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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE 
MÉXICO 
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ACATLÁN 
DIVISiÓN DE DISEÑO Y EDIFICACiÓN 
CARRERA: DISEÑO GRÁFICO 
DISEÑO DE IDENTIDAD INSTITUCIONAL PARA LA 
COMISiÓN DE FESTEJOS DEL PUEBLO DE LOS REYES 
(ASOCIACiÓN CIVIL), PERTENECIENTE A LA 
DELEGACiÓN COYOACÁN. 
TESIS 
PARA OBTENER EL TíTULO DE LICENCIADO EN 
DISEÑO GRÁFICO 
qUE PRESENTA: 
ARMANDO MARTíNEZ BELMONT 
ASESORA: 
MTRA. MARISELA MONTES DE OCA TLALPAN 
MÉXICO D.F. AGOSTO 2015 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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DERECHOS RESERVADOS © 
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mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ACATLÁN
DIVISIÓN DE DISEÑO Y EDIFICACIÓN
CARRERA: DISEÑO GRÁFICO
DISEÑO DE IDENTIDAD INSTITUCIONAL PARA LA 
COMISIÓN DE FESTEJOS DEL PUEBLO DE LOS REYES 
(ASOCIACIÓN CIVIL), PERTENECIENTE A LA 
DELEGACIÓN COYOACÁN.
TESIS
PARA OBTENER EL TÍTULO DE LICENCIADO EN 
DISEÑO GRÁFICO
QUE PRESENTA :
ARMANDO MARTÍNEZ BELMONT
ASESORA:
 MTRA. MARISELA MONTES DE OCA TLALPAN
MÉXICO D.F. AGOSTO 2015
Agradezco a todas las personas que contribuyeron en for-
mación tanto profesional como personal, a todos los maestros de 
la Facultad de Estudios Profesionales Acatlán, aquellos que me 
enseñaron cosas útiles y a los que no porque me motivaron a in-
vestigar y a superarme, a no quedarme con los brazos cruzados. 
A mis amigos y compañeros de carrera.
Muy especialmente a mi asesora Marisela Montes de Oca 
Tlalpan, cuyos consejos y sobre todo paciencia, me permitieron 
terminar este trabajo.
Al maestro Héctor Aguilar Álvarez quien me motivo a rea-
lizar este proyecto de tesis y a mis amigas Lulú y Brenda quienes 
también me ayudaron e insistieron para que me titulara.
A mi padre Víctor que me proporciono mucho del material 
documental de la historia del pueblo y de la Comisión de Festejos, 
a mi madre Teresa y mis hermanos David, Karina y Octavio que 
sin su apoyo, sus consejos y su cariño no hubiera podido llegar 
tan lejos. A mi cuñada Alma y a mi sobrinito Cesar que son un rayo 
de luz y motivación. 
A mis compañeros del servicio social que me ayudaron sin 
saberlo a ser mas sociable.
A mi amiga y compañera de trabajo Laura Hidalgo Vivas 
que aunque a veces estricta, me enseñó a ser muy cuidadoso en 
mi actividad laboral y sentir gran aprecio por las mujeres, ya que 
siempre hizo más grato el ambiente laboral, pues a pesar de las 
presiones no dejo de obsequiarme una gran sonrisa y mostrarme 
su amistad. También a la amistad de la señora Laura que aunque 
no estuvimos mucho tiempo juntos fue grato estar con ellas.
Y a los sinodales Claudia Mosqueda Gómez, Olimpia Gua-
dalupe Bañales Muñoz, Guadalupe del Carmen Márquez Ceseña 
y Ricardo Alberto Salas Zamudio por hacerme ver los errores y 
también por su flexibilidad.
Sin olvidar a la UNAM y a sus hermosos planteles que aun-
que pública esta muy bien cuidada. 
Dedicatorias
Nuestra ración de tiempo y paraíso, tocar nuestra raíz y recobrarnos, 
recobrar nuestra herencia arrebatada por los ladrones de vida hace 
mil siglos.
Octavio Paz.
4
Introducción ......................................................................8
Primer Capítulo 
Los pueblos originarios de la Ciudad de México ........ 13
1.1 Los pueblos originarios de la Ciudad de México y su 
contexto. ...................................................................................................13
1.2 Razón por la cual se les denomina pueblos originarios de la 
Ciudad de México. ................................................................................. 23
Segundo Capítulo 
El Pueblo de Los Reyes Coyoacán. ............................... 31
2.1 Comunidad y Localización .........................................................31
2.2 Historia del Pueblo de Los Reyes Coyoacán ...................... 36
2.3 El barrio de Santiago Xochiac ................................................42
2.4 El barrio de Los Reyes Huitzilac .............................................43
2.5 El Señor de la Misericordia. ......................................................44
2.6 La comuna del Pedregal de Santo Domingo de Los Reyes 
Coyoacán. .................................................................................................51
Índice
5
2.7 El panteón de Los Reyes .......................................................... 57
2.8 Las fiestas tradicionales ..........................................................58
2.9 Las fiestas religiosas y su relación con las celebraciones 
prehispánicas. ....................................................................................... 65
Tercer Capítulo 
La Asociación Civil del Pueblo de Los Reyes ...............69
3.1 El sistema de cargos. .................................................................69
3.2 La Comisión de festejos del pueblo de Los Reyes Asocia-
ción Civil ................................................................................................... 72
Cuarto Capítulo .............................................................. 80
Identidad gráfica corporativa. ..................................... 80
4.1 Identidad .......................................................................................80
4.2 El proceso de identificación. .................................................... 81
4.3 Identidad Corporativa. ..............................................................82
4.3.1 Elementos de la identidad corporativa .............................. 87
Nombre .............................................................................................. 87
Marca ...................................................................................................91
Logotipo ............................................................................................. 95
6
Imagotipo o símbolo gráfico .....................................................100
Color .................................................................................................. 102
Tipografía ........................................................................................ 106
Lema publicitario (Slogan) ......................................................... 109
La frase de campaña (Tagline) ....................................................111
4.4 La imagen .................................................................................... 113
4.4.1 La Imagen Corporativa .......................................................... 115
4.4.2 La imagen de “marca”. ...........................................................121
4.4.3 Imagen pública ........................................................................ 122
4.5 Rediseño de Identidad corporativa...................................... 126
4.6 Manual de identidad corporativa ......................................... 128
Quinto Capítulo. 
Manual de Identidad Institucional de la Comisión de 
Festejos del Pueblo de los Reyes. ...............................134
5.1 Presentación .............................................................................. 134
5.2 Referentes históricos. .............................................................. 134
5.3 Características de la escultura del Señor de la Miseri-
cordia. ......................................................................................................137
7
5.4 Análisisdescriptivo de la escultura del Sr. De la Miseri-
cordia ..................................................................................................... 138
5.5 Directrices de la Comisión de Festejos del Pueblo de Los 
Reyes Asociación Civil. ....................................................................... 139
5.6 Propuesta de diseño de logotipo. ......................................... 139
5.7 Elementos iconográficos que se consideraron: .................141
5.8 Uso y representación del logotipo. .......................................... 146
Conclusiones .................................................................169
Fuentes documentales ................................................. 172
Apéndices ...................................................................... 176
Pueblos Originarios del Distrito Federal de México ...................176
Pueblos y barrios de Coyoacán ........................................................181
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Título.
La presente tesis lleva por título “Diseño de logotipo y pro-
puesta de identidad institucional para la Comisión de Festejos del 
Pueblo de los Reyes (Asociación Civil), perteneciente a la Delega-
ción Coyoacán”.
Planteamiento del problema.
La Comisión de Festejos del Pueblo de los Reyes de la De-
legación Coyoacán se dedica, año con año, a la planeación de las 
festividades del citado pueblo. Eventos de tradición ancestral 
que han persistido los embates del tiempo porque se han trans-
mitido de generación en generación, y subsiste hasta nuestros 
días; cuyo origen, de este pueblo, se remonta a los primeros pue-
blos prehispánicos que se asentaron después de la explosión del 
Xitle, de raíz Tepaneca, que después pasó a ser tributaria de los 
aztecas, luego de españoles y del México independiente.
Con el desarrollo histórico, la época precolombina, la con-
quista española, la independencia de México, el desmesurado 
avance del siglo XX y la globalización, muchas de las tradiciones 
culturales se van perdiendo, y los pueblos indígenas originarios 
de la Ciudad de México han sido los más afectados a lo largo de 
los siglos, y son los que finalmente representan sectores vincula-
dos con nuestras más profundas raíces. 
La Asociación Civil del Pueblo de los Reyes Coyoacán, ha 
hecho y hace enormes esfuerzos por preservar las tradiciones, 
mejor dicho su tradición, sus creencias y sus costumbres. En un 
principio esta asociación civil se crea con el objetivo de tener una 
figura de representación legal de la comunidad, que defendiera 
sus derechos ante los atropellos que la autoridad y diferentes ac-
tores venían realizando. Dada la situación por la que atravesaba 
Introducción
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y debido a esta premura su identidad visual careció de importan-
cia, posteriormente para compensar este inconveniente se crea 
el logotipo, que en su momento sirvió como signo de identidad.
Con el tiempo esa imagen que proyectaba fue desligándose 
de la imagen que la propia organización proyectaba en su actuar. 
Ya que desde el principio el signo de identidad no hacía referen-
cia a la actividad de esta asociación y requería la ayuda obliga-
toria del mensaje escrito para poder discernir su significado. La 
identidad que intentaba mostrar este logotipo era ya irrelevante, 
carente de contexto y de valores positivos. Al estar desligada del 
sujeto al que representa, muy pronto las connotaciones negativas 
comenzaron a aflorar en detrimento de la imagen propia de esta 
asociación, muestra ya una imagen anticuada, descontextualiza-
da, descuidada e informal. Y la finalidad de esta asociación como 
figura de representación estaba coartada por la imagen que pro-
yectaba el logotipo como su signo de identidad
Justificación. 
La importancia la presente propuesta de tesis se basa por 
lo menos en tres justificaciones:
La primera es que la Asociación Civil del Pueblo de los Re-
yes Coyoacán, no cuenta con elementos de identidad, por lo que 
este trabajo de tesis podría contribuir a fortalecer su imagen me-
diante la propuesta de un logotipo, el cual se refleje en medios 
como papelería externa e interna, y el diseño de la indumentaria 
para las festividades realizadas por el Pueblo de los Reyes Coyoa-
cán, principalmente aquella dedicada al santo patrono del lugar, y 
con base en sus referencias simbólica-iconográfica.
En segundo lugar, un trabajo dedicado al rescate de la ima-
gen de tradición local, permitiría reforzar aspectos culturales del 
mismo pueblo y de una zona cultural de la Ciudad de México, tan 
importante como lo es Coyoacán.
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En tercer lugar, y la justificación de más peso que me ha lle-
vado a realizar esta tesis es que yo pertenezco a esa zona, tengo 
raíces indígenas y mis ancestros se han desarrollado ahí. Pero 
también han padecido los efectos del desarrollo urbano, y ¿por 
qué no decirlo? Hasta en determinados momentos discrimina-
ción.
Creo que mi formación como diseñador podría ser útil para 
proponer elementos de identidad a la Asociación Civil del pueblo 
de Los Reyes Coyoacán, del cual me siento muy orgulloso y al que 
pertenezco. 
Objetivo general.
Diseñar el logotipo de la Comisión de Festejos del Pueblo 
de Los Reyes Coyoacán, Asociación Civil, para ser utilizada como 
identidad institucional e implementarla en la papelería, folletería 
y vestimenta, de la citada Asociación. 
Objetivos Particulares. 
 � Realizar una reseña histórica de la situación de los pueblos 
originarios de la Ciudad de la Ciudad de México.
 � Identificar y describir las características del Pueblo de Los 
Reyes Coyoacán.
 � Exponer las características iconográficas de las festividades 
del pueblo de Los Reyes Coyoacán.
 � Proponer el diseño de logotipo para la Asociación Civil del 
pueblo de Los Reyes Coyoacán. 
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TRODUCCIÓN
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 � Proponer el diseño de indumentaria para las festividades del 
Pueblo de Los Reyes Coyoacán.
Metodología.
El presente trabajo de tesis tomará como base de inves-
tigación el método de análisis que propone Bernd Löbach, que 
consiste en descomponer el objeto de estudio en cada una de sus 
partes. Tomando en consideración conceptos, palabras clave y vi-
sión de los autores de la fuentes consultadas.
Para el desarrollo de los diseños, he considerado la meto-
dología de Bernd Löbach, quien propone que los pasos del proce-
so de diseño creativo para la solución de problemas debe cubrir 
las siguientes fases: 
 � Problemática existente. 
 � Reunión de información. 
 � Valoración y relación creativa. 
 � Desarrollo de soluciones para el problema. 
 � Realización de la solución más adecuada.
Marco Teórico.
El marco teórico de la presenta tesis se sustenta en los 
análisis de Andrés Medina Hernández, respecto a los postulados 
expuestos en “La memoria negada de la Ciudad de México”, y en 
las propuestas de Ethelia Ruíz Medrano, referente al “Poder y 
Justicia: Los códigos jurídicos como un mecanismo de negación 
indígena”.
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Para la propuesta de diseño tomaré en consideración a 
Mark Rouden, en cuanto a las ideas expuestas en “El arte de la 
identidad: Creación y manejo de una identidad corporativa exito-
sa”, y a Javier González Solas desarrolladas en “Identidad Visual 
Corporativa: La imagen de nuestro tiempo”. 
Desarrollo capitular
La presente tesis ha sido realizada en cinco apartados capi-
tulares que señalo a continuación:
El primer capítulo tiene como objetivo destacar el contexto 
en el que se encuentran los pueblos originarios de la Ciudad de 
México, y exponer la problemática de segregación que han sufri-
do los pueblos originarios de esa zona.
El segundo capítulo lleva como objetivo exponer el contex-
to histórico del desarrollo del Pueblo de los Reyes, así como su 
ubicación, origen, idiosincrasia y rituales realizados por esa co-
munidad.
El tercer capítulo, lo he destinado a explicar las determi-
nantes del origen de la Asociación Civil del Pueblo de los Reyes, 
y los antecedentes de las mayordomías,así como la función que 
cumple dicha asociación.
El cuarto capítulo, refiere las características de la identidad 
corporativa e institucional desde la perspectiva del diseño gráfi-
co, y sus elementos compositivos.
En el quinto capítulo expongo la propuesta de diseño de la 
identidad institucional de la Comisión de Festejos del Pueblo de 
los Reyes Coyoacán, Asociación Civil.
.
PRIM
ER CAPÍTULO
1313
1.1 Los pueblos originarios de la Ciudad de México y su contex-
to.
La ciudad capital de México se le ha caracterizado por ser 
un mosaico lleno de diversos matices culturales, gracias a la cons-
tante inmigración que ha sufrido a lo largo de su historia, pero 
muy poco se ha profundizado en la historia de su población ori-
ginaria, que si bien sabemos de su origen prehispánico que ha 
perdurado a pesar de la conquista, la pregunta es ¿qué hay de ella 
y de sus pueblos originarios?
No me refiero a los espacios y colonias populares ni a las 
poblaciones indígenas de los Estados que son más contemporá-
neas y que han tenido su difusión, sino a los antiguos poblados 
prehispánicos que existían antes y después de la colonia. ¿Acaso 
desaparecieron o es que fueron devorados por la urbanización y 
ya no queda ninguno? 
La realidad es otra, ya que han subsistido a lo largo de la 
historia de México, no como protagonistas, sino entre las som-
bras, con movimientos y luchas poco conocidas; que los gobier-
nos pretenden ocultar. Además, mucha de su historia no está 
documentada, pues la mayor parte de ella ha sido rescatada de 
la historia oral de sus habitantes, esto ha dificultado a los histo-
riadores el encontrar fuentes.
En el proceso modernizador la Ciudad de México ha sufrido 
numerosos cambios a lo largo de su desarrollo: construcción y re-
construcción de espacios públicos y privados; el aumento desme-
surado de la población y mancha urbana han provocado transfor-
maciones radicales durante el pasado siglo XX, específicamente 
entre los años 1940 a 1968 —periodo conocido como el “milagro 
mexicano”—, con la modernización, y durante los años 70 la inva-
sión de tierras; cambios que hasta hoy seguimos sufriendo por 
sus efectos devastadores. 
Primer Capítulo 
Los pueblos originarios de la Ciudad de México 
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El periodo de 1940 a 1968 fue un tiempo de gran prosperi-
dad económica, crecimiento sostenido en los sectores industrial, 
comercial, financiero y de servicios, razón por la cual se le conoce 
como “Milagro mexicano”. Comprendía los periodos presidencia-
les de Manuel Ávila Camacho (1940-1946), Miguel Alemán Valdez 
(1946-1952), Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958), Adolfo López Ma-
teos (1958-1964) y Gustavo Díaz Ordaz (1994-1970). 
Lo que ayudó a prosperar a este periodo fue la estabilidad 
política que se logró durante el periodo de los años 30s y 40s, ya 
que durante esta etapa se instaura la institucionalidad guberna-
mental, y quedaron atrás las luchas armadas por el poder y co-
menzó la hegemonía del partido único. Además, la expropiación 
petrolera permitió el aumento en la producción, y de esta forma 
cubrir la demanda de energéticos e insumos durante la Segunda 
Guerra Mundial.
El objetivo principal de este periodo se centró en industria-
lizar al país, favorecer la sustitución de importaciones e invaria-
blemente apoyar el desarrollo del campo para que sus productos 
llegaran a la ciudad. Sin embargo, después 1955 se abandona la 
estrategia de inversión y protección al sector primario de cultivo 
y se abandona el campo.
La industrialización tuvo múltiples efectos ya que favoreció 
y aceleró la urbanización del país, principalmente de la zona cen-
tral. Los sectores más favorecidos tuvieron un aumento sustan-
cial del poder de compra a raíz del aumento al salario.
Este breve periodo de prosperidad permitió el nacimiento 
de nuevos patrones de consumo. Surgieron nuevas necesidades 
de servicios e infraestructura, así como nuevas formas de espar-
cimiento.
Drásticamente el paisaje de la Ciudad de México iba cam-
biando de su imagen rural a cosmopolita y de modernización. Se 
mostraba entonces una ciudad en constante crecimiento, llena 
PRIM
ER CAPÍTULO
1515
de oportunidades, por lo que hubo una mejora en la demanda la-
boral que atrajo a mucha gente en búsqueda de una mejor forma 
de vida, lo cual agudizó a un más el abandono del campo. 
Personas provenientes de los diferentes Estados de la Re-
pública se desplazaron a la ciudad. Diversas etnias y comunida-
des también emigraron de sus lugares de origen para radicar en 
la Ciudad de México. Laura Elena Corona señala que:
En la década de los años cuarenta, tal como ocurre hoy en día, mu-
chos mexicanos pensaban que la industrialización y la urbanización 
sacarían a México del “subdesarrollo” quitándole lo “rural” para con-
vertirlo en un “país cosmopolita”. El modelo a seguir entonces como 
hoy, eran los EU y su american way of life, esa forma de vida que han 
criticado, entre otros, el antropólogo Sydney Mintz (2003) y el perio-
dista Eric Schlosser (2003), ambos norteamericanos. Este estilo de 
vida implica patrones de consumo y de producción particulares, que 
han provocado cambios drásticos en muchos ámbitos como son el 
natural, el social, el económico y el cultural.1
Durante ese tiempo surgieron las colonias populares, las 
ciudades perdidas, las vecindades y las unidades habitacionales. 
Para amortiguar el aumento poblacional se implementaron más 
y mejores servicios públicos que anteriormente no existían, y que 
no se requerían pues las poblaciones locales eran autosustenta-
bles. Servicios e infraestructura como agua potable, electricidad, 
drenaje, escuelas, centros de salud, mercados, etc., que si bien es-
taban condicionados pues servían como moneda de cambio para 
apoyos políticos.
Todo lo anterior no podía ser posible de no ser por los prés-
tamos solicitados al exterior, que trajo como consecuencia el en-
deudamiento público y los periodos de crisis subsiguientes.
1 Corona de la Peña, Laura Elena, Las visitas del Señor de la Misericordía como es-
presión de la construcción cultural y de la memoria histórica, 1940 – 2007, Escuela Nacional de 
Antropología e Historia: Posgrado en Historia y etnohistoria, México, 2008, p.78
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Los recursos como el agua y los espacios destinados a la 
vivienda, les fueron despojados a las comunidades originarias. La 
inmigración comenzó a ser abrumadora y las medidas adoptadas 
fueron superadas, la infraestructura urbana muy pronto colapso, 
lo cual trajo consigo una gran diversidad de problemas sociales, 
de infraestructura, educativos, de sanidad, de seguridad, etc.
Durante su crecimiento anárquico de la mancha urbana 
se dio el inevitable choque sociocultural con las poblaciones an-
cestralmente asentadas. Los antiguos pueblos que habían so-
brevivido por tanto tiempo, que se habían podido adaptar a las 
ocupaciones tanto de aztecas, españoles, a las guerras de Inde-
pendencia, de Reforma, a las invasiones francesa y estadouni-
dense, al Porfiriato, a la Revolución y demás batallas por el poder; 
nunca se sintieron más amenazados. Principalmente por la ocu-
pación territorial, pues la implacable mancha urbana no respe-
taba nada, cualquier espacio era codiciado y la gente que llegaba 
tenía poco respeto, ya que no tenían arraigo y habían perdido sus 
costumbres e identidad.
Andrés Medina en su libro La Memoria Negada de la Ciudad 
de México: Sus Pueblos Originarios, escribe al respecto:
Una mancha urbana gris que avanza inexorablemente sobre tierras 
de cultivo, bosques y jardines, ríos, manantiales y pantanos, destru-
yendo el perfil distintivo de los antiguos asentamientos coloniales. 
Las tierras de cultivo se reducen y desaparecen, y con ello los límites 
visibles de los pueblos.2
La población inmigrante comenzó a invadir predios y arre-
batar espacios, tanto paracaidistas como gente de gobierno que 
veían la forma de sacar provecho a la situación. La gente de los 
2 Medina, Hernández, Andrés,La Memoria Negada de la Ciudad de México: Sus Pue-
blos Originarios, UNAM: Instituto de Investigaciones Antropologicas, UACM., México, 2007, p. 35
PRIM
ER CAPÍTULO
1717
pueblos originarios poco podía hacer ante tales atropellos, pues 
no tenía la suficiente fuerza ni representación legal, esto auna-
do a la poca preparación académica para defenderse, además de 
que el gobierno se coludía con los invasores.
La necesidad de infraestructura, de servicios y de vialidad; 
también hizo mella en sus espacios, grandes avenidas dividieron 
a los poblados, bombas de extracción secaron el sistema acuí-
fero (ríos, ojos de agua, lagos, pozos) que alguna vez existieron, 
las amplias zonas de cultivo y pastoreo fueron expropiadas para 
construir escuelas, unidades habitacionales y espacios de gobier-
no. Corona documenta los efectos que causo la especulación ha-
bitacional en los pueblos:
Por su parte Mora considera que “al elevarse el valor comercial de los 
predios por la construcción de CU, la Unidad Independencia y el Esta-
dio Azteca, se promovió la invasión de terrenos por parte de quienes 
trabajaron en esas obras. La invasión significó una pérdida de tierras 
comunales para los pueblos de Los Reyes y de La Candelaria, lo cual 
se sumó al deterioro por la desecación de los mantos freáticos y con-
tribuyó a que las personas de estos pueblos se integraran al mercado 
laboral en el sector de servicios.”3.
Se construyeron otras vialidades que dividieron los pueblos 
y separaron predios y familias, como fue el caso de la lucha del 
pueblo de La Candelaria, a raíz del proyecto de construcción del 
Eje 10. Enríquez Ureña, que Corona documenta como ejemplo.
Caso que fue registrado en distintos textos, tanto de las personas del 
pueblo, como de los investigadores del INAH que participaron en la 
propuesta de declaratoria patrimonial. (…) el 17 de enero de 1986 un 
grupo de vecinos del pueblo tomaría el nombre de “Grupo del Eje”, 
solicitaron apoyo al Comité Ejecutivo de la Delegación D-II-IA-1 de 
la sección 10 del SNTE que agrupa a los Profesores Investigadores 
 Mora citado por Corona, op cit., p. 87.
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del INAH, para solicitar la promoción de una declaratoria de carácter 
constitucional, que garantizara la integridad del pueblo y así evitar 
que con dicha obra se afectara la traza original del pueblo y el con-
texto del templo.4
Después de este proceso que tuvo varias etapas e involucró 
a distintos actores e instancias, se logró salvar la integridad terri-
torial del pueblo de la Candelaria quien presentó dos alternativas 
de vialidad al proyecto del DDF, y el eje fue desviado.
La capital se consolidó como la gran urbe cosmopolita con 
una ideología modernista y de progreso, influenciada por el capi-
talismo norteamericano que llegaba del exterior, y fue olvidán-
dose y viendo con desdén todo aquello que le recordara su raíz 
mesoamericana. 
El discurso gubernamental y los medios masivos segrega-
ban y pretendían pormenorizar la existencia de los pueblos y ba-
rrios, pues desdibujaba la imagen cosmopolita y de “primer mun-
do” que los gobiernos en turno querían proyectar.
Este no fue un acto al azar, pues correspondía a un ata-
que sistemático a la diversidad cultural que comenzaba a llevar a 
cabo el naciente sistema globalizador. 
Los pueblos de raíz mesoamericana, asentados en el an-
tiguo sistema lacustre de la cuenca de México, no estaban de 
acuerdo con estas medidas y reaccionaron de múltiples maneras 
a los cambios y a la expansión de la capital del país. Se adaptaron 
e implementaron estrategias para mantener su integridad social 
y cultural. Corona cita a un habitante de uno de estos pueblos:
…la fuerte penetración ideológica que a través de los medios masivos 
de comunicación vienen haciendo las transnacionales, pretendiendo 
acabar con nuestras tradiciones, costumbres, formas de vida, nues-
tro lenguaje, impidiendo e imponiendo formas de vestir y hábitos en 
4 Corona, op cit, p. 88.
PRIM
ER CAPÍTULO
1919
la forma de comer –menospreciando lo nuestro…5 (…) Desgraciada-
mente, en la actualidad se ha desatado la actividad inmobiliaria en 
nuestros pueblos […] Hoy en día la mayoría de los pueblos de Coyoa-
cán sentimos gran respeto por nuestras tradiciones […] comparten 
los mismos problemas, muy poco comercio, irregularidad en la te-
nencia de la tierra, mala calidad de la vivienda, carencia de infraes-
tructura, etc.6
Los pueblos siguieron con sus tradiciones y fiestas cultura-
les como muestras de resistencia pacíficas, que desdibujaban la 
imagen modernista de la ciudad que el gobierno pretendía mos-
trar al mundo. Pues a pesar de del ruido, del tráfico, de las gran-
des avenidas y de los edificios lujosos aún siguen las procesiones 
y peregrinaciones religiosas de los pueblos que invaden las calles, 
las avenidas de gran renombre con el estruendo de los cohetes, 
con música tradicional, con danzantes, con comparsas, con andas 
(carros alegóricos floridos) bloqueando las calles, que rompen 
con el letargo de la rutina citadina de esta ciudad cosmopolita, y 
que la gente mira con incredulidad y curiosidad. 
Estos pueblos dan muestra de su vitalidad y folklor; orga-
nizan año con año sus eventos y se niegan a acatar las políticas 
del capitalismo global, y que al gobierno no le quedó de otra que 
reconocer su existencia, pero minimizo su repercusión negándo-
les la difusión.
Ante el asedio constante y a pesar de las muchas pérdidas 
de espacios los pueblos continuaron su resistencia, las nuevas ge-
neraciones con mejor preparación, gracias a que abrieron espa-
cios públicos educativos tal como la UNAM, UAM y el Politécnico 
les permitieron tener una preparación y una concepción mejor de 
la situación que les acaecía, se organizaron y conformaron aso-
5 Flores, citado por Corona de la Peña, op cit., p. 86
6 Ídem.
Procesión del pueblo de Los Reyes al 
pueblo de Santa Ursula Coapa, por 
la avenida División del Norte esquina 
con calzada de Tlalpan, año 2013.
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ciaciones civiles, que les permitieron tener un ente legal con el 
cual ser escuchados y representados, y así fortalecer la defensa 
de sus comunidades.
A pesar de múltiples luchas que durante años entablaron 
en resistencia, no fue sino hasta los años noventa cuando cobra 
mayor fuerza y organización, tal como lo describe Andrés Medina 
Hernández de la siguiente forma: 
Con el crecimiento de los movimientos internacionales por los dere-
chos humanos, y más específicamente por los derechos de las mi-
norías étnicas y nacionales (…) otro más es propiciado por el levan-
tamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (…) 
pero sobre todo por las reivindicaciones contenidas en los Acuerdos 
de Paz firmados por el gobierno federal y los insurgentes zapatistas, 
mejor conocidos como los “Acuerdos de San Andrés”. (…) y la firma 
del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo por el 
gobierno mexicano, con lo que se compromete a reconocer los dere-
chos políticos de los “pueblos originarios”; de carácter nacional serán 
la reforma de los Artículos 4 y 27 Constitucionales, en los que recono-
ce la composición pluricultural de la nación mexicana.7
Es así como comenzaron las movilizaciones políticas y su 
postura contra los efectos de la urbanización desmedida. Los an-
tiguos pueblos se organizan y comienzan a configurar su identi-
dad política, exigiendo el reconocimiento de sus derechos ante 
las autoridades y adoptan el término de “Pueblos Originarios”, tal 
como lo documenta Medina:
En este contexto político los antiguos pueblos indios cercados por 
el crecimiento de la ciudad de México comienzan a configurar su 
identidad política y a definir sus reivindicaciones en tanto parte de 
la misma identidad; en este proceso adoptan el término “originario” 
plasmado en el Convenio 169 de la OIT.8
7 Medina, op cit., p. 17
8 Ibid., p. 18
El 1 de enero de 1994, indígenas de 
Chiapas iniciaron un levantamiento 
armado contrael gobierno mexicano 
en demanda de autonomía (Cuartos-
curo/Archivo).
PRIM
ER CAPÍTULO
2121
Los pueblos reclaman un reconocimiento de sus derechos 
políticos, y a sus especificidades culturales como “Pueblos Origi-
narios”. Hacen saber que tienen características sociales y cultura-
les que dejan ver la antigua raíz mesoamericana, especialmente 
en el aspecto político y religioso en el que se puede reconocer la 
mezcla de la influencia colonial y las raíces mesoamericanas. Me-
dina también destaca:
La emergencia de los pueblos originarios de la ciudad de México ha 
tomado por sorpresa a los estudiosos de la diversidad cultural, inclu-
so a las propias autoridades, como se reconoce por su ausencia en 
las propias categorías administrativas (…) Para la etnografía misma 
los estudios sobre tales pueblos han sido escasos, y en ello han te-
nido que ver dos concepciones hegemónicas: por una parte el aura 
cosmopolita que se ha cultivado para la ciudad de México (…) y por 
la otra es la que asume que los pueblos indios están en proceso de 
desaparición, y lo que encontramos son solamente supervivencias, 
“ruinas étnicas” 9
Los estudios etnográficos sobre estos pueblos han sido es-
casos y muy poco difundidos, ya que va en contra de las políticas 
internacionales del neoliberalismo global que aboga por la cul-
tura occidental y “de primer mundo”, y que minimiza la cultura 
de raíz mesoamericana, la cual considera “arcaica, retrograda y 
tercermundista”, cuya presencia hay que borrar pues es conside-
rada como un lastre que impide alcanzar los objetivos políticos, 
económicos y culturales de la globalización. 
Cada vez hay una mayor presencia de los pueblos en los di-
ferentes espacios políticos y jurídicos de la ciudad de México, que 
entre muchas cosas han logrado echar abajo muchas iniciativas 
cuyo objetivo era realizar proyectos inmobiliarios dentro de sus 
comunidades. También cada vez más gente ajena a estos pueblos 
participa y se integra a sus festividades, pese a la poca difusión y 
9 idem.
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en contra de lo que se pudiera esperar, haciéndose más grande 
e imposible de ignorar. Sumado a esto, gracias a los cambios tec-
nológicos se van encontrando nuevos canales de difusión y más 
simpatizantes en todo el mundo.
Las características particulares de estos pueblos origina-
rios lo hacen un caso aparte cuando se trata de promulgar inicia-
tivas que legislen a estas comunidades, sus aspectos fundamen-
tales, en términos sociales, económicos, religiosos y culturales 
son diferentes a las de otras comunidades étnicas que radican 
en la ciudad.
El primer aspecto diferenciador está en el nombre de su co-
munidad, en el que los pueblos aparecen con el nombre del santo 
patrono y un topónimo en Náhuatl.
(…) los topónimos o nombres de los lugares se registraron glíficamen-
te en la piedra, la pintura mural, la cerámica, el papel amate, y fueron 
retomados por distintas culturas. En monte Albán, Oaxaca, donde se 
conservan los más antiguos registros glíficos de topónimos (2500 
años aproximadamente), encontramos el glifo “cerro” que denotó 
la idea de “pueblo” hasta el Postclásico (900 – 1521 d.C.). (…) buena 
cantidad de sitios de nuestra ciudad, como en todo México, están 
representados en náhuatl. Ciudades, pueblos, calles, ríos, lagos y 
montañas, nombres que existen desde hace cientos de años; algunos 
de ellos tienen cerca de mil años. Son los topónimos autóctonos de 
México. (…) hay también, nombres de lugares en otros idiomas como 
el otomí, el maya, en mixteco, en zapoteco, el purepecha. Pero dado 
que la Cuenca de México predominó la lengua náhuatl, la mayoría de 
los nombres indígenas se expresan en ésta.10
10 Moctezuma Barragán, Pablo, Glifos de la ciudad de México, Ciudad de México: 
Gobierno del Distrito Federal, México, 2006, p. 12
PRIM
ER CAPÍTULO
2323
1.2 Razón por la cual se les denomina pueblos originarios de la 
Ciudad de México.
Los pueblos originarios son aquellas comunidades que his-
tóricamente se desarrollaron en el Valle de México y tienen un 
origen prehispánico, pero han sido absorbidos por la gran me-
trópoli de la Ciudad de México como consecuencia de su creci-
miento desmesurado. Estos pueblos originarios poseen además 
del nombre de un santo (asignado por los españoles, conforme a 
la religión de los conquistadores), un topónimo de origen náhuatl, 
que es en realidad el nombre original de estos pueblos. Las carac-
terísticas geográficas de los pueblos la describe Medina:
La exploración del lugar mismo del asentamiento nos permitió re-
conocer otros rasgos, como su carácter colonial, en el que destaca 
un centro marcado por una plaza a la que rodean la iglesia, algunos 
edificios de carácter administrativo, una escuela, el mercado, con 
una traza de calles estrechas, retorcidas algunas, callejones y casas 
situadas en grandes solares bardeados; al núcleo central le rodean 
las viviendas de las familias antiguas y luego construcciones más re-
cientes que se diluyen en el conjunto de la mancha urbana, sin que 
sea fácil un reconocimiento de los linderos del pueblo, los que pronto 
descubriríamos, son más bien de carácter simbólico y se arcan como 
parte de un paisaje sagrado en las procesiones y los ceremoniales 
comunitarios.11
Un dato que me parece preciso agregar, además de las ca-
racterísticas geográficas, que describe Medina, es que los pue-
blos tenían un área comunal y un ejido, que les permitía sufragar 
las festividades.
En cuanto a la cosmovisión de los pueblos, Medina deja ver 
otro rasgo diferenciador:
11 Medina, op cit, p. 18
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El de la presencia de una cosmovisión mesoamericana, una concep-
ción del mundo que sintetiza las diversas tradiciones civilizatorias 
de los antiguos pueblos americanos, pero particularmente aquellos 
que alcanzan un elevado desarrollo intelectual y cultural, y el de la 
organización social, que genera y reproduce esta antigua tradición 
de pensamiento y se nos presenta ahora como un complejo de or-
ganizaciones comunitarias comprometidas en la realización de gran-
des ceremoniales que establecen los ámbitos simbólicos donde se 
mantienen y reproducen las identidades comunitarias, la memoria 
histórica misma, los mitos y tradiciones.12
Esto permite ver que la cosmovisión mexica del universo 
permitía al habitante de la Cuenca entender la geografía como 
un mundo totalmente mítico, vinculado con su entorno, dotando 
de sentido y concepción a todos los pueblos mesoamericanos, de 
ahí que las comunidades tuvieran un nombre náhuatl que hacía 
referencia a las características geográficas de su entorno.
Muchas han sido las situaciones a lo largo de la historia don-
de se han visto amenazadas las tierras comunales, por ejemplo: 
En el siglo XIX, el carácter corporativo de la comunidad indígena 
resistió, con muy diversos resultados, los embates destructivos 
tanto de liberales como de conservadores. Sin embargo, nume-
rosas comunidades fueron devastadas con las leyes de Reforma, 
que desconocieron las autoridades y propiedad comunales. Inclu-
so se llegó al extremo del casi exterminio del pueblo Yaqui en la 
dictadura porfirista, y al despojo de las tierras, propiciando for-
mas de trabajo servil prácticamente etnocidas. 
Fue hasta la Reforma Agraria un logro de la Revolución 
Mexicana, que los gobiernos crearon las condiciones para la re-
construcción de las comunidades agrícolas, y con ellas las de los 
pueblos indios. Sin embargo, la reforma constitucional de 1928, 
impuso un régimen de gobierno autoritario y vertical, dejando 
desamparadas a las comunidades agrarias frente al despojo 
12 Medina, op cit, p. 20
PRIM
ER CAPÍTULO
2525
sistemático que le somete la especulación inmobiliaria, particu-
larmente la desarrollada por las propias instituciones guberna-
mentales en el nombre de un interés social; carentes de represen-
tación política, se articula el clientelismo y los acuerdos privados.
La defensa del territorio, tradiciones, usos ycostumbres 
que se han conservado desde tiempos ancestrales, y que en va-
rias ocasiones han sido defendidos por medio de documentos de 
origen colonial, tal como ocurrió en Cuajimalpa con el Códice Te-
chialoyan de Cuajimalpa, también hubo casos del uso de la Real 
cédula13.
Tanto es así la defensa de sus tradiciones, que hasta ahora 
mantienen internamente un sistema de gobierno propio, elegido 
por las comunidades, con base en sus tradiciones y costumbres, 
sistema que proviene de la época prehispánica, en la cual se de-
nominaban Calpullis a estos representantes y que posteriormen-
te, con la influencia española, pasaron a llamarse Mayordomías y 
Comisiones. 
Son rasgos de la influencia de la Iglesia Católica Apostólica 
Romana, que utilizó como estrategia para lograr una conversión 
pacífica adoptando muchas de las tradiciones, costumbres y fies-
tas religiosas indígenas, adaptándolas con las propias, como la 
fiesta de Día de Muertos que se sincretizó con la de Día de Todos 
Los Santos y la Conmemoración de los Fieles Difuntos propias de 
Europa.
13 Una Real cédula era una orden expedida por el rey de España entre los siglos XV y 
XIX. Su contenido resolvía algún conflicto de relevancia jurídica, establecía alguna pauta de con-
ducta legal, creaba alguna institución, nombraba algún cargo real, otorgaba un derecho personal o 
colectivo u ordenaba alguna acción concreta. Usada principalmente en los dominios españoles de 
ultramar (América y Filipinas), con asesoramiento en la mayoría de los casos del Consejo de Indias. 
Vease estudios de Ethelia Ruiz Medrano, Poder y justicia: los códices jurídicos como un mecanismo 
de negociación indígena, 1550-1600, Ed. SEP/CONACYT, 2001.
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Esto ha propiciado una situación en la que las comunidades 
se articulan a las estructuras de gobierno de la ciudad de una 
manera informal, pero por otro lado construyen sus propios sis-
temas políticos, con base en la estructura institucional cívico-re-
ligiosa de raíz colonial.
El sistema de gobierno de los pueblos fue adoptado duran-
te la colonia, tal como lo plantea Medina:
La institución que constituía el puente entre el posclásico de la his-
toria mesoamericana y la configuración de la Nueva España era el 
municipio castellano, impuesto a las sociedades indias que sobrevi-
vían a la confrontación militar, las cuales tenían como unidad políti-
ca fundamental al tlatocayotl, encabezada por un linaje noble cuyo 
dirigente, era un tlatoani. La articulación entre el cabildo español y 
el tlatocayotl, lo que en la terminología de la sociedad colonial sería 
la República de Indios, daría origen a un sistema político-religioso en 
el que bajo la terminología castellana se cobijarían procesos políti-
cos y concepciones del poder profundamente arraigadas en la tradi-
ción mesoamericana. Una de las razones para la continuidad fue el 
mantenimiento de la base agrícola, centrada en el cultivo de la mil-
pa, y de las relaciones sociales establecidas, de trabajo y familiares, 
correspondientes; y otra más fue el interés de los colonizadores en 
mantener organizada y controlada la fuerza de trabajo sobre la que 
construía la sociedad novohispana.14
Los pueblos originarios han organizado diversos congresos, 
tal como refiere Medina y pone como ejemplo el Primer Congreso 
de Pueblos Originarios del Anáhuac:
En la comunidad de San Mateo Tlaltenango, de la delegación de Cua-
jimalpa, Distrito Federal, se reunieron 378 delegados para realizar 
el Primer Congreso de Pueblos Originarios del Anáhuac el 25 de no-
viembre del 2000; estaban representadas comunidades de los esta-
dos de México y Morelos; así como del Distrito Federal: Milpa Alta, 
Xochimilco, Tlalpan, Magdalena Contreras, Cuajimalpa e Iztapalapa. 
14 Medina, op cit, p. 30
PRIM
ER CAPÍTULO
2727
En los resolutivos aprobados se refieren, entre otras cuestiones de 
importancia, a la “construcción de la autonomía en los pueblos in-
dígenas del Anáhuac y a los Acuerdos de San Andrés” y al reconoci-
miento, por parte de las legislaturas estatal y federal, del “derecho 
consuetudinario de usos y costumbres que rige diversos aspectos 
de la organización social, política y agraria de los pueblos originarios 
del Anáhuac”. Asimismo, como la expresión de las presiones del des-
bocado crecimiento urbano, las comunidades apuntan a situaciones 
específicas en las que son afectadas y reclaman soluciones que sal-
vaguarden sus derechos, como se apunta en su “rechazo total a las 
expropiaciones de tierras que en 1983, 1990 y 1998 sufrieron los po-
blados de San Mateo Tlaltenango sobre el Parque Nacional Desierto 
de los Leones, San Gregorio Atlapulco sobre sus principales tierras 
de Chinampa, y San Miguel y Santo Tomás Ajusco sobre su casco ur-
bano”. El rechazo se extiende también a los “megaproyectos viales, 
residenciales, turísticos y comerciales que pretenden privatizar las 
tierras” de los pueblos originarios.15
De estas acciones deriva el uso de la palabra “chilango” por 
parte de los pueblos originarios del Distrito Federal, para referir-
se a los inmigrantes molestos que tratan de destruir o aprove-
charse de las tradiciones y prácticas de los pueblos originarios, 
como fue el caso de la expropiación de terrenos al pueblo de San 
Mateo Tlaltenango en Cuajimalpa, para infraestructura urbana, 
los cuales luego fueron dados como pago por la construcción del 
Puente de los Poetas a la constructora que durante varios años 
los había querido adquirir directamente del ejido.
Si bien, existen pueblos que han sobrevivido, también hubo 
poblaciones que sucumbieron, debido a la alta inmigración que 
destruyó sus formas de organización e identidad tradicional. Pues 
los inmigrantes, en muchos casos se hicieron de sus propiedades 
por medio de la invasión violenta, como ocurrió en el Pedregal de 
Santo Domingo (antaño propiedad comunal de los pueblos de Los 
Reyes, La Candelaria y Copilco) y pocas veces pacífica, una prácti-
ca aún usada por grupos políticos.
15 Ibid p 35
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Algunos de las antiguas comunidades que ya no se conside-
ran pueblos originarios, pues ya no existe una población autócto-
na, pero que aún conservan el nombre originario son:
 � La Villa de Guadalupe, esta localidad tuvo categoría de villa 
la cual no fue considerada por la gran segmentación que ha 
sufrido, así como la desaparición de sus barrios por urbani-
zaciones modernas, lo que en su mayoría ha cambiado su 
título de barrio a colonia, por ejemplo Barrio Centro por Co-
lonia Gustavo A. Madero, además de ser confundida sobre 
todo por los inmigrantes recientes con la Basílica de Guada-
lupe, e incluso con la delegación o municipio de Gustavo A. 
Madero de la cual fue cabecera.
 � Santiago Tlatelolco adquirió la categoría de ciudad en la épo-
ca colonial, fue absorbida por el Conjunto Urbano Nonoalco 
Tlatelolco, con la cual es confundida habitualmente, sobre 
todo por los migrantes recientes.
 � Tepito, por ser un barrio de la antigua ciudad de México-Tla-
telolco no se le consideró como pueblo originario.
 � San Juan Tenochtitlan, población con calidad de ciudad que 
fue rápidamente absorbida por la Ciudad de México, aunque 
se mantuvo bastante independiente hasta le desaparición 
de su ayuntamiento en 1812, todavía mantiene tradiciones 
comunitarias sobre todo religiosas, alrededor de la parro-
quia de San Juan.
 � La Piedad, población con calidad de Villa la cual fue descar-
tada al considerársele como parte de la ciudad de México, 
a pesar de que su fundación es anterior a la de la ciudad 
de México, su época de auge fue durante la Colonia cuando 
alrededor de la iglesia y convento de La Piedad se creó un 
mercado de artículos diversos para los peregrinos, hacién-
dolo muy similar al registrado en la Villa de Guadalupe o Los 
Remedios.
PRIM
ER CAPÍTULO
2929
 � San Lorenzo Tlacoquemécatl, localidad con calidad de pue-
blo el cual fue fraccionado en los años 50 del siglo XX por co-
lonizadores, los cuales usaron lapresión política para logar 
desaparecer el ejido y dispersar a sus habitantes, e incluso 
hoy en día el atrio y plaza central del pueblo es considerada 
solo un parque de la ciudad incluso para las autoridades de 
la Delegación; algunos de los antiguos habitantes aún man-
tienen la tradición de la fiesta patronal, este pueblo fue fun-
dado antes que la ciudad de México.
 � Villa de Azcapotzalco, esta villa no fue totalmente ignorada, 
cuatro de sus barrios, Santo Tomás, San Sebastián, San Si-
món y San Andrés Tetlalman, fueron ingresados como pue-
blos separados.
 � Pueblo de Chapultepec, desaparecido a finales del siglo XIX 
cuando se realizaron obras de embellecimiento en el Bosque 
de Chapultepec, fundado por los mexicas en el siglo XV, es 
usualmente confundido con San Miguel Chapultepec que es 
un barrio del Tacubaya.
 � San Salvador Xochimanca, pueblo de la delegación Azcapot-
zalco, el cual se considera desaparecido ya que sus terrenos 
se expropiaron para fraccionarse en terrenos industriales, 
los cuales actualmente están siendo usados para crear edifi-
cios habitacionales.
Es común en el Distrito Federal, escuchar cómo se nom-
bra indiscriminadamente Colonia a una población sin importar 
que ésta sea un pueblo, barrio, villa e incluso una ciudad, pues 
es más numerosa la población inmigrante que ignora que exis-
tan esos términos. Ya que normalmente la población inmigrante 
más contemporánea se asentó en desarrollos y fraccionamien-
tos regulares e irregulares –irregulares en su gran mayoría- los 
cuales se llamaron genéricamente Colonias, ya que normalmente 
sus habitantes hacían vida de colonos, pues se debían organizar 
en grupos políticos llamados Consejos de Colonos, con el fin de 
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conseguir que las autoridades delegacionales les dotaran de los 
servicios básicos, como regularización de terrenos, calles, agua 
potable, drenaje, energía eléctrica o transporte público, esto a 
cambio de su apoyo en cuestiones políticas.
Como se ha mencionado, la denominación de pueblo hoy 
día tiene una connotación de mayor prestigio y peso político, 
pues el reconocimiento como pueblo le da un sentido de unidad 
corporativa, con derechos y delimitaciones políticas particulares.
SEGUN
DO CAPÍTULO
3131
Mapa de la división política de la delegación Coyoacán
2.1 Comunidad y Localización
La comunidad del el Pueblo de Los Reyes es uno de los siete 
pueblos que aún se encuentran dentro de la demarcación Política 
de Coyoacán, muy cercana a la Villa de Coyoacán. Además de ser 
una de las 145 poblaciones capitalinas reconocidas como pueblos 
originarios en el Distrito Federal, por parte de la Secretaría de 
Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades del Gobierno 
del Distrito Federal.
Muy poco se ha documentado acerca de la historia del pue-
blo de Los Reyes, así como la de muchos de los antiguos pueblos 
y barrios de raíz mesoamericana, donde se asentó la ciudad de 
México, pues hasta hace poco no se tenían registros escritos de 
su historia, y la mayor información es por la convicción de algu-
nos de sus pobladores, quienes la rescataron de la historia oral de 
El Pueblo de Los Reyes Coyoacán.
Segundo Capítulo 
Coyoacán 
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sus habitantes y de los pocos registros referentes a ellos. Ya que 
como mencioné, muchos de ellos tienen un origen prehispánico 
anterior incluso a los aztecas.
Geográficamente, el Pueblo de Los Reyes está delimitado 
por calles y avenidas: al norte está la avenida Miguel Ángel de 
Quevedo, al noroeste la avenida Pacífico y hacia el oeste con la 
calle Europa. Al suroeste el eje vial Aztecas, el cual lo separa del 
pueblo vecino la Candelaria16, la avenida Rey Moctezuma lo deli-
mita hacia el suroeste hasta topar con la calle Mixquic, que en di-
rección norte se prolonga con la calle Santa Tecla y la avenida Eje 
10 Sur, marcan los límites hacia el suroeste con la colonia Santo 
Domingo, antaño propiedad comunal de Los Reyes. Por último, 
hacia el oeste, la unidad habitacional Privanza y la calle Cruz Ver-
de, lo separa del barrio del Niño Jesús17. 
Esta división geográfica (impuesta por las autoridades, que 
sin más aplicaron por cuestiones administrativas y burocráticas) 
no respetó la delimitación original que tenían los pueblos y una 
parte de estos se encuentran fuera de sus límites; hoy pertene-
cen a los pueblos o colonias colindantes. Sin embargo, los habi-
tantes que viven en esas comunidades siguen manifestando ser 
parte del Pueblo de los Reyes y no de la comunidad en la que se 
les asocia. Participan en las festividades y demás actividades cul-
turales que se realizan en el pueblo de Los Reyes.
16 La Candelaria “Chinampan”, terminó náhuatl cuyo significado es “sobre las chi-
nampas”. El pueblo de La Candelaria se conformó como resultado de la unión de tres tlaxilacalli 
(barrios): La Candelaria, San Lorenzo Chinampan (tenía una ermita) y Santa Cruz. La Candelaria es-
taba en los márgenes del lago de Xochimilco, una zona chinampera, de ahí su topónimo. Recetario: 
por los olores y sabores de la cocina coyoacanense, Gobierno del Distrito Federal en Coyoacán: 
Dirección General de Cultura, México, 2012. p. 62
17 El Niño Jesús Tehuitzo. Esta última voz proviene del náhuatl: telt, pedregal; uitzo-
mitl, aguja y co, en (locativo), que no está en topónimo que significa “en el pedregal de piedras 
agudas” o “en el acantilado”, cuyo origen, quizá, éste en el banco de piedra que se ubica en la parte 
lateral de la antigua ermita. Sus antecedentes históricos se remontan tiempos prehispánicos. Ibid., 
p.7
SEGUN
DO CAPÍTULO
3333
Mapa del pueblo de Los Reyes, cortesía de google maps.
Muchos relatos coinciden acerca de la belleza que tenía este 
pueblo: “un hermoso pueblito situado a orillas del pedregal, don-
de abundaban flores, por la calle de Pacífico, que era un inmenso 
prado de verde césped, tranquilamente pastaban vacas y borre-
gos. El ojo de agua estaba rodeado de un pretil circular de piedra 
como de doce metros de diámetro, dentro del cual brotaba agua 
limpia y fresca, que permitía ver el fondo adornado por plantas 
acuáticas y como había flores y como había agua”.18 Otro relato 
18 Aguilar, citado por Corona de la Peña , op cit., p. p. 80, 81
El pueblo de Los Reyes, sus caracte-
risticas calles sinuosas. hacia 1930.
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que concuerda con la descripción es del etnohistoriador Enrique 
Llanos nativo de los Reyes, quien destaca el oficio ancestral de 
este pueblo, el de la floricultura.
…me contaba mi papá que él, desde niño, ayudaba a sus abuelitos 
y a sus papas, lo levantaban a las tres de la mañana para ir a regar 
las plantas con una regadera bien pesada […] mi papá se iba con mi 
abuelita a vender flores a la Merced y a otros mercados, también a 
particulares, salía descalzo como a las cuatro o cinco de la mañana 
para tomar el primer tren que pasaba en San Pablo, a veces se iban a 
San Pablo en camión, otras veces caminando, a esas horas hacía mu-
cho frío. Con lo que vendían compraban el mandado y ya venían de 
regreso […] Los Reyes era un pueblo de floricultores, se especializa-
ban en hacer todo tipo de injertos e incluso existe una rosa originaria 
de Los Reyes, es una flor pequeñita que huele muy bonito, también 
había muchos árboles frutales, chabacano, pera […] el ganado se lle-
vaba al pedregal y eran sobre todo cabras y chivas…19
Una descripción similar hace un habitante del pueblo de la 
Candelaria, pueblo colindante con el de Los Reyes: “En la Cande-
laria se cultivaban una gran variedad de flores como nubes, ale-
líes, amapolas, perritos, mercadelas, margaritas, pensamientos, 
cartulinas, chícharos, espuelas, carmelitas, mosquetas; así como 
hortalizas: lechugas, rabanitos, espinacas, entre otras. También 
tenían frutales:membrillos, tejocotes, limones reales, diferentes 
variedades de peras, moras, nopales, naranjos, zapote blanco, 
aguacate, chirimoya, granada roja, manzana. Los linderos de 
los terrenos estaban limitados por pequeños canales por los que 
corría agua durante todo el año. Contrastaban los predios de 
pedregal, en los que había nopaleras y grandes hileras de ór-
ganos que servían de límite entre los terrenos. Los árboles más 
comunes eran: pirul, fresno, álamo, huejotes y el sauce llorón. En 
19 Llanos Rivas, Enrique citado por Corona de la Peña, op cit., p. 82
Foto antigua que illustra la mayoria 
de los terrenos, donde se muestran 
muchas zonas acuiferas región. Hacia 
1940 
La Cantera en tiempo de lluvias, 1955
Trabajadores nativos de Los Reyes en 
faena dominical extrayendo piedras 
en el cerro del Diablo en la Cantera de 
los Reyes.
SEGUN
DO CAPÍTULO
3535
algunas partes de los terrenos tenían plantas medicinales como 
micle, ruda, manzanilla, hierbabuena, cedrón, entre las más co-
munes”.20 
Los dos pueblos compartían una geografía similar, por las 
calles y terrenos había zanjas donde pasaban riachuelos. A ello se 
debe la traza irregular de las calles de Los Reyes, a causa de los 
numerosos cursos de agua que recorrían su superficie, algunas 
de las calles aún conservan los nombres en náhuatl.
Sus habitantes se dedicaban a la alfarería, pero adquirieron 
fama como tejedores de flores, arte que aún se conserva, con la 
que elaboraban los arcos de madera forrados de flores que se 
levantaban a la entrada del pueblo en las fiestas patronales.
El pueblo de Los Reyes ha sufrido múltiples transgresiones, 
principalmente en cuanto al agua, elemento fundamental en su 
desarrollo y prosperidad que gozó durante milenios. La mayoría 
de los manantiales están desapareciendo con la instalación de las 
bombas de extracción de Xotepingo, utilizadas para proveer a las 
nuevas colonias, tal como lo documenta Corona:
Varios autores (Aceves, Mora y Quintal; Rivas, Peralta y otros), relatan 
la perforación de los pozos en la antigua hacienda de Xotepingo y la 
instalación de bombas para transportar agua a la creciente metrópo-
li, como la causa de la desecación de los manantiales de la zona y los 
consecuentes cambios en el paisaje y en la forma de sustento de las 
personas. Otra consecuencia del proceso de desecación fue que los 
antiguos cursos de agua se convirtieron en calles y callejones21
Otra de las transgresiones fue el despojo de sus tierras co-
munales, invadidas por medio de la violencia por parte de líderes 
corruptos, en complicidad de autoridades. “Sumado a estos están 
las constantes agresiones de inmobiliarias e industrias que de 
20 Ibid., p. 82
21 Ibid, p.86
Bombas de Xotepingo en la av. Divi-
sión del Norte hacia 1950
Portada estructura de madera y za-
cate en donde se teje la flor . Plazuela 
de los Reyes esquina con Real de Los 
Reyes 1940
Portada hacia 1as hacia 1930
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manera fraudulenta logran los permisos de uso de suelo, vio-
lando los acuerdos y los decretos federales, donde se declara a 
esta zona como Típica y Patrimonial con uso de suelo unifamiliar. 
Y que como consecuencia este pueblo carece de áreas verdes y 
deportivas”.22
La construcción de vialidades también trajo como conse-
cuencias más cambios en el paisaje, expropiaciones y destruc-
ción del patrimonio. Por ejemplo, la Av. Miguel Ángel de Quevedo 
que “fue la causa de que el tradicional Barrio de San Francisco 
fuera seccionado en dos partes”, además de que varios caminos 
comunales ubicados entre huertos y humildes casas perdieron 
continuidad.
A pesar de las múltiples dificultades que se le han ido plan-
teando al Pueblo de Los Reyes, no han frenado sus múltiples fes-
tividades que año con año se llevan a cabo, esto gracias al com-
promiso y a la devoción de sus habitantes, y a las gestiones que 
llevan a cabo los mayordomos hoy constituidos en organizacio-
nes civiles, como es el caso de la Comisión de Festejo del Pueblo 
de Los Reyes Asociación Civil, encargadas de mantener y preser-
var estas tradiciones.
2.2 Historia del Pueblo de Los Reyes Coyoacán 
En la región Suroeste de la cuenca de México, los primeros 
pobladores que se asentaron en esta zona, erigieron Cuicuilco, 
el gran centro urbano cívico-ceremonial, hacia fines de la época 
preclásica (100 d. C.). 
Cuicuilco fue uno de los primeros y más importantes cen-
tros ceremoniales en el Valle de México, junto con Copilco y Teo-
tihuacán (del náhuatl: Teōtihuácān, “Lugar donde fueron hechos 
los dioses” o “ciudad de los dioses”. Sin embargo, el desarrollo 
22 Rivas Hernández, Breve Historia del Pueblo de Los Reyes Coyoacán, 1993, p. 84
La pirámide de Cuicuilco en el Pedre-
gal, importante vestigio de la antigua 
ciudad sepultada por toneladas de 
ceniza y lava de la erupción del volcán 
Xitle. Foto Chavelzon, 1983, INAH.
Andas (estructuras de madera y 
zacate, a manera de altares moviles) 
de flor tejida. Fiesta delRecibimiento 
1940.
SEGUN
DO CAPÍTULO
3737
Pintura (óleo-cera) de Jorge González Camarena. Representación de la erupción del volcán Xitle, que dio lugar al pedregal que rodea y cubre 
en gran parte de la zona arqueológica de Cuicuilco. 
de Cuicuilco y de Copilco terminó a raíz de la erupción del volcán 
Xitle, aproximadamente hace 2000 años, el cual puso fin a este 
asentamiento humano al quedar cubiertos por la lava. A raíz de 
este hecho Teotihuacán se convirtió en el centro urbano más im-
portante de ese periodo. Moctezuma Barragán habla de la prime-
ra construcción en Cuicuilco:
La primera construcción pública de proporciones monumentales de 
la región se levantó al sur, en Cuicuilco durante el preclásico tardío 
(400 a.C.-200 d.C.). Al noreste se han encontrado vestigios arqueo-
lógicos en Zacatenco, El Arbolillo y Ticomán donde se ubican centros 
ceremoniales. En el periodo clásico (del año 200 al 900 d.C.) Se con-
solidaron decenas de poblados. Los primeros pobladores fueron los 
otomíes, mazahuas y matlazincas, posteriormente los tepanecas.23
No obstante, la región Cuicuilco y Copilco vuelve a resurgir 
en el siglo VI d.c., gracias a que se establece en la zona una tri-
bu Nahuatl Tepaneca “los que se encuentran sobre la piedra”, la 
cual nombra al lugar Coyohuacán nombre Náhuatl que significa 
“lugar de los que poseen coyotes”. Con el tiempo llegó a tener el 
23 Moctezuma Barragán, op cit, p.15
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rango de Altepetl24, una especie de Estado-ciudad indígena que 
tenía bajo su administración alrededor de 31 calpullis. Esta ex-
tensa zona es conocida como El Pedregal ya que se asentó en los 
linderos que dejó la lava.
Posteriormente, en el clásico tardío (600-900 d.C.), des-
pués del declive de Teotihuacán, en la cuenca prosperaron los 
pueblos de Azcapotzalco, Coyoacán y Culhuacán, producto de la 
interacción de los pueblos originarios con los pueblos olmecas.
Los pueblos originarios de esta Cuenca hablaban náhuatl y nombra-
ban los ríos, montañas y poblados, según sus características geográ-
ficas o las actividades de sus habitantes que se agrupaban en Calpu-
llis. Cada lugar fue adquiriendo su propio rostro y tenía su glifo, que 
lo representa. Cada sitio tiene una identidad particular, tan arraigada 
que muchos de ellos subsisten.25
La definición de Calpullis la presenta Moctezuma Barragán 
de la siguiente forma:
Los habitantes originarios de la Cuenca de México, tuvieron un orga-
nización comunitaria basada en los Calpullis, que eran organizaciones 
de familias que vivían en común y se especializaban en determinado 
trabajo, la obsidiana, orfebrería, platería, cerámica, producción de 
flores, frutos, comercio, transporte. Las familias nucleares se agru-
paban en ithuallis –especie de vecindades- y el conjunto de ithuallis 
formaba el Calpulli. (…) existían Calpullis urbanos y rurales; el conjun-
24 El Altepetl es el nombre usado en la antigüedad prehispánica del Altiplano –pe-
riodo Posclásico- para denominar a las ciudadeso asentamientos, pero también se refería a su 
realidad política, a su constitución como sociedad. El Altepetl era la forma de conceptualizar a 
la sociedad, al asentamiento a la red de relaciones que se establecían entre varias comunidades 
entre un centro rector y las localidades dependientes (…) García Chávez, Dr. Raúl. El Altepetl como 
formación sociopolítica de la Cuenca De México. Estado de México: Centro INAH EDOMEX, 2007, 
p. 1
25 Moctezuma Barragán, op cit, p. 7
SEGUN
DO CAPÍTULO
3939
to de urbanos formaba los altepetl o poblados, y los más grandes de 
ellos, que concentraban el poder político, económico, cultural, militar, 
eran los hueyaltepetl.26
Otro autor, Zorita describe también el Calpulli o Chinancalli, 
al cual define como “barrio de gente conocida o linaje antiguo, y 
que posee de manera ancestral sus tierras”.27 Hace hincapié en 
que había tierras comunales que no podían pertenecer a una sola 
persona ni heredar, sino que podían explotar en comuna y nunca 
se daban ni se dan aquellas tierras a quien no es natural del Cal-
pulli o barrio.
Los Calpullis tenían un representante o administrador, que 
posteriormente en la colonia se le conocería como mayordomo28, 
designado por un cabildo que también determinaba su periodo 
de posesión. Este mayordomo se encargaba entre muchas cosas 
de llevar a cabo las festividades y los ritos festivos, pero además, 
era el encargado de negociar con las autoridades que los gober-
naban. Bajo el dominio de los aztecas tanto Coyoacán como sus 
Calpullis se convirtieron en pueblos tributarios, pero a pesar de 
todo, esta forma de gobierno se conservó y al parecer no sufrió 
mayor modificación, ya que a los aztecas les favorecía el mante-
ner esta forma de gobierno, pues les daba un mejor control de 
estas comunidades.
26 Ibid, p. 15
27 Zorita citado por Mancilla J., Ignacio. Del Pedregal a Santo Domingo. Historia del 
proceso de regularización. Ciudad de México: Gobierno del Distrito Federal: Dirección General de 
Regularización Territorial, 2000, p. 41.
28 La palabra mayordomía proviene del griego OIKONOMIA que significa adminis-
tración, comisión, supervisión y dispensación. Viene de dos palabras griegas: OIKOS: una casa y 
NOMOS: ley. 
La derivación OIKONOMOS se traduce mayordomo, administrador, curador y tesorero 
(OIKOS: una casa y NEMO: disponer, su significado seria: “uno que está encargado”).
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Incluso esta forma de representatividad perduró durante la 
colonia, los españoles al igual que los aztecas decidieron mante-
ner esta estructura pues les era muy productiva, “Esta organiza-
ción-administrativa indígena fue aprovechada por los conquis-
tadores para canalizar el tributo y el trabajo forzado desde los 
pueblos sujetos”29. Los Calpullis pasaron a ser pueblos, barrios y 
villas según correspondía, esto para darle una connotación dife-
rente y para un mejor control. Además los españoles les cambia-
ron el nombre anteponiendo el nombre de un santo conforme a 
su religión.
Durante la Colonia, el pueblo de Los Reyes lo conformaban 
dos barrios30: el barrio de Santiago Xochiac, que se ubicaba en 
la actual calle de Las Flores, y el barrio de Los Reyes Huitzilac 
ubicado en las calles de Real de Los Reyes y Plazuela. Y que pos-
teriormente mediante un proceso de integración, que describe 
Llanos, se consolidaron como el pueblo de Los Reyes (Huitzilac) 
Coyoacán:
El aspecto religioso fue marcando la vida de estos barrios, pues al ser 
destruida la ermita de Santiago y al darle los misioneros dominicos 
más fuerza a los Santos Reyes, entonces los barrios poco a poco se 
fueron funcionando en uno solo, como ahora lo conocemos, a saber: 
Los Reyes Coyoacán.31 
29 Rivas Hernandez, Miguel, citado por Corona op cit., pag. 22
30 Como forma de separación de razas fue instaurada: el centro era morada exclu-
siva de pobladores europeos y los indígenas ocuparían los barrios o pueblos. Estos barrios por 
su organización interna, eran verdaderos pueblos y contaban con sus autoridades indígenas: un 
representante y un cabildo compuesto y elegido por los miembros del barrio. 
31 García Llanos, Pbro. Sergio Jorge. Huichilac, Breve historia de Los Reyes Huichilac., 
folleto, Ciudad de México, 1995. op cit, p. 7
SEGUN
DO CAPÍTULO
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Sin embargo, algunos historiadores32 mencionan otros 
barrios que se fusionaron, tal como lo dice Eugenio Cruz quien 
describe que fueron tres los barrios: Texomulco (Techomulco), 
Hueytlilatl (Huitzilac) y Xochac (Xochiac); otro historiador Emilia-
no Suárez, menciona que fueron cinco, pues agrega Teclamaco 
y Quiahuac, mientras que la recopilación que se hace en el libro 
“Recetario: por los olores y sabores de la cocina coyoacanense” 
se mencionan cuatro: “Los Reyes Hueytlilatl, la palabra náhuatl 
(Huey: grande; tlilli: carbón, hollín o negro y atl: agua) significa 
“en las grandes aguas negras”. Los Reyes se transformaron en 
pueblo tras la fusión de los cuatro barrios indígenas, Texomolco, 
Tetlamaco, Hueytlilatl y Xochiac.”33
Enrique Rivas menciona también la existencia de estos ba-
rrios, al señalar que:
Debe mencionarse, el pueblo de Los Reyes, contaba con tres Calpulli 
originales, que fueron: Tetlamaco, Texomulco y Hueytlilatl. Cada uno 
de ellos tenía su deidad particular, y a la llegada de los españoles, 
éstos les obligaron a suplantar sus dioses por las deidades católicas. 
Así se escogió a los tres Reyes Magos, para que los tres Calpullis indí-
genas se constituyeran en un solo pueblo.34
32 Celebración del Señor Santiago en el pueblo de Los Reyes Coyoacán, ed. Gobierno 
del Distrito Federal en Coyoacán: Dirección de Fomento Cultural: Coordinación de Investigación y 
Preservación del Patrimonio Cultural, México, 1999, p. 12
33 Recetario, op cit, p. 74
34 Rivas Llanos, Enrique, y Irving Roberto Días Portillo . Recibimiento del Señor de la 
Misericordía, Sr. de la Misericordia pueblo de Los Reyes Coyoacán. folleto de divulgación local, 
Gobierno del Distrito Federal: Dirección General de Regularización Territorial; Subdireccion de Di-
fusión y Programas Territoriales, 2000, p.7
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Por su parte, la historiadora Patricia Safa35 dice que cuando 
llegaron los españoles existían seis centros poblacionales impor-
tantes en Coyoacán, uno de ellos fue Quiahuac (al que identifica 
como Los Reyes), los otros cinco son: Copilco, Xotepingo, Tepetla-
pan, Coapan y Culhuacán.
2.3 El barrio de Santiago Xochiac
Xochiac fue un Calpulli, su nombre proviene del náhuatl 
Xochitl “flor” y de Actoc “hendido, metido, incrustado”, y que sig-
nificaba “El lugar de las flores metidas o hendidas entre peñas”. 
Esto se debe a que el barrio estaba asentado entre peñas, donde 
se encontraba un ojo de agua llamado Tetepilota que quiere decir 
“ubicado entre peñas”. 
En la época prehispánica, Xochiac era uno de los barrios 
más prósperos e influyentes entre las comunidades tributarias 
de la Villa de Coyoacán. Pues gozaba de un gran desarrollo pas-
toril, floricultor y hortalicero. Hoy se localizaría en la calle de las 
Flores y el callejón de Santiago en el pueblo de Los Reyes.
Por su prosperidad, el ambicioso Hernán Cortés atacó de 
forma violenta el lugar, y ante la gran resistencia que mostraron 
sus habitantes ordenó construir una ermita dedicada al Señor 
Santiago, pues solía construir ermitas dedicadas a este patrono 
de España, ya que tenía la creencia que lo acompañaba en sus 
más duras batallas y le otorgaba la victoria. Es a partir de ese 
momento la comunidad toma el nombre de Santiago Xochiac.
35 Safa citada en el folleto, Celebración del Señor, op cit, p. 12
Glifo de Xochiac: “en las flores” 
xochitl - “flor” y co - lugar
Manantial (Aljibe) Xochiacatl, Pueblo 
de Los Reyes 
Foto: Enrique Rivas Llanos, 1997./
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DO CAPÍTULO
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En este barrio existió una capilla erigida al Sr. Santiago, en el predio 
que pertenece actualmente a Don Isaac Juárez; de ella han quedado 
algunas obras artísticas como la imagendel Señor Santiago que per-
manece en el templo de Los Santos Reyes; algunas pinturas y otras 
imágenes de bulto son conservadas por familias del pueblo.36 
2.4 El barrio de Los Reyes Huitzilac
También fue un Calpulli, su nombre proviene del náhuatl 
Huitzilin “chupamirto o colibrí”, de Atl “agua” y de C “en” y que en 
conjunto quiere decir “Sobre el agua de los colibríes”. Esta traduc-
ción concuerda con el lugar, puesto que los habitantes del barrio 
eran floricultores, motivo por el cual proliferaban los colibríes en 
los jardines.
Esta comunidad se localizaba al occidente de Santiago Xo-
chiac, en lo que ahora es la calle Real de Los Reyes y Plazuela 
de Los Reyes, y en donde la orden de los misioneros dominicos 
construyeron una ermita dedicada a Los Santos Reyes. Esto de-
terminó que el barrio de Huitzilac recibiera el topónimo de Los 
Reyes Huitzilac.
García Llanos menciona la existencia de una ermita que 
pertenecía al barrio de Huitziilac, que al igual que sucedió con la 
de Xochiac fue destruida, sin embargo y a diferencia de la última, 
se erigió la actual parroquia del pueblo.
En otro barrio se refiere a Los Reyes Huichilac. Se ubica al occidente 
de Santiago Xochiac, en lo que ahora se conoce como Real de Los 
Reyes y Plazuela de Los Reyes. Existia una ermita en el predio que 
ocupa el edificio parroquial. Fue derribada aproximadamente hacia el 
año de 1947, por motivos de espacio, pues el pueblo había ya crecido 
y necesitaba un templo más grande; éste fue el argumento que se 
36 García Llanos, op cit, p.5
Huitzilac: “Sobre el agua de los 
colibríes” 
Huitzilin “chupamirto o colibrí”, de Atl 
“agua” y de C “en” 
Construcción del techo de la Iglesia de 
los Reyes 1954 
Antigua iglesia de los Reyes hacia 
1940. Conmemoración del día de la 
bandera.
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utilizó para llevar a cabo la obra. (…) sin embargo, y afortunadamente, 
se conservó la torre original del templo antiguo que ésta le izquierda, 
de frente al templo.37
Huichilac al igual que Xochiac, se dedicaba a la agricultura 
y a la ganadería pero Huitzilac fue menos próspero que Xochiac, 
pues en Xochiac había incluso un mercado al que acudían pueblos 
vecinos.
Al transcurrir el tiempo, y por diversos factores entre ellos 
la destrucción de la ermita a Santiago, los barrios se fueron fusio-
nando poco a poco y se constituyeron en el Pueblo de Los Reyes 
Huitzilac.
2.5 El Señor de la Misericordia.
La figura más venerada en el pueblo de Los Reyes es el Se-
ñor de la Misericordia, la cual llegó al pueblo hace casi tres siglos 
aproximadamente (no se tienen datos precisos).
Es una escultura que representa iconográficamente a Je-
sucristo, se encuentra sentado con las manos atadas con heridas 
sangrantes en el cuerpo, porta una corona de espinas y un cetro, 
ambos artículos de color dorado. En los momentos anteriores al 
vía crucis, cuando Jesús acaba de ser flagelado y ridiculizado por 
los guardias romanos, muestra una actitud de misericordia ante 
Poncio Pilatos.
Esta escultura es de una sola pieza de madera, sin cabello, 
tiene una altura aproximada de un metro, se le coloca una peluca 
de pelo natural y se le viste con una capa o clámide (capa corta y 
ligera que usaron los griegos, principalmente para montar a ca-
ballo, y que después adoptaron los romanos) la capa está soste-
nida a los lados con dos varillas metálicas, en su regazo lleva un 
37 García Llanos, op cit, p. 6
Señor de la Misericordia en el pueblo 
de Los Reyes, 1943
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DO CAPÍTULO
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cendal (tela rectangular con que se rodea el cuerpo de la figura 
desde la cintura hasta las piernas) sentado sobre una peana (con 
un cojín encima, otro bajo sus pies y uno más en las manos para 
sostener su cetro); las manos están atadas con un cordón.
Lleva además una corona de espinas y un cetro. De la co-
rona de espinas sobresalen tres potencias con rayos de luz, cada 
uno de los grupos de rayos de luz se agrupan en triadas las cuales 
se ponen en la cabeza de las imágenes de Jesucristo (y en número 
de dos en la frente de las de Moisés), que según la fe cristiana re-
presenta cada una de las tres facultades del alma: entendimien-
to, voluntad y memoria. Su cetro es una caña que en tiempos de 
Jesucristo sirvió como mofa, le pusieron la caña simbolizando el 
cetro de un rey.
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La peana (base, apoyo o pie para colocar encima una figura 
u otra cosa) de madera donde está sentada y atornilla la figura 
del Señor de la Misericordia, está decorada con querubines y de-
talles en oro. Luna Otero apunta que:
…su perfil es de tipo “italiano”, es decir de tres cuartos, a diferencia 
del que tiene el Divino Pastor que es de tipo “español” y por lo tanto 
mira de frente […] El Señor de las Misericordias tiene unas llagas en 
su espalda, en sus rodillitas, en sus codos, el Divino Pastor no tiene 
nada de eso.38
Cabe mencionar que existe una cédula de la escultura en el 
catálogo de bienes artísticos de patrimonio cultural, en el cual se 
redacta lo siguiente:
Señor de la Misericordia: a) Descripción: escultura de madera poli-
cromada sentada sobre base de madera pintada de rojo y oro, un 
tornillo sujeta la imagen a la base. El Cristo lleva a veces corona de 
espinas y a veces corona de plata. En los brazos lleva la palmera del 
martirio. Tiene pelo y pestañas naturales y capa que cambia de color 
según la liturgia y ojos de vidrio. El 2º domingo de Pascua sale de 
visita en procesión por las calles del pueblo y se queda a turno en 
los templos cercanos para volver definitivamente a la parroquia de 
los Santos Reyes el 2 de septiembre; b) Observaciones: se quemó a 
causa de un incendio en 1954 y fue casi totalmente restaurado. Tenía 
corona y palma de oro que le fueron robados. Actualmente corona y 
palma son de plata dorada.39
La imagen (como suele decírsele en el pueblo) es conside-
rada muy milagrosa, por lo que muchos habitantes le retribuyen 
sus favores de diferente forma para su festividad: algunos donan 
38 Luna Otero, Ángel, citado por Corona de la Peña, op cit., p. p. 36, 37
39 Ibid, p. 39
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DO CAPÍTULO
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cosas (arreglos florales, tapetes de aserrín, otros confeccionan su 
vestimenta, etc.), ofrecen comida y algunos más apoyan con su 
trabajo, según las posibilidades de cada uno.
Al Señor de la Misericordia se le considera muy milagroso y sus de-
votos le piden muchas cosas; sin embargo, de acuerdo con nuestras 
entrevistas y al registro etnográfico, la petición más común es la de 
solucionar problemas de salud, tal vez esto refleje más una condición 
de la problemática actual de las personas que de la especialidad de 
la imagen, de cualquier forma sería necesaria mayor investigación 
para poder afirmarlo. La “energía”, “poder curativo” o “misericordia” 
del Señor es transmitida a los devotos principalmente a través del 
contacto físico, ya sea al tocar a la imagen o su ropa, tener contacto 
con su indumentaria o con flores que previamente hayan tocado a la 
imagen. Se retribuye o “agrada” al Señor de la Misericordia a través 
de: 1) participar en sus celebraciones y recorridos; 2) hacerle ofren-
das o regalos, entre los que es de particular importancia el traje; 3) 
“trabajar para él” como dicen algunas personas, que consiste en ir a 
enflorar sus andas y portadas, ofrecer comida a los que trabajan en 
los preparativos y de manera especial, difundir su devoción a más 
personas; 4) cargar sus andas.40
Cuentan los creyentes que les basta tocar alguna de sus 
prendas, el sendal, su capa o los algodones con los que se limpia 
la figura. Ha habido muchos casos en los que se afirma que ha cu-
rado a más de uno de enfermedades terminales o incapacitantes. 
Incluso de situaciones de peligro, en las que atribuyen una inter-
vención divina pues no saben cómo pudieron sobrevivir.
Otros devotos del Señor son la familia Mercado del pueblo de Los Re-
yes, ellos trabajan la pirotecnia y en una ocasión hubo una explosión 
en su taller en Texcoco y salieron con bien, por

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