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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO Maestría y Doctorado en Ciencias Bioquímicas Contribución de los esfingolípidos a la fluidez de la membrana plasmática de Arabidopsis thaliana TESIS QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE: Maestro en Ciencias PRESENTA: Q.F.B. Dora Luz Cano Ramírez TUTOR PRINCIPAL: Dra. Marina Gavilanes Ruiz Facultad de Química, UNAM MIEMBROS DEL COMITÉ TUTOR: Dra. Sobeida Sánchez Nieto Facultad de Química, UNAM Dr. Jorge Ramírez Salcedo Instituto de Fisiología Celular, UNAM MÉXICO, D. F. JUNIO DE 2014 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. RECONOCIMIENTOS A la Q.F.B. Ma. Del Consuelo Enríquez Arredondo (Facultad de Química, UNAM) por la obtención de vesículas de membrana plasmática de Arabidopsis thaliana utilizadas en este trabajo y a su asesoría técnica. Al Dr. Edgar B. Cahoon (Center for Plant Science Innovation & Department of Biochemistry, University of Nebraska- Lincoln, E.U.A.) por proporcionarnos las semillas de las mutantes Atlcb2a-1, Atlcb2b hp/Atlcb2a y sbh1-1. Al Dr. Ángel Arturo Guevara García (IBT, UNAM), por la donación de las mutantes mpk3 y mpk6. Al Dr. Néstor Carrillo (Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario de la Universidad Nacional de Rosario, Argentina), por haber proporcionado la línea transgénica pfld18-18. Al Dr. Jorge Ramírez Salcedo (IFC, UNAM), por su valiosa asesoría en la determinación de Polarización de la fluorescencia. Al Dr. Antonio Peña Díaz (IFC, UNAM), por permitirme trabajar en su laboratorio y usar su fluorómetro. Al Méd. Cir. Rodolfo Paredes Díaz (IFC, UNAM) por el procesamiento de las muestras para la microscopía electrónica de transmisión. A la Dra. Rebecca E. Cahoon (Center for Plant Science Innovation & Department of Biochemistry, University of Nebraska- Lincoln, E.U.A.) por la realización de la esfingolipidómica de las vesículas de membrana plasmática de Arabidopsis thaliana. A la Q. Laurel Fabila Ibarra (Facultad de Química, UNAM), por su valiosa ayuda en la construcción de la cámara de aclimatación y en el mantenimiento de las plantas usadas. A la estudiante de Biología Rebeca Juarez Contreras (Facultad de Ciencias) por su ayuda con los experimentos de fuga de electrolitos. El Comité Tutoral que asesoró el desarrollo de esta tesis estuvo formado por: Dra. Marina Gavilanes Ruiz Facultad de Química, UNAM Dra. Sobeida Sánchez Nieto Facultad de Química, UNAM Dr. Jorge Ramírez Salcedo Instituto de Fisiología Celular, UNAM La Q.F.B. Dora Luz Cano Ramírez realizó esta tesis de Maestría gracias a una beca de CONACYT (Reg. Núm. 419198) y a una beca de la DGAPA, UNAM, Proyecto PAPIIT IN210812. El trabajo de esta tesis se llevó a cabo gracias al financiamiento de la Facultad de Química, UNAM (PAIP 5000 9115), la DGAPA, UNAM (PAPIIT IN210812) y CONACYT (101521). INDÍCE 1. RESUMEN 1 2. 1. INTRODUCCIÓN 2 1.1. Generalidades 2 1.2. Fase Lipídica 3 1.2.1. Composición 3 1.2.2. Glicerofosfolípidos 4 1.2.3. Esfingolípidos 4 1.2.4. Esteroles 5 1.2.5. Distribución intermembranal de los lípidos 5 1.3. Propiedades membranales derivadas de la naturaleza y comportamiento de sus lípidos 9 1.3.1. Curvatura 9 1.3.2. Grosor 10 1.3.3. Asimetría transmembranal 10 1.3.4. Mesomorfismo liotrópico 10 1.3.5. Fluidez 11 1.4. Fluidez membranal 11 1.4.1. La fluidez membranal en la adaptación a bajas temperaturas en las plantas 13 1.4.2. Remodelación y recambio de lípidos de membrana en la tolerancia al frío 17 1.4.3. Uso de la polarización de la fluorescencia para determinar la fluidez membranal 19 2. HIPÓTESIS 21 3. OBJETIVO GENERAL 21 4. OBJETIVOS PARTICULARES 21 5. MATERIALES Y MÉTODOS 23 5.1. Germinación de semillas de Arabidopsis thaliana 26 5.2. Crecimiento de plantas adultas 27 5.3. Silenciamiento de la subunidad LCB2b de la serina palmitoiltransferasa (SPT) en plantas adultas de Arabidopsis thaliana Atlcb2b hp/Atlcb2a (hp +) 27 5.4. Cosecha de plántulas y plantas de Arabidopsis thaliana 28 5.5. Preparación de fracciones microsomales 28 5.6. Purificación de vesículas de membrana plasmática 29 5.7. Determinación de proteína 29 5.8. Determinación de las condiciones para medir fluidez membranal por polarización de la fluorescencia usando DPH 29 5.9. Medición de la fluidez membranal por polarización de la fluorescencia de tres sondas membranales 33 5.10. Determinación del contenido de esfingolípidos totales y sus principales especies en vesículas de membrana plasmática 34 5.11. Tratamientos de aclimatación y congelamiento de plantas adultas de A. thaliana silvestre y mutantes 34 5.12. Registro fenotípico de los efectos de los tratamientos de aclimatación y tolerancia al congelamiento de las plantas de Arabidopsis thaliana 35 5.13. Medición de fuga de electrolitos de hojas de Arabidopsis thaliana expuestas a condiciones de aclimatación y congelación 36 5.14. Microscopía electrónica de transmisión 36 5.15. Modelado molecular computacional 37 5.16. Análisis estadístico 37 6. RESULTADOS 38 6.1. Aislamiento de fracciones microsomales de plántulas y plantas adultas de las líneas WT, GC-A, GC-B y GC-C 38 6.2. Localización de las sondas fluorescentes en la bicapa lipídica 39 6.3. Caracterización de la fluidez de la fraccion microsomal, del tonoplasto y de la membrana plasmática proveniente de Arabidopsis thaliana tipo silvestre. 41 6.3.1. Polarización de la fluorescencia del DPH 42 6.3.2. Polarización de la fluorescencia del TMA-DPH 48 6.3.3. Polarización de la fluorescencia del PA 52 6.4. Determinación de la fluidez membranal de plántulas provenientes de las líneas WT, GC-A, GC-B y GC-C 56 6.5. La glucosilceramida es importante para el retorno de la fluidez a bajas temperaturas. 58 6.6. Determinación de la Polarización de la fluorescencia de la membrana plasmática de plantas adultas tipo silvestre y sbh1-1 60 6.6.1. Polarización de la fluorescencia del DPH 60 6.6.2. Polarización de la fluorescencia del TMA-DPH 62 6.6.3. Polarización de la fluorescencia del PA 65 6.7. Contenido de esfingolípidos en membranas plasmáticas aisladas de plantas silvestres y mutantes lcb2a-1, hp- y hp+ 68 6.8. Contribución del contenido de esfingolípidos totales en la membrana plasmática a la fluidez membranal (plantas lcb2a-1) 72 6.8.1. Polarización de la fluorescencia del DPH 72 6.8.2. Polarización de la fluorescencia del TMA-DPH 75 6.8.3. Polarización de la fluorescencia del PA 77 6.9. Contribución del contenido de esfingolípidos totales en la membrana plasmática a la fluidez membranal (plantas hp-) 80 6.9.1. Polarización de la fluorescencia del DPH 80 6.9.2. Polarización de la fluorescencia del TMA-DPH 83 6.9.3. Polarización de la fluorescencia del PA 85 6.10. Contribución del contenido de esfingolípidos totales en la membrana plasmática a la fluidez membranal (plantas hp+) 88 6.10.1. Polarización de la fluorescenciadel DPH 88 6.10.2. Polarización de la fluorescencia del TMA-DPH 91 6.10.3. Polarización de la fluorescencia del PA 94 6.11. Caracterización de la respuesta de aclimatación a bajas temperaturas y resistencia a temperaturas congelantes 97 6.12. Adquisición de resistencia a temperaturas bajo cero mediante aclimatación a bajas temperaturas 98 6.12.1. Respuesta a la aclimatación en plantas WT de Arabidopsis. 98 6.12.2. Regulación negativa de la aclimatación mediada por MPK3 100 6.13. Plantas que resisten temperaturas bajo cero sin previa aclimatación 102 6.13.1. Mutantes lcb2a-1 102 6.13.2. Plantas pfld18-18 104 6.14. Plantas incapaces de aclimatarse 106 6.14.1. Plantas sbh1-1 106 6.14.2. Plantas mpk6 108 6.14.3. Plantas hp+ 110 7. DISCUSIÓN 112 7.1. Contribución de los esfingolípido a la fluidez de la membrana plasmática en hojas de Arabidopsis thaliana 112 7.1.1. Localización membranal de las sondas fluorescentes DPH, TMA-DPH y PA. 112 7.1.3. La membrana plasmática tiene transiciones de fase 113 7.1.4. La histéresis es una propiedad inherente a membrana plasmática aislada de plantas tipo silvestre. 115 7.1.5. Los esfingolípidos trihidroxilados son importantes para la fluidez membranal 116 7.1.6. La energía de activación como parámetro del grado de orden lipídico 118 7.1.7. Los esfingolípidos disminuyen la fluidez de la membrana plasmática 121 7.2. Estudio del efecto de los esfingolípidos, MAP cinasas y ERO en la vía de señalización de bajas temperaturas y la modificación de la fluidez membranal en respuesta a aclimatación 123 7.2.1. Las plantas silvestres y las de la línea mpk3 adquieren resistencia a temperaturas bajo cero tras el periodo de aclimatación 124 7.2.2. Percepción de la temperatura en plantas 125 7.2.3. Vía de señalización a bajas temperaturas 129 7.2.4. Remodelación de la membrana plasmática y resistencia a congelamiento 130 7.2.5. Protección de las membranas tilacoidales que soportan la actividad fotosintética. 134 8. CONCLUSIONES PARTICULARES 135 9. CONCLUSIÓN 136 10. PERSPECTIVAS 137 11. REFERENCIAS 138 LISTA DE ABREVIATURAS ABA Ácido abscísico AC Aclimatadas AP Ácido fosfatídico BCL Base de cadena larga DPH 1,6 difenil 1-1,3,5–hexatrieno Ea Energía de activación ERO Especies Reactivas de Oxígeno FA Ácido graso Fd Ferredoxina Fld Flavodoxina FM Fracción Microsomal, mezcla heterogénea de membranas totales que incluyen membrana plasmática, de tonoplasto, vacuola, mitocondria, retículo endoplásmico, etc. GIPC Glicosil inositol fosforilceramida HPLC Cromatografía líquida de alta eficiencia MS/MS Tandem Mass Espectrometry NA No Aclimatadas NO Óxido Nítrico P Polarización de la fluorescencia PA ácido cis-parinárico SPT Serina palmitoiltransferasa T Temperatura TMA-DPH 1-(4-trimetilamoniofenil)-6-fenil-1,3,5-hexatrieno-p-tolueno-sulfonato TON Tonoplasto, membranas aisladas de tonoplasto mediante la técnica de free flow electrophoresis, donadas por la Dra. Rosario Vera-Estrella del IBT (UNAM). VLCFA Ácido graso de cadena muy larga VMP Vesículas de membrana plasmática purificadas mediante la partición de fases en polímeros acuosos. ΔP Cambio de polarización de la fluorescencia total NOMENCLATURA DE LAS LÍNEAS MODIFICADAS GENÉTICAMENTE DE Arabidopsis thaliana Nombre simplificado Características Uso en este estudio lcb2a-1 Modificada en la subunidad LCB2A de la enzima SPT, tiene niveles basales de esfingolípidos en hojas totales. Diferente distribución de esfingolípidos en membrana plasmática. Fluidez de membrana plasmática, percepción a frío y resistencia a temperaturas congelantes. hp- No esta silenciada la subunidad LCB2B en el fondo genético de la línea lcb2a-1, tiene niveles basales de esfingolípidos en hojas totales. Diferente distribución de esfingolípidos en membrana plasmática. Fluidez de membrana plasmática hp+ Silenciada en la subunidad LCB2B en el fondo genético de la línea lcb2a-1, 35% menor contenido de esfingolípidos en hojas totales comparada con la línea silvestre. Diferente distribución de esfingolípidos en membrana plasmática. Fluidez de membrana plasmática, percepción a frío y resistencia a temperaturas congelantes. sbh1-1 Menor contenido de BCL tri hidroxiladas. Fluidez de membrana plasmática, percepción a frío y resistencia a temperaturas congelantes. GC-A, GC-B y GC-C 98% menos Glucosilceramida Fluidez de fracción microsomal de plántulas y plantas. pfld18-18 Produce flavodoxina bacteriana en cloroplasto, la cual puede donar equivalentes reductores en reacciones como la reducción de tiorredoxina, lo cual previene la acumulación de ERO. Percepción a frío y resistencia a temperaturas congelantes. mpk3 Ausencia de la MPK3, involucrada en respuesta a estrés osmótico, oxidativo y percepción de elicitores bacterianos. Percepción a frío y resistencia a temperaturas congelantes. mpk6 Ausencia de la MPK6, involucrada en la vía de señalización a estrés por frío, sequía, salinidad y resistencia a patógenos, entre otros. Percepción a frío y resistencia a temperaturas congelantes. 1 RESUMEN Los esfingolípidos son componentes esenciales en las plantas, en especial en las membranas plasmáticas, vacuolares y del retículo endoplásmico. Dada la gran diversidad, abundancia y propiedades fisicoquímicas de estas moléculas en las plantas, las alteraciones en su contenido y composición pueden proporcionar a las membranas la capacidad para detectar y afrontar cambios ambientales como los cambios de temperatura. Por otro lado, las plantas se desarrollan en una amplia variedad de climas y están sujetas a variaciones diarias de temperatura, por lo que deben ser capaces de percibir esos cambios y de generar las respuestas adaptativas correspondientes para evitar el daño por deshidratación y la muerte celular. En la primera parte de este trabajo, se analizó el contenido y la contribución de los esfingolípidos a la fluidez de membranas plasmáticas aisladas de de plantas de Arabidopsis, tanto silvestres como de varias líneas modificadas genéticamente en enzimas involucradas en la síntesis de los esfingolípidos. En la segunda parte de esta tesis, se realizó la caracterización fisiológica de la adaptación de las plantas al tratamiento por frío (Aclimatación) determinando la fluidez de membrana plasmática, la integridad de sus membranas y el registro fenotípico de sobrevivencia al congelamiento. Los resultados obtenidos demuestran que las vesículas de membrana plasmática son muy fluidas respecto a membranas de tonoplasto y totales, presentan claras transiciones de fase y tienen cambios de pendiente en respuesta a cambios pequeños de temperatura (2 °C), por lo que postulamos a la membrana plasmática como una estructura capaz de percibir cambios de temperatura mediante su fluidez en plantas. Determinamos que los esfingolípidos totales, y en especial los poco hidroxilados, disminuyen la fluidez y la Ea de la difusión, por lo que aumentan el orden en la bicapa lipídica. Los resultados de la segunda parte señalan que la rigidez de la membrana plasmática puede por sí sola desencadenar la señalización, adaptación y sobrevivencia a congelamiento. Se demostró por primera vez que la fluidificación de la membrana plasmática es una estrategia importante para proteger a la célula vegetal del daño por congelamiento y que los esfingolípidos trihidroxilados y la MPK6 forman parte de la vía de señalización que lleva a esta modificación de la fluidez en respuesta a bajas temperaturas. Adicionalmente, se encontró que la muerte por congelamiento se debe en gran parte al daño causado por altos niveles de especies reactivas de oxígeno provenientes del cloroplasto. También, observamos que las plantas con genotipos pfld18-18 y lcb2a-1 sobreviven a temperaturas extremas bajo cero sin requerir aclimatación a bajas temperaturas, por lo que podrían proveer de soluciones a la deficiencia de producción de alimentos en climas extremos. Los hallazgos de esta tesis son innovadores, ya que nos dan información tanto de la percepción, las moléculas mediadoras en la vía de señalización y la adaptación de la membrana plasmática en respuesta a cambios de temperatura. 2 1. INTRODUCCIÓN 1.1. Generalidades Las membranas biológicas son fundamentales para la función celular. Desde la compartimentalización subcelular hasta las interacciones célula-célula, las membranas proveen el orden necesario para la función y organización de los organismos unicelulares y de los tejidos y órganos de los metazoarios. Algunas de las funciones de las membranas incluyen la transducción de señales, la regulación del transporte de solutos, iones y proteínas, la generación de energía en forma de ATP y la realización de fenómenos de fusión (Yeagle, 2009). Las membranas son responsables de la permeabilidad selectiva que permite a la célula tomar los nutrientes necesarios así como de excluir la mayor parte de agentes dañinos. La arquitectura fundamental de las membranas biológicas es una bicapa lipídica, enriquecida con proteínas y carbohidratos. En general es permeable a sustancias no polares, mientras que las sustancias hidrofílicas penetran gracias a las proteínas que forman canales y transportadores. Esta permeabilidad selectiva permite a las células mantener gradientes de concentración y carga eléctrica, críticos para el metabolismo de la célula (Luckey, 2008). Los lípidos constitutivos de las membranas son anfipáticos, ya que contienen una porción hidrofóbica y otra hidrofílica e incluyen a los glicerofosfolípidos, esfingolípidos y esteroles. En las membranas biológicas, los dominios hidrofóbicos de los lípidos que la constituyen se agrupan espontáneamente, segregándose del medio acuoso, mientras que las cabezas polares se orientan fuera de la zona hidrofóbica hacia la parte acuosa formando la bicapa (Raudino y Sarpietro, 2010). La función de las proteínas membranales puede ser como enzimas, receptores, bombas, acarreadores o canales y se han clasificado como integrales o periféricas. Las proteínas integrales pueden ser de dos tipos: transmembranales y ancladas a los lípidos. Las proteínas transmembranales atraviesan por completo la bicapa lipídica y exponen partes de su estructura a ambos lados de la membrana. Para estas últimas, se requiere que segmentos de aminoácidos hidrofóbicos de 19 a 23 aminoácidos de longitud formen regiones con estructura secundaria de tipo α-hélice (para la mayoría de proteínas membranales conocidas), β-plegada o barril helicoidal. Otro tipo de proteínas de naturaleza hidrofílica, también llamadas de anclaje a lípidos, están unidas covalentemente a un lípido membranal, el cual se inserta en una de las monocapas. Por otra parte, las proteínas periféricas se asociadan a la membrana, pero su estructura (parecida a la de una proteína soluble) no penetra en la región hidrofóbica de la bicapa. La asociación con la membrana puede darse mediante su unión a proteínas integrales o por interacciones electrostáticas con las cabezas polares de los lípidos de la bicapa lipídica (Yeagle, 2009). 3 Los carbohidratos se encuentran en muchos de los componentes de las membranas biológicas, los cuales se hallan glicosilados y suelen ubicarse en la cara externa de la membrana como glicolípidos o proteínas glicosiladas. Los glicolípidos de las plantas incluyen ésteres de glucosa y sacarosa, esteril glucósidos, glicoesfingolípidos y glicosil diacilglicerol. Estos últimos son los más abundantes e incluyen a los galactosil y sulfoquinovosil diacilgliceroles (Heinz, 1996). Las membranas son estructuras dinámicas en constante movimiento tanto en su superficie como en el centro de la bicapa y en la dirección transversal o lateral. Esta movilidad se debe a su naturaleza fluida y permite que las proteínas interaccionen unas con otras de manera eficiente, así como entre ellas y los lípidos mediante asociaciones temporales, las cuales, si bien son transitorias, son importantes en la función celular (Luckey, 2008). 1.2. Fase Lipídica 1.2.1. Composición La matriz de las membranas celulares está constituida por lípidos anfipáticos; es decir, que contienen una región hidrofóbica y otra hidrofílica. La preferencia que tienen las regiones apolares de asociarse entre ellas (asociación dirigida entrópicamente por el agua del entorno), así como la tendencia de las regiones polares de interactuar con el medio acuoso circundante, son las bases físicoquímicas de la formación de las membranas biológicas. Los lípidos en las membranas proveen de estabilidad mecánica y al formar estructuras cerradas y continuas, permiten aislar espacialmente los procesos metabólicos del medio externo, del citoplasma y de los organelos, pero al mismo tiempo permiten el paso selectivo de solutos (van Meer et al., 2008). Además de servir de barreras semipermeables en las membranas, alojar las proteínas receptoras de las señales provenientes del exterior, ser el soporte de los primeros pasos de transducción de la mayoría de las señales externas, interactuar con las células vecinas a partir de los elementos de sus lípidos y proteínas, los lípidos proveen a la célula de la capacidad de formar vesículas, fusionarse y fisionarse, procesos esenciales para el mantenimiento de la estructura membranal, la división celular y el tráfico intracelular (Sprong et al., 2001). Los tipos principales de lípidos de membrana son los glicerofosfolípidos, los esfingolípidos y los esteroles. 4 1.2.2. Glicerofosfolípidos Los glicerofosfolípidos son los lípidos estructurales más abundantes en las membranas eucariontes y constan de una molécula de glicerol, dos moléculas de ácidos grasos, un grupo fosfato y un sustituyente que puede ser colina (fosfatidilcolina), etanolamina (fosfatidiletanolamina), serina (fosfatidilserina), inositol (fosfatidilinositol), glicerol fosfato o treonina. La región hidrofóbica de estas moléculas es el diacilglicerol (DAG), pudiendo ser las dos cadenas de ácido graso de diferentes longitudes, saturadas, o insaturadas en conformación cis en general (van Meer et al., 2008; Yeagle, 2009; Raudino y Sarpietro, 2010). En las plantas, la fosfatidilcolina (PC) y la fosfatidiletanolamina (PE) representan del 60 al 80% de todos los fosfolípidos estructurales. El resto lo constituyen el fosfatidilglicerol (PG), el fosfatidilinositol (PI), la fosfatidilserina (PS) y el ácido fosfatídico (AP), siendo este último producto de la activación de las fosfolipasas C y D. Los ácidos grasos que constituyen a estas moléculas son principalmente palmítico (16:0) y linoleico (18:2) con una representación del 20 al 60% y el ácido linolénico (18:3) con una del 7 al 26 % (Furt et al., 2011). 1.2.3. Esfingolípidos Los esfingolípidos son derivados de la esfingosina, una base de cadena larga (BCL) con 18 carbonos, dos residuos -OH en los C1 y C3 y una amina en el C2. La subsecuente acilación de la base en su grupo amida por un ácido graso de cadena larga da origen a las ceramidas que se metabolizan hacia esfingolípidos complejos gracias a la adición de una cabeza polar en la que prevalecen uno o varios carbohidratos y en muchos casos, un grupo fosfato. En las plantas, existen más de 500 moléculas distintas de esfingolípidos (Pata et al., 2010), ya que la BCL puede tener diferentes sustituyentes en posiciones específicas. Por ejemplo, la esfinganina puede ser hidroxilada en el carbono 4 y/o insaturada en el C4 o C8; en este último, la insaturación puede ser cis o trans. Con respecto a las cadenas de ácidos grasos que se unen a la esfingosina pueden variar en su longitud, la cualpuede ir desde los 16 a los 28 carbonos, siendo generalmente saturadas en el carbono 9 y pudiendo también presentar hidroxilaciones en el C2 (Markham et al., 2013). Dependiendo de la naturaleza de la cabeza polar del esfingolípido complejo en la posición C1 de la BCL, se pueden distinguir dos clases principales de estas moléculas: los cerebrósidos, con uno o más residuos glicosilados (esfingolípidos neutros) y las inositol fosforilceramidas (IPCs, esfingolípidos acídicos), que se forman al unirse un grupo inositol monofosfato (Furt et al., 2011). Las IPC pueden ser poliglicosiladas para formar las glicosil inositol fosforilceramidas (GIPCs), que se ha demostrado son los esfingolípidos más abundantes en hojas de Arabidopsis thaliana con un 5 64 %, seguido de las glucosilceramidas (GluCer) (34 %) y las ceramidas (2%) (Markham et al., 2006). 1.2.4. Esteroles Los esteroles tienen una porción estructural altamente hidrofóbica constituida por un núcleo planar esteroideo de tres ciclos y una cadena alifática larga de 6 a 10 carbonos. Su parte polar sólo está formada por un grupo –OH en el C3. Las membranas animales contienen al esterol colesterol, mientras que las de levadura contienen ergosterol. Las plantas contienen múltiples tipos de esteroles, principalmente estigmasterol y sitosterol. La estructura de los fitosteroles difiere en el número y posición de los dobles enlaces en sus ciclos y en la naturaleza de la cadena lateral unida al C17 (Palta et al., 1993). Los fitosteroles pueden ser glicosilados al OH del C3 por un azúcar (glucosa, manosa, xilosa y galactosa) para formar esteril glucósidos (SGs), a los que posteriormente se les pueden unir acilos para formar esteril glucósidos acilados (ASGs). Los esteroles libres representan del 70 al 90 % del total de esteroles en la membrana plasmática en plantas. 1.2.5. Distribución membranal de los lípidos La actividad de cada lípido está determinada por su localización membranal y su concentración local, producto del balance entre la síntesis, degradación y transporte de estas moléculas. Sin embargo, para entender las funciones biológicas de los lípidos, debemos contextualizarlos como mezclas bidimensionales anfipáticas en las membranas de las células en las que se encuentran. De esta manera, las células determinan las características de sus membranas controlando su composición lipídica. En principio, los organelos eucariontes difieren en las composiciones lipídicas que contribuyen a su identidad. Así, desde el retículo endoplásmico (RE) (60 mol % PC, 25 mol % PE, 10 mol % PI, 4 mol % PS y 3.7 mol % esfingolípidos), la composición lipídica cambia gradualmente a lo largo del aparato de Golgi hasta la membrana plasmática (25 mol % PC, 15 mol % PE, 5 mol % PS, 30-40 mol % colesterol y 10 mol % esfingolípidos) (van Meer et al., 2008). Sumado a este reparto diferencial, la distribución lipídica transmembranal simétrica del RE cambia hacia un arreglo asimétrico en la membrana plasmática, en donde los esfingolípidos están de preferencia localizados en la cara externa, mientras que la PS y PE se ubican en la cara interna de la membrana (Sprong et al., 2001). La composición lipídica de los endosomas y lisosomas es similar a la de membrana plasmática, excepto en que contienen ácido lisobifosfatídico en las vesículas internas (Kobayashi, 1999). 6 En las plantas, la composición lipídica membranal es también muy compleja, aunque no hay estudios detallados que precisen el lipidoma membranal. En la Tabla 1 se refiere la composición lipídica aproximada de las membranas celulares de varios tejidos de plantas (Moreau et al., 1998). Como podemos observar en la Tabla 1, los glucoesfingolípidos, esteroles libres y SGs abundan en el tonoplasto y la membrana plasmática. En estas dos membranas podemos distinguir que en promedio, hay más esteroles libres y glucoesfingolípidos en la membrana plasmática que en la membrana de la vacuola (tonoplasto). Los glicerofosfolípidos son las moléculas lipídicas más abundantes en todas las membranas y especialmente en plastidios, tilacoide, retículo endoplásmico y mitocondria. Por su parte, los esfingolípidos son muy abundantes en las membranas plasmáticas y del tonoplasto de todas las especies analizadas. De los glicerofosfolípidos, la PC no se encuentra en los tilacoides ni en la membrana interna de los plastidios, pero sí en la membrana externa. La PE y PS no están en los plastidios, aunque PE sí se encuentra en la membrana interna mitocondrial, tonoplasto y la membrana plasmática. La PG se encuentra predominantemente en las membranas del plastidio, mientras que el PI se sitúa en tonoplasto. Existen lípidos especiales y característicos de ciertas membranas en las plantas, como el monogalactosildiacilglicerol (MGDG), digalactosildiacilglicerol (DGDG) y los sulfolípidos, que son exclusivos de membranas plastídicas, o el difosfatidilglicerol (DPG), específico de la membrana interna mitocondrial. Por último, en la membrana del glioxisoma los ácidos grasos libres constituyen el 20 % de los lípidos estructurales (Moreau et al., 1998). 7 Tabla 1. Composición lipídica de las membranas celulares en planta (mol % del total). Se indican las referencias de las que fueron extraídos los datos. Membrana Plasmática Tejido Coleoptilo de maíz Células de raíz de Avena sativa L. Hojas de cebada Hojas de Ramonda serbica Hojas de tabaco Raíz Avena sativa L. de 4 semanas Callos de Spartina patens Plántulas de A. thaliana Glicerofosfolípidos 58 79.5 36.6 30.6 38.5 44 11.9 63.8 Glucoesfingolípidos - 9.4 16.4 6.6 20.6 7.8 20.6 4.4 Esteroles libres (FS) 37 9 38.1 56.2 22.6 19.9 54.6 27.0 Glucósidos de esterol (SG) 1.2 <3 5.6 1.5 11.8 12.8 3.0 Glucósidos de esterol acilados (ASG) 3 3 2.9 5.1 10.0 - 1.9 Hartmann y Benveniste (1987) Norberg y Lijenberg (1991) Uemura y Steponkus (1994) Quartacci et al. (2002) Mongrand et al. (2004) Andersson et al. (2005) Wu et al. (2005) Minami et al. (2009) 8 Tabla 1. Continuación… Membrana Retículo endoplásmico Tonoplasto Mitocondria Glioxisoma Tejido Coleoptilo de maíz Vigna radiata Células de Acer pseudoplatanus Hipocotiledón de soya Hydrilla verticillata Cotiledón de plántulas de algodón Glicerofosfolípidos 90 36.6 44.5 93 50.7 61 Glucoesfingolípidos - 16.4 12.8 - - - Esteroles libres (FS) 8 38.1 5.11 - 10.7 - Glucósidos de esterol (SG) 0.1 5.6 12.2 - - - Glucósidos de esterol acilados (ASG) 1.2 2.9 10.9 - Hartmann y Benveniste (1987) Yoshida y Uemura (1986) Tavernier et al. (1993) Davy De Virville et al. (2002) Rozentsvet et al. (2012) Chapman y Trelease (1991) 9 1.3. Propiedades membranales derivadas de la naturaleza y comportamiento de sus lípidos 1.3.1. Curvatura La forma geométrica de los lípidos de la membrana depende del tamaño relativo de su cabeza polar y las colas hidrofóbicas (Cullis y Kruijff, 1979). Por lo tanto, si las partes hidrofóbica e hidrofílica tienen aéreas transversales similares, la molécula tendrá una forma cilíndrica (por ejemplo, la PC y PS). Los lípidos con una cabeza polar pequeña como PE, son cónicos. Sin embargo, cuando la región hidrofóbica ocupa un área de superficie menor, la molécula tiene forma de cono invertido (LPC, esfingomielina) (Figura 1). Los esfingolípidos complejos, al tener grandes cabezas polares y colas saturadas (o con insaturaciones trans) forman moléculas cónicas invertidas muy estrechas en su parte hidrofóbica, por lo que se empaquetan mejor y en presencia de esteroles, dan cobertura a su pequeña cabeza polar según el modelo de sombrilla (Huang y Feigenson, 1999). El polimorfismo lipídico tiene un papel importante en la generación de la curvaturade las membranas, ya que la inclusión de PE a bicapas planares de PC impone una curvatura en la membrana que se puede usar para la formación de vesículas, la fusión y la fisión (Marsh, 2007). Un factor adicional que contribuye a esta característica de las membranas es la distribución asimétrica de los lípidos entre las monocapas de las membranas. De esta manera, los lípidos cónicos de PE están en la cara contraria a los que generan conos invertidos o cilíndricos. Figura 1. La forma molecular de los lípidos contribuye a la definición de la curvatura de las biomembranas. Se indican las formas cónicas y cilíndricas que tienen los lípidos según su estructura y los arreglos que pueden adoptar en regiones curvas o no curvas de la membrana (Sprong et al., 2001). 10 1.3.2. Grosor Una membrana que contiene en su mayoría esfingomielina, con o sin colesterol, es más gruesa que una compuesta de PC y colesterol, la cual a su vez es más gruesa que una compuesta de sólo PC. Debido a lo anterior, el colesterol sí tiene impacto en el grosor de una membrana compuesta de PC, pero no en una compuesta de esfingomielina, por lo que el cambio en el grosor de una membrana puede relacionarse con el colesterol sólo si está en presencia de fosfolípidos (Maulik y Shipley, 1996). Además, la longitud y grado de insaturación de las colas hidrofóbicas de los lípidos que constituyen la membrana también determinan su grosor. Esto implica que el grosor membranal está relacionado con la composición lipídica; sin embargo, se ha visto que el factor determinante de esta propiedad es el acomodo de las proteínas transmembranales (Mitra et al., 2004). 1.3.3. Asimetría transmembranal En la membrana plasmática de las células de mamífero, la cara citosólica está compuesta generalmente por 40 % PE y 60 % PS y PC. Mientras que en la cara exterior tiene 60% de PC, 10% PE y 30 % esfingomielina y glicoesfingolípidos. Esta distribución desigual entre ambas monocapas es la asimetría transmembranal característica de las membranas plasmática y de los endosomas (van Meer et al., 2008). En plantas se ha estudiado la asimetría de la membrana plasmática en avena, en donde los fosfolípidos, esteroles totales y glucosilceramidas tienen una distribución entre la cara citosólica y la apoplástica de 65:35, 30:70 y 30:70 (mol:mol), respectivamente (Tjellstrom et al., 2010). Por lo que en general, se mantiene la relación de abundancia de PS y PC en el lado citosólico y de esfigolípidos y esteroles en la cara contraria. 1.3.4. Mesomorfismo liotrópico Los lípidos de las membranas biológicas pueden existir en múltiples asociaciones o arreglos. La organización lipídica de estas fases en bicapas lipídicas puede dividirse en 3 fases principales: la ordenada, la líquida-ordenada y la líquida-desordenada. Las fases que no son de bicapa como la hexagonal o cúbica, se pueden relacionar con eventos transitorios en la membrana como la fusión, fisión o formación de poros. La fase que se adopta depende del tipo de lípido, insaturación y longitud de las cadenas acílicas, temperatura, presión, cantidad de esteroles, etc. (Cacas et al., 2012). De esta forma, las cadenas acílicas largas y saturadas se ordenan y empaquetan fuertemente en la fase ordenada, por lo que los movimientos laterales son muy lentos (10-3 µm2 s-1). En la fase 11 líquida-desordenada, los lípidos no están tan condensados y el grado de orden es bajo. Las cadenas acílicas (generalmente insaturadas) son móviles, además de que la difusión lateral es rápida (1 µm2 s-1), especialmente a altas temperaturas. La fase líquida-ordenada tiene un alto orden lipídico (como en la fase ordenada) y al mismo tiempo la difusión lateral de un líquido desordenado, debido a la presencia de esteroles (van Meer et al., 2008). Los esteroles por sí mismos no forman bicapas pero son componentes cruciales en la estructura, ya que regulan el orden lipídico dando características únicas de movilidad rotacional y alto orden conformacional, interactuando principalmente con esfingolípidos y PS disaturada. Los esteroles por lo tanto, optimizan las propiedades mecánicas de las membranas manteniendo su fase líquida (Furt et al., 2011). 1.3.5. Fluidez Las fases lipídicas líquidas, ya sean ordenadas o desordenadas, son estados físicos membranales asociados con la fluidez. Sin embargo, la fluidez no es una propiedad física bien definida, ya que sólo se refiere a la dinámica de las fases líquidas. En las membranas, esta ambigüedad se debe a que pueden ser fluidas en más de una dirección. Las moléculas lipídicas pueden tener libertad de movimiento tanto posicional (translacional) como intra-molecular (conformacional), por lo que las bicapas lipídicas pueden ser fluidas en ambos sentidos. Por lo tanto, la fluidez membranal se refiere: a la difusión rápida, al desorden dinámico en las variables translacionales y al desorden conformacional de las cadenas de ácidos grasos (Mouritsen, 2005). 1.4. Fluidez Membranal Todas las partículas en los sistemas biológicos tienen movimiento browniano debido a la energía cinética de translación de las partículas dispersas, debida a la agitación térmica. Como resultado, las moléculas están en movimiento constante, colisionando entre ellas y rebotando de un lado a otro. La difusión es el efecto macroscópico del movimiento browniano. Los procesos de difusión tienen las siguientes características: 1) La velocidad de difusión depende de la temperatura, 2) las colisiones entre las moléculas disminuyen la difusión, por lo que a mayor densidad molecular del medio, menor es la velocidad de difusión y 3) la difusión tiende hacia la homogeneidad del medio, ya que las moléculas que colisionan no tienen una dirección preferente (Marguet et al., 2006). Por su parte, los lípidos de membrana son altamente móviles y sufren un margen amplio de procesos dinámicos. Constantemente cambian su conformación intramolecular (giros de los enlaces C-C), rotan, se proyectan hacia afuera de la membrana (bobbing) y difunden lateralmente (Mouritsen, 2005). 12 Mientras que la difusión lateral es muy rápida, la difusión transversal (flip flop) es muy lenta, ya que el proceso involucra el paso las cabezas polares de los lípidos a través del centro no polar de la membrana, lo cual es energéticamente desfavorable. Debido a lo anterior, la velocidad del flip flop es de varias horas, aunque para procesos como la incorporación de lípidos recién sintetizados, se lleva en menor tiempo gracias a la acción de enzimas (flipasas) que catalizan el flip flop usando la hidrólisis de ATP. En los casos de los lípidos y las proteínas de membrana, el modelo del mosaico fluido se enfoca en la difusión de estas las moléculas y sugiere una falta de organización lateral, lo cual implica homogeneidad y que no ocurren interacciones de largo alcance en la bicapa lipídica (Singer y Nicolson, 1972). Sin embargo, que no ocurran interacciones a largo alcance no significa que no existan de corto alcance. Las interacciones de corto alcance se deben a la composición heterogénea de las membranas, ya que las diferencias estructurales entre los componentes lipídicos, su grosor de las regiones hidrofóbica e hidrofílica, las fuerzas cohesivas y la entropía, resultan en un amplio intervalo de interacciones. La interacción diferencial de los componentes de la membrana es la fuerza motriz responsable de la segregación en dominios debido a una interacción preferencial de los componentes similares (Marguet et al., 2006). Aunque la entropía favorece una distribución molecular aleatoria en las membranas, la segregación molecular es más favorable debido a la minimización de la energía libre total (Almeida et al., 2005). Lo anterior resulta en la separación de fases y la organización en un gran número de dominios pequeños, en donde los componentes inmisciblesforman regiones separadas, con parámetros termodinámicos diferentes y en donde la entropía constantemente balancea y minimiza las interacciones no favorables. Sin embargo, el proceso de segregación molecular sigue siendo aleatorio por el movimiento browniano. Debido a lo anterior, moléculas individuales explorarán diferentes fases, pero quedan atrapadas transitoriamente en un dominio cuando existen interacciones favorables con las moléculas vecinas y existe baja probabilidad de intercambio en los límites de las fases (Dietrich et al., 2001). Además de la restricción de difusión de los lípidos de membrana por la segregación en dominios, las interacciones de las proteínas de membrana con el citoesqueleto obstaculizan la difusión de los componentes de la membrana. Estos procesos, junto con la transición de fases, llevan a la membrana a tener fluctuaciones que se perciben como variaciones locales de densidad o composición molecular. Las fluctuaciones están relacionadas con la heterogeneidad lateral de la membrana, la cual puede ser usada para modular la actividad de ciertas enzimas que están en contacto con la membrana (Mouritsen, 2005). 13 1.4.1. La fluidez membranal en la adaptación a bajas temperaturas en plantas Las plantas crecen y se desarrollan en un amplio margen de temperaturas que van desde los 50 °C en el lugar más caluroso del mundo, el desierto de Azizia en Libia, hasta temperaturas bajo cero en la Antártida. Incluso en regiones templadas, la temperatura registrada en la hoja de una planta varía más de 20 °C en pocos minutos como resultado de su exposición a la radiación solar seguida de una repentina corriente de aire frío (Sharkey y Singsaas, 1995). Añadido a esto, a lo largo del año las plantas pasan gradualmente de temperaturas cálidas en primavera, hasta temperaturas muy bajas en invierno, cuando pueden congelarse y morir. El principal factor ambiental responsable de la adquisición de tolerancia al frío es la exposición previa a temperaturas bajas no letales entre 0 y 5 °C, un fenómeno conocido como aclimatación al frío, que incluye cambios transcripcionales y metabólicos que protegen del daño por congelación. Por ejemplo, el centeno no aclimatado (NA) muere por congelamiento a -5 °C, pero aquel que es expuesto a temperaturas bajas no congelantes puede sobrevivir a -30 °C (Steponkus et al., 1993). Esto también se aplica a la tolerancia al calor, ya que una exposición a temperaturas altas no letales lleva a la aclimatación correspondiente. Como se puede observar en la Tabla 2, la disminución de esfingolípidos y el aumento de fosfolípidos en la membrana plasmática son eventos comunes a todas las plantas aclimatadas. Los esteroles por su parte, no muestran una tendencia clara en la aclimatación. La cantidad de esfingolípidos de plantas expuestas a su temperatura óptima varía de especie a especie, dependiendo de la temperatura mínima óptima a la que pueden habitar, ya que las que pueden crecer en climas fríos tienen mayor cantidad de esfingolípidos endógenos que las plantas de climas templados o cálidos. 14 Tabla 2. Composición lipídica reportada de la membrana plasmática de diferentes especies de plantas no aclimatadas y aclimatadas. Se presenta la composición membranal de las principales clases de lípidos en diferentes especies y el tratamiento de temperatura. Se indican las referencias de las que fueron extraídos los datos. Plantas aclimatadas (AC); plantas no aclimatadas (NA). Plántulas Vigna radiata Secale cereale Solanum tubesorum Solanum commersonii Hojas Avena primaveral Hojas Avena invernal Hojas Centeno invernal Arabidopsis thaliana Raíz Avena sativa L. Triticum aestivum Temperatura óptima (°C) 20-40 10-15 15-20 - 6-24 6-24 10-15 25 6-24 10-24 Temperatura NA (°C) 26 15-20 18-20 18-20 15-20 15-20 15-20 23 - 20 PL 48.9 31.7 46.4 48.3 28.8 28.9 36.6 46.8 78.8 37.1 SL 6.8 16.2 6.5 6.1 27.2 30.4 16.4 7.3 9.4 28.5 St 43.6 52.1 45 41.6 41.3 39.1 46.6 46 14.6 34.3 Otros 0.7 - 2.1 4 2.7 1.7 0.4 - - St/PL 0.9 1.6 1 0.9 1.5 1.3 1.3 1.0 0.18 0.9 Temperatura AC (°C) 2 2-4 2-4 2 2 2 2 - 2 PL 41.9 46.8 51.1 36.8 39.5 43.3 57.1 75.7 43.2 SL 6.8 5 4.9 24.2 22.5 10.5 4.3 4.7 17.6 St 51.2 46.2 40.7 36.9 37.4 46 38.7 19.9 39.2 Otros - 2 3.3 2.1 0.6 0.2 - - St/PL 1.2 1.0 0.8 1.0 0.9 1.1 0.7 0.26 0.9 Referencias Yoshida & Uemura (1986) Lynch & Steponkus (1987) Palta et al. (1993) Palta et al. (1993) Uemura & Steponkus (1994) Uemura & Steponkus (1994) Uemura & Steponkus (1994) Uemura et al. (1995) Larsson et al. (2006) Bohn et al. (2007) La temperatura óptima se refiere a la temperatura óptima de crecimiento de la especie, la temperatura NA es la temperatura a la que se crecieron las plantas en cada estudio y la temperatura AC se refiere a la temperatura a la cual se expusieron las plantas al aclimatarse en cada estudio. En azul se indica la composición lipídica a la temperatura NA y en rosa la composició lipídica a la temperatura AC. 15 La información anterior deja en claro que debido a las variaciones de temperatura que enfrentan, las plantas deben ser capaces de detectar cambios en su ambiente y transducir las señales en respuestas fisiológicas adaptativas. En los mamíferos y plantas se ha encontrado que la elevación de la concentración de calcio citosólico es uno de primeros eventos que ocurren en la percepción de cambios en la temperatura, y aunque se ha apoyado la idea de que los canales de calcio son los sensores de temperatura, la evidencia muestra que la percepción de la temperatura es un evento que se lleva a cabo antes de la activación de los canales de calcio. Por ejemplo, en algas verde-azules se ha demostrado que la fluidez membranal juega un papel importante en la detección de frío previa al incremento de los niveles de calcio (Murata y Los, 1997). En la actualidad se conoce muy poco sobre los eventos tempranos de la detección de la temperatura por las plantas, así como de los mecanismos moleculares para contender con los cambios de temperatura; sin embargo, se ha señalado a la membrana plasmática como la base de la percepción de la temperatura por su función estratégica en la fisiología celular, porque es el sitio principal de daño por congelamiento, por sus propiedades dinámicas, y porque está bien descrito que su composición se afecta por la temperatura ambiental (Tabla 2). Debido a ello, la fluidez membranal es un buen candidato para ser un termómetro celular y un transductor de la señal de temperatura (Mikami y Murata, 2003). A nivel celular, el daño por congelación lleva a fugas en la membrana plasmática y los organelos. Mecánicamente, esto se atribuye a la deshidratación celular severa iniciada por la formación de hielo extracelular con un potencial químico menor, lo que resulta en una disminución del potencial hídrico fuera de la célula y la salida de agua del medio intracelular (Tomashow, 1999). Bajo estas condiciones, se forman estructuras lipídicas diferentes a las bicapas, como las formaciones de fases de tipo hexagonal inversa II (HII) y también ocurre la lisis inducida por expansión y las lesiones de "salto de fractura" (Uemura et al., 1995). Por lo tanto, una de las acciones clave en la aclimatación al frío es estabilizar a la membrana en contra del daño por congelación. Los mecanismos conocidos con los que se estabiliza la membrana son varios e incluyen la modificación estructural de los lípidos membranales y la acumulación de sacarosa y otros azúcares simples que ayudan a mantener a la membrana hidratada en condiciones de desecación y que evitan la fusión de membranas. Otras moléculas que estabilizan la membrana son los polipéptidos hidrofílicos y las moléculas crío-protectoras (Tomashow, 1999).Otras moléculas importantes en la aclimatación en frío en plantas, son las especies reactivas de oxígeno (EROs). Moléculas como el H2O2 aumentan en respuesta a frío, lo que eventualmente lleva a mayor expresión y actividad de enzimas antioxidantes en procesos de aclimatación, protegiendo a las membranas de daño por peroxidación (Zhou et al., 2012). 16 Las proporciones de esfingolípidos, así como la de esteroles libres disminuyen (Uemura et al., 1995; Minami et al., 2009). Los esfingolípidos son muy abundantes en las membranas en plantas, si bien no hay estudios que aborden comparativamente la composición lipídica de las diferentes membranas de las plantas ni su cuantificación por técnicas modernas sensibles que abarquen la identificación del gran número de especies lipídicas presentes en las bicapas. Los esfingolípidos son sintetizados en un proceso que inicia con la condensación de la serina con la palmitoil-CoA, resultando una base de cadena larga (BCL), la cetodihidroesfingosina, la cual surge a través de una reacción de reducción, a la esfinganina. Esta BCL es acilada en su grupo amino por un ácido graso y glicosilada o fosforilada en su grupo 1-OH. Se ha propuesto que una parte reducida de los esfingolípidos de la membrana plasmática se agrupa en lo que se llaman “microdominios”. El concepto de microdominio membranal supone que los esfingolípidos tienden a asociarse con los esteroles y proteínas en la membrana plasmática distribuyéndose de una manera no uniforme y que en conjunto se mueven poco, formando pequeñas regiones que forman parte de la membrana pero cuyas unidades no se mezclan individualmente con el resto de los componentes (Simons and Ikonen, 1997). Se ha estudiado la composición de los microdominios membranales en preparaciones aisladas y conocidas como membranas resistentes a detergentes (DRM) en plantas de A. thaliana no aclimatadas (NA) y aclimatadas al frío (AC). Los resultados mostraron que los DRM AC tienen un aumento en la cantidad de esteroles y proteínas, lo que no sucede con los glucocerebrósidos y fosfolípidos (Minami et al., 2009). Sin embargo, la cantidad de glucocerebrósidos sí disminuye en la membrana plasmática de plantas aclimatadas, indicando que sí se están removiendo esfingolípidos de la fase líquida-desordenada, pero no de los microdominios (fase líquida- ordenada). Se ha demostrado que la exposición de plantas de A. thaliana a temperaturas bajas no letales (4 °C) lleva a la producción transitoria de la fitoesfingosina-1-fosfato (t18:0-P) y al aumento en la actividad de la MPK6 (Dutilleul et al., 2012). También se ha visto que la deficiencia de la insaturación Δ8 de los esfingolípidos de la membrana plasmática resulta en clorosis debida a la exposición prolongada a temperatura de 0 °C (Chen et al., 2012). Mientras que en el primer caso la BCL parece tener más bien un papel señalizador en la respuesta al frío, el caso de los esfingolípidos insaturados parece ser una respuesta celular estructural a la baja temperatura. En ambos casos, resulta claro que la fluidez membranal puede afectarse por los esfingolípidos y que esto puede ser importante en el funcionamiento de las membranas celulares en muchos de los procesos en los que participan, tales como secreción de componentes de la pared celular, fusión membranal, división celular, etc., y muy particularmente, en los fenómenos de adaptación a la temperatura ambiente. Sin embargo, son pocos los reportes en la literatura que abordan esta 17 relación entre los esfingolípidos y la fluidez membranal, lo que hace necesario investigar con más detalle el impacto de la cantidad y composición de los esfingolípidos en la fluidez membranal y su cambio en respuesta a bajas temperaturas. 1.4.2. Remodelación y recambio de lípidos de membrana en la tolerancia al frío Como se detalló en la Tabla 2, la aclimatación al frío lleva a una modificación en la composición lipídica de la membrana plasmática. Las plantas tienen familias de enzimas especializadas en la regulación celular (síntesis de segundos mensajeros, modificación covalente por cinasas, mediadores de tráfico vesicular, re-arreglo del citoesqueleto, etc.), que participan en la remodelación de la membrana y la degradación de lípidos, dos formas de contender con las bajas temperaturas a nivel de la membrana. De estas enzimas, las más estudiadas en plantas son las fosfolipasas, las cuales se pueden clasificar en 4 tipos: fosfolipasas D, fosfolipasas C, fosfolipasas A1 (PLA1) y las fosfolipasas A2 (PLA2) que se encargan de hidrolizar glicerofosfolípidos en diferentes posiciones. Cada tipo de fosfolipasa comprende una familia de enzimas que difieren en la especificidad de sustrato, cofactor que requieren y/o condiciones de reacción (Wang et al., 2012). La fosfolipasa D (PLD) cataliza la hidrólisis de glicerofosfolípidos para formar ácido fosfatídico (PA) y un grupo polar libre como la colina. A. thaliana tiene 12 genes para PLDs que codifican para las familias de enzimas PLDα, Dβ, Dγ, Dδ, Dε y Dζ. Cada familia está involucrada en diversos procesos fisiológicos y celulares como la regulación del cierre/apertura de los estomas, la señalización en respuesta a estrés por sequía (Sang et al., 2001), la cantidad de sal (Hong et al., 2008) y en el remodelaje de los fosfolípidos de membrana en la tolerancia al frío (Li et al., 2004). La fosfolipasa C (PLC) hidroliza los fosfolípidos para producir diacilglicerol (DAG) y un grupo fosforilado de la cabeza polar. Las plantas tienen dos familias de PLCs, las específicas para PI (PI-PLC) y otras no específicas (NPC-PLC) que hidrolizan PC y PE. La expresión de PI-PLC se induce en respuesta a frío, sal, deshidratación y la hormona ácido abcísico (ABA) (Wang et al., 2012). Las NPC-PCLs están involucradas en la degradación de los fosfolípidos y acumulación de digalactosildiacilglicerol (DGDG) en A. thaliana con deficiencia de fosfatos (Gaude et al., 2008). La fosfolipasa A (PLA) hidroliza los fosfolípidos para producir lisofosfolípidos y ácidos grasos libres. PLA1 y PLA2 liberan el ácido graso de las posiciones sn-1 y sn-2 respectivamente. Estas fosfolipasas están involucradas en la biosíntesis de ácido jasmónico y respuesta a patógenos (Wang et al., 2012). Se ha reportado que el remodelamiento de la composición lipídica de la membrana es esencial en la tolerancia al frío en A. thaliana, ya que se encontró que una enzima remodeladora de galactolípidos en la membrana externa del cloroplasto transfiere residuos de galactosil 18 provenientes de monogalactolípidos a diversos aceptores, formando oligogalactolípidos y diacilglicerol, los cuales mantienen la integridad de la membrana y evitan la formación de la fases de tipo hexagonal inversa II (Moellering et al., 2010). El recambio de esfingolípidos se lleva a cabo mediante enzimas llamadas ceramidasas que catalizan el corte del enlace amida para generar bases de cadena larga (BCL) y ácidos grasos. Se han reportado 3 clases de ceramidasas en eucariontes que difieren en su actividad con base en su pH óptimo y se clasifican como ácidas, neutras y alcalinas. En las plantas sólo se han encontrado genes homólogos de ceramidasas neutras y alcalinas. El recambio de esfingolípidos complejos está aún menos caracterizado en A. thaliana y sólo se han encontrado homólogos con porcentajes de identidad de 40 a 30 % con glucosilceramidasas y esfingomielinasas de otros eucariontes (Chen et al., 2009). Por otro lado, el contenido de ácidos grasos poli-insaturados (PUFAs) se ha asociado con la temperatura a la que crecen animales, peces, hongos, levaduras, plantas, cianobacterias y bacterias: a mayor temperatura menor grado de insaturación y viceversa (Los et al., 2013). Es importante destacar que el grado de insaturación lipídico se ajusta por cambios en las condiciones ambientales y es uno de losprincipales moduladores de la fluidez membranal. Las membranas acumulan más ácidos grasos insaturados a temperaturas frías que a cálidas (Falcone et al., 2004), lo cual hace que los lípidos se empaquen menos y por lo tanto las membranas con un alto contenido de ácidos grasos insaturados deben ser más fluidas. La remoción de hidrogenos en las cadenas lipídicas es realizada por miembros de la familia de desaturasas de ácidos grasos (FAD) y se piensa que su actividad se inhibe por temperaturas cálidas (Burgos et al., 2011). Sin embargo, estudios de la concentración de RNA de los genes FAD muestran que sus niveles varían muy poco en respuesta a calor o frío, por lo que su regulación debe estar dada por su degradación y no su síntesis. Los estudios en A. thaliana han demostrado que la aclimatación al frío resulta en el aumento de la proporción de fosfolípidos totales, con cambios pequeños en cada clase de fosfolípido y un aumento en la proporción de especies di-insaturadas de fosfatidilcolina y fosfatidiletanolamina, aunque las especies mono-insaturadas siguen prevaleciendo. En las plantas hay 3 desaturasas principales de ácidos grasos: la desaturasa Δ9, la Δ12 y la Δ15. En Arabidopsis se ha correlacionado la sn-2-palmitoil-desaturasa y la desaturasa Δ12, que se localizan en cloroplasto y que convierten al ácido oleico en ácido linoleico, con la sobrevivencia a bajas temperaturas (Murata y Los, 1997) y la desaturasa Δ12 microsomal que es esencial a temperaturas de 6 °C (Miquel y Browse, 1992). Como se puede deducir, el papel de las insaturaciones de los ácidos grasos es muy importante para la aclimatación, sin embargo, su contribución va más allá de los alcances y objetivos de este trabajo por lo que nos limitaremos a describir solo a los esfingolípidos. 19 1.4.3. Uso de la Polarización de la fluorescencia para determinar la fluidez membranal La polarización de la fluorescencia se basa en el principio de excitación fotoselectiva de fluoróforos mediante luz polarizada. La distribución electrónica en el estado basal y excitado de cualquier fluoróforo define la dirección en la cual las probabilidades de absorber o emitir un fotón son máximas, estas son las direcciones del momento dipolar de excitación o emisión. Cuando se excita con luz linealmente polarizada una molécula fluorófora, que tenga el momento dipolar de excitación alineado con la dirección del vector eléctrico de la luz de excitación, el fluoróforo absorberá esta luz. Ya que el proceso de absorción es mucho más rápido que la rotación molecular, el uso de luz linealmente polarizada crea una población de fluoróforos parcialmente orientada. Esto se conoce como fotoselección. Debido a que la emisión de un fotón por el fluoróforo en estado excitado requiere de mucho más tiempo que su absorción, el fluoróforo comúnmente se reorienta antes de que ocurra la emisión. Si esto ocurre, el fotón emitido ya no estará polarizado en la dirección del fotón de excitación, aunque los dipolos de excitación y emisión sean paralelos en la molécula. Por lo tanto, la polarización de la fluorescencia será menor mientras más se reoriente el fluoróforo entre el período de excitación y emisión. Con este principio es que la polarización de la fluorescencia se utiliza para determinar la fluidez membranal e incluso se ha usado para monitorear interacciones moleculares (Lentz, 1993). En la práctica, se utiliza un espectrofluorómetro equipado con polarizadores. La luz generada por la lámpara es polarizada vertical u horizontalmente antes de pasar por la celda. La intensidad de la luz emitida es entonces colectada por dos polarizadores orientados en la dirección vertical y horizontal, respectivamente. La luz es transmitida a través de tubos fotomultiplicadores y el equipo realiza los cálculos pertinentes utilizando las siguientes ecuaciones: P = (IVV – IVHG) / (IVV + IVHG) r = (IVV – IVHG) / (IVV + 2IVHG) o r = 2P/3 –P, Donde: P es la polarización de la fluorescencia r es la anisotropía IVV e IVH son las intensidades de luz emitida en la dirección vertical y horizontal respecto al haz de luz. G es el factor de corrección el cual depende del equipo e indica la sensibilidad de los fotomultiplicadores a las medidas de intensidad de luz (Mykytczuk et al., 2007). Para determinar la fluidez membranal mediante la polarización de la fluorescencia se ha utilizado un gran número de moléculas hidrofóbicas fluorescentes. En general, las sondas tienen una alta 20 señal de fluorescencia cuando se incorporan en membranas (acompañado por señales muy bajas en soluciones acuosas), lo cual permite utilizar concentraciones muy bajas de sonda en estudios de fluidez (Lentz, 1989). Por estar sujetas a la restricción rotacional impuesta por el orden del entorno lipídico, que es un ambiente muy ordenado, disminuye el movimiento de las sondas, lo que resulta en valores más altos de polarización. En el caso contrario, un ambiente desordenado llevará a que la sonda tenga facilidad de movimiento por lo que emitirá luz en todas direcciones, resultando en valores bajos de polarización. De esta manera, la polarización de la fluorescencia es inversamente proporcional a la fluidez membranal. 21 2. HIPÓTESIS El contenido de esfingolípidos endógenos de la membrana plasmática tiene influencia en la fluidez membranal. Las diferencias en la fluidez de la membrana plasmática son importantes para la percepción, transducción y/o adaptación a bajas temperaturas en plantas. 3. OBJETIVO GENERAL Determinar la fluidez de preparaciones membranales de líneas de A. thaliana con diferentes contenidos de esfingolípidos totales, o con perturbaciones en las vías de señalización asociadas a esfingolípidos y expuestas al proceso de aclimatación. 4. OBJETIVOS PARTICULARES Germinar y crecer plántulas o plantas adultas de A. thaliana Col-0 Wild Type (WT), y de las líneas Atlcb2a-1 (lcb2a-1), Atlcb2b hp/Atlcb2a (hp ±), sbh1-1, mpk6, mpk3 y pfld18-18. Germinar y crecer plántulas o plantas adultas de las líneas GCS (GC-A, GC-B y GC-C). Obtener tanto fracciones microsomales de plántulas como de plantas adultas de las líneas WT y GCS. Obtener vesículas de membrana plasmática de plantas de las líneas WT y líneas lcb2a-1, hp ± MFZ, sbh1-1, mpk6, mpk3 y pfld18-18 tanto no aclimatadas como aclimatadas. Determinar las condiciones para medir fluidez membranal por polarización de la fluorescencia usando 1,6 difenil 1-1,3,5–hexatrieno (DPH), el 1-(4-trimetilamoniofenil)-6- fenil-1,3,5-hexatrieno-p-tolueno-sulfonato (TMA-DPH) y el ácido cis-parinárico (PA). Determinar la polarización de la fluorescencia del DPH de fracciones microsomales obtenidas de plántulas y plantas adultas WT y GCS. Determinar la polarización de la fluorescencia del DPH, TMA-DPH y PA de vesículas de membrana plasmática de las líneas antes mencionadas, con sus respectivos controles. Determinar la pérdida de integridad de la membrana plasmática de las plantas aclimatadas y no aclimatadas por un ensayo de conductimetría. 22 Determinar la ultraestructura de las membranas del tejido foliar de plantas no aclimatadas y aclimatadas. 23 5. MATERIALES Y MÉTODOS En el laboratorio disponemos de varias líneas de A. thaliana modificadas genéticamente que tienen diferencias cualitativas y cuantitativas en su contenido de esfingolípidos, o que presentan deficiencias en las proteínas de vías de señalización o de producción de EROs y que están relacionadas con la función de segundos mensajeros de las bases de cadena larga. Las modificaciones genéticas de las líneas utilizadas están construídas en el fondo genético de A.thaliana ecotipo Col-0, silvestre. Las líneas utilizadas son lcb2a-1, lcb2b hp/lcb2a, sbh1-1, GCS, mpk3, mpk6 y pfld18-18. En la Tabla 3 se describen las características de estas mutantes; Puede advertirse que las mutantes lcb2a-1, lcb2b hp/lcb2a, sbh1-1, GCS, fueron seleccionadas para ser usadas en este trabajo por su contenido anómalo de esfingolípidos totales y que muy posiblemente los de la membrana plasmática estuvieran afectados también. En el caso de la mutante lcb2a-1, si bien su contenido de esfingolípidos totales es normal, la expresión del gene LCB2a de la enzima serina palmitoiltransferasa (SPT) no se presenta (Dietrich et al., 2008). Esta línea resulta ser la progenitora de la línea lcb2b hp/lcb2a, la cual además contiene una horquilla inducible de RNAi que permite el silenciamiento del isogene LCB2B, con lo cual la expresión de la SPT disminuye y con ello el total de esfingolípidos en la planta (Dietrich et al., 2008). La mutante sbh1-1, no expresa a la hidroxilasa SBH1 de bases de cadena larga, y por ello expresa menos esfingolípidos trihidroxilados, lo cual compensa con dihidroxilados (Chen et al., 2008). Las mutantes GCS, no expresan a la glucosil ceramida sintasa, por lo cual las plantas contienen sólo una proporción reducida de glucosil ceramidas (no publicada). La mutante mpk3 no expresa a la MAP cinasa MPK3, involucradada en las vías de respuesta a estrés abiótico y biótico y tiene una redundancia funcional con la MPK6. Esta última es otra MAPK que se ha reportado en una vía de señalización mediada por bases de cadena larga (Saucedo-García et al., 2011). 24 Tabla 3. Características genotípicas y fenotípicas de las líneas de A. thaliana modificadas genéticamente y usadas en este estudio. Línea de Arabidopsis thaliana (Col-0) Construcción genética Características Contenido de esfingolípidos Referencia Silvestre (WT) Sin modificación Normal Basal lcb2a-1 Inserción de un transposón en el gen que codifica para la subunidad LCB2a de la enzima Serina palmitoiltransferasa (SPT) Implicada en la gametogénesis y embriogénesis. Menos sensible a Fumonisina Basal Dietrich et al., 2008 lcb2b hp/lcb2a 1) Inserción de un transposón en el gen que codifica para la subunidad LCB2a de la enzima SPT 2) Con un vector binario con la construcción de una horquilla de ARNi que en presencia del inductor (metoxifenazida), silencia el gene de la subunidad LCB2b de la SPT hp- plantas sin inductor metoxifenazida Basal Dietrich et al., 2008 hp+ plantas con inductor metoxifenazida 35 % de esfingolípidos menos que el control (después de 5 días de inducción) GC-A, GC-B y GC-C Con un vector que contiene la construcción de una horquilla de ARNi que silencia el gene de la enzima glucosil ceramida sintasa Pequeñas y con hojas frágiles 2 % de glucosil ceramida con respecto al control No publicada sbh1-1 Inserciones de T-DNA en el gen que codifica para la hidroxilasa 1 de bases esfingoideas (SBH1) Menor contenido de LCB tri hidroxiladas 30 % de esfingolipidos trihidroxilados menos que el control 2 veces mayor contenido de esfingolipidos dihidroxilados que el control Chen et al., 2008 pfld18-18 Inserción del gen que codifica flavodoxina bacteriana La flavodoxina es un acarreador de electrones que previene la formación de ERO en episodios de estrés abiotico. Basal Tognetti et al., 2006 mpk6 Inserción de T-DNA en el gen que codifica para la MAP cinasa 6 Ausencia de la MPK6 Resistente a la infección por patógenos y muerte celular programada por Fumonisina Basal Saucedo-García et al., 2011 mpk3 Silenciamiento mediante RNAi del gen que codifica para la MAP cinasa 3 Ausencia de la MPK3 Basal Saucedo-García et al., 2011 25 La mutante mpk6 se incluyó en este estudio porque se ha observado que la disminución de la temperatura lleva a la activación de la cinasa MPK6 y a un aumento de la fitoesfingosina 1-P (t18:1P) (Dutilleul et al., 2012), por lo que queremos investigar si esta vía de señalización es importante para regular la fluidez de la membrana en respuesta a bajas temperaturas. Por otro lado, la mutante pfld18-18 se incluyó debido a que se sabe que las EROs aumentan en respuesta a frío y aclimatación; sin embargo, la fuente de las mismas no es muy clara (cloroplasto, NADPH oxidasa, mitocondria), y con esta mutante buscamos dilucidar la contribución de las EROs provenientes del cloroplasto en el fenotipo y si estás moléculas funcionan como transductores en la respuesta a la señal de frío para activar genes que codifican proteínas para la remodelación de la membrana plasmática. El trabajo experimental desarrollado en esta tesis se organizó en dos fases: la primera (Esquema 1) que tuvo como objetivo estudiar la contribución de los esfingolípidos a la fluidez de la membrana plasmática y fracción microsomal mediante el uso de mutantes en la vía de síntesis de esfingolípidos (líneas GC-A, GC-B, GC-C, sbh1-1, lcb2a-1, hp- y hp+); y una segunda fase (Esquema 2), la cual tuvo como objetivo investigar si las diferencias en la fluidez de la membrana plasmática son importantes para la percepción, transducción y/o adaptación a bajas temperaturas (Aclimatación) en plantas, usando algunas de las líneas mutantes en la vía de síntesis de esfingolípidos (sbh1-1, lcb2a-1 y hp+) además de las líneas mutantes en vías de señalización pfld18-18, mpk3 y mpk6. Las estrategias experimentales de cada fase se muestran en los Esquema 1 y 2. Los métodos experimentales se detallan más adelante. Esquema 1. Estrategia experimental de la primera fase del trabajo que se enfoca en estudiar la contribución de los esfingolípidos a la fluidez membranal en A. thaliana. 26 Esquema 2. Estrategia experimental de la segunda fase del trabajo para estudiar la contribución de los esfingolípidos a los cambios de fluidez en membrana plasmática en la respuesta a aclimatación a bajas temperaturas y la resistencia a congelamiento. 5.1. Germinación de semillas de A. thaliana Se preparó el sustrato compuesto por: 2 partes de Mix 3 Agregate Plus (Sunshine, Sun Gro Horticulture; Canada Ltd.), 1 parte agrolita Dica Mex (Dicalite de México S.A. de C.V.; Tlalneplantla, Edo. de México) y 0.5 partes vermiculita Premium Grade (Sunshine, Sun Gro Horticulture; Canada Ltd.). El sustrato mezclado y humedecido se colocó en macetas de 100 ml de capacidad, previamente lavadas y enjuagadas con HClO4 (Cloralex®) al 30 %. Las semillas de A. thaliana Col-0 (WT) y de todas las mutantes usadas en este estudio, se espolvorearon con los dedos sobre la superficie de cada maceta, sembrando de 1 a 3 macetas por línea. Todas las macetas se rotularon con la línea, fecha, laboratorio y usuario. Una vez sembradas, las macetas se regaron con atomizador, se colocaron en una charola negra y se les puso un domo transparente para conservar la humedad. Se ubicaron en estantes a 22 °C con fotoperiodo de 8 h de luz y 16 h de oscuridad y a partir de entonces se regaron con atomizador cada tercer día o cuando fuera necesario. 27 5.2. Crecimiento de plantas adultas A las 3 semanas de crecimiento, las plántulas se transfirieron a macetas con sustrato recién preparado como se detalló anteriormente. Se colocaron de 1 a 3 plántulas por maceta, dependiendo del número de plántulas que germinaron. Para esto, con ayuda de una espátula y pinzas se tomó un cuadrante del área sembrada y con cuidado se separaron las plántulas cuidando no dañar sus raíces. Con la espátula se hizo una pequeña excavación en el sustrato y se enterró la raíz de la plántula dejando la parte aérea intacta. Nuevamente, las macetas se rotularon con la línea, fecha de siembra, laboratorio y usuario. Todas las macetas se colocaron en charolas negras, se cubrieron con un domo transparente y se ubicaron en el invernaderocon fotoperiodo de 8 h de luz y 16 h de oscuridad a 22 °C aproximadamente. Se regaron con atomizador cada tercer día o cuando fuera necesario. Al convertirse en plantas adultas, como a las tres semanas de ser transplantadas, se les removió el domo transparente y se comenzó a usar regadera para su riego. Se regaron con solución nutritiva de Hoaghland una o dos veces a la semana. 5.3. Silenciamiento de la subunidad LCB2b de la serina palmitoiltransferasa (SPT) en plantas adultas de A. thaliana Atlcb2b hp/Atlcb2a (hp +) La línea de A. thaliana Atlcb2b hp/Atlcb2a contiene la inserción de un transposón en el gen que codifica para la subunidad LCB2a de la enzima SPT y además, tiene un vector binario con la construcción de una horquilla de ARNi que en presencia del inductor (metoxifenazida), silencia el gene de la subunidad LCB2b de la SPT. Por lo tanto, al no tener proteínas LCB2a y al disminuir la cantidad de subunidades de LCB2b tras la adición del inductor, el heterodímero LCB1/LCB2 no se genera y consecuentemente la primera enzima de la biosíntesis de esfingolípidos (la SPT) deja de sintetizarse a medida que progresa el silenciamiento. En consecuencia, los niveles de esfingolípidos sintetizados de novo disminuyen gradualmente y la planta subsiste con los generados antes del silenciamiento, mismos que van experimentando un recambio natural (degradación). La metoxifenazida es el ingrediente activo del insecticida Intrepid 2F (Dow Agroscience de México S.A. de C.V.) que se administra a una concentración de 240 g i.a./L. Las condiciones para el silenciamiento de plantas adultas se determinaron asperjando soluciones del insecticida a las plantas o plántulas a concentraciones desde 1:5000 a 1:50 v/v. Las plántulas con un menor contenido de esfingolípidos complejos se identificaron por la presencia de clorosis generalizada, lo cual ocurrió aproximadamente a los 8 días de añadido el inductor del silenciamiento. Como control 28 se utilizaron plantas de la línea Atlcb2a-1 que permanecieron con hojas verdes después de la aplicación del inductor. 5.4. Cosecha de las plántulas y plantas Con el fin de obtener fracciones microsomales de las líneas WT, GC-A, GC-B y GC-C, las plántulas se crecieron por 27 días hasta su cosecha. Para cada línea se tomaron cuantas plántulas se podía con pinzas, y levantándolas se cortaron con tijeras en la base de la parte aérea. Una vez cortadas, se procedió a enjuagar con agua la tierra remanente de la base de las hojas. Posteriormente, se secó el tejido dejándolo sobre papel absorbente. Las plántulas ya sin exceso de agua se colectaron con pinzas y se colocaron en una caja Petri en hielo. Todo el tejido obtenido se pesó y rotuló en papel aluminio, para ser congelado inmediatamente con N2 líquido y finalmente ser almacenado a -70 °C hasta su uso. Con respecto a las plantas adultas de A. thaliana Col-0 (WT), y de las líneas Atlcb2a-1 (lcb2a-1), Atlcb2b hp/Atlcb2a (hp ±) y sbh1-1, se cosecharon al tener el tamaño adecuado (aproximadamente a las 16 semanas de edad). En el caso de las plantas adultas de las líneas mutantes GC-A, GC-B y GC-C, se cosecharon hasta las 20 semanas de edad, ya que su crecimiento era más lento y su tamaño mucho menor al de las plantas adultas de otras líneas. Cada planta se cortó desde la raíz y con una brocha mediana de cerdas suaves se limpió el sustrato remanente. Después, se removieron las hojas muertas o deterioradas y las inflorescencias. A continuación, se cortaron las hojas y se colocaron en un vaso de precipitados en hielo. Al tener cerca de 25 g de peso en hojas de cada línea o 3 g de las líneas deficientes en glucosilceramidas, se pasaron a papel aluminio y se pesó el tejido. Inmediatamente se congeló cada paquete con N2 líquido y se almacenó a -70 °C hasta su uso. 5.5. Preparación de fracciones microsomales Para preparar fracciones microsomales, el tejido congelado (aprox. 0.84 g) se pulverizó en un mortero hasta obtener un polvo fino, agregando N2 líquido periódicamente para evitar que se descongelara. El polvo resultante se transfirió a un vaso de precipitados de 10 mL en hielo. Se enjuagó el mortero con buffer de homogenización (4 mL de buffer por cada 0.84 g de hojas) y una vez acumulado todo el tejido pulverizado en el vaso, se homogeneizó en 3 periodos de 10 s con un homogenizador eléctrico. Todo el procedimiento se realizó a 4 °C. El homogeneizado resultante se filtró a través de 3 capas de gasa y se exprimió la gasa cuidadosamente enjuagando con buffer de homogenización. Se recibió el filtrado en otro vaso de precipitados de 10 mL y se colocó en tubos de centrífuga pequeños de policarbonato. Se centrifugó a 10 000 x g a 4 °C por 15 min en una 29 microultracentrífuga (TL-100, Beckman). Posteriormente, el sobrenadante se recuperó y se transfirió a otro tubo de centrífuga con las mismas características. Se centrifugó a 100 000 xg a 4 °C por 120 min con la misma centrifuga y rotor anterior. El sobrenadante se desechó y el botón se resuspendió con pincel en 50 µL de amortiguador de ajuste de peso. Se enjuagó el pincel con 50 µL del mismo amortiguador y se mezclaron todas las suspensiones para alicuotar. Se determinó la cantidad de proteína. 5.6. Purificación de vesículas de membrana plasmática Se realizó por el método de partición de fases en polímeros acuosos según Carmona-Salazar et al. (2011). 5.7. Determinación de proteína La concentración de proteína se determinó usando el método colorimétrico de Lowry modificado (Peterson, 1977). Se agregaron a tubos de ensayo 2 µL de la muestra proteica concentrada, 5 µL de la muestra diluida 1:10 y los mismos volúmenes de buffer en el que se resuspende la muestra. Paralelamente, se prepara una curva de calibración con albúmina sérica bovina (ABS) a una concentración de 1 mg/mL colocando 0, 10, 20, 30, 40 y 60 µL en tubos de ensayo. A todos los tubos de ensayo se les agregan 900 µL de H2O, 100 µL de solución de desoxicolato de sodio 0.15 %, p/v, 1 mL de reactivo A (solución de carbonato-tartrato-cobre, NaOH 0.8 N, solución de dodecil sulfato de sodio 10 % p/v y H2O en partes iguales) y finalmente 500 µL del reactivo Folin- Ciocalteau 1:5 v/v. Se agitó después de cada adición y se esperó 30 min a temperatura ambiente hasta desarrollarse la coloración azul. Se procedió a medir la absorbancia a 750 nm de cada tubo frente al blanco sin ASB. La concentración de proteína de la muestra se determinó restándole a su valor de absorbancia el obtenido para el buffer de resuspensión e interpolando el resultado en la curva estándar. 5.8. Determinación de las condiciones para medir fluidez membranal por polarización de la fluorescencia usando DPH Debido a que se presentaron algunas inconsistencias e irreproducibilidad en las determinaciones iniciales, decidimos examinar el efecto del buffer en el que se resuspendieron las muestras membranales, así como del buffer en el que se midió la fluidez membranal. La composición de estos buffers se detalla en la Tabla 4. 30 Tabla 4. Composición de los buffers de resuspensión de las muestras membranales y de medición de la fluidez membranal Buffer de resuspensión para fracción microsomal (buffer de ajuste de peso) Buffer de resuspensión de vesículas de membrana plasmática (buffer de lavado) Buffer para la determinación de fluidez membranal 620 mM sorbitol 5 mM KH2PO4, pH 7.8 0.1 mM EDTA 350 mM sorbitol 2 mM HEPES/MES, pH 7.6 1 mM DTT Cocktail de inhibidores de proteasas 20 mM HEPES /HCl, pH 7.0 Como se puede observar, los buffers de resuspensión de las membranas tienen sorbitol que se requiere para darle estabilidad osmótica a las membranas, pero tiene alta viscosidad, por lo que la cantidad (que puede variar de preparación a preparación, y que está relacionada con la concentración
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