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Federico-Cervantes-Munozcano--historia-de-un-vencido

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS 
 
COLEGIO DE HISTORIA 
 
 
 
 
 
FEDERICO CERVANTES MUÑOZCANO : 
 
HISTORIA DE UN VENCIDO. 
 
 
 
 
 
T E S I S 
QUE PARA OBTENER EL TITULO DE 
LICENCIADO EN HISTORIA 
P R E S E N T A : 
FRANCISCO DE LA CRUZ VAZQUEZ 
 
Asesor: Dr. Enrique Plasencia de la Parra 
 
 
 
 
 MÉXICO, D. F. 2011 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para 
fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
3 
AGRADECIMIENTOS 
 
 
El presente trabajo es resultado de un esfuerzo colectivo. Por tal motivo, quiero 
manifestar en las siguientes líneas mi agradecimiento a las personas que ayudaron 
a su realización. 
 
En primer lugar y especialmente quiero resaltar la valiosa asesoría, revisión y 
orientación de los doctores Victoria Lerner Sigal y Enrique Plasencia de la Parra, 
quienes dirigieron esta tesis. A ambos les agradezco infinitamente sus atinados 
comentarios. 
 
Expreso mi gratitud y agradecimiento a la maestra María de Lourdes 
Velázquez Albo, al licenciado Ricardo Gamboa Ramírez, a la doctora Martha 
Beatriz Loyo Camacho y al maestro Cesar Navarro Gallegos, quienes fungieron 
como sinodales y lectores del presente estudio. Para todos ellos mi reconocimiento 
porque sus acertadas observaciones contribuyeron para que el trabajo llegara a 
buen termino. 
 
Al doctor Carlos Antonio Aguirre Rojas por los múltiples apoyos prestados, 
pero sobre todo por su amistad, confianza, respeto y solidaridad que me ha 
brindado desde que nos conocemos. 
 
A Alejandra Padilla Pola quien leyó y releyó pacientemente estas páginas y 
sugirió rumbos novedosos mi más profundo agradecimiento. 
 
Quede constancia de mi agradecimiento al doctor Javier Garciadiego Dantan 
quien me permitió consultar su rica colección de periódicos publicados en Estados 
Unidos. Igualmente vaya lo mismo a las siguientes personas quienes cooperaron 
de alguna u otrá forma: Graciela Alessio Robles, Elizabeth Becerril, Roberto 
Gallegos Téllez Rojo, Oralia García Cárdenas, Graciela Guzmán Batalla y Norma 
4 
Lache. Asimismo agradezco a Ricardo García Álvarez quien me ayudó a traducir 
parte de la información en inglés. 
 
En el Archivo Histórico de la Secretaría de la Defensa Nacional agradezco al 
Capitán Segundo Archivista, Antonio Andrés Martínez Gutiérrez; Teniente 
Historiador, Antonio Aguilar Raso; a los Sargento Primero Auxiliar Historiador, 
Rafael Flores Álvarez, Celia Juárez Castro, Martín Martínez Baizabal, María Luisa 
Álvarez Cataño y al Sargento Primero Auxiliar Escribiente, Ernesto Carbajal 
Landaverde, por todas las facilidades brindadas para la consulta de tan importante 
acervo documental. 
 
Por otro lado, también agradezco a la licenciada Guadalupe Landa Landa, 
quien estando al frente del Fondo Reservado de la Hemeroteca Nacional facilitó 
mis jornadas de consulta en aquel lugar. 
 
También agradezco a todos mis amigos que me favorecieron con sus 
consejos y su apoyo moral, especialmente, a Eleonora Ghilarducci que me marcó 
de manera indeleble el rumbo a seguir. A la Banda Veneno por su compañerismo, 
solidaridad y cariño de siempre. 
 
Finalmente reconozco a todos mis maestros que con sus enseñanzas 
contribuyeron a mi formación universitaria, en particular a la maestra Carmen de 
Luna, quien en los difíciles primeros semestres de la carrera alentó nuestra 
vocación elegida. 
 
 
 
 
Verano – 2011 
 
 
 220
INDICE 
 
 Página 
 
AGRADECIMIENTOS .................................................................................................... 3 
 
INTRODUCCIÓN ........................................................................................................... 5 
 
 
PRIMERA PARTE: 1885 – 1921 
 
 I. ORIGEN Y FORMACIÓN .................................................................................. 10 
 
 II. INCORPORACIÓN A EL COLEGIO MILITAR ................................................ 15 
 
 III. COMISIONADO A FRANCIA ............................................................................ 21 
 
 IV. PREPARATIVOS PARA SUMARSE A LA REVOLUCIÓN ........................... 31 
 
 V. ARRIBO A SONORA ....................................................................................... 40 
 
 VI. ACTUACIÓN EN LA CONVENCIÓN .............................................................. 53 
 
 VII. PERÍODO DE EXILIO ...................................................................................... 78 
 
VIII. ANDANZAS POLÍTICAS EN ESTADOS UNIDOS ......................................... 86 
 
 IX. FRUSTRADA EXPEDICIÓN ............................................................................. 98 
 
 
SEGUNDA PARTE: 1921 – 1966 
 
 X. POSREVOLUCIÓN ........................................................................................... 123 
 
 XI. ACTIVIDAD EDUCATIVA ................................................................................ 124 
 
 XII. PARTICIPACIÓN POLÍTICA ............................................................................ 131 
 
XIII. INGRESO AL EJÉRCITO ............................................................................... 150 
 
XIV. LABOR PERIODÍSTICA .................................................................................. 156 
 
 XV. ÚLTIMOS AÑOS ............................................................................................. 160 
 
XVI. OBRAS ............................................................................................................. 161 
 
CONSIDERACIONES FINALES .............................................................................. 176 
 
APÉNDICE ................................................................................................................ 181 
 
BIBLIOGRAFÍA ......................................................................................................... 209 
5 
INTRODUCCIÓN 
 
 
En los últimos años, el género de la biografía ha recuperado su lugar preeminente 
en la producción histórica de México. Atrás quedo el desdén que existía hacia esta 
forma de hacer historia. Los historiadores más propensos a las nuevas corrientes 
historiográficas han regresado a este género para esclarecer hechos y procesos 
históricos. 
 
Durante prácticamente todo el siglo XX la historiografía dominante la 
arrinconó debido al hecho de que ésta se volcó hacia otros ámbitos de la historia; la 
nueva historia social puso el acento en el estudio de los procesos colectivos 
humanos, dejando en desuso la tarea de biografiar, a pesar de que esta es una de 
las grandes tareas humanísticas que siempre se han efectuado. 
 
Arrancando de la idea de que una biografía “es el intento de reconstruir y 
explicar las modalidades específicas que ha adoptado […] la curva integral de la 
vida de un personaje determinado o de un individuo elegido […]”,1 nos 
esforzaremos por reconstruir parte de la vida de Federico Cervantes situándola en 
su contexto, es decir en su momento y circunstancia. 
 
De esta suerte, enmarcado dentro del género biográfico,el presente estudio 
pretende tomar la figura de Federico Cervantes para mostrar la visión particular de 
un miembro de El Colegio Militar que dejó las filas castrenses para unirse a la 
Revolución; para pasar posteriormente a examinar su actuación en los diferentes 
episodios del siglo XX mexicano que le tocaron vivir. En esencia, este trabajo 
busca hacer un aporte somero a la historiografía referente al proceso de la 
 
1 Carlos Antonio Aguirre Rojas: “La biografía como género historiográfico. Algunas Reflexiones” en 
Breves Ensayos Críticos. México, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo / Escuela de 
Historia, 2000, p. 92 
6 
denominada Revolución Mexicana, a partir del retrato de un revolucionario que 
antes de ser villista era angelista y antes maderista. 
 
En un principio, se eligió a Federico Cervantes para analizar el exilio que por 
cuestiones políticas sufrieron algunos individuos como consecuencia de su 
participación en el movimiento armado de la segunda década del siglo XX, el cual 
sigue siendo una fuente inagotable de investigación. Sin embargo, a lo largo de la 
investigación, el personaje se fue delineando poco a poco logrando llamar más y 
más nuestra atención, dando por resultado lo que el lector tiene en sus manos. 
 
Ciertamente los resultados obtenidos de la investigación realizada para la 
cuestión de su exilio nos fascinaron tanto que decidimos llevar a cabo una intensa 
búsqueda bibliográfica sobre este personaje. Pero las fuentes secundarias 
consultadas arrojaron muy poca información; las referencias se reducen a su 
actuación en la Convención Nacional Revolucionaria o como autor de una de las 
biografías que se han escrito sobre Felipe Ángeles y Francisco Villa. Ante 
resultados tan magros hicimos otra exhaustiva investigación documental para un 
intento de biografía de Federico Cervantes. Nuestro objetivo era indagar más sobre 
los hechos por él narrados para así rescatar y situar a uno de los protagonistas 
más interesantes de la historia de México. 
 
Si bien, su nombre no es desconocido entre los estudiosos de la Revolución 
Mexicana, en particular, la imagen que teníamos de él como mano derecha de 
Felipe Ángeles se fue desdibujando ya que, como veremos, su actuación fue con 
luz propia, lo que descarta la falta de iniciativa por parte de él. En suma, Cervantes 
forma parte de esos casos sui generis de autores a quienes constantemente se 
consulta, pero que siguen siendo ignorados. 
 
Varias son las interrogantes a la cuales trataremos de dar respuesta: ¿De 
dónde venía? ¿Qué lo llevó a unirse a la Revolución y qué hizo en ella? ¿Qué 
pensaba de ella, durante y después? Y por supuesto ¿cuál fue su proceder en los 
7 
años subsecuentes? Tales cuestiones son en esencia, el eje sobre el que girará 
nuestra investigación. Otras preguntas que se buscarán responder son: ¿Cómo se 
involucró y apoyó los diferentes proyectos políticos que desarrollaron algunos 
exiliados en Estados Unidos? Y por último ¿de dónde sacó recursos para organizar 
una expedición armada? 
 
Siguiendo un enfoque cronológico, en la primera parte, se trazará un bosquejo 
general con datos personales, enfocándonos en su formación para después 
estudiar su incorporación al movimiento armado y su participación en éste. Aquí se 
examinará como siguió los pasos de su maestro, obedeciéndolo en todo aquello 
para hacer triunfar a la Revolución. Finalmente, se analizará cómo vivió las 
consecuencias de su participación en la lucha armada, es decir su exilio en 
Estados Unidos. Mientras que en la segunda parte, bajo un punto de vista temático, 
nos proponemos estudiar todo lo referente a su regreso y abarcar, lo más posible, 
los campos de sus actividades en el país hasta su muerte. Es decir, exploraremos 
cómo se abrió paso laboralmente y cómo trató de acomodarse políticamente por sí 
mismo. 
 
La justificación de trabajar dicho personaje parte de la idea de que es un 
revolucionario vencido a quien le tocará vivir en carne propia -durante y después de 
su exilio de una forma más acentuada- las consecuencias de haberse unido a una 
facción revolucionaria que sería derrotada. La procedencia y formación que recibió 
durante su juventud marcan su perfil y dejan ver la disciplina y la preparación 
académica que plasmó en las acciones que realizó. Efectivamente, la disciplina 
rígida y la formación sistemática fueron aspectos fundamentales que lo motivaron 
para arriesgar su vida por las ideas en que creía. Así, influido por su maestro y 
amigo Felipe Ángeles con ideales democráticos peleará con todas las armas 
posibles: ideas, plumas y pistolas para defenderlos. 
 
Aunque a Cervantes se le podría considerar como un militar convertido en 
civil por la fuerza de las circunstancias, su figura ejemplifica al federal 
8 
revolucionario, congruente, austero y comprometido; no obstante, esto no ha tenido 
alguna importancia para la historiografía de la Revolución Mexicana, pues si 
tenemos presente que para algunos autores Ángeles es un personaje secundario, 
entonces él vendría a ocupar el siguiente lugar.2 Con todo, si tratamos de ubicarlo 
podemos aseverar que pertenece a los niveles más elevados de la “subélite” 
revolucionaria.3 
 
Por su participación en casi todos los acontecimientos conoció a varias 
personas importantes con las que colaboró y actuó a su lado. Algunos 
protagonistas con los que tuvo contacto fueron: Porfirio Díaz, Francisco I. Madero, 
Venustiano Carranza, Álvaro Obregón, Francisco Villa y Emiliano Zapata, entre 
otros. 
 
Por otra parte, su longevidad lo hará vivir todos los reacomodos que sufrió el 
país después de que se ‘guardaron’ las armas. En consecuencia, no siendo 
historiador de profesión tomará la pluma para tratar de esclarecer el pasado por él 
vivido después de haber hurgado en diferentes fuentes. En síntesis, Cervantes, 
biógrafo de Ángeles y Villa, ahora será biografiado sucintamente. 
 
Los cimientos sobre los cuales se construyó esta tesis son en primer lugar, los 
datos recabados en el Archivo Histórico de la Secretaría de la Defensa Nacional; la 
importancia de este acervo radica en que aquí fue donde encontramos la mayor 
parte de la información sobre prácticamente toda su vida, pues en su expediente 
personal -compuesto de cinco legajos de más de 250 fojas cada uno- se localiza 
desde su acta de nacimiento hasta su acta de defunción. 
 
2 El doctor Álvaro Matute los llama respetuosamente “personajes de segunda fila”, en el entendido 
de que en la primera fila están Carranza, Obregón, Calles, etc. Véase su texto: “Personajes 
contrastantes” en su libro Aproximaciones a la historiografía de la Revolución Mexicana. México, 
UNAM, 2005, pp. 171 - 178 
3 “Por subélite nos referimos a los jefes de nivel intermedio, que eran el eslabón entre los caudillos 
revolucionarios y las masas y merecen estudios más serios.” Richard Roman: Ideología y clase en 
la Revolución Mexicana. La Convención y el Congreso Constituyente. México, Secretaría de 
Educación Pública, 1976, p. 42 
 
9 
 
Nuestras pesquisas nos llevaron a buscar información en el Archivo General 
de la Nación, la cual nos sirvió principalmente para enriquecer la segunda parte de 
nuestro trabajo. La información recopilada en el Archivo Histórico de la Secretaría 
de Relaciones Exteriores fue fundamental para el asunto de su exilio. Así, los 
archivos personales como el de Jenaro Amezcua, Venustiano Carranza, el de los 
hermanos Federico y Roque González Garza, el de Martín Luis Guzmán y 
finalmente el de Silvestre Terrazas, fueron de gran utilidad para rellenar ciertos 
huecos, aunque a veces llegaron a ser muy esenciales, como por ejemplo el de 
Terrazas para la cuestión de su exilio. 
 
Otras fuentes que sustentan esta tesis fueron sus libros y artículos, en los 
cuales esculpióevocaciones autobiográficas. A falta de un archivo personal, la 
información contenida en su obra es la fuente que suministra datos de primera 
mano particularmente sobre su participación en la Revolución. Si bien, el material 
resultó muy significativo para nuestro propósito se tuvo que confrontar con otro tipo 
de fuentes para verificarlo. 
 
Como indudablemente algún día su pensamiento ocupará la atención de los 
estudiosos hemos incluido algunos de los artículos que escribió, esperando que 
sirvan como un primer intento de esa valorización. Hasta donde ha sido posible, se 
han recogido sus colaboraciones que aparecieron en los diarios metropolitanos 
como: Universal Gráfico, El Universal y de periódicos estatales como: Oaxaca 
Gráfico (Oaxaca) y en revistas como: Mujeres y Deportes, Educación, Impacto y El 
Legionario. Las anotaciones que siguen a los títulos hemerográficos corresponden 
a la fecha de su publicación, las cuales hemos rescatado para conocimiento de su 
ubicación. 
 
 
 
 
10 
PRIMERA PARTE: 1885 - 1921 
 
 El general Felipe Ángeles 
recorre el campo dando órdenes 
en su “Curely” famoso, 
de agradable y muelle trote. 
Tras él caminan Cervantes, 
Valle y Bazán, y al galope 
van Monteros y Eduardo Angeles 
en sus caballos mejores.4 
 
 
I. ORIGEN Y FORMACIÓN 
 
Federico Cervantes Muñozcano nació en Oaxaca de Juárez, capital del estado de 
Oaxaca, el 9 de marzo de 1885, hijo de la señora Trinidad Muñozcano y del señor 
Eutimio Cervantes, según se puede observar en la copia certificada de su acta de 
nacimiento.5 Su progenitor hizo sus estudios en Oaxaca, se recibió de abogado y 
luego estableció su despacho en la ciudad de México. En el año de 1896 participó 
en la campaña del general Porfirio Díaz, tomando parte en la batalla de Tecuac 
como oficial de artillería. Posteriormente, Eutimio Cervantes, fue diputado 
propietario de 1898 a 1908 por Zacatecas y de 1908 a 1910 por Oaxaca.6 
 
Su padre tenía parentesco con Díaz, pues su abuelo paterno era Lino 
Cervantes Morí, pariente de Petrona Morí, madre de Porfirio Díaz Mori. Don Lino 
fue un patriota liberal que “en el año de 1866 vendió su única propiedad en 
Miahuatlán [Oaxaca] con la que financió un movimiento contra el Imperio, que por 
 
4 Párrafo extraído del Romance titulado La toma de Zacatecas de Francisco Cuervo Martínez. 
5 Archivo Histórico de la Secretaría de la Defensa Nacional, Sección de Cancelados, Federico 
Cervantes Muñozcano, Exp. XI/III/2-1053, Tomo IV. (en adelante: AHSDN - Cancelados: FCM) 
6 Eutimio Cervantes desempeño el cargo de diputado federal por siete periodos consecutivos. Ver el 
Anexo II: “Corpus biográfico general y puestos políticos porfiristas” en Francois-Xavier Guerra: 
México: del Antiguo Régimen a la Revolución. México, Fondo de Cultura Económica, 2000, Tomo 
II, p. 405 En los apéndices de esta obra encontramos una importante documentación personalizada 
de centenares de políticos del porfiriato que el autor registra a través de la informática. 
11 
desgracia fracasó”,7 por lo cual fue hecho prisionero por los imperialistas y 
sometido a juicio fue sentenciado a muerte, pero antes de que llegara la hora 
suprema pudo escapar gracias a la ayuda de sus amigos. Por otro lado su abuela, 
Mercedes García, fue pariente de Benito Juárez. Este historial genealógico nos 
habla de una familia de vieja estirpe liberal muy comprometida con las luchas 
políticas del liberalismo. 
 
O sea que, Federico Cervantes, era descendiente de Juárez y pariente de 
Díaz. Sus lazos sanguíneos con el ‘Benemérito de las Américas’ eran para él una 
honra, pues en su momento declaró: “yo estimo que esa herencia ha influido en mi 
vida para despertar en mí sentimientos de amor y de piedad, así como afanes de 
mejoramiento para el pueblo humilde mexicano”. Y respecto al parentesco y la 
amistad de Díaz con su padre, explicó que éste “tuvo el mérito de no pertenecer al 
Partido Científico y tampoco significarse como adulador del gran estadista don 
Porfirio Díaz”.8 Al respecto, Cervantes, refiere un hecho con el que trata de poner 
en claro como su padre a pesar de todo nunca fue una persona influyente. El 
asunto en cuestión fue cuando Díaz decidió que en un caso judicial relativo a una 
mina que había ganado Eutimio Cervantes a favor del señor Juan Baitz fuera 
nuevamente discutido aún cuando la Suprema Corte de Justicia ya había emitido 
un falló definitivo.9 
 
Confundiendo su responsabilidad pública con su trabajo privado Cervantes 
trató de lavar la imagen de su padre, pues aceptando que su padre no perteneció al 
 
7 Jorge L. Tamayo: Obras. México, Centro de Investigación Científica Jorge L. Tamayo, 1980, 
Tomo III Escritos Juaristas, p. 18 Ulteriormente, los imperialistas fueron derrotados en Miahuatlán 
el 4 de octubre de 1866. 
8 Daniel Cazes: Los revolucionarios. México, Grijalbo, 1973, pp. 127 - 128; Archivo de la 
Palabra (en adelante: AP) Entrevista a Federico Cervantes Muñozcano. 
9 Véase: La cosa juzgada y el juicio de amparo. Informe que presenta ante la Suprema Corte de 
Justicia de la Nación el sr. lic. Eutimio Cervantes, mandatario de don Juan Baigts, en la revisión del 
juicio de amparo que promovió el sr. Lebbeus Redman Wilfley, como apoderado de la Compañía 
Minera de San Juan de Taviche, S. A. contra actos de los jueces 3º y 4º de lo Civil de esta capital. 
México, Imprenta de Antonio Enríquez, 1910, 66 p. 
 
12 
grupo de los “científicos”, no cabe duda de que fue parte del engranaje político que 
fue leal a Díaz. 
 
Durante el porfirismo los lazos de sangre, el compadrazgo y el clientelismo 
abarcaban toda la extensión de la sociedad mexicana. “La parentela del presidente, 
así como sus amigos, llenaban la Cámara, y los paisanos oaxaqueños llegaban 
muy alto en el gobierno y la administración”10. Así se comprende porque Eutimio 
Cervantes fue por diez años consecutivos diputado federal por un estado 
(Zacatecas) del que no era originario. 
 
Por lo anterior, se puede advertir que perteneció a una familia de una posición 
estable, es decir nuestro personaje tuvo todas las ventajas de una vida confortable 
y segura, pues vivió en un ambiente de clase media en el que no tuvo una 
experiencia directa con las contradicciones económicas y sociales del país en 
pleno porfirismo, elementos que de alguna u otra manera influyeron y le ayudaron 
para su desarrollo profesional. 
 
Así pues, favorecido por estas circunstancias, Cervantes realizó sus estudios 
de instrucción primaria y primaria superior en la escuela Pestalozzi, dirigida en 
aquel entonces por Fernando Arjona Mejía. En esta escuela tuvo entre sus mejores 
profesores al maestro Vicente González. Cuando terminó su instrucción primaria 
superior, ingresó al Instituto de Ciencias y Artes del estado.11 De esta institución, 
que durante el siglo XIX alcanzó gran prestigio, egresaron personajes como: Benito 
Juárez, Porfirio Díaz, Matías Romero y Emilio Rabasa, entre otros. 
 
En 1898 su padre es elegido diputado federal, por lo que se trasladó junto con 
él a la ciudad de México cuando tenía 13 años de edad. Establecido con su familia 
en la ciudad ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria, en 1899, cuando el 
 
10 Alan Knight: La Revolución mexicana. Del Porfiriato al nuevo régimen constitucional. México, 
Fondo de Cultura Económica, 2010, p. 49 
11 “Actuación Revolucionaria y Política del C. Ing. Federico Cervantes” en Archivo Martín Luis 
Guzmán (en adelante: AMLG), Cuestionarios ABC, Caja 172, Exp. 3, p. 8 
13 
director de esta era Vidal Castañeda y Nájera. Algunos de sus maestros fueron: el 
doctor Juan Vallarino, que fue su profesor del 1er. curso de matemáticas y de 
física; Néstor Rubio Alpuche fue su profesor del 1er. curso de lenguanacional; el 
filólogo Rafael Ángel de la Peña, al cual llamaban “peñita” cariñosamente sus 
alumnos, fue su profesor del 2do. curso de matemáticas y del 2do. curso de lengua 
nacional y Juan Mansilla Ríos, fue su profesor del 3er curso de matemáticas, entre 
otros.12 
 
Durante los años que estuvo en la Escuela Nacional Preparatoria obtuvo un 
aprovechamiento muy deficiente, pues él mismo contó: “estaba yo en esa época de 
la juventud, en la que el joven vive desorientado. No tenía yo una idea clara de lo 
que era estudiar, y, como es natural, tuve mis desvíos juveniles.”13 A su poca o nula 
dedicación, hay que agregar el escenario de la ciudad de México, ya que por este 
tiempo se vivieron en la capital muchas transformaciones que debieron atraer la 
atención del joven provinciano. Tales cambios correspondían a los avances 
tecnológicos los cuales modificaron radicalmente la vida de los capitalinos. Durante 
esos años “los porfirianos sintieron sus vidas transformadas por el empleo de la 
lámpara incandescente, el tranvía eléctrico, el teléfono, el cine, la telegrafía sin 
hilos, el automóvil, la máquina de escribir, los primeros aviones...”,14 entre otros 
adelantos. 
 
Una de las distracciones más evidentes, por la cual Cervantes debió de haber 
desatendido sus estudios, fue cuando el 31 de diciembre de 1900 Joaquín de la 
Cantolla y Rico, el máximo aeronauta mexicano del siglo XIX, despidió al siglo y a 
su brillante carrera haciendo una demostración abordo de su aerostato “El Vulcano” 
 
12 Lo concerniente a los profesores que tuvo en la Escuela Nacional Preparatoria se desprende de un 
oficio -fechado en noviembre de 1901- que ellos rubricaron con el objetivo de certificar que tuvo 
buena conducta durante el tiempo que fue su discípulo. Ver: AHSDN - Cancelados: FCM, Exp. 
XI/III/2-1053, Tomo V. Cfr. Archivo Histórico de la Universidad Nacional Autónoma de México 
(en adelante: AHUNAM), Fondo: Escuela Nacional Preparatoria. Listas de asistencia: Profesores y 
empleados. Año de 1901. 
13 AP: Entrevista a Federico Cervantes Muñozcano; Daniel Cazes, op. cit., p. 129 
14 Fernando Benítez: Historia de la ciudad de México. Tomo 6, España, Salvat, 1984, p. 95 
 
14 
elevándose desde la plazuela del Salto del Agua para luego descender en el 
Palacio Nacional. Si no se perdió tal espectáculo, posiblemente nunca pasó por su 
mente que diez años más tarde él estaría sobrevolando otros aires de la misma 
forma. 
 
La ciudad de México a principios del siglo XX limitaba hacia el oriente, hasta 
la estación de San Lázaro; al poniente, la Alameda; al norte, la garita de Peralvillo, 
y al sur la plaza de Tlaxcoaque, así tal vez en alguna ocasión pasó por la calle de 
San Francisco y por curiosidad entró al cine del ingeniero Salvador Toscano y 
observó las primeras películas nacionales exhibidas que eran imágenes de Porfirio 
Díaz, Reforma y Chapultepec. O quizás miró los documentales de la batalla de 
Puerto Arturo o el primer western: El gran robo del tren. “El cine, que costaba 
cincuenta centavos en vez de cinco pesos como la ópera, y no exigía vestirse de 
etiqueta, rompió el monopolio elegante del boulevard y atrajo a las multitudes mal 
vestidas.”15 
 
Si lo anterior no lo entretuvo otras diversiones populares que debieron 
distraerlo fueron el circo y los toros, que competían entre si por la clientela. Por 
aquel entonces el circo porfiriano por excelencia era el Orrín, que estaba ubicado 
en la plaza de Villamil. Por otro lado, todo el mundo hablaba de toros en la capital, 
los niños jugaban a ser toreros y las tiendas estaban llenas de escenas y figuras 
taurinas. A estos entretenimientos no pudo ser ajeno, por lo que a alguno de ellos o 
a todos en su conjunto se debió que descuidara sus estudios. 
 
Es muy probable su asistencia a uno de tales espectáculos pues, muy a 
menudo, sin importarle las zurras que le aplicaba su padre, se iba a “pintar 
venado”, es decir se iba a holgazanear, no sólo a horas de escuela sino también de 
noche. Ante esta conducta su papá tuvo que imponerle drásticos castigos; así, 
encerrado en su cuarto, se puso a reflexionar sobre su futuro llegando a la 
conclusión de que le convenía estar internado en alguna escuela para verse 
 
15 Ibid., p. 99 
15 
forzado a estudiar y, después de darle vueltas al asunto, pensó en El Colegio 
Militar. 
 
Como lo admirable de dicha institución consistía en que para el ingreso a ella 
no se requerían influencias ni riquezas, pues la admisión exigía solamente un 
examen previo, salud y buena conducta, a jóvenes de todas las clases sociales; 
Cervantes simplemente se preparó para el examen de selección. En efecto, el 
reglamento de admisión, para poder ingresar a esta Academia, no exigía haber 
estudiado la Preparatoria. 
 
Sabiendo que a todos los aspirantes a Cadetes se les exigía conocimientos 
de aritmética, geografía y gramática, puso manos a la obra y él sólo comenzó a 
machetearle a la Aritmética de Manuel Maria Contreras, a la Geografía de Antonio 
García Cubas y a la Gramática Española de Rafael Ángel de la Peña, que eran los 
libros con que se estudiaba estas materias por aquella época. 
 
Si repetimos que su abuelo fue un alto jefe revolucionario, y que su padre 
peleó como oficial de artillería en la batalla de Tecoac, es de suponer que también 
estos antecedentes influyeron de alguna manera en su inclinación por la carrera 
militar. Por otro lado, también debió de haber pesado el hecho de que por aquella 
época era frecuente que los alumnos que habían cursado en el edificio de San 
Ildefonso los estudios preparatorios, ingresaran posteriormente a El Colegio Militar, 
como fue su caso. 
 
II. INCORPORACIÓN A EL COLEGIO MILITAR 
 
A principios del siglo XX, El Colegio Militar -institución porfiriana sólidamente 
establecida- estaba instalado en el viejo Castillo de Chapultepec desde 1882 
nuevamente. Según su hoja de servicios, a los 16 años de edad, ingresó el 19 de 
diciembre de 1901, firmando como tutor y fiador su tío el licenciado Manuel 
Cervantes, abogado también. Este acto muestra que su padre en un principio no 
16 
estuvo de acuerdo con la decisión que había tomado. Con seguridad su padre tenía 
proyectado otro futuro para él, pero apoyado por su tío su determinación de 
ingresar al Ejército se impuso sobre la opinión de su padre. 
 
Durante el gobierno de Porfirio Díaz dicho establecimiento gozó de mucha 
importancia como centro docente, pues en él se reflejó el interés que tuvo el 
régimen por la enseñanza técnica. Ni más ni menos, en el año de 1901, el gobierno 
lo había equipado de luz eléctrica, porque antaño el alumbrado se hacía con 
bombillas de vidrio o quinqués de petróleo. O sea, Cervantes ingresó al Colegio ni 
más ni menos en la época de mayor prestigio y progreso de éste, iniciada a partir 
de que el gobierno con profusión ordenó proporcionar a la prestigiada institución 
todo lo que solicitaran sus directores. 
 
Al enrolarse en El Colegio Militar la dirección estaba a cargo del coronel de E. 
M. Joaquín Beltrán en calidad de interino (de 1900 a 1902). Posteriormente, 
durante los años que estuvo en esa institución, el puesto recayó en el general de 
brigada Juan A. Villegas, de 1903 a 1906, y de nueva cuenta en el ya entonces 
general de brigada Joaquín Beltrán, de 1906 a 1912. 
 
El general de brigada Juan Villegas, era un “bonachón, corpulento, [que] 
usaba eternamente gafas negras y llevaba el canoso mostacho poblado, caído y 
descuidado”, al cual cariñosamente llamaban “Juanote”.16 Su gestión, en muchos 
casos llevada a la exageración con perjuicio de la misma administración y de las 
atenciones que merecían los educandos, se caracterizó por la sobriedad en las 
raciones alimenticias para los colegiales. El propósito perseguido era ahorrar el 
gasto y darse elgusto de regresar, año tras año, al Erario Nacional el sobrante del 
presupuesto asignado al colegio. 
 
 
16 José María Álvarez: Añoranzas. El México que fue. Mi Colegio Militar. Segunda parte, México, 
Imprenta Ocampo, 1948, p. 468 
17 
Ante tal inconveniente, varios cadetes afortunados recibían algunos alimentos 
de parte de sus familias. En relación a este punto, José María Álvarez cuenta en 
sus Añoranzas una anécdota sobre nuestra figura: “Este cadete recibió de su casa, 
en cierta ocasión, un exquisito pollo asado, que fué a engullirse solitario hasta el 
confín del dormitorio, donde lo descubrió el voraz ‘Quique’ Alducin que le pidió un 
‘cachito’ de tan apetitosa ave, recibiendo una rotunda negativa. ‘No seas codo, 
Federiquito ¿por qué no me convidas?’... ‘Porque está muy bueno’, fué la única 
explicación del ‘gourmand’ Cervantes.”17 
 
El general Joaquín Beltrán, substituyo al general Juan A. Villegas cuando éste 
falleció, a principios de 1906, de un mal hepático. Durante su administración se 
resolvió el problema del cual todos los alumnos se quejaban, es decir mejoró 
notablemente la alimentación. 
 
En aquel entonces, el personal del colegio estaba agrupado en dos 
compañías, a las que “denominábanse por guasa, respectivamente, de los ‘chivos’ 
a la primera y de los ‘marranos’ a la segunda.”18 Cervantes perteneció a la primer 
compañía en la cual, entre otros, estaban: Gustavo Bazán, Enrique Bordes Mangel, 
Gustavo Garmendia, Luis González Salas y José Herón González (Gonzalitos), con 
quienes trabó amistad y con los que posteriormente, como veremos más adelante, 
se volvió a encontrar, pero en condiciones muy azarosas. 
 
Federiquito, -como le decían sus compañeros- como todos los que causaban 
alta, seguramente fue objeto de alguna de las bromas con que los alumnos de 
grados superiores recibían a los de nuevo ingreso, o como se diría en el argot o 
jerga estudiantil de aquel colegio a esas diversiones, no pudo escapar a las 
“chispas” que les “limaban” a todos los “noveles” alistados, las cuales eran la sal y 
la pimienta que condimentaba la vida en aquella estricta institución. 
 
 
17 Ibid., p. 471 
18 Ibid., p. 440 
18 
Los conocimientos permeados por el positivismo, cuya doctrina filosófica 
exaltaba el valor de la ciencia, hicieron que los cursos de ciencia básica como las 
matemáticas tuvieran mucho peso en El Colegio Militar. Y fue precisamente en esta 
materia donde obtuvo las máximas calificaciones y donde destacó, hecho que 
llamó la atención de sus profesores. 
 
En su hoja de servicios figuran anotaciones muy satisfactorias de las cuales 
se concluye que siempre fue un elemento respetuoso, con gran amor a su 
profesión. Es decir, su estancia en el colegio lo había hecho cambiar radicalmente 
de carácter, pero sobre todo lo había obligado a estudiar. En esencia, durante su 
paso por la citada institución destacó por ser un “oficial correcto, instruido, bien 
educado y de fácil palabra”.19 
 
Aquí tuvo como maestro, entre otros, a Felipe Ángeles, quien sería su modelo 
a seguir y en quien hallaría “no sólo cultura superior sino grandeza de alma”.20 
Discípulo primero y amigo después del hombre que le inspiraría una verdadera 
admiración. Su vínculo con Ángeles se puede comprender si notamos, por un lado, 
que ambos nacieron en familias de clase media de provincia, y que luego ambos se 
formaron -aunque en circunstancias diferentes- en la tradición y disciplina militar. 
Aspectos que se conjugaron para que cuajara su amistad. 
 
Entre otros estudios, en este establecimiento se impartían cursos de 7 años 
para graduar Oficiales Ingenieros con la categoría de Teniente para las Armas de 
Artillería e Ingenieros. Cervantes optó por esta última, es decir cursó la carrera de 
Ingeniero Militar, habiendo obtenido altas calificaciones y los siguientes premios: en 
los años 1ro. y 6to. segundo premio; en los años 2do. y 3ro. mención honorífica y 
en el 7mo. año primer premio, lo cual le valió que en la solemne ceremonia de 
repartición de premios el general Díaz le entregara en propia mano una espada 
 
19 AHSDN - Cancelados: FCM, Exp. XI/III/2-1053, Tomo I. Carta fechada el 30 de junio de 1912 
y firmada por el director de El Colegio Militar de Chapultepec, general Felipe Ángeles. 
20 Federico Cervantes Muñozcano: Conferencias. Oaxaca de Juárez, s/e, 1956, p. 47 La 
conferencia en cuestión se titula: “Síntesis biográfica del Gral. Felipe Angeles” 
19 
grabada con su nombre y un montón de libros. Con gran satisfacción y orgullo 
debió haber recibido todos estos premios tan codiciados los cuales fueron, sin lugar 
a dudas, un estímulo en su carrera. 
 
Las ceremonias de la ‘Repartición de Premios Anual’ celebradas en la rotonda 
de Chapultepec eran imponentes, pues a ellas no sólo asistía el Primer Magistrado 
de la Nación, sino también los altos jefes militares y el gabinete presidencial, pero 
sobre todo los padres de familia que acudían a compartir con sus hijos o conocidos 
la alegría del premio obtenido o iban únicamente a festejar el fin de cursos. 
 
Por otra parte, como todo cadete de aquel memorable Colegio de 
Chapultepec tuvo que ser parte de las guardias que forzosamente les tocaba 
realizar a cada alumno, por lo que tocándole estar de centinela en la entrada de la 
residencia presidencial, ahí donde moraban Porfirio Díaz y su esposa, debió sentir 
el peso del deber y la responsabilidad adquirida. 
 
Después de 8 años de estudios y de pasar por todos los grados subalternos 
de la jerarquía militar, el 6 de diciembre de 1909, realizó su examen profesional “el 
cual [fue] aprobado por tres sinodales Ingenieros, previa la presentación de [su] 
tesis sobre Ferrocarriles, Puertos y Construcciones Civiles”;21 en consecuencia, 
obtuvo el grado de Teniente del Cuerpo Especial de Ingenieros Constructores, 
especialización que representaba mayor expectativa de lucro en el ejercicio 
profesional, por aquel entonces. Por otro lado, podemos enmarcar su tesis dentro 
del impulso porfirista de realizar obras de infraestructura. 
 
El haber estudiado ingeniería se puede explicar porque durante el porfirismo 
esta profesión tuvo un auge indiscutible debido, en parte, al apoyo económico y a la 
promoción que Díaz le dio. “La profesión de ingeniero cobró importancia durante el 
 
21 AHSDN - Cancelados: FCM, Exp. XI/III/2-1053, Tomo V. Escrito enviado, el 14 de agosto de 
1948, al secretario de la Defensa Nacional y a la Dirección de El Colegio Militar, el cual tenía como 
objetivo tramitar el registro de su título profesional. 
 
20 
régimen de Porfirio Díaz debido a la infraestructura económica y a la mentalidad de 
progreso material que se fue creando. La misma necesidad social y circunstancia 
histórica hizo que este tipo de actividad proliferara como nunca.”22 Haciendo una 
comparación entre la profesión de abogado y la carrera de ingeniería, se puede 
asentar que mientras la primera cumplía una función social especifica, los servicios 
profesionales de la segunda fueron igualmente indispensables para el desarrollo 
material de México. 
 
Sobre la educación que recibió asentaría lo siguiente en su vejez: “Yo que 
tuve la fortuna de recibir en mi juventud una educación como la inglesa, 
eminentemente deportiva, practiqué casi todos los juegos individuales.”23 
Ciertamente, aparte de sobresalir académicamente era un destacado en el arte de 
la esgrima, incluso llegó a obtener la calificación más alta con una nota de 
distinción. 
 
Como se puede observar, él perteneció por generación a un grupo de 
personas que desarrollaron sus estudios y actividades profesionales durante el 
Porfirismo. Esto es, Cervantes era uno de los militares-tipo más sobresalientes,que 
había creado el antiguo Ejército federal en sus últimos años. La instrucción que 
recibió fue, para su tiempo, muy superior a la de la inmensa mayoría de sus 
compatriotas, distinguiéndose como un alumno modelo durante su estancia en El 
Colegio Militar de Chapultepec, según consta en su expediente estudiantil que se 
conserva en el Archivo Histórico de la Secretaría de la Defensa Nacional. 
 
Por tanto su pertenencia al instituto armado condiciona su lugar y función en 
los primeros años de la Revolución, ya que se encontraba en Francia estudiando 
navegación aérea por órdenes superiores. Es decir, tal vez vivió en el tiempo 
 
22 Mílada Bazant: “La enseñanza y la práctica de la ingeniería durante el porfiriato” en Historia 
Mexicana, Vol. XXXIII, Núm. 3 (131), México, El Colegio de México, enero-marzo 1984, 
pp. 254 - 255 
23 F. Cervantes, Conferencias, op. cit., p. 11 
21 
exacto pero en el sitio erróneo, pues la Revolución lo sorprendió estando en 
Europa. 
 
III. COMISIONADO A FRANCIA 
 
Las autoridades militares, además de otorgar medallas y premios a los alumnos 
más sobresalientes, tenían como regla enviar a estudiar a algunos de ellos a otros 
países, con el fin de que adquirieran conocimientos nuevos en cuestiones militares. 
“Dicha costumbre fué iniciada el año de 1850, en que fueron enviados a Europa 
Miguel Poucel, Ignacio Molina, Albino Herrera, Leandro Valle y Victoriano 
Espíndola.”24 
 
A principios del siglo XX había un gran interés por la aerostación y la aviación, 
por lo que el 17 diciembre de 1909 se giraron las órdenes para que fuera enviado a 
Europa en comisión para hacer estudios sobre esos tópicos. Como Francia era sin 
duda la nación que tenía la infraestructura más completa en esos campos, pues 
había contribuido a la solución del problema de la dirección de globos y poseía los 
dirigibles más perfectos, marchó a ese país, donde se presentó el 29 de enero de 
1910 al teniente coronel de artillería Víctor Hernández Covarrubias y al agregado 
militar mayor Gustavo A. Salas, miembros de la Legación de México en aquel país. 
 
Este fue su primer viaje al extranjero y el que a la postre sería muy 
significativo, pues la Francia que le tocó vivir lo dejaría marcado ideológicamente. 
En efecto, las movilizaciones obreras que se llevaron a cabo por aquellos tiempos 
harían que germinara en él un pensamiento anti-sindicalista, el cual reflejaría en 
sus participaciones durante la llamada Convención de Aguascalientes. 
 
Ciertamente durante el mandato de Raymond Poincaré (1913-1920) se dieron 
fuertes movilizaciones en París que Cervantes recordó de esta manera: “Me asusté 
de las manifestaciones, grandemente anárquicas de los llamados sindicatos. Me 
 
24 José María Álvarez, Añoranzas..., op. cit., p. 518 
22 
asusté de los ataques que un grupo de hombres locos y demagogos pretendían 
hacer sobre una sociedad sensata, y me asusté de ver que esos hombres llevaban 
sus doctrinas, y llevaban su religión hasta el extremo de lanzarse por las calles de 
París cantando cánticos antipatrióticos con bandera roja y pregonando el incendio, 
la destrucción con la bandera roja de la Revolución y ofreciendo cortarles las 
cabezas a todos los burgueses.”25 
 
Aunque en ese entonces el joven Cervantes no había entrado todavía al 
laberinto de la observación social, es evidente que las circunstancias observadas 
jugaron un papel determinante en su formación ideológica. Por esta época tenía 24 
años y su pensamiento más que externar juicios absorbía ideas y las guardaba 
para sí. 
 
Mientras realizaba sus estudios en aquel país, en México -después de 
celebrar el centenario del Grito de Dolores- ocurrieron los hechos por todos 
conocidos: Francisco I. Madero lanzó en octubre de 1910 su Plan de San Luis, en 
el cual -entre otras cosas- convocó a todos los ciudadanos para que el 20 de 
noviembre de 1910 se levantaran en armas dando por resultado que, meses 
después, cayera el gobierno encabezado por Porfirio Díaz, quien renunció el 25 de 
mayo de 1911 y dos días después se embarcó en el ‘Ipiranga’ rumbo a Europa, 
llegando el 20 de junio de este año al puerto de la ciudad de El Havre, Francia, en 
calidad de exiliado. Acto seguido, el 7 de junio, Madero entró triunfalmente a la 
ciudad de México, donde fue aclamado como héroe nacional y seis meses después 
-6 de noviembre- se convertía en Presidente de la República. 
 
De lo anterior se desglosan las siguientes interrogantes: ¿Cuál fue su postura 
ante los hechos ocurridos en México? ¿Qué actitud adoptó durante la permanencia 
de Díaz en Francia? Si tenemos en cuenta la llegada de Díaz y la partida de 
 
25 Crónicas y debates de las sesiones de la soberana convención revolucionaria, México, Biblioteca 
del Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, 1965, Tomo III, p. 407 
23 
Cervantes se deriva que coincidieron en Europa por cerca de seis meses primero y 
después casi por año y medio. 
 
Si partimos del hecho de que Díaz pasó el resto de 1911 hospedado en sus 
habitaciones del hotel Astoria, en la capital francesa, es raro que no haya fuentes 
que revelen que Díaz haya tenido algún acercamiento durante este tiempo con los 
miembros del Ejército federal que se encontraban en Europa. Si bien, 
posteriormente se podría argumentar que por los diferentes viajes realizados por 
Díaz a diversas ciudades europeas era casi imposible tener un contacto personal 
con él, el seguimiento que hizo de éstos el diario Le Nouveau Monde permitían 
ubicarlo para saber el momento preciso en que los oficiales interesados en 
entrevistarse con él lo buscaran; sin embargo, al no encontrar huellas al respecto 
suponemos que nunca se dio esto. 
 
A pesar de que frente a los acontecimientos desatados en México se abstuvo 
de hacer alguna declaración en su momento, creemos pertinente comentar cuál era 
la opinión que tenía de Porfirio Díaz cuando ya se habían consumado varios 
hechos. Cervantes guardaba hacia el hombre que rigió los destinos del país 
durante treinta años una “respetuosa admiración”, pues lo califica como: prestigiado 
general, político eminente y héroe de la paz. Nos atrevemos a discurrir que estos 
calificativos de profundo respeto los dijo como militar, ya que al mismo tiempo lo 
describe como un “eminente dictador [que] se hizo conservador con la edad y no 
pudo seguir el natural desarrollo de las ideas cívicas del pueblo, y del progreso de 
la Nación”.26 Aunque, por el predicamento en que se hallaba era lógico que se 
expresara en estos términos. 
 
En breve, aquí es conveniente tratar de poner sobre el tapete la cuestionada 
actuación de los miembros del Ejército federal que se encontraban en el extranjero 
cuando ocurrieron los hechos de 1910. En primer lugar, hay que dejar claro que 
 
26 AHSDN - Cancelados: FCM, Exp. XI/III/2-1053, Tomo IV. Manifiesto redactado en París, 
Francia, fechado en octubre de 1913, el cual estaba dirigido a sus compañeros de armas. 
24 
enrolados en el Ejército tenían que cumplir órdenes por estar sometidos a la 
disciplina militar; en otras palabras, como se dice en el argot del Ejército: las 
órdenes se cumplen, no se discuten. Por lo tanto, si su jefe les decía que no 
necesitaban sus servicios para aplacar la rebelión ellos tenían que obedecer como 
fue el caso de Felipe Angeles. Ciertamente, cuando fueron propagándose las 
noticias de lo que ocurría en México, Angeles solicitó volver al país, pero su 
demanda no tuvo la respuesta esperada, la autoridad militar se limitó a contestarle 
lo siguiente: “En contestación al oficio de Ud.[…] le manifiesto que no hay nada de 
cierto en lo que la prensa de Francia publica. El país está tranquilo y sidesgraciadamente ocurre algo, se le llamará a Ud., como lo desea.”27 Así pues, 
todo movimiento dependía de los mandos superiores. En segundo lugar, hay que 
tener en cuenta la tardanza con que las noticias corrían de un lugar a otro, por lo 
que tal vez cuando les empezó a caer el veinte ya era demasiado tarde, aunque 
ante la falta de fuentes documentales es convincente suponer que la mayoría de 
los oficiales nunca lograron comprender la magnitud de los acontecimientos 
desatados en México de modo que, poco a poco, se fueron identificando con la 
nueva política que se desarrollaba, a pesar de que su lejanía no les permitía tener 
una perspectiva de la realidad de las cosas. 
 
Durante los casi dos años que permaneció en Francia tuvo a su cargo las 
siguientes comisiones especiales: el 26 de enero de 1910, se le ordenó hiciera un 
estudio del telégrafo de bolsillo destinado para la Telegrafía Militar Inalámbrica, 
inventado por Luis Cerebotani y rindiera informe; el 29 de abril de 1910, se le 
ordenó tomara informaciones acerca de las características de los dirigibles creados 
por el aeronauta alemán Augusto Parseval, dándolas a conocer y emitiendo su 
opinión sobre el particular. 
 
Cuando llegó a Francia ya habían iniciado los cursos que tenía 
encomendados tomar, por lo que el 24 de junio de 1910 el C. Ministro de Guerra de 
 
27 Federico Cervantes M.: Felipe Angeles en la Revolución. Biografía (1869-1919). Tercera edición, 
México, s/e, 1964, p. 33 
25 
la República Francesa lo autorizó para que se incorporara al 1er. Regimiento de 
Ingenieros hasta marzo de 1911. Así, el contacto con el Ejército de un país que era 
potencia mundial también sería muy trascendental, pues el aprendizaje obtenido 
luego lo externaría de una manera ejemplar. Después de esta experiencia en la 
que, sin lugar a dudas, acrecentó sus conocimientos, el 2 de junio de 1911, se 
incorporó a la Escuela de Aviación Pau, para recibir la instrucción necesaria para 
obtener el título de Piloto Aviador. 
 
Por otro lado, cabe mencionar que en dicha estancia recibió de la Federación 
Aeronáutica Internacional el título de piloto de globos libres. Después inició y logró 
su práctica de aviación y obtuvo también el título de piloto de aeroplanos en la 
misma Federación. En tanto, el gobierno mexicano por acuerdo del C. Presidente 
de la República, Porfirio Díaz, el 11 de enero de 1911, le concedió el ascenso a 
Capitán Segundo del Cuerpo de Ingenieros Constructores. 
 
En su expediente estudiantil se encuentran los informes que envió a sus 
superiores sobre los avances de sus estudios en aquel país. En estos informes hay 
una relación detallada sobre todas las prácticas que tuvo que realizar como parte 
de su preparación. Por ejemplo, ahí se halla todo lo referente a sus viajes en globo, 
como el que realizó satisfactoriamente el 7 de mayo de 1911, en compañía de los 
entonces mayores de artillería Guillermo Rubio Navarrete y de estado mayor 
especial Nicolás Martínez. Al respecto, años después, al sacar del arcón de sus 
recuerdos algunos datos y relatos referentes a la Aerostación, dijo: “El Sr. Coronel 
Felipe Angeles, invitado por mí, iba a formar parte de la tripulación pero, 
ocupaciones urgentes le impidieron ir con nosotros.”28 También están los reportes 
de los vuelos en cuales estuvo a punto de morir, o como aquel en que por el mal 
tiempo el viento lo llevó desde París hasta territorio alemán. 
 
 
28 F. Cervantes, Conferencias, op. cit., p. 36 La conferencia en cuestión se titula: “La aerostación. 
Mis practicas.” 
26 
Con motivo de la muerte de su padre, acaecida el 4 de noviembre de 1911, 
tuvo que solicitar con urgencia que le concedieran una licencia para volver a 
México para arreglar las cuestiones referentes al caso. A la sazón, el 6 de 
noviembre Madero se convertía en presidente de la República, por lo cual las cosas 
apenas empezaban a tomar su rumbo. De esta suerte pudo con mucho trabajo 
lograr volver a México. Al llegar, en un tono amargo escribió: “El 30 de Noviembre 
recibí los fondos necesarios para mi viaje y el 2 de Diciembre partí rumbo a esta 
Capital, a donde llegué el día 20...”29 Acto seguido, solicitó un permiso de quince 
días con goce de sueldo para dirigirse a Ocotlán, Oaxaca, para arreglar pendientes 
familiares.30 Así de esta manera imprevisible interrumpió su encomienda, aunque 
como veremos más adelante regresaría a concluirla. 
 
Al volver nuevamente a la ciudad de México supo que el presidente Madero, 
conociendo los antecedentes brillantes del entonces coronel Felipe Ángeles, lo 
había llamado de Europa para que ocupara la dirección de El Colegio Militar de 
Chapultepec. Luego, Ángeles llamó a Cervantes para que fuera su ayudante y más 
tarde dio clases como profesor substituto de la clase de topografía general y 
después de la clase de cemento armado, en el propio colegio, en el mes de abril de 
1912. Así, alumno y maestro se avinieron a la labor educacional y administrativa. 
Respecto a su primer nombramiento, Cervantes, dijo lo siguiente: “Era yo capitán 
segundo; había yo ascendido hacía poco. El puesto era para capitán primero, pero 
él declaró a la Secretaría de Guerra que yo tenía aptitudes bastantes para el 
puesto, y así fui nombrado ayudante del Colegio Militar.”31 Acción que pone de 
relieve los lazos de amistad y confianza que los unían de tiempo atrás. 
 
Por otra parte, la Comisión Técnica del Departamento de Ingenieros que 
estudió el informe que presentó de los estudios que hizo en Europa opinó que 
 
29 AHSDN - Cancelados: FCM, Exp. XI/III/2-1053, Tomo II. Informe-resumen que el capitán 
Federico Cervantes presenta a la superioridad sobre el desarrollo de sus prácticas en Francia, de 
febrero de 1910 a noviembre de 1911, fechado en México el 5 de enero de 1912. 
30 AHSDN - Cancelados: FCM, Exp. XI/III/2-1053, Tomo II. Carta de Federico Cervantes enviada 
al secretario de Guerra y Marina, el 6 de febrero de 1912. 
31 Daniel Cazes, op. cit., p. 132; AP: Entrevista a Federico Cervantes Muñozcano. 
27 
debía volver a completar su especialización, ya que había obtenido los títulos de 
piloto de globos y de aeroplanos. Las ordenes de marchar fueron giradas, pero con 
motivo de la rebelión de Pascual Orozco, en el estado de Chihuahua, Cervantes 
solicitó suspender su marcha a Europa y ser enviado a la campaña; sin embargo, 
esto no lo consiguió porque los oficiales de estado mayor del general José 
González Salas no querían ingenieros, por lo que tuvo que seguir con Ángeles 
organizando los cuerpos de voluntarios del Distrito Federal, en donde fungió como 
instructor de los voluntarios de la Banca.32 
 
Francisco I. Madero supo de Federico Cervantes cuando fue la inauguración 
del Casino Militar de Chapultepec, ya que durante el banquete este último 
pronunció frases de entusiasta devoción a El Colegio Militar y a la carrera de las 
armas. La comida ofrecida no tendría mayor importancia, sino fuera porque en 
algún momento de la celebración, “muy agradado el señor Madero, dirigiéndose al 
general Ángeles, le dijo: Oiga, general, necesitamos que ese oficial ascienda; 
vamos a mandarlo a la campaña del Norte. A lo que el general Angeles contestó: 
Mandarlo con aquellos elementos, sería procurar que se corrompiera. Mejor 
mándelo usted a Europa.”33 Nuevamente, esto nos pone de manifiesto la confianza 
que su maestro tenía depositada en él. Tal dialogo se lo hizo saber más tarde 
Ángeles a Cervantes por lo que se puede decir que fue verídico. 
 
A la postre, Cervantes tuvo la oportunidad de conocer en persona al 
Presidente de la República, porque éste acostumbraba salir casi todos los días a 
montar a caballo y como siempre iba acompañado de Ángeles, él tenía que 
escoltar aambos y fue en uno de esos paseos matinales que Madero le comentó 
que sabia que él había estado en Europa, comisionado en cuestiones de aviación, 
y que la Comisión Técnica del Departamento de Ingenieros que estudió su informe, 
pedía que volviera para finalizar el perfeccionamiento de sus estudios, por lo que le 
pregunto, si se comprometía a regresar a México para establecer aquí la Escuela 
 
32 F. Cervantes, Felipe Angeles..., op. cit., pp. 35 - 36 
33 Ibid. 
28 
de Aviación; a lo que el interpelado contestó afirmativamente.34 Las órdenes fueron 
libradas en el mes de julio de 1912. Así que, Cervantes marchó a la Escuela 
Superior de Aeronáutica de París y a las fábricas de motores y aeroplanos cuando 
Ángeles era nombrado Jefe de las Operaciones en el Sur de la República y justo 
cuando la popularidad de Madero estaba en picada.35 Si ciertas circunstancias, lo 
habían unido a Angeles serian otras totalmente diferentes las que lo volverían a 
unir más adelante. 
 
Durante ésta segunda estancia en Francia, ocurrieron en México los sucesos 
conocidos como la Decena Trágica, los cuales habrían de cambiar su destino y su 
vida permanentemente. Su manera de conducirse luego de saber de los 
deplorables sucesos será para unos muy controvertida, mientras que para otros 
muy atinada. Opiniones originadas por su permanencia de alrededor de 10 meses 
en aquel país, después de aquellos episodios, por una parte y por otro lado, porque 
durante ese tiempo, aunque tuvo contacto con los representantes de la Revolución, 
siguió estando a las órdenes del Ejército federal. 
 
Así que estando en París, las autoridades militares usurpadoras del poder en 
México, le expidieron el 21 de febrero de 1913, un despacho que acreditaba su 
nombramiento de Capitán 1ro. del Cuerpo de Ingenieros Constructores, el cual 
recibió a mediados de 1913. La duda salta a la vista, pues no había motivo alguno 
para que se acordara tal ascenso, sin embargo, por la fecha en que le fue otorgado 
se desprende que tal designación formó parte de las promociones que debió 
disponer la Secretaría de Guerra y Marina, a cargo de Manuel Mondragón, para 
que los miembros del Ejército se mantuvieran leales, después de los trágicos 
acontecimientos. Muchos años después, el haber aceptado ese ascenso lo pondrá 
en aprietos, ya que sus enemigos personales le espetarían que “ese ascenso 
probablemente se lo ganó desde París, porque en [su] casa de [él] en esta ciudad, 
 
34 Ibid. 
35 Deseando aplacar la rebelión zapatista, Madero resolvió en julio de 1912, sustituir al general 
Juvencio Robles con el general Felipe Ángeles. 
 
29 
en la calle del Ciprés, se alojó durante toda la Decena Trágica la señora esposa de 
don Félix Díaz.”36 Apelando al dicho de que ‘el que calla otorga’, Cervantes se 
defendió de estos ataques maliciosos refutando que lo de su ascenso fue acordado 
por el gobierno de Madero: “El acuerdo fué anterior, del Secretario de la Guerra del 
Presidente Madero y me halaga decir que NADA DEBO EN MATERIA DE ASCENSOS 
O FAVORES, AL GOBIERNO DE LA TRAICIÓN.”37 Su aserción la basaba en lo 
dilatado de semejantes trámites, pues se le hizo ilógico que -no habiendo razón ni 
interés alguno- tres días después de la traición de Huerta su gobierno decidiera su 
ascenso. 
 
A pesar de que refutaría reiteradamente tal aseveración, esta había calado 
tan hondo que se seguiría hablando de ella. Algunos, como Bernardino Mena Brito, 
se basarían en este hecho, una y otra vez, para asegurar que estuvo al servicio del 
gobierno huertista. 
 
Por otra parte, el 18 de julio de 1913 recibió del gobierno francés la 
condecoración de la Cruz de Caballero de la Legión de Honor. Tal distinción, -
instituida por Napoleón en 1802- se concedía a hombres o mujeres, ya fueran 
franceses o extranjeros, por méritos extraordinarios realizados dentro del ámbito 
civil o militar. Las insignias de tal distinción las conservó la Secretaria de Guerra y 
Marina para serle entregadas tan pronto tuviera autorización para usarlas, sin 
embargo en 1915 al tratar de recobrarlas tuvo noticias de que habían sido 
extraviadas, por lo que pidió a esa dependencia se las repusieran.38 
 
 
36 Rubén Morales (coronel de artillería): “Por la verdad histórica. Piloto, Pilote” en El Universal, 
1 de agosto de 1935, p. 3 
37 Federico Cervantes: “En legitima defensa” en El Universal, 6 de agosto de 1935, p. 3 Las 
mayúsculas son del autor. 
38 AHSDN - Cancelados: FCM, Exp. XI/III/2-1053, Tomo III. Carta de Federico Cervantes dirigida 
al secretario de Guerra y Marina, fechada el 11 de enero de 1915. Sobre este mismo asunto véase ahí 
mismo el oficio que envió el oficial mayor en funciones de subsecretario al secretario de Guerra y 
Marina el 24 de julio de 1913. 
 
30 
Los meses inmediatos a la Decena Trágica, Cervantes no expresó ninguna 
opinión a favor o en contra del gobierno de Victoriano Huerta, y lo mismo se puede 
decir con respecto a los revolucionarios encabezados por Venustiano Carranza. 
Por lo tanto, se puede estimar que su actuación en un principio estuvo apegada a 
los principios de disciplina y lealtad militares; los mismos principios de lealtad y 
disciplina con los que actuó durante los acontecimientos de 1910. 
 
La última instrucción de la que se tiene conocimiento fue la que recibió el 20 
de septiembre de 1913, en la cual se le ordenó que “presenciara las pruebas de 
recepción de diez estaciones inhalámbricas [sic] contratadas con los señores Harle 
& Cía de París.”39 Sin embargo, como habría de resolver posteriormente unirse a la 
Revolución le entregó al capitán segundo de infantería auxiliar Martín Mendía, 
antes de partir, “la copia del contrato de las estaciones de telegrafía sin hilos de 
cuya recepción estaba encargado”40 para no dejar ningún pendiente. 
 
Cervantes perteneció al grupo de oficiales con carreras científicas (ingenieros, 
artilleros y de estado mayor), quienes habían sido enviados a Europa para hacer 
estudios en diversas comisiones técnicas. Pero, a pesar de sus tareas asignadas, 
escribió artículos sobre temas de aviación, los cuales remitió a sus superiores para 
que fueran publicados en el Boletín de Ingenieros de la Secretaria de Guerra y 
Marina. 
 
Examinando en detalle su doble estancia académica en Francia resaltaremos 
que viviendo en un ambiente secular, ateo, laico y moderno, todo ello aterrizado en 
tolerancia religiosa, libertad de prensa, divorcio, propiedad individual, laicismo en la 
educación y secularización de la vida en todo sentido, es lógico que se hubiese 
contagiado de todas esas prácticas de aquella sociedad francesa. 
 
39 AHSDN - Cancelados: FCM, Exp. XI/III/2-1053, Tomo III. Informe enviado al secretario de la 
Defensa Nacional por el Gral. Brig. Paulino Díaz Madrazo, fechado en México, D. F. el 4 de marzo 
de 1940. Ver en particular la parte titulada: “Actuación del interesado en el extinto ejército federal”. 
40 AHSDN - Cancelados: FCM, Exp. XI/III/ 2-1053, Tomo III. Informe enviado al general de 
división, Aureliano Blanquet, secretario de Guerra y Marina, por el general brigadier, Víctor 
Hernández, fechado en París, Francia, el 22 de diciembre de 1913. 
31 
 
Por lo demás, es importante significar el hecho de que Cervantes va a 
formarse en un periodo en el que la explosión de las humanidades va a afirmarse 
con cierta fuerza dentro de la Francia de aquellos tiempos. Es fundamental 
subrayar este punto porque aquí se encuentra la explicación de su humanitarismo, 
el cual, como veremos, proyectara en plena contienda. 
 
De aquella época y de los encuentros que tuvo entonces, fuera de unos 
cuantos nombres, nada se sabe, pero esos años fueron, sin duda, esenciales en su 
formación ideológica, es decirtuvieron un papel capital en su vida y en su 
pensamiento. 
 
En la Francia de principios del siglo XX, la exaltación de las virtudes y los 
hechos militares estaban muy en boga. Así en ese ambiente es probable que haya 
leído el libro de Jean Jaurès titulado: L’Armée nouvelle publicado en 1910. Si bien 
no se sabe nada de sus lecturas, sin duda en alguna ocasión leyó el diario francés 
L’Humanité fundado en 1904 por el dirigente socialista Jean Jaurès o la revista 
L’IIIustration que se publicó entre 1843 y 1944. 
 
IV. PREPARATIVOS PARA SUMARSE A LA REVOLUCIÓN 
 
En ese mismo lado del charco, en la ‘Metrópoli espiritual del Mundo’, “circulaba el 
oro en luises. Regulaba el ingenio Anatole France; mediaba el año mil novecientos 
trece. Thais era la Reina invisible de París [...] Eran los tiempos del Can-Can y la 
Tonkinoise, y el erotismo exótico [...] En el ambiente flotaba esa dicha pecaminosa 
que París engendra en las noches calurosas del verano.” Mientras que en otro 
cuadro de la realidad, “la alianza francorrusa estaba reciente y sobre el cielo el 
nubarrón de la próxima guerra con Alemania.”41 
 
 
41 José Vasconcelos: Memorias. Volumen 1, Ulises criollo & La Tormenta. México, Fondo de 
Cultura Económica, 1993, pp. 488 - 495 “París, París...” 
32 
Asimismo, en un distinto escenario, los oficiales instalados en Francia se 
reunían periódicamente para comentar las noticias que a última hora les llegaban 
desde México. En una de esas reuniones fue donde se enteraron del cuartelazo y 
la traición del general Victoriano Huerta; los hombres ahí presentes comentaron los 
hechos que habían conmovido el ánimo de todos los mexicanos, y entre éstos se 
formó un ambiente de indignación. 
 
Las noticias que sacudieron a México hicieron que el escenario en Francia 
fuera muy agitado, por lo que durante “los meses de abril y mayo [de 1913] 
presenciaron la instalación, en París, de una Junta Constitucionalista cuyos 
miembros más destacados fueron Juan Sánchez Azcona, Miguel Díaz Lombardo y 
Luis Quintanilla [...] La Junta, a este respecto, publica en París un folleto de 
información, La Révolution au Mexique.”42 Posteriormente se agregaron a tal 
representación José Vasconcelos y, más tarde, el pintor Gerardo Murillo mejor 
conocido como Doctor Atl. 
 
El licenciado Miguel Díaz Lombardo se encontraba, desde febrero de 1912, 
en Francia como ministro plenipotenciario, pues Madero considerándolo como un 
digno representante de México en el extranjero lo había enviado a ese país. Pero, 
después de los acontecimientos violentos de la Decena Trágica renunció a ese 
cargo y se puso a las órdenes de Venustiano Carranza quien rápidamente lo 
nombró representante de la Revolución en aquel país. Y fue, precisamente, con 
este personaje con el que Cervantes y el capitán de artillería Gustavo Bazán se 
acercaron para intercambiar opiniones “habiendo llegado al acuerdo de que 
[invitarían] a otros Oficiales Mexicanos que se encontraban también en Francia, 
para [trasladarse] a México e [incorporarse] a la Revolución.”43 Para Cervantes, de 
todos los individuos que integraban la Junta Constitucionalista, solamente Díaz 
 
42 Pierre Py: Francia y la Revolución Mexicana, 1910 - 1920 o la desaparición de una potencia 
mediana. México, Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos - Fondo de Cultura 
Económica, 1991, p. 112 
43 AHSDN - Cancelados: FCM, Exp. XI/III/2-1053, Tomo IV. Escrito redactado por Gustavo 
Bazán Cañamar en México, D. F., el 17 de diciembre de 1938, el cual tenía como fin certificar la 
participación de Cervantes antes y durante la Revolución. 
33 
Lombardo era una de las personas con las que se podía tener un contacto político 
cordial en Europa. Por otra parte, hay que resaltar que al tomar esta iniciativa 
Bazán y Cervantes se convertían prácticamente en los interlocutores entre la Junta 
y sus compañeros de armas. 
 
La traición perpetrada por altos oficiales del Ejército federal, el derrocamiento 
del gobierno democrático y el asesinato del presidente Madero y el vicepresidente 
Pino Suárez les causó un verdadero asombro y pesar por haber sido sus 
ejecutores miembros del Ejército. Ante lo cual, “los 15 o más oficiales que había 
comisionados en Italia, Alemania y Francia”,44 después de muchas discusiones, se 
comprometieron todos a marchar a la Revolución y así de esta forma empezaron a 
tomar las medidas pertinentes. Algunos oficiales como Leonardo Zepeda y el 
ingeniero naval Manuel Escudero, quienes se encontraban en Italia, se pusieron en 
contacto desde aquel país con Díaz Lombardo para solicitarle cartas de 
presentación para incorporarse a las fuerzas constitucionalistas. 
 
Si tenemos en cuenta que las noticias que les llegaban eran imperfectas y 
hasta contradictorias, podemos entender el laborioso proceso por el que tuvieron 
que pasar para poder construir una honda reflexión política tras la que germinaría 
la idea de subversión. Cervantes quien concurrió asiduamente a esas reuniones 
apuntó: para varios compañeros, era durísimo resolverse a abandonar una carrera 
laboriosamente lograda. La deserción y hasta la rebelión, eran pasos de 
trascendencia; había dudas de cómo podrían ser recibidos en las filas 
revolucionarias. Por fin, en una junta se resolvió que todos ellos se incorporarían a 
la Revolución y se pensó en buscar a un jefe que los encabezara.45 
 
En otro contexto, las noticias que se conocen sobre México son optimistas: 
“los meses de mayo y junio son propicios para Huerta, lo reconocen los más 
importantes Estados europeos, le otorgan un crédito considerable (nominalmente), 
 
44 AP: Entrevista a Federico Cervantes Muñozcano; Daniel Cazes, op. cit., p. 135 
45 F. Cervantes, Felipe Angeles..., op. cit., p. 68 
34 
su ejército obtiene algunos éxitos sobre las tropas revolucionarias, aún poco 
aguerridas (el 19 de junio se divulga en París la noticia de la recuperación de 
Zacatecas por los federales).”46 Cabe recordar que la ciudad de Zacatecas había 
caído en manos de Pánfilo Natera a principios de junio de 1913, siendo la primera 
capital arrebatada a los federales y uno de los primeros triunfos que obtuvieron los 
constitucionalistas. De alguna manera estas noticias debieron de haber influido ya 
sea para adelantar o retrasar sus planes. 
 
Por otra parte, Ángeles -maestro de una gran parte ellos- ya se encontraba en 
Francia, pues había sido desterrado, el 29 de agosto de 1913, bajo la vigilancia del 
ministro Francisco León de la Barra.47 A pesar de esto, luego que llegó se puso en 
contacto con Díaz Lombardo, hecho muy significativo si tenemos presente su 
controvertida actuación. Sin embargo, lo que más llama la atención es no haber 
encontrado algún indicio que nos revele que Ángeles haya tratado de reunirse con 
los oficiales que se encontraban en París, después de tener ese acercamiento con 
Díaz Lombardo. Este proceder se aclara ulteriormente cuando exterioriza su 
proyecto, pero creemos que él si quería entrevistarse con sus ex-alumnos, pero tal 
vez por recomendación de Díaz Lombardo no los busco. 
 
De acuerdo con Cervantes, él en alguna ocasión vio por casualidad a Ángeles 
cruzar una calle, pero no le habló; este acto nos deja entrever que estaba muy 
desorientado, pues lo lógico hubiera sido que se entrevistara con él para saber de 
primera fuente todo lo ocurrido en México, no obstante hizo todo lo contrario y dejó 
pasar esa circunstancia y, como se verá, jamás lo volvió a ver. 
 
 
46 Pierre Py, Francia y la Revolución Mexicana..., op. cit., p. 105 
47 Sobre su controvertido destierro sugerimos ver el libro de Odile Guilpain Peuliard: Felipe 
Ángeles..., op. cit., pp. 65 - 68 “La fidelidad al gobierno”.Por otra parte, Francisco León de la 
Barra había sido retirado de sus funciones como secretario de Relaciones Exteriores, el 8 de julio de 
1913. Se le mandó primero a Nueva York como agente confidencial y posteriormente fue enviado 
como ministro de México en París, en razón de su conocimiento de los medios político financieros 
franceses. 
35 
Informados por Cervantes de que Ángeles ya se encontraba en París todos 
los oficiales que acudían a las reuniones coincidieron en ir a buscarlo, para 
proponerle lo que habían acordado y para tal efecto designaron a Cervantes para 
que lo buscara y le extendiera una invitación para que asistiera a una comida en la 
que le plantearían su intención de que los condujera a la lucha armada. Sin 
embargo, todos sus planes se vinieron abajo cuando Cervantes acudió a la casa de 
Ángeles en París, pues su esposa primero le dijo que había salido a Londres para 
internar en un colegio a su hijo Alberto; pero, días después, cuando insistió en 
verlo, le confesó que Ángeles había marchado a la Revolución. Los arreglos de su 
partida y su incorporación al movimiento armado habían sido ultimados con Miguel 
Díaz Lombardo, por lo que su marcha había sido sigilosa, pues como dijimos era 
estrechamente vigilado. Se podría afirmar que, mientras los oficiales discutían qué 
hacer frente a los graves acontecimientos que ocurrían en México, Ángeles con 
más perspectiva de lo que pasaba se les había adelantado. 
 
Empero, fue hasta octubre de 1913, cuando Huerta disolvió al Congreso, 
electo en 1912, cuya oposición le era ya muy molesta, y arrestó a decenas de 
diputados, que “se reconoció, en las juntas que celebraba ese grupo de oficiales, 
que el Ejército había sido deshonrado y que disueltas las Cámaras, el gobierno de 
Huerta había consumado un golpe de Estado; era pues necesario no solamente 
apartarse de él, sino marchar al campo de la Revolución que se erguía vengadora y 
enarbolaba la bandera de la Constitución.”48 Estos actos que completaron la 
transición del régimen de Huerta a una verdadera dictadura militar, fue lo que 
reforzó y estimuló aún más los acuerdos que habían dispuesto con anterioridad. 
 
Efectivamente, la disolución del Congreso y los crímenes con que Huerta 
pretendía consolidar su poder fueron los motivos por los que Cervantes decidió 
marchar resueltamente a donde estaban sus convicciones. La pregunta obligada 
salta a la vista: por qué tales hechos sí y no los de la Decena Trágica, si tan 
reprobables fueron estos como los otros. Aunque, a simple vista, parezca algo 
 
48 F. Cervantes, Felipe Ángeles..., op. cit., p. 68 
36 
contradictorio no lo es si proyectamos que “cuando la renuncia forzada del señor 
Madero fue aceptada por el Congreso y Huerta fue designado Presidente 
Provisional, los militares del Ejército Federal tuvieron una excusa legal para seguir 
al lado del usurpador.”49 Así, partiendo de esta idea, es como se explica por qué 
Cervantes no se alistó antes a la Revolución. 
 
Este concepto de obediencia y disciplina, con sus excepciones, era 
compartido por todos los miembros del Ejército federal. Uno de ellos, el general 
José Refugio Velasco, ministro de Guerra y Marina, lo puso de manifiesto en la 
carta que le envío a Carranza, en agosto de 1914, con el objeto de explicarle el 
papel de las fuerzas armadas: “El ejército, decía Velasco, no podía ser culpado; 
como una rama apolítica del gobierno su único recurso en todas las circunstancias 
era obedecer las órdenes que emanaban del ejecutivo reconocido por las ramas 
judicial y legislativa, y Huerta había tenido tal reconocimiento.”50 
 
La importancia del tema de la conducta nos exige ahondar más por lo que, sin 
temor a equivocarnos, sólo diremos que las características de disciplina que 
presenta el militar en esta época se concentran en su jefe, es decir el militar es lo 
que es su jefe, es una materia dócil a la que éste último le da forma según su 
conveniencia. En consecuencia, muchos oficiales correctos, disciplinados y con 
buenas virtudes militares, fueron corrompidos y prostituidos en todos los órdenes. 
 
Siguiendo con nuestra historia, a los pocos días de haber partido Ángeles, 
Gustavo Bazán recibió una carta de éste en la cual lo invitaba a seguirlo. Teniendo 
conocimiento Cervantes de esto le aseguró a su compañero que el también saldría 
tras él. Cabe aclarar que ellos dos fueron los únicos que cumplieron el compromiso 
contraído anteriormente, por lo que sus propósitos para convencer a otros oficiales 
para que se unieran a la Revolución, fracasaron completamente. 
 
49 Ibid., p. 98 
50 Charles C. Cumberland: La Revolución Mexicana. Los años Constitucionalistas. México, Fondo 
de Cultura Económica, 1983, p. 142 
 
37 
 
Al respecto, Bazán y Cervantes redactaron un extenso comunicado dirigido a 
sus compañeros de armas, en dicho escrito después de situar a Porfirio Díaz y a 
Francisco I. Madero centran su exposición en la actuación del Ejército respecto a 
estos dos personajes: “El Ejército, que servía primero al gobierno del General Díaz, 
no desertó de su puesto de honor, durante las horas de prueba de 1910; y tampoco 
empaño mas tarde su prestigio, con ser el defensor fiel del nuevo gobierno: Antes 
sirvió al dictador prestigiado que el pueblo aceptaba; después sirvió al Presidente 
Constitucional que el pueblo ungió con su voto.” De lo anterior se deduce que para 
ellos el proceder del Ejército, con relación a los hechos ocurridos en 1910, fue 
acertado. Sin embargo, esta actuación no la tuvo durante el cuartelazo ni después 
de la Decena Trágica, pues según ellos a raíz de estos acontecimientos “el 
elemento militar se dividió de hecho en dos clases: la de los actores y coactores de 
la grande infamia por un lado, y la de los sorprendidos, los decepcionados, los 
irresolutos y los indiferentes por el otro.” Y, enuncian que “reconocer como jefe 
supremo al supremo actor de la traición, del asesinato y del golpe de estado, es 
hacerse coactores del horrendo borrón que mancha nuestra historia”. En 
consecuencia, azuzan a sus iguales a que “antes que desprestigiar a la Patria, para 
defenderla y hacerla respetar no hay filas mas honrosas que aquellas en que se 
lucha por perpetuar las conquistas superiores de la legalidad y de la democracia.” 
Sutilmente terminan su texto diciendo que “desde entonces, en el norte del País, 
está una bandera que llama a los que de veras aman a la Patria.”51 Palabras más 
que sugerentes con las cuales urgían a sus compañeros para que se unieran a la 
Revolución. 
 
Así la iniciativa de Bazán y Cervantes se sumó a la proclama que Ángeles 
lanzó al Ejército mexicano, el 17 de octubre de 1913. En su escrito Ángeles puso el 
dedo en la llaga y señaló la traición de los generales Huerta y Blanquet y la 
 
51 AHSDN - Cancelados: FCM, Exp. XI/III/2-1053, Tomo IV. Escrito del capitán de ingenieros 
Federico Cervantes y del capitán de artillería Gustavo Bazán, fechado en París en octubre de 1913, 
dirigido a sus compañeros de armas. 
 
38 
participación del “inepto Félix Díaz” y del “venal Manuel Mondragón” en los 
acontecimientos. En consecuencia, invitó a sus compañeros de armas a unirse a la 
lucha “para restablecer los principios democráticos y para hacer prácticos los 
ideales de la Guerra de Reforma y de la Revolución de 1910.” En el mismo tenor 
que Bazán y Cervantes, pero más directo, Ángeles les expresó: “Yo os invito a 
volver a la senda que nos marca nuestro honor militar y nuestros principios 
liberales[…] Unamos, pues, nuestros esfuerzos al de los ciudadanos que se han 
alzado en armas para restablecer el Régimen Constitucional y que desaparezcan 
los hombres ineptos que han llenado de horror al mundo con sus crímenes y 
mancillado de la bandera República.”52

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