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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO Facultad de Filosofía y Letras Sistema Universidad Abierta y Educación a Distancia EL CANILLITAS Y PITO PÉREZ, DOS PÍCAROS MEXICANOS CONCEBIDOS EN EL SIGLO XX: SIMILITUDES Y DIFERENCIAS Tesis Que para obtener el título de: Licenciado en Lengua y Literaturas Hispánicas Presenta José Clemente Arciga Marroquín Asesor de Tesis: Dr. José María Villarías Zugazagoitia Octubre de 2010 Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. No se escribe un poema o una novela con la cabeza: se escribe con todo el cuerpo y con toda el alma, como en los sueños. Ernesto Sábato, Heterodoxia. Todavía hoy el pícaro asoma su guiño entre páginas nobilísimas. Se ha transformado, ha cambiado su presencia o su vestido, pero siempre sale, de una u otra manera, intentando mostrar su necesidad de huir de una realidad ingrata, de una convivencia dolorosa. Al fin y al cabo, de pedir un remedio para su marginación. Alonso Zamora Vicente, Novela picaresca española I. II Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com A la memoria de mi abuela Librada Villegas Rojas y de mi hijo Ulises Arciga Rodríguez, ambos Q.E.P.D. Con un profundo agradecimiento a todos aquellos que me han amado, en particular a mi esposa Noemí, a mi hija Nohemí, a mi hijo Adán, a mis progenitores y, a mi hijo por elección reciproca, Carlos Hernández Rodríguez. Con un reconocimiento lleno de respeto y gratitud a todos mis maestros de la Facultad, especialmente a: el doctor José María Villarías Zugazagoitia, porqué con sus múltiples y luminosos faros de tinta roja tuvo el tino de guiarme a puerto seguro; la licenciada María de Guadalupe Flor Díaz de León Fernández de Castro, por la empatía y solidaridad manifiestas en sus enseñanzas; la licenciada Judith Orozco Abad, por sus valiosas recomendaciones; la doctora Beatriz Arias Alvarez, por ayudarme a abrir la brecha que se convirtió en el camino de la tesis; la licenciada Silvia Vázquez y Vera, por haberme comunicado en su cátedra la vocación universitaria del conocimiento compartido. III Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com EL CANILLITAS Y PITO PÉREZ, DOS PÍCAROS MEXICANOS CONCEBIDOS EN EL SIGLO XX: SIMILITUDES Y DIFERENCIAS IV Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com EL CANILLITAS Y PITO PÉREZ, DOS PÍCAROS MEXICANOS CONCEBIDOS EN EL SIGLO XX: SIMILITUDES Y DIFERENCIAS ÍNDICE INTRODUCCIÓN 1- DOS ESCRITORES PROVINCIANOS CONVERGEN EN LA CIUDAD DE MÉXICO……………………………………………………………………………….…..9 1.1. La época de los escritores………………………………………………………………9 1.2. Dos escritores bien relacionados………………………………………………………16 1.3 Genaro Estrada: diplomacia, literatura, y solidaridad………………………………….23 1.4 Las luces de la ciudad y el alcance de sus resplandores………………………………..27 2- EL ORIGEN DE DOS PÍCAROS DEL SIGLO XX………………………………...34 2.1. El Lazarillo: primera piedra en el edificio de la novela picaresca…………………….34 2.2. La descendencia del Lazarillo en España y en América………………………………40 2.3. La admisión de Pito Pérez y el Canillitas dentro de la novela picaresca……………45 2.4. Rasgos picarescos en el Canillitas y en Pito Pérez: heredados y singulares………….49 3- LOS PÍCAROS Y LA SOCIEDAD FRENTE A FRENTE………………………….66 3.1. Los ámbitos de sus vidas………………………………………………………………66 3.2. Entre las necesidades elementales y las adicciones…………………………………..78 3.3. Las actitudes antisociales, arma y defensa del pícaro………………………………...90 3.4. Propuestas y respuestas de la sociedad: del convencimiento a la coacción...…….…..98 4- EL ESTILO LITERARIO DE AMBAS HISTORIAS………………..……………109 4.1. Entre lo natural y el artificio………………………………………………………...109 4.2. Entre el humor, el sufrimiento y la exageración……………………………………..119 4.3. El lirismo……………………………………………………………………………..128 4.4. La variedad en los recursos dialógicos……………………………………………...138 Conclusiones……………………………………………………………………………...149 ANEXO I…………………………………………………………………………………166 BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………...……………………167 V Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 1 INTRODUCCIÓN Entre la tercera y cuarta década del siglo XX, en el horizonte de la literatura mexicana surgen dos obras que llaman la atención por varias razones: sus temas no son aquellos en boga durante esa época: las guerras de Revolución y Cristera, sino otro, cuyo tratamiento no se había vuelto a realizar desde hacía más de un siglo. En notorio contraste con ese lapso superior a los cien años, entre la publicación de uno y otro de los libros mencionados apenas transcurren tres años. Aunque ambas obras se inscriben dentro del género de la novela picaresca, tienen otras filiaciones: La vida inútil de Pito Pérez (1938) es considerada también como novela de la Revolución, por su parte El Canillitas (1941) tiene asignado un lugar dentro de la novela colonialista. Aunados a lo anterior se encuentran aspectos comunes, a las dos las identifica: el protagonista pícaro; la época de convulsión social originada por las causas y efectos de la Revolución mexicana, vivida por sus respectivos autores; los paralelismos biográficos de estos escritores: provincianos; provenientes del “Porfirismo” (aunque, cada uno a su manera); integrantes del cuerpo diplomático mexicano; miembros de la Academia Mexicana de la Lengua; desempeñan actividades universitarias, Rubén Romero como rector de la Universidad de Michoacán, Artemio de Valle-Arizpe como secretario de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Pero también presentan aspectos singulares derivados de las características específicas de los protagonistas, que las hacen diferentes entre sí, pues, mientras Pito Pérez es un pícaro y trashumante provinciano de los años 1900; El Canillitas es un pícaro urbano de la ciudad de México del tiempo de la Nueva España, cuya vida se sitúa entre los siglos XVIII y XIX, y aunque recorre mundo como galeote forzado en una embarcación Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 2 española, lo referido de su existencia en la novela, queda circunscrito a los ámbitos citadinos de dicha ciudad capital. La inspiraciónde los autores de El Canillitas y Pito Pérez, respectivamente, y las formas como ellos manejan el lenguaje en sus obras, hacen que la vida de estos pícaros se presente como hilvanada en una serie de peripecias, donde deben poner en práctica el ingenio y la astucia para poder sobrevivir; de estas singulares maneras de enfrentar al mundo surge el material identificado como potencialmente utilizable, para este trabajo de tesis, donde, el objetivo general consiste en identificar las similitudes y diferencias de dos obras contemporáneas, correspondientes a un mismo género literario. Además, existe un motivo adicional para la elección del tema de este trabajo, derivado de la circunstancia de los pocos documentos localizados, cuyo tema sean análisis, comentarios o estudios específicos acerca de El Canillitas.1 Para entrar en materia, conviene considerar que a través del tiempo se ha aceptado, por lo general, El Lazarillo de Tormes (1554), de autor anónimo, como la primera novela picaresca y es a partir de las obras subsecuentes del mismo género, como se han ido generando las comparaciones y, derivadas de ellas, las polémicas de los diversos aspectos que presentan este tipo de obras literarias. Después de todo, la gran innovación del Lazarillo consistió en hacer del hombre de carne y hueso, mortal común y corriente con sus 1 Si acaso, Don Artemio, 1969, y, Secuencias de Valle Arizpe, 1988, ambas de la autoría de Arturo Sotomayor; se localizaron también dos tesis: la presentada en 1970 por Carlos H. Venegas, Fuga en el tiempo en la obra de Artemio de Valle-Arizpe, Universidad de Texas, en El Paso, y más recientemente, la de Hernán Roberto Carrillo Melgar, UNAM, 2008, Función de los elementos picarescos en El Canillitas de Artemio de Valle-Arizpe. Lo cual contrasta con la otra obra objeto de estudio para este trabajo, La vida inútil de Pito Pérez, que, prácticamente desde su aparición, despertó el interés de diversos estudiosos del tema, incluso en el ámbito internacional, como lo demuestra el trabajo de Gilberto González y Contreras, Rubén Romero, el hombre que supo ver, 1940, y la tesis de John Koons, Garbo y donaire de Rubén Romero, 1942; aunque destaca el de Gastón Lafarga, La evolución literaria de Rubén Romero, 1939, por ser el primero de que se tiene noticia, al publicarse tan sólo un año después de la obra a la que se refiere. Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 3 flaquezas y su difícil transito sobre la tierra, un personaje literario. Antes de Lázaro, el personaje era un ente de ficción. Con Lázaro aparece un estereotipo que inaugura una vertiente literaria, la figura del antihéroe. Así, El Lazarillo ha sido metro patrón y también paradigma, para juzgar cuantas de las obras que le han seguido se ajustan, o difieren, con los cánones establecidos a partir de este clásico; prácticamente todas las novelas picarescas españolas, de la época de los siglos XVI y XVII, han pasado por este proceso, entre otras: El buscón, Guzmán de Alfarache, La Lozana Andaluza, La pícara Justina, Rinconete y Cortadillo, Estebanillo González, La garduña de Sevilla. Incluso, ya en retrospectiva, se han estudiado en La Celestina algunos rasgos que, a decir de los expertos, concuerdan con la picaresca. Son varios los estudiosos cuyo interés se ha manifestado abordando el tema, pero tratándolo desde diferentes ángulos de enfoque, entre ellos puede citarse a Ángel Valbuena Prat (1900 -1977), Lázaro Carreter (1970), M. Bajtin (1975), Alexander A. Parker (1971), Antonio Rey Hazas (1999), José A. Maravall (1986), Alonso Zamora Vicente (1962), María Casas de Faunce (1977), Francisco Rico (2000) y Henryk Ziomek (1968). Dentro de este grupo de investigadores, destaca, por el interés de su aprovechamiento para este trabajo, la labor que han desarrollado, cada uno por su lado, Henryk Ziomek y María Casas de Faunce, en cuyas correspondientes obras se analizan las formas del tratamiento dado al pícaro creado por escritores mexicanos, con El periquillo Sarniento, 1816, de Joaquín Fernández de Lizardi (1776-1827), como precursor de este género literario en México y en América, y con Pito Pérez como su continuador. Ziomek, en particular, con su trabajo titulado El Lazarillo de Tormes y La vida inútil de Pito Pérez, ata dos cabos de esta literatura, que, no obstante estar separados por la geografía y el tiempo, fueron susceptibles de la unión hecha por Ziomek para efectos de Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 4 comparación, con base en la condición picaresca de los protagonistas, guardadas las respectivas distancias entre ambas obras. Ante la premisa implícita en los procesos de análisis literario, de que, para el mejor entendimiento de la lectura de una obra, y sobre todo de su estudio, es necesario conocer el tipo de circunstancias dominantes cuando es escrita, este trabajo se desarrolla a partir de una contextualización o localización de las obras en estudio, tratando que sea suficientemente amplia y pretendidamente práctica, para permitir la visualización de los aspectos socioeconómicos, políticos y culturales, precedentes y contemporáneos, a los autores en la época cuando escribieron sus novelas. Efectivamente, para que un texto funcione debe conectarse con los marcos de referencia que posee su potencial lector: sus datos deben ser compartidos al menos parcialmente por autor y lector. De esta manera, en el primer capítulo se da una vista global de las circunstancias históricas y sociales imperantes, tanto previas como contemporáneas, en la época de los escritores; sus razones para radicar en la ciudad de México y la manera cómo lo hicieron; la forma cómo se van relacionando en la ciudad; y los apoyos recibidos para el desarrollo de sus carreras literarias, entre los que destaca la figura de Genaro Estrada, con quien alternaron en diversos campos: laboral, cultural, diplomático y social. Para el desarrollo del capítulo dos de este trabajo, se parte de considerar encuadradas dentro de la novela picaresca a ambas obras, y por ello se hace pertinente revisar el desarrollo de este género literario, desde su aparición hasta el momento cuando se escriben las dos novelas mexicanas del siglo XX. Para lo cual se recurre a un procedimiento de análisis e interpretación, empleando los criterios expresados por Carlos Reis para estos términos: Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 5 Por análisis se entiende, ante todo por una cuestión de coherencia etimológica, la descomposición de un todo en sus elementos constitutivos. Siendo este todo un texto literario de variable extensión, el análisis se concebirá entonces como una actitud descriptiva que asume individualmente cada una de esas partes; desde otra perspectiva, se podrá observar aún que la elaboración de un análisis literario se debe ceñir, por parte del crítico, a una toma de posición racional, a una actitud objetivamente científica en la que los elementos textuales deben predominar sobre la subjetividad del sujeto receptor […] La interpretación se entiende, por lo tanto, como la investigación, fundamentada de modo más o menos explícito en un proceso de análisis, de un sentido que hay que atribuir al texto literario […] la interpretación ha de tener en cuenta necesariamente la problemática de los géneros y los condicionalismos impuestos por los periodos literarios, como factores susceptibles de inculcar al texto una cierta tendencia ideológica y determinados núcleos temáticos.2 La aplicación de ambos conceptos, análisise interpretación, conduce a un proceso de lectura crítica, la cual permite, en primer lugar, identificar las características distintivas de la novela picaresca (autobiográfica, voz narrativa en primera persona, protagonista de clase marginada, pícaro, ingenioso pero no trabajador), y, después, la integración de los motivos conformadores del tema (hambre, varios amos, maltrato físico, vagabundeo, lucha por sobrevivir), encontrando que éstos son comunes a todo el corpus del género, aunque tratados de manera muy particular por cada autor, son variaciones sobre el mismo tema, se encuentran en todos los personajes que pueblan la galería de la novela picaresca, integrada por cinco siglos de esta literatura desde El Lazarillo, siglo XVI, hasta Pito Pérez, siglo XX. Incluso se ofrecen en otras novelas mexicanas más recientes como El vampiro de la colonia Roma (1979), de Luis Zapata y, en El diablo guardián (2003), escrita por Xavier Velasco. De igual manera ocurre en España, con La Pícara ventera y venturera (2008), de la autoría de Lucas Torres y Jesús González. La identificación y las características peculiares de estas partes constitutivas de la obra, la manera como son presentadas, así como su reiteración en las sucesivas 2 Carlos Reis. Fundamentos y técnicas de análisis literario, pp. 31, 33, 34. Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 6 generaciones de pícaros, se indican en el segundo capítulo, partiendo del Lazarillo y prosiguiendo con los continuadores del género tanto en España como en América, hasta llegar a Romero y Valle-Arizpe, cuyas obras tienen rasgos comunes con las que les anteceden, pero también presentan rasgos singulares, los cuales pueden considerarse como su aportación a la novela picaresca; beben en la fuente común de este género, pero dejan una colaboración personalmente innovadora. Ya admitidos, Pito Pérez y El Canillitas, en el corpus de la novela picaresca,3 se procede a un análisis temático. Generalmente toda creación literaria es el producto de una idea surgida en la mente del autor, llegando a formar un eje de desarrollo, en cuyo derredor se genera un orden, que cohesiona, le da forma y sustancia al proyecto donde se integra la obra, la cual, en sus diferentes elementos constitutivos, también manifiesta la idea con que fue generada por el autor. Dicho análisis se hace intencionalmente esquemático y claramente delimitado en sus diversas etapas, para identificar asunto, motivo y fábula, en las historias de los dos pícaros mexicanos, y estar en posibilidad de exponer en el capítulo tres la forma en que interactúan y se relacionan estos protagonistas, con la sociedad de la que forman parte, aunque el aspecto dominante de sus vidas en ese conglomerado humano tenga los caracteres de una permanente contienda, con unas batallas donde se alternan triunfos y derrotas; circunstancia, esta última, prevaleciente en la desigual relación, fundada desde sus inicios en los principios de acción y reacción, con los correspondientes resultados de causa y efecto, al ser Pito Pérez y El Canillitas, tanto víctimas como victimarios; partiendo de este binomio existencial, se plantea la posibilidad de considerarlos 3 Lograr esta admisión no es tan sencillo como pudiera pensarse, pero sí bastante polémico, una muestra de ello es la opinión de Alexander A. Parker, quien no considera al Lazarillo como pícaro, sino apenas como precursor. Por otro lado, este mismo estudioso y Chandler, sostienen la existencia de una picaresca europea, mientras los críticos españoles expresan una opinión contraria, al sostener que el género se da únicamente en España. Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 7 también como enfermos, a causa de sus graves problemas de alcoholismo, aspecto innovador, hasta cierto punto, pues en las obras consultadas no hay acercamientos a este motivo, con la perspectiva de su consideración como enfermedad. Para desarrollar el capítulo cuatro se analizan los correspondientes estilos literarios empleados por sus autores para escribir estas obras, buscando en los caracteres dominantes dados a sus composiciones las funciones representativas de dichos estilos: en primer lugar, la manifestación de una forma de pensar; en segundo, una forma de presentar sus pensamientos mediante la forma escrita de su obra; en tercero, la función de dar a conocer las expresiones que enuncian su pensamiento y por último, la función del modo como están construidas cada una de las partes de su obra. Antonio Castro Leal dice que el estilo de Romero es de una gran sencillez, y lo identifica como procedente de la comunicación oral, de la plática, donde se mezcla la corriente popular, manifiesta en frases pintorescas y refranes, con la corriente culta, en la cual Romero aspira al desarrollo de una facilidad y una fluidez que transparenten su pensamiento. Por su parte Arturo Sotomayor pondera la forma de escribir de Valle-Arizpe, denominándola conforme a su peculiaridad: “el estilo artemiano”, como algo exclusivo, para elegidos de muy alto nivel, por lo que puede resultar de difícil comprensión, debido a la abundancia de aspectos meramente informativos, en ocasiones repetitivos, entre los cuales va intercalando ideas medulares, únicamente perceptibles para quienes se atreven a leerlo de manera integral, siempre y cuando dispongan del tiempo y las aptitudes requeridos para dicha lectura. En síntesis, el primero de estos escritores marca su estilo con lo natural del lenguaje, el segundo de ellos lo hace con el artificio, pero ambos manejan, con sus respectivos Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 8 estilos, el humor, el sufrimiento, las exageraciones en la vida de sus protagonistas, todo ello matizado, en ocasiones, de cierta filosofía; para lograr su narración a veces recurren al lirismo y en otras, a la variedad en los recursos dialógicos: el dicho popular, el proverbio o el refrán, el cuento, la anécdota, la broma, el chiste, entre otros. Empero, ambos desarrollan sus obras dentro de lo que opina Gonzalo Sobejano en forma de síntesis: “Y el género picaresco, en eso consiste esencialmente: en el relato procesional de las aventuras de un vividor, entretejido de expansiones críticas sobre la realidad circundante.”4 4 Gonzalo Sobejano. “Sobre la novela picaresca contemporánea”. http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/01383842022571428869802/p0000001.htm (26 octubre de 2009). Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/01383842022571428869802/p0000001.htm http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 9 CAPÍTULO 1 DOS ESCRITORES PROVINCIANOS CONVERGEN EN LA CIUDAD DE MÉXICO 1.1. La época de los escritores En el transcurso de las últimas décadas del siglo XIX, nacen los autores de las dos primeras novelas picarescas mexicanas del siglo XX. Artemio de Valle-Arizpe llega al mundo el año de 1884 en Saltillo, Coahuila. José Rubén Romero ve la primera luz en su natal Cotija, Michoacán, en el año de 1890. Ha transcurrido poco más de medio siglo de que la joven nación mexicana conquistara su independencia de España, pero sin poder alcanzar una paz duradera, pues ha sido convulsionada por una serie de conflictos sociales, políticos y bélicos, entre los cuales destacan,por su alevosía y oportunismo, las intervenciones militares efectuadas en contra de este país, primero por Estados Unidos, y por Francia, posteriormente. El nacimiento de estos dos escritores ocurre dentro de lo que podría considerarse el inicio de la etapa dorada del gobierno de Díaz, cuando éste se empezó a rodear de varios jóvenes intelectuales, en su mayoría provenientes de familias acomodadas de la sociedad porfiriana: Limantour, Macedo, Casasús, Prida, Sierra, etcétera, a quienes el pueblo empieza a designar como Científicos. “Fue en tiempos de don Porfirio” según reza esta frase popular, nostálgica y evocadora, para referirse a la época cuando gobierna a la nación mexicana el controvertido por héroe y por tirano, por su capacidad para crear infraestructura económica en el país y por no saberla hacer del beneficio popular, Porfirio Díaz, José de la Cruz Porfirio Díaz Mori (1830-1915), cuyo mandato presidencial se extiende desde 1876, cuando, mediante un levantamiento militar le arrebata el poder a Sebastián Lerdo de Tejada, hasta 1911, seis Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 10 días después de la toma de Cuautla, cuando, a su vez, renuncia al poder ante la presión ejercida por las fuerzas armadas encabezadas por Francisco I. Madero. La nostalgia evocadora, aún hoy día presente en ciertos segmentos de la población, se da porque el control férreo ejercido durante el gobierno del dictador en todos los ámbitos de la vida social, impedía el exceso de delincuentes, beneficio evocado por dichos sectores de la sociedad, pues al compararlo con las críticas circunstancias actuales por la proliferación de actos delictivos, hacen persistir el mito de que el país no ha vuelto a tener un presidente tan bueno como Porfirio Díaz; desafortunadamente, la persistencia de esa opinión, expresada en sus orígenes, principalmente, por la minoría que disfrutaba de los beneficios otorgados por dicho gobierno: banqueros, ricos, terratenientes, comerciantes, hacendados, industriales, inversionistas extranjeros y el alto clero, ensalzando la paz y estabilidad social alcanzada por el país bajo la dirección de Díaz. Y, aunque en 1907, en una entrevista concedida al corresponsal especial del Pearson’s Magazine de Nueva York, James Creelman, éste sea impresionado por la personalidad del mandatario mexicano: El amo y el héroe del México moderno. No hay en todo el mundo una figura más romántica ni más heroica, ni hay otro que en quien tengan puestos los ojos con mayor atención sus amigos, ni sus enemigos, que ese gobernante soldado, cuya juventud aventurera hace palidecer las páginas novelescas de Dumas, y cuya mano de hierro ha convertido las belicosas, ignorantes, supersticiosas y empobrecidas masas del pueblo de México en una nación fuerte, firme y pacífica, cumplidora de sus compromisos y progresista. 5 Y se exprese una aduladora opinión para Díaz, pero, en detrimento de las masas del pueblo, verdaderamente lo único conservado por ese entonces en el dictador, es una voluntad indomable y su porte marcial, pues sus arterias se van endureciendo, la sordera avanza y su entendimiento es ya el de un hombre, que, a sus setenta y siete años de edad, manifiesta síntomas inequívocos de senilidad, aunque siga enorgulleciéndose de los más de treinta mil 5 Joseph H. L. Schlarman. México tierra de volcanes, p. 483. Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 11 kilómetros de vías férreas, de las mil doscientas oficinas de correos y una red telegráfica de más de setenta y dos mil kilómetros, construidas durante sus ocho mandatos como presidente. Éstos son algunos de los logros indiscutibles de su administración; no obstante, de 13 y medio millones, que es el total de la población mexicana a principios del siglo XX, 11 millones de personas sobreviven a duras penas, desarrollando trabajos de peones en labores agrícolas o como obreros, en ambos casos mal pagados y víctimas de la explotación por sus patrones. En realidad el descontento contra Díaz se manifiesta prácticamente desde el principio de su gobierno, pues hay sublevaciones que llenan casi todo el fin de siglo, por citar algunas: Mariano Escobedo en 1876; Pedro Valdez en 1877; Miguel Negrete, Manuel Carreón, Francisco A. Nava y José del Río en 1879; hay fusilamientos a granel, se ahoga en sangre todo movimiento contrario al régimen porfirista. Sin embargo, éstas son sublevaciones de tipo militar, sin mayor ideología, cuyo propósito fundamental es arrebatarle el poder al dictador. No es sino hasta principios del siglo XX, cuando el descontento comienza a organizarse con la forma de partidos políticos: el Partido Anti-reeleccionista, el Partido Nacional Democrático, el PLM, Partido Liberal Mexicano, y comienzan, también, a estallar las huelgas obreras en 1906: Cananea, Acayucan, Río Blanco, movimientos sociales de la población civil, que también son reprimidos a sangre y fuego. Fermentos de descontento social que, aprovechados por Francisco I. Madero, permitieran derrotar en sólo seis meses, con su ejército de voluntarios mal entrenados, y peor pertrechados, al ejército profesional, bien alimentado y bien armado del Dictador, quien, como consecuencia de su derrota, abandona el país el 31 de mayo de 1911, a bordo del buque alemán Ipiranga. Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 12 Desafortunadamente para la nación mexicana, la lucha armada no concluye con la huida de Díaz y se extiende, por diversas y muy confusas razones, hasta 1920, con el costo de más de un millón de muertos, entre los cuales se cuenta a varios de los caudillos revolucionarios: Francisco I. Madero, Emiliano Zapata, Venustiano Carranza, Francisco Villa, cuyos asesinatos se inscriben en un proceso común a las grandes revoluciones y que se podría denominar “El síndrome de la inercia de la muerte al personaje”, como ocurre, previamente, en la Revolución francesa, y posteriormente, en la Revolución rusa, y también, más tarde, en la Revolución cubana. Por otro lado, cuando la nación mexicana parece haber alcanzado la tranquilidad, un nuevo conflicto intestino contribuye a la continuidad en el derramamiento de sangre: la Guerra Cristera, movimiento que ha venido gestándose desde el año de 1923 durante el gobierno de Álvaro Obregón, a partir de la tirantez creada por la expulsión del país de monseñor Ernesto Filippi, delegado apostólico en México, circunstancia generadora para comenzar a escuchar en diversos lugares del centro del país los gritos de “¡Viva Cristo Rey!” Aunque hasta ese momento las escaramuzas se han librado únicamente en el campo político, con reclamos de la Iglesia Católica manteniendo su protesta, originada desde 1917, contra los artículos constitucionales 3, 5, 27, 130. Sin embargo, es la llamada “Ley Calles” puesta en vigor por el presidente Plutarco Elías Calles en julio de 1926, la que recrudece la situación, ya tirante, entre la Iglesia Católica y el Gobierno, pues a consecuencia de ella se acentúa la expulsión de eclesiásticos, el cierre de escuelas y colegios católicos, así como la clausura de templos y centros culturales de esta religión. Anacleto González Flores, director en esos momentos de La Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa en Jalisco, decide comenzar la lucha armada: Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 13 Entonces Anacleto se apropió las palabras de Lacordaire: "En presencia de unalegislación rudamente opresora no hay que pedir la libertad del derecho, debe uno tomársela y defenderla". […] Entonces invitó a los que sentían el celo de la defensa de los derechos dados al hombre por Dios, a remontarse a los Altos de Jalisco, y así fue como empezó la guerra de guerrillas, en enero de 1927 […] Los luchadores comenzaron a ser conocidos como “cristeros”. 6 El conflicto armado se extiende a partir de Jalisco a varios estados del país y no concluye sino hasta el año de 1929, cuando el presidente Emilio Portes Gil, con la intermediación del embajador norteamericano Dwight Morrow, negocia con la Iglesia algunos acuerdos para el cese de las hostilidades. Detrás queda la sangre derramada de los miles de muertos de ambos bandos, entre los que se sigue mencionando como representativo de cada una de las facciones: el general Álvaro Obregón, por el lado del gobierno, y el sacerdote Miguel Pro, por el lado del bando católico. Algunas de las opiniones suscitadas acerca de este conflicto, las expresa Jean Meyer de la siguiente forma: Guerra implacable como todas las que oponen un pueblo a un ejército profesional, prefiguración de todas las guerras revolucionarias del siglo XX. Lentamente, la situación empeoraba para el gobierno, lo cual lo llevó a recibir la ayuda del embajador estadounidense, autor del modus vivendi de junio de 1929, y en cuanto el culto se reanudó, los cristeros volvieron a sus casas. Un nuevo brote de anticlericalismo, hacia 1934, provocó una nueva guerrilla, mucho más débil, pero suficiente para ayudar a Cárdenas a imponer una política de conciliación definitiva en 1938 […] La Cristiada fue un movimiento de reacción, de defensa contra el desenlace acelerado del proceso de modernización iniciado a fines del siglo XIX, la perfección y no la subversión del sistema porfirista. Cuando se resucitó con fines políticos, la cuestión de las relaciones entre la Iglesia y el Estado, el pueblo se movilizó para defender su fe. Cuando hubo dado muerte a millares de federales y, muertos otros tantos de los suyos, se vio que iba a ser el cuento de nunca acabar -esto duró tres años-, se dijeron los del gobierno: "Quizá sería más sencillo dejar que estas gentes fueran a misa, ya que tanto se empeñan". Y el movimiento terminó.7 6 Joseph H. L. Schlarman, op. cit., pp. 613-614. 7 Jean Meyer. “Hace 80 años”. 30 de julio de 2006. El Universal.com.mx Editoriales. http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/35029.html. 22 de julio de 2009. Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/35029.html. http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 14 Afortunadamente, en México a pesar de su inestabilidad política como joven nación, no solamente Marte campea por sus fueros en los finales del siglo XIX, pues las actividades intelectuales y, específicamente las humanidades, se han abierto espacios para ir contribuyendo al desarrollo de una vida cultural nacional. Las luchas fratricidas, y contra los invasores extranjeros, no han sido obstáculos insalvables para la continuidad del ejercicio de actividades más elevadas. En el ámbito de la literatura, corrientes como el Romanticismo, el Realismo, el Naturalismo y el Modernismo, en una continuidad constante, son previas y contemporáneas al Porfiriato, así como del descontento preliminar y de los hechos de armas que se producen en consecuencia; por su parte, los escritores del momento realizan sus obras teniendo como fondo escenográfico real estas inquietudes y cambios sociales. Hay escritores con actividades políticas, y a veces hasta militares, como Ignacio Manuel Altamirano (1834-1893), Guillermo Prieto (1818-1897) y Vicente Riva Palacio (1832-1896), que manejan la pluma tanto en las trincheras de la vida pública del país apenas nacido, como en las de la narrativa y la poesía, dando continuidad a la labor pionera literaria iniciada en plena guerra de Independencia, por José Joaquín Fernández de Lizardi (1776-1827); México se hace eco de Francia, pero con temas nacionalistas en obras como Los bandidos de Río Frío, novela escrita por Manuel Payno en 1891, o la poesía y prosa de Manuel Gutiérrez Nájera (1859-1895), cuyo poema “Duquesa Job” tiene gusto mexicano con reminiscencias internacionales. Ya en los albores del siglo XX Federico Gamboa (1864-1939) saluda a la nueva centuria con su novela Santa, 1903, cuyo éxito inicial se prolonga por varios años en los que compite, airosamente, con las obras de temas referentes a los conflictos bélicos de la época, cuyas primeras manifestaciones se ven en Andrés Pérez, maderista, publicada en Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 15 1911, y, posteriormente, Los de abajo, 1916, ambas novelas escritas por el doctor Mariano Azuela (1873-1952) con base en sus experiencias vividas en los campos de batalla; el educador José Vasconcelos publica en 1925 La raza cósmica, obra donde expresa algunas de sus reflexiones sobre el indigenismo; El águila y la serpiente, 1928, es la novela inicial de Martín Luis Guzmán (1887-1976) escrita con las memorias de un joven universitario, donde se describen diversos personajes revolucionarios y se narran algunos acontecimientos de este movimiento armado; Vámonos con Pancho Villa, 1931, de Rafael F. Muñoz (1899-1972) es la visión del soldado villista; por su parte, Fernando Robles (1897-1974) trata el conflicto bélico de la Guerra Cristera en su novela La virgen de los cristeros, publicada originalmente en Argentina en 1934. También los autores de las novelas objeto de este trabajo comienzan su actividad literaria teniendo como fondo el porfiriato y las luchas sociales derivadas de ese gobierno. Es el caso de Artemio de Valle-Arizpe, quien, a la edad de 35 años, en 1919 publica su primera obra literaria en la ciudad de Madrid: la novela Ejemplo, con la cual se inicia el autor en el tema de la colonia novohispana y da a conocer esta característica distintiva e invariable de toda su obra como escritor, con una producción que abarca alrededor de cincuenta títulos. Para esas mismas fechas José Rubén Romero ya ha publicado cuatro libros de poemas: Fantasías, 1908, La musa heroica, 1912, La musa loca, 1917, y Sentimental, 1919. Aunque éstos son los únicos títulos citados por el escritor en su obra, Breve historia de mis libros, según la información bibliográfica de este autor, publicada por el gobierno Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 16 del estado de Michoacán,8 hay otros poemarios de la misma época: Hojas marchitas, 1912, y Alma heroica, 1917. 1.2. Dos escritores bien relacionados J. Rubén Romero y Artemio de Valle-Arizpe tienen en común, entre otras cosas, el nacer, crecer e iniciar su carrera como escritores en plena época del Porfiriato; a esto se suma el sobrevivir, no a una sino a las varias guerras fratricidas que desangran a la nación mexicana en las tres primeras décadas del siglo XX. Pero, además, el haber podido continuar de manera exitosa su actividad literaria, a pesar de los vaivenes políticos y sociales de esos años que cuestan la vida a tantos mexicanos. Desde los años más jóvenes de su existencia, Valle-Arizpe y Romero tienen la oportunidad de alternar con gente destacada, en los diversos ámbitos donde se desenvuelven, respectivamente, y que, de variadas maneras, coadyuvan para encontrar las sendas por donde ellos encauzan sus vidas, tanto en las orientaciones y ejercicio de su vocación de escritores, como en el desempeño de sus actividades paralelas en la diplomacia, en la Academia de la Lengua yen los ámbitos universitarios. Aunque de estratos sociales disímbolos, tanto en el coahuilense como en el michoacano, son perceptibles los efectos de las relaciones que tienen ellos y sus respectivas familias con personajes poderosos, ubicados, principalmente, en los círculos políticos y gubernamentales. Dichos efectos son, sobre todo, apreciables en las maneras como cada uno de estos autores puede sortear las turbulencias de la Revolución mexicana. 8 José Rubén Romero. http://www.cultura.michoacan.gob.mx/diccionariodeautores/fichaS.php?id=39 16 de enero de 2009. Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.cultura.michoacan.gob.mx/diccionariodeautores/fichaS.php?id=39 http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 17 En una parte del prólogo al libro Don Artemio, Arturo Sotomayor se refiere a Valle- Arizpe como: “hombre acompañado por la buena fortuna”9, haciendo referencia a la forma como el escritor coahuilense puede superar los inicios de la Revolución mexicana, a la cual llega como diputado del gobierno porfirista, “por un sitio de la Republica donde jamás puso la planta: Chiapas”10, poco tiempo después de recibir su título de licenciado en Derecho por México. Aunque Sotomayor aventura la consideración que el inicio de la lucha armada acaba con la aventura curulesca del escritor: “Y con ella también los sueños paternos que, quizá, aspiraban a que el joven Artemio heredara la gubernatura coahuilense, desempeñada por el autor de sus días”11, los hechos subsecuentes se van encadenando de manera positiva para hacer factible el inicio de su carrera diplomática, en forma tal, y pese a la inestabilidad política del país, que en el año de 1919 Valle-Arizpe funge como secretario de la Legación mexicana en España. Aun cuando dura en este puesto sólo algunos meses, tiempo después se desempeña con el mismo cargo diplomático en Holanda y en Bélgica. Sus ocupaciones en la Legación corren paralelas a sus trabajos como escritor, lo cual ya no es visto por Sotomayor como buena fortuna, sino bajo el enfoque del fatalismo o determinismo: “Se cumplía en Artemio el destino de otros hijos porfirianos prominentes. Él y Alfonso Reyes habrían de probar que la diplomacia no es hamaca de holgazanes sino disparadero de bellas letras… si se tiene lo necesario para crearlas”12 Posiblemente en estas palabras está la clave de la buena fortuna del escritor: no es un ciudadano común y corriente, es el hijo de un gobernador, hecho destacado que no cesa, pero además no pesa, sino todo lo contrario, para el desarrollo de las diversas actividades 9 Arturo Sotomayor, Don Artemio, p. IX 10 Ídem 11 Ídem. 12 Ídem. Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 18 que va a acometer a lo largo de su vida. Lo cual es perceptible, viéndolo en retrospectiva, desde su niñez, pues gracias a su encumbrado padre, el niño Artemio tiene la oportunidad de cursar sus primeros estudios en el antiguo Colegio de San Juan, donde los jesuitas educan a los niños de la mejor posición social de aquella época. Va a estudiar a San Luis Potosí, donde entra en contacto con un prelado católico que lo impresiona de manera especial, según lo expresa en Historia de una vocación: …tuve la singular fortuna de hallarme, pronto, en proximidad de ese suntuoso hombre del renacimiento italiano que fue el Ilustrísimo Señor, Doctor y Maestro, Monseñor don Ignacio Montes de Oca y Obregón, a quien siempre vi con ojos de respeto, amor y veneración, y fui como su familio [sic] […] Este gran señor al ver mis aficiones y apego a los libros, que ese ha sido el principal oficio de mi vida, me franqueó con cariñosa generosidad su rica y copiosísima biblioteca […] Pero un día, día feliz, el prócer Ipandro Acaico me apartó con su mano amable, fina y fría, de esas lecturas profanas y me puso en comercio con frailes sapientes para que me enseñaran, me alumbraran el entendimiento, me instruyeran en las letras.13 Pero no sólo conoce al obispo en San Luis Potosí, sino también al poeta Manuel José Othón, cuya personalidad y obra le llevan a escribir, tiempo después, el libro Anecdotario de Manuel José Othón, en 1958. Posteriormente, estudia la preparatoria en el Ateneo Fuente de la capital de su estado, donde tiene como condiscípulos a otros dos grandes escritores: Julio Torri y Miguel Alessio Robles. Ya en la ciudad de México, estudia derecho en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, donde se gradúa en 1910. En los inicios y devenir de la vida J. Rubén Romero, también se observa la conjunción de buena fortuna y relaciones sociales heredadas de la familia, empero, de manera distinta a como ocurre con Valle-Arizpe. Sus padres “eran miembros de la pequeña 13 Arturo Sotomayor. Op. cit., pp. 174-175. Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 19 burguesía semirural”14, circunstancia que, en la opinión de Francisco Guzmán Burgos, prefigura a J. Rubén Romero como contribuyente a la creación del realismo maravilloso: “que era un privilegiado entre la gente del campo y un lugareño entre los citadinos. Su condición de hombre de la clase media, lo hace desear la ubicuidad; ser al mismo tiempo pobre y rico, príncipe y mendigo, realista y feerico.15 Lo referido a la clase media se explica porque en los primeros años de vida de J. Rubén Romero, su padre se gana el sustento de la familia como comerciante, es propietario de dos establecimientos comerciales en Cotija, pero los vaivenes de la vida, en los que no están exentas las causas políticas, hacen que sus tiendas sean boicoteadas, originando las consecuentes dificultades económicas, las cuales, para tratar de ser subsanadas, hacen necesaria la migración de la familia Romero a la ciudad de México, donde llega Rubén siendo un niño de escasos siete años; que por ese entonces ya sabe leer, según comenta Antonio Castro Leal, en el prólogo a las Obras completas del autor: “había aprendido mirando las ilustraciones en unos libros de su mamá: El Quijote, Gil Blas de Santillana y unos cuentos de Jacinto Octavio Picón.”16; ya en la ciudad de México, tiene la oportunidad de estudiar en la escuela particular de los Barona, “una escuela regenteada por un anciano venerable, médico en leyes, telegrafista y muy aficionado a los experimentos físicos”17, donde se ponen de manifiesto sus incipientes aficiones literarias. Pero los negocios de la familia Romero en la ciudad de México, comisiones de mercancías, quesos, ganados y semillas, comienzan a decaer con los consecuentes quebrantos económicos que los orillan, a recurrir ocasionalmente, debido a la pésima 14 Gilberto González y Contreras. José Rubén Romero el hombre que supo ver, p. 21. 15 Francisco Guzmán Burgos. De la risa al llanto, una senda inexplorada en la obra de Romero, p. 40. 16 José Rubén Romero. Obras completas, p. XIV. 17 Gilberto González y Contreras, op. cit., p. 23. Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 20 administración de don Melesio, el padre de Rubén, a los prestamos del Monte de Piedad. Afortunadamente, Aristeo Mercado, entonces gobernador de Michoacán, “se acordó de don Melesio que era liberal, inteligente y atrevido y le mandó ofrecer una prefectura de distrito.”18 Este acto de bonhomía solidaria por parte del gobernador, al rescatar del hambre a la familia Romero, no recibe todo el reconocimiento que debiera, como se verá másadelante. Residen primero en Ario de Rosales, después tienen una corta estadía en Pátzcuaro; viven tres años en Sahuayo; y posteriormente se instalan en Santa Clara del Cobre, donde J. Rubén Romero conoce a dos individuos que serán, con el paso del tiempo, personajes clave en sus obras literarias: Tamborillas y el popular Pito Pérez. La manera en que Blanca Cárdenas Fernández ve el impacto del movimiento maderista en Michoacán y en la familia Romero, se expresa en algunas ideas como éstas: El movimiento maderista en Michoacán está representado en lo social por don Salvador Escalante, quien inicia un levantamiento armado en Santa Clara del Cobre; y en lo político, por el doctor Miguel Silva, que en Morelia comienza a dar la batalla contra los resquicios del mercadismo lanzando su candidatura a gobernador. El maderismo michoacano está dirigido contra la administración del dictador Aristeo Mercado, protegido de Díaz, y que similarmente a éste había venido ocupando la gubernatura por veinte años consecutivos […] en mayo de 1911, se levanta en armas el subprefecto de Santa Clara del Cobre, don Salvador Escalante, del cual es secretario el joven José Rubén Romero […] por eso ya no se asombra el joven Romero el día que su padre llega con la noticia, “Escalante y yo decidimos pronunciarnos contra el gobierno y ya está todo listo. Ahora mismos vamos a dar el grito” […] De 1917 son los poemas Alma Heroica dedicado al Club Liberal “Salvador Escalante” y, en Memorias de Salvador Escalante.19 La adhesión de los Romero al levantamiento armado encabezado por Escalante, actualmente considerado como héroe local, implica por un lado, una más de las caricias de la fortuna recibidas por José Rubén, pues estuvo en el lugar y en el momento adecuado, 18 José Luis Martínez. José Rubén Romero vida y obra, p. 8. 19 Blanca Cárdenas Fernández. Influencias e ideología en la obra de J. Rubén Romero, pp. 48, 51, 56. Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 21 cuyos resultados se traducen en recompensas, sobre todo en las relaciones personales, las cuales se van ampliando considerablemente; mas, por otro lado, es muy probable la existencia una lucha interna, entre el agradecimiento y fidelidad que debe esta familia al gobernador Mercado, y los intereses políticos, ideológicos y sociales que la alientan. Vence la inercia revolucionaria del momento y la ayuda de Mercado queda relegada a recuerdo, quién sabe si con alguna sombra de remordimiento, pero indudablemente como una maniobra política oportuna, fructífera y hasta patriótica. Rubén Romero desde los inicios de la Revolución se adhiere a los simpatizantes de este movimiento. Su abierta militancia y los servicios prestados a la causa coadyuvan a su nombramiento como receptor de rentas en Santa Clara del Cobre, ya durante el gobierno de Francisco I. Madero. No obstante cuando el doctor Miguel Silva asume la gubernatura del estado de Michoacán, lo designa su secretario particular y se lo lleva a Morelia, prosigue con este cargo durante los dos efímeros gobiernos que siguen al del doctor Silva, y después de una interrupción de cinco años, lo retoma en el año de 1918 por invitación del ingeniero Pascual Ortiz Rubio, quien años después será presidente de la República. Sin embargo cabe aclarar que no todos esos años son fáciles y tranquilos, ya que en 1914, cuando el escritor regresa a Michoacán, después de una estancia en la ciudad de México, está a punto de ser fusilado por las fuerzas militares que apoyaban a Victoriano Huerta; lo salva la oportuna y decidida movilización de su padre, como se narra en Apuntes de un lugareño, quien llega a rescatarlo del pelotón de fusilamiento, cuando ya se disponía a ejecutarlo: “Creían que venías a juntarte con los rebeldes de Tacámbaro, y si no hubiera Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 22 sido por Luisita Vélez, que convenció al gobernador, no lo estarías oyendo en este instante.”20 Entre 1920 y 1921 comienza a trabajar en la Secretaría de Relaciones Exteriores, donde permanecerá hasta su retiro, pocos años antes de su muerte. En esa dependencia oficial se entrecruzan los caminos de los dos escritores, pues Valle-Arizpe había comenzado a laborar en el cuerpo diplomático mexicano poco tiempo antes de la llegada de Romero. A partir de esta coincidencia laboral, amigos, conocidos y compañeros de trabajo son comunes a ambos, como se puede apreciar en el ya mencionado prólogo de Antonio Castro Leal, al referirse a algunas personas que va conociendo Romero en dicha Secretaría, entre los años de 1921 y 1930: Durante esos años disfrutó de la amistad de Genaro Estrada, que fue sucesivamente Oficial Mayor, Subsecretario y Secretario de Relaciones Exteriores […] Este escritor, cuya verdadera vocación era la historia y la erudición, tenía inquietudes y aficiones literarias en otros campos y era, además, amigo de los principales escritores que radicaban en la capital, algunos de los cuales asistían a la tertulia que se celebraba en su despacho de Relaciones Exteriores, entre ellos Artemio de Valle-Arizpe y José Juan Tablada.21 A la amplia red de nexos con diversos personajes prominentes en la vida social y política que ya tienen estos escritores, respectivamente; se suman, enriquecen y diversifican, los encontrados durante el desempeño de sus actividades en la Secretaría de Relaciones Exteriores, circunstancia que tiene implícita, entre otras cosas, la gran capacidad de interacción con el medio donde se desenvuelven, inherente a ambos autores. 20 José Rubén Romero, op. cit. p. 146. 21José Rubén Romero, op. cit. p. XVI. Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 23 1.3 Genaro Estrada: diplomacia, literatura, y solidaridad Al igual que Romero y Valle-Arizpe, Estrada es un provinciano, en su caso oriundo de Mazatlán, Sinaloa, lugar donde comienza a manifestar desde muy temprana edad su afición por las letras, específicamente por la poesía, lo cual se demuestra cuando a la edad de 19 años, en 1906, gana la flor natural de los primeros juegos Florales de Mazatlán con el poema "Canto a Rosales". A partir de 1907 incursiona en el periodismo, y va aunando a estas inclinaciones tempranas, con el paso del tiempo, las capacidades de novelista, historiador, diplomático, crítico literario, catedrático y traductor, sin contar sus pasatiempos como coleccionista; adquiere, además, un amplio conocimiento de las letras hispanas y de las francesas; su trabajo lo realiza con seriedad y pasión, es moderno y versátil y llega a gozar de gran prestigio y poder, en los medios donde se desenvuelve. Estas características personales pueden ser sintetizadas en una de sus habilidades más admirables: una gran capacidad para encontrar, aglutinar y coadyuvar a la superación de los talentos que va descubriendo a su paso, circunstancia aplicable a su encuentro con Romero en el área administrativa de la Secretaría de Relaciones Exteriores, donde no pesa de manera negativa la diferencia jerárquica entre ambos. La influencia de Estrada se hace notoria en el retorno a la escritura por parte del michoacano, quien después de estar alejado de las letras por tres años, motivado en una de las tertulias que se organizan en el despacho del Oficial Mayor, retoma su vocación de poeta al escribir su libro Tacámbaro, compuesto por haikus, forma poética que Romero no había cultivado antes. Inexorablemente, en el ámbito laboral de una Secretaría de Estado el poder se ejerce de manerapiramidal, por ello el criterio para dar a conocer el poemario es el de Estrada, pero la osadía de pulsador espontáneo pertenece indiscutiblemente a Romero. La consecuencia de esto es, como se ve en el futuro, la ganancia en el escalafón que convierte Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 24 al burócrata en diplomático (a lo cual contribuye, también, el presidente Pascual Ortiz Rubio) y al poeta en novelista, aunque esto último comienza a ocurrir hasta diez años después, cuando Romero escribe Apuntes de un lugareño, 1932, obra inaugural de su incursión en la narrativa, y, específicamente en la novela, e indirectamente, la postergación de la poesía a segundo término en la producción literaria del autor. La vinculación entre Genaro Estrada y Artemio de Valle-Arizpe es diferente al caso mencionado de Rubén Romero, incluso en buena medida se debe inferir con base en testimonios circunstanciales, pues no existe mucha información específica. Sin embargo, hay aficiones comunes, conocidos comunes y tendencias literarias que los sitúan en condiciones de similitud e interacción, cuando ambos prestan sus servicios en la Secretaría de Relaciones Exteriores, Estrada de 1921 a 1934; Valle-Arizpe, de 1919 a 1922. Entre las aficiones y gustos coincidentes en estos escritores pueden citarse, por ejemplo: la historia, los libros (de Estrada, dice Alfonso Reyes que es un padrino natural de los libros; Monsiváis menciona sobre ciertos libros enviados a encuadernar a Holanda por Valle-Arizpe) y un gran interés por el México colonial, que Estrada plasma inicialmente en Visionario de la Nueva España, 1921, pero el cual consuma desligándose al mismo tiempo, con su libro, Pero Galín, 1926, novela de rasgos y temas más modernos y actuales. El propio Estrada comenta en una de sus cartas a Alfonso Reyes las características esenciales de su novela, según las palabras de Zaïtzeff: “A principios de 1923 le anuncia a Reyes que está terminando su famosa novela Pero Galín acerca de la cual tan sólo dice: Es una cosa mexicana, muy vista, anti-colonial.”22 22 Serge I. Zaïtzeff. Un primer acercamiento al epistolario entre Alfonso Reyes y Genaro Estrada, p. 1089. Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 25 Pero sobre todo, y aquí ya, sin lugar a dudas, tanto Estrada como Valle-Arizpe comparten una época de la literatura mexicana, tratando y conviviendo con colegas escritores con quienes están relacionados ambos, a veces con las mismas tendencias literarias como es el caso de la llamada “novela colonialista”. Julio Jiménez Rueda (1896- 1960), Francisco Monterde (1894-1985), Ermilo Abreu Gómez (1884-1937), son autores con los que comparten la idea de dirigir una mirada hacia el pasado, trayendo una nueva visión del tiempo ido, recreando en forma fascinante y personal el encanto de aquella Nueva España, incluyendo en sus obras hechos fidedignos, consejas populares e, incluso, misterios de ultratumba en leyendas de aparecidos. José Joaquín Blanco, en un ensayo que escribe acerca de Valle-Arizpe, reúne el nombre de los dos escritores, pero también los disocia, por el trato que dan, respectivamente, a la tendencia colonialista: Discípulo del poeta Manuel José Othón y de Luis González Obregón (México viejo), y contemporáneo de Reyes y de Genaro Estrada, fue el más prolífico y tenaz de los “colonialistas” —escritores dedicados a reivindicar pintorescamente a la Nueva España—, de quienes ya el propio Estrada se burlaba tanto en Visionario de la Nueva España como en Pero Galín.23 En esta convergencia temática sobre el colonialismo, también desde el punto de vista de Blanco, las posturas de ambos escritores dan en suma la estrategia de la rutina dilatoria de Penélope: uno teje, Valle-Arizpe, y el otro desteje, Estrada. Esto se ve claramente al referirse a la manera de escribir de Valle-Arizpe: Y escribía en la “fabla del habedes”, que Estrada ridiculizó: un castellano más bien actual y coloquial, pero adrede amanerado con multitud de arcaísmos y palabras de sacristía, para que sonara como del siglo XVII. Así, del dato extraía muy libremente una anécdota pintoresca, y nos la aderezaba con colonialismos, a manera de pátina sabrosa. 18 José Joaquín Blanco. Veinte aventuras de la literatura mexicana. http://veinteaventurasjjb.blogspot.com/. 12 de agosto de 2009. Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://veinteaventurasjjb.blogspot.com/. http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 26 De cualquier manera, gracias sobre todo a Valle-Arizpe se rompió la ignorancia y el desprecio de la sociedad mexicana medianamente culta por la Nueva España.24 Acerca del tópico tratado en el anterior comentario de Blanco, converge también el punto de Vista de Xavier Villaurrutia, cuando habla de Pero Galín: Estamos frente a una novela ensayo, lo cual equivale a decir que nos hallamos a mil metros sobre el nivel de un ensayo de novela […] Por sobre la unidad del estilo tradicional […] el crítico puede separar fácilmente los dos elementos del libro: hechos y ensayos. Los ensayos son divagaciones o estampas […] La hora del habedes son los ensayos que hacen la crítica de la enfermedad colonizante, de sus cultivadores y sus víctimas. ¿No es la obra de Estrada, en su aspecto satírico, el Quijote de los colonialistas? ¿Y Pero Galín, colonialista arrepentido, nos es el correspondiente de Alonso Quijano?25 Sin embargo, y al margen de los diferentes criterios acerca del cultivo de un tema literario, para Estrada, tanto Valle-Arizpe como Rubén Romero, son escritores que llaman su atención y por lo mismo, a quienes dedica parte de su tiempo. Donde no hay lugar a dudas es en el hecho de que Estrada, Romero y Valle Arizpe, integran parte de ese conjunto selecto, ilustre e híbrido por su naturaleza de escritores- diplomáticos, con los que México ha sido representado en el extranjero a partir de la época cuando logra independizarse de España; les anteceden en tan honroso encargo, personajes de la dimensión de un Ignacio Manuel Altamirano un Amado Nervo; les acompañan como contemporáneos la ilustración de Alfonso Reyes y la capacidad de Jaime Torres Bodet; les suceden en esta tradición, entre otros escritores, el laureado con el Nóbel, Octavio Paz, la catedrática y embajadora Rosario Castellanos y ya en el siglo XXI, Jorge Volpi. 24 José Joaquín Blanco, op. cit. 25 Xavier Villaurrutia. Obras, pp. 677-680. Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 27 1.4 Las luces de la ciudad y el alcance de sus resplandores Para la época cuando J. Rubén Romero publica La vida inútil de Pito Pérez, 1938, y Artemio de Valle-Arizpe publica El Canillitas, 1941, las provincias mexicanas de donde provienen cada uno de estos escritores han quedado en el pasado, pues la ciudad de México se ha convertido en la base a partir de la cual, a veces con intermitencias en el caso de Romero, desarrollan su carrera literaria. La manera en como la metrópoli incide en sus vidas se manifiesta desde sus primeras visitas a ella. Cabe recordar cómo Romero llega por primera vez a la ciudad capital siendo apenas un niño de siete años, cuando su familia busca mejores horizontes para remediar sus quebrantos económicos, pero las visitas posteriores del poeta obedecen a otros factores: en una ocasión viene a esconderse de los enemigos que le acarrea su filiación revolucionaria;en otra, como representante del gobierno de su estado natal; sólo hasta que, al principio del gobierno de Álvaro Obregón, ingresa a trabajar a la Secretaría de Relaciones Exteriores, su estancia en la ciudad de México es permanente, con las excepciones de sus ausencias por los encargos diplomáticos, con los cuales debe cumplir en el extranjero. Los aportes de la ciudad a Romero son decisivos, como lo comenta Blanca Cárdenas Fernández: La estancia del escritor michoacano en la ciudad de México, a partir de 1919, es fundamental para la formación del escritor maduro, que sabe asimilar de sus nuevas relaciones de amistad y literarias otras experiencias, ideas y concepciones acerca del mundo del mexicano y de su entorno. Romero asume una actitud consciente en defensa de lo propio, y contribuye con su literatura a la expresión del carácter nacional. Su relación con algunos de los ateneístas y el hecho de vivenciar el medio social y cultural mexicano, estimulado por la orientación política de Vasconcelos hacia el rescate de nuestras costumbres y tradiciones, lo lleva a adoptar conscientemente una posición nacionalista.26 El punto de vista expresado por Cárdenas Fernández constituye un compendio de la interacción entre la urbe, México y el individuo, Romero, quien sabe aprovechar 26 Blanca Cárdenas Fernández, op. cit., p. 15. Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 28 favorablemente la oportunidad del contacto con un sector de la sociedad capitalina, donde se desenvuelven algunos de los capaces individuos que están actualizando la continuidad de la vida cultural de México, después de las guerras del primer tercio del siglo. Cuando Valle-Arizpe llega a la ciudad de México por primera vez procedente de su natal Saltillo, también viene por necesidad pero, una muy diferente a la de Romero, ya que el coahuilense viene a estudiar Derecho, y concluye su carrera de abogado en 1910. Por ese entonces la urbe luce la magnificencia de los años postreros del porfiriato; ver la ciudad e impresionarse con ella en un impactante y profundo deslumbramiento, fue algo inmediato, que deriva en la consecuencia del principio de su afición por lo antiguo, inherente desde entonces a la existencia del escritor, según lo manifiesta Ignacio Trejo Fuentes, citando palabras del propio escritor: Esta predilección por el pasado mexicano le nació a don Artemio cuando tuvo su primer contacto con la ciudad de México, desde que llegó a ella para inscribirse en la Escuela Nacional de Jurisprudencia: lo deslumbraron -dijo alguna vez- sus decoradas iglesias, llenas de ornato y hermosura; sus palacios, unos de vívidos azulejos y otros vasos de rojo tezontle que parecía forrarlos como un terciopelo de suave tacto y de los que no dijo cosa alguna el barón de Humboldt […] Y fui curioso de saber todo eso nuevo que había aparecido en mi horizonte. Nada detenía mis ansias.27 Indudablemente se trata de un caso de amor a primera vista, auténtico y duradero, porque se mantiene vigente hasta que la muerte separa a los enamorados, no sin antes haber producido los frutos propios de toda unión positiva y venturosa. Por su parte, la ciudad le otorga, tácitamente, a Valle-Arizpe, el don que antecede a su nombre, con el cual es mencionado hasta la fecha: don Artemio; lo hace además, en distintos tiempos: funcionario de la Universidad Nacional, miembro de la Academia de la Lengua y cronista de la ciudad. El escritor, en reciprocidad, desarrolla su obra literaria y periodística, tratando temas acerca 27 Artemio de Valle-Arizpe. El Canillitas, prólogo de Ignacio Trejo Fuentes, pp. XI-XII. Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 29 de la ciudad, aunque con una acusada preferencia a los asuntos del tiempo de la Colonia, empero presentes o pasados, básicamente relativos a la ciudad capital. El impacto de la ciudad de México en la sensibilidad y ánimo de Valle-Arizpe tiene mucha similitud con la emoción experimentada por Hernán Cortés, al ver por primera vez Tenochtitlán. Asimismo, existe un gran parecido con el sentimiento despertado en Washington Irving, al ver y conocer la Alhambra, en Granada; tan fuerte es la impresión, que lo inspira para escribir sus Cuentos de la Alhambra. Valle-Arizpe tiene una reacción similar aunque multiplicada, al menos, por cincuenta, que es el número aproximado de sus libros con temas relativos a la Nueva España. Tal vez estos ejemplos mencionados sean formas de esa fenomenología social y literaria denominada como Realismo Maravilloso, y de ser así, es factible formular otra hipótesis respecto a la recurrencia del tema colonialista en la obra de Valle-Arizpe: no es, únicamente, una fuga como se ha dicho, es el ser atrapado en algo visto con una mirada distinta a la forma en como los demás miran, y por ende, es el poseer una sensibilidad fuera de serie, que exige en forma permanente, y ya interminable, enfocar una y otra vez la atención hacia aquello tan atrayente, para los intereses estéticos y emocionales más profundos del individuo. Sin embargo, los dones de mayor valía otorgados por la ciudad a Valle-Arizpe, al igual que a Rubén Romero, son las posibilidades de vincularse con diversas personas cuyos intereses literarios en particular, y culturales en general, son afines o atractivos de algún modo para el escritor; estos contactos se convierten en luces que iluminan, enriqueciendo al mismo tiempo su conocimiento. Estas aportaciones contribuyen a acrecentar, sobre todo por su variedad, los conocimientos que él ya posee, habiéndolos adquirido durante la convivencia que tiene en Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 30 San Luis Potosí, con algunos eclesiásticos especializados en ciertos aspectos literarios, desarrollados en el seno de la práctica religiosa o bajo el amparo e inspiración de la fe católica; esto es la esencia de la respuesta que da Valle-Arizpe, en la mencionada plática con Emmanuel Carballo, cuando se trata el tema: —Don Artemio, ¿quiénes han sido sus maestros en el ejercicio de las letras? — A mí me adoctrinaron frailes con suaves disciplinas. Ellos me enseñaron cómo decir las cosas y, a la vez, a cada paso me recordaban, serenidad, templanza, mansedumbre, conformidad con los trabajos […] Mis esclarecidos maestros fueron el padre Arbiol, agudísimo sicólogo, quien develó todos los escondrijos del corazón humano con sus Desengaños místicos, de los que don Juan Valera sacó su preciosa Pepita Jiménez; el maestro Alejo de Venegas, más moralista que místico, con su Agonía del tránsito de la muerte […].28 Estos nombres de autores y el breve comentario a una de sus obras son apenas el inicio de una larga lista, cuyo contenido es de más de veinte escritores dedicados a obras en torno a la fe y, específicamente, a la religión católica; cuando Carballo inquiere sobre otro tipo de lecturas, la respuesta de Valle-Arizpe es inmediata y apunta fundamentalmente a la mayoría del repertorio de la picaresca española: — Los autores y libros que ha mencionado se refieren únicamente al Valle- Arizpe ascético. ¿Qué obras y escritores han influido en el Valle-Arizpe sensual? — Cuando quiero “ciencia no cumplidera”, impura, desgarrada, maldita y torpe, acudo al Corvacho [sic], a la Lozana andaluza y a la Garduña de Sevilla –dos desenvueltas señoras-; además, tengo un Arcipreste que me repite en su clase de Talavera lo que otro Arcipreste me enseñó en Hita; mientras que me río con el Bachiller de Trapaza o con el Buscón llamado don Pablos,veo la mano acompasada del seco moralista Mateo Alemán que me guía a través del Guzmán de Alfarache.29 Destacan en este comentario los cuatro adjetivos empleados, intencionalmente peyorativos, para referirse a un género literario nombrado como “ciencia no cumplidera”, 28 Emmanuel Carballo. Diecinueve protagonistas, pp. 155-156. 29Ibíd. , p. 157 Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 31 también cultivado por él, sobre todo porque después reconoce lo que le aportan: desde la risa, hasta la enseñanza. Caso específico de las luces que recibe en el campo del colonialismo, entonces novel interés para él por todo lo referente a la Nueva España, es el aporte de información y disponibilidad de documentos, libros, archivos e información en general, provenientes de la intermediación de un grupo de estudiosos del tema, a quienes Valle-Arizpe se refiere de esta manera: Y fui curioso de saber todo eso nuevo que había aparecido en mi horizonte. Nada detenía mis ansias. Y empecé a hurgar en libros y papeles de toda edad, del Archivo General y del viejo Ayuntamiento, vastas canteras de noticias curiosas. De entrambos se pueden sacar inagotables materiales para hacer edificios. A poco fueron mis buenos amigos y maestros el sabio bibliófilo don José María de Agreda y Sánchez, don Luis González Obregón, don Genaro García, don Jesús Galindo y Villa, don Francisco Rangel, quienes méritamente se han ganado gran fama. Don Luis y don Genaro me concedieron el señalado beneficio, Dios se los pague en gloria […] De todos estos señores que antes he nombrado, el que más me instruyó fue don Luis González de Obregón […] De eso tomaron principio y origen los varios libros de tradiciones, leyendas y sucedidos que he compuesto del México virreinal.30 El resultado de los comentarios y reconocimientos que hace Valle-Arizpe en las dos citas anteriores, se hace evidente de manera práctica en su novela El Canillitas, pues se trata de una obra donde se conjuga lo colonial con lo picaresco. A la especificidad acerca de autores y obras mencionadas por Valle-Arizpe, en su plática con Emmanuel Carballo, corresponden las opiniones particulares de Blanca Cárdenas Fernández, tratando de identificar los gustos e influencias literarias en J. Rubén Romero; entre ellos se encuentran escritores comunes al gusto de los dos autores en estudio y que Cárdenas Fernández menciona con las palabras de Raúl Arreola Cortés: “quien nos manifiesta haber conocido “la rica biblioteca de don Rubén Romero, en la cual 30 Arturo Sotomayor, op. cit., pp. 176-177. Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 32 predominaban los novelistas del siglo XIX español, como Galdós, y Pardo Bazán y algunos del siglo XX también españoles como Azorín y Baroja”.31 Más adelante Cárdenas Fernández añade otros autores españoles, pero ahora identificados por otro estudioso: “Don Luis González y González, percibe la presencia de Fray Luis de León, Unamuno y Azorín en la obra de Romero, atribuyéndola a la estancia del escritor en España”.32 Un momento especial en la vida de José Rubén ocurre cuando le notifican su nombramiento como miembro de la Academia de la Lengua, durante una cena en la casa de Genaro Fernández Mac Gregor, donde conoce a varios poetas y escritores, alternando, además, con algunos que ya conocía y trataba, como es el caso de Valle-Arizpe. Del evento da cuenta el poeta, en el discurso que pronuncia en 1950 con motivo de su ingreso a la Academia, haciendo mención de algunos de los académicos, entre otros: el poeta Federico Escobedo, Luis G. Urbina, Federico Gamboa, Alejandro Quijano, Luis González Obregón, Enrique González Martínez. ¿Qué y cuánto aportan los académicos a la carrera literaria de Romero?, es algo difícil de contestar, sólo hay dos certidumbres de la interacción del michoacano con ese selecto grupo de las letras mexicanas: en primer lugar se trata de una distinción que se le hace en la ciudad de México, con todas las ventajas implícitas en ello; en segundo lugar, el trato iniciado con Valle-Arizpe en la Secretaría de Relaciones Exteriores, adquiere las características de un vínculo especial, según las palabras referidas a él en el citado discurso: Artemio de Valle-Arizpe permanecía callado. Con los bigotes enhiestos, como fino gato de Angora, parecía ronronear cerca de la chimenea. ¡Extraños silencios de Artemio! Él, que en la intimidad es una arquilla de graciosas murmuraciones, apenas está entre media docena de personas, enmudece, tal los 31 Blanca Cárdenas Fernández, op. cit., p. 57. 32 Ibíd. , p. 59. Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 33 pájaros en la pelecha […] Cuando Artemio fallezca—y esperamos en Dios que esto no ocurra sino en algún siglo venidero— […] El duelo, ¿quién lo duda? será presidido por Canillitas y por Pito Pérez.33 No obstante, es Rubén Romero quien fallece primero de los dos escritores, en el año de 1952; Pito Pérez y el Canillitas pueden presidir su duelo, pero sólo en su esencia literaria dentro de los libros donde están confinados, pues ambos mueren varios años antes, coincidiendo con el final de las novelas que llevan sus respectivos nombres. 33 José Rubén Romero, op. cit., p. 829. Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 34 Create PDF files without this message by purchasing novaPDF printer (http://www.novapdf.com) http://www.novapdf.com http://www.novapdf.com 35 CAPÍTULO 2 EL ORIGEN DE DOS PÍCAROS DEL SIGLO XX 2.1. El Lazarillo: primera piedra en el edificio de la novela picaresca En el año de 1554 se publica un breve libro llamado la Vida de Lázaro de Tormes, de sus fortunas y adversidades, donde un pregonero de vinos de la ciudad de Toledo cuenta el desarrollo de su existencia a partir del momento en que su familia, por extrema pobreza, lo pone en manos de un mendigo ciego, con lo cual inicia su caminar por el mundo, aprendiendo de las experiencias que va teniendo con los sucesivos amos a los cuales se ve obligado a servir; el libro, en el concepto de Alonso Zamora Vicente, está: destinado a revolucionar todo el arte de la novelística europea y con el que podemos afirmar rotundamente que nace para el hombre occidental la novela moderna. [...] Ese libro, corto, matizado de una serie de audacias hasta entonces desconocidas del mundo literario, es la primera novela picaresca, nombre con que se viene designando, tradicionalmente, una determinada peculiaridad artística, considerada, a la vez, como muy representativa de la literatura y el espíritu españoles.34 Lo que hace distinta a esta novela de las que le anteceden, es su nueva actitud frente al arte. Es novedosa tanto en lo que se refiere a su estructura como a su forma externa, pero aún lo es más, por lo que corresponde a la esencia real, viviente y actualizada de su protagonista, un personaje creado a partir de la utilización de un motivo universal común a todos los países y a todas las épocas; el desheredado citadino, el paria social urbano, motivo de desprecio, de sorna y burla, visto generalmente en forma superficial, hasta que, a partir del tratamiento que se le da en España con esta obra, logra un tipo de
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