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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE CIENCIAS Conducta de oviposición, desempeño diferencial y secuestro de glucósidos cianogénicos en orugas de Euptoieta hegesia según el estadio ontogenético de su planta hospedera. T E S I S QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: BIÓLOGO P R E S E N T A : ROBERTO REBOLLO HERNÁNDEZ DIRECTORA DE TESIS: DRA. KARINA BOEGE PARÉ Ciudad Universitaria, Ciudad de México. 2018 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 1. Datos del alumno Rebollo Hernández Roberto 5540233557 Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Ciencias Biología 413017268 2. Datos del tutor Dra. Karina Boege Paré 3. Datos del sinodal 1 Dr. Juan Servando Núñez Farfán 4. Datos del sinodal 2 Dra. Ek del Val de Gortari 5. Datos del sinodal 3 Dr. Johnattan Hernández Cumplido 6. Datos del sinodal 4 Dr. Carlos Rafael Cordero Macedo 7. Datos del trabajo escrito “Conducta de oviposición, desempeño diferencial y secuestro de glucósidos cianogénicos en orugas de Euptoieta hegesia según el estadio ontogenético de su planta hospedera.” pp. 42 2018 «Todas las cosas ser criadas a manera de contienda o batalla, dice aquel gran sabio Heráclito [...] Hallé esta sentencia corroborada por aquel gran orador e poeta laureado Francisco Petrarca, diciendo: «Sin lid y ofensión ninguna cosa engendró la natura, madre de todo.» [...] En verdad así es, y así todas las cosas de esto dan testimonio: las estrellas se encuentran en el arrebatado firmamento del cielo, los adversos elementos unos con otros rompen pelea, tremen las tierras, ondean los mares, el aire se sacude, suenan las llamas, los vientos entre sí traen perpetua guerra, los tiempos con tiempos contienden y litigan entre sí, uno a uno, y todos contra nosotros.» [...] Pues entre los animales ningún género carece de guerra: peces, fieras, aves, serpientes; de lo cual todo, una especie a otra persigue [...] Que aun la misma vida de los hombres, si bien lo miramos, desde la primera edad hasta que blanquean las canas, es batalla.» Fernando de Rojas Agradecimientos A mis padres, quienes me han impulsado incansablemente, y son mis más grandes maestros. A mis hermanos. A mi alma mater, a su espíritu humano y libre, y a su diversidad. A mi facultad y su espíritu rebelde. A mis profesores, quienes me han contagiado con su infecciosa pasión y quienes han potenciado mi capacidad de entendimiento y contemplación de la naturaleza. A mis amigos, quienes me han acompañado en mis luchas, y con quienes he compartido muchos momentos de alegría. A todos mis compañeros de laboratorio, quienes han hecho mi estancia ahí una experiencia muy agradable, y particularmente a Sofía y Xóchitl, quienes me han compartido de su conocimiento y experiencia. A la Dra. Karina Boege, por supervisar este trabajo con entusiasmo, y por su interés en mi formación. A los miembros de mi jurado: Juan Núñez, Ek del Val, Johnattan Hernández y Carlos Cordero, por sus valiosas sugerencias sobre el presente trabajo. Al Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica de la Uiversidad Nacional Autónoma de México (PAPIIT IN-211314) por los recursos para llevar a cabo los experimentos de este trabajo y al Consejo Ncional de Ciencia y Tecnología (CONACyT – 132404) por la asignación de una beca. Al M. en C. Rubén Pérez Ishiwara por el apoyo logístico, a la Dra. Rocío Cruz Ortega por su amable apoyo en el uso de un espectrofotómetro, a la Dra. Marietta Tuena por su ayuda en la liofilización de orugas, y a la M. en C. Paulina Zedillo por su ayuda en la identificación de hormigas. Al espíritu de compartir libremente el conocimiento. Tabla de contenidos 1. Introducción 2 Fuerzas ascendentes Fuerzas descendentes Interacciones tritróficas Trayectorias ontogenéticas en la defensa de las plantas 2 3 4 5 2. Objetivos 6 3. Hipótesis 6 4. Metodología 7 Zona de estudio Sistema de estudio Establecimiento de una colonia de orugas de Euptoieta hegesia Plantas de Turnera velutina para alimentación y oviposición Experimento de preferencias de oviposición Experimento de desempeño de los herbívoros Secuestro de glucósidos cianogénicos Prueba de supervivencia Prueba de agresividad por hormigas 7 7 9 9 10 11 12 12 13 5. Resultados Preferencia de oviposición Prueba de desempeño Secuestro de glucósidos cianogénicos Prueba de supervivencia Prueba de agresividad por hormigas 14 14 18 19 19 6. Discusión 20 Efecto de la ontogenia de T. velutina sobre la ecología de E. hegesia Preferencia de oviposición Desempeño de las orugas Secuestro de glucósidos cianogénicos Depredación Trayectorias ontogenéticas en la defensa Conducta de las orugas Defensas inducidas Interacciones tritróficas 20 21 22 23 24 25 25 26 26 7. Conclusiones direcciones futuras 27 8. Anexos 27 9. Referencias bibliográficas 28 1 Resumen La ontogenia de las plantas puede alterar la fuerza de las presiones ascendentes y descendentes sobre los herbívoros, por lo que considerarla es relevante para entender la interacción de herbivoría en contexto de los tres niveles tróficos, y tanto en un nivel ecológico como evolutivo. En este estudio se investigó si un herbívoro especialista (Euptoieta hegesia), con capacidad de secuestrar glucósidos cianogénicos, muestra preferencias de oviposición y diferencias en su desempeño en función de la ontogenia de su planta hospedera (Turnera velutina), la cual muestra una marcada variación en sus niveles de defensa a través de su desarrollo. Se encontró una preferencia de oviposición hacia las plántulas en comparación con las plantas reproductivas, así como un desempeño superior y una mayor concentración de glucósidos cianogénicos al alimentarse de plántulas. No se detectó un efecto de la dieta de las orugas sobre la depredación sufrida, sin embargo esto podría deberse a un muestreo insuficiente. Estos resultados pueden ayudar a entender las presiones selectivas sufridas por las plantas durante periodos críticos en su establecimiento, y la evolución de trayectorias ontogenéticas en su defensa, así como la preferencia de oviposición por herbívoros y la importancia del secuestro de metabolitos como estrategia de defensa ante sus depredadores. 2 Introducción Las interacciones bióticas comprenden un fenómeno central en ecología, por su ubicuidad y por la relevancia de sus consecuencias. En esta tesis se aborda la ecología de la interacciónentre Turnera velutina y Euptoieta hegesia, que comprende un caso frecuente de interacción biótica: la de una planta y un herbívoro especialista. Entender a profundidad este tipo de interacción es importante en una escala evolutiva y ecológica; por un lado contribuye entender la evolución de caracteres complejos, como son la conducta de los herbívoros (Thompson, 1988a; Thompson, 1988b; Städler, 1992) y la defensa en las plantas (Agrawal et al, 2009, Futuyma & Keese, 1992); y por otro porque la herbivoría, aún durante periodos breves, puede tener efectos persistentes sobre la estructura de las comunidades bióticas (Hanley & Sykes, 2014; Barton & Hanley, 2013), como durante el periodo de establecimiento. Los lepidópteros son insectos holometábolos (Johnson, 2004.) generalmente herbívoros hasta completar su desarrollo larvario (Powell, et al. 1998). Estos organismos se encuentran sujetos a múltiples presiones selectivas, como las generadas por su interacción con sus plantas hospederas (conocidas como fuerzas ascendentes) o por sus depredadores (fuerzas descendentes). En su estado larvario (i.e. orugas), los lepidópteros han desarrollado numerosas adaptaciones fisiológicas, morfológicas y conductuales para hacer frente a estas presiones de selección (Greeney et al. 2012). Fuerzas ascendentes Las plantas cuentan con caracteres (i.e. defensas) físicos (dureza de las hojas, tricomas, cutículas, espinas o aguijones, o incorporación de minerales en los tejidos) y químicos (notablemente metabolitos secundarios) que dificultan la alimentación de los herbívoros, o que disminuyen su aprovechamiento del tejido vegetal, disminuyendo su probabilidad de supervivencia o fecundidad (Coley et al. 2006; War et al. 2012; Awmack & Leather, 2002). Las defensas físicas de las plantas varían en función de su historia de vida, fenología y tasa de crecimiento (Carmona et al, 2010). Se ha argumentado que los metabolitos secundarios de las plantas han evolucionado de manera alternada con mecanismos en los herbívoros que posibilitan su consumo, promoviendo así la especialización y diversificación de especies de plantas e insectos (Ehrlich & Raven, 1964; Agrawal et al. 2009). Una estrategia evolutiva para hacer frente a las presiones selectivas ascendentes consiste en la especialización en grupos particulares de plantas hospederas. La especialización es un fenómeno común: las orugas frecuentemente se encuentran restringidas al consumo de una o pocas familias de angiospermas. En algunas regiones 3 menos del 20% de especies de orugas son polífagas (i.e. se alimentan de dos familias de plantas o más) (Bernays & Chapman, 1994). La especialización puede promover un desempeño óptimo, menor competencia interespecífica, y mayor capacidad de responder a cambios en la defensa de las plantas hospederas (Barret & Heil, 2011, Ali & Agrawal, 2012). Sin embargo la especialización también implica una reducción en el número de pantas hospederas, mayor competencia intraespecífica, y posiblemente restricciones más fuertes sobre el cambio de hospederos (Barret & Heil, 2011). Otra manera en la que los lepidópteros pueden evadir o disminuir el efecto negativo de las defensas de las plantas es eligiendo su sitio de oviposición, escogiendo aquellas con mayor calidad como alimento, que maximizan el desempeño de su descendencia (Jeanike, 1978). Algunas señales usadas por las hembras para detectar plantas hospederas adecuadas son la forma de las hojas, su color y textura, así como los tipos y concentraciones de sustancias químicas presentes, incluyendo las de metabolitos secundarios (Honda, 1995). Empíricamente se ha encontrado una relación positiva entre las preferencias de oviposición de las hembras adultas y el desempeño de sus descendientes (Thompson, 1988b), aunque no siempre resulta óptima (por ejemplo, Kelly & Bowers, 2016) Fuerzas descendentes Entre los depredadores de las orugas se encuentran aves, reptiles, mántidos, hormigas, avispas parasitoides como eulófidos, bracónidos e icneumónidos; moscas parasitoides como taquínidos, hongos como Cordyceps sp. (Greeney et al. 2012). Otro grupo de organismos que atacan a las orugas son microorganismos patógenos como Entomophaga mamaiga y Bacillus thuringiensis (Lacey et al, 2001). Como resultado de la presión de estas fuerzas descendentes, los lepidópteros han evolucionado defensas físicas, inmunológicas y químicas que les permiten enfrentar esta importante presión de selección (Greeney et al. 2012). Entre los mecanismos físicos de defensa de las orugas se encuentran las proyecciones, tales como setas y apéndices, y la coloración aposemática o críptica (Greeney et al. 2012). El tamaño de las orugas también puede funcionar como una defensa; entre más grandes son las larvas, menor es su probabilidad de ser consumidas por otros artrópodos, aunque incrementan ligeramente su probabilidad de ser consumidas por aves (Remmel et al., 2011). Las defensas inmunológicas en insectos comprenden el integumento y el intestino como primeras barreras físicas, la acción coordinada de varios tipos de hemocitos, y la inducción de síntesis de algunos péptidos y proteínas (Greeney et al. 2012). Una estrategia que permite a los herbívoros hacer frente de manera simultánea a las fuerzas ascendentes y descendentes es el secuestro de metabolitos, que consiste en la capacidad de almacenar metabolitos secundarios provenientes de la planta hospedera en sus 4 propios tejidos. Se ha reportado que esta estrategia es más frecuente en especies de lepidópteros especialistas que en generalistas (Nishida, 2002). En algunos casos se ha propuesto que el secuestro de metabolitos ha evolucionado a partir de la insensibilidad de los sitios blanco del compuesto de defensa en cuestión (Berenbaum, 1986). Además de ser un mecanismo de “resistencia” a los efectos de sustancias dañinas, el secuestro de metabolitos puede reducir la depredación sufrida por los herbívoros, al volverlos menos apetecibles o inclusive tóxicos para el tercer nivel trófico (Nishida, 2002; Speight et al. 2008), promoviendo su escape a un nicho libre de enemigos, sensu Jeffries & Lawton, 1983). Curiosamente se ha observado que el secuestro de metabolitos puede tener consecuencias contrastantes dependiendo del tipo de depredador. Por ejemplo, puede resultar una defensa eficaz contra depredadores generalistas, pero ineficaz contra parasitoides (Quintero et al. 2012). Además de secuestrar sustancias tóxicas a partir del tejido de sus plantas hospederas, algunas orugas tienen la capacidad de sintetizarlas de novo (i.e. a partir de su propio metabolismo). Por ejemplo, en el caso de algunas orugas en la tribu Heliconiinae, éstas tienen la capacidad de sintetizar linamarina y lotaustralina de novo, y de secuestrar otros glucósidos cianogénicos de sus plantas hospederas del género Passiflora (Engler-Chaouat & Gilbert, 2007). Muchas sustancias tóxicas naturales provocan una reacción gustativa adversa en los depredadores, lo que previene su consumo u ocasiona una reacción emética. En caso del consumo se presenta toxicidad, que puede variar en su intensidad dependiendo de la dosis y del sistema de detoxificación del depredador (Nishida, 2002). Por ejemplo, en el caso de los glucósidos cianogénicos (que tienen un sabor amargo para los humanos), al ser degradados liberan cianuro y un aldehído o cetona, con un efecto tóxico sobre muchos organismos. Los glucósidos cianogénicos protegen de la depredación a una variedad de especies, notablemente de plantas y artrópodos, y han evolucionado independientemente en muchos taxones, constituyendo un ejemplo de convergencia evolutiva (Nahrstedt, 1985). Interacciones tritróficas La acción simultánea de las fuerzas ascendentes y descendentes promueven interacciones entre los tres niveles tróficos, que ocurrencuando los rasgos de una planta afectan la interacción entre los herbívoros y sus depredadores (Price et al. 1980; Hoballah & Turlings, 2001). Mooney et al. (2012) han propuesto caracterizar los fenómenos que involucran estas interacciones dentro de una sola hipótesis de interacción tritrófica, considerando que: i) los especialistas usan con mayor eficiencia las plantas como alimento que los generalistas, por lo que su crecimiento es acelerado, ii) los especialistas pueden evitar mejor los ataques que los generalistas ya sea por cripsis física, química, o por secuestro de metabolitos, y iii) que la baja calidad nutricional de una planta retarda el crecimiento y desarrollo, exponiendo al herbívoro a fuentes de mortalidad por un periodo más amplio. 5 Una interacción tritrófica específica que vale la pena mencionar es el mirmecofitismo, que consiste en el reclutamiento de hormigas por parte de plantas. Éstas proveen alimento a las hormigas en forma de néctar extra floral y/o cuerpos alimenticios; o refugio en forma de domatia (Speight et al. 2008). Las hormigas forrajean sobre las plantas para obtener estos recursos, y como consecuencia de su patrullaje la cantidad de herbívoros presentes se reduce sustancialmente, en ocasiones con un efecto positivo dramático sobre el desempeño de las plantas. Como consecuencia de esta interacción, también ocurre con frecuencia una reducción de la competencia con plantas adyacentes, ya que las hormigas eliminan las ramas o lianas que entran en contacto con la planta mirmecófita. Las asociaciones de mirmecofitismo han evolucionado independientemente en varios taxa de plantas, y actualmente se conocen en más de 100 géneros, casi siempre en regiones tropicales (Speight et al. 2008). Este tipo de asociación es funcionalmente muy diversa; comprende desde el mutualismo obligado hasta el parasitismo, dependiendo de los costos energéticos en la producción de recompensas y de los beneficios obtenidos de las hormigas (Speigh et al. 2008; Kessler & Heil, 2011). Trayectorias ontogenéticas en la defensa de las plantas La ontogenia de las plantas puede tener consecuencias sobre los fenómenos considerados por la hipótesis de la interacción tritrófica propuesta por Mooney et al. (2012). Por ejemplo: la calidad de las plantas como alimento puede variar a lo largo del desarrollo, ya sea por sus trayectorias ontogenéticas de defensa, por cambios en su perfil nutricional (Boege & Marquis, 2005; Barton & Koricheva, 2010) o por sus tasas de asignación de recursos en diversos tejidos (Rhoades, 1979). A su vez, esto puede tener consecuencias en el desempeño de los herbívoros, alterando su tiempo de crecimiento, tamaño y consecuentemente sus probabilidades de sufrir depredación. Este efecto podría ser particularmente visible en especialistas con la capacidad de secuestrar metabolitos secundarios. Además de incidir en las presiones ascendentes sobre los herbívoros, la ontogenia de las plantas puede también afectar las presiones descendentes (Boege & Marquis, 2006). Esto puede ocurrir por diferencias en la tasa de depredación por aves (Boege & Marquis, 2006) o por artrópodos (Boege, 2005). En el caso particular del mirmecofitismo, también existen diferencias a través de la ontogenia de la planta, ya que sólo es posible producir recompensas para las hormigas una vez que se ha alcanzado cierto tamaño o grado de desarrollo (del-Val & Dirzo, 2003). Posteriormente la cantidad de energía invertida en estas defensas indirectas puede variar en función de la disponibilidad de recursos o tamaño de la planta (Quintero et al. 2014). En este contexto, en este estudio se evaluó si existe un efecto del estadio ontogenético de las plantas sobre el desempeño de los herbívoros, considerando las fuerzas 6 ascendentes y descendentes que actúan sobre ellos. Para esto, se utilizó el sistema comprendido por una planta mirmecófita tropical, Turnera velutina (Passifloraceae) y una oruga especialista que secuestra glucósidos cianogénicos, Euptoieta hegesia (Nymphalidae). Objetivos General ❖ Evaluar si existen diferencias en las preferencias de oviposición y el desempeño de un herbívoro especialista en función del estadio ontogenético de su planta hospedera. Particulares • Determinar si existe preferencia en la oviposición de los herbívoros en plántulas o individuos reproductivos de su planta hospedera • Determinar si existen diferencias en la supervivencia y el crecimiento de orugas alimentadas exclusivamente con uno de estos dos estadios. • Cuantificar el secuestro de glucósidos cianogénicos aportado por dietas de tejido foliar proveniente de cada estadio ontogenético. • Determinar si existe un efecto de la dieta sobre la depredación de las orugas. Hipótesis Dado que la calidad nutricional y los atributos de defensa de las plantas cambian a través de su ontogenia, se espera que los herbívoros muestren una preferencia y/o un desempeño diferencial por consumir tejido proveniente de algún estadio ontogenético particular de su planta hospedera. 7 Metodología Zona de estudio El trabajo de campo se realizó en el Centro de Investigaciones Costeras La Mancha (CICOLMA), Veracruz, ubicado en el Golfo de México. Esta área presenta un clima cálido subhúmedo (Aw2 en la clasificación de Köppen), con una temperatura media anual de 22°C (López-Portillo, 2009), lluvias en verano y una precipitación media de 1,286 mm (Travieso-Bello & Campos, 2006). El tipo de vegetación en las dunas costeras incluye pastizales, matorrales, y algunos manchones de selva baja caducifolia (López-Portillo, 2009). Sistema de estudio Turnera velutina (Passifloraceae) (Figura 1) es un arbusto mirmecófito endémico de México. Crece en playas, dunas costeras, bosque tropical caducifolio y selva baja espinosa. Previamente descrita como subespecie de T. ulmifolia, actualmente se diferencia taxonómicamente por la morfología de los profilos (Arbo, 2005). T. velutina cuenta con tres tipos de defensas que reducen el ataque por herbívoros: tricomas, almacenamiento de glucósidos cianogénicos y reclutamiento de hormigas. Entre las defensas químicas presentes en el género Turnera destacan los glucósidos cianogénicos ciclopentenoides (Figura 2), presentes en varias especies (Olafsdottir et. al. 1990), entre ellas, T. ulmifolia, que pertenece a la misma subserie del género que T. velutina (sensu Arbo, 2005). Los compuestos cianogénicos presentes en T. velutina, sin embargo, aún no han sido identificados (Szewczyk & Zidorn, 2014). Cabe mencionar que el cianuro producido al degradar estas sustancias es tóxico para la mayoría de los seres vivos, ya que es un potente inhibidor de las enzimas que contienen metales pesados (Nahstedt, 1985), tales como la citocromo oxidasa, que pertenece a la cadena de transporte de electrones implicada en la síntesis de ATP (Nelson & Cox. 2008). Figura 2. Estructura de los glucósidos cianogénicos presentes en Turneraceae. Se muestran: linamarina (1), deidaclina (2), tetrafilina (3), epivolkenina (4), taraktofilina (5), volkenina (6) y tetrafilina B (7). Tomado de Olafsdottir et al. (1990). Figura 1. Ejemplar de Turnera velutina en La Mancha, Veracruz. 8 Se ha reportado con anterioridad que el potencial cianogénico en T. velutina disminuye durante la ontogenia; mientras que las plántulas son altamente cianogénicas, conforme se desarrollan pierden su potencial cianogénico de manera gradual, hasta llegar a ser prácticamente acianogénicas en la etapa reproductiva (Soria, 2017). Observaciones en campo indican que las plantas juveniles sufren más daño por herbívoros (Ochoa-López et al. 2015), lo que sugiere que existen diferencias importantes en la eficacia de las diferentes defensasa través del desarrollo, potencialmente relacionadas con las trayectorias ontogenéticas de defensa caracterizadas en esta especie (Figura 3). Turnera velutina presenta nectarios extraflorales peciolares que reclutan diversas especies de hormigas. Este tipo de defensa aparece hasta los estadios pre-reproductivos y reproductivos de las plantas, cuando los nectarios producen un poro secretor, ausentes en los nectarios de los estadios más jóvenes (Villamil et al, 2013). La comunidad de hormigas asociadas a T. velutina es diversa: se han reportado 18 especies de hormigas en el sitio de estudio, que varían en su efectividad en protección a la planta (Zedillo, 2017). También se ha observado la atracción de abejas (Apis mellifera) y avispas (Polistes inestabilis y Polybia occidentalis) a los nectarios extraflorales (Cuautle & Rico-Gray, 2003). Figura 3. Trayectorias de atributos de defensa en T. velutina. LMA representa el peso específico de tejido foliar seco. Se muestran los estadios ontogenéticos de: cotiledón (C), plántula (I), juvenil hasta 6 hojas (J1), juvenil hasta 10 hojas (J2), reproductivo con flores (Fl) y frutos (Fr) (tomado de Ochoa-López, 2015). 9 Euptoieta hegesia es una especie de lepidóptero miembro de la familia Nymphalidae, y de la tribu Heliconninae. En estadio larvario, E. hegesia utiliza como hospederas a varias especies dentro de la familia Passifloraceae (Tabla 1). E. hegesia se ha reportado como el principal herbívoro de T. velutina en el sitio de estudio (Cuautle & Rico- Gray, 2003. Zedillo, 2017). A su vez, en el sitio de estudio sólo se ha reportado a E. hegesia alimentándose de plantas de T. velutina, a pesar de haber algunas especies de Passiflora presentes en el área (Castillo-Campos & Travieso-Bello, 2006). Tabla 1. Plantas hospederas usadas por E. hegesia. Planta hospedera Referencia T. velutina Villamil, 2012. Cuautle & Rico-Gray, 2003. En ambos estudios en una población antes identificada como T. ulmifolia. Zedillo, 2017. T. ulmifolia Ross, 1964. Schappert & Shore, 1998 Brown & Heineman, 1972 Passiflora suberosa Schappert & Shore, 1998. Identificada como hospedero secundario Passiflora foetida Schappert & Shore, 1998. Identificada como hospedero secundario Las mariposas suelen ovipositar en las hojas apicales (Ross, 1964). Las orugas se alimentan de las hojas, y pasan por 5 estadios larvarios diferenciados por ecdisis. Se ha registrado que las avispas asociadas a la planta hospedera (Polistes instabilis y Polybia. occidentalis) son una fuente de mortalidad sobre las orugas jóvenes (Cuautle & Rico-Gray, 2003). Establecimiento de una colonia de orugas de Euptoieta hegesia En agosto de 2016 se colectaron 30 orugas de plantas de T. velutina adultas establecidas en la transición entre la duna de arena y fragmentos de selva caducifolia. Las orugas fueron transportadas a un invernadero de la estación de CICOLMA, donde fueron alimentadas con plantas de T. velutina reproductivas en macetas dentro de jaulas de tul resistente. Las orugas puparon principalmente en la parte superior de la jaula. Al emerger las mariposas fueron removidas y colocadas en otra jaula, en la que se colocó néctar artificial (ver Anexo 1), además de ramas de T. velutina, Lantana camara y Eupatorium sp. en antesis, plantas de las que las mariposas de E. hegesia suelen alimentarse en estado silvestre (obs. pers.). Las ramas se colocaron en envases plásticos con agua y fueron cambiados aproximadamente cada tres días. 10 Plantas de Turnera velutina para alimentación y oviposición Como tejido fresco se utilizaron dos fuentes; las plantas reproductivas presentes en el vivero, y plántulas germinadas con este fin. Las plantas reproductivas provenían de una cohorte formada previamente, cultivadas en macetas de ~20 cm de diámetro con una mezcla de 1:1 de vermiculita y suelo local. Las plántulas provinieron de semillas colectadas al azar en la duna de arena. Las semillas fueron sembradas en bandejas de germinación, en grupos de 8 o 20 semillas por pozo. Las bandejas fueron protegidas de escarabajos herbívoros presentes en el vivero utilizando cajones armados con varas de madera y tul. Experimento de preferencia de oviposición Se colocaron parejas de adultos de E. hegesia recién emergidos en jaulas hechas con alambre y tul. Cada jaula contenía cuatro macetas, dos con plantas reproductivas y dos con plántulas. Las macetas con plántulas contenían un grupo de 10 individuos con 2 hojas verdaderas. Cada planta reproductiva tenía aproximadamente la misma cantidad de hojas que una maceta con plántulas (Figura 5). En el centro de cada jaula se colgó un trozo de algodón con néctar artificial. Como fuente de alimento adicional, se colocaron en el centro flores de Lantana camara y Eupatorium sp en envases de plástico de 1 litro con agua. En caso de observar conducta de cortejo (que consiste en la persecución de una mariposa por la otra) se dejaron las mariposas en las jaulas hasta observar el apareamiento. Las mariposas se separaron en jaulas distintas durante un periodo de 2 días antes de contar los huevos colocados. Posteriormente se estimó el área foliar total disponible de cada estadio ontogenético, utilizando fotografías de las jaulas experimentales y medidas foliares de plantas de la misma población en los mismos estadios ontogenéticos (Ochoa-López et al. 2015), sumando el área aproximada de cada hoja. Se estimó el número de huevos colocados por unidad de área foliar (cm2) disponible y se realizó una prueba de t pareada para evaluar si las mariposas colocaron huevos preferentemente en uno de los estadios ontogenéticos de la planta. Figura 5. Diseño experimental de la prueba de oviposición en modelo de “cafetería”. Vista desde el interior (A) y exterior (B). A B 11 Experimento de desempeño de los herbívoros Ochenta y cuatro orugas fueron colectadas lo más pronto posible luego de su eclosión (76 durante su primer estadio larvario), y designadas a alimentarse exclusivamente de uno de dos estadios de su planta hospedera (plántulas o plantas reproductivas). Cada oruga fue criada en un envase con el centro de la tapa cortado, y con un trozo de tul colocado entre el envase y su tapa, para permitir el paso de aire. Dentro del envase se colocó una oruga junto con hojas apicales de plantas reproductivas o plántulas con raíces, envueltos en un trozo húmedo de algodón para que no perdieran turgencia. Se suministró alimento ad libitum, registrando la masafresco de las hojas introducidas o retiradas. Durante seis días se midió diariamente la longitud de las orugas, su masa, el diámetro de su cabeza, y cuando fue posible, la longitud de sus antenas. Estos dos últimos valores fueron usados para diferenciar entre estadios larvarios. Posteriormente las orugas se dividieron en dos grupos: 50 orugas (25 de cada tratamiento) fueron destinadas para la cuantificación de HCN, mientras que 34 fueron usadas para los experimentos de riesgo de depredación (ver abajo) Para evaluar el efecto de la dieta en el crecimiento de las larvas, se analizaron por vía independiente tres variables de respuesta: longitud (mm), masa (g) y desarrollo (cambios de estadio entre el primero y el quinto). Se consideraron el tratamiento y el tiempo como factores fijos, y el individuo como factor aleatorio. Al no encontrar residuales con una distribución normal, se utilizaron modelos lineales mixtos generalizados (glmer), que permiten utilizar distribuciones de residuales distintas a la de Gauss (Bates et al. 2015). Los modelos completos contemplaron el efecto del tratamiento y del tiempo sobre la variable de respuesta, así como la interacción entre ambos. En el caso del modelo de la masa, se utilizó una familia de datos gaussiana y un enlace logarítmico, mientrasque en el caso de la longitud se utilizó una familia gamma. En el caso del estadio, se utilizó el paquete “ordinal” para datos ordinales, que permite el análisis de modelos mixtos con enlaces acumulativos (clmm) (Christensen, 2015). En los tres casos se usó el stepwise method para la elección del modelo. Este método consiste en la construcción de varios modelos, incorporando un factor a la vez para identificar las variables con valor explicativo al comparar pares de modelos. Se construyó una tabla de ANOVA para obtener el grado de significancia de cada factor en el modelo. También se evaluó la biomasa consumida por las orugas en función de ambos tratamientos utilizando un modelo lineal (R Development Core Team, 2008), considerando la masa inicial de las orugas como una covariable. Se realizó el mismo procedimiento para evaluar la eficiencia de asimilación, definida como el cambio en la biomasa del insecto relativa a la biomasa ingerida. Este parámetro fue usado como otra estimación de desempeño de las orugas (Thompson 1988b). 12 Secuestro de glucósidos cianogénicos Las larvas provenientes de las dietas controladas del experimento descrito anteriormente (25 por tratamiento) fueron congeladas y posteriormente transportadas al Instituto de Ecología, UNAM, donde fueron conservadas a -70°C hasta que fueron liofilizadas. Para eliminar el tejido vegetal en su interior, fueron disectadas y su tubo digestivo fue removido por completo. Se midió el potencial cianogénico de todo el tejido animal disponible mediante una prueba colorimétrica basada en la captura de HCN en papeles preparados con picrato de sodio (Schappert & Shore, 1995; Zedillo, 2017). Estos papeles consisten en papel filtro (Whatman No. 1) de 1 x 3 cm, saturados con una solución acuosa de 5% bicarbonato de sodio y 0.5% de ácido pícrico. Para esta prueba se machacó cada muestra de tejido en un tubo Eppendorf de 1.5 ml, en presencia de 7 μl de cloroformo e inmediatamente se colocó un papel preparado, sin permitir que tocara el líquido presente en el fondo del tubo. Se prepararon papeles control idénticos, pero sin tejido animal. Se cerró cada tubo y se dejó reposar 24 horas a temperatura ambiente, para posteriormente tomar dos muestras circulares de papel con un área estandarizada, en la parte media del papel y en el extremo inferior. Cada muestra circular fue colocada en un nuevo tuvo Eppendorf con 1.0 ml de alcohol etílico al 50% durante 24 horas. Las muestras fueron centrifugadas a 130000 rpm durante 10 minutos, para precipitar residuos de papel. Se cargaron las muestras del sobrenadante en placas de ELISA (placas con 96 pozos para EIA/ RIA, Corning ®, NY, USA), para lo que se tomaron 3 alícuotas de 200 μl de cada tubo, y se colocaron en pozos separados. Se registró la absorbancia con un espectrofotómetro (ELx808, BioTeck Instruments inc. Winooski, VT, USA) en una longitud de onda de 590 nm. Se restó el valor de absorbancia del papel control, y se utilizó una curva de referencia (Ochoa-López, en prep. R2 = 0.91, P = 0.0001. Se utilizó como referencia cianuro de sodio, código 7660-1, Caledon Laboratories, Ltd, Canada) para transformar el valor de absorbancia a una concentración de μg de HCN / g de tejido seco, y posteriormente se calculó la concentración presente en el tejido fresco original. Prueba de supervivencia Se realizó una prueba para determinar si la supervivencia de las orugas es distinta en función del estadio ontogenético de las plantas con las que fueron alimentadas. Esta prueba fue realizada en las dunas de arena donde se distribuyen naturalmente las orugas. La prueba consistió en colocar 34 orugas del experimento de alimentación directamente sobre plantas de T. velutina en la duna de arena. Debido a la Figura 6. Prueba de depredación en hábitat natural, con dos resultados; la oruga sobrevivió (A) o fue removida (B). A B 13 dificultad para encontrar plántulas o juveniles, las orugas fueron colocadas sobre plantas reproductivas. Las orugas fueron colocadas por pares (una de cada tratamiento) sobre una misma planta, en ramas distintas de aproximadamente el mismo tamaño y una cantidad de hormigas similar. En caso de que hubiera otras orugas en la planta, estas fueron retiradas y colocadas en plantas aledañas. Para evitar la huida de las orugas se colocó una correa de hilo fino en la porción anterior de la oruga (Figura 6), ajustada cuidadosamente mediante un nudo corredizo, y mantenida en su lugar por las “espinas” presentes en el dorso de las orugas. Los hilos fueron marcados con la identidad de cada oruga. Luego de 24 horas, se buscaron las orugas, y se reportaron como vivas, muertas o desaparecidas, dependiendo de si se encontraron restos de ellas o no. Se agruparon los datos en una tabla de contingencia y se analizó mediante una prueba de Χ 2 de Pearson para evaluar si el destino de las orugas fue independiente de la dieta. Prueba de agresividad por hormigas El segundo experimento consistió en colocar orugas de segundo o tercer estadio en ramas colonizadas por hormigas, y observar la conducta de las hormigas a lo largo de 1 minuto. Se registró el número de eventos de “toque” y “mordida” de parte de las hormigas. Resultados Preferencia de oviposición Sólo cinco mariposas fueron fecundadas y tuvieron eventos de oviposición (de un total de 11). La preferencia de las mariposas fue ovipositar sobre las plántulas en comparación con plantas reproductivas (Figura 7), ya que colocaron 63.5 veces más huevos por unidad de área foliar sobre plántulas que sobre plantas reproductivas (1.47 ± 0.43 y 0.02 ± 0.01 huevos*cm-2, respectivamente; t = 3.308, d.f. = 4, P = 0.03). Figura 7. Preferencia de oviposición de mariposas de Euptoieta hegesia por plantas de Turnera velutina en dos estadios ontogenéticos. Las barras de error representan el error estándar. n = 5 14 Prueba de desempeño La dieta tuvo un efecto significativo sobre la velocidad de crecimiento (estimado tanto por su longitud como por su masa) y desarrollo de las orugas (estimado por los cambios de estadio larvario), siendo ambos atributos más altos al alimentarse de plántulas que en reproductivas. En el caso de la masa y del desarrollo, estos efectos cambiaron en función del tiempo: entre más tiempo transcurrió, mayor fue el efecto de la dieta (hay una interacción significativa entre ambos factores; Tabla 2). En promedio, las larvas que consumieron tejido proveniente de las plántulas ganaron 2.35 veces más masa que las orugas alimentadas con tejido de plantas reproductivas (0.030 ± 0.003 y 0.013 ± 0.002 g, respectivamente), y las diferencias en adquisición de masa fueron mayores al final del experimento (Figura 8A). En el caso de la longitud se encontró un efecto significativo del tratamiento, sin embargo no se detectó una interacción entre el tratamiento y el tiempo Figura 8B). El cambio de estadio larvario también fue más acelerado en las orugas alimentadas con plántulas que con plantas reproductivas (Figura 9). Tabla 2. Tabla de ANOVA con los efectos del tiempo, el tratamiento y la interacción entre ambos factores, sobre el desarrollo de las orugas (estadios) y crecimiento (en longitud y masa), en todos los modelos considerando la identidad de la oruga como un factor aleatorio. Atributo d.f. F (Anova) P (car::Anova) Estadio Tiempo Dieta Dieta*Tiempo 1 5 5 X 2 (car::Anova) 799.99 5.68 20.11 < 0.001 0.017 0.001 Longitud Tiempo Dieta Dieta*Tiempo 1 5 5 52.1935 290.1650 0.05576 < 0.001 < 0.001 0.567 Masa Tiempo Dieta Dieta*Tiempo 1 5 5 61.6029 318.9067 7.6442 < 0.001 < 0.001 < 0.001 15Figura 8. Gráficas de crecimiento con la media del valor de masa (A) y longitud (B) durante 6 días para cada tratamiento. Se observa el carácter lineal de la gráfica de crecimiento en longitud, mientras que el crecimiento en masa tiene una forma exponencial. Nótese también que el crecimiento en masa muestra diferencias relativamente mayores que en tamaño. Las barras de error representan el error estándar. A B 16 Se cuantificó la masa vegetal fresca consumida por las orugas, y se encontró que las orugas alimentadas con plántulas consumieron en promedio 0.384 ± 0.028 g, mientras que las alimentadas con plantas reproductivas sólo 0.239 ± 0.019 g. Esta diferencia representa 60.7% más tejido consumido de plántulas y es significativa incluso al corregir por la masa inicial de las orugas (Tabla 3). Posteriormente se calculó la eficiencia de asimilación para evaluar el desempeño de las orugas en ambos tratamientos. La eficiencia de las orugas alimentadas con plántulas fue 35% mayor que la de aquellas alimentadas con plantas reproductivas (0.231 ± 0.012 y 0.170 ± 0.016, respectivamente; Figura 10). Se encontró un efecto significativo de la dieta, que considera la corrección por la masa inicial de las orugas (Tabla 3). Figura 9. Proporción de orugas en cada estadio para cada tratamiento a lo largo de 6 días. En tonos claros se representan los estadios más jóvenes, mientras que en tonos oscuros los más maduros. Los colores rojos representan a orugas alimentadas de plántulas, mientras que en azul a las alimentadas de plantas reproductivas. Nótese que a lo largo de los días se incrementan las discrepancias entre los tratamientos, madurando más rápido las alimentadas de plántulas. n = 42 para cada tratamiento. 17 Tabla 3. Tabla de ANOVA con los efectos del tratamiento (dieta), la masa inicial de las orugas y la interacción entre ambos factores, sobre el total de masa consumida y la eficiencia de asimilación Atributo d.f. F (Anova) P (Anova) Masa consumida Dieta Masa inicial Dieta*Masa inicial 1 1 1 24.82 5.80 0.34 < 0.001 < 0.019 0.562 Eficiencia de asimilación Dieta Masa inicial Dieta*Masa inicial 1 1 1 10.67 5.54 3.20 0.002 0.022 0.078 Figura 10. Eficiencia de asimilación de E. hegesia alimentadas de dos estadios ontogenéticos de T. velutina. Las barras de error representan el error estándar. n = 32 n = 37 18 Secuestro de glucósidos cianogénicos El potencial cianogénico del tejido de las orugas alimentadas con plántulas fue dos veces y media mayor que el de orugas alimentadas con plantas reproductivas (190.2 ± 23.33 y 74.02 ± 19.62 μg de HCN * g-1 de tejido fresco, respectivamente. Figura 11). No se detectó un efecto intrínseco de la biomasa consumida sobre la cantidad de HCN liberado por las orugas (Tabla 4). Como las orugas alimentadas con plántulas crecieron más, también hubo una mayor cantidad absoluta de glucósidos cianogénicos en esas orugas que en las alimentadas con plantas reproductivas (23.62 ± 3.41 y 2.59 ± 1.18 μ de HCN, respectivamente. W = 586.5, P < 0.001). Tabla 4. Tabla de ANOVA con los efectos del tratamiento (dieta), la masa vegetal consumida por las orugas y la interacción entre ambos factores, sobre el HCN liberado. Atributo d.f. F (Anova) P (Anova) HCN liberado Dieta Masa vegetal consumida Dieta * masa consumida 1 1 1 25.53 0.03 0.04 < 0.001 0.858 0.846 Figura 11. Potencial cianogénico del tejido de la oruga, estimado por la cantidad de HCN liberado (μg) por unidad de masa de la oruga (g). n = 25 n = 25 19 Prueba de supervivencia No se encontró dependencia entre la dieta y la supervivencia de las orugas en el campo, ya que las orugas previamente alimentadas con plántulas o con plantas reproductivas tuvieron la misma probabilidad de sobrevivir en su hábitat natural (Figura 12, Χ 2 = 0.118, d.f. = 1, P = 0.731). Figura 12. Frecuencias observadas tras la prueba de depredación de 24 horas en el hábitat natural. No se detectó un efecto significativo. Se identificaron las morfoespecies de hormigas patrullando las ramas de las plantas en este experimento y se comparó si la probabilidad de depredación varió en función de la especie de hormiga (sin considerar la dieta de las orugas). No se detectaron diferencias significativas con ninguna especie (Χ 2 = 1.406, d.f. = 3, P = 0.704). Posteriormente se hicieron un par de regresiones logísticas para evaluar si el tamaño de la oruga tuvo un efecto sobre la depredación, utilizando su longitud y su masa como estimadores. Tampoco se encontró un efecto de estas dos variables en la probabilidad de supervivencia experimentada por las orugas (P = 0.9603 y 0.4278, respectivamente). Prueba de agresividad por hormigas Finalmente, en la prueba de agresividad por hormigas se observó que existe al menos un tipo de hormiga (Brachymyrmex sp.) que es capaz de causar la muerte de orugas. No es claro si las otras especies representan un depredador efectivo (Figura 13). 20 Discusión Efecto de la ontogenia de T. velutina sobre la ecología de E. hegesia El estudio ecológico de las trayectorias ontogenéticas de defensa en las plantas ofrece una nueva perspectiva sobre la teoría de desarrollo y evolución de las defensas en las plantas, así como sobre la conducta de los herbívoros (Quintero & Bowers, 2018). Esta información podría aclarar aspectos sobre la fenología y demografía de ambos interactuantes. En este estudio se encontraron efectos significativos de la ontogenia de T. velutina sobre su herbívoro especialista, E. hegesia. En particular, el estadio ontogenético de la planta afectó la preferencia de oviposición de las mariposas, la velocidad de crecimiento de las orugas, así como el potencial cianogénico como consecuencia de los glucósidos cianogénicos secuestrados. Sin embargo no se detectó un efecto de la ontogenia de la planta sobre la depredación sufrida por las orugas, posiblemente por falta de poder estadístico o un muestreo insuficiente. Estos resultados proponen nuevas preguntas sobre la interacción entre las plantas, los herbívoros y sus depredadores, y la importancia relativa de las presiones selectivas ascendentes y descendentes que ejerce un nivel sobre el otro, que podrían promover cambios evolutivos. Por ejemplo, ¿Qué tan relevante es E. hegesia como fuente de mortalidad en las plántulas, en relación con otros herbívoros? ¿Existe una función adaptativa de los cianogénicos en las plántulas de T. velutina? ¿Existe variación genética en n = 8 n = 10 n = 6 n = 8 Figura 13. Prueba de agresividad de hormigas colonizando ramas de T. velutina hacia E. hegesia en su hábitat natural, en un periodo de un minuto. Se observa una alta variación en los niveles de agresividad. 21 la preferencia de oviposición de E. hegesia? ¿Existe un efecto de la abundancia estacional de plántulas sobre la defensa y la depredación sufrida por las orugas? Finalmente, los resultados aquí presentados reflejan una interacción importante entre la ontogenia de las plantas y la de sus herbívoros especialistas. Preferencia de oviposición Las mariposas de E. hegesia mostraron una clara preferencia a ovipositar en plántulas que en plantas reproductivas. Entre los factores que son relevantes en la elección de sitio de oviposiciónse encuentra la composición y concentraciones de las mezclas de metabolitos presentes (primarios y secundarios) y las propiedades físicas del tejido vegetal (Honda, 1995). Estos factores varían marcadamente en función de la ontogenia de las plantas (Boege & Marquis, 2005; Barton & Koricheva, 2010), e incluso podrían influir en el grado de especificidad alimenticia de los herbívoros, como un tipo de especificidad estructural (Barrett & Heil, 2012). La calidad nutricional, el tipo y magnitud de los atributos de defensa de las plantas, así como la densidad de huevos colocados en ellas, pueden afectar el crecimiento y la mortalidad de las orugas (Valladares & Lawton, 1991; Thompson, 1998b). Estos efectos pueden ser más fuertes en los primeros estadios larvarios (Quintero & Bowers, 2018) debido a la limitación de movimiento que sufren las orugas más jóvenes (Mayhew, 1997). Sin embargo existen pocos estudios que aborden directamente si los herbívoros muestran una preferencia de oviposición y de selección de comida según el estadio ontogenético de sus plantas hospederas (Quintero & Bowers, 2018). En el caso particular de E. hegesia, la preferencia de oviposición puede encontrarse influenciada por las defensas físicas, químicas y biológicas de T. velutina, las cuales cambian a través de la ontogenia de la planta (Ochoa-López, 2015), así como por cambios en la calidad nutricional (Damián et al. 2017). Se ha reportado que las plántulas de T. velutina presentan, en comparación con las adultas, hojas más delgadas (Ochoa-López, 2015), una densidad de tricomas menor (Ochoa-López, 2015) y un alto potencial cianogénico (Soria, 2017). Además, no presentan defensa biótica ya que aún no cuentan con nectarios extraflorales funcionales que promuevan el patrullaje de hormigas (Villamil et al, 2013). Se sabe que la concentración de nitrógeno es mayor en el tejido foliar de plantas juveniles que en maduras (Damián et al. 2017), sin embargo no se cuenta con esta información sobre el estadio de plántula. Muchas especies de herbívoros especialistas que secuestran metabolitos secundarios suelen preferir aquellas plantas con una alta cantidad de estos compuestos, en ocasiones usándolos como pistas para ovipositar, a modo de kairomonas. (Nishida, 2002). Sin embargo Schappert & Shore (1999) no encontraron preferencias de oviposición de E. 22 hegesia sobre plantas de Turnera ulmifolia con concentraciones contrastantes de glucósidos cianogénicos, lo que sugiere que existen otros factores que determinan la preferencia de oviposición en este sistema. En un sistema similar, comprendido por Plantago spp. y Junonia coenia, cuyas larvas son también herbívoros especialistas que secuestran metabolitos secundarios (glucósidos de iridoides), Prudic et al. (2005) identificaron que una mayor proporción de nitrógeno presente en las hojas está relacionado positivamente con la preferencia de oviposición, incluso cuando significa una menor cantidad de glucósidos de iridoides disponibles para su secuestro. La relación entre la preferencia de oviposición de las mariposas y el desempeño de su descendencia puede influir en los patrones macroevolutivos de especificidad y cambio de hospederos (Agosta, 2006; Thompson, 1988b). Esta relación puede estar condicionada por diversos factores genéticos, por ejemplo a la sensibilidad de receptores a compuestos químicos específicos (Menken & Roessingh, 1998). Como se verá más adelante, E. hegesia muestra una concordancia entre la preferencia de oviposición de las mariposas sobre plántulas, un crecimiento acelerado y un mayor secuestro de glucósidos cianogénicos, por lo que la preferencia de oviposición de las mariposas está positivamente relacionada con el desempeño de su descendencia. Desempeño de las orugas El crecimiento fue más acelerado en orugas alimentadas con plántulas. Este fenómeno puede ser ocasionado por las trayectorias ontogenéticas de defensa en las plantas, o por diferencias en la calidad nutricional de las hojas entre estadios ontogenéticos. Se ha reportado con anterioridad que los herbívoros suelen preferir hojas en expansión, que presentan baja dureza, típicamente aportada por carbohidratos estructurales (Coley, 1983), y un alto contenido nutricional (Coley et al. 2006). Análogamente, esto ocurre también a lo largo de la ontogenia: las plantas más jóvenes suelen tener menor expresión de defensas estructurales (Kitakima et al. 2013) y una mayor calidad nutricional (Boege & Marquis, 2005; Barton & Koricheva, 2010). T. velutina aparentemente es consistente con estos patrones (Ochoa-López et al, 2015; Damián et al, 2017; respectivamente). El hecho de que las orugas alimentadas con plántulas consumieron más tejido foliar que cuando fueron alimentadas con plantas reproductivas sugiere que las defensas físicas de la plántula son menos eficaces contra este herbívoro, mientras que el hecho de que la eficiencia de asimilación fuera mayor en las mismas orugas sugiere que las hojas de las plántulas son un tejido más nutritivo, a pesar de tener mayor potencial cianogénico (Ochoa- López et al, en prensa). Esto es consistente con que el efecto de la dieta fue mayor en orugas más grandes, presumiblemente por tener una capacidad de procesar alimento proporcional a su tamaño. Desafortunadamente no se colectó tejido vegetal para realizar pruebas de concentración de nitrógeno y estimar la calidad nutricional de las hojas. 23 Alternativamente, las diferencias en crecimiento podrían explicarse por otros efectos de la ontogenia de las orugas, como la morfología de la mandíbula y preferencia de partes específicas de las hojas, por lo que resultaría importante evaluar su desempeño a lo largo de su desarrollo (Quintero & Bowers, 2018). Cabe destacar que, a pesar de que los glucósidos cianogénicos son abundantes en los cotiledones y primeras hojas de las plántulas de T. velutina (Soria, 2017), estas sustancias no parecen afectar negativamente el desempeño de estas orugas especialistas, lo que es congruente con resultados de otros sistemas estudiados (Hernández-Cumplido et al, 2016; Shlichta et al. 2014). Existen mecanismos fisiológicos en lepidópteros que posibilitan el consumo y secuestro de glucósidos cianogénicos, entre ellos se encuentra la alimentación del tejido foliar en mordiscos que preservan la integridad de las células vegetales (impidiendo la reacción de los glucósidos contenidos en las vacuolas y las β-glucosidasas contenidas en el apoplasto) (Pentezold et al. 2014), un alto pH en la luz intestinal, que dificulta la función de las β-glucosidasas vegetales, y β-glucosidasas endógenas que no hidrolizan a los glucósidos cianogénicos (ídem). Es de esperar que E. hegesia cuente con mecanismos similares, ya que Schappert y Shore (1999) reportan que las orugas de esta especie no muestra diferencias en el desempeño según el potencial cianogénico de su planta hospedera en Cuba, T. ulmifolia. Incluso es posible que los glucósidos cianogénicos secuestrados puedan actuar como una fuente de nitrógeno asimilable (Zagrobelny & Møller, 2011; de Pinheiro, 2017). La teoría de la defensa óptima de las plantas propone que éstas deberían invertir la defensa de los tejidos (y estadios) proporcionalmente a la importancia que tienen en su adecuación (Rhoades, 1979). No obstante, en este sistema parece ser que la inversión en la síntesis de glucósidos cianogénicos en plántulas no ofrece protección, sino que aparentemente podría predisponer al ataque por E. hegesia. Dentro de la hipótesis de la carrera armamentista (Dawkins & Krebs, 1979), podría decirse que actualmente las orugas van a la delantera. Para explicar la síntesis de glucósidos cianogénicos en plántulas de T. velutina, se requeriría conocer el efecto relativo de los herbívoros generalistas que éstas sustancias pueden disuadir. Secuestrode glucósidos cianogénicos El potencial cianogénico del tejido de las orugas alimentadas con plántulas fue mucho mayor que el de las alimentadas con plantas reproductivas. Este resultado sugiere que las orugas de E. hegesia son capaces de secuestrar los glucósidos cianogénicos presentes en su alimento, al igual que otros miembros de la tribu Heliconiinae que se alimentan de otras plantas de la familia Passifloraceae. Sin embargo, en algunos individuos alimentados con plantas reproductivas se observó cianogénesis. Su presencia se podría deber a una 24 acumulación muy eficiente a partir del tejido de plantas reproductivas, o alternativamente a la síntesis de novo de compuestos cianogénicos, como sugieren Schappert & Shore (1999). La síntesis de novo ocurre en otras especies de la tribu Heliconiinae (Nahrstedt & Davies, 1983). Para descartar esta posibilidad, sería necesario alimentar a las orugas con tejido totalmente libre de compuestos cianogénicos (Schappert & Shore, 1999), sin embargo esto podría requerir técnicas de detección de HCN más sensibles; por ejemplo se ha argumentado que la prueba con papeles de picrato de sodio tiene un límite de detección de hasta 0.001 % de HCN respecto al tejido vegetal fresco (Hegnauer, 1986). Es posible que los glucósidos cianogénicos presentes en T. velutina contengan un grupo ciclopentenoide, como los de otras especies emparentadas (Olafsdottir et al. 1990). Esto permitiría la discriminación de aquellos glucósidos secuestrados de los sintetizados de novo: en lepidópteros sólo se conoce la síntesis de linamarina y lotaustralina, que son sustancias lineales, y que provienen de otro proceso metabólico (Nahsrtedt & Davis, 1983). Los análisis químicos reportados aquí no permiten asegurar el origen de los glucósidos cianogénicos presentes en las orugas. En el género Heliconius se ha reportado que a nivel macroevolutivo existe una disyuntiva entre la síntesis de novo de sustancias cianogénicas y su secuestro a partir de sus plantas hospederas, y que sólo algunas especies del género retienen esta capacidad (Engler-Chaouat & Gilbert, 2007). E. hegesia y T. velutina podrían resultar otro sistema útil para explorar la disyuntiva entre secuestro y síntesis de novo en un nivel ecológico. Depredación A pesar de las diferencias en el potencial cianogénico detectado en el tejido de E. hegesia en función de la dieta ofrecida a las orugas, no se encontraron diferencias en la probabilidad de depredación. La depredación puede variar de manera importante en años distintos (Boege, 2005), por lo que muestrear depredación a través en un periodo largo o en múltiples ocasiones podría ser necesario para estimar este parámetro. Es posible que el muestreo no haya sido de tamaño suficiente para identificar a los depredadores más importantes, que pueden ser difíciles de observar en campo, por lo que un muestreo más extensivo podría arrojar resultados distintos. Adicionalmente, podría evaluarse la depredación de orugas sobre plantas de diferentes estadios, porque la actividad de forrajeo de los depredadores puede variar entre plantas de diferentes tamaños y estadios ontogenéticos (Boege, 2005; Boege & Marquis, 2006). Aunque no se observaron eventos de depredación por vertebrados, es posible que las orugas con altos niveles de cianogénicos sean poco apetecibles para ellos, como fue reportado por Schappert y Shore (1999) en Cuba con lagartijas del género Anolis depredando orugas de E. hegesia. En el caso de los invertebrados, se ha reportado una relación negativa entre la cantidad de hormigas asociadas a T. velutina y la herbivoría 25 sufrida por la planta (Rico-Gray, 2003). Debido a que E. hegesia es el principal herbívoro de esta planta, es posible que al menos algunas especies de hormigas actúen como depredadores, particularmente sobre las orugas más jóvenes que suelen ser más vulnerables al ataque por invertebrados (Remmel, 2011; Quintero & Bowers, 2018). En este estudio se observó niveles variables de agresividad por parte de hormigas asociadas a T. velutina, siendo particularmente violentas las del género Brachymyrmex. La diferencia observada en la velocidad de crecimiento según el estadio ontogenético de la planta podría traducirse en una diferencia importante en la probabilidad de supervivencia, al alterar el tiempo en el que se encuentran expuestos a sus depredadores, según lo propuesto por la hipótesis de slow-growth high-mortality (Clancy & Price, 1987), o a otras fuentes de mortalidad (Fordyce & Shapiro, 2003). Este fenómeno podría ser contingente con el estadio del herbívoro, es decir, la velocidad de crecimiento podría tener un efecto más marcado en algunos estadios que en otros (Benrey & Denno, 1997). Trayectorias ontogenéticas en la defensa El hecho de que los herbívoros experimenten ventajas en su adecuación al alimentarse de las plántulas puede tener implicaciones evolutivas interesantes. Desde la perspectiva de las plantas, incluso niveles bajos de daño durante un momento crítico del desarrollo, pueden causar una presión selectiva (Thompson 1994). Ya que la herbivoría es la causa más importante de mortalidad de plántulas, este estadio puede representar la fase ontogenética donde la presión selectiva es más fuerte (Barton & Hanley, 2013). Este fenómeno puede promover la evolución de sistemas de defensa que cambian a través de la ontogenia de las plantas (Ochoa-López et al. En prensa; Barton & Boege, 2017). Pocos estudios han evaluado si las preferencias mediadas por metabolitos secundarios se encuentran detrás de la mortalidad de las plántulas (Barton & Hanley, 2013). En el caso de T. velutina, queda por determinar si la presión selectiva ejercida por las orugas se encuentra detrás de la variación en el nivel de cianogénesis, ya sea a lo largo de la ontogenia (Soria, 2017), como entre poblaciones naturales (Zedillo, 2017). Sin embargo, la heterogeneidad ambiental y la plasticidad fenotípica pueden restringir la heredabilidad y evolución de este carácter (Ochoa-López et al, en prensa). Conducta de las orugas En el caso de la defensa de las orugas, se ha observado que aquellas especies que se alimentan de hojas en expansión suelen mostrar un crecimiento acelerado y suelen invertir relativamente menos recursos en el desarrollo de caracteres de defensa, en contraste con las especies que se alimentan de hojas maduras, que tienen un crecimiento más lento y mayor producción de defensas físicas y químicas (Coley, 2006). En E. hegesia, se observó que el 26 crecimiento acelerado está relacionado con una alta concentración de sustancias defensivas. En este caso, el secuestro de glucósidos cianogénicos puede constituir una estrategia que requiere una inversión energética relativamente baja, de modo que no se observa un costo sobre la velocidad de desarrollo, como se ha reportado en otros sistemas (por ejemplo Quintero & Bowers, 2018). Esto parece consistente con la hipótesis de que el secuestro de metabolitos es una exaptación que ocurre posteriormente a la insensibilidad al efecto tóxico de tales sustancias (Berenbaum, 1986). El grado en que las orugas dependen del secuestro de metabolitos para defenderse de sus depredadores también puede tener repercusiones evolutivas, ya que puede influir sobre su grado de especificidad alimenticia y restringir los cambios de hospederos (Jeffries & Lawton, 1983; Coley, 2006). Defensas inducidas La capacidad de inducción de defensas de T. velutina cambia durante su ontogenia (Ochoa- López, 2015), sin embargo no se ha evaluado su efecto sobre los herbívoros. Aunque no se abordó en este estudio, cabe mencionar que se observó conducta de anillado en E. hegesia. Esta conducta consiste en la remoción de una banda de tejido superficial del tallo, dificultando el transporte de sustancias de la rama afectada(Dussourd, 2017). Se observó anillado por parte de las orugas del segundo estadio sobre plántulas, y en las orugas más maduras (hasta el quinto estadio) sobre tallos con diámetros de hasta 3.2 milímetros (obs. pers.). Posteriormente se observó a las orugas consumir el tejido foliar de la rama anillada. Esta conducta puede tener dos efectos en la planta: por un lado concentrar nutrientes en las partes aisladas (ya que se altera el flujo de fotosintatos por el floema), y por otro alterar el flujo de aleloquímicos (Dussourd, 2017). Interacciones tritróficas En este trabajo se ofrece evidencia de que la ontogenia de las plantas puede alterar las fuerzas descendentes sobre los herbívoros (Boege, 2005; Quintero & Bowers 2018) mediante el crecimiento diferencial, el secuestro de metabolitos y posiblemente mediante el reclutamiento de hormigas. Según la hipótesis de interacción tritrófica de Mooney et al. (2012), el desempeño de los herbívoros varía en función de su rango de dieta, la calidad de sus plantas, y la presencia de depredadores naturales. De estos factores, en el presente trabajo se consideraron dos; la calidad de las plantas y el efecto de los depredadores. Como se ha argumentado, ambos factores están íntimamente relacionados con la ontogenia de la planta, y se sugiere que ésta tiene efecto sobre la adecuación del herbívoro a través de las fuerzas ascendentes, descendentes y la interacción entre el primer y tercer nivel trófico, en este caso mediada por el secuestro de glucósidos cianogénicos y el reclutamiento de hormigas. 27 Conclusiones y direcciones futuras Finalmente, para comprender cómo ocurre la interacción entre planta y herbívoro y sus consecuencias evolutivas, sería importante abordar la estacionalidad de ambas especies, considerando su demografía (Barton & Boege, 2017) y dinámica de parches (Thompson, 1988b) en poblaciones naturales. Se reconoce que la dinámica poblacional de herbívoros y sus depredadores puede tener un efecto sobre el desempeño de las plantas (Strong, 2000). Esto es particularmente importante durante el periodo crítico del establecimiento, donde puede ejercer una fuerte influencia sobre la estructura de la comunidad vegetal (Hanley and Sykes, 2014; Barton, K, Hanley, M. 2013). Actualmente se ha publicado poco sobre la estacionalidad de E. hegesia, pero se reconoce un pico de actividad entre junio y agosto (Cuautle & Rico-Gray, 2003), que coincide con la temporada de lluvias (López-Portillo et al. 2009), y con el pico de abundancia de plántulas (López-Ochoa, in prep.). Asimismo, queda por abordar la estacionalidad de los depredadores de E. hegesia. Recientemente se ha propuesto entender las interacciones entre especies en su contexto temporal, lo que podría ser informativo sobre las presiones de selección recíprocas en interacciones cercanas. Desde este punto de vista se propone entender la fenología como un fenómeno complementario a la ontogenia. Este tipo de estudios podrían resultar particularmente relevantes en el futuro, ya que la desincronización de interacciones bióticas es un efecto esperado del cambio climático (Yann & Rudolf, 2010). Anexos Anexo 1. Néctar artificial. Se realizó según lo reportado por Schappert & Shore (1998) para alimentar adultos de E. hegesia con la siguiente composición: a 1 L de agua destilada, añadir 150 g de miel de alto grado, 4 g ácido ascórbico, 2 g ácido 2,4-hexanedienoico (ácido sórbico), 2 g éster de ácido p-hidroxibenzoico (metilparabeno), 5 g hidrolisado ácido de caseína bovina, 7.2 g cloruro de potasio, 0.24 g cloruro de calcio, y 0.1 g cloruro de sodio. 28 Referencias bibliográficas Ali JG & AA Agrawal. 2012. Specialist versus generalist insect herbivores and plant defense. Trends in Plant Science, 17: 293-302. Agosta SJ. 2006. 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