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Estudio-arqueozoologico-sobre-la-avifauna-en-Teopancazco-Ciudad-de-Teotihuacan-Estado-de-Mexico-Mexico

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA 
 DE MÉXICO 
 
 FACULTAD DE CIENCIAS 
 
 
ESTUDIO ARQUEOZOOLÓGICO SOBRE LA 
AVIFAUNA EN TEOPANCAZCO, CIUDAD DE 
TEOTIHUACAN, ESTADO DE MÉXICO, MÉXICO 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
T E S I S 
 
 QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: 
 BIÓLOGA 
 P R E S E N T A : 
 ANA FRIDA SILVA MARTÍNEZ 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
DIRECTOR DE TESIS: 
Dr. RAÚL VALADEZ AZÚA 
 
 
 
2016 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
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PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
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fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
Hoja de Datos del Jurado 
1. Datos del alumno 
Silva 
Martínez 
Ana Frida 
56 17 41 15 
Universidad Nacional Autónoma de 
México 
Facultad de Ciencias 
308292235 
 
2. Datos del Tutor 
Dr. 
Raúl 
Valadez 
Azúa 
 
3. Datos del Sinodal 1 
Dra. 
María de Lourdes 
Navarijo 
Ornelas 
 
4. Datos del Sinodal 2 
Dr. 
Bernardo 
Rodríguez 
Galicia 
 
5. Datos del Sinodal 3 
Dr. 
Luis Antonio 
Sánchez 
González 
 
6. Datos del Sinodal 4 
Mstra. 
Arodi Montserrat 
Farrera 
Ríos 
7. Datos del trabajo escrito 
Estudio arqueozoológico de la avifauna en Teopancazco, ciudad de Teotihuacan, Estado de 
México, México 
129 p 2016 
 
 
 
 
Para Rebeca, Miguel y María José 
 
 
 
 
“La única regla general es que los pueblos conquistados, son pueblos divididos.” 
Jorge Ibargüengoitia 
AGRADECIMIENTOS 
Al grupo de trabajo del Laboratorio de Paleozoología del Instituto de Investigaciones 
Antropológicas, de la Universidad Nacional Autónoma de México. 
A mi tutor, el Dr. Raúl Valadez Azúa, por dirigir mi proyecto de tesis, incluirme en el 
desarrollo del capítulo y en los eventos de divulgación de la ciencia, así como, las 
enseñanzas y permitirme expresar mis ideales en el presente proyecto. 
Al Dr. Bernardo Rodríguez Galicia, por todo el apoyo académico y mostrar interés en mi 
trabajo de tesis. 
A la Dra. María de Lourdes Navarijo Ornelas, por el apoyo en los temas de la pintura mural 
y la contribución de conocimiento. 
A la Mtra. Arodi Farrera, por el apoyo en el método y uso de programas para Morfometría 
Geométrica, así como, en la revisión de los resultados y el tiempo que me dedicó. 
Al Dr. Luis Sánchez González, por el compromiso y la revisión de mi proyecto de tesis. 
Agradezco al Dr. Adolfo Navarro Sigüenza y a la M. en C. Fanny Rebón, del grupo de 
ornitología del Museo de Zoología “Alfonso Luis Herrera” de la Facultad de Ciencias 
(UNAM), por el apoyo en la revisión de dos ejemplares, su valiosa opinión y permitirme 
fotografiar ejemplares del género Trogron. 
Al Biol. Germán Hernández Alonso, por la ayuda en la búsqueda de ejemplares del género 
Trogon. 
A la Dra. Patricia Escalante Pliego, de la Colección Nacional de Aves, del Instituto de 
Biología (UNAM) por permitirme acceder a la colección y fotografiar ejemplares del género 
Trogon. 
Dr. Christopher M. Götz, de la Facultad de Ciencias Antropológicas, Universidad Autónoma 
de Yucatán, por enviarme las fotografías de quetzal, y a Dr. Kitty F. Emery por permitirme 
usar las fotografías en el presente trabajo. Asimismo agradezco a: Environmental 
Archaeology Program, Florida Museum of Natural History. 
Al Dr. Steve Cardiff y el Dr. J.V. Ramsen, de LSU Museum of Natural Science, por el envío 
de las fotografías de ejemplares de la familia Trogonidae. Asimismo, a Dr. Aaron Sasson, 
de San Diego Zooarchaelogy Laboratory, por el envío de las fotografías de quetzal. 
A Rafael Reyes, fotógrafo del IIA, UNAM y Rogelio Santiago del Laboratorio de Fitolitos del 
IIA, UNAM, por la toma de fotografías, de muy buena calidad y con ojo artístico. 
Dra. Judith Zurita, del Laboratorio de Fitolitos del IIA, UNAM, por la aproximación de los 
pigmentos hallados en una pieza de hueso. 
Mtra. Alicia Blanco, de Salvamento Arqueológico (INAH), por el apoyo en la determinación 
de ejemplares de estudio. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
AGRADECIMIENTOS A TÍTULO PERSONAL 
A Rebeca Martínez y Miguel Silva, eterno agradecimiento por el apoyo y amor que me 
brindan y con el cual he logrado terminar mi carrera profesional. 
A mi admirada hermana, María José Silva, por ser mi acompañante en todo instante y 
brindarme tanto cariño. 
A mis queridos amigos, Diego Lentz y Germán Hernández, por brindarme una valiosa 
amistad, apoyo y experiencias inigualables. 
A mí querida amiga Ashanty Herrerías, por el apoyo, su sinceridad y los buenos momentos 
en este proceso y en la vida misma. 
A mis estimadas amigas, Enya Ramírez, Caro Rocha y Emilia F. Guerrero, por 
acompañarme en la carrera, ofrecerme su apoyo y momentos de felicidad. 
Agradezco a cada una de las personas que pasaron por mi vida y que han aportado a mi 
formación tanto personal como académica. 
 
 
 
ÍNDICE 
Introducción…………………………………………………………………………………………. 1 
Capítulo 1 Marco Teórico……………………………………………………………………….. 3 
1.1 Arqueozoología………………………………………………………………………………… 3 
1.2 Las aves y el vuelo……………………………………………………………………………. 3 
1.3 Osteología de las aves……………………………………………………………………….. 4 
1.4 Determinación a partir de los restos óseos………………………………………………… 8 
Capítulo 2 Antecedentes……………………………………………………………………….. 9 
2.1 Aves en Teotihuacan…………………………………………………………………………. 9 
2.2 Aves en la Pintura Mural Teotihuacana…………………………………………………….. 18 
2.3 Aves en las Culturas Mesoamericanas……………………………………………………... 19 
Capítulo 3………………………………………………………………………………………….. 22 
3.1 Justificación, Preguntas de investigación, Objetivos e Hipótesis ……..………………… 22 
Capítulo 4 Área de estudio……………………………………………………………………… 24 
4.1 Ubicación de la Cuenca de México………………………………………………………….. 24 
4.2 Ubicación de Teotihuacan……………………………………………………………………. 25 
4.3 Centro de barrio Teopancazco……………………………………………………………….. 27 
Capítulo 5 Métodos………………………………………………………………………………. 29 
Capítulo 6 Resultados…………………………………………………………………………… 49 
6.1 Presentación de resultados por fase cronológica y fichas biológicas………………........ 54 
Capítulo 7 Análisis y Discusión……………………………………………………………….. 79 
7.1 Avifauna a través del tiempo en Teopancazco…………………………………………….. 79 
7.2 Recapitulación sobre las aves a través del tiempo………………………………………… 98 
7.3 Diversidad de aves en Teopancazco……………………………………………………….. 99 
7.4 Importancia ecológica y evolutiva…………………………………………………………… 102 
7.5 Uso selectivo de los cuerpos de las aves…………………………………………………... 103 
7.6 Aves en la pintura mural teotihuacana y su relación con lo hallado en Teopancazco… 105 
7.7 Aves de la Zona 5-A Pórtico 13, Mural 2………………………………………………….. 109 
Capítulo 8 Conclusiones………………………………………………………………………… 112 
Referencias………………………………………………………………………………………… 114 
Apéndice 1 Cuadro de dinámicas……………………………………………………………… 120 
Apéndice 2 Aves mencionadas en el Códice de La Cruz- Badiano……………………... 121 
Apéndice 3 Toponimia ornitológica…………………………………………………………… 123 
Apéndice 4 Áreas de actividad y entierros…………………………………………………... 124 
 
 
 
1 
 
Introducción 
Los humanos, como una especie más en el planeta, dependemos del medio físico-químico 
y biológico, tanto de los recursos para sobrevivir como para explicar los fenómenos que nos 
afectan. Por ello, a través del tiempo los pueblos antiguos han manifestado un 
comportamiento cultural que enfatiza el manejo del ambiente desde una perspectiva 
mitológica, llena de símbolos y creencias(Navarijo, 1996 y 1997 y Navarro 1994). 
Simultáneamente “aprendieron” el comportamiento de las especies, y ello derivó en la 
capacidad de crear nuevas técnicas de caza, captura y recolección (Randall et al., 2002). 
Desde tiempos antiguos en las culturas mesoamericanas han involucrado a los animales 
como parte de símbolos de deidades o gobernantes. Esta forma en la que el mundo 
mesoamericano vio a los animales, dio paso al manejo de ellos para formar parte de eventos 
cotidianos y ceremoniales. El manejo del recurso animal tuvo en primera instancia un fin 
alimentario y posteriormente fue con un propósito ceremonial y/o mágico-religioso, por lo 
tanto, podemos considerar que en los pueblos antiguos mesoamericanos estuvo 
involucrado el pensamiento abstracto y el imaginario, al momento de emplear los recursos 
naturales (Navarijo, 1995). Las aves fueron parte de su cosmovisión, es decir, que ellas 
interactuaron de forma directa e indirecta con estas culturas. Debido a que es un grupo 
diverso, presentan multitud de colores, formas y son capaces de volar, lo que promovió que 
fueran usadas desde épocas remotas (Gill, 2007). 
En la pintura mural prehispánica se representó parte de la vida de los antiguos pueblos en 
su propia visión y dentro de esta forma de expresión aparecen las aves (Navarijo, 1996). El 
presente trabajo incorpora un punto clave para entender un poco más la interacción que 
hubo entre los humanos antiguos de Teopancazco y las aves. Ya que, con la ayuda de la 
pintura mural teotihuacana se puede tener una mejor interpretación que tuvieron hacia ellas. 
En los restos arqueozoológicos de Teopancazco se encuentran elementos óseos de aves, 
por lo que, su hallazgo en este sitio teotihuacano ofrece la oportunidad de entender la 
importancia de este grupo de animales 
El interés principal por realizar un estudio arqueo-ornitológico, es entender el manejo y 
visión que se tenía de las aves en un centro de barrio, como el de Teopancazco, ubicado 
en Teotihuacan. 
 
 
2 
 
Realizar un estudio arqueozoológico implica el aporte de diferentes ciencias, ya que es una 
disciplina compuesta por una parte social y otra biológica, que lo hace ser interdisciplinario 
(Valadez y Pérez, año). 
En este trabajo se realizó la determinación taxonómica de restos óseos de aves hallados 
en Teopancazco y se muestran las fichas biológicas de cada taxón, en los casos en los que 
no se llegó a una identificación, se indican las especies más probables a partir de su 
distribución dentro de la Cuenca de México. 
Los principales aportaciones de este estudio son el uso que tuvieron las aves dentro de un 
grupo determinado de humanos, la determinación taxonómica a partir de restos óseos, así 
como las herramientas usadas y el conocimiento del impacto que tuvieron las interacciones 
de humanos con aves desde una perspectiva ecológica y de aprovechamiento. 
Por último, no olvidemos que las aves son un punto clave para la conservación de la 
biodiversidad, ya que están asociadas a comunidades vegetales, que si son modificadas 
pueden extinguirse (Gilbert et al., 1996), así que estudiarlas desde la perspectiva de uso y 
visión humana, en este caso en un contexto antiguo, específicamente mesoamericano, nos 
acerca al conocimiento de las actividades que: 1) permitieron que los recursos fueran 
explotados, pero de forma controlada y 2) que se exploten los recursos indistintamente 
hasta agotarlos. 
Existe la idea de que los pueblos mesoamericanos antiguos no afectaron tanto a la 
diversidad como sucedió en la época de contacto, debido principalmente al conocimiento 
del entorno y muchas de las creencias mesoamericanas (Com pers. Valadez). Sin embargo, 
faltan estudios que corroboren lo anterior, por lo tanto, se espera que la presente 
investigación aporte información al respecto. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
3 
 
Capítulo 1. Marco Teórico 
1.1 Arqueozoología 
El estudio de los restos animales provenientes de contextos arqueológicos corresponde a 
la arqueozoología, la cual es una disciplina que involucra una parte biológica y una 
antropológica, por tanto se mueve dentro de un espacio interdisciplinario. Así, el objetivo es 
obtener un resultado que impacte y beneficie a cada campo de estudio en un nivel y 
esquema que rebase lo que se obtendría si se hubieran llevado las investigaciones 
zoológicas y arqueológicas de manera independiente (Valadez y Pérez, 2011). 
Los restos óseos que estudia la arqueozoología son unidades anatómicas que no han 
sufrido procesos de fosilización, del mismo modo éstos presentan huellas culturales que 
son entendidas desde el momento de la muerte del animal hasta el hallazgo de sus restos 
en contextos arqueológicos. Es aquí donde podemos dividir los conceptos de paleozoología 
y arqueozoología, ya que desde el inicio del Holoceno el humano ha influido sobre muchas 
características de la Tierra (Sour y Rivera, 2010). 
En el caso específico de las aves, el término arqueozoología cambia a arqueo-ornitología, 
siendo así una rama más de la ornitología (Com pers. Valadez). 
1.2 Aves y el vuelo 
Las aves forman un grupo homogéneo de vertebrados endotermos, ovíparos, que 
presentan un pico córneo, cuyo cuerpo está cubierto con plumas, algunas de ellas con 
extremidades anteriores asociadas al vuelo (Gill, 2007). 
Evolutivamente surgen de un taxón bien definido de reptiles diápsidos llamados 
arcosaurios, al cual pertenecen grupos como los cocodrilos, los pterosaurios y los 
dinosaurios, caracterizados por una serie de sinapomorfías que incluyen la presencia de 
fenestras anteorbitales y una articulación intertarsal, entre otros atributos (Sereno y Arcucci, 
1990 mencionado por Navarro et al., 2014). 
Una de las características más distintivas de la anatomía de las aves, son las plumas, las 
cuales son una innovación evolutiva extraordinaria. Colectivamente se les llama plumaje y 
son estructuras únicas de la piel. Éstas proveen de aislamiento para controlar la 
 
 
4 
 
temperatura corporal, poder aerodinámico para el vuelo y colores para la comunicación y 
camuflaje (Gill, 2007). 
Las aves se han diversificado ampliamente y se encuentran distribuidas por todo el planeta 
y en todos los ambientes terrestres y acuáticos, sin embargo, no se encuentran en los 
desiertos más extremosos y en el centro de la Antártida, pero, constituyen el grupo de 
vertebrados terrestres más rico en especies debido a una acelerada radiación y 
diversificación tanto evolutiva como geográfica (Jetz et al., 2012). 
Las aves tienen como adaptación central el vuelo, ellas son las maestras del medio que es 
el aire, por lo tanto, pueden estar suspendidas en un lugar, caer en picada a velocidades 
impresionantes, volar boca abajo y al revés y pueden remontarse en vuelo por días y días 
(Dial, 1994 mencionado por Gill, 2007). 
Una actividad ligada al vuelo tiene que ver con la migración, aunque no todas las aves son 
migratorias. La migración de las aves es un comportamiento complejo donde la estrategia 
óptima depende de la interacción de factores, internos y externos. En muchos casos es 
arriesgada y energéticamente demandante, haciéndola una selección probable para una 
estrategia óptima (Purcell y Brodin, 2007). 
1.3 Osteología de las aves 
Los esqueletos de las aves difieren de otros vertebrados, pues se concentra en las 
adaptaciones al vuelo, tal como la reducción de peso, que es cumplida por el decremento 
en tamaño y número de sus partes (Gilbert et al., 1996), por ejemplo: 
 El esqueleto de una paloma comprende el 4% sobre el total de su peso corporal. 
 Los cinco dedos de la mano de otros vertebrados, en las aves es reducido a tres. 
 La fusión de huesos en todo el esqueleto: 
o Carpometacarpo: unión del carpo y del metacarpo. 
o Fúrcula: fusión de las clavículas. 
o Tarsometatarso: unificación del tarso con el metatarso. 
El esqueleto soporta estratégicamente músculos grandes que proveenel poder para el 
vuelo. En la sección intermedia (diáfisis) de muchos de los huesos de las aves son 
estructuras huecas (Gill, 2007). 
 
 
5 
 
Además de las macroestructuras óseas de las aves, también están las propiedades 
microestructurales únicas de los huesos, éstas son: (1) la presencia de una construcción 
en sándwich1; (2) fusión de huesos con paredes delgadas corticales; y (3) epífisis 
cartilaginosas, y desarrollo de conos a lo largo del hueso (Higgins, 1999). 
Anatomía ósea 
El esqueleto de las aves está dividido en cuatro grandes secciones: esqueleto axial, cintura 
escapular, cintura pélvica y esqueleto apendicular. 
 Esqueleto axial: se compone por el cráneo, vértebras y costillas (Fig. 1). 
 
Fig.1. Vista dorsal, ventral y lateral del cráneo de búho (Gilbert, 1996). 
 
1 La construcción en sándwich es caracterizada por una capa interna y externa de hueso separada por 
columnas perpendiculares de espículas óseas. 
 
 
6 
 
 Cintura escapular: está constituido por la escápula, coracoides y la clavícula. En 
aves la tercera es la fúrcula y ésta se encuentra fusionada, a diferencia de los 
mamíferos que presentan dos unidades separadas (Gilbert et al., 1996). Asimismo 
presentan la quilla que es el esternón fusionado (Fig.2). 
 Cintura pélvica: está formado por los huesos coxales y el sacro (Fig.2), este último 
se compone del ilion, isquion y pubis (Gilbert et al., 1996). 
 
Fig.2. Esqueleto completo de Meleagris gallopavo (Gilbert, 1996). 
 
 
7 
 
 Esqueleto apendicular: Son los miembros superiores e inferiores (Fig. 3), en el caso 
de las aves presentan modificaciones tales como: (1) fusión del carpo y metacarpo 
que forman al llamado carpometacarpo, (2) fusión de los huesos tarsales con la tibia 
y el metatarso, dan lugar a los llamados tibiotarso y tarsometatarso respectivamente 
(Gilbert et al., 1996). 
 
Fig.3. Extremidades superior e inferior de Anas platyrhynchos (Gilbert, 1996). 
 
 
 
8 
 
1.4 Identificación a partir de los restos óseos 
La identificación y el análisis de los restos óseos de las aves en contextos arqueológicos 
pueden proveer a los investigadores con una variedad de información útil, por ejemplo: 
algunos grupos de aves son estacionalmente migratorios y la presencia de sus restos 
indicaría la ocupación por estación. Ciertos grupos de aves son muy sensitivos al cambio 
ambiental, entonces su presencia indica condiciones ambientales favorables para ellos 
(Gilbert et al., 1996). También el reconocer los huesos de aves con el rigor con el que se 
analizan otros materiales, hace posible determinar cómo se empleaban en la alimentación 
(Higgins, 1999), el comercio y si eran organismos silvestres, cautivos o domésticos 
(Valadez, 2003). 
A la par de estos estudios, es necesario disponer de la información sobre el sitio 
arqueológico y/o los puntos donde aparecieron los restos óseos. De esta forma será posible 
saber si estos huesos quedaron en acumulaciones como: basureros, ofrendas en entierros, 
o si están relacionados con espacios vinculados con el alimento o la manufactura (Valadez 
y Rodríguez, 2009). 
 
 
9 
 
Capítulo 2. Antecedentes 
2.1 Estudios arqueozoológicos de aves en Teotihuacan 
La ciudad de Teotihuacan (siglos I – VI d.C) es el centro urbano del México prehispánico 
más estudiado a nivel arqueológico y arquezoológico, lo cual permite conocer la forma en 
que eran manejados los recursos animales (Manzanilla et al., 2010). A lo largo del tiempo, 
se han realizado estudios que muestran los elementos hallados, tanto los arqueológicos 
como los arqueozoológicos, estos últimos se muestran a continuación cronológicamente. 
Cuadro 1. Estudios realizados en torno a las aves en Teotihuacan 
Autor Disciplina Descripción Año 
Sejourne Pintura Mural Reconocimiento de las aves en la pintura mural, 
especialmente en el palacio de Tetitla. 
1966 
Miller Pintura Mural Muestra un catálogo de toda la pintura mural en 
Teotihuacan. Para la avifauna solo reconoce las 
formas, pero no hace una determinación 
biológica. 
1973 
Starbuck Arqueozoología Arqueofauna con descripción biológica y cultural. 
Realizó un listado de la fauna hallada. 
1975 
Millon Pintura Mural Pintura Mural en Tetitla. 
Determinación de las aves representadas, con 
poco detalle y realiza una clasificación de éstas 
en dos grupos, aves pequeñas y aves grandes. 
1988 
Valadez Arqueozoología 
Etnozoología 
Interacciones humano-fauna. 
Arqueofauna. Muestra una identificación de los 
restos y las descripciones biológicas y culturales 
de los mismos. 
 
1992 
1993 
2009 
2013 
Navarijo Pintura Mural 
Etnozoología 
Determinación de especies de aves en la Pintura 
Mural Teotihuacana, dónde considera los 
elementos biológicos de las aves y cómo éstos se 
involucran en la cultura teotihuacana. 
1995 
Rodríguez Arqueozoología Recurso faunístico de Teopancazco, indica los 
usos de la fauna dentro de las áreas de actividad. 
2006 
Pérez Arqueozoología El manejo de la fauna como fuente de materia 
prima en Teotihuacan. Observaciones en restos 
óseos. 
2013 
Sugiyama Arqueozoología Interacción humano-fauna. Arqueofauna, en los 
entierros y ofrendas en la pirámide de la Luna y la 
pirámide del Sol, con las identificaciones y 
descripciones biológicas y culturales. 
2014 
Los autores mostrados en el cuadro 1, han estudiado a los vertebrados, incluyendo a las aves en Teotihuacan; 
las obras buscan principalmente la determinación taxonómica y la interacción de los humanos con la fauna. 
Autores como Sejourne, Millon y Miller hacieron un trabajo desde la perspectiva antropológica dejando de lado 
la biológica, por otro lado Starbuck, Valadez, Navarijo, Rodríguez, Pérez y Sugiyama han realizado un estudio 
interdisciplinario, donde se han abocado en dar un resultado que beneficie a la biología y antropología. 
 
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11 
 
Mapa Teotihuacan 
 
Fig. 5 Ubicación de los sitios del clásico teotihuacano con arqueofauna estudiada ( ). 
(Proporcionado por Valadez)
 
 
12 
 
En seguida se presentan los datos generales de las aves estudiadas en las zonas dentro 
de Teotihuacan, donde se indican las especies, número de individuos, descripción y su uso, 
así como una breve descripción del recinto donde fueron halladas y su cronología. 
Pirámide del Sol (Fig.4) (Tzacualli – Metepec). Es el monumento más grande en la Cuenca 
de México, está al sur de la Pirámide de la Luna al este de la avenida de los Muertos y 
representa al monte sagrado (Sugiyama, 2014). 
Pirámide de la Luna (Fig.4) (Tzacualli – Metepec). Es la segunda pirámide más grande de 
Teotihuacan, mide 168 m por 149 m en la base y 46 m de altura. Es el único monumento 
situado a lo largo de la Avenida de los Muertos y es el centro del complejo más grande 
llamado Plaza de la Pirámide de la Luna. Esta plaza incluye algunas pirámides que rodean 
el monumento. (Sugiyama, 2014). 
Los restos hallados en la Pirámide de la Luna y del Sol son principalmente de uso ritual, por 
ejemplo: Aquila chrysäetos es la más abundante y se encontraron completas y asociadas 
a un entierro y en algunas de éstas águilas hay evidencia de modificaciones posmodernas. 
Otras aves halladas también formaron parte de los entierros, en su mayoría rapaces 
(Sugiyama, 2014). 
 
Restos avifaunísticos de la Pirámide de la Luna y de la Pirámide del Sol 
Aves identificadas Descripción Uso 
Aquila chrysaetos (29) Restos óseos Ofrenda 
Bubo virginianus (2) Restos óseos Ofrenda 
Buteo sp (5) Restos óseos Ofrenda 
B. magnirostris (2) Restos óseos Ofrenda 
B. jamaicensis (2) Restos óseos Ofrenda 
Colinus virginianus(2) Restos óseos Ofrenda 
Columbidae (3) Restos óseos Ofrenda 
Columbina inca (1) Restos óseos Ofrenda 
Corvus corax (3) Restos óseos Ofrenda 
Falco mexicanus (1) Restos óseos Ofrenda 
Aves sin ID (6) Restos óseos Ofrenda 
 
 
 
 
13 
 
Pirámide de la Serpiente Emplumada (Fig.5) (Tzacualli – Metepec). También conocido 
como el Templo de Quetzalcoatl, se ubica en el sector sur del recinto ceremonial, junto al 
complejo de la Ciudadela, ha sido interpretado como el lugar donde se llevaban a cabo las 
ceremonias del estado en algunas épocas (Sugiyama, 2014). 
Aves identificadas Descripción Uso 
Aquila chrysaetos (2) Restos óseos Ofrenda 
Buteo sp (1) Restos óseos Ofrenda 
B. jamaicensis (2) Restos óseos Ofrenda 
 
Túneles y cuevas al este de la Pirámide del Sol (la Basura, el Camino, las Varillas y el 
Pirul). Se trata originalmente de huecos excavados hacia principios de la Era Cristiana, bajo 
la toba volcánica que cubre la porción norte del valle de Teotihuacan, posteriormente estos 
huecos sirvieron de escenario para discretos episodios de presencia teotihuacana y 
posteotihuacana (Manzanilla, 2009) (Valadez y Rodríguez, 2009). 
Aves identificadas Descripción Uso 
Podilymbus podiceps (1) Restos óseos Alimentario y Ofrenda 
Anas sp. (4) Restos óseos Alimentario y Ofrenda 
Aythya sp. (2) Restos óseos Alimentario y Ofrenda 
Oxyura jamaicensis (1) Restos óseos Alimentario y Ofrenda 
Oxyura sp. (1) Restos óseos Alimentario y Ofrenda 
Anatidae (26) Restos óseos Alimentario y Ofrenda 
Egretta caerulea (2) Restos óseos Alimentario y Ofrenda 
Ardeidae (1) Restos óseos Alimentario y Ofrenda 
Cathartes aura (9) Restos óseos Ofrenda 
Buteo jamaicensis (4) Restos óseos Ofrenda 
Circus cyaneus (2) Restos óseos Ofrenda 
Meleagris gallopavo (71) Restos óseos Alimentario y Ofrenda 
Gallus gallus (2) Restos óseos Alimentario 
Colinus virginianus (3) Restos óseos Alimentario 
Dendrortyx macroura (1) Restos óseos Alimentario 
Phasianidae (3) Restos óseos Alimentario 
Galliforme (5) Restos óseos Alimentario 
 
 
14 
 
Continua Túneles al este de la Pirámide del Sol 
Aves identificadas Descripción Uso 
Charadriiformes (2) Restos óseos Alimentario 
Columbina inca (1) Restos óseos Ofrenda 
Columbidae (1) Restos óseos Ofrenda 
Psittacidae (2) Restos óseos Ofrenda 
Geococcyx velox (1) Restos óseos Ofrenda 
Strigidae (1) Restos óseos Ofrenda 
Strix varia (1) Restos óseos Ofrenda 
Bubo virginianus (1) Restos óseos Ofrenda 
Otus asio (3) Restos óseos Ofrenda 
Turdus sp. (1) Restos óseos Ofrenda 
Progne subis (2) Restos óseos Ofrenda 
Hirundinidae (1) Restos óseos Ofrenda 
Passeriformes (4) Restos óseos Ofrenda 
Ave (52) Restos óseos Alimentario y Ofrenda 
 
Además de M. gallopavo y los Anátidos, la especie que más aparece es Carthartes aura, 
con un total de nueve individuos, un ave carroñera de hábitos solitarios que comúnmente 
se le observa planeando. Esta ave estuvo asociada al inframundo, con el Sol y la Luna, y 
por ello es posible que sus restos sean un producto ritual (Navarijo, 2009). 
El hallazgo, específicamente hablando de aves en las cuevas, es importante ya que habla 
de las actividades humanas dentro de estos contextos, y que no fue de forma natural que 
estos organismos hubieran muerto dentro de estos lugares. 
Tlachinolpan. Se ubica en el valle de Teotihuacan. Estudiada por David Starbuck, se 
encontraron restos de aves en los estratos correspondientes al Preclásico. Los habitantes 
de esta zona cazaban gran cantidad de aves migratorias que venían del lago de Texcoco 
(Rojas, 1985). 
Aves identificadas Descripción Uso 
Meleagris gallopavo (1) Restos óseos Alimentario 
Anatidae (3) Restos óseos Alimentario 
Phasianidae (1) Restos óseos Alimentario 
 
 
15 
 
Continua Tlachinolpa 
Aves identificadas Descripción Uso 
Accipitridae (1) Restos óseos Ofrenda 
Columbidae (1) Restos óseos Ofrenda 
Falconidae (1) Restos óseos Ofrenda 
 
Tetitla (Fig.5) (250 d.C, inicio de la fase Tlamimilolpa). Una de las más interesantes y 
hermosas construcciones arquitectónicas en la urbe teotihuacana. Se localiza en el cuadro 
N2W2 de la ciudad y sus características lo ubican como una unidad residencial en la cual 
se realizaban funciones de tipo teocrático-administrativo. El papel de las aves en este 
recinto fue que pertenecieron a entierros y ofrendas. (Valadez 1992). 
Aves identificadas Descripción Uso 
Anatidae Restos óseos Ofrenda y entierro 
Accipitridae Restos óseos Ofrenda y entierro 
Buteo sp. Restos óseos Ofrenda y entierro 
Phasianidae Restos óseos Ofrenda y entierro 
Meleagris gallopavo Restos óseos Ofrenda y entierro 
Leptotila verreauxi Restos óseos Ofrenda y entierro 
Rallidae Restos óseos Ofrenda y entierro 
Fringillidae Restos óseos Ofrenda y entierro 
Ave sin ID (1) Restos óseos Ofrenda y entierro 
Aves Figurillas zoomorfas Ofrenda y/o decoración 
 
Oztoyahualco (Fig.5) (Xolalpan tardío y Metepec). Ubicado en el cuadro N6W3 al noroeste 
de la ciudad de Teotihuacan. Esta estructura fue hogar de tres familias emparentadas y se 
dedicaban principalmente al trabajo con estuco. Las aves formaron parte de la alimentación 
y también de ofrendas (Valadez, 1993). 
Aves identificadas Descripción Uso 
Oxyura jamaicensis (1) Restos óseos Alimentario 
Anatidae (1) Restos óseos Alimentario 
Meleagris gallopavo (7) Restos óseos Alimentario y Ofrenda 
 
 
16 
 
Continua Oztoyahualco 
Aves identificadas Descripción Uso 
Corvus sp. (1) Restos óseos Ornato y Compañía 
Aves Sin ID (8) Restos óseos Alimentario y Ofrenda 
 
Santa María Coatlán (Fig.5) (Xolalpan y Metepec). Predio denominado Tepeltongo, en este 
sitio existieron dos etapas ocupacionales: una temprana, perteneciente a la fase Xolalpan, 
con fines de culto o administración, y otra tardía, de la fase Metepec, la cual sirvió como 
unidad habitacional (Valadez, 1992). Se halló un total de 17 aves, las cuales fueron 
depositadas en pequeños platos con fines rituales. 
Aves identificadas Descripción Uso 
Icterus pustulatus (14) Restos óseos Ofrenda 
Passerina caerulea (5) Restos óseos Ofrenda 
Thryothorus felix (1) Restos óseos Ofrenda 
Trogon mexicanus (1) Restos óseos Ofrenda 
 
Xocotitla (Fig.5) (Tlamimilolpa tardío, Xolalpan temprano y tardío). Barrio de los 
comerciantes, estrecha relación con la costa del Golfo y la región Maya. Ubicado en el 
cuadro N3E4 a los lados del río San Juan. Fue básicamente un conjunto habitacional con 
pisos de concreto y paredes de roca. En este sitio el 40% de la fauna hallada es de uso 
doméstico (Valadez, 1992). 
Aves identificadas Descripción Uso 
Podilymbus podiceps (1) Restos óseos Alimentario 
Eudocimus albus (1) Restos óseos Alimentario 
Anatidae (4) Restos óseos y figuras 
zoomorfas 
Alimentario 
Meleagris gallopavo (9) Restos óseos y figuras 
zoomorfas 
Alimentario 
Fulica americana (1) Restos óseos Alimentario 
Zenaida sp. (1) Restos óseos Sin interacción aparente 
Corvus sp. (1) Restos óseos Sin interacción aparente 
 
 
 
17 
 
Mezquititla (Fig. 5) (Tlamimilolpa – Metepec). Ubicado en el barrio de los comerciantes, en 
el cuadro N4E4, conjunto habitacional con un sistema de construcción diferente a los 
teotihuacanos, pues parece tener varios edificios grandes, que tal vez funcionaron como 
almacenes y otros menores que quizás eran unidades habitacionales. Se sabe que las aves 
acuáticas fueron trascendentes para los habitantes de este sitio (Valadez, 1992). 
Aves identificadas Descripción Uso 
Eudocimus albus (1) Restos óseos Alimentario 
Plegadis chihi (1) Restos óseos Alimentario 
 
Tlailotlacan (Fig.5) (Tlamimilolpa tardío – Metepec). Barrio oaxaqueño ubicado en el 
cuadro N1W6 de la ciudad de Teotihuacan. Los datos actuales muestran que durante varios 
siglos existieron importantes relaciones comerciales y políticas entre Teotihuacan y la 
región zapoteca. En sus inicios este lugar fue un campo de cultivo con canales de riego ydespués se construyó la unidad habitacional. La mayoría de las aves que se encuentran en 
este sitio fueron principalmente alimento, aunque también formaron parte del uso religioso 
en ofrendas (Valadez, 1992). 
Aves identificadas Descripción Uso 
Branta canadensis (1) Restos óseos Alimentario 
Falco sparverius(1) Restos óseos Ofrenda 
Meleagris gallopavo (9) Restos óseos Alimentario 
Colinus virginianus (5) Restos óseos Alimentario 
Piciforme (1) Restos óseos Ofrenda 
Dryocopus sp (1) Restos óseos Ofrenda 
 
Teopancazco Cuarto 251A (Fig.5) (Xolalpan). Centro de barrio ubicado en el sector 
noroeste del cuadro S2E2, y fue denominado como estructura 1-NE (Manzanilla et al., 
2012). El C251A mide aproximadamente 16 m2 y pertenece al “sector 7” y dentro de éste 
se halla el entierro 15 el cual está asociado al área de actividad 64 y 66. En éste cuarto se 
realizaba trabajo de confección, tipo “sastrería”. Este fue un estudio preliminar del sitio, y 
solamente se revisó un cuarto (Manzanilla et al., 2010). 
 
 
 
18 
 
Teopancazco Cuarto 251A 
Aves identificadas Descripción Uso 
Anas sp. (10) Restos óseos Alimentario y Manufactura 
Meleagris gallopavo (12) Restos óseos Alimentario y Manufactura 
Colinus virginianus (2) Restos óseos Alimentario y Manufactura 
Fulica america (1) Restos óseos Alimentario y Manufactura 
Charadriiformes (1) Restos óseos Alimentario y Manufactura 
Cardinalis cardinalis (1) Restos óseos Alimentario y Manufactura 
Aves sin ID (1) Restos óseos Alimentario y Manufactura 
 
Así como la mayoría de los restos de aves tuvieron un fin ritual o alimentario, también fueron 
parte importante como fuente de materia prima para la manufactura, tanto herramientas 
como artesanías, en Teopancazco el ave que se usó fue M. gallopavo (Perez, 2013). 
2.2 Aves en la Pintura Mural Teotihuacana 
En la pintura mural prehispánica, las representaciones de aves son frecuentes y constituyen 
un testimonio sobre las habilidades artísticas de sus creadores. Pero, su presencia también 
nos provee información de carácter biológico (Navarijo, 1995). 
Los murales de Teotihuacan expresan el pensar de su pueblo que demuestra gran cantidad 
de información sobre las aves y su valor, en sus propios términos. La Dra. Navarijo (1996) 
realizó la determinación de especies de aves plasmadas en la Pintura Mural Teotihuacana, 
las cuales se muestran a continuación: 
Aves identificadas Mural 
Pelecanus sp. Mural 5, Cuarto 13 de la Zona 5A 
Cathartes aura 1.Cuarto 22 Tetitla 
Polyborus plancus 2.Pozo12,cuadros1,2 y 3, I,J y K. 
Spizaetus tyranus Pórticos de Tetitla 
Crax rubra 
Zenaida sp. o Columba sp. Mural 2 de la Plataforma 1, Cuarto 1, Zona 4. 
Animales Mitológicos. 
Ara militaris Pozo 10 dentro del sitio Totómetla 
Amazona albifrons Subestructura 2 del Templo de los Caracoles 
Emplumados 
 
 
19 
 
Continua 
Aves identificadas Mural 
Trochilidae Plaza de los Glifos, La Ventilla 
Aves metamórficas* 
*Las aves metamórficas son aquellas que poseen combinaciones de elementos anatómicos estilizados a los 
que hay que sumar actitudes o patrones conductuales sobrevalorados (Navarijo 1996) (Fig.4). 
 
Representaciones como las que se encuentran en los pórticos del palacio de Tetitla, indican 
la importancia de las aves, principalmente las de presa. Por ejemplo, Cathartes aura se 
encuentra sobre un caracol y de éste brota una vírgula del habla y es interesante, ya que 
las Auras no presentan siringe, por lo tanto, no presentan voz, así que el caracol es su 
portavoz; este ejemplo habla de un conocimiento biológico que se introdujo en las creencias 
humanas y además se expresó en los muros del palacio (Navarijo, 1996). 
2.3 Aves en las Culturas Mesoamericanas 
Los vestigios de ciertos elementos arquitectónicos, las muestras de cerámica arqueológica, 
la información toponímica, los códices, crónicas y otras fuentes y evidencias culturales, 
permiten observar la interacción entre los humanos y la naturaleza, la cual, fue el principio 
del pensamiento de las culturas mesoamericanas (Navarijo, 1997). 
Las aves son de los pocos animales silvestres que comparten con los humanos sus 
actividades habituales. A través del tiempo, los pueblos las han tenido presentes como 
símbolos que forman parte de la mitología (Navarro, 1994). 
En el Nuevo Mundo se domesticaron más aves que mamíferos, debido a que en esta región 
hay más de éstos organismos. Contrario a lo que se creía, existen evidencias de que en el 
México prehispánico se domesticaron numerosas especies, pero no tanto por necesidad 
alimentaria sino por las actividades religiosas (Valadez, 2003). 
Existen numerosos ejemplos sobre las aves y la domesticación, tal es el caso del guajolote. 
Desde el punto de vista económico, constituyó una fuente significativa de carne y la principal 
proveedora de huevo para estos pueblos. Es el ave más abundante en el registro 
arqueológico, fue un importante animal de ofrenda y en Teotihuacan fue de uso alimentario 
(Valadez, 2003). 
 
 
20 
 
En el ámbito mesoamericano, no sólo los guajolotes fueron domesticados, sino también, 
otros grupos de aves estuvieron en procesos semejantes de selección artificial y de manejo 
para beneficio de las culturas antiguas mesoamericanas, tales como: 
 Guacamaya Roja: La domesticación de esta ave en Mesoamérica es algo muy poco 
conocido. La Guacamaya Roja (Ara macao) se reproducía en cautiverio en el sitio 
de Casas Grandes, Chihuahua. Sin embargo, todos los datos indican que estos 
organismos fueron aprovechados no como alimento sino para cubrir necesidades 
religiosas, sobre todo sacrificio de ejemplares y para la obtención de plumas, las 
cuales eran muy preciadas (Valadez, 2003). 
 Pericos: Los pueblos mesoamericanos creían que los Pericos eran acompañantes 
de la Diosa Citlallinicue, regentes del decimotercer día en el Tonalpohualli y 
acompañantes de los viajeros. De todos los Pericos es difícil saber cuáles fueron 
domesticados, pero es seguro que tres o cuatro especies alcanzaron esta categoría, 
y el objetivo no fue alimentario, sino que de aspectos religiosos y de compañía 
(Valadez, 2003). 
 Aves canoras: Los pueblos prehispánicos tenían en gran estima a las aves canoras, 
decían que su canto llamaba a la lluvia y que eran acompañantes del sol; las 
consideraban príncipes y guerreros muertos en combate que resucitaban bajo la 
forma de aves de bellos colores y de agradable canto (Garibay, 1965 mencionado 
por Valadez, 2003). Es por eso, que fue una práctica común que las personas 
criaran en jaulas a éstas aves. Se sabe que eran capturadas con trampas de lazo, 
con flechas o con redes, después se llevaban en jaulas de carrizo a las casas o se 
vendían en los mercados (Valadez, 2003). También se ha observado que en 
regiones de Querétaro, México, mojan a las aves para que su vuelo no sea eficaz y 
así poder capturarlas (Com pers. Rodríguez). 
En los lagos y pantanos de la Cuenca de México, la fauna más abundante fueron las aves 
y los peces. Por lo tanto, también se realizaba la caza de grandes cantidades de patos en 
los lagos, además hubo personas y comunidades que se especializaban en esta actividad 
y a la crianza de aves acuáticas y no acuáticas como las perdices o codornices (Rojas, 
1985). 
También hubo gran interés en las aves rapaces como símbolos y en lo mágico-religioso. 
Por ejemplo: las aves rapaces diurnas tuvieron un lugar especial en el mundo prehispánico 
 
 
21 
 
y ello se debe entre otras cosas, a la capacidad de vuelo para remontarse a grandes alturas, 
así como a su conducta para capturar y devorar a sus presas, características suficientes 
para dotarlas de un gran contenido simbólico (Gómez y Valadez, 2010). Por otro lado se 
encuentran las rapaces nocturnas que se caracterizan por cazar en la oscuridad y esto se 
traduce para la mayoría de las personas como misterio (Navarijo, 1995). 
Las aves, en el mundo antiguo mesoamericano,también fueron usadas con fines 
medicinales y llegaron a ser consumidas por partes o completas, principalmente como 
complemento de brebajes herbales (Corona, 2008). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
22 
 
Capítulo 3 
3.1 Justificación 
Dar un enfoque arqueozoológico al estudio de las aves de tiempos antiguos, aporta 
información útil e importante para la Ornitología, desde entender cómo se daba el manejo 
y explotación de las aves en el México prehispánico, hasta el entendimiento de una 
interacción entre humanos y aves a partir de un legado cultural dentro de un espacio 
geográfico donde se construyó el conocimiento biológico a partir de la percepción y 
necesidades humanas. 
 
Preguntas de investigación 
¿Qué aves se encuentran en el registro arqueozoológico de Teopancazco? 
¿Qué elementos naturales de las aves las convierte en una atracción para los humanos? 
¿Qué información puede derivar exclusivamente del estudio de los restos óseos? 
¿Qué aves de Teotihuacan están representadas en la Pintura Mural y qué relación tienen 
con las aves de Teopancazco? 
 
Objetivos 
El objetivo general del presente estudio es proponer como fue utilizada y concebida la 
avifauna en el centro de barrio Teopancazco a partir del estudio Arqueozoológico. 
En tanto que los objetivos particulares derivados del anterior, son los siguientes: 
 Obtener un listado con los taxa identificados y sus fichas biológicas. 
 Conocer la dinámica de manejo cultural ubicando a las aves dentro de Teopancazco 
a partir de los contextos arqueológicos. 
 A partir de los elementos óseos ya determinados y de la pintura mural teotihuacana, 
proponer qué visión de las aves tenían los antiguos habitantes de Teopancazco. 
Hipótesis 
En el presente estudio se espera hallar grupos de aves que previamente se ha sabido que 
son parte de la interacción humana histórica en México, tales como: Aquila chrysäetos 
(Águila Real), Colinus virginianus (Codornices), Phasianidae, Meleagris gallopavo 
 
 
23 
 
(Guajolote), Strigiformes (Búhos y Lechuzas), Pharomachrus mocinno (Quetzal), 
Psittaciformes (Pericos), y Passeriformes (aves de percha). 
Asimismo se espera encontrar una diversidad importante de aves propias del centro de 
México, ya que Teopancazco se ubica en el valle de Teotihuacan, que forma parte de la 
Cuenca de México. 
Sobre los contextos y visión de las aves, se espera que en su mayoría se encuentren 
involucrados en la dieta de los habitantes y un menor número de éstas se involucren con 
otras actividades culturales. 
 
 
 
 
24 
 
Capítulo 4. Área de estudio 
4.1 Ubicación de la Cuenca de México 
La Cuenca de México, ubicada entre 19º02’ y 20º12’ latitud norte y 98º28’ y 99º32’ longitud 
oeste, constituye el extremo sur de la altiplanicie mexicana. Su longitud mayor, desde el 
Volcán Ajusco hasta la Sierra de Pachuca, es de unos 130 km, y su mayor anchura es de 
aproximadamente 90 km, con una superficie de cerca de 7,500 km2 y una altura sobre el 
nivel del mar de 2,235 m en su parte más baja. (Rzedowski, 1979 y Del Río, 1962). 
La Cuenca posee una forma triangulada, inclinada en dirección noroeste, limitada por varias 
sierras o cerros pertenecientes, en su mayor parte, a la Faja Volcánica Transmexicana. 
(Rzedowski, 1979) (Fig. 6). 
 
Fig. 6 Ubicación de la Cuenca de México y del valle de Teotihuacan 
(Tomado de Pecci, 2000 y Rodríguez, 2006). 
 
 
25 
 
Características de la Cuenca de México: Topografía, clima, hidrología y vegetación 
Topografía: Todos los tipos de rocas que encontramos en la Cuenca de México son de 
origen volcánico. Los cerros están constituidos principalmente por andesitas y basaltos, 
estos últimos mucho más abundantes en la parte sur. Los productos piroclásticos se 
observan formando abanico al pie de las sierras: tobas y brechas son las más comunes. 
Por último encontramos los depósitos aluviales en todas las partes bajas de la Cuenca; si 
lo hallamos debajo de los 2,243 msnm, son definitivamente de origen lacustre (Rzedowski, 
1979). 
Clima: Es bien sabido que cuando una masa de aire se topa con una barrera como es el 
caso de una cordillera, la masa se eleva; ello provoca un enfriamiento que se traduce 
posteriormente como precipitación, o por lo menos en un ambiente húmedo (Mociño, 1974). 
Esta condición y la distribución anual de lluvias son los principales factores determinantes 
de la precipitación en la Cuenca de México, así como las diferencias que existen en cada 
región; la zona sur, con sus sistemas montañosos, es bastante húmeda, llegando algunos 
lugares a tener más de 1,200 mm anuales de precipitación, en tanto que en la parte norte, 
los llanos apenas reciben los 600 mm anuales, o incluso 400 mm al pie de la Sierra de 
Pachuca (Valadez, 1983). 
Hidrología: El sistema lacustre de la cuenca de México, en combinación con un entorno 
montañoso abundante en otro tipo de recursos animales y vegetales, de valles de suelos 
ricos, de ríos y manantiales aprovechables. (Rojas, 1985). 
Vegetación: Podemos encontrar en la Cuenca de México nueve tipos de vegetación, 
distribuidos en tres grupos: 
Bosque: de Abies, Pino y Encino. Mesófilo de montaña y de Juniperus, Matorral: Quercus 
y Xorófilo, Vegetación herbácea: Pastizal, vegetación halófita, vegetación acuática y 
subacuática (Rzedowski, 1979). 
 
4.2 Ubicación del Valle de Teotihuacan 
El Valle de Teotihuacan se ubica en el sector noreste de la Cuenca de México (19°34’N, 
99°40’W) entre los 2240 y 3100 msnm. El límite norte abarca una parte de la llamada región 
de Temascalapa. El área así definida cubre una superficie de aproximadamente 900 km2 
(McClung y Tapia, 1996) (Fig 6). 
 
 
26 
 
Características del Valle de Teotihuacan: Geología, Suelo, Clima y Vegetación 
Geología: Cercano a la Faja Volcánica Transmexicana. Las principales manifestaciones 
geológicas de la región incluyen formaciones del Mioceno, rodeadas por suelos 
provenientes de lava volcánica y pómez derivados de flujos de cenizas del Plio-Pleistoceno. 
La mayor parte del área restante corresponde a formaciones del cuaternario: depósitos 
aluviales, lavas y basaltos, estratovolcanes y conos cineríticos (McClung y Tapia, 1996). 
Tipo de Suelo: Los principales tipos de suelo en la región incluyen faeozems, vertisoles, 
cambisoles y leptosoles. Siendo estos últimos los más infértiles (McClung y Tapia, 1996). 
Clima: La región está ubicada en la zona de transiciones climáticas de semiárido (BS) y 
subhúmedo (C). El promedio anual de temperatura varía de 12 a 18°C debajo de los 2800 
msnm, y de 5 a 15°C para las pendientes aledañas. Las heladas tienen un promedio de 40 
días anuales en las áreas protegidas de los vientos que provienen del Norte, en cambio en 
áreas directamente expuestas pueden tener hasta 100 días de heladas al año. La 
precipitación anual de la región, llega actualmente a 500-600mm, alcanzando 700-800 mm 
en los cerros de mayor elevación (McClung y Tapia, 1996). 
Vegetación: Una pequeña área de bosque de encino, en la cima Norte de Cerro Gordo. La 
mayoría de las pendientes comprendidas entre los 2800-3000 msnm tienen rastros de 
matorral de encino, considerado como un indicador de intervención humana. Otras 
comunidades de vegetación que se encuentran en la región incluyen matorral xerófilo a una 
altitud hasta de 2750 msnm así como también extensiones de pastizales entre los 2400-
3050 msnm (McClung y Tapia, 1996). 
La ciudad de Teotihuacan (Fig. 7), se ubica dentro del Valle de Teotihuacan, y fue el centro 
de una de las civilizaciones más originales de la historia universal. En el periodo Clásico 
(150-650 d.C.), Teotihuacan alcanzó el rango de ciudad. Para ese entonces, más de la 
tercera parte de sus 85000 habitantes ya no se dedicaban solamente a la producción de 
alimentos, sino además a las labores artesanales, comerciales, políticas y religiosas. 
 
 
 
27 
 
 
Fig.7 Mapa de Teotihuacan (Tomado de Manzanilla, 2012). 
 
4.3 Centro de barrio Teopancazco 
Teopancazco “Casa de Alfareros” o “Casa de Barrios” fue un centro de barrio multiétnico, 
que perteneció a la antigua ciudad de Teotihuacan, se dedicaban, entre otras actividades, 
a pintar y laquear cerámica, a elaborar cestos y ruedas, y a la confección de los atavíos de 
la élite intermedia con fuertes vínculos con el corredor de sitios teotihuacanos hacia la costa 
del Golfo de México (Manzanilla, 2012). 
El sitio de Teopancazco se encuentra ubicado en el pueblo de San Sebastián Xolalpan, en 
el lado sur de la avenida Subestación, que sirve de separación con la iglesia del pueblo. 
Por el lado oeste colinda con la calle Aztecas. En relación con el mapa de Millon (Fig.7), se 
encuentra ubicado en el sector noroeste del cuadro S2E2, y fue denominado como 
estructura 1-NE (Manzanilla et al., 2012). 
El proyecto interdisciplinario “Teotihuacan: élite y gobierno” dirigido por la Dra. Linda 
Manzanilla, tuvo 13 temporadas de campo efectuadas de 1997 a 2005, dónde se excavaron 
diferentes materiales arqueológicos y se determinaron cuatro fases cronológicas 
principales: Tzacualli-Miccaotli (100-200 d.C.), Tlamimilolpa (200-350 d.C.), Xolalpan (350-
550 d.C.) y Metepec (550-650 d.C.) (Ortiz, 2015). 
 
 
28 
 
El centro de barrio de Teopancazco está constituido por cuartos, patios y pórticos, de los 
cuales se obtuvieron, al momento de la excavación, materiales arqueológicos en rellenos 
áreas de actividad (AA) y/o entierros.2 
Los restos de las aves son procedentes de las excavaciones realizadas por la Dra. Linda 
Manzanilla y su grupo de colaboradores en el sitio arqueológico Teopancazco. La colección 
de restos óseos se trabajó en el Laboratorio de Paleozoología del Instituto de 
Investigaciones Antropológicas de la UNAM. 
 
 
2 Los rellenos son marcados por el arqueólogo cada 10 centímetros. Las áreas de actividad son los sitios que 
por acumulaciones intencionadas son marcados de esta forma, y finalmente los entierros son aquellos que 
contienen restos humanos, depositados con objetivos funerarios. 
 
 
29 
 
Capítulo 5. Métodos 
De un total de 1346 elementos anatómicos de aves, 998 restos fueron sujetos a una revisión 
preliminar por el Dr. Rodríguez (2006). No obstante, fue importante realizar un trabajo de 
identificación completo y detallado. Los restos de las aves se estudiaron bajo los siguientes 
lineamientos, propuestos por Valadez y Rodríguez (2009): 
La limpieza del material se efectuó con pinceles y cepillos suaves para evitar el maltrato y 
posibles marcas en los restos. Después se realizó la identificación anatómica de las piezas, 
con ayuda de manuales, donde se plasman los huesos en orden anatómico, iniciando por 
el esqueleto axial y finalizando con el esqueleto apendicular. 
Se identificaron los restos óseos de las aves a nivel de orden, familia, género y especie. 
Los ejemplares usados para su comparación se consultaron en las siguientes instituciones 
y dependencias: Laboratorio de Paleozoología del Instituto de Investigaciones 
Antropológicas (IIA) UNAM, Colección Nacional de Aves del Instituto de Biología UNAM, 
Museo de Zoología “Alfonso L. Herrera” de la Facultad de Ciencias UNAM y Salvamento 
Arqueológico del INAH. También se usaron manuales como: Gilbert, Avian osteology 
(1996) y Guías ornitológicas como: van Perlo (2006) y Peterson (2000), así como los 
registros fotográficos del Laboratorio de Paleozoología IIA UNAM. 
También se realizaron medidas de algunos elementos óseos con ayuda de un vernier 
electrónico (Mitutoyo, Absolute IP 66), esto con el fin de acercar la determinación a una 
familia o género, tal como se menciona más adelante. 
Para la determinación de un solo resto de Trogon sp. se realizaron pruebas únicas de éste 
individuo. La técnica que se usó fue de Morfometría Geométrica, y se emplearon los 
programas MakeFan8Win (2000), TPS Versión 2.15 (F. James Rohlf, 2010), 
CoordGen8_Win (2000) y Microsoft Excel (2013). Las imágenes que se usaron, fueron 
tomadas en la Colección Nacional de Aves del Instituto de Biología y en el Museo de 
Zoología “Alfonso L. Herrera” de la Facultad de Ciencias, otras fueron pedidas al Florida 
Museum of Natural History, LSU Museum of Natural Science y San Diego Zooachaeology 
Laboratory. 
Posteriormente se observaron los restos en la búsqueda de huellas tafonómicas, que 
podrían ser huellas culturales, tales como: cortes, marcas con patrones definidos, 
manufactura, huesos pulidos, exposición al calor etc. O bien huellas causadas por razones 
 
 
30 
 
naturales, así como marcas de raíces, concreciones, fracturas, desgaste y coloración por 
tipo de suelo. 
Después, ya con los taxa determinados, se realizó su correlación con los ambientes que 
habita, además de que se revisó la distribución y hábitat en guías de campo (van Perlo, 
2006 y Peterson y Chalif, 2000) y se obtuvieron las fichas biológicas. 
Con los datos arqueológicos se ubicaron los taxa en la cronología de Teopancazco y los 
sitios dónde fueron hallados con ayuda de los mapas, también se registró en los contextos 
a los que pertenecieron los restos (rellenos, área de actividad y/o entierro). 
Pintura Mural 
En este punto, la información se obtuvo principalmente de los estudios realizados por la 
Dra. Navarijo en la Pintura Mural Teotihuacana (1996). Otra parte fue realizar una pequeña 
interpretación de las aves en el mural de la Zona 5-A Pórtico 13, Mural 2. Para obtener la 
información se realizó un cuadro donde se expresó todas las características de las aves 
representadas en dicho mural, después se realizó un análisis para la propuesta de especies 
que se podría estar hablando y se consideró su distribución, hábitat y conducta. 
Las fotos tomadas para el presente estudio se obtuvieron del mural que se encuentra en el 
museo de pintura mural Beatriz de la Fuente, que se ubica dentro del sitio arqueológico 
Teotihuacan y se realizó una descripción completa del mural. 
Ya que se obtuvieron las fotos, se realizó una descripción de cada una de las aves, 
considerado principalmente las formas básicas del pico, cabeza, cola y cuerpo. También 
fue trascendente la coloración de cada una y si presentaban o no vírgula del habla y como 
fue representada. 
Al tener lista la descripción básica, se buscó en guías ornitológicas las posibles aves que 
podrían estar representadas y además, fue sustancial que la distribución de estas 
coincidiera con la ubicación geográfica de Teotihuacan y regiones aledañas. Después, de 
las propuestas se fue descartando haciendo comparaciones más detalladas, es decir, si las 
aves presentaban la misma coloración que las del mural, se buscó otras características 
como la forma del pico o de la cola. 
Otro punto fundamental en la determinación de aves de la pintura mural, fue considerar 
algunas conductas, como el tipo de vuelo, alimentación, si son gregarias o solitarias y el 
canto, entre otras características. 
 
 
31 
 
Datos adicionales 
Finalmente, para la obtención de más datos para el análisis de este estudio y por intereses 
personales, se consideró lo siguiente: aves en los códices prehispánicos, toponimia 
ornitológica, domesticación y conducta de las aves. 
El códice que se consultó fue el “Códice De la Cruz-Badiano” (Apéndice 2) se buscaron las 
aves y las partes de éstas que se encontraban en los brebajes medicinales. 
Toponimia ornitológica: (Apéndice 3) la consulta para este tema fue basado solamente en 
el estudio realizado por Navarijo (1995) donde explica los nombres de algunas regiones 
geográficas de la República Mexicana, que indican la presencia de las aves. Normalmente 
los nombres son puestos, porque ahí se encuentran los organismos, por ejemplo: Tecolutla: 
hace referencia a los tecolotes (búhos). 
Los datos sobre la domesticación fueron tomados delestudio realizado por Valadez (2003), 
y se buscó esa información para conocer la dinámica que hubo con los guajolotes, M. 
gallopavo, ya que es una especie doméstica y con valor cultural. 
La conducta de las aves se buscó en artículos y libros, esta se realizó por especie y en 
otros puntos se generalizó, todo ésto con el fin de entender las interacciones que hubo con 
los habitantes de Teopancazco y las aves. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
32 
 
Procedimientos 
El desarrollo del método es primordial en este estudio, ya que se muestra como fue la 
manipulación de todos los restos óseos y cómo es que se determinaron los organismos, así 
como el conocimiento de las dinámicas, gracias a la observación de huellas tafonómicas. 
 
Fig. 8. Material para revisión sobre la mesa del Laboratorio de Paleozoología del IIA, 
UNAM. (Foto: Ana Frida Silva) 
Los restos óseos estaban en bolsas plásticas y etiquetadas (Datos: número de serie, fecha, 
coordenadas, relleno, área de actividad o entierro, cuarto y especificaciones adicionales). 
Los huesos no estaban seleccionados según el organismo o la clase taxonómica, por lo 
que se realizó la separación de todos los elementos óseos de las aves (Fig. 8). 
Ya realizada la separación, se trabajó por cuarto y por fase cronológica. Se seleccionaban 
los restos, se identificaba al elemento óseo anatómicamente, es decir, saber si era un 
húmero, fémur o fragmento de cráneo. A partir de ésto se comenzó con la determinación 
taxonómica del ave. 
El primer paso fue la comparación de organismos y fue importante realizar el cotejo entre 
organismos de las colecciones biológicas así como de las arqueozoológicas del Laboratorio 
de Paleozoología IIA UNAM (Fig. 9). 
También, cuando no fue posible la determinación con los ejemplares de comparación de la 
colección, se usaron los manuales de osteología y también se emplearon los materiales de 
otras colecciones (Colección Nacional de Aves del Instituto de Biología UNAM, Museo de 
Zoología “Alfonso L. Herrera” de la Facultad de Ciencias UNAM y Salvamento Arqueológico 
del INAH). 
 
 
33 
 
Uno de los puntos valiosos en el método de estudio, de restos arqueozoológicos es agotar 
las opciones para realizar una determinación, por lo tanto, se tomaron medidas de los 
huesos y se comparó numéricamente. Por ejemplo: el resto de un córvido. Para llegar a ese 
resultado, primero se realizó el balance óseo con manuales y materiales de comparación, 
el cual mostró semejanzas con el cuervo (Corvus corax), pero las dimensiones del hueso 
no resultaban similares, por consiguiente se tomaron medidas del resto arqueozoológico y 
de C. corax con el vernier. Después se hizo el cálculo a partir del tamaño completo del 
organismo (el que normalmente se muestra en las guías), también se consideró la etapa 
ontogénica, para este caso los ejemplares tanto de comparación como la muestra, eran 
adultos. 
C. corax: 68 mm ----- 675 mm (Longitud) 
Muestra: 22.62 mm --- +/- 224.53 mm (Longitud probable) 
Después de este cálculo, se buscaron las opciones de diferentes córvidos que entraran en 
esta medida y con la distribución de estas aves se llegó al resultado de un córvido de 
aproximadamente 224 mm de longitud, pero no fue posible determinar un género. 
 
 
A 
 
B 
Fig. 9. A. Tarsometatarso de Buteo sp. B. Tarsometatarso de Strigidae. 
(Foto: Rafael Reyes) 
La comparación de restos óseos, que se muestran en la figura 9 es un ejemplo de 
similitudes óseas entre aves, ambos presentan una prolongación en la epífisis terminal del 
lado izquierdo. A: va hacía un lado, perpendicular a la diáfisis, mientras que, B: va 
completamente hacía abajo, formando un ángulo con respecto al eje del hueso. Esta 
información indica el tipo de pata que presentan; ambos son aves rapaces pero B es un 
taxón perteneciente a la familia Strigidae, y esto se sabe ya que la prolongación que va 
hacia abajo indica que es zigodáctilo (dos dedos enfrente 2 y 3 y dos atrás 1 y 4), condición 
 
 
34 
 
de algunos taxa de ésta familia. Al contrario de las águilas que no presentan este tipo de 
extremidades inferiores. 
En otros casos, para la comparación fue necesario el conjunto de los tres métodos 
mencionados anteriormente; un ejemplo fueron las falanges terminales de un ave rapaz 
(Fig. 10). Para ésta primero se realizó el cotejo con los materiales del laboratorio de 
paleozoología del IIA, UNAM, después se realizó una segunda revisión con los manuales 
(Gilbert, 1996) y finalmente se tomaron las medidas para poder aproximar un resultado. 
 
A 
 
B 
 
C 
 
D 
Fig. 10. A: Muestra. B: Aquila chrysaetos. C. Strix occidentalis. D: Tyto alba 
(Foto: Rafael Reyes) 
Como se puede observar, las zonas de articulación de las falanges terminales muestran 
diferencias. La muestra (Fig.10A) presenta semejanzas con (Fig. 10B) más que con los 
otros dos individuos (Fig. 10C y D) que pertenecen al orden de los Strigiformes y por lo 
 
 
35 
 
tanto la forma indica que Aquila chrysäetos es más cercana morfológicamente hablando; 
ésto unido a las medidas de la muestra cotejada, con las de A. chrysäetos, dan como 
probable que la pieza fuera de un organismo del género Buteo. 
Otro punto en el procedimiento es el conocer si los organismos son hembras, machos o 
juveniles, entonces para saber es necesario realizar las comparaciones con los diferentes 
estadios del desarrollo y observar las características distintivas y proporciones para cada 
uno. Por ejemplo: los juveniles no presentan las carillas de las epífisis, en su lugar se 
observa una estructura porosa y poco desarrollada, así como un tamaño reducido. Para el 
caso de los machos, algunas especies como M. gallopavo muestran en el tarsometatarso 
un espolón cercano a la epífisis distal y las hembras no. En otros casos el dimorfismo sexual 
a nivel óseo no es visible, por lo tanto no se consideró esta característica en la mayoría de 
los organismos estudiados. 
En un caso específico, se utilizó otro método, que se explica por completo a continuación: 
Morfometría Geométrica 
Pasos en la determinación para pico (Maxilar) del cuarto 79 coordenadas: N452 E89 AA150. 
El pico del C79 tuvo coincidencia con las fotografías de Pharomachrus mocinno (Quetzal) 
tomadas por Götz (2003). Presenta similitudes en la vista lateral del maxilar, debido a que 
se muestran una serie de puntos a lo largo del pico (Fig. 11) también en la vista ventral 
exhibe dos pequeños orificios en la zona del premaxilar (Fig. 11) (Para una introducción a 
la Morfometría Geométrica revisar: Zelditch et al., 2012). 
Pruebas realizadas: 
1) Se revisaron los picos de los ejemplares de la colección de aves del Museo de 
Zoología “Alfonso L. Herrera” de la Facultad de Ciencias UNAM y de la Colección 
Nacional de Aves del Instituto de Biología. 
2) El resto óseo se llevó con expertos para conocer su opinión y tener más opciones 
de búsqueda. (Dr. Adolfo Navarro, M en C. Fanny Rebón y Dr. Raúl Valadez) 
3) Se hizo una revisión en manuales y fotografías de diferentes especies de aves 
afines. 
4) Finalmente se realizó un análisis de Morfometría Geométrica. 
 
 
 
 
36 
 
Especie Museo/Colección Clave de individuo 
Pharomachrus mocinno *FMNH EAPXXX 
 **LSU 62278 
 ***SDZL 38175 
Trogon mexicanus LSU 22704 
Trogon elegans ****MZALH 190 
 LSU 32042 
Trogon citreolus *****CNAIB E020302 
 LUS 31893 
Trogon collaris MZALH 8778 
23888 
8506 
 CNAIB P.023911 
Piranga bidentata MZALH 03214(12) 
10147 
10146 
Cuadro 2. Especímenes usados, procedencia y clave. 
*Florida Museum of Natural History, **LSU Museum of Natural Science ***San Diego 
Zooarchaeology Laboratory, ****Museo de Zoología “Alfonso L. Herrera” Facultad de 
Ciencias y ***** Colección Nacional de Aves del Instituto de Biología 
Aplicación de prueba 
Se realizó una prueba de Morfometría Geométrica de un solo resto óseo, con el fin de 
obtener un resultado más objetivo, debido a que el elementoanatómico presenta 
semejanzas con P. mocinno así como individuos del género Trogon. 
Para este análisis, se consideró en primer lugar las especies que serían usadas, la primera 
consideración fue que se tuvieran los elementos óseos de los individuos sin importar la 
especie pero sí su distribución y ésta debía encajar en la República Mexicana. Seguido de 
esto, se pidió la opinión de ornitólogos de la Facultad de Ciencias UNAM, quienes 
propusieron hacer una revisión con especies del género Piranga debido a que 
morfológicamente también son similares. 
Una vez que se tuvieron todas las especies (Cuadro 2), fue importante saber que vistas 
serían usadas: ventral, lateral o aérea. Para ésta decisión se realizaron las pruebas que en 
seguida se explican, esto con el propósito de tener un análisis que diera información útil. 
Los programas utilizados fueron: MakeFan8Win (2000), TPS Versión 2.15 (F. James Rohlf, 
2010), CoordGen8_Win (2000) y Microsoft Excel, (2013). 
Para el uso de los landmarks (Coordenadas en un espacio) se consideró lo siguiente: Tipo 
de landmarks (Bookstein 1991). 
 Tipo I: Puntos en el espacio donde se unen tres estructuras. 
 
 
37 
 
 Tipo II: Máxima curvatura o procesos morfogenéticos locales. 
 Tipo III: Puntos extremos 
 
Fig.11 Landmarks en cada una de las vistas. Fotos (Götz, 2003) (EAPXXX). 
Con el programa MakeFanWin8 se colocaron abanicos (Fig. 11A), para tener una guía y 
colocar los landmarks con más precisión. Ya que se obtuvieron las imágenes con los 
abanicos, lo siguiente fue construirlas a TPS con ayuda del TPSutil. Después se pasaron al 
programa TPSdig y cada imagen se escaló a 1 centímetro, y se colocaron los landmarks 
(Fig.11). Los landmarks colocados en la punta del premaxilar fueron del tipo I, y del tipo III. 
Vista ventral (Fig. 11A): Se colocó un total de 3 landmarks basados en el inicio de las 
palatinas y 4 semilandmarks en la periferia del pico. Vista aérea (Fig. 11B): Fueron cinco 
landmarks cortando justo al inicio de los nasales y cuatro semilandmarks. Vista lateral (Fig. 
11C): Se ubicaron tres landmarks y 11 semilandmarks éstos marcando las irregularidades 
del pico. Cuando estuvieron listas las imágenes se pasaron al TPSutil y se realizó una 
plantilla de Sliders (Fig. 12). Con todo ésto ya hecho, se pasó al TPSrewl y se observó el 
análisis en relatives warps (RW) para cada una de las vistas. 
Los datos obtenidos del TPS se importaron al programa CoordGen8_Win en la opción 
Match Maker y se obtuvieron las distancias Euclidianas pareadas entre todos los 
especímenes de la muestra, (con una distancia mínima de referencia de 0.030), para 
encontrar consistencia en los resultados y se buscó la distancia más corta que había entre 
los ejemplares y la muestra. 
A B C 
 
 
38 
 
 
Fig.12 La plantilla de sliders es para todos los individuos, y la forma en triángulo que 
muestra funge como una guía para los demás individuos. Los puntos en blanco, son los 
que se seleccionaron, cuando pasan al programa TPSrewl estos se traducen como 
semilandmarks. 
Resultados 
Después de haber realizado las pruebas de Morfometría en el TPS, se eligió qué vista era 
la que estaba dando resultados coherentes, es decir, que las especies ya conocidas se 
vinculen, observando los RW y las distancias en el Match Maker, para éste caso fue la vista 
ventral. 
Fig.13. RW de la vista ventral, incluye a P.mocinno, T. citreolus, T. collaris, T. elegans y la 
muestra. En el RW se obtienen ejes de máxima variación y una de sus propiedades es 
que mientras los individuos se encuentran más cercanos en la gráfica son más similares 
entre sí. 
 
 1 y 2 P. mocinno 
 3 Muestra 
 4 T. citreolus 
 5,6,7 y 8 T. collaris 
 9 T. elegans 
 
 
39 
 
Se muestra en la figura 13 el RW de vista ventral con todos los Trogones, sin incluir a P. 
bidentata y las fotos de LUS. En éste análisis se puede observar que la muestra (con el 
número tres “3”) se encuentra muy cercano al número “4” que pertenece a la especie T. 
citreolus, y la muestra se aleja de los individuos “1 y 2” que representan a P. mocinno. 
 
 
Fig.14. Distancias Euclidianas entre individuos. Azul: distancias pareadas entre todos los 
ejemplares. Rojo: distancias pareadas entre la muestra y los demás individuos. 
 
Cuadro. 3 Distancias para Trogones 
Especie1 Especie2 Distancia 
T. collaris T. collaris 0.027 
T. citreolus T. collaris 0.030 
P. mocinno T. citreolus 0.035 
P. mocinno P. mocinno 0.036 
T. collaris T. elegans 0.039 
T. citreollus Muestra 0.043 
 
Cuadro. 4 Distancias de todas las especies mostradas en el Cuadro. 2 
Especie 1 Especie 2 Distancia 
T. collaris T. collaris 0.027 
T.collaris T.citreolus 0.032 
P. mocinno T. citreolus 0.037 
P. bidentata P. bidentata 0.038 
T. collaris T. elegans 0.038 
T. collaris T. collaris 0.039 
Las distancias euclidianas del cuadro 3 y 4 muestran las especies que se emparejaron, y 
éstas se obtuvieron del análisis realizado en el Match Maker, el cual mide dos puntos en 
el espacio. 
 
 
40 
 
 
Fig. 15. Histograma de las distancias de la vista ventral de los Trogones, y los 
especímenes que se unieron por distancia mínima de referencia. 
 
Las distancias obtenidas en el Match Maker, son distancias de similitud, entre menor sea el 
número de ésta, mayor será la similitud morfológica entre los pares de individuos. En este 
sentido, sólo los individuos 5 y 6 presentan una distancia de 0.027 menor a la distancia 
mínima sugerida y estos representan la misma especie, T. collaris. La muestra (C79) se 
acerca más a T. citreolus, con una distancia de 0.043. 
La muestra es muy cercana a T.citreolus, y ésto nos está mostrando una tendencia, es 
decir, que en primer lugar cuando se observa el RW en vista ventral se puede ver que la 
muestra se dirige hacia donde están todas las especies de la familia Trogonidae y no donde 
están los individuos de la especie Piranga bidentata; pero cuando se observa en la prueba 
de Match Maker la muestra, se une más con los individuos del género Trogon y es más 
lejano al género Pharomachrus, por lo tanto se puede aproximar que la muestra pertenece 
a un Trogon sp. 
 
 
41 
 
 
Fig. 16 Muestra C79, en vista aérea, lateral y ventral (Fotos: Rafael Reyes). 
 
Fig.17 A: P .mocinno B: T .collaris C: T .citreolus (Foto de P. mocinno tomada por Götz, y 
Trogones por Ana Frida Silva). 
En las imágenes mostradas (Fig. 16), se puede observar que el pico del C79 se encuentra 
fracturado justo donde inician las palatinas y debido a ésto no es posible observar bien la 
amplitud típica en los picos de las especies de la familia Trogonidae (Fig. 17). Pero se 
pueden observar otras características que presenta el elemento óseo, por ejemplo: en el 
premaxilar en la vista ventral, se pueden observar dos puntos cóncavos que no presentan 
otras especies, pero sí los Trogones, también en la vista lateral, se puede ver un patrón de 
puntos que también presentan los individuos de esta familia y ésto no se ve de la misma 
manera en otras especies, por otro lado, que tenga una forma acerrada en el perímetro del 
pico es parecido a otras aves, por ejemplo a las Pirangas. 
A partir de la observación de las fotos y el registro óseo de Trogones, se puede observar 
que todos presentan características clave para reconocer a la familia Trogonidae, pero 
considerando el análisis de Morfometría Geométrica, los tamaños, la muestra y distribución; 
lo más probable es que hablemos de T. citreolus (Fig. 17C). 
Haber realizado el análisis con morfometría geométrica para la identificación del resto óseo 
del C79, ha sido de gran importancia, ya que, con los métodos convencionales no se podía 
llegar más que a familia taxonómica y podría haber confusiones al tratar de determinar el 
taxón, ya que, sería muy subjetivo aquel posible resultado por el parecido que presenta el 
maxilar con casi todas las especies de la familia Trogonidae, por lo tanto este tipo de 
pruebasson nuevas alternativas para el estudio arqueozoológico. 
A B C 
 
 
42 
 
Huellas tafonómicas 
En este paso, fue fundamental realizar la limpieza de los huesos con precaución, ya que al 
hacer una mala limpieza se pueden generar en los huesos otras marcas y puedan arrojar 
errores al estudio. 
Lo siguiente es observar cuidadosamente todo el hueso y buscar marcas de cortes, que 
son pequeñas estrías y comúnmente se encuentran formando patrones. También, conocer 
si estuvo expuesto al calor, en este caso el hueso se ve brilloso y en algunos casos se 
pueden ver zonas marrones o negras, que indican cocción directa del hueso o que fue 
ahumado (Fig. 18A). Igualmente se debe examinar si tiene marcas de mordidas, éstas 
normalmente presentan la forma de los caninos y patrones similares a los de una dentición 
de algún carnívoro; (Fig.18B) y reconocer las modificaciones culturales, como se muestra 
en la figura 18C. Asimismo es necesario registrar cuales son las marcas de procesos 
naturales, por ejemplo: raíces adheridas, concreciones (sustrato conglomerado en algunas 
partes de los huesos) y cambios en la coloración. Además fue importante encontrar restos 
que presentaban muy pocas huellas o prácticamente nada, como en el caso de la figura 
18D ya que este tipo de restos, aparte de que estaban completos y tuvieron que ser 
armados, el hecho de que no presenten ciertas huellas también da información valiosa. 
 
 
A 
 
B 
 
C 
 
D 
Fig. 18 A. Tarsometatarso y pelvis ahumados de M. gallopavo. B. Detalle de húmero de 
M. americana con marcas de mordidas. C. Tarsometatarso modificado de M. gallopavo. D. 
Pata casi completa de M. gallopavo. (Fotos: Rafael Reyes). 
 
 
 
43 
 
Pigmentos 
 
Otro caso único, fue el hallazgo de una pelvis con pigmentos en forma de polvo, ésta fue 
de especial interés, por lo tanto, se realizó otro proceso para la obtención de más 
información que se explica a continuación. 
Para la determinación de los pigmentos, que se encuentran en la pelvis de un ave mediana, 
del C258A se observó al microscopio estereoscópico con aumento extra de 2X toda la 
superficie del hueso. Después, se fotografiaron todas las zonas de mayor importancia. La 
superficie de la pelvis se encuentra cubierta por polvos rojizos y arenas, con pequeños 
granos de cuarzo y otros de carbón. Parte de los pigmentos están mezclados con las arenas 
y en la parte ventral de la pelvis, el tono del pigmento es más fuerte y brillante. Los polvos 
se guardan entre estrías y la porosidad del hueso. En la parte proximal presenta una ruptura 
o fractura, en esa zona no hay pigmentos, solamente áreas con carbón. El pigmento 
presente en el hueso, es muy probable que sea óxido de Hierro, sin embargo es necesario 
la realización de otras pruebas para aproximar mejor el resultado. 
 
 
 
Fig.19 Pigmentos observados al microscopio estereoscópico con un aumento extra de2m 
(Fotos: Rogelio Santiago). 
 
Aves en la pintura mural 
El orden de los Passeriformes, es el más diverso, México cuenta con 531 especies (AOU), 
para el Estado de México según Gurrola y Chávez 2005, son 248, por lo que conocer la 
identidad taxonómica de las especies de aves representadas, es de gran dificultad. Sin 
embargo, podemos partir de aves de la región que soportan las áreas poco perturbadas, 
pero con actividades humanas cercanas y éstas serían las que fueron plasmadas en el 
mural que data del periodo clásico. 
 
 
44 
 
No obstante, una consideración vital, es que al observar todo el mural (Fig. 20), el punto 
focal de éste es un jaguar y no se distribuye en las regiones del valle de Teotihuacan, por 
lo tanto, podría ser una relación con las regiones selváticas de Mesoamérica, y que las aves 
representadas sean de esta región. 
El jaguar tiene lengua bífida, la cara se forma por dos perfiles y dos secciones conforman 
el tocado, con la pata derecha delantera abraza a un maguey y este se divide en tres partes, 
dos hacía los lados y una en el centro, de éstas brotan flores de cuatro pétalos y de las 
mismas hay flores que muestran la corola. En todo el perímetro del mural hay flores de 
cuatro pétalos y de ellas cuelgan conchas y caracoles. Alrededor del felino lo acompañan 
mariposas y aves (Fig. 20). 
 
Fig. 20 Mural de la Zona 5-A, Mural 2. (Beatriz de la Fuente, 1996) 
Para contar con una aproximación sobre las posibles especies de aves que acompañan al 
jaguar, primero fue necesario hacer una descripción general considerando formas básicas 
de todo el cuerpo de los individuos, color y la representación de la vírgula. También fue 
importante revisar la distribución y comportamiento. 
Las tres aves rojas y pequeñas (Fig. 21A, B y C), presentan una cabeza ovoide y pico 
amarillo. Las alas las tienen extendidas y muestran líneas horizontales azules y otras más 
oscuras verticales, que simulan la plumas y la cola no es visible. Una de ellas (Fig. 21C) 
tiene las alas azules y por debajo amarillo con formas acerradas aparentando las plumas 
de las alas primarias. 
Estas podrían ser Pyrocephalus rubinus, debido a que, esta ave tiene una distribución en 
el centro de la República Mexicana y además es fácil de ver, debido a su color y que cuando 
come realiza vuelos cortos y llamativos en zonas abiertas. También, es pequeño y es fácil 
encontrarlo cerca de los campos de cultivo, por lo que con seguridad esta ave era 
reconocida. 
 
 
45 
 
El ave amarilla (Fig. 21E) presenta dos triángulos que forman el pico, uno de mayor tamaño 
para el maxilar y uno pequeña para la mandíbula. Las alas están extendidas y con color 
azul y amarillo por abajo, sobre la zona inferior tiene líneas rojas verticales. La cola es un 
abanico alargado y termina en tres trazos, además en la zona más proximal tiene un color 
rojizo. El vuelo es como si fuera en picada. 
Es difícil saber que ave es, ya que un porcentaje grande de aves son amarillas o presentan 
este color en alguna proporción. Podría tratarse de una hembra de Piranga sp., ya que 
éstas se distribuyen en la zona, son frecuentes y algunas son migratorias. También podría 
ser Basileuterus lachrymosa por el tipo de cola larga y en forma de abanico. No se 
consideran las calandrias porque la forma del pico no se parece y no se notan patrones de 
parches negros en las alas o en la cabeza, tal como lo presentan esas aves. 
Las tres aves de tonos azules (Fig. 21F, G y H) tienen la cabeza de forma ovoide, el pico 
es un triángulo amarillo, las alas se presentan extendidas y en la parte superior se observan 
tonos amarillos con líneas diagonales marrones. La cola es un abanico y para imitar las 
plumas poseen líneas verticales. 
Tomando en cuenta la descripción se podría estar hablando de Passerina caerulea, ésta 
ave tiene una distribución dentro de la Cuenca de México y además tiene un canto llamativo. 
Es un ave fácil de ver y se encuentra casi siempre perchada o comiendo en los suelos. 
Otras aves azules presentan semejanzas, tales como, Aphelocoma unicolor pero esta chara 
es completamente azul, además de tener un pico alargado y una distribución en el sureste 
mexicano. Otra posibilidad podría ser un azulejo, Sialia mexicana, pero éste presenta tonos 
rojizos en el pecho y no en las alas, además el pico es delgado y pequeño en comparación 
al que está pintado. 
De las dos aves blancas, una de ellas (Fig. 21D) es muy semejante a las ya descritas, pero 
la diferencia es que, presenta un color blancuzco y la cola es larga y bifurcada, por lo que, 
podría tratarse de una golondrina, principalmente ésto se sabe por la forma de la cola y esta 
característica es común en las que pertenecen a la familia Hirundidae. De las nueve 
especies que se encuentran en el Estado de México podría ser Hirundo rustica, golondrina 
tijereta. 
La otra ave blanca (Fig. 21I), presenta una cabeza alargada y angulosa, el pico es amarillo, 
y tiene la forma de un triángulo rectángulo dividido por la mitad y se

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