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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO PROGRAMA DE POSGRADO EN CIENCIAS DE LA TIERRA INSTITUTO DE GEOLOGÍA COMPORTAMIENTO MECÁNICO DE LA FORMACIÓN GUAYABAL Y SU INFLUENCIA EN LA INESTABILIDAD DE POZOS T E S I S QUE PARA OPTAR EL GRADO DE Maestro en Ciencias de la Tierra PRESENTA José Adalberto Morquecho Robles TUTORES M. en C. David Velázquez Cruz (Grupo TTANIS) M. en C. Gustavo Espinosa Castañeda (Instituto Mexicano del Petróleo) COMITÉ Dr. Luis Mariano Cerca Martı́nez (Centro de Geociencias) Dr. Francisco Ramón Zúñiga Dávila-Madrid (Centro de Geociencias) Ciudad Universitaria, Cd. Mx. Enero 2019 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Dedicado a Mi esposa Sandivel. Por tu apoyo incondicional y sobretodo por tu motivación constante a lo largo de este proyecto. Mi hija Elisheba. Mi princesa con la que comparto cada momento, por ser la fuerza más importante de mi vida. ** Agradecimientos A mis tutores el M. en C. David Velázquez Cruz y el M. en C. Gustavo Espinosa Castañeda bajo cuya supervisión escogı́ este tema y comencé este proyecto, no habrı́a sido posible sin su apoyo y su estı́mulo. A los miembros del comité, el Dr. Luis Mariano Cerca Martı́nez y el Dr. Francisco Ramón Zúñiga Dávila-Madrid por sus observaciones y recomendaciones realizadas a este trabajo, gracias a ellos se mejoró significativamente. Al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologı́a (CONACYT ) por el soporte económico el cual me brindó durante los dos años de la maestrı́a. Al Instituto Mexicano del Petróleo, por el apoyo durante la elaboración de este proyecto de tesis. A la Universidad Nacional Autónoma de México, la cual me brindó la oportunidad de desarrollarme tanto acádemica como culturalmente. Al Posgrado en Ciencias de la Tierra de la UNAM por apoyarme en la realización de los trámites del posgrado en cada semestre. A mi esposa e hija por su amor, cariño, confianza y comprensión que fueron determinantes en este camino acádemico y de investigación cientı́fica como fue la maestrı́a. A mis abuelitos Flavia Soto y Salvador Robles que fueron las personas que se preocupaban por mı́. Sus canas son sinónimo de sabidurı́a. Me enseñaron muchas cosas vitales para la vida, y me encaminaron por el buen sendero. A mis tios Adelaida Robles e Israel Robles. Me motivaron constantemente para alcanzar mis anhelos. Muchos de mis logros se los debo a ustedes en los que se incluye este. No puedo terminar sin agradecer a mis amigos Elena, Alexa, Perla, Citlali, Karen, Diana, Carlos, Erick, Salvador, Jordan, Felipe, Andrés, Eder, Juan Carlos, sin excluir a ninguno, que durante la dura realización de esta tesis ellos siempre estuvieron presentes apoyandome en el proceso, gracias por su amistad. Código de Ética “Declaro conocer el Código de Ética de la Universidad Nacional Autónoma de México, plasmado en la Legislación Universitaria. Con base en las definiciones de integridad y honestidad ahı́ especificadas, aseguro mediante mi firma al calce que el presente trabajo es original y enteramente de mi autorı́a. Todas las citas de, o referencias a, la obra de otros autores aparecen debida y adecuadamente señaladas, ası́ como acreditadas mediante los recursos editoriales convencionales. ” José Adalberto Morquecho Robles ** Índice general Resumen 21 Abstract 23 1. Introducción 25 1.1. Justificación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 1.2. Hipótesis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28 1.3. Objetivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28 1.4. Alcances . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28 2. Fundamento teórico de geomecánica 31 2.1. Geomecánica y estabilidad mecánica de pozos . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31 2.2. Teorı́a de elasticidad lineal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33 2.2.1. Deformación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34 2.2.2. Fuerzas, vector tracción y esfuerzos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37 2.2.3. Propagación de ondas elásticas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43 2.2.4. Anisotropı́a . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44 2.3. Estado de esfuerzos en la corteza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53 2.3.1. Presión de poro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54 9 10 Índice general 2.3.2. Esfuerzo vertical . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56 2.3.3. Esfuerzos horizontales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57 3. Metodologı́a para determinar la magnitud de los esfuerzos horizontales 63 3.1. Análisis de información del área de estudio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64 3.2. Definición del modelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64 3.3. Determinación de velocidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66 3.4. Determinación de los módulos elásticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74 3.4.1. Calibración de los modelos de Li (2006) . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75 3.5. Cálculo del esfuerzo vertical y la presión de poro . . . . . . . . . . . . . . . . . 81 3.6. Estimación de las deformaciones y determinación de los de esfuerzos horizontales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85 4. Caso de aplicación: Determinación del estado de esfuerzos de la formación guayabal 89 4.1. Definición del área de estudio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89 4.1.1. Repartición geográfica y ubicación del área de estudio . . . . . . . . . . 90 4.1.2. Descripción litológica de la formación Guayabal . . . . . . . . . . . . . 92 4.2. Orientación de los esfuerzos horizontales en la formación Guayabal . . . . . . 93 4.3. Determinación de la magnitud de los esfuerzos en la formación Guayabal . . . 96 4.3.1. Análisis de la información del área . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96 4.3.2. Definición del modelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97 4.3.3. Determinación de velocidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98 4.3.4. Determinación de los módulos elásticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99 4.3.5. Cálculo del esfuerzo vertical y la presión de poro . . . . . . . . . . . . . 102 Índice general 11 4.3.6. Estimación de las deformaciones y determinación de los perfiles de esfuerzos horizontales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103 4.3.7. Análisis de incertidumbre de la magnitud de los esfuerzos horizontales 106 5. Discusión 117 6. Conclusiones y recomendaciones 125 Referencias 129 ** Índice de figuras 2.1. Representación “ideal” de la ventana operativa para mantener la estabilidad del pozo. La zona sombreada que se encuentra entre la curva de presión de colapso y el esfuerzo horizontal mı́nimo, en todo el perfil del pozo, es la zona segura donde podemos variar la densidad del lodo de perforación sin presentar pérdidas de circulación o brotes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .32 2.2. Desplazamiento del sólido durante la deformación (modificado de Gurtin, 1982). 35 2.3. Conjunto de fuerzas internas y externas aplicadas en un cuerpo rı́gido (modificado de Gurtin et al. 2010). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38 2.4. Representación del vector normal al área y la tracción en un punto P sobre el área (Modificado de Gurtin et al. 2010). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39 2.5. Componentes del tensor de esfuerzos (Modificado de Gurtin et al. 2010). . . . 39 2.6. Teorema de reciprocidad de los esfuerzos cortantes (Modificado de Fjaer et al., 2008). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40 2.7. Tetraedro elemental entorno al paralelepı́pedo (Modificado de Fjaer et al., 2008). 41 2.8. Orientación del cubo mostrando la anulación de los esfuerzos cortantes (Modificado de Hudson y Harrison, 2000). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42 2.9. Representación matricial de anisotropı́a total donde se asume que el tensor no tiene simetrı́a. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45 13 14 Índice de figuras 2.10.Representación gráfica de la relación lineal existente entre el esfuerzo σ y la deformación ε. Se observa el aumento de energı́a de deformación acumulada en de un sólido sometido a un esfuerzo (Wierzbicki, 2013). . . . . . . . . . . . 47 2.11.a) Representación de la roca donde las propiedades meánicas dependen de la dirección en que son medidas; b) Estructura trı́clinica, representa un arreglo donde las magnitudes de las aristas y los ángulos son diferentes. . . . . . . . . 49 2.12.a) Representación de la roca como un medio ortótropo donde sus propiedades varı́an en tres direcciones ortogonales entre sı́; b) Estructura ortorrómbica, representa un arreglo donde las magnitudes de las aristas son diferentes y los ángulos iguales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49 2.13.Representación de la roca como un medio con isotropı́a transversal vertical (a) y horizontal (b); c) Estructura ortorrómbica caracterı́stica de un medio con isotropı́a transversal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50 2.14.a) Representación de la roca como un medio isótropo donde sus propiedades son iguales en cualquier dirección; b)Estructura cúbica, representa un arreglo donde las magnitudes de las aristas y los ángulos iguales. . . . . . . . . . . . 51 2.15.Estado de esfuerzos principales en la corteza (modificado de Zoback, 2007). . 54 2.16.Gráfico de presión vs profundidad representando la clasificación de las presiones (modificado de Swarbrick, 2001). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55 2.17.Esfuerzo de sobrecarga afectada por la presión de los fluidos y el esfuerzo vertical efectivo (modificado de Velázquez et al., 2017). . . . . . . . . . . . . . 56 2.18.Clasificación del sistema de fallamiento de Anderson (1951) para magnitudes relativas de esfuerzos en regimenes de falla normal, inversa y transcurrente (modificado de Zoback, 2007). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62 3.1. Metodologı́a para determinar esfuerzos horizontales. . . . . . . . . . . . . . . . 63 3.2. Comparación de la velocidad de corte obtenida a partir del modelo de Greenberg y Castagna (1992) y los valores obtenidos del registro de pozo. . . 67 Índice de figuras 15 3.3. Gráfico de dispersión de los datos de velocidad de corte contra velocidad compresional (a) y velocidad de corte contra el contenido de arcilla (b). . . . . 69 3.4. Comparación de los modelos de Greenberg and Castagna (1992) y el modelo obtenido de la regresión múltiple con las mediciones obtenidas de los registros sónicos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73 3.5. Determinación de los parámetros de Thomsen del pozo P6 a partir de los módulos elásticos obtenidos del registro sónico dipolar. . . . . . . . . . . . . . 76 3.6. Gráfico de dispersión del parámetro ε contra la velocidad compresional en función del contenido de arcilla. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77 3.7. Gráfico de dispersión del parámetro γ contra la velocidad de corte en función del contenido de arcilla. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80 3.8. Determinación de la presión de poro en un pozo mexicano utilizando el valor del exponente propuesto por Eaton (Velázquez, 2017). . . . . . . . . . . . . . . 83 3.9. Procedimiento para determinar el área divergente a partir de registros de pozo. (Velázquez, 2017). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84 4.1. Ubicación de la cuenca Tampico-Misantla (Schlumberger, 2010). . . . . . . . . 90 4.2. Localización de la formación Guayabal en superficie (Modificado de Muir, 1936). 91 4.3. Ubicación del área de estudio en el Municipio de Álamo Temapache, Veracruz (Tomado y editado de Servicio Geológico Mexicano). . . . . . . . . . . . . . . . 92 4.4. Mapa de esfuerzos horizontales en México obtenidos de la base World Stress Map. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94 4.5. Orientación de los esfuerzos horizontales en el área de estudio obtenidos de la base World Stress Map. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95 4.6. Ubicación de pozos y afloramientos en el área de estudio. . . . . . . . . . . . . 96 4.7. Muestra cúbica obtenida de uno de los afloramientos. . . . . . . . . . . . . . . 97 16 Índice de figuras 4.8. Definición del tipo de anisotropı́a a partir del grafico de coeficientes elásticos para las muestras A1, A2 y A3. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98 4.9. Determinación de las velocidad compresional (azul) y de corte (rojo) para el pozo W-1. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99 4.10.Determinación de los parámetros de Thomsen (� azul) y (γ morado) para el pozo W-1. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100 4.11.Identificación de la anisotropı́a presente en la formación Guayabal a partir de los coeficientes de rigidez obtenidos de las muestras de afloramiento y los pozos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101 4.12.Cálculo del esfuerzo vertical para el pozo W-1. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102 4.13.Cálculo de la presión de poro para el pozo W-1. . . . . . . . . . . . . . . . . . 103 4.14.Ventana operativa en términos de presiones (pista 1) y en términos de gradiente (pista 2 y 3), ası́ como la relación entre los esfuerzos horizontales (σH/σh) para el pozo W-1. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105 4.15.Identificación de valores atı́picos de los valores de σH a partir del gráfico de densidad de probabilidad (Histograma). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107 4.16.Identificación de valores atı́picos de los valores de σh a partir del gráfico de densidad de probabilidad (Histograma). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 108 4.17.Histograma de frecuencias sin valores atı́picos, se observa una mejor distribución más homogenea. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111 4.18.Histograma de frecuencias sin valores atı́picos, se observa una mejor distribución más homogenea. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112 4.19.Representación del significado de precisión y exactitud en la teorı́a de errores (Armenteros et al., 2010). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113 4.20.Histograma de frecuencias de los valores obtenidos de las pruebas de goteo. . 115 5.1. Muestra A-1 y su representación como medio VTI. . . . . . . . . . . . . . . . . 117 Índice de figuras 17 5.2. Determinación de la velocidad de corte con el modelo estimado con la regresión múltiple mostrandoun buen ajuste respecto a los valores del registro de pozo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118 5.3. a) Análisis de los coeficientes de riguidez obtenidos de registros y pruebas de laboratorio; b) Representación gráfica de los valores de rigidez afectados por la frecuencia con el que son medidos (Modificado de Zoback, 2015). . . . . . . 120 5.4. Representación de los esfuerzos horizontales y su paralelismo con el plano isótropo de la roca. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121 5.5. Análisis de sensibilidad del modelo de Eaton (verde claro) y el modelo para medios VTI (azul) en la determinación del esfuerzo horizontal menor para el pozo W-1. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122 ** Índice de tablas 1.1. Listado de los costos asociados con problemas de inestabilidad. . . . . . . . . 27 2.1. Reducción de subı́ndices utilizando la notación de Voigt (Schön, 2015). . . . . 45 2.2. Modelos para determinar el esfuerzo horizontal mı́nimo (modificado de Zoback, 2007). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61 3.1. Estadı́stica descriptiva de los datos de la velocidad compresional, de corte y del contenido de arcilla. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68 3.2. Valores obtenidos para el sistema de ecuaciones normalizado para 35931 datos analizados (n=35931). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70 4.1. Resultados de las velocidades medidas con el AutoScan y los módulos elásticos obtenidos a partir de las velocidades. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97 4.2. Resumen de la estadı́stica descriptiva de los valores de ε y γ obtenidos de la formación Guayabal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100 4.3. Resumen de la estadı́stica descriptiva y rango de la magnitud de σH y σh determinados para la formación Guayabal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109 4.4. Resumen de la estadı́stica descriptiva y rango de la magnitud de σH y σh determinados para la formación Guayabal sin valores atı́picos. . . . . . . . . . 110 4.5. Valores obtenidos de las pruebas de goteo (LOT) de pozos del area de estudio.114 19 20 Índice de tablas 4.6. Resumen de la estadı́stica descriptiva y rango de la magnitud de σh determinados a partir de las pruebas de goteo (LOT). . . . . . . . . . . . . . . 114 Resumen En este trabajo se presenta una metodologı́a que involucra la anisotropı́a del material y las deformaciones horizontales presentes en el pozo, con la finalidad de determinar y analizar la magnitud de los esfuerzos horizontales en lutitas a través de modelos fı́sico-matemáticos derivados de la teorı́a de la ley de Hooke. La metodologı́a utiliza información básica de registros de pozo, es decir, se determinan los esfuerzos horizontales a partir de valores de velocidad compresional, velocidad de corte y de contenido de arcilla lo que resulta práctico para utilizarlo en la predicción. A partir de mediciones ultrasónicas, se realizó un análisis de la variación de las propiedades mecánicas en tres muestras representativas de la Formación Guayabal, clasificando el comportamiento mecánico de la Formación como medio con isotropı́a transversal vertical (VTI). Utilizando la metodologı́a, validamos que la relación que existe entre los esfuerzos horizontales máximo y mı́nimo se encuentra en el rango de 1.03 a 1.05. El estado de esfuerzos horizontales obtenido para la Formación Guayabal es σH = 0.0197 [MPa/m] (2.01 [g/cc]) con dirección N2◦S y σh = 0.0191 [MPa/m] (1.95 [g/cc]) con direcciónN92◦S. Las magnitudes de esfuerzos horizontales obtenidos con la metodologı́a fueron validados con pruebas de goteo (equivalentes al esfuerzo horizontal menor), donde se observó que los valores estimados con la metodologı́a se encuentran en el rango de valores reales obtenidos de las pruebas de goteo. Palabras clave: Comportamiento mecánico, inestabilidad de pozos en lutitas, esfuerzos horizontales, coeficientes elásticos, isotropı́a transversal vertical. 21 ** Abstract A methodology is presented in this work that involves the anisotropy of the material and the horizontal deformations present in the well, to determine and analyze the magnitude of horizontal stresses in shales through physical-mathematical models derived of the theory of Hooke’s law. The methodology uses basic well log information, that is, horizontal stresses are determined from values of compressional velocity, shear velocity and clay content which is practical to use in the prediction. From ultrasonic measurements, an analysis of the variation of mechanical properties was performed in three representative samples of the Guayabal Formation, classifying the mechanical behavior of the Formation as a medium with vertical transverse isotropy (VTI). Using the methodology, we validate that the relationship between maximum and minimum horizontal stresses is in the range of 1.03 to 1.05. The state of horizontal stresses obtained for Guayabal Formation is σH = 0.0197 [MPa/m] (2.01 [g/cc]) with direction N2◦S and σh = 0.0191 [MPa/m] (1.95 [g/cc]) with direction N92◦S. The magnitudes of horizontal stresses obtained with the methodology were validated with Leak of Test (equivalent to the minimum horizontal stress), where it was observed that the values estimated with the methodology are in the range of real values obtained from the Leak of Test. Key words: Mechanical behavior, wellbore instability in shales, horizontal stresses, elastic coefficients, vertical transverse isotropy. 23 ** Capı́tulo 1 Introducción La determinación de los esfuerzos horizontales es parte fundamental para un análisis geomecánico, sobre todo para estudios relacionados a la estabilidad mecánica de pozos. La inestabilidad de pozos es uno de los principales problemas que enfrentan en la perforación de pozos, ya que incrementan considerablemente los costos de la operación e incluso puede ocasionar el abandono del pozo. Estimaciones muestran que los problemas como atrapamiento de tuberı́a y resistencia en el agujero, asociados a la inestabilidad mecánica del pozo, provocan aproximadamente el 40 % de todo el tiempo de inactividad de las operaciones de perforación (Gala, 2010). Los costos estimados en la industria petrolera por problemas derivados de la inestabilidad del pozo son del 15 al 25 % del costo total de la operación (McAteer, 2016), por lo que se debe hacer énfasis en el estudio de la estabilidad de pozos considerando las caracterı́sticas de las formaciones mexicanas. Una roca se puede asumir que se comporta como un medio isótropo o anisótropo. Un medio es isótropo cuando sus propiedades no varı́an respecto a la dirección en que son medidas. En caso contrario, un medio es anisótropo cuando sus propiedades varı́an de acuerdo con la dirección en que son medidas (Frydman, 2010). Diversos autores como Chenevert y Gatlin (1964), Zhang (2005), Frydman (2010) y Franquet et al. (2012) mencionan que en la mayorı́a de los análisis de estabilidad de pozos la roca es modelada como un medio isótropo, aún inclusive cuando en las mediciones 25 26 Capı́tulo 1. Introducción acústicas en muestras y en datos de registros de pozo muestren una gran diferencia entre los valores medidos en las direcciones vertical y horizontal. Consideran al mismo tiempo que los esfuerzos horizontales son iguales y que no existen deformaciones horizontales, por consiguiente, los modelos generan errores en la predicción (Franquet et al., 2012). La mayorı́a de las rocas sedimentarias, especialmente las lutitas, son anisótropas debido a su estructura sus propiedades varı́an dependiendo de la dirección en las que se miden (Ostadhassan, 2012). Las lutitas exhiben anisotropı́a en una sola dirección, es decir, sus propiedades poseen los mismos valoresen todo el plano de estratificación y varı́an perpendicular a este plano, dándole el carácter de material trasversalmente isótropo (Zhang, 2005; Frydman, 2010). Por otra parte, existen diversas pruebas que se utilizan comúnmente para calibrar los esfuerzos horizontales. Una prueba directa para determinar la magnitud del esfuerzo horizontal mı́nimo es por medio de las pruebas de goteo. Las pruebas de goteo son pruebas de presión que se realizan después de haber cementado la tuberı́a de revestimiento durante la perforación. El valor de dicha prueba es considerado igual al esfuerzo horizontal mı́nimo medido a una profundidad dada, por tanto, decimos que se determina la magnitud del esfuerzo de manera puntual y podemos calibrar el perfil de esfuerzos calculado por algún modelo matemático (López et al., 2011; Moronkeji, 2014). A partir de las pruebas de goteo y al considerar la variación de las propiedades en la roca, podemos estimar las deformaciones horizontales que actúan en el punto donde fue medido el valor del esfuerzo horizontal menor (Moronkeji, 2014). El propósito de la presente tesis es evaluar la influencia que tiene la anisotropı́a de formaciones arcillosas sobre la determinación de los esfuerzos horizontales. Por lo que se desarrolló una metodologı́a que considera la variación de las propiedades mecánicas y las deformaciones en la determinación de la magnitud de los esfuerzos horizontales en formaciones con alto contenido de arcilla, y ası́ mantener la estabilidad mecánica del pozo. 1.1. Justificación 27 1.1. Justificación Las lutitas constituyen más del 75 % de las formaciones perforadas, y más del 70 % de los problemas de perforación están relacionados con la inestabilidad en las lutitas (Mohiuddin 2001). La mayorı́a de los problemas que aumentan los costos de las operaciones de perforación están relacionados con la estabilidad del pozo. Las pérdidas económicas asociadas a estos problemas de estabilidad mecánica en las lutitas a nivel mundial se han ido incrementando por la falta de estudios que involucren el análisis geomecánico de las lutitas como medios anisótropos (Zhang, 2005). En la tabla 1.1, se enlistan algunos estimados de los costos ocasionados por la inestabilidad de pozos según diversos autores en el periodo de 1996 al 2016, siendo aproximadamente el 40 % del total de tiempos no productivos de las operaciones de perforación. Tabla 1.1: Listado de los costos asociados con problemas de inestabilidad. Modelos convencionales como el de Hubbert y Willis (1957), Matthews y Kelly (1967), Eaton (1969), Breckel and Van Eekelen (1982), Daines (1982), Zoback y Healy (1984) y Holbrook (1990) no consideran la anisotropı́a y las deformaciones horizontales, ası́ también asumen que los esfuerzos horizontales máximo y mı́nimo son iguales. Diversos estudios realizados en laboratorio reportan que para condiciones estáticas y dinámicas las rocas con alto contenido de arcilla presentan anisotropı́a tan alto como el 100 %. Por lo tanto, la 28 Capı́tulo 1. Introducción anisotropı́a y la diferencia en las magnitudes de los esfuerzos máximo y mı́nimo no puede ser despreciada (Amadei, 1996; Wang, 2001; Frydman, 2010). 1.2. Hipótesis La incertidumbre en la determinación de los esfuerzos horizontales se puede reducir considerando la variación de las propiedades mecánicas y las deformaciones horizontales en el análisis de estabilidad de pozos. 1.3. Objetivo Desarrollar una metodologı́a para determinar los esfuerzos horizontales a partir de registros básicos de pozo que considere los efectos de la anisotropı́a y las deformaciones horizontales en formaciones con alto contenido de arcilla. 1.4. Alcances Determinar el tipo de anisotropı́a presente en muestras representativas de la formación Guayabal a partir de mediciones ultrasónicas de laboratorio. Definir los modelos fı́sico-matemáticos de esfuerzos horizontales de acuerdo al tipo de anisotropı́a que presenta la Formación Guayabal. Desarrollar un modelo de velocidad de corte determinada a partir de valores de velocidad compresional y del contenido de arcilla. Definir y calibrar los modelos de Li (2006) para obtener los módulos elásticos. Estimar las deformaciones horizontales a partir de pruebas de goteo de la formación Guayabal. 1.4. Alcances 29 Determinar los esfuerzos horizontales en la formación Guayabal utilizando los modelos fı́sico-matemáticos de esfuerzos horizontales que consideran la anisotropı́a y las deformaciones horizontales. Realizar el análisis de incertidumbre de los valores obtenidos con la metodologı́a y de los valores de las pruebas de goteo. Realizar el análisis de sensibilidad de los modelos isótropos y anisótropos para determinar los esfuerzos horizontales. ** Capı́tulo 2 Fundamento teórico de geomecánica 2.1. Geomecánica y estabilidad mecánica de pozos La ciencia encargada del estudio de la estabilidad mecánica de pozos es la geomecánica. Esta disciplina se enfoca en elaborar modelos predictivos y consistentes de las propiedades, esfuerzos y deformaciones en la roca. Por lo que integra diversas áreas como la mecánica de rocas, geofı́sica, geologı́a, petrofı́sica, perforación y producción con el objetivo de cuantificar el comportamiento de la roca debido a esfuerzos in-situ, presiones, temperatura y flujo de fluidos (Trejo, 2009; Aadnoy et al., 2010). En el estudio del comportamiento mecánico asumimos que las rocas siguen la teorı́a de la elasticidad lineal (Ley de Hooke). Un medio sigue la teorı́a de elasticidad si las deformaciones asociadas con una carga vuelven a su estado original al dejar de aplicar dicha carga, en las rocas este comportamiento elástico se cumple cuando se someten a deformaciones pequeñas (Amadei, 1983). Es fundamental entender el comportamiento mecánico de las formaciones para prevenir problemas relacionados con la estabilidad del pozo (Davis y Selvadurai, 2005). Durante las operaciones de perforación, existen diversos factores que influyen en la inestabilidad del pozo, como son los esfuerzos in-situ existentes, las propiedades mecánicas de la roca, la variación de la presión de poro, la densidad del lodo, el ángulo y dirección del pozo y la anisotropı́a (Zeynali, 2012). 31 32 Capı́tulo 2. Fundamento teórico de geomecánica Figura 2.1: Representación “ideal” de la ventana operativa para mantener la estabilidad del pozo. La zona sombreada que se encuentra entre la curva de presión de colapso y el esfuerzo horizontal mı́nimo, en todo el perfil del pozo, es la zona segura donde podemos variar la densidad del lodo de perforación sin presentar pérdidas de circulación o brotes. 2.2. Teorı́a de elasticidad lineal 33 Al considerar los problemas de estabilidad de pozo que podrı́an ocurrir durante la perforación, primero debemos entender lo que queremos decir con pozo estable y densidad de lodo óptima. Los conceptos anteriores se esclarecerán con la definición de la ventana operativa para la perforación, un término que hace referencia a la diferencia entre el peso mı́nimo y máximo del lodo que se deberı́a usar cuando se perfora a una profundidad determinada (figura 2.1). Si la estabilidad del pozo no es una preocupación en un área determinada, la mı́nima densidad de lodo se define igual a la presión necesaria para que un pozo no fluya durante la perforación. Cuando se considera la estabilidad del pozo, el lı́mite inferior de la ventana de lodo es la mı́nima densidad de lodo requerida para lograr el grado deseado de estabilidad del pozo. En ambos casos, el lı́mite superior de la ventana operativa es la densidad de lodo a la que se produce la pérdida de fluido debido al vencimiento del esfuerzo mı́nimo para generar una fractura en la formación (Zoback, 2007). La zona sombreada de la figura 2.1 se refiere a la zona estable, es decir, a las condiciones de densidad de lodo seguras para trabajar sin que existaalgún riesgo como colapso o pérdida de fluido. De manera que es de suma importancia determinar los perfiles de presiones y esfuerzos considerando todos los factores que influyen sobre los mismos. 2.2. Teorı́a de elasticidad lineal En 1660 Robert Hooke postuló una relación lineal entre la fuerza aplicada y su correspondiente deformación debido a la acción de las fuerzas que actúan sobre el medio. Las rocas como en la mayorı́a de los materiales sólidos tienen la capacidad de resistir y recuperarse de deformaciones producidas por fuerzas externas (Davis y Selvadurai, 2005). Los modelos más simples asumen una relación lineal entre la fuerza aplicada y su deformación correspondiente, a esto se le conoce como elasticidad lineal. Bajo ciertas condiciones, el comportamiento mecánico de las rocas sigue una suposición elástica lineal. La teorı́a de la elasticidad lineal sigue la ley de Hooke, que relaciona el esfuerzo con la deformación, es decir, la deformación es proporcional al esfuerzo aplicado como se muestra 34 Capı́tulo 2. Fundamento teórico de geomecánica en la ecuación 2.1 (Gurtin, 1982; Gurtin et al., 2010; Cerca y Zúñiga, 2016). σij = Cijklεkl (2.1) Donde σij es el tensor de esfuerzos, εkl es el tensor de deformación y Cijkl es el tensor de rigidez. 2.2.1. Deformación Para cuerpos rı́gidos, la deformación es definida como el cambio de forma o posición (Fjaer et al., 2008), es decir, es la relación que existe entre la diferencia de longitudes inicial y final respecto la longitud inicial (ecuación 2.2). ε = li − lf li (2.2) Existen dos tipos de deformación (Fjaer et al., 2008): 1. Externa: Produce cambios en la posición, pero no de su forma o de sus relaciones geométricas y da como resultado una traslación o rotación del cuerpo. 2. Interna: Produce un cambio en su forma y en sus relaciones geométricas internas, originando una distorsión dentro del cuerpo. Tensor de deformación Cuando un sólido se deforma, todos los puntos que lo constituyen cambian a una nueva posición. Por ejemplo, en la figura 2.2 en algún punto (p) del cuerpo, al deformarse cambia de posición y, por lo tanto, se representa como f(p). Ahora considerando dos puntos (p y q) muy cercanos entre sı́, la distancia entre ellos antes de deformarse es O(p − q) y después de la deformación es ∇(p)[p− q]. 2.2. Teorı́a de elasticidad lineal 35 Figura 2.2: Desplazamiento del sólido durante la deformación (modificado de Gurtin, 1982). Por lo tanto, las distancias antes y después de deformarse se expresan con las ecuaciones 2.3 y 2.4 (Gurtin, 1982; Gurtin et al., 2010): dl = √ dx2i = √ dx21 + dx 2 2 + dx 2 3 (2.3) dl ′ = √ dx ′2 i = √ dx ′2 1 + dx ′2 2 + dx ′2 3 (2.4) Donde: O(p− q) = √ dx2i (2.5) ∇(p)[p− q] = √ dx ′2 i = dxi + dui (2.6) 36 Capı́tulo 2. Fundamento teórico de geomecánica Sustituyendo dui = duidxj dxj en ecuación 2.6, tenemos: √ dx ′2 i = dxi + dui dx ′2 i = (dxi + dui) 2 = (dxi + dui dxj dxj) 2 dx ′2 i = dx 2 i + 2 dui dxj dxjdxi + dui dxj dui dxk dxjdxk (2.7) Sabiendo que dl′2 = dx′2i y dl2 = dx2i , sustituimos en la ecuación anterior, resultando la siguiente expresión: dl ′2 = dl2 + 2 dui dxj dxjdxi + dui dxj dui dxk dxjdxk (2.8) En el tercer término intercambiamos los subı́ndices i y k para escribir la distancia entre los puntos una vez deformado el cuerpo, resultando: dl ′2 = dl2 + 2εijdxjdxi (2.9) Donde εij es la deformación producida por la acción de las fuerzas actuando sobre el cuerpo, y podemos representarlo con la ecuación 2.10. εij = 1 2 ( dui dxj + duj dxi + duk dxj duk dxi ) (2.10) εij es un tensor de segundo orden positivo y simétrico (εij = εji). Mejor conocido como el tensor de deformación. Sin embargo, en la mayorı́a de los casos se trata con deformaciones muy pequeñas y al multiplicar las diferenciales son aproximadamente igual a cero, por lo que podemos despreciar el tercer término de la ecuación 2.10. Por consiguiente, la ecuación anterior queda de la siguiente manera: 2.2. Teorı́a de elasticidad lineal 37 εij = 1 2 ( dui dxj + duj dxi ) (2.11) Podemos expresar la ecuación 2.11 de la forma matricial, donde i, j = 1 a 3. εij = du1 dx1 1 2 (du1 dx2 + du2 dx1 ) 1 2 (du1 dx3 + du3 dx1 ) 1 2 (du2 dx1 + du1 dx2 ) du2 dx2 1 2 (du2 dx3 + du3 dx2 ) 1 2 (du3 dx1 + du1 dx3 ) 1 2 (du3 dx2 + du2 dx3 ) du3 dx3 (2.12) 2.2.2. Fuerzas, vector tracción y esfuerzos El término fuerza puede ser definido como cualquier acción que se ejerce sobre un cuerpo capaz de modificar la cantidad de movimiento o la forma del medio. Se caracteriza por un punto de aplicación, una magnitud y una dirección. En cuerpos rı́gidos, se considera el volumen del cuerpo y también el hecho de que las fuerzas actúan sobre distintas partı́culas, por lo tanto tienen distintos puntos de aplicación. Las fuerzas que actúan sobre un cuerpo rı́gido se pueden dividir en dos grupos como se observa en la figura 2.3 (Hibbeler, 2004; Beer et al., 2007; Gurtin et al., 2010). 1. Fuerzas externas. Es aquella acción que ejercen otros cuerpos sobre el cuerpo rı́gido en estudio. Este tipo de fuerzas causan que el cuerpo rote o se traslade. También se denominan fuerzas de superficie. 2. Fuerzas internas. Es aquella acción que se ejerce en el interior del cuerpo rı́gido provocadas por el exterior, causando que el cuerpo se deforme internamente, es decir, las partı́culas cambien de posición, ocasionando un cambio de la forma del cuerpo. También se denominan fuerzas de cuerpo. Si consideramos un cuerpo sometido a un conjunto de fuerzas internas, podemos representarla por medio de un vector denominado tracción (resultante de las fuerzas sobre 38 Capı́tulo 2. Fundamento teórico de geomecánica el área). En cualquier punto dado del cuerpo podemos imaginar un plano cortando a través del cuerpo sólido. Tal plano se encuentra en el interior del cuerpo como se observa en la figura 2.4 (Jaeger et al., 2007; Cerca y Zúñiga, 2016). La tracción puede ser definida como la fuerza resultante aplicada sobre un cuerpo por unidad de área y se representa con la siguiente ecuación: ~T = ĺım dA→0 d~F dA (2.13) Donde ~F es la fuerza resultante aplicada y A es el área transversal. Figura 2.3: Conjunto de fuerzas internas y externas aplicadas en un cuerpo rı́gido (modificado de Gurtin et al. 2010). En general, el vector tracción se encuentra en función de la localización del punto P( ~X), donde ~X=(x,y,z). Por otro lado, en cualquier punto dado, la tracción es diferente en los diferentes planos que intersectan dicho punto, entonces, el vector tracción se encuentra en función del punto P( ~X) y del vector normal al plano n (figura 2.4). El vector tracción es difı́cil de manejar debido a que es una función de dos vectores, por lo que, en el año de 1823 el matemático francés Augustin Baron Cauchy dio a conocer el concepto de esfuerzo, el cual es un tensor de segundo orden (Jaeger et al., 2007; Zang y Stephansson, 2009). 2.2. Teorı́a de elasticidad lineal 39 Figura 2.4: Representación del vector normal al área y la tracción en un punto P sobre el área (Modificado de Gurtin et al. 2010). Cualquier vector tracción se descompone en esfuerzos normales al plano o área transversal σ, y en esfuerzos cortantes paralelos al área transversal τ . ~T = ~Tnormal + ~Ttangencial (2.14) Donde: ~Tnormal = σ y ~Ttangencial = τ (2.15) Figura 2.5: Componentes del tensor de esfuerzos (Modificado de Gurtin et al. 2010). 40 Capı́tulo 2. Fundamento teórico de geomecánica Si se considera un sistema cartesiano como referencia (figura 2.5) en un volumen infinitesimal del cuerpo sometido a tracciones, un paralelepı́pedo (P) de aristas dx, dy y dz. Sobre cada cara del paralelepı́pedo actuará un esfuerzo distinto cuyas componentes normales serı́an perpendiculares a las caras y cuyas componentes cortantes paralelas a las caras, en las direccionesde los ejes coordenados contenidos en las caras (Zang y Stephansson, 2009; Cerca y Zúñiga, 2016). De acuerdo con la figura 2.6 se tienen 18 componentes de esfuerzos. Asumiendo un equilibrio mecánico en el paralelepı́pedo, es decir que no se desplace, se obtiene que los esfuerzos cortantes en las caras opuestas deben ser iguales entre sı́, pero con sentido contario. Por otra parte, para que el paralelepı́pedo no gire los momentos deben ser nulos (Hudson y Harrison, 2000; Fjaer et al., 2008). A esto se le conoce como teorema de reciprocidad de los esfuerzos cortantes y se expresa de la siguiente manera: τij = τji (2.16) Figura 2.6: Teorema de reciprocidad de los esfuerzos cortantes (Modificado de Fjaer et al., 2008). Donde i y j = x, y, z y, por lo tanto, esto implica que: τxy = τyx τxz = τzx τyz = τzy (2.17) 2.2. Teorı́a de elasticidad lineal 41 De lo anterior podemos decir que de los 18 vectores de esfuerzos, 6 son independientes. Si cortamos el paralelepı́pedo en forma diagonal por la mitad obtendremos un tetraedro como se muestra en la figura 2.7. En la cara oblicua tenemos las componentes del vector tracción (~T ). Los esfuerzos están dados por la proyección del vector tracción a la normal del plano, por lo que, podemos expresar los 6 vectores de esfuerzos independientes (Fjaer et al., 2008; Zang y Stephansson, 2009). Ti = 3∑ j=1 σij · nj (2.18) Figura 2.7: Tetraedro elemental entorno al paralelepı́pedo (Modificado de Fjaer et al., 2008). Para i = x, y, z tenemos: Tx = σxx · nx + τxy · ny + τxz · nz Ty = τyx · nx + σyy · ny + τyz · nz Tz = τzx · nx + τzy · ny + σzz · nz (2.19) El tensor de esfuerzos podemos expresarlo en su forma matricial, en términos de los ejes coordenados y aplicando el teorema de reciprocidad de los esfuerzos cortantes: σij = σx τxy τxz τxy σy τyz τxz τyz σz (2.20) 42 Capı́tulo 2. Fundamento teórico de geomecánica Nótese que el tensor de esfuerzos es simétrico respecto a la diagonal principal, es decir, los esfuerzos cortantes que se encuentran encima de la diagonal principal son equivalente a los esfuerzos cortantes respectivos de la parte inferior. Dicha matriz muestra esta simetrı́a después de haber tenido en cuenta la igualdad de los componentes de esfuerzos cortantes respectivos. Esfuerzos principales Las magnitudes de las componentes de esfuerzos normales y de corte en un cuerpo sometido a una tracción dependerán de la orientación del cubo dentro del propio cuerpo (figura 2.8). Por lo tanto, para llegar a un estado de esfuerzos principales debemos considerar las direcciones en las que las componentes de esfuerzos normales toman valores máximos y mı́nimos (Hudson y Harrison, 2000). Figura 2.8: Orientación del cubo mostrando la anulación de los esfuerzos cortantes (Modificado de Hudson y Harrison, 2000). Esfuerzos efectivos Hasta el momento solo hemos hablado de cuerpos rı́gidos, sin embargo, nuestro objeto de estudio son rocas sedimentarias, las cuales poseen cierta porosidad. Por lo tanto, pueden contener fluidos a una presión diferente que los esfuerzos que actúan sobre los granos sólidos (Mouchet y Mitchell, 1989; Zoback, 2007). 2.2. Teorı́a de elasticidad lineal 43 En 1923, Terzagui propuso el término de esfuerzos efectivos. Demostró que la carga ejercida en una roca se distribuye tanto en el fluido como en la matriz (Selley et al., 2005). Podemos expresar lo anterior con la ecuación 2.21. σ ′ ij = σji − δijPp (2.21) Donde σ′ij es el esfuerzo efectivo, σij es el tensor de esfuerzos, δij es la delta de Kroneker y Pp es la presión de poro. La expresión anterior fue propuesta para arcillas, rocas con alto porcentaje de porosidad. Para rocas con menos contenido de arcilla, Biot (1955) tomó en consideración que la presión de los poros también desempeñan un papel importante en la deformación (Mitchell y Mouchet, 1989; Zoback, 2007). La ecuación 2.21 ahora se expresa como sigue: σ ′ ij = σji − δijαPp (2.22) Donde α es el coeficiente de Biot, y define la relación de la compresibilidad de la matriz Km y la compresibilidad total de la roca Kt (Zoback, 2007). El coeficiente de Biot se puede expresar como: α = 1− (Km/Kt) (2.23) 2.2.3. Propagación de ondas elásticas Podemos definir a las ondas elásticas como perturbaciones mecánicas que se propagan a través de un material. Las ondas elásticas en las rocas se propagan con una cierta velocidad que dependen principalmente de la densidad de la roca (Fjaer et al., 2008). Los módulos elásticos dinámicos se determinan a partir de las velocidades compresional y de corte con la que se propagan las ondas elásticas en el medio. Usualmente, en la mayoria de los problemas de la mecánica de rocas, suponemos que la roca se encuentra bajo la acción de efuerzos estáticos. Sin embargo, hay una serie de situaciones importantes en las que los esfuerzos son de naturaleza dinámica y se debe considerar la propagación de estos esfuerzos a través de la roca como una onda (Jaeger et al., 2008). 44 Capı́tulo 2. Fundamento teórico de geomecánica En la corteza podemos definir a dos tipos de ondas: compresionales o longitudinales Vp y de corte o cizalla Vs. Las ondas compresionales, como su nombre lo indica comprimen y dilatan al medio en dirección de la onda. Por otro lado las ondas de cizalla son ondas en las cuales el desplazamiento es transversal a la dirección de propagación. En un medio isótropo y homogéneo la velocidad de propagación de las ondas compresionales y de cizalla se puede determinar a partir de los módulos elásticos como son: el módulo de Young E y la relación de Poisson ν o a partir de los coeficientes de rigidez C33 y C44. Vp = √√√√E(2 + ν(1− 2ν)) ρ(1 + ν) = √ C33 ρ (2.24) Vs = √ E 2ρ(1 + ν) = √ C44 ρ (2.25) 2.2.4. Anisotropı́a Si la respuesta elástica de un material depende de su orientación para un campo de esfuerzos dado, se dice que el material se comporta como un medio anisótropo, es decir, varı́an sus propiedades fı́sicas según la dirección en la que se miden (Nauroy, 2011). El concepto de anisotropı́a, en la mecánica de rocas, se refiere a la variación de los módulos elásticos (Cijkl) en sus diferentes direcciones. Los principales factores que generan anisotropı́a en las rocas sedimentarias son: la alineación de cristales, alineación de los sedimentos, presencia de fracturas, grietas y porosidad, que pueden detectarse a microescala, y por la formacion de estratos o laminas en formaciones que podemos identificar a nivel macroescala (Koesoemadinata y McMechan, 2004). Anisotropı́a de acuerdo a la simetrı́a del tensor de rigidez En el caso más general, un tensor de rigidez tiene 81 módulos elásticos, debido a que Cijkl es un tensor de cuarto orden y los subı́ndices van de 1 a 3, por lo tanto, se tienen 34 = 81 constantes elásticas (Fjaer et al., 2008). Se asume que no existe simetrı́a en los tensores, es decir, al intercambiar el par de subı́ndices conlleva a alterar el signo del tensor. 2.2. Teorı́a de elasticidad lineal 45 Cijkl 6= Cjikl y Cijkl 6= Cjilk (2.26) En la figura 2.9, se representa el caso general de forma matricial donde se tienen las 81 constantes elásticas. Figura 2.9: Representación matricial de anisotropı́a total donde se asume que el tensor no tiene simetrı́a. Para aplicaciones prácticas, es posible simplificar el tensor de rigidez (Fjaer et al., 2008; Schön, 2015). El tensor de rigidez es simétrico debido a que los tensores de esfuerzo y deformación son simétricos. Para este caso, la matriz se reduce a una sola con 36 coeficientes. Dado que al intercambiar el par de subı́ndices en cualquier posición el tensor no se ve alterado y es equivalente a: Cijkl = Cjikl y Cijkl = Cjilk (2.27) Tabla 2.1: Reducción de subı́ndices utilizando la notación de Voigt (Schön, 2015). Ahora, utilizando la notación de Voigt, como se muestra en la tabla 2.1, podemos facilitar el uso de la ecuaciónconstitutiva. La notación se basa en la simetrı́a del tensor para considerar solo los valores no repetidos y lograr una representación con menos valores (Schön, 2015). 46 Capı́tulo 2. Fundamento teórico de geomecánica Por lo tanto, de nuestra expresión general con cuatro subı́ndices (i, j, k, l) ahora tenemos solamente dos(i, j) facilitando el uso del tensor para estudios relacionados con la mecánica de rocas. σij = Cjiklεkl ⇒ σi = Cjiεj (2.28) De tal manera que nuestra expresión matricial la representamos ahora con solo dos subı́ndices i y j. σ1 σ2 σ3 τ4 τ5 τ6 = C11 C12 C13 C14 C15 C16 C21 C22 C23 C24 C25 C26 C31 C32 C33 C34 C35 C36 C41 C42 C43 C44 C45 C46 C51 C52 C53 C54 C55 C56 C61 C62 C63 C64 C65 C66 ε1 ε2 ε3 γ4 γ5 γ6 (2.29) Aplicando las condiciones de preservación de energı́a podemos reducir aún más las constantes de rigidez, dando otro tipo de simetrı́a en la matriz de rigidez. La densidad de energı́a de deformación se refiere al aumento de energı́a interna acumulada en el interior de un sólido deformable por acción del trabajo realizado derivado de la fuerza que provoca la deformación (figura 2.10). Dicho de otro modo, la densidad de energı́a de deformación es igual al área bajo la recta que define la relación entre el esfuerzo y la deformación. Por lo que el sólido depende principalmente de sus propiedades mecánicas (Wierzbicki, 2013). La expresión se obtiene de la integración de la ecuación 2.12 y se expresa como se muestra en la ecuación 2.30. ψ(εij) = ∫ σij∂εij = ∫ Cijklεkl∂εij = 1 2 Cijklεklεij (2.30) Aplicando el teorema de Clairaut y asumiendo que podemos calcular la derivada sin importar el orden de derivación, es decir, existen las derivadas cruzadas y son continuas. 2.2. Teorı́a de elasticidad lineal 47 Figura 2.10: Representación gráfica de la relación lineal existente entre el esfuerzo σ y la deformación ε. Se observa el aumento de energı́a de deformación acumulada en de un sólido sometido a un esfuerzo (Wierzbicki, 2013). Entonces, ∂2ψ(εij) ∂εkl∂εij = ∂ ∂εkl [ ∂ ∂εij ψ(εij) ] = ∂ ∂εkl [ ∂ ∂εij ( 1 2 Cijklεklεij )] = ∂ ∂εkl (Cijklεkl) ⇒ ∂ 2ψ(εij) ∂εkl∂εij = Cijkl (2.31) ∂2ψ(εkl) ∂εij∂εkl = ∂ ∂εkl [ ∂ ∂εij ψ(εkl) ] 48 Capı́tulo 2. Fundamento teórico de geomecánica = ∂ ∂εij [ ∂ ∂εkl ( 1 2 Cklijεijεkl )] = ∂ ∂εij (Cklijεij) ⇒ ∂ 2ψ(εkl) ∂εij∂εkl = Cklij (2.32) Como asumimos que existı́a continuidad en la derivación cruzada, en consecuencia: Cijkl = Cklij (2.33) Podemos concluir que existe simetrá en el tensor de rigidez. Por lo tanto, de nuestra matriz de 36 constantes ahora se reduce a solo 21 constantes (ecuación 2.34). σ1 σ2 σ3 τ4 τ5 τ6 = C11 C12 C13 C14 C15 C16 C12 C22 C23 C24 C25 C26 C13 C23 C33 C34 C35 C36 C14 C24 C34 C44 C45 C46 C15 C25 C35 C45 C55 C56 C16 C26 C36 C46 C56 C66 ε1 ε2 ε3 γ4 γ5 γ6 (2.34) Nótese que existe simetrı́a en la expresión 2.34 respecto a la diagonal principal. En las rocas se define como la variación de las propiedades en cualquier dirección, se debe principalmente a la constitución del material y a las fracturas presentes en el la formación (figura 2.11a). Este tipo de anisotropı́a se debe al tipo de arreglo molecular que compone al sólido. En este caso, corresponde a una estructura trı́clinica donde el arreglo está definido en la figura 2.11b. Actualmente, determinar o modelar un comportamiento mécanico de una roca considerando una anisotropı́a con estructura trı́clinica es costoso, por lo que, para fines prácticos se reducen los coeficientes de rigidez asumiendo estructuras menos complejas. 2.2. Teorı́a de elasticidad lineal 49 Figura 2.11: a) Representación de la roca donde las propiedades meánicas dependen de la dirección en que son medidas; b) Estructura trı́clinica, representa un arreglo donde las magnitudes de las aristas y los ángulos son diferentes. Si ahora consideramos el tipo de estructura del material podemos reducir aún más las constantes. Un material ortótropo tiene tres ejes ortogonales entre sı́, de doble simetrı́a rotacional, de forma que sus propiedades mecánicas son, en general, diferentes en las direcciones de cada uno de esos ejes (figura 2.12). Una de las justificaciones más comunes para asumir a un material como ortótropo en las rocas es una combinación de fracturas verticales paralelas con estratos horizontales. Si la roca tiene un conjunto de fracturas perpendiculares, se va a comportar como un medio ortótropo. Usando la notación matricial, para una estructura ortorrómbica, se puede reducir a 9 coeficientes de rigidez como se muestra en la ecuación 2.35 (Franquet et al., 2012). Figura 2.12: a) Representación de la roca como un medio ortótropo donde sus propiedades varı́an en tres direcciones ortogonales entre sı́; b) Estructura ortorrómbica, representa un arreglo donde las magnitudes de las aristas son diferentes y los ángulos iguales. 50 Capı́tulo 2. Fundamento teórico de geomecánica σ1 σ2 σ3 τ4 τ5 τ6 = C11 C12 C13 0 0 0 C12 C22 C23 0 0 0 C13 C23 C33 0 0 0 0 0 0 C44 0 0 0 0 0 0 C55 0 0 0 0 0 0 C66 ε1 ε2 ε3 γ4 γ5 γ6 (2.35) Las rocas con alto contenido de arcilla presentan una estructura laminar, normalmente las capas de estratificación o laminas oscilan desde unos pocos milı́metros hasta cientos de metros (Davidson, 1999). Esta estructura tı́pica en las lutitas se debe a los minerales arcillosos que le dan sus propiedades mecánicas únicas (Sharma, 2004). Este tipo de estructura es caracterizado como un medio isótropo transversal (figura 2.13). En este caso, la matriz de rigidez se reduce a 6 constantes elásticas y dependiendo de la dirección del eje paralelo al plano isótropo se definirá como isotropı́a transversal vertical (VTI) u horizontal (HTI) como se muestra en la figura 2.13a y 2.13b, respectivamente. Figura 2.13: Representación de la roca como un medio con isotropı́a transversal vertical (a) y horizontal (b); c) Estructura ortorrómbica caracterı́stica de un medio con isotropı́a transversal. Por consiguiente, la matriz de rigidez dependerá de la dirección del eje de simetrı́a perpendicular al plano isótropo como se muestra en las ecuaciones 2.36 para un VTI y 2.37 para un HTI (Zhang, 2005; Frydman, 2010). 2.2. Teorı́a de elasticidad lineal 51 σ1 σ2 σ3 τ4 τ5 τ6 = C11 C12 C13 0 0 0 C12 C11 C13 0 0 0 C13 C13 C33 0 0 0 0 0 0 C44 0 0 0 0 0 0 C44 0 0 0 0 0 0 C66 ε1 ε2 ε3 γ4 γ5 γ6 (2.36) σ1 σ2 σ3 τ4 τ5 τ6 = C11 C13 C13 0 0 0 C13 C33 C23 0 0 0 C13 C23 C33 0 0 0 0 0 0 C44 0 0 0 0 0 0 C66 0 0 0 0 0 0 C66 ε1 ε2 ε3 γ4 γ5 γ6 (2.37) Para el caso más general, donde no varı́an sus propiedades respecto a la dirección medida, la matriz de constitutividad se reduce a tan solo 3 constantes elásticas. Debido a que solo se deben determinar dos de estas tres, ya que la tercera variable depende de las otras dos, es la manera más práctica para modelar el comportamiento meánico de las formaciones. La figura 2.14 representa a una roca isótropa debido a su estructura cúbica. Figura 2.14: a) Representación de la roca como un medio isótropo donde sus propiedades son iguales en cualquier dirección; b)Estructura cúbica, representa un arreglo donde las magnitudes de las aristas y los ángulos iguales. Por lo tanto, la expresión matricial de la ley de elasticidad lineal para un medio isótropoqueda de la siguiente manera. 52 Capı́tulo 2. Fundamento teórico de geomecánica σ1 σ2 σ3 τ4 τ5 τ6 = C11 C12 C12 0 0 0 C12 C11 C12 0 0 0 C12 C12 C11 0 0 0 0 0 0 C44 0 0 0 0 0 0 C44 0 0 0 0 0 0 C44 ε1 ε2 ε3 γ4 γ5 γ6 (2.38) Tipo de anisotropı́a Existen dos tipos de anisotropı́a que se pueden presentar en una roca sedimentaria: intrı́nseca e inducida. La anisotropı́a intrı́nseca se debe al resultado de la orientación preferencial de los granos y los poros de la roca que pueden generarse por la composición del sedimento, el tamaño y forma del grano, mientras que la anisotropı́a inducida es originada por la tensión que sufre la roca asociada con los esfuerzos in-situ sobre las fracturas y el proceso de diagénesis (Wang, 2001). La anisotropı́a en las rocas se desarrolla durante la deposición y durante los procesos que tienen lugar después de esta. En los sedimentos clásticos, la anisotropı́a puede surgir durante y después de la depositación. Por ejemplo, en carbonatos la anisotropı́a esá controlada principalmente por fracturas y procesos diagenéticos, y por lo tanto, la anisotropı́a tiende a surgir después de la depositación. Muchas causas de la anisotropı́a inducida se agrupan bajo los procesos de diagénesis: la alteración fı́sica, quı́mica o biológica del sedimento durante y después de la compactación de los sedimentos. La compactación debida al esfuerzo de sobrecarga puede causar la rotación de los ejes de grano respecto al plano horizontal (Anderson et al., 1994, Koesoemadinata y McMechan, 2004). En la naturaleza existe la estratificación que origina una forma de anisotropı́a intrı́nseca, en muchas estructuras sedimentarias como en las lutitas o formaciones con alto contenido de arcilla, la anisotropı́a se desarrolla cuando se tiene algún grado de uniformidad y homogeneidad, es decir, cuando varı́a la composición, tamaño, forma, orientación y compactación de los sedimentos las lutitas desarrollarán anisotropı́a intrı́nseca (Anderson et al., 1994). 2.3. Estado de esfuerzos en la corteza 53 Grado de anisotropı́a El grado de anisotropı́a se define como la medición de la influencia de la anisotropı́a respecto a mediciones de velocidades compresional y de corte en las direcciones vertical y horizontal, es decir, se determina la desviación con respecto a la isotropı́a del medio (Tsvankin, 2010). Thomsen (1986) introdujo los parámetros anisótropos para medios de isotropı́a transversal vertical (VTI), con la finalidad de describir el comportamiento de las velocidades en las diferentes direcciones. El parámetro epsilon (ε) se utiliza para percibir la diferencia de las ondas compresionales que viajan horizontal y verticalmente (ecuación 2.39). De igual manera se utiliza el parámetro gamma (γ) pero para las ondas de corte (ecuación 2.40). Por último, el parámetro delta (δ) es una combinación de constantes elásticas que denota la diferencia de velocidades en ángulos de 0, 45 y 90 grados (ecuación 2.41). ε = C11 − C33 2C33 (2.39) γ = C66 − C44 2C44 (2.40) δ = (C13 + C44) 2 − (C33 − C44)2 2C33(C33 − C44) (2.41) Los tres parámetros de Thomsen y las velocidades compresionales y de corte son utilizados para determinar la velocidad de fase con la que se propaga una onda en función del ángulo para medios anisótropos. La determinación de las velocidades de fase es útil para visualizar la propagación de la onda en el espacio tridimensional en un medio VTI. 2.3. Estado de esfuerzos en la corteza En las rocas, como en todos los sólidos, la magnitud de los esfuerzos no necesariamente es igual en todas sus direcciones ortogonales. Los esfuerzos en la corteza son representados por tres esfuerzos principales que se encuentran `̀ casi´́ en equilibrio como se muestra en la figura 2.15 (Zoback, 2007; Zang y Stephansson, 2009; Velázquez et al., 2017). 54 Capı́tulo 2. Fundamento teórico de geomecánica Figura 2.15: Estado de esfuerzos principales en la corteza (modificado de Zoback, 2007). A estos tres esfuerzos in-situ se les asume que están actuando de manera vertical y horizontal. Lo anterior ha sido validada por muchos investigadores basandose en mediciones directas de esfuerzos in situ, donde destacan Bulin (1971), Worotnicki y Walton (1976), Amadei (1983), Klein y Brown (1983), Li (1986), Zoback (1989), Myrvang (1993) y Zang y Stephansson (2009). Al considerar las orientaciones horizontales y vertical, las magnitudes de los esfuerzos principales pueden estimarse utilizando correlaciones que consideran la presión de poro, el esfuerzo vertical y la profundidad que serán presentados en las siguientes secciones (Zoback, 2007). 2.3.1. Presión de poro La presión de poro se puede definir como aquella presión ejercida por los fluidos contenidos en los espacios porosos de las rocas, ya sea agua, aceite o gas. La presión de poro la podemos clasificar en (Swarbrick, 2001; Velázquez et al., 2017): Presion de poro normal : Es igual a la presión hidrostática, esto se debe a que los fluidos son expulsados conforme se compacta la roca. 2.3. Estado de esfuerzos en la corteza 55 Presion de poro anormal : Es aquella presión del fluido diferente a la hidrostática. Si la presión excede a la presión hidrostática se le denomina sobrepresión o presión anormal alta. En caso contrario, si es menor que la presión normal, se le denomina subpresión o presión anormal baja. El origen de las presiones de poro anormal puede ser causada principalmente por eventos mecánicos (por ejemplo desequilibrio en la compactación), quı́micos (por ejemplo fenómenos osmóticos) o térmicos (por ejemplo expansión de agua debido al incremento de temperatura). Figura 2.16: Gráfico de presión vs profundidad representando la clasificación de las presiones (modificado de Swarbrick, 2001). Una correcta predicción de la presión de poro es un factor fundamental para calcular adecuadamente los esfuerzos horizontales. La predicción de la presión de poro implica cuantificarla a partir de la variación de las propiedades de la roca, en particular, los cambios en la velocidad sónica o en la resistividad (Mouchet y Mitchell, 1989; Song, 2012). 56 Capı́tulo 2. Fundamento teórico de geomecánica 2.3.2. Esfuerzo vertical El esfuerzo vertical, también llamado esfuerzo de sobrecarga, es un esfuerzo principal y se define como el peso acumulado de los sedimentos en una cuenca sedimentaria. Está en función de la densidad, la gravedad y la profundidad (Song, 2012). Se determina con la siguiente expresión: σv = ∫ z 0 ρr(z)g dz (2.42) Donde ρr(z) es la densidad de cada estrato de roca, g es la gravedad, dz es el espesor de cada estrato. En cualquier profundidad dada las rocas varı́an tanto en litologı́a como en porosidad, sin embargo, para el cálculo del esfuerzo vertical se debe considerar que que las formaciones se compactan normalmente y que la pérdida de porosidad está en función de la profundidad. Por lo tanto, la densidad también varı́a en función de la profundidad. Cuando los fluidos no lograron escapar de los poros se tiene una presión generada por dicho fluido, lo cual provoca que el esfuerzo de sobrecarga este en función de la sumatoria del esfuerzo sometido entre grano y grano más la presión de poro como se muestra en la figura 2.17 (Velázquez et al., 2017). Figura 2.17: Esfuerzo de sobrecarga afectada por la presión de los fluidos y el esfuerzo vertical efectivo (modificado de Velázquez et al., 2017). Existen predicciones erróneas del esfuerzo de sobrecarga, cuando se utilizan los datos directamente del registro de densidad debido a la presencia de los fluidos en los poros, la calidad del agujero y la presencia de presiones anormales. Esto ocasiona que se tengan 2.3. Estado de esfuerzos en la corteza 57 frecuentemente valores atı́picosde densidades. Para corregir estos valores se debe modelar la densidad únicamente considerando los efectos de compactación mecánica. Además, el registro de densidad no se mide a menudo hasta la superficie. Por lo tanto, es necesario extrapolar densidades para obtener la sobrecarga en función de la profundidad (Velázquez, 2017). 2.3.3. Esfuerzos horizontales Al igual que el esfuerzo de sobrecarga, los esfuerzos horizontales son esfuerzos principales que actúan horizontalmente en las formaciones. Ocurren debido a eventos tectónicos de compresión y tensión. Por décadas, se han utilizado varios modelos tratando de determinar los esfuerzos horizontales. Sin embargo, estos modelos no son métodos directos para medir los esfuerzos. Por lo tanto, tienden a tener un cierto grado de incertidumbre. Zoback (2007) menciona que los esfuerzos horizontales pueden ser determinados directamente a partir de pruebas de mini-frac y Leak off Test (LOT) o también llamadas pruebas de goteo. Modelos convencionales para determinar el esfuerzo horizontal mı́nimo En esta sección, se realizó una revisión general de modelos que se utilizan actualmente para determinar la magnitud del esfuerzo horizontal mı́nimo para casos en donde no se dispone de mediciones directas del esfuerzo horizontal mı́nimo a partir de las pruebas de goteo y mini-fracs. Inicialmente, Hubbert y Willis (1957) propusieron una expresión empı́rica para determinar el esfuerzo horizontal mı́nimo (ecuación 2.43). Con base en los datos experimentales del laboratorio, Hubbert y Willis sugirieron que el esfuerzo horizontal mı́nimo en formaciones poco profundas es aproximadamente un tercio del esfuerzo vertical. σh = 0.3(σv − Pp) + Pp (2.43) Sin embargo, en la parte del Golfo de México el modelo subestimaba los valores medidos, 58 Capı́tulo 2. Fundamento teórico de geomecánica posteriormente Hubbert y Willis adoptaron un coeficiente empı́rico de 0.5 que indica que los valores observados se adaptan mejor para determinar el esfuerzo horizontal menor en el Golfo de México (Zoback y Healy, 1984; Velázquez et al., 2017). Dicha constante se obtuvo a partir de la relación que involucra el coeficiente de fricción (µ), entonces, podemos representar la ecuación 2.43 de la siguiente manera: σh = 1 + sinµ 1− sinµ (σv − Pp) + Pp (2.44) Posteriormente, Matthews y Kelly (1967) propusieron una relación similar para la presión de fractura. Como esto requiere la propagación de una fractura hidráulica, este valor es esencialmente equivalente al esfuerzo principal menor. σh = Ki(z)(σv − Pp) + Pp (2.45) El coeficiente Ki(z) depende de la profundidad y fue determinado mediante relaciones obtenidas en la costa del golfo de Lousiana y el golfo de Texas. A dicho coeficiente se le denomina como coeficiente de esfuerzo matricial que relaciona el esfuerzo horizontal mı́nimo y el esfuerzo vertical (Zoback, 2007). Ki(Z) = σ ′ h σ′v = LOT − Pp σv − Pp (2.46) Matthews y Kelly propusieron que el coeficiente variaba de forma no lineal de 0.4 a 0.48 a 600 metros a valores que superaban 0.7 a profundidades superiores a 3,000 metros (Zoback 2007). La aplicación de este método en zonas distintas de la Costa del Golfo de México requiere variaciones locales en el coeficiente Ki(z), que se determinan en relación con la profundidad. Debido a la relativa escasez de datos, en pocas regiones en el mundo se determina el coeficiente Ki(z) (Mouchet y Mitchell, 1989). Eaton (1969) considera el principio de la mecánica de rocas y asume a la roca como un medio elástico, remplaza el coeficiente matricial Ki(z) del modelo de Matthews y Kelly por la relación de Poisson. 2.3. Estado de esfuerzos en la corteza 59 σh = ( ν 1− ν )(σv − Pp) + Pp (2.47) Esta relación se deriva de un problema de elasticidad lineal conocido como restricción bilateral. A pesar del uso generalizado de esta relación, incluso el autor reconoció que era necesario utilizar una relación de Poisson efectiva determinada empı́ricamente que se obtiene de la calibración de las mediciones obtenidas de las pruebas de goteo. Fundamentalmente, el método se deriva asumiendo que el origen del esfuerzo horizontal es debido unicamente al esfuerzo vertical. Si aplicamos un esfuerzo de sobrecarga instantáneo a un medio poroelástico, la roca experimentará un aumento en el esfuerzo horizontal en todas las direcciones, como se define en la ecuación 2.47, señalando, que ν se define rigurosamente como la relación de Poisson y no como un coeficiente empı́rico. La razón por la cual el esfuerzo horizontal aumenta a medida que se aplica un esfuerzo vertical es debido a que la roca desea expandirse lateralmente (el efecto de Poisson), mientras longitudinalmente se está compactando la roca (Zoback, 2007). Breckel and Van Eekelen (1982) establecieron una correlación entre el esfuerzo horizontal mı́nimo, la presión de poro y la profundidad a partir de datos de gradiente de fractura, no solo de la costa del Golfo de México sino también de Venezuela, Brunei y del Mar del Norte. σh = 0.197 1.145 + 0.46(Pp − Ph) + Pp (2.48) σh = 1.167− 4596 + 0.46(Pp − Ph) + Pp (2.49) Donde z es la profundidad, pies; Pp es la presión de poro, psi; y Ph es la presión hidrostática, psi. La ecuación 2.48 se utiliza para profundidades menores a 11500ft y la ecuación 2.49 se utiliza para profundidades mayores a 11500ft. Implı́citamente, el modelo supone un aumento especı́fico en el ritmo de cambio de presión de poro con la profundidad, ası́ como una densidad de sobrecarga promedio. Daines (1982), retomo el modelo de Eaton y lo modificó, introduciendo un parámetro al 60 Capı́tulo 2. Fundamento teórico de geomecánica cual denominó factor tectónico (σt). El valor de la relación de Poisson se puede determinar a partir de pruebas de goteo y se considera constante para toda la profundidad del pozo. Además del efecto de los esfuerzos tectónicos, Daines enfatiza la importancia de la litologı́a en el cálculo del esfuerzo horizontal mı́nimo. σh = ( ν 1− ν )(σv − Pp) + Pp + σt (2.50) La determinación de σt, a partir de una prueba de goteo es aproximada, especialmente cuando el valor de ν elegido para el cálculo puede ser erróneo (Mouchet y Mitchell, 1989; Velázquez, 2017). Más tarde, Zoback y Healy (1984) se basaron en el concepto de equilibrio friccional. Analizaron los esfuerzos in-situ y los datos de presión de la Costa del Golfo de México en un intento de mostrar que el estado de esuerzos también está controlado por la fuerza de fricción de las fallas normales activas en la zona. σh = ( √ µ2 + 1 + µ)−2(σv − Pp) + Pp (2.51) Para terminar, Holbrook (1990) presenta un modelo donde sustituye la constate empı́rica del modelo de Hubbert y Willis (ecuación 2.1). El modelo está en función de la porosidad (φ) como se muestra en la ecuación 2.52. σh = (1− φ)(σv − Pp) + Pp (2.52) Cabe señalar que son los modelos más conocidos y usados en la industria petrolera. Sin embargo, existen más modelos los cuales se basan principalmente en los modelos mencionados anteriormente. Se observa que en los modelos presentados no consideran la anisotropı́a y desprecian las deformaciones horizontales, razón por la cual los modelos presentan errores en la prognosis de los esfuerzos horizontales. De los modelos antes mencionados, el modelo que se ha utilizado ampliamente para la estimación del esfuerzo horizontal menor es el modelo de Eaton (1969), el cual puede utilizar la relación de Poisson calculada a partir de las velocidades compresional y de corte 2.3. Estado de esfuerzos en la corteza 61 medidas en el pozo como se observa en la tabla 2.2. A continuación se presenta la tabla 2.2 resumiendo los modelos descritos en esta sección. Tabla 2.2: Modelos para determinar el esfuerzo horizontal mı́nimo (modificado de Zoback, 2007). Modelos convencionales para determinar el esfuerzo horizontal máximo El esfuerzo horizontal máximoes el tercer esfuerzo in-situ que es importante determinarlo, ya que es un párametro fundamental en un análisis de estabilidad mecánica del pozo. Debido a que no se tiene una forma directa de medir la magnitud del esfuerzo horizontal máximo se han desarrollado métodos indirectos para estimar el esfuerzo horizontal máximo, por lo que, se tiene que inferir a partir de pruebas u observaciones del sistema de fallas actuales. Una manera de estimar la magnitud del esfuerzo horizontal es por medio del modelo de Anderson (ecuación 2.53). σH = σh +Ki(Sv − Sh) (2.53) 62 Capı́tulo 2. Fundamento teórico de geomecánica Donde Ki es un parámetro de ajuste según el ambiente geológico del área. Si se tiene un régimen pasivo con sistema de fallas normales se usan valores que se encuentran en el rango de entre 0.01 ≤ Ki ≤ 0.5. En caso contrario, si existe movimiento tectónico considerable y sistema de fallas inversas se deben usar valores de Ki mayores a 1. Cabe destacar que la magnitud del esfuerzo horizontal máximo debe coincidir con el sistema de fallamiento de Anderson (1951) que podemos observar en la figura 2.18. Figura 2.18: Clasificación del sistema de fallamiento de Anderson (1951) para magnitudes relativas de esfuerzos en regimenes de falla normal, inversa y transcurrente (modificado de Zoback, 2007). Otro modelo es el de Hubbert and Willis (1957) y es utilizado para determinar el esfuerzo horizontal máximo asume que el esfuerzo horizontal mı́nimo es igual a la presión de cierre de fractura y tiene una dirección perpendicular al plano de la fractura. Considerando que la presión del fluido en el agujero es igual a la presión de fractura, Pw = Pfr, e implementando el criterio de falla por tensión, donde el esfuerzo que actúa en la pared del pozo (Zoback, 2007): σθ = −To (2.54) Siendo To la resistencia a la tensión de la roca. En la ecuación 2.55 el esfuerzo horizontal máximo está dado por (Zoback, 2007): σH = 3σh − Pfr − Pp + To (2.55) Capı́tulo 3 Metodologı́a para determinar la magnitud de los esfuerzos horizontales En este capı́tulo se presenta la metodologı́a para determinar los esfuerzos horizontales considerando la influencia de la anisotropı́a y las deformaciones horizontales. La figura 3.1 muestra el flujo de trabajo para determinar los esfuerzos horizontales asumiendo la anisotropı́a, donde ya no solo se determinan dos constantes elásticas sino que ahora depende del tipo de simetrı́a. También, para determinar con mayor precisión la magnitud de los esfuerzos horizontales, se deben considerar las deformaciones horizontales. Figura 3.1: Metodologı́a para determinar esfuerzos horizontales. 63 64 Capı́tulo 3. Metodologı́a para determinar la magnitud de los esfuerzos horizontales 3.1. Análisis de información del área de estudio Es esencial, en primera instancia, la obtención de muestras de roca debido a que estas definirán el modelo a utilizar en la determinación de los esfuerzos horizontales. Al realizar pruebas directas a las muestras, aclaramos el comportamiento del medio y la anisotropı́a que presentarı́a. Lo adecuado es obtener muestras cúbicas para evaluar y considerar las tres direcciones de los esfuerzos in-situ. Las pruebas pueden variar de acuerdo a las condiciones y caracteristicas que presenten las muestras, lo recomendable es someterlas a pruebas true triaxial para representar los tres esfuerzos principales a sus condiciones originales y realizar mediciones ultrasónicas en las diferentes caras del cubo para obtener las respectivas velocidades. Al realizar las pruebas en las muestras representativas podemos definir el comportamiento mecánico del material y definir las variaciones de sus propiedades mecánicas en las diferentes direcciones que presenta las muestras. En el caso de las lutitas, debido a su naturaleza es difı́cil obtener muestras integras, y por lo tanto, realizar pruebas destructivas es complicado. Por otro lado, podemos realizar pruebas ultrasónicas en diferentes direcciones y en las diferentes caras de las muestras a 0, 45 y 90 grados,con la finalidad de obtener los módulos elásticos y caracterizar al medio. Ası́ también, es importante contar con registros sónicos dipolares de pozo para correlacionar las constantes medidas en el laboratorio, sin embargo, estos registros son costosos y en pocas ocasiones se llegan a utilizar. Por lo que en esta metodologı́a se desarrollaron y calibraron modelos empı́ricos para obtener información que no pudo ser derivada directamente de los registros. 3.2. Definición del modelo Para una predicción correcta de los esfuerzos horizontales debemos caracterizar al medio de acuerdo a su comportamiento mecánico. En otras palabras, dependiendo de la variación de las propiedades mecánicas se seleccionarán los modelos adecuados para determinar los esfuerzos horizontales con mayor certeza. 3.2. Definición del modelo 65 Las expresiones para obtener los módulos elásticos de la diagonal principal a partir de la velocidad compresional y de la velocidad de corte son: C11 = ρV 2 px (3.1) C22 = ρV 2 py (3.2) C33 = ρV 2 pz (3.3) C44 = ρV 2 syz (3.4) C55 = ρV 2 sxz (3.5) C66 = ρV 2 sxy (3.6) Los términos no diagonales de la matriz de rigidez (C12, C13 y C23) también se pueden obtener a partir de las mediciones ultrasónicas en muestras representativas de la Formación. La relación entre los términos no diagonales con respecto al resto de los términos de la matriz de rigidez se simplifica cuando las mediciones acústicas oblicuas se realizan en la muestra en ángulos de 45 grados. Por lo tanto, las ecuaciones quedan en función de las velocidades medidas a 45 grado y los módulos elásticos de la diagonal principal (Franquet et al., 2012). C12 = √ (2ρV 2pxy45 − C66 − C22 2 − C11 2 )2 − 1 4 (C22 − C11)2 − C66 (3.7) C13 = √ (2ρV 2pxz45 − C55 − C11 2 − C33 2 )2 − 1 4 (C11 − C33)2 − C55 (3.8) C23 = √ (2ρV 2pyz45 − C44 − C22 2 − C33 2 )2 − 1 4 (C22 − C33)2 − C44 (3.9) Al analizar los módulo elásticos obtenidos, a partir de las ecuaciones anteriores, podemos definir el tipo de simetrı́a que presenta el medio y, por lo tanto, caracterizar a la roca ya sea como un medio ortótropo, isótropo transversal o isótropo. El análisis de las variaciones en las propiedades mecánicas en las diferentes direcciones es importante cuando no conocemos la anisotropı́a en la formación. Cuando existan estudios previos y se tenga identificada el tipo de anisotropı́a que presenta la roca, podemos omitir este paso y determinar los perfiles de esfuerzos horizontales con modelos adecuados que consideren el tipo de anisotropı́a. 66 Capı́tulo 3. Metodologı́a para determinar la magnitud de los esfuerzos horizontales 3.3. Determinación de velocidades Para la obtención del perfil de esfuerzos horizontales se deben determinar los modulos elásticos a partir de las velocidades compresional y de corte. De registros sónicos monopolares se obtienen los valores del tiempo de tránsito compresional. A partir de estos valores se puede calcular la velocidad compresional con la ecuación 3.10. Vp = 1 DTC ∗ a (3.10) Donde Vp es la velocidad compresional en [m/s], DTC es el tiempo de tránsito compresional en [µ/ft] y a es un factor de conversión equivalente a 304800. Por otro lado, para determinar la velocidad de corte se requieren de registros dipolares, sin embargo, para áreas que no cuentan con estos registros se utilizan modelos empı́ricos que parten de parámetros como la velocidad compresional para determinar la velocidad de corte. Greenberg y Castagna (1992) desarrollaron varios modelos que determinan la velocidad de corte a partir de registros, sı́smica y datos experimentales medidos en laboratorio. Demostraron que existe una relación entre las velocidades compresionales y de corte. Desarrollando correlaciones lineales para distintas litologı́as como lutitas, arenas y dolomitas, para calizas encontraron
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