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Guiones de oftalmología. Aprendizaje basado en competencias Segunda edición Miguel José Maldonado José Carlos Pastor Jimeno MADRID • BUENOS AIRES • CARACAS • GUATEMALA • MÉXICO NUEVA YORK • PANAMÁ • SAN JUAN • SANTAFÉ DE BOGOTÁ • SANTIAGO • SÃO PAULO AUCKLAND • HAMBURGO • LONDRES • MILÁN • MONTREAL • NUEVA DELHI PARÍS • SAN FRANCISCO • SIDNEY • SINGAPUR • ST. LOUIS • TOKIO • TORONTO López GUIONES DE OFTALMOLOGÍA. APRENDIZAJE BASADO EN COMPETENCIAS No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el previo aviso y por escrito de los titulares del Copyright. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. Derechos reservados © 2012, respecto a la segunda edición en español, por: McGraw-Hill/Interamericana de España, S.L. Edificio Valrealty, 1.a planta Basauri, 17 28023 Aravaca (Madrid) ISBN: 978-84-481-7539-9 Depósito legal: Editora: María León Director de Educación y Desarrollo de Negocio: Álvaro García Tejeda Diseño de cubierta: ACompany, S.A. Composición: Fotoletra, S.A. Impresión: IMPRESO EN ESPAÑA – PRINTED IN SPAIN www.cedro.org Contenido Unidad Didáctica 1. El examen del ojo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 Unidad Didáctica 2. Ametropías. Presbicia. Cirugía refractiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 Unidad Didáctica 3. Patología del cristalino. Cataratas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35 Unidad Didáctica 4. Degeneraciones y distrofias de la retina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47 Unidad Didáctica 5. Miopía patológica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59 Unidad Didáctica 6. Glaucoma crónico simple . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67 Unidad Didáctica 7. Degeneraciones retinianas periféricas, desprendimiento de vítreo posterior y desprendimiento de retina. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81 Unidad Didáctica 8. Hemorragias vítreas. Oclusiones vasculares retinianas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91 Unidad Didáctica 9. Semiología del ojo rojo. Lesiones conjuntivales e inflamación palpebral . . . . . . . . 101 Unidad Didáctica 10. Conjuntivitis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115 Unidad Didáctica 11. Patología corneal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127 Unidad Didáctica 12. Patología de los anejos oculares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139 Unidad Didáctica 13. Síndrome de ojo seco. Patología ligada a las lentes de contacto . . . . . . . . . . . . . . 153 Unidad Didáctica 14. Uveítis anteriores y escleritis. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163 Unidad Didáctica 15. Glaucoma agudo. Seguimiento del paciente oftalmológico posquirúrgico . . . . . . 171 Unidad Didáctica 16. Traumatismos oculares. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181 Unidad Didáctica 17. Quemaduras y causticaciones oculares. Traumatismos de órbita y anejos. . . . . . . 195 Unidad Didáctica 18. Ambliopía y estrabismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207 Unidad Didáctica 19. Patología oftalmológica del neonato y del lactante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 217 Unidad Didáctica 20. Leucocoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 227 Unidad Didáctica 21. La pupila . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 237 Unidad Didáctica 22. Vía óptica. Defectos del campo visual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 249 Unidad Didáctica 23. Neuropatías ópticas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 265 Unidad Didáctica 24. Enfermedades del sistema oculomotor. Parálisis supra e infranuclear. Nistagmus 275 Unidad Didáctica 25. Diabetes ocular. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 285 Unidad Didáctica 26. Retinopatía hipertensiva. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 295 Unidad Didáctica 27. Orbitopatía tiroidea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 305 Unidad Didáctica 28. Uveítis intermedias y posteriores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 313 Unidad Didáctica 29. Tumores oculares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 321 Unidad Didáctica 30. Farmacología ocular. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 339 Índice de imágenes clínicas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 351 Índice alfabético. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 353 Prólogo Hace ya muchos años, un grupo de jóvenes profesores creamos un texto de oftalmología pensado exclusi- vamente para los alumnos de la Facultad de Medicina y realizado bajo el concepto de aprendizaje basado en competencias. O dicho de una forma más sencilla, orientado a capacitarles en aquellas parcelas de la oftal- mología realmente demandadas por los médicos de atención primaria. Y además con un objetivo mediato, también muy simple: que los alumnos no se pasaran el tiempo cogiendo apuntes y pudieran participar de las clases de una forma más activa. Por eso se denominaron guiones, ya que en ningún momento pretendieron sustituir a ningún manual o libro de texto clásico. A partir de ese esquema, se diseñó un programa, unas prácticas coherentes, unos seminarios y un sistema de gestión de exámenes que se actualiza año tras año. La obra fue consolidándose y acabaron sumándose un buen número de universidades españolas. Pero como la vida cambia, hace algunos años se planteó una renovación a fondo de esos guiones, momen- to en el que surgieron dos circunstancias que han «marcado» los tiempos de esta renovación: el denominado Plan de Bolonia, es decir, el desarrollo del Espacio Europeo de Educación Superior, y la entrada de las plata- formas virtuales en todas las universidades. Por eso, y tras negociar con la editorial nuestras nuevas ideas, se ha elaborado esta versión renovada de los guiones, que como dice el profesor Maldonado no son, en absoluto, ningún libro de texto. En todo caso, pre- tenden ser, en ediciones sucesivas, el esqueleto de un ambicioso programa docente, que en alguna medida ya es una realidad en el campus virtual de la Universidad de Valladolid. A este texto, escueto, se añadirán contenidos en la web, vídeos, prácticas interactivas, ejercicios on-line, autoevaluaciones y otras actividades que vayan surgiendo. Es más, en breve dejará de ser solo «papel» y en- traremos en la cultura del e-book. Estoy seguro de que esta obra resistirá al menos los treinta años que ha aguantado la otra, y que al final habrá contribuido a que la formación de los futuros médicos de una buena parte del mundo sea más eficaz para los pacientes «de los ojos», que desgraciadamente,para estos últimos, seguirán existiendo. La vocación docente ha sido siempre una de nuestras señas de identidad, y puedo asegurar que nos hemos esforzado «de lo lindo» para que la obra sea ante todo útil y amena. Ojalá lo hayamos conseguido. Y ya por último solo me queda expresar mi agradecimiento a quienes han colaborado en ella, al profesor Miguel Maldonado por aceptar el «relevo» de esta carrera que ahora comienza, y fundamentalmente a los alumnos de nuestras facultades y a los médicos de atención primaria que nos han enseñado a enseñar y que dan sentido a nuestro trabajo de profesores. A todos ellos, muchísimas gracias. Prof. José Carlos Pastor Jimeno VIII Guiones de oftalmología «El espíritu de equipo es la habilidad para trabajar juntos con vistas a una meta común» (Andrew Carnegie, 1835-1919). Esta frase podría resumir esta obra. Guiones de Oftalmología. Aprendizaje basado en competencias no es un libro, al menos no fue concebido como tal, sino como una obra docente capaz de ayudar a futuras generaciones de médicos, con independencia de su posterior especialización, así como al conjunto de los Médicos de Atención Primaria y Comunitaria a formarse en el área de conocimiento de oftalmología. Esta obra es un fruto que nace de un árbol robusto, Guiones de Oftalmología (J.C. Pastor Jimeno, primera edición, 1984), con profundas raíces en la oftalmología en lengua española, y que se ha nutrido de distintas savias; unas de más larga trayectoria y otras más recientes. El árbol que lo sustenta ha crecido también y ha echado raíces: desde la oftalmología española más meridional hasta la más septentrional, y desde América del Norte hasta la más austral; siempre con la intención de aportar el conocimiento más enriquecedor posible a un fruto que es de todos y confiamos que sea para el disfrute de cuantos nos sucederán. Así lo entendió tam- bién la Sociedad Panamericana de Oftalmología cuando lo eligió y apoyó como proyecto destacado en su reunión de Curso de Liderazgo en la ciudad de Chicago. El privilegio de haberme acercado a esta realización se lo debo al Profesor José Carlos Pastor Jimeno, a quien guardo mi más profunda gratitud: «Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo apren- do» (Benjamin Franklin, 1706-1790). Este fruto germina a merced de la aportación de muchos coautores y colaboradores a los que debemos un reconocido agradecimiento, y con sabores que se han nutrido del influjo de muchos compañeros y profesores de los que he aprendido a lo largo de estos últimos veinte años. Los libros están escritos por personas con sus vidas y sus sentimientos, así que no puedo olvidarme de mis padres, inspiración, ejemplo y apoyo para mí, y de mi esposa e hijos, que hacen mi esfuerzo siempre más fácil. Pero seguramente la mayor gratitud se la debamos a los alumnos, y a quienes les recomienden de un modo u otro esta obra. Ellos son el sentido de la misma; para ellos, por ellos, y siempre pensando en ellos se con- cibió esta obra docente, que esperamos sea tan útil para el «saber» y el «saber hacer» como hemos soñado, y que el sabor de este fruto sea bien recordado a lo largo de sus vidas profesionales. Dr. Miguel José Maldonado López Aprendizaje basado en competencias Una de las características de estos Guiones es que están elaborados a partir de las competencias profesio- nales en el ámbito de la Oftalmología y para el grado de Medicina, que están recogidas en el Libro Blanco de edicina, editado por la ANECA (Agencia Nacional de la Evaluación de la Calidad y Acreditación), y que reproducimos a continuación: 2.4. OFTALMOLOGÍA SABER Reconocer, Diagnosticar y Orientar su Manejo Solo Conocer 1. Alteraciones de la refracción. 1. Patología orbitaria. 2. Patología de la córnea: queratitis más frecuentes. 2. Traumatismos oculares. 3. Patología del cristalino: cataratas. 3. Tumores oculares más frecuentes. 4. Patología de la retina: retinopatías vasculares; degeneración macular asociada a la edad, desprendimiento de retina. 4. Trastornos de la motilidad ocular. 5. Manifestaciones oculares de enfermedades sistémicas. 5. Glaucoma. 6. Anomalías congénitas. 6. Ambliopía y estrabismo. 7. Cirugía refractiva. 7. Patología lagrimal. 8. Trasplante de córnea. 8. Patología de la vía óptica. Neuritis óptica. Edema de papila. 9. Patología de la esclera. 10. Patología palpebral. 11. Patología de la conjuntiva. Conjuntivitis más frecuentes. M Guiones de oftalmología SABER HACER Saber hacer con competencia (rutinariamente y sin supervisión) Haberlo practicado tuteladamente (bajo supervisión del tutor) Haberlo visto practicar por un experto 1. Historia clínica orientada a patología oftalmológica 1. Determinar la agudeza visual. 1. Detectar lesiones oculares. 2. Exploración del campo visual. 2. Uso de anestesia loco-regional. 2. Exploración del polo anterior y anejos oculares 3. Examen del fondo de ojo. 3. Intervenciones quirúrgicas oculares de mayor relevancia. 3. Exploración de la motilidad ocular. 4. Interpretar un informe oftalmológico 4. Realizar un vendaje ocular. 4. Exploración de las pupilas. 5. Retirada de cuerpos extraños. 5. Exploración de la motilidad parpebral. 6. Realización de un lavado ocular. 7. Detección de urgencias oftalmológicas. 8. Administración de colirios y pomadas oftálmicas. Por competencia académica se define el conjunto de conocimientos, habilidades, disposiciones y conductas que posee una persona, que le permiten la realización exitosa de una actividad. Es decir, hace que la persona sea competente para realizar un trabajo o una actividad y tener éxito en la misma. Así pues este «libro impreso» es solo una herramienta de un sistema formativo complejo que debe conse- guir que conozcan y sepan hacer todo lo que se espera de un profesional de la Medicina de Familia y Comu- El estudio de los conocimientos que contiene no garantiza ni siquiera la adquisición adecuada del «saber», por lo que necesariamente los profesores deben proveer a sus alumnos de otras herramientas que permitan completar satisfactoriamente su formación en Oftalmología. Eso sí, los objetivos docentes de cada unidad didáctica se han elaborado persiguiendo que se puedan al- canzar las competencias profesionales que se han mencionado. Pero este sistema no estará debidamente implementado si no se pone atención por parte de los docentes en la evolución de las competencias. La tarea no es fácil, pero el grupo de profesores que hemos colaborado en la edición de estos guiones, y de todo el contenido en línea (on line) al que se puede acceder a través de ellos, estamos comprometidos, también, con esa tarea. nitaria en su actividad como Generalista o Médico de Atención Primaria. X Cómo aprender 1. Organización de la obra La obra se presenta estructurada en 30 unidades didácticas. Unas son más extensas que otras, ya que el saber no se puede compartimentar en partes iguales. Sin embargo, la información aparece lo suficien- temente explicada como para que el trabajo personal permita llegar a comprender con amplitud todos los conceptos. La sucesión de las unidades didácticas obedece a una lógica que es la agrupación por presentaciones se- miológicas o conceptos afines. De este modo, la obra se inicia con una referencia a la anatomía y la fisiología básicas del sistema visual, así como una aproximación a la anamnesis y las exploraciones fundamentales en Oftalmología: todas ellas competencias básicas del «saber» y «saber hacer». A continuación se ofrecen las unidades que abordan alteraciones del sistema visual, cuyo síntoma guía es la disminución crónica de agude- za visual y la disminución aguda de la misma. Seguidamente, el conjunto de enfermedades oculares en las que el ojo rojo es uno de los signos de presentación fundamentales. Posteriormente se abordan las unidades que enseñan cómo actuar con competencia en la traumatología ocular y sus anejos, en las afecciones ocularespropias de la edad pediátrica y en las enfermedades con implicaciones neuro-oftalmológicas. En el siguiente bloque, aparecen las alteraciones oculares que se relacionan más estrechamente con enfermedades sistémicas en las que, si cabe, el papel del médico de atención primaria resulta más relevante para su prevención. Para finalizar, se aborda la farmacología ocular, pieza clave para actuar con competencia en cualquiera de las áreas antes descritas, dadas las peculiaridades de este órgano. Sin duda, es labor del profesor y del alumno integrar todos los conocimientos y habilidades facilitados en cada una de las unidades didácticas, ya que su estructuración en bloques semiológicos y conceptuales contie- ne inevitables solapamientos y excepciones. 2. Estructura de las unidades didácticas Cada unidad didáctica comienza exponiendo los objetivos docentes, que atienden a la adquisición de com- petencias del «saber» y del «saber hacer» previamente mencionadas. También se explica la relevancia y el porqué de esa unidad didáctica en la práctica clínica del médico generalista, que viene justificada por su pre- valencia, importancia de la labor preventiva o de despistaje, la gravedad de las secuelas si no se manejan bien o, incluso, la importancia para el pronóstico vital del paciente. Al inicio de la unidad didáctica se proporciona el concepto clave y se recuerdan los aspectos específicos de la estructura y la función visual necesarias para entender bien el tema. El diagnóstico parte de los signos y síntomas guía que hacen sospechar de la enfermedad y se explican las principales pruebas conducentes a su filiación, así como la interpretación de los principales resultados de las mismas. Todo ello se apoya en uno de los pilares fundamentales de esta obra: el libro Guiones de Oftalmología proporciona las 100 imágenes diagnósticas que todo médico de Atención Primaria y Generalista debería conocer. con Guiones de Oftalmología Guiones de oftalmología Además, se proporcionan figuras que esquematizan o explican gráficamente los elementos necesarios para comprender la anatomía aplicada, la fisiopatología de la enfermedad o alguno de sus aspectos diagnósticos. Las orientaciones terapéuticas se enmarcan en el ámbito de competencia que se espera para el ejercicio de la medicina familiar y comunitaria, haciendo hincapié en los cuidados postoperatorios y los tratamientos mé- dicos más habituales. En el margen, sobre fondo azul, se destacan cápsulas de información más relevante relativa a los conteni- dos de la columna del texto para propiciar la consolidación de los conceptos más sustantivos. Para facilitar la labor del profesional de la medicina familiar y comunitaria como primer agente al cuidado de la salud, se han incluido unos apartados específicos que concretan las acciones que se pueden realizar para contribuir a la atención primaria de la visión dentro de su marco de competencia. Igualmente, se propor- cionan aspectos clave sobre qué, cuándo y cómo referir al oftalmólogo, distinguiendo entre las auténticas emergencias, las urgencias no aplazables, las referencias preferentes o las derivaciones por el trámite ordinario. También se han incorporado al final de cada unidad didáctica aclaraciones sobre uno o varios infundios o creencias erróneas existentes en la población y que atañen a las enfermedades incluidas, con el ánimo de desmitificarlos y ayudar al médico de atención primaria a construir un criterio correcto que le resulte útil en la atención de los pacientes. Al final de cada unidad didáctica se retoman los puntos más importantes que hay que recordar, con el ánimo de consolidar conceptos que puedan redundar en la salud de nuestros pacientes. Además de los elementos de cada unidad didáctica arriba señalados, que orientan hacia las competencias para el área de Oftalmología que se articulan en el Grado de Medicina, se han incluido otros facilitadores para: — la interpretación correcta de las historias clínicas y los informes oftalmológicos, como es el apartado Abreviaturas utilizadas comúnmente en oftalmología; — la movilidad internacional de los estudiantes y el desarrollo de la asignatura en Grados bilingües, al familiarizar con el vocabulario anglosajón a través del apartado Principales términos y abreviaturas en inglés. Antes de introducirnos en los contenidos en línea, debemos reseñar un aspecto que, aunque no emana de las directrices del Espacio Europeo de Educación Superior, es importante no soslayar. La Universidad debe fomentar la cultura, y como tal, hemos creído muy conveniente dotar a cada unidad didáctica de un breve recuerdo etimológico sobre los términos más primordiales: una fina capa de barniz cultural que acerque al universitario no solo al qué sino al porqué de las cosas; en este caso, al origen de los vocablos de nuestra especialidad. Al final del libro se ofrece el Índice de imágenes clínicas para simplificar la ubicación de los conceptos gráficos y visuales en cada unidad didáctica. También se incluye un índice alfabético que permitirá la rápida localización de términos a lo largo del texto. 3. Contenidos en línea Los profesores y estudiantes que usen Guiones de Oftalmología, 2.a edición. Aprendizaje basado en com- petencias, encontrarán una amplia variedad de recursos disponibles en el Online Learning Center www.mhe. es/guionesoftalmologia2e. Se trata de una página web asociada al libro, creada expresamente para facilitar la labor docente del pro- fesor y el aprendizaje de los alumnos. Este sitio web dispone de un espacio de libre acceso, y otro espacio de acceso exclusivo y restringido, al que se podrá acceder mediante registro y/o suscripción. Estos contenidos en línea facilitarán el autoaprendizaje del alumno y completarán su enseñanza. La estruc- tura del Crédito Europeo (ECTS), que comprende entre 25 y 30 horas totales de dedicación del alumno, im- plica que entre un 60 y un 70 % de este tiempo se empleará en aprendizaje no presencial. En la mayoría de XIII www.mhe.es/guionesoftalmologia2e. www.mhe.es/guionesoftalmologia2e. Cómo aprender con Guiones de Oftalmología las universidades de España le han otorgado a la asignatura de Oftalmología 5 créditos ECTS (entre 4 y 6), para lo que se calcula que el alumno invertirá aproximadamente un total de 125 horas, de las cuales un míni- mo, entre 70 y 80, se destinarán a la formación no presencial. Los contenidos en línea de Guiones de Oftal- mología están pensados para facilitar el aprendizaje no presencial, así como para familiarizarse con la prácti- ca clínica a través de casos clínicos reales y los procedimientos diagnósticos y terapéuticos mostrados. Por todo ello, todas y cada una de las unidades didácticas llevan asociadas en su oferta online los siguien- tes recursos: 1. Galería de imágenes diagnósticas y de apoyo, que pretende consolidar o ampliar aquellas incluidas en el libro. En la unidad didáctica se muestra con un icono amarillo: 2. Casos clínicos comentados, con la finalidad de integrar el conocimiento y, sobre todo, enseñar «cómo se piensa y se deduce» en esta área de la Medicina: la Oftalmología. En la unidad didáctica se muestra con un icono púrpura: 3. Casos clínicos de autoevaluación, para proporcionar unas referencias del dominio alcanzado al mismo tiempo de reforzar la integración práctica de los contenidos aprendidos. En la unidad didáctica se mues- tra con un icono naranja: En relación con los puntos 3 y 4 se ofrece adicionalmente un apartado específico que refuerza los con- ceptos más fundamentales para las pruebas de selección de Médicos Internos Residentes. La tendencia última de este examen de acceso al periodo de especialización médica es incluir casos clínicos con fotografías clínicas e imágenes diagnósticas, para las cuales esta obra en su conjunto constituye una excelente herramien- ta de formación. Además, algunas unidades didácticas incluyen: 4. Contenidos complementarios para las prácticas: fundamentalmente abarcan vídeosde procedimien- tos diagnósticos o terapéuticos. También pueden comprender materiales adicionales que profundizan sobre algún aspecto que, por limitaciones de espacio, no ha podido aparecer en el libro. En la unidad didáctica se muestra con un icono verde, tanto a su inicio como al margen de la parte alusiva en el texto: Con todos estos recursos esperamos que esta obra ayude eficazmente a una mejor formación de las suce- sivas generaciones de médicos de Atención Primaria y en la práctica de la Medicina Familiar y Comunitaria para que, en su labor de apoyo al oftalmólogo, logremos finalmente incrementar la salud de los pacientes y de toda la población. XIII Autores Autores Alfredo Adán Civera. Profesor Titular de Oftalmología, Universidad de Barcelona. Barcelona. España. Jorge L. Alió Sanz. Catedrático de Oftalmología, Universi- dad Miguel Hernández. Elche. España. Alejandro Álvarez López. Santiago de Compostela. España. Alfonso Arias Puente. Profesor Titular de Oftalmología, Universidad Rey Juan Carlos. Madrid. España. Alberto Artola Roig. Profesor Titular de Oftalmología, Uni- versidad Miguel Hernández. Elche. España. M.ª Begoña Baamonde Arbaiza. Profesora Titular de Oftal- mología, Universidad de Oviedo. Oviedo. España. Rafael Barraquer Compte. Profesor Adjunto de Oftalmolo- gía, Universidad Autónoma de Barcelona. Barcelona. España. Joaquín Barraquer Moner. Catedrático de Cirugía Ocular, Universidad Autónoma de Barcelona. Barcelona. España. José Manuel Benítez del Castillo. Catedrático de Oftalmolo- gía, Universidad Complutense de Madrid. Madrid. España. Franz Buitrago Conde. Profesor Titular de Oftalmología, Universidad Mayor de San Andrés. La Paz. Bolivia. Margarita Calonge Cano. Catedrática de Oftalmología, Universidad de Valladolid. Valladolid. España. Dean M. Cestari. Profesor Asociado de Oftalmología, Uni- versidad de Harvard. Boston, Massachusetts. EE.UU. Zélia M. Corrêa. Profesora Titular de Oftalmología, Uni- versidad de Cincinnati. Cincinnati, Ohio. EE.UU. Manuel Díaz Llopis. Catedrático de Oftalmología, Univer- sidad de Valencia. Valencia. España. Adriana C. Fandiño. Profesora Asociada de Oftalmología, Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires. Argentina. Luis Fernández-Vega Sanz. Catedrático de Oftalmología, Universidad de Oviedo. Oviedo. España. José Fernández-Vigo López. Catedrático de Oftalmología, Universidad de Extremadura. Badajoz. España. Jans Fromow Guerra. Profesor Titular de Oftalmología, Universidad Nacional Autónoma de México. Ciudad de México. México. Roberto Gallego Pinazo. Profesor Asociado de Oftalmolo- gía, Universidad de Valencia. Valencia. España. José García Arumí. Catedrático de Oftalmología, Universi- dad Autónoma de Barcelona. Barcelona. España. José Manuel García Campos. Catedrático de Oftalmología, Universidad de Málaga. Málaga. España. Alfredo García Layana. Profesor Titular de Oftalmología, Universidad de Navarra. Pamplona. España. Sheila M. García Santana. Universidad de Boston. Boston, Massachusetts. EE.UU. Francisco Javier Gómez-Ulla de Irazábal. Catedrático de Oftalmología, Universidad de Santiago de Compostela. Santiago de Compostela. España. Elisa González Pastor. Madrid. España. Emiliano Hernández Galilea. Profesor Titular de Oftalmo- logía, Universidad de Salamanca. Salamanca. España. Ana Macarro Merino. Profesora Ayudante de Oftalmología, Universidad de Extremadura. Badajoz. España. Miguel José Maldonado López. Profesor Titular de Oftal- mología, Universidad de Valladolid. Valladolid. España. José Andrés Maquet Dusart. Profesor Titular de Oftalmolo- gía, Universidad de Valladolid. Valladolid. España. Javier Montero Moreno. Colaborador Honorífico, Univer- sidad de Castilla -La Mancha. Albacete. España. Javier Moreno Montañés. Profesor Titular de Oftalmología, Universidad de Navarra. Pamplona. España. Francisco José Muñoz Negrete. Profesor Titular de Oftal- mología, Universidad de Alcalá de Henares. Madrid. Es- paña. Giovana Murillo Paz. Profesora Titular de Oftalmología, Universidad Pública de El Alto. El Alto. Bolivia. José Carlos Pastor Jimeno. Catedrático de Oftalmología, Universidad de Valladolid. Valladolid. España. Laura Pelegrín Colás. Barcelona. España. José Vicente Pérez Moreiras. Profesor Titular de Oftalmo- logía, Universidad de Santiago de Compostela. Santiago de Compostela. España. Antonio Piñero Bustamante. Catedrático de Oftalmología, Universidad de Sevilla. Sevilla. España. Gema Rebolleda Fernández. Profesora Asociada de Oftal- mología, Universidad de Alcalá de Henares. Madrid. Es- paña. José María Ruiz Moreno. Catedrático de Oftalmología, Universidad de Castilla La-Mancha. Albacete. España Roberto Sampaolesi. Profesor Emérito, Cátedra de Oftal- mología, Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires. Argentina. XVI Guiones de oftalmología Mario Saravia. Catedrático de Oftalmología, Universidad Austral. Buenos Aires. Argentina. Cristhian Urzúa. Santiago de Chile. Chile. Manuel Vidal Sanz. Catedrático de Oftalmología, Universi- dad de Murcia. Murcia. España. María Paz Villegas Pérez. Catedrática de Oftalmología, Universidad de Murcia. Murcia. España. Marlene Vogel González. Profesora Asociada de Oftalmo- logía, Universidad de Chile. Santiago de Chile. Chile. Miguel Ángel Zato Gómez de Liaño. Catedrático de Oftal- mología. Prof. Honorario de la Universidad Autónoma de Madrid. España. Colaboradores Ana Boixadera Espax. Barcelona. España. (Unidad Didác- tica 7) Laura Distefano. Barcelona. España. (Unidad Didácti- ca 7) Carmen Larrañaga Larrañaga. Profesora Asociada de Pe- driatría, Universidad de Chile. Santiago de Chile. Chile. (Unidad Didáctica 19) Marta López Fortuny. Barcelona. España. (Unidad Didác- tica ) Lucía Loras. Barcelona. España. (Unidad Didáctica 7) Victor Llorens Bellés. Barcelona. España. (Unidad Didác- tica 28) Vicente Martinez Castillo. Profesor Asociado de Oftalmo- logía, Universidad Autónoma de Barcelona. Barcelona. España. (Unidad Didáctica 7) Jaime Miralles de Imperial. Catedrático de Oftalmología, Universidad de Murcia. Murcia. España. (Unidad Didác- tica 22) Miguel Angel Zapata Victori. Profesor Asociado de Oftal- mología, Universidad Autónoma de Barcelona. Barcelo- na. España. (Unidad Didáctica 7) Autores de los contenidos en línea Además de todos los autores de las unidades didácticas del texto, participan los coautores que se especifican en la siguiente lista, que permanece abierta: En el apartado conceptos más fundamentales para las pruebas de selección de Médicos Internos Residentes Francisco Muñoz Negrete, Profesor Titular de Oftalmolo- gía, Universidad de Alcalá, Madrid. En los recursos: galería de imágenes diagnósticas, casos clínicos comentados, casos clínicos de autoevaluación y contenidos complementarios para las prácticas: Pedro María Alemany Márquez, Profesor Titular de Oftal- mología, Universidad de Cádiz, Cádiz. José F. Alfonso Sánchez, Profesor Titular de Oftalmología, Universidad de Oviedo, Oviedo. Jesús Barrio Barrio, Profesor Asociado de Oftalmología, Universidad de Navarra, Pamplona. Román Blanco Velasco, Profesor Titular de Oftalmología, Universidad de Alcalá, Madrid. José Callizo Tomás, Profesor Titular de Oftalmología, Uni- versidad Rovira i Virgil, Tarragona. Joaquín Cañal Villanueva, Profesor Contratado Doctor de Oftalmología, Universidad de Cantabria, Santander. M.a del Carmen Capeans Tomé, Catedrática de Oftalmolo- gía, Universidad de Santiago de Compostela, La Coruña. Carlos Cava Valenciano, Profesor Asociado de Oftalmolo- gía, Universidad de Castilla-La Mancha, Albacete. Rosa M.a Coco Martín, Profesor Asociado de Oftalmología, Universidad de Valladolid, Valladolid. Gonzalo Corcóstegui Guraya, Profesor Titular de Oftalmo- logía, Universidad del País Vasco, Bilbao. Juan Durán de la Colina, Catedrático de Oftalmología, Uni- versidad del País Vasco, Bilbao. José Luis Encinas Martin, Profesor Titular de Oftalmología, Universidad Autónoma de Madrid, Madrid.Pedro Corsino Fernández Vila. Profesor Titular de Oftalmo- logía de la Universidad Complutense de Madrid (en ex- cedencia), Pontevedra. Julián García Feijoó, Catedrático de Oftalmología, Univer- sidad Complutense de Madrid, Madrid. Guillermo Giménez-Almenara Parada, Profesor Titular de Oftalmología, Universidad de Córdoba, Córdoba. Rosario Gómez de Liaño, Profesor Titular de Oftalmología, Universidad Complutense de Madrid, Madrid. Manuel A. González de La Rosa, Catedrático de Oftalmo- logía, Universidad de la Laguna, Tenerife. José Luis Güell Villanueva, Profesor Asociado de Oftal- mología, Universidad Autónoma de Barcelona. Barce- lona. Ángel Ramón Gutiérrez Ortega, Profesor Titular de Oftal- mología, Universidad de Murcia, Murcia. José María Hernáez Molera, Profesor de Oftalmología, Universidad San Pablo CEU, Madrid José María Herreras Cantalapiedra, Profesor Asociado de Oftalmología, Universidad de Valladolid, Valladolid. Jaime Javaloy Estañ, Profesor Asociado de Oftalmología, Universidad Miguel Hernández, Alicante. Luis Pablo Julve, Profesor Titular de Oftalmología, Univer- sidad de Zaragoza, Zaragoza. Carmen Jurjo Campo, Profesor Asociado de Oftalmología, Universidad de Lleida, Lleida. José Manuel Larrosa Poves, Profesor Titular de Oftalmolo- gía, Universidad de Zaragoza, Zaragoza. María Isabel López Gálvez, Profesor Asociado de Oftalmo- logía, Universidad de Valladolid, Valladolid. Francisco Luque Mialdea, Profesor de Oftalmología, Uni- versidad San Pablo CEU, Madrid Lucía Manzanas Leal, Profesor Asociado de Oftalmología, Universidad de Valladolid, Valladolid. 6 XVIIAutores Juan José Pérez Santonja, Profesor Asociado de Oftalmolo- gía, Universidad Miguel Hernández, Alicante. Isabel Pinilla Lozano, Profesora Titular de Oftalmología, Universidad de Zaragoza, Zaragoza. Carlos Ignacio Piñana Darias, Profesor Asociado, Univer- sidad de Las Palmas de Gran Canaria, Las Palmas de Gran Canaria. Vicente Polo Llorens, Profesor Titular de Oftalmología, Universidad de Zaragoza, Zaragoza. José Manuel Ramírez Sebastián, Catedrático de Oftalmolo- gía, Universidad Complutense de Madrid, Madrid. María Teresa Rodríguez Ares, Profesora Titular de Oftal- mología, Universidad de Santiago de Compostela, La Coruña. Ángel Salinas Alamán, Profesor Contratado Doctor de Of- talmología, Universidad de Navarra, Pamplona. Inmaculada Sellés Navarro, Profesor Titular de Oftalmolo- gía, Universidad de Murcia, Murcia. Miguel Ángel!Teus Guezala, Profesor Titular de Oftalmo- logía, Universidad de Alcalá, Madrid. Nicolás Toledano Fernández, Profesor de Oftalmología, Universidad San Pablo CEU, Madrid. Alberto Triviño Casado, Catedrático de Oftalmología, Uni- versidad Complutense de Madrid, Madrid. Loreto Martínez-Almeida Castañeda, Valladolid. España. Cecilio Jesús Muzquiz Burón, Valladolid. España. Judit Murciego Miguel, Valladolid. España. Agradecimientos 1 El examen del ojo José Carlos Pastor Jimeno1 Objetivos docentes Al completar esta Unidad Didáctica, los alumnos deben ser capaces de: 1. Reconocer la anatomía esencial del ojo y sus anejos. 2. Realizar una historia clínica oftalmológica básica en un paciente adulto y colaborador. 3. Ejecutar correctamente en un paciente adulto y colaborador los componentes de la exploración oftalmológica básica recogiendo los síntomas y signos que permitan establecer un diagnóstico de presunción, e instaurar un correcto tratamiento o identificar si el paciente debe ser referido al oftalmólogo determinando en ese caso la urgencia. 4. Específicamente, debe ser capaz de medir y registrar correctamente la agudeza visual tanto de lejos como de cerca. 5. Evaluar el estado del campo visual de un paciente adulto mediante confrontación. 6. Realizar un examen externo ocular identificando las estructuras más significativas y siendo capaz de distinguir entre el estado normal y el patológico, ejecutando, si es necesario, la eversión del párpado superior y evaluando los movimientos oculares y palpebrales. 7. Evaluar las pupilas y los reflejos pupilares, reconociendo el reflejo pupilar normal y detectando sus anomalías. 8. Realizar una estimación correcta de la presión intraocular con un tonómetro manual. 9. Evaluar mediante los test apropiados el estado de la visión de colores de un sujeto adulto colaborador. 10. Realizar una midriasis farmacológica adecuada para una exploración oftalmoscópica evaluando previamente la profundidad de la cámara anterior. 11. Conocer el manejo esencial de un oftalmoscopio de imagen recta reconociendo la mácula, la papila, los vasos retinianos y el aspecto general del fondo de ojo, en un adulto colaborador, estableciendo si el examen es normal o identificando las anomalías más frecuentes. Importancia del tema • La capacidad de examinar a cualquier paciente con un problema oftalmológico es fundamental para cualquier médico. • La realización de una exploración oftalmológica sistemática proporciona al médico las mayores posibilidades de evaluar adecuadamente el problema, ayudándole a establecer un diagnóstico de presunción o definitivo y a tomar la decisión de instaurar un tratamiento o enviar al paciente a un oftalmólogo. • Además, muchas enfermedades oftalmológicas cursan de forma «silente» o asintomática hasta estadios avanzados de las mismas. Si se capacita a los médicos de atención primaria para detectarlas precozmente, se mejorará el pronóstico de las mismas y se disminuirá su impacto funcional. Entre esas enfermedades se encuentran muchas capaces de producir ceguera irreversible o enfermedades sistémicas como la diabetes, la hipertensión arte- rial, la arteritis de la arteria temporal o enfermedades productoras de émbolos que pueden ser diagnosticadas por su repercusión ocular. Y finalmente tumores y enfermedades autoinmunes o del sistema nervioso central, algunas de las cuales son causa de muerte. 2 Guiones de oftalmología 1. Recuerdo anatomofisiológico A continuación se muestran las principales estructuras oculares y los anejos: — Párpados: protegen el globo y contribuyen a la lubricación de la su- perficie ocular. El espacio entre ellos se denomina fisura o hendidura palpebral. Contienen unas glándulas sebáceas especiales denomina- das de Meibomio. El superior y el inferior se unen en los cantos in- terno y externo (o medial y lateral) (Fig. 1.1). — Córnea: es la estructura transparente parte del sistema de protección del globo y con el mayor poder de refracción del ojo (Fig. 1.2). — Esclera: es la parte restante de la estructura de protección del globo ocular. Blanca y opaca. — Limbo: zona de conjunción entre la esclera y la córnea. Área muy importante por albergar, entre otras estructuras, a las células madre encargadas de regenerar el epitelio corneal. — Conjuntiva: mucosa que recubre la parte anterior de la esclera, hasta el limbo, y la parte posterior de los párpados. — Superficie ocular: concepto que engloba los párpados, la conjuntiva, la córnea y la película lagrimal. Figura 1.1. Párpados. Detalle del canto interno y parte medial de la fisura o hendidura palpebral, en este caso, de un ojo izquierdo. Línea gris Borde palpebral anterior Orificios de las glándulas de Meibomio Punto lagrimal superior Pliegue semilunar Carúncula Borde palpebral posterior Punto lagrimal inferior Breve recuerdo etimológico Adelfo: del griego adelphós «hermano». [Se utiliza en la expresión «ojo adelfo», refi- riéndose al ojo contralate- ral.] Cristalino: del griego krys- tall- «hielo», «cristal de roca» + -in- + -os/-on. Esclera: del griego skleros «duro». Fotofobia: del griego phōt(o)- «luz» + -phobíā «temor», «evitación». Humor: del latín ūmōr(em) «líquido orgánico». Iris: del griego ı̄ ri(do)- «arco iris», «halo» -s. Pupila: del latín pupilla «niña pequeña». Retina: del latín medieval retı̄na(m) «como una tela- raña». Úvea: del latín ûva,ae «uva». Vítreo: del latín vitrius «de vidrio», «como vidrio». Zónula: del griego zōn(ē)«faja», «zona de la tierra» + -n(ē) + -ul-a(m) del latín «pequeño». 3Capítulo 1. El examen del ojo — Cámara anterior: espacio comprendido entre la pared posterior de la córnea y el iris. Llena de humor acuoso (Fig. 1.3). — Iris: estructura coloreada que regula la cantidad de luz que puede entrar en el ojo y que además tiene importantes funciones ópticas. Abreviaturas utilizadas comúnmente en oftalmología AE: agujero estenopeico. AO: ambos ojos. AV: agudeza visual. AVcc: agudeza visual con corrección óptica. AVsc: agudeza visual sin co- rrección óptica. CE: con estenopeico. CFNR: capa de fibras nervio- sas de la retina. EPR: epitelio pigmentario de la retina. MEO: músculos extraoculares. PIRLA: pupilas iscocóricas y reactivas a la luz y a la aco- modación. Figura 1.2. Globo ocular. Se muestran las tres túnicas: 1) externa, integrada por la córnea y la esclera, 2) intermedia, formada por la úvea (iris, cuerpo ciliar y coroides) y 3) interna, constituida por la retina. Fóvea Nervio óptico Retina Coroides Esclerótica Cristalino Córnea Iris Pupila Figura 1.3. Segmento anterior. Detalle de la cámara anterior, que compren- de desde el endotelio corneal hasta el iris, y de la cámara posterior, delimitada por el iris anteriormente y por la cápsula del cristalino posteriormente. Ambas cámaras del segmento anterior están llenas del humor acuoso, que se secreta en los procesos ciliares. Iris Pars plana Proceso ciliar Músculo ciliar Epitelio corneal Canal de Schelmm Estroma corneal Endotelio corneal Cristalino Esclerótica 4 Guiones de oftalmología — Pupila: orificio circular situado en el centro del iris. — Cristalino: lente transparente, biconvexa, suspendida del cuerpo ciliar a través de la zónula y que sirve para la acomodación. Está situado detrás del iris (Fig. 1.4). — Cuerpo ciliar: estructura situada en la base del iris que produce el hu- mor acuoso además de ser el elemento dinámico de la acomodación. — Cámara posterior: pequeño espacio situado entre el iris y el cristalino, lleno de humor acuoso. — Cavidad vítrea: la mayor parte del volumen del globo. Es donde se ubica el vítreo, tejido conectivo transparente de aspecto viscoso. — Papila, o disco óptico: es la parte intraocular del nervio óptico. Por su parte central entran y salen la arteria central de la retina y la vena central de la retina. — Retina: capa de tejido neural que tapiza el interior del ojo donde se ubican los fotorreceptores (conos y bastones). La retina, su parte cen- tral denominada mácula, la coroides y el nervio óptico, junto con los vasos retinianos, es lo que comúnmente se explora mediante la oftal- moscopia y es lo que se denomina el «fondo de ojo» (Fig. 1.5). — Mácula: es la parte posterior de la retina donde radica la máxima agudeza visual. Su centro está deprimido y se denomina fóvea. — Coroides: es la capa vascular y pigmentada que aporta la nutrición a las capas más externas de la retina (Fig. 1.6). — Músculos extraoculares: ejecutan los movimientos oculares. Son seis (rectos superior, medio, inferior, lateral, oblicuo mayor y oblicuo me- nor) (Fig. 1.7). Además, se suelen estudiar conjuntamente el elevador del párpado superior junto con su accesorio y el orbicular. En el estudio de las enfer- medades oculares tienen también importancia las ór- bitas, las estructuras que contienen, y los senos para- nasales. Es importante repasar la vía óptica primaria, el sistema simpático y el parasimpá- tico puesto que controlan importantes funciones co- mo la dinámica pupilar o la secreción lagrimal. Principales términos y abreviaturas en inglés Ciliary body = cuerpo ciliar. Pinhole = agujero esteno- peico. BCVA: best-corrected visual acuity. EOMs: extraocular muscles. OD: oculus dexter = right eye = ojo derecho. OS: oculus sinister = left eye = ojo izquierdo. OU: oculus uterque = both eyes = ambos ojos. RNFL: retinal nerve fiber layer. RPE: retinal pigment epithe- lium. UCVA: uncorrected visual acuity. VA: visual acuity Figura 1.4. El cristalino y las estructuras que lo rodean. La contracción del músculo ciliar, que presenta una forma anular, disminuye la tensión de las fibras de la zónula de Zinn, lo que permite entonces que el cristalino aumente su convexidad, mostrando así su tendencia a aproximarse a una esfera. Este proceso en el que el cristalino aumenta su curvatura y su potencia se denomina acomodación. Músculo ciliar Procesos ciliares Córnea Iris Cristalino Esfínter del iris 5Capítulo 1. El examen del ojo Figura 1.5. Esquema del fondo de ojo. En él se distinguen la papila, los vasos retinianos y el área macular del nervio óptico. Fóvea Arcada vascular temporal superior Arcada vascular temporal inferior Mácula clínica Arteria nasal superior Papila Arteria y vena central de la retina Foveola 3,5 mm Polo posterior 6 mm Figura 1.6. Coroides y retina. La fina capa de vasos de la coroides, denomi- nada coriocapilar, se sitúa inmediatamente por fuera de la membrana de Bruch y, mediante difusión a su través, aporta la nutrición a las capas más externas de la retina (epitelio pigmentado de la retina, conos —C— y bastones —B—). Las capas más internas de la retina se nutren de los vasos retinianos que constituyen ramificaciones de la arteria central de la retina después de su entrada por la papila. Membrana limitante interna Capa de fibras nerviosas de la retina Plexiforme interna Granulosa interna Plexiforme externa Granulosa externa Conos y bastones Epitelio pigmentario Membrana limitante externa Membrana de Bruch HUMOR VÍTREO CAPAS Capa coriocapilar B C (C) - Conos (B) - bastones 6 Guiones de oftalmología 2. Historia clínica (anamnesis) 2.1. Enfermedad actual Se debe reseñar la razón por la que el paciente acude a la consulta. Hay que identificar el síntoma-guía, es decir, el motivo que más le preocupa. A veces no es un síntoma, sino un signo (un ojo más rojo que el otro, por ejemplo). Debe analizarse metódicamente preguntando al paciente sobre aspectos del mismo: — Forma de inicio y cronología. — Localización y, si es pertinente, irradiación. — Otras características: • Intensidad. • Factores desencadenantes y/o agravantes (y atenuantes, si los hay). • Signos y síntomas acompañantes. • Factores ambientales y/o iatrogénicos. • Evolución que ha tenido y repercusión sobre el paciente. 2.2. Signos y síntomas más frecuentes de los pacientes con enfermedades oculares — Disminución de la visión. — Alteración en la percepción de los colores. Se denominan discroma- topsias y pueden ser congénitas o adquiridas. Historia clínica es la recogi- da de datos del enfermo y su enfermedad. Es el mo- mento de toma de contacto con el paciente y la base para crear una relación mé- dico-paciente satisfactoria. Deben obtenerse además de los datos de la enferme- dad, aquellos que orienten sobre la personalidad del paciente, su actitud frente a la enfermedad y la repercu- sión que esta ha tenido en su vida cotidiana. Figura 1.7. Músculos extraoculares, que gobiernan la posición y el movi- miento del globo ocular (en este caso, del ojo izquierdo, visto desde arriba). Recto lateral Oblicuo inferior Oblicuo superior Recto superior Recto inferior Recto medial 7Capítulo 1. El examen del ojo — Alteraciones en el campo visual. Se denominan escotomas. El pacien- te puede ser consciente de su existencia (positivos) o no (negativos). — Dificultad de adaptación a la oscuridad. Se conoce con el nombre de hemeralopía. A veces se acompaña de dificultades en la recuperación de la visión tras un deslumbramiento. — Visión de «halos». Debida generalmente a alteraciones en la transpa- rencia o propiedades ópticas de la córnea. — Visión de «moscas volantes». Denominadas miodesopsias. Suelen estar producidas por opacidades en los medios transparentes. Se perciben solo con los ojos abiertos y se hacen más aparentes al mirar al cielo azul o a superficies muy iluminadas. — Visión de«destellos» de luz. Se denominan fotopsias o fosfenos. Son sensaciones luminosas, descritas a veces como «chispazos» o «relám- pagos», más acentuadas en la oscuridad. Suelen producirse por estí- mulos mecánicos sobre la retina. — Alteración en la percepción de la forma o el tamaño de los objetos. Se denomina metamorfopsia. — Visión doble o diplopía. Puede ser monocular o, más frecuentemente, binocular. — Dolor ocular. El verdadero dolor suele acompañarse de enrojeci- miento ocular. Pero, en ocasiones, el paciente incluye aquí otras sensa- ciones como picor, escozor, sensación de cuerpo extraño, etc. El pacien- te también puede localizar a nivel ocular un dolor de origen extraocular. — Fotofobia: es una sensación dolorosa que aparece en relación con la iluminación y que generalmente está asociada a la estimulación del trigémino (V par craneal). También puede ocurrir en el contexto de otras enfermedades como la migraña o la cefalea en racimo. — Deslumbramiento: es la sensación de exceso de luz. Puede ser moles- to (fisiológico) o incapacitante, produciéndose en ese caso una reduc- ción de la visión (patológico). — Secreciones anormales. Se incluye el lagrimeo o las secreciones sero- sas, mucosas o purulentas. Estas últimas suelen acompañarse de la sensación de «ojos pegados» al despertarse. — Sensación de sequedad ocular. — Enrojecimiento ocular. — Crecimientos anormales de tejidos (en cejas, párpados, conjuntiva, esclera, córnea o iris). — Anomalías en la posición de los ojos o de los párpados. — Anomalías en el tamaño, la forma o la capacidad de reacción de las pupilas. 2.3. Factores de riesgo de enfermedades oculares Sirven para enfocar el examen posterior y decidir exámenes complemen- tarios. Hay que insistir en: — Historia familiar de ceguera, glaucoma, tumores oculares, desprendi- mientos de retina, estrabismos o degeneración macular. Hay tres situaciones habi- tuales de enrojecimiento ocular: la inyección conjun- tival (propia de procesos conjuntivales banales), la in- yección ciliar (propia de procesos oculares más gra- ves) y las equimosis subcon- juntivales (generalmente por patología banal). Preguntas que ayudan a centrar el problema: • ¿Tenía el paciente buena visión, e igual en ambos ojos, antes del proceso actual? • ¿El problema es monocu- lar o afecta a ambos ojos? • ¿Está afectada la visión central o la periférica? • ¿La alteración de la visión ha sido brusca o gra- dual? • ¿Tiene o ha tenido dolor? • ¿Tiene «distorsión» en la visión (metamorfopsia)? • ¿Tiene visión doble? 8 Guiones de oftalmología — Mala visión, excluyendo los defectos de refracción. — Antecedentes de traumatismos oculares. Utilizar preguntas sencillas y directas como: ¿ha padecido alguna vez de la «vista»? ¿Ha tenido alguna vez golpes, heridas o enfermedades en la «vista»? — Preguntar por la utilización de gafas y lentes de contacto. — Antecedentes personales de diabetes, hipertensión arterial, enferme- dad tiroidea, artritis reumatoide o cáncer. — Enfermedades generales graves o crónicas. — Y los tratamientos a los que ha sido o está siendo sometido. Es im- portante recordar que algunos pacientes pueden haberse automedi- cado con «colirios». — Hábitos tóxicos y la existencia de drogodependencias. — Es interesante conocer la profesión u ocupación laboral del pacien- te. No tanto por las denominadas «enfermedades profesionales», que no son demasiado frecuentes, sino por los requerimientos visua- les o las condiciones ambientales donde se desarrolla su actividad. 3. Exploración ocular 3.1. La exploración oftalmológica básica Debe formar parte del «saber hacer» de cualquier médico de primaria. Necesita solo un mínimo instrumental y ha de realizarse de forma orde- nada para que las exploraciones previas no interfieran con las poste- riores. 1. Determinación de la agudeza visual: La agudeza visual puede considerarse como una característica fun- cional ligada al menor objeto (letra o símbolo) que una persona es capaz de reconocer a una distancia determinada. 2. Determinación de la visión de colores: no siempre es necesaria. 3. Examen del campo visual del paciente por confrontación con el del médico. 4. Exploración externa. 5. Estudio de los movimientos oculares. 6. Análisis de las pupilas y exploración de los reflejos pupilares. 7. Examen de la superficie ocular. 8. Determinación de la presión intraocular. 9. Estimación de la profundidad de la cámara anterior. 10. Examen del fondo de ojo. 3.2. ¿Cómo explorar? 3.2.1. Determinación de la agudeza visual Es básicamente una estimación de la función de la mácula (fóvea). Se utilizan unos test (habitualmente, letras o símbolos sencillos) denominados optotipos que deben colocarse a una distancia determinada (generalmente a Cuándo examinar a un paciente: La exploración oftalmológi- ca debe formar parte de las exploraciones habituales que realiza cualquier médi- co. Por supuesto, debe ex- plorarse a todo paciente con sintomatología visual o signos de alteración visual. Y han de efectuarse los exá- menes que se describen en función de los resultados de la anamnesis. 9Capítulo 1. El examen del ojo 6 metros, pero hay que comprobar las indicaciones del fabricante de los optotipos). La agudeza visual (AV) viene representada por el test más pequeño que el paciente es capaz de identificar. En las escalas aparece al lado de cada línea la agudeza visual que representan. Hay que determinarla de lejos y de cerca, con cada ojo por separado, utilizando la corrección óptica —si el paciente la lleva—, y con el «agujero estenopeico» (véase la Unidad Didác- tica 2) —si no alcanza una AV de la unidad. Si el paciente no coopera o es un simulador, no será posible detectar su agudeza visual, aunque existen pruebas especiales para detectarla. No obs- tante, algunos signos indirectos, como un buen reflejo pupilar o modifica- ciones en la expresión facial del paciente frente a la luz o a un movimiento brusco, pueden ser orientadores. Para estimar la funcionalidad de la zona macular, se emplea también la rejilla de Amsler, que se estudiará posteriormente. 3.2.2. Determinación de la visión de colores Existen tres pigmentos sensibles al color en la retina: al rojo, al verde y al azul. Una alteración en su formación o concentración determina las alte- raciones congénitas de la visión de los colores denominadas discromatop- sias. Afectan al 8 % de los varones y solo al 0,5 % de las mujeres, ya que se suelen transmitir ligados al cromosoma X. Pero, además, muchas de las patologías de la retina y del nervio óptico determinan alteraciones adquiridas de la visión del color y es importante conocerlas. Entre ellas, las secundarias a la administración de algunos fár- macos. 3.2.3. Estimación del campo visual por confrontación La integridad del campo visual del paciente puede explorarse confrontán- dolo con el del propio médico. 3.2.4. Visualización de la superficie externa del ojo y anejos Con una adecuada iluminación de ambiente se deben explorar los párpa- dos, las cejas, los tejidos circundantes, la córnea, la conjuntiva e incluso el iris. A veces hay que ayudarse de una linterna que proporcione una luz más focalizada. Si la historia clínica lo sugiere, palpar los rebordes orbitarios o los pár- pados. 3.2.5. Eversión del párpado superior Permite visualizar las conjuntivas tarsales superiores y debe hacerse ante la sospecha de cuerpos extraños corneoconjuntivales o en patología de la superficie ocular. Existen varios procedimien- tos para determinar la vi- sión cromática. Dentro de los más habituales en la consulta de un oftalmólogo se encuentra el de Farn- sworth-Munsell, pero para un médico de atención pri- maria son más sencillas las láminas de Ishihara. Su limi- tación es que detectan mal las anomalías adquiridas. Se tiene que explorar cada ojo por separado, a la distancia de lectura, con la corrección de cerca, si la necesita el pa- ciente, y preferiblemente conbuena iluminación natural. 10 Guiones de oftalmología Si el paciente colabora poco, aplicar una gota de colirio anestésico pre- viamente. 3.2.6. Tinción con fluoresceína Pone en evidencia los defectos en el epitelio corneal. Las áreas teñidas se ven mejor si se ilumina la córnea con una luz azul cobalto: hay filtros para linternas de mano, y se pueden encontrar también incorporados en cualquier lámpara de hendidura. La lámpara de hendidura es un aparato diagnóstico de uso básico en oftalmología mediante el que se puede visualizar con aumento el segmento anterior y otras estructuras oculares (Figs. 1.8 y 1.9). 3.2.7. Examen de la motilidad ocular Hacer que el paciente mire en las denominadas nueve posiciones diag- nósticas de la mirada. Comprobar si los ojos se mueven de forma coordina- da y si realizan los movimientos con la misma amplitud. En caso de anoma- lías o dudas, debe complementarse con el cover-test. 3.2.8. Evaluación de los reflejos pupilares La inspección de las pupilas es parte de cualquier exploración de un pa- ciente por parte del médico de atención primaria. Colocar al paciente en una habitación con una iluminación moderada-baja. Estudiar primero el tamaño y la forma de cada una de las pupilas y su simetría. Luego, analizar los re- flejos fotomotor directo, el consensual y el de convergencia (véase la Unidad Didáctica 21). Figura 1.8. Examen del segmento anterior con lámpara de hendidura. Visualización del segmento anterior normal de una persona de 55 años. Se observan, en este caso, con un haz fino de luz (hendidura) e iluminación oblicua de izquierda a derecha, y de más anterior a más posterior: A) capa epitelial corneal, B) capa endotelial cor- neal, C) artefacto por el reflejo de la fuente luminosa, D) cámara anterior, en este caso, profunda, E) iris, F) cápsu- la anterior del cristalino, y G) cápsula posterior del cristalino. Se muestra la exploración con y sin midriasis farma- cológica. 11Capítulo 1. El examen del ojo 3.2.9. Estimación de la profundidad de la cámara anterior Es importante detectar los ojos con las cámaras anteriores muy estrechas (Fig. 1.10) antes de instilar ningún midriático, por el riesgo de provocar un ataque agudo de glaucoma. 3.2.10. Determinación de la presión intraocular Se mide mediante los tonómetros. El valor medio de la presión intraocu- lar es de 15 mmHg, y los límites normales oscilan entre los 10 y los 20 mmHg. Figura 1.9. Examen con fluoresceína de la superficie ocular. La instilación de fluoresceína sobre la superficie ocular pone de manifiesto la existencia de un defecto epitelial, que capta la fluoresceína y se observa perfectamen- te delimitado con el filtro azul cobalto y la luz, en este caso, de campo amplio. Figura 1.10. Exploración de la profundidad de cámara anterior. Si no se posee lámpara de hendidura, con otra fuente de luz disponible, como una lin- terna, se puede alumbrar el segmento anterior desde el lado temporal y obser- var si se produce sombra en lado nasal del iris. Esta se produce por la angulación y convexidad del iris cuando la cámara es estrecha. Por lo tanto, si se produce una sombra en dos terceras partes del iris nasal, o extensión mayor, es muy probable que la cámara anterior sea poco profunda y el ángulo estrecho. 12 Guiones de oftalmología Existen tonómetros que lanzan un chorro de aire al ojo y que no necesi- tan un contacto físico con la córnea. Sin embargo, los tonómetros más po- pulares son los de contacto, ya sean manuales, tipo Perkins, o electrónicos, tipo Tonopen. 3.2.11. Examen del fondo de ojo (oftalmoscopia) La mayoría de las veces es imprescindible inducir una midriasis farma- cológica si se desea observar todo el fondo de ojo (Fig. 1.11), para lo que debe haberse descartado la existencia de una cámara anterior estrecha. Tampoco debe dilatarse la pupila ante la sospecha de patología neuroló- gica que pueda tener una repercusión pupilar. Debe utilizarse un colirio de tropicamida al 1 % o de fenilefrina al 2,5 % y tras unos 15 minutos suele obtenerse una buena midriasis. 4. Referencia al oftalmólogo ! Deben enviarse al oftalmólogo con cierta urgencia: • Pérdidas agudas de visión mono o bilaterales. • Úlceras corneales de origen vegetal u orgánico o de varios días de evolución. • Ojos con cámaras anteriores aparentemente estrechas. • Anisocorias (diferencias en el tamaño pupilar) de aparición brusca. • Paciente con hiperemia ciliar o periquerática mono o bilateral. • Pacientes con dolor ocular que se acompañe de enrojecimiento, con o sin fotofobia. Hay varios procedimientos para explorar el fondo de ojo, pero para el médico de atención primaria se reco- mienda la oftalmoscopia di- recta. Antes de intentar ver los de- talles del fondo de ojo, se puede iluminar este desde una cierta distancia (30 cm) y observar el reflejo del fon- do, que en condiciones nor- males debe ser rojo-anaran- jado, intenso y uniforme. Cualquier opacidad en los medios transparentes se presenta como una sombra en el reflejo, que se aprecia mucho mejor al estar la pu- pila dilatada. Figura 1.11. Fondo de ojo normal. Izquierda: bajo midriasis farmacológica, se tiene acceso amplio a la obser- vación de todas las estructuras del fondo del ojo: A) papila, B) rama temporal superior de la arteria retiniana, C) rama temporal inferior de vena retiniana, D) mácula, que se sitúa entre las arcadas vasculares, y E) foveola, que es avascular. Derecha: en este caso, el paciente era miope y se observa con mayor aumento un creciente temporal de color blanquecino debido a que la coroides y el epitelio pigmentado de la retina no llegan completamente al bor- de papilar en su lado temporal, dejando traslucir la esclera (F). 13Capítulo 1. El examen del ojo • Pacientes con presiones elevadas superiores a los 30 mmHg. • Pacientes que refieran una sombra en el campo visual de instaura- ción brusca. • Pacientes con sospecha de papilas de bordes borrosos y elevados. • Diplopías de instauración brusca. ! Deben enviarse en uno o dos días: • Pacientes con presiones elevadas superiores a 21 mmHg. • Anisocorias sin otra sintomatología. • Pupilas irregulares sin o tras dilatación pupilar. • Metamorfopsias. • Miodesopsias de instauración brusca (uno o dos días). • Fotopsias o fosfenos. • Presencia de lesiones en el fondo de ojo dentro o fuera del contex- to de una patología sistémica (diabetes, hipertensión arterial, SIDA, etcétera). ! Deben enviarse sin urgencia: • Pérdidas progresivas de visión que no mejoren con estenopeico. • Papilas con excavaciones grandes o asimétricas. • Alteraciones en la visión de colores si son asimétricas y el pacien- te es consciente. • Trastornos de los movimientos oculares sin diplopia. 5. Cómo contribuir a la atención primaria de la visión ! Realizando exámenes oculares periódicos a la población, especialmente a la de riesgo (diabéticos, familiares de glaucomatosos, miopes, etc.). ! Evaluando la agudeza visual y examinando el estado de la motilidad ocular en niños. ! Orientando correctamente a los pacientes tras una anamnesis cuida- dosa y una adecuada exploración ocular, identificando los procesos que puede tratar el médico de atención primaria y aquellos que debe derivar. Y, en este caso, asignando a cada paciente la prioridad ade- cuada. 6. Creencias erróneas en la población — «La lectura abundante o con iluminación deficiente produce daño ocular». No se origina daño ocular orgánico alguno. Solo se puede sentir cansancio y, cuando la lectura de cerca es muy continuada, se puede inducir una leve miopía acomodativa. — «Si se fija mucho la visión, la vista se desgasta o pierde con el tiem- po». No hay manera de «usar» los ojos excesivamente. Están hechos para ver toda la vida. 14 Guiones de oftalmología — «Si la gafa no la llevo bien graduada, me puedo quedar ciego». Una graduación incorrecta impide ver bien, pero no causa daños oculares (excepto en la infancia). — «Me duele la cabeza, seguro que será por una enfermedaden los ojos». La mayor parte de las cefaleas, sobre todo las matutinas, o las que aparecen sin relación con la lectura, no tienen nada que ver con un problema en los «ojos». — «Necesito limpiarme los ojos con algún colirio». Los ojos se «limpian» espontáneamente con las lágrimas. No es necesario utilizar ningún tipo de colirio, salvo que esté prescrito por un médico. — «No pasa nada por utilizar siempre colirios para descongestionar los ojos rojos, los tienes en cualquier tienda». Los colirios para «blanquear» los ojos poseen agentes vasocons- trictores y no se ha probado su total inocuidad. — «Si los ojos se te ponen rojos y te duelen un poco, no pasa nada, es normal». Cuando un ojo se enrojece, o duele, está enviando una señal de alarma y hay que hacerle caso. Puntos importantes que hay que recordar • Una anamnesis clínica inadecuada o incompleta puede inducir errores al interpretar los resultados de las explora- ciones. • Estar seguros de que el ojo contralateral está correctamente ocluido al tomar la visión tanto de lejos como de cerca. • Recordar la sistemática en la exploración ocular para evitar olvidos e interferencias entre las propias pruebas. • No presionar los párpados al abrir el ojo para tomar la presión intraocular. • No dilatar con midriáticos a los pacientes con patología neurológica de posible repercusión pupilar. • Para llegar a tener cierta seguridad en la oftalmoscopia hace falta pasar una curva de aprendizaje y practicar con cierta asiduidad. 15 Ametropías. Presbicia. Cirugía refractiva Miguel J. Maldonado López2 1. Recuerdo anatomofisiológico 1.1. El ojo como sistema óptico Desde un punto de vista óptico, el ojo —o dioptrio ocular— se compor- ta como una cámara oscura con un conjunto de lentes de distinta potencia, en la que los rayos se proyectan en la retina con una orientación invertida. Para que la visión sea nítida, los rayos deben enfocarse en la retina. Los rayos convergen hacia la retina porque se refractan (cambian de di- rección) al atravesar superficies de distinto índice de refracción (IR), mayor que el del aire, y con una curvatura o morfología precisas. Los elementos anatómicos más determinantes de dicho enfoque son: La unidad de medida de la potencia de una lente o sis- tema óptico es la dioptría (D), que es igual a la inversa de su distancia focal expre- sada en metros (una lente de 2 dioptrías es aquella cuya distancia focal es de 0,5 m: 1/0,5 = 2 D). Objetivos docentes Al completar esta Unidad Didáctica, los alumnos deben ser capaces de: 1. Sospechar si un paciente presenta una ametropía, diferenciándola de otras causas de disminución de la visión. 2. Identificar los síntomas típicos de cada una de las ametropías. 3. Exponer el comportamiento habitual de una ametropía a lo largo de la vida. 4. Describir las asociaciones con algunas enfermedades oculares. 5. Explicar el fenómeno de la presbicia. 6. Describir los principios y las modalidades de compensación óptica de las ametropías. 7. Exponer la misión de la cirugía refractiva, así como sus tipos principales, sus limitaciones fundamentales y los cuidados básicos que requieren los pacientes tras su ejecución. Importancia del tema • Los defectos de refracción son las alteraciones oculares más frecuentes en la población. • Algunos tipos de defectos de refracción se asocian a ciertas enfermedades oculares o pueden ser signos de las mismas. • Si no se diagnostican precozmente y compensan adecuadamente, algunos defectos de refracción pueden causar en la edad infantil una falta de desarrollo visual que será irreversible en la edad adulta (véase la Unidad Didáctica 18). • La compensación óptica de los defectos de refracción es muy prevalente y, por lo tanto, es útil tener unos cono- cimientos básicos sobre la misma. • La cirugía refractiva, en cualquiera de sus modalidades, es la segunda cirugía ocular más frecuente en los países desarrollados, después de las cataratas, y suele realizarse en adultos con una expectativa de vida larga. 16 Guiones de oftalmología 1. La película lagrimal y la córnea: la película lagrimal es el primer me- dio de mayor índice de refracción con el que se encuentran los rayos entrantes y suele adoptar la misma morfología que la córnea que cu- bre. La córnea, gracias a su curvatura y morfología convexa, es el elemento anatómico de mayor potencia en el dioptrio ocular (media de 42-43 D en el adulto). 2. El cristalino: es el segundo dioptrio ocular, que aporta en estado de relajación una media de aproximadamente 18-20 D en el adulto. 3. La profundidad de cámara anterior: su valor se encuentra estrecha- mente relacionado con el de la longitud axial (LA) del ojo (mide unos 3 mm). 4. La longitud axial del ojo: es el elemento más determinante del estado refractivo ocular. Aproximadamente 1 mm de la LA equivale a un cambio refractivo de 3 D. En el nacimiento, la LA media se sitúa cerca de los 17 mm, a los tres años alcanza una media de 23 mm y, en la edad adulta, de 24 mm en el ojo normal desde el punto de vista refractivo (emétrope). 1.2. La acomodación Cuando la imagen procede de un objeto situado en el infinito óptico ($ 6 metros), se considera que los rayos entran paralelos al eje óptico y, en un ojo normal, se enfocan en la retina. Si el objeto se sitúa más cerca, tenderá a enfocarse detrás de la retina; para mantener el enfoque el ojo puede au- mentar la potencia del cristalino. A este fenómeno se le denomina acomo- dación. Es un reflejo en el que el brazo aferente camina por el II par craneal y el eferente por el parasimpático que llega a través del III par craneal. Así, se produce la contracción del músculo ciliar que, a su vez, conlleva una relajación de las fibras de la zónula de Zinn, lo que permite que el cris- talino aumente su curvatura, gracias a las propiedades elásticas de su cápsu- la (véase la Unidad Didáctica 1). De este modo, se aumenta el poder con- vergente del cristalino y se siguen enfocando correctamente los objetos cercanos. 1.3. La pupila La pupila regula la cantidad de luz entrante. La contracción pupilar se produce, entre otras causas, por aumento de la luz y por el enfoque de objetos cercanos; constituyendo esta última una sincinesia (fenómenos que se producen conjuntamente) con la acomodación y la convergencia de los ejes visuales en visión binocular (véase la Unidad Didáctica 18). Cuando la pupila se contrae, aumenta la profundidad de foco, lo que facilita el en- foque de objetos cercanos. Por el contrario, cuando la pupila se dilata, los rayos entrantes atraviesan más superficies periféricas de los elementos del dioptrio ocular, cuyas imperfecciones ópticas (aberraciones ópticas) pro- vocan un peor enfoque o la formación de una imagen retiniana de peor calidad. El mayor estímulo para des- encadenar la acomodación es la borrosidad de la ima- gen retiniana. Breve recuerdo etimológico Aniseiconia: del griego ani- sos «desigual» + eikoon «imagen». Anisometropía: del griego anisos «desigual» + metro «medida» + ops «vista». Astenopia: del griego a(n)- «no» + -sthén(eia) «vigor», «fuerza» + ops «ojo». Astigmatismo: del griego a(n)- «no» + -stigma- «pun- to» + -ismos «condición». Hipermetropía: del griego hipér- «en exceso» + -metro «medida» + ops «ojo». [Re- firiéndose a que el foco se forma en una distancia exce- siva, por detrás de la retina]. Miopía: del griego myein «cerrar», «guiñar + ops «ojo». Presbicia: del griego pres- by- «viejo» + -tes «propio de». Queratomileusis: del grie- go kératos «córnea» + -mi- leusis «dar forma». Zónula: del griego zōn(ē) «faja», «zona de la tierra» + -n(e) + -ul-a(m) del latín «pequeño». 17Capítulo 2. Ametropías. Presbicia. Cirugía refractiva 2. Las ametropías: concepto, clasificación y diagnóstico 2.1. Concepto Se define emetropía como el estado refractivo del ojo en el que, con la acomodación relajada, la imagen procedente de un objeto situado en el in- finito óptico (es decir, cuyos rayos caminan paralelos),se forma en la retina. Por el contrario, se define ametropía como aquella alteración del poder refractivo del ojo en la que, sin acomodar, la imagen procedente de un ob- jeto situado en el infinito óptico se forma, total o parcialmente, delante o detrás de la retina (Fig. 2.1). Las ametropías provocan visión borrosa y dis- minución de la agudeza visual corregible. 2.2. Clasificación de las ametropías 1. Clínicamente, las ametropías pueden clasificarse en: — De correlación: constituyen ametropías leves o moderadas en las que, siendo cada uno de los elementos del dioptrio ocular muy próximos a la normalidad, su combinación no lo es. — De componentes: se deben a que un elemento del dioptrio ocular se aleja significativamente de la normalidad y dan lugar a ame- tropías elevadas. 2. Dependiendo de cuál sea el elemento que más contribuya al defecto de refracción, la ametropía se puede clasificar como: — Axial: cuando la LA se aleja de la normal. — De curvatura: si los radios de curvatura de las superficies ópticas (principalmente de la córnea) son menores o mayores de lo nor- mal, o desiguales entre sí. — De índice: cuando aumenta el índice de refracción de los medios transparentes, principalmente del cristalino. — De posición: si la posición relativa del cristalino resulta demasiado adelantada o retrasada. 3. Desde un punto de vista óptico-refractivo, las ametropías se pueden agrupar en: — Esféricas: cuando un único punto objeto se corresponde con un único punto imagen, que se formará delante o detrás de la retina. Da lugar a un desenfoque que es simétrico en los 360°. — Cilíndricas: cuando a partir de un único punto objeto se forman varios puntos imagen, porque el dioptrio ocular presenta distinto poder convergente en un meridiano que en otro. Da lugar a dis- tinto desenfoque en cada meridiano. 2.3. Diagnóstico Se deberá sospechar que una disminución de agudeza visual está produci- da por una ametropía cuando esta se haya instaurado de modo lento o progre- Las ametropías compren- den la miopía, la hiperme- tropía y el astigmatismo y no son enfermedades ocu- lares, sino «defectos de re- fracción» a los que se les ha denominado clásicamente también «vicios de refrac- ción». Abreviaturas utilizadas comúnmente en oftalmología AE: agujero estenopeico. AV: agudeza visual. AVcc: agudeza visual con corrección óptica. AVsc: agudeza visual sin co- rrección óptica. CA: cámara anterior. CR: cirugía refractiva. D: dioptría. IR: índice de refracción. LA: longitud axial. LC: lente de contacto. LCB: lente de contacto blanda. RPG: rígida permeable al gas [lente de contacto]. 18 Guiones de oftalmología sivo, el paciente se queje de cansancio visual (astenopia) o cierre los párpados estrechando la hendidura palpebral. El fenómeno por el que el paciente estre- cha los párpados es el de «hendidura o agujero estenopeico» (Fig. 2.2). El mismo principio de agujero estenopeico puede ser utilizado por el médico de atención primaria para establecer un alto grado de evidencia so- bre el probable origen ametrópico de la pérdida de agudeza visual: se sitúa Figura 2.1. Emetropía y las distintas ametropías. En el ojo emétrope, con refracción normal, los rayos para- lelos (que provienen del infinito óptico) convergen en un punto focal situado en la retina sin necesidad de acomo- dar. En el ojo amétrope, con la acomodación relajada, los rayos paralelos no se enfocan en la retina y, por lo tanto, se forma una imagen borrosa, también denominada «círculo de difusión». Dependiendo del defecto de re- fracción: en la miopía, el punto focal se localiza delante de la retina; en la hipermetropía, detrás de la retina; y en el astigmatismo se desdobla en dos líneas focales principales. El hipermétrope puede lograr el enfoque en la retina utilizando el mecanismo de la acomodación en lejos, cuando este solo se utiliza normalmente en cerca. Ojo emétrope Ojo miope Ojo hipermétrope Ojo astigmático Ojo hipermétrope acomodando de lejos 19Capítulo 2. Ametropías. Presbicia. Cirugía refractiva delante del ojo un plano opaco (hoja, cartón, etc.) al que se ha realizado una apertura puntiforme o lineal. Esta colimará la luz entrante, de modo que el haz fino de rayos tenderá a enfocarse en la retina sin que apenas se pueda refractar fuera del plano retiniano, lo que proporcionará al paciente una me- jora instantánea en su agudeza visual, muy sugerente de su origen ametró- pico. El diagnóstico cierto se obtendrá mediante la refracción o medida de la ametropía que realizará el especialista. Con ella se obtendrá la mejor agu- deza visual corregida, que es la que en realidad tiene el paciente. 3. La miopía Clínicamente se caracteriza por ver sin corrección: de lejos borroso, de cerca, nítido y con un tamaño de imagen aumentado. La prevalencia de la miopía se aproxima al 25-30 % de la población de los países desarrollados, siendo la ametropía que más frecuentemente re- quiere compensación o corrección óptica. La etiología puede ser: 1. Congénita: — Asociada a enfermedades congénitas como el síndrome de Down, la retinopatía de la prematuridad o el glaucoma congénito (véan- se las Unidades Didácticas 19 y 20). — Constitucional o primariamente hereditaria; constituyen el 18 % de los casos y se suelen detectar entre los 6 y los 20 años. Acos- tumbra a tener un fuerte componente axial. 2. Adquirida: — Por factores ambientales: se ha postulado que el exceso de acomo- dación continuada, como pueda suponer el estudio o la visualiza- Es la ametropía esférica en la que los rayos paralelos provenientes del infinito convergen delante de la re- tina, en ausencia de acomo- dación (Fig. 2.1). Figura 2.2. Agujero estenopeico o hendidura estenopeica. Izquierda: el orificio provoca un aumento en la profundidad de foco que disminuye la borrosidad en la imagen retiniana producida por las ametropías. El agujero estenopeico es utilizado para estimar si la pérdida de agudeza visual puede tener un origen refractivo y para aproxi- mar la agudeza visual máxima que el ojo alcanzará con la corrección óptica adecuada. Derecha: perforando un pequeño orificio de 1 a 1,5 mm de diámetro sobre una superficie opaca se puede disponer de un agujero esteno- peico para uso en la práctica clínica. En este caso, se observa la letra F mejor enfocada a través del orificio. El orificio bloquea los rayos periféricos Menor círculo de difusión en le retina 20 Guiones de oftalmología ción prolongada de pantallas (ordenador, videojuegos, etc.), puede desempeñar un cierto papel en algunas personas. — Diabetes o embarazo: los cambios en la composición de electroli- tos y fluidos pueden inducir modificaciones en el IR del cristalino; pueden causar miopía transitoria. — Patologías oculares: como el queratocono (véase la Unidad Di- dáctica 11), que causa una miopía de curvatura, o las cataratas nucleares, que asocian una miopía de índice. — Fármacos: los derivados sulfonamida (véase la Unidad Didáctica 30), algunos psicofármacos y los agonistas colinérgicos; estos últimos pueden estimular la acomodación. La mayoría son miopías transi- torias. — Intervenciones quirúrgicas: por ejemplo, los cerclajes utilizados en la cirugía de vítreo-retina aumentan la LA (véase la Unidad Di- dáctica 7). — Miopías óptico-funcionales: • Miopía instrumental: en personas que trabajan de cerca con ins- trumentos enfocados al infinito (p. ej., microscopios ópticos). • Miopía espacial: la ausencia de punto de fijación en un campo visual vacío (p. ej., en pilotos de aviación) puede estimular la acomodación en aproximadamente 1 D. • Miopía nocturna: asociada a la dilatación pupilar, que aumenta el impacto de la aberración esférica de los medios transparentes del ojo sobre la imagen retiniana, la aberración cromática en la oscu- ridad y la pérdida del punto de fijación (similar a la miopía espa- cial). • Pseudomiopía: por espasmo transitorio del músculo ciliar en re- lación con la lectura continuada de cerca.
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