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0 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE CIENCIAS DIVULGACIÓN CIENTÍFICA Y MEDIOS: SEUDOCIENCIA, MALA CIENCIA Y POLÉMICAS EN LA DIVULGACIÓN DE LA ASTROBIOLOGÍA T E S I S QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: BIÓLOGO P R E S E N T A : JORGE ARMANDO ROMO BONILLA DIRECTOR DE TESIS: Q.F.B. MARTÍN BONFIL OLIVERA MÉXICO, D.F., 2012 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 1 1. Datos del alumno Romo Bonilla Jorge Armando 46283833 Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Ciencias Biología 405027507 2. Datos del tutor Q.F.B. Martín Bonfil Olivera 3. Datos del sinodal 1 Dra. Antígona Segura Peralta 4. Datos del sinodal 2 Fís. Sergio Edgardo de Régules Ruiz Funes 5. Datos del sinodal 3 Dra. Clementina de los Ángeles Equihua Zamora 6. Datos del sinodal 4 Dra. Valeria Francisca Eugenia Leopoldina de María de Guadalupe Souza Saldívar 7. Datos del trabajo escrito Divulgación científica y medios: seudociencia, mala ciencia y polémicas en la divulgación de la astrobiología 96 p 2012 2 AGRADECIMIENTOS A mi madre, que fue madre y padre a la vez, por su lucha para sacar adelante a tres chamacos sin ayuda de nadie más. A mi hermana Mónica, que es mi inspiración y fue mi gran apoyo para sacar adelante la carrera. A Zoé, que es como mi hija. A Elizabeth, Amelie y Marcos, por ser parte de esta gran familia. A Brenda: por los consejos, enseñanzas, regaños y por ser mi gran amiga de la carrera. A Daxel: por estar ahí y escucharme, y por esa amistad tan calurosa. A Diana: por la revolución, los consejos, las verdades directas y por su admirable amistad. A mi hija Yared: por las terapeadas, los regaños, las discusiones, la epifanía y su gran amistad. A Martín Bonfil Olivera, por ser mi papá de la divulgación, por dirigir esta tesis, por su amistad, por las invitaciones a comer, por los aventones y por el window shopping. A Sergio de Régules, por ser mi sinodal, por ser mi tío de la divulgación, por su entusiasmo, por sus chistes y por ser una más de mis inspiraciones para ser divulgador. A Antígona Segura, por ser mi sinodal. No está de más decir que es como mi madrina de la divulgación. A Clementina Equihua y Valeria Souza: sinodales entusiastas, amigables y feroces críticas que con sus comentarios mejoraron con creces esta tesis. Al Monstruo de Espagueti Volador: por estar siempre conmigo, protegiéndome todo el tiempo gracias a su tallarinesca albongosidad. A todos aquellos buenos amigos que me han enseñado algo valioso en mi gran aventura intelectual durante esta licenciatura: Yamili, Manet (¡qué ricas nieves y crepas hemos comido!), César, Armando (tocayo), Caro, Mar Von Munchausen, Mariel (primiux), Adriana, Carlos (grandísimo gandul), Erika, Isabel, Paolo, Yunuen, Martha (comadre), Aryadna y Marielba (Marychan cuerpo de uva). 3 ÍNDICE Página I. RESUMEN 5 1.1 Objetivos 6 1.2 Justificación 6 1.3 Metodología 8 II. INTRODUCCIÓN 9 2.1 La Ciencia y su comunicación 9 2.1.1 ¿Qué es la ciencia? 9 2.1.2 ¿Cómo se comunica la ciencia? 12 2.1.3 Enseñanza de la ciencia 13 2.1.4 Comunicación pública de la ciencia 15 2.2 La divulgación científica 16 2.2.1 ¿Qué es la divulgación científica? 16 2.2.2 Los medios empleados por el divulgador 19 III. LA ASTROBIOLOGÍA 21 3.1 Definición de astrobiología 21 3.2 La astrobiología en los medios de comunicación masiva 25 IV. PROBLEMAS A LOS QUE SE ENFRENTA LA DIVULGACIÓN DE LA ASTROBIOLOGÍA 28 4.1 Seudociencia 28 4.1.1 Definición de seudociencia 28 4.1.2 Discusión de casos de seudociencia relacionados con la astrobiología en la prensa 30 4.1.2.1 La cara de Marte 30 4.1.2.2 La prensa ante la cara de Marte 34 4.1.2.3 Los OVNIs de Campeche 36 4.1.2.4 La prensa ante los OVNIs de Campeche 38 4.2 Mala ciencia 41 4.2.1 Definición de mala ciencia 41 4.2.2 Discusión de casos de mala ciencia relacionados con astrobiología en la prensa 42 4.2.2.1 La lluvia roja 42 4.2.2.2 La prensa ante la lluvia roja 46 4.2.2.3 Los microfósiles de Richard Hoover 48 4.2.2.4 La prensa frente a los microfósiles de Richard Hoover 50 4.3 Polémicas científicas 52 4 4.3.1 Definición de polémicas científicas 52 4.3.2 Discusión de casos de polémicas científicas relacionados con la astrobiología en la prensa 56 4.3.2.1 El meteorito ALH84001 56 4.3.2.2 La prensa frente al mateorito ALH84001 59 4.3.2.3 El origen de las emisiones de metano en Marte 62 4.3.2.4 La prensa frente a las emisiones de metano en Marte 64 4.3.2.4 Las bacterias del arsénico 67 4.3.2.5 La prensa frente a las bacterias del arsénico 69 V. ANÁLISIS DE LOS PROBLEMAS 72 5.1 Diagnóstico de los casos 72 5.1.1 Seudociencia: signos diagnósticos 72 5.1.1.1 La seudociencia vista por los medios 73 5.1.2 Mala ciencia: signos diagnósticos 73 5.1.2.1 La mala ciencia vista por los medios 75 5.1.3 Polémicas científicas: signos diagnósticos 75 5.1.3.1 Las polémicas científicas vistas por los medios 77 5.2 Propuestas 77 5.2.1 Para científicos 78 5.2.1.1 En el caso de las seudociencias 78 5.2.1.2 En el caso de mala ciencia 78 5.2.1.3 En el caso de polémicas científicas 79 5.2.2 Para divulgadores 79 5.2.2.1 En el caso de las seudociencias 79 5.2.2.2 En el caso de mala ciencia 79 5.2.2.3 En el caso de polémicas científicas 80 5.2.3 Para periodistas y medios de comunicación 80 5.2.3.1 En el caso de las seudociencias 80 5.2.3.2 En el caso de mala ciencia 81 5.2.3.3 En el caso de polémicas científicas 81 VI. CONCLUSIONES 82 VII. BIBLIOGRAFÍA 83 VIII. APÉNDICE 88 5 I. RESUMEN La divulgación científica es “una labor multidisciplinaria cuyo objetivo es comunicar, utilizando una diversidad de medios, el conocimiento científico a distintos públicos voluntarios, recreando ese conocimiento con fidelidad y contextualizándolo para hacerlo accesible. Esta definición resulta a primera vista muy práctica, pues es lo suficientemente amplia y ambigua como para abarcar todas las posibilidades sensatas” (Sánchez Mora, 2010). Asimismo, permite al público no experto acercarse a los conocimientos científicos a través de un lenguaje no especializado. El divulgador accede a las fuentes primarias (por ejemplo, artículos publicados en revistas especializadas) para obtener información que después recreará en distintosmedios tales como radio, televisión, diarios de circulación nacional, revistas, etc. Así, la divulgación es importante debido a que el ciudadano promedio puede comprender la información científica y apreciar su importancia. Al abordar la producción de conocimiento, los científicos, los divulgadores científicos y los periodistas se enfrentan, entre otros, a tres grandes fuentes potenciales de problemas: las seudociencias, la mala ciencia y las polémicas científicas. Su discusión es importante debido a que el comunicador científico, en su labor cotidiana, puede encontrarse con ellas y como consecuencias cometer errores al presentar como ciencia información polémica, parcialmente incorrecta o no científica. A partir de esto se plantean las siguientes preguntas: ¿Cómo distinguir entre ciencia y seudociencia? ¿Cómo distinguir entre mala ciencia y “ciencia bien hecha” (la que está basada en los estándares de calidad aceptados por la comunidad científica)? ¿Qué debe ser divulgado: las polémicas en sí o solamente una de las posturas en disputa? Para tratar de aportar sugerencias para superar estas dificultades, en la presente tesis se analizaron y esbozaron propuestas para que científicos, divulgadores y periodistas las puedan enfrentar con mayor eficacia. Dada la multidisciplinariedad de la astrobiología, las propuestas que se generaron en esta tesis pueden aplicarse a otras disciplinas científicas. Los científicos, divulgadores y periodistas, sin importar si son del campo de la física, química, biología, 6 astronomía, etc., tienen a su alcance algunas recomendaciones para llevar a cabo su labor y enfrentar mejor tres grandes problemas que todo comunicador científico puede encontrarse al menos en algún momento de su carrera. Palabras clave: divulgación científica, seudociencia, mala ciencia, polémicas, astrobiología, periodismo científico. 1.1 Objetivos 1.1.1 Revisar y discutir los principales problemas que enfrenta la divulgación científica. 1.1.2 Realizar un análisis de los problemas que enfrenta la divulgación científica en el caso concreto de la astrobiología. 1.1.3 Proponer recomendaciones para científicos, divulgadores y periodistas que permitan una mejor divulgación científica y particularmente, de los temas relacionados con la astrobiología, abordando con rigor y eficacia los problemas mencionados. 1.2 Justificación La divulgación científica permite al público no experto acercarse a los conocimientos científicos a través de un lenguaje no especializado. El divulgador accede a las fuentes primarias (por ejemplo, artículos publicados en revistas especializadas) para obtener información que después recreará para contextualizarla y hacerla accesible. Así, la divulgación es importante debido a que el ciudadano promedio puede conocer la información científica y comprender su importancia. Las seudociencias incluyen información que pretende hacerse pasar por ciencia cuando no lo es. Los medios de comunicación bombardean día con día al público con ideas que vienen amparadas por un velo de autoridad presente en la ciencia. Así, se comenta que una cultura científica es suficiente para distinguirlas. Sin embargo, la gran variedad de éstas, así como las distintas apariencias que 7 llegan a presentar, pueden generar confusiones al grado de ser consideradas como un producto más de la labor científica. La mala ciencia se refiere a errores en la metodología llevada a cabo por los científicos. Estos errores están acompañados por una elaboración incorrecta de los experimentos o de una interpretación equivocada de sus resultados. Esto trae como consecuencia algunas dificultades en la labor del científico. Asimismo, esto representa un problema: se estaría comunicando conocimiento sobre la naturaleza en donde las conclusiones obtenidas presentarían sesgos importantes sobre el fenómeno que se describe. Las polémicas involucran a dos o más facciones de científicos que discuten, bajo distintas posturas, sobre los resultados y conclusiones obtenidas en la labor científica. Frente a los argumentos de las distintas partes, puede que surjan confusiones en torno a la interpretación real de los resultados obtenidos lo cual ocasionaría que se comunicara información parcial o errónea. En la astrobiología existen casos que ejemplifican los tres problemas antes mencionados: los rumores sobre el origen extraterrestre de la lluvia roja, la polémica en el caso de las bacterias basadas en arsénico y el debate sobre el origen biológico o geológico de las emisiones de metano en Marte, entre otros. Así, esta disciplina científica ofrece una variedad de ejemplos que pueden ser utilizados para abordar los problemas planteados. Para tratar de enfrentar más eficazmente estos problemas, en esta tesis se intentará brindar algunas propuestas y herramientas para científicos, divulgadores y periodistas. 8 1.3 Metodología - Se revisaron y discutieron los problemas que las seudociencias, la mala ciencia y las polémicas científicas plantean para la divulgación científica. - Se analizaron y discutieron ejemplos de cada problema tomando como estudios de caso trabajos de la astrobiología. - Se consultaron notas de diarios y revistas en línea, así como artículos de páginas web (si el caso lo ameritaba). - A partir del análisis de los casos, se realizaron propuestas para contribuir a que la comunicación de la ciencia sea más eficaz. 9 II. INTRODUCCIÓN 2.1 La Ciencia y su comunicación 2.1.1 ¿Qué es la ciencia? Existe una gran variedad de definiciones de lo que es la ciencia. Ruy Pérez Tamayo (1989, p. 7) ofrece una definición de trabajo: “la ciencia es una actividad humana creativa cuyo objetivo es la comprensión de la naturaleza y cuyo producto es el conocimiento, obtenido por medio de un método científico organizado en forma deductiva y que aspira a alcanzar el mayor consenso posible”. En esta definición, Pérez Tamayo considera la creatividad humana como el factor que permitirá comprender el mundo natural. Etimológicamente, “ciencia” significa conocimiento. La ciencia produce precisamente eso: conocimiento. Asimismo, tiene un fin preciso: resolver problemas científicos (Bonfil, 2004b, p. 45). Si se buscan resolver problemas sociales, humanísticos, morales, disputas personales, etc., se estará fuera de la jurisdicción científica. Pero la labor científica no es sólo un conjunto de conocimientos o una actividad: es una forma de pensar y de ver al mundo; una actitud (Bonfil, 2004b, p. 47). Para Mario Bunge (1960), la ciencia tiene quince características principales que la diferencian de otras disciplinas: 1.- El conocimiento científico es fáctico.- La ciencia parte de los hechos, busca respetarlos y elabora hipótesis provisionales para comprenderlos, y siempre vuelve a ellos para verificar la validez de la hipótesis planteada. 2.- El conocimiento científico trasciende los hechos.- En la labor científica se descartan y producen nuevos hechos; éstos son explicados mediante el uso de hipótesis provisionales. 3.- La ciencia es analítica.- Los problemas que la ciencia aborda son descompuestos en sus elementos, para entender cómo interaccionan y conforman el fenómeno estudiado. 10 4.- La investigación científica es especializada.- El científico debe estar especializado para analizar con mayor rigor y eficacia los problemas que se plantean a la ciencia. 5.- El conocimiento científico es claro y preciso. Los problemas abordados pueden ser complejos, pero cuando se analizan cuidadosamente y se describen los elementos que los integran, se producirán conocimientos precisos en un lenguaje que permitirá a otros científicos entender fácilmente el fenómeno en cuestión. 6.- El conocimiento científico es comunicable.- Como la ciencia un producto social, el científico no oculta susresultados, sino que los comunica a sus colegas. Es decir, “no es inefable sino expresable, no es privado sino público”. 7.- El conocimiento científico es verificable.- Existe un “control de calidad” en el ámbito científico que verifica si alguna hipótesis es correcta, reproduciendo las observaciones y experimentos. 8.- La investigación científica es metódica.- La labor del científico no se caracteriza por ser una serie de actividades erráticas, sino planeadas. 9.- El conocimiento científico es sistemático.- La ciencia no es un agregado de teorías inconexas, sino un conjunto de informaciones interrelacionadas y conectadas lógicamente entre sí. 10.- El conocimiento científico es general.- Los hechos particulares son ubicados en pautas generales. 11.- La ciencia produce leyes.- En ocasiones, los científicos enuncian leyes a partir del estudio de naturaleza 12.- La ciencia es explicativa.- La ciencia intenta explicar los hechos a partir de las leyes, y las leyes a partir de principios. 13.- El conocimiento científico es predictivo.- El conjunto de teorías que integran a la ciencia pueden predecir y explicar fenómenos futuros. 14.- La ciencia es abierta.- No reconoce barreras que limiten el conocimiento. 15.- La ciencia es útil.- Permite solucionar problemas y crear aplicaciones tecnológicas. La ciencia no es un sacerdocio cerrado entre científicos, sino un conjunto de conocimientos que se encuentran sometidos a la libre discusión, a la crítica y al 11 debate. Una hipótesis que sea propuesta por un científico, sin importar las credenciales que presente, es sometida a una revisión rigurosa buscando establecer su validez al compararla con los hechos. La discusión y crítica de la comunidad son las encargadas de establecer si una explicación realmente se apega a lo observado. Carl Sagan comenta que muchas de las características que definen a la ciencia son también los grandes requisitos para la democracia: la libre discusión de ideas, la generación de diversas propuestas para atacar los problemas de una sociedad, el convencimiento de los demás por medio de las armas de la razón, etc. (Sagan, 1995, p. 37). Así, la ciencia sería una “meritocracia de ideas”: de manera similar a un proceso evolutivo, de las variadas hipótesis que se proponen para explicar un fenómeno, sólo aquellas que sobrevivan a la crítica se establecerán (Bonfil, 2004b, p. 46). Las herramientas de las que se vale el conocimiento científico son tres: la teoría, el método y los modelos (Pérez Tamayo, 1989). La teoría es la unidad explicativa de la ciencia. Una de sus funciones principales consiste en explicar de manera integral el problema científico que se aborda. La teoría, al igual que las hipótesis, es provisional y refutable, y contribuye al progreso de la ciencia. La ciencia trabaja a partir de un método: una serie variable de pasos con los cuales se aborda un problema determinado. Gracias a esta práctica sistemática, el conocimiento científico puede ser reproducido y generar información confiable. El método científico es una manera de pensar y procesar que siguen los científicos y que en gran medida los identifica como tales (Bonfil, 2004b, p. 54). Este método consiste en aplicar el pensamiento racional a nuestra diaria labor de interpretar el mundo (Bonfil, 2004b, p. 56). Existen varias clases de modelos: descriptivos, explicativos, predictivos, normativos, etc. Cada uno de estos modelos puede ser fáctico, es decir, puede describir algún hecho (Pérez Tamayo, 1989). Su aplicación en la resolución de los problemas científicos permite obtener una idea de las características que integran el fenómeno estudiado. 12 Así, la ciencia tiene como objetivo estudiar a la naturaleza y los fenómenos que ocurren en ésta. Siendo un conjunto de conocimientos interdisciplinarios, busca comprender la realidad externa ajena a nuestros sentidos a partir de diferentes herramientas racionales y sistemáticas. 2.1.2 ¿Cómo se comunica la ciencia? Herrero Solana (1996) define la palabra “comunicación” como el intercambio de información entre individuos que comparten un sistema de señales en común. Según Fernando del Río (1982), se pueden distinguir dos tipos de comunicación científica: la interna y la externa. La comunicación intracientífica se refiere a la comunicación entre los científicos; mientras tanto, la comunicación extracientífica se refiere de los medios de comunicación que hay entre el sistema de investigación científica y los sistemas gubernamental, productivo y el público en general. Dentro de la comunicación científica interna, la manera más eficaz que tienen los científicos para comunicarse entre sí es la individual: visitas mutuas, llamadas telefónicas, cartas personales, pláticas privadas en reuniones especializadas y circulación de preimpresos (copias mecanografiadas de los informes de investigación que a veces son publicados formalmente; Del Río, 1982). El avance de las nuevas tecnologías permite agregar a la lista anterior nuevos medios de comunicación. Entre ellos, Herrero Solana (1996) enumera los siguientes: correo electrónico, foros electrónicos de discusión, redes sociales, suscripción a listas electrónicas afines a las áreas de incumbencia de la unidad académica, etc. A estos medios de comunicación también se les puede llamar canales. Pero los medios principales por el cual la ciencia se comunica son las revistas especializadas. Su papel es ser un foro por medio del cual los científicos reclaman la prioridad de un descubrimiento. Asimismo, su importancia radica en ser un mecanismo que permita la publicación y la comunicación de trabajos y evitar la apropiación de ideas por parte de otros investigadores (Campanario, 1999). 13 Para Fernando del Río (1982), gracias a la comunicación extracientífica la ciencia se convierte en patrimonio de la humanidad para después ser vertida en las actividades tecnológicas, filosóficas, educativas, etc. Luis Estrada (1992) comenta que la difusión de la ciencia es a menudo sinónimo de divulgación, aunque se le suele utilizar cuando se habla de la comunicación entre científicos. En este sentido, difusión se refiere a la propagación de conocimiento entre especialistas, como cuando se publican los resultados de una investigación o se presentan trabajos en un congreso científico. 2.1.3 Enseñanza de la ciencia Según el Diccionario de la lengua española (vigésima segunda edición), la palabra educar se significa dirigir, encaminar, doctrinar. Educación se refiere al desarrollo o perfeccionamiento de las facultades intelectuales y morales del niño o del joven por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos, etc. No debe confundirse con Enseñanza, la cual se refiere al ámbito escolar. Con respecto a esta última palabra, ésta se refiere al sistema y método de dar instrucción. Un ejemplo es la enseñanza primaria. Ana María Sánchez Mora y Carmen Sánchez Mora (2003) definen tres tipos de enseñanza: - Enseñanza formal.- Es la enseñanza escolarizada, jerárquica, basada en el currículum, evaluada sobre metas curriculares, y que se lleva normalmente a cabo en una institución reconocida. - Enseñanza no formal.- Es la enseñanza sistemática, planificada y evaluada, pero no jerárquica, que puede llevarse a cabo tanto en instituciones escolares como en ámbitos abiertos y rurales. - Enseñanza informal.- Es la enseñanza cotidiana, voluntaria o no, pero que puede ser encauzada en sitios como los museos. En este apartado nos referiremos exclusivamente a la enseñanza formal. La enseñanza de la ciencia constituye un cuerpo dinámico de conocimientos que, en la medida que se trabajan adecuadamente en el ámbito de la escuela, permitirán a los alumnos alcanzar una alfabetización científica necesaria para la inserción social en los tiempos que se viven, tanto a nivel de conocimientos comode actividades, en pro de una mejor calidad de vida (Ligouri y Noste, 2005). 14 Del Río (1982) enumera los medios a través de los cuales se enseña la ciencia: - Cursos.- Son los medios principales por los cuales se lleva a cabo la enseñanza de la ciencia. Mantienen el estatus escolarizado y jerárquico, están evaluados en metas curriculares y se imparten en instituciones dedicadas a la enseñanza (sean públicas o privadas). - Asesorías.- Se dan por parte de especialistas. Su función básica es orientar al estudiante sobre algún tópico de estudio en particular o en la realización de algún proyecto académico o de investigación. - Conferencias.- El alumno puede asistir a una conferencia relacionada con el tema de estudio para complementar la información adquirida en el aula. - Programas de TV y radio.- Los programas de televisión y radio de carácter pedagógico pueden complementar, de igual manera, los temas vistos en los cursos. - Publicaciones.- La información aparecida en revistas de educación y divulgación científica pueden servir de apoyo a los temas vistos en clase. En la época que vivimos, los museos interactivos, las páginas web y las redes sociales también desempeñan un papel en la enseñanza. Carmen Sánchez Mora (2001) comenta que en el aprendizaje de conceptos y teorías (una de las finalidades de la enseñanza de las ciencias) hay un problema: por la manera en que son presentados al estudiante, no pueden ser aplicados a nuevos problemas o transferidos a otros contextos distintos de los utilizados en la enseñanza. Ligouri y Noste (2005) aseguran que existen docentes que aún están aferrados al paradigma de enseñanza-aprendizaje por transmisión verbal del conocimiento científico, el cual se muestra como algo acabado o verdadero. Los alumnos tienen que repetir dicho conocimiento debido a la exigencia del profesor para obtener una nota aprobatoria sin siquiera haberlo comprendido. En este paradigma: - Se da una imagen un tanto distorsionada de la ciencia. - Se da a entender que hay un método científico de carácter universal. - Las teorías científicas se presentan como verdades absolutas. 15 - El conocimiento científico aparece como superior a otros tipos de conocimiento (cotidiano, escolar, profesional, etc.). - La ciencia siempre está orientada al bien común. - Toda investigación comienza con la observación. - La observación es objetiva. - En ciencia todo es experimentable. - La actividad científica es neutra o aséptica, y descontextualizada o ahistórica (no está influida por intereses individuales o grupales ni por el contexto histórico-social). - La ciencia siempre permite una mejor calidad de vida, resolviendo todos los problemas socioambientales que se le van presentando a la humanidad. - Los científicos trabajan en forma aislada, solitariamente en sus laboratorios. - Los científicos son genios, tienen una mente “privilegiada”. Frente a este problema, Ligouri y Noste (2005) mencionan que una alternativa que puede dar un enfoque distinto al paradigma mencionado es la llamada ilustración científica. Al parecer, no hay un consenso concreto en torno al término, mas es posible brindar una definición de trabajo: la alfabetización científica es el acceso a la cultura científica en forma amplia, dada a partir de la escuela para una mejor inserción práctica y cívica en el mundo que nos rodea. 2.1.4 Comunicación pública de la ciencia En esta tesis se propone que el término “comunicación pública de la ciencia” se refiere a las actividades de comunicación de contenidos científicos que están destinados a un público no especializado. En esta definición no se incluyen la comunicación intracientífica ni la enseñanza de la ciencia. Anaya (2002) afirma que la comunicación pública de la ciencia se lleva a cabo a través de los medios de comunicación masiva con tres objetivos: 1) informar al público sobre los avances científicos, 2) proporcionar el contexto político, social y cultural de esos nuevos conocimientos y sus posibles repercusiones y 3) contribuir a crear un pensamiento científico que aliente la conciencia crítica de la población para que pueda influir en la política científica con el propósito de lograr el desarrollo integral del país. 16 Cazaux (2010) comenta que de entre las estrategias utilizadas en la comunicación pública de la ciencia se encuentran la propaganda, el espectáculo, las relaciones públicas, la divulgación científica, el periodismo, etc. Cabe destacar que gracias a la revolución que ha representado internet, los blogs y las páginas web, se ha permitido un mayor acceso a la información científica desde la comodidad del hogar. Según Castellanos Pineda (2009), saber ciencia nos hace más libres, más críticos, más independientes y más firmes en la toma de decisiones. De ahí que la comunicación pública de la ciencia sea importante para con la sociedad de la información (que pese a los medios existentes, aún no se puede considerar como la sociedad del conocimiento). Uno de los objetivos de la comunicación pública de la ciencia es la reducción de barreras entre la ciencia y el público. Ya que la sociedad es la que dota la ciencia de recursos materiales y humanos, tiene derecho a contar con información científica cada vez más amplia y rigurosa sobre el sistema al que financia. Se busca cuál es el valor de la ciencia, sus aplicaciones, las posibilidades de desarrollo, los problemas sociales que puede ayudar a resolver, los nuevos problemas que pueden surgir como consecuencias del desarrollo científico, las opciones existentes en política científica, etc. Por otro lado, la comunicación pública de la ciencia no sólo satisface las demandas sociales, sino que beneficia al propio sistema en el que éstas se producen. Una sociedad que sea ilustrada en materia científica se encontrará más dispuesta a apoyar actividades científicas y estará mejor preparada para aprovechar las oportunidades de innovación y de mejoramiento del bienestar proporcionado por el desarrollo científico (Cazaux, 2010). 2.2 La divulgación científica 2.2.1 ¿Qué es la divulgación científica? La divulgación científica es la labor en la cual se comunican los conocimientos científicos al público en general. Ana María Sánchez Mora en Introducción a la comunicación escrita de la ciencia (2010, p. 22-23) ofrece algunas características 17 generales sobre la divulgación antes de brindar una definición práctica de la misma: • La divulgación no es una disciplina; es un quehacer, una artesanía, un área emergente. • Es una labor multidisciplinaria que involucra a las ciencias naturales y sociales, humanidades, artes y técnicas. • No hay consenso sobre sus fronteras: situación que la diferencia de otras disciplinas afines tales como la pedagogía, comunicología, uso de los medios, psicología, literatura, historia, sociología, filosofía, etc. Aunque sí existe consenso en cuanto a que: • La divulgación científica tiene que ver con la ciencia. • Es un acto de comunicación. Una vez considerados los puntos anteriores, Sánchez Mora (2010, p. 24) define la divulgación científica como “una labor multidisciplinaria cuyo objetivo es comunicar, utilizando una diversidad de medios, el conocimiento científico a distintos públicos voluntarios, recreando ese conocimiento con fidelidad y contextualizándolo para hacerlo accesible”. Según esta autora, la definición es suficientemente amplia y ambigua como para abarcar todas las posibilidades sensatas. El uso del término “contextualización” hace referencia a dos operaciones: extraer la información de su contenido original (científico) e insertarla en uno nuevo. Es posible que la definición práctica utilizada por Sánchez Mora (2010, p. 27) no brinde del todo un marco para englobar y distinguir a la divulgación científica de otras actividades similares.Para ello, conocer lo que no es la divulgación puede permitir una delimitación más concisa sobre esta área emergente. Para comenzar, se debe aclarar que la divulgación no es una traducción literal de los conocimientos científicos (Sánchez Mora, 2010, p. 30). Sabemos que la ciencia es una realidad inaccesible al vulgo debido principalmente a su lenguaje especializado, de ahí que el divulgador podría tener problemas si sólo tradujera la información científica sin utilizar otros recursos que permitieran una mayor comprensión de la información. 18 Otra de las aclaraciones necesarias es que la divulgación no es una actividad cuyos objetivos sean la diversión o la utilidad práctica inmediata (Sánchez Mora, 2010, p. 32). Para Sánchez Mora (2010, p. 43), la importancia de la divulgación científica ya no es materia de discusión, ya que se considera una actividad valiosa: muchos científicos, comunicadores, filósofos, historiadores, sociólogos y políticos, entre otros, y participantes de la amplia actividad científica, le asignan un papel de vital importancia en el desarrollo de una nación. Divulgar la ciencia es importante debido a que hace accesibles los conocimientos científicos a aquellas personas que no son especialistas. Pero hay otra razón: más allá de que la ciencia sea un cuerpo de conocimientos, es una forma de ver el mundo. Para algunos, la divulgación es importante para todos los ciudadanos debido a su trascendencia social, mientras que para otros satisface intelectualmente a quienes la hacen y a quienes la reciben. La divulgación nos permite entender que (Sánchez Mora, 2010, p. 43): • La ciencia es parte de la cultura universal. • La ciencia es una manera de conocer el mundo que ha resultado ser muy exitosa. • La ciencia y la tecnología desempeñan un papel crucial en las sociedades actuales. • La prosperidad de las naciones descansa en la ciencia y la tecnología. • La industria nacional será más competitiva si los administradores y tomadores de decisiones entienden mejor qué es la ciencia. • La ciencia debe ocupar más espacio en los medios. • Los científicos deben aprender a comunicarse con el público. • El público financia la ciencia y la tecnología con sus impuestos. • Los ciudadanos no pueden permanecer al margen de los debates. • La divulgación es necesaria para tener acceso a la información. • La divulgación es imprescindible para tomar decisiones democráticas relacionadas con la ciencia. • Comprender la naturaleza es una fuente de gozo personal. 19 La ciencia divulgada es reflejo directo de los criterios de selección empleados por los divulgadores, es decir, los temas que más atraen al público lego. Los temas más atractivos para el público son aquellos que tienen relación con la vida cotidiana y que pueden afectarle (medicina, tecnología, biología y astronomía), mientras tanto, aquellos temas que suenan totalmente ajenos (ciencias de la Tierra, física y química) son los menos propicios para ser noticia (Sánchez Mora, 2010, p. 87). Muchos de los temas más “noticiables” de la actividad científica no son avances, sino acontecimientos y tendencias del ambiente internacional o nacional, los cuales representan los intereses dentro del mundo científico. Algunos ejemplos son el fraude científico, los futuros avances que serán comunicados más tarde por la comunidad científica, los debates en torno a primacía en algún descubrimiento, etc. Muchos de estos casos tienen un trasfondo envuelto en intereses comerciales y políticos (Sánchez Mora, 2010, p. 88-89). Desde un punto de vista social y educativo, la divulgación científica es considerada en todo el mundo una actividad importante, necesaria y loable, aunque también es muy difícil de realizar (Sánchez Mora, 2010, p. 175). Por ejemplo, no toda persona que utilice metáforas y analogías para hacer divulgación conseguirá transmitir de manera completa su mensaje. Puede que en ocasiones el público reciba correctamente el mensaje, mientras que en otras entienda algo muy distinto a lo que se desea transmitir. Además, si el receptor adopta una postura de desconfianza hacia la ciencia o tiene creencias seudocientíficas, el mensaje simplemente será rechazado, sin importar la habilidad del divulgador. En este sentido, el comunicador se enfrenta a un ambiente cultural poco propicio y a una sociedad muy demandante. Por lo tanto, es preciso consolidar la divulgación profesionalmente fortaleciendo su calidad, pero sin perder de vista su componente artesanal (Sánchez Mora, 2010, p. 175). 2.2.2 Los medios empleados por el divulgador El divulgador científico emplea diferentes medios que le permiten comunicar su mensaje al público. Ana María Sánchez y Carmen Sánchez Mora (2003) afirman que los principales medios de comunicación a su alcance son las conferencias, los 20 escritos, audiovisuales, museográficos, teatrales, radiofónicos, entre otros. Asimismo, los divulgadores producen obras tangibles (artículos, libros, videos) llamados materiales o productos de divulgación. Los medios de comunicación empleados deben tener un discurso propio en función del tipo de público al que están dirigidos. Lo mismo sucede con los materiales de divulgación: en función de la edad, de los estudios y del sector se generará el tipo de material, la información y el lenguaje más adecuado para los mismos. Público en general Educadores Sector productivo Sector gubernamental y Político Adulto Infantil Conferencias Talleres Exposiciones Museos Diaporamas Vigeograbaciones Cine Radio Televisión Diarios Revistas Libros Fig. 1. Cuadro que representa los tipos de públicos y los medios de divulgación adecuados para éstos (Del Río, 1982). Los medios de divulgación más personales son las conferencias y los talleres. Mientras tanto, los medios colectivos (radio, cine, Televisión, etc.) son los más impersonales y costosos (Del Río, 1982). La figura 1 representa los tipos de públicos y los medios de divulgación adecuados para éstos, pero no toma en cuenta (por obvias razones) los medios de comunicación actuales derivados de internet: páginas web, videos en línea, blogs, podcasts, etc. Estos nuevos medios brindan más acceso al público y ahorran gastos. En internet se ven fácilmente conferencias, visitas virtuales a museos, videograbaciones, cine, radio, televisión, diarios, revistas y libros. 21 III. LA ASTROBIOLOGÍA 3.1 Definición de astrobiología Según The NASA Astrobiology Roadmap (Des Marais et al., 2003), la astrobiología se define como “el estudio del origen, evolución, distribución y futuro de la vida en el universo”. Asimismo, en esta disciplina científica emergente se plantean tres preguntas básicas: ¿Cómo surgió y evolucionó la vida? ¿Hay vida en otros lugares del universo? ¿Cuál es el futuro de la vida en la Tierra y más allá? En su edición de 2008, The NASA Astrobiology Roadmap ofrece siete metas que la astrobiología busca cumplir (Des Marais et al., 2008): 1. Comprender la naturaleza y los posibles ambientes habitables en el universo. Determinar el potencial de los planetas habitables más allá del sistema solar y describir aquellos que son observables. 2. Determinar si en nuestro sistema solar hay o hubo ambientes habitables, una química prebiótica y signos de vida. Determinar si hay cualquier ambiente que posea agua líquida, compuestos químicos y fuentes de energía suficientes para dar paso a la presencia de vida. 3. Entender cómo surgió la vida a partir de elementos presentes tanto en la Tierra como en el universo. Llevar a cabo investigaciones que permitan los principios químicos y físicos que permitieron la aparición de la vida. 4. Comprender cómo evolucionó la vida a través del tiempo geológico. Entender la relación de los seres vivos con su ambiente para entender cómo ha evolucionado la vida y cómo ha modificado las condicionesambientales a escala planetaria. 5. Comprender los mecanismos evolutivos así como los límites que establece el ambiente a los seres vivos. Determinar los mecanismos moleculares, genéticos y bioquímicos que controlaron y limitaron los procesos evolutivos, la diversidad metabólica y la adaptación de la vida a su ambiente. 6. Entender cuál será el futuro de la vida tanto en la Tierra como fuera de ella. Elucidar los factores que participan en los ecosistemas microbianos para prever cuáles serán los posibles cambios que ocurrirán en los seres vivos. 22 Explorar el potencial de la vida microbiana para sobrevivir y evolucionar en ambientes fuera de la Tierra. 7. Determinar estrategias para reconocer las firmas de la vida en otros mundos y en la Tierra primitiva. Identificar biofirmas que ofrezcan información sobre la vida pasada y presente a partir de muestras geológicas antiguas provenientes de la Tierra, de fuentes extraterrestres y de mediciones remotas en atmósferas y superficies planetarias. Identificar biofirmas provenientes de tecnologías distantes (extraterrestres). Con respecto a la definición de astrobiología, el filósofo español Roberto Aretxaga (2008) afirma que hay cuatro posibles interpretaciones (o enfoques) de la anterior definición: - Enfoque exobiológico.- La astrobiología es sinónimo de exobiología. Cuando se dice que “estudia la vida en el universo”, se puede interpretar que su objeto de interés son las formas de vida posibles que pueden existir en otros lugares del universo distintos de la Tierra. Esta manera de abordar la astrobiología la dota de especificidad frente a otras disciplinas. Sin embargo, su énfasis en el prefijo exo, el cual relega o desatiende otros aspectos relacionados con la vida en la Tierra, la hace vulnerable a dos fuertes críticas: que fantasea acerca de las formas de vida extraterrestres posibles (no se tiene un referente conocido que permita alejarse de lo imaginativo), y que se encuentra más próxima a la metafísica que a la ciencia (ya que su objeto de estudio no constituye fenómeno alguno). - Enfoque biogeocentrista.- La vida terrestre es excepcional en el universo. Además, ya existen disciplinas que estudian el origen, evolución, distribución y futuro de la vida. Esto obliga a la emergente disciplina astrobiológica a justificar adecuadamente su especificidad frente a tales disciplinas o bien a desaparecer. La definición de astrobiología, según este enfoque, resulta muy general y ambigua, ya que en rigor, nada define; no suministra información suficiente para determinar el fenómeno de estudio. En este sentido, el 23 biogeocentrismo entiende que la definición de astrobiología elaborada por la NASA no resulta lo suficientemente buena, ya que no delimita un objeto de estudio ni una actividad concreta. Así, según esta postura, el término “astrobiología” resulta prescindible por innecesario. Además de ser redundante (no aporta nada nuevo a las ciencias de la vida), resulta engañoso, ya que el prefijo astro hace creer que se habla de algo que en realidad nunca se designa. El biogeocentrismo tiene a su favor la ausencia de evidencias de vida extraterrestre, aunque comete el error de interpretar la ausencia de pruebas como prueba de ausencia, y da por hecho que no hay vida fuera de la Tierra. En este sentido, no toma en cuenta un hecho muy simple: hasta el presente no se ha encontrado evidencia indiscutible alguna de la no existencia de vida fuera de la Tierra. - Enfoque metodológico.- El sentido y la especificidad de la astrobiología deben buscarse no tanto en su objeto de estudio, que no sería otro que la vida en nuestro mundo (esto le permitiría ser considerada como ciencia), sino en la forma de abordar el tema: la transdisciplinariedad. Este enfoque (también llamado transdisciplinar) admite que la astrobiología utilice el término vida en el mismo sentido que lo hacen las ciencias biológicas; además acepta que hay ciencias que ya se ocupan del estudio del origen, evolución, distribución y futuro de ésta. Sin embargo, considera que la superespecialización de tales conocimientos e investigaciones puede resultar un problema cuando se afronta la creciente complejidad que el fenómeno de la vida puede presentar bajo la mirada de las nuevas técnicas. Esto exige una mayor y más estrecha colaboración entre científicos de campos distintos. La especificidad de la astrobiología consiste en aportar a las ciencias de la vida una mirada transdisciplinar para mejorar la comprensión de su objeto de estudio. Pero este enfoque se enfrenta a una fuerte objeción: si la única especificidad de la astrobiología es la transdisciplinariedad aportada al estudio de la vida en la Tierra, ¿por qué mantener el prefijo astro y seguir 24 hablando de astrobiología en lugar de buscar un nombre más adecuado? Para contestar esta pregunta, se requiere un cuarto enfoque, más crítico, radical y comprometido con el objeto de estudio original de la astrobiología: la vida extraterrestre. - Enfoque exobiológico crítico.- Admite de manera parcial la tesis del enfoque metodológico. El aspecto transdisciplinar de dicho enfoque tiene su origen en las aportaciones hechas de las ciencias de la vida, la exploración y las ciencias espaciales y planetarias en la década de los 50, cuyos datos y descubrimientos permitieron tener una nueva perspectiva de lo que es la vida. El aspecto crítico de este enfoque consiste en la manera peculiar en que se considera la relación entre los elementos vida y universo. Mientras que los enfoques exobiológico y biogeocentrista coinciden en la separación de ambos elementos, el enfoque exobiológico crítico asume una conexión esencial entre ellos, procediendo a cargar el peso de la definición en dicha conexión. En consecuencia, siguiendo este enfoque, lo propio y peculiar de esta disciplina científica estriba en su interés por el fenómeno de la vida terrestre como caso único de vida conocido en el universo, y por tanto el único ejemplo con el que cuenta la astrobiología para sus investigaciones. Así, cuando se afirma que el objeto de estudio de la astrobiología es la vida extraterrestre, esto debe entenderse la vida terrestre como modelo metodológicamente extrapolable al universo. La astrobiología presenta dos objetos de estudio complementarios: la vida en la Tierra y la vida extraterrestre. Sólo éste último merece la consideración como objeto de estudio de esta disciplina. Pero debido a que no hay evidencia que confirme la existencia del mismo, ni ésta puede inferirse a partir de los conocimientos científicos que se tienen, la astrobiología no tiene objeto (fenómeno) de estudio como tal, sino un objetivo, una expectativa racional, una posibilidad fundamentada en suposiciones plausibles, datos y conocimientos científicos, la cual es susceptible de contrastación experimental. 25 3.2 La astrobiología en los medios de comunicación masiva Los científicos buscan a veces medios masivos no académicos para dar a conocer nuevos conceptos, como en el caso de un campo nuevo como la astrobiología. Esta estrategia puede permitir la aceptación del público y las autoridades (e inclusive de las mismas instituciones científicas) de ese nuevo conjunto de conocimientos. De esta manera, los medios de comunicación masiva pueden ser un nicho en el cual la ciencia puede abrirse camino. Esto es en parte lo que ha sucedido con las incipientes investigaciones astrobiológicas que surgieron en la década de los 60 (Alcíbar, 2006). La astrobiología es un modelo ideal para la divulgación científica: resulta ser una fascinante y ambiciosa disciplina científica que enlaza la biología, la física, la química, la astronomía, las ingenierías, etc., de tal manera que el público pueda tener acceso a las distintas facetas de la ciencia de una manera integral (Alcíbar,2005). ¿Ha sido siempre esta la línea a seguir? ¿Es para los distintos medios de comunicación un tema atractivo? Y algo muy importante, ¿es abordado con el debido rigor científico? Algunos escritores desearon en su momento escribir sobre vida extraterrestre. En 1937, el escritor estadounidense John W. Campbell, Jr. publicó un artículo en la revista Astounding stories sobre la posibilidad de vida en Júpiter. Pese a los intentos de Campbell para redactar un texto de divulgación científica, el escrito se convierte en un ejercicio imaginativo sobre las posibles características de los seres vivos que podrían habitar aquel gigantesco planeta gaseoso, muy poco explorado en esa época. En sus inicios, la astrobiología fue comunicada al público mediante titulares y caricaturas que combinaban argumentos científicos con ideas provenientes de la ciencia-ficción. Un ejemplo son dos noticias aparecidas en el diario Times, una en 1961 y otra en 1963, que iniciaban especulando sobre cómo sería la vida extraterrestre para después hablar sobre microbiología o la incipiente biología molecular. Sin embargo, fue de esta manera como el público se interesó por estos temas, y a su vez se legitimó la investigación científica dedicada a esta nueva disciplina (Alcíbar, 2006). 26 Pero el miedo también estuvo involucrado en la aceptación de los estudios astrobiológicos. En algún momento los virus y las bacterias se representaron como invasores terroríficos que podrían dañar a la humanidad. Fue hasta tiempo después que los artículos que se publicaban en la prensa mostraron a los científicos como los especialistas capacitados para entender estas posibles amenazas, y así comprender las posibles invasiones alienígenas que podrían azotar al mundo. En este sentido, este temor fue también parte de los argumentos que ayudaron a justificar la astrobiología (Alcíbar, 2006). Con todo lo anterior, la astrobiología presenta una serie de características que la convierten en una disciplina que atrae el interés del público hacia la ciencia. Tal atracción se debe a varios factores. Uno de ellos es que la exploración planetaria, así como la detección de vida pasada o presente en el sistema solar, y el origen del universo o de la vida, plantean problemas ubicados en las fronteras de la ciencia y con cuestiones humanas fundamentales como nuestro origen y lugar en el universo. Las metas y dilemas científicos que ofrece la astrobiología generan curiosidad y fascinación. Asimismo, la aventura y los riesgos que representan las misiones espaciales hacen de la astrobiología una de las disciplinas más apreciadas por el público y por los divulgadores científicos. Un ejemplo de ello son las primeras imágenes arrojadas por la sonda Viking: éstas fueron reproducidas por los medios, de tal manera que se contribuyó a incrementar en el público el interés en la habilidad del ser humano como especie inteligente (Alcíbar, 2006). Según Alcíbar (2006), el interés de los medios decayó de manera importante cuando los experimentos de las Viking para detectar vida en Marte resultaron ser negativos. Los nuevos descubrimientos de relevancia astrobiológica son medianamente comentados por los medios. Pero en 1996 el papel de los medios cambió drásticamente. Tratando de incrementar el presupuesto para las misiones a Marte después de que éstas quedaran estancadas desde las Viking, el gabinete de prensa de la NASA diseñó una estrategia mediática para tratar de reactivar el programa de exploración marciano. Parte de la estrategia consistió en utilizar los medios de comunicación de manera que realizaran propaganda para 27 tratar de convencer al gobierno del presidente Bill Clinton y a la opinión pública de que era necesario reanudar las misiones al planeta rojo (el caso fue el meteorito ALH84001, véase sección 4.3.2). Los medios de comunicación pueden servir para que la sociedad tenga acceso e incorpore nuevos conocimientos, pero también pueden utilizarse para conseguir financiamiento. 28 IV. PROBLEMAS A LOS QUE SE ENFRENTA LA DIVULGACIÓN DE LA ASTROBIOLOGÍA 4.1 Seudociencia 4.1.1 Definición de seudociencia “Las seudociencias son una serie de actividades que pretenden presentar conocimientos y formas de saber diferentes de los presentados por la ciencia. El problema con éstos es que los postulados de donde parten sus deducciones son irracionales, dogmáticos, y no se produce un estudio crítico para contrastarlos a través de sus consecuencias con la realidad” (Schulz, 2005). Algunos ejemplos son la alquimia, astrología, creacionismo científico, grafología, ovnilogía, parapsicología, etc. Pero desde el punto de vista etimológico, la palabra “seudociencia” equivale a falsa ciencia: son conjuntos de ideas que se amparan bajo el manto de la ciencia cuando en realidad no tienen relación con ésta (Armentia, 2002). Para el filósofo argentino Mario Bunge (2001), se pueden establecer algunos rasgos prácticos de las seudociencias para poder distinguirlas de la ciencia: - Las seudociencias invocan seres sobrenaturales o fuerzas inmateriales inaccesibles al análisis empírico, tales como la supuesta existencia de una “fuerza vital”, creación divina, destino o memoria colectiva. - Son crédulas: no someten sus argumentos a prueba alguna. - Son dogmáticas: no cambian sus principios cuando fallan ni ante la presencia de nuevos hallazgos. No presentan novedades y siguen atadas a un cuerpo invariable de creencias. - Rechazan la crítica (aspecto elemental en el mundo científico), argumentando que ésta es producida por el dogmatismo o la resistencia psicológica. - No cuentan con ni utilizan leyes generales. En cambio, mucho del conocimiento científico sí cuenta con ellas. - Sus principios son incompatibles con muchos de los principios más seguros y confiables de la ciencia. Por ejemplo, la telequinesis contradice el principio de la conservación de la energía, mientras que la memoria 29 colectiva contradice la idea de que sólo un cerebro individual puede recordar los sucesos que ha vivido. - En general, no interactúan con ninguna disciplina científica. Por ejemplo, los parapsicólogos no tienen tratos con la psicología experimental o con las neurociencias. - Son fáciles: no requieren de un largo aprendizaje. Esto se debe a que no están amparadas por un conjunto de conocimientos auténticos. - Todo lo que proponen sólo tiene uso práctico: no hay cabida para la investigación básica. Tienen explicaciones para todo, pero sus procedimientos y recetas no funcionan, ya que no se basan en información científica confiable. - Se mantienen al margen de la comunidad científica. Desde el punto de vista epistemológico, ¿es posible diferenciar ciencia de seudociencia? Esta pregunta nos lleva a otra pregunta similar: ¿cómo distinguir entre lo científico y lo no científico? Desde hace muchos años, la filosofía y la historia de la ciencia han realizado intentos para establecer criterios de demarcación entre ciencia y seudociencia, es decir, intentos para proponer condiciones necesarias y suficientes para determinar si un tipo de conocimiento, una teoría o una actividad son científicas o no (Olivé, 2000, p. 45). Lamentablemente, esto ha resultado infructuoso: siendo la ciencia un ente flexible y en constante cambio, no ha sido posible establecer un conjunto de lineamientos que delimiten de manera tajante lo científico de lo no científico (Armentia, 2002). Según el filósofo mexicano León Olivé (2000), sí se puede hacer una diferenciación entre lo científico y lo seudocientífico, al menos en un contexto determinado. Su propuesta consiste en afirmar que la ciencia posee tradiciones. Ciertas prácticas, hipótesis y teorías pueden considerarse como científicas si se establece un vínculo conceptual o metodológico con una tradición científica. En este sentido, el creacionismono es científico no porque a primera vista deje de satisfacer ciertos criterios de cientificidad, sino porque simplemente no pertenece a ninguna tradición científica ni ha surgido a partir de una (Olivé, 2000). 30 Javier Armentia (2002) asegura que quienes trafican con las seudociencias regularmente son reacios a la evaluación y al escrutinio público. Un ejemplo concreto es la parapsicología: un psíquico (persona que afirma tener poderes mentales no convencionales) pierde rápidamente sus facultades cuando se diseña un experimento en donde se eviten las posibilidades de fraude, es decir, que se realicen trucos similares a los de ilusionistas y mentalistas. Lo mismo sucede con videntes y astrólogos. A pesar de que muchos de ellos se ganan la vida con sus supuestas habilidades, pocas veces permiten que se realicen pruebas sobre sus poderes. Armentia (2002) afirma que las seudociencias pueden clasificarse de acuerdo a su inocuidad o peligrosidad, es decir, con base en el grado de “alarma social” que puedan causar; un ejemplo son los horóscopos y las consultas con adivinos. Lo máximo que se puede perder con estas seudociencias es el dinero y a veces hasta el patrimonio familiar y la tranquilidad (Armentia, 2002). ¿Qué hacer ante la saturación de seudociencias en la sociedad actual? Una propuesta consiste en crear programas de combate contra las seudociencias que cumplan los siguientes objetivos (González de la Fe, 2004): - El aumento de las actividades de divulgación científica por parte de instituciones científicas y educativas con la ayuda de los medios de comunicación. - El mejoramiento de la enseñanza de las ciencias y el fomento de las vocaciones científicas. - La combinación de divulgación científica y de pensamiento crítico para que el público en general no sólo conozca cómo funciona la ciencia, sino también para que sepa detectar los contenidos seudocientíficos. 4.1.2 Discusión de casos de seudociencia relacionados con la astrobiología en la prensa 4.1.2.1 La cara de Marte El 25 de julio de 1976 el orbitador de la Viking 1 (una de las dos sondas espaciales de exploración de la NASA que arribaron a Marte en aquel año), captó una imagen 31 (figura 2) que daba la impresión de ser una cara humana que observa el cielo en la región de Cydonia (ubicada en el hemisferio norte de Marte). Este parecido hizo que los responsables de prensa de la NASA dieran a conocer la imagen a los medios el 31 de julio de 1976, buscando dar mayor popularidad a la misión (Armentia, 1998). Fig. 2. La cara de Marte, imagen tomada por el orbitador Viking 1 en 1976 (Crédito: NASA/JPL) Tres años después de que se diera a conocer la imagen, Vincent Di Pietro, ingeniero eléctrico, y Gregory Molenaar, analista de cómputo, dos técnicos que trabajaban para un contratista de la NASA en el Goddard Spaceflight Center en Greenbelt, Maryland, encontraron varias imágenes similares en los archivos fotográficos de la misión Viking. Al someterlas a varios programas de mejoramiento de imagen, concluyeron que la estructura observada era de origen artificial: a partir de aquí surgió la creencia de que Marte alberga vestigios de una civilización extraterrestre (Ruiz Noguez, 2005). Durante la década de los 80 varias personas siguieron nutriendo la versión del origen artificial de la “cara” de Marte. Uno de ellos fue Richard C. Hoagland, periodista especializado en temas científicos, quien tomó el tema como real y publicó varios libros y artículos y apareció en diversos programas de radio y televisión. Hoagland afirmaba que en las imágenes de la Viking también se 32 pueden observar una fortaleza, una ciudad, un desfiladero y varias pirámides (Armentia, 1998; Ruiz Noguez, 2005). Con el tiempo también se llegó a afirmar que los supuestos monumentos tienen una orientación astronómica particular y que fueron erigidos hace medio millón de años (Sagan, 1995). Una de las primeras críticas vino del astrónomo y divulgador científico Carl Sagan en un artículo publicado en la revista Parade, en el que explicaba por qué el asunto no tenía mayor relevancia (Armentia, 1998). La cara de Marte puede explicarse a través del fenómeno de la pareidolia: la tendencia del cerebro humano a identificar patrones conocidos a partir de imágenes con formas vagas o ambiguas. El paisaje alrededor de la cara tiene muchas colinas moldeadas con todo tipo de formas extrañas que se deben posiblemente a la erosión de antiguos torrentes de barro ocasionada por el viento. Ambos factores propiciaron que se esculpieran pequeños montes irregulares que dan la impresión de ser pirámides perfectamente simétricas. En este sentido, la cara en realidad es “media cara” y la explicación más probable es que haya sido formada por procesos geológicos lentos (Sagan, 1995). En 1993, la astronave Mars Observer fracasó en su misión por alcanzar el planeta Marte. Ante tal hecho, quienes defienden el origen artificial del rostro de Cydonia acusaron a la NASA de simular un contratiempo para estudiar la cara con mucho detalle sin tener la obligación de publicar las imágenes. Al respecto, en septiembre de aquel año el diario Weekly World News publicó el titular “¡Nueva fotografía de la NASA demuestra que los humanos vivieron en Marte!”, donde un “importante científico” comentaba que los marcianos colonizaron la Tierra hace doscientos mil años y que la información era ocultada para impedir el “pánico mundial” (Sagan, 1995). En 1996, con el descubrimiento de supuestos microfósiles en el meteorito marciano ALH84001 (que se discutirá en la sección 4.3.2), quienes se inclinaron por el carácter artificial de la cara de Marte encontraron en este suceso una prueba más de la existencia de vida en aquel planeta (Armentia, 1998). 33 Fig. 3. Imagen de la “cara de Marte” obtenida por la astronave Mars Global Surveyor en 2001 (Crédito: NASA/JPL) A partir de 1998, la sonda Mars Global Surveyor ha fotografiado la cara con una cámara de mayor resolución que la que traía el orbitador Viking, mostrando que se trata de una simple formación montañosa (Jakosky, 1998, p. 185). La imagen obtenida por la misma astronave en 2001 (figura 3) es una de las más nítidas que hay sobre esa estructura geológica. Sin embargo, lejos de cerrar el debate, el suceso intensificó las especulaciones sobre una conspiración de la NASA para ocultar la verdad a través de la manipulación de las imágenes mostradas (Armentia, 1998). Mark Carlotto, una de las personas que afirma que el rostro es una pirámide construida por extraterrestres, anunció que las nuevas imágenes de la NASA mostraban mayores detalles de la cara. Armentia (1998) señala algunos de sus argumentos: - La imagen confirma los detalles faciales que no pudieron ser observados con todo detalle por la Viking. - Se observa un alto grado de simetría bilateral en la cara. - Se pueden apreciar detalles sobre orificios nasales y características lineales de la corona en la cabeza, junto a la línea central media de la cara. 34 En 2006, la astronave Mars Express tomó nuevas imágenes con una resolución todavía mayor que muestran una vez más que la cara es una simple formación montañosa y no una construcción artificial. 4.1.2.2 La prensa frente a la cara de Marte En esta sección sobre los medios se hará un comentarán las notas periodísticas en línea que fueron consultadas. Se busca entender qué visión dan al público sobre cada uno de los casos mencionados. Para una relación completa de cada nota, así como el link de descarga, consúltese el apéndice. En los últimos años, la mayoría de las notas periodísticas se han concentrado en dos puntos: informar sobre las nuevas imágenes obtenidas con cada vez mayor resolución, y descartar la idea del origen artificial de esa estructura geológica. La página web de la BBC (“Nasa: no face – honest”,David Whitehouse, 25 de mayo de 2001) cuenta la historia de las imágenes obtenidas por la astronave Mars Global Surveyor (MGS) en 2000: “El 8 de abril del año 2000, un día de verano despejado en Cydonia, MGS realizó una de sus tomas… Un observador dijo: ‘Vaya, a mi no me parece una cara’”. De igual manera, la página web de CNN (“Face on Mars gets makeover”, Robert Roy Britt, 22 de septiembre de 2006) remató al decir que “la gente ve caras que no están ahí (en Marte o en las nubes), debido hemos nacido con la tendencia a reconocer caras humanas por doquier”. La página web Science Daily (“Cydonia – Face on Mars?”, 22 de septiembre de 2006) también concluyó una nota afirmando que “la interpretación científica formal nunca ha cambiado: la cara sigue siendo un producto de la imaginación humana en una superficie altamente erosionada”. En la página web de la revista Muy Interesante (“¿A qué se le llama la cara marciana?”, 1 de junio de 2006) ofreció a sus lectores una nota breve aunque en un tono contundente: “En 1998 y 2001, la nave Mars Global Surveyor volvió a fotografiar la zona a sólo 400 kilómetros de altitud, y acabó definitivamente con las hipótesis ‘conspiranoicas’: los supuestos ojos, nariz y labios no eran sino picos y depresiones”. 35 ¿Cuál ha sido la información que han brindado los medios de comunicación nacionales? El diario El Universal (“Sonda toma fotos de la cara de Marte”, 22 de septiembre de 2006) se concentró en la relevancia geológica de las imágenes: “El jefe científico de la misión Mars Express, el español Agustín Chicharro, comentó que “estas imágenes de la región de Cydonia son verdaderamente espectaculares ya que muestran una cercanía impresionante sobre una región de gran interés para los geólogos planetarios”. Mientras tanto, Milenio Diario (“¿Un cráneo en Marte?”, 2 de mayo de 2009) comenta un caso en el que supuestamente se encontró una calavera marciana. El asunto se compara con la cara de Marte: “Seguidores del fenómeno OVNI afirman haber descubierto un cráneo alienígena en Marte después de que la NASA enviara imágenes tomadas del planeta, informa el diario londinense The Daily Telegraph… Imágenes previas, de un supuesto cráneo encontrado en Marte en 2006, se cree han sido el resultado de una manipulación indebida. [Al igual que este caso] la famosa cara de Marte facilitada por la nave Viking 1 en 1976, la cual mostraba la sombra de un rostro humano, se encontró que era un truco de luz cuando se volvió a fotografiar la zona en 1998”. La crítica más fuerte y detallada ha venido directamente de una página web. Con respecto a la primera, la página astronómica Perspectivas (“La cara de Marte y otras ilusiones de óptica”, Luis Ruiz Noguez, 11 de julio de 2006) muestra un análisis completo del caso mostrando una gran cantidad de ejemplos: “El efecto es una ilusión de óptica debida al ángulo de iluminación muy bajo. En ningún momento la NASA trató de ocultar la fotografía, como pretendieron y afirmaron algunos ufólogos, ya que tan solo seis días después la dieron a conocer a la opinión pública emitiendo un comunicado de prensa”. Como puede verse en este caso, las notas periodísticas están basadas en información brindada por investigadores científicos. Se les consulta a ellos, ya que son quienes envían las astronaves, y son ellos quienes tienen el interés en las formaciones geológicas de Marte y quienes han aprovechado la oportunidad para dar a conocer sus observaciones, y a su vez son ellos a quiénes se les reconoce la autoridad para descartar el origen artificial de la cara. 36 4.1.2.3 Los OVNIs de Campeche El 5 de marzo de 2004, un avión de la Fuerza Aérea Mexicana grabó varias imágenes de OVNIs con forma de esfera luminosa en el estado de Campeche (fig. 4), al sur de México (Méndez Acosta, 2006). Todo sucedió cuando el avión en cuestión, equipado con un radar y una cámara infrarroja, patrullaba el cielo en busca de vehículos de contrabandistas. Los objetos permanecieron invisibles todo el tiempo y fue a través del equipo del avión que los pilotos se percataron de que eran aparentemente seguidos de cerca por las esferas (Bonfil, 2004a). Fig. 4. OVNIs grabados por la Fuerza Aérea en el Estado de Campeche, al sur de México (Crédito: Fuerza Aérea Mexicana, 5 de marzo de 2004). La Secretaría de la Defensa Nacional, haciendo uso de un criterio por lo menos cuestionable, recurrió al especialista en OVNIs Jaime Maussán como experto para analizar las imágenes captadas. Al respecto, el periodista mexicano Mario Méndez Acosta (2006) consideró que esto fue un error, ya que las imágenes pudieron enviarse a la Universidad Nacional Autónoma de México o al Servicio Meteorológico Nacional para realizar un análisis más detallado y confiable. El 11 de mayo de 2004, Maussán convocó a una rueda de prensa para presentar el video como un “enigma extraordinario”. La primicia del caso fue dada a conocer en el Noticiero con Joaquín López Dóriga ese día. De la misma manera, la historia se expandió rápidamente por medios como Associated Press, CNN, Reuters, MSNBC, USA Today y Fox News. De igual forma, Maussán presentó el caso en su programa de televisión y su sitio web. Uno de sus argumentos fue que 37 los “halos” emanados por los objetos evidenciaban “un intenso campo magnético”, y habló de la presencia de “frecuencias” y “vórtices” que “violaban la entropía”, entre otros argumentos claramente seudocientíficos (Sheaffer, 2004). Como respuesta, la comunidad científica de la UNAM convocó a una rueda de prensa para aclarar la situación. El principal señalamiento fue que la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) debió haber consultado a científicos legítimos para recibir posibles explicaciones más razonables del fenómeno observado (Bonfil, 2004a). ¿Cuál fue la razón por la que la SEDENA no consultó desde un inicio a los investigadores científicos? Esos días, el general Clemente Vega García, secretario de la Defensa Nacional, fue entrevistado en W Radio por el periodista Carlos Loret de Mola, quien al preguntarle por qué no se había entregado la información a alguna institución científica, respondió: “Nosotros no sabemos quiénes eran (los científicos), no los conocemos” (Méndez Acosta, 2006). La comunidad científica propuso varias teorías para explicar el fenómeno. El 13 de mayo varios miembros de la Sociedad Astronómica Urania del Estado de Morelos comentaron al diario El Universal que los objetos filmados eran tal vez globos meteorológicos. El Dr. Julio Herrera, investigador de la UNAM, comentó a la Associated Press que posiblemente los ovnis eran “destellos eléctricos en la atmósfera”. Días después, el mismo investigador comentó que era posible que fueran rayos de bola: “masas globulares que avanzan horizontalmente, relativamente pequeñas, persistentes, luminosas, ocasionalmente observadas en la atmósfera y asociadas a tormentas y rayos ordinarios” (Errasti y Ezkurra, 2003). El Dr. Rafael Navarro González, también investigador de la UNAM, comentó el 14 de mayo en conferencia de prensa que quizá los objetos eran “chispas luminosas formadas por plasma”. Mientras tanto, el divulgador científico José de la Herrán dijo que podía tratarse de fragmentos de un meteorito (Sheaffer, 2004). El 26 de mayo el capitán Alejandro Franz realizó un análisis a partir del video original e identificó la fuente probable de los supuestos OVNIs: las flamas del complejo petrolero en la Bahía de Campeche. Éstas, observadas en el infrarrojo, junto con las nubes cuando el avión se mueve, produjeron una ilusión óptica conocida como paralaje: la desviación angular de la posición aparente de 38 un objeto, dependiendo del punto de vista del observador (Sheaffer, 2004). En palabras de Méndez Acosta (2006), el fenómeno observado no fue evidencia de visitas extraterrestres. 4.1.2.4 Laprensa frente a los OVNIs de Campeche Después de que Joaquín López Dóriga dio a conocer en cadena nacional el caso de los OVNIs de Campeche, muchos diarios hicieron eco de la nota. El Siglo de Torreón (“Detecta la fuerza aérea 16 ovnis en Campeche”, México, 11 de mayo de 2004) fue uno de los muchos medios que comentaron el caso: “La Fuerza Aérea los avistó [a los OVNIs] cuando realizaba un vuelo de inspección en Campeche, para detectar aeronaves con cargamentos de droga”. Otros medios como la cadena Univisión (“Oleada de ovnis en el sur de México”, 11 de mayo de 2004), a través de su página web, reprodujo parte de la conversación de los pilotos: Una formación de Ovnis fue detectada y filmada en video por pilotos del Escuadrón 501 de la Fuerza Aérea Mexicana el pasado 5 de marzo, informó un noticiario de la cadena Televisa… …Ésta es la conversación de los pilotos: -“Juárez qué es?...” - Un punto, ahí está, exactamente atrás de nosotros, es correcto, ahora está a las siete de nuestra posición con 10.5 millas, llevar rumbo 8, 2, 3 y 334 de velocidad. Algunos de los medios analizados sólo comentaron que la fuerza aérea captó los objetos, y omitieron detalles técnicos que podrían haber brindado más elementos para que el público tratara de entender el fenómeno observado. Al respecto, el diario El Universal (“Avistan pilotos de la fuerza aérea 11 ovnis”, 11 de mayo de 2004) ofreció una nota en la que se decía: “Pilotos de la Fuerza Aérea Mexicana registraron una aeronave que volaba sobre Campeche, a través de una cámara infrarroja, la trayectoria de 11 objetos voladores no identificados (ovnis), según un video transmitido por el Noticiero de Joaquín López Dóriga”. En la página web de Noticieros Televisa (“Capta OVNIS la Fuerza Aérea mexicana”, 11 de mayo de 2004) se lee: “En un vuelo sobre Campeche el pasado 5 de marzo un 39 avión militar logra grabar 11 OVNIS; la SEDENA no tiene ninguna explicación del avistamiento”. El diario La Crónica (“Avión de la Fuerza Aérea Mexicana grabó a 16 supuestos OVNIS durante su vuelo en Campeche”, 11 de mayo de 2004) afirma que los objetos fueron registrados por radares del avión mientras realizaban fuertes aceleraciones y desaceleraciones: “El radar de una aeronave de la Fuerza Aérea Mexicana detectó 16 objetos voladores no identificados. La trayectoria de los ovnis fue registrada por el radar durante algunos minutos, en los que se percibieron cambios drásticos de velocidad. El avión de la Fuerza Aérea Mexicana no sólo registró algunos objetos, sino con una cámara infrarroja grabó a los 16 ovnis”. De la misma manera, El Sol de Durango (“Fuerza aérea mexicana detecta 16 OVNI en el cielo de Campeche”, 12 de mayo de 2004) iniciaba así: “Según las versiones periodísticas, los objetos voladores no fueron detectados solo por los pilotos de la aeronave, sino por los radares de tierra”. Como ya se mencionó, la explicación para el fenómeno consistió en una ilusión óptica de paralaje, por lo que las afirmaciones sobre “cambios bruscos en la velocidad” de los objetos detectados por los radares es muy probablemente un rumor que se filtró en las notas periodísticas. El diario español El País (“Pilotos mexicanos graban presuntos ovnis”, 11 de mayo de 2004) cita una crítica del diario La Jornada: “Sobre el revuelo que han causado las escenas televisadas, el martes el diario La Jornada comentó que se trata de un espectáculo circense”. ¿Alguno de los medios consultó inmediatamente a investigadores científicos para explicar el fenómeno observado? Con base en las noticias seleccionadas, ninguno de los medios entrevistó a estos expertos para aclarar el suceso. Los investigadores científicos tuvieron que llamar a una conferencia de prensa para dar a conocer explicaciones alternativas al avistamiento. La Crónica (“Científicos afirman que los OVNIs captados en Campeche podrían ser fragmentos de un meteorito”, Mariana Viayra Ramírez, 12 de mayo de 2011) fue uno de los medios presentes en esta rueda de prensa: “Científicos mexicanos consideraron la posibilidad de que los supuestos Objetos Voladores No Identificados (OVNIS) grabados por pilotos de la Fuerza Aérea Mexicana en el cielo de Campeche no son naves extraterrestres, al sostener que 40 no hay ninguna evidencia que compruebe ‘la visita’. …el astrónomo mexicano José de la Herrán dio sus argumentos científicos sobre la imposibilidad de que se trate de naves espaciales, como se ha especulado, pues aseguró que pudo tratarse de fragmentos de meteoro”. Dos de las críticas más fuertes no vinieron directamente de los diarios, sino de una publicación seriada universitaria y una revista dedicada al análisis de las seudociencias. En el periódico universitario Humanidades de la UNAM (“Los ovnis de mi señor general: un golpe para la credibilidad científica”, Martín Bonfil Olivera, 2 de junio de 2004) comentó de esta manera las circunstancias del caso: …al menos eso es lo que puede deducirse de la actitud del Secretario de la Defensa Nacional [refiriéndose a que la comunidad científica mexicana no ha logrado adquirir la más mínima credibilidad], general Clemente Ricardo Vega García, cuando decidió entregar los videos de unos ovnis observados por un avión de la fuerza aérea mexicana en el cielo de Campeche a Jaime Maussán, el conocido charlatán que se gana la vida como ‘experto’ en el llamado fenómeno ovni. Por su parte, Mario Méndez Acosta, conocido analista y crítico de seudociencias, criticó en la revista Pensar (“Ovnis infrarrojos de Campeche: una explicación viable”, volumen 1, núm. 4, 2006,), con el mismo tono, los hechos principales del caso: “La Secretaría de la Defensa Nacional, responsable de evaluar la información, en lugar de someterlos a la consideración de la Universidad Nacional Autónoma de México o del Servicio Meteorológico Nacional, prefirió entregárselos a un locutor sensacionalista de la TV mexicana, Jaime Maussán, quien ha hecho grandes negocios vendiendo en supermercados videos de supuestos ovnis”. La mayoría de medios consultados se dedicaron a informar sobre el caso tomando como “autoridad” a Jaime Maussán. En la búsqueda de notas, ningún medio cubrió la explicación más certera propuesta por el capitán Alejandro Franz, por lo que se puede afirmar que la mayoría del público se quedó con la idea de que el caso está relacionado con visitas extraterrestres. 41 4.2 Mala ciencia 4.2.1 Definición de mala ciencia El concepto de “mala ciencia” (bad science) se refiere al trabajo científico de mala calidad y a los errores realizados por los científicos en su trabajo. Según Ben Goldacre, existen cuatro tipos de mala ciencia (citado por Willmott, 2009): - Sobreinterpretación de datos - Confusión de variables - Selección de sólo los resultados que encajan con la hipótesis - Uso de referencias que no han sido publicadas en alguna revista arbitrada Goldacre considera que la mala ciencia se refiere exclusivamente a los errores en la metodología llevada a cabo por los científicos. Dichos errores vienen acompañados por una realización incorrecta de los experimentos, de las pruebas estadísticas o de una interpretación equivocada de los mismos (Goldacre, 2009, citado en Willmott, 2009). Para diferenciarla de temas como la seudociencia o el fraude científico, en esta tesis se proponen dos subdivisiones generales de la mala ciencia: - Ciencia deficiente. Presenta errores, falta de preparación e incluso incompetencia por parte de los científicos. Se caracteriza porque la intención del científico generalmente es realizar investigación bien hecha, es decir, con el rigor necesario y sin intentar falsificar datos buscando llevar a cabo intereses particulares. - Ciencia adulterada.- Hace referencia a trabajos científicos que introducen en sus metodologías recetas y argumentos seudocientíficos. En este caso
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