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Carmen Segura Peraita - Hermeneutica de la vida humana

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ÍNDICE
9
Presentación
1. EL PROYECTO DE FNA HERMENÉUTICA
F ENO M ENOLO GI CA D E LA FA CTI CI [)AD
I 1
i . EN LOS ALEDAÑOS DEL iNFORME NATORP 15
1. IntrOducCiÓn 15
2. Fundación de una hernienutica fcnorncno]cigica 19
3. Aristóteles en el proyecto dc destrucción . 29
2. INDICACIÓN DE L' SITUACIÓN HERI\1EN1]TPCÀ 39
i. Clarific.ac.iói-i de Ii situación hcrmcnéutica 39
1.1 Para una interpretación de la siwación hermenéutica . 39
1.1.L Intencionalidad y situación hermenéutica 43
1.1.2v La situación de la interpretación ConiO apropia-
c.iór) dc! pasado 47
1.2. La filosofía, hcrmcn&itica fenomenológica de la facti-
cidad 49
2 Necesidad dc volver a Aristóteles 54
2.1. Las coordenadas de !a intcrprtación 55
2.1.1. EI puio de nira (Biickstnd) 5
2. L2.. L orientación de la nirathz (B1ickrícbt.ng) . . . . 58
2. 13 . El hcirizo,zte de hz mirada (SicLitu..'citc)
il . INTE RIRETACIONES F E.N O ME.NOLÖ G Ï C A S
60
SOBRE ARISTÓTELES
3. JNTFRPkETAC1áN DE LA PRUDENCIA (É77cA A N!cÓL4co.. VI) 67
1. Propósito, estructura y alcancc dc csta interpretación 67
2. Interpretación fenomenológica de alétheia y noûs 72
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INDICE
2.1. Alétheta
2.2. Noûs
La prudencia, determinación antológica de] Dasein
RadicaLízación ontológica de la idea de movimiento. Corise-
cucncias para el ser de la vida fáctica
EI Sofista (1924-1925) Preeminencia de la sabiduría sobre la
prudencia
51. Nuevo análisis de la prudencia . . .
i.2. La prudencia como posíbilidad auténtica del Dasein .
5.3. Crítica a la metafisica de la presencia
4, INTERPRETAcIÓN DF. LA SABIDURÍA (MrTtvIslcA 1, 1-2) 1 13
5. INTERPRETACLÓN [)VL Mc}vL\1LENro (Físic I, II, ITt; AJETAFÍSJG4
\rlI, VIII, IX)
I . Explicación ontológico categoria1 dei rnoviiiiiento (Fica 1
II, III, 1-3)
El sciitido directivo del ser y Las categorías (Metafísica VII,
VIII, IX)
EI movimiento y la actividad propia de la 'ida huniana
3.1. Destrucción y reapropiación
3.2. La actividad propia de la vida humana
3.2.1. .NIovimiento y actividad
3.2.2. Prâxis y poíesís
4nexu-. ESTADO ACTUAL DE LAS PUBLICACIONtS DE HEIIEGGE.R ANTE-
KIORES A 1927
Bthlíografía 171
PRESENTACIÓN
Para la elaboración de este libro ha sido de gran ayuda el apoyo re-
cibido de la Alexander von Humboldt-Stifrung. De febrero de 1994
a febrero de 1995 disfruté de nna beca para realizar un trabajo de
investigación sobre Heidegger, junto al profesor Pöggeler en el He-
gel-Archir' de Bochum Alemania. Desde julio hasta septiembre de
2000,, tarnhin gracias a la Alexander von Humboldt-Stiftung e in-
vitada por el profesor Figal, pude dedicarme exclusivamente a la
prosecución de este trabajo en la Facultad de Filosofía de la Univer-
sidad de Tubinga, A!ernania.
También quiero expresar mí agradecirnknto a todas aquellas
personas que de un modo u otro, me han ayudado y apoyado en la
realización de esta investigación. La profesora Pilar Herranz Ybarra
corrigió en varias ocasiones las versiones previas al manuscrito que
ahora va a ser publicado. La doctora Sara Escobar Carrío revisó e!
texto del libro y me hizo sugerencias muy acertadas sobre algunos
aspectos. Doña N"1aya Granero Larrosa llevó a cabo la última co-
rrección formal y de estilo. E] profesor Arturo Leyte Coello leyó con
especial cuidado el capítulo S; sus sugerencias y aliento har consti-
tuido siempre una gran ayuda.
Las Roz.as, diciembre de 2001
CARNIEN SEGIJBA PERkIm
[Simultáneamente cor este vo'umen, Editorial Trotta ha publicado la
edición española dei Inforne Natorp, en traducdón de Jesús Adrián
Escudero, bajo el título: Infor?ne Natorp. Interpretaciones feno?ne-
nológicas de Aristóteles. N. dei E.]
lo 11
73
7g
_, A_
91
9
98
I 04
i (J 8
1. Arraigo de la sabiduría eri la vida fáctica I 13
El SOtstci (1924/1925). Génesis de la sabidur!a I 17
2.1. La sahiduria como virtud de La técnica. Su autonomía i 19
22. Carácter derivado de la rcora 125
3, Crftica al concepto griego dc ser COmO presencia :t 29
133
133
i 4 (J
146
1146
1 48
150
155
i 65
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I
EL. PROYECTO DE UNA HERMENÉUTICA
FENOMENOLÓGICA DE. LA FACTICIDAD
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i . Introducción
En 1989 el DiitheyJahrbuch pubLicó precedidas por irna breve pre
sentac ió i de H a n s - G eorg Gadame r, las « I nte [pretacio ne s feu o nien o-
lógicas sobre Aristóteles. Indicación de la situación hermenéutica»'.
trata de un escrito que Heidegger redactó y presentó a finales de
1922 como documentación que acompañaba su solicitud para una
plaza de filosofía en la Universidad de Marburgo. Natorp había es-
Critø antes a Husserl interesándose por su discípulo, Heidegger.
Este, informado por su maestro y sin publicación reciente alguna, se
consagró durante tres semanas a preparar un extracto de sus inves-
tigaciones sobre Aristóteles que acompañó de un prólogo: tina indi-
cación de la situación hermenéutica. Tanto Paul Natorp como Nico-
lai Hartmann valoraron IiiUy positivamente ese trabajo. E] .
junio de I923 Heidegger fue invitado a ocupar su puesto corno pro-
forextraordinario en la Universidad de N'iarburgo2.
El autor dd Inforne Natorp (Natorp Bericht) se revela en él
como un pensador maduro y ya independiente, capaz de realizar
una crítica certera al neokantismo y a la \Veltanschauungsphiloso-
phie: ha incorporado a su pensamiento las inquietudes de la filosofía
de la vida y las ha encauzado dentro del nuevo marco fenoneno6-
gico, ha alcanzado su propia y crítica comprensión de la fenomeno-
Heidegger, 1989.
Para la historia del manuscrito, cf. Gadamer, 1989. Cf. ainhién Sfranski,
1997, 148-149.
i
EN LOS ALEDAÑOS DEL INFORME NATORP
15
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logia, ha proporcionado a la liermenéutic una ìnusitada profundi-
dad constituyéndola en una nueva onto1oga. Aparece también el re-
rerso de aquel teólogo católico que había pensado la eperieca ori-
giiiria de la vida cristiana y que había transitado unos caminos que
le llevaron desde la neoescolástica y el dogma romano a Pablo, Agus-
tIn, Lutero y Kierkegaard. Así en el Informe Natorp se dan cita mu-
chos de los motivos que impulsaron el preguntar heideggeriano; pero
lo hacen unificados de algún modo y de algin modo asimilados.
Y. alrededor de 1917 Heidegger había roto con la filosofía aca-
démica emprendiendo una búsqueda que nunca abandonaría. Supro-
pósito primigenio fue elaborar una ciencia originaria, preteórica, de
fa ,rjda El Informe Na:Éorp recoge, en buena medida, los resultados
de sus esfuerzos anteriores, Además, este manuscrito constituyc en
algunos aspectos el punto de arranque de sii evolución posterior. El
rnsIno Heidegger sostuvo que su experiencia filosófica decisiva tuvo
lugar e.n torno a Los años 1922-1923. Por eso, el Infonne Natop pue-
de ser considerado como un punto de ìnflexión. Se encuentra ya en
él una primera versión de aquel proyecto que abandonaría tras la pu-
blicación de Ser ' tiempo3 y destaca, quizá, el elaborado bagaje con-
ceptual del que ya dispone. Se tratas en efecto, de un momento ini-
portante por lo que se refiere a la acuñación definitiva de categorías
filosóficas aunque, sin duda, tanihién e] curso de i 923, Ontología.
Hermenéutica de la factcidad4, constituye un momento privilegiado.
Entre las nociones de nuevo cuño que aparecen por vez prime-
ra en el Informe Natorp cabe destacar algunas5:
- Ausgelegtheit, entendida como el estar interpretado, en el sen-
tdo de que el Dasein fáctico se encuentra situado siempre dentro de
una interpretación heredada.
Aussei, aufet:s, como el estar ocupado en algo en el sen-
tido del estar dirigido intnciona&iiente hacia algo, que es propio
dei cutdado (Sorge).
3, This versi(:)n ofthe Euzle;tuig is he zero-point of the specific project of
Being ad Time» (Kisiel, 1993, 2.S(», Y tarrhién: is sheer rrnovtive thrust, the
Lypc.sc1-ipt of October 1922, like no other of this period, deserves vo be called Hei-
deggers hreakrlirougli to bis magnu! opus» (Ibid. , 252),
4. Cf. Heidegger '1988 GA 63.
s. c. Kisicl1 1993. 249-252.. Esta cbra resulta muy útil para un estudio evo-
lutivo del pensainieno heideggeriario y de u tcrminoLogía. Su autor incluye un
apéndice en el que se reseñan las categorías y concepos fundamentales utilizados por
Heidegger hasta 192.7 refiriendo cuándo surgen, su sentido y evolucìán. Por la utili-
dad y claridad que pucd aportar se hará referencia a estas aclaracione5 en nota a pie
de página.
- Durchsnttlichk'cit que expresa la medianla en la que, por
término general, vive el Dasein.
- Das na i, el se de una existencia inauténtica vivida por la ter
cera persona.
Umsicht, ciramspección, característica de aquella in.tencio
fldad práctica propia del cuidado que se relaciona inmediatamente
con el mundo entorno en su plena significatividad y que aparece en
contraste con Hinsicht, entendida corno visión, contemplación, y que
es propia de la actitud teórica que considera el inundo como objetp.
Ver/illenstendeiz, noción con la que Heidegger comienza a
expresar ya la tendencia a la caída.
- Wiederholung, repetición, que expresa la forma adecuada en
que a filosofía ha de realizar la apropiación de su propia historia.
lEi lifornte Natorp es un escrito denso, críptico en ocasiones y
muy conciso. Se advierte la finalidad, la intención y la urgencia COI]
las que fue escrito. En la primera parte su autor expone algo ya tra-
bajado, de niodo que todas las tentativas de los años anteriores !e
permiten ahora una redacción sin titubeos. Sin embargo, en a se
gunda parte expone un proyecto que reclama todavía un dilatado
desarrollo posterior6. A lo largo de todo el manuscrito destaca un
proceder gobernado por la búsqueda del rigor, de abierta índole sis-
temática, que no atiende a requerimientos académicos ni hace con-
cesiones a cuestiones de claridad expositiva o de estilo. Y es que,
frente al talante de os escritos del llamado «segundo Heidegger», el
«prJnero» es un pensador lógico, persuadido por la necesidad de un
proceder metodológico impecable y conducido por las exigencias de
la fenomerología. Aunque ésta fuera ya entendida en su específico
sentido radical-existencial.
La primera parte del manuscrito tiene como propósito una indi-
cacióri de la situación hermenéutica. En ella expone Heidegger los
n-iotivos que hacen necesaria la vuelta a Aristóteles. Tales razones
6. En consonancia con ID que se acaba dc decir, a lo largo dc cira investigación
ha sido necesario recurrir a cursos de los años inmcdiatmiente nteriore.s y posterio-
rcs al manuscrito En ellos sc puede hallar aclar'ciones importantes cro ausentes por
uno tì otro motivo Cfl cl lfl/LOTfl1 Natorp. En concreto hay dus cursos que scn ex-
traordinariarnente re1evntes para los asuntos concernientes a1a ç>rimera parte del
Infomie, el del \V5 de 1921-1922, Phioneno1ogisch 1nterpretztionen zu Aristote-
/es. Ei;/:thrung ii die T'hänomenolo-ìsth Forsch.íng (Interpretaciones fen.orneno/óri
cas sobre 4risóteles. Introth.cción. a l !tu.estigación fenoenob5gica), 1985 GA 61.
Para las cuestiones estudiadas eri la segtmda parte resulta imprescindible e] rccursci al
\vs de i924-2.S Sophistes (El Sofista). 1992, GA 19.
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HERN1ENEUTICA DE LA VIDA HU1ANA EN LOS ALEDARIOS DEL U'dFORME NATOiP
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fueron determinantes para él rnsmo, que dedicó a ese propósito
buena parte de su esfierzo investigador durante los años anteriores
a 1927. Testimonio de ello son los numerosos cursos y seminarios
impartidos durante aquellos años.
La segunda parte contiene propiamente las interpretaciones so-
bre textos escogidos de Aristóteles. Tal investigaci6n, guiada por la
propia lógica heideggeriana viene precedida por la comprensión de
lo ue él entendió por situación hern'ienéutica y por hernwnéutica
fenonienológica de la facticidad.
El objeto de la investigación filosófica, afirma Heidegger taxati-
varnehte, es elDcsein humano en cuanto que interra d6 por su ca
rácter de ser. Carácter de ser que es lo que, endefin itiva, reclama
unas interpretaciones como las que Heidegger lleva a cabo. En efec-
to; I análisis dei punto de partida, la vida fáctica, pone de mani-
fiesto Ia necesidad inexcusable de una apropiación destructiva dei
pasado. Ella ha de sacar a la luz los motivos inipilcitos contenidos en
las distintas interpretaciones entregadas por la tradición. Así será
posib'e descubrir las experiencias fundamentales que dieron lugar a
tales interpretaciones.
rr se ha apuntado quc nos encontramos frente a un manuscrito
de una gran densidad, tanto en el plano de los conceptos y las con-
cepciones, col-110 Cfl el de la exposición. Se refleja en él, además, la
gran fuerza creadora e innovadora de Heidegger, y presupone en
muchas ocasiones el coLlocimiento de su propia actividad intelec-
tuai, de los intereses filosóficos del momento, de los pensadores y
corrientes que influyeron en él de los principios de La fenomenolo-
gía y de la transformación a Ja que Heidegger la sometió. Por eso, si
no reclama, justifica al menos un acercamiento encaminado a deli-
rnitar cuestiones, percibir su alcance y lograr una mayor clarídad.
Esta inrestigación parte de la convicción de que una ajustada
aproximación al texto mismo constituye una buena manera de hacer-
Io niás accesible. Por eso se ha pretendido realizar una lectura inteli-
gible, en La medida de lo posible dei manuscrito. Esto explica ei niodo
de verter a]gunas nociones y categorías. Cuando ha sido posib]e se han
mantenido las traducciones que ya nos resu!tan familiares en castella-
no; en otras ocasiones se han modificado a la búsqueda de una mayor
justeza y claridad. En el caso concreto dei término Dasein, se ha pre-
fendo prescindir de cualquier traducción, porque ya forma parte de
nuestro vocabulario filosófico común y porque ninguna de las pro-
puestas realizadas hasta el momento acaba de satisfacer plenamente.
En todos los casos se ha querido reflejar dei mejor modo posible el re-
suitado de un esfuerzo de comprensión, asimilación y transmisión.
A efectos prácticos y de claridad los conceptos y categorías que
no son habittiales en el léxico filosófico, o que tienen en Heidegger
un particular significado, se han introducido en cursiva junto con el
término alemán al que corresponden entre paréntesis. No obstante,
cuando en el mismo contexto se repite frecuentemente una noción
se ha renunciado a esos paréntesis que, más que aclarar, podrían di-
ficultar la lectura. Algunas nociones, cuando su uso es tangencial, no
se señalan especialmente. Otras son destacadas sólo cuando su sig-
nificado ha sido ya fijado. Cuando se ha considerado necesario o al
menos útil, se han introducido ac1aracones relativas a términos o
expresiones. Para no hacer más farragosa la exposición se han in-
cluido en nota a pie de página. Aunque este trabajo no pretende rea-
lizar un estudio evolutivo, no cabe duda de que esos datos contri-
buyen a entender el significado y el sentido dei texto.
Antes de introducirnos en el estudio pormenorizado dei Infor-
me Nator-p puede ser conveniente realizar algunas aclaraciones que
arrojen algo más de luz sobre lo que Heidegger Sostuvo en dicho es-
crito, tanto eri torno a la noción de sitiwción hermenéutica cuanto
al sentido de las investigaciones fenomenológicas sobre Aristóteles.
Se trata de contextualizar el Informe de modo que sea más accesible
su comprensión.
2. Fundación de una hermenéutica fenoneno1ógica
Como es sabido gracias a la publicación de los inéditos de Heideg-
ger el desarrollo de una hermenéutica fenomenológica como ciencia
originaria, mediante la caracterización de su ámbito y método co
rrespondiente, tiene su origen aproximadamente enel año 1919
(aunque ya alrededor de 1917 se había producido la ruptura con la
fi i o sofía a cade i ca) . I n icialme nte He i de gger p reten día u na tr ans-
formación hermenéutica de la fenomenología. Esto es, la fenome-
nología había de ser hermenéutica. Sin embargo, precisamente en el
Informe Natûrp Heidegger invierte los términos para fundar la her-
menéutica fenomenológica de la facticidad. De acuerdo con dicha
modificación en su conocido curso de 1923 entenderá la ontologfa
como hermenéutica de la facticidad. Lo que supone que la herme-
néutica pasa a constituir lo sustantivo en lo que fue su inicial pro-
yecto fenomenológico.
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HRM[NEUTICA DE LA VIDA HUMANA
EN LOS ALEDAÑOS DEL 1NFOPFME NATOU'
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Los tres cursos impartidos en 11919 suponen el pwno de partida
de un camino que acabaría conduciendo a Ser y tiempo. En ellos tie-
ne su origen e] análisis de] mundo entorno y la hernenéutica de la
facticidad (Faktizität). De entre ellos tiene espedal relevancia el se-
mestre de emergencia de guerra, La idea de la filosofía y ei probie
rna de ¡a concepción del ,nundo7. El entonces asistente de Husserl
quiere superar e! dominio de la teoría para llegar a las auténticas ex-
periencias originarias que se dan como un todo en im contexto, en
un mundo de significatividad (Bedeutsamkeit). La experiencia infle-
diata es la de algo en su significatividad y mundaneidad: el mundo,
dice Heidegger, inundea (es weltet)S.
En la segundi. parte de estas cIases se encuentra la propuesta:..- 9
!
heideggeriana de una fenomenologia corno cienca originaria- . Su
:
fundarnentaci6n ha de tener lugar en aquella dimensión preteórica a
; l que más adelante Heidegger denominará fáctica (faktisch)10.,
r.24? experiencia cielmuncto estípresenteese yo histórico que no es
considerado en las aprehensiones teóricas que lo deshistorizan; que
llevan a cabo wia desmundanización y desvitalización, una designi-
ficación dei mundo entorno.
Por eso,, Heidegger considera necesaria una investigación de la
rjda que haga de la intuiciór fenomenológica intuición comprenso-
ra : intuición hermenéutica (hermeneutische intuition). Con esta no-
dón todavía híbrida Heidegger quiere sustituir la evidencia husser-
liana11. Se trata de un vivir que haga posible que los fenómenos
7. Heidcgger 1987, GA 56157. EI título dei priincro de los tres cursos al que
Se hace referencia aquí es: Díe Idee der Philosophie und das W&ranschauung.spro-
b lenin.
L Cf. Thd., 72.
9. Cf. KJs1, 1992b.
io. lIiieS.S de1920, Heidegger comienza a usar el térrninof2cticidad C011O ca-
tegorla fifosÓfic. Esta refiere a la realidad primaria de la experiencia dc la vida fac-
tki, que ests siempre cargada d e su propia lógica herrncnéutica. Cf. Kisiel, l992a
4.97. Para estudiar el origen, significado e influencias del término facticidad en Hei-
degger se pueden consultar las siguientes investigaciones: Kisiel, 1986-I97. En este
estudio eI autor analiza el origen y evolución de Îa idea de facticidad, desde 1919 a
1922. Ksiel se detienc en el posible orìgen kartiano y neokantiaao dei término y afir
ma que, inicialmenre, crece de resonancia.s religiDsas (contradiciendo a otros ìnves-
tigdores, conio por ejemplo, Gdamer). Además, cf. Jamme, L986-1987. Este autor
reciierd que los especialistas encuentran dìkrentes orígenes para el termino factici-
dad Pöggeler remite a DiIthe Gadamer a un componente teológico y el mismo Hei-
degger. n 1923, a Schejer. Cf. Ibtd. 76, nota 24.
il. Cf. Rodrigtiez. 1997, 102-107.
puedan darse como son en sí mismos, que aparezca el sentido de lo
inmediatamente vivido, más acá de toda teoría12.
En el semestre de invierno de 1919-1920, Problemas funda-
mentales de la fenoinenología, Heidegger continúa con los temas
centrales dd semestre de emergencia de la guerra al que se acaba de
aludir. En él queda claro que contincia identificando sin residuos fi-
losofla y fenomenología. En ese sentido afirma que elproblema ori-
ginario y definitiypde la fenomenología es ella misma para sí mis-
ma, y que lo que hay que hacer es conquistar de nuevo la idea de
filosofía conio ciencia originaria de la vida. En cuanto tal, la feno-
menología ha de buscar aquellas situaciones y experiencias funda-
mentales en las que se expresa la totalidad de la vida, transformán-
dose así en fenomenología de! sí mismo y dei poseerse a sí mismo.
Heidegger define la categoría de vida fáctica e intenta acercar-
se a ella porque entiende que el origen, el punto de partida que la
filosofía ha de tener, es la vida insma. ParaHeideggerco mo ya e
ha dicho, la característica fundamental de la vida es la historicidad
(Geschichtlichkeit), que no se ha de entender sino como el que la
vida está familiarizada consigo misma y con su desp1egue. Así que
Ja vida eshistoria significa que le pertenece una cierta forma de
qv un i e nto.
Heideggeraclara, adeniásue lo que determina específicamen-
te el objeto cicla enpm enología esel cómo se tiene la vida, el cómo
se posee en adacaso . la tenencia (die Selbsthabe)yla. pér-
dida de sí. En relación con este objeto la pregunta que se ha de
plantear es cómo puede acceder la fenonienologfa a su objeto pro-
pio. Desde luego no se puede tratar de un acceso teórico porque éste
ahoga la Ii consecuencia, la fenomenología debe e.nten4erse a
sí misma corno una suerte derealizacián misma de la vida13.
Dada la situación de la filosofía y de su objeto, !a tarea de la fe-
nomenologla Consiste en crear un ámbito que la filosofía sistemáti-
ca tradicional ha ignorado siempre; al mismo tiempo ha de realizar
una destrucción de las objetivaciones que hasta ese momento le ha-
bían quitado la vida a la vida. El punto de partida, concluye Hei-
degger, ha de ser radicalrnnte nuevo.
En el curso de] semestre de verano de 1920, Fencinienología de
la intiîició y de la expresión. Teoría de la farniación filosófica de
Cf. Heidegger, 1987GAS6i57,93-iO0y 116-117. Laspáginas referidas es-
ti!) centradas en el anu1isi de la &ztuición hermeiéutica.
Cf. Hogemann, 1986.4987, SL
20 21
HLPJIENEUTICA DE LA VIDA 1UN1ANA EN LOS ALEDAÑOS DEL NFQSME NATOP
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conceptos24, Heidegger comienza caracterizando la filosofía de suépoca, una irez más, como un rremediabk enfrentamiento entre afilosofía como ciencia rigurosa y la filosofía como concepción dei
mundo (Weltanschauung). Ya en la primera parte Heidegger vuelve
a descubrir la dimensión originaria de la vida fáctico-histórica15.Para hacerlo toma como punto de partida algunos ejemplos que lesirven para presentar los sentidos fundamentales de la historia. Con-
sidera que las corrientes ftindarnenta!es de la filosofía de su tiempono pueden dar razón adecuada de la vida fáctica; es mis, que sus
conceptos son contradictorios con ella. A su juicio, ni Natorp ni Dii-they fueron capaces de hacerlo.
En este curso Heidegger intenta precisar la noción de ser sí mis
mo (Selbstsein) en re'ación con la nociones de historia e historicidad
(Geschichte y Gesch ichtlich ke it) . Co ncretamente i ntenta dete rm i ri arqué es ese «tener historia» y en qu formas puede la vida originariaentendida como vida fáctico-histórica eri la forma de su ser-pro-pio (Selbstsein) tenerla.
Cabeadvertir que el Dasein, que aparece en estas lecciones vin-
culaa la historicidad, no tiene ya nada que ver con el sujeto de la
filosofía moderna que se encuentra todavía presente en Husserl. Escierto que Heidegger acepta la idea de Selbstheit, pero también quelo hace de forma totalmente distinta a la de la tradición.
El volumen 60 de la Obra conpleta titulado Fenomenología dela vida religiosa16, reúne varios cursos dei periodo 1920-1921 y i-e-sutta particularmente interesante para comprender la evolución ylos motivos dc Heidegger. Se trata, en efecto, de un texto funda'mental para descubrir concretamente las raíces religiosasdc buena
parte de la problemática destacada por Heidegger. Como señaló Ga-darner, las cuestiones de índole teológica juegan un papel funda-mental. Otro asunto diferente es decidir hasta qué punto el término
facticidad conserva todavía las connotaciones religiosas primitivas
14. Heidegger, 1993, CA 59.
Is. Cf. Hogernnn, 1986-19x7, 56-57.
16. Heidegger, 1995, GA 60. Contiene: 1) WS 1.920/21, Ein/eithg in de'r P/ni-'omenologie der Re(ion (Introdtzción a la fenornenoogía de a religión). 2) SS1921, Augustinus und der NeopIatonsrnus (Agustín y el NeopIaonismo). 3) Anexo:Die philosophischen Grundlagen der nitteThrterlichen /4ysik (Los fundamentos filo-sóficos de la mística medieval). SS es la abreviatura a!ernana para indicar Semestre deVerano. WS es la correspondicrite para referirse a Se»wstre de Invierno. Estas serán asabreviaturas que se utUizarán tmbin de aquí en ade.!ante.
puesto que, según la comprensión heideggeriana, la b(isqueda de un
último principio carece completamente de sentido'7.
En la primera parte de Fenonzenologla de la vida religiosa Hei-
degger lleva a cabo una introducción metodológica gobernada por
el rigor. Se muestra convencido de que la filosofía, a diferencia de
las ciencias, no se ha de centrar en la resolución de problemas sino
en el estudio de las cuestiones principiales y previas, que son preci-
samente las que ocupan su atención. Enconcret oel núcleo de sus re-
flexiones lo constituye eiproblema J lo histórico, ya quela filoso-
fía surge de la experiencia fáctica de la vida y ésta sólo puede ser
comprendida desde la historicidad.
De nuevo insiste en que La vida fáctica no tiene carácter de ob-
jeto sino tan sólo de significatividad. Y una vez más, recuerda queJo
relevante no es e! qué sino el cómo, que lo definitivo en la vida fác-
tica es la realización (Vollzug) y que lo histórico no es experimenta-
do cuando se somete a la ciencia historiográfic sino cuando es corn-
prendido corno fenómeno tal corno se da en la misma vida. Sin
embargo, lo histórico la historicidad genera desasosiego y eE pensa-
miento ha intentado siempre asegurarse frente a esta inquietud de
diversas maneras; Platón y Spengler constituirían ios dos extremos
frente a los cuales se ha buscado también un camino intermedio;
pero a través de este se capta el sentido de lo histórico que se re-
vela en el mismo fenómeno de la inquietud (Bekummerung). En de-
p itespreciso desvelar .cuál es la relación que eIDcsein rnant-
:'c... coi'. lo histórico y, por tanto, con Ia temporalidad. '1ás aún, es
ipçÇ.c_i.s..p determinar a qué tipo de tiempo nos referirno.
:. El cuarto capítulo de esta primera parte está dedicado a la cues-
tión de la fornalización y a lo que Heidegger denomina indicación
fc17'n2a1 (forti al Anzeige). Allí lleva a cabo un análisis escEarecedor
aunque interrumpido de manera algo brusca en contra de lo pro
yectado por Heidegger. Gadamer asegura que, como el propio Hei-
degger relató, algunos alumnos elevaron sus quejas a Decanato por
considerar que faltaba contenido religioso en aqueflas clases, por lo
que Heidegger se vio obligado a modificar ei plan de su exposi-
ciónl9. Esto podría explicar la dureza e ironía de las frases con las
que termina la décima clase en la que anuncia su cambio de rumbo.
Allí sostiene que la filosofía constituye una dificultad y no ofrece la
Cf. Gadamer, 19x6-1987, 14-26.
Cf. Kisiel, 1986-1987, 108-109.
Cf. Ibid., 109-110.
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seguridad que proporcionan a los estudiantes otras disciplinas. Pero,
Continúa Heidegger airado, él no puede hacer nada, ¡é] no ha in-
ventado la filosofía! Sn embargo quiere ]iberarse de ta calamidad
interrumpiendo tan abstractas consideraciones y dedicándose a uú
fenómeno concreto aunque, desde luego, sabe de antemano que los
alumnos entenderán mal, desde el principio hasta e] final, sus refle-
XIOfl es2°
Lo cierto es que, antes de su interrupci6n, Heidegger retörna la
cuestián que, por lo ya visto, ocupaba en aquellos años un lugar
preferente en sus meditaciones: la relativa a la indicación formal.
siguiciido la distinción husser1iana que tanto la generali-
zación como a formalización tienen en común (aunque existan di-
ferencias entre ellas) la generalidad. Por el contrario, la indicación
fornal no adolece de este defecto; en ella el sentido de formal es
rnãs originario y no tiene carácter teórico. Por eso es ella la que tie-
ne sentido en la explicación fenomerolágica acerca de la cual çs
preciso obtener claridad.
Heidegger propone un ejemplo: el de lQhistico jue en un
Pi1cipio es indicado formalmente y al que no se atribuye, al ca
racterizarlo, un sentido último. Lo que se dice acerca de él ni cons-
tituye su máxima caracterización objetiva ni se considera su senti-
do más general. Así «temporal» es tomado provisionalmente en un
sentido bastante indeterminado y, en la medida en que permanece
indetermjnado no prejuzga. Es preciso que la filosofía, a fenon'ie-
nología, parta de la vida fáctica y que dcsde ella se alcance & senti-
do, en este caso dei tiempo. En definitiva, el problema dcl tiempo
se ha de captar atendiendo a la experiencia fáctica de la temporali-
dad, lejos de la pura conciencia y de la pura idea de tiempo. Se ha
de seguir, por tanto la dfteccián contraria a la de la filosofía tradi-
cional21.
'11 en la segunda parte de estas lecciones Heidegger proporcio-
na una expiicaci6n fenomenológica de las cartas de Pablo a los G-
latas y a los Tesalonicenses. Pero antes de surnergirse en ella realiza
aún una serie de aclaraciones relativas a la comprensián y la expli-
cación fenomenológicas. De acuerdo con su coflv!CCIÓL1 de que la fi-
losofía ha de arrancar de la experiencia de la vida fáctica, sitúa el
origen de la fenomenología de la religiosidad en el hecho de la reh-
giosidad priniitiva. En consonancia con lo expuesto sobre la indica-
Cf. Heideger, ]995, GA 60, 65.
Cf. Ibid., 62-65.
cion [ornal, Heidegger quiere proporcionar tan sólo una compren-
Sión previa de ella, puesto que la comprensión últrna del fenóme-
no sólo se puede alcanzar en y desde la experiencia de la vida reh-
giosa. En cualquier caso, la comprensión fenomenológica se ha de
deterniinar desde la realización (V011z1.ig) de quien lleva a cabo la
explicación. Por lo tanto, se ha de preguntar por el cómo, por el
sentido dei desarrollo y, además, hacer propia ha situaciÓn, en este
;aso la de Pablo. Heidegger descubre. la originaria experiencia cris-
tiana del tiempo corno kairós: una comprensión de la temporalidad
que permìte experimentar la vida fáctica en sus rasgos esenciales22.
Así es como e! cristiano experimenta la vida en su facticidad. Una
experiencia que comprende la vida en su historicidad puesto que el
tiempo no es entendido como medida sino que, por el contrario, es
vivido.
En el mismo volumen al que nos estamos refiriendo se recogen
as clases del semestre de verano de 1921 «Agustín y el neoplato-
nismo», donde Heidegger lleva a cabo las interpretaciones fenorrie-
iiológicas del libro X de las Confesiones y que contiene, en la par-
te introductoria, una crítica de las interpretaciones de Trøeltsch,
Harnack y Dilthey. De nuevo el propósito de Heidegger es alcanzar
una comprensión fenomenológica de la experienda Cristiana de la
vida. Pero ahora la reflexión heideggeriana gira en torno a la idea de
preocupación por la propia vida: Bekuinmerimg, termino alemán
con el c'ue Heidegger traduce el latino curare y que expone conio el
carácter fundamental de ha vida fáctica Además 1-leidegger critica a
Agustín el que haya falseado la experiencia originaria dc la vida me-
chante conceptos y explicaciones iieoplatónicas Ah hacerlo habría
arrancado a ha vida fáctica de su inquietud originaria haciéndola ex-
traña para sí misma.
Con esta crítica Heidegger retorna un tema central y recurrente
al qtie ya se había referido también en la primera parte de su feno-
menologla de la religión; concretamente al tratar el fenómeno de lo
histórico y exponer lo que allí denominó «la lucha de la vida contra
lo hist6rico»23. Heidegger lamenta que la experiencia originaria de
ha vida cristiana se haya sometido a los moldes rígidos e insuficien
tes de la filosofía griega. Este inaceptable sometinhiento es lo que, a
Kisie] señaLa que m.s adelante, en el SS de 1923, Heidegger expresará e] as-
pecto kazrológico de Ia facticidad recurriendo al coricepw deJeweiIigkit. Cf. Kisiel,
1986-1987, 112. Acerca de jeweili y deeu.ei/igkeit, cf. la primera nota del capítulo
2 de este libro.
23 Heidegger, 1995, GA 60, 3-44
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su juicio, explica e producto en e! que devino la teología medieval.
Una teología, ahora entendernos por qué, que es necesario destruir.
En esta tarea Heidegger cree contar con el joven Lutero (puesto que
el último vuelve a caer en las garras de la tradkión) que propone res-
catar una fe pura y se aferra a Ja locura de la cruz; un Lutero que no
pretende una teodicea y que no se aleja de la originaria experiencia
de la inquietud y debilidad de la vida fáctica e histórica.
Por último, el mismo vournen 60 de la Gesamtausgabe recoge
también el curso titulado Los fundamentos fílosófjc de la mística
medieval», donde Hicidegger se detiene en a mística de Meister Eck-
hart y de san Bernardo así como ei. las tesis acerca de la religión de
Hegel y Schieiermacher.
1 en el semestre de invierno de 1921-1922 Heidegger se aden
tra en la recta final que le llevará a las conclusiones recogidas en el
Thforrne Natorp. El curso lleva por título Thterpretcciones fenomeno-
lógicas sobre Aristóteles. Introducción a 1 investigación fenomenolé-
gica. En él Heidegger comienza a desarrollar la noción de situación
hermenéutica (hermeneutische SItuation) a la que había apuntado en
1919 con la idea de intuición hermenéutica, Kisiel ha adverddo que
esta nueva noción aparecerá también en el semestre de verano de
I 92224, Interpretación fenornel1ológica de textos escogidos de Aristó-
teles de ontología y lógica25, todavía sin publicar por último, en eI
Informe Natorp.
Por vez primera en e curso de 1921-1922 Heidegger se refiere
explícitamente a una situación de evidencia o de experiencia funda-
mental que provoca Ja decisión primaria de un cuestionar apasiona-
do. Apela en particular a la situación de comprensión (Verstehens-
situation)26 que la filosofía debe incorporar para lograr la dirección
adecuada en su interrogar. Porque las equivocaciones relativas a la
comprensión y definición de la filosofía tienen su origen en una carn-
rencia Ja filosofía no ha hecho suya la situación de co?nprensión que
le pertenece, pues ponerse en Cuestión a sí mismo y a la vida (en el
autentico horizonte de la vida fáctica) es e fundamento de toda po-
sibTe y verdadera aclaración. La opinión de que su definición ya está
dada y la ceguera ante la propia realidad espiritual, que se aleja
Cf. Kisie1 19.93, 499,
Phnomeno1ogische Interpfetation ausgewàh1terAbhndlungej des Arisote.1e zu OntoIoie und Logik, GA 62
Cf. Heidegger. 19x5, GA 61. Según Kisi& sólo en I SS de 1922 esa situ-ciói de (a comprensión pasa a ser denominada sitiación hermenéutica. Cf. Kisie,:1993, 499.
como ninguna otra de su situación de comprensión, caracterizan la
manera homogeneizada de experimentar la conciencia histórica27.
Por otra parte, Heidegger insiste en la necesidad de entender
que la filosofía no puede aspirar a Io iticondicionado puesto que
siempre se encuentra en una posesión previa de lo fáctico y por lo
nto, ha de ser entendida desde la preocupación dei Dasein tal y
como aparece en la étCa. De este modo, frente a la consideración
tradicional dei ser conio correlato del conocer, Heidegger entiende
que el sentido fundamental del ser ha de ser determinado desde la
vida humana en su específico modo fáctico y en su ser histórico2.
Esto reclama una preparación suficiente de la mencionada situación
de comprensión, porque el conocimiento filosófico en cuanto que
es un cómo (Wie) de la vida fáctica se debe a la situación en un
sentido especial y ha de apropiarse de ella. La dificultad se encuen-
tra en lograr un sentido de situación fáctico (faktisch), puesto que no
es algo que esté ahí abiertamente y que se pueda aprehender con fa-
cuidad por estar informado de movimientos culturales o teorías his-
tóriCaS29. Pues bien, la herrnenéuhca fenwnenológica es aquella in
vestigación desde la facticidad cuyo objeto se da en la proximidad
de la auténtica relación: la de la vida.
La decidida propuesta contenida en La primera parte dei In for-
ne Natorp es que la filosofía es hermenéutica fenomenológica de la
facticidad (ph.mwnenologische Herrneneutk der Faktizität). Por lo
tanto, y en consecuencia,es preciso lograr un acceso originario al fe-
nómeno de la vida fáctica. El proyecto que Heidegger esboza en la
primera parte de su manuscrito sobrepasa con mucho los 1ímites
por fuerza estrechos, del proyecto enviado a Marhurgo, aunque st.i
autor ya poseyera al redactarlo una idea muy definida dei camino
que quería seguir Por eso presenta sus investigaciones sobre Aristó-
teles como interpretaciones que han de servir para una histoda de la
ontología y de la lógica y que están condicionadas por la propia si-
tación hen nenéutic
Heideggerentiende que la filosofia no es más.. queel mçro des-
pliegue de.una dinámica qu.. e forma parte esencial de .i misma vida
humana; mediante ella el Dasei i formula directamente la .preguiita
por .5u carácter de ser. De modo que éste es el objeto de. la filosofía.
Pero, por su tendencia a la caída (Verfailenstendenz) el D.. asein fác-
Cf Heidegger, 1985,, GA 61, 35-42.
Cf. Kisiel, 1986-19S7, U4-115.
Cf. Heidegger 1985, GA 61, Anexo 1, 11.
26 27
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ticose encuentra ya siempre en una determinada interpretación en
la que tambien (conio prolongacion suya que es) se ¡nueve la misma
filôsofla. Pôr eso es preciso clarificar dìcha situación hermenéutica.
En efecto, para que algo se muescre conio fenómeno no basta con la
niera comparecencia dei objeto temático en ei cómo de su ser inter-
pretado. Es preciso además, para que pueda hablar por sí mismo,
ad arar su fi c i e nte men te su s it u aci ón h er ni enéu tica correspondiente
(jeweilige). Sólo así será posible una aproximación auténtica, origi-
nana a Ia filosofía y a su objeto, a los que pertenecen intrínseca-
mente la situación hermenéutica y su aclaración.
Esto es Io que explica Ja necesidad de volver a Aristóteles y lo
que, en definitiva, justifica el trabajo acometido por Heidegger en el
irforrne enviado a Paul Natorp. Dicha aclaraciónexigeel descubrí-'
miento de la forma eri que el hrrioDaseins....ççmprende, se re-
re se nombra a sí mismo antes de cualquierconfiguración teó-
rica o lingüística. Por eNo es necesario descubrir lo que Heidegger
denomina presupuesto o presuposición (Vorhabe) y preconcepción
(Vorgriff). Es preciso saber dentro de qué conceptualidad (Begrif-
flichkeit) heredada se ha situado. Pues bien, en la filosofía griega y
p articu brrnen te e n Ari stó te les des cu b re He i degger dicha con cep-
tualidad. Después, a religión cristiana incorporaría las categorías
propias de aquel pensamiento y configuraría definitivamente la in-
terpretación que entiende ai ser humano como animal racional,
conio naturaleza, persona, etc.
Pero las categorías lógicas y ontológicas con las que cI Dasein
humano se ha interpretado a sí mismo no parten de una experien-
cia originaria de la vida fáctica. Por el contrario, Aristóteles cons-
truyó su edificio filosófico (y cori él todo el pensamiento posterior)
sobre la experiencia dei movimiento. Una experiencia no adecua-daa la vida fáctica ni originada en ella, Lo cierto es que la totali-
dad dei pensamiento occidental tiene sus raíces en la elaboradón
aristotélica. Esto explica, en opinión de Heidegger, que en toda la
historia de la filosofía occidental falte por completo un acerca-
miento originario a la vida fáctica como fenómeno. Y, puesto queha de hablar por sí misma, ios principios y e] proceder qe guiarán
toda la investigación heideggeriana serán tos de la fenonienologfa.Por otra parte, y puesto que d objeto de la fenomenoiogía como
ciencia originaria es el Dasein fáctico, só!o la hermenéutica puedeacceder a él. Eri definitiva, la filosofía (ontología y lógica) no pue-
de ser concebida sino como hernenéutjca fenomenológica de la
fac tic idad.
De todo esto nos ocuparemos porrnenorizadamente en el capI-
tub dedicado a la indicación de la situación hermenéutica.
3 Aristóteles en el proyecto de destrucción
Pögler ia recordado que en los años posteriores a la Primera Gue-
rra Mundial la fenomenología }ìeideggeriana acabó transformándo-
se (tendremos oportunidad de estudiarlo más detenklamente) çn
una hermenéutica de la vida fáctica para cuya elaboración fue deci-
siva la interpretación de Aristóteles. Así, por ejemplo, el contenìdo
dei semestre de invierno de 1921-1922 que debía ser una introduc-
cion a la investigación fenomenológica deja ver claramente que Ans-
tóteles proporcionaba la oportunidad de otorgar a la hermenéutica
de la vida fáctica un sentido lógico e incluso ontológico30.
El estudio qtie Heidegger realizó sobre Aristóteles fue especìa-
mente intenso a principios de los años veinte. Tanto es así que Hu.s-
seri anunció en su revista (la misma er la que años después apa-
recería Ser y tiempo) la publicación de un extenso trabajo de su
discípulo, donde se recogían las interpretaciones fenomenológicas
que éste había realizado hasta ei momento sobre el Estagirita. Ai fi-
nal ese libro no Hegé a editarse nunca. Heidegger encontró grandes
dificultades en su elaboración y la editorial Niemayer suspendió la
publicación anunciada debido a la preocupante inflación de finales
de 1923.
En cua'quier caso, los numerosos cursos y seminarios de los qe
vamos disponiendo dan cuenta de la intensidad y tenacidad con la
que Heidegger se consagró al estudio de Aristóteles. Acrualnente ai-
gunos de los que se consideran niás relevantes han visto ya la luz,
pero todavía faltan varios por publicar. Eri el anexo I de este libro se
ofrece una relación que da cuenta dei estado actua' de las publica-
clones de inéditos de Heidegger reiativos a Aristóteles31.
Corno es sabido, el diálogo que Heidegger mantuvo con ei Es-
tagirita se prolongó más alls de! giro (Kehre) con trabajos de gran ca-
lado y enorme interés. Sin embargo, razones de todo tipo nos fuer-
Cf. también \òLi, 19S4, Pöggeler, 1986-1987, 4 143. Adcmás Kisiel re-
coge a1guns noticias y datos sobre ese libro que Heideggcr no llegó publicar nun-
ca. Cf. Kisiel, 1993, 232, 235, 249-250, 269.
Un inforrnción más completa acerca dcl estado actual de la Geamtausga.
¿e y la bibiiografia sctindaria sobre la época anterior a Ser y tiempo se puede en-
contrar en Segura 1999a.
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zan a limitarnos a las interpretaciones anteriores a 1927. La prime-
ra es de índole practica: este trabajo versa sobre el informe Ntorpy tiene unos límites propios. La segunda, más relevante desde elplinto de vista fijosófico, es que es preciso establecer una clara dife-rencia entre las interpretacirnìes anteriores a Ser y tiempo y las pos-tenores. Así, por ejemplo, y conio ha advertido Volpi, cI segundoHeidegger se retracta con nsistenda de la COnnOtación práctica queI ..tiene ei DaseTn en su primera epoca -.
Sea como fuere, lo cierto es que, dado el actual estado de las pu-blicaciones, no es posible dar por concluido eI estudio de la interpre-tación heideggeriana de Aristóteles. En cualquier caso, el interés queguía este trabajo, que no es exegético ni tiene pretensiones de exhaustkidad, es el de lograr una aproximación adecuada a un mo-meiito dei pensamiento heideggeriano que se ha demostrado decisivo.
Concretamente por Io que respecta a Aristóteles, de lo que setrata ante rodo es de captar la raz6n y el sentido de estas interpreta-
ciones. Unas interpretaciones quei como es bien sabido, distaban mu-cho de semejarse a aquella doctrina que Heidegger había recibidodurante sus años de estudiante de filosofía y teología. Acuciado porlos problemas que entonces le iiiterpelaban, Aristóteles se abrió anteéi de un modo completamente distinto y se presentó no sólo comoun interlocutor válido, sino quizá como aquél con e que era nece-sano mantener el diálogo si es que cabía la posibilidad de reconocerJa filosofía en sus orígenes.
Como ha recordado Gadarner, Heidegger no se acercó nunca aAristóteles como a un importante objeto de estudio histórico. Quiso,por el contrario, desarrollar un stcnz.s qwaestionis desde los prob!e
mas actuaies de la filosofía. En particular, desde el problema que ge-neraba la vida y que en aquellos decenios coinenaha a dominar más
y mas la filosofia aleniana, La problematica de la auto-interpretacioiide la vida, de lo que entonces Heidegger denominaba la facticidad del
Dasein, constituyó e hilo conductor de un boceto que, a partir dei Es-
tagirita, despliega las líneas fundamentales de una antropología filosó-fica y fenomenológica. En opinión de Gadamer el propósito de sumaestro fue hacer hablar a a antropología de Aristóteles desde la coni-prensión de la vida del propio presente, desde a vida fácticamente vi-vida ta como, ante todo, se puede hallar en la Retórica y en la Ética.
Cf. Volpi, 1994a, 351. Este artículo contiene gran parte de las ideas expre-sadas por su atitor en Vøpi, 1989.
Cf. Gadarner1 199, 230.
Lamentablemente todavía no disponemos de as exposiciones
que Heidegger realizó sobre la Retórica aristotélica. Mejor fortuna
tenemos por Io que respecta a la ética. Varios de los escritos y lec-
ciones actualmente publicados giran, al menos en parte en torno a
la Etica a Nicómaco y su lectura arroja luz para comprender los in-
tereses y objetivos heideggerianos. En cualquier caso, la opinión de
Gadarner respecto de la aprosdmación heideggeriana a Aristóteles.
parece estar suficientemente contrastada: aquél no buscaba en
.un modelo y mucho menos una doctrina que reproducir o quizá ac-
tualizar. Por el contrario, Heidegger confiaba en poder encontrar,
in cuando hubiera de forzar la interpretación, lo c'ue él estaba
buscando34.
En este orden de cosas Volpi coincide sustancialmente con Ga-
;5 . . . . . -damer . la relacion de. Heideggçr con Aristoteles no
sólo imphca.la apropiación sino tarnbiéii la..críticay.1a..trans.fo.rmi
c:ón36. podría decirse que Heidegger se esÑ.a, ms
que por acercarse a Aristóteles, por acercar a Aristóteles a sí mismo.
Sea como fuere, lo cierto es que la discusión con el Estagirita resu!-
tó determinante para la formación dei pensamiento heideggeriano37
porque en el estrecho cuerpo a cuerpo mantenido con Aristóteles,
Heidegger llegó a concebir y desarroflar el proyecto de Ser y tieni-
po3; un proyecto en Cuyo núcleo está, aunque transformada en un
sentido ontológico, la filosofía práctica de Aristóteles.
De hecho, y como también ha señalado Kisiel, al leer a Aristóte-
les contra Aristóteles, Heidegger continúa su esfuerzo para re empia-
zar el sentido teórico de la filosofía por lo que se podría denominar
su sentido phronétíco. Su objeto ya no son los archal necesarios y
eternos sino lo que también puede ser de otro modo: la misma si-
tuación de la vida fáctica39 Por este camino la crítica acaba condu-
ciendo a la destrucción. Puesto que la tradición (y de forma sngu-
lar la antropología teológica medieval) ha incorporado los motivos
aristotélicos, Heidegger considera a necesidad de pronunciarse so-
bre el inherente ateísmo de la filosofía dadoe] carácter provisional
Gadamer, 1989, 22-23.
A juicio de Volpi el valor de las nrerpretacìones heideggerianas estriba, en
'I
primer lugar1 en que cOflStituyfl Llfl diiogo vivo y fnictífero con Arist6teles en rér-
minos más generales, con los grìegos Cf. Vo1pi 1989 225-226.
Cf. Volpi, 1994a, 37. Cf. ¡bid, 335-341.
37_ Cf. ibid.
Cf. ibid., 332.
Cf. Kisiel, 1993, 270.
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e interrogativo de su objeto, la vida fáctica. En definitiva,el proyec-
to (k destrucción contenido en Ser y tienpo puede ser visto como
una secularización de los viejos intereses teológicos de Heidegger40.
Después de haber perfilado ¡a nanirakza y la finalidad de las in-
terpretaciones heideggerianas sobre Arist&e]es y antes de proceder
a un estudio pormenorizado de las «Interpretaciones fenomenológi-
cas sobre Aristóteles» parece oportuno ofrecer una breve visión de
conjunto de su contenido y, sobre todo, del modo en que Heidegger
continuó dicho trabajo a lo largo de los años posteriores41. Así esta-
remos en condiciones de valorar su relevancia y de realizar una crí-
tica más certera cuando resulte necesario. AI hacerlo nos atendre-
¡nos, cii la medida de lo posible, al límite temporal y filosófico que
establece Ser y tiempo.
Las interpretacioncs fenomenológicas tienen cuatro núcleos
centrales de interés. Los tres primeros conformarían la primera par-
te de sus trabajos sobre Aristóteles. El cuarto constituiría la segunda
parte de estas mismas interpretaciones.
En primer lugar, Heidegger se detiene en el Libro VI de la Etica
a Nicórnaco. A continuación la interprecadón se centra en los dos
primeros capítulos dei libro I de la Metafísica. En tercer lugar, eI dis-
cípulo de Husserl acomete una sucinta exposición de algunos pasajes
de los tres primeros capítulos de la Fisica, así como de las cuestiones
relevantes que cree descubrir en ellos. En cuarto y último lugar, Hei-
degger propone el estudio de otros libros y pasajes destacados de la
Metafís icc.
Ante todo hay que dejar constancia de que Heidegger insiste en
que la Ffsíca aristotélica constituye el centro de su interés. Algo qtie
resulta particularmente necesario porque las i nterpretacioncs lleva-
das a cabo en el Informe Natorp se detienen en especial en el estu-
dio de] libro VI de la Etica a Nicómaco y, más en concreto todavía,
en el anáLisis de la prudencia. Esta es una virtud que adqiiere para
Heidegger una dimensión ontoTógica y que es entendida como la au-
té[tica forma de desvelación de la vida fáctica. De hecho, practica-
mente la mitad del trabajo que dedica a Aristóteles gira en torno a
40. Cf. ibid., 270.
4] . La editorial K]osrerrnann, a cuyo cargo corre la publicación de la Gesen-tausga&e, tiene previsto publicar a lo largo del verano de 2002 el SS Grundbegriffe
der aristotelischen Philosophie. En el momento en que e presente libro va a ser pu-blicado todavíi no disponemos dc este curso. Por lo tanto, no he podido contar conun materia' que, sn dudar Fiere un gran importancia para el asunto que nos ocupa.
ese capítulo dei tratado sobre la ética. Lo que se explica si se tiene
en cuenta que el objeto último de la in\.restìgaciáu heideggeriana no
es otro que ei ser de Ta vida fáctica.
Nada tiene de extrafio, en consecuencia, que las ínterpretacio-
nes más elaboradas y que mayor incidencia tuvieron en el desarro-
Ib inmediatamente posterior def pensamiento de 1artin Heidegger
fueran las que realizó sobre el libro VI de la Etica a Nicómaco. '9p_lpño de 1922 advierte que ]aprudencia aristptélica puede serentendida como acjíella forma de desvelamiento que descubre lamisna rjda humana en cuanto que se relaciona consigo misma. Encfecto, la prâxzs no sería sino la relación que la vida mantiene con-sigo misma y la alétheia praktiké habría de ser entendida, couse-
cuentemente, como el desvelamieflto del pleno instante de la vída
fáctica. La interpretación heideggeriana de a pbránesis aristotélica ysu singular reapropiaciéri es tan fuerte que conduce, en definitiva, a
una ontologización de ias virtudes dianoéticas y, singularmente, de
la phrónesis. Las huellas de esca transformación se advierten con ni-tidez en Ser y tienpo.
Después, en el curso de 1924 dedicado al Sofista de Platón,
Heidegger vuelve sobre la interpretaciÓn que había incoado en el
Informe Natorp. La larga parte introductoria de ese curso (casi 200
páginas) consiste, en buena medida, en un nuevo y pormenorizado
análisis dei libro VI de la Etica a Nícó?naco. AHI Heidegger retornalas cuestiones que había abordado de forma más sucinta en el oto-ño de 1922. Pero su nrerprctacit5n no es una unera repetición; enel célebre cursó de 1924 Heidegger agtdiza tanto la interpretación
conio la crítica. En realidad se aprecia, todavía con mayor claridad,
que su objetivo no es otro que la elaboración de una ontología fun-
darnental. Aquélla que tiene su más acabada expresión en Ser ytiempo.
!J9 largo.de los últimos años se ha llegado a la conclusión de
que Sein z.í,d Zeit es, a menos en buena medida, una transposición
ontológica de la Etica Nicómaco42. Naturalmente hay diferencias encuanto al modo de comprender dicha reapropiación, su alcance yenvergadura; pero éste no es el 'ugar para entrar en na discusión.
Basta con dejar constancia de la transcendencia que la interpretación
de la filosofía práctica aristotélica flivo para el desarrollo dei pensa-miento de Martin Heidegger.
42. Cf. particularmente, Volpi, 19x9. 22.7, 229 y Volpi, 1984, Cf, además, Ta-miniux, l99.
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cogidas telegráficamente algunas de las ideas que centraron siempre
su intei'és y que ya eran conocidas. Se trata de las centrales categorías
de dvnanis enérgeia y enteiécheic7. Nociones que aparecen entonces
claramente relacionadas COfl la de ousla conio sentido directivo del
çr. Quizá por el carácter genera] de este semestre no se encuentraLl
en él desarrollos que amplíen lo que Heidegger había apuntado ya
en su informe del otoño de 1922.
Un año después, en 1927, Heidegger realiza una nueva inter
prctacóIi fenomenológica de los primeros libros de la Física que
comienza a distanciarse va de las anteriores. El establece la relación
entre movimiento y tiempo en las sustancias físicas y cree hallar la
doctrina aristotélica sobre el tiempo. Las nociones de dyïams y
enérgela continúan resultando decisivas, algo que concuerda con su
posterior interpretación de libro IX de la Metafisica; particiilar
mente durante el curso de 1931,Aristóteics: Metafísica IX. Sobre la
esencia y la efectividad de la potei zcia. Al]í volviendo de nuevo so-
bre la cuestión de los sentìdos del ser., Heidegger hace dc dyn.an zis y
enérgeia, frente a la tradicional ousla, el sentido directivo del ser.
Pero esto es algo que todavía no está presente en los escritos ante-
riores a Ser tempo4S.
Por último, y aunque quede fuera de los límites establecidos,
resulta imprescindible mencionar la magnífica y detallada interpre-
tación de la Física que realiza Heidegger en un conocido trabajo
posterior a la Kehre: Sobre la esencia y el concepto de Phvsis. Ans-
tóteles, Física B i», de I 939.
Antes de pasar a lo que tendría que haber constituido la segun-
da parte de sus ìnvestigaciones, es preciso dejar coiistancia de la cen-
tralidad de la Metafísica aristotélica. Sólo los dos primeros capítulos
del libro I son oheto de su interpretación directa, ' sin embargo, la
comprensión aristotélica dei movimiento y singularmente de la acti-
vidad perfecta (enérgeta) coiitenidas en la A'iTetafísica constituye un
punto de referencia permanente. Así, por ejemplo, a la hora de ex-
traer las (iltìmas conclusiones de su nterpretadón de la Etica a Ni-
çór)2ac0, Heidegger ha de recurrir al célebre capítulo6 del libro IX
de la Metafísica.
Adeitrándonos ya en la segunda parte que se acaba de mencio-
nar, estas interpretaciones tienen su centro, ahora explícitamente
declarado., en la Metafísica. Inicialmente Heidegger menciona su in-
Cf. Pöggelcr, 19.. 92., 35.
Heidegger, 1976, GA 10, 239-3O1 Existe traducción al c.isrelIaflo.
terés por los libros \ll VIlT IX, pero enseguida añade también [os
libros IlL l\ \T1, X (además de] De In.terprctatìone y los Analíticos).
Llegado a ese momento de su interpretación lo que !e interesa a Hei-
degger eu particular (corno tendremos oportunidad de ver) es lograr
una adecuada explicación acerca dei origen de las categorías. Una
explicación que no se puede alcanzar con indepeidencia dei análisis
de los distintos sentidos del ser. Pero de lo que se trata, en definiti
va, es de dar cuenta cabal de cómo y en qué términos se produjo la
radicalización onto1(gica de la idea de movimiento. Por eso, una vez
¡-riás, las categorías de dvna,nis y enérjeja resultan tan centrales.
Pues bien, Heidegger tampoco va a abandonar la problemática
que la Metafísica de Aristóteles le suscita. Es cìerto que no encon-
trareLnos en los afos que transcurren hasta la edición de Sery tiem-
Po un tratamiento sistemático de todos 1os puntos a los que se re
fiere Heidegger en SL1 informe. Pero particularmente en el curso de
1925, Lógica. La pregunta por h verdad y en el ya citado de 1931,
Aristóteles: Metafísica IX. Sobre la esencia la efectividad de la po-
tencia, \ruel\re sobre esas cuestiones. Por otra parce, no podemos o]-
vidar el tratamiento que hace Heidegger tanto de la Física Conio de
la Aletafísica aristotélicas en el curso de 1926, Conceptos funda-
mentales de filosofía cntigua°.
Eu definitiva, hemos de concluir que la reflecíán sobre Aristó-
teles ocupa durante argos años el pensamiento de Heidegger y que
la presencia decisiva dei Estagirita se deja flotar en el desarrollo de
sus Concepciones. En este orden de cosas cabe añadir que5 tras las in-
terpretaciones que centran la atención de este libro, Heidegger se
concentraría con ahínco en la reflexión sobre la alétheia y el lágos,
cuyavinculación Con los asuntos que se analizarán aquí tampoco se
debe olvidar. De hecho ya en el Sofista, Heidegger se detiene en es-
tas Cuestiones que luego desarrollará con ms detalle en el curso de
1925 que se acaba de mencionar. Hay que volver a suhrayar por tan-
to, que aLgunas de sus categorías centraks y de sus interpretaciones
Constituyen genuinas reapropiaciones del pensamiento aristotl ico.
Una empresa que tuviera coiìio objetivo abarcar en toda su am-
plitud estas reflexiones resultaría demasiado ambiciosa. A Io largo
de este libro habremos de limitarnos a exponer las interpretaciones
que Heidegger acometió en el Infor;ne Nato7p y a extraer las conse-
cuendas que se desprenden de ellas para la hermenéutica fenome-
nológica de la facticidad y, en definitiva, para la elaboración de su
¡-Lcidcgger, 1993, GA 22.
36 37
HERN1ENUTICA DE LA VIDA FiUI1ANA EN LOS ALELAÑOS DEL NFOPM NtITORP
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HERMEÑEUTIOA 0E LA VIDA HUNIANA
onto1oga fundamental. No obstante, y dada la comunidad temática
e interpretativa que ya ha sido señalada, se tendrán particularmente
en cuenta ios análisis que Heidegger acometió en su curso sobre el
Sofista de Platón. Esto no obsta para que., cuando resulte necesario,
se hagan las oportunas referencias a otras lecciones de Heidegger.
Situados ya dentro de estos límites, hay que señalar que en su
manuscrito de 1922 Heidegger advierte la necesidad de volver a
Arístóteles para descubrir si en la filosofía dei Estagirita se encuen-
tra todavía operativa una experiencia originaria de. la vida fáctica. Su
conclusión es que tal experiencia está todavía latente. Sin embargo,
la sublimación operada por Aristóteles y el riguroso proceso de ela-
boración de las categorías lógicas y ontológicas, que han dominado
el pensamiento occidental, hacen que dicha experiencia acabe por
ser ignorada e incluso deformada. En la transrnisíán operada por la
tradición no queda apenas la huella de tal experiencia.
Sin embargo, a juicio de Heidegger el Dasein comparece toda-
vía en sí mismo en la medida en que el punto de partida de Aristó-
teles es el del ser que se relaCi()fla prácticamente, productivamenre
con e] mundo entorno. Esto es, se muestra en el ser característico de
la relación de produccíón, poiética, con el mundo entorno, Queda
así claro que la teoría no s primaria sino derivada. Por otra parte,
sin embargo, el aspecto bajo el qu Aristóteles contempla el ser dei
Dasein no es d adecuado, puesto que lo aborda desde la sublimación
de la idea de movimiento, consecuencia de la primacía dei aludido
sentido de la producción.
Ni la experiencia del movimiento entendido como k[:nesis ni la
sublimación aristotélica, según la cual la idea más perfecta de movi-
miento, de actividad, se encuentra en la enérgeía (corno actividad
que tiene el ser en sí nhisino), son adecuadas para explicar la forma
de actividad específica dei Dseiz. Por eso la concepción de activi-
dad perfecta que tiene Aristóteles no conviehe al ser dei Dasein fác-
tico, aunque explica que eleve la teoría a la más atta forma de vida.
Aun asi, la onto]ogía y la lógica aristotéIicas elaboradas sobre una
determinada idea de ser, han configurado todo el pensamiento occi-
dental, y éste, en su despliegue, ha olvidado las experiendas origi-
nanas que justificaron una &ahoración tal. Por esta razón es necsa-
ria la destrucción. S610 este proceder fenomenológico permitirá que
comparezca ante la filosoffa su auténtico objeto: el ser del Dasein.
2
INDICACIÓN DE LA SITUACiÓN HERMENÉUTICA
i. Clarificación de la situación hermenéutica1
1 . i . Para una interpretación de la siti.iación her,nenéit icc
Las investigaciones que su autor prologa eri el Informe Natorp se en-
marcan dentro de una historia de la ontología y de la ]ógica. Hei-
degger entiende que, en cuanto que interpretaciones, se encuentran
bajo determinadas condiciones de intepretar y comprender AusIe-
gen und Verstehen). Que la situación objetiz.'a (Sachgehalt), que es cF
objeto temático (Gehalt) en ei cómo (Wie) de su ser interpretado
(Ausgeiegtsein), sólo logra hablar por sí misma, comparecer como
fenómeno, cuando I a correspondiente (jeweilige)2 sivaci6n hernie-néutica que ha de ser destacada de un modo suficientemente da-
1. En 1999 publiqué cl artículo, Heidegger 1922; IndicaciÓn de la sirtiaciónhermenéutica (Una aprodrnación). Este trabajo (mDdificada y corregido) ha servidocomo base para este capítulo y para a'gunas ideas recogidas en c antcricr.
2.. El término ha de ser entendido en e sentido de. actual, de cada vez. Puedesignificar perrnafzeitemete, actua/ieue. adecuadamente al moneito, en el mc-
?fleflt(), correspondiente. Cori correspondiente. que es la traducción e1cgda, se cuicrdestacar el carácter dc propio, de particular y, tarnbin, dc Io que acompaña de for-
ma permanente. CL su uso en Heidegger, 198g. GA 63, 29-33. 53, 7. EI deKisiel de que su dimensión temporil esci vincuLada a la dei kiró griego (tiempo
oportuno) puede ser acertado. Cf. Kisiel, 1983. 500-501. En el curso d 1923, Hei-de.gger re1ciona Jet'eiltkeit con Wrweilen, con Nichweg/afen (no huir). GarcíaGainz apunta queJ-wei1ige y Ver-ueiten (permanecer, demorarse) están ernparenta-dos también sernánticamente, y que comparten el mismo carácter temporal. Cf Gar-cía Gainza 1997, 338-339.
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39PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor
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ro se hace disponible. Como Heidegger había mostrado ya en el
curso de i 921 -1922. Ia situación bcrmeiéutica y u aclaración per-
tenecen intrínsecamente a la filosofía « a su objeto Por eso, toda in-
terpretación es relativa a ella (IN i )3,
Así pues, una adecuada interpretacián reclama la aclaración de
la sítuación herncnéutica. Pero, a su vez la interpretaciónse des-
pliega en y para ta situación. hermenéutica. Nos hallarnos, ya desde
Frinc.ipio de La investigación heideggcriana, ante una cierta circu-
laridad: Ia interpretación se ha de desarrollar con vistas a la aciara-
cíán de la situación bernîenéutica y lo hace en la misma medida que
ésta; más aún se va aciarando en la medida en que io son las coor
denadas de la interpretación Entonces es posible llevar a trmiiio la
i nterpretaci(5n y a comprensión (Aus1eg.tigs und \rstehensvoil-
zug) y se hace transparente la apropiación dei objeto
neignuig). La hermenéutica de la situación, dicc Heidegger, ha de
elaborar su transparencia y en cuanto hernieiiéutica llevarla al arran
que de la interpretación. Dicho con otras palabras: la interpretación
Ira pareja a la aclaración de la situación hen nenéutica (IN i).
Lina Situación que Heidegger encuentra definida por tres coor-
denadas, ii torno a las que estructura su informe;
- ) lEi punti) de mira (B1ìckstaid), más o menos expresamente
apropiado y fiiado (IN 1). En él se ha de hallar ei modo originario
de darse algo. En cuanto que investigaciones fenomenológicas para
una historia de la ontología y de la lógica ese punto de mírc e5 de-
ternnado mediante la exposición del punto de partida y del proble-
iiia de la facticdad (IN 3 y 24). Además, desde esta prímera coorde-
nada 5e define también la actitud fi.P1.da?7zenta1 (Gri..ndhaltung) hada
la historia y la orientación de la nirda (BiicIzrkhtu ig, la segunda de
las coordenadas de la interpretadón, hacia Aristóteles (IN 24).
2) La oriei ztació de la p zirad.. (Biickríchttíng) : en ella se deter-
mina el cono qué (Als u.ias), en el que el objeto de la interpretación
se ha de tomar preconceptualinente (i.'crgriffIích) y hacia qué (ò-
rau/hin)4 debe ser interpretado (IN 1). Así, la orici ztcción de la mi-
3. Puesto que esta inve.stigacón se centra en el Jnfrme Ntitorp se ha consid-
rado iiiás scricillo haccr i-as L'eferencia.s a dicho texto c'i el cuerpo dc] artículo. Sc ci-
tará conio c.'; r1 habitual, según la paginación dei original cDnsignda en la edición
dcl Di/they4ahrbuch y aludiendo al Informe Natorp como IN
4, 't-t en cl semestre de emergencia de guerra (KNS) de 1919 Heidegger aclara
que o&jeto en un contexto intencional, rio es algo sit.íado enfrente sino algo más di-
Ilámico. En cIWS de 1920-21 Wraufs la indicaciónfrimüdecualquier objeto. Cf.
Kis1, 1993, 509.
rad( define lo que constituye para la prob1emtica filosófìca el ám
hito de objetos que, en definitiva, se ha de cuestionar y en cl que
únicamente puede ser situado el pasado (IN 2).
3) El horizonte de la ?nira:d.. a (Sichtu.'cite): se trata de la última
coordenada de a interpretación y queda delimitada por el punto de
nira y la orientación de la niirada (TN i). Desde estos últimos se ha
de iluminar el objeto temático de la íiivestigación (IN 24) y dentrode él se mueve la correspûndiente pretensión de objetividad de la in-
terpretacìón (IN 1).
Dentro del niarco perfilado por estas tres coordenadas, la ada-
ración de la situación hermenéutica es lo que va a permitir que el ob-
jetC) de la investigación se muestre conc fenónieno. Una situación
que en aqu& nionento Heidegger estructuraba todavía en torno a
as nociones de presupuesto o presuposición (Vòrhabe) y preconcep-ció,1 (\7orgriff)5:
La investigación fi1osófìc tcne que hacer transparentes citegoria1-
flientc hs correspondientes iruerpretaciones concretas de la yida fác-
tica {...J Cn su unidad fáctica dci desrroIIo de a vida con relación a
su presuposición (cn quí senuìd fundamental de ser se sitúa a sí
misma la 'ida) r cori rdcrençia a su preconccpión (en qué modo
dcl intrpeIar6 y dcl hablar accrca de la vid.ii se refiere a sí misma yhabla consigo nìsn]a) (IN 17).
Este es el propósito de clarificaci6n presente a lo largo de toda
la investigación. Particularmente (por ser u lugar propio) en las pá-
ginas dedicadas a la orientación de la nirada (Blickrichtung) y al ho-
5, En 1924 Ia situación hrninéutjc qucdar va configurada por Ja presupo-sicion ("rha&e), la preconccpción (%'rgrif r la preisián (Vrsicht). De las tres co-ordenadas V)r5iCht aparece poi- rez primera en ei curso de 1923-1924 para descrhir
la situación herrnc.nutica del Dasein ontológico que ve por ade1antdo. T) las es-
tructurs pre.suposicionales propias de esa situaciÓn bereiiótític ésta es a úhimaque fue cthborada. Por lo que respecta a %griffsurge ya n el KJ'S de 1919, pero
adquiere el sentido al que Heidegger hace referencia en su manuscrito en '1.921 en co-flexión con %'brhbe. Esta última sólo es tematizada en su sentido ctiial en l cursode rerqn() de L922. Cf. KiseI, 1993, 508.
6 Heidegger recurre a nspreche2 para traducir e trniiio griego katego reIn,
que iiiciaIrncnce sigiiiuivaha acusr hablar en contra de aIguiefl, rcprochar. Anpre-then significa, mís bien, didgir la palabra, abordar a alguien. Arriho.s significdo seacercan en u sentido de izter-pelcr. Pero kategorein ha adquirido en cl léxico filosO-fico un significado hicn concreto y de to carácter tcniço. En todos os casos haySiempre un componente di' ordenación y configtiración: las coa.s se estructuran deacuerdo a las categorías. Pero además, y por el]o, la categoría define y nornbra vatepara indicar io cuc algo es.
40 41
HRP'1ENIEUTtCA DE LA VIIDA HUMANA NDICACIÓN DE LA SITUACIÓN HERNIENEIJTICA
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rizo? zte de la mirada (Sichtweite) se deja sentir la tenacidad con la
que Heidegger busca descubrir las comprensiones y los conceptos
previos dentro de ios que se mueve la interpretación. E.! autor de I;-
forine Natorp pretende desvelar esa interpretación en que se en
cuentra la 'ida, tanto en cl presente como en cl pasado de] que ha
heredado su conceptualidad (Begrifflichkeit) (IN i 8-28). Por eso se
ha de aclarar como qué ALc was) es tomado el objeto de la investi-
gación. Sólo haciendo transparente Ja comprensión preteórica e in-
objetiva que la vida tiene de sí junto con ella, as categorías con
las que se expresa y refiere a sí misma, será posible la aclaración de
Ja situación hermenéutica; y con ella, el desvelamiento de los moti
vos frndarnenta1es, que todavía permanecen ocultos y que es preci-
so descubrir si se pretende lograr una adecuada apropiació t (Aneig-
iiung) e ìnierpretación. (Auslegung) dcl objeto de la filosofía: la vida
fáctica (IN 20-i).
Se trata, en síntesis, de un propósito hermenéutico. Pero no se
puede olvidar eri el sentido de que la filosofía es la rea1izc:ctón
(\òllzug) de di, r nìsno fundamental (Grundbewegtheit)7 de la vida
7. Heideggcr cstablecc una ditini5n neta entre 13etegtheit y Bewegung. Este
segundo término es el que se uLiliza colnL'lnmcntc en a]cmmn para dccignar el movi-
mìeito (la kines aristotélica). Por su parte, en 1 alemán no fìlo.sáfico Bewegtheit
significa afecci(n, conrnodóri emoción Se puede advertir, adinís, qu e trata de
I_in sustantivo abstracto, formado partir del participio de verbo he:'een Así por
ejemplo, lii expresión :Jch bin beuiegt'.', quiere decir: «m he emocionado». «estoy
afectadi; significa, cn defìnìtiva, que estoy cc»1-moìida; es decir, que en m se ha
producido un niovimiento no físico, sino intcror. Un movimìcnto que no se pucd
identificar con cl de 10 seres de la naturaIeza pero que también íniplica cambio y
una acción-pasión. Ast, lo caracrcrí.stico de la 1eu.'egheít a ii que se refiere Heideg-
ger en los años mteriores a Ser y tienpo pucs tcndrcmos ocasión dc advcrtir que
el Uso y plicacón de este térrninc cambia sustancialmente después de la Kehre, es
qL1 CS propia. exclusiva de La vida humana. En sntesìs, el autor del Thforme Ntorp
recurriría este término para poder nombrar algo que no está coiitenido en 1a5 cate-
garlas de kInesis ni, naturalnientc, dc emrgeia o euelécheia; pero tampoco en la de
pxi$ ni en la de poíesis. Aunque no lie hallada un término castcflano que permita
una traducción 1ogrid, corls]dero que bei-&'etheit puede significar algo as como atividad o dinámica t.it! o existncia1; es decir La dnämica entendida CornO activi-
dd o desarrollo y, por tanto, IIO en un 5entido fisicalista que es propia y exclusiva
de la vida huniana. Además, hay que tener en cuenta que lo específico suyo es que se
trata de una dinamicidad práctico-'ita/ o thia/-opernìi..a. Se trata, en defìnitiva, de
una dinamiciL.lad. de una forma de actividad, que tiene qu ver cori cl propio des-
pliegue dei Dasein humano en lo que tiene de irreductible a los restantes seres de la
naturaleza o a Dios. Por eso acude Heidegger a una expresión que refiere una diná-
mica hio-e7nocional, aunqie, desde luego, en ahoIutù pretenda reducir el despliegue
humano a un sentimiento que habría que entender como algo psico1Ogico». A lo lar-
go de este trabajo he optado por reflejar la expresión heideggeriana de un modo u
fáctica o, corno dirá Heidegger poco tiempo después a la redacción
de su Informe, porque ei Dasein es él mismo hermenéutico8.
.l.i.1. Intencionalidad y situación hermenéutica
No se puede olvidar que hablarnos de una hermenéutica estricta
mente fenomenológica., realizada desde y en los principios de la fe-
noinenologla (al menos como Heidegger la entendía). De una feno-
meriología que, a su vez, es radical investigación filosófica y que no
se entiende bien cuando se la reduce a una simple ciencia prope-
déutica ue ayude a clarificar conceptos que sirvan luego a una «au-
téntica filosofia» (IN 17):
Q uc la hermenéutica es fenomenológica significa que su campo de
objetos la vida fáctica con relación al cónio dc su ser y decir, es vis-
ta, temáticamente y en cuanto al método de la investigación, Corno
fenómeno. La estructura de objeto que caracteriza a algo como fenó-
meno (el estar referido a, el hacia qué de la referencia en cuanto tal,
el acto de referirse, el desarrollo dcl acto, la cutoda en la verdad de
ese desarrollo), la plena intencionalidad, no es ninguna distinta a la
dcl objeto que tiene cl cathcter d ser de la vida fíctica (iN 17).
Del texto citado se desprende la centralidad que detenta la n-
tiericionalidad para Ja comprensión y explicación del objeto que tie-
ne el carícter de ser de la vida fáctica (IN 3). Pero ¿qué es lo que
Heidegger está entendiendo por intencionalidad? El Infornie Natorp
no ofrece aclaraciones; la intencionalidad heideggeriana se encuen-
tra operante en todos los niveles pero no hay aquí explicaciones
respecto a ella. No obstante, para comprender su informe es preci-
50 saber qué es lo que en aquel tiempo significaba. Por fortuna ci
curso de 1921-192.2 contiene una concentrada exposición sobre este
particular. Lo que el autor del lnfortne Natorp sostiene ahí no sólo
facilita el acercamiento a su noción de ìntendona]idad sino que) a la
vez y por lo mismo, la muestra intrínsecamente vinculada a Ja idea de
situación hermenéutica y de facticidad. Hasta ta punto que las di-
mensiones de la intencionalidad han de ser interpretadas desde la si-
otro dependiendo de los contextos en Jos cjue se formule y de su sentido. He de
agradecer epecialinente a la profesora Garcia-Arnilburu, la ayuda que me ha presta-
do con relación al auflto que acabo de formular. En esto. como en Lantas otras co-
sas, su colaboración y apoyo resultan insustituibles.
8. CI. Heidegger, 1988, GA 63, 14-21.
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HRF1NUTLCA LE LA VIDA HUMANA INWCACIÓN DE LA SITUACIÓN HERN1ENUTLCA
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tuaci&i porque ésta ha sido incorporada a aquélla. En definitiva, el
curso mencionado ofrece la posibilidad de entender a transforma-
cioti hermenéutica de la intencionalidad que Heidegger llev6 a cabot
E.n dicho curso la intencionalidad es entendida conio conport-
niÍeitO (rhaitei z), destacando isí la diferencia con la tradicional
concepción del conocimielito como posesión, propio de l teoría.
Pero conporta, niento contiene también en í el sentido de referencia
(Rezug) e indica, por tanto, relación (Bezieht.ng). Heidegger advier-
te que este último sentido de relación es el más origL1ario y ]ue ha
de ser entendido Corno íîztenckmalidad objetivada (Intentionalität
objetiviert). Ambos sentidos son conjuntamente, a su juicio, desplie-
guc, desarrollo (Zeitígung)9, existencia (Existenz)'°. Así es como se
ha de entender que el filosofar es un comportaniiento1
Pues bien, ese coinportan 1iento contiene una cuádruple modula-
dón. En primer lugar., un respecto de qué (Bezug ZU etu.'as) que es
aprehensible. por lo tanto, con relación a la referencia (aufde Be-
zzíg). Además es determinable corno un có-no (\c) del acontecer
formal con relación al modo en que tiene lugar, a cónio es rea1íza
do, al modo en que se ejerce ta referencia. Así es acto, actividad,
ejercicio, realización (Vollzug) y refiere el carácter práctico vital in-
mediato dei comportaniiento (\'rhalten), que es siempre un tipo de
actividad. Por último y ante todos ha dc ser entendido en e] sentido
de su despliegue (Zeitigungssnn) Un desarrollo, im despliegue que
detenta el peso decisivo, también y precisamente, en la explicación
del objeto al que se refiere la filosofía.
Se advierte ya ahora, y hay que destacarlo de cara al propósito
de este estudio, que Heidegger atiende al modo en que el desarrollo
9. Zeitig:.ing, como aclara Kisiel, rin que 'cr con el poder productivo dei
ternpo en su posibilidad generativa plem, que es conio se emplea eri Ser y tiempo.
Cf. 1993. 5110. E nccesario no olvidar sre significado. No ohstant ei rérmi-
no es de uso frecuente y camri en alemán, por eso se ha hecho un traducción que
no lo conceptíüa innecesariamente.
io. Cf. Hcidegger. 1985, GA 61, 52.
:IL Unadefinidôn defilosofla que, asuvcz, Heideggerhaindicado. Cf.Jbid, 53.
12. Solamentc en WS Je 1921-22 y cn cl SS 1922 1 comprensivD Zeitig:.ínssinn,
(1L1e eri los cursos anteriorcs todavía no est:iba exp1ícitamnte presente, une los tres as-
pectos. En octubre de 1922 los términö son usados sin la apelación al entìck. pero es-
tán todaviai esquemtica y fornialmente asociados entre sí. CL Kisìel, 1993, 593. El scr-
tido de la realización, dcl despliegue, ¿iñ:ide Kisiel en csc mismo libro, es una suerte de
cuarta dimensión que cuhiina la actualización del movimiento intencional tres veces
dorado dc sentido, CL Ibid., 510. Puesto que la apelación al sentido está ausente en el
manuscrito de 1922, aquí se ha prescindido dc las correspondientes aclaraciones relati-
vas a los respectos intenciona]es que Heideggcr hacía t(:)davía en el curso de 1921-192.2.
llega a serlo en para su situación; es decir a cómo se da en el tiem-
PO, a cómo se desarrolia deviene (i..t.ie es sich zeitig). Porque el des-
pliegue del cwn.portarniento está vinculado a la temporalidad. Por
ello es necesario atender de fornia específica a ese despliegue y a su
sentido (Zeitigung r Zeitigungssi in) En definitiva, el acto lia de ser
entendido C()t1 relación al sentido del despliegue (Zeitigung) en el
tiempo. «Desde alu [anota crpticarnente el autor del Informe Na-
torp], a la facticidad, la vida fáctica y la existencia; situación, con-
cepto previo, experiencia fundaniental»'3.
Además., por Io que se refiere a la vinculación de intencionalidad
y Situación y acudiendo ya a la cuarta dirnensán de aquélla, que
todavía no se ha nombrado, conviene tener en cuenta el modo en
que Heidegger entiende objeto y fenómeno. E hacia qué y el res-
pecto de qué de la referencia (Worauf und WàZz des Bezugs) es e] ob-
jetc) temático (then zatischer Gegenstand), que no es nunca conteni-
do y, menos aún, en el sentido de contenido material. Se trata más
bicii de aquello con respecto a qué es el comporta7niento ('v'rhal-
ten); es lo que la referencia mantiene en sí; lo que es mantenido por
ella y desde ella. A este respecto Heidegger sostiene lo siguiente;
Cada objeto tieric su específico sentido de contenido (Gehaltssiun)
qiie por su parte y en dfinitíva s6lo sc ha de interpretar desde el
sentido pleno en el que es lo quc es. Pleno sentido - Fenómeno; su-
puesto que a la vez

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