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Hacia-una-poetica-de-la-tecnologa--usos-esteticos-de-la-maquina-en-el-arte-2005-2015

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Universidad Nacional Autónoma de México 
Facultad de Artes y Diseño 
 
 
“HACIA UNA POÉTICA DE LA TECNOLOGÍA. 
Usos estéticos de la máquina en el arte (2005-2015).” 
 
 
Tesis 
 
 
Que para obtener el Título de: 
 
Licenciada en Artes Visuales 
 
Presenta: Cristina Brambila Ortega 
 
 
Director de tesis: Licenciado Carlos Mier y Terán Benítez 
 
 
Ciudad de México, 2016. 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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A las flores que el sol secó antes de tiempo. 
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A mis papás y a Fer, por su amor y su gran apoyo, Gracias. 
 
A Carmelita, a mis abuelos Héctor, Gloria, José y Martha, que tanto me 
han enseñado. 
 
A mi familia y a mis amigos de vida Erika, Alejandra, Ana Carol, Óscar, 
Archi, Alberto, Bruno y Deborah; Pía y Julio, amigos de los que tanto he 
aprendido y que me han ayudado a crecer; al equipo del laboratorio de 
ciudadanía digital por abrirme sus puertas y permitir otras miradas de la 
tecnología. 
 
A mis maestros, que han dejado una huella en mi vida y en mi formación, 
Alfredo Rivera, Claudia Gallegos, José Miguel González-Casanova, 
Carlos Mier y Terán, Ignacio Granados y Carmen Rossette. Gracias por 
ayudarme a abrir los ojos. 
 
A Alejandro, por ser un caminante. 
 
 
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Índice 
 
 
Introducción 
 
Proemio 
 
 
Capítulo I . La Tecnología. 
 
1.1. ¿Qué es la tecnología? 
 
1.1.1. La máquina como concepto 
 
1.1.2. Relaciones entre la máquina y el ser humano 
 
 
Capitulo II . Arte y Tecnología. 
 
2.1. La tecnología en el arte. 
 
 2.1.1. Devenir artístico en función de la tecnología 
 
 2.1.2. Lenguaje retórico en-el arte tecnológico: revisión en la obra de Jean 
Tinguely 
 
 
 
Capítulo III. Arte electrónico 
 
3.1. Multi, inter y transdisciplina: El lugar del arte electrónico y su definición. 
 
3.2. Cuerpo, espacio y tiempo en el arte electrónico y los medios digitales 
 
3.3. Producción de arte electrónico y desarrollo de tecnología en el arte: Análisis 
de la obra de Rafael Lozano-Hemmer 
 
 
 
Capítulo IV. Proceso creativo personal en el panorama actual del arte electrónico 
 
4.1. Postura, proceso creativo y obra 
4.2. Enseñanza de la tecnología dentro del arte con giro pedagógico 
 
 
Conclusiones 
	 5	
 
	
Introducción 
 
Hoy en día la extensión del uso de la tecnología y de las herramientas para realizar 
cualquier actividad humana se encuentra estandarizada, propagada y asumida. 
Esto trae como consecuencia una absorción de la tecnología en todos los campos 
del conocimiento y del desarrollo humano, incluido el arte. Así como la tecnología 
ya existente llega a diversos campos, es también posible crear tecnología desde 
diversas tradiciones y perspectivas, por ejemplo una creación tecnológica a partir 
de un proceso artístico. 
 
En la historia de la humanidad han existido diversos encuentros humano-tecnología 
que han modificado y re-creado a ambas partes. Por nombrar algunos, el dominio 
en el pulido de lentes para crear microscopios y telescopios cambió la concepción 
espacial que tenía el ser humano, creando así nociones de microcosmos y 
macrocosmos, lo cual hizo que el hombre se reconociera en una dimensión donde 
él no era el centro del universo. Citando otro ejemplo, a mediados del siglo XX se 
dio un boom de la tecnología; los avances en el uso de la electrónica y los 
microcircuitos integrados, también conocidos como microchip, permitieron dar uno 
de los más grandes saltos: la comunicación con la máquina, lo que dio pie al 
nacimiento de la cibernética1. De esta forma ha sido posible solucionar problemas 
de la vida del hombre con la ayuda de otro sistema que no sea el pensamiento 
humano. 
 
 Debemos notar que el uso cotidiano de la tecnología no viene desde la primera 
revolución industrial, ni siquiera desde el uso de los metales o el descubrimiento de 
la rueda o del fuego: el primer uso de la tecnología se dio con el cuerpo mismo del 
																																																								
1Cibernética: estudio del control y la comunicación de máquinas y seres vivos. 
En: Wiener, Norbert. (1964). Dios y Golem, S. A. Comentario sobre ciertos puntos en que chocan cibernética y 
religión. México: Siglo XXI. (p.3) 
 
	 6	
ser humano. La tecnología se define como el conjunto de conocimientos de los 
pasos a seguir para obtener un resultado determinado2, el bien hacer algo. En este 
sentido el uso de la tecnología en el cuerpo se dio cuando éste se objetivó, es decir, 
cuando se le dio un uso de herramienta. La base de la utilización del cuerpo como 
herramienta también dio pie al desarrollo futuro de las artes. 
 
Sin embargo, el vertiginoso encuentro y relación humano-tecnología, hoy en día 
indisociable, pareciera que apunta más hacia un fin de especialización bajo la cobija 
de un método científico. Se entiende bajo este parámetro que toda herramienta y 
máquina debe estar optimizada, debe tener un fin, y ese fin debe conocerse. Una 
máquina cuya respuesta no se conoce, tiene un comportamiento impredecible, o un 
rango de entropía muy elevado; es una máquina inestable que no funciona 
aparentemente para ningún campo. 
 
La máquina, al ser construida por la tecnología amplía su concepto más allá de lo 
meramente mecánico y se convierte en un sistema3 en sí misma, el cual puede estar 
formado a la vez por un conjunto de sistemas. Dentro de esta máquina sistema se 
ven involucrados aspectos históricos, sociales, biológicos, etcétera, del devenir 
humano. 
 
El arte, al ser una forma de conocimiento y tener un carácter creativo, permite la 
creación de tecnología. Así, cuando la tecnología se circunscribe en este campo 
consigue tener matices y fines propios del arte. Si bien no es el único campo donde 
se pueden dar este tipo de creaciones, sí es bastante fructífero, ya que permite la 
creación de diálogos y reflexiones entre el espectador/humano y la pieza/objeto 
tecnológico. En otras palabras, en el presente escrito se plantea que es posible la 
creación de tecnología tanto para fines de conocimiento, como para fines creativos, 
																																																								
2Ezcurdia, Agustín y Chávez, Pedro. (1994). Diccionario Filosófico. México: Limusa. Noriega Editores. 
 
3 Es un sistema porque es posible escoger numerosos componentes diferentes que satisfagan el conjunto de 
relaciones que definen la organización de una determinada máquina. Luego, una máquina-cualquier máquina- 
es un sistema. 
Maturana, Humberto y Varela, Francisco. (1998). De máquinas y seres vivos. Autopoiesis: La organización de 
lo vivo. Chile: Universitaria. (p.67)	
	 7	
estéticos y artísticos. Así, en el proceso de creación de tecnología desde el arte, el 
artista lleva a cabo una poética, que en este caso se trata de una poética del arte 
tecnológico. Se plantea y asume en esta tesis el término ‘Poética’ como aquel que 
atiende al proceso productivo, a la obra por hacer. “Poética no es, en este caso 
relativo o propio de la poesía; es la reflexión -ampliada a todos los géneros artísticos 
y ramas del arte- atinente al programa que el artista pone en obra, declarado a veces 
en un manifiestoo en un preceptiva”4. Se entiende, de esta manera el término 
Poética más cercano a la poiesis (poíhsiV) platónica. Es decir, la poética como 
creación, -pasar del no ser al ser-, -la acción que hace5-. De ahí, que el título de la 
tesis haga referencia a una búsqueda de la creación, del proceso, del posible 
manifiesto que conllevaría justamente a una Poética de la Tecnología. 
 
Innegablemente, los cruces arte-tecnología hacen imprescindible la discusión y 
creación de nuevas teorías y líneas de argumentación, pero más allá de eso, este 
trabajo de investigación resultará útil a aquellos estudiantes de arte o carreras afines 
que busquen una introducción y primer acercamiento a una teoría del arte 
electrónico, así como para cualquier lector interesado en comprender los motivos 
del cruce entre la tecnología y el arte, así como las posibilidades estéticas y 
poéticas. Esta tesis además, busca difundir una postura que afirma como necesaria 
la creación de tecnología desde una mirada crítica, sensible. De esta forma, la 
búsqueda e hipótesis del texto aquí escrito se puede resumir en las siguientes 
líneas: 
 
Es posible la creación de tecnología que surja desde el campo del arte y que tenga 
como fin el desarrollo de una poética que apunte a un sistema de figuras retóricas 
capaz de crear experiencias estéticas. 
 
 
 
																																																								
4 Oliveras, Elena. (2005). Estética: la cuestión del arte. 1ra ed. Buenos Aires: Ariel 
	
5 Valery, Paul. (1990) en Oliveras, Elena. (2004). Estética. La cuestión del arte. La Argentina: Ariel. (p. 33) 
	 8	
 
 
Proemio 
 
El desarrollo de esta investigación parte de considerar un concepto –tecnología en 
este caso- desde diversas disciplinas, para después entender por qué este tema –
lo tecnológico- no sólo se ha mezclado con el arte en diversos puntos de la historia, 
sino que incluso ha modificado en ciertos ámbitos la concepción del arte y creado 
nuevas propuestas artísticas. Se analizará la significación de la tecnología como un 
lenguaje retórico dentro del arte. Se explicará cómo la relación entre el devenir 
artístico y la tecnología, en función del contexto cognitivo actual ha hecho que se 
amalgamen diversas disciplinas dando paso a la interdisciplina, multidisciplina y 
transdisciplina. Así, el resto de la tesis se centra en temas que competen al 
desarrollo poético de la tecnología dentro del campo de las artes y puntualmente 
dentro de las artes electrónicas, en el cual se analizará entre otros artistas a Jean 
Tinguely, y a Rafael Lozano-Hemmer. Finalmente se expondrá la producción de un 
proyecto personal artístico-educativo, resultado de esta investigación. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
	 9	
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Capítulo I 
 
 
LA TECNOLOGÍA 
 
 
 
 
	 10	
Cap. I. La tecnología 
 
Este capítulo tratará sobre el concepto de tecnología según diversos 
autores, para llegar a una definición propia de tecnología vinculada con el campo 
de las artes. También se abordarán los conceptos de herramienta y máquina, así 
como los cruces de la máquina y las artes desde tiempos clásicos y en diferentes 
momentos de la historia. 
 
 
1.1. ¿Qué es la tecnología? 
 
Etimológicamente la palabra Tecnología está compuesta por las palabras griegas 
τέχνη y λογία, donde τέχνη (téchnē en latín) es: arte, oficio, destreza; habilidad, 
maquinación6; modo, manera, –el bien hacer algo-; y λογία: estudio, discurso7. De 
manera personal agrego que λογία: logos, se refiere también al lenguaje, al 
pensamiento y al razonamiento. Desde una concepción lingüística una posible 
definición de tecnología sería: -Los conocimientos que surgen alrededor de la 
técnica, el arte y los oficios-. 
 
Generalmente la sociedad actual al pensar en tecnología refiere a imágenes tales 
como gadgets electrónicos, imaginarios relacionados con la conquista espacial, 
medios digitales, chips y telecomunicaciones, entre otros. Debemos notar que esos 
son el conocimiento objetivado mas no la tecnología per se; la tecnología está en el 
conocimiento humano que encierra el objeto. 
 
Para preguntarnos cuándo surgió la tecnología, habría que preguntarnos cuando 
surgió la téchnē, ya que la téchnē es la manera puntual de hacer algo, y de esta 
manera la tecnología comprende un conjunto de téchnēs o técnicas. Desde un punto 
																																																								
6 Pabón Suárez de Urbina, José María. (2004). Diccionario manual Griego (Griego clásico-Español). 
Barcelona: Vox. 
 
7 Gómez de Silva, Guido. (2004). Breve diccionario etimológico de la lengua española: 10000 artículos, 1300 
familias de palabras. México: Fondo de Cultura Económica. 	
	 11	
de vista antropo-social, podríamos citar a Friedrich Engels, quien posteriormente 
conjuntó sus ideas con Karl Marx; él expone que el surgimiento de la técnica se da 
por el principal motor del desarrollo del hombre: el trabajo. En “El papel del trabajo 
en la transformación del mono en hombre”, Engels retoma fragmentos de la teoría 
evolutiva de Darwin para explicar la necesidad de evolución a partir del concepto de 
trabajo, el cual define de la siguiente forma: 
 
“El trabajo[…] es la condición básica y fundamental de toda la vida 
humana. Y lo es en tal grado que, hasta cierto punto, debemos decir 
que el trabajo ha creado al propio hombre.” 8 
 
Engels defiende la idea de que el inicio, el desarrollo y la posterior ultra-
complejización de la tecnología se dieron debido a una necesidad de supervivencia 
del hombre, la cual lo obligó primeramente a utilizar sus manos, actividad que fue 
perfeccionando durante centenas de miles de años. Apunta él que si bien algunos 
mamíferos inferiores utilizan sus patas delanteras para recoger y sostener sus 
alimentos, y los monos se ayudan de las manos para empuñar garrotes, o algunos 
chimpancés llegan a construir tejadillos; la mano del (hombre) salvaje más primitivo 
es capaz de ejecutar miles de operaciones que no pueden ser realizadas por la 
mano de ningún mono, ya que ni una sola mano simiesca ha construido jamás un 
cuchillo de piedra, por tosco que sea; y así es como partiendo por la mano, el 
hombre ha ido desarrollando tecnología cada vez más sofisticada hasta llegar a la 
actual tecnología que podemos ver en nuestros días. 
 
“La mano no sólo es el órgano del trabajo; es también producto de 
él. Únicamente por el trabajo, por la adaptación a nuevas y nuevas 
funciones, por la transmisión hereditaria del perfeccionamiento 
espacial así adquirido por los músculos, los ligamentos y, en un 
período más largo, también por los huesos, y por la aplicación 
																																																								
8 Engels, Friedrich. (1876). El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre. México: Ediciones 
Quinto Sol, S. A. 
	 12	
siempre renovada de estas habilidades heredadas a funciones 
nuevas y cada vez más complejas, ha sido como la mano del hombre 
ha alcanzado ese grado de perfección que la ha hecho capaz de dar 
vida, como por arte de magia, a los cuadros de Rafael, a las estatuas 
de Thorwaldsen y a la música de Paganini.” 9 
 
Así, sostiene Engels, la necesidad de la supervivencia obligó al hombre a llegar a 
una necesidad de trabajo, dentro de la cual el humano cambió su dieta y esto ayudó 
a su desarrollo cerebral. Posteriormente el hombre pudo dominar el fuego, crear 
herramientas y hacer desarrollos de tecnologías tales que desembocan en 
actividades como el arte, la creación y la originalidad. Por otra parte, el desarrollo 
del trabajo, al multiplicar los casos de ayuda mutua y de actividad conjunta, los 
cuales resultaban benéficos también a nivel individual, y de esta manera se 
consolidaban cada vez más las formas de agrupación en sociedades, trajeron como 
consecuencia que los hombres en formación llegaran a un punto en que tuvieran 
necesidad de decirse algolos unos a los otros. La necesidad creó el órgano, y el 
órgano re-creó el lenguaje. 10 
 
En resumen, Engels mantiene que el origen de la tecnología fue la necesidad creada 
por el trabajo. Afirma, como se lee en líneas anteriores, que el lenguaje mismo, y en 
consecuencia la configuración y aprehensión del mundo en el hombre, se dio a 
consecuencia del trabajo. Es por eso que establece que el trabajo es la condición 
básica y fundamental de toda la vida humana. Ahora bien, considero que la idea de 
trabajo puede verse como un motor, como una necesidad de activación. 
 
El uso de la tecnología en el humano surgió con la utilización de su propio cuerpo 
para conseguir un fin, para satisfacer una necesidad, primeramente quizá con 
aullidos o llantos, como manera de pedir atención, de mostrar un aquí estoy, los 
cuales son los primeros pasos para el surgimiento de la música; después quizá con 
																																																								
9 Ídem. 
 
10 Cfr., Ídem. 
	 13	
el movimiento corporal, el hombre prehistórico realiza movimientos corporales para 
conseguir su supervivencia, no se trata de movimientos meramente instintivos, 
como el recién nacido que se alimenta, o del hombre que corre instintivamente 
cuando se ve atacado, sino que establece una comunicación con otro ser a través 
de signos corporales, ritmos repetitivos y acelerados y de esta forma logra ahuyentar 
a su atacante. En este caso estos controles y dominios conscientes del cuerpo 
resultan los comienzos de la danza. Es decir, la tecnología antecede al arte, porque 
el arte está formado por tecnología, ya que requiere de una serie de conocimientos 
conscientes para llegar a un hacer. 
 
El cuerpo comienza a ser utilizado como una herramienta o una protomáquina11; si 
bien la definición de herramienta nos lleva a que es un artificio, una cosa, un 
implemento, es justamente a partir de la separación, es decir el utilizar nuestro 
cuerpo, cuando se vuelve herramienta. No se trata sólo de movimientos o aullidos 
instintivos, sino de acciones concretas conseguidas a partir de la utilización 
mecánica. Posteriormente viene el uso de la herramienta, de algo externo a su 
cuerpo. El concepto de –herramienta-, en este caso está más cercano a la palabra 
anglosajona tool, que en inglés no tiene ninguna carga relacionada al material como 
sí la tiene etimológicamente herramienta que viene del latín ferramentum 
(instrumento de hierro), sino se trata de un dispositivo o implemento para realizar 
una función específica. El paso de herramientas fue en crecimiento exponencial, la 
historia de la evolución de las herramientas, y de las máquinas-herramienta es en 
parte la historia de la evolución humana. 
 
Tecnología es entonces de manera general el conjunto de conocimientos que, si se 
siguen, pueden llevar a conseguir un determinado fin; muchos de los objetos 
artificiales, si no es que todos los objetos artificiales, encierran una tecnología. Así, 
																																																								
11 Nota de la autora: El término protomáquina es tomado del texto Caósmosis de Guilles Deleuze, el cual se 
define como: máquina primigenia. 
Guattari, Félix. (1992). Caósmosis. Argentina: Ediciones Manantial. (p.50) 
 
	 14	
la tecnología surgió para facilitar y cumplir la necesidad de trabajo, y la primera 
forma de resolver tal necesidad fue partiendo del cuerpo mismo. 
 
La diferencia entre técnica y tecnología radica principalmente en que la técnica tiene 
una forma única de hacerse, tiene una manera, un procedimiento establecido, 
particular, para llegar a un bien hacer. La tecnología, al abarcar todo el 
conocimiento, puede ser flexible en el camino que sigue para llegar a un fin, quizá 
incluso puede alterar el orden de los factores, porque en la tecnología, se llega a la 
esencia del modo de hacer. Por ejemplo, si hablamos de pintura, la tecnología sería 
toda la pintura, esto es, cómo llegó el hombre al conocimiento de depositar materia 
para formar una imagen, qué instrumentos se desarrollaron: el pincel, el encausto, 
el óleo, el acrílico y demás. La técnica se entiende entonces como la forma puntual 
y específica de algún autor para dominar una tecnología; evidentemente las técnicas 
se pueden imitar. Se habla también de una técnica para referirse a los materiales 
utilizados, que también son técnica, porque se refieren específicamente a como se 
consiguió esa pintura. 
 
La danza, entendida como la objetivación del cuerpo como un medio de expresión, 
implica una tecnología. Ahora bien, el cómo mover el cuerpo, o bajo qué principios 
del movimiento se realiza la danza, conlleva una técnica. Existe, por citar un 
ejemplo, la técnica Limón, que se centra en los principios orgánicos de recuperación 
y caída, algo parecido a un péndulo, a diferencia de la técnica Graham que se centra 
en la contracción y la relajación para poder expresar emociones, el ballet en cambio, 
se centra en la rotación de las piernas y la separación del bailarín del suelo; como 
podemos ver, existen diversas técnicas dentro de la tecnología. 
 
El término tecnología, como podemos intuir, al abarcar todo el conocimiento se 
comprende de distintas maneras desde la división disciplinaria, y ha sido abordado 
desde diferentes perspectivas. 
 
	 15	
Como se vio en líneas anteriores, Engels explica la tecnología en función del trabajo. 
Marx, quien compartía ciertas ideas con Engels, puntualiza que la tecnología es el 
resultado del propio proceso de producción capitalista, y esta idea será retomada 
más adelante por Walter Benjamin en su ensayo “La obra de arte en la época de su 
reproductibilidad técnica” (véase capítulo 2). Una de las aportaciones de Marx a la 
concepción de la tecnología es que la ve como un concepto que integra a la 
sociedad. Sin embargo, Marx se refiere a los desarrollos científicos como los únicos 
que aportan a la creación de tecnología, y percibe a la tecnología desde un punto 
de vista industrial, en el que la tecnología está contenida en las máquinas. 
 
Para Marx, la tecnología es hasta cierto punto neutra, depende de la sociedad el 
uso que se le dé, y puntualmente se refiere a la clase burguesa como propietaria de 
los medios de producción y por tanto de la tecnología. De ahí que la tecnología se 
utilice como un medio de explotación del obrero, quien posteriormente será 
sustituido. Marx formula un desarrollo de la tecnología que va de lo simple a lo 
complejo, propone que en la tecnología primero se desarrolló la herramienta, 
después la máquina y llegará un punto en que esa máquina se vuelva autónoma y 
entonces vendrá la sustitución del hombre por la máquina. 
Como podemos ver, para Marx, la relación de la tecnología con el trabajador se 
vuelve unidireccional; si bien la tecnología contiene el –General Knowledge-, este 
conocimiento queda oculto para el trabajador (véase subcapítulo 1.2). 
 
Existe una teoría llamada Determinismo Tecnológico, la cual propone que los 
cambios en la sociedad se dan a partir de la tecnología; es decir, si se implementa 
un desarrollo tecnológico, la sociedad tendrá un progreso. Esta teoría considera a 
la tecnología como un factor intrínseco a la sociedad, esto es, la tecnología sí afecta 
a la sociedad, pero la sociedad no juega un papel tan importante en modificar a la 
tecnología, sino que ésta sigue un curso casi autónomo. Siendo así, podemos definir 
Tecnología como la capacidad para cambiar el entorno12. Existen hoy en día 
																																																								
12 Wagensberg, Jorge. Cit ado en López, María del Pilar y Montiel, Maryalejandra. (2006). La tecnología en la 
complejidad del siglo XXI. Publicación electrónica disponible en: www.utn.edu.ar/aprobedutec07/docs/212.doc 
 
	 16	
numerosos proyectos, sociales y políticos sobre todo, que contienen un claro matiz 
de esta ideología. Un ejemplo de lo anterior es el proyecto parael desarrollo y la 
creación de habilidades y competencias del siglo XXI para los aprendices del milenio 
en los países de la OCDE13. 
 
Marshall McLuhan, autor canadiense cuya obra se desarrolló en los años sesenta, 
coincide en parte con el Determinismo Tecnológico. Se dice que sólo en parte 
porque, si bien supone a la tecnología como el principal motor de cambio en una 
sociedad, sí menciona la existencia de una retroalimentación: “Formamos nuestras 
herramientas y éstas luego nos forman14”. Ahora, respecto a que la tecnología lleva 
a un progreso, él se refiere más bien a una modificación en la que se genera un 
efecto de -espejo retrovisor-,15 es decir, la sociedad no está preparada para los 
cambios que crea el desarrollo tecnológico y sólo los ve en los cambios del pasado. 
 
McLuhan define a la tecnología como los medios que funcionan como una extensión 
del cuerpo. Estos medios pueden privilegiar a alguno de los sentidos por encima de 
los otros, lo cual acarrea un desbalance en la percepción, trayendo como 
consecuencia una modificación en el pensamiento, la cosmovisión y la forma de 
aprehender el mundo de una sociedad. Los medios, sostiene McLuhan, funcionan 
como una extensión, pero éstos amputan a alguno de los sentidos para ser 
posteriormente insertados como una prótesis, y es ahí cuando viene la extensión. 
 
“Tras extender nuestro alcance gracias a la autoamputación, 
recuperamos nuestra unidad reintegrando la tecnología a nuestra 
																																																								
13 Para más información véase el proyecto postulado por la OCDE, “Habilidades y competencias del siglo XXI 
para los aprendices del milenio en los países de la OCDE”, En: 
http://recursostic.educacion.es/blogs/europa/media/blogs/europa/informes/Habilidades_y_competencias_siglo
21_OCDE.pdf 
 
14 McLuhan, Marshall. (1964). Comprender los medios de comunicación. Barcelona: Paidós Comunicación. 
1996. (p.11) 
 
15 Ídem. 
	 17	
fisiología: el fabricante de herramientas se funde con sus 
herramientas”.16 
 
El uso de la tecnología, defiende McLuhan, no es exclusivamente humano; por 
ejemplo, el mono ha desarrollado tecnología al impregnar con saliva una rama y 
utilizar este implemento para atraer a las hormigas y comérselas. Esto, explica 
McLuhan, se vuelve una extensión de la mano del mono. Sin embargo, el humano 
ha sido la especie con el desarrollo tecnológico más complejo. 
 
McLuhan analiza desarrollos tecnológicos muy puntuales; uno de ellos es la 
imprenta, la cual implicó una sobreexplotación y sobrevaloración del sentido visual, 
ocasionando un profundo cambio en la cosmovisión de Occidente, donde se 
comenzaría a desarrollar una concepción lineal del mundo; esto se ha visto reflejado 
en la concepción del tiempo en la modernidad, la forma en la que se crean las 
narrativas y como consecuencia la historia. Estos cambios ocasionados por la 
tecnología se ven reflejados también en la forma de hacer arte. Retomando el 
ejemplo anterior, McLuhan sostiene que la representación es una cualidad propia 
del sentido visual; así, a través de la representación característica de las formas 
lineales de pensamiento, el hombre moderno pretende apropiarse del objeto 
representado17. 
 
El desarrollo y la popularización de la tecnología electrónica en la sociedad han 
implicado una transformación en la que se explota la multisensorialidad. McLuhan 
afirma que esto ha traído como consecuencia un retorno del humano hacia lo 
primitivo, buscando así un regreso a lo tribal y lo no lineal. Cuando McLuhan hace 
																																																								
16 Dery, Mark. (1995). Velocidad de escape, la cibercultura en el final del siglo. España: Ediciones Siruela. 
(p.121) 
	
17	Andrade, Gabriel. (2005). La estética en Marshall McLuhan: percepción y tecnología. En: Enl@ce Revista 
Venezolana de Información, Tecnología y Conocimiento. Mayo-Agosto [en línea]. Disponible en: 
<http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=82320202> ISSN 1690-7515		
Fecha de consulta: Octubre 2015 
	
	 18	
referencia a los medios multisensoriales, se refiere a lo que él llama -cool media-, 
que se caracterizan por requerir la participación del espectador, por ser más 
personales, por disponer la información de manera no lineal y por contener 
información dirigida a más de uno de los sentidos. 
En resumen, para McLuhan la tecnología está en el medio. Este medio puede ser 
una máquina, pero un medio/máquina que es en sí mismo un mensaje y condiciona 
el cómo se aprehende la información. De ahí la frase –El medio es el mensaje-. 
 
Lewis Mumford, autor contemporáneo a McLuhan, contempla una definición de 
tecnología que es radicalmente opuesta en un punto: para Mumford, la tecnología 
es neutral, y la positividad o la negatividad de sus efectos dependen del uso que el 
humano le dé. Mumford fue un estadounidense que vivió de 1895 a 1990, quizá 
debido a ello pudo contemplar un cambio generacional que se dio puntualmente en 
su ciudad de residencia, Nueva York. Durante este periodo se vivieron 
consecuencias del fordismo en transformaciones sociales y nuevas concepciones 
urbanísticas, entre otros cambios. 
 
Mumford, es un humanista que defiende que la tecnología debe estar supeditada a 
los valores de lo humano y no al revés. Existen, sin embargo, puntos de coincidencia 
entre los citados autores Mumford y McLuhan, éstos son que la tecnología tiene un 
fin y que ésta extiende los poderes del organismo; describen cada uno por su parte 
que en su época existe un desequilibrio social a consecuencia de la tecnología. 
McLuhan piensa que esto siempre ha sido así, pero puede evitarse siendo 
conscientes de esta tendencia; Mumford lo considera como algo acrecentado 
particularmente en su época, y afirma que la manera de regresar a un equilibrio es 
humanizando la tecnología, dándole los valores de lo que considera humano, que 
en este caso es un ser creador e interpretador de símbolos. Mumford define a la 
tecnología como una extensión de los poderes del hombre que se encuentra inscrita 
en lo que él llama la megamáquina, la cual es la organización social misma; siendo 
así para este autor, el desarrollo tecnológico no debería darse únicamente como 
	 19	
avance científico, sino como un avance que debe de beneficiar al hombre, 
considerándolo en una dimensión justamente –humana-. 
 
Por otra parte, Mumford en su afán por ver a la tecnología desde un punto de vista 
humanista, considera que ésta debe concebirse desde valores éticos; sin embargo, 
llama la atención que menciona también la cualidad estética de la tecnología. 
Atribuye al artista una función especial porque, según él, el paso de la máquina al 
arte fue un símbolo de liberación, de necesidad y una muestra de la capacidad 
humana para poder estudiar y analizar los verdaderos beneficios de la máquina. Los 
artistas valoraron las máquinas del periodo de industrialización fordista, 
desarrollando una nueva percepción que posibilitó una interpretación que se diera 
en función de las artes, es decir, a partir de cualidades que formaban parte de la 
industria mecánica y que no fueron reconocidas hasta que no las interpretaron 
escultores, músicos, poetas, etc. 
 
Mumford presenta en sus ensayos una prosa que no se preocupa por ser 
académica. No obstante, debe reconocerse que una gran aportación de este autor 
fue realizar un análisis de manera intuitiva que precisamente se oponía a las ideas 
que imperaban en la academia de aquel entonces, en la que el progreso era 
incuestionable y la aplicación de la tecnología se consideraba sólo de manera 
benéfica, sin cuestionar sus posibles efectos adversos o contraproducentes, y que 
la tecnología misma no podría solucionar. Mumford se mantiene, sin embargo, 
centrado ante el riesgo de caer en una tecnofobia. 
 
Desde el campo de las artes, Armin Medosch, escritor, artista y curador, afirma 
sobre la tecnología:“La tecnología no es nunca sólo técnica, sino que combina aquello 
que es posible en cuanto a las técnicas de ingeniería de una época 
con aquello que es deseable en un cierto contexto histórico y social. 
Las tecnologías no existen sólo como utensilios técnicos, sino que 
	 20	
traen consigo ciertas formas de organización social a las cuales 
ayudan a crear y mantener, además que dependen de ellas. Por lo 
tanto, sería mejor que concibiéramos las tecnologías como utensilios 
tecno-sociales. Esos utensilios no serían sólo cosas (objetos 
muertos), sino resultados y a la vez componentes de las relaciones 
sociales”18. 
 
Cito esta referencia como una pauta de una concepción dentro de las artes surgida 
a principios de la década de 2000; es claro que existe una noción de la tecnología 
como un concepto que se relaciona necesariamente con otros conceptos. A pesar 
de esto, me parece que el término tecnología debería ser considerado bajo el 
parámetro de lo complejo; ya desde años anteriores en el imaginario colectivo se 
han ido desarrollando y popularizando concepciones que contemplan y comprenden 
la noción de complejidad, generando poco a poco un cambio en el paradigma 
epistemológico, lo cual ha traído como consecuencia una revaloración del concepto 
tecnología en un ámbito transdisciplinario. 
 
El término complejidad, según Edgar Morin, se basa en establecer un cambio 
respecto al paradigma de la simplicidad imperante durante siglos en Occidente y 
heredero del legado de Descartes: un sistema de conocimiento racionalista regido 
por la disyunción, la reducción y la abstracción. 
 
																																																								
18 Medosch, Armin. (2005). Technological Determinism in media art. (Tesis de maestría sin publicar). Reino 
Unido: Sussex University. (p.12) 
Disponible en: https://www.academia.edu/323980/Technological_Determinism_In_Media_Art. 
Fecha de consulta: Octubre 2015 
 
 
[Traducción de la autora]. Cita original en inglés: “Technology is never just technical but combines what is 
possible in terms of the engineering techniques of a time and what is desirable in a certain socio-historic context. 
Technologies do not just exist as technical artefacts but imply certain forms of social organization, which they 
help to create and maintain and on which they also depend. Therefore we should better think of technologies as 
techno-social artefacts. Those artefacts are not merely things - dead objects - but results of and constitutive for 
social relationships”. 
 
	
	 21	
En su libro “Introducción al pensamiento complejo”19, Morin expone que si bien el 
paradigma de conocimiento establecido por Descartes ha sido bastante útil para la 
ciencia y para el descubrimiento en general de diversos fenómenos, ha traído 
también consecuencias no del todo benéficas. Descartes estableció una separación 
entre el sujeto pensante (ego cogito) y la cosa extensa (res extensa); para Morin, 
esto ocasionó una separación entre la filosofía y la ciencia, creándose así una –
inteligencia ciega- ligada al uso degradado de la razón, que en el peor de los casos 
resulta mutilante y unidimensional. Morin argumenta que incluso para la misma 
ciencia es contraproducente mantener exclusivamente un tipo de conocimiento 
basado en el paradigma de la simplicidad; al abrirse hacia parámetros de lo 
complejo quedan alumbradas nuevas áreas que de otra manera se mantendrían 
excluidas. El término complejidad, del latín complexus: “lo que está tejido en 
conjunto”20 se refiere, por otro lado, a una visión integradora, sin pretender ser 
holístico. 
 
La complejidad acepta la imposibilidad de un conocimiento total, de una 
omnisciencia, pero sí aspira al conocimiento multidimensional. Es interesante notar 
el contexto en el cual surge una revaloración del conocimiento complejo, si 
consideramos que en intervalos de tiempo relativamente cortos se habían 
desarrollado: la invención de los microcircuitos electrónicos (microchips), la teoría 
de la información de Claude E. Shannon y Warren Weaver, la teoría cibernética de 
Norbert Wiener y el concepto de auto-organización del propio Morin, ya que todas 
estas nociones resultan conceptos que contemplan la complejidad en su propia 
esencia. 
 
En el ámbito complejo, la tecnología, como cualquier concepto, no se puede 
comprender considerando sólo la ciencia o sólo la sociedad o sólo el arte. Tampoco 
puede considerarse desde una visión holística, en la cual se relaciona con 
absolutamente todo y a la vez se imposibilita dar una definición. Considero que si 
																																																								
19 Morin, Edgar. (2007). Introducción al pensamiento complejo. 9na reimpresión. España: Gedisa. 
 
20 Ibídem. (p.32)	
	 22	
bien el concepto Tecnología no puede ser completamente definido, sí puede ser 
descrito. Asumo así a la tecnología como una variable que no es independiente, 
sino que por el contrario se interrelaciona; la tecnología es un concepto mutable con 
diferentes aristas. De esta manera busco una noción de tecnología que comprenda 
e integre también al arte. 
 
En definitiva, la tecnología es resultado de los esfuerzos de la humanidad por darle 
forma al mundo; sin lugar a dudas, detrás de todo el arte existe una tecnología. 
 
En una entrevista realizada por Tecno-grafías titulada “Bioestructural, pensar lo vivo 
modificable”21, Edith Medina, artista mexicana del bioarte, dice sobre la tecnología: 
 
“Pienso en la tecnología como un elemento dispuesto a la 
reinterpretación y modificación que puede cristalizarse en un 
motivo discursivo, en múltiples transformaciones que superan al 
medio. Al hablar de tecnología, hablo también de un proceso de 
conocimiento, de la unión con un entorno remoto. Me refiero a 
discursos, teorías, aprendizajes, posibilidades, fases y cambios 
directos, un diálogo constante.”22 
 
Desde una visión personal, la tecnología es una interrelación de conocimientos 
enfocados a un hacer; la tecnología es mutable, ya que los conocimientos con los 
que se construye están en constante modificación debido a las diferentes 
interacciones que el humano va teniendo con su entorno/realidad. Es en estas 
modificaciones donde podemos describir los cambios de intereses o de paradigmas 
de la historia del hombre o de una sociedad particular, lo que lleva a una relación 
simbiótica humano-tecnología. Es claro que la forma como se abarca la tecnología 
																																																								
21	Medina, Edith. (2014). Bioestructural, pensar lo vivo modificable. [Entrevista]. Tecno-grafías (entrevistador). 
Disponible en: http://www.tecno-grafias.com/edith-medina-bioestructural-pensar-lo-vivo-modificable 
	
22 Ídem. 
	
	 23	
ya existente es y será diferente si se hace desde la ciencia o desde el arte. Al igual 
que la ciencia, el arte es una forma de conocimiento.(ver cap 1.2) No obstante, el 
arte da una importancia mucho mayor al proceso, mientras que la ciencia se centra 
en el resultado, en la búsqueda de –la verdad-, utilizando así, un único método 
científico; el arte, por el contrario, no sigue un único método artístico, porque este 
método es la búsqueda y la creación particular del artista, es decir una poética 
propia de las obras, por descontado no acepta una verdad única. 
 
El arte tiene como una de las bases de su naturaleza la creación y la búsqueda de 
significados; en ese sentido la relación del arte con la tecnología no puede ser 
pasiva: existe siempre un cuestionamiento y nunca sólo se asume, pues existe la 
responsabilidad del artista de escoger el medio con el que producirá una pieza, ya 
que éste también significará; por lo tanto, la tecnología también es siempre 
significada y analizada dentro del arte. Como creación humana, para el arte la 
tecnología no tiene un carácter neutro. Asumo la labor del artista como un productor 
de cultura viva.24	
1.1.1. La máquina como concepto. 
 
Las herramientas o protomáquinas, fueron el primer acercamiento del hombre con 
la máquina. Existe la dimensión del cuerpo como herramienta, pero en realidad el 
cuerpo en sí mismo es una máquina, si lo concebimos como un organismo que se 
hace unidad a partir del ordenamiento de sus partes. (Máquina, según el Diccionario 
de la Real Academia Española, es un agregado de diversas partes ordenadas entre 
sí dirigidas a la formación de un todo23.) Ahora bien, la división que se hace de las 
partes ha variado en función de paradigmas de conocimiento que han existido en 
diversos periodos. 
 
El hombre de la prehistoria notó ciertos órdenes de la naturaleza, como la relación 
de la lluvia con el alimento de las tierras que él podría comer, y a partir de la 
observación de su entorno notó las máquinas existentes en la naturaleza, aunque 
no las llamara así; progresivamente fue creando sus propias máquinas. 
 
En el teatro griego de alrededor del siglo V a. n. e., el uso de la máquina significaba 
fundamentalmente el dios surgido de la máquina, el deus ex machina (theós epí 
mechanés, en griego24). El concepto en sí incluye tanto a la máquina mecánica que 
sostenía por los aires al actor, como al recurso de la utilización del dios que llegaba 
de los cielos a resolver la trama irresoluble. Es decir, no había distinción entre 
medios materiales e inmateriales, sino que ambos se superponían. 
El significado en griego de mechané en forma general era cercano a “medio, 
creación, dispositivo”25. Es interesante notar que la deus ex machina (recurso del 
teatro griego) resultaba un dispositivo que casi tenía vida propia. Se manejaba de 
forma mágica al entrar como elemento externo a la lógica que seguía la obra, e iba 
																																																								
23 Real Academia Española. (2001). Diccionario de la lengua española. (22.a ed.). Madrid: Autor. 
 
24 Raunig, Gerald. (2008). Mil máquinas. Breve filosofía de las máquinas como movimiento social. Madrid: 
Traficantes de sueños. 
 
25 Ídem. 
 
	 25	
en contra de las leyes naturales de la escena. Aristóteles26 criticaba el uso de este 
implemento para la resolución de una obra, ya que lo consideraba un recurso 
mediocre, un recurso que recurría a la obvia artificialidad de la máquina. Este 
recurso se sigue utilizando en la actualidad no sólo dentro de la dramaturgia y la 
literatura, sino incluso en justificaciones políticas. 27 
 
El término machina aparece en latín a principios del siglo II a. n. e., y se encuentra 
cada vez más a lo largo del imperio romano y la baja antigüedad; siendo inicialmente 
un préstamo del dialecto dórico de los colonizadores del sur de Italia28. La utilización 
en latín de machina asume así todos los significados del griego mechané. Cabe 
resaltar que los grandes avances en el conocimiento tecnológico y la ingeniería, así 
como el desarrollo de mecanismos y máquinas técnicas se dieron en dos grandes 
rubros: el teatro, y la guerra. De hecho, en el griego y en el latín antiguos la 
aplicación del término se expande principalmente hacia estas dos ramas, es decir, 
se refiere por un lado al uso militar del aparato destinado a sitiar, conquistar o 
defender las ciudades, y por otro a la maquinaria teatral29, que en cierto sentido, 
también constituye un ataque. 
 
Cerca del periodo conocido como Renacimiento, el hombre ya con una conciencia 
plena de su propio ser, comenzó a notarse a sí mismo como una máquina, y a 
cuestionarse sobre las partes que lo hacían ser un todo. Más adelante, desde 
comienzos de la Ilustración, el conocimiento tendía más a la observación de la 
naturaleza, y en efecto el hombre se analizaba en sus partes, incluso haciendo una 
separación del –espíritu- y el cuerpo (ver fig.1). 
 
																																																								
26 Aristóteles. (s.f.) “Capítulo XV” en La poética / Aristóteles; vers. de García Bacca. México: Editores 
Mexicanos Unidos, 2005. 
 
27 Nota de la autora: Hoy en día deus ex machina se utiliza para referirse a algo que aparece sin lógica por 
sus antecedentes, o de manera “mágica”. 
	
29 Raunig, Gerald. (2008). “Máquinas teatrales” en Mil máquinas. Breve filosofía de las máquinas como 
movimiento social. Madrid: Traficantes de sueños. (p.39) 
	
	 26	
 
fig. 1 Rembrandt, “La lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp” (1632). Siglo de oro neerlandés. 
 
En el humano su propio ritmo cardiaco funge como un medidor de la actividad, como 
un estribillo físico. Esto da pie al uso del cuerpo como herramienta, hasta devenir, 
por citar un ejemplo, en la noción de ritmo para la creación de música, para la 
creación de poesía, para transformase en una máquina danza, o cualquier creación 
a partir de su propia energía. 
 
Las máquinas de humo del teatro barroco italiano no sólo cumplían una función 
escenográfica haciendo resaltar a las deidades de la trama, sino que servían para 
ocultar el aparato técnico. Esto es importante ya que devela la idea de querer 
encubrir a la máquina y hacerla parecer un acto mágico. 
 
Los filósofos Félix Guattari y Gilles Deleuze han desarrollado el concepto de 
máquina de manera expandida. Guattari, en su escrito Caósmosis 30 se refiere a la 
máquina como un ensamblaje de componentes heterogéneos que dan lugar a un 
																																																								
30 Guattari, Félix. (1996). Caósmosis. Buenos Aires: Ediciones Manantial. 
 
	 27	
cierto -nuevo- acontecimiento de lo real: componentes sociales, subjetivos, 
tecnológicos, energéticos, corporales, espacio-temporales, etcétera. 
 
En ese sentido, una bicicleta es una máquina en potencia, es al momento de 
montarla cuando hacemos máquina con la bicicleta: la bicicleta por sí sola es un 
agregado de partes, pero mientras no esté en funcionamiento no acontece en ella 
nada. Es al momento de montarla que resulta la unión de dos sistemas que se 
ensamblan, forman un todo y producen un nuevo acontecimiento de lo real: el 
desplazamiento del hombre. Sin embargo, es también una característica de las 
máquinas el poder volverse independientes: el ciclista salta de su bicicleta, y por 
unos segundos ésta continúa desplazándose, continúa siendo máquina31. 
 
Un reloj-horario, por otro lado, es una máquina que fuera de su desarrollo 
tecnológico está totalmente apegada a una sujeción social, misma que responde a 
una ideología de producción. El hombre está acoplado a esta máquina que le sirve 
para organizar su tiempo, para organizar a una sociedad, para levantarse a una 
hora específica y no guiarse por la posición del sol o la cantidad de luz, hasta el 
punto en que el hombre actual depende de esta máquina para establecer el 
ordenamiento de las actividades que realizará. El hombre del reloj termina por 
mimetizarse con la máquina, pero él dejaría de funcionar si uno de los factores del 
sistema de sujeción se resquebrajara, se fugaría un componente social 
complementario del que depende la máquina, por ejemplo, el que exista un acuerdo 
mundial del horario. 
 
En efecto, un reloj no solo es un medio para llevar cuenta de las horas, sino también 
para sincronizar las acciones de los hombres. De hecho, la necesidad de crear un 
reloj surgió de la necesidad de calendarizar rituales religiosos, que a la vez estaban 
relacionados con la agricultura y las estaciones. Podemos ver a lo largo de la historia 
																																																								
31 Raunig, Gerald. (2008). Mil máquinas. Breve filosofía de las máquinas como movimiento social. Madrid: 
Traficantes de sueños. 
 
	 28	
cómo incluso el uso de la máquina reloj se ha desarrollado paralelamente a la 
industria. Llegando por ejemplo a establecer como medidas específicas las jornadas 
de ocho horas; o el intento de implementación del calendario revolucionario 
soviético, que buscaba hacer una supuesta racionalización del tiempo paraoptimizar la producción industrial. Hoy en día, el reloj, es casi un máquina 
omnipresente, si consideramos que además de los relojes que existen por sí 
mismos, también hay mimetizaciones del reloj con otras máquinas, como 
computadoras, automóviles y teléfonos, entre otros muchos ejemplos. 
 
En contraposición al uso de la máquina, la herramienta por sí sola no es un 
agregado de diversas partes, pero cuando el hombre la utiliza forma una máquina. 
Retomando las líneas anteriores, cuando el hombre de la prehistoria usaba su mano 
para arrancar los frutos, la mano era la herramienta pero el hombre usando su mano 
(todo el ser) era una máquina. En el libro Anti-Edipo. Capitalismo y esquizofrenia32, 
Deleuze y Guattari escriben que la diferencia entre máquina y herramienta no es 
una diferencia de evolución, no se trata de una herramienta que posteriormente se 
convierte en máquina, escriben ellos: 
 
 “[…] hay que plantear desde el principio la diferencia de naturaleza o 
innata entre la herramienta y la máquina: una como agente de 
contacto, la otra como factor de comunicación; una como proyectiva y 
la otra como recurrente; una, refiriéndose a lo posible y a lo imposible, 
la otra a la probabilidad de un menos-probable; una, operando por 
síntesis funcional de un todo, la otra por distinción real en un conjunto. 
Formar pieza con algo es muy diferente de prolongarse o proyectarse, 
o hacerse reemplazar (caso en el que no hay comunicación).” 33 
 
																																																								
32 Deleuze, Gilles y Guattari, Félix (1998). El Anti Edipo. Capitalismo y esquizofrenia. Barcelona: Paidós. 
 
33 Ibídem. (p.397) 
 
	 29	
Notemos en la cita anterior que cuando Deleuze y Guattari mencionan: -“Formar 
pieza con algo es muy diferente de prolongarse o proyectarse o hacerse reemplazar 
(caso en el que no hay comunicación)”, están haciendo una clara referencia y 
contraposición a la definición de máquina de diversos autores, en especial a 
Marshall McLuhan, quien define a la tecnología como una “extensión, prolongación 
del hombre” (véase subcapítulo 1.1). La tesis de McLuhan respecto a la tecnología, 
establece que ésta se convierte en una autoamputación34. La máquina, explica, se 
utiliza como una prótesis que es reintegrada a la fisiología, compensando así a la 
amputación ocasionada por la tecnología; sin embargo, expone, da pie a un 
desequilibrio en los sentidos. Para McLuhan una máquina es un medio, un medio 
que contiene un mensaje, y además este medio tiene la capacidad de modificar, ya 
sea desde crear algo nuevo de manera física hasta modificar, como ya se mencionó, 
la cosmovisión de una sociedad. 
 
Lewis Mumford, en “Arte, técnica e integración cultural” 35, escrito anterior al citado 
texto “Comprender los medios de Comunicación” de McLuhan, había escrito sobre 
la necesidad de desarrollar una tecnología que favoreciera los valores humanos 
(véase subcapítulo 1.1). Se refería también a la necesidad de crear y revalorar los 
símbolos. Sobre la concepción que tiene Mumford de la máquina, él considera que 
el creciente uso de la tecnología ha traído como consecuencia una interpretación 
errónea de la máquina como el símbolo universal, y argumenta que la manera como 
se puede llegar nuevamente a un equilibrio social en el que se tomen en cuenta a 
los símbolos, es a través del arte. 
 
Otro de los autores, a los que claramente hacen referencia Deleuze y Guattari, es a 
Karl Marx 36. Si bien este erudito tiene estudios bastante amplios entorno a la 
																																																								
34 McLuhan, Marshall. (1964). Comprender los medios de comunicación. Barcelona: Paidós. 1994. 
 
35 Mumford, Lewis. (1952). “Arte, técnica e integración cultural” en Lewis Mumford: textos escogidos. Editor 
Daniel Mundo 1ra ed. Argentina: Ediciones Godot. 2009 (pp.103-132) 
 
36	Marx, Karl y Engels, Friedrich. (1857-1858). Grundrisse: Lineamientos Fundamentales para la Crítica de la 
Economía Política, II. México: Fondo de cultura económica. 1985 
	 30	
tecnología (véase subcapítulo 1.1), al hablar de máquina pone a ésta en relación al 
trabajo y a la línea de producción; de ahí que se refiera al concepto máquina como 
un “medio para la generación de plusvalía”. La crítica principal que Deleuze y 
Guattari hacen hacia Marx es que tiene una concepción lineal sobre el surgimiento 
de la máquina; ya que él sostiene que primero se generó la herramienta, después 
se hizo la máquina, y en el futuro se generará la máquina inteligente y autónoma, 
que vendrá a sustituir al hombre obrero. 
 
En “Fragmento sobre las máquinas”37, Marx expone que la máquina es más que un 
mecanismo técnico, la máquina es descrita como un ensamblaje mecánico-
intelectual-social; aunque la tecnología y el saber (como máquina) afectan 
unidireccionalmente al trabajador, la máquina no es solamente una concatenación 
de tecnología y saber, de órganos mecánicos e intelectuales, sino también de 
órganos sociales, hasta el extremo de que coordina a los trabajadores aislados. 
 
Cuando Marx describe a la máquina dentro de su sociedad, la presenta como un 
medio para la generación de plusvalía, es decir, no como aquello que facilita el 
trabajo al trabajador sino como aquello que optimiza su explotación. Dentro de su 
contexto histórico Marx consideraba que la máquina estaba en una relación de 
poder con el trabajador, en la que la máquina resulta dominante; él plantea una 
relación invertida hombre-máquina en la que el proceso de transformar la 
producción en saber es una tendencia del capital. 
 
“La actividad del trabajador, limitada a una mera abstracción de 
actividad, se halla determinada y regulada en todos los aspectos por los 
movimientos de la máquina, y no a la inversa. La ciencia que obliga a 
los miembros inanimados de la máquina, por su construcción, a girar 
con arreglo al fin que se persigue, como los de un autómata, no reside 
																																																								
37Marx, Karl y Engels, Friedrich. (1857-1858). “Fragmento sobre las máquinas“ en: Grundrisse: Lineamientos 
Fundamentales para la Crítica de la Economía Política, II. México: Fondo de cultura económica. 1985. 
(pp.216-230) 
	
	 31	
en la conciencia del trabajador, sino que por medio de la máquina, éste 
actúa sobre él como un poder extraño, como el poder de la misma 
máquina.” 38 
 
El carácter colectivo del intelecto humano se hace evidente en las máquinas; hay 
vínculos y relaciones sociales que haciéndose evidentes en el exterior devienen 
componentes de la máquina. Para Marx, sin embargo, se trata de un intelecto que 
queda oculto para el trabajador. Reiterando las líneas anteriores, el trabajador funge 
como una pieza del sistema máquina, mas no como dos sistemas que se 
concatenan creando una nueva máquina, como lo manejan Deleuze y Guattari. En 
síntesis, sobre este tema Marx afirma: 
 
“Las máquinas son órganos del cerebro humano creados por la mano 
del hombre, la potencia objetivada del saber. El desarrollo del capital 
fijo indica hasta qué punto el saber social general, el –knowledge- se ha 
convertido en fuerza productiva directa y, por tanto, hasta qué punto las 
condiciones del proceso social de vida se hallan sometidas al control 
del -general intellect- y transformadas con arreglo a él. Hasta qué punto 
las fuerzas productivas sociales son producidas no sólo bajo la forma 
del saber sino como órganos directos de la praxis social, (de las 
relaciones sociales) del proceso real de vida”. 39 
 
En el párrafo anterior se afirma que el capital controla la relación de la máquina con 
el hombre, y la manera como la ha controlado es que el trabajador se encuentre en 
una sujeción con respecto a la máquina, y la misma máquina sea el capital, el todo 
de la máquina del capital. 
 
																																																								
38 Marx, Karl y Engels, Friedrich. (1857-1858). Op.cit. México: Fondo de cultura económica. 
 
 
39 Ibídem. (p.109) 
 
	 32	
Por último Marx, plantea que fuera del control del capital la concatenación de saber 
y tecnología se remite a la cooperación social y a la comunicación. Las fuerzas de 
producción y las relaciones sociales son las condiciones materiales de las cuales 
tenemos que servirnos para: -hacer estallar los cimientos del capital, haciendo volar 
hasta el cielo sus fragmentos…- 40. 
 
Aplicando algunas de las ideas descritas por Marx a la actualidad, se llegan a ideas 
tales como la siguiente de Manuel Delanda: 
 
“Las sociedades occidentales han atravesado, por lo menos, por dos 
siglos de homogeneización, de la cual, el elemento más visible es la 
línea de ensamble y las técnicas de producción masivas 
relacionadas con ella, en la que el objetivo general fue dejar que las 
máquinas disciplinaran y controlaran a los humanos”.41 
 
Habiéndonos adentrado al concepto de máquina, podemos ver cómo desde la 
filosofía este concepto, como es de esperarse, ha mutado en diversas ocasiones; la 
relación de las artes con la tecnología también, de la misma manera que el concepto 
mismo de arte lo ha hecho. 
 
Existen a través de la historia diversos usos y adelantos de la tecnología y la 
máquina, desde máquinas de tortura en la Edad Media, pasando por la búsqueda 
de máquinas de energía perpetua, producto de un profundo interés por la 
observación de la naturaleza durante el Renacimiento, hasta la creación de 
industrias, entre muchos otros puntos importantes para hacer una historiografía de 
la máquina. 
 
																																																								
40 Raunig, Gerald. (2008). “Fragmentos de máquinas” en Mil Máquinas. Breve Filosofía de las Máquinas como 
Movimiento Social. Madrid: Traficantes de sueños. (p.23) 
 
41 Delanda, Manuel. (2002) Citado en: Aedo, Tania. (2004) “La Interfaz, una de las membranas difusas entre 
el arte, la tecnología y la ciencia” en: Interdisciplina escuela y arte. Antología. Tomo I. (pp.251-264) México: 
Conaculta, subserie Conjunciones. (p.260)	
	 33	
La utilización de las máquinas trae consigo un cambio social, efectivamente una 
sociedad puede ser descrita a partir de la tecnología que utiliza. Esto es el sistema 
socio-técnico: que consiste en la reciprocidad de como la tecnología modifica las 
relaciones sociales, y la sociedad modifica la utilización de la tecnología según la 
cosmovisión de ésta. En arqueología, la cultura material sostiene que es posible 
determinar cómo eran las sociedades según la tecnología y los materiales que 
utilizaban. Sin embargo en esta tesis, habiendo hecho ya un repaso sobre el 
concepto de máquina desde una perspectiva filosófica, nos centraremos en autores 
que han ampliado el concepto de máquina hacia una concepción que abarca el 
campo del arte. 
 
La máquina y el desarrollo de la tecnología en relación con el hombre son sistemas, 
es decir, una unidad global organizada por interrelaciones entre elementos, 
acciones o individuos. Este sistema se constituye de elementos y procesos físicos 
(incluidos los sistemas ideológicos). En ese sentido, al extender su alcance, al 
desarrollar la tecnología que le ayudaría a subsistir y a satisfacer sus necesidades, 
a crecer su dominancia, y al crear y complacer placeres, el humano se agrega un 
nuevo sistema, creándose así polisistémico. A la par del desarrollo del hombre, el 
apego a la máquina se vuelve cada vez más sólido, al punto de convertirse en una 
dependencia. Incluso podría afirmarse que una vez que se ha elaborado el 
polisistema máquina-humano, es imposible regresar al sistema humano. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
	 34	
1.1.2. Relaciones entre la máquina y el humano. 
 
¿Las máquinas? Prolongación del hombre, que se 
integran a él mismo, prolongación de las estructuras 
sociales que se integran a ellas, son en todos los tiempos 
idénticas a nosotros mismos. Formarlas, construirlas, es 
construirnos a nosotros mismos. (J. Lafitte).42 
 
A partir de las expansiones del concepto máquina citadas en el capítulo anterior, 
podemos ver una concepción de la máquina técnica como un indicio tras el cual se 
esconde toda una noción más general de la máquina. Ya desde finales del siglo XIX, 
habían surgido movimientos como el ludismo, y artistas tales como William Morris 
expresaban: “Los artistas y la máquina son incompatibles”43; sin embargo, unos 
cuantos años después vinieron a su vez movimientos como el futurismo, que por el 
contrario concebían a la máquina como una obra susceptible de valoración estética. 
Ubicándonos históricamente, durante estos años, y a principios del S.XX, el 
ambiente de las guerras mundiales, e inventos como la línea de ensamblaje, 
generaban una relación estrecha máquina-humano. 
 
Lewis Mumford44 (véase subcapítulo 1.1), un pensador de la cultura 
estadounidense, consideraba que el desarrollo tecnológico había dado poderes al 
ser humano que aún no podía controlar. La tesis sobre el desarrollo tecnológico de 
Mumford gira entorno a que hay un desequilibro en el uso de los símbolos, que la 
máquina ha ocupado un lugar de símbolo universal y el antídoto a este desequilibro 
se encuentra en el arte. Lo que separa a lo humano de lo animal, según este autor, 
																																																								
 
42 Lafitte J., (1932), citado en Coriat, Benjamin (1992). El taller y el robot: Ensayos sobre el fordismo y la 
producción en masa en la era de la electrónica. México: Siglo XXI editores p.37 
 
43 Berenguer, Xavier. (1997). “Arte y tecnología: una frontera que se desmorona.” Artnodes: revista de arte, 
ciencia y tecnología. Barcelona: FAD. (p.2) 
 
44 Mumford, Lewis (1934). En Mundo, Daniel (ed.) (2009) Lewis Mumford: Textos escogidos. Buenos Aires: 
Ediciones Godot Argentina. 
	
	 35	
es la consciencia y ésta se da por la valoración de los símbolos, por eso Mumford 
sostiene que el arte puede llevar al equilibro de lo maquínico y promueve un uso de 
lo maquinante que despierte la consciencia del hombre. Considera que el hombre 
por naturaleza es un creador de símbolos y de herramientas, pues tiene la 
necesidad de controlar tanto su interior como su exterior. Podemos vislumbrar aquí 
cómo se comienza a dar un tratamiento de la máquina como una fuente de poder (o 
extensión) para el hombre, hasta llegar a una sobrevaloración de ésta por encima 
del símbolo; estas condiciones traen consigo desajustes en el equilibrio interior 
(espiritual) del hombre. 
 
En el ensayo “Preparación cultural”45 Mumford distingue que si bien máquina no es 
sólo la parte mecánica, es necesaria la mano del hombre en algún momento del 
desarrollo de la máquina autómata, ya sea en su creación o para detectar algún 
error, exponiendo al hombre como el ser consciente; debo aclarar, que si bien 
Mumford, está hablando de una necesidad del hombre para hacer la máquina, no 
excluye que ésta después pueda reconstruir al hombre. Es decir “damos forma a 
nuestros edificios, así que ellos nos dan forma a nosotros” 46. 
Norbert Wiener47 pone la pauta para cuestionar si llegará un punto en que el hombre 
deje de ser necesario para la creación de una máquina. En nuestros días esta idea 
comienza a vislumbrarse; primeramente se habla de un desvanecimiento de las 
fronteras que definen –máquina- y –humano-. Por ejemplo, en la neurotecnología 
uno de los experimentos llevados a cabo por Kevin Warwick48, investigador de la 
universidad de Reading, consistió en una operación en la cual se le implantaron al 
																																																								
45 Ibídem. (p.21-101) 
 
46 Churchill, William. (1960), citado en Strate, Lance. (2012). La tecnología, extensión y amputación del ser 
humano. El medio y el mensaje de McLuhan. (p.4) Disponible en: 
http://www.infoamerica.org/icr/n07_08/strate.pdf 
	
47 Wiener, Norbert. (1964). Dios y Golem, S. A. Comentario sobre Ciertos Puntos en que ChocanCibernética y 
Religión. México: Siglo XXI 
	
48		RTVE.	(2010).	Redes-Cerebros	y	máquinas	conectados.		[Video].	Disponible	en:	
http://www.rtve.es/alacarta/videos/redes/redes-cerebros-maquinas-conectados/944289/	
	
	 36	
mismo Warwick electrodos en el nervio mediano del brazo izquierdo; de esta forma 
los impulsos eléctricos mandados por el cerebro de Warwick para mover su propio 
brazo eran enviados a través de internet a la terminal de un brazo artificial. Como 
consecuencia Warwick fue capaz de mover el brazo artificial con sus propios 
impulsos eléctricos. Se obtuvo así una conexión de señales electrónicas con la 
química de un organismo, es decir, se consiguió unir la electrónica artificial con la 
electrónica orgánica. 
 
Se han realizado numerosos experimentos con programación computacional, en los 
que se busca, y hasta cierto grado se consigue, que la máquina logre tomar sus 
propias decisiones, aprenda y modifique posteriormente su comportamiento. Si bien 
como señala Mumford esto tiene aún presente la mano del hombre, se deja ver la 
pauta de que la máquina comienza a volverse cada vez más independiente. 
 
Ahora bien, es claro que Mumford se está refiriendo a un concepto específico de 
máquina, tendiente más a algo físico, a algo objetual. En contraposición Gerald 
Raunig, afirma que las máquinas ya no dependen de la téchnē: –La máquina 
tecnológica es sólo un caso de maquinismo. Hay máquinas técnicas, estéticas, 
económicas, sociales, etc.- 49 Sin embargo, partiendo de la idea de la máquina 
como la manejan Deleuze y Guattari50, en la que ésta resulta un todo formado por 
diversas partes, existe incluso la posibilidad de máquinas que no contemplen ni 
abarquen al hombre. 
 
Alrededor de los años sesenta persistía una división tajante acerca del lugar de la 
máquina; ya desde siglos atrás el ambiente con un modelo mecanicista del universo 
y el uso generalizado en la ciencia del método científico dio pie a la separación entre 
la ciencia y el arte. La máquina, concebida generalmente más como la máquina 
																																																								
49 Raunig, Gerald. (2008). Mil Máquinas. Breve Filosofía de las Máquinas como Movimiento Social. Madrid: 
Traficantes de sueños. 
 
50 Deleuze, Gilles y Guattari, Félix (1998). El Anti Edipo. Capitalismo y esquizofrenia. Barcelona: Paidós. 
	
	 37	
técnica-mecánica, rara vez se vislumbraba en el campo de las artes; la percepción 
que se tenía de ésta era que, si bien ahorraba esfuerzo al hombre, le quitaba 
identidad. Aunque de manera general ése era el lugar de la máquina, 
paradójicamente comenzaban a surgir los primeros artistas que conjuntaban el arte 
con la electrónica y también con otras disciplinas, como las matemáticas y la 
mecánica. 
Podemos ver como ejemplo las obras meta-mecánicas de Jean Tinguely (1925-
1991), entre las cuales se encuentran una máquina que realiza su propia 
autodestrucción titulada: “Homenaje a Nueva York” (1960) (ver fig. 2) y “Cyclo-
graveur” (1959) (ver fig. 3), que consiste en una máquina que dibuja. Es interesante 
notar cómo el resultado final de “Homenaje a Nueva York” carece de un control del 
resultado, es decir, la búsqueda es la producción de algo medianamente 
inesperado, muy distante de la máquina que no acepta el error; por el contrario en 
“Cyclo-graveur”, se juega precisamente con el hecho de la posibilidad de la máquina 
de reproducir un mismo gesto dibujístico a la perfección, y pone en duda el “aura” 
de la obra artística de la que hablaba Walter Benjamin. 
fig. 2 Jean Tinguely, “”Homenaje a Nueva York” (1960). 
	 38	
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
fig. 3 Jean Tinguely, “Cyclo-graveur” (1959). 
 
Durante los sesentas llegó un boom de la música electrónica, favorecido en parte 
porque herramientas como el sintetizador comenzaban a ser más accesibles, y 
principalmente gracias a que en estos años la microelectrónica tenía grandes 
avances con inventos como el circuito integrado (chip) o el transistor. Para entonces 
ya existían y se utilizaban tanto la radio como la televisión, pero fue en estos años 
cuando se dio una gran popularización en las telecomunicaciones. En este contexto 
y en estos años fue cuando Marshall McLuhan realizaba el escrito “Comprender los 
medios de comunicación: las extensiones del ser humano”51. Como se expuso en 
líneas anteriores, para McLuhan tecnología es la creación de un medio que no 
poseemos cuando nacemos; él entiende a los medios tecnológicos como una 
extensión del hombre, que a la vez reestructura al hombre. Un automóvil, por 
ejemplo, es una extensión en el desplazamiento pero amputa la capacidad narrativa 
del camino y del andar; es tan rápido el desplazamiento que se pierde cierto tipo de 
																																																								
51 McLuhan, Marshall. (1964) Comprender los medios de comunicación. Barcelona: Paidós. 1994 
 
	 39	
información, sin embargo se crean nuevas narrativas. Las ciudades se hacen cada 
vez más grandes, en parte también por las modificaciones de la tecnología. En 
teoría, el automóvil permitiría desplazarse a grandes distancias en menor tiempo, 
situación que en lugares como la Ciudad de México no siempre es cierto; empero, 
existe ahora la tendencia del humano en la ubicuidad, a partir de los medios 
tecnológicos digitales que favorecen la conectividad. 
 
Recordemos que para Deleuze y Guattari la máquina se caracteriza por crear un 
nuevo acontecimiento de lo real52 (véase subcapítulo 1.2). Al relacionar esto con las 
líneas anteriores, obtenemos que es parte de la naturaleza de la máquina ser una 
organización creadora: la bicicleta crea una nueva forma de desplazamiento, la 
modulación de las cuerdas vocales crea una nueva serie de sonidos, o inclusive un 
movimiento social crea una nueva organización política. 
 
Aunando a esto la línea de Edgar Morin, la tecnología resulta un sistema en el que 
los sucesos originados por el hombre tienen la capacidad de mutarlo a él mismo, de 
hacer nuevas creaciones en su sistema social y en su ecosistema. Las 
interrelaciones y retroacciones que modifican el comportamiento, la naturaleza, los 
elementos, los cuerpos, los objetos y los fenómenos son partes que forman un 
conjunto complejo. Las interacciones del desarrollo tecnológico se marcan por 
sucesos que engloban diferentes componentes de las disciplinas del conocimiento, 
constituyendo un todo como lo económico, lo político, lo mitológico, lo sociocultural, 
etcétera. No obstante, la especialización y la hiperespecialización del conocimiento 
traen como consecuencia la búsqueda de la separación de un todo indisociable, que 
no permite reconocer el fenómeno cambiante. Bajo esto, el mundo occidental de los 
años sesenta se encontraba en medio de una crisis de la ciencia; la crisis consistía 
entre otras cosas en que se podía: 
 
																																																								
52	Guattari, Félix. (1996) Caósmosis. Buenos Aires: Ediciones Manantial. 
	
	 40	
 “Llegar por medios completamente racionales a ideas que 
llevan en sí una contradicción fundamental” 53 
 
Para las ciencias duras del momento esto era grave; términos como caos o auto- 
organización apenas se aceptaban dentro del rubro 54. Ante esta situación se abrió 
paso al sentido interdisciplinario, multidisciplinario y transdisciplinario, así como al 
pensamiento complejo. Llegó también en estas fechas la tecnología informática. La 
producción de sentido interdisciplinario sobre estos temas dio paso a la 
problematización del llamado arte electrónico, como se explicará más adelante 
(véase subcapítulo 3.1). 
 
Como podemos ver, Deleuze y Guattari retoman la idea de la relación humano-
máquina de manera mucho más cercana a la teoría de Morin; para empezar 
establecen una crítica a la idea de Marx sobre la concepción lineal del paso de 
herramienta a máquina a máquina sofisticada y después a máquinaindependiente 
del humano. Tampoco aceptan la postura de Mumford, en la que el hombre siempre 
tiene un dominio sobre la máquina. Para ellos la máquina no es sólo un instrumento 
de trabajo en el que el saber social queda absorbido y clausurado; por el contrario, 
se abre en distintos contextos sociales a diferentes concatenaciones, conexiones y 
emparejamientos. Para ellos se trata de una relación comunicativa: 
 
 “Ya no existe ni hombre ni naturaleza, únicamente el proceso que 
los produce a uno dentro del otro y acopla las máquinas”.55 
 
Es decir, Marx consideraba que la tecnología sí está dada por la cooperación social, 
aunque en el capitalismo el uso que se le da a la máquina impide esta cooperación 
																																																								
53 Morin, Edgar. Citado en: Aedo, Tania. (2004). “La Interfaz, una de las Membranas Difusas entre el Arte, la 
Tecnología y la Ciencia.” en Interdisciplina Escuela y Arte. Antología. Tomo I. (pp. 251-264) México: 
Conaculta, subserie Conjunciones. (p.263) 
 
54 ídem. 
 
55 Deleuze, Gilles y Guattari, Félix (1973) “Máquinas deseantes” en El Anti Edipo, capitalismo y 
esquizofrenia. (Capítulo I). Traducción de Francisco Monge. Barcelona: Barral Editores. (pp.11-54) 
 
	 41	
social; sin embargo, visualizaba la relación entre la máquina y el hombre como 
aquella en donde la máquina en algún momento complementa o remplaza la 
actividad del hombre. Deleuze y Guattari consideran por el contrario que no se trata 
de un enfrentamiento hombre-máquina en el que se evalúan sus correspondencias, 
sus prolongamientos, sus posibles o imposibles sustituciones, sino de hacerlos 
comunicar a ambos para mostrar cómo el hombre forma una pieza con la máquina, 
o forma pieza con cualquier otra cosa para construir una máquina. Estas otras cosas 
pueden ser animales, plantas, herramientas, personas, frases, signos, deseos, 
etcétera, pero sólo devienen máquina en un proceso de intercambio, no bajo el 
paradigma de la sustitución. 
 
Deleuze y Guattari consideran a la máquina respecto a un cuerpo social y no 
respecto a un organismo biológico humano56. Además es claro que la consideran 
como un factor comunicativo a diferencia de Morin, que considera a la máquina 
como un factor transformativo, una organización activa. Vale la pena aclarar que 
estas dos concepciones no necesariamente se niegan entre sí. 
 
“ (…)Nosotros creemos, al contrario, que la máquina debe ser 
pensada inmediatamente con respecto a un cuerpo social y no 
con respecto a un organismo biológico humano. Si es de este 
modo, no podemos considerar la máquina como un nuevo 
segmento que sucede a la herramienta, en una línea que 
tendría su punto de partida en el hombre abstracto. Pues el 
hombre y la herramienta ya son piezas de máquina en el cuerpo 
lleno de una sociedad considerada. La máquina es, en primer 
lugar, una máquina social constituida por un cuerpo lleno como 
instancia maquinizante y por los hombres y las herramientas 
que están maquinadas en tanto que distribuidas sobre este 
cuerpo.”57 
																																																								
56 Ídem. 
 
57 Ídem.	
	 42	
 
Dando un salto a la actualidad, situándonos en el contexto de la información digital, 
del uso de internet y de cómo esto ha modificado a la sociedad, existen ejemplos 
como el del artista australiano Sterlac, que retoma ideas de McLuhan acerca de la 
tecnología como una extensión del hombre, sólo que agrega que el desarrollo 
tecnológico ha dejado de ir a la par de la evolución del hombre, puesto que ha tenido 
una velocidad tal que ha dejado al cuerpo humano como un miembro obsoleto. 
Sterlac, en línea con las teorías cyberpunk, supone que más que hacer una unión 
con la máquina el ser humano debe volverse un híbrido, un cyborg, o en términos 
de Morin: una vez que se ha elaborado el polisistema máquina-humano, será 
imposible volver al sistema humano; entonces será cuando el hombre renacerá, su 
evolución controlada en parte por él mismo irá tan rápido que llevará una velocidad 
de escape y se desprenderá naciendo como en “2001: Odisea en el espacio” 
(Kubrick y C. Clark), el hijo de las estrellas, el ser ubicuo, el ser máquina del todo. 
 
 
fig. 4 Stanley Kubrick. Extracto del filme “2001: Odisea en el espacio” (1968). 
 
 
 
 
 
 
	 43	
 
 
 
 
 
Capítulo II 
 
 
ARTE Y TECNOLOGÍA 	
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
	 44	
Cap. II. Arte y Tecnología 
 
En este capítulo se explicará el origen común del desarrollo artístico y tecnológico 
así como la noción del término Poética en relación a la poiesis (poíhsiV), se 
mostrará el desarrollo de estéticas particulares generadas por algunos artistas que 
han utilizado la tecnología, puntualmente en el análisis de la obra de Jean Tinguely, 
se expondrá el empleo por medios tecnológicos de diversas figuras retóricas 
presentes en algunas piezas, así como el uso de lo simbólico en el arte 
tecnológico. 
 
 
2.1 La tecnología en el arte 
 
“La tecnología lleva una doble vida, una que 
cumple con los propósitos de sus diseñadores, y 
otra que funciona a sus espaldas, con 
consecuencias no intencionales y posibilidades no 
anticipadas” (D. F. Noble. 1984)58 
 
A través del tiempo, el arte de igual forma que los conceptos anteriormente vistos, 
ha tenido diversas definiciones. Wladyslaw Tatarkiewicz59 quien hiciera un análisis 
histórico sobre las diferentes concepciones que han existido sobre el concepto arte, 
describe que este término se deriva del latín –ars-, que a su vez es una traducción 
del griego –τέχνη-. En sánscrito también se utilizaba el término –ar- que significa 
juntar, componer. 
 
																																																								
58 Noble, David F. (1984). Forces of production: A social History of Industrial Automation. Nueva York: Knoph. 
(p. 325) 
 
59 Tatarkiewicz, Wladyslaw. (2007). Historia de seis ideas. Arte, belleza, forma, creatividad, mímesis, experiencia 
estética. España: Tecnos 
	
	 45	
-Τέχνη- utilizado en Grecia y –ars- en Roma, en la Edad Media e inclusive a 
principios del Renacimiento, significaba: destreza. La destreza a la que aludían era 
a aquella que se requería para construir un objeto, fuera este arquitectónico, 
escultórico, pictórico, o incluso en la construcción de objetos cotidianos como ropa, 
vasijas, recipientes, etc. Pero también el mismo término hacía referencia a las 
destrezas retóricas, orales, por ejemplo para dominar a una audiencia, pudiendo ser 
ésta un ejército. Todas estas destrezas fueron llamadas artes. 
 
Una destreza se basa en el conocimiento de unas reglas, y por tanto no existía 
ningún tipo de arte sin reglas, sin preceptos.60 Podemos en este punto hacer la 
conexión con la definición anteriormente mostrada del significado de Τέχνη (cap. 
1.1), definido como el conocimiento de los pasos o reglas a seguir para obtener un 
resultado u objeto determinado; como podemos observar Τέχνη es el origen común 
de los conceptos: Tecnología y Arte. 
 
En principio todo el arte utiliza tecnología, ya que tecnología es el conocimiento para 
llegar a un hacer, luego entonces, desde las pinturas rupestres en Altamira donde 
el humano dejó la silueta de su mano esparciendo pintura alrededor de ésta, implica 
ya una tecnología; la obtención de pigmentos, el uso del pincel, el uso de la 
perspectiva, son algunos de los muchos ejemplos que se pueden observar a través 
de la historia del arte y hasta llegar a nuestros días, donde el arte en sí mismo 
encierra el concepto de tecnología, aun siendo que dentro del arte contemporáneo 
la importancia de la técnica haya dado un giro. 
 
Por otro lado, respecto al término de poética en relación con las artes, citaré unas 
breves notas que servirán para aclarar a qué se refiere el término; en “El Banquete” 
de Platón, que habla principalmente de definiciones de amor y de discursos entrono 
a Eros, es narrado un diálogo

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