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I ( \ , La liliortud de Irajprcntttno tlono.wiislíraitos míool.'rtspoto Alav|da , irWAdft <l ln moíM y A la prta piUilICa.-rArt. 79 no la Oonetltuolón. < Periódico Independíente de combate. Uiinndo In Hejnlhlieii pionnnoio su voi* COIMMunu un\ foraono6oniotor.se ú l l l t i t i A M U K T X Director: BIGARDO FLORES MAGON, Jef© do Redacción: SECRETARIO DÍA REDACCIÓN: ANTONIO I. OFICINAS; 2645 LA-FAYETTE AV. —SAINTp LOUIS, MO., E. U. A.— JULIO ls DE 1906 .*.' Administrador: Enrique Flores Magon TOMO I V . - N * 12 Instarnos en presencia de un a- .contecimiento que no ofrece nin- guna novedad: la revolución de Guatemala, para aquellos que sólo Ven el exterior de,las cosas, sin profun- dizarlas, sin analizarlas, la revo- lución de Guatemala es un hecho extraordinario. Páralos que pen- samos, es' un hecho natural, muy natural, bastante natural. Estamos acostumbrados á ver disfrazadas de Repúblicas las más rudas Autocracias. En las infor- tunadas naciones latino-america- nas cada Presidente es un sátra- pa oriental, orgulloso, vengativo, bjcütal, hipócrita, cobarde. Pa- rece que han salido de ua mismo molde ¡tanto así se parecen unos á los otros! Todos emplean, con ligeras variantes, el mismo siste- ma opresor que r impide ila evolu- ción jde losj pueblos agotgtdoa y sumisos, y todos emplean el auto- bombo para que se les crea hijos de Júpiter -jó cosa parecida. i i Cada sátrapa, desde el Bravo á los límites de la Tierra de Fuego, es señor de vidas y haciendas. Subidos al poder á golpe de hacha,, continúan'blandiendo clbacha-en sus gobiernos "de ífogíbditasi »ín respetar,, virtudes, ̂ sin^ conceder derechos, provocando la miseria y la deshonra despueblo, con sus sa-i queos y respirando una(atmósfera de sangre cotrsus crímenes- Hay en las naciones latino-americanas hombres de indiscutible/ mérito' intelectual ó moralr pero esos hombres viven en la sombra. El poder es asaltado por bárbaros, desmelenados^ bestiales, ebrios de prostitución y de sangre." En- tre las multitudes agobiadas no se> levanta* el brazo f uearte que ha de flagelar á todos los impostores y someter á todos los protervos, si* no el brazo de Alarico ordenando, el saqueo y la matanza, destruyen- do el arte, castrando el carácter, violando la justicia,, Y mientras eso sucede, fígaros intonsos,, guardianes de serrallo afeminados y odiosos,, limpian coa. las lenguas envilecidas las costras de sangre que cubren á los bandi-:. dos.afortunadós,, y los-arr<eglan y atavían como dioses y como dioses pretenden que los adore el pue- blo v . . . . Estrada Cabrera, el presidente, de Guatemala, es uno de tantos ba^didos^qpe^oprimen, ,al puebloj de la América española. Antea de la rev.oluctón, Estrada Cabrera se, ha.cía^bombo en el extranjero, pagaba periódicos en Guatemala, y tenía á su servido un enjambre de lacayos. Se le llamaba NE-Í CESARXO—no sabemos si para robar y asesinar al pueblo;—se ha- cía una descripción fabulosa desu talentó.de sus dotes administra- tivas y.se le/Uamaba HÉROE DE I/A PAZ'. En nuestra patria t ha bía periódicos pagados por Estra da Cabrera que continuamente publicaban el retrato del bandido y sendas biografías? fárragos de embustes bien .pagados con el di- nero del desdichado pueblo guate- malteco. Sucedió lo que tenía que suce der. Un pueblo hambriento, ro- bado por una plutocracia avara y un gobierno rapaz; .azotado por esa calamidad endémica de los pueblos latinos: la clerecías ago- biado por los impuestos, amenaza- do de perder su autonomía por los compromisos contraídos con el ex- tranjero por su desleal gobierno; imposibilitado de defender se. por 11 medio de la prensa de continuo amordazada; obligado á presenciar los más'sucios manejos en las lla- madas elecciones, condenado á no latervéahr.en los asuntas públicos, eBtallóalfin vest4en camino de derrocar al tiranuelo. Todo eao ea completamente natural;'no hay nada extraordinario, niñada ma- ravilloso en el asunto. El oprimi- do de hoy, es el rebelde de maña- na. cEsoes todo, ^ Todo'evoluciona en la naturale- za> tfpdo tiende á perfeccionarse, á avanzar, y es temerario pretender que Una sociedad permanezca es- tacionaria. Los .pueblos tienen cadávez nuevas necesidades, nue- vas aspiraciones, y la realización de esas necesidades y esas aspira- ciones, constituye el progreso. Los pueblos necesitan justicia y pan, y sí carecen de ambos, los toman, no los piden; pero como hay siempre interesados en que el pueblo no'sea libre ni se dignifi- que por la justicia y por la felici- dad, sé oponen á que tómelo que necesita, y de allí nace el 'cqnflic1-1 to, se produce el choque que se llama revolución. Si eñ su marcha evolutiva no se viera el pueblo detenido por obs» táculos, no habría choques, esto es, no habría revoluciones; más como siempre hay intereses naci- dos ̂ e la opresión, y de ella viven jf medran, esos intereses se opo- úen ár la libre evolución del pueblo y. entonces estalla la-revoíticüóm He aquí per qué ni nos sorpren- de ni nos causa espanto la revolu- ción jae Guatemala. Tenía que ser así, á menos que los tiranos de- jaran de oprimir,.que los explota- dores dejaran de robar á los tra- bajadores, que los, frailes dejaran de pesar como sanguijuelas sobre los pueblos desfallecidos. En todos los pueblos donde no hay libertad de prensa, ni de aso- ciación; donde se 'impide que el1 hombre adelante material é inte- lectualmente, tiene que estallar fatalmente la revolución, sin que nadie la incite, sin que nadie em- puje á las masas á la rebelión. La resolución se hace sola; es el re- sultado de non evolución que se ha. tratado de detener. Los gua- temaltecos necesitaban justicia, necesitaban pan, necesitaban pro- greso.^ Intentaron , adquirir., lo que necesitaban por las vías pací- ficas y civilizadas del civismo, de la prensa, de la asociación. En los hombres hay innato un espíri- tu de orden admirable: se rebelan cuando consideran que es imposi-, ble obtener lo que desean por las vías pacíficas; pero lo hacen hasta que.han agotado todos los medios, después de haber ido á'los comicios de donde los arrojaron á culatazos, después de haber sido amordaza- dosipa.ra>que<no hablasen mal del gobierno- en los periódicos, des- pués de haber visto disueltas á sablazos «us reuniones pacíficas, después d-e haber sido, reprimidos brutalmente en sus huelgas, des- pués, en fin, de haber, hecho < de- rroche de)paciencia, de honradez, de lealtad y de haber recibido en cambio, un tratamiento de caribes y de malhechores, i Tanto peor páralos tiranos! En Guatemala bajo la adminis tración de Estrada Cabrera no había ciudadanos, sino parias, car- ne de cuartel ó de presidio ó ga- nado explotable en las fábricas, en las minas y en los campos. Cuan- tos quisieron poner un dique á la tiranía por medio del civismo, de la prensa, de la tribuna, de la aso- ciación, fueron**-asesinados, mal- tratados, encarcelados ó arroja- dos el extranjero. Se impidió por tales medios la libre evolución de un pueblo, y la evolución contra riada, como siempre, trajo la revo- lución. Por eso decimos al principio que la revolución de Guatemala no ofrece ninguna novedad; Esa revolución era inevitable, y sola- mente aquéllos hombrea^ue creen á pies juntillos lo que dicen losfí garos de los tiranos, pueden alar marse. Estrada" Cabrera era un tirano y debe estar agradecido á la casualidad, que antes no lo hu- biese ajusticiado el pueblo. Si se le ahorca se habrá cumplido con un acto de estricta justicia. Lo qué hace mal, lo que oprime,'debe desaparecer» Nadie vacilará, al encontrarse enfrente de un reptil, si ha de matarlo ó no. El instinto de propia conservación ordena que se aplaste al reptil. La actitud enérgica de los pue- blos, aunque sean débiles, impone ¿espeto á los fuertes. ' Cuando se inició la revolución muchos timo- ratos creyeron que los Estados Unidos intervendrían en los asun- tos de Guatemala, teniendo en cuenta aquella amenaza de Roose- velt en la que holgaba la pruden- cia, que consistió en declarar que las naciones latino-americanas na- da tendrían que temer de los Es- tadosUnidos, si se portaban bien. Como Roosevelt no es el pueblo a- mericano, sino un sirviente de él, nada ha podido hacer para «casti- gar» á Guatemala. Las declara- ciones de Roosevelt deben tomarse como declaraciones individuales, pues, por más que el actual Presi- dente de esta nación quiera figu- rar c,omo un conquistador, el pue- blo lo detiene convencido de que las conquistas no aprovechan sino á unos cuantos traficantes y no á la masa en general. Así, pues, tanto á la enérgica actitud de Gua- temala, como al hecho de que Roosevelt no es el pueblo america- no, se debe que los revoluciona- rlos " guatemaltecos estén* traba- jando sin temor á ver entorpecida su empresa. f Pronto sabremos que el pueblo de Guatemala ha derribado á su tirano. Ua pueblo decidido á ser libre, obtiene su libertad. al Ejército, según la opinión del médico de la Guarnición de esta aplaza. En tal virtud, se elevó un Ocurso al Gobierno del Estado so- lfcitatrdo su libertad, como lo pre- viene la ley ; pero sobré este ocur- so ni siquiera recayó un acuerdo cualquiera, pues no se tuvo ningu- na contestación, porque en la som- bra se tramaba un acto de verda- dero pillaje. Anoche, á las doce, hora en que todos los presos se hallan encerrados en sus inmun- das galeras é imposibilitados de evitar cualquier atentado, hora maldita en que la canalla es prote- gida por las densas tinieblas, hora en-que el cielo estaba cubierto de negros nimbus y anunciaba una lluvia torrencial, á esa hora sos- pechosa se presentaron en las re- jáis de esta prisión unos individuos de la policía rural del Estado á quienes el Alcaide, un tal Manuel G. Gómez, ha entregado á mi her- mano para conducirlo quien sabe á donde. No es nada difícil, como se va confirmando ya, que, como en otros casos no menos incalificables, m] hermano haya sido vendido á uno de esos criminales negreros del Valle Nacional» ó de otras tie- rras inclementes, á quienes, en vez dé refrenar, ha protegido decidi- damente eisr. Pimentel. Ahora bien, en estos momentos, en que el pueblo oaxaqueño atra- viesa por una importante crisis política y social y que, por una parte, los ciudadanos queaman el Desde que caí preso en la cár- cel de esta Ciudad—porque como periodista y como ciudadano he cumplido con mi deber, exhibien- do la enferma Administración del Sr. Pimentel—no he pronunciado públicamente una sola palabra a- cerca de la injusta prisión que ac- tualmente, estoy sufriendo y délas brutales vejaciones de que soy ob- ¡jeto, porque esperaba, como espe- ro todavía, el final de los dos pro- cesos atentatorios que se me ins- truyen, para darlos á conocer en todos sus detalles: con todas sus monstruosidades, coa todas sus aberraciones, con todos sus pro- cedimientos inicuos y con todo el lujo de barbarie y cobardía con que mis detractores han sabido des- cargar su saña de antropófagos; así como también probar la sin razón de los dos abyectos funcio- narios que han servido de instru- mentos para innobles represalias. Así, pues, entre tanto el Gobierno me hizo solo á mí el blanco resis- tente de todas sus iras y de todas sus infamias, me resigné á espe- rar hasta ese día; más como hoy no sólo se ha concretado á dejar- me sin libertad ni garantías, sino que también ha hecho víctima á mi familia, de una manera escan- dalosa, persiguiéndola y atrepe- llándola, mi dignidad de hombre honrado se siente lastimada y mi cólera es incontenible, pues el a- contecimiento que paso á relatar1 es lo más ruin y lo más bajo que un gobierno puede sancionar. El día 28 del mes próximo pa- sado, el tristemente célebre Jefe Político de* Juchitán, Fernando de Gyves, aprehendió á mi hermano Quirino Gurrión, humilde artesa no, joven honrado y pacífico ciu dadano y lo remitió á esta Capital, maniatado y consignado al servi- cio de las armas. Mi hermano fue traído y encerrado en esta misma Cárcel y, presentado después en el Cuartel General, fue declarado inútil por enfermedad para servir rechazan la reelección del «científi- co» gobernante, y, por otra, los merollcos de la política mercena- ria, los defensores de todo gobier- no que repleta sus estómagos hambrientos y satisface sus pasio- nes y sus vicios, piden la continui- dad del causante de todos nues- tros males, vengo á interrogar á esos fígaros de la reelección, á esa insignificante turbamulta que sólo puede vivir del Presupuesto, á esos bribones que mienten, que falsean los hechos, que apoyan la maldad, que encubren el pillaje y que no íes importa la felicidad del pueblo con tal de tener asegurado su propio bienestar, vengo á inte- rrogarles—repito—si es un go- bierno honrado y digno, el que a - [jjrueba hechos tan depravados co mo el que acabo de narrar. ¿A qué persona sensata, imparcial, y honrada se le oculta él móvil que impulsó á Fernando de Gyves pa- ra consignar á mi hermano y> la intención perversa del Gobierno para venderlo á las fincas de ne- greros? ¿Quién puede ignorar que es una venganza gratuita y vil la de Fernando de Gyves, cuyos lo- mos de rufián he flagelado con jus- ticia y energías? ¿Quién puede dudar que el pr. Pimentel haya aplaudido esa conducta tan villana y tenga participación en el último atentado contra un miembro de la familia del periodista arrojado en el cautiverio por haber exhibido una Administración desprestigia- da é impopular? Y este es el Go- bierno tan decantado que concede garantías, que administra justicia, que acata la ley, que respeta la vida de los ciudadanos y que por mil títulos conviene al Estado? Respondan los fígaros de la reelec- ción y de la charlatanería, contes- te la prensa asalariada, dirigida por indignos cortesanos, por vul- gares limpiabotas y por los «ex - barrenderos» de hospital que se jactan de «independientes» y hon- rados, no siendo más que mendigos analfabetas que se arrastran para rescatar la migaja que les arreba- tara el amo. Contéstenme con su descaro y su cinismo los serviles, los hipócritas y los farsantes que han perdido su decoro y descono- cen el pudor; aulle contra mí la fa- mélica jauría, porque digo los he- chos desnudos, sin ambajes ni rodeos: entre tanto yo, impasible siempre, en nombre de la Ley, de la Justicia y de la Verdad, protes- to enérgica y solemnemente contra los atropellos y atentados de que acaba de ser víctima mi familia, por parte del Gobierno y sus agen tes, haciendo conocer a la Nación los hechos vandálicos de una Ad- ministración que se derrumba. Cárcel Publica de Oa^aca, Junio 18 de 15JO6- ADOLFO C. GURRION Así hablan los hombres dignos. El infortunio rebela, no somete, el atropello indigna, no intimida. Vaya nuestro aplauso hasta el correligionario Adolfo C. Gurrión. Espartacos necesita la patria pa- ra salvarse. A la Sra. Juana 6, G, de Mendoza, En estos momentos tan amar- gos, porque atraviesa nuestra des- venturada Patria, en estos mo- mentos en que el Partido Liberal se levanta armipotente, salta Do- ña Juana B. Gutiérrez de Mendo- za á la palestra para atacar á los dignos liberales Flores Magón y Sarabia, á esos mártires de la mil veces odiada política tuxtepe- cana; á esos tres modelos de viri- lidad, que nunca han sabido hu- millarse ante el ídolo del cientifi- cismo, de ese monstruo que Bulnes llama el tirano bueno Y á esos dignos hijos de México admira- por toda la geuíe boui ada, son á los que hace blanco Dof a Juana de sus desahogos pueriles ame- nazándolos con publicar documen tos para exhibirlos ante sus con- ciudadanos. Vamos Doña Juana, según su modo de expresarse, me parece que Ud. se contaminó con los tráns- fugas, con esos entes faltos de valor civil, que después de profe- sar ideas antiporfiristas, traicio- nan á sus compañeros • ¡¡qué ver- güenza para hombres que conser- ven siquiera un Átomo de digni- dad!! y, Ud. quiere hacer lo mis- mo que los tránsfugas? ¡nó, mil veces nó[ ya que no milita Ud. al lado del partido liberal, súmase y no venga lanzando desahogos con- tra personas honradas, tan solo por satisfacer caprichos que sólo son hijos de personas malévolas y cobardes. , Doña Juana, sí aún conoce Ud. la dignidad, siaún no se borran de la memoria de Ud. los recuer- dos de la campaña que hizo "Vés- per," contra Porfirio Díaz: mué- rase, pero no siga disparatando. ¡¡Basta de majaderías, basta de perfidias, atrás y paso libre para los dignos miembros del Partido Liberal!! Respecto á las palabras de "e- sos no volverán," debo advertirle á Ud. que tanto los Flores Ma- gón, Sarabia, y demás compañe- ros, volverán y no tardan, pues ya todos los liberales, ¡entiéndalo Ud. bien, todos los liberales! nos hemos unido, y parece que nues- tro horizonte que tan obscuro es- taba, se ha abrillantado un poco al impulso hecho por los que a- mamos la libertad, y no nos arro- dillamos ante el viejo histrión. ¡¡Conque ténganlo bien enten- dido todos los canallas que adulan al César, y chupan la sangre al pueblo, que ya el Partido Liberal se levanta, y pronto veremos á la Patria sin cadenas, y entonces la Justicia se encargará de los trai- dores del presente!! Termino suplicando á Doña Jua- na, rompa su pluma, y se meta á cocinera. Y por hoy queda á sus órdenes. E L HOMBRE GHIS Catemaco, Ver. Junio 20 de 190H Tomado de "LaWo7 de Juárez' México, D- F LÉASE REGENERAGION. Véanse las Condiciones. "CLUB LIBERAL MEXICANO," KnSmithville, Texas, á los vein- tinueve días del mes de Abril de mil novecientos seis, reunidos li- bremente los que abajo firmamos en la casa habitación del Ciuda- dano Macedonio Arellano, previa citación, el Ciudadano Arellano tomó la palabra y manifestó á los presentes, mexicanos de naciona- lidad en ejercicio de sus derechos, la necesidad de unirse todos ios hombres de buena voluntad para trabajar en beneficio de la Patria ausente, víctima desde hace va- rios lustros del más desenfrena- do despotismo, dándose lectura al Proyecto de Programa del Parti- do Liberal, expedido por la Junta Organizadora de St. Louis, Mo., para que todos estuvieran a] co- rriente de los fines que persigue la Honorable Junta, cabeza del Partido Liberal Con entusiasmo fue acogido el Proyecto de Pro- grama y todos protestaron to- marlo como bandera de la próxi- ma rendencíón del pueblo mexi- cano. Acto continuo &e procedió á la instalación de un club con el nom- bre de "Club Liberal Mexicano," cuya Mesa Directiva quedó inte- grada por los siguientes Ciudada- nos: Presidente, Timoteo Espi- nosa ; Vicepresidente, Luz Men- doza; Secretario Narciso Ramón, Tesorero, \!cu < i orno "\reliano Primer Vocal, < a-lc* (Miz Se gMido Venal, b xU) '•> hJor°g Para el regisiiudei Club en la inatru residente en St fxtuis Mo •••e acordó matirt^tar á la H Jun- ta Urgamzadoíd del Taitido Li- beral Mexicano la adhesión del "Club Liberal Mexicano" á di- cha Junta, protestando todos los presentes acatar las disposiciones de esa superioridad y ser fieles á la causa de la libertad y la justi- cia. Y para constancia se levanta esta Acta Primordial, firmando to- dos los que intervinieron en eL acto. Reforma, Libertad y Justicia. Smíthville, Texas, 29 de Abril de 1906. Presidente, Timoteo Espinosa, Vicepresidente, Luz Mendoza; Tesorero, Macedonio Arellano; Primer Vocal, Carlos Ortiz; Se-̂ pundo Vocal, Sixto G. Flores, Francisco Hernández, Martín Lo- pes, Pedro Delgado, Juan García, Manuel Valdés, Marcos Rosales, Carlos González, Macario Cortés; Secretario, Narciso Ramón. Al Ciudadano Presidente de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano. St Louis, Mo. IMPORTANTE, Se desea saber el paradero del Sr. Cristóbal Colón, qne estando en servicio en el primer cuadro de caballería en Durango, pasó á prestar sus servicios á un Cuer- po del Oriente de la República Encarecemos á la persona que conozca el paradero de dicho se- ñor, se sirva comunicárselo al Sr D Jesús Job Colón, residen- te en Zacatlán, Estado de Puebla padre de la persona que se basca, quien recibirá un gran consuelo con la noticia ALFONSO C. YILLARREAL COMISIONISTA NUEVA YORK E U A Ofrece *»us bcrvicios tomo cominonisLa y tradur tor 6 los consumidores mexicanos. Vende toda clase de artículos del comercio amen cano u lo* mejores precios de plaza. Recibe en comisión mercancías de prot-Memn mexicana para su venta en esle país Compra curio&ldtdea mexicanos. Suministra toda clascdeiníormaciooescomertiale^ » Recibirá y atenderá cordial metí te ¿ los mexicano* que visiten la Metrópoli comercial del N uevo Munrf< Toda correspondencia diríjase asli Alfonso G. Villarresl. - - lOS'C. 28lh Si. New V^rk. U. S. A. REGENERACIÓN LA CUESTIÓN DE CAHANEA. , ., G 8 N B G / I S M E N T I R A S D E L G O B I E R N O . ' ' • ... A. I un, nbrnmadoapor Ins interroga' oionoe do toda la prosea Indopondlon- to. oo decidieron A hablar loa poriódl- co'o del Gobierno. Parapetados on un Informo dol Uobornador Izábal, oatii- pldaruento montlroao, niegan lo que da dláho toda lu preñan y dostnleuton oou ol olnlstno quo loa caracteriza,' A millares do testigos honrados quo pre- senolaron lo quo pasó on Oanauoa los dina lo. y !í do Junio. Deedo luogo, hay quo observar lo extemporáneo de las declaraciones oficiales. Un largo mes so necesitó* para quo le&bal fraguara las neoodu- dos de su informo y para quo la pron- ua alquilada los publicara. A rtviy, de los euoeaos de Oananoa, la prensa In- dopondionto publicaba extensas in- formacionea, acumulaba datos, ooin- probaba la traición del Gobierno é In- terpelaba á los periódicos 4>flotules y o HOJOSOS para quo respondieran a ios cargos que se hacia á sus amos. Sin embargo, no contestaban. ¿Por qué? 81 roalmente no hubiera habido inva- sión, hubieran podido decirlo senol- llamente desde luego, refutando pun- to por punto lo que decía la prensa independiente. Par» decir una ver- dad no so neooslta medli ar durante un mes. Las verdades se deolaran tranquilamente y sin ambajes, como los han deolarado todos los periódicos que se han ooupado de la cuestión de Oananea. Pero como "El Imparclal" y sus congéneres tenían que mentir, hubieron de tomarse un largo plazo para decir algo Bobre et\ asunto de que todo mundo se ocupaba diaria mente. Se Jactan los oficiosos de ser los mejores diarios de información, y sin embargo, en este oaso se, han mostrado muy por debajo del último periódico de provínola. Mientras la prensa toda se llenaba de minuciosas informaciones y razonados oomenta rios sobre los desórdenes de Cananea y sus consecuencias, los subvenciona doa permanecían mudos, como BI na- da hubiera pasado, como si no les lle- gara á ellos ninguna no ti ola Bobre los acontecimientos palpitantes, no obs- tante que tienen en Oananea corres- ponsal que no podían! debía Ignorar lo que estaba sucediendo. Lo más que se permitía "El Imparoial", era decir que los obreroa de Cananea co- mían jamón y galletas americanas, por lo cual no debían haber hecho la huelga. Para los bellacos gobiernis- tas, qne todo lo supeditan al estóma- go, se pueden tolerar humillaciones y desprecios, con tal de comer jamón; afortunadamente, los . trabajadores mexicanos piensan con más dignidad. Pero de lo esencial, de los disturbios y su origen, de la invasión de nuestro terriborio por fuerzas yankees, no di- jeron loe serviles una palabra duran- te un mes,' hasta que recibieron la consigna de negar dogmáticamente lo que dice toda la Nación, parapetán- dose en el imbécil informe del traidor Izábal. Dogmática ha sido la negación del gobierno. No entra en detalles, ni refuta los cargos bien claros y precí sos que se le han hecho. [No bnbo ra vaeiónl—dice autoritariamente el Go- bierno por boca de sus eunucos, y considera que tal.declaración, hecha con aires de infalibilidad, es explica- ción sufloiente para nn pueblo sin de- rechos sobre sus gobernantep, conde- nado, como en otros tiempos, á obe- decer, y callar. La Diotadura se irri- ta de que se tenga la audacia de pe- dirle cuenta de sus actos, y ai aluvión de ansiosas interrogaciones que se¡le han dirigido, contesta malhumorada: .No hubo invasión. No se digna decir más. En nn asunto en que todos los mexicanos ven comprometido el ho- nor nacional, en que todos se intere- san, porque ae trata de la dignidad de la Patria, el Gobierno no qnlere tomarseel trabajo de dar explicacio- nes. Como nueBtro cobarde Dictador nunoa se atrevería á hacer una recla- mación á los Estados Unidos aunque mediaran las causas más graves, or- denó qne se declarara qne no hubo invasión de nuestro territorio por los americanos, y aeí se ha declarado. - Los hechos, loa testimonios en contra por millares, la opinión de la Nación entera, nada significa ante el úka«e de nueBtro Ozar. Las conveniencias personales del Autócrata exigen que no haya habido invasión, y en conse- cuencia ee decreta que no la hubo. Izábal, en acuerdo con el Dictador, forjó penosamente un informe en que se ha pretendido ocultar la verdad, aunque con muy mal éxito. Los cen- tenares de yankees que fueron á Oa- nanea, eran, según Izábal, pasajeros que tomaron POR CASUALIDAD el mis- mo tren en que iba el sátrapa y se di- rigían al lugar de los disturbios, en- tre otras cosas, POB CURIOSIDAD. ¿Quién puede creer semejante absur- do? Eso podía admitirse tratándose de quince ó veinte personas, pero no de trescientas oinouenta, ó doscientas como dice Izábal. Además, esos ame- ricanos iban armados con fusiles, co- mo lo prueban las fotografías que se han publicado en varios periódicos,"y en las que aparecen los yankees ali neados y con armas en la mano. ¿Es- taba ciego Izábal para no ver el ar mamento de los PASAJEROS CURIOSOS' ¿Cómo podian pasar desapercibido trescientos cincuenta hombres arma1 dos? Dicen los eunucos qne no se les im pidió á loe yankees pasar la frontera, porqne en México existe tel derechc de viajar libremente, y si ee l«s hubie ra prohibido entrar, nos babríamo acarreado reclamaciones de los Esta doa Unidos. Se dice además que lo viajeros eran particulares y no Polda dos. Estas salidas imbéciles nada jna tifican El derecho que tiene el hotn bre á viajar, no autoriza auna fuerze armada extranjera para penetrar li bretnente en nuestro territorio. Si esi fuerza esl-á formada por particulares y no por soldados de profesión, no por eso tiene facultades para invadir nuestro territorio; de todos modos es una fuerza armada que, según nues- tras leyes, no puede entrar el país sin autorización del Senado. Pero lo peor es qne no eran particulares los qne fueron á Sonora. Su organización y movimientos eran los de una tropa disciplinada, y en jefe <>ra un militar, el Capitán Bynning. E<te militar tu- vo que comparecer anta el Goberna- dor de Arisona para explicar por qné ibandoms ol territorio nmerioano na* a conducir una fuorza armada d Oa anca. Si A «sta fuerza se le Uublora mpcdldo entrar a México, Izftbal hu- 3Íora cumplido con su debor, habriu ibrado con la tnAq porfeóta logalidnd, y loa Estados Unidos no hubieran to nido que haoor lá menor reclamación, 1 la hubieran hecho. Pero en todo esto no so fija el Qo- lorno. Su falta do dignidad, su co- bardía, su Servilismo para con los a- raerlcunoe, lo obliga d deolr que no mbo Invasión, y lo dice, apoyándose n IOB wáa ridiculos pretextos. La Dictadura declara dogmáticamente lo que le conviene, sin que bada le Im- porte ol honor do la Nación. Si la conducta de nuestros gobernantes có lo á el'os les acarreara desdoro, no imbrín quo preocuparse; poro no su- oede eso: la cobardía, el servilismo, la indignidad do la Dictadura, so le a- trlbulrá.n A toda la Nación y cada u- no de los mexioanos tendremos que cargar con nuestra parte de deshon- ra. No Be dirá: Porfirio Díaz es un sraidor que pisotea el honor de su Pa- tria, Se dirá: México es una Naolón que tolera invasiones sin protesta; IOB mexicanos son unos cobardes que no saben defender A su pais. SI; sobre todos los mexicanos caerá el desho- nor que sólo debiera corresponderá (a Dictadura, pero esto no deja,' de te- ner su razón: soportamos Ber gober- nados y representados por traidores y tenemos que sufrir las consecuen- cias de nuestra tolerancia Criminal. Y ho aquí lo que sucede: cunado se habla de algo bueno, debido d todoBJ nadie Be acuerda del pueblo, es un ce- ro A la izquierda, no existe; todo el mérito se le atribuye el Dictador) pe- ro cuando se trata de algo malo, des- honroso ó que trae aparejada alguna responsabilidad, entonces todo se le carga al pueblo. Esa es la oóndiolón de los pueblos esclavizados. . Todos loe hechos comprueban, y es la opinión general, que hubo invasión de nuestro territorio por fuerzas ex tranjeras, y que esta invasión fné a caudillada por el traidor Rafael Izábal La única opinión en contra es la de! Gobierno, es decir, la del culpable pero ha sido tan mal sostenida y sé ha pretendido cimentar ?obre tan es tupidos absurdos, que nadie la toma en cuenta, y menos, cuando se cono- cen los móviles del Gobierno para o- brar como lo hace. La Dictadura no quiere por nada del mundo hacer re- clamaciones á los Estados Unidos, quizá porque tiene con ellos secretos compromisos que la obligan ¡í guar- dar la máa completa y vergonzosa su- misión respecto de los yankees; com- promisos que el pueblo ignora como ignora todo lo relativo al Gobierno, que nunca ae digna dar explicación de sus actos, y obra como si tuerael due- ño absoluto del país y como si el pue- blo no existiera. Nuestra deshonrases irremediable, al menos mientras Bub sista la Dictadura; rolo recobraremoi el honor cuando nos decidamos á li bramos de ios déspotas que nos opri men para traicionarnos."* "~ " ' Vemos, pues, que en lo relativo á la invasión miente canallescamente 1 voz oticial. Lo mismo sucede en cuan toa los snceeos interiores de Oananea Por fortuna hay algunos hechos qu no pudo negar ni desfigurar Izábal en su informe, y la confesión de estos hechos nos sirve para comprobar lai falsedades que después asienta el re ferido informe. Izábal dice, como 1< dijimos nosotros y toda'la preñe; honrada, que los huelguistas iniciaron la huelga pacíficamente, y pacífica- mente hicieron á Greene su petición de aumento de talarlo y disminución de horas de trabajo. Lo que no dice el bellaco, es que Greene contestó que no podía resolver sin permiso del Go- bierno, que tiene recomendado que si pague Ió peor posible al trabajado mexicano. Dice Izábal que los huel- guistas se dirigieron ala maderería siempre con toda correceón, y qu» allí fueron recibidos por loa Mercal coo chorros de agua y á balazos. Est; conforme Izábal en que loa huelguis tas no llevaban armas, y en que fue ron agredidos por los Metoalf. Nc hay que olvidar esta confesión del eá tr^pa. Dice en seguida Izábal que los hue gaiBtao, después de haber incendiad la maderería y matar á los Meteal (lo que hicieron en defensa propia se dirigieron rumbo á la Comisarte del Ronquillo, y agrega: "En el cru cero de las calles Chihuahua y Terce ra Este, los principales empleados d< la Compañía, entre ellos los Sres. Wi- IliamO. Greene y Arthur 8. Dwigbt, Presidente el primero y Gerente Ge neral el segando, en doa automóvil© custodiados por unos veinticinco treinta americanos armados, trataro de impedir qae los amotinados conti nnaran su marcha. En este punto sin qne se pueda con certeza deeirsi quienes fueron los primeros en dispa rar, resultaron tres muertos y vano; heridos de los huelguistas, entre le cuales había algunos armados coi pistolas y no3con los rifles quitados los Met calí." E-i mentira que hubiera algunos ar mados con pistolas; ei hubieran teni cío esta* armas, las hubieran ngad< cuando fueron atacados primero po los Metealf y no hubieran sufrido cru zaios los brazos las descargas de eso: aseamos. En cuanto á los rifles d< los Metcalf, no fueron uxados, porqui ni tiempo hubo para rilo. Los mexi canon—á los qae Izábel llama los Alio TINADOS sin razón alguna—fueron vio- lwuiauoente agredidos por Greene y loe sayos, y la mfjor prueba de esto, es que los muertos y heridos fueron todos de los huelguistas, como lo con- fiesa Izábal, y ninguno por parte de los americanos. Si había huelguistas armados y si dispararon, ¿cómo es que no hicieron el menor dsfio á los yanbees y solo resultaron muertos y heridos «ntre los mismos huelguistas? ¿Querrá Izábal hacernos creer que los mexicanos disparaban contra ello* mismos? El hecho es que en este ca- so, comoen la maderería, los yan- kees fueron los agresores y asesina- ron á la multitud desarmada; pero Izábal tiene empeño en defender á los extranjeros, y no se para en pe queñeces para mentir. Tiene que co- rresponder con esas bajezas a loi veinte mil petos qne le dio Greene por |UQ salvara do boda responsabilidad i Ion J> aakoos y arrojara toda la,culpa iouro loó triexioñnóe. """' """" •'" DIoo Izftbal quo. los mexicanos—á os qüo coutlcúallaraando rovoltouóa,1 motlnndos, oto., pura juatlüoar sin luda loa atontados quo oou ellos so otnotlmi—oo provoyoron do armas en OD montepíos, lo oual os verdad, Po- o lo que oculta ol traidor, es quo ÍAa/ moxloanod pidieron primero ñ las tul- torldádea quo loa defendieron ó ¡o*. dionui armas, par», doíondorao, & lo oual So lea contestó oon hiaultoa y nuevas agresiones. £1 bribón Isido- ro Castañedo, ordonó la aprehensión de los quo fueron A, pedir garantías,, gritó quo so mataran como perros a los quo quisieran escapar de aquella, prisión atentatoria y dio de oanonnzoa oon au pistola & los Srett. Arturo Viz carra y A. Q Murrlota. Gomo «ato no ea favorable A los ynnlrooa ni A la» autoridades, sino quo prueba laco- rreoolóa do los huelguistas, lo oalla el aaoBino de los yaquis. Tampoco dice que loa trabajadores, al iniciarse la huelga, fueron tratados de un modo Injurioso por él citado bellaoo Castañedo y el.Oomianrio del Ronquillo Pablo Rublo, un ruQAn olo- vado A funcionario por el exclusivo interós do la Compañía. IzAbal dlcó simplemente que ouando Rublo sapo que habla huelga, "ee presentó ante loa desean toncos y les manifestó que si tenían alguna queja que exponer contra la Compañía, la hicieran valer en otra forma/1 Aun suponiendo que á esto se hubiera oonoretado, merece' i la reproches. La huelga do IOB obre ros era un derecho que estos ejerci- taban, era un acto perfectamente le- gal oon ti que no tenían que meterse para nada las autoridades. Pero lo peor es que Rubio no Se concretó A dar un consejo decentemente,—la de- cencia está fuera de su alcance—sirio que en compañía de su digno coni pinche Castañedo, ee puso A defender calurosamente A la Compañía, ioju riando 4 los huelguistas, para <te- moetrar que Greene tenía derecho a pagar máa A loa americanos que A los mexioanos, BÍ así le daba la gana, los bribones ayanbadoB emplearon ¡en-, guaje de taberna y comparaciones de lupanar, parangonando el trabajo del obrero oon la venta vil de la prosti- tuta. Hay que conformarse con qne el amo pague más A quien más le simpatice: si á Greéhésele ántojá'p'á gar más ul obrero yankeé, el mexica- no no deba protestar. | ABÍ entienden los derechos del trabajador IOB "fun- ción arios'* de México I , ' Dice Izábal que los mexicanos quearon algunas cantinas, lo opal 68 una desvergonzada calumnia. ' Está comprobado que los mexicanos no probaron el vino en aquellos días. Ni es cqúcebible que nuestros compa- triotas,, perseguidos, asesinados por los yankees, en momentos de deseB-; peración y de rabia, se ocuparan de estúpidas libaciones.' Ni entonces ni después se embriagaron los mexicá nos. Ea cambio los yankees, cuando acabaron de triunfar con la ayuda de, Izábal y de las tropas americanas y mexicanas que éate trajo, celebraron orgiásticamente su ruin victoria el día 2 de Junio por 'a tarde y por la noche. , , ' ,, El cinlBmo de IzAbal llega al colmo cnando refiere que después de llegar A Oananea habló con los grupos de buelguietas. He aqcí sus palabras: "Sucesivamente hablé con .cuatroVle dichos grupos, y , después <le oír BUS quejas les preyine que sé disolvieran, üiciéndoles que cualesquiera que fue- sen los" motivos dé dispuBto" que' tu- vieran contra la Compañía, nunca po- dría justificarse el disturbio que ha- bían promovido " ¿Cómo tuyo Izábal la desfachatez de hablar así, cuando sabía que los huelguistas 'no fueron .ios que promovieron el dis- turbio? ¿No refiere él mismo que los primeros agresores fueron' los Met. calf? Ese reproche de promover e disturbio, debió haberlo hecho Izaba á los compañeros de los Metcalf, y á Greene, que encabezó la segunda a- gresión contra los huelguistas, pero no á estos que fueron las víctimas, que sufrieron los ataques de los yán> kees sin poder defenderse porque da recían de armas. Y después de esto agrega el bellaco que él iba á hacer justicia á quien la tuviera! Veamos cuál fné su justicia. No a- tendió las quejas de los huelguistas, sino qne mandó á la cárcel á ios que- josos: sin meterse en muchas averi- guaciones consignó al Ejército á los Sres. Pearo Lara, Am-eliano Guaroáp, Luis Vega, Adán Villegas, Antonio Oohoa, Manuel Portilló^ Sebastiánffc- barra, Nicolás Villa, Julio CaBtillo, Alejandro Díaz, Abel Cosío, Francisco Saavedra y Manuel Castro. En cam- bio, no impuso" el más leve castigo á ningún yankee y creyó cuanto estos le dijeron, como se ve en su informe, qae está notoriamente inspirado por los viente mil pesos de Greene. Dice luego el traidor: "El 5 descu brí que Esteban B Calderón, Manuel M Diéguez, Francisco jíbarra y algunot más habían sido los* promotores de desorden y los mandé aprehender.... Loe promotores del desorden fueron los yankees — Greene entre ellos — puesto que fueron los agresores. Cal deróD, Diéguez, Ibarra y los demás a prehendidos, pueden haber promovi do la huelga; pero de promover la huelga á promover el desorden hay una inmensa distancia. Promove una huelga es obrar lícitamente, ejer citar nn de/echo, no hacer, nada cao* trario á la ley; promover un desor- den es incurrir en falta, cometiendi y provocando actos que íá~ley casti- ga, como los que cometieron los yan kees en Cananea; disparas^ balazo contra gentes pacíficas y desarmadas, excitarlas á la represaba y dar lugai á 8angiientasJnob a*. Pero lo enrios es que ahora se baga aparecer á me x'cauos como promotores del deaor den, mientras los yankees permane cen tranquilos, después de haber ase Binado como unos savajes á nuestro! i compatriotas. Los agredidos, Jai | víctimas, loa hermanos de los que ca yf-ron bajo iáa balas de los ex trac je ros, son los que van á la cárcel y los cuarteles, en vez de recibir repa- ración; y los extranjeros, insolenta- dos con el triunfo qoe les ha dado un Gobierno traidor, se burlan de la Na- ción que aeí deja pisotear á ene ciada danos. A estas infamias es á lo que Izábal llama pomposamente hace: justicia I Los verdaderos motivos de estas a prebensiones, los da á conocer Izaba má« adelante, diciendo que descubr t qae la huelga se hizo con fines poli i eos; que en Oananea había un Clal Liberal de carácter eeoiciooo que ha da propaganda entre los obreros. : qae los trabajos de este Clnb hiele ron explosión prematura en los acón teclmlentOB de loa aína lo. y 2 de Jn io, Lo quo do neju! ao dcoprondooa oiioülamontaauIidb^i*?ubri<l i , o q d eju! a dcoprondooa oiioülamonta> auM Îidb̂ i.<*,?BO.ubri<l. juo Diéguez, Calderón, lóarm y com- &noros, oran dosnfoctos »1 Gobierno, busco on la huelga un pretexto para oraogulrloi. , Subido oo que para meutroB tlíauoa todo aoto ae opo»l- lon & la Dlqtodura, OD , eodlolóu, y m\ no oa extrnílo quo los llame BOCIIOIOBOB, Pero eato¿ IOJOB do juatlüoar loa pro- jedlmlentoa do Iaábnl, los buco más diosos: loBhoóhos muestrau oarn- manto qüo los «prehendldoo no pro* movieron loa dlsturblon, sino quo los proraovierou los yankeééj'de entre Btos loa Metcalf murieron, poro que- dan Greene y otros muchos a nuietiea no podrían exigir rosponoabílldnaoB, 8ln embargo, BO aprohende A unos mexicanos y sé lea procesa y se les a. cuácala culpa délos desórdenoB, por* que hacían política.. El hecho dé que una persona haga política, oa motivo uüoiontó para quo carguo^oon ocímo- neo ágenos:, Loa yankoos agredieron A IOB moxicanos, los provooaron, los asesinaron i Diéguez y BUS compañe- ros no hicieron nada de ésto, pero no es hace cargar con Jos crímenes de los yankees por la sencilla razón de er desafectos al Gobierno. Eu cam- bio los yankees, como son amigos del Gobierno y pueaen dar algunos miles de pesoB al Gobernador que fue & .ha- cer justicia (i), resaltan del todo ino- centes,aunque todo mundo haya vis- to y el mismo Izdbal oonfloBO, que de- rramaron A torrentes la aácg-re de los desventurados trabajadores. Ea el curso de su informe, Izábal hace un gran rédame A la Compañía qué preside el"generoso" Greene foosa qne no viene al caso en un documen- o oficial y qne prueba el asqueroso ervilismo ae nuestros déspotas para oon IOB negociantes íi quleaeB están vendiendo la Patria. Dice también el acayo de Greene que los trabajado* rea no tuvieron razón para hacer la huelga porque viven en condiciones envidiables. El criterio de este infe- iz ese} mismo de "El Imparctál": el del estómago. El papasal vendido di- jo que los, obreros de Oananea co- mían jamón y galletai», y en este he cao encontraba una razón pora estar contentoB con la Compañía;",Izábal di- ce que los trabajadores tienen buenas casas, algunos hasta oon poltronas y espejos, y de aquí deduoe que la huelga fue injustificada. Para esos miserables, él que come jamón ó tie- ne un espejo, ya no deoe aspirar i. más. Debe soportar muchas horas de fatiga, debe, resignarse. & trata mientos humillantes, debe tolerar que al extranjero se le pague mucho me. or un mismo trabajo, debe someterse alo que el amo quiera hacer de él, aunque sea lo más degradante, con- soláudoss con la idea de que come ja- món ó tiene espejos.' Por fortuna, e sa teoría abyecta no puede encon- trar eco entre los trabajadores dig- nos; han vuelto A sus labores en Oa- nanea obligados por la fuerza, pero no están'conformes con las condi- ciones en que viven: siguen deseando lo qae reclamaron, uñando se les con testó á tiros, y tarde ó temprano, ae impondrán sobre los explotadores. Como prueba de lo bien que están los trabajadores jr.de su ingratitud n\ hacer, la nuelga, expone Izábal que el Sr. Manuel M. Diégnez, á quien con' sidera entre loa promotores, ganaba siete-peBOS diarios. Puede 'ser que Diéguez ganara esa cantidad, pero de seguro era un a excepción. ELjoriralde los trabajadores mexicanos en gene- ral es q*ê $2.50 á $3:00 diarios moneda mexicana, por diez horas de, trabajo. Los obreros querían $5.00 diarios y ocho horas de trabajo, y estabau-.en lo justo, ya que con su labor hacen ganar millones á la Compañía. Dié ;uez, á pesar de su buen sueldo, no né un ingrato si promovió la huelga. Su conductas-más qne censuras, me- rece los más entusiastas elogios. Hizo á un lado el egoísmo,' desdeñó su bien personal y se expuso á perderlo, co- mo lo ha perdido, por ayudar á sus hermanos. Ese hermoso rasgo de fraternidad .merece—lo "repetimos—, los más calurosos' elogios. , Solo es ingrato el qué paga mal un favor, Diéguez no recibía favor ninguno de la Compañía. Si esta le pagaba siete pesos diarios, no sería de seguro por regalárselos generosamente, sino por- que BQ trabajo los valía ó valia más aún, priea es sabido que los explota dores siempre se quedan oortos para remunerar el trabajo de los qne les sirven. Hemos exhibido una vez más la traición del Gobierno y las infamias que cometió en Oananea, con lacotn- plioidád def los yankees. ;Hemós visto qne él traidor Izábal trajo fuerzas a mericanas para sofocar IOB desórde nes de Gaoanea, que1 en realidad no tuvieron grandes proporciones, pues el pueblo no tenía armas ni pretendía otra' cosa que manifestar pacífica- mente sus jdeseos de mejorar en BU trabajo. Hemos visto cómo los yat- kées, después de promover el distur- bio y asesinar á los mexicanos, dis- frutan de entera libertad y son prote- gidos por el Gobierno, mientras rque nuestros compatriotas, sin ninguna en I pa, han sido presos ó enviados al Ejército, después de haber sido ultra- jados de palabra y de hecho por las autoridades y por los extranjeros inso- lentes. La Nación ha contemplado asombrada todos estos crímenes y ha condenado á los verdaderos culpa bles, aunque estos han pretendido á rrojarsu colpa sobre los inocentes El fallo de la Nación ea contrario A los traidores que permitieron la in vasión de nuestro territorio y el ase sinato de nuestros hermanos por e extranjero. Los culpables tienen hoy la fnerzi para burlar el castigo -que merecen pero oo siempre la tendían ni estarán siempre fuera del alcance de la justi oia. La expiación llegará al fin; las lágrimas y la sangre que tanto hacen derramar los déspotas, acabarán po: ahogarlos. Continuaremos dando á conoeei cnanto sirva para robustecer las acu saciones que hasta ahora hemos he- cho á la Dictadura con motivo de lo apuntos de Oananea, y especialmente estaremos pendientes del proceso ini cno qne se sigue á los Sres. Calderón, Diéguez, Ibarra y algunos má?, Según dice Izábal, A Jos cuales se quiere ba oer reaponsables de todo lo pasad en Cananea, ̂ -simplemente porque se descubrió que son desafectos al Go- bierno. Nuestras palabras no servi rán de defensa i los citados compa- triotas, porque y a ba de haber la coa eigna de condenarlos, pero al meno servirán para exhibir y fustigar A IOE verdugos, haciendo que sobre esto caiga el odio de las almai honradas. Entretanto, excitamos A IOB traba iadores de Oananea y A loa de toda li República, á qae no so detanlmen e Pt t? f t e ¡ 1 i H i ! jor« lauo8M«, 4 ¡ ( í e grandes avances tlenon qué troposar pon Ja reeletonola do. los nÍQlv»<loe, poro irluijfan ni (fin, BI marohaa coa >orsovoranola. y daoletób. No hay rlunroa qno eo obtongfin sin Bdorlfl- íos, pero tampoco nay BttorluoloB que no oonduzcnn ni triunfo. (No lo Ivldóla, obroroa! us nobloa fttiplraolónps por lo quo ÍIA tt?ft^«eae¡iHi!jor«leauor8M«¡(íe "En el número ib de Í^KÓfí NERACION" que editan ea,St. ouis, Mo., los Sres; Flores Ma(- gón y Sarabia, defendiéndose de os carbón, injurias y calumnias que les dirige la Sra. Juana B. Gu- tiérrez de Mendoza, desde las co- lumnas de "Vé*sper", periódico que ae publica en la Capital de México, presentan tal cúmulo de razonamientos y tan terribles car- gos hacia'esta Sra., que,' personas que desconocían el asunto con' to- das las deformidades que presenta "REGENERACIÓN;^ se queda- rán abismadas de estupor. ' Sentimos que hasta este extre mo hayan llegado las cuestiones entre "Vésper" y REGENERA- CIÓN." " Tomado de «El Porvenir,» Btowus- vllle.Tex." ' "••• ' la Los precios de Subscripción de es- te enérgico diarlo consagradoá com- batir la Tiranía, son los siguen tes: Por1 un semestre......!.. $I.'IO oro Por^un año.. , .....,,2.00,, Háganse pedidos á Lauro Agui- rres P.O. Box, 125. El Paso, Tex. Í Z EÑÜÍiCOf A. ; Subscription ratea: ; Peránntlm;,,. . ,$a, 00 goW Per 6 months.; j, k í. 10 M Editor «ud Propriiiltoifí ANTONIO L V l L L A l U l H A I i . ' . • • • " , . • ' • , • • • " ' ' M«oKá(«;>*Ácioíí»» 80 pnbil- oaA losdlna lo. y 15 de cada mee. ¿a subsorlpoión, para Méxlao, valo fO.OO plata, por nno.y $2.75 por aomesüre: y para los Estados Unidos los proolos arriba indicados. A loa agentes, so loa hacen dosouon- toa ospooiales. . Los envíos de dinero pueden hacerse pbr Giro Postar Interna- cional, por Express, en Billetes ú Ordenes de Banco 6,, en último caso, en' Timbres Postales. ' Looporionoo quo reciben ürOENEBH» CION ao, servirán mandar pagar directa- monto nu «ubacrlnclon, petos ao podeB«B girar contra nueitrdi obonadM.'Wli{iiWR~=z; WNOT».-No SE S«eviR)t NINGÚN PEDÍ. VALOR ' VIENEr*CpMI»JlNAOO 6 c SU EXPLICACIÓN Porfirio J)íaz debe estar, satisfe- cho de haber alcanzado un altó re- nombre como asesino. El 25 del .asado junio aparecieron en los parajes públicoe de Concepción del Oro, Zacatecas, muchos. carteles en que se leía: «(Mátalosen ¿alien-, te!», «lLoo~r,á los mártires de'Ve- racruz!» - «J25 de. Junio de i879!»' y, otros en que, por él' estiló,, se re- cordaba la noche en que Porfirio Díaz, ese payaso que hace de pa- cificador empapado en sangre de leales mexicanos, dló rienda suel- ta á sus feroces instintos y bebió la sangre de los últimos lerdistas en la infortunada Veracruz. r; En Cos't, Cpndado de González, Texas, los'Clubsxiberaléá'Unidos Benito Juárez,' Zaragoza, y Lerdo le\ Tejada», conmemoraron coa una Velada literaria1 la1 Hecatombe de'-Veracruz./;.,'; ^',;V,_' ',;,..,,,/,V' Ante unanumerosa concurren- cia el Sr. Agustín Peña pronunció un elocuente discurso quecoúmo; vio por la verdad qué en él. cam- peó y la viril protesta que signifi- caba. El Sr. Ascencio Soto habló también, sabiendo describir el.do- lor que en su corazón de patriota se albergaba por los crímenes de la Dictadura, y tuvo para la obra maldita dé Porfirio Díazi conceptos que convencieron y electrizaron. El Sr. F. C. García, en breve dis- curso, hizo presentes las aspira- ciones de todo"-liberal mexicano, que pueden resumirse en,estas palabras: verdad y juáticiá. El joven liberal Encarnación Rainí-" rez leyó un viril discurso en ho- nor de las víctimas de \Veracruz y exhortó á los mexicanos á'sécnn'; dar la causa de^laredénción-popuT- lar. El Sr. Tomás Soto narró el suplicio de las primeras víctimas del tuxtepecanismo y maldijo-,la ensangrentada Béf tadura de Por-' firio Díaz. El Sr. Agustín Peña volvió á hacer uso de la palabra y en un extenso é interesantísimo discurso, dio á conocer los ideales del Partido Liberal, manifestando su resolución inquebrantable dé sostenerlos hasta su realización. En seguida, dio lectura auna her- mosa composición poética en ho- nor del Benemérito de las Améri- ca?, Lie. D. Benito Juárez. El Sr. F. C. García volvió a hacer uso de la palabra en honor de la Junta Organizadora del Partido. Liberal. El Sr. Jesús G. Carde-" ñas, henchido de amor á la liber- tad vitoreó el pabellón de la Re- pública. La ceremonia terminó en el ma- yor entusiasmo y después de ha- ber dado las gracias a la concu- rrencia el Sr. Ascenelo Soto en nombre de los Clubs Unidos por haber asistido al acto, quedando todos muy complacidos del éxito y lucimiento de la velada que re- cordó un crimen horrendo que el pueblo mexicano no ha olvidado. De otras mucnas poblaciones de Estados Unidos hemos recibido reseñas de veladas verificadas tam- bién en honor de los mártires de Veracruz, pero nos es imposible insertarlas aquí, aunque fuera en resumen, por haber llegado á nues- tro poder a última hora, cuando ya teníamos preparado todo el mate- rial del presente número. En la próxima edición nos referiremos á esas conmovedoras y significativas solemnidades. 1 . Promulgado ya solemnemente el Programa del Partido Liberal, á mu- chos correligionarios les llamaría la ' .atención que' no circulará ' rápida y extensamente desde el día de su promulgación. Esto sé debe á las precauciones que hubimos , de tomar % pura evadir el espionaje de la Dicta- dura; - > • ••"""' • • y- v-i'•-'•>' '.'•• •. • • Hioimos un tiro enorme del Progra- ma qne está siendo distribuido profe- samente en toda la República. Alas oiudades & donde no haya llegado", llegará eri breve. ' , , • Tenemos el proyecto de hacer un sobretior y lo realizaremos tan luego como nuestros recursos lo perini- des les que consideren que' el triunfo áb nuestra causa será, tanto más fácil Cnanto • mayor sea el número de me- xioanos que conozcan los principios oontenidos en el Programa del Par- tido LiberaL. ~,;. - . . . . . (i Con este título dice lo siguiente un periódico veracruzano: "Existe en la Metrópoli un pe- riódico llamado "Vésper" déla señora Juana B. Gutiérrez dé Men- doza, que ataca rudamente á la Junta Qrganizadoita d£l. Partido Liberal-de St. Louis,-Missouri.- >•> Los ataques -del periódico de referencia "sé nos •"antojan' miste-"" rjosos; pues extraño es y mucho, qué Doña Juanajqué anduvo en el Norte, unida á' los1 Flores Mágón^ luchando contra el Gobierno ac- tual se revuelva contra ellos,, di- ciendó que son-cobardes, que o- b'ran dé mala fé y otras cosas por el estilo. Y decimos que es extraño el pro- ceder de' Doña Juana,'porque Has- ta ahora nada • ha. probado - dé lo que asienta 6'afirma por medio dé sus ataques. ;.' • . , -Tapfaar a'los Plores Mag6n.de cobardes* porque constituyeron la Junta Organizadora én^aís ex- tranjero para estar á salvo, es sencillamente irrisorio. Doña-Jua- na sabe bien cómo todos los me- xicanos, que elacjtuál Gobierno .impide llevar;á.cabotehél-ípaístra- .-. bajos liberales en toda ;fórma,"y - sobre todo á luchadores como los Flores Magón'y Juan SárábiáVque han sido perseguidos, hasta en la vecina República. • • • Por lo^que respectad que los Flo- res Magón obran con miras bás- tardas^sorpfelidiendo la buena fe dé los mexicanos liberales; no' sá-r bémdk en^qú'é se'füridárá Doña Juana; pero sí su fundameüto es aquél de que los referidos lucha- dores habían sido reyistas, es se- guró que nadie lo'vá á" creer, su- puesta que su acertó no" lo pudo probar, cuando á ello la estrechó "El Colmillo Público " Nosotros creemos tambiéc qué los ataques de ''Vésper'1 con miE- teriosoá, porqué resuVla demasia- do rara la coincidencia déla défec ción del Ingeniero Camilo Arria- ga, y el cambio de dicho periódi- co. Por lo demás, en los ataques de "Vésper," sólo se descubre que Doña Juana, al igual que otros tantos individuos, "rasca hondo pero nada'pocrf." En sus frases ambiguas se traduce que es presa dé la explosión de desafectos per- sonales que habían estado repri- midos hasta ahora.'' - Tomado de "El Paladín," Mé- xico, D. F. Nota: Suponemos que; el ante- rior artículo que reproduce nues- tro querido colega *'B1 "Pala- dín," fue publicado primeramen-1 te por "La Voz de Lerdo,'* in- teresante semanario'que ha dejado de visitarnos las últimas semanas y que se pública en la ciudad de Veracruz, bajo la dirección dé lva- leroso patriota D. Teodoro Her- nández. 1 u . V 1 Después de una larga é injusta prisión originada' por la cobarde acus&ción de uno de tantos Infeli- ces que sirven de instrumento á los gobernantes do nuestro país, recobró BU libertad el valeroso y constante luchador liberal Sr» í>. Paulino Martínez, que desde hace varios lustros, y sin desmayar, ha venido defendiendo a} pueblo me- xicano, como periodista honrado y viril} en varias publicaciones, siendo una de ellas «Î a Voz de Juárez» de la cual es digno Direc- tor. , Í ' líelicitamos cordialmente al vie- jo luchador a quien las amenazas, lqs encarcelamientos, los'atrope- líos, no han podido someter, por- que, fiel a sus convicciones, ha pre- ferido lasjtorturas de una vida de privaciones y de zozobras á incli- nar la cabeza para no protestar contra él abuso, ó á cerrar los ojos para PO ver el desenfreno de una autocracia cobarde y renco- rosa. J «lyft Voz de Juárez» seguirá visi- tando los hogares liberales, cosa que no dejó de hacer ni aun es- tando preso su Director, INDAGATORIA. El Sr. Juan O. Patino desea sa- ber donde se encuentra actual- mente su hermano Carlos Patino quien residió durante diez años en Torreón, Coahuila, México. Hasta hace dos años ambos her- manos estuvieron en correspon- dencia. t/ Se-so plica que las iafbrmacio- nes Be envíen por condve^c ¿e este periódico. DE ADMINISTRACIÓN. Con este número queda termi- nado ef primer semestre de la 8a. época de REGENERACIÓN. Por tal motivo y conforme & las condi- ciones de nuestro periódico, nos permitimos suplicar atentamente á nuestros* subscriptores que en- víen adelantado y á la mayor bre- vedad, en Billetes, Chequea de Banco ó Giros Postales, • el pago del segundo semestre. Cri-emos f undadatuente que los correligionarios atenderán la sú- plica que les dirigimos en estas lí- neas. "OBREROS UBRES." Loa BtibacritoB reunidos en el salón de la Frnterlanza Italiana, declara- moB solemnemente instalada una Junta Auxiliar, denominada "Obrería LibreB" que se adhiere 6. la Junta Or- ganizadora del Partido Liberal Mexi- cano para trabajar por la regenera- ción de la Patria. Protestamos luobar enérgicamente por loa doreohoB del pneblo mexicano actualmente infamado y vergonzosa mente eaoarneoido>por la tiranía de la Dictadura. La reforma social y la reforma política de México son los ideales porque estamos y estaremos siempre dispuestos á sacrificar nues- tras energías todas. La cansa del pueblo es la nuestra. Reforma, Libertad y Justicia. Moreno!, Ariz.,3 de Junio de 1906. Práxedis Q. Guerrero, Presidente.— M. S. Vázquez, Seoretario.— Agustín Paoheco, Tesorero—F. Manrique, ler.Vocal.—FUiberto Vázqu*z, 2o. Vooal. —Abraham Rico, 3er. Vooal.—Teles foro V'goerilla, 4o. Vooal.—Félix Ru bHlcava — OeDobio Crozoo. — Pedro Osic 8 Res alusiones Tonutas por k "Junta. Or^mz^on, del Partido Liberal i\<?- XÍCfclJO." »»m I. —Se constituye la Junta Orga- reorganiza. Esos grupos y eiüda- nizadora del Partido Liberal Me- danos enviarán mensualmente á la xicano, con el personal que sus- Junta, según los recursos y vo- cribe estas Resoluciones. La Juntad de cada uno, una contribu- Junta existirá públicamente y re- cióa que se invertirá en los gastos sidirá en un país extranjero para que requiera el cumplimiento de estar á salvo, hasta donde sea po- la cláusula siguiente, sible, de los atentados del Gobier- IV. —La Junta, aparte de sus no de Méjico. Trabajará por la trabajos, propios, procurará el fo- reorganizacióndef Partido Libe- meato de publicacione's opbsicio- ral y,con los elementos, que Jos nistas en México, distribuirá fon- correligionarios le proporcionen, dos entre los luchadores liberales luchará por todos los medios, con- que se encuentren en la pobreza, tra la Dictadura de Porfirio Día?, sostendrá á los que la Dictadura II.—Los ciudadanos mexicanos encarcele y despoje; y si se dan que estén de acuerdo con las ideas casos deque un funcionario pú- del Manifiesto expedido, y publi- blicq pierda su posición por haber cado ea REGENERACIÓN y an- cumplido con su deber, también lo helen la libertad de la patria, cons- ayudará. Anhelamos hacer efec- tifiarán en las poblaciones en queytiva la solidaridad entre los libe- reskjan, agrupaciones secretas que rales y para ello contamos con el estarán en comunicación con esta apoyo eficaz de nuestros correli» Junta. Se aconseja á los correli- gionarios. gionarios que en dichas agrupa- V.—La Junta guardará absoluto ciónos prescindan de inútiles for- secreto sobre los nombres de los malidadesi I<o único que se pide adeptos. No comunicará entre sí -es que los ciudadanos liberales de á las distintas agrupaciones 6 per- cada población sevreúnan de tiem- sonas afiliadas, sino hasta conven- po en tiempo para tratar de los a- cerse de que son verdaderamente suntO9 político^ del país y manten- leales á la causa. Pero si algún gan correspondencia con esta Jun- miembro del Partido no desea en ta, ya para comunicarle noticias ningún caso ser comunicado con < políticas^ya para* proponerle pro- los demás,'se servirá .declararlo y yectos, 6 ya, simplemente, para la Junta respetará su voluntad, conservar con ella las relaciones establecidas. Se encarece á los co- rreligionarios que constituyan u- niones lo más numerosas posible, St. Louia, Mo., U. S. A., Septiem- pero si en* algunas partes sólo hay b r e 28 da 1905. un ciudadano ae nuestras ideas, que no por sü aislamiento deje de Saint Loáis, Mo. Julio lo. de 1906. dirigirse á* nosotros. ^' a Presidente, Ricardo Flores Mogón.— III.—Los grupos ó ciudadanos Vicepresidente, Juan Sarafoa.—Seere- que secunden la presente excitati- tarip, Antonio I. VUlarreal. — Te- va, lo comunicarán á esta Junta, eorero, Enrique Flores Magón.—ldt. que inscribirá sus nombres entre Vocal, Prof. Librado Rivera.—2? Vo- los miembros del Partido que se cal, Manuel Sardbia.— NOTAS, la—Todo mexicano que esté detteuerdo con las anteriores resoluciones se servirá cortar el cupón del calce jf enviailc ala Junta Organizadora del Partido Liberal Mealcano.—F. C. Bes 584—Saint Louis, Mo. /* 2?—Los correligionarios que deseen trabajar por la reorganización del Partido Liberal, pueden pedir cupones de adhesióná la Junta pa- ra invitaT á sus amigos á que se inscriban como miembros. 3a—Grande ó pequeña la cuota mensual, servirá para fortalecer al Partido. Gupnn de adhesión. A la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano» - • P . O . BOX, 5 8 9 - - ST. LOUIS, MO. - El que subscribe se adhiere formalmente á las Resoluciones tomadas por la Junta con fecha 28 de Septiembre de 1905 y protesta ser fiel á tos principios liberales, firmando para constancia este documento. (Firma) Nombre Profesión ú ocupación Residente en Estado de Calle . . . . . No. Contribución mensual para los efectos délas cláusulas m y IV $ ., .C Un saludable viento de reacción oo mlonüsn & despejar el cerebro do loa humildes. Las na asna paBlvas, las muohedumbrss dolientes, el ejóroito de los deiborpdados despierta y por todas partes el rostro lívido del ham- bre eé levanta pura turbapel festín de los «hitos. Las legiones del Trabajo despier- tan, y en BU postrer boBtezo, siembran el pánico entre los satisfechos. Ha llegado el momento de exigir estre- cha cuenta & los que explotan el tra- bajo humano; el hombre de'manos encallecidas reclama su lugar en el banquote de la vida: también 61 es oriaturn humana, también él tiene derecho á loa goces de la vida, tam- bién él quiere cultivar su inteligen- cia y satisfacer sus necesidades lisi- óos. El trabajador ha evolucionado lo bastante para comprender quo sin ói, sin sus brazos y sin su inteligen- cia, el progreso detendtía su marcha y la humanidad regresarla á su bur- barie primitiva Ya no son los trabajadores aquellos siervos resignados que consideraban al amo como un padre y al gobernan- te como un enviado de divOsparasojoz gar la especie humana. El proleta- rio ha llegado á saber qué el amo es un hombre que Be enriquece oon las fuerzas de sns semejantes y el gober- nante os un Birvlente de los ciudada- nos y no un representante del cielo. En vano el fraile predica la sumisión y la conformidad; en vano se desga- Hita ei clérigo hipóorlta recomendan- do mansedumbre alas mabas para que no piensen en su redención. Las viejas mentiras y los absurdos pre- juicios se desvanecen & la luz de la verdad, y el trabajador comienza á darse cuenta de su sitnaoióa sobre la tierra. Por eso el rostro lívido del hambre Be levanta en todas partes >reolatnando su parte de felicidad y hace flotar al aire sus harapos como una protesta. ¡ Las legiones de la mi' seria ee ponen en maroba hacia la conquista de la justicia y del panl [Tanto peor para los satlsfeohos, pa. ra los vampiros que por tantos siglos han vivido prendidos al proletariado I La Naolón Mexicana Ve oon orgullo el despertar de sus hijos y tiene le en ellos vislumbrando su glorioso desti- no. El pueblo regenerado saldrá del lodazal en que lo tenía el despotismo, y oonsoiente de ens derechos, sabrá exigir, no pedir; sabrá tomar, no mendigar. ~- ¡Oh tiranos, explotadores y frailes; habéis agotado la pacienc a del reba- ño de ovejas, hasta convertirlo a fuer* za de maltrato y de injusticia, en le- gión de leones I No os quejéis de qne vuestras víotlmas se rebelen. Vues tro lujo, vuestra molicie, vuestra sempiterna holganza, vuestros pióos y vuestras garras clavadas en las en- trañas del pobre durante siglos, ban exasperado al fin al ilota. Soportad las consecuencias de vuestra tiranía y dad gracias á la casualidad de qne to- davía no os barra an torbellino de có- leras. El obrero mexicano despierta, ¡ ya era tiempo 1 Un poco más, y nos sor- prende la conquista en plena cata jepsia. Loa primeros cascos extran- jeros han llegado basta Oananea, lla- mados por nueBtro Gobierno para a- cuchillar á nuestros hermanos, y ese principio de conquista ha conmo- vidoVtodos los corazones prendiendo en ellos el deseo vehementísimo de derribar á los tiranos. Una gran aotividad ha venido á o- cnpar el puesto de una gran pasivi- dad. El pneblo obrero comprende que las condiciones actuales de explo- tación de sus fuerzas, nada difieren de la época en que se le hicieron le- vantar los teocalis^ ó en que, como bestia, se le hacia pisar el lodo satu rado de merenrio de los patios de las haciendas de beneficio. La esclavi tud de los campos es la misma que la qne sufrió el esclavo en la época de las encomiendas, y el trabajo en las minas y en las fábricas se confunde con el trabajo de los presidiarios. ¿No era lógico suponer que el obrero des- pertase al fin? Y ha despertado. Una vigorosa, voz de protesta se escucha desde Sonora y Baja California basta Yucatán y Ohiapas. Ea la voz detodos los des- heredados, es el grito de los siervos que pugnan por romper sus cadenas. Ea Cananea, los obreros reclama- ron la jornada de oobo horas y au- mento de salarios. LOB sables de la Dictadora y las balas yankees sofo- caron taa justa, tan santa reclama- ción. Con el auxilio del yankee, Por- firio Díaz, el traidor, el hipócrita, el maldito tirano ahogó en sangre las nobles aspiraciones del obrero mexi- cano. En el Estado de Veraornz también ba habido nn sacudimiento en el enor- me ejército de explotados. En la fá- brica "El Dique", de Jalapa, se de- clararon en huelga los obreros exi- giendo mejor tarifa para la maquila de mantas. Lo mismo ba pasado en otras fábricas del Estado y lo peor es que han sido desatendidas las justas peticiones de los trabajadores, sobre todo en aquellas fábrica* en qne Por- firio Díaz tiene prendidas laa uñas siendo el principal accionista, como ]ae de Santa Rosa, Nogales, Río Blan- oo y la de Yute de (Drizaba, y en los granaos talleres de ropa hecha de O- riza oa en qae trabajan centenares de obreras, sobre todo en el taller "La Especial" donde trabajan unas qui- nientas operarías. En las fábrica? de Santa Rosa, No- galea, Rio Blanco y la de ynte de (Dri- zaba, ha habido conatos de bnalga originados por la tiranía insoportable de los patrones, unida á una rapaci- dad monstruosa de los mismos. Pero apenas iniciadas las huelgas, han caí do sobre los obreros los rurales, eso» bandidos que en nuestro desdichado país hacen las vocea de los cosacos de la Rusia de los Czares. Actos de salvoj smo qne por «í so los bastan para cubrir de vergüenza á la nación, han tenido lagar en aqae lia comarca fabril. A viva fuerza se ba hecho volver & lo« obreros á las fábricas, otros ban sido consignados al Ejército por "revoltosos"—el epí- teto maldito que aplican los dé^pevaa á todo aqnel que es digno y qne no ee humilla—y no pocos han sido il-va dos al Valle Nacional, vendidos ¿ los negreros. Un grupo de valientes ciudadanos. bonrs de la virilidad mexicana, co- menzó á publicar nn periódico vi brante de entusiasmo y de valor- "Revelación Sooiftl" se llamó ese pe- rlódk-o y comenzó a ver lu luz pública en Uío Blanco, Esto fi ó á principios do Junio de oste ano. Por el nombre, parecerá a* lou tlmoi a'og y & los man» arias quo dlouo ponódloo predicarín la, matanza y 11 ciioe; pero no habla nada de QBO. "Revolución Social*' exaltaba al obrero itejeroliar sus do. reoboe, y si quería una destrucción) e^alft del despótico régimen actual. y si predicaba un exterminio, ora ol del fanatismo que inocula el clero pa' ra hacer del moxiotino una bestia ro* signada y sumiso. Xa burgueiia temió por sus vientres btdróplooB; ol capitalismo egoleta y sin entrañas vio en diobo periódico nn brazo robusto que exhibía sus ra' pnoldades, y Porfirio Dinz, el impenl' tente fenicio, el redomado ladrón que se ha oonvertldq en millonario na- ciendo andar Bañero al pueblo, com- prendió quo peligraban BUS persona' les interósea. El resultado de la ani- madversión del despotismo, déla plu- tooraoia y de la clerecía, no se hizo esperar muobo tiempo. La Compa- ñía Industrial de Orizabay la Oompa- ñ(a Industrial Veraoruzana, por me- dio de eu apoderado el Lio. Franoisoo V. Lara,—viejo rábula de sentimien- tos perversos desarrollados en su lar g¿ historia de galeote,—denunciaron á !'Revoluolóa Social", sin el menor asomo de luBtidoaoión porque dicho periódico si nabía cometido un delito, fue el de haber hablado en pro déla justicia. El Jefe Político de Orizaba, — un afeminado de nombre Carlos Herrera, rloaobón insolente que alar- dea de extranjerismo,—ba estado, na- turalmente, de lado de los persegui- dores. Don JOBO Neyra, Director de "Revo- luoión Sooial", ba podido, afortuna- damente, escapar de las garras del Jefe Politloo. Los Sres. Porfirio Me- neses, Jnan Cabrera, Antonio Benícez, Fldencio López y Gabriel Peza, se en- cuentran rigurosamente incomunica dos, á pesar de qne solamente el Sr. Meneses formaba parte del cuerpo de Redacción. Los demás han sido encarcelados | por sospechosos! y la sospecha se "funda" en que son liberales La complicidad del Gobierno con los qne explotan al pueblo se ba com- probado una vez más, aunque, des- pués de todo, en el caso de la huelga eñ la región fabril de Veracruz, Por- firio J3i&z está directamente interesa- do, pues os accionista el bandolero de esas negociaciones. Los destacamen- tos rurales han sido reforzados en Santa Rosa, Nogales y Río Blanco, y PUESTOS BAJO LAS INMEDIATAS ORDENES de los Administradores de las fábricas mencionadas. Los eunu- cos eme se llaman autoridades muni- cipales, se han ofrecido tatibfén á los BPBores del dinero IN0ONDIOIO- NALMENTB para que no se altere la Infame paz que cubre de lodo á los mexicanos. Los domicilios de ciuda- danos "sospechosos" son cateados basta sin orden de jaez competente, si es que los marranos de la judicatu- ra nacional son jueces "competen- tes". La prensa liberal no puede ser leída porque los genízaros ahuyentan á los papeleros que intentan venderla. Ea una palabra: el estado de sitio existe de hecho en aquella infortnna da región de uno de los Estados más viriles y más altivos de la República: el de Veracruz. ¿Y todo por qné? Porque el obrero despierta y comprende qne tiene de- recho á una vida más humana, á Ja justa retribución de su trabajo y á un trato de gente civilizada. En la fábrica de ynte, de Orizaba, los rurales ban cargado contra los indefensos obreros, sin respetar á las mujeres, ni á los ancianos, ni á los niños,• Eaos salvajes vestidos de ene- ro que recnerdan al malheobor de ca- mino real y que son loa cosacos del Autócrata Porfirio Díaz, se han con- vertido en el azote del pueblo. Ea el taller de "La Especial" S. A., de Orizaba, donde unas quinientas mujeres dejan la salud para eatigfac ción y enriquecimiento de los dueños holgazanes, ha babido excitación. Los miserables encargados y el Ge- rente Pedro V>lla, hombre perverBO y grosero, abusan de BU posición res- pecto de las pobres1" obreras para ea ciar BUS apetitos de bestia*. Uno de los encargados, nn tal Esteban Ben- •i>a (á) Ei Gallo, fue procesado por iaber violado á una operarla, pero el dinero convenció al juez de que Ben- goa era inocente, y tué pnesto en li' hartad el bribonazo, mientras su víc- i ima llora su deshonra. Antonio (á) El Santnrrón, socio de "La Espeoial," ba hecho madres á muchas infelices dejándolas desDuéa en la miseria. Pe- dro Villa, el Gerente, no ee ocupa más que de galantear y de robar el salario á las pobres obreras. ,Ah, y la pobre mnjer que no se entrega á sos patrones ó á ios encargados, es lanzada ala calle despiadadamente I Prostitución ó hambre: bé ahí el dile- ma qne ee presenta á la obrera por los "hombres de empresa," verdade- ros caballeros de industria, qne según los periódicos de la Dictadura hacen la felicidad nacional El Gobierno por boca de "El Im- parcial," por el temor que le cansa el despertar del proletariado, asegnra qae el obrero mexicano no tiene as- piraciones. Quiere el Gobierno tran- quilizarse así miBino, y tranquilizar á la vez á aquellos espíritus raqui icón qae se han echado á temblar ante laB demostraciones obreras de estos ú'ti tnns días. \ El obrero mexicano tiene aspira- ciones, y por eso pretende hacer huelgas, pero sus aspiraciones son sofocadas á balsz">fl, sus justas reda macioneo son acalladas á golpes de sable. ¿Y sube el estúpido Gobierno á lo que se expone con esas represio- nes insolentes? ¿Oren inofensivo *-l manoseo de las melanai del IPÓD? ¿Oree qne el pneblo obrero es un ha- tajo de eunucos qae han de soportar humildemente todos los escupitajos? ¿No se acnerrtft Porfirio T>i>z de qne a cierto Luis XVI le cortó «=1 pneblo la cabeza? ¿Ño sabe que en nuestra Patria hubo un Padilla pura nn bandl do como é'? ¿Oree qne el pueblo se de tendrí i ante BUS cana» para no Izar R" odiosa rabeza en lo alto de una pica? 1 Reflexione el imbé"U tirano antes He quo lo arrebate la cólera del pue- bl.' Mexicanos, unámonos. Solidarice- mos nuestros Intereses, bagamos d<*todos nuestros anhelos, de todas noes tras an«ia« libertaria*, un solo anbelo I y una eola ansia y como un solo bom bre apresurémonos tí sor libres y fe» lioeg • ' Qao no nos intimiden loa fusllos do an Gobierno prostituido y traidor i no seamos más la alfombra de malbo- olioros y verdugos. Unámonos y oon> tómonoB. Somos la mayoría, la in- mensa tnay«r(a; Bornes loa milloneé do parlas quo aspiran & sor Ubres. NnoBtros onemlgoa BOU un puñado cío rufianes, do taburoo, do asesinos, do ladronoi. [La victoria sor a nuestra 1 - « • • • LOS HORRORES DE LA EBCLOITUD. UNA HISTORIA INTERESANTE. Pocos de los testimonios quo hemos presentado para probar la exlstonola do la esclavitud en nuostra itttortunn. da Patria, podrttu compararse" oon el que ahora publicamos. Es una rela- ción ingenua, palpitante de verdad, de lo quo sufrió y presenció durante o oho nfíos de esclavitud una desven- turada hija del pueblo qne fuó arras- trada engañosamente & la servidum- bre en compañía de BU familia y que sólo con grandes suoriflolos logró re- cobrar su libertad. Es preciso ver la narración espantosa de esta viotlma para comprender á que miserable oondloión ha sido oouduoldo nuestro pueblo por un Gobierno proteotor de los negreros y enemigo de la libertad y la dignidad humanas. He aquí la historia, que contiene datos importantísimos acerca de la esolavltud, tan enfáticamente negada por el Dictador Alejo Pérez, BU madie Severiana Pérez, BU esposa Ruperta Zamarrón y dos hermanos pequeños de ésta, sa lleron de San Luis Potosí en un en- ganche. Los enganchadores dieron á Alejo Pérez $25.00 y lo contrataron pora trabajar por dos años en la ñuca San Joeé Oarpízo, del Estado de Cam- peche, ofreciéndole magnífico jornal y grandes ventajas materiales. Apenas llegados tí la finca, com- prendieron los enganchados la false- dad de las promesas que se les hablan hecho. No sólo trabajaba el que iba contratado, sino toda la familia. El fabuloso jornal prometido se redujo & doce reales semanarios por traba- jar brutalmente doce horas los días oomunes y oobo horas los domingos. ¡80 horas de trabajo por $1.501 Esta vil retribución se pega en una mone- da especial que eólo sirve en la tienda de la Qnea,»-oondG, como es costum- bre, se venden pésimos efectos á pre- cios exhorbitantes Los hermanos de Ruperta Zamarrón, Sebastián y Mar- garito, de siete y diez años de edad respectivamente, fueron puestos ú trabajar inmediatamente, y les paga- gan ¿0.40 semanarios. Después de algunos años les aumentaron el jornal á $0.50 semanarios y por último á $0.75 que es lo más que llegaron á ga- nar por semana, siendo ya hombres. A IOB cortadores de henequén, les dan de tarea cortar mil pencas en un día; se llevan a toda su familia á tra- bajar para cumplir con tan enorme labor, y ganan $0.60 por el trabajo. Pelan las pencas, las cuentan y luegop , y g lae cargan en la espalda para sacailas fuera del plantel. ¡Y toda una fami- lia de cinco ó seis personas, trabajan- do doce 6 catorce horas en eMn dnrn aeDa, gana apenas sesenta centavos1 Los raspadores de henequm ganan $0 75 por semana; se le\antau á la una de la mafwina para comen -ir el >rabajo y concluyen á las cuatro de la arde. Su labor dura quince horas da de San Joro Oarplzo, encabezada por los jornaleros Ignacio Cbavez, Rloardo Arrlagn, Francisco Rosales, Pedro Villanueva, Fabián Lara y Es- teban Lara Sucedió A la hora de pa- sar lista, ouando todoB loa trabajado- res se juntan u toque de campana, á la una de la mañana. Ignacio Chávez fue amenazado por el capataz Ole- mente Cazares, y le dio una puñalada en el corazón, dejándolo muerto. Se Inició el tumulto. Un tal Esiforo, dependiente de la tienda vino A ver lo que pasaba, y fuó muerto á maohe- UIZOH por Ricardo Arriaga. El ma- yordomo Tránsito M«dina dio nn ba- lazo por la espalda a Arriaga, y huyó Todos los capataces huyeron, y los trabajadores quedaron dutfíoe del campo. Fueron A la casa de Adriano Uarpi¿o, deseando matar al negrero, pero no lo encontraron el oobaide habla huido El esclavista Joeé Mu. Oarpizo, due- ño de la Unen, era Jefe Político de Ohampotóu, lo cual ea una prueba de la armonía que reina entre el Gobier- no y los negreros Tuvo conocimien- to de la rebelión la mañana siguiente al suceso, y mandó desde luego faer- zu armada que persiguiera y volviera á la finca a los jornaleros fugitivos Muobas familias fueron alcanzadas, y las fuerzas del Jefe Político y escla- vista Oarpizo mataron muohos prófu- gos de todas edades y eexos. La au- toridad judioial tomó cartas en el a- sunto por pura fórmula, pero dejó á los Carplzo que se vengaran á BU sa- tisfacción de loa esclavos rebeldes. Los cabecillas, bien custodiados y a- marrados fueron llevados á Obampo- lón, pero solo Francisco Rosales y o- tro llegaron á su destino. A Ignacio Cbávez y á los dos Lara los mataron en el camino, con lujo de barbarie. Las mujeres é hijos de estos infortu- nados quedaron en la Haoienda, es- clavizados para siempre á los causan- tes de su orfandad. A Pedro Villa- nueva lo cogieron después y lo tuvie- ron mucho tiempo encerrado en una troje de maíz, donde perdió la vista y estuvo á punto de morir de hambre. Después, ciego como estaba, lo hacían trabajar enhilar sosqnil todo el día. Todos IOB esclavos aprehendidos despees de la rebelión fneron azota- dos en castigo de eu crimen de desear ser libres. A laa mujeres la» azotan lo mismo que á los hombres Ruperta Zamarróc, tut azotada varias veces. Sucedió que- el esposo de Ruperta A l j Pé lel esposo de Ruperta, Alejo Pérez y al- gunoB otros pensaban ir á Campeche á pedir al Gobierno su libertad, pues no oph<Mn loo pohre" "iprvos que el Gobierno e« protector incondicional do ' is ^nrl^ ' II ¡rojecto fut dPnuncjíuU poi UIJI mujer indiscreta, v los tjin» ¡x n' iban futirse fueron Cttsu^ados OOD cepo y acoten Ruper- to poi bei espotta do Alejo Pérez. fu¿ tendedores de Sosquil trabajan j castigada- La cu i (jaron de las mufie- nén de la una de la mañana i Us c i« j l<- la ion ¿¡ chicoin/as, no obs- cuatro déla tarde, pero BOIO ganan i tante que esidba eu cinta. Luegola $1.00 semanario. Todas las cuadrillas son dirigidas por un capataz que re- parte chicotazos á la menor oportu- nidad. Aparte de los azotes aislados que reciben los trabajadores durante la faena, hay castigos frecuentes, que ue ejecutan con gran solemnidad pa- ra impresionar á los esclavos Sufren castigos los qne se atreven á pedir su cuenta para quedar en libertad, los que se fugan y son reapre hendidos, los que faltan al trabajo, aunque sea por causa de enfermedad. A. la una de la mañana, cnandp se junta toda la gente á toqne de campana para pasar lista, sacan á la víctima. En presen- cia de todos los esclavos, hombres, mujeres y niños, cu lgan de las mu- ñecas al castigado en ia puerta de la casa principal. El Mayordomo de la finca, Tránsito Medina, da la señal, y uno de los capataces aplica á la víctima cincuenta chicotazos (es la pena impuesta generalmente) con un flagelo duro y flexible & la vez, esco- cido para causar horribles destrozos en la carne del azotado. Después de a ejecución, se le arroja al calabozo, uáudole un poco de árnica para que se cure las heridas, y se le uene allí durante an mes, á ración de hambre, pues solo se le da una tacita de té por la mañana y algunos frijoles sin sal y sin manteca, con solo dos tortillas, al medio día La comida de IOB jornale- ros regularmente Be compone de fri- joles, chile y tortillas, y todavía ea escatimado este alimento miserable. Todos los trabajadores están ham- brientos. Cuenta Ruperta Zamarrón que un lempo los jornaleros comían carne de res dos veces al año, gracia* á que Adriano Carpizo, hijo del dueño de la tinca, metía reses robadas. Pedro Ramírez era el comisionado por Car pizo para robarse las reses de Doña María Luisa Galero, y traerlas á la firca. Los jornaleros tenían que pa- gar $0.25 por libra de carne. Estos ro- bus de reses fueron funestos para Pe- dro Ramírez, aunque no para Carpí- z > que era el qne los aprovechaba. Ramírez enfermó, y pidió que lo de-
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