significa una gran pérdida de información. A pesar de esto, la creación y uso de símbolos ha sido una actividad constante dentro de las sociedades e incluso han permitido la transmisión de conocimiento entre distintas sociedades o a través del tiempo. “En el caso de los humanos, la ascensión al predominio de tipos aprendidos de comunicación en forma de lenguajes, idéntica con toda probabilidad a lo que se llama predominio cerebral o cortical en el caso del cerebro humano, constituyó un avance trascendental igual de grande, si no mayor en cuanto a la forma de innovación evolutiva que fue necesaria para realizarlo, que el que se produjo, por ejemplo, 59 cuando los reptiles terrestres se convirtieron en aves aéreas.” (Elias, 1994: 94) Suponiendo que se dio esa evolución por la necesidad de comunicación de los individuos, fue para poder formar grupos sociales que son fundamen- tales para nuestra sobrevivencia. Un individuo necesita de los conocimiento de un grupo para darle sentido al mundo y orientarse, se apropia de los sím- bolos y por tanto del conocimiento de su grupo. ”La naturaleza humana y la sociedad humana, lejos de ser antípodas, se entrelazan y dependen una de la otra en ciertos aspectos.” (Ibíd.: 62). Dentro del grupo, los símbolos contie- nen su ideología y colaboran a su desarrollo. EL desarrollo de Teotihuacan fue de los más rápidos en Mesoamérica por eso es tan intrigante su colapso. Sin lugar a duda, los símbolos sirvieron para la propagación ideológica y el control de masas, la ideología, difundida por los símbolos, marcaba las reglas del comportamiento social. “La organización social debió tener gran impor- tancia (...) ya que la construcción de los grandes monumentos implica mano de obra abundante y un control casi absoluto de parte del grupo dirigente” (Matos, 2009: 20). En esto destacan los murales y la cerámica. La particula- ridad de la cerámica que la hace un mejor medio para representar símbolos es su tamaño. A pesar de su fragilidad es un soporte de fácil transportación y se le ha encontrado
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