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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS COLEGIO DE HISTORIA FEDERICO CERVANTES MUÑOZCANO : HISTORIA DE UN VENCIDO. T E S I S QUE PARA OBTENER EL TITULO DE LICENCIADO EN HISTORIA P R E S E N T A : FRANCISCO DE LA CRUZ VAZQUEZ Asesor: Dr. Enrique Plasencia de la Parra MÉXICO, D. F. 2011 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 3 AGRADECIMIENTOS El presente trabajo es resultado de un esfuerzo colectivo. Por tal motivo, quiero manifestar en las siguientes líneas mi agradecimiento a las personas que ayudaron a su realización. En primer lugar y especialmente quiero resaltar la valiosa asesoría, revisión y orientación de los doctores Victoria Lerner Sigal y Enrique Plasencia de la Parra, quienes dirigieron esta tesis. A ambos les agradezco infinitamente sus atinados comentarios. Expreso mi gratitud y agradecimiento a la maestra María de Lourdes Velázquez Albo, al licenciado Ricardo Gamboa Ramírez, a la doctora Martha Beatriz Loyo Camacho y al maestro Cesar Navarro Gallegos, quienes fungieron como sinodales y lectores del presente estudio. Para todos ellos mi reconocimiento porque sus acertadas observaciones contribuyeron para que el trabajo llegara a buen termino. Al doctor Carlos Antonio Aguirre Rojas por los múltiples apoyos prestados, pero sobre todo por su amistad, confianza, respeto y solidaridad que me ha brindado desde que nos conocemos. A Alejandra Padilla Pola quien leyó y releyó pacientemente estas páginas y sugirió rumbos novedosos mi más profundo agradecimiento. Quede constancia de mi agradecimiento al doctor Javier Garciadiego Dantan quien me permitió consultar su rica colección de periódicos publicados en Estados Unidos. Igualmente vaya lo mismo a las siguientes personas quienes cooperaron de alguna u otrá forma: Graciela Alessio Robles, Elizabeth Becerril, Roberto Gallegos Téllez Rojo, Oralia García Cárdenas, Graciela Guzmán Batalla y Norma 4 Lache. Asimismo agradezco a Ricardo García Álvarez quien me ayudó a traducir parte de la información en inglés. En el Archivo Histórico de la Secretaría de la Defensa Nacional agradezco al Capitán Segundo Archivista, Antonio Andrés Martínez Gutiérrez; Teniente Historiador, Antonio Aguilar Raso; a los Sargento Primero Auxiliar Historiador, Rafael Flores Álvarez, Celia Juárez Castro, Martín Martínez Baizabal, María Luisa Álvarez Cataño y al Sargento Primero Auxiliar Escribiente, Ernesto Carbajal Landaverde, por todas las facilidades brindadas para la consulta de tan importante acervo documental. Por otro lado, también agradezco a la licenciada Guadalupe Landa Landa, quien estando al frente del Fondo Reservado de la Hemeroteca Nacional facilitó mis jornadas de consulta en aquel lugar. También agradezco a todos mis amigos que me favorecieron con sus consejos y su apoyo moral, especialmente, a Eleonora Ghilarducci que me marcó de manera indeleble el rumbo a seguir. A la Banda Veneno por su compañerismo, solidaridad y cariño de siempre. Finalmente reconozco a todos mis maestros que con sus enseñanzas contribuyeron a mi formación universitaria, en particular a la maestra Carmen de Luna, quien en los difíciles primeros semestres de la carrera alentó nuestra vocación elegida. Verano – 2011 220 INDICE Página AGRADECIMIENTOS .................................................................................................... 3 INTRODUCCIÓN ........................................................................................................... 5 PRIMERA PARTE: 1885 – 1921 I. ORIGEN Y FORMACIÓN .................................................................................. 10 II. INCORPORACIÓN A EL COLEGIO MILITAR ................................................ 15 III. COMISIONADO A FRANCIA ............................................................................ 21 IV. PREPARATIVOS PARA SUMARSE A LA REVOLUCIÓN ........................... 31 V. ARRIBO A SONORA ....................................................................................... 40 VI. ACTUACIÓN EN LA CONVENCIÓN .............................................................. 53 VII. PERÍODO DE EXILIO ...................................................................................... 78 VIII. ANDANZAS POLÍTICAS EN ESTADOS UNIDOS ......................................... 86 IX. FRUSTRADA EXPEDICIÓN ............................................................................. 98 SEGUNDA PARTE: 1921 – 1966 X. POSREVOLUCIÓN ........................................................................................... 123 XI. ACTIVIDAD EDUCATIVA ................................................................................ 124 XII. PARTICIPACIÓN POLÍTICA ............................................................................ 131 XIII. INGRESO AL EJÉRCITO ............................................................................... 150 XIV. LABOR PERIODÍSTICA .................................................................................. 156 XV. ÚLTIMOS AÑOS ............................................................................................. 160 XVI. OBRAS ............................................................................................................. 161 CONSIDERACIONES FINALES .............................................................................. 176 APÉNDICE ................................................................................................................ 181 BIBLIOGRAFÍA ......................................................................................................... 209 5 INTRODUCCIÓN En los últimos años, el género de la biografía ha recuperado su lugar preeminente en la producción histórica de México. Atrás quedo el desdén que existía hacia esta forma de hacer historia. Los historiadores más propensos a las nuevas corrientes historiográficas han regresado a este género para esclarecer hechos y procesos históricos. Durante prácticamente todo el siglo XX la historiografía dominante la arrinconó debido al hecho de que ésta se volcó hacia otros ámbitos de la historia; la nueva historia social puso el acento en el estudio de los procesos colectivos humanos, dejando en desuso la tarea de biografiar, a pesar de que esta es una de las grandes tareas humanísticas que siempre se han efectuado. Arrancando de la idea de que una biografía “es el intento de reconstruir y explicar las modalidades específicas que ha adoptado […] la curva integral de la vida de un personaje determinado o de un individuo elegido […]”,1 nos esforzaremos por reconstruir parte de la vida de Federico Cervantes situándola en su contexto, es decir en su momento y circunstancia. De esta suerte, enmarcado dentro del género biográfico,el presente estudio pretende tomar la figura de Federico Cervantes para mostrar la visión particular de un miembro de El Colegio Militar que dejó las filas castrenses para unirse a la Revolución; para pasar posteriormente a examinar su actuación en los diferentes episodios del siglo XX mexicano que le tocaron vivir. En esencia, este trabajo busca hacer un aporte somero a la historiografía referente al proceso de la 1 Carlos Antonio Aguirre Rojas: “La biografía como género historiográfico. Algunas Reflexiones” en Breves Ensayos Críticos. México, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo / Escuela de Historia, 2000, p. 92 6 denominada Revolución Mexicana, a partir del retrato de un revolucionario que antes de ser villista era angelista y antes maderista. En un principio, se eligió a Federico Cervantes para analizar el exilio que por cuestiones políticas sufrieron algunos individuos como consecuencia de su participación en el movimiento armado de la segunda década del siglo XX, el cual sigue siendo una fuente inagotable de investigación. Sin embargo, a lo largo de la investigación, el personaje se fue delineando poco a poco logrando llamar más y más nuestra atención, dando por resultado lo que el lector tiene en sus manos. Ciertamente los resultados obtenidos de la investigación realizada para la cuestión de su exilio nos fascinaron tanto que decidimos llevar a cabo una intensa búsqueda bibliográfica sobre este personaje. Pero las fuentes secundarias consultadas arrojaron muy poca información; las referencias se reducen a su actuación en la Convención Nacional Revolucionaria o como autor de una de las biografías que se han escrito sobre Felipe Ángeles y Francisco Villa. Ante resultados tan magros hicimos otra exhaustiva investigación documental para un intento de biografía de Federico Cervantes. Nuestro objetivo era indagar más sobre los hechos por él narrados para así rescatar y situar a uno de los protagonistas más interesantes de la historia de México. Si bien, su nombre no es desconocido entre los estudiosos de la Revolución Mexicana, en particular, la imagen que teníamos de él como mano derecha de Felipe Ángeles se fue desdibujando ya que, como veremos, su actuación fue con luz propia, lo que descarta la falta de iniciativa por parte de él. En suma, Cervantes forma parte de esos casos sui generis de autores a quienes constantemente se consulta, pero que siguen siendo ignorados. Varias son las interrogantes a la cuales trataremos de dar respuesta: ¿De dónde venía? ¿Qué lo llevó a unirse a la Revolución y qué hizo en ella? ¿Qué pensaba de ella, durante y después? Y por supuesto ¿cuál fue su proceder en los 7 años subsecuentes? Tales cuestiones son en esencia, el eje sobre el que girará nuestra investigación. Otras preguntas que se buscarán responder son: ¿Cómo se involucró y apoyó los diferentes proyectos políticos que desarrollaron algunos exiliados en Estados Unidos? Y por último ¿de dónde sacó recursos para organizar una expedición armada? Siguiendo un enfoque cronológico, en la primera parte, se trazará un bosquejo general con datos personales, enfocándonos en su formación para después estudiar su incorporación al movimiento armado y su participación en éste. Aquí se examinará como siguió los pasos de su maestro, obedeciéndolo en todo aquello para hacer triunfar a la Revolución. Finalmente, se analizará cómo vivió las consecuencias de su participación en la lucha armada, es decir su exilio en Estados Unidos. Mientras que en la segunda parte, bajo un punto de vista temático, nos proponemos estudiar todo lo referente a su regreso y abarcar, lo más posible, los campos de sus actividades en el país hasta su muerte. Es decir, exploraremos cómo se abrió paso laboralmente y cómo trató de acomodarse políticamente por sí mismo. La justificación de trabajar dicho personaje parte de la idea de que es un revolucionario vencido a quien le tocará vivir en carne propia -durante y después de su exilio de una forma más acentuada- las consecuencias de haberse unido a una facción revolucionaria que sería derrotada. La procedencia y formación que recibió durante su juventud marcan su perfil y dejan ver la disciplina y la preparación académica que plasmó en las acciones que realizó. Efectivamente, la disciplina rígida y la formación sistemática fueron aspectos fundamentales que lo motivaron para arriesgar su vida por las ideas en que creía. Así, influido por su maestro y amigo Felipe Ángeles con ideales democráticos peleará con todas las armas posibles: ideas, plumas y pistolas para defenderlos. Aunque a Cervantes se le podría considerar como un militar convertido en civil por la fuerza de las circunstancias, su figura ejemplifica al federal 8 revolucionario, congruente, austero y comprometido; no obstante, esto no ha tenido alguna importancia para la historiografía de la Revolución Mexicana, pues si tenemos presente que para algunos autores Ángeles es un personaje secundario, entonces él vendría a ocupar el siguiente lugar.2 Con todo, si tratamos de ubicarlo podemos aseverar que pertenece a los niveles más elevados de la “subélite” revolucionaria.3 Por su participación en casi todos los acontecimientos conoció a varias personas importantes con las que colaboró y actuó a su lado. Algunos protagonistas con los que tuvo contacto fueron: Porfirio Díaz, Francisco I. Madero, Venustiano Carranza, Álvaro Obregón, Francisco Villa y Emiliano Zapata, entre otros. Por otra parte, su longevidad lo hará vivir todos los reacomodos que sufrió el país después de que se ‘guardaron’ las armas. En consecuencia, no siendo historiador de profesión tomará la pluma para tratar de esclarecer el pasado por él vivido después de haber hurgado en diferentes fuentes. En síntesis, Cervantes, biógrafo de Ángeles y Villa, ahora será biografiado sucintamente. Los cimientos sobre los cuales se construyó esta tesis son en primer lugar, los datos recabados en el Archivo Histórico de la Secretaría de la Defensa Nacional; la importancia de este acervo radica en que aquí fue donde encontramos la mayor parte de la información sobre prácticamente toda su vida, pues en su expediente personal -compuesto de cinco legajos de más de 250 fojas cada uno- se localiza desde su acta de nacimiento hasta su acta de defunción. 2 El doctor Álvaro Matute los llama respetuosamente “personajes de segunda fila”, en el entendido de que en la primera fila están Carranza, Obregón, Calles, etc. Véase su texto: “Personajes contrastantes” en su libro Aproximaciones a la historiografía de la Revolución Mexicana. México, UNAM, 2005, pp. 171 - 178 3 “Por subélite nos referimos a los jefes de nivel intermedio, que eran el eslabón entre los caudillos revolucionarios y las masas y merecen estudios más serios.” Richard Roman: Ideología y clase en la Revolución Mexicana. La Convención y el Congreso Constituyente. México, Secretaría de Educación Pública, 1976, p. 42 9 Nuestras pesquisas nos llevaron a buscar información en el Archivo General de la Nación, la cual nos sirvió principalmente para enriquecer la segunda parte de nuestro trabajo. La información recopilada en el Archivo Histórico de la Secretaría de Relaciones Exteriores fue fundamental para el asunto de su exilio. Así, los archivos personales como el de Jenaro Amezcua, Venustiano Carranza, el de los hermanos Federico y Roque González Garza, el de Martín Luis Guzmán y finalmente el de Silvestre Terrazas, fueron de gran utilidad para rellenar ciertos huecos, aunque a veces llegaron a ser muy esenciales, como por ejemplo el de Terrazas para la cuestión de su exilio. Otras fuentes que sustentan esta tesis fueron sus libros y artículos, en los cuales esculpióevocaciones autobiográficas. A falta de un archivo personal, la información contenida en su obra es la fuente que suministra datos de primera mano particularmente sobre su participación en la Revolución. Si bien, el material resultó muy significativo para nuestro propósito se tuvo que confrontar con otro tipo de fuentes para verificarlo. Como indudablemente algún día su pensamiento ocupará la atención de los estudiosos hemos incluido algunos de los artículos que escribió, esperando que sirvan como un primer intento de esa valorización. Hasta donde ha sido posible, se han recogido sus colaboraciones que aparecieron en los diarios metropolitanos como: Universal Gráfico, El Universal y de periódicos estatales como: Oaxaca Gráfico (Oaxaca) y en revistas como: Mujeres y Deportes, Educación, Impacto y El Legionario. Las anotaciones que siguen a los títulos hemerográficos corresponden a la fecha de su publicación, las cuales hemos rescatado para conocimiento de su ubicación. 10 PRIMERA PARTE: 1885 - 1921 El general Felipe Ángeles recorre el campo dando órdenes en su “Curely” famoso, de agradable y muelle trote. Tras él caminan Cervantes, Valle y Bazán, y al galope van Monteros y Eduardo Angeles en sus caballos mejores.4 I. ORIGEN Y FORMACIÓN Federico Cervantes Muñozcano nació en Oaxaca de Juárez, capital del estado de Oaxaca, el 9 de marzo de 1885, hijo de la señora Trinidad Muñozcano y del señor Eutimio Cervantes, según se puede observar en la copia certificada de su acta de nacimiento.5 Su progenitor hizo sus estudios en Oaxaca, se recibió de abogado y luego estableció su despacho en la ciudad de México. En el año de 1896 participó en la campaña del general Porfirio Díaz, tomando parte en la batalla de Tecuac como oficial de artillería. Posteriormente, Eutimio Cervantes, fue diputado propietario de 1898 a 1908 por Zacatecas y de 1908 a 1910 por Oaxaca.6 Su padre tenía parentesco con Díaz, pues su abuelo paterno era Lino Cervantes Morí, pariente de Petrona Morí, madre de Porfirio Díaz Mori. Don Lino fue un patriota liberal que “en el año de 1866 vendió su única propiedad en Miahuatlán [Oaxaca] con la que financió un movimiento contra el Imperio, que por 4 Párrafo extraído del Romance titulado La toma de Zacatecas de Francisco Cuervo Martínez. 5 Archivo Histórico de la Secretaría de la Defensa Nacional, Sección de Cancelados, Federico Cervantes Muñozcano, Exp. XI/III/2-1053, Tomo IV. (en adelante: AHSDN - Cancelados: FCM) 6 Eutimio Cervantes desempeño el cargo de diputado federal por siete periodos consecutivos. Ver el Anexo II: “Corpus biográfico general y puestos políticos porfiristas” en Francois-Xavier Guerra: México: del Antiguo Régimen a la Revolución. México, Fondo de Cultura Económica, 2000, Tomo II, p. 405 En los apéndices de esta obra encontramos una importante documentación personalizada de centenares de políticos del porfiriato que el autor registra a través de la informática. 11 desgracia fracasó”,7 por lo cual fue hecho prisionero por los imperialistas y sometido a juicio fue sentenciado a muerte, pero antes de que llegara la hora suprema pudo escapar gracias a la ayuda de sus amigos. Por otro lado su abuela, Mercedes García, fue pariente de Benito Juárez. Este historial genealógico nos habla de una familia de vieja estirpe liberal muy comprometida con las luchas políticas del liberalismo. O sea que, Federico Cervantes, era descendiente de Juárez y pariente de Díaz. Sus lazos sanguíneos con el ‘Benemérito de las Américas’ eran para él una honra, pues en su momento declaró: “yo estimo que esa herencia ha influido en mi vida para despertar en mí sentimientos de amor y de piedad, así como afanes de mejoramiento para el pueblo humilde mexicano”. Y respecto al parentesco y la amistad de Díaz con su padre, explicó que éste “tuvo el mérito de no pertenecer al Partido Científico y tampoco significarse como adulador del gran estadista don Porfirio Díaz”.8 Al respecto, Cervantes, refiere un hecho con el que trata de poner en claro como su padre a pesar de todo nunca fue una persona influyente. El asunto en cuestión fue cuando Díaz decidió que en un caso judicial relativo a una mina que había ganado Eutimio Cervantes a favor del señor Juan Baitz fuera nuevamente discutido aún cuando la Suprema Corte de Justicia ya había emitido un falló definitivo.9 Confundiendo su responsabilidad pública con su trabajo privado Cervantes trató de lavar la imagen de su padre, pues aceptando que su padre no perteneció al 7 Jorge L. Tamayo: Obras. México, Centro de Investigación Científica Jorge L. Tamayo, 1980, Tomo III Escritos Juaristas, p. 18 Ulteriormente, los imperialistas fueron derrotados en Miahuatlán el 4 de octubre de 1866. 8 Daniel Cazes: Los revolucionarios. México, Grijalbo, 1973, pp. 127 - 128; Archivo de la Palabra (en adelante: AP) Entrevista a Federico Cervantes Muñozcano. 9 Véase: La cosa juzgada y el juicio de amparo. Informe que presenta ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación el sr. lic. Eutimio Cervantes, mandatario de don Juan Baigts, en la revisión del juicio de amparo que promovió el sr. Lebbeus Redman Wilfley, como apoderado de la Compañía Minera de San Juan de Taviche, S. A. contra actos de los jueces 3º y 4º de lo Civil de esta capital. México, Imprenta de Antonio Enríquez, 1910, 66 p. 12 grupo de los “científicos”, no cabe duda de que fue parte del engranaje político que fue leal a Díaz. Durante el porfirismo los lazos de sangre, el compadrazgo y el clientelismo abarcaban toda la extensión de la sociedad mexicana. “La parentela del presidente, así como sus amigos, llenaban la Cámara, y los paisanos oaxaqueños llegaban muy alto en el gobierno y la administración”10. Así se comprende porque Eutimio Cervantes fue por diez años consecutivos diputado federal por un estado (Zacatecas) del que no era originario. Por lo anterior, se puede advertir que perteneció a una familia de una posición estable, es decir nuestro personaje tuvo todas las ventajas de una vida confortable y segura, pues vivió en un ambiente de clase media en el que no tuvo una experiencia directa con las contradicciones económicas y sociales del país en pleno porfirismo, elementos que de alguna u otra manera influyeron y le ayudaron para su desarrollo profesional. Así pues, favorecido por estas circunstancias, Cervantes realizó sus estudios de instrucción primaria y primaria superior en la escuela Pestalozzi, dirigida en aquel entonces por Fernando Arjona Mejía. En esta escuela tuvo entre sus mejores profesores al maestro Vicente González. Cuando terminó su instrucción primaria superior, ingresó al Instituto de Ciencias y Artes del estado.11 De esta institución, que durante el siglo XIX alcanzó gran prestigio, egresaron personajes como: Benito Juárez, Porfirio Díaz, Matías Romero y Emilio Rabasa, entre otros. En 1898 su padre es elegido diputado federal, por lo que se trasladó junto con él a la ciudad de México cuando tenía 13 años de edad. Establecido con su familia en la ciudad ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria, en 1899, cuando el 10 Alan Knight: La Revolución mexicana. Del Porfiriato al nuevo régimen constitucional. México, Fondo de Cultura Económica, 2010, p. 49 11 “Actuación Revolucionaria y Política del C. Ing. Federico Cervantes” en Archivo Martín Luis Guzmán (en adelante: AMLG), Cuestionarios ABC, Caja 172, Exp. 3, p. 8 13 director de esta era Vidal Castañeda y Nájera. Algunos de sus maestros fueron: el doctor Juan Vallarino, que fue su profesor del 1er. curso de matemáticas y de física; Néstor Rubio Alpuche fue su profesor del 1er. curso de lenguanacional; el filólogo Rafael Ángel de la Peña, al cual llamaban “peñita” cariñosamente sus alumnos, fue su profesor del 2do. curso de matemáticas y del 2do. curso de lengua nacional y Juan Mansilla Ríos, fue su profesor del 3er curso de matemáticas, entre otros.12 Durante los años que estuvo en la Escuela Nacional Preparatoria obtuvo un aprovechamiento muy deficiente, pues él mismo contó: “estaba yo en esa época de la juventud, en la que el joven vive desorientado. No tenía yo una idea clara de lo que era estudiar, y, como es natural, tuve mis desvíos juveniles.”13 A su poca o nula dedicación, hay que agregar el escenario de la ciudad de México, ya que por este tiempo se vivieron en la capital muchas transformaciones que debieron atraer la atención del joven provinciano. Tales cambios correspondían a los avances tecnológicos los cuales modificaron radicalmente la vida de los capitalinos. Durante esos años “los porfirianos sintieron sus vidas transformadas por el empleo de la lámpara incandescente, el tranvía eléctrico, el teléfono, el cine, la telegrafía sin hilos, el automóvil, la máquina de escribir, los primeros aviones...”,14 entre otros adelantos. Una de las distracciones más evidentes, por la cual Cervantes debió de haber desatendido sus estudios, fue cuando el 31 de diciembre de 1900 Joaquín de la Cantolla y Rico, el máximo aeronauta mexicano del siglo XIX, despidió al siglo y a su brillante carrera haciendo una demostración abordo de su aerostato “El Vulcano” 12 Lo concerniente a los profesores que tuvo en la Escuela Nacional Preparatoria se desprende de un oficio -fechado en noviembre de 1901- que ellos rubricaron con el objetivo de certificar que tuvo buena conducta durante el tiempo que fue su discípulo. Ver: AHSDN - Cancelados: FCM, Exp. XI/III/2-1053, Tomo V. Cfr. Archivo Histórico de la Universidad Nacional Autónoma de México (en adelante: AHUNAM), Fondo: Escuela Nacional Preparatoria. Listas de asistencia: Profesores y empleados. Año de 1901. 13 AP: Entrevista a Federico Cervantes Muñozcano; Daniel Cazes, op. cit., p. 129 14 Fernando Benítez: Historia de la ciudad de México. Tomo 6, España, Salvat, 1984, p. 95 14 elevándose desde la plazuela del Salto del Agua para luego descender en el Palacio Nacional. Si no se perdió tal espectáculo, posiblemente nunca pasó por su mente que diez años más tarde él estaría sobrevolando otros aires de la misma forma. La ciudad de México a principios del siglo XX limitaba hacia el oriente, hasta la estación de San Lázaro; al poniente, la Alameda; al norte, la garita de Peralvillo, y al sur la plaza de Tlaxcoaque, así tal vez en alguna ocasión pasó por la calle de San Francisco y por curiosidad entró al cine del ingeniero Salvador Toscano y observó las primeras películas nacionales exhibidas que eran imágenes de Porfirio Díaz, Reforma y Chapultepec. O quizás miró los documentales de la batalla de Puerto Arturo o el primer western: El gran robo del tren. “El cine, que costaba cincuenta centavos en vez de cinco pesos como la ópera, y no exigía vestirse de etiqueta, rompió el monopolio elegante del boulevard y atrajo a las multitudes mal vestidas.”15 Si lo anterior no lo entretuvo otras diversiones populares que debieron distraerlo fueron el circo y los toros, que competían entre si por la clientela. Por aquel entonces el circo porfiriano por excelencia era el Orrín, que estaba ubicado en la plaza de Villamil. Por otro lado, todo el mundo hablaba de toros en la capital, los niños jugaban a ser toreros y las tiendas estaban llenas de escenas y figuras taurinas. A estos entretenimientos no pudo ser ajeno, por lo que a alguno de ellos o a todos en su conjunto se debió que descuidara sus estudios. Es muy probable su asistencia a uno de tales espectáculos pues, muy a menudo, sin importarle las zurras que le aplicaba su padre, se iba a “pintar venado”, es decir se iba a holgazanear, no sólo a horas de escuela sino también de noche. Ante esta conducta su papá tuvo que imponerle drásticos castigos; así, encerrado en su cuarto, se puso a reflexionar sobre su futuro llegando a la conclusión de que le convenía estar internado en alguna escuela para verse 15 Ibid., p. 99 15 forzado a estudiar y, después de darle vueltas al asunto, pensó en El Colegio Militar. Como lo admirable de dicha institución consistía en que para el ingreso a ella no se requerían influencias ni riquezas, pues la admisión exigía solamente un examen previo, salud y buena conducta, a jóvenes de todas las clases sociales; Cervantes simplemente se preparó para el examen de selección. En efecto, el reglamento de admisión, para poder ingresar a esta Academia, no exigía haber estudiado la Preparatoria. Sabiendo que a todos los aspirantes a Cadetes se les exigía conocimientos de aritmética, geografía y gramática, puso manos a la obra y él sólo comenzó a machetearle a la Aritmética de Manuel Maria Contreras, a la Geografía de Antonio García Cubas y a la Gramática Española de Rafael Ángel de la Peña, que eran los libros con que se estudiaba estas materias por aquella época. Si repetimos que su abuelo fue un alto jefe revolucionario, y que su padre peleó como oficial de artillería en la batalla de Tecoac, es de suponer que también estos antecedentes influyeron de alguna manera en su inclinación por la carrera militar. Por otro lado, también debió de haber pesado el hecho de que por aquella época era frecuente que los alumnos que habían cursado en el edificio de San Ildefonso los estudios preparatorios, ingresaran posteriormente a El Colegio Militar, como fue su caso. II. INCORPORACIÓN A EL COLEGIO MILITAR A principios del siglo XX, El Colegio Militar -institución porfiriana sólidamente establecida- estaba instalado en el viejo Castillo de Chapultepec desde 1882 nuevamente. Según su hoja de servicios, a los 16 años de edad, ingresó el 19 de diciembre de 1901, firmando como tutor y fiador su tío el licenciado Manuel Cervantes, abogado también. Este acto muestra que su padre en un principio no 16 estuvo de acuerdo con la decisión que había tomado. Con seguridad su padre tenía proyectado otro futuro para él, pero apoyado por su tío su determinación de ingresar al Ejército se impuso sobre la opinión de su padre. Durante el gobierno de Porfirio Díaz dicho establecimiento gozó de mucha importancia como centro docente, pues en él se reflejó el interés que tuvo el régimen por la enseñanza técnica. Ni más ni menos, en el año de 1901, el gobierno lo había equipado de luz eléctrica, porque antaño el alumbrado se hacía con bombillas de vidrio o quinqués de petróleo. O sea, Cervantes ingresó al Colegio ni más ni menos en la época de mayor prestigio y progreso de éste, iniciada a partir de que el gobierno con profusión ordenó proporcionar a la prestigiada institución todo lo que solicitaran sus directores. Al enrolarse en El Colegio Militar la dirección estaba a cargo del coronel de E. M. Joaquín Beltrán en calidad de interino (de 1900 a 1902). Posteriormente, durante los años que estuvo en esa institución, el puesto recayó en el general de brigada Juan A. Villegas, de 1903 a 1906, y de nueva cuenta en el ya entonces general de brigada Joaquín Beltrán, de 1906 a 1912. El general de brigada Juan Villegas, era un “bonachón, corpulento, [que] usaba eternamente gafas negras y llevaba el canoso mostacho poblado, caído y descuidado”, al cual cariñosamente llamaban “Juanote”.16 Su gestión, en muchos casos llevada a la exageración con perjuicio de la misma administración y de las atenciones que merecían los educandos, se caracterizó por la sobriedad en las raciones alimenticias para los colegiales. El propósito perseguido era ahorrar el gasto y darse elgusto de regresar, año tras año, al Erario Nacional el sobrante del presupuesto asignado al colegio. 16 José María Álvarez: Añoranzas. El México que fue. Mi Colegio Militar. Segunda parte, México, Imprenta Ocampo, 1948, p. 468 17 Ante tal inconveniente, varios cadetes afortunados recibían algunos alimentos de parte de sus familias. En relación a este punto, José María Álvarez cuenta en sus Añoranzas una anécdota sobre nuestra figura: “Este cadete recibió de su casa, en cierta ocasión, un exquisito pollo asado, que fué a engullirse solitario hasta el confín del dormitorio, donde lo descubrió el voraz ‘Quique’ Alducin que le pidió un ‘cachito’ de tan apetitosa ave, recibiendo una rotunda negativa. ‘No seas codo, Federiquito ¿por qué no me convidas?’... ‘Porque está muy bueno’, fué la única explicación del ‘gourmand’ Cervantes.”17 El general Joaquín Beltrán, substituyo al general Juan A. Villegas cuando éste falleció, a principios de 1906, de un mal hepático. Durante su administración se resolvió el problema del cual todos los alumnos se quejaban, es decir mejoró notablemente la alimentación. En aquel entonces, el personal del colegio estaba agrupado en dos compañías, a las que “denominábanse por guasa, respectivamente, de los ‘chivos’ a la primera y de los ‘marranos’ a la segunda.”18 Cervantes perteneció a la primer compañía en la cual, entre otros, estaban: Gustavo Bazán, Enrique Bordes Mangel, Gustavo Garmendia, Luis González Salas y José Herón González (Gonzalitos), con quienes trabó amistad y con los que posteriormente, como veremos más adelante, se volvió a encontrar, pero en condiciones muy azarosas. Federiquito, -como le decían sus compañeros- como todos los que causaban alta, seguramente fue objeto de alguna de las bromas con que los alumnos de grados superiores recibían a los de nuevo ingreso, o como se diría en el argot o jerga estudiantil de aquel colegio a esas diversiones, no pudo escapar a las “chispas” que les “limaban” a todos los “noveles” alistados, las cuales eran la sal y la pimienta que condimentaba la vida en aquella estricta institución. 17 Ibid., p. 471 18 Ibid., p. 440 18 Los conocimientos permeados por el positivismo, cuya doctrina filosófica exaltaba el valor de la ciencia, hicieron que los cursos de ciencia básica como las matemáticas tuvieran mucho peso en El Colegio Militar. Y fue precisamente en esta materia donde obtuvo las máximas calificaciones y donde destacó, hecho que llamó la atención de sus profesores. En su hoja de servicios figuran anotaciones muy satisfactorias de las cuales se concluye que siempre fue un elemento respetuoso, con gran amor a su profesión. Es decir, su estancia en el colegio lo había hecho cambiar radicalmente de carácter, pero sobre todo lo había obligado a estudiar. En esencia, durante su paso por la citada institución destacó por ser un “oficial correcto, instruido, bien educado y de fácil palabra”.19 Aquí tuvo como maestro, entre otros, a Felipe Ángeles, quien sería su modelo a seguir y en quien hallaría “no sólo cultura superior sino grandeza de alma”.20 Discípulo primero y amigo después del hombre que le inspiraría una verdadera admiración. Su vínculo con Ángeles se puede comprender si notamos, por un lado, que ambos nacieron en familias de clase media de provincia, y que luego ambos se formaron -aunque en circunstancias diferentes- en la tradición y disciplina militar. Aspectos que se conjugaron para que cuajara su amistad. Entre otros estudios, en este establecimiento se impartían cursos de 7 años para graduar Oficiales Ingenieros con la categoría de Teniente para las Armas de Artillería e Ingenieros. Cervantes optó por esta última, es decir cursó la carrera de Ingeniero Militar, habiendo obtenido altas calificaciones y los siguientes premios: en los años 1ro. y 6to. segundo premio; en los años 2do. y 3ro. mención honorífica y en el 7mo. año primer premio, lo cual le valió que en la solemne ceremonia de repartición de premios el general Díaz le entregara en propia mano una espada 19 AHSDN - Cancelados: FCM, Exp. XI/III/2-1053, Tomo I. Carta fechada el 30 de junio de 1912 y firmada por el director de El Colegio Militar de Chapultepec, general Felipe Ángeles. 20 Federico Cervantes Muñozcano: Conferencias. Oaxaca de Juárez, s/e, 1956, p. 47 La conferencia en cuestión se titula: “Síntesis biográfica del Gral. Felipe Angeles” 19 grabada con su nombre y un montón de libros. Con gran satisfacción y orgullo debió haber recibido todos estos premios tan codiciados los cuales fueron, sin lugar a dudas, un estímulo en su carrera. Las ceremonias de la ‘Repartición de Premios Anual’ celebradas en la rotonda de Chapultepec eran imponentes, pues a ellas no sólo asistía el Primer Magistrado de la Nación, sino también los altos jefes militares y el gabinete presidencial, pero sobre todo los padres de familia que acudían a compartir con sus hijos o conocidos la alegría del premio obtenido o iban únicamente a festejar el fin de cursos. Por otra parte, como todo cadete de aquel memorable Colegio de Chapultepec tuvo que ser parte de las guardias que forzosamente les tocaba realizar a cada alumno, por lo que tocándole estar de centinela en la entrada de la residencia presidencial, ahí donde moraban Porfirio Díaz y su esposa, debió sentir el peso del deber y la responsabilidad adquirida. Después de 8 años de estudios y de pasar por todos los grados subalternos de la jerarquía militar, el 6 de diciembre de 1909, realizó su examen profesional “el cual [fue] aprobado por tres sinodales Ingenieros, previa la presentación de [su] tesis sobre Ferrocarriles, Puertos y Construcciones Civiles”;21 en consecuencia, obtuvo el grado de Teniente del Cuerpo Especial de Ingenieros Constructores, especialización que representaba mayor expectativa de lucro en el ejercicio profesional, por aquel entonces. Por otro lado, podemos enmarcar su tesis dentro del impulso porfirista de realizar obras de infraestructura. El haber estudiado ingeniería se puede explicar porque durante el porfirismo esta profesión tuvo un auge indiscutible debido, en parte, al apoyo económico y a la promoción que Díaz le dio. “La profesión de ingeniero cobró importancia durante el 21 AHSDN - Cancelados: FCM, Exp. XI/III/2-1053, Tomo V. Escrito enviado, el 14 de agosto de 1948, al secretario de la Defensa Nacional y a la Dirección de El Colegio Militar, el cual tenía como objetivo tramitar el registro de su título profesional. 20 régimen de Porfirio Díaz debido a la infraestructura económica y a la mentalidad de progreso material que se fue creando. La misma necesidad social y circunstancia histórica hizo que este tipo de actividad proliferara como nunca.”22 Haciendo una comparación entre la profesión de abogado y la carrera de ingeniería, se puede asentar que mientras la primera cumplía una función social especifica, los servicios profesionales de la segunda fueron igualmente indispensables para el desarrollo material de México. Sobre la educación que recibió asentaría lo siguiente en su vejez: “Yo que tuve la fortuna de recibir en mi juventud una educación como la inglesa, eminentemente deportiva, practiqué casi todos los juegos individuales.”23 Ciertamente, aparte de sobresalir académicamente era un destacado en el arte de la esgrima, incluso llegó a obtener la calificación más alta con una nota de distinción. Como se puede observar, él perteneció por generación a un grupo de personas que desarrollaron sus estudios y actividades profesionales durante el Porfirismo. Esto es, Cervantes era uno de los militares-tipo más sobresalientes,que había creado el antiguo Ejército federal en sus últimos años. La instrucción que recibió fue, para su tiempo, muy superior a la de la inmensa mayoría de sus compatriotas, distinguiéndose como un alumno modelo durante su estancia en El Colegio Militar de Chapultepec, según consta en su expediente estudiantil que se conserva en el Archivo Histórico de la Secretaría de la Defensa Nacional. Por tanto su pertenencia al instituto armado condiciona su lugar y función en los primeros años de la Revolución, ya que se encontraba en Francia estudiando navegación aérea por órdenes superiores. Es decir, tal vez vivió en el tiempo 22 Mílada Bazant: “La enseñanza y la práctica de la ingeniería durante el porfiriato” en Historia Mexicana, Vol. XXXIII, Núm. 3 (131), México, El Colegio de México, enero-marzo 1984, pp. 254 - 255 23 F. Cervantes, Conferencias, op. cit., p. 11 21 exacto pero en el sitio erróneo, pues la Revolución lo sorprendió estando en Europa. III. COMISIONADO A FRANCIA Las autoridades militares, además de otorgar medallas y premios a los alumnos más sobresalientes, tenían como regla enviar a estudiar a algunos de ellos a otros países, con el fin de que adquirieran conocimientos nuevos en cuestiones militares. “Dicha costumbre fué iniciada el año de 1850, en que fueron enviados a Europa Miguel Poucel, Ignacio Molina, Albino Herrera, Leandro Valle y Victoriano Espíndola.”24 A principios del siglo XX había un gran interés por la aerostación y la aviación, por lo que el 17 diciembre de 1909 se giraron las órdenes para que fuera enviado a Europa en comisión para hacer estudios sobre esos tópicos. Como Francia era sin duda la nación que tenía la infraestructura más completa en esos campos, pues había contribuido a la solución del problema de la dirección de globos y poseía los dirigibles más perfectos, marchó a ese país, donde se presentó el 29 de enero de 1910 al teniente coronel de artillería Víctor Hernández Covarrubias y al agregado militar mayor Gustavo A. Salas, miembros de la Legación de México en aquel país. Este fue su primer viaje al extranjero y el que a la postre sería muy significativo, pues la Francia que le tocó vivir lo dejaría marcado ideológicamente. En efecto, las movilizaciones obreras que se llevaron a cabo por aquellos tiempos harían que germinara en él un pensamiento anti-sindicalista, el cual reflejaría en sus participaciones durante la llamada Convención de Aguascalientes. Ciertamente durante el mandato de Raymond Poincaré (1913-1920) se dieron fuertes movilizaciones en París que Cervantes recordó de esta manera: “Me asusté de las manifestaciones, grandemente anárquicas de los llamados sindicatos. Me 24 José María Álvarez, Añoranzas..., op. cit., p. 518 22 asusté de los ataques que un grupo de hombres locos y demagogos pretendían hacer sobre una sociedad sensata, y me asusté de ver que esos hombres llevaban sus doctrinas, y llevaban su religión hasta el extremo de lanzarse por las calles de París cantando cánticos antipatrióticos con bandera roja y pregonando el incendio, la destrucción con la bandera roja de la Revolución y ofreciendo cortarles las cabezas a todos los burgueses.”25 Aunque en ese entonces el joven Cervantes no había entrado todavía al laberinto de la observación social, es evidente que las circunstancias observadas jugaron un papel determinante en su formación ideológica. Por esta época tenía 24 años y su pensamiento más que externar juicios absorbía ideas y las guardaba para sí. Mientras realizaba sus estudios en aquel país, en México -después de celebrar el centenario del Grito de Dolores- ocurrieron los hechos por todos conocidos: Francisco I. Madero lanzó en octubre de 1910 su Plan de San Luis, en el cual -entre otras cosas- convocó a todos los ciudadanos para que el 20 de noviembre de 1910 se levantaran en armas dando por resultado que, meses después, cayera el gobierno encabezado por Porfirio Díaz, quien renunció el 25 de mayo de 1911 y dos días después se embarcó en el ‘Ipiranga’ rumbo a Europa, llegando el 20 de junio de este año al puerto de la ciudad de El Havre, Francia, en calidad de exiliado. Acto seguido, el 7 de junio, Madero entró triunfalmente a la ciudad de México, donde fue aclamado como héroe nacional y seis meses después -6 de noviembre- se convertía en Presidente de la República. De lo anterior se desglosan las siguientes interrogantes: ¿Cuál fue su postura ante los hechos ocurridos en México? ¿Qué actitud adoptó durante la permanencia de Díaz en Francia? Si tenemos en cuenta la llegada de Díaz y la partida de 25 Crónicas y debates de las sesiones de la soberana convención revolucionaria, México, Biblioteca del Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, 1965, Tomo III, p. 407 23 Cervantes se deriva que coincidieron en Europa por cerca de seis meses primero y después casi por año y medio. Si partimos del hecho de que Díaz pasó el resto de 1911 hospedado en sus habitaciones del hotel Astoria, en la capital francesa, es raro que no haya fuentes que revelen que Díaz haya tenido algún acercamiento durante este tiempo con los miembros del Ejército federal que se encontraban en Europa. Si bien, posteriormente se podría argumentar que por los diferentes viajes realizados por Díaz a diversas ciudades europeas era casi imposible tener un contacto personal con él, el seguimiento que hizo de éstos el diario Le Nouveau Monde permitían ubicarlo para saber el momento preciso en que los oficiales interesados en entrevistarse con él lo buscaran; sin embargo, al no encontrar huellas al respecto suponemos que nunca se dio esto. A pesar de que frente a los acontecimientos desatados en México se abstuvo de hacer alguna declaración en su momento, creemos pertinente comentar cuál era la opinión que tenía de Porfirio Díaz cuando ya se habían consumado varios hechos. Cervantes guardaba hacia el hombre que rigió los destinos del país durante treinta años una “respetuosa admiración”, pues lo califica como: prestigiado general, político eminente y héroe de la paz. Nos atrevemos a discurrir que estos calificativos de profundo respeto los dijo como militar, ya que al mismo tiempo lo describe como un “eminente dictador [que] se hizo conservador con la edad y no pudo seguir el natural desarrollo de las ideas cívicas del pueblo, y del progreso de la Nación”.26 Aunque, por el predicamento en que se hallaba era lógico que se expresara en estos términos. En breve, aquí es conveniente tratar de poner sobre el tapete la cuestionada actuación de los miembros del Ejército federal que se encontraban en el extranjero cuando ocurrieron los hechos de 1910. En primer lugar, hay que dejar claro que 26 AHSDN - Cancelados: FCM, Exp. XI/III/2-1053, Tomo IV. Manifiesto redactado en París, Francia, fechado en octubre de 1913, el cual estaba dirigido a sus compañeros de armas. 24 enrolados en el Ejército tenían que cumplir órdenes por estar sometidos a la disciplina militar; en otras palabras, como se dice en el argot del Ejército: las órdenes se cumplen, no se discuten. Por lo tanto, si su jefe les decía que no necesitaban sus servicios para aplacar la rebelión ellos tenían que obedecer como fue el caso de Felipe Angeles. Ciertamente, cuando fueron propagándose las noticias de lo que ocurría en México, Angeles solicitó volver al país, pero su demanda no tuvo la respuesta esperada, la autoridad militar se limitó a contestarle lo siguiente: “En contestación al oficio de Ud.[…] le manifiesto que no hay nada de cierto en lo que la prensa de Francia publica. El país está tranquilo y sidesgraciadamente ocurre algo, se le llamará a Ud., como lo desea.”27 Así pues, todo movimiento dependía de los mandos superiores. En segundo lugar, hay que tener en cuenta la tardanza con que las noticias corrían de un lugar a otro, por lo que tal vez cuando les empezó a caer el veinte ya era demasiado tarde, aunque ante la falta de fuentes documentales es convincente suponer que la mayoría de los oficiales nunca lograron comprender la magnitud de los acontecimientos desatados en México de modo que, poco a poco, se fueron identificando con la nueva política que se desarrollaba, a pesar de que su lejanía no les permitía tener una perspectiva de la realidad de las cosas. Durante los casi dos años que permaneció en Francia tuvo a su cargo las siguientes comisiones especiales: el 26 de enero de 1910, se le ordenó hiciera un estudio del telégrafo de bolsillo destinado para la Telegrafía Militar Inalámbrica, inventado por Luis Cerebotani y rindiera informe; el 29 de abril de 1910, se le ordenó tomara informaciones acerca de las características de los dirigibles creados por el aeronauta alemán Augusto Parseval, dándolas a conocer y emitiendo su opinión sobre el particular. Cuando llegó a Francia ya habían iniciado los cursos que tenía encomendados tomar, por lo que el 24 de junio de 1910 el C. Ministro de Guerra de 27 Federico Cervantes M.: Felipe Angeles en la Revolución. Biografía (1869-1919). Tercera edición, México, s/e, 1964, p. 33 25 la República Francesa lo autorizó para que se incorporara al 1er. Regimiento de Ingenieros hasta marzo de 1911. Así, el contacto con el Ejército de un país que era potencia mundial también sería muy trascendental, pues el aprendizaje obtenido luego lo externaría de una manera ejemplar. Después de esta experiencia en la que, sin lugar a dudas, acrecentó sus conocimientos, el 2 de junio de 1911, se incorporó a la Escuela de Aviación Pau, para recibir la instrucción necesaria para obtener el título de Piloto Aviador. Por otro lado, cabe mencionar que en dicha estancia recibió de la Federación Aeronáutica Internacional el título de piloto de globos libres. Después inició y logró su práctica de aviación y obtuvo también el título de piloto de aeroplanos en la misma Federación. En tanto, el gobierno mexicano por acuerdo del C. Presidente de la República, Porfirio Díaz, el 11 de enero de 1911, le concedió el ascenso a Capitán Segundo del Cuerpo de Ingenieros Constructores. En su expediente estudiantil se encuentran los informes que envió a sus superiores sobre los avances de sus estudios en aquel país. En estos informes hay una relación detallada sobre todas las prácticas que tuvo que realizar como parte de su preparación. Por ejemplo, ahí se halla todo lo referente a sus viajes en globo, como el que realizó satisfactoriamente el 7 de mayo de 1911, en compañía de los entonces mayores de artillería Guillermo Rubio Navarrete y de estado mayor especial Nicolás Martínez. Al respecto, años después, al sacar del arcón de sus recuerdos algunos datos y relatos referentes a la Aerostación, dijo: “El Sr. Coronel Felipe Angeles, invitado por mí, iba a formar parte de la tripulación pero, ocupaciones urgentes le impidieron ir con nosotros.”28 También están los reportes de los vuelos en cuales estuvo a punto de morir, o como aquel en que por el mal tiempo el viento lo llevó desde París hasta territorio alemán. 28 F. Cervantes, Conferencias, op. cit., p. 36 La conferencia en cuestión se titula: “La aerostación. Mis practicas.” 26 Con motivo de la muerte de su padre, acaecida el 4 de noviembre de 1911, tuvo que solicitar con urgencia que le concedieran una licencia para volver a México para arreglar las cuestiones referentes al caso. A la sazón, el 6 de noviembre Madero se convertía en presidente de la República, por lo cual las cosas apenas empezaban a tomar su rumbo. De esta suerte pudo con mucho trabajo lograr volver a México. Al llegar, en un tono amargo escribió: “El 30 de Noviembre recibí los fondos necesarios para mi viaje y el 2 de Diciembre partí rumbo a esta Capital, a donde llegué el día 20...”29 Acto seguido, solicitó un permiso de quince días con goce de sueldo para dirigirse a Ocotlán, Oaxaca, para arreglar pendientes familiares.30 Así de esta manera imprevisible interrumpió su encomienda, aunque como veremos más adelante regresaría a concluirla. Al volver nuevamente a la ciudad de México supo que el presidente Madero, conociendo los antecedentes brillantes del entonces coronel Felipe Ángeles, lo había llamado de Europa para que ocupara la dirección de El Colegio Militar de Chapultepec. Luego, Ángeles llamó a Cervantes para que fuera su ayudante y más tarde dio clases como profesor substituto de la clase de topografía general y después de la clase de cemento armado, en el propio colegio, en el mes de abril de 1912. Así, alumno y maestro se avinieron a la labor educacional y administrativa. Respecto a su primer nombramiento, Cervantes, dijo lo siguiente: “Era yo capitán segundo; había yo ascendido hacía poco. El puesto era para capitán primero, pero él declaró a la Secretaría de Guerra que yo tenía aptitudes bastantes para el puesto, y así fui nombrado ayudante del Colegio Militar.”31 Acción que pone de relieve los lazos de amistad y confianza que los unían de tiempo atrás. Por otra parte, la Comisión Técnica del Departamento de Ingenieros que estudió el informe que presentó de los estudios que hizo en Europa opinó que 29 AHSDN - Cancelados: FCM, Exp. XI/III/2-1053, Tomo II. Informe-resumen que el capitán Federico Cervantes presenta a la superioridad sobre el desarrollo de sus prácticas en Francia, de febrero de 1910 a noviembre de 1911, fechado en México el 5 de enero de 1912. 30 AHSDN - Cancelados: FCM, Exp. XI/III/2-1053, Tomo II. Carta de Federico Cervantes enviada al secretario de Guerra y Marina, el 6 de febrero de 1912. 31 Daniel Cazes, op. cit., p. 132; AP: Entrevista a Federico Cervantes Muñozcano. 27 debía volver a completar su especialización, ya que había obtenido los títulos de piloto de globos y de aeroplanos. Las ordenes de marchar fueron giradas, pero con motivo de la rebelión de Pascual Orozco, en el estado de Chihuahua, Cervantes solicitó suspender su marcha a Europa y ser enviado a la campaña; sin embargo, esto no lo consiguió porque los oficiales de estado mayor del general José González Salas no querían ingenieros, por lo que tuvo que seguir con Ángeles organizando los cuerpos de voluntarios del Distrito Federal, en donde fungió como instructor de los voluntarios de la Banca.32 Francisco I. Madero supo de Federico Cervantes cuando fue la inauguración del Casino Militar de Chapultepec, ya que durante el banquete este último pronunció frases de entusiasta devoción a El Colegio Militar y a la carrera de las armas. La comida ofrecida no tendría mayor importancia, sino fuera porque en algún momento de la celebración, “muy agradado el señor Madero, dirigiéndose al general Ángeles, le dijo: Oiga, general, necesitamos que ese oficial ascienda; vamos a mandarlo a la campaña del Norte. A lo que el general Angeles contestó: Mandarlo con aquellos elementos, sería procurar que se corrompiera. Mejor mándelo usted a Europa.”33 Nuevamente, esto nos pone de manifiesto la confianza que su maestro tenía depositada en él. Tal dialogo se lo hizo saber más tarde Ángeles a Cervantes por lo que se puede decir que fue verídico. A la postre, Cervantes tuvo la oportunidad de conocer en persona al Presidente de la República, porque éste acostumbraba salir casi todos los días a montar a caballo y como siempre iba acompañado de Ángeles, él tenía que escoltar aambos y fue en uno de esos paseos matinales que Madero le comentó que sabia que él había estado en Europa, comisionado en cuestiones de aviación, y que la Comisión Técnica del Departamento de Ingenieros que estudió su informe, pedía que volviera para finalizar el perfeccionamiento de sus estudios, por lo que le pregunto, si se comprometía a regresar a México para establecer aquí la Escuela 32 F. Cervantes, Felipe Angeles..., op. cit., pp. 35 - 36 33 Ibid. 28 de Aviación; a lo que el interpelado contestó afirmativamente.34 Las órdenes fueron libradas en el mes de julio de 1912. Así que, Cervantes marchó a la Escuela Superior de Aeronáutica de París y a las fábricas de motores y aeroplanos cuando Ángeles era nombrado Jefe de las Operaciones en el Sur de la República y justo cuando la popularidad de Madero estaba en picada.35 Si ciertas circunstancias, lo habían unido a Angeles serian otras totalmente diferentes las que lo volverían a unir más adelante. Durante ésta segunda estancia en Francia, ocurrieron en México los sucesos conocidos como la Decena Trágica, los cuales habrían de cambiar su destino y su vida permanentemente. Su manera de conducirse luego de saber de los deplorables sucesos será para unos muy controvertida, mientras que para otros muy atinada. Opiniones originadas por su permanencia de alrededor de 10 meses en aquel país, después de aquellos episodios, por una parte y por otro lado, porque durante ese tiempo, aunque tuvo contacto con los representantes de la Revolución, siguió estando a las órdenes del Ejército federal. Así que estando en París, las autoridades militares usurpadoras del poder en México, le expidieron el 21 de febrero de 1913, un despacho que acreditaba su nombramiento de Capitán 1ro. del Cuerpo de Ingenieros Constructores, el cual recibió a mediados de 1913. La duda salta a la vista, pues no había motivo alguno para que se acordara tal ascenso, sin embargo, por la fecha en que le fue otorgado se desprende que tal designación formó parte de las promociones que debió disponer la Secretaría de Guerra y Marina, a cargo de Manuel Mondragón, para que los miembros del Ejército se mantuvieran leales, después de los trágicos acontecimientos. Muchos años después, el haber aceptado ese ascenso lo pondrá en aprietos, ya que sus enemigos personales le espetarían que “ese ascenso probablemente se lo ganó desde París, porque en [su] casa de [él] en esta ciudad, 34 Ibid. 35 Deseando aplacar la rebelión zapatista, Madero resolvió en julio de 1912, sustituir al general Juvencio Robles con el general Felipe Ángeles. 29 en la calle del Ciprés, se alojó durante toda la Decena Trágica la señora esposa de don Félix Díaz.”36 Apelando al dicho de que ‘el que calla otorga’, Cervantes se defendió de estos ataques maliciosos refutando que lo de su ascenso fue acordado por el gobierno de Madero: “El acuerdo fué anterior, del Secretario de la Guerra del Presidente Madero y me halaga decir que NADA DEBO EN MATERIA DE ASCENSOS O FAVORES, AL GOBIERNO DE LA TRAICIÓN.”37 Su aserción la basaba en lo dilatado de semejantes trámites, pues se le hizo ilógico que -no habiendo razón ni interés alguno- tres días después de la traición de Huerta su gobierno decidiera su ascenso. A pesar de que refutaría reiteradamente tal aseveración, esta había calado tan hondo que se seguiría hablando de ella. Algunos, como Bernardino Mena Brito, se basarían en este hecho, una y otra vez, para asegurar que estuvo al servicio del gobierno huertista. Por otra parte, el 18 de julio de 1913 recibió del gobierno francés la condecoración de la Cruz de Caballero de la Legión de Honor. Tal distinción, - instituida por Napoleón en 1802- se concedía a hombres o mujeres, ya fueran franceses o extranjeros, por méritos extraordinarios realizados dentro del ámbito civil o militar. Las insignias de tal distinción las conservó la Secretaria de Guerra y Marina para serle entregadas tan pronto tuviera autorización para usarlas, sin embargo en 1915 al tratar de recobrarlas tuvo noticias de que habían sido extraviadas, por lo que pidió a esa dependencia se las repusieran.38 36 Rubén Morales (coronel de artillería): “Por la verdad histórica. Piloto, Pilote” en El Universal, 1 de agosto de 1935, p. 3 37 Federico Cervantes: “En legitima defensa” en El Universal, 6 de agosto de 1935, p. 3 Las mayúsculas son del autor. 38 AHSDN - Cancelados: FCM, Exp. XI/III/2-1053, Tomo III. Carta de Federico Cervantes dirigida al secretario de Guerra y Marina, fechada el 11 de enero de 1915. Sobre este mismo asunto véase ahí mismo el oficio que envió el oficial mayor en funciones de subsecretario al secretario de Guerra y Marina el 24 de julio de 1913. 30 Los meses inmediatos a la Decena Trágica, Cervantes no expresó ninguna opinión a favor o en contra del gobierno de Victoriano Huerta, y lo mismo se puede decir con respecto a los revolucionarios encabezados por Venustiano Carranza. Por lo tanto, se puede estimar que su actuación en un principio estuvo apegada a los principios de disciplina y lealtad militares; los mismos principios de lealtad y disciplina con los que actuó durante los acontecimientos de 1910. La última instrucción de la que se tiene conocimiento fue la que recibió el 20 de septiembre de 1913, en la cual se le ordenó que “presenciara las pruebas de recepción de diez estaciones inhalámbricas [sic] contratadas con los señores Harle & Cía de París.”39 Sin embargo, como habría de resolver posteriormente unirse a la Revolución le entregó al capitán segundo de infantería auxiliar Martín Mendía, antes de partir, “la copia del contrato de las estaciones de telegrafía sin hilos de cuya recepción estaba encargado”40 para no dejar ningún pendiente. Cervantes perteneció al grupo de oficiales con carreras científicas (ingenieros, artilleros y de estado mayor), quienes habían sido enviados a Europa para hacer estudios en diversas comisiones técnicas. Pero, a pesar de sus tareas asignadas, escribió artículos sobre temas de aviación, los cuales remitió a sus superiores para que fueran publicados en el Boletín de Ingenieros de la Secretaria de Guerra y Marina. Examinando en detalle su doble estancia académica en Francia resaltaremos que viviendo en un ambiente secular, ateo, laico y moderno, todo ello aterrizado en tolerancia religiosa, libertad de prensa, divorcio, propiedad individual, laicismo en la educación y secularización de la vida en todo sentido, es lógico que se hubiese contagiado de todas esas prácticas de aquella sociedad francesa. 39 AHSDN - Cancelados: FCM, Exp. XI/III/2-1053, Tomo III. Informe enviado al secretario de la Defensa Nacional por el Gral. Brig. Paulino Díaz Madrazo, fechado en México, D. F. el 4 de marzo de 1940. Ver en particular la parte titulada: “Actuación del interesado en el extinto ejército federal”. 40 AHSDN - Cancelados: FCM, Exp. XI/III/ 2-1053, Tomo III. Informe enviado al general de división, Aureliano Blanquet, secretario de Guerra y Marina, por el general brigadier, Víctor Hernández, fechado en París, Francia, el 22 de diciembre de 1913. 31 Por lo demás, es importante significar el hecho de que Cervantes va a formarse en un periodo en el que la explosión de las humanidades va a afirmarse con cierta fuerza dentro de la Francia de aquellos tiempos. Es fundamental subrayar este punto porque aquí se encuentra la explicación de su humanitarismo, el cual, como veremos, proyectara en plena contienda. De aquella época y de los encuentros que tuvo entonces, fuera de unos cuantos nombres, nada se sabe, pero esos años fueron, sin duda, esenciales en su formación ideológica, es decirtuvieron un papel capital en su vida y en su pensamiento. En la Francia de principios del siglo XX, la exaltación de las virtudes y los hechos militares estaban muy en boga. Así en ese ambiente es probable que haya leído el libro de Jean Jaurès titulado: L’Armée nouvelle publicado en 1910. Si bien no se sabe nada de sus lecturas, sin duda en alguna ocasión leyó el diario francés L’Humanité fundado en 1904 por el dirigente socialista Jean Jaurès o la revista L’IIIustration que se publicó entre 1843 y 1944. IV. PREPARATIVOS PARA SUMARSE A LA REVOLUCIÓN En ese mismo lado del charco, en la ‘Metrópoli espiritual del Mundo’, “circulaba el oro en luises. Regulaba el ingenio Anatole France; mediaba el año mil novecientos trece. Thais era la Reina invisible de París [...] Eran los tiempos del Can-Can y la Tonkinoise, y el erotismo exótico [...] En el ambiente flotaba esa dicha pecaminosa que París engendra en las noches calurosas del verano.” Mientras que en otro cuadro de la realidad, “la alianza francorrusa estaba reciente y sobre el cielo el nubarrón de la próxima guerra con Alemania.”41 41 José Vasconcelos: Memorias. Volumen 1, Ulises criollo & La Tormenta. México, Fondo de Cultura Económica, 1993, pp. 488 - 495 “París, París...” 32 Asimismo, en un distinto escenario, los oficiales instalados en Francia se reunían periódicamente para comentar las noticias que a última hora les llegaban desde México. En una de esas reuniones fue donde se enteraron del cuartelazo y la traición del general Victoriano Huerta; los hombres ahí presentes comentaron los hechos que habían conmovido el ánimo de todos los mexicanos, y entre éstos se formó un ambiente de indignación. Las noticias que sacudieron a México hicieron que el escenario en Francia fuera muy agitado, por lo que durante “los meses de abril y mayo [de 1913] presenciaron la instalación, en París, de una Junta Constitucionalista cuyos miembros más destacados fueron Juan Sánchez Azcona, Miguel Díaz Lombardo y Luis Quintanilla [...] La Junta, a este respecto, publica en París un folleto de información, La Révolution au Mexique.”42 Posteriormente se agregaron a tal representación José Vasconcelos y, más tarde, el pintor Gerardo Murillo mejor conocido como Doctor Atl. El licenciado Miguel Díaz Lombardo se encontraba, desde febrero de 1912, en Francia como ministro plenipotenciario, pues Madero considerándolo como un digno representante de México en el extranjero lo había enviado a ese país. Pero, después de los acontecimientos violentos de la Decena Trágica renunció a ese cargo y se puso a las órdenes de Venustiano Carranza quien rápidamente lo nombró representante de la Revolución en aquel país. Y fue, precisamente, con este personaje con el que Cervantes y el capitán de artillería Gustavo Bazán se acercaron para intercambiar opiniones “habiendo llegado al acuerdo de que [invitarían] a otros Oficiales Mexicanos que se encontraban también en Francia, para [trasladarse] a México e [incorporarse] a la Revolución.”43 Para Cervantes, de todos los individuos que integraban la Junta Constitucionalista, solamente Díaz 42 Pierre Py: Francia y la Revolución Mexicana, 1910 - 1920 o la desaparición de una potencia mediana. México, Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos - Fondo de Cultura Económica, 1991, p. 112 43 AHSDN - Cancelados: FCM, Exp. XI/III/2-1053, Tomo IV. Escrito redactado por Gustavo Bazán Cañamar en México, D. F., el 17 de diciembre de 1938, el cual tenía como fin certificar la participación de Cervantes antes y durante la Revolución. 33 Lombardo era una de las personas con las que se podía tener un contacto político cordial en Europa. Por otra parte, hay que resaltar que al tomar esta iniciativa Bazán y Cervantes se convertían prácticamente en los interlocutores entre la Junta y sus compañeros de armas. La traición perpetrada por altos oficiales del Ejército federal, el derrocamiento del gobierno democrático y el asesinato del presidente Madero y el vicepresidente Pino Suárez les causó un verdadero asombro y pesar por haber sido sus ejecutores miembros del Ejército. Ante lo cual, “los 15 o más oficiales que había comisionados en Italia, Alemania y Francia”,44 después de muchas discusiones, se comprometieron todos a marchar a la Revolución y así de esta forma empezaron a tomar las medidas pertinentes. Algunos oficiales como Leonardo Zepeda y el ingeniero naval Manuel Escudero, quienes se encontraban en Italia, se pusieron en contacto desde aquel país con Díaz Lombardo para solicitarle cartas de presentación para incorporarse a las fuerzas constitucionalistas. Si tenemos en cuenta que las noticias que les llegaban eran imperfectas y hasta contradictorias, podemos entender el laborioso proceso por el que tuvieron que pasar para poder construir una honda reflexión política tras la que germinaría la idea de subversión. Cervantes quien concurrió asiduamente a esas reuniones apuntó: para varios compañeros, era durísimo resolverse a abandonar una carrera laboriosamente lograda. La deserción y hasta la rebelión, eran pasos de trascendencia; había dudas de cómo podrían ser recibidos en las filas revolucionarias. Por fin, en una junta se resolvió que todos ellos se incorporarían a la Revolución y se pensó en buscar a un jefe que los encabezara.45 En otro contexto, las noticias que se conocen sobre México son optimistas: “los meses de mayo y junio son propicios para Huerta, lo reconocen los más importantes Estados europeos, le otorgan un crédito considerable (nominalmente), 44 AP: Entrevista a Federico Cervantes Muñozcano; Daniel Cazes, op. cit., p. 135 45 F. Cervantes, Felipe Angeles..., op. cit., p. 68 34 su ejército obtiene algunos éxitos sobre las tropas revolucionarias, aún poco aguerridas (el 19 de junio se divulga en París la noticia de la recuperación de Zacatecas por los federales).”46 Cabe recordar que la ciudad de Zacatecas había caído en manos de Pánfilo Natera a principios de junio de 1913, siendo la primera capital arrebatada a los federales y uno de los primeros triunfos que obtuvieron los constitucionalistas. De alguna manera estas noticias debieron de haber influido ya sea para adelantar o retrasar sus planes. Por otra parte, Ángeles -maestro de una gran parte ellos- ya se encontraba en Francia, pues había sido desterrado, el 29 de agosto de 1913, bajo la vigilancia del ministro Francisco León de la Barra.47 A pesar de esto, luego que llegó se puso en contacto con Díaz Lombardo, hecho muy significativo si tenemos presente su controvertida actuación. Sin embargo, lo que más llama la atención es no haber encontrado algún indicio que nos revele que Ángeles haya tratado de reunirse con los oficiales que se encontraban en París, después de tener ese acercamiento con Díaz Lombardo. Este proceder se aclara ulteriormente cuando exterioriza su proyecto, pero creemos que él si quería entrevistarse con sus ex-alumnos, pero tal vez por recomendación de Díaz Lombardo no los busco. De acuerdo con Cervantes, él en alguna ocasión vio por casualidad a Ángeles cruzar una calle, pero no le habló; este acto nos deja entrever que estaba muy desorientado, pues lo lógico hubiera sido que se entrevistara con él para saber de primera fuente todo lo ocurrido en México, no obstante hizo todo lo contrario y dejó pasar esa circunstancia y, como se verá, jamás lo volvió a ver. 46 Pierre Py, Francia y la Revolución Mexicana..., op. cit., p. 105 47 Sobre su controvertido destierro sugerimos ver el libro de Odile Guilpain Peuliard: Felipe Ángeles..., op. cit., pp. 65 - 68 “La fidelidad al gobierno”.Por otra parte, Francisco León de la Barra había sido retirado de sus funciones como secretario de Relaciones Exteriores, el 8 de julio de 1913. Se le mandó primero a Nueva York como agente confidencial y posteriormente fue enviado como ministro de México en París, en razón de su conocimiento de los medios político financieros franceses. 35 Informados por Cervantes de que Ángeles ya se encontraba en París todos los oficiales que acudían a las reuniones coincidieron en ir a buscarlo, para proponerle lo que habían acordado y para tal efecto designaron a Cervantes para que lo buscara y le extendiera una invitación para que asistiera a una comida en la que le plantearían su intención de que los condujera a la lucha armada. Sin embargo, todos sus planes se vinieron abajo cuando Cervantes acudió a la casa de Ángeles en París, pues su esposa primero le dijo que había salido a Londres para internar en un colegio a su hijo Alberto; pero, días después, cuando insistió en verlo, le confesó que Ángeles había marchado a la Revolución. Los arreglos de su partida y su incorporación al movimiento armado habían sido ultimados con Miguel Díaz Lombardo, por lo que su marcha había sido sigilosa, pues como dijimos era estrechamente vigilado. Se podría afirmar que, mientras los oficiales discutían qué hacer frente a los graves acontecimientos que ocurrían en México, Ángeles con más perspectiva de lo que pasaba se les había adelantado. Empero, fue hasta octubre de 1913, cuando Huerta disolvió al Congreso, electo en 1912, cuya oposición le era ya muy molesta, y arrestó a decenas de diputados, que “se reconoció, en las juntas que celebraba ese grupo de oficiales, que el Ejército había sido deshonrado y que disueltas las Cámaras, el gobierno de Huerta había consumado un golpe de Estado; era pues necesario no solamente apartarse de él, sino marchar al campo de la Revolución que se erguía vengadora y enarbolaba la bandera de la Constitución.”48 Estos actos que completaron la transición del régimen de Huerta a una verdadera dictadura militar, fue lo que reforzó y estimuló aún más los acuerdos que habían dispuesto con anterioridad. Efectivamente, la disolución del Congreso y los crímenes con que Huerta pretendía consolidar su poder fueron los motivos por los que Cervantes decidió marchar resueltamente a donde estaban sus convicciones. La pregunta obligada salta a la vista: por qué tales hechos sí y no los de la Decena Trágica, si tan reprobables fueron estos como los otros. Aunque, a simple vista, parezca algo 48 F. Cervantes, Felipe Ángeles..., op. cit., p. 68 36 contradictorio no lo es si proyectamos que “cuando la renuncia forzada del señor Madero fue aceptada por el Congreso y Huerta fue designado Presidente Provisional, los militares del Ejército Federal tuvieron una excusa legal para seguir al lado del usurpador.”49 Así, partiendo de esta idea, es como se explica por qué Cervantes no se alistó antes a la Revolución. Este concepto de obediencia y disciplina, con sus excepciones, era compartido por todos los miembros del Ejército federal. Uno de ellos, el general José Refugio Velasco, ministro de Guerra y Marina, lo puso de manifiesto en la carta que le envío a Carranza, en agosto de 1914, con el objeto de explicarle el papel de las fuerzas armadas: “El ejército, decía Velasco, no podía ser culpado; como una rama apolítica del gobierno su único recurso en todas las circunstancias era obedecer las órdenes que emanaban del ejecutivo reconocido por las ramas judicial y legislativa, y Huerta había tenido tal reconocimiento.”50 La importancia del tema de la conducta nos exige ahondar más por lo que, sin temor a equivocarnos, sólo diremos que las características de disciplina que presenta el militar en esta época se concentran en su jefe, es decir el militar es lo que es su jefe, es una materia dócil a la que éste último le da forma según su conveniencia. En consecuencia, muchos oficiales correctos, disciplinados y con buenas virtudes militares, fueron corrompidos y prostituidos en todos los órdenes. Siguiendo con nuestra historia, a los pocos días de haber partido Ángeles, Gustavo Bazán recibió una carta de éste en la cual lo invitaba a seguirlo. Teniendo conocimiento Cervantes de esto le aseguró a su compañero que el también saldría tras él. Cabe aclarar que ellos dos fueron los únicos que cumplieron el compromiso contraído anteriormente, por lo que sus propósitos para convencer a otros oficiales para que se unieran a la Revolución, fracasaron completamente. 49 Ibid., p. 98 50 Charles C. Cumberland: La Revolución Mexicana. Los años Constitucionalistas. México, Fondo de Cultura Económica, 1983, p. 142 37 Al respecto, Bazán y Cervantes redactaron un extenso comunicado dirigido a sus compañeros de armas, en dicho escrito después de situar a Porfirio Díaz y a Francisco I. Madero centran su exposición en la actuación del Ejército respecto a estos dos personajes: “El Ejército, que servía primero al gobierno del General Díaz, no desertó de su puesto de honor, durante las horas de prueba de 1910; y tampoco empaño mas tarde su prestigio, con ser el defensor fiel del nuevo gobierno: Antes sirvió al dictador prestigiado que el pueblo aceptaba; después sirvió al Presidente Constitucional que el pueblo ungió con su voto.” De lo anterior se deduce que para ellos el proceder del Ejército, con relación a los hechos ocurridos en 1910, fue acertado. Sin embargo, esta actuación no la tuvo durante el cuartelazo ni después de la Decena Trágica, pues según ellos a raíz de estos acontecimientos “el elemento militar se dividió de hecho en dos clases: la de los actores y coactores de la grande infamia por un lado, y la de los sorprendidos, los decepcionados, los irresolutos y los indiferentes por el otro.” Y, enuncian que “reconocer como jefe supremo al supremo actor de la traición, del asesinato y del golpe de estado, es hacerse coactores del horrendo borrón que mancha nuestra historia”. En consecuencia, azuzan a sus iguales a que “antes que desprestigiar a la Patria, para defenderla y hacerla respetar no hay filas mas honrosas que aquellas en que se lucha por perpetuar las conquistas superiores de la legalidad y de la democracia.” Sutilmente terminan su texto diciendo que “desde entonces, en el norte del País, está una bandera que llama a los que de veras aman a la Patria.”51 Palabras más que sugerentes con las cuales urgían a sus compañeros para que se unieran a la Revolución. Así la iniciativa de Bazán y Cervantes se sumó a la proclama que Ángeles lanzó al Ejército mexicano, el 17 de octubre de 1913. En su escrito Ángeles puso el dedo en la llaga y señaló la traición de los generales Huerta y Blanquet y la 51 AHSDN - Cancelados: FCM, Exp. XI/III/2-1053, Tomo IV. Escrito del capitán de ingenieros Federico Cervantes y del capitán de artillería Gustavo Bazán, fechado en París en octubre de 1913, dirigido a sus compañeros de armas. 38 participación del “inepto Félix Díaz” y del “venal Manuel Mondragón” en los acontecimientos. En consecuencia, invitó a sus compañeros de armas a unirse a la lucha “para restablecer los principios democráticos y para hacer prácticos los ideales de la Guerra de Reforma y de la Revolución de 1910.” En el mismo tenor que Bazán y Cervantes, pero más directo, Ángeles les expresó: “Yo os invito a volver a la senda que nos marca nuestro honor militar y nuestros principios liberales[…] Unamos, pues, nuestros esfuerzos al de los ciudadanos que se han alzado en armas para restablecer el Régimen Constitucional y que desaparezcan los hombres ineptos que han llenado de horror al mundo con sus crímenes y mancillado de la bandera República.”52
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