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Regeneración N 12 [3 Epoca Año I -15 Julio 1906-Mexico] - Nora Salinas Sandoval

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, La liliortud de Irajprcntttno tlono.wiislíraitos míool.'rtspoto Alav|da ,
irWAdft <l ln moíM y A la prta piUilICa.-rArt. 79 no la Oonetltuolón. < Periódico Independíente de combate. Uiinndo In Hejnlhlieii pionnnoio su voi* COIMMunu un\ foraono6oniotor.se ú l l l t i t i A M U K T X
Director: BIGARDO FLORES MAGON,
Jef© do Redacción: SECRETARIO DÍA REDACCIÓN:
ANTONIO I.
OFICINAS; 2645 LA-FAYETTE AV. —SAINTp LOUIS, MO., E. U. A.— JULIO ls DE 1906
.*.'
Administrador:
Enrique Flores Magon
TOMO I V . - N * 12
Instarnos en presencia de un a-
.contecimiento que no ofrece nin-
guna novedad: la revolución de
Guatemala,
para aquellos que sólo Ven el
exterior de,las cosas, sin profun-
dizarlas, sin analizarlas, la revo-
lución de Guatemala es un hecho
extraordinario. Páralos que pen-
samos, es' un hecho natural, muy
natural, bastante natural.
Estamos acostumbrados á ver
disfrazadas de Repúblicas las más
rudas Autocracias. En las infor-
tunadas naciones latino-america-
nas cada Presidente es un sátra-
pa oriental, orgulloso, vengativo,
bjcütal, hipócrita, cobarde. Pa-
rece que han salido de ua mismo
molde ¡tanto así se parecen unos
á los otros! Todos emplean, con
ligeras variantes, el mismo siste-
ma opresor que r impide
 ila evolu-
ción jde losj pueblos agotgtdoa y
sumisos, y todos emplean el auto-
bombo para que se les crea hijos
de Júpiter -jó cosa parecida. i i
Cada sátrapa, desde el Bravo á
los límites de la Tierra de Fuego,
es señor de vidas y haciendas.
Subidos al poder á golpe de hacha,,
continúan'blandiendo clbacha-en
sus gobiernos "de ífogíbditasi »ín
respetar,, virtudes, ̂ sin^ conceder
derechos, provocando la miseria y
la deshonra despueblo, con sus sa-i
queos y respirando una(atmósfera
de sangre cotrsus crímenes- Hay
en las naciones latino-americanas
hombres de indiscutible/ mérito'
intelectual ó moralr pero esos
hombres viven en la sombra. El
poder es asaltado por bárbaros,
desmelenados^ bestiales, ebrios
de prostitución y de sangre." En-
tre las multitudes agobiadas no se>
levanta* el brazo f uearte que ha de
flagelar á todos los impostores y
someter á todos los protervos, si*
no el brazo de Alarico ordenando,
el saqueo y la matanza, destruyen-
do el arte, castrando el carácter,
violando la justicia,,
Y mientras eso sucede, fígaros
intonsos,, guardianes de serrallo
afeminados y odiosos,, limpian coa.
las lenguas envilecidas las costras
de sangre que cubren á los bandi-:.
dos.afortunadós,, y los-arr<eglan y
atavían como dioses y como dioses
pretenden que los adore el pue-
blo v . . . .
Estrada Cabrera, el presidente,
de Guatemala, es uno de tantos
ba^didos^qpe^oprimen, ,al puebloj
de la América española. Antea
de la rev.oluctón, Estrada Cabrera
se, ha.cía^bombo en el extranjero,
pagaba periódicos en Guatemala,
y tenía á su servido un enjambre
de lacayos. Se le llamaba NE-Í
CESARXO—no sabemos si para
robar y asesinar al pueblo;—se ha-
cía una descripción fabulosa desu
talentó.de sus dotes administra-
tivas y.se le/Uamaba HÉROE DE
I/A PAZ'. En nuestra patria t ha
bía periódicos pagados por Estra
da Cabrera que continuamente
publicaban el retrato del bandido
y sendas biografías? fárragos de
embustes bien .pagados con el di-
nero del desdichado pueblo guate-
malteco.
Sucedió lo que tenía que suce
der. Un pueblo hambriento, ro-
bado por una plutocracia avara y
un gobierno rapaz; .azotado por
esa calamidad endémica de los
pueblos latinos: la clerecías ago-
biado por los impuestos, amenaza-
do de perder su autonomía por los
compromisos contraídos con el ex-
tranjero por su desleal gobierno;
imposibilitado de defender se. por
11 medio de la prensa de continuo
amordazada; obligado á presenciar
los más'sucios manejos en las lla-
madas elecciones, condenado á no
latervéahr.en los asuntas públicos,
eBtallóalfin vest4en camino de
derrocar al tiranuelo. Todo eao
ea completamente natural;'no hay
nada extraordinario, niñada ma-
ravilloso en el asunto. El oprimi-
do de hoy, es el rebelde de maña-
na. cEsoes todo, ^
Todo'evoluciona en la naturale-
za> tfpdo tiende á perfeccionarse, á
avanzar, y es temerario pretender
que Una sociedad permanezca es-
tacionaria. Los .pueblos tienen
cadávez nuevas necesidades, nue-
vas aspiraciones, y la realización
de esas necesidades y esas aspira-
ciones, constituye el progreso.
Los pueblos necesitan justicia y
pan, y sí carecen de ambos, los
toman, no los piden; pero como
hay siempre interesados en que el
pueblo no'sea libre ni se dignifi-
que por la justicia y por la felici-
dad, sé oponen á que tómelo que
necesita, y de allí nace el 'cqnflic1-1
to, se produce el choque que se
llama revolución.
Si eñ su marcha evolutiva no se
viera el pueblo detenido por obs»
táculos, no habría choques, esto
es, no habría revoluciones; más
como siempre hay intereses naci-
dos ̂ e la opresión, y de ella viven
jf medran, esos intereses se opo-
úen ár la libre evolución del pueblo
y. entonces estalla la-revoíticüóm
He aquí per qué ni nos sorpren-
de ni nos causa espanto la revolu-
ción jae Guatemala. Tenía que
ser así, á menos que los tiranos de-
jaran de oprimir,.que los explota-
dores dejaran de robar á los tra-
bajadores, que los, frailes dejaran
de pesar como sanguijuelas sobre
los pueblos desfallecidos.
En todos los pueblos donde no
hay libertad de prensa, ni de aso-
ciación; donde se 'impide que el1
hombre adelante material é inte-
lectualmente, tiene que estallar
fatalmente la revolución, sin que
nadie la incite, sin que nadie em-
puje á las masas á la rebelión. La
resolución se hace sola; es el re-
sultado de non evolución que se
ha. tratado de detener. Los gua-
temaltecos necesitaban justicia,
necesitaban pan, necesitaban pro-
greso.^ Intentaron , adquirir., lo
que necesitaban por las vías pací-
ficas y civilizadas del civismo, de
la prensa, de la asociación. En
los hombres hay innato un espíri-
tu de orden admirable: se rebelan
cuando consideran que es imposi-,
ble obtener lo que desean por las
vías pacíficas; pero lo hacen hasta
que.han agotado todos los medios,
después de haber ido á'los comicios
de donde los arrojaron á culatazos,
después de haber sido amordaza-
dosipa.ra>que<no hablasen mal del
gobierno- en los periódicos, des-
pués de haber visto disueltas á
sablazos «us reuniones pacíficas,
después d-e haber sido, reprimidos
brutalmente en sus huelgas, des-
pués, en fin, de haber, hecho < de-
rroche de)paciencia, de honradez,
de lealtad y de haber recibido en
cambio, un tratamiento de caribes
y de malhechores, i Tanto peor
páralos tiranos!
En Guatemala bajo la adminis
tración de Estrada Cabrera no
había ciudadanos, sino parias, car-
ne de cuartel ó de presidio ó ga-
nado explotable en las fábricas, en
las minas y en los campos. Cuan-
tos quisieron poner un dique á la
tiranía por medio del civismo, de
la prensa, de la tribuna, de la aso-
ciación, fueron**-asesinados, mal-
tratados, encarcelados ó arroja-
dos el extranjero. Se impidió por
tales medios la libre evolución de
un pueblo, y la evolución contra
riada, como siempre, trajo la revo-
lución.
Por eso decimos al principio
que la revolución de Guatemala
no ofrece ninguna novedad; Esa
revolución era inevitable, y sola-
mente aquéllos hombrea^ue creen
á pies juntillos lo que dicen losfí
garos de los tiranos, pueden alar
marse. Estrada" Cabrera era un
tirano y debe estar agradecido á
la casualidad, que antes no lo hu-
biese ajusticiado el pueblo. Si se
le ahorca se habrá cumplido con
un acto de estricta justicia. Lo
qué hace mal, lo que oprime,'debe
desaparecer» Nadie vacilará, al
encontrarse enfrente de un reptil,
si ha de matarlo ó no. El instinto
de propia conservación ordena
que se aplaste al reptil.
La actitud enérgica de los pue-
blos, aunque sean débiles, impone
¿espeto á los fuertes. ' Cuando se
inició la revolución muchos timo-
ratos creyeron que los Estados
Unidos intervendrían en los asun-
tos de Guatemala, teniendo en
cuenta aquella amenaza de Roose-
velt en la que holgaba la pruden-
cia, que consistió en declarar que
las naciones latino-americanas na-
da tendrían que temer de los Es-
tadosUnidos, si se portaban bien.
Como Roosevelt no es el pueblo a-
mericano, sino un sirviente de él,
nada ha podido hacer para «casti-
gar» á Guatemala. Las declara-
ciones de Roosevelt deben tomarse
como declaraciones individuales,
pues, por más que el actual Presi-
dente de esta nación quiera figu-
rar c,omo un conquistador, el pue-
blo lo detiene convencido de que
las conquistas no aprovechan sino
á unos cuantos traficantes y no á
la masa en general. Así, pues,
tanto á la enérgica actitud de Gua-
temala, como al hecho de que
Roosevelt no es el pueblo america-
no, se debe que los revoluciona-
rlos " guatemaltecos estén* traba-
jando sin temor á ver entorpecida
su empresa. f
Pronto sabremos que el pueblo
de Guatemala ha derribado á su
tirano. Ua pueblo decidido á ser
libre, obtiene su libertad.
al Ejército, según la opinión del
médico de la Guarnición de esta
aplaza. En tal virtud, se elevó un
Ocurso al Gobierno del Estado so-
lfcitatrdo su libertad, como lo pre-
viene la ley ; pero sobré este ocur-
so ni siquiera recayó un acuerdo
cualquiera, pues no se tuvo ningu-
na contestación, porque en la som-
bra se tramaba un acto de verda-
dero pillaje. Anoche, á las doce,
hora en que todos los presos se
hallan encerrados en sus inmun-
das galeras é imposibilitados de
evitar cualquier atentado, hora
maldita en que la canalla es prote-
gida por las densas tinieblas, hora
en-que el cielo estaba cubierto de
negros nimbus y anunciaba una
lluvia torrencial, á esa hora sos-
pechosa se presentaron en las re-
jáis de esta prisión unos individuos
de la policía rural del Estado á
quienes el Alcaide, un tal Manuel
G. Gómez, ha entregado á mi her-
mano para conducirlo quien sabe
á donde.
No es nada difícil, como se va
confirmando ya, que, como en otros
casos no menos incalificables, m]
hermano haya sido vendido á uno
de esos criminales negreros del
Valle Nacional» ó de otras tie-
rras inclementes, á quienes, en vez
dé refrenar, ha protegido decidi-
damente eisr. Pimentel.
Ahora bien, en estos momentos,
en que el pueblo oaxaqueño atra-
viesa por una importante crisis
política y social y que, por una
parte, los ciudadanos queaman el
Desde que caí preso en la cár-
cel de esta Ciudad—porque como
periodista y como ciudadano he
cumplido con mi deber, exhibien-
do la enferma Administración del
Sr. Pimentel—no he pronunciado
públicamente una sola palabra a-
cerca de la injusta prisión que ac-
tualmente, estoy sufriendo y délas
brutales vejaciones de que soy ob-
¡jeto, porque esperaba, como espe-
ro todavía, el final de los dos pro-
cesos atentatorios que se me ins-
truyen, para darlos á conocer en
todos sus detalles: con todas sus
monstruosidades, coa todas sus
aberraciones, con todos sus pro-
cedimientos inicuos y con todo el
lujo de barbarie y cobardía con que
mis detractores han sabido des-
cargar su saña de antropófagos;
así como también probar la sin
razón de los dos abyectos funcio-
narios que han servido de instru-
mentos para innobles represalias.
Así, pues, entre tanto el Gobierno
me hizo solo á mí el blanco resis-
tente de todas sus iras y de todas
sus infamias, me resigné á espe-
rar hasta ese día; más como hoy
no sólo se ha concretado á dejar-
me sin libertad ni garantías, sino
que también ha hecho víctima á
mi familia, de una manera escan-
dalosa, persiguiéndola y atrepe-
llándola, mi dignidad de hombre
honrado se siente lastimada y mi
cólera es incontenible, pues el a-
contecimiento que paso á relatar1
es lo más ruin y lo más bajo que
un gobierno puede sancionar.
El día 28 del mes próximo pa-
sado, el tristemente célebre Jefe
Político de* Juchitán, Fernando de
Gyves, aprehendió á mi hermano
Quirino Gurrión, humilde artesa
no, joven honrado y pacífico ciu
dadano y lo remitió á esta Capital,
maniatado y consignado al servi-
cio de las armas. Mi hermano fue
traído y encerrado en esta misma
Cárcel y, presentado después en
el Cuartel General, fue declarado
inútil por enfermedad para servir
rechazan la reelección del «científi-
co» gobernante, y, por otra, los
merollcos de la política mercena-
ria, los defensores de todo gobier-
no que repleta sus estómagos
hambrientos y satisface sus pasio-
nes y sus vicios, piden la continui-
dad del causante de todos nues-
tros males, vengo á interrogar á
esos fígaros de la reelección, á
esa insignificante turbamulta que
sólo puede vivir del Presupuesto,
á esos bribones que mienten, que
falsean los hechos, que apoyan la
maldad, que encubren el pillaje y
que no íes importa la felicidad del
pueblo con tal de tener asegurado
su propio bienestar, vengo á inte-
rrogarles—repito—si es un go-
bierno honrado y digno, el que a -
[jjrueba hechos tan depravados co
mo el que acabo de narrar. ¿A
qué persona sensata, imparcial, y
honrada se le oculta él móvil que
impulsó á Fernando de Gyves pa-
ra consignar á mi hermano y> la
intención perversa del Gobierno
para venderlo á las fincas de ne-
greros? ¿Quién puede ignorar que
es una venganza gratuita y vil la
de Fernando de Gyves, cuyos lo-
mos de rufián he flagelado con jus-
ticia y energías? ¿Quién puede
dudar que el pr. Pimentel haya
aplaudido esa conducta tan villana
y tenga participación en el último
atentado contra un miembro de la
familia del periodista arrojado en
el cautiverio por haber exhibido
una Administración desprestigia-
da é impopular? Y este es el Go-
bierno tan decantado que concede
garantías, que administra justicia,
que acata la ley, que respeta la
vida de los ciudadanos y que por
mil títulos conviene al Estado?
Respondan los fígaros de la reelec-
ción y de la charlatanería, contes-
te la prensa asalariada, dirigida
por indignos cortesanos, por vul-
gares limpiabotas y por los «ex -
barrenderos» de hospital que se
jactan de «independientes» y hon-
rados, no siendo más que mendigos
analfabetas que se arrastran para
rescatar la migaja que les arreba-
tara el amo. Contéstenme con su
descaro y su cinismo los serviles,
los hipócritas y los farsantes que
han perdido su decoro y descono-
cen el pudor; aulle contra mí la fa-
mélica jauría, porque digo los he-
chos desnudos, sin ambajes ni
rodeos: entre tanto yo, impasible
siempre, en nombre de la Ley, de
la Justicia y de la Verdad, protes-
to enérgica y solemnemente contra
los atropellos y atentados de que
acaba de ser víctima mi familia,
por parte del Gobierno y sus agen
tes, haciendo conocer a la Nación
los hechos vandálicos de una Ad-
ministración que se derrumba.
Cárcel Publica de Oa^aca,
Junio 18 de 15JO6-
ADOLFO C. GURRION
Así hablan los hombres dignos.
El infortunio rebela, no somete,
el atropello indigna, no intimida.
Vaya nuestro aplauso hasta el
correligionario Adolfo C. Gurrión.
Espartacos necesita la patria pa-
ra salvarse.
A la Sra. Juana 6, G, de Mendoza,
En estos momentos tan amar-
gos, porque atraviesa nuestra des-
venturada Patria, en estos mo-
mentos en que el Partido Liberal
se levanta armipotente, salta Do-
ña Juana B. Gutiérrez de Mendo-
za á la palestra para atacar á los
dignos liberales Flores Magón y
Sarabia, á esos mártires de la
mil veces odiada política tuxtepe-
cana; á esos tres modelos de viri-
lidad, que nunca han sabido hu-
millarse ante el ídolo del cientifi-
cismo, de ese monstruo que Bulnes
llama el tirano bueno Y á esos
dignos hijos de México admira-
por toda la geuíe boui ada, son
á los que hace blanco Dof a Juana
de sus desahogos pueriles ame-
nazándolos con publicar documen
tos para exhibirlos ante sus con-
ciudadanos.
Vamos Doña Juana, según su
modo de expresarse, me parece
que Ud. se contaminó con los tráns-
fugas, con esos entes faltos de
valor civil, que después de profe-
sar ideas antiporfiristas, traicio-
nan á sus compañeros • ¡¡qué ver-
güenza para hombres que conser-
ven siquiera un Átomo de digni-
dad!! y, Ud. quiere hacer lo mis-
mo que los tránsfugas? ¡nó, mil
veces nó[ ya que no milita Ud. al
lado del partido liberal, súmase y
no venga lanzando desahogos con-
tra personas honradas, tan solo
por satisfacer caprichos que sólo
son hijos de personas malévolas y
cobardes. ,
Doña Juana, sí aún conoce Ud.
la dignidad, siaún no se borran
de la memoria de Ud. los recuer-
dos de la campaña que hizo "Vés-
per," contra Porfirio Díaz: mué-
rase, pero no siga disparatando.
¡¡Basta de majaderías, basta de
perfidias, atrás y paso libre para
los dignos miembros del Partido
Liberal!!
Respecto á las palabras de "e-
sos no volverán," debo advertirle
á Ud. que tanto los Flores Ma-
gón, Sarabia, y demás compañe-
ros, volverán y no tardan, pues
ya todos los liberales, ¡entiéndalo
Ud. bien, todos los liberales! nos
hemos unido, y parece que nues-
tro horizonte que tan obscuro es-
taba, se ha abrillantado un poco
al impulso hecho por los que a-
mamos la libertad, y no nos arro-
dillamos ante el viejo histrión.
¡¡Conque ténganlo bien enten-
dido todos los canallas que adulan
al César, y chupan la sangre al
pueblo, que ya el Partido Liberal
se levanta, y pronto veremos á la
Patria sin cadenas, y entonces la
Justicia se encargará de los trai-
dores del presente!!
Termino suplicando á Doña Jua-
na, rompa su pluma, y se meta á
cocinera.
Y por hoy queda á sus órdenes.
E L HOMBRE GHIS
Catemaco, Ver. Junio 20 de 190H
Tomado de "LaWo7 de Juárez'
México, D- F
LÉASE REGENERAGION.
Véanse las Condiciones.
"CLUB LIBERAL MEXICANO,"
KnSmithville, Texas, á los vein-
tinueve días del mes de Abril de
mil novecientos seis, reunidos li-
bremente los que abajo firmamos
en la casa habitación del Ciuda-
dano Macedonio Arellano, previa
citación, el Ciudadano Arellano
tomó la palabra y manifestó á los
presentes, mexicanos de naciona-
lidad en ejercicio de sus derechos,
la necesidad de unirse todos ios
hombres de buena voluntad para
trabajar en beneficio de la Patria
ausente, víctima desde hace va-
rios lustros del más desenfrena-
do despotismo, dándose lectura al
Proyecto de Programa del Parti-
do Liberal, expedido por la Junta
Organizadora de St. Louis, Mo.,
para que todos estuvieran a] co-
rriente de los fines que persigue
la Honorable Junta, cabeza del
Partido Liberal Con entusiasmo
fue acogido el Proyecto de Pro-
grama y todos protestaron to-
marlo como bandera de la próxi-
ma rendencíón del pueblo mexi-
cano.
Acto continuo &e procedió á la
instalación de un club con el nom-
bre de "Club Liberal Mexicano,"
cuya Mesa Directiva quedó inte-
grada por los siguientes Ciudada-
nos: Presidente, Timoteo Espi-
nosa ; Vicepresidente, Luz Men-
doza; Secretario Narciso Ramón,
Tesorero, \!cu < i orno "\reliano
Primer Vocal, < a-lc* (Miz Se
gMido Venal, b xU) '•> hJor°g
Para el regisiiudei Club en la
inatru residente en St fxtuis Mo
•••e acordó matirt^tar á la H Jun-
ta Urgamzadoíd del Taitido Li-
beral Mexicano la adhesión del
"Club Liberal Mexicano" á di-
cha Junta, protestando todos los
presentes acatar las disposiciones
de esa superioridad y ser fieles á
la causa de la libertad y la justi-
cia.
Y para constancia se levanta
esta Acta Primordial, firmando to-
dos los que intervinieron en eL
acto.
Reforma, Libertad y Justicia.
Smíthville, Texas, 29 de Abril
de 1906.
Presidente, Timoteo Espinosa,
Vicepresidente, Luz Mendoza;
Tesorero, Macedonio Arellano;
Primer Vocal, Carlos Ortiz; Se-̂
pundo Vocal, Sixto G. Flores,
Francisco Hernández, Martín Lo-
pes, Pedro Delgado, Juan García,
Manuel Valdés, Marcos Rosales,
Carlos González, Macario Cortés;
Secretario, Narciso Ramón.
Al Ciudadano Presidente de la
Junta Organizadora del Partido
Liberal Mexicano.
St Louis, Mo.
IMPORTANTE,
Se desea saber el paradero del
Sr. Cristóbal Colón, qne estando
en servicio en el primer cuadro
de caballería en Durango, pasó
á prestar sus servicios á un Cuer-
po del Oriente de la República
Encarecemos á la persona que
conozca el paradero de dicho se-
ñor, se sirva comunicárselo al
Sr D Jesús Job Colón, residen-
te en Zacatlán, Estado de Puebla
padre de la persona que se basca,
quien recibirá un gran consuelo
con la noticia
ALFONSO C. YILLARREAL
COMISIONISTA
NUEVA YORK E U A
Ofrece *»us bcrvicios tomo cominonisLa y tradur
tor 6 los consumidores mexicanos.
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que visiten la Metrópoli comercial del N uevo Munrf<
Toda correspondencia diríjase asli
Alfonso G. Villarresl. - - lOS'C. 28lh Si.
New V^rk. U. S. A.
REGENERACIÓN
LA CUESTIÓN
DE CAHANEA.
, ., G 8 N B G / I S M E N T I R A S D E L G O B I E R N O . ' ' • ...
A. I un, nbrnmadoapor Ins interroga'
oionoe do toda la prosea Indopondlon-
to. oo decidieron A hablar loa poriódl-
co'o del Gobierno. Parapetados on un
Informo dol Uobornador Izábal, oatii-
pldaruento montlroao, niegan lo que
da dláho toda lu preñan y dostnleuton
oou ol olnlstno quo loa caracteriza,' A
millares do testigos honrados quo pre-
senolaron lo quo pasó on Oanauoa los
dina lo. y !í do Junio.
Deedo luogo, hay quo observar lo
extemporáneo de las declaraciones
oficiales. Un largo mes so necesitó*
para quo le&bal fraguara las neoodu-
dos de su informo y para quo la pron-
ua alquilada los publicara. A rtviy, de
los euoeaos de Oananoa, la prensa In-
dopondionto publicaba extensas in-
formacionea, acumulaba datos, ooin-
probaba la traición del Gobierno é In-
terpelaba á los periódicos 4>flotules y
o HOJOSOS para quo respondieran a ios
cargos que se hacia á sus amos. Sin
embargo, no contestaban. ¿Por qué?
81 roalmente no hubiera habido inva-
sión, hubieran podido decirlo senol-
llamente desde luego, refutando pun-
to por punto lo que decía la prensa
independiente. Par» decir una ver-
dad no so neooslta medli ar durante
un mes. Las verdades se deolaran
tranquilamente y sin ambajes, como
los han deolarado todos los periódicos
que se han ooupado de la cuestión de
Oananea. Pero como "El Imparclal"
y sus congéneres tenían que mentir,
hubieron de tomarse un largo plazo
para decir algo Bobre et\ asunto de
que todo mundo se ocupaba diaria
mente. Se Jactan los oficiosos de ser
los mejores diarios de información, y
sin embargo, en este oaso se, han
mostrado muy por debajo del último
periódico de provínola. Mientras la
prensa toda se llenaba de minuciosas
informaciones y razonados oomenta
rios sobre los desórdenes de Cananea
y sus consecuencias, los subvenciona
doa permanecían mudos, como BI na-
da hubiera pasado, como si no les lle-
gara á ellos ninguna no ti ola Bobre los
acontecimientos palpitantes, no obs-
tante que tienen en Oananea corres-
ponsal que no podían! debía Ignorar
lo que estaba sucediendo. Lo más
que se permitía "El Imparoial", era
decir que los obreroa de Cananea co-
mían jamón y galletas americanas,
por lo cual no debían haber hecho la
huelga. Para los bellacos gobiernis-
tas, qne todo lo supeditan al estóma-
go, se pueden tolerar humillaciones y
desprecios, con tal de comer jamón;
afortunadamente, los . trabajadores
mexicanos piensan con más dignidad.
Pero de lo esencial, de los disturbios
y su origen, de la invasión de nuestro
terriborio por fuerzas yankees, no di-
jeron loe serviles una palabra duran-
te un mes,' hasta que recibieron la
consigna de negar dogmáticamente lo
que dice toda la Nación, parapetán-
dose en el imbécil informe del traidor
Izábal.
Dogmática ha sido la negación del
gobierno. No entra en detalles, ni
refuta los cargos bien claros y precí
sos que se le han hecho. [No bnbo ra
vaeiónl—dice autoritariamente el Go-
bierno por boca de sus eunucos, y
considera que tal.declaración, hecha
con aires de infalibilidad, es explica-
ción sufloiente para nn pueblo sin de-
rechos sobre sus gobernantep, conde-
nado, como en otros tiempos, á obe-
decer, y callar. La Diotadura se irri-
ta de que se tenga la audacia de pe-
dirle cuenta de sus actos, y ai aluvión
de ansiosas interrogaciones que se¡le
han dirigido, contesta malhumorada:
.No hubo invasión. No se digna decir
más. En nn asunto en que todos los
mexicanos ven comprometido el ho-
nor nacional, en que todos se intere-
san, porque ae trata de la dignidad
de la Patria, el Gobierno no qnlere
tomarseel trabajo de dar explicacio-
nes. Como nueBtro cobarde Dictador
nunoa se atrevería á hacer una recla-
mación á los Estados Unidos aunque
mediaran las causas más graves, or-
denó qne se declarara qne no hubo
invasión de nuestro territorio por los
americanos, y aeí se ha declarado.
- Los hechos, loa testimonios en contra
por millares, la opinión de la Nación
entera, nada significa ante el úka«e
de nueBtro Ozar. Las conveniencias
personales del Autócrata exigen que
no haya habido invasión, y en conse-
cuencia ee decreta que no la hubo.
Izábal, en acuerdo con el Dictador,
forjó penosamente un informe en que
se ha pretendido ocultar la verdad,
aunque con muy mal éxito. Los cen-
tenares de yankees que fueron á Oa-
nanea, eran, según Izábal, pasajeros
que tomaron POR CASUALIDAD el mis-
mo tren en que iba el sátrapa y se di-
rigían al lugar de los disturbios, en-
tre otras cosas, POB CURIOSIDAD.
¿Quién puede creer semejante absur-
do? Eso podía admitirse tratándose
de quince ó veinte personas, pero no
de trescientas oinouenta, ó doscientas
como dice Izábal. Además, esos ame-
ricanos iban armados con fusiles, co-
mo lo prueban las fotografías que se
han publicado en varios periódicos,"y
en las que aparecen los yankees ali
neados y con armas en la mano. ¿Es-
taba ciego Izábal para no ver el ar
mamento de los PASAJEROS CURIOSOS'
¿Cómo podian pasar desapercibido
trescientos cincuenta hombres arma1
dos?
Dicen los eunucos qne no se les im
pidió á loe yankees pasar la frontera,
porqne en México existe tel derechc
de viajar libremente, y si ee l«s hubie
ra prohibido entrar, nos babríamo
acarreado reclamaciones de los Esta
doa Unidos. Se dice además que lo
viajeros eran particulares y no Polda
dos. Estas salidas imbéciles nada jna
tifican El derecho que tiene el hotn
bre á viajar, no autoriza auna fuerze
armada extranjera para penetrar li
bretnente en nuestro territorio. Si esi
fuerza esl-á formada por particulares
y no por soldados de profesión, no
por eso tiene facultades para invadir
nuestro territorio; de todos modos es
una fuerza armada que, según nues-
tras leyes, no puede entrar el país
sin autorización del Senado. Pero lo
peor es qne no eran particulares los
qne fueron á Sonora. Su organización
y movimientos eran los de una tropa
disciplinada, y en jefe <>ra un militar,
el Capitán Bynning. E<te militar tu-
vo que comparecer anta el Goberna-
dor de Arisona para explicar por qné
ibandoms ol territorio nmerioano na*
a conducir una fuorza armada d Oa
anca. Si A «sta fuerza se le Uublora
mpcdldo entrar a México, Izftbal hu-
3Íora cumplido con su debor, habriu
ibrado con la tnAq porfeóta logalidnd,
y loa Estados Unidos no hubieran to
nido que haoor lá menor reclamación,
1 la hubieran hecho.
Pero en todo esto no so fija el Qo-
lorno. Su falta do dignidad, su co-
bardía, su Servilismo para con los a-
raerlcunoe, lo obliga d deolr que no
mbo Invasión, y lo dice, apoyándose
n IOB wáa ridiculos pretextos. La
Dictadura declara dogmáticamente lo
que le conviene, sin que bada le Im-
porte ol honor do la Nación. Si la
conducta de nuestros gobernantes có
lo á el'os les acarreara desdoro, no
imbrín quo preocuparse; poro no su-
oede eso: la cobardía, el servilismo,
la indignidad do la Dictadura, so le a-
trlbulrá.n A toda la Nación y cada u-
no de los mexioanos tendremos que
cargar con nuestra parte de deshon-
ra. No Be dirá: Porfirio Díaz es un
sraidor que pisotea el honor de su Pa-
tria, Se dirá: México es una Naolón
que tolera invasiones sin protesta; IOB
mexicanos son unos cobardes que no
saben defender A su pais. SI; sobre
todos los mexicanos caerá el desho-
nor que sólo debiera corresponderá
(a Dictadura, pero esto no deja,' de te-
ner su razón: soportamos Ber gober-
nados y representados por traidores
y tenemos que sufrir las consecuen-
cias de nuestra tolerancia Criminal.
Y ho aquí lo que sucede: cunado se
habla de algo bueno, debido d todoBJ
nadie Be acuerda del pueblo, es un ce-
ro A la izquierda, no existe; todo el
mérito se le atribuye el Dictador) pe-
ro cuando se trata de algo malo, des-
honroso ó que trae aparejada alguna
responsabilidad, entonces todo se le
carga al pueblo. Esa es la oóndiolón
de los pueblos esclavizados.
. Todos loe hechos comprueban, y es
la opinión general, que hubo invasión
de nuestro territorio por fuerzas ex
tranjeras, y que esta invasión fné a
caudillada por el traidor Rafael Izábal
La única opinión en contra es la de!
Gobierno, es decir, la del culpable
pero ha sido tan mal sostenida y sé
ha pretendido cimentar ?obre tan es
tupidos absurdos, que nadie la toma
en cuenta, y menos, cuando se cono-
cen los móviles del Gobierno para o-
brar como lo hace. La Dictadura no
quiere por nada del mundo hacer re-
clamaciones á los Estados Unidos,
quizá porque tiene con ellos secretos
compromisos que la obligan ¡í guar-
dar la máa completa y vergonzosa su-
misión respecto de los yankees; com-
promisos que el pueblo ignora como
ignora todo lo relativo al Gobierno,
que nunca ae digna dar explicación de
sus actos, y obra como si tuerael due-
ño absoluto del país y como si el pue-
blo no existiera. Nuestra deshonrases
irremediable, al menos mientras Bub
sista la Dictadura; rolo recobraremoi
el honor cuando nos decidamos á li
bramos de ios déspotas que nos opri
men para traicionarnos."* "~ " '
Vemos, pues, que en lo relativo á la
invasión miente canallescamente 1
voz oticial. Lo mismo sucede en cuan
toa los snceeos interiores de Oananea
Por fortuna hay algunos hechos qu
no pudo negar ni desfigurar Izábal en
su informe, y la confesión de estos
hechos nos sirve para comprobar lai
falsedades que después asienta el re
ferido informe. Izábal dice, como 1<
dijimos nosotros y toda'la preñe;
honrada, que los huelguistas iniciaron
la huelga pacíficamente, y pacífica-
mente hicieron á Greene su petición
de aumento de talarlo y disminución
de horas de trabajo. Lo que no dice
el bellaco, es que Greene contestó que
no podía resolver sin permiso del Go-
bierno, que tiene recomendado que si
pague Ió peor posible al trabajado
mexicano. Dice Izábal que los huel-
guistas se dirigieron ala maderería
siempre con toda correceón, y qu»
allí fueron recibidos por loa Mercal
coo chorros de agua y á balazos. Est;
conforme Izábal en que loa huelguis
tas no llevaban armas, y en que fue
ron agredidos por los Metoalf. Nc
hay que olvidar esta confesión del eá
tr^pa.
Dice en seguida Izábal que los hue
gaiBtao, después de haber incendiad
la maderería y matar á los Meteal
(lo que hicieron en defensa propia
se dirigieron rumbo á la Comisarte
del Ronquillo, y agrega: "En el cru
cero de las calles Chihuahua y Terce
ra Este, los principales empleados d<
la Compañía, entre ellos los Sres. Wi-
IliamO. Greene y Arthur 8. Dwigbt,
Presidente el primero y Gerente Ge
neral el segando, en doa automóvil©
custodiados por unos veinticinco
treinta americanos armados, trataro
de impedir qae los amotinados conti
nnaran su marcha. En este punto
sin qne se pueda con certeza deeirsi
quienes fueron los primeros en dispa
rar, resultaron tres muertos y vano;
heridos de los huelguistas, entre le
cuales había algunos armados coi
pistolas y no3con los rifles quitados
los Met calí."
E-i mentira que hubiera algunos ar
mados con pistolas; ei hubieran teni
cío esta* armas, las hubieran ngad<
cuando fueron atacados primero po
los Metealf y no hubieran sufrido cru
zaios los brazos las descargas de eso:
aseamos. En cuanto á los rifles d<
los Metcalf, no fueron uxados, porqui
ni tiempo hubo para rilo. Los mexi
canon—á los qae Izábel llama los Alio
TINADOS sin razón alguna—fueron vio-
lwuiauoente agredidos por Greene y
loe sayos, y la mfjor prueba de esto,
es que los muertos y heridos fueron
todos de los huelguistas, como lo con-
fiesa Izábal, y ninguno por parte de
los americanos. Si había huelguistas
armados y si dispararon, ¿cómo es
que no hicieron el menor dsfio á los
yanbees y solo resultaron muertos y
heridos «ntre los mismos huelguistas?
¿Querrá Izábal hacernos creer que los
mexicanos disparaban contra ello*
mismos? El hecho es que en este ca-
so, comoen la maderería, los yan-
kees fueron los agresores y asesina-
ron á la multitud desarmada; pero
Izábal tiene empeño en defender á
los extranjeros, y no se para en pe
queñeces para mentir. Tiene que co-
rresponder con esas bajezas a loi
veinte mil petos qne le dio Greene por
|UQ salvara do boda responsabilidad
i Ion J> aakoos y arrojara toda la,culpa
iouro loó triexioñnóe. """' """" •'"
DIoo Izftbal quo. los mexicanos—á
os qüo coutlcúallaraando rovoltouóa,1
motlnndos, oto., pura juatlüoar sin
luda loa atontados quo oou ellos so
otnotlmi—oo provoyoron do armas en
OD montepíos, lo oual os verdad, Po-
o lo que oculta ol traidor, es quo ÍAa/
moxloanod pidieron primero ñ las tul-
torldádea quo loa defendieron ó ¡o*.
dionui armas, par», doíondorao, & lo
oual So lea contestó oon hiaultoa y
nuevas agresiones. £1 bribón Isido-
ro Castañedo, ordonó la aprehensión
de los quo fueron A, pedir garantías,,
gritó quo so mataran como perros a
los quo quisieran escapar de aquella,
prisión atentatoria y dio de oanonnzoa
oon au pistola & los Srett. Arturo Viz
carra y A. Q Murrlota. Gomo «ato
no ea favorable A los ynnlrooa ni A la»
autoridades, sino quo prueba laco-
rreoolóa do los huelguistas, lo oalla el
aaoBino de los yaquis.
Tampoco dice que loa trabajadores,
al iniciarse la huelga, fueron tratados
de un modo Injurioso por él citado
bellaoo Castañedo y el.Oomianrio del
Ronquillo Pablo Rublo, un ruQAn olo-
vado A funcionario por el exclusivo
interós do la Compañía. IzAbal dlcó
simplemente que ouando Rublo sapo
que habla huelga, "ee presentó ante
loa desean toncos y les manifestó que
si tenían alguna queja que exponer
contra la Compañía, la hicieran valer
en otra forma/1 Aun suponiendo que
á esto se hubiera oonoretado, merece'
i la reproches. La huelga do IOB obre
ros era un derecho que estos ejerci-
taban, era un acto perfectamente le-
gal oon ti que no tenían que meterse
para nada las autoridades. Pero lo
peor es que Rubio no Se concretó A
dar un consejo decentemente,—la de-
cencia está fuera de su alcance—sirio
que en compañía de su digno coni
pinche Castañedo, ee puso A defender
calurosamente A la Compañía, ioju
riando 4 los huelguistas, para <te-
moetrar que Greene tenía derecho a
pagar máa A loa americanos que A los
mexioanos, BÍ así le daba la gana, los
bribones ayanbadoB emplearon ¡en-,
guaje de taberna y comparaciones de
lupanar, parangonando el trabajo del
obrero oon la venta vil de la prosti-
tuta. Hay que conformarse con qne
el amo pague más A quien más le
simpatice: si á Greéhésele ántojá'p'á
gar más ul obrero yankeé, el mexica-
no no deba protestar. | ABÍ entienden
los derechos del trabajador IOB "fun-
ción arios'* de México I , '
Dice Izábal que los mexicanos
quearon algunas cantinas, lo opal 68
una desvergonzada calumnia. ' Está
comprobado que los mexicanos no
probaron el vino en aquellos días. Ni
es cqúcebible que nuestros compa-
triotas,, perseguidos, asesinados por
los yankees, en momentos de deseB-;
peración y de rabia, se ocuparan de
estúpidas libaciones.' Ni entonces ni
después se embriagaron los mexicá
nos. Ea cambio los yankees, cuando
acabaron de triunfar con la ayuda de,
Izábal y de las tropas americanas y
mexicanas que éate trajo, celebraron
orgiásticamente su ruin victoria el
día 2 de Junio por 'a tarde y por la
noche. , , ' ,,
El cinlBmo de IzAbal llega al colmo
cnando refiere que después de llegar
A Oananea habló con los grupos de
buelguietas. He aqcí sus palabras:
"Sucesivamente hablé con .cuatroVle
dichos grupos, y , después <le oír BUS
quejas les preyine que sé disolvieran,
üiciéndoles que cualesquiera que fue-
sen los" motivos dé dispuBto" que' tu-
vieran contra la Compañía, nunca po-
dría justificarse el disturbio que ha-
bían promovido " ¿Cómo tuyo
Izábal la desfachatez de hablar así,
cuando sabía que los huelguistas 'no
fueron .ios que promovieron el dis-
turbio? ¿No refiere él mismo que los
primeros agresores fueron' los Met.
calf? Ese reproche de promover e
disturbio, debió haberlo hecho Izaba
á los compañeros de los Metcalf, y á
Greene, que encabezó la segunda a-
gresión contra los huelguistas, pero
no á estos que fueron las víctimas,
que sufrieron los ataques de los yán>
kees sin poder defenderse porque da
recían de armas. Y después de esto
agrega el bellaco que él iba á hacer
justicia á quien la tuviera!
Veamos cuál fné su justicia. No a-
tendió las quejas de los huelguistas,
sino qne mandó á la cárcel á ios que-
josos: sin meterse en muchas averi-
guaciones consignó al Ejército á los
Sres. Pearo Lara, Am-eliano Guaroáp,
Luis Vega, Adán Villegas, Antonio
Oohoa, Manuel Portilló^ Sebastiánffc-
barra, Nicolás Villa, Julio CaBtillo,
Alejandro Díaz, Abel Cosío, Francisco
Saavedra y Manuel Castro. En cam-
bio, no impuso" el más leve castigo á
ningún yankee y creyó cuanto estos
le dijeron, como se ve en su informe,
qae está notoriamente inspirado por
los viente mil pesos de Greene.
Dice luego el traidor: "El 5 descu
brí que Esteban B Calderón, Manuel M
Diéguez, Francisco jíbarra y algunot
más habían sido los* promotores de
desorden y los mandé aprehender....
Loe promotores del desorden fueron
los yankees — Greene entre ellos —
puesto que fueron los agresores. Cal
deróD, Diéguez, Ibarra y los demás a
prehendidos, pueden haber promovi
do la huelga; pero de promover la
huelga á promover el desorden hay
una inmensa distancia. Promove
una huelga es obrar lícitamente, ejer
citar nn de/echo, no hacer, nada cao*
trario á la ley; promover un desor-
den es incurrir en falta, cometiendi
y provocando actos que íá~ley casti-
ga, como los que cometieron los yan
kees en Cananea; disparas^ balazo
contra gentes pacíficas y desarmadas,
excitarlas á la represaba y dar lugai
á 8angiientasJnob a*. Pero lo enrios
es que ahora se baga aparecer á me
x'cauos como promotores del deaor
den, mientras los yankees permane
cen tranquilos, después de haber ase
Binado como unos savajes á nuestro!
i compatriotas. Los agredidos, Jai
| víctimas, loa hermanos de los que ca
yf-ron bajo iáa balas de los ex trac je
ros, son los que van á la cárcel y
los cuarteles, en vez de recibir repa-
ración; y los extranjeros, insolenta-
dos con el triunfo qoe les ha dado un
Gobierno traidor, se burlan de la Na-
ción que aeí deja pisotear á ene ciada
danos. A estas infamias es á lo que
Izábal llama pomposamente hace:
justicia I
Los verdaderos motivos de estas a
prebensiones, los da á conocer Izaba
má« adelante, diciendo que descubr t
qae la huelga se hizo con fines poli i
eos; que en Oananea había un Clal
Liberal de carácter eeoiciooo que ha
da propaganda entre los obreros. :
qae los trabajos de este Clnb hiele
ron explosión prematura en los acón
teclmlentOB de loa aína lo. y 2 de Jn
io, Lo quo do neju! ao dcoprondooa
oiioülamontaauIidb^i*?ubri<l
i , o q d eju! a dcoprondooa
oiioülamonta> auM Îidb̂ i.<*,?BO.ubri<l.
juo Diéguez, Calderón, lóarm y com-
&noros, oran dosnfoctos »1 Gobierno,
busco on la huelga un pretexto para
oraogulrloi. , Subido oo que para
meutroB tlíauoa todo aoto ae opo»l-
lon & la Dlqtodura, OD , eodlolóu, y m\
no oa extrnílo quo los llame BOCIIOIOBOB,
Pero eato¿ IOJOB do juatlüoar loa pro-
jedlmlentoa do Iaábnl, los buco más
diosos: loBhoóhos muestrau oarn-
manto qüo los «prehendldoo no pro*
movieron loa dlsturblon, sino quo los
proraovierou los yankeééj'de entre
Btos loa Metcalf murieron, poro que-
dan Greene y otros muchos a nuietiea
no podrían exigir rosponoabílldnaoB,
8ln embargo, BO aprohende A unos
mexicanos y sé lea procesa y se les a.
cuácala culpa délos desórdenoB, por*
que hacían política.. El hecho dé que
una persona haga política, oa motivo
uüoiontó para quo carguo^oon ocímo-
neo ágenos:, Loa yankoos agredieron
A IOB moxicanos, los provooaron, los
asesinaron i Diéguez y BUS compañe-
ros no hicieron nada de ésto, pero no
es hace cargar con Jos crímenes de
los yankees por la sencilla razón de
er desafectos al Gobierno. Eu cam-
bio los yankees, como son amigos del
Gobierno y pueaen dar algunos miles
de pesoB al Gobernador que fue & .ha-
cer justicia (i), resaltan del todo ino-
centes,aunque todo mundo haya vis-
to y el mismo Izdbal oonfloBO, que de-
rramaron A torrentes la aácg-re de los
desventurados trabajadores.
Ea el curso de su informe, Izábal
hace un gran rédame A la Compañía
qué preside el"generoso" Greene foosa
qne no viene al caso en un documen-
o oficial y qne prueba el asqueroso
ervilismo ae nuestros déspotas para
oon IOB negociantes íi quleaeB están
vendiendo la Patria. Dice también el
acayo de Greene que los trabajado*
rea no tuvieron razón para hacer la
huelga porque viven en condiciones
envidiables. El criterio de este infe-
iz ese} mismo de "El Imparctál": el
del estómago. El papasal vendido di-
jo que los, obreros de Oananea co-
mían jamón y galletai», y en este he
cao encontraba una razón pora estar
contentoB con la Compañía;",Izábal di-
ce que los trabajadores tienen buenas
casas, algunos hasta oon poltronas y
espejos, y de aquí deduoe que la
huelga fue injustificada. Para esos
miserables, él que come jamón ó tie-
ne un espejo, ya no deoe aspirar i.
más. Debe soportar muchas horas
de fatiga, debe, resignarse. & trata
mientos humillantes, debe tolerar que
al extranjero se le pague mucho me.
or un mismo trabajo, debe someterse
alo que el amo quiera hacer de él,
aunque sea lo más degradante, con-
soláudoss con la idea de que come ja-
món ó tiene espejos.' Por fortuna, e
sa teoría abyecta no puede encon-
trar eco entre los trabajadores dig-
nos; han vuelto A sus labores en Oa-
nanea obligados por la fuerza, pero
no están'conformes con las condi-
ciones en que viven: siguen deseando
lo qae reclamaron, uñando se les con
testó á tiros, y tarde ó temprano, ae
impondrán sobre los explotadores.
Como prueba de lo bien que están
los trabajadores jr.de su ingratitud n\
hacer, la nuelga, expone Izábal que el
Sr. Manuel M. Diégnez, á quien con'
sidera entre loa promotores, ganaba
siete-peBOS diarios. Puede 'ser que
Diéguez ganara esa cantidad, pero de
seguro era un a excepción. ELjoriralde
los trabajadores mexicanos en gene-
ral es q*ê $2.50 á $3:00 diarios moneda
mexicana, por diez horas de, trabajo.
Los obreros querían $5.00 diarios y
ocho horas de trabajo, y estabau-.en
lo justo, ya que con su labor hacen
ganar millones á la Compañía. Dié
;uez, á pesar de su buen sueldo, no
né un ingrato si promovió la huelga.
Su conductas-más qne censuras, me-
rece los más entusiastas elogios. Hizo
á un lado el egoísmo,' desdeñó su bien
personal y se expuso á perderlo, co-
mo lo ha perdido, por ayudar á sus
hermanos. Ese hermoso rasgo de
fraternidad .merece—lo "repetimos—,
los más calurosos' elogios. , Solo es
ingrato el qué paga mal un favor,
Diéguez no recibía favor ninguno de
la Compañía. Si esta le pagaba siete
pesos diarios, no sería de seguro por
regalárselos generosamente, sino por-
que BQ trabajo los valía ó valia más
aún, priea es sabido que los explota
dores siempre se quedan oortos para
remunerar el trabajo de los qne les
sirven.
Hemos exhibido una vez más la
traición del Gobierno y las infamias
que cometió en Oananea, con lacotn-
plioidád def los yankees. ;Hemós visto
qne él traidor Izábal trajo fuerzas a
mericanas para sofocar IOB desórde
nes de Gaoanea, que1 en realidad no
tuvieron grandes proporciones, pues
el pueblo no tenía armas ni pretendía
otra' cosa que manifestar pacífica-
mente sus jdeseos de mejorar en BU
trabajo. Hemos visto cómo los yat-
kées, después de promover el distur-
bio y asesinar á los mexicanos, dis-
frutan de entera libertad y son prote-
gidos por el Gobierno, mientras rque
nuestros compatriotas, sin ninguna
en I pa, han sido presos ó enviados al
Ejército, después de haber sido ultra-
jados de palabra y de hecho por las
autoridades y por los extranjeros inso-
lentes. La Nación ha contemplado
asombrada todos estos crímenes y ha
condenado á los verdaderos culpa
bles, aunque estos han pretendido á
rrojarsu colpa sobre los inocentes
El fallo de la Nación ea contrario A
los traidores que permitieron la in
vasión de nuestro territorio y el ase
sinato de nuestros hermanos por e
extranjero.
Los culpables tienen hoy la fnerzi
para burlar el castigo -que merecen
pero oo siempre la tendían ni estarán
siempre fuera del alcance de la justi
oia. La expiación llegará al fin; las
lágrimas y la sangre que tanto hacen
derramar los déspotas, acabarán po:
ahogarlos.
Continuaremos dando á conoeei
cnanto sirva para robustecer las acu
saciones que hasta ahora hemos he-
cho á la Dictadura con motivo de lo
apuntos de Oananea, y especialmente
estaremos pendientes del proceso ini
cno qne se sigue á los Sres. Calderón,
Diéguez, Ibarra y algunos má?, Según
dice Izábal, A Jos cuales se quiere ba
oer reaponsables de todo lo pasad
en Cananea, ̂ -simplemente porque se
descubrió que son desafectos al Go-
bierno. Nuestras palabras no servi
rán de defensa i los citados compa-
triotas, porque y a ba de haber la coa
eigna de condenarlos, pero al meno
servirán para exhibir y fustigar A IOE
verdugos, haciendo que sobre esto
caiga el odio de las almai honradas.
Entretanto, excitamos A IOB traba
iadores de Oananea y A loa de toda li
República, á qae no so detanlmen e
Pt t? f t e ¡ 1 i H i ! jor« lauo8M«, 4 ¡ ( í e
grandes avances tlenon qué troposar
pon Ja reeletonola do. los nÍQlv»<loe,
poro irluijfan ni (fin, BI marohaa coa
>orsovoranola. y daoletób. No hay
rlunroa qno eo obtongfin sin Bdorlfl-
íos, pero tampoco nay BttorluoloB
que no oonduzcnn ni triunfo. (No lo
Ivldóla, obroroa!
us nobloa fttiplraolónps por lo quo ÍIA
tt?ft^«eae¡iHi!jor«leauor8M«¡(íe
"En el número ib de Í^KÓfí
NERACION" que editan ea,St.
ouis, Mo., los Sres; Flores Ma(-
gón y Sarabia, defendiéndose de
os carbón, injurias y calumnias
que les dirige la Sra. Juana B. Gu-
tiérrez de Mendoza, desde las co-
lumnas de "Vé*sper", periódico
que ae publica en la Capital de
México, presentan tal cúmulo de
razonamientos y tan terribles car-
gos hacia'esta Sra., que,' personas
que desconocían el asunto con' to-
das las deformidades que presenta
"REGENERACIÓN;^ se queda-
rán abismadas de estupor.
' Sentimos que hasta este extre
mo hayan llegado las cuestiones
entre "Vésper" y REGENERA-
CIÓN." "
Tomado de «El Porvenir,» Btowus-
vllle.Tex." ' "••• '
la
Los precios de Subscripción de es-
te enérgico diarlo consagradoá com-
batir la Tiranía, son los siguen tes:
Por1 un semestre......!.. $I.'IO oro
Por^un año.. , .....,,2.00,,
Háganse pedidos á Lauro Agui-
rres P.O. Box, 125. El Paso, Tex.
Í Z EÑÜÍiCOf A.
; Subscription ratea:
; Peránntlm;,,. . ,$a, 00 goW
Per 6 months.; j, k í. 10 M
Editor «ud Propriiiltoifí ANTONIO L
V l L L A l U l H A I i . ' . • • • " , . • ' • , • • • " ' '
M«oKá(«;>*Ácioíí»» 80 pnbil-
oaA losdlna lo. y 15 de cada mee. ¿a
subsorlpoión, para Méxlao, valo fO.OO
plata, por nno.y $2.75 por aomesüre:
y para los Estados Unidos los proolos
arriba indicados.
A loa agentes, so loa hacen dosouon-
toa ospooiales.
. Los envíos de dinero pueden
hacerse pbr Giro Postar Interna-
cional, por Express, en Billetes ú
Ordenes de Banco 6,, en último
caso, en' Timbres Postales. '
Looporionoo quo reciben ürOENEBH»
CION ao, servirán mandar pagar directa-
monto nu «ubacrlnclon, petos ao podeB«B
girar contra nueitrdi obonadM.'Wli{iiWR~=z;
WNOT».-No SE S«eviR)t NINGÚN PEDÍ.
VALOR ' VIENEr*CpMI»JlNAOO 6 c SU
EXPLICACIÓN
Porfirio J)íaz debe estar, satisfe-
cho de haber alcanzado un altó re-
nombre como asesino. El 25 del
.asado junio aparecieron en los
parajes públicoe de Concepción del
Oro, Zacatecas, muchos. carteles
en que se leía: «(Mátalosen ¿alien-,
te!», «lLoo~r,á los mártires de'Ve-
racruz!» - «J25 de. Junio de i879!»' y,
otros en que, por él' estiló,, se re-
cordaba la noche en que Porfirio
Díaz, ese payaso que hace de pa-
cificador empapado en sangre de
leales mexicanos, dló rienda suel-
ta á sus feroces instintos y bebió
la sangre de los últimos lerdistas
en la infortunada Veracruz. r;
En Cos't, Cpndado de González,
Texas, los'Clubsxiberaléá'Unidos
Benito Juárez,' Zaragoza, y Lerdo
le\ Tejada», conmemoraron coa
una Velada literaria1 la1 Hecatombe
de'-Veracruz./;.,'; ^',;V,_' ',;,..,,,/,V'
Ante unanumerosa concurren-
cia el Sr. Agustín Peña pronunció
un elocuente discurso quecoúmo;
vio por la verdad qué en él. cam-
peó y la viril protesta que signifi-
caba. El Sr. Ascencio Soto habló
también, sabiendo describir el.do-
lor que en su corazón de patriota
se albergaba por los crímenes de
la Dictadura, y tuvo para la obra
maldita dé Porfirio Díazi conceptos
que convencieron y electrizaron.
El Sr. F. C. García, en breve dis-
curso, hizo presentes las aspira-
ciones de todo"-liberal mexicano,
que pueden resumirse en,estas
palabras: verdad y juáticiá. El
joven liberal Encarnación Rainí-"
rez leyó un viril discurso en ho-
nor de las víctimas de \Veracruz
y exhortó á los mexicanos á'sécnn';
dar la causa de^laredénción-popuT-
lar. El Sr. Tomás Soto narró el
suplicio de las primeras víctimas
del tuxtepecanismo y maldijo-,la
ensangrentada Béf tadura de Por-'
firio Díaz. El Sr. Agustín Peña
volvió á hacer uso de la palabra y
en un extenso é interesantísimo
discurso, dio á conocer los ideales
del Partido Liberal, manifestando
su resolución inquebrantable dé
sostenerlos hasta su realización.
En seguida, dio lectura auna her-
mosa composición poética en ho-
nor del Benemérito de las Améri-
ca?, Lie. D. Benito Juárez. El
Sr. F. C. García volvió a hacer
uso de la palabra en honor de la
Junta Organizadora del Partido.
Liberal. El Sr. Jesús G. Carde-"
ñas, henchido de amor á la liber-
tad vitoreó el pabellón de la Re-
pública.
La ceremonia terminó en el ma-
yor entusiasmo y después de ha-
ber dado las gracias a la concu-
rrencia el Sr. Ascenelo Soto en
nombre de los Clubs Unidos por
haber asistido al acto, quedando
todos muy complacidos del éxito
y lucimiento de la velada que re-
cordó un crimen horrendo que el
pueblo mexicano no ha olvidado.
De otras mucnas poblaciones de
Estados Unidos hemos recibido
reseñas de veladas verificadas tam-
bién en honor de los mártires de
Veracruz, pero nos es imposible
insertarlas aquí, aunque fuera en
resumen, por haber llegado á nues-
tro poder a última hora, cuando ya
teníamos preparado todo el mate-
rial del presente número. En la
próxima edición nos referiremos á
esas conmovedoras y significativas
solemnidades.
1
. Promulgado ya solemnemente el
Programa del Partido Liberal, á mu-
chos correligionarios les llamaría la '
.atención que' no circulará ' rápida
y extensamente desde el día de su
promulgación. Esto sé debe á las
precauciones que hubimos , de tomar %
pura evadir el espionaje de la Dicta-
dura; - > • ••"""' • • y- v-i'•-'•>' '.'•• •. •
• Hioimos un tiro enorme del Progra-
ma qne está siendo distribuido profe-
samente en toda la República. Alas
oiudades & donde no haya llegado",
llegará eri breve. ' , ,
• Tenemos el proyecto de hacer un
sobretior y lo realizaremos tan luego
como nuestros recursos lo perini-
des les que consideren que' el triunfo
áb nuestra causa será, tanto más fácil
Cnanto • mayor sea el número de me-
xioanos que conozcan los principios
oontenidos en el Programa del Par-
tido LiberaL. ~,;. - . . . . .
(i
Con este título dice lo siguiente
un periódico veracruzano:
"Existe en la Metrópoli un pe-
riódico llamado "Vésper" déla
señora Juana B. Gutiérrez dé Men-
doza, que ataca rudamente á la
Junta Qrganizadoita d£l. Partido
Liberal-de St. Louis,-Missouri.- >•>
Los ataques -del periódico de
referencia "sé nos •"antojan' miste-""
rjosos; pues extraño es y mucho,
qué Doña Juanajqué anduvo en el
Norte, unida á' los1 Flores Mágón^
luchando contra el Gobierno ac-
tual se revuelva contra ellos,, di-
ciendó que son-cobardes, que o-
b'ran dé mala fé y otras cosas por
el estilo.
Y decimos que es extraño el pro-
ceder de' Doña Juana,'porque Has-
ta ahora nada • ha. probado - dé lo
que asienta 6'afirma por medio
dé sus ataques. ;.' • . ,
-Tapfaar a'los Plores Mag6n.de
cobardes* porque constituyeron la
Junta Organizadora én^aís ex-
tranjero para estar á salvo, es
sencillamente irrisorio. Doña-Jua-
na sabe bien cómo todos los me-
xicanos, que elacjtuál Gobierno
.impide llevar;á.cabotehél-ípaístra- .-.
bajos liberales en toda ;fórma,"y -
sobre todo á luchadores como los
Flores Magón'y Juan SárábiáVque
han sido perseguidos, hasta en la
vecina República. • • •
Por lo^que respectad que los Flo-
res Magón obran con miras bás-
tardas^sorpfelidiendo la buena fe
dé los mexicanos liberales; no' sá-r
bémdk en^qú'é se'füridárá Doña
Juana; pero sí su fundameüto es
aquél de que los referidos lucha-
dores habían sido reyistas, es se-
guró que nadie lo'vá á" creer, su-
puesta que su acertó no" lo pudo
probar, cuando á ello la estrechó
"El Colmillo Público "
Nosotros creemos tambiéc qué
los ataques de ''Vésper'1 con miE-
teriosoá, porqué resuVla demasia-
do rara la coincidencia déla défec
ción del Ingeniero Camilo Arria-
ga, y el cambio de dicho periódi-
co.
Por lo demás, en los ataques de
"Vésper," sólo se descubre que
Doña Juana, al igual que otros
tantos individuos, "rasca hondo
pero nada'pocrf." En sus frases
ambiguas se traduce que es presa
dé la explosión de desafectos per-
sonales que habían estado repri-
midos hasta ahora.'' -
Tomado de "El Paladín," Mé-
xico, D. F.
Nota: Suponemos que; el ante-
rior artículo que reproduce nues-
tro querido colega *'B1 "Pala-
dín," fue publicado primeramen-1
te por "La Voz de Lerdo,'* in-
teresante semanario'que ha dejado
de visitarnos las últimas semanas
y que se pública en la ciudad de
Veracruz, bajo la dirección dé lva-
leroso patriota D. Teodoro Her-
nández.
1 u .
V 1
Después de una larga é injusta
prisión originada' por la cobarde
acus&ción de uno de tantos Infeli-
ces que sirven de instrumento á
los gobernantes do nuestro país,
recobró BU libertad el valeroso y
constante luchador liberal Sr» í>.
Paulino Martínez, que desde hace
varios lustros, y sin desmayar, ha
venido defendiendo a} pueblo me-
xicano, como periodista honrado y
viril} en varias publicaciones,
siendo una de ellas «Î a Voz de
Juárez» de la cual es digno Direc-
tor. , Í '
líelicitamos cordialmente al vie-
jo luchador a quien las amenazas,
lqs encarcelamientos, los'atrope-
líos, no han podido someter, por-
que, fiel a sus convicciones, ha pre-
ferido lasjtorturas de una vida de
privaciones y de zozobras á incli-
nar la cabeza para no protestar
contra él abuso, ó á cerrar los
ojos para PO ver el desenfreno de
una autocracia cobarde y renco-
rosa. J
«lyft Voz de Juárez» seguirá visi-
tando los hogares liberales, cosa
que no dejó de hacer ni aun es-
tando preso su Director,
INDAGATORIA.
El Sr. Juan O. Patino desea sa-
ber donde se encuentra actual-
mente su hermano Carlos Patino
quien residió durante diez años
en Torreón, Coahuila, México.
Hasta hace dos años ambos her-
manos estuvieron en correspon-
dencia. t/
Se-so plica que las iafbrmacio-
nes Be envíen por condve^c ¿e
este periódico.
DE ADMINISTRACIÓN.
Con este número queda termi-
nado ef primer semestre de la 8a.
época de REGENERACIÓN. Por
tal motivo y conforme & las condi-
ciones de nuestro periódico, nos
permitimos suplicar atentamente
á nuestros* subscriptores que en-
víen adelantado y á la mayor bre-
vedad, en Billetes, Chequea de
Banco ó Giros Postales, • el pago
del segundo semestre.
Cri-emos f undadatuente que los
correligionarios atenderán la sú-
plica que les dirigimos en estas lí-
neas.
"OBREROS UBRES."
Loa BtibacritoB reunidos en el salón
de la Frnterlanza Italiana, declara-
moB solemnemente instalada una
Junta Auxiliar, denominada "Obrería
LibreB" que se adhiere 6. la Junta Or-
ganizadora del Partido Liberal Mexi-
cano para trabajar por la regenera-
ción de la Patria.
Protestamos luobar enérgicamente
por loa doreohoB del pneblo mexicano
actualmente infamado y vergonzosa
mente eaoarneoido>por la tiranía de la
Dictadura. La reforma social y la
reforma política de México son los
ideales porque estamos y estaremos
siempre dispuestos á sacrificar nues-
tras energías todas.
La cansa del pueblo es la nuestra.
Reforma, Libertad y Justicia.
Moreno!, Ariz.,3 de Junio de 1906.
Práxedis Q. Guerrero, Presidente.—
M. S. Vázquez, Seoretario.— Agustín
Paoheco, Tesorero—F. Manrique, ler.Vocal.—FUiberto Vázqu*z, 2o. Vooal.
—Abraham Rico, 3er. Vooal.—Teles
foro V'goerilla, 4o. Vooal.—Félix Ru
bHlcava — OeDobio Crozoo. — Pedro
Osic 8
Res alusiones
Tonutas por k "Junta. Or^mz^on, del Partido Liberal i\<?-
XÍCfclJO."
»»m
I. —Se constituye la Junta Orga- reorganiza. Esos grupos y eiüda-
nizadora del Partido Liberal Me- danos enviarán mensualmente á la
xicano, con el personal que sus- Junta, según los recursos y vo-
cribe estas Resoluciones. La Juntad de cada uno, una contribu-
Junta existirá públicamente y re- cióa que se invertirá en los gastos
sidirá en un país extranjero para que requiera el cumplimiento de
estar á salvo, hasta donde sea po- la cláusula siguiente,
sible, de los atentados del Gobier- IV. —La Junta, aparte de sus
no de Méjico. Trabajará por la trabajos, propios, procurará el fo-
reorganizacióndef Partido Libe- meato de publicacione's opbsicio-
ral y,con los elementos, que Jos nistas en México, distribuirá fon-
correligionarios le proporcionen, dos entre los luchadores liberales
luchará por todos los medios, con- que se encuentren en la pobreza,
tra la Dictadura de Porfirio Día?, sostendrá á los que la Dictadura
II.—Los ciudadanos mexicanos encarcele y despoje; y si se dan
que estén de acuerdo con las ideas casos deque un funcionario pú-
del Manifiesto expedido, y publi- blicq pierda su posición por haber
cado ea REGENERACIÓN y an- cumplido con su deber, también lo
helen la libertad de la patria, cons- ayudará. Anhelamos hacer efec-
tifiarán en las poblaciones en queytiva la solidaridad entre los libe-
reskjan, agrupaciones secretas que rales y para ello contamos con el
estarán en comunicación con esta apoyo eficaz de nuestros correli»
Junta. Se aconseja á los correli- gionarios.
gionarios que en dichas agrupa- V.—La Junta guardará absoluto
ciónos prescindan de inútiles for- secreto sobre los nombres de los
malidadesi I<o único que se pide adeptos. No comunicará entre sí
-es que los ciudadanos liberales de á las distintas agrupaciones 6 per-
cada población sevreúnan de tiem- sonas afiliadas, sino hasta conven-
po en tiempo para tratar de los a- cerse de que son verdaderamente
suntO9 político^ del país y manten- leales á la causa. Pero si algún
gan correspondencia con esta Jun- miembro del Partido no desea en
ta, ya para comunicarle noticias ningún caso ser comunicado con
< políticas^ya para* proponerle pro- los demás,'se servirá .declararlo y
yectos, 6 ya, simplemente, para la Junta respetará su voluntad,
conservar con ella las relaciones
establecidas. Se encarece á los co-
rreligionarios que constituyan u-
niones lo más numerosas posible, St. Louia, Mo., U. S. A., Septiem-
pero si en* algunas partes sólo hay b r e 28 da 1905.
un ciudadano ae nuestras ideas,
que no por sü aislamiento deje de Saint Loáis, Mo. Julio lo. de 1906.
dirigirse á* nosotros. ^' a Presidente, Ricardo Flores Mogón.—
III.—Los grupos ó ciudadanos Vicepresidente, Juan Sarafoa.—Seere-
que secunden la presente excitati- tarip, Antonio I. VUlarreal. — Te-
va, lo comunicarán á esta Junta, eorero, Enrique Flores Magón.—ldt.
que inscribirá sus nombres entre Vocal, Prof. Librado Rivera.—2? Vo-
los miembros del Partido que se cal, Manuel Sardbia.—
NOTAS, la—Todo mexicano que esté detteuerdo con las anteriores
resoluciones se servirá cortar el cupón del calce jf enviailc ala Junta
Organizadora del Partido Liberal Mealcano.—F. C. Bes 584—Saint
Louis, Mo. /*
2?—Los correligionarios que deseen trabajar por la reorganización
del Partido Liberal, pueden pedir cupones de adhesióná la Junta pa-
ra invitaT á sus amigos á que se inscriban como miembros.
3a—Grande ó pequeña la cuota mensual, servirá para fortalecer al
Partido.
Gupnn de adhesión.
A la Junta Organizadora del Partido Liberal
Mexicano»
- • P . O . BOX, 5 8 9 - - ST. LOUIS, MO. -
El que subscribe se adhiere formalmente á las Resoluciones tomadas
por la Junta con fecha 28 de Septiembre de 1905 y protesta ser fiel á
tos principios liberales, firmando para constancia este documento.
(Firma)
Nombre
Profesión ú ocupación
Residente en Estado de
Calle . . . . . No.
Contribución mensual para los efectos délas cláusulas m y IV $ ., .C
Un saludable viento de reacción oo
mlonüsn & despejar el cerebro do loa
humildes. Las na asna paBlvas, las
muohedumbrss dolientes, el ejóroito
de los deiborpdados despierta y por
todas partes el rostro lívido del ham-
bre eé levanta pura turbapel festín
de los «hitos.
Las legiones del Trabajo despier-
tan, y en BU postrer boBtezo, siembran
el pánico entre los satisfechos. Ha
llegado el momento de exigir estre-
cha cuenta & los que explotan el tra-
bajo humano; el hombre de'manos
encallecidas reclama su lugar en el
banquote de la vida: también 61 es
oriaturn humana, también él tiene
derecho á loa goces de la vida, tam-
bién él quiere cultivar su inteligen-
cia y satisfacer sus necesidades lisi-
óos. El trabajador ha evolucionado
lo bastante para comprender quo sin
ói, sin sus brazos y sin su inteligen-
cia, el progreso detendtía su marcha
y la humanidad regresarla á su bur-
barie primitiva
Ya no son los trabajadores aquellos
siervos resignados que consideraban
al amo como un padre y al gobernan-
te como un enviado de divOsparasojoz
gar la especie humana. El proleta-
rio ha llegado á saber qué el amo es
un hombre que Be enriquece oon las
fuerzas de sns semejantes y el gober-
nante os un Birvlente de los ciudada-
nos y no un representante del cielo.
En vano el fraile predica la sumisión
y la conformidad; en vano se desga-
Hita ei clérigo hipóorlta recomendan-
do mansedumbre alas mabas para
que no piensen en su redención. Las
viejas mentiras y los absurdos pre-
juicios se desvanecen & la luz de la
verdad, y el trabajador comienza á
darse cuenta de su sitnaoióa sobre la
tierra. Por eso el rostro lívido del
hambre Be levanta en todas partes
>reolatnando su parte de felicidad y
hace flotar al aire sus harapos como
una protesta. ¡ Las legiones de la mi'
seria ee ponen en maroba hacia la
conquista de la justicia y del panl
[Tanto peor para los satlsfeohos, pa.
ra los vampiros que por tantos siglos
han vivido prendidos al proletariado I
La Naolón Mexicana Ve oon orgullo
el despertar de sus hijos y tiene le en
ellos vislumbrando su glorioso desti-
no. El pueblo regenerado saldrá del
lodazal en que lo tenía el despotismo,
y oonsoiente de ens derechos, sabrá
exigir, no pedir; sabrá tomar, no
mendigar. ~-
¡Oh tiranos, explotadores y frailes;
habéis agotado la pacienc a del reba-
ño de ovejas, hasta convertirlo a fuer*
za de maltrato y de injusticia, en le-
gión de leones I No os quejéis de qne
vuestras víotlmas se rebelen. Vues
tro lujo, vuestra molicie, vuestra
sempiterna holganza, vuestros pióos
y vuestras garras clavadas en las en-
trañas del pobre durante siglos, ban
exasperado al fin al ilota. Soportad
las consecuencias de vuestra tiranía y
dad gracias á la casualidad de qne to-
davía no os barra an torbellino de có-
leras.
El obrero mexicano despierta, ¡ ya
era tiempo 1 Un poco más, y nos sor-
prende la conquista en plena cata
jepsia. Loa primeros cascos extran-
jeros han llegado basta Oananea, lla-
mados por nueBtro Gobierno para a-
cuchillar á nuestros hermanos, y ese
principio de conquista ha conmo-
vidoVtodos los corazones prendiendo
en ellos el deseo vehementísimo de
derribar á los tiranos.
Una gran aotividad ha venido á o-
cnpar el puesto de una gran pasivi-
dad. El pneblo obrero comprende
que las condiciones actuales de explo-
tación de sus fuerzas, nada difieren
de la época en que se le hicieron le-
vantar los teocalis^ ó en que, como
bestia, se le hacia pisar el lodo satu
rado de merenrio de los patios de las
haciendas de beneficio. La esclavi
tud de los campos es la misma que la
qne sufrió el esclavo en la época de
las encomiendas, y el trabajo en las
minas y en las fábricas se confunde
con el trabajo de los presidiarios. ¿No
era lógico suponer que el obrero des-
pertase al fin?
Y ha despertado. Una vigorosa, voz
de protesta se escucha desde Sonora
y Baja California basta Yucatán y
Ohiapas. Ea la voz detodos los des-
heredados, es el grito de los siervos
que pugnan por romper sus cadenas.
Ea Cananea, los obreros reclama-
ron la jornada de oobo horas y au-
mento de salarios. LOB sables de la
Dictadora y las balas yankees sofo-
caron taa justa, tan santa reclama-
ción. Con el auxilio del yankee, Por-
firio Díaz, el traidor, el hipócrita, el
maldito tirano ahogó en sangre las
nobles aspiraciones del obrero mexi-
cano.
En el Estado de Veraornz también
ba habido nn sacudimiento en el enor-
me ejército de explotados. En la fá-
brica "El Dique", de Jalapa, se de-
clararon en huelga los obreros exi-
giendo mejor tarifa para la maquila
de mantas. Lo mismo ba pasado en
otras fábricas del Estado y lo peor es
que han sido desatendidas las justas
peticiones de los trabajadores, sobre
todo en aquellas fábrica* en qne Por-
firio Díaz tiene prendidas laa uñas
siendo el principal accionista, como
]ae de Santa Rosa, Nogales, Río Blan-
oo y la de Yute de (Drizaba, y en los
granaos talleres de ropa hecha de O-
riza oa en qae trabajan centenares de
obreras, sobre todo en el taller "La
Especial" donde trabajan unas qui-
nientas operarías.
En las fábrica? de Santa Rosa, No-
galea, Rio Blanco y la de ynte de (Dri-
zaba, ha habido conatos de bnalga
originados por la tiranía insoportable
de los patrones, unida á una rapaci-
dad monstruosa de los mismos. Pero
apenas iniciadas las huelgas, han caí
do sobre los obreros los rurales, eso»
bandidos que en nuestro desdichado
país hacen las vocea de los cosacos de
la Rusia de los Czares.
Actos de salvoj smo qne por «í so
los bastan para cubrir de vergüenza á
la nación, han tenido lagar en aqae
lia comarca fabril. A viva fuerza se
ba hecho volver & lo« obreros á las
fábricas, otros ban sido consignados
al Ejército por "revoltosos"—el epí-
teto maldito que aplican los dé^pevaa
á todo aqnel que es digno y qne no ee
humilla—y no pocos han sido il-va
dos al Valle Nacional, vendidos ¿ los
negreros.
Un grupo de valientes ciudadanos.
bonrs de la virilidad mexicana, co-
menzó á publicar nn periódico vi
brante de entusiasmo y de valor-
"Revelación Sooiftl" se llamó ese pe-
rlódk-o y comenzó a ver lu luz pública
en Uío Blanco, Esto fi ó á principios
do Junio de oste ano. Por el nombre,
parecerá a* lou tlmoi a'og y & los man»
arias quo dlouo ponódloo predicarín
la, matanza y 11 ciioe; pero no habla
nada de QBO. "Revolución Social*'
exaltaba al obrero itejeroliar sus do.
reoboe, y si quería una destrucción)
e^alft del despótico régimen actual.
y si predicaba un exterminio, ora ol
del fanatismo que inocula el clero pa'
ra hacer del moxiotino una bestia ro*
signada y sumiso.
Xa burgueiia temió por sus vientres
btdróplooB; ol capitalismo egoleta y
sin entrañas vio en diobo periódico
nn brazo robusto que exhibía sus ra'
pnoldades, y Porfirio Dinz, el impenl'
tente fenicio, el redomado ladrón que
se ha oonvertldq en millonario na-
ciendo andar Bañero al pueblo, com-
prendió quo peligraban BUS persona'
les interósea. El resultado de la ani-
madversión del despotismo, déla plu-
tooraoia y de la clerecía, no se hizo
esperar muobo tiempo. La Compa-
ñía Industrial de Orizabay la Oompa-
ñ(a Industrial Veraoruzana, por me-
dio de eu apoderado el Lio. Franoisoo
V. Lara,—viejo rábula de sentimien-
tos perversos desarrollados en su lar
g¿ historia de galeote,—denunciaron
á !'Revoluolóa Social", sin el menor
asomo de luBtidoaoión porque dicho
periódico si nabía cometido un delito,
fue el de haber hablado en pro déla
justicia. El Jefe Político de Orizaba,
— un afeminado de nombre Carlos
Herrera, rloaobón insolente que alar-
dea de extranjerismo,—ba estado, na-
turalmente, de lado de los persegui-
dores.
Don JOBO Neyra, Director de "Revo-
luoión Sooial", ba podido, afortuna-
damente, escapar de las garras del
Jefe Politloo. Los Sres. Porfirio Me-
neses, Jnan Cabrera, Antonio Benícez,
Fldencio López y Gabriel Peza, se en-
cuentran rigurosamente incomunica
dos, á pesar de qne solamente el Sr.
Meneses formaba parte del cuerpo
de Redacción. Los demás han sido
encarcelados | por sospechosos!
y la sospecha se "funda" en que
son liberales
La complicidad del Gobierno con
los qne explotan al pueblo se ba com-
probado una vez más, aunque, des-
pués de todo, en el caso de la huelga
eñ la región fabril de Veracruz, Por-
firio J3i&z está directamente interesa-
do, pues os accionista el bandolero de
esas negociaciones. Los destacamen-
tos rurales han sido reforzados en
Santa Rosa, Nogales y Río Blanco, y
PUESTOS BAJO LAS INMEDIATAS
ORDENES de los Administradores de
las fábricas mencionadas. Los eunu-
cos eme se llaman autoridades muni-
cipales, se han ofrecido tatibfén á los
BPBores del dinero IN0ONDIOIO-
NALMENTB para que no se altere la
Infame paz que cubre de lodo á los
mexicanos. Los domicilios de ciuda-
danos "sospechosos" son cateados
basta sin orden de jaez competente,
si es que los marranos de la judicatu-
ra nacional son jueces "competen-
tes". La prensa liberal no puede ser
leída porque los genízaros ahuyentan
á los papeleros que intentan venderla.
Ea una palabra: el estado de sitio
existe de hecho en aquella infortnna
da región de uno de los Estados más
viriles y más altivos de la República:
el de Veracruz.
¿Y todo por qné? Porque el obrero
despierta y comprende qne tiene de-
recho á una vida más humana, á Ja
justa retribución de su trabajo y á un
trato de gente civilizada.
En la fábrica de ynte, de Orizaba,
los rurales ban cargado contra los
indefensos obreros, sin respetar á las
mujeres, ni á los ancianos, ni á los
niños,• Eaos salvajes vestidos de ene-
ro que recnerdan al malheobor de ca-
mino real y que son loa cosacos del
Autócrata Porfirio Díaz, se han con-
vertido en el azote del pueblo.
Ea el taller de "La Especial" S. A.,
de Orizaba, donde unas quinientas
mujeres dejan la salud para eatigfac
ción y enriquecimiento de los dueños
holgazanes, ha babido excitación.
Los miserables encargados y el Ge-
rente Pedro V>lla, hombre perverBO y
grosero, abusan de BU posición res-
pecto de las pobres1" obreras para ea
ciar BUS apetitos de bestia*. Uno de
los encargados, nn tal Esteban Ben-
•i>a (á) Ei Gallo, fue procesado por
iaber violado á una operarla, pero el
dinero convenció al juez de que Ben-
goa era inocente, y tué pnesto en li'
hartad el bribonazo, mientras su víc-
i ima llora su deshonra. Antonio (á)
El Santnrrón, socio de "La Espeoial,"
ba hecho madres á muchas infelices
dejándolas desDuéa en la miseria. Pe-
dro Villa, el Gerente, no ee ocupa
más que de galantear y de robar el
salario á las pobres obreras. ,Ah, y
la pobre mnjer que no se entrega á
sos patrones ó á ios encargados, es
lanzada ala calle despiadadamente I
Prostitución ó hambre: bé ahí el dile-
ma qne ee presenta á la obrera por
los "hombres de empresa," verdade-
ros caballeros de industria, qne según
los periódicos de la Dictadura hacen
la felicidad nacional
El Gobierno por boca de "El Im-
parcial," por el temor que le cansa el
despertar del proletariado, asegnra
qae el obrero mexicano no tiene as-
piraciones. Quiere el Gobierno tran-
quilizarse así miBino, y tranquilizar á
la vez á aquellos espíritus raqui icón
qae se han echado á temblar ante laB
demostraciones obreras de estos ú'ti
tnns días. \
El obrero mexicano tiene aspira-
ciones, y por eso pretende hacer
huelgas, pero sus aspiraciones son
sofocadas á balsz">fl, sus justas reda
macioneo son acalladas á golpes de
sable. ¿Y sube el estúpido Gobierno
á lo que se expone con esas represio-
nes insolentes? ¿Oren inofensivo *-l
manoseo de las melanai del IPÓD?
¿Oree qne el pneblo obrero es un ha-
tajo de eunucos qae han de soportar
humildemente todos los escupitajos?
¿No se acnerrtft Porfirio T>i>z de qne
a cierto Luis XVI le cortó «=1 pneblo
la cabeza? ¿Ño sabe que en nuestra
Patria hubo un Padilla pura nn bandl
do como é'? ¿Oree qne el pueblo se de
tendrí i ante BUS cana» para no Izar R"
odiosa rabeza en lo alto de una pica?
1 Reflexione el imbé"U tirano antes
He quo lo arrebate la cólera del pue-
bl.'
Mexicanos, unámonos. Solidarice-
mos nuestros Intereses, bagamos d<*todos nuestros anhelos, de todas noes
tras an«ia« libertaria*, un solo anbelo
I y una eola ansia y como un solo bom
bre apresurémonos tí sor libres y fe»
lioeg • '
Qao no nos intimiden loa fusllos do
an Gobierno prostituido y traidor i no
seamos más la alfombra de malbo-
olioros y verdugos. Unámonos y oon>
tómonoB. Somos la mayoría, la in-
mensa tnay«r(a; Bornes loa milloneé
do parlas quo aspiran & sor Ubres.
NnoBtros onemlgoa BOU un puñado cío
rufianes, do taburoo, do asesinos, do
ladronoi. [La victoria sor a nuestra 1
- « • • •
LOS HORRORES
DE LA EBCLOITUD.
UNA HISTORIA INTERESANTE.
Pocos de los testimonios quo hemos
presentado para probar la exlstonola
do la esclavitud en nuostra itttortunn.
da Patria, podrttu compararse" oon el
que ahora publicamos. Es una rela-
ción ingenua, palpitante de verdad, de
lo quo sufrió y presenció durante o
oho nfíos de esclavitud una desven-
turada hija del pueblo qne fuó arras-
trada engañosamente & la servidum-
bre en compañía de BU familia y que
sólo con grandes suoriflolos logró re-
cobrar su libertad. Es preciso ver la
narración espantosa de esta viotlma
para comprender á que miserable
oondloión ha sido oouduoldo nuestro
pueblo por un Gobierno proteotor de
los negreros y enemigo de la libertad
y la dignidad humanas.
He aquí la historia, que contiene
datos importantísimos acerca de la
esolavltud, tan enfáticamente negada
por el Dictador
Alejo Pérez, BU madie Severiana
Pérez, BU esposa Ruperta Zamarrón y
dos hermanos pequeños de ésta, sa
lleron de San Luis Potosí en un en-
ganche. Los enganchadores dieron á
Alejo Pérez $25.00 y lo contrataron
pora trabajar por dos años en la ñuca
San Joeé Oarpízo, del Estado de Cam-
peche, ofreciéndole magnífico jornal
y grandes ventajas materiales.
Apenas llegados tí la finca, com-
prendieron los enganchados la false-
dad de las promesas que se les hablan
hecho. No sólo trabajaba el que iba
contratado, sino toda la familia. El
fabuloso jornal prometido se redujo
& doce reales semanarios por traba-
jar brutalmente doce horas los días
oomunes y oobo horas los domingos.
¡80 horas de trabajo por $1.501 Esta
vil retribución se pega en una mone-
da especial que eólo sirve en la tienda
de la Qnea,»-oondG, como es costum-
bre, se venden pésimos efectos á pre-
cios exhorbitantes Los hermanos de
Ruperta Zamarrón, Sebastián y Mar-
garito, de siete y diez años de edad
respectivamente, fueron puestos ú
trabajar inmediatamente, y les paga-
gan ¿0.40 semanarios. Después de
algunos años les aumentaron el jornal
á $0.50 semanarios y por último á
$0.75 que es lo más que llegaron á ga-
nar por semana, siendo ya hombres.
A IOB cortadores de henequén, les
dan de tarea cortar mil pencas en un
día; se llevan a toda su familia á tra-
bajar para cumplir con tan enorme
labor, y ganan $0.60 por el trabajo.
Pelan las pencas, las cuentan y luegop , y g
lae cargan en la espalda para sacailas
fuera del plantel. ¡Y toda una fami-
lia de cinco ó seis personas, trabajan-
do doce 6 catorce horas en eMn dnrn
aeDa, gana apenas sesenta centavos1
Los raspadores de henequm ganan
$0 75 por semana; se le\antau á la
una de la mafwina para comen -ir el
>rabajo y concluyen á las cuatro de la
arde. Su labor dura quince horas
da de San Joro Oarplzo, encabezada
por los jornaleros Ignacio Cbavez,
Rloardo Arrlagn, Francisco Rosales,
Pedro Villanueva, Fabián Lara y Es-
teban Lara Sucedió A la hora de pa-
sar lista, ouando todoB loa trabajado-
res se juntan u toque de campana, á
la una de la mañana. Ignacio Chávez
fue amenazado por el capataz Ole-
mente Cazares, y le dio una puñalada
en el corazón, dejándolo muerto. Se
Inició el tumulto. Un tal Esiforo,
dependiente de la tienda vino A ver
lo que pasaba, y fuó muerto á maohe-
UIZOH por Ricardo Arriaga. El ma-
yordomo Tránsito M«dina dio nn ba-
lazo por la espalda a Arriaga, y huyó
Todos los capataces huyeron, y los
trabajadores quedaron dutfíoe del
campo. Fueron A la casa de Adriano
Uarpi¿o, deseando matar al negrero,
pero no lo encontraron el oobaide
habla huido
El esclavista Joeé Mu. Oarpizo, due-
ño de la Unen, era Jefe Político de
Ohampotóu, lo cual ea una prueba de
la armonía que reina entre el Gobier-
no y los negreros Tuvo conocimien-
to de la rebelión la mañana siguiente
al suceso, y mandó desde luego faer-
zu armada que persiguiera y volviera
á la finca a los jornaleros fugitivos
Muobas familias fueron alcanzadas, y
las fuerzas del Jefe Político y escla-
vista Oarpizo mataron muohos prófu-
gos de todas edades y eexos. La au-
toridad judioial tomó cartas en el a-
sunto por pura fórmula, pero dejó á
los Carplzo que se vengaran á BU sa-
tisfacción de loa esclavos rebeldes.
Los cabecillas, bien custodiados y a-
marrados fueron llevados á Obampo-
lón, pero solo Francisco Rosales y o-
tro llegaron á su destino. A Ignacio
Cbávez y á los dos Lara los mataron
en el camino, con lujo de barbarie.
Las mujeres é hijos de estos infortu-
nados quedaron en la Haoienda, es-
clavizados para siempre á los causan-
tes de su orfandad. A Pedro Villa-
nueva lo cogieron después y lo tuvie-
ron mucho tiempo encerrado en una
troje de maíz, donde perdió la vista
y estuvo á punto de morir de hambre.
Después, ciego como estaba, lo hacían
trabajar enhilar sosqnil todo el día.
Todos IOB esclavos aprehendidos
despees de la rebelión fneron azota-
dos en castigo de eu crimen de desear
ser libres.
A laa mujeres la» azotan lo mismo
que á los hombres Ruperta Zamarróc,
tut azotada varias veces. Sucedió que-
el esposo de Ruperta A l j Pé lel esposo de Ruperta, Alejo Pérez y al-
gunoB otros pensaban ir á Campeche
á pedir al Gobierno su libertad, pues
no oph<Mn loo pohre" "iprvos que el
Gobierno e« protector incondicional
do ' is ^nrl^ ' II ¡rojecto fut
dPnuncjíuU poi UIJI mujer indiscreta,
v los tjin» ¡x n' iban futirse fueron
Cttsu^ados OOD cepo y acoten Ruper-
to poi bei espotta do Alejo Pérez. fu¿
tendedores de Sosquil trabajan j castigada- La cu i (jaron de las mufie-
nén de la una de la mañana i Us c i« j l<- la ion ¿¡ chicoin/as, no obs-
cuatro déla tarde, pero BOIO ganan i tante que esidba eu cinta. Luegola
$1.00 semanario. Todas las cuadrillas
son dirigidas por un capataz que re-
parte chicotazos á la menor oportu-
nidad.
Aparte de los azotes aislados que
reciben los trabajadores durante la
faena, hay castigos frecuentes, que
ue ejecutan con gran solemnidad pa-
ra impresionar á los esclavos Sufren
castigos los qne se atreven á pedir su
cuenta para quedar en libertad, los
que se fugan y son reapre hendidos,
los que faltan al trabajo, aunque sea
por causa de enfermedad. A. la una
de la mañana, cnandp se junta toda la
gente á toqne de campana para pasar
lista, sacan á la víctima. En presen-
cia de todos los esclavos, hombres,
mujeres y niños, cu lgan de las mu-
ñecas al castigado en ia puerta de la
casa principal. El Mayordomo de la
finca, Tránsito Medina, da la señal,
y uno de los capataces aplica á la
víctima cincuenta chicotazos (es la
pena impuesta generalmente) con un
flagelo duro y flexible & la vez, esco-
cido para causar horribles destrozos
en la carne del azotado. Después de
a ejecución, se le arroja al calabozo,
uáudole un poco de árnica para que
se cure las heridas, y se le uene allí
durante an mes, á ración de hambre,
pues solo se le da una tacita de té por
la mañana y algunos frijoles sin sal y
sin manteca, con solo dos tortillas, al
medio día La comida de IOB jornale-
ros regularmente Be compone de fri-
joles, chile y tortillas, y todavía ea
escatimado este alimento miserable.
Todos los trabajadores están ham-
brientos.
Cuenta Ruperta Zamarrón que un
lempo los jornaleros comían carne
de res dos veces al año, gracia* á que
Adriano Carpizo, hijo del dueño de la
tinca, metía reses robadas. Pedro
Ramírez era el comisionado por Car
pizo para robarse las reses de Doña
María Luisa Galero, y traerlas á la
firca. Los jornaleros tenían que pa-
gar $0.25 por libra de carne. Estos ro-
bus de reses fueron funestos para Pe-
dro Ramírez, aunque no para Carpí-
z > que era el qne los aprovechaba.
Ramírez enfermó, y pidió que lo de-

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