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MANUAL DE TROMBOSIS Y TERAPIA ANTITROMBÓTICA Manual de trombosis y terapia antitrombótica Luis Fernando García–Frade Ruiz Médico Internista del Hospital Ángeles del Pedregal. Licenciatura como Médico Cirujano en la Facultad Mexicana de Medicina de la Universidad “La Salle”. Diplomado en Diabetes, Hipertensión y Obesidad, Centro Médico Nacional “Siglo XXI”. Especialidad en Medicina Interna en la Universidad “La Salle”, Hospital Ángeles del Pedregal. Profesor adjunto del curso de Nosología de Pregrado de la Facultad Mexicana de Medicina de la Universidad “La Salle”. Editorial Alfil MNGO Typewriter Librosmedicospdf.net http://www.librosmedicospdf.net/ Manual de trombosis y terapia antitrombótica Todos los derechos reservados por: � 2008 Editorial Alfil, S. A. de C. V. Insurgentes Centro 51–A, Col. San Rafael 06470 México, D. F. Tels. 55 66 96 76 / 57 05 48 45 / 55 46 93 57 e–mail: alfil@editalfil.com ISBN 978–607–7504–08–5 Dirección editorial: José Paiz Tejada Editor: Dr. Jorge Aldrete Velasco Revisión editorial: Irene Paiz, Berenice Flores Revisión técnica: Dr. Diego Armando Luna Lerma Ilustración: Alejandro Rentería Diseño de portada: Arturo Delgado–Carlos Castell Impreso por: Solar, Servicios Editoriales, S. A. de C. V. Calle 2 No. 21, Col. San Pedro de los Pinos 03800 México, D. F. Septiembre de 2008 Esta obra no puede ser reproducida total o parcialmente sin autorización por escrito de los editores. Los autores y la Editorial de esta obra han tenido el cuidado de comprobar que las dosis y esquemas terapéuticos sean correctos y compatibles con los estándares de aceptación general de la fecha de la publicación. Sin embargo, es difícil estar por completo seguros de que toda la información pro- porcionada es totalmente adecuada en todas las circunstancias. Se aconseja al lector consultar cui- dadosamente el material de instrucciones e información incluido en el inserto del empaque de cada agente o fármaco terapéutico antes de administrarlo. Es importante, en especial, cuando se utilizan medicamentos nuevos o de uso poco frecuente. La Editorial no se responsabiliza por cualquier alte- ración, pérdida o daño que pudiera ocurrir como consecuencia, directa o indirecta, por el uso y apli- cación de cualquier parte del contenido de la presente obra. Colaboradores Dra. Yolanda Aburto Departamento de Terapia Endovascular del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía. Terapia Endovascular Neurológica, Centro Integral de Enferme- dad Vascular Cerebral, Hospital Ángeles del Pedregal. Capítulo 8 Dr. Marlon Patricio Aguirre Espinosa Cardiólogo ecocardiografista del Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez”. Capítulo 22 Dr. Raúl Ariza Andraca Médico internista. Miembro del Comité Académico de la UNAM. Investigador Nacional. Profesor de Medicina Interna. Capítulo 17 Dr. José de Jesús Arredondo Sandoval Médico internista egresado de la Universidad “La Salle” y del Hospital Ángeles del Pedregal. Médico adscrito al servicio de Nefrología del HGZ No. 3 del IMSS, Cancún, Quintana Roo. Capítulo 4 V VI (Colaboradores)Manual de trombosis y terapia antitrombótica Dr. Luis León Arrieta Sandoval Médico cardiólogo intervencionista del Hospital Ángeles del Pedregal con estu- dios de posgrado en Lisboa, Portugal. Capítulos 6, 13 Dra. Leonor A. Barile Fabris Jefa del Departamento de Reumatología del Hospital de Especialidades del CMN “Siglo XXI”, IMSS. Investigadora Nacional. Profesora de Reumatología. Capítulo 17 Dr. René Bourlon Cuéllar Médico internista y profesor adjunto del curso de Medicina Interna del Hospital Ángeles del Pedregal. Consejero titular y tesorero del Consejo Mexicano de Me- dicina Interna. Capítulos 2, 20 Dra. Christianne Bourlon de los Ríos Médico pasante de servicio social. Universidad Panamericana. Capítulos 2, 20 Dra. María Teresa Bourlon de los Ríos Médico cirujano egresada de la Universidad Panamericana. Residente de primer año de la especialidad de Medicina Interna, Instituto Nacional de Ciencias Médi- cas y Nutrición “Salvador Zubirán”. Capítulos 2, 20 Dr. Sergio Cortés Ocampo Médico egresado de la UNAM con especialidad en Medicina Interna y Medicina Crítica, adscrito al Hospital Ángeles del Pedregal. Capítulo 9 Dr. Carlos F. Cuevas García Jefe del Departamento de Neurología del CMN “Siglo XXI”, IMSS. Profesor ti- tular de posgrado de Neurología, UNAM. Capítulo 10 Dr. Víctor A. de la Garza Estrada Médico internista del Hospital Ángeles del Pedregal. Jefe de la División de Medi- cina del Hospital Ángeles del Pedregal. Secretario del Colegio de Medicina Inter- na de México. Capítulo 16 VIIColaboradores Dr. Luis Fernando García–Frade Ruiz Médico Internista del Hospital Ángeles del Pedregal. Licenciatura como Médico Cirujano en la Facultad Mexicana de Medicina de la Universidad “La Salle”. Di- plomado en Diabetes, Hipertensión y Obesidad, Centro Médico Nacional “Siglo XXI”. Especialidad en Medicina Interna en la Universidad “La Salle”, Hospital Ángeles del Pedregal. Profesor adjunto del curso de Nosología de Pregrado de la Facultad Mexicana de Medicina de la Universidad “La Salle”. Capítulos 1, 4, 5, 14, 16, 18, 19, 24, 25 Dr. Rafael Hurtado Monroy Jefe del Departamento de Hematología del Hospital Ángeles del Pedregal. Miembro de la Sociedad Americana de Hematología y de la Sociedad Americana de Oncología. Capítulo 3 Dr. Angel Lee Terapia Endovascular Neurológica, Centro Integral de Enfermedad Vascular Ce- rebral, Hospital Ángeles del Pedregal. Consultante de Neurocirugía, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”. Capítulo 8 Dra. Ana Paula Mas Martínez Médico cirujano egresada de la Facultad Mexicana de Medicina de la Universi- dad “La Salle”. Diplomado de Nutrición, UNAM. Capítulos 24, 25 Dra. Tania Teresa Mora Arias Médico cirujano egresada de la Universidad “La Salle”. Residente del tercer año de la especialidad de Medicina Interna, Hospital Ángeles del Pedregal. Capítulo 3 Dr. Gaspar Alberto Motta Ramírez Médico radiólogo con posgrado en Imagen Seccional del Cuerpo en Cleveland Clinic Foundation. Jefe del departamento de Radiología e Imagen de la Unidad de Especialidades Médicas. Coordinador de TC del Hospital Ángeles del Pedregal. Capítulo 23 Dr. Luis Fernando Mundo Gallardo Médico gastroenterólogo y endoscopista del Hospital Ángeles del Pedregal. Fe- llow del American College of Gastroenterology. Gobernador del Capítulo Méxi- co del American College of Gastroenterology. Capítulo 15 VIII (Colaboradores)Manual de trombosis y terapia antitrombótica Dr. Víctor Hugo Navarro Ceja Médico adscrito al servicio de Angiología y Cirugía Vascular del CMN “Siglo XXI”, IMSS. Coordinador del Comité de Flebología de la Sociedad Mexicana de Angiología y Cirugía Vascular, A. C. Médico adscrito del Hospital Ángeles del Pedregal. Capítulos 11, 12 Dr. José Eladio Ortiz Solís Médico cardiólogo adscrito del Hospital de Especialidades del CMN “Siglo XXI”, IMSS. Cardiólogo intervencionista del Hospital Ángeles del Pedregal. Capítulo 6 Dr. Juan Carlos Peláez Piedrahita Médico cardiólogo del Hospital Ángeles del Pedregal. Capítulo 7 Dra. Irene Pérez Páez Médico cirujano egresada de la UNAM. Residente del cuarto año de la especiali- dad de Medicina Interna, Hospital Ángeles del Pedregal. Capítulo 10 Dr. Eduardo Perusquia Ortega Jefe del Departamento de Neurofisiología del Hospital Ángeles del Pedregal. Capítulo 8 Dr. Óscar Quiroz Castro Médico radiólogo coordinador de PET–CT del departamento de Imagen del Hos- pital Ángeles del Pedregal. Ex–presidente de la Sociedad Mexicana de Radiolo- gía e Imagen. Capítulo 23 Dr. Francisco Javier Roldán Gómez Cardiólogo ecocardiografista del Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez”. Investigador Nacional. Capítulos 22, 25 Dr. Jorge Santos Neurocirugía y Terapia Endovascular Neurológica, Centro Médico ”La Raza”, IMSS. Capítulo 8 IXColaboradores Dr. Salvador Vargas Cruz Egresado de la Facultad de Medicina de la UNAM. Especialista en Cirugía Gene- ral egresado del Hospitalde Especialidades del CMN “Siglo XXI”, IMSS. Miem- bro de la Asociación Mexicana de Cirugía General y de la Asociación Latinoame- ricana de Cirugía Endoscópica. Miembro de la Sociedad Médica del Hospital Ángeles del Pedregal. Capítulo 15 Dr. Pablo Vargas Viveros Médico internista del Hospital Ángeles del Pedregal. Profesor de Medicina y He- matología de la Facultad Mexicana de Medicina de la Universidad “La Salle”. Capítulo 3 Dra. Miriam Villada Mena Médico intensivista de la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital de Especiali- dades de la Ciudad de México. Médico adscrito de la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Ángeles del Pedregal. Capítulo 21 Dr. Alejandro Zárate Aspiros Médico anestesiólogo e intensivista del Hospital Ángeles del Pedregal. Capítulo 13 Dr. Marco Antonio Zenteno Jefe del Departamento de Terapia Endovascular del Instituto Nacional de Neuro- logía y Neurocirugía. Profesor Titular del Curso en la UNAM. Miembro de la Academia Nacional de Medicina. Capítulo 8 X (Colaboradores)Manual de trombosis y terapia antitrombótica Contenido Prefacio XV. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Rafael Hurtado Monroy Introducción XVII. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Luis Fernando García–Frade Ruiz 1. Sistema normal de la coagulación 1. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Luis Fernando García–Frade Ruiz 2. Síndrome de resistencia a la insulina y trombosis 11. . . . . . . . . René Bourlon Cuéllar, María Teresa Bourlon de los Ríos, Christianne Bourlon de los Ríos 3. Trombofilia 25. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pablo Vargas Viveros, Tania Teresa Mora Arias, Rafael Hurtado Monroy 4. Agentes antitrombóticos 39. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Luis Fernando García–Frade Ruiz, José de Jesús Arredondo Sandoval 5. Profilaxis antitrombótica 63. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Luis Fernando García–Frade Ruiz 6. Angina inestable e infarto del miocardio 79. . . . . . . . . . . . . . . . Luis León Arrieta Sandoval, José Eladio Ortiz Solís 7. Fibrilación auricular y trombosis 93. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan Carlos Peláez Piedrahita XI XII (Contenido)Manual de trombosis y terapia antitrombótica 8. Enfermedad carotídea 103. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Eduardo Perusquia Ortega, Angel Lee, Yolanda Aburto, Jorge Santos, Marco Antonio Zenteno 9. Isquemia cerebral transitoria e infarto cerebral 135. . . . . . . . . . Sergio Cortés Ocampo 10. Trombosis venosa cerebral 143. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Carlos F. Cuevas García, Irene Pérez Páez 11. Trombosis venosa profunda 171. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Víctor Hugo Navarro Ceja 12. Insuficiencia arterial periférica 181. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Víctor Hugo Navarro Ceja 13. Tromboembolia pulmonar 197. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Luis L. Arrieta Sandoval, Alejandro Zárate Aspiros 14. Enfermedad vascular renal 213. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Luis Fernando García–Frade Ruiz 15. Trombosis mesentérica 231. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Luis Fernando Mundo Gallardo, Salvador Vargas Cruz 16. Trombosis en el paciente oncológico 245. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Víctor A. de la Garza Estrada, Luis Fernando García–Frade Ruiz 17. Enfermedad inmunitaria y trombosis. Síndrome de anticuerpos antifosfolípidos 263. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Raúl Ariza Andraca, Leonor A. Barile Fabris 18. Embarazo y trombosis 271. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Luis Fernando García–Frade Ruiz 19. Anticonceptivos orales, terapia hormonal sustitutiva y trombosis 291. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Luis Fernando García–Frade Ruiz 20. Trombocitopenia inducida por heparina. Síndrome de HIT 303 René Bourlon Cuéllar, María Teresa Bourlon de los Ríos, Christianne Bourlon de los Ríos 21. Cuidados críticos en el paciente con trombosis 317. . . . . . . . . . . Miriam Villada Mena 22. Ecocardiografía en el paciente con trombosis 331. . . . . . . . . . . . Marlon Patricio Aguirre Espinosa, Francisco Javier Roldán Gómez, 23. Imagenología en el paciente con trombosis 341. . . . . . . . . . . . . . . Óscar Quiroz Castro, Gaspar Alberto Motta Ramírez XIIIContenido 24. Interacciones farmacológicas y alimenticias en el paciente con trombosis 355. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Ana Paula Mas Martínez, Luis Fernando García–Frade Ruiz 25. Trombosis venosa yugular interna espontánea 367. . . . . . . . . . . Luis Fernando García–Frade Ruiz, Francisco Javier Roldán Gómez, Ana Paula Mas Martínez Índice alfabético 373. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . XIV (Contenido)Manual de trombosis y terapia antitrombótica Prefacio Dr. Rafael Hurtado Monroy Con enorme gratitud recibo la invitación del Dr. Fernando García–Frade Ruiz para escribir el prefacio del Manual de trombosis y terapia antitrombótica. La preocupación de abordar las principales causas de muerte de cualquier país implica la implementación de medidas de prevención como la mejor forma de hacer medicina. Después de los accidentes, las enfermedades trombóticas ocu- pan los primeros lugares de causas de muerte en países del primer mundo y, curio- samente, también en el nuestro. El conocimiento de los factores de riesgo para el desarrollo de trombosis per- mitió establecer causas indirectas y logró establecer medidas profilácticas que son efectivas aun en nuestros días, pero que se siguen sin tenerlas en cuenta como una prioridad, sobre todo en el paciente en hospitalización, e involucra a la mayo- ría de las especialidades médicas y quirúrgicas. En los últimos años se dieron avances muy importantes en la etiología de la trombosis, donde la deficiencia hereditaria cuantitativa y/o cualitativa de los in- hibidores naturales de la coagulación influyó en definir el término de trombofilia primaria, y la secundaria para el resto. La trascendencia de estas aportaciones llevó a una mayor sofisticación en el diagnóstico y sobre todo en el tratamiento; p. ej., un paciente con trombofilia pri- maria requerirá tratamiento profiláctico de por vida, no así en un caso de trombo- sis aislada secundaria. La fase hemostática no se escapa de los avances en la enfermedad trombótica arterial, donde las plaquetas y el daño vascular representan un papel central en la fisiopatología y el desarrollo también sofisticado de nuevos recursos terapéuti- XV XVI (Prefacio)Manual de trombosis y terapia antitrombótica cos con terapia endovascular y/o la combinación de antiagregantes plaquetarios específicos con anticuerpos monoclonales blanco dirigidos. Las consecuencias de los procesos trombóticos todavía son un reto para el fu- turo y no hay un estándar de oro en la respuesta a la recanalización vascular y el reparo tisular. El uso de fibrinolíticos no es tan popular por el limitado tiempo de su indicación, pero sobre todo por sus complicaciones. La elaboración de un manual representa un gran esfuerzo para el experto, con el objeto de proporcionar una lectura rápida de los conocimientos básicos ya esta- blecidos; le permite al lector obtener una respuesta concisa del diagnóstico y tra- tamiento de las enfermedades trombóticas. Este libro es una muestra clara de la participación multidisciplinaria de la hematología y la medicina interna con el resto de las especialidades médico–quirúrgicas. Introducción Dr. Luis Fernando García–Frade Ruiz El fenómeno trombótico constituye el resultado de un sinnúmero de desencade- nantes comunes en la actualidad, los que, sumados a padecimientos quizá aún desconocidos por la ciencia,colocan a la enfermedad trombótica como una de las principales causas de muerte en nuestros días tanto en México como en el resto del mundo, sin respetar diferencias en desarrollo, económicas ni políticas. La trombosis es la causa más común de muerte en EUA, en donde más de dos millones de personas mueren al año a consecuencia de un evento trombótico arte- rial o venoso y en donde un número similar presentan un fenómeno trombótico no fatal a manera de trombosis venosa profunda, embolismo pulmonar, trombo- sis cerebrovascular, isquemia cerebral transitoria, trombosis coronaria y otros. En nuestro país la diabetes mellitus figura de manera general como la principal causa de muerte, seguida de la enfermedad isquémica del corazón, tanto en hom- bres como en mujeres, mientras que la enfermedad cerebrovascular ocupa la ter- cera causa de muerte en personas del género femenino y la cuarta en los hombres, es decir, los fenómenos isquémicos causan una mayor cantidad de defunciones en nuestros días que las enfermedades malignas e infecciosas, incluyendo al SIDA. Así, la trombosis contribuye a una extraordinaria morbilidad, mortalidad y costos en el cuidado médico. Nos encontramos, entonces, ante una epidemia de eventos trombóticos en don- de los avances en el conocimiento y el entendimiento de los mecanismos de la coagulación han resultado en que los médicos podamos contar con técnicas diag- nósticas útiles para la precisa evaluación de los pacientes, con lo que aproximada- mente de 80 a 90% de los enfermos tendrán una etiología definida. XVII XVIII (Introducción)Manual de trombosis y terapia antitrombótica Es necesario hacerle frente a la enfermedad, para lo cual se requiere de la ade- cuada capacitación y actualización tanto de los médicos de primer contacto como de los especialistas para la oportuna identificación de los factores de riesgo, la implementación de medidas profilácticas, el estudio integral y multidisciplinario de los pacientes, sistemas adecuados y confiables para la atención de las urgen- cias a nivel prehospitalario que permitan el pronto traslado de los pacientes a un servicio de atención médica, recursos materiales tales como salas de hemodina- mia, departamentos completos de imagenología, laboratorios clínicos especiali- zados, equipos para terapia endovascular y agentes antitrombóticos a lo largo de la República, así como en cada uno de los grandes hospitales institucionales y pri- vados, además de los correspondientes recursos humanos, como cardiólogos in- tervencionistas, angiólogos y demás especialistas: hematólogos, neurólogos, inter- nistas, intensivistas, nutriólogos, radiólogos, oncólogos, etc., lo que en resumen se traduce en una necesidad de estrategias a nivel nacional y altos costos, lo que permitirá en un futuro lograr disminuir la alta morbimortalidad que genera la en- fermedad trombótica. El presente texto se encuentra conformado por la valiosa participación de di- versos especialistas y subespecialistas expertos en el tema, lo que sin duda lo con- vierte en una fuente útil de consulta tanto para el personal médico como el para- médico y el administrativo involucrados en el cuidado de los enfermos. El Manual de trombosis y terapia antitrombótica simboliza el trabajo multi- disciplinario que debe ejemplificar la labor diaria con nuestros enfermos, en donde el fin común, sin importar la especialidad médica, es la unión entre los que nos dedicamos al cuidado de la salud para, además de intentar tanto prolongar como mejorar la calidad de vida de quienes requieren de nuestro servicio, seamos a la vez capaces de mantenernos actualizados y bajo aquella mística de humanis- mo en donde siempre lo más importante sean nuestros pacientes. La medicina “fina” es aquella en la que toda indicación terapéutica se fundamenta en un conocimiento fisiopatológico y farmacológico actualizado. Dr. L. Fernando García–Frade Ruiz Agradezco a todos los médicos y a Editorial Alfil, que con su esfuerzo y confianza hicieron posible la publicación de este libro. XX Manual de trombosis y terapia antitrombótica Dedicado a todos los médicos y a sus familias, que en su labor diaria reflejan “el haber nacido para dar”. E di to ria l A lfi l. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. � 1 Sistema normal de la coagulación Luis Fernando García–Frade Ruiz Desde el punto de vista didáctico, el sistema de la coagulación se divide en tres grandes fases: fase vascular, fase plaquetaria y fase plasmática. Dichos procesos suceden en realidad de manera simultánea y constante en el organismo con el fin de evitar la pérdida extravascular de sangre y llevar a cabo la reparación del vaso sanguíneo lesionado. CLASIFICACIÓN El sistema de la coagulación se divide en hemostasia primaria y hemostasia se- cundaria. La hemostasia primaria se refiere a la respuesta celular, mientras que la secundaria comprende a los factores solubles circulantes de la coagulación que convergen en una cascada de reacciones enzimáticas para generar fibrina como producto final. Los componentes celulares y proteínicos de la coagulación se encuentran efi- cazmente coordinados y son interdependientes. FASE VASCULAR Ante la lesión de la pared vascular de un vaso sanguíneo se activa de manera in- mediata la primera fase de la coagulación mediante un mecanismo de vasocons- tricción, llamado fase vascular, el cual de forma mecánica disminuye la pérdida sanguínea a través de la disrupción vascular. 1 2 (Capítulo 1)Manual de trombosis y terapia antitrombótica La contracción vascular se debe a reflejos nerviosos, espasmo miógeno local y factores humorales procedentes del tejido traumatizado y de las plaquetas san- guíneas. En los vasos pequeños, las plaquetas son responsables de la mayor parte de la vasoconstricción por liberación de la sustancia vasoconstrictora tromboxano A2. Cuanto mayor sea el traumatismo que sufra el vaso, mayor será la intensidad del espasmo. Este espasmo vascular se puede prolongar durante varios minutos o in- cluso horas, y en el transcurso de este tiempo ocurren los procesos de tapona- miento plaquetario y fase plasmática. FASE PLAQUETARIA Las plaquetas son minúsculos discos redondos u ovalados de 2 a 4 �m de diáme- tro. Se forman en la médula ósea a partir de los megacariocitos, que son células extremadamente grandes de la serie hematopoyética de la médula ósea, que se segmentan en la propia médula o poco después de abandonarla. La concentración normal de plaquetas en la sangre es de 150 000 a 450 000 por �L. Las plaquetas carecen de núcleo y contienen en su citoplasma factores activos, como: 1. Moléculas de actina y miosina, semejantes a las que se encuentran en las células musculares. 2. Residuos de retículo endoplásmico y de aparato de Golgi, que sintetizan di- versas enzimas y almacenan grandes cantidades de iones de calcio. 3. Sistemas enzimáticos capaces de formar ATP y ADP. 4. Sistemas enzimáticos que sintetizan prostaglandinas. 5. Una proteína llamada factor estabilizador de la fibrina. 6. Un factor de crecimiento que hace que las células endoteliales, las del mús- culo liso vascular y los fibroblastos se multipliquen y crezcan, lo cual pro- duce la reparación de la pared vascular lesionada. Las plaquetas tienen una vida media de 8 a 12 días, al final de los cuales parecen haber agotado su proceso vital. En condiciones normales 1 x 1012 plaquetas fluyen de manera continua a través de 1 000 m2 de superficie vascular en el organismo sin adherirse ni agregarse; no obstante, una disrupción de la integridad de la pared vascular da lugar a interac- ciones complejas entre las plaquetas circulantes, las células endoteliales y las estructuras subendoteliales. De manera simultánea a la fase vascular se activa la segunda fase de la coagu- lación, llamada fase plaquetaria o hemostasia primaria, la cual tiene la finalidad de formar un tapón plaquetario sobre la lesión endotelial. Durante los primeros minutos posteriores a la lesión vascular estas dos primerasfases de la coagulación 3Sistema normal de la coagulación E di to ria l A lfi l. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. � intentan inhibir la pérdida extravascular de sangre a través de la fase plaquetaria, la cual se divide a su vez en tres grandes pasos: � Adhesión plaquetaria. � Liberación granular. � Agregación plaquetaria. Adhesión plaquetaria Tras la lesión de la pared vascular el vaso sanguíneo expone hacia el interior de la luz vascular el colágeno subendotelial, sitio en donde las plaquetas se adhieren a través de su receptor, la glucoproteína Ia/IIa. Dicha unión entre las plaquetas y el colágeno subendotelial se refuerza a través de la glucoproteína adhesiva conocida como factor de von Willebrand, la cual se “ancla” en las plaquetas a través del receptor de glucoproteína Ib/IX en un extre- mo y del colágeno subendotelial por el otro. Enseguida se unen a las plaquetas los llamados agonistas plaquetarios, como la adrenalina, la trombina y la colágena, tras lo cual se activan dos enzimas de la membrana plaquetaria: la fosfolipasa C y la fosfolipasa A2, que catalizan la libe- ración de ácido araquidónico a partir de dos fosfolípidos de membrana: el fosfati- dil inositol y la fosfatidil colina. El ácido araquidónico forma endoperóxidos a través de la ciclooxigenasa (la cual puede ser inhibida por los AINEs). Estos endoperóxidos pueden formar tromboxano A2 en presencia de la tromboxano sintetasa o formar prostaciclina (PGI2) en presencia de la prostaciclín sintetasa. El tromboxano A2 aumenta a su vez la actividad de la fosfolipasa C, que esti- mula la activación plaquetaria, mientras que la prostaciclina la inhibe, como se muestra en la figura 1–1. Liberación granular Por otro lado, la hidrólisis del fosfolípido de membrana, el fosfatidil inositol 4–5 bifosfato (PIP2), produce diacilglicerol (DAG) e inositol trifosfato (IP3). Este úl- timo interviene en el movimiento de calcio en el citosol plaquetario y estimula la fosforilación de las cadenas ligeras de miosina, la que interactúa con la actina para facilitar el movimiento de los gránulos plaquetarios. El DAG activa la proteincinasa C, que a su vez fosforila otras proteínas que sirven para la secreción de las granulaciones plaquetarias. Tras la activación plaquetaria, las plaquetas secretan al plasma el contenido de sus gránulos, los cuales contienen los siguientes elementos: 4 (Capítulo 1)Manual de trombosis y terapia antitrombótica Figura 1–1. A partir del ácido araquidónico se forman endoperóxidos en presencia de la ciclooxigenasa, misma que puede ser inhibida por los antiinflamatorios no esteroi- deos (AINEs). En presencia de la tromboxano sintetasa se forma tromboxano A2, poten- te activador plaquetario. La formación de prostaciclina (PGI2) en presencia de la prosta- ciclín sintetasa inhibe la activación plaquetaria. Ácido araquidónico Ciclooxigenasa (–) AINEs Endoperóxidos Tromboxano sintetasa Prostaciclín sintetasa Aumenta la actividad de fosfolipasa C (plaquetas) (–): Inhibido por Inhibe la activación plaquetaria 6 ceto PGF (células endoteliales) 1�Tromboxano B2 Tromboxano A2 Prostaciclina (PGI2) 1. Gránulos densos: calcio, serotonina y adenosín difosfato (ADP). 2. Gránulos alfa: factor de crecimiento de las plaquetas (PDGF) y factor pla- quetario–4. Agregación plaquetaria El ADP liberado a partir de los gránulos densos se une a un receptor que cuando se activa modifica la configuración del complejo del receptor plaquetario, la glu- coproteína IIb/IIIa, a la cual se une el fibrinógeno y las plaquetas entre sí, for- mando de manera final un tapón plaquetario en el sitio de la lesión endotelial. El PDGF estimula el crecimiento y la migración de los fibroblastos y de las células musculares lisas de la pared vascular, lo cual genera el proceso de repara- ción del vaso sanguíneo lesionado. Mientras se llevan a cabo los mecanismos mencionados, las proteínas plasmá- ticas de la coagulación se activan de manera simultánea para iniciar la fase plas- mática de la coagulación, también llamada hemostasia secundaria. La superficie fosfolipídica de las plaquetas desempeña un papel fundamental, ya que sobre ella se activan las proteasas de la cascada de la coagulación para formar el coágulo de fibrina. 5Sistema normal de la coagulación E di to ria l A lfi l. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. � Agregación plaquetaria bajo condiciones patológicas Las plaquetas desempeñan una función básica en la patogénesis de la aterotrom- bosis aguda, la cual es el sustrato patológico de los eventos vasculares agudos, como el infarto agudo del miocardio y el accidente cerebrovascular. En el caso de la formación del trombo patológico existe una disfunción local de las células endoteliales asociadas con mecanismos inflamatorios. Las plaquetas participan en la formación del trombo sobre la placa aterosclerótica rota y en la formación de la placa por sí misma. Las plaquetas liberan ligandos adhesivos, como la P–se- lectina, y proveen una superficie fosfolipídica para el reclutamiento de células mononucleares y linfocitos, los cuales contribuyen al proceso inflamatorio local asociado con la aterosclerosis. Además, los gránulos plaquetarios contienen fac- tores de crecimiento, como el factor de crecimiento derivado de las plaquetas, el cual es importante para la proliferación celular en la expansión de la lesión ateros- clerótica. FASE PLASMÁTICA En la década de 1960 se propuso un modelo de la cascada de la coagulación com- puesto por una serie de pasos secuenciales, donde la activación de un factor de la coagulación guía a la activación de otro para concluir en la generación de trom- bina. La fase plasmática de la coagulación o hemostasia secundaria tiene la finalidad de formar trombina suficiente para convertir el fibrinógeno en fibrina y reforzar así el tapón plaquetario creado en la hemostasia primaria a través de un segundo tapón formado por fibrina. En la fase plasmática intervienen los llamados facto- res de la coagulación, que en su mayor parte son formas inactivas de enzimas pro- teolíticas. Cuando son convertidas a las formas activas, sus acciones enzimáticas causan reacciones en cascada del proceso de coagulación. Como se indica en el cuadro 1–1, la mayor parte de estos factores se designan con números romanos. Desde el punto de vista didáctico, la fase plasmática de la coagulación se divide en cuatro reacciones: Reacción I Fase intrínseca o de contacto de la coagulación El factor XII (Hageman), el cininógeno de alto peso molecular (HMWK) y la pre- calicreína (Fletcher) forman un complejo con el colágeno vascular. Tras la unión de estos elementos, el factor XII se convierte en su forma activa en el factor XIIa, que en seguida convierte a la PK en calicreína y en el factor XI en su forma acti- 6 (Capítulo 1)Manual de trombosis y terapia antitrombótica Cuadro 1–1. Factores de la coagulación sanguínea y sus sinónimos Factor Sinónimos Factor I Fibrinógeno Factor II Protrombina Factor III Tromboplastina (tisular) Factor IV Calcio Factor V Proacelerina, globulina aceleradora, factor lábil, cofactor de tromboplastina Factor VI Ya no se emplea Factor VII Proconvertina, factor estable, acelerador plasmático para conversión de protrombina Factor VIII Factor antihemofílico, globulina antihemofílica, factor anti- hemofílico A Factor IX Factor Christmas, factor antihemofílico B Factor X Factor Stuart–Prower, factor Stuart Factor XI Antecedente plasmático de tromboplastina Factor XII Factor Hageman, factor de contacto Factor XIII Factor estabilizante de fibrina, factor Laki–Lorand Precalicreína Factor Fletcher Cininógeno de alto peso molecular Factor Fitzgerald, HMWK vada XIa. A su vez, la calicreína acelera la conversión del factor XII en XIIa y el factor XIa participa en las reacciones subsecuentes. Reacción II Vía extrínseca o dependiente de un factor tisular En esta reacción se forma un complejo entre el factor VII, el calcioy el factor tisular. Este último es una lipoproteína que se encuentra en todas las membranas celulares y que queda expuesto tras una lesión tisular. Por otro lado, los factores II, VII, IX y X, llamados “vitamina K dependien- tes”, requieren calcio y vitamina K para adquirir su actividad biológica. Estas proteínas plasmáticas se sintetizan en el hígado, donde una carboxilasa que de- pende de vitamina K cataliza una modificación translacional específica que aña- de un segundo grupo carboxilo a ciertos residuos de ácido glutámico. Una pareja de estos residuos de ácido dicarboxiglutámico se une al calcio, el cual fija estas proteínas a las superficies de los fosfolípidos cargados negativa- mente y les confiere su actividad biológica. La inhibición de la reacción bioquímica señalada es el mecanismo a través del cual actúan los anticoagulantes orales (warfarina y acenocumarina). 7Sistema normal de la coagulación E di to ria l A lfi l. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. � Reacción III Vía común En esta reacción el factor X es activado por las proteasas formadas en las dos reac- ciones previas. En una reacción se forma un complejo que depende de calcio en- tre los factores VIII, IX y X, donde primero se convierte el factor IX en IXa gra- cias al factor XIa sintetizado en la vía intrínseca. Después el factor X es activado por el factor IXa en concierto con el factor VIII. La activación de los factores IX y X proporciona una unión importante entre las vías intrínseca y extrínseca de la coagulación. Reacción IV En esta reacción la protrombina se convierte en trombina en presencia del factor V, el calcio y los fosfolípidos. La trombina desempeña varias funciones, como la conversión de fibrinógeno en fibrina y la activación de los factores V, VIII y XIII (factor estabilizador de la fibrina), y estimula la adhesión y la agregación plaquetarias. Tras la liberación de fibrinopéptidos A y B de las cadenas � y � del fibrinóge- no, la molécula modificada, ahora llamada monómero de fibrina, se polimeriza en un gel insoluble. El polímero de fibrina es estabilizado por el enlace cruzado de cadenas mediante el factor XIIIa. De esta manera la hemostasia secundaria concluye con la formación de un ta- pón de fibrina sobre el tapón plaquetario, producto de la hemostasia primaria. FIBRINÓLISIS La lisis del coágulo y la reparación del vaso comienzan inmediatamente después de la formación del tapón hemostático definitivo. La fibrinólisis es esencial para remover los coágulos intravasculares durante el proceso de reparación y evitar la trombosis. El depósito intravascular de fibrina también se asocia con el desa- rrollo de aterosclerosis. Un sistema fibrinolítico efectivo tiende a proteger contra el proceso crónico de enfermedad vascular aterosclerótica y el proceso de trom- bosis aguda. Existen tres activadores principales del sistema fibrinolítico: los fragmentos del factor de Hageman, la urocinasa (UK) y el activador tisular del plasminógeno (tPA). Este último se difunde desde las células endoteliales y convierte al plasmi- nógeno, absorbido en el tapón de fibrina, en plasmina. 8 (Capítulo 1)Manual de trombosis y terapia antitrombótica Las células endoteliales liberan un inhibidor del activador del plasminógeno (PAI–1), el cual bloquea la actividad del tPA. Es necesario que exista un equilibrio entre los mecanismos, cuyo objetivo es la formación de los coágulos y los anticoagulantes naturales (inhibidores de la coagulación), con el fin de que la sangre mantenga de manera constante una ade- cuada fluidez. Los anticoagulantes naturales son la proteína C, la proteína S, la antitrombina III y el inhibidor de la vía del factor tisular (TFPI), el cual inhibe al factor tisular en la vía externa o reacción II de la fase plasmática de la coagulación. Proteína C La proteína C es convertida en una proteasa activa después de unirse a la trombo- modulina, una proteína de la célula endotelial. La proteína C activada inactiva los factores V y VIII, lo cual es favorecido por la proteína S. Antitrombina III La antitrombina forma complejos con todos los factores de la coagulación, ex- cepto con el factor VII. La heparina no fraccionada potencia la acción de la anti- trombina III. Función del endotelio en la hemostasis El hígado produce la mayoría de las proteasas de serina, así como las proteínas C, S y antitrombina III, pero el endotelio participa de manera crítica en la modula- ción de la hemostasia. Las células endoteliales son pequeñas productoras de los factores hemostáticos. Desde el punto de vista anticoagulante expresan TFPI, he- parán, trombomodulina, receptores endoteliales para la proteína C, óxido nítrico, activador tisular del plasminógeno (tPA) y ciclooxigenasa. En su función procoa- gulante el endotelio produce el inhibidor del activador del plasminógeno (PAI–1), tromboxano, factor de von Willebrand, receptores de proteasa activados y, quizá, factor tisular. La expresión de estos factores hemostáticos varía de acuerdo con el sitio del árbol vascular. Por ejemplo, el TFPI se expresa de manera predominante en el endotelio de la microvasculatura, la trombomodulina en los vasos sanguíneos de cualquier calibre y en todos los tejidos, excepto en el cerebro, mientras que el fac- tor de von Willebrand se expresa en toda la circulación venosa y el óxido nítrico en la circulación arterial. 9Sistema normal de la coagulación E di to ria l A lfi l. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. � ESTUDIO CLÍNICO DE LA COAGULACIÓN La valoración clínica de los procesos fisiológicos comentados comprenden los siguientes estudios (figura 1–2): Fase plaquetaria La hemostasia primaria o fase plaquetaria se valora a través de la cuenta plaqueta- ria y del tiempo de sangrado. Las trombocitopatías se valoran mediante una agregometría plaquetaria, la cual consiste en obtener plasma rico en plaquetas mediante centrifugación para Antitrombina III (�) Figura 1–2. Sistema normal de la coagulación y su valoración clínica. (–): inhibido por; ( � ): inhibe a. Fase vascular Fase plaquetaria Fase plasmática Lesión endotelial Vasoconstricción Adhesión Heparina Vía intrínseca Reacción 1 Vía extrínseca Reacción 2 Vía común Reacción 3 Fibrina Reacción 4 Reparación vascular Fibrinólisis Liberación granular Agregación (–) AINEs Abciximab Clopidogrel Valoración clínica Tiempo de sangrado Agregometría TPT TP TT Dímero D 10 (Capítulo 1)Manual de trombosis y terapia antitrombótica someterlo a método de absorbencia a través del cual se agregan agonistas plaque- tarios, como la ristocetina, la epinefrina, el ADP, la serotonina, el factor activador de plaquetas, la colágena, el fibrinógeno, el ácido araquidónico y el tromboxano, con el fin de medir el porcentaje de agregación con cada uno de los reactivos. La agregometría plaquetaria con estimulación con ADP se puede utilizar para medir los efectos inhibitorios del clopidogrel y la estimulación con ácido araquidónico para medir los efectos de la Aspirina�. Fase plasmática � La vía intrínseca o de contacto se valora mediante el tiempo parcial de trom- boplastina (TPT). Valor normal de TPT: de 25 a 40 seg. � La vía extrínseca o dependiente de un factor tisular se valora mediante el tiempo de protrombina (TP). Valor normal de TP: de 9.50 a 14.00 seg. Porcentaje de actividad: de 75 a 100. � La vía común se valora mediante el tiempo de trombina (TT). Valor normal de TT: de 15 a 25 seg. REFERENCIAS 1. Handin IR: Hemorragia y trombosis. En: Principios de medicina interna. 15ª ed. México, McGraw–Hill, 2002. 2. Guyton A: Hemostasia y coagulación normal. En: Tratado de fisiología médica. 8ª ed. Mé- xico, McGraw–Hill, 1992. 3. Leavell B, Thorup O: Hemostasia normal. En: Hematología clínica. 4ª ed. México, McGraw–Hill, 1978. 4. Aird W: Coagulation. Crit Care Med 2005;33:485–487. 5. Hoffman M, Monroe D: Coagulation 2006: a modern view of homeostasis. Hematol Oncol Clin N Am 2007;21:1–11. 6.Levi M: Platelets. Crit Care Med 2005;33:523–525. 7. Mann K: Thrombin formation. Chest 2003:124. 8. Shore LL: Platelet inhibitors and monitoring platelet function: implications for bleeding. Hematol Oncol Clin N Am 2007;21:51–63. E di to ria l A lfi l. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. � 2 Síndrome de resistencia a la insulina y trombosis René Bourlon Cuéllar, María Teresa Bourlon de los Ríos, Christianne Bourlon de los Ríos INTRODUCCIÓN La enfermedad cardiovascular constituye en la actualidad la primera causa de mortalidad y morbilidad entre los hombres y la segunda entre las mujeres de entre 30 y 60 años de edad. Se considera un problema de salud grave que se ha relacionado con dos facto- res principalmente: la obesidad y el estilo de vida, como el sedentarismo. La obesidad se vincula con la resistencia de los efectos de la insulina en la utili- zación de la glucosa periférica, así como en la utilización de ácidos grasos. La resistencia a la insulina, asociada con hiperinsulinemia, hiperglucemia y producción de citocinas adipocitarias conduce a la disfunción endotelial, produ- ciendo un perfil de lípidos alterado, hipertensión e inflamación vascular, lo cual promueve la producción de aterosclerosis. Durante algún tiempo se observó la existencia de factores de riesgo comunes en los pacientes con diabetes mellitus tipo 2 y con enfermedad cardiovascular, como la obesidad, la hiperglucemia, la dislipidemia y la hipertensión, lo cual con- dujo a la sospecha de la existencia de una “enfermedad metabólica”, actualmente denominada síndrome metabólico, síndrome de resistencia a la insulina o síndro- me X. 11 12 (Capítulo 2)Manual de trombosis y terapia antitrombótica SÍNDROME DE RESISTENCIA A LA INSULINA El síndrome metabólico constituye un conjunto de factores de riesgo, que Reaven describió por primera vez en 1988 como síndrome X. En general, son seis sus componentes principales: 1. Obesidad central. Aumento de la circunferencia abdominal (adiposidad intraabdominal) relacionada con otros factores de riesgo. En algunas áreas de la literatura médica no sólo se considera un componente más, sino el cen- tro de la enfermedad. 2. Dislipidemia aterogénica. Se manifiesta en un perfil lipídico como la pre- sencia de hipertrigliceridemia, concentraciones disminuidas de LAD (lipo- proteínas de alta densidad o HDL) y aumento en la concentración de LBD (lipoproteínas de baja densidad o LDL). 3. Elevación de la presión arterial sistémica. Elevación de la PAS (presión arterial sistólica) = 130 mmHg o una PAD (presión arterial diastólica) = 85 mmHg, o ambas. 4. Resistencia a la insulina � intolerancia a la glucosa. Los trastornos en la glucemia se relacionan directamente con el daño cardiovascular, con o sin enfermedad metabólica subyacente. Los pacientes con resistencia a la insulina casi siempre tienden a evolucionar a intolerancia a la glucosa y pos- teriormente al desarrollo de diabetes mellitus tipo 2 (DM2), la cual consti- tuye un factor de riesgo mayor e independiente para el desarrollo de enfer- medad cardiovascular. 5. Estado proinflamatorio. Se reconoce clínicamente por la elevación de la proteína C reactiva (PCR). 6. Estado protrombótico. Se caracteriza por la presencia de elevación en plasma del factor activador del plasminógeno y fibrinógeno. Los criterios para el diagnóstico han sido establecidos por múltiples organizacio- nes y tienen ciertas variaciones entre sí, aunque los que se consideran de más sen- cilla aplicación en la práctica médica son los propuestos por la ATP–III (The Na- tional Cholesterol Education Program’s Adult Treatment Panel III Report) (cuadro 2–1). Los estados proinflamatorio y protrombótico no se han agregado a los criterios de diagnóstico, ya que aún no se estandarizan los parámetros y las mediciones adecuadas, pero se reconoce que la inflamación crónica, el estado de hiperagregabilidad plaquetaria, el estado protrombótico y la fibrinólisis dismi- nuida son una parte importante de la explicación fisiopatológica de esta afección. Es importante recalcar que el síndrome de resistencia a la insulina se puede considerar como un síndrome o como una afección única; sin embargo, se debe identificar y tratar cada uno de sus componentes individuales. 13Síndrome de resistencia a la insulina y trombosis E di to ria l A lfi l. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. � Cuadro 2–1. Criterios clínicos ATPIII para el síndrome metabólico Factores de riesgo Valores Obesidad abdominal, definida por circunferencia abdominal Hombres > 102 cm Mujeres > 88 cm Triglicéridos � 150 mg/dL Colesterol HDL Hombres < 40 mg/dL Mujeres < 50 mg/dL Presión arterial � 130/� 85 mmHg Glucosa sérica en ayuno � 110 mg/dL Se establece el diagnóstico de síndrome metabólico cuando están presentes tres o más de los fac- tores de riesgo. TROMBOSIS, ATEROSCLEROSIS Y LESIÓN VASCULAR La ateromatosis y la aterosclerosis son dos afecciones representativas de la lesión vascular. La existencia de una disminución del calibre arterial, una mayor facilidad para la ruptura de las placas inflamatorias y un estado protrombótico facilitan la ins- tauración de isquemia aguda o crónica en cualquier territorio vascular del orga- nismo. La lesión aterosclerótica es un engrosamiento asimétrico de la íntima de las arterias, la cual está compuesta por células, tejido conectivo y lípidos. Hoy en día, la presencia en el plasma de ciertas sustancias, antes de que la lesión arterial sea evidente, es y será usada como marcador de lesión vascular subclínica. Esto no significa que dichas sustancias se consideren como un nuevo factor de riesgo, sino que más bien representan la explicación fisiopatológica de los factores de riesgo ya conocidos. En el proceso aterosclerótico están involucrados múltiples tejidos, incluidos el miocardio, el endotelio, la media arteriolar, el tejido adiposo y el hígado. La célula principal es el monocito–macrófago, aunque el desencadenante de la alte- ración estructural y funcional de la pared arterial es la concentración de LDL oxi- dadas en el plasma y en la pared arterial. Se ha mostrado que existe una asociación entre las concentraciones de ésta y la gravedad de la enfermedad en los pacientes coronarios. La inflamación es un proceso celular y humoral en la pared arterial que lleva a cambios estructurales y funcionales, por lo que queda claro que es la activación de la placa la que produce las complicaciones y no la estenosis. 14 (Capítulo 2)Manual de trombosis y terapia antitrombótica EVOLUCIÓN DE LA PLACA ATEROSCLERÓTICA Y RUPTURA La lesión aterosclerótica se inicia con las denominadas fatty streaks (líneas gra- sas), que son la acumulación de células y lípidos por debajo del endotelio, princi- palmente de macrófagos y células T, y constituye un proceso común entre las per- sonas jóvenes que no presentan síntomas. No obstante, a partir de este punto pueden desaparecer o formar una lesión aterosclerótica. Una vez formada la lesión, el ateroma se compone de una región llamada core region, la cual está compuesta de células y lípidos extracelulares, y está rodeada, aunque en cierta forma aislada, por una capa de músculo liso y colágena. Las cé- lulas T, los macrófagos y los mastocitos tienden a infiltrar la lesión y a producir citocinas inflamatorias. Así, la isquemia se produce cuando el proceso inflamato- rio impide el flujo sanguíneo adecuado (figura 2–1). Se han propuesto dos causas que pueden inducir a la trombosis: la ruptura de la placa y la erosión endotelial. La ruptura de la placa es detectable entre 60 y 70% de los casos, y su importancia radica en que quedan expuestos materiales pro- trombóticos del interior, como los fosfolípidos, el factor tisular y las moléculas Figura 2–1. Consecuencia de la activación de células inmunitarias en una placa ateros- clerótica. Diferentes moléculas inflamatorias pueden llevar a la activación de células del sistema mononuclear–fagocitario, las cualesproducirán citocinas inflamatorias que al- teran la estabilidad de la placa. Endotelio Célula T Macrófago Microbios, autoantígenos, moléculas inflamatorias Factor protrombótico de proteasas Células del músculo liso Trombosis Célula del mastocito 15Síndrome de resistencia a la insulina y trombosis E di to ria l A lfi l. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. � de adhesión plaquetaria al flujo sanguíneo. Cuando existe una interrupción de la continuidad de la placa se produce una cantidad importante de moléculas infla- matorias y enzimas proteolíticas que debilitan la placa convirtiéndola en una pla- ca vulnerable que induce a la formación de trombosis. Para entender este proceso es importante entender la patogénesis de la ateros- clerosis. Se ha estudiado a nivel experimental y se ha visto que en circunstancias normales la aterosclerosis no surge como tal, por lo que se requiere que haya una alteración del proceso normal, lo cual se ha comprobado al observar su relación directa con diferentes circunstancias: � Deleción del gen para la apolipoproteína E. � Alteraciones del LDL y su receptor. � Alteraciones en el PPAR (peroxisome proliferator–activated receptor). � Síndrome de resistencia a la insulina o síndrome metabólico. Activación endotelial, moléculas de adhesión y quimiocinas La hipercolesterolemia produce una activación focal del endotelio en las arterias de mediano y gran calibre. La infiltración y retención de LDL en la íntima de las arterias inicia la reacción inflamatoria en la pared de las arterias. El endotelio pro- duce normalmente óxido nítrico (ON) como respuesta a factores neurohumorales y dependientes del flujo sanguíneo, vasodilatación, inhibición de la activación y agregación plaquetaria, y refuerzo de la barrera endotelial como protectora de la pared vascular, impidiendo la expresión de receptores de adhesividad celular en la superficie endotelial y dificultando el paso de las células inflamatorias circu- lantes. Pero el problema surge cuando el LDL sufre modificaciones, ya sea por oxidación o por acción enzimática, ya que el LDL oxidasa produce una alteración endotelial que interrumpe la producción de ON y ocasiona la muerte apoptósica de las células dando lugar a la formación de “huecos” en la superficie interna vas- cular y poniendo en contacto el contenido de la lesión con la sangre circulante (figura 2–2). Cuando quedan en contacto los elementos de la lesión con el flujo sanguíneo llega al sitio de la lesión la plaqueta, la cual a partir de sus glucoproteínas Ib y IIb/IIIa contribuye con la activación. Una vez activadas las células endoteliales se producen diversos tipos de moléculas de adhesión leucocitaria que inducen a las células circulantes a adherirse al sitio de activación, las cuales, una vez adheri- das, producen citocinas, que a su vez promueven la migración. Las citocinas y los factores de crecimiento producidos por la íntima inflamada inducen la entrada de mastocitos en la placa y su posterior diferenciación a ma- crófagos. Mediante sus receptores reconocen diferentes antígenos y moléculas, 16 (Capítulo 2)Manual de trombosis y terapia antitrombótica Figura 2–2. Función de la infiltración de LDL en la inflamación de la pared arterial. En pacientes con hipercolesterolemia, los excesos de LDL se acumulan en la íntima. Al sufrir oxidación, liberan moléculas inflamatorias. (Modificado de N Engl J Med 2005;352:16). Retención Modificación Endotelio Activación Acumulación de colesterol Macrófago y las internalizan para ser destruidas; de este punto surgen las células típicas de la aterosclerosis, o “células espumosas”, las cuales son macrófagos rellenos de LDL oxidada. En este proceso también se producen citocinas inflamatorias, pro- teasas y radicales citotóxicos derivados del oxígeno y el nitrógeno (figura 2–3). Las células inmunitarias, las células T, las células dendríticas, los monocitos, los macrófagos y las células mastoides se involucran para buscar antígenos. Los infiltrados de células T son clásicos en las lesiones ateroscleróticas y se compo- nen principalmente de células T CD4+, que reconocen fragmentos de proteínas asociados con el complejo mayor de histocompatibilidad clase II. Otros tipo de células T incluyen a las natural killer, las cuales reconocen antígenos lipídicos, y a las CD8+, que suelen reconocer antígenos virales. Una vez que el receptor de las células se liga a un antígeno se inicia una cascada de eventos, la cual principia con la expresión de diferentes citocinas, moléculas de superficie celular y enzimas, y continúa con dos tipos de respuestas. La célula Th1 (célula helper tipo 1) activa los macrófagos y, con ello, una reacción inflama- toria que casi siempre ataca a los patógenos intracelulares. La célula Th2 (célula helper tipo 2) produce una reacción parecida a una reacción alérgica y se ha visto que es capaz de formar microaneurismas a partir de la formación de enzimas elas- tolíticas (figura 2–4). 17Síndrome de resistencia a la insulina y trombosis E di to ria l A lfi l. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. � Figura 2–3. Función de los macrófagos en la inflamación de la pared arterial. (Modifi- cado de N Engl J Med 2005;352:16.) Arteria coronaria Adhesión Migración Endotelio Monocito Diferenciación Macrófago Inflamación Endotoxinas LDL oxidada Citocinas inflamatorias, pioteasas, radicales La producción de citocinas mediante células T estimula una mayor secreción de este tipo de moléculas en la cascada de eventos, por lo que en este punto se pueden encontrar ya en el plasma niveles aumentados de interleucina 6 (IL–6) y proteína C reactiva (PCR), las cuales están implicadas en el mantenimiento de la inflamación en la lesión y a nivel sistémico (figura 2–5). Ante la enorme reacción inflamatoria que sufre el organismo existen células T reguladoras que se encargan de proteger contra el daño. Las citocinas produci- das en este caso son dos: la interleucina–10 (IL–10) y el factor transformador del crecimiento � (TGF�); a nivel experimental se ha visto que la inhibición de estas moléculas acelera el proceso. La progresión de la enfermedad se puede definir como el producto del balance entre la producción de moléculas inflamatorias y antiinflamatorias, y de los fac- tores metabólicos que contribuyen de diferentes maneras como depósito de lípi- dos en la pared arterial y producción de citocinas inflamatorias por el tejido adi- poso de pacientes con obesidad y síndrome metabólico. Las adipocinas, o las citocinas del tejido adiposo, incluyen la leptina, la adipo- nectina y la resistina, las cuales también interfieren a nivel sistémico con el pro- ceso inflamatorio. 18 (Capítulo 2)Manual de trombosis y terapia antitrombótica Figura 2–4. Función de las células T en la inflamación de la pared arterial. (Modificado de N Engl J Med 2005;352:16.) Arteria coronaria Adhesión Migración Endotelio Célula T Inflamación Célula del músculo liso Célula presentadora de antigenoCitocinas Th1 Célula presentadora de antigeno Antigneno LDL oxidada MARCADORES DE INFLAMACIÓN Los reactantes de fase aguda generados en los procesos de lesión vascular son los que funcionan como marcadores de la enfermedad subclínica. En estudios clíni- cos y epidemiológicos se ha señalado que la PCR es el principal marcador de ries- go y que se correlaciona con otros marcadores, como los niveles séricos de inter- leucina 6, fibrinógeno, activador tisular del plasminógeno y factor VII, por lo que se encuentra una asociación entre ella y la trombosis, comprobada en los siguien- tes estudios: � Multiple Risk Factors Intervention Trial. En él se encontró una asociación entre los dos factores a pesar del ajuste con otros factores de riesgo. � Cardiovascular Health Study–Rural Health Promotion Project. Reveló una asociación más marcada en las mujeres que en los hombres. � Physicians Health Study. Se le asigna una función predictora en la enferme- dad cardiovascular.Es importante recordar que la concentración sérica del fibrinógeno puede verse afectada por otros factores, como los polimorfismos genéticos, los factores meta- bólicos y ambientales, los niveles de colesterol, los triglicéridos, el inhibidor del activador del plasminógeno, los antecedentes familiares y el tabaquismo, y que los niveles de PCR son realmente bajos en condiciones en las que no existe un 19Síndrome de resistencia a la insulina y trombosis E di to ria l A lfi l. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. � Figura 2–5. Cascada de citocinas. Las células inmunitarias activadas en la lesión pro- ducen cantidades significativas de citocinas como son la IL–1, interferón [�] y el factor de necrosis tumoral, que a su vez inducen la liberación de IL–6. La IL–6 produce diferen- tes respuestas en varios tejidos, pero principalmente se encarga de estimular la produc- ción de reactantes de fase aguda, tales como PCR, amiloide A y fibrinógeno, especial- mente a nivel hepático. Placa aterosclerótica Arteria coronaria Tejido adiposo Interleucina 1 TNF Interleucina 1 TNFInterleucina 6 Interferón � Reactantes de fase aguda amiloide sérico A proteína C reactiva proceso inflamatorio de relevancia clínica, por lo que se debe recurrir a técnicas de determinación ultrasensibles para poder discriminar la relevancia clínica de los valores. En algunos trabajos se ha propuesto la existencia de infecciones como etiolo- gía de la lesión vascular, como el caso de la Chlamydia pneumoniae, aunque no se ha podido aclarar la función que desempeña. MANEJO DE SÍNDROME DE RESISTENCIA A LA INSULINA–TROMBOSIS Gracias a todo lo anterior se puede llegar a la conclusión de que quizá la trombosis no debe considerarse como una enfermedad en sí, sino más bien como una com- plicación de la enfermedad metabólica. El manejo adecuado de esta afección debe relacionarse con la inhibición de los procesos moleculares y la interacción celular inflamatoria. Son parte del trata- 20 (Capítulo 2)Manual de trombosis y terapia antitrombótica miento todas las medidas farmacológicas y no farmacológicas que están dirigidas a la terapia de la enfermedad metabólica. Además de las modificaciones en el estilo de vida, existen medicamentos que han demostrado ser de gran utilidad, gracias a su acción en la parte subclínica de la patología, por lo que deben considerarse para el control de esta afección. Metformina La metformina es un antidiabético cuyo sitio exacto de acción se desconoce, pero se ha visto que disminuye la gluconeogénesis hepática, que resulta en una dismi- nución de la glucotoxicidad sobre las células beta con el control glucémico. Ade- más, la metformina mejora el empleo de glucosa en el músculo esquelético y en el tejido adiposo aumentando el transporte de la glucosa en la membrana celular. Es posible que esto se deba a una mejor fijación de la insulina a sus receptores, ya que la metformina no es eficaz en los diabéticos que no tienen una cierta secre- ción residual de insulina. Desde el punto de vista clínico, la metformina reduce la hiperglucemia en ayu- nas y en el estado posprandial. La disminución de la glucosa en ayunas es de 25 a 30% y, a diferencia de las sulfonilureas, raras veces produce hipoglucemia y no ocasiona un aumento de peso, al contrario, puede causar una modesta pérdida de peso debido a un efecto anoréxico inducido por el fármaco. También reduce el LDL plasmático y, en menor medida, los triglicéridos y el colesterol, debido a un efecto de la disminución en la síntesis hepática de las lipoproteínas de muy baja densidad, aunque puede aumentar las concentraciones de HDL; asimismo, incre- menta la fibrinólisis y disminuye el inhibidor del plasminógeno (PAI–1) y la agregación plaquetaria. En general, es un fármaco bien tolerado, aunque se han descrito algunos efec- tos adversos, como síntomas gastrointestinales leves de intolerancia digestiva (náuseas, vómitos y diarrea) durante los primeros días de tratamiento, que suelen desaparecer al tomar el medicamento con las comidas o después de ellas, y acido- sis láctica. Suele ser el fármaco de elección para iniciar el tratamiento farmacoló- gico en pacientes con resistencia a la insulina y en personas diabéticas con sobre- peso u obesas. Tiazolidinedionas Las tiazolidinedionas constituyen un grupo nuevo de hipoglucemiantes orales cuyo mecanismo de acción principal es el aumento de la sensibilidad a la insulina. En la actualidad se indica en caso de diabetes mellitus tipo 2, ya sea en monotera- 21Síndrome de resistencia a la insulina y trombosis E di to ria l A lfi l. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. � pia o en combinación con otros hipoglucemiantes orales o insulina; no obstante, se ha demostrado su eficacia en estudios experimentales en otras condiciones, como resistencia a la insulina, hígado graso no alcohólico, síndrome de ovarios poliquísticos y lipodistrofias. Este medicamento es un agonista de los PPAR (peroxisome proliferator acti- vated receptor) y logra su efecto al unirse a dicho receptor intracelular, cuya fun- ción biológica está relacionada con la sensibilidad a la insulina y con el funciona- miento y diferenciación de las células adiposas. Se reconocen tres tipos distintos de PPAR: 1. PPAR–�. Se expresan sobre todo en el hígado, el corazón, el músculo y la pared vascular. Los fibratos actúan de manera parcial o completa a través de estos receptores, los cuales casi siempre controlan la expresión de múlti- ples genes que regulan las concentraciones de lipoproteínas y poseen efec- tos antiinflamatorios. 2. PPAR–�. Se expresan la mayoría de las veces en la piel, el cerebro y el te- jido adiposo. 3. PPAR–�. Se expresan en el tejido adiposo, las células � del páncreas, el en- dotelio vascular y los macrófagos. Esta subfamilia de receptores nucleares regula la transcripción de genes a través de dos mecanismos: 1. Transactivación dependiente de DNA. 2. Transrepresión, que involucra la interferencia con otros factores de trans- cripción por vías independientes de DNA, explicando así las acciones anti- inflamatorias de los PPAR. Las tiazolidinedionas disminuyen la resistencia a la insulina, modifican otros fac- tores de riesgo metabólicos y revierten respuestas anormales arteriales. Desde el punto de vista clínico se ha observado que diminuyen la hemoglobina glucosilada de 1 a 1.5% a dosis máximas, incrementan las LDL de 8 a 16%, con aumento de las HDL de cerca de 10%, y reducen los niveles de PCR e IL–6. Estatinas Las estatinas tienen muchas posibilidades de constituir el fármaco más revolucio- nario de los últimos años, ya que se ha demostrado su efecto antiinflamatorio que va más allá de la simple reducción del colesterol en el plasma. Se denominan tam- bién inhibidores de la HMG–CoA reductasa, la cual es una enzima que ayuda al 22 (Capítulo 2)Manual de trombosis y terapia antitrombótica organismo a producir colesterol; así, las estatinas provocan el bloqueo de esta enzima y retardan la producción de colesterol, por lo que en el hígado comienzan a producirse más receptores de LDL, que captarán las partículas de LDL en la sangre y reducirán así la cantidad de colesterol LDL en el torrente sanguíneo. A su vez, los niveles reducidos de LDL pueden originar concentraciones más bajas de triglicéridos y niveles más elevados de colesterol HDL. Como se sabe, no sólo actúan sobre el colesterol, sino que tienen un efecto pleiotrópico, es decir, son capaces de intervenir de manera terapéutica en la proli- feración de músculo liso en la pared arterial, la normalización de la función endo- telial, la resistencia a la oxidación de las LDL (LBD), la acumulación de macrófa- gos y la modificación de parámetros de trombosis y fibrinólisis para lograr una disminución de la lesión endotelial y preservar y reservar la capacidad funcional, con el fin de evitar el proceso inflamatorio posterior. El uso de estatinas también ha demostrado un descenso en los niveles dela PCR, aunque no en los de la IL–6. Las estatinas tienen un perfil de seguridad favorable en comparación con otros medicamentos. Los efectos secundarios más relacionados con su uso son fatiga, disturbios gastrointestinales, estreñimiento y calambres, los cuales casi siempre desaparecen al suspender el tratamiento. Las estatinas también pueden causar elevaciones en los niveles enzimáticos del hígado, en especial si se toman en altas dosis, lo cual es muy poco frecuente. Hormonas Los estrógenos influyen en la enfermedad vascular y muestran efectos sobre la disfunción endotelial y el proceso inflamatorio subsiguiente; sin embargo, se debe tener precaución en el inicio de tratamiento sustitutivo con hormonas en mujeres posmenopáusicas con alto riesgo de afección cardiovascular, ya que éste se asocia con incrementos de la proteína C reactiva y con un aumento de riesgo cardiovascular durante el primer año de tratamiento, aunque a largo plazo brin- dan protección. REFERENCIAS 1. Göran KH: Inflammation, atherosclerosis and coronary artery disease. N Engl J Med 2005; 352:16,1685–1695. 2. Reaven GM: Role of insulin resistance in human disease. Diabetes 1998;37:1595. 3. Lindsay RS, Howard BV: Cardiovascular risk associated with metabolic syndrome. Curr Diab Rep 2004;4:63. 4. Scott MG: Definition of metabolic syndrome: NHLBI/AHA Conference Proceedings. Cir- culation 2004;109:4333–4438. 23Síndrome de resistencia a la insulina y trombosis E di to ria l A lfi l. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. � 5. Serrano M, Morte S: The inflammatory process of cardiovascular disease: new markers. Anales Sis San Navarra 2001;24:3. 6. Nathan D: Initial management of glycemia in type 2 diabetes mellitus. N Engl J Med 2002; 347(17):1342–1349. 7. Stephan M, Michael S: Pathophysiology and pharmacological treatment of insulin resis- tance. Endocrine Reviews 2000;21(6):585–618. 8. Koh KK, Han SH: Inflammatory markers and metabolic syndrome insights from therapeu- tic interventions. J Am Coll Cardiol 2005;46:1978. 9. Gervois P, Fruchart JC, Staels B: Drug insight: mechanisms of action and therapeutic applications for agonists of peroxisome proliferator–activated receptors. Nat Clin Pract Endocrinol Metab 2007;3:145. 10. 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Es fundamental el conocimiento de la trombofilia, ya que constituye la segun- da causa de muerte en la población general. Se calcula que más de dos millones de personas mueren al año por un evento trombótico, ya sea arterial o venoso, y su presentación, prevención y tratamiento mantienen una estrecha relación con la mayoría de las especialidades médico–quirúrgicas. La mayoría de los sucesos trombóticos se pueden prevenir con una terapia antitrombótica adecuada y los cuadros de recurrencia se previenen al elegir un tratamiento antitrombótico espe- cífico. Entre 80 y 90% de los episodios inexplicables de trombosis venosa (no traumática y no quirúrgica) y cerca de 65% de las trombosis arteriales se asocian con un defecto en las proteínas de la coagulación o en las plaquetas. La trombofi- lia puede ser hereditaria (primaria) o adquirida (secundaria) (cuadro 3–1). La trombofilia hereditaria se debe sospechar en los pacientes con trombosis recurrente o en caso de que ponga en peligro la vida de las personas con antecedentes familia- res de trombosis venosa. De igual forma, en los casos en que se cuente con menos de 45 años de edad y no se presenten factores de riesgo aparentes, además de que 25 26 (Capítulo 3)Manual de trombosis y terapia antitrombótica Cuadro 3–1. Clasificación de la trombofilia Primaria Secundaria 1. Proteína deficiente 1. Síndrome de trombosis y anticuerpos antifosfo- lípido � Antitrombina III 2. Síndrome de trombosis y anticoagulante de lupus � Proteínas C y S 3. Obesidad � Plasminógeno 4. Aterosclerosis y tabaquismo � F XII 5. Inmovilización prolongada � Cofactor II de la heparina 6. Cirugía mayor 2. Mutaciones 7. Trauma � Leiden (A506G) 8. Embarazo y puerperio � Gen de protrombina (G20210A) 9. Ingestión de estrógenos 3. Otros 10. Cáncer � Síndrome de la plaqueta “pegajosa” 11. Insuficiencia cardiaca congestiva � Hiperhomocisteinemia 12. Hiperlipidemia � Aumento de glucoproteína rica en histidina (GRH) 13. Viajes prolongados (aéreos o terrestres) � Variantes de integrina �2–�1 14. Viajes cortos con trombosis previa � Factor VIII aumentado 15. Síndrome nefrótico 16. Síndrome de HIT (trombocitopenia inducida por heparina) se trate de una mujer con antecedentes de abortos múltiples o mortinatos. La pre- valencia de trombofilia puede ser mayor de 60% en los casos hereditarios. EPIDEMIOLOGÍA Y FACTORES DE RIESGO PARA LA TROMBOSIS VENOSA La trombosis venosa profunda (TVP) y el embolismo pulmonar (TEP) tienen una incidencia de cerca 1 de cada 1 000 adultos por año, y es mayor entre las mujeres. La trombosis venosa es una enfermedad cuya incidencia aumenta con la edad; ocurre en 1 de cada 10 000 pacientes al año antes de los 40 años de edad y aumen- ta después de los 45 años de edad hasta llegar a ser de 5 a 6 casos al año por cada 1 000 pacientes a los 80 años de edad. Los factores de riesgo para padecer trom- bosis venosa se exponen en el cuadro 3–2 y se incluyen las características endó- genas del paciente, como la obesidad, los factores genéticos y losfactores desen- cadenantes, como la cirugía, la inmovilidad o el embarazo. La trombosis venosa tiende a ocurrir por la interacción de factores intrínsecos y por la combinación de factores de riesgo genéticos y adquiridos, que se alteran por la presencia de factores de riesgo desencadenantes. Se sabe que cerca de la mi- tad de los sucesos trombóticos son secundarios a factores desencadenantes y que, 27Trombofilia E di to ria l A lfi l. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. � Cuadro 3–2. Factores de riesgo para trombosis venosa Modificables No modificables Temporales Obesidad Alteraciones genéticas de la coagula- ción Inmovilidad Anticonceptivos orales Síndrome antifosfolípidos Embarazo/puerperio Tratamiento hormonal de reemplazo Antecedentes personales de trombo- sis Cirugía Hiperhomocisteína Antecedentes familiares de trombosis Hospitalización Más de 45 años de edad Cáncer Trauma Viajes largos de ellos, en 65% de los casos existía más de una causa desencadenante: hospitali- zación, cáncer y cirugía con 52, 48 y 42%, respectivamente. Las trombofilias hereditarias se pueden dividir en las que condicionan la pérdida de la función inhibitoria de la coagulación y en las que causan la activación de la coagulación. Las segundas son más frecuentes y originadas por el factor V de Leiden y la va- riante de la protrombina 20210A. Los riesgos relativos de las trombofilias prima- rias se mencionan en el cuadro 3–3. CLASIFICACIÓN La enfermedad trombótica se clasifica en dos: 1. La que ocurre en el terreno venoso (de flujo y presión bajos). 2. La que se presenta en el árbol arterial (de presión y flujo altos). La composición del trombo (rico en plaquetas en la trombosis arterial y en fibrina en la trombosis venosa) y la presencia de daño en el endotelio vascular (ateroma) en trombosis arterial constituyen una diferencia entre dichas ubicaciones. En este sentido, las diversas entidades de la trombofilia hereditaria muestran tendencias con características particulares hacia la presencia de trombosis arterial o venosa y se indican en el cuadro 3–4. Trombofilia primaria La trombosis ocurre a causa de un amplio espectro de condiciones que se carac- terizan por trombosis in situ; es variable la presencia de manifestaciones embó- licas y las características clínicas dependen del sitio afectado, la extensión y el 28 (Capítulo 3)Manual de trombosis y terapia antitrombótica Cuadro 3–3. Riesgo relativo de trombosis. Comparación del Estudio Leiden de Trombofilia (LETS) y de la Investigación Longitudinal de la Etiología del Tromboembolismo (LITE) Factor de riesgo LETS LITE Factor V Leiden 8.1 3.5 Factor V Leiden homocigoto 8.0 2.4 Protrombina 20210A 2.8 1.9 Deficiencia de proteína C 3.1 3.4 Deficiencia ATIII 5.0 No realizado Factor VIII elevado 4.8 2.6 Fibrinógeno elevado 4.0 0.9 Dímero–D elevado 2.5 3.1 Homocisteína elevada 2.5 1.5 tamaño del trombo y de la causa subyacente. A diferencia de la trombofilia secun- daria, en la hereditaria o primaria se relacionan mutaciones en los genes que codi- fican para los anticoagulantes endógenos (inhibidores: proteínas C, S y antitrom- bina III), manifestaciones clínicas antes de los 45 años de edad, ausencia o mínima influencia de factores ambientales y trombosis en sitios anatómicos poco frecuentes. En los últimos años aumentó el conocimiento de la coagulación y su relación entre los factores genéticos, los ambientales y la trombosis. La mayoría de estos avances conciernen a variaciones en los genes de los factores de la coagulación, inhibidores, fibrinólisis y receptores plaquetarios de membrana. Desde el punto de vista funcional, la interacción de estos factores comprende el balance entre los mecanismos procoagulantes y anticoagulantes, lo cual sirve para evitar la gene- ración masiva de trombina cuando se activa la “cascada” de la coagulación. Este Cuadro 3–4. Trombofilia hereditaria Localización vascular frecuente Defecto Venosa Arterial Mutación Leiden ���� – Mutación gen de protrombina ���� – Deficiencia de AT–III ���� – Deficiencia de proteína C ���� � Deficiencia de proteína S ���� � Hiperhomocisteinemia �� ���� Síndrome de la plaqueta pegajosa �� ��� Deficiencia de plasminógeno ��� – ���� = muy frecuente; ��� = frecuente; �� = poco frecuente; � = raro, – = ausente. 29Trombofilia E di to ria l A lfi l. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. � balance se determina de acuerdo con el nivel funcional de los factores de coagula- ción, la fibrinólisis y los mecanismos inhibitorios. Deficiencia de antitrombina III (AT–III) La AT–III es el principal inhibidor fisiológico de la trombina y otros factores de la coagulación activados, y su deficiencia cuantitativa o cualitativa conduce a una mayor actividad enzimática y a una producción de fibrina con gran propensión a la trombosis. También inactiva otros factores, como el Xa, IXa, XI a, XIIa y la calicreína. Se conocen dos fenotipos en la deficiencia de AT–III. Los pacientes con el tipo I (clásica) tienen una reducción proporcional del nivel plasmático de AT–III funcional y antigénica resultante de la deficiencia cuantitativa de la proteína nor- mal. Alrededor de dos terceras partes de los casos se presentan entre los 10 y los 35 años de edad. La disminución en la síntesis, la secreción defectuosa o la inesta- bilidad en la antitrombina en el tipo I ocurren por deleciones genómicas, cambios de un nucleótido e inserciones o deleciones en el gen de la ATIII, lo cual resulta en una proteína truncada e inestable. A su vez, el tipo I se subdivide en heterocigoto (disminución de AT) y homocigoto (ausencia de AT). Los pacientes con el tipo II tienen un nivel plasmático antigénico normal o casi normal con bajo nivel de acti- vidad (defecto funcional de la molécula), aunque también ocurre por mutaciones puntuales específicas que conducen a sustituciones de un solo aminoácido y se pro- duce una proteína disfuncional. Se reconocen más de 80 diferentes mutaciones causantes de los tipos I y II. El patrón de herencia es autosómico dominante y la mayoría de los afectados son heterocigotos con niveles plasmáticos de AT–III entre 40 y 60% del nivel normal, con trombosis arterial y venosa, y una mayor fre- cuencia en el embarazo y el posparto. La prevalencia de deficiencia hereditaria de ATIII en la población general con eventos trombóticos es de 3 a 8%. Deficiencia de proteína C Constituye una proteína K dependiente que inhibe el sistema de coagulación pri- mario mediante la inactivación de los factores V y VIII:C, cofactores requeridos para la activación de la trombina y del factor Xa, por lo que la deficiencia de este inhibidor de la coagulación produce una formación descontrolada de fibrina y ocurre en 4% de los casos de trombosis. Se conocen dos formas de deficiencia de esta proteína. 1. El tipo I, con disminución proporcional de la actividad funcional y antigé- nica. 2. El tipo II, con defecto cualitativo (funcional). Se conocen más de 160 mutaciones que condicionan una terminación prematura en la síntesis de la proteína, una inestabilidad de la molécula (tipo I) y alteraciones 30 (Capítulo 3)Manual de trombosis y terapia antitrombótica en la activación o función (tipo II). Se hereda con carácter autosómico dominante y la mayoría de los casos son heterocigotos con manifestaciones de tromboflebi- tis superficial, trombosis cerebral arterial, necrosis cutánea por warfarina, púrpu- ra neonatal fulminante (homocigotos) y trombosis portal idiopática recurrentes y con inicio en la adolescencia. Este grupo de pacientes corren el riesgo de pre- sentar estados procoagulantes al iniciar la terapia con warfarina, sobre todo la ne- crosis cutánea, que se debe a que la warfarina produce una rápida disminución de la proteína C más rápido que del resto de los factores K dependientes, lo cual resulta en estados de hipercoagulabilidad transitorios. Deficiencia de proteína S Esta proteína es el cofactor principal de la proteína C activada
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