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1 Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Artes y Diseño “HACIA UNA POÉTICA DE LA TECNOLOGÍA. Usos estéticos de la máquina en el arte (2005-2015).” Tesis Que para obtener el Título de: Licenciada en Artes Visuales Presenta: Cristina Brambila Ortega Director de tesis: Licenciado Carlos Mier y Terán Benítez Ciudad de México, 2016. UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 A las flores que el sol secó antes de tiempo. 3 A mis papás y a Fer, por su amor y su gran apoyo, Gracias. A Carmelita, a mis abuelos Héctor, Gloria, José y Martha, que tanto me han enseñado. A mi familia y a mis amigos de vida Erika, Alejandra, Ana Carol, Óscar, Archi, Alberto, Bruno y Deborah; Pía y Julio, amigos de los que tanto he aprendido y que me han ayudado a crecer; al equipo del laboratorio de ciudadanía digital por abrirme sus puertas y permitir otras miradas de la tecnología. A mis maestros, que han dejado una huella en mi vida y en mi formación, Alfredo Rivera, Claudia Gallegos, José Miguel González-Casanova, Carlos Mier y Terán, Ignacio Granados y Carmen Rossette. Gracias por ayudarme a abrir los ojos. A Alejandro, por ser un caminante. 4 Índice Introducción Proemio Capítulo I . La Tecnología. 1.1. ¿Qué es la tecnología? 1.1.1. La máquina como concepto 1.1.2. Relaciones entre la máquina y el ser humano Capitulo II . Arte y Tecnología. 2.1. La tecnología en el arte. 2.1.1. Devenir artístico en función de la tecnología 2.1.2. Lenguaje retórico en-el arte tecnológico: revisión en la obra de Jean Tinguely Capítulo III. Arte electrónico 3.1. Multi, inter y transdisciplina: El lugar del arte electrónico y su definición. 3.2. Cuerpo, espacio y tiempo en el arte electrónico y los medios digitales 3.3. Producción de arte electrónico y desarrollo de tecnología en el arte: Análisis de la obra de Rafael Lozano-Hemmer Capítulo IV. Proceso creativo personal en el panorama actual del arte electrónico 4.1. Postura, proceso creativo y obra 4.2. Enseñanza de la tecnología dentro del arte con giro pedagógico Conclusiones 5 Introducción Hoy en día la extensión del uso de la tecnología y de las herramientas para realizar cualquier actividad humana se encuentra estandarizada, propagada y asumida. Esto trae como consecuencia una absorción de la tecnología en todos los campos del conocimiento y del desarrollo humano, incluido el arte. Así como la tecnología ya existente llega a diversos campos, es también posible crear tecnología desde diversas tradiciones y perspectivas, por ejemplo una creación tecnológica a partir de un proceso artístico. En la historia de la humanidad han existido diversos encuentros humano-tecnología que han modificado y re-creado a ambas partes. Por nombrar algunos, el dominio en el pulido de lentes para crear microscopios y telescopios cambió la concepción espacial que tenía el ser humano, creando así nociones de microcosmos y macrocosmos, lo cual hizo que el hombre se reconociera en una dimensión donde él no era el centro del universo. Citando otro ejemplo, a mediados del siglo XX se dio un boom de la tecnología; los avances en el uso de la electrónica y los microcircuitos integrados, también conocidos como microchip, permitieron dar uno de los más grandes saltos: la comunicación con la máquina, lo que dio pie al nacimiento de la cibernética1. De esta forma ha sido posible solucionar problemas de la vida del hombre con la ayuda de otro sistema que no sea el pensamiento humano. Debemos notar que el uso cotidiano de la tecnología no viene desde la primera revolución industrial, ni siquiera desde el uso de los metales o el descubrimiento de la rueda o del fuego: el primer uso de la tecnología se dio con el cuerpo mismo del 1Cibernética: estudio del control y la comunicación de máquinas y seres vivos. En: Wiener, Norbert. (1964). Dios y Golem, S. A. Comentario sobre ciertos puntos en que chocan cibernética y religión. México: Siglo XXI. (p.3) 6 ser humano. La tecnología se define como el conjunto de conocimientos de los pasos a seguir para obtener un resultado determinado2, el bien hacer algo. En este sentido el uso de la tecnología en el cuerpo se dio cuando éste se objetivó, es decir, cuando se le dio un uso de herramienta. La base de la utilización del cuerpo como herramienta también dio pie al desarrollo futuro de las artes. Sin embargo, el vertiginoso encuentro y relación humano-tecnología, hoy en día indisociable, pareciera que apunta más hacia un fin de especialización bajo la cobija de un método científico. Se entiende bajo este parámetro que toda herramienta y máquina debe estar optimizada, debe tener un fin, y ese fin debe conocerse. Una máquina cuya respuesta no se conoce, tiene un comportamiento impredecible, o un rango de entropía muy elevado; es una máquina inestable que no funciona aparentemente para ningún campo. La máquina, al ser construida por la tecnología amplía su concepto más allá de lo meramente mecánico y se convierte en un sistema3 en sí misma, el cual puede estar formado a la vez por un conjunto de sistemas. Dentro de esta máquina sistema se ven involucrados aspectos históricos, sociales, biológicos, etcétera, del devenir humano. El arte, al ser una forma de conocimiento y tener un carácter creativo, permite la creación de tecnología. Así, cuando la tecnología se circunscribe en este campo consigue tener matices y fines propios del arte. Si bien no es el único campo donde se pueden dar este tipo de creaciones, sí es bastante fructífero, ya que permite la creación de diálogos y reflexiones entre el espectador/humano y la pieza/objeto tecnológico. En otras palabras, en el presente escrito se plantea que es posible la creación de tecnología tanto para fines de conocimiento, como para fines creativos, 2Ezcurdia, Agustín y Chávez, Pedro. (1994). Diccionario Filosófico. México: Limusa. Noriega Editores. 3 Es un sistema porque es posible escoger numerosos componentes diferentes que satisfagan el conjunto de relaciones que definen la organización de una determinada máquina. Luego, una máquina-cualquier máquina- es un sistema. Maturana, Humberto y Varela, Francisco. (1998). De máquinas y seres vivos. Autopoiesis: La organización de lo vivo. Chile: Universitaria. (p.67) 7 estéticos y artísticos. Así, en el proceso de creación de tecnología desde el arte, el artista lleva a cabo una poética, que en este caso se trata de una poética del arte tecnológico. Se plantea y asume en esta tesis el término ‘Poética’ como aquel que atiende al proceso productivo, a la obra por hacer. “Poética no es, en este caso relativo o propio de la poesía; es la reflexión -ampliada a todos los géneros artísticos y ramas del arte- atinente al programa que el artista pone en obra, declarado a veces en un manifiestoo en un preceptiva”4. Se entiende, de esta manera el término Poética más cercano a la poiesis (poíhsiV) platónica. Es decir, la poética como creación, -pasar del no ser al ser-, -la acción que hace5-. De ahí, que el título de la tesis haga referencia a una búsqueda de la creación, del proceso, del posible manifiesto que conllevaría justamente a una Poética de la Tecnología. Innegablemente, los cruces arte-tecnología hacen imprescindible la discusión y creación de nuevas teorías y líneas de argumentación, pero más allá de eso, este trabajo de investigación resultará útil a aquellos estudiantes de arte o carreras afines que busquen una introducción y primer acercamiento a una teoría del arte electrónico, así como para cualquier lector interesado en comprender los motivos del cruce entre la tecnología y el arte, así como las posibilidades estéticas y poéticas. Esta tesis además, busca difundir una postura que afirma como necesaria la creación de tecnología desde una mirada crítica, sensible. De esta forma, la búsqueda e hipótesis del texto aquí escrito se puede resumir en las siguientes líneas: Es posible la creación de tecnología que surja desde el campo del arte y que tenga como fin el desarrollo de una poética que apunte a un sistema de figuras retóricas capaz de crear experiencias estéticas. 4 Oliveras, Elena. (2005). Estética: la cuestión del arte. 1ra ed. Buenos Aires: Ariel 5 Valery, Paul. (1990) en Oliveras, Elena. (2004). Estética. La cuestión del arte. La Argentina: Ariel. (p. 33) 8 Proemio El desarrollo de esta investigación parte de considerar un concepto –tecnología en este caso- desde diversas disciplinas, para después entender por qué este tema – lo tecnológico- no sólo se ha mezclado con el arte en diversos puntos de la historia, sino que incluso ha modificado en ciertos ámbitos la concepción del arte y creado nuevas propuestas artísticas. Se analizará la significación de la tecnología como un lenguaje retórico dentro del arte. Se explicará cómo la relación entre el devenir artístico y la tecnología, en función del contexto cognitivo actual ha hecho que se amalgamen diversas disciplinas dando paso a la interdisciplina, multidisciplina y transdisciplina. Así, el resto de la tesis se centra en temas que competen al desarrollo poético de la tecnología dentro del campo de las artes y puntualmente dentro de las artes electrónicas, en el cual se analizará entre otros artistas a Jean Tinguely, y a Rafael Lozano-Hemmer. Finalmente se expondrá la producción de un proyecto personal artístico-educativo, resultado de esta investigación. 9 Capítulo I LA TECNOLOGÍA 10 Cap. I. La tecnología Este capítulo tratará sobre el concepto de tecnología según diversos autores, para llegar a una definición propia de tecnología vinculada con el campo de las artes. También se abordarán los conceptos de herramienta y máquina, así como los cruces de la máquina y las artes desde tiempos clásicos y en diferentes momentos de la historia. 1.1. ¿Qué es la tecnología? Etimológicamente la palabra Tecnología está compuesta por las palabras griegas τέχνη y λογία, donde τέχνη (téchnē en latín) es: arte, oficio, destreza; habilidad, maquinación6; modo, manera, –el bien hacer algo-; y λογία: estudio, discurso7. De manera personal agrego que λογία: logos, se refiere también al lenguaje, al pensamiento y al razonamiento. Desde una concepción lingüística una posible definición de tecnología sería: -Los conocimientos que surgen alrededor de la técnica, el arte y los oficios-. Generalmente la sociedad actual al pensar en tecnología refiere a imágenes tales como gadgets electrónicos, imaginarios relacionados con la conquista espacial, medios digitales, chips y telecomunicaciones, entre otros. Debemos notar que esos son el conocimiento objetivado mas no la tecnología per se; la tecnología está en el conocimiento humano que encierra el objeto. Para preguntarnos cuándo surgió la tecnología, habría que preguntarnos cuando surgió la téchnē, ya que la téchnē es la manera puntual de hacer algo, y de esta manera la tecnología comprende un conjunto de téchnēs o técnicas. Desde un punto 6 Pabón Suárez de Urbina, José María. (2004). Diccionario manual Griego (Griego clásico-Español). Barcelona: Vox. 7 Gómez de Silva, Guido. (2004). Breve diccionario etimológico de la lengua española: 10000 artículos, 1300 familias de palabras. México: Fondo de Cultura Económica. 11 de vista antropo-social, podríamos citar a Friedrich Engels, quien posteriormente conjuntó sus ideas con Karl Marx; él expone que el surgimiento de la técnica se da por el principal motor del desarrollo del hombre: el trabajo. En “El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre”, Engels retoma fragmentos de la teoría evolutiva de Darwin para explicar la necesidad de evolución a partir del concepto de trabajo, el cual define de la siguiente forma: “El trabajo[…] es la condición básica y fundamental de toda la vida humana. Y lo es en tal grado que, hasta cierto punto, debemos decir que el trabajo ha creado al propio hombre.” 8 Engels defiende la idea de que el inicio, el desarrollo y la posterior ultra- complejización de la tecnología se dieron debido a una necesidad de supervivencia del hombre, la cual lo obligó primeramente a utilizar sus manos, actividad que fue perfeccionando durante centenas de miles de años. Apunta él que si bien algunos mamíferos inferiores utilizan sus patas delanteras para recoger y sostener sus alimentos, y los monos se ayudan de las manos para empuñar garrotes, o algunos chimpancés llegan a construir tejadillos; la mano del (hombre) salvaje más primitivo es capaz de ejecutar miles de operaciones que no pueden ser realizadas por la mano de ningún mono, ya que ni una sola mano simiesca ha construido jamás un cuchillo de piedra, por tosco que sea; y así es como partiendo por la mano, el hombre ha ido desarrollando tecnología cada vez más sofisticada hasta llegar a la actual tecnología que podemos ver en nuestros días. “La mano no sólo es el órgano del trabajo; es también producto de él. Únicamente por el trabajo, por la adaptación a nuevas y nuevas funciones, por la transmisión hereditaria del perfeccionamiento espacial así adquirido por los músculos, los ligamentos y, en un período más largo, también por los huesos, y por la aplicación 8 Engels, Friedrich. (1876). El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre. México: Ediciones Quinto Sol, S. A. 12 siempre renovada de estas habilidades heredadas a funciones nuevas y cada vez más complejas, ha sido como la mano del hombre ha alcanzado ese grado de perfección que la ha hecho capaz de dar vida, como por arte de magia, a los cuadros de Rafael, a las estatuas de Thorwaldsen y a la música de Paganini.” 9 Así, sostiene Engels, la necesidad de la supervivencia obligó al hombre a llegar a una necesidad de trabajo, dentro de la cual el humano cambió su dieta y esto ayudó a su desarrollo cerebral. Posteriormente el hombre pudo dominar el fuego, crear herramientas y hacer desarrollos de tecnologías tales que desembocan en actividades como el arte, la creación y la originalidad. Por otra parte, el desarrollo del trabajo, al multiplicar los casos de ayuda mutua y de actividad conjunta, los cuales resultaban benéficos también a nivel individual, y de esta manera se consolidaban cada vez más las formas de agrupación en sociedades, trajeron como consecuencia que los hombres en formación llegaran a un punto en que tuvieran necesidad de decirse algolos unos a los otros. La necesidad creó el órgano, y el órgano re-creó el lenguaje. 10 En resumen, Engels mantiene que el origen de la tecnología fue la necesidad creada por el trabajo. Afirma, como se lee en líneas anteriores, que el lenguaje mismo, y en consecuencia la configuración y aprehensión del mundo en el hombre, se dio a consecuencia del trabajo. Es por eso que establece que el trabajo es la condición básica y fundamental de toda la vida humana. Ahora bien, considero que la idea de trabajo puede verse como un motor, como una necesidad de activación. El uso de la tecnología en el humano surgió con la utilización de su propio cuerpo para conseguir un fin, para satisfacer una necesidad, primeramente quizá con aullidos o llantos, como manera de pedir atención, de mostrar un aquí estoy, los cuales son los primeros pasos para el surgimiento de la música; después quizá con 9 Ídem. 10 Cfr., Ídem. 13 el movimiento corporal, el hombre prehistórico realiza movimientos corporales para conseguir su supervivencia, no se trata de movimientos meramente instintivos, como el recién nacido que se alimenta, o del hombre que corre instintivamente cuando se ve atacado, sino que establece una comunicación con otro ser a través de signos corporales, ritmos repetitivos y acelerados y de esta forma logra ahuyentar a su atacante. En este caso estos controles y dominios conscientes del cuerpo resultan los comienzos de la danza. Es decir, la tecnología antecede al arte, porque el arte está formado por tecnología, ya que requiere de una serie de conocimientos conscientes para llegar a un hacer. El cuerpo comienza a ser utilizado como una herramienta o una protomáquina11; si bien la definición de herramienta nos lleva a que es un artificio, una cosa, un implemento, es justamente a partir de la separación, es decir el utilizar nuestro cuerpo, cuando se vuelve herramienta. No se trata sólo de movimientos o aullidos instintivos, sino de acciones concretas conseguidas a partir de la utilización mecánica. Posteriormente viene el uso de la herramienta, de algo externo a su cuerpo. El concepto de –herramienta-, en este caso está más cercano a la palabra anglosajona tool, que en inglés no tiene ninguna carga relacionada al material como sí la tiene etimológicamente herramienta que viene del latín ferramentum (instrumento de hierro), sino se trata de un dispositivo o implemento para realizar una función específica. El paso de herramientas fue en crecimiento exponencial, la historia de la evolución de las herramientas, y de las máquinas-herramienta es en parte la historia de la evolución humana. Tecnología es entonces de manera general el conjunto de conocimientos que, si se siguen, pueden llevar a conseguir un determinado fin; muchos de los objetos artificiales, si no es que todos los objetos artificiales, encierran una tecnología. Así, 11 Nota de la autora: El término protomáquina es tomado del texto Caósmosis de Guilles Deleuze, el cual se define como: máquina primigenia. Guattari, Félix. (1992). Caósmosis. Argentina: Ediciones Manantial. (p.50) 14 la tecnología surgió para facilitar y cumplir la necesidad de trabajo, y la primera forma de resolver tal necesidad fue partiendo del cuerpo mismo. La diferencia entre técnica y tecnología radica principalmente en que la técnica tiene una forma única de hacerse, tiene una manera, un procedimiento establecido, particular, para llegar a un bien hacer. La tecnología, al abarcar todo el conocimiento, puede ser flexible en el camino que sigue para llegar a un fin, quizá incluso puede alterar el orden de los factores, porque en la tecnología, se llega a la esencia del modo de hacer. Por ejemplo, si hablamos de pintura, la tecnología sería toda la pintura, esto es, cómo llegó el hombre al conocimiento de depositar materia para formar una imagen, qué instrumentos se desarrollaron: el pincel, el encausto, el óleo, el acrílico y demás. La técnica se entiende entonces como la forma puntual y específica de algún autor para dominar una tecnología; evidentemente las técnicas se pueden imitar. Se habla también de una técnica para referirse a los materiales utilizados, que también son técnica, porque se refieren específicamente a como se consiguió esa pintura. La danza, entendida como la objetivación del cuerpo como un medio de expresión, implica una tecnología. Ahora bien, el cómo mover el cuerpo, o bajo qué principios del movimiento se realiza la danza, conlleva una técnica. Existe, por citar un ejemplo, la técnica Limón, que se centra en los principios orgánicos de recuperación y caída, algo parecido a un péndulo, a diferencia de la técnica Graham que se centra en la contracción y la relajación para poder expresar emociones, el ballet en cambio, se centra en la rotación de las piernas y la separación del bailarín del suelo; como podemos ver, existen diversas técnicas dentro de la tecnología. El término tecnología, como podemos intuir, al abarcar todo el conocimiento se comprende de distintas maneras desde la división disciplinaria, y ha sido abordado desde diferentes perspectivas. 15 Como se vio en líneas anteriores, Engels explica la tecnología en función del trabajo. Marx, quien compartía ciertas ideas con Engels, puntualiza que la tecnología es el resultado del propio proceso de producción capitalista, y esta idea será retomada más adelante por Walter Benjamin en su ensayo “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica” (véase capítulo 2). Una de las aportaciones de Marx a la concepción de la tecnología es que la ve como un concepto que integra a la sociedad. Sin embargo, Marx se refiere a los desarrollos científicos como los únicos que aportan a la creación de tecnología, y percibe a la tecnología desde un punto de vista industrial, en el que la tecnología está contenida en las máquinas. Para Marx, la tecnología es hasta cierto punto neutra, depende de la sociedad el uso que se le dé, y puntualmente se refiere a la clase burguesa como propietaria de los medios de producción y por tanto de la tecnología. De ahí que la tecnología se utilice como un medio de explotación del obrero, quien posteriormente será sustituido. Marx formula un desarrollo de la tecnología que va de lo simple a lo complejo, propone que en la tecnología primero se desarrolló la herramienta, después la máquina y llegará un punto en que esa máquina se vuelva autónoma y entonces vendrá la sustitución del hombre por la máquina. Como podemos ver, para Marx, la relación de la tecnología con el trabajador se vuelve unidireccional; si bien la tecnología contiene el –General Knowledge-, este conocimiento queda oculto para el trabajador (véase subcapítulo 1.2). Existe una teoría llamada Determinismo Tecnológico, la cual propone que los cambios en la sociedad se dan a partir de la tecnología; es decir, si se implementa un desarrollo tecnológico, la sociedad tendrá un progreso. Esta teoría considera a la tecnología como un factor intrínseco a la sociedad, esto es, la tecnología sí afecta a la sociedad, pero la sociedad no juega un papel tan importante en modificar a la tecnología, sino que ésta sigue un curso casi autónomo. Siendo así, podemos definir Tecnología como la capacidad para cambiar el entorno12. Existen hoy en día 12 Wagensberg, Jorge. Cit ado en López, María del Pilar y Montiel, Maryalejandra. (2006). La tecnología en la complejidad del siglo XXI. Publicación electrónica disponible en: www.utn.edu.ar/aprobedutec07/docs/212.doc 16 numerosos proyectos, sociales y políticos sobre todo, que contienen un claro matiz de esta ideología. Un ejemplo de lo anterior es el proyecto parael desarrollo y la creación de habilidades y competencias del siglo XXI para los aprendices del milenio en los países de la OCDE13. Marshall McLuhan, autor canadiense cuya obra se desarrolló en los años sesenta, coincide en parte con el Determinismo Tecnológico. Se dice que sólo en parte porque, si bien supone a la tecnología como el principal motor de cambio en una sociedad, sí menciona la existencia de una retroalimentación: “Formamos nuestras herramientas y éstas luego nos forman14”. Ahora, respecto a que la tecnología lleva a un progreso, él se refiere más bien a una modificación en la que se genera un efecto de -espejo retrovisor-,15 es decir, la sociedad no está preparada para los cambios que crea el desarrollo tecnológico y sólo los ve en los cambios del pasado. McLuhan define a la tecnología como los medios que funcionan como una extensión del cuerpo. Estos medios pueden privilegiar a alguno de los sentidos por encima de los otros, lo cual acarrea un desbalance en la percepción, trayendo como consecuencia una modificación en el pensamiento, la cosmovisión y la forma de aprehender el mundo de una sociedad. Los medios, sostiene McLuhan, funcionan como una extensión, pero éstos amputan a alguno de los sentidos para ser posteriormente insertados como una prótesis, y es ahí cuando viene la extensión. “Tras extender nuestro alcance gracias a la autoamputación, recuperamos nuestra unidad reintegrando la tecnología a nuestra 13 Para más información véase el proyecto postulado por la OCDE, “Habilidades y competencias del siglo XXI para los aprendices del milenio en los países de la OCDE”, En: http://recursostic.educacion.es/blogs/europa/media/blogs/europa/informes/Habilidades_y_competencias_siglo 21_OCDE.pdf 14 McLuhan, Marshall. (1964). Comprender los medios de comunicación. Barcelona: Paidós Comunicación. 1996. (p.11) 15 Ídem. 17 fisiología: el fabricante de herramientas se funde con sus herramientas”.16 El uso de la tecnología, defiende McLuhan, no es exclusivamente humano; por ejemplo, el mono ha desarrollado tecnología al impregnar con saliva una rama y utilizar este implemento para atraer a las hormigas y comérselas. Esto, explica McLuhan, se vuelve una extensión de la mano del mono. Sin embargo, el humano ha sido la especie con el desarrollo tecnológico más complejo. McLuhan analiza desarrollos tecnológicos muy puntuales; uno de ellos es la imprenta, la cual implicó una sobreexplotación y sobrevaloración del sentido visual, ocasionando un profundo cambio en la cosmovisión de Occidente, donde se comenzaría a desarrollar una concepción lineal del mundo; esto se ha visto reflejado en la concepción del tiempo en la modernidad, la forma en la que se crean las narrativas y como consecuencia la historia. Estos cambios ocasionados por la tecnología se ven reflejados también en la forma de hacer arte. Retomando el ejemplo anterior, McLuhan sostiene que la representación es una cualidad propia del sentido visual; así, a través de la representación característica de las formas lineales de pensamiento, el hombre moderno pretende apropiarse del objeto representado17. El desarrollo y la popularización de la tecnología electrónica en la sociedad han implicado una transformación en la que se explota la multisensorialidad. McLuhan afirma que esto ha traído como consecuencia un retorno del humano hacia lo primitivo, buscando así un regreso a lo tribal y lo no lineal. Cuando McLuhan hace 16 Dery, Mark. (1995). Velocidad de escape, la cibercultura en el final del siglo. España: Ediciones Siruela. (p.121) 17 Andrade, Gabriel. (2005). La estética en Marshall McLuhan: percepción y tecnología. En: Enl@ce Revista Venezolana de Información, Tecnología y Conocimiento. Mayo-Agosto [en línea]. Disponible en: <http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=82320202> ISSN 1690-7515 Fecha de consulta: Octubre 2015 18 referencia a los medios multisensoriales, se refiere a lo que él llama -cool media-, que se caracterizan por requerir la participación del espectador, por ser más personales, por disponer la información de manera no lineal y por contener información dirigida a más de uno de los sentidos. En resumen, para McLuhan la tecnología está en el medio. Este medio puede ser una máquina, pero un medio/máquina que es en sí mismo un mensaje y condiciona el cómo se aprehende la información. De ahí la frase –El medio es el mensaje-. Lewis Mumford, autor contemporáneo a McLuhan, contempla una definición de tecnología que es radicalmente opuesta en un punto: para Mumford, la tecnología es neutral, y la positividad o la negatividad de sus efectos dependen del uso que el humano le dé. Mumford fue un estadounidense que vivió de 1895 a 1990, quizá debido a ello pudo contemplar un cambio generacional que se dio puntualmente en su ciudad de residencia, Nueva York. Durante este periodo se vivieron consecuencias del fordismo en transformaciones sociales y nuevas concepciones urbanísticas, entre otros cambios. Mumford, es un humanista que defiende que la tecnología debe estar supeditada a los valores de lo humano y no al revés. Existen, sin embargo, puntos de coincidencia entre los citados autores Mumford y McLuhan, éstos son que la tecnología tiene un fin y que ésta extiende los poderes del organismo; describen cada uno por su parte que en su época existe un desequilibrio social a consecuencia de la tecnología. McLuhan piensa que esto siempre ha sido así, pero puede evitarse siendo conscientes de esta tendencia; Mumford lo considera como algo acrecentado particularmente en su época, y afirma que la manera de regresar a un equilibrio es humanizando la tecnología, dándole los valores de lo que considera humano, que en este caso es un ser creador e interpretador de símbolos. Mumford define a la tecnología como una extensión de los poderes del hombre que se encuentra inscrita en lo que él llama la megamáquina, la cual es la organización social misma; siendo así para este autor, el desarrollo tecnológico no debería darse únicamente como 19 avance científico, sino como un avance que debe de beneficiar al hombre, considerándolo en una dimensión justamente –humana-. Por otra parte, Mumford en su afán por ver a la tecnología desde un punto de vista humanista, considera que ésta debe concebirse desde valores éticos; sin embargo, llama la atención que menciona también la cualidad estética de la tecnología. Atribuye al artista una función especial porque, según él, el paso de la máquina al arte fue un símbolo de liberación, de necesidad y una muestra de la capacidad humana para poder estudiar y analizar los verdaderos beneficios de la máquina. Los artistas valoraron las máquinas del periodo de industrialización fordista, desarrollando una nueva percepción que posibilitó una interpretación que se diera en función de las artes, es decir, a partir de cualidades que formaban parte de la industria mecánica y que no fueron reconocidas hasta que no las interpretaron escultores, músicos, poetas, etc. Mumford presenta en sus ensayos una prosa que no se preocupa por ser académica. No obstante, debe reconocerse que una gran aportación de este autor fue realizar un análisis de manera intuitiva que precisamente se oponía a las ideas que imperaban en la academia de aquel entonces, en la que el progreso era incuestionable y la aplicación de la tecnología se consideraba sólo de manera benéfica, sin cuestionar sus posibles efectos adversos o contraproducentes, y que la tecnología misma no podría solucionar. Mumford se mantiene, sin embargo, centrado ante el riesgo de caer en una tecnofobia. Desde el campo de las artes, Armin Medosch, escritor, artista y curador, afirma sobre la tecnología:“La tecnología no es nunca sólo técnica, sino que combina aquello que es posible en cuanto a las técnicas de ingeniería de una época con aquello que es deseable en un cierto contexto histórico y social. Las tecnologías no existen sólo como utensilios técnicos, sino que 20 traen consigo ciertas formas de organización social a las cuales ayudan a crear y mantener, además que dependen de ellas. Por lo tanto, sería mejor que concibiéramos las tecnologías como utensilios tecno-sociales. Esos utensilios no serían sólo cosas (objetos muertos), sino resultados y a la vez componentes de las relaciones sociales”18. Cito esta referencia como una pauta de una concepción dentro de las artes surgida a principios de la década de 2000; es claro que existe una noción de la tecnología como un concepto que se relaciona necesariamente con otros conceptos. A pesar de esto, me parece que el término tecnología debería ser considerado bajo el parámetro de lo complejo; ya desde años anteriores en el imaginario colectivo se han ido desarrollando y popularizando concepciones que contemplan y comprenden la noción de complejidad, generando poco a poco un cambio en el paradigma epistemológico, lo cual ha traído como consecuencia una revaloración del concepto tecnología en un ámbito transdisciplinario. El término complejidad, según Edgar Morin, se basa en establecer un cambio respecto al paradigma de la simplicidad imperante durante siglos en Occidente y heredero del legado de Descartes: un sistema de conocimiento racionalista regido por la disyunción, la reducción y la abstracción. 18 Medosch, Armin. (2005). Technological Determinism in media art. (Tesis de maestría sin publicar). Reino Unido: Sussex University. (p.12) Disponible en: https://www.academia.edu/323980/Technological_Determinism_In_Media_Art. Fecha de consulta: Octubre 2015 [Traducción de la autora]. Cita original en inglés: “Technology is never just technical but combines what is possible in terms of the engineering techniques of a time and what is desirable in a certain socio-historic context. Technologies do not just exist as technical artefacts but imply certain forms of social organization, which they help to create and maintain and on which they also depend. Therefore we should better think of technologies as techno-social artefacts. Those artefacts are not merely things - dead objects - but results of and constitutive for social relationships”. 21 En su libro “Introducción al pensamiento complejo”19, Morin expone que si bien el paradigma de conocimiento establecido por Descartes ha sido bastante útil para la ciencia y para el descubrimiento en general de diversos fenómenos, ha traído también consecuencias no del todo benéficas. Descartes estableció una separación entre el sujeto pensante (ego cogito) y la cosa extensa (res extensa); para Morin, esto ocasionó una separación entre la filosofía y la ciencia, creándose así una – inteligencia ciega- ligada al uso degradado de la razón, que en el peor de los casos resulta mutilante y unidimensional. Morin argumenta que incluso para la misma ciencia es contraproducente mantener exclusivamente un tipo de conocimiento basado en el paradigma de la simplicidad; al abrirse hacia parámetros de lo complejo quedan alumbradas nuevas áreas que de otra manera se mantendrían excluidas. El término complejidad, del latín complexus: “lo que está tejido en conjunto”20 se refiere, por otro lado, a una visión integradora, sin pretender ser holístico. La complejidad acepta la imposibilidad de un conocimiento total, de una omnisciencia, pero sí aspira al conocimiento multidimensional. Es interesante notar el contexto en el cual surge una revaloración del conocimiento complejo, si consideramos que en intervalos de tiempo relativamente cortos se habían desarrollado: la invención de los microcircuitos electrónicos (microchips), la teoría de la información de Claude E. Shannon y Warren Weaver, la teoría cibernética de Norbert Wiener y el concepto de auto-organización del propio Morin, ya que todas estas nociones resultan conceptos que contemplan la complejidad en su propia esencia. En el ámbito complejo, la tecnología, como cualquier concepto, no se puede comprender considerando sólo la ciencia o sólo la sociedad o sólo el arte. Tampoco puede considerarse desde una visión holística, en la cual se relaciona con absolutamente todo y a la vez se imposibilita dar una definición. Considero que si 19 Morin, Edgar. (2007). Introducción al pensamiento complejo. 9na reimpresión. España: Gedisa. 20 Ibídem. (p.32) 22 bien el concepto Tecnología no puede ser completamente definido, sí puede ser descrito. Asumo así a la tecnología como una variable que no es independiente, sino que por el contrario se interrelaciona; la tecnología es un concepto mutable con diferentes aristas. De esta manera busco una noción de tecnología que comprenda e integre también al arte. En definitiva, la tecnología es resultado de los esfuerzos de la humanidad por darle forma al mundo; sin lugar a dudas, detrás de todo el arte existe una tecnología. En una entrevista realizada por Tecno-grafías titulada “Bioestructural, pensar lo vivo modificable”21, Edith Medina, artista mexicana del bioarte, dice sobre la tecnología: “Pienso en la tecnología como un elemento dispuesto a la reinterpretación y modificación que puede cristalizarse en un motivo discursivo, en múltiples transformaciones que superan al medio. Al hablar de tecnología, hablo también de un proceso de conocimiento, de la unión con un entorno remoto. Me refiero a discursos, teorías, aprendizajes, posibilidades, fases y cambios directos, un diálogo constante.”22 Desde una visión personal, la tecnología es una interrelación de conocimientos enfocados a un hacer; la tecnología es mutable, ya que los conocimientos con los que se construye están en constante modificación debido a las diferentes interacciones que el humano va teniendo con su entorno/realidad. Es en estas modificaciones donde podemos describir los cambios de intereses o de paradigmas de la historia del hombre o de una sociedad particular, lo que lleva a una relación simbiótica humano-tecnología. Es claro que la forma como se abarca la tecnología 21 Medina, Edith. (2014). Bioestructural, pensar lo vivo modificable. [Entrevista]. Tecno-grafías (entrevistador). Disponible en: http://www.tecno-grafias.com/edith-medina-bioestructural-pensar-lo-vivo-modificable 22 Ídem. 23 ya existente es y será diferente si se hace desde la ciencia o desde el arte. Al igual que la ciencia, el arte es una forma de conocimiento.(ver cap 1.2) No obstante, el arte da una importancia mucho mayor al proceso, mientras que la ciencia se centra en el resultado, en la búsqueda de –la verdad-, utilizando así, un único método científico; el arte, por el contrario, no sigue un único método artístico, porque este método es la búsqueda y la creación particular del artista, es decir una poética propia de las obras, por descontado no acepta una verdad única. El arte tiene como una de las bases de su naturaleza la creación y la búsqueda de significados; en ese sentido la relación del arte con la tecnología no puede ser pasiva: existe siempre un cuestionamiento y nunca sólo se asume, pues existe la responsabilidad del artista de escoger el medio con el que producirá una pieza, ya que éste también significará; por lo tanto, la tecnología también es siempre significada y analizada dentro del arte. Como creación humana, para el arte la tecnología no tiene un carácter neutro. Asumo la labor del artista como un productor de cultura viva.24 1.1.1. La máquina como concepto. Las herramientas o protomáquinas, fueron el primer acercamiento del hombre con la máquina. Existe la dimensión del cuerpo como herramienta, pero en realidad el cuerpo en sí mismo es una máquina, si lo concebimos como un organismo que se hace unidad a partir del ordenamiento de sus partes. (Máquina, según el Diccionario de la Real Academia Española, es un agregado de diversas partes ordenadas entre sí dirigidas a la formación de un todo23.) Ahora bien, la división que se hace de las partes ha variado en función de paradigmas de conocimiento que han existido en diversos periodos. El hombre de la prehistoria notó ciertos órdenes de la naturaleza, como la relación de la lluvia con el alimento de las tierras que él podría comer, y a partir de la observación de su entorno notó las máquinas existentes en la naturaleza, aunque no las llamara así; progresivamente fue creando sus propias máquinas. En el teatro griego de alrededor del siglo V a. n. e., el uso de la máquina significaba fundamentalmente el dios surgido de la máquina, el deus ex machina (theós epí mechanés, en griego24). El concepto en sí incluye tanto a la máquina mecánica que sostenía por los aires al actor, como al recurso de la utilización del dios que llegaba de los cielos a resolver la trama irresoluble. Es decir, no había distinción entre medios materiales e inmateriales, sino que ambos se superponían. El significado en griego de mechané en forma general era cercano a “medio, creación, dispositivo”25. Es interesante notar que la deus ex machina (recurso del teatro griego) resultaba un dispositivo que casi tenía vida propia. Se manejaba de forma mágica al entrar como elemento externo a la lógica que seguía la obra, e iba 23 Real Academia Española. (2001). Diccionario de la lengua española. (22.a ed.). Madrid: Autor. 24 Raunig, Gerald. (2008). Mil máquinas. Breve filosofía de las máquinas como movimiento social. Madrid: Traficantes de sueños. 25 Ídem. 25 en contra de las leyes naturales de la escena. Aristóteles26 criticaba el uso de este implemento para la resolución de una obra, ya que lo consideraba un recurso mediocre, un recurso que recurría a la obvia artificialidad de la máquina. Este recurso se sigue utilizando en la actualidad no sólo dentro de la dramaturgia y la literatura, sino incluso en justificaciones políticas. 27 El término machina aparece en latín a principios del siglo II a. n. e., y se encuentra cada vez más a lo largo del imperio romano y la baja antigüedad; siendo inicialmente un préstamo del dialecto dórico de los colonizadores del sur de Italia28. La utilización en latín de machina asume así todos los significados del griego mechané. Cabe resaltar que los grandes avances en el conocimiento tecnológico y la ingeniería, así como el desarrollo de mecanismos y máquinas técnicas se dieron en dos grandes rubros: el teatro, y la guerra. De hecho, en el griego y en el latín antiguos la aplicación del término se expande principalmente hacia estas dos ramas, es decir, se refiere por un lado al uso militar del aparato destinado a sitiar, conquistar o defender las ciudades, y por otro a la maquinaria teatral29, que en cierto sentido, también constituye un ataque. Cerca del periodo conocido como Renacimiento, el hombre ya con una conciencia plena de su propio ser, comenzó a notarse a sí mismo como una máquina, y a cuestionarse sobre las partes que lo hacían ser un todo. Más adelante, desde comienzos de la Ilustración, el conocimiento tendía más a la observación de la naturaleza, y en efecto el hombre se analizaba en sus partes, incluso haciendo una separación del –espíritu- y el cuerpo (ver fig.1). 26 Aristóteles. (s.f.) “Capítulo XV” en La poética / Aristóteles; vers. de García Bacca. México: Editores Mexicanos Unidos, 2005. 27 Nota de la autora: Hoy en día deus ex machina se utiliza para referirse a algo que aparece sin lógica por sus antecedentes, o de manera “mágica”. 29 Raunig, Gerald. (2008). “Máquinas teatrales” en Mil máquinas. Breve filosofía de las máquinas como movimiento social. Madrid: Traficantes de sueños. (p.39) 26 fig. 1 Rembrandt, “La lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp” (1632). Siglo de oro neerlandés. En el humano su propio ritmo cardiaco funge como un medidor de la actividad, como un estribillo físico. Esto da pie al uso del cuerpo como herramienta, hasta devenir, por citar un ejemplo, en la noción de ritmo para la creación de música, para la creación de poesía, para transformase en una máquina danza, o cualquier creación a partir de su propia energía. Las máquinas de humo del teatro barroco italiano no sólo cumplían una función escenográfica haciendo resaltar a las deidades de la trama, sino que servían para ocultar el aparato técnico. Esto es importante ya que devela la idea de querer encubrir a la máquina y hacerla parecer un acto mágico. Los filósofos Félix Guattari y Gilles Deleuze han desarrollado el concepto de máquina de manera expandida. Guattari, en su escrito Caósmosis 30 se refiere a la máquina como un ensamblaje de componentes heterogéneos que dan lugar a un 30 Guattari, Félix. (1996). Caósmosis. Buenos Aires: Ediciones Manantial. 27 cierto -nuevo- acontecimiento de lo real: componentes sociales, subjetivos, tecnológicos, energéticos, corporales, espacio-temporales, etcétera. En ese sentido, una bicicleta es una máquina en potencia, es al momento de montarla cuando hacemos máquina con la bicicleta: la bicicleta por sí sola es un agregado de partes, pero mientras no esté en funcionamiento no acontece en ella nada. Es al momento de montarla que resulta la unión de dos sistemas que se ensamblan, forman un todo y producen un nuevo acontecimiento de lo real: el desplazamiento del hombre. Sin embargo, es también una característica de las máquinas el poder volverse independientes: el ciclista salta de su bicicleta, y por unos segundos ésta continúa desplazándose, continúa siendo máquina31. Un reloj-horario, por otro lado, es una máquina que fuera de su desarrollo tecnológico está totalmente apegada a una sujeción social, misma que responde a una ideología de producción. El hombre está acoplado a esta máquina que le sirve para organizar su tiempo, para organizar a una sociedad, para levantarse a una hora específica y no guiarse por la posición del sol o la cantidad de luz, hasta el punto en que el hombre actual depende de esta máquina para establecer el ordenamiento de las actividades que realizará. El hombre del reloj termina por mimetizarse con la máquina, pero él dejaría de funcionar si uno de los factores del sistema de sujeción se resquebrajara, se fugaría un componente social complementario del que depende la máquina, por ejemplo, el que exista un acuerdo mundial del horario. En efecto, un reloj no solo es un medio para llevar cuenta de las horas, sino también para sincronizar las acciones de los hombres. De hecho, la necesidad de crear un reloj surgió de la necesidad de calendarizar rituales religiosos, que a la vez estaban relacionados con la agricultura y las estaciones. Podemos ver a lo largo de la historia 31 Raunig, Gerald. (2008). Mil máquinas. Breve filosofía de las máquinas como movimiento social. Madrid: Traficantes de sueños. 28 cómo incluso el uso de la máquina reloj se ha desarrollado paralelamente a la industria. Llegando por ejemplo a establecer como medidas específicas las jornadas de ocho horas; o el intento de implementación del calendario revolucionario soviético, que buscaba hacer una supuesta racionalización del tiempo paraoptimizar la producción industrial. Hoy en día, el reloj, es casi un máquina omnipresente, si consideramos que además de los relojes que existen por sí mismos, también hay mimetizaciones del reloj con otras máquinas, como computadoras, automóviles y teléfonos, entre otros muchos ejemplos. En contraposición al uso de la máquina, la herramienta por sí sola no es un agregado de diversas partes, pero cuando el hombre la utiliza forma una máquina. Retomando las líneas anteriores, cuando el hombre de la prehistoria usaba su mano para arrancar los frutos, la mano era la herramienta pero el hombre usando su mano (todo el ser) era una máquina. En el libro Anti-Edipo. Capitalismo y esquizofrenia32, Deleuze y Guattari escriben que la diferencia entre máquina y herramienta no es una diferencia de evolución, no se trata de una herramienta que posteriormente se convierte en máquina, escriben ellos: “[…] hay que plantear desde el principio la diferencia de naturaleza o innata entre la herramienta y la máquina: una como agente de contacto, la otra como factor de comunicación; una como proyectiva y la otra como recurrente; una, refiriéndose a lo posible y a lo imposible, la otra a la probabilidad de un menos-probable; una, operando por síntesis funcional de un todo, la otra por distinción real en un conjunto. Formar pieza con algo es muy diferente de prolongarse o proyectarse, o hacerse reemplazar (caso en el que no hay comunicación).” 33 32 Deleuze, Gilles y Guattari, Félix (1998). El Anti Edipo. Capitalismo y esquizofrenia. Barcelona: Paidós. 33 Ibídem. (p.397) 29 Notemos en la cita anterior que cuando Deleuze y Guattari mencionan: -“Formar pieza con algo es muy diferente de prolongarse o proyectarse o hacerse reemplazar (caso en el que no hay comunicación)”, están haciendo una clara referencia y contraposición a la definición de máquina de diversos autores, en especial a Marshall McLuhan, quien define a la tecnología como una “extensión, prolongación del hombre” (véase subcapítulo 1.1). La tesis de McLuhan respecto a la tecnología, establece que ésta se convierte en una autoamputación34. La máquina, explica, se utiliza como una prótesis que es reintegrada a la fisiología, compensando así a la amputación ocasionada por la tecnología; sin embargo, expone, da pie a un desequilibrio en los sentidos. Para McLuhan una máquina es un medio, un medio que contiene un mensaje, y además este medio tiene la capacidad de modificar, ya sea desde crear algo nuevo de manera física hasta modificar, como ya se mencionó, la cosmovisión de una sociedad. Lewis Mumford, en “Arte, técnica e integración cultural” 35, escrito anterior al citado texto “Comprender los medios de Comunicación” de McLuhan, había escrito sobre la necesidad de desarrollar una tecnología que favoreciera los valores humanos (véase subcapítulo 1.1). Se refería también a la necesidad de crear y revalorar los símbolos. Sobre la concepción que tiene Mumford de la máquina, él considera que el creciente uso de la tecnología ha traído como consecuencia una interpretación errónea de la máquina como el símbolo universal, y argumenta que la manera como se puede llegar nuevamente a un equilibrio social en el que se tomen en cuenta a los símbolos, es a través del arte. Otro de los autores, a los que claramente hacen referencia Deleuze y Guattari, es a Karl Marx 36. Si bien este erudito tiene estudios bastante amplios entorno a la 34 McLuhan, Marshall. (1964). Comprender los medios de comunicación. Barcelona: Paidós. 1994. 35 Mumford, Lewis. (1952). “Arte, técnica e integración cultural” en Lewis Mumford: textos escogidos. Editor Daniel Mundo 1ra ed. Argentina: Ediciones Godot. 2009 (pp.103-132) 36 Marx, Karl y Engels, Friedrich. (1857-1858). Grundrisse: Lineamientos Fundamentales para la Crítica de la Economía Política, II. México: Fondo de cultura económica. 1985 30 tecnología (véase subcapítulo 1.1), al hablar de máquina pone a ésta en relación al trabajo y a la línea de producción; de ahí que se refiera al concepto máquina como un “medio para la generación de plusvalía”. La crítica principal que Deleuze y Guattari hacen hacia Marx es que tiene una concepción lineal sobre el surgimiento de la máquina; ya que él sostiene que primero se generó la herramienta, después se hizo la máquina, y en el futuro se generará la máquina inteligente y autónoma, que vendrá a sustituir al hombre obrero. En “Fragmento sobre las máquinas”37, Marx expone que la máquina es más que un mecanismo técnico, la máquina es descrita como un ensamblaje mecánico- intelectual-social; aunque la tecnología y el saber (como máquina) afectan unidireccionalmente al trabajador, la máquina no es solamente una concatenación de tecnología y saber, de órganos mecánicos e intelectuales, sino también de órganos sociales, hasta el extremo de que coordina a los trabajadores aislados. Cuando Marx describe a la máquina dentro de su sociedad, la presenta como un medio para la generación de plusvalía, es decir, no como aquello que facilita el trabajo al trabajador sino como aquello que optimiza su explotación. Dentro de su contexto histórico Marx consideraba que la máquina estaba en una relación de poder con el trabajador, en la que la máquina resulta dominante; él plantea una relación invertida hombre-máquina en la que el proceso de transformar la producción en saber es una tendencia del capital. “La actividad del trabajador, limitada a una mera abstracción de actividad, se halla determinada y regulada en todos los aspectos por los movimientos de la máquina, y no a la inversa. La ciencia que obliga a los miembros inanimados de la máquina, por su construcción, a girar con arreglo al fin que se persigue, como los de un autómata, no reside 37Marx, Karl y Engels, Friedrich. (1857-1858). “Fragmento sobre las máquinas“ en: Grundrisse: Lineamientos Fundamentales para la Crítica de la Economía Política, II. México: Fondo de cultura económica. 1985. (pp.216-230) 31 en la conciencia del trabajador, sino que por medio de la máquina, éste actúa sobre él como un poder extraño, como el poder de la misma máquina.” 38 El carácter colectivo del intelecto humano se hace evidente en las máquinas; hay vínculos y relaciones sociales que haciéndose evidentes en el exterior devienen componentes de la máquina. Para Marx, sin embargo, se trata de un intelecto que queda oculto para el trabajador. Reiterando las líneas anteriores, el trabajador funge como una pieza del sistema máquina, mas no como dos sistemas que se concatenan creando una nueva máquina, como lo manejan Deleuze y Guattari. En síntesis, sobre este tema Marx afirma: “Las máquinas son órganos del cerebro humano creados por la mano del hombre, la potencia objetivada del saber. El desarrollo del capital fijo indica hasta qué punto el saber social general, el –knowledge- se ha convertido en fuerza productiva directa y, por tanto, hasta qué punto las condiciones del proceso social de vida se hallan sometidas al control del -general intellect- y transformadas con arreglo a él. Hasta qué punto las fuerzas productivas sociales son producidas no sólo bajo la forma del saber sino como órganos directos de la praxis social, (de las relaciones sociales) del proceso real de vida”. 39 En el párrafo anterior se afirma que el capital controla la relación de la máquina con el hombre, y la manera como la ha controlado es que el trabajador se encuentre en una sujeción con respecto a la máquina, y la misma máquina sea el capital, el todo de la máquina del capital. 38 Marx, Karl y Engels, Friedrich. (1857-1858). Op.cit. México: Fondo de cultura económica. 39 Ibídem. (p.109) 32 Por último Marx, plantea que fuera del control del capital la concatenación de saber y tecnología se remite a la cooperación social y a la comunicación. Las fuerzas de producción y las relaciones sociales son las condiciones materiales de las cuales tenemos que servirnos para: -hacer estallar los cimientos del capital, haciendo volar hasta el cielo sus fragmentos…- 40. Aplicando algunas de las ideas descritas por Marx a la actualidad, se llegan a ideas tales como la siguiente de Manuel Delanda: “Las sociedades occidentales han atravesado, por lo menos, por dos siglos de homogeneización, de la cual, el elemento más visible es la línea de ensamble y las técnicas de producción masivas relacionadas con ella, en la que el objetivo general fue dejar que las máquinas disciplinaran y controlaran a los humanos”.41 Habiéndonos adentrado al concepto de máquina, podemos ver cómo desde la filosofía este concepto, como es de esperarse, ha mutado en diversas ocasiones; la relación de las artes con la tecnología también, de la misma manera que el concepto mismo de arte lo ha hecho. Existen a través de la historia diversos usos y adelantos de la tecnología y la máquina, desde máquinas de tortura en la Edad Media, pasando por la búsqueda de máquinas de energía perpetua, producto de un profundo interés por la observación de la naturaleza durante el Renacimiento, hasta la creación de industrias, entre muchos otros puntos importantes para hacer una historiografía de la máquina. 40 Raunig, Gerald. (2008). “Fragmentos de máquinas” en Mil Máquinas. Breve Filosofía de las Máquinas como Movimiento Social. Madrid: Traficantes de sueños. (p.23) 41 Delanda, Manuel. (2002) Citado en: Aedo, Tania. (2004) “La Interfaz, una de las membranas difusas entre el arte, la tecnología y la ciencia” en: Interdisciplina escuela y arte. Antología. Tomo I. (pp.251-264) México: Conaculta, subserie Conjunciones. (p.260) 33 La utilización de las máquinas trae consigo un cambio social, efectivamente una sociedad puede ser descrita a partir de la tecnología que utiliza. Esto es el sistema socio-técnico: que consiste en la reciprocidad de como la tecnología modifica las relaciones sociales, y la sociedad modifica la utilización de la tecnología según la cosmovisión de ésta. En arqueología, la cultura material sostiene que es posible determinar cómo eran las sociedades según la tecnología y los materiales que utilizaban. Sin embargo en esta tesis, habiendo hecho ya un repaso sobre el concepto de máquina desde una perspectiva filosófica, nos centraremos en autores que han ampliado el concepto de máquina hacia una concepción que abarca el campo del arte. La máquina y el desarrollo de la tecnología en relación con el hombre son sistemas, es decir, una unidad global organizada por interrelaciones entre elementos, acciones o individuos. Este sistema se constituye de elementos y procesos físicos (incluidos los sistemas ideológicos). En ese sentido, al extender su alcance, al desarrollar la tecnología que le ayudaría a subsistir y a satisfacer sus necesidades, a crecer su dominancia, y al crear y complacer placeres, el humano se agrega un nuevo sistema, creándose así polisistémico. A la par del desarrollo del hombre, el apego a la máquina se vuelve cada vez más sólido, al punto de convertirse en una dependencia. Incluso podría afirmarse que una vez que se ha elaborado el polisistema máquina-humano, es imposible regresar al sistema humano. 34 1.1.2. Relaciones entre la máquina y el humano. ¿Las máquinas? Prolongación del hombre, que se integran a él mismo, prolongación de las estructuras sociales que se integran a ellas, son en todos los tiempos idénticas a nosotros mismos. Formarlas, construirlas, es construirnos a nosotros mismos. (J. Lafitte).42 A partir de las expansiones del concepto máquina citadas en el capítulo anterior, podemos ver una concepción de la máquina técnica como un indicio tras el cual se esconde toda una noción más general de la máquina. Ya desde finales del siglo XIX, habían surgido movimientos como el ludismo, y artistas tales como William Morris expresaban: “Los artistas y la máquina son incompatibles”43; sin embargo, unos cuantos años después vinieron a su vez movimientos como el futurismo, que por el contrario concebían a la máquina como una obra susceptible de valoración estética. Ubicándonos históricamente, durante estos años, y a principios del S.XX, el ambiente de las guerras mundiales, e inventos como la línea de ensamblaje, generaban una relación estrecha máquina-humano. Lewis Mumford44 (véase subcapítulo 1.1), un pensador de la cultura estadounidense, consideraba que el desarrollo tecnológico había dado poderes al ser humano que aún no podía controlar. La tesis sobre el desarrollo tecnológico de Mumford gira entorno a que hay un desequilibro en el uso de los símbolos, que la máquina ha ocupado un lugar de símbolo universal y el antídoto a este desequilibro se encuentra en el arte. Lo que separa a lo humano de lo animal, según este autor, 42 Lafitte J., (1932), citado en Coriat, Benjamin (1992). El taller y el robot: Ensayos sobre el fordismo y la producción en masa en la era de la electrónica. México: Siglo XXI editores p.37 43 Berenguer, Xavier. (1997). “Arte y tecnología: una frontera que se desmorona.” Artnodes: revista de arte, ciencia y tecnología. Barcelona: FAD. (p.2) 44 Mumford, Lewis (1934). En Mundo, Daniel (ed.) (2009) Lewis Mumford: Textos escogidos. Buenos Aires: Ediciones Godot Argentina. 35 es la consciencia y ésta se da por la valoración de los símbolos, por eso Mumford sostiene que el arte puede llevar al equilibro de lo maquínico y promueve un uso de lo maquinante que despierte la consciencia del hombre. Considera que el hombre por naturaleza es un creador de símbolos y de herramientas, pues tiene la necesidad de controlar tanto su interior como su exterior. Podemos vislumbrar aquí cómo se comienza a dar un tratamiento de la máquina como una fuente de poder (o extensión) para el hombre, hasta llegar a una sobrevaloración de ésta por encima del símbolo; estas condiciones traen consigo desajustes en el equilibrio interior (espiritual) del hombre. En el ensayo “Preparación cultural”45 Mumford distingue que si bien máquina no es sólo la parte mecánica, es necesaria la mano del hombre en algún momento del desarrollo de la máquina autómata, ya sea en su creación o para detectar algún error, exponiendo al hombre como el ser consciente; debo aclarar, que si bien Mumford, está hablando de una necesidad del hombre para hacer la máquina, no excluye que ésta después pueda reconstruir al hombre. Es decir “damos forma a nuestros edificios, así que ellos nos dan forma a nosotros” 46. Norbert Wiener47 pone la pauta para cuestionar si llegará un punto en que el hombre deje de ser necesario para la creación de una máquina. En nuestros días esta idea comienza a vislumbrarse; primeramente se habla de un desvanecimiento de las fronteras que definen –máquina- y –humano-. Por ejemplo, en la neurotecnología uno de los experimentos llevados a cabo por Kevin Warwick48, investigador de la universidad de Reading, consistió en una operación en la cual se le implantaron al 45 Ibídem. (p.21-101) 46 Churchill, William. (1960), citado en Strate, Lance. (2012). La tecnología, extensión y amputación del ser humano. El medio y el mensaje de McLuhan. (p.4) Disponible en: http://www.infoamerica.org/icr/n07_08/strate.pdf 47 Wiener, Norbert. (1964). Dios y Golem, S. A. Comentario sobre Ciertos Puntos en que ChocanCibernética y Religión. México: Siglo XXI 48 RTVE. (2010). Redes-Cerebros y máquinas conectados. [Video]. Disponible en: http://www.rtve.es/alacarta/videos/redes/redes-cerebros-maquinas-conectados/944289/ 36 mismo Warwick electrodos en el nervio mediano del brazo izquierdo; de esta forma los impulsos eléctricos mandados por el cerebro de Warwick para mover su propio brazo eran enviados a través de internet a la terminal de un brazo artificial. Como consecuencia Warwick fue capaz de mover el brazo artificial con sus propios impulsos eléctricos. Se obtuvo así una conexión de señales electrónicas con la química de un organismo, es decir, se consiguió unir la electrónica artificial con la electrónica orgánica. Se han realizado numerosos experimentos con programación computacional, en los que se busca, y hasta cierto grado se consigue, que la máquina logre tomar sus propias decisiones, aprenda y modifique posteriormente su comportamiento. Si bien como señala Mumford esto tiene aún presente la mano del hombre, se deja ver la pauta de que la máquina comienza a volverse cada vez más independiente. Ahora bien, es claro que Mumford se está refiriendo a un concepto específico de máquina, tendiente más a algo físico, a algo objetual. En contraposición Gerald Raunig, afirma que las máquinas ya no dependen de la téchnē: –La máquina tecnológica es sólo un caso de maquinismo. Hay máquinas técnicas, estéticas, económicas, sociales, etc.- 49 Sin embargo, partiendo de la idea de la máquina como la manejan Deleuze y Guattari50, en la que ésta resulta un todo formado por diversas partes, existe incluso la posibilidad de máquinas que no contemplen ni abarquen al hombre. Alrededor de los años sesenta persistía una división tajante acerca del lugar de la máquina; ya desde siglos atrás el ambiente con un modelo mecanicista del universo y el uso generalizado en la ciencia del método científico dio pie a la separación entre la ciencia y el arte. La máquina, concebida generalmente más como la máquina 49 Raunig, Gerald. (2008). Mil Máquinas. Breve Filosofía de las Máquinas como Movimiento Social. Madrid: Traficantes de sueños. 50 Deleuze, Gilles y Guattari, Félix (1998). El Anti Edipo. Capitalismo y esquizofrenia. Barcelona: Paidós. 37 técnica-mecánica, rara vez se vislumbraba en el campo de las artes; la percepción que se tenía de ésta era que, si bien ahorraba esfuerzo al hombre, le quitaba identidad. Aunque de manera general ése era el lugar de la máquina, paradójicamente comenzaban a surgir los primeros artistas que conjuntaban el arte con la electrónica y también con otras disciplinas, como las matemáticas y la mecánica. Podemos ver como ejemplo las obras meta-mecánicas de Jean Tinguely (1925- 1991), entre las cuales se encuentran una máquina que realiza su propia autodestrucción titulada: “Homenaje a Nueva York” (1960) (ver fig. 2) y “Cyclo- graveur” (1959) (ver fig. 3), que consiste en una máquina que dibuja. Es interesante notar cómo el resultado final de “Homenaje a Nueva York” carece de un control del resultado, es decir, la búsqueda es la producción de algo medianamente inesperado, muy distante de la máquina que no acepta el error; por el contrario en “Cyclo-graveur”, se juega precisamente con el hecho de la posibilidad de la máquina de reproducir un mismo gesto dibujístico a la perfección, y pone en duda el “aura” de la obra artística de la que hablaba Walter Benjamin. fig. 2 Jean Tinguely, “”Homenaje a Nueva York” (1960). 38 fig. 3 Jean Tinguely, “Cyclo-graveur” (1959). Durante los sesentas llegó un boom de la música electrónica, favorecido en parte porque herramientas como el sintetizador comenzaban a ser más accesibles, y principalmente gracias a que en estos años la microelectrónica tenía grandes avances con inventos como el circuito integrado (chip) o el transistor. Para entonces ya existían y se utilizaban tanto la radio como la televisión, pero fue en estos años cuando se dio una gran popularización en las telecomunicaciones. En este contexto y en estos años fue cuando Marshall McLuhan realizaba el escrito “Comprender los medios de comunicación: las extensiones del ser humano”51. Como se expuso en líneas anteriores, para McLuhan tecnología es la creación de un medio que no poseemos cuando nacemos; él entiende a los medios tecnológicos como una extensión del hombre, que a la vez reestructura al hombre. Un automóvil, por ejemplo, es una extensión en el desplazamiento pero amputa la capacidad narrativa del camino y del andar; es tan rápido el desplazamiento que se pierde cierto tipo de 51 McLuhan, Marshall. (1964) Comprender los medios de comunicación. Barcelona: Paidós. 1994 39 información, sin embargo se crean nuevas narrativas. Las ciudades se hacen cada vez más grandes, en parte también por las modificaciones de la tecnología. En teoría, el automóvil permitiría desplazarse a grandes distancias en menor tiempo, situación que en lugares como la Ciudad de México no siempre es cierto; empero, existe ahora la tendencia del humano en la ubicuidad, a partir de los medios tecnológicos digitales que favorecen la conectividad. Recordemos que para Deleuze y Guattari la máquina se caracteriza por crear un nuevo acontecimiento de lo real52 (véase subcapítulo 1.2). Al relacionar esto con las líneas anteriores, obtenemos que es parte de la naturaleza de la máquina ser una organización creadora: la bicicleta crea una nueva forma de desplazamiento, la modulación de las cuerdas vocales crea una nueva serie de sonidos, o inclusive un movimiento social crea una nueva organización política. Aunando a esto la línea de Edgar Morin, la tecnología resulta un sistema en el que los sucesos originados por el hombre tienen la capacidad de mutarlo a él mismo, de hacer nuevas creaciones en su sistema social y en su ecosistema. Las interrelaciones y retroacciones que modifican el comportamiento, la naturaleza, los elementos, los cuerpos, los objetos y los fenómenos son partes que forman un conjunto complejo. Las interacciones del desarrollo tecnológico se marcan por sucesos que engloban diferentes componentes de las disciplinas del conocimiento, constituyendo un todo como lo económico, lo político, lo mitológico, lo sociocultural, etcétera. No obstante, la especialización y la hiperespecialización del conocimiento traen como consecuencia la búsqueda de la separación de un todo indisociable, que no permite reconocer el fenómeno cambiante. Bajo esto, el mundo occidental de los años sesenta se encontraba en medio de una crisis de la ciencia; la crisis consistía entre otras cosas en que se podía: 52 Guattari, Félix. (1996) Caósmosis. Buenos Aires: Ediciones Manantial. 40 “Llegar por medios completamente racionales a ideas que llevan en sí una contradicción fundamental” 53 Para las ciencias duras del momento esto era grave; términos como caos o auto- organización apenas se aceptaban dentro del rubro 54. Ante esta situación se abrió paso al sentido interdisciplinario, multidisciplinario y transdisciplinario, así como al pensamiento complejo. Llegó también en estas fechas la tecnología informática. La producción de sentido interdisciplinario sobre estos temas dio paso a la problematización del llamado arte electrónico, como se explicará más adelante (véase subcapítulo 3.1). Como podemos ver, Deleuze y Guattari retoman la idea de la relación humano- máquina de manera mucho más cercana a la teoría de Morin; para empezar establecen una crítica a la idea de Marx sobre la concepción lineal del paso de herramienta a máquina a máquina sofisticada y después a máquinaindependiente del humano. Tampoco aceptan la postura de Mumford, en la que el hombre siempre tiene un dominio sobre la máquina. Para ellos la máquina no es sólo un instrumento de trabajo en el que el saber social queda absorbido y clausurado; por el contrario, se abre en distintos contextos sociales a diferentes concatenaciones, conexiones y emparejamientos. Para ellos se trata de una relación comunicativa: “Ya no existe ni hombre ni naturaleza, únicamente el proceso que los produce a uno dentro del otro y acopla las máquinas”.55 Es decir, Marx consideraba que la tecnología sí está dada por la cooperación social, aunque en el capitalismo el uso que se le da a la máquina impide esta cooperación 53 Morin, Edgar. Citado en: Aedo, Tania. (2004). “La Interfaz, una de las Membranas Difusas entre el Arte, la Tecnología y la Ciencia.” en Interdisciplina Escuela y Arte. Antología. Tomo I. (pp. 251-264) México: Conaculta, subserie Conjunciones. (p.263) 54 ídem. 55 Deleuze, Gilles y Guattari, Félix (1973) “Máquinas deseantes” en El Anti Edipo, capitalismo y esquizofrenia. (Capítulo I). Traducción de Francisco Monge. Barcelona: Barral Editores. (pp.11-54) 41 social; sin embargo, visualizaba la relación entre la máquina y el hombre como aquella en donde la máquina en algún momento complementa o remplaza la actividad del hombre. Deleuze y Guattari consideran por el contrario que no se trata de un enfrentamiento hombre-máquina en el que se evalúan sus correspondencias, sus prolongamientos, sus posibles o imposibles sustituciones, sino de hacerlos comunicar a ambos para mostrar cómo el hombre forma una pieza con la máquina, o forma pieza con cualquier otra cosa para construir una máquina. Estas otras cosas pueden ser animales, plantas, herramientas, personas, frases, signos, deseos, etcétera, pero sólo devienen máquina en un proceso de intercambio, no bajo el paradigma de la sustitución. Deleuze y Guattari consideran a la máquina respecto a un cuerpo social y no respecto a un organismo biológico humano56. Además es claro que la consideran como un factor comunicativo a diferencia de Morin, que considera a la máquina como un factor transformativo, una organización activa. Vale la pena aclarar que estas dos concepciones no necesariamente se niegan entre sí. “ (…)Nosotros creemos, al contrario, que la máquina debe ser pensada inmediatamente con respecto a un cuerpo social y no con respecto a un organismo biológico humano. Si es de este modo, no podemos considerar la máquina como un nuevo segmento que sucede a la herramienta, en una línea que tendría su punto de partida en el hombre abstracto. Pues el hombre y la herramienta ya son piezas de máquina en el cuerpo lleno de una sociedad considerada. La máquina es, en primer lugar, una máquina social constituida por un cuerpo lleno como instancia maquinizante y por los hombres y las herramientas que están maquinadas en tanto que distribuidas sobre este cuerpo.”57 56 Ídem. 57 Ídem. 42 Dando un salto a la actualidad, situándonos en el contexto de la información digital, del uso de internet y de cómo esto ha modificado a la sociedad, existen ejemplos como el del artista australiano Sterlac, que retoma ideas de McLuhan acerca de la tecnología como una extensión del hombre, sólo que agrega que el desarrollo tecnológico ha dejado de ir a la par de la evolución del hombre, puesto que ha tenido una velocidad tal que ha dejado al cuerpo humano como un miembro obsoleto. Sterlac, en línea con las teorías cyberpunk, supone que más que hacer una unión con la máquina el ser humano debe volverse un híbrido, un cyborg, o en términos de Morin: una vez que se ha elaborado el polisistema máquina-humano, será imposible volver al sistema humano; entonces será cuando el hombre renacerá, su evolución controlada en parte por él mismo irá tan rápido que llevará una velocidad de escape y se desprenderá naciendo como en “2001: Odisea en el espacio” (Kubrick y C. Clark), el hijo de las estrellas, el ser ubicuo, el ser máquina del todo. fig. 4 Stanley Kubrick. Extracto del filme “2001: Odisea en el espacio” (1968). 43 Capítulo II ARTE Y TECNOLOGÍA 44 Cap. II. Arte y Tecnología En este capítulo se explicará el origen común del desarrollo artístico y tecnológico así como la noción del término Poética en relación a la poiesis (poíhsiV), se mostrará el desarrollo de estéticas particulares generadas por algunos artistas que han utilizado la tecnología, puntualmente en el análisis de la obra de Jean Tinguely, se expondrá el empleo por medios tecnológicos de diversas figuras retóricas presentes en algunas piezas, así como el uso de lo simbólico en el arte tecnológico. 2.1 La tecnología en el arte “La tecnología lleva una doble vida, una que cumple con los propósitos de sus diseñadores, y otra que funciona a sus espaldas, con consecuencias no intencionales y posibilidades no anticipadas” (D. F. Noble. 1984)58 A través del tiempo, el arte de igual forma que los conceptos anteriormente vistos, ha tenido diversas definiciones. Wladyslaw Tatarkiewicz59 quien hiciera un análisis histórico sobre las diferentes concepciones que han existido sobre el concepto arte, describe que este término se deriva del latín –ars-, que a su vez es una traducción del griego –τέχνη-. En sánscrito también se utilizaba el término –ar- que significa juntar, componer. 58 Noble, David F. (1984). Forces of production: A social History of Industrial Automation. Nueva York: Knoph. (p. 325) 59 Tatarkiewicz, Wladyslaw. (2007). Historia de seis ideas. Arte, belleza, forma, creatividad, mímesis, experiencia estética. España: Tecnos 45 -Τέχνη- utilizado en Grecia y –ars- en Roma, en la Edad Media e inclusive a principios del Renacimiento, significaba: destreza. La destreza a la que aludían era a aquella que se requería para construir un objeto, fuera este arquitectónico, escultórico, pictórico, o incluso en la construcción de objetos cotidianos como ropa, vasijas, recipientes, etc. Pero también el mismo término hacía referencia a las destrezas retóricas, orales, por ejemplo para dominar a una audiencia, pudiendo ser ésta un ejército. Todas estas destrezas fueron llamadas artes. Una destreza se basa en el conocimiento de unas reglas, y por tanto no existía ningún tipo de arte sin reglas, sin preceptos.60 Podemos en este punto hacer la conexión con la definición anteriormente mostrada del significado de Τέχνη (cap. 1.1), definido como el conocimiento de los pasos o reglas a seguir para obtener un resultado u objeto determinado; como podemos observar Τέχνη es el origen común de los conceptos: Tecnología y Arte. En principio todo el arte utiliza tecnología, ya que tecnología es el conocimiento para llegar a un hacer, luego entonces, desde las pinturas rupestres en Altamira donde el humano dejó la silueta de su mano esparciendo pintura alrededor de ésta, implica ya una tecnología; la obtención de pigmentos, el uso del pincel, el uso de la perspectiva, son algunos de los muchos ejemplos que se pueden observar a través de la historia del arte y hasta llegar a nuestros días, donde el arte en sí mismo encierra el concepto de tecnología, aun siendo que dentro del arte contemporáneo la importancia de la técnica haya dado un giro. Por otro lado, respecto al término de poética en relación con las artes, citaré unas breves notas que servirán para aclarar a qué se refiere el término; en “El Banquete” de Platón, que habla principalmente de definiciones de amor y de discursos entrono a Eros, es narrado un diálogo
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