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Artículo Original Ciencia & Trabajo | AÑO 6 | NÚMERO 14 | OCTUBRE/DICIEMBRE 2004 | www.cienciaytrabajo.cl 189 Factores Psicosociales Relacionados con la Salud Mental en Profesionales de Servicios Humanos en México PSYCHOSOCIAL FACTORS RELATED TO MENTAL HEALTH IN HUMAN SERVICES PROFESIONAL'S IN MEXICO. Arturo Juárez García Psicólogo, Candidato a Doctor en Psicología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Investigador del Proyecto Psicología del Trabajo y Salud Ocupacional de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, UNAM. RESUMEN Las Organizaciones del Servicio Humano (OSH) se caracterizan por las demandas emocionales y psicosociales que imponen a los pro- fesionales que ahí laboran, impactando gravemente su productivi- dad, calidad de vida y salud mental; pero también representa con- secuencias importantes para los usuarios, sus familias, las institu- ciones y la sociedad en general. Por lo tanto, resulta necesario iden- tificar los factores psicosociales relacionados con el estatus de salud mental en profesionales de OSH, objetivo del presente trabajo. Para ello, se evaluaron profesionales de Enfermería, Psicología, Medicina, Trabajo Social, etc. de diferentes centros sociales en México (N=179). Se utilizaron diversas escalas validadas para la evaluación de factores psicosociales relevantes para la salud según la literatura contemporánea. Los resultados mostraron que la autoeficacia, el control emocional y la inseguridad laboral (incer- tidumbre por la conservación del empleo) fueron las únicas variables asociadas. La inseguridad laboral fue el predictor estadístico más importante. Se concluye que las variables psicosociales, sean per- sonales o propias de la actividad laboral, representan factores esen- ciales en la definición del estatus de salud mental en profesionales de OSH y resulta importante considerar aquéllas particularmente relevantes en determinados contextos socioeconómicos-culturales, como lo es el gran problema de la inseguridad laboral en países de Latinoamérica. (Juárez A. 2004. Factores Psicosociales Relacionados con la Salud Mental en Profesionales de Servicios Humanos en México. Cienc Trab. Oct-Dic; 6 (14):189-196) Descriptores: SALUD MENTAL, ESTRÉS PSICOLÓGICO, PERSONALIDAD, SERVICIOS DE SALUD, ENFERMEDADES OCUPACIONALES, INSEGURIDAD LABORAL. ABSTRACT Human Services Organizations (HSO) are characterized by the emo- tional and psychosocial demands imposed on professionals who work in this field. These demands have a serious repercussion on their productivity, life quality and mental health, and they also have considerable consequences on the users of HSO, their families, health institutions and society as a whole. Therefore, it is necessary to iden- tify psychosocial causes related to the mental health status of pro- fessionals who work in the HSO -aim of the current work. For this reason, professionals such as registered nurses, psychologists, medical doctors, social workers, etc., from different social centers in Mexico were evaluated (N=179). Different validated scales were used for the evaluation of psychosocial elements relevant for health, according to current information. Results showed that self-effectiveness, emo- tional control and labor insecurity (uncertainty to keep the job) were the only associated variables. Labor insecurity was the most impor- tant statistical predictor. In conclusion, psychosocial variables – both personal or work-related - represent essential causes when defining the mental health status of HSO professionals. It is impor- tant to consider those variables which are specially relevant in spe- cific socioeconomic and cultural situations, such as labor insecuri- ty, a great problem in Latin American countries. Descriptors: MENTAL HEALTH; STRESS, PSYCHOLOGICAL; PERSONALITY; HEALTH SERVICES; OCCUPATIONAL DISEASES INTRODUCCIÓN Acerca del Concepto de Salud Es bien sabido que en el pasado existió un amplio dominio del modelo biomédico respecto al concepto de salud y su enfoque del dualismo cuerpo-mente, en donde había una fuerte tendencia centrada en la enfermedad; esta última se entendía en términos exclusivamente biológicos que, a su vez, podían tener conse- cuencias psicológicas, pero lo psicológico no podía derivar en un problema de salud físico. Desde esta perspectiva, la salud se definía como ausencia de enfermedad o aflicción del cuerpo por Correspondencia: Arturo Juárez García 5ª Privada de Acónitos N° 721, Villa de las Flores, Municipio de Coacalco, Estado de México, México. Código Postal 55710. Tel. (52- 55) 5623 12 93 ext.408 e-mail: arturojuarezg@hotmail.com, arturojg@campus.iztacala.unam.mx Recibido: noviembre 2004 / Aprobado: noviembre 2004 Artículo Original | Juárez Arturo 190 www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 6 | NÚMERO 14 | OCTUBRE/DICIEMBRE 2004 | Ciencia & Trabajo causas biológicas que poco tienen que ver con procesos psicoló- gicos y sociales; asimismo, las quejas o síntomas subjetivos del individuo se consideraban la consecuencia o expresión de un desequilibrio biológico subyacente (León 2003). Sin embargo, ante el surgimiento de alteraciones funcionales de tipo esencial, es decir, aquellos trastornos que no podían ser expli- cados en términos orgánicos, surge la necesidad de dar espacio al análisis de la enfermedad desde el enfoque mental o psicológico, análisis que tanto caracterizaron los trabajos de Freud y Charcot en los años veintes (Freud 2000). De esta forma, aunque con estructuras teóricas poco aceptadas y ciertas resistencias, nace el concepto de lo “psicosomático” para dar cabida a la influencia de lo mental (psico) en lo físico (soma=cuerpo). Junto con éste y muchos otros fenómenos científicos y sociales, fue creciendo el enfoque que considera que la salud está determinada no sólo por aspectos biológicos, sino también por aspectos psicológicos y sociales que conforman interacciones dinámicas y complejas que determinan el estatus de salud de los individuos. Basta con ver las cifras en las últimas décadas de morbi-morta- lidad para dar cuenta de la importancia del papel de los aspectos psicológicos y sociales en estos procesos, pues las enfermedades crónico-degenerativas y los accidentes representan las primeras causas de morbi-mortalidad en el mundo industrializado (Instituto Nacional de Geografía e Informática y Secretaría de Salud 2002), los que, ciertamente, están determinados por conductas o comportamientos psicosociales que incluyen malos hábitos de salud, estilos de vida insalubres y condiciones de exis- tencia deterioradas o, incluso, pobreza extrema. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la Salud como “un estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades” (Cook 1993). De esta forma, además de la concepción integral de las diferentes áreas que conforman la salud, se propone no sólo un ataque frontal a las enfermedades, sino un trabajo permanente de promoción a la salud, lo que mejora el paradigma biomédico tradicional y se conforma en un modelo biopsicosocial. De acuerdo con Noack y Kaznachev (Almirall 1996), es necesario retomar el enfoque sistémico para conceptualizar al fenómeno de la salud y proponen que ésta es un estado donde hay un balance o equilibrio productivo entre este estado y otros sistemas o subsistemas, tales como un órgano, otra persona, grupo social o comunidad; además es un proceso de conservación y desarrollo de las capacidades biológicas y psicológicas, fisiológicas y psíquicas del hombre, su capacidad laboral óptima y una acti- vidad social adecuada durante la prolongación máxima de la vida. TRABAJO Y SALUD El ser humano, eminentemente social, posee diversos sistemas o esferas de su actividad social cotidiana que determinan su modo de vivir y su salud, tales como la familia, el grupo religioso, los amigos y el trabajo. Es este último el que ha jugado un papel primordial respecto al proceso salud-enfermedad. Desde la anti- güedad, Hipócrates y Galeno preguntaban siempre a suspacientes, como parte de su diagnóstico, la actividad laboral que éstos ejercían (Trejo 1996), encontrando muchas veces el origen de la enfermedad en este rubro. Esta relación salud-trabajo ha llevado al surgimiento de disciplinas como la salud ocupacional, cuya misión es prevenir de manera adecuada las enfermedades y accidentes que éste puede generar, favoreciendo las mejores condiciones de trabajo y facilitando el desarrollo de las facul- tades físicas y mentales que nos caracterizan como seres humanos y en donde los elementos psicológicos y ambientales son factores decisivos para alcanzar aquellos objetivos que nos hemos planteado (Organización Internacional del Trabajo 1988). El concepto de salud, y particularmente la salud mental, incluye necesariamente, como se ha tratado de enunciar, la realización de las potencialidades humanas, donde la productividad resulta un reflejo y de ahí que, a pesar de que el trabajo puede representar un elemento morbídico por su tipo y condiciones, por el área donde se realiza, por las condiciones ambientales o peligros que entraña, por las características propias del contrato laboral, por los métodos, medios y sitios donde hay que realizarlo, o por las repercusiones en la salud o en la familia que de él puedan derivar, el trabajo representa, en todos los sentidos, la alternativa a la productividad y a la salud mental tanto individual como colectiva (Souza y Machorro 1988). En México, desafortunadamente, son pocos los estudios de salud mental ocupacional; sin embargo, aunque escasos y un tanto antiguos, se encuentran difundidos algunos escritos de gran importancia (Tecla 1982, Matrajt, 1994, Laurell 1983, Noriega et al. 2000, Gutiérrez et al 2003). Actualmente se encuentra en prensa una publicación derivada de una reunión nacional, donde se presentan investigaciones de factores psicosociales llevadas a cabo por investigadores de toda la república Mexicana (Juárez et al 2004). EL TRABAJO EN ORGANIZACIONES DE SERVICIO HUMANO (OSH) Algunos estudios muestran las afectaciones en la salud mental que se propician en diferentes actividades laborales, como es el caso de trabajadores operativos o manuales (obreros) (Karasek y Theorell 1990), los empleados técnicos y administrativos (Gutiérrez 2001); y, en especial, las actividades en Organizaciones de Servicio Humano (Arita y Arauz 2001, Burke 1992, Garcés de los Fayos 2000, Ruiz 2003). Las Organizaciones de Servicio Humano (OSH) pueden ser defi- nidas de acuerdo a su función social o diseño gubernamental, o simplemente lugares de trabajo de profesionales que ofrecen servicio humano. Este tipo de organizaciones tiene como función principal proteger, mantener e incrementar el bienestar personal de los individuos mediante la definición, moldeo o alteración de sus atributos personales (Soderfeldt et al 1996). Además, hay dos propiedades principales que distinguen a las OSH de otras buro- cracias: 1) se trabaja directamente con la gente (cara a cara) y 2) se debe proteger y promover el bienestar de esa gente. De esta forma: Ciencia & Trabajo | AÑO 6 | NÚMERO 14 | OCTUBRE/DICIEMBRE 2004 | www.cienciaytrabajo.cl 191Ciencia & Trabajo | AÑO 6 | NÚMERO 14 | OCTUBRE/DICIEMBRE 2004 | www.cienciaytrabajo.cl 191 1)La materia prima, así como los productos del trabajo, consiste en personas, lo que tiene importantísimas implicaciones en la toma de decisiones, pues una decisión que es de rutina en cualquier otra organización, en una OSH se convierte en caso de vida o muerte. 2)Los objetivos en las OSH son vagos y ambiguos debido a la naturaleza del trabajo. Es imposible pensar en la analogía de objetivos clásicos de “productividad = número de piezas” (tradicional en organizaciones productivas). Es difícil medir los resultados de este tipo de trabajo, ya que se basan en muchas nociones de carácter cualitativo (e. g. calidad de atención). 3)La parte medular de este tipo de trabajo es la relación entre el trabajador y el usuario y la calidad de esa relación es esen- cial para el resultado de ese trabajo. Sin embargo, hay complicaciones debido a que en ocasiones el rol del usuario es involuntario y, por tanto, los intereses del usuario y las OSH pueden ser incompatibles. 4)Variables humanas como los intereses, necesidades, actitudes, sentimientos, emociones, estrés, depresión, dolor e incluso la muerte de usuarios de los servicios representan una carga emocional adicional para los profesionales de las OSH, además de su carga cuantitativa. Esta concepción de las OSH se aplica a diversas organizaciones, tales como escuelas, agencias de policía, hospitales e institutos varios, entre otros. Entre las profesiones que laboran en estas organizaciones se encuentran los trabajadores sociales, maestros, policías, enfermeras, médicos, psicoterapeutas, psiquiatras, psicó- logos, encargados de prisiones, abogados, entre otras. Todas estas profesiones están caracterizadas por las altas exigencias emocio- nales y sus consecuencias al desempeño, la salud y la calidad de vida de estos trabajadores. Existen numerosas investigaciones realizadas en estos profesio- nales en distintos países en donde se demuestra que el contacto continuo con otras personas y la alta carga afectiva propician una gran afectación en la salud mental de estos trabajadores (Burke J. 1992, Garcés de los Fayos, E. 2000, Ruiz J. 2003, Gil-Monte y Peiró 1997, Maslach 2004). En México se ha demostrado el impacto en la salud mental que tienen estos profesionales, particularmente en aquéllos que laboran en servicios de salud (Gutiérrez et al 2003, Jiménez 2000, Lartigue y Fernández 1998, Téllez 2001). No obstante, son nece- sarias investigaciones en profesionales que laboran en otras OSH, tales como Centros de Readaptación Social (prisiones) u otros centros de Ayuda Social. Resulta evidente que el deterioro de la salud mental en los profesionales de las OSH conlleva grandes consecuencias directas e indirectas, tanto en los mismos profesionales, las OSH, los usuarios, las familias de los usuarios y para la sociedad en general. Dado lo anterior, es imprescindible prevenir de manera adecuada los daños a la salud mental en estos profesionales mediante diversas estrategias, siendo primordial la identificación de aque- llos factores que influyen de manera negativa en el estatus de salud mental de estos trabajadores. FACTORES PSICOSOCIALES DE RIESGO A LA SALUD MENTAL EN OSH Gil Monte y Peiró (Gil-Monte y Peiró 1997) sugieren que existe una serie de factores psicosociales que inciden en la salud mental de los profesionales de OSH, especialmente la escasez de personal que supone sobrecarga laboral, trabajo en turnos, trato con usua- rios problemáticos, contacto directo con la enfermedad, el dolor y la muerte, falta de especificidad de funciones y tareas, lo que supone conflicto y ambigüedad de rol, falta de autonomía y autoridad en el trabajo para poder tomar decisiones, rápidos cambios tecnológicos, diversas variables de carácter demográ- fico, el tipo de profesión, la utilización de medios tecnológicos en el trabajo, clima laboral, contenido del puesto, características de personalidad, entre otras. En diversos instituciones de Atención Social, como por ejemplo de atención al Maltrato Intrafamiliar y Sexual, prevalecen ciertos factores estresantes para los trabajadores de estos centros como son: la permanente práctica con víctimas en lugares inhóspitos, con escasos recursos para el trato con las víctimas y para ellos mismos, sobrellevando frío o calor excesivos, no siempre cuentan con computadoras que les permitan ordenar la tarea, y padecen la exigencia de horarios excesivos y dificultades de índole admi- nistrativa. Otra fuente de tensión es la falta de normas claras para operar en el campo, además de la naturaleza del trabajo, articu- lada con características de algunos profesionales que se auto-exigen en busca de excelencia (Barría 2002). En otro ejemplo institucional (Ruiz 2003), Ruiz, J. ha analizado el ámbito concreto de las instituciones penitenciarias y plantea ciertasvariables que inciden en la salud psíquica de estos traba- jadores; entre ellas menciona: el antagonismo percibido de la comunidad, riesgo de sufrir agresiones y de verse atrapados en motines, responsabilidad directa por “personas” y sus conductas, la percepción de resultados pobres (como ‘ver’ que los delin- cuentes salen y entran de nuevo en la cárcel), el grado de apoyo y reconocimiento percibido en los superiores, la peligrosidad del trabajo, la existencia de reglas obsoletas, el elevado número de personas a atender, falta de recursos, la falta de guías claras para realizar el trabajo o la antigüedad en el trabajo. Lo claro es que en cualquier institución, tratándose de OSH, los profesionales deben implicarse durante largas horas en problemas y preocupaciones de las personas con las que se rela- cionan profesionalmente. Frecuentemente la interacción del profesional con el receptor del servicio se centra en los problemas actuales de éste (en el campo de la salud, de la higiene mental, de las relaciones familiares, sociales o laborales), y los receptores vienen cargados con muy diversos sentimientos, tales como la preocupación, el miedo, el rechazo, la desesperación, entre otros (Labrocca y Méndez 2001). Por lo tanto, como se puede observar la mayoría de las demandas impuestas a los profesionales de OSH es de carácter psicosocial. Maslach (Maslach 2004) menciona que recientes investigaciones muestran que existen demandas psicosociales “universales” que afectan a la salud de los trabajadores de forma crónica, las que podrían generalizarse a distintas ocupaciones independiente- mente de las características específicas de la actividad laboral, y Artículo Original | Factores Psicosociales Relacionados con la Salud Mental Artículo Original | Juárez Arturo 192 www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 6 | NÚMERO 14 | OCTUBRE/DICIEMBRE 2004 | Ciencia & Trabajo plantea que entre los principales factores que influyen en la salud mental se encuentran: la falta de recompensas, las falsas expec- tativas y, principalmente, la carga de trabajo, el grado de control del trabajador, las relaciones interpersonales y el apoyo social en el trabajo. En 1979, Karasek publicó el modelo de “Demanda/Control”, en el que propone que las variables psicosociales del medio laboral, a las que llamó Demanda Psicológica y Latitud de Decisión, deter- minan en gran medida el estatus de salud de los trabajadores. Por demanda psicológica hace referencia a la carga de trabajo perci- bida por el trabajador, que combinada con una escasa utilización de habilidades y baja autonomía (latitud de decisión) representan un efecto psicosocial laboral inherente al que llamó Tensión Psicológica, mismo que produce un deterioro a corto y largo plazo en la salud física y mental de los individuos. Entre 1972 y 1979, Karasek realizó una extensa investigación con miles de trabajadores basada en la “Quality of Employment Survey”, y demostró que el modelo Demanda/Control tiene impactos rele- vantes en la salud mental de trabajadores norteamericanos y suecos (Karasek y Theorell 1990). Sin duda alguna, dicho modelo es el de mayor trascendencia en la actualidad en el terreno psicosocial laboral, por sus amplias evidencias empíricas en relación a los procesos de morbi-morta- lidad en países como EE.UU., Suecia, Inglaterra, Canadá, Japón, Australia, etc. En los últimos años ha habido, más que nunca, diversas investigaciones que confirman la hipótesis de este modelo, y precisamente en su relación con la salud mental (Akker et al 2000, Petterson y Arnetz 1997, Schnall et al 2000). De igual forma, la relación del modelo Demanda/Control-Salud mental se ha demostrado en países latinoamericanos como México y Colombia (Cedillo 1999, Román y Fernández 2003). En 1986, Jhonson propuso una extensión del modelo Demanda/Control para incluir la variable de “Apoyo Social”, referente al soporte emocional y psicológico que brindan los compañeros y el jefe en el trabajo. Con evidencias empíricas importantes, queda manifiesto que el apoyo social es un componente que fortalece el modelo DC y está asociado ínti- mamente al estado de salud de los trabajadores (Karasek y Theorell 1990). Además de un amplio cuerpo de evidencias en diversos países del mundo, en México también se ha demostrado la importancia del apoyo social para trabajadores de distintas ocupaciones (Juárez y Andrade 2004), así como su sobresaliente relación con la salud (Gutiérrez et al 2003). No obstante, se ha insistido anteriormente que el modelo Demanda/Control/Apoyo Social debe incorporar otras variables características de otros contextos sociales (e. g. la inseguridad de conservar el empleo en países subdesarrollados) y otras relacio- nadas a la personalidad del individuo (Juárez A. 2004a). Mohr (Mohr 2000), en un estudio longitudinal, buscó el mejor predictor del estatus de salud mental en trabajadores manuales y encontró que, de entre varios estresores, la inseguridad laboral (incertidumbre por conservar el empleo) fue la variable con mayor peso en esta predicción. De igual forma, en un estudio en trabajadoras de maquila en México, Cedillo (Cedillo 1999) encontró que el mejor predictor de salud psicológica fue la inseguridad laboral, de entre varios estre- sores psicosociales que evaluó, incluyendo las variables del modelo Demanda/Control/Apoyo Social. Por otra parte, se ha demostrado también que algunas variables psicosociales de carácter personal, específicamente aquellas variables disposicionales o rasgos, están asociadas íntimamente al estatus de la salud mental, ya sea de forma directa (Hayes y Joseph 2003) o en su carácter moderador (Ebert et al 2002). Incluso, algunos estudios longitudinales han evidenciado que estos factores son los mejores predictores de salud mental (Kalimo et al 2002). Particularmente, las variables Autoeficacia y Control Emocional han estado relacionadas con salud mental en diversos estudios (Juárez 2004a, Bandura 1997, Grau et al 2001, Mc Cabe A et al 2003). Por Autoeficacia se entiende la creencia que se tiene respecto a que se cuenta con las habilidades y capacidades idóneas para enfrentar una demanda específica y por Control Emocional a la disminuida tendencia o disposición para ser hostil, irritable o colérico. Lo anterior implica una importante relevancia de los procesos cognitivos (autoeficacia) y emocio- nales (autocontrol de ira) en el proceso salud-enfermedad. Dado lo anterior, resulta necesario determinar si variables psico- sociales tales como la demanda psicológica, la latitud de deci- sión, el apoyo social, la inseguridad laboral, y el control personal cognitivo (Autoeficacia) y emocional (Control Emocional) están asociados estadísticamente con la salud mental en profesionales que laboran en OSH. MATERIAL Y MÉTODOS Objetivo: Determinar si existe una relación estadísticamente significativa entre distintos factores psicosociales y la salud mental en profesionales de servicios humanos. Específicos: • Determinar si existen diferencias en las puntuaciones del cuestionario de salud mental según sexo, institución o acti- vidad laboral de los participantes. • Determinar si existen relaciones significativas entre la edad, la antigüedad laboral y los indicadores de salud mental. • Identificar relaciones estadísticas significativas entre los factores psicosociales siguientes: demandas psicológicas, latitud de decisión laboral, apoyo social en el trabajo, inse- guridad laboral, control emocional y autoeficacia con los indicadores de salud mental. • Identificar el mejor predictor psicosocial (variable con mayor asociación estadística) de los indicadores de salud mental. Se trata de un estudio observacional no-experimental, transec- cional, descriptivo y correlacional. Participaron 179 profesionales que laboran en distintas organizaciones de servicio humano (Hospital, Centro de Readaptación Social y Centro de Atención al Maltrato Intrafamiliar y Sexual), de las áreas de Enfermería, Ciencia & Trabajo | AÑO 6 | NÚMERO 14 | OCTUBRE/DICIEMBRE 2004 | www.cienciaytrabajo.cl193Ciencia & Trabajo | AÑO 6 | NÚMERO 14 | OCTUBRE/DICIEMBRE 2004 | www.cienciaytrabajo.cl 193Ciencia & Trabajo | AÑO 6 | NÚMERO 14 | OCTUBRE/DICIEMBRE 2004 | www.cienciaytrabajo.cl 193 Psicología, Medicina, Trabajo Social, Educación y Vigilancia. Todos los participantes lo hicieron de forma voluntaria respon- diendo a un llamado de invitación a incluirse en la investigación. La selección fue por conveniencia, por lo que no se realizó mues- treo probabilístico. Instrumentos • Cuestionario de Contenido del Trabajo (JCQ por sus siglas en inglés) de Karasek (Karasek et al 1998), que incluye las varia- bles de demandas psicológicas, latitud de decisión, apoyo social laboral e inseguridad laboral. Validado en México previamente (Cedillo 1999). • Cuestionario de Control Personal (Juárez 2004a). Incluye las variables de control emocional y autoeficacia, con estudios de validez recientes (Juárez 2004a). • Cuestionario General de Salud Mental (GHQ). Incluye las variables de síntomas somáticos, disfunción social, depresión y problemas de sueño. Dicho cuestionario en su versión de 28 reactivos fue validado en México por Medina Mora y Cols. (Medina et al 1983). Todos los cuestionarios contienen 4 opciones de respuesta tipo Likert que van desde: “Totalmente en Desacuerdo” (León 2003), hasta: “Totalmente de Acuerdo” (Cook 1993). Procedimiento Se aplicaron los cuestionarios en una sola vez, en los mismos centros de trabajo donde pertenecían los trabajadores. La aplica- ción se realizó en grupos de entre 6 y 10 personas y en pocos casos se hizo de forma individual. Los cuestionarios se vaciaron en una base de datos del programa Statical Package for Social Sciences (SPSS) versión 11. Para el análisis de resultados se utilizó estadística descriptiva, análisis de varianza y la prueba “t” de student para verificar dife- rencias entre ocupaciones, instituciones y sexo. También se utilizó el coeficiente de correlación Pearson y la técnica de regresión múltiple por el método paso por paso (stepwise), con el fin de veri- ficar las relaciones entre variables, así como identificar los mejores predictores estadísticos de la salud mental (Hair et al 1999). Resultados En cuanto a las características de la población, aproximadamente el 60% de los participantes pertenecía a un hospital público, mientras que el 30% laboraba en un Centro de Readaptación Social y el 10% en un Centro de Asistencia Social para mujeres maltratadas. El promedio de edad fue de 38 años, la mayoría de los participantes era de sexo femenino (87%) y el 58% era casado. La escolaridad predominante fue de estudios universita- rios (45%), mientras que en menor proporción hubo personas con grados menores (33%) o mayores –fueran especialidad o maes- tría– (22%). Respecto a los tipos de ocupaciones participantes, la mayoría tenía actividades laborales de enfermería (60%), tal y como se muestra en la Figura 1. En lo relativo a la posible influencia de las variables sociodemo- gráficas en los puntajes de salud mental, motivo del primer obje- tivo, los resultados mostraron que no existen diferencias según la institución donde se labora, la ocupación o el sexo. Tampoco hubo asociaciones significativas entre la edad, la antigüedad y los puntajes totales en el cuestionario de salud mental general. Por otra parte, en el análisis de la posible correlación entre los factores psicosociales evaluados y la salud mental, se encontró que estuvieron relacionados de forma significativa sólo las varia- bles de inseguridad laboral (r= -.338), la Autoeficacia (r= -.152) y el Control Emocional (r= -.261). Dichas variables se encuen- tran, asimismo, relacionadas significativamente entre ellas, tal como se muestra a continuación en la Tabla 1. Para la identificación de los mejores predictores de salud mental (factores psicosociales con mayor asociación estadística), se reali- zaron varias regresiones múltiples con el método paso por paso para cada una de las subescalas del cuestionario de salud mental (síntomas somáticos, disfunción social, depresión y problemas de sueño) y también para el puntaje total general. Los resultados mostraron que la variable con mayor asociación, tanto para el Figura 1. Porcentaje de Participantes en el Estudio de Acuerdo a las Áreas de Actividad Laboral. Tabla 1. Coeficientes de Correlación Pearson entre las Variables Analizadas. X DE 1 2 3 4 5 6 7 1. Salud Mental General 29.70 7.43 1.00 2. Latitud de decisión 74.46 12.19 -.008 1.00 3. Demandas Psicológicas 30.04 7.04 .088 -.071 1.00 4. Apoyo Social laboral 21.82 4.21 -.107 .298** -.057 1.00 5. Inseguridad Laboral 4.89 1.35 .338** -.261** .081 -.192* 1.00 6. Autoeficacia 22.86 2.99 -.152* .114 .247** .120 -.208** 1.00 7. Control Emocional 17.49 3.85 -.261** .149* -.142 .020 -.216** -.271** 1.00 *p=<.05, **p=<.01, ***p=<.001 (Sig. 1-cola) Artículo Original | Factores Psicosociales Relacionados con la Salud Mental Artículo Original | Juárez Arturo 194 www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 6 | NÚMERO 14 | OCTUBRE/DICIEMBRE 2004 | Ciencia & Trabajo puntaje total de salud mental como para la mayoría de las subes- calas, fue la inseguridad laboral, seguida del control emocional, con varianzas explicadas (R2) que van del 10 al 15%, como se muestra en la Tabla 2. Discusión Como se observa en los resultados, aunque con correlaciones bajas (de r=0.15 a r=0.33), se encontraron asociaciones estadís- ticas altamente significativas entre los puntajes obtenidos en la escala de salud mental y variables psicosociales laborales (inse- guridad laboral) y personales (control emocional y autoeficacia), lo que significa que aquellos profesionales que se encuentran en una situación inestable de empleo, poseen niveles de hostilidad e irritabilidad fuera de su control y creen que no poseen las capa- cidades para ejecutar ciertos cursos de acción requeridos para manejar efectivamente situaciones en su trabajo, son más vulne- rables a las afectaciones en su salud mental. Esto confirma la importancia de estas variables y, por tanto, su inminente consi- deración en la elaboración de programas de prevención, vigi- lancia e intervención de salud mental ocupacional en Organizaciones de Servicio Humano. Especial énfasis merecen los hallazgos en términos de la combi- nación variables laborales-personales, pues algunas aproxima- ciones dan prioridad al contexto social laboral en el proceso de salud-enfermedad y subestiman o minimizan el papel de la personalidad en este proceso (Noriega 2000, Friedman et al 2001) o, por el contrario, otras propuestas maximizan el papel de las diferencias individuales e infravaloran las del contexto (Dejours 1990). Lo encontrado en este estudio demuestra que un enfoque que considera ambas variables (del contexto y de la persona) puede otorgar una mayor potencia predictiva en términos de su papel e influencia en la salud mental. Tal enfoque de interacción entorno-persona ha sido también propuesto por otros autores (Juárez 2004a, Kalimo et al 2002, Caplan 1998). Por otro lado, y de manera inesperada, las variables del modelo Demanda/Control/Apoyo Social de Karasek no tuvieron una asociación significativa con la escala de Salud Mental en los profesionales de OSH evaluados, lo que contradice los hallazgos de otros estudios hechos fuera del país (Karasek 1990); no obstante, confirma lo encontrado en otro estudio en México (Cedillo 1999), donde se demostró que la inseguridad laboral fue el estresor más nocivo para la salud psicológica en comparación con las variables del modelo de Karasek. Tal hecho, implica que probablemente el contexto socioeconómico y cultural influya en la nocividad de ciertas variables, pues aunque el modelo de Karasek considera que sus variables son “universales”, en lo que refiere al menos a la salud mental en empleados de OSH y otros trabajadores mexicanos, parece que son más relevantes otras propias de nuestra historia y devenir actual, como lo es la gran incertidumbre en la estabilidad de los empleos y la inseguridad provocada por la situación socioeconómicay política por la que atraviesa nuestro país, la que ciertamente no difiere considera- blemente de la mayoría de los países de Latinoamérica, pero sí de países más desarrollados, de donde se originó el modelo de Karasek (Estados Unidos y Suecia), y donde, de acuerdo al clásico modelo Maslow, los trabajadores podrían estar más preocupados de necesidades y motivaciones propiamente autorrealizadoras (autonomía en el trabajo–o latitud de decisión-), en contraste con las básicas de seguridad (inseguridad en la conservación del empleo). Cabe señalar, de manera importante, que otro estudio hecho en México con el Modelo Demanda/Control de Karasek ha mostrado evidencias empíricas de su relación con indicadores de salud más objetivos como la tensión arterial sistólica y diastólica (Juárez 2004b), lo que pudiera implicar su viabilidad en el caso de la salud física o biológica, pero débil en el caso de la no menos importante salud mental. Futuros estudios ayudarán a confirmar estos hallazgos y definir la relevancia del modelo de Karasek con Tabla 2. Resultados de los Análisis de las Escalas de Salud con Variables Correlacionadas (N=179). *p=<.05, **p=<.01, ***p=<.001 (Sig. 1-cola) Variables de Salud Variables Únicas que Entraron Utilizando el Método Stepwise B F Cambio R2 Salud Mental (Puntaje total CGS) Inseguridad Laboral 0.296*** 22.85*** 0.11*** Control Emocional -0.197** 15.71*** 0.04** Subescalas Síntomas Somáticos Control Emocional -0.280*** 13.33*** 0.11*** Inseguridad Laboral 0.242** 10.60*** 0.05** Disfunción Social Inseguridad Laboral 0.238*** 14.20*** 0.07*** Autoeficacia -0.168** 9.90*** 0.03** Depresión Inseguridad Laboral 0.357*** 15.58*** 0.12*** Problemas de Sueño Control Emocional -0.225** 8.19** 0.07** Inseguridad Laboral 0.189* 6.23** 0.03* Ciencia & Trabajo | AÑO 6 | NÚMERO 14 | OCTUBRE/DICIEMBRE 2004 | www.cienciaytrabajo.cl 195Ciencia & Trabajo | AÑO 6 | NÚMERO 14 | OCTUBRE/DICIEMBRE 2004 | www.cienciaytrabajo.cl 195Ciencia & Trabajo | AÑO 6 | NÚMERO 14 | OCTUBRE/DICIEMBRE 2004 | www.cienciaytrabajo.cl 195Ciencia & Trabajo | AÑO 6 | NÚMERO 14 | OCTUBRE/DICIEMBRE 2004 | www.cienciaytrabajo.cl 195 indicadores de salud biológicos y objetivos vs su debilidad con indicadores mentales y subjetivos en trabajadores latinos. Entre tanto, queda claro el papel primordial de la inseguridad laboral como predictor estadístico relevante de los niveles de salud mental aunque, en cierto sentido, podría surgir la discusión respecto a la dirección de la relación causal inseguridad laboral- salud mental o salud mental-inseguridad laboral, y en donde un diseño transeccional como el empleado en el presente estudio ciertamente no podría resolver; sin embargo, autores como Hellgren y Sverke (Hellgren y Sverke 2003) han mostrado evidencia empírica suficiente por medio de estudios longitudi- nales, en donde se confirma que la inseguridad laboral antecede a la aparición de síntomas nocivos de salud mental y no viceversa. Finalmente, se deben señalar las limitaciones propias del diseño del estudio, como lo es el diseño transeccional y, esencialmente, la falta de una idónea aleatoriedad en la selección de los sujetos, característica de los estudios sociales donde en muchas ocasiones el acceso a la evaluación de las poblaciones es apenas permisible y/o viable. Por ello y otras razones, es de destacar la necesidad de continuar la investigación en el tema de factores psicosociales y su relación con la salud en trabajadores de OSH, e incluso de diferentes actividades laborales, en pro del desarrollo humano, institucional, económico y, sobretodo, de calidad de vida de las sociedades latinoamericanas. AGRADECIMIENTOS El autor agradece infinitamente el apoyo de las tesistas del Proyecto Psicología del Trabajo y Salud Ocupacional de la FES Iztacala UNAM, Ivette Hernández y Guadalupe Barragán, por el apoyo en la recolección y captura de datos; a la Mtra. Elena Hernández, por sus gestiones para obtener el apoyo de los profesionales que participaron en este estudio, y a la Mtra. Leticia Cuevas por sus valiosos comentarios al presente escrito. Akker V, Den M, Buntinx F, Metsemakers J, Knottnerus A. 2000. Marginal impact of psychosocial factors on multimorbidity: results of an explora- tive nested case-control study. Soc Sci Med; 50:1679-1693. Almirall P. 1996. Ergonomía, Trabajo y salud, La Habana: Instituto de Medicina del Trabajo. Arita W, Arauz C. 2001. Modelo para la Investigación del Proceso del Síndrome del Burnout. Psic y Sal; 11 (1):75-80. Bandura A. 1997. Self efficacy: the exercise of control. Newyork: Freeman. Barría M. 2002. Síndrome de Burnout en asistentes sociales del Servicio Nacional de Menores de la Región Metropolitana de Chile. 6(4) Disponible en el World Wide Web: <www.ergonomia. cl/burnout_chile.html>. Burke J. 1992. Correlate of psycholosical Burnout Phases among police offi- cers. Hum Rel; 39 (6):487-502. 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