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El-papel-de-la-infancia-en-la-cosmovision-mexica

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA 
DE MÉXICO 
 
FACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS 
MAESTRIA EN ESTUDIOS MESOAMERICANOS 
 
 
 
 
 
 EL PAPEL DE LA INFANCIA EN LA COSMOVISIÓN 
MEXICA. 
 
 
 
 T E S I S 
QUE PARA OBTENER EL GRADO DE 
 MAESTRA EN ESTUDIOS MESOAMERICANOS 
 PRESENTA: 
SANCHEZ ZUÑIGA MONICA MONSERRAT 
 
 
 
DIRECTOR: 
DR. GUILHEM BERNARD OLIVIER DURAND 
 
 
 
 CIUDAD UNIVERSITARIA 2010 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 Agradecimientos: 
 
A Dios por ponerme en este camino y por concederme serenidad, valor, impetú y 
los elementos necesarios para concluir este estudio. 
 
Al Dr. Guilhem Olivier Durand por su apoyo, comentarios, sugerencias, por su 
paciencia y tolerancia a lo largo de este trabajo. 
 
A mis sinodales Dra. María Elena Ruíz Gallut, Dra. Berenice Alcantara Rojas, Dra. 
Martha Ilia Nájera Coronado, Dra. Pilar Maynez Vidal por sus comentarios que me 
ayudaron a presentar un mejor trabajo. 
 
A mis padres que me han brindado su apoyo incondicional, que siempre han 
estado conmigo, que me enseñaron las herramientas necesarias para enfrentar la 
vida y que me han dado lo mejor de sí mismos. 
 
A mis hermanos, por lo que significan en mi vida, por mostrarme que ante todo 
hay que dar una sonrisa y por la fortaleza que me transmiten con su compañía y 
sus consejos. 
 
A Raquel por tus enseñanzas, por guiarme, orientarme, por tu paciencia, por tu 
tiempo y por ser mi amiga. 
 
A Fat, Pau, Citla, Cris, por brindarme su Amistad. 
 
A Gris, Fili, Arthur, Angelitos por quererme como si fuera su hija. 
 
A todos aquellos que me apoyaron para seguir adelante. 
 
A todos los que confiaron en mí. 
 
 
 
 
 
 
A mis hermanos los gemelos 
Ray Hunahpu y Luis 
Ixbalanqué 
EL PAPEL DE LA INFANCIA EN LA COSMOVISIÓN MEXICA. 
 
INTRODUCCIÓN 1 
 
I. Significado de la infancia en el mundo mexica. 
1.1Los niños en las representaciones pictográficas. 
1.2Las edades de la infancia 
1.3Nacimientos 
1.4La Suerte y los niños 
 
8 
15 
29 
46 
 
II. Rituales vinculados con los niños después del nacimiento. 
2.1Lavatorio e imposición de nombre. 
2.2Presentación al templo 
2.3Ritos de curación 
2.4Los rituales de la infancia en la iconografía 
57 
69 
80 
94 
 
 
III. Sacrificios 
3.1Sacrificios de niños. 
 
98 
IV. Niños y cosmovisión. 
Niños, dioses y mitos 
4.1 Los gemelos y Xolotl 
4.2 Ofrendas a las divinidades 
4.3 Dioses niños. 
125 
127 
134 
137 
 
 
CONCLUSIONES. 149 
BIBLIOGRAFIA 153 
 
1 
 
INTRODUCCIÓN. 
 
En la Evolución de la infancia Lloyd de Mause1 condenó el hecho de que 
no existieran los suficientes estudios históricos sobre la infancia del ser 
humano, debido a que según su punto de vista, los historiadores sólo se 
interesaban en relatar hechos públicos y masivos, en los que se 
involucraran aspectos sociales, económicos y políticos, relegando 
aquellos hechos privados que se referían al estudio de la familia, la 
mujer y los niños, tal vez por considerarlos no relevantes en el devenir 
histórico. De igual forma el Historiador y Pedagogo español Delgado 
Criado Buenaventura en su Historia de la infancia,2 crítica la labor de 
los historiadores ya que ninguno se ha comprometido a realizar un 
estudio sobre esta etapa del ser humano. 
 Y efectivamente, después de una ardua labor de investigación 
observamos y coincidimos con lo que refieren esos autores, casi no 
existen estudios sobre la infancia. De los escasos trabajos que se han 
realizado, tenemos los del historiador francés Phillipe Ariés, quien 
dedicó gran parte de su vida a investigar y hablar del papel del infante 
en la sociedad, ejemplo de ello lo vemos reflejado en obras como El niño 
y la vida familiar en el antiguo régimen,3 Centuries of childhood,4La 
infancia,5 etc. En dichos textos Ariés propone una ausencia de los 
conceptos “infancia” y “adolescencia” en las sociedades europeas del s. 
XVI. Idea de la que parte la principal propuesta de este trabajo y que se 
contrapone a las afirmaciones de Ariés.6 
 Sobre la infancia en Mesoamerica, conozco una obra del Dr. Max 
Shein intitulada Precolumbian Child,7 en donde el autor realiza un 
estudio de diversos aspectos que rodean al infante, sin embargo trata de 
 
1 Lloyd de Mause, Historia de la infancia, Madrid, Alianza, 1982. 
2 Delgado Criado Buenaventura, Historia de la infancia, Barcelona, Ariel, 2000. 
3 Ariès, Phillipe, El niño y la vida familiar en el antiguo régimen, México, Taurus, 2001. 
4 Ariès, Phillipe, Centuries of Childhod, London, Jonathan Cape, 1962. 
5 Ariès, Phillipe, 'La infancia”, Revista de Educación, México, no. 254, 1993. 
6Dicha propuesta será comentada más adelante cuando hablemos de la metodología y 
estructura del trabajo. 
7 Shein, Max, Precolumbian Child, Culver city, Labyrinthos, 1992. 
2 
 
abordar de manera breve y general todas las regiones de Mesoamerica, 
lo que impide que tengamos una información completa y clara de la 
infancia en cada una de esas regiones. El siguiente libro fue coordinado 
por Traci Ardren y Scout Hutson, The Social Experience of Childhood in 
Ancient Mesoamerica,8 esta obra reúne los trabajos de diversos 
investigadores estudiosos de esta superárea cultural y que enfocaron su 
investigación a la etapa infantil. Actualmente la infancia ha llamado la 
atención de un mayor número de investigadores, resultado de ello lo 
observamos en la tesis de licenciatura del Etnohistoriador Alejandro 
Díaz Barriga Cuevas, Niños para los dioses y el tiempo, la tesina de la 
Historiadora Aline Cajiga Sánchez, Breve historia de la infancia en el 
mundo nahua y mi tesis de licenciatura, Los sacrificios de los niños entre 
los Mexicas en la época posclásica. 
 El presente trabajo tiene la intención de mostrar a ustedes un 
estudio de la infancia en la sociedad mexica, partiendo de la premisa de 
Phillipe Aries en la que afirma que en la Europa del S. XVI no existen 
los conceptos de infancia y adolescencia y por consecuencia los padres 
de familia no se ocupaban de sus hijos y si éstos llegaban a morir, no 
sucedía absolutamente nada. Era normal para los familiares, debido a 
que el índice de mortandad infantil era alto, entonces el niño no gozaba 
de importancia para la sociedad. Esta premisa además ha sido apoyada 
por el silencio que durante tantos años guardaron los investigadores 
ante este tema. Y también por aquellos estudiosos que si bien 
abordaron a los infantes en sus proyectos, únicamente lo hicieron desde 
el punto de vista social, hablando sólo de los nacimientos, educación, 
baño ritual, debido a que los infantes en la cultura mexica sólo han sido 
considerados individuos sociales que exclusivamente apoyaban las 
labores del hogar y que esperaban a que cumplieran cierta edad para 
que se casaran, formaran una familia y ahora si participaran en las 
actividades económicas de la población. De tal manera que medianteeste estudio quiero demostrar primero: que tanto en el antiguo mundo 
 
8 Ardren Traci, Scout Hutson ed., The Social experience of Childhood in Ancient 
Mesoamerica, Colorado, University Press of Colorado, 2006. 
3 
 
como en Mesoamerica y específicamente entre la cultura mexica, estaba 
presente el concepto de infancia y segundo: que el infante mexica era 
un individuo que gozaba de gran valor en la sociedad, porque 
presentaba un carácter divino, el cual le permitía asumir el papel de 
emisor y receptor de las cosas sagradas y además le concedía un 
acercamiento a las divinidades. 
 Para cumplir con las propuestas de este proyecto y hasta donde 
las fuentes nos lo permitan trataremos de dar respuesta a una serie de 
cuestionamientos que tenemos planteados, debido a que consideramos 
importante saber: ¿Cuánto tiempo duraba la infancia según la creencia 
de los antiguos mexicanos? ¿Hasta qué edad un individuo era 
considerado infante? ¿Qué era un niño para los mexicas? Conocer 
también ¿Cuáles eran los rituales que se presentaban en esta etapa de 
la vida? Y ¿Quiénes eran las deidades que se relacionaban con los 
infantes en estos ritos? Además saber ¿Cuáles eran las enfermedades 
que padecían y a que medios recurrían para obtener la salud? 
Acercarnos a esos conceptos de salud y enfermedad y saber su 
significado. Conocer sobre los sacrificios de niños ¿En qué consistían? 
La manera de realizarlos y el significado del infante durante el sacrificio, 
¿Por qué razón eran ofrendados y a que divinidades se otorgaban? 
¿Cómo son presentados los niños en los mitos antiguos y actuales? Y 
finalmente ¿Cuál es el nexo que existe entre niños mitos y dioses? Para 
que así conozcamos el rol de estos individuos en la cosmovisión mexica. 
 Es importante comentar que entre los materiales que 
consultamos tenemos diversos grupos, el primero de ellos sería el de los 
datos arqueológicos que se han obtenido mediante la excavación en 
lugares de ocupación mexica, Salvador Guilliem, y Leonardo López 
Luján son algunos de los arqueólogos que han encontrado restos 
infantiles en distintas ofrendas y enterramientos del Templo Mayor y 
Tlatelolco respectivamente. Mientras que el antropólogo físico Juan 
4 
 
Alberto Román Berrelleza9 se ha encargado del estudio de esos restos 
óseos infantiles. 
 
 En un segundo grupo se encuentran los manuscritos 
pictográficos que muestran representaciones de niños, en algunos de 
ellos podemos ver el momento en el que son llevados a sacrificar, otros 
que tienen que ver con la suerte en los matrimonios, niños recién 
nacidos e inclusive gemelos recién nacidos. Entre estos materiales 
tenemos los Códices Borbónico, Florentino, Vaticano A, Vaticano B, 
Fejervary Mayer, Borgia, Laud, Mendoza, Tudela, Magliabecci, Telleriano 
Remensis. 
 Un tercer grupo de materiales consultados es el de las obras 
escritas en lengua náhuatl, como El Códice Florentino, en donde fr. 
Bernardino de Sahagún realiza una descripción de los nacimientos, la 
suerte de los niños, el baño ritual, la imposición del nombre, los 
sacrificios de infantes, las edades de la infancia, el ofrecimiento al 
templo, etc. La Leyenda de los Soles y los Anales de Cuauhtitlan, en 
ellas encontramos mitos e información que nos remiten al origen de los 
sacrificios de niños. De igual forma en Los primeros memoriales, 
tenemos imágenes y datos que relatan esa práctica ritual. 
 Las fuentes coloniales escritas en español también muestran gran 
información sobre las prácticas rituales que envolvían a los infantes 
mexicas, sus usos y costumbres. Son varios frailes los que en sus obras 
describen la forma de vida de los antiguos nahuas. Toribio de 
Benavente Motolinia, Diego Durán, Juan Bautista Pomar, Gerónimo de 
Mendieta, Diego Muñoz Camargo, Juan de Torquemada, entre otros. 
 En algunas de las obras que se realizaron durante el S. XVII 
apreciamos el interés de los autores por continuar con las descripción 
de la vida cotidiana de los indígenas, en ellas podemos notar la 
continuidad de pensamiento que existe desde los antiguos mexicanos 
hasta los indígenas de esa época. Ejemplo de ello, lo tenemos en las 
 
9 Roman Berrelleza, Juan Alberto, Sacrificio de niños en el Templo Mayor, México, 
INAH, Proyecto Templo Mayor, 1990. 
5 
 
obras de Hernando Ruíz de Alarcón y Jacinto de la Serna. Mientras que 
en el S. XVIII, historiadores de la talla de Antonio Leon y Gama, 
Mariano Veytia y Lorenzo Boturini retoman las temáticas de los autores 
que les antecedieron, recopilan su información y redactan una serie de 
obras en las que hablan del calendario mexicano, de la fortuna que 
tendrán los individuos si nacen en tal o cual día, etc. 
 Los estudios de antropólogos, historiadores, etnólogos, 
arqueólogos, y psicólogos contemporáneos nos acercan también al 
conocimiento y a las informaciones de temáticas que se han abordado 
en este trabajo, así pues nos encontramos con estudios realizados por 
autores como Alfredo López Austin, Thelma Sullivan, Ernesto de la 
Torre, Pablo Escalante, Guilhem Olivier, Carlos Viesca, Antonio García 
de Leon, Pedro Carrasco, Valentín Ramírez, Ichon Alain, Robert Zingg, 
Johana Broda, José Alcina Franch, Fernando Horcasitas, Gabriel Cicco, 
Helmut Von Bracken, entre otros. En sus estudios nos hablan de las 
edades de los niños, de las enfermedades que padecen, de las prácticas 
rituales que envolvían los nacimientos, de la educación que recibían los 
hijos de los antiguos mexicanos, de los dioses que aparecen como niños 
en la cosmovisión, de los mitos en los que los infantes juegan un rol 
determinante, de los nacimientos de gemelos, etc. 
 Nuestro estudio se estructura de la siguiente manera. Se divide 
en cuatro capítulos. El primer capítulo es El significado de la infancia 
en el mundo mexica. Consideramos que en primera instancia es 
fundamental especificar el significado que los antiguos mexicanos le 
daban a la infancia, por esa razón este primer capítulo está dedicado al 
estudio de esa etapa. Iniciaremos por acercarnos al significado de la 
infancia en Europa del S. XVI, mediante los escritos y las 
representaciones pictográficas. De ahí pasaremos al mundo mexica 
para conocer también la denotación de esta primera etapa del ser 
humano y la manera en la que asumían esta edad los pobladores, para 
posteriormente realizar una comparación entre las dos concepciones y 
apreciar las semejanzas y diferencias. En este sentido consultaremos 
los términos usados por los antiguos mexicanos para referirse a los 
6 
 
individuos que se encontraban en la primera etapa de su vida y 
considerar hasta que edad los nombraban de esa manera. Por tal razón, 
hablaremos también de las prácticas que se realizaban antes y después 
del nacimiento de los niños, éstas incluían el corte del cordón umbilical, 
llevar al niño ante el adivino para que le leyera la suerte y así pudiera 
determinar los pronósticos que el individuo tendría a lo largo de su 
vida, inclusive para saber si podrían o no tener hijos en sus 
matrimonios. 
 El segundo capítulo es el de los Rituales vinculados con los 
niños, después del nacimiento. Por medio de los rituales que están 
presentes en esta etapa, queremos mostrar que el niño mexica es un 
receptor de lo divino y de esa forma tiene una relación directa con las 
divinidades. De esta manera realizaremos una descripción de aquellos 
ritos en los que los infantes están involucrados, relatando primero el 
baño ritual que practicaban al recién nacido, el significado que tenía 
para la sociedad y la visión de los frailes ante dicha actividad. Después, 
estimaremos la información que existe sobre el pacto realizado entre los 
familiares y alguna de las divinidades del panteón mexica, por medio 
del cual los padres ofrecían sus hijos a esos dioses prometiendo que, 
llegadala edad de los infantes, éstos entrarían a servir a su templo, 
obteniendo a cambio el cuidado y protección para los niños. Por último, 
comentaremos sobre las enfermedades que padecían lo niños, 
mencionando que algunas de ellas tenían que ver con el desequilibrio 
del tonalli, por consecuencia analizaremos también los recursos 
utilizados por los expertos para devolver la salud al infante. 
 El capítulo tres es el de los Sacrificios. En él hablaremos de la 
importancia que tienen los niños al ser considerados ofrenda de 
sacrificio a las divinidades, presentando primero, los hallazgos 
arqueológicos que se han descubierto hasta la fecha, de niños que 
presentan evidencia de muerte sacrificial en centros que fueron de 
ocupación mexica. Por otro lado, realizaremos un análisis de las 
imágenes pictográficas que representan el momento en el que el niño es 
llevado en procesión a sacrificar en honor a las divinidades. En última 
7 
 
instancia, efectuaremos un análisis sobre la práctica sacrificial de 
infantes dedicados a los dioses de la lluvia a través de las fuentes 
escritas, comentando sobre el origen de las victimas, los atavíos que 
usaban, los lugares en donde realizaban dicha práctica, los tipos de 
sacrificio, las personas que lo realizaban y el significado de esta práctica 
en la cultura mexica. 
 El cuarto capítulo está dedicado a los Niños y cosmovisión. 
Después de que en el tercer capítulo se habla de los sacrificios 
dedicados al dios Tláloc, en este apartado se analizan las relaciones que 
existían entre los niños y otras divinidades, siendo los mitos un espacio 
en el que dicha relación se puede observar y nos permite acercarnos al 
papel que juegan los niños en la cosmovisión de los antiguos 
mexicanos. 
8 
 
I. Significado de la infancia en el mundo 
mexica. 
 
 
1.1 LOS NIÑOS EN LAS REPRESENTACIONES PICTOGRÁFICAS. 
Desde finales de la Edad Media la imagen positiva e inocente de los niños 
 fue afianzándose en el pensamiento religioso europeo. 
La figura infantil de Jesús, sólo o en compañía de la Virgen María, 
expresando sentimientos de clara ternura, 
ayudo a propagar un modelo de pureza infantil.10 
 
 
En la actualidad, consideramos que los niños son parte importante de 
la sociedad. Al niño se le cuida se le educa y se le guía en su caminar a 
través de la vida. La concepción que se tenía del infante se ha ido 
modificando a través del tiempo, a pesar de que el niño siempre ha 
tenido su importancia social y la manera de abordarlo ha sido distinta. 
El presente apartado está encaminado a mostrar las representaciones 
pictográficas, de los antiguos nahuas en las que el niño está presente; 
realizar una analogía con las representaciones europeas de ese tiempo, 
y conocer mediante las imágenes y las informaciones, la concepción que 
prevalecía, en las sociedades europeas, sobre la infancia. 
 Los niños forman parte de las representaciones pictográficas 
desde hace ya muchos años. En Mesoamérica y específicamente entre 
los antiguos nahuas existen diversas imágenes que se encuentran en 
códices prehispánicos, como los que pertenecen al grupo Borgia: Códice 
Borgia, Laud, Fejervary-Mayer, etc. Otro de los manuscritos que podría 
integrarse, con ciertas dudas, en este grupo de materiales 
prehispánicos y en el que abundan también las representaciones de 
niños es el Códice Borbónico. 
 El Códice Florentino es un manuscrito en el que también se 
encuentran diversas representaciones de infantes, sin embargo este 
material, como es bien sabido, es colonial y en las imágenes que se 
muestran vamos a encontrar una gran influencia europea. 
 
10 Bajo, Alvarez Fe, Breve historia de la infancia, Madrid, Temas de Hoy, 1998, p. 253. 
9 
 
 En esas imágenes se observa que el infante interactúa con sus 
familiares, con alguna divinidad o con otro personaje, ellos en conjunto 
realizan actividades. 
 En las representaciones de niños en Europa, observamos la forma 
en la que la infancia está relacionada directamente con el pensamiento 
religioso del siglo XVI. Entre los artistas que incluyeron niños entre sus 
obras pictográficas encontramos a Rafael Sanzio, Barbarelli, Boticelli, 
Perugino, Rembrandt, etc. 
 Daremos una breve introducción al tema, acercándonos a la idea 
de la infancia en la Europa de la Edad Media, y más adelante 
analizaremos las representaciones pictográficas indígenas. 
 
El niño en la sociedad europea del S. XVI. 
A decir de Phillipe Aries, en la antigua sociedad no se podía representar 
al niño, debido a que la infancia era una etapa efímera, en la que se 
consideraba infante a aquel individuo que aún no tenía la capacidad de 
valerse por si mismo, y en el momento en el que empezaba a 
desenvolverse físicamente se le mezclaba ya con los adultos. De tal 
manera que según este autor, el concepto de infancia y la preocupación 
por ella, surge hacia finales de la Edad Media y sólo entre las clases 
superiores: familias reales, nobleza y burguesía, mientras que entre las 
clases bajas no daban importancia al hecho de que un niño muriera por 
alguna circunstancia, fuera la que fuera.11 Así que la presencia del 
niño en la sociedad era breve e insignificante, y debido a ello no había 
tiempo para que el recuerdo del infante quedara grabado en la memoria 
y sensibilidad de la gente.12 
 Uno de los elementos de los que partió Aries para desarrollar su 
idea sobre la infancia, fue precisamente la representación pictográfica 
de los párvulos del s. XVI, debido a que en esa época los artistas se 
preocupaban más por diseñar retratos de infantes que pertenecieran a 
 
11 Aries, Phillipe, El niño y la vida familiar en el Antiguo Régimen, México, Taurus, 
2001, p. 28-31. 
12Ibidem.,,p. 9-10. 
10 
 
alguna casa real, y se olvidaban de aquellos niños que pertenecían a la 
clase baja. 
 A continuación mostramos dos retratos, uno diseñado por Gerard 
van Honthorst, pintor holandés, a quien en 1635 encomendaron 
retratar a Isabel de Bohemia y sus hijos. La imagen de la Figura 1 es 
precisamente la hija de Isabel, Sophia de Bohemia, una representación 
de una niña de la realeza. 
 La imagen 2 es un retrato de 1645 realizado por Rembrandt Van 
Rijn, en ésta el autor presenta la imagen de una niña de clase baja, que 
está mirando por la ventana. 
 
 
13Fig. 1 Retrato de una niña de clase alta. 14Fig. 2 Retrato de una niña de clase baja. 
 
 Las imágenes muestran a dos niñas que fueron retratadas en una 
misma época, las cuales que pertenecieron a distintas clases sociales, 
esto podemos notarlo, gracias a los rasgos presentes en los cuadros, el 
aspecto físico, el atuendo, el peinado, los accesorios que sólo presenta 
Sofia de Bohemia, las condiciones del paisaje, y sobre todo que la niña 
de la realeza es reconocida por su nombre, mientras que la que esta en 
la siguiente imagen sólo es una niña anónima mirando desde la 
ventana. De tal manera que para los artistas que representaban 
 
13 Retrato de Sophia de Bohemia, hacia 1635. atribuido a Gerrit Van Honthorst. 
14 A Girl at a Window. Rembrandt Van Rijn. 
11 
 
infantes en esta época, el patrón “clase social” no era determinante para 
retratar o no niños. Aunque lo que si es real, es que existe un mayor 
número de retratos de niños de clase alta, ya que sus padres pagaban 
constantemente para que los realizaran. 
 Por otro lado, es importante comentar que han surgido autores 
que se han esforzado por contrarrestar la tesis de Aries, tratando de 
demostrar que la infancia era un concepto que existía desde hace 
muchos años y demostrar también la importancia, en un sentido social 
y religioso, de los niños a través del tiempo. Le Roy Ladurie en su obra 
etnográfica Montaillou, aldea occitana15 es uno de los autores que se ha 
esforzado por rebatiresa idea, y no sólo él, también encontramos a 
Davies Natalie Zemon con su obra Society and Culture in Early Modern 
France,16 Demause Lloyd en La evolución de la infancia,17 entre otros. 
Además, existen documentos que muestran la idea de que en los 
poblados se usaba a los niños, como símbolos de pureza, para 
interceder ante Dios,18 ya que su pureza aseguraba la ida al cielo de los 
pobladores. A decir de Byron Ellsworth Hamann, la relación de los 
niños con los divino tiene siglos de historia en Europa, tal parece que 
desde el S. XI ó XII de nuestra era.19 
 A continuación mostraremos las imágenes de infantes 
representados en esa época y la manera en la que se observa esa 
relación del niño con lo divino. 
 
REPRESENTACIONES PICTOGRAFICAS. 
Los códices muestran diversas representaciones de niños. En ellas 
encontramos a los infantes que aparecen representados junto con otros 
personajes y realizando alguna actividad. 
 
15 Le Roy Ladurie, Emmanuel, Montaillou, aldea occitana de 1294 a 1324, Madrid, 
Taurus, 1981. 
16 Davis, Natalie, Zemon, Society and Culture in Early Modern France, Stanford, 
Stanford University Press, 1975. 
17 Demause, Lloyd, La evolución de la infancia, Madrid, Alianza, 1982. 
18 William, Christian, Apariciones en Castilla y Cataluña S. XIV-XVI, Madrid, Nerea, 
1990, p. 264. 
19 Byron Ellsworth Hamann, “Child Martyrs and Murderous Children”, The Social 
Experience of Childhood in Ancient Mesoamerica, Colorado, University Press of 
Colorado, 2006, p. 211. 
12 
 
 La siguiente lámina es parte del Códice Florentino. En la lámina 
vemos la imagen de una mujer sentada sobre el pasto, que presenta a 
su hijo, el cual se encuentra sentado, desnudo sobre la pierna 
izquierda. La figura 4 realizada por Sandro Boticcelli en 1454 muestra 
la representación de una virgen sentada, quien sostiene a un niño sobre 
su pierna derecha y un grupo de ángeles los observan. 
 
 
20Fig. 3 Mujer cargando a su hijo. 21 Fig. 4 Virgen cargando a un niño. 
 
 
 En estas imágenes se encuentra representado el carácter divino 
de los niños, quienes aparecen representados junto a diosas, vírgenes o 
personajes que forman parte de la idea sagrada de los pobladores. En 
ambos grupos se observa la misma idea de relación íntima entre los 
niños y los personajes sagrados. 
 De tal manera que los niños eran considerados receptáculos de lo 
divino y se observa que pueden ser comunicadores de la población, ya 
que pueden tener un acercamiento con lo sagrado. 
 En última instancia, mostramos estas imágenes del Códice 
Borbónico, La Fig. 5 corresponde a la lámina 28 y muestra, según la 
interpretación de Anders y Jansen, “un baile que realizan los niños 
 
20 Códice Florentino. Lámina 
21 “Virgen y niño con cinco ángeles”, Sandro Boticelli. 
13 
 
alrededor de un palo liso, alto, decorado con papeles en forma de 
mariposas, hay un personaje tocando el tambor. A un lado había un 
templo con la imagen de un niño: “dios de los niños él que juzgaba 
quien lo hacía mejor; el diablo hablaba en él.”22 Se observa también el 
baile que los niños hacían alrededor del árbol, ellos iban ricamente 
ataviados con plumas y joyas, con los brazos y piernas llenos de plumas 
de color rojo. Además, llevan en sus manos, en lugar de flores, 
pequeñas estatuas de los dioses.23 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
24Fig. 5. Fiesta de Xocotl Huetzi. 
 
 
22 Códice Borbónico, Glosa, en la lámina 28. 
23 Códice Borbónico, Lámina 34, p. 206. 
24 Códice Borbónico, Lámina 
14 
 
 La siguiente imagen también se encuentra dentro del Códice 
Borbónico, en esta representación se expresa la ceremonia del Fuego 
Nuevo, se observa la manera en la que los padres abrazaban a sus hijos 
y todos usaban una máscara azul de maguey y los niños debían estar 
despiertos, porque si se dormían se volverían ratones. 
 
 
Fig. 6. Celebración del Fuego Nuevo. 
 
 
15 
 
1.2 LAS EDADES DE LA INFANCIA. 
 
El infante es llorón, es lactante. El buen infante es alegrador de la gente, 
 dueño de gozo. Mama, engruesa, crece. 
 El mal infante causa problemas, causa penas. 
Está lleno de roña, está roñoso, está infectado. 
 “in conepil chucani, chichini. 
 In aqualli conepil, tetequipacho, 
 tetlaoculti, moca, caoatl, caoati, papalani”25 
 
 
La infancia es una etapa de la vida en la que el individuo no es capaz de 
responsabilizarse de sus actos. Los antiguos mexicanos la concebían 
como un período en el que el niño estaba expuesto a los mayores 
peligros de orden natural y sobrenatural.26 Una etapa en la que el 
individuo se iba fortaleciendo por medio de las enseñanzas de sus 
padres, con la finalidad de participar en las actividades de su 
comunidad. Así, los adultos cuidaban de ellos y los orientaban para que 
lograran desarrollarse como individuos plenos, responsables y sobre 
todo participes de la sociedad en la que convivían. 
 Lamentablemente las informaciones que existen sobre las edades 
de los antiguos nahuas son escasas, al grado tal que no nos permiten 
determinar la edad a la que un niño dejaba de serlo y ya era 
consideraba adolescente, o cual era la edad de transición de un 
adolescente a adulto, lo que si sabemos es que un individuo llegaba a la 
vejez cuando cumplía 52 años.27 
 Además de la falta de información para conocer las edades, las 
fuentes tampoco son muy explicitas y muchas de ellas presentan 
también una serie de contradicciones que nos confunden aún más. 
Ejemplo de ello lo observamos en la propuesta de la división de las 
etapas de la vida. Hay quienes comentan que son cuatro etapas las que 
vive un ser humano, infancia, adolescencia, adultez y vejez; mientras 
otras especifican que Solo son tres. Tal es el caso de la representación 
que encontramos en el Códice Vaticano A, en la que se expresa la vida 
 
25 Códice Florentino, III, Libro X. fol. 2 v, traducción de Alfredo, López Austin, Cuerpo humano e 
ideología, 2 Vols., México, 1980, II, p. 271. 
26 Alfredo, López Austin, Cuerpo humano e ideología, 2 Vols., México, 1980, I, p. 324. 
27 “Cuando esta figura dicha fenecía, y los indios viejos llegaban a ella a ser de este 
tipo, que habían pasado en vida todas estas cuentas, que son cincuenta e dos, decían 
que ya habían atado los años y eran viejos y jubilados” Códice Magliabecci, fol. 28r. 
16 
 
en forma de una montaña. En ella se encuentran tres individuos. Según 
la interpretación de Anders y Jansen acerca de esta imagen, al pie del 
cerro tenemos un niño que lleva una flor: “alegre y juguetón (…) el niño 
apenas empieza la subida (…) como que comenzaba a subir –porque así 
decían que era el hombre hasta los veinte años, como que trepa una 
colina alta y va cortando flores y alegrándose en sus vicios y pecados”.28 
A la mitad del cerro se encuentra un hombre adulto que carga un arco y 
flecha:”luchador (…) llegó a la cumbre de sus capacidades”,29 bajando la 
colina tenemos la imagen de un anciano, “achacoso y sabio (…) ya va 
bajando y va de salida (…) necesita buscar un bastón con el cual 
sostenerse, retornando como niño a la primera edad”.30 Según esta 
interpretación el anciano regresaba a ser nuevamente un niño, 
afirmación que es apoyada por la siguiente enunciación: “El Bisabuelo. 
[Él es] decrepito, está en su segunda infancia” aoc quimati ueue, oppa 
piltontli.31 
 
 
FIg.7. Representación de las etapas de la vida.32 
 
 
28 Códice Vaticano A, comentarios de Jansen y Anders, p. 279-281. 
29 Ibidem, p. 279-281. 
30 Ibidem, p. 279-281. 
31 Códice Florentino, Fol. Traducción al inglés de Anderson Arthur y Charles Dibble, 
Florentine Codex, Santa Fe, Nuevo México, Universidad de Utah, 1969, X, p. 5 
32 Códice Vaticano A.Fol. 61v. 
17 
 
 Sin embargo y a pesar de esas contradicciones, observamos que 
la infancia siempre es la etapa que inicia el ciclo de la vida, su duración 
se remontaba al momento de mayor fragilidad del individuo, cuando el 
sujeto no podía valerse por sí mismo,33 y además podía ser afectado por 
distintas fuerzas nocivas, por esa razón, era cuidado con recursos 
mágicos que le ayudaban a alejar esas fuerzas nocivas y atraer la 
protección de los dioses. 
 Existen diversos términos en lengua náhuatl que fueron usados 
para designar los distintos momentos de la infancia, términos que sólo 
se pueden equiparar con los de “niño” o “infante” en español. López 
Austin presenta un cuadro en el que muestra esos términos y de 
acuerdo a ellos realiza una propuesta de división de esta primera etapa. 
 
TÉRMINO EN NÁHUATL EDAD ETAPA 
Piltontli 
Piltzintli 
 
Más de 6 años. 
 
Pilpil 
Conepil 
Conetl 
 
Menos de 6 años. 
 
Conetontli 
Oc atl 
Oc tototl 
Conechichilli 
Xochtic 
Conechichilpil 
Conealacton 
 
 
 
Aún no habla. 
 
INFANCIA 
Oc chichi piltzintli 
Oc chichi piltontli 
 
Lacta. 
 
 
Piltzin tli itic ca 
 
Vida intrauterina. 
 
 Cuadro de las edades.34 
 
 
33 Aries Phillippe, El niño y la vida familiar en el antiguo régimen, México, Ed. Taurus, 
2001, p. 10. 
34 López Austin Alfredo, Cuerpo humano e ideología, I, p. 322. 
18 
 
 Recurrimos también a los términos en náhuatl con los que 
algunos autores designan a los individuos que se encuentran en esta 
etapa y que encontramos en diversas fuentes, y los agregamos al cuadro 
propuesto por López Austin: 
Cuadro de las edades de la infancia, con términos en náhuatl: 
 
Termino en 
náhuatl 
Códice 
Florentino 
Edad Termino en 
náhuatl. 
Rémi Simeón 
Edad Término en 
náhuatl 
Fr. Alonso 
de Molina 
Edad 
Xocoiouh. El más 
pequeño 
Ichpochpiltontli 
 
 
Conealacton 
Jovencita 
muy niña 
 
Niño muy 
joven 
 
 
 
 
 
Más de 
6 años 
 Piliuitl 
Pilpil 
Piltontli 
Piltzintli 
 
Niño 
Niñito 
Niño 
Niño 
 
Piltontli 
Conetontli 
piltzintli 
Niño o 
niña 
pequeños 
Menos 
de 6 
años 
Conetl 
Conetontli 
 
Piltzintli 
Piltontli 
Cioapiltontli 
 
 
Recién 
nacido 
Conechichilli 
Oc Tototl 
 
 
Conetl 
Conetontli 
Niñito 
Niño de 
cuna 
 
Niño 
Niñito 
Conetontli 
Ocatl 
Oc Tototl 
Conechichilli 
Xochtic 
 
Niño o 
niña que 
aún no 
habla 
 
 
Recién 
nacido 
Conetl 
Chichiltzintli 
Atzintli 
Lactante Conechichipil 
 
 
Ichpocatl 
Niño 
Lactante 
 
Niña de 
poca edad.
Occhichi 
piltontli 
 
Occhichi 
piltzintli 
 
 
Lactante 
Conetontli 
Piltontli 
Anozo hititl. 
Aun en el 
vientre 
 Aun el 
vientre 
 
 Como ya se escribió en el cuadro, muchos de estos términos 
fueron empleados por los autores cuando realizaron sus descripciones. 
Cuando en el Códice Florentino se habla del niño que aún se encuentra 
en el vientre materno, el autor dice: 
 
19 
 
In iquac chipinj, in motlalia piltzintli: 
achivalo, tlaqualolo, tlaqualchioalo[…] 
 
 
A ca nelle axcan in piltontli, in 
conetontli, in ichpuchtontli in N. ca 
qujcnomatiznequj in totecujo: cozcatl, 
quetzalli ijtic qujmaqujliznequi: ca 
oitlacauh, caoitlacauhpilo in piltontli 
[…]35 
Cuando el niño empieza a ser 
desarrollado, cuando el bebé es 
concebido […] 
 
Nuestro señor desea mostrar su 
piedad a la mujer, al niño, a la dama 
N, el desea colocar dentro de ella un 
precioso collar una pluma preciosa; 
pues el niño ha sido concebido. 
 
 
 Si observamos, los vocablos que el autor utiliza para referirse al 
niño que aún se encuentra en el vientre son Piltontli y Conetontli, 
mientras que ese término CONETL también es usado en otros 
momentos por el autor: conetl, Es un niño lactante, o quizá uno 
tiernecito, o quizá de vientre “CONETL, chichiltzintli atzintli anozo 
hititl.”36 
 La mayoría de las fuentes hace referencia de los niños a partir de 
su nacimiento, no proporcionan más términos para designar a los 
infantes que aún se encuentran en el vientre materno. En el caso de los 
textos de Sahagún los conceptos que utiliza frecuentemente para hablar 
de los niños de diferentes edades son: piltzintli, piltontli y conetontli. 
 Los momentos que prosiguen al nacimiento del niño, en los que 
se le da el primer baño, que le cortan el cordón umbilical, que le 
imponen el nombre, cuando es llevado con el adivino y también cuando 
es ofrecido por sus padres a las divinidades del templo, difícilmente son 
descritos con las edades y esto lo podemos apreciar en las distintas 
fuentes. En las informaciones que esos autores presentan sobre los 
rituales, como veremos en los siguientes apartados, se mencionan 
frases como las siguientes: 10 días de nacido, un mes de nacido, etc. 
Evidentemente todos esos rituales se presentaban en una primera 
 
35 Códice Florentino, II, Fol. 114v- 115v, traducción al inglés de Anderson Arthur y Charles 
Dibble, Florentine Codex, Santa Fe, Nuevo México, Universidad de Utah, 1969, VI, p. 
135-139. 
36 Códice Florentino, Fol. Traducción al inglés de Anderson Arthur y Charles Dibble, 
Florentine Codex, Santa Fe, Nuevo México, Universidad de Utah, 1969, X, p. 13 
20 
 
etapa, que iniciaba con el nacimiento del niño y que tal vez podía 
extenderse hasta el fin de la lactancia. 
 
37Fig. 8. El recién nacido en su cuna. 
 
 La división de la infancia en períodos o etapas se puede 
corroborar gracias a lo que escribe Mendieta,38 sin embargo aquí 
encontramos otra de esas contradicciones, ya que el autor nos dice que 
existe una primera etapa de la infancia que va desde que el niño es 
recién nacido, hasta que cumple seis años. Por otro lado el Códice 
Mendoza muestra que la primera etapa es la del proceso de gestación de 
la criatura y se extiende hasta el nacimiento del niño. La siguiente 
imagen corresponde al inicio de la segunda etapa de la infancia, según 
el Códice Mendoza, en la que el niño ya esta de pie, tiene tres años, ya 
no es amamantado por su madre y su etapa lacta ha terminado, 
inclusive ya es alimentado con media tortilla. 
 
39Fig. 9. Niños a la edad de 3 años. 
 
 Por su cuenta Motolinia comenta que la etapa lacta terminaba a 
los cuatro años de edad y que durante ese tiempo las madres no tenían 
relaciones con sus maridos, hasta que terminaban de criarlo.40 
 
37 Códice Mendoza, Lámina LVIII, Fol. 57 r. 
38 Mendieta, Gerónimo de, Historia eclesiástica indiana, México, I, p. 122. 
39 Códice Mendoza, Lámina LIX, Fol. 58r. 
21 
 
 En el Códice Florentino, los términos utilizados para nombrar a 
los niños desde el nacimiento y hasta el momento en el que ingresan al 
templo siguen siendo los mismos. Inclusive cuando hablan de las niñas 
sólo agregan el término cihoatl. Así observamos el término cioapiltontli 
en el siguiente texto, cuando es el momento de cortar el cordón 
umbilical: 
 
Vncan mjtoa in tlatolli, in qujlhujaia ticitl in 
piltzintli: in iquac qujxictequja[…] 
 
 
Auh in jxic cioapiltontli: can vncan in 
calitlecujllan qujtocaia ixic: ca in ciohatl, 
acampaiaz[…] 
 
 
Notlacopiltzin, noxocoiouh…41 
Estas son las palabras que le dicen al 
bebe cuando van a cortar el cordón 
umbilical […] 
 
Y el cordón umbilical de la niña es 
sólo enterrado en el hogar lo que 
significa que la mujer no irá a ningún 
lado […] 
 
Mi niño precioso, el más pequeño… 
 
 En este caso el término noxocoiouh es usado para designar al 
hijo más pequeño, el último de los hermanos, que utilizado en otro 
contexto podría no tratarse de un niño. Así que el vocablo debe usarse 
con mucho cuidado y no incluirlo en el grupo de los términos en 
náhuatl que se refieren a los niños. 
 Los vocablos nahuas utilizados por los antiguos mexicanos para 
referirse a los niñosson: piltzintli, piltontli y piltotonti. A continuación lo 
observamos: 
 
Vncan mjtoa: in quenjn ticita, in oconxictec 
in piltzintli: njman caltiaia. Ioan in 
quenin maltiaia pipiltotonti: ioan in tlein 
qujtoaia ticitl, inic caltiaia piltontli, injc 
qujtlatlauhtiaia cioateutl […] 
Aquí se encuentra dicho lo que la 
comadrona dice después de que corta 
el cordón umbilical y baña al niño y 
como eran bañados los niños y que le 
decía la partera al niño mientras lo 
 
40 Benavente, Motolinia, El libro perdido, p. 530. 
41 Códice Florentino, II, Fol. 146r- 146v. traducción al inglés de Anderson Arthur y 
Charles Dibble, Florentine Codex, Santa Fe, Nuevo México, Universidad de Utah, 1969, 
p. 171-173. 
22 
 
 
 
Auh in oquicencauh, in oqujxictec in ticitl 
in iehoatl piltzintli: njman caltia in 
piltzintli, qujpapaca qujnotztinemj […] 
 
 
Niman concuj in atl, in ticitl, conahaiovia: 
niman conpaloltia in piltzintli, ijelpan 
qujtlalilia, ioan ijcpac, quinotztinemj in 
piltontli: qujlvia. Noxocoiouh…42 
bañaba […] 
 
La partera arreglaba al niño, cuando 
ella había cortado el cordón 
umbilical, entonces bañaba al niño 
[…] 
 
Entonces la comadrona tomaba el 
agua, y le daba a probar al bebe, 
tocaba su pecho y su cabeza con el 
agua, después procedía a vestirlo y le 
decía: “Mi más pequeño hijo” 
 
 En las descripciones que Sahagún hace de los niños según las 
características que presentan hasta entrar al templo, también ocupa los 
términos que hemos visto empleados en las anteriores descripciones. 
Por ejemplo cuando habla del: 
 
PILTONTLI 
In piltontli, celic, nane, taoac, 
cemoquichtli, centeconetl, teiccauh, 
teach, machtiloni, notzaloni, titanoni. 
 
 
In qualli yiollo piltontli, tetlacamatini, 
tlacaquini, temauhcaittani, mauhqui, 
mopechtecani, mopechteca, tetlacamati, 
temauhcaitta, momachtia43 
 
EL NIÑO 
El niño es tierno, tiene madre, tiene 
padre (puede ser) varón único, hijo 
único, hermano joven, hermano 
mayor. Es instruible, llamable, 
enviable. 
El niño de buen corazón es obediente, 
acatador, respetuoso, temeroso, 
humilde. Obra humildemente, 
obedece, respeta a la gente, aprende. 
 
 A pesar de que el Códice Mendoza es una de las fuentes en las 
que podemos encontrar un mayor número de referencias sobre las 
edades de la vida, lamentablemente observamos que la información que 
 
42 Códice Florentino, II, Fol. 148 r, 148v, 149r, 149v, traducción al inglés de Anderson 
Arthur y Charles Dibble, Florentine Codex, Santa Fe, Nuevo México, Universidad de 
Utah, 1969, p. 175-177. 
43 Códice Florentino, Fol. 8v, traducción de López Austin, Cuerpo humano e ideología, 
II, p. 270. 
23 
 
presenta, únicamente se limita a describir la educación que impartían 
los padres a sus hijos y los castigos que correspondían a los infantes, 
según su edad. Sahagún hace referencia de los niños que eran bien 
portados y de quellos que no cumplían con las normas de los padres, 
razón por la cual recibían esos castigos. Un buen niño era descrito por 
el fraile de la siguiente manera: 
 
CONETONTLI 
Chonequiztli. In qualli conetontli, haqa 
quenami, tetzcaltic, chipactic, 
tlacamelaoac, tlacanezquj, mozcaltia, 
mooapaoa, papatlaca, patlani, mana.44 
EL INFANTE 
Es delicado. El buen infante no tiene 
tacha, es limpio, claro, perfecto, de 
buena apariencia. Crece, se hace 
fuerte, embarnece, engruesa, se 
desarrolla. 
 
 Los antiguos mexicanos cuidaban mucho de sus hijos y trataban 
de que ellos crecieran sanos en todos los aspectos, nunca les permitían 
la ociosidad. El Códice Mendoza, muestra de que manera los niños de 
determinadas edades aprendían actividades que estuvieran en 
condiciones de realizar según la edad que tuvieran, la edad también 
influía en la manera de alimentarlos. De tal manera que: 
 
“Entre los 3 y 6 años, el niño azteca progresa desde la ración 
diaria de media tortilla de maíz a una y media; las niñas 
aprenden los nombres de los objetos del costurero y, más tarde, 
aprenden a usar el huso; los niños empiezan llevando cargas 
livianas, y a los seis años se los envía al mercado a juntar las 
sobras y los restos que desechan los mercaderes.45 
 
 
44 Códice Florentino, Fol. 8v, traducción de López Austin, Cuerpo humano e ideología, 
II, p. 270. 
45 Códice Mendoza, Lámina LIX, fol., 58r. 
24 
 
 
46Fig. 10 Niño y niña a los cuatro años de edad. 
 
 
47Fig. 11 Niño y niña a los cinco años. 
 
 Los infantes que cumplían con sus actividades tal y como lo 
marcaba la sociedad y la educación familiar eran de gran ayuda en las 
labores del hogar. Sahagún realiza una descripción de esos infantes que 
cumplían con sus labores y las características que poseían para 
considerarlos buenos niños y más aún, la descripción parece referirse a 
los niños principales: 
 
TEPILTZIN TECONEUH 
 
In tepiltzin tlacopilli, calitic conetl 
chanecaconetl teuiotica tepiltzin […] 
 
 
In qualli tepiltzin, tlatlacamati, 
mocnomatini, mocnotecani, 
EL NIÑO PRINCIPAL. 
El niño principal, es así, el legítimo 
niño, el niño nacido dentro de las 
actividades de la casa, el nacido 
dentro de la habitación, el que es 
espiritualmente aceptado (…) 
El hijo principal es obediente, 
humilde, gracioso, agradecido, 
 
46 Códice Mendoza, lámina LIX, fol., 58 r. 
47 Ibidem. 
25 
 
tlatlacocamatini, tlamauiztiliani, 
tlamauiztilia, tlatlacamati, mocnoteca, 
mocnopilmati, mocnelilmati, tequixtia, 
tenemiliztoca, tetlaieiecalhuia […]48 
 
 
venerable. Es el quien muestra 
reverencia, quien obedece, es 
agradecido, muestra apreciación y 
se asemeja a su padre o a su madre 
en el cuerpo y el carácter y en el 
camino de la vida. 
 
Otra descripción más profunda del buen niño nos dice: 
PILTONTLI, CONETONTLI 
Oquichpiltontli, tetzon teizti, tequixti, 
quixtilpilli, quixtilconetl, in ciuapiltotli, 
conetzintli cocotzin, tepitzin, chontzin, 
quaqualtzin […] 
 
 
In qualli in tlacatl oquichpiltontli, 
ciaupiltontli yiel yiehel, yitzqui, tzicuictic, 
yolizmatqui, uel monotza, notzaloni, 
tecacqui, tlatlacamatquit49 
EL NIÑO- EL NIÑO 
El pequeño de noble descendencia, 
quien imita a sus mayores es bien 
educado. La niña pequeña, la niñita 
es delicada, bondadosa, hermosa, 
buena. […] 
 
El buen niño noble, la buena niña 
noble son diligentes, activos, ágiles, 
discretos, considerados, tratables, 
obedientes, quienes alegremente 
obedecen las ordenes 
 
Los niños que tenían mal comportamiento, que no cumplían con las 
órdenes que sus padres les imponían eran reprendidos severamente. 
Los castigos se aplicaban a los infantes de acuerdo a su edad. Así, 
observamos que un niño de ocho años de edad que es desobediente se 
le amenaza con púas de maguey, como lo muestra la imagen. 
 
50Fig. 12 Castigos a los niños que tenían 8 años. 
 
48 Códice Florentino, Fol. 1v, 2r, traducción al inglés de Anderson Arthur y Charles Dibble, 
Florentine Codex, Santa Fe, Nuevo México, Universidad de Utah, 1969, X, p. 3. 
49 Códice Florentino, Fol. 2 v, traducción al inglés de Anderson Arthur y Charles Dibble, 
Florentine Codex, Santa Fe, Nuevo México, Universidad de Utah, 1969, X, p. 3. 
50 Códice Mendoza, lámina LX, fol. 59r. 
26 
 
 
 A la edad de diez años, los niños desobedientes o perezosos eran 
golpeados con un palo, mientras estaban desnudos. 
 
51Fig. 13 Castigos a los niños de diez años. 
 
 A los niños de once años se les obliga a inhalar humo de ají, 
mientras que a la muchacha se la amenaza con el mismo destino. 
 
 
52Fig. 14 Castigos a los niños de 11 años. 
 A un muchacho desobediente de 12 años se lo deja echado sobre 
tierrahúmeda, atado de pies y manos; a la muchacha se la levanta en 
mitad de la noche y se la obliga a barrer la casa. 
 
 
51 Ibidem. 
52 Ibidem. 
27 
 
 
53Fig. 15 Castigos a los desobedientes. 
 
 Los infantes desobedientes, irresponsables y considerados malos 
niños fueron descritos también por Sahagún, quien menciona que: 
 
In piltontli tlaueliloc cuitlatzul 
quitemmatqui, hetic, xocopatic, haoompa 
xolopitli nextecuili, haompa eeua, 
oolpatlacheua, cocopichcholoa, tompux 
poxaqua, iolpoliuhqui, iollotlaueliloc, 
hanenqui, teupoliuhqui.54 
El niño malo es flojo, indolente, 
haragán, es un trozo de carne con 
dos ojos, confuso, estúpido, 
imbécil, que entiende Solo malas 
cosas, que hace cosas malas, 
rudo, aburrido, sustraedor, 
agitador, tonto, descansado, lleno 
de aflicción. 
 
 A la edad de trece años, los niños entraban en un proceso en el 
que debían aprender los oficios que de sus padres, era el momento en el 
que empezaban a prepararlos para el matrimonio, pues ya los 
enseñaban a colaborar con las actividades productivas de la comunidad 
y a participar de los trabajos a los que se dedicarían el resto de su vida. 
Era esta la edad en la que abandonaban su comportamiento de niños 
para asumir su papel como adolescentes. 
 
 
 
53 Ibidem. 
54 Códice Florentino, Fol. 2 v, traducción al inglés de Anderson Arthur y Charles 
Dibble, Florentine Codex, Santa Fe, Nuevo México, Universidad de Utah, 1969, X, p. 3. 
28 
 
 
 
 
 
55Fig 16. Oficios que aprendían los niños a los trece años. 
 
 
 
 
 
 
 
 
55 Códice Mendoza, Lámina LXI. 
29 
 
1.3. EL NACIMIENTO ENTRE LOS MEXICAS. 
 
 Y contemplar verdaderamente que 
 nuestro señor desea mostrar su piedad, 
dando un collar precioso, una pluma preciosa. 
[in qujnmocnomachitinezquj totecujo, 
in ce cozcatl in ce qutzalli in qujmomaqujliznequi 
in amoquauh, in amocelouh]56 
 
 
En la sociedad mexica, al igual que en otras sociedades, la llegada de 
un nuevo integrante de la comunidad era motivo de alegría, júbilo y 
celebración, a la que se unían no Solamente los padres de la criatura 
sino también sus familiares y en algunos casos los vecinos de otros 
pueblos. Todos ellos eran participes de los rituales que envolvían al 
nacimiento. 
 Las prácticas que envolvían al nacimiento se iniciaban desde el 
momento en el que la mujer se reconocía embarazada y se extendían 
hasta el alumbramiento, que también era conocido como “momento de 
muerte”, precisamente por el riesgo que implicaba el parto. Así que 
durante este período de tiempo la mujer y su hijo atravesaban todo un 
proceso, que iba acompañado de prácticas rituales, cuidados y consejos 
terapéuticos, con la única finalidad de proteger a ambos. Al término de 
ese proceso, tanto la mujer como el niño adquirirían un nuevo status 
dentro de su comunidad. 
 A continuación hablaremos de la evolución del embarazo, 
poniendo especial énfasis en los discursos realizados por los familiares, 
los amigos y la partera, con la intención de conocer las indicaciones que 
le hacían a la preñada y los cuidados que debe seguir para protegerse a 
ella misma y al bebé y así tener un buen parto. Asimismo describiremos 
los rituales realizados por los participantes de este suceso y la función 
que cumplía cada uno de ellos dentro del proceso. Finalmente 
mostraremos la importancia social de este hecho, que le otorgaba un 
status a la mujer y un espacio y reconocimiento al niño ya que permitía 
la continuidad de una línea familiar y el mantenimiento de un linaje. 
 
56 Códice Florentino, II, Fol. 125v. Traducción al ingles de Anderson Arthur y Charles 
Dibble, Florentine Codex, Santa Fe, Nuevo México, Universidad de Utah, 1969, p. 145-
146. 
30 
 
 
EL NACIMIENTO. 
Entre los nahuas del Posclásico, como es sabido, era de gran 
importancia el advenimiento de una criatura. Se decía que el deber de 
la madre era tener hijos y cuidarlos, por el contrario, se veía con malos 
ojos a aquellas mujeres que no habían sido beneficiadan con esta 
bendición y que por consiguiente no podía tener hijos, tal fue el caso de 
Matlolaxoch, señora de Chalco, que: 
 
“…para que el pueblo perdiese aquella mala opinión que de 
infecunda ella tenía [pidió que] […] aquellos hijos que de las 
otras mujeres naciesen, que en naciendo ella los meteria en su 
seno y se acostaría fingiendose parida, para que los que 
entrasen a visitalla le diesen el parabien del parto y nuevo hijo 
[…] y así, en pariendo que paria alguna de aquellas mujeres, 
acostabase ella en la cama y tomaba el niños en sus brazos y 
fingiase parida, recibiendo las gracias y los dones de los que la 
visitaban, recibiendo las gracias y los dones de los que la 
visitaban y aunque en realidad de verdad no era ella la parida, 
quedaba en opinión dello…”57 
 
 La condición de Matlolaxoch la ponía en desventaja con otras 
mujeres, por tal motivo, aprovechaba el momento en el que otras 
mujeres parían para adjudicarse el parto y así mantener su posición 
ante los ojos del pueblo.58 
 Como se ha mencionado anteriormente el proceso de embarazo 
traía como consecuencia el paso de la preñada a un nuevo estado 
corporal y social. Del mismo modo el bebé atravesaba un proceso de 
formación que culminaría con su integración a la sociedad. De tal 
manera que en este período se distinguen dos etapas. En la primera 
 
57Duran, fray Diego, Historia de las Indias de Nueva España e islas de tierra firme., 2 
Vols. México CONACULTA, 2002, I. p. 100. 
58 Zingg, Robert, Los tarahumaras. Una tribu india del Norte de México, INI, México. 
Entre algunos grupos indígenas actuales, como los tarahumaras, encontramos una 
concepción distinta de la esterilidad, debido a que entre ellos los ricos tienen pocos 
hijos o definitivamente no los tienen, pues se dice que si el amo es estéril su ganado se 
multiplicara y lo hará más rico, p. 367. 
 
31 
 
observamos un estado prácticamente marginal al que era sujeta la 
preñada y en el que recibía una serie de consejos que debía llevar a 
cabo o de lo contrario afectaría al producto. La segunda etapa se 
iniciaba con el alumbramiento, ya que en ese momento la mamá y el 
niño adquirían un nuevo status social.59 
 
El inicio del embarazo. 
De acuerdo a lo que comenta Sahagún, cuando una mujer se sabía 
embarazada se organizaba una reunión, a la que asistían los familiares 
de la mujer y de su esposo. Si acaso el matrimonio era parte del linaje 
gobernante, entonces se avisaba a los nobles de otros pueblos para que 
asistieran a la comida. 
 
60Fig. 17 De la reunión de los amigos y familiares de la preñada. 
 
 En la reunión dos personas se encargaban de pronunciar los 
discursos por medio de los cuales manifestaban la alegría que les 
provocaba este hecho, resaltando la importancia del niño y su 
significado del cual decían que era un regalo precioso de los dioses, 
decía el primer orador: 
 
59Van Gennep, Arnold, Rites of Passage, The University of Chicago Press, Chicago, 
1960. Según Van Gennep entre los Thodas de la India, existe entre los ritos de paso el 
total aislamiento de las mujeres embarazadas, quienes eran enviadas a una cabaña 
alejada de la comunidad. E inclusive menciona que el aislamiento era necesario para 
proteger al bebé y al marido de que fuerzas malignas pudieran alcanzarlos y dañarlos, 
p. 42. 
60 Códice Florentino, II, Libro 6, Fol. 116 r. 
32 
 
 
“..Auh qujmocaqujtia in 
monoltitoque in vevetque, in 
jlamatque, in tzonjztaque: ca 
otlaocux in jiollotzin in totecujo. A 
ca nelle axcan in piltontli, in 
conetontli, in jchpuchtontli in. N. ca 
qujcnomatiznequj in totecujo: 
cozcatl, quetzalli ijtic 
qujmaqujliznequj:ca oitlacauh, ca 
oitlacauhpilo in piltontli: anca 
iolilizli ijctic qujmaqujliznequj in 
totecujo.”61 
“…Y dejar que hablen aquellos 
que están aquÍ, el anciano, la 
anciana, los del cabello cano, los 
de la cabeza blanca, escuchadlos 
que nuestro señor muestra su 
bondad, lo deseoso que esta 
ahora, lo bondadoso que es con el 
niño, la niña, la dama N, lo gozoso 
que esta por haber colocado 
dentro de la dama un collar 
precioso, una pluma preciosa, 
pues el niño ha sido concebido, él 
ha sido engendrado, pues al 
parecer el deseo de Nuestro Señor 
es que haya vida dentro de ella…” 
 
 El segundo orador también mencionaba la nueva noticia y 
encomendaba a su dios la suerte del niño que estaba por venir. 
 La importancia de este hecho se reflejaba en los discursos 
presentados por los oradores, debido a la continuidad que daría esta 
mujer con su niño a la comunidad, una genealogía que había iniciado 
años atrás y aunque muchos de los integrantes de esa estirpe ya habían 
fallecido, aún así seguían siendo significativos, pues también se les 
recordaba e inclusive los que presenciaban el hecho se lamentaban de 
que no estuvieran presentes esos ancianos, para apreciar el suceso, de 
ellos decían lo siguiente: 
 
 
 
A can elle axcan: ca njcan tictlapoa 
in toptli, in petlacalli: a ca njcan 
tontlamaviçoa a tontlachia in 
atotlachiaia, in atotlacaquja: at 
vevetque, at ilamatque, at 
“…ahora observamos en tu interior, 
maravillados contemplamos lo que 
no deberíamos contemplar, 
escuchamos lo que no deberíamos 
escuchar. Quizá el anciano, la 
anciana, los principales de cabellos 
canos, de cabeza cana, deberían 
 
61 Códice Florentino, Fol. 115 r. Traducción al inglés de Anderson Arthur y Charles 
Dibble, Florentine Codex, Santa Fe Nuevo México, Universidad de Utah, 1969, p. 135-
136. 
33 
 
tzonjztaque, quaiztaque in 
tlacaqujan yn: acan oc ie 
tiqujmontanjlizque, ca oiaque, ca 
omotecato in atlan, in oztoc: ca 
oqujnmopolvi, ca oqujnmotlatili in 
totecujo, in totechiuhcaoan, in vel 
vevetque, in vel ilamatque 
muchiuhtiuj: in vel ceoallotiuj, in vel 
malacaiotivi, in vevei puchotl, avevetl 
muchiuhtivi yn ointlannecalaqujloc: 
[…] 
 
A ma oc ymatian, ma oc imjxpan: a 
ma oc iehoan, ma oc imjxoan: a ma 
oc ieohan qujcaqujnj, qujmatinj, injn 
tlamaviçolli: a in ce cozcatl, in ce 
quetzalli a in techmomaqujliznequj, a 
in ioliliztli ijtic qujmaqujliznequj in 
piltontli, in conetontli, in 
jchpuchtontli: a ca qujchozquja, ca 
qujteupoazquja: ca iehoantin 
tlamaviçozquia,auh 
tlatlaçocamatizquja.62 
escucharlo. Pero ya no podemos 
decirles porque han fenecido, 
porque han ido a habitar al lugar 
del agua, a la cueva, porque 
Nuestro Señor los ha escondido. 
Ellos fueron nuestros antepasados, 
ellos, el anciano y la anciana, que 
fueron a ver las sombras, quienes 
fueron a formar los grandiosos 
árboles de algodón, los cipreses […] 
 
 
Es posible que todavía hayan 
estado en su tiempo. Es posible 
que todavía hayan estado en su 
presencia. Es posible que hayan 
estado (cuando aún vivían) 
Posiblemente ellos si lo hayan 
escuchado, hayan sabido de esta 
maravilla, que ahora nosotros 
atendemos. Lo que Nuestro Señor 
desea bajar sobre nosotros, lo que 
desea crear para nosotros, el 
precioso collar, la preciosa pluma 
que quiere darnos. La vida que 
desea colocar dentro de la mujer, 
ese niño. Que será para ellos, para 
los que habían llorado sobre él, los 
que se habían maravillado, los que 
lo habían considerado, esta 
preciosa cosa…” 
 
 Hasta este momento los discursos estaban encaminados a 
ensalzar a la criatura y a los antepasados de la familia, más adelante se 
vuelven hacia la mujer preñada para darle algunas indicaciones que la 
hagan reflexionar sobre su actitud ante el embarazo y recomendarle que 
 
62Ibidem, Fol. 117r-117v, p. 137. 
34 
 
no se ensoberbezca por este hecho, ya que no es por su gracia por la 
que esta esperando a un bebé sino por la gracia de su dios. 
 Además de los consejos terapéuticos que daban en esta primera 
reunión, los familiares y amigos se encargaban de dar otro tipo de 
recomendaciones que se ubicaban dentro de las llamadas “abusiones”, 
sobre todo si consideramos que los antiguos mexicanos recurrían a 
medios mágicos-rituales para conceder una estabilidad en la mayor 
parte de los aspectos de su vida, no podía ser el embarazo la excepción, 
de tal manera que esos peligros por los que podrían atravesar, tenían su 
forma mágica de contrarrestarse: 
 
Abusión Manera de contrarrestarla 
Para que la criatura no 
saliera manca ni lisiada de 
los pies, de las manos o los 
dedos 
 Se recomendaba que no tuviera relaciones 
sexuales, durante el embarazo. 
Para que no naciera jorobado Se recomendaba poner unas navajas con 
picietl en el seno 
Para que no naciera con labio 
leporino 
 Se recomendaba no ver los eclipses de Sol 
y Luna y si así lo hiciere, debía ponerse 
una navaja negra en el seno 
Para que naciera bien el niño 
y no se pegase 
 Se recomendaba que no comiera tamales 
que se hubieran pegado en la olla, al 
momento de cocerlos.63 
 
 Asimismo le decían que no ayunara, que no comiera tierra y que 
tuviera muchos cuidados. En la actualidad hay comunidades en las que 
la idea de esas “abusiones” ha prevalecido, por ejemplo, entre los 
grupos mayances de Chiapas, se dice que la mujer embarazada: 
 
 “Nunca podrá comer un pedacito de tortilla que quede adherida 
al comal, ni otro alimento que quede pegado al fondo o a los lados 
 
63 Ibidem, I, p. 461. 
35 
 
de una olla, porque de lo contrario se pegara la placenta […] Al 
salir de noche no deberán llevar ocote encendido cuando hay luz 
de Luna porque, de lo contrario el hijo nacerá estrábico…”64 
 
 Después de estos consejos, habla la preñada para agradecer la 
visita y recomendaciones de sus familiares, termina la reunión y se 
despiden. 
 
Preparativos para el parto. 
Cuando faltaba uno o dos meses para que la mujer diera a luz, los 
familiares se reunían nuevamente y se reiniciaban los discursos, esta 
vez uno de los presentes se dirigía a los suegros. Posteriormente se 
elegía a una partera que atendería a la mujer en el alumbramiento. Más 
adelante una mujer, familiar del esposo, se dirigía a la partera (que ya 
había sido elegida) con la intención de encomendarla a la preñada y que 
hiciera su trabajo para que el parto resultara con bien, le decía: 
 
[…] A ca nelle axcan, 
icnotlamatiznequi in 
iyollotzin totecuyo: 
ce cozcatl, ce quetzalli, 
quimomacauiliznequi in 
tlalticpaque, 
yoliliztli quimotlaliliznequi, iitic 
quimocalaquiliznequi in totecuyo: 
in yehuatl mocnotlacauh in 
piltontli, in 
ichpuchtontli in N: 
inin matech onmantinemi in 
mocnotlacauh in N: 
 
 
 
Auh ca ic ticmocaquitia, 
¡Ah, ciertamente el corazón de 
Nuestro 
Señor desea ser misericordioso! 
El Señor de la Tierra dejo caer de su 
mano 
una piedra preciosa, una pluma de 
quetzal 
al vientre de esta pobre criatura, 
de esta niña, de esta muchacha 
casada 
con este pobre muchacho, 
Nuestro Señor quiso ponerlo, quiso 
colocar una vida. 
 
Y así, tú oyes, la dejó, la colocó 
en tus manos, en la cuna de tu 
regazo, 
sobre tu espalda. 
 
64 Guiteras Holmes, Calixta, “La magia en la crisis del embarazo y parto en los 
Actuales grupos mayances de Chiapas” en Estudios de Cultura Maya, México, UNAM, 
1961., p. 161. 
36 
 
momactzinco, 
mocuexantzinco, moteputztzinco 
concana, contlalia: 
a in iz onmoltitoque in ueuetque, in 
ilamatque, in pilhuaque, 
in tzoneque, in izteque: 
auh yehuantin in nantin, in tatin 
mitzmipilmaquilia in axcan…”65 
¡Mira! Aquí están los viejos y las 
viejas, los señores de las familias, 
que hacen brotar esteasunto, como 
hace brotar la cabeza los cabellos, 
los dedos las uñas; 
así las madres y los padres 
te dan ahora a su hija. 
 
 
 Luego la partera tomaba la palabra y sin orgullo ni soberbia 
alguna, hablaba de sus pocas virtudes que sobre la labor del parto 
poseía y afirmaba que todo saldría bien, si así lo decidían los dioses. 
Posteriormente la llevaba al temazcalli, en donde la bañaba y le 
acomodaba a la criatura. El hecho de llevarla al temazcal tenía gran 
importancia ya que de aquí era de donde la madre obtendría el calor 
suficiente para mantener estable su tonalli, mientras que el niño 
obtendría la fuerza necesaria para subsistir este proceso.66 
 Sin embargo la partera no debía excederse al calentar el baño, 
porque esto podría provocar un exceso de calor que traería graves 
resultados, entre ellos, que se pegara la placenta y el niño tuviera 
dificultad para nacer. 
 La madre atravesaba un momento de desequilibrio en términos de 
naturaleza fría o caliente, razón por la cual la partera debía continuar 
con las recomendaciones y cuidados de la preñada, pues mostraba un 
exceso de calor, y sólo con el cumplimiento de esas recomendaciones 
podría encontrar su estabilidad y mantener equilibrado su tonalli y el 
cuidado del niño.67 La búsqueda del equilibrio en su tonalli era también 
reforzado gracias a las ofrendas que la preñada realizaba a las 
divinidades, sobre todo a Ometeotl y Omecíhuatl, pues por: “mandado 
 
65 Códice Florentino, Fol. Traducción de Sullivan, Thelma, en “El embarazo y el parto 
en la mujer mexica” Arqueología mexicana, México, Vol. 5, No. 29, 1998, p. 
66López Austin, Alfredo, Cuerpo humano e ideología, 2 Vols., México, UNAM, 1980. 
López Austin menciona que las mujeres embarazadas sufren insuficiencia de tonalli y 
que entre el período intermedio entre el nacimiento y la introducción del tonalli, el 
niño puede obtener del fuego el calor necesario para subsistir, I, p. 290, II, p. 225. 
67 López Austin, Alfredo, Cuerpo humano…, op. cit., I, p. 290. 
37 
 
de allá venía la influencia y calor con que se engendraban los niños o 
niñas en el vientre de sus madres”.68 
 Así pues, la preñada debía mantener una buena actitud ante su 
condición, evitar los sustos o los disgustos que le pudieran provocar el 
aborto, de igual manera evitar el contacto con alguna persona iracunda, 
pues poseía un exceso de calor provocado por un estado físico 
transitorio y con esto la mujer sufriría una prolongación en el trabajo 
del parto.69Además le pedían que no ayunara para que el niño no 
tuviera hambre y que se abstuviera de tener relaciones sexuales con su 
marido pues el alumbramiento sería más trabajoso y le provocaría 
mucho dolor a la preñada.70 
 En ocasiones la partera iniciaba su labor antes de lo previsto, 
debido a que se podía dar el caso de que la criatura muriera en el 
vientre materno, así que era necesario sacar al niño, antes de que le 
hiciera daño a su madre. De tal manera intervenía la partera y atendía 
el caso, lo que hacía se describe a continuación: 
 
“…metía la mano por el lugar de la generación de la paciente y con 
una navaja de piedra corta el cuerpo muerto dentro de la madre y a 
pedazos le saca…”71 
 
 Había mujeres que abortaban por voluntad propia, así que 
asistían con la partera para que les diera un bebedizo y así lograr su 
propósito, aunque casualmente sucedía que después de abortar morían 
tanto la mujer embarazada como la que había dado el bebedizo.72 
 También se observan casos en los que los padres se enteraban de 
que la preñada estaba en peligro y que era necesario que abortara, ellos 
no les permitían a las parteras realizar su trabajo para salvar a la mujer 
 
68 Sahagún Bernardino, Historia general, op. cit., II, p. 953. 
69López Austin, Alfredo, Cuerpo humano, op. cit., I, 297-298. 
70 Sahagún, Bernardino, Historia general, op. cit., II, p. 605-606. 
71Ibidem II, p. 606-607. 
72Mendieta, Gerónimo, Historia eclesiástica indiana, 2 Vols. México I, p.149, Relación 
de Coatepec en Acuña René, Relaciones Geográficas, México, I, p. 152. Relación de 
Chicoloapan en Acuña René, Relaciones Geográficas, México, I, p. 175. 
38 
 
así que la partera se despedía de la preñada y cerraba el cuarto en el 
que la había preparado, pues el niño no nacería y ella se iría con él. 
 
73 Fig. 18. Del momento en el que la partera se despedía de la preñada al no poder hacer nada 
para salvarle la vida. 
 
Alumbramiento. 
Las costumbres de los nahuas del Posclásico que sobre el embarazo y 
parto realizaban, nos muestran que lo terapéutico estaba íntimamente 
relacionado con lo ritual. De tal manera que todos aquellos cuidados y 
recomendaciones que se hacían a la preñada cumplían una función 
dentro del rito. 
 Llegada la hora del parto se alistaba nuevamente la partera, se 
consideraba que este momento era de transición, pues implicaba un 
cambio en la posición de la mujer y obviamente de la criatura. La mujer 
adquiría un nuevo rol social el de “mujer guerrera”,74 que había librado 
con bien la batalla. Y que decir de la criatura, quien también había 
subsistido ese proceso, quien había resistido todos los cambios con 
valor y paciencia y que finalmente llegaba como cautivo, Solicitando que 
se le permitiera ser parte de esa comunidad. 
 
 
73Códice Florentino, II, Libro 6, Fol. 130 v. 
74Alcántara Berenice, “Miquizpan, el momento del parto”, en Revista de estudios 
mesoamericanos, Vol. 2, México, UNAM, 2000, p. 42. 
39 
 
 
75Fig. 19. Del momento en el que la partera esta acomodando al niño. 
 
 Los relatos del S. XVII que sobre la labor del alumbramiento 
existen, nos muestran que la partera iniciaba esta labor con una serie 
de conjuros que dedicaba a todos los elementos que estarían presentes 
en el ritual, considerando que la mayoría de esos elementos estaban 
animados y había que invocarlos. Primero se dirigía a los dedos de las 
manos, a la tierra a la que pide que se inicie el parto y al tabaco para 
eliminar el dolor, el conjuro decía de la siguiente manera: 
 
“…Tla xihualhuian, macuuiltonale 
que. 
Nonan, cetochtli aquetztima 
ni 
ye nican ticyocoyaz xoxouh 
qui coacihuiztli. 
Tla tiquittacan ac mach tla 
catl 
in ya nican techixpolotihuitz. 
Tla xihuallauh, tlacuel, te 
Huatl, 
tlamacazqui chinauhtlateca 
Dignaos venir, los de cinco 
Destinos. 
Madre mía, Uno Conejo que 
Permanece boca arriba, 
Crea ya aquí el envaramiento 
Verde. 
Veamos quien es la persona 
 
Que nos viene a dañar aquí. 
Dígnate venir, ¡ea! Tú, 
 
Sacerdote restallado en nueve 
 
75 Códice Florentino, Libro 6, Fol. 128 v. 
40 
 
Panili. 
Tla nican ticpehuican 
in cozauhqui coacihuiztli 
cxoxoxuhqui coacihuiztli…”76 
 
Lugares. 
Ahuyentaremos de aquí 
El envaramiento amarillo, 
El envaramiento verde. 
 
 De la misma manera hacía conjuros para invocar al agua con la 
que iba a lavar a la criatura, al fuego, al copal en sustitución del tabaco 
y con el que van a sahumar el cuarto en el que iba a parir la mujer y a 
la jícara con que tomaría el agua.77 
 Existe otro conjuro que se utiliza también para el momento del 
alumbramiento, este va dirigido al tabaco que untan sobre el vientre de 
la preñada, pide que dé inicio el parto, llama a sus dedos y habla a la 
jícara y al agua que esta contiene para que limpien al niño: 
 
 ¡Tlacuel! Tla xihuallauh chic 
nauhtlatetzotzontli, 
chicnauhtlatecapantli. 
 
¡Tlacuel! Xic-hualquetzati in 
amaapan, 
in ticuato, in ticaxoch. 
¡Tlacuel! Tla xihualhuian tla 
macazque 
macuiltonaleque, 
cemithualeque, 
Tla toconquitzquican in ac 
mach tlacatl 
in ye nican ye tech-ixpoloa te 
teo ipiltzin. 
 
Tla xihualhuian nochalchuih 
¡Ea! Ven, el golpeado contra 
las piedras en nueve lugares, 
el restalladoen nueve luga 
res. 
¡Ea! Venid a abrir vuestra 
acequia, 
tu Cuato, tu Caxochtli, 
¡Ea! Dignaos venir, sacerdo 
tes, 
dueños de los cinco destinos, 
dueños de un Solo patio. 
Vengamos a ver cual es la 
persona 
que aquí nos daña al venera 
ble hijo de los dioses. 
 
Dígnaos venir, mi jícara pre 
 
76Ruiz de Alarcón, Tratado de las supersticiones gentilicas que oy viven entre los indios 
naturales desta Nueva España en El alma encantada, México, Fondo de Cultura 
Económica, 1987, p. 196, traducción de López Austin Alfredo, “Conjuros médicos de 
los nahuas” en Revista de la Universidad de México Vol. XXVII, México, No. 9, 1972, p. 
1-16. 
77 Ibidem, p. 196. 
41 
 
xical, 
nona chalchicueye, 
 
Ye nican ti-caltiz, ye nican tic 
popoaz 
in momac tlacat, in momac 
oyol. ”78 
 
ciosa, 
Mi madre, la de la falda de 
Jade. 
Aquí bañaras, aquí limpiarás 
 
Al que nació en tu mano, al 
que vivió en tu mano. 
 
 En caso de que se usara cola de tlacuache para facilitar el parto 
se usaba el siguiente conjuro: 
“…¡Tlacuel! Tla xihualhuia 
tliliuhqui tlamacazqui, 
Tla xoconquixtiti in piltzintli. 
In ye quitequipachoa teteo in 
piltzin. 
Tla xihualhuia n ticuato in 
Ticaxoch…”79 
 
¡Ea! Dígnate venir, 
sacerdote negro. 
Dígnate ir a sacar al niñito. 
ya padece trabajos la criatu 
ra de los dioses. 
Dignaos venir, tú Cuato, tu 
Caxochtli 
 
 Desde días antes se había estado preparando a la preñada, la 
partera la bañaba, le acondicionaba un cuarto, le daba a beber “cola de 
tlacuache”, para facilitar el parto. La cantidad de este bebedizo era de 
acuerdo a la complicación que presentara en el alumbramiento. Si la 
mujer había tenido relaciones sexuales durante el embarazo, el parto se 
complicaba aún más, debido a que el semen formaría un líquido denso 
y pegajoso que ensuciaría al niño y lo adheriría al vientre.80 Resultando 
casi imposible que la mujer diera a luz, si lo hacía era con gran dolor. 
 Ese día se avisaba a los familiares y amigos para que fueran a 
visitarla, ellos llevaban obsequios al niño,81 mientras duraba la 
celebración todo era alegría, comían, bebían y hasta organizaban una 
serie de discursos para manifestar su contento, un orador le hablaba al 
niño así: 
 
78 Ibidem, p. 196. 
79 Ibidem, p. 196. 
80 López Austin, Cuerpo humano, op. cit., I, p. 339. 
81 Muñoz Camargo, Diego, Historia de Tlaxcala, México 1998. Muñoz Camargo 
menciona que después de haber dado a luz, los parientes iban a ver al niño y le 
llevaban ropa, aves, etc. y que la fiesta duraba mas de cuarenta días hasta que la 
mujer se levantaba. p. 160. 
42 
 
 
Intla tlatocaconetl, intla tlatocapilli, 
intla tlaçopilli: intla çan noço tecpilli, 
ilvilo. Intla oqujchtli tlatlapaloa: 
qujlvia. Noxiuhticatzine, tlacatle 
totecoe, tlaçotzintle, tlaçotitlacatle, 
chalchiuhtle, maqujztle, teuxivitle, 
quetzalle, tzontle, iztitle: oticmjhijovilti 
oticmociavilti: otijoculocin vmeiocan in 
chicunauhnepanjuhca: omjtzpitz, 
omjtzmamal.82 
Si el niño nacido es hijo de 
gobernantes o hijo de nobles y si 
fuera varón , se dirigían hacia él, le 
saludaban y le decían: ¡Oh nieto mío, 
oh maestro, oh Nuestro Señor, oh 
precioso, oh persona preciosa, oh 
piedra preciosa, oh brazalete, oh 
turquesa, oh preciosa pluma, oh 
cabello, oh uña, tu has enseñoreado 
la fatiga, has enseñoreado el 
cansancio, tu que te has formado en 
el lugar de la dualidad (que es en el 
más allá), de los nueve cielos…” 
 
 Durante los primeros meses debían tener grandes cuidados hacia 
la madre y el hijo, así que continuaban las recomendaciones, le pedían 
que no salieran del cuarto donde había dado a luz, por lo menos 
durante cuarenta días, para evitar que se le formaran nubes y 
cataratas en los ojos al niño.83 
 
82 Códice Florentino, op. cit., Fol. 184v- 185r, p. 183. 
83 Serna, Jacinto, Tratado de las idolatrías, supersticiones, dioses, ritos, hechicerías y 
otras costumbres gentilitas de las razas aborígenes de México, México, Fuente Cultural 
1953, p. 51. Y para que no estuviesen pecosos o con hoyos en la cara se recomendaba 
no echar en el fuego los olotes que quedaban del maíz, p. 157. También se decía que si 
alguna mujer iba a ver al bebe y llevaba a sus hijos, debía untarles ceniza en las 
coyunturas para que no quedaran mancas de ellas. Sahagún, Bernardino, Historia 
general, op. cit., I, p. 462, Serna, Jacinto, Tratado de las idolatrías, op. cit., p. 216. 
43 
 
 
84 Fig. 20 Mujer, partera y el niño recién nacido. 
 
 Mientras tanto los familiares y amigos organizaban los rituales 
que proseguían al parto, éstos tenían la finalidad de integrar al niño a 
la comunidad, pues en el momento en el que el niño participaba en 
estas prácticas se estaba adhiriendo a las costumbres sociales. Uno de 
estos ritos en los que el niño participaba de manera protagónica, era el 
de la supuesta circuncisión, en el que les sacrificaban el miembro 
genital y posteriormente le sangraban la oreja, esta práctica era para 
los varones, mientras que a las niñas únicamente les punzaban el 
lóbulo para obtener su sangre. 85 Mendieta también registra el rito que 
se realizaba entre los totonacas y dice que: 
 
“…a los veintiocho o veintinueve días que había nacido la criatura 
la llevaban al templo y si era varón, el sacerdote y el segundo en 
dignidad lo tendían sobre una grande y lisa piedra que para el 
efecto tenían, y tomado el capullito del miembro viril se lo 
cortaban a cercen con cierto cuchillo de pedernal y aquello que 
cortaban quemabanlo y hacíanlo cenizas…”86 
 
 
84 Códice Florentino, II, Libro 6, Fol. 175v. 
85 Duran, Diego, Historia de las, op. cit., II, p. 255-256. Consideramos que el ritual es 
una supuesta circuncisión, así la llama Durán debido a que constantemente refiere 
que los nahuas tienen costumbres de judíos, dando a entender que son de ese grupo 
cultural, II, p. 76. 
86 Mendieta, Gerónimo, Historia eclesiástica, op. cit., I, p. 117. 
44 
 
 Otro de los rituales que se practicaban después del nacimiento 
consistía en cortar el ombligo a la criatura, esto lo hacía la partera, le 
dedicaba unas palabras y posteriormente ponían a secar el ombligo 
para llevarlo a enterrar, si el ombligo era de un varón lo llevaban al 
campo de batalla y si era mujer lo hacían en el hogar.87 Después de 
enterrar el ombligo se le daban al niño utensilios con los que se 
identificaría según su sexo. Por ejemplo al niño le daban una rodela, 
arco, flecha y macana, si era niña le daban un uso, rueca y otros 
utensilios de hilar y tejer.88 
 En la obra de Van Gennep sobre los ritos de paso observamos el 
análisis que hace de los rituales de separación, estos tenían que ver con 
el corte de algún elemento del individuo,89 por ejemplo al bebé se le 
corta el cordón umbilical para separarlo de su madre y aunque él 
seguirá al cuidado de ella, este es el período en el que se le separa para 
iniciar una nueva etapa ya como individuo social. 
 Por último es necesario comentar lo que sucede con aquellas 
mujeres que no tienen la posibilidad de dar a luz, debido a que hubo 
alguna situación que no permitió que naciera con bien la criatura o 
bien que la partera no logro salvar ni al bebe ni a la mujer. Se dice que 
estas mujeres que morían en el parto eran nombradas: 
 
 “…mocihuaquetzqui que quiere decir mujer valiente […] 
Enterrabanla en el cu de una de las diosas que se 
llamaban mujeres celestiales o cihuapipiltin […] su marido 
con otros sus amigos, guardabanla cuatro noches arreo, 
para que nadie hurtase el cuerpo y los Soldados velasen, 
porque les estimaban como cosa sancta o divina […] les 
tomaban el cuerpo, luego les tomaban el dedo de medio de 
 
87 Sahagún, Bernardino, Historia

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