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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE ARTES Y DISEÑO POSGRADO EN ARTES Y DISEÑO CONFIGURACIÓN DEL ROSTRO HUMANO Y PERCEPCIÓN VISUAL EN LA CREACIÓN DE CARICATURAS PERSONALES. TESIS QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE: MAESTRO EN DISEÑO Y COMUNICACIÓN VISUAL PRESENTA: ULISES DANIEL HERNÁNDEZ BOCANEGRA DIRECTOR DE TESIS DR. MIGUEL ÁNGEL AGUILERA AGUILAR (FAD) SINODALES DRA. IVONNE LÓPEZ MARTÍNEZ (FAD) MTRO. EDUARDO ARTURO MOTTA ADALID (FAD) DR. MARCO SANDOVAL VALLE (FAD) LIC. GUILLERMO ÁNGEL DE GANTE HERNÁNDEZ (FAD) CIUDAD DE MÉXICO, ABRIL 2016. UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Índice Introducción.................................................................................................5 Capítulo 1...............................................................................................11 Historia de la caricatura....................................................................13 1.1 Definición de caricatura..................................................................13 1.2 Historia de la caricatura...........................................................................15 1.3 Principales referentes en el mundo de la caricatura.................................19 Capítulo 2...............................................................................................33 Elementos de la caricatura...............................................................35 2.1 Categorías estéticas.................................................................................36 2.2 Personas como animales y objetos...........................................................51 2.3 El rostro y la personalidad........................................................................52 2.4 La función de la caricatura.....................................................................53 2.5 Del metodo naturalista y el académico....................................................54 2.6 Cualidades que debe tener un caricaturista.............................................56 Capítulo 3...........................................................................................59 Percepción visual..............................................................................61 3.1 La Percepción..........................................................................................63 3.2 Constantes perceptuales.........................................................................64 3.2.1 Constancia de tamaño..........................................................................65 3.2.2 Constancia de forma............................................................................66 3.2.3 Constancia de iluminación..................................................................66 3.2.4 Constancia de localización..................................................................67 3.2.5 Constancia de color..............................................................................68 3.2.6 Constancia de profundidad.................................................................69 3.3 Principios de dibujo para la creación de caricaturas y partes que confor- man el cuerpo humano..................................................................................71 3.3.1 El cráneo ...............................................................................................71 3.3.2 Proporciones de la cabeza humana......................................................73 3.3.3 Los ojos..................................................................................................76 3.3.4 La boca..................................................................................................78 3.3.5 La nariz..................................................................................................80 3.3.6 Las orejas.............................................................................................82 3.3.7 El cuello.................................................................................................83 3.4 Como se reconoce un rostro humano......................................................83 3.5 El retrato y la caricatura ........................................................................84 3.6 Rasgos primarios y secundarios del rostro..............................................85 3.7 Variaciones de las formas básicas, curvas y rectas....................................86 Capítulo 4...............................................................................................89 Tipología de rostros..........................................................................91 4.1 Clasificación de tipos humanos..............................................................94 4.1.1 Anfibios................................................................................................92 4.1.2 Aves.......................................................................................................93 4.1.3 Mamíferos............................................................................................95 4.1.4 Acuáticos............................................................................................102 4.1.5 Reptiles...............................................................................................103 4.1.6 Objetos...............................................................................................105 4.1.7 Frutas..................................................................................................105 4.2 Elementos variables del rostro..............................................................107 Conclusión......................................................................................109 Fuentes bibliográficas....................................................................115 Referencias electrónicas................................................................118 Introducción 7 Introducción A lo largo de la existencia del ser humano, la caricatura ha estado presente en prácticamente todos los acontecimientos históri-cos. En dichos acontecimientos se han abordado los temas so- ciales de distintas formas, las cuales dependen del sentido y la finalidad que el artista quiere imprimir en cada una de sus obras. Ya sea que se trate de caricatura política, social, simbólica, cos- tumbrista, como abstracción, como recurso agresivo, etc., los recursos utilizados siempre se basarán en los mismos principios y los mismos elementos y la caricatura personal no es la excepción. Por dicha razón en esta investigación se abordará este tema con la intención de facilitar el trabajo del caricaturista, describiendo los aspectos que deben tomarse en cuenta en el proceso de la creación de una caricatura personal. Cabe mencionar que actualmente existe una gran cantidad de ma nuales acerca de cómo hacer una caricatura, y en la mayoría de ellos se menciona que la forma más fácil de realizarla es a partir de la de- formación y la exageración de las partes del rostro, sin embargo, no se mencionan cuáles son los pasos que se siguen para llegar a este resul- tado, así como tampoco se explica cuál es el grado de exageración y la cantidad de deformación que se debe aplicar en este proceso. General- mente en este tipo de manuales se trabaja con la forma de la cabeza y los ejes principalesdel rostro, utilizando figuras geométricas y líneas de apoyo; así mismo, se mencionan las partes que forman una cara, cómo se trazan, las diferencias en los tonos de piel, sus característi- cas geográficas, etc. Sin embargo, difícilmente un artista interesado en realizar caricatura podría lograr su objetivo basándose únicamente en Honoré Daumier Le Charivari Litografía, estampa 24.1 x 14.4 cm 8 esas instrucciones, ya que, si se pretende lograr una caricatura trascen- dental, dichas indicaciones se quedan muy lejos de la realidad. Para ello es necesario tener conocimientos previos de dibujo, de proporción, de perspectiva, de forma; así como de los elementos que forman un ros- tro; la personalidad que tiene el sujeto, sus antecedentes y su contexto; el perfil que se le quiere asignar y el parecido con elementos que han quedado registrados en la mente a través del tiempo. Uno de los princi- pales problemas para el caricaturista radica precisamente en eso, en el parecido entre el dibujo y la persona dibujada. Esta investigación servirá para conocer los diferentes elementos que facilitarán el reconocimiento de un rostro para su representación gráfica de manera caricaturesca, empleando como base los elementos perceptuales, así como los conceptos de belleza, fealdad, comicidad y exageración; manejo de las formas básicas, líneas primarias y se- cundarias, elementos variables, etc. Posteriormente se analizarán los diferentes tipos de rostros y se identificarán los componentes esenciales de las personas y se clasificarán de acuerdo a esa estrecha relación que existe entre los seres humanos y animales, las frutas y algunos objetos de uso cotidiano. Por principio de cuentas, es necesario reconocer que las personas son distintas unas de otras, y para diferenciarlas no es necesario obser- varlas fijamente, ya que sin haber leído necesariamente una enciclo- pedia de anatomía, es sabido que los individuos tienen dos ojos, una nariz, una boca, dos orejas, cejas, cabello, etc. Sin embargo, a pesar de que todos los seres humanos (con sus excepciones) comparten las mismas características; tienen cualidades que los hacen únicos e incon- fundibles. Es en esta parte donde la capacidad de síntesis, la práctica, la observación, la memoria y el análisis por parte del caricaturista tienen gran importancia, ya que a partir de la utilización de estos elementos es posible realizar una caricatura con mejores resultados, es decir se logrará captar la esencia y la personalidad del retratado. Para llevar a cabo este proceso fue necesario analizar algunos pun- tos importantes que se describen en cuatro capítulos: En el capítulo uno se abordan de manera general los antecedentes de la caricatura y se muestran ejemplos de sus inicios. Así como el análisis del trabajo de grandes artistas del siglo XIX que fueron parte fundamental en el estudio de la caricatura. Por lo fueron tomados como 9 referentes en la investigación a: Francisco de Goya, Honoré Daumier, J. J. Grandville (Jean Ignace Isidore Gérard), Paul Gavarni, los hermanos Carracci , Agostino y Annibale, William Hogarth, entre otros. En el segundo capítulo se presentan una serie de recursos com- positivos y fórmulas visuales que el caricaturista debe conocer para manifestar su interpretación de la realidad, como la deformación y la exageración, el contraste, la burla, la risa, etc., sin inventar rasgos ni elementos que provoquen escarnio en el espectador pues, al tratarse de caricatura personal, su tarea es únicamente enfatizar las partes que caracterizan al individuo. De igual forma, se mencionan los elementos principales que se deben analizar en un rostro antes de realizar el ejer- cicio de la caricatura. El capítulo tres se centra en la caricatura desde el enfoque de la percepción visual. Dicho tema servirá para lograr un análisis completo puesto que es necesario tomar en cuenta las constantes perceptuales para lograr un resultado más apegado a la realidad. Además de los an- teriores, se deben tomar en cuenta: los aspectos anatómicos que confor- man la visión, las partes del rostro, la síntesis, etc. Cabe mencionar que con este análisis no se pretende sustituir la idea de representación espontánea, sino reforzarla y hacer más comunica- bles sus elementos. Posteriormente se hace referencia a dos métodos para abordar la disciplina del dibujo: el método naturalista, que consiste en representar las cosas tal y como se ven y el método académico; en el cual el artista plasma en sus obras el resultado de su imaginación sin dejar de lado los conocimientos de las leyes de la composición, y cómo a partir de las mismas, se construyen correctamente los más diversos volúmenes que conforman la figura humana o la de otros seres vivos. Se analizarán también dentro de este capítulo las cualidades que debe tener un caricaturista y los principios básicos para la creación de caricaturas, así como el análisis individual de cada uno de los elemen- tos que conforman el rostro humano y sus respectivas proporciones. Además se clasificarán los rasgos primarios y secundarios y se estudia- rán las variaciones de las formas básicas, curvas y rectas que dirigirán el perfil que se quiere asignar a la caricatura. En el capítulo cuatro se analizarán los diferentes tipos de rostros y se hará una clasificación de los mismos de acuerdo al parecido que tienen con animales u objetos. Finalmente se presentan las conclusiones y re- comendaciones que arrojó la investigación. 10 11 Capítulo I 12 13 Historia de la caricatura 1.1 Definición Cuando se menciona el término “caricatura” normalmente se tiene un criterio erróneo con relación a esta manifestación artística, ya que generalmente se piensa en burla, en escarnio, en transgresión; sin embargo caricaturizar significa exagerar un retrato, sintetizando la función comunicativa a través de los rasgos fundamen- tales para describir a alguien o a algo. “Con la palabra caricatura, se viene designando desde la Edad Media a los dibujos y esculturas que, con intención burlesca, representan satíri- camente a personas o ideas. La palabra caricatura es voz italiana que significa carga.”1 Su principal utilización se relaciona con viñetas, críticas o caricatu- ras editoriales, hechas con la intención de ridiculizar o descalificar a de- terminadas personas. Cabe mencionar que el término “caricatura” nada tiene que ver con comics, historietas, dibujos animados, monos, etc. La caricatura ha sido colocada en un plano inferior por las corrien- tes críticas de tipo tradicional que sólo creen en el fenómeno artístico cuando éste se da desde un punto de vista naturalista y niegan al arte moderno su validez como gran arte. Esto debido a que consideran que el arte moderno es una deformación de lo humano y, por tanto, sin com- prender su verdadero sentido lo ven como algo monstruoso, absurdo y contrario a ciertos cánones estéticos. “La diferencia entre la pintura estriba en que mientras la pintura –y la plástica en general– se aparta siempre de la individualidad absoluta, quedándose con ciertas formas genéricas que recuerdan la naturaleza, pero ya modificada por el hom- bre, la caricatura en cambio la tiene como meta”2 En el tema de la caricatura existen diferentes tipos, entre los cuales se encuentran: la caricatura política, la caricatura social, la costum- 1.Zuno, José. Historia general de la caricatura. (México: Biblioteca de autores jaliscien- ses modernos, 1959), 15 . 2. Ramírez, Manuel González. La caricatura política. (México: Fondo de Cultura Económica, 1995), 7. 14 Bocanegra Sonny Boy Williamson II Acrílico sobre lienzo 2014 90 x 60 cm. brista, la simbólica, la personal, etc. Sin embargo, es en última donde radica la importancia de esta investigación, ya que; se muestra con fre- cuencia como un género particular en sí mismo. La representación de un individuo dado, que utiliza como recursos, entre otras cosas, resaltar los rasgos más significativosdel personaje caricaturizado, logrando el mayor parecido físico y, aunque puede tener cierto grado de comicidad, no necesariamente tiene que rayar en lo grotesco ni en la burla. En el dibujo generalmente se obtiene la sorpresa, producto obteni- do de la coincidencia inmediata entre el dibujo y el esquema mental registrado, pero en este caso se enfatiza con la intención de provocar un instante de simpatía entre el emisor y el receptor. Dicha reacción, generalmente resulta divertida para el espectador; pero odiosa para el representado, quien, en la mayoría de los casos negará el parecido de la realidad con el retrato, y se justificara con la falta de habilidad o con la maldad del artista para el descubrimiento de la imagen distorsionada que le describe. 15 Caricature Terracota Periodo Greco-romano 322 a. C. - 395 d. C. Colección Carlo Grassi Museo del Louvre. 1.2 Historia Encontrar el origen exacto de la caricatura resulta prácticamente im-posible, ya que a la fecha existe una gran cantidad de información contradictoria, y resulta muy complicado definir el momento exacto de la aparición de lo que hoy en día se conoce como “caricatura”, sus dife- rentes variantes, los elementos que la componen, los primeros caricaturis- tas de la historia, etc.; sin embargo existen puntos específicos que podrían ser de gran utilidad para conocer su historia y servirán para saber de forma general su origen; cuándo surge, cómo se manifiesta, su evolución y su desarrollo, dónde y quiénes la representan, su grandeza y su miseria; sus principales personajes y sus obras. Para conocer su origen es necesario rastrear su huella en diferentes épo- cas de la humanidad. “Se dice que las sátiras visuales, figuras y las esce- nas grotescas son tan viejas como el dibujo mismo y las encontramos en ostrake3 vasijas u otros objetos de cerámica, hueso, piedra o metal fundido desde el Egipto faraónico, la china imperial y la civilización Moche”4 Sin embargo para entender adecuadamente el problema de la pintura cómica, el punto de partida será desde los tiempos del Renacimiento en adelante. 3. En arqueología se emplea el término ostracon para designar los trozos de cerámica que se utilizaban como borradores para aprender a escribir o pintar. Ostraca es el plu- ral, y ostracon el singular. http://www.sepulcro-egipcio-de-tarragona.org/tag/ostraca/ Consultado 26 septiembre, 2013 4. Grose, Francis. Principios de la caricatura. (Madrid: Katz, 2011), 11. 16 Al comienzo del Renacimiento, la caricatura de personajes públicos se fue perfilando como una manifestación autónoma del humor gráfico. “Un dibujo de Alberto Durero de 1513, en el que se muestran diez cabezas humanas de perfil, marca la evolución de los rasgos caracterológicos.”5 Es en este punto de la historia donde los artistas se van interesando por re- presentar a las personas y a los objetos de manera distinta, dejando de lado el método naturalista y aportando su propia interpretación de la realidad. Durante este periodo, el estudio del rostro humano fue tomando otro rumbo, ahora lo más importante, no era simplemente encontrar la perfec- ción en el parecido físico, sino que comenzaron a interesarse por represen- tar la personalidad de los individuos retratados y con esto, provocar en el espectador todo tipo de reacciones. “En su libro De la pintura, Alberti re- comienda al pintor ideal que se adiestrara para distinguir con precisión los movimientos de la cara y del cuerpo de los personajes en la representación, sus bocas, mentones, ojos, frentes, cejas, según conviniese que rieran o lloraran”.6 Cuando el artista realiza una caricatura, es preciso observar con detenimiento al personaje, realizando diferentes gestos, movimientos, cambios en la posición del rostro, etc., ya que, si el modelo permanece es- tático, o es tomado de una sola fotografía; es muy probable que el resultado sea una caricatura rígida, sin personalidad. Uno de los principales objetivos que se buscaron con el estudio del rostro y su transformación fue precisamente provocar la risa en el especta- dor. Acerca de este tema “Gian Paolo Lomazzo, menciona en su Trattato dell´Arte della Pintura, scultura ed architettura, de 1584”7 “…la representación induciría una risa extrema, al hacer ver esas caras perdidas, vueltas unas hacia abajo, otras hacia arriba y de costado y otras de diverso modo que, al mirarse entre sí rían y desarticulen sus mandíbulas, mostrando los dientes, abriendo totalmente la boca en un nuevo y distinto acto de reír, ensanchando las narices y escondiendo los ojos en la cabeza, que habrán de verse enrojecidos, inconstantes, volubles, descontrolados y puestos al acaso, según ocurre en tales ocasiones; batiendo además juntos las manos, alzándolas y bajándolas de distintas maneras, dejándose caer de costado, dándose vuelta hacia atrás y poniéndose de frente, inclinados 5. Conde, Luis. El humor gráfico en España. (Madrid: Asociación de la prensa de Ma- drid, 2011), 160. 6. Grose, op. cit.,12. 7. Cardi, María Virginia. Intorno all´autoritratto in veste di Baco di Giovan Paolo Loma- zzo. (Florencia: Storia dell´Arte, 1994), 128-193. 17 Leonardo da Vinci Cabezas Grotescas Plumilla 1940 26 x 20 cm. Biblioteca Real del castillo de Windsor en el Reino Unido. hacia delante con las manos sobre la espalda alternativamente, y [otros gestos] parecidos […] Quise explicar […] esa invención para que se apren- da de ella de que modo quienes ríen han de contagiarse el movimiento los unos a los otros; y así, al crecer la risa de uno en otro, llevarla al colmo y hacer que hasta os muertos rían, si fuese posible, pues ello consiste la fuerza de la pintura, tal como decía Leonardo, quien mucho placer tuvo en dibujar viejos, campesinos y campesinas deformes que ríen, que aun se ven en diversos sitios, entre los cuales casi cincuenta, dibujados por el mismo artista, tiene Aurelio Lovino en un librito.”8 Lo citado anteriormente por Gian Paolo Lomazzo podría servir para pensar en el trabajo de Leonardo da Vinci, “…algunos le atribuyen la in- vención de la caricatura moderna, sin embargo lo que él hacía, era inventar tipos mas que elegir objetivos reconocibles, del mismo modo que en épo- cas anteriores existían representaciones de seres deformes por definición como silenos, diablos o villanos…”9 Una de las características de su traba- jo en este sentido, radica en la clasificación de tipos humanos, es decir, no elegía sus modelos para posteriormente deformarlos ni exagerarlos y con 8. Lomazzo, Gian Paolo. Trattato dell´ Arte della Pintura, Scoltura et Archittectura. (Mi- lán: Paolo Ciardi, 1584), 33. 9. Eco, Umberto. Historia de la fealdad. (Barcelona: Debolsillo, 2011), 152. 18 Bocanegra Lennon Huecograbado 2012 40 x 30 cm. ello crear caricaturas, sino que elegía modelos de rasgos grotescos para dibujarlos y a partir de ellos agruparlos diferentes categorías. “ Es posible que el Vinciano fuese a dar con los perfiles grotescos como resultado de sus investigaciones acerca de cómo en la apariencia de los individuos el paso del tiempo afecta las partes blandas del rostro y del cuerpo humano –piel, músculos, tendones, tejido adiposo-, deja transparentar las líneas del esqueleto y aumenta las irregularidades y los contornos quebrados, en des- medro de los sinuosos Adviértase que, a menudo, en un mismo folio Leonardo registró el proceso de transformación del perfil de un joven en el perfil de un anciano.10” Con lo anterior, se puede demostrar que las de- formaciones producidas por la vejez y las desventuras son un tema sobre el cual podía estudiarse el problema de la expresión en sus formas más extremas. 10 Uffizzi, Windsor. The drawing of Leonardo da Vinci. (Londes: Pimlico, 1994), 146. 19 1.3 Principales referentes en el mundo de la caricatura A través de a historia y en diferentes países se han encontrado ejemplos de lo que podrían ser las bases de la caricaturamoderna. En Francia por ejemplo, país en el cual el arte tiende a fluir naturalmente, es en donde se encuentra la mayor cantidad de artistas que se colocan como los pioneros en éste genero. “Es realmente curioso contemplar hoy día toda esa extensa serie de bufonadas históricas que llamaban la caricature, grandes archivos cómicos, a los que todos los artistas de algún valor aportaron su cupo”11 . Es decir, el caso de todos aquellos artistas que, sin pretender mostrar la realidad tal como la percibían, la transformaban y retomaban escenas de la sociedad con la finalidad de imprimir en ellas un toque de comicidad y en muchos casos pretendían provocar el escarnio en el espectador. Hermanos Carracci Annibale Carracci (1560 - 1609) Ludovico Carracci (1555 -1619) Agostino Carracci (1557 - 1602) Es gracias a la existencia de Annibale Carracci, y su familia de pin-tores Ludovico y Agostino, especialmente al primero, es que se debe la invención de la caricatura moderna, “En 1646, Masini escribió que los Carracci realizaron divertidos retratitos cargados”12 Esta fami- lia de artistas, dedicados a la pintura y el grabado incursionaron en dife- rentes corrientes artísticas, reuniendo el trabajo de los grandes maestros del siglo XV, logrando con ello, extraer todo aquello que consideraban incorrecto en la representación de la realidad para transformarla y re- 11. Philipon, Charles. (1800-1862) fundó La Caricature en 1830 y se publicó hasta 1835. 12. Citado en Manuela Kahn-Rossi, Le Róle de Jacques Callot dans l Naissance d´un genre: la caricature, en Jacques Callot (1592-1635). Actes du colloque organisé par le service culturel du musée du Louvre et la ville de Nancy á Paris et á Nancy les 25, 26, et 27 juin 1992, Paris, Louvre , 1993 pp. 261-287. 20 Agostino Carracci Caricaturas Plumilla 1549 28.1 x 20.5 cm. Colección privada Windsor Reino Unido. presentarla, no como era, sino; como debía ser. “Annibale Carracci, el más divertido de ellos inclinó sus conocimientos hacia el estudio de la caricatura, muestras de esa picardía fue demostrada con sus muestras de destreza en el arte de la perspectiva y el “trampantojo”13 “Confundía a una cocinera y a un gato con un trozo de carne pintado, proyectaba sombras falsas que relacionaba con una lámpara verdadera, instaba a sacar la tapa ficticia de un copón de cristal y provocaba así el descon- cierto del destinatario de la broma y la risa de sus compañeros”.14 En el trabajo de Annibale Carracci destaca la intención de realizar los retratos, lo más parecido a la realidad, pero imitando sus partes despro- porcionadamente a manera de juego. “De tal modo que, en el todo, las personas parezcan ser ellas mismas y, en las partes, diferentes”.15 Una caricatura difícilmente es analizada o presentada por partes, ya que al estar distorsionadas, es complicado reconocer de quien se trata, excepto aquellas personas, cuyas características son excesivamente particulares y han creado fama por sí solas. 13. Trampantojo (de “trampa ante ojo”) es una técnica pictórica que intenta engañar la vista jugando con el entorno arquitectónico (real o simulado), la perspectiva, el som- breado y otros efectos ópticos y de fingimien-to, consiguiendo una “realidad intensi- ficada” o “substitución de la realidad”. También se utiliza el término “ilusionismo”. Dic- cionario de la lengua española (22.ª edición), Real Academia Española, 2001. 14. Carlo Ceareo Malvasia, Felsina pittrice. Vite de´Pintori Bolognesi, vol. I, pp. 467. 15. Baldinucci, Filippo. Vocabulario toscano del arte del diseño, (Florencia: 1618), 29. 21 Honoré Daumier El pasado, el presente, el futuro La Caricature, 9 de enero de 1834. Litografía; estampa 33.7 x 25.9 cm. Colección Armand Hammer Daumier and Contemporaries, Museo Hammer, Los Ángeles. Honoré Daumier (1808 - 1879) El maravilloso producto de este gran caricaturista fue sin duda la tipología creada a partir de su estudio acerca de las diferentes pro- fesiones. Logrando así, establecer patrones para la generalización del comportamiento humano y la relación con su fisionomía. Este gran artista polifacético de la viñeta satírica francesa del siglo XIX exploró diferentes formas de representar su calidad plástica, incur- 22 sionó en el grabado, la escultura y la pintura, pero su mayor virtud fue la representación caricaturizada de la realidad, fue allí donde Honoré Daumier mostró todo su talento; por lo que es considerado como uno de los más grandes caricaturistas de todos los tiempos. Y a pesar de que dominaba esta modalidad a la perfección, su mayor importancia dentro de esta disciplina es la recreación del rostro y de la figura a partir del carácter interno, del alma del representado, según sus cualidades y su personalidad. Un gran caricaturista, como lo fue Honoré Daumier, toma como modelo los aspectos externos del sujeto, normalmente elige a un per- sonaje, y se exageran los rasgos físicos; sin embargo podría decirse que eso es caricatura menor. ya que, el valor auténtico de una carica- tura radica en sus características internas, morales y psicológicas, y las describe mediante la deformación, el resultado de este estudio era la manera en que se vería esa persona, si su aspecto correspondiese a su alma. De esta manera, además de conseguir una gran obra plástica se logra realizar un análisis interno de la persona retratada, así como la provocación de sentimientos y en muchos casos una reacción ines- perada del espectador. Un ejemplo del dominio que tenía Honoré Daumier con respecto a la personalidad de sus modelos se ve reflejado en La pera de reminis- cencias perceptuales, el cual, es un retrato caricaturizado que recurre a una técnica muy vinculada con la que utilizó en su serie de bustos modelados en arcilla. En este caso, el artista ha explotado la interac- ción de la luz y la sombra para crear las expresiones de la pera de tres rostros: el perfil que mira hacia la izquierda parece sonriente y con- tento, el rostro frontal del centro es seco y malhumorado y el semblante que mira hacia la derecha parece manifestar ira. “Esta transformación gradual del semblante de Luis Felipe retrata con claridad el cambio de humor del monarca desde su llegada al poder, como reacción a los cre- cientes problemas y conflictos que debía afrontar su régimen. El tema iconográfico de una cabeza con tres rostros como símbolo del paso del tiempo parodia la Alegoría del tiempo gobernado por la prudencia de Tiziano. Daumier se inspiró asimismo en la iconografía tradicional de la prudencia, a menudo vinculada a efigies esplendidas”. 16 16. Honoré Daumier. (España: Fundación Banco Santander, 2008), 89. 23 J. J. Grandville Grande revue passée par “La caricature” Litografía 1832 35.4 x 53.7 cm. J. J. Grandville (1803 - 1847) Jean Ignace Isidore Gérard El caso de este gran caricaturista es completamente distinto y la principal característica de su obra se basa en las analogías. “Este hombre, con un valor sobrehumano se ha pasado la vida rehaciendo la creación. La cogía entre sus manos, la retorcía, la recomponía, la expli- caba, la comentaba; y la naturaleza se transformaba en apocalipsis”.17 Otro gran aporte de J. J. Grandville es la utilización de la sátira, susti- tuyendo las cabezas de las personas por las de animales, con la finali- dad de representar de manera burlona la personalidad de sus modelos, imprimiendo de esta manera un sello personal en su obra. A pesar de que el trabajo de J. J. Granville es exquisito y ha aporta- do cosas sumamente importantes para el estudio de la caricatura, se debe mencionar que sus dibujos carecen de la agilidad y la comicidad que caracterizaba a los grandes artistas de la época, muestra de ello es que en muchas ocasiones debía utilizar recursos que reforzaran la ilus- tración para su mayor entendimiento, como el uso de globos de texto. También se dice de él que nunca supo dibujar a una mujer. 17. Baudelaire,Charles. Lo cómico y la caricatura. (Madrid: Visor, 1989), 93-94 24 Paul Gavarni Man in a Clown Suit Tinta 1852 - 1866 22.7 × 14.7 cm. La limitante principal de este artista se presenta en la falta de habili- dad para asociar sus ideas, y a pesar de todo, intentaba representar con precisión sus sueños y sus pesadillas de manera plástica, sin embargo; le resultaba sumamente complicado, ya que pretendía que el lápiz rea- lizara el trabajo por sí solo, es por ello que se dice que fue un artista muy cómico, pero ha menudo lo era sin saberlo. Paul Gavarni (1804 1866) Sulpice Guillaume Chevalier Este gran artista, como muchos otros, comenzó su carrera trabajando, sin mucho éxito, para diferentes revistas y periódicos. Paul Gavarni empezó haciendo dibujos de máquinas y más tarde dibujos de modas y por esa razón fue considerado durante largo tiempo como un artista del montón; sin embargo, este aprendizaje le valió para considerarlo entre los grandes precursores de la caricatura moderna. El aprendizaje ad- quirido a través del tiempo en la editoriales se ve reflejado en su trabajo como caricaturista, ya que la característica principal de comicidad se ve 25 representada en la gran finura de observación, ya que plasmaba en sus dibujos, una vitalidad y expresión que muy pocos lograban. “Gavarni estaba en posesión de una extraordinaria capacidad como dibujante. La línea de sus personajes y escenas se adapta, sinuosa, a cualquier efecto, por difícil que parezca su realización. Parece que nada puede resistírsele, tanto cuando representa escenas cotidianas como cuando hace dibujos de modas o parodias de las antiguas. A la vez, posee una gran penetración fisionómica, lo que le permite acentuar los rasgos de sus protagonistas, haciéndoles extremadamente expresivos. El contraste de los rostros y de las figuras es uno de los recursos de su amabilidad cómica: entre mendigos, entre hombres y mujeres, en- tre burgueses, entre artistas y clientes… También crea personajes que podemos considerar más dramáticos: Thomas Vireloque puede ser un buen ejemplo de sus posibilidades en este campo. Junto a los recursos fisionómicos, la expresividad del ambiente, la prestancia de la figura …, en definitiva, el exceso, sin el cual no puede subsistir el género.”18 Sin embargo, como en el caso de J. J. Grandville, su trazo era li- mitado en cuanto a comicidad y en la mayoría de las veces era nece- sario el uso de textos para entender su humor. Precisamente por ello, mucha gente prefiere a Paul Gavarni, ya que su mensaje era mucho más directo, comparado con el de Honoré Daumier, por ejemplo. “Mucha gente prefiere Gavarni a Daumier, y no tiene nada de extraño. Como Gavarni es menos artista, les resulta más fácil de comprender. Daumier es un genio franco y directo, en todos sus dibujos se muestra la exqui- sitez de su talento, si a su trabajo se le quitaran los textos, su dibujo sigue siendo algo hermoso y claro, en cambio Gavarni, tiene el dibujo y el texto. Además, Gavarni no es esencialmente satírico, a menudo halaga en vez de morder; no censura, anima”.19 El aporte principal de este artista es la calidad plástica en su obra, ya que comienza a interesarse en el detalle y la expresión de sus rostro humano y lo plasma en sus caricaturas, que, a pesar de pretender ser cómicas, se convierten a menudo en una representación casi perfecta del ser humano. 18. Bozal, Valeriano. El siglo de los caricaturistas. (Madrid: Cambio 16, 2001), 56-57. 19. Baudelaire, Charles. Lo cómico y la caricatura. (Madrid: Visor, 1989), 94. 26 William Hogarth (1697 – 1764) Uno de los mas grandes artistas en el tema de la comicidad es sin duda William Hogarth, considerado como el pionero de las his- torietas occidentales. Sus obras, como muchos otros artistas varían en cuanto a estilos, desde el excelente retrato realista a una serie de pinturas al estilo de los cómics llamadas Costumbres morales moder- nas. Mucha de su obra, que llega a veces a ser despiadada, se burla de las costumbres y la política contemporáneos. Es el gran maestro de la sátira social y política. Además de su gran aporte como iniciador del género de historietas, este gran autor es conocido por la fuerte crítica plasmada en su obra acerca de las clases altas. “Encoge el corazón. Brutal y violento, aunque siempre preocupado por el sentido moral de sus composiciones, moralista ante todo, las carga”. 20 Sin embargo, esto provocó que fuera víctima de la piratería y sus obra rápidamente fueron reproducidas sin poder él, obtener grandes ganancias por su tra- bajo. “Friedrich Antal propone una evolución en tres etapas de la obra de ese artista. “Al principio, predomina la intención satírica y ridícula. Pronto, en sus ciclos de 1730-1740, aparece una combinación de inten- ción constructiva y satírica, con ideas sociales y morales aplicadas a la observación de la vida de la clase media y un balance entre el realismo y la moral. En una tercera etapa, el aspecto moralizante y constructivo tendería a predominar”.21 Si bien, como se ha mencionado, “Hogarth lanzó sus dardos contra lo que se consideraba rasgos despreciables del disegno caricato”22 , ha sido considerado con justicia como el padre de la caricatura inglesa. Los críticos habían censurado a Hogarth porque consideraban que los rasgos de sus figuras eran exagerados, sin embargo, “el incansable William Hogarth, había teorizado sobre la función de la caricatura, y lo reflejó en su tabla Analysis of Beauty, en la que exhibe variaciones de rostros, y aun más en Personajes y caricaturas”.23 En el primer grabado se observan diferentes elementos y partes de la cabeza que se relacionan entre sí, así como las similitudes entre objetos de diferentes 20. Ibid. 109-110. 21. F. Antal, The moral purpose of Hogarth´sArt. (Gran Bretaña: Journal of the Warburg and Courtauld Institutes, 1952), 169-197. 22.-Grose, Francis. Principios de la Caricatura. (Madrid: Katz , 2011), 55. 23. Marin, Luis Conde. El humor grafico en España. (Madrid: Asociación de la Prensa de Madrid, 2005), 162. 27 William Hogarth Characters and Caricaturas Litografía Abril, 1743 27.7 x 22.4 cm. características y su función como parte del cuerpo humano. En el se- gundo se aprecia una gran cantidad de cabezas humanas desprendidas de sus respectivos cuerpos, y en cada una de ellas se perciben diferentes gestos, que permiten al espectador conocer las variantes que William Hogarth era capaz de transmitir. Si bien William Hogarth puede ser considerado como uno de los grandes iniciadores de la caricatura personal, en base a sus trabajos realizados en la primera mitad del siglo XVIII en Inglaterra, “fue a mediados del siglo siguiente cuando hicieron su aparición en casi todos los países europeos, pu- blicaciones satíricas o humorísticas de circulación periódica, la mayoría de las cuales incluían abundantes caricaturas personales; esos fueron los casos, por ejemplo, de: Le Journal Pour Rire y La Caricature de Philipon, en Fran- cia; El fisgón y Madrid cómico, en España; The humourist, en Inglaterra; Fliegenden Blatter, en Alemania; Ill travaso delle edee, en Italia; y muchos otros”.24 24. Zuno, José Guadalupe, Historia General de la Caricatura. (México: Biblioteca de autores jaliciences modernos, 1959), 207. 28 Francisco de Goya Unos a otros Grabado 1797-99 21,8 x 15,2 cm. Museo del Grabado de Goya. Francisco de Goya (1746 - 1828) En España, un hombre singular abrió nuevos horizontes en lo cómico, alguien que no precisamente fue caricaturista como tal, sin embargo, es preciso añadir unas palabras acerca del elemento sumamente raro que Francisco de Goya ha introducido en lo cómico: es decir, de lo fantástico. Y es que no es exactamente nada de es- pecial, de particular, ni de cómico absoluto, pero el aspecto general bajo el que vio las cosas es principalmente fantástico, o mejor dicho, la mirada que echó sobre las cosas es una traductoranaturalmente fantástica. El mérito de Goya consistió en crear lo monstruoso vero- símil. Como se mencionó en apartados anteriores, para el estudio del rostro humano es necesario conocer lo que se ha hecho a lo largo de la historia, y en el caso particular de Francisco de Goya, se encuentra una extraordinaria riqueza en cuanto a expresiones, específicamente en sus pinturas negras, tales como el dolor, la ira, la angustia y la ironía . “Sus monstruos han naci- do viables y armoniosos. Na- die se ha aventurado como él en la dirección de lo absurdo posible. Todas esas contor- siones, esas caras bestiales, esas muecas diabólicas están imbuidas de humanidad. In- cluso desde el punto de vista específico de la historia natu- ral, sería difícil condenarlos, tanta es la analogía y armonía de todas las partes de su ser; en una palabra, la línea de sutura, el punto de unión en- tre lo real y lo fantástico, es imposible de aferrar; es una frontera difusa que el analista más sutil no sabría trazar, el arte es a un tiempo trascen- dente y natural”.25 25. Baudelaire, Charles. Lo cómico y la caricatura. (Madrid: Visor, 1989), 123. 29 Sciamarella Pablo Ruiz Picasso 1996 36 x 52 x 20 cm. Pablo Picasso (1881 -1973) La influencia de Pablo Picasso en los caricaturistas españoles y mun-diales es inevitable. A pesar de que la caricatura personal se perfila como ilustración de prensa, es prácticamente inevitable que todo artista se sienta atraído por ella en algún momento de su vida, es por ello que los geniales Pablo Picasso y Salvador Dalí realizaran caricaturas en diversas etapas de su trayectoria artística. “Algunos de los rasgos que definen la obra picassiana, su sentido de lo corporal y físico de lo material y de lo monstruoso, su concep- ción de la metamorfosis, su visión del exceso de la sátira, la provo- cación, su visión del ridículo, la risa desmesurada, la obscenidad sin medida…, hunden sus raíces en la tradición de lo cómico y lo gro- tesco que ha caracterizado buena parte de la cultura española, y a la vez proyecta su sombra sobre ese suelo, contribuye a conformar su figura, a comprenderla”.26 El estudio de la caricatura y el estudio del rostro humano realizado por Pablo Picasso rompe con el estatuto renacentista vigente a partir del siglo XX, la perspectiva. Gracias a este análisis y a estudios posteriores es que se logra la descomposición de la forma tradicional, fragmentando líneas y superficies, representando todas las partes de un objeto en un mismo plano. “Las primeras caricaturas de Pi- casso datan de sus años de aprendizaje. Se encuentran auténticas caricatu- ras en el cuaderno de 1894, y se las puede determinar –caricaturas- sin ningún 26. Bozal, Valeriano, y otros. Picasso: de la caricatura a la metamorfosis de estilo. (España: Museo Picasso/Lunwern, 2003), 19. 30 José Hernández Salvador Dalí Tinta 1984. riesgo hasta 1905. Las caricaturas que el joven Picasso traza a modo de boceto, de Max Jacob, André Salmon, Moreas, Ibsen, Apollinaire o de él mismo no van contra la tradición de los cuadernos de apuntes que se pueden ver en todos los talleres de artistas”.27 Podría mencionarse que esta incursión en la caricatura fue la base para ir definiendo su estilo “sería por completo improcedente limitar la actividad caricaturesca de Picasso y, ante todo, su preocupación por lo grotesco a estas obras de juventud. Me atrevo a decir que no le abandonó nunca y que ha sido uno de los ejes que con mayor claridad y riqueza perfilan su arte”.28 Salvador Dalí (1904 –1989) Pudiera parecer que el trabajo de Salvador Dalí estuvo siempre re-lacionado con el surrealismo, sin embargo se debe mencionar que este artista catalán, como muchos otros, experimentó con diferentes técnicas y materiales. En sus inicios desarrolló sus cualidades pictóricas a través de la pintura naturalista, posteriormente con su llegada a Madrid y al conocer las tendencias de vanguardia como el cubismo y el futurismo se interesa en ellas, especialmente en la primera. Tam- bién se le conoce una faceta ilustra- dor, entre ellos la Divina Comedia, para la cual realizo 100 acuarelas. “…con trece años, en 1918, publi- có un dibujo humorístico en la re- vista infantil catalanista Patufet. Y no desmerecía de los demás dibu- jantes habituales de la publicación, incluso en su tendencia 27. Marin, Luis Conde. El humor grafico en España. (Madrid: Asociación de la Prensa de Madrid, 2005), 163. 28. Bozal, op. cit., 19. 31 [noucentista]29”. 30 Luego, a lo largo de su extensa carrera de ilustrador y publicista realizó cientos de auténticas caricaturas y autocaricaturas con sus míticos bigotes. Posteriormente, cuando ya formaba parte de “Los putrefactos”31 dibujó toda una serie de caricaturas que quedaron inéditas. Ya cuando se incor- pora a los surrealistas, su pintura y dibujos son pura distorsión, muchas veces caricaturesca. Incluso, su Museo-Teatro de Figueras, con sus ob- jetos inverosímiles y surrealistas , es viva caricatura tridimensional. Durante los siglos XIX y XX, se encuentra una lista interminable de ar- tistas que influyeron de alguna manera en la configuración de la carica- tura como se conoce hoy en día, sin embargo aquí se mencionan algu- nos de los nombres más significativos. Philipon, Monnier, Grandville, Doré, Gavarni, Daumier, Caran d´Ache, Toulouse-Lautrec, Forain, 29. El Noucentisme (Novecentismo) es un movimiento cultural que se inicia en Cata- luña hacia 1906 como reacción contra la superficialidad del modernismo. También se le conoce como Generación del 14 o Vanguardias por ser una estética que destaca, prin- cipalmente, en el terreno literario, agrupando a un conjunto de autores en su mayoría ensayistas situados entre la Generación del 98 y la Generación del 27. El carácter nacio- nalista de la corriente se tradujo en el arte a través de unos temas vinculados al ámbito mediterráneo y una estética determinada, tendente hacia el clasicismo. http://www.todacultura.com/movimientosartisticos/noucentisme_catalan.htm 30. Luis Conde Marín, El humor grafico en España, Asociación de la Prensa de Madrid, Madrid, España, 2005, pp. 166 31. Los putrefactos fue un proyecto condenado por su propio nombre. Un libro, más que inconcluso, abandonado, roto, separado. Según Rafael Santos Torroella, en su gé- nesis y su posterior dispersión se esconden algunos de los aspectos menos conocidos de la relación amorosa entre Lorca y Dalí. Lo que empezó como una diversión, como una idea que podía transformarse en un libro que uniera a los dos autores en una tesis más trascendente, quedó en nada a causa de las distintas formas en que cada uno en- tendía la propia palabra y la asociaba a su sentir, a su amistad.Los putrefactos parecen caricaturas casi inocuas de una época, pero tanto para Lorca como para Dalí, marcó el final de su íntima amistad y dejó las semillas de lo que, sobre todo para el pintor, sería parte fundamental de su retórica artística.”Pero no se trataba de caricaturas banales y superficiales” aclara. “El de los putrefactos es un término que tiene más profundidad de lo que parece, Dalí profundiza a través de la idea de la putrefacción, que para él significa globalmente la emoción, y la opone a la de astronomía, que es la deshumanización, la distancia fría. Dalí se recrea consigo mismo y encuentra en el putrefacto la cursilería, el hombre pagado de sí mismo”.”En Los putrefactos predomina la sátira y la ironía, que después madura con la relación amorosa de Federico y Dalí. De alguna manera marca el principio y el final de la aventura sentimental de ambos”. Fietta Jarque recuperado el 8 de mayo de 1995 de http://elpais.com 32 Ibels, Faivre, Dubout, Sem, Tim, Lebon y Siné en Francia. W. Busch, Sebastian Krüger, T. Heine, E. Barlach y G. Grosz, en Alemania. Gan- dolin, A. Cecione, Capiello y Bisi, en Italia. El rumano Saul Steinberg; el belga Ensor; los ingleses Berbohm, Osnborn, Searle, Cummings, Hewison y Atchison; los estadounidensesMort Drucker, Lavine, Arp, Arno, Davis y Feiffer, y los mexicanos Posada, Orozco, Ribera, Cabral, Salvador Pruneda, Abel Quezada, Ram, Naranjo, Rius, y Waldo. Caloi y Fontanarrosa en Argentina, Zapata en Venezuela, Ziraldo en Brasil y muchísimos más en toda Ámerica”.32 Es importante mencionar que en todo el mundo, como se mencionó anteriormente, existen caricaturistas de todos los temas y estilos posi- bles, por ejemplo; el caricaturista político, cuya característica principal gira en torno a cuestiones estrictamente políticas, poniendo en tela de juicio la credibilidad de los personajes o el caso del caricaturista social, quien se encarga de representar a una sociedad desde un punto de vista irónico y crítico; sin embargo, el tipo de caricatura en que se centra ésta investigación es el de la caricatura personal, en la cual, el número de artistas que se dedican a ésta práctica se reduce considerablemente, ya que su única función es enaltecer las características principales del per- sonaje retratado, en México existen algunos artistas dedicados a dicha tarea, tal es el caso de Jorge Flores Manjarrez, Rocko, Luis Carreño, Jis y Trino, Chubasco e incluso el mismo Ernesto García Cabral, quien en sus iniciós fue uno de los más “peligrosos” personajes durante la Revo- lución mexicana al regreso de su estadía en Francía represento con gran maestría a una gran cantidad de personajes de la cultura en México. Por otro lado, en Alemania existe el trabajo de uno de los artístas más destacados en este género, Sebastian Krüger, quien aha dedicado gran parte de su vida a caricaturizar a los grandes maestros del rock, así como a escritores y actores de cine y cuya principal aportación es la perfección que imprime a cada una de sus obras, detallandolas hasta lograr un hiperrealismo impresionante. 32. Marin, op. cit., 163. 33 Capítulo II 34 35 Elementos de la caricatura Realizar una caricatura podría parecer una tarea sencilla, o quizás para algunos, es un trabajo que sólo personas con cierto don pu- eden realizar, sin embargo; ninguna de las anteriores declaraciones son del todo ciertas, ya que, en ambos casos, se necesita en primer lugar, aprender a dibujar la cabeza a partir de buenos principios y, según las formas y las proporciones a las cuales los europeos han vinculado la idea de belleza. “Por lo general se tiene una imagen de la belleza estereotipada del mundo griego, nacida de la idealización que se hizo en la época neoclásica acerca de la civilización griega (siglo XVIII).“33 Sin embargo, independientemente del contexto histórico, los ar- tistas siempre se han caracterizado por tener un gran repertorio de recursos compositivos y fórmulas visuales para ayudar a manifestar su sentido del humor. Entre ellas se encuentran la exageración y la deformación de rostros y cuerpos, la representación de las personas como animales y objetos. Cuando se trata de realizar una caricatura, y si la intención (como se pretende en este análisis) es enfatizar y exhibir la personalidad del retratado, existen diferentes elementos que son indispensables para determinar las cualidades (no necesariamente físicas) princi- pales del personaje a retratar. Se dice que el trabajo del caricaturista es un talento peligroso, más apropiado para hacer temer a un artista que para hacerlo esti- mar. Ya que con una caricatura acertada el ataque hacia el protago- nista puede ser altamente incisivo. Para lograr una efectividad en la deformación del personaje retratado, sin dejar de ser él mismo, es necesario conocer las categorías estéticas que le definirán, tales como: • la belleza • la fealdad • lo grotesco • lo cómico 33. Eco, Umberto. Historia de la fealdad. (Barcelona: Debolsillo, 2011), 23. • la risa • la exageración • la síntesis • la personalidad 36 George Grosz El escritor Max Óleo sobre lienzo 1927 60 x 74 cm. 2.1 Categorías estéticas La belleza y la fealdad Tratar el tema de la belleza y de la fealdad normalmente resulta com-plejo, ya que para determinar si algo es bello o feo, es necesario tomar en cuenta diferentes factores; la temporalidad, la cultura o la geografía, por mencionar algunos. Se dice que la belleza es algo subjetivo, dado que no hay una regla específica, aún teniendo conocimiento de los cánones esta- blecidos por los griegos. “En el siglo IV a. C. Policleto realizó una estatua, llamada luego el Canon, en la que estaban encarnadas todas las reglas para una proporción ideal, y más tarde Vitrubio dictó las proporciones corpora- les exactas en fracciones de la figura entera: la cara tenía que ser 1/10 de la longitud de la longitud total, la cabeza 1/8, la longitud del tórax ¼, etc. Es natural que, partiendo de esta idea de belleza, se consideraban feos todos 37 aquellos seres que no se adecuaban a estas proporciones”.34 Sin embargo, para determinar qué características debe tener lo que se considere “bello” y al no haber un parámetro general para medir la belleza, cada persona tiene la capacidad para juzgar, etiquetar, valorar y evaluar si un objeto o persona posee ese don de acuerdo con un criterio propio. Como se mencionó anteriormente, se dice que la belleza es subjetiva, que existe en las cosas de la naturaleza, o que depende de las proporciones impuestas por los griegos, sin embargo, es preciso enfocarse en el concepto de belleza como herramienta para la creación de caricaturas. Para ello sería necesario preguntarse: ¿Qué es la fealdad y la belleza del rostro humano?, ¿bajo qué parámetros es posible distinguir a una persona hermosa de una horripilante?, ¿cuál es el concepto que definiría mejor a una persona fea o a una bella si se le compara con las grandiosas obras de la naturaleza?, ¿se puede tomar como referencia, incluso a las obras de arte creadas por Leonardo Da Vinci, Rafael y Miguel Ángel en el Renacimiento? Y a todo esto, ¿es posible que la fealdad, a través del arte pueda convertirse en una belleza? Aparentemente, la belleza y la fealdad son conceptos que se comple- mentan mutuamente, y por lo general se considera que la fealdad es la antí- tesis de la belleza, hasta el punto que bastaría definir la primera para saber que es la segunda. No obstante, las distintas manifestaciones de la fealdad a través de los siglos son más ricas e imprevisibles de lo que comúnmente se cree. Definir los conceptos de fealdad y belleza puede ser muy confuso, pues, como se mencionó anteriormente, es un tema subjetivo y depende de la personalidad y la interpretación de quien lo percibe; sin embargo en general se puede decir que la mayoría de las personas coinciden en un ideal de belleza y perfección en un rostro humano. En el caso de la fealdad sucede lo contrario, y a pesar de que puede tener decenas de sinónimos, tales como horripilante, dantesco, feo, grotesco, desagradable, espantoso, gacho, terrible, maligno, asqueroso, fétido, degradante, asqueroso, despro- porcionado, monstruoso, imperfecto, irregular, deforme, horrendo, pavor- oso, espeluznante, siniestro, apocalíptico, terrible, repulsivo, ridículo, de mal gusto, estrambótico, tosco, irrisorio, cómico, nefasto, antiestético, atroz, malo, entre otros, es capaz de generar más pasiones y fascinación a través las manos del artista de las que nos podríamos imaginar. Decir que la belleza y la fealdad se pueden definir únicamente en re- lación con las épocas y con las culturas no significa que no se haya inten- tado definirlos en relación con un modelo constante. “Nietzsche sugiere en el Crepúsculo de los ídolos, que -En lo bello se pone a sí mismo como 34. Id. 38 medida de la perfección y se adora en ello… El hombre en el fondo se mira en el espejo de las cosas, considera bello todo aquello que le devuelve su imagen… Lo feo se entiende como señal y síntoma de degeneración… Todo indicio de agotamiento, de pesadez, de senilidad, de fatiga, toda es- pecie de falta de libertad, en forma de convulsión o parálisis,sobre todo el olor, el color, la forma de la disolución, de la descomposición… todo esto provoca una reacción idéntica, el juicio, el valor feo… ¿A quien odia aquí el hombre? No hay duda: odia a la decadencia de su tipo-”.35 Tomando como referencia esto, se puede decir que todo aquello que no corresponde a la idea tradicional que se tiene acerca de la belleza, es feo, y por lo tanto útil en la creación de caricaturas. Por ejemplo, si una persona posee una nariz medianamente larga, es labor del caricaturista retomar ese elemento y exagerarlo hasta el extremo con la intención de hacer de la nariz promi- nente una fea característica del protagonista, misma que debe servir para enaltecer su personalidad. Para el filósofo hegeliano Karl Rosenkranz otorga un concepto to- talmente negativo a este tema y además establece una escala de rangos para definir a la fealdad: “En un primer lugar, tendríamos la deformidad, la desfiguración y la incorrección, mientras que en un segundo nivel ha- llaríamos la criminalidad, lo diabólico y lo espectral”.36 Es decir, que la fealdad no se manifiesta únicamente en el aspecto físico de las personas sino que se puede percibir también en la forma de actuar, y de relaciona- rse con los demás. Un caso específico podría encontrarse en el Marques de Sade. Quien menciona “Cualquiera que pudiera describir y explicar tales aberraciones estaría llevando a cabo el mejor trabajo posible re- specto a la condición humana y quizá también el más interesante”.37 En su gigantesco catálogo de perversiones llamado Los ciento veinte días de Sodoma o la Escuela del Libertinaje, a través de las pasiones simples, las pasiones complejas, las pasiones criminales y las pasiones asesinas, muestra el lado obscuro y las mas bajas pasiones de la sexualidad hu- mana provocando en el espectador una serie de sentimientos contradic- torios y gran confusión entre la belleza y le fealdad, entre lo permitido y lo prohibido. Esta es una muestra de que en la naturaleza humana que lo triste, lo terrible y hasta horrendo le atrae con una fascinación irresistible; que las escenas de dolor y de terror le atraen y le repelen con la misma intensidad. Otro ejemplo de la fealdad aceptada se observa en las figuras religiosas, 35. Ibid. 1. 36. Rosenkrank, Karl. Estética de lo feo. (Madrid: Julio Ollero Editor S.A. 1992), 67. 37. Sade, Donatien Alphonse François de. Introducción de Obras completas, por John S. Yankowski. (México: EDASA, 1978). 39 ya que a pesar de mostrar cuerpos de personas flageladas y ensangrentadas se les rinde culto y son mostradas con orgullo ante los creyentes. “En el cris- tianismo comienza a aceptarse la negación de la belleza en la filosofía, en el arte y en las creencias religiosas. La tradición cristiana adora a un Dios sufriente, hay una serie de ideas que no pueden adoptarse a los cánones de la belleza griega. Cuando el arte empieza a representar la pasión de Cristo, se da cuenta de que no se puede representar a un Cristo flagelado, coronado de espinas, crucificado, agonizante con las formas de la belleza griega”.38 Sin embargo, en estos días, se siguen apreciando dichos cuerpos en las iglesias de gran parte del mundo. En la mitología griega se describen seres con deformidades inimagi- nables, monstruos extraordinarios, capaces de generar en el espectador la configuración de imágenes; imágenes llenas de formas, texturas, colores e incluso sonidos. Por ejemplo, el caso del minotauro, monstruo con cuerpo de hombre y cabeza de toro o el Cancerbero que poseía tres cabezas y cola de serpiente. Para destacar la importancia de la fealdad como generadora de sentimientos positivos, basta con observar el caso de personajes que a pesar a sus deformi- dades han sido aceptados por las multitudes, y se han convertido en seres míti- cos. por ejemplo el caso de Joseph Merrick, el “Hombre elefante”, o del mon- struo creado por el Doctor Frankenstein, Drácula, Mr. Hyde, King Kong, etc. Otro caso de fealdad se encuentra en el del jorobado de Notre Dame, Qua- simodo, “No intentaremos dar al lector una idea de aquella nariz tetraedra, de aquella boca en forma de herradura, de aquel ojito izquierdo obstruido por aquella ceja roja y enmarañada, mientras que el ojo derecho desaparecía debajo de una verruga enorme, de aquellos dientes desordenados, mellados aquí y allá como almenas de un castillo; de aquel labio calloso del que sobresalía uno de los dientes como la trompa de un elefante; de aquel mentón horcado, y sobre todo, del aspecto que tenía todo el conjunto, mezcla de malicia, de extrañeza y de tristeza”.39 Es este el caso de un hombre que a la vista exterior, produce repulsión y desaprobación, sin embargo, cuando se conoce su historia, y se muestra su lado sensible, las interpretaciones son completamente diferentes. Lo feo se convierte en bello. Ferdinand de Saussure establece que “…todo aquello que observamos pue- de considerarse signo”.40 y la fealdad forma parte de ese conjunto de signos. Nos referimos a un signo percibido por el ojo. El concepto de fealdad, es un signo que puede tener una gran cantidad de 38. G.W.F. Hegel, Lecciones sobre la estética. (Barcelona; Mestas, 1989), 85. 39. Hugo, Victor. Nuestra Señora de parís. (Madrid: Alianza, 2006), 27. 40. De Saussure, Ferdinand, Curso de lingüística general. (Buenos Aires: Losada, 1943), 98 40 significados y de interpretaciones. Esto se debe como se mencionó anterior- mente a diferentes factores, tales como la geografía, y por esta razón, lo que para algunos puede significar bello o correcto, en algún otro lugar de la tierra puede resultar horrendo, repugnante y hasta ofensivo. Por consecuencia, si se toma en cuenta que existe un significado y un significante, la fealdad ocu- pa el sitio de significante, y la forma en que es interpretada es el significado. Otro factor que se debe tomar en cuenta es la temporalidad, el paso de los años transforma los gustos de las personas, lo que en un principio podía resultar atractivo, con el paso de los años se convierte en algo desagra- dable a la vista. Es decir, el cuerpo humano, al igual que todas las cosas de la naturaleza, es víctima del paso del tiempo, y lo que en un momento llega a ser belleza, termina por convertirse en carne colgante, en olores fétidos, en manchas de colores. Si se toma en cuenta este elemento y su importancia frente a la creación de imágenes a partir de los aspectos “negativos” en un rostro, surge la pre- gunta acerca de la utilización de la fealdad en la configuración del rostro humano. ¿Cómo representar y sacar provecho de esta elemento estético? Una de las formas de representar la fealdad es indudablemente la caricatura, y, como ya se ha mencionado, su intención principal es la de exagerar los as- pectos del personaje, principalmente del rostro, para enfatizar sus defectos morales a través de un defecto físico. La caricatura nunca embellece el propio objeto, sino que lo afea acen- tuando uno de sus rasgos hasta la deformidad, y no enfatiza todos los ele- mentos anómalos en conjunto, ya que no se trataría de una caricatura, sino de una descripción de un ser diferente. La caricatura introduce la exage- ración como un factor que implica a su totalidad y hace que un elemento de desorganización formal se vuelva orgánico. Dicho en otras palabras, “se trata de una hermosa representación que hace un uso armónico de la deformación”.41 En la época moderna han surgido una enorme cantidad de corrientes artísticas, que sin ser caricatura, se han encargado de tratar el tema de la configuración del rostro humano. Por ejemplo, el caso de Pablo Picasso, quien representaba elementos fuera de toda perspectiva tradicional y los configuraba a través de figuras geométricas, creando la llamada perspectiva múltiple. “…podemos decir que los artistas de la vanguardia, a veces representaban la fealdad en sí y la fealdad formal, a veces simplemente deformaban sus propias imágenes, peroel público veía sus obras como ejemplos de fealdad artística. No las 41. Rosenkrank, Karl. Estética de lo feo. (España: Julio Ollero, 1978), 137. 41 Quentin Metsys El contrato de venta s.d. siglo XVI Staatliche Museen, Berlín. consideraba bellas representaciones de cosas feas, sino feas representacio- nes de la realidad. En otras palabras, el burgués se escandalizaba frente a un rostro femenino de Picasso no porque lo considerase una fiel imitación de una mujer fea (ni Picasso quería que fuese así) sino porque lo consideraba una fea representación de una mujer”.42 De este modo surgen otros movimientos que en un principio, por su alto contenido revolucionario, son considerados feos, tal es el caso del im- presionismo, el dadaísmo, el surrealismo, el neorrealismo, el arte pop, el expresionismo abstracto, entre otros. Por todo lo anterior, se puede mencionar que este es un mundo conde- nado por la presencia del culto a la belleza y la fealdad parece destinada a permanecer en la oscuridad, sin embargo, es esencial para el estudio del rostro humano y si el objetivo es formarse en el arte de la caricatura, es necesario rescatar el verdadero valor de la fealdad. Aunque podría parecer contradictorio, la creación de obras artísticas revolucionarias y transgresoras, las cuales han sido deformadas y llevadas al terreno de lo grotesco, deben ser capaces de generar sensaciones posi- tivas, de agradar al espectador y sobre todo de cumplir su función como homenaje del protagonista. 42. Eco, Umberto. Historia de la fealdad. (Barcelona: Debolsillo, 2011), 365. 42 Noe Serrano Funcionario Resina policromada 2005 60 x 70 x 25cm. Lo grotesco Sin duda alguna un término esencial en la construcción de la carica-tura, ya que es, generalmente una de sus finalidades, transformar la imagen real en una figura ridícula y deformada. En varios sentidos esta categoría es el espacio donde cabe todo lo insólito, lo raro y despro- porcionado; quizá lo asociado a lo fantástico en términos de plasmar los seres extraños, los monstruos, las relaciones estrambóticas. Asi- mismo, lo “imposible”, donde se juntan elementos que en la lógica no podrían. “Lo que se calificó como deforme es profundamente humano, lo negativo nos pertenece. Lo grotesco saca a la luz todo aquello que permanece oculto y reprimido, y gracias a la risa podemos aguantar su patetismo”.43 Sin embargo, es preciso mencionar que, el uso de este elemento es para provocar la risa y la simpatía en el espectador, ya que, por el con- trario, si lo grotesco aparece como una simple imagen desagradable el resultado puede ser macabro y provocar un sentimiento de repulsión. Para familiarizarse con este concepto, será necesario definirlo desde el punto de vista etimológico. “Grotesco viene del italiano grotta, gruta, 43. Bozal, Valeriano. El siglo de los caricaturistas. (Madrid: Cambio 16, 2001), 15. 43 por lo que lo grotesco es etimológicamente ese grutesco que se puso de moda como adorno en el Renacimiento, tratando de reflejar el interior húmedo y vegetal de algunas cuevas, aunque fueran hechas, algo más tarde y artificialmente, para ciertos jardines elegantes. Las dos primeras acepciones de grotesco son: Ridículo y extravagante. Y después: Irre- gular, grosero y de mal gusto”.44 Uno de los artistas que representaron de manera sorprendente el tema de lo grotesco fue sin duda Hieronymus Bosch, “El Bosco”, es- pecialmente en su obra “El jardín de las delicias”, en el cual se pueden observar todo tipo de gestos, hechos bizarros o formas extravagantes. Otro importante ejemplo de este factor estético se puede observar en el trabajo de Leonardo da Vinci, “…quien además de interesarse por la belleza, lo hizo también por las deformidades físicas de las personas”. 45Principalmente se interesaba en dibujar hombres maduros, ancianos o gente de la calle. Su trabajo buscaba siempre la perfección y represen- taba detalladamente las transformaciones que sufre el cuerpo humano con el paso del tiempo, las enfermedades, el hambre, etc. Aunque Leonardo da Vinci fue una de las figura más estrechamente asociada con la caricatura, no está claro si sus dibujos fueron pensados como tales o como estudios fisonómico de un tratado o eran simples registros de personas reales. Uno de sus estudios más conocidos es el de cabezas bizarras, se dice que a menudo seguía a todas partes a per- sonas con ciertas deformidades o de un aspecto bizarro y memorizaba sus características, para después copiarlos o exagerarlos en sus dibujos. En este contexto, aparece nuevamente la figura de Pablo Picasso, que sin ser absolutamente un pintor grotesco, entendiendo a lo grotesco como deformación, busca distorsionar la realidad. Como se puede apreciar, lo grotesco es, muy a menudo, un com- ponente de muchos modos de arte, pero resulta imposible hallar una caricatura que carezca de este elemento. 44. Luis Antonio de Villeda, http://luisantoniodevillena.es/web/articulos/que-es-el- arte-grotesco/ Consultado 12 octubre, 2013 45. Vinci, Leonardo da. Dibujos: la invención y el arte en el lenguaje de las imágenes, (Madrid: Debate, 1994), 76. 44 Bocanegra Pete Townshend Acrílico sobre lienzo 2013 90 x 60 cm. La exageración . Como se mencionó en primer capítulo, la caricatura consiste en exagerar y sintetizar un retrato o una situación, es por ello que una de las partes más importantes en el estudio y la configuración del rostro humano es la exageración. 45 Es mediante la exageración, que se consigue poner mayor énfa- sis en lo que se pretende comunicar, particularmente en los rasgos predominantes de las personas, puesto que serán estos los que otor- garán el carácter e indicarán las líneas principales que se trazaran en las formas primarias. Según la Real Academia de la Lengua, “la palabra exageración proviene del latín exaggeratĭo: Concepto, hecho o cosa que traspasa los límites de lo justo, verdadero o razonable”.46 Es decir, una exa- geración es un comentario, un acontecimiento o, en este caso una representación distorsionada de la realidad que se caracteriza por sobrepasar los límites de aquello considerado como cierto o sen- sato. Y aunque podría confundirse con una mentira o una simulación es preciso mencionar que la exageración consiste en aumentar las proporciones de las partes de un rostro, no debe confundirse con agregar o inventar, ya que, si esto sucediera, se perdería la esencia del protagonista y dejaría de ser una representación exagerada de la realidad. “La caricatura, en realidad, no es distinta del retrato en su as- pecto cualitativo, ya que lo que hace es, simplemente, aumentar esta exageración. Si el retrato hace una exageración sutil, que nos pasa desapercibida, la caricatura en cambio, lleva la exageración mucho más allá, en un proceso que parece no tener límites, siempre hasta el punto de hacerla obvia, lo que, por alguna razón los filósofos no terminan de explicarse, tiene la virtud de provocarnos risa”.47 En una caricatura, el proceso de exagerar no tiene una medida en particular , sin embargo, se debe tener en cuenta que, si se exagera en exceso se corre el riesgo de perder el parecido y no se logra el objetivo. Para conocer el límite de la exageración, es necesario que el caricaturista tenga la capacidad, el tiempo y la paciencia de rea- lizar una infinita variedad de rostros distintos, para lo cual deberá proveerse de un bagaje más sistemático de conocimientos que le permita reconocer los rasgos de las diferentes personas. Por esta razón, el caricaturista debe analizar el rostro del perso- naje con mucho detenimiento. Dicho análisis no es, sino el resultado de la comparación detallada de todas y cada una de las proporciones del rostro del personaje con todas y cada una de las proporciones de la figura humana promedio. 46. Consultado 6 febrero, 2014 de: http://lema.rae.es/drae/?val=exageracion 47. Tovar,Carlos. Técnica del dibujo y la caricatura. (Lima: Horizonte, 1989), 105. 46 Sebastian Kruger Adolf Hitler Acrílico sobre lienzo Mayo, 2013 160 x 160 cm. Lo cómico Se puede decir que lo cómico es todo aquello que provoca risa, y se logra cuando algo es chistoso, chusco, festivo, divertido, hilarante o burlesco. “En cuanto categoría estética, lo cómico es un producto del psiquis- mo humano que responde a la capacidad de percibir con sentido lúdico los aspectos defectuosos, deformes o insólitos de la realidad física y de los comportamientos sociales del hombre, que por esas razones, son interpretadas como ridículas o hilarantes”.48 48. Francisco Delgado Santos, http://franciscodelgadosantos.wordpress. com/2013/01/08/lo-bello-y-otras-categorias-estetica/ Consultado 8 de enero, de 2014 47 Para cumplir el objetivo de la comicidad en una caricatura es nece- sario que el artista enfatice los rasgos predominantes en el rostro del protagonista y los represente de la manera más graciosa posible, para lograr esto es preciso, como en las categorías anteriores, se realice un minucioso análisis y se haga la comparación entre muchos rostros. “Uno de los filósofos que con más acierto ha tratado el tema de la risa es Henri Bergson, a quien debemos la sabia sentencia de que fuera de lo humano no hay nada que pueda considerarse propiamente cómico. Y esto significa que, además de que solamente el ser humano ríe, no ríe de otra cosa que no sea el propio ser humano. Ni los arboles, ni las plantas, ni las rocas, ni los objetos, ni las casas, ni ninguna otra cosa, son capaces de producirnos la risa, sino es en relación con el uso que el hombre puede hacer de ellas. Aun cuando reímos de las actitudes o peripecias de algún animal, no lo hacemos, sino porque tales actitudes resultan una parodia de las actitudes de gestos humanos. Nos producen más risa los animales cuanto más se parecen a nosotros. Tanto la risa como lo que motiva, es decir, lo cómico, pertenecen única y exclusi- vamente a la esfera de lo humano y constituyen, como dijimos, una manifestación de que este ser es definitivamente superior a los demás, de que posee una inteligencia y un espíritu que tratará de engrandecer y desarrollar como su más preciado tesoro”.49 Baudelaire (1986), men- ciona: Desde el punto de vista artístico, lo cómico es, una imitación; lo grotesco, una creación. Lo cómico es una imitación entremezclada de una cierta facultad creadora, es decir, de una idealidad artística. Ahora bien, el orgullo humano, que siempre lleva delantera, y que es la causa natural de la risa en el caso de lo cómico, se convierte también en una causa natural de la risa en el caso de lo grotesco, que es una creación entremezclada de cierta facultad imitativa de elementos preexistentes en la naturaleza. “La comicidad se da como fenómeno en un plano más superficial, y para producir la risa, como respuesta gratificadora, an- tes que dirigirse a la esfera emocional lo hace hacia el entendimiento. Existe una comicidad inteligente, tipificada en la comedia clásica, que a la par de ceñirse a la moral habitual apela a la risa como correctivo; y existe igualmente una comicidad inteligente, para la cual el objeto cómico no pasa de ser el detonante de la risa contenida.50 El chiste evi- dencia el rebuscamiento de lo cómico y es el producto de un proceso de elaboración mental, en el que se recurre, entre otras cosas, a mala- barismos verbales”. “He buscado en la Comedia, en la farsa, en el arte del clown, etc., los procedimientos de fabricación de lo cómico… he 49. Tovar, op. cit., 24. 50. Ibid., 37. 48 querido determinar los procedimientos de fabricación de lo risible… Lo cómico, se dirige a la inteligencia pura…En una sociedad de puras inteligencias, probablemente no se lloraría; pero quizás todavía se ri- ese… Lo cómico, n existe fuera de lo que es propiamente humano… Nos reiremos de un animal, pero porque hemos sorprendido en el una actitud de hombre o una expresión humana… Muchos han definido al hombre como un animal que sabe reír. Hubieran podido definirlo igualmente como un animal que hace reír, pues si otro animal lo logra, o algún objeto inanimado, se debe a una semejanza con el hombre, por la huella que el hombre le imprime , o por el uso que de el hace”.51 La risa Cuando se hace referencia al tema de la caricatura, inevitablemente se presenta en la mente el tema de la diversión, el escarnio, la burla, y una consecuencia de ello, es la risa. “Hace decenas y quizás centenas de miles de años, los seres humanos caminaban desnudos y provistos de algunos palos, piedras y otros instrumentos rudimentarios con los cuales debían defenderse de las fieras y cazar algún animal para alimen- tarse. Vivían en cuevas y el único descubrimiento científico que hasta ese momento habían realizado consistía en encender el fuego. Todos estos antepasados nuestros debieron experimentar el hambre, el frío, el peligro con una crudeza que hoy en día no podemos siquiera imaginar. Sin embargo, en medio de su azarosa existencia, aprendieron un día a reír y, años después a dibujar y a pintar. Es probable que antes que a hablar. Por otra parte, si está probado que aprendió a dibujar y a pintar mucho antes que a escribir. Se dice que, para el hombre, el descubrimiento de la risa fue tanto o más importante que el descubrimiento del fuego”.52 Y aunque resulta sumamente complicado definir el momento en el que el ser humano “aprendió” a reír, “Existen diversas opiniones sobre la causa de la risa, pretendo hablar de ese tipo de risa que es provocado por la consideración de una idea extraña o de un objeto burlesco pre- sentados a la imaginación o a los ojos”.53 51. Ibid., 46. 52. Zuno, José Guadalupe, Historia General de la Caricatura. (México: Biblioteca de autores jaliciences modernos, 1959), 8-9. 53. Tovar, op. cit., 23. 49 “La propiedad que tienen ciertas cosas de provocar esta emoción agradable de los sentimientos cuyo signo exterior es la risa consiste en una mezcla extraña de relaciones y de contrastes, que se encuentra representada o se supone reunida en un solo y mismo objeto. Si se me pregunta si tal combinación produce siempre, o que al menos genera el deseo de reír, salvo que tal percepción se vincule a una emoción más poderosa”.54 Por todo lo anterior, podría decirse que aprendiendo a reír, estos seres se colocaron definitivamente en un plano superior respecto de todos los demás habitantes del planeta. Por lo tanto, la risa es una mani- festación fundamental de lo que es el humano. La risa es el resultado de la inteligencia. Es la evidencia de que el individuo es capaz de reflexionar y de elevar su espíritu por encima de otros seres vivos, de liberar su mente y manifestar su alegría de vivir sin dejarse aplastar por ninguna circunstancia. Podría decirse entonces, que si alguna vez en alguna sociedad, el hombre olvidara la manera de reír, habría perdido su condición humana. “resumamos un poco y establezcamos en forma más visible las proposiciones principales, que son como una especie de teoría de la risa. La risa es satánica, luego es profundamente humana. En el hombre se encuentra el resultado de la idea de su propia superiori- dad y, en efecto, así como la risa es esencialmente humana, es esencial- mente contradictoria, es decir, a la vez es signo de una grandeza infinita y de una miseria infinita, miseria infinita respecto al Ser absoluto del que posee la concepción, grandeza absoluta respecto a los animales”.55 Nunca debe considerarse a la risa como una manifestación desprecia- ble, o como una actitud negativa y destructora y aunque muchas veces podría ser utilizada en todos estos sentidos y aun en otros peores, puede emplearse también para los más nobles conceptos como patria, honor, justicia y lealtad y esta risa en sus más elevadas manifestaciones, es un acto sublime y liberador. Precisamente, dentro de la categoría
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