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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS 
COLEGIO DE PEDAGOGÍA 
 
 
 
 
 
Experiencia educativa en museos de historia y museos de arte en la 
Ciudad de México: análisis comparativo entre el caso del Museo 
Nacional de Antropología y el Museo Soumaya 
 
 
 
Tesis 
que para obtener el título de 
Licenciada en Pedagogía 
presenta: 
Ana Paula Robleda Betancourt 
 
 
Asesora: Lic. Nancy Galván Aguilar 
 
 
México D.F. Noviembre 2015 
 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 2 
 
Agradecimientos 
 
De pronto resulta que escribir los agradecimientos es casi tan difícil como escribir 
uno de los capítulos de mi tesis. No porque no sepa qué decirles, sino porque es 
complicado saber por dónde empezar. 
Ma, pa y Juanjo, gracias por ser parte de mí en todo momento, en las buenas y en 
las malas. Por apoyarme en todas y cada una de las cosas que he decidido hacer 
y que me gustan. Por enseñarme tanto de ustedes día con día y dejarme ser quien 
soy hoy en día. Por enseñarme que no importa lo que quiera ser y hacer en mi 
vida, siempre y cuando me guste y me haga feliz. 
Jime y Sofía, son las hermanas que mis papás no me dieron pero que la vida puso 
en mi camino. Muchas gracias por apoyarme en todo, por festejarme y 
apapacharme tanto. Las quiero. 
A todos y cada uno de mis amigos, con quienes he crecido, aprendido, reído, 
llorado, compartido. Gracias por estar a mi lado y por apoyarme. 
Gracias a todas las maestras que atentamente leyeron mi trabajo y me ayudaron a 
complementarlo. Nancy y Glenda, muchas gracias por invitarme a sus espacios y 
dejarme conocer de cerca lo que hoy disfruto tanto; gracias por enseñarme y estar 
conmigo en este camino. 
Gracias a todos ustedes, este trabajo y fin de ciclo se hizo posible. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 3 
 
ÍNDICE 
 
Introducción ............................................................................................................................ 4 
1. Aproximaciones a la educación en museos .................................................................... 10 
1.1 Educación no formal ................................................................................................... 13 
1.2 Educación en museos y su desarrollo ....................................................................... 14 
2. Experiencia ....................................................................................................................... 20 
2.1 Conceptualización ...................................................................................................... 21 
2.2 Experiencia en museos .............................................................................................. 27 
2.3 Categorías de aprendizaje de Eilean Hooper- Greenhill ........................................... 32 
3. Museo Nacional de Antropología y Museo Soumaya...................................................... 38 
3.1 Descripción de los museos ......................................................................................... 38 
3.2 Propuesta pedagógica ................................................................................................ 45 
3.3 Visitas al museo .......................................................................................................... 50 
4. Metodología de investigación y análisis comparativo entre los museos ......................... 53 
4.1 Metodología de investigación ..................................................................................... 53 
4.2 Análisis comparativo entre visitas escolares ............................................................. 56 
4.3 Resultados ................................................................................................................. 57 
5. Conclusiones .................................................................................................................... 68 
5.1 Vinculación de las visitas escolares con el programa de estudios de la Secretaría de 
Educación Pública ............................................................................................................ 73 
5.2 Reflexión final ............................................................................................................. 75 
5.3 Mi propuesta: uso de instrumento de observación de manera permanente en el 
Museo Soumaya ............................................................................................................... 77 
Anexo 1. Mis experiencias en Museo Soumaya y Museo Nacional de Antropología ........ 79 
Anexo 2. Síntesis del programa de estudios de educación básica .................................... 87 
Anexo 3. Instrumento de observación para grupos escolares ............................................ 97 
Referencias bibliográficas .................................................................................................. 101 
Referencias hemerográficas y electrónicas ....................................................................... 102 
 
 
 4 
 
Introducción 
 
Los museos siempre se han concebido como espacios que albergan objetos de 
diferentes tiempos y culturas que nos permiten conocer un poco sobre nosotros 
mismos y sobre los demás. Son espacios de aprendizaje. 
 
Todos los museos pueden generar en el visitante experiencias diferentes porque 
dependen de la persona que las vive, del momento en que se presentan y del 
tema al que se acercan. Una experiencia siempre se podrá complementar con 
otra, al mismo tiempo que coopera con la formación del pensamiento crítico de las 
personas ya que mediante diversas aproximaciones y conocimientos, se les invita 
a reflexionar, comparar, complementar y construir nuevas ideas y aprendizajes 
que, además, les pueden ayudar a conocerse a sí mismas. 
 
Si bien el museo permite generar diferentes experiencias educativas de acuerdo 
con su tema o especialidad, ¿cuáles son las diferencias y semejanzas en las 
experiencias educativas generadas en los museos de historia y de arte en la 
Ciudad de México? ¿Pueden complementarse entre ellas o son ajenas? 
 
A lo largo de mi carrera descubrí el campo de la educación no formal, 
específicamente el tema de educación en museos, el cual no sólo me cautivó, sino 
que me ha permitido adentrarme justamente en el mundo de los museos y los 
procesos de aprendizaje que tienen lugar en ellos. Fue gracias a dos asignaturas 
que me pude involucrar en este campo y conocer de cerca el papel pedagógico de 
estos espacios. 
 
 La inquietud por realizar este trabajo surge del resultado de dos experiencias 
propias en dos museos de la Ciudad de México. 
 
 5 
Como parte de mis actividades de evaluación en el “Taller de Educación No 
Formal. Educación y Cultura”, que llevé durante 2 semestres de la carrera, 
desarrollé un proyecto de intervención pedagógica en el Museo Soumaya. Ese fue 
mi primer acercamiento al trabajo dentro de un museo pues además participé en 
diferentes actividades dentro del mismoya que estuve trabajando como becaria 
durante un año. El taller que realicé en la sede de Plaza CARSO, llamado Los 
cuentos de Alicia (ver anexo 1), fue diseñado originalmente para niños de 7 a 9 
años, aunque también se llevó a cabo con jóvenes de entre 20 y 25 años en dos 
ocasiones. La actividad estaba dividida en dos partes: la primera, era un ejercicio 
de diálogo y reflexión en la sala, y la segunda parte consistía en realizar un dibujo 
relacionado con el trabajo en sala. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Posteriormente, realicé mi servicio social dentro del Museo Nacional de 
Antropología (ver anexo 1). En este recinto tuve la oportunidad de colaborar en 
diversas actividades entre las que estaba el dar visitas guiadas y talleres a grupos 
de escuelas de educación básica. Antes de que pudiera dar una visita guiada por 
cualquiera de las salas, fue necesario re- conocer el museo y acompañar a alguno 
Imagen 1. Taller Los Cuentos de Alicia. 
Diálogo en sala de Museo Soumaya. 
Imagen 2. Taller Los Cuentos de Alicia. Dibujo 
en espacio lúdico del museo. 
 6 
de los asesores educativos o a alguno de mis compañeros, para conocer sobre el 
tema de las salas, sobre el trato y manejo de los grupos dentro del museo, así 
como la forma en la que se debe manejar la información con cada grupo. 
 
 
Imagen 3. Visita guiada en Sala Maya del Museo Nacional de Antropología. 
 
En ambos recintos pude relacionarme con muchos visitantes y observé que, sin 
importar la edad, el museo siempre es un lugar de sorpresas, asombro y 
aprendizaje. Cada persona tiene su propia forma de recorrerlo y disfrutarlo, su 
manera de admirar y sorprenderse con lo que tiene a su alrededor e, incluso, una 
forma particular de aprender de eso. Pero, ¿cómo es que la gente que entra a un 
museo, aprende? ¿Cómo es que, aún cuando no se tenga un recorrido guiado y 
explicaciones a fondo de los objetos que nos rodean, es posible llegar a 
comprenderlos? ¿Por qué cuando a un grupo se le explica lo mismo, hay quienes 
aprenden unas cosas y quienes aprenden otras? ¿Qué es lo que puede ocurrir al 
visitante durante su visita, que le permite salir de una forma distinta de la que 
entró? 
 
 7 
Me parece que la mayoría de las veces, el museo se preocupa por tener diversas 
actividades para que el visitante tenga una buena experiencia, que le guste el 
espacio y regrese, pero pocas veces se detiene a estudiar la experiencia del 
visitante en cuanto a qué fue lo que en realidad le cautivó, si aprendió algo o si se 
lleva alguna reflexión de su visita; ese es justamente el problema de investigación 
que guía este trabajo, la falta de estudio de las experiencias de los visitantes de un 
museo. Creo que es de suma importancia conocer y dar seguimiento a las 
experiencias que se generan durante las visitas a museos con todo tipo de 
públicos, porque no sólo permitiría ampliar lo que hoy en día se sabe de las 
experiencias en los museos, sino que también haría más sencillo desarrollar 
programas, actividades o estrategias que permitan, con mayor frecuencia, la 
generación de experiencias en las personas que entran a estos recintos. 
 
Por lo tanto, el objetivo general de esta investigación es aportar conocimientos al 
campo de la educación en museos, en cuanto a los procesos y formas de 
aprendizaje que se dan durante una visita a estos recintos. A la vez, podría abrirse 
paso para estudiar la experiencia educativa desde otro punto de vista, desde las 
diversas formas de aprendizaje y las estrategias para generar experiencias 
educativas dentro del museo con. 
 
En cualquier museo existe la posibilidad de que se presente una experiencia 
educativa en los visitantes; sin embargo, cada experiencia permite aprendizajes en 
diferentes niveles o categorías. Es por eso que mi investigación tiene tres 
objetivos particulares: a) identificar las características de las experiencias 
educativas dentro de un museo de historia y uno de arte; b) analizar en qué son 
diferentes las experiencias educativas dentro de ambos museos para conocer el 
tipo de aprendizajes que generan y c) describir la manera en la que una visita al 
museo permite desarrollar diferentes aprendizajes. 
 
Para mi investigación, realicé una serie de observaciones a grupos de escuelas 
primarias durante sus visitas a los museos, posteriormente hice una comparación 
entre sus programas de estudio (ver anexo 2) y los contenidos de las exposiciones 
 8 
que visitaron ya que aún cuando sean espacios independientes y cada uno 
responda a sus propios principios y objetivos, se complementan uno al otro. 
 
La educación en museos es un tema muy explorado hoy en día; no obstante, no 
se ha investigado ni escrito tanto como quisiéramos. El primer capítulo de mi 
trabajo habla, a grandes rasgos, de lo que se ha dicho sobre los museos como 
espacios de aprendizaje, investigación, conservación y contemplación, pero 
también hablo del papel que ha jugado el visitante a lo largo de la historia y la 
manera en la que éste adquiere más importancia cada vez. A partir de varios 
autores, como John Dewey, Elliot Eisner, Eilean Hooper- Greenhill, Lauro Zavala y 
Silvia Alderoqui, por mencionar algunos, expongo algunos de los puntos más 
relevantes para esta investigación sobre el estado en el que se encuentra el tema 
en cuestión. 
 
En el segundo capítulo hablo sobre el concepto de experiencia, retomando a John 
Dewey y a Elliot Eisner principalmente. Además, considero necesario dar a 
conocer de manera breve la manera en la que los museos se han ido 
transformando en espacios de aprendizaje y de interacción, no sólo para 
contextualizar mi investigación, sino para entender la importancia de las 
experiencias dentro de ellos. Es interesante que aunque los museos fueron 
originalmente pensados para albergar objetos valiosos, la manera en la que han 
transformado sus visiones ha generado la posibilidad de aprender de los objetos 
que nos presentan, de diversas formas. En este mismo capítulo introduzco y 
describo las categorías de aprendizaje que desarrolla Eilean Hooper- Greenhill, 
mismas que utilizaré para el análisis de mi investigación. 
 
El tercer capítulo está dedicado a la descripción del Museo Nacional de 
Antropología y del Museo Soumaya, los dos recintos sedes de mi investigación. 
Aquí hablo a grandes rasgos sobre los programas y actividades que ofrecen al 
público, así como de sus diferencias en cuanto a la propuesta pedagógica que 
poseen. 
 
 9 
La metodología que utilicé para realizar mi análisis y el desglose de éste se 
encuentran en el capítulo cuatro, en donde explico detalladamente la manera en la 
que se llevó a cabo la recopilación de información, así como la presentación por 
categoría del análisis. 
 
En el quinto y último capítulo, describo los resultados desglosados de mis 
observaciones, así como la conclusión. Presento, así mismo, una propuesta de 
instrumento de observación para conocer de cerca las experiencias del público 
que visita los museos y como cierre, incluyo la reflexión final de mi trabajo. 
 
 10 
1. Aproximaciones a la educación en museos 
 
 
El tema no es nuevo, al contrario, es un tema que ha cobrado fuerza e importancia 
en los últimos años y son varios los autores que han participado en esta 
importante labor desde diversas perspectivas. 
 
Desde sus inicios, los museos se han visto como espacios de conocimiento y 
lugares alternativos de educación, pero estaban totalmente enfocados al cuidado, 
resguardo e investigación de los objetos mismos. Es “relativamente nuevo” el 
hecho de considerar a la educación como un proceso intencional, consciente y 
primordial dentro del museo, donde es el visitante y no el objeto, el protagonista y 
el punto de interés. 
 
Hoy en día se puede decir que el campo de educación en museos va más allá de 
lo que las mamparas, bases y vitrinas nos muestran. Ahora existenmuseos que 
dedican su tiempo y esfuerzos a desarrollar programas, visitas y diversas 
actividades totalmente pensadas en el visitante y, principalmente, en que éste 
logre tener una experiencia que le permita aprender de una manera diferente en 
un lugar que tal vez consideraba poco interesante o meramente recreativo. 
 
Existen varios autores que han investigado y aportado mucho sobre este nuevo 
enfoque y algunas organizaciones en México que se dedican a trabajar propuestas 
que siguen esta línea; únicamente haré mención de aquellos en los que me he 
apoyado para estudiar y poder desarrollar este trabajo, no por hacer de lado o 
menospreciar a los demás. 
 
En Estados Unidos se encuentra a John Dewey, filósofo norteamericano que 
escribió sobre educación como uno de sus temas más importantes. Algunos de 
sus estudios se enfocan en la forma en la que se construye el pensamiento, habla 
de cómo el reflexionar y sacar conclusiones permite construir conocimiento; en su 
libro El arte como experiencia, específicamente, explica lo que es una experiencia 
 11 
y una experiencia estética. Así mismo, de Estados Unidos, está Elliot Eisner, quien 
escribe sobre la importancia de las artes en la educación y también habla de la 
manera en la que la experiencia permite conocer y aprender. 
 
En Reino Unido está Eilean Hooper- Greenhill quien se ha dedicado a estudiar y 
desarrollar el campo de la educación en museos, la relación de la escuela con 
estos espacios y las diversas formas en las que el aprendizaje sucede ahí dentro; 
ha escrito sobre el papel del visitante y las experiencias que se generan con las 
visitas a los museos. Ella desarrolla cinco categorías que corresponden a los 
resultados de diversos aprendizajes generados dentro de algunos centros 
culturales; dichas categorías serán retomadas y explicadas en el capítulo dos. 
 
 De España, está María Inmaculada Pastor Homs, quien se ha dedicado a ampliar 
el campo de conocimiento sobre la pedagogía museística y ha investigado 
también sobre la educación no formal y su importancia, de igual forma que Roser 
Calaf Masachs y Olaia Fontal Merillas. 
 
Silvia Alderoqui, de nacionalidad argentina, se ha dedicado a investigar y 
desarrollar el campo de educación en museos al hablar, por ejemplo, pensar en el 
visitante al momento de diseñar exposiciones y actividades (curaduría educativa), 
la forma en la que la escuela se relaciona con y utiliza al museo y sus contenidos 
como complemento. 
 
 En México, está el Dr. Lauro Zavala quien, aunque no tiene como eje central de 
investigación la educación en museos, tiene grandes aportaciones al tema. Por 
ejemplo en El patrimonio cultural y la experiencia educativa del visitante, explica la 
manera en la que los visitantes se relacionan con los espacios museísticos; en el 
artículo El paradigma emergente en educación y museos propone una distinción 
entre un paradigma tradicional de los museos, donde todo se concibe desde un 
punto de vista más objetivo y hasta más apegado a los programas de estudio de 
las escuelas, y el paradigma emergente que hace referencia a espacios menos 
 12 
vinculados con la educación formal y que busca fomentar el diálogo entre el 
visitante y la exposición. 
 
Existen algunas organizaciones dedicadas a crear proyectos para museos y 
centros culturales. Su objetivo es generar, a partir de los contenidos de esos 
espacios, diversas experiencias que permitan la transformación y el desarrollo de 
las personas que participan en ellas. Son grupos que entienden al museo como un 
lugar de conocimientos, interacción y crecimiento personal. Por ejemplo, 
Plataforma Arte-Educación, creada en 2011, “genera proyectos en los que se 
promueven las prácticas colaborativas relacionadas con el binomio arte-
educación”1 a partir de un equipo multidisciplinario donde participan artistas, 
curadores, investigadores y docentes. Su intención es conjuntar el arte con la 
educación para lograr sensibilización y aprendizajes en todo el público. 
 
La Vaca Independiente es una “organización de innovación educativa y desarrollo 
humano”2 creada en 1992 y que ha generado algunos programas y estrategias 
con los que busca “integrar el arte a la vida cotidiana”3 entre otras cosas. Tiene 
programas para capacitar docentes en la metodología dia® (desarrollo de 
inteligencias a través del arte) “que contribuye al desarrollo gradual de 
capacidades pedagógicas y didácticas para transformar prácticas educativas. 
Ayuda a potenciar el desarrollo humano integral facilitando ambientes de 
aprendizaje participativos centrados en los alumnos, estimulando procesos de 
pensamiento, lenguaje, manejo de emociones y sentido social. Utiliza el arte visual 
y otros vehículos como estímulo pedagógico y de transformación.”4 
 
 
 
 
1 Información obtenida en junio de 2015 del sitio web de PAE: http://redpae.net/pae/informacion/ 
2 Información obtenida en junio de 2015 del sitio web de La Vaca Independiente: 
http://lavaca.edu.mx/nosotros 
3 Idem. 
4 Información obtenida en junio de 2015 del sitio web de La Vaca Independiente: 
http://lavaca.edu.mx/oferta-educativa 
http://redpae.net/pae/informacion/
http://lavaca.edu.mx/nosotros
http://lavaca.edu.mx/oferta-educativa
 13 
 
1.1 Educación no formal 
 
El ser humano está en un continuo proceso de aprendizaje que le permite 
adaptarse y desarrollarse en cualquiera que sea el ámbito en el que participa. La 
forma en la que aprende siempre depende del propio individuo y su contexto; aún 
cuando un grupo completo se encuentre en la misma situación, los aprendizajes 
variarán. 
 
Al ser la educación un proceso continuo a lo largo de la vida, no es únicamente la 
escuela la encargada ni el único espacio para dicha actividad. Al ser permanente 
en la vida de las personas, la educación se da en diversos ámbitos y momentos, 
incluso en algunos que generalmente no consideramos. 
 
Existe una separación entre tres tipos de educación, formal, no formal e informal 
que me parece importante explicar de manera breve para comprender, entonces, 
el ámbito de la educación en museos. 
 
La educación formal es la que está vinculada con el sistema educativo. Es decir, 
es el tipo de educación que se ofrece dentro de los centros escolares que parten 
de un sistema educativo que ha diseñado y planeado objetivos, contenidos y 
estrategias para que los alumnos “escalen” en los niveles educativos, aprendiendo 
y acumulando conocimientos. Es intencional, sistemática y está certificada y 
reconocida. De manera más burda, es aquella que se considera educación 
tradicional por ser dentro de la escuela donde se encuentra. 
La educación no formal es aquella que, aún cuando es intencional, organizada y 
con objetivos, se encuentra fuera del sistema educativo por lo que no es 
reconocida o certificada oficialmente, no es seriada, no es obligatoria y responde 
más bien a los intereses de cada persona. Es mucho más flexible y puede 
encontrarse dentro de las escuelas, como por ejemplo, en clases extracurriculares 
que suelen ser enfocadas al deporte o cultura, o en recintos distintos a los centros 
escolares como por ejemplo, casas de cultura, bibliotecas y museos. 
 14 
 
La educación informal, aunque existen diversas concepciones, es la que hace 
referencia a todo lo que se aprende durante el día a día de cada persona. Son 
aquellos conocimientos que no se planean propiamente y que no son seriados; 
pueden o no partir de los intereses de cada persona y, por esto mismo, no son 
reconocidos ni certificados por ninguna institución. Por ejemplo, aprender a usar el 
metro, cruzar una calle o aprender a vestirse. 
 
Ahora, dentro de la educación no formal, existe una gran variedad de posibilidades 
y ramas. Al ser más flexible, permite también que cada persona seleccione qué es 
lo que le interesa y enfocarse eneso. Por ejemplo, existe la educación ambiental, 
la educación para el trabajo, la educación para la salud, la educación patrimonial, 
etcétera que si bien cada una puede estudiarse de manera formal y ser certificada, 
también existe la posibilidad de acercarse a ellas de manera no formal, 
aprenderla, con la diferencia de que no son obligadas ni son certificadas de 
manera oficial; eso no les quita la importancia ni elimina los saberes, únicamente 
son maneras distintas a responder a las necesidades de cada individuo. 
 
Los museos, entonces, son uno de los ejemplos más utilizados para hablar de 
educación no formal ya que son lugares destinados al aprendizaje, que invitan a 
conocer y reflexionar para ampliar el conocimiento del visitante pero siempre, a 
partir de lo que él quiere y sabe. 
 
1.2 Educación en museos y su desarrollo 
 
La educación en museos es un tema muy amplio que abarca desde su concepción 
como espacio educativo hasta la idea de que es el visitante su elemento más 
importante para los procesos de enseñanza y aprendizaje. El museo se ha visto 
como un espacio complementario a la educación formal impartida en sus 
diferentes niveles y modalidades, como medio y herramienta de la escuela y sus 
programas de estudio, o bien, como un lugar de aprendizaje no formal; incluso, en 
 15 
ocasiones se ha considerado, erróneamente, como una extensión de los centros 
escolares. 
 
Más allá de todos los vínculos que existen entre el museo y el aprendizaje, el 
primero ha sido considerado como un lugar de recreación, interacción, 
socialización y también como un medio de desarrollo humano, de acercamiento a 
diversas culturas y de acercamiento al arte, entre otros temas; un espacio de 
experiencias y de construcción de identidades. 
 
El Consejo Internacional de Museos, ICOM por sus siglas en inglés, define a un 
museo como “una institución permanente, sin fines de lucro, al servicio de la 
sociedad y abierta al público, que adquiere, conserva, estudia, expone y difunde el 
patrimonio material e inmaterial de la humanidad con fines de estudio, educación y 
recreo.”5 
Desde su origen, los museos fueron considerados espacios educativos por 
excelencia ya que resguardaban infinidad de objetos históricos que contaban algo 
acerca de una cultura o un grupo de un momento y lugar determinado. 
 
Miguel Ángel Fernández, en su libro Historia de los museos en México, describe 
cómo en la antigüedad, los museos, más que espacios destinados a la exhibición, 
eran lugares parecidos a los templos en los que se depositaban diversos objetos 
como parte de ofrendas a los dioses. Posteriormente, esos objetos se empezaron 
a coleccionar, asignándoles un valor religioso y artístico que hacían que quienes 
iban de visita a esos recintos, los contemplaran; en diferentes partes del mundo 
como Grecia, Egipto y China, se empezaron a crear colecciones de diversos 
objetos que no sólo formaban parte del ámbito religioso, sino que eran espacios 
con carácter sagrado, en los que se realizaban investigaciones científicas e 
invitaban a la reflexión sobre ciencia y filosofía, como por ejemplo, el Museion o 
Museo de Alejandría construido por Ptolomeo, en el año 327a.C. 
aproximadamente, integrado por una biblioteca, un jardín botánico y un zoológico. 
 
5 Información consultada en mayo de 2015 en el sitio web del ICOM: http://icom.museum/la-
vision/definicion-del-museo/L/1/ 
http://icom.museum/la-vision/definicion-del-museo/L/1/
http://icom.museum/la-vision/definicion-del-museo/L/1/
 16 
En Pérgamo se construyó una biblioteca que además de libros, guardaba y 
exhibía algunas estatuas de personajes importantes. 
 
En América ocurría algo similar; “los indígenas anteriores a los europeos… 
coleccionaban objetos con sentido etiológico, es decir, reunían piezas con las 
cuales les fuera posible reconstruir su propia historia como pueblo para 
emparentarse con las culturas más dignas de la antigüedad.”6 En Tenochtitlán y 
sus alrededores, se hicieron jardines botánicos y zoológicos, con elementos 
representativos de la región, flora y fauna de diferentes zonas que se conseguían 
por medio del comercio o trueque y que también servían para realizar 
investigaciones. Tenían unos lugares llamados amoxcallis en donde resguardaban 
códices y pinturas, entre otros objetos. 
 
Con la llegada de los españoles a México, se epezó a dar un mayor intercambio 
de objetos entre culturas. En el S. XVIII, Francisco Javier Clavijero, uno de los 
frailes que llegó con los españoles, sugirió la conservación de los restos de la 
“antigüedad mexicana”, como lo describe Miguel Ángel Fernández y fue entonces 
cuando se construyó un espacio dentro del edificio de la Universidad dedicado a la 
conservación de dichos objetos históricos. 
 
De acuerdo con el Atlas de Infraestructura Cultural de México “el primer museo 
público creado en nuestro país fue el de Historia Natural, inaugurado en 1790 en 
[…] la Ciudad de México. Su acervo estaba constituido tanto de muestras 
minerales, de la flora y la fauna de la Nueva España, como de instrumentos 
científicos de la época…”7. En ese mismo libro, se menciona que al iniciar la 
guerra de Independencia de México, el edificio de la Universidad fue saqueado y 
únicamente se logró rescatar una pequeña parte de la colección que se tenía, la 
cual fue resguardada en el Colegio de San Ildefonso. 
 
 
6 Fernández, Miguel Ángel. Historia de los museos de México. p. 39 
7 CONACULTA. Atlas de Infraestructura cultural de México, México: 2003, p.136. Consultado en 
línea en abril de 2014 en http://sic.conaculta.gob.mx/atlas/atlas.zip 
http://sic.conaculta.gob.mx/atlas/atlas.zip
 17 
Posteriormente, en 1825, durante el gobierno de Guadalupe Victoria, surgió el 
Museo Nacional Mexicano, que tenía como finalidad “resguardar en un mismo 
recinto las colecciones científicas, los archivos y documentos del México antiguo, 
así como las piezas arqueológicas y de valor artístico que resguardaban la Real y 
Pontificia Universidad de México y coleccionistas privados.”8 Ese mismo museo 
fue reubicado unos años más tarde, en 1865, cuando Maximiliano de Habsburgo 
cedió el edificio de la Antigua Real Casa de Moneda (lo que hoy es el Museo 
Nacional de las Culturas). Ahí, la colección estuvo dividida en diferentes núcleos 
hasta el año de 1909. Para 1910, la colección se separó en dos; la que quedó 
resguardada en el nuevo Museo de Historia Natural y la que quedó bajo el 
resguardo del Museo Nacional de Antropología, Historia y Etnografía, que más 
tarde se convertiría en el Museo Nacional de Antropología, ubicado actualmente 
en Chapultepec. 
 
Ha sido con el paso del tiempo y con el afán de conservar y conocer, que estos 
espacios han sufrido varias transformaciones hasta llegar a ser lo que hoy en día 
entendemos como museo; espacios destinados a la conservación, investigación, 
difusión y exhibición de objetos representativos de determinados momentos y 
lugares. 
 
Es a principios del siglo XX que se empieza a generar un rápido crecimiento en la 
creación de museos de diferentes temas y enfoques a lo largo de la Ciudad de 
México y en algunos estados de la República. “Se cuenta con la referencia de que 
en la primera década del siglo XX existían en México 38 museos.”9 Es entonces 
que “a lo largo de 100 años, del siglo XX al XXI aumentó la cantidad de museos de 
38 a 846, lo que significó crecer en cantidad de museos por un factor de 22.26 
veces.”10 Para el 2003, había alrededor de mil 58 museos registrados 
“administrados por instituciones públicas y privadas, con temáticas diversas, de 
carácter nacional, regional, estatal, de sitio y comunitarios.”11 De acuerdo con 
 
8 Idem. 
9 Idem. 
10 CONACULTA. Atlas de Infraestructuray patrimonio cultural 2010, p. 116 
11 CONACULTA. Op. Cit. p136 
 18 
CONACULTA, las entidades con mayor número de museos registrados hasta ese 
momento eran: el Distrito Federal con 127, el Estado de México con 74 y Jalisco 
con 66. En 2010, CONACULTA tenía registrados 1185 museos12, de los cuales 
145 se ubican en el Distrito Federal. En 2012, en el Sistema de Información 
Cultural (SIC) contabilizó un total de 1271 museos en México y 152 museos 
registrados en la Ciudad de México.13 
 
“La relación entre cultura y desarrollo ha cambiado dramáticamente al pasar del 
siglo XX al XXI […] en ningún otro país latinoamericano se formó una 
infraestructura tan grande de museos de antropología, historia y arte en la 
segunda mitad del siglo pasado.”14 García Canclini menciona que la relación entre 
cultura y desarrollo de un país es lo que ha llevado en los últimos años al 
desarrollo y creación de tantos y tan diversos museos. Cuando la cultura empezó 
a tener más importancia en diferentes esferas como, por ejemplo, en la 
económica, el acercamiento a espacios y actividades culturales creció, pues se 
veía como un medio para generar más conocimientos y personas más sensibles y 
conscientes de lo que les rodea. 
 
Al vincular esta reflexión sobre el desarrollo y la cantidad de espacios museísticos 
que existen hoy en día, al menos en nuestro país, es curioso que exista un gran 
desarrollo del tema de educación en museos desde diferentes perspectivas, como 
ya lo mencionaba. En muchos museos cada vez es mayor la preocupación por el 
proceso de aprendizaje del visitante y el empeño por desarrollar y ofrecer 
programas o actividades que inviten al público a acercarse a las colecciones y 
aprender de ellas de diversas formas, pero en realidad, aún no se sabe mucho 
sobre el resultado de las experiencias del visitante en sus visitas. 
 
12 En CONACULTA se tiene la estadística de que del 100% de museos registrados, el 63.66% 
pertenece a museos de antropología e historia y 22.98% a museos de arte, como los temas más 
recurrentes de estos espacios. 
13 Información consultada en abril de 2015 en el sitio web del Sistema de Información Cultural: 
http://sic.conaculta.gob.mx/index.php?estado_id=9&municipio_id=0&table=museo&disciplina= 
14 García Canclini, Néstor y Maritza Urteaga (coords.), Cultura y desarrollo. Una visión crítica desde 
los jóvenes, Buenos Aires: Paidós, 2012, p. 19 
http://sic.conaculta.gob.mx/index.php?estado_id=9&municipio_id=0&table=museo&disciplina
 19 
Entonces, ¿cómo saber en qué sentido o de qué forma se generan experiencias 
dentro de los museos? Sabemos que no necesariamente con cada visita hay 
experiencias, pero aquellas veces que sí se logran, ¿qué provocan en las 
personas? ¿De qué forma las marcan? ¿Qué les enseñan? ¿Cómo proponer 
actividades dirigidas a generar experiencias, si no se sabe con claridad cómo es 
que éstas resultan en la gente? 
 
 
 20 
2. Experiencia 
 
Lauro Zavala menciona en su artículo El patrimonio cultural y la experiencia de los 
visitantes15 que la gran mayoría de estudios sobre visitantes de museos hoy en 
día, tienen finalidades principalmente administrativas, casi nunca de conocimiento 
de las experiencias de visita. 
Se han realizado pocas investigaciones con el objetivo de conocer si la 
experiencia generada dentro del museo dejó un aprendizaje. John Falk y Lynn 
Dierking mencionan en su libro Museum Experience Revisited que a través de 
pequeñas entrevistas antes y después de la visita al museo, se puede llegar a 
conocer si el visitante se lleva de su experiencia al menos un pequeño 
aprendizaje. Eilean Hooper-Greenhill menciona que muchos de los estudios 
realizados tienen como única finalidad conocer si la visita a un museo fue 
satisfactoria o no; pero casi nunca se han realizado evaluaciones o 
investigaciones que nos permitan conocer la manera en que una visita al museo 
afecta al visitante. 
Ya se ha escrito mucho sobre experiencia estética o educativa en un museo de 
arte, principalmente. Se ha hablado de experiencias educativas en museos de 
historia y de manera más frecuente, de la capacidad de los museos de ciencia y 
tecnología para generar conocimientos y experiencias. Poco se ha escrito sobre la 
posibilidad de generar experiencias educativas de diferentes formas y, aún con 
menos frecuencia, se han hecho estudios comparativos de experiencias 
educativas entre museos diferentes. 
Hasta ahora he mencionado mucho el término de experiencia sin más explicación; 
es algo que podría sonar muy familiar y cotidiano en la vida de cualquier persona. 
Generalmente, experiencia se entiende como un conocimiento o una habilidad 
lograda mediante una práctica continua; como el resultado de una acción 
constante o el conocimiento que se adquiere con la práctica. Otra forma de 
entenderla es cuando se vive algo fuera de lo cotidiano que genera muchas 
 
15 Zavala, Lauro. El patrimonio cultural y la experiencia de los visitantes en Vallejo, Ma. Engracia. 
Educación y Museos; Colección Obra Varia, INAH, México: 2002. P. 89-99 
 21 
emociones, sensaciones y percepciones a la vez, ya sean benéficas y alegres o, 
por el contrario, momentos fuertes y traumáticos; algo que definitivamente deja 
marcado a quien lo vive. 
 
En este capítulo explicaré la noción de experiencia a partir del trabajo de John 
Dewey y Elliot Eisner principalmente. También reflexionaré acerca de la 
importancia de una experiencia educativa dentro de un museo Para finalizar, 
retomaré a Eilean Hooper-Greenhill y las categorías de aprendizaje que propone 
en su libro Museums and education. Purpose, pedagogy, performance, para 
usarlas como eje central del análisis que realizaré. 
 
2.1 Conceptualización 
 
“La búsqueda del conocimiento se fundamenta en la 
capacidad de la mente humana para encontrar orden en el 
caos […] Es un proceso de aprehensión y apropiamiento de 
la realidad a través de la percepción y el intelecto.”16 
Fabián Palacios-Díaz 
 
 
Para John Dewey una experiencia es el resultado de un hacer junto con su 
consecuencia; es “… el resultado de una interacción entre la criatura viviente y 
algún aspecto del mundo en el que vive.”17 Para que exista una experiencia en 
este sentido, debe haber una situación en la que el sujeto participe e interactúe 
con alguien más o con algún objeto. 
 
Todos los intercambios de experiencias que comparte una persona con quienes le 
rodean, lo que aprende gracias a su desenvolvimiento en la sociedad, toda acción 
que le deja algo para reflexionar; todo eso es educación y es lo que permite que 
un individuo crezca y se forme para llegar a ser una persona completa, sensible, 
 
16 Palacios-Díaz, Fabián. La ciencia como experiencia estética y el arte como experiencia 
cognoscitiva: prolegómenos a una teoría sintética de la realidad en Ciencia y Mar, Oaxaca, 
México: 2011, Vol. 44; mayo-agosto, p. 23 
17 Dewey, John. El arte como experiencia, España: Paidós, 1934 , p. 51 
 22 
crítica y reflexiva, además de que llegue a conocerse y hacerse consciente tanto 
de sí misma como de los demás. Las experiencias son procesos continuos, que 
tienen inicio y conclusión, pero no un fin. 
 
“Una experiencia, en el sentido que emplea John Dewey, es: un acontecimiento 
cuya profundidad, intensidad, valor y sentido de ser algo completo lo separa 
decisivamente del flujo de la vida cotidiana.”18 Si se trata de acciones que se 
hacen de manera automática porque ya forman parte de la rutina de la persona y 
no se les pone atención, entonces no existe una verdadera experiencia porque no 
se está reflexionando acerca de lo que se hace, pero aquello que sale de la rutina, 
y deja algo para reflexionar o pensar sobre los acontecimientos quehacen de un 
día, distinto a los demás, entonces se puede hablar de una experiencia. 
 
Las experiencias nuevas son mucho más ricas y significativas cuando se tienen 
otras previas con las que se puedan relacionar porque eso permite comparar y 
complementar o cambiar aquello que ya se sabía y se conocía; es por eso que las 
experiencias son continuas y constantes aún cuando parece que cada una llega a 
su fin. 
 
Elliot Eisner menciona en El arte y la creación de la mente. El papel de las artes 
visuales en la transformación de la conciencia, que “la experiencia… es el medio 
para la educación. La educación, a su vez, es el proceso de aprender a crearnos a 
nosotros mismos.”19 Este autor hace mucho énfasis en que los sentidos son una 
de las vías principales para el aprendizaje, por lo que la experiencia es una 
herramienta fundamental en el proceso de educación y al mismo tiempo, es el 
mejor medio de creación propia. 
 
Las experiencias, como menciona Eisner, tienen diversas formas de presentarse. 
Existen “experiencias sinestésicas”, aquellas que permiten experimentar un 
 
18 Burnham, Rika y Elliot Kai-Kee. La Enseñanza en el Museo de Arte. La interpretación como 
experiencia, México: INAH, 2012, p. 71 
19 Eisner, Elliot. El arte y la creación de la mente. El papel de las artes visuales en la 
transformación de la conciencia, España: Paidós, 2004, p. 19 
 23 
momento con muchos sentidos al mismo tiempo. Por ejemplo, aún cuando sea la 
vista la primera forma de conocer, para muchos, el acercamiento a un objeto o 
situación puede llegar a impactar de tal forma a una persona, que ésta llega a 
sentir y a percibir con todo el cuerpo. 
 
¿Cuántas veces hemos sido conscientes del antes y el después de ciertos 
aprendizajes en nuestras vidas? Es un hecho que cuando una persona aprende 
algo que le gusta y le es interesante, definitivamente es algo que va a comprender 
de una manera más rápida, clara y sencilla. Pero, ¿es únicamente ese objeto de 
conocimiento lo que entra en juego o también es importante el ambiente en el que 
la persona se encuentra? 
 
¿De qué depende que cada persona aprenda diferentes cosas? ¿Por qué lo que 
es atractivo para unos, no lo es para otros? ¿Por qué un mismo momento en 
grupo genera aprendizajes tan diversos como el número de sus integrantes? 
 
Una experiencia educativa necesita de situaciones previas de las cuales partir. 
Necesita tomar en cuenta las condiciones del contexto en el que se genera para 
entonces lograr una relación, una apropiación, una continuidad y un cambio en las 
personas. Toda acción o interacción que resulte significativa para la persona, 
generará una comprensión y apropiación de lo vivido. Incluso algo de lo que no se 
sepa nada, al ser totalmente nuevo y diferente de lo que ya se conoce, permite la 
generación de experiencias y aprendizajes; la relación podría estar, por ejemplo, 
en el mero hecho de que es algo nuevo, ajeno al sujeto y entonces eso es lo que 
llama su atención y le invita a acercarse. 
 
Un aprendizaje significativo (aquel que se caracteriza por ser útil y representativo 
en la vida de las personas por el sentido que éstas le dan) puede considerarse 
como una experiencia educativa, ya que es justamente ese significado e 
importancia que tiene para la persona lo que hace que se convierta en una acción 
o un hecho con sentido y utilidad. Las vivencias que hacen que una persona 
reflexione, ganan cierta importancia o sentido que ayuda a complementar el 
 24 
proceso de aprendizaje y permite relacionar lo aprendido con algo de la persona 
misma. 
 
Ahora, no todas las experiencias son iguales porque dependen del tiempo, 
espacio y la persona que las vive; al denominarse experiencia, no necesariamente 
implica un aspecto positivo, pero todas tienen en común que aprendemos algo de 
ellas. Por ejemplo, una visita a un museo puede ser positiva o negativa, puede 
gustarnos o no, sin embargo, si en esa visita sucedió algo particular que resultó en 
nuestro agrado o desagrado del momento, es eso lo que se considera una 
experiencia, porque es lo que deja marcada a la persona que lo vivió; se generó 
un impacto en el sujeto y por lo tanto, es algo que le hará pensar, reflexionar, 
comparar, complementar algo que ya sabía o incluso, algo que desconocía y que 
ahora tendrá como referencia. En pocas palabras, positivo o negativo es 
experiencia porque generó un impacto en el sujeto y la ha cambiado. 
 
La educación, en todos sus ámbitos: formal, no formal e informal, debe lograr ese 
tipo de experiencias para generar aprendizajes significativos en las personas. 
Ciertamente, parece que dentro del ámbito de la educación no formal resultan ser 
más frecuentes, tal vez porque al estar fuera del sistema educativo o ámbito 
formal, la educación es mucho más flexible y generalmente se trata de actividades 
que se realizan por interés, más que por obligación; suelen ser actividades que, al 
salir de la cotidianeidad de las personas, las encuentran diferentes y por lo tanto, 
les asombran. Esto no quiere decir que dentro del sistema educativo o en la 
educación que se recibe en casa y en la vida cotidiana no se puedan lograr 
experiencias. 
 
Otro tipo de experiencia, no necesariamente ajena o aislada de la educativa, es 
aquella que “puede surgir en cualquier encuentro que una persona tenga con el 
mundo”20, se genera una vez que se llega a la conclusión de la vivencia, y se 
reflexiona sobre lo que pasó desde su inicio, hasta su culminación; a esa se le 
 
20 Eisner, Elliot. Op Cit. p. 283 
 25 
denomina como “experiencia estética”. Es lo que cada persona percibe y disfruta o 
sufre en el proceso de interacción y reflexión. 
 
Una experiencia estética es “… el modo de nombrar el momento en que quien 
atestigua “algo” se conmueve, esto es que toca el nivel en el que comprende que 
no hay diferencia entre él y lo que observa.”21 La mayoría de las veces que se 
habla de una experiencia estética, se le relaciona con arte porque se hace 
referencia a la percepción de las personas, a lo que conmueve o toca a alguien. 
Por ejemplo, ir a un museo y ver una obra de arte que sabemos que nos gusta 
pero que en realidad sólo conocíamos en libros; ahora la tenemos enfrente y nos 
deja perplejos. No sólo la vemos en vivo y a todo color, sino que seguramente nos 
pondrá la piel "chinita”, nos dejará impresionados y la admiraremos con 
detenimiento. La disfrutamos. 
 
En muchas ocasiones, las estrategias y programas que se han desarrollado están 
más apegadas al uso del arte como herramienta y medio de aprendizaje, debido a 
que es justamente un tema que, si bien aporta conocimientos y datos objetivos, 
permite la exploración y descubrimiento de uno mismo a través de sus objetos. 
Cabe aclarar que “arte” no hace únicamente referencia a aquellas pinturas y 
esculturas que encontramos en museo dedicado a ellas, sino cualquier tipo de 
expresión que una persona utilice para hablar de ella, de sus emociones y 
percepciones, de lo que le rodea, lo que le gusta, lo que conoce. Por lo tanto, una 
obra de arte la podemos encontrar tanto en una pintura del siglo XVIII, como en 
una pintura rupestre; tanto en cuento para niños, como en una compleja obra 
filosófica; en la fotografía, en la danza, en la música, etc. 
 
Si bien es cierto que el arte es uno de los ámbitos donde se generan muchas 
experiencias estéticas, no es necesariamente el único. Dentro de la historia, por 
ejemplo, las piezas arqueológicas pueden ser consideradas como obras de arte, 
más allá de la carga histórica que evidentemente tienen y por la que se les valora. 
 
21 Mazzotti Pabello Giovanna y Víctor Manuel Alcaraz Romero. Arte y experiencia estética como 
forma de conocer en Casadel Tiempo, México: UAM, 2006 No. 87, Vol. VII, p.37 
 26 
La ciencia puede generar este tipo de experiencias también. Conocer el 
funcionamiento de las cosas o sus reacciones y poder apreciarlas en vivo, 
enfrente de nosotros, es algo que nos dejará sorprendidos o asombrados y 
seguramente nos dejará marcados por el resto de nuestras vidas. 
 
Ahora, si una experiencia estética está relacionada, mayormente, con el arte y con 
las percepciones de las personas sobre los objetos, por la posibilidad que tienen 
éstos de hacer que una persona los contemple y encuentre significados en ellos, 
entonces se puede deducir que la experiencia estética es completamente 
subjetiva. Las experiencias dependen, además del contexto, del bagaje cultural, 
los intereses, las sensaciones y percepciones de cada quien, por lo tanto, aún 
cuando varias personas tengan una experiencia estética frente a la misma obra, o 
incluso en el mismo momento, esas experiencias van a ser diferentes y no por eso 
dejan de ser válidas y ciertas. 
 
Muchas veces, al hablar de aprendizajes y conocimientos que surgen de lo 
subjetivo, se les menosprecia o no se les da tanto valor como a aquello que es 
objetivo por el tipo de datos e información que trata. Las experiencias estéticas 
pueden llevar a la persona a conocer más allá de lo que ve a simple vista; le 
permiten conocerse a sí misma. 
 
Es a partir de la relación del sujeto con el objeto que se generan momentos 
reflexivos en los que las personas pueden llegar a comprender diferentes hechos, 
tanto del objeto, del artista o como de ellas mismas. “La experiencia estética como 
una realidad que se ha vuelto significativa gracias a los actos de nuestra 
imaginación, intuición, sentimiento, creencia, sensación y cognición, para dejar de 
ser una abstracción definida racional o lógicamente.” 22 
 
A diferencia de la experiencia estética, que se relaciona con el arte y está 
vinculada con lo subjetivo, la experiencia cognitiva es aquella que está vinculada 
con los conocimientos científicos, con lo objetivo; es la que hace que quien la 
 
22 Maxine Greene en Burnham, Rika y Elliot Kai-Kee, Op. Cit. P. 69 
 27 
experimenta reflexione, piense y aprenda algo que está relacionado con un 
conocimiento en particular que incluso se podría denominar como científico o “dato 
duro”. Puede dejar en la persona un resultado de asombro, sí, pero está 
relacionada con información objetiva o con lo que algunos llaman “conocimientos 
válidos”, trata de dar a conocer o reforzar los conocimientos científicos que 
aprendemos a lo largo de nuestra vida. No hay que dejar de lado la idea de que 
aún en la ciencia existen conocimientos que tienden a lo subjetivo, sin embargo, la 
idea de una experiencia cognitiva es la de hacer que el sujeto reflexione y conozca 
sobre algún objeto a partir de su historia, más que de la percepción que éste le 
pueda generar. 
 
Este tipo de experiencias no busca tanto la percepción e interpretación del objeto 
mismo, aunque tampoco las deja de lado, su intención primordial es que cada 
persona conozca y aprenda algo que no sabía o que refuerce lo que ya conocía, a 
través de interacciones con personas o con objetos. Necesita de la participación 
de la persona para que ésta logre relacionarse con y apropiarse de los objetos y 
los conocimientos. 
 
2.2 Experiencia en museos 
 
Un museo es el espacio encargado del resguardo y conservación de objetos que 
tienen una importancia histórica particular. Es un lugar de historias y significados 
que le ayudan al visitante a reconstruir, desde diferentes esferas o perspectivas, el 
conocimiento sobre épocas pasadas o lugares lejanos, de tal manera que pueda 
acercarse a ellos de una forma menos abstracta. 
 
Si bien es verdad que los museos se caracterizan por ser los encargados de 
conservar diferentes objetos, no sólo se dedican a eso, tienen una gran lista de 
quehaceres. El museo, como institución, conserva, estudia, restaura; enseña, 
acerca y exhibe objetos del pasado, de gran importancia; promueve y genera la 
educación continua y permanente, tanto de sus visitantes como de las personas 
 28 
que trabajen dentro de él. Es un espacio mediador entre el pasado, la cultura y sus 
visitantes. 
 
Aunque estos recintos siempre han sido vistos como espacios de conocimiento y 
aprendizaje, eso no quiere decir que siempre se hayan desarrollado actividades 
para lograr el aprendizaje y disfrute de sus visitantes. Antes, los museos no se 
pensaban para el público, sino para los objetos. Aproximadamente a fines del siglo 
XVIII, los museos eran espacios de acumulación de objetos en los que se 
pretendía que los visitantes aprendieran únicamente al observar los objetos 
expuestos en las vitrinas. “El visitante se dedica a contemplar y el museo hace ver 
lo que almacena y conserva”.23 Hoy en día, muchos de estos espacios ya 
consideran al público al momento de planear y diseñar exposiciones; ya no se 
trata únicamente de exhibir y dar a conocer, sino de lograr el que el visitante se 
involucre e interactúe con la exposición misma además de contemplarla; son 
espacios pensados para el visitante. 
 
La forma en la que cada recinto presenta sus colecciones y actividades al público 
permite que cada quien explore y experimente de maneras distintas. Lauro Zavala 
hace una división de paradigmas en el campo de la educación y museos en la que 
propone un paradigma tradicional y uno emergente. 
 
Dentro del paradigma tradicional, “1) el museo es un apoyo que complementa la 
educación formal; 2) el objetivo de la visita es la obtención de conocimientos; 3) lo 
esencial de una exposición es su contenido […] 5) las exposiciones aspiran a la 
objetividad […] 7) la experiencia educativa durante la visita se reduce a la visión y 
el pensamiento…” 24 Algunos museos de historia, por ejemplo, son considerados 
como espacios tradicionales porque tienden a la idea de que son los objetos 
mismos los que tienen el conocimiento; el visitante tiene un papel pasivo, es decir 
que sólo va a mirar y contemplar parte de la colección y asume que aquello que 
 
23 Castellanos, Patricia. Los museos de ciencia y tecnología como mediadores ciudadanos, en 
Revista Latina de Comunicación Social, No. 23, noviembre, Colombia, 1999 
24 Zabala, Lauro. El paradigma emergente en educación y museos, en Opción, No. 50, Venezuela: 
2006, p. 130 
 29 
encuentra en exhibición tiene valor y conocimiento por sí mismo; se utiliza muchas 
veces como complemento de alguna clase de la escuela o para reforzar alguno de 
sus contenidos. 
 
Por el contrario, el paradigma emergente dice que “1) el museo ofrece una 
experiencia educativa independiente de la educación formal; 2) el objetivo de la 
visita es múltiple y distinto en cada experiencia concreta; 3) lo esencial en cada 
exposición es el diálogo que se produce entre el contexto del visitante y la 
experiencia de visita […] 5) el museo debe dar cabida a la subjetividad y la 
intersubjetividad […] 7) la experiencia educativa durante la visita involucra las 
emociones y las sensaciones corporales…”25 Este paradigma se compone de 
museos que le apuestan a la idea de que es el sujeto el que, a través de la 
interacción con el objeto y otros sujetos, construye el conocimiento. En este caso, 
el visitante tiene un papel activo, en el que no se queda únicamente con lo que 
puede mirar en las exposiciones, sino que trata de interactuar e interpretar con los 
objetos y con el compartir ideas con los demás; un ejemplo de éste caso podría 
ser un museo de arte, ya que estos invitan al público a crear interpretaciones en 
conjunto, lo invita a conocer a partir de sus propias percepciones. 
 
Todos los museos tienen una parte tradicional y una no tanto ya que de esta forma 
funcionan mejor y puedenhacer que el público tenga diversos acercamientos con 
las colecciones. 
 
Aunado al tipo de museo al que el público asiste, también se encuentra la forma 
de catalogar a cada visitante por su forma de visitar el espacio y su forma de 
aprender. Zavala, en El paradigma emergente en educación y museos, propone 
una tipología en la que junta la estrategia de visita (que retoma de Eliseo Verón26) 
 
25 Idem 
26 Eliseo Verón (1935- 2014) fue un filósofo, semiólogo, sociólogo y antropólogo argentino que 
habla de la estrategia de visita a un museo a partir de una serie de observaciones que realizó 
dentro de un museo para conocer la forma en la que cada persona visita una exposición. 
 30 
y a la persona con su contexto y finalidad de visita (a partir de Jean U. Sebeok27), 
para lograr una tipología de visitantes dentro del museo; es decir, propone tres 
categorías en las que se puede ver reflejada una persona por como realiza su 
recorrido dentro de una exposición: 
 
a) Visitante hormiga: visita las exposiciones de manera lenta, con atención 
de tal forma que puede hacer un análisis de lo que observa. Comparte y 
analiza sus ideas. 
b) Visitante chapulín y visitante pez: son personas más lúdicas, interactivas, 
emocionales. No pasan mucho tiempo dentro de la sala y buscan el 
compartir con los demás aquello que perciben. 
c) Visitante mariposa: es una persona visual, sistemática y que observa 
hasta que algo llama su atención y lo mira con detenimiento. Busca 
aprender de su visita. 
 
Al igual que con los museos, aún cuando cada persona tiende a un estilo de 
recorrido y una forma de aprendizaje, no podemos etiquetarlos en uno solo para 
siempre. Es una cuestión que depende del momento, del espacio y de la persona 
misma y que, por lo tanto, provoca diversos aprendizajes. 
 
No sólo es diferente la experiencia de cada persona, sino que la edad, el contexto, 
el bagaje cultural, entre otros aspectos importantes, son los que definen el tipo de 
experiencia que se va a generar. No es lo mismo lo que experimentará un niño 
que un adulto, aún cuando van juntos a ver exactamente el mismo objeto; cada 
quien lleva consigo aprendizajes, formas de pensar e ideas que lo han ido 
formando y eso es un elemento central para las experiencias. 
 
Lo que se aprende en estos espacios no depende únicamente del intelecto; es 
necesario que la persona esté involucrada de manera completa en este proceso 
para que esté abierta a distintas formas de aprendizaje, intencionales o 
 
27 Jean U. Sebeok, semióloga y esposa de Thomas Sebeok, semiólogos. A partir de un estudio de 
visitantes y sus estrategias de visita, observaron y entrevistaron a algunos visitantes dentro de un 
museo con la finalidad de conocer un poco más sobre su experiencia. 
 31 
espontáneas; el cuerpo completo es un medio de aprendizaje, no sólo la mente. 
“Las dimensiones e inteligencias se entrecruzan en el acto mismo de conocer, a 
medida que los visitantes van recorriendo el museo. Sus cuerpos, en esos 
recorridos, son atravesados por diversas experiencias, que se organizan como 
parte de la construcción de sus subjetividades e identidades”.28 
 
Tiene mucho que ver la forma en la que cada visitante se relaciona o llega a 
interactuar con los demás y con los objetos mismos. No es necesario que uno 
vaya acompañado a un museo para aprender, relacionarse y dialogar: los objetos 
pueden hablar de ellos mismos si se los permitimos. El “diálogo” con una escultura 
(o con cualquier obra) es ese momento después de la contemplación, en el que se 
empieza a reflexionar. Es decir, cuando el objeto cuenta algo sobre él mismo a 
través de lo que el visitante ve en él. La manera en la que se reflexiona sobre sus 
partes, formas y texturas y lo que ese conjunto de características le dice a una 
persona, le hace sentir y pensar. Lo que el objeto dice de él mismo al visitante, 
eso es el diálogo. 
 
El diálogo con las obras o con los objetos de un museo permite no sólo 
contemplarlas y admirarlas, sino que lleva a las personas a conocerlas un poco 
más a fondo, porque se pasa de la contemplación al cuestionamiento sobre la 
obra misma; es un juego de análisis, reflexión e interpretación de los objetos. 
 
Como explica Hooper- Greenhill, el aprendizaje se entiende como un proceso 
continuo, natural y multidimensional que dura toda la vida. Gran parte de lo que se 
aprende en un museo, y también fuera de él, es de manera inconsciente o sin 
planear. Es decir, no siempre se asiste a algún lugar con la firme intención de 
aprender algo, aún cuando se sabe que es posible que eso suceda es justamente 
lo que se vive ahí dentro, lo que deja ciertos conocimientos que pueden estar 
dentro de alguna forma de aprendizaje. 
 
 
28 Alderoqui, Silvia (comp) y Helena Alderoqui (colaboradora). Museos y escuelas: socios para 
educar, Argentina: Paidós Cuestiones educativas, 1996, p. 63. 
 32 
2.3 Categorías de aprendizaje de Eilean Hooper- Greenhill 
 
Para vincular la experiencia con el aprendizaje durante una visita escolar a un 
museo, retomo una de las propuestas que hace Hooper Greenhill en su libro 
Museums and Education. Purpose, pedagogy, performance; son cinco categorías 
de aprendizaje; cada una engloba cierto tipo de aprendizajes que el visitante 
puede desarrollar en sus visitas a un museo y a que a su vez, se complementan 
entre ellas. Las categorías que la autora desarrolla son: 
Esquema 1. Categorías de aprendizaje propuestas de Hooper-Greenhill.29 
 
 Conocimiento y comprensión: 
 
Se trata del aprendizaje de datos y hechos específicos, así como la comprensión 
de esa misma información y de aquello que llame la atención de las personas 
durante su estancia en el museo. 
 
29 Hooper-Greenhill, Eilean. Museums and Education. Purpose, pedagogy and performance, Nueva 
York, Estados Unidos: Routledge, 2007, p. 52 
 
 
 
 
 
Conocimiento 
y 
Comprensión 
 
Comportamiento 
y 
Progreso 
 
Goce/ disfrute, 
Creatividad e 
Inspiración 
Actitudes 
y 
Valores 
 
Habilidades 
 33 
 
Hooper-Greenhill menciona que el conocer algo no implica necesariamente su 
comprensión. La comprensión es un proceso muy personal, en el que la persona 
reflexiona y se explica a sí misma el funcionamiento o la razón de las cosas; por lo 
tanto, la comprensión se da a partir del contexto de cada quien. Cuando se 
comprende algo, el conocimiento se amplía porque entonces la persona es capaz 
de establecer relaciones entre lo que ya sabe y lo nuevo que se presenta. 
 
Un ejemplo de esta categoría podría ser el aprendizaje de vocabulario nuevo. 
Descubrimos o conocemos una palabra nueva; aprendemos su significado, pero 
es hasta que la podemos usar en una idea completa cuando sabemos que la 
hemos comprendido. 
 
 Habilidades 
 
Con esta categoría de aprendizaje se hace referencia al saber hacer, ya sea en el 
ámbito profesional, intelectual o cognitivo, social, emocional e incluso motriz. Se 
trata de desarrollar habilidades a través de actividades que salen de lo cotidiano y 
que permiten a las personas enfrentarse a retos o cosas nuevas. 
 
En cuanto a la habilidad intelectual, la intención es desarrollar nuevas formas de 
conocer lo que rodea a cada quien y aprender de eso. Un ejemplo sería invitar al 
visitante a observar detenidamente un objeto y dejarlo imaginar acerca de su uso. 
De esa forma, aprende a reflexionar sobre lo que tiene enfrente para encontrar en 
él un sentido y permite construir su propio conocimiento. 
 
La habilidad social se puede ver reflejada al aprender a escuchar a los demás, 
tener diferencias de ideas y respetar las diversas formas de pensamiento; o 
incluso, habrá a quienesse les facilite aún más comunicarse en una sala de 
exposición, rodeado de piezas que le ayuden a explicarse, que en un salón de 
clases. 
 
 34 
La habilidad emocional es aprender a entender lo que los objetos, el ambiente y la 
situación provocan en cada quien y poder manejar esas emociones para 
comunicarlas o expresarlas. Aprender que las emociones son también parte 
esencial del proceso de aprendizaje a lo largo de la vida. 
 
En cuanto a las habilidades físicas, probablemente el museo no sea el lugar más 
indicado para desarrollarlas, pero no quiere decir que sea imposible. Tal vez para 
éstas, sea necesario hacer particular referencia a museos virtuales, científicos y 
tecnológicos o a través de diversos talleres en los que el visitante pueda 
complementar lo aprendido en una exposición con su propia habilidad de 
recrearlo. 
 
 Actitudes y Valores 
 
Las actitudes y los valores son elementos que forman a una persona y que se 
aprenden con el día a día de manera espontánea, no necesariamente intencional. 
Conocer algo nuevo permite a las personas comprender y reflexionar sobre lo que 
ya sabía o incluso sobre aquello que desconocía. Cuando se comprende algo, se 
logra cambiar, complementar o desarrollar ciertas actitudes ya que se puede mirar 
desde otro punto de vista. El aprender a conocer a partir de diversas perspectivas 
enseña a las personas a valorar porque llegan a comprender la importancia de 
aquello que ahora saben. 
 
En muy pocas ocasiones se hace de manera consciente y en la gran mayoría de 
las veces es un resultado a largo plazo, no es notorio de manera inmediata. 
 
La visita a espacios culturales puede ayudar a generar confianza en uno mismo, 
aceptación de nuevas ideas, valoración y respeto de lo propio y lo ajeno. Empatía 
con los demás al dialogar, compartir, conocer y escuchar al otro; ayuda a tener 
diversas formas ver y comprender, a partir de múltiples formas de apreciación. 
 
 
 35 
 Goce/disfrute, inspiración y creación 
 
“Cuando aprender es algo que se disfruta, es más fácil y a veces, toma a las 
personas por sorpresa”30. Es sabido que cuando uno se divierte o le interesa hacer 
algo y lo disfruta, entonces aprende más fácilmente; busca repetir esa experiencia 
tan placentera y que, generalmente, es totalmente espontánea. 
 
Los museos permiten comprender lo que muchas veces sabemos pero de manera 
abstracta, de manera teórica. Estos espacios le permiten al visitante comprender 
aquello que aprendió en la escuela porque lo vuelve tangible, dejan de ser 
conocimientos abstractos o producto de nuestra imaginación. Por ejemplo, no es 
lo mismo saber que hace muchos años existían los mamuts, animales muy 
grandes que se parecen al elefante, que ir a un museo y encontrarse con los 
restos de uno de ellos y comprobar su existencia a partir de un esqueleto enorme. 
 
Una herramienta muy importante de la que se vale el aprendizaje en los museos 
es la imaginación. Una cosa es conocer la historia y la función de los objetos (por 
ejemplo, cuando estudiamos en clase) pero otra es ver esos mismos objetos y 
hacerlos tangibles, aún cuando no se puedan tocar. Es ahí donde entra en juego 
la imaginación del visitante; es justo el momento en que junta aquel conocimiento 
teórico y abstracto con el objeto que tiene enfrente e imagina su función. Le da un 
nuevo sentido al conocimiento y al objeto que le permite comprender. 
 
Las visitas a los museos permiten aprender y desarrollar la imaginación; fomentan 
que el visitante se vuelva más creativo al invitarlo a imaginar, reflexionar e 
interpretar algo sobre los objetos exhibidos, siempre con la intención de provocar 
en él curiosidad para aprender más. 
 
 
 
 
 
30 Ibidem. P.55 
 36 
 Comportamiento y progreso 
 
El comportamiento se compone de las acciones que se realizan a partir de lo que 
se aprende. Por lo tanto, el comportamiento sugiere aprendizaje gracias a las 
experiencias. 
 
Conocer algo en un museo puede llegar a ser lo suficientemente impactante para 
hacer que el visitante cambie sus formas de actuar. Evidentemente es algo que se 
nota más a largo que a corto plazo, pero se puede apreciar en el intento de 
cambiar cosas o hacerlas de una manera diferente. 
 
El progreso hace referencia a cuando ya se han hecho estos cambios en el 
comportamiento y que éstos, a su vez, han ayudado a la persona a mejorar algún 
aspecto de su vida. Por ejemplo, cuando a un visitante se le dice que no puede 
tocar las piezas en un museo, en ocasiones surge en él una sensación de 
curiosidad de lo que podría pasar si lo hiciera, eso le lleva a romper las reglas. 
Cuando se le explica la razón de por qué no se pueden tocar los objetos en 
exhibición, más allá de obedecer porque es una orden que se le ha dado, 
comprende que no es un capricho del recinto, sino que es por cuidado y 
conservación de objetos que son valiosos. La forma de notar, en este caso, el 
progreso del visitante, será cuando él mismo explique a alguien más esa razón, 
cuando impida que alguien rompa esa regla y cuando lo lleve a cabo en su 
siguiente visita a un espacio museístico. 
 
Es cierto que no todas las visitas a un museo generan experiencias, pero cuando 
las hay, lo que se experimenta permite desarrollar esos aprendizajes que serán 
útiles en la vida de cada quien. “El museo es un espacio donde tiene lugar el 
asombro, la sorpresa, la espontaneidad, la emoción, donde hay cabida para juicios 
estéticos, apreciaciones subjetivas o comentarios de diversa índole, que no 
necesariamente tienen que ser verdaderos o correctos.”31 
 
31 Maceira, Luz. El museo: espacio educativo potente en el mundo contemporáneo en Sinéctica,32, 
Guadalajara, México: ITESO, 2009, p. 13 
 37 
 
Ahora, no es posible estandarizar el aprendizaje de los visitantes cada vez que 
asisten a un museo, así como no es posible seleccionar una de las categorías 
mencionadas como objetivo y finalidad de una visita. Son aprendizajes que se dan 
de manera espontánea, a partir del interés y bagaje cultural de cada persona. 
 
Lo que sí puede ser, es que al finalizar una visita a cualquier recinto cultural, se 
haya logrado desarrollar alguno de los aprendizajes de cualquiera de las 
categorías. Puede ser de una sola o de varias; todas están interrelacionadas entre 
ellas. 
 
Por otra parte, cuando se habla de visitas escolares a los museos, generalmente 
se debe justificar y relacionar con algún tema visto en clase para reforzarlo y 
complementarlo, lo cual es perfectamente válido pero, aún cuando el objetivo de la 
visita sea el de complementar un tema en específico, no se puede esperar que los 
alumnos visitantes concluyan su visita con una lista de contenidos que se 
esperaba que aprendieran. 
 
Se logra el refuerzo del tema e incluso, en ocasiones, una mejor comprensión de 
los temas. Pero más allá de eso, cada uno de los alumnos sale con aprendizajes 
distintos. Una visita se caracteriza porque está abierta a mil posibilidades de 
conocer. Despierta la curiosidad de quien lo visita y lo invita a indagar más. Cada 
quien se lleva lo que atrapó su atención y un sinfín de cosas más que no estaban 
estipuladas, que ni se tenían contempladas. Muchas veces, eso es lo más 
importante que deja la visita a un museo. 
 
 38 
 3. Museo Nacional de Antropología y Museo Soumaya 
 
¿Qué diferencia existe entre un museo de arte y uno de historia? Cada uno tiene 
una colección específica, un tema primordial, pero, en cuanto al trato con la gente, 
lo que ofrece a sus visitantes y la manera en la que acerca sus colecciones a su 
público ¿hay diferencias? 
 
En este capítulo hago una comparación de experiencias educativas en dos 
museos totalmente distintos de la Ciudad de México, con la finalidad de conocer 
la maneraen que las visitas a los recintos impactan a los visitantes; cómo y qué 
aprenden ahí dentro. Para contextualizar las experiencias en cada uno, primero 
hago una descripción general de los espacios. 
 
3.1 Descripción de los museos 
 
 Museo Nacional de Antropología 
 
Un museo de antropología e historia es aquel “que alberga materiales sobre las 
estructuras sociales, las creencias, las costumbres y manifestaciones culturales, 
producto de las culturas anteriores a la Conquista.”32 
 
El Museo Nacional de Antropología, uno de los museos más importantes y 
grandes de México, es un recinto que cuenta con una de las colecciones 
arqueológico- etnográficas más importantes del país. Ahí se pueden apreciar 
muchas piezas representativas de las diferentes culturas que ocuparon y siguen 
ocupando el territorio que hoy comprende la República Mexicana. 
 
 
32 CONACULTA. Op. Cit. P.136 
 39 
 
Imagen 4. Vista de la explanada interior del Museo Nacional de Antropología.33 
 
Este espacio museístico tiene como objetivo principal: “registrar, conservar, 
restaurar y exhibir las colecciones arqueológicas y etnográficas del país”34 con la 
finalidad de dar a conocer al público que lo visite, elementos importantes de las 
diversas regiones de México. El Museo Nacional de Antropología “se concibió 
como un espacio educativo, un lugar en donde propios y extraños puedan 
conocer, admirar, pero sobretodo comprender el enorme legado que como 
herencia nos dejaron las culturas prehispánicas…”35. 
La colección que lo conforma, se encontraba ubicada, “en 1865, Maximiliano de 
Habsburgo lo trasladó a la Antigua Casa de Moneda”36, en el Centro Histórico de 
la ciudad pero ese espacio dejó de ser el lugar adecuado para la conservación y 
resguardo de objetos, ya que la colección empezó a crecer, por lo que se decidió 
construir un espacio diseñado especialmente para su cuidado. 
 
33 Imagen tomada en julio de 2015 del sitio web oficial del MNA: 
http://www.mna.inah.gob.mx/museo/directorio.html 
34 Información consultada en abril de 2014 en el sitio web de CONACULTA. 
http://www.conaculta.gob.mx/regiones_de_mexico/centro_occidente/detalle_lugar.php?espacio=54
490 
35 CONACULTA. Guía para maestros. Museo Nacional de Antropología, México: 1999 p.1 
36 Ibidem. p. 6 
http://www.mna.inah.gob.mx/museo/directorio.html
http://www.conaculta.gob.mx/regiones_de_mexico/centro_occidente/detalle_lugar.php?espacio=54490
http://www.conaculta.gob.mx/regiones_de_mexico/centro_occidente/detalle_lugar.php?espacio=54490
 40 
La nueva sede del museo “reunió a un numeroso y calificado grupo de 
arqueólogos, etnólogos, pedagogos, historiadores, antropólogos físicos, lingüistas, 
arquitectos y museógrafos quienes, junto con cientos de trabajadores dieron vida a 
lo que hoy es el actual museo, inaugurado el 17 de septiembre de 1964 por el 
entonces presidente de la República, el licenciado Adolfo López Mateos”.37 
Dicho espacio partió de tres criterios: 
a) El enriquecimiento, registro, conservación y manejo del 
patrimonio cultural mexicano desde un ámbito enteramente 
institucional. 
b) Producción y divulgación de conocimiento científico y objetivo. 
c) Enseñanza popular acerca del mundo indígena.38 
La construcción del recinto y el traslado de piezas desde diferentes regiones del 
país, se realizó de manera simultánea, como la “Piedra del Sol”, ubicada en la sala 
Mexica, que fue colocada en su lugar antes de terminar la construcción del 
edificio, debido a su tamaño y peso; una vez colocada la pieza, se terminó la 
entrada de la sala. 
Su interior está diseñado de tal forma que retoma algunos elementos importantes 
de las culturas de las que alberga testimonios, “por ejemplo, emulando los templos 
prehispánicos, se eligió la piedra como elemento básico de construcción…[para el 
patio central] se retomó el concepto arquitectónico maya del patio delimitado por 
edificios, como el Cuadrángulo de las Monjas, en Uxmal.”39, así como para resaltar 
el trabajo de algunos artistas mexicanos, quienes colaboraron con murales para la 
decoración e ilustración de diferentes salas. 
 
37 Ibidem. p. 7 
38 Información consultada en abril de 2014 en el sitio web del MNA: 
http://www.mna.inah.gob.mx/index.html 
39 Información consultada en abril de 2014 del sitio web del MNA: 
http://www.mna.inah.gob.mx/index.html 
http://www.mna.inah.gob.mx/index.html
http://www.mna.inah.gob.mx/index.html
 41 
Uno de los elementos más representativos 
del museo es “El Paraguas”, “emblemático 
elemento arquitectónico [que] además de 
resguardar a los visitantes, fue diseñado 
para enfatizar el respeto por el entorno 
natural mediante su caída libre de agua.”40 
Dicho elemento no sólo tiene la función de 
resguardo de visitantes cuando llueve, sino 
que funciona como recolector de agua de 
lluvia y a la vez como fuente. La columna 
está hecha de bronce y tiene grabada una 
compleja composición de elementos 
importantes de las culturas exhibidas. 
 
 
Este espacio museográfico cuenta con 24 salas, de las cuales, 22 están dedicadas 
a las exposiciones permanentes que se dividen en antropológico- arqueológicas y 
etnográficas; una sala dedicada a exposiciones temporales nacionales y una más, 
dedicada a exposiciones temporales internacionales, que se encuentra apartada 
de las demás. 
 
 Museo Soumaya 
 
Un museo de arte es el que “exhibe y conserva, por un lado, un conjunto 
representativo de las creaciones estéticas que se han producido en México desde 
la Colonia hasta la actualidad y, por otro lado, colecciones procedentes de 
numerosos países que dan a conocer las grandes obras del arte universal. Las 
piezas artísticas expuestas provienen de una diversidad de disciplinas: artes 
 
40 Idem. 
Imagen 5. El Paraguas del Museo Nacional de Antropología. 
 42 
visuales, artes escénicas, arquitectura, música, literatura y cine, así como de las 
artes aplicadas y la artesanía…”41. 
 
El Museo Soumaya alberga una de las colecciones más importantes de arte a 
nivel Latinoamérica. Consta de dos sedes en puntos casi opuestos de la Ciudad 
de México y tiene una colección que alberga más de 64 mil obras 
correspondientes a varios países de Europa y América, principalmente, así como 
de diversos movimientos artísticos, como barroco, impresionista y del siglo XX en 
México, por mencionar algunos. 
 
El museo pertenece a la Fundación Carlos Slim; fue creado por el ingeniero Carlos 
Slim Helú y su esposa Soumaya Domit de Slim, a quien está dedicado. 
 
… el Museo Soumaya abrió sus puertas al público en 1994. Se trata 
de una institución cultural sin fines de lucro que tiene por vocación 
coleccionar, investigar, conservar, difundir y exponer testimonios 
artísticos de México y Europa principalmente. Su objetivo es promover 
el conocimiento y disfrute de la obra estética a través de la realización 
de diversas actividades: exposiciones permanentes y temporales, 
catálogos y publicaciones mensuales, espacios lúdicos, conferencias, 
ciclos de cine, programas interactivos entre otros.42 
 
Su primera sede se encuentra ubicada en el sur de la Ciudad, en San Ángel. “El 
espacio donde se encuentra actualmente fue, en el siglo XVI, parte de la 
encomienda del conquistador Hernán Cortés y posteriormente un molino de trigo… 
en el siglo XIX se constituyó como una fábrica de papel…(en 1906) recibió el 
nombre de Fábrica de Papel de Loreto y Peña Pobre…(tras sufrir un incendio, fue 
en 1994 que) Grupo Carso emprendiera un proyecto de conversión urbana de las 
 
41 CONACULTA. Op. Cit. P.136 
42 Información consultada en enero de 2015 en el sitio web de Museo

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