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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA 
 DE MÉXICO 
 
 FACULTAD DE CIENCIAS 
 
 
DIVULGACIÓN CIENTÍFICA Y MEDIOS: SEUDOCIENCIA, 
MALA CIENCIA Y POLÉMICAS EN LA DIVULGACIÓN DE 
LA ASTROBIOLOGÍA 
 
 
 
 
 
 
 
 
T E S I S 
 
 
 QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: 
 BIÓLOGO 
 P R E S E N T A : 
 JORGE ARMANDO ROMO BONILLA 
 
 
 
 
 
 
 
 
DIRECTOR DE TESIS: 
Q.F.B. MARTÍN BONFIL OLIVERA 
 
MÉXICO, D.F., 2012 
 
 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
1 
 
1. Datos del alumno 
Romo 
Bonilla 
Jorge Armando 
46283833 
Universidad Nacional Autónoma de México 
Facultad de Ciencias 
Biología 
405027507 
 
2. Datos del tutor 
Q.F.B. 
Martín 
Bonfil 
Olivera 
 
3. Datos del sinodal 1 
Dra. 
Antígona 
Segura 
Peralta 
 
4. Datos del sinodal 2 
Fís. 
Sergio Edgardo 
de Régules 
Ruiz Funes 
 
5. Datos del sinodal 3 
Dra. 
Clementina de los Ángeles 
Equihua 
Zamora 
 
6. Datos del sinodal 4 
Dra. 
Valeria Francisca Eugenia Leopoldina de María de Guadalupe 
Souza 
Saldívar 
 
7. Datos del trabajo escrito 
Divulgación científica y medios: seudociencia, mala ciencia y polémicas en 
la divulgación de la astrobiología 
96 p 
2012 
 
 
 
2 
 
AGRADECIMIENTOS 
A mi madre, que fue madre y padre a la vez, por su lucha para sacar adelante a 
tres chamacos sin ayuda de nadie más. 
A mi hermana Mónica, que es mi inspiración y fue mi gran apoyo para sacar 
adelante la carrera. 
A Zoé, que es como mi hija. 
A Elizabeth, Amelie y Marcos, por ser parte de esta gran familia. 
A Brenda: por los consejos, enseñanzas, regaños y por ser mi gran amiga de la 
carrera. 
A Daxel: por estar ahí y escucharme, y por esa amistad tan calurosa. 
A Diana: por la revolución, los consejos, las verdades directas y por su admirable 
amistad. 
A mi hija Yared: por las terapeadas, los regaños, las discusiones, la epifanía y su 
gran amistad. 
A Martín Bonfil Olivera, por ser mi papá de la divulgación, por dirigir esta tesis, por 
su amistad, por las invitaciones a comer, por los aventones y por el window 
shopping. 
A Sergio de Régules, por ser mi sinodal, por ser mi tío de la divulgación, por su 
entusiasmo, por sus chistes y por ser una más de mis inspiraciones para ser 
divulgador. 
A Antígona Segura, por ser mi sinodal. No está de más decir que es como mi 
madrina de la divulgación. 
A Clementina Equihua y Valeria Souza: sinodales entusiastas, amigables y feroces 
críticas que con sus comentarios mejoraron con creces esta tesis. 
Al Monstruo de Espagueti Volador: por estar siempre conmigo, protegiéndome 
todo el tiempo gracias a su tallarinesca albongosidad. 
A todos aquellos buenos amigos que me han enseñado algo valioso en mi gran 
aventura intelectual durante esta licenciatura: Yamili, Manet (¡qué ricas nieves y 
crepas hemos comido!), César, Armando (tocayo), Caro, Mar Von Munchausen, 
Mariel (primiux), Adriana, Carlos (grandísimo gandul), Erika, Isabel, Paolo, 
Yunuen, Martha (comadre), Aryadna y Marielba (Marychan cuerpo de uva). 
 
3 
 
ÍNDICE Página 
I. RESUMEN 5 
 1.1 Objetivos 6 
 1.2 Justificación 6 
 1.3 Metodología 8 
II. INTRODUCCIÓN 9 
 2.1 La Ciencia y su comunicación 9 
 2.1.1 ¿Qué es la ciencia? 9 
 2.1.2 ¿Cómo se comunica la ciencia? 12 
 2.1.3 Enseñanza de la ciencia 13 
 2.1.4 Comunicación pública de la ciencia 15 
 2.2 La divulgación científica 16 
 2.2.1 ¿Qué es la divulgación científica? 16 
 2.2.2 Los medios empleados por el divulgador 19 
III. LA ASTROBIOLOGÍA 21 
 3.1 Definición de astrobiología 21 
 3.2 La astrobiología en los medios de comunicación masiva 25 
IV. PROBLEMAS A LOS QUE SE ENFRENTA LA DIVULGACIÓN 
DE LA ASTROBIOLOGÍA 28 
 4.1 Seudociencia 28 
 4.1.1 Definición de seudociencia 28 
4.1.2 Discusión de casos de seudociencia relacionados 
con la astrobiología en la prensa 30 
 4.1.2.1 La cara de Marte 30 
 4.1.2.2 La prensa ante la cara de Marte 34 
 4.1.2.3 Los OVNIs de Campeche 36 
 4.1.2.4 La prensa ante los OVNIs de Campeche 38 
 4.2 Mala ciencia 41 
 4.2.1 Definición de mala ciencia 41 
4.2.2 Discusión de casos de mala ciencia relacionados 
con astrobiología en la prensa 42 
 4.2.2.1 La lluvia roja 42 
 4.2.2.2 La prensa ante la lluvia roja 46 
 4.2.2.3 Los microfósiles de Richard Hoover 48 
 4.2.2.4 La prensa frente a los microfósiles de Richard Hoover 50 
4.3 Polémicas científicas 52 
 
4 
 
 4.3.1 Definición de polémicas científicas 52 
4.3.2 Discusión de casos de polémicas científicas relacionados 
con la astrobiología en la prensa 56 
 4.3.2.1 El meteorito ALH84001 56 
 4.3.2.2 La prensa frente al mateorito ALH84001 59 
 4.3.2.3 El origen de las emisiones de metano en Marte 62 
 4.3.2.4 La prensa frente a las emisiones de metano en Marte 64 
 4.3.2.4 Las bacterias del arsénico 67 
 4.3.2.5 La prensa frente a las bacterias del arsénico 69 
V. ANÁLISIS DE LOS PROBLEMAS 72 
 5.1 Diagnóstico de los casos 72 
 5.1.1 Seudociencia: signos diagnósticos 72 
 5.1.1.1 La seudociencia vista por los medios 73 
 5.1.2 Mala ciencia: signos diagnósticos 73 
 5.1.2.1 La mala ciencia vista por los medios 75 
 5.1.3 Polémicas científicas: signos diagnósticos 75 
 5.1.3.1 Las polémicas científicas vistas por los medios 77 
 5.2 Propuestas 77 
5.2.1 Para científicos 78 
 5.2.1.1 En el caso de las seudociencias 78 
 5.2.1.2 En el caso de mala ciencia 78 
 5.2.1.3 En el caso de polémicas científicas 79 
 5.2.2 Para divulgadores 79 
 5.2.2.1 En el caso de las seudociencias 79 
 5.2.2.2 En el caso de mala ciencia 79 
 5.2.2.3 En el caso de polémicas científicas 80 
 5.2.3 Para periodistas y medios de comunicación 80 
 5.2.3.1 En el caso de las seudociencias 80 
 5.2.3.2 En el caso de mala ciencia 81 
 5.2.3.3 En el caso de polémicas científicas 81 
VI. CONCLUSIONES 82 
VII. BIBLIOGRAFÍA 83 
VIII. APÉNDICE 88 
 
5 
 
I. RESUMEN 
La divulgación científica es “una labor multidisciplinaria cuyo objetivo es 
comunicar, utilizando una diversidad de medios, el conocimiento científico a 
distintos públicos voluntarios, recreando ese conocimiento con fidelidad y 
contextualizándolo para hacerlo accesible. Esta definición resulta a primera vista 
muy práctica, pues es lo suficientemente amplia y ambigua como para abarcar 
todas las posibilidades sensatas” (Sánchez Mora, 2010). Asimismo, permite al 
público no experto acercarse a los conocimientos científicos a través de un 
lenguaje no especializado. El divulgador accede a las fuentes primarias (por 
ejemplo, artículos publicados en revistas especializadas) para obtener información 
que después recreará en distintosmedios tales como radio, televisión, diarios de 
circulación nacional, revistas, etc. Así, la divulgación es importante debido a que el 
ciudadano promedio puede comprender la información científica y apreciar su 
importancia. 
Al abordar la producción de conocimiento, los científicos, los divulgadores 
científicos y los periodistas se enfrentan, entre otros, a tres grandes fuentes 
potenciales de problemas: las seudociencias, la mala ciencia y las polémicas 
científicas. Su discusión es importante debido a que el comunicador científico, en 
su labor cotidiana, puede encontrarse con ellas y como consecuencias cometer 
errores al presentar como ciencia información polémica, parcialmente incorrecta o 
no científica. A partir de esto se plantean las siguientes preguntas: ¿Cómo 
distinguir entre ciencia y seudociencia? ¿Cómo distinguir entre mala ciencia y 
“ciencia bien hecha” (la que está basada en los estándares de calidad aceptados 
por la comunidad científica)? ¿Qué debe ser divulgado: las polémicas en sí o 
solamente una de las posturas en disputa? 
Para tratar de aportar sugerencias para superar estas dificultades, en la 
presente tesis se analizaron y esbozaron propuestas para que científicos, 
divulgadores y periodistas las puedan enfrentar con mayor eficacia. Dada la 
multidisciplinariedad de la astrobiología, las propuestas que se generaron en esta 
tesis pueden aplicarse a otras disciplinas científicas. Los científicos, divulgadores y 
periodistas, sin importar si son del campo de la física, química, biología, 
 
6 
 
astronomía, etc., tienen a su alcance algunas recomendaciones para llevar a cabo 
su labor y enfrentar mejor tres grandes problemas que todo comunicador científico 
puede encontrarse al menos en algún momento de su carrera. 
 
Palabras clave: divulgación científica, seudociencia, mala ciencia, polémicas, 
astrobiología, periodismo científico. 
 
1.1 Objetivos 
1.1.1 Revisar y discutir los principales problemas que enfrenta la divulgación 
científica. 
1.1.2 Realizar un análisis de los problemas que enfrenta la divulgación científica 
en el caso concreto de la astrobiología. 
1.1.3 Proponer recomendaciones para científicos, divulgadores y periodistas que 
permitan una mejor divulgación científica y particularmente, de los temas 
relacionados con la astrobiología, abordando con rigor y eficacia los problemas 
mencionados. 
1.2 Justificación 
La divulgación científica permite al público no experto acercarse a los 
conocimientos científicos a través de un lenguaje no especializado. El divulgador 
accede a las fuentes primarias (por ejemplo, artículos publicados en revistas 
especializadas) para obtener información que después recreará para 
contextualizarla y hacerla accesible. Así, la divulgación es importante debido a que 
el ciudadano promedio puede conocer la información científica y comprender su 
importancia. 
Las seudociencias incluyen información que pretende hacerse pasar por 
ciencia cuando no lo es. Los medios de comunicación bombardean día con día al 
público con ideas que vienen amparadas por un velo de autoridad presente en la 
ciencia. Así, se comenta que una cultura científica es suficiente para distinguirlas. 
Sin embargo, la gran variedad de éstas, así como las distintas apariencias que 
 
7 
 
llegan a presentar, pueden generar confusiones al grado de ser consideradas 
como un producto más de la labor científica. 
La mala ciencia se refiere a errores en la metodología llevada a cabo por 
los científicos. Estos errores están acompañados por una elaboración incorrecta 
de los experimentos o de una interpretación equivocada de sus resultados. Esto 
trae como consecuencia algunas dificultades en la labor del científico. Asimismo, 
esto representa un problema: se estaría comunicando conocimiento sobre la 
naturaleza en donde las conclusiones obtenidas presentarían sesgos importantes 
sobre el fenómeno que se describe. 
Las polémicas involucran a dos o más facciones de científicos que discuten, 
bajo distintas posturas, sobre los resultados y conclusiones obtenidas en la labor 
científica. Frente a los argumentos de las distintas partes, puede que surjan 
confusiones en torno a la interpretación real de los resultados obtenidos lo cual 
ocasionaría que se comunicara información parcial o errónea. 
En la astrobiología existen casos que ejemplifican los tres problemas antes 
mencionados: los rumores sobre el origen extraterrestre de la lluvia roja, la 
polémica en el caso de las bacterias basadas en arsénico y el debate sobre el 
origen biológico o geológico de las emisiones de metano en Marte, entre otros. 
Así, esta disciplina científica ofrece una variedad de ejemplos que pueden ser 
utilizados para abordar los problemas planteados. 
Para tratar de enfrentar más eficazmente estos problemas, en esta tesis se 
intentará brindar algunas propuestas y herramientas para científicos, divulgadores 
y periodistas. 
 
 
 
 
 
 
8 
 
1.3 Metodología 
- Se revisaron y discutieron los problemas que las seudociencias, la mala 
ciencia y las polémicas científicas plantean para la divulgación científica. 
- Se analizaron y discutieron ejemplos de cada problema tomando como 
estudios de caso trabajos de la astrobiología. 
- Se consultaron notas de diarios y revistas en línea, así como artículos de 
páginas web (si el caso lo ameritaba). 
- A partir del análisis de los casos, se realizaron propuestas para contribuir a 
que la comunicación de la ciencia sea más eficaz. 
 
9 
 
II. INTRODUCCIÓN 
2.1 La Ciencia y su comunicación 
2.1.1 ¿Qué es la ciencia? 
Existe una gran variedad de definiciones de lo que es la ciencia. Ruy Pérez 
Tamayo (1989, p. 7) ofrece una definición de trabajo: “la ciencia es una actividad 
humana creativa cuyo objetivo es la comprensión de la naturaleza y cuyo producto 
es el conocimiento, obtenido por medio de un método científico organizado en 
forma deductiva y que aspira a alcanzar el mayor consenso posible”. En esta 
definición, Pérez Tamayo considera la creatividad humana como el factor que 
permitirá comprender el mundo natural. 
Etimológicamente, “ciencia” significa conocimiento. La ciencia produce 
precisamente eso: conocimiento. Asimismo, tiene un fin preciso: resolver 
problemas científicos (Bonfil, 2004b, p. 45). Si se buscan resolver problemas 
sociales, humanísticos, morales, disputas personales, etc., se estará fuera de la 
jurisdicción científica. 
Pero la labor científica no es sólo un conjunto de conocimientos o una 
actividad: es una forma de pensar y de ver al mundo; una actitud (Bonfil, 2004b, p. 
47). 
Para Mario Bunge (1960), la ciencia tiene quince características principales 
que la diferencian de otras disciplinas: 
1.- El conocimiento científico es fáctico.- La ciencia parte de los hechos, busca 
respetarlos y elabora hipótesis provisionales para comprenderlos, y siempre 
vuelve a ellos para verificar la validez de la hipótesis planteada. 
2.- El conocimiento científico trasciende los hechos.- En la labor científica se 
descartan y producen nuevos hechos; éstos son explicados mediante el uso de 
hipótesis provisionales. 
3.- La ciencia es analítica.- Los problemas que la ciencia aborda son 
descompuestos en sus elementos, para entender cómo interaccionan y conforman 
el fenómeno estudiado. 
 
10 
 
4.- La investigación científica es especializada.- El científico debe estar 
especializado para analizar con mayor rigor y eficacia los problemas que se 
plantean a la ciencia. 
5.- El conocimiento científico es claro y preciso. Los problemas abordados pueden 
ser complejos, pero cuando se analizan cuidadosamente y se describen los 
elementos que los integran, se producirán conocimientos precisos en un lenguaje 
que permitirá a otros científicos entender fácilmente el fenómeno en cuestión. 
6.- El conocimiento científico es comunicable.- Como la ciencia un producto social, 
el científico no oculta susresultados, sino que los comunica a sus colegas. Es 
decir, “no es inefable sino expresable, no es privado sino público”. 
7.- El conocimiento científico es verificable.- Existe un “control de calidad” en el 
ámbito científico que verifica si alguna hipótesis es correcta, reproduciendo las 
observaciones y experimentos. 
8.- La investigación científica es metódica.- La labor del científico no se caracteriza 
por ser una serie de actividades erráticas, sino planeadas. 
9.- El conocimiento científico es sistemático.- La ciencia no es un agregado de 
teorías inconexas, sino un conjunto de informaciones interrelacionadas y 
conectadas lógicamente entre sí. 
10.- El conocimiento científico es general.- Los hechos particulares son ubicados 
en pautas generales. 
11.- La ciencia produce leyes.- En ocasiones, los científicos enuncian leyes a partir 
del estudio de naturaleza 
12.- La ciencia es explicativa.- La ciencia intenta explicar los hechos a partir de las 
leyes, y las leyes a partir de principios. 
13.- El conocimiento científico es predictivo.- El conjunto de teorías que integran a 
la ciencia pueden predecir y explicar fenómenos futuros. 
14.- La ciencia es abierta.- No reconoce barreras que limiten el conocimiento. 
15.- La ciencia es útil.- Permite solucionar problemas y crear aplicaciones 
tecnológicas. 
La ciencia no es un sacerdocio cerrado entre científicos, sino un conjunto 
de conocimientos que se encuentran sometidos a la libre discusión, a la crítica y al 
 
11 
 
debate. Una hipótesis que sea propuesta por un científico, sin importar las 
credenciales que presente, es sometida a una revisión rigurosa buscando 
establecer su validez al compararla con los hechos. La discusión y crítica de la 
comunidad son las encargadas de establecer si una explicación realmente se 
apega a lo observado. 
Carl Sagan comenta que muchas de las características que definen a la 
ciencia son también los grandes requisitos para la democracia: la libre discusión 
de ideas, la generación de diversas propuestas para atacar los problemas de una 
sociedad, el convencimiento de los demás por medio de las armas de la razón, 
etc. (Sagan, 1995, p. 37). Así, la ciencia sería una “meritocracia de ideas”: de 
manera similar a un proceso evolutivo, de las variadas hipótesis que se proponen 
para explicar un fenómeno, sólo aquellas que sobrevivan a la crítica se 
establecerán (Bonfil, 2004b, p. 46). 
Las herramientas de las que se vale el conocimiento científico son tres: la 
teoría, el método y los modelos (Pérez Tamayo, 1989). 
La teoría es la unidad explicativa de la ciencia. Una de sus funciones 
principales consiste en explicar de manera integral el problema científico que se 
aborda. La teoría, al igual que las hipótesis, es provisional y refutable, y contribuye 
al progreso de la ciencia. 
La ciencia trabaja a partir de un método: una serie variable de pasos con los 
cuales se aborda un problema determinado. Gracias a esta práctica sistemática, el 
conocimiento científico puede ser reproducido y generar información confiable. 
El método científico es una manera de pensar y procesar que siguen los 
científicos y que en gran medida los identifica como tales (Bonfil, 2004b, p. 54). 
Este método consiste en aplicar el pensamiento racional a nuestra diaria labor de 
interpretar el mundo (Bonfil, 2004b, p. 56). 
Existen varias clases de modelos: descriptivos, explicativos, predictivos, 
normativos, etc. Cada uno de estos modelos puede ser fáctico, es decir, puede 
describir algún hecho (Pérez Tamayo, 1989). Su aplicación en la resolución de los 
problemas científicos permite obtener una idea de las características que integran 
el fenómeno estudiado. 
 
12 
 
Así, la ciencia tiene como objetivo estudiar a la naturaleza y los fenómenos 
que ocurren en ésta. Siendo un conjunto de conocimientos interdisciplinarios, 
busca comprender la realidad externa ajena a nuestros sentidos a partir de 
diferentes herramientas racionales y sistemáticas. 
2.1.2 ¿Cómo se comunica la ciencia? 
Herrero Solana (1996) define la palabra “comunicación” como el intercambio de 
información entre individuos que comparten un sistema de señales en común. 
Según Fernando del Río (1982), se pueden distinguir dos tipos de 
comunicación científica: la interna y la externa. La comunicación intracientífica se 
refiere a la comunicación entre los científicos; mientras tanto, la comunicación 
extracientífica se refiere de los medios de comunicación que hay entre el sistema 
de investigación científica y los sistemas gubernamental, productivo y el público en 
general. 
Dentro de la comunicación científica interna, la manera más eficaz que 
tienen los científicos para comunicarse entre sí es la individual: visitas mutuas, 
llamadas telefónicas, cartas personales, pláticas privadas en reuniones 
especializadas y circulación de preimpresos (copias mecanografiadas de los 
informes de investigación que a veces son publicados formalmente; Del Río, 
1982). El avance de las nuevas tecnologías permite agregar a la lista anterior 
nuevos medios de comunicación. Entre ellos, Herrero Solana (1996) enumera los 
siguientes: correo electrónico, foros electrónicos de discusión, redes sociales, 
suscripción a listas electrónicas afines a las áreas de incumbencia de la unidad 
académica, etc. A estos medios de comunicación también se les puede llamar 
canales. Pero los medios principales por el cual la ciencia se comunica son las 
revistas especializadas. Su papel es ser un foro por medio del cual los científicos 
reclaman la prioridad de un descubrimiento. Asimismo, su importancia radica en 
ser un mecanismo que permita la publicación y la comunicación de trabajos y 
evitar la apropiación de ideas por parte de otros investigadores (Campanario, 
1999). 
 
13 
 
Para Fernando del Río (1982), gracias a la comunicación extracientífica la 
ciencia se convierte en patrimonio de la humanidad para después ser vertida en 
las actividades tecnológicas, filosóficas, educativas, etc. 
Luis Estrada (1992) comenta que la difusión de la ciencia es a menudo 
sinónimo de divulgación, aunque se le suele utilizar cuando se habla de la 
comunicación entre científicos. En este sentido, difusión se refiere a la 
propagación de conocimiento entre especialistas, como cuando se publican los 
resultados de una investigación o se presentan trabajos en un congreso científico. 
2.1.3 Enseñanza de la ciencia 
Según el Diccionario de la lengua española (vigésima segunda edición), la palabra 
educar se significa dirigir, encaminar, doctrinar. Educación se refiere al desarrollo 
o perfeccionamiento de las facultades intelectuales y morales del niño o del joven 
por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos, etc. No debe confundirse con 
Enseñanza, la cual se refiere al ámbito escolar. Con respecto a esta última 
palabra, ésta se refiere al sistema y método de dar instrucción. Un ejemplo es la 
enseñanza primaria. Ana María Sánchez Mora y Carmen Sánchez Mora (2003) 
definen tres tipos de enseñanza: 
- Enseñanza formal.- Es la enseñanza escolarizada, jerárquica, basada en el 
currículum, evaluada sobre metas curriculares, y que se lleva normalmente 
a cabo en una institución reconocida. 
- Enseñanza no formal.- Es la enseñanza sistemática, planificada y evaluada, 
pero no jerárquica, que puede llevarse a cabo tanto en instituciones 
escolares como en ámbitos abiertos y rurales. 
- Enseñanza informal.- Es la enseñanza cotidiana, voluntaria o no, pero que 
puede ser encauzada en sitios como los museos. 
En este apartado nos referiremos exclusivamente a la enseñanza formal. 
La enseñanza de la ciencia constituye un cuerpo dinámico de conocimientos 
que, en la medida que se trabajan adecuadamente en el ámbito de la escuela, 
permitirán a los alumnos alcanzar una alfabetización científica necesaria para la 
inserción social en los tiempos que se viven, tanto a nivel de conocimientos comode actividades, en pro de una mejor calidad de vida (Ligouri y Noste, 2005). 
 
14 
 
Del Río (1982) enumera los medios a través de los cuales se enseña la 
ciencia: 
- Cursos.- Son los medios principales por los cuales se lleva a cabo la 
enseñanza de la ciencia. Mantienen el estatus escolarizado y jerárquico, 
están evaluados en metas curriculares y se imparten en instituciones 
dedicadas a la enseñanza (sean públicas o privadas). 
- Asesorías.- Se dan por parte de especialistas. Su función básica es orientar 
al estudiante sobre algún tópico de estudio en particular o en la realización 
de algún proyecto académico o de investigación. 
- Conferencias.- El alumno puede asistir a una conferencia relacionada con el 
tema de estudio para complementar la información adquirida en el aula. 
- Programas de TV y radio.- Los programas de televisión y radio de carácter 
pedagógico pueden complementar, de igual manera, los temas vistos en los 
cursos. 
- Publicaciones.- La información aparecida en revistas de educación y 
divulgación científica pueden servir de apoyo a los temas vistos en clase. 
En la época que vivimos, los museos interactivos, las páginas web y las redes 
sociales también desempeñan un papel en la enseñanza. 
Carmen Sánchez Mora (2001) comenta que en el aprendizaje de conceptos y 
teorías (una de las finalidades de la enseñanza de las ciencias) hay un problema: 
por la manera en que son presentados al estudiante, no pueden ser aplicados a 
nuevos problemas o transferidos a otros contextos distintos de los utilizados en la 
enseñanza. 
Ligouri y Noste (2005) aseguran que existen docentes que aún están aferrados 
al paradigma de enseñanza-aprendizaje por transmisión verbal del conocimiento 
científico, el cual se muestra como algo acabado o verdadero. Los alumnos tienen 
que repetir dicho conocimiento debido a la exigencia del profesor para obtener una 
nota aprobatoria sin siquiera haberlo comprendido. En este paradigma: 
- Se da una imagen un tanto distorsionada de la ciencia. 
- Se da a entender que hay un método científico de carácter universal. 
- Las teorías científicas se presentan como verdades absolutas. 
 
15 
 
- El conocimiento científico aparece como superior a otros tipos de 
conocimiento (cotidiano, escolar, profesional, etc.). 
- La ciencia siempre está orientada al bien común. 
- Toda investigación comienza con la observación. 
- La observación es objetiva. 
- En ciencia todo es experimentable. 
- La actividad científica es neutra o aséptica, y descontextualizada o 
ahistórica (no está influida por intereses individuales o grupales ni por el 
contexto histórico-social). 
- La ciencia siempre permite una mejor calidad de vida, resolviendo todos los 
problemas socioambientales que se le van presentando a la humanidad. 
- Los científicos trabajan en forma aislada, solitariamente en sus laboratorios. 
- Los científicos son genios, tienen una mente “privilegiada”. 
Frente a este problema, Ligouri y Noste (2005) mencionan que una alternativa 
que puede dar un enfoque distinto al paradigma mencionado es la llamada 
ilustración científica. Al parecer, no hay un consenso concreto en torno al término, 
mas es posible brindar una definición de trabajo: la alfabetización científica es el 
acceso a la cultura científica en forma amplia, dada a partir de la escuela para una 
mejor inserción práctica y cívica en el mundo que nos rodea. 
2.1.4 Comunicación pública de la ciencia 
En esta tesis se propone que el término “comunicación pública de la ciencia” se 
refiere a las actividades de comunicación de contenidos científicos que están 
destinados a un público no especializado. En esta definición no se incluyen la 
comunicación intracientífica ni la enseñanza de la ciencia. Anaya (2002) afirma 
que la comunicación pública de la ciencia se lleva a cabo a través de los medios 
de comunicación masiva con tres objetivos: 1) informar al público sobre los 
avances científicos, 2) proporcionar el contexto político, social y cultural de esos 
nuevos conocimientos y sus posibles repercusiones y 3) contribuir a crear un 
pensamiento científico que aliente la conciencia crítica de la población para que 
pueda influir en la política científica con el propósito de lograr el desarrollo integral 
del país. 
 
16 
 
Cazaux (2010) comenta que de entre las estrategias utilizadas en la 
comunicación pública de la ciencia se encuentran la propaganda, el espectáculo, 
las relaciones públicas, la divulgación científica, el periodismo, etc. Cabe destacar 
que gracias a la revolución que ha representado internet, los blogs y las páginas 
web, se ha permitido un mayor acceso a la información científica desde la 
comodidad del hogar. 
Según Castellanos Pineda (2009), saber ciencia nos hace más libres, más 
críticos, más independientes y más firmes en la toma de decisiones. De ahí que la 
comunicación pública de la ciencia sea importante para con la sociedad de la 
información (que pese a los medios existentes, aún no se puede considerar como 
la sociedad del conocimiento). 
Uno de los objetivos de la comunicación pública de la ciencia es la 
reducción de barreras entre la ciencia y el público. Ya que la sociedad es la que 
dota la ciencia de recursos materiales y humanos, tiene derecho a contar con 
información científica cada vez más amplia y rigurosa sobre el sistema al que 
financia. Se busca cuál es el valor de la ciencia, sus aplicaciones, las posibilidades 
de desarrollo, los problemas sociales que puede ayudar a resolver, los nuevos 
problemas que pueden surgir como consecuencias del desarrollo científico, las 
opciones existentes en política científica, etc. Por otro lado, la comunicación 
pública de la ciencia no sólo satisface las demandas sociales, sino que beneficia al 
propio sistema en el que éstas se producen. Una sociedad que sea ilustrada en 
materia científica se encontrará más dispuesta a apoyar actividades científicas y 
estará mejor preparada para aprovechar las oportunidades de innovación y de 
mejoramiento del bienestar proporcionado por el desarrollo científico (Cazaux, 
2010). 
2.2 La divulgación científica 
2.2.1 ¿Qué es la divulgación científica? 
La divulgación científica es la labor en la cual se comunican los conocimientos 
científicos al público en general. Ana María Sánchez Mora en Introducción a la 
comunicación escrita de la ciencia (2010, p. 22-23) ofrece algunas características 
 
17 
 
generales sobre la divulgación antes de brindar una definición práctica de la 
misma: 
• La divulgación no es una disciplina; es un quehacer, una artesanía, un área 
emergente. 
• Es una labor multidisciplinaria que involucra a las ciencias naturales y 
sociales, humanidades, artes y técnicas. 
• No hay consenso sobre sus fronteras: situación que la diferencia de otras 
disciplinas afines tales como la pedagogía, comunicología, uso de los 
medios, psicología, literatura, historia, sociología, filosofía, etc. 
Aunque sí existe consenso en cuanto a que: 
• La divulgación científica tiene que ver con la ciencia. 
• Es un acto de comunicación. 
Una vez considerados los puntos anteriores, Sánchez Mora (2010, p. 24) 
define la divulgación científica como “una labor multidisciplinaria cuyo objetivo es 
comunicar, utilizando una diversidad de medios, el conocimiento científico a 
distintos públicos voluntarios, recreando ese conocimiento con fidelidad y 
contextualizándolo para hacerlo accesible”. Según esta autora, la definición es 
suficientemente amplia y ambigua como para abarcar todas las posibilidades 
sensatas. El uso del término “contextualización” hace referencia a dos 
operaciones: extraer la información de su contenido original (científico) e insertarla 
en uno nuevo. 
Es posible que la definición práctica utilizada por Sánchez Mora (2010, p. 27) 
no brinde del todo un marco para englobar y distinguir a la divulgación científica de 
otras actividades similares.Para ello, conocer lo que no es la divulgación puede 
permitir una delimitación más concisa sobre esta área emergente. 
Para comenzar, se debe aclarar que la divulgación no es una traducción literal 
de los conocimientos científicos (Sánchez Mora, 2010, p. 30). Sabemos que la 
ciencia es una realidad inaccesible al vulgo debido principalmente a su lenguaje 
especializado, de ahí que el divulgador podría tener problemas si sólo tradujera la 
información científica sin utilizar otros recursos que permitieran una mayor 
comprensión de la información. 
 
18 
 
Otra de las aclaraciones necesarias es que la divulgación no es una actividad 
cuyos objetivos sean la diversión o la utilidad práctica inmediata (Sánchez Mora, 
2010, p. 32). 
Para Sánchez Mora (2010, p. 43), la importancia de la divulgación científica ya 
no es materia de discusión, ya que se considera una actividad valiosa: muchos 
científicos, comunicadores, filósofos, historiadores, sociólogos y políticos, entre 
otros, y participantes de la amplia actividad científica, le asignan un papel de vital 
importancia en el desarrollo de una nación. Divulgar la ciencia es importante 
debido a que hace accesibles los conocimientos científicos a aquellas personas 
que no son especialistas. Pero hay otra razón: más allá de que la ciencia sea un 
cuerpo de conocimientos, es una forma de ver el mundo. Para algunos, la 
divulgación es importante para todos los ciudadanos debido a su trascendencia 
social, mientras que para otros satisface intelectualmente a quienes la hacen y a 
quienes la reciben. La divulgación nos permite entender que (Sánchez Mora, 
2010, p. 43): 
• La ciencia es parte de la cultura universal. 
• La ciencia es una manera de conocer el mundo que ha resultado ser muy 
exitosa. 
• La ciencia y la tecnología desempeñan un papel crucial en las sociedades 
actuales. 
• La prosperidad de las naciones descansa en la ciencia y la tecnología. 
• La industria nacional será más competitiva si los administradores y 
tomadores de decisiones entienden mejor qué es la ciencia. 
• La ciencia debe ocupar más espacio en los medios. 
• Los científicos deben aprender a comunicarse con el público. 
• El público financia la ciencia y la tecnología con sus impuestos. 
• Los ciudadanos no pueden permanecer al margen de los debates. 
• La divulgación es necesaria para tener acceso a la información. 
• La divulgación es imprescindible para tomar decisiones democráticas 
relacionadas con la ciencia. 
• Comprender la naturaleza es una fuente de gozo personal. 
 
19 
 
La ciencia divulgada es reflejo directo de los criterios de selección empleados 
por los divulgadores, es decir, los temas que más atraen al público lego. Los 
temas más atractivos para el público son aquellos que tienen relación con la vida 
cotidiana y que pueden afectarle (medicina, tecnología, biología y astronomía), 
mientras tanto, aquellos temas que suenan totalmente ajenos (ciencias de la 
Tierra, física y química) son los menos propicios para ser noticia (Sánchez Mora, 
2010, p. 87). 
Muchos de los temas más “noticiables” de la actividad científica no son 
avances, sino acontecimientos y tendencias del ambiente internacional o nacional, 
los cuales representan los intereses dentro del mundo científico. Algunos ejemplos 
son el fraude científico, los futuros avances que serán comunicados más tarde por 
la comunidad científica, los debates en torno a primacía en algún descubrimiento, 
etc. Muchos de estos casos tienen un trasfondo envuelto en intereses comerciales 
y políticos (Sánchez Mora, 2010, p. 88-89). 
Desde un punto de vista social y educativo, la divulgación científica es 
considerada en todo el mundo una actividad importante, necesaria y loable, 
aunque también es muy difícil de realizar (Sánchez Mora, 2010, p. 175). Por 
ejemplo, no toda persona que utilice metáforas y analogías para hacer divulgación 
conseguirá transmitir de manera completa su mensaje. Puede que en ocasiones el 
público reciba correctamente el mensaje, mientras que en otras entienda algo muy 
distinto a lo que se desea transmitir. Además, si el receptor adopta una postura de 
desconfianza hacia la ciencia o tiene creencias seudocientíficas, el mensaje 
simplemente será rechazado, sin importar la habilidad del divulgador. En este 
sentido, el comunicador se enfrenta a un ambiente cultural poco propicio y a una 
sociedad muy demandante. Por lo tanto, es preciso consolidar la divulgación 
profesionalmente fortaleciendo su calidad, pero sin perder de vista su componente 
artesanal (Sánchez Mora, 2010, p. 175). 
2.2.2 Los medios empleados por el divulgador 
El divulgador científico emplea diferentes medios que le permiten comunicar su 
mensaje al público. Ana María Sánchez y Carmen Sánchez Mora (2003) afirman 
que los principales medios de comunicación a su alcance son las conferencias, los 
 
20 
 
escritos, audiovisuales, museográficos, teatrales, radiofónicos, entre otros. 
Asimismo, los divulgadores producen obras tangibles (artículos, libros, videos) 
llamados materiales o productos de divulgación. 
Los medios de comunicación empleados deben tener un discurso propio en 
función del tipo de público al que están dirigidos. Lo mismo sucede con los 
materiales de divulgación: en función de la edad, de los estudios y del sector se 
generará el tipo de material, la información y el lenguaje más adecuado para los 
mismos. 
Público en general Educadores Sector productivo Sector gubernamental y Político
Adulto Infantil
Conferencias
Talleres
Exposiciones
Museos
Diaporamas
Vigeograbaciones
Cine
Radio
Televisión
Diarios
Revistas
Libros 
Fig. 1. Cuadro que representa los tipos de públicos y los medios de divulgación adecuados 
para éstos (Del Río, 1982). 
Los medios de divulgación más personales son las conferencias y los 
talleres. Mientras tanto, los medios colectivos (radio, cine, Televisión, etc.) son los 
más impersonales y costosos (Del Río, 1982). 
La figura 1 representa los tipos de públicos y los medios de divulgación 
adecuados para éstos, pero no toma en cuenta (por obvias razones) los medios de 
comunicación actuales derivados de internet: páginas web, videos en línea, blogs, 
podcasts, etc. Estos nuevos medios brindan más acceso al público y ahorran 
gastos. En internet se ven fácilmente conferencias, visitas virtuales a museos, 
videograbaciones, cine, radio, televisión, diarios, revistas y libros. 
 
21 
 
III. LA ASTROBIOLOGÍA 
3.1 Definición de astrobiología 
Según The NASA Astrobiology Roadmap (Des Marais et al., 2003), la 
astrobiología se define como “el estudio del origen, evolución, distribución y futuro 
de la vida en el universo”. Asimismo, en esta disciplina científica emergente se 
plantean tres preguntas básicas: ¿Cómo surgió y evolucionó la vida? ¿Hay vida en 
otros lugares del universo? ¿Cuál es el futuro de la vida en la Tierra y más allá? 
En su edición de 2008, The NASA Astrobiology Roadmap ofrece siete metas 
que la astrobiología busca cumplir (Des Marais et al., 2008): 
1. Comprender la naturaleza y los posibles ambientes habitables en el 
universo. Determinar el potencial de los planetas habitables más allá del 
sistema solar y describir aquellos que son observables. 
2. Determinar si en nuestro sistema solar hay o hubo ambientes habitables, 
una química prebiótica y signos de vida. Determinar si hay cualquier 
ambiente que posea agua líquida, compuestos químicos y fuentes de 
energía suficientes para dar paso a la presencia de vida. 
3. Entender cómo surgió la vida a partir de elementos presentes tanto en la 
Tierra como en el universo. Llevar a cabo investigaciones que permitan los 
principios químicos y físicos que permitieron la aparición de la vida. 
4. Comprender cómo evolucionó la vida a través del tiempo geológico. 
Entender la relación de los seres vivos con su ambiente para entender 
cómo ha evolucionado la vida y cómo ha modificado las condicionesambientales a escala planetaria. 
5. Comprender los mecanismos evolutivos así como los límites que establece 
el ambiente a los seres vivos. Determinar los mecanismos moleculares, 
genéticos y bioquímicos que controlaron y limitaron los procesos evolutivos, 
la diversidad metabólica y la adaptación de la vida a su ambiente. 
6. Entender cuál será el futuro de la vida tanto en la Tierra como fuera de ella. 
Elucidar los factores que participan en los ecosistemas microbianos para 
prever cuáles serán los posibles cambios que ocurrirán en los seres vivos. 
 
22 
 
Explorar el potencial de la vida microbiana para sobrevivir y evolucionar en 
ambientes fuera de la Tierra. 
7. Determinar estrategias para reconocer las firmas de la vida en otros 
mundos y en la Tierra primitiva. Identificar biofirmas que ofrezcan 
información sobre la vida pasada y presente a partir de muestras 
geológicas antiguas provenientes de la Tierra, de fuentes extraterrestres y 
de mediciones remotas en atmósferas y superficies planetarias. Identificar 
biofirmas provenientes de tecnologías distantes (extraterrestres). 
Con respecto a la definición de astrobiología, el filósofo español Roberto 
Aretxaga (2008) afirma que hay cuatro posibles interpretaciones (o enfoques) de la 
anterior definición: 
- Enfoque exobiológico.- La astrobiología es sinónimo de exobiología. 
Cuando se dice que “estudia la vida en el universo”, se puede interpretar 
que su objeto de interés son las formas de vida posibles que pueden existir 
en otros lugares del universo distintos de la Tierra. 
Esta manera de abordar la astrobiología la dota de especificidad frente a 
otras disciplinas. Sin embargo, su énfasis en el prefijo exo, el cual relega o 
desatiende otros aspectos relacionados con la vida en la Tierra, la hace 
vulnerable a dos fuertes críticas: que fantasea acerca de las formas de vida 
extraterrestres posibles (no se tiene un referente conocido que permita 
alejarse de lo imaginativo), y que se encuentra más próxima a la metafísica 
que a la ciencia (ya que su objeto de estudio no constituye fenómeno 
alguno). 
- Enfoque biogeocentrista.- La vida terrestre es excepcional en el universo. 
Además, ya existen disciplinas que estudian el origen, evolución, 
distribución y futuro de la vida. Esto obliga a la emergente disciplina 
astrobiológica a justificar adecuadamente su especificidad frente a tales 
disciplinas o bien a desaparecer. 
La definición de astrobiología, según este enfoque, resulta muy general y 
ambigua, ya que en rigor, nada define; no suministra información suficiente 
para determinar el fenómeno de estudio. En este sentido, el 
 
23 
 
biogeocentrismo entiende que la definición de astrobiología elaborada por 
la NASA no resulta lo suficientemente buena, ya que no delimita un objeto 
de estudio ni una actividad concreta. 
Así, según esta postura, el término “astrobiología” resulta prescindible por 
innecesario. Además de ser redundante (no aporta nada nuevo a las 
ciencias de la vida), resulta engañoso, ya que el prefijo astro hace creer que 
se habla de algo que en realidad nunca se designa. 
El biogeocentrismo tiene a su favor la ausencia de evidencias de vida 
extraterrestre, aunque comete el error de interpretar la ausencia de pruebas 
como prueba de ausencia, y da por hecho que no hay vida fuera de la 
Tierra. En este sentido, no toma en cuenta un hecho muy simple: hasta el 
presente no se ha encontrado evidencia indiscutible alguna de la no 
existencia de vida fuera de la Tierra. 
- Enfoque metodológico.- El sentido y la especificidad de la astrobiología 
deben buscarse no tanto en su objeto de estudio, que no sería otro que la 
vida en nuestro mundo (esto le permitiría ser considerada como ciencia), 
sino en la forma de abordar el tema: la transdisciplinariedad. 
Este enfoque (también llamado transdisciplinar) admite que la astrobiología 
utilice el término vida en el mismo sentido que lo hacen las ciencias 
biológicas; además acepta que hay ciencias que ya se ocupan del estudio 
del origen, evolución, distribución y futuro de ésta. Sin embargo, considera 
que la superespecialización de tales conocimientos e investigaciones puede 
resultar un problema cuando se afronta la creciente complejidad que el 
fenómeno de la vida puede presentar bajo la mirada de las nuevas técnicas. 
Esto exige una mayor y más estrecha colaboración entre científicos de 
campos distintos. La especificidad de la astrobiología consiste en aportar a 
las ciencias de la vida una mirada transdisciplinar para mejorar la 
comprensión de su objeto de estudio. 
Pero este enfoque se enfrenta a una fuerte objeción: si la única 
especificidad de la astrobiología es la transdisciplinariedad aportada al 
estudio de la vida en la Tierra, ¿por qué mantener el prefijo astro y seguir 
 
24 
 
hablando de astrobiología en lugar de buscar un nombre más adecuado? 
Para contestar esta pregunta, se requiere un cuarto enfoque, más crítico, 
radical y comprometido con el objeto de estudio original de la astrobiología: 
la vida extraterrestre. 
- Enfoque exobiológico crítico.- Admite de manera parcial la tesis del enfoque 
metodológico. El aspecto transdisciplinar de dicho enfoque tiene su origen 
en las aportaciones hechas de las ciencias de la vida, la exploración y las 
ciencias espaciales y planetarias en la década de los 50, cuyos datos y 
descubrimientos permitieron tener una nueva perspectiva de lo que es la 
vida. 
El aspecto crítico de este enfoque consiste en la manera peculiar en que se 
considera la relación entre los elementos vida y universo. Mientras que los 
enfoques exobiológico y biogeocentrista coinciden en la separación de 
ambos elementos, el enfoque exobiológico crítico asume una conexión 
esencial entre ellos, procediendo a cargar el peso de la definición en dicha 
conexión. En consecuencia, siguiendo este enfoque, lo propio y peculiar de 
esta disciplina científica estriba en su interés por el fenómeno de la vida 
terrestre como caso único de vida conocido en el universo, y por tanto el 
único ejemplo con el que cuenta la astrobiología para sus investigaciones. 
Así, cuando se afirma que el objeto de estudio de la astrobiología es la vida 
extraterrestre, esto debe entenderse la vida terrestre como modelo 
metodológicamente extrapolable al universo. 
La astrobiología presenta dos objetos de estudio complementarios: la vida 
en la Tierra y la vida extraterrestre. Sólo éste último merece la 
consideración como objeto de estudio de esta disciplina. Pero debido a que 
no hay evidencia que confirme la existencia del mismo, ni ésta puede 
inferirse a partir de los conocimientos científicos que se tienen, la 
astrobiología no tiene objeto (fenómeno) de estudio como tal, sino un 
objetivo, una expectativa racional, una posibilidad fundamentada en 
suposiciones plausibles, datos y conocimientos científicos, la cual es 
susceptible de contrastación experimental. 
 
25 
 
3.2 La astrobiología en los medios de comunicación masiva 
Los científicos buscan a veces medios masivos no académicos para dar a conocer 
nuevos conceptos, como en el caso de un campo nuevo como la astrobiología. 
Esta estrategia puede permitir la aceptación del público y las autoridades (e 
inclusive de las mismas instituciones científicas) de ese nuevo conjunto de 
conocimientos. De esta manera, los medios de comunicación masiva pueden ser 
un nicho en el cual la ciencia puede abrirse camino. Esto es en parte lo que ha 
sucedido con las incipientes investigaciones astrobiológicas que surgieron en la 
década de los 60 (Alcíbar, 2006). 
La astrobiología es un modelo ideal para la divulgación científica: resulta ser 
una fascinante y ambiciosa disciplina científica que enlaza la biología, la física, la 
química, la astronomía, las ingenierías, etc., de tal manera que el público pueda 
tener acceso a las distintas facetas de la ciencia de una manera integral (Alcíbar,2005). ¿Ha sido siempre esta la línea a seguir? ¿Es para los distintos medios de 
comunicación un tema atractivo? Y algo muy importante, ¿es abordado con el 
debido rigor científico? 
Algunos escritores desearon en su momento escribir sobre vida 
extraterrestre. En 1937, el escritor estadounidense John W. Campbell, Jr. publicó 
un artículo en la revista Astounding stories sobre la posibilidad de vida en Júpiter. 
Pese a los intentos de Campbell para redactar un texto de divulgación científica, el 
escrito se convierte en un ejercicio imaginativo sobre las posibles características 
de los seres vivos que podrían habitar aquel gigantesco planeta gaseoso, muy 
poco explorado en esa época. 
En sus inicios, la astrobiología fue comunicada al público mediante titulares 
y caricaturas que combinaban argumentos científicos con ideas provenientes de la 
ciencia-ficción. Un ejemplo son dos noticias aparecidas en el diario Times, una en 
1961 y otra en 1963, que iniciaban especulando sobre cómo sería la vida 
extraterrestre para después hablar sobre microbiología o la incipiente biología 
molecular. Sin embargo, fue de esta manera como el público se interesó por estos 
temas, y a su vez se legitimó la investigación científica dedicada a esta nueva 
disciplina (Alcíbar, 2006). 
 
26 
 
Pero el miedo también estuvo involucrado en la aceptación de los estudios 
astrobiológicos. En algún momento los virus y las bacterias se representaron como 
invasores terroríficos que podrían dañar a la humanidad. Fue hasta tiempo 
después que los artículos que se publicaban en la prensa mostraron a los 
científicos como los especialistas capacitados para entender estas posibles 
amenazas, y así comprender las posibles invasiones alienígenas que podrían 
azotar al mundo. En este sentido, este temor fue también parte de los argumentos 
que ayudaron a justificar la astrobiología (Alcíbar, 2006). 
Con todo lo anterior, la astrobiología presenta una serie de características 
que la convierten en una disciplina que atrae el interés del público hacia la ciencia. 
Tal atracción se debe a varios factores. Uno de ellos es que la exploración 
planetaria, así como la detección de vida pasada o presente en el sistema solar, y 
el origen del universo o de la vida, plantean problemas ubicados en las fronteras 
de la ciencia y con cuestiones humanas fundamentales como nuestro origen y 
lugar en el universo. Las metas y dilemas científicos que ofrece la astrobiología 
generan curiosidad y fascinación. Asimismo, la aventura y los riesgos que 
representan las misiones espaciales hacen de la astrobiología una de las 
disciplinas más apreciadas por el público y por los divulgadores científicos. Un 
ejemplo de ello son las primeras imágenes arrojadas por la sonda Viking: éstas 
fueron reproducidas por los medios, de tal manera que se contribuyó a 
incrementar en el público el interés en la habilidad del ser humano como especie 
inteligente (Alcíbar, 2006). 
Según Alcíbar (2006), el interés de los medios decayó de manera 
importante cuando los experimentos de las Viking para detectar vida en Marte 
resultaron ser negativos. Los nuevos descubrimientos de relevancia astrobiológica 
son medianamente comentados por los medios. Pero en 1996 el papel de los 
medios cambió drásticamente. Tratando de incrementar el presupuesto para las 
misiones a Marte después de que éstas quedaran estancadas desde las Viking, el 
gabinete de prensa de la NASA diseñó una estrategia mediática para tratar de 
reactivar el programa de exploración marciano. Parte de la estrategia consistió en 
utilizar los medios de comunicación de manera que realizaran propaganda para 
 
27 
 
tratar de convencer al gobierno del presidente Bill Clinton y a la opinión pública de 
que era necesario reanudar las misiones al planeta rojo (el caso fue el meteorito 
ALH84001, véase sección 4.3.2). 
Los medios de comunicación pueden servir para que la sociedad tenga 
acceso e incorpore nuevos conocimientos, pero también pueden utilizarse para 
conseguir financiamiento. 
 
28 
 
IV. PROBLEMAS A LOS QUE SE ENFRENTA LA DIVULGACIÓN DE LA 
ASTROBIOLOGÍA 
4.1 Seudociencia 
4.1.1 Definición de seudociencia 
“Las seudociencias son una serie de actividades que pretenden presentar 
conocimientos y formas de saber diferentes de los presentados por la ciencia. El 
problema con éstos es que los postulados de donde parten sus deducciones son 
irracionales, dogmáticos, y no se produce un estudio crítico para contrastarlos a 
través de sus consecuencias con la realidad” (Schulz, 2005). Algunos ejemplos 
son la alquimia, astrología, creacionismo científico, grafología, ovnilogía, 
parapsicología, etc. Pero desde el punto de vista etimológico, la palabra 
“seudociencia” equivale a falsa ciencia: son conjuntos de ideas que se amparan 
bajo el manto de la ciencia cuando en realidad no tienen relación con ésta 
(Armentia, 2002). 
Para el filósofo argentino Mario Bunge (2001), se pueden establecer algunos 
rasgos prácticos de las seudociencias para poder distinguirlas de la ciencia: 
- Las seudociencias invocan seres sobrenaturales o fuerzas inmateriales 
inaccesibles al análisis empírico, tales como la supuesta existencia de una 
“fuerza vital”, creación divina, destino o memoria colectiva. 
- Son crédulas: no someten sus argumentos a prueba alguna. 
- Son dogmáticas: no cambian sus principios cuando fallan ni ante la 
presencia de nuevos hallazgos. No presentan novedades y siguen atadas a 
un cuerpo invariable de creencias. 
- Rechazan la crítica (aspecto elemental en el mundo científico), 
argumentando que ésta es producida por el dogmatismo o la resistencia 
psicológica. 
- No cuentan con ni utilizan leyes generales. En cambio, mucho del 
conocimiento científico sí cuenta con ellas. 
- Sus principios son incompatibles con muchos de los principios más seguros 
y confiables de la ciencia. Por ejemplo, la telequinesis contradice el 
principio de la conservación de la energía, mientras que la memoria 
 
29 
 
colectiva contradice la idea de que sólo un cerebro individual puede 
recordar los sucesos que ha vivido. 
- En general, no interactúan con ninguna disciplina científica. Por ejemplo, los 
parapsicólogos no tienen tratos con la psicología experimental o con las 
neurociencias. 
- Son fáciles: no requieren de un largo aprendizaje. Esto se debe a que no 
están amparadas por un conjunto de conocimientos auténticos. 
- Todo lo que proponen sólo tiene uso práctico: no hay cabida para la 
investigación básica. Tienen explicaciones para todo, pero sus 
procedimientos y recetas no funcionan, ya que no se basan en información 
científica confiable. 
- Se mantienen al margen de la comunidad científica. 
Desde el punto de vista epistemológico, ¿es posible diferenciar ciencia de 
seudociencia? Esta pregunta nos lleva a otra pregunta similar: ¿cómo distinguir 
entre lo científico y lo no científico? 
Desde hace muchos años, la filosofía y la historia de la ciencia han realizado 
intentos para establecer criterios de demarcación entre ciencia y seudociencia, es 
decir, intentos para proponer condiciones necesarias y suficientes para determinar 
si un tipo de conocimiento, una teoría o una actividad son científicas o no (Olivé, 
2000, p. 45). Lamentablemente, esto ha resultado infructuoso: siendo la ciencia un 
ente flexible y en constante cambio, no ha sido posible establecer un conjunto de 
lineamientos que delimiten de manera tajante lo científico de lo no científico 
(Armentia, 2002). 
Según el filósofo mexicano León Olivé (2000), sí se puede hacer una 
diferenciación entre lo científico y lo seudocientífico, al menos en un contexto 
determinado. Su propuesta consiste en afirmar que la ciencia posee tradiciones. 
Ciertas prácticas, hipótesis y teorías pueden considerarse como científicas si se 
establece un vínculo conceptual o metodológico con una tradición científica. En 
este sentido, el creacionismono es científico no porque a primera vista deje de 
satisfacer ciertos criterios de cientificidad, sino porque simplemente no pertenece 
a ninguna tradición científica ni ha surgido a partir de una (Olivé, 2000). 
 
30 
 
Javier Armentia (2002) asegura que quienes trafican con las seudociencias 
regularmente son reacios a la evaluación y al escrutinio público. Un ejemplo 
concreto es la parapsicología: un psíquico (persona que afirma tener poderes 
mentales no convencionales) pierde rápidamente sus facultades cuando se diseña 
un experimento en donde se eviten las posibilidades de fraude, es decir, que se 
realicen trucos similares a los de ilusionistas y mentalistas. Lo mismo sucede con 
videntes y astrólogos. A pesar de que muchos de ellos se ganan la vida con sus 
supuestas habilidades, pocas veces permiten que se realicen pruebas sobre sus 
poderes. 
Armentia (2002) afirma que las seudociencias pueden clasificarse de acuerdo a 
su inocuidad o peligrosidad, es decir, con base en el grado de “alarma social” que 
puedan causar; un ejemplo son los horóscopos y las consultas con adivinos. Lo 
máximo que se puede perder con estas seudociencias es el dinero y a veces 
hasta el patrimonio familiar y la tranquilidad (Armentia, 2002). 
¿Qué hacer ante la saturación de seudociencias en la sociedad actual? Una 
propuesta consiste en crear programas de combate contra las seudociencias que 
cumplan los siguientes objetivos (González de la Fe, 2004): 
- El aumento de las actividades de divulgación científica por parte de 
instituciones científicas y educativas con la ayuda de los medios de 
comunicación. 
- El mejoramiento de la enseñanza de las ciencias y el fomento de las 
vocaciones científicas. 
- La combinación de divulgación científica y de pensamiento crítico para que 
el público en general no sólo conozca cómo funciona la ciencia, sino 
también para que sepa detectar los contenidos seudocientíficos. 
4.1.2 Discusión de casos de seudociencia relacionados con la astrobiología 
en la prensa 
4.1.2.1 La cara de Marte 
El 25 de julio de 1976 el orbitador de la Viking 1 (una de las dos sondas espaciales 
de exploración de la NASA que arribaron a Marte en aquel año), captó una imagen 
 
31 
 
(figura 2) que daba la impresión de ser una cara humana que observa el cielo en 
la región de Cydonia (ubicada en el hemisferio norte de Marte). Este parecido hizo 
que los responsables de prensa de la NASA dieran a conocer la imagen a los 
medios el 31 de julio de 1976, buscando dar mayor popularidad a la misión 
(Armentia, 1998). 
 
Fig. 2. La cara de Marte, imagen tomada por el orbitador Viking 1 en 1976 (Crédito: 
NASA/JPL) 
Tres años después de que se diera a conocer la imagen, Vincent Di Pietro, 
ingeniero eléctrico, y Gregory Molenaar, analista de cómputo, dos técnicos que 
trabajaban para un contratista de la NASA en el Goddard Spaceflight Center en 
Greenbelt, Maryland, encontraron varias imágenes similares en los archivos 
fotográficos de la misión Viking. Al someterlas a varios programas de 
mejoramiento de imagen, concluyeron que la estructura observada era de origen 
artificial: a partir de aquí surgió la creencia de que Marte alberga vestigios de una 
civilización extraterrestre (Ruiz Noguez, 2005). 
Durante la década de los 80 varias personas siguieron nutriendo la versión 
del origen artificial de la “cara” de Marte. Uno de ellos fue Richard C. Hoagland, 
periodista especializado en temas científicos, quien tomó el tema como real y 
publicó varios libros y artículos y apareció en diversos programas de radio y 
televisión. Hoagland afirmaba que en las imágenes de la Viking también se 
 
32 
 
pueden observar una fortaleza, una ciudad, un desfiladero y varias pirámides 
(Armentia, 1998; Ruiz Noguez, 2005). Con el tiempo también se llegó a afirmar 
que los supuestos monumentos tienen una orientación astronómica particular y 
que fueron erigidos hace medio millón de años (Sagan, 1995). 
Una de las primeras críticas vino del astrónomo y divulgador científico Carl 
Sagan en un artículo publicado en la revista Parade, en el que explicaba por qué 
el asunto no tenía mayor relevancia (Armentia, 1998). La cara de Marte puede 
explicarse a través del fenómeno de la pareidolia: la tendencia del cerebro 
humano a identificar patrones conocidos a partir de imágenes con formas vagas o 
ambiguas. El paisaje alrededor de la cara tiene muchas colinas moldeadas con 
todo tipo de formas extrañas que se deben posiblemente a la erosión de antiguos 
torrentes de barro ocasionada por el viento. Ambos factores propiciaron que se 
esculpieran pequeños montes irregulares que dan la impresión de ser pirámides 
perfectamente simétricas. En este sentido, la cara en realidad es “media cara” y la 
explicación más probable es que haya sido formada por procesos geológicos 
lentos (Sagan, 1995). 
En 1993, la astronave Mars Observer fracasó en su misión por alcanzar el 
planeta Marte. Ante tal hecho, quienes defienden el origen artificial del rostro de 
Cydonia acusaron a la NASA de simular un contratiempo para estudiar la cara con 
mucho detalle sin tener la obligación de publicar las imágenes. Al respecto, en 
septiembre de aquel año el diario Weekly World News publicó el titular “¡Nueva 
fotografía de la NASA demuestra que los humanos vivieron en Marte!”, donde un 
“importante científico” comentaba que los marcianos colonizaron la Tierra hace 
doscientos mil años y que la información era ocultada para impedir el “pánico 
mundial” (Sagan, 1995). 
En 1996, con el descubrimiento de supuestos microfósiles en el meteorito 
marciano ALH84001 (que se discutirá en la sección 4.3.2), quienes se inclinaron 
por el carácter artificial de la cara de Marte encontraron en este suceso una 
prueba más de la existencia de vida en aquel planeta (Armentia, 1998). 
 
33 
 
 
Fig. 3. Imagen de la “cara de Marte” obtenida por la astronave Mars Global Surveyor en 2001 
(Crédito: NASA/JPL) 
A partir de 1998, la sonda Mars Global Surveyor ha fotografiado la cara con 
una cámara de mayor resolución que la que traía el orbitador Viking, mostrando 
que se trata de una simple formación montañosa (Jakosky, 1998, p. 185). La 
imagen obtenida por la misma astronave en 2001 (figura 3) es una de las más 
nítidas que hay sobre esa estructura geológica. Sin embargo, lejos de cerrar el 
debate, el suceso intensificó las especulaciones sobre una conspiración de la 
NASA para ocultar la verdad a través de la manipulación de las imágenes 
mostradas (Armentia, 1998). 
Mark Carlotto, una de las personas que afirma que el rostro es una pirámide 
construida por extraterrestres, anunció que las nuevas imágenes de la NASA 
mostraban mayores detalles de la cara. Armentia (1998) señala algunos de sus 
argumentos: 
- La imagen confirma los detalles faciales que no pudieron ser observados 
con todo detalle por la Viking. 
- Se observa un alto grado de simetría bilateral en la cara. 
- Se pueden apreciar detalles sobre orificios nasales y características lineales 
de la corona en la cabeza, junto a la línea central media de la cara. 
 
34 
 
En 2006, la astronave Mars Express tomó nuevas imágenes con una 
resolución todavía mayor que muestran una vez más que la cara es una simple 
formación montañosa y no una construcción artificial. 
4.1.2.2 La prensa frente a la cara de Marte 
En esta sección sobre los medios se hará un comentarán las notas periodísticas 
en línea que fueron consultadas. Se busca entender qué visión dan al público 
sobre cada uno de los casos mencionados. Para una relación completa de cada 
nota, así como el link de descarga, consúltese el apéndice. 
En los últimos años, la mayoría de las notas periodísticas se han 
concentrado en dos puntos: informar sobre las nuevas imágenes obtenidas con 
cada vez mayor resolución, y descartar la idea del origen artificial de esa 
estructura geológica. 
La página web de la BBC (“Nasa: no face – honest”,David Whitehouse, 25 
de mayo de 2001) cuenta la historia de las imágenes obtenidas por la astronave 
Mars Global Surveyor (MGS) en 2000: “El 8 de abril del año 2000, un día de 
verano despejado en Cydonia, MGS realizó una de sus tomas… Un observador 
dijo: ‘Vaya, a mi no me parece una cara’”. De igual manera, la página web de CNN 
(“Face on Mars gets makeover”, Robert Roy Britt, 22 de septiembre de 2006) 
remató al decir que “la gente ve caras que no están ahí (en Marte o en las nubes), 
debido hemos nacido con la tendencia a reconocer caras humanas por doquier”. 
La página web Science Daily (“Cydonia – Face on Mars?”, 22 de septiembre de 
2006) también concluyó una nota afirmando que “la interpretación científica formal 
nunca ha cambiado: la cara sigue siendo un producto de la imaginación humana 
en una superficie altamente erosionada”. 
En la página web de la revista Muy Interesante (“¿A qué se le llama la cara 
marciana?”, 1 de junio de 2006) ofreció a sus lectores una nota breve aunque en 
un tono contundente: “En 1998 y 2001, la nave Mars Global Surveyor volvió a 
fotografiar la zona a sólo 400 kilómetros de altitud, y acabó definitivamente con las 
hipótesis ‘conspiranoicas’: los supuestos ojos, nariz y labios no eran sino picos y 
depresiones”. 
 
35 
 
¿Cuál ha sido la información que han brindado los medios de comunicación 
nacionales? El diario El Universal (“Sonda toma fotos de la cara de Marte”, 22 de 
septiembre de 2006) se concentró en la relevancia geológica de las imágenes: “El 
jefe científico de la misión Mars Express, el español Agustín Chicharro, comentó 
que “estas imágenes de la región de Cydonia son verdaderamente espectaculares 
ya que muestran una cercanía impresionante sobre una región de gran interés 
para los geólogos planetarios”. Mientras tanto, Milenio Diario (“¿Un cráneo en 
Marte?”, 2 de mayo de 2009) comenta un caso en el que supuestamente se 
encontró una calavera marciana. El asunto se compara con la cara de Marte: 
“Seguidores del fenómeno OVNI afirman haber descubierto un cráneo alienígena 
en Marte después de que la NASA enviara imágenes tomadas del planeta, informa 
el diario londinense The Daily Telegraph… Imágenes previas, de un supuesto 
cráneo encontrado en Marte en 2006, se cree han sido el resultado de una 
manipulación indebida. [Al igual que este caso] la famosa cara de Marte facilitada 
por la nave Viking 1 en 1976, la cual mostraba la sombra de un rostro humano, se 
encontró que era un truco de luz cuando se volvió a fotografiar la zona en 1998”. 
La crítica más fuerte y detallada ha venido directamente de una página web. 
Con respecto a la primera, la página astronómica Perspectivas (“La cara de Marte 
y otras ilusiones de óptica”, Luis Ruiz Noguez, 11 de julio de 2006) muestra un 
análisis completo del caso mostrando una gran cantidad de ejemplos: “El efecto es 
una ilusión de óptica debida al ángulo de iluminación muy bajo. En ningún 
momento la NASA trató de ocultar la fotografía, como pretendieron y afirmaron 
algunos ufólogos, ya que tan solo seis días después la dieron a conocer a la 
opinión pública emitiendo un comunicado de prensa”. 
Como puede verse en este caso, las notas periodísticas están basadas en 
información brindada por investigadores científicos. Se les consulta a ellos, ya que 
son quienes envían las astronaves, y son ellos quienes tienen el interés en las 
formaciones geológicas de Marte y quienes han aprovechado la oportunidad para 
dar a conocer sus observaciones, y a su vez son ellos a quiénes se les reconoce 
la autoridad para descartar el origen artificial de la cara. 
 
 
36 
 
4.1.2.3 Los OVNIs de Campeche 
El 5 de marzo de 2004, un avión de la Fuerza Aérea Mexicana grabó varias 
imágenes de OVNIs con forma de esfera luminosa en el estado de Campeche (fig. 
4), al sur de México (Méndez Acosta, 2006). Todo sucedió cuando el avión en 
cuestión, equipado con un radar y una cámara infrarroja, patrullaba el cielo en 
busca de vehículos de contrabandistas. Los objetos permanecieron invisibles todo 
el tiempo y fue a través del equipo del avión que los pilotos se percataron de que 
eran aparentemente seguidos de cerca por las esferas (Bonfil, 2004a). 
 
Fig. 4. OVNIs grabados por la Fuerza Aérea en el Estado de Campeche, al sur de México 
(Crédito: Fuerza Aérea Mexicana, 5 de marzo de 2004). 
La Secretaría de la Defensa Nacional, haciendo uso de un criterio por lo 
menos cuestionable, recurrió al especialista en OVNIs Jaime Maussán como 
experto para analizar las imágenes captadas. Al respecto, el periodista mexicano 
Mario Méndez Acosta (2006) consideró que esto fue un error, ya que las imágenes 
pudieron enviarse a la Universidad Nacional Autónoma de México o al Servicio 
Meteorológico Nacional para realizar un análisis más detallado y confiable. 
El 11 de mayo de 2004, Maussán convocó a una rueda de prensa para 
presentar el video como un “enigma extraordinario”. La primicia del caso fue dada 
a conocer en el Noticiero con Joaquín López Dóriga ese día. De la misma manera, 
la historia se expandió rápidamente por medios como Associated Press, CNN, 
Reuters, MSNBC, USA Today y Fox News. De igual forma, Maussán presentó el 
caso en su programa de televisión y su sitio web. Uno de sus argumentos fue que 
 
37 
 
los “halos” emanados por los objetos evidenciaban “un intenso campo magnético”, 
y habló de la presencia de “frecuencias” y “vórtices” que “violaban la entropía”, 
entre otros argumentos claramente seudocientíficos (Sheaffer, 2004). Como 
respuesta, la comunidad científica de la UNAM convocó a una rueda de prensa 
para aclarar la situación. El principal señalamiento fue que la Secretaría de la 
Defensa Nacional (SEDENA) debió haber consultado a científicos legítimos para 
recibir posibles explicaciones más razonables del fenómeno observado (Bonfil, 
2004a). ¿Cuál fue la razón por la que la SEDENA no consultó desde un inicio a los 
investigadores científicos? Esos días, el general Clemente Vega García, secretario 
de la Defensa Nacional, fue entrevistado en W Radio por el periodista Carlos Loret 
de Mola, quien al preguntarle por qué no se había entregado la información a 
alguna institución científica, respondió: “Nosotros no sabemos quiénes eran (los 
científicos), no los conocemos” (Méndez Acosta, 2006). 
La comunidad científica propuso varias teorías para explicar el fenómeno. 
El 13 de mayo varios miembros de la Sociedad Astronómica Urania del Estado de 
Morelos comentaron al diario El Universal que los objetos filmados eran tal vez 
globos meteorológicos. El Dr. Julio Herrera, investigador de la UNAM, comentó a 
la Associated Press que posiblemente los ovnis eran “destellos eléctricos en la 
atmósfera”. Días después, el mismo investigador comentó que era posible que 
fueran rayos de bola: “masas globulares que avanzan horizontalmente, 
relativamente pequeñas, persistentes, luminosas, ocasionalmente observadas en 
la atmósfera y asociadas a tormentas y rayos ordinarios” (Errasti y Ezkurra, 2003). 
El Dr. Rafael Navarro González, también investigador de la UNAM, comentó el 14 
de mayo en conferencia de prensa que quizá los objetos eran “chispas luminosas 
formadas por plasma”. Mientras tanto, el divulgador científico José de la Herrán 
dijo que podía tratarse de fragmentos de un meteorito (Sheaffer, 2004). 
El 26 de mayo el capitán Alejandro Franz realizó un análisis a partir del 
video original e identificó la fuente probable de los supuestos OVNIs: las flamas 
del complejo petrolero en la Bahía de Campeche. Éstas, observadas en el 
infrarrojo, junto con las nubes cuando el avión se mueve, produjeron una ilusión 
óptica conocida como paralaje: la desviación angular de la posición aparente de 
 
38 
 
un objeto, dependiendo del punto de vista del observador (Sheaffer, 2004). En 
palabras de Méndez Acosta (2006), el fenómeno observado no fue evidencia de 
visitas extraterrestres. 
4.1.2.4 Laprensa frente a los OVNIs de Campeche 
Después de que Joaquín López Dóriga dio a conocer en cadena nacional el caso 
de los OVNIs de Campeche, muchos diarios hicieron eco de la nota. El Siglo de 
Torreón (“Detecta la fuerza aérea 16 ovnis en Campeche”, México, 11 de mayo de 
2004) fue uno de los muchos medios que comentaron el caso: “La Fuerza Aérea 
los avistó [a los OVNIs] cuando realizaba un vuelo de inspección en Campeche, 
para detectar aeronaves con cargamentos de droga”. 
Otros medios como la cadena Univisión (“Oleada de ovnis en el sur de 
México”, 11 de mayo de 2004), a través de su página web, reprodujo parte de la 
conversación de los pilotos: 
Una formación de Ovnis fue detectada y filmada en video por pilotos 
del Escuadrón 501 de la Fuerza Aérea Mexicana el pasado 5 de 
marzo, informó un noticiario de la cadena Televisa… 
…Ésta es la conversación de los pilotos: 
-“Juárez qué es?...” 
- Un punto, ahí está, exactamente atrás de nosotros, es correcto, 
ahora está a las siete de nuestra posición con 10.5 millas, llevar 
rumbo 8, 2, 3 y 334 de velocidad. 
Algunos de los medios analizados sólo comentaron que la fuerza aérea 
captó los objetos, y omitieron detalles técnicos que podrían haber brindado más 
elementos para que el público tratara de entender el fenómeno observado. Al 
respecto, el diario El Universal (“Avistan pilotos de la fuerza aérea 11 ovnis”, 11 de 
mayo de 2004) ofreció una nota en la que se decía: “Pilotos de la Fuerza Aérea 
Mexicana registraron una aeronave que volaba sobre Campeche, a través de una 
cámara infrarroja, la trayectoria de 11 objetos voladores no identificados (ovnis), 
según un video transmitido por el Noticiero de Joaquín López Dóriga”. En la 
página web de Noticieros Televisa (“Capta OVNIS la Fuerza Aérea mexicana”, 11 
de mayo de 2004) se lee: “En un vuelo sobre Campeche el pasado 5 de marzo un 
 
39 
 
avión militar logra grabar 11 OVNIS; la SEDENA no tiene ninguna explicación del 
avistamiento”. El diario La Crónica (“Avión de la Fuerza Aérea Mexicana grabó a 
16 supuestos OVNIS durante su vuelo en Campeche”, 11 de mayo de 2004) 
afirma que los objetos fueron registrados por radares del avión mientras realizaban 
fuertes aceleraciones y desaceleraciones: “El radar de una aeronave de la Fuerza 
Aérea Mexicana detectó 16 objetos voladores no identificados. La trayectoria de 
los ovnis fue registrada por el radar durante algunos minutos, en los que se 
percibieron cambios drásticos de velocidad. El avión de la Fuerza Aérea Mexicana 
no sólo registró algunos objetos, sino con una cámara infrarroja grabó a los 16 
ovnis”. De la misma manera, El Sol de Durango (“Fuerza aérea mexicana detecta 
16 OVNI en el cielo de Campeche”, 12 de mayo de 2004) iniciaba así: “Según las 
versiones periodísticas, los objetos voladores no fueron detectados solo por los 
pilotos de la aeronave, sino por los radares de tierra”. Como ya se mencionó, la 
explicación para el fenómeno consistió en una ilusión óptica de paralaje, por lo que 
las afirmaciones sobre “cambios bruscos en la velocidad” de los objetos 
detectados por los radares es muy probablemente un rumor que se filtró en las 
notas periodísticas. 
El diario español El País (“Pilotos mexicanos graban presuntos ovnis”, 11 
de mayo de 2004) cita una crítica del diario La Jornada: “Sobre el revuelo que han 
causado las escenas televisadas, el martes el diario La Jornada comentó que se 
trata de un espectáculo circense”. ¿Alguno de los medios consultó 
inmediatamente a investigadores científicos para explicar el fenómeno observado? 
Con base en las noticias seleccionadas, ninguno de los medios entrevistó a estos 
expertos para aclarar el suceso. Los investigadores científicos tuvieron que llamar 
a una conferencia de prensa para dar a conocer explicaciones alternativas al 
avistamiento. La Crónica (“Científicos afirman que los OVNIs captados en 
Campeche podrían ser fragmentos de un meteorito”, Mariana Viayra Ramírez, 12 
de mayo de 2011) fue uno de los medios presentes en esta rueda de prensa: 
“Científicos mexicanos consideraron la posibilidad de que los supuestos Objetos 
Voladores No Identificados (OVNIS) grabados por pilotos de la Fuerza Aérea 
Mexicana en el cielo de Campeche no son naves extraterrestres, al sostener que 
 
40 
 
no hay ninguna evidencia que compruebe ‘la visita’. …el astrónomo mexicano 
José de la Herrán dio sus argumentos científicos sobre la imposibilidad de que se 
trate de naves espaciales, como se ha especulado, pues aseguró que pudo 
tratarse de fragmentos de meteoro”. 
Dos de las críticas más fuertes no vinieron directamente de los diarios, sino 
de una publicación seriada universitaria y una revista dedicada al análisis de las 
seudociencias. En el periódico universitario Humanidades de la UNAM (“Los ovnis 
de mi señor general: un golpe para la credibilidad científica”, Martín Bonfil Olivera, 
2 de junio de 2004) comentó de esta manera las circunstancias del caso: 
…al menos eso es lo que puede deducirse de la actitud del Secretario 
de la Defensa Nacional [refiriéndose a que la comunidad científica 
mexicana no ha logrado adquirir la más mínima credibilidad], general 
Clemente Ricardo Vega García, cuando decidió entregar los videos de 
unos ovnis observados por un avión de la fuerza aérea mexicana en 
el cielo de Campeche a Jaime Maussán, el conocido charlatán que se 
gana la vida como ‘experto’ en el llamado fenómeno ovni. 
Por su parte, Mario Méndez Acosta, conocido analista y crítico de 
seudociencias, criticó en la revista Pensar (“Ovnis infrarrojos de Campeche: una 
explicación viable”, volumen 1, núm. 4, 2006,), con el mismo tono, los hechos 
principales del caso: “La Secretaría de la Defensa Nacional, responsable de 
evaluar la información, en lugar de someterlos a la consideración de la 
Universidad Nacional Autónoma de México o del Servicio Meteorológico Nacional, 
prefirió entregárselos a un locutor sensacionalista de la TV mexicana, Jaime 
Maussán, quien ha hecho grandes negocios vendiendo en supermercados videos 
de supuestos ovnis”. 
La mayoría de medios consultados se dedicaron a informar sobre el caso 
tomando como “autoridad” a Jaime Maussán. En la búsqueda de notas, ningún 
medio cubrió la explicación más certera propuesta por el capitán Alejandro Franz, 
por lo que se puede afirmar que la mayoría del público se quedó con la idea de 
que el caso está relacionado con visitas extraterrestres. 
 
 
41 
 
4.2 Mala ciencia 
4.2.1 Definición de mala ciencia 
El concepto de “mala ciencia” (bad science) se refiere al trabajo científico de mala 
calidad y a los errores realizados por los científicos en su trabajo. Según Ben 
Goldacre, existen cuatro tipos de mala ciencia (citado por Willmott, 2009): 
- Sobreinterpretación de datos 
- Confusión de variables 
- Selección de sólo los resultados que encajan con la hipótesis 
- Uso de referencias que no han sido publicadas en alguna revista arbitrada 
Goldacre considera que la mala ciencia se refiere exclusivamente a los errores 
en la metodología llevada a cabo por los científicos. Dichos errores vienen 
acompañados por una realización incorrecta de los experimentos, de las pruebas 
estadísticas o de una interpretación equivocada de los mismos (Goldacre, 2009, 
citado en Willmott, 2009). 
Para diferenciarla de temas como la seudociencia o el fraude científico, en 
esta tesis se proponen dos subdivisiones generales de la mala ciencia: 
- Ciencia deficiente. Presenta errores, falta de preparación e incluso 
incompetencia por parte de los científicos. Se caracteriza porque la 
intención del científico generalmente es realizar investigación bien hecha, 
es decir, con el rigor necesario y sin intentar falsificar datos buscando llevar 
a cabo intereses particulares. 
- Ciencia adulterada.- Hace referencia a trabajos científicos que introducen 
en sus metodologías recetas y argumentos seudocientíficos. En este caso

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