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FILOSOFIA.indb 1 27/11/06 11:34:17 FILOSOFIA.indb 2 27/11/06 11:34:17 FILOSOFÍA, DARWINISMO Y EVOLUCIÓN FILOSOFIA.indb 3 27/11/06 11:34:17 FILOSOFIA.indb 4 27/11/06 11:34:17 FILOSOFÍA, DARWINISMO Y EVOLUCIÓN Editor Alejandro Rosas L. FILOSOFIA.indb 5 27/11/06 11:34:17 F I L O S O F Í A , D A R W I N I S M O Y E V O L U C I Ó N © Universidad Nacional de Colombia Facultad de Ciencias Humanas Departamento de Filosofía © Alejandro Rosas L. Primera edición, 2007 1.000 ejemplares ISBN: 978-958-701-760-1 Diseño carátula Camilo Umaña Diagramación Olga Lucía Cardozo Preparación editorial e impresión Universidad Nacional de Colombia Unibiblos Andrés Sicard Currea, Director Correo electrónico: dirunibiblo_bog@unal.edu.co Bogotá, Colombia Impreso en Colombia Printed in Colombia Catalogación en la publicación Universidad Nacional de Colombia Filosofía, darwinismo y evolución / ed. Alejandro Rosas L. – Bogotá : Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Ciencias Humanas, 2007 346 p. : ils. I SBN : 978-958-701-760-1 1. Filosofía de la evolución 2. Evolución humana 3. Selección natural I. Rosas López, Alejandro, 1959- - ed. CDD-21 128.4 / 2007 FILOSOFIA.indb 6 27/11/06 11:34:18 [vii] CONTENIDO i x SOBRE LOS AUTORES x i PREFACIO I . SELECCIÓN NATURAL 3 1. Contra la lectura adaptacionista de Lamarck Gustavo Caponi 19 2. La selección natural y su papel causal en la generación de la forma Maximiliano Martínez 37 3. Neodarwinismo y nueva síntesis Vladimir Corredor 57 4. Las interrelaciones entre Genotipo/Fenotipo/ Medio ambiente. Una aproximación semiótica al Debate ‘Evolución y Desarrollo’ Eugenio Andrade I I . COGNICIÓN Y EVOLUCIÓN 99 5. Função natural e indicação – a Atividade de Representação em Fred Dretske Karla Chediak 121 6. El programa de un epistemología evolucionista Paulo Abrantes FILOSOFIA.indb 7 27/11/06 11:34:18 [viii] I I I . EL ORIGEN DEL HOMBRE 181 7. Las primeras descripciones de antropoides en el siglo XVII y su importancia para la Filosofía de la Evolución Jorge Martínez-Contreras 219 8. Lo que la Filosofía de la Mente puede aprender de Kanzi y de la primatología Álvaro Corral 257 9. El concepto de reconciliación en la obra de Frans de Waal Alba Pérez-Ruiz 275 10. El entorno ancestral de las normas de equidad Alejandro Rosas L. 313 ÍNDICE DE AUTORES 316 ÍNDICE DE CONCEPTOS FILOSOFIA.indb 8 27/11/06 11:34:18 [ix] SOBRE LOS AUTORES PAULO ABRANTES abrantes@unb.br Doctor en Historia y Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Paris I. Profesor adjunto - Departamento de Filosofía e Instituto de Biología, Universidad de Brasilia. Áreas: Epistemología Evo- lucionista, Filosofía de la Biología, Filosofía de la Ciencia LUIS E. ANDRADE P. leandradep@unal.edu.co Químico, Universidad Nacional de Colombia. Postgrado en Ge- nética molecular de la Universidad Católica de Lovaina. Profesor titular. Departamento de Biología, Universidad Nacional de Co- lombia. Áreas: Formalización de la Relación Secuencia Estruc- tura en RNA y Proteínas. Historia y Filosofía del Pensamiento Biológico y Evolutivo. GUSTAVO CAPONI gustavocaponi@newsite.com.br Doctor en Lógica y Filosofía de la Ciencia de la Universidad Es- tadual de Campinas (UNICAMP). Profesor adjunto del Departa- mento de Filosofía de la Universidad Federal de Santa Catarina. Áreas: Filosofía e Historia de la Biología. KARLA CHEDIAK kachediak@yahoo.com.br Doctor en Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro. Profesora adjunta de la Universidad del Estado de Río de Janeiro – UERJ. Áreas: Filosofía de la Biología, Epistemología. ÁLVARO CORRAL C. alvaro.corral@utadeo.edu.co Doctor de la Universidad Julius-Maximilians en Würzburg-Alema- nia. Decano de Humanidades, Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano. Áreas: Filosofía de la Mente y Filosofía de la Biología. FILOSOFIA.indb 9 27/11/06 11:34:18 [x] VLADIMIR CORREDOR E. corredore@unal.edu.co Doctor de la Universidad de Nueva York. Profesor asociado, De- partamento de Salud Pública, Universidad Nacional de Colom- bia. Áreas: Genética Molecular y Evolutiva de Microorganismos Infecciosos. MAXIMILIANO MARTÍNEZ B. mmartinezb@unal.edu.co Filósofo; Candidato a Doctor en Filosofía de la Universidad Na- cional de Colombia. Becario, Programa Docentes en formación, Departamento de Filosofía, Universidad Nacional de Colombia. Áreas: Filosofía de la Biología, Filosofía Moral, Filosofía Evolu- cionista de la Mente. JORGE MARTÍNEZ-CONTRERAS pascalo69@yahoo.com Doctor en filosofía (Doctorat ès Philosophie) de la Universidad de Paris IV-Sorbona. Profesor titular “C”, Departamento de Filosofía, Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa. Áreas: Episte- mología de las Ciencias de la Vida, Epistemología de la Primato- logía y de la Paleoantropología, Filosofía Contemporánea. ALBA LETICIA PÉREZ-RUIZ atelgeof@yahoo.com Maestría en Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM. Profesor-Investigador asociado nivel “C”. Área de Estudios Filosóficos. Coordinación de Investigación. Centro de Estudios Filosóficos Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano CEFPSVLT. Áreas: Epistemología de la Primatología. Comportamiento Social y Cognición en Primates. ALEJANDRO ROSAS L. arosasl@unal.edu.co Doctor en Filosofía de la Universidad de Münster, Alemania. Profesor asociado DE, Departamento de Filosofía, Universidad Nacional de Colombia. Áreas: Filosofía Moral, Filosofía de la Biología, Evolución y Cognición. FILOSOFIA.indb 10 27/11/06 11:34:18 [xi] PREFACIO Filosofía y ciencia son brotes de una misma semilla. Son productos de un impulso por conocer que es eminente en el ser humano, pero cuya forma originaria y primigenia es quizás la vida como tal. Todo ser vivo guarda con su entorno una relación mediada por alguna forma de conocimiento. Su genoma contiene un saber, acumulado a lo largo de eo- nes de evolución, sobre cómo enfrentar adecuadamente los retos planteados por su entorno. Como individuo, contiene mecanismos que le permiten registrar, en tiempo real, los eventos a los que debe reaccionar para mantenerse vivo, reproducirse y heredar a sus descendientes las ventajas y adaptaciones que lo caracterizan. Pero sólo en el ser hu- mano, de entre todos los seres de la tierra, el conocimiento connatural a la vida ha adquirido un formato superior, que permite una forma de transmisión distinta a la genética, mediada por el lenguaje. En el ser humano el conocimiento es a la vez naturaleza y cultura. Desde que formulamos preguntas sobre nuestro origen, e intentamos auto-comprendernos, siempre nos ha inquietado la aparente brecha entre ambas. Ella nos ha in- sinuado una afinidad halagadora con un principio superior y sobre-natural. Si la ciencia y la filosofía están ligadas, en su origen, a esta inquietud, están ligadas a una tercera ex- presión humana: la idea de la divinidad. Hoy todavía nos acompaña la misma inquietud: ¿Es la dualidad entre naturaleza y cultura aparente o real? Si es real, ¿cuál es su alcance y significado? ¿La podemos ex- FILOSOFIA.indb 11 27/11/06 11:34:19 [xii] plicar? ¿O acaso debemos limitarnos a reconocerla como dualidad misteriosa e imponderable? En los orígenes, cuan- do ciencia, filosofía y mito apenas se distinguían entre sí, preguntas como éstas iniciaron el proceso que condujo a su separación. Muy pronto, la brecha entre la naturaleza y lo que nos hace humanos pasó de ser fuente de inquietud a ser una teoría del universo. Bajo su luz, la ciencia quedaba confinada a lo natural, al dominio de las causas; la filosofía, y también la religión, custodiaban el principio superior, el dominio de los fines, las razones y las normas, el dominio de la vida y la inteligencia, la humana y la divina, concebi- da ésta como creadora y diseñadora del universo. Luego, en la modernidad, se inició la ruptura progresiva de esta cosmovisión. La ciencianatural adquiría conciencia de ser conocimiento experimental y lo elevaba, orgullosamente, a paradigma. La filosofía se atrincheró en el conocimiento por reflexión y encontró allí una manera de afirmar su au- tonomía y existencia. Su armonía con la religión también comenzó a desvanecerse, mientras la ciencia avanzaba por su camino experimental y encontraba su destino moderno. La ciencia rechazó las limitaciones impuestas, desde fuera, a su ambición y comenzó un proyecto de explicación uni- versal, que muchos miraron y miran aún con recelo, reparo y hasta condena. La ciencia que hoy nos rodea alberga, en su mismo aliento vital, el proyecto pertinaz, casi obsesivo, de descifrar, con sus métodos, los misteriosos orígenes de la vida y de la inteligencia. Desde su misma esencia, la ciencia niega la existencia de una dualidad infranqueable entre lo natural y lo humano. El proceso de segregación de estas tres expresiones de lo humano no excluye intentos de reencuentro y re-unión. Siendo un proceso vivo, su curso futuro es impredecible. Como en todos estos procesos existen tendencias y hasta bandos. Y éstos se distinguen, en parte, por los esbozos de FILOSOFIA.indb 12 27/11/06 11:34:19 [xiii] respuesta que dan a las preguntas formuladas arriba. Nadie tiene una respuesta completa y final. Todas las respuestas que se ofrecen son hipótesis, conjeturas. En este punto todos rinden tributo, quiéranlo o no, a la concepción científica del conocimiento, como proceso crítico, dinámico, siempre en curso, siempre abierto a la novedad y al cambio. Entre las respuestas que se ofrecen, hay una que nace de un reencuentro entre ciencia y filosofía. En un sentido, es justo reconocer que viene propuesta desde la ciencia natural, específicamente desde la biología y más específi- camente de la teoría que cambió la historia de la biología: la teoría de la evolución por selección natural. Pero este justo reconocimiento sólo alude a la mitad de la historia. La idea misma de la selección natural merece el calificativo de filosófica, tanto como el de científica. Por eso ejerce su fascinación sobre científicos con inquietud filosófica, sobre filósofos naturalistas o incluso sobre filósofos formados en la más estricta tradición de la reflexión. Esta fascinación es científica y filosófica a la vez. En esa doble condición es el verdadero motor del reencuentro. Darwin merece un lugar entre los filósofos. Por fortuna, Latinoamérica no es ajena al interés, ya bien generalizado, por explicitar las diversas maneras en que la filosofía y la selección natural resuenan la una en la otra. Los ensayos que presentamos aquí son aportados por investigadores de tres países latinoamericanos. Si bien hay en América Latina más investigación en este campo que lo que aquí mostramos, no podemos sino proporcionar una muestra, esperando despertar el interés de nuestros lectores. Los ensayos elaboran, desde distintos puntos de vista, retros- pectivos y programáticos, las razones de la fascinación con la selección natural. El primer grupo de ensayos se ocupa del concepto mismo de selección natural, de sus alcances y sus límites; en el segundo grupo se explora la aplicación del FILOSOFIA.indb 13 27/11/06 11:34:19 [xiv] mismo concepto a la representación mental y al conocimien- to; por último, el tercer grupo explora las consecuencias de tomar en serio la idea de que los humanos evolucionamos por selección natural a partir de ancestros no-humanos. Esta compilación de ensayos nació de una reunión en Bogotá en abril de 2006, que denominamos, ojala de ma- nera premonitoria: Primer Encuentro Latinoamericano de Filosofía de la Biología. Se organizó como mesa redonda del 1er Congreso Colombiano de Filosofía, aprovechando la hospitalidad de la Sociedad Colombiana de Filosofía en la sede de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Para su rea- lización recibimos apoyo de varias instituciones: de la Uni- versidad Nacional a través de la Dirección Académica y la Facultad de Ciencias Humanas, del Icetex, de Colciencias y de las Universidades de origen de los ponentes. A todas ellas expresamos nuestro sincero agradecimiento. Los textos están en castellano, salvo en un caso, que publicamos en su original portugués. Es nuestro modesto tributo a una lengua hermana y al importante volumen de investigación que en ella se expresa. No podemos darnos el lujo de ignorarla. ALEJANDRO ROSAS L. Bogotá, octubre de 2006 FILOSOFIA.indb 14 27/11/06 11:34:19 I SELECCIÓN NATURAL FILOSOFIA.indb 1 27/11/06 11:34:19 FILOSOFIA.indb 2 27/11/06 11:34:19 CONTRA LA LECTURA ADAPTACIONISTA DE LAMARCK* GUSTAVO CAPONI Departamento de Filosofía Universidad Federal de Santa Catarina gustavocaponi@newsite.com.br RESUMEN Lo que habitualmente se considera como la teoría lamarckiana de la adaptación no es más que un recurso para explicar el hecho de que las formas vivas particulares presentan peculiaridades morfológicas que no nos permiten alinearlas como eslabones contiguos de una serie de complejidad o perfección creciente. Lamarck no quería saber cómo hacían los seres vivientes para adaptarse al ambiente y sobrevivir; lo que él quería saber era por qué esos seres no subían lineal y ordenadamente por la escala del ser. Lamarck no dijo tampoco que las formas vivas, además de tornarse progresivamente más complejas, debían también ser viables y que por eso era menester completar su explicación de esa tendencia a la complejidad creciente con una explicación de En el presente trabajo retomo parte de los asuntos discutidos en “Retorno a Limoges: la adaptación en Lamarck”. Asclepio 58 (1), 2006 (en prensa). He agregado, sin embargo, ciertas consideraciones sobre la vinculación de las tesis de Lamarck con las de Buffon y cier- tas precisiones sobre la oposición que aquél hace entre naturaleza y circunstancias que me parecen, en ambos casos, bastante importantes para entender el malentendido implicado en la lectura adaptacionista de su pensamiento. Quiero insistir, por otra parte, en el hecho de que, aun cuando mi trabajo tenga su raíz en la interpretación no-adaptacio- nista de Lamarck esbozada por Limoges en La Selección Natural, mi argumento en favor de ella es totalmente diferente e independiente del ensayado por ese autor. FILOSOFIA.indb 3 27/11/06 11:34:20 I S E L E C C I Ó N N AT U R A L [4] esa viabilidad. Eso es lo que tal vez nosotros agregaríamos en estos tiempos darwinianos en los que siempre vemos al viviente asediado por un ambiente que lo amenaza con la extinción. Pero ese no era el caso de Lamarck. Él era tributario de una idea de economía natural en la cual la guerra entre los seres vivos sólo podía tender a la manutención de cierto equilibrio u orden en el cual las razas de los cuerpos vivos subsisten todas pese a sus variaciones; y por eso, lo que hoy llamaríamos la viabilidad eco- lógica del viviente no planteaba para él ningún interrogante ni merecía mayores explicaciones. Lo que sí merecía explicación era la constante perturbación del orden natural y para explicar- la Lamarck apeló a las circunstancias. Pero las modificaciones de los perfiles orgánicos producidas por esas circunstancias no eran para él nada semejante a lo que hoy caracterizaríamos como respuestas a las exigencias del medio. Ellas no tenían por qué redundar en alguna ventaja para sus portadores; y es por eso que su posible utilidad no era nunca considerada en los análisis y en las explicaciones de Lamarck. Lejos de ser pensadas como recursos para enfrentar las circunstancias, esas modificaciones eran con- sideradas como marcas o como deformaciones producidas por las condiciones en las que se desarrollaban las diferentes formas de vida. En sus escritos Lamarck mencionó, es cierto, múltiples peculiaridades morfológicas que hoy consideraríamos ejemplos de adaptaciones; pero esos ejemplos no son allí interpretados de ese modo. La singularidad morfológica puede ser hoy un indicio poderoso de adaptación; pero no lo era para Lamarck. Para él, esa singularidad merecía ypodía ser explicada: merecía serlo en tanto la misma constituyese una anomalía en relación a las series zoológica y botánica; y podía serlo apelando a los fenómenos fisio- lógicos que la acción de las circunstancias podía desencadenar en los organismos individuales. Pero esa explicación no presuponía ni apelaba a la supuesta utilidad que el rasgo en cuestión pudiese eventualmente comportar. Como todos sabemos, hay en Lamarck (1815, 134) dos fuerzas trasformadoras de los perfiles orgánicos: por un lado está el propio poder de la vida “que tiende sin cesar a com- FILOSOFIA.indb 4 27/11/06 11:34:20 Contra la lectura adaptacionista de Lamarck [5] G u st a vo C a p o n i plicar la organización, a formar y multiplicar los órganos particulares, en fin, a incrementar el número y la perfec- ción de las facultades”; y por el otro lado está esa “causa accidental y modificante cuyos productos son las diversas anomalías en los resultados del poder de la vida”. Por eso, la forma de cada ser vivo es, concomitantemente, “producto de la composición creciente de la organización que tiende a formar una gradación regular” y “producto de la influencias de una multitud de circunstancias muy diferentes que tien- den continuamente a destruir la regularidad en la gradación de la composición creciente de la organización” (Lamarck [1809]1994, 207-208). Sabemos también que la idea de serie y la idea de una tendencia hacia la composición creciente de la organización constituyen diferencias fundamentales e insuperables entre Darwin y Lamarck (Limoges 1976, 40-48): por ese lado, nin- guna aproximación entre ambos autores llegaría muy lejos. Pero si de lo que se trata es de la influencia de las condicio- nes de vida en la conformación de los organismos la cosa es totalmente distinta. En lo que toca a ese punto, Lamarck parece, por lo menos a primera vista, anticipar en algo a Darwin: en ambos naturalistas las presiones del ambiente o de las circunstancias aparecen como factores que imponen o exigen transformaciones, produciendo así la diversificación de las formas (Lamarck 1802, 44; Darwin 1859, 112). Desde cierta perspectiva, hasta parecería que Lamarck (1802, 194), pese a nunca usar el término adaptación, está hablando de algo semejante a una radiación adaptativa. Respondiendo a las exigencias de las circunstancias, di- ríamos, las formas vivas se transforman y se diversifican dan- do lugar a diferentes especies y variedades también capaces ellas mismas de divergir indefinidamente (Mayr 1976, 239; Barthélémy-Madaule 1979, 129). Además, esta impresión de semejanza se refuerza cuando Lamarck (1802, 45) nos FILOSOFIA.indb 5 27/11/06 11:34:20 I S E L E C C I Ó N N AT U R A L [6] dice que tales circunstancias no tienen que ver sólo con los factores climáticos generales y con los medios circundantes en general, sino que también se relacionan con “los hábitos, los movimientos más ordinarios, las acciones más frecuen- tes” de cada animal; e incluso con sus “medios (moyens) de conservarse”, con su “manera de vivir, de defenderse y de multiplicarse”. A la manera de Darwin (1859, 69-70), y a diferencia de Buffon (Roger 1983, 156), Lamarck también parece entender que los factores climáticos, por sí solos, no pueden explicar los perfiles de los seres vivos y que para llegar a comprender esos rasgos era menester atender a sus modos o condiciones de vida (Corsi 2001, 120-121). Es importante observar, sin embargo, que en la argu- mentación lamarckiana, las referencias a las circunstancias ambientales sólo entran en juego para explicar por qué las formas vivas particulares se ramifican en variedades que no pueden ser simplemente alineadas como peldaños sucesivos de la escala zoológica (Limoges 1976, 47-48); y esto nos está indicando que, para Lamarck, las circunstancias no sólo no son la principal fuerza transformadora de lo viviente; sino que además, la explicación del amoldamiento de ese viviente a las circunstancias no es tampoco el objetivo de lo que a me- nudo se ha considerado como su teoría de la adaptación. En efecto, las referencias de Lamarck al modo por el cual las circunstancias influirían en los perfiles de los orga- nismos no sólo constituyen una teoría auxiliar en su sistema, una teoría muy importante y célebre pero auxiliar al fin; sino que además, el objetivo de esta teoría auxiliar no es explicar la adecuación del viviente a las circunstancias sino explicar los descaminos de la serie. Lamarck no quería saber cómo hacían los seres vivientes para adaptarse al ambiente y sobrevivir; lo que él quería saber era por qué esos seres no subían lineal y ordenadamente por la escala del ser. Es ésa la cuestión a la que responde su teoría sobre la influencia de FILOSOFIA.indb 6 27/11/06 11:34:20 Contra la lectura adaptacionista de Lamarck [7] G u st a vo C a p o n i las circunstancias en la morfología; y es en ese sentido que, siguiendo a Camile Limoges, podemos decir que no hay problemática de la adaptación en Lamarck: lo que se plantea en esa teoría auxiliar es la problemática de la serie y lo que se intenta con la misma es explicar los desvíos o anomalías de las formas orgánicas en relación a esa serie. Es el problema de la serie, en definitiva, el que convoca y motiva la postulación de ambos factores lamarckianos de transformación: uno para explicar las grandes líneas de su constitución y el otro para justificar la filigrana de sus des- viaciones. Decir, como Montalenti (1983, 32), que “lo que Lamarck quiso explicar con su teoría era la adaptación” es definitivamente un error. Lamarck no dijo que las formas vivas, además de tornarse progresivamente más comple- jas, debían también ser viables y que por eso era menester completar su explicación de esa tendencia a la complejidad creciente con una explicación de esa viabilidad. Eso es lo que tal vez nosotros diríamos en estos tiempos darwinianos en los que siempre vemos al viviente asediado por un ambiente que lo amenaza con la extinción. Pero ese no es el caso de Lamarck: para él la extinción sólo puede ocurrir aisladamente y sobre todo por la inter- vención del hombre (Limoges 1976, 45-46; Jacob 1973, 167; Mayr 1976, 247). Lamarck ([1809]1994, 130) fue, en efecto, tributario de una idea de economía natural en el cual la guerra entre los seres vivos sólo tiende a la manutención de cierto equilibrio u orden en el cual “las razas de los cuerpos vivos subsisten todas pese a sus variaciones”; y por eso “los progresos adquiridos en el perfeccionamiento de la organi- zación nunca se pierden” (ver también: Barthélémy-Madau- le 1979, 128-129 y Corsi 2001, 89-90). En su mundo, como observó Limoges (1976, 48), “es impensable que una especie no se acomode a su entorno; en su sistema sin extinción de especie, no se prevé sanción contra las especies que fraca- FILOSOFIA.indb 7 27/11/06 11:34:21 I S E L E C C I Ó N N AT U R A L [8] san en su acomodamiento a las circunstancias exteriores”; y, ya en ese sentido, puede decirse que no hay realmente una problemática de la adaptación en Lamarck. Lo que hoy llamaríamos la viabilidad ecológica del viviente no planteaba para él ningún interrogante y por eso no merecía mayores explicaciones. Se nos podría objetar, sin embargo, que, si de todos modos, el acomodamiento de los organismos a sus circuns- tancias forma parte de la explicación que Lamarck sugiere para los desvíos de la serie, entonces, no puede decirse, sin más ni más, que el asunto de la adaptación esté totalmente ausente de su obra. ¿Acaso esa presión de las circunstancias, poderosa al punto de desviar el orden natural, no se parece en algo a las exigencias ambientales resaltadas por Darwin?; y, consecuentemente: ¿No tienen las respuestas que los or- ganismos dan a esas exigencias algo de muy semejante a las adaptaciones darwinianas? ¿No habría también Lamarck, en este sentido, resaltado y reconocido la importancia de ese orden de fenómenos, preparando así el terreno para la instauración darwiniana? Sé que estas preguntas pueden parecer puerilmenteretóricas: al final de cuentas, hablar de la adaptación en La- marck es un lugar común. Sin embargo, esa unanimidad de las lecturas adaptacionistas de Lamarck es definitivamente cuestionable. La misma, me parece, es una unanimidad sos- pechosamente post-darwiniana: una consecuencia de que los textos de Lamarck hayan pasado a ser leídos como Darwin lo había hecho; es decir: como si Lamarck fuese “un autor que trata el problema de la adaptación para darle una solución insatisfactoria” (Limoges 1976, 48-49). Darwin nos lleva a leer a Lamarck como si éste fuese su precursor; y esto vale incluso para aquellos autores usualmente denominados neo- lamarckianos. Las así llamadas teorías neolamarckianas siem- pre fueron deudoras del darwinismo: suponían planteada la FILOSOFIA.indb 8 27/11/06 11:34:21 Contra la lectura adaptacionista de Lamarck [9] G u st a vo C a p o n i problemática de la adaptación y se remitían a los escritos de Lamarck como fuente de soluciones alternativas para la misma. Los textos de Lamarck siguen sin embargo ahí; y su lectura, según me parece, puede exigirnos revisar ciertas ideas recibidas, y muy difundidas, sobre su pensamiento. Esos escritos mencionan, es cierto, múltiples peculiari- dades morfológicas que hoy consideraríamos ejemplos de adaptaciones; pero si los leemos atentamente veremos que esos ejemplos no son allí interpretados de ese modo. La singularidad morfológica puede ser hoy un indicio poderoso de adaptación; pero no lo era para Lamarck. Para él, esa singularidad merecía y podía ser explicada: merecía serlo, como ya vimos, en tanto la misma constituyese una anomalía en relación a la serie; y podía serlo apelando a los fenómenos fisiológicos que la acción de las circunstancias podía desen- cadenar en los organismos individuales. Pero esa explicación no presupone ni apela a la supuesta utilidad que el rasgo en cuestión pudiese eventualmente comportar. Tácito, nos dice Borges (1952, 280) en El pudor de la historia, “no percibió la Crucifixión, aunque la registra en su libro”; y algo pare- cido podemos decir nosotros de Lamarck en relación a los fenómenos que hoy mentamos con el concepto darwiniano de adaptación: sus libros los registran copiosamente, pero él no los percibía de ese modo. Los mismos son allí registrados como simples anomalías o deformaciones morfológicas que rompen con el orden natural. Decir que “Lamarck pretende que la respuesta al me- dio es siempre favorable” (Tetry 1981, 146), o que desde su perspectiva “todas las variaciones que acontecen son útiles” (Jacob 1973, 167), es un error muy común y persistente; pero no por eso deja de ser un error. Y lo que está en la base de ese error es la propensión a leer Lamarck con los ojos de Darwin a la que acabamos de aludir. Pero sólo es necesario fracasar en la tentativa de encontrar en Lamarck FILOSOFIA.indb 9 27/11/06 11:34:22 I S E L E C C I Ó N N AT U R A L [10] cualquier referencia clara e inequívoca a la utilidad de las modificaciones para percibir que lo que allí está en juego es un problema distinto del darwiniano. Para Lamarck, las modificaciones que los organismos sufrían en virtud de sus condiciones de vida no tenían por qué redundar en alguna ventaja para sus portadores; y es por eso que la posible utilidad de las mismas no es nunca considerada en sus análisis y explicaciones. Lejos de ser pen- sadas como recursos para enfrentar las circunstancias, esas modificaciones son, en todo caso, marcas o deformaciones producidas por las condiciones en las que se desarrollaban las diferentes formas de vida: los ojos de un topo no se atro- fian para dejar de ver; sino por dejar de hacerlo. Pero no sólo los ejemplos de atrofia de órganos entran en ese esquema. La explicación que Lamarck da del tamaño y la forma que llegan a tener los grandes cuadrúpedos herbívoros sigue también ese mismo patrón. Estos animales, nos dice, además de poseer el “hábito de consumir, todos los días, grandes volúmenes de materia alimenticia que distienden los órganos que los reciben”, poseen también el hábito “de no hacer más que movimientos mediocres” y de eso “ha resultado que los cuerpos de estos animales se hayan engrosado considerablemente, hayan de- venido pesados y macizos, y hayan adquirido un volumen muy grande como se lo ve en elefantes, rinocerontes, vacas, búfalos y caballos” (Lamarck [1809] 1994, 229). En cam- bio, observa Lamarck, en las tierras donde la presencia de predadores obliga reiteradamente a correr, esos efectos no se han notado: el ejercicio les dio a gacelas y antílopes un cuerpo más esbelto. Pero esta esbeltez y ligereza no es una adaptación para la carrera: es un resultado o un efecto de la carrera; y lo mis- mo ocurre con el tristemente célebre pescuezo de la jirafa. Para Lamarck, esa estructura anatómica no se estiró para FILOSOFIA.indb 10 27/11/06 11:34:22 Contra la lectura adaptacionista de Lamarck [11] G u st a vo C a p o n i permitir alcanzar las ramas más altas de los árboles, sino por causa del movimiento reiterado y continuo que ese animal realiza en su rutina de alimentación: el movimiento, o su ausencia, simplemente causa una modificación pero nada exige que esa modificación tenga que ser necesariamente útil (Lamarck [1809] 1994, 232-233). Ya el caso del perezoso recuerda más al de los grandes herbívoros; y allí también queda muy claro que Lamarck ([1809] 1994, 234) presenta su conformación y sus capaci- dades motoras, no como ejemplos de una progresiva adap- tación a un modo de vida, sino como el simple resultado de ese modo de vida. Lamarck no piensa darwinianamente: no busca una utilidad particular para las características del perezoso. Éstas no son vistas como integrando una estrategia de supervivencia sino como la simple consecuencia de las condiciones de vida a la que este animal se vio confinado. Siendo que lo que vale para el perezoso valdría también para cualquier tipo de animal cuyas condiciones de vida cambien y pase de tener alimento en abundancia, como un caballo europeo mantenido en un establo, a tener que depender de los escasos, magros y secos arbustos de la Pa- tagonia: ese cambio generaría, según Lamarck, una raza de caballos menores. Pero esto sería un efecto directo y trasmisible a la descendencia de la falta de nutrientes; y no una adaptación darwiniana a esas condiciones. Sólo después de Darwin nuestro caballo criollo podrá ser visto como algo distinto de un caballo europeo degenerado por las difíciles circunstancias que le habrían tocado en suerte. A este respecto Lamarck está definitivamente más cerca de la temática buffoniana de la degeneración que de la te- mática darwiniana de la adaptación: y hasta puede decirse, que su teoría sobre la influencia de las circunstancias en los perfiles orgánicos no es otra cosa que una generalización y una radicalización de ese tímido, e inmediatamente desecha- FILOSOFIA.indb 11 27/11/06 11:34:22 I S E L E C C I Ó N N AT U R A L [12] do, atisbo de transformismo que Buffon ([1753]1868, 35-39) insinuó al sugerir la plausibilidad de considerar al asno como un simple caballo degenerado por los efectos del clima y de la alimentación acumulados a lo largo de generaciones. Para Lamarck, como para Buffon, las circunstancias deforman, degeneran o desvían, en mayor o menor grado, el normal desarrollo de las formas, pero no por eso las optimizan o las adecuan al cumplimiento de una función; y la diferencia es realmente importante: en otros contextos, el hecho de no verla podría llevarnos a confundir el retardo en el crecimien- to de un niño desnutrido con un recurso o estrategia para encarar la escasez de alimentos. Podemos trazar, sin embargo, una analogía mucho me- nos dramática que esa: no ver la diferencia entre la adapta- ción darwiniana y la deformación lamarckiana es como no ver la diferencia existente entre el desgaste que el uso produjo en nuestros viejos zapatos y las innovaciones de diseño que puede presentar un nuevo modelo de calzado deportivo. Esas innovaciones están ahí porquese espera alguna ventaja de ellas, para el usuario o para el fabricante; el desgaste, en cambio, sólo eventualmente, pero nunca necesariamente, podrá hacer más cómodos nuestros viejos zapatos, pudiendo también producir el efecto contrario. Es decir: para La- marck, las peculiaridades morfológicas de los seres vivos que escapan al orden y a la secuencia normal de las formas, se parecen más a las abolladuras que los choques pueden dejar en un auto, que a los parachoques con los que los equipamos. Los autos no tienen abollones para amoldarse a las cosas con que chocan; los tienen como efecto de los choques. Pero, el indicio más claro de la poca confianza que La- marck podía tener en el poder conformador, y no meramente deformador, de las circunstancias, lo encontramos en su His- toire Naturelle des Animaux sans Vertèbres. Allí, a la hora de explicar cómo la boca de los insectos superiores pudo ha- FILOSOFIA.indb 12 27/11/06 11:34:22 Contra la lectura adaptacionista de Lamarck [13] G u st a vo C a p o n i cerse más compleja, dejando de ser un aparato meramente succionador y pasando a ser un aparato masticador provisto de un número de partes mayor y más complejamente arti- culadas, Lamarck (1816, 303, 311), en lugar de apelar a las influencia de las circunstancias, atribuye esos incrementos de la complejidad morfológica a la instauración gradual de un plan de organización dispuesto por la propia naturaleza. Y eso es lo que Lamarck hace siempre que tiene que ex- plicar cualquier incremento en la complejidad morfológica de una estructura. Con todo, para entender el significado de esta tesis, y no creer ingenuamente que con la palabra naturaleza se esté aludiendo ahí a la intervención de un medio ambiente que, a la Darwin, moldearía los seres vivos, es menester recordar que, cuando Lamarck usa la palabra naturaleza, es para referirse a esa potencia productora y organizadora, el poder de la vida, que nunca puede confundirse con las circunstancias. Éstas, por el contrario, son precisamente las fuerzas o factores que se oponen al accionar de la naturaleza, obstaculizándolo o desviándolo (Lamarck 1820, 141-142). Las circunstancias, es cierto, pueden propiciar diver- sas modificaciones morfológicas, agrandando o atrofiando, retorciendo o enderezando, los apéndices maxilares de las diferentes especies de insectos (Lamarck 1816, 300), pero el propio surgimiento y la efectiva diferenciación de esas estructuras, por convenientes o necesarias que ellas sean para la subsistencia de los insectos, no depende para Lamarck, ni de lo que estos animales hagan o dejen de hacer, ni tampoco de las circunstancias en las que los mismos desarrollan sus existencias: para Lamarck, la instauración de esas estructuras obedece pura y exclusivamente a un plan de organización impulsado y propiciado por el poder de la vida que produce y establece en los seres vivos, sucesiva y gradualmente, “los diferentes sistemas de órganos particulares” (Lamarck 1820, FILOSOFIA.indb 13 27/11/06 11:34:23 I S E L E C C I Ó N N AT U R A L [14] 141). Las circunstancias y los hábitos que las circunstancias pueden promover no tendrían nunca ese poder creador, ni podrían producir tampoco ningún incremento real de com- plejidad como el verificado en el pasaje de los insectos suc- cionadores a los masticadores. Pero, definitivamente, el mejor ejemplo para ver cómo la referencia a cualquier ventaja eventual de las modificacio- nes orgánicas está ausente en el razonamiento de Lamarck, lo encontramos en su explicación de la formación de los cuernos de los rumiantes. Estos animales, nos dice Lamarck ([1809] 1994, 230), “no pudiendo emplear sus pies más que para sostenerlos, y teniendo poca fuerza en sus mandíbulas, las cuales se ejercitan exclusivamente en cortar y masticar la hierba, sólo pueden batirse a golpes de cabeza, dirigiendo uno contra otro el vértice de esa parte”; y como sus accesos de cólera, sobre todo entre los machos, son frecuentes, “su sentimiento interior, por la mediación de esos esfuerzos, dirige más fuertemente los fluidos hacia esa parte de la ca- beza” formándose allí “una secreción, de materia córnea en algunos casos y de materia ósea mezclada de materia córnea en otros, que da lugar a protuberancias sólidas: de ahí el origen de los cuernos y las astas con los que la mayor parte de estos animales tienen la cabeza armada”. Lamarck, reconozcámoslo, parece estar yendo dema- siado lejos y forzando hasta lo insostenible las ideas usuales respecto a cómo los comportamientos repetidos pueden modificar los perfiles de un organismo. La analogía con el robustecimiento por el ejercicio de los brazos del remero ha quedado sin duda muy lejos. Lamarck, además, ni siquiera habla de chichones que se endurecen y se tornan constantes como los callos; habla de fluidos que, por el propio ímpetu de las embestidas, y no por el impacto, fluyen hacia esa parte del cuerpo produciendo, por acumulación, esas protuberancias que llamamos cuernos o astas. Con todo, antes de consi- FILOSOFIA.indb 14 27/11/06 11:34:23 Contra la lectura adaptacionista de Lamarck [15] G u st a vo C a p o n i derar este ejemplo como una muestra jocosa o pintoresca del primitivismo o del infantilismo de las tesis que estamos analizando, sería más provechoso no dejar de percibir cómo, sin ceder en ningún momento a la tentación de pensar que esas protuberancias estén ahí porque sean útiles para algo, Lamarck persevera en su arduo tour de force fisiológico e intenta explicar esa peculiaridad en base a la circulación y la acumulación de los fluidos orgánicos. Sin mencionar siquiera las ventajas que, a posteriori de su aparición, esa protuberancia podría representar, Lamarck se limita a considerarlas como el efecto residual de un mo- vimiento habitual y constante. Es más: en este caso se hace particularmente patente que el comportamiento sólo cuenta en su teoría en tanto que factor capaz de desencadenar o producir fenómenos fisiológicos; y aquí vale algo semejante a lo que dijimos en relación a los ojos de los topos: los toros, según Lamarck, no tienen cuernos para embestir, los tienen por causa de las embestidas. Aunque no sean callos o chicho- nes, los cuernos de los toros se parecen más a abolladuras, a efectos de embestidas y de golpes, que a parachoques o a arietes. Por eso, si este u otro ejemplo de Lamarck tiene algo de ridículo, no lo será por postular una teleología o intención de los organismos a modificarse (Pichot 1993, 583). Todo lo contrario: lo que fuerza a Lamarck a argumentar de esa forma es la necesidad de explicar estructuras tan singulares, como pueden serlo cuernos y astas, por la simple y ciega dinámica de fluidos cuya circulación se acelera y se desvía por efecto de movimientos corporales. Pero no teníamos porque esperar otra cosa: Lamarck tampoco es llevado a analizar esas estructuras porque las mismas siquiera apa- rentasen cierta conveniencia o utilidad; para él las mismas sólo interesan en tanto parecen indicar una distorsión o una anomalía en relación al orden natural. FILOSOFIA.indb 15 27/11/06 11:34:23 I S E L E C C I Ó N N AT U R A L [16] Algo parece haber interferido con lo que podría ser con- siderado como el devenir natural o normal de las formas y es necesario saber qué fue. A veces podrán ser factores tan simples como la carencia o sobreabundancia de nutrientes para crecer; y otras la repetición obcecada y constante de un movimiento que termina por desviar el desarrollo esperable de las formas en cuestión. Como sea, si ese orden o devenir natural de las formas obedece a un factor físico como lo es la dinámica de los fluidos que constantemente canalizan el interior de los seres organizados tendiendo a incrementar el tamaño y la complejidad de todas sus partes, lo que pertur- ba o desequilibra esa dinámica, haciéndola más intensa en algunos casos y menos intensa en otros, debe ser también un factor físico capaz de interferir con ese movimiento de fluidos. Y es ahí, claro, donde entran las circunstancias.La- marck, podríamos decir, no pudo ser más claro porque no contó con esa (para él) inimaginable lectura adaptacionista de su Filosofía Zoológica que Darwin, sin quererlo, acabó imponiendo. R E F E R E N C I A S B I B L I O G R Á F I C A S Barthélemy-Madaule, M. 1979. Lamarck ou le mythe du précur- seur, Paris: Seuil. Borges, J. [1952] 1980. Otras inquisiciones, Prosa Completa II, 223-229. Barcelona: Bruguera. Buffon, G. [1753] 1868. L’âne, T. IV de L’Histoire Naturelle Ge- nérale et particulière, en Oeuvres de Buffon (Ordenadas y anotadas por Jules Pizzetta), Vol. III, 35-43, Paris: Parent- Desbarres. Caponi, G. 2006. Retorno a Limoges: la adaptación en Lamarck, Asclepio 58 (1) (en prensa). Corsi, P. 2001. Lamarck: genése et enjeux du transformisme 1770- 1830. Paris, CNRS Editions. Darwin, C. 1859. On the Origin of Species, London: Murray. FILOSOFIA.indb 16 27/11/06 11:34:23 Contra la lectura adaptacionista de Lamarck [17] G u st a vo C a p o n i Jacob, F. 1973. La lógica de lo viviente, Barcelona: Laia. Lamarck, J. 1802. Recherches sur l’organisation des corps vivants, Paris: Maillard. Lamarck, J. [1809] 1994. Philosophie Zoologique (Presentación y notas por A. Pichot), Paris: Flammarion. Lamarck, J. 1815. Histoire Naturelle des Animaux sans Vertèbres (T. I), Paris: Verdière. Lamarck, J. 1816. Histoire Naturelle des Animaux sans Vertèbres (T. III), Paris: Verdière. Lamarck, J. 1820. Système Analytique des Connaissances Positives de L’Homme, Paris: Belin. Limoges, C. 1976. La Selección Natural: ensayo sobre la primera constitución de un concepto (1839-1859), México: Siglo XXI. Mayr, E. 1976. Lamarck revisited, en Mayr, E. 1976. Evolution and diversity of life, 222-250, Cambridge: Harvard Uni- versity Press. Montalenti, G. 1983. Desde Aristóteles hasta Demócrito vía Da- rwin, en Ayala, F. & Dobzhansky, T. (eds.) 1983, Estudios sobre la filosofía de la biología, 25-44, Barcelona: Ariel. Roger, J. 1983: Buffon et le transformisme; en Biezunski, M. (ed.) 1983, LA RECHERCHE en histoire des sciences, 149-172, Paris: Seuil. Tetry, A. 1981. Hérédité ou non-hérédité des caractères acquis par le soma: problème explosif, en Lamarck et son temps, Lamarck et notre temps, 143-118, Paris: Vrin. FILOSOFIA.indb 17 27/11/06 11:34:24 FILOSOFIA.indb 18 27/11/06 11:34:24 LA SELECCIÓN NATURAL Y SU PAPEL CAUSAL EN LA GENERACIÓN DE LA FORMA* MAXIMILIANO MARTÍNEZ Departamento de Filosofía Universidad Nacional de Colombia I N T R O D U C C I Ó N ¿Cómo entendía Darwin el mecanismo de la selección na- tural? Esta es una pregunta que, al parecer, no tiene una respuesta unívoca hoy día, incluso entre los darwinistas más consumados. Es claro para todos que Darwin explica y re- suelve el asunto de las adaptaciones mediante el mecanismo que llamó ‘selección natural’.1 Pero, ¿cuál era el objetivo de Darwin en el Origen de las Especies, cuyo fundamento es dicho mecanismo?, ¿cómo resuelve Darwin el enigma del diseño en la naturaleza? ¿Lo hace al dar una respuesta dife- rente (no-teológica) a la que dio Paley? ¿O más bien Darwin trataba de cambiar el foco de la investigación biológica/evo- 1 Ver Darwin ([1859] 1998), especialmente capítulos 3 y 4. La investigación de la que hace parte el presente texto, es financiada por la beca ‘Académicos en formación’ de la Universidad Nacional de Colombia. Gran parte del texto fue redactado durante una estan- cia de investigación en el IIFs de la UNAM en Ciudad de México, estancia financiada por la Red de Macrouniversidades y el Banco Santander. Agradezco a Alejandro Rosas, Francisco Ayala, Carlos López Beltrán, Michael Ruse, Vivette García Deister, Claudia Lore- na García, Ana Barahona, Gustavo Caponi, Sergio Martínez, Paulo Abrantes, Daniel Piñero y Fabrizzio Guerrero McManus su amabi- lidad y disposición para discutir las ideas aquí expuestas. FILOSOFIA.indb 19 27/11/06 11:34:24 I S E L E C C I Ó N N AT U R A L [20] lutiva hacia una perspectiva de tipo poblacional, más que individual? Mi interés en este texto no es averiguar cuál era el objetivo concreto de Darwin, de hecho, supongo que tenía varios, entre los cuales están los dos que acabo de mencionar. Aunque concuerdo con algunos en ver a Darwin como el proponente de una explicación del diseño en la naturaleza alternativa a la de Paley, mi objetivo, en el presente escrito, es dar los primeros pasos en la composición de una noción de selección natural lo suficientemente robusta que explique su capacidad creativa y capture la intuición que Darwin tenía al respecto. Esta noción robusta de selección natural creativa, a mi modo de ver, puede construirse mediante la conjunción de algunos trabajos en el área. Para ello, retomo las ideas de Ayala, Neander y Campbell, quienes proponen una selección positiva, con incidencia directa en la creación de las adaptaciones, y las comparo con el trabajo de Sober, para quien la selección natural es una fuerza meramente negativa sin incidencia directa en el origen de la novedad fenotípica. Al final, mencionaré qué tipo de utilidad tiene el presente trabajo para el debate actual en la filosofía de la biología. 2. L A S E L E C C I Ó N N AT U R A L Y L A G E N E R A C I Ó N D E L A N O V E D A D F E N O T Í P I C A : E L D E B AT E En una discusión en varios números del The British Journal for the Philosophy of Science, en el año de 1995, los filó- sofos Karen Neander y Elliot Sober se enfrascaron en una disputa con respecto al papel causal jugado por la selección natural en la conformación fenotípica de los organismos. Esta discusión puede remontarse a unos años atrás, cuando Neander (1988) examina críticamente la noción de selección natural expuesta por Sober en su célebre The Nature of Selection (1984). En este último, Sober defiende una idea conservadora de la selección natural como fuerza negativa FILOSOFIA.indb 20 27/11/06 11:34:24 La selección natural y su papel causal en la generación de la forma [21] M a xi m ili a n o M a rt ín e z sin incidencia en la formación de las novedades fenotípicas. Para Neander, por el contrario, la selección natural es una fuerza positiva con un rol causal directo en la formación de los rasgos de los organismos. Fuertemente influenciada por los trabajos de Francisco Ayala, Neander intenta des- legitimar la propuesta de Sober (la cual atribuye también a Cummins y Dretske) llevándola a realizar un trabajo con- ceptualmente muy elaborado con respecto a la forma en que opera el mecanismo de selección natural. Veamos, como primera medida, en qué consiste la visión de la selección negativa, expuesta principalmente por Sober. Más adelante examinaremos el enfoque positivo. 3. L A V I S I Ó N N E G AT I VA D E L A S E L E C C I Ó N N AT U R A L Sober ([1984] 1993, 148ss.) distingue tres tareas explicativas para una teoría de la evolución que quiera dar cuenta de la diversidad orgánica. Podemos preguntarnos por el desa- rrollo individual de una adaptación, podemos preguntarnos por la persistencia (en tiempo evolutivo) de una adaptación y podemos preguntarnos por el origen (creación) de una adaptación. Para explicar el desarrollo individual de un rasgo (adaptación) debemos acudir al proceso ontogenético me- diante el cual llegamos a tener dicho rasgo. Para explicar la persistencia de un rasgo necesitamos determinar las causas por las cuales los individuos con dicho rasgo prosperaron y persistieron desde el pasado sobre individuos que no po- seían dicho rasgo. Para explicar el origen de un rasgo de- bemos explicar los procesos mediante los cuales se origina o emerge el plan genético que codifica para dicho rasgo. Según Sober, de esos tres tipos de tareas explicativas sólo la segunda, la pregunta por la persistencia, es respondida por la selección natural. La selección natural explica por qué un rasgo persiste sobre otros, no explica ni el desarrollo FILOSOFIA.indb 21 27/11/06 11:34:24 I S E L E C C I Ó N N AT U R A L [22] ontogenético de estos mismos ni mucho menos su creaciónu origen (Neander, por el contrario, argumentará, como veremos más adelante, que la selección natural sí explica el origen de las adaptaciones). A la base del papel explicati- vo otorgado a la selección natural por Sober, se encuentra una noción particular de la misma. Y es que para Sober, la selección natural es una fuerza estrictamente negativa que opera simplemente eliminando a los individuos menos aptos, seleccionando, por ende, a los más aptos (que resultan serlo por las adaptaciones que tienen). Esto lo lleva a proponer una lectura de Darwin, a mi modo de ver, alejada de la usual. Según Sober, la revolución darwiniana consiste en cambiar de contexto a la pregunta por las adaptaciones: se trata de explicar su persistencia, no su origen. Para Sober, Darwin resuelve el asunto de las adaptaciones al explicar por qué los organismos que existen (persisten) son aquellos que poseen ciertas adaptaciones. Es un error pensar que Darwin resuelve el asunto al explicar cómo se originan en los individuos las adaptaciones que tienen. Así, siguiendo a Sober, no es que Darwin esté proponiendo una respuesta naturalista a la pregunta de Paley (pregunta por la creación), lo que hace es plantear una nueva concepción acerca del tipo de preguntas que deben ser respondidas con relación a la diversidad (preguntas por la persistencia): La selección natural no explica por qué yo tengo un pul- gar oponible (en vez de no tenerlo). Este hecho cae bajo el ámbito de los mecanismos de la herencia. Hay sólo dos tipos de hechos que la selección natural puede explicar al nivel individual. Puede explicar por qué los organismos particulares sobreviven y por qué gozan de cierto grado de éxito reproductivo. Pero las propiedades fenotípicas y genotípicas de los individuos –propiedades morfológicas, fisiológicas y conductuales– caen fuera del dominio pro- pio de la selección natural (Sober [1984] 1993, 152). FILOSOFIA.indb 22 27/11/06 11:34:25 La selección natural y su papel causal en la generación de la forma [23] M a xi m ili a n o M a rt ín e z La razón para defender esta distinción es simple: para Sober, la selección natural explica únicamente la frecuencia o distribución de un rasgo en una población (por qué los individuos que lo poseen sobrevivieron y persistieron). No explica el origen o creación de las adaptaciones mismas en un individuo particular. La explicación seleccionista tiene como foco la población y no el individuo. 4. A P O Y O S I N T U I T I V O S A L A V I S I Ó N N E G AT I VA Encontramos algunos apoyos intuitivos para el enfoque ne- gativo de la selección natural. a) El proceso de selección natural es un proceso de dos etapas: generación aleatoria de variación heredable (por mutación, recombinación, etc.) y posterior selección de dicha variación pre-existente. Aquí, las variaciones son creadas por las mutaciones y la selección natural simplemente escoge entre ellas, una vez ya están presentes, dependiendo su grado de aptitud. b) La selección natural es asimilada a un cedazo o filtro: los individuos y sus planes genéticos son arrojados al cedazo de la selección natural (condiciones de vida), decantando a los más adap- tados y eliminando a los menos adaptados. Esta metáfora del filtro es similar a la de la selección natural podando el árbol de la vida: la selección natural determina cuáles ramas se quedan y cuáles se eliminan, pero el árbol es necesaria- mente una forma previa a los cortes. c) Es posible pensar en un mundo donde coexistieran todas las especies, tanto las actuales como las que ya fueron eliminadas (no habría habido proceso de selección en dicho mundo). La selección natural no habría tenido ningún papel en la creación de los organismos y sus adaptaciones. Una condición para ello es que tal mundo debería tener recursos ilimitados. Nuestro mundo, por el contrario, tiene recursos limitados, lo que FILOSOFIA.indb 23 27/11/06 11:34:25 I S E L E C C I Ó N N AT U R A L [24] propicia la competencia. Pero la competencia no crea los organismos, ellos son una condición previa para ella.2 Además de Sober, André Ariew (2003) defiende el en- foque negativo de la selección natural apoyado en las in- tuiciones que acabo de exponer. Ariew, en una ingeniosa respuesta a The Mind Doesn’t Work That Way, de Fodor, sostiene que los rasgos (que componen a los fenotipos) están necesariamente presentes antes de que la selección natural pueda favorecerlos. Así, siguiendo a Sober, Ariew afirma que la selección natural explica por qué los rasgos están presentes al explicar el incremento de su frecuencia en una población, ella no explica cómo se originan. 5. E L E J E M P L O D E S O B E R Sober da un apoyo adicional a su visión de la selección na- tural negativa al acudir a la distinción de Lewontin entre explicación del desarrollo y explicación de la selección (ex- plicaciones según el contexto, para Lewontin). La primera, como vimos, da cuenta de cómo los individuos de una po- blación adquieren ciertas propiedades (cambio individual). La segunda explica cómo una población viene a componerse de individuos con ciertas propiedades (cambio en la pobla- ción). Como mencionamos arriba, estos son dos asuntos totalmente diferentes y la selección natural sólo explica el segundo. Sober tiene un ejemplo muy ilustrativo al respecto ([1984] 1993, 149). Nos dice que imaginemos un salón de clases (salón C) en donde hay diez niños, los cuales todos están en un nivel de lectura tres. Ahora, si nos preguntamos 2 Me parece pertinente anotar la dificultad (¿imposibilidad?) de pen- sar en un mundo tal, pleno de recursos. Un mundo sin lucha por la existencia requeriría no sólo recursos infinitos (cualquier cosa que ello quiera decir), también cambio en las formas de alimentación de los seres vivos. FILOSOFIA.indb 24 27/11/06 11:34:25 La selección natural y su papel causal en la generación de la forma [25] M a xi m ili a n o M a rt ín e z por qué los niños del salón C leen en un nivel tres, podemos responder de dos formas. Si tomamos en cuenta la explica- ción del desarrollo, entonces debemos explicar cómo cada niño va desarrollando paulatinamente la habilidad de leer, hasta llegar al nivel tres. Si atendemos a la pregunta por la selección, debemos averiguar cuál fue el criterio exigido para permitir el ingreso de los individuos al salón C (en este caso, tener un nivel tres de lectura). En el primer caso los niños se toman como individuos dinámicos, en el segundo se toman como estáticos (figura 1). Figura 1. Dos tipos de explicación para un mismo rasgo. Salón C: 10 niños ¿Por qué los niños del salón C tienen un nivel 3 de lectura? Dos tipos de explicación: Desarrollo Selección Lectura arriba del nivel 3 Cómo desarrolla cada niño su capacidad (Indi- viduos dinámicos) Cuál es el criterio para aceptar el ingreso del niño al salón (Indivi- duos estáticos) Nos dice Sober: La frecuencia de los rasgos de una población puede ser explicada por la selección natural, pero esta no puede explicar la posesión misma de esos rasgos en dicha pobla- ción (…) las explicaciones seleccionistas, a diferencia de las del desarrollo, no explican hechos que se dan al nivel de las poblaciones agregando las explicaciones que se dan a nivel individual. La selección natural puede explicar por qué todos los individuos en el salón C leen en un nivel tres, pero no lo hace mostrando cómo cada uno adquiere tal capacidad ([1984] 1993, 152). FILOSOFIA.indb 25 27/11/06 11:34:25 I S E L E C C I Ó N N AT U R A L [26] Así, para Sober, el único criterio para permitir el acceso al salón C es que el individuo tenga un nivel determinado de lectura (nivel tres), sin importar cómo adquirió y desa- rrolló tal capacidad, el cual es un asunto completamente diferente (y el cual puede tener, en cada caso, una respuesta diferente): Las dos explicaciones dan cuenta de por qué los indivi- duos del salón C leen en un nivel tres, pero lo hacen ubi- cando tal proposición en diferentes contextos. La historia del desarrollo nos dicecómo cada individuo adquiere la habilidad de lectura que tiene. La historia de la selección muestra cómo el salón contiene individuos que leen en un nivel tres y no individuos con otros niveles de lectura ([1984] 1993, 149) Hasta aquí he expuesto los principales argumentos que dan apoyo al enfoque negativo de la selección natural. Nos concentraremos ahora en el enfoque positivo. 6. L A S E L E C C I Ó N N AT U R A L C O M O U N A F U E R Z A C R E AT I VA No sólo Neander defiende el papel causal-positivo de la se- lección natural, Ayala y Gould pueden contarse como im- portantes partidarios de esta visión.3 En su monumental The Structure of Evolutionary Theory Gould afirma: La Selección Natural obviamente se ubica en el centro de la teoría de Darwin, pero debemos reconocer como su segundo postulado fundamental la afirmación de que la selección natural actúa como la fuerza creativa del cambio evolutivo. La esencia del darwinismo no puede residir en la mera observación de cómo opera la selección 3 Aunque Gould lo hace, como es de suponerse, por razones muy di- ferentes a las de Ayala y Neander. FILOSOFIA.indb 26 27/11/06 11:34:25 La selección natural y su papel causal en la generación de la forma [27] M a xi m ili a n o M a rt ín e z natural –porque generalmente se ha aceptado un papel negativo para ella, pues elimina al no adaptado y preserva el tipo (2002, 139). Gould parece estar corrigiendo a Sober. Por otro lado, uno de los principales defensores del papel creativo de la selección natural, Ayala, nos dice La SN ha sido comparada con un filtro que retiene las escasas mutaciones útiles que aparecen y deja ir a las fre- cuentes mutaciones dañinas. La selección natural actúa de esa manera, pero es mucho más que un mero pro- ceso negativo, puesto que es capaz de generar novedad e incrementar la probabilidad de ciertas combinaciones genéticas que de otra manera serían extremadamente improbables. La selección natural es, en este sentido, creativa (1999, 7) Usualmente, Ayala (1993, 1999) ilustra dicho papel creativo, la generación de la novedad, a partir del siguiente ejemplo. Escherichia coli es una bacteria que necesita del aminoácido histidina para su crecimiento. Si arrojamos unas cuantas bacterias a 1 cc de histidina estas se multiplicarán y tendremos, en un par de horas, de dos a tres billones. En dicha bacteria, mutaciones esporádicas de resistencia al antibiótico estreptomicina ocurren en el orden de uno en cada cien millones. Si agregamos estreptomicina a nuestras bacterias, tendremos que sólo sobrevivirán de veinte a trein- ta, las cuales, de nuevo, se multiplicarán y en pocas horas llegaran a ser de veinte a treinta millones, todas resistentes al antibiótico. Así mismo, mutaciones esporádicas de Esche- richia coli con capacidad para crecer sin histidina ocurren en el orden de cuatro en cien millones. Si trasladamos ahora nuestras bacterias a un medio sin histidina, sólo sobrevivirán unas cien. Estas a su vez se multiplicarán y en unas horas serán nuevamente de dos a tres billones, todas resistentes a FILOSOFIA.indb 27 27/11/06 11:34:26 I S E L E C C I Ó N N AT U R A L [28] la estreptomicina y con la capacidad de crecer sin histidina. De esta manera, mientras que la probabilidad de que las dos mutaciones ocurran espontáneamente en la misma bacteria es de cuatro en diez millones de billones, la selección natural ha producido bacterias con tales características en sólo dos pasos. Es en este sentido en que se afirma que la selección es creativa: la selección natural produce combinaciones de genes que de otra manera serían altamente improbables (Ayala 1999, 8; 1993, 13). 7. E L A R G U M E N T O D E N E A N D E R Muy influida por Ayala, Neander (1995a) elabora el siguien- te argumento para defender la creatividad de la selección natural. Primero, Neander distingue dos tipos de selección: de un solo paso y acumulativa. En una secuencia que genera resultados al azar y luego escoge uno de ellos (secuencia Azar/Selección), la selección de un solo paso puede envol- ver múltiples repeticiones, aunque estas son aisladas y no interconectadas entre sí: A S A S A S$ $ $ Por el contrario, la selección acumulativa envuelve múl- tiples repeticiones interconectadas ( ) ( ) ( )A S A S A S$ $ $ $ $ Los resultados de cada tipo de selección son muy dife- rentes, debido a la manera en que opera cada una. En la selección de un solo paso, el resultado de cada secuencia A/S está aislado de los demás y no altera los probables resul- tados de las secuencias futuras. En cambio, en la selección acumulativa la secuencia A/S influye y altera los resultados posibles de las secuencias futuras, pues cada secuencia opera sobre los resultados de la secuencia previa. Según Neander, el enfoque de Sober aplica al primer tipo de selección, mas FILOSOFIA.indb 28 27/11/06 11:34:27 La selección natural y su papel causal en la generación de la forma [29] M a xi m ili a n o M a rt ín e z no al segundo. El siguiente ejemplo, el cual es una modifi- cación mía del ejemplo que usa Neander (1995a, 74), ilustra la influencia de la selección acumulativa en la probabilidad de ocurrencia de los resultados posteriores. Imagínese que tenemos una urna que contiene ochenta balotas numeradas de uno a ochenta. En el fondo de la urna hay ocho hoyos con los números 10, 20, 30, 40, 50, 60, 70 y 80, en donde, tras un giro de la urna, deben caer las respectivas balotas cuyos números concuerden, es decir, la balota con el número 10 en el hoyo 10, la 20 en el hoyo 20, etc. La probabilidad de que, después de hacer girar la urna, caigan en los ocho ho- yos las balotas respectivas es extremadamente baja. Podría uno pasarse la vida intentando una y otra vez sin obtener éxito. Ahora, imagine que, en los múltiples intentos, cada vez que una balota acertada cae en uno de los ocho hoyos, esta permanece allí de ahora en adelante (no se sale de su hoyo en los nuevos giros). De esta manera, tras múltiples giros, la probabilidad de llenar los ocho hoyos con las balotas respectivas va, paulatinamente, aumentando considerable- mente (ver figura 2). ¿Cómo se relaciona este ejemplo con el proceso de selección natural? Según Neander, la versión de selección natural de Sober tiene como base la selección de un solo paso, en donde la mutación es seguida de selección, e igno- ra la selección acumulativa, cuando la selección es seguida por posterior mutación o recombinación. El punto es que, para Neander, la selección natural opera como la selección acumulativa, no como la de un solo paso. En la naturaleza, un proceso de selección precedente puede alterar en gran medida la probabilidad de ocurrencia de resultados poste- riores (traducidos en frecuencias génicas subsiguientes). Esta incidencia de la selección natural en los subsiguientes procesos de selección es posible gracias al mecanismo de la herencia. Neander (1995a, 77), adicionalmente, se vale FILOSOFIA.indb 29 27/11/06 11:34:27 I S E L E C C I Ó N N AT U R A L [30] Figura 2. Selección acumulativa. del siguiente razonamiento (ver también Lewens 2004, 33): imaginemos que tenemos tres tipos de proto-ojos, G1, G2 y G3. G3 es levemente mejor que G2 y G2 levemente mejor que G1. G1 es genéticamente más cercano a G2 que a G3 y G2 se encuentra a la misma distancia genética de G1 y G3. Ahora, si en una población de estrictamente individuos con G1 uno de ellos muta hacia G2, haciendo que tras varias generaciones el rasgo G2 se fije y desplace a G1, entonces la selección natural, al haber escogido y permitido que se fijara G2 debido a su mayor grado de aptitud, ha incre- 10 40 50 60 70 8020 30 78 10 40 50 60 70 8020 30 77 40 40 70 7050 10 40 50 60 70 8020 30 80 10 40 50 60 70 8020 30 79 70 FILOSOFIA.indb 30 27/11/06 11:34:27 La selección natural y su papel causal en la generación de la forma [31] M a xi m ili a n o M a rt ín e z mentado enormemente la posibilidad de que aparezca G3 (pues G3 es más cercano a G2 que a G1).4 Así, entérminos probabilísticos, la selección natural promueve los cambios en dirección del incremento del diseño adaptativo, siempre y cuando este incremento implique aumento en la aptitud de los portadores del rasgo.5 Es en este sentido que Neander toma a la selección natural como una fuerza creativa. 8. C A U S A L I D A D D E S C E N D E N T E Podemos conectar el trabajo de Neander con algunas ideas de causalidad descendente (downward causation), las cuales pueden reforzar el argumento de la selección natural creati- va (Campbell 1974; Popper [1978] 1997). Campbell (1974, 180ss.), en una discusión con respecto al reduccionismo y la organización jerárquica de la naturaleza en niveles (mo- léculas, células, tejidos, órganos, organismos, poblaciones, especies, ecosistemas, cada uno de los cuales tiene una realidad factual y organiza las unidades reales existentes en el nivel inferior), propone cuatro principios: 1. Todos los procesos de niveles superiores están restringidos por y actúan en conformidad con las leyes de los niveles inferio- res. 2. Los alcances teleonómicos de los niveles superiores requieren mecanismos y procesos específicos de los niveles inferiores. 3. La evolución biológica encuentra leyes que no son descritas por las leyes de la física y la química inor- gánica, y las cuales no podrán ser descritas en el futuro por sustitutos de ellos. 4. (Principio de causalidad descendente) Donde opera la selección natural, en un nivel superior de organización, a través de la vida y muerte de las entidades 4 Lewens (2004, 33) critica este argumento de Neander, aunque, a mi modo de ver, no da en el blanco. 5 Para un detallado examen de la selección natural y la causa probabi- lística ver Hodge (1987). Ver también López Beltrán (1993). FILOSOFIA.indb 31 27/11/06 11:34:27 I S E L E C C I Ó N N AT U R A L [32] en dicho nivel, las leyes de este sistema selectivo de nivel superior determinan en parte la distribución de los eventos y sustancias del nivel inferior. Todo proceso en un nivel inferior de una jerarquía está restringido y actúa en confor- midad con las leyes de los niveles superiores. De acuerdo con lo anterior, para Campbell, a diferencia de como es entendida usualmente en las discusiones filosóficas y por el sentido común, la causalidad es descendente cuando lapsos substanciales de tiempo (agrupando numerosas generacio- nes reproductivas) son tomados como un instante. Popper ([1978] 1997, 34-35), a su vez, nos dice que po- demos hablar de causalidad descendente dondequiera que una superestructura afecte causalmente a su subestructu- ra. Para Popper, la selección natural de variantes azarosas produce un efecto descendente en el organismo concreto, el cual se puede amplificar mediante una larga secuencia de generaciones vinculadas por la herencia. Una variante azarosa se acepta cuando encaja en la estructura del nivel superior, de otra manera es rechazada. Ahora, vinculando esta noción de causalidad descenden- te con las propuestas de Ayala y Neander, podemos decir que los eventos que ocurren en un instante t en un nivel superior determinan las entidades y eventos que aparecerán poste- riormente en el nivel inferior. La selección a nivel individual (nivel superior) determina cuál es el material genético (nivel inferior) que prevalecerá y cual desaparecerá. La causalidad descendente, en este caso, actúa a través de la herencia. Y es precisamente este tipo de causalidad la que le permite a la selección natural influir en el material sobre el cual apa- recerá la futura variación, donde ella misma posteriormente operará. La selección natural, al actuar mediante y sobre la acumulación de variaciones y selecciones previas, va ca- nalizando y condicionando las posibles variaciones futuras, promoviendo una tendencia y dirección para estas últimas (dirección adaptativa). FILOSOFIA.indb 32 27/11/06 11:34:28 La selección natural y su papel causal en la generación de la forma [33] M a xi m ili a n o M a rt ín e z 9. C O N C L U S I O N E S Aunque en el texto me limité simplemente a delinear al- gunas ideas para un desarrollo más detallado en el futuro, a mi modo de ver, podemos extraer algunas conclusiones importantes de lo hasta aquí expuesto. Podemos decir que la selección natural es un proceso de dos pasos: generación aleatoria de variación y posterior selección (no aleatoria) de dicha variación a través de la replicación diferencial (en esto concuerdan las dos visiones, negativa y positiva). Ahora, volviendo al argumento de Neander, si nos enfocamos en una secuencia aislada A/S no explicamos la creación de las secuencias génicas que dan paso a las adaptaciones. Por el contrario, si nos enfocamos en las múltiples relaciones y alteraciones de numerosas secuencias (herencia/causalidad descendente) podemos explicar cómo, en este estricto sen- tido, la selección natural crea las adaptaciones. Por otro lado, lo expuesto aquí trae algunas consecuen- cias para el debate actual en Filosofía de la Biología. Por un lado, se aclara el sentido en que se entiende a la selección natural como fuerza creativa, que capturaría (mediante un mayor refinamiento teórico/empírico) la intuición darwinia- na al respecto. Por otro lado, la negación de la selección natural positiva y la consideración exclusiva de la selección natural negativa facilita la aceptación y adopción de explica- ciones de la variación y conformación fenotípica diferentes y complementarias a la selección natural (constreñimien- tos del desarrollo, estructuralismo, auto-organización, etc.) dando paso expedito a la anhelada (en algunos ambientes académicos) integración evo-devo. Así mismo, se abre es- pacio para un minucioso trabajo exegético, y así determi- nar exactamente cómo el mismo Darwin entendía el papel jugado por la selección natural en la conformación de las adaptaciones (negativo para algunos, positivo para otros). Por último, se dan los primeros pasos para conformar un modelo robusto y elegante de selección natural que pueda FILOSOFIA.indb 33 27/11/06 11:34:28 I S E L E C C I Ó N N AT U R A L [34] ser contrastado y comparado con propuestas alternativas de generación de la forma orgánica, como las que acabo de mencionar. Este último punto, así como el primero, los desarrollo en otro escrito. R E F E R E N C I A S B I B L I O G R Á F I C A S Ariew, A. 2003. Natural Selection Doesn’t Work that Way: Jerry Fodor vs. Evolutionary Psychology on Gradualism and Sal- tationism, Mind & Language 18 (5): 478-483. Ayala, F. 1993. Darwin’s Revolution, en Campbell, J. & Schopf, W. (eds.) Creative Evolution?, 1-17, Boston: Jones and Bartlett. ________ 1999. Adaptation and Novelty: Teleological Explanatio- ns in Evolutionary Biology, Hist. Phil. Life Sci. 21: 3-33. Campbell, D. 1974. Downward Causation in Hierarchically Or- ganized Biological Systems, en Ayala F. & Dobzhansky Th. (eds.) Studies in The Philosophy of Biology, 179-186, Lon- dres: MacMillan. Darwin, C. [1859] 1998. The Origin of Species, Kent, GB: Wordsworth. Gould, S.J. 2002. The Structure of Evolutionary Theory, Cambrid- ge, MA: Belknap Press of Harvard University Press. Hodge, M.J.S. 1987. Natural Selection as a Causal, Empirical, and Probabilistic Theory, en Kruger, Gingerenzer & Morgan (eds.), The Probabilistic Revolution, 233-270, Cambridge, MA: MIT Press. López Beltrán, C. 1993. El gen como factor causal probabilístico en la teoría de la selección natural, Crítica 25 (75): 31-53. Lewens, T. 2004. Organisms and Artifacts, Cambridge, MA: MIT Press. Neander, K. 1988. What Does Natural Selection Explain? 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FILOSOFIA.indb 35 27/11/06 11:34:28 FILOSOFIA.indb 36 27/11/06 11:34:28 NEODARWINISMO Y NUEVA SÍNTESIS VLADIMIR CORREDOR Departamento de Salud Pública, Universidad Nacional de Colombia vcorredore@unal.edu.co Las ideas posteriores a la publicación del Origen de las Es- pecies por Charles Darwin en 1859, y de los Experimentos de Hibridación en Plantas por Gregor Mendel en 1866, per- mitieron la síntesis entre el Darwinismo y el Mendelismo que ha venido a llamarse la Nueva Síntesis. Hay tres ideas o condiciones para explicar el proceso evolutivo en la teoría propuesta por Darwin y que son de particular importancia: que las especies producen más pro- genie de la que realmente puede sobrevivir y reproducirse, que esa capacidad de los organismos de sobrevivir y repro- ducirse es variable (que es lo que hoy en día conocemos como adaptabilidad o fitness diferencial) y finalmente que la variación es heredable. Estas condiciones permiten que se lleve a cabo el proce- so evolutivo por selección natural (no otros tipos de procesos evolutivos), es decir el proceso evolutivo darwiniano. En El Origen de las Especies, la única imagen que se presenta en el libro es la de un árbol filogenético, es decir, una explicación del proceso evolutivo donde se nos muestra la aparición de las especies a partir de un ancestro común. Esa aparición de especies a partir de un ancestro común implica por supuesto la herencia, la variación y por con- siguiente la presencia de fitness diferencial sobre el cual FILOSOFIA.indb 37 27/11/06 11:34:29 I S E L E C C I Ó N N AT U R A L [38] va a operar la selección natural. El proceso de evolución por selección natural implica entonces que las especies se originan a partir de un ancestro común, que la selección natural opera sobre unidades auto-reproductivas, y que debe existir un mecanismo de generación de la variabilidad. Este mecanismo de generación de la variabilidad, representaba una gran preocupación para Darwin, y continúa siendo, en alguna medida, una preocupación para los investigadores en evolución en nuestros días. Para que el proceso Darwinista de evolución se lleve a cabo se requiere también que haya acumulación de rasgos distintos de generación en generación. Es decir, se requie- re de una explicación de la aparición de la variación y de la teoría de la herencia, y ninguna de las dos explicaciones tenía un fundamento sólido en tiempos de Darwin. Con res- pecto a la herencia los investigadores en tiempos de Darwin pensaban en dos modelos: la herencia dura y la herencia blanda. La herencia dura es aquella donde el constituyente de la herencia es absolutamente inmodificable mientras que la herencia blanda es aquella constituida por unidades que pueden ser modificadas por otros agentes, incluidos agentes externos. Para Darwin, que había propuesto la idea de la selec- ción natural para explicar el proceso evolutivo, la idea de la herencia dura era inicialmente más atractiva. Es decir, la idea de que hay caracteres que no son modificables, que se van a heredar de generación en generación, y sobre los cuales va a operar la selección natural. Sin embargo, esta idea presupone un problema lógico: ¿si la herencia es dura, de dónde proviene la variación? ¿Hay un estímulo especial que va a producir la variación de ese material hereditario? La idea de la herencia dura fue defendida por Darwin durante mucho tiempo; sin embargo, las ideas de Darwin sobre la herencia y sobre la variación fueron FILOSOFIA.indb 38 27/11/06 11:34:29 Neodarwinismo y nueva síntesis [39] V la d im ir C o rr e d o r cambiando con el tiempo para tratar de llegar a una reso- lución lógica de los problemas impuestos para explicar el proceso evolutivo. La necesidad de recurrir a una herencia blanda es con- secuencia de la idea de que el material que se va a transmitir de generación en generación debe tener la capacidad de ser modificable para explicar la variación; si ese material puede ser modificable por agentes externos, entonces tendríamos una versión Lamarckiana de la herencia. Para aquellos que en tiempos de Darwin no apreciaban o no estaban de acuerdo con el proceso de selección natural, la única manera de explicar las adaptaciones y las numero- sas modificaciones adaptadas a diferentes situaciones en diferentes organismos, era que hubiera agentes externos capaces de modificar el material de la herencia. Por lo tan- to, era necesario recurrir a una teoría blanda de la heren- cia, donde el material de la herencia pudiera modificarse. Este problema era importante, no sólo para aquellos que no creían en la selección natural; también era importante para Darwin, en el sentido de que muchas de las modifica- ciones de los organismos en tiempo evolutivo, en muchos casos, presentan patrones particulares. Las modificaciones ocurren, aparentemente, en ciertas direcciones, como si tu- vieran una polaridad hacia ciertos fenotipos o características (es el proceso conocido como ortogénesis). Para explicar la ortogénesis, se recurre a la idea de que la variación no es al azar, sino dirigida, y esa variación dirigida debe entonces provenir del medio externo. Otra preocupación expuesta en El Origen de las Especies es la de la reducción gradual de órganos inútiles, como por ejemplo los ojos de los peces de las cavernas. Los órganos que son necesarios en unas condiciones, pero no en otras, como cuando un organismo coloniza un nuevo nicho, van perdiéndose. La explicación de la pérdida de estos órganos FILOSOFIA.indb 39 27/11/06 11:34:29 I S E L E C C I Ó N N AT U R A L [40] está dada por la posibilidad de que un elemento externo pueda tener una acción sobre el material hereditario. Otra preocupación es la de cómo explicar la evolución de órganos completos; Darwin tenía una idea de la evolución como evolución gradual, y es muy difícil explicar, de acuerdo a su teoría de la evolución gradual, la aparición de órganos com- pletos. Por lo tanto, también era de alguna manera atrayente la idea de una variación dirigida desde el medio externo. De estos problemas se podría hacer una lista. En primer lugar, cuál es el origen de la variación (cómo es la variación en las poblaciones naturales – es decir, qué tanta variación hay en una población de una determinada especie y qué tipo de variación es esa; qué significa la variación continua o lo que Darwin llamaba también la variación individual – la variación que ocurre de manera gradual en una determinada población y dónde se pueden ver gradientes de variabilidad en una determinada población). En segundo lugar, si la va- riación ocurre al azar o no. Finalmente, cuál es la naturaleza de la herencia. Las observaciones de Darwin a partir del estudio y co- nocimiento de la domesticación de los animales (animales criados bajo condiciones de domesticación, donde es posible crear diferentes razas) y de la observación de las grandes diferencias de variación entre los animales criados en con- diciones de domesticación y los animales en condiciones naturales, lo indujeron a aceptar la posibilidad de una he- rencia blanda. Así, por ejemplo, las diferencias existentes entre los individuos de una especie en condiciones naturales es muy poca y la especie en términos generales tiende a ser uniforme. En otros casos hay grandes variaciones, pero éstas están representadas por un gradiente de variación. Por el contrario, en el caso de las razas de animales domésticos, las variaciones son muy grandes, como por ejemplo en el caso de los perros, como si la selección indujera de alguna manera la variación. FILOSOFIA.indb
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