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Universidad Nacional Autónoma de México FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS COLEGIO DE LETRAS HISPÁNICAS DEMASIADO DESPRECIADA, DEMASIADO RESPETADA, DEMASIADO COTIDIANA. LA SEXUALIDAD SOMETIDA EN TRES PERSONAJES DE EL ETERNO FEMENINO DE ROSARIO CASTELLANOS TESINA PARA OBTENER EL GRADO DE LICENCIATURA EN LENGUA Y LITERATURAS HISPÁNICAS PRESENTA GLORIA BEATRIZ GONZÁLEZ GALVÁN ASESOR: MTRO. JORGE A. MUÑOZ FIGUEROA MÉXICO, D.F. MAYO DEL 2013 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 Gracias… A mi mamá, Amparo Galván, que desde el cielo siempre ha estado a mi lado. A mi papá, Arturo González, por protegerme y apoyarme incondicionalmente en todas mis decisiones y en cada momento de mi vida. Y en especial mil gracias a Jorge Muñoz, mi asesor, por su ayuda y su paciencia durante la elaboración de este trabajo. 3 ÍNDICE Introducción ............................................................................................................................ 4 Capítulo I. Rosario Castellanos: la mujer y la escritora ....................................................... 10 1.1 La mujer y su obra ...................................................................................................... 10 1.2 La mujer en la obra de Rosario Castellanos ............................................................... 15 1.2.1 Narrativa ............................................................................................................. 16 1.2.2 Poesía .................................................................................................................. 20 1.2.3 Ensayo ................................................................................................................. 26 1.2.4 Teatro .................................................................................................................. 28 Capítulo II. La sexualidad sometida en tres personajes de El eterno femenino .................. 31 2.1 Presentación de la obra ............................................................................................... 33 2.2 Lupita y su “Luna de miel”.................................................................................... 39 2.3 Eva ......................................................................................................................... 44 2.4 Prostituta ................................................................................................................ 48 Conclusión ............................................................................................................................ 54 Bibliografía ........................................................................................................................... 59 4 Introducción Después de leer ciertos textos de Rosario Castellanos para desarrollar esta tesina entiendo por qué ha sido considerada como una de las escritoras más representativas e importantes de la literatura mexicana. La razón, aunque resulta sencilla, pero importante, es porque en sus obras tocó temas poco tratados en su época, como la condición de la mujer y su necesidad de liberarse de todas las costumbres y prejuicios que sólo veían en el género femenino seres creados para ser esposas, madres, amas de casa, cuya existencia se debe a los demás y no a la búsqueda de su propio placer, libertad y felicidad. Castellanos analiza lo anterior en su propia experiencia, desde su vida familiar y personal hasta su vida profesional. Como niña estuvo relegada en su casa, como mujer sufrió la soledad y los complejos causados por la infidelidad de su esposo, y como profesional tuvo que demostrar toda su capacidad creativa en el ámbito literario para ser respetada como una intelectual; pero no sólo hablaba por ella: lo hacía por muchas mujeres que no se atrevían a buscar otra manera de ser. Con su escritura, Rosario Castellanos quiso liberar el pensamiento femenino y romper las cadenas impuestas por la cultura patriarcal de la época, buscó hacer todo lo que le impedía ser libre tanto en su forma de pensar como de actuar. En este sentido, sigue las mismas inquietudes que indica Hélène Cixous: “[…] inventa una escritura nueva, insurrecta que le permitirá efectuar las rupturas y las transformaciones indispensables en su historia…” 1 Titulé a este trabajo “Demasiado despreciada, demasiado respetada, demasiado cotidiana. La sexualidad sometida en tres personajes de El eterno femenino” pues Rosario Castellanos cuestiona y critica que se vea a la mujer como algo “creado” única y exclusivamente para la reproducción, la maternidad y como instrumento de placer del otro. Si bien es una generalización de mi parte, pero de acuerdo a la época en la que vivió nuestra autora podríamos decir que la sexualidad femenina estaba imposibilitada para conseguir su propio placer; en la actualidad, sin embargo, la mujer tiene “cierta libertad” para reconocerse como un ser sexual, y hago el entrecomillado porque en muchos casos las mujeres nos debemos enfrentar al juicio de la familia, al cuestionamiento de la sociedad y a 1 Helen Cixous, Deseo de escritura, Barcelona, Reverso Ediciones, 2004, p. 25. 5 la censura de muchas congéneres, quienes suelen tener juicios de valores más estrictos y poco fundamentados. A lo largo de este breve estudio sobre El eterno femenino explicaré cómo la sexualidad femenina es despreciada porque el hombre y la sociedad de su época la consideraban como un objeto sin valor para el goce masculino, a este desprecio se le suma la condena y el rechazo si la mujer muestra interés en su propio placer sexual. Por otro lado es respetada si se convierte en madre de familia ya que pasa a un nivel más alto de respeto y distinción dentro de la sociedad, pues ya es una mujer dedicada al hogar y a su esposo, la sexualidad para ella es un medio de reproducción. Y finalmente, la sexualidad femenina también es cotidiana, dentro de las tareas que tiene una mujer casada es cumplir las necesidades sexuales del marido. En la literatura de Rosario Castellanos se expone la necesidad de la liberación femenina de las imposiciones de la sociedad, fundamentalmente machista, en donde la mujer tiene el rol de esposa y madre de familia, obligada a desconocer sus necesidades más íntimas y personales para dar paso a una vida creada por y para los demás. De lo anterior dan cuenta las investigaciones previas al presente trabajo, cuyo objetivo es analizar la función social de la mujer en la narrativa de Rosario Castellanos; Rocío Carretero, en su artículo “El carácter social de la mujer mexicana en la narrativa de Rosario Castellanos”, hace un estudio socio histórico del papel de la mujer dentro de la narrativa de Castellanos, en donde se encarga de mostrar la situación femenina en su contexto familiar y social. 2 La sexualidad es una forma de desigualdadsocial, que se caracteriza por provocar culpas y frustraciones, y a su vez el matrimonio es una declaración de dependencia pues en él la mujer pierde su individualidad ya que su existencia está basada en satisfacer las necesidades principalmente de su esposo, quien la mantiene, le da techo y alimentos, a cambio de esto ella deberá satisfacerlo sexualmente en el momento en que sea necesario; después tendrá que ser madre de familia, y al último una ama de casa. En la tesis Un acercamiento a El eterno femenino, en el capítulo “Valores y antivalores”, la autora, Susana Tavera, muestra el tema de la virginidad como sinónimo de pureza y de pertenencia al hombre: “Al romper el himen, el hombre posee el cuerpo femenino más íntimamente que por una penetración que lo deje intacto; en esa operación 2 Rocío Carretero, “El carácter social de la mujer en la narrativa de Rosario Castellanos” en La Palabra y el Hombre, Revista de la Universidad Veracruzana, Vol. 61, 1987, p. 51. 6 irreversible hace de él, sin equívocos, un objeto pasivo.” 3 Desde la infancia se reprime a la mujer con su propio cuerpo, cuya única funcionalidad es la reproductiva. Sin embargo, la excitación erótica para el hombre (y no para la mujer) nace de la juventud de la mujer virgen, de lo contrario causa rechazo, pues no es objeto de deseo, las mujeres no sólo deben ser vírgenes para los hombres sino también jóvenes, de otra manera serán unas simples solteronas, privadas del placer y de la posibilidad de compañía masculina, excluyendo el amor. Herminia Alemañy, en el estudio Abriendo la Caja de Pandora: La narrativa de Rosario Castellanos y Rosario Ferre, explica en un primer momento (dedicado al análisis de la subyugación de la mujer en Balún Canán) que Rosario Castellanos ubica la sexualidad femenina dentro de su visión narrativa, así pretende demostrar al lector las ironías existentes en la sociedad machista en la que vive, no busca despertar la imaginación erótica sino llevarlo a la reflexión. En un segundo momento de su estudio, Alemañy se enfoca en explicar cómo las mujeres indígenas viven la opresión por el sistema social y familiar, mientras que las mujeres de la clase social alta son oprimidas por el sistema educativo religioso y sexual en Oficio de tinieblas. El tercero y último punto lo dedica a “Lección de cocina”, en él profundiza en el papel de la mujer recién casada que reflexiona sobre su vida como esposa al ritmo de cocimiento de un trozo de carne, su preparación “[…] tiene dos perspectivas: preparar la carne para satisfacer el hambre del marido y preparar su carne para satisfacerle el deseo sexual” 4 porque así lo dicta la sociedad: servir y atender al marido en todos los aspectos. En gran parte de su obra literaria, Rosario Castellanos hace una crítica constante al contexto social. Así, en El eterno femenino, reprocha y se burla de la sociedad mexicana a lo largo de varias décadas del siglo XX (incluso de la historia oficial), y al mismo tiempo representa los diferentes modos de ser mujer. La autora busca enfrentar al lector/espectador con la obra de teatro que resume perfectamente las búsquedas y las inquietudes que la escritora mostró a lo largo de su carrera en todos los géneros literarios que practicó (poesía, prosa, periodismo, ensayo). 3 Susana Tavera Vargas, Un acercamiento a El eterno femenino, de Rosario Castellanos, como reconocimiento y proyección de valores, Tesis de licenciatura, México, UNAM/FFyL, 2001, p. 100. 4 Herminia M. Alemañy Abriendo la caja de Pandora, La narrativa de Rosario Castellanos y Rosario Ferré, Tesis de doctorado, México, UNAM/FFyL, 2002, p. 149. 7 Antes de continuar con la exposición del corpus de esta tesina debo aclarar que El eterno femenino, que fue escrito como una obra teatral, solamente la estudiaré como texto narrativo ya que tiene varios recursos propios de este género. Por otra parte, el análisis de los personajes lo concentraré únicamente en tres: Lupita, Eva y la prostituta “Flor de fango” porque en ellos encontré las características necesarias que me permitirán desarrollar el tema de análisis. La finalidad de este estudio es conocer una característica más que presenta la obra: la búsqueda y sumisión de la sexualidad femenina. En el primer capítulo de este trabajo hago una presentación de la vida y obra de Rosario Castellanos, en donde hay datos biográficos de ella, como su vida en Comitán, Chiapas, su paso por la Universidad Nacional Autónoma de México y la importancia que tuvo la comunidad indígena en su existencia. Pero también hay una breve explicación de su vida personal, por lo que es fácil comprender algunos de sus textos donde habla de la soledad, el desengaño y la tristeza, compartiendo así sus experiencias y su intimidad. Luego, muestro cómo la obra literaria de Castellanos está conformada por diversos géneros, pero es en el ensayo donde muestra sus motivos para ver a la mujer como un ser humano que no basa su felicidad en la maternidad y en la familia. La obra narrativa es breve, pero en ella también desarrolla las ideas expuestas en los ensayos. Escribió pocas obras de teatro, pero destaca El eterno femenino porque muestra la realidad de la mujer, su posición social y cultural de su época, y su enfrentamiento contra los patrones establecidos en México; la obra se muestra como un instrumento didáctico sin dejar a un lado los rasgos artísticos. A lo largo de esta primera parte se pueden vislumbrar las inquietudes y ocupaciones (más que preocupaciones) que Rosario Castellanos mostraba en sus textos; como antes indiqué, hay una crítica hacía la sociedad y a la mujer de su época por el papel sumiso que ella misma eligió, pero también hay una crítica abierta a la sexualidad femenina y masculina. Por el momento menciono algunas características de su obra que más adelante explicaré: - La resignación de la mujer por la vida de casada que lleva. - La pérdida de la individualidad y del ánimo de seguir. - El desanimo sexual por la falta de placer y por obediencia, como esposa debe satisfacer a su marido. 8 - Desconocimiento de su propia sexualidad: una mujer decente no conoce su propio cuerpo; el esposo es quien conoce tanto la utilidad como las limitaciones del cuerpo de ella. Para conocer un poco más la vida y el pensamiento de Rosario Castellanos, además de resaltar las características que comparten algunos de sus textos con El eterno femenino, hago un apunte del entorno social en el que vivió Castellanos, mismo que se verá reflejado en la obra, es decir, el crecimiento de la clase media en la ciudad de México, la importancia de guardar la buena imagen ante los demás, la necesidad de la familia, la imagen que debe cumplir la mujer, esencialmente como ama de casa, buena madre y obediente esposa. Es a partir de este punto donde la mujer inicia su sometimiento. En el Capítulo II, para explicar las diferentes formas de representación de la sexualidad de la mujer, tomaré tres personajes de El eterno femenino: Primer Acto: Lupita en “La noche de bodas”, pérdida de la virginidad. Segundo Acto: Eva, papel reproductivo de la mujer, castigo por tentar a Adán. Tercer Acto: Prostituta, la sexualidad como herramienta de trabajo. Cada personaje estará explicado mediante sus diálogos y acciones en la obra. Pero sobre todo, para el análisis de los puntos anteriores me apoyaré en ciertos conceptos que Marcela Lagarde desarrolla en Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas, presas y locas, pues la explicación que hace la autora me parece muy oportuna para los temas que trataré, ya que analiza las distintas representaciones de las mujeres en la sociedad mexicana; también considero pertinente usar el ensayo “La sexualidad de la mexicana” de Juana ArmandaAlegría, 5 en él destaca cómo es la conducta de la mujer mexicana ante los estereotipos impuestos por el hombre. Y por último, apoyo mi trabajo con Una mirada a la racionalidad patriarcal en México en México en los años cincuenta y sesenta. Estudio de la moral en Los años falsos de Josefina Vicens de Adriana Sáenz Valadez, el cual me ha sido muy útil para contextualizar el entorno cultural y social de Rosario Castellanos (pues tanto ella como Josefina Vicens fueron compañeras de la Generación de Medio Siglo) y de paso también me ayuda a explicar el panorama social que tiene de fondo El eterno femenino. A través de las tres distintas representaciones de la mujer en El eterno femenino, señaladas arriba, Rosario Castellanos insinúa cómo la mujer ha sido sexualmente sometida 5 Publicado en Anatomía del mexicano, pp. 273-280. 9 debido a todas las obligaciones y prejuicios impuestos a lo largo de la historia, pero la libertad de la mujer sólo será posible mediante un proceso de autoreflexión que la enfrente contra sí misma, contra su no-ser (no ser independiente, no ser sexual, no ser inteligente). 10 Capítulo I. Rosario Castellanos: la mujer y la escritora 1.1. La mujer y su obra Rosario Castellanos nació en la ciudad de México el 25 de mayo de 1925 y vivió sus primeros años en Comitán, Chiapas. Su niñez estuvo marcada por la sobreprotección de sus padres, lo que le impidió desarrollar el comportamiento normal de una niña de su edad. Según la misma autora, se le consideraba un adorno más de la casa, y como no podía jugar porque sus padres temían que se lastimara o enfermara, optó por leer un libro hurtado de la biblioteca del señor Castellanos. El entorno donde creció fue determinante, pues la influencia de sus padres sobre ella reflejaba la obediencia de los roles establecidos por su condición y clase social. La figura materna, Adriana Figueroa, representó la visión de la madre que le mostraba un mundo de valores constituido por insatisfacciones derivadas de su condición de mujer y, por lo mismo, poco merecedora de cariño, que debía vivir dentro de los límites de una rutina sencilla. Otra visión provenía de su nana Rufina, quien le mostraba el mundo indígena discriminado y maltratado, y a su vez la acercó al universo de mitos y leyendas que serían características claves para la producción literaria de Rosario. Cada una de estas visiones dio nuevas percepciones a la autora: la marginación femenina y la marginación social. Por otro lado, la figura del padre, César Castellanos, resultaba fuerte: era ingeniero y heredero de un gran capital, y gracias a esta condición se encargó de desvalorizar tanto a mujeres como a indígenas. Elena Poniatowska cita a Rosario cuando ésta habla de sus padres: “Mi padre era un hombre profundamente melancólico, incapaz de contemplar el sufrimiento ajeno. Débil ante la adversidad. Mi madre debe haber tenido una juventud y un temperamento poderosos que el matrimonio destruyó”. 6 Con la muerte de su hermano Benjamín, la soledad de Rosario se acentuó; y la niña se llenó de culpas pues muchas veces se sentía impulsada a ocupar su lugar, pero también le afectó el ambiente melancólico impuesto por sus padres después del acontecimiento, mismo que provocó una exagerada sobreprotección hacia ella por miedo a que le sucediera lo mismo. Al morir Benjamín los padres ya no tenían por qué luchar; Rosario recuerda haber 6 Elena Poniatowska, Ay, vida, no me mereces, México, Joaquín Mortiz, 1985, p. 115. 11 escuchado: “¿Por qué murió el varón y no la mujercita?” 7 Tal vez la culpabilidad que sintió durante su infancia fue clave de su desarrollo como persona, clave de su vocación de escritora, de su soledad y su desamor. La vida escolar de Rosario Castellanos se inició en una “escuela primaria” que en realidad era la casa de la maestra; fue ahí donde adquirió los conocimientos elementales que despertaron su imaginación y su pasión por la escritura y la literatura. Ingresó en la secundaria de Comitán, y gracias a su talento como escritora tuvo gran popularidad entre sus compañeras que le pedían que escribiera cartas de amor. En 1942 la familia Castellanos llegó a la ciudad de México buscando sobreponerse a la crisis económica: sus haciendas fueron reclamadas por los indígenas que exigían sus derechos apoyados por el gobierno de Lázaro Cárdenas. 8 Ingresó al colegio Luis G. León para cursar los dos últimos años de bachillerato. De 1944 a 1946 fue estudiante de Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México y después impartió clases de diversos cursos introductorios a la Filosofía, así inició su carrera docente sin dejar nunca de lado el oficio literario. A partir de esa época estuvo ligada con quienes participarían en la vida intelectual mexicana. Fue amiga de las escritoras Dolores Castro y Guadalupe Dueñas, de sus compañeros de generación Jaime Sabines, Sergio Magaña y Emilio Carballido; Wilberto Cantón le propuso matrimonio y Augusto Monterroso fue su pretendiente. No sólo por su vínculo afectivo con Ricardo Guerra, sino por ella misma, frecuentó a los pensadores Leopoldo Zea, Luis Villoro y Emilio Uranga. Su primer libro fue publicado en 1947: Apuntes para una declaración de fe, serie de poemas en donde reflejó su inconformidad por la deshumanización del mundo, por el ser humano enajenado. Su segundo poemario, Trayectoria del polvo, se publicó en 1948, y en él los versos reflejan el dolor de la orfandad, pues en ese año sus padres fallecieron: ella de cáncer y él de un ataque cardiaco. Los años de estudios universitarios tuvieron sus frutos cuando Rosario Castellanos 7 Ibid., p. 91. 8 Indica Aralia López González, y explica brevemente este suceso: Lázaro Cárdenas puso en práctica la Reforma Agraria, política indigenista en la cual se decretaba la obligación de los hacendados que tenían a su cargo mano de obra indígena de asignarles un sueldo y proporcionales educación, con el objetivo de alfabetizarlos e integrarlos al orden ciudadano de la nación. “Una nación a la humana medida” en Rosario Castellanos. De Comitán a Jerusalén, Luz Elena Zamudio R. y Margarita Tapia A. (ed.) Toluca, México, Tecnológico de Monterrey, Universidad Autónoma del Estado de México, 2006, p. 87. 12 obtuvo la Maestría en 1950. En su examen defendió los postulados de su tesis Sobre la cultura femenina, donde mostró que las mujeres están ajenas y apartadas de la cultura; su trabajo “[…] es una reflexión filosófica en torno a la marginalidad de las contribuciones literarias, artísticas y científicas de las mujeres a la cultura occidental”; 9 en su tesis intentó demostrar que el mundo masculino puede llegar a ser habitado por la mujer, si ésta despierta de su pasividad e indiferencia. También cabe señalar que, como escritora y como mujer, se vio obligada a enfrentar un ámbito creado y cerrado por los hombres: el cultural, en el que las mujeres difícilmente tenían lugar. El problema de la subestimación de la creatividad lo vivió con intensidad, la problemática femenina que expresaba en su obra era la suya. Después de obtener su título de maestría, Castellanos publicó en 1950 su tercer libro de poemas, De la vigilia estéril, en donde expresa su búsqueda de Dios como el antídoto contra el aislamiento espiritual. En 1951 fue becada por el Instituto de Cultura Hispanoamérica en Madrid, donde se encontró con el ambiente hostil posterior a la Guerra Civil y con la dictadura de Francisco Franco, sin embargo aprovechó su estadía para ampliar sus conocimientos y visitar varios lugares. En uno de estos viajes conoció a Gabriela Mistral,de quien se hizo amiga; la relación con ella resultó enriquecedora para Castellanos y escribió el cuento “Álbum de familia”, en donde confirma y acentúa sus convicciones feministas. Al terminar la beca regresó a México y se instaló en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, para convertirse en promotora de actos culturales del Instituto de Ciencias y Artes. En 1952 se enfocó en la carrera docente, en el área de literatura hispanoamericana, con el objetivo de favorecer la ampliación de la cultura entre los ciudadanos de Chiapas. Gracias a esta inquietud publicó El rescate del mundo, libro de poemas en el cual muestra el redescubrimiento de las tradiciones y el folclore indígenas. Al poco tiempo enfermó de tuberculosis, por lo que tuvo que hacer una pausa de un año para recuperarse. Mientras, se dedicó a escribir tres poemas dramáticos que llevan por tema la condición femenina: Tablero de damas, Salomé y Judith. Entre 1954 y 1955 obtuvo una de las becas del Centro Mexicano de Escritores, 9 Luz Elena Zamudio y Margarita Tapia, Rosario Castellanos. De Comitán a Jerusalén. Toluca, México, Tecnológico de Monterrey Universidad Autónoma del Estado de México, 2006, p. 17. 13 aprovechando este periodo para profundizar en sus estudios sobre la mujer y su relación con la cultura en México. En esa época escribió La lamentación de Dido, poema basado en la leyenda de Dido y Eneas para recalcar la soledad y el sufrimiento que experimenta la amante tras el abandono de su amado. Su vida personal, por otro lado, tomó un camino distinto cuando se casó en 1958 con el filósofo Ricardo Guerra, con quien tuvo un hijo: Gabriel, en quien centró todo su amor y a quien dedicó varios poemas. En su libro Cartas a Ricardo, no sólo demuestra el cariño hacía él sino que deja ver algunos aspectos de su historia personal. En esas cartas comparte con Ricardo Guerra los sentimientos de culpabilidad y de soledad que dejó la muerte de su hermano; también deja ver las adversidades causadas por ser de las primeras mujeres con maestría y que, mediante sus textos, se “atreviera” a emitir juicios sobre la situación de la mujer, causando la incomodidad de varios de sus contemporáneos, lo que le valió ser censurada. 10 En lo personal, considero Cartas a Ricardo un texto revelador porque Rosario Castellanos encarna lo que critica de la condición femenina en sus otros textos. A lo largo del tiempo la relación se complica, las infidelidades de él la llevan a intentos de suicidio “y sólo bajo el efecto del Valium 10 logra salir de la depresión”. 11 La felicidad la obtiene de su hijo Gabriel, a quien le escribe y le narra cuentos. A pesar de sus intentos por ser una convencional ama de casa, su esposo sigue siendo infiel. Años después finalmente decidió divorciarse. En 1959 y 1960 publica los poemarios Al pie de la letra y Lívida luz, respectivamente. En esos años trabajó como directora en el Centro Coordinador Tzeltal- Tzotzil, en el Instituto Nacional Indigenista en San Cristóbal, Chiapas. Fue profesora en la Facultad de Derecho de San Cristóbal de las Casas. Gracias a su labor en el Instituto se acercó a la problemática social que desde su niñez conocía. También ocupó el puesto de guionista del Teatro Guiñol de Petul. Colaboró en el Departamento de Publicaciones del Instituto Nacional Indigenista, para quien redactó Mi constitución, versión simplificada e ilustrada de la Carta Magna de México, y Mi libro de lecturas, serie de textos educativos dirigidos a los estudiantes indígenas de escuela secundaria, ambos publicados en 1962. 10 Margarita Tapia A., “De amores y desamores: Cartas a Ricardo de Rosario Castellanos” Rosario Castellanos. De Comitán a Jerusalén. Toluca, México, Tecnológico de Monterrey Universidad Autónoma del Estado de México, 2006, p. 65. 11 Ibid., p. 68. 14 A lo largo de su vida, Castellanos se nutrió del contacto con los indígenas y de su problemática, e hizo uso de este material matizándolo con leyendas y elementos del folclore; algunos ejemplos de esto son la novela Balún Canan (1956), que le valió el Premio Chiapas de Literatura en 1958; el libro de cuentos Ciudad Real (1960), con el cual obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia en 1960; la novela Oficio de tinieblas (1962), por la que se le concedió el Premio Sor Juana Inés de la Cruz, otorgado por la revista Mujeres. Después publicó los libros de relatos Los convidados de agosto en 1964 y Álbum de familia en 1971. Rito de iniciación fue la tercera novela que escribió Castellanos, y aunque llegó a la editorial del Fondo de Cultura Económica, la misma autora prefirió retirarla y destruirla. Fue hasta 1997 que la novela fue publicada por la editorial Alfaguara. Por otra parte, y ya ubicada en la ciudad de México, Rosario Castellanos fue profesora en la Facultad de Filosofía y Letras también ocupó la jefatura del Departamento de Prensa e Información en la Universidad y fue colaboradora semanal de 1963 a 1974 en el periódico Excélsior. Además participó en varios encuentros literarios: por ejemplo, en 1969 formó parte del Encuentro Latinoamericano de Escritores, realizado en Santiago de Chile, y en 1970 fue vicepresidenta del Tercer Congreso Latinoamericano de Escritores efectuado en Caracas, Venezuela. En 1969 Rosario Castellanos regresó a la poesía con Materia memorable; en 1971 con En la tierra de en medio y en 1972 con el recuento de su obra en Poesía no eres tú. El ensayo no estaba ajeno a su talento de escritora; su primer conjunto ensayístico fue Juicios sumarios, escrito en 1966 y publicado por la Universidad Veracruzana. En 1971 publicó Mujer que sabe latín...; en este mismo año fue nombrada Embajadora de México en Israel, en este país se desempeñó como catedrática de letras latinoamericanas en las Universidades de Jerusalén y Tel Aviv, y además reunió los textos de su último libro de ensayos, El mar y sus pescaditos, editado póstumamente en 1975. Rosario Castellanos falleció el 7 de agosto 1974 en Tel Aviv, Israel, de manera trágica. Sus restos fueron trasladados a nuestro país, donde le rindieron honores póstumos en el Palacio de las Bellas Artes en la ciudad de México. En su vida y en su profesión, Rosario Castellanos buscó las formas y los caminos para enaltecer la imagen de la mujer; nunca se limitó a un sólo género y demostró una gran dedicación en todo lo que desempeñaba. 15 1.2. La mujer en la obra de Rosario Castellanos Rosario Castellanos fue integrante de la “Generación de Medio Siglo”; junto a sus compañeros escritores (José Emilio Pacheco, Juan Vicente Melo, Juan García Ponce, Jaime García Terrés, entre otros) no dejaron de lado a la sociedad en la que se desarrollaban ni a sus formas simbólicas de vivir. Ante todo esto, los participantes de esta generación conservaron una actitud crítica y una mentalidad abierta a lo social y a lo artístico, además de mostrarse en contra del nacionalismo de los años 40 expresado en la literatura, la pintura y la fotografía. Otros rasgos generales de los escritores agrupados en esta generación son la apertura hacia el exterior, el afán de universalidad “siempre subordinada a la calidad del texto, al hecho de considerar al texto literario como un valor en sí mismo […]”, 12 la producción de literatura fue fundamentalmente urbana y fue crítica frente a la cultura. Sin embargo, no me adentraré en el análisis de este tema, su mención tiene como finalidad ubicar a la autora en momento cultural en el que se desarrolla intelectualmente. Además de los compañeros de generación, tenía la influencia, sobre todo, de Simone de Beauvoir, quien con su libro El segundo sexo se convirtió en referencia obligada para cualquier debate sobre la condición femenina. Herminia M. Alemañy explica que el texto de Beauvoir es importanteen la creación literaria de Castellanos, pues en él Beauvoir 13 rechaza cualquier noción de naturaleza o esencia femenina, y considera que el principal problema de la mujer es que junto al hombre está convertida en un objeto creado para las necesidades del hombre, del esposo y de los hijos. Estos puntos se explicarán a lo largo de este trabajo. El papel de la mujer en la sociedad fue uno de los temas centrales en la obra de Rosario Castellanos: cuál es su condición, qué se impone ella misma y qué le impone la sociedad regida por el hombre, qué le impone el hombre; en síntesis, Castellanos tiene la necesidad de encontrar explicaciones a la subordinación de las mujeres. Otra preocupación que cabe mencionar dentro de su obra es el mundo indígena como parte de la marginación social y cultural, y que al igual que las mujeres, comparte la invisibilidad. Podemos señalar que Rosario Castellanos asumió con gran responsabilidad el papel de la condición de la 12 Juan Antonio Rosado, Adolfo Castañón, “Los años cincuenta: sus obras y ambientes literarios” en Literatura Mexicana del siglo XX en Manuel Fernández Perera (coord.) México, FCE, 2008, p. 299. 13 Herminia M. Alemañy, op. cit., p. 4. 16 mujer y el papel que ella debía representar en la comunidad; fue la escritora más representativa de su generación (Enriqueta Ochoa, Dolores Castro, Griselda Álvarez, Guadalupe Amor, Margarita Paz Paredes) y de la generación que la precedía (Aurora Reyes, Concha Urquiza, Emma Godoy y la propia Margarita Michelena). 14 Su obra literaria puede dividirse en cuatro grupos: 1. Narrativa, 2. Poesía, 3. Ensayo, 4. Teatro. En este corpus, Rosario Castellanos busca desesperadamente la esencia de lo femenino y de lo mexicano para demostrar la importancia de la desvalorización de la mujer, en especial en nuestro país. Así que me parece oportuno revisar, de manera panorámica, diferentes aspectos de la producción de la autora, mismos que confluirán en El eterno femenino. 1.2.1. Narrativa En la primera etapa de la producción narrativa encontramos varias preocupaciones temáticas, como la problemática indígena en Chiapas o la situación de la mujer en la sociedad mexicana. En la segunda etapa, textos urbanos escritos en épocas más recientes, Rosario Castellanos presenta una galería de personajes femeninos para que las lectoras se vean reflejadas y observen lo absurdo de ciertas actitudes asumidas por las mujeres, y sientan la necesidad de cambiarlas. Su obra se inició con Balún Canán, después Ciudad Real y más tarde Oficio de Tinieblas. En estas narraciones Castellanos plantea la situación del indígena y su lucha por mantener sus tradiciones ancestrales, te así como el confinamiento al que la mujer se ve sometida, como mencioné antes, le preocupa que se margine e ignore a los indígenas. Sin embargo la autora no considera a estos textos como indigenistas, tal como se lo expresó a Emmanuel Carballo: Uno de los defectos principales reside en considerar al mundo indígena como un mundo exótico en el que los personajes, por ser víctimas, son poéticos y buenos. [...] Los indios son seres humanos absolutamente iguales a los blancos, sólo que colocados en una circunstancia especial y desfavorable. 15 14 Rogelio Guedea, “La insurrección solitaria” en Poetas del medio siglo (Mapa de una generación), México, D.F., UNAM, 2007, p. 108. 15 Emmanuel Carballo, Protagonistas de la literatura mexicana, México, Alfaguara, 2005, p. 610. 17 En sus textos, ya sea de temática indígena o citadina, hay diferente tipo de mujeres representadas por los personajes que de alguna manera se exponen o son expuestas, sin importar la clase social: las que son acosadas por no tener hijos varones, las indígenas violadas, las jóvenes de clase alta “solteronas” que tienen menos libertad que las solteras, las que son crueles con otras mujeres, las que toleran la infidelidad de su pareja, y las que quieren libertad para hacer lo ¨prohibido”: tener un amante o conocimiento sexual. Para empezar a resumir un poco las distintas modalidades en torno a la mujer, revisaré brevemente el cuento “Lección de cocina”, incluido en Álbum de familia; aunque indirectamente está relacionado con El eterno femenino, resulta muy útil para comprender otro punto de vista sobre la esposa dentro del matrimonio. En “Lección de cocina” tenemos la historia de una joven recién casada que después de pensar qué preparará de comer se decide por freír un trozo de carne; mientras esto sucede, ella hace una retrospectiva que le permite analizar la congruencia de los ideales que tenía y la vida que lleva en esos momentos. El cuento inicia con la aparente aceptación de la tradición que establece que la mujer es la única que puede darle uso a la cocina, tanto que debe hacerla parte de su existencia; la protagonista reflexiona: “Mi lugar está aquí. Desde el principio de los tiempos ha estado aquí.” 16 También explica el lugar de la mujer en el universo, y desde tiempos ancestrales, utilizando la frase Küche, Kinder, Kirche 17 (que en alemán significa “cocina, jardín de niños e iglesia”), lugares donde deben estar las mujeres sumisas y agradecidas, quienes además deben tener la certeza de que sólo son un objeto sexual; la abnegación es indudable, implica una idea de renuncia y de no desear nada para sí. Desde la niñez la mujer aprende a limitarse y a no confiar en sí misma, ni física ni intelectualmente, durante esa etapa deben ayudar en la cocina a su mamá para servir a los hombres de la casa, su utilidad como ser humano se basa en cumplir con la idealización que los demás hacen de ella, no es gratuito que a muchas mujeres nos regalen muñecas, cocinetas o estufas de juguete o cosméticos incoloros, todo esto, explica Rosa Marta Fernández, “para que nos vayamos ejercitando como madres y para […] simbolizar nuestra opresión y nuestra esclavitud doméstica”. 18 16 Rosario Castellanos, “Lección de cocina” en Obras, I. Narrativa, (compilación y notas de Eduardo Mejía) México, Fondo de Cultura Económica, 2005, p. 837. 17 Loc.cit. 18 Rosa Marta Fernández, “Sexismo: una ideología” en Imagen y realidad de la mujer, Elena Urrutia (comp.) México, SEP Setentas, Diana, 1979, p. 68. 18 La narradora es una mujer que ha habitado distintos espacios sociales como las aulas, las calles, los cafés, pero al encontrarse en la cocina comienza a rexaminar su papel en la sociedad y las reglas que ésta ha impuesto: “Me supone una intuición que, según mi sexo, debo poseer pero no poseo, un sentido sin el que nací que me permitiría advertir el momento preciso en que la carne está a punto.” 19 La cocina es el espacio más íntimo de ella porque está sola con sus pensamientos y cuestionamientos y no hay quien la distraiga porque ese lugar fue creado para la mujer. Debe cumplir con la imagen ya mitificada que se espera de ella, una imagen diseñada por la sociedad masculina que no ve a la mujer como alguien de carne y hueso, sino como la reencarnación de algún principio. Según la propia Castellanos, lo femenino es algo que el hombre ha convertido en un depósito de estados de ánimo contradictorios; y con el proceso mitificador alcanza a cubrir sus invenciones, 20 con este proceso la mujer no sólo convierte en un ser sagrado sino que también pierde su calidad de humano con características biológicas, físicas y psicológicas. Ella tiene la obligación de conocer y saber las necesidades del hombre para satisfacerlas y como persona la mujer ni siquiera pasa a segundo término, dentro de la idealización que se tiene de ella sólo le está permitido cumplir y satisfacer los deseos y necesidades del hombre porque es el único que debe regir en su existencia.Mientras la protagonista de “Lección de cocina” mira la carne en la sartén, la compara con su propia carne quemada por el sol. Recuerda la luna de miel en Acapulco y las lecturas a escondidas sobre temas que estaban prohibidos para las mujeres: “De soltera leía cosas a escondidas. Sudando de emoción y de vergüenza. Nunca me enteré de nada. Me latían las sienes, se me nublaban los ojos, se me contraían los músculos en un espasmo de náusea” 21 ; aquí hace una reflexión sobre la sensaciones experimentadas en la luna de miel para darse cuenta que nunca sintió lo que esperaba (lo que leía a escondidas), pero también para saber que sus necesidades no existían entonces ni este momento, todo esto hace más deprimente su vida y la narración. Sin embargo ella opta por el silencio ante la imposibilidad de cambio, esto lo ejemplifica cuando se le presenta la disyuntiva en el momento en que se le 19 R. Castellanos, “Lección de cocina”, op.cit., p. 841. 20 R. Castellanos, “La mujer y su imagen”, en Mujer que sabe latín, México, Fondo de Cultura Económica, 2003, p. 9. 21 R. Castellanos, “Lección de cocina”, op.cit., p. 843. 19 quema la carne: debe decidir si abrir la ventana (y así se notaran su nulas cualidades en la cocina) o cerrarla aunque su esposo se dé cuenta que huele a mujer inútil y no a carne quemada; debe decidir entre enfrentar la realidad o fingir, y opta por esto último, lo que le traerá frustración y un sentimiento de soledad para aparentar una imagen de esposa responsable. 22 Al profundizar en su ensoñación, el personaje tiene dos momentos en los que crea un par de posibilidades distintas, una donde le gustaría que le dieran el papel de una mujer independiente y rica para la siguiente película; la otra es cuando sueña que si saliera a la calle seguramente un hombre rico y maduro intentaría conquistarla. De repente parece que habrá una rebelión de la protagonista, pues en todo momento es consciente de su vida y de su frustración. En los distintos procesos de cocimiento de la carne, se ve reflejada la mujer y su transformación sufrida durante el matrimonio: la carne roja es la joven con ilusiones; después de condimentarla con sal, es la pérdida de ingenuidad y de sueños; y al condimentarla con pimienta (encanece), la esposa pierde su jovialidad. Cuando la carne va endureciendo a fuego lento, es como si ella quisiera rebelarse; cuando el trozo yace silenciosamente como cadáver, es la esposa resignada y sometida; al encogerse, es la pérdida de las expectativas. La carne tiene algunos puntos que avisan su crudeza, que aunque la mujer acepta el rol asignado, surgen destellos de rebelión. Al soltar humo negro, es la amargura; cuando se enrosca, empequeñece y sufre; al ser un miserable pedazo de carne carbonizada en la basura, es que ya dejó de ser lo que era; 23 haciendo ver que su vida ya no tiene nada más qué dar. La narración aumenta poco a poco su ritmo e intensidad, va de la transformación de la pureza de la cocina, lo blanco para la recién esposa, lo rojo de la carne, al desecho negro e inservible. Rosario Castellanos, a través de su narración, compara los roles masculinos con los femeninos: el hombre puede ordenar, tiene libertad y desarrollo profesional además del control de la vida y del cuerpo de la mujer, en cambio la mujer debe conformarse y aceptar el sometimiento, el silencio y la pérdida de identidad. Ella asume que debe someterse a él y llevar una vida de fingimiento, de aparente felicidad, que es ajena a la sexualidad y que es suficiente con compartir los intereses de su pareja aunque deba sacrificar sus sueños. Poco a poco se ha ido convirtiendo en una cosa, y, además de humillarse por fingir desconocer 22 Ibid., p. 845. 23 Idem. 20 las infidelidades de su esposo, pretenderá que tampoco le importa perder su nombre e identidad: “perdí mi antiguo nombre y aún no me acostumbro al nuevo, que tampoco es mío.” 24 La abnegación compone la trampa perfecta para que ella se nulifique porque ya existe la noción de renuncia, de resignación hacía la vida y a la certeza de olvidarse de sí misma en favor de los demás. 25 Con esto se abre el camino de este estudio para explicar la situación de las mujeres que critica Rosario Castellanos: la pérdida de la individualización. El final queda abierto, porque no se sabe si ella llevará a cabo su rebelión o se quedará en casa para seguir siendo “la abnegada mujercita mexicana”; es un reflejo de la duda, un momento en el que la mujer quiere decidir, característica que se lee entre líneas en la obra de Rosario Castellanos. Las dudas, las reflexiones, los cuestionamientos y la soledad son constantes que se verán en los textos de la autora: siempre expone la introspección de las protagonistas que viven en un escenario creado por los demás, en donde ellas son el objeto creado para las necesidades de otros. Además de la narrativa, la poesía de Castellanos también refleja estas características. 1.2.2. Poesía Rosario Castellanos inicia su creación poética través de su experiencia de vida, tal como se pudo apreciar en el apartado sobre su vida. La poesía fue el género al que más se dedicó y en él se muestra el yo interno de la autora, el dolor por ser mujer en las circunstancias en que a ella le tocó serlo, el goce del amor, el dolor por la pérdida de éste y la felicidad por la maternidad. Rogelio Guedea considera que es necesario situar a Rosario Castellanos fuera del rubro “poesía mexicana escrita por mujeres” y contextualizarla dentro del ámbito poético hispanoamericano y dentro de la vertiente de matiz realista que surgió en la década de los cincuenta. 26 En la búsqueda de lo cotidiano encuentra la vertiente poética marcada por el anonimato y la cotidianeidad. Temas como el hombre destinado a la muerte se unen a la 24 Ibid., p.18. 25 Juana Armanda Alegría, “La sexualidad de la mexicana”, Anatomía del mexicano en Roger Bartra (sel. y pról.) México, Plaza y Janés, 2002, p. 274. 26 Véase Rogelio Guedea, op.cit., p.111. 21 situación de la mujer en el mundo, cuyo papel en la sociedad se encuentra marcado por su sexualidad, lo que ocasiona la autocrítica y la amargura de versos. La temática está orientada hacia la búsqueda del origen de los conflictos que enfrentan las mujeres cuando se resisten a una integración social sólo regida por el hombre. Motivada por el desamor y el abandono de Ricardo Guerra, Castellanos escribió el poema “Lamentación de Dido”, en él va más allá de la experiencia personal, se amplía al plano universal al referirse a la figura mítica de Dido que aparece en la Eneida de Virgilio. Veamos ciertos detalles del poema para observar los temas constantes en la obra de Castellanos y que encontraremos en El eterno femenino. En “Lamentación de Dido” está reflejada la necesidad de la mujer de estar en una relación de amor igualitario; en este poema está representada la reina de Cartago bajo la mirada de Rosario Castellanos y no de Virgilio, dando una nueva perspectiva de género; por ejemplo, en la segunda estrofa en la que Dido anuncia que contará su historia: Tal es el relato de mis hechos. Dido mi nombre. Destinos como el mío se han pronunciado desde la antigüedad con palabras hermosas y nobilísimas. Mi cifra se grabó en la corteza del árbol enorme de las tradiciones. 27 En estos versos ella sabe que su mito ha existido desde la antigüedad; su historia es legendaria por saber reinar, pero también por ser una mujer abandonada: “Dido, la abandonada, la que puso su corazón bajo el hachazo de un/ adiós tremendo.” 28 Después de la despedida de Eneas, Dido es el símbolo de la mujer abandonada por el hombre. Castellanos, por medio de Dido, no rechaza estaidea, sino que explica las razones de esta situación. En el transcurso del poema, la reina sigue exponiendo sus acciones de día y de noche: el día era para gobernar y ser justa, y la noche para estudiar: Y para obedecer mandatos cuya incomprensibilidad me sobrepasa recorrí las baldosas de los pórticos con la balanza de la justicia entre mis manos y pesé las acciones y declaré mi consentimiento para algunas —las más graves. Esto era en el día. Durante la noche no lo copa el festín, no la alegría de la serenata, no el sueño deleitoso. Sino los ojos acechando en la oscuridad, la inteligencia batiendo la selva intrincada de los textos. 29 27 R. Castellanos, “Lamentación de Dido,” Poesía no eres tú, Obra poética, 1984-1971, México, D.F., Fondo de Cultura Económica, 2006, p. 100. 28 Ibid., p.101. 29 Idem. 22 Cuando Dido habla de la llegada de Eneas no duda en decir que lo amaba ciegamente y explica el amor que sentía por él: Y yo amé a aquel Eneas, a aquel hombre de promesa jurada ante otros dioses. Lo amé con mi ceguera de raíz, con mi soterramiento de raíz, con mi lenta fidelidad de raíz. No, no era la juventud. Era su mirada lo que así me cubría de florecimientos repentinos… 30 Pero este amor es tan cegador que ha causado la pérdida de su visión y sabiduría, sin embargo tanto amor no es correspondido por Eneas, quien termina partiendo. Así, Dido queda sola y lamentando la partida de su amado. En este caso el suicidio de Dido no representa a la mujer que lamenta la pérdida de su amado, sino el amarlo ciegamente. Castellanos quiere que el lector reflexione y entienda que el amor es entre dos personas, y por medio de la debilidad de Dido quiere que las mujeres tomen conciencia en sus relaciones amorosas. En los siguientes poemas que se comentaré brevemente se muestran las diferentes representaciones de la mujer en la sociedad, todas se encuentran en crisis ya sea en lo personal, familiar o social. Estas mujeres rechazan el papel que les ha tocado vivir, sin embargo están resignadas pues viven con las imposiciones de una sociedad creada y hecha por los hombres (y mujeres que también siguen los mismos patrones), quienes tienen el derecho de estigmatizarlas, aceptarlas o rechazarlas. En el poema narrativo “Malinche” 31 , Castellanos da voz propia a la Malinche – el "yo" poético – quien relata su historia. El poema no toca el tema de la Conquista, ni menciona a Cortés. La imagen que el poema dibuja de la Malinche es la de una figura trágica, víctima de los engaños de su madre y su padrastro, y expulsada del reino del que es heredera legítima. La temática del poema se centra en la relación madre e hija como un reflejo de la crisis familiar; esta relación se define por el conflicto generado por el deseo de la madre hacia su amante, fuerza masculina que condiciona las decisiones de la madre con respecto a su hija, de tal manera que transgrede los lazos filiales. La pérdida de una hija noble tiene una injerencia en el espacio público, en este caso el mercado, lugar por excelencia de negociación e intercambio, y donde se anuncia la muerte de un ciudadano, en ese momento 30 Ibid., p.103. 31 Personaje que también aparecerá en el Segundo Acto de El eterno femenino. 23 todo se paraliza en un acto trascendental. El coro, marcado por el entrecomillado, asume la voz poética para crear imágenes de extinción: “Se deshojó la flor de muchos pétalos, / se evaporó el perfume, / se consumió la llama de la antorcha”. 32 En un instante, la niña Malinche será separada del núcleo familiar (pérdida de la inocencia) y morirá simbólicamente. El coro lamenta su muerte y la de su padre, con quien se encuentra en el “Sitio de los que Vivieron”; ambos se reconocen como víctimas de la traición (así se restituyen los lazos familiares). Pero en la siguiente estrofa, ha perdido su identidad cuando un cadáver anónimo es puesto en su lugar mientras ella ha sido vendida a los mercaderes como esclava y va camino al destierro, para ser nadie: Tal era el llanto y las lamentaciones, sobre algún cuerpo anónimo; un cadáver que no era el mío porque yo, vendida a mercaderes, iba como esclava, como nadie, al destierro. 33 El final del poema representa el último gesto de la madre en un incansable llanto, esto puede ser tomado como una actuación, o bien como reflejo de repudio hacia sí misma, pues sabe que se convirtió en amante y traidora, y al destrozar su propia imagen significa traicionar lo femenino y por consecuencia los lazos maternos. Pero también la Malinche es la predecesora de las mujeres mexicanas, ella sirvió de instrumento y se le abandonó en medio de la desolación para imponerle un camino trazado de límites fuera de su casa; son las mujeres aisladas que avanzan hacia “un destino entre cadenas.” 34 La existencia de la mujer gira alrededor de la familia, sin que esto le proporcione una vida feliz, pero sí una vida llena de monotonía y obligaciones; Rosario Castellanos presenta “Valium 10”, 35 en el que crítica el papel femenino en una sociedad patriarcal: El día se convierte en una sucesión de hechos incoherentes, de funciones que vas desempeñando por inercia y por hábito. 36 32 Ibid., p. 294-295. 33 Loc. cit. 34 Germain Calderón, El universo poético de Rosario Castellanos. México, Cuadernos del Centro de Estudios Literarios, UNAM, 1979, p. 69-70. 35 La autora escribe sobre este medicamento porque hizo uso de él para relajarse y lo ve necesario para un ama de casa tan ocupada ya que es la única manera de estar tranquila. 36 R. Castellanos, “Valium 10,” Poesía no eres tú. Obra poética, p. 305. 24 La protagonista del poema tiene una clara noción de su papel dentro y fuera de la casa, tiene la obligación de trabajar: […] Y dictas el oficio a quienes corresponde. Y das la clase lo mismo a los alumnos inscritos que al oyente […] Y vigilas (oh, sólo por encima) la marcha de la casa, la perfecta coordinación de múltiples programas —porque el hijo mayor ya viste de etiqueta para ir de chambelán a un baile de quince años y el menor quiere ser futbolista y el de en medio tiene un póster del Che junto a su tocadiscos.— 37 Su mundo estereotipado se completa al tener la necesidad de maquillarse y cuidarse la piel con alguna crema nutritiva; en Mujer que sabe latín, Rosario Castellanos dice que esta costumbre es por imposición del hombre, en su idealización de la mujer quiere que ésta luzca perfecta. Al igual que en “Lección de cocina”, la protagonista también sabe que hay otras posibilidades de vida y está consciente de todo lo que dejó atrás y que echa de menos. Un opuesto a esta mujer estereotipada es la mujer solterona: fea, sola y sin hijos. El poema “Jornada de la soltera” inicia con la vergüenza de estar sola: para la sociedad patriarcal, una mujer adulta no puede estar sola y cuanto más envejezca ningún hombre le pondrá los ojos encima. En los versos siguientes Castellanos expone el dolor de la mujer sola, que todos los días lleva una vida rutinaria y que por la noches llora por el temor a seguir sola; sin embargo, al igual que las mujeres antes mencionadas, por la posición en la que se encuentra, la sociedad la cuestiona, la culpa y no le permite hacer nada. 38 También se imagina otra posibilidad de vida, como el estar con un hombre: De noche la soltera se tiende sobre el lecho de agonía. Brota un sudor de angustia a humedecer las sábanas y el vacío se puebla de diálogos y hombres inventados. 39 La soltera no tiene hijos y nunca ha tenido relaciones sexuales, pues aunque ella esté deseosa de esta experiencia, no hay quien sepa esto; la carga erótica para el hombre (y no37 Ibid., p. 306. 38 Ibid., p. 181. 39 Ibid., p. 182. 25 para la mujer) nace de la juventud de la mujer virgen, de lo contrario es rechazo pues no es objeto de deseo: “son miradas como brujas porque la suerte de la mujer consiste en ser destinada a otro, y si no sufre el yugo del hombre, está dispuesta a aceptar el del demonio.” 40 Nuevamente Rosario Castellanos muestra la forma en cómo está estigmatizada la mujer soltera y critica a la sociedad que la hace a un lado y la juzga por no estar casada. Vale la pena señalar que este poema aparece en la obra El eterno femenino en el “Tercer acto”: es el nombre de la primera peluca que se prueba Lupita y que le muestra la “desgracia” de quedarse soltera en una sociedad machista, donde la mujer tiene pocas posibilidades de sobresalir sin la compañía de un hombre; además, parece una especie de castigo y no una elección de vida que una mujer se quede soltera. 41 Para Rosario Castellanos, la mujer mexicana no tiene algún modelo al cual referirse para legitimar el cambio a otra manera de ser mujer. Esto se ejemplifica en “Meditación del umbral,” en donde cuestiona y critica la simpleza de los estereotipos femeninos y afronta otro modo de ser por medio de mujeres que se rebelaron contra los roles establecidos, pero que no cruzaron el nuevo modo de ser mujer y ser libre. Ellas son personajes literarios como Ana Karenina y Madame Bovary; mujeres que en conventos encontraron refugio para escribir como Teresita de Ávila y Sor Juana Inés de la Cruz; escritoras como Jane Austen y Emily Dickinson que escribían a escondidas; y también son mujeres estigmatizadas con el sello de una sexualidad transgresora, como Safo de Lesbos, Valeria Mesalina y María Magdalena, 42 incluso la misma Rosario Castellanos fue padeció la opresión sexual durante casi toda su vida y durante sus primeras producciones literarias, por un lado el entorno social mexicano, que le dictaba el papel que debía llevar a cabo como mujer, y por otro lado el entorno cultural, establecido por hombres en su mayoría, le daba poca credibilidad a su discurso por debió abrirse paso sin dejar de lado sus convicciones. El desglose de personajes también lo podemos apreciar en El eterno femenino en donde Rosario Castellanos le da voz para quejarse a mujeres relevantes en la Historia, pero que, gracias a los estereotipos que se les ha impuesto, han quedado relegadas a un segundo plano: “Detrás un gran hombre, hay una gran mujer”. 40 Susana Tavera Vargas, op.cit., p. 101. 41 R. Castellanos, El eterno femenino. México, Fondo de Cultura Económica, pp. 142 y 143. 42 R. Castellanos, “Meditación,” Poesía no eres tú, Obra poética, p. 329. 26 1.2.3. Ensayo Este género dentro de la obra de Rosario Castellanos ya no es tan intimista como lo fue en la poesía, aquí ya existen cuestionamientos y propuestas que giran en torno al papel de la mujer dentro de la sociedad mexicana. En 1966 la Universidad Veracruzana le publica a Castellanos su primer volumen de ensayos y críticas, Juicios sumarios. En 1973 publica Mujer que sabe latín... y póstumamente, en 1975, aparece El mar y sus pescaditos, que ya había preparado casi totalmente. Los temas preferidos en sus ensayos son: la situación de la mujer (su historia, su imagen, sus posibilidades de liberación) y el problema indígena con sus desigualdades sociales (racismo, clasismo, desigualdad de oportunidades). La crítica de Castellanos va de la filosofía al humor, a la burla y a la ironía. Ella no pretendía que se tomaran sus críticas como algo determinante, más bien le interesaba compartir con el lector sus impresiones. Como ya se mencionó, la autora se dedicó a estudiar el papel femenino dentro de la sociedad y un ejemplo de esta inquietud es Mujer que sabe latín... (primera parte de un conocido refrán, cuyo complemento es: ¨ni consigue marido ni tiene buen fin¨), compendio de ensayos en donde la mujer ya no es un tema unitario, por el contrario, es la mujer en la política, la cultura, la economía y la sociedad. En el ensayo titulado “La mujer y su imagen”, Rosario explica que la mujer existe como un mito creado por el hombre a partir de sus temores y deseos respecto a lo femenino; el creador y espectador del mito no ven a la mujer como un ser biológico de carne y hueso ni con la misma dignidad, sino que en ella se proyectan todos sus temores, deseos y falta de comprensión respecto a la diferencia: “[…] la mujer, a lo largo de los siglos, ha sido elevada al altar de las deidades y ha aspirado el incienso de los devotos.” 43 Así, el hombre la adora e inmoviliza. La mujer no aparece en el mismo nivel que el hombre divinizado, ella es el símbolo de las cualidades sociales y culturales de la mujer en el mundo patriarcal: es dependiente y es maternal. Comparte el pensamiento de Simone de Beauvoir cuando ésta aclara: La misma mujer reconoce que, en conjunto, el universo, es masculino. Los hombres lo han moldeado y han regido y aun lo dominan; en cuanto a ella no se 43 R. Castellanos, “La mujer y su imagen”, Mujer que sabe latín, México, Fondo de Cultura Económica, p. 10. 27 considera responsable de lo hecho, pues se entiende que es inferior y dependiente. 44 ¿Y por qué suponer otra cosa después de lo anterior? A la mujer se le educa como a un ser débil en todos los sentidos frente al hombre, su existencia se justifica sirviéndole a cambio de protección física y económica, de esta manera ella pierde toda la confianza en sus propias capacidades y sólo se acepta como dependiente de él para existir. Rosario Castellanos señala que toda mujer debe convertirse en “el hada del hogar”, aspiración universal de la mujer donde su sacrificio es el más puro reflejo del amor hacia la familia y cita a Virginia Woolf: […] es extremadamente comprensivo, tiene un encanto inmenso y carece del menor egoísmo. Descuella en las artes difíciles de la vida familiar. Se sacrifica cotidianamente. Si hay pollo para la comida ella se sirve del muslo. Se instala en el sitio preciso donde atraviesa una corriente de aire. En una palabra, está constituida de tal manera que no tiene un pensamiento o un deseo propio, sino que prefiere ceder a los pensamientos y deseos de los demás. 45 Y una característica que no debe faltar en “el hada del hogar” es la pureza, inocencia o virginidad, términos que se traducen como sinónimos de ignorancia respecto a su propio cuerpo y a los procesos en torno a la reproducción humana 46 , pero ella misma se ignora como ser humano, como mujer, y porque tal término es obsceno, para evitar el uso de esta palabra se pueden usar otras que sí son decentes como lo son dama, señora o señorita. Rosario explica el significado de tales términos: una dama no conoce su cuerpo ni por referencias ni a través del tacto o por medio de la vista; la señora se cubre con una pudorosa túnica al momento de bañarse, así no hay ningún tipo de curiosidad. La señorita se aterroriza al descubrirse y necesita del hombre para “saber”, pues él conoce cada con exactitud cada sitio del cuerpo de ella y sabe su utilidad y sus limitaciones, al respecto, Juana Armanda Alegría aclara: “viven las relaciones sexuales como tabú, que lejos de ser fuente de placer, se les antoja repugnante, lo cual en mucho condiciona su frigidez.” 47 La vida sexual, si llega a iniciarla, debe ser a partir del marido y sólo trascenderá como ser 44 Simone de Beauvoir, El segundo sexo. La experiencia vivida, México, Alianza Editorial, p. 368. 45 R. Castellanos, “La mujer y su imagen”, Mujer que sabe latín, México, Fondo de Cultura Económica, p. 84. 46 Su sexo, aclara Rosa Marta Fernández “está percibido como algo que le producirá molestias (la menstruación)y que es peligro para su honra.” Por lo tanto, la mujer teme y rechaza a su propio cuerpo. Op. cit. p. 74. 47 Juana Armanda Alegría, op.cit., p. 274 28 humano en la maternidad; ésta debe ser el reflejo de un milagro doloroso, en el cual durante nueve meses la mujer tendrá que depender de precauciones, ritos y tabúes. No es sorpresa que Rosario Castellanos no hable con mucho afecto de este tema. En su poema “Se habla de Gabriel” se queja de las molestias de estar así: “Fea, enferma, aburrida/ lo sentía crecer a mis expensas/ robarle su color a mi sangre, añadir/ un peso y un volumen clandestinos/ y a mi modo de estar sobre la tierra.” 48 Todo para dar mayor cabida al sufrimiento: el momento de parir. La mujer perderá cualquier egoísmo y vanidad física, dará todo incondicionalmente. Sin embargo, apunta Castellanos, la mujer intelectual no debe ser extravagante o extremista, pero sí de gran fortaleza y terquedad pues así romperá los modelos que la sociedad le impone en la búsqueda de una imagen auténtica. Para distinguirse por encima de los demás la mujer necesita haber llegado vital, emocional o reflexivamente a una situación límite, así se prueba a ella misma y a los demás su fuerza para romper con lo establecido y lograr la autenticidad. Convertirse en lo que se es, es rechazar las falsas imágenes que se ofrecen de la mujer. 1.2.4. Teatro Castellanos también se dedicó al teatro y a expresar el valor de la mujer de forma irónica, al enfrentarse a la sociedad con el objeto de liberarse de las presiones del esposo y de los deberes impuestos socialmente tal como lo vimos anteriormente en la narrativa, poesía y ensayo. En 1952 escribió Tablero de damas, y al no estar convencida de que la obra sea teatral, Castellanos convierte esta historia en el cuento “Álbum de familia”. Desde esta obra Rosario Castellanos comienza a hacer uso de la ironía y de la crítica hacia la sociedad, en este caso hacia la sociedad literaria femenina de México en los años 50, en donde las mujeres escriben más por una postura social que por vocación. Esta mirada crítica de la autora hacia los estereotipos femeninos en su primera incursión teatral no pasó por alto, sobre todo para algunas escritoras de la época. Algunas poetas reconocidas en el ámbito cultural mexicano se sintieron aludidas por todo lo anterior que Castellanos criticaba, 49 así 48 R. Castellanos, “Se habla de Gabriel,” Poesía no eres tú, Obra poética 1984-1971, México, Fondo de Cultura Económica, 2006, p. 300. 49 Comenta Eduardo Mejía que Rosario Castellanos lamentaba que la obra le acarreara problemas con la gente 29 que el texto estuvo guardado por varias décadas, y fue hasta que Eduardo Mejía lo recuperó para el tomo de las Obras Completas, publicado en 1998 por el Fondo de Cultura Económica. La obra presenta a un grupo de mujeres, seis poetas y una escritora de novelas policiacas, reunidas en la habitación de un hotel. Todas tienen mediana reputación en el ambiente literario y social mexicano, algunas son jóvenes solteras, otras mujeres solteronas, divorciadas y casadas, y cada una tiene personalidad distinta. Lo que caracteriza a esta obra es su acción verbal, pues los personajes platican, cuentan y se secretean. A través de las ironías y los sarcasmos, los diálogos se convierten en contiendas. En ellas se reprochan los fracasos, los engaños y la soledad. Más que actuar con racionalidad, característica propia de las personas intelectuales, ellas actúan infantilmente, demostrando su frivolidad y envidia, características propias del estereotipo femenino. Rosario Castellanos quiso hacer un retrato local del ambiente literario que conocía y en el que las escritoras están inmersas, un ambiente que la sociedad patriarcal y machista ha estereotipado y que las mujeres, muchas veces, prefieren no hacer nada para cambiarlo. En 1959 escribe Judith y Salomé, obras dramáticas en verso; ambas obras fueron mal calificadas por la crítica pues su autora no siguió los esquemas tradicionales de las formas dramáticas, tal crítica vio limitadas las posibilidades escénicas porque sólo las contempla desde el texto y no cubre los otros lenguajes del teatro. Desde Teatro Petul 50 hasta Tablero de damas, Judith y Salomé, el teatro de Rosario Castellanos gira alrededor de lo didáctico, social e intelectual con una visión irónica y cotidiana de valores humanos que repercuten en la educación de los niños indígenas, en la crítica socio-política y académica de su tiempo, y en la actitud emancipadora y tradicional de la mujer. El teatro es una vía de comunicación para mostrar en forma didáctica la memoria e historia de la tradición costumbrista y popular mexicana; de la opresión hacia los indígenas y hacia la mujer. La autora busca rescatar la memoria y la palabra de sus antepasados chiapanecos y la verdad de los débiles bajo el abuso de los fuertes; en su etapa irónica entra a la cotidianidad de la mujer tradicional, sumisa y abnegada, angustiada por el cambio y los derechos como ser mujer inteligente y que se sintió identificada con las protagonistas, pero tenían razón, pues quienes había tomado como modelos sí eran las ofendidas. Castellanos, Obras, II. Poesía, teatro y ensayo, p. 9. 50 Petul es un personaje del teatro ambulante de muñecos, que va de pueblo en pueblo, va aconsejando a su auditorio sobre distintos temas. Petul llega de tal manera a los indígenas que ellos le ofrecen fruta y agua. Cit. por Elena Poniatowska, op.cit., p. 110. 30 ambiciosa. Dado lo anterior vivió apartada de los grupos teatrales de su época; lejos de ellos, trabajó en comunidades indígenas enseñando a su gente el lenguaje, la cultura y los derechos por medio de sus novelas y teatro de títeres. El eterno femenino fue la última obra teatral de Rosario Castellanos y fue publicada después de su muerte en 1974. En ella se concentran muchas características de los textos anteriores de la autora; la obra es una farsa que enfrenta al espectador con su realidad a través de situaciones cómicas y exageradas: “La reprobación expresada en la comedia brinda una gama más amplia de posibilidades emocionales, que corresponden a los diferentes temperamentos que formulan esa reprobación” 51 Tal vez es por eso que Rosario Castellanos escribió la obra como comedia, así llegaría más fácilmente al público, en especial el femenino, para que tuviera conciencia sobre su situación y pudiera enfrentarse a ella para mejorar, para independizarse y para romper los estereotipos impuestos. 51 Eric Bentley, La vida del drama, Paidós, México, 1998, p. 274. 31 Capítulo II. La sexualidad sometida en tres personajes de El eterno femenino A lo largo de sus obras, Rosario Castellanos ha criticado que lo esencial en la vida de la mujer se limita a la maternidad como alternativa para su realización, pues ella creció y se desarrolló en un ambiente patriarcal en el que las mujeres carecían de poder en la sociedad. Para entender mejor el entorno social en el que se desarrolla El eterno femenino es necesario comprender la época que vivió Rosario Castellanos, misma que refleja en sus textos. En el proceso de modernización, la ciudad de México se convirtió en el espacio urbano de crecimiento económico, lo que empezó a delimitar la clase social, el tipo de trabajo y las formas morales que fueron útiles para rehacer los usos y costumbres de cada familia; 52 ésta se convirtió en el eje de la sociedad y en ella germinan los valores y principios morales, lo debido y lo indebido en lo privado y en lo público. Como resultado delas formas de vida en la ciudad de México se van delimitando los roles, concepciones y formas de ser de mujeres y hombres. El estilo de ser de cada familia, sobre todo la de clase media, se fomentó en la racionalidad patriarcal. 53 Las familias de clase media buscan demostrar (o fingir) su estatus a través de los bienes personales y de las apariencias, en este aspecto la familia es un sistema social y triangular: los integrantes son el padre, la madre y los hijos. La familia se convirtió en sustento moral de la sociedad mexicana citadina, esto no pasó desapercibido por los escritores porque identificaron el tema familiar como tema moral y la ciudad como nuevo hábitat, 54 mientras la urbe se transforma en el escenario donde los valores impuestos por la familia se desarrollarán. No es de extrañarse que El eterno femenino tenga como escenario la ciudad de México, en general, y el salón de belleza y la casa de Lupita en una colonia residencial de clase media, en particular. La división de lo público y lo privado marcaron en los hombres y las mujeres su interacción; por ejemplo, el trabajo, la recreación y los amigos son espacios de lo público 52 Adriana Sáenz Valadez, Una mirada a la racionalidad patriarcal en México en los años cincuenta y sesenta del siglo XX, México, Plaza y Valdes, 2011, p. 81 53 Adriana Sáenz Valadez explica este término como “la aplicación de la razón de un patriarca a una familia, no como suceso aislado, sino como la forma universal y, en ello, válida de ser seres en el mundo, de emitir juicios morales, de dictar formas de relacionarse con otros, de amar, de establecer roles y de generar patrones de identidad.” Ibid., p. 15 54 Ibid., p. 155 32 para el hombre, para la mujer la familia y la casa pertenecen a lo privado. Así se entiende la atención que Rosario Castellanos les da a sus personajes femeninos, viviendo dentro de sus hogares en donde se encuentran cautivas: Sala de recibir de un matrimonio de la clase media. Los muebles comienzan a deteriorarse por la agresividad constante de los niños y la infructuosa lucha del ama de casa por mantenerlos “presentables”. El ama de casa, Lupita, acaba de perder un round más en esta pelea desigual y se recupera sentándose en el sillón más cómodo. 55 Mientras se construía la política económica y la forma de gobierno del estado mexicano, también se construía la identidad y la concepción de lo femenino y masculino, 56 Rosario Castellanos aclara que desde que se nace mujer “la educación trabaja sobre el material dado para adaptarlo a su destino y convertirlo en un ente moralmente aceptable, es decir solamente útil”, 57 de esta manera se crea la delimitación de los arquetipos masculinos y femeninos. 58 En el ámbito social se representa a las mujeres haciendo labores para los otros, el ícono de las mujeres lavando ropa, planchando o cosiendo tiene como objetivo delimitar las obligaciones o el trabajo del género femenino solamente porque así lo dicta la sociedad, es el arquetipo de lo que debe ser, es decir, “se le enseña a obedecer los mandamientos de una ética que le es absolutamente ajena y que no tiene más justificación ni fundamentación que la de servir a los intereses, a los propósitos y a los fines de los demás.” 59 Las mujeres y los hombres deben cumplir el prototipo sexual: dentro de la familia y de la sociedad está la persistente represión sexual, no se habla de la sexualidad (mucho menos del placer), la madre es asexual, mientras que la sexualidad representa la virilidad del hombre. La sexualidad es un tema tabú, las mujeres están educadas para procrear, la erotización y el placer no están dentro de sus posibilidades; para los hombres, en cambio, es sinónimo de hombría, en el momento en el que son proveedores tienen la libertad de exigir del cuerpo de su esposa, tienen derecho a estar con una prostituta pues con ella encontrarán 55 Rosario Castellanos, El eterno femenino, México, Fondo de Cultura Económica, 2003, p. 46. 56 Véase Adriana Sáenz Valadez, p. 121. 57 Rosario Castellanos, “La mujer y su imagen”, op, cit., p. 14. 58 Sáenz Valadez explica estos términos de manera sencilla: “La construcción arquetípica es una forma imposible de cumplir […] está delimitada por lo imaginario y la construcción del deber ser. Al ser modelos, son inmateriales y se convierten en el anhelo a ser.” “Los prototipos son las figuras o personajes capaces de generar sentido de pertenencia, de relación”, op.cit., p. 121. 59 Rosario Castellanos, “La mujer y su imagen”, op. cit, p. 14. 33 lo que no encuentran con su mujer, también pueden tener una o más amantes, “la casa chica”, como lo señalé anteriormente al explicar “Lección de cocina” 60 Rosario Castellanos, y sus colegas escritores y artistas de su tiempo, se mostraron críticos ante lo que pasaba en la sociedad y lo reflejaron en sus textos; El eterno femenino es una crítica no sólo a la mujer, sino también a la sociedad mexicana de su tiempo. Las mujeres quieren atreverse a hacer lo que les está vedado, como tener un amante o saber sobre la sexualidad, pero el prototipo que se les ha impuesto provoca que sean excluidas de la sociedad o señaladas por ésta. Si bien existen mujeres convencidas de que su único papel en la sociedad es ser ama de casa, esposa y madre, también existen las intelectuales, quienes enfrentan una lucha consigo mismas y con la sociedad, entre su deseo de realizarse profesionalmente y las presiones exteriores. 2.1. Presentación de la obra Rosario Castellanos escribió El eterno femenino a partir de la petición de unas amistades que tenían gran actividad en el ambiente teatral de México, y aunque al principio se negó, finalmente el tema, constante en su obra, la sedujo y aceptó impulsada por los ánimos feministas de aquella época. Trabajó intensamente en esta obra, que construyó mediante situaciones cotidianas y hechos conocidos con los que los espectadores y lectores se sintieran identificados pues, como creadora literaria, ella quería que el mensaje de su obra llegara a hombres y mujeres sin distinción de clase social y nivel cultural. Con la ausencia de su autora, quien fallece en 1974, la obra se publica y se estrena en 1976. Lupita, la protagonista, es la guía del lector hacia el descubrimiento de los papeles que ha jugado la mujer mexicana en el pasado y en el presente. Por medio de ella se conforma poco a poco el carácter de los personajes que la rodean. La protagonista es la representación clásica de la mujer mexicana de los años 50, que sabe cuál es su lugar gracias a los valores y a la moral heredados. Retomo a Luz Aurora Pimental para explicar que cada acto que se presenta en el texto es la fuente de información narrativa dentro de la obra, su medio de transmisión es el discurso de los personajes. 61 La obra está definida por su autora como una farsa, y como había explicado 60 Véase pág. 18. 61 Luz Aurora Pimentel, El relato en perspectiva, México, Siglo XXI Editores, 2005, p. 114. 34 anteriormente, la base de este subgénero es la comicidad los de personajes y situaciones, además de utilizar procedimientos que causan sorpresa en el espectador como el lenguaje usado, las situaciones íntimas o el cuestionar los cánones establecidos por la sociedad. 62 El título de la obra tiene mucho que ver con lo que he explicado a lo largo de este trabajo; “el eterno femenino”, explica Diana Amador, proviene de la suposición culturalmente aceptada de que por naturaleza existe una forma determinada y específica de ser mujer, a este tipo de creencias se le denominó como “el eterno femenino” a partir de la Edad Media. Quienes encajaban con este término eran mujeres de actitud pasiva y sumisa,
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