Logo Studenta

El-concepto-de-praxis-en-la-obra-filosofica-de-adolfo-sanchez-vazquez--Consecuencias-y-alcances

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS 
 
 
 
 
EL CONCEPTO DE PRAXIS EN LA OBRA FILOSÓFICA 
DE ADOLFO SÁNCHEZ VÁZQUEZ 
CONSECUENCIAS Y ALCANCES 
 
 
T E S I S 
QUE PARA OBTENER EL GRADO DE 
LICENCIADO EN FILOSOFÍA 
 
 PRESENTA: 
AARÓN BRAVO JIMÉNEZ 
 
 
ASESOR DE TESIS 
MTRO. GABRIEL VARGAS LOZANO 
 
 
 
 
CIUDAD UNIVERSITARIA 2012 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal 
del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). 
El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea 
objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para 
fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
EL CONCEPTO DE PRAXIS EN LA OBRA FILOSÓFICA DE 
ADOLFO SÁNCHEZ VÁZQUEZ 
 
CONSECUENCIAS Y ALCANCES 
2 
 
Índice 
Introducción ......................................................................................................... 6 
1. La evolución del pensamiento de Adolfo Sánchez Vázquez ......................... 8 
1.1. De la poesía ................................................................................................. 8 
1.1.1 Poesía en vela ...................................................................................... 10 
1.1.2 Poesía en guerra .................................................................................. 17 
1.1.3 Poesía en el exilio ................................................................................. 25 
1.2 De la filosofía .............................................................................................. 30 
1.2.1 De la estética ........................................................................................ 31 
1.2.2 El marxismo como filosofía de la praxis ................................................ 37 
1.2.3 La filosofía política y la ética ................................................................. 46 
2. La filosofía de la praxis .................................................................................. 53 
2.1. Algunas consideraciones sobre el término “praxis” .................................... 54 
2.2. De la conciencia cotidiana a la conciencia filosófica de la praxis ............... 55 
2.3 Breve revisión de la praxis a través de la historia ....................................... 57 
2.3.1 La Grecia antigua ................................................................................. 57 
2.3.2 El Renacimiento.................................................................................... 61 
2.3.3 La Edad Moderna ................................................................................. 63 
2.3.4 Hacia la reivindicación de la praxis ....................................................... 65 
2.3.4.1 La concepción de la praxis en Hegel ................................................. 67 
2.3.4.2 La concepción de la praxis en Feuerbach .......................................... 74 
2.3.4.3 La concepción de la praxis en Marx ................................................... 78 
3. El concepto de praxis de Adolfo Sánchez Vázquez .................................. 89 
3.1. Una primera definición de ‘praxis’ .............................................................. 89 
3.1.1 Actividad y praxis .................................................................................. 90 
3 
 
3.2 El concepto de praxis: un segundo acercamiento ....................................... 96 
3.3. Formas de praxis ....................................................................................... 99 
3.3.1. La praxis productiva ........................................................................... 100 
3.3.2. La praxis artística ............................................................................... 102 
3.3.3. La praxis revolucionaria ..................................................................... 103 
3.4. Niveles de praxis...................................................................................... 107 
3.4.1. Praxis creadora y praxis reiterativa .................................................... 108 
3.4.1.1. Conciencia práctica y conciencia de la praxis ................................. 113 
3.4.2. Praxis espontánea y praxis reflexiva .................................................. 115 
3.5. La praxis: unidad indisoluble de teoría y práctica ..................................... 118 
3.5.1. La praxis como fundamento de la teoría ............................................ 118 
3.5.2. La praxis como fin de la teoría ........................................................... 123 
3.5.3. La praxis como criterio de verdad ...................................................... 125 
4. Consecuencias y alcances del concepto de praxis de Adolfo Sánchez 
Vázquez ............................................................................................................ 128 
4.1. Consecuencias: teoría, filosofía e ideología en la praxis .......................... 128 
4.1.1. Praxis y conocimiento ........................................................................ 129 
4.1.1.1. Crítica a diversas posturas marxistas sobre el conocimiento .......... 129 
4.1.2. Praxis y filosofía................................................................................. 136 
4.1.3. Praxis e ideología .............................................................................. 144 
4.1.3.1. Polémica Sánchez Vázquez-Villoro: ¿concepto amplio versus 
restringido de ideología? ............................................................................. 146 
4.1.3.1.1. La justificación de la ideología ..................................................... 148 
4.1.3.1.2. La demarcación entre ciencia e ideología .................................... 151 
4.1.3.1.3. El panideologismo........................................................................ 155 
4 
 
4.2. Alcances: las posibilidades del concepto de praxis .................................. 160 
4.2.1 ¿El derecho como forma de praxis? ................................................... 162 
4.2.2. Derecho e ideología: un ejemplo de aplicación .................................. 164 
4.2.3. Praxis y Derecho: hacia una nueva práctica jurídica .......................... 171 
Conclusión ....................................................................................................... 175 
Bibliografía ....................................................................................................... 178 
 
 
 
 
5 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
A mi madre, compañera incansable de sueños y batallas 
 
A J. Gallardo, por su bondad y apoyo incondicionales 
 
6 
 
 
 
Introducción 
Sin duda alguna, la obra de Marx ha sido un manantial de donde han brotado 
numerosas y diversas posiciones respecto de los temas que el revolucionario de 
Tréveris ha planteado. En su revisión, encontramos posturas que buscan, en el 
nombre de Marx, conservar el status quo, o que, por otro lado, llevan en su sino la 
crítica de todo lo existente. En esta tesitura, se presenta la posición de Adolfo 
Sánchez Vázquez, una propuesta que no nace con una vinculación teórica 
respecto del marxismo, sino más bien con un interés práctico-político, e incluso 
violento, propio de un joven militante comprometido con los ideales de justicia y 
reivindicación social –como veremos líneas adelante. La vocación temprana de 
nuestro autor está emparentada con la literatura, y principalmente con la poesía. 
Debido asus circunstancias vitales, esa vocación cambió y se ocupó de 
reflexionar en torno a los problemas políticos, a partir de la obra de Marx, a la cual 
entró por la estética, hasta concebir un marxismo crítico y original, inspirado en la 
obra del autor de El capital, cuya tesis principal estriba en que el pensamiento de 
Marx hace del concepto de praxis su categoría central. En este sentido, haremos 
un recorrido a través de la obra de nuestro autor y de sus circunstancias vitales, 
las cuales lo llevaron a plantear dicha tesis. Situados en ese horizonte, con base 
en un análisis de conceptos, intentaremos recuperar, lo que en esencia, significa 
la categoría de praxis para Adolfo Sánchez Vázquez, es decir, se trata de indagar 
la propuesta de praxis que el filósofo español recupera de la interpretación de la 
obra de Marx. Este es un primer objetivo de la presente investigación. 
 
 Por otra parte, una vez extraída la propuesta de nuestro autor, pretendemos 
extraer las consecuencias que tal propuesta arrojó en el campo de la filosofía. 
Para ello, analizaremos las consecuencias a la luz de tres aspectos centrales: el 
conocimiento, la filosofía y la ideología; esto es, se trata de ver las consecuencias 
que el concepto de praxis de Sánchez en relación con el conocimiento, la filosofía 
y la ideología, puesto que consideramos que esos tres elementos están presentes 
7 
 
de manera decidida en el concepto de praxis que nuestro autor propone. Más aún 
son inherentes a él, como trataremos de mostrar. 
 
 Por otra parte, a partir de la revisión de las consecuencias de dicha 
propuesta, y tomando en consideración la vinculación de la praxis con la ideología, 
intentaremos llevar más allá de la filosofía la propuesta de Sánchez Vázquez, al 
tratar de discernir si el derecho puede ser una forma de praxis, en el sentido en el 
que nuestro autor entiende tal concepto. 
 
Finalmente, tomando en consideración las funciones de la filosofía de la 
praxis que nuestro autor propone, especialmente: las funciones cognoscitiva, 
crítica, autocrítica, política, intentaremos, ulteriormente –con todos los riesgos que 
eso implicaría–, esbozar los elementos que debería contener una nueva praxis 
jurídica con un soporte filosófico. Se trata de dejar en ciernes un proyecto futuro 
que en su sino lleve el concepto filosófico de praxis de Adolfo Sánchez Vázquez. 
Somos conscientes de los riesgos que esto implica. Sin embargo, también somos 
optimistas al respecto, en virtud de que, en esencia –como acertadamente lo 
sostiene Luis Villoro al referirse a una polémica con Sánchez Vázquez–, la mejor 
forma de hacerle justicia al pensamiento de un autor es criticarlo. También 
podríamos añadir, es recuperarlo y pensar otros aspectos de la realidad a partir de 
él. Esbozar el sostén filosófico, a partir del concepto de praxis de Adolfo Sánchez 
Vázquez, de una nueva praxis jurídica es el objetivo más importante del presente 
trabajo. 
 
8 
 
1. La evolución del pensamiento de Adolfo Sánchez Vázquez 
 
En esta sección desarrollaremos el tema concerniente a la evolución del 
pensamiento de Sánchez Vázquez. No es nuestra intención realizar una biografía 
exhaustiva del autor; se trata de revisar la manera en la que su pensamiento se 
desenvolvió hasta llegar a una posición marxista original y crítica, desde la cual 
problematiza la realidad. Por supuesto que para este acometido, inexorablemente 
tenemos que recurrir a la vida de este filósofo, puesto que su propuesta filosófica 
es incomprensible al margen de su vida, de sus circunstancias. Su filosofía es 
producto de sus circunstancias vitales. Sin embargo, sólo destacaremos aquellas 
situaciones vitales que están estrechamente vinculadas al desarrollo de su 
pensamiento. De esta manera, distinguimos dos periodos en la evolución de éste: 
1) el periodo de la poesía, 2) el periodo de la filosofía, el cual, a su vez, tiene tres 
facetas: 1) la estética, 2) el marxismo como filosofía de la praxis y 3) la filosofía 
política y la ética. Del mismo modo, estos periodos se corresponden, 
respectivamente, con los siguientes sucesos históricos: la Segunda República 
española, la Guerra civil y el exilio en México. 
 
 
1.1. De la poesía 
Este periodo de evolución corresponde a los sucesos de la Segunda República y a 
la Guerra Civil española, así como a los primeros años del exilio. Si bien este 
periodo se distingue por la producción de una obra poética importante, ésta no fue 
la actividad exclusiva de nuestro filósofo. El periodo poético, que comienza en la 
juventud de Sánchez Vázquez, está marcado por una intensa actividad política, tal 
y como lo reflejan las circunstancias vitales del autor. En este tenor, la producción 
poética de Sánchez Vázquez se divide en tres etapas: “Poesía en vela”, “Poesía 
en guerra” y “Poesía en el exilio”. 
 
9 
 
Adolfo Sánchez Vázquez nace el 17 de septiembre de 1915 en Algeciras, 
provincia de Cádiz. Hijo de María Remedios Vázquez y de Benedicto Sánchez 
Calderón, teniente del Cuerpo de Carabineros. Antes del nacimiento de Adolfo, el 
matrimonio ya tenía una hija, Ángela. En 1917, nace el último hermano, Gonzalo, 
que también sería militante del Partido Comunista de España en Málaga. Algunos 
años después, la familia se traslada a El Escorial (provincia de Madrid), y de ahí, 
en 1925, fija su residencia en Málaga. En esta ciudad, Adolfo cursa el bachillerato 
y, en el último año, 1931, comienza su actividad política, de la cual, él mismo 
declara: 
 
La inicié muy precozmente en Málaga, pues era difícil sustraerse al clima de 
entusiasmo y esperanza que suscitó, sobre todo en la juventud estudiantil, el 
nacimiento de la Segunda República. Pero pronto vinieron nuestras decepciones 
ante la timidez y la morosidad con que se desarrollaban los cambios que 
esperábamos
1
. 
 
En este ambiente de entusiasmo y esperanza comienza, al año siguiente, 
sus estudios de Magisterio (Plan Profesional) en la Escuela Normal de Málaga. La 
efervescencia política y cultural de la ciudad de aquella época influiría 
decididamente en sus incursiones en los terrenos tanto literario y poético como en 
lo político. El propio Sánchez Vázquez describe a dicha ciudad española y a su 
contexto pronunciando: “Esta ‘ciudad bravía’ que había dado el primer diputado 
comunista a las Cortes de la República y a la que, por la combatividad de su 
juventud, se le llamaba entonces ‘Malaga, la Roja’, se caracterizaba también en 
los años de la preguerra por una intensa vida cultural”2. En cuanto a su actividad 
poética, se forma en lo literario al lado de Emilio Prados. Al respecto, Sánchez 
Vázquez expresa: 
 
Mis primeros escarceos en este campo se desarrollaron en Málaga […] animados 
por la personalidad singular –humana y poética– de Emilio Prados, uno de los 
grandes de la generación del 27[…] Por aquellos años, Rafael Alberti, empeñado 
 
1
 Adolfo Sánchez Vázquez, “Postscriptum político-filosófico a ‘Mi obra filosófica’” en Juliana González, 
Carlos Pereyra y Gabriel Vargas Lozano (eds.), Praxis y filosofía. Ensayos en homenaje a Adolfo Sánchez 
Vázquez, México, Grijalbo, 1985, p. 447. 
2
 Ibid. p. 448. 
10 
 
en conjugar al más alto nivel poesía y revolución, fundó la revista Octubre, y a ella 
envié un romance que apareció en uno de sus números de 1933
3
. 
 
En aquellos años juveniles, su vocación literaria, se manifiesta no sólo en la 
lectura de los grandes novelistas de la época, sino también de los grandes poetas 
clásicos –Lope de Vega, Quevedo y Góngora–, así como de los contemporáneos 
como: Machado y Unamuno, los de la generación del 27 y de los poetas más 
jóvenes como Miguel Hernández y, particularmente, de Pablo Neruda, quien 
causa una gran conmoción con su Residencia en tierra. Con este poeta llega a 
mantener una relación de amistad. 
 
 
1.1.1 Poesía en velaEste periodo de “Poesía en vela” comienza con la efervescencia política de 
España. La idea de poesía en vela se plasma en su obra El pulso ardiendo, escrito 
entre Málaga y Madrid, y publicada, ya en el exilio, en Morelia, Michoacán, en 
1940. Se trata de una poesía en vela porque, los poemas de ese periodo fueron 
escritos en una España vigilante, en una España que estaba a la espera de una 
tragedia colectiva. En suma, se trata de una poesía que anuncia el fuego, la 
desolación y el fratricidio. 
 
El contexto político y social de aquel entonces está marcado por los años 
de la República, de la Segunda República, nombrada así por ser la segunda vez 
que arribaba al poder el gobierno republicano. Tras la dimisión del dictador Miguel 
Primo de Rivera, ocurrida en enero de 1930, la situación política española 
demuestra que las condiciones para la permanencia de regímenes dictatoriales y 
monárquicos no eran las más adecuadas. Después de varios meses de 
inestabilidad política y social, en los que las fuerzas conservadoras y republicanas 
pugnaban entre sí para establecer su dominio, los partidarios del gobierno 
republicano sacaron ventaja con el Pacto de San Sebastián (agosto de 1930) y 
 
3
 Ibid., p. 445. 
11 
 
con el creciente número de españoles deseosos de seguir por los caminos 
democráticos. De este modo, la convocatoria a las urnas fijada para el 12 de abril 
de 1931 resultó favorable a los opositores del gobierno conservador. El aplastante 
triunfo de los republicanos en los centros más importantes de la nación dio como 
resultado, pese al mayor número de concejales monárquicos elegidos a nivel 
nacional, el fin del reinado de los Borbón, con la consiguiente salida de Alfonso 
XIII del país y el advenimiento pacífico de la República, encabezada por Niceto 
Alcalá Zamora4. 
 
Los objetivos del gobierno republicano eran primordialmente los siguientes: 
1) modernizar el país, 2) democratizar la vida social y política de la nación, 
mediante ciertas reformas encaminadas a mejorar las condiciones de vida de los 
trabajadores citadinos y del campo5. Sin embargo, en el proceso de 
materialización de estos ideales, el gobierno republicano se encontró con una 
doble oposición: por un lado, las fuerzas conservadoras, para las cuales los 
cambios van demasiado lejos, y, por otro, los sectores más radicales, para los que 
ningún cambio es suficiente o siempre se queda muy corto. En esta situación de 
tensión, la derecha encontró un resquicio para retomar el poder, lo que provocó la 
revolución de los mineros de Asturias, socavada despiadadamente por el ejército6. 
 
En este contexto, la actividad política de nuestro autor “…respondía al 
anhelo de una sociedad más justa que la existente, un anhelo que se proyectaba 
en mi conducta como militante de las Juventudes Comunistas…”7. Antes de su 
llegada a dicha organización, explica Sánchez Vázquez: “En 1933 ya formaba 
parte del Bloque de Estudiantes Revolucionarios (…) dentro de la FUE 
[Federación Universitaria Española], y ese mismo año, en Málaga, ingresé en la 
 
4
 Cf. Ramón Tamames, Historia de España (La República. La Era de Franco), Vol. VII, Alfaguara-Alianza 
Universidad, Madrid, 1973, pp. 24-ss. 
5
Vid. Adolfo Sánchez Vázquez, Una trayectoria intelectual comprometida, México, Facultad de Filosofía y 
Letras (UNAM), 2006, p. 15. 
6
 Idem. 
7
 Ibid. p. 14. 
12 
 
Juventud Comunista “8. Tres eran los rasgos distintivos que caracterizaban a las 
organizaciones de izquierda de entonces. Primero, en ellas se integraba un amplio 
espectro social que reunía tanto a los intelectuales como a obreros. Luis Abollado, 
militante de la Juventud Comunista, resalta esta característica: 
 
Yo conocí a Adolfo en las Juventudes Comunistas y nos hicimos amigos. Por aquel 
entonces, él ya era uno de los astros de la cultura malagueña. Entre sus amigos 
se encontraban Tomás García Altolaguirre, Emilio Prados, el famoso poeta. Ellos 
simpatizaban con el partido y lo sostenían económicamente, incluso hacían la 
propaganda; también se encontraba el industrial Bernabé Fernández-Canivell (…) 
Aunque estos eran sus amigos, Adolfo se distinguía por ser menos elitista, siempre 
estuvo más cercano al sector obrero, a la juventud
9
. 
 
 El segundo rasgo distintivo era la naturaleza combativa de la Juventud 
Comunista: “Por su culto a la acción [confirma Sánchez Vázquez], rayano en la 
aventura, apenas si se distinguía de las Juventudes Libertarias (anarquistas) con 
las que sus relaciones, por otro lado, no eran nada cordiales”10. El tercero se 
manifiesta en la escasa preocupación teórica de dicha organización, 
preponderantemente interesada en cuestiones prácticas de naturaleza política. En 
este tenor, “A la riqueza de su praxis violenta –comenta Sánchez Vázquez– 
correspondía su pobreza en el terreno de la teoría. Pero en aquellos momentos 
esa pobreza no me inquietaba. Me atraía más su acción violenta”11. 
 
 La experiencia de Sánchez Vázquez respecto de su comienzo en la vida 
militante y su formación marxista es altamente ilustrativa para enmarcar la 
educación política de muchos jóvenes radicales de su generación: “…mi ingreso 
en las filas de la JC [Juventud Comunista] –afirma Sánchez Vázquez– no había 
sido fruto de una reflexión teórica, sino de un inconformismo creciente un tanto 
romántico y utópico en el que los grandes ideales desdeñaban medirse con la vara 
 
8
Adolfo Sánchez Vázquez, “Postscriptum político-filosófico a ‘Mi obra filosófica’” en Opus cit., p. 447. 
9
 Luis Abollado, apud., Ana Lucas, “Adolfo Sánchez Vázquez: vida y obra” en Federico Álvarez (editor), 
Adolfo Sánchez Vázquez: los trabajos y los días (semblanzas y entrevistas), México, Facultad de Filosofía y 
Letras (UNAM), 1995, p. 330. 
10
 Adolfo Sánchez Vázquez, “Postscriptum…” en Opus cit., p. 447. 
11
 Ibid. pp. 447-448. 
13 
 
de lo real”12. Sin embargo, ese ideal romántico y utópico no se llegaría a 
materializar, pese a que en 1936, la victoria del Frente Popular en las elecciones 
pone de nueva cuenta a los partidos republicanos en el poder; pero desde el día 
de su derrota en las urnas, las fuerzas políticas y sociales opositoras comienzan a 
planear la destrucción legal y legítima del mando republicano13. Con este 
panorama, la amenaza de una sublevación militar adquiere gran fuerza. España 
se encamina indefectiblemente hacia el abismo, y es por ello que la poesía de 
Sánchez Vázquez en este periodo es una poesía en vela, cuyo sello distintivo es 
la angustia y la desesperación. 
 
Algunos ejemplos de la producción poética de Sánchez Vázquez, previa a 
El pulso ardiendo y que reflejan las circunstancias de la época son los siguientes: 
1)”Romance de la Ley de fugas” y tiene que ver con un acontecimiento real: la 
aplicación de dicha ley a cinco obreros andaluces. Se trata de un poema que 
denuncia un hecho atroz, el cual es presenciado por su autor: 
 
“Eran cinco los que iban 
al agonizar la tarde. 
Cinco obreros esposados 
por el camino adelante” 
 
 En la tercera y la quinta estrofas, respectivamente, se hace presente la voz 
del testigo que describe los acontecimientos: 
 
“Yo los vi 
cuando moría la tarde. 
Los civiles eran tres 
y tres eran los fusiles, 
 tres los afilados sables 
 […] 
 
12
 Idem. 
13
 Vid. Adolfo Sánchez Vázquez, Una trayectoria intelectual comprometida, México, Facultad de Filosofía y 
Letras (UNAM), 2006, pp. 15-16. 
14 
 
Yo los vi cómo les dieron 
con los fusiles y sables, 
en los hombros y las piernas 
cuando intentaban pararse” 
 
En la estrofa final, se describe el fatal desenlace: 
 
“Eran cinco los que iban 
por el camino adelante. 
Cinco cuerpos en la tierradejaron sobre su sangre”
14 
 
 Otro ejemplo de estos poemas previos a El pulso ardiendo es “Esta voz que 
nos convoca”. En este poema, se hace un llamado a estar alerta ante la situación 
angustiosa; se trata de un llamado que se esfuerza por evitar dicha situación, en 
los siguientes términos: “Oigo esta voz que nos convoca/por hondos precipicios de 
gangrena…” y en versos posteriores esos “precipicios de gangrena” se convierten 
en “sólo nieblas que aniquilan los sueños /sólo tumbas que impacientes esperan 
/no escuchen esa voz /que entre presagios de espanto /insistentemente nos 
convoca”15. 
 
Los poemas de El pulso ardiendo se pueden agrupar en dos tipos: los 
primeros no tienen un referente real, pero sí concreto; se trata de la expresión del 
sentir del poeta ante la incertidumbre que antecede a la sublevación militar. 
Además, el autor establece la relación entre un yo y un tú ficticio, que destaca la 
preocupación del yo por el destino del otro. Estos poemas se reúnen bajo el título 
de “Soledad adentro” y se trata de un conjunto de diez sonetos. Algunos de sus 
versos más emotivos son, del soneto II, el terceto final: 
 
 
 
14
 Adolfo Sánchez Vázquez, Poesía, México, Fondo de Cultura Económica-Centro Cultural de la Generación 
del 27, 2005, pp. 45-46. 
15
 Ibid. P. 51. 
15 
 
¿Cómo olvidar tu pulso sin latido, 
descendiendo del brazo de la muerte 
cuando tengo el pulso bien mordido? 
 
 Y del soneto V, también el último terceto: 
 
 Ausente de tu luz, quiero encontrarte 
 en la ribera de mi fe segura 
pisando débil, pero nunca ciego. 
 
En el soneto IX, dicha relación se establece con la sangre: 
 
 Tu corazón cansado se detiene 
 dando tumbos a orillas de un pie estable, 
 del que pienso ser carne indispensable, 
 limpia la sangre que a tu pulso viene. 
 
 Si tu sangre se duerme en mis orillas 
 el fuego será el aire de tu altura 
y mis manos las ramas del consuelo
16
. 
 
 El segundo tipo de poemas tienen como referente un hecho real. Este 
hecho real es la represión de los mineros asturianos de octubre de 1934. Este 
acontecimiento es denunciado por Sánchez Vázquez –con el objetivo de castigar a 
los responsables– en dos poemas de verso libre. El primero de ellos es “Memoria 
de una noche de octubre”, cuyos últimos versos dicen: 
 
 Os acusa ese llanto que suena todavía 
 y ese verde costado y ese látigo 
 y esos blandos canales de sangre enloquecida 
 y esa arena en los ojos 
 y esas sienes abiertas 
 y ese sol perseguido. 
 
16
 Ibid., pp. 55-64. 
16 
 
 Os acusan sin miedo
17
. 
 
 El otro poema con referente real es “Elegía asturiana” y está dedicado a un 
joven minero muerto en octubre. La estrofa final muestra el dolor por la pérdida del 
camarada caído en combate. 
 
 Yo te recuerdo siempre, camarada, 
 sobre un mapa de tiernos mineros fusilados, 
 sobre un cementerio de trigos y de soles, 
 en el incendio de las palomas cansadas, 
 en el derrumbamiento de los puentes heridos 
 y en los sótanos que albergan lamentos
18
. 
 
 Finalmente, un poema que encierra este periodo de poesía en vela, ya que 
vislumbra la antesala de la guerra inevitable es “Entrada en la agonía”. La entrada 
a la agonía se atisba en los últimos versos 
 
 
¿Seré piedra o rumor cuando ese viento 
 que deshoja la flor de mi alegría 
 me arrima este dolor por compañero? 
 
¿Quién detendrá mi voz cuando ya siento 
 latir el corazón de la agonía 
 dentro del corazón que yo más quiero?
19
 
 
Y con este poema que anuncia la aproximación de la guerra y con ella la 
angustia y la desesperación, damos por concluida esta fase de poesía en vela. 
 
 
 
 
17
 Ibid., p. 66. 
18
 Ibid., p. 82. 
19
 Ibid., p. 71. 
17 
 
1.1.2 Poesía en guerra 
En el año de 1936, los estudios de Sánchez Vázquez en la universidad Central de 
Madrid se ven interrumpidos por el estallido de la Guerra civil. La sublevación 
franquista del 18 de julio le sorprende en Málaga. Por aquellos días, escribe El 
pulso ardiendo, obra ya referida
20
. La tensión del momento es descrita por nuestro 
autor en los términos que siguen: “Los obreros se lanzaron espontáneamente a las 
calles y en una lucha heroica en la que los jóvenes de orientación socialista, 
comunista y libertaria ocupaban las primeras filas, aplastaron la insurrección”21. No 
obstante, la conflagración apenas comenzaba. Sánchez Vázquez es uno de los 
jóvenes que se lanzan en contra del golpe de Estado y, antes de su derrota, 
impiden, casi durante tres años, la invasión franquista en centros importantes de 
España. Su participación tiene lugar como miembro de la Juventud Socialista 
Unificada (JSU), surgida en abril de la fusión de las juventudes socialista y 
comunista. Dentro de esta organización, en Málaga, Sánchez Vázquez funge 
como miembro de su comité provincial y como editor de su órgano Octubre
22
. 
 
 Durante la guerra, su producción poética se reduce a un escaso número de 
romances, los cuales van apareciendo paulatinamente en las publicaciones de la 
prensa militante y que posteriormente serán recogidos en el Romancero General 
de España. En esta tesitura, destaca el romance “Proclama”; éste es una 
incitación a la lucha armada acorde con el momento en que se escribe, julio de 
1936, cuando las hostilidades recién comenzaban. Se publicó dos meses después 
en Octubre. Este poema hace un exhorto al ataque, a la lucha contra el fascismo; 
a la recuperación de posiciones, como las de Córdoba y Granada. En él se aprecia 
un ánimo furibundo y optimista. En este tenor, según la opinión de Gutiérrez 
Navas, en el poema aparece la personificación de los pulsos, que refieren a los 
 
20
 Vid. Supra 1.1.1. Poesía en vela 
21
 Adolfo Sánchez Vázquez, “Postscriptum político-filosófico a ‘Mi obra filosófica’” en Juliana González, 
Carlos Pereyra y Gabriel Vargas Lozano (editores), Praxis y filosofía. Ensayos en homenaje a Adolfo Sánchez 
Vázquez, México, Grijalbo, 1985, p. 451. 
22
 Idem. 
18 
 
“pulsos derrotados” del fascismo23. Plasmamos íntegramente el romance 
“Proclama” 
 
¡Camaradas! 
Las antenas de todo el mundo radian vuestro heroísmo 
 mientras los fusiles desclavan las banderas del hambre! (sic.) 
¡Adelante! 
Contra el fascismo, 
contra su vientre, 
contra su sangre, 
contra los que dejaron un fulgor de vidrio 
 en la mirada de nuestros hermanos presos, 
 contra los que abrieron un canal de fiebre en los oídos 
 cuando el paro acuchillaba vuestras sienes, 
 contra los que desvelaron la risa de vuestros hijos 
hasta convertirla en gritos. 
 
¡Adelante hacia Córdoba y Granada! 
 Que el fascismo cierra los ojos de nuestros camaradas 
y ametralla para siempre sus pupilas 
y en cada garganta levanta 
un muro de voces torturadas. 
 
¡Adelante! 
Que los disparos cerquen los silencios 
 mientras los palacios vomitan el lujo por ventanas 
turbias. 
 Que se despierten los cuerpos prisioneros 
que la victoria acelera sus latidos 
 
Adelante, camaradas 
 que el hambre no dormirá por vuestras venas 
ni el paro acuchillará vuestras sienes, 
 ni iluminará vuestros ojos la luz dolorosa de la comisaría! 
 
 
23
 María Dolores Gutiérrez Navas, Op. cit., p. 32. 
19 
 
¡Adelante! 
 Que el fascismo se esconde en su agonía 
tras un muro de pulsos derrotados, 
 mientras entre nosotros crece la nueva vida
24
 
 
 A mediados de enero de 1937 se desplaza a Valencia para asistir como 
delegado de la Conferencia Nacional delas Juventudes Socialistas Unificadas. A 
los pocos días de su regreso a Málaga cae la ciudad bajo el control de la artillería 
franquista. Sobre este acontecimiento, Sánchez Vázquez cuenta: 
 
Los tanques sembraban la muerte muy cerca (…) Era preciso oponer un muro de 
sangre, de carne viva a aquella techumbre que se desplomaba. Un muro así no 
podía darnos la victoria, pero podía salvar miles de vidas. Miles de voluntarios 
marcharon al frente. Sabían, al marchar, que la tierra que pisaban a su paso no la 
pisarían más. Y ahí quedaron tendidos en las carreteras, aplastados por los 
tanques, ametrallados por los aviones, convertidos para siempre en simiente de 
abnegación y sacrificio
25
 
 
Ante este aterrador panorama, nuestro autor huye, junto con miles de 
malagueños, hacia Almería. El éxodo por la carretera de Almería, batida por el 
fuego de las tropas enemigas, es una de las páginas más dramáticas de la guerra, 
de cuyo testimonio Sánchez Vázquez escribe: 
 
Al anochecer, hundidos en un silencio impresionante, comenzó el éxodo. Se 
abandonaba Málaga con el pulso encogido. Las calles tenían la sensación de 
soledad (…) Era aquella soledad la que mordía nuestros nervios (…) Y los 
hombres, las mujeres y los niños tomaban el camino de El Palo (…) Durante toda 
la noche del domingo (…) miles y miles de personas pasaron Torre del Mar. Se 
entraba en un nuevo clima, ya que el aire no pesaba con tanto aplomo. El grueso 
de la caravana pudo continuar. Y desde entonces, Torre del Mar fue un nombre 
que golpeaba todos los oídos como un llamamiento desesperado. Ya sólo había 
una preocupación: avanzar, avanzar… Acelerar la marcha era acercarse a la vida. 
El éxodo adquiere ahora la categoría de un martirio continuo. Hay pies que se 
niegan a marchar, y, sin embargo, marchan. Hay ojos que quieren cerrarse, y, sin 
embargo, se abren dolorosamente, con la mirada fija, y flotando, sin respuesta, 
siempre la misma pregunta: ¿Dónde está el fin? ¿Dónde termina la angustia? Y así 
un minuto, y otro, y otro… la caravana marcha pesadamente (…) Las madres 
 
24
 Adolfo Sánchez Vázquez, Poesía, México, Fondo de cultura Económica y Centro Cultural de la generación 
del 27, 2005, pp. 85-86. 
25
 Adolfo Sánchez Vázquez, apud. Ana Lucas “Adolfo Sánchez Vázquez: vida y obra” en Federico Álvarez 
(editor), Adolfo Sánchez Vázquez: los trabajos y los días (semblanzas y entrevistas), México, Facultad de 
Filosofía y Letras (UNAM), 1995, p. 336. 
20 
 
llaman a sus pequeños. ¿Por qué tanto crimen? La respuesta está ahí. En los 
estampidos secos de esos barcos que disparan desde doscientos metros, 
partiendo la masa humana en pedazos que sangran (…) 
Pero la tragedia crece en esos padres que ven a sus hijos clamando, gritando, 
mientras suena el tableteo de las ametralladoras. Y así hasta Motril. Después la 
odisea continúa. Los que llegaron hasta Almería con los pies abiertos, el corazón 
hundido, con la familia desecha, han levantado para siempre la acusación más 
firme contra la barbarie del fascismo
26
. 
 
 Tras la caída de Málaga, se desplaza hacia Valencia, donde Santiago 
Carrillo, en nombre de la Comisión Ejecutiva de la JSU, le encomienda trasladarse 
a Madrid para ocupar la dirección del periódico Ahora, principal medio de 
expresión de la JSU, la cual mantiene por seis meses. Sobre su cargo en el 
periódico puntualiza: 
 
Teniendo en cuenta que se trataba del órgano central de expresión de la 
organización juvenil más importante de la zona republicana con más de 200 mil 
miembros y la enorme influencia que tenía a través de ellos en el Ejército Popular, 
se trataba de una enorme responsabilidad a mis 21 años
27
. 
 
 Además de la enorme responsabilidad de su cargo, hay que añadir las 
circunstancias poco afortunadas en las que realiza sus actividades: “Nuestro 
edificio quedaba en medio de las instalaciones artilleras republicanas y las del 
enemigo, razón por la cual tuve que acostumbrarme a escribir los artículos de 
fondo y comentarios en duelos ensordecedores de los cañones de uno y otro 
signo”28 
 A principios de julio de 1937, como director de Ahora, asiste a las sesiones 
del II Congreso Internacional de Escritores Antifascistas, celebrado en Madrid. En 
esa oportunidad conoce a intelectuales de la más alta envergadura como Malraux, 
Tristán Tzara, Louis Aragón, Stepehen Spender, César Vallejo, Carpentier, 
Octavio Paz y Pita Rodríguez entre otros29. 
 
 
26
 Idem. 
27
 Adolfo Sánchez Vázquez, “Postscriptum político-filosófico a ‘Mi obra filosófica’” en Juliana González, 
Carlos Pereyra y Gabriel Vargas Lozano (editores), Praxis y filosofía. Ensayos en homenaje a Adolfo Sánchez 
Vázquez, México, Grijalbo, 1985, p. 452. 
28
 Idem. 
29
 Vid. Idem. 
21 
 
 En septiembre de ese año, después de una polémica del periódico con una 
delegación socialista internacional, Sánchez Vázquez deja su cargo de director y 
pide a la Comisión Ejecutiva de la JSU su traslado al frente de batalla. Se 
incorpora a la XI División, a las órdenes de Enrique Líster. Ahí se hace cargo de 
las labores de prensa y propaganda y dirige el periódico ¡Pasaremos!, en el que 
participan también Miguel Hernández y José Herrera Petere. Poco tiempo 
después, se hace cargo de la dirección de Acero, órgano del V Cuerpo del Ejército 
y participa en la batalla de Teruel. De esta época destacan una memorable crónica 
de la batalla que Sánchez Vázquez publica en ¡Pasaremos! Reproducimos parte 
de ésta: 
 
Una mañana helada de diciembre (…) los soldados de la Once División se 
dirigieron hacia los Altos de Celadas… Desde aquí, al rayar el día, se lanzaron 
hacia adelante por terreno enemigo. En aquellos momentos varios cuerpos de 
ejército, millares y millares de hombres, en un silencio impresionante avanzaban 
en distintas direcciones… Todos con una audacia ejemplar, con una precisión 
propia de un gran ejército… El objetivo final era Teruel. En menos de tres horas, 
marchando sobre el frio y la nieve, la Once División cortó las comunicaciones de la 
capital. San Blas cayó en nuestro poder rápidamente. Y Concud (…) cayó al 
oscurecer el mismo día…
30
 
 
 Otro texto importante es “Al héroe caído”, escrito en el frente de Teruel, en 
diciembre de 1937. Se trata de siete tercetos, publicados en Acero. En este poema 
resalta la figura del héroe muerto en la batalla: 
 
 Tu corazón caliente, derribado, 
 levanta un estandarte en la mañana 
 por la pendiente del dolor cruzado. 
 
Contra el rumbo del aire, se devana 
 gran madeja de muerte en tu cintura 
 enredada de sangre en tu ventana. 
 
Entre nieblas de pólvora, va oscura 
la mano que te lleva hacia estaciones 
 
30
 Adolfo Sánchez Vázquez, apud., Ana Lucas, Op.cit., p. 339. 
22 
 
que clavarán la muerte en tu espesura. 
 
¡Camaradas, de esbeltos corazones, 
vedle muerto, caído, prisionero, 
del ataque de mudos tiburones! 
 
¡Vedle, pronto, vosotros, marinero, 
aviador, tanquista, combatiente, 
navegando sin vida, sin remero! 
 
¡Que se aparten las manos de su frente, 
Que en pañuelos de sangre, no vencida, 
van bordando un gemido transparente! 
 
De pie, junto a su mano descendida, 
firmes estamos, el fusil al brazo, 
muro ardiente sobre la pena erguida
31
 
 
 Tiempo después, el 27 de abril de 1938, debido a los logros de Teruel, 
Enrique Líster y Santiago Álvarez son ascendidos a jefe y comisario político del V 
Cuerpo de Ejército, respectivamente, y con ellos, Adolfo Sánchez Vázquez a 
comisario de prensa y propaganda y redactor en jefe de la revista Acero. El 
comisariado al que pertenece Sánchez Vázquez es llamado por los soldados el 
“Batallón del talento”32. Sobre dicho Batallón, Líster expresa 
 
El ‘Batallón del Talento fue una magnifica unidad de combate, cadauno de sus 
hombres, disparando con su pluma y su palabra representaba muchas veces más 
que diez y más que cien combatientes disparando con el fusil. El grupo de 
combatientes al que soldados y mandos habían bautizado cariñosamente con el 
nombre de “Batallón del Talento” lo formaban poetas, periodistas, dibujantes (…) 
 
31
 Adolfo Sánchez Vázquez, Poesía, México, Fondo de Cultura Económica y Centro Cultural de la 
Generación del 27, 2005, p. 98. 
32
 Adolfo Sánchez Vázquez, “Postscriptum político-filosófico” en Op. cit., p. 454. 
23 
 
Los hombres del “Batallón del Talento” no sólo empleaban la pluma sino también la 
bomba y el fusil cuando la situación lo exigía
33
. 
 
Sánchez Vázquez permanece en el V Cuerpo de Ejército durante la Guerra 
civil. En el frente del Ebro, escribe un nuevo soneto “Miliciano muerto” con impulso 
similar a “Al héroe caído”, sólo que en esta ocasión, lejos de ensalzar el heroísmo, 
su autor se enfoca en la contradicción de que la muerte puede ser semilla de vida. 
El primer cuarteto y el último terceto ilustran esta idea. 
 
Mortal contradicción, nudo implacable: 
la vida por la muerte se sostiene. 
No mures tú (sic.), semilla que retiene 
el árbol de la sangre perdurable 
(…) 
Pero otras vidas con tu muerte asoman 
y el toro, con tu muerte encarcelado, 
nuevamente recobra la salida
34
. 
 
“Tres canciones del Ebro “ son escritas en idéntica fecha que el anterior. En 
ellas, el desaliento por el infortunio de la guerra es un rasgo distintivo; sin 
embargo, en la parte final, el autor hace un llamado desesperado a la resistencia 
estoica: 
 
 Seré como piedra firme, 
 más duro que el duro mármol. 
 ¡Vengan tormentas de fuego, 
 que en esta sierra os aguardo!
35
. 
 
 
33
 Enrique Líster, apud., Stefan Gandler, Marxismo crítico en México: Adolfo Sánchez Vázquez y Bolívar 
Echeverría, pról. Michael Löwy, tr. Stefan Gandler, México, Fondo de Cultura Económica, Facultad de 
Filosofía y Letras (UNAM) y Universidad Autónoma de Querétaro, 2007, p. 60. 
34
 Adolfo Sánchez Vázquez, Poesía, México, Fondo de Cultura Económica y Centro Cultural de la 
Generación del 27, 2005, p. 99. 
35
 Ibid., p. 101. 
24 
 
Tras severas derrotas en el Ebro y ante la inminencia de la derrota, 
Sánchez Vázquez escribe “Guerrillero en la noche”, que data de diciembre de 
1938; se trata de un soneto en el que la tristeza se percibe entre líneas, y en el 
último terceto se hace patente cuando dice: 
 
 Los campos toman tu color humano; 
 el agua su tristeza transparenta, 
 y hasta el aire ya tiene sentimiento
36
. 
 
De acuerdo con Dolores Gutiérrez Navas, resulta importante señalar que la 
producción poética de Sánchez Vázquez durante la guerra a traviesa por diversas 
etapas: desde las llamadas de combate de los primeros meses, hasta las 
reflexiones sobre la muerte que se presentan en los últimos poemas37. 
 
Después de la caída del frente del Ebro, el cuerpo cruza la frontera francesa 
el 9 de febrero de 1939, aunque Sánchez Vázquez permanece en España, pues 
tiene que realizar una tarea especial encomendada por el Estado Mayor, cuando 
intenta llegar a la frontera francesa, casi es capturado por los franquistas; no 
obstante, logra llegar a Perpignan, en donde permanece hasta la caída de Madrid. 
Después de ese acontecimiento, viaja junto a Santiago Álvarez, a París, y de ahí, 
se traslada, con Juan Rejano, a Roissy-en-Brie, donde la Asociación de Escritores 
Franceses ha procurado albergue a algunos intelectuales españoles38. 
 
Con la toma de la capital española se da por terminada la Guerra civil y 
también este periodo de poesía en guerra. De “poesía en guerra” porque, de 
acuerdo con Sánchez Vázquez, en todos estos poemas no se trata de una poesía 
sobre la guerra, sino que afirma, retomando una expresión de María Zambrano, 
 
36
 Ibid., p. 102. 
37
 María Dolores Gutiérrez Navas, Op. cit., p. 34. 
38
 Cf. Adolfo Sánchez Vázquez, “Postscriptum político filosófico a ‘mi obra filosófica`” en Op. cit., pp. 454-
455. 
25 
 
que en tales circunstancias “la poesía sólo puede estar en guerra”39 es decir, que 
esta actividad no es impasible ante tales circunstancias, sino que toma posición 
sobre las mismas: las crítica, las denuncia y llama a la movilización para 
terminarlas, como terminado queda el presente apartado. 
 
 
1.1.3 Poesía en el exilio 
Durante tres meses de incertidumbre en París, el anuncio del presidente de 
México, Lázaro Cárdenas, de que su país abriría las puertas a los refugiados 
españoles, es como un rayo de luz en un momento de sombras; es la posibilidad 
de un nuevo comienzo. Así, a finales de mayo de 1939, Sánchez Vázquez parte 
del puerto Séte en el primer barco, el Sinaia, que lleva a cabo una expedición de 
refugiados españoles a México. Sobre su embarque comenta: 
 
Al subir finalmente las escalerillas del barco, en cada uno se debatían los más 
encontrados sentimientos: por un lado, la ira al recordar las frescas humillaciones y 
vejaciones, la tristeza y la amargura al pensar en los que quedaban en los campos 
de concentración de Francia o en los familiares de España; y, por otro, el gozo de 
abandonar una tierra ingrata y la ilusión de alcanzar otra en la que serían tratados 
como ciudadanos
40
. 
 
Durante el viaje colabora con Pedro Garfias y Juan Rejano, entre otros en la 
elaboración de un periódico a bordo41. La travesía llega a su fin después de 
dieciocho largos días. El barco arriba en Veracruz. En el puerto daban una 
bienvenida entusiasta unas veinte mil personas, entre las que destacan el 
secretario de Gobernación, García Téllez y Vicente Lombardo Toledano, 
secretario general de la Confederación de Trabajadores de México, entre otros.42 
Con la llegada a México comienza una nueva etapa: la del exilio. 
 
 
39
 Adolfo Sánchez Vázquez, Una trayectoria intelectual comprometida, México, Facultad de Filosofía y 
Letras (UNAM), 2005, p. 28. 
40
 Adolfo Sánchez Vázquez, Del exilio en México. Recuerdos y reflexiones, México, Grijalbo, 1997, p. 22. 
41
 Idem. 
42
 Ibid., p. 27 
26 
 
Las actividades de Sánchez Vázquez en los inicios del exilio son 
principalmente de tipo político y cultural. Participa activamente en la creación de 
diversas publicaciones como Romance, España peregrina y Ultramar. Asimismo, 
se encarga del Boletín de Información de la Unión de Intelectuales Españoles en 
México, organización de la que llega a ser vicepresidente. 
 
Ahora bien, en cuanto a la producción poética de nuestro autor en este 
periodo, encontramos “Elegía a una tarde de julio” (1940), que es su primer poema 
escrito después de la guerra, cuando lleva ocho meses en nuestro país. Se trata 
de un poema largo, compuesto de catorce fragmentos, escrito en verso libre y tono 
enardecido. En sus primeros fragmentos, su autor recuerda el comienzo de la 
guerra y sus ulteriores consecuencias; en los versos subsiguientes hace un 
llamado a tomar conciencia sobre los hechos acaecidos durante la misma: los 
muertos, las victimas, y en la parte final, se percibe un fuerte tono de denuncia, 
que aspira a no dejar incólumes a los responsables de tan atroces actos. Así, 
leemos en el fragmento XIII: “/…preguntad/¿Dónde están los culpables?/Y la 
pregunta no se quede en el aire/” y después en el XIV y último confirma: 
 
 ¿Culpables? Sí, culpables 
 de esta orgía de sangre, 
 de este mar de lágrimas y llantos, 
 de este muro impasible 
 en el que se estrella la ternura 
 de esta red de mortajas y de lutos, 
 de este río de dolor y desventuras 
 que corre, desbordado, sin riberas 
 desde esta tarde de julio
43
. 
 
Además, en esta composición poética reaparecela figura del pulso, del 
pulso ardiendo, en los fragmentos IX cuando escribe “/Era Julio/Ardían el agua, la 
 
43
 Adolfo Sánchez Vázquez, Poesía, México, Fondo de cultura Económica-Centro Cultural de la Generación 
del 27, 2005, p. 116. 
27 
 
tierra y el aire/También mi pulso estaba ardiendo” y XII “/Mi pulso estaba 
ardiendo/como el toro de la plaza/”44. Como podemos apreciar del último verso, el 
autor utiliza figuras taurinas, en las que el toro se asemeja a la resistencia firme 
del pueblo español que, al final, al igual que el toro bravío termina siendo 
sacrificado. 
 
Sobre la experiencia del exilio, cuando más agudos son los sentimientos de 
tristeza, dolor y esperanza, destaca “El desterrado”, donde se refiere al desterrado 
concreto como aquel que no tiene sostén firme ni raíz. El terceto final expresa esta 
idea: “/Torre humana o árbol sobrehumano/contra el hacha, en el aire levantado/ 
sin raíz ni cimiento, desterrado”45. Continuando con sentimientos sobre el 
destierro, específicamente, con aquel que pone de manifiesto que el destierro no 
termina con la muerte, se encuentra “El desterrado muerto”, que en sus tercetos 
finales expresa el sentir antes dicho del modo siguiente: 
 
 El destierro no para con tu muerte 
 que, implacable, dilata tu destino, 
 bajo la tierra misma prolongado. 
 
 Tú no descansas, no, con esta suerte 
 de muerte enajenada; con el sino 
de estar bajo la tierra desterrado
46
. 
 
 Otro soneto, titulado –como el primer verso que lo compone– “Al dolor del 
destierro condenados”, en el cual se expresa que la medida o criterio del 
desterrado es su propio destierro. 
 
Al dolor del destierro condenados 
 –la raíz en la tierra que perdimos–, 
 con el dolor humano nos medimos, 
 
44
 Ibid., pp. 112, 114. 
45
 Ibid., p. 131. 
46
 Ibid., p. 139. 
28 
 
 que no hay mejor medida, desterrados, 
 
(…) 
 
Por él (el destierro) nuestra verdad se delimita 
 contra toda carroña originaria 
 y el destierro se vuelve fundamento
47
. 
 
 De este poema y del previo, se puede entender la concepción de nuestro 
autor sobre el exilio. Para él, el exiliado es, literalmente, un aterrado48 (en sentido 
originario: sin tierra) ni raíz ni centro del cual asirse; mientras que el exilio es “… 
un desgarrón que no acaba de desgarrarse; una herida que no cicatriza, una 
puerta que parece abrirse y que nunca se abre”49, y aun cuando se den las 
condiciones materiales para acabar con el exilio –con el paso del tiempo– el 
exiliado no dejara de serlo, porque en la patria que lo acogió ha echado nuevas 
raíces, y es cuando se presenta un nuevo desgarrón. Es entonces cuando 
 
…el exiliado descubre con estupor primero, con dolor después, con cierta ironía 
más tarde, en el momento mismo en que objetivamente ha terminado su exilio, que 
el tiempo no ha pasado impunemente, y que tanto si vuelve como si no vuelve, 
jamás dejará de ser un exiliado
50
. 
 
Tan profunda es la experiencia del exilio para nuestro autor, que años más 
tarde la confrontará con la de José Gaos –otro ilustre exiliado–, para quien el exilio 
no es un destierro, sino un “transtierro” y, por tanto, el desterrado no es un 
aterrado, sino un transterrado. El transtierro evoca la imagen de un transplante de 
tierra, una tierra que no se ve como ajena, sino propia. Se trata de un suelo fértil 
que comparte con la tierra de origen rasgos culturales; se trata de una 
prolongación de la patria perdida, pero una prolongación en la que no está la 
 
47
 Ibid., p. 144. (La cursiva es nuestra) 
48
 Cf. Adolfo Sánchez Vázquez “Fin del exilio y exilio sin fin” en Adolfo Sánchez Vázquez, Ensayos 
marxistas sobre historia y política, México, Océano, 1985, p. 166. 
49
 Ibid., p. 165. 
50
 Ibid., p. 167. 
29 
 
sombra del franquismo. Por esto, la tierra de llegada es una tierra de nuevos bríos 
y esperanzas, en la que varios de los intelectuales exiliados –Sánchez Vázquez 
entre ellos– realizaran su obra. Con el paso de los años, el exiliado ve a la tierra 
que lo acoge como una suma de dos raíces, de dos tierras, de dos esperanzas. 
Sólo en este punto, el destierro se convierte en transtierro y es cuando se puede 
afirmar que –de acuerdo con Sánchez Vázquez– “Lo decisivo no es estar –acá o 
allá– sino cómo se está”51. La idea del destierro convertido en transtierro se ilustra 
en los tercetos finales del soneto “La tierra que pisamos”: 
 
 comprendo que mi vida está fundada 
 en no afirmarlas plantas en el suelo 
 donde tengo la vida trasplantada . 
 
 ¡Oh tierra que me ofreces tu consuelo! 
 Dejándome seguir mi derrotero, 
 más cerca estoy de ti, más prisionero
52
. 
 
 Hay otros poemas que se refieren a la experiencia del exilio; sin embargo, 
consideramos que los señalados ofrecen una visión precisa de la concepción del 
exilio en su expresión poética de nuestro autor, y por ello, no entraremos en mayor 
detalle. Por otra parte, la obra poética de Sánchez Vázquez, en este periodo, no 
se agota en el tema del exilio, sino que su espectro se diversifica. Así, 
encontramos poemas como “La paloma de Picasso” de carácter pacifista. En él su 
autor se esfuerza en mostrar el esfuerzo que debe hacer la humanidad para 
establecer la paz en el mundo. Otro poema es “Afirmación de amor”, en el cual el 
autor exalta ese sentimiento en varias de sus modalidades. Uno más es “A León 
Felipe en su 70 cumpleaños”, leído por Sánchez Vázquez en el homenaje al poeta 
español, celebrado el 11 de abril de 1954. 
 
 
51
 Idem. 
52
 Adolfo Sánchez Vázquez, Poesía, México, Fondo de Cultura Económica-Centro cultural de la Generación 
del 27, 2005, p. 142. 
30 
 
 Finalmente, hay un acercamiento más de Sánchez Vázquez con la poesía, 
aunque no como creador, sino como analista. Se trata de la elaboración de una 
tesis de posgrado sobre “El sentido del tiempo en la poesía de Antonio Machado”, 
la cual no terminaría. Así que su fase como poeta puede darse por finalizada en 
1954 con el poema dedicado a León Felipe. 
 
 
1.2 De la filosofía 
 El final de la actividad poética de nuestro autor en los años cincuenta coincide con 
el inicio de su actividad filosófica. En cuanto al abandono de la primera actividad, 
Sánchez Vázquez señala que no tiene una respuesta para este hecho; sin 
embargo, ese abandono no es producto de una decisión deliberada, consciente53, 
sino que se trata del fruto de una serie de circunstancias vitales en las que se ve 
inmerso. De tales circunstancias destacan las siguientes: 1) una absorbente 
militancia política, 2) la realización de diversas actividades para poder subsistir, 
entre ellas la enseñanza de la filosofía, actividad que se inicia en 1941 cuando se 
traslada a Morelia para impartir clases a nivel bachillerato en el Colegio de San 
Nicolás de Hidalgo de la Universidad Michoacana y 3) la prolongación del exilio, 
esto es, cuando la posibilidad del retorno a España se ve lejana, cuando el 
destierro se va transformando en transtierro, y con ello el abandono del tema 
primordial de su poesía: el destierro. Asimismo, podemos añadir que la extensión 
del exilio, determinado por el apoyo de Estados Unidos a Franco durante la 
Guerra Fría, origina la idea en Sánchez Vázquez de que es indispensable una 
mayor dosis de teoría para abordar los problemas políticos del momento 
 
Sentí por ello la necesidad de consagrar más tiempo a la reflexión, a la 
fundamentación razonada de mi actividad política sobre todo cuando arraigadas 
creencias –en la ‘patria del proletariado’– comenzaban a venirse abajo. De ahí que 
me propusiera por entonces elevar mi formación teórica marxista y, en 
consecuencia, prestar más atención ala filosofía que a las letras
54
. 
 
53
 Vid. Adolfo Sánchez Vázquez, Una trayectoria intelectual comprometida, México, Facultad de Filosofía y 
Letras (UNAM), 2006, p. 41. 
54
 Adolfo Sánchez Vázquez, “Postscriptum político-filosófico a ‘mi obra filosófica`” en Op. cit., p. 462. 
31 
 
 
 Como podemos apreciar, las circunstancias hacen virar a nuestro autor de 
la poesía hacia la filosofía. Toda su incursión en la filosofía estaría cobijada por la 
Universidad Nacional Autónoma de México, de la cual sería profesor e 
investigador emérito. Sin embargo, el quehacer poético no quedaría en el olvido, 
puesto que Sánchez Vázquez entraría a la filosofía y al marxismo por la estética. 
 
Retorna a la Universidad, al edificio de Mascarones, en donde predomina el 
vitalismo, el historicismo, mucho Heidegger, el tomismo y el neokantismo. El 
marxismo es casi un ausente, salvo por el seminario del doctor Gaos sobre la 
Lógica de Hegel y los cursos de lógica dialéctica, impartidos por Eli de Gortari, con 
quien inicia su labor docente como ayudante de 1952 a 1954. A él lo calificará 
Sánchez Vázquez como el único profesor marxista que encontrará en la 
universidad mexicana. De él se expresa en concreto: “De Gortari fue para mí el 
primer filósofo marxista de carne y hueso…”
55
. 
 En la actividad intelectual de Adolfo de esta etapa destacan sus trabajos de 
análisis literario y filosófico que apuntan ya hacia la estética. En esta etapa de 
transición de la literatura hacia la filosofía resaltan trabajos como “El sentido del 
tiempo en la poesía de Antonio Machado”, conferencia presentada en el 
centenario de la muerte de Gogol, fruto de su investigación anterior; “Humanismo 
y visión de España en Antonio Machado”, entre otros. 
 
 
1.2.1 De la estética 
En 1954, asiste como delegado del Partido Comunista Español en México al V 
Congreso, celebrado clandestinamente cerca de Praga y desde esa ciudad se 
traslada a Moscú. Esta breve estancia la recuerda José Sandoval, exiliado por 
entonces en la Unión Soviética: 
 
 
55
 Ídem. 
32 
 
Ya por entonces [Sánchez Vázquez] estaba muy entusiasmado con los temas de 
estética y marxismo. Tenía gran interés por conocer los textos recientes que sobre 
estética se escribían en la Unión Soviética ¨ (…) Recuerdo que me hice con 
algunos libros para darle. Luego Adolfo publicó, creo recordar, un artículo sobre 
estos temas en el número 3 de Nuestras ideas, en Bruselas, pero pronto adoptó 
una postura más crítica y se volcó más en el estudio directo de las obras de Marx 
para abordar desde ahí las cuestiones estéticas que le interesaban
56
. 
 
 Con este antecedente, en 1956 hace su primera aportación filosófica en el 
campo de estética con su tesis de maestría titulada Conciencia y realidad en la 
obra de arte. La tesis versa sobre la relación entre la consciencia del artista 
encarnada en su obra y la realidad. Al poner mayor énfasis en la representación 
verídica de ésta en la obra de arte, se privilegia una forma concreta del arte: el 
realismo, doctrina estética predominante en los países soviéticos. En esta época, 
Sánchez Vázquez tiene una fuerte influencia de las ideas del realismo socialista, 
cuya tesis primordial es que la obra de arte es valiosa en cuanto que muestra las 
condiciones reales de existencia de una sociedad determinada. Para esta 
concepción, si el arte no muestra tales condiciones, entonces no es valiosa. En 
este sentido, quedan fuera todas aquellas corrientes estéticas no realistas, como 
los movimientos vanguardistas. 
 
Ahora bien, el problema del realismo trae consigo el de la ideología, puesto 
que la visión de la realidad –verdadera o falsa– depende de la ideología que la 
inspira. Sin embargo, al tocar esta cuestión, se aborda también el problema 
presente en Marx de que la obra de arte trasciende a su contenido ideológico. La 
solución que da Sánchez Vázquez es que el contenido ideológico de la obra de 
arte está integrado en la misma, en unidad indisoluble con la forma, con lo cual la 
obra rebasa los límites de su época. No obstante estos intentos por salir de la 
postura dominante, su producción se desplaza en los terrenos del marxismo 
ortodoxo, como él mismo lo anuncia: “Si bien proseguía el intento de abrir nuevas 
 
56
 José Sandoval apud., Ana Lucas, “Adolfo Sánchez Vázquez: vida y obra” en Federico Álvarez (editor), 
Adolfo Sánchez Vázquez: los trabajos y los días (semblanzas y entrevistas), México, Facultad de Filosofía y 
Letras (UNAM), 1995, p. 352. 
 
33 
 
brechas en la roca inconmovible de la estética soviética, no acababa de romper el 
marco teórico ‘ortodoxo’”57. 
 
El rompimiento con el marxismo ortodoxo llegará hasta finales de los años 
cincuentas, causado por acontecimientos políticos y teóricos. En cuanto a los 
acontecimientos políticos resaltan, primero, las revelaciones de Jruschov en su 
famoso “informe secreto” al XXII Congreso del PCUS, en 1956. El segundo 
corresponde a la propia organización interna del partido en la emigración 
mexicana, que chocaba con las ideas de la dirección del PC. El tercer 
acontecimiento es la Revolución cubana. Estos tres acontecimientos son el 
detonante para que Sánchez Vázquez elabore una revisión crítica del marxismo a 
partir del contacto directo con sus fuentes. El primer acercamiento directo a las 
fuentes es la lectura de la obra juvenil de Marx, particularmente, los Manuscritos 
económico-filosóficos de 1844. En esta obra, Sánchez Vázquez encuentra, por un 
lado, una concepción del hombre, la sociedad y la naturaleza que no corresponde 
a la visión determinista del marxismo oficial y, por otro, rastrea ciertas ideas 
estéticas que derrumban la estética marxista-leninista. El producto de este 
descubrimiento quedará plasmado en diversos trabajos como: “Las ideas estéticas 
en las Manuscritos económico-filosóficos de Marx” (1961), el cual más tarde sería 
reelaborado y titulado “Las ideas de Marx sobre las fuentes de los estético”, mismo 
que será publicado en una de las obras principales de nuestro autor: Las ideas 
estéticas de Marx (1965). En este libro, a partir de las ideas estéticas de Marx, se 
somete a crítica la estética del realismo socialista y se apunta hacia una nueva 
estética de inspiración marxista. Se trata de una estética de inspiración marxista 
porque, de acuerdo con Sánchez Vázquez, “Marx no dejó en este campo un 
corpus teórico o conjunto sistemático de ideas que pudieran constituir un tratado 
de estética sino una serie de ideas que, desarrolladas, podrían servir de base para 
construir una estética”58. Para nuestro autor, las ideas más sobresalientes de 
 
57
 Adolfo Sánchez Vázquez apud. Ana Lucas, Op. cit., p. 353. 
58
 Adolfo Sánchez Vázquez, Una trayectoria intelectual comprometida, México, Facultad de Filosofía y 
Letras (UNAM), 2006, p. 46. 
34 
 
Marx, en este rubro, son 1) La idea del arte como trabajo creador a partir de la 
concepción del trabajo humano que aparece en los Manuscritos; 2) la idea del 
realismo como forma necesaria del arte por su función cognoscitiva, aunque su 
verdadero alcance es tergiversado al identificar arte y realismo; 3) la idea de 
hostilidad del capitalismo al arte59. 
 
Retomemos la primera de estas ideas. De acuerdo con Sánchez Vázquez, 
una de las tesis centrales de Marx en los Manuscritos es la del trabajo como la 
esencia del hombre. A partir de ella, Marx establece su crítica al capitalismo. Ésta 
se presenta del modo siguiente: la enajenación del trabajo del obrero, presente en 
el capitalismo, deshumaniza al trabajador, al reducirlo a simple medio, cosa, 
mercancía. En otras palabras: lo priva de su esencia humana. Así el arte, en tantoactividad práctica, propia del hombre –al igual que el trabajo– abre la puerta para 
recuperar esa esencia, negada en el trabajo enajenado. Asimismo, el arte se 
presenta como una expresión de la creatividad humana, en cualquiera de sus 
formas históricas, razón por la cual no se sostiene la tesis soviética del realismo 
como auténtica forma de arte o forma artística por excelencia y desechar las 
corrientes vanguardistas, acusándolas de decadentes. Así la concepción del arte 
como trabajo creador se contrapone a la identificación de arte con realismo y por 
ello permite reivindicar también al arte abstracto. En este punto, encontramos un 
deslinde definitivo de nuestro autor respecto del realismo socialista. Este deslinde 
implica: 1) que Marx nunca sostuvo un postura estética de carácter realista. La 
revisión de los Manuscritos es la prueba de ello. También de esta misma obra se 
desprende que Marx dejó la puerta abierta a la pluralidad de concepciones 
estéticas. 
 
Por otra parte, esta concepción del arte que resalta la creatividad inspira la 
idea de la hostilidad del capitalismo al arte, puesto que dicho sistema de 
producción, al enajenar el trabajo, socava el principio de creatividad, y esta 
 
59
 Ibid., p. 47. 
35 
 
hostilidad se manifiesta en la sujeción del arte al mercado, al convertir la obra de 
arte en mercancía y con ello la supeditación del valor estético de la obra a su valor 
de cambio. 
 
Con este nuevo acercamiento al pensamiento estético de Marx, dirige en la 
Universidad Nacional Autónoma de México un seminario sobre arte y realismo. 
Asimismo, dicta una serie de conferencias, de las cuales destacan “Problemas 
fundamentales de una estética marxista (Universidad de Oriente, Santiago de 
Cuba, 1968), “La estética marxista actual” (Facultad de Filosofía y Letras, 
Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, 1968) y “Vanguardia artística, 
vanguardia política” (Congreso Cultural de la Habana, 1968). Muchas de ellas 
quedan recopiladas en la obra Ensayos marxistas sobre arte y marxismo. 
 
Por otra parte, la crítica a la concepción socialista conduce a Sánchez 
Vázquez a reconocer la pluralidad de posiciones estéticas. De esta preocupación, 
nace la antología Estética y marxismo (1970). La obra recoge una selección de 
textos de destacados autores como Brecht, Lukács, Gramsci, Kosik, Lenin, 
Althusser, Della Volpe, entre otros, relacionados con problemas planteados por 
una estética marxista. La antología contiene una introducción en la que nuestro 
autor expone los principios que una estética marxista debería tener. Esos 
principios son los siguientes: 
 
1) “El hombre como ser práctico, transformador de la naturaleza exterior y de la 
naturaleza humana por el trabajo; 
2) la historia como sucesión de formaciones sociales que tiene siempre como sujetos a 
quienes la hacen: los hombres; 
3) la sociedad como conjunto de relaciones distintas que forman un todo, lo que impide 
abstraer el arte (la relación estética) de otras relaciones sociales (…) y 
4) el principio metodológico y dialéctico de la totalidad aplicado tanto al arte como a la 
obra artística en particular
60
. 
 
 
60
 Ibid., p. 51. 
36 
 
Asimismo, la introducción presenta a cuatro estéticas cuya fuente es el 
marxismo. La primera de ellas gira en torno a la concepción del arte como reflejo; 
la segunda, la estética de Brecht, resalta el aspecto cognoscitivo de la obra de 
arte, dándole un sentido original con sus conceptos de placer, distanciamiento, 
crítica y transformación de la obra. La tercera, se trata de la estética semántica de 
Galvano Della Volpe que al concebir al arte como lenguaje pone énfasis en la 
forma de la obra de arte; mientras que la cuarta es la estética de la praxis que 
concibe a la obra artística como actividad práctica o trabajo creador61. 
 
Después de la publicación de la antología, Sánchez Vázquez se encarga de 
diversos temas: de la estética semántica de Galvano Della Volpe, de la semiótica 
de Yuri Lotman, de la estética de Sartre y de la terrenal de José Revueltas. 
También se ocupa, en diferentes ensayos, del problema de la ideología en los 
escritos de Lenin sobre Tolstoi. Asimismo, pone atención a las relaciones entre 
creación y recepción de la obra de arte, y propone una socialización de la 
creación. 
 
Ahora bien, como fruto de sus cursos de estética en la Facultad de Filosofía 
y Letras durante los años sesentas y ochentas, surge Invitación a la estética 
(1992). En ella, nuestro autor se propone hacer una estética inspirada por 
principios de la obra de Marx. La obra se divide en tres partes: la primera, titulada 
“Anverso y reverso de la estética”, trata sobre el derecho a existir de esta 
disciplina filosófica, después de ser confrontada con sus principales detractores: el 
espectador ingenuo, el espectador cultivado, el artista, el crítico y el filosofo. 
Después de la confrontación, se precisa el objeto de estudio de la estética; en la 
segunda, llamada “La relación estética del hombre con la realidad, se aborda 
justamente el problema planteado por el título. Asimismo, se analizan el sujeto y el 
objeto estéticos, así como la relación indisoluble entre ellos, que es llamada por 
nuestro autor “situación estética”; mientras que en la tercera se examinan las 
 
61
 Cf. Idem. 
37 
 
categorías estéticas, comenzando por la de lo estético, lo bello, lo feo, lo cómico y 
lo grotesco. 
 
Finalmente, tenemos De la estética de la recepción a una estética de la 
participación (2005). Se trata de una obra que recoge cinco conferencias 
pronunciadas por el autor en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM en el 
marco de la Cátedra Maestros del Exilio Español (noviembre de 2004). En ellas se 
examina el papel activo del receptor. Asimismo, con base en el marco social 
capitalista se pone de manifiesto y se valora el contraste de los grandes artistas y 
el arte digital. El contraste se establece del modo que sigue: alto nivel estético y 
baja proyección social en el primero; mientras que en el segundo hay bajo nivel 
estético y amplia extensión social. 
 
En estos dos últimos trabajos Sánchez Vázquez hace una propuesta 
estética propia, a partir de los planteamientos de Marx. 
 
Damos por concluido desarrollo de la producción estética de nuestro autor. 
 
 
1.2.2 El marxismo como filosofía de la praxis 
Las ideas del hombre como ser práctico y del arte como trabajo creador 
provenientes de las investigaciones directas de la obra de Marx realizadas por 
Adolfo Sánchez Vázquez es el cimiento del marxismo entendido como filosofía de 
la praxis. Estas dos ideas llevan a nuestro autor a analizar los aspectos más 
esenciales de la praxis o práctica creadora, entre ellos, los decisivos para 
transformar el mundo humano. De este modo, poco después de la aparición de 
Las ideas estéticas de Marx, la preocupación teórica de nuestro autor es la praxis. 
Para resolver tal inquietud escribe su tesis doctoral titulada Sobre la praxis, la cual 
es dirigida por José Gaos y presentada en 1966 en la Facultad de Filosofía y 
Letras, Este trabajo da lugar a Filosofía de la praxis (1967). Toda esta obra versa 
38 
 
sobre la praxis, entendida como categoría filosófica fundamental, y su objetivo –de 
acuerdo con su autor– 
 
…es precisamente poner de manifiesto ese carácter fundamental de la praxis, que 
ya lo tenía para Marx y que ha sido ignorado tanto por el marxismo cientificista el 
cual reduce el pensamiento de aquél a simple teoría científica, como por el 
marxismo ontológico o metafísico, que gira en torno al problema tradicional del Ser, 
de lo que el mundo es
62
. 
 
Conviene delinear el panorama filosófico con el que se enfrenta la 
propuesta de nuestro autor.Por principio de cuentas, hay que señalar que Marx no dejó una explicación 
sistemática acerca de la función, contenido y destino de la filosofía, aun cuando 
escribió textos importantes como los Manuscritos económico-filosóficos de 1844, 
La ideología alemana, las Tesis sobre Feuerbach o los Grundrisse. 
 
Ahora bien, desde la fundación del materialismo histórico surge la polémica, 
pues Marx no escribió una dialéctica, como era su propósito, y Engels, por su lado, 
fue quien ofreció la primera interpretación de la filosofía fundada por ellos, en su 
obra Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana, en la cual escribe: 
“Marx murió sin que a ninguno de los dos se nos presentase ocasión de volver 
sobre el tema”63. En esta obra y en otras tales como el Anti-Dühring y Dialéctica de 
la naturaleza, Engels manifiesta que 1) había una nueva concepción que 
implicaría una transformación en la forma de construir la filosofía (ya no sería 
empresa de un solo hombre, sino producto colectivo), 2) la dialéctica es la ciencia 
de las leyes generales del universo y 3) la nueva concepción materialista tiene 
como fundamento realizar la síntesis de los resultados de las ciencias. Estas tesis 
de Engels no concuerdan del todo con las ideas de Marx; mientras que los 
 
62
 Adolfo Sánchez Vázquez, Una trayectoria intelectual comprometida, Facultad de Filosofía y Letras 
(UNAM), 2006, p. 68. 
63
 F. Engels, “Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana” en Cuadernos de pasado y presente, 
Córdoba, 1975, p. 17. 
39 
 
intereses de éste se mantienen en lo histórico, los de Engels se amplían al terreno 
de las ciencias naturales. 
 
A estas divergencias teóricas, hay que añadir las vicisitudes políticas e 
ideológicas surgidas en la construcción del socialismo real y que condicionaron la 
interpretación de los clásicos. En el caso del estado soviético, la concepción oficial 
del marxismo está vinculada a proporcionar una ideología que sirva de 
legitimación del régimen. Este haz de circunstancias teóricas y políticas forma lo 
que Gabriel Vargas Lozano llama “el conflicto de las interpretaciones”64. Bajo este 
panorama y siguiendo las observaciones de Vargas Lozano se pueden distinguir 
cuatro grandes corrientes de la filosofía marxista: el dia.mat, la concepción 
humanista, la epistemológica y la filosofía de la praxis65. Haremos una breve 
referencia a cada una de ellas. 
 
El dia-mat surge como una concepción oficial durante el periodo stalinista; 
sus tesis más importantes son las siguientes: 
 
1. La unificación, en el discurso, de las ideas de Marx, Engels y Lenin. 
2. La definición de la filosofía marxista como ciencia general. 
3. La concepción lineal del desarrollo de las sociedades. 
4. La visión de un determinismo económico66, entre otras. 
 
La corriente humanista surge en el contexto de la Segunda Guerra Mundial 
y de la intensificación de la enajenación presentada por el capitalismo. Esta 
corriente se apoya en los planteamientos de Marx expuestos en los Manuscritos 
 
64
 Cf. Gabriel Vargas Lozano, “La filosofía en Marx. El conflicto de las interpretaciones” en Dialéctica, 
Nueva época, Año 8, Número 36, invierno 2004, p.158-ss. 
65 Gabriel Vargas Lozano, “Adolfo Sánchez Vázquez y la filosofía del marxismo” en Juliana González, Carlos 
Pereyra y Gabriel Vargas Lozano (eds.), Praxis y filosofía. Ensayos en homenaje a Adolfo Sánchez Vázquez, 
México, Grijalbo, 1985, p. 172. 
 
66
 Ídem. 
40 
 
económico-filosóficos de 1844. Los representantes de esta corriente son Fromm y 
Schaff, aunque Mihailo Marković, quien colaboró en la antología de Fromm 
titulada Humanismo socialista, propuso una definición de humanismo, misma que 
transcribimos: 
 
Por ‘humanismo’ quiero significar una filosofía que procura resolver todos los 
problemas filosóficos según la perspectiva del hombre, que abarca no sólo los 
problemas antropológicos como la naturaleza humana, la alienación, la libertad 
(…), sino también todos los otros problemas ontológicos, epistemológicos y 
axiológicos
67
. 
 
Cabe aclarar que Marković, aunque orienta sus investigaciones hacía el 
humanismo, pertenece a la corriente de la filosofía de la praxis, incluso formó el 
“Grupo Praxis” en Yugoslavia. 
 
Por otra parte, algunos representantes del marxismo epistemológico son 
Galvano Della Volpe y Louis Althusser. Esta corriente polemiza, en los escritos de 
Althusser, con el dia mat, el humanismo y la filosofía de la praxis. 
 
 Althusser critica al dia-mat por no ofrecer una explicación científica de la 
teoría de Marx; mientras que del humanismo denuncia su carácter ideológico, 
entendido este término en sentido de opuesto a la ciencia y por ende falso. 
También a la postura althusseriana se le denominó, por dicha crítica, 
antihumanismo teórico. Por otra parte, a la filosofía de la praxis la rechaza por 
utilizar criterios externos para probar la verdad de la teoría68. El objetivo primordial 
de esta postura es recuperar el carácter científico de la obra de Marx, el cual se 
encuentra en las obras de madurez del revolucionario de Tréveris. 
 
 
67 Mihailo Marković, apud., Gabriel Vargas Lozano, “Adolfo Sánchez Vázquez y la filosofía del marxismo” en 
Juliana González, Carlos Pereyra y Gabriel Vargas Lozano (eds.), Praxis y filosofía. Ensayos en homenaje a 
Adolfo Sánchez Vázquez, México, Grijalbo, 1985, p. 174. 
 
68
 Vid. Gabriel Vargas Lozano, Op. cit., p. 175. 
41 
 
La obra de Althusser tuvo gran aceptación en los ambientes académicos de 
nuestro país, y con ella Sánchez Vázquez mantendrá una discusión acalorada, la 
cual se expone en su libro Ciencia y revolución. El marxismo de Althusser. 
 
Ahora hablaremos de la filosofía de la praxis. El término surge con Labriola 
y será retomado por Mondolfo y Gramsci. Con respecto al surgimiento de la 
filosofía de la praxis, Mondolfo dice en Marx y marxismo lo siguiente: 
 
El materialismo histórico quiere, precisamente, superar todas las abstractas teorías 
de los factores con la concreta filosofía de la praxis. “Filosofía de la praxis” significa 
concepción de la historia como creación continua de la actividad humana, por la 
cual el hombre se desarrolla, es decir, se produce a sí mismo como causa y efecto, 
como autor y consecuencia a un tiempo de las sucesivas condiciones de su ser
69
. 
 
Por otra parte, tenemos a Gramsci. Este pensador que escribió desde las 
mazmorras italianas hace una aportación original al marxismo al mostrar el poder 
de la superestructura en la sociedad. Asimismo, establece la relación entre la 
filosofía de la praxis y su función en la construcción de la hegemonía de un bloque 
histórico. Otras aportaciones de Gramsci, en palabras de Vargas Lozano, son: 
 
La transformación de lo económico, en lo político e ideológico mediante serie de 
mediadores de lo que él llama ‘sociedad civil’ y entre los cuales se encuentran los 
intelectuales orgánicos, las diversas organizaciones y el nuevo príncipe: el partido. 
También es destacable el papel de la filosofía como forma de integración del 
sentido de la acción, desde las formas inmediatas de la conciencia prácticas hasta 
las formas más abstractas
70
. 
 
Otros precursores de la filosofía de la praxis son Lukács y Korsch. En éste 
hay una reivindicación del concepto de filosofía y una nueva concepción de las 
relaciones con la práctica; mientras que aquél pone la categoría de trabajo en el 
centro de la filosofía de Marx. 
 
 
69
 Rodolfo Mondolfo, Marx y marxismo. Estudios históricos-críticos, tr. M. H. Albert, México, Fondo de 
Cultura Económica, 1960, p. 9. 
70
 Gabriel Vargas Lozano, “La filosofía en Marx. El conflicto de las interpretaciones”

Continuar navegando