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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE CIENCIAS El grupo funcional orto-dihidroxibenceno de la dopamina disminuye los depósitos de beta amiloide en un modelo transgénico de la enfermedad de Alzheimer T E S I S QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: BIÓLOGO P R E S E N T A : JORGE EDUARDO HERNÁNDEZ ORTIZ Directora de Tesis: DRA. PERLA DEL ROCÍO MORENO CASTILLA Ciudad Universitaria, Ciudad de México, 2017 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 3 Hoja de Datos del Jurado 1. Datos del alumno Hernández Ortiz Jorge Eduardo 55-14-35-25-77 Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Ciencias Biología 309347077 2. Datos del tutor Dra. en Ciencias Biomédicas Perla del Rocío Moreno Castilla 3. Datos del sinodal 1 Dra. en Ciencias Biomédicas Tamara Luti Rosenbaum Emir 4. Datos del sinodal 2 Dr. en Ciencias Biológicas Luis Felipe Jiménez García 5. Datos del sinodal 3 Dr. en Psicofisiología Federico Bermúdez Rattoni 6. Datos del sinodal 4 Dr. en Ciencias Biomédicas Miguel Tapia Rodríguez 7. Datos del trabajo escrito El grupo funcional orto-dihidroxibenceno de la dopamina disminuye los depósitos de beta amiloide en un modelo transgénico de la enfermedad de Alzheimer Páginas: 56 Publicación: 2017 4 El presente trabajo se ha llevado a cabo en el laboratorio de Neurobiología de la Memoria (BL- 201) en el Departamento de Neurociencia Cognitiva de la División de Neurociencias del Instituto de Fisiología Celular (UNAM) a cargo del Dr. Federico Bermúdez Rattoni y apoyado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT; CB 250870) mediante el Programa de Apoyos a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (PAPIIT-UNAM; IN208616). 5 Agradecimientos académicos Al Dr. Federico Bermúdez Rattoni por haberme permitido ser miembro de su laboratorio y realizar la presente investigación bajo el programa de “Ayudante de Investigador del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) Nivel III”. A la Dra. Perla Moreno Castilla por brindarme su confianza, instruirme e iniciarme en la investigación científica así como por su amable y experta asesoría en todo momento. A mis sinodales el Dr. Federico Bermúdez Rattoni, el Dr. Luis Felipe Jiménez García, la Dra. Perla del Rocío Moreno Castilla, la Dra. Tamara Luti Rosenbaum Emir y el Dr. Miguel Tapia Rodríguez por su valiosa y genuina revisión, misma que enriqueció el presente trabajo. A la Dra. Ruth Rincón Heredia por su afable asesoría y disposición para tomar las microfotografías mostradas en el presente trabajo. Al Dr. Miguel Tapia Rodríguez, responsable de la Unidad de Microscopía del Instituto de Investigaciones Biomédicas por su cordial dirección y asesoramiento durante la cuantificación estereológica. Al Dr. Luis Felipe Jiménez García y a la Dra. María de Lourdes Segura Valdez por la asesoría y el apoyo académicos brindados durante mi estancia en la Facultad de Ciencias, UNAM. Al Dr. Luís Durán Rodríguez y a la Dra. Perla del Rocío Moreno Castilla, técnicos académicos del laboratorio BL-201, por el apoyo durante la realización del presente trabajo. A la M.V.Z. Claudia Rivera Cerecedo, al M.V.Z. Héctor Alfonso Malagón Rivero y al personal del vivarium y del bioterio del Instituto de Fisiología Celular, UNAM por el mantenimiento y cuidado de los animales y de las instalaciones. A Ana María Escalante y al equipo de Cómputo, por la ayuda técnica y el mantenimiento de las instalaciones del Instituto de Fisiología Celular, UNAM. Al Dr. Antonio David Rodríguez Agüera por su apoyo y asesoría durante la realización del presente trabajo. A todos mis profesores que han contribuido a mi formación y motivación mediante el honorable ejercicio de la docencia. A la Universidad Nacional Autónoma de México por brindarme el conocimiento y la infraestructura óptimos para la realización del presente trabajo y formarme como biólogo. 6 Agradecimientos personales A mi madre María Elena Ortiz Velázquez, a mi padre Jorge Eduardo Hernández Monroy y a mi hermano Josué David Hernández Ortiz a quienes no sólo debo este logro sino todo lo que de ello se derive. A Gabriela Álvarez García de la Facultad de Ciencias de la UNAM, por brindarme su amor, su cálido apoyo y por ser una fuente de motivación. A mis compañeros de laboratorio Carlos Ledesma Alonso, Donovan Gálvez Márquez, Sheila L. Cárdenas Obregón, Lorelei X. Ayala Guerrero, Lucía Landa Navarro, Mildred Salgado Ménez, Cintia Velázquez Delgado y Andrés Agoitia Polo por brindarme su apoyo y amistad. 7 Abreviaturas 3xTgAD Modelo triple transgénico de la enfermedad de Alzheimer AMPAr Receptor α-amino-3-hidroxi-5-metil-4-isoxazol propiónico ApoE Apolipoproteína E APP Proteína precursora amiloide βA Beta amiloide BLA Subnúcleo Basolateral de la Amígdala (Basolateral Amygdala) CA1 Cuerno de Amón 1 CI Corteza Insular DAT Transportador de Dopamina (Dopamine Transporter) EA Enfermedad de Alzheimer EOFAD Enfermedad de Alzheimer de Tipo Familiar de Inicio Temprano (Early- Onset Familiar Alzheimer Disease) FDA Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE.UU. (Food and Drug Administration) HβA Hipótesis Beta Amiloide HPLC Cromatografía de Líquidos de Alta Resolución (High-Performance Liquid Chromatography) IDE Enzima Degradadora de Insulina (Insuline Degrading Enzime) i.p Intraperitoneal LC Locus Coeruleus LCR Líquido Cefalorraquídeo LOSAD Enfermedad de Alzheimer de Tipo Esporádico de Inicio Tardío (Late- Onset Sporadic Alzheimer Disease) LTD Depresión a Largo Plazo (Long-Term Depression) LTP Potenciación a Largo Plazo (Long-Term Potentiation) NA Núcleo Accumbens NMDAr Receptor N-metil-D-aspartato ORM Memoria de Reconocimiento de Objetos (Object Recognition Memory) PET Tomografía de Emisión de Positrones (Positron Emission Tomography) PSEN1/2 Presenilina 1/2 RM Resonancia Magnética TC Tomografía Computarizada TH Tirosina Hidroxilasa 8 Índice Resumen………..………………………………………………………………………………………….............. 10 1. Introducción...………..……………………………………………………………………………………………. 12 1.1. La enfermedad de Alzheimer...…………....................................................................... 12 1.1.1. Clasificación de la enfermedad de Alzheimer……………..................................................... 12 1.1.2. Características clínicas de la enfermedad de Alzheimer.....……..………………………….….... 13 1.1.3. Características histopatológicas de la enfermedad de Alzheimer….…..…………................ 14 1.1.4. Diagnóstico y tratamiento para la enfermedad de Alzheimer………..……………................. 14 1.2. Hipótesis en cascada amiloide…………..………………..…………………………….………….… 16 1.2.1. Producción, degradación y agregación del péptido βA………….…....................................... 17 1.2.2. La enfermedad de Alzheimer como una falla sináptica.………..….…................................... 19 1.2.3. El modelo 3xTgAD para el estudio de la enfermedad de Alzheimer…..………………………..21 2. Antecedentes…….…………………………………………………………………………………………………. 22 2.1. Alteraciones de la neurotransmisión dopaminérgica en la enfermedad de Alzheimer.. 22 2.2. El grupo catecol inhibe la agregación del βA in vitro………..….......................................... 24 2.3. La administración subaguda del grupo catecol y L-dopa vía i.p disminuyen la acumulación del βA en el modelo 3xTgAD….…….…………………………..…………………….. 26 3. Planteamiento del problema………………………………………………………………………….……. 27 4. Hipótesis……………………………….……………………………………………………………………..……... 28 5. Objetivo…..…………………….……………….…………………………………………………………..……….. 28 6. Estrategia experimental……………………….……………………………………………….………….... 28 6.1. Sujetos experimentales…………..………………………………………………..………….................... 28 6.2. Microinyección………………………………………………………………………..………………………….. 28 6.3. Eutanasia..………………………………………………………………………………..………………………… 28 6.4. Inmunoflorescencia.………………………………………………………………..…………….……………. 29 6.5. Análisis estereológico……………………………………………………………..……………………………. 29 6.6. Análisis estadístico………………………………………………………………………………………………. 30 6.7. Procesamiento de las microfotografías………………………………………………………………….. 30 7. Resultados……………………………………………………………………………………..……………………. 31 7.1. La administración de dopamina disminuye los depósitos del βA en el ratón 3xTgAD. 31 7.2. La administración del grupo catecol es suficiente para disminuir los depósitos del βA en el ratón 3xTgAD…………………..…………………………………………….. 33 7.3. La administración de D-tirosina mimetiza parcialmente los efectos de la dopamina y el grupo catecol…………………...………..………………..…………………………. 35 7.4. Los grupos OH- del grupo catecol son determinantes para la disminución de los depósitos del βA en el ratón 3xTgAD.….…………….…..……....................................... 37 7.5. La dopamina induce una disminución en los depósitos del βA por medio del grupo catecol.…………………………………………………………………………………. 39 8. Discusión…………………………………………………………………………………………………………….. 40 9. Conclusiones……………………………………………………………………………………………………….. 45 10. Perspectivas……………………………….……………………………………………………………..………... 46 Referencias…………………………………………………………………………………………………………. 47 9 10 Resumen Dentro de las distintas explicaciones sobre la etiología de la enfermedad de Alzheimer (EA) la hipótesis en cascada de beta amiloide (HβA) es una de las más aceptadas. Esta hipótesis propone que la acumulación gradual del péptido beta amiloide (βA) desencadena la patología y contribuye a su progreso, por lo que una de las aproximaciones terapéuticas actuales está dirigida a eliminar los agregados del βA e inhibir su acumulación. Con este objetivo, se han desarrollado anticuerpos y se ha explorado el efecto de moléculas que puedan interferir específicamente contra la agregación del βA. Por el momento, dichos tratamientos no han resultado exitosos en pacientes resultando incluso en efectos secundarios adversos. No obstante, existen estudios que han mostrado que la administración de fármacos que potencian la actividad dopaminérgica disminuye la acumulación del βA en modelos experimentales de la EA, aunque el mecanismo concreto de dicho efecto aún no está esclarecido. En este sentido, recientemente se ha descrito un mecanismo por el cual un compuesto derivado del grupo catecol (O-dihidroxibenceno, molécula presente en la estructura de la dopamina) puede interactuar con aminoácidos específicos del βA e inhibir su agregación in vitro. Estos datos apoyan la importancia de estudiar el efecto de la dopamina y del grupo funcional O- dihidroxibenceno en los depósitos del βA en el modelo animal triple transgénico de la EA (3xTgAD). Los resultados obtenidos mostraron una disminución poblacional de las neuronas positivas al βA en la corteza motora y en el área CA1-subiculum del hipocampo. Sin embargo, al administrar 1,3-benzodioxol intracerebral, una molécula estructuralmente similar al grupo O-dihidroxibenceno sin los grupos funcionales OH-, no se observó una reducción del βA en dichas células. Estos hallazgos sugieren que es necesaria la presencia de los grupos OH- del grupo O-dihidroxibenceno para disminuir los depósitos del βA en un modelo in vivo de la EA. Por lo tanto, este hecho plantea la posibilidad de desarrollar fármacos derivados del grupo O- dihidroxibenceno dirigidos a combatir la acumulación del βA como un posible tratamiento para la EA. 11 Introducción 12 1. Introducción 1.1. La enfermedad de Alzheimer La EA es el tipo de demencia más común y se trata de una patología neurodegenerativa progresiva caracterizada en un primer momento por una pérdida de la memoria a corto plazo y que con el tiempo genera un dramático deterioro cognitivo global (White et al., 2016) asociado a una pérdida sináptica y a la muerte neuronal (Ugbode et al., 2017). Entre los principales síntomas de la EA se encuentran el desarrollo de afasia, apraxia, agnosia, déficits de la percepción visual y síntomas secundarios como agresión, alucinaciones, apatía y depresión (Sopova et al., 2014). Esta demencia ha desatado un gran interés en diversos grupos de investigación debido al incipiente envejecimiento de la población mundial, al aumento de la esperanza de vida y a la falta de opciones eficaces de farmacoterapia (Mohamed et al., 2016). La primera descripción de la EA se llevó a cabo en 1907 por Alois Alzheimer (Allgemeine Zeitschrift fur Psyciatrie und Psychisch-Gerichtliche Medizin 64, 3, 1907) bajo el título Sobre una Enfermedad Inusual de la Corteza Cerebral, donde se exponen las características clínicas y patológicas de un caso único cuya demencia inició a los 51 años de edad (Drachman, 2014). No obstante, médicos contemporáneos habían realizado ya una evaluación similar y más completa de los cambios neuropatológicos presentes en el cerebro de pacientes con la EA (Karran and De Strooper, 2016), aunque no fue hasta 1910 cuando Emil Kraepelin denominó a la EA como tal (Schwab et al., 2004). Actualmente la EA afecta a más de 35 millones de personas en el mundo (Sopova et al., 2014) y representa el 60-80% de los casos de demencia (Alzheimer’s Association, 2016). A la mayoría de las personas se les diagnostica la EA a la edad de 65 años, siendo el principal factor de riesgo la edad avanzada (Alzheimer’s Association, 2016). En este sentido, se ha observado que la probabilidad de desarrollar la EA aumenta exponencialmente con la edad duplicándose cada 5 años después de los 65 años de edad (Chakraborty et al., 2016). El hecho de que las personas mayores de 60 años representen más del 11% de la población mundial, esperando que aumente en un 22% para 2050 (Pera et al., 2015), supone un reto para la salud pública. Así, por ejemplo, en América una persona desarrolla la EA cada 68 segundos y se estima que para el año 2050 ocurra un caso nuevo cada 33 segundos, es decir, casi un millón de casos nuevos por año, con lo que la prevalencia de la EA aumentaría de 11 a 16 millones de personas. 1.1.1. Clasificación de la enfermedad de Alzheimer Los estudios genéticos han permitido identificar y clasificar clínicamente dos tipos de la EA, a saber, la EA de tipo familiar de inicio temprano (EOFAD) y la EA de tipo esporádico de inicio tardío (LOSAD). Ambos tipos incluyen alteraciones bioquímicas y neuropatológicas tales como: 1) disfunción sináptica y pérdida neuronal, 2) daño microvascular, 3) microgliosis, 4) deposición intra y extracelular del βA y 5) la deposición de la proteína tau hiperfosforilada en forma de enredos neurofibrilares intracelulares (Atwood and Bowen, 2015). Introducción 13 Por una parte, la EOFAD representa el 1-5% de los casos de la EA y es causada por duplicaciones o mutaciones autosómicas dominantes de la proteína precursora amiloide (APP) o de las subunidades catalíticas, presenilina 1 y presenilina 2 (PSEN1 y PESEN2) que participan en su proteólisis(Goate et al., 1991; Schellenberg et al., 1992) en personas menores de 60 años (Bertram et al., 2010). Estas alteraciones genéticas pueden desplazar la proteólisis de la APP a la vía amiloidogénica mediada por las enzimas β- y γ-secretasa que sesgan la escisión de la APP hacia las formas del βA más largas y tóxicas, patologías similares a las que ocurren en el síndrome de Down que se sabe también suelen desarrollar la EA (Glenner and Wong, 1984). Se han descrito tres subtipos clínicos de la EOFAD basados en la genética subyacente: a) la EOFAD tipo 1 (EOFAD1) que es causada por una mutación en la APP y representa el 10-15% de los casos de EOFAD; b) la EOFAD tipo 3 (EOFAD3) que se origina por una mutación en PSEN1 y ocupa el 30-70% de los casos de EOFAD; y c) la EOFAD tipo 4 (EOFAD4) que es producida por una mutación en PESEN2 y abarca menos del 5% de los casos de EOFAD (Bird, 2008). Por su parte, la LOSAD representa el ~95% de los casos y se les atribuyen condiciones ambientales y características genéticas diferentes a las observadas en la EOFAD. Así, el 50% de pacientes con LOSAD presentan polimorfismos del gen que codifica para la Apolipoproteína E (APOE) (Corder et al., 1993; Rocchi et al., 2003). En la mayoría de estos casos dichos factores genéticos actuarían como agentes de predisposición, interactuando con los factores ambientales u otras condiciones patológicas para ejercer un efecto patógeno (Rocchi et al., 2003). No obstante, la distinción entre estos dos tipos de la EA (EOFAD y LOSAD) no ha sido del todo caracterizada y es un tanto arbitraria (Bird, 2008). 1.1.2. Características clínicas de la enfermedad de Alzheimer La duración clínica típica de la EA es de 8-10 años, con un rango de 1-25 años (Bird, 2008). Aunque la EA afecta a las personas de diferente manera, el patrón sintomático más común inicia con la pérdida gradual de la capacidad para recordar información nueva, recordar nombres y acontecimientos recientes, así como síntomas de apatía y depresión (Alzheimer’s Association, 2016). Esta degeneración inicial en la capacidad de codificar nuevas memorias contrasta con la preservación de las funciones motoras y sensoriales. Sin embargo, a medida que la EA progresa las memorias declarativas y no declarativas se ven profundamente afectadas así como las capacidades de razonamiento, abstracción y lenguaje (Selkoe, 2002). La sutileza y variabilidad de los síntomas amnésicos tempranos ocurren en ausencia de cualquier otro signo clínico de daño cerebral, lo que sugiere que son síntomas discretos que se manifiestan, presumiblemente, de manera intermitente, interrumpiendo la función de las sinapsis responsables de la formación de nuevas memorias declarativas (Selkoe, 2002). Por otro lado, junto con la pérdida progresiva de la memoria que ocurre al inicio en la EA (Panegyres, 2004), los pacientes suelen presentar síntomas psicóticos (Ropacki and Jeste, 2005), trastornos emocionales (Shimabukuro et al., 2005), deficiencias de atención (Perry and Hodges, 1999) y deterioro visuoespacial (Cronin-Golomb et al., 1995). Por su parte, la gravedad de la disfunción motora y sensorial se vuelve más pronunciada durante las fases tardías de la enfermedad (Suvà et al., 1999). Introducción 14 1.1.3. Características histopatológicas de la enfermedad de Alzheimer Las EA se caracteriza de manera histopatológica por la presencia de placas seniles formadas por el péptido βA y marañas neurofibrilares constituidas por la proteína tau en su forma hiperfosforilada, también denominada como p-tau (Nhan et al., 2015). La acumulación del βA en el medio extracelular cerebral contribuye a la pérdida de sinapsis, a la neurodegeneración y a las alteraciones en la actividad neuronal que en su conjunto pueden conducir a la muerte neuronal, lo que puede alterar los circuitos neuronales induciendo así a una disfunción generalizada de la red y, en consecuencia, al deterioro cognitivo (Querfurth and LaFerla, 2010; Canter et al., 2016). Por lo tanto, la pérdida sináptica es uno de los marcadores patológicos de la EA y el que mejor correlaciona con el declive cognitivo (Terry et al., 1991). Por otra parte, la hiperfosforilación de la proteína tau soluble asociada a los microtúbulos interrumpe el transporte axonal lo que conduciría a la formación de agregados de tau solubles y filamentos helicoidales insolubles que contribuyen a la neurodegeneración (Nhan et al., 2015). Esto señala la importancia de identificar los marcadores histopatológicos de la EA ya que algunas de las estrategias terapéuticas desarrolladas actualmente están dirigidas a detener la acumulación de especies tóxicas del βA y p-tau, además de la exploración de herramientas diagnóstico que permitan identificar condiciones patológicas derivadas de estos biomarcadores al comienzo del curso de la EA. 1.1.4. Diagnóstico y tratamiento para la enfermedad de Alzheimer El diagnóstico de la EA durante la vida del paciente se ha basado generalmente en criterios y síntomas clínicos, incluyendo la evaluación de los antecedentes médicos, pruebas físicas y neurológicas, evaluación neuropsicológica, estudios de neuroimagen mediante Resonancia Magnética (RM), Tomografía Computarizada (TC) y/o Tomografía de Emisión de Positrones (PET). Los nuevos criterios diagnósticos se basan en el análisis de biomarcadores que se encuentran en el Líquido Cefalorraquídeo (LCR) (Sweeney et al., 2015) con el cual se puede atribuir al síndrome clínico (con una probabilidad alta, media o baja) la patofisiología subyacente de la EA (Croisile et al., 2012). Más aún, Braak y Braak (1991) han establecido un sistema de clasificación histopatológico que se utiliza actualmente para establecer la gravedad neuropatológica de la EA. Pese a ello, el diagnóstico definitivo aún requiere de un examen neuropatológico post mortem de los tejidos cerebrales (Naj et al., 2017). Con respecto al tratamiento, se sabe que la acumulación del βA contribuye a la progresión de la EA, lo que convierte a dicho péptido en un blanco para la intervención terapéutica. Así, el desarrollo de fármacos que modulan la actividad de enzimas que regulan la proteólisis de APP es una de las principales estrategias terapéuticas para reducir la producción del βA (Canter et al., 2016). Sin embargo, los ensayos clínicos con inhibidores de las enzimas que catalizan la producción del βA no han mostrado mejoras cognitivas en pacientes con la EA, lo que ha motivado el desarrollo de otras estrategias terapéuticas como, por ejemplo, la inmunización activa o pasiva dirigida al βA o la restauración de algunos sistemas de neurotransmisión que también se encuentran afectados en la EA. Introducción 15 Los medicamentos aprobados actualmente por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE.UU. (FDA) para el tratamiento de la EA están dirigidos generalmente a la inhibición reversible de la acetilcolinesterasa, facilitándose así la funcionalidad del sistema colinérgico. No obstante, también existe otra familia de fármacos (p.ej. memantina) dirigidos al bloqueo de los receptores N-metil-D-aspartato (NMDAr) de glutamato los cuales median la neurotoxicidad asociada a la EA (Tabla 1) (Schneider, 2013). Nombre del medicamento Nombre de la marca Aprobado para Aprobado por la FDA 1. donepezilo Aricept Todas las etapas 1996 2. galantamina Razadyne Leve a moderado 2001 3. memantina Namenda Moderado a severo 2003 4. rivastigmina Exelon Todas las etapas 2000 5. donepezilo y memantina Namzaric Moderado a severo 2014 Tabla 1| Fármacos aprobados por la FDA para el tratamiento de la EA. Algunos de estos fármacos están dirigidos a la potenciación de la neurotransmisión colinérgica (donepezilo, galantamina y rivastigmina) y la modulación glutamatérgica (memantina). Modificado de Alzheimer’s Association (2016). Por otro lado, existen aproximaciones experimentales que incluyen como tratamiento la modulaciónde la producción del βA, aunque los ensayos clínicos realizados no han mostrado resultados exitosos tras el uso de inhibidores tanto de su producción (semagacestat y avagacestat) como de su agregación (bapineuzumab y solanezumab) (Schneider, 2013). Finalmente, se han desarrollado tratamientos que incluyen la facilitación de la actividad de fosfatasas para inhibir la agregación de tau y así la formación de filamentos, aunque estas estrategias aún están en fase de estudio (Boutajangout et al., 2011; Fuentes and Catalan, 2011). Introducción 16 1.2. Hipótesis en cascada amiloide El conocimiento de los mecanismos estructurales y moleculares que subyacen al origen de la EA está sustentado en diversas hipótesis, tales como la hipótesis en cascada mitocondrial (Mohamed et al., 2016), la hipótesis de doble vía (Small and Duff, 2008), la hipótesis metabólica (Lannert and Hoyer, 1998), la hipótesis vascular (Rius-Pérez et al., 2015), la hipótesis en cascada amiloide (HβA; Hardy and Higgins, 1992) y su variante, la hipótesis de oligómeros βA (Walsh and Selkoe, 2007). La HβA fue acuñada por Hardy y Higgins (1990) proponiendo que el exceso de la acumulación del βA en una o más formas –placas compactas, placas difusas, oligómeros solubles, fibrillas, protofibrillas– es la causa específica de la EA (Figura 1) (Drachman, 2014). Figura 1| Hipótesis en cascada amiloide del origen y progreso de la EA y las estrategias terapéuticas actuales. Modificado de Canter et al. (2016) y Selkoe and Hardy (2016). Introducción 17 La evidencia que apoya esta hipótesis incluye los resultados obtenidos mediante estudios post mortem así como mediante imágenes por tomografía de emisión de positrones (PET) en los que se observa la presencia de placas difusas y neuríticas en pacientes con la EA. Más aún, se ha observado que existen pacientes con la EA, así como modelos animales transgénicos, que presentan mutaciones en APP y PSEN1/2 las cuales, como se mencionó anteriormente, inducen una producción anómala del βA. En este sentido, existen estudios in vitro que muestran que la administración del βA induce neurotoxicidad similar a la observada en pacientes con la EA (Drachman, 2014). Sin embargo, aunque la acumulación del βA es relevante en la patofisiología de la EA (Canter et al., 2016), no es exclusiva de procesos anómalos dado que existen observaciones que han mostrado que la formación de placas ocurre en cerebros sanos y que el número o densidad de placas del βA no correlaciona con el grado de demencia (Nhan et al., 2015). Así, cuando los signos de demencia, la pérdida sináptica y neuronal fracasan al correlacionar con el número de placas neuríticas existen investigadores que proponen que los oligómeros solubles del βA42 son la forma tóxica responsable del daño sobre las neuronas y, particularmente, en las sinapsis (Selkoe, 2008; Nhan et al., 2015). 1.2.1 Producción, degradación y agregación del péptido βA El estudio de la función del βA está determinado y limitado por las distintas conformaciones que puede adoptar este péptido, incluyendo monómeros, oligómeros, protofibrillas y fibrillas (Walsh and Selkoe, 2007). La síntesis del βA es producto de la escisión endoproteolítica de APP, un miembro de la familia de proteínas APP que incluye la proteína tipo-APP1 y la proteína tipo-APP2 (APLP1 y APLP2) (van der Kant and Goldstein, 2015) y un componente integral de membrana altamente conservada a través de diferentes especies (Salminen et al., 2016). La expresión de APP se localiza principalmente en la periferia de las sinapsis (Mohamed et al., 2016) y aunque su función primaria no se conoce completamente se sabe que es crucial para los procesos de plasticidad neuronal como, por ejemplo, la formación de sinapsis (Zheng and Koo, 2006). En este sentido, ratones carentes del gen que codifica APP son viables, aunque presentan una diminución de la masa corporal, una actividad locomotora limitada, una disminución en la fuerza de las extremidades anteriores y un proceso de gliosis (Zheng et al., 1995). Más aún, estos animales muestran alteraciones en las respuestas de potenciación a largo plazo (LTP), disminución en el desempeño en el laberinto acuático de Morris (Dawson et al., 1999; Zheng et al., 1995) , defectos en el transporte axonal y disminución de la materia blanca (Magara et al., 1999). Por otra parte, APP se puede encontrar en varias isoformas las cuales son producto del splicing alternativo. Así, por ejemplo, la isoforma APP695 se expresa principalmente en las neuronas por lo que posiblemente sea la relevante en los procesos patológicos relacionados con la agregación del βA (Nhan et al., 2015). Introducción 18 Por otro lado, la proteólisis de APP para formar el βA está mediada por las enzimas α- , β- y γ-secretasas alrededor de la región transmembranal (Epis et al., 2012) y es producida constitutivamente en el cerebro y en menor cantidad en la periferia (Nhan et al., 2015). Actualmente se han descrito dos vías que median la producción del βA: la vía no amiloidogénica y la vía amiloidogénica (figura 2). En la vía no amiloidogénica, la escisión de APP está mediada por α-secretasa (APPα) en el dominio βA, formando un complejo que contiene metaloproteasas y libera su ectodominio soluble (sAPPα) y el fragmento C-terminal α (CTFα). Posteriormente, la escisión del CTFα por γ-secretasa produce un péptido soluble extracelular y el dominio APP intracelular (Canter et al., 2016). Por su parte, en la vía amiloidogénica, APP se escinde por β-secretasa (APPβ) y se libera su ectodominio soluble (sAPPβ) y el fragmento C-terminal β (CTFβ). Finalmente, la escisión de CTFβ por γ-secretasa produce péptidos βA de diferentes longitudes (Canter et al., 2016). Figura 2|Representación esquemática de la producción del βA por el procesamiento proteolítico de APP. a) Vía no amiloidogénica; b) vía amiloidogénica. Modificado de Canter et al. (2016). Estos péptidos de longitudes variables determinan el nivel de toxicidad y, por consecuencia, el impacto patógeno del péptido. Así, las especies del βA40, βA42 y βA43 son las más propensas a la agregación formando un tipo de prión y, debido a que estas estructuras parecen ser más tóxicas que los péptidos del βA más cortos, su proporción podría predecir la gravedad de la EA (De Jonghe et al., 2001). Así, en individuos sanos generalmente la forma predominante es el βA40 (alrededor del 90% de la cantidad total), mientras que el βA42 representa aproximadamente una fracción del 10% (Shirwany et al., 2007). Más aún, la acumulación a largo plazo de especies tóxicas del βA en el parénquima cerebral también induce un daño en el DNA, en las proteínas y en los organelos, así como una disfunción de los niveles de calcio, todo lo cual genera procesos apoptóticos (Kayed and Lasagna-Reeves, 2013). Por otro lado, y con carácter paradójico, la producción del βA y su secreción al espacio extracelular están estrechamente reguladas por la actividad neuronal. En este sentido, el aumento en la actividad neuronal promueve la producción del βA mientras que el bloqueo de la misma induce el efecto opuesto (Kamenetz et al., 2003; Cirrito et al., 2005). Por su parte, la regulación sináptica de la producción del βA está mediada, al menos en parte, por la endocitosis dependiente de clatrina de la APP superficial en las terminales presinápticas, la escisión proteolítica endosomal de la APP y la liberación del βA en las terminales sinápticas (Cirrito et al., 2005). Introducción 19 En condiciones no patológicas, una vez que el βA ha cumplido su función fisiológica se produce su degradación a través de los proteosomas, mecanismo mediante el cual se mantiene la homeostasis celular desempeñando una función importante en la regulación de las concentraciones de proteínas intracelulares (Baranello et al., 2015). Sin embargo, con respecto a la agregación del βA enprocesos patológicos como la EA, se sabe que no se produce un proceso natural de degradación por lo que se favorece su acumulación a través de la formación intermolecular de hojas beta, siendo el βA42 quien desempeña el papel más relevante en la patogénesis de la EA debido a que posee una mayor capacidad de agregación y neurotoxicidad que el βA40 (Haass and Selkoe, 2007). Así, la formación de especies del βA con diferentes grados de solubilidad y neurotoxicidad está asociada con el declive cognitivo gradual característico de la demencia. Figura 2|Representación esquemática del proceso de agregación del βA. Modificado de Salahuddin et al. (2016). Otro aspecto que parece contribuir significativamente a la agregación del βA son las modificaciones post-traduccionales que experimenta dicho péptido como, por ejemplo, los procesos de fosforilación, nitración y conversión de piroglutamato (Kumar and Walter, 2011, 2011; Schilling et al., 2006). 1.2.2. La enfermedad de Alzheimer como una falla sináptica La evidencia creciente sugiere que la EA comienza con alteraciones sutiles en la comunicación sináptica del hipocampo previo a la degeneración neuronal causada por los niveles elevados del βA42 lo que promueve la formación de oligómeros solubles que pueden difundirse en las hendiduras sinápticas e interferir con la comunicación neuronal (figura 3) (Selkoe, 2002). Los primeros estudios morfométricos cuantitativos de micrografía electrónica de biopsias corticales frontales y temporales realizados entre los dos y cuatro primeros años de la aparición de la EA revelan una disminución del 25-35% en la densidad sináptica (Davies et al., 1987) y un descenso del 15-35% en el número de sinapsis por neurona cortical (Terry et al., 1991). Así, al determinar el grado de pérdida de sinapsis sitio-específicas se ha observado Introducción 20 una fuerte correlación entre el declive cognitivo de la EA y la presencia de placas, ovillos y pérdida sináptica, lo cual sugiere otra razón estructural que explicaría la disminución en el desempeño cognitivo típico de la EA (DeKosky and Scheff, 1990). Posteriormente, los estudios electrofisiológicos realizados en ratones transgénicos para APP humana revelaron un déficit en LTP en el hipocampo con anterioridad al desarrollo de los depósitos del βA (Larson et al., 1999). Más aún, la microinyección intracerebroventricular de oligómeros del βA en ratas adultas inhibe y facilita la inducción de LTP (Walsh et al., 2002) y LTD (Cleary et al., 2005) respectivamente, en la región CA1 del hipocampo. Figura 3 | Representación de la disfunción sináptica en la EA donde se muestran los efectos del βA. Los anillos representan vesículas sinápticas. La aplicación experimental y la expresión del βA perjudican la plasticidad sináptica al alterar las propiedades y el equilibrio entre la LTP y la LTD, así como la reducción del número de espinas dendríticas. A altas concentraciones, los oligómeros pueden suprimir la transmisión sináptica basal. El βA puede facilitar la endocitosis de NMDAr y AMPAr, y unirse a los receptores de la neurotrofina p75 (p75NTr) además de bloquear la actividad de los factores neurotróficos como el factor derivado del cerebro (BDNF). Imagen obtenida y modificada de Querfurth and LaFerla (2010). En este sentido, existen estudios in vivo e in vitro que han mostrado que la producción elevada del βA altera la plasticidad sináptica al disminuir el número de AMPArs (Hsieh et al., 2006) y NMDArs (Shankar et al., 2007) asociados a la disfunción de espinas dendríticas glutamatérgicas (Kamenetz et al., 2003). Todo ello es apoyado por estudios que han mostrado que niveles elevados del βA en ratones transgénicos de la EA inducen fluctuaciones en la expresión neuronal de genes regulados por actividad sináptica (Palop et al., 2007). Introducción 21 1.2.3. El modelo 3xTgAD para el estudio de la enfermedad de Alzheimer Con el objetivo de discernir los mecanismos que subyacen a la EA se han generado múltiples modelos animales transgénicos como, por ejemplo, el ratón 3xTgAD. Este modelo fue creado en el laboratorio de LaFerla a través de la co-microinyeción de los genes APPSWE, TAUP301L y PS1M146V humanos que están bajo el control transcripcional de un promotor modificado de Thy 1.2 en embriones de ratón homocigotos de una sola célula (Figura 4) (Oddo et al., 2003). Estos tres transgenes están relacionados con la aparición de la neuropatología dependiente de la edad (Sterniczuk et al., 2010). Figura 4| Generación del modelo murino 3xTgAD. Modificado de Oddo et al. (2003). Mastrangelo y Bowers (2008) realizaron una descripción inmunohistoquímica detallada del patrón de acumulación de APPswe/βA y TAUP301L en el ratón 3xTgAD mostrando que ambas proteínas presentaban una agregación dependiente de la edad y de la región neuronal, precediendo en el tiempo las placas del βA a los enredos neurofibrilares. De este modo, la patología inducida en estos ratones es muy similar a la observada en los pacientes con la EA (Mesulam, 2000) dado que la presencia del βA intraneuronal en la región CA1 del hipocampo, en la corteza y en la amígdala correlaciona con los déficits cognitivos tempranos (Oddo et al., 2003). No obstante, se ha observado inmuno-reactividad al βA desde los 2 primeros meses de edad (Mastrangelo and Bowers, 2008), aunque los depósitos extracelulares del βA son evidentes a los 6 meses, predominantemente en las capas cinco y seis de la corteza frontal (Oddo et al., 2003), y a los 12 meses, concretamente en las neuronas piramidales del CA1 del hipocampo (Oddo et al., 2003) y en otras regiones corticales (Giménez-Llort et al., 2007). Antecedentes 22 2. Antecedentes 2.1. Alteraciones de la neurotransmisión dopaminérgica en la enfermedad de Alzheimer Diversas líneas de investigación sugieren que la acumulación del βA es la principal causa en la patogénesis de la EA, sin embargo los mecanismos implicados aún no se conocen con detalle. Por un largo tiempo, con base en las observaciones realizadas a principios de los 80´s donde se mostraron degeneraciones desde el prosencéfalo basal (núcleo basal de Meynert) hasta la corteza cerebral y el hipocampo (Davies and Maloney, 1976), la EA se había atribuido específicamente a una deficiencia colinérgica. Sin embargo, estudios posteriores observaron que en la EA estaba implicado más de un sistema neuroquímico, por lo cual la hipótesis en cascada del βA, comenzó a cobrar relevancia en la patofisiología de la EA así como la relación causal de dicho péptido con la disfunción de los sistemas de neurotransmisión. De esta manera, la hipótesis colinérgica ha sido revisada actualmente dadas las observaciones experimentales que muestran que, aunque aparentemente se diferencia de la hipótesis en cascada del βA, ambas comparten vías moleculares que convergen en cierto sentido (Grimaldi et al., 2016). Así, se ha demostrado que la formación de oligómeros del βA compromete la neurotransmisión colinérgica y, en última instancia, la aparición de signos neurológicos (Ehrenstein et al., 1997). Por otro lado, de los diferentes tipos sistemas neuroquímicos, se sabe que las neuronas que muestran una mayor sensibilidad a los oligómeros tóxicos del βA son las colinérgicas seguido de las serotoninérgicas. Las neuronas GABAérgicas son menos vulnerables a la patología βA en comparación con las serotoninérgicas. Por su parte, las neuronas dopaminérgicas muestran características intermedias, conociéndose aún poco sobre su implicación con la patología βA (Kar et al., 2004). En este sentido, recientemente se ha reportado que las alteraciones del sistema dopaminérgico están asociadas comúnmente con los síntomas cognitivos y no cognitivos de la EA (Nobili et al., 2017). Así, en estudios post mortem de pacientes con la EA se han observado alteraciones en el sistema dopaminérgico, incluyendo nivelesreducidos de dopamina y de sus receptores en diversas regiones cerebrales tales como la substantia nigra (Burns et al., 2005), el hipocampo (Gibb et al., 1989), los núcleos de rafé y el núcleo caudado (Storga et al., 1996). La degeneración progresiva temprana de estos núcleos privará a las neuronas corticales e hipocampales de su influencia pudiendo ser esta denervación la causante de los síntomas cognitivos característicos de la EA. Más aún, alrededor del 35-40% de los pacientes con la EA presentan signos extrapiramidales, apoyando la idea de que las neuronas dopaminérgicas experimentan cambios degenerativos (López et al., 1997). La participación de la dopamina en la EA ha sido ampliamente estudiada y debatida, observándose cambios en su neuroquímica y fisiología cerebral con el envejecimiento normal. Entre estos cambios se encuentran la disminución en su liberación, la reducción de expresión de sus receptores (particularmente de tipo 2; D2) y una reducida expresión de sus Antecedentes 23 transportadores en el putamen-caudado , el hipocampo y la corteza frontal (Bäckman et al., 2010; Volkow et al., 1994). Por lo tanto, cuanto antes se produzca el deterioro del sistema dopaminérgico, más rápido será el declive cognitivo, es decir, la disfunción dopaminérgica representaría un pronóstico negativo en la evolución de la EA (Martorana and Koch, 2014). De hecho, existen estudios donde se utilizan diversos modelos transgénicos de la EA que apoyan la implicación de la dopamina en la EA. Así, Pérez y colaboradores (Perez et al., 2005) muestran que la deposición del βA, la cual ya es pronunciada en el cuerpo estriado en ratones APPswe/PS1ΔE9 de seis meses de edad, correlaciona con una disminución del metabolito activo de la dopamina (DOPAC, ácido dihidroxifenilacético) cuantificado por cromatografía de líquidos de alta resolución (HPLC). Dichos hallazgos muestran una estrecha asociación entre la deposición amiloide y la patología nigroestriatal, sugiriendo que el metabolismo amiloide ligado a la EA de tipo familiar alterado interfiere, al menos en parte, con la función de las neuronas dopaminérgicas lo cual induce daños motores extrapiramidales (Perez et al., 2005). Por otra parte, el hipocampo es una estructura cerebral crítica para la formación de la memoria, por lo que su daño presumiblemente sería la principal causa de la pérdida de la memoria en los pacientes con la EA. El hipocampo recibe aferencias corticales y subcorticales, las cuales proceden principalmente del área tegmental ventral (VTA) (Schmitz et al., 1998), el locus coeruleus (LC) (Mather and Harley, 2016), el núcleo septal medio (Segal et al., 1991) , el complejo de rafé (Nobili et al., 2017a) y el núcleo basal de Meynert (Trillo et al., 2013). En este sentido, Nobili y colaboradores (2017) describieron que en el modelo Tg2576 de la EA, el cual sobreexpresa a la proteína humana APP695 con la mutación sueca APPswe y muestra anormalidades histopatológicas y de comportamiento que imitan estrechamente a la EA en estadios tempranos, existe una disminución dependiente de la edad en el número de neuronas dopaminérgicas en el VTA previo a la formación de placas, lo cual resulta en una disminución sináptica en el hipocampo y el núcleo acumbens (NA), correlacionando así la progresión en la muerte de células dopaminérgicas con los daños en la plasticidad en el área CA1 del hipocampo. Consistente con las observaciones de la disfunción dopaminérgica, la restauración de la neurotransmisión dopaminérgica a partir de administración intraperitoneal (i.p) de L-dopa (50 mg/Kg) una hora antes de la prueba en el laberinto de Barnes o en paradigmas de memoria de reconocimiento de objetos (ORM), ha mostrado mejoras en la capacidad de aprendizaje en ratones TgCRND8, sin observarse efecto alguno en los ratones silvestres (Ambrée et al., 2009). Por su parte, los déficits en ORM es una de las alteraciones cognitivas tempranas que se observan tanto en pacientes con la EA como en modelos animales de dicha enfermedad (Smith and Knight, 2002). Así, el modelo 3xTgAD de la EA se ha observado que los ratones de 10 meses de edad no reconocen un objeto novedoso del objeto familiar, mientras que ratones de 5 meses de edad sí logran superar dicha discriminación. Al analizar las cantidades liberadas de dopamina y norepinefrina en los ratones de ambas edades el día de la presentación de los objetos, se observó una disminución significativa de la cantidad de dopamina en la corteza insular (CI) en ratones de 10 meses de edad comparados con los ratones de 5 meses de edad y con el grupo control. Más aún, mediante la administración de nomifensina (un inhibidor Antecedentes 24 específico de la recaptura de dopamina y norepinefrina) 20 minutos antes de la prueba de ORM se indujo un aumento significativo de la liberación de dopamina en ratones 3xTgAD de 10 meses de edad, restaurando así el rendimiento óptimo en dicha prueba de memoria a largo plazo (Guzmán-Ramos et al., 2012). Por lo tanto, estos datos sugieren que existe una disminución en la liberación de dopamina en la CI de ratones 3xTgAD. Aunque el mecanismo por el cual el βA puede promover la disfunción de la neurotransmisión dopaminérgica aún está por determinar, Moreno-Castilla y colaboradores (2016) han mostrado que la disfunción dopaminérgica puede ser inducida por la administración exógena de oligómeros del βA en ratones tipo silvestre y 3xTgAD. Así, a través del condicionamiento de aversión al sabor (CAS), donde se asocia un estímulo gustativo con malestar gástrico inducido con cloruro de litio (LiCl) vía i.p, evalúan el reconocimiento del sabor aversivo en ratones 3xTgAD y tipo silvestre de 3 y 10 meses de edad, observando que los ratones 3xTgAD de 10 meses de edad no logran discriminar el sabor aversivo el día de la prueba de memoria a largo plazo. Esta incapacidad se relaciona con una disminución en la cantidad liberada de dopamina en la CI cuantificada mediante microdiálisis en libre movimiento. Así mismo, este grupo administró intracorticalmente el βA42 en ratones tipo silvestre de 3 y 10 meses de edad y observaron un decremento en la eficacia sináptica al estimular con alta frecuencia la vía nerviosa que va desde el sub núcleo basolateral de la amígala (BLA) a la CI en ambos grupos de edad. Acorde con esta idea, existen estudios post mortem en pacientes con la EA donde se observa una marcada reducción de la expresión de receptores dopaminérgicos D1 y D2, en la corteza prefrontal (Kumar and Patel, 2007) y en el hipocampo (Kemppainen et al., 2003). 2.2. El grupo catecol inhibe la agregación del βA in vitro Las estrategias farmacológicas actualmente desarrolladas para intentar detener la progresión de la EA y revertir los síntomas cognitivos asociados a ella han fracasado. Dada la formación de especies del βA con diferentes grados de solubilidad y neurotoxicidad, se han desarrollado dos estrategias terapéuticas para inhibir su producción: 1) el desarrollo de inhibidores de β-secretasa y 2) el diseño de inhibidores directos de su agregación (Mohamed et al., 2016). Dicho proceso de agregación se acompaña de un cambio en la estructura secundaria de los monómeros, que eventualmente conduce al ensamblaje de las estructuras fibrilares observadas en las placas amiloides (Maity et al., 2017). Diversos grupos de investigación han experimentado el potencial inhibitorio de la agregación del βA y han reportado que compuestos flavonoides tipo catecol (O-dihidroxibenceno) exhiben actividad inhibitoria de la agregación del βA42 en condiciones in vitro. Huong y colaboradores (2010) probaron el efecto de 100 μM de compuestos derivados del grupo catecol tales como dopamina, L-DOPA, nor-epinefrina, epinefrina y L-tirosina sobre 10 μM del βA40 y βA42, a 37ºC. Mediante una estimación por un ensayo de tioflavina observaron que todos estos compuestos, excepto la L-tirosina, inducen un menor porcentaje defluorescencia asociado a la formación fibrilar del βA 24 horas después de la incubación. Posteriormente, mediante microscopía electrónica de transferencia (TEM) y microscopía de fluorescencia de reflexión interna total (TIRF) Antecedentes 25 observaron una disminución en la fibrilación del βA40 y βA42 24 horas después de la incubación de estos compuestos derivados del grupo catecol. Por su parte, Sato y colaboradores (2013) encontraron un mecanismo por el cual la taxifolina, un flavonoide tipo catecol que presenta dos grupos OH- en posición 3´y 4´del anillo, puede suprimir la agregación del βA42 bajo condiciones aerobias. Inicialmente incuban 25 μM del péptido βA42 a 37 ºC más 50 μM de taxifolina y observan por un ensayo de tioflavina que el porcentaje de fluorescencia relativo es 50% menor comparado con un grupo del βA42 solo. Este efecto inhibitorio de la taxifolina sobre la agregación del βA42 es potenciado utilizando 100 μM de peryodato de sodio (NaIO4), un agente oxidante, más 50 μM de taxifolina, observando que el porcentaje de fluorescencia relativo expresado es de apenas un 10%. Por el contrario, la incubación del βA42 con un agente reductor como el clorhidrato de tris-(2-carboxietil) fosfina (TCEP-HCl) induce una disminución en el porcentaje de fluorescencia relativo. Estos datos sugieren que es necesario un medio aerobio para promover efectos inhibitorios en la agregación del βA42 en presencia de taxifolina. Además, se conoce que los flavonoides pueden formar enlaces o-quinona con residuos nucleofílicos de proteínas como, por ejemplo, cisteína, arginina y lisina, modulando su actividad ( Zhu et al., 2004; Ishii et al., 2008). Así, el βA42 posee tres residuos (Arg5 Lys16 y Lys28) en los cuales este fenómeno puede ocurrir. De hecho, se han sintetizado cinco mutantes del péptido βA42 en resina híbrida precargada Fmoc-L-Ala- PEG-PS utilizando un sintetizador de péptidos PioneerTM (Applied Biosystems, Foster City, CA). Finalizada la elongación, precipitaron el péptido crudo con éter dietílico y purificaron por HPLC bajo condiciones alcalinas. De esta manera observaron que la agregación de las mutantes K16,K28(Nle)2 -βA42 y R5,K16,K28(Nle)3 -βA42 se inhibe en presencia de taxifolina, indicando que los residuos de lisina en posición 16 y 28 pueden ser blancos para la oxidación por taxifolina y prevenir la agregación del βA42 in vitro (Sato et al., 2013). Más aún, Ono y colaboradores (2013) estudiaron en condiciones in vitro moléculas anti parkinsonianas como L-dopa, dopamina (25 μM), entre otros, sobre la agregación del βA40 y βA42 (1:1). Estos autores observaron mediante microscopía de fuerza atómica (AFM) y microscopía electrónica (EM) que la formación de agregados del péptido se inhibe en presencia de estos compuestos, concluyendo que la oxidación de L-dopa y dopamina es el factor responsable del efecto inhibitorio de la agregación del βA40 y βA42. Para finalizar, se han reportado efectos inhibitorios de flavonoides de la agregación del βA42 (Ono et al., 2006) tales como myricetina, quercetina y morin, entre otros. Así, el grupo de Sato (Sato et al., 2013) también probó la tasa de agregación con las mutantes del βA42 y observó que la inhibición de la agregación del péptido se facilita en presencia de myricetina y quercetina. Estos datos son apoyados por un estudio reciente de microscopía de fuerza atómica de alta velocidad (HS-AFM) realizado por Nakayama y colaboradores (2016) en el que al incubar 2.5 μM del βA42 en presencia de 10 μM de myricetina se induce una inhibición de la fibrilación de este péptido. Antecedentes 26 2.3. La administración subaguda del grupo catecol y L-dopa vía i.p disminuyen la acumulación del βA en el modelo 3xTgAD Aunque la relación entre la disfunción dopaminérgica y la acumulación del βA ha sido poco estudiada, en este laboratorio se observó que mediante un tratamiento con 50 mg/Kg de L-dopa i.p se indujo un incremento de los niveles de dopamina liberados en la CI durante la exploración de objetos en la fase de adquisición así como un aumento en el índice de exploración del objeto novedoso en la fase de memoria a largo plazo en una tarea de ORM en el modelo 3xTgAD comparado con el grupo control. Aunque durante la adquisición los ratones experimentales exploraron ambos objetos idénticos por un tiempo similar, el día de la evaluación de la memoria a largo plazo lograron distinguir el objeto novedoso del objeto familiar. Posteriormente, al tratar con inmunohistoquímica cortes coronales de los ratones tratados con L-dopa se observó una disminución de los somas inmuno-reactivos al βA en la CI y en el hipocampo CA1. Esto es apoyado por estudios in vitro donde moléculas con un grupo catecol como L-dopa, dopamina, entre otras, previenen la agregación del βA40 y βA42 y la subsecuente formación de oligómeros y fibrillas (Moreno-Castilla et al., 2017). Finalmente, existe otro antecedente directo al presente trabajo en el que se realizó una cuantificación estereológica y se observó que el tratamiento durante 16 días a una dosis de 10 mg/Kg de catecol i.p en ratones 3xTgAD induce una disminución en el número de somas inmuno-reactivos al βA en la corteza motora, donde además se muestran tendencias en la disminución en el área CA1 del hipocampo y la amígdala (Moreno-Castilla et al., 2017). En este sentido, en un modelo conductual donde se evaluó la memoria de localización de objetos (OLM), que consiste en la presentación de dos objetos similares y el día de la evaluación de la memoria a largo plazo uno de los objetos se cambia de posición, observaron que los ratones tratados con catecol logran identificar el objeto en diferente posición (Moreno-Castilla et al., 2017). Planteamiento del problema 27 3. Planteamiento del problema En la exploración de herramientas terapéuticas efectivas para el tratamiento de la EA, una estrategia ampliamente estudiada es la búsqueda de moléculas que puedan interferir con la agregación del βA, inhibiendo su acumulación o bien disgregando los depósitos formados. Para conseguir dicho objetivo, se han examinado diversas moléculas y desarrollado distintos anticuerpos monoclonales, aunque su efectividad en pacientes con la EA no ha sido exitosa, además de generar múltiples efectos tóxicos dado que requieren ser administrados en dosis muy elevadas. No obstante, se ha reportado recientemente que un tratamiento enfocado a aumentar la actividad dopaminérgica inducida mediante la administración de apomorfina, un agonista no selectivo de los receptores dopaminérgicos, aumenta la actividad de las enzimas que degradan al βA, disminuyendo de esta manera su acumulación en el modelo 3xTgAD de la EA. De igual forma, el tratamiento con L-dopa, un precursor de la síntesis de dopamina, induce una disminución en la acumulación del βA en el mismo modelo de la EA. Por lo tanto, se ha planteado la posibilidad de que la actividad dopaminérgica tiene un efecto protector sobre la acumulación patológica del βA. Sin embargo, el mecanismo por el cual la actividad dopaminérgica ejercería este efecto no está descrito aún. No obstante, numerosos estudios in vitro han mostrado que la dopamina puede inhibir la agregación del βA o disgregar fibrillas preformadas en condiciones fisiológicas. De manera interesante, el efecto que ejerce la dopamina in vitro también se ha reportado para la norepinefrina y otras moléculas que contienen un grupo catecol en su estructura química. Además, se ha mostrado la relevancia específica del grupo catecol en particular dado que este grupo por sí solo es suficiente, además de que se requieren de los grupos OH- en posición orto, para ejercer un efecto sobre el βA. Consistente con esta idea, Sato y colaboradores (2013) han mostrado en un estudio in vitro la interacción directa entre el βA42 y el grupo catecol de la taxifolina mediante la formación de un aducto, esto resulta en la inhibición de la agregacióndel βA. De manera similar a la taxifolina, las catecolaminas contienen un grupo catecol en su estructura por lo que la forma oxidada de las catecolaminas podría formar un aducto con el βA, interfiriendo con su mal- plegamiento. Así, en el presente trabajo se evaluará el efecto de la administración intracerebral de dopamina y el catecol en regiones relacionadas con la EA en el modelo 3xTgAD. De confirmarse dicha hipótesis, esto permitiría asumir que la dopamina tiene un efecto protector contra la agregación del βA, lo cual es relevante ya que los niveles de dopamina disminuyen con la edad y el principal factor de riesgo de desarrollo de la EA es el envejecimiento. Estrategia experimental 28 4. Hipótesis El grupo funcional catecol (O-dihidroxibenceno) presente en la dopamina, disminuye los depósitos del βA en el modelo 3xTgAD de la EA. 5. Objetivo Determinar el efecto de la administración intracerebral del grupo catecol y dopamina sobre los depósitos del βA en la corteza motora y el área CA1-subiculum del hipocampo en el modelo 3xTgAD de la EA. 6. Estrategia Experimental 6.1. Sujetos experimentales Se utilizaron ratones machos homocigotos 3xTgAD de 12-13 meses de edad. Los experimentos fueron realizados acorde al protocolo aprobado por el Comité Local de Cuidado Animal (FBR30-14) y bajo las directrices de la Norma Oficial Mexicana (NOM-062-CZOO-199). Cuando no se realizaban protocolos experimentales los animales fueron alojados individualmente en cajas de acrílico a 23°C con ciclos controlados de luz-obscuridad de 12 horas de duración, con acceso a agua y alimento ad libitum dentro del vivarium de la División de Neurociencias del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM. 6.2. Microinyección Los ratones utilizados para la administración de dopamina (3-4-dihidroxifenetilamina; Sigma, St. Louis, E.E.U.U.), de catecol (1,2-dihidroxibenzeno; Sigma, México), de D-tirosina (4- hidroxifenil)-D-alanina; Sigma, México) y de benzodioxol (1,3-benzodioxolano, Sigma, México) fueron anestesiados con isofluorano (0.75-1.25%) y montados en un estereotáxico KOPF®. Estas moléculas (15,000 μM) fueron disueltas en solución vehículo (PB 0.2 M, pH 7.4) y se administró 0.5 μL a 0.25 μL/min utilizando una bomba de inyección Cole-Parmer® en las siguientes coordenadas (con respecto a Bregma y utilizando el atlas neuroanatómico de Allen, 2008): corteza motora: AP=+0.5, ML= +1.5, DV= -1.5; y CA1-subiculum del hipocampo: AP= -2.5, ML= +1.5, DV= -1.4. Para favorecer la solubilidad de la D-tirosina se utilizó HCl y se amortiguó con TBS (0.4 M, pH 8.0) siendo el pH final de la solución 7.5. La administración de benzodioxol se llevó a cabo mediante un capilar para microinyección en las siguientes coordenadas (con respecto a dura madre y utilizando el atlas neuroanatómico de Allen, 2008): corteza motora: AP=+0.5, ML= +1.5, DV= -1.25; y CA1-subiculum del hipocampo: AP=-2.5, ML= +1.5, DV= 1.75. 6.3. Eutanasia Los animales recibieron una dosis letal de 50 mg/Kg de pentobarbital PiSA® 1:1 con solución salina (0.9%) para posteriormente ser perfundidos intracardialmente con 10 mL de solución salina isotónica (0.9%) seguido de 10 mL de paraformaldehído (4%) en solución Estrategia experimental 29 amortiguadora de fosfatos (PB; 0.2 M, pH 7.4). Los cerebros fueron mantenidos en paraformaldehído (4%) por 48 horas a 4 ºC para posteriormente sumergirlos en sacarosa al (30%) por 36 horas a 4 ºC. Los cerebros se cortaron en secciones coronales de 35 μm de espesor utilizando un criostato Leica CM1520® (California, E.E.U.U.). 6.4. Inmunoflorescencia Los cortes seleccionados para el tratamiento de inmunoflorescencia fueron lavados tres veces con solución buffer trizma-base (Sigma, St. Louis, E.E.U.U) y NaCl (Sigma, St. Louis, E.E.U.U) 0.9%, pH 7.4 (TBS) durante 10 minutos por cada lavado y seguido de la exposición de epítopes con ácido fórmico al (88%; Sigma, St. Louis, E.E.U.U) durante 5 minutos. Posteriormente, se realizaron tres lavados de 10 minutos de duración cada uno con solución TBS más Tritón (0.1%; St. Louis, E.E.U.U) para consecutivamente mantenerlos en solución de bloqueo (TBS 0.1 M, pH 7.4, tritón 0.1 % y BSA 5%, albúmina bovina sérica; Santa Cruz Biotechnology, Texas, E.E.U.U.) durante 30 minutos. Seguidamente, se incubaron con anticuerpo primario 6E10, (1:500, BioLegend; Princeton, E.E.U.U) en una solución de bloqueo durante 24 horas a 4 ºC en agitación. Se realizaron seis lavados de 10 minutos de duración cada uno con TBS previo a la incubación con anticuerpo secundario anti-ratón FITC, (1:250, GenTex; Irvine, E.E.U.U.) durante 1 hora en agitación en una solución de bloqueo, protegido de la luz a temperatura ambiente. Se realizaron tres lavados de duración de 10 minutos cada uno con TBS para posteriormente ser expuestos durante 30 segundos a DAPI (0.3 μM; Oregon, E.E.U.U.) en TBS seguido de tres lavados con TBS durante 10 minutos cada uno. Para finalizar, los cortes se montaron en laminillas silanizadas Superfrost® Plus utilizando medio de montaje para fluorescencia (Dako; Carpinteria, E.E.U.U.). 6.5. Análisis estereológico Las secciones tratadas mediante inmunoflorescencia se utilizaron para obtener un análisis cuantitativo a través de estimaciones estereológicas del total de neuronas positivas al βA en la corteza motora y en el CA1-Subiculum del hipocampo. Para ello se utilizó el fraccionador óptico utilizando el Sistema de Investigación Estéreo (Stereo Investigator System, MicroBrightField, Vermont, E.E.U.U) y un microscopio confocal de disco giratorio Olympus BX-51WI (Olympus Corporation, Tokio, Japón). Para delinear las áreas cerebrales de interés se utilizó un objetivo 4x y para cuantificar las células neuronales un objetivo de inmersión en agua (UPlan Sapo 60x W.I., N.A 1.20). Las células que presentaban señal inmuno-reactiva al βA perinuclear o citoplásmica se consideraron como positivas al βA (+βA) y fueron marcadas. El fraccionador óptico utiliza la densidad numérica, es decir, el número total de elementos marcados y se multiplica por un volumen de referencia dado. Por lo tanto, el número total de células +βA se estimó a partir de la siguiente fórmula: 𝑁 = 𝛴𝑄−(𝑡/ℎ)(1/𝑎𝑠𝑓)(1/𝑠𝑠𝑓) Estrategia experimental 30 donde: Q= número de elementos contados; t= espesor del corte; h= altura del marco de conteo; asf= área de muestreo; y ssf= fracción de muestreo. Los cortes una vez seccionados fueron colocados en flotación en TBS, uno adyacente a otro en cajas de plástico de 24 pozos. Posteriormente, se realizó una selección sistemática de cortes coronales a través de toda la región de interés identificando el corte teórico de la coordenada de inyección para la corteza motora (AP= +0.5) y para el CA1-subiculum del hipocampo (AP= -2.5). A partir de la coordenada teórica de inyección se estimó una distancia de difusión del volumen inyectado de 1 mm3, lo que significa que a partir de la coordenada teórica de inyección el volumen difundió ~500 μm3 hacia la región anterior y hacia la zona posterior del encéfalo. Basados en este criterio, se estableció una periodicidad con un valor de cinco entre cada corte seleccionado, es decir, se tomaron dos secciones coronales hacia la región anterior con una distancia de ~175 μm entre cada una de ellas y tres secciones coronales hacia la región posterior a partir del corte correspondiente a la coordenada teórica de inyección, cubriendo al final un total de ~1,050 μm de área para cada estructura (corteza motora: AP=+0.5, ML=+1.5, DV=-1.5; CA1-subiculum del hipocampo: AP=-2.5, ML=+1.5, DV=1.75). Para contabilizar los depósitos del βA se trazó una malla de 180 x 180 μm para la corteza motora y 150 x 150 μm para el CA1-subiculum del hipocampo. Los cuadros de conteo para ambas estructuras tuvieron una dimensión de 65 x 65 μm. 6.6. Análisis estadístico Para el análisis estadístico de todos los grupos experimentalesse utilizó el software Prisma (GraphPad, versión 7). Para determinar si existían diferencias significativas entre el hemisferio ipsilateral y contralateral a los tratamientos en los diferentes grupos, se realizaron t-student no pareadas (intervalo de confianza del 95%). Los resultados se expresan en gráficas de barras que denotan el número estimado de neuronas inmuno-reactivas al βA de la corteza motora y el área CA1-subiculum del hipocampo. Para determinar si entre los distintos tratamientos existían diferencias significativas se realizó un ANOVA de una vía (intervalo de confianza del (95%) y un análisis post-hoc de Tukey´s. Dicho análisis se realizó normalizando el número estimado de neuronas inmuno- reactivas al βA al hemisferio ipsilateral al grupo tratado con benzodioxol. 6.7 Procesamiento de las microfotografías Se tomaron microfotografías representativas de los tejidos procesados mediante inmunoflorescencia de la corteza motora y el área CA1-subiculum del hipocampo con un microscopio Leica DM 6000 CFS a un aumento de 63x. Las imágenes se tomaron utilizando un filtro para el fluoróforo FITC (488/524 nm) y otro filtro para DAPI (358/461 nm). Se realizó una proyección máxima del plano Z utilizando el software Image J donde, además, se ajustaron el brillo y el contraste a todas las imágenes por igual. Resultados 31 7. Resultados 7.1. La administración de dopamina disminuye los depósitos del βA en el ratón 3xTgAD Himeno y colaboradores (2011) han observado que el incremento de la actividad dopaminérgica induce una disminución en los depósitos del βA en algunos modelos in vivo de la EA. No obstante, el mecanismo por el cual el aumento de dicha actividad promueve una disminución de los agregados del βA sigue siendo poco claro. Para determinar si la administración de dopamina ejerce un efecto sobre los depósitos del βA en ratones 3xTgAD de 12 meses de edad, se estimó el número de neuronas inmuno-reactivas al βA mediante una cuantificación estereológica. Al realizar una t-student no pareada se observó una disminución significativa en el número estimado de neuronas positivas al βA entre el hemisferio ipsilateral y contralateral tanto en la corteza motora (n=3 vs n=3; *p<0.05=0.0385, t=3.036) como en el hemisferio ipsilateral y contralateral de la región CA1-subiculum del hipocampo (n=3 vs n=3; *p<0.05=0.0273, t=3.398; figura 7.1). La disminución observada en el número estimado de neuronas inmuno-reactivas al βA en los ratones 3xTgAD de 12 meses de edad confirma la hipótesis. La disminución observada por la técnica de inmunoflorescencia sugiere que los depósitos del βA se reducen, presumiblemente, por el potenciamiento de la actividad dopaminérgica o por la posible interacción directa con los agregados del βA. Lo anterior es, por una parte, consistente con reportes in vitro que muestran que la dopamina puede inhibir la formación de fibrillas o monómeros del βA así como disgregar los depósitos previamente formados mediante una interacción directa. Por otro lado, se suman las observaciones en modelos in vivo que muestran que un tratamiento vía subcutánea con un agonista dopaminérgico o con L-dopa i.p induce una disminución en el número de neuronas positivas al βA. Resultados 32 Figura 7.1| La administración de dopamina disminuye la población de neuronas inmuno-reactivas a βA 24 horas después en ratones 3xTgAD. A) Representación del procesamiento de inmunoflorescencia posterior a la administración unilateral de dopamina en la corteza motora. B) Microfotografías representativas de microscopía confocal a un aumento de 63x. El gráfico representa el número estimado de neuronas +βA en la corteza motora, (ncontralateral=3, nipsilateral=3; *p<0.05=0.0385, t=3.036, intervalo de confianza de 95%). C) Representación del procesamiento de inmunoflorescencia posterior a la administración unilateral de dopamina en el hipocampo CA1- Sub. D) Microfotografías representativas de microscopía confocal a un aumento de 63x. El gráfico representa el número estimado de neuronas +βA en el hipocampo CA1-Sub, (ncontralateral=3, nipsilateral=3; *p<0.05=0.0273, t=3.398, intervalo de confianza de 95%). Los núcleos teñidos con DAPI se observan en azul y la señal inmuno específica al βA en verde. Las barras de escala representan 20 μm para cada imagen. Resultados 33 7.2. La administración del grupo catecol es suficiente para disminuir los depósitos del βA en el ratón 3xTgAD Recientemente se ha reportado que algunos compuestos tipo catecol como la taxifolina o las catecolaminas pueden inhibir la acumulación del βA o bien inducir la disgregación de fibrillas o monómeros in vitro. Después de observar que la administración de dopamina disminuye el número de neuronas inmuno-reactivas al βA se planteó el objetivo de determinar si el grupo catecol de la dopamina puede inducir una disminución en el número de neuronas positivas al βA. Para ello, se administró catecol en ratones 3xTgAD de 12 meses de edad y se observó una disminución significativa en el número estimado de células inmuno-reactivas al βA entre el hemisferio ipsilateral y contralateral tanto en la corteza motora (n=3 vs n=3; *p<0.05=0.0188, t=3.281) como en el área CA1-subiculum del hipocampo (n=3 vs n=3; **p<0.05=0.0045, t=5.773) 24 horas después de la administración (Figura 7.2). La disminución en el número de neuronas inmuno-reactivas al βA en estas regiones cerebrales sugiere que el grupo catecol es el componente estructural de la dopamina que induce dicha disminución además de que esta disminución en el hemisferio ipsilateral podría ser un efecto de la interacción directa del grupo catecol con los depósitos del βA. Resultados 34 Figura 7.2| La administración de catecol disminuye la población de neuronas inmuno-reactivas al βA 24 horas después en ratones 3xTgAD. A) Representación del procesamiento de inmunoflorescencia posterior a la administración unilateral de catecol en la corteza motora. B) Microfotografías representativas de microscopía confocal a un aumento de 63x. El gráfico representa el número estimado de neuronas +βA en corteza motora, (ncontralateral=3, nipsilateral=3; *p<0.05=0.0188, t=3.821, intervalo de confianza de 95%). C) Representación del procesamiento de inmunoflorescencia posterior a la administración unilateral de catecol en el hipocampo CA1- Sub. D) Microfotografías representativas de microscopía confocal a un aumento de 63x. El gráfico representa el número estimado de neuronas +βA en el hipocampo CA1-Sub (ncontralateral=3, nipsilateral=3; **p<.05=0.0045, t=5.773, intervalo de confianza de 95%). Los núcleos teñidos con DAPI se observan en azul y la señal inmuno específica al βA en verde. Las barras de escala representan 20 μm para cada imagen. Resultados 35 7.3. La administración de D-tirosina mimetiza parcialmente los efectos de la dopamina y el grupo catecol El grupo de Sato y colaboradores (2013) muestran que la presencia de los grupos OH- de la taxifolina, un compuesto tipo catecol, es necesaria para inhibir la formación de fibrillas del βA en condiciones fisiológicas. Por otro lado, Huong y colaboradores (2010) observan que la L-tirosina no induce una disgregación de fibrillas previamente formadas in vitro lo cual se puede deber a que sólo presenta un OH- en su estructura química. Con base en lo anterior, se administró el enantiómero D-tirosina en los ratones 3xTgAD de 12 meses de edad esperando no observar cambios en la cantidad de neuronas positivas al βA. No se observó una disminución significativa en el número de neuronas positivas al βA entre el hemisferio ipsilateral y contralateral de la corteza motora (n=3 vs n=3, p<0.05=0.4841, t=0.7703), sin embargo, sí hubo una disminución significativa en la cantidad de neuronas positivas al βA entre el hemisferio ipsilateral y contralateral del área CA1- subiculum del hipocampo (n=3vs n=3, *p<0.05=0.0267, t=3.423; figura 7.3). Es preciso mencionar que, aunque se observó una disminución significativa en el área CA1-subiculum del hipocampo, dicha disminución es menor respecto a la inducida por el grupo catecol y por la dopamina en esta región. Resultados 36 Figura 7.3 | La administración de D-tirosina disminuye la población de neuronas inmuno-reactivas al βA 24 horas después en ratones 3xTgAD. A) Representación del procesamiento de inmunoflorescencia posterior a la administración unilateral de D-tirosina en la corteza motora. B) Microfotografías representativas de microscopía confocal a un aumento de 63x. El gráfico representa el número estimado de neuronas +βA en la corteza motora, (ncontralateral.=3, nipsilateral=3, p<0.05=0.4841, t=0.7703, intervalo de confianza de 95%). C) Representación del procesamiento de inmunoflorescencia posterior a la administración unilateral de D-tirosina en el hipocampo CA1-Sub. D) Microfotografías representativas de microscopía confocal a un aumento de 63x. El gráfico representa el número estimado de neuronas +βA en el hipocampo CA1-Sub (ncontralateral=3, n ipsilateral=3, *p<0.05=0.0267, t=3.423, intervalo de confianza de 95%). Los núcleos teñidos con DAPI se observan en azul y la señal inmuno específica al βA en verde. Las barras de escala representan 20 μm para cada imagen. Resultados 37 7.4. Los grupos OH- del grupo catecol son determinantes para la disminución de los depósitos del βA en el ratón 3xTgAD Inicialmente se planteó a la D-tirosina como una molécula control del efecto que la dopamina y el grupo catecol inducen sobre los depósitos del βA debido a las diferencias estructurales entre ellas. Sin embargo, tras observar una disminución en número estimado de neuronas positivas al βA posterior a la administración de D-tirosina en el área CA1-subiculum del hipocampo, se administró benzodioxol, una molécula similar al grupo catecol y que carece de los grupos OH-. De esta manera, no se observaron diferencias significativas entre el hemisferio ipsilateral y contralateral de la corteza motora contralateral (n=3 vs n= 3, p<0.05=0.6935, t=0.4239) ni entre el hemisferio ipsilateral y contralateral del área CA1-subiculum del hipocampo (n=3 vs n=3, p<0.05=0.0769, valor de t=2.369; figura 7.4). Estas observaciones sugieren que la presencia de los grupos OH- es determinante para promover la disgregación de los depósitos del βA en la corteza motora y el área CA1-subiculum del hipocampo en ratones 3xTgAD 24 horas después de la administración (Figura 7.4). Además, estos resultados señalan un posible mecanismo por el cual moléculas tipo catecol o derivadas inducen una disminución de los depósitos del βA. Resultados 38 Figura 7.4 | La administración de benzodioxol no disminuye la población de neuronas inmuno-reactivas al βA 24 horas después en ratones 3xTgAD. A) Representación del procesamiento de inmunoflorescencia posterior a la administración unilateral de benzodioxol en la corteza motora. B) Microfotografías representativas de microscopía confocal a un aumento de 63x. El gráfico representa el número estimado de neuronas +βA en la corteza motora, (ncontralateral.=3, nipsilateral=3, p<0.05=0.6934, t=0.4239, intervalo de confianza de 95%). C) Representación del procesamiento de inmunoflorescencia posterior a la administración unilateral de benzodioxol en el hipocampo CA1-Sub. D) Microfotografías representativas de microscopía confocal a un aumento de 63x. El gráfico representa el número estimado de neuronas +βA en el hipocampo CA1-Sub, (ncontralateral.=3, nipsilateral=3, p<0.05=0.0769), t=2.369, (intervalo de confianza de 95%). Los núcleos teñidos con DAPI se observan en azul y la señal inmuno específica al βA en verde. Las barras de escala representan 20 μm para cada imagen. Resultados 39 7.5. La dopamina induce una disminución en los depósitos del βA por medio del grupo catecol Con el objetivo de comparar el efecto de la administración de los diferentes compuestos entre los distintos grupos, se realizó un ANOVA de una vía y un análisis post hoc mediante el test de Tukey´s. Este análisis permitió observar que no existen diferencias significativas entre la administración de dopamina y el grupo catecol sobre los depósitos del βA tanto en la corteza motora (***p=<0.0001) como en el CA1-subiculum del hipocampo (**p=<0.0069) de ratones 3xTgAD de 12 meses de edad, pero sí al compararlos con el grupo tratado con benzodioxol. Figura 7.5 | La dopamina y el grupo catecol disminuyen los depósitos del βA en el modelo 3xTgAD. A) Sitio de administración unilateral de benzodioxol, dopamina, catecol y D-tirosina en la corteza motora y el porcentaje estimado de disminución de neuronas inmuno-reactivas al βA en la corteza motora 24 horas después (ANOVA, ***p=<0.0001, intervalo de confianza del 95%). Se realizó un análisis post hoc utilizando el test de Tukey´s (*p<0.05=0.0156; **p<0.05=0.0084; ***p<0.0005=0.0001; ****p<0.0001). B) Sitio de administración unilateral de dichas moléculas en el CA1-subiculum del hipocampo y el porcentaje estimado de disminución de neuronas inmuno-reactivas al βA 24 horas después. (ANOVA, **p=<0.0069, intervalo de confianza del 95%). Se realizó un análisis post hoc utilizando el test de Tukey´s (*p<0.05=0.0114; **p<0.05=0.0086). Discusión 40 La normalización de los datos se realizó con respecto al grupo administrado con benzodioxol, ya que, como se mencionó anteriormente, fue la molécula que permitió identificar la preponderancia de los grupos OH- contenidos en el grupo catecol (Figura 7.5). Lo anterior sugiere que la dopamina y el grupo catecol tienen la capacidad de inducir una disminución de los depósitos del βA, lo cual es consistente dada la similitud estructural del grupo catecol respecto al contenido en la dopamina, no siendo así en la D-tirosina. 8. Discusión Los resultados de la presente investigación han mostrado que la administración intracraneal de dopamina en la corteza motora y en el área CA1-subiculum del hipocampo induce una disminución de los depósitos del βA intracelulares en ratones 3xTgAD de 12 meses de edad. Asimismo, la administración intracraneal del grupo catecol por sí solo induce una disminución en la cantidad poblacional de neuronas inmuno-reactivas al βA en ambas estructuras cerebrales 24 horas después de su administración. Además, al microinyectar benzodioxol, una molécula orgánica estructuralmente muy similar al grupo catecol, no se observó un decremento en ninguna de las dos regiones de interés. Lo anterior sugiere que la administración de moléculas que en su estructura presentan un grupo catecol induce la disminución de los depósitos intra y extracelulares del βA en un modelo in vivo como es el 3xTgAD. Además, estas observaciones podrían representar una estrategia para la inhibición de la acumulación del βA. La reducción de los depósitos del βA in vivo observados en la presente investigación es consistente con algunas observaciones in vitro. En ellas se muestra que la incubación del βA en presencia de moléculas derivadas del grupo catecol (p.ej., dopamina, L-dopa, norepinefrina y epinefrina; Huong et al., 2010) o con agentes anti-parkinsonianos (p.ej. la dopamina, L-dopa, entacapona, entre otros; Ono et al., 2013) se inhibe la fibrilación o se reduce la altura media de fibrillas del βA. El efecto parcial observado en la reducción de neuronas positivas al βA en la corteza motora y el decremento significativo en el hipocampo podrían deberse a la conversión del enantiómero D- a L-. Lo anterior, por su parte, podría inducir un aumento en la cantidad de catecolaminas, como la dopamina, la cual, con base en las observaciones anteriores, sería la molécula responsable de dicha disminución. Por otro lado, se ha observado que la incubación del βA en presencia de L-tirosina, el aminoácido precursor de las catecolaminas
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