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UNIVERSIDAD NACIONAL 
AUTÓNOMA DE MÉXICO 
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES 
ACATLÁN 
 
 
“CON ÁNIMO DE QUE ESTÉ SEPARADO EL SANTO 
MATRIMONIO”. IMPEDIMENTOS PARA LA VIDA 
MARIDABLE A NEGROS ESCLAVOS EN LA CIUDAD DE 
MÉXICO, SIGLO XVII. 
 
 
TESIS 
 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE 
 
LICENCIADO EN HISTORIA 
 
PRESENTA 
 
 
JAVIER SALGADO OCAMPO 
 
 
ASESORA: DRA. MARÍA DE LOURDES VILLAFUERTE 
GARCÍA 
 
 
 
Santa Cruz Acatlán, Naucalpan, Estado de México, abril de 2018.
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
A las víctimas de la violencia en México 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Algo que te exceda viniendo de ti mismo, y 
que no aspire a ser ídolo ni redención. 
Antonio López Mijares, Tópicos 
 
1 
 
Agradecimientos 
 
A Lourdes Villafuerte por haber asesorado y dirigido esta tesis. Por compartir 
conmigo tus ideas y recomendaciones, pero sobre todo por escucharme y leerme, 
sin tus palabras y dirección esto no hubiera sido posible. 
A Rosa Félix Matamoros y Rebeca López por enseñarme el oficio del historiador. 
Al Seminario de Historia de las Comunidades Domésticas: Teresa Lozano, Lourdes 
Villafuerte, Diana Laura Romero, José Luis Cervantes, Evy Pérez y Jorge Luis Rojas 
gracias por leer y comentar esta tesis desde el inicio, cuando sólo era una idea, 
hasta el final. A Sergio Ortega Noriega (Q. E. P. D.), de quien los miembros del 
seminario seguimos aprendiendo y abrevando de su conocimiento a través de las 
doctoras Lozano y Villafuerte. 
A mis sinodales por su atenta lectura y comentarios. A María Elisa Velázquez por 
sus agudas observaciones. 
A mi familia, gracias por apoyarme y soportarme todos estos años. A Ángel y Elvira, 
por la vida. A Ángel, Manuel y Lizeth por los años, las pláticas y las risas. A Teódulo 
y Engracia por estar con nosotros. Alicia, Raúl, Rubén, Leticia, Esther, Maricela, 
Nelly por ayudarme a cumplir la primera parte de este sueño. A Balbina por las 
charlas sobre el matrimonio y la esclavitud, y por la mucha o poca herencia africana. 
Fany, gracias por las fotos mientras escribía la tesis, por escucharme y regañarme. 
Mario, por ser el rumi y amigo que cuida, escucha y siempre está conmigo. Los dos, 
mis amigos-hermanos. 
A Marisol Barrera, gracias por recibir en tu casa a un desconocido que quería entrar 
a una universidad. Por las caminatas, comidas y palabras, por las aventuras y los 
cráneos. 
A José Macuil con quien compartí la experiencia de la tesis, que leyó parte de los 
borradores de este trabajo, pero sobre todo por tu comprensión y consejos. 
La Fundación Lorena Alejandra Gallardo me apoyó en la parte final de mi vida 
universitaria. Al comité de ex becarios: Leslie Gurza, Edgard Baqueiro, Antonio 
Cortina y Montserrat Hernández por estar conmigo en los días difíciles y mostrarme 
el valor de la familia FLAG. A Claudia Sabag, por escucharme a través de la 
distancia y por haberme ayudado a detener la caída, contigo descubrí cosas nuevas 
desde el primer día que te vi. 
A Julienne Gallardo por creer y siempre estar conmigo, por las miradas de amor, las 
palabras de aliento. Mi corazón es tuyo. 
A mi cuerpo y a mi mente, por recordarme que juntos somos el mejor equipo. 
2 
 
Índice 
 
Agradecimientos .............................................................................................................. 1 
Introducción ..................................................................................................................... 4 
Una revisión historiográfica ....................................................................................................... 11 
Nuestra propuesta ...................................................................................................................... 22 
Capítulo 1. Los esclavos y la esclavitud en la ciudad de México del siglo XVII ........ 29 
1.1. La ciudad de México en el siglo XVII .............................................................................. 30 
1.1.1 La ciudad y sus habitantes .......................................................................................... 31 
1.1.2. Los negros esclavos ................................................................................................... 34 
1.2. La esclavitud de tradición hispana .................................................................................. 39 
1.2.1. Las Siete Partidas ...................................................................................................... 40 
1.2.2. La Recopilación de Leyes de Indias ......................................................................... 42 
1.2.3. Negros traídos de África ............................................................................................. 45 
1.3. Los trabajos de los esclavos ............................................................................................ 48 
1.3.1. Negros en minas, haciendas y obrajes .................................................................. 48 
1.3.2. Los esclavos de servicio doméstico ........................................................................ 57 
1.4. Consideraciones ................................................................................................................ 63 
Capítulo 2. El matrimonio y la Audiencia eclesiástica ................................................ 67 
2.1. El matrimonio en la legislación eclesiástica y civil......................................................... 68 
2.1.1. El matrimonio en la legislación eclesiástica ............................................................ 68 
2.1.1.1. El pensamiento de Santo Tomás de Aquino sobre el matrimonio ............... 69 
2.1.1.2. El Concilio de Trento ........................................................................................... 72 
2.1.1.3. El Tercer Concilio Provincial Mexicano ............................................................ 74 
2.1.2. El matrimonio en la legislación civil .......................................................................... 78 
2.2. La Audiencia eclesiástica .................................................................................................. 82 
2.2.1. Las partes de una causa ............................................................................................ 84 
2.2.1.1. Incoación ............................................................................................................... 85 
2.2.1.2. Auto ........................................................................................................................ 86 
2.2.1.3. Censuras ............................................................................................................... 87 
2.2.1.4. Notificación, ........................................................................................................... 88 
2.2.1.5. Controversia .......................................................................................................... 89 
2.2.1.6. Conclusión ............................................................................................................. 90 
3 
 
2.2.2. Los personajes ...........................................................................................................92 
2.2.2.1. El provisor .............................................................................................................. 93 
2.2.2.2. El procurador ......................................................................................................... 95 
2.2.2.3. Demandado y demandante. ................................................................................ 99 
2.2.2.4. Testigos ................................................................................................................ 100 
2.3. Consideraciones .............................................................................................................. 102 
Capítulo 3. La vida maridable y los casos ................................................................. 105 
3.1. Los matrimonios y la vida maridable ............................................................................. 106 
3.1.1. Tendencias matrimoniales de los negros esclavos ............................................. 109 
3.1.2. La vida maridable de los esclavos .......................................................................... 115 
3.2. Los casos ........................................................................................................................... 122 
3.2.1. Los provisores ............................................................................................................ 123 
3.2.2. Los amos y sus oficios .............................................................................................. 125 
3.2.3. Demandante (él/ella) ................................................................................................. 129 
3.3. Consideraciones ............................................................................................................... 131 
Capítulo 4. Los tipos de impedimentos para la vida maridable ................................ 135 
4.1. Tipo Económico ................................................................................................................ 137 
4.1.1. Ingenio ......................................................................................................................... 138 
4.1.2. Obraje .......................................................................................................................... 149 
4.2. Tipo Ejercicio de poder .................................................................................................... 154 
4.2.1. Venta fuera de la ciudad y cambio de domicilio ................................................... 155 
4.2.2. No me deja entrar o salir de su casa (a él o ella) ................................................. 161 
4.2.3. Maltrato ....................................................................................................................... 165 
4.3 Consideraciones ................................................................................................................ 166 
Conclusiones ............................................................................................................... 171 
Anexos.......................................................................................................................... 184 
Anexo 1. Expedientes matrimoniales sobre impedimentos para vida maridable de 
negros esclavos ........................................................................................................................ 184 
Anexo 2. Tendencias matrimoniales de los negros esclavos ............................................ 190 
Anexo 3. Provisores y casos atendidos por año ................................................................. 192 
Fuentes consultadas ................................................................................................... 193 
 
 
4 
 
Introducción 
En julio de 1667 Francisca de la Cruz, negra esclava de Juan de Salinas, se 
presentó en el Provisorato del arzobispado de México para decir que era casada y 
velada con Matheo de la Parra, negro esclavo del capitán don Antonio Moctezuma, 
quien les impedía el cohabitar al haber enviado a su esposo con prisiones a un 
obraje en el pueblo de Tacuba, por lo que pedía que regresaran a Matheo a la ciudad 
a fin de que pudieran hacer vida maridable “como dios manda” “los días de 
obligación”. El juez provisor, Nicolás del Puerto, atendió la causa el 6 de julio de ese 
año y ordenó a Antonio Moctezuma que no impidiera ni estorbara el que su esclavo 
cohabitara e hiciera vida maridable con su mujer, según es obligación del santo 
matrimonio, si no sería acreedor de excomunión mayor. 
 El capitán Moctezuma respondió que tendría a su esclavo en Tacuba hasta 
que encontrara en la ciudad quien se lo comprase. Sin embargo, parece que no lo 
cumplió porque Francisca volvió con el provisor para decir que seguía sin ver a su 
esposo, a lo que pidió que lo regresasen a la ciudad en breve término. El juez 
eclesiástico ordenó al amo de Matheo que cumpliera con lo que tenía mandado, y 
finalmente, Antonio Moctezuma fue notificado de ello y no sabemos si cumplió o no 
lo que le había sido ordenado.1 
 Así como el caso de Francisca de la Cruz, muchos matrimonios, libres y 
esclavos, en algún momento de su vida podían enfrentar obstáculos para ver a su 
 
1 Francisca de la Cruz, negra esclava, solicita se mande le devuelvan a su esposo que trabaja en la 
Villa de Tacuba y no puede hacer vida maridable con él. México, 1667. Archivo General de la Nación 
México (en adelante AGNM), Indiferente virreinal, caja 5626, exp. 91. 
Se ha actualizado la ortografía y sintaxis de los documentos, sólo se respeta la forma original de 
nombres, apellidos y lugares. 
5 
 
cónyuge. Las parejas de negros esclavizados muchas ocasiones tuvieron 
impedimentos para la vida maridable por parte de alguno de los amos. La vida 
maridable o marital la entendemos como “la constante unión de ánimos más que la 
sensual conmistión de los cónyuges”,2 es decir que se debe vivir en sociedad, 
compartir y participar mutuamente en sus vidas en una misma casa como si fueran 
uno en las dichas y desgracias cotidianas, auxiliándose en sus necesidades, en la 
crianza y educación de los hijos.3 Sin embargo con los esclavos había partes que 
no se podían cumplir, es por eso que sabemos que existían impedimentos para 
hacer vida conyugal en los matrimonios de negros esclavos. 
 Las familias de esclavos han sido poco tratadas por la historiografía, en 
comparación con familias de españoles, de indios, o de otras calidades, pues en 
general los trabajos han privilegiado mostrar el mestizaje en distintos lugares.4 De 
la familia esclava nos interesa el matrimonio, y en particular el derecho a “hacer vida 
maridable” y los impedimentos que ésta tenía, que para los esclavos podía ser difícil 
llevar a cabo. 
 Los negros africanos estuvieron presentes en América desde los primeros 
contactos de la colonización, se cree que entre 1595 y 1640 fue el periodo en que 
arribaron de manera forzada un mayor número de personas esclavizadas América: 
entre 200 y 230 mil negros africanos transportados por las que se conocían como 
 
2 Marta de la Cuesta Figueroa y María Elena Silva Nieto de Matorras, “Consideraciones jurídicas 
acerca de la obligación de los casados de hacer vida maridable. Salta y Jujuy (siglos XVII y XVIII)” 
en Revista Chilena de Historia del Derecho, Santiago, Universidad de Chile, núm. 13, 1987, p. 129. 
3 Idem. 
4 Por ejemplo, se puede ver Ana de Zaballa de Beascoechea, “Una ventana al mestizaje: el 
matrimonio de los indios de México, 1660-1686” en Revista Complutense de Historia de América, 
Madrid, Vol. 42, 2016, pp. 73-96. 
6 
 
compañías negreras portuguesas,5 de los cuales se estima que 75 mil llegaron a 
México desde la conquista.6 Los africanos llegaron como acompañantes de 
conquistadores, algunosmás como conquistadores, sirvientes y otros como el 
posible origen de enfermedades.7 
Estos africanos fueron traídos a América debido a diversos factores como el 
descenso de la población nativa, ya que para finales del siglo XVI los indígenas 
llegaban a cerca de un millón 375 mil de los 11 millones de habitantes que había en 
1519,8 lo que trajo consigo un déficit en la mano de obra del virreinato. 
Los esclavos estuvieron presentes en diversos sectores productivos de la 
economía de la Nueva España, en el campo y en la ciudad. Es importante señalar 
que existían diferencias en las condiciones de vida de los esclavos de centros 
urbanos, como la ciudad de México, con los de áreas rurales, principalmente por el 
tipo de trabajo ya que no era la misma exigencia dada a una sirvienta doméstica de 
 
5 Juan Manuel de la Serna H., “Períodos, cifras y debates del comercio de esclavos novohispanos, 
1540-1820” en América Latina en la Historia Económica, México, Instituto de Investigaciones Dr. 
José María Luis Mora, enero-junio 2004, p. 52, 54; La mayor parte de esclavizados llegaron del oeste 
del río Zaire y el norte de Benguela, y los puertos de embarcación fueron en Luanda, Lobito y 
Benguela, en lo que actualmente conocemos como Angola. Herman Bennett, “Genealogies to a past. 
Africa, ethnicity, and marriage in seventeenth-century Mexico” en Edward E. Baptist y Sthephanie M. 
H Camp, eds., New studies in the history of American slavery, Athens, Georgia, The University of 
Georgia Press, 2006, pp. 136-137. 
6 Bennett, op. cit., p. 128. 
7 Matthew Restall, “Conquistadores negros: africanos armados en la temprana Hispanoamérica” en 
Juan Manuel de la Serna Herrera, Pautas de convivencia étnica en la América colonial (indios, 
negros, mulatos, pardos y esclavos), México, Centro coordinador y difusor de estudios 
latinoamericanos-UNAM-Gobierno del Estado de Guanajuato, 2005, pp. 19-72; Gonzalo Aguirre 
Beltrán, La población negra de México. Estudio etnohistórico, México, Secretaría de la Reforma 
Agraria-Centro de Estudios Históricos del Agrarismo en México, 1981, pp. 19-24. 
8 Woodrow Borah y Sherbuerne F. Cook, “La despoblación del México central en el siglo XVI” en 
Historia Mexicana, México, El Colegio de México, vol. XVII, núm. 1, julio-septiembre 1962, pp. 1-5. 
Entre las causas de baja de población podríamos mencionar lo que Elsa Malvido nombra como 
patología pandémica, biosocial pandémica y patología social endémica, La población, siglos XVI al 
XX, México, Universidad Nacional Autónoma de México-Océano, 2006, pp. 25-32. 
7 
 
la ciudad o un capataz de hacienda en comparación con un cortador de caña en 
una hacienda azucarera, en un obraje o en minas. Este tipo de diferencias se 
pudieron observar a finales del siglo XVI y principios del XVII cuando había más 
esclavos en haciendas y trapiches azucareros, es decir que la población se ruralizó,9 
es por esta razón que los esclavos de zonas urbanas pudieron tener cierto temor a 
ser enviados a un tipo de trabajo más pesado al que estaban acostumbrados y que 
requería de la explotación intensiva de la mano de obra. 
 La población de origen africano que vivía y trabajaba en la Nueva España era 
abundante, y muchos de ellos estaban casados. Herman Bennett, entre 1596 y 
1640, contabilizó 330 parejas, de las cuales 100 vivían en la misma casa.10 El vivir 
juntos, convivir, platicar, o simplemente verse lo podemos considerar como vida 
maridable ya que es lo que se esperaba de cualquier pareja de casados, por lo que 
responder cómo se les impedía el uso del matrimonio a los negros esclavos del siglo 
XVII es la intención de este trabajo. 
El matrimonio cristiano ha aparecido constantemente en las fuentes 
eclesiásticas, como el Antiguo y Nuevo Testamento. Un punto clave fue en el siglo 
XII cuando aparecieron las normas relacionadas con el matrimonio en la obra del 
jurista Graciano. Después, a mediados del siglo XIII en la Suma teológica, obra de 
Santo Tomás de Aquino, que en un esfuerzo por sintetizar todo el pensamiento 
 
9 De la Serna H., op. cit., p. 50 
10 Herman Bennett, Lovers, Family and Friends: the formation of Afro-Mexico, 1580-1810, tesis de 
doctorado, Duke University, 1993, p. 71. 
8 
 
cristiano dejó como legado la teología que estaría vigente para la Nueva España, y 
para toda la cristiandad.11 
Fue en el Concilio de Florencia (1438) cuando el matrimonio apareció por 
primera vez como un sacramento.12 Su fundamento señala que “es un contrato que 
se establece libremente entre un hombre y una mujer, por medio del cual se 
comprometen a vivir juntos, ayudarse mutuamente, cohabitar, guardarse fidelidad y 
hacerse cargo de la posible prole”.13 Tras dificultades que no quedaban claras como 
los impedimentos para el matrimonio o la indisolubilidad, en la sesión XXIV del 
Concilio de Trento se hablaron aspectos relacionados con el matrimonio14 entre las 
cuales se reconoció expresamente el poder de la Iglesia de establecer y declarar 
impedimentos matrimoniales, y su jurisdicción eclesiástica exclusiva en materia 
matrimonial.15 Estas ideas pasaron a la Nueva España y se reafirmaron con el 
Tercer Concilio Provincial Mexicano en 1585. 
 Ahora pensemos que toda persona que entraba a las Indias tendría que ser 
católica, esto mismo pasó con los esclavos,16 que eran bautizados en el puerto de 
 
11 Véase Sergio Ortega Noriega, “El discurso del Nuevo Testamento sobre el matrimonio, la familia 
y comportamientos sexuales” en Solange Alberro, et. al, Seis ensayos sobre el discurso colonial 
relativo a la comunidad doméstica. Matrimonio, familia, y sexualidad a través de los cronistas del 
siglo XVI, el Nuevo Testamento y el Santo Oficio de la Inquisición, México, Instituto Nacional de 
Antropología e Historia, 1980, pp. 77-101; y del mismo autor, “El discurso de Santo Tomás de Aquino 
sobre el matrimonio, la familia y los comportamientos sexuales” en Seminario de Historia de las 
Mentalidades, Vida cotidiana y cultura en el México virreinal. Antología, México, Instituto Nacional de 
Antropología e Historia, 2000, pp. 27-73. 
12 Mónica Ghirardi y Antonio Irigoyen López, “El matrimonio, el Concilio de Trento e Hispanoamérica” 
en Revista de Indias, Madrid, Instituto de Historia, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 
vol. LXIX, núm. 246, 2009, p. 243. 
13 María de Lourdes Villafuerte García, Relaciones entre los grupos sociales a través de la 
información matrimonial. Ciudad de México, 1628-1634, tesis de licenciatura, México, Facultad de 
Filosofía y Letras-UNAM, 1991, p. 128. 
14 Ibidem, p. 30. 
15 Ghirardi e Irigoyen López, op. cit., p. 244. 
16 Richard Konetzke, América latina II. La época colonial, México, Siglo XXI, 28ª ed., 2000, p. 66. 
9 
 
embarque hacia América. Los negros africanos, católicos, a pesar de la condición 
de esclavitud se consideraban dentro del reino de Dios, aunque había diferentes 
católicos, como los cristianos viejos, españoles que tenían generaciones en el 
catolicismo, y los recién convertidos, como los indios y negros. Sin importar que la 
persona fuera esclava, o no, debía cumplir con los preceptos canónicos: es decir, 
llegar al matrimonio por libre consentimiento y tener el derecho y el deber de 
cohabitar.17 
 Una vez que los esclavos estaban casados se acostumbraba que vieran a 
sus parejas un día a la semana,18 pero había ocasiones en que alguno de los amos 
impedía que esto sucediera, era entonces cuando el esposo o la esposa acudía a 
una instancia judicial en la que presentaba una petición para hacer vida maridable.19 
Estas denuncias se hacían ante el Provisorato, o en algunas ocasiones ante una 
instancia de justicia civil. Para esta investigación interesan las denuncias hechas 
ante el Provisorato por el mayor número de casos que tiene. 
Tomamoslas denuncias hechas ante la justicia eclesiástica porque se 
consideraba que la Iglesia era la encargada de velar por el matrimonio, y con ello 
cuidar del orden social, por lo que cualquier impedimento sobre el sacramento 
matrimonial sería un asunto importante por resolver, como lo eran los divorcios, la 
nulidad y los impedimentos para la vida maridable, puesto que cada uno de ellos 
 
17 Villafuerte García, op. cit., p. 88. 
18 María Elisa Velázquez Gutiérrez, Mujeres de origen africano en la capital novohispana, siglos XVII 
y XVIII, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia- Programa Universitario de Estudios de 
Género-UNAM, 2006, pp. 253-256. 
19 También se le llamaba vida marital, en matrimonio, cohabitar, hacer cohabitación, o usar del 
matrimonio. 
10 
 
representaba un agravio a la unión sacramentada. Ya que según la teología de 
santo Tomás los pecados o transgresiones a la ley de Dios lesionan el amor debido 
a Dios, y este amor se puede manifestar en el cumplimiento de los mandamientos.20 
 Por eso nos preguntamos ¿cuál era la importancia del matrimonio para las 
personas sometidas a esclavitud? En un primer momento podemos pensar en 
sentimientos como el amor frente a una situación en las que un tercero pone en 
riesgo la convivencia matrimonial. También lo podemos ver como un hueco en el 
poder entre el amo y el esclavo,21 es decir, una situación en la que se peleaba por 
un derecho que al mismo tiempo es una obligación del contrato matrimonial: la vida 
en pareja, convivir, hacer vida maridable. Con esto también se puede apreciar una 
apropiación de la legislación eclesiástica relacionada con los sacramentos, en tanto 
que los esclavos eran católicos defendiendo el matrimonio. Así las preguntas que 
guiaron nuestra investigación fueron: ¿cómo los amos impedían la vida maridable a 
sus esclavos?, ¿había forma de defender este “derecho”?, ¿de ser así, ante quién 
y cómo se realizaba el proceso de denuncia? 
De las diferentes calidades existentes en la Nueva España se eligieron 
matrimonios conformados por un negro con una negra, ambos esclavos, en virtud 
de que considera que eran recién llegados a la Nueva España o negros criollos, 
nacidos en América, y de primer generación, esto sin el afán de creer que eran un 
grupo endogámico, sino como ejemplos que revelan el problema para la vida 
 
20 Sergio Ortega Noriega, “De amores y desamores” en Sergio Ortega Noriega, et al, Amor y 
desamor. Vivencias de parejas en la sociedad novohispana, México, Instituto Nacional de 
Antropología e Historia, 2ª ed., 1999, p. 21. 
21 Michel Foucault, “Las mallas del poder” en Obras esenciales, Barcelona, Paidós, 1999. 
11 
 
matrimonial dentro de la población esclava, pues consideramos que hablar de vida 
maridable y la defensa hecha por los esclavos ante el Provisorato es importante 
porque el tema no ha sido tratado con detenimiento por la historiografía mexicana. 
 
Una revisión historiográfica 
de la historia de la familia y de la población negra en México muestra lo poco que 
ha sido tratado la vida maridable, en particular la de los esclavos. Hasta hace unos 
años la historia de la familia se encontraba entre los temas preferidos por algunos 
grupos de historiadores. En México el Seminario de Historia de las Mentalidades, 
del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH),22 y el seminario de Historia 
de la Familia, en El Colegio de México,23 estudiaron la historia de la familia y asuntos 
relacionados. A partir de estos y otros grupos se han tratado temas ligados con la 
familia y el matrimonio. Mención especial merecen los trabajos de Asunción Lavrín 
y de Patricia Seed que fueron semillero de investigaciones sobre temas relevantes 
 
22 Seminario de Historia de las Mentalidades, Familia y sexualidad en Nueva España. Memoria del 
primer Simposio de Historia de las Mentalidades, México, Fondo de Cultura Económica, 1982; La 
memoria y el olvido. Segundo Simposio de Historia de las Mentalidades, México, Dirección de 
Estudios Históricos-INAH, 1985; Familia y poder en Nueva España. Memoria del tercer Simposio de 
Historia de las Mentalidades, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 1991; 
Comunidades domésticas en la sociedad novohispana. Formas de unión y transmisión cultural. 
Memoria del IV Simposio de Historia de las Mentalidades, México, Instituto Nacional de Antropología 
e Historia, 1994; Del dicho al hecho... Transgresiones y pautas culturales en la Nueva España, 
México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2ª ed., 1999. 
23 Pilar Gonzalbo Aizpuru, coord., Familias novohispanas. Siglos XVI al XIX, México, El Colegio de 
México, 1991; Pilar Gonzalbo Aizpuru, Familia y orden colonial, México, El Colegio de México, 1998; 
Educación, familia y vida cotidiana en el México virreinal, México, El Colegio de México, 2013; Pilar 
Gonzalbo Aizpuru, coord., Amor e historia: la expresión de los afectos en el mundo de ayer, México, 
El Colegio de México, 2013. 
12 
 
para el estudio de la familia y sexualidad en la Nueva España, como lo puede ser la 
idea del honor entre las mujeres.24 
 A través de los registros sobre comportamientos sexuales podemos ver las 
tendencias para elegir pareja, adulterio o bigamia, por mencionar algunos. Respecto 
a los esclavos María Elena Cortés Jácome encontró que algunos amos 
consideraban mejor las relaciones “prohibidas”,25 como pudo ser el concubinato, ya 
que aprobando conductas que no deberían ser permitidas se libraban de acceder a 
que sus esclavos cohabitaran, como lo tenían obligado los esposos. También 
mostró que había amos que intervenían en la elección de pareja de sus sirvientes, 
con el fin de sacar provecho de la situación, como tener más mano de obra con los 
hijos de sus esclavas.26 
Mientras que había otros amos que no sólo permitían que sus esclavos se 
vieran, sino que destinaban espacios para tal efecto, este tipo de comportamiento 
lo podemos encontrar más en espacios fuera de la ciudad como en las haciendas 
azucareras, así nos lo dejan ver los trabajos de Adriana Naveda y de Ermila 
Troconis.27 En algunos estudios como el de Villafuerte García se privilegia 
 
24 Asunción Lavrín, coord., Sexualidad y matrimonio en la América hispánica, siglos XVI-XVIII, 
México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes-Grijalbo, 1991; Patricia Seed, Amar, honrar y 
obedecer en el México colonial. Conflictos en torno a la elección matrimonial, 1574-1821, México, 
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes-Alianza, 1991. 
25 María Elena Cortés Jácome, “Los ardides de los amos: manipulación e interferencia en la vida 
conyugal de sus esclavos. Siglos XVI-XVII” en Seminario de Historia de las Mentalidades, Del dicho 
al hecho... Transgresiones y pautas culturales en la Nueva España, México, Instituto Nacional de 
Antropología e Historia, 2ª ed., 1999, pp. 27-75. 
26 María Elena Cortés Jácome, El grupo familiar de los negros y mulatos: discurso y comportamientos 
según los archivos inquisitoriales. Siglos XVI-XVII, tesis de licenciatura, México, Facultad de Filosofía 
y Letras-UNAM, 1984, p. 34. 
27 Adriana Naveda Chávez-Hita, “Algunas consideraciones sobre matrimonios esclavos” en Anuario 
VIII, Veracruz, Universidad Veracruzana, 1992; Ermila Troconis de Veracochea, Indias, esclavas, 
mantuanas y primeras damas, Caracas, Alfadil, 1990, p. 49. 
13 
 
demostrar la endogamia propia de cada grupo social, y en otros se prefiere ver las 
uniones heterogéneas,28 relaciones interétnicas, que dieron origen a una variedad 
y formas de organización familiar, así como ventajas que podía ofrecer el 
matrimonio, como la movilidad social, o conflictos que podría traer consigo la 
convivencia entre grupos con distintas formasde apreciar la vida. 
 Dado que la familia “formal” implica la existencia previa de un enlace 
matrimonial, y éste enlace es un sacramento, el matrimonio se ha visto como un 
asunto doctrinal como nos mostró Sergio Ortega Noriega con sus estudios de 
discursos cristianos del Nuevo Testamento, de Santo Tomás de Aquino y de los 
teólogos novohispanos. Con ello se ve al matrimonio como parte del derecho 
canónico,29 aparte de las costumbres y transgresiones que pudiera tener. Por este 
medio la Iglesia delimitaba lo que correspondía a su jurisdicción y lo que no, por 
ejemplo, cuáles eran los pasos para llegar al matrimonio, o las posibles formas de 
obtener el divorcio o nulidad.30 Hemos de mencionar que entre la población a veces 
 
28 Villafuerte García, op. cit. 
29 Sergio Ortega Noriega, “El discurso Nuevo Testamento…”; “El discurso de Santo Tomás de 
Aquino…”; “Teología novohispana sobre el matrimonio y comportamientos sexuales, 1519-1570” en 
Sergio Ortega Noriega, De la santidad a la perversión. O de porqué no se cumplía la ley de Dios en 
la sociedad novohispana, México, Grijalbo, 1985, pp. 19-46; “Notas sobre la historia de la teología 
del matrimonio en la Nueva España” en Amaya Garritz, coord. y ed., Un hombre entre Europa y 
América. Homenaje a Juan Antonio Ortega y Medina, México, Instituto de Investigaciones Históricas-
UNAM, 1993, pp. 151-167; “Los teólogos y la teología novohispana sobre el matrimonio, la familia y 
los comportamientos sexuales. Del Concilio de Trento al fin de la Colonia”, en Seminario de Historia 
de las Mentalidades, Del dicho al hecho... Transgresiones y pautas culturales en la Nueva España, 
México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2ª ed., 1999, pp. 15-38. 
30 Lourdes Villafuerte García, et. al, “La sevicia y el adulterio en las causas matrimoniales en el 
provisorato de México a fines de la era colonial. Un estudio de la técnica procesal jurídica” en 
Estudios de Historia Novohispana, vol. 38, núm. 38, México, Instituto de Investigaciones Históricas-
UNAM, 2008; véase también Silvia Marina Arrom, La mujer mexicana ante el divorcio eclesiástico 
(1800-1857), México, Secretaría de Educación Pública, 1976; y Ana María Presta, “De casadas a 
divorciadas. Separaciones, divorcios y nulidades matrimoniales en la sociedad colonial, Audiencia 
de Charcas, 1595-1640” en Revista Complutense de Historia de América, Madrid, Universidad 
Complutense de Madrid, vol.42, pp. 97-118. 
14 
 
no se sabía bien a qué tipo de autoridad acudir por lo que podrían hacerlo ante 
tribunales civiles y otros ante el tribunal eclesiástico. 
 El matrimonio, con frecuencia, ha sido tratado después del Concilio de 
Trento. Trabajos pioneros como el de Rípodas Ardanaz hacen un esfuerzo por 
sintetizar el discurso legal sobre el matrimonio en la América hispánica, pues a 
través de un recorrido por muy diversas fuentes logra mostrar la esencia del 
discurso y la realidad jurídica del contrato matrimonial.31 Como parte de la justicia 
eclesiástica el trabajo de Jorge Traslosheros es revelador, pues nos muestra la 
estructura y funcionamiento de la Audiencia eclesiástica,32 también vemos que el 
matrimonio se entendía como un asunto religioso, pero que estaba nombrado en la 
legislación civil, como nos lo dejan ver los trabajos de Margadant y Pacheco 
Escobedo, que muestran aspectos legales del matrimonio, no sólo con la visión 
religiosa pues incluyen la parte secular de las leyes.33 Por otro lado se ha visto la 
relación entre Roma y la Nueva España en torno a las dispensas que eran 
necesarias para aquellos novios que tenían cierto grado de consanguinidad, como 
nos lo muestra Benedetta Albani.34 
 
31 Daisy Rípodas Ardanaz, El matrimonio en Indias. Realidad social y regulación jurídica, Buenos 
Aires, Fundación para la Educación, la ciencia y la cultura, 1977. 
32 Jorge E. Traslosheros, Iglesia, justicia y sociedad en la Nueva España. La audiencia del 
arzobispado de México, 1598-1668, México, Porrúa-Universidad Iberoamericana, 2004; también 
véase Ana de Zaballa de Beascochea, “Introducción. Matrimonio en los siglos XVI-XVIII: derecho 
canónico, conflictos y realidad social” en Revista Complutense de Historia de América, Madrid, Vol. 
42, 2016, pp. 11-14. 
33 Guillermo F. Margadant, “La familia en el derecho novohispano” en Pilar Gonzalbo Aizpuru, 
Familias novohispanas. Siglos XVI al XIX, México, El Colegio de México, 1991, 27-56; Alberto 
Pacheco Escobedo, “Algunos aspectos del matrimonio en las Leyes de Indias” en Francisco de Icaza 
Dufour, coord., Recopilación de Leyes de los reinos de Ias Indias. Estudios histórico-jurídicos, 
México, Escuela Libre de Derecho-Miguel Ángel Porrúa, 1987, pp. 515-523. 
34 Benedetta Albani, “El matrimonio entre Roma y la Nueva España, historia y fuentes documentales 
(siglos XVI-XVII)” en Doris Bieñko de Peralta y Berenice Bravo Rubio, coords., De sendas, brechas 
15 
 
Como el matrimonio implica mucho más que un contrato o un sacramento 
tampoco se han quedado fuera de los estudios los sentimientos como el amor, pues 
a pesar de que puede pensarse difícil de abordar resulta importante nombrar en 
relaciones tan estrechas e íntimas como lo es la vida en pareja. El amor, como nos 
muestra Ortega Noriega, puede tener una base teológica que se constituye como la 
base del cristianismo y por tanto no debía escapar de la vida de todos sus 
practicantes.35 A través de este sentimiento se han encontrado ejemplos sugerentes 
de dónde podríamos encontrar el amor en la documentación novohispana, como en 
afectos, actitudes y acciones que denotan cierta afición, amor o cariño a una 
persona cercana.36 
 En relación con la población de origen africano, esta se desveló con Gonzalo 
Aguirre Beltrán y su publicación de La población negra de México.37 Al igual que con 
los estudios de la familia se privilegió la idea de que lo negro se perdió en el proceso 
de mestizaje. Sin embargo, años más tarde seguidores y alumnos de Aguirre Beltrán 
rescataron la presencia del y de lo negro en México y América Latina en una 
corriente que llamaron la Tercera Raíz que tuvo al frente a Luz María Martínez 
 
y atajos. Contexto y crítica de las fuentes eclesiásticas, siglo XVI-XVIII, México, Escuela Nacional de 
Antropología e Historia, 2008, pp. 167-184. 
35 El amor es difícil de definir, el autor sigue a Santo Tomás, dice: “El amor empieza…cuando 
percibimos la bondad de la persona amada, y es tal la fuerza con que este bien nos atrae, que altera 
y transforma nuestra facultad afectiva. Descubrimos la afinidad con la persona amada, la armonía y 
connaturalidad que a ella nos une, lo que nos causa grata complacencia, o mejor dicho, la más 
profunda de las alegrías que podamos experimentar…”. Asimismo, el amor tiene tres etapas: la 
concupiscencia, benevolencia y comunión. Ortega Noriega, “De amores y desamores”, pp. 14-15. 
36 Ejemplo de estudios que muestran posibles expresiones de amor se pueden ver Sergio Ortega 
Noriega, et al, Amor y desamor. Vivencias de parejas en la sociedad novohispana, México, Instituto 
Nacional de Antropología e Historia, 2ª ed., 1999 y Gonzalbo Aizpuru, Amor e historia… 
37 Aguirre Beltrán, op. cit., México; del mismo autor, El negro en Nueva España, México, Universidad 
Veracruzana-Instituto Nacional Indigenista-Gobierno del Estado de Veracruz-Centro de 
Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social-Fondo de Cultura Económica, 1994. 
16 
 
Montiel. Fueron estudios regionales de varios investigadores, temáticas y fuentes 
en las que se podía encontrar la presencia negra, como en la pintura, en canciones, 
o registros parroquiales, etcétera.38 
Actualmente los estudios se han diversificado en variedad de temas como los 
procesos de libertad,39 revisiones de lo que se ha hecho, como el trabajo de BenVinson y Bobby Vaughn, que logran reunir en un solo libro lo que se ha escrito sobre 
las personas africanas y afrodescendientes en diversas ramas como la historia y la 
antropología.40 También destacan los libros coordinados sobre perspectivas para 
abordar los temas afro,41 la convivencia de los negros con otros grupos, o el estudio 
de las mujeres africanas y afrodescendientes.42 
 Los perfiles de la sociedad colonial han sido tratados por la idea de “razas”, 
el número de esclavos, sus precios y trabajos, como el servicio doméstico de los 
esclavos africanos en la ciudad de México hecho por Lourdes Mondragón.43 
 
38Luz María Martínez Montiel, coord., Presencia africana en México; Presencia africana en el Caribe; 
Presencia africana en Sudamérica, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1995. 
39 Juan Manuel de la Serna, coord., De la libertad y la abolición: africanos y afrodescendientes en 
Iberoamérica, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes-Instituto Nacional de Antropología e 
Historia-Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos-Centro de Investigaciones sobre 
América Latina y el Caribe-UNAM-Institut de Recherche pour le Développment, México, 2010. 
40 Ben Vinson III y Bobby Vaughn, Afroméxico. El pulso de la población negra en México: una historia 
recordada, olvidada y vuelta a recordar, México, Fondo de Cultura Económica, Centro de 
Investigaciones y Docencia Económicas, 2004 
41 María Elisa Velázquez, coord., Debates históricos contemporáneos: africanos y afrodescendientes 
en México y Centroamérica, México, Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos-Instituto 
Nacional de Antropología e Historia-Institut de Recherche pour le Développment-Universidad 
Nacional Autónoma de México, 2011. 
42 Juan Manuel de la Serna, coord., Pautas de convivencia étnica en la América colonial (indios, 
negros, mulatos, pardos y esclavos), México, Centro coordinador y difusor de estudios 
latinoamericanos-UNAM-Gobierno del Estado de Guanajuato, 2005; Velázquez Gutiérrez, Mujeres... 
43 Lourdes Mondragón Barrios, Esclavos africanos en la ciudad de México. El servicio doméstico 
durante el siglo XVI, México, ediciones Euroamericanas-Consejo Nacional para la Cultura y las Artes-
Instituto Nacional de Antropología e Historia, 1999. Véase también Asunción Lavrín, “Perfil histórico 
de la población negra, esclava y libre, en Guadalajara 1635-1699” en Boletín del Archivo Histórico 
de Jalisco, vol. VI, núm. 1, Guadalajara, Unidad editorial del Gobierno de Jalisco, enero-abril 1982, 
17 
 
También se ha escrito bastante del número de esclavos que llegaron a América y la 
Nueva España en distintos períodos, Juan Manuel de la Serna ha hecho esfuerzos 
por sintetizar los logros, pues conforme avanzan las investigaciones se llegan a 
actualizar los números ya que se consultan nuevas fuentes.44 
 Tampoco han sido olvidados los espacios de convivencia y vida cotidiana de 
los negros y sus descendientes en la Nueva España. Como miembros de la 
sociedad estaban inmersos en todos los ámbitos de la vida, convivían con indios, 
españoles, chinos y demás personas que vivían en ciudades y villas. Ejemplo de 
ellos es el estudio hecho por Jorge Victoria Ojeda y Aurelio Sánchez de la Mérida 
colonial, en que se ve el comportamiento de negros, indios y españoles a través de 
registros parroquiales de casamientos o de cartas de compra-venta.45 
Para ver la vida de los negros y mulatos que vivieron en la Nueva España es 
de consulta obligada Imaginarios ambiguos de Úrsula Camba Ludlow, que nos 
muestra lo contradictorio que podía ser la realidad con lo deseado en el 
 
pp. 2-7; y Jonathan I. Israel, Razas, clases sociales y vida política en el México colonial. 1610-1670, 
México, Fondo de Cultura Económica, 1999; 
44 Serna H., “Períodos, cifras y debates…”; Juan Manuel de la Serna H., “La esclavitud africana en 
la Nueva España. Un debate historiográfico comparativo” en Juan Manuel de la Serna, coord., Iglesia 
y sociedad en América Latina colonial. Interpretaciones y proposiciones, México, Centro Coordinador 
y Difusor de Estudios Latinoamericanos-UNAM, 1998, pp. 249-284: también se puede ver Nicolás 
Ngou-Mve, “Los africanos y la trata de esclavos en el África bantú en los siglos XVI y XVII” en Ulúa 
2, Xalapa, Universidad Veracruzana, julio-diciembre 2003, pp. 9-37. 
45 Jorge Victoria Ojeda y Aurelio Sánchez, “Interetnicidad y espacios de convivencia. Españoles, 
indígenas y africanos en la Mérida novohispana, 1542-1620” en Secuencia. Revista de historia y 
ciencias sociales, México, Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, núm. 92, mayo-
agosto 2015, pp. 8-36. 
18 
 
comportamiento y trabajo de los africanos y sus descendientes, pues representaban 
puntos encontrados como la valentía y la arrogancia, o la belleza y la lujuria.46 
Como parte de la diversidad de estudios están aquellos que se enfocan en 
las mujeres y niños, con lo cual las mujeres poco a poco van siendo rescatadas de 
la documentación. Ejemplo de ellos son los trabajos de Socorro Zaragoza, que 
muestra las identidades de las mujeres afro-descendientes en la Nueva España; y 
el de Cristina Masferrer y María Elisa Velázquez, quienes usan conceptos traídos 
de la psicología y sociología para estudiar la vida de las mujeres afrodescendientes, 
así dan interpretaciones de la forma en que ellas hacían frente a sus problemas.47 
Mientras que para el estudio de los niños es pionero el trabajo de Cristina 
Masferrer, que logra desentrañar la vida de personas que frecuentemente son 
olvidados entre los olvidados, los niños esclavos.48 Estos dos grupos son 
importantes ya que forman parte y dan pistas de la vida familiar de los negros 
esclavos y sus descendientes, pues ya hemos visto trabajos sobre la familia, el 
matrimonio y sobre la población africana y afrodescendiente en México y la Nueva 
 
46 Úrsula Camba Ludlow, Imaginarios ambiguos, realidades contradictorias: conductas y 
representaciones de los negros y mulatos novohispanos. Siglos XVI y XVII, México, El Colegio de 
México, 2008. 
47 Socorro Zaragoza, Construyendo identidades: mujeres afro-descendientes en la Nueva España a 
través de los documentos coloniales. Siglos XVII-XVIII, tesis de doctorado, West Lafayette, Purdue 
University, 2008; Cristina Masferrer y María Elisa Velázquez, “Mujeres y niñas esclavizadas en la 
Nueva España: agencia, resiliencia y redes sociales” en María Elisa Velázquez y Carolina González 
Undurraga, coords., Mujeres africanas y afrodescendientes: experiencias de esclavitud y libertad en 
América Latina y África. Siglos XVI al XIX, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 
2016, pp. 29-58. 
48 Cristina V. Masferrer León, Muleke, negritas y mulatillos. Niñez, familia y redes sociales de los 
esclavos de origen africano en la ciudad de México, siglo XVII, México, Instituto Nacional de 
Antropología e Historia, 2013; de la misma autora puede verse “Mulatillas y negritos. Una mirada a 
la vida cotidiana de los niños esclavizados” en Antropología. Boletín oficial del Instituto Nacional de 
Antropología e Historia, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, núm. 98, mayo-agosto 
2014. 
19 
 
España, sin embargo, el matrimonio y la vida maridable de los esclavos parecen 
haber sido poco tratados. 
La vida maridable ha sido entendida desde consideraciones jurídicas, civiles 
y eclesiásticas.49 De sus impedimentos resalta aquel en que los hombres españoles 
viajaban a América y dejaban a sus mujeres en la península, con lo cual su 
matrimonio se encontraba separado.50 En estudios hechos sobre el matrimonio y la 
familia en la Nueva España los impedimentos para la vida maridable prácticamente 
no existen, aunque se llegan a nombrar algunos impedimentos para la vida marital 
de los esclavos.Por eso preguntamos ¿y la familia de los negros y esclavos dónde 
quedó? 
En 1935 apareció por primera una publicación sobre la existencia del 
matrimonio entre esclavos de la Nueva España cuando Edmundo O’Gorman publicó 
“Un matrimonio de esclavos”, transcripción de una petición de matrimonio en la que 
la ama de la mujer quería impedir el casamiento.51 Después de eso el matrimonio 
de los esclavos se volvió a nombrar en La población negra de México, en donde al 
final el autor rescata el uso de la cohabitación los sábados por la noche, de igual 
 
49 Cuesta Figueroa y Silva Nieto de Matorras, op. cit. 
50 María del Carmen Martínez Martínez, “Vida maridable, algunas peculiaridades en la emigración a 
las Indias” en Anuario jurídico y económico escurialense, núm. 23, San Lorenzo del Escorial, Real 
Centro Universitario Escorial-María Cristina, pp. 349-363; Amelia Almorza Hidalgo y Reyes Rojas 
García, “Los expedientes de vida maridable del Archivo General de Indias: análisis de un estudio de 
caso” en Jacqueline Vassallo y Noelia García, coords., América en la burocracia de la monarquía 
española. Documentos para su estudio, Córdoba, Editorial Brujas-Facultad de Filosofía y 
Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba, 2015, pp. 111-130; Ma. Ángeles Gálvez, 
“Mujeres y “maridos ausentes” en Indias” en XIII Coloquio de Historia Canario-americano, Las 
Palmas de Gran Canaria, Cabildo Insular de Gran Canaria, 1996, pp. 11662-1173; Ana María Presta, 
“Estados alterados. Matrimonio y vida maridable en Charcas temprano-colonial” en Población y 
sociedad, San Miguel de Tucumán, vol. 18, núm. 1, enero-junio 2011 (de http://goo.gl/v9C0Oi). 
51 Edmundo O’Gorman, “Un matrimonio de esclavos” en Boletín del Archivo General de la Nación, 
México, Talleres gráficos de la nación, serie 1ª, tomo VI, núm. 4, julio-agosto 1935, pp. 541-556. 
20 
 
forma nos da un repaso entre los patrones de legitimidad e ilegitimidad dentro del 
grupo esclavo.52 En los años siguientes la familia de esclavos fue poco tratada, con 
consideraciones generales para la América colonial, como en Brasil, México o Perú. 
Entre las ideas que destacan para los esclavos es la importancia de casar a los 
negros para evitar sublevaciones, como lo ha visto Adriana Naveda, pues el 
matrimonio podía ser un factor a considerar para evitar levantamientos, ya que así 
los esclavos tendrían apego a su lugar de trabajo y una razón para no huir o hacer 
alborotos.53 
La vida matrimonial de los negros, mulatos y descendientes de africanos 
esclavos ha sido estudiada con diferentes enfoques, según la naturaleza de los 
documentos: inquisitoriales, informaciones matrimoniales, o libros de casamientos 
de las iglesias, tal como lo hicieron Cortés Jácome, Herman Bennett, Lourdes 
Villafuerte o Edgard Love.54 A través de sus estudios quedó marcado el 
comportamiento antes y durante el matrimonio, por lo que el después, la ruptura, es 
parte de lo que estudiamos. 
La familia de esclavos ha vuelto a ser del interés de los historiadores de 
México y el mundo. En sus estudios se han tenido acercamientos a la vida familiar, 
 
52 Aguirre Beltrán, La población…, pp. 242-264. 
53 A. J. R. Russell-Wood, “The black family in the Americas” en Jahrbuch für Geschichte 
Lateinamerikas. Anuario de Historia de América Latina, Colonia, vol. 16, núm. 1, 1979, pp. 267-309; 
Naveda Chávez-Hita, op. cit.; Patrick J. Carroll y Adriana Naveda, “Familia esclava y resistencia en 
Veracruz colonial” en Anuario IX, Veracruz, Universidad Veracruzana, 1994. 
54 Cortés Jácome, El grupo familiar…; Bennett, Lovers…; Bennett, “Genealogies to a past…”; 
Herman Bennett, Africans in Colonial Mexico. Absolutism, Christianity, and Afro-creole 
Consciousness, 1570-1640, Bloomington, Indiana University Press, 2003; Villafuerte García, op. cit.; 
Edgard F. Love, “Marriage of persons of African Descent in Colonial Mexico City Parish” en The 
Hispanic American Historical Review, vol. 51, núm. 1, Durham, Duke University Press, February 
1971, pp. 79-91. 
21 
 
relaciones ilícitas, compadrazgo, padrinazgo, bautizos, tendencias matrimoniales, 
entre otras.55 En la historia de la familia de los esclavos siempre ha estado presente 
el mestizaje que producían las uniones, ilícitas o no,56 entre negros y otros grupos. 
También la manipulación que podían tener los esclavos a la hora de elegir pareja, 
incluso casándolos con personas que ellos no quisieran. De gran importancia es 
que también se han rescatado parte de los testimonios sobre los sentimientos de 
estas familias, pues siempre es algo difícil de mencionar y documentar, como lo 
logró hacer Roger Pita Pico.57 
En esta línea de investigación se pueden incluir los impedimentos para la 
vida maridable también pueden leerse como sentimientos. Hemos dicho que los 
impedimentos con frecuencia han aparecido de forma secundaria, casi como mera 
curiosidad mas que como un tema digno de estudio.58 Sin embargo, los 
impedimentos para la vida maridable han sido tratados para el caso limeño, donde 
 
55 Daniela Rojas Vidales, La familia esclava de origen africano en el pueblo de San Luis Minas del 
Potosí. Un acercamiento a su realidad familiar durante la primera mitad del siglo XVII, Santiago de 
Querétaro, Facultad de Filosofía-Universidad Autónoma de Querétaro, 2015; Frank T. Proctor III, “La 
familia y la comunidad esclava en San Luis Potosí y Guanajuato, Nueva España, 1640-1750” en Rina 
Cáceres, comp., Rutas de la esclavitud en África y América Latina, San José, Universidad de Costa 
Rica, 2001, pp. 223-249. En otros países podemos mencionar a Sandra Olivero Guidobono, “Las 
familias de negros en el Buenos Aires colonial: matrimonios y uniones ilícitas a los ojos de la 
comunidad” en Dos puntas, San Juan, Argentina, Universidad Nacional de San Juan-Universidad de 
La Serena, año VI, núm. 11, 2015, pp. 104-132; Arturo Morgado García, “La vida familiar de los 
esclavos en el Cádiz de la modernidad (1600-1750)” en Trocadero, núm. 24, Cádiz, Universidad de 
Cádiz, 2012; y María Josefa Bravo Rodríguez, La esclavitud en la segunda mitad del siglo XVII: 
Granada y Madrid, estudio comparativo, tesis de doctorado, Granada, Universidad de Granada, 
2013. 
56 María Guadalupe Chávez Carbajal, “Mestizaje y reproducción en Valladolid. Siglo XVII” en María 
Guadalupe Chávez Carbajal, coord., El rostro colectivo de la nación mexicana, Morelia, Instituto de 
Investigaciones Históricas-Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 1997, pp. 36-47; 
Cortés Jácome, “Los ardides de los amos…”. 
57 Roger Pita Pico, “La «esclavitud» de los sentimientos: vida familiar y afectiva de la población 
esclava en el nororiente del Nuevo Reino de Granada, 1720-1819” en Revista de Indias, vol. LXXII, 
núm. 256, 2012, pp. 651-686. 
58 El impedimento de vida maridable resulta ser un tema secundario a la hora de hablar sobre 
matrimonio entre personas esclavizadas. Entre otros se menciona en Villafuerte García, op. cit.; 
Velázquez Gutiérrez, Mujeres..., pp. 249-257; Bennett, Lovers…; Traslosheros, op. cit., pp. 142-146. 
22 
 
se ha estudiado desde de diversas visiones como la justicia eclesiástica59 con la de 
documentación que se producía en el Provisorato de Lima, ya que la defensa del 
matrimonio entre los esclavos parece que fue algo común. Como vimos, la vida 
maridable de los negros esclavos se ha estudiado poco en la Nueva España, por 
eso con nuestro trabajo pretendemos poner una pieza más para el conocimiento de 
la vida matrimonial de los negros esclavos, en especial en los impedimentos que 
ponían los amos a un derecho como “hacer vida maridable”. 
Nuestra propuesta 
tiene como hipótesis que los negros esclavos que vivían en la ciudad de México del 
siglo XVII, y que defendían su matrimonio ante el juez provisor, lo hacían por 
impedimentosque sus amos les ponían, como “maltratos de obra y de palabra”, 
venderlos y sacarlos fuera de la ciudad o simplemente impedir que un cónyuge 
pudiera entrar en su casa a visitar a su pareja. Ya que los esclavos encontraban 
importante el derecho y obligación de hacer uso del matrimonio para fortalecer sus 
relaciones personales. Con ello reconocían algunos de sus derechos y obligaciones 
con los amos y de los amos para con ellos, ya que como cristianos eran almas libres, 
pero como hombres eran cuerpos esclavos. De esta forma se veían enfrentadas las 
posturas de los amos con la de los negros, en relación a la posición de poder 
elevada que tenían sobre los esclavos. Por ello nuestro objetivo ha sido tipificar los 
 
59 Yobani Gonzales Jáuregui, “Los esclavos de Lima y su defensa del matrimonio en el siglo XVII” 
en Artificios. Revista colombiana de estudiantes de Historia, núm. 2, mayo 2015; Félix Alberto 
Atúncar Quispe, “Litigando por hacer una “vida maridable”. Matrimonio esclavo y negociación en los 
tribunales. Lima, 1750-1800” en Nueva corónica, Lima, Escuela de Historia-Universidad Nacional 
Mayor de San Marcos, núm. 1, 2013; Alexander L. Wisnoski III, “’It is Unjust for the Law of Marriage 
to be Broken by the Law of Slavery’: Married Slaves and their Masters in Early Colonial Lima” en 
Slavery & Abolition, vol. 35, núm. 2, 2014, pp. 234-252; Michelle McKinley, “Fractional Freedoms: 
Slavery, Legal Activism, and Ecclesiastical Courts in Colonial Lima, 1593-1689” en Law and History 
Review, vol. 28, núm. 3, august 2010, pp. 749-790. 
23 
 
impedimentos de vida maridable que tenían los matrimonios de negros esclavos 
que vivieron en la ciudad de México en el siglo XVII. 
Para ello trabajamos con documentos que se encuentran en su mayoría en 
los ramos Indiferente Virreinal y Matrimonios del Archivo General de la Nación de 
México, mientras que un número menor se localizan en los fondos Bienes 
Nacionales, Inquisición y Templos y Conventos del mismo repositorio. Estos 
documentos que hablan sobre los impedimentos para la vida maridable de los 
negros esclavos fueron producidos por el Provisorato del arzobispado de México 
entre los años 1600 y 1696, la mitad de ellos son de una foja, mientras que los 
restantes varían desde 2 hasta 31 fojas. La mayoría de estos casos conformados 
por una foja son peticiones que tienen la intención de llegar a una avenencia, es 
decir, un convenio para encontrar la mejor forma en que dos personas convivan.60 
Por otro lado, los que tienen más fojas son causas matrimoniales, la mayoría sin 
sentencia. En los documentos en los que los esclavos pedían que los dejaran volver 
a hacer vida maridable encontramos que intervenían diversas personas como el 
provisor, demandado y demandante, dentro de las tres partes en que se divide una 
causa: incoación, prosecución y conclusión, como se verá en el capítulo dos. 
La información contenida en la documentación generada por los negros 
esclavos para volver a hacer vida maridable fue vaciada en una base de datos con 
más de veinte campos, entre los que identificamos la forma en que se impedía la 
 
60 Real Academia Española (1726-1739), Diccionario de la lengua castellana en que se explica el 
verdadero sentido de las voces, su naturaleza y calidad, con las phrases o modos de hablar, los 
proverbios o refranes, y otras cosas convenientes al uso de la lengua […], Madrid, Imprenta de 
Francisco del Hierro, 4 vols., se le conoce como Diccionario de Autoridades, citado así en este 
trabajo. Consultado en línea http://web.frl.es/DA.html. 
24 
 
vida maridable del matrimonio en cuestión, quién demandaba, el provisor que 
atendió el caso, y demás campos que se ven reflejados en nuestro capitulado, como 
en la parte 3.2 “Los casos”. También se incluyeron el tiempo de casados, de 
separados, si había hijos y el número de ellos, esto último no fue considerado por 
ser pocos los expedientes que cuentan la información y parece ser de poca 
importancia para los casos o porque se trataba de matrimonios nuevos. Los datos 
obtenidos se encuentran reflejados en las tablas y gráficas que sintetizan la 
información de los casos por año, por provisor o reconocimiento laboral de los amos. 
Resultaba poco satisfactorio identificar las formas de impedimentos para la 
vida maridable porque parecían ser siete formas con poco o ninguna relación, por 
eso se decidió agruparlas en dos. Se tomaron en cuentan factores en común, y el 
resultado fue el Tipo Económico, en que predomina el beneficio del trabajo esclavo, 
y el Tipo Ejercicio de Poder, en que pesa más la posición superior del amo sobre el 
negro; ambos relacionados estrechamente. La clasificación que se propone es 
resultado de ver que no había nadie que nombrara en su conjunto las formas en 
que se podía impedir la vida matrimonial de los esclavos, con frecuencia se 
nombraba una o dos, pero como cosas aisladas. Con este estudio se pone de 
manifiesto y en conjunto las formas en que se impedía la vida matrimonial en 
uniones en las que una o ambas partes de la pareja estaba esclavizada, con la 
intención de que en el futuro se pueda confirmar, cambiar o refutar lo propuesto en 
estas páginas. 
Para interpretar los datos obtenidos nos apoyamos en las ideas de la cultura 
legal, que es entendida como algo que “hace referencia a la manera en que se vive 
25 
 
la ley en diferentes espacios y por diferentes actores”, es decir, la práctica, el 
símbolo, los significados.61 Al hacer una petición o denuncia para volver a hacer 
vida maridable se llevaba a cabo una práctica legal a través de la cual se construía 
una particular experiencia del derecho y la legalidad de los esclavos.62 Los 
documentos con que contamos nos dejan ver parte de la estructura social de la 
ciudad de México del siglo XVII, y sobre todo muestran la subjetividad de las 
personas que vivieron en ella con las acciones que llevaron a cabo en una institución 
de justicia, como para los amos lo fue impedir que un matrimonio de esclavos se 
viera y para los negros defender el mismo.63 
 Entendemos por cultura legal las acciones que expresan la realidad y la 
práctica, es decir el espacio en el que se produce el encuentro entre los individuos, 
con las actuaciones que llevan a cabo, el sentido y el significado de dichas 
actuaciones.64 De esta manera la cultura legal nos dice que la relación entre el 
derecho y la sociedad es relativamente estable con conductas y actitudes 
legalmente orientadas,65 es decir que van en un solo sentido, en este caso, resolver 
el conflicto. 
Hablar de cultura legal, es hablar de acciones que llevan a la práctica el 
ejercicio del poder, por ello también tomamos los cinco postulados sobre el poder 
 
61 Karina Ansolabehere, “Cultura legal” en Eunomía. Revista en Cultura de la Legalidad, Madrid, 
Universidad Carlos III de Madrid, núm. 1, septiembre 2011-febrero 2012, p. 134 
62 Idem. 
63 Miguel Ángel Cabrera y Álvaro Santana Acuña, “De la historia social a la historia de lo social” en 
Ayer. Revista de historia contemporánea, núm. 62, 2006, p. 166. 
64 Francisco Chacón, “La revisión de la tradición: las prácticas y discurso en la Nueva Historia Social” 
en Historia Social, núm. 60, 2008, p. 148 (de http://www.jstor.com/stable/40657998). 
65 Ansolabehere, op. cit., p. 135. 
26 
 
de Foucault66 que nos ayudaron a responder cómo se impedía la vida maridable de 
los esclavos y si había forma de defenderla, pues creemos que las denuncias para 
volver a ver a su esposo o esposa interpuestas por los esclavos muestran los 
espacios de “libertad” en los que podían hacer frente al poder de sus amos. 
Asimismo, dejan ver las mallas de poder67 que, para los negros esclavizados, 
entendemos como esos pequeños espacios en los que se gozaba de libreacción, y 
que a nosotros nos sirvió para saber cómo repercutía en la vida de los casados. 
Porque todas las formas de libertad adquiridas o reclamadas son lo que dentro de 
la cultura legal se puede llamar derecho en acción o vivido, a través del cual se 
puede identificar una conciencia legal.68 Con esto queremos decir que es una 
apropiación del sistema jurídico vigente, tanto el civil como eclesiástico, que en 
términos clásicos de cultura legal es el conocimiento mínimo de la ley para 
defenderse. 
Es por eso que consideramos que nuestro trabajo forma parte de la historia 
social ya que se preocupa de la “vida real” y ayuda a enfocar el tema en el debate 
público, es decir que ponemos sobre la mesa la naturaleza de la familia, del 
matrimonio y de la familia esclava.69 Consideramos que hablamos de “lo social” 
porque esto se manifiesta en agentes, prácticas e instituciones susceptibles de 
 
66Estos son 1) De Propiedad, el poder se ejerce, 2) Localización, ejercido en un lugar o situación, 3) 
Subordinación, responde principalmente a la estructura económica, 4) Modo de Acción, mecanismos 
de represión e ideología, 5) De legalidad, ley que permite el privilegio y dominación. Miguel Morey, 
“Introducción” en Michel Foucault, Un diálogo sobre el poder y otras conversaciones, selección, 
introducción y traducción de Miguel Morey, Madrid, Alianza, 3ª ed., 2012, pp. 12-16. 
67 Foucault, op. cit. 
68 Ansolabehere, op. cit., pp. 135-138. 
69 Raphael Samuel, et. al, “¿Qué es la Historia Social...?” en Historia Social, No. 10, primavera-
verano 1991, Fundación Instituto de Historia Social, pp.135, 137-149 (de 
http://www.jstor.org/stable/40340279). 
27 
 
análisis70 como lo eran las personas que formaban parte del aparato de justicia 
eclesiástica a la hora de los pleitos judiciales. 
Todo lo anterior se desarrolla en los cuatro capítulos en que está dividida la 
tesis, a través de los cuales comprobamos la hipótesis de trabajo y cumplimos con 
el objetivo de la misma. En el primer capítulo describimos y reconocemos la 
situación contextual de la ciudad de México, como lo eran sus límites, su población 
india, española y negra, así como lo que se pensaba de estos últimos, como podría 
ser el temor a sublevaciones de negros. Definimos lo que se entendía por esclavo 
en los dominios hispanos en América en las Siete Partidas y la Recopilación de 
Leyes de Indias. Finalmente identificamos las principales áreas de trabajo para los 
esclavos de la Nueva España, como lo era la minería, la producción azucarera y 
textil, y el servicio doméstico dentro de la ciudad de México, que era de las 
principales actividades realizada por africanos esclavizados. 
En el segundo capítulo se define el concepto operante de matrimonio en el 
siglo XVII novohispano, entendido a través de la legislación eclesiástica, como lo 
fue el pensamiento de Santo Tomás de Aquino, el Concilio de Trento y el Tercer 
Concilio Provincial Mexicano, y de la legislación civil, en que se veía al matrimonio 
como un contrato sacramentado bajo la jurisdicción de la Iglesia. Es por ello que la 
segunda parte del capítulo se describe el funcionamiento del tribunal eclesiástico 
del arzobispado de México, tanto en las partes de la documentación (causas 
matrimoniales) como de las personas que intervenían en el proceso. 
 
70 Cabrera y Santana Acuña, op. cit., p. 174. 
28 
 
En el capítulo tercero determinamos y comparamos las tendencias 
matrimoniales de los negros esclavos de la ciudad de México en el siglo XVII, 
definimos qué es la vida maridable según Santo Tomás de Aquino, según los 
provisores que atendieron las causas y según los esclavos litigantes, de esta forma 
vemos lo que era y lo que se entendía por vida maridable. El capítulo termina con 
la identificación y distinción de las personas en las causas matrimoniales para que 
no se impidiera la cohabitación a negros esclavos, como lo eran los provisores, los 
amos y demandantes. 
En el capítulo cuarto, y último, hacemos una tipología y relatamos los 
impedimentos para la vida maridable de los negros esclavos, de Tipo Económico, 
que era enviar a los ingenios, una mina o un obraje, o de Tipo Ejercicio de poder, 
que era por vender fuera de la ciudad a uno de los cónyuges, por el cambio de 
domicilio, por no dejar entrar o salir de la casa al esposo o esposa y por maltrato. 
A lo largo de este trabajo se analizarán experiencias en la vida maridable de los 
esclavos casados que vivieron en la ciudad de México, se conocerán cómo se 
entendía el matrimonio, el funcionamiento del Provisorato, la vida maridable y las 
tendencias matrimoniales de los negros en la ciudad del siglo XVII, para finalmente 
ver los tipos de impedimentos que existieron para la vida maridable de las personas 
casadas y sometidas a esclavitud. 
 
29 
 
Capítulo 1. Los esclavos y la esclavitud en la ciudad de México del siglo XVII 
 
Cuando entré al bosque 
el elefante me trató como elefante 
y me extendió la trompa 
El león me trató como león y me saludó 
La serpiente me trató como si fuera serpiente 
y agitó su cola 
Sólo el hombre intentó cazarme. 
Khazal Almajidi* 
 
En octubre de 1656 Lucía, negra esclava de Andrés de Toledo, se presentó en el 
Provisorato del Arzobispado de México y dijo que era casada con Nicolás, negro 
esclavo de Ysidro de Torres, que lo tenía en un obraje del barrio del Carmen por lo 
cual no los dejaba hacer vida maridable y pedía solución al problema.71 Al inicio de 
su petición se reconoce como una esclava casada que vivía en la ciudad de México 
y que no podía hacer uso de su matrimonio. 
 En este capítulo tendremos como objetivos describir y reconocer la situación 
contextual en que vivían los negros esclavos de la ciudad de México del siglo XVII. 
Definir el concepto de esclavitud operante para la época e identificar los principales 
trabajos en los que podían estar los esclavos, por lo que primero veremos cómo era 
la ciudad de México del siglo XVII y sus habitantes, qué se entendía por siervo y por 
esclavo en las leyes españolas, y se presentarán los principales sectores 
 
* Khazal Almajidi, “Cuando entré” en El Canto de los moros. Muestra de poesía árabe, selección y 
traducción de Ghadeer Abusneineh, Zacatecas, Taberna Libraria Editores-El Colegio de Puebla, 
2015, p. 17. 
71 Auto que sigue Lucía, esclava negra de Andrés de Toledo, contra Ysidro de la Torre por no dejarle 
hacer la vida maridable con su esclavo, negro y esposo, Nicolás. México, 1656. AGNM, Indiferente 
virreinal, caja 2258, exp. 47. 
30 
 
económicos en los que se vio involucrada la población negra esclava de la Nueva 
España. 
 
1.1. La ciudad de México en el siglo XVII 
Después de la conquista de Tenochtitlán, poco a poco, fue tomando forma la 
sociedad que vivió en la ciudad de México. Nos referimos a las personas y 
pensamiento que tuvieron sus habitantes en el siglo XVII. No sólo se fue formando 
la sociedad, sino que también se fueron delimitando a lo largo del período virreinal 
las jurisdicciones en las cuales estaría dividido el territorio, de ellas es importante 
destacar la correspondiente al Arzobispado de México,72 que abarcaba un amplio 
territorio, del centro occidente del actual México hasta las costas del Pacífico en 
Acapulco. 
Dentro del Arzobispado de México, como sede episcopal, se encontraba la 
ciudad de México, en la que también estaba la sede del gobierno virreinal, la 
universidad, y era un punto clave para el comercio interior y exterior. A sus calles y 
casas llegaron hombres y mujeres esclavas traídas de manera forzada del África 
como sirvientes domésticos, como trabajadores para distintos sectores económicos, 
debido a la caída demográfica de los pueblos indígenas. Fue así que poco a poco, 
y por la fuerza,fueron llegando los negros esclavos que se integraron a 
 
72 Una arquidiócesis es la unión de varias diócesis vecinas conocidas como sufragáneas, que 
mantienen su individualidad, pero están bajo la autoridad del arzobispo metropolitano. Juana Inés 
Fernández López, et. al, Vocabulario eclesiástico novohispano, México, Instituto Nacional de 
Antropología e Historia, 2015, p. 40 
31 
 
1.1.1 La ciudad y sus habitantes, 
como lo eran los indios y españoles que se asentaron sobre la antigua ciudad 
prehispánica, de la que se formó una nueva que tuvo como base el trazo anterior, 
marcado por los canales, calzadas y la plaza central. Al centro quedó la traza en la 
que vivirían los españoles, con calles anchas y calzadas que atravesaban la ciudad 
hacia el sur, norte y poniente.73 
La traza pretendía la separación entre indios y españoles, pero eso no se 
logró por completo debido a que las actividades dentro de la ciudad desbordaban 
los límites entre el área destinada para los españoles y para las parcialidades de 
indios,74 por lo que los indígenas podían entrar y vivir en la traza, y algunos 
españoles también vivían en las áreas destinadas a los indios. 
 La ciudad del siglo XVII se caracterizó por seguir rodeada de agua. Sus 
alrededores al sur —Iztapalapa— eran alabados por su fertilidad y frescura,75 
también destacaban San Agustín de las Cuevas, Tacubaya y Coyoacán76 por ser 
lugares de recreo, y propicios para huertas y obrajes, favorecidos por sus ríos. Su 
límite al norte era una línea que iba de El Carmen a Santa María la Redonda, al 
poniente San Diego y San Juan de la Penitencia, al sur San Jerónimo y San Pablo, 
y al oriente San Lázaro y San Pablo mismo, teniendo de fondo el albarradón que 
 
73 Richard Boyer, “La ciudad de México en 1628. La visión de Juan Gómez de Trasmontes” en 
Historia Mexicana, México, El Colegio de México, vol. 29, núm. 3, enero-marzo 1980, p. 458. 
74 Ma. Soledad Cruz Ramírez, “La emergencia de una ciudad novohispana: la ciudad de México en 
el siglo XVII” en Espacios de mestizaje cultural. Anuario conmemorativo del V centenario de la 
llegada de España a América, tomo 3, México, Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapozalco, 
1991, pp. 97-98. 
75 Boyer, op. cit., p. 450. 
76 Cruz Ramírez, op. cit., pp. 110-111. 
32 
 
detenía el agua de las lagunas de Texcoco y Chalco.77 En su interior había 
diversidad de personas y oficios que se agrupaban según sus productos por 
distintas calles, por ejemplo, la de los Plateros.78 En el centro destacaba la catedral, 
el palacio virreinal, la plaza central, la universidad, y el palacio arzobispal. La plaza 
mayor se constituía en mercado, y junto con el de San Juan —que abría casi diario—
, y el de San Hipólito, al lado de la Alameda, fueron de gran importancia y 
concurrencia. Ahí se podían encontrar diversos productos y personas que iban a 
comprar, vender y mirar.79 
Sin embargo, la ciudad de México era, y es, propensa a inundaciones, como 
la de 1629 que causó una baja poblacional los cinco años que estuvieran las aguas 
sobre las calles. Debido a las muertes y a su abandono por parte de los vecinos 
para 1646 se calcularon ocho mil vecinos en ella.80 Después de esa catástrofe la 
ciudad retomó su suntuosidad y ostentación81 que tanto fue mencionada por los 
vecinos y visitantes. Los habitantes de la ciudad, al igual que otros de la Nueva 
España, sufrieron de epidemias que mermaban su número. En el siglo XVII las que 
más daño causaron fue una que coincidió con la gran inundación, de 1629 a 1631, 
y otra en 1692-1697.82 En temporada seca podía haber sarampión y viruela, y 
cuando llovía, fiebres, disenterías, diarreas, etcétera.83 
 
77 Francisco de la Maza, La ciudad de México…, citado por Masferrer León, Muleke..., p. 63. 
78 Boyer, op. cit., pp. 460-461. 
79 Ibidem, pp. 462-463. 
80 Cruz Rodríguez, op. cit., pp. 102-106. 
81 Ibidem, p. 107. 
82 Peter Gerhard, Geografía histórica de la Nueva España, 1519-1821, México, Universidad Nacional 
Autónoma de México, 2000, p. 25. Ver en especial la Tabla D. Epidemias en Nueva España, p. 23. 
83 Cruz Rodríguez, op. cit., p. 111. 
33 
 
 En 1607 la población indígena del centro de México oscilaba entre un millón 
y medio y dos millones de habitantes que iban disminuyendo gradualmente hasta, 
más o menos mediados de siglo, que llegaron a unos 300 mil o 400 mil indios.84 Un 
censo de población no indígena, en México, Puebla y Michoacán, mostró que el 
número total de negros y mulatos era ligeramente superior a los españoles, y al 
menos siete veces más que los mestizos.85 
Muestra de ello es que en 1612 el cronista Antonio Vázquez de Espinoza 
para la ciudad de México calculaba una población de cincuenta mil negros, quince 
mil españoles y ochenta mil indios.86 Así, para 1646 la población de origen africano 
representaba un número mayor a los españoles.87 Lo anterior se debe a que, entre 
1519 y 1640, la importación de esclavos africanos resultó fundamental para sustituir 
las pérdidas de la fuerza de trabajo india en minas e ingenios azucareros,88 aunque 
los negros por sí mismos no pudieron haber suplido satisfactoriamente a los indios.89 
 Fue así que el constante aumento de negros empezaba a preocupar a las 
autoridades. En 1579 el virrey Enríquez dijo que por cada español había al menos 
diez negros, por lo que era necesario reducir el número de licencias a los navíos 
que llegaban de África con un número grande de esclavos, ya que los negros 
 
84 Israel, op. cit., p. 37 
85 Había más de 16 mil negros, 12 mil españoles y únicamente 2300 mestizos. Ibidem, p. 71. 
86 Bennett, Lovers…, p. 49-50. 
87 Luz María Martínez Montiel menciona que en 1646 habían 1,269,607 indios, 13,780 europeos, 
35,089 africanos y 500,000 población mestiza. Inmigración y diversidad cultural en México. Una 
propuesta metodológica para su estudio, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2005, 
p. 31 
88 Vinson III y Vaughn, op. cit., p. 13. 
89 Enrique Florescano, “La formación de los trabajadores en la época colonial, 1521-1750” en Enrique 
Florescano, et. al, La clase obrera en la historia de México. De la colona al imperio, vol. I, México, 
Siglo XXI, 2009, p. 60. 
34 
 
existentes, además de multiplicarse eran suficientes. Así, los españoles 
vagabundos y sin ocupación se pondrían a trabajar y aportarían más beneficio a la 
tierra.90 
 Con la presencia de 
1.1.2. Los negros esclavos 
en la ciudad se fue configurando una imagen sobre ellos, y ellos sobre sí mismos, 
que, junto a la idea que ya se tenía de ellos en España, se fue modificando y 
transformando con la convivencia de la vida diaria. Desde muy temprano se reflejó 
este imaginario en conductas, permisos y prohibiciones que se tenía sobre las 
personas negras y mulatas.91 
 El descontento de parte de los esclavizados que se iba acumulando y poco 
a poco se vio en sus actitudes, primero como la pérdida de respeto a los amos, lo 
que se consideraba como un insolencia, con protestas a las órdenes recibidas, les 
miraban mal y era ahí donde ―con la pérdida del miedo al amo— el esclavo 
“encontraba fisuras en la estructura y aprovechaba ese resquicio para afirmarse 
como individuo pese a que las consecuencias podían ser terribles”.92 Esto contribuía 
 
90 Archivo General de Indias, México 72, ramo 178 citado por Nicolás Ngou-Mve, “Los orígenes de 
las rebeliones negras en el México colonial” en Dimensión Antropológica, año 6, vol. 16, México, 
Instituto Nacional de Antropología e Historia, mayo-agosto 1999, p. 15. 
91 Camba Ludlow menciona que hay dos niveles de discursos novohispanos para los negros: de las 
autoridades civiles y eclesiásticas que buscaban la

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